Fingiendo Amor

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Alexis

Vargas
© Todos los derechos de propiedad intelectual del contenido de este libro y su
diseño son propiedad exclusiva del autor: ALEXIS VARGAS. Por tanto, queda
prohibida su reproducción, distribu- ción, comunicación pública y
transformación, total o parcial, sin la autorización expresa del autor o de sus
legítimos titulares. Igual- mente, todos los signos distintivos, marcas, nombres
comerciales o signos de cualquier clase contenidos en este libro están
protegidos por la ley.

Portada: Edición original de Alexis Vargas Con Fotografía de: Yazmín


Martiñón Modelos: Margarita Alfaro

Sergio D’ León

Arely Cornejo

Edgardo Cornejo

Gabriel Aguirre
A mi madre, que después de todo sigue creyendo

en mi talento...

Solo sé que desde ayer todo ha cambiado...

Taylor Swift & Ed Sheeran


PRIMERA PARTE
1

Nuevamente Aiden entra por las puertas de la preparatoria en un nuevo año


escolar. Suspira profundamente la brisa

que se crea desde el fondo, mientras camina por el largo pasillo lleno de
estudiantes que lo saludan chocando palmas y puños. Des- liza sus vans por el
piso de azulejo creando un efecto único como entrada triunfal, incluso
algunas de las damas no resisten en mirar- lo enamoradas. La razón de la
sonrisa que lleva en el rostro, no es porque extrañe las materias o sea un
genio con promedio perfecto, sino por lo bien que se siente esa admiración
que otras personas le tienen, creen que ser un youtuber popular es una tarea
fácil pero, en realidad no es así. se tiene que tener mucha creatividad y hoy
en día eso es un poco difícil, porque las nuevas generaciones nece- sitan
entretenimiento original. Aiden no tiene un millón de segui- dores, su canal
recientemente ha llegado a los ochenta mil suscrip- tores. Así que se puede
decir que es popular, tiene muchos amigos y entre ellos hay uno en especial
que siempre ha estado ahí desde los pañales. Hablando de él, se encuentra
reacomodando su locker.

-¿Listo para el nuevo año? -pregunta Aiden mientras se apoya en los lockers
junto a su amigo.

Ethan retira sus audífonos para escuchar a su mejor amigo. Tie- nen su saludo
especial que es chocar los puños de arriba hacia aba- jo y al final agitar el
dedo indice junto al medio con un silbido.

-Créeme, hubiera deseado que el verano fuera para siempre -dice Ethan
cerrando su locker.

No pasa ni un segundo, cuando un balón de fútbol americano golpea a Aiden


en la cabeza provocando que caiga al suelo un poco aturdido. Las risas se
apoderan del pasillo y el responsable se acer- ca con sus dos “esclavos” o
como otros dicen “amigos”.

-Cuanto lo siento ¿necesitas un doctor? -pregunta Héctor con tono sarcástico.

-Largo de aquí Héctor -dice Ethan intentando ayudar a su amigo.

-¿O qué? ¿Le dirás a tu mámi?

-Le diré a tu padre.

-Mira como tiemblo -Héctor se abraza a sí mismo fingiendo te- ner miedo.

Hace un año que la madre de Ethan contrajo matrimonio con el padre de


Héctor. Desde entonces ambos padres viven felices jun- tos, pero ellos no se
soportan ni un solo segundo.

-Bueno está bien, ayuda a tu novio -los apunta a ambos.


Héctor choca puños con sus amigos pero al mismo tiempo, al- guien
importante escucha el comentario y no lo toma de buena manera. Se trata de
Diana Vargas, la chica animadora más hermosa y popular que cualquier
película de adolescentes tiene como pro- tagonista. Es delgada, de piel blanca
y un cabello entre rubio y castaño peinado en una larga cola de caballo. Se
acerca a los chicos junto con sus dos mejores amigas, quienes también son
hermosas y muy populares, por si fuera poco también pertenecen al grupo de
animadoras. Una de ellas es Arely, una chica abiertamente les- biana.
También es delgada, de piel blanca, cabello largo y castaño. La otra chica es
Dani, que sorprendentemente para todos es tran- sexual, significa que de
nacimiento fue varón y ahora es una chica fuerte y hermosa. Es muy alta, su
piel es completamente morena y lleva el cabello rizado y negro atado a un
listón.

-Ese es un comentario muy homofóbico ¿no crees? -menciona Diana muy


molesta.

Aiden siente una atracción muy fuerte con Diana, desde el pri- mer año ha
sentido algo por ella. Solo hay un problema y es que siempre se siente
bastante nervioso cuando ella está cerca, incluso su voz se torna a un agudo
muy feo.

-Hola preciosa -dice Héctor con voz seductora.

Diana está enterada del coqueteo por parte de Héctor. Pero ella no se siente
nada interesada y mucho menos por la forma en que trata a los chicos, no solo
a Ethan y Aiden, sino a la mayoría en toda la preparatoria. Mientras ella cruza
los brazos, detrás sus ami- gas colocan las manos en sus caderas, todas
frunciendo el ceño hacia Héctor.

-Bien, bien. Vayámonos chicos -levanta ambas manos de forma triunfal -te veo
después nena.

Héctor se marcha con sus amigos.

-¿Estás bien? -pregunta Diana preocupada.

Se acerca quedando frente a Aiden, por supuesto los nervios co- mienzan
apoderarse de todo su cuerpo y mente. Ethan lo nota así que decide hablar
por él.

-Está muy bien, gracias por su ayuda chicas.

-Seguro ya me conocen pero, soy Diana, capitana de las anima- doras y ellas
son Dani y Arely, mis amigas.

El uniforme de las animadoras es una combinación de rojo, blanco y negro.


Lleva el logotipo de la escuela que es un cuervo destrozando la letra W en el
centro (la inicial de la escuela).

-Él es Aiden y yo soy Ethan.


Las chicas se miran entre sí con un sonrisa muy grande, algo así como si
idearan un plan para los chicos.

-Bueno, Ethan y Aiden, tengo una fiesta este fin de semana -dice Arely aún
con sus manos sobre las caderas -me gustaría que ambos asistieran.

Aiden abre los ojos muy grande, nunca antes había asistido a una fiesta donde
Diana estuviera presente, a pesar de ser populares entre sus compañeros, no
asisten a muchas de las reuniones. Ade- más de grabar videos, prefieren
quedarse en casa y ver series de televisión o jugar videojuegos toda la noche
hasta terminar el día.

-Ah, bueno chicas muchas gracias por la invitación pero...

-Aceptamos -Aiden interrumpe a Ethan con una voz muy aguda, se limpia la
garganta -cuenten con nosotros -ahora si es su voz normal.

-Perfecto, no lleguen tarde por favor -Arely les entrega una in- vitación en
donde aparece la dirección y una fotografía de las tres.

Diana no aparta la mirada de Aiden al igual que él de ella. Es que ella es la


clase de chicas que admira la belleza en un hombre y no niega que el chico es
atractivo físicamente.

-Bueno, entonces nos vemos el fin -avisa Diana y con ese estilo femenino que
llevan las tres se marchan juntas.

Mientras Aiden muestra el rostro de chico tonto enamorado, Ethan no deja de


sospechar que es muy extraño que un día no sa- ben sobre su existencia en la
escuela y ahora los invitan a ambos a una fiesta.

-¿Te diste cuenta de cómo me miraba Diana? -pregunta Aiden. Ethan frunce el
ceño.

-Si, como un blanco para bromas.

-¿De qué hablas?

-Olvídalo, no creas que voy a ir.

Cierra su casillero y comienza a caminar por el pasillo directo al salón de


clases.

-¿Pero, por qué?

-Además de que no me gustan las fiestas, fue muy sospechoso que nos
invitaran de la nada.

Entra al salón de clases y se sienta sobre el pupitre de la tercera fila, Aiden se


sienta detrás de él. Está a punto de rogarle ir a dicha fiesta, pero la campana
anuncia el inicio de clases. La señora Tra- inor no pierde ni un solo segundo
así que comienza a escribir las actividades que se tendrán durante el
semestre.

Luego de varias clases, llega la hora del descanso. Todo el mun- do


acostumbra almorzar en la cafetería, pero Ethan y Aiden tienen su lugar
favorito que es en el jardín frontal de la escuela junto a una fuente en forma
de flor y con una torre en el centro que lanza agua alrededor. Ambos amigos
se apoyan sobre el enorme árbol que se encuentra muy cerca de la fuente,
Ethan lee una biografía sentado sobre el césped mientras Aiden intenta idear
algo que convenza a su amigo de ir juntos a la famosa fiesta.

-¿Vendrás conmigo? Te compraré un libro -dice Aiden acercán- dose a su


amigo mientras muerde una manzana.

-No gracias, no me gusta la literatura juvenil que lees.

-Tonto, te compraré el que desees.

Ethan no separa la vista de su biografía, no tiene una respuesta para sus


palabras, ama las biografía pero, no tiene ningún interés sobre asistir a esa
fiesta.

-¿Por qué me necesitas? Puedes ir tú solo.

-Sabes que no me siento cómodo si no estás tú.

Ethan cierra la biografía y lo mira. Aún no se siente seguro, pero sabe que
Aiden es capaz de ir solo y si le sucede algo, jamás se lo perdonaría. Lo único
que puede ofrecer es cuidarlo y cuidarse a sí mismo, no habrá riesgo si todo
el tiempo está alerta.

-¿Al menos una hora? -dice Aiden juntando ambas palmas de las manos.

Ethan resopla molesto.

-Está bien.

-¿En serio?

-Si.

Aiden se lanza contra su mejor amigo para darle un abrazo y ambos caen al
césped. Siente tanta emoción que grita de felicidad y eso llama la atención de
todos alrededor.

-Ya basta, harás que me arrepienta -Ethan se ríe. Se levantan.

-Esta tarde te llevaré a la librería -avisa Aiden bastante felíz por- que siente la
necesidad de tener a Diana muy cerca de él.
A unos cuantos metros en el campo de fútbol se encuentran Are- ly y Diana en
su práctica observando la escena de ambos chicos.

-Seguro no te vas arrepentir -Aiden frota el cabello de su mejor amigo.

-Esta vez me tendrás que comprar un clásico -dice Ethan sacu- diendo su ropa
llena de césped.

Las chicas hacen un gesto de ternura al ver comportamiento de

los amigos.

-De verdad son muy lindos -Diana no deja de mirar a Aiden -¿al- guien más
cree que el masculino (Aiden) es muy guapo?

-Por esa razón los invité -dice Arely peinando su cola de caballo con los dedos.

Lo que no saben ambos chicos es que ellas creen que son gay, una pareja de
novios homosexual.

-Necesitamos gays en la vida -menciona Dani.

Llega el fin de semana y ambos chicos se preparan para la fiesta. Aiden por
supuesto se viste con su mejor ropa, lleva un estilo juve- nil de jeans
ajustados, camiseta llena de íconos en forma de avión, calzado deportivo y
una chaqueta negra. Por otro lado, Ethan lleva pantalones ajustados color
crema, una camiseta azul y encima una camisa de cuadros roja, los converse
para él no pueden faltar.

Al ver la enorme casa de Arely se impresionan, casi se le puede llamar una


mansión por lo grande que es.

-No me imagino cómo será por dentro -dice Aiden inclinando la cabeza hacia
arriba.

Ambos llaman a la puerta.

-¿No vas a beber, o si? -pregunta Ethan.

-Por supuesto que si, de lo contrario no podré hablar con D...

Arely sale por la puerta recibiendo ambos chicos. Lleva puesto una pijama de
conejo rosa gigante.

-Hola bebés, pasen por favor.

Nerviosos entran lentamente. Por dentro la casa es aún mejor, hay escaleras
gigantes que los dirigen a la segunda planta, una sala

muy grande con una pantalla enorme, sillones y muchas cosas más que la
decoran.
-Bonita casa Arely -dice Ethan.

-Gracias.

Ethan se da cuenta de que hay karaoke.

-Oye, deberías probarlo y dejar helados a todos con tu voz -su- surra Ethan.

-Por supuesto que no -responde Aiden.

Diana se da cuenta de la presencia de ambos chicos desde el otro extremo


cuando entran a la sala, de inmediato se pone de pie y se acerca a Aiden de
una manera graciosa, como si estuviera bailando al ritmo de la música
presente.

-Hola, que bueno que vinieron -menciona Diana.

Ambos se miran mutuamente, aunque Aiden si está bastante ner- vioso, no


sabe que decir en el momento.

-¿Quieren beber algo? -pregunta ella aún bailando. Aiden asiente pero Ethan
rechaza de inmediato la idea.

-Sígueme.

Lo toma de la mano y juntos suben las escaleras de cristal hasta llegar a la


segunda planta. Ethan trata de seguir a su mejor amigo para asegurarse de
que todo esté bien, pero Arely se interpone en su camino sonriendo.

-Sígueme Ethan, vamos a platicar -Arely lo guía hasta el jardín trasero. Es


muy amplio y además tiene una piscina gigante en don- de muchos chicos se
están divirtiendo. Ethan toma asiento en una mesa de campo en donde se
encuentran la mayoría de las animado- ras, incluyendo la novia de Héctor.

-Chicas, él es Ethan.

-Yo te conozco, eres el hermano de mi Héctor ¿no?

-Hermanastro por desgracia.

-Ay, amiga, tienes suerte, él y sus dos amigos son tan guapos

-dice una de las animadoras.

-Yo salí una vez con su amigo y créeme, no es tan caballeroso

-dice otra.

Ethan se distrae un momento intentando buscar a Aiden pero no tiene éxito,


además se siente muy incómodo al estar con tantas chicas a su alrededor. A
pesar de que son muy lindas, no es la clase de chico que le encante escuchar
sobre temas femeninos.

-¿Qué opinas Ethan? -pregunta Brenda. Vuelve a la realidad.

-¿Perdón?

-¿Cómo van las cosas con Aiden?

-Ah, bien.

Todas hacen un gesto de ternura y es cuando Ethan comienza a sospechar a


qué rumbo ha tomado la conversación. Incluso lenta- mente se levanta de la
silla para intentar escapar de todas ellas.

-De verdad quiero un amor como el de ustedes -dice una chica.

Entonces entiende todo. Se echa a reír de inmediato pero las chi- cas no,
fruncen el ceño y otras arquean cejas confundidas. Ethan se detiene al ver
que nadie se está riendo con él.

-¿Es enserio? Aiden y yo solo somos mejores amigos -se levanta de la silla.

-Oh no -dice una chica.

-¿Siguen en el armario?

-¿Qué? ¿Cuál armario? -Ethan da un par de pasos hacia atrás. Arely se coloca
frente a él.

-Ethan, todos aquí los aman por quienes son. No deberían ocul- tarse, te lo
digo por experiencia, bienvenido al siglo veintiuno.

-No somos eso que piensan, no hay nada entre nosotros. Ahora me voy porque
de verdad me están incomodando.

Ethan entra directamente a la casa mientras las chicas se miran un poco


decepcionadas y no de ellas sino de la actitud de Ethan, de verdad piensan
que son una pareja real. Al chico no le importa lo que piensen de él, pero aún
así, fue un momento incómodo.

Por otro lado, Aiden se siente muy cómodo con Diana, ambos tienen un vaso
de bebida que ella misma se ocupó de servir. El chico no sabe con exactitud
que está bebiendo pero quiere causar buena impresión fingiendo que le gusta
el alcohol.

-¿Entonces intentaste entrar al equipo de fútbol americano? No puedo creerlo


-Diana se echa a reír.

-En serio, me encanta el fútbol, pero cuando el balón cayó a mis manos la
manada de gorilas me aplastó. Suerte que no me rompie- ron un hueso.
Poco a poco Aiden pierde los nervios, al menos por el momento, sigue sobrio
así que ese es un buen paso para él. Juntos en el sillón de la planta alta no
dejan de mirarse mutuamente.

-Me hubiera gustado ver eso.

Diana estaba presente ese día, pero quizá no recuerda nada, así es mejor.
Aiden bebe y hace un gesto de asco apretando los labios ya que todo el liquido
quema su esófago. Ella no para de mirarlo, comienza a sentir una pequeña
atracción hacia Aiden solo por el

simple hecho de que es un chico guapo, inclusive no la detiene el hecho de


que piense que es gay. Muchas damas admiten cuando un chico es
verdaderamente guapo aún cuando son gays.

-Oye, dime una cosa -Diana se coloca un mechón de cabello detrás de la oreja.

-¿Sobre qué?.

-Algo que nadie más conozca sobre ti.

Lo piensa por un segundo, existe un secreto que solo Ethan co- noce, pero no
está seguro si es el momento indicado para revelarlo porque no es algo tan
sencillo como para gritarlo al mundo.

-Bueno, es que hay algo pero, no sé si estés de acuerdo... Ella sonríe.

-Por dios, eso no, eso todo el mundo lo sabe.

-¿Qué? -Aiden pregunta confundido.

-Todo el mundo ya sabe que eres gay.

La sonrisa de Aiden se borra como por arte de magia, eso no era lo que estaba
a punto de decir. Ni siquiera es verdad.

-No es eso, es que no es verdad, yo...

-Por fin te encuentro -Ethan aparece y toma a Aiden para llevar- lo a casa -
vayámonos antes de que nos nominen como reinas del baile.

-Diana cree que soy gay -menciona mientras Ethan lo obliga a caminar
empujándolo por los hombros.

-Créeme, no es la única.

Aiden ya no sabe que hacer, puede que sea buena idea dejar la fiesta antes de
que algo malo suceda. De algo está seguro y es que

Diana es una chica interesante, a pesar de que no sabe mucho sobre ella,
puede que sea su tipo.
-Le gustan los tipos duros -Diana se encoje de hombros, la única razón por la
que piensan que son gay, es porque pasan demasiado tiempo juntos.
2

Nuevamente en la escuela, ambos chicos se encuentran en su lu- gar favorito.


Esta vez la fuente no está encendida así que se sientan sobre el extremo,
Aiden no deja de dar vueltas frente a él intentan- do pensar en algo para
aclarar las cosas sobre Diana y el resto de los chicos.

-No puedo creer que estés tan tranquilo leyendo cuando allá to- dos piensan
que estamos juntos como pareja.

-Ya te lo dije, y lo vuelvo a repetir. no me interesa lo que piensen de mí -pasa


la página.

Aiden toma asiento pero no para de pensar. Por un segundo pien- sa en darse
por vencido y hacer lo mismo que su mejor amigo. Hay otra idea loca que le
llega a la mente, es muy arriesgado pero sabe exactamente que es la única
forma de salir de éste lío.

Se levanta rápidamente y del arbusto más cercano arranca varias rosas,


incluso se pincha el dedo con una de las espinas que tienen las ramas, Ethan
frunce el ceño confundido al ver lo que está ha- ciendo.

-Oye, si te ve el prefecto, vas a estar en problemas.

-Solo son unas cuantas.

Aiden toma su mochila y la coloca sobre su espalda, comienza a caminar en


dirección al campo de fútbol.

-¿A dónde vas? -Ethan cierra su libro, coloca su mochila sobre la

espalda y corre detrás de Aiden.

-Voy a decirle a Diana lo que siento por ella.

Ethan no aguanta y se echa a reír, cree que es muy improbable que eso
suceda, es más fácil que una anaconda se trague a una vaca entera antes que
Aiden revele su amor a una chica que ni si quiera conoce bien. Aún así camina
detrás de él.

-Creí que ya no querías volver a ver a esas chicas en tu vida -Ai- den no para
de caminar.

-No me interesa, quiero ver cómo Diana te rechaza.

A un par de metros antes de llegar al campo, Aiden se da cuenta de que tiene


los cordones desatados, conociendo su mala suerte decide detenerse y
reparar el problema. Se inclina e intenta atarlos, pero con las rosas en la
mano no es tan fácil, y ya que no quiere arruinarlas dejándolas en el concreto,
le pide a Ethan que le ayude a sujetarlas mientras soluciona el problema.
-¿Podrías hacerme este pequeño favor? -pregunta Aiden aún in- clinado en
una rodilla.

Ethan solo se cruza de brazos y sonríe sin tomar esas rosas.

-¿Por qué debería hacerlo?

No pasa un minuto cuando a un par de metros el campo entero se llena de


gestos de ternura y aplausos por parte de las animadoras, incluso varios
chicos del fútbol lo hacen. Ambos se dan cuenta pero no comprenden por qué
lo hacen, hasta después de varios segundos entienden todo y la escena que
han creado, sucede que parecen dos chicos enamorados. Aiden se levanta
apresuradamen- te, ambos llevan el rostro del color de un tomate.

-Te odio -dice Ethan colocando las manos en su nuca.

-Tu no quisiste sostener las flores.

Ethan se marcha antes de que algo peor ocurra.

-Espera, no me dejes solo.

La habitación de Aiden, es el mejor sitio para pensar las cosas. Es de esa


clase de cuarto simple que cualquier chico adolescente tiene, está llena de
pósters de películas, videojuegos, libros, histo- rietas y muchas figuras de
acción pertenecientes a héroes de DC y Marvel. Esta vez Ethan es el que se
encuentra alterado caminando por toda la habitación. Aiden no dice nada,
solamente se encuentra jugando Resident Evil 7, parece muy tranquilo con la
situación que ambos viven.

-¿Sabías que el protagonista del juego tiene tu nombre? -pregun- ta Aiden sin
apartar los ojos del televisor.

Ethan ni si quiera responde, está muy desesperado.

-Creía que no te importaba lo que dijeran de ti.

-No me importa, pero esto se salió de control, incluso Héctor ha comenzado a


amenazarme con decirle a mamá.

Las notificaciones en ambos teléfonos de los chicos no paran de alertar que se


ha hecho viral una foto. Alguien entre las animadoras capturó el momento en
donde Aiden estaba inclinado entregándo- le las flores a Ethan, desde
entonces el número de seguidores en ambos aumentó en todas las redes
sociales, incluso en Youtube, sucede que los chicos en Internet aman a las
parejas gay.

-No creo que tenga nada de malo esto, nos aman Ethan.

-El problema es que piensan que estamos juntos -Ethan guarda su teléfono.
-¿Y? Somos mejores amigos, claro que estamos juntos.

-Pero ellos piensan que en una relación.

Aiden se encoje de hombros y vuelve a su juego, pero Ethan apaga el televisor


muy enojado.

-Oye, estaba a punto de ganar.

-Creo que la única manera de reparar esto, es que hagas un video aclarando
todo.

-No hay nada que aclarar, deja que piensen lo que quieran, con tal de que el
número de seguidores aumente, estoy tranquilo.

-¿Qué hay de Diana?

-Por favor, sé que puedo tener a Diana sin importar lo que digan los demás.

Ahora Ethan se siente aún más furioso, su respiración lo dice todo.

-Simplemente es un video -levanta ambos brazos -eso y pode- mos volver a


nuestra vida de antes, hacer como que esto nunca pasó.

Aiden se levanta y se tira sobre la cama apoyando su cabeza en ambas palmas


de la mano.

-¿Y si no quiero hacerlo? -pregunta Aiden.

Ethan resopla, toma su mochila y se la coloca en el hombro.

-Pues entonces, búscate un novio de verdad. Se marcha azotando la puerta.

Al día siguiente durante clase, Aiden pide permiso para ir al baño. No deja de
pensar en todo este lío, incluso ahora tiene más popularidad que antes y no
sabe si eso es bueno o malo. Cuando

termina de liberar su necesidad, lava sus manos con el agua fría y un poco de
jabón, pero entonces es cuando una melodía de piano se apodera de sus
oídos. Por un momento cree que es Ethan ya que él es un experto tocando el
instrumento, así que se concentra en llegar al salón musical que se encuentra
muy cerca de los baños. Es como cualquier otro aula, la única diferencia es
que hay miles de instrumentos por todas partes y un enorme piano al centro.
No hay señales del prefecto así que es una buena oportunidad. Lo úni- co que
quiere Aiden es disculparse y recuperar a su mejor amigo. Llega frente a la
puerta y observa por la ventanilla, lo único que alcanza ver es una cola de
caballo y un uniforme de animadora. No es Ethan pero cree saber de quien se
trata. Sigilosamente entra mientras admira la canción que está tocando, se
trata de “Give You Heart a Break” de Demi Lovato en su versión acústica. En
cuanto ella termina la canción, Aiden se encarga de aplaudir, no estaba en-
terado de que Diana tiene tan grandioso talento. Obviamente Diana se aterra
al verlo frente a ella en el mismo salón.

-¿Qué haces aquí? -Se levanta del asiento.

-Lo lamento, pasaba por aquí y creí que... Bueno, solamente es- taba cerca y
escuché lo bien que tocas.

-Gracias -sonríe un poco avergonzada y frota su brazo con la mano derecha.

-No sabía que tocabas piano.

-Bueno, es un talento oculto -Diana se encoje de hombros.

Se acerca a Aiden sin apartar los ojos de él, se supone que en cuestiones de la
vida, ella tendría que ser la chica nerviosa frente al chico guapo, pero en
realidad Aiden no puede mantener los ojos fijos en Diana, incluso siente que
el corazón le va a estallar.

-¿Estás nervioso?

-Bueno, un poco, no sé porque -dice con la voz agitada.

Diana se acerca aún más de lo normal, se siente bastante atraí- da hacia


Adien y lo extraño es que ella cree que es un chico gay bastante guapo y que
puede hacer lo que sea en cualquier instante porque a fin de cuentas cree que
no va a sentir nada.

Por el mismo pasillo fuera del salón, ahora Ethan es el que se di- rige al baño.
Ya que todo está muy silencioso, Ethan capta un soni- do extraño en el mismo
salón donde se encuentran su mejor amigo y Diana, se acerca a la puerta para
mira por la ventanilla y se da cuenta de que Aiden está besando a Diana. No
parece un beso sal- vaje, sino de esos donde se involucran sentimientos,
aunque ahora reconoce el sonido, se trata del trueno de ambos labios cuando
el beso se concreta. Después de todo se siente muy feliz con Aiden de que por
fin la besó, pero aún está molesto por el hecho de engañar a todo el mundo
con la supuesta relación.

En la hora del descanso, ambos chicos están en su lugar favorito pero ahora
que la fuente está encendida, se sientan sobre el césped ambos apoyados
sobre el árbol que está cerca. Aiden no deja de pensar en Diana, parece que
ese beso lo ha dejado sin palabras y por supuesto bastante enamorado, y
como siempre, se ha olvida- do del problema que tuvieron a causa de la
supuesta relación que existe entre ellos. Ethan solo continúa leyendo aunque
se siente un poco molesto con él por ser tan tonto y no darse cuenta de que le
debe una explicación muy grande de todo lo sucedido.

-¿Te puedo contar algo? -pregunta Aiden.

Ethan hace como si no lo escuchara. Aiden nota el gesto y de inmediato


recuerda dicho problema, sabe que tiene que disculparse y está dispuesto a
hacerlo.
-Escucha, lo lamento ¿si? De verdad quiero recuperarte -Aiden

se inclina -Ya no creo que sea necesario esto de que piensen que somos gay,
besé a...

-Diana Vargas, lo sé. Deberían encontrar otro escondite.

-¿Cómo lo sabes?

-Olvídalo -cierra su libro -estoy feliz por ti. Entonces ahora si puedes grabar el
video aclarando que somos los mejores amigos

¿verdad?

-Por supuesto que si, sabes que no quiero perderte.

Ethan siente un peso menos de sus hombros. Ambos hacen su saludo especial.
Pero lo que no sabe Aiden es que Diana solo se interesa en él porque piensa
que es gay, todos los aman por esta supuesta relación entre ambos amigos.

Esa misma noche, Aiden prepara todo el equipo para grabar di- cho video. En
esos cinco minutos aclara absolutamente todo, desde lo de la foto viral en
redes sociales hasta todo lo que se rumora so- bre ambos amigos. No dice
nada sobre Diana, por lo pronto quiere mantenerlo en secreto hasta que haya
algo más entre ambos.

Al llegar a la escuela en un nuevo día, Aiden se entera de que algo malo está
sucediendo. Todos los compañeros de la escuela crean rumores entre ellos al
verlo caminar por el pasillo e incluso muchos lo ignoran cuando él intenta
saludarlos. No entiende muy bien cuál es la razón. Aparece frente a su locker
pero, antes de po- der abrirlo Héctor aparece para cerrarlo rápidamente.

-Hola perdedor, cuanto lamento que tu video se haya vuelto de los peores en
todo Youtube.

Él y sus amigos se echan a reír mientras se marchan, nunca se enteró de la


noticia. Entra desde su teléfono a la plataforma y ob-

serva que el ochenta por ciento de los seguidores le ha dado “no me gusta” al
video, también está lleno de comentarios negativos. Los suscriptores
descendieron bastante y ahora Aiden está a punto de volverse loco. De
inmediato elimina el video, pero después de eso ya no sabe que hacer. Se
frota las sienes desesperado y se apo- ya en los lockers, de pronto parece que
la ansiedad se apodera de todo su cuerpo al igual que un dolor fatal en el
estómago, en ese instante resopla frustrado. Cuando se concentra, observa
que Dia- na está a un par de metros junto a sus amigas mirando a Aiden, él
intenta acercarse pero ella se niega por completo, la propia mirada de Diana
avisa que no de un paso más, no entiende el por qué. Un segundo después
Ethan aparece.

-Hola Aiden, de verdad eres el mejor amigo del mundo, ayer una chica
llamada Yazmín no paraba de pedirme que sea su mejor ami- ga. Le aclaré
que no era gay y que no le puede decir eso a un chico solo por ser gay, lo
único que quería era acercarse a Héctor. Hoy nadie me ha molestado con eso
-Ethan abre su locker y comienza a tomar los libros que utilizará el día de hoy.

-Ya eliminé el video -responde Aiden. Ethan abre los ojos muy grande.

-¿Por qué lo hiciste?

-Mis suscriptores se esfumaron, a nadie le gustó la idea -mencio- na Aiden


muy molesto.

-¿Y?

-Sabes que me encanta hacer videos, sin mis suscriptores no soy nada, no
sirvo de nada.

Ethan se cruza de brazos.

-¿Es por Diana?

-Deja de meter a Diana en los asuntos, ella también está molesta y ni si quiera
sé la razón -Aiden baja el tono de voz -seguro porque piensa que mentí.

-Abre los ojos Aiden, ella es la chica más hermosa de toda la escuela y es un
hecho que puede obtener algo mejor que tú.

Ethan azota la puerta de su locker y se marcha, Aiden sabe que las cosas van
de mal en peor y ahora tiene que elegir entre tres cosas: su canal de Youtube,
la chica que le atrae tanto y que por fin sabe que existe, o su mejor amigo de
toda la vida.

En un momento después de clases Aiden encuentra a Diana en el mismo sitio


donde estuvieron a solas por primera vez. Ella no se encuentra tocando el
piano, solo mira las teclas como si estuviera pensando en algo. Aiden saluda
pero ella ni si quiera le dirige la mirada.

-Vete, no quiero hablar contigo -menciona.

Se encuentra sentada sobre la silla del piano, está bastante mo- lesta y la
pregunta es ¿por qué?

-Oye, no sé que sucede, pero lo lamento.

-¿Lamentar qué? ¿Que no eres un chico gay?

-Yo nunca dije que si lo fuera ¿o si?

-Tampoco lo negaste.

-Yo no, yo trataba pero nadie nos dejaba dar una explicación.
-Da igual, yo te besé porque estaba segura de que no ibas a sentir nada,
además de que eres muy atractivo claro.

Diana toma su mochila e intenta marcharse mientras Aiden pien- sa

en

algo

rápidamente

pero

nada

le

llega

la

cabeza.

No

quiere

perderla tan rápido así que lo único que piensa es mentir.

-Oye...

Diana se detiene justo antes de salir por la puerta.

-Es que tengo miedo -dice Aiden mintiendo -tengo miedo de ser yo mismo y
que no me acepten, tu sabes, tuve que mentir con ese video porque Ethan y
yo queríamos mantenerlo en secreto.

-¿Entonces si eres...

-No me gusta esa etiqueta, si prefiero a los chicos -frunce los labios y desvía
los ojos.

Diana no se ve muy convencida, se cruza de brazos y lo mira fijamente


intentado descubrir si miente o no.

-¿Por qué debería creerte?

-Estoy diciendo la verdad -miente Aiden, aún así siente gotas de sudor
resbalar por su frente.

-No sé por qué no puedo creerte.

Diana decide marcharse sin decir otra palabra mientras Aiden se queda ahí
destrozado, piensa que eso fue todo y no queda de otra mas que rendirse.
Aunque no lo ha perdido todo, aún queda discul- parse con su mejor amigo e
intentar arreglar el asunto de su canal.

Después de clases, Aiden desvía su camino a casa de Ethan, pue- de que


Héctor lo haya llevado a casa porque no apareció dentro del autobús escolar.
No está seguro sobre cómo disculparse, pero sabe muy bien que con Ethan no
debe mentir, lo conoce bastante y es capaz de descubrir cuando Aiden miente.

Sube las escaleras del porche y llama a la puerta, es una de esas casa
sencillas de un solo piso pero muy elegante. La madre de

Ethan se encarga de recibirlo.

-Hola Aiden, pasa -dice ella con una falsa sonrisa.

A pesar de ser mejores amigos de toda la vida, la madre de Ethan no está tan
convencida de que su hijo pase tanto tiempo con Aiden. Hace un tiempo se
enteró que él tiene dos madres, cosa que Aiden estaba convencido de revelar
para Diana, pero no tuvo oportunidad en la fiesta.

La habitación de Ethan se encuentra al fondo de la casa, al con- trario de la


de Aiden, está es pequeña y acogedora. Solo es la cama, el armario, una
pantalla pequeña, videojuegos, una computadora y un librero con pocas
biografías y películas. Llama a la puerta, seguro Ethan no sabe que es él
porque solo pide que pasen.

-Hola -dice Aiden un poco avergonzado.

Ethan no responde, está sobre la cama terminando la biografía, en cuanto se


da cuenta de que es Aiden, cierra el libro y toma asien- to sobre la cama, no
muestra ninguna emoción en su rostro.

-No me digas, ahora eres novio de Diana -dice Ethan finalmente.

-No, no, Ethan, en serio vine a disculparme. Aiden cierra la puerta y toma
asiento a su lado.

-Fui un completo egoísta -esta vez las palabras de Aiden son sinceras -de
verdad quiero la popularidad, quiero ser famoso entre mis videos, quiero a
Diana como mi chica, pero si el precio es per- derte estoy dispuesto a
rechazar todo. Me importas y recuerda que seremos mejores amigos hasta
que seamos ancianos.

Ethan poco a poco esboza una sonrisa, es la primera vez que Aiden le dice
cosas tan lindas que dan ganas de vomitar caramelo. Está completamente
convencido de que su mejor amigo dice la verdad.

-¿Un abrazo? -pregunta Aiden.

-Sabes que no me gustan, pero tú eres la excepción.

Ambos se dan un abrazo, de esos donde incluso hay palmadas en la espalda.

-Me he quitado un gran peso de encima -dice Aiden cerrando los ojos.

-No sabía que hablabas cosas tan...

-Ni lo menciones, es lo que hago para no separarme de ti.

Aiden se deja caer sobre la cama mientras Ethan coloca su libro en el


escritorio junto a su computadora.

-Creo que lo que sigue es cerrar mi canal de Youtube -apoya su cabeza sobre
la palma de sus manos.

-¿Qué? ¿Pero por qué? -pregunta Ethan.

Aún recostado sobre la cama, Aiden cierra los ojos y respira hondo. No tiene
alternativa, ha perdido tantos seguidores que en cualquier momento el
número quedará en ceros. Ni siquiera ha vis- to los correos de las empresas
que colaboran con él por miedo a reclamaciones o cancelaciones de contrato.

-No lo hagas, debe de haber otra forma, explota tu creatividad.

-Sabes que aún así me van a odiar -no abre los ojos.

Aiden está más que decidido y se nota por la forma en que lo dice. Ethan no
sabe que decir, nunca imaginó a su amigo con una carrera universitaria sino
como aquellos youtubers que ganan pre- mios y tienen mucho dinero, incluso
haciendo una mala película o cantando en un enorme escenario canciones
originales.

Existe una alternativa, pero es el camino incorrecto, solo es en- gañar y


engañar a las personas detrás de la pantalla, aquellos que

disfrutan ver el contenido que Aiden sube. Pero ahora que se dis- culpó,
siente la necesidad de ayudarlo sin importar lo que suceda.

-Puedo ayudarte -dice Ethan.

Aiden se levanta de la cama muy rápido.

-¿Cómo lo harás?

-Dios, espero no arrepentirme de esto -susurra Ethan -hay que seguir el


estúpido juego.
Poco a poco la sonrisa de Aiden aparece.

-¿De verdad quieres que finjamos...

-Si, finjamos ser novios.

-Di que lo haces por mí -Aiden se levanta de la cama.

-¿Por qué otra razón lo haría? -Ethan se encoje de hombros.

-No lo sé. Fama, fortuna -Aiden frunce el ceño.

-Tú eres el que quiere todo eso.

Aiden sonríe muy grande, sus dientes blancos son casi como piezas de un
paquete de goma de mascar.

-Que bien me conoces -Aiden guiña el ojo.

Esa misma tarde preparan una gran idea para recuperar a todos esos
seguidores, planean hacer un video en vivo y directo aclaran- do las
situaciones que los youtubers famosos hacen. Los que son gay sobre todo,
incluso escriben un guión sobre lo que dirá cada uno. Practican un par de
horas porque será como un blog, pero en esta ocasión si se equivocan no
podrá haber edición.

Antes de que anochezca, Aiden publica en Twitter que hará un video en


directo por su canal de Youtube, ha perdido casi la mitad de sus seguidores
pero está seguro que el video será todo un éxito.

Coloca la cámara en un encuadre donde ambos se contemplan de la cintura


para arriba.

-¿Estás listo? -pregunta Aiden a Ethan.

-Pues, eso creo.

-Confío en ti.

Ethan se siente un poco culpable por mentir, pero si es la única forma de


ayudar a su mejor amigo, lo acepta.

-Aquí vamos.

Aiden comienza la transmisión en vivo, ambos están sentados sobre la cama


actuando naturalmente. Es un poco extraño porque los seguidores comienzan
a subir cada segundo. Ambos esperan un par de segundos para alcanzar un
gran número de espectadores, algunos ya están comentado en el cuadro de la
parte inferior, claro que se trata de cosas negativas.
-¿No pueden tener un poco de respeto? -pregunta Ethan.

Cuando el video completa los veinte mil espectadores, comienza el juego.


Primero Aiden miente sobre su sexualidad, cosas como que desde niño
siempre ha creído ser diferente y no en el sentido de que se equivocó de
cuerpo o que de noche se convierte en una dama sino que ama a los hombres
en lugar de las mujeres. También menciona que sigue siendo el mismo de
siempre, que ama el fút- bol y cosas que son distintivas para el sexo
masculino. Menciona cómo conoció a Ethan, aunque esa historia si es
verdadera, desde niños siempre han sido mejores amigos y nunca se han
separado. Hablando de él, está muy nervioso, cuando comienza a contar su
versión tartamudea demasiado, intenta decir las mismas palabras que Aiden,
algo sobre su familia, que fue difícil salir del armario y cosas como esa.

El número de espectadores casi rebasa los cien mil, algunos son nuevos, pero
los comentarios negativos aumentan cada vez más. Cosas como “mentirosos”
“son una mierda” y “no creemos nada”. La mayoría son compañeros de la
escuela que también están ob- servando el video en directo, entre ellos se
encuentra Diana junto a sus dos amigas que tampoco creen una sola palabra.

-Estamos diciendo la verdad -dice Aiden al leer varios comenta- rios


negativos.

En realidad, el cuadro de comentarios parece un chat entre los visitantes. Ya


que la mayoría son nuevos se preguntan el por qué no creerles y muchos
comentan que ambos son mentirosos. Alguien entre todos los comentarios,
destaca en manipular a los demás y se trata de Héctor, él menciona que es
hermanastro de Ethan y sabe exactamente que no es gay. Es increíble pero el
video aumenta al medio millón de espectadores.

-¿Me darán placa por esto? -susurra Aiden. Ethan niega.

-Bien, entonces se acabó, nadie nos cree -continúa susurrando.

Ethan intenta decir otra clase de discurso, algo como que no que- rían revelar
su amor por miedo a que no lo aceptaran. Se escucha un poco convincente
pero aún así la mayoría de los espectadores continúa con los insultos.

-Bueno, creo que es hora de terminar con esto -dice Aiden.

Se nota bastante desanimado, piensa que este es el fin de su canal y de todo


lo que tiene que ver con videos. A pesar de todo, Ethan aún piensa en una
salida, pero no sabe si es lo correcto. Puede que funcione, de lo contrario,
será el final de todo el show.

-¿De verdad piensan que no somos gay? -menciona Ethan.

En los comentarios piden pruebas. Es lo que necesita Ethan.

-Bien -Ethan levanta los pulgares.


Es entonces cuando Ethan toma posición girando a su derecha para mirar a
Aiden, incluso él frunce el ceño confundido sin saber que es lo que va a hacer.
Ethan lo toma por los hombros obligándo- lo a girarse y quedar frente a
frente. Espera alguna señal de acepta- ción acercándose poco a poco, pero
Aiden solo tiene los ojos muy abiertos, eso es aceptable así que sin importar lo
que suceda, juntan sus labios por primera vez.

Detrás de la pantalla nadie puede creerlo, pero después de ver la reacción de


ambos disfrutando de tal beso, celebran aplaudiendo y gritando de emoción.
Diana y ambas amigas están muy emocio- nadas mientras Héctor está
maldiciendo por toda su habitación. Esta vez, las visitas aumentaron al millón
y los comentarios han cambiado completamente, incluso algunos dicen que de
una vez se desnuden y tengan algo más que el mismo beso.

Cuando ambos amigos se quedan sin aliento se separan y se mi- ran entre sí.

-Eres el mejor Ethan -susurra Aiden y al mismo tiempo le guiña el ojo.

Tal vez el beso no significó nada para Aiden porque lo tomó como parte del
juego, sin embargo, para Ethan fue una experiencia confusa. Es la primera
vez que besa los labios de un hombre y no de cualquiera sino de su mejor
amigo, por alguna extraña razón el beso fue de su agrado. Frota sus labios
sonriendo.

-Mira todos esos comentarios, Ethan de verdad nos aman.

No dice una palabra más, finge estar muy feliz con la situación cuando no es
así.
3

Durante la hora libre de clases, ambos amigos se reúnen en su lugar favorito


de todo el campus. Pero en esta ocasión Ethan está sentado en el césped
apoyando su espalda sobre el árbol mientras Aiden está recostado sobre sus
piernas que están extendidas. Cada persona que camina frente a ellos hace un
gesto de ternura al verlos juntos como una pareja de verdad.

-Esto es un poco incómodo -dice Ethan.

-Acaricia mi cabello, lo hará más real.

Ethan un poco asustado intenta hacerlo pero no está seguro y ya que Aiden no
es nada paciente toma su mano colocándola en su ca- bello, ahora Ethan la
mueve de manera que frota su cabello como si fuera un cariño real. Incluso
Ethan se lo cree porque Aiden no para de mirarlo sin borrar esa sonrisa en su
rostro.

-¿Se siente bien? -pregunta Ethan.

-Créeme, lo haces mejor que mi madre -Aiden cierra los ojos. Así pasan unos
segundos y Aiden mueve su cabeza hacia arri-

ba para ver quienes lo observan, entre los presentes se encuentra Diana con
sus amigas. su reacción es la de cualquier otra chica mirando una pareja de
enamorados, quiere sorprenderla así que se levanta muy rápido colocándose
frente a Ethan.

-Creo que es la hora de un beso.

-¿Ahora? Ni si quiera a mis novias las besaba en público.

Ethan no se da la idea de que Diana está cerca y que ella es la razón por la
cual Aiden quiere besarlo, cree que es solo por placer de su mejor amigo.

-Bien -dice Ethan un poco nervioso.

Ambos juntan sus labios en un profundo y delicado beso. Mien- tras Ethan lo
disfruta, Aiden aprovecha el momento para desviar los ojos hacia las chicas
que por supuesto, están bastante contentas. Aunque Diana sonríe forzado,
como si le doliera verlos juntos. Se separan después de un suspiro, Ethan
tiene los ojos cerrados aún e inclina la mirada hacia arriba satisfecho con ese
beso mientras Aiden no para de mirar la reacción de Diana.

-Eso fue, genial -dice Ethan pero Aiden no lo alcanza a escuchar porque
observa que Diana se dirige sola al edificio mientras sus amigas van a otra
parte.

-Oye, creo que olvidé algo -Aiden se levanta rápidamente to- mando su
mochila y nervioso también -¿te veo después?
-Si claro, pero, ¿no quieres que te haga compañía, a donde quie- ra que
vayas?

-No, no te preocupes, estaré bien, muy bien.

Aiden corre hacia el edificio, siempre se preguntó si volvería a encontrar a


Diana sola para poder hablar y es la oportunidad per- fecta para él. Cuando
entra intenta encontrarla, pasillo por pasillo, incluso en el salón de música,
hasta que lo logra. Se encuentra en uno de los pasillos observando la pizarra
de actividades. Aiden respira hondo y sale de la pared de la esquina para
acercarse junto a ella, nota que está mirando el cartel de una convocatoria
para un show de talentos.

-Vaya ¿te vas a inscribir? -menciona Aiden rompiendo el silen- cio.

Ella lo mira y sonríe, agacha la mirada y se coloca un mechón de cabello


detrás de su oreja.

-No lo creo, a nadie le interesa si toco el piano -Diana se encoje de hombros.

Tiene un poco de razón, en esta escuela solo importa el fútbol, las


animadoras, fiestas y youtubers gay como Aiden.

-Te he escuchado, eres genial, igual que mi mejor... mi novio

-dice Aiden apretando sus labios, casi comete un error.

-Me falta mucha práctica, además no tengo tiempo. Aiden asiente sin dejar de
mirarla.

-¿Si me inscribo, irás a verme? -pregunta Aiden un poco aver- gonzado.

-¿Tú? pero...

Arely llega en un momento inesperado para distraer la hermosa experiencia,


incluso viene acompañada de un chico.

-Mira a quién encontré vagando por el jardín -menciona ella misma mostrando
al chico.

-¡Oh por dios Isaac! -exclama Diana lanzándose a darle un fuer- te abrazo.

Por un segundo a Aiden le da la idea de que puede tratarse de un familiar de


Diana. Pero no tiene parecido alguno, el tono de piel de ambos confirma que
no es así.

-¿Qué haces por aquí? -pregunta Diana aún emocionada.

-Vine a la ciudad para visitar a mi familia y decidí verte.


-Que buen gesto de tu parte -dice Arely.

Ambos no dejan de mirarse, es como si hubiera una fuerte cone-

xión entre Diana e Isaac, se sonríen mutuamente.

-Por cierto, él es Aiden -meciona Diana sin quitarle la mirada de encima -


Aiden, él es Isaac.

-Es un placer -menciona Aiden extendiendo su mano hacia el chico pero este
lo ignora completamente. Solo le dice “hola” mi- rándolo por un segundo y
después regresa su mirada hacia Diana.

Aiden no sabe como actuar con la situación, intenta pensar en algo para que
el momento no sea tan incómodo pero tiene la mente en blanco. Arely no para
de sonreír al ver tal conexión.

-Soy el youtuber famoso ¿me has visto?

Nuevamente solo lo mira un segundo con un rostro lleno de se- riedad


mencionando “felicidades” y nuevamente su mirada es para Diana. Comienza
a ser desagradable para Aiden.

-Diana, ¿podemos hablar un momento? A solas - pregunta Isaac después de un


par de miradas.

-Claro, vayamos afuera.

Ambos ni si quiera se despiden de Aiden o Arely, solamente si- guen su


camino hasta salir del edificio.

-La tensión sexual de ellos dos es más fuerte de lo normal -dice Arely mientras
coloca ambas manos en su cadera.

-Ya me di cuenta -menciona Aiden muy molesto.

Ella nota molestia del chico y lo peor no acaba porque Héctor se acerca y se
coloca detrás de ambos chicos.

-¿Qué aroma estás usando? ¿Celos hasta la muerte? -menciona en forma de


burla para Aiden.

Pone los ojos en blanco y a la vez se marcha muy molesto mien- tras Héctor
no para de reír. Ahora Arely tiene una ligera

sospecha

con la reacción de Aiden, pero antes tiene que confirmar si lo que piensa es
verdad. Aún con lo sucedido, Aiden decide inscribirse al show de talentos, no
tiene nada que perder intentándolo.
-¿En serio cantarás? -pregunta Ethan mientras ambos juegan Mortal Kombat
en la consola de la habitación de Aiden.

-Por supuesto que si -responde Aiden confiado.

Una vez durante el jardín de niños, Aiden obtuvo el rol de Pe- ter Pan en una
pequeña obra infantil para los padres. La primera impresión de todos, fue que
en un par de días ya había memori- zado todas las canciones, su voz fue
afinada pero aún necesitaba educación. Su madre decidió meterlo a clases de
canto y al paso de los años, su voz ya era una de las mejores en clase. Un día,
se enteraron de una competencia de canto en la ciudad, era de ese tipo de
shows donde se formaron One Direction y Fifth Harmony. Aiden estaba muy
tranquilo durante la fila y cuando por fin estuvo frente a los jueces, se congeló
por completo, intentó cantar pero sus cuerdas vocales no respondían, un
segundo después el techo era lo único que podía ver. Desde entonces, nunca
volvió a cantar en público.

-¿Recuerdas que sucedió...

-Ethan, no tienes que recordarmelo. Aiden gana la partida y hace un fatality.

-Eso fue hace mucho -ambos despegan los ojos de la pantalla

-no quiero recordarlo como un fracaso sino como una simple caída de la que
podré levantarme en este show.

La mirada de Ethan brilla con esas palabras, nunca había escu- chado a su
mejor amigo hablar de esa manera.

-Vaya, solo espero que de verdad lo hagas por ti y no por otra persona.

Aiden abre los ojos muy grande pero al mismo tiempo sonríe.

-Por supuesto que lo hago por mí -dice Aiden mintiendo.

El único objetivo que tiene por el momento es acercarse un poco más a Diana
y apartar a Isaac de ella. Hay un cincuenta por ciento de posibilidad de que su
voz sea el complemento perfecto para que ella lo note aún más y el otro
cincuenta es que no le guste y además se aleje para siempre. Un segundo
después a Aiden se le ocurre la mejor escusa de todas.

-Por eso quiero que estés ahí, si estás presente, hay muchas po- sibilidades de
que no sufra un ataque al corazón -Aiden se levanta de la cama dejando el
mando a un lado.

-¿En serio?

Con cada palabra que dice Aiden, Ethan se confunde más y más. Después del
beso, todos esos cariños y necesidades lo confunden porque ya no sabe si de
su parte es real o sigue fingiendo. Aiden es tan tonto que ni si quiera se da
cuenta porque él quiere hacer de todo para acercarse a Diana, de otra
manera ni si quiera hubiera besado a su mejor amigo.

-Si, incluso necesito que practiquemos -toma el iPad de su escri- torio y se la


entrega a Ethan.

-¿Qué canción quieres?

Aiden lo piensa un segundo mientras Ethan abre la aplicación de un piano


digital. Tiene que averiguar cuál es la canción favorita de Diana si quiere
impresionarla en dicha presentación.

-Por lo pronto, puede ser “I’m Not The Only One” de Sam Smi- th.

Ethan asiente y comienza la melodía desde el iPad, Aiden está bastante


impresionado que desde un aparto electrónico su mejor amigo pueda tocar
excelente la canción. Comienza el primer verso, después el coro y ambos se
detienen.

-Muy bien, suenas bien Aiden.

-¿Tú crees? No quiero decepcionar a nadie.

-No lo harás, esto tenlo por seguro -Ethan deja el iPad a un lado y no aparta la
mirada de Aiden.

-Prométeme que estarás ahí para mí.

-Lo prometo.

Aiden se inclina un poco y se acerca a Ethan, confundido sigue el juego


pensando que lo besará, pero Aiden solo le da uno rápido en la mejilla y al
mismo tiempo toma una fotografía para Insta- gram. Es solo un truco que
usan muchas personas para conseguir muchos “me gusta” y comentarios a la
vez.

-Perfecto, deben ver que nuestra relación está muy bien.

Ethan ahora se siente un poco nervioso, pero a la vez se le ocurre algo que
puede que ayude a descubrir si en verdad Aiden siente algo por él o solo se
trata del juego de fingir ser gay.

-Que tal si -hace una pausa mientras Aiden lo observa -si me dedicas la
canción que vas a interpretar.

Aiden frunce los labios pensativo.

-Puede que sea una buena idea, pero aún no sé que voy a cantar. Cantaría tu
canción favorita pero “Back To December” de Taylor Swift no entra en mi
registro vocal y no hay tiempo para modifi- carla.

Ethan asiente un poco confundido.


-No te preocupes, encontraré la canción perfecta para tu dedica- ción -Aiden
le guiña un ojo ¿es una buena señal? -debería twittear- lo -se concentra en su
teléfono mientras Ethan se ríe.

Ya que la química entre Isaac y Diana crece más y más en los días restantes
antes de la competencia. Aiden aprovecha el tiem- po para practicar y
practicar hasta que las cosas salgan perfectas, incluso ha descubierto que la
canción favorita de Diana es “She Will Be Loved” de Maroon Five y es la que
interpretará el día del show. Incluso Ethan intenta acercarse a Aiden pero
siempre hay un pretexto para irse, no menciona nada acerca de eso ya que
puede descubrir que lo hace por Diana y no por sí mismo o por él.

Un día antes de la competencia, Ethan sale de clases en busca de su mejor


amigo, pero nuevamente no hay señales de él por ninguna parte. Aiden es
capaz de faltar a clase para seguir con su práctica. Observa que Arely está en
su casillero y decide ir con ella solo para preguntar si ha visto a su amigo.

-Hola Arely.

-Ethan, que bueno que te veo -menciona ella mientras ordena las cosas de su
casillero -esta tarde quiero ir por algo de ropa, la que tengo se está
rompiendo así que tú puedes darme tu opinión de moda ya que Diana está
bastante ocupada.

-¿Ocupada? -pregunta Ethan un poco confundido. es que su me- jor amigo


está desaparecido y ella también, la furia invade su cuer- po entero al pensar
que ambos pasan tiempo juntos ocultándose.

-Si, es que su ex novio está en la ciudad y, no creo que te interese saber lo


que hacen...

Siente que un enorme peso se ha derrumbado de encima, aunque eso no


confirma lo que hace Aiden, lo oculta tan perfectamente que

Ethan no se da una idea de lo que trama.

-¿Entonces, aceptas?

Ya que Ethan no tiene nada que hacer, asiente, después de todo Arely le
agrada.

Cuando el día de la competencia llega, Aiden siente una confian- za muy


grande en sí mismo. Practicó tanto que incluso puede can- tar la misma
canción en diferentes idiomas sin desafinar u olvidar la letra. Durante clases,
se coloca audífonos para escuchar cada de- talle y no olvidar nada. <<Adam
Levine es un gran cantante, pero esta tarde, alguien será mejor>> piensa
Aiden mientras la señora Trainor explica lo que son los polígonos en
geometría.

Por otro lado, Ethan está sentado sobre la fuente en el lugar fa- vorito de
ambos. Esta vez la fuente no está encendida así que se concentra en leer los
comentarios del tweet de Aiden en donde dice que la canción interpretada por
él, será para el amor de su vida. Muchos de los comentarios son “¿Sabes
cantar?” otros “Que ro- mántico”. Todo el momento transcurre con
tranquilidad hasta que escucha que una bicicleta se estrella contra un
contenedor de ba- sura cerca de él. Se trata de una chica que seguro perdió el
control. Ethan corre para ayudarla, no fue grave pero, quiere saber si se
encuentra bien.

-¿Te lastimaste? -Ethan se inclina para ayudarla.

-No, que tonta soy, no miré...

Extiende sus manos hacia la chica para ayudarla a levantarse.

-¿Estás bien?

-Si, gracias por ayudarme.

Sus ojos encuentran a una chica linda, lleva el cabello muy riza-

do, ojos color miel y una sonrisa muy grande. Ethan no entiende por qué la
sonrisa si hace un segundo estaba en el suelo.

-No te había visto antes -menciona Ethan.

-Seguro porque soy de primer año.

-Oh, entiendo.

Ethan levanta la bicicleta y se la entrega.

-Muchas gracias, soy Maggie por cierto.

-Ethan.

-Lo sé, te he visto tocando el piano en clase de música y lo haces genial, eres
un experto -Maggie sonríe tímidamente.

-Gracias.

-Dime que estarás en el show de talentos.

-No, no creo que a nadie le interese verme, es que muchos ahora prefieren la
música sin instrumentos. Mi novio Aiden es el que se presentará, él sabe
cantar muy bien.

Ella asiente y mira detrás de Ethan con el ceño fruncido.

-Hablando de tu novio ¿qué está haciendo?

Ethan se da media vuelta y observa que Aiden está a un par de metros


desesperado entregando volantes a todos los estudiantes que se encuentran
fuera del edificio.

-¿Me disculpas un segundo? -pregunta Ethan.

-Claro -menciona ella sin dejar de mirar a Aiden.

Camina directo a donde se encuentra su mejor amigo, antes de llegar cerca


de él, levanta uno de los volantes que está sobre el sue- lo. Dice que asistan al
show de talentos para ver el grandioso nú- mero musical que interpretará.
Lleva una fotografía de él un

poco

provocativa sujetando un micrófono.

-¿Qué dices? -pregunta Aiden colocándose frente a él.

-¿Darás un show de canto? O eres un stripper...

-Ya sabes que el sexo vende. Hablando de eso -mira detrás de Ethan a una
chica esperando por él -¿quién es la chica con la que hablas? Es muy linda -
Aiden parece más emocionado que Ethan.

-Es Maggie...

-¿Ya la invitaste a salir? -Aiden sonríe feliz al ver que su amigo está hablando
con un chica linda.

-Claro que no.

Aiden se encoje de hombros.

-Por cierto Ethan, de verdad espero que asistas. Recuerda que pierdo mis
nervios cuando tú estas cerca, de lo contrario no podré cantar.

-Claro que ahí estaré.

Aiden observa que Diana se aproxima, aún continúa en com- pañía de Isaac
así que aprovecha el momento y se adelanta para colocarse frente a ellos e
impedirles el paso.

-Hola Diana ¿te enteraste que me inscribí al show de talentos?

Espero que asistas -le entrega un volante.

-¿Tú cantas? -pregunta confundida.

-Si.

Isaac observa el volante.


-¿Hay un show de talentos hoy? -pregunta él mismo.

-Si -responde Aiden -seré el último así que voy a cerrar con bro- che de oro.

-¿Por qué nadie me dijo? ¿crees que pueda inscribirme? -pre- gunta Isaac, él
ni si quiera es parte de la escuela.

-Claro que si, sígueme, una de las animadoras se encarga de ello, le puedo
decir que te inscriba.

Diana lo toma de la mano para entrar juntos al edificio mientras Aiden siente
que la sangre le hierve por dentro. No solo por el he- cho de que están
tomados de la mano sino porque Isaac ahora será parte del show, no puede
lidiar con

eso.

-¿Él es el exnovio de Diana? -pregunta Ethan un poco confun- dido.

-Si.

Ethan ahoga una risa.

-Para serte sincero, creo que tú estás mil veces mejor que ese chico.

-¿Crees que también cante? ¿Puede que sea mejor que yo? -Ai- den pregunta
muy asustado.

-No, claro que no.

Ethan intenta no reír porque sabe que Aiden puede golpearlo en cualquier
momento. Le parece gracioso que Diana prefiera a un chico nada atractivo
que a Aiden, incluso piensa que es mejor porque el campo está libre para él.
Un segundo después Maggie se acerca donde se encuentran ambos.

-Hola.

Aiden sonríe muy grande al ver a la chica junto a Ethan.

-¡Hola Nancy!

-Es Maggie -Ethan lo corrige.

-Maggie. Es bueno conocerte, Ethan me habló de muchas cuali-

dades tuyas.

Ethan le lanza una mirada asesina, solamente conoce su nombre y Aiden se


atreve a mencionar algo como eso.
-Bueno, creo que los dejaré solos. Tengo que prepararme para el show,
ustedes saben, vocalización,

relajación.

Aiden se marcha.

-Tú novio es algo extraño -dice Maggie.

-Lo sé.

Se hace un silencio incómodo para ambos, pero Ethan recuerda lo que dijo
Aiden sobre invitarla a salir. Por un segundo piensa que es una buena idea,
así dejará de pensar en aquel beso entre ellos, puede que sea su amor
secreto. Al recordar que le gusta la forma como toca el piano, su mente llega
a un acuerdo.

-Oye, quieres ir un momento al salón de música -ella lo mira sonriendo y a la


vez frunce los ojos -claro después de clases.

-Si, me encantaría.

Maggie se coloca un mechón de cabello detrás de la oreja mien- tras Ethan


siente un cosquilleo en su estómago lo que es buena señal para él después.

Llega la hora del show y todos los participantes se preparan en los camerinos
detrás del auditorio, son pequeñas habitaciones con un armario y un enorme
espejo. Aiden hace un poco de ejercicio antes de salir al escenario, lleva
puesto una camisa de botones azul marino y un pantalón negro. Se mira al
espejo e intenta ser positi- vo con toda esta situación porque Isaac está
presente en el mismo sitio, parece que hará una imitación.

-Cinco minutos chicos -dice una chica asomándose por la puerta.

Todos comienzan a salir uno por uno del camerino, incluso pue- den bajar al
público para disfrutar del show. No es un auditorio enorme como los de otras
preparatorias. Así que desde el escena- rio, se puede distinguir quienes están
presentes.

Al mismo tiempo, Ethan y Maggie se encuentran en el aula mu- sical del


edificio, es el mismo sitio donde Aiden y Diana se besa- ron. Ambos sobre la
silla junto al piano charlan un poco mientras Ethan toca algunas teclas.

-¿Entonces el capitán del equipo de fútbol es tu hermano? -pre- gunta Maggie


mientras apoya su brazo sobre el piano.

-Hermanastro en realidad.

-¿Y es bueno?

-Ja, claro, creo que Cruella de Vil es buena si los comparamos. Ethan se
reacomoda sobre el asiento del piano y comienza a to-

car una melodía que Maggie reconoce de inmediato, se trata de “Everytime”


de Britney Spears, incluso ella intenta cantar y no lo hace nada mal. Ethan la
mira mientras interpreta tal canción.

-Eso fue hermoso -menciona Ethan después de terminar.

-¿Tú crees? -Maggie frunce los ojos y se muerde el labio.

-Si bueno, si controlas tu voz, sonará mil veces mejor.

Ambos se miran entre sí, esta vez no es un silencio incómodo sino una
admiración entre ellos. Ethan cree que funciona porque ahora son más que
mariposas en el estómago. En un momento Ma- ggie agacha la mirada un
poco avergonzada, se frota el brazo.

-Lo siento, es que estoy un poco nerviosa.

