Borges - Poeta Circular
Borges - Poeta Circular
Borges - Poeta Circular
Yurkievich Saúl. Borges, poeta circular. In: Cahiers du monde hispanique et luso-brésilien, n°10, 1968. Numéro spécial
consacré à l'Argentine. pp. 33-47.
doi : 10.3406/carav.1968.1186
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/carav_0008-0152_1968_num_10_1_1186
Borges, poeta circular
PAR
Saúl YURKIEVICH
Faculté des Lettres et Sciences Humaines de Rouen.
(1) Jorge Luis Borges, Discusión, BMECÉ, Buenos Aires, 1964, p. 209.
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revela nuestra propia cara » (P, 223) (2) . Quizá el decir más esencial
de Borges, aunque no el más logrado, se dé en sus poemas. Creo
que Borges reserva para el verso la expresión de lo entrañable. El
intento de interpretar su poesía puede revelarnos el sentido pro
fundo de toda su obra.
Quise titular mi ensayo de otro modo : Borges en su paulatina
anulación del presente. Una tendencia a la idealización, a la abs
tracción, a la irrealidad (3) gobierna, cada vez más hegemónica,
su marcha de poeta. Produce un alejamiento creciente de la actua
lidad, una renuncia a lo novedoso, una resistencia al cambio. Y no
se trata de esclerosis, de envejecimiento, sino de una concepción
del mundo (es decir, una estética, una metafísica y una ética) que
condiciona no sólo su pensamiento sino su percepción y su repre
sentación de la realidad. Preanunciada en sus primeros libros, irá
sistematizándose a la par que buscará una correspondencia más
estrecha entre idea y conformación verbal. La forma en Borges,
aunque desdeñe las vanas astucias del lenguaje, no es mero conti
nente; ella participa también de la sustancia. Su progresiva pro
pensión hacia los módulos clásicos manifiesta exteriormente un
proceso ideológico. Borges aparece, por fin, como hombre reñido
con su tiempo. La militancia de vanguardia (4) durante su período
ultraísta resulta episódica y superficial, un tributo a la moda
cuando joven y sensible a los requerimientos del presente. Casi el
único contacto con su época es considerado luego como accidente
cuyas huellas se quiere borrar. El vanguardismo de Borges fue
epidérmico porque lo asumió en superficie. Lo cual no quiere decir
que la voluntad de actualizarse, la búsqueda de la renovación cons
tituyan de por sí actitudes pasajeras, sujetas más a la fugacidad de
la moda que a la permanencia del arte. En Borges se reduce a cober
turaporque no condice con su yo profundo, carece de la intensidad
de adhesión que este propósito tiene en Huidobro o en Vallejo.
(5) Jorge Luis Borges, Otras inquisiciones, Sur, Buenos Aires, 1952, p. 210.
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