Qué Es Entonces La Filosofía de La Ciencia

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¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia?

¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia?


¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 2

Contenido
Introducción ....................................................................................................... 3
El positivismo o empiricismo lógico ................................................................... 6
Sir Karl Popper: conjeturas y refutaciones ........................................................ 8
El modelo de crecimiento del conocimiento científico según Popper .......... 11
Thomas Kuhn: La estructura de las revoluciones científicas ........................... 12
Paul Feyerabend: El anarquismo filosófico ..................................................... 15
Imre Lakatos: La metodología de los programas científicos de investigación . 17
Los programas Científicos de Investigación (PCI)........................................... 18
Larry Laudan: Las tradiciones de investigación .............................................. 20
Bas Van Fraaser: El empirismo constructivo ................................................... 22
Conclusión ...................................................................................................... 24
Bibliografía ...................................................................................................... 24
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 3

Introducción
Siendo éste un artículo primordialmente de difusión, sus autores no se proponen
agotar aquí esta cuestión. Por ahora sólo ofrecemos un criterio pragmático que
nos permita iniciar nuestro viaje por esta área.
Diremos tan sólo que la filosofía de la ciencia se ocupa de la reflexión (en mucho
normativa) acerca de lo que se hace en las áreas de investigación que ofrecen
las, diferentes disciplinas científicas.
En nuestra tan pedestre y sencilla definición, no incluimos la palabra "filosófica"
para calificar al tipo de reflexión que se lleva a cabo, no por falta de "tentación
para hacerlo", sino por respeto a una vieja regla lógica sobre la definición de
términos. El criterio ofrecido arriba tendrá más sentido para el lector a medida
que avance en la lectura del artículo.
Ya que el área en la que se ubica esta revisión es la reflexión filosófica acerca de
la ciencia, bien podríamos empezar a entrar en materia con una lista de
problemas con los cuales los estudiosos de esta área ocupan su tiempo. El
lector se dará cuenta de que la lista que a continuación se ofrece contiene
asuntos tanto lógicos como éticos, epistemológicos y metafísicos.
Klemke, Hollinger y Kline (1980) ofrecen una lista bastante completa de temas y
asuntos que son materia prima del trabajo de los filósofos interesados en la
ciencia y de los científicos con mente filosófica que trabajan en esta área. La
lista incluye:
1. Las ciencias formales:
Lógica y matemáticas. Con frecuencia se hace referencia a la lógica y a las
matemáticas como (ejemplos de) ciencia. ¿En qué sentido son (estas
disciplinas) ciencias? ¿Cómo podemos conocer las verdades lógicas y
matemáticas? ¿A qué verdad apelan? ¿Cuál es la relación entre las
matemáticas y la ciencia empírica?
2. La descripción científica:
¿Qué es lo que constituye una descripción científica adecuada? ¿Cuál es la
lógica? de la formación de los conceptos que intervienen en dicha
descripción?
3. La explicación científica:
¿Qué es lo que se quiere decir cuando se afirma que la ciencia explica?
¿Qué es una explicación científica? ¿Existen otro tipo de explicaciones? En
caso afirmativo, ¿cómo están relacionados estos tipos de explicación con la
explicación científica?
4. Predicción:
Se afirma que la ciencia predice. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo se
relacionan la predicción y la explicación? ¿Cuál es la relación entre estas dos
últimas y la prueba científica?
5. Causalidad y leyes:
Algunas veces oímos decir que la ciencia explica por medio de leyes. ¿Qué
son las leyes científicas? ¿Cómo ayudan a explicar? Aún más, hablamos a
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 4

veces de leyes explicativas. ¿Cómo es posible esto? Muchas leyes son


conocidas como leyes causales. ¿Hay leyes que no sean causales? En caso
afirmativo, ¿qué son éstas?
La lista comprende también:
6. teorías, modelos y sistemas científicos;
7. determinismo;
8, problemas filosóficos de la física; y
9. problemas filosóficos de la biología y psicología,
10. las ciencias sociales;
11. la historia;
12. reducción y la unidad de la ciencia;
13. extensiones de la ciencia (relación con la metafísica);
14. la ciencia y los valores;
15. la ciencia y la religión,
16. La ciencia y la cultura; y
17. los límites de la ciencia. (pp. 4,5).
Es este el contexto donde se ha desarrollado la discusión sobre el crecimiento
del conocimiento científico. Esta polémica incluye muchos de los puntos
mencionados arriba: algunos de manera central, otros de manera periférica.
Algunos son parte esencial del problema del progreso (o degeneración) de la
actividad científica, otros son nuevos. Lo importante, aquí, es enfatizar que el
debate acerca del avance del conocimiento científico, como toda actividad
humana, se sitúa en un contexto rico, complejo y aun controversial por lo que a
interpretación y explicación se refiere.
A pesar de la imposibilidad de llegar a un consenso perfecto acerca de lo más
importante que hay que resolver, existen estudiosos en el área que sugieren que
cuando menos aquellos que discuten acerca de la ciencia poseen una imagen
más o menos "común" de ella. Por más imperfecta y poco armónica que pueda
ser esta imagen, en opinión del profesor Hacking (1981) existen cuando menos
nueve ingredientes identificables en la imagen actual de la ciencia. Estos son:
realismo, demarcación, acumulación, distinción observación-teoría,
fundamentos, la estructura deductiva de los postulados teóricos, precisión, los
contextos de justificación y descubrimiento y la unidad de la ciencia (pp. 1,2).
a) Realismo. Se refiere a la concepción filosófica que considera a la ciencia
como un intento (del sujeto cognoscente) de saber algo del mundo real.
Las verdades acerca del mundo son verdaderas independientemente de
quien las piense, y hay una única mejor manera de describir el aspecto
del mundo que nos interesa.
b) Demarcación. Existe una distinción clara entre teorías científicas y otro
tipo de creencias.
c) La ciencia es acumulativa. A pesar de que son comunes los comienzos
falsos (de una teoría, modelo, etc.), la ciencia en mucho procede con
base en lo ya sabido (al conocimiento acumulado). Aun Einstein es una
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generalización o extensión de Newton.


d) La distinción entre teoría y observación. Existe una diferenciación
importante entre los reportes de observación y las proposiciones teóricas.
e) Fundamentos. La observación y la experimentación proveen la
fundamentación para la justificación de las hipótesis y las teorías.
f) La estructura deductiva. Las teorías tienen una estructura deductiva y las
pruebas a las que éstas son sometidas son deducciones de reportes
observacionales a partir de postulados teóricos.
g) Los conceptos teóricos son precisos, y los términos utilizados por la
ciencia tienen significados exactos (inamovibles, fijos).
h) Existencia del contexto de la justificación y del contexto de
descubrimiento. Debemos distinguirlas circunstancias sociales y
psicológicas en las cuales los descubrimientos se llevan a cabo (contexto
de descubrimientos), de la base lógica que justifica nuestras creencias en
los hechos que han sido descubiertos (contexto de justificación).
i) La unidad de la ciencia. Debe de existir tan sólo una ciencia sobre el
mundo real que es uno. Ciencias básicas (disciplinas científicas) menos
profundas deben ser reducibles a otras más profundas. La sociología es
reducible a la psicología, la psicología a la biología, la biología a la
química y la química a la física (Hacking, 1981, pp. 1,2).
Es importante insistir que no existe actualmente ningún filósofo de la ciencia que
considere que los nueve puntos anteriores son esenciales en la concepción,
estudio y discusión de la ciencia. Es más, la gran mayoría de ellos escogen un
par de puntos como materia prima de su quehacer profesional. Sin embargo,
también hay que mencionar que los puntos 1 (realismo) y 9 (la unidad de la
ciencia) fueron concepciones que influyeron grandemente en la filosofía de la
ciencia (sobre todo en su tradición analítica) desde principios de siglo, con un
auge en la década de los veinte y los treinta, hasta fines de los cincuenta.
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 6

El positivismo o empiricismo lógico


A fines de la década de los veinte surgió un movimiento de pensamiento que iba
a conmover e influir profundamente en el quehacer filosófico de su época. Se
presentaba, dice Herbert Feigl (1969), como una filosofía que "pretendía
terminar con todas las filosofías (anteriores)" (p.4), y prosigue: "El positivismo
lógico se hizo notar y notable, por su crítica y completo rechazo de la metafísica
en el espíritu de Hume y Comte, pero equipado con herramientas lógicas más
desarrolladas, el Círculo de Viena declaraba toda pregunta (con su
correspondiente respuesta) de naturaleza transempírica (no empírica) como
(factualmente) sin sentido." (p. 5).
A pesar de que el positivismo lógico fue un movimiento que trató de contrarrestar
los "excesos metafísicos" asociados con la filosofía de Hegel y los neo-
Hegelianos (como McTaggart, Bradley y otros), como afirma Suppe (1977), el
hecho de que se presente a aquél (p. 1) como un movimiento que buscaba
únicamente eliminar la metafísica o el filosofar "sin sentido", es algo injusto. (Ver
pp. 7-15 en Suppe, 1977).
Los orígenes intelectuales del positivismo lógico, siguiendo otra vez a Suppe
pueden ser encontrados en cuanto menos tres movimientos filosóficos en la
Alemania de fines del siglo XIX y principios del XX: el "materialismo mecanicista"
que dominó, principalmente, el quehacer científico de Alemania de 1850 a 1880
aproximadamente; la nueva concepción neo-Kantiana de la filosofía de la ciencia
desarrollada por Helmholtz, Herman Cohen y la escuela de Marburg y revisada
después por Ernst Cassirer; y por último, "la posición neo-positivista" de Ernst
Mach.
Más que una influencia de conjunto de esto movimientos sobre el positivismo
lógico, se podría hablar de un debate histórico donde la oposición al
materialismo mecanicista dio por resultado el neo-Kantismo en filosofía de la
ciencia que al ser rechazado por Mach (que fue neo-Kantiano en su primera
época) originó la posición neo-positivista. Es precisamente Mach el mentor
intelectual inmediato de los positivistas lógicos.
El materialismo mecanicista, cuya raíz filosófica era el positivismo de Comte,
concebía a la ciencia como el conjunto de leyes mecánicas que explican el
origen, vida y decadencia del nuevo microcosmos. Esta posición rechazaba todo
tipo de explicación supernatural o idealista.
Con los adelantos conseguidos en la década de los sesenta y los setenta en el
siglo XIX, particularmente en filosofía y psicología, el sistema conceptual del
materialismo mecanicista entró en crisis. Helmholtz (1863) declaraba que una
filosofía adecuada debía de tomar en cuenta la actividad pensante del individuo
en el crecimiento del conocimiento científico, cuestión que el materialismo
mecanicista no discutía.
El neo-Kantismo de Helmholtz y otros, se interesaba particularmente en
matemáticas y lógica para poder formar una epistemología de las ciencias
naturales.
El neo-Kantismo no fue la única filosofía opuesta al materialismo mecanicista.
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 7

Ernst Mach y su neo-positivismo llegó a impactar también. En su época neo-


Kantiana, Mach consideraba que cada teoría científica tenía elementos a priori
de carácter puramente formal que constituían los principios fundamentales de
toda teoría. Ya como neo-positivista, Mach pensaba que debemos de rechazar
todo elemento a priori en la constitución del conocimiento de las cosas: la
ciencia no es más que la reflexión conceptual sobre los hechos cuyos elementos
son contenidos de la conciencia proveídos por las sensaciones" (Suppe, p.9).
En esta doctrina no había lugar para concepciones absolutas de tiempo y
espacio. Las proposiciones científicas debían ser empíricamente verificables, es
decir, que todas las proposiciones de una teoría científica deberían ser
reducibles a proposiciones sobre sensaciones.
Otras dos fuentes de gran influencia sobre el trabajo de los positivistas lógicos
fueron Principia Mathematica (1910-1913) de Whitehead y Russell y el Tractus
Logico-Philosophicusde Wittegestein. La primera obra proveyó a los seguidores
de Carnap y Reichenbach de un lenguaje elegante a partir del cual las teorías
científicas podían analizarse. La obra de Wittgeinsten y sus doctrinas sobre un
lenguaje lógicamente perfecto cautivó a los positivistas lógicos, para quienes "la
teoría verificacionista del significado " jugó un papel central en su filosofía. Dicha
teoría se resumía en la frase "el significado de un término es su método de
verificación". Este principio buscaba, pues, la verificación de lo que se decía en
los postulados teóricos (y también, en el lenguaje ordinario) y trataba de
desarrollar un lenguaje lógicamente perfecto para evitar errores en nuestra
concepción del mundo, en particular, y el hablar sin sentido, en general. Este
hablar sin sentido fue denominado peyorativamente por los positivistas lógicos
como lo metafísico". He aquí pues que surgía un criterio de demarcación entre lo
científico (cúspide del conocimiento generado por el principio verificacionista que
aseguraba contenidos "con sentido", contenidos "cognoscitivamente
significativos", empíricamente verificables) y lo metafísico (el hablar sin sentido,
el hablar con contenidos sin significación cognoscitiva ni verificación empírica).
El principio de verificación no sólo constituyó un criterio de demarcación entre la
ciencia y lo "metafísico" sino también un instrumento de evaluación de teorías en
diversos momentos de la historia de alguna área de investigación científica (por
ejemplo: física, biología, etc).
Según los positivistas lógicos el desarrollo de la ciencia se da primero con
generalizaciones empíricas formuladas en términos observacionales. "Después,
a medida que la ciencia avanza, los términos teóricos son introducidos por
definición y leyes teóricas o generalizaciones formuladas en términos teóricos.
Por lo que la ciencia procede "de abajo hacia arriba", de hechos particulares a
generalizaciones teóricas de fenómenos" (Suppe, p. 15).
Como se puede apreciar y recordando nuestra lógica de preparatoria, el devenir
de la ciencia, el crecimiento del conocimiento científico, según los p.1., sigue la
lógica inductiva (o inductivista): de lo particular a lo general, de hechos a leyes,
de lo concreto a lo abstracto, de lo observable a lo teórico.
Esta caracterización del proceder y avance de la ciencia presentaba varios
problemas y pronto (principios y mediados de los años treinta) empezaron a
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darse a conocer críticos importantes de esta posición.

Sir Karl Popper: conjeturas y refutaciones


Uno de los críticos más importantes del positivismo lógico fuera del movimiento
pero dentro de la llamada "tradición analítica", ha sido Sir Karl Popper.
Popper nació en el año de 1902 en Viena, Austria. Joven aún, se interesó y
participó activamente tanto en el marxismo como en el movimiento psicoanalítico
de Alfred Adler. Conoció también la ortodoxia psicoanalítica de Freud y desde
siempre ha sido un estudioso de la filosofía y la ciencia y es, según algunos, el
filósofo de la ciencia más importante que vive en la actualidad.
Según el propio Popper, su libro La lógica del descubrimiento científico(1934) fue
pensado y escrito como una crítica al movimiento p.l. Sin embargo, no todo el
mundo lo consideró como una crítica. De hecho, como el propio autor menciona
en su autobiografía (Popper, 1976), algunos filósofos y críticos lo consideraron
un positivista revisionista o disidente, pero positivista al fin y al cabo. Otros,
dentro del propio "Círculo" lo consideraban un simpatizante del movimiento que
había sustituido el principio verificacionista por el principio de falsación, como
criterio de significación cognoscitiva (cfr. supra,pp. 10 y 11).
La crítica de Popper comienza con una revisión del problema de la inducción
también llamado "problema de Hume". Hume mostró que no existe ninguna
cantidad suficiente de enunciados de observaciones particulares que nos
permita inferir lógicamente, y sin restricciones, un enunciado general o ley. Es
decir, el modelo "tradicional" (en este caso el modelo positivista lógico) de
acumulación y justificación del conocimiento científico propone ir de lo particular
(y observable) a lo general (y teórico). Sin embargo, esta posición es
lógicamente insostenible (pues queda aún por resolver cuál es el paso del ultimo
enunciado en la serie de proposiciones empíricas en Vo a el primer enunciado
en la serie de proposiciones teóricas en Vt. O más sencillo aún, queda por
aclarar cómo se transforma --en términos lógicos-- una observación particular en
una ley universal).
Popper atacó el problema de la inducción al volver ilegítima la distinción
observación-teoría, que no es otra cosa que una nueva etiqueta del argumento
de la tabula rasa, atribuido a Francis Bacon.
La distinción observación-teoría afirma la posibilidad de observar primero y
hacer teoría después. El argumento de la tabula rasa afirma que al conocer la
realidad el sujeto cognoscente es como una tabla cuya superficie está
perfectamente plana o rasa. Al momento de conocer "algo" de la realidad, el
sujeto (la tabla) es impactado por tal conocimiento dejando su huella en él (ella).
Volviendo a la discusión del modelo inductivista de adquisición y crecimiento
científico se verá que se puede establecer un paralelo entredicho modelo y la
distinción observación-teoría el argumento de la tabula rasa. En primer lugar,
tanto el modelo, inductivo como la distinción observación-teoría afirma que es
posible ir de lo particular a lo general, es decir, primero se observa y después se
concibe la teoría. Es hasta el momento en que hemos observado varias cosas
particulares que estamos listos para teorizar y eventualmente llegar a formular
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leyes universales. Antes no.


Parecería que tanto el modelo inductivo como la distinción observación-teoría
suponen que el sujeto que está conociendo "los hechos de la realidad" deja de
pensar (para no "contaminar" los datos, por supuesto) y solamente empieza a
hacerlo cuando ya tiene un conjunto de datos "suficientes" para poder teorizar y,
eventualmente, formular una ley general. Es aquí precisamente donde surge la
conexión con el argumento de la tabula rasa.El sujeto que está siendo impactado
por la realidad, es el mismo sujeto que observa cuidadosamente los hechos
particulares. Es más, si pensamos un poco en el asunto podremos darnos
cuenta que el sujeto "colector de datos" (del modelo inductivo), es el mismo
sujeto que "observa" primero y "teoriza" después (en la distinción observación-
teoría), el cual es "impactado" por la realidad (en la tabula rasade Bacon).
Volviendo a Popper, vemos pues que al atacar el problema de la inducción para
volver ilegítima la distinción observación- teoría es tanto como decir que Popper,
al criticar el modelo positivista de la ciencia (y del crecimiento del conocimiento
científico), vuelve ilegítimos tanto al problema de la inducción, a la distinción
observación-teoría y al argumento de la tabula rasa.
¿Cómo es esto posible? Popper lo lleva a cabo en su teoría de "conjeturas y
refutaciones". Veamos:
Para Popper la concepción Baconiana es a lo sumo una teoría ingenua de cómo
conocemos la realidad. Para Popper no existe la posibilidad de que la analogía
de la tabula rasa pueda ser tomada literalmente. Popper afirma, y creernos que
con razón, que el sujeto que conoce la realidad no puede "deshacerse" de sus
expectativas, prejuicios y concepciones (del mundo físico y social) al entrar en
contacto con ella.
¿Y qué hay por ejemplo de los recién nacidos? Para Popper aun ellos, gracias a
la información genética transmitida por sus padres, tienen ciertas formas, muy
primitivas y básicas, de expectativas. Lo importante, dice Popper, es que
constantemente estamos elaborando teorías acerca del mundo y
constantemente las estamos probando. No somos tabulas rasas recogiendo
datos para después hacer teorías. No podemos serlo, pues como ya se dijo
antes, estamos inmersos en un mar de expectativas, prejuicios, concepciones,
etc., que nos llevan a teorizar a cada momento sobre el mundo. Estas teorías
Popper las llama "conjeturas".
Con este argumento Popper no sólo ataca el argumento de Bacon, sino también
(y dada su relación con aquél) a la inducción y a la distinción observación-teoría.
Empecemos por lo más sencillo. La distinción observación-teoría se vuelve
ilusoria al darnos cuenta que no existe la observación "pura", sin sesgos,
preconcepciones y/o prejuicios. La observación siempre está mediada y basada
en un conjunto de ideas, expectativas, etc., de los cuales el sujeto no se puede
desprender. Además, ¿por qué habríamos de querer desprendernos de ellas? Lo
más importante es poner a prueba nuestras concepciones del mundo
(independientemente de la fundamentación que tengan éstas en ideas,
expectativas, etc.), no tratar de observar "puramente" a ésta (pues, además, ello
no existe).
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La crítica de la inducción es un poco más compleja y requiere de introducción de


más elementos.
Quizá la mejor manera de exponer la crítica de Popper al problema de la
inducción, visto tradicionalmente (o sea desde Hume hasta los positivistas
lógicos), sea el contrastar las diferencias entre el principio de verificación y el
principio de falsación.
En la biografía que escribe sobre Popper, Magee (1974) destaca la asimetría
que existe entre las lógicas de verificación y de falsación. Dice Magee: "aunque
ningún numero de enunciados de observación referidos a observaciones de
cisnes blancos nos autoriza a derivar lógicamente el enunciado "Todos los
cisnes son blancos", basta un solo enunciado de observación, referido a una
sola observación de un cisne negro, para que podamos derivar lógicamente el
enunciado "No todos los cisnes son blancos". En este importante sentido, las
generalizaciones empíricas resultan ser, aunque no verificables, falseables. Esto
significa que las leyes científicas son contrastables a pesar de que no se pueden
probar (verificar): pueden ser contrastadas mediante intentos sistemáticos de
refutación" (pp. 29, 30).
Lo importante que hay que destacar aquí es que la contribución de Popper a la
"lógica del descubrimiento" fue el haber inventado, por así decirlo, la meta que,
con respecto a sus teorías tiene todo científico: no se trata de buscar la
comprobación o verificación de la misma, sino instancias, evidencia empírica
que la refute, que la pruebe falsa.
Algunos críticos del principio de falsación de Popper afirman que la solución que
Popper ha dado al problema de la inducción dista de ser una solución completa y
satisfactoria. El mismo Popper comenta que su principio de falsación apela a la
lógica de la situación de conocimiento y no a la metodología implícita en ella.
Magee ilustra claramente lo anterior. Dice:
La lógica es extremadamente sencilla: si se ha observado un cisne negro "no
puede" ser que todos los cisnes sean blancos. Lógicamente, por lo tanto, es
decir, si nos atenemos a la relación entre enunciados, una ley científica es
rotundamente falsable, aunque no sea rotundamente verificable. Sin embargo, el
caso es diferente si lo consideramos "metodológicamente", pues en la práctica
siempre es posible poner en duda un enunciado: puede haber algún error en la
observación registrada; puede ser que el pájaro en cuestión no haya sido
correctamente identificado; o podemos decidir, precisamente "porque" es negro,
no clasificarlo como cisne, sino llamarlo de otro modo. De modo que siempre es
posible rechazar, sin caer en contradicción alguna, la validez de un enunciado de
observación. Así podría descartarse cualquier experiencia falsadora. (p. 30)
Queda claro pues que la falsación Popperiana se enfrenta a ciertos problemas
de método. Algunos de éstos son demasiado técnicos y complejos como para
ser incluidos aquí, sin embargo, valdría la pena --siempre en beneficio de una
mejor exposición de las ideas de Popper-- revisar algunos problemas de la
falsación y la respuesta que a éstos ha dado el autor.
En primer lugar, habría que mencionar la tesis Duhem-Quine.De acuerdo con
esta tesis, "dada la suficiente imaginación, cualquier teoría (consistente en una o
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 11

un conjunto finito de proposiciones) puede ser salvada permanentemente de


"refutación" por medio de algún ajuste adecuado en el contexto del conocimiento
que la contiene" (Lakatos, 1978, p. 96).
Popper contesta a esta crítica diciendo, en primer lugar, que los científicos tienen
la obligación de no evitar la refutación afirmando de antemano qué tipo de
evidencia los haría desechar su teoría. También, afirma Popper, es necesario no
introducir hipótesis o definiciones ad hoc,desconocer la confiabilidad de los
resultados experimentales no convenientes (a la teoría que se está probando) y
formular nuestras teorías lo menos ambiguamente posible. Todo esto para
facilitar la refutación de las teorías.
Un comentario importante a lo anterior, es el que hace Popper al sugerir que no
se abandone a la ligera las teorías, pues dicha actitud representa una
disposición poco crítica ante ellas. El abandono prematuro de una teoría es,
según Popper, signo de una "puesta a prueba" poco rígida. La contrastación de
teorías debe ser, pues, una contrastación estricta, rigurosa.
En segundo lugar, se ha criticado a Popper por su fe en el servicio que puede
reportar un "experimento crucial" como criterio para decidir entre dos teorías
rivales que tratan de explicar lo mismo. La crítica se refiere, concretamente, a
que lo que en alguna época puede ser considerado como "experimento crucial",
pasado el tiempo quizá ya no lo sea. (Ver Lakatos, 1978, pp. 68-89).
Si bien es cierto que éstas no son todas las críticas que se le ha hecho al
falsacionismo Popperiano, también es cierto que no buscamos agotar el tema
aquí y en este momento. Las críticas que consideremos importantes para el
entendimiento del debate sobre el crecimiento, del conocimiento científico serán
incluidas en la parte dedicada al análisis de la metodología de los programas
científicos de investigación de Imre Lakatos (ver p.32).
Por ahora deben quedar claras tres cosas: a) que Popper difiere de la posición
positivista (empiricista) lógica; b) que su posición con respecto a la ciencia y su
procederes una crítica ala posición inductivista de los positivistas lógicos; y c)
que el falsacionismo de Popper hasta ahora expuesto, es decir, en su versión
original (llamado por algunos "falsacionismo ingenuo"), constituye (así lo piensa
Popper) una concepción de ciencia alternativa a la tradicional, siendo blanco de
varias críticas.

El modelo de crecimiento del conocimiento científico según Popper


Al haber profundizado tanto en la filosofía de la ciencia de Popper parecería que
nos hemos olvidado del problema central del artículo: el crecimiento del
conocimiento científico. Sin embargo, nos parece (y se hará obvio de inmediato)
que la aparente digresión anterior facilitará enormemente la comprensión de la
posición popperiana con relación al progreso de la ciencia.
Para Popper el crecimiento de la ciencia se da en términos de conjeturas y
refutaciones. Es más, una condición para que una teoría sea considerada
científica es que su contenido sea refutable,en caso contrario ésta será pseudo-
científica o metafísica. A estas alturas debe quedar claro que las conjeturas
corresponden a las expectativas, hipótesis y teorías que los científicos tienen
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 12

acerca del mundo y que ponen a prueba, a refutación a cada momento.


El avance del conocimiento científico se da pues a base de conjeturas que son
puestas a prueba, que son sometidas a refutación a través del ejercicio de la
crítica de la comunidad científica y, por qué no, del propio investigador.

Thomas Kuhn: La estructura de las revoluciones científicas


Uno de los más importantes, y mejor conocidos, representantes de la "nueva
filosofía de la ciencia" es indudablemente Thomas Kuhn. Su libro La estructura
de las revoluciones científicas, publicado en 1962, causó literalmente una
revolución no sólo en el campo de la historia de la ciencia, sino también en la
filosofía de la ciencia y en la concepción que los distintos campos científicos se
han formado de sí mismos. Cualquier persona interesada en comprender el
debate contemporáneo en la filosofía de la ciencia debe leer su libro.
Kuhn se inició profesionalmente como físico y sólo después se convirtió en
historiador de la ciencia. Fue mucho más tarde en su carrera profesional, y como
consecuencia de su interés por la historia de la ciencia, que empezó a
interesarse por los problemas relacionados con la filosofía de la ciencia, en
general, y del crecimiento o evolución de la ciencia, en particular. Su primer
contacto con la filosofía fue a través de la tradición analítica y particularmente de
los "juegos del lenguaje" de Wittgenstein. Kuhn quedó especialmente
impresionado por la concepción wittgensteiniana de los "universos de discurso",
es decir, de la existencia de sistemas lingüísticos cerrados en los que los
elementos obtienen el significado de su lugar en el contexto sistemático y lo
pierden al salir o ser extrapolados de éste. Más aún, estos universos de discurso
tienen la característica de no ser traducibles entre sí, lo cual imposibilita, las más
de las veces, la comunicación, entre ellos.
La estructura de las revoluciones científicas se originó en un intento por aplicar
esta noción de universos de discurso al análisis de la historia de la ciencia y de
las teorías científicas. Esto quedará más claro a continuación, cuando
analicemos la noción de "paradigma", redefinida por Kuhn, y que posee una
enorme similaridad con la de universo de discurso. El análisis kuhniano, sin
embargo, no se detiene ahí; elabora toda una nueva tipología de análisis
histórico de la ciencia que va más allá de las nociones propuestas por
Wingenstein.
Kuhn reinició el debate filosófico sobre el crecimiento del conocimiento científico
elaborando una posición radicalmente distinta de las sostenidas hasta entonces
por los positivistas lógicos y los falsacionistas. Como ya lo hemos discutido
anteriormente, el problema principal de Popper en su Lógica del descubrimiento
científico era encontrar una regla de demarcación entre ciencia y no ciencia o
pseudo-ciencia, que le permitiera evitar los problemas del inductivismo y del
verificacionismo. La solución a este problema la encontró en su "falsacionismo"
que consiste, esencialmente, en la adquisición de conocimiento a través de la
refutación de conjeturas previamente formuladas.
En el análisis que Kuhn hace del crecimiento científico, el énfasis se dirige más
hacia la descripción histórica que a la metodología normativa, como en el caso
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 13

de Popper o del positivismo lógico. De acuerdo con Kuhn, la historia de la


ciencia se encuentra marcada por largos periodos de refinamiento estable, que
él denomina "Ciencia normal", y que se ven sistemáticamente interrumpidos por
cambios bruscos de una teoría a otra sin ninguna posibilidad de comunicación
entre ellas. A estas bruscas interrupciones, Kuhn las llama "revoluciones
científicas". Un esquema representaría gráficamente su modelo de la siguiente
forma:
La ciencia normal se inicia siempre con algún "logro", esto es, con el surgimiento
de una teoría que explica, por primera vez en la historia del área, algún hecho o
evento. La ciencia normal es un período en que la actividad científica se dedica
a la resolución de "acertijos" o enigmas concretos y parciales. A través de la
resolución de estos acertijos los científicos tratan, al mismo tiempo, de extender
el rango de aplicación de sus técnicas de investigación y de resolver algunos de
los problemas existentes en su campo. Los períodos de investigación científica
normal se caracterizan también por sus marcadas tendencias conservadoras, los
investigadores son premiados no tanto por su originalidad como por su lealtad al
trabajo de confirmación de la teoría o "paradigma" dominante. En este sentido, la
tenacidad científica es también una de las características que define los
períodos de ciencia normal. Esta tenacidad se manifiesta, principalmente, en la
resistencia a cualquier manifestación externa y contraria al paradigma
dominante. Es importante hacer notar que, para Kuhn, ésta es una característica
que se origina con el entrenamiento científico que prepara a los estudiantes para
el manejo y aplicación de un solo paradigma científico. Fue el mismo Kuhn quien
utilizó esta característica de la ciencia en contra del modelo popperiano. Kuhn
arguye, en contra de Popper, que la respuesta típica de los científicos al
enfrentar una refutación experimental no es la de rechazar la teoría, como él
afirma, sino la de retener dicha teoría modificando sus hipótesis auxiliares u
observacionales (involucradas en dicha refutación). El mismo Lakatos, un
filósofo falsacionista casi tan importante como Popper, ha ilustrado la noción de
tenacidad con varios ejemplos en la historia de la ciencia, aunque dándoles un
sentido distinto al de Kuhn. (Ver Lakatos más adelante).
De acuerdo con Kuhn, los logros de una teoría integrada al paradigma
dominante en períodos de ciencia normal son acumulados e integrados en los
libros de texto que se utilizan para entrenar a las nuevas generaciones de
científicos en los problemas y soluciones legítimas del paradigma. En general,
los logros que constituyen la teoría que caracteriza los períodos de ciencia
normal carecen de precedentes, esto es, son originales y novedosos y, además,
son logros abiertos en el sentido de que presentan y permiten la existencia de
enigmas y acertijos que deben resolverse en el futuro.
La característica más importante de la ciencia normal es la existencia de un
"paradigma". Su significado, un tanto vago, ha sido criticado por una de las más
distinguidas seguidoras del modelo kuhnniano, Margaret Masterman (1970),
quien encontró más de 20 acepciones distintas, y en ocasiones contradictorias,
del término. Debido principalmente a esto, en las correcciones a su propio
trabajo, Kuhn (1970) distingue dos formas principales del uso de la palabra
"paradigma". Por un lado, el paradigma debe ser concebido como un logro, es
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 14

decir, como una forma nueva y aceptada de resolver un problema en la ciencia,


que más tarde es utilizada como modelo para la investigación y la formación de
una teoría. Por otra parte, el paradigma debe ser concebido como una serie de
valores compartidos, esto es, un conjunto de métodos, reglas y generalizaciones
utilizadas conjuntamente por aquellos entrenados para realizar el trabajo
científico de investigación, que se modela a través del paradigma como logro.
Kuhn también acuñó el término "matriz interdisciplinaria", el cual, además de
incluir la noción de paradigma, se refiere al grupo de científicos como la unidad
social que reconoce y comparte un logro paradigmático, que escribe y
selecciona los libros de texto, proporciona entrenamiento y grados académicos y
conduce investigación para la resolución de enigmas y acertijos.
De acuerdo con Kuhn, el cambio de un paradigma por otro, a través de una
resolución, no ocurre debido a que el nuevo paradigma responde mejor las
preguntas que el viejo. Ocurre más bien, debido a que la teoría antigua se
muestra cada vez más incapaz de resolver las anomalías que se le presentan, y
la comunidad de científicos la abandona por otra a través de lo que el mismo
Kuhn ha denominado switch gestaltico.Las revoluciones ocurren porque un
nuevo logro o paradigma presenta nuevas formas de ver las cosas, crean de con
ello nuevos métodos de análisis y nuevos problemas a qué dedicarse. En la
mayoría de los casos, las teorías y problemas anteriores son olvidados o
guardados como reliquias históricas. Característica que ha dado en llamarse,
desde entonces, "pérdidas kuhnianas".
Ahora bien, dado que diferentes paradigmas se enfocan y parten de diferentes
problemas y presupuestos, no existe una medida común de su éxito que permita
evaluarlos o compararlos unos con otros. A esta característica de los
paradigmas, Kuhn la llama "inconmensurabilidad", término que tomaron Paul
Feyerabend y el mismo Kuhn de la geometría, y que significa "sin medida
común". Es también debido a esta característica, la carencia de conceptos con
significado común entre teorías, que la transición de un paradigma a otro
ocurren de una manera radical y repentina, casi podemos decir irracional.
Después de una serie más o menos larga de fuertes críticas en contra de su
modelo, Kuhn ha suavizado sus concepciones originales básicas, como
"paradigma" y "revolución científica". Se ha argumentado mucho en contra de
estas categorías que, inicialmente, fueron definidas de una forma estricta y que
encontraron pocas confirmaciones en la historia de la ciencia. Del mismo modo
se argumentó en contra de la necesaria irracionalidad que este modelo impone
al cambio científico constriñéndolo casi totalmente a su historia externa o a la
sociología del conocimiento, y por desconocer la posibilidad de progreso de la
ciencia. Sin embargo, y a pesar de las modificaciones que el mismo Kuhn hizo a
su modelo, lo que aún permanece de éste es su énfasis en el papel que tienen
los valores compartidos por la comunidad científica en las decisiones científicas,
particularmente con respecto a la tenacidad y a la evaluación de paradigmas en
competencia; conserva también una actitud escéptica hacia los llamados
factores cognoscitivos como "racionalidad epistemológica" o "historia interna" en
la explicación del cambio científico, y se inclina por los factores sociológicos
como autoridad, poder, grupos de referencia como determinantes de la conducta
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 15

científica. Finalmente, Kuhn fue uno de los primeros y más importantes críticos
de la noción de "progreso" en la ciencia, noción que él relaciona con la
acumulatividad o el reduccionismo y a las que se opone abiertamente al menos
al hablar de cambios entre distintos paradigmas. Es por esto que él prefiere
hablar de "cambio" científico en lugar de "crecimiento o "progreso".

Paul Feyerabend: El anarquismo filosófico


Uno de los filósofos con quien Kuhn trabajó en la preparación de su libro, e
indudablemente el más influyente de ellos fue Paul Feyerabend. Feyerabend se
denomina a sí mismo como filósofo o pensador anarquista. Su posición se
encuentra ligada en algunos aspectos a la de Kuhn, sin embargo, se diferencia
de ella en muchos otros y constituye, en general, una visión radicalmente
diferente de cualquiera de las sostenidas hasta ahora en la filosofía de la
ciencia.
Primero que nada, Feyerabend está en contra de la idea de que existan
estándares invariables de racionalidad en cualquier campo, incluido el de la
ciencia. No existen, según él, principios universales de racionalidad científica; el
crecimiento del conocimiento es siempre peculiar y diferente y no sigue un
camino prefijado o determinado. Feyerabend defiende firmemente el valor de la
inconsistencia y la anarquía en la ciencia, de las cuales --afirma-- ha derivado la
ciencia todas sus características positivas, y sostiene que una combinación de
crítica y tolerancia de las inconsistencias y anomalías, a la vez que absoluta
libertad, son los mejores ingredientes de una ciencia productiva y creativa.
En su libro Contra el Método,Feyerabend (1974) sostiene que la ciencia es
esencialmente una actividad anarquista y que un anarquismo teórico no sólo es
más realista y humanitario, sino que promueve mejor el progreso de la ciencia y
la sociedad. Un examen cuidadoso de la historia de la ciencia proporciona
pruebas de esto, por lo que es evidente, en un análisis de este tipo, que la idea
de ciencia se ha visto modificada profunda y radicalmente muchas veces en su
historia. Del mismo modo, los criterios de experimentación, verificación,
observación, medición, etc., han sido transformados de una generación a otra de
una forma que sugiere que cualquier juicio general o universal que tendiera a
agruparlos en una sola categoría sería un error. Lo cual nos lleva de nuevo a los
dominios del principio de inconmensurabilidad, que, como afirmamos
anteriormente, fue redefinido tanto por Kuhn como por Feyerabend. No sólo los
estándares científicos son peculiares a ciertas condiciones sociales e históricas,
sino que debemos abandonar toda intención de evaluar una teoría
comparándola con otra para encontrar cuál es la mejor. El único principio
universal en la ciencia es: "todo es permitido".
En sus artículos en contra del empiricismo, Feyerabend (1981a) nos muestra
cómo este principio de amplia permisibilidad "ha operado y puede operar de
forma creativa en la ciencia". Por ejemplo, es posible iniciar el trabajo científico
formulando hipótesis que contradigan teorías sólidamente confirmadas o
resultados experimentales corroborados hasta ese momento. Nada perdemos si
partimos de esta forma en el trabajo científico en términos de metodología y, sin
embargo, podemos ganar una nueva perspectiva que la teoría dominante no
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 16

permitía considerar debido al requisito de consistencia entre hipótesis y teoría.


Este requisito, nos dice Feyerabend, impide el progreso científico porque busca
esencialmente la preservación de la teoría dominante, y no la mejor teoría o la
más útil. La formulación de hipótesis que contradigan una teoría confirmada, nos
proporciona pruebas que no pueden ser obtenidas de otra forma. Por otra parte,
la proliferación de teorías o "pluralismo teórico", otra de las características
esenciales de su posición filosófica, es benéfica para la ciencia, mientras que la
uniformidad teórica favorece el dogmatismo e inutiliza el poder crítico de los
científicos.
Feyerabend disiente fundamentalmente de la idea generalizada de que la
ciencia es la mejor o la única forma de obtener conocimiento de la realidad.
Esta, según él, es una idea propagada por los científicos mismos que tiene por
objeto garantizar el statu quoy el puesto privilegiado que tienen en la sociedad.
Nada más lejos de la realidad --sostiene--, no existe idea, por más antigua y
absurda que ésta sea que no pueda mejorar o aumentar nuestro conocimiento.
Incluso las ideas políticas deberían formar parte de la actividad científica como
una forma de superar el statu quoque se impone en ocasiones la ciencia a sí
misma.
No existe --sostiene Feyerabend-- una sola teoría que dé cuenta de todos los
fenómenos que se presentan a su atención. Todas las teorías son
inconsistentes, al menos con una parte de éstos. A pesar de esto, las teorías
inconsistentes siguen siendo utilizadas como herramientas de explicación. Si la
ciencia funciona realmente de esta manera, se sigue que la racionalidad no
puede ser universal y que la irracionalidad no puede ser, no está de hecho,
excluida de la práctica científica como un elemento inútil. Esta característica de
la ciencia reclama reconocimiento, así como la existencia y legitimación de una
epistemología anarquista.
Feyerabend ha criticado el modelo de crecimiento científico propuesto por
Lakatos. Feyerabend afirma que los estándares propuestos por la metodología
de los programas científicos de investigación fueron abstraídos de la ciencia
moderna y por lo tanto no pueden ser considerados árbitros neutros en la lucha
por la dominación de un área, si ésta se da entre ciencia y mitología, o entre
religión y magia. Más aún, estos estándares, que implican la comparabilidad de
los contenidos teóricos no son siempre aplicables. El contenido de algunas
teorías es incomparable, en el sentido de que es inconmensurable, y su
traducción, imposible.
En términos generales, Feyerabend sostiene que la ciencia y los mitos o la
magia, se encuentran más cercanos entre sí de lo que la ciencia moderna está
dispuesta a aceptar. La ciencia no es más que una de las tantas formas de
reflexión sobre la realidad que el hombre ha desarrollado, y no es
necesariamente la mejor. Antes de aceptarla incondicionalmente, deberían
examinarse sus ventajas y deficiencias y compararse con otras formas de
pensamiento. Feyerabend (1981b) sostiene que la ciencia tuvo su función
liberadora en la historia del pensamiento. Nos liberó de los tabúes religiosos,
entre otras cosas. Sin embargo, en la actualidad se ha convertido en parte del
statu quoy se ha vuelto tan opresiva como lo fue en su tiempo la iglesia. La
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 17

separación del Estado y la ciencia, según Feyerabend, sería otro.

Imre Lakatos: La metodología de los programas científicos de


investigación
Imre Lakatos nació en Hungría en 1922. Durante la Segunda Guerra Mundial fue
miembro de la resistencia. En 1947 fue designado para ocupar un alto puesto en
el Ministerio de Educación húngaro. En 1950 fue arrestado por ser "un
revisionista" y tuvo que pasar tres años en una prisión stalinista. En 1956 se
enteró de que podría ser arrestado de nueva cuenta, lo que le hizo escapar a
Viena y casualmente llegó a la London School of Economics and Political
Sciences, de la Universidad de Londres. Allí hizo sus estudios de filosofía de la
ciencia bajo el tutelaje de Sir Karl Popper. Fue profesor de la LSE desde 1960
hasta 1974, año en que repentinamente murió el 2 de febrero.
A pesar de su relativamente corta carrera como filósofo de la ciencia, Lakatos ha
tenido una gran influencia tanto en ciencias naturales como en ciencias sociales.
Su trabajo es más conocido y reconocido como un valioso esquema para la
evaluación del progreso (y/o degeneración) del conocimiento de cualquier área
científica de investigación.
Lakatos (1978) presenta su metodología de programas científicos de
investigación como una versión mejorada del falsacionismo ingenuo de Popper.
Lakatos dio a conocer su "metodología" en 1965, con motivo del Coloquio
Internacional de Filosofía de la Ciencia, celebrado en Londres. En esa ocasión el
grupo de la LSE (llamado informalmente "el grupo Popperiano") criticó La
Estructura de las revoluciones científicas de Kuhn (1962) y la "nueva imagen" de
la ciencia que de él se deriva.
Lakatos toma de Popper los ingredientes esenciales del racionalismo crítico: a)
la creencia de que el crecimiento del conocimiento científico es racional y b) la
convicción de que es precisamente la crítica el vehículo de tal crecimiento. De
Kuhn toma principalmente la "tenacidad" de los que hacen ciencia y la
importancia de "contextualizar" la explicación del crecimiento de la ciencia
(aunque rechaza la versión relativista kuhniana acerca de cómo se da dicho
crecimiento).
Como vimos anteriormente, el falsacíonismo ingenuo de Popper no pasó
desapercibido ante los ojos críticos de otros filósofos de la ciencia. Lakatos le
critica a Popper sus "experimentos cruciales", su noción ingenua de falsación
(refutación) y su falta de contextualización de la explicación del crecimiento
científico a partir del choque entre las conjeturas y sus correspondientes
refutaciones.
Parecería, dice Lakatos, que cuando se diseña un experimento crucial para
decidir entre dos teorías que están compitiendo por el dominio de un área
determinada, los científicos están equipados con "racionalidad instantánea" para
evaluar todas y cada una de las posibles implicaciones que se derivan de tal
experimento. Esto simplemente no es posible, dice Lakatos, y agrega: es más,
un experimento que fue considerado "crucial" en una época, en otra posterior
puede no serlo. Necesitamos tiempo para poder evaluar y poner en perspectiva
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 18

las teorías científicas.


Muy relacionada con la función del tiempo en la evaluación de diferentes teorías
científicas está la segunda crítica y mejora de Lakatos al falsacionismo de
Popper. El choque entre conjeturas y refutaciones, diría Lakatos, no se da en el
vacío. Dicha confrontación se da en un contexto de discusión racional. Por otro
lado, las conjeturas no aparecen "espontáneamente" en escena sino que son
parte de una tradición de ideas, de concepciones acerca del mundo. Esta
segunda crítica da como resultado el que aparezcan en escena el elemento
histórico en la evaluación de teorías y el concepto de programas científicos de
investigación.
El elemento histórico en la metodología de Lakatos tiene dos aspectos: uno
interno y otro externo. El interno es lo que antes consideramos como el contexto
de la discusión racional en el choque entre conjeturas y refutaciones. La historia
interna, pues, es la discusión y confrontación intelectual, en una área específica,
de las teorías (conjeturas) que la integran. Por ejemplo, la historia interna en
sociología del desarrollo consiste en la confrontación de ideas entre los teóricos
de la modernización y los defensores de la dependencia; o bien, en teorías de la
inteligencia, esta discusión se daría entre ambientalistas y defensores de la
teoría hereditaria.
La historia externa, por su parte, se refiere a las circunstancias psicológicas y
sociológicas existentes en la actividad de investigación de los científicos al llevar
a cabo la historia interna de un área. Es decir, la historia interna corresponde a la
lógica del descubrimiento científico de Popper (conjeturas vs refutaciones) y la
historia externa a la psicología y sociología de la investigación de Kuhn.
Existe otra consecuencia muy importante de esta "contextualización" del
falsacionismo ingenuo de Popper. Cuando Lakatos revisa, desde su
"metodología", el falsacionismo de Popper, se da cuenta de un problema serio
con este esquema original. El problema consiste en que después de que una
conjetura ha sido refutada se sigue usando pues no hay nada mejor para
reemplazarla. Esto que Popper no logra resolver completamente aparece como
un ingrediente irracional en su esquema, por lo que contradice el espíritu de su
racionalismo crítico.
La solución de Lakatos es redefinir refutación. Refutación para el falsacionismo
metodológico de Lakatos no sólo es probar que una teoría es falsa, sino tener
otra mejor que la que ha sido refutada.

Los programas Científicos de Investigación (PCI)


Como se menciona arriba, una manera intuitiva de entender el concepto de PCI
es verlo como una conjetura contextualizada. Sin embargo, Lakatos da una
descripción más detallada de lo que puede designarse como PCI.
Elguea (1981) afirma que un PCI consiste en una serie de reglas metodológicas,
de las cuales algunas nos indican qué patrones de investigación se deben seguir
(heurística positiva) y cuáles evitar (heurística negativa).
La heurística negativa, o "núcleo" del programa, es lo que contiene a los
supuestos BASICOS del mismo, sin los cuales el programa no podría existir. Por
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 19

otro lado, la heurística positiva, o "cinturón de protección", está formado por una
serie de hipótesis que han sido elaboradas, ajustadas, modificadas y
ensanchadas sistemáticamente para no permitir que el núcleo sea refutado.
Phillips y Nicolayev (1978) han caracterizado el trabajo de Lakatos como "un
nuevo juego con reglas en constante evolución". En el corazón de dicha
actividad se encuentran ciertos ingredientes que los participantes no quieren
cambiar bajo ninguna circunstancia (el núcleo). Para mantener este núcleo,
deben existir otros ingredientes que sean expandibles o sujetos a cambio a la luz
de la experiencia. Estos forman el cinturón de protección (En Elguea, p. 7).
Es interesante hacer notar que Lakatos toma de Kuhn la idea de "tenacidad",
pero la transforma en un elemento de historia externa en una característica de
historia interna. Aclaramos. Recordemos que una de las características de la
descripción, por parte de Kuhn de las revoluciones científicas es la reticencia o
rechazo al cambio que, sobre todo, muestran los científicos de, un paradigma
(p1) que se ve amenazado por el surgimiento de otro nuevo (p2).
Kuhn adjudica este rechazo a la psicología del investigador (generalmente ya en
edad madura) que, al abandonar el paradigma en el cual ha trabajado y hecho
su carrera profesional, abandona no sólo una teoría sino toda una cosmovisión,
una forma de ver el mundo. Es por esto, según Kuhn, que como mecanismo de
defensa el investigador se muestra tenaz en su adherencia al paradigma con el
cual ha trabajado por largo tiempo. Si efectivamente el científico logra ese
"switch gestáltico" que Kuhn describe al realizarse el cambio de paradigma, eso
es ya otro asunto; lo importante, insistimos, es que para Kuhn "tenacidad" es, en
su esquema, un elemento psicológico de los miembros de una comunidad
científica.
Para Lakatos, en cambio, esa tenacidad se vuelve un elemento de historia
interna. Este autor lo incorpora a su descripción del carácter del "cinturón de
protección" o heurística positiva del programa científico. Para Lakatos, pues, la
tenacidad se vuelve la fuerza que impulsa a los científicos a defender
racionalmente su programa con hipótesis y definiciones ad hocy, en el mejor de
los casos, con cambios progresivos en el programa, o bien, en el peor de los
casos, con cambios degenerativos en el mismo. En todo caso, la tenacidad
psicológica kuhniana se ha transformado en tenacidad racional lakatosiana.
Pero ¿cuáles son esos cambios progresivos y/ o degenerativos que un programa
puede adoptar?
Ya habíamos mencionado antes que una teoría o PCI es refutada si y sólo si
existe una segunda teoría o programa que explique tanto como la primera y que
además de explicar, prediga más. Lakatos ofrece tres criterios. Dice: "Para el
falsacionista sofisticado una teoría científica T es falsificada si y sólo si otra
teoría T" ha sido propuesta con las siguientes características: 1) T' tiene un
exceso de contenido empírico sobre T: es decir, predice hechos nuevos, o sea,
hechos improbables a la luz de, o prohibidos por T; 2) T' explica el éxito previo
de T, es decir, todo el contenido irrefutado de T es incluido (dentro de los límites
de errores de observación) en el contenido de T'; y 3) algo del exceso de
contenido de T' es corroborado" (p. 32).
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 20

De lo anterior podemos derivar los criterios de progreso y degeneración en


ciencia. Se dirá pues, que una serie de teorías es teóricamente progresivasi
cada nueva teoría T" muestra exceso empírico sobre el contenido de su
predecesora T, es decir, si predice hechos nuevos, inesperados. Una teoría T' es
empíricamente progresiva si algo de su exceso empírico es corroborado. Y por
último, un cambio progresivo de una teoría o programa de investigación se dará
cuando ésta sea teórica y empíricamente progresiva. Un programa degenerativo
lo será en caso de no ser progresivo (de acuerdo con todos los criterios
anteriores).
Podemos concluir esta parte diciendo que para Lakatos habrá crecimiento del
conocimiento científico en la medida en que haya cambios progresivos en un
programa científico de investigación.

Larry Laudan: Las tradiciones de investigación


Inicialmente Laudan fue uno de los más fieles seguidores de Lakatos. Sin
embargo, después de un tiempo él mismo propuso un modelo de crecimiento
científico. Este nuevo modelo conserva aún el matiz y algunas de las
características propuestas por Lakatos, razón por la cual su originalidad ha sido
puesta en duda varias veces, pero, sin embargo, ofrece algunas modificaciones
interesantes.
En primer lugar, Laudan (1977) habla de "tradiciones de investigación", en lugar
de "programas de investigación". Una tradición de investigación es un conjunto
de presuposiciones generales acerca de las entidades y procesos en un área de
estudio y acerca de los métodos o técnicas apropiadas para realizar
investigaciones y construir teorías en esa misma área. Laudan concibe las
tradiciones de investigación, al igual que Lakatos, como un conjunto de teorías
en evolución que no pueden ser evaluadas fuera de su contexto histórico. Una
tradición de investigación posee dos características esenciales, una
metodológica y la otra ontológica. Ambas son interdependientes y capaces de
influirse una a otra. La función metodológica consiste en un grupo de reglas de
lo que es permisible hacer y no hacer en el área. El desarrollo de la tradición es
radicalmente dirigido por esta función, que legitima a la vez que determina la
actividad de investigación científica. Para Laudan, la actividad científica es
esencialmente una actividad dirigida a la resolución de problemas, de tal forma.
que la función metodológica debe establecer cánones de legitimidad para
proponer preguntas o problemas y formas de responderlas o resolverlos. Estos
procedimientos, y aquí Laudan se apoya en Kuhn, constituyen el contenido del
entrenamiento que se proporciona a los futuros investigadores en el área. A la
economía contemporánea, por ejemplo, no le está permitido consultar el tarot
para formular predicciones sobre movimientos monetarios o devaluaciones; este
procedimiento no pertenece legítimamente a la tradición económica.
Por otra parte, y además de estas reglas metodológicas, las tradiciones de
investigación poseen una función ontológica, que se refiere, esencialmente, a los
objetos de estudio de la tradición. De la misma forma en que hay métodos
legítimos e ilegítimos de estudio, hay objetos o fenómenos legítimos e ilegítimos
de estudio. De esta forma la tradición determina sus límites, su rango de
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 21

aplicabilidad y sus criterios de relevancia científica.


De acuerdo con Laudan, las tradiciones de investigación son lineamientos
generales de investigación y estudio que no deben ser, necesariamente,
explicativos, predictivos o verificables, a diferencia de las teorías que los
constituyen, que sí lo son. En este sentido, las tradiciones de investigación son
sólo vagamente normativas, a diferencia de los programas de investigación
lakatosianos en los que el núcleo ejerce una definitiva función normativa. En
palabras de Laudan: "Una tradición de investigación, cuando más, especifica
una ontología general y un método general de resolver los problemas dentro de
un dominio determinado" (Laudan 1977, pp. 84). Son las teorías las que, a su
juicio, constituyen la parte explicativa, verificable y predictiva de la ciencia.
Las tres funciones importantes de una tradición de investigación son, según
Laudan: a) la de determinar los límites de aplicación de las teorías que
constituyen una disciplina; b) la de proveer heurísticas negativas y positivas (lo
que nos recuerda a Lakatos), esto es, proporcionar ideas iniciales que permitan
la formulación de teorías explicativas, predictivas y verificables, todo esto con el
objeto de incrementar la capacidad de la tradición de investigación para resolver
problemas; y, finalmente, c) la de justificar racionalmente la existencia de teorías
científicas.
Una de las características que Laudan conserva de la metodología de Lakatos,
es el carácter evolutivo e histórico de las tradiciones de investigación. Estas son
formuladas en un ambiente intelectual determinado, crecen e incrementan su
rango de aplicabilidad, y se desgastan y acaban por desaparecer para ser
sustituidas por nuevas tradiciones. Sin embargo, los cambios o transformaciones
que la historia opera en las tradiciones de investigación son percibidos de
manera distinta que en los programas de investigación. Para Laudan, el núcleo
esencial es también modificable, a través del tiempo, por la experiencia no
necesariamente empírica. A tal punto, que la tradición puede terminar sus días
con características radicalmente diferentes a las que tenía cuándo se inició,
circunstancia impensable desde la perspectiva de Lakatos.
Finalmente, Laudan suaviza pero mantiene las nociones de progresividad y
degeneración como criterios de evaluación científica. En este punto las
diferencias entre Laudan y Lakatos, sostenidas por el mismo Laudan, no
aparecen del todo claras. Laudan sostiene que Lakatos se limita a reconocer
progresívidad en un programa, cuando éste ha logrado un incremento en su
contenido empírico, pero sólo empírico. Según Laudan, Lakatos ignora y no
considera como importante el incremento de contenido conceptual, En sus
propias palabras: "su concepción de progreso es exclusivamente empírica; las
únicas modificaciones progresivas en una teoría son aquellas que incrementan
el enfoque de su contenido empírico" (p. 71).
Las consecuencias de esta característica de la metodología de programas
científicos de investigación, de acuerdo con Laudan, son: la restricción y la
ignorancia exagerada del incremento de la capacidad heurística de las teorías,
sin tener que recurrir necesariamente al contenido empírico corroborado sino al
incremento conceptual.
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 22

En este punto, nuestra lectura de Lakatos difiere fundamentalmente de la de


Laudan. Lakatos es suficientemente claro con respecto al lugar que tiene el
crecimiento conceptual al establecer sus criterios de progresividad científica.
Según Lakatos, un programa de investigación es considerado progresivo: a) si
parte de su exceso de contenido empírico es corroborado; b) si cada nueva
teoría nos lleva al descubrimiento de un nuevo hecho; y, finalmente, c) un
programa es considerado progresivo si es tanto teórica como empíricamente
progresivo. Es imposible ignorar en esta enumeración de requisitos de
progresividad el lugar que se da al desarrollo teórico, o conceptual como lo llama
Laudan. En primer lugar, Lakatos sostiene que sólo alguna parte del contenido
debe ser corroborada. No existe una sola teoría en la historia de la ciencia que
haya corroborado empíricamente todos y cada uno de sus elementos
conceptuales o de sus afirmaciones teóricas. Se seleccionan tan sólo algunos
elementos que aparecen especialmente relevantes para la corroboración
empírica. Lakatos no ignoraba esta característica y lo demuestra al requerir que
sólo parte del contenido sea corroborado empíricamente. Lo que es inadmisible
para él, es que nada del contenido teórico haya sido o pueda ser corroborado
empíricamente, lo cual es muy distinto de lo que Laudan le atribuye. En segundo
lugar, Lakatos sugiere como requisito de progresividad que el programa sea al
menos teórica, o conceptualmente, progresivo; aunque el ideal es que sea tanto
teórica como empíricamente progresivo. Queda claro que el crecimiento
conceptual de un programa de investigación tiene lugar reconocido y prioritario
en la metodología de Lakatos.

Bas Van Fraaser: El empirismo constructivo


Uno de los desarrollos recientes más interesantes en la filosofía de la ciencia es,
sin lugar a dudas, la contribución que Van Fraasen ha hecho en su libro: The
Scientific Image (1980). En el breve período que ha transcurrido desde la
aparición de la primera edición, esta obra ha ganado un gran respeto entre la
comunidad filosófica y científica internacional. No es una exageración afirmar
que en menos de un lustro se ha convertido en un clásico de la literatura
filosófica.
Van Fraasen elabora sus argumentos partiendo de una vieja discusión que se
centra en la rivalidad de concepciones ontológicas de dos escuelas filosóficas, el
realismo científico y el empirismo científico. En primer lugar, el realismo científico
sostiene que los lenguajes en los que las teorías científicas son elaboradas y
expresadas deben ser interpretados literalmente, es decir, que los términos y
conceptos utilizados en el lenguaje teórico deben ser entendidos como
referentes o descríptores de entidades realmente existentes. A la vez, los
realistas mantienen que las teorías científicas son descripciones del mundo que
deben ser evaluadas en función de su veracidad o falsedad. Por último, los
pertenecientes a la corriente realista sostienen que la aceptación de una teoría
implica necesariamente creer que dicha teoría es verdadera. El empirísmo
científico, por otra parte, mantiene que en tanto que las teorías científicas
trascienden en contenido cualquier conjunto posible de observaciones, no deben
ser interpretadas de manera literal. Los términos teóricos que son irreducibles a
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 23

datos observacionales deben ser interpretados de una manera figurativa: son


esquemas mentales o símbolos, sistemas de organización o clasificación de la
experiencia, etc., pero no son entidades que realmente existen.
Ambas corrientes han debatido entre sí por largo tiempo, y sus distintas
ramificaciones son demasiado extensas y complejas para ser tratadas en este
ensayo. Baste por ahora esta breve exposición que refleja adecuadamente el
debate que Van Fraasen rechaza y del que parte para formular una posición
intermedia.
Según la posición de Van Fraasen, que él mismo denomina "empirismo
constructivo", los lenguajes teóricos deben ser interpretados en forma literal. Por
ejemplo, si una proposición dentro de una teoría sostiene que "el planeta V8 B2
existe" debe entenderse que dicho planeta existe realmente. En otras palabras,
una teoría debe entenderse como una descripción tentativa de la realidad.
Sin embargo, este postulado realista de Van Fraasen es sustancialmente
moderado por un segundo postulado que sostiene: 1) que no existe razón para
suponer que lo que las teorías científicas nos dicen es verdadero, ni siquiera que
el objetivo de la ciencia es producir teorías verdaderas ("la historia de la ciencia
no es más que una sucesión de teorías falsas"), y 2) que la aceptación de una
teoría implica no la creencia de que la teoría es verdadera, como los realistas
mantienen, sino únicamente que la teoría es "empíricamente adecuada", es
decir, que rescata los fenómenos observables pasados, presentes, y futuros.
En términos del problema del crecimiento del conocimiento científico, Van
Fraasen sostiene que una posición empirísta estricta no haría más que detener
inevitablemente el progreso científico porque le resta a la ciencia el ímpetu o
motivación heurística que le proporciona el realismo, es decir, la fe en que
estamos o estaremos realmente describiendo el mundo. Por otra parte, nos dice
Van Fraasen, una posición realista estricta es inconsistente con la evidencia
proporcionada por la historia de la ciencia, pues las teorías científicas que antes
parecían verdaderas se han demostrado falsas con el tiempo.
Basándose en Lakatos, Van Fraasen concibe al crecimiento científico como el
resultado de la competencia entre teorías con mayor o menor adecuación
empírica. En sus propias palabras:
... todas las teorías científicas nacen a una vida de fiera
competencia... (en la que) sólo las teorías exitosas --aquellas que
de hecho describen las regularidades en la naturaleza-- sobreviven
(Van Fraasen, 1980:40).
Van Fraasen mantiene que la aceptación de una teoría implica: en primer lugar,
una creencia tentativa en la adecuación empírica de la teoría, y, en segundo
lugar, el compromiso de confrontar cualquier nuevo fenómeno recurriendo
únicamente a los recursos conceptuales de esa teoría.
La competencia entre teorías, según el mismo Van Fraasen, debe ser regulada
por un criterio tácito de racionalidad que requiere de los científicos la selección
de teorías con mayor capacidad para "rescatar" los fenómenos observables.
Este "rescate" teórico, vago e indefinido en la formulación de Van Fraasen,
parece implicar un mínimo de consistencia o adecuación empírica entre las
¿Qué es entonces la filosofía de la ciencia? 24

proposiciones teóricas y la realidad observable.


Sin provenir de ella, Van Fraasen adopta una línea falsacionista que le lleva a
sostener que las teorías científicas deben ser concebidas únicamente como
intentos por acertar a la verdad. Intentos que, en ocasiones y sólo hasta cierto
punto, consiguen reflejar la estructura real del universo que nos rodea.

Conclusión
Empezamos nuestro artículo con dos citas que reflejan lo vasto que es el campo
de la reflexión filosófica sobre la ciencia. Nuestro interés ha sido centrar la
atención en la discusión sobre el conocimiento científico desde la perspectiva de
varios autores.
Hemos descrito cómo las teorías del crecimiento o progreso por acumulación y
reducción en la ciencia, así como la gran preocupación positivista por la
verificación fueron seriamente cuestionados y superados por el falsacionismo
popperiano.
Del mismo modo, durante la década de los sesenta tanto el positivismo lógico
como el falsacionismo, junto con sus ideales de progreso y racionalidad
científica, fueron duramente criticados por autores que enfatizaban el papel de la
historia externa y/ o la psicología y sociología del conocimiento en el análisis de
la actividad científica.
El futuro de la disciplina parece orientarse hacia dos tendencias distintas y
contradictorias. Por una parte, los racionalistas que reconocen la posibilidad de
la confrontación o competencia teórica, admiten una forma limitada de
racionalidad científica universal y defienden la existencia del progreso científico.
Por otra parte, los relativistas, que excluyen la competencia y discusión entre
teorías por ser una empresa inútil y sin sentido, desconocen cualquier forma de
racionalidad científica universal y cuestionan la existencia del progreso en la
ciencia.
Como el lector podrá concluir por sí mismo, el debate dista aún de su
conclusión. A pesar de esto, nos parece clara la inquietud de filósofos en esta
área por buscar esquemas tanto descriptivos como normativos, por contrastar
modelos con la realidad histórica y con la nueva evidencia que proporciona la
ciencia, en una frase, por proveer respuestas a las interrogantes: ¿que es y qué
debe ser la ciencia y su desarrollo?

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