Ethan sonríe al escuchar esa palabra, es común entre las mu-

jeres estar nerviosas cuando se crea una atracción hacia el chico o


simplemente cree que es muy guapo. Maggie tiene las mejillas ruborizadas.

-¿Nerviosa por qué?

No fue la mejor pregunta y Ethan lo nota porque ella no sabe que decir, ahora
tiene que encontrar la forma de cambiar el tema sin que suene incomodo para
ella.

-¿Quieres aprender a tocar? Puedo enseñarte. Toca una melodía improvisada.

-Claro, me encantaría -aún está ruborizada.

Ethan respira hondo y comienza a explicarle cosas básicas sobre el piano.


Cosas comunes para alguien que nunca en su vida ha to- cado piano, por
ejemplo, sobre las octavas, las notas de cada tecla. Maggie se concentra en
recordar cada palabra de Ethan.

Mientras tanto en el auditorio, la mayoría de los contrincantes han dado su


espectáculo, no es nada importante porque muchos resisten el no dormir
durante el show. Ahora Aiden se encuentra en el público junto a Diana
observando un monólogo que Isaac está improvisando, cada palabra que dice
suena muy dramática, así como si estuviera en una verdadera obra de teatro,
solo le hace falta un vestuario y listo, la presentación sería más que perfecta.
Aiden se da cuenta de que Diana no para de mirarlo, es como si de verdad ella
estuviera enamorada de él, lo que no sabe es que ella solo lo admira. Falta
poco para que sea su turno y Ethan no aparece por ningún lado, sin su mejor
amigo, siente que no podrá tener la confianza suficiente para cantar frente a
todos.
-¿Es increíble, no crees? -dice Diana sin apartar los ojos de Isaac.

-Si, si -responde Aiden un poco celoso -sobre todo por esos ta-

tuajes, esos ojos verdes y esos piercings.

-Eso no es todo, hablo de lo bueno que es, no le da miedo mos- trar su talento.

A la derecha de Diana, se encuentra Arely mencionando las mis- mas palabras


que Isaac, parece que el monólogo sobre la juventud de ahora es muy popular
entre la generación.

Cuando Isaac termina de dialogar, hace una reverencia y todos en el público


le aplauden fuertemente. Ha ganado popularidad con tan solo una sola
presentación porque ha sido el único en conseguir los gritos de todas las
personas que se encuentran en el sitio.

-Gracias -dice Isaac.

Baja del escenario y se reúne con Diana nuevamente, sus mira- das no se
detienen, es cuando Aiden se decide de una vez por todas aprovechar el
momento, incluso sin la presencia de Ethan. Sube al escenario y toma el
micrófono, acto seguido se limpia la garganta.

-Hola todos.

El público guarda silencio al ver a Aiden sobre el escenario, in- cluso muchos
dudan de que en verdad tenga una voz impresionan- te.

-Yo sé que muchos de ustedes no sabían que me apasiona can- tar, no soy
profesional pero -hace una pausa -esto es lo que puedo ofrecerles.

Aiden levanta el pulgar para avisar que está listo. Es entonces cuando la
canción comienza a sonar por todo el auditorio, se trata de la misma que ha
estado practicando durante los días anteriores.

-Por Dios, mi canción favorita -dice Diana ahora fijando su mi- rada hacia
Aiden.

Isaac hace un gesto de desagrado hacia Aiden, incluso se cruza

de brazos reflejando su molestia.

Mientras la voz emana de sus labios, no puede evitar apartar los ojos de
Diana, no importa si lo está haciendo bien o mal, sabe perfectamente que esta
canción es solo para ella.

-Canta bastante bien -dice Dani, la chica transexual con el resto de las
animadoras.

En cuanto a Ethan, ha perdido la noción del tiempo y continúa con Maggie,


esta vez ella se encarga de tocar el piano. Se equivoca en unas cuantas notas
pero, vaya que ha aprendido muy rápido, suena bien para alguien que
comienza.

-Muy bien, ni si quiera Aiden podría hacerlo tan bien como tú

-Ethan aplaude.

-Gracias, pero en serio me falta mucho para ser tan buena como tú, necesito
practicar más.

Esta vez Ethan se ruboriza, Maggie no se detiene en observarlo y resopla un


poco nerviosa.

-Escucha, tengo que confesarte algo -Maggie gira a la derecha para poder
observa a Ethan mejor -la causa de mi caída sobre la bicicleta, es porque en
realidad te estaba mirando, fuiste una dis- tracción para mí -mueve las manos
un poco nerviosa.

-¿En serio?

-Si, ya me había fijado en ti desde que entré y no solo eres muy guapo sino
que he descubierto que eres una gran persona.

Ethan se frota la nuca un poco nervioso, no sabe que decir ahora.

-Tú también eres genial Maggie.

Sus ojos se encuentran en un momento muy especial, ninguno de los dos dice
algo, pero Maggie se acerca lentamente y Ethan

hace lo mismo. Un beso es suficiente para saber si de verdad Ethan siente lo


que cree, faltan unos cuantos milímetros para que sus labios se toquen pero,
la voz de Aiden aparece gracias a el silencio de todo el edificio, Ethan abre los
ojos muy grande recordando dicha promesa, se aparta antes de que sus labios
puedan juntarse.

-Oh no, la presentación de Aiden.

-¿Qué? -Maggie se queda un poco avergonzada.

Ethan se levanta rápidamente, toma su mochila y corre hacia el auditorio


dejando sola a Maggie. Se siente algo culpable, pero no quiere romper la
promesa que le hizo su mejor amigo, sobre todo porque la canción que Aiden
está interpretando es una de sus favo- ritas también. En cuanto cruza la
puerta del auditorio, la mirada de Aiden se desvía a la de su mejor amigo,
Ethan levanta los pulgares mientras Aiden solo sonríe. Durante la estrofa el
coro, Aiden no para de mirarlo y eso hace que Ethan sienta algo aún más
grande de lo que sintió estando con Maggie. Le guiña el ojo a su mejor amigo
y después su mirada vuelve a desviarse para otra persona. Por el rostro que
lleva durante esa estrofa, Ethan reconoce de quién se puede tratar y cuando
sigue la dirección de sus ojos, se encuentra con Diana. De inmediato siente un
hueco en el corazón, sabe que de verdad la quiere, pero por un segundo
pensó que la canción era para él. Arely también se da cuenta de todas esas
miradas entre ellos, ahora está más confundida de la situación entre ellos.

Muy decepcionado de su mejor amigo, Ethan decide marcharse antes de que


la canción se termine. Siente tristeza y enojo a la vez, así como si tuviera que
golpear algo para destrozar todo el odio que se acumula en su cuerpo.

Cuando Aiden termina, todo el público aplaude aún más fuerte que la
presentación de Isaac. Esta vez, se siente contento porque no solo lo aman
por ser un youtuber gay falso, sino por su talento.

Incluso Diana grita su nombre mientras Isaac se muere de celos.

Al final, Aiden queda en primer lugar como todo un ganador. Le entregan un


pequeño trofeo dorado con una estrella en lo alto. Mientras el público se
marcha intenta buscar a Ethan, pero no lo encuentra por ninguna parte.
Solamente Diana se acerca a él, esta vez ya no se siente tan nervioso pero aún
admira esos ojo grises que con el corazón desea.

-Cantaste muy bien, me gustó mucho tu presentación -Dice Dia- na


tímidamente.

-Gracias, creo que influiste un poco.

-¿Pero y tu novio?

-También, es que no sé...

Aiden intenta inventar una excusa pero por suerte Dani llama a Diana, no
sabe la razón pero es seguro que son cosas de chicas.

-Bueno, te veré después ¿Si? -menciona Diana.

Da media vuelta y se marcha con sus amigas, Aiden se siente triunfador, pero
necesita de Ethan. Cruza la puerta para salir al exterior y continuar con su
búsqueda, por un momento cree que se encuentra en el lugar favorito de
ambos pero, lo encuentra frente a su locker.

-¡Ethan!

Tiene su frente apoyada con el locker, así como si estuviera pen- sando todo
lo que ha sucedido el día de hoy. Cuando escucha la voz de su amigo, se
aparta e intenta marcharse, obviamente Aiden lo sigue rápidamente.

-¿Qué sucede? Te estaba buscando por todas partes -Aiden ca- mina al mismo
ritmo que su amigo.

Ethan no dice nada y continúa su camino.


-¿Lo hice bien? Estaba muy nervioso...

-Pero cuando miraste a Diana desaparecieron ¿no? -Ethan lo in- terrumpe.

-¿Estás molesto?

-No, solo que no entiendo por qué haces tantas cosas solo para impresionarla,
dime algo... ¿la conoces muy bien?

-Por supuesto, tiene una hermana mayor que está casada, sus padres tienen
un restaurante español, tiene descendencia española y por eso se apellida
Vargas y le encanta la música instrumental.

-¿Te lo dijo ella? o lo investigaste en su facebook -Ethan se de- tiene antes de


cruzar la puerta de salida.

-Por supuesto que me lo dijo

Se cruza de brazos y frunce los ojos, evidentemente no cree en ninguna


palabra.

-Bueno, quizá lo mencionó, pero sabes que su sonrisa me distrae un poco, por
eso es que lo investigué en su perfil de facebook.

Ethan pone los ojos en blanco e intenta marcharse pero, Aiden continúa
siguiéndolo.

-No entiendo ¿por qué estás molesto? Solo dímelo y ya.

Traga saliva, quiere revelar lo que siente de un vez pero es arries- gar su
amistad de toda la vida. En parte puede que lo acepte, pero si lo rechaza no
sabrá que va a suceder después de todo.

-Nada, te veo mañana ¿si? Hasta luego Aiden.

Esta vez no va detrás de él, Aiden es tan ingenuo que no se da cuenta que su
mejor amigo lo ama, y no como una simple amistad sino como algo más. Solo
piensa que está molesto por problemas

que no tienen nada que ver entre ellos.

Ethan camina un par de metros hasta que se sienta en una banca donde se
detiene el autobús. Por si no fuera poco Maggie aparece nuevamente, es que
ella también toma el autobús así que no es coincidencia que vuelvan a
encontrarse en una situación incómoda.

-¿Hola? ¿Qué tal la presentación?

No parece molesta después de que Ethan la abandonó en el salón de música,


al contrario, hace como si nada hubiera sucedido.
-Hola, oye lamento lo que sucedió, es que...

-Lo sé, no te preocupes, amor es amor.

Ethan la mira nuevamente a los ojos, esta vez no quiere esperar, necesita
saber de una vez por todas qué es lo que siente por ella así que se lanza a
besarla. Ella confundida, acepta el beso después de un segundo y lo responde.
Solo hay un problema, cuando ambos se separan, Ethan se da cuenta de que
no sintió absolutamente nada, fue como si besara una pared o a una simple
chica sin involucrar sentimientos.

-Vaya, eso fue...

-Lo lamento -responde Ethan- recordé que tengo que ver a mi madre cerca de
aquí.

Se levanta muy asustado y corre sin dejar rastro. Ahora se siente más
confundido de lo normal.

Minutos después, Aiden se encuentra sobre el césped a unos cuantos metros


fuera del campo de fútbol en espera de Diana. Aho- ra que siente un poco más
de confianza sobre ella, quiere pasar más tiempo a su lado. Incluso piensa
invitarla a comer o a pasear por el parque. Observa que la práctica ha
terminado y ella sale del

cam-

po, pero para su mala suerte, Isaac sigue a su lado. Nota que algo no va bien
porque sus rostros reflejan una discusión y es cierto.

-¿Qué dices si vamos a mi casa a arreglar todo? -Isaac intenta seducir a Diana.

-No puedo Isaac, en serio lo lamento.

-Está bien, creo que fue un error venir aquí -Isaac se encoje de hombros y
decide marcharse mientras Diana no se mueve de su sitio.

Aiden se levanta para correr en dirección a ella, pero se detiene al ver el auto
de Héctor detenerse frente a Diana. Él hace una seña de que suba al auto y
ella obedece, antes mira a su alrededor pero no se da cuenta de ninguna
presencia. Aiden no puede creer lo que sus ojos ven, no encuentra una razón
específica, solo piensa que puede que esos dos están saliendo en secreto.

Durante la noche, Ethan se encuentra en su habitación recostado sobre su


cama disfrutando una serie de Netflix, quiere dejar de pensar en todo el
drama que sucedió durante el día. Por si no fuera poco, alguien entra a su
habitación sin avisar, se trata de Arely.

-¿Qué haces aquí? -pregunta Ethan pausando la serie.

-Tú mami me dejó entrar, es muy linda por cierto.


Se recuesta sobre la cama como si estuviera en su casa.

-Escucha, esta tarde durante la presentación de Aiden me di cuenta de todas


esas miradas entre ustedes. Diana, Aiden y tú están ocultando algo, díganme
que no es un trío porque de verdad voy a estar muy celosa.

-¿No eres lesbiana?

-Si, pero nunca he tenido un trío. No me cambies el tema, nece- sito saber que
sucede entre ustedes.

Ethan resopla, parece que Arely se ha dado cuenta de todo sin necesidad de
preguntarlo.

-Bueno, nos descubriste, en realidad a Aiden le gusta Diana.

Ethan se levanta de la cama mientras Arely toma asiento sobre la misma, su


rostro refleja un impacto increíble.

-Oh por Dios, vaya, no sabía que Aiden era bisexual.

Antes de seguir, Ethan piensa un poco las cosas. Piensa que qui- zá Arely
pueda entender todo lo que le está sucediendo últimamen- te después de ese
beso. No solo trata de ocultar la falsa relación entre ellos, sino que Ethan
oculta sentimientos por Aiden.

-Si te cuento un secreto, ¿prometes no decirle a nadie? Arely asiente, esta vez
Ethan se sienta a su lado.

-Aiden y yo solo estamos fingiendo salir, por esta cuestión de la popularidad


en su canal. También para impresionar a Diana.

-Vaya, ustedes necesitan más intimidad. Mi prima vende lubri- cantes,


créeme, es mejor cuando...

-¿Qué? No, que asco... Arely ahoga una risa.

-Es en serio, bueno, creo que al menos Aiden está fingiendo. Yo estoy muy
confundido.

Arely no se nota nada sorprendida, al contrario, le gusta charlar sobre estos


temas.

-¿Entonces tú...

-No lo sé -la interrumpe Ethan.

Ethan se desahoga charlando con Arely sobre todo lo que suce- dió después
del beso, sobre sus sentimientos, confusiones y todas las señales de amor que
muestra Aiden. Al fin y al cabo, el secreto no podría mantenerse toda la vida,
Arely no puede creer cada pala- bra que libera Ethan, porque que de verdad
hicieron creer a todo el mundo que son pareja.
4

Aiden se encuentra en su habitación recostado sobre la cama pensando


muchas cosas, pero por un momento le sorprende escu- char que la puerta se
abre sin avisar y ver que Diana entra así como si estuviera en su propia
habitación. No dice nada, mira a Aiden con ojos llenos de deseo. Ella retira el
listón de su cabello dejándo- lo suelto y provocando que mechones cubran sus
mejillas.

-¿Diana...

Le coloca el dedo índice sobre los labios y después, comienza a besarlo de


una manera un poco apasionante, así como si de ver- dad estuviera
desesperada. Al mismo tiempo, se recuestan sobre la cama y Diana hace
movimientos con su cadera sobre el regazo de Aiden provocando que este no
crea lo que está sucediendo. Diana separa sus labios y se deshace de la
camiseta de Aiden deslizándola hacia arriba, el beso continúa y ahora él poco
a poco baja la crema- llera de su traje de animadora.

-¿Estás seguro de esto? -pregunta Diana con su voz seductora.

Aiden asiente, pero entonces la alarma alerta que es hora de des- pertarse. El
ruido del mismo reloj retumba por todas las paredes así que lo golpea para
que se detenga. Todo se trataba de un simple sueño y ahora Aiden se siente
tan decepcionado de que es impro- bable que eso suceda después de ver como
ella entraba en el auto de Héctor.

Pasan un par de minutos y Aiden continúa recostado sobre la

cama, sus madres lo llaman avisando que es tarde pero él las ig- nora
completamente. Se siente devastado e incluso intenta llamar a Ethan, pero él
no responde, después de todo lo que sucedió ni si quiera se da cuenta de por
qué lo está evitando. Sus madres preo- cupadas entran a su habitación sin
llamar a la puerta. Lo ven recos- tado sobre la cama preguntándose qué es lo
que sucede.

-¿Aiden? ¿Qué sucede mi amor? Hace media hora que deberías estar en
camino a la escuela.

El chico solo suspira, lo único que quiere es estar solo.

-¿Necesitas hablar sobre algo?

Su madre biológica se sienta sobre la cama y comienza a frotarle el hombro.


Pero aún así Aiden no se siente de ánimos para charlar sobre lo que ha
sucedido en los últimos días, sobre todo por el hecho de que tiene que ver
sobre un tema relacionado con ellas, puede que incluso se sientan ofendidas.

-Sabes que puedes contar con nosotras para lo que sea.


-Estoy bien, es solo que -no le gusta mentirle a sus madres- sien- to que voy a
enfermarme.

-Si es así -menciona su otra madre- entonces deberíamos ir al doctor.

Aiden se levanta muy rápido.

-No, bueno dije que siento, no que ya lo estoy.

Sus madres se miran entre sí, siempre ha existido una gran cone- xión entre
ellas así que se sonríen al pensar en algo.

-Supongo que tendrás que acompañarme al consultorio

hoy

-dice su otra madre, ella es dentista.

<<Es lo último que quiero>> piensa Aiden, pero seguramente si

no asiste con ella, su madre biológica lo obligará a limpiar la casa por el


simple hecho de no asistir a clases.

-Está bien -responde a fin de cuentas.

Mientras tanto en la escuela, Ethan cree que es un milagro del cielo no


encontrarse con Aiden durante las clases. No por el hecho de que esté
molesto con él sino que quiere mantenerse separado por el momento para
estar seguro de lo que en verdad siente. Lo peor es que en un momento
Maggie lo encuentra en su casillero, lo saluda y Ethan avergonzado también
lo hace.

-Esta mañana preparé galletas en clase de cocina -retira de su mochila una


bolsa con cuatro galletas con chispas de chocolate

-quiero obsequiártelas porque no te vi almorzando en la cafetería, supuse que


tendrías hambre.

Ethan toma la bolsa de plástico.

-Gracias Maggie, eres muy linda.

-¿Harás algo esta tarde? Es que, bueno, mis tardes son aburridas y me
gustaría estar contigo...

-Lo lamento Maggie -Ethan cierra su casillero -estoy algo ocu- pado, quizá
puede ser en otra ocasión ¿si?

-Ah, claro, no hay problema.


Ethan se marcha, se siente tan culpable de no sentir algo por ella porque lo
tiene todo, es linda, tierna y una excelente persona. El problema fue que
cuando la besó, no hubo fuegos artificiales como sucedió con Aiden. Sería
injusto para ella seguir con tal ilusión que jamás será posible.

Sale del edificio y se encuentra con Arely sentada sobre las esca- leras que
conducen al mismo. Está jugando “Candy Crush” y a

su

lado está Dani pintándose las uñas en un tono lila. Ethan aprovecha el
momento y se detiene frente a ellas, ambas se confunden al ob- servan el
rostro de desesperación que lleva.

-Arely ¿podemos hablar un segundo?

Ella asiente y se levanta despidiéndose de Dani, ahora con todos los


problemas que tiene Ehtan, Arely está más que dispuesta en ayudarlo en todo
lo relacionado con sus sentimientos.

-¿Qué sucede? -pregunta ella.

-Necesito tu ayuda, ayer olvidé mencionarte que besé a Maggie Abernathy y


no sentí absolutamente nada, además prepara delicio- sas galletas -abre la
bolsa y se lleva una a la boca- tiene el apellido de Alice en Resident Evil eso es
bastante atractivo -menciona con la boca llena, el chocolate se desplaza por
sus labios.

-Es que tú ya tienes un novio -Arely se cruza de brazos.

-Si bueno, ya sabes que él finge serlo, yo no.

-Tengo una idea -Arely se lleva el dedo índice a la barbilla - se trata de que
olvides a Aiden, entonces tendré que conseguirte un novio.

Ethan se queda mudo, duda mucho que otro chico logre gustarle por muchas
razones.

-Quizá no te des cuenta pero, en el centro comercial hay miles de chicos gay y
lesbianas también, quizá sea buena oportunidad para ambos.

Durante la práctica de fútbol americano, en un momento de des- canso,


Héctor se da cuenta de que su novia está mostrando algo en el teléfono al
resto de las animadoras. En lo primero que piensa, es que son las fotos
provocativas que le envió la noche anterior. no

le molesta, al contrario, se siente más que alagado ya que todas las chicas
hacen un gesto de enamoradas.

Cuando la práctica termina, él mismo se encarga de correr con su novia,


incluso toma su mochila como gesto amable.
-¿Qué le mostrabas a tus amigas? -pregunta de inmediato. Ella frunce el ceño
un poco confundida.

-Si, hace un instante.

-Ah, cierto, es que mi gatito estaba bailando muy tierno.

Al principio Héctor no lo cree, pero Brenda se encarga de ense- ñarle dicho


video, es cierto, no estaba mintiendo. Es tan egocéntri- co que deseaba mucho
que les mostrara las fotos en ropa interior que le envió, ese era el fin.

Cuando Aiden llega al consultorio dental de su madre, observa la habitación


en donde se encuentran los medicamentos y otros utensilios. En un rincón se
encuentran todos los juguetes que tuvo durante su niñez, es que en ocasiones
sus madres no podían pa- gar una guardería así que después de la escuela,
era el sitio donde jugaba por mucho tiempo. Toma los juguetes y recuerda que
uno de ellos pertenecía a Ethan, fue un regalo de cumpleaños que le dio hace
mucho y lo considera de gran valor sentimental. Es una figura de acción de
Batman. En ese mismo instante, Aiden intenta llamarlo pero de inmediato
suena la contestadora anunciando dejar un mensaje de voz.

-Ethan, aprendí mi lección y te necesito. Diana quedó en el olvi- do eso te lo


puedo asegurar.

Cuelga el teléfono y sale por la puerta, su madre ya tiene un pa- ciente, pero
la asistente aún se encuentra ausente y lo nota porque

su madre está preparando todas las herramientas ella sola.

-¿Necesitas ayuda? -pregunta Aiden.

-No te preocupes, la asistente llamó y ya que ella está enferma ya viene su


suplente.

-¿Tienes una suplente?

-Por supuesto que no, la asistente me dijo que su prima vendrá para cubrirla.

Aiden asiente y mientras su madre trabaja, se sienta sobre el escritorio que


está frente a la camilla. Le envía un montón de men- sajes a Ethan para
intentar enmendar las cosas entre ellos, en el fondo sabe que lo necesita. Un
minuto después llaman a la puerta.

-Debe ser ella, Aiden, recíbela por favor -dice su madre mientras observa la
dentadura de su paciente.

El chico se levanta del escritorio y abre la puerta.

-¿Aiden?
No puede creer que al frente tiene a Diana Vargas.

-¿Diana?

-Bienvenida -grita la madre de Aiden desde su lugar.

-¿Qué haces aquí? -susurra Aiden.

-¿Tú qué haces aquí? -responde un poco impresionada -no sabía que la
doctora Cross era tu madre, mi prima me preguntó si podía cubrirla -esta vez,
Diana no lleva el uniforme de animadora, sino una bata de las que suelen usar
las asistentes dentales.

-Pasa, pasa -dice la madre de Aiden.

Diana lleva una sonrisa en el rostro como si nada hubiera pasa- do, quizá no
sabe que Aiden está muy molesto por el simple hecho

de que subió al auto de Héctor.

-Bien, estoy aquí señora Cross.

-Entonces comencemos -dice la madre contenta.

Mientras Diana observa emocionada a Aiden, él la mira con gesto


desagradable, después de todo ella no tiene idea de lo que sucede.

Ethan y Arely llegan al centro comercial y toman asiento en una de las


muchas mesas que se encuentran en el centro del mismo. Arely comienza a
buscar algún chico para Ethan mientras él no para de observar los mensajes
de Aiden, obviamente no responde.

-¿Y bien? ¿Hay algo que llame tu atención? -pregunta Arely fro- tando sus
manos como si estuviera lista.

Ethan presta atención a cada chico, pero la duda es que no sabe qué es lo
atractivo en el sexo masculino.

-No lo sé, quizá deba conocer al menos a uno.

-¿Qué tal el chico de allá? -Arely hace una seña con sus ojos detrás de él.

Ethan mira a un par de metros un chico bastante alto de piel morena, lleva
muchos tatuajes en sus brazos marcados y está com- pletamente solo leyendo
una revista de autos.

-No creo que sea la clase de chicos que disfrutan la compañía de un hombre.

-Por supuesto que si -menciona Arely -mi gaydar está a todo lo que da.
Ethan nervioso, se levanta del asiento y camina naturalmente hasta llegar a la
mesa donde se encuentra el chico. Se detiene y

hace un gesto de cansancio. El chico lo mira de reojo confundido, lleva con él


una seriedad extrema.

-Mi hermanastro tiene un BMW -menciona Ethan al ver la re- vista de autos.

No responde nada, solo lo mira con el ceño fruncido.

-Aunque seguro no es de tu interés. Ethan da media vuelta para marcharse.

-Buena forma de coquetear con un chico, pero tendrás que ha- cerlo mejor.

Al escuchar eso se detiene y su mirada vuelve hacia él.

-¿Disculpa?

-Desde hace un instante que tu amiga y tú no dejan de mirarme. Ethan sonríe


avergonzado mientras el chico se cruza de brazos.

-¿Y? ¿Qué es lo que buscas?

-¿Perdón? -pregunta Ethan confundido.

-Hay un hotel a unas cuantas calles de aquí, podemos ir si tú quieres, yo


puedo pagar.

El chico comienza a frotar algo que ni en un millón de años Ethan se atrevería


a observar sin ropa ya que ni a él le gusta ver el suyo. Confundido observa a
Arely que está charlando con una chica.

-Ah lo lamento, tengo novio -menciona Ethan muy asustado.

Se retira del lugar rápidamente antes de que el mismo chico se encargue de


secuestrarlo.

-Llámame por favor -menciona Arely haciendo un guiño ya que la chica se está
retirando.

Ethan se sienta.

-¿Qué sucedió? ¿Ya tienes una cita? -pregunta Arely emociona- da.

-No, claro que no.

-¿Entonces?

-Acabo de vivir una situación muy incómoda. Arely abre los ojos muy grande.
-Correcto, olvidé decirte que muchos de aquí solo quieren un encuentro
sexual.

Ethan se cubre el rostro con ambas manos.

Mientras Aiden se encuentra leyendo “After” de Anna Todd sen- tado sobre el
escritorio de su madre, Diana está lavando las he- rramientas sobre el
fregadero, mira de reojo a Aiden y él hace lo mismo. No cabe duda que
aunque hay mucho rencor sobre ella, no niega que luce muy hermosa aún
cuando no lleva su uniforme de animadora.

-Vaya, creo que debería cerrar un trato contigo Diana, no es por nada pero tu
prima es muy lenta y tú haces un trabajo maravilloso.

-Gracias señora Cross.

Aiden cierra su libro y lo deja caer de golpe sobre el escritorio.

Ambas damas se sorprenden con el ruido.

-Claro mamá, deberías contratarla, aunque debes de tener cuida- do porque


puede acostarse con tus pacientes.

La madre de Aiden se cubre los labios asustada.

-¿Qué acabas de decir? -pregunta Diana indignada.

-Aiden Cross, tienes que disculparte de inmediato -menciona su madre.

Aiden pone los ojos en blanco.

-¿O qué? Mamá ella es así, después de estar con un chico llama- do Isaac se
subió al auto de Héctor ¿eso que significa?

Diana se encarga de darle una bofetada, sus ojos se han cristali- zado y su
ceño está aún más que fruncido.

-Pensé que eras buena persona -menciona Diana con voz un tan- to quebrada.

Aiden se frota la mejilla.

-No me acosté con ninguno de los dos. De hecho, tú has sido el último chico al
que he besado y creo que fue un error.

Ahora Aiden se siente avergonzado, intenta disculparse pero Diana se marcha


de inmediato. Ahora ella tiene lágrimas rondando por sus mejillas mientras
cruza la puerta para salir.

Héctor ha transformado su habitación en un set fotográfico, ob- viamente


nada profesional, pero aún así piensa tomarse fotos más ardientes para que
Brenda se enorgullezca de él y le muestre a todas sus amigas que vale la pena
tenerlo de novio.

-Aquí vamos.

Literalmente se quita toda la ropa, pero no piensa mostrar sus partes íntimas,
quiere mostrarse como un desnudo artístico ardien- te.

-Eres realmente sexy Héctor -se dice así mismo.

Toma su cámara fotográfica y comienza a tomarse fotografías provocativas,


incluso hace poses masculinas que a las mujeres tan-

to les encanta. Se coloca una camisa blanca sin sujetar los botones al igual
que una corbata.

-Mierda -dice él mismo decepcionado.

Ninguna fotografía le parece suficientemente buena.

Después de veinte citas fallidas, Ethan se da por vencido. El problema es que


intenta comparar a los chicos con Aiden y evi- dentemente ninguno se parece
a él. Incluso uno le dijo que podía cantar pero su voz era la más desafinada
del mundo. Se sientan nuevamente sobre una mesa intentando buscar otra
solución.

-Tengo otra idea -menciona Arely.

-Clubs nocturnos no por favor, no me gustan.

-No tonto.

Toma su teléfono y abre una aplicación.

-¿Conoces Tinder? Ethan frunce el ceño.

-¿Qué es eso?

-Es una aplicación para conocer citas, será más fácil para ti por- que los
perfiles llevan información sobre gustos y cosas similares.

Ethan lo intenta, quiere hacer todo lo posible por encontrar a alguien que le
ayude a olvidar todo el amor que siente por su mejor amigo. De lo contrario
nunca se sentirá cómodo junto a Aiden el resto de los días.

-Ya está listo mi perfil -dice Ethan.

-Déjame ver.

Arely toma el teléfono y comienza a leer cada detalle que ha

escrito en el perfil.
-¿Es en serio? -Arely se nota indignada.

-¿Qué?

-Nada de feos y gorditos... Ethan se encoge de hombros.

-Merezco lo mejor.

Arely le entrega el teléfono y Ethan comienza a desechar per- sonas y a otras


darles “me gusta”. Pasan un par de minutos, pero ningún “match” aparece,
incluso Ethan se desespera.

-Nadie te querrá con lo exigente que eres.

Parece magia pero el teléfono de Ethan vibra avisando que al- guien ha dado
match, sonríe al ver la fotografía del chico.

-¿Decías? -pregunta Ethan sonriendo. Arely se sorprende.

-Debe ser un chico feo y desesperado. Le muestra la fotografía.

-Oh por Dios es muy guapo.

De inmediato recibe un mensaje.

-Bueno, ahora si tendré una cita de verdad -menciona Ethan.

Aiden sale a caminar un momento fuera del consultorio den- tal, intenta
pensar en todo lo que ha dicho mientras recorre los negocios

locales

que

se

encuentran

en

la

calle.

Inclusive
intenta

encontrar la disculpa perfecta para Diana porque se siente muy avergonzado


de todo lo que dijo. Lo último que quieren escuchar las mujeres como ella, es
que las llamen zorras o prostitutas. En un momento mientras su camino
continúa, por la gigante ventana de la cafetería observa que ella está sentada
en una de las mesas, incluso pasa una servilleta por sus mejillas limpiando las
lágrimas.

Se detiene, piensa un par de segundos si es buena idea entrar ahí y tratar de


charlar con ella. No ve otra opción y se arma de valor para entrar, lentamente
llega hasta tomar asiento frente a Diana, está más que avergonzado y ni si
quiera sabe que decir.

-Soy un idiota, en serio lo lamento.

Diana ni si quiera puede mirarlo a los ojos, está muy decepcio- nada y
enfadada.

-¿Por qué pensaste eso? -pregunta ella.

-No lo sé. Primero me besaste, después estuviste con Isaac y luego Héctor, mi
mente tiene bastante imaginación.

-¿Entonces no puedo tener amigos hombres porque seré una zo- rra? Eres
increíble Aiden.

-Lo lamento, es que... No lo entenderías.

Ahora Aiden piensa en decirle sobre sus sentimientos, pero no está seguro si
es buena idea, teme mucho a perderla si se entera otra vez que está
mintiendo.

-Sentí celos.

Diana frunce el ceño confundida y molesta ala vez.

-¿Celos, de qué?

-Pensé en solo tener sentimientos hacia Ethan, pero, también siento algo por
ti, quizá pensaste que tu beso no significó nada para

mí, pero desde entonces no dejo de pensar en ti.

Aunque sus sentimientos por ella son verdad, continúa mintien- do sobre
Ethan, nunca ha sentido nada por su mejor amigo, sigue creyendo que el
juego entre ellos continúa. Solo lo dice para que Diana no vuelva apartarse.

-Sé que es ilógico, pero...

Diana se lo cree, las palabras de Aiden suenan bastante sinceras.


-No vas a disculparme y lo comprendo, será mejor que me vaya.

Aiden está a punto de marcharse pero Diana se levanta de su lugar y lo


detiene.

-Te disculpo, fuiste un idiota al pensar que me había acostado con Isaac y
Héctor, no fue así... Pero en el fondo sé que eres espe- cial porque ningún
chico antes había sentido celos por mí. Siempre me presumían por ser la
chica más linda de la escuela e incluso decían sentirse afortunados por
tenerme cuando solo querían po- pularidad.

La sonrisa de Aiden aparece.

-Y lo admito, desde que te vi por primera vez sentí una atrac- ción y ahora no
lo sé -dice Diana un poco avergonzada, después conocerlo un poco más y
saber que su voz es grandiosa, una chispa dentro de ella se encendió.

-¿No lo sabes?

-Bueno, si me gustas un poco.

Ahora Aiden se ruboriza totalmente, no esperaba escuchar eso.

-¿De verdad? -tartamudea.

-Si...

Aiden no se resiste otro segundo y antes de que pueda hablar,

comienza a besarla, es un beso más que apasionante para ambos. Varios


segundos después Diana se separa sintiéndose culpable.

-¿Qué hay de tu novio? Aiden traga saliva.

-Nuestra relación es abierta...

Diana se separa de él, al mismo tiempo toma su bolso y el vaso de café con su
nombre escrito en tinta negra.

-Lo lamento Aiden, pero no le puedes hacer esto, quizá un día cuando
termines con él, podrás buscarme.

Se marcha dejando a Aiden completamente triste, por fin pudo besarla por
segunda vez y como siempre, termina rechazándolo.

Ethan y Óscar caminan por el centro comercial mientras comen un helado, el


chico es atractivo porque incluso es modelo de una marca de ropa. Lleva el
icónico peinado de Zayn cuando aún perte- necía a One Direction y aunque es
delgado, su cuerpo está marcado con músculos.
-¿Entonces? ¿Eres modelo? -pregunta Ethan un tanto emociona- do -bueno, es
que nunca había conocido uno en persona.

-Si, en pasarelas, fotografías y eso es todo. Ambos se detienen un momento.

-Voy al gimnasio casi todos los días, mis calificaciones son bue- nas pero no sé
que...

Ethan se deja llevar por la atracción del chico e intenta besarlo pero
obviamente Óscar se aparta un poco asustado.

-¿Qué fue...

Arrepentido, Ethan intenta disculparse, se siente muy avergon- zado al


intentar robarle un beso, es enorme su necesidad de borrar los sentimientos
de su mejor amigo que está haciendo locuras. Se marcha rápidamente, pero
Óscar lo sigue hasta donde Ethan se de- tiene.

-Escucha, escucha, me gustaría saber que intentaste besarme porque


realmente soy guapo pero...

Ethan toma asiento en una de las bancas que se encuentran den- tro del
centro comercial. Detrás de las mismas, hay plantas y una fuente con peces,
el sonido hace que Ethan piense en otro asunto.

-Puedes contarme lo que sea -dice Óscar sentándose a su lado.

<<No debería contarle mis problemas a un desconocido, aunque si es


abiertamente gay, debe tener más experiencia y podría ayu- darme a
encontrar la forma de superar a Aiden>> piensa Ethan mientras su mirada se
centra al frente.

-De verdad lo siento, no debí hacerlo -menciona Ethan sintién- dose muy
culpable.

-Ya te disculpaste y te perdono. Ethan suspira y ladea su cabeza.

-Me gusta mi mejor amigo.

Óscar arquea ambas cejas impresionado y abre la boca con gesto de sorpresa.

-El problema es que no sé si él siente lo mismo -Ethan apoya la cabeza en sus


manos, al mismo tiempo los codos en sus muslos.

-Wow, sabes, me sucedió algo similar.

-¿En serio? -Ethan se sorprende.

-Si y te entiendo completamente, se siente una desesperación

muy grande, estar con él es como sentirte encadenado y no estar con él es


similar.

Justamente Ethan se siente identificado con las palabras de Os- car, se siente
de esa manera y ahora no lo puede negar.

-¿Se lo mencionaste? -pregunta Ethan un poco asustado.

-Al principio no, porque tenía miedo.

-¿Qué sucedió entonces?

-Al final se lo conté -menciona Óscar encogiéndose de hombros.

-¿Y cómo lo tomó?

-Bueno, creo que ahora tengo que encontrar otro mejor amigo

-menciona desilusionado.

Ethan se disculpa, sabe que lo mismo sucederá con Aiden, se siente cien por
ciento seguro de que todo se irá por la tubería del drenaje. No quiere que eso
suceda ya que Aiden ha sido su mejor amigo desde muy pequeños, la amistad
y confianza que se tienen es más fuerte que cualquier cosa.

-Quizá tu situación sea diferente -Óscar se levanta y le da un pedazo de papel


con su número telefónico -si no es así, llámame. Puedo reparar tu corazón.

Ethan sonríe, al menos tiene una esperanza que por supuesto no es suficiente
para él, para empezar, se molesta con él mismo porque todo sucedió después
del beso. Todo sería normal para él si nunca hubieran asistido a la fiesta.
Mucho menos si Aiden se preocupara tanto por él mismo y no por las
personas que lo rodean, sobre todo Ethan que está más que confundido.

Cuando ya está a punto de oscurecer, Ethan y Arely regresan a casa, ambos


se encuentran en la habitación charlando sobre todos los chicos que
posiblemente hubieran sido perfectos, eso hasta que

Ethan se harta, además tiene una llamada entrante de Aiden.

-Dios, creo que Aiden nunca se dará por vencido -menciona Are- ly al ver la
pantalla del teléfono de Ethan -es mejor que me vaya -se levanta de la cama y
toma su bolso.

-Muchas gracias por todo Arely -menciona Ethan -Aunque creo que te hice
perder el tiempo.

-Por supuesto que no, me divertí mucho.

Nuevamente entra la llamada de Aiden, Arely le da una palmada en el hombro


a Ethan y se marcha por la puerta. Él observa atenta- mente la pantalla y un
segundo después por fin responde.
-Hola Aiden...

Cuando Arely sale por la puerta, se da cuenta que al frente se encuentra la


habitación de Héctor porque su nombre está escrito con varios letreros de
“SE PROHÍBE EL PASO A IDIOTAS”, la curiosidad es tan grande que en lugar
de salir del pasillo, camina hasta la puerta de Héctor. La abre lentamente y se
encuentra con el chico de espalda y completamente desnudo tomando una
fotogra- fía, ambos gritan mientras Héctor se cubre con una almohada sus
partes, solamente le ha visto el trasero. Arely cierra la puerta, pero dos
segundos después la abre sin mirar.

-Esa pose es muy gay.

-Largo de aquí -grita Héctor.

Arely vuelve a cerrar puerta. Camina un par de pasos, pero Hé- ctor se asoma
desde su habitación por la puerta.

-Espera ¿puedes ayudarme? -pregunta.

Ella sonríe, nunca creyó que Héctor le pidiera ayuda.

-Está bien -menciona orgullosa.

Ya que Arely conoce mucho sobre el tema de erotismo, arma una perfecta
sesión para Héctor. De cualquier manera, utiliza la cámara profesional de
Ethan así que las fotografías son increíbles, obviamente el chico no está
desnudo sino que lleva con él los cal- zoncillos color negro.

-Wao -dice Héctor impresionado al ver sus fotos.

Arely coloca las manos en su caderas orgullosa. Después limpia su garganta.

-Ah gracias -menciona Héctor sin quitar la mirada de la pantalla.

-Por nada.

Ahora si toma sus cosas y sale por la puerta.

-Aún te odio -eleva la voz Héctor.

-Yo también.
5

En la práctica de animadoras, Diana se luce con un látigo que por la fuerza de


la fricción puede cortar lo que sea. Mientras tanto, Aiden la mira desde las
gradas, ya que desde que volvió a besarla no puede dejar de pensar en ella.
Por suerte, vuelve a tener a su me- jor amigo, que obviamente no sabe que se
encuentra en el campo porque le prometió no hablar sobre Diana cada vez
que él estuviera presente.

Cuando las chicas toman un descanso, Aiden baja de las gradas para poder
charlar con ella, solo quiere mantenerse cerca y no ol- vidar los sentimientos.
Pero para su mala suerte, accidentalmente Diana agita el látigo tan fuerte que
golpea a Aiden cortando una parte de su abdomen, no es profunda pero el
dolor se apodera de él de inmediato. Diana asustada, deja el látigo y se acerca
hasta donde se encuentra

-¿Estás bien?

Aiden se cubre el corte y al ver toda la sangre que tiene en sus manos,
termina desmayándose.

Al poco tiempo despierta en el consultorio de un doctor. Le han echo varias


puntadas sobre el corte y el doctor se encarga de avi- sarle que está fuera de
peligro. En la misma habitación se encuen- tran Diana y su madre que es
dentista.

-Solo fueron unas gotas de sangre, eso es bueno -menciona el doctor.

Aiden se levanta un poco adolorido de la camilla.

-De verdad lo lamento mucho -menciona Diana muy avergon- zada.

-No te preocupes, estoy bien.

El doctor mira fijamente a Aiden, incluso se lleva el índice a la barbilla


analizando su abdomen de forma indiscreta.

-¿Es tu novia? -pregunta.

-No -menciona Diana avergonzada.

-¿Tú tienes novio jovencita? Diana niega.

-Es que bueno, para serte sincero, me ha costado un poco poner- te las
puntadas.

Aiden ladea la cabeza confundido.

-Tienes exceso de piel y eso se puede reparar, ya sabes con un ajuste de


vanidad que muchos jóvenes de hoy lo hacen.
-¿Habla de una cirugía? -pregunta Aiden.

-Así es.

Diana lo mira.

-Tu madre mencionó que eres cantante, la cirugía te puede ayu- dar a que tu
diafragma tenga más espacio para la respiración y así tus notas serán aún
mejores...

Cada palabra convence más y más a Aiden de dicha cirugía, ade- más de que
puede mejorar su apariencia obviamente. Piensa que incluso, el resultado sea
del agrado de Diana.

-Tengo un lugar disponible la próxima semana ¿quieres la cita?

El fin de semana en la mañana, Ethan está durmiendo tranqui- lamente en su


habitación pero Aiden entra apresuradamente por la puerta creando mucho
ruido, ni si quiera llama a la puerta por- que se siente desesperado. Se
recuesta lentamente sobre la cama y Ethan despierta molesto por el hecho de
que aún no es hora de levantarse.

-¿Qué haces aquí? -Ethan pregunta aún con los ojos entrecerra- dos.

-Esta vez no te vas a separar de mí. Aiden aún se siente adolorido.

-Quiero seguir durmiendo -Ethan se cubre con la manta.

Aiden no se ha tomado la libertad de charlar con Ethan acerca de la oferta


que le hizo aquel doctor porque aún no está seguro de aceptarla. Sobre todo
por los riesgos que se encuentran probables, aunque ha visto resultados muy
definidos, Aiden no tiene sobrepe- so pero tampoco es completamente
delgado.

-Es fin de semana de chicos, tenemos muchas cosas que hacer.

Ethan está a punto de hablar pero la casa entera retumba en mú- sica de
género electrónico que casi rompe los tímpanos de ambos chicos. Se levantan
de la cama con ambos indices cubriendo los oídos. Salen directo a la sala y
por si fuera poco, se encuentran con Héctor arreglando la casa con globos,
vasos rojos de fiesta y muchos gorros por todas partes.

-Apaga la música -grita Ethan. Héctor pone pausa.

-¿Qué? -pregunta.

-¿Qué acaso quieres estar sordo el resto de tu vida? -espeta Ai- den.

-¿Qué estás haciendo? -ahora pregunta Ethan.


-Es el cumpleaños de Brenda, estoy preparando una fiesta sor- presa para
ella.

-¿Mi madre y tu padre estuvieron de acuerdo con eso? Héctor se detiene y le


lanza una mirada fulminante.

-¿Tú pides permiso para todo? Ethan pone los ojos en blanco.

-Olvídalo- hace una pausa- de hecho necesito de tu ayuda -Héc- tor cambia el
tono de su voz.

Ethan intenta no reír porque sea lo que sea se va a negar com- pletamente.
Aiden en su lugar se sorprende porque cree que es la primera vez que
escucha a Héctor pedir un favor.

-Necesito que me prestes el auto de tu madre para ir a la paste- lería, mi


padre se llevó el mío porque el suyo está en el taller así que...

Obviamente la madre de Ethan le confió las llaves a su hijo por- que aunque él
sabe conducir, no le gusta mucho la idea de hacerlo, sobre todo porque es un
poco distraído.

-No.

-Por favor, puedes tomar tus cosas si quieres, no le diré que tú y Aiden hacen
cosas sucias por las noches -menciona Héctor por el hecho de que lo amenazó
pidiéndole cosas valiosas a Ethan o de lo contrario su madre se iba a enterar
de que es gay.

-Dije que no.

Para Aiden la idea es buena, porque puede dejarlo a solas con su mejor amigo
y aprovechar el tiempo que no estuvieron juntos. Incluso

le

llega

la

mente

una

idea

brillante,
algo

confusa

sin

sentido, pero brillante.

-¿Qué dicen si vamos los tres? -pregunta Aiden. Héctor frunce los labios.

-El idiota tiene razón.

-¿En serio? -pregunta Ethan.

-Tenemos que salir a tomar un poco de aire -propone Aiden.

Pone los ojos en blanco, aunque en el fondo si quiere pasar todo el tiempo del
mundo junto a su mejor amigo. Pero el miedo sobre los sentimientos continúa,
teme a que cada día sean más fuerte.

-Está bien, podemos ir.

Mientras tanto, en la habitación de Arely, ambas amigas se en- cuentran en


un día de chicas. Es de esas habitaciones rosas llenas de animales de felpa
por todos lados, tiene su tocador lleno de cosméticos y productos para el
cuidado de la piel, incluso en otra de las habitaciones hay una camilla de
bronceado. Ambas se en- cuentran sobre la cama pintándose las uñas, Diana
las manos y Arely los pies.

-¿Irás a la fiesta sorpresa de Brenda?

-No lo sé ¿tienes ganas de ir? Arely se encoje de hombros.

Diana por un segundo piensa que es buena idea porque puede distraerse un
momento y no pensar en Aiden. A pesar de que la llamó zorra, la forma de
disculparse hizo que su corazón se estre- meciera completamente.

-Podemos ir al menos un par de minutos -menciona Diana pa- sando la brocha


por el dedo índice con un color rosa.

Está ocultando sus sentimientos hacia Aiden, pero en cualquier momento sabe
perfectamente que tiene que contarle porque es su mejor amiga.

-Bueno, Brenda es nuestra compañera y seguro que desearía te- ner nuestra
presencia -menciona Arely colocando el esmalte color azul en las uñas de sus
pies.

Aiden, Ethan y Héctor van camino a la pastelería pero existe un problema,


sobre la calle hay demasiado tráfico y los tres se sienten aburridos. Héctor es
el conductor mientras Ethan y Aiden están en la parte trasera observando
videos en facebook.

Unos minutos después, también se hartan de los autos frente a ellos, no


avanzan ni un centímetro. Incluso la espalda de Aiden comienza a molestarle.

-¿Necesitas un masaje? -pregunta Ethan.

-Tan solo un poco.

Ethan comienza a frotar la espalda de Aiden con los pulgares, incluso él libera
gemidos de lo bien que se siente.

-Iugh, no tienen que actuar como gays frente a mí por favor.

-Ya deja de decir cosas homofóbicas, ¿sabías que la mayoría de los


homofóbicos resultan ser gay?

-Ja por supuesto, aunque la verdad yo no molesto solo a los chi- cos gay, en
realidad molesto a todo el

mundo.

Tiene razón, desde siempre Héctor ha sido un chico malo y no por cosas que
sucedieron en su pasado sino por el simple hecho de ser atractivo y popular,
un cliché de las novelas.

Después de una hora de juegos, aburrimientos y Aiden cantan-

do, por fin llegan a la pastelería. Héctor sale a comprar el pastel mientras los
chicos aguardan en el auto, es cuando Aiden decide contarle sobre la cirugía
que el doctor le ofreció.

-Wow ¿En serio te operarás el abdomen?

-Lo estoy considerando porque el doctor dijo que mejoraría mi talento,


además, me gustaría tenerlo como Héctor.

Héctor es la clase de chicos que tiene el abdomen perfecto, algo que todo
hombre a su edad desea con todo el corazón.

-¿Ya sabes que hay muchos riesgos con las cirugías? -pregunta Ethan
preocupado.

-Si, pero es una en un millón, a muchas personas les funcionó.

En realidad Aiden oculta su inseguridad sobre su cuerpo, cuan- do asiste a


parque acuáticos o a la misma playa siempre lleva con él una camiseta sin
mangas porque no se considera un chico sexy como los demás.

-Ya volví -menciona Héctor con el pastel en las manos.


Se lo entrega a Aiden en la parte trasera para que pueda entrar al auto.
Enciende el motor pero su mirada va hacia los chicos desde el retrovisor.

-No te lo comas gordito -le dice a Aiden mientras él lanza una mirada triste,
su comentario hace que él mismo observe su cuerpo.

-Cierra la boca Héctor -espeta Ethan.

Desde luego, la palabra alimenta la inseguridad de Aiden.

-Uy es una broma, no se lo tomen mal -Héctor se burla.

Mientras regresan a casa, Aiden no deja de pensar en lo que ha mencionado


sobre su cuerpo, incluso mira su reflejo en la pantalla de su teléfono frotando
sus mejillas.

-Aiden, sabes que no estás gordo, Héctor es un idiota.

Él asiente, pero no queda nada convencido. Incluso durante el camino de


regreso escucha en su iPod “Fix a Heart” de Demi Lo- vato, es una canción
muy triste, pero se siente identificado con cada palabra que menciona.

Baby, I just ran out of bandaids I don’t even know where to start

‘Cause you can bandage the damage You never really can fix my heart...

Cuando llegan a casa, Héctor arregla los últimos detalles mien- tras que
Ethan y Aiden entran nuevamente a la habitación. Ehtan nota lo decaído que
se encuentra su mejor amigo, pero no sabe de qué manera animarlo porque
cuando Aiden tiene ese estado de ánimo es muy difícil cambiarlo.

-¿Quieres jugar? ¿ver una película? -pregunta Ethan. Aiden niega mientras se
sienta sobre la cama.

-Aiden por favor, no te dejes llevar por las palabras de Héctor, además
muchos de tus seguidores te consideran muy sexy.

Frunce los labios, tiene razón porque de lo contrario no recibiría muchos


mensajes de chicas y chicos mencionando lo guapo que es.

-Si bueno, ya no quiero hablar sobre eso.

Todo procede de manera tranquila e incluso ambos chicos co- mienzan a ver
una serie de televisión llamada “Game Of Thrones” Aiden no presta mucha
atención porque piensa en cosas sanas con las que puede alimentarse
mientras que Ethan está fascinado con cada episodio que avanza. Un par de
horas después alguien llama a la puerta, Ethan se levanta y la abre
encontrándose con Héctor.

-Sé que no debería, pero si quieren están invitados, Adrián y Gerard trajeron
cerveza -Héctor se encoje de hombros.
-¿Eso? O estás planeando una broma pesada para ambos -res- ponde Ethan.

-Claro que no, es lo que puedo hacer después de que me hayas prestado el
auto de tu madre.

Héctor levanta los pulgares y vuelve a la fiesta, ambos chicos se miran entre
sí confundidos. Pero incluso cuando entran a la sala, lo hacen lentamente y
mirando a todos los lugares en busca de tram- pas. Los invitados ya están
bebiendo y bailando al ritmo de la mú- sica, disfrutan de la fiesta. Al parecer
Héctor no estaba bromeando, parece que a ambos los invitó decentemente.

En un momento, Aiden nota la inesperada presencia de Diana y ella sonríe al


verlo. No pierde el tiempo y por supuesto se apro- xima hasta donde ella se
encuentra. Arely les concede privacidad mientras se acerca con Ethan, quien
siente un hueco en el corazón al ver que Aiden lo ha dejado por Diana.

-Diana, te vez muy bien -dice Aiden. Ella se ruboriza.

-Gracias.

Lleva un vestido camuflado con muchas flores.

-Escucha, sobre lo de...

-Olvídalo -la interrumpe Aiden.

Diana intenta decir otra palabra pero Héctor avisa que Brenda está por llegar,
es entonces cuando apaga las luces mientras todos se ocultan. Mientras la
casa está oscura, Aiden y Diana se colocan detrás del sillón en la sala, él toma
su mano entrelazando sus dedos y cuando están a punto de besarse, gritan
sorpresa y prenden las lu-

ces. Por suerte para ambos nadie nota la escena que estaba a punto de
suceder. Brenda sorprendida, comienza a saludar a sus amigos y a disfrutar
de la fiesta, recibe a Héctor con un beso muy largo.

-Parece que Héctor aprovechará que mi madre y su padre no están -Ethan


hace una mueca de asco.

Arely se encoje de hombros, no parece interesada por eso. Al contrario, busca


alguna buena chica que llame su atención. Siem- pre han dudado de su
sexualidad ya que actúa como una chica fe- menina que si se rompe una uña
lloriquea durante muchos minutos. Pero desde siempre, ella ha puesto al sexo
femenino como primer lugar en las relaciones, no cambia el hecho de que
siempre tuvo un gusto muy grande con muñecas, bebés de juguete, tazas de
té y peluches. Un día, sus padres la descubrieron besando una chica en su
habitación, claro que se armó un lío pero al final, la aceptaron tal y como es.

-Por cierto, conocí a un chico que puede agradarte...


-No más citas por favor -la interrumpe Ethan porque en el fondo, sabe que no
tendrá a alguien como Aiden.

-Vaya que eres exigente -Arely se cruza de brazos.

Cuando la música se detiene Ethan se da cuenta de la presencia de Maggie en


la casa. Por un segundo intenta escapar pero varios chicos cubren su paso
detrás porque Héctor anuncia que es hora del karaoke. Por ciertas razones
Aiden se presenta primero.

-Vaya, si es que insisten.

Se levanta frente a la pantalla de la sala y toma el micrófono. En- tonces


comienza “The Reason” de la banda Hoobastank. Acapara toda la atención de
la fiesta, excepto la de Maggie que encuentra a Ethan entre todos los
invitados.

-Hola -su dulce voz resuena en el oído de Ethan.

-Hola, no te había visto -responde nervioso.

-Tu casa es muy bonita, estaba un poco perdida porque el gps marcaba otro
lugar y tu hermano hizo un mapa muy extraño en la invitación de facebook
pero...

Ethan se desconecta de la conversación un momento porque nota que Aiden


no está cantando para Diana, solamente mira la panta- lla. Sin embargo ella
se enamora totalmente de su voz, pero sigue pensando que es mala idea
separarlo de su actual novio. Cuando Aiden termina, ahora otra chica se
encarga de tomar el escenario y Maggie ha dejado de hablar.

-¿Me disculpas un solo segundo Maggie? Ella asiente y se acerca con Arely.

-Oye, Aiden no le estaba cantando a Diana -menciona Ethan.

-Que observador eres, es que no sabe la letra de memoria. Por cierto creí que
no querías nada con Nancy.

-Por supuesto que no, se llama Maggie.

-Que buena idea -menciona Arely -tú y ella pueden cantar algo, así me daré
cuenta de la reacción de Aiden.

-No te entiendo -responde Ethan frunciendo el ceño.

-Tú haces unas miradas de odio cuando Aiden está con Diana, puede que lo
mismo suceda con él.

-No lo creo, es que, no quiero ilusionar a la pobre chica. La canción termina y


ahora Héctor pide otro voluntario.
-Ethan y Margo -grita Arely.

-Maggie -corrige Ethan.

Ethan mira a Maggie mientras ella se queda pasmada por lo que acaba de
escuchar. Al principio Ethan va a rechazar pero Maggie se acerca decidida.

-Hay que hacerlo, no perdemos nada... -se encoje de hombros.

-Bien -responde Ethan.

Se colocan frente a la pantalla y Aiden levanta los pulgares hacia su amigo


muy feliz por tener a una chica tan linda a su lado en el momento, junto a
Aiden se encuentra Diana así que Ethan trata de ignorar esa parte. Entonces
comienza “Lucky” de Jason Mraz & Colbie Caillat. No lo hacen tan mal,
incluso parecen una pareja de tórtolos. El problema, es que Arely se
concentra en la reacción de Aiden que no parece nada molesta, incluso está
cantando con Diana algunas estrofas y en ningún momento presta atención a
su mejor amigo. Cuando ambos terminan todos aplauden.

-Buena actuación -grita Arely -¿no es así Aiden? Aiden confundido se frota la
cabeza.

-Si, parece que estos dos parecen más pareja que tú y él -respon- de Héctor
abrazando por detrás a ambos chicos.

-Por supuesto que no -menciona Aiden -Ethan me pertenece y nadie más


puede tenerlo.

Todos hacen un gesto de ternura e incluso Ethan cree las pala- bras de su
mejor amigo. Cuando no es verdad ninguna palabra. Diana también lo cree y
se levanta del su lugar un tanto decepcio- nada por tener sentimientos hacia
Aiden y no poder hacer nada por ello, se dirige al cuarto del baño. Los ojos de
Aiden se concentran en detenerla pero su cuerpo no corresponde a sus
pensamientos.

-Beso, beso, beso -gritan todos en la fiesta.

Ambos se niegan pero nuevamente Héctor toma la palabra.

-Si dicen la verdad, no deberían negar un beso.

Aiden le lanza una mirada asesina, por esa misma razón los hizo creer que
nada malo ocurriría.

-Bueno, está bien -le da un beso rápido.

-Eso no parece amor -grita una chica.

Aiden resopla, observa a su mejor amigo y en su imaginación recrea el rostro


de Diana, es entonces cuando unen sus labios en un beso bastante largo.
Tanto que Maggie ahora siente un hueco en el corazón. Al notar que no puede
luchar contra el falso amor entre ellos, decide marcharse, porque incluso
Ethan disfruta del beso. Se separan mientras todos gritan de alegría, incluso
Brenda le da un beso similar a Héctor.

Cuando la fiesta vuelve a su normalidad, Aiden de inmediato se concentra en


buscar a Diana, necesita saber qué sucede. Llama a la puerta del baño y
reconoce la voz un poco molesta diciendo que se largue quien quiera que sea.

-¿Podemos hablar?

Diana abre la puerta, no parece molesta o triste con la situación.

-¿Qué sucede? -pregunta Aiden.

-Nada, me sentí un poco mareada, será mejor que me vaya a casa

-Diana intenta irse pero Aiden la detiene.

-Espera, entiendo que no te sientes cómoda al saber que siento algo grande
por ti -menciona Aiden.

Diana se acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja e inclina la mirada


porque ella sabe lo que quiere.

-Y es verdad, cada vez que te veo quiero besarte tomarte de la mano... -Aiden
sujeta su mano entre las suyas.

-No puedes, tú tienes un novio.

Diana libera su mano de Aiden y camina un par de centímetros para


marcharse.

-¿Y si hacemos un trío? -pregunta Aiden... Ella vuelve su mirada con el ceño
fruncido.
6

-¿QUÉ DIJISTE? -pregunta Ethan muy alterado.

-No se lo confirmé, solo fue una opción.

Ambos chicos se encuentran sobre la cama de Aiden sentados observándose a


los ojos. Le ha contado sobre la propuesta que hizo con Diana, pero Ethan se
niega completamente a hacer eso. A la vez se sorprende porque, nunca pensó
que Aiden tuviera tanta con- fianza para proponer algo tan explícito.

-No tendré un trío con ambos, eso es de locos.

-Le diré que fue una broma obviamente, yo sé que no quieres hacerlo -Aiden
se encoje de hombros -¿o si?

-Ya te dije que no, Diana se debería sentir ofendida con tu pro- puesta.

-Ni si quiera me respondió, solo se fue sin decirme una respues- ta, quizá
tienes razón.

Ethan resopla muy molesto, ambos continúan siendo vírgenes y la verdad es


que no cree que sea una buena experiencia perder algo tan valioso con un
chico y una chica a la vez.

-Por cierto, cancelé mi cirugía -Aiden se levanta y toma su mo- chila.

-Hiciste lo correcto -Ethan hace lo mismo.

Aiden tomó esa decisión porque subió una historia en instagram preguntando
si valía la pena dicha cirugía a lo que claro Diana

respondió que no lo hiciera porque es muy guapo tal y como es. Le llenó tanto
el corazón que decidió arrepentirse de hacerlo.

Cuando ambos chicos arriban a la preparatoria, Ethan menciona una excusa


para separarse de Aiden, en realidad solo quiere char- lar un poco con Arely.
Como siempre, la encuentra junto a Diana y Dani. No quiere interrumpir así
que le envía un texto desde su posición. Ella de inmediato lo lee y mira a su
alrededor en busca de Ethan, cuando lo encuentra, él le dice que se aproxime
agitando su mano, ella emocionada lo hace dejando a sus amigas.

-¿Qué sucede guapo? -pregunta Arely.

-Aiden está loco, bueno, no sé...

-¿Sobre el trío? -pregunta mordiendo su labio.

-¿Cómo...
-Por dios, Diana me cuenta todo, aunque pensó que era una bro- ma. Tienes
que hacerlo.

-¿Qué? Obviamente no, es que no quiero que mi primera vez sea de esa
manera.

-Por dios, sabes que Aiden te encanta y lo mejor es que te está pidiendo que
tengas sexo con él.

Ethan lo analiza detalladamente, sabe muy bien que dentro de su corazón hay
un espacio muy grande para Aiden, pero no se siente listo para tener sexo con
él y peor con una chica que incluso ni si quiera ama, solamente sería
experimentar con el placer.

-No creo que pueda -menciona Ethan avergonzado.

-No tienes que hacer nada con Diana, es decir, tú y ella pueden darle mucho
placer a Aiden.

-Bueno, si, tienes razón.

Aiden aparece detrás de Ethan.

-¿En qué tiene razón? -pregunta mientras come una manzana

-creí que ibas al baño.

Ethan no sabe que decir.

-Que soy la chica más hermosa del mundo ¿no es así Aiden?

-pregunta Arely ladeando su mirada.

Aiden frunce el ceño, pero mira detrás de ella que Diana se en- cuentra riendo
con las animadoras. Por supuesto piensa que ella es la más hermosa de todas.

Ya que no responde Arely se despide sigilosamente de Ethan y vuelve con sus


amigas.

-Que intensa -dice Aiden volviendo a morder su manzana. Caminan


lentamente para entrar al edificio.

-Por cierto -Ethan hace una pausa deteniéndose -creo que estoy considerando
lo del trío.

Aiden abre los ojos muy grande, ni en un millón de años imagi- nó que Ethan
volviera a tocar el tema.

-¿En serio? ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Ethan se encoje de hombros, no quiere mencionar que él es la razón de todo


el drama porque de verdad lo quiere y si eso los hace estar juntos puede
aceptar lo que sea.

-No tengo idea...

-Bueno, piénsalo bien, sabes que nos vamos a divertir -Aiden le guiña el ojo.

Arely se encuentra en su práctica de animadoras y todo va per-

fecto hasta que encuentra a Héctor con una chica sentado en las gradas.
Evidentemente piensa que está engañando a Brenda e in- cluso se acerca a
ella preguntando si dejará que su novio coquetee con todas las chicas que
puede encontrarse.

-¿Qué chica? -pregunta Brenda.

Ella señala a ambos y Brenda sonríe.

-Tranquila, es su prima...

Arely frunce los labios, no tienen parecido alguno porque ella tiene el rostro
muy fino, cabello entre un rojizo y castaño, labios gruesos y ojos grandes.

-Por cierto, es lesbiana -Brenda le susurra al oído.

Sonríe como si un electrochoque le hubiera recorrido todo el cuerpo. Es que


la chica es bonita y además tiene una sonrisa muy grande y blanca.
Naturalmente camina hacia ellos como si buscara algo entre las gradas y
cuando se coloca frente a ambos, hace un gesto de sorpresa.

-Oh, hola Héctor, no sabía que estabas aquí -observa a su prima.

-¿Qué quieres? -pregunta algo molesto.

-Estaba buscando mi lente de contacto ¿lo han visto?

-No, ya puedes irte.

Héctor intenta ignorarla y seguir charlando con su prima pero es


interrumpido nuevamente por Arely.

-Hola, soy Arely -extiende su mano hasta la chica.

-Mi nombre es Karen -menciona ella estrechando su mano. Héctor apoya su


espalda en una de las gradas y se cruza de bra-

zos. Sabe perfectamente lo que trama Arely al acercarse, presentar- se

no
marcharse

pesar

de

que

están

ocupados

charlando

sobre

la familia.

-¿Qué haces Arely -pregunta Héctor.

-Nada, por supuesto. Solo quiero ser amable.

-Ah si claro -dirige la mirada a su prima -Arely es lesbiana y seguro tratará de


tener algo contigo.

La chica en lugar de molestarse se ruboriza un poco, incluso no puede


sostenerle la mirada a Arely que no para de sonreír.

Tomados de la mano, Ethan y Aiden caminan por el pasillo hasta llegar donde
se encuentra Diana Vargas, ella está dejando sus cosas en el casillero y por
supuesto se sorprende de ver a ambos chicos frente a ella.

-¿Qué sucede? -pregunta ella.

-¿Recuerdas a mi novio Ethan? -pregunta Aiden.

Ella asiente, pero ahora Aiden comienza a ponerse nervioso, no está seguro
de volver a hacer la misma pregunta porque tiene mie- do a que rechace la
petición de inmediato. Ya que Aiden se queda mudo, Ethan decide romper el
hielo.

-¿Quieres tener un trío con nosotros? -susurra. Diana abre los ojos muy
grande.

-¿Un trío, es en serio?

Ambos chicos asienten al mismo tiempo.


-Me siento alagada pero...

Diana lo duda, no quiere parecer chica fácil frente a ellos dos, de verdad
quiere estar con Aiden y no se resiste a él.

-No lo sé chicos ¿en serio están de acuerdo?

Ambos chicos se miran y piensan lo mismo, ya que reciente- mente han salido
de clase de gimnasia, levantan sus camisetas mostrando su abdomen. No se
compara con el de otros modelos o con el de Héctor, pero a Diana no le
parece nada mal, incluso se ruboriza totalmente

-Pues acepto entonces, siempre y cuando sea un secreto entre nosotros -


susurra.

Aiden intenta hablar pero Diana lo silencia colocándole el dedo índice en los
labios.

-No significa que sea una zorra o algo similar, no he tenido rela- ciones desde
mi ex novio, él ha sido el único con el que tuve algo. Lo hago porque ustedes
son muy buenos y no lo niego, son sexys me gustaría experimentar.

Se hace un silencio incómodo entre los tres.

-¿Qué dices de hoy en la noche? -pregunta Aiden.

-Seguro -responde Diana.

-No, yo no puedo -dice Ethan.

-¿Entonces mañana? -pregunta Aiden.

-Si -responde Ethan.

-No, mañana tengo un compromiso familiar -dice Diana.

-¿El viernes? -pregunta Ethan.

-Perfecto -responden Diana y Aiden al mismo tiempo. Nuevamente se hace un


silencio.

-¿Necesitas que llevemos algo? -pregunta Aiden.

-Preservativos quizá.

-De eso yo me encargo -responde Ethan.

-Bueno, entonces nos vemos en el Hotel Clarksson el viernes a las nueve, no


llegues tarde y por favor, ten la mente abierta -Aiden guiña el ojo a Diana
intentando ser seductor.
Toma por la mano a Ethan y se marchan juntos. Ahora Diana respira hondo
porque será una nueva experiencia para ella. Incluso se arrepiente por un
segundo ya que Aiden la ha tachado de zorra, pero recuerda que lo quiere
porque tiene una grandiosa voz y es muy lindo con ella. Cada vez que la besa,
despierta su cuerpo.

Arely se encuentra sentada sobre las escaleras que conducen al edificio de la


preparatoria charlando con una chica embarazada. Le aconseja cosas básicas
ya que el padre de Arely es doctor ginecó- logo y la chica últimamente se
siente muy cansada y agotada, es normal cuando hay un bebé en sus
entrañas.

-Seguro que todo está bien, quizá no duermas bien por las no- ches y esa es la
razón -menciona Arely.

-Muchas gracias Arely, este fin de semana es seguro que iré al consultorio de
tu padre.

-Por nada Marissa.

La chica se levanta con cuidado ya que tiene una enorme ba- rriga. En ese
momento Karen aparece, esta vez está sola y está impresionada de que Arely
esté ayudando a una chica embarazada.

-Así que eres consejera -se sienta a su lado.

-Me gusta ayudar -Arely se encoje de hombros -será niño y se llamará


Santiago por cierto.

-Que lindo -responde Karen.

Arely siente un cosquilleo en el estómago, hace mucho que no lo sentía


porque la mayoría de las chicas con las que tuvo una cita,

son de la clase que se deja el vello en las axilas.

-Tienes bonitos ojos -menciona Arely -aunque es mucho rímel para una
lesbiana ¿no crees?

Karen frunce el ceño.

-No soy lesbiana.

Arely abre los ojos muy grande porque se siente bastante aver- gonzada, no
puede creer que Brenda le haya mentido.

-Lo lamento, es que bueno, la novia de Héctor lo dijo y yo...

-Es una broma -Karen sonríe -me encantan las mujeres. Ahora se emociona al
escuchar eso.
-Tienes razón.

-¿Entonces? ¿Eres una chica abiertamente lesbiana? -pregunta Karen, no


conocía algo similar.

-Exacto, todos aquí me aceptan, incluso soy de las más popula- res. Mis
padres al principio no lo creían pero al final me aceptarón y me aman. ¿Qué
hay de ti?

-Mis padres son unos idiotas, no lo creían hasta que besé a una chica frente a
ellos. Obviamente se armó un lío, intentaron llevar- me a terapia y a la iglesia
también así que desde ahora ya no miro al pasado.

Arely se impresiona, aunque no entiende si al final la aceptaron. Ya que no


quiere parecer entrometida, no pregunta más sobre el tema, solo quiere pasar
un buen momento junto a ella.

-Héctor es el único de la familia con el que me llevo bien, no es malo conmigo.


Aunque es un chico problemático tiene sus razones.

Arely se confunde, quiere decir que Héctor guarda un oscuro secreto o


incluso puede que sea algo que oculta. Ya que es muy im-

probable que Karen mencione algo, Arely se queda con el misterio.

En la habitación de Ethan, ambos amigos se encuentran en una situación algo


extraña porque mientras Aiden pierde el tiempo en el baño, Ethan intenta
llamar a Arely dejando cientos de mensa- jes de voz sobre las posibles señales
de amor que Aiden muestra. Cuando sale, Ethan queda boquiabierto al verlo
solo con unos bó- xer ajustados modelo Calvin Klein, desde que Diana le
mencionó lo sexy que está, ahora siente un poco más de confianza en sí mis-
mo. Se mira en el espejo y frota su abdomen, nota que las costillas sobresalen
un poco y es a causa de que no ha comido muy bien últimamente. Aún así
mantiene un poco de inseguridad al ver que Ethan no deja de mirarlo.

-¿Cómo crees que reaccione Diana al verme de esta manera?

-pregunta Aiden.

-Seguro tiene sexo contigo -Ethan le da una palmada en la espal- da, trata de
no sentir algo más que amistad al ver a su mejor amigo de esa manera.

-¿Eso crees? -Aiden sonríe. Ethan asiente un poco nervioso.

-¿Sabes? Creo que tenemos que practicar.

-¿Cómo? -pregunta Ethan confundido.

-Si, no creo que nuestro fuerte sea improvisar frente a Diana. Aiden toma de
los hombros a Ethan y lo dirige frente a la cama.
-Diana estará sentada por aquí -señala el extremo frontal de la cama -y tú y yo
estaremos frente a ella.

Aiden lo mira directamente a los ojos y por un segundo, cree que

en este preciso momento su mejor amigo quiere tener sexo con él. Aiden
comienza a desabotonar la camisa de Ethan hasta quitársela por completo. Se
acerca un poco más a él y recorre el brazo de Ethan con las yemas de sus
dedos, Ethan tiembla porque se siente de maravilla.

-¿Y ahora? -pregunta Ethan tartamudeando.

-Tenemos que besarnos.

Ethan cierra los ojos y se acerca poco a poco para juntar sus la- bios con los
de su mejor amigo, pero por mala suerte su madre lo llama para marcharse a
una cena familiar. Aiden se detiene y ahoga una risa.

-Bueno, excelente práctica, el viernes será mejor -Aiden entra al baño por su
ropa.

En cambio Ethan, piensa las cosas por más tiempo, respira hon- do y se dice a
sí mismo que todo estará bien.

Al igual que Ethan, Diana está muy desesperada intentando con- tactar a
Arely, falta un día para que el trío se lleve acabo y todavía no está segura si
debe asistir. Cree que no es justo practicar el sexo cuando ellos son una
pareja muy feliz y además no quiere que to- dos se enteren. Mientras deja el
mensaje de voz, camina por el pasillo de la escuela.

-Arely, por favor, Ethan y Aiden me invitaron a un trío y no sé si pueda


hacerlo, por favor llámame.

Guarda el teléfono en su bolso y cuando intenta dar un paso al frente, Brenda


y Dani aparecen frente a ella. Ambas tienen una mirada seductora.

-¿En serio? De verdad Diana te admiro mucho -menciona Bren-

da.

Diana intenta decir algo en su defensa.

-Tranquila, no le diremos a nadie, tener sexo con dos chicos gay sexys es la
cosa más excitante del mundo -menciona Dani.

-Si Arely no puede ayudarte, lo haremos nosotras -Brenda guiña el ojo.

Las tres se reúnen en casa de Diana, su habitación es casi idén- tica a la de


Arely. Solo que Diana tiene los trofeos de campeona animadora, además de
que también practica box y tiene un costal para golpearlo cada vez que
practica.
Diana se sienta sobre la cama anotando cada instrucción que Brenda y Dani
mencionan. Ninguna de las dos ha tenido un trío pero aún así han mirado
bastante pornografía con el resto de las animadoras y es una de las razones
por las que conocen del tema.

-Número uno, tienes que llegar al hotel antes que ellos -mencio- na Dani al
frente de Diana.

-Y tienes que decorarla como la habitación roja de Christian Grey -menciona


Brenda a su lado.

Diana asiente y toma nota.

-Número dos, tú cuerpo debe ser perfecto, debes hacer mucho ejercicio y no
comer absolutamente nada que tenga grasa -dice Brenda frotando su cuerpo.

Diana asiente y mira su cuerpo, está en perfectas condiciones.

-También tienes que estar totalmente depilada, si necesitas ayu- da estamos


preparadas -Dani le muestra un recipiente con bandas y cera.

-Ah, no creo que sea necesario, esta mañana en el spa lo hicie-

ron, gracias -dice Diana temerosa.

-Al final -Brenda levanta el dedo índice -Tres duchas antes de la acción o
puede que huelas mal.

-Está bien.

-Bien, que disfrutes el trío -menciona Dani.

El día llega y ahora Ethan y Aiden se preparan para el gran en- cuentro que
tendrán con Diana. Por una parte, Ethan se siente bas- tante confiado porque
incluso se ha hecho ejercicio para estar en forma, aún así su cuerpo es muy
delgado. Aiden es el que está muy nervioso y por si fuera peor, se siente
incómodo con el supuesto sobrepeso imaginario que cree tener y ninguna
ropa le convence.

-Llegaremos tarde si no te preparas -dice Ethan sentado sobre la cama de


Aiden.

Continúa haciendo un desastre en su armario.

-Es que nada me queda bien, no lo entiendo, no he comido nada fuera de lo


normal estos últimos días.

-Estás exagerando, todo se te ve bien.

-A veces desearía ser como Héctor, lo he visto comer muchas cosas y


mantiene su cuerpo en perfectas condiciones.

Ethan pone los ojos en blanco.

-Bueno, creo que esta es la ropa indicada.

Mientras Ethan continúa esperando, Aiden se viste con un pan- talón ajustado
color negro y una camisa guinda, zapatos negros y su peinado de siempre que
es el cabello hacia arriba. Ahora siente un poco más de confianza en sí mismo
porque se mira al espejo y le gusta lo que ve, al menos por ahora.

Cuando sale del baño, Ethan lo mira de pies a cabeza. Admite que se ve muy
bien.

-Bueno, es hora de irnos.

Ethan asiente, al contrario de Aiden, él lleva puesto su ropa de siempre,


camisa de cuadros, jeans ajustados y sus converse de di- ferente color.
Continúa sin sentir nervios, al contrario, parece que ahora siente diferentes
emociones en su interior, incluso cree que puede pasar más tiempo con él que
con Diana.

Cuando llegan al hotel, se dan cuenta de que Diana ya está en la sala de


espera, lleva un vestido ajustado color negro y un labial rojo muy intenso.
Aiden siente más que amor, ahora siente un gran- de y profundo deseo hacia
ella. Nervioso, se detiene antes de entrar incluso agita su mano en el rostro
debido al calor que siente.

-¿Estás bien? -pregunta Ethan.

-Si bueno.

Mira su reflejo en la puerta de cristal.

-¿Ya pensaste en una excusa para marcharte, verdad? -menciona Aiden aún
mirando su reflejo y acomodando su cabello.

Ethan frunce el ceño al escuchar eso.

-¿Qué? -pregunta confundido.

-Si, algo como que sentiste asco, que tienes ganas de vomitar, claro después
de hacer lo que practicamos.

Ethan está muy confundido, no sabe a qué se refiere con eso.

Incluso no deja de mirar a Aiden.

-Espera, ¿en serio creíste que nosotros...

Ahora comprende sus palabras, solamente quiere tener sexo con Diana y
necesita que Ethan desaparezca.

-Oh claro, si, ya lo tengo -dice un poco decepcionado.

Aiden respira hondo y abre la puerta, juntos entran y caminan en un aspecto


muy masculino hasta llegar en donde se encuentra Diana. Ella se levanta y
sonríe a ambos chicos, evidentemente está muy nerviosa y no sabe cómo
controlarlo.

-Se ven muy guapos los dos -menciona Diana.

-Gracias -dice Ethan.

-¿Estás lista? -pregunta Aiden.

-No se preocupen, tengo todo arreglado, síganme.

Ambos chicos confundidos caminan detrás de Diana, ella retira la tarjeta de


su bolso y lo coloca en el lector de la puerta. Cuando la abre, se encuentran
con un espacio muy llamativo, una habitación decorada ambientalmente para
una película erótica. Las paredes son rojas con una iluminación tenue y la
cama es bastante grande y con sábanas y cobijas púrpuras. A la derecha se
encuentra una pe- queña mesa con tres copas y una botella de Sauvignon
Blanc junto a un balde repleto de hielos.

-¿Quieren una copa? -pregunta Diana.

Aiden asiente al igual que Ethan. Ambos se sientan sobre el ex- tremo frontal
de la cama mientras Diana sirve las copas.

-El lugar es lindo -menciona Ethan pero ninguno de los chicos dice nada.

Les entrega la copa y beben un poco cada uno. La escena per- tenece a una
situación incómoda y no a una donde tendrán sexo.

-Pondré algo de música -menciona Aiden al ver un reproductor en la misma


mesa.

-Yo encenderé la calefacción -dice Diana sintiendo un poco de

frío.

Suena una canción extravagante, algo que comparte el momento de tensión


que están viviendo los tres en la misma habitación. Ya que Diana y Aiden no
mueven un solo músculo, Ethan se levanta dispuesto a comenzar todo.

-Bueno, es hora de iniciar, no quiero llegar tarde a casa.

Se quita la camisa y los jeans rápidamente. Diana abre los ojos muy grande al
verlo en ropa interior y Aiden se siente confundido.
-Este es el inicio.

Coloca su ropa a un lado y camina hasta donde se encuentra Ai- den, lo toma
de la mano y juntos se acercan a la cama justo como lo ensayaron, le propone
a Diana sentarse sobre el extremo de la cama. Ella asiente y comienza a sentir
algo al verlos muy cerca del uno al otro y no precisamente en su corazón.

Aiden se siente muy confundido, no sabe lo que Ethan hará exactamente


porque no practicaron de esa forma, incluso ahora se siente más nervioso y su
respiración se acelera.

-Tranquilo -susurra Ethan.

Entonces comienza a desabotonar su camisa lentamente, se nota como el


abdomen de Aiden sube y baja por los nervios. Le retira la camisa por los
hombros y deja a su mejor amigo con el torso descubierto. Las manos de
Ethan recorren la espalda de Aiden, por supuesto se siente un poco incómodo,
pero al ver la reacción de Diana apretando sus muslos con las manos lo deja
pasar.

Ethan se acerca lentamente y hunde sus labios con los de Aiden en un beso
profundo. La quijada de Diana literalmente cae al suelo al ver tal escena
porque incluso las manos de Ethan juegan con la espalda

de

su

mejor

amigo.

Cuando

ambos

se

quedan

sin

aliento,

se separan y se miran a los ojos.

-Eso estuvo bien -susurra Aiden.

Ethan sonríe al ver lo impresionado que ha dejado a Aiden.


-Eso fue grandioso -menciona Ethan.

Diana los sorprende mientras se deshace de su vestido, mostran- do lencería y


su cuerpo muy bien formado. Toma a Aiden por las mejillas para besarlo de la
misma forma en la que lo hizo Ethan, considera que con ella es diferente
porque además de que lo hace muy bien, siente mucho deseo. Cuando se
separa, ahora besa a Ethan y es cuando todo se derrumba lentamente. El
corazón de Ai- den se parte en dos al verlos disfrutar el beso. Cuando se
separan, ambos se dan cuenta de la mirada de Aiden hacia ambos.

-Lo siento, no puedo seguir - dice Aiden, toma sus cosas del piso y sale por la
puerta.
7

-Fue una estúpida idea lo del trío- dice Aiden.

-¿Y hasta ahora te das cuenta? -pregunta Ethan.

Se encuentran en la habitación de Ethan jugando videojuegos, Aiden sobre el


suelo apoyado en la base de la cama y Ethan sobre la cama recostado boca
abajo.

-También lo de fingir ser gay -menciona Aiden.

Ethan pone los ojos en blanco. Se lo dijo cientos de veces pero aún así Aiden
insistió en seguir el juego y le parece tan tonto que hasta el momento se haya
dado cuenta.

-Creo que debemos terminar. Ethan pausa el juego.

-¿Por qué? -pregunta.

Ethan cree que cuando ambos se besaron hubo una especie de conexión entre
ellos y ahora Aiden se siente muy asustado tal como él mismo se sintió al
principio. <<Ahora quiere terminar conmigo porque en el fondo sabe muy
bien que siente algo por mí>> piensa Ethan. Pero ahora tiene que idear un
plan para mantenerse juntos.

-Esto tendrá que ser lento, si alguien pregunta nuestra amistad continúa.
Somos los mejores amigos de antes.

Ethan asiente como si todo estuviera bien. Después de todo agradece que el
trío no se haya llevado a cabo porque en el mismo instante el momento sería
más incómodo para ambos.

En clase de ciencias, Ethan está sentado a la derecha de Arely,

es de las pocas clases que tienen juntos. Esta vez Ethan charla con ella sobre
todo lo que sucedió, sin embargo, ella se nota muy dis- traída. Lo que sucede
es que no deja de pensar en Karen, en sus labios y en esos ojos de color miel
con largas pestañas.

-¿Qué opinas? -pregunta Ethan.

Ella reacciona al escuchar la pregunta.

-¿Cómo?

-¿Estás bien? Parece distraída, ni si quiera contestas los mensa- jes.

-Lo lamento, es que es una chica.


Ethan sonríe al escuchar la gran noticia.

-Estuvimos hablando y apuesto que ya conozco más sobre ella que Héctor.

La profesora pide que guarden silencio, ambos hacen como si volvieran al


trabajo.

-¿Entonces te gusta? -pregunta Ethan.

-Creo que si, siento mariposas y desde hace mucho que no las sentía.

<<Sé lo que se siente, sobre todo cuando se trata de mi mejor amigo. Ojalá
tuviéramos el control de elegir con quién sentir esta clase de sentimientos>>
Piensa Ethan.

-¿Entonces, qué tal el trío? -pregunta Arely.

-No lo hicimos, Aiden salió corriendo.

-¿Por qué?

-Hay dos razones, le dio miedo seguir o porque Diana me besó. Arely abre
muy grande los ojos.

-¿En serio?

-Si, pero Aiden sabe muy bien que fue parte del trío, a él también lo besó y yo
también lo besé.

-¿Y qué sentiste?

No sabe muy bien cómo expresarlo.

-Con Aiden sentí algo extraño bajo mi ropa interior, pero con Diana solo fue
como besar a otra chica. Sé perfectamente que Ai- den disfrutó de mi beso, lo
vi en su rostro.

-Entonces, seguro que ahora comienza a sentir algo por ti.

Arely espera tener razón porque odia ocultarle cosas a Diana, es su mejor
amiga y ella sigue creyendo que ambos chicos son no- vios, por eso hace todo
lo posible porque Ethan lo enamore.

-Lo mismo pienso, pero aún no estoy completamente seguro.

Incluso me pidió que termináramos.

Una chica frente a Ethan escucha lo último.

-¿Entonces tú y Aiden? -pregunta Arely.


-Si, terminamos.

La misma chica no duda un segundo más y comienza a escribir textos para


todo el grupo. Los teléfonos vibran y no solo en el salón de clase, también en
otras aulas la noticia se esparce. Nadie puede creerlo porque incluso en las
redes sociales ya se está esparciendo la noticia.

En clase de ecología, Aiden está tomando notas mientras la pro- fesora habla
sobre los animales en peligro de extinción. En ese mismo sitio los celulares
vibran y todos se rumorean cuidando que

la profesora no los descubra. En momentos miran a Aiden y el se confunde


totalmente al ver las reacciones de todos. Incluso recibe varios mensajes de
facebook y twitter que por el momento no pue- de ver porque la profesora
está justamente frente a él leyendo el texto de un libro que tiene en las
manos.

La campana suena anunciando el final de la clase, la profesora dice algunas


palabras sobre el trabajo del día siguiente y cuando termina, unas cuantas
miradas se centran en Aiden.

-¿Es cierto que tú y Ethan rompieron? -pregunta una chica lla- mada Erika
susurrando.

Aiden frunce el ceño.

-¿Cómo...

-Seguro es por Diana, anoche tuvieron un trío -menciona Bren- da.

Todos en el salón se impresionan.

-Eso no es verdad, ella no tiene nada que ver -dice Aiden con su tono agudo
horrible que suena cuando está nervioso.

-Nuestra pareja favorita va a romper por ella -dice Brenda nue- vamente.

-Eso si que no -menciona Erika molesta cruzando los brazos.

La quijada de Aiden se cae al suelo, Diana no tiene nada que ver con el
rompimiento entre ambos. Tal vez Aiden si quería que todos se enteraran de
ello y sobre todo Diana para poder acercarse y co- menzar desde cero. Pero
ahora ella está en problemas, en graves y serios problemas de los que no
saldrá fácilmente.

Parece una especie de huelga la que hay en los pasillos, incluso

varios tienen un cartel con la fotografía de Diana y el símbolo de prohibido.


Otros tienen #SaveAithan y otros fotografías de la fe- liz pareja. Diana es
atacada en todas partes a las que asiste, no se siente segura en ningún sitio
así que se encierra a llorar en el salón musical.
Ahora todos piensan lo peor de ella, no solo por que creen que es la culpable
de que Ethan y Aiden rompieran sino de que es una chica fácil que puede
acostarse con cualquier chico.

Incluso también Ethan y Aiden tienen que encontrar un escondi- te porque


toda la escuela intenta convencerlos de no terminar. Por si fuera poco, Aiden
también entra al salón musical, no es común que cualquiera entre ahí si no se
trata de la clase de música.

-Largo de aquí -grita Diana al ver que se trata de Aiden.

-¿Diana?

-Todo es tu culpa, seguro querías aumentar tu popularidad y le dijiste a todos


que tuvimos el supuesto trío que ni si quiera suce- dió. Y no solo eso, piensan
que soy la causa de tu rompimiento con Ethan.

Aiden jamás había visto tan molesta a Diana.

-Yo no lo hice, lo juro.

Diana no cree una sola palabra de Aiden.

-Tú no eres la causa de nuestro rompimiento y ten por seguro de que me


encargaré de que todos lo sepan.

La respiración de Diana comienza a descender.

-¿Y cuál es la causa?

Aiden tiene otra mentira en mente, es una teoría algo absurda.

-¿En serio esa fue tu mejor excusa? -pregunta Ethan cuando am- bos mejores
amigos se encuentran juntos en el sitio de siempre.

-¿Se te ocurre algo mejor? -Adien muerde una barra nutritiva.

-Bueno, no.

Ethan insiste en creer que ocurre la misma situación que él mis- mo vivió,
cree que Aiden también quiere alejarse para no tener esa clase de
sentimientos. No tiene algo en mente para mencionar lo que siente o sintió al
menos, siente miedo de cometer un error.

A lo lejos, Héctor, sus amigos y su novia los observan atenta- mente en busca
de que haya una señal de noviazgo. En realidad Héctor no presta atención, él
solo se concentra en tener muchos me gusta en su página de facebook en
donde muestra sus fotografías ardientes que él mismo editó y mejoró.

-¿Creen que sea cierto que Diana no tuvo nada que ver con el hecho de que
hayan roto? -pregunta Brenda sin dejar de ver a la pareja.

-Tú comenzaste el rumor -menciona Héctor sin apartar la vista de su teléfono.

-Por supuesto que no -responde Adrián, uno de los amigos de Héctor -ella se
encargó de separarlos.

-Yo intenté seducir a Diana y me rechazó de inmediato, con otros del equipo
sucedió lo mismo, así que no creo que en verdad hayan tenido el trío -dice
Gerard.

-¿De qué trío hablan? -pregunta Héctor.

-Supuestamente, Diana tuvo sexo con ellos dos.

-¿En serio?

Héctor lo duda mucho, a pesar de las diferencias de ambos o del hecho de


que parecen enemigos, pasan tiempo juntos y ella nunca habló algo sobre un
trío. Esa misma tarde piensa charlar con ella, inclusive piensa que puede
matar dos pájaros de un tiro porque Aiden sentirá muchos celos al verlo junto
a Diana.

Cuando ambos chicos se levantan, Aiden nota que Maggie se está acercando,
no quiere ser un mal tercio así que se adelanta a entrar al edificio.

-¿Entonces, ahora estás soltero? -pregunta Maggie con esa voz tan dulce que
lleva.

-Eso creo, aún así Aiden es mi mejor amigo, siempre lo será.

Maggie sonríe, aunque no sabe exactamente si ahora tiene el camino libre


para volver a luchar por él.

-Me alegra mucho saber eso.

Sin pensarlo, se acerca y le da un abrazo a Ethan. Él amablemen- te lo acepta,


en el fondo la chica le agrada y se siente muy mal por no quererla o sentir
algo por ella. <<Si pudiera, haría lo que fuera por amarla>> Piensa Ethan
durante el abrazo.

Al día siguiente, como Héctor lo planea, recibe a Diana después de una clase.
Incluso con intención, se coloca a un par de metros donde se encuentra Aiden
en el mismo pasillo.

-¿Entonces continúas soltera? -pregunta Héctor.


-Ya sabes lo que opino sobre eso, tú ya tienes novia y no

puedo

sentir algo si todo el día te comportas como un patán.

Aiden los mira fijamente y siente que los celos se apoderan fuer- temente de
todas sus emociones e intenciones. No quiere armar un show frente a toda la
escuela, arruinaría su reputación más rápido de lo que fue al terminar con su
mejor amigo. Héctor la rodea con su brazo y le lanza una mirada de burla a
Aiden, a quien por cierto le hierve la sangre en sus venas.

Arely también se da cuenta de dicha escena y se coloca junto a Aiden


cruzando los brazos.

-No puedo creer que pase tiempo con él en lugar de con su mejor amiga, ni si
quiera sabe que estoy saliendo con su prima -menciona Arely sin apartar la
mirada de Diana y Héctor juntos.

-¿Crees que algo suceda entre ellos?

De inmediato Arely piensa en un plan para darle a Héctor una cucharada de


su propia medicina, el problema es que no sabe nada sobre él, solo que es el
típico chico malo que es el mariscal de campo en el fútbol americano, tiene
una novia un poco distraída y también que Ethan es su hermanastro. Piensa
que seguro está ocul- tando algo porque nadie es perfecto. Arely pensaba
decirle a todos que se toma fotos desnudo en su habitación, pero él mismo las
subió a instagram, obviamente cubre sus atributos porque de otra manera, las
hubieran reportado y eliminado de las redes. Recuerda a todos sus
compañeras del equipo excitándose con dichas fotos e incluso algunas chicas
las colocaron como fondo de pantalla.

-¿Sabes algún secreto sobre él? -pregunta Arely.

-No.

-Es el hermanastro de tu mejor amigo.

-Bueno, Ethan mencionó que un día encontró en su habitación

una cartilla de tratamiento. Asiste al médico cada mes.

-¿Qué tipo de tratamiento?

-Ni idea -dice Aiden cerrando su casillero.

Arely frunce el ceño, no cree que tenga una enfermedad terminal porque se
nota más sano que la misma Hazel de Bajo La Misma Estrella. Ella se pasa la
mano por el cabello y se lo recoge en una cola de caballo.

-Creo que tengo una idea.


Sonríe y deja a Aiden en los casilleros, camina un par de metros por los
pasillos hasta que por fin encuentra al par de tontos que deben saber más de
Héctor que su propio hermanastro. Se trata de Adrián y Gerard que no dejan
de mirar fotografías de chicas en bikini. Arely se coloca frente a ellos y llama
la atención de ambos.

-Hola.

Fruncen el ceño confundidos.

-Oigan, escuché que Héctor asiste a un médico que seguro lo mantiene en


forma ¿saben algo de ello?

-No es para bajar de peso -menciona Gerard pero Adrián lo gol- pea.

-¿Ah no? -pregunta Arely en tono sarcástico -¿entonces de qué se trata?

-Solo sabemos que le receta unas pastillas y masajes.

-¿Para qué?

Ambos se encojen de hombros sin saber la respuesta. Es sufi- ciente


información para Arely así que le da un beso en la mejilla a ambos chicos y se
retira.

Aiden se dirige al aula de la siguiente clase pero Erika lo detiene en medio del
pasillo, es una chica alta con grandes gafas que con- sigue esparcir los
chismes de una manera rápida, ya sea en su blog del internet o en el diario
escolar ella parece algo preocupada así que llama su atención saber qué es lo
que sucede.

-Muchas fuentes dicen que tuviste un trío con Ethan y Diana ¿es cierto?

Pone los ojos en blanco, aunque quiera negarlo, no le creerán una sola
palabra. Creía que era algo más importante así que intenta seguir su camino.

-Aguarda, es solo que parece que hay una chispa de romance entre tu exnovio
y Diana.

Aiden se detiene y detenidamente la mira a los ojos, sabe que no es verdad


porque Ethan y Diana ni si quiera se hablan. Pero todo cambia cuando Erika
le muestra una fotografía donde ambos están frente a frente y bastante cerca.
Aiden reacomoda su mochila en el hombro y se marcha al aula sin decir una
sola palabra.

Al entrar por la puerta encuentra a Ethan dibujando en su cua- derno una


fácil copia de pikachu. Aiden molesto, deja su mochila de un golpe y coloca
sus manos en la mesa frente a Ethan.

-¿Qué sucede? -pregunta Ethan confundido.


-¿Qué pasa entre tú y Diana?

Ethan sonríe y frunce el ceño al mismo tiempo, cree que Aiden está
bromeando pero al ver la seriedad en su rostro, su mirada cam- bia al
instante.

-No hay nada entre nosotros ¿por qué lo preguntas?

-Me mostraron una foto donde se miran frente a frente en el jar- dín, así como
si estuvieran enamorados.

Ethan desvía los ojos, lo que sucedió fue que Diana le pregunto si había visto
a Arely por alguna parte del campus ya que última- mente pasan más tiempo
juntos. Lo sabe porque Arely tiene mu- chas fotografías en Instagram de
ambos.

-¿Tú y Héctor planearon coquetear con ella para dejarme fuera del camino?

-¿Qué te pasa Aiden? ¿Me crees capaz de hacer eso?

Aiden lo analiza y se tranquiliza un poco, ni siquiera sabe por qué está


actuando de esa manera cuando aún no existe relación en- tre él y Diana. Su
respiración desciende y de inmediato se disculpa. Ahora se arrepiente de lo
que ha dicho.

-En serio creo que me estoy volviendo loco -dice Aiden.

-De celos -responde Ethan molesto.

Toma su mochila y se levanta de su lugar, está a punto de mar- charse pero


antes mira a Aiden.

-Creo que ahora si rompimos -lo empuja para poder pasar -y estoy hablando
de nuestra amistad.

Todos miran a Aiden mientras él se sienta en su lugar, ya no sabe qué pensar


y se siente tan mal de lo que hizo.

Arely entra a la cafetería en busca de Héctor y para su suerte, lo encuentra


en una mesa colocada en el centro. Incluso Diana se encuentra a su lado, lo
que es extraño porque pensaba que ambas no lo soportaban. Ahí mismo
también se encuentra Brenda, Chris- tian, Elizabeth (otra animadora) y Diego
que son parte del equipo de fútbol y de las animadoras. No pierde otro
segundo y se acerca.

-Hola chicos.

-Arely, ven toma asiento -dice Brenda -Héctor nos está charlan- do sobre lo
que sucede entre Ethan y Aiden.

Tal parece que es el club anti #Athan y eso es fatal para Arely sobre todo
porque Diana está presentes. La mira con un rostro lle- no de decepción.

-No gracias, solo vine a hablar con Héctor.

-¿Qué quieres? No le interesas a mi prima, ella prefiere chicas inteligentes.

Todos en la mesa se burlan, excepto su amiga. Arely sonríe mal- vadamente


porque fue la gota que derramó el vaso.

-Cuéntame sobre por qué asistes al doctor cada mes, por qué tomas pastillas y
por qué tienes que hacerte masajes.

El rostro de Héctor cambia totalmente mientras sus amigos lo miran con el


ceño fruncido, parece bastante preocupado por todo lo que dijo Arely. A su
lado, Diana agacha la mirada, como si ella supiera algo más de la cuenta. El
silencio abunda por un segundo hasta que Erika entra por la puerta gritando.

-¡Aiden Cross está transmitiendo en vivo!

Todos curiosos por lo que grita toman su celular para ver que es lo que Aiden
está diciendo, Diana es una de ellas. Arely maldice porque han interrumpido
una situación bastante importante.

Incluyendo Ethan que está en el jardín intentando terminar el dibujo de


pikachu, vuelve a dejarlo ya que lo notificación le llega al teléfono. Por un
segundo intenta ignorarlo, pero la curiosidad le llena completamente.

Aiden se encuentra en un aula vacía de la escuela con un repro- ductor de


música a su lado, espera que tenga alta audiencia para dejar en claro muchas
cosas que están sucediendo. Le ha hecho

tanto daño a todo el que se encuentra a su alrededor y sobre todo a Ethan que
desde siempre lo ha apoyado y como respuesta le dio la espalda demasiadas
veces. Siente el peso del mundo entero en sus hombros y la única forma de
quitárselo es hablando sobre lo que cree que es correcto y cantando que es lo
que mejor sabe que hacer.

-Solo quiero decir que no es verdad lo que escribí en twitter. Por un segundo
Ethan piensa que dirá toda la verdad.

-No quiero terminar con Ethan por una tonta discusión que tuvi- mos y yo sé
que es decisión de él si podemos volver o no.

Oprime play al reproductor y comienza una canción muy anti- gua que una
vez fue popular por una película de disney. Se trata de una canción llamada
“What You Mean To Me” de la película Starstruck. La letra tiene mucho que
ver con una disculpa.

Aquí estoy con todo mi corazón espero que lo entiendas

Sé que te dejé caer pero nunca cometeré el mismo error otra vez Me trajiste
más cerca de lo que realmente soy

Ven, toma mi mano Quiero que el mundo vea

Lo que significas para mí...

Cuando Aiden termina la canción, se sorprende al ver a Ethan apoyado en el


marco de la puerta. Intenta decirle algo pero Ethan lo silencia de inmediato
colocando el índice en sus propios labios. Camina hasta donde está él y le da
un fuerte abrazo. En la cafetería todos gritan de alegría excepto Diana que
decide apagar el teléfono y marcharse de su lugar.

En el aula, ambos amigos se separan del abrazo y Aiden termina el video para
poder hablar en privado.

-De verdad lo lamento Ethan, me comporté como un idiota y yo

no soy así, me dejé llevar por tantas cosas.

Ethan se encoje de hombros.

-Si te perdono.

-En serio que eres el mejor amigo de todo el mundo -Aiden lo toma por los
hombros.

-Aún así pienso que debemos terminar, no nuestra amistad sino nuestra falsa
relación -menciona Ethan seriamente -no en este pre- ciso momento hay que
decirle a todo el mundo sino en una semana o dos.

Aiden asiente lentamente aunque no sabe cuál es la razón.

-Si eso quieres está bien, yo estoy feliz con seguir siendo mejo- res amigos sin
importar lo que suceda -dice Aiden mientras le da un par de palmadas en la
espalda.

Cuando las clases terminan, Diana entra al baño para retocar su maquillaje ya
que la práctica de animadoras casi comienza. Mien- tras coloca el rimel en sus
pestañas, escucha quejidos dentro de un cubículo, como si alguien estuviera
vomitando. Se acerca lenta- mente hasta la puerta del cubículo y la golpea un
par de veces.

-¿Hola? -dice Diana.

Nadie responde y vuelve a intentarlo. Pero sigue sin tener éxito.

-¿Quién es? -pregunta.

Mira por debajo y observa un par de zapatos modelo Vans color guinda que
suele reconocer de inmediato. La duda es qué hace aquí y lo peor, vomitando.
-Aiden, sal de ahí por favor. Abre la puerta muy avergonzado.

-¿Qué haces en el baño de niñas? -pregunta Diana.

-Lo siento, es que, bueno... No sabe que decir.

-¿Te sientes mal? ¿Por qué vomitabas?

La historia real es que Aiden se sintió tan culpable de comer una


hamburguesa después de todo el drama que sucedió y tuvo que de- volverla
de una forma grotesca. Creyó que si lo hacía en el baño de las mujeres, nadie
iba a molestarlo. Se dirige a lavar su boca con un poco de agua y enjuague
bucal que retiró de su mochila. Encuentra la excusa perfecta para Diana.

-Si, es solo mi estomago está sensible y no pude contener la co- mida por más
tiempo.

Diana frunce el ceño porque no sabe si está diciendo la verdad.

-¿Qué...

-Me equivoqué de baño, no sabía que había entrado al de las chicas -miente
Aiden.

Ella asiente lentamente, se siente tan atraída que cree cada pala- bra que
dice. En realidad, se ha enamorado de Aiden. Ahora que lo conoce un poco
más, cree que es un chico de buenos sentimientos, sobre todo por todo lo que
dijo de Ethan y la canción que fue un acto muy romántico. Diana hubiera
deseado que la canción fuera en dedicación hacia ella.

-Por cierto, fue muy romántico lo de Ethan, es bueno que hayan vuelto.

-Gracias, lo hice por él y por ti -menciona Aiden encogiéndose de hombros.

-¿Por mí? -pregunta Diana confundida.

-Es que no me gustó la forma en la que te trataron y si volvía con Ehtan te


dejarían en paz. Además sé que estás comenzando a salir con Héctor y lo
respeto pero...

-¿Qué? Por supuesto que no -lo interrumpe -pasé tiempo con él porque él y
sus amigos eran los únicos que no me molestaban por el hecho de su
rompimiento. Aunque su novia me miraba con un gesto bastante
desagradable.

Aiden siente un alivio bastante grande en su interior, piensa que ha sido la


mejor cosa que ha escuchado en toda su vida.

-Eso es grandioso -menciona Aiden acercándose a Diana de ma- nera que solo
hay un par de centímetros entre ellos.
Diana analiza con detalle sus labios y siente que todo su cuerpo despierta con
tan solo ver lo rosados y brillantes que son. Con su mano, frota su muslo
intentando contenerse.

-¿Puedo besarte? -pregunta Aiden con una voz seductora.

Ella asiente de inmediato y Aiden frota ambas mejillas con las yemas de sus
dedos. Se acerca lentamente y juntan sus labios en un largo y apasionado
beso. Diana lo toma de la camiseta atrayéndolo a un cubículo sin apartar los
labios de él. Se aferra como si de ver- dad lo quisiera solo para ella.

-¿Tienes protección? -pregunta Diana entre besos.

Aiden le muestra el pequeño preservativo empaquetado retirado de su


bolsillo.

-¿Qué hay de Ethan?

-No te preocupes, después de todo el me pidió que terminára- mos.

Diana lo mira fijamente intentando descubrir si miente, Aiden sonríe y


comienza a besarle el cuello, con pequeñas mordidas con

sus labios.

-Si quieres que me detenga, solo dímelo -dice Aiden entre besos.

-No lo hagas por favor -menciona Diana.

Vuelve a besarlo y al mismo tiempo, retira el cinturón de sus pantalones y los


desliza por la cadera hasta dejarlos caer directo a las rodillas, Aiden baja
lentamente la bragueta del traje de Diana y así mismo también lo desliza
hasta que cae al suelo. En un sus- piro, ambos ya están teniendo relaciones
sexuales en el cubículo del baño de damas. Es la primera vez de Aiden que
por supuesto, disfruta mucho al tener la experiencia con una chica que tanto
le encanta. Por otro lado Diana se siente satisfecha al saber que no está
causando problemas entre la relación de Ethan y Aiden. No hacen mucho
ruido porque en cualquier momento alguien puede descubrirlos.
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<<¿Alguna vez, sintieron la necesidad de hacerle daño a alguien que tanto te


hizo sufrir? No me refiero físicamente sino sentimen- talmente, lo peor es que
no puedo porque no me sentiría cómodo al vengarme de alguien que de
verdad me importa>> Piensa Ethan mientras está recostado en el césped de
su lugar favorito del cam- pus. A su lado debería estar Aiden pero en su lugar
se encuentra Arely limando sus uñas. En su reproductor de música, suena “I
Don’t Wanna Live Forever” de Zayn Malik & Taylor Swift.

-¿Puedes quitar esa canción por favor? -pregunta Ethan.

-¿Por qué? Es muy buena.

Ethan oprime el botón y se detiene la música.

-¿Qué sucede contigo?

La razón de que esté un poco deprimido, es que a Aiden no le importó en


absoluto que Ethan terminara la relación. Al contrario, parecía como si
estuviera muy emocionado y feliz con la noticia. Inclusive debería estar
presente en el mismo sitio donde pertenece pero desde que llegaron a clases
Aiden no aparece por ningún lado.

-Nada, estoy un poco frustrado -dice Ethan suspirando.

-¿Quieres otra cita? Podemos probar con una chica.

-No quiero volver a saber sobre citas o amor o gays. Arely asiente frunciendo
los labios.

-Bueno -ella continúa limando sus uñas.

Mientras tanto en el salón musical, Diana se encuentra tocando un clásico en


el piano llamado “Here Comes The Sun” interpretada por The Beatles. Por
supuesto, Aiden aparece para cantar incluso abraza a Diana por la espalda y
no deja de mirarla mientras la letra emana de sus labios con un tono de voz
tipo barítono. Le da besos en la mejilla y cuando termina, ambos no separan
sus labios entre sí. Se sienten muy felices de poder estar juntos de una buena
vez. Aiden por su parte, se siente muy contento de no ser un virgen perdedor
e inclusive se siente también muy afortunado de tener a la chica más hermosa
y popular de toda la escuela.

-Basta, nos pueden descubrir -dice Diana sonriendo.

-¿Qué mas da? Soy la persona más feliz del mundo.

Vuelve a darle un beso mientras Diana oprime las mejillas de Aiden


provocando que tenga labios de pescado.
-Tienes labios de trucha -menciona Diana riendo.

Se separa de él caminando al lado contrario y cuando pasa a su lado le da una


palmada en el trasero. Aiden ya ni si quiera se ru- boriza porque Diana ya ha
visto más de lo que puede imaginarse.

-Por cierto, también soy muy feliz, aunque no me gusta mucho la idea de que
tengamos que ocultarnos -toma su mochila del suelo.

-Solo serán un par de días hasta que Ethan anuncie nuestro rom- pimiento,
después podremos tener la libertad de estar juntos en público -Aiden hace lo
mismo.

Diana sonríe.

-Te amo Aiden.

Aiden arquea ambas cejas.

-Yo igual.

Toma la mano de Diana entrelazando sus dedos.

Antes de comenzar la siguiente clase, Ethan se encuentra en su casillero y


Aiden aparece muy fascinado por todo lo que ha suce- dido. Ni si quiera le
importa el hecho de que perdió su virginidad en un baño público de la
escuela, le importa más el hecho de que estuvo con la chica de sus sueños.
Apoya su espalda contra los casilleros, mirando hacia arriba, como si
estuviera en las nubes. Ethan lo mira intentando descifrar qué es lo que
sucede.

-Por fin apareces ¿qué te sucede? -pregunta. Aiden lo mira.

-Nada importante -sonríe.

Los altavoces del pasillo resuenan con la canción del consejo estudiantil,
significa que darán un aviso.

-Muy buen día estudiantes de West Park High, les tenemos dos grandes
noticias, la primera es que recibiremos muchos estudiantes de intercambio la
próxima semana. Las clases comenzaron hace poco así que esperamos que
pongan al día a sus nuevos compañe- ros. La segunda noticia es que con el
dinero recaudado en el lavado de autos... El consejo organizó una fiesta por el
regreso de nuestra pareja favorita, Ethan y Aiden. Será en el hotel Adams en
punto de las ocho, no falten por favor.

En el pasillo les aplauden a ambos chicos, Aiden agradece a to- dos con
reverencias porque inclusive de último segundo ha tomado la decisión de
grabar dicha fiesta y subirla a su canal como expe- riencia de la vida. Por otro
lado Ethan pierde la paciencia porque su meta es superar a Aiden y con
noticias como esa no podrá lo- grarlo. Su primer pensamiento es que no
asistirá, porque seguro han preparado un montón de cosas para mantenerlos
juntos.

Mientras siguen alabando a Aiden, Ethan cierra su casillero y desaparece de


la escena. Entra directo en el aula de su siguiente clase y ahí mismo toma
asiento junto a Arely que emocionada, lo empuja con su codo.

-Vaya una fiesta eh -dice Arely,

-Estoy harto de las fiestas, de verdad.

-¿Entonces no...

-No, no voy a ir -menciona Ethan colocándose audífonos para no seguir


conversando sobre ello.

Arely se molesta y logra quitarle los audífonos.

-¿Estás loco?

-Heeey.

-Escucha, puede que sea tu gran oportunidad.

-Ya te lo dije, Aiden no está interesado en mí, yo mismo le dije que


termináramos -susurra Ehtan mientras los demás continúan en sus asuntos.

-¿Qué? ¿Cómo lo tomó?

-Como si se hubiera quitado un peso de encima.

-Eso puede ser, porque, piénsalo.

Arely se coloca el dedo índice en la barbilla.

-Ahora podrá superarte rápido, conozco relaciones como la suya. Ninguno de


los dos se demuestra el amor y por eso no funciona.

Ethan no quiere aceptar esa teoría, pero lo piensa bien y cree que es cierto.
No puede haber algo entre ambos si ninguno lo demues- tra. Piensa que quizá
por eso Aiden no se sintió mal al terminar con todo porque precisamente no
sabe que Ethan lo ama.

-¿Qué sugieres que haga? -pregunta Ethan.

-Aiden es un estúpido al expresar sus emociones, así que supon- go que tú


darás el primer paso.

-¿Cómo?

-Te ayudaré a escribir un discurso en donde le dirás a Aiden todo lo que


sientes. Seguro todos morirán de ternura con tus palabras.

-¿Quieres que lo diga frente a todos?

-Piénsalo, significará mucho para él si nota tu valor.

Ethan suspira, confía en que puede que el plan funcione y si no es así, al


menos puede decir que fue una broma cuando se encuen- tren a solas.

En clase de gimnasia, Aiden corre las vueltas que el profesor Gregg le pidió al
grupo. Sin embargo, él no suelta su teléfono por- que inclusive está
publicando en Twitter que estará en una fiesta dedicada a él y a su novio
celebrando el regreso. Mostrará en vivo lo que sucede y los retos serán para
un video de Youtube.

Descansa un momento y se sienta sobre el primer escalón de las gradas para


poder recuperar el aire y beber un poco de agua, por un segundo escucha
voces familiares cerca, pero lo deja pasar, un se- gundo después, una vez más
escucha una especie de risa femenina. Se levanta y camina hacia la parte
trasera en donde Héctor aparece muy molesto retirándose. Se detiene frente
a Aiden quien lo mira bastante confundido.

-¿Estás espiando? -pregunta molesto.

-Por supuesto que no.

-Más vale que no.

Se marcha y empuja a Aiden con el hombro. Vuelve su mirada al sitio y se


encuentra con Brenda cruzada de brazos. Al parecer se nota que tuvieron un
pelea por el rostro de ambos, no entiende cuál fue la gracia del asunto. No
dice nada y continúa con sus vueltas. Al mismo tiempo le envía un texto a
Diana que por favor asista a la fiesta porque ambos se divertirán. A lo que ella
responde:

Diana

Aiden oprime su mandíbula porque sabe exactamente lo que su- cederá en esa
habitación. Un segundo después se detiene porque siente terribles mareos, es
la consecuencia de no comer lo suficien- te durante todo el día. Las costillas
se asoman por su camiseta lo que significa que Aiden al no alimentarse
correctamente ha comen- zado a perder peso. Aún así continúa corriendo.

La noche de la fiesta llega antes de lo esperado y Ethan se siente preparado,


lee todo el discurso de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha y los nervios
aumentan más y más. Lleva ropa en un es- tilo formal y juvenil a la vez, es un
pantalón color guinda, con una camisa negra de botones y sus converse
evidentemente no pueden faltar. Camina de un lado a otro sobre su habitación
intentando practicar todo pero por la puerta aparece Aiden.

-Vaya, te vez muy bien -dice mirándolo de pies a cabeza.

-Gracias, tú también.

En cambio Aiden, lleva una camisa azul, jeans ajustados y unos zapatos
ordinarios que combinan con el resto de la vestimenta.

-Bueno, es hora de irnos, el taxi espera -menciona Aiden.

Ethan asiente y juntos se marchan a donde se lleva acabo la no- che esperada
por los alumnos. Asiste mucha gente porque ni si quiera se trata de una fiesta
ordinaria sino parece más un club noc- turno. Ilegalmente introducen alcohol
porque el mismo sitio no puede ofrecerle todo eso a menores de edad.

Erika recibe a ambos chicos soltando globos de colores que re- presentan a la
bandera gay. Todos aplauden mientras la luz los se- ñala. El lugar está
decorado con un tema urbano, las paredes del lugar están forrados con una
papel texturizado de ladrillo lleno de graffitis. Al centro se encuentra una
enorme pista de baile y al re- dedor mesas con bebidas y globos.

-Bienvenidos -menciona Erika con un micrófono.

Ambos chicos saludan como si fueran verdaderas celebridades. Un chico les


ofrece pequeños vasos de gelatina hecha con licor. Mientras otra chica les
ofrece beber de la misma botella.

Aiden le entrega la cámara a una chica llamado Dulce, que es la


representante del club de medios audiovisuales, con ello, la fiesta será
captada en vivo para el canal de Youtube.

-Enseguida vuelvo Ethan -menciona Aiden varios minutos des- pués de música
ruidosa. Incluso le da un beso en la mejilla porque todos alrededor los miran.

Arely se acerca a Ethan muy emocionada, en su mejilla tiene los colores de la


bandera gay y también una banda en la frente que dice “Proud” toma asiento
junto a Ethan.

-¿Dónde está Aiden? -pregunta ella.

-Fue al baño.

O eso quiere pensar.

-Entiendo, yo espero que Karen asista.

Las luces se apagan y como en las fiestas convencionales, las pinturas y ropa
brillan como si fuera neón. El ambiente se encien- de como si fueran fuegos
artificiales explotando por todo el sitio. Arely se encarga de llevar a Ethan a la
pista mientras suena “Shape Of You” de Ed Sheeran.

Aiden sube al segundo piso en donde Diana rentó una habita- ción.
Justamente detrás de la puerta, Aiden mira su reflejo en el cristal de su
teléfono, reacomoda su cabello. Da un suspiro y llama a la puerta. Varios
segundos después Diana abre. Le deja el camino libre para que pueda entrar.
Ninguno de los dos dice una palabra, solamente Aiden admira la habitación
que parece bastante costosa. Sobre todo por la alfombra, la cama y todo lo
que se encuentra dentro. No se compara con la que adquirieron para el
supuesto trío. Las paredes están forradas con módulos repetitivos pintados en
oro.

-Bienvenido- menciona Diana a su lado.

Lleva puesto un vestido corto color blanco y el cabello libre.

-¿Quieres cenar o...

Aiden no la deja terminar y la besa tomándola por las caderas, después de su


encuentro en el salón de música no la había besado y ya moría de ansias por
hacerlo. Desliza los tirantes del vestido por los hombros y lo deja caer al
suelo. Diana separa los botones de su camisa mientras el beso se prolonga, se
deshace de la camisa dejándola en el piso.

-¿Aiden? Creo que deberías comer un poco más porque siento tus huesos.

-No te preocupes, es solo que mis huesos son un poco gruesos.

Diana continúa besándolo y esta vez se deshace del cinturón de Aiden y sus
pantalones caen al suelo. Se separan y Diana sonríe mordiéndose el labio.

-Sígueme, esto te va a gustar.

Lo toma de la mano y lo lleva al cuarto del baño. No es como los demás, este
tiene un jacuzzi que por si fuera poco, ya está lleno de agua caliente.

Diana es la primera en entrar en el agua, en cambio Aiden se deshace de su


boxer quedando completamente desnudo. Ahora si entra a su lado.

-Esto es muy relajante -menciona Diana.

-¿No te gustaría hacerlo aquí? -pregunta acercándose a él.

Ella se muerde el labio, toma su teléfono y reproduce música en los altavoces


de la habitación. Suena “Swalla” de Jason Derulo, Nicki Minaj & Ty Dolla
$ign. Aiden sonríe porque sabe exacta- mente lo que procede, pero cuando se
acerca a ella, Diana se le- vanta para salir.

-¿A dónde vas? -pregunta.


-Falta la bebida -menciona Diana.

Aiden se queda sentado, comienza a sospechar que Diana no quiere tener


sexo en este momento. Lo peor es que él ya tenía todo planeado porque un día
anterior buscó posiciones cómodas para las mujeres, es algo loco de su parte
pero de verdad quiere que Diana tenga las mejores experiencias a su lado.

En la fiesta, Ethan toma un vaso de bebida de los miles coloca- dos sobre la
mesa. No sabe lo que es pero aún así lo bebe, se siente un poco nervioso
porque en cualquier momento tiene que mencio-

nar todo lo que está escrito en la hoja del discurso.

-Los vasos brillan, eso es genial -menciona Ethan.

Héctor y Karen recién llegan a la fiesta y cuando Arely se da cuenta corre


rápidamente para raptar a la pobre chica. Héctor no pone resistencia, al
contrario, se siente feliz por su prima aunque no le agrade del todo Arely.
Camina hasta llegar junto a Ethan, por el rostro que lleva, parece que no
tiene ninguna emoción.

-¿Todo está bien? -pregunta Ethan.

Asiente y se lleva un pequeño vaso a los labios, bebe todo de un solo trago.

-¿Dónde está Aiden? -pregunta.

-Eso quisiera saber -responde Ethan.

La música se detiene y sobre una plataforma aparece Arely con un micrófono.

-¿Se están divirtiendo? -pregunta gritando.

A lo que todos responden muy fuerte que si lo hacen.

-Bueno, quiero anunciarles que nuestro invitado especial Ethan, tiene unas
palabras muy valiosas que decir.

Ethan suspira porque ni si quiera Aiden se encuentra presente, piensa que se


ha marchado para no tener que lidiar con esto. Aún así, se arma de valor para
mencionar absolutamente todo.

-Aquí voy, se dice él mismo -deja el vaso sobre la mesa y sube al escenario en
donde todos lo observan.

Mientras tanto, Aiden y Diana continúan con su pequeña reunión en el


jacuzzi. Esta vez ella está sentada sobre su regazo mientras se besan
apasionadamente, hace movimientos de arriba a bajo con su trasero y eso
provoca pequeños gemidos de Aiden.

-¿Quieres otro trago? -pregunta Diana.


-No gracias -dice acelerado.

Aiden intenta quitarle el sostén pero ella se lo impide.

-Aún no es hora -Diana se muerde el labio.

Ya que Aiden no ve señales de tener sexo se separa de ella un poco triste. Se


levanta y sale del jacuzzi.

-¿Qué sucede? -pregunta ella levantándose.

-Supongo que Ethan va a sospechar si no aparezco, enseguida vuelvo, lo


prometo -menciona Aiden como excusa.

Se coloca el boxer y sale del baño. Ahí mismo, se coloca el resto de la ropa,
piensa volver cuando Diana se sienta lista para el sexo.

Nuevamente en la fiesta, la luz del centro ilumina completamen- te a Ethan


mientras toma el micrófono, toma la hoja de su bolsillo y la abre. Todos en el
público lo miran con atención. Va a comenzar a leer pero de inmediato sus
ojos captan a Aiden entrar al lugar desde la puerta, aún lleva el cabello
mojado. Por supuesto Aiden frunce el ceño confundido al ver que su mejor
amigo está colocado en una plataforma frente a todos los chicos del lugar.

Ethan guarda silencio un par de segundos porque todo lo que dice la hoja no
es exactamente lo que siente, sin pensarlo otro se- gundo más, arruga la hoja
dejándola caer sobre el suelo. Piensa que las palabras del corazón son más
importantes que las que están escritas. Respira hondo y su voz resuena por
todo el lugar.

-Antes que nada, quiero agradecer su presencia, así como al con- sejo por
organizar esta fiesta, es importante para mí y para Aiden.

Todos aplauden.

-Bueno, quiero decir que tengo suerte -hace una pausa -no cual-

quier amor es correspondido en estos días. Aiden sonríe con las palabras de
Ethan.

-Aunque enamorarse de alguien que es tu mejor amigo y cono- ces desde hace
años es difícil porque la amistad está en juego. No se puede comparar el amor
con la amistad.

La sonrisa de Aiden desaparece poco a poco al escuchar las pa- labras de


Ethan.

-Quiero que nuestro amor sea para siempre. Me siento muy feliz de por fin
encontrar a mi otra mitad y es curioso saber que siempre la tuve a mi lado.
Todos hacen un gesto de ternura mientras Aiden frunce las cejas confundido
por todas las palabras que mencionó su mejor amigo. Por mala suerte, Diana
aparece también por la puerta y se coloca detrás de Aiden, es cuando Ethan
también deja de sonreír.

Ethan camina de un lado a otro por el baño del mismo sitio don- de se lleva a
cabo la fiesta, se encuentra frente a los espejos muy desesperado. Está
furioso por el hecho de que su mejor amigo se haya escapado con Diana, en
lugar de pasar tiempo con él. Es la fiesta dedicada a ambos y es por eso que a
Ethan le hierve la san- gre por dentro, intenta pensar con claridad las cosas si
es tiempo de marcharse o seguir disfrutando la fiesta completamente solo.
Por si fuera poco, Aiden aparece encontrándose con Ethan, cierra la puerta y
se acerca lentamente hasta estar al frente de su mejor amigo. Ninguno de los
dos puede mencionar algo, hasta que Aiden decide romper el silencio.

-¿Podemos hablar? -pregunta Aiden.

-No es el momento, quiero estar solo.

-Creo que ahora entiendo porque Diana no te agrada. Ethan frunce el ceño
confundido.

-¿Diana? Claro que no, me da igual lo que sientas por ella. Por lo que veo,
pasas mucho tiempo a su lado, más que conmigo -res- ponde Ethan a la
defensiva.

Aiden no aparta los ojos de su mejor amigo.

-Tengo una pregunta y quiero que me respondas con sinceridad- menciona


Aiden metiendo ambas manos a sus bolsillos.

Ethan no dice nada, su rostro refleja tristeza porque sabe exacta- mente cuál
es la pregunta.

-¿Tú sientes amor por mí? -pregunta Aiden lentamente.

-¿Qué? Claro que no, recuerda que todo es un juego y pronto lo terminaremos
-menciona Ethan nervioso pero Aiden no está con- vencido de la respuesta.

-¿Estás seguro?

Ethan tiene un nudo en la garganta, siente que su corazón va a explotar en


cualquier momento. Ahora no sabe qué responder.

-No quiero que te alejes, últimamente no estás conmigo -esta vez Ethan
derrama una lágrima.

Aiden coloca su mano en el hombro de Ethan.

-Nunca haré eso, sabes perfectamente que eres mi mejor


amigo

-responde Aiden alentándolo- Nunca voy a separarme de ti Ethan.

Ethan cierra los ojos, sabe que es el momento indicado para re- velar todo lo
que dice su corazón.

-Si bueno, fue verdad todo lo que dije allá.

Aiden borra su sonrisa, su rostro refleja preocupación.

-Amigo, seguro estás confundido, necesitas salir con más chi- cas...

-¡No! Aiden, por favor escúchame -se acerca a Aiden y toma sus manos -estoy
completamente seguro de lo que dije, estos sen- timientos de repente
aparecieron y no sabes el miedo que tengo.

-Ethan...

-Sé que sientes lo mismo porque de lo contrario no me hubieras besado tantas


veces.

-Solo estabamos jugando...

Aiden no sabe qué decir porque ahora se siente completamente asustado. Fue
tan ingenuo que nunca se percató de lo que sentía su mejor amigo.

-Te amo mucho Aiden -hace una pausa y suspira -no tienes idea de cuanto.
Además, todos nos adoran, por eso mismo hicieron esta fiesta. Nos quieren
juntos, al igual que yo.

Aiden oprime la mano de Ethan.

-También te amo amigo.

El chico esboza una pequeña sonrisa al escuchar esa palabra.

-Pero no de la forma que piensas, eres mi mejor amigo y por eso te amo -
Aiden suelta sus manos.

Ethan libera otra lágrima, el nudo en su garganta es más fuerte con cada
palabra de Aiden, pero esta vez él mismo se encarga de limpiarla.

-¿No sientes nada por mí? Aiden niega.

-De hecho, también te oculté algo.

Ethan frunce el ceño.

-Tuve sexo con Diana, me gusta mucho y sabes que desde siem- pre me ha
gustado. A ella es a quien amo.

Inclina la mirada porque en el fondo, siempre confirmó que pa- saba tiempo
con ella cuando no estaban juntos. Deseaba que no fuera verdad y ahora
siente una punzada en su corazón al saber que la persona que ama, está
enamorado de una chica.

-Entiendo -menciona Ethan.

Aiden intenta abrazarlo pero Ethan lo empuja.

-No te atrevas a tocarme.

Se marcha dejando a Aiden. Lo curioso, es que Héctor se en- cuentra oculto


en uno de los cubículos y ahora ha escuchado toda la conversación, queda
muy impresionado con toda la situación entre ellos. No piensa salir hasta que
Aiden se haya marchado.

La fiesta termina poco a poco y mientras las luces se encienden Diana intenta
encontrar a Aiden, ha esperado por él varios minutos y ahora no sabe donde
se encuentra. Varios invitados comienzan a marcharse, excepto Arely que
continúa charlando con Karen en una de las mesas ubicadas el extremo del
lugar. Diana aprovecha y se aproxima hasta ambas chicas.

-Hola Arely -menciona Diana.

-Diana, no sabía que estabas aquí, te dejé mil textos -menciona Arely
abrazándola -por cierto, ella es Karen.

-Es un gusto Diana -estrechan manos.

-Acompáñanos, hay mucho de que hablar -propone Arely.

-Lo siento, estoy esperando a Aiden.

Un segundo después, Diana se percata de que cometió un error al mencionar


a Aiden y lo sabe porque Arely frunce el ceño muy confundida. Es demasiado
tarde para arreglar el problema.

-¿Aiden, para qué?

No sabe que responder.

-Un momento, ahora entiendo porque ya no estás conmigo -los pensamientos


de Arely vuelan muy alto y siempre confirmó que existía una chispa entre
ellos -seguro ustedes dos han salido en secreto.

-Es que...

-Y lo sé porque ahora yo paso más tiempo con Ethan ya que su supuesto novio
no tiene tiempo para él.
-Estoy enamorada ¿si? -grita Diana dejando a Arely sin palabras

-suena loco pero desde hace mucho que nadie logra robarme el corazón.
Aiden es diferente, es atento y le importo mucho, además su voz es muy
hermosa.

-¿Él siente lo mismo? -pregunta Arely.

-Por supuesto que si.

-Pobre Ethan -Arely hace un gesto de tristeza mientras Karen se cubre los
labios.

-No te preocupes, Aiden me dijo que un par de días todo termi- naría entre
ellos. En realidad Ethan le pidió tiempo.

Arely se muerde el labio porque ella sabe exactamente lo que ocurre entre
ambos chicos y no sabe si es buena idea revelar dicha noticia a Diana en el
momento. Después de todo, le prometió a Ethan jamás decir una sola palabra,
pero es hora de terminar con todo.

-Diana -hace una pausa mientras ella borra la sonrisa de su ros- tro- hay algo
que tienes que saber.

Diana ladea su cabeza al escuchar las palabras de su amiga.

<<¿Qué puede ser tan malo? >> piensa Diana un poco confundida.

-Ambos chicos fingieron ser gay.

No puede creerlo, solo se echa a reír pero al ver la seriedad de Arely se


detiene, no entiende cuál es el punto de ambos para fingir ser gay.

-Al menos Aiden porque Ethan parece muy enamorado. Diana frunce las cejas
molesta.

-No te lo dije antes porque pensé que Aiden sentiría lo mismo en cualquier
momento por su amigo, pero al ver que te prefiere no se puede hacer nada.

Traga saliva y siente que la sangre le hierve. Se da cuenta de que Aiden


engañó a todos solo para volverse más popular de lo que era. También para
acercarse a Diana que al principio, llamaba su aten- ción por el simple hecho
de ser gay y ahora que está enamorada tuvo relaciones sexuales por amor. Se
siente muy decepcionada y tiene la necesidad de ahorcarlo por mentir todo el
tiempo.

Por otro lado, Ethan se encuentra sobre la silla de una mesa va- cía donde la
música prosigue con la canción de “The Scientist” con la versión de Corinne
Bailey Rae que todo el mundo baila en pa- reja lentamente. Ha bebido la
mitad de una botella de alcohol muy fuerte y la verdad es que no le importa,
solo quiere olvidar todo lo sucedido. Intenta levantarse pero es imposible ya
que se siente un poco ebrio. Héctor aparece con un par de muffins en la mano
que tomó

de

la

mesa

de

postres

se

sienta

su

lado.

Le

entrega

uno

de chocolate y él conserva el de vainilla. Ethan lo mira y después observa el


pastelillo sobre la mesa.

-¿Tiene hierba? -pregunta Ethan con voz de chico ebrio.

-Claro que no torpe, es una ofrenda de paz. Ambos fuimos re- chazados y eso
apesta.

Ethan frunce el ceño.

-Yo no...

-Cállate ¿si? Escuché todo -lo interrumpe Héctor.

Ethan suspira, no quiere recordarlo más. Solo muerde el muffin y después da


un trago a la botella de alcohol.

-Le conté a Brenda un secreto y nuestra relación terminó -dice Héctor un


poco triste.
-¿Qué clase de secreto?

-No es de tu interés, es algo muy personal, aunque seguramente pronto te


enteres porque se lo dirá a todos.

Ethan asiente.

-¿No me lo dirás? -pregunta una vez más.

-Ni loco -responde Héctor.

Aiden no deja de pensar en todas las palabras que dijo Ethan mientras camina
por el pasillo, se concentra en volver a la habita- ción en busca de Diana. Lo
peor es que ahora ella también ha be- bido por completo la botella de licor
que compartían en el jacuzzi y se balancea al caminar por la habitación.
Cuando ella nota su presencia, siente una decepción muy grande.

-¿Diana? Oye, por fin terminé con Ethan y creo que todo salió

mal. Pero ahora si podemos estar juntos.

Diana se echa a reír.

-Por favor Aiden ¿a quién quieres engañar? -menciona Diana muy ebria.

Aiden no entiende.

-¿Qué? ¿Terminaron de fingir?

Siente una gran punzada en el estómago, se pregunta a sí mismo cómo se


habrá enterado. En lo primero que piensa, es que Ethan se lo dijo ya que lo ha
rechazado. Pero sabe perfectamente que él es incapaz de eso a pesar de todo.
No sabe que decir al respecto.

-Puedo explicártelo.

Aiden se acerca para tomarla de los brazos pero ella lo empuja.

-No -Diana lo abofetea- ya no puedo creer en nada de ti.

Se marcha de la habitación dejando a Aiden como un perdedor. Piensa que ha


sido el peor día de su vida y es cierto porque en cierto modo, perdió a su
mejor amigo y a su chica también. Siente como las paredes de la habitación se
cierran a su alrededor. <<Qui- siera regresar el tiempo y arreglar todo>>
piensa Aiden intentando no llorar.

Arely y Karen, caminan juntas por el jardín que se encuentra en el mismo


hotel, en realidad, parece un invernadero porque el lugar está rodeado de
plantas muy bellas. Arely no deja de pensar en la reacción que tuvo Diana al
escuchar la historia y las mentiras. In- clusive ella misma cree que es la
culpable de todo. Karen la toma de la mano al ver que no responde a sus
preguntas.

-¿Perdón?

-Estás muy distraída -Karen sonríe.

-Lo siento, Diana es de mis mejores amigas y nunca le había ocultado algo -
Arely resopla.

-No te preocupes, sé lo que se siente ocultar cosas importantes, pero todo


puede arreglarse. Si es tu mejor amiga lo entenderá, de lo contrario, no
pierdas más el tiempo.

Por alguna extraña razón, Arely se siente animada inclusive se acerca


lentamente hasta juntar sus labios con Karen. Es algo más que un beso
porque hay mucha química entre ellas. Cuando se se- paran, ambas sonríen
muy felices y después, vuelven a besarse.

Mientras los meseros se encargan de limpiar el lugar que poco a poco se


queda vacío, Ethan insiste en intentar convencerlos de entregarle otra de las
botellas de alcohol pero ellos se lo impiden.

-Oigan, es una fiesta para mí, merezco más bebida.

Se tambalea mientras los meseros cierran la bodega con las bo- tellas vacías
ignorandolo completamente. Molesto por la situación Ethan se da por vencido
y mejor sale del lugar en busca de Héctor, quiere marcharse a casa. Al doblar
la esquina se topa con alguien y ya que está muy ebrio se detiene de la pared.

-Mira por donde vas -dice la chica.

Se trata de Diana también se balancea intentando no caer al piso.

-Lo siento -responde Ethan.

Diana nota que se trata del supuesto novio de Aiden, no sabe qué decir
porque recuerda que Arely mencionó sobre Ethan y sus sentimientos.

-Vaya, me enteré de que tuviste sexo con Aiden, felicidades, al

parecer si te ama -menciona Ethan.

-Puedes quedártelo, no me gusta estar con idiotas que mienten para poder
estar conmigo -hace una pausa -tengo que ir por otra botella, me espera una
noche sola de jacuzzi. Espero que Aiden se haya marchado o de lo contrario,
conocerá mis guantes de box.

-Lamento arruinarte la noche pero, ya no quieren entregar más botellas.

Diana maldice mientras Ethan la mira de pies a cabeza.


-¿Dijiste un jacuzzi? -pregunta Ethan curioso.

Ella asiente. Es entonces cuando a Ethan se le ocurre una idea brillante,


piensa en hacerle daño a su mejor amigo y darle con el puño en donde más le
duele. Necesita vengarse por el rechazo y ahora que está ebrio no le importa
nada lo que suceda en los si- guientes días y horas. Después de un
intercambio de miradas entre ellos, un minuto después ambos están en la
cama prologando un beso muy apasionado. Diana tampoco piensa en lo que
está ha- ciendo, está muy vulnerable y quiere sentirse amada y deseada en el
momento.

-Espera ¿qué hay de Aiden? -pregunta Diana con una voz seduc- tora.

-Por favor ¿crees que a Aiden no está haciendo lo mismo con otra chica?

Diana se deja llevar por lo que dice Ethan y continúa besándolo.

-No le digas a nadie de esto por favor -menciona Diana.

Ethan niega rotundamente. La noche termina con ambos chicos teniendo


relaciones sexuales en la habitación mientras Aiden se encuentra en la suya
llorando, siente tan herido su corazón que incluso comprime sus ojos mientras
las lágrimas recorren sus me-

jillas, intenta pensar en algo para recuperar a ambas personas que son
importantes en su vida, pero será difícil si se entera de lo que ocurrió entre
ellos.
9

“Teenage Dream” de Katy Perry suena en la radio mientras Ethan suspira y


despierta lentamente, siente un poco de sudor en su frente y abre los ojos
poco a poco porque la luz que entra por las ventanas lo ciega completamente.
Además siente un dolor pun- zante en su cabeza y su lengua parece la tierra
de un desierto en la frontera entre México y Estados Unidos debido a todo el
alcohol que consumió la noche anterior en la fiesta. Se levanta lentamente de
la cama y nota que se encuentra completamente desnudo, de inmediato
recuerda que tuvo sexo con Diana y eso provoca que sienta un dolor intenso
en el estómago combinado con la resaca incita a correr hasta aproximarse al
baño y desechar lo poco que tenía su interior por medio de un asco vómito
que va directo al escusado. Diana se despierta con la misma situación, ella se
viste rápidamente e intenta arreglar su cabello que parece una melena de
león. Cuando Ethan vuelve, se miran a lo ojos y Diana hace un gesto de
preocupación, se da la vuelta porque no quiere ver a Ethan desnudo.

-¿Nosotros lo...

-Si -menciona Diana sintiéndose muy culpable.

Ethan toma su ropa y comienza a vestirse, parece que el dolor emocional es


más fuerte que el de la resaca porque comienza a sentir una gran culpa, no de
manera exagerada sino de forma que intenta no mostrarse débil y vulnerable
por lo que hizo.

-Yo tengo que irme -menciona Ethan mientras Diana se sienta

sobre la cama dándole la espalda.

Mientras tanto, Héctor se encuentra sobre el sofá de la sala cam- biando de


canal, intentando encontrar algo interesante en televi- sión. Aunque no puede
concentrarse porque no deja de pensar en el hecho de que su ex novia conoce
un profundo secreto suyo. Pensó que al final lo iba aceptar pero terminó
rechazándolo y por si fue- ra poco se burló. Tiene que idear algún plan para
que Brenda no diga ni una sola palabra o de lo contrario, será presa fácil para
sus compañeros.

-¿Héctor? Ethan no abre la puerta de su habitación ¿durmieron muy tarde? -


pregunta la madre de Ethan apareciendo en la sala.

-No lo sé Aly -responde Héctor mintiendo.

La puerta principal se abre con la aparición de Ethan, una ver- sión


moribunda de porque lleva todo el cabello alborotado, ojos rojos y labios
completamente agrietados.

-Oh por dios ¿dónde estabas? -pregunta su madre al ver el estado en el que se
encuentra.
-Olvídalo, solo quiero recostarme.

-Oh wao, si que te vez terrible -menciona Héctor burlándose. Ethan se frota
las sienes intentando evadir los gritos de su madre.

-Estás castigado jovencito, ambos de hecho. Héctor que pena que me tengas
que mentir -Héctor pone los ojos en blanco.

Mientras Aly Jones se marcha a la cocina, Ethan camina directo a su


habitación y Héctor se queda en la sala. Intenta obtener la ayuda de Ethan
para idear un plan de convencer a Brenda y que no mencione nada, pero lo
notó tan mal que desechó la idea de inme- diato. Un segundo después la
puerta vuelve a abrirse, pero esta vez,

se trata de Arely y Karen que entran a la casa juntas riendo, como si hubieran
hecho una especie de carrera hasta la puerta. De inme- diato, Héctor tiene
una idea en mente, si Arely quiere relacionarse con su prima, tiene que pagar
el precio. Sonríe de manera malvada al ver el rostro de Arely.

Diana entra a su habitación aún con apariencia desastrosa, toma una ducha
tibia y con ello siente que vuelve a la vida. Al salir del baño, de una bolsa de
plástico retira la píldora para no quedar em- barazada. Tuvo que ir a la
farmacia y conseguir una ya que no está segura de haber usado protección
con el mejor amigo de la persona que tanto ama. Al igual, consiguió una
prueba de embarazo para no tener dudas si su periodo no llega a su tiempo.

Se viste con un short corto y una blusa grande color gris. Un segundo
después, su teléfono alerta una llamada de Aiden, no se siente segura de
contestar pero al final lo hace.

-¿Hola?

-Diana, que bueno escucharte.

Aiden desde su habitación se siente tan feliz de que haya respon- dido su
llamada, porque incluso se levanta de su cama emocionado.

-¿Qué quieres? -responde con voz fría.

-Sé que me odias y por eso quiero arreglar las cosas, no debí fingir ser algo
solo para acercarme a ti, es que de verdad me gustas mucho y debí encontrar
la forma de gustarte haciendo algo que mejor sé hacer.

Diana respira profundamente.

-Yo también tuve algo de culpa, no debí besarte sabiendo que tenías novio, es
decir, solo lo hice porque quería saber que se siente

besar a un chico gay. Aunque nunca lo fuiste.

-¿Entonces estamos bien? -pregunta Aiden.


Diana se siente tan culpable por el hecho de haberse acostado con su mejor
amigo y siente la necesidad de decírselo, pero no puede porque su corazón se
lo impide.

-Es mejor que desaparezcas de mi vida -dice Diana muy triste, sabe que lo
ama pero no puede estar a su lado ocultando tal secreto.

-¿Pero...

Diana cuelga el teléfono y se echa a llorar, siente su corazón romperse


lentamente por dentro y ahora no sabe como repararlo.

-Escucha, lamento mencionar tus secretos frente al grupo de po- pulares anti
Athan.

Héctor pone los ojos en blanco porque no cree en las disculpas de Arely, fue
una suerte para él que Aiden llamara la atención de todos en la cafetería o de
lo contrario hubiera sido un momento muy incómodo para él si todos se
hubieran enterado. Karen ya se ha marchado porque ella trabaja en una
cafetería por las tardes así que Héctor aprovecha el momento a solas en su
habitación para pedirle un gran favor a Arely.

-Cierra la boca, te perdonaré y dejaré que beses a mi prima con una sola
condición.

-¿Cuál es?

Héctor se levanta de la cama.

-Necesito que Brenda no revele mi secreto, has algo para que cierre la boca.

Arely piensa por un momento que quizá Brenda pueda revelarle

el secreto que oculta Héctor, pero no es tan mala. Además quiere pasar
mucho tiempo junto a su prima y eso puede ser negativo para ella si se lo dice
a toda la escuela.

-¿Qué quieres que haga?

-No lo sé, tú eres su amiga, puedes convencerla.

-Quizá tenga un plan pero no sé si funcione.

-Sea lo que sea, por favor solo hazlo.

En el mismo lugar, Ethan intenta leer tranquilamente en su ha- bitación,


necesita olvidarse de todo el drama que ha vivido en su vida y sobre todo
quiere dejar atrás el hecho de que se acostó con la novia de su mejor amigo.
Inesperadamente, Aiden entra por la ha- bitación sin avisar. Lo único que
quiere es disculparse con Ethan. En su mente no puede creer que después de
revelar el amor que sentía por él, siga apareciendo como si nada hubiera
sucedido.

-Antes de que me eches de tu casa, quiero disculparme por ser el peor amigo
del mundo. Es que fui un idiota al no darme cuenta de que morías por todos
estos sentimientos y no hice nada para repa- rarlo, al contrario, te besaba y te
besaba sin saber nada.

Ethan se levanta de la cama cerrando su libro.

-No te disculpes, no es tu culpa no sentir algo por mí. Aiden intenta abrazar a
su amigo pero Ethan lo detiene.

-Por ahora quiero mantenerme lejos de ti -Ethan agacha la mira- da -de lo


contrario creo que jamás podré superarte.

-Pero...

Ethan se aparta y abre la puerta para que Aiden se marche, pero antes de
salir, se detiene en la salida.

-Prometimos estar juntos siempre y aunque lo niegues, así será

-dice Aiden y después se marcha.

Durante el atardecer Diana se encuentra caminando junto a Are- ly, ni si


quiera sabe a donde se dirigen pero quiere mantenerse concentrada en otras
cosas y no pasar todo el día llorando deses- peradamente en su habitación.
Ella y Arely no paran de hablar de lo que sucedió en la fiesta, excepto la parte
en que tuvo relaciones sexuales con Ethan.

-Aiden me llamó -menciona Diana mientras caminan.

-¿Y qué sucedió? -pregunta Arely curiosa.

-Pues nada bueno, parece que todo entre nosotros terminó. Diana inclina la
mirada muy triste, aunque le haya mentido mi-

les de veces sigue sintiendo algo muy profundo en su interior y no quiere


creer que es su corazón reclamando por él.

-Pues, bueno, llegarán muchos estudiantes nuevos así que es se- guro que
alguno te gustará.

-Tienes razón, quizá vuelva a enamorarme de otro chico que me rompa el


corazón.

-No digas eso, seguro Aiden no era el indicado. Me parece una personas
bastante egoísta y no entiendo por qué Ethan y tú se ena- moraron de él.

-Lo sé, creo que desde hoy ya puedo comenzar a superarlo.


Después de caminar un par de metros, llegan a la puerta de una casa. Arely
se encarga de llamar a la puerta.

-¿Aquí no es donde vive... Brenda abre la puerta.

-Chicas ¿qué las trae por aquí? Arely finge una sonrisa.

Ya ha oscurecido y Ethan no se concentra en leer, tan solo leyó cinco páginas


y ahora prefiere dejar el libro sobre la mesa de su ha- bitación y descansar.
No puede concentrarse con todos los proble- mas que se han acumulado en su
cabeza. Sale de su habitación y se dirige a la cocina para beber un poco de
agua, aún siente mucha sed por culpa de la resaca. Para su sorpresa, se
encuentra con lo que parece una junta de chicas y Héctor en la sala. Brenda
está sentada sobre el sofá cruzada de brazos mientras Diana, Arely y Héctor
se encuentran de pie frente a ella.

-¿Qué sucede aquí? -pregunta Ethan.

Diana se ruboriza al darse cuenta de la presencia de Ethan y no por el hecho


de que siente algo por él sino que tuvieron sexo y ahora se avergüenza de
ello.

-Intentamos convencer a Brenda para que no mencione el secre- to de Héctor


-menciona Arely.

-¿Te quieres callar? -dice Héctor a pesar de que Ethan ya lo sa- bía.

Ethan se acerca al grupo, nota que Brenda lleva el rostro de una chica que
fue amenazada de muerte por el mismo ghostface.

-¿Y cómo se supone que la intentan convencer?

-Ya que somos populares, le diremos a todo el mundo que se masturba con
juguetes sexuales por las noches -menciona Héctor.

Ethan frunce el ceño, ni si quiera le importa el hecho de tener a Diana cerca,


se preocupa al saber que le arruinarán por completo la vida a Brenda si
mencionan eso. No es que sea desagradable pero,

¿cómo revelar algo muy personal a todo el campus?, es un hecho similar a lo


de su hermanastro.

-Por dios Héctor, qué tan malo puede ser tú secreto para que no lo revele,
siento que lo de ella es peor.

-Ya lo dije un millón de veces, no les diré nada, los secretos se llaman así por
una razón.

Diana inclina la mirada, sabe perfectamente que Ethan y ella guardan uno.

-Si es cierto, pero a veces los secretos te matan lentamente por dentro al no
ser revelados -menciona ella.

-¿Tú lo sabes? -pregunta Arely o por qué mencionas eso.

-Diana confío en ti, no digas nada -la señala Héctor.

-No diré nada lo prometo, pero seguro a nadie le importará.

-Pues por lo visto a Brenda le importó tanto que hasta terminó conmigo.

-Hay peores cosas que pueden ser reveladas -menciona Diana.

Ethan dirige los ojos hacia ella, por un segundo cree que dirá sobre el
encuentro que tuvieron. Héctor, Arely y Brenda la miran con un gesto
extraño.

-Ah, nos disculpan un segundo por favor -menciona Ethan to- mando del brazo
a Diana.

Ambos se dirigen hasta la habitación de Ethan, se siente un poco nervioso al


saber que estará a solas con Diana.

-¿En serio tan mal te sientes? Supéralo, yo hago como que nada sucedió entre
nosotros.

-¿De qué hablas? Tuvimos sexo, lo peor es que ni si quiera re- cuerdo si nos
protegimos, tuve que tomar esta cosa -Diana retira de

su pequeño bolso la caja que contenía la píldora.

<<¿Tan tontos fuimos que no usamos protección?>> piensa Ethan mientras


observa la caja, siente una migraña terrible porque incluso pasa la mano por
su rostro.

-Si no usamos protección, espero que no me hayas contagiado algo -responde


Ethan, toma la caja vacía y la arroja fuera de su habitación.

-Por dios, NO SOY UNA ZORRA, solo he tenido relaciones con dos chicos -
hace una pausa -bueno ahora con tres.

-No puedo negar que también me siento mal, pero te imaginas la reacción de
Aiden si descubre que su alma gemela tuvo sexo conmigo.

Diana frunce el ceño.

-¿Soy su alma gemela?

Ethan resopla porque aunque duela, lo es y no puede cambiar eso.

-Solo hay que hacer como que nada pasó entre nosotros, olvi- darlo.
-Suena fácil para ti -menciona Diana.

Arely y Héctor entran a la habitación muy asustados.

-Hay alguien asechando al rededor de la casa -dice Arely.

-No se muevan, voy a traer mi arma -menciona Héctor. Todos lo miran un


poco asustados.

-¿Qué? Ningún lugar ya es seguro.

Llaman al cristal de la ventana como si fuera una puerta. Se trata de Aiden,


otra vez. Ethan se encarga de abrir la ventana para dejar-

lo entrar, no entiende por qué no utilizó la puerta.

-¿Qué sucede contigo?

-Quería que el momento fuera...

Se detiene al ver a Diana y a los demás.

-¿Qué hacen todos aquí?

Desde la habitación, se escucha el sonido de la puerta principal abrirse y


cerrarse, es Brenda que intenta escapar.

-¡Mierda! -espeta Héctor saliendo junto a Arely rápidamente para poder


atraparla.

Ahora todos se encuentran alrededor de Brenda que está atada de brazos y


piernas. Héctor piensa hacer lo que sea con tal de que la chica no diga una
sola palabra, acto seguido Aiden se encarga de liberar sus pies pero por
ciertas razones ella no escapa.

-¿Me quieren explicar lo que sucede? -pregunta Aiden.

-Tú no deberías estar aquí cara de excremento.

-Oh ¿entonces es cierto lo del medicamento y las citas al doctor?

-dice Aiden arqueando la cejas.

-¿Cómo te enteraste? -pregunta Héctor preocupado.

Los rumores en la escuela se esparcen como las enfermedades de transmisión


sexual, en cuanto Arely delató a Héctor y Aiden recuperó a Ethan, los
mensajes se apoderaron casi como la noticia del rompimiento entre Ethan y
Aiden. El problema, es que es difí- cil que alguien supere rápidamente este
tipo de rumores.
-¿Tienen algo que ver con esto? -pregunta Aiden a Ethan y Dia- na.

-No, solo iba a la cocina por un poco de agua y me encontré con esto.

Diana comienza a sentir que los nervios se apoderan de su cuer- po debido a


la incómoda situación porque, ambos chicos con los que tubo sexo se
encuentran frente a ella y el estómago se le hace cada vez más pequeño de su
tamaño habitual.

-Brenda, si nos dices el secreto de Héctor puedes ser libre, de eso me encargo
yo -dice Ethan al ver como Diana se tensa.

Desesperada no sabe qué hacer o qué decir.

-¿QUÉ? No te atrevas -dice Héctor.

-Por favor a nadie le importa si mi novio tiene el pene

pequeño

-dice Brenda y al mismo tiempo se cubre los labios arrepentida. Mira a Héctor
quién se ruboriza completamente.

-Ya no soy tu novio -dice Héctor.

Aiden se echa a reír pero los demás fruncen el ceño.

-¿Eso es cierto? -pregunta Ethan.

-Si bueno, se le dice microfalosomia, voy a un médico con la esperanza de que


se pueda arreglar mi problema, se supone que la medicina me ayuda.

-No entendí -menciona Ethan.

-Bueno, en otras palabras significa que no es de tu incumbencia.

Héctor deja la sala muy molesto, Aiden deja de reír al ver que el problema es
muy serio, incluso se limpia la garganta. Ethan y Arely siguen a Héctor para
intentar hablar con él dejando solos a Diana y Aiden que no pueden sostener
la mirada.

-¿Qué hacemos ahora? -pregunta Aiden. Brenda se marcha y esta vez no la


detienen.

-Supongo que nada.

Se crea un silencio incómodo para ambos chicos.

-Quiero que me disculpes Diana, te fallé, le fallé a todos al decir que soy gay
cuando no lo soy.
Diana niega.

-No te preocupes, todos cometemos errores. Aiden frunce el ceño.

-¿A qué te refieres?

Diana está a punto de decirle todo, pero no puede.

-Solo quiero que esto quede en el olvido por favor.

Aiden asiente, intenta tomar la mano de Diana pero Ethan apare- ce, los mira
ambos confirmando si ella mencionó algo, pero al ver ambas reacciones
naturales se tranquiliza.

-Yo solo le iba a decir a Brenda que se marchara antes de que Héctor la
asfixie. Y sería buena idea que ustedes dos también se fueran, mi madre y el
padre de Héctor volverán en cualquier mo- mento.

“¿A las mujeres les importa el micropene?” escribe Héctor sobre el buscador
para encontrar respuestas, pero cierra la computadora cuando Arely logra
entrar por la puerta.

-Estaba cerrado con seguro -menciona Héctor.

-Los pasadores para el cabello tienen muchas funciones.

Héctor deja la computadora a un lado mientras Arely se sienta sobre la cama.

-Brenda se fue y créeme, haré lo que sea para que no diga nada.

-¿En serio? O intentarás chantajearme.

-Héctor por dios, ninguno de nosotros hablará sobre ello.

-Lo usarás para burlarte de mí.

-Dios no. No es algo para burlarme, no tienes que avergonzarte de ello porque
no eres el único. Seguro hay muchos chicos igual a ti allá fuera.

Héctor inclina la mirada.

-¿Somos amigos?

-Claro que no -responde Arely. Héctor sonríe.

-Me tengo que ir -dice Arely levantándose de la cama.

-Oye...

Se detiene antes de salir por la puerta.


-Gracias.

Ella sonríe también y se marcha.

Ethan sale del baño volviendo a su habitación, ha sido un día muy largo y lo
único que quiere es descansar porque inclusive ya lleva la pijama puesta.
Cuando cruza la puerta Aiden continúa pre- sente sobre el extremo de la
cama.

-No me iré hasta que las cosas se encuentren bien entre nosotros

-menciona Aiden insistiendo.

-Por favor Aiden, lo único que estás logrando es torturar mi co- razón.

-Lo lamento mucho, pero no sé que hacer. Lo único que quiero es que no te
apartes de mí. Recuerda que todo lo hacemos juntos y siento un vacío
inmenso si no estás conmigo.

Ethan suspira.

-Lo estás haciendo de nuevo.

-Mierda, mierda, lo siento de verdad, no tengo que decir cosas cursis.

-¿En serio no sientes algo por mí? Aiden niega tristemente.

-Bueno, lo intenté.

-No quiero que me odies por eso -menciona Aiden -solo quiero que todo vuelva
a ser como antes.

-Nunca podré odiarte.

Ethan le da un fuerte abrazo de disculpas, pero no sabe que suce- derá


después de todo. Héctor escucha todo tras la puerta de Ethan que se
encuentra un poco abierta y pone los ojos en blanco, por un segundo pensó
que ambos chicos nunca volverían a hablarse. En cuanto regresa a su
habitación su pie izquierdo aplasta una caja en el suelo. Al levantarla se da
cuenta que es una píldora para no quedar embarazada, la madre de Ethan es
muy vieja para ese tipo de pastillas, Arely es lesbiana y por supuesto él y
Brenda no tuvie- ron sexo. Recuerda que Ethan y Diana estuvieron a solas
porque el chico parecía muy incómodo con una respuesta de ella. Todo pue-
de significar una sola cosa, ambos tuvieron sexo el día de la fiesta porque
recuerda ver a Aiden marchándose de la fiesta y llorando como una niña
pequeña.
Segunda PARTE
10

El consejo estudiantil da la bienvenida a los chicos de intercam- bio, la actual


presidenta se encarga de recibirlos y dar un tour por todo el campus
comenzando por el jardín, incluso les regala una agenda como obsequio al
elegir a West Park High como primera opción para su educación.

-Bienvenidos chicos, mi nombre es Montse y espero que disfru- ten su


estancia en el campus. Como sabrán, nuestra escuela es una de las mejores
de la ciudad porque aquí encontrarán un buen pro- grama de estudios con
maestros capacitados y una buena selección de materias que podrán servirles
para la universidad.

-Buuuh -grita Héctor desde el campo burlándose de la presidenta mientras


sus amigos se echan a reír. Evidentemente ella los ignora.

Los chicos emocionados observan detalladamente todo el cam- pus, parece


que será un año interesante para todos. En el mismo sitio, Ethan y Arely están
reunidos bajo un árbol.

-¿En serio tú y Aiden tendrán hoy un día de chicos?

-Si, es que quiere enmendar las cosas.

-Por dios, le dijiste que lo amabas y él mismo se encargó de pi- sotear tu


corazón.

-Lo sé, pero nuestra amistad continúa a pesar de eso.

-Eso debe ser un poco incómodo.

-Bueno si, pero me acostumbraré -menciona Ethan tranquilo.

Arely observa a cada uno de los chicos de intercambio, piensa que uno de
ellos puede ser el nuevo interés amoroso de Ethan. Hay uno en especial que
su gaydar detecta de inmediato. Es guapo y usa ropa extremadamente
ajustada, al menos los jeans, tiene anteojos que lo hacen lucir como un sexy
intelectual.

-¿Hay algo que te interese? -pregunta Ethan.

-Creo que...

Diana llega inesperadamente al encontrar a Arely.

-Aquí estás...

Al ver a Ethan, siente que los nervios se apoderan de su cuerpo, lo mismo


sucede con él, porque lo primero que les viene a la mente es recordar la
noche que tuvieron sexo.
-Bueno, yo creo que tengo que irme -dice Ethan nervioso. Lo hace deja a solas
a Arely y Diana.

-¿Qué sucede? -pregunta Arely curiosa.

-¿Sobre qué hablaban? Diana desconfía de Ethan.

-Nada, cosas de gay. Frunce el ceño.

-En serio, desde hoy no te guardaré más secretos. Arely sonríe y Diana hace lo
mismo.

-Bueno, vamos a clases -dice Diana.

Poco después, Aiden encuentra a Diana en el salón musical, en- tra


justamente antes de que la clase comience y al llegar a su lado le entrega una
pulsera de metal que lleva una “D” como dije.

-¿Qué? -pregunta Diana confundida.

-Es solo que ya lo había pedido desde antes y aunque ya no este- mos juntos,
quiero obsequiártelo.

Diana cierra el puño al tomar la pulsera.

-Gracias.

Aiden asiente feliz de que lo haya aceptado.

-¿En qué canción trabajas?

Observa las partituras, se trata de “Take a Bow” una canción de Rihanna,


Diana se avergüenza un poco porque es una canción con la temática de
desamor.

Y si, el premio a “las mejores mentiras” lo ganas tú Por hacerme creer que tú
serías

Fiel a mí

Déjame escuchar tu discurso

Aiden deja de leer porque sabe exactamente que la canción es para él, la
mayoría de la letra es una referencia de lo que sucede y sucedió durante su
relación. No sabe qué decir después de todo.

-Oh, bueno, creo que tengo que irme -menciona Aiden -te veo después.

Diana intenta explicar, pero Aiden se marcha muy rápido sin de- jar que
mencione una sola palabra. La campana suena anunciando el inicio de clase.
La profesora Berry entra al salón musical con un par de chicos nuevos.

-Bien muchachos, quiero que les den la bienvenida a los jóvenes de


intercambio.

Se trata de un chico y dos chicas que se unieron al programa escolar desde el


sur del país y tomaron la clase de música como materia regular. Ambas damas
toman asiento al frente mientras que el chico, se dirige a un lugar en el
extremo del salón, un poco lejos del resto.

-Bien, vamos a comenzar. Necesito que formen equipos de tres personas para
analizar las notas musicales de sus partituras.

Un chico llamada Louis corre para estar junto a Diana, ella se queda un poco
confundida porque nunca antes habían hablado.

-Espero no te importe pero el resto de los chicos no me agradan.

-¿Y yo si? -pregunta Diana confundida.

-Obviamente, creo que tú y yo somos los únicos con clase -guiña el ojo -eres
una inspiración para mí desde que tuviste un trío con la pareja más ardiente
del lugar.

Diana sonríe porque el chico ya le agrada a pesar de que lo había visto solo
un par de veces. Obviamente ella nota que es gay por su forma de actuar y es
que es de los que se visten a la moda con ropa de marca costosa y tienen la
personalidad de una diva.

La profesora Berry se da cuenta de que el chico de intercambio se nota un


poco nervioso al no encontrar equipo.

-Alguien que por favor integre a su equipo a -observa su lista para saber su
nombre -Alexis -menciona.

Al escuchar a la profesora, Diana se encarga de levantar la mano ya que por


el momento solo son ella y Louis.

-Bien, Alexis, ya tienes equipo.

Alexis se levanta de su lugar y camina nervioso hasta llegar con Diana y Louis
que lo reciben con una sonrisa.

-Hola, mi nombre es Diana.

-Yo soy Louis.

Alexis un poco incómodo agita la mano en forma de saludo.

-¿Sabes tocar algún instrumento? -pregunta Diana amablemente pero Alexis


no responde, solo niega.
-¿Eres mudo? -pregunta Louis.

-No -menciona Alexis.

Diana nota que es un chico muy tímido, a pesar de eso, trabajan durante la
clase. A ambos les enseña un poco de piano que por cierto, Alexis logra
aprender lo básico mientras que Louis lo deja pasar porque no entiende nada.
Por un segundo, ella menciona una broma acerca de Louis y Alexis esboza una
sonrisa, de inmediato se siente orgullosa de poder tomar confianza con el
chico. Lo que no sabe, es que Alexis no es muchas palabras, es inseguro a
niveles muy grandes.

Aiden observa su cuerpo frente al espejo gigante dentro de la habitación de


Ethan. Recorre los dedos por sus costillas que ahora son un poco más visibles.
Lleva sus jeans favoritos y parece que ahora es una talla gigante porque
sobran varios centímetros de su cintura. El cinturón tiene la hebilla hasta el
ultimo agujero y aún así tiene que subir sus pantalones a cada minuto. Ha
dejado de comer como antes, lo peor es que cuando come algo grasoso o con
bastantes calorías, tiene que acudir a devolverlo por medio del vó- mito, no es
sano para su cuerpo y este poco a poco se rinde.

Ethan entra a su habitación y nota lo delgado que está su amigo ahora, no


puede creer que no se había dado cuenta antes.

-¿Todo está bien? -pregunta Ethan.

Aiden toma su camiseta y se la coloca de nuevo.

-Si, es solo que...

-Bajaste mucho de peso ¿no crees?

-No, claro que no, estoy igual solo que...

Aiden no sabe que decir porque se siente avergonzado, cree que solo es un
problema que sucede con el sexo femenino, pero lo que no sabe es que
muchos hombres como él también sufren de inse- guridad sobre su cuerpo.

-Olvídalo.

Ethan deja las palomitas sobre la cama.

-¿Qué vamos a ver? -pregunta Aiden.

-50 sombras más oscuras. Aiden frunce el ceño.

-Es broma tonto, vamos a ver un maratón de Harry Potter.

Diana está reunida con Louis en casa de Arely, ella no sabía que ahora su
mejor amiga tenía un chico como compañía, aunque este es aún más femenino
que ambas. No significa que vista como una chica o que se pinte las uñas sino
que su personalidad es la de un chico femenino con mucho dinero,
prácticamente combate lugar con Arely.

Por un momento, Diana sale de la habitación y se dirige a la cocina para


tomar agua. Arely no deja de observar a Louis que no para de escribir en su
teléfono.

-¿Entonces, eres de la clase de música?

-No soy de intercambio si te lo preguntas -menciona Louis -soy

de primer año y creo que en West Park solo notan a los de segundo y tercero,
sobre todo cuando se trata de un Youtuber gay. Arely sonríe, a lo que
recuerda enviarle un texto a Ethan de cómo va la noche de chicos, espera que
nada se salga de control.

Cuando Diana está a punto de volver a la habitación, recibe una notificación


en su teléfono que se trata de una solicitud de amistad. Desbloquea el
teléfono y se da cuenta de que es el chico nuevo de su clase de música, en su
foto lo nota bastante atractivo a pesar de que es muy tímido. No lo duda y
acepta su solicitud, no pasan tres segundos cuando recibe un mensaje suyo.

Alexis

Diana

Regresa a la habitación, pero esta vez no retira la mirada de su teléfono


porque ella y Alexis tienen una charla interesante, men- cionan sus gustos que
por cierto, la mayoría son similares. Por ejemplo, ambos disfrutan de los
musicales, sobre las películas de los juegos del hambre e incluso sobre
Suicide Squad, para la sor- presa de Alexis, Diana menciona que el Halloween
pasado se dis- frazó de Harley Quinn. Diana es de piel blanca y ese día se tiñó
el cabello del rubio intenso de la villana de DC, obviamente le quedó idéntico
el disfraz porque muchos chicos por la calle se tomaban fotos con ella. Lo que
más disfrutó, fue llevar su goma de mascar en los labios por todas partes y
hacer enormes bombas con él. Dia- na le envía una foto suya y Alexis de
inmediato responde al verla, no espera un solo segundo.

Alexis

Diana se sonroja y ambos chicos en la habitación lo notan. Arely cree que se


trata de Aiden pero no se atreve a preguntar, en cambio Louis si lo hace.
-¿Por qué sonríes tanto? ¿Es un chico? -pregunta desde un sillón totalmente
de felpa que se encuentra en la habitación de Arely.

Diana asiente.

-¿Es Aiden? -pregunta Arely que está sobre su cama escribiendo un ensayo en
su ordenador.

-No puede ser él, recuerda que es gay y tiene novio -responde Louis,
evidentemente no sabe la historia como ambas chicas.

-No, no, es el chico de intercambio, me agregó y ahora estamos charlando.

-¿En serio él? Pero no dijo una sola palabra en la clase de música

-Louis se levanta del sillón para poder observa la conversación.

Por su parte Arely, no sabe de quién se trata.

-Vaya, se ve muy bien en su foto de perfil. Diana asiente.

-¿Crees que te invite a salir? -pregunta Louis.

-No lo creo, puede que esa sea su meta pero prefiero que me lo pida en vivo y
directo.

No para de observa la foto de Alexis.

Durante la secuencia de Harry Potter y la cámara secreta, ambos chicos se


encuentran recostados sobre la cama disfrutando de la película, Aiden lleva
una pijama de oso cubierta de peluche

mien-

tras Ethan lleva la de un unicornio azul. Aiden se acerca un poco más junto a
su amigo y cuando intenta tomar palomitas, su mano accidentalmente choca
con la de su mejor amigo. Aiden lo toma tan normal retirando su mano pero
Ethan de inmediato siente que los nervios se apoderan del momento, se ha
vuelto incómodo. In- clusive pone pausa a la película y se levanta casi
temblando.

-¿Qué sucede? -pregunta Aiden.

-Es que, voy a traer helado ¿si? Solo espera un segundo.

Sale por la puerta y se dirige hasta la sala. Intenta tranquilizarse pero ahora
la voz de Héctor lo espanta, está recostado sobre el sofá con el control remoto
en las manos.

-¿Todo está bien? -finge una risa al ver la pijama.


-Me asustaste -dice Ethan.

-Fuera de aquí, intento ver el partido.

Ethan está a punto de entrar a la cocina, pero se le ocurre una idea muy
grande, no quiere pasar el resto del día nervioso o incó- modo por situaciones
tontas.

-Oye, que dices si pasamos el día juntos, los tres.

No hay una sola reacción en el rostro de Héctor, parece que solo falta que
cante el grillo para su respuesta.

-¿Por qué debería? Ustedes me odian.

-¿Qué? No, claro que no. Héctor frunce el ceño.

-Por favor, comenzamos con el pie izquierdo, ahora somos her- manos.

Toma las palabras de buena manera, pero es tan desconfiado que piensa
cosas negativas al mismo tiempo. Aún así sabe como defen-

derse de ambos porque si traman algo, puede destruirlos con crue- les
palabras que salen desde los más profundo de su conciencia.

-Está bien, pero por favor, deshazte de esa pijama.

Héctor solía salir con Brenda por las tardes después de hacer ejercicio pero
ahora que terminaron tiene mucho tiempo libre.

Louis y Diana no dejan de mirar chicos sexys en el iPad, además de que la


charla con Alexis continúa porque Louis le da excelentes consejos para
dominar a un chico cuando se trata de un coqueteo. Arely por su parte
comienza a sentir aburrimiento porque no es el tipo de chica que disfruta ver
hombres desnudos o siente interés en saber sobre qué decirle a un chico. Ella
charla con Karen por whatsapp pero tarda mucho en responder los mensajes.

-Es extraño que Alexis no te invite a salir todavía, le hemos di- cho de todo
para que lo haga -dice Louis.

-Por dios, seguro piensa que si lo hace, será muy rápido ¿no crees?

-Eso, o seguro que es gay.

Al escuchar eso, Arely dirige sus ojos directamente hacia él.

-Tonto, no todos los chicos del mundo son gay...

Ya que Karen no responde los mensajes, Arely le envía uno ul- timo
terminando su relación. Incluso oprime la opción de bloqueo para no revelar
explicaciones o cosas similares.
-Quiero ver al chico -responde Arely. Diana le muestra su fotografía.

-Mm, estoy en duda -responde Arely porque su foto tiene dema- siado filtros
pero no es una opción para revelar que si es gay.

-Yo lo tengo claro y puedo probarlo -menciona Louis.

En casa de Ethan, los tres chicos están reunidos mirando aquel partido de
fútbol americano que Héctor disfrutaba. Por suerte para Ethan, su mejor
amigo disfruta del fútbol por lo que no apartan la mirada del televisor. Aiden
sabe perfectamente por que razón invitó a su hermanastro pero no quiere
mencionar una sola palabra frente a él, además se concentra en el partido.

-¡Si! -gritan Aiden y Héctor cuando anotan los 49ers de San Francisco, ahora
el equipo contrario tendrá que esforzarse.

Por un segundo, Ethan se levanta del sillón y sale de la sala, su amigo y su


hermanastro, ni si quiera se dan cuenta de ello. En lugar de entrar a su
habitación, sigilosamente entra a la de Héctor, a pe- sar de que se siente mal
por su problema de miembro, quiere des- cubrir más acerca de su problema.
Se encuentra con su habitación muy desordenada incluso huele un poco
extraño. No encuentra nada interesante entre sus cosas, salvo una foto muy
doblada que se encuentra sobre el piso. Cuando la levanta y la observa,
frunce el ceño porque se trata de un chico gordito, por su rostro, cree que
tiene 12 o 13 años.

-¿Ethan? -se escucha desde la sala.

Guarda la foto y rápidamente sale de la habitación volviendo a la sala, el


partido se ha terminado y ahora ambos chicos no saben qué hacer.

-¿Ya terminó? Mierda me perdí el final.

-Iré a cambiarme la camiseta, hace mucho calor -dice Héctor dirigiéndose a


su habitación.

Ethan y Aiden no mencionan una palabra hasta que se marcha.

-¿Por qué lo invitaste Ethan? -pregunta Aiden.

-No hay nada de malo, además, me siento mal porque es, tú sa- bes, una
pequeña diferencia...

Aiden se recuesta sobre el sillón.

-¿En serio? O es porque te incomodo... Ethan abre los ojos muy grande.

-Claro que no -respola -¿por qué haría eso? Aiden frunce el ceño.

-Es enserio Aiden, no sucede nada.


-Bueno, era mejor cuando odiábamos a Héctor, supongo que ahora quieres
que seamos amables con él. Quiero mi pijama de vuelta, era muy suave.

Héctor se encuentra oculto, apoyado sobre la pared doblando la esquina y ha


escuchado todo lo que dijeron ambos amigos.

Louis entra al baño dejando a solas a Diana y Arely, se siente un ambiente un


poco incómodo para la chica ya que su mejor amiga no le ha dirigido la
palabra desde que llegó, cree que Louis se está entrometiendo entre ellas.
Decidida, se acerca hasta el sillón donde Diana se encuentra recostada.

-Terminé con Karen.

Diana aparta la vista de su teléfono y mira a su amiga.

-¿En serio?

-Si, no responde mis mensajes...

-¿Solo por eso? Creo que ha sido tu relación más corta de todas

¿estás bien?

Arely asiente.

-Si, solo que extraño a mi mejor amiga.

Diana frunce el ceño porque no notaba que la estaba ignorando, no invitó a


Louis para reemplazar a Arely, solamente lo invitó para ser amable y
conocerlo un poco mejor.

-Sabes que nunca te reemplazaré amiga, tú eres como mi herma- na y eso


jamás cambiará. Invité a Louis, porque es un chico intere- sante y ahora que
Dani está ocupada con su tratamiento de mujer puede que él sea parte de
nuestro pequeño grupo.

Arely asiente y le da un abrazo a Diana.

Nuevamente en la sala, los chicos se encuentran reunidos. Esta vez


observando una película de Harry Potter, Héctor por supuesto no está nada
feliz con los comentarios de ambos chicos pero ha vuelto para colocar todo en
orden. Un minuto después mientras liberan al hipogrifo en el prisionero de
Azkaban llaman a la puerta. Ethan esperaba que fuera su madre y el padre de
Héctor pero no es así. Se trata de Gerdad y Adrián que por la hora, se unen a
la noche de chicos. Ethan frunce el ceño porque de verdad no los esperaba.

-¿Héctor podemos hablar? -pregunta de inmediato.

-Claro hermano -dice en un tono sarcástico.

Se dirigen lejos de las sala, dejando a Aiden con los dos torpes amigos de
Héctor. Ambos le sonríen de una manera extraña inco- modando
completamente a Aiden.

-¿Por qué los invitaste? -pregunta Ethan.

-Tú dime en realidad por qué me invitaste a mí. Ethan guarda silencio.

-Aiden tiene razón, solo lo hiciste porque las cosas entre tú y él están
extrañas.

-Por supuesto que no.

Héctor frunce demasiado el ceño.

-Entonces tengo una idea.

Sale de la cocina y se coloca frente a los tres chicos.

-Aiden, tenemos que grabar un video para tu canal, el juego se llama “Qué
probabilidad gay... perdón, hay”.

Aiden se queda congelado al escuchar eso porque el primer pen- samiento


que le llega a la cabeza es que Ethan lo haya planeado. Evidentemente Ethan
hace un gesto negativo diciendo que no fue su idea.

Héctor, con ayuda de sus amigos construye el pequeño set para el video, es
casi idéntico como el de sus fotos. Los cuatro chicos se reúnen en la misma
toma. Aiden predice que es un juego sucio de Héctor y está más que
preocupado. Colocado al centro, comienza a presentar el video.

-¡Hola! ¿Cómo están? Bienvenidos a otro video de mi canal, en esta ocasión,


pues verán que tengo muchos invitados... Entre ellos pues Ethan y su
hermano.

-Hermanastro -menciona Ethan entre dientes.

-En este video les traemos un juego, se llama ¿qué probabilidad hay... Por
ejemplo yo digo, de que Héctor meta el pie al inodoro

-Héctor lo mira con gesto desagradable -ambos tenemos que decir un número
del uno al tres al mismo tiempo y si coinciden él tiene que cumplir con el reto.

-No olviden que aquí tendrán todos los usuarios de mis redes sociales -
menciona Gerard sin dejar de sonreír.

Los demás ponen los ojos en blanco.

-Yo comienzo -dice Ethan -es para Héctor -se miran entre si y Ethan arquea
una ceja -¿qué probabilidad hay de que tomes un licuado de todo lo que
encuentre en el refrigerador?
Héctor arquea ambas cejas preocupado mientras Aiden cuenta para que
ambos mencionen su número al mismo tiempo.

-TRES -dicen ambos y Héctor se coloca las manos en el rostro.

Ethan sonriente toma las cosas del refrigerador, comienza a re- llenar un vaso
con catsup, leche, mostaza, vinagre, mayonesa, he- lado de chocolate, fresas y
atún enlatado. Utiliza la licuadora para que todo sea totalmente líquido y le
entrega el vaso a Héctor que lo mira con un gesto bastante desagradable.

-Rápido por favor -dice Ethan esbozando la mayor de sus son- risas.

Héctor toma el vaso, se cubre la nariz y de varios tragos seguidos bebe todo
hasta el fondo, no queda nada en el vaso excepto sobras de atún. Se limpia los
labios con el brazo y sonríe malvadamente.

-Es mi turno -dice Héctor con su sonrisa.

Ethan, Aiden y los amigos de Héctor quedan con la boca abierta.

-Aiden, ¿qué probabilidad hay de que... beses a Ethan por treinta segundos?

Aiden abre los ojos muy grande, quizá antes lo hubiera hecho sin ningún
problema pero ahora que Ethan tiene sentimientos hacia él, es cometer otro
error.

-Pero...

Adrián comienza a contar.

-DOS -menciona Aiden.

-UNO -dice Héctor.

Aiden siente un gran alivio en el pecho porque no tiene que cum- plir el reto,
además de que Ethan se siente un poco incómodo por la situación.

-Bien creo que es mi turno -menciona Aiden -Héctor, ¿qué pro- babilidad hay
de que menciones un secreto muy personal?

Adrián y Gerard lo miran curiosos mientras Héctor siente que el corazón le


late a mil por hora.

-¿Tú estás enamorado de Diana Vargas? -se aproxima a pregun- tar.

Los mismos chicos ahora miran a Aiden.

-¿Tú medicamento es para el crecimiento del miembro? -se en- carga de


mencionar Ethan.
Héctor abre muy grande los ojos.

-¿Tú te masturbas pensando en Aiden?

La quijada de Ethan cae al suelo porque da por hecho que leyó eso en los
relatos que escribió en su computadora. De su bolsillo toma la fotografía que
encontró en la habitación de Héctor y se la muestra a los chicos.

-Cuéntame sobre esto.

Adrián, Gerard y Aiden estudian la foto con detalle porque al parecer tiene
cierto parecido con Héctor.

-¿Entraste a mi habitación? -grita Héctor muy molesto.

-Vamos Héctor dime de quién se trata.

Héctor ya no sabe qué decir, muestra su lado vulnerable.

-No quiero seguir con esto.

-Hasta aquí el video chicos -dice Aiden.

Se marcha de la grabación antes de que todo sea peor. Ethan de- cide
seguirlo porque siente que ha metido la pata, puede tratarse de un familiar
que falleció o algo peor. Héctor entra a su habitación y detrás de él, Ethan lo
hace.

-Vete de aquí, si piensas pedirme disculpas no las aceptaré.

-Si quiero pedirte disculpas -dice Ethan muy avergonzado. Cierra la puerta
mientras Héctor se recuesta sobre su cama.

-¿Quieres hablarlo?

Héctor no dice una sola palabra.

-No solo quiero disculparme por eso, sino también te invité por- que Aiden
comenzó a incomodarme por esta situación de amor y todo eso, pero la
verdad es que me siento mal por ti.

-Ya cállate si -Héctor se da la vuelta para poder mirarlo a los ojos -no quiero
que me lo recuerdes cada segundo, no creo que te agrade la idea de
recordarte lo que hiciste tú.

Ethan frunce el ceño.

-Sé que tuviste sexo con Diana.

-Por supuesto que no -ríe Ethan -¿quién te dijo eso?


-Nadie, encontré la caja la noche que raptamos a Brenda, tú y Diana
estuvieron a solas y no creo que sea de tu madre porque ella es una
cuarentona y dijo que...

-Ya basta -Ethan lo interrumpe - si me descubriste.

Ethan siente su cuerpo en un grado bajo cero, la sangre se le congela poco a


poco.

-Tranquilo -menciona seriamente -no se lo diré, Aiden se destro-

zaría totalmente.

Ethan asiente.

-¿Cómo sé que no lo harás?

-Tuve la oportunidad hace un minuto y no lo hice.

Ethan agradece y al mismo tiempo le entrega la foto, no pregun- ta de quién


se trata porque sabe exactamente que no es de su in- cumbencia. Inclusive
cree que Héctor no revelará de quién se trata.

-Soy yo -dice Héctor.

Ethan abre los ojos muy grande al escuchar lo que ha dicho.

-Lo sé, es difícil de creer -suspira- estaba obeso, no tenía ami- gos, mucho
menos novias. Todas las chicos se burlaban de mí y después de eso preferí
tomar clases en casa con mi padre. Después me uní al equipo familiar de
fútbol y descubrí que era bueno. Perdí mucho peso y ya que mi padre ganó
mucho dinero me dijo que si quería una cirugía para retirar la piel en exceso.
Le dije que si, no me importaban los riesgos, solo quería ser diferente y saber
qué siente ser importante y popular. En su tiempo no sabía sobre las cirugías
para el miembro, de lo contrario la hubiera preferido.

Héctor se siente bastante incómodo por revelar los secretos que mantuvo en
su mente por mucho tiempo, Ethan intenta darle un abrazo pero él se aparta.

-No te pongas tan sentimental por favor.

Por la puerta aparecen Gerard y Adrián. Ambos chicos se sientan junto a


Héctor, no entienden la situación pero aún así hacen como si nada estuviera
sucediendo.

-¿Llamamos a un par de animadoras? Adrian puede cuidar que no


interrumpan.

-¡Oye! -grita Adrian.

Héctor mira a Ethan quién hace una señal para que les cuente todo, en fin,
son sus más cercanos amigos y seguro pueden enten- derlo completamente.

-Tengo una enfermedad, hace que las chicas se enamoren de mí muy rápido.

Ethan frunce el ceño.

-Wao, creo que los tres la compartimos -dice Adrián. Ethan abre bien los ojos
en señal hacia Héctor.

-No lo creo porque -hace una pausa- tiene un efecto secundario que es
microfalosomía, significa que mi miembro mide menos de diez centímetros
porque no se desarrolló completamente.

Los chicos se miran entre sí sorprendidos.

-¿Y puedes tener hijos? -pregunta Gerard.

Héctor inclina la mirada decepcionado y al mismo tiempo niega. Acto seguido


sus amigos lo rodean con el brazo animándolo, lo aceptan tal y como es y no
es algo de lo que se tenga que avergon- zar. Ethan los deja solos y vuelve a su
habitación en donde Aiden se encuentra sentado sobre la cama.

-Supongo que tengo que irme a casa -dice Aiden tomando sus cosas.

Ethan asiente lentamente pero, quiere estar seguro de que todo es como
antes.

-Aiden ¿las cosas están bien entre nosotros? -pregunta.

-Si ¿por qué?

-Es que, bueno, tu reacción al escuchar el reto de Héctor fue algo inesperada.

Aiden nervioso no sabe qué responder.

-Imagino que te da asco saber que me siento atraído hacia ti.

-Por supuesto que no Ethan, te lo juro. Al contrario, me siento alagado porque


sé que soy irresistible -dice sarcásticamente -solo tenemos que
acostumbrarnos con todo este lío.

Ethan suspira porque siente la necesidad de no creerle, pero es imposible.


Aiden en su lugar, decide abrazar a su mejor amigo para mostrarle que entre
ellos todo será normal.
11

-Hola mamá.

Alexis se encuentra recostado sobre la cama de su habitación hablando por


medio de facetime con su madre.

-¿Ya conseguiste muchos amigos? -pregunta su madre muy feliz.

-Si, claro, bueno en realidad es una chica.

-Oh por Dios. Alexis quisiera que me contaras más pero tengo que trabajar. Te
quiero mi amor.

-Yo igual, saluda por mí a Alison y Ramses -se trata de sus dos pequeños
hermanos que por cierto, cuando su madre corta la vi- deollamada, la foto de
ellos aparece en la portada del ordenador. Aún cuando lleva pocos días en la
escuela siente que los extraña demasiado, su familia es todo para él.

Un minuto después se levanta de la cama y se prepara para su se- gundo día


de clases, el lugar en donde vive, es compartido por dos chicos más, pero él
no es muy comunicativo así que no habla mu- cho con ellos. Su habitación es
muy pequeña, solo tiene su cama, una pizarra de actividades y un pequeño
escritorio en donde tiene su computadora. Se siente muy nervioso porque
tiene que cumplir un reto y está más que dispuesto para esforzarse y entrar al
equipo de fútbol americano, es muy importante para su padre ya que fue
campeón de la preparatoria y Alexis quiere ser lo mismo. Sale por la puerta
de su habitación y al mismo tiempo le envía un texto a Diana, le desea buen
día esperando que se encuentren pronto.

Mientras tanto, en clases Ethan y Aiden están reunidos jugan- do con sus
pulgares. Ambos han llegado al acuerdo de volver a romper la relación falsa
que llevan. Fue idea de Aiden porque por ahora tiene otros planes que hacer.

-¿Les diremos a todos que solo fue un juego?

-No, eso sería demasiado rápido, solamente rompimos y ya. Ahora eres el
soltero gay más guapo de todo el campus así que es seguro que puedes atraer
a cualquier chico.

Ethan frunce los labios, no está seguro de ser cien por ciento gay porque el
único hombre que le ha gustado está frente a sus ojos.

-¿Qué hay de ti? -pregunta Ethan.

-No lo sé, seguro que tomaré un pequeño descanso de las rela- ciones y
después volveré a conocer chicas.

-¿Seguro que ya no amas a Diana?


Aiden niega, aunque por dentro en verdad la extraña mucho.

-Hola chicos escuché que querían verme -la presidenta del con- sejo aparece
frente a ambos chicos, quieren mencionar que han terminado y así Montse
podrá anunciarlo en el blog de la escuela.

-Montse, bueno antes que nada queremos decirte que, pues, todo lo que
comienza llega a su fin y pues... -intenta explicar Ethan.

La presidenta parpadea como si no entendiera una sola palabra de lo que


Ethan ha dicho.

-Ethan y yo hemos terminado -menciona Aiden de una vez. Montse arquea


ambas cejas impresionada.

-¿Eso era todo?

Ambos chicos se miran entre sí confundidos.

-Okey cuanto lo siento, creo que los veré más tarde porque tengo una junta, el
director quiere que organice un pequeño baile para los chicos de intercambio
-mira su celular y se marcha.

-Creo que eso fue demasiado fácil -responde Aiden.

Alexis llega a las pruebas de fútbol, siente tanto miedo porque los chicos del
equipo lo miran como carne fresca. A un par de me- tros, Diana se encuentra
junto a las animadoras y él no para de ob- servar lo grandiosa que luce.
Piensa que es una chica muy linda y ahora que recién se entera que pertenece
a las populares, agradece que no sea mala persona con él por ese simple
hecho.

-Muchachos, él es Alexis Young, viene a hacer pruebas así que espero que lo
reciban bien -menciona el entrenador.

Por su parte, Héctor lo mira con gesto malévolo porque el chico tiene aspecto
de inocencia en su rostro. Lo primero que piensa es que es un virgen
perdedor. Se acerca a él y lo rodea con el brazo.

-Bienvenido, Young.

-Gracias -menciona Alexis muy temeroso.

Comienza un partido amistoso entre los miembros del equipo, Alexis toma
posición como un jugador más colocado en el extre- mo izquierdo del grupo.
Cuando el mariscal de campo grita “hut” comienzan a empujarse entre ellos,
al pobre chico lo derriban muy fácil pero aún así lucha por defender a su
equipo. Héctor, Adrian y Gerard se burlan de él por ser tan mal jugador, pero
aún así Alexis no deja de luchar. Después de varias jugadas más, el
entrenador decide unirlo al equipo para completar el límite del reglamento.
Aunque
la

verdad

no

aporta

mucho

talento,

piensa

que

puede

ser

útil si uno de los demás se lesiona al jugar. Probablemente el entre- nador


desee que eso nunca suceda.

-Muy bien hecho Alexis -menciona Héctor en un tono sarcástico. Alexis frunce
los labios y desvía la mirada.

-Alexis ¿no es ese un nombre de chica? -pregunta Christian otro miembro del
equipo.

Comienza a sentir una ansiedad profunda, pero aún así trata de tranquilizarse
y no parecer débil.

-Supongo que le pusieron un nombre de chica porque lo es -dice Gerard


mientras todos en el equipo se burlan.

-Ignoralos -dice Héctor -sabes bien que es una broma.

Alexis asiente seriamente, pero en el fondo su corazón late muy rápido debido
a la preocupación por lo que sus compañeros son ca- paces de hacer. Por eso
mismo, decidió ser alumno de intercambio porque en su antigua escuela todo
el mundo lo molestaba o lo veía como un chiste. Intenta cambiar las cosas en
esta misma escuela pero no sabe cómo. Comenzó a sentir confianza al hablar
con Dia- na, pero la inseguridad vuelve cuando todos se burlan de él.

En la hora del almuerzo, el chico se reúne con el resto del equipo en la mesa
de los miembros populares, antes de que Alexis tome asiento, observa que
Diana se encuentra en otra mesa con las ani- madoras. Deja su bandeja y
camina hacia donde se encuentra ella.

-Hola Diana -dice tímidamente.


-Hola ¿cómo estás?

Louis se encuentra a su lado derecho mientras Arely al lado iz- quierdo, los
tres lo miran al mismo tiempo emocionados porque piensan que el chico la
invitará a salir.

-Oye, olvidé traer la cuarta temporada de glee, en la hora de la salida puedes


hacerme compañía para entregártela, vivo muy cerca de aquí.

-Oh claro, no hay problema.

Alexis sonríe y se marcha a la mesa del equipo.

-¿En serio? -pregunta Arely.

-No cabe duda de que si es gay -responde Louis.

-No es cierto, es parte del equipo -dice Diana.

-No seas homofóbica chica, cualquier gay puede jugar deportes si es de su


agrado.

Diana se encoje de hombros porque tiene razón.

-Quizá puedas hablar con él Louis, eres un chico lindo -mencio- na Arely.

-¿Eso crees?

Louis no lo niega porque siente tanta confianza en sí mismo para coquetear


con cualquier chico siempre y cuando sea gay.

-Por supuesto.

Decidido, se levanta de la mesa y camina en dirección a Alexis. Cuando llega,


todo el equipo de fútbol lo mira con gesto desagra- dable y algunos
confundidos, notan que se dirige directamente con Alexis.

-Hola ¿puedo sentarme a tu lado? -pregunta Louis.

Alexis lo mira confundido, al ver la reacción de los miembros del equipo y


sobre todo la de Héctor, siente la necesidad de salir del problema al modo de
un lunático miembro machista.

-Tú no perteneces aquí, esta es una mesa para hombres.

El resto de los chicos recitan una expresión de burla mientras otros no paran
de reír. Alexis sonríe de forma que se siente acep- tado, pero en el fondo
siente un vació profundo porque tratar de esa manera a alguien no le resulta
bien a su propio ser, de inme- diato siente la necesidad de disculparse pero
sabe muy bien que no puede frente a todos. Louis frunce los labios muy
molesto pero prefiere no insistir sobre ello, ahora Diana duda mucho que
Alexis le agrade por lo que ha hecho.

En la misma cafetería, Ethan y Aiden llenan su bandeja de ali- mentos, que


están colocados sobre la barra. Al mismo tiempo, Ai- den se da cuenta de que
Diana está junto a un chico, pero al ver su forma de actuar se tranquiliza, se
trata de Louis.

-¿Desde cuando ese chico es amigo de Diana? -pregunta Aiden.

-No lo sé, pero creo que Maggie tiene un par de clases con él. Ambos vuelven
a la barra de alimentos.

-No es justo que a nadie le interese que se haya terminado nues- tra relación.
Todos parecen muy interesados en los chicos de inter- cambio, ni siquiera
vienen de otros países.

Ethan no presta mucha atención a lo que Aiden dice y cuando está a punto de
tomar la última hamburguesa una chica también lo hace. De inmediato la
observa para averiguar de quién se trata y al verla, es como si un resplandor
de luces de colores se colocaran detrás de ella por lo hermosa que es. Es muy
alta, tiene el cabello entre castaño y rubio, unos labios muy rosados con una
sonrisa muy blanca, ojos color verde y pestañas muy largas. Nunca antes la
había visto y eso significa que la chica es de intercambio. Aiden también la
mira algo impactado por lo hermosa que es.

-¿Puedo tomarla? -dice la chica refiriéndose a la hamburguesa. Ethan asiente


mientras la chica sonríe de manera agradecida y se

retira hasta su mesa.

-Wao -menciona Aiden.

-Lo sé es hermosa.

Aiden se confunde totalmente al ver la reacción de Ethan con la chica


hermosa de intercambio, parece que también le parece in- teresante. Cuando
ambos se sientan sobre la mesa para almorzar, Aiden no aparta la mirada de
su mejor amigo.

-¿Qué? -pregunta Ethan confundido.

-Es solo que creí que las chicas ya no te gustaban.

-Obviamente ella no me gusta Aiden, solo creo que es muy her- mosa y no
puedo evitar sentir algo cuando veo a una persona linda.

Asiente.

-Entiendo, es que, bueno estuviste enamorado de mí y por eso creí que eras
gay.
-No me gusta esa etiqueta, no deberían clasificar el amor -res- ponde Ethan.

Por los altavoces, suena la música del consejo estudiantil para recitar un
aviso. Se trata de la presidenta y Aiden piensa que anun- ciarán el
rompimiento de #Athan, pero no es así.

-Chicos, como sabrán, el consejo ha organizado un pequeño bai- le para los


chicos de intercambio y se llevará a cabo el viernes a las ocho en punto,
obligatoriamente tendrán que llevar pareja. Pueden invitar a los chicos de
intercambio así que, mucha suerte para todos.

Desde su mesa, Ethan mira a la chica con la que se topó hace un momento.
Inclusive Aiden también la está observando pero no precisamente para
invitarla sino pensando que será el nuevo interés

amoroso de Ethan.

Después de la práctica, Diana y Arely caminan hacia el edificio para poder


ducharse e irse a casa, pero Alexis aparece justamente antes de que puedan
entrar. Se quita el casco protector del fútbol y ambas chicas lo miran un poco
decepcionadas, él muy nervioso intenta charlar.

-Hola chicas, seguro sabrán del baile -dice tímidamente, se pue- de observa el
rubor que aparece en sus mejillas.

-¿Si? ¿Qué hay con eso? -pregunta Diana mientras ambas chicas se detienen
frente a él.

Arely lo mira con el ceño fruncido ya que al tratar a Louis de manera


homofóbica no le parece un buen chico después de todo.

-Espero verlas ahí, divertirnos.

Diana no muestra ningún gesto y para Alexis eso es terrible por- que no puede
mantener la mirada en ambas chicas, resopla y se mueve de una manera
mostrando ansiedad.

-Seguro escucharon lo que le dije al chico. No fue cierto, no soy homofóbico.


Es solo que quiero encajar con el resto del equipo, no fue una respuesta
correcta y lo lamento.

-Esas disculpas deben ser para Louis -reclama Arely.

Alexis asiente muy avergonzado. Pero al igual que Diana y Are- ly saben
exactamente que se trata de Héctor y Christian dos chicos que solo quieren
molestar a los demás por placer así que no es tan difícil perdonarlo por lo que
hizo.

-Lo sé, bueno, creo que las veré después.

El chico se marcha mientras Diana y Arely se miran entre ellas


algo culpables ya que sintieron un poco de lástima al ver cómo se disculpaba.

-Te veré en el baile Alexis -grita Diana. Él regresa la mirada y esboza una
sonrisa.

En las puertas del edificio escolar, ambos mejores amigos bajan los escalones
y al mismo tiempo notan la presencia de la chica her- mosa que encontraron
en la cafetería. Se encuentra sobre el césped del jardín tomando selfies. Aiden
con la posibilidad de encontrar a alguien para Ethan pide al cielo que tenga el
valor de invitarla al baile, por el gesto de su rostro al ver a la chica se da
cuenta de que lo hará. Aiden convencido lo guía hasta acercarse frente a ella.

-Hola -dice Aiden antes que Ethan.

-Hola -menciona ella sonriendo.

-Soy Aiden y él es mi amigo Ethan que...

-También puede hablar -interrumpe Ethan algo molesto.

-Un placer, mi nombre es Laylani.

Ethan espera que Aiden se marche y les de un poco de privaci- dad, pero
continúa a su lado observando a ambos chicos con una enorme sonrisa
esperando la propuesta.

-¿Irás al baile? -pregunta Ethan amablemente.

-Claro solo que no tengo con quien ir porque en realidad solo he charlado con
un par de chicas pero no estoy segura de que ellas asistan porque son muy
cerradas en cuanto bailes...

-Ethan puede ir contigo, es un gran chico -responde Aiden inte- rrumpiendo.

-Ah...

Ethan abre los ojos muy grande porque Aiden está arruinando lo que puede
ser un momento épico.

-No creas todo lo que dice, es que...

-Acepto, así puedo conocerte mejor, bueno hablo de que quiero más amigos.

Ethan arquea ambas cejas sorprendido porque creyó que no aceptaría, aún
así no está seguro de poder enamorarse de ella cuan- do Aiden continúa a su
lado intentando arreglar todo.

-Bueno, entonces te veremos en el baile ¿si? -dice Ethan.

Ambos caminan hacia el autobús y Aiden está muy feliz porque ahora su
mejor amigo tiene un interés amoroso (o eso cree él).

-¿Tú irás con alguien? -pregunta Ethan.

-Pues no lo sé, supongo...

En la habitación de Ethan, ambos chicos se prueban trajes para el gran día


del baile, pero Ethan siente tanta curiosidad de saber si Aiden tendrá pareja
para el baile.

-¿Crees que Laylani sea tu chica ideal? -pregunta Aiden.

-No lo sé, no creo que una relación de larga distancia sea lo in- dicado.

Ya que Ethan no puede colocarse el moño, Aiden se acerca para ayudarlo, los
nervios en el pobre chico aumenta al tener muy cerca el rostro de su mejor
amigo.

-Te queda muy bien el azul oscuro. Ethan ruborizado asiente.

-¿Puedo preguntarte algo? -Aiden vuelve al espejo.

-Si Aiden, ya noté que sufres de anorexia y no tengo idea de cómo ayudarte.

-¿Qué? No, no es sobre eso.

-¿Entonces?

-¿Eres bisexual? Es que bueno, te noto muy interesado en Layla- ni, como si
de verdad quisieras algo con ella.

Ethan pone los ojos en blanco, aunque al mismo tiempo, siente que Aiden
tiene algo de celos, no puede ser posible porque él mis- mo lo rechazó
justificando que no siente absolutamente nada por él.

-No lo sé, Aiden y no creo que me interese, es decir ¿qué más da el género? Si
puedes amar o ser amado.

Aiden asiente, aunque sigue muy confundido porque todo eso es nuevo para
él, hay muchas etiquetas que definen a los chicos y poco a poco aprende algo
nuevo. No vuelve a tomar el tema y mientras Ethan se distrae un poco
buscando zapatos en su armario, Aiden observa facebook, instagram, twitter y
todo lo que tenga un perfil de Diana, necesita saber por medio de las redes si
ella asis- tirá al baile, planea bailar una canción a su lado mientras Ethan se
encuentra con Laylani.

-¿Qué dices? -pregunta Ethan mientras Aiden guarda el teléfono.

Observa a su amigo y levanta ambos pulgares aprobando total- mente su


vestimenta.
Alexis esperaba tener la compañía de Diana hasta su hogar para entregarle lo
prometido, pero ella nunca apareció, aún así él se encuentra en su habitación
la supuesta noche del baile. No siente seguridad al asistir porque cree que
ella no lo ha perdonado del

todo por la cosa terrible que le dijo a Louis. Llaman a su puerta mientras él
está recostado sobre su cama intentando leer el clásico de Romeo y Julieta
que pidieron para clase de literatura.

-Adelante -dice mientras cierra el libro.

Gabriel, su compañero de habitación entra con un reluciente tra- je gris


oscuro.

-¿Qué haces? Ya es hora de irnos. Alexis se sienta sobre la cama.

-Es que no tengo pareja.

Gabriel pone los ojos en blanco al escuchar la excusa más vieja del mundo.

-¿Es en serio? Habrá muchas chicas sobre las mesas esperando ser invitadas
a bailar.

Alexis no lo niega, pero el problema es que él solo Diana le in- teresa, no hay
otra dama que llame su atención.

-Bueno, si cambias de opinión, el gimnasio de la escuela está muy cerca, te


veré después.

El chico sobre la cama asiente de manera tranquila.

En la entrada del Gimnasio hacia el baile, Héctor recibe a los chicos con una
copa llena de gusanitos de colores llenos de bebida alcohólica. Los
estudiantes muy felices toman varios de ellos por- que saben mejor de lo que
se ven. La presidenta del consejo se da cuenta de ello y se aproxima hasta
Héctor muy molesta. Cuando se coloca frente a él, Christian, Adrian y Gerdad
huyen.

-¿Qué es lo que haces? Si el director o los profesores se enteran de esto te


expulsarán o a mí.

-Tranquila Leyla los profesores también tomaron varios.

-Mi nombre es Montse.

Héctor pone los ojos en blanco porque para nada le interesa, deja la copa
sobre una mesa a su izquierda y agita sus manos.

-Esto es un mal ejemplo para todos ¿tú crees que sus padres esta- rán de
acuerdo si se enteran que ofrecemos alcohol en esta escuela?
Una chica de intercambio aparece para poder entrar al gimnasio llamando la
atención de ambos chicos, se encuentra hablando por teléfono.

-Si papi, ya me he instalado y créeme, es una buena escuela.

Desde que llegué todo me ha encantado.

Héctor mira a Montse con una expresión seria diciendo en su mente “¿qué
decías?”.

-Te quiero papi -cuelga el teléfono y observa ambos chicos -¿qué sucede? -
pregunta la chica.

-Bienvenida al baile -dice Héctor en un tono sarcástico -donde la reina del


drama es ella -señala a Montse mientras ella le lanza una mirada asesina.

-Nada, yo me llevaré esto -responde Montse tomando la gran copa con los
gusanitos -bienvenida por cierto a la mejor institución de la ciudad.

Héctor vuelve a poner los ojos en blanco mientras Montse desa- parece, la
chica sonríe al ver la expresión de Héctor.

-Vaya, por lo que veo no te agrada -dice cruzando los brazos.

-Solo quiero que los de intercambio se diviertan -miente, la ver- dad es que le
da igual y solo quiere molestar.

Ella frunce los labios y asiente.

-Vaya, esos gusanitos se veían deliciosos, es una lástima que se los haya
llevado, en mi preparatoria no hay esos lujos y te admiro por tener el valor de
hacerlo.

Héctor sonríe, es extraño para él ya que pocas personas logran sacarle una
sonrisa. Se encoje de hombros mostrando orgullo de sí mismo.

-Soy Alexandra por cierto -extiende su mano.

-Héctor -la estrecha.

Es la clase de chicas que tienen una estatura baja, muy delgada y con una
complexión atlética. Lleva un vestido corto color rosa pálido y el pelo recogido
en un extraño peinado.

-No suelo meterme en problemas pero si tu quieres puedo ayu- darte para
adulterar el ponche, no es un baile si no hay alcohol -le guiña el ojo.

-Tú si que sabes...

Dentro del baile, el gimnasio está decorado con un tema de oto- ño. Por
ejemplo, sobre el piso, hay muchas hojas secas influyendo a los árboles que se
encuentran calvos durante la estación, también las luces reflejan colores
pálidos y amarillentos, sobre las paredes se encuentran fotografías
relacionadas con el tema.

Sobre la pista, Ethan ya se encuentra bailando con Laylani pero a un lado


Aiden no para de observarlos, inclusive parece incómodo para ella porque
cada vez que se acerca toma su distancia. Ethan le lanza miradas
amenazantes pero no deja de vigilarlos. Para di- simular un poco, toma a una
chica para bailar, por supuesto está muy confundida con toda la situación e
intenta librarse de Aiden. La canción es “Marvin Gaye” de Charlie Puth &
Meghan Trainor.

-¿Entonces, el capitán del equipo de fútbol americano es tu her-

manastro? -pregunta Laylani.

-Si, no fue mi elección, pero es agradable si lo conoces bien.

¿Qué hay de ti?

-Bueno, yo tengo dos hermanos menores...

Ethan no se concentra del todo en las palabras mencionadas por la chica ya


que admira lo bien que luce Laylani con ese vestido corto color azul y ese
labial rojo muy intenso.

-Espero pronto adaptarme porque soy un poco lenta.

Ethan asiente, al mismo tiempo Aiden aparece con dos vasos llenos de
ponche, se los entrega muy feliz.

-Oh, gracias Aiden -responde Ethan un poco molesto.

Laylani huele el vaso antes de beberlo y se da cuenta que ya tie- ne alcohol,


significa que Héctor ya lo ha adulterado.

-Oh, lo lamento, tiene alcohol y si lo bebo temo a que mi alergia se altere.

-¿Alergia al alcohol? ¿De verdad eso existe? -pregunta Ethan. La chica asiente
de inmediato.

-¿De qué hablas? Esto no tiene alcohol.

La despoja del vaso y él mismo lo coloca en los labios obligán- dola a beber el
ponche. Ethan no puede creer lo que está haciendo. Un minuto después, la
ambulancia se lleva a la pobre chica que no puede respirar a causa de que su
esófago se cerró por completo.

-Aiden lo arruinaste todo -grita Ethan.

El resto de los estudiantes vuelven al baile ya que aún no termi- nado del
todo.

-Lo lamento ¿si? Creí que estaba exagerando.

Ethan abandona a Aiden para regresar al gimnasio.

Nuevamente en la pista, Dani, Arely, Diana y Louis se encuen- tran bailando


juntos “Sorry” de Justin Bieber. Por la entrada, Alexis aparece muy nervioso,
teme mucho a lo que los demás digan a sus espaldas. Su mirada encuentra a
Diana, de inmediato esboza una sonrisa y ella misma le pide que se aproxime.
Mientras Diana no para de moverse al ritmo de la canción, Alexis se acerca
lentamen- te. Louis se da cuenta de su presencia y se detiene.

-¿Qué hace él aquí?

-Me parece que tiene algo que decirte. Alexis nervioso asiente.

-Lo lamento mucho, yo no soy así lo juro, prometo no volver a decir


estupideces.

Louis no parece muy convencido, pero al ver el gesto de Diana asiente


aceptando sus disculpas. Diana lo toma de las manos obli- gándolo a bailar,
Alexis avergonzado solo se mueve un poco por- que siente la mirada de todos
sobre él. Cuando la canción termina, Aiden aparece frente a Diana como si
nada hubiera sucedido entre ellos. Los nervios se apoderan de ella porque al
mirarlo recuerda firmemente lo que hizo con su mejor amigo, la culpa la
consume poco a poco.

-Hola, no sabía que estabas aquí -menciona Aiden.

-Ah, hola, em...

Arely, Dani y Louis deciden marcharse sigilosamente, en cam- bio Alexis se


queda junto a Diana.

-Él es Alexis -dice muy nerviosa.

Ambos chicos estrechan su mano.

-Eres parte del equipo ¿no? Felicidades.

-Gracias -menciona Alexis sonriendo, aunque nota de inmediato las miradas


que se tienen ambos, cree que hay algo más que amis- tad entre ellos. Arely
se encarga de salvar la noche acercándose.

-Aiden, Héctor te busca, al parecer quiere que cantes un poco

-miente Arely para enfriar un poco las cosas.

El chico asiente y antes, esboza una sonrisa para Diana, después se marcha
sin decir una sola palabra. Alexis se queda un poco incó- modo porque Diana
solamente inclina la mirada nerviosa.

-Creo que iré a casa -dice Alexis.

Diana no pude detenerlo, reconoce que no ha superado del todo a Aiden, no


puede mencionar nada sobre ello y mucho menos mentir porque ella odia las
mentiras, por esa razón se molestó con Aiden.

Cuando Aiden se aproxima a Héctor, lo recibe con un gesto des- agradable,


además, quiere lucirse frente a la chica que lo ha ayuda- do a adulterar el
ponche.

-¿Me llamaste?

-Por supuesto que no.

-¿Pero...

-Mejor regresa a casa a grabar videos ya que es lo único que sabes hacer.

Aiden frunce los labios.

-¿Sabes qué es lo gracioso? Que eso ni siquiera te da para comer porque


puedo ver tus huesos forrados con tu piel.

Aiden pone los ojos en blanco y mejor decide marcharse.

-Wao, de verdad eres un maldito -menciona Alexandra.

-Gracias, eso es un alago para mí.

-Aunque ¿sabes? creo que debes ser más guapo cuando sonríes.

Héctor esboza una sonrisa radiante, parece que después de todo la chica le
agrada. Inclusive cuando ella se da la vuelta, libera un suspiro de alegría.
Aiden intenta regresar con Diana, pero Arely se encarga de interponerse en el
camino.

-¿A dónde crees que vas?

-Yo... Mentiste, dijiste que Héctor me buscaba.

-Es que no quiero que estés cerca de Diana. Aiden arquea ambas cejas
sorprendido.

-Solo intento buscar a Ethan -miente.

-¿En serio? ¿Para qué? Por lo que vi arruinaste su cita y ahora también la de
Diana.

-¿Ella sale con ese chico?


Arely asiente aunque no es oficial.

-¿Y por qué crees que me interesa? No es de tu incumbencia lo que hay entre
ella y yo.

-Fingiste ser gay solo para acércate a ella.

-Claro que no.

Arely frunce el ceño.

-También lo hice porque ahora tengo más de un millón de sus- criptores.

Ahora pone los ojos en blanco.

-Usaste tus trucos y ahora mis dos personas favoritas te aman

como si fueras el único chico del mundo. No entiendo por qué.

Arely decidida se acerca y le roba un beso a Aiden, ni siquiera lo responde


porque se congela de inmediato confundido. Cuando ella se separa mira hacia
otro lado intentando comprender si los besos de Aiden enamoran pero, no es
así, él la observa asustado con los ojos muy abiertos.

-No, no sentí nada -dice Arely un segundo después. Decide volver a la mesa
con el resto de sus amigos.

-Besar a una lesbiana estaba entre mi lista de deseos, creo que ya puedo
morir en paz -se dice Aiden a sí mismo.

Mientras tanto, Ethan se encuentra en una de las mesas pensan- do tantas


cosas y lo peor es que se tratan de Aiden. Sobre cómo le dijo todo lo que
sentía por él y ahora cómo todo se volvió muy extraño entre ambos. Aiden
intenta hacer que se enamore de otra persona pero cada vez que está cerca,
las famosas mariposas en su estómago aparecen para decirle que Aiden es el
indicado, por un segundo desea tanto que desaparezcan, pero a la vez no
porque de verdad lo quiere. Siente que su vida ha dado un giro muy inespera-
do y ahora tiene que vivir con ello. Al frente de Ethan, nuevamente aparece
Aiden muy avergonzado por lo que sucedió con la chica, no sabe cómo
expresar sus disculpas.

-Lo siento Ethan, creo que te presioné para que continuaras con tu vida muy
rápido pero es que quiero...

-Que me enamore de alguien más para olvidarme de ti, lo sé. Aiden se queda
mudo.

-No es eso, solo quiero que seas feliz, mereces lo mejor. Ethan respira hondo.

-Bueno, prometo seguir adelante, aunque tomará un poco de tiempo -


responde Ethan
Aiden sonríe y abraza a su mejor amigo.

-Y yo prometo seguir a tu lado sin importar lo que suceda -res- ponde Aiden
mientras lo estrecha entre sus brazos.

A un par de metros, Diana los observa forzando una sonrisa mientras suena
una canción de amor llamada “The Only Excep- tion” de Paramore. Arely se
acerca a su lado y la rodea con su brazo, nota que mira a ambos chicos en su
momento sentimental.

-Sabes, creo que me vas a odiar, pero no he olvidado a Aiden

-menciona Diana un poco triste.

-Eso ya lo noté y creo que él tampoco puede olvidarte. Si tanto lo amas solo
perdónalo por mentir y vivan felices para siempre. Quiero ser la madrina de
sus hijos por cierto.

-No lo entiendes, ese no es el problema.

-¿Entonces?

Diana dirige la mirada con Arely.

-La noche de la fiesta, yo me embriagué y tuve sexo con Ethan.

La quijada de Arely termina en el suelo, no puede creer lo que Diana ha dicho,


se siente algo culpable por la situación ya que mantuvo el secreto guardado
por mucho tiempo y si lo hubiera revelado antes, nada de eso hubiera
sucedido.

-¿Y qué piensas hacer?

-Tengo que decírselo, de lo contrario nunca podré estar tranqui- la, no podré
sentir paz en mi interior.

Arely asiente muy confundida porque no sabe cómo terminará todo este lío.
12

-¡NO VOY A ESTAR EN UNA OBRA DE TEATRO! -grita Hé-

ctor frente al director, a su lado se encuentra Montse cruzada de brazos


mirando firmemente a los ojos de Héctor.

Al parecer se han dado cuenta de que el chico adulteró el ponche en el baile y


ahora tiene que cumplir con un castigo; ya que las artes son muy escasas en
la preparatoria necesitan más personas para el grupo de teatro.

-Señor Jones tiene que cumplir...

-Ethan se apellida Jones, mi apellido es Brie.

-Adulteró el ponche del baile para los chicos de intercambio y si no quiere


cumplir su castigo será expulsado -amenaza el director

-la chica que envió al hospital no presentará cargos.

Héctor piensa que es una mejor idea ser expulsado que hacer el ridículo en un
escenario, pero le ha prometido a su padre mejorar y asistir en la final del
fútbol así que no puede renunciar a ello tan rápido, no tiene otra opción.

-Está bien, pero... Solo será la audición ¿hecho?

-Si lo eligen, tendrá que ser parte del grupo.

Héctor pone los ojos en blanco, no quiere ser parte del teatro y a la vez del
fútbol porque es una combinación muy extraña.

-Tiene que respetar el instituto.

En el jardín frontal de la escuela, se encuentra un anuncio sobre las


audiciones del musical que se presentará en el periodo, Aiden siempre ha
estado interesado en ello, pero no siente la energía y confianza en sí mismo
para entrar. Solo mira el cartel interesado mientras detrás suyo, Ethan
aparece.

-¿Entrarás? -pregunta curioso.

-No lo sé, bueno, suena agradable.

-Ayer en tu video, hiciste retos cantando y ahora ¿te da miedo que un público
te vea?

-Es diferente, detrás de la cámara siento confianza pero con un público al


frente siento ganas de vomitar
-Una vez lo lograste y no me necesitaste para ello.

Aiden resopla porque había olvidado por completo ese momen- to, fue un poco
dramático.

-Bueno si lo haré, mejor dicho, lo intentaré.

Arely aparece radiante con su uniforme de animadora, pero su rostro refleja


algo de preocupación y desesperación al ver a Ethan.

-¿Ethan, podemos hablar? -pregunta.

-Aiden se presentará a las audiciones -responde Ethan muy feliz.

-Oh, te veo ahí entonces Aiden, es una lástima que solo uno po- drá ser el
principal. Ahora necesitamos hablar.

-¿Sobre qué?

Arely abre bien los ojos expresando que debe ser una plática solamente entre
ella y él. Aiden entiende dicho mensaje y se despi- de de Ethan, no quiere
pertenecer a los dramas que suceden entre ellos. Inclusive piensa que le dirá
sobre el beso que tuvieron

pero

no es así.

-Tendrás que ayudarlo, significa mucho para él...

-Por dios, no quiero hablar de eso.

-¿Entonces? -pregunta Ethan confundido.

-Diana me dijo que tuviste sexo con ella.

La quijada de Ethan llega al suelo, no puede creer que de verdad se lo haya


dicho, inclusive siente un hueco en el estómago porque para él, ese momento
había quedado totalmente en el olvido.

-No es todo, siente tanta culpa que intentará decírselo.

Ethan frunce el ceño seriamente y es cuando la música de sus- penso aparece


para controlar la situación.

-¿Dónde vive? -dice amenazante.

Arely asustada no dice una palabra e intenta marcharse pero Ethan se


interpone en su camino.
-No lo sé...

-Eres su mejor amiga y no sabes donde vive.

-Es que ella es muy reservada y solamente fui a su casa una vez

-cierra la boca al enterarse que metió la pata.

-Dime ahora mismo donde vive.

Arely no encuentra otra opción, siente que es una pésima amiga.

Mientras tanto, en el campo de fútbol, hace un par de minutos que la práctica


ha terminado pero aún así, Alexis continúa corrien- do e intentando derribar
los bultos que disimulan ser los contrin- cantes. En un momento, enciende la
maquina que lanza los balones automáticamente y cuando oprime el botón,
corre un par de metros

y el balón sale disparado. Mientras continúa corriendo, logra atra- par el


balón en un modo triunfante y él mismo hace un sonido con su voz fingiendo
que gritan su nombre.

-Bien hecho, Alexis el campeón del equipo -imagina que dicen eso por los
altavoces.

Finge ver a su familia en las gradas y les lanza besos sintiéndose orgulloso,
por un momento escucha pasos detrás de él y por esa misma razón se detiene
y se quita el casco protector. Se trata de Christian que aplaude lentamente.
Alexis avergonzado, ni siquiera puede sostenerle la mirada.

-La práctica termino hace rato y creí que dijiste que ibas a salir con Diana.

Alexis ha inventado eso para sentirse importante con el equipo, a pesar de


que no la ha visto después de lo que sucedió en el baile y es evidente que
prefería estar a solas, pensar que jamás podrá estar con ella.

-No, bueno si, pero ella me canceló- vuelve a mentir.

-Ve a ducharte, los chicos nos esperan en la cafetería.

-Está bien.

-Recuerda Alexis, que desde ahora eres una estrella hermano, si de verdad
quieres mantener eso, debes estar con el resto del equipo.

Asiente y corre hasta el edificio, se siente un poco animado por- que ni en un


millón de años pensó ser una estrella en la preparato- ria. De inmediato le
envía un mensaje a su hermana presumiendo que ahora es de los chicos
populares, ella de inmediato le responde que eso es genial y que guarde
entradas para el primer partido.
Después de la ducha, Alexis llega un poco tarde a la cafetería, toma una
bandeja, la llena de alimentos y se dirige a la mesa del

equipo, antes de que pueda llegar alguien lo llama, se trata de Dani que está
sentada junto a Louis.

-Acompáñanos -propone Dani.

Alexis se queda sin palabras pero, Christian aparece para empu- jarlo hacia la
mesa del equipo de fútbol.

-¿Pensabas sentarte con los chicos raros? -pregunta Diego, otro miembro del
equipo.

-¿Qué también eres gay o qué? -pregunta Christian.

-No, es solo que ellos son amigos de Diana. En la mesa se burlan.

-Oye, esta noche tenemos una fiesta...

Alexis parpadea nervioso, no le gustan del todo las fiestas.

-No creo que pueda asistir.

Intenta pensar en una excusa pero no sabe qué decir al respecto. No puede
meter en el asunto a sus padres porque sería un blanco de burlas para el
equipo.

-Es que tengo cosas que hacer.

-¿Cosas con un chico? -pregunta Christian.

Todos en la mesa vuelven a reírse mientras Alexis continúa mo- viendo el


almuerzo con su tenedor. Aún así se siente feliz de for- mar parte del grupo a
pesar de que tiene que tolerar las burlas.

Llaman a la puerta y Diana se encarga de abrir. No puede creer que Ethan se


encuentra de pie frente a sus ojos, intenta cerrar pero Ethan es más rápido y
la detiene.

-No puedes estar aquí, toda mi familia se encuentra celebrando

un baby shower para mi hermana.

-Quieres contarle todo a Aiden así que vine para que cambiaras de opinión o
de lo contrario siento la necesidad de arrancarte la lengua con mi propia
mano.

-La culpa me mata Ethan en serio tengo que decirle.


-Si Aiden se entera, todo terminará mal.

-No podemos fingir que nada sucedió y no creo que sea de tu incumbencia si
le digo o no...

Alguien aparece detrás de Diana y ella sin opción abre la puerta como si nada
hubiera sucedido, se trata de su hermana.

-Diana, te estás perdiendo de todo -se detiene al ver a Ethan -Oh, creí que
mencionaste que tus amigos no podían asistir.

-Él no es mi amigo -se encarga de decir Diana rápidamente.

Ethan asiente, pero está dispuesto a hacer lo que sea para que Diana no
pueda revelar el secreto que ambos guardan. Inclusive, le llega a la mente
una brillante idea.

-Soy su novio -menciona Ethan rodeando la cintura de Diana con su brazo.

La hermana de Diana queda impresionada porque ella no suele tener novios


atractivos.

-Vaya, no sabía que mi hermana tenía de novio a un chico tan guapo como tú -
Ethan se encoge de hombros mientras Diana in- tenta apartarlo -Soy Sandy
Vargas por cierto -estrecha la mano de Ethan.

-Está bromeando -menciona Diana preocupada.

-No es cierto ¿hay algún problema al presentarme con tu fami- lia? -se dirige a
Sandy -¿a caso son vampiros? ¿lobos? ¿cazadores

de sombras? A mi mejor amigo le encantan los libros con esa te- mática.

Sandy sonríe porque el chico ya le agrada.

-Eres bienvenido. Diana, puedes ayudarle a los chicos de ser- vicio mientras le
doy un atuendo a Ethan, mi esposo tiene trajes extras y seguro que hay uno
que puede quedar con tu tono de piel.

Sandy se marcha con Ethan mientras Diana suspira, cree que será un día
bastante largo y difícil.

Alexandra la chica nueva de intercambio está calentando con movimientos de


ballet sobre el escenario del auditorio, al parecer ella es parte de las
audiciones. Héctor se da cuenta de su presencia mientras camina por los
asientos y se dirige hasta ella para admirar de cerca lo que puede hacer.
Comienza a hacer sonidos extraños con su voz.

-¿Estás calentando tu voz como los chicos de High School Mu- sical? -
pregunta Héctor.
-¿Mirabas High School Musical? -pregunta Alexandra en forma de burla.

Héctor niega mientras ella se detiene cruzando sus brazos.

-Largo de aquí, mis amigas morirán de envidia cuando se ente- ren de que
haré el estelar del musical en esta escuela.

-Buena suerte con eso.

-No debes decir buena suerte, debes decir rómpete una pierna.

-¿Por qué? Si tus piernas son bonitas.

Alexandra sonríe de una manera peculiar y se marcha para tomar un poco de


agua. Un segundo después Arely aparece junto a Héctor

y lo observa con una sonrisa malévola por el romance que recién aparece
entre ellos.

-Huele a enamoramiento instantáneo -dice Arely arqueando am- bas cejas.

Héctor borra su sonrisa al escuchar su voz.

-Cierra la boca. Mi prima no está tan feliz contigo y mucho me- nos yo por lo
que le hiciste.

-Hay lo lamento ¿si? Yo necesito a alguien que de verdad me de amor todos


los días y no me ignore.

-Suerte que ya tiene a una chica mejor que tú.

Héctor pone los ojos en blanco e intenta marcharse pero Arely lo sigue
intentando descifrar cómo es que ya tiene otra chica tan rápido. Por otro lado,
en las butacas Aiden está junto a Maggie muriendo de nervios, siente que su
estómago va a devolver lo poco que ha consumido cuando ni si quiera ha
pisado el escenario aún, piensa que si Diana o Ethan estuvieran presentes,
nada saldría mal con ello.

-Creo que no podré lograrlo, estoy muy nervioso -menciona Ai- den mientras
Maggie lo ignora por completo, ella se concentra en leer el guión del musical -
¿Eres Maggie cierto? Mi nombre es Ai- den Cross.

-Sé quien eres -responde sin mirarlo.

-Oh bueno, me sorprende verte aquí.

-Mi terapeuta dice que debo buscar nuevos intereses y no debe- ría hablar
contigo porque tú eres la razón por la que asisto a terapia. Sería muy feliz si
Ethan Jones se hubiera quedado conmigo.

Aiden frunce el ceño confundido porque ni siquiera sabía del todo que había
algo más fuerte entre ellos, un segundo después

Arely aparece tomando asiento a su lado contrario.

-Supongo que cantarás algo de Adam Levine, queda perfecto a tu registro


vocal.

-Solo quieres ponerme más nervioso de lo que estoy y por eso te tengo que
ignorar -Aiden se cubre los oídos.

Las luces se apagan anunciando la entrada de la directora del club de teatro,


se trata de una chica de baja estatura, tono de piel cálida y una mirada fría.
Camina por el escenario lentamente ob- servando fijamente a cada uno de los
participantes.

-Hola, mi nombre es Edna y soy la directora del club de teatro

-menciona dramáticamente aún mirando a los aspirantes- bienve- nidos a este


sagrado templo de artes dramáticos, aquí cada uno debe desaparecer y me
refiero a que si quieren personificar a al- guien, no deben utilizar su
personalidad, deben crear una propia. Eso le resultó a Lea Michelle que por
cierto fue aspirante aquí hace mucho tiempo y además de que ha ganado
varios premios triunfó en la comunidad adolescente.

Todo el mundo en el público se emociona porque Lea Michelle es un ícono en


la industria de la música y actuación. Excepto por Héctor que solo apoya la
mejilla en su puño.

-Todos trajeron partituras de una canción ¿cierto? Los chicos asienten


mostrando las hojas.

-No las usarán, tengo la canción perfecta de un musical muy famoso y quien
desafine, por favor puede ir abandonando de inme- diato este bello auditorio.

En el público se miran entre sí, tratando de adivinar la canción.

-Defying Gravity del musical “Wicked” en la versión de la me- jor serie


musical de todos los tiempos... glee.

Aplauden muy felices con la noticia, excepto Héctor que abu- chea con todas
sus fuerzas.

Antes de que comience la clase de álgebra, Alexis, Christian y el equipo de


fútbol está reunido en el salón de clases charlando sobre las posibles jugadas
que tendrán. Alexis un poco aburrido, comien- za a hacer un avión de papel
sentado en su pupitre, por un segun- do los chicos prestan atención y Alexis
vuela el avión, justamente aterriza en el escritorio del aula. Los chicos quedan
impresionados con el pequeño talento mientras él sonríe.

-Bien hecho Young -dice Diego dándole palmadas en la espalda.


Christian un poco celoso por el acto, se limpia la garganta lla- mando la
atención del equipo.

-Cuéntanos Alexis ¿por qué no tienes novia?

Se queda mudo porque no quiere parecer un perdedor al decir que no tiene la


confianza suficiente para pedírselo a una chica o revelar cierta inseguridad
sobre él. Un segundo después encuentra la excusa perfecta para librarse del
problema.

-Es que recién llegué, comencé a salir con Diana pero...

-No, no, la regla que tenemos en el equipo es que debes salir con una chica
diferente cada semana -menciona Christian.

Alexis siente que es una regla bastante machista y definitiva- mente no está
dispuesto a hacerlo, pero por desgracia no le queda opción si quiere encajar
en el grupo.

-Mira -señala detrás de Alexis -esa chica es tu primera semana, recuerda que
no existe relación sin sexo.

Se trata de Brenda, la exnovia de Héctor que no para de teclear en su


teléfono. Alexis muy asustado observa a Christian con la

esperanza de que solo esté bromeando, pero al ver la seriedad en su rostro,


se ve obligado a cumplir. Se levanta de su asiento muy nervioso y mira a
todos lados, toma asiento junto a Brenda y ella lo mira confundida.

-¿Te perdiste niño? -pregunta.

-Ah si...

Ahora si la mira a los ojos.

-Me he perdido totalmente en tus hermosos ojos. Brenda sonríe aún con el
ceño fruncido.

-¿Qué es lo que quieres?

-Bueno, es que tengo entradas para el cine y no tengo con quién ir, una chica,
quiero ir con una chica.

-¿Intentas comprarme con eso?

La risa de los chicos se hace notar.

-¿Quisieras ir conmigo? -Alexis mira un segundo a los chicos y después vuelve


con Brenda -después podremos tener... sexo.

Las burlas del equipo se hacen más fuertes. Brenda no para de sonreír, un
segundo después, toma la botella de soda que hay en su mochila, la abre y lo
moja completamente como acto de conse- cuencia a sus palabras sin sentido.
Los chicos recitan un gesto de burla mientras Alexis queda como un completo
perdedor, porque no solo el equipo se burla sino también el resto de la clase.

En casa de Diana, Ethan se encuentra en una de las habitaciones


observándose frente al espejo con un resplandeciente traje color guinda
brillante. Se acomoda la corbata mientras Sandy aparece para mirar cómo ha
quedado.

-Muy bien, mi hermana tiene suerte. Ethan agradece.

-Verás, mi familia es muy estricta de acuerdo a la educación y por eso no era


conveniente que llevaras la ropa que tenías, sobre todo cuando mi padre es
dueño de los restaurantes Vargas.

-Es cierto, había olvidado que Diana será la heredera de los res- taurantes -
menciona Ethan reacomodando el pantalón de su entre- pierna, lo siente muy
ajustado.

-Por ahora a ella no le interesa eso, prefiere la música y quiere dedicarse a


tocar piano toda la vida. Sabe perfectamente que en estos tiempos es muy
difícil que triunfe en la industria.

-Entiendo.

Ethan ni si quiera sabía que ella tocaba el piano, no cree que pue- da ser
mejor que él. Por alguna razón se siente identificado con la situación porque,
la madre de Ethan quiere que estudie una carrera y consiga un título
universitario cuando él solo quiere hacer real- mente lo que llene su corazón
de vida y a eso se le llama “música”.

Héctor, Arely, Alexandra, Aiden y Maggie se colocan sobre el escenario


mientras Edna escucha la reluciente voz de cada uno, por supuesto Aiden es
el que destaca entre todos.

It’s time to try Defying gravity I think I’ll try Defying gravity Kiss me goodbye

I am defying gravity

And you wont bring me down

En la larga nota del final, todos quedan con la boca abierta al es-

cuchar a Aiden con su potente voz. Sobre todo a Edna que aplaude
lentamente y se limpia una de sus lágrimas.

-Muy bien ¿cuál es tu nombre aspirante?

-Aiden Cross.
-Perfecto Aiden, estás brillando esta noche.

Esboza una sonrisa muy grande, aunque no conocía del todo la canción
imaginó que sus dos personas favoritas se encontraban so- bre el escenario,
no precisamente Diana y Ethan sino sus madres.

Ethan sale al jardín trasero donde se está llevando a cabo la pe- queña y
elegante reunión familiar de Diana. Se acerca hasta donde se encuentra
Diana que prepara una bebida refrescante para ella misma sobre la mesa de
banquetes.

-Wao, yo quiero una de esas -menciona Ethan.

-Tendrás que preparala tú mismo -dice Diana y después bebe un sorbo del
vaso.

Uno de los sirvientes aparece ofreciendo sushi a lo que Ethan asiente y toma
un par. El chico del servicio observa a ambos con el ceño fruncido porque al
parecer los ha visto en otro sitio pero no logra recordar en donde, sobre todo
porque los tres tienen la misma edad. No quiere entrometerse así que
prefiere marcharse.

-No sabes nada de mí Ethan.

-Lo sé y de verdad no me interesa, solo quiero dejar en claro que no le dirás


nada a Aiden y me marcharé antes de lo que canta un gallo -Ethan se lleva
una pieza de sushi a la boca.

-¿Y si no?

Los padres de Diana aparecen junto a ella curiosos por saber

quién es el chico que acompaña a su hija. Ella los mira un poco temerosa
porque no esperaba que se acercaran con tanto interés.

-Diana ¿quién es tu amigo? -pregunta su madre.

-Soy su novio -se apresura a responder Ethan estrechando la mano de ambos


padres -es una alegría por fin conocerlos, espero que a Diana también puedan
hacerle una fiesta porque yo mismo la embaracé.

Ambos padres miran a los chicos con los ojos muy abiertos y Diana
literalmente tiene la quijada sobre el suelo.

-Es una broma -Ethan se echa a reír -es solo para relajarnos un poco, bromas
para suegros.

-¿Se conocieron en la escuela? -pregunta el padre de Diana.

-Si, en la clase de música.


Diana siente la fuerte necesidad de golpearlo porque está arrui- nando todo.

-Mi amor ¿puedes venir un momento?

Toma de la mano a Ethan llevándoselo lejos del lugar, a una es- pecie de
bodega para poder hablar tranquilamente. Lo empuja para que entre al sitio.

-Solo dime que no le dirás nada y me iré -vuelve a mencionar Ethan.

Diana sonríe.

-Prometo dejarte salir cuando la fiesta termine.

Cierra la puerta dejándolo completamente solo en ese armario.

-Oye -grita Ethan muy molesto.

Nuevamente en el auditorio, ahora Edna les pide a los chicos que muestren
sus pasos de baile, Alexandra y Arely muestran unos pa- sos de ballet muy
originales pero en su lugar, Aiden intenta bailar con Maggie pero lo hacen
muy mal, no tienen ritmo porque inclu- sive, Aiden intenta imitar pasos de las
chicas.

Cuando terminan, los cuatro se detienen en una posición triunfal, Héctor no


para de reír porque incluso ha grabado lo que pareció un baile de Aiden, lo
sube a snapchat con la esperanza de que toda la escuela lo vea y puedan
burlarse de sus horribles pasos.

Edna felicita a Alexandra y Arely que hacen un gran equipo, cree que son
perfectas para varios papeles mientras que Aiden y Maggie no nacieron para
el baile. Edna los ve con rostro de decepción.

-Bueno, prepárense para la última prueba.

Ethan toma asiento sobre las cajas colocadas en el armario in- tentando
librarse de la claustrofobia, para su suerte alguien abre la puerta. Se trata del
mismo chico que les ofreció sushi.

-Por dios, que bueno que llegaste -dice Ethan sintiendo alivio.

-Hola chico sushi ¿por qué estás aquí solo?

-Pensé que estaría aquí por el resto de mi vida.

El chico del servicio no para de observarlo, ya ha recordado per- fectamente


donde lo había visto antes.

-Espera, tú estás en West Park High ¿no es así? Ethan asiente confundido.

-Por eso sabía que te había visto antes, estamos juntos en clase de ciencias,
soy de intercambio.
-Entiendo -menciona Ethan algo distraído.

-Soy Gabriel por si te lo preguntas -se acerca hasta las cajas que hay sobre el
suelo para tomar botellas de vino tinto - aunque no lo creas estas cosas
cuestan más que mi renta, es genial que seas parte de esta familia.

-Llámame Ethan y créeme, no soy parte de ellos.

-Pero tu novia es la chica popular y porrista. Ethan niega rotundamente.

-No es mi novia.

Gabriel frunce los ojos un poco confundido.

-Es que no hay mujeres en mi camino por ahora. Esta vez, Gabriel sonríe un
poco animado.

-Tampoco en el mío.

Ethan se siente un poco nervioso al darse cuenta de que él no para de


observarlo. Sobre todo porque es de la clase de chico inte- resante que lleva
cejas gruesa, grandes gafas y un arete sencillo en la oreja izquierda.

-Bueno entonces si no eres de la familia ¿por qué estás en este show


dramático?

-Yo...

A Ethan se le ocurre una estupenda idea gracias a su mención.

-Acabas de salvarme -menciona Ethan feliz.

Regresa con el resto de los invitados mientras Gabriel sonríe de manera


convencional. Esta vez el esposo de Sandy está dando un discurso de cómo los
restaurantes crecerán por el país poco a poco. Ethan aparece al lado de Diana
junto a la puerta y ella lo mira muy asustada y con intenciones malas.

-Es tu última oportunidad ¿no dirás nada? Estoy dispuesto a ha- cer un
episodio muy dramático para toda tu familia.

-¿Y si le digo que me acosté con otro chico?

-Ya te dije que no.

Diana intenta alejarlo de la fiesta, pero él mismo se da una bo- fetada tan
fuerte que resuena en toda la fiesta. Los invitados muy asustados miran a
ambos chicos.

-¿En serio me diste una bofetada solo porque le iba a decir a tu familia que
eres una excelente pianista?
Diana abre muy grande los ojos.

-En serio chicos, Diana es muy buena, deberían dejarla estudiar música
aunque pueda morir de hambre.

Eso no suena tan malo para una familia convencional, pero aún así los padres
de Diana no están de acuerdo con ello, pueden llegar a decepcionarse si
continúa eligiendo la música antes que el nego- cio de restaurantes familiar.

-No es todo, le dije zorra porque la dama se ha acostado con mi mejor amigo.

La familia hace un gesto de preocupación.

-Muy gracioso Ethan, no le crean chicos, al pobre chico le afecta el calor -


menciona Diana aplaudiendo.

El padre de Diana muy enfadado, la toma del brazo y se la lleva mientras


Ethan queda un poco asustado por lo que le vaya a su- ceder. Después de todo
lo único que intenta es cubrir sus errores cometidos.

En el auditorio, Arely está sentada sobre una silla en medio

del

escenario. Esta vez, tienen que mencionar un monólogo importan- te de sus


vidas. Algo que hayan ocultado por miedo a lo que dijeran los demás.

-Ahora, mis padres y yo vemos películas tristes y los tres llora- mos mucho
cuando algo trágico sucede.

En el público, Edna finge roncar para expresar que la historia es muy


aburrida, un segundo después finge despertar un poco altera- da.

-Oh lo lamento mucho, me quedé dormida, quiero saber algo de lo que nadie
se haya enterado aún.

Arely temerosa, intenta buscar otra historia.

-Yo bueno, en quinto grado tenía frenos. Edna pone los ojos en blanco.

-Baja de ahí por favor, malgastas mi tiempo, sobre todo después de la


conmovedora historia de desamor de Maggie.

Maggie desde su lugar limpia sus lágrimas.

-Siguiente -menciona Edna.

Ahora es turno de Héctor, sube al escenario y se coloca frente al público. Su


rostro expresa odio hacia todos porque así es él cuando se trata de un club al
que no pertenece.
-Bueno, me preocupa que seas otro de esos chicos presumidos que sienten
que su vida es perfecta.

-Púdrete, también tengo mis problemas -menciona Héctor a la defensiva.

-Wao, el chico tiene sus defectos. Entonces háblame sobre tus problemas.

Héctor respira hondo, por suerte, Alexandra ha salido al baño y

es su perfecta oportunidad para revelar su dichoso secreto, sobre todo porque


Edna tiene el poder para liberarlo del castigo.

-No soy como los demás, nací con un problema de...

Alexandra entra por la puerta y fija la mirada en Héctor sobre el escenario,


esboza una sonrisa mientras Héctor inclina la mirada.

-Egocentrismo -se apresura a mencionar.

-Suena muy lógico, pero cuéntame sobre esos rumores de que tienes que
tomar medicamentos e ir a consultas.

-Son vitaminas, mi salud es muy delicada. Edna pone los ojos en blanco.

-Bueno, puedes bajar de ahí, por favor.

-Hija ¿qué fue eso de ahí? Te debería dar vergüenza.

-Papá yo...

Diana está muy preocupada porque, todo lo que ha dicho Ethan es


decepcionante para la familia y ahora ella tiene que encontrar una solución
para todo.

-Diana confío en ti bebé, sé que harás lo correcto de hoy en ade- lante, por
ejemplo, debes disculparte con todos allá fuera y arreglar las cosas con tu
novio. También decir que la música no es nada para ti, si quieres mantener el
orgullo familiar, debes dejar eso detrás.

El padre de Diana sale de la habitación dejándola sola.

En el auditorio ahora Aiden es el centro de atención, se encuen- tra sobre el


escenario muy nervioso intentando explicar algo que le sucedió en el pasado.

-Entonces ahora le tengo miedo a la oscuridad porque el que te encierren


cuando eres un simple niño, te deja un trauma profundo.

Edna no para de mirar fijamente a Aiden, ella misma siente que está
ocultando algo más.

-Creo que también sufro de anorexia...


-Para -interrumpe Edna -háblame sobre tu rompimiento con el chico lindo de
los risos ¿tu corazón está roto?

Aiden no sabe que decir.

-Bueno, las relaciones no son para siempre...

-¡Aiden por favor! -Edna se levanta de su asiento - quiero co- nocerte a fondo,
de otra manera, no sabré cuando de verdad le des vida a un personaje.

Sobre el escenario, Aiden resopla, sabe perfectamente que la vida está llena
de riesgos y hoy está dispuesto a revelar todo.

-Si bueno, mi corazón está destrozado, pero no porque rompí mi relación con
Ethan. Sé que lo que voy a decir a continuación hará que todos me odien más
de lo que ya lo hacen, inclusive seguro perderé mi reputación como buen
youtuber que soy.

Edna pone mucha atención a lo que dirá.

-No soy un gay de verdad -en el público expresan un gesto de sorpresa -todos
creyeron que mi mejor amigo y yo eramos novios y eso me dio tanta fama que
le pedí por favor que el juego conti- nuara, le mentí a todos fingiendo algo que
no soy... Puedo ser un chico muy inseguro y es algo que de verdad odio de mí,
inclusive, un doctor me dijo que mi cuerpo sería perfecto con una cirugía y en
esos momentos Héctor me hizo compañía porque su cuerpo es un ejemplo de
cómo quiero lucir. Quiero tener su cuerpo y su confian- za, pero simplemente
no pude, antes de que pudieran inyectarme la

anestesia me escapé del lugar. Además de que la chica que amo me dijo que
no lo hiciera. Necesito agradarle a todo el mundo, necesito que me quieran -
hace una pausa para no romper en llanto -porque si me quieren, tal vez yo
pueda quererme.

Edna tiene lágrimas en los ojos y aplaude lentamente mientras Aiden suspira
profundamente. Aún así las personas que se encuen- tran sobre el público no
pueden creer que haya mentido, excepto Héctor y Arely porque ambos ya lo
sabían.

-¿En serio es un youtuber? -pregunta Alexandra.

Ethan le entrega un brownie a Diana, está muy avergonzado por todo lo que
dijo, sobre todo porque su padre mostró su molestia frente a todos los
invitados.

-Tómalo como una ofrenda de paz, no debí decir esas cosas.

-No te preocupes, tuviste el valor de decir lo que no pude, ex- cepto al decir
que me acosté con tu mejor amigo, cruzaste la línea.

-En serio lo lamento.


Diana asiente lentamente y antes de que la fiesta termine, llama la atención
de todos golpeando la copa de cristal con la cuchara. Todas las personas
miran a Diana de una forma desagradable.

-Escuchen, de verdad lamento no estar interesada en el negocio familiar, pero


si algo aprendí es que la vida es muy corta -mencio- na Diana mostrándose
sincera -sé que creen que soy una decepción al estar interesada en la música,
pero así nací y lamento no poder cambiar de idea.

Diana se encoje de hombros y desaparece del jardín caminando de una


manera triunfadora. Ethan aplaude muy contento admiran- do lo que acaba de
decir, él es el único en sentirse orgulloso al

escuchar esas valiosas palabras. Antes de marcharse observa que el chico del
servicio sonríe y levanta ambos pulgares, Ethan algo ruborizado sale en busca
de Diana.

Alexis entra al baño para poder lavar su rostro, la soda que le ha lanzado
Brenda ha dejado su piel muy pegajosa, sobre todo ha arruinado su chaqueta
del fútbol. Se mira al espejo muy preocupa- do porque, piensa en todo lo que
dirán sobre él.

-Tranquilo Alexis, todo va a estar bien -se dice a sí mismo.

La puerta del baño se abre y Brenda aparece, al ver a Alexis se detiene


confundida y disgustada a la vez.

-¿Qué haces en el baño de mujeres?

Alexis mira a su alrededor y observa carteles y anuncios para chicas con


problemas de salud o infecciones. Siente que la sangre se le ha subido al
rostro.

-Estoy perdido, lo juro.

-Le diré al director que eres un pervertido y que estás acosando a las mujeres.

Brenda está a punto de salir.

-No, espera no -Alexis muestra su lado vulnerable -por favor, por favor lo
siento, lo siento mucho, no es lo que piensas, yo solo trataba de impresionar a
los chicos porque -Alexis comienza a llo- riquear -ellos piensan que soy un
perdedor.

-No se equivocan -responde Brenda cruzándose de brazos.

-¿Cómo se supone que sobreviviré este semestre? Soy nuevo, no tengo


amigos, mi equipo de fútbol me odia y mi familia está muy lejos de aquí. Lo
peor es que estoy llorando en el baño de mujeres.
Alexis se apoya sobre la pared intentando ocultar el nudo en su garganta que
poco a poco lo asfixia.

-Relájate -Brenda muestra compasión al ver la sinceridad de Alexis -eres parte


del equipo y se supone que eso te hace una estre- lla, probablemente el resto
de los chicos están celosos.

-¿Es por eso que hacen bromas conmigo?

-Deberías ignorarlos, solamente has tu trabajo y pasa tiempo con quien de


verdad te haga sentir cómodo. Probablemente en unos años serás parte de las
ligas mayores con guardias de seguridad y una enorme mansión.

Alexis sonríe a pesar de tener los ojos cristalizados, piensa que tiene razón.
Solo es cuestión de ignorar a los chicos y pensar las cosas positivamente, aún
así cree que las cosas no mejorarán pero es un paso a la vez, queda tiempo
para arreglar las cosas.

Aiden se encuentra sentado sobre el extremo de la plataforma ubicada en el


escenario porque piensa en todo lo que ha mencio- nado y las posibles
consecuencias que cause, un segundo después Arely aparece a su lado. De
verdad lo admira por tener el valor de revelar el dichoso secreto que lo volvió
popular.

-¿Vienes a echarme todo en cara?

-No, de verdad eres un chico fuerte, nunca creí que lo revelaras. Aiden
suspira.

-¿Ahora somos amigos? -pregunta curioso.

-No vayas tan lejos, siento algo de lástima por ti, claro no para burlarme pero
entiendo tu situación -Arely sonríe.

-Gracias.

Al menos Aiden siente que el mundo entero ha descendido de sus hombros


porque ahora todos saben la verdad y sobre todo por revelar ese tormento
que lo perseguía en todas las situaciones. Así mismo cree que ya no es
momento de dejar la comida a un lado porque en realidad muchas personas lo
aceptan tal y como es, aun- que no sea un chico gay de verdad.

En el mismo lugar, Alexandra y Héctor también se encuentran juntos


charlando sobre intereses personales, al parecer ella se ha dedicado toda su
vida al ballet y por eso es tan buena, necesita el papel para su currículum y
entrar a la universidad como bailarina profesional, su madre se dedicaba a
ello pero por problemas eco- nómicos no pudo continuar y tuvo que dedicarse
a estudiar algo más sencillo, hoy en día gana mucho dinero pero no es tan
feliz con su actual trabajo. Héctor por su parte es capitán del equipo de fútbol
pero por ciertas razones se encuentra en el grupo de teatro cumpliendo su
sentencia.
-Créeme, le hago un favor al mundo al no actuar y cantar, si Edna no me elije,
seré libre -dice Héctor.

-¿En serio tan malo eres?

-Lo juro, creo que estoy por debajo de la gráfica en este negocio.

Edna camina hacia el centro y en la pizarra de actividades colo- ca la hoja


donde muestra la persona indicada que obtuvo el papel para el musical de
este periodo. Todos emocionados y preocupados corren a observar de quién
se trata.

“MAGGIE”

-¿Quién es Maggie? -pregunta Héctor.

Diana amablemente escolta a Ethan hacia la puerta principal,

después de todo el drama la fiesta se ha terminado y es una suerte para


ambos no salir lastimados del lugar.

-No puedo creer que le haya dicho eso a mi familia -dice Diana.

-Eres fuerte y es una pena que no te apoyen, a mi también me encanta tocar


el piano y el talento que llevo no es tan importante para mi madre, ella espera
que tenga un titulo en contabilidad.

Diana hace un gesto desagradable.

-Entiendo completamente por qué te importa tanto la sinceridad.

-Ni siquiera puedo comprarme un piano porque seguramente mis padres lo


quemarán.

Ethan asiente y un silencio incómodo se apodera del momento, ya no se siente


seguro de recordarle a Diana que no mencione su encuentro a Aiden.

-Sobre Aiden -menciona Diana como si le hubiera leído la mente

-quisiera poder olvidar lo que hicimos, me importa mucho y por eso no se lo


diré.

Siente un gran alivio en su interior, pero aún así se muestra vul- nerable
porque es engañar a su mejor amigo de toda la vida. Algún día tendrá que
mencionarlo pero por ahora es un secreto que guar- dan ambos chicos.

-Oh ¿qué hay del traje de tu cuñado? Diana niega.

-Quédatelo, se te ve bien.
Ethan asiente y se marcha dejando a Diana con muchos pen- samientos, sobre
todo cuando se trata de Aiden. Siente un miedo profundo al no revelar algo
que la asesina lentamente por dentro. Cometió un error y ahora tendrá que
sonreír cada día fingiendo que

nada sucedió, se ve forzada a ser una chica falsa.


13

Diana golpea fuertemente el saco de box en el gimnasio, última- mente


entrena más de lo normal porque de esa manera libera todo el estrés que la
rodea, esta vez no lleva su uniforme de animadora sino un atuendo gymwear
bastante ajustado. En el mismo gimna- sio, Arely y Louis están estirando
después del crossfit.

-No puedo creer que a este gym asistan chicos tan lindos -res- ponde Louis
levantándose.

-¿Solo chicos? Deberías ver el atractivo de las mujeres.

Ambos toman sus cosas y caminan en dirección a Diana, ella por su parte
sigue golpeando el saco de box pero se detiene en cuanto ambos chicos
aparecen frente a ella.

-¿Ya terminaron?

-Al parecer Arely perfecta no quiere romperse una uña.

-No es verdad, ahora queremos practicar contigo- dice Arely in- tentando
darle un puñetazo al bulto.

Diana no cree que ambos chicos estén en condición para prac- ticar boxeo,
pero cree que es buena idea observar como ambos sufren golpeando el saco
gigante que cuelga desde el techo.

-Bueno -Diana llama a su entrenadora. Ella se acerca.

-Ellos son mis amigos, quieren aprender.

La entrenadora de Diana observa a ambos chicos un poco con- fundida porque


no tienen el perfil que muestren la actitud de boxeo.

-Bueno, bienvenidos, mi nombre es Rénee y seré su entrenadora.

Arely no para de mirarla porque es una chica bastante interesan- te, sobre
todo porque se ve uno o dos años mayor que ella, y por ese gesto rudo que
muestra en su rostro. Su gaydar se mueve a todo lo que da y es por eso que
llama su atención.

-Acabamos de hacer crossfit así que supongo que no hay que calentar otra vez
o... -intenta decir Louis.

-Tienen que calentar una vez más, han pasado minutos así que el cuerpo se
enfría rápidamente -interrumpe Rénee.

Arely abre bien los ojos impresionada y al mismo tiempo esboza una sonrisa
porque además tiene un cuerpo bastante atlético, ojos grandes y cabello corto
hasta los hombros. Él único toque femeni- no que lleva son todas las pulseras
sobre sus muñecas.

-Bien entrenadora -dice Arely en un tono sarcástico.

Rénee no muestra ninguna expresión en su rostro al ver el tono que ha


mostrado. Ella es la entrenadora más joven del gimnasio ya que su padre es
dueño del mismo y siempre ha tenido una gran influencia con el ejercicio y
precisamente en el boxeo.

Mientras tanto en la escuela, durante clases la profesora de lite- ratura


entrega los ensayos acerca del clásico de Romeo y Julieta. Alexis y Gabriel
están en la parte trasera charlando un poco sobre la vida de cada uno. Gabriel
tiene dos hermanos, uno mayor muy estudioso y responsable al que sus
padres le dan todo el dinero del mundo y uno más chico que es todo lo
contrario, tiene muchos tatuajes, bebe mucho y fuma demasiado. Gabriel es
un chico res-

ponsable que se ha independizado muy pronto, tiene su trabajo y él mismo


está pagando todo lo que puede sin ayuda de sus padres.

-¿Es difícil ser el de en medio? -pregunta Alexis.

-Claro que no.

La profesora les entrega a ambos las hojas con su calificación, Gabriel ha


sacado una excelente calificación, no le interesa mucho pero aún así se siente
muy feliz. Por otro lado Alexis tiene un cero como calificación y no entiende
por qué, se supone que se esforzó mucho.

-¿Qué obtuviste? -pregunta Gabriel.

-Ah buena -oculta su hoja.

El timbre suena finalizando la clase, ya que Gabriel tiene trabajo que hacer,
se adelanta en salir del salón. Alexis sale un poco des- pués pero la profesora
lo detiene.

-Muy mal trabajo, no sabía que un alumno podía tener tantas faltas de
ortografía.

Alexis no sabe que decir, no puede creer que eso lo haya afecta- do tanto,
inclusive inclina la mirada avergonzado. Mueve las ma- nos de forma que la
ansiedad se apodera de su cuerpo lentamente.

-Espero que la próxima vez mejores y no seas tan perezoso.

Prefiere marcharse del salón y no seguir escuchando. Lo peor para él es que


el promedio debe ser alto para continuar en el equi- po, de otra manera
tendrá que abandonarlo y su padre no se sentirá tan feliz con ello. No es la
clase de padre violento que se molesta de todo, sino que Alexis quiere
mantenerlo orgulloso o de otra for- ma no se sentirá importante.

Se detiene en un aula vacía para poder tranquilizarse porque cada vez que
situaciones de estrés como esa suceden, siente tanta

ansiedad en su interior que no sabe controlarla. Poco a poco el chico


desarrolla una depresión. Lo que no sabe es que en el salón Erika la chica que
se encarga de expandir rumores, está presente.

-¿Todo está bien? -pregunta al ver su estado.

-Si, si -Alexis se pasa la mano por el rostro intentando actuar normal.

-¿Tú eres Alexis, verdad? El chico asiente.

-Escuché que sales con Diana Vargas ¿Eso es cierto? -Erika se muerde el labio
esperando que la respuesta sea correcta y así dejar el camino libre para
#Athan.

Alexis niega por completo, para él, Diana ha quedado en el ol- vido después
de las miradas que tuvo con Aiden en la noche del baile. Cree que las cosas
serían perfectas si ella se mantuviera a su lado al menos en una relación de
amigos.

-¿Entonces es cierto que acosas a las animadoras? -Erika mues- tra un gesto
desagradable hacia el chico.

Frunce el ceño y prefiere salir del salón porque no puede creer que la escuela
completa invente rumores graves y a la vez falsos.

Mientras tanto, Aiden recibe en su casa a su mejor amigo con un montón de


globos y dulces para él. La razón es que Aiden cumple años y sus madres le
han preparado una pequeña reunión familiar. Su teléfono no ha parado de
alertar que sus seguidores lo felicitan, no puede creer que aún los tenga
después de que revelara que es un gay falso.

-Muchas felicidades Aiden -menciona Ethan abrazándolo.

-Gracias -responde Aiden muy feliz.

Un segundo después, su madre lo llama a la cocina pidiendo ayuda con varios


postres y bocadillos que ella misma hizo. Su ma- dre toma el pastel y sale de
la cocina y antes de que Aiden salga también se da cuenta de que uno de los
correos que hay sobre la mesa, le pertenece, es una carta que Diana escribió
para él por su cumpleaños. No puede creer que después de todo aún lo
recuerde.

Ethan entra en la cocina y Aiden de inmediato guarda la carta en el bolsillo de


su chaqueta. Ethan lo nota de inmediato.

-¿Qué es?
-Ah, es una carta de mi prima.

-Aiden, tú odias a tus primos y lo peor es que la mayoría de ellos están aquí -
Ethan se cruza de brazos.

Ya no sabe que decir.

-Es que ella vive en otro país.

Ethan no cree una sola palabra y aún así abandona el tema.

-¿Necesitas ayuda?

Aiden asiente y toma la bandeja llena de gelatinas en pequeños recipientes


mientras Ethan toma la que lleva pequeños sándwiches. Por un segundo
piensa que la carta pertenece a Diana, pero no lo quiere creer hasta
observarlo.

Después de la práctica, los miembros del equipo se preparan para las duchas,
por un momento Héctor logra distinguir que Alexandra se encuentra sobre las
gradas admirando la práctica, cree que se nota demasiado hermosa haciendo
lo que sea que esté haciendo. Christian interrumpe sus pensamientos
rodeándolo con su brazo.

-Bien hecho Brie.

-Lo sé, seremos invencibles en cuanto la temporada comience. Christian al ver


que Alexis no apareció, tiene la ventaja de men-

cionarlo al capitán.

-¿Te diste cuenta que Alexis faltó a la práctica? Ningún cuervo hace eso.

Héctor ignora el hecho.

-Si creo que después hablaré con él.

Lo aparta y corre hasta las gradas en dirección a Alexandra que al ver que se
acerca, se prepara para una charla.

-Hola -dice Alexandra al tenerlo frente a sus ojos.

-¿Te gusta el fútbol? ¿o solo estás aquí para verme? Alexandra sonríe y al
mismo tiempo pone los ojos en blanco.

-Estoy aquí para reírme, es que es tan tonto que se aplasten unos a los otros
por un estúpido balón.

Héctor no para de reír porque sabe que no es verdad.

-Por favor, entiende que no siempre eres el centro de atención. Alexandra se


levanta, toma sus cosas y se marcha dejando a

Héctor sorprendido por lo que ha dicho. Ninguno de los intereses amorosos


de él le ha dicho algo igual. Casi siempre, se mueren por él y es por eso que
para Héctor es muy fácil tener novia, pero nunca se tuvo el valor de tener
relaciones por su problema, con Brenda intentó ser sincero porque Arely lo
delató y aún así terminó aban- donado. Por su parte, Alexandra es una chica
de mucho valor, no tiene miedo a decir lo que siente o lo que quiere y es por
eso que aunque Héctor le interesa, no piensa mostrarse vulnerable hacia él,
en pocas palabras no quiere parecer una estúpida enamorada.

Nuevamente en el gimnasio, Rénee prepara una rutina de calen- tamiento


para Louis y Arely, ambos tienen que hacer cien abdo- minales y lanzar un
balón entre ellos, atraparlo y lanzarlo nueva- mente. Obviamente no pueden
hacer trampa porque ella misma los vigila. No se encuentra cerca de ellos
pero aun así, sus ojos logran distinguir si se detienen.

-Oye, nuestra entrenadora es gay -susurra Arely.

-¿En serio? Bueno que sea algo masculina no la hace gay, en serio, mi
hermana juega fútbol soccer y pronto se casará con su novio.

-Lo juro, además, creo que la he visto en Tinder interesada por mujeres, pero
no estoy segura.

A diferencia de Héctor, Arely ha tenido pocas relaciones, el pro- blema con


ella es que casi siempre se deja definir por su pareja. Depende de sus
relaciones tanto que por supuesto si la ignoran termina la relación sin
ninguna excusa, se llega a enamorar por completo, está dispuesta a hacer lo
que sea por mantener el amor en alto.

Rénee se aproxima con ambos chicos.

-¿Están listos? Es hora de dar un par de golpes.

Arely no para de mirar a la chica pero, al parecer Rénee no muestra interés


en lo absoluto.

Durante la reunión familiar, Aiden intenta leer la carta que Diana le obsequió,
pero no puede porque Ethan se encuentra detrás de él en cada sitio que
asiste. Por un momento, Aiden recibe a un tío que al parecer está un poco
desconectado de la realidad, significa

que

es la clase de personas que predice el futuro y también tiene una tienda de


vudú donde vende mercancía extraña y tenebrosa.

-¿En serio tienes un tío que lee las cartas? -pregunta Ethan.

-Si, quiere leer las mías, lo hará gratis solo porque es mi cum- pleaños.
Sobre la mesa, su tío toma asiento mirando a Aiden fijamente. No dice una
sola palabra y comienza a barajar las cartas y cuando se detiene, le pide a
Aiden que las frote con su mano. Él obedece aunque en realidad no cree en
ello.

-Bueno sobrino.

Saca una por una y las coloca sobre la mesa.

-Parece que tienes problemas con el amor.

Aiden frunce el ceño porque aunque suene extraño, es verdad.

-Hay algo que te aparta de esa persona que tanto amas. Pone atención
mientras Ethan observa a su amigo de reojo.

-Esa persona que no te deja amar está más cerca de lo que crees. Ethan
decidido termina con la lectura.

-Ah, creo que es todo, tenemos algo que hacer en su habitación y es privado,
Aiden ¿me quieres acompañar por favor?

Asiente y juntos suben hasta la habitación, Aiden esta confundi- do porque su


tío de verdad adivinó lo que sucede en su vida, Diana es su verdadero amor
pero es tan torpe que no se da cuenta de quién interrumpe su relación.

-¿Crees que sea cierto? -pregunta.

-No lo creo, a mi madre le dijeron que sería rica desde hace mu- chos años y
pregúntame si puedo bañarme en dinero.

-El padre de Héctor tiene mucho dinero -menciona Aiden.

-Ese no es el punto.

Aiden suspira, mete la mano a su chaqueta y se percata de que no lleva la


carta, mira sobre el piso intentando encontrarla pero no ve nada, incluso
retrocede un poco aún mirando hacia abajo.

-¿Buscas algo? -pregunta Ethan.

-Nada es solo que creo que el dinero se ha salido de mi bolsillo

-miente.

-Bueno, no importa, tu madre puede darte más. Aiden se detiene y lo mira


fijamente.

-¿Para qué me trajiste aquí? -pregunta Aiden.

-Ah, es que encontré esto y al parecer Diana te lo ha escrito -le muestra el


sobre -¿quieres hablar sobre ello?

Aiden suspira.

-Bueno si me atrapaste ¿me la puedes entregar?

-¿Por qué no me lo dijiste Aiden?

-Tú ya lo sabes, cada vez que menciono a Diana te pones tan histérico por eso
no te lo dije.

Aiden lo despoja de la carta.

-¿Qué tengo que hacer para que estés cómodo Ethan?

La rompe en mil pedazos con un gesto de tristeza, al mismo tiempo Ethan no


puede creer que lo hace, se siente algo culpable.

-¿Ya estás feliz?

Aiden sale de la habitación bastante molesto, creyó que ya había superado los
celos hacia Diana. Ethan se queda en la habitación un poco triste porque cree
que ha arruinado su cumpleaños

actuando

como un loco celoso.

En el salón de baile, se encuentra Alexandra practicando ballet, lleva su


uniforme y sus zapatos especiales para ello con una músi- ca clásica de fondo.
Las paredes están cubiertas de espejos y gra- cias a eso, ella se da cuenta que
en la entrada se encuentra un mal espía. Se trata de Héctor que apoyado
sobre el marco de la puerta admira todo lo que hace.

-¿Sabes? Los espejos no te delataron, fue el horrible olor de tu cabello.

Alexandra hace un plié sosteniéndose de la barra de madera.

-No sabía que teníamos uno de estos en la escuela.

-Es que eres otro idiota deportista.

Héctor sonríe de manera malévola porque cree que todo lo que menciona,
solo lo hace para fastidiar y es algo que tienen en co- mún.

-¿Hay un club de ballet aquí? -pregunta Héctor.

-Por supuesto, pero a mí me gusta practicar más de la cuenta, cuando siento


estrés o mucha presión esto me ayuda.

Ahora Alexandra se detiene frente a Héctor.


-No intentes cambiar el tema ¿qué haces aquí? -pregunta Alexan- dra
directamente mientras limpia el sudor con un pañuelo.

-Pues, no me conoces del todo pero soy directo, quiero invitarte a salir.

Alexandra arquea ambas cejas impresionada.

-¿En una cita?

-Si.

-No.

-¿No?

-No.

Héctor frunce el ceño porque nunca antes habían rechazado su compañía, no


entiende por qué no quiere aceptar.

-¿Pero...

-Lo lamento pero, creo que tendrás que esforzarte un poco más.

Toma sus cosas de la banca en el extremo y se marcha del lugar dejando a


Héctor sonriendo como un tonto.

En el gimnasio, Arely intenta golpear el saco de box, pero lo hace de manera


tan débil que incluso sus nudillos se han enrojeci- do bastante aún cuando sus
manos están cubiertas con vendas. Se detiene un momento muy cansada.

-No he dicho que te detengas -menciona Rénee detrás de ella. Arely esboza
una sonrisa.

-Lo lamento, creo que no soy buena en esto.

-Lo supuse.

Rénee está por marcharse pero Arely la detiene.

-¿Tú...

Se da la vuelta.

-¿Eres soltera?

Rénee frunce el ceño.

-¿A qué te refieres?


-¿Tienes novia? -se atreve a preguntar Arely. Ahora esboza una sonrisa.

-No -hace una pausa mirándola fijamente -pero si tengo un novio muy guapo
que me hace suspirar todos los días.

La expresión de Arely cambia totalmente al escuchar sus pa- labras, pero por
un lado cree que miente. Para ella, su gaydar no puede fallar y mucho menos
que haya aparecido en Tinder. Nue- vamente intenta detener a Rénee, pero
ahora no tiene una excusa. Al no mostrarse interesada, ahora piensa que de
verdad no es gay. Al frente Louis se encoje de hombros porque él tampoco
creyó que lo era.

En el salón del consejo, Montse se encuentra aprobando las si- guientes


actividades que se realizarán durante el resto del año. Es un salón diferente
porque está construido con paredes de cristal, como un cubículo estudiantil
en medio del edificio. En un momen- to, llaman a la puerta y Montse pide que
pasen, se trata de Alexis que tímidamente entra.

-Hola -se apresura a decir. Montse se levanta de su lugar.

-Hola ¿en qué te puedo ayudar? -pregunta ella.

-Me enteré de que puedo tomar asesoría académica. Montse asiente.

-Por supuesto, hay una larga lista de chicos que necesitan cré- ditos -Montse
toma un par de hojas del escritorio -¿qué materia?

Alexis frunce los labios.

-¿Hay alguien que conozca de todo?

-Oh bueno, creo que si, no te preocupes, encontraré a alguien y mañana


después de clases ve al aula 105 para comenzar ¿te parece?

Alexis siente tanto alivio en su interior porque de verdad quiere hacer lo


posible para permanecer en el equipo con un alto prome- dio, en pocas
palabras quiere mantener orgullosos a sus padres aún cuando no es bueno en
la escuela y mucho menos en el fútbol.

-Gracias.

Se marcha muy agradecido y satisfecho.

Mientras tanto, Ethan se encuentra en el parque que está cerca de su casa,


sentado sobre el columpio recuerda como Aiden y él man- tuvieron aventuras
en ese lugar fingiendo ser espías encontrando al culpable de haberse comido
el helado especial, descubriendo pistas sobre el césped o incluso sobre el
cajón de arena. Ya es de noche y las luces del parque hacen que parezca un
lugar tétrico, pero no es así porque también recuerda que de noche jugaban a
ser vampiros asustando a otros niños.
Aiden llega al mismo sitio observando el gesto de Ethan, camina detrás y se
sienta sobre el otro columpio que se encuentra a su lado.

-Recibí tu mensaje -dice Aiden aún poco molesto.

-¿Recuerdas este lugar, verdad?

Aiden esboza una pequeña sonrisa muy forzada.

-Cómo olvidarlo, creo que pasábamos el día entero jugando en este parque.

-Un día hace cinco años, estábamos los dos justamente aquí en estos
columpios. Recuerdo que dijiste que cuando fuéramos mayo- res sería turno
de traer a nuestros hijos, cada uno de nosotros con la respectiva esposa claro.

Aiden respira hondo.

-Oye entre Diana y yo... -intenta decir Aiden.

-Ya basta -dice Ethan -intento disculparme, lamento haber toma- do tu carta,
para serte sincero, una parte de mí solo quiere que estés a mi lado pero la
otra parte quiere verte feliz.

Aiden siente un hueco en el corazón pero sonríe con las dulces palabras de su
mejor amigo.

-Por cierto.

Ethan se levanta y de su bolsillo retira la carta llena de cinta ad- hesiva, se la


entrega a Aiden.

-Hice lo que pude.

Aiden la toma.

-Gracias.

En el mismo sitio, Diana aparece un poco confundida al ver a ambos chicos


juntos, por un momento cree que Aiden se ha en- terado de todo acerca del
sexo con Ethan, pero al ver el abrazo lo olvida por completo. Ethan nota su
presencia.

-Llegas justo a tiempo -dice él mismo.

-Recibí tu mensaje ¿qué sucede aquí? -pregunta Diana. Aiden confundido


observa a Ethan y Diana.

-Este es mi regalo -Ethan junta las manos de ambos chicos.

-¿Lo dices en serio? -pregunta Aiden.


-Por favor, me doy cuenta de sus miradas en los pasillos de la escuela, creo
que ambos tienen sexo ocular -hace una pausa Ethan

-además, creo que yo soy la razón por la que se mantienen separa- dos, así
que me quitaré del camino.

Aiden y Diana se miran entre si, después la mirada de Aiden se dirige a la de


Ethan.

-¿Estás seguro de esto?

-Totalmente, como dicen en las películas, si amas algo, déjalo ir.

Aiden esboza una sonrisa pero Ethan no puede mantener ese nudo en la
garganta que tanto lo asfixia.

-Feliz cumpleaños amigo.

Le da una palmada en el hombro y sin otra palabra más que de- cir, se marcha
del parque con el corazón totalmente destrozado, a pesar de que ahora su
mejor amigo tiene un paso adelante para su felicidad. Diana se coloca frente a
Aiden sin poder creer lo que ha sucedido.

-Bueno -Aiden suspira -supongo que todo debe de comenzar en cuanto lea tu
carta.

La chica sonríe mientras Aiden intenta abrirla pero, con tanta cinta adhesiva
es imposible.

-Creo que mejor, puedes decirme lo que dice. Diana libera una risa pequeña.

-Bueno, dice feliz cumpleaños.

Aiden espera otra palabra más pero Diana se queda muda.

-¿Solo eso?

-Lo lamento, soy pésima para expresarme.

Aiden sonríe porque lo mismo sucede con él, se acerca hasta Diana y coloca
un mechón de cabello detrás de su oreja, mira fíja- mente esos ojos grises que
tanto lo derriten y frota su mejilla con el pulgar admirando su belleza.

-¿En serio quieres intentar tener una relación conmigo? -pregun- ta Diana.

-Por supuesto -responde Aiden y con su otro brazo, toma su ca- dera -¿y tú?

Diana esboza una sonrisa e inclina la mirada nerviosa. Nueva- mente cuando
vuelven a encontrarse, asiente muy feliz.

-También quiero besarte y abrazarte.


Aiden esboza una sonrisa y un segundo después sus labios se encuentran en
un largo beso romántico. Después Diana lo rodea con sus brazos en un abrazo
apoyándose sobre su pecho.

-Te amo Diana -menciona Aiden apoyando sus labios contra su cabello.

-Y yo a ti Aiden.

No hay momento más feliz para Aiden, pero aún así, piensa que debe pasar
los últimos minutos de su cumpleaños con Ethan. Re- conoce que Diana lo
entenderá completamente, sobre todo porque tiene la cita perfecta para
ambos.

Héctor entra a la casa dejando las llaves de su auto sobre la mesa, observa
que Ethan está recostado sobre el sofá comiendo palomi- tas con una
expresión triste mirando diario de vampiros en Netflix.

-¿Qué te sucede? -pregunta Héctor colocándose a su lado.

Ethan arquea una ceja porque, no suele preguntar ese tipo de cosas. Siente
que el Héctor de antes desaparece poco a poco.

-Nada, creo que Stefan es perfecto para Elena y no Damon. Se levanta del
sofá.

-Creí que tú y Aiden pasarían todo el día juntos.

-Lo mismo pensé pero, creo que ahora él y Diana por fin tienen una relación.

La puerta principal se abre con Aiden entrando. Ethan frunce el ceño porque
no esperaba tal situación.

-Bueno, creo que aquí sobra mi presencia -dice Héctor marchán- dose a su
habitación -feliz cumpleaños Aiden.

-Gracias.

Aiden se sienta al lado de su mejor amigo con una enorme son- risa en el
rostro.

-Creí que...

-Silencio, Diana y yo ya planeamos nuestra cita. Ethan sonríe.

-Quiero estar contigo en los últimos minutos de mi cumpleaños.

-Bien, creo que te daré otro regalo entonces -menciona Ethan feliz porque es
un acto muy bueno el que haya regresado.

Aiden frunce el ceño al ver que Ethan retira del bolsillo de su sudadera una
pequeña caja con un moño.

-¿Qué es esto?

Al abrirla, observa dentro dos anillos plateados con palabras personalizadas


sobre ellos.

“BEST - FRIENDS”

-No puedo creerlo.

Aiden deja la caja a un lado y se coloca uno de los anillos mien- tras Ethan se
coloca el otro, así mismo unen sus dedos para obser- var la oración completa.

-Ahora soy la persona más feliz del mundo -dice Aiden.

Ambos ríen.

En la salida del gimnasio, Arely espera preocupada encontrarse con Rénee,


siente que ha metido la pata al intentar coquetear con ella y quiere
disculparse porque no es lesbiana. Su cabello está húmedo ya que tomó una
ducha después del entrenamiento y aún así lo frota con sus manos. Al ver a
Rénee salir por la puerta, corre en dirección a ella.

-Hola, oye, de verdad, lo lamento tanto, creo que debió ser muy incómodo
para ti que alguien como yo creyera que eres gay y por eso me disculpo.

Rénee no muestra ninguna expresión.

-Sabes, no entiendo por qué las chicas como tú, tienen un sexto sentido -
responde seriamente.

Arely frunce los ojos desviando la mirada.

-¿De qué hablas?

-Tienes la razón, soy como tú.

Arquea ambas cejas sorprendida porque ahora mismo le está re- velando que
es completamente lesbiana.

-¿No dijiste que tenías novio?

-Por dios, nadie puede saberlo.

Arely asiente sin dejar de mirar a Rénee a los ojos, ella muy atraída hacia
Arely se acerca lentamente hasta que sus labios se juntan en un rápido beso
que la deja completamente helada. Antes de que la lengua pueda atravesar
sus labios, Arely se detiene.

-Espera, no puedo, en mi lema no hay chicas que continúan en el armario.


Rénee frunce los labios y asiente lentamente sin borrar la sonrisa que lleva en
su rostro.

-Bueno, si quieres algo discreto -reacomoda la mochila en su hombro- ya


sabes donde puedes encontrarme.

Rénee se marcha dejando a Arely con una sonrisa muy grande. Piensa que es
una gran actriz al no mostrarse atraída durante todo el entrenamiento. Pero
aún así, Arely piensa que la historia no ter- mina en el momento.
14

Diana se encuentra en el baño de mujeres en la escuela sentada sobre el


retrete de un cubículo esperando cierto tiempo. Trata de no estropear su
uniforme de animadora ya que la noche anterior lo lavó y planchó de una
manera inspiradora, recordando lo poco que sucedió con Aiden justamente en
su cumpleaños.

La alarma de su teléfono suena anunciando que es hora, respira hondo y toma


la prueba de embarazo que dejó sobre el contenedor de papel higiénico.

En un aula de clases, Alexis se encuentra esperando a recibir sus asesorías y


al mismo tiempo intenta resolver un problema de cálculo integral. Piensa y
piensa muy bien las cosas una y otra vez, gracias ello cree que pudo resolver
el problema finalizando la operación. La puerta se abre y Alexis fija la mirada
en la chica que entra para ayudarlo, se trata de Maggie que está cargando un
montón de libros. Alexis al ver su estado la ayuda.

-Muchas gracias -menciona ella.

Alexis coloca los libros sobre el escritorio.

-Hola por cierto, mi nombre es Maggie. Estrecha su mano.

-Tú debes ser Alexis.

-Si.

Esboza una falsa sonrisa mientras un silencio incómodo se apo- dera de la


situación.

-Bueno, toma asiento, empezaremos con la lección de hoy.

-Intenté resolver este problema -Alexis le muestra el cuaderno, pero por su


gesto de inmediato cree que está mal.

-Bueno, al menos lo intentaste.

Alexis intenta no odiarse porque todo le sale mal.

-Creo que comenzaremos con ese.

Maggie escribe muchas ecuaciones sobre la pizarra, explica las cosas


lentamente ya que Alexis tiene baja comprensión, sobre todo porque una foca
gira en su cabeza al intentar prestar atención. Pasa una hora y Alexis se
levanta guardando sus cosas.

-¿A dónde vas? -pregunta Maggie.

-Lo lamento, es que tengo práctica de fútbol.


-Pero ¿qué hay de las demás materias?

-Solo será por hoy, lo prometo. Maggie frunce los labios.

-Está bien.

Alexis corre hasta los vestidores para llegar a tiempo, pero al en- trar, nota
que el equipo no está completo. Solamente se encuentra Christian, Diego y
otros chicos que por cierto, no llevan el unifor- me. Alexis cree que fue
engañado y no sabe por qué.

-¿Sabes que ningún jugador puede faltar a las prácticas? Asustado, comienza
a respirar aceleradamente.

-Ahora tienes que cumplir con el castigo. Traga saliva.

-Colócate el uniforme, esperamos por ti en el campo. Te convie- ne salir


porque de otra manera, será peor -amenaza Christian.

Alexis mira hacia la nada con el hueco en el estómago, siente que lentamente
se deshace por dentro y eso provoca que respire aún más rápido sin poder
controlar la ansiedad.

En el jardín principal de la preparatoria, Héctor se encuentra sobre una de las


varias mesas colocadas para el descanso de los estudiantes. Gerard y Adrian
están a su lado platicando muchas cosas sobre mujeres, por su parte, Héctor
no presta atención a lo que dicen porque a unos cuantos metros se encuentra
Alexandra con otras chicas.

-¿Creen que vale la pena luchar por una mujer? -pregunta Héc- tor.

-Por supuesto que si. -responde Adrian.

-Claro que no -responde Gerard.

Parece un debate entre ambos amigos, pero nuevamente Héctor no presta


atención a las palabras de sus amigos.

En el mismo lugar, Aiden y Diana aparecen tomados de la mano, esta vez


nadie los mira porque después de las mentiras han supera- do por completo la
pareja gay.

-Esto es mejor de lo que creí. Desde primer año soñaba con esto, tú y yo
tomados de la mano -menciona Aiden muy feliz.

Diana parece muy distraída.

-¿Todo está bien? -pregunta Aiden.

-Si, es solo que, tengo un examen y las respuestas en mi cabeza no paran de


dar vueltas.

En el preciso momento Ethan aparece.

-Hola.

Observa que están tomados de la mano.

-Vaya, por fin es oficial, solo que necesito en este momento a mi mejor amigo.

Ethan esboza una sonrisa.

-Muy bien -dice Diana.

Le da un beso rápido y se marcha. Aiden muy feliz abraza a su mejor amigo,


está muy agradecido con él por dejar que Diana haya entrado directamente a
su corazón.

-Eres el mejor de todos y te agradeceré toda la vida por volver a juntarnos.

-Si bueno.

Aiden se separa.

-Oye, esta noche vamos a ir a ver la mujer maravilla ¿verdad? lo planeamos


desde que anunciaron su filmación

De inmediato muestra un gesto de preocupación y Ethan se da cuenta de qué


se trata.

-¿Mañana podrás?

Aiden no responde, sigue con su gesto.

-Bueno, supongo que tienes muchas citas con Diana. Está bien no pasa nada.

-¿Seguro? Es que son nuestras primeras citas y de verdad estoy muy


emocionado... -se detiene al ver la expresión de Ethan -Dios que insensible
soy ¿me perdonas?

-No te preocupes Aiden ¿qué clase de mejor amigo sería si no

puedes hablarme de tu novia?

-¿De verdad?

-Por supuesto.

Ethan finge sentirse bien con ello.

En el campo, Alexis corre a una velocidad desconocida, Chris- tian lo ha


obligado a hacer ejercicios muy difíciles sin detenerse un solo momento, ni
siquiera para hidratarse. Es parte del castigo por faltar a un solo
entrenamiento. Los chicos en las gradas se burlan porque ahora el pobre se
encuentra bastante cansado, inclusive en una de las vueltas cae aturdido por
el sol y ya que no quiere rendir- se se levanta para continuar.

-Está bien Alexis, es todo -grita Christian.

El chico cae rendido sobre la tierra, manchando totalmente su uniforme


deportivo. Respira aceleradamente mientras miles de go- tas de sudor
resbalan por todo su rostro, así mismo se quita el casco y su cabello está
totalmente mojado. Su rostro refleja una tristeza profunda mientras sus
compañeros no paran de reírse.

-Ve a las duchas Young.

Alexis no puede moverse, siente que su cuerpo pesa una tonela- da. Para su
suerte, Héctor aparece en busca de Alexandra, nota lo que sucede y corre
directamente con Alexis para ayudarlo.

-¿Qué sucede aquí?

Lo levanta despacio mientras Alexis trata de recobrar el sentido.

-Fue su castigo, nadie debe faltar a la práctica -dice Christian llegando junto a
Héctor.

-Eso tú no lo decides, yo soy el capitán aquí.

-No lo sé chicos, creo que merecemos otro capitán ¿no creen? El nuestro está
tan enamorado que no se concentra.

Christian y el resto de los chicos se marcha del campo recitan- do burlas.


Héctor se encarga de llevar a Alexis a los vestidores, le entrega una botella
de agua y se sienta a su lado mientras él se deshace de su uniforme bastante
molesto porque inclusive, lanza el casco fuertemente hacia el otro lado del
sitio.

-De verdad lo lamento -dice Héctor -no sabía de lo que Christian era capaz
¿quieres que lo reporte?

Alexis niega mientras recobra su respiración natural.

-Bueno, te dejaré solo.

Héctor se levanta pero antes de salir, vuelve su mirada hacia Alexis, tienen
que cambiar las cosas.

-Sabes deberías dejar de ser tan torpe, de esa manera los chicos no te verían
como una presa fácil.
Alexis no responde y Héctor se marcha sin decir otra palabra más. Las
lágrimas que emanan de sus ojos se combinan con el su- dor, no quiere
parecer débil frente a otros chicos y por eso contiene el nudo en la garganta
hasta estar completamente solo.

En casa de Diana, ambas amigas se encuentran en la habitación recostadas


sobre la cama, Arely mira absolutamente todo el perfil de facebook de Rénee
desde su teléfono que por cierto, en cuanto le envió la solicitud de amistad la
aceptó a los pocos segundos. Diana observa detalladamente la sonrisa de
Arely y de inmediato le pregunta ¿qué sucede? Porque desde Karen no
sonreía de esa manera.

-Nada ¿qué haces tú? -Arely cubre su teléfono.

-Intento escribir una canción para Alexis -nuevamente abre su cuaderno.

Arely frunce el ceño confundida.

-Ah perdón, quise decir Aiden, no sé por qué dije Alexis, que tonta -ríe,
recordó su nombre porque esta mañana se dio cuenta de que ya no ha
enviado mensajes. Además de que está distraída por la prueba de embarazo.

Se levanta de la cama un poco asustada.

-¿Todo está bien Diana? Me parece que no estás muy contenta con el noviazgo
de Aiden.

Ya que a Diana no le gusta mentir, piensa que sería buena idea mencionarle a
su mejor amiga sobre la prueba.

-Es que...

Arely se levanta un poco preocupada por lo que pueda decir.

-¿Todavía sientes culpa por acostarte con Ethan?

-Eso y me hice una prueba de embarazo.

La quijada de Arely baja hacia el suelo y sus ojos casi salen de su lugar por la
sorpresa.

-Ya sabes que soy irregular en mi periodo pero...

-¿Estás embarazada?

Las lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas y al mismo tiempo asiente
porque la prueba salió positiva. Arely de inmediato la recibe con un abrazo
porque sabe que lo necesita.

-No te preocupes -menciona Arely un poco triste -recuerda que mi papi es


ginecólogo, puede ayudarte.
No es la mejor de las motivaciones, pero al menos Diana reco-

noce que puede contar con Arely en cualquier momento. No se conocen de


toda la vida como Ethan y Aiden, pero, hace un par de años cuando Arely no
era aceptada por su homosexualidad duran- te el inicio de la adolescencia,
Diana fue la única que estuvo ahí apoyándola. Tal y como ocurrió con Ethan y
Aiden, pensaron que ambas chicas eran pareja pero nunca les importó.

-Creo que ahora todo se terminó, no creo que Aiden quiera estar conmigo
cuando se entere.

-¿Estás feliz con él? -pregunta Diana.

-Claro que si, a pesar de todo lo quiero...

Arely asiente lentamente, está completamente de acuerdo al re- velar toda la


verdad hacia Aiden, incluso cuando Ethan le pidió no decir nada. En cuanto
Diana vuelve a la cama, Arely se da cuenta de que Rénee le ha enviado un
mensaje.

Rénee

A pesar de lo sucedido con su amiga, esboza una sonrisa al ver el mensaje


alentador.

Arely

Rénee

En su lugar, Diana piensa en enviarle un texto a Aiden admitien- do todo pero,


piensa que es mejor decirle en persona.

En casa de Aiden, ambos chicos se encuentran de un extremo al otro en la


misma habitación, ambos lanzan un pequeño balón entre ellos. Aiden espera a
que la noche llegue para poder preocuparse ya que es la primera cita con
Diana.

-Estoy tan emocionado, no puedo creer que de verdad tengo mi primera novia
¿crees que debería hacer un video sobre eso?
-No lo creo, seguro será incómodo para Diana. Aiden se levanta de su lugar
muy rápido.

-¿Crees que debería llevar un obsequio?

-Pues, en las películas hacen eso.

-Solo hay un problema, no tengo idea de qué cosa darle. Detienen el juego.

-¿Flores?

-¿Y si es alérgica?

-¿Algún collar? ¿Pulsera?

Aiden recuerda que ya le ha obsequiado una pulsera, pero pen- sando sobre lo
que de verdad ama, le llega a la mente un idea muy brillante que puede
funcionar.

-¿Tienes tiempo de ir al centro comercial? Ethan esboza una sonrisa.

-Mamá conduce -responde.

Héctor toma asiento en uno de los bancos encontrados en el sa- lón de baile
esperando alguna señal de Alexandra, por un momen- to observa en su perfil
de facebook si hay alguna novedad o si al

menos la chica ha aceptado su solicitud de amistad, pero no es así. Cree que


es mejor rendirse porque aunque haga notar su presencia, Alexandra lo
termina ignorando de una manera muy cruel.

Intenta salir del salón, pero Alexandra aparece. Confundida lo mira


intentando descifrar qué hace aquí.

-Eres peor acosando que el chico que le pidió sexo a Brenda ¿te lo han dicho?

-¿Le pidieron tener sexo a mi ex novia?

Alexandra asiente y aparta a Héctor para poder tener el espacio completo y


calentar un poco.

-¿Con que tu ex novia es animadora?

-Si, pero es una larga historia, ahora estoy soltero. Alexandra comienza a
hacer movimientos de calentamiento.

-Deberías marcharte, mi clase comienza en cinco minutos y se- guro el resto


de las chicas tendrán un orgasmo al verte aquí.

Héctor esboza una amplia sonrisa.


-¿Eso crees? Suenas un poco celosa.

-Quisieras, no lo niego, eres muy guapo -Alexandra se suelta el cabello y se


acerca mucho a él -es una lástima que los guapos sean unos completos
idiotas.

Como dijo antes, las chicas del grupo de ballet aparecen por la entrada y al
darse cuenta de que Héctor está presente comienzan a admirarlo como si
fuera una estrella de rock o algo similar. La pro- fesora se encarga de pedirle
que se marche. Antes de salir, guiña el ojo para Alexandra y después ella
esboza una sonrisa.

Sobre su cama, Alexis mira hacia el techo. Tiene tantas cosas en

la cabeza y no puede ordenarlas porque al mismo tiempo siente una migraña


terrible. Al no concentrarse en encontrar solución a sus problemas, se coloca
sus enorme audífonos y de su teléfono repro- duce música, se trata de una
balada de Taylor Swift y Ed Sheeran llamada “Everything Has Change”. Un
par de minutos después, un mensaje llega a su teléfono, tiene la esperanza de
que sea Diana, pero en realidad es su madre.

Mamá

Alexis se siente muy triste porque para él, su familia lo es todo y qué mejor
momento que escuchar su apoyo en el campo. Después del mensaje, su madre
envía una foto de ella junto a su padre y sus dos hermanos vestidos y pintados
con los colores del equipo, como si de verdad estuvieran desde las gradas
apoyando a Alexis. Se siente muy triste al ver su a familia unida sin él.
Decidido, deja el teléfono a un lado y del armario, retira la maleta. Poco a
poco comienza a guardar su ropa y otras cosas.

Mientras tanto, Aiden ya ha conseguido comprarle un obsequio a Diana,


Ethan se marchó después de ayudarlo y le deseó la mejor de las suertes en su
nueva relación. Y ya que oficialmente no se lo ha pedido, se siente muy decido
al proponerle que sea su novia después de entregarle el obsequio.

En la entrada del boliche, Diana aparece muy reluciente con un vestido corto,
un suéter y el cabello totalmente lizo. Aiden esboza una sonrisa porque de
verdad es la mejor versión que ha visto de ella, si siempre pensó que fue
hermosa, ahora lo es el triple.

-Hola -menciona Diana.

-Hola, te vez muy hermosa.

Diana inclina la mirada un poco avergonzada.


-¿Antes de jugar, podemos hablar?

-Si, pero primero tienes que abrir esto.

Aiden le entrega una pequeña caja con un pésimo envoltorio.

-Lo lamento, tuve poco tiempo para decorarlo.

Diana cree que es un gesto muy tierno de su parte, se deshace de la envoltura


y nota que es una caja muy fina. Dentro de ella, hay un collar que además de
tener la clave de sol, contiene las letras D&A. De inmediato siente un choque
eléctrico en el estómago porque, después de todo, tiene algo muy importante
que decirle.

-¿Te gusta? -pregunta Aiden.

-Me encanta -Diana le da un abrazo y un beso en la mejilla.

-Sé que mi amor por ti vale mucho más que eso, pero soy nuevo en estas
cosas y no sé...

-Tranquilo Aiden, es perfecto, te lo juro.

Aiden suspira porque verla feliz es todo lo que desea mientras se encuentre a
su lado.

-¿De qué quieres hablar?

El choque eléctrico se profundiza más, no quiere arruinar el mo- mento más


feliz de Aiden con algo que tiene que ver con su mejor amigo, pero sabe
exactamente cual será su reacción.

-Nada, solo quería decirte que eres el mejor novio del mundo. Lo rodea con
sus brazos y se acerca a darle un beso.

-¿Ya somos novios?

Diana frunce el ceño confundida.

-Se supone, en el parque donde Ethan nos reunió pregunté si querías una
relación conmigo.

Aiden parpadea muchas veces confundido pero aunque no lo recuerde, lo


acepta.

-Si que estúpido soy, ignórame por favor.

Diana esboza una amplia sonrisa, pero por dentro muere total- mente al no
ser cien por ciento sincera. No le gustan para nada las mentiras, pero está
segura que en cualquier momento se lo dirá.
En casa de Ethan, Héctor se encuentras sobre el sillón de la sala mirando
televisión mientras se lleva un puño de palomitas a la boca, el juego de fútbol
es un poco aburrido. Un minuto después, Ethan se une a la diversión
sentándose a su lado, también lleva un tazón repleto de palomitas de maíz
sobre su brazo.

-Ah, no, ni creas, Aiden y tú pueden irse a otra parte...

-No seas tonto -hace una pausa -Aiden tiene una cita con Diana. Héctor lo
sospechó, pero aún así le da igual.

-¿Qué miras?

-El juego es muy aburrido, puedes cambiar si quieres. Héctor le entrega el


control remoto.

-No quiero películas gay por favor.

Ethan pone los ojos en blanco, al mismo tiempo, Héctor recibe un mensaje,
espera impacientemente que sea de Alexandra pero no es así, se trata de
Adrián que no sabe cuál es la tarea para clase de ecología, Héctor lo ignora
completamente.

-¿Esperas mensaje de alguien? -pregunta confundido.

-No, espero que elijas un canal...

Un grito de mujer masivamente fuerte detrás de ellos aterra a ambos chicos.


Se trata de Arely que ahora se burla de ambos.

-Eres una insensible, pudiste darnos un infarto -dice Ethan.

-No deberían dejar la puerta abierta -responde Arely riendo. Se dirige hasta
colocarse frente a ellos.

-Ethan, necesito que seas mi compañía en el nuevo club noctur- no que


abrieron.

Ethan hace un gesto de pereza.

-Por favor -Arely choca ambas manos.

-No tenemos identificaciones.

-No es problema, el dueño es amigo mío y obviamente nos de- jarán pasar.

Héctor lleva en su rostro un gesto de aburrimiento.

-Está bien... -dirige la mirada hacia Héctor -pero mi hermano tiene que venir
con nosotros.
Héctor le lanza una mirada asesina.

-Bueno, no tengo otra opción -dice Arely.

-Por supuesto que no, odio los clubes nocturnos.

-No me interesa, tenemos que convivir ahora que somos herma- nos.

Al principio se niega rotundamente, pero al recordar que Alexan- dra no se


muestra interesada, recapacita un poco a volver a ser el Héctor de antes,
aquel rompecorazones que puede tener una novia de noche y otra de día.

-Bueno, está bien -responde después de todo.

Gabriel llama y entra a la habitación de Alexis, nota que se en- cuentra


guardando todas sus cosas, no entiendo por qué lo hace. Aún falta tiempo
para que el periodo de intercambio se termine.

-¿Te mudarás a un sitio más costoso? -pregunta Gabriel. Alexis niega, ni


siquiera puede detenerse.

-Me voy a casa, estoy cansado de todo. Cierra la mochila.

-¿Qué hay de la escuela, el fútbol? -pregunta Gabriel -se supone que en un par
de días comienza la temporada.

-Creí que el fútbol me encantaba, pero mis compañeros me ha- cen verlo de
otra manera. Me siento triste al estar cerca del campo.

-Alexis todos pasamos momentos tristes, no eres el único. Si de verdad


piensas que no es lo tuyo, entonces deberías dejarlo o descansar un poco.

-¿Y hacer qué? ¿Solamente ser otro alumno que ni si quiera pue- de tener
buenas calificaciones? Tú no lo entiendes, esto es impor- tante para mis
padres y quiero que se sientan orgullosos de mí, quiero que mis hermanos me
vean como un héroe.

La ansiedad de Alexis aumenta más y más, Gabriel lo nota de inmediato y al


no ver otra opción, se acerca y le da un abrazo. Alexis confundido no se
mueve y se deja llevar por la tranquilidad del abrazo.

-Deberías salir un poco más, conseguir amigos y personas que te hagan sentir
feliz.

Lo mismo dijo Brenda pero es muy difícil para Alexis, sobre

todo porque no confía fácilmente en otras personas. Siempre man- tuvo


relación con compañeros que decían ser sus amigos y terminó siendo una
burla mientras ellos hablaban cosas terribles sobre él a sus espaldas. Alexis
toma asiento en su cama y se pasa la mano por el rostro, Gabriel se sienta a
su lado.
-Esta noche trabajare, puedes venir conmigo si quieres.

Alexis inclina la mirada, siente que sus ojos se han cristalizado nuevamente y
no quiere que Gabriel note su lado vulnerable por- que ha llorado bastante,
odia sentirse débil frente a otras personas.

-Yo... lo único que quiero, es ser feliz -responde Alexis. Gabriel le da un par de
palmadas en la espalda.

-Puedes serlo, pero eso no depende de nadie más, solamente de

ti.

Alexis limpia su lágrima del pómulo.

-¿Te veré mañana en la escuela? -pregunta Gabriel.

Asiente lentamente. Gabriel esboza una sonrisa y se levanta para

poder marcharse al trabajo.

-Oye -menciona Alexis mientras Gabriel vuelve la mirada hacia él -gracias.

Nuevamente esboza una sonrisa y se marcha de la habitación.

En el boliche, Diana está arrazando las partidas con Aiden. Lle- va cinco
chuzas seguidas mientras Aiden ni si quiera puede rozar un pino. Obviamente
ella se burla de él cada vez que anota y Aiden solo esboza una sonrisa muy
falsa al sentirse humillado por su no- via.

-Me parece que eres muy malo Aiden.

-Si bueno, me atrapaste, soy pésimo en el boliche.

Le da un beso en la mejilla, por un momento, la diversión provo- ca que olvide


todo lo ocurrido con Ethan.

-Oye, iré al baño, no tardo -menciona Diana.

Aprovechando el momento, Aiden llama a Ethan que después de dos tonos,


responde la llamada.

-Hola ¿no deberías estar en tu cita? -pregunta Ethan.

Ya se encuentra en el club y aunque la música aún no comienza, Aiden logra


escuchar la multitud que poco a poco llega a pedir tragos y otras cosas.

-Si estoy con Diana y quería saber cómo estabas, pero al parecer eres parte
de una fiesta.
-Larga historia -dice Ethan -quizá después charlamos sobre ello

¿te estás divirtiendo?

-Por supuesto ¿qué tan malo es que una chica le gane a su novio en boliche?

Ethan se echa a reír.

-¿En serio? No puedo creer que Diana limpie el piso contigo.

-Tú también lo hacías cuando jugábamos.

Ambos chicos recuerdan el momento, fue justamente en las va- caciones de


verano cuando intentaron jugar boliche por primera vez. Aiden al acercarse
mucho a la pista, resbaló y cayó al suelo con la bola aún en la mano. Ethan se
echó a reír tanto que ni si quiera pudo ayudarlo en el momento.

-Bueno, te dejo, Diana ya viene de regreso.

-Está bien, que la diversión continúe.

Aiden cuelga el teléfono mientras Ethan no para de sonreír, fue- ron


maravillosos momentos los que vivieron antes de que todo el drama
apareciera en sus vidas. Un enorme carrito lleno de aparatos de DJ golpea a
Ethan.

-¡Oye cuidado!

El chico que lo empuja, levanta la mirada muy avergonzado.

-Cuanto lo lamento ¿estás bien? Ethan reconoce al chico de inmediato.

-Si, no te preocupes -esboza una sonrisa. Gabriel también lo reconoce.

-¿El chico de los sushis? ¿Cómo estás?

-Bien, eso creo.

-¿Me puedes ayudar? No quiero asesinar a nadie.

-Si seguro.

Ethan toma una caja de la parte superior del carrito y camina junto a Gabriel
hasta la pista del DJ.

-Perdón por gritarte es que estoy un poco estresado, me obliga- ron a venir
aquí -menciona Ethan.

-¿También estabas estresado cuando hiciste el gran show en la fiesta? -


pregunta Gabriel colocando los aparatos.
-Si bueno -se pone nervioso -no quiero hablar sobre eso, mejor cuéntame
¿también eres DJ?

-Por supuesto, quiero continuar con mi sueño de ser mesero. Ethan se echa a
reír, piensa que fue un buen chiste.

-Vaya, no renuncies nunca por favor.

Gabriel recuerda el momento en que dijo que las damas no eran su prioridad
por el momento, el chico le parece atractivo así que no pierde la oportunidad.

-¿Vienes tú solo? -pregunta Gabriel mientras Ethan no para de mirarlo -bueno


es que podríamos pasar la noche juntos mezclando música, claro si tú estás de
acuerdo.

Ethan esboza una gran sonrisa porque no puede evitar sentir un cosquilleo en
su estómago.

-Bueno, en realidad no, mis amigos están aquí. Para Gabriel no es problema.

-Aún así la invitación continúa en pie -guiña el ojo. Ethan muy ruborizado
vuelve con Arely y Héctor.

-Vaya, vaya, siento una fuerte conexión entre tú ese chico.

-Es lindo -Ethan no para de mirarlo.

Arely se siente bastante feliz porque, es el mismo chico que vio por primera
vez cuando los de intercambio llegaron y justamente pensó que sería la pareja
perfecta para Ethan.

-Supongo que también tendré que buscar a alguien para pasar la noche -
menciona Héctor.

Ethan y Arely lo fulminan con la mirada.

-Hablo de besos y caricias.

Los chicos asienten intentando no burlarse,

-Si me disculpan iré por un trago -menciona Héctor muy moles- to, siente
frustración cada vez que se burlan por su problema.

Se marcha sin decir una palabra más, al no tener alguien que entiende su
problema, decide estar solo.

El teléfono de Arely alerta una llamada, se trata de Diana.

-Arely, no puedo, me regaló un maldito collar con la inicial de nuestros


nombres y además creo que me está dejando ganar, cada vez que me besa
siento las malditas mariposas y como Ethan y el supuesto bebé que crece
dentro de mí las destruyen lentamente.

Arely se da cuenta de que Diana está muy alterada.

-Oye, oye, tu estado no es bueno para el feto.

-No sé que hacer te juro que me duele tanto.

-Diana tienes que decirlo o de lo contrario será peor de lo que crees.

Arely al mismo tiempo que habla con su mejor amiga observa que Ethan no
tiene interés absoluto en acercarse al chico DJ de intercambio y es por eso
que se acerca a la barra de bebidas para poder pedir algo fuera de lo normal.

-¿Estás en...

-Si, al club que no quisiste ir porque se supone que tienes una cita con Aiden -
incómoda Arely, encuentra una excusa para colgar

-oye, ¿me escuchas? creo que se pierde la conexión.

-Arely ese es el truco más infantil que he escuchado en ti, creo que te llamaré
más tarde.

Diana termina la llamada, en realidad ese era el plan de Arely.

Vuelve con Ethan, le entrega un vaso con soda mientras el chico no para de
observar a Gabriel con una sonrisa interesante.

-Necesitas relajarte ¿no crees?

Le muestra una pastilla de éxtasis, pero al mismo tiempo Héctor aparece un


poco cansado y con dolor de cabeza por el ambiente aburrido que se vive en
el club.

-Vaya, que bueno que trajiste una pastilla, comenzaba a sentirme un poco
mareado.

Toma la pastilla y bebe de la soda de Ethan.

Ambos chicos se miran entre sí, mientras Héctor mira al frente como si nada
extraño sucediera. Ethan y Arely no mencionan una sola palabra porque es
seguro que si se entera de lo que bebió ex- plotará en una furia irreconocible.

Durante la cita, Aiden y Diana se encuentran cenando. Desde que el juego


terminó, ninguno de los dos ha mencionado una sola palabra, solamente
disfrutan de los alimentos. Aiden intenta iden- tificar qué sucede con Diana
porque para él parece muy nerviosa, no tiene el valor de preguntárselo.

-¿Quieres más ensalada? -pregunta Aiden.


Diana niega porque ni siquiera ha movido lo que contiene su plato. No deja de
pensar en la reacción de Aiden cuando mencione lo que sucedió y lo que
sucede ahora.

-Aiden...

-¿Si? -pregunta preocupado -¿te sientes mal? ¿quieres que te lle- ve a casa?

Diana nota cómo de verdad se preocupa por ella.

-¿Tú... Ves algún futuro a nuestra relación? Aiden frunce el ceño.

-Por supuesto que si, eres mi primer novia y si estoy cometiendo un error solo
dímelo, haré lo posible por arreglarlo, estoy dispuesto a hacer lo que sea para
que te sientas feliz a mi lado.

-Bueno, es que...

No tiene el valor de decirlo.

-Yo también, de verdad te quiero mucho.

Aiden sonríe, toma su mano y le da un beso porque se siente muy feliz de ser
oficialmente su novio.

En el club nocturno, Ethan y Arely tienen la quijada sobre el suelo al ver a


Héctor en ropa interior bailando con un par de chicas y disfrutando del
momento. Un minuto después de todo el show,

regresa con Ethan y Arely abrazándolos y mencionando que los ama


demasiado que no puede vivir sin ellos.

-Ya no me siento mal, al contrario, creo que me siento lleno de vida, nunca
antes me había divertido así -menciona Héctor

Regresa a bailar con el resto de las chicas y chicos en la pista de baile,


esperan que no ande desnudo por ahí mostrando a su dimi- nuto amigo.

Un segundo después Ethan vuelve la mirada con Gabriel que, curiosamente él


ya lo estaba mirando, le pide que se aproxime agi- tando el brazo mientras
mezcla música.

-¿En serio piensas dejarlo solo? -pregunta Arely.

-Es que no estoy seguro de ser completamente gay.

-Es la excusa más vieja del mundo Ethan, seguro es por Aiden.

-Claro que no -responde Ethan algo molesto.


-¿Entonces? Ve ahí y por favor succiona los labios del DJ -le da una nalgada.

-Es que no puedo dejarte sola, mucho menos a Héctor que ha tomado éxtasis.

Detrás de Ethan, aparece Héctor escuchado lo que dijo.

-¿Me drogaron? Mierda ahora entiendo por qué me siento tan liberal, por
suerte no me he quitado los boxer.

Sale corriendo directo al baño y se encierra en uno de los cubícu- los. Ethan
intenta sacarlo pero no puede porque está muy alterado. Arely desde afuera
recibe muchos mensajes de Rénee insistiendo sobre salir en secreto. Arely
responde que no es buena idea.

-Bueno, lo intenté -responde Ethan saliendo del baño.

-Quizá después podremos volver por él.

El teléfono de Ethan alerta una llamada de Aiden, Arely le lanza una mirada
fulminante porque sabe perfectamente que no es mo- mento de responder a
una situación tan incómoda que se vive entre Diana y Aiden. Aún así responde
la llamada.

-Ethan, Diana parece muy incómoda y no sé lo que sucede.

-¿Qué hiciste? -pregunta Ethan.

-Nada, te lo juro, todo iba de maravilla.

-Supongo que solo está nerviosa Aiden, eres su segundo novio o eso es lo que
ha dicho ella.

-Espero serlo.

-Tienes que hacer algo para que olvide los nervios. Aiden intenta pensar en
algo, pero nada se le ocurre.

-Bueno, te dejaré pensar.

-Espera.

Ethan cuelga el teléfono, no planea regresar con Arely. Esta vez, se arma de
valor y camina hasta Gabriel que por supuesto lo recibe con la más grande
sonrisa.

-Muy buena música -dice Ethan -oye, creo que deberíamos salir.

Gabriel se deshace de sus audífonos gigantes.

-¿Perdón?
-Creo que deberíamos salir algún día. Gabriel no borra la sonrisa de su rostro.

-Me escuchaste la primera vez ¿no es así?

-Si, creo que debemos salir.

Gabriel se acerca a Ethan y le coloca los audífonos para que él mismo escuche
la música mezclada. Juntos se mueven al ritmo del electro y además, no paran
de mirarse a los ojos.

Desde abajo, Arely se encuentra muy feliz al ver a la feliz pare- ja, quizá aún
no es oficial lo que tienen ambos, pero se siente muy orgullosa de que Ethan
haya avanzado dejando detrás a Aiden.

Héctor en el cubículo, le envía un mensaje de voz a Alexandra, diciéndole


muchas cosas hermosas sobre ella y de que se encuentra totalmente
destrozado por el simple hecho de que lo ignora.

-¿Por qué no puedes dejar que te ame? Yo sé que te gusto y a mí también me


encantas, de verdad, déjame quererte un poco -dice Héctor oprimiendo la
grabación de voz.

Arely logra abrir la puerta del cubículo.

-¿Qué haces? Es el baño de niños.

-Lo sé, pero es hora de ir a casa, torpe.

Toma el brazo de Héctor y se lo coloca alrededor del cuello.

Finalmente, Aiden deja a Diana en su casa sana y salva. En la entrada ambos


se despiden y ella una vez más intenta decirle lo que sucedió con Ethan.

-Por cierto Aiden.

Él le da un beso en la mejilla.

-¿Qué sucede?

-Creo que ha sido uno de los mejores días de mi vida -responde Diana -pero es
que no...

Aiden frunce el ceño porque está totalmente confundido por lo que Diana
pueda decir.

-Te escribí una canción -menciona Diana.

No es mentira, pero una vez más, no puede revelar el secreto. Tiene mucho
miedo y no quiere perderlo tan fácil por una estupi- dez que cometió.

-De verdad eres la mejor novia de todas y muero por escucharla.


-Si tuviera un piano en casa, te la mostraría, será mañana en clases ¿si?

Aiden asiente muy feliz y al mismo tiempo sus labios se unen en un profundo y
amoroso beso.
15

Dentro de la preparatoria, existe un espacio donde hay una enor- me piscina


para los miembros del equipo de natación, las paredes son de cristal así que
el sol se hace notar con el reflejo. Y ya que las clases aún no comienzan,
Gabriel ha invitado a Ethan a nadar un poco, por suerte es un lugar cerrado o
de lo contrario, morirían de frío por el otoño. Mientras Gabriel se deshace de
su ropa, Ethan intenta no morir ruborizado porque todo es nuevo para él,
hace lo mismo pero de espaldas hasta que ambos quedan en ropa interior.
Con un clavado perfecto, Gabriel entra a la piscina y al salir nada hasta la
orilla para observar a Ethan.

-¿Qué esperas? -pregunta Gabriel.

-¿Está fría?

-Por supuesto que no.

Ethan sonriente se lanza contra el agua y a los pocos segundos sale limpiando
su rostro.

-Mentiroso, me voy a congelar -dice Ethan lanzándole agua di- recto al rostro.

Gabriel hace lo mismo hasta que llega junto a él y ambos juegan por debajo
del agua, no paran de reír con cada movimiento. Un momento después, salen
de la piscina rodeándose con una toalla. Gabriel comienza a contarle la
historia de su familia y también el hecho de que es independiente por el
momento.

De su billetera retira una fotografía de su familia y Ehtan la toma para poder


observarla con detalle.

-No parecen de clase baja -dice Ethan.

-No lo somos, mi padre tiene muchas tiendas en mi ciudad natal, pero no soy
la clase de chico que disfrute arrebatar el dinero de mis padres.

Ethan le entrega la fotografía.

-¿Qué hay de ti? -pregunta Gabriel.

-Pues, mis padres se divorciaron hace mucho y mamá se casó nuevamente con
un hombre que se dedica al comercio internacio- nal. Por eso casi siempre él y
mamá nunca están en casa, por mala suerte el hombre tiene un hijo y se trata
de Héctor que ahora es mi hermanastro.

Gabriel frunce los labios muy interesado por la historia.

-Entiendo, supongo que ahora te conozco un poco mejor.


Se acerca un poco más y los nervios de Ethan aumentan cada vez más porque
inclusive, siente el tacto de su piel contra la suya.

-¿Qué hay de tus pasatiempos? -pregunta Gabriel curioso.

-Bueno, a mi me gusta tocar el piano, jugar videojuegos, pasar tiempo con mi


mejor amigo, leer biografías.

El rostro de Gabriel refleja una seriedad profunda y eso provoca que Ethan se
sienta un poco intimidado y aún así sostiene la mira- da. Un momento de
silencio se apodera de la situación y cuando Gabriel está dispuesto a robarle
un beso acercándose a Ethan len- tamente, varias alumnas entran a clase de
natación interrumpien- do el momento. Al descubrirlos varias se sonrojan e
inclusive se rumorean entre ellas por ver a dos chicos semidesnudos en medio
del

lugar. Ambos

avergonzados,

toman

sus

cosas

lentamente

se

marchan del lugar.

En la escuela, Diana abre su casillero para tomar las cosas de la siguiente


clase, inclusive, sobre la puerta lleva una fotografía de la cita con Aiden. En
otra fotografía se encuentran haciendo muecas, en otra se miran entre si y en
la última están besándose. Acto segui- do, toma su teléfono y en el buscador
escribe “clínicas de aborto”, observa los resultados detalladamente.

-Hola mi amor -Aiden aparece abrazándola por la espalda. De inmediato


oculta el teléfono.

-Hola, me asustaste.

Diana se separa de él y comienza a peinar su cabello en una cola de caballo.

-¿Qué planes tenemos hoy? -pregunta Aiden.

-No lo sé, Arely quiere que tengamos una cita con ella y mi en- trenadora de
box.
-¿Tu entrenadora es lesbiana?

-No lo sé, seguro la invitó como amiga o algo por el estilo.

Aiden frunce los labios, no tiene mucho contacto con Arely pero se trata de su
mejor amiga así que no puede negar la invitación.

En el gimnasio, Arely se encuentra entrenando con los guantes y un casco


especializado en el deporte, Rénee recibe los golpes en un par de guantes
anchos especiales para ello. Arely tiene que golpear los guantes y inclinarse
para no ser golpeada, pero es tan lenta que recibe un montón de golpes.

-Bien tenemos que descansar.

Rénee le retira el casco y al segundo comienza a besarla, un beso muy


apasionado que inclusive se recuestan sobre el suelo para dis- frutarlo aún
más.

-Por favor, hay que salir en una cita -pide Arely.

-No puedo y lo sabes, mi familia es de mucha descendencia y cual- quiera


puede vernos por la calle.

Arely frunce los labios pero continúa besándola hasta que ambas quedan sin
aliento, es un poco extremo pero, siente mariposas en su estómago al ver el
rostro de Rénee.

-Bueno, no creo que haya problema, puedes decir que soy una ami- ga -
menciona Arely mostrando su interés.

-No lo entiendes, tuve una novia hace mucho y cuando uno de mis primos me
descubrió... tuve que hacer cosas que no te imaginas para salvar mis secreto.
Mi familia está en contra de toda la comunidad y si me descubren son capaces
de matarme.

Arely siente un electrochoque en el estómago porque nunca antes conoció


una historia tan terrorífica como esa. Aún así, cree que Rénee es una chica
muy fuerte y está dispuesta a hacer lo que sea para estar a su lado. Por un
segundo, siente la necesidad de separarse un

poco.

-Ah, tengo que contestar -responde Arely.

-Okay, pero tu teléfono ni siquiera está sonando.

-Pero lo hará, soy un poco psíquica -Arely finge una sonrisa mien- tras Réene
hace un gesto de duda.

Se levanta y se separa de Rénee un par de metros, ya que no deja de mirarla,


toma su teléfono afirmando que recibirá la llamada. La chica niega con una
sonrisa en el rostro y Arely aprovecha el momento para llamar a Diana. Varios
tonos después, responde la llamada y como un rap de Eminem, Arely le
cuenta toda la historia.

-Wow, Arely en serio eres mejor que Nicki Minaj.

-¿Qué debo de hacer?

-Arely tú eres una chica fuerte, seguro puedes hacerla cambiar de opinión y
por favor, no la saques del armario.

-Por supuesto que no -Arely desvía los ojos porque ya lo había planeado desde
que Rénee dijo que no podía salir.

Cuelga el teléfono y vuelve con Rénee.

-¿Y bien?

Arely no sabe qué decir, pero, un segundo después recuerda algo brillante y
convincente para la chica.

-Mi amiga aceptó salir con nosotras pero, no solo irá ella sino también mi
grupo de amigos.

Rénee esboza una sonrisa, si un miembro de la familia se da cuenta de que se


encuentra con un grupo de chicos no lo represen- tará de mala manera.

-Está bien pero, no quiero que les digas que soy lesbiana, solo soy tu amiga.

Arely asiente muy feliz.

En los vestidores, Alexis se prepara con el equipo de fútbol para su primer


partido. Se coloca su camiseta con el número diecinueve y a pesar de que no
es de los mejores jugadores, Héctor le pidió al entrenador meterlo al primer
partido de la temporada.

-Atención chicos, alguien recibió flores y globos de su mami

-menciona Christian con los regalos en la mano.

Camina en dirección a Alexis y se las entrega, obviamente los chicos se burlan


y es verdad, hay una nota en donde la madre de

Alexis le desea mucha suerte en su partido. Avergonzado las oculta a su lado.

-¿En serio mámi te envía eso? -le pregunta Diego a su lado.

Alexis lo ignora completamente y con los grandes audífonos cu- bre sus oídos
para no tener que escuchar idioteces del resto del equipo. No importa lo que
digan de su familia porque es todo para él y se siente emocionado saber sobre
su apoyo.

Ahí mismo, Alexandra entra sin importar lo que digan los chi- cos, Héctor de
inmediato se avergüenza porque recuerda firme- mente todos los mensajes de
voz que le envió cuando estaba dro- gado. Traga saliva e intenta mirar a otra
parte.

-¿En serio? Después de todo lo que me dijiste ¿quieres ignorar- me?

-Bueno tú me ignoras, es una larga historia... Me drogaron y ni siquiera


recuerdo lo que te dije.

-Silencio, sé que todo lo que dijiste es verdad. Héctor asiente aún ruborizado.

-Para serte sincera, me alegraste la noche y eso es un punto a favor tuyo.

Héctor esboza una enorme sonrisa.

-¿Entonces ahora si podemos tener una cita? -pregunta emocio- nado.

Alexandra lo piensa un minuto haciendo un gesto de duda, des- pués se cruza


de brazos y lo mira fijamente a los ojos.

-Está bien, pero tienes que ser cuidadoso, porque puede que sea la última.

Héctor Intenta darle un beso en la mejilla pero Alexandra se

aparta de inmediato.

-Muy mal comienzo chico, espero que en la cita lo hagas mejor.

Alexandra se encoje de hombros y sale de los vestidores dejando a Héctor con


una sonrisa de tonto enamorado. El problema es que él no suele ser de esos
chicos cursis que regalan globos o detalles porque no es su estilo. Lo único
romántico que tuvo con Brenda, fue la fiesta de cumpleaños que le organizó
porque las otras citas, eran solo besos y caricias que no pasaban de largo por
el problema que tiene. Aún así, tiene el perfecto plan para la cita con
Alexandra.

En la cancha todos se preparan y salen decididos a ganar, des- pués de


tiempo, Alexis vuelve a encontrarse con Diana, esta vez ella se encuentra un
poco nerviosa con la presencia del chico y lo peor es que Alexis hace como
que nunca fueron amigos.

-Suerte, me enteré de que jugarás -menciona Diana.

Alexis agradece con su mirada, cuando la mira a los ojos nota que los
sentimientos hacia ella persisten, no lo puede describir por- que incluso la
sonrisa de Diana lo ruboriza demasiado.

Diana y resto de las animadoras corren al campo a demostrar la rutina.


Christian se acerca a Alexis que no deja de mirar a la chica con ojos
brillantes.

-¿Recuerdas que tiene novio? No pierdas el tiempo.

Alexis asiente, sintió una profunda tristeza cuando el perfil de Diana anunció
que ahora es novia del youtuber popular Aiden Cross. Pero aún así no se dejó
llevar por ese problema porque su- ceden cosas peores que un amor no
correspondido, no es bueno llorar por un amor que nunca sucedió.

Los cuervos toman posición sobre el campo, Héctor los dirige de manera que
puede funcionar con los chicos del equipo contrario.

-Azul 49, Azul 49 -grita Héctor -¡Hut!

Comienzan a empujarse mientras Héctor recibe el balón, a unos cuantos


metros se encuentra Christian, lanza el balón y lo atrapa anotando. Un buen
comienzo para el equipo.

Después de varias anotaciones, el equipo contrario no pierde el tiempo y


también anota sus puntos, quedan pocos minutos y si los contrincantes
anotan un punto más, será un empate. El juego se torna interesante para el
público, pero en una de las partidas, el capitán del equipo contrario grita
¡Hut! y cuando el balón cae a manos del mismo, sufre de un tackléo por los
cuervos. Alexis observa que el balón está libre y lo toma, al mismo tiempo
corre a toda velocidad al lado contrario cuando quedan pocos segundos para
que el partido finalice.

-¡Vamos! -grita Diana desde la zona de animadoras.

Llega justamente anotando y dándole la victoria a los cuervos. Todos los


compañeros gritan al igual que el público, Héctor levan- ta a Alexis en los
brazos de forma victoriosa. Alexis nunca llegó a pensar que lograría algo
similar pero, después de correr el riesgo consiguió hacer ganadores a los
cuervos en su primer partido. Dia- na y el resto de las animadoras se abrazan
entre ellas.

Regresando a los vestidores, todos salen festejando el triunfo, excepto Alexis


que se encuentra en una de las bancas sin dejar de mirar el balón, se siente
muy emocionado por la victoria. Por si fuera poco, Christian aparece para
tomar asiento a su lado, por un segundo cree que lo felicitará.

-Bien hecho Alexis -le da una palmada en el hombro.

-Gracias -sonríe un poco nervioso.

-Escucha -ahoga una risa -seguro piensas que fuiste el mejor del partido así
que te voy a bajar de las nubes niño estúpido. La mayo-

ría de las anotaciones las hicimos Héctor y yo, lo tuyo solamente fue suerte.
-Pero, el juego estaba a punto de terminar.

-¿Y? También tuve la oportunidad de tomar el balón pero apare- ciste de hada
madrina para correr con él, inclusive pude empujarte pero eso nos hubiera
hecho perder.

Alexis traga saliva, no puede creer que después de todo lo siga tratando de
esa manera.

-Bueno, es todo, puedes regresar a tus asesorías.

Christian se levanta con una enorme sonrisa en el rostro porque siente que
fue el mejor discurso que ha dado en toda su vida. Siem- pre fue el chico
perfecto de su familia y solo se siente bien consigo mismo si destruye a los
demás, sobre todo si son chicos que tienen el autoestima por los suelos.

Antes de que la clase comience, Diana lleva a Aiden al salón de música y de


inmediato toma asiento sobre la silla frente al pia- no. Como prometió le
muestra la canción que le escribió porque inclusive canta un poco, no como
Ariana Grande o Celine Dion, pero si lo hace con un fino contralto. Expresa
los sentimientos más profundos que siente hacia su novio.

-Es la canción más hermosa del mundo -dice Aiden cuando ter- mina.

Habla sobre él y sobre su relación juntos. Cómo se conocieron y cómo fue que
todo cambió después del poco tiempo juntos. Sin embargo al final dice “Lo
siento” pero Aiden se encuentra tan loco de amor que no entendió su
significado.

-Por cierto -lo toma entre sus brazos -Arely quiere que confirme-

mos si cenaremos con ella -menciona Diana.

-Por supuesto que si, lo que sea con tal de verte -le da un beso en la mejilla -
bueno me tengo que ir, ya estoy deseando que sea la cita grupal.

Diana suspira al ver a su novio salir del aula. Antes de que la campana suene
anunciando el comienzo de la clase Aiden llega a tiempo, se sienta a un lado
de Ethan que también lleva un rostro de bobo mirando hacia el frente.

-¿Ethan?

Le pasa la mano por el frente.

-¿Qué sucede contigo? -pregunta Aiden.

Ethan reacciona al escuchar la voz de su mejor amigo.

-Lo siento ¿qué? Aiden el lugar está reservado.

-¿Qué? Siempre me siento a tu lado en clases. Inesperadamente Gabriel


aparece en el momento.

-Hola -menciona al ver a Aiden.

Ethan incómodo se muerde el labio porque esperaba el momento indicado


para presentar a Gabriel. Por lo pronto ni siquiera sabe que Aiden es su mejor
amigo.

-¿Tú eres un youtuber gay falso famoso? ¿no? Aiden frunce el ceño.

-Si, él es Aiden que ya se está marchando -dice Ethan con tono sarcástico.

Aiden confundido se levanta del lugar y se dirige hacia atrás con una chica
llamada Mariana que de inmediato le lanza una mirada asesina al ocupar el
lugar de al lado.

Aiden traga saliva y agita la

mano en modo de saludo.

-Lo siento, no hay otro lugar disponible.

Ella ahora mira hacia el frente con el gesto desagradable, se nota que no le
agrada para nada Aiden.

-Espero salir vivo -menciona Aiden.

Al frente de él observa las miradas de Ethan y Gabriel, se siente feliz por su


mejor amigo, pero a la vez siente decepción porque no le contó absolutamente
nada sobre él. Sobre todo porque Aiden le ha mencionado cada detalle que
vive con Diana en los últimos días. Durante toda la clase ambos chicos no
prestan atención porque in- cluso juegan a enviarse cartas, Aiden sonríe
porque no recuerda la última vez que Ethan se veía tan feliz al lado de una
persona.

Cuando la clase termina, Aiden se encarga de raptar a Ethan, Gabriel frunce


el ceño esperando por él.

-Puedes adelantarte -menciona Ethan. Gabriel asiente y se marcha del aula.

-¿Por qué no me contaste nada sobre ese chico? ¿Es tu novio?

-Claro que no Aiden, lo siento es que últimamente pasas más tiempo con
Diana que conmigo -Ethan reacomoda la mochila en su hombro.

-Por favor tienes que contarme todo.

-¿Puede ser otro día? Voy tarde y Gabriel quiere ir a la pista de hielo y
después a cenar en el centro comercial.

Aiden siente un vacío profundo pero asiente.


-Está bien, te veo después.

Ethan corre con Gabriel. Cuando explicó que llegaba tarde es porque Gabriel
lo invitó a su habitación cerca de la preparatoria.

En cuanto entran por la puerta de la casa, Gabriel se encarga de acorralar a


Ethan sobre la pared de la entrada, ambos con una son- risa intentan besarse
una vez más pero son interrumpidos con una voz sobre el pasillo.

-Vaya ¿ahora eres gay? -pregunta Alexis sentado sobre las esca- leras.

Se separan un poco avergonzados.

-Alexis ¿no tenías asesorías?

-Estoy un poco distraído -responde el chico un poco desanimado

-le pedí a Maggie que continuaremos mañana.

Ethan no puede ocultar el rubor de sus mejillas.

-Ah, él es Ethan, está en clase conmigo -dice un poco avergon- zado -y él es


Alexis mi roomie.

Alexis estrecha la mano de Ethan.

-Bueno si me disculpan, creo que necesito entrar a su baño -res- ponde Ethan.

Gabriel asiente y lo guía hasta el baño que está cerca de su lugar y después
regresa con Alexis.

-¿Todo está bien?

-Seguro que si -dice Alexis un poco decepcionado, no deja de darle vueltas


todo lo que dijo Christian -creo que solo estoy cansa- do de ser yo mismo.

Gabriel no entiende por qué el chico siempre se encuentra depri- mido, es


claro que no sabe que Alexis es atacado por sus compañe- ros del fútbol,
sobre todo por Christian.

-¿Quieres venir con nosotros? Iremos a la pista de hielo a patinar un poco,


después a cenar.

Alexis no lo ve como una solución, al contrario cree que hará el mal tercio en
una relación tan maravillosa como la de ambos.

-Gracias pero no quiero ser un estorbo, al parecer ustedes dos se divierten


mucho.

-Vamos no lo eres.
Ethan aparece nuevamente junto a ambos chicos.

-¿Qué sucede? -pregunta.

-Alexis nos acompañará -menciona Gabriel.

-Claro, es buena idea -menciona Ethan asintiendo.

Alexis un poco dudoso, decide aceptar, al fin y al cabo no tiene nada


importante que hacer.

Al atardecer, Alexis, Ethan y Gabriel se encuentran sobre una de las mesas de


un restaurante prestigioso donde sirven comida sana en el centro comercial.

-¿Ya son novios? -pregunta Alexis -Porque se ven muy bien jun- tos.

Ethan se ruboriza un poco porque Gabriel lo mira.

-¿En serio? -pregunta Gabriel.

Alexis va a responder algo pero en ese momento aparece Arely junto a Rénee.

-Hola, que coincidencia -dice Arely.

Colocan una mesa extra y toman asiento frente a los chicos.

-Es un placer, soy la amiga de Ethan, Arely White -estrecha la mano de


Gabriel -seguro tú eres el galán de Ethan, te vi antes en el

club

nocturno

pero,

no

quería

ser

el

mal

tercio

-mira

a
Alexis

mientras él se inclina un poco sobre la silla.

Gabriel intenta mencionar que aún no pero Arely lo interrumpe.

-Eres muy guapo.

Mira a Alexis.

-¿Es una hermosa pareja no crees? ¿También les dirás que la mesa es solo
para hombres?

Ethan y Gabriel miran a ambos confundidos.

-Yo, creo que iré al baño -Alexis intenta escapar pero observa que Diana llega
junto a Aiden, vuelve a su lugar.

-Amigos, es bueno verlos aquí -menciona Aiden. Agregan una mesa más y
toman asiento.

-¿Aiden? ¿Qué hacen aquí?

-Bueno es que todos queremos conocer a tu nuevo novio.

-Ya te dije que no lo es -susurra.

Al mismo tiempo ahora Héctor y Alexandra se agregan a la lista de invitados,


Arely se encargó de llamar a Héctor y es la razón por la que ha llegado,
además de que Alexandra desea conocer al resto de sus amigos. Sobre el
espacio largo del lado derecho se encuen- tran Gabriel, Ethan, Aiden y Diana.
Sobre el espacio largo izquier- do, se encuentran Arely, Rénee, Héctor y
Alexandra y al extremo se encuentra Alexis muy nervioso porque no suele
hablar mucho.

-Que bien, parece que todos tus amigos están aquí -dice Gabriel. Ethan
nervioso asiente y bebe agua.

-Bueno creo que podemos ordenar -menciona Aiden.

Gabriel observa detalladamente a Diana, como si la hubiera vis- to antes en


otro sitio, siempre se olvida de los rostros.

-Quiero una hamburguesa -menciona Arely.

-Aquí no hay eso, el menú es muy sano -responde Rénee.

Cada uno de los chicos ordena, inclusive, la mesera no para de observar a


Arely con ojos brillantes. Rénee se percata de ello y no deja de lanzarle
miradas asesinas insistiendo que deje a su chica.
-Bueno, Gabriel, cuéntame cómo conociste a Ethan -dice Aiden.

Gabriel abre los ojos muy grande porque la imagen de Diana regresa a su
mente como un flashback.

-Ahora lo recuerdo, eres la chica de la fiesta fui tu mesero -res- ponde Gabriel
hacia Diana.

-¿Qué fiesta? -pregunta Aiden.

-Si en esa fiesta conocí a...

Ethan y Diana se aterran al escuchar las palabras de Gabriel y de inmediato lo


interrumpen.

-A Diana y es por eso que solamente la conoce a ella -responde Ethan


interrumpiendo a Gabriel.

Alexis frunce el ceño al ver lo nerviosos que fluyen entre Ethan y Diana, como
si ocultaran algo.

-Recuerda que tú... -intenta decir Gabriel pero es interrumpido por Diana.

-Eres su amor verdadero ¿no es así Ethan? Ethan bebe más agua y asiente.

-¿Todo está bien? -Pregunta Aiden.

-Si ¿recuerdas cuando tuvimos ese viaje a Nueva York? -pregun- ta Ethan,
Alexis pone mucha atención porque siempre ha sido su sueño viajar a la gran
manzana.

-Como olvidarlo -dice Aiden -recuerdo que estaba nevando y yo intenté hacer
un ángel de nieve y mucha de ella entró por mis calzoncillos mojando mi
trasero.

Ambos amigos ríen y Gabriel siente un poco de celos ya que juntos no tienen
una historia graciosa que contar.

-¿Se conocen de mucho tiempo? -pregunta Gabriel.

-Desde los pañales, Ethan y yo somos muy unidos -responde Aiden muy
orgulloso.

Frente a ellos Alexandra charla con Héctor.

-Mi madre casi muere al darme a luz, es por eso que soy hija única, incluso le
dijeron a mi padre que tuvo suerte porque era la vida de mi madre o la mía.

Héctor impresionado arquea ambas cejas.

-Cuanto lo siento.
-También yo -dice Alexandra -es que no es verdad. Héctor frunce el ceño.

-Oye, con eso no debes jugar.

-Eres un aguafiestas.

Los meseros llegan con los platillos de cada uno.

-Recuerda no comer demasiado pan -dice Réene.

La mesera esboza una sonrisa muy grande al ver a Arely y Rénee juntas
porque cree que hacen una hermosa pareja juntas.

-Que linda, mi novia también cuidaba de mi peso -deja el plato sobre la mesa.

-Ah no -dice Rénee muy preocupada -no es mi novia yo no soy gay -sonríe
falsamente.

-Oh, entiendo -mira a Arely como si tuviera el campo libre para intentar
coquetear con ella -mi nombre es Scarlett por cierto.

Arely arquea ambas cejas sorprendida porque su nombre es real- mente


hermoso.

-Yo soy Arely -responde sonriendo.

-Bueno, puedes pedir lo que sea, yo invito -Scarlett guiña el ojo y después se
marcha.

La sangre de Rénee hierve por dentro y mira a Arely con un ges- to


desagradable. Sabe perfectamente que no puede revelar su se- creto y aún
cuando ha aceptado su cita, coquetea con otras chicas.

-¿Qué? Puedo coquetear con quien sea ¿no? -Arely muerde nue- vamente el
pan.

-Tienes razón.

Gira a la derecha y toma el brazo de Héctor.

-¿Te han dicho lo guapo y fuerte que eres?

Héctor con el mismo fin de crear celos sonríe y después observa a Alexandra
con una sonrisa malvada.

-Vaya, creo que al menos alguien me lo puede recordar.

Las miradas entre Alexandra y Rénee son peores que las de los meseros.
Alexis toma un recipiente lleno de fruta y come mientras disfruta el show de
cada pareja, al menos se está divirtiendo con todo el drama que sucede en la
mesa.

-Mira Aiden, son duraznos -dice Ethan intentando cambiar el tema entre él y
Gabriel.

-¿También tienen una historia especial con los duraznos? -pre- gunta Gabriel
con ambas manos sosteniendo su barbilla, al parecer no está cómodo con
todas las historias entre ellos.

-No exactamente, es que a Ethan le encantan los duraznos y yo soy alérgico a


ellos.

Gabriel piensa que sería buena idea dárselos y así silenciarlo de una vez por
todas.

-Deberías comer un poco de ensalada -dice Gabriel a Ethan.

-No lo creo, a Ethan nunca le gustó la ensalada -dice Aiden apar- tándola.

-Saben, todos deberíamos comer lo que está frente a nosotros

-dice Diana.

-Exacto, no debería tomar de otros platos -dice Alexandra refi- riéndose a


Rénee.

-Deberías probarla, una ensalada te da mucha energía -menciona Rénee hacia


Ethan.

Ethan convencido toma un poco de la ensalada con su tenedor, se la lleva a


sus labios y la saborea con su paladar. El sabor es un poco extraño para él
pero aún así se la traga.

-¿Te gustó? -pregunta Gabriel.

Ethan hace un gesto de disgusto pero aún así asiente.

-No lo creo, conozco sus gestos -dice Aiden -mejor sigue co- miendo duraznos
¿no dejaron agua de limón? También es su favo- rita, él y yo siempre
exprimíamos los limones.

Gabriel harto de escuchar las palabras de Aiden, toma sus cosas y se levanta
de su lugar.

-¿A dónde vas? -pregunta Ethan.

-Pues creo que es hora de irme a casa, al parecer alguien te cuida mejor que
yo. Tú supuesto mejor amigo parece tu novio.

-Ja ja, es que si fueron novios -dice Héctor.


Gabriel frunce el ceño al escuchar las palabras de Héctor.

-¿Nunca le contaron sobre su noviazgo? -nuevamente pregunta Héctor -bueno


creo que he metido la pata -con el índice frota su sien fingiendo estar
avergonzado.

-¿En serio fueron novios? -pregunta Alexandra.

-Ahora entiendo -Gabriel hace una pausa y los mira -Aiden el youtuber famoso
tenía un novio pero nunca me di cuenta de que se trataba de ti, tengo mejores
cosas que hacer así que me voy a casa, vámonos Alexis.

-Fingimos solamente -se apresura a mencionar Aiden.

-¿Eso es verdad, Ethan? Sé sincero conmigo por favor -dice Ga- briel sin
apartar la mirada de sus ojos.

-Bueno, Aiden fingió, yo...

Gabriel analiza su mirada detalladamente, es claro que entiende que está


enamorado de su supuesto mejor amigo, hace un movi- miento hacia Alexis
que significa que es hora de ir a casa. Alexis se levanta y ambos chicos se
marchan del sitio. Ethan un poco decepcionado vuelve a su asiento.

-No te preocupes, si no puede aceptar nuestra amistad, entonces no es para ti


-dice Aiden frotando la espalda de su mejor amigo

-¿quieres una dona? Cerca de aquí hay un krispy kreme.

-Aiden basta -dice Diana muy molesta -no quiere una dona, quiere a Gabriel.

-Pero Ethan ama las donas.

-Aún puedes arreglarlo, ve con él -menciona Diana.

-Tienes razón.

Ethan se apresura a correr por Gabriel y Aiden se levanta

preo-

cupado por lo que pueda suceder.

-Aiden siéntate por favor, deja que arreglen sus cosas -dice Dia- na muy
molesta.

-Tú no lo entiendes -responde molesto.

Aiden corre detrás de Ethan, Diana muy frustrada decide que- darse y no
pertenecer al drama. La mesera nuevamente llega entre- gándole un helado a
Arely.

-Cortesía.

-Que linda de verdad.

Rénee no para de observar la escena, vuelve con Héctor.

-¿Quieres salir de aquí? -ella misma le pregunta.

-Seguro, vamos a mi casa -menciona Héctor.

Ambos chicos se levantan pero Alexandra se encarga de impedir el paso de


ambos. Lleva un gesto desagradable hacia los dos.

-Olvídalo chica fitness, él es mi cita -menciona Alexandra.

-Creí que no me querías -responde Héctor.

-¿Sabes que soy una boxeadora profesional? Puedo tirarte los dientes si
quiero -dice Rénee desafiante.

-Ah ¿si? pues yo puedo tirarte del cabello niña trasero de oro. Héctor
emocionado se interpone entre ambas chicas.

-Está bien, tu ganas Alexandra, podemos salir de aquí -dice Hé- ctor
convencido ya que nunca pensó poder enfrentarse con Rénee.

-¿Qué hay de ella? -pregunta.

-Obviamente es lesbiana y está en una cita con Arely. Decepcionada, observa


a ambos chicos. No dice otra palabra y

toma su bolso para salir corriendo. Arely no puede detenerla por- que ella
misma se encuentra un poco sorprendida.

-Vaya, creo que le diste en donde más le duele -menciona Alexandra.

-Lo sé y lo lamento, soy muy directo.

Se toman de la mano y se marchan juntos.

-Vaya salida grupal -dice Diana mientras Arely hace un gesto de molestia
comiendo su helado.

En la salida, Alexis y Gabriel están a punto de tomar un taxi, pero Ethan


aparece justo a tiempo para detenerlos. Alexis incómo- do con la situación
decide nuevamente entrar al centro comercial, le pide a Gabriel avisar cuando
sea hora de marcharse. Ethan se concentra en mirarlo a los ojos.

-Espera, no te vayas -dice Ethan.


-Lo lamento Ethan, pero no creo que sea posible querer a alguien que quiere
a otra persona.

-Ya lo he superado en serio.

-¿Entonces por qué te sigue a todos lados?

Ethan se da la vuelta y es cierto, Aiden se acerca con un gesto de tristeza, no


quiere arruinar la relación de ambos chicos, al contrario quiere ayudar a
Ethan.

-¿Qué haces aquí?

-Solo quiero que todo quede en claro que...

-Vete de aquí, puedo arreglar mis asuntos yo solo -lo interrumpe Ethan
bastante molesto.

Aiden frunce el ceño por su forma de hablar, nunca lo había visto tan molesto
desde que eliminó aquel video aclarando que no

eran pareja.

-¿Pero?

-Aiden, por favor.

No puede creerlo, da media vuelta y camina lentamente de vuel- ta al centro


comercial, inclusive en la entrada observa a Alexis sin ningún gesto sobre el
rostro.

-Está bien, Aiden es mi mejor amigo y si quieres ser mi novio tienes que
aceptarlo -menciona Ethan tomando las manos de Ga- briel.

Él lo mira fijamente porque ha dicho la palabra “novio”.

-Bueno, claro si tú quieres -Ethan se avergüenza un poco. Gabriel esboza una


pequeña sonrisa.

-¿Cómo lo seremos si no podemos darnos un beso?

Ethan muerde su labio y con la oportunidad al frente, lo hace. Juntan sus


labios por primera vez en un beso profundo y románti- co. No importa lo que
piensen las personas a su alrededor sino el momento que mantienen juntos.
Cuando se separan, Gabriel sonríe muy grande y le da un fuerte abrazo a su
nuevo novio.

Cuando Aiden regresa, encuentra a Diana sentada sobre una banca, siente
muchos nervios porque su rostro refleja una molestia muy grande, no parece
estar contenta con la cita. Aiden se sienta a su lado muy asustado con la
reacción de su novia.

-Lo lamento mucho, arruiné todo, como siempre -hace una pau- sa pero aún
así Diana no lo mira a los ojos -solo quería ayudar a Ethan a continuar.

-Quizá no deba ser el único -dice Diana.

-¿A qué te refieres?

-Por favor, Aiden debes dejarlo tranquilo, tú no eres su dueño.

-El chico Gabriel es muy territorial, temía que me alejara de Ethan, sabes que
es mi mejor amigo y eso no puede cambiar. Quie- ro que sea feliz así como yo
lo soy contigo -intenta tomar la mano de Diana pero ella se aparta de
inmediato.

-No soportas la idea de que Ethan ame a alguien más como te ama a ti, no
creo que quieras estar conmigo o ¿si?

-Por supuesto que lo quiero, sabes que desde siempre he estado enamorado
de ti y ahora que estás conmigo soy muy feliz.

-A veces pienso que Ethan aún es tu novio y yo soy el reemplazo.

-No, por supuesto que no.

Diana siente el nudo en su garganta, ama demasiado a Aiden y después del


poco tiempo que pasaron juntos se ha dado cuenta de lo lindo que puede ser
Aiden si se mantiene lejos de Ethan. Pero siente que es la ocasión perfecta
para no seguir mintiendo.

-Aiden.

Traga saliva mientras una lágrima rueda por su mejilla.

-Tuve sexo con otro chico la noche de la fiesta.

Aiden hace un gesto de sorpresa, no esperaba enterarse de algo tan íntimo.

-¿La fiesta?

-La fiesta que organizaron para ti y para Ethan. Aiden traga saliva un poco
preocupado.

-Bueno, supongo que fue después de que te enteraste de que no era gay.

Diana asiente intentando no romper en llanto, no puede mante- ner el secreto


por más tiempo, siente la necesidad de liberar todo ese tormento de su
corazón sin importar las consecuencias.

-No es todo, estoy embarazada.


Aiden siente que su corazón se parte a la mitad, no cree que sea suyo porque
desde que volvieron no mantuvieron relaciones sexuales, a menos de que
haya sido después de lo del baño en la escuela, imposible porque él mismo
usó protección.

-Dime por favor que es mío -dice Aiden con su voz débil. Diana niega.

-¿Quién es el chico entonces? -pregunta Aiden.

Ella inclina la mirada hacia abajo demasiado avergonzada por- que ni siquiera
tiene el valor de mirar a los ojos a Aiden.

-Ese chico es... Ethan.

Aiden siente la necesidad de morir, no puede creer lo que ha escuchado, no


puede creer que ambos le hayan hecho algo así. Los ama a los dos pero, ahora
siente la necesidad de odiarlos toda su vida. No puede hablar, siente que
Diana le ha arrancado el corazón y por si fuera poco lo ha destrozado
estrujándolo con sus manos. Aiden camina varios pasos hacia atrás y después
se marcha rápi- damente antes de llorar como una niña frente a su supuesta
novia.

Diana no intenta detenerlo porque sabía perfectamente que al- gún día esto
iba a suceder. Lo ocultó para no destruir su relación y mucho menos la que
mantenían él y Ethan. Ahora todo se termi- nó. Detrás de Diana, aparece
Alexis, ha escuchado todo y tampoco puede creer lo que ella hizo. Aún así la
rodea con su brazo y ella rompe en llanto en su hombro. Alexis como buen
chico intenta tranquilizarla

pero

nota

que

Diana

se

siente

tan

culpable

que

no

tiene palabras en sus labios para mencionar.


Como lo supone, Arely encuentra a Rénee en el gimnasio gol- peando el saco
de boxeo fuertemente, así es como la chica intenta liberar sus frustraciones
de la vida.

-Espero que no imagines mi rostro en el saco -menciona Arely muy


avergonzada.

Rénee se detiene y al ver a Arely se quita los guantes y toma asiento en el


piso.

-No, claro que no.

Arely se sienta a su lado.

-No estoy molesta contigo -dice Rénee.

-Rénee, no deberías avergonzarte...

-No lo hago, sé que soy gay desde los once años, pero como te dije antes, mi
familia es muy homofóbica. Además, quiero ser una boxeadora profesional y
sin ayuda de mis padres no lo lograré, soñé con eso desde que estaba en el
jardín de niños.

Arely asiente lentamente.

-Además, quiero contarte un secreto.

Rénee se deshace de algunas pulseras que cubren sus brazos.

-Él no ser yo misma causa esto.

Tiene muchas cortadas sobre su brazo.

-¿Intentas matarte? -pregunta Arely.

-No, no es así, si hubiera querido suicidarme lo hubiera hecho desde hace


mucho.

No entiende las cosas con claridad.

-Es solo que no ser yo misma, me hace enfadar mucho y cuando este amigo -
señala el saco de box -no está frente a mí... Tengo la necesidad de lastimar a
alguien. Ya que no tengo el valor, me las- timo a mí misma.

-No deberías hacerlo, debe de haber otra forma...

-Si no quieres estar con una loca de closet, lo entenderé.

Arely suspira no tiene palabras que mencionar porque, siente la necesidad de


ayudar a Rénee y no sabe exactamente cómo. Se ha dado cuenta de que en
verdad siente algo más que atracción por- que además de ser muy linda, es
una sobreviviente a todo lo que ha vivido.

-Quiero estar contigo y quiero ayudarte.

Rénee esboza una sonrisa porque cree que Arely es una chica especial, de lo
contrario no le hubiera revelado nada. Le da un beso fugaz en los labios y
después un fuerte abrazo. Arely suspira y siente hermoso al sujetar a Rénee
entre sus brazos.
16

En la clínica, Diana se encuentra en la sala de espera, decidió que lo mejor es


abortar ya que no tiene la fuerza suficiente para de- cirle a sus padres o para
mantener a un bebé que ni siquiera tendrá un padre. Se cubre el rostro
pensando por qué no habrá funcionado la pastilla que tomó si fue el momento
exacto. Ya que no quería asistir sola y que Arely tiene una nueva novia en la
que se tiene que ocupar, se tomó la libertad de pedirle ayuda a Alexis, que se
encuentra a su lado un poco nervioso, ahora que sabe todo, Diana confía en
él.

Alexis que no para de mirarla, reacomoda sus gafas e intenta de- cirle muchas
cosas pero, gracias a su inseguridad no tiene el valor, por otro segundo la
observa con detalle admirando la belleza de su rostro. Es tan distraído que
piensa en voz alta y evidentemente Diana escucha.

-Muy hermosa...

-¿Qué? -pregunta Diana.

Alexis siente el calor en sus mejillas.

-¿Qué? Nada, es que a veces hablo conmigo mismo.

Diana esboza una sonrisa, entendió perfectamente y es evidente que no puede


salir con él después de haber tenido una fuerte ruptu- ra con Aiden y esperar
un bebé de su mejor amigo. Aún así piensa que Alexis es un buen chico.

La asistente de la doctora los llama desde el mostrador y le pide a Diana que


se cambie la ropa por una bata, es hora de que arreglen el asunto de una
forma profesional. Inclusive Diana estaba aho- rrando para comprarse un
piano, pero ahora tiene que pagar por los errores que cometió.

Se sienta sobre la camilla un poco asustada porque parece como la de un


dentista. Coloca las piernas sobre los extremos mientras la doctora
especializada en ello aparece.

-Tú debes ser Diana.

Ella asiente muy asustada.

-Bueno, comencemos.

-¿Alguna de sus pacientes se ha arrepentido en el momento? La doctora


esboza una sonrisa y al mismo tiempo niega.

-Estás a tiempo si no quieres hacerlo.

Diana no tiene otra opción, ha llegado al momento como para alejarse del
problema. Niega y vuelve a recostarse.
-¿Después podré tener hijos? Es que en un futuro cuando de ver- dad me
encuentre casada, quiero tener varios, quizá dos -dice Dia- na un poco
nerviosa.

-Por supuesto que si, no hay nada de qué temer.

Antes que el procedimiento comience, Diana se encarga de en- viarle un


mensaje a Ethan sobre el hecho de que Aiden está entera- do de todo, no debe
ocultárselo ya que probablemente en el mismo instante estén golpeándose el
uno al otro.

En la escuela, Ethan entra al edificio tomado de la mano con su nuevo novio.


Parece que ahora la pareja ha ganado fama porque

todos los miran impresionados.

-Se ven bien juntos, pero si mi novia estuviera aquí, obviamente ganaríamos -
dice Arely apareciendo frente a ellos.

Gabriel rodea con su brazo a Ethan y le da un beso en la sien.

-¿Entonces tu entrenadora si es lesbiana?

Arely hace un gesto de silencio. Al mismo tiempo Ethan recibe el mensaje, y


como tal, solo observa la pantalla que se trata de Dia- na y un simple “él lo
sabe”. Baja el teléfono y un segundo después, comprende completamente el
texto. Mira de nuevo el teléfono con los ojos del tamaño de un plato.

-¿Qué sucede? -pregunta Gabriel. Ethan cubre el teléfono.

-Es solo que recordé que tengo algo que hacer -hace una pausa y después
toma la mano de Arely -con Arely en el jardín ¿te veo en clase? ¿Si? Adiós.

Ethan empuja a Arely para marcharse al jardín mientras Gabriel se queda en


medio del pasillo bastante confundido.

-Auch, qué sucede, eres más salvaje que Rénee.

Salen del edificio y mientras Ethan intenta explicarle, se topan con Héctor
empujándolo.

-Oigan, cuidado.

Ethan se alegra de verlo.

-Chicos, Aiden sabe que estuve con Diana.

-¿Lo sabe? -repiten al mismo tiempo -¿tú lo sabes? -preguntan mirándose


entre ellos.
-Concéntrense ¿si? Me envió un mensaje, no puedo creerlo, se-

guro que me golpeará en cuanto aparezca.

Arely mira detrás de Héctor.

-Ahí está.

Aiden se encuentra en el lugar favorito de ambos, o al menos donde solían


estar juntos durante las clases libres o en la hora del descanso, no lleva
ninguna emoción sobre el rostro. Parece un chi- co moribundo que mira hacia
la nada, la piel le ha palidecido y sus ojos son rojos con una hinchazón
bastante fuerte.

-¿Debería ir con él? -pregunta Ethan.

-Por supuesto tonto, te acostaste con su novia, ahora debes tener el valor de
hablar sobre ello -menciona Héctor.

Arely lo mira frunciendo el ceño porque no es la clase de chicos que dice eso,
es decir, pensó que no le importaría la noticia. Ethan traga saliva mientras
Arely y Héctor lo miran fijamente.

-Bueno, espero que llamen a una ambulancia -dice Ethan com- pletamente
aterrado.

Camina lentamente hasta llegar con Aiden, que continúa obser- vando hacia el
frente sin ninguna emoción en el rostro. Ethan inten- ta llamar su atención sin
mencionar una palabra, pero es imposible.

-¿Aiden?

De inmediato toma la palabra dirigiendo su mirada a la de Ethan. Respira


hondo y hace un gesto de tristeza, no tiene palabras para describir cómo se
siente.

-¿Es cierto? -la voz entrecortada de Aiden aparece.

Ethan no lo niega, solamente intenta encontrar la mejor disculpa del mundo.

-Lo lamento mucho.

Aiden se levanta y camina lentamente hasta donde se encuentra su mejor


amigo.

-Ayer los odiaba, mucho, pero... Ethan lo mira fijamente.

-Me di cuenta de que todo fue culpa mía, es decir, yo les mentí a ustedes dos.
Los metí en muchos problemas, no debí hacer todo eso solo para ser un chico
famoso, popular. Sin esas cosas, no te hubieras enamorado de mí, pero sabía
que Diana nunca se fijaría en mí si no llamaba su atención.
Ethan entiende todo lo que dice.

-¿Entonces?

-Si hubiera estado en el lugar de uno de los dos, hubiera hecho lo mismo,
porque soy una persona muy egoísta y merecía el peor de los castigos, no es
culpa suya sino mía por ser el mayor de los men- tirosos. Vaya, creo que me
ganaré un premio en los “Teens Choice Awards” por ser el Youtuber más
egoísta y mentiroso.

Aiden respira hondo y se pasa la mano por el cabello.

-Ahora que seguro tienes un novio te daré tu espacio -dice Aiden después de
una pausa.

Ethan no comprende sus palabras.

-¿Qué quieres decir?

-No me necesitas Ethan, lo único que sé hacer en tu vida es qui- tarte todo lo
que tienes mientras yo disfruto de todo y no quiero que tú y Gabriel terminen
por mi culpa, ahora sé que puedes mane- jar tu vida solo y de cierta manera
siempre lo has hecho.

-¿Hablas de que nuestra amistad se... Aiden asiente.

-¿Pero...

Aiden toma su mochila del suelo y debajo de ella hay una caja grande y
bastante reluciente. Sin más palabras, Aiden se la entrega.

-Es mi último regalo.

Se marcha antes de que Ethan pueda mencionar algo más. El chico deja la
caja sobre el césped y cuando la abre, nota que se trata de la placa de metal
que felicita los cien mil suscriptores en la plataforma de Youtube.

En casa de Diana, Alexis ha aceptado quedarse con ella mien- tras los
síntomas y efectos secundarios desaparecen. Diana debe descansar hasta que
su útero esté completamente sano y no debe realizar actividades durante toda
la semana. Aún así, puede asistir a clases si ella lo desea.

-¿Quieres ver una película? -pregunta Alexis -puedo preparar palomitas de


maíz.

-Eres muy lindo Alexis, pero solamente quiero descansar.

-Está bien - él toma asiento en uno de los sillones colocados en el borde de la


habitación -me quedaré aquí hasta que te sientas mejor.
-¿Estás seguro? Puedes ir a clases, siento que vas a morir de aburrimiento
aquí.

Alexis esboza una sonrisa muy grande, prefiere pasar tiempo con Diana que
escuchando los fuertes gritos de Christian en el campo diciendo que es un
perdedor y que no sirve para nada. Del suelo, toma una tortuga de felpa con
los ojos gigantes, se ríe un poco y después observa a Diana.

-Me la obsequió mi hermana cuando era una niña, desde enton-

ces la conservo y a veces duermo con ella, la llamo Totti. Alexis se conmueve
un poco con la maravillosa historia.

-Interesante.

Diana esboza una sonrisa y se levanta de la cama tomando asien- to.

-Ven aquí, estás muy lejos de mí.

Alexis de inmediato se levanta y corre hasta la cama, se lanza con cuidado


intentado hacer reír a Diana y lo logra.

-Lo lamento, es que tu cama es cómoda. Diana hace una pausa mirando a
Alexis.

-Cuéntame más sobre ti, solo se que eres un chico tímido que nunca tuvo el
valor de invitarme a salir.

Alexis resopla.

-Bueno ¿qué puedo decirte? Soy de segundo año, mis padres están juntos,
tengo dos hermanos pequeños. Me gusta el fútbol...

-¿Estás seguro de eso?

-Si, es solo que, bueno, creo que no soy tan bueno. Diana asiente frunciendo
los labios.

-¿Qué hay de tus pasatiempos, además del fútbol?

-Bueno, también me encanta dibujar.

-¿En serio? Nunca te he visto haciéndolo.

-No me concentro si alguien está cerca.

De su mochila, Alexis retira un cuaderno gigante en donde guar- da muchos


de sus dibujos. No es la clase de chico que dibuja ca- ricaturas

o
personajes

que

ya

existen

en

televisión.

Se

trata

del

dibujo en una perspectiva de realidad trazado en lápiz, en pocas palabras,


fotografías ilustradas en blanco y negro.

-Espero no te moleste.

Diana no entiende hasta que abre el cuaderno encontrándose con un retrato


de ella sonriendo y sentada sobre el césped, tiene toques artísticos como una
rosa en el cabello y aves a su alrededor. Ella está muy sorprendida porque
literalmente parece una fotografía suya en tonalidades blanco y negro.

-¿Cómo podría molestarme algo así? No puedo creer que lo ha- yas hecho tú,
de verdad.

Pasa la página y ahora se encuentra con un dibujo de ambos pero Alexis se


encarga de despojarla del cuaderno rápidamente por la vergüenza se apodera
de todo su ser. Ella nota todo el rubor que se ha acumulado en su rostro y no
puede evitar reírse.

-Creo que debí ocultar ese.

-No te preocupes Alexis, es decir, se ve muy bien. Se frota la nuca sonriendo.

-Gracias.

-¿Has pensado en dedicarte a ello? Hay muchas escuelas de arte.

-No lo creo, mi padre quiere que esté en un equipo de fútbol.

Diana se siente muy identificada con el tema de Alexis, inclusive toma sus
manos intentando tranquilizarlo de la mejor manera.

-No se trata de que tu padre sea feliz, se trata de que tú lo seas.


Alexis desvía la mirada muy avergonzado y se reacomoda sus anteojos que se
han empañado un poco.

-Mi padre no me impide dibujar pero, solo lo ve como un pasa- tiempo y el


fútbol lo considera como una profesión, creo que ya

tengo una beca asegurada para una escuela de fútbol prestigiosa.

Diana arque ambas cejas porque en realidad, no es decisión de su padre, lo


único que quiere lograr Alexis es que se sienta orgullo- so, no puede creer que
pierda el tiempo de esa manera.

-Además de mi familia, eres la única que sabe sobre esto, no creo que sea un
talento tan reconocido -susurra Alexis.

Diana vuelve a tomar el cuaderno.

-Son excelentes, si te doy un consejo, no deberías ocultarlo, créeme, lo


aprendí en cuanto me di cuenta de que amaba el piano. Mis padres quieren
que aprenda a negociar y seguir con la racha familiar -dice Diana mientras
observa los dibujos.

Alexis se interesa por la charla.

-Obviamente no lo haré, en cuanto pueda, pediré una beca para estudiar


música, estaba ahorrando para comprar un piano pero aho- ra por mi error mi
dinero se terminó.

El chico admira todo ese valor cargado en la mente de Diana, admira la


ignorancia por las consecuencias de lo que puede suce- der si se atreve a
hacer lo que ella quiere. Por si fuera poco, es in- creíble creer que con la
compañía de Alexis, Diana se ha olvidado totalmente de lo que puede suceder
con Aiden, Ethan, inclusive de Arely, no parece interesarle en lo

absoluto.

-Tienes razón...

Alexis intenta decir que no es tan fácil para él, pero no quiere arruinar el
momento, es decir, Diana lleva una sonrisa muy grande en el rostro al
observa el resto de los dibujos.

-Otro de mis sueños es ir a Nueva York -menciona Alexis.

-Es increíble.

-¿Ya has estado ahí?

-Mis padres sirvieron a un evento hace un par de años y tuvimos que ir, de
verdad no quería regresar a
casa.

Alexis siente una emoción muy grande cada vez que escucha la palabra Nueva
York porque desde muy pequeño su sueño ha sido visitar el lugar, pero no ha
tenido el coraje y valor de tomar el avión y marcharse a la gran manzana.

-Espero pronto poder ir, daría todo lo que fuera.

En una página, se encuentra con una caballo corriendo sobre el césped, Diana
impresionada, recorre con sus dedos el grafito im- pregnado en la hoja

-Es otro de mis sueños tontos, montar a caballo -menciona Alexis, esbozando
una sonrisa.

Diana cree que es muy tierno porque, en su lugar podría tener sueños más
grandes como ser el próximo artista en un museo im- portante o algo mejor,
pero solamente quiere cosas pequeñas, sue- ños que en corto plazo, pueden
suceder.

Diana encuentra otro dibujo suyo recostada sobre el césped boca arriba
mirando a su lado derecho.

-Tienes que obsequiarme este. Alexis asiente.

-Es todo tuyo.

-Nunca hice esta posición ¿cómo es que puedes?

-Tengo mucha imaginación.

Con mucho cuidado, Alexis retira la hoja de su cuaderno y se la entrega a


Diana. Ella agradecida intenta pensar en algo para devol- verle el favor,
reconoce sobre los ojos de Alexis que aún se

siente

atraído hacia ella, pero un beso no es agradable cuando recien- temente se ha


terminado una relación. Aún así Alexis se encarga de acercarse lentamente
hacia ella cerrando los ojos y levantando los labios. Diana intenta detenerlo
pero el momento se interrumpe cuando la puerta se abre con la aparición de
Louis y Dani.

-¡Hola hermosa! -grita Louis.

-Nos enteramos que estabas enferma y ya que tu amiga está ocu- pada y tu
novio también decidimos pasar tiempo contigo.

Diana finge alegrarse porque no esperaba la llegada de ambos chicos. Alexis


se limpia la garganta y rápidamente se levanta de la cama completamente
aterrado.
-¿Cómo se enteraron de que -finge una tos -estoy enferma?

-Por dios, Erika se encarga de decir todo -dice Louis colocando un montón de
comida chatarra sobre la cama, después observa que Alexis está a su lado -
¿qué haces tú aquí? No creo que a Aiden le guste eso.

-Yo ya me iba -dice Alexis colocando su mochila sobre la espal- da.

-Oh no chico -Dani se coloca frente a él impidiéndole el paso

-ahora eres nuestro chaperón así que debes de elegir la película.

Alexis preocupado, muerde su labio.

Después de clases, la nueva pareja de chicos pasan tiempo en la habitación de


Ethan. Gabriel está recostado sobre la cama mientras Ethan se apoya en su
pecho pensando en todo lo que dijo Aiden. Piensa que solamente es algo
pasajero y al día siguiente todo será como antes.

-¿Te sucede algo? -pregunta Gabriel.

-No, estoy bien -le da un beso fugaz.

No quiere revelar nada, teme que Gabriel pueda molestarse.

-¿Seguro Ethan? Soy tu novio y sabes que puedes decirme lo que sea.

Se levanta y Gabriel no le quita la mirada de encima.

-Bueno, no quiero mentir... Si te molestas conmigo lo entenderé por completo.

Gabriel frunce el ceño preocupado porque de verdad teme lo peor.

-Es que, antes de que llegaras, le confesé a Aiden que lo amaba y el


obviamente me rechazó, el mismo día estuve ebrio, triste y muy vulnerable al
igual que Diana.

Gabriel se da una idea de lo que sucedió.

-Cometí el error de tener sexo con ella solo para vengarme de Aiden, ahora él
lo sabe y creo que ya nos somos amigos.

-¿Por qué debería molestarme? -pregunta Gabriel.

-Estuve con una chica.

-¿La amas? ¿sientes algo por ella?

Ethan niega de inmediato, nunca sintió nada por Diana.


-Entonces no hay problema, yo sé que quieres estar conmigo.

En realidad si existe un problema, Gabriel no cree que es buena idea salir con
chicos que no están seguros de su sexualidad. Hace un par de años tuvo un
novio del que se enamoró perdidamente y poco después, la relación terminó
porque el chico decidió volver con su exnovia, justificando con la idea de que
solamente fue una etapa de duda. Siente la confianza entera de que Ethan es
diferente y no sucederá lo mismo.

-Quizá deberían hablarlo tú y Aiden, si de verdad es tu mejor amigo, debe


perdonarte, todos cometemos errores.

-El problema es que yo le pedí a Diana no decirle nunca, ella rompió su


promesa y como lo creí ahora todo se fue por el drenaje.

Héctor aparece por la puerta.

-Uf, que bueno que no los atrapé teniendo sexo o de otra manera hubiera
vomitado.

Ethan pone los ojos en blanco.

-Necesito tu ayuda -dice Héctor acercándose - esta tarde en la escuela habrá


una pasarela de modas y Erika la chica superfan de los hombres guapos
famosos mostrará su línea de ropa.

Ethan parpadea varias veces confundido.

-No entiendo para qué me necesitas.

-Fui invitado a modelar la ropa y necesito que tú también seas parte del show.
Los dos somos muy guapos y tenemos -hace una pausa -tengo el cuerpo que a
toda chica le gusta.

-Excepto por un pequeño problema -Ethan se burla.

-¿Me ayudas si o no? Ethan frunce los labios.

-Puede que sea buena idea, así te olvidarás de Aiden y sus dra- mas -susurra
Gabriel a su lado.

Lo mira y después a su hermanastro.

-Está bien.

En el gimnasio, Rénee y Arely se encuentran sobre el piso hecho de colchón


besándose, sus lenguas cruzan los labios de una manera

muy erótica. Ambas enamoradas no paran hasta que se escucha la puerta


principal cerrarse, por suerte para ambas, el sitio en el que se encuentran se
encuentra lejos de dicha entrada.
-Es mi padre -susurra Rénee.

Ambas se levantan rápidamente y Arely finge que golpea el saco de box una
vez más mientras Rénee la observa como si fuera su verdadera instructora.
Cuando el padre de Rénee aparece, observa la presión de su hija hacia Arely.
Se siente orgulloso y en un mo- mento, interrumpe la clase.

-Hija, tengo buenas noticias para ti, conseguí una lucha con otra de las
mejores boxeadoras de la ciudad.

Rénee emocionada grita porque desde hace semanas que no sube al ring en
una pelea real.

-¿De quién se trata papá? -pregunta ansiosa.

-Con Munira Wood ¿la recuerdas? Ganó cuatro campeonatos se- guidos hace
un año.

Rénee muy emocionada grita abrazando a su padre porque pe- lear con una
luchadora de categoría alta es un sueño hecho reali- dad. Arely analiza la
felicidad de Rénee y da por hecho que el bo- xeo es la prioridad principal de la
chica, se siente feliz por ella pero un poco triste porque no puede aceptar
frente a todos que la quiere.

-Ahora solo hay que conseguir patrocinadores bebé -dice su pa- dre mientras
la rodea con su brazo.

-Oh, mis padres tienen una linea de ropa, puede que...

-¿Línea de ropa? -interrumpe Rénee.

-Si, se llama Blastone y...

El señor se echa a reír mientras Arely lo mira seriamente, no

entiende a qué se debe su risa.

-No gracias, es que esa marca promueve la comunidad gay y eso sería
denigrante para mi bebé -rodea con su brazo a Rénee que no muestra ningún
gesto en su rostro.

-Entiendo... Ah bueno, creo que se hace tarde y me tengo que ir

-dice Arely un poco decepcionada.

Rénee no puede detenerla, al contrario, piensa que debe dejarla ir y pedir


disculpas en cuanto su padre desaparezca. Arely se siente un poco
decepcionada y no por el hecho de que sea homofóbico sino porque se burló
de la empresa que sus padres tardaron mucho en construir.
En la habitación de Aiden, él se encuentra sobre la cama obser- vando las
fotos en su teléfono junto a Diana. Se nota por su mirada que estaba muy
enamorado y es una decepción muy grande que la haya perdido de una
manera muy estúpida. Por un segundo intenta llamarla porque a pesar de
todo, su amor por ella continúa en un grado extraordinario y no puede
olvidarse de ella, aún con el deta- lle de que tuvo sexo con Ethan y esté
embarazada. No le interesa absolutamente nada, solo le importa ella.

Se levanta de la cama y de su pizarra fotográfica, comienza a retirar las fotos


que tenía con Ethan, no hacen falta después de de- cirle que su amistad no
puede seguir. Lo ha perdonado, pero con la condición de que ya no sean
amigos.

Mientras tanto, en la habitación de Diana, observan la película sin audio, se


trata de “Soy el número cuatro” una película de fanta- sía que trata de
alienígenas sexys donde su propósito es sobrevivir en la tierra, conociendo a
chicas lindas de las que se enamoran.

-No entiendo porque miran la película sin audio, no entiendo nada -menciona
Alexis.

-Así podemos decir nuestra opinión -responde Louis -¿Alguien más cree que
John Smith es lo más sexy del mundo?

-Concuerdo contigo, puedo comérmelo las veces que él quisiera

-responde Dani.

Pasa una hora entera donde los chicos comentan a cerca de todos los
personajes y la acción que se vive entre ellos. Alexis por un segundo, imagina
como el personaje principal y su pareja es nada más y nada menos que Diana.
Incluso en momentos la observa.

Cuando la película termina, Louis retira de su mochila cartas de poker, Dani


aplaude muy feliz.

-No puedo jugar poker de prenda -dice Diana.

-No jugaremos a eso, es algo diferente, de acuerdo al número que salga a


cada uno, debe contar una historia.

Barajea las cartas.

-Por ejemplo -saca una, se trata del rey de ases - Dani, tienes que contarnos
sobre tu primera vez.

Dani se encoje de hombros.

-Bueno, fue hace un año en una fiesta, el chico estaba muy ebrio y ya que
estaba muy guapo, dejé de ser virgen por esa noche.
Alexis traga saliva, piensa que nada es más temeroso que ver a una chica con
pene, no conoce el término transexual.

-Bien -menciona Louis -ahora es turno de Alexis. La carta muestra un tres de


corazones.

-Tienes que contarnos una historia triste que te haya sucedido.

Alexis resopla porque la mayoría de su vida ha sido una historia triste, pero
ahora que nota esperanza con Diana, además de que tiene un amigo en casa,
cree que todo puede cambiar para

mejor.

-Bueno, fue el año pasado. Tenía un supuesto mejor amigo que me invitó a un
viaje a la playa. Mi madre con la esperanza de que encontrara más amigos,
me dio permiso de asistir.

Louis y ambas chicas ponen mucha atención.

-Un día, estábamos sobre el mar y los chicos con la intensión de asustarme me
tomaron y me llevaron muy lejos de la orilla. Obvia- mente sé nadar pero las
olas eran poderosas.

Alexis recuerda y de inmediato siente que las manos le tiemblan demasiado,


fue un momento devastador para él.

-Una de las olas me arrastró, aún sentía el suelo pero no podía volver a la
orilla, intentaba nadar de regreso pero era imposible, comencé a asustarme
hasta que a lo lejos observé que uno de mis compañeros le dijo al salvavidas.

Dani se cubre los labios.

-Mientras intentaba flotar el salvavidas llegó y me miró con un rostro que


jamás olvidaré, parecía bastante molesto.

-¿Pero por qué? -pregunta Diana.

-Me dijo “¿Te vas a quedar ahí o qué?” Mencionó bastantes ma- las palabras
como si yo hubiera sido el culpable, me arrastró hasta la orilla aún
diciéndome crueles palabras y después me empujó sobre la arena mientras
todos al rededor me observaban, mis com- pañeros, incluyendo mi amigo se
echaron a reír de mí.

Diana toma la mano de Alexis mientras Dani limpia una de sus lágrimas
intentando no correr su maquillaje.

-Me sentí tan miserable en ese momento que hubiera preferido

que nadie me salvara.


Alexis no muestra tristeza porque fue algo que logró superar con el paso de
los días y también aprendió a no confiar en nadie que di- jera ser su amigo sin
embargo, cree lo contrario de Diana y Gabriel porque ellos lo hacen sentir
tranquilo.

-¿Y estás bien? -pregunta Louis.

-Si, fue algo pasado y por suerte se quedó atrás. Ahora no puedo meterme al
océano porque puedo morir de miedo.

Louis siente la necesidad de darle un abrazo, pero con la igno- rancia de


Alexis hacia la homosexualidad se sentirá muy incómo- do. Solo le da un par
de palmadas sobre la espalda. Mientras Diana no suelta su mano, Dani no ha
parado de derramar lágrimas porque siente mucha lástima por el chico.

-Bueno, hay que seguir la fiesta -menciona Louis.

En el aula de clases, Erika está perfeccionando sus vestuarios para la


pasarela de moda, es un estilo muy juvenil y a la vez formal donde incluye
camisetas que deben llevar saco y zapatos elegantes. Un segundo después
aparecen Héctor, Ethan y Gabriel.

-Mis estrellas -dice Erika emocionada - bueno, tú puedes tomar el lugar de


Aiden -se refiere a Gabriel.

-¿Entonces además de los chismes, creas ropa?

-Si, por supuesto -menciona Erika orgullosa.

A cada uno les entrega un outfit de acuerdo a la tonalidad de piel y a la


personalidad, sobre todo la moda de invierno que está muy cerca de llegar.
Los chicos entran a los vestidores y un par de mi- nutos después aparecen con
la ropa puesta.

Ethan rodea el cuello de su novio con una bufanda y después le da un beso


fugaz. Sus sonrisas de niños enamorados no desapare- cen. Después, Ethan
vuelve hacia Héctor.

-¿Y cuál es el punto de esto? -pregunta.

-Es una competencia fuerte así que, dejaré que se relajen y los llamaré
cuando sea la hora -menciona Erika saliendo del aula.

-En realidad, te estaba diciendo a ti -señala a Héctor.

-Oh bueno, es que, tengo que abrir nuevos caminos.

-¿Eso? O tratas de seguir impresionando a la chica de intercam- bio.

Sonríe desviando la mirada hacia la derecha, obviamente ella es la razón


principal porque ni en un millón de años, el anterior Héc- tor se mostraría en
este tipo de eventos. Para Alexandra, la moda es importante y es por eso que
ella está en primera fila.

-No te interesa hermanito, créelo.

Frunce los labios porque siente que pierde al antiguo Héctor poco a poco,
quizá piensa que el nuevo es mucho mejor persona, pero no cree que él
mismo haya decidido cambiar, piensa que fin- ge solo para agradarle a
Alexandra. Mientras Gabriel se prepara frente al espejo, Ethan consigue
acercarse un poco hasta donde se encuentra su hermanastro.

-Sabes, no deberías cambiar solo para gustarle a una chica -su- surra Ethan.

-¿Qué? No lo estoy haciendo, bueno, es que en realidad ella me ha cambiado.

-Héctor por favor, haces esto solo para gustarle, además, supon- go que no le
has dicho sobre tu...

-Estoy esperando el momento indicado.

Erika aparece en el momento para llamarlos e irse al escenario, hace una


pausa al ver las prendas en los chicos y hace un gesto de felicidad combinado
con tristeza porque de verdad se ven geniales. Finge limpiarse las lágrimas
orgullosa de su trabajo.

-Se ven muy bien, de verdad.

Caminan hasta el exterior de la preparatoria y Héctor alcanza la mirada de


Alexandra en el público. Ella frunce el ceño al verlo en dicha pasarela porque
nunca creyó que fuera la clase de chicos que hicieran algo así como modelar.
Por su lado, Ethan recibe muchos comentarios positivos y fotos porque
gracias a los videos de Aiden, se ha vuelto un chico gay popular entre la
comunidad adolescente, inclusive, la mayoría de los chicos de la misma
comunidad gritan lo guapo que es. Gabriel siente que la molestia invade su
estómago poco a poco. Erika orgullosa, toma fotografías de las prendas y
corre a subirlas a las historias de Instagram.

En la habitación de Arely, ella se siente un poco vacía y angus- tiada, no deja


de darle vueltas a todo lo que dijo el padre de su novia. Rénee por su parte,
ha intentado llamarle cientos de veces, pero Arely simplemente no responde.
Se da por vencida y apaga el teléfono porque aunque Réene tenga una
explicación muy clara de las cosas, no quiere escuchar una sola palabra.
Siente un poco de dolor por la forma en que el padre de Rénee se refirió a la
marca de sus padres.

Un momento, en su ventana escucha un golpe, lo deja pasar pero nuevamente


se escucha otro. Se levanta de la cama y se dirige has- ta la ventana. Al
abrirla, se encuentra con Rénee desde abajo que se descubre el rostro de la
capucha.

-Hola -susurra Rénee. Arely no dice nada.


-Escucha, lamento todo lo que mi padre dijo, tu sabes que él es muy
homofóbico y no...

-Es un ignorante -responde Arely convencida.

Rénee de inmediato frunce el ceño y abre la boca en un gesto desagradable


porque su padre lo es todo para ella, si no fuera por él, ella no podría estar en
donde se encuentra.

-No lo es, simplemente...

-No puedo creer que de verdad lo quieras, cuando él no puede aceptarte tal y
como eres -grita Arely -eres una cobarde por conti- nuar en el armario...

Arely cierra la ventana fuertemente, siente la necesidad de derri- bar todo lo


que se encuentra frente a ella, evidentemente no lo hace porque ninguna cosa
es culpable de su molestia. Rénee un poco de- cepcionada se marcha, no está
molesta con Arely porque entiende perfectamente que ella cometió el error y
ahora debe planear algo para que Arely pueda perdonarla, aunque siente
rabia por la forma de la que habló de su padre.

-Por fin, puedo escuchar música gay -dice Louis colocando en el reproductor
algo de “Rihanna” mientras baila con Dani. Ambos chicos parecen como si
hubieran bebido una botella completa de licor por la forma en que se mueven.
Alexis sentado sobre la cama junto a Diana admira la diversión de ambos
chicos.

-Haríamos lo mismo tú y yo, pero no puedo moverme -menciona Diana


amablemente.

El chico un poco ruborizado imagina cómo sería si Diana pudie-

ra bailar. Pero vuelve a la realidad pensando que no hubiera sido invitado a


esta reunión si Diana estuviera bien.

-¿Puedes bailar algo lento? ¿no? -responde Alexis.

-¿Cómo qué?

Se acerca al reproductor y desde el teléfono de Louis reproduce una canción


muy hermosa que pertenece a una película clásica y se trata de “Can I Have
This Dance?” de High School Musical. Alexis de inmediato se acerca a Diana y
con sus brazos lentamente la ayu- da a levantarse. Dani y Louis los observan
un poco confundidos porque no dejan de mirarse a los ojos, se supone que
ellos creen que Aiden aún continúa con Diana.

-¿Sabes? Nunca te invité a salir porque sé que amabas al youtu- ber -susurra
Alexis.

Diana cree que es un buen punto, aún con Alexis presente, no hubiera
impedido el embarazo y todos los problemas que sucedie- ron.
-Creo que él es historia de hoy en adelante.

Alexis nota en el rostro de Diana que aún siente algo por él, pero está
completamente seguro de que puede existir algo si lucha por ella.

-¿Mañana podemos tener un día de campo? Yo me encargo de todo, nos


vamos a divertir.

Diana lo piensa demasiado porque no quiere que piensen lo peor de ella si


recientemente terminó con Aiden, pero en el fondo, Alexis le agrada ya que es
un chico muy tierno.

-Alexis yo... Si quiero pero...

-Puede ser secreto si tu quieres, nadie se tiene que enterar.

Detrás de él, Diana observa que Louis y Dani se encuentran to- mándose
fotos, duda mucho que se enteren de la cita.

-Está bien -responde un poco convencida.

La canción continúa mientras ellos continúan con su baile.

Cuando Héctor se cambia de ropa en la misma aula anterior, Alexandra


aparece por la entrada. Héctor lleva el torso descubierto y deja mostrar
dichos músculos verdaderamente formados.

-Buena vestimenta chico rudo.

-Gracias.

Héctor se levanta y rodea con sus brazos la cintura de Alexandra.

-Oye, no tienes que hacerlo.

-¿Hacer qué? -pregunta Héctor.

-Humillarte de esa manera solo para impresionarme.

Héctor inclina la mirada, no fue humillante para él pero, ella está en lo


correcto, solamente quería impresionarla, sabe que puede ha- cer lo que sea
para agradarle.

-No me humillé, exageras un poco.

-El punto es que, me gusta tu verdadero tú, aunque seas un idiota a veces.

Esboza una sonrisa muy grande y por primera vez, sus labios se unen en un
beso. Aunque ya es correspondido el amor, Héctor siente la necesidad de ser
completamente honesto pero ahora que Alexandra se encuentra frente a él,
siente que es el momento per- fecto para revelar todo.

-Hay algo que debes saber -menciona Héctor después del beso.

Alexandra no aparta la mirada de sus ojos.

-Es solo que...

Nunca antes se había sentido tan temeroso.

-Es que no soy como otros chicos, yo nací con un problema y he intentado de
todo para solucionarlo.

-¿Eres bisexual?

-¿Qué? No claro que no, que asco. Alexandra sonríe.

-Es que, yo tengo un pequeño problema allá abajo, es decir, mi miembro no se


desarrolló por completo y entiendo si no quieres estar conmigo -se apresura a
menciona Héctor -solo quiero ser sin- cero contigo.

Ella arque ambas cejas sorprendida.

-¿Entonces eres virgen? Héctor asiente avergonzado.

-Vaya, en serio que eres un perdedor -Alexandra se echa a reír mientras


Héctor no comprende la situación.

Cuando la risa termina, ella de inmediato le da un beso a Héctor


respondiendo a su problema.

-¿Eso fue un “te acepto tal y como eres”?

-¿Y tú que crees?

Héctor siente un alivio en su interior, como si un chorro de agua se esparciera


para apagar las llamas de todo su cuerpo, inclusive respira hondo mientras
Alexandra rodea su cuello con ambos bra- zos. Juntan ambas frentes y no
paran de sonreír.

Ethan llega a casa junto a su novio, observa que su madre está sentada sobre
uno de los sillones de la sala, un tanto preocupada, lo nota por su rostro y la
manos que le tiemblan un poco.

-¿Qué sucede mamá?

-Aiden apareció hace un momento y te dejó una caja mi amor. Ethan frunce el
ceño mientras su madre no para de mirar a Ga-

briel de una manera poco convencional.


-Ah, mamá, él es Gabriel, un amigo de intercambio -dice ner- vioso.

Gabriel inclina la mirada un poco decepcionado porque lo acaba de llamar su


amigo.

-Es un placer.

Ethan se dirige hasta la mesa donde se encuentra la caja, lenta- mente la abre
y observa que son todas las pertenencias que le ha obsequiado a Aiden, lo
primero que toma de la caja, es el anillo que le obsequió de su ultimo
cumpleaños. Creyó que era broma lo de dejar de ser amigos, se supone que lo
perdonó y que entendió completamente que estar con Diana no significó nada.
Un segundo después intenta llamar a Aiden pero de inmediato la contestadora
se encarga de terminar la llamada.

-¿Todo está bien? Aiden no se veía muy bien, parecía muy triste

-menciona su madre.

-No lo creo, es una larga historia mamá.

Ethan deja la caja sobre el suelo, solo toma el anillo y lo guarda en su bolsillo.

-Si me disculpas, vamos a mi habitación.

Él y Gabriel entran a la habitación en silencio, es que Ethan no

puede creer que de verdad haya perdido a su mejor amigo, se siente muy
culpable y ahora no sabe qué hacer.

-¿Por qué me presentaste como tu amigo? -pregunta Gabriel.

-Lo siento, mi madre no sabe sobre mí y no creo que lo tome de buena


manera.

-Nunca me dijiste eso.

-Gabriel por favor hay cosas peores...

-No -lo interrumpe -soy tu novio y se supone que no debería avergonzarte


eso...

-Y no me avergüenzo, te lo juro. Ethan se acerca a tomar su mano.

-¿Seguro que Diana, fue la única chica?

-Técnicamente solo tuve sexo con ella y he tenido varias novias. Gabriel siente
un nudo en su estomago.

-¿Cómo puedes probar que me amas? Es que tuve un novio hace mucho y me
dejó por su chica, no quiero que lo mismo suceda contigo, no quiero que la
historia se repita.

Ethan se encarga de silenciar su voz con un largo beso.

-¿Qué quieres hacer entonces? -pregunta.

La respiración de Gabriel aumenta ya que siente el cuerpo de Ethan muy


cerca de él y siente que el beso lo ha convencido com- pletamente de que
tiene todo su amor.

-Tu madre está afuera -susurra Gabriel.

-Tranquilo -se deshace de su camisa -recuerda que eres mi ami- go -dice


colocando el seguro de su puerta.

Gabriel emocionado, decide pasar la noche junto a su chico,

siente la necesidad de sentir su cuerpo una vez más junto al suyo, pero de
otra manera. Los besos se prolongan a una noche muy lar- ga en donde dos
chicos disfrutan su juventud y su relación tocando sus cuerpos desnudos y
repletos de calor.

En su cama, Arely no ha dejado de dar vueltas, no puede dormir porque lo


primero que piensa, son las palabras crueles que le dijo a su novia. Un
segundo después, vuelve a escuchar un ruido en su ventana. Se levanta
rápidamente y enciende la lámpara a su lado.

-¿Quién es? -pregunta.

Se dirige hasta la ventana y por el cristal aparece el rostro de Rénee, dándole


un gran susto a Arely. Rápidamente abre la ventana dejándola entrar a la
habitación.

-¿Qué haces aquí? -pregunta Arely un poco molesta.

-Te traje un obsequio de disculpas.

Se trata de un unicornio de felpa. Arely arrepentida, toma el uni- cornio,


piensa que ha cometido un error al decir todas esas crueles palabras de su
padre, es decir, las personas a veces no piensan que una persona homosexual
también tiene sentimientos y no es algo que ellos eligieron. ¿Quién elige ser
humillado toda la vida solo por tener el gusto del mismo sexo? De inmediato
Arely toma el unicornio y le da un fuerte abrazo a su novia pidiendo un millón
de disculpas. Rénee se siente muy aliviada de que su novia pueda entender
todo, le da besos en la mejilla mientras continúa entre sus brazos.

-Yo lamento lo que dije -menciona Arely. Rénee acepta el abrazo e incluso le
da un beso.

-No te preocupes, entiendo lo que se siente cuando hablan cosas


terribles sobre lo que somos.

Arely vuelve a besarla y ya que se siente un poco vulnerable, siente la


necesidad de tener a su novia más cerca de lo debido. Rénee de inmediato
entiende el rumbo al que se dirigen los besos porque ella comienza a retirar
los listones de sus hombros hasta dejar caer al suelo la pijama.

-¿Estás segura? -pregunta Rénee interrumpiendo el beso. Asiente y al mismo


tiempo se muerde el labio.

El beso se prolonga a una noche llena de placeres y sentimien- tos ocultos que
ninguna de las dos chicas había experimentado, al menos Arely porque Rénee
conoce perfectamente lo que debe de hacer. Los besos y las caricias se
vuelven más apasionantes y la noche termina con ambas chicas tendidas
sobre la cama mirándose la una a la otra con una sonrisa muy grande y sus
frentes juntas con pequeñas gotas de sudor resbalando.
17

Ethan abre los ojos en la mañana siguiente y observa que Ga- briel lo está
rodeando con su musculoso brazo. Lo despierta con un beso en la mejilla y al
mismo tiempo se levanta para poder ducharse e ir a la escuela.

-¿De verdad quieres ir a clase? -pregunta Gabriel aún con los ojos
entrecerrados.

-Recuerda que tenemos un examen. Gabriel también se levanta.

-Ah no, yo solo puedo tomar la ducha, gracias -dice Ethan total- mente
ruborizado.

-¿Qué hay de mí? -dice desde afuera.

-Puedes entrar en cuanto yo termine -menciona Ethan.

Gabriel sonríe y sobre su espalda, vuelve a tirarse sobre la cama. Lo mismo


sucede con Arely que despierta observando a Rénee a su lado, esta vez ha
olvidado todo el rencor que sentía hacia su padre y no puede negar que su
rostro es lo más hermoso que puede observar durante un amanecer.

-Me da miedo tu mirada -responde Rénee sin abrir sus ojos.

-¿Cómo sabes?

-Siento como tus ojos me espían.

Esboza una sonrisa y dirige su mirada con la de Arely.

-Buenos días hermosa -menciona Arely.

Arely se encarga de darle un largo y apasionado beso.

-¿Cómo te sientes? -pregunta Rénee después del beso.

-Me siento diferente, bueno, eso suelen decir los chicos que pier- den su
virginidad a nuestra edad.

Ambas se echan a reír.

-¿Y ahora qué hacemos? -pregunta Rénee.

-Podemos probarlo una vez más o ducharnos para ir al a escuela. Rénee


muerde su labio inferior.

En la escuela, Diana entra por primera vez sin su uniforme de animadora,


siempre suele llevar vestidos casuales cuando no se encuentra en condiciones
de practicar, después del tratamiento no puede hacer ejercicios físicos debido
al malestar en su útero, por suerte para ella solo es por una semana. De
inmediato, Alexis la recibe en la entrada.

-¿Necesitas ayuda con tu mochila? Diana esboza una sonrisa.

-Gracias, estoy bien.

Caminan por el pasillo mientras Alexis reacomoda su chaqueta de fútbol sobre


los hombros solamente para impresionar a Diana.

-¿Entonces iremos al parque que está cerca de aquí? Diana hace un gesto de
silencio.

-Si, hablaremos de eso más tarde.

-Podemos ir después de mi práctica.

-Quería hablar contigo sobre eso. Alexis presta mucha atención.

-No creo que deberías seguir en el equipo, bueno, sé que te en- canta y es
bueno para tu padre, pero tienes un talento mayor que podrías desempeñar
fácilmente.

Alexis no sabe qué responder, de cierta manera tiene razón y de inmediato


recuerda que ni su familia puede asistir a los partidos. Es una duda muy
grande pero puede tomar una decisión en cualquier instante siempre y
cuando sea la correcta.

-No sé qué hacer -menciona Alexis.

Un segundo después Arely aparece para abrazar a Diana.

-Te extrañé demasiado -menciona ella muy feliz -¿todo está bien? Tengo tanto
que contarte. Hola Alexis.

El chico nervioso saluda con la mirada.

-Todo salió perfecto, solamente no tengo que hacer ejercicios físicos por el
momento -menciona Diana.

Otro segundo después, aparece Ethan junto a Gabriel.

-¿Diana, podemos hablar? -dice Ethan de inmediato. Avergonzada cierra su


casillero.

-¿Qué sucede? -pregunta Diana.

-¿Sabes algo sobre Aiden? Ayer dejó en mi casa todos los obse- quios que le
di, incluyendo fotografías.
-No lo he visto.

-Al parecer ya no somos amigos -dice Ethan en un tono triste. Ethan resopla,
está preocupado por el hecho de que haya come-

tido una estupidez. Pero en el preciso momento todos escuchan la

risa perteneciente a Aiden más cerca de lo que imaginaban. Diri- gen su


mirada hacia el fuerte sonido y evidentemente se trata de Aiden, pero no está
solo, se encuentra con Christian y Diego.

-No puedo creerlo -menciona Ethan.

Aiden y los chicos no paran de reír observando las fotos de Hé- ctor con un
atuendo bastante ridículo que utilizó en la pasarela de modas. Por un
segundo, mira en dirección a Ethan y Diana, pero de inmediato ignora la
situación. La campana suena anunciando que faltan cinco minutos para la
clase.

-¿Te vemos en el almuerzo Cross? -pregunta Christian.

-Por supuesto.

Cierra su casillero y al caminar por el pasillo, Ethan lo detiene colocándose al


frente de él.

-¿Aiden? ¿Qué estás haciendo?

-Apártate de mi camino.

Diana se acerca al mismo sitio donde los chicos discuten. Aiden es fuerte
pero, cuando se trata de ver a Diana siente la necesidad de llorar como una
niña.

-Ellos ahora son mis amigos.

-No creo que sea la clase de chicos con la que puedes relacionar- te -
menciona Diana.

-Ustedes no deciden qué puedo hacer con mi vida, ahora si me disculpan,


tengo que ir a clase.

Aiden cruza continuando con su camino, todo él ha cambiado completamente


y siente que lo que sucedió con su supuesta novia y mejor amigo, ha sido un
aprendizaje muy grande para su vida.

Como lo promete, en la hora del almuerzo, Aiden llega a la mesa del equipo
de fútbol en donde Héctor está ausente al igual que Alexis ya que ambos
tienen nuevas amistades más importantes.

-¿Qué hay amigos?


-Cross, bienvenido -menciona Christian.

Aiden observa en dirección a la mesa donde se encuentra Dia- na y nota que


Alexis está muy cerca de ella, siente un dolor en el estómago muy intenso
porque nota como el chico la desviste con los ojos.

-Uh, tranquilo, puedo ver el humo que sale de tus orejas -dice Christian.

-Quiero recuperarla -dice Aiden.

-Ni siquiera sabemos por qué terminaron -menciona Diego.

-Date prisa porque la niña Alexis se adelanta, puedes observar por sus
miradas que quieren fornicar.

Aiden frunce el ceño, Diana tiene a su alrededor más amigos y con el único
que charla, es con Alexis.

Llega la hora de la práctica de fútbol y Alexis junto a Héctor aparecen en el


campo. Ambos se detienen al ver a todo el resto del equipo reunido frente a
ellos.

-¿Qué sucede? -pregunta Héctor.

-Ya lo decidimos -menciona Diego -Ahora Christian es nuestro capitán.

Héctor se echa a reír de inmediato.

-El entrenador está de acuerdo así que puedes esperar en la ban- ca con la
niña Alexis si quieres -dice Christian.

Mientras los chicos corren hacia el campo, Héctor frunce el ceño porque
desde que llegó a la preparatoria ha sido el capitán y no puede creer que los
chicos lo hayan traicionado de esa forma.

-Cuanto lo siento -dice Alexis.

-No es tu culpa, es culpa mía.

-Creo que tendré que sufrir las consecuencias -menciona Alexis preocupado.

-No dejaré que te toquen, de eso estoy seguro.

Observan la práctica desde la banca y Héctor aprovecha el mo- mento para


conocer a fondo a Alexis que por cierto, no revela to- dos los datos tristes que
han sucedido en su vida, desde que se encuentra con Diana ahora siente un
poco más de confianza en sí mismo y eso es un paso muy grande en su vida.

La práctica termina y Christian se encarga de llegar al sitio don- de ambos


chicos se encuentran.
-Faltaste a la práctica de ayer ¿sabes qué significa? Alexis recuerda las
palabras de Diana.

-Si -responde Alexis sin apartar los ojos de Christian -significa que renuncio -
le entrega el casco.

-¿Qué? Nadie renuncia al fútbol.

-Yo ya lo hice.

Alexis sin decir una palabra más, se marcha del campo con una sonrisa en el
rostro, inclusive cree que es mejor tomar la aseso- ría con Maggie y
concentrarse en sus materias. Christian frunce el ceño un poco confundido
mirando al resto de sus compañeros mientras Héctor sonríe muy grande al
ver la reacción del chico.

-Bueno, supongo que intentarán lo mismo conmigo, pero no les

conviene porque puedo romperles el cuello a cada uno de ustedes

-menciona Héctor.

Los chicos creen en lo que dice porque antes de ser amigos de Christian, eran
de Héctor, excepto por Adrián y Gerard que se co- locan a su lado.

-Yo no voté por Christian a Capitán -menciona Adrian.

-Claro que lo hiciste -dice Gerard.

-Pero en mi mente no, solo lo dije en voz alta.

Cuando Alexis entra por la puerta del aula de asesorías, siente un gran alivio
en su interior, es como si de verdad hubiera quitado un gran peso de sus
hombros renunciando al fútbol. Maggie sentada sobre el escritorio nota su
rostro de satisfacción.

-Vaya, parece que has tenido un buen día ¿no es así? Alexis esboza una
sonrisa y toma asiento.

-Algo así.

-Bueno, si te parece, comenzaremos con algoritmos cuantitati- vos -Maggie


comienza a escribir sobre la pizarra mientras Alexis, no deja de pensar un
solo segundo en Diana.

No le importa lo que digan sus padres porque sabe perfectamen- te que ellos
lo amarán sin importar las decisiones que tome. Alexis solamente quiere ser
feliz con lo que de verdad merece.

Después de clases, Diana se encuentra en su casillero dejando al- gunas cosas


que no serán útiles. A su lado, aparece Aiden un poco nervioso, desde su
pelea no habían hablado y a Diana le parece un poco extraño que se presente
después de lo ocurrido.

-¿Cómo va tu embarazo?

-Shhhh...

-Lo lamento, es que me preocupas.

Diana frunce el ceño, siente que está jugando con ella.

-Escucha, sé que no soy el padre -Aiden hace una pausa, de su bolsillo retira
un paquete de billetes -quiero ayudarte, bueno ayu- darlos a ti y al pequeño.

Diana niega y le pide que guarde los billetes.

-Ya no hay un embarazo -susurra Diana.

-¿Qué?

-Decidí abortarlo, no era capaz de cuidar a un bebé y si mis pa- dres se


enteraban seguro me enterraban viva.

Aiden traga saliva nervioso, quizá no fue la mejor de las opcio- nes pero si
Diana es feliz, él también lo es.

-¿Entonces? ¿Estás saliendo con el chico depresivo? -pregunta Aiden.

-No lo llames así, su nombre es Alexis y no, no estamos salien- do.

Diana cierra su casillero.

-Eso me alegra ¿sabes? Es que no puedo dejar de pensar en ti.

Ella siente un fuerte rasguño que desgarra lentamente su corazón porque


realmente aún siente un lazo muy fuerte por Aiden y estaba muy cómoda con
su relación pero siguió a su corazón y fue hones- ta con lo sucedido. Intenta
caminar para alejarse y a una distancia aparece Alexis. Los mira con un gesto
de tristeza y traga saliva.

-Los chicos organizarán una fiesta mañana en la noche, podre-

mos hablar tranquilamente.

-Tengo que irme Aiden -dice Diana.

-Te amo Diana -dice Aiden fuertemente para que Alexis escuche con claridad.

Arely y Rénee se encuentran sobre la cama observando una pelí- cula sobre el
iPad, Arely se coloca sobre su pecho mientras Rénee la rodea con su brazo.
En momentos, ambas recitan diálogos de la película, han visto tantas veces
“Divergente” que ya conocen muchos de los diálogos y creen que Shailene
Woodley es una chica bastante sexy y también Theo James aunque sea un
hombre.

-Sabes, debería estar entrenando, mañana es mi pelea con Mu- nira -dice
Rénee -pero prefiero mil veces estar contigo -le da un beso fugaz.

-No quiero que te vayas, mis mejores horas son contigo.

Rénee suspira porque de verdad siente diferentes emociones en su interior,


cree que Arely es diferente y es su primera relación por que anteriormente
solo eran encuentros románticos de un solo día.

-Puedes venir conmigo, bueno, tú y tus amigos claro -menciona.

-¿En serio? Pero...

-No haremos actos de amor, pero siento que si estás presente, todo resultará
de maravilla.

Arely se convence de inmediato de lo que dice porque si su no- via lo pide,


tiene que estar presente para apoyarla en todo momen- to. De inmediato le
envía un mensaje a Ethan, Gabriel, Héctor y Diana para invitarlos a dicha
pelea.

Diana en su momento, está de picnic con Alexis lo cual resultó

ser una pésima idea porque se supone que los picnics son en vera- no y ya que
recién entra el invierno, ambos chicos mueren de frío sobre el césped del
parque.

-Cuanto lo lamento, creí que, soy un estúpido -dice Alexis.

-No te preocupes, aunque quizá deberíamos ir a otra parte. Alexis asiente y


toma las cosas.

-Sería perfecto si hubiera una fogata o algo similar. Diana recibe el mensaje y
de inmediato lo lee.

Diana

ARELY
Diana

ARELY

Alexis nota que Diana sonríe mirando la pantalla del teléfono y por un
momento cree que se trata de Aiden. Frunce los labios un poco triste ya que
después de clases notó la gran conexión que ambos conservan. <<Al final yo
mismo me hago ilusiones que no pueden suceder>> piensa Alexis.

Mira hacia el horizonte con ese gesto triste mientras el dolor en

su estómago se hace fuerte y Diana nota su estado de ánimo

-¿Todo está bien? -pregunta Diana.

-Si, es solo que, bueno, creo que tengo que irme, tengo un exa- men mañana y
tengo que estudiar -Alexis se levanta.

-Está bien, pero, aunque solo fueron un par de minutos, tengo que decir
gracias -toma su mano -me siento cómoda contigo Alexis.

Alexis sonríe falsamente porque sabe que no es verdad.

-Por cierto, mañana la novia de Arely tendrá su pelea ¿qué di- ces? ¿quieres ir
conmigo?

El chico respira hondo, siente que las ilusiones seguirán presen- tes y nada
sucederá entre ellos. Pero aún así no puede negar porque siente que cada vez
que está cerca de Diana es correcto y se siente muy bien consigo mismo.

-Claro, ahí estaré.

<<Al final todos me dejan>> Piensa Alexis claramente.

En casa de Ethan, ambas parejas de enamorados disfrutan de una película de


terror, por supuesto Héctor está temblando en su lugar y a su lado Alexandra
también está paralizada de miedo. Ethan y Gabriel actúan naturalmente
mientras los ruidos de la película re- tumban por todas las paredes. Un
segundo después, Ethan, Gabriel y Héctor reciben el mensaje de Arely.

-¿Vaya? Nunca creí que recibiera invitación a una pelea de chi- cas -dice
Héctor.
-¿De qué hablas? -pregunta Alexandra.

-Arely nos invita a la pelea de su novia.

-¿En serio tenemos que ir? -pregunta Gabriel.

-Por supuesto ¿qué mejor que ver a dos chicas peleando? -res- ponde Héctor.

Ethan está tan distraído pensando en Aiden, continúa sin creer que su
amistad haya terminado y siente la necesidad de llorar pero simplemente no
puede porque a todo lado al que se dirige, Gabriel se encuentra detrás de él.

-¿Qué dices bebé? -pregunta Gabriel.

-Ah si, creo que sería buena idea ir, aunque no me guste el boxeo

-responde Ethan.

-No, torpe. Alexandra dice que hay una fiesta en la noche -men- ciona Héctor.

-¿Entonces iremos a la fiesta?

-Claro que podemos ir al boxeo y después a la fiesta -dice Alexandra.

Los tres chicos aceptan.

Al día siguiente, Rénee golpea fuertemente el saco de box, se nota que está
decidida a ganar la pelea y en un momento se detiene para poder besar a su
chica que realmente se siente muy afortunada de tener una novia campeona
como ella.

-Mi amor sé que ganarás -dice Arely limpiando el sudor del ros- tro de Rénee.

Ella sonríe.

-Sé que ganaré porque estarás conmigo.

La toma entre sus brazos de una manera muy romántica para poder besarla,
los truenos de los labios resuenan por todo el lugar, hasta que un bulto de
papeles que caen al suelo las detiene. Se trata

del padre de Rénee que ha observado la escena a un metro de am- bas. Las
chicas asustadas no pueden creerlo.

-¿Papi? Creí que llegarías tarde...

El padre no puede creer lo que sus ojos captaron. Arely cubre sus labios con
el temor de que algo malo suceda con el momento.

-Se nota que estás lista para la pelea pequeña -dice su padre. Rénee con el
nudo en la garganta asiente.
-Bien entonces es hora de irnos.

Su padre desaparece de la entrada y Rénee preocupada observa a Arely que


también no puede creer lo que sucede.

-Ve, estarás bien -dice Arely.

Rénee toma sus cosas y corre detrás de su padre dejando a Arely con su
corazón a punto de reventar en mil pedazos.

Aiden y sus nuevos amigos se encuentra en la casa donde será la fiesta, es de


esas casas de media alta, casi idéntica a la de Arely, donde inclusive hay un
espacio muy grande para bailar y Diego ya ha instalado una fuente de luz
para que el lugar se vea mucho mejor, en un extremo colocan la mesa de beer
pong y en el otro extremo más y más juegos.

-Tenían razón, ese chico quiere a Diana -dice Aiden tomando asiento en uno
de los sillones de la enorme sala.

-¿Alexis? Ja, ese chico es un idiota, puedes destruirlo con pala- bras y lo único
que hace es llorar -dice Christian.

-Es cierto -responde Diego -no es rival para ti hermano.

No es el estilo de Aiden destruir a otras personas, pero quiere tanto a Diana


que está dispuesto a hacer todo lo necesario. Toma

su teléfono y le envía un mensaje a ella, recordándole que la fies- ta sigue en


pie para ella y todo el que quiera acompañarla, sabe perfectamente que
llevará a Alexis y es la perfecta oportunidad de mostrarle que Diana es
solamente de él y de nadie más.

-Bueno, entonces que comience la fiesta -grita Aiden.

Arely le explica todo lo sucedido con Réene a Diana y de inme- diato, llega a
su casa para poder charlar sobre ello, Arely siente que ha metido la pata pero
no es así, creyeron que estaban completa- mente solas y no mantuvieron
precaución.

-No sé qué hacer ¿será mala idea asistir? -pregunta Arely.

-¿Intentaste llamarla? -pregunta Diana. Arely niega.

-Pues hazlo -dice Diana convencida.

Toma su teléfono y de inmediato marca el número de su chica. Rénee se alista


para la pelea en la parte trasera del lugar, ya que su padre no está presente,
responde la llamada de Arely.

-¿Hola?
-Hola bebé, soy yo, ¿todo está bien?

-Al parecer si, creo que papá lo ignora por completo.

-¿Entonces, podemos asistir?

-Por supuesto que si, no creo que a mi padre le moleste, es decir, quiero que
te encuentres conmigo para estar tranquila.

Arely siente lleno de vida su corazón porque a pesar de lo suce- dido, no se da


por vencida en mantener la relación muy alto.

-Tengo que irme ¿si? Te amo mucho y espero verte.

Rénee cuelga el teléfono sin dar oportunidad de que Arely pueda decir una
palabra más. Mira a los ojos a su mejor amiga y emocio- nada asiente. Un
segundo después llaman a la puerta el resto de los chicos que se supone
asistirían a la pelea, entre ellos Alexis.

-¿Todos listos? -pregunta Arely.

-Por supuesto -dice Héctor.

En el público, todos mantienen la calma mientras mencionan el nombre de


Rénee ya que no es una luchadora muy reconocida. Pero en cuanto
mencionan el nombre de Munira, todos enloque- cen. Excepto Arely y el resto
de los chicos y no solo porque apoyan por completo a Rénee sino que no
conocían a la chica luchadora. Es de la clase de mujer que lleva un rostro
desafiante y además tiene el cuerpo de una modelo ruda.

El sitio se describe como el ring de las películas de Rocky Bal- voa, las
cuerdas son color rojo y la plataforma azul. Las chicas visten con un top negro
y un short del mismo color, llevan los gigantes guantes en sus manos y el
cabello totalmente recogido.

-¡VAMOS RÉNEE! -grita Arely.

Inmediatamente identifica la voz de su chica y le lanza un beso. El padre de


Rénee no quiere creer que algo sucede entre ellas, so- lamente piensa que es
un juego enfermo de su hija. Suena la cam- pana anunciando el primer round.

-Vas a morir -dice Munira entre dientes.

Rénee sonríe muy confiada de que la pelea será suya.

Logra dar el primer golpe pero Munira es tan rápida que regresa cinco golpes
seguidos. Los chicos preocupado se levantan de su lugar, pero no son golpes
que puedan noquear a Rénee, es demasia-

do fuerte para caer. El round continúa con varios golpes de ambas chicas
pero por mala suerte Munira tiene la ventaja. En la esqui- na, su padre le da
varios consejos pero ella fija la mirada hacia su novia que no para de lanzar
besos. Es un buen gesto para ella, cuando suena la campana anunciando el
segundo round, Rénee se motiva tanto que comienza a golpear a Munira de
una manera muy profesional ganándose el segundo round.

-Muy bien mi niña -grita el padre de Rénee.

La campana suena terminando el segundo round, a pesar de que Rénee lleva


muchos moretones en el rostro, tiene ventaja.

-¡Te amo! -grita Arely desde el público.

El padre de Rénee nota dicha escena y recuerda de inmediato que es la chica


que besó a su hija.

-Mi niña, creo que no es el momento para estupideces. La chica frunce el


ceño.

-No, no papá, no lo entiendes.

-Hablaremos de eso después, debes ser cautelosa, si esa chica te distrae


perderás.

Rénee no cree que Arely sea una distracción al contrario, ade- más de su
fuerza gracias al entrenamiento, cree que su chica es un gran porcentaje en
su concentración, en otras palabras, es una de las razones por las que desea
ganar.

Después de varios rounds, ambas chicas ya están muy débiles pero


justamente en el final, Rénee consigue noquear a Munira con un puño muy
fuerte, dándole la victoria.

El público muy impresionado recita fuertes gritos de victoria hacia Rénee. El


padre orgulloso, la carga en sus hombros junto a su hermano mayor. Los
chicos en el público también se sienten

muy

felices por ella. Es Arely que intenta correr a su amada, pero su padre le pide
a seguridad detenerla. Arely ofendida, intenta cruzar pero Héctor y Gabriel se
encargan de detenerla porque ha comen- zado a usar malas palabras. Rénee
también intenta bajar, pero no lo consigue, quiere reunirse con su chica y sus
amigos.

-¡Oye! -grita Arely.

-Creo que es hora de que se machen -dice un hombre de segu- ridad.

Héctor no ha liberado a Arely.

-Tiene razón, es hora de irnos -menciona Héctor.


Arely enfurecida, siente la necesidad de golpear a los hombres pero ya que
ambos chicos la sostienen, intenta relajarse.

Cuando los chicos llegan a la fiesta, observan que la casa es como una
fraternidad, el único problema es que no hay universita- rios. De inmediato
aparece Aiden para recibir a los chicos.

-Hola, mi antigua familia -mira a todos -excepto ustedes dos -se- ñala a Alexis
y Gabriel.

-¿Aiden, estás ebrio? -pregunta Ethan.

-Si, eso creo -se tambalea por la entrada -pasen por favor, están en su casa.

Los chicos entran un poco incómodos, no hay demasiada gente, pero es la


suficiente para una fiesta en grande.

-Deberíamos ir a casa, las fiestas no me gustan mucho -dice Alexis junto a


Gabriel, porque inclusive ya siente mucho sueño.

-Tranquilo, solo serán un par de minutos y yo mismo me encargo de llevarte a


casa - Gabriel le da una palmada en el hombro.

-¡AMIGOS! -grita Louis al ver a los chicos en la casa -que bue- no que
vinieron, les traigo un par de tragos -él y Dani se encargan de entregarles un
par de vasos. Alexis huele antes de beber y hace un gesto desagradable
porque se trata de una bebida muy potente.

-¡SALUD! -grita Dani.

La promesa se vuelve basura después de unos cuantos tragos. Inclusive Alexis


se siente muy mareado cuando ya es media noche. Todos están algo ebrios,
excepto Diana y Héctor ya que ellos son conductores designados. Aiden sin
camiseta se acerca y abraza a Diana mencionando lo bien que se sintió en los
pocos días a su lado, incluso menciona que no hay rencores hacia ella, Diana
in- cómoda se libera y le da pequeñas palmadas en la espalda para que pueda
tranquilizarse.

-Aiden, estás muy ebrio, deberías tranquilizarte.

-¿Por qué? Nunca antes me había divertido antes.

Diana sonríe porque Aiden es del estereotipo de ebrios que son muy cariñosos
y abrazan a cualquier persona que tengan al frente, pone mucha atención y
Louis es el mismo estereotipo porque no se separa de un chico que ni siquiera
es gay. Erika también se encuen- tra en la fiesta, es la ebria llorona que no
para de repetir que ama a su novio y es una lástima que no haya asistido.
Dani y Gabriel son los ebrios que de todo se molestan porque Dani no para de
dar bofetadas a cada miembro del equipo de fútbol y Gabriel no suelta a
Ethan cada vez que una chica o chico se acercan a él. Arely es de las chicas
que se desnudan ya que no lleva la blusa puesta, está bailando sobre la mesa
mientras los chicos admiran su cuerpo. Por supuesto Alexandra y Alexis son
ebrios felices porque cualquier cosa que sucede les causa gracia.

-Bien, es hora de jugar a la botella -grita Aiden -vamos todos

hagan un círculo.

La mayoría de los chicos lo hacen, entre ellos: Aiden, Ethan, Diana, Arely,
Héctor, Alexandra, Gabriel, Alexis, Brenda, Erika, Christian, Diego, Dani,
Louis y extrañamente Maggie. Adrián y Gerard intentan unirse pero Héctor
de inmediato les dice que sal- gan ya que son demasiados hombres. ellos
obedecen y se sientan sobre el sillón con una chica llamada Jordan.

-¿Estás sola? -pregunta Adrián.

La chica completamente asustada huye de ambos.

-Bien, yo comienzo -dice Aiden, pero antes, frente a él observa a Maggie -es
muy extraño que estés presente -después eructa -da igual.

Gira la botella y desea con todo el corazón que sea Diana pero la botella
señala a Brenda. Aiden se encoje de hombros y la besa. Ahora es turno de ella
y la gira, la botella se detiene señalando a Louis.

-Es un chico gay -menciona Brenda ebria.

-¿Y? Puede que mis besos te gusten más que los de un hétero.

Ella frunce los labios pero termina aceptando el beso. Es turno de Louis y gira
la botella, cuando se detiene, señala a Ethan.

-Wuu, mi sueño hecho realidad. Ethan ebrio sonríe.

-Ah no, ni creas... -dice Gabriel de inmediato.

-Si no cumple, el castigo es beber por cinco segundos la botella entera -dice
Christian.

Gabriel no quiere que Ethan muera de una congestión alcohólica así que
permite que Louis lo bese. Ethan gira la botella y se vuelve

un caos porque ahora tiene que besar a Maggie. Gabriel está muy molesto
porque nota en los rostros de los chicos que han disfrutado del beso. Cuando
es su turno, felizmente gira la botella y para su sorpresa, se detiene en Aiden.

-Ah, es igual, ya he besado a un chico antes -dice Aiden obser- vando a Ethan.

Aiden no muy convencido se levanta y besa al novio de su mejor amigo,


ninguno de los dos disfruta el beso pero tienen que cumplir. Ahora Aiden
vuelve a girar la botella y para su suerte, esta vez señala a Diana. Muy feliz se
levanta hasta donde se encuentra ella y Diana acepta el beso a pesar de que
el chico ya esta muy ebrio.

Diana resopla mientras Alexis intenta encontrar alguna señal de amor entre
ambos. Ella solo pasa sus manos por el cabello y gira la botella, para sorpresa
de todos, la botella señala a Arely.

-Esto será el perfecto show para mí -menciona Christian.

Arely sonriente se acerca a Diana y la besa, ella un poco incó- moda responde
el beso.

-Vaya, eso fue como besar a una hermana -dice Arely.

-Ni que lo digas -menciona Diana.

Ahora Arely gira la botella y esta señala a Alexis. Ella animada lo besa y para
Alexis es una experiencia extraña porque nunca cre- yó poder besar a una
chica lesbiana. Alexis gira la botella rogando que Diana sea la próxima, pero
para su mala suerte la botella seña- la a Alexandra.

-Ah no, no lo creo -dice Alexis -creo que volveré a...

-No está permitido, sabes cuál es el castigo si no cumples -men- ciona


Christian malvadamente.

Alexis traga saliva y observa a Héctor, su rostro refleja un “ade-

lante” porque sabe de qué son capaces Christian y Diego si no cumple. Se


acerca a Alexandra y le da un beso mientras Héctor refleja celos en su rostro.

Alexandra gira la botella e inesperadamente señala a Christian. Él convencido


se acerca a ella pero Héctor lo toma del hombro.

-Ni se te ocurra.

-Bien, creo que las cosas se pusieron un poco ardientes -dice Louis -creo que
mejor tenemos que encontrar otro juego.

Un momento después de terminar el juego, Alexis se desvía al baño y en el


mismo pasillo se encuentra con Christian. No teme por él en ese instante,
simplemente le da igual.

-Bien hecho Alexis -dice Christian y cree que es una broma.

-¿Qué? -pregunta.

-Nunca creí que besarías a la novia de otro chico. Alexis sonríe un poco, no
fue intencional.

-Eso es de hombres.
Christian extiende el puño y Alexis frunce el ceño, al principio cree que es una
especie de broma pesada pero en cuanto choca el puño con él, siente una
profunda tranquilidad. Christian se marcha y Alexis no deja de pensar en ello,
no puede creer que de esa ma- nera lo haya dejado tranquilo.

Alexis vuelve a la fiesta en busca de Diana y al encontrarla, se da cuenta de


que no está sola, nuevamente Aiden está frente a ella, como si la tuviera
acorralada en la pared, ella sonríe como si es- tuviera muy feliz de tener al
chico al frente. No puede hacer nada

¿cómo va a interrumpir? Alexis se convence completamente de que no hay


posibilidad entre ellos. Decide irse antes de que las cosas empeoren, por
suerte Gabriel lo detiene ya que el chico está

muy ebrio.

-¿A dónde crees que vas? -pregunta.

-Quiero irme a casa, no hay nada qué hacer aquí -mira en direc- ción a Diana.

-Bueno, creo que es tiempo de irnos. Alexis frunce el ceño.

-¿Qué hay de Ethan?

-Estará bien o eso espero..

Ambos chicos se retiran de la fiesta. Ethan estaba charlando con Maggie pero
al ver que Gabriel no aparece por ningún sitio decide buscarlo, incluso en el
camino se topa con Aiden.

-Cuidado -responde Aiden en un tono natural.

-¿Has visto a Gabriel?

-No- responde Aiden.

En el preciso momento, las luces se apagan y reproducen “Back To


December” de Taylor Swift, es la canción favorita de Ethan.

-Vaya creo que hizo una sorpresa para ti.

Ethan emocionado mira por todas partes en busca de Gabriel, pero no lo


encuentra por ningún sitio.

-Parece que tu príncipe se ha marchado -vuelve a decir Aiden.

-No, no lo creo.

Aiden toma a su mejor amigo antes de que pueda alejarse y se posiciona para
bailar lentamente con él.
-¿Aiden? ¿Qué haces?

-Vamos, eramos amigos, no hay problema si bailo contigo.

Se acerca a Ethan y la distancia entre sus ojos es mínima, al igual que la de


sus labios.

-Por favor, déjame buscar a mi novio.

Ethan siente muchas mariposas en su estómago porque había olvidado por


completo lo que sentía cuando estaba cerca de Aiden, sus ojos verdes
provocan que su cuerpo se estremezca.

Diana muy preocupada intenta encontrar a Alexis, pero al igual que Ethan no
lo logra, intenta llamarlo pero no responde. Un se- gundo después, observa la
pieza de Ethan y Aiden en el centro, no puede creer lo que sus ojos están
captando.

-Aquí estás -aparece Héctor con su novia sobre la espalda -¿dón- de está
Ethan? Quiero irme a casa.

Diana sin apartar la mirada de los chicos, los señala con el índi- ce. Héctor
también se impresiona al ver la escena. Esta vez Aiden se detiene y sin
pensarlo besa Ethan como si de verdad estuviera enamorado de él.

La quijada de Diana y Héctor cae al suelo.

-Chicos, necesito ir a casa, ya no puedo con mi vida -dice Arely y al ver que la
ignoran por completo, decide observar a la dirección de Héctor y Diana -oh
por Dios.

La canción termina y al mismo tiempo las luces se encienden, Aiden se da


cuenta de ello y termina el beso. Todos en la fiesta lo miran frunciendo el
ceño y completamente confundidos.

-Oh ¿ya es hora del karaoke? Claro que yo quiero comenzar, mi voz está muy
potente -dice Aiden como si nada hubiera sucedido.

Ethan queda completamente congelado porque no esperaba vol- ver a recibir


un beso de Aiden en toda su vida.
18

En la mañana siguiente, Ethan y Arely se encuentran en la mis- ma habitación


donde Aiden se ha quedado dormido. Ambos curio- sos esperan a que
despierte para escuchar una exacta explicación de lo que ocurrió anoche.

-Gabriel no me responde y no entiendo por qué.

-Tu novio es bastante celoso.

Ethan respira hondo porque de verdad ama a Gabriel y ahora que volvió a
besar a Aiden, se siente muy decepcionado consigo mismo porque se encargó
de responder el beso.

-¿Qué hay de Rénee? -pregunta Ethan.

-Es la misma situación, no responde los mensajes y no consigo saber que


sucedió con sus padres.

Aiden comienza a gruñir perdido en su sueño.

-No aguanto un segundo más.

Arely lo golpea duro con la almohada pidiendo que despierte. Aiden de


inmediato lo hace y oprime los ojos ya que la luz lo ciega completamente.
También siente un fuerte dolor de cabeza y las ganas de vomitar son muy
potentes.

-¿Qué sucedió?

Ethan se acerca.

-¿Recuerdas lo que sucedió anoche?

Aiden intenta recordar.

-Creo que estuve muy ebrio, besé a Brenda y a tu novio -respon- de Aiden,
continúa intentando recordar qué otra cosa sucedió -oh por Dios...

Los chicos prestan mucha atención porque seguramente ha re- cordado su


beso con Ethan.

-Canté una canción de Nicki Minaj ¿no es así? Ethan y Arely ponen los ojos en
blanco.

-¿Antes de eso?

Aiden niega y al mismo tiempo vuelve a caer sobre la cama gra- cias a la
resaca.
-¿Se lo dirás? -susurra Arely.

-Creo que no.

Nuevamente en la escuela, Diana encuentra a Alexis en su casi- llero, ya que


nunca respondió sus llamadas ni sus mensajes corre hasta donde se
encuentra.

-Hola ¿qué sucede contigo? Alexis la ignora completamente.

-Oye, tengo buenas noticias, ¿recuerdas el dibujo que me obse- quiaste?


Encontré una convocatoria de artistas en Internet y envié esa propuesta.

Alexis la mira un poco confundido, después de todas esas mira- das con Aiden
nunca creyó que hiciera algo tan importante por él.

-¿Por qué lo hiciste? -pregunta.

-¿Estás bien? -pregunta Diana un poco molesta por su respuesta.

-Si bueno, gracias.

El chico resopla, no quiere parecer un idiota frente a ella, pero es que siente
algo fuerte y siempre aparece Aiden para apartarlos.

-¿Tú y Aiden regresaron? -se atreve a preguntar después de ce- rrar su locker.

Diana desvía los ojos.

-¿Por qué lo preguntas?

-En la fiesta los vi muy cómodos.

-El chico estaba ebrio y solamente le pedí perdón, porque, bue- no, tú sabes.

-¿Eso es un no?

Diana niega y eso es un alivio muy grande para Alexis, incluso esboza una
sonrisa que de inmediato la chica reconoce.

-Aún así con tus celos, me debes una disculpa por abandonarme.

-Juro, que jamás volverá a suceder.

Ambos ríen al mismo tiempo y se van a clase juntos.

Durante clases, Arely recibe una llamada de Rénee, por suerte su teléfono
solo vibra. Mientras la profesora Trainor escribe sobre la pizarra, aprovecha
el momento para responder, deseaba tanto tener noticias de su novia.

-¿Hola?
-Arely, discúlpame de verdad por no responder tus mensajes.

Ven a verme al gimnasio después de clases ¿si? Te amo.

-Está bien, yo igual a ti.

Cuelga el teléfono. Ahora no puede concentrarse en la clase por-

que no deja de pensar en su novia, en lo que pudo haber sucedido, en lo que


está sucediendo en el momento. Siente la necesidad de abandonar el resto de
las clases y correr con Rénee.

-Arely -susurra Alexis a su lado -¿todo está bien?

-Si, es solo que, creo que ya me viene la regla oprime sus labios.

-Oh -dice Alexis bastante incómodo.

Arely ahoga una risa porque Alexis se ha ruborizado comple- tamente. La


profesora logra escuchar así que llama la atención de ambos chicos.

-¿Hay algo que quieran compartir con la clase?

Ambos preocupados niegan. La profesora continúa escribiendo.

-Es solo que mi novia me necesita -dice Arely preocupada- su padre nos
descubrió y es de esa clase de personas homofóbicas.

-Bueno, no sé mucho sobre el tema, pero si ambas son felices no creo que eso
deba importar, te tiene a ti y si tuviera a alguien que me amara de esa
manera, sería totalmente feliz.

Arely se sorprende por la forma de hablar de Alexis, no espe- raba un gran


consejo de él, después de que cada minuto llora solo porque una mosca pasa
frente a sus ojos. Aún así es muy difícil porque Rénee ama a su padre y no
cree que ella sea colocada al frente de él.

En el pasillo, Ethan logra encontrar a Gabriel. Sus miradas se cruzan pero


Gabriel lo ignora totalmente e intenta marcharse pero Ethan corre detrás de
él porque de verdad lo ama y no quiere per- delo de una manera tan estúpida.

-Oye, espera por favor.

Gabriel lo hace.

-Déjame explicarte todo por favor.

-Se rumorea que volviste con tu supuesto ex novio. Ethan niega.

-No, no, él me besó pero te juro que no significó nada para mí


-miente porque de verdad sintió más que un simple beso.

Gabriel lo mira fijamente a los ojos.

-Ethan, sabes que no puedes mentirme. Ethan traga saliva preocupado.

-Bueno, es que...

-No lo has superado ¿cierto?

Respira hondo, no quiere mentir a la persona que lleva su cora- zón en las
manos. Siente la necesidad de arrancar los sentimientos hacia Aiden y no
sabe cómo, creyó superarlo pero en cuanto sus labios se tocaron sintió algo
una vez más.

-Creí que así era, sobre todo porque ya no somos amigos.

Gabriel siente un nudo muy grande en la garganta, inclusive co- loca las
manos en su nuca y inclina la mirada hacia arriba. Sus ojos se cristalizan de
inmediato porque una vez más sucede lo mismo, no quiere amar a una
persona que tiene sentimientos por otra.

-Vaya, creo que será imposible olvidarte...

Ethan de inmediato siente un punzada en su estómago porque sabe


perfectamente a qué se refiere.

-¿Qué? No, no por favor -toma sus manos -de verdad puedo ha- cer lo que sea,
no termines conmigo.

Gabriel derrama una lágrima.

-Es que confío en ti, pero si Aiden está todo el tiempo junto a ti no sé qué
pensar.

-Aiden y yo, ya no somos amigos.

Gabriel desvía la mirada, no sabe exactamente qué es lo que puede hacer


para recuperar a Ethan. Pero enseguida su mente re- cuerda que las
vacaciones están a punto de llegar y tiene que regre- sar a casa por un asunto
familiar y no precisamente para Navidad.

-¿En serio harías lo que fuera? -vuelve a preguntar Gabriel.

-Si.

-Mi hermano menor tiene una banda y saldrán de gira durante las vacaciones
¿qué dices? ¿me acompañas?

Ethan lo analiza detalladamente, nunca ha salido de casa sin su familia y


ahora mucho menos que su madre volvió a casarse.
Aiden observa la escena de Ethan y Gabriel a unos cuantos me- tros y
solamente niega poniendo los ojos en blanco. A pesar de que no ha escuchado
nada de la conversación cree que son estupideces por las que pelean, es tan
tonto que no se ha enterado de que besó a Ethan durante la fiesta. En cuanto
camina por el pasillo, se topa con Diana nuevamente, él de inmediato sonríe
al verla frente a sus ojos radiante aún sin su uniforme de animadora.

-Hola es bueno verte -dice Aiden.

-Hola -dice Diana un poco incómoda.

-Oye, lamento todos los dramas de la fiesta es que bueno, estaba muy ebrio,
por suerte la resaca ya terminó porque he visto personas que pasan días
enteros con el malestar.

-Tanto que seguro ni recuerdas el beso.

Aiden abre los ojos muy grande, aparece el sentimiento de culpa porque entre
sus planes no se encontraba un beso, es tan torpe que no se da cuenta de que
habla sobre el beso con Ethan.

-Oh bueno, es que era parte del juego, tu sabes, no quería más alcohol en mi
organismo...

-Aiden, besaste a Ethan y no precisamente en el juego de la bo- tella -lo


interrumpe Diana.

Un silencio incómodo se apodera del momento. Aiden traga sali- va porque


ahora lo recuerda, justamente antes del karaoke recuerda haber besado a
alguien pero nunca creyó que se tratara de Ethan. La campana anuncia el
termino de clases pero el director anuncia algo por el altavoz.

-Escuchen alumnos, les recuerdo que falta poco para que las cla- ses terminen
y muchos de ustedes aún deben créditos de las tres áreas del consejo.

Alexis aparece junto a Diana y no para de mirar a Aiden.

-Precisamente hoy, el resto de las clases se cancelarán porque tendremos una


actividad para ustedes.

Muchos entre clases celebran. Excepto Héctor que desesperada- mente busca
a Alexandra, no la ha visto en todo el día.

-Su presidenta del consejo Montse se encargará de darles un pa- ñuelo de


color lo que significa que se dividirán en tres equipos. El color amarillo es la
clase más alta, el azul es la clase media y el negro, es la clase baja.

-Hola -menciona Alexis hacia Diana -¿podemos ir a otro sitio?

Ella asiente con una sonrisa en el rostro y juntos se marchan lejos de Aiden,
que por cierto, refleja celos, hasta que recuerda las palabras de Christian
mencionando que no era un rival para

él

porque la mente de Alexis es muy débil y puede deprimirse con cualquier


palabra.

Hablando de Christian, Héctor encuentra a su novia charlando con él, lo peor


es que les ha tocado pañuelo del mismo color, am- bos son clase alta. De
inmediato corre para acercarse a ellos pero Montse interrumpe su paso.

-Toma, color negro.

-¿Qué? Soy bastante popular aquí debería ser...

-No me interesa -lo interrumpe.

Frunce el ceño mientras Montse se marcha. Aún así se dirige hasta llegar
junto a su novia.

-Alexandra, no te había visto mi amor. Héctor la abraza por la espalda.

-Hey, este momento soy clase alta. Se separa de él.

-Lo siento, pero tengo que estar con los de mi clase.

Junto a Christian se marchan con el resto de los chicos con pa- ñuelo amarillo.
Sin embargo, Héctor cree que no tiene nada que ver el juego con su relación,
piensa de inmediato que es culpa de su problema de miembro, es el único
punto vulnerable de Héctor y no encuentra otra explicación. Maldice en voz
baja.

Montse aparece con Diana y Alexis.

-Para ti negro -le entrega el pañuelo a Alexis -para ti azul -le entrega a Diana.

-Gracias -mencionan ambos.

Nuevamente Aiden aparece preguntando si alguien más es color

azul como él a lo que Diana responde que ella lo es.

-Muy bien -menciona Aiden.

Alexis siente que la sangre le hierve por dentro porque es como si Aiden no se
diera por vencido. Diana nota el rostro de Alexis y de inmediato le toma la
mano.

-Tranquilo ¿si? Alexis asiente.


-Bien chicos -grita Montse -el primer reto es jugar quemados, síganme al
gimnasio, primero serán azules y negros, el ganador se enfrentará a los
amarillos.

Los chicos caminan hasta el gimnasio. Entre ellos Héctor, Adrián y Gerard
que también son clase baja.

-Los líderes son... Héctor y Aiden, tienen que elegir ocho de su mismo color
para formar el equipo, pasen al frente y elijan.

Los chicos obedecen y se colocan al frente de sus compañeros. Héctor no


soporta a Aiden y cree que será divertido golpearlo con un montón de balones
duros.

-Bien, elijo a Diana -menciona Aiden.

-Alexis -dice Héctor.

-Erika.

-Adrián.

Así eligen alumnos al azar hasta que ambos equipos están com- pletos. Alexis
no para de mirar a Aiden que no deja de coquetear con Diana, de inmediato
menciona en su mente que es la primer victima que caerá en el juego.

-¿Todo bien? -pregunta Héctor.

-Si -menciona Alexis sin dejar de mirar a Aiden.

El silbato suena para tomar posiciones, Alexis se coloca frente a Aiden


intentando mirarlo a los ojos, pero los ojos de Aiden están atrapados en los de
Diana.

-Ahora -grita Montse.

En cuanto Aiden mira a Alexis, él mismo se encarga de darle un puñetazo en


el ojo izquierdo y todos se detienen asustados. Aiden se cubre el ojo y podría
regresar el golpe pero nota que el director aparece. Alexis muy molesto lo
empuja e intenta golpearlo pero Héctor y Diana se encargan de detenerlo.

-¿Qué sucede aquí? -pregunta el director.

-El idiota me ha golpeado -dice Aiden sobre el suelo.

-Quiero a los cuatro en mi oficina ahora -grita el director furioso.

Héctor levanta entre sus brazos a Alexis y junto a Diana con Aiden, caminan
hasta la oficina del director. Aiden esboza una son- risa a pesar del moretón
en su ojo.
Como lo prometió, Arely llega al gimnasio. Logró escapar de los supuestos
juegos para ganar créditos. Ahí encuentra a Rénee golpeando el saco de box,
pero esta vez lo hace de una manera más salvaje, así como si de verdad
quisiera romperlo.

-¿Hola? -saluda un poco asustada.

Cuando Rénee la mira, Arely se percata de que lleva el rostro con varios
moretones y cortadas, consecuencia de los golpes de Munira. De inmediato
corre a darle un abrazo porque desde aque- lla pelea no tuvo oportunidad de
felicitarla.

-Muchas felicidades, de verdad merecías ganar -le da un beso

fugaz que por supuesto Rénee lo prolonga.

-Mil gracias, no pensé que querrías besarme con la cara desfi- gurada, seguro
en unos cuantos días los moretones se marcharán.

Rénee suspira.

-Sabes que te amaré pase lo que pase.

Arely tiene la curiosidad de saber qué sucedió con su padre, con su familia
¿recordará que la escena fue captada por su padre? Como si leyera su mente,
Rénee menciona algo al respecto.

-Mis padres, no están orgullosos de lo que soy, pero si lo están porque gané la
pelea, quieren que asista a una especie de terapia que aleja la
homosexualidad, tu sabes, idiotas que creen que es una enfermedad.

Arely hace un gesto desagradable porque cree que ese tipo de personas tiene
la ignorancia en niveles superiores. No puede creer que sus padres hagan
algo así.

-¿Asistirás? -pregunta confundida.

-Por supuesto que no, creo que es mejor fingir que asisto y esca- parme
contigo.

Le da un beso en la mejilla. Arely emocionada suspira porque cree que será


divertido, además, tendrán el tiempo suficiente para estar juntas.

-¿Qué dices si hoy, comienzas tu primer sesión? Rénee esboza una sonrisa
muy grande y asiente.

Mientras tanto en la oficina, el director observa a cada uno de los chicos


mientras el silencio se prolonga más y más.

-Bien, ¿quién comenzó la pelea?


Todos en el sitio, observan a Alexis, incluyendo Diana.

-El juego comenzó y Alexis me golpeó -dice Aiden mientras cu- bre su ojo con
una bolsa de hielo.

-Fue un accidente -intenta decir Alexis.

-Eso es mentira.

Héctor y Diana inclinan la mirada.

-Diana se lo puede demostrar, ella observó todo ¿no es así?

Diana suspira preocupada porque no sabe con exactitud qué puede suceder
con Alexis si menciona la verdad.

-¿Eso es cierto? -pregunta el director.

Muy nerviosa observa a los ojos a Alexis quién refleja tristeza, después su
mirada se dirige a la del director.

-Si -susurra -Alexis comenzó la pelea. El director asiente y mira a Alexis.

-Bien señor Young, como sabe la escuela tiene una política de cero tolerancia
hacia la violencia física así que, está suspendido por el resto de la semana.

Alexis siente que el mundo entero cae en su espalda, nunca en su vida había
sido suspendido y siente que es de lo peor, no es un chico problemático y es la
primera vez que una situación incómoda como esa, sucede en su vida.

-Pueden retirarse.

Los chicos salen por la puerta mientras el director se ocupa en otras cosas.
Antes de salir del vestíbulo, Alexis detiene a Diana con su voz pidiendo
disculpas.

-Es solo que estaba celoso porque Aiden siempre obtiene lo que

quiere y se sale con la suya.

-¿Celoso? Alexis tú y yo no somos nada.

Diana se marcha y ahora Héctor se coloca frente a Alexis. Por su rostro, no


parece muy feliz con la situación.

-¿Qué es lo que te sucede?

-Lo lamento yo no sé...

-¿Estás loco? Fue un milagro que no te hayan expulsado. Si es- tuviera en el


lugar del director, yo mismo me hubiera encargado de echarte de aquí.

Héctor se marcha muy molesto. Alexis guarda silencio un par de segundos


intentando asimilar lo que siente, un segundo después siente tanto estrés en
su cuerpo, que corre hacia el aula donde re- cibe las asesorías. Cierra la
puerta muy fuerte y patea uno de los pupitres derrumbándolo al piso. Su
respiración es acelerada y es debido a la furia que se acumula poco a poco en
su interior. Detrás de él escucha que alguien limpia su garganta, se trata de
Maggie y Alexis avergonzado intenta huir.

-Espera -dice ella.

-Las clases se cancelaron -menciona Alexis -no hay necesidad de recibir


asesorías.

-No es sobre eso. ¿Estás bien?

Alexis toma asiento sobre el piso y se cubre el rostro con sus manos. Suspira e
intenta no volver a ser el niño llorón de siempre pero no puede evitarlo.

-Es solo que estoy muy cansado de todo, siento que cada vez mi cuerpo se
rinde poco a poco.

Maggie se coloca frente a él.

-A veces quisiera ir a dormir y nunca más despertar -menciona Alexis


mientras frota su brazo.

Maggie se inclina para llegar a la altura de Alexis.

-Todos tenemos días pésimos -menciona preocupada -también la mayoría de


las personas se sienten tristes algunas veces.

-Lo sé, pero, todos mis días son así. Solo siento que sigo fallán- dole a todo el
mundo.

Alexis limpia sus ojos.

-Diana me odia, igual Héctor. Nadie me tolera en esta escuela, debí


marcharme en cuanto pude.

Maggie niega por completo.

-Tus momentos negativos te ciegan por completo, nadie está en tu contra. Tu


amigo es el novio de Ethan y yo también puedo ser tu amiga, debes confiar en
las personas que te aman.

Alexis inclina la mirada intentando reflexionar, tiene razón, no todo gira en


torno a Diana, ella y Gabriel lo apoyan en todo mo- mento y es algo que valora
con el corazón.
-Si de verdad te gusta Diana, debes ir directamente con ella y olvidar al resto
de los chicos.

Maggie lo dice para vengarse de Aiden ya que él fue el culpable de que Ethan
no estuviera a su lado. Así que solo finge una sonrisa mientras observa la
reacción de Alexis.

-Tienes razón.

Alexis no sabe de qué manera pedir perdón porque en su vida entera, nunca
ha tenido una relación de amistad con una chica y mucho menos si ella es su
interés amoroso. Debe idear algo que sea perfecto para que acepte sus
disculpas.

Ethan se encuentra en su habitación pensando en la propuesta de Gabriel, no


puede concentrarse perfectamente porque hay tantas cosas en su cabeza que
no es fácil pensar solamente en una.

Extrañamente Héctor aparece por la puerta y se deja caer sobre la cama


como si estuviera en su habitación.

-¿Qué haces? -pregunta Ethan confundido.

-Lo siento, estoy aburrido.

Tiempo atrás, Aiden solía hacer eso y a pesar del problema con el beso, lo
extraña demasiado. Supone que ahora, Héctor es el chi- co que puede
escuchar sus problemas.

-Oye, Gabriel se molestó conmigo, se enteró del beso con Aiden.

-Vaya, los rumores corren rápido ¿has escuchado si Alexandra pasa más
tiempo con Christian que conmigo?

Ethan frunce el ceño.

-Estoy hablando de mí, déjame terminar.

Héctor hace globos con su goma de mascar. Ethan cree que era más fácil
cuando Aiden escuchaba sus problemas porque incluso mencionaba buenos
consejos.

-Durante las vacaciones de invierno, quiere que me marche con él a una gira
de la banda de su hermano.

Héctor frunce los labios.

-¿Pero? Solo son dos semanas de vacaciones.

-Supongo que una noche antes de clases volveremos.


Ethan suspira porque aunque ama a Gabriel, no quiere irse de

esa manera, pero si se queda, creerá que no lo ama lo suficiente.

-Deberías ir, de esa manera podrás librarte de Aiden. No es un buen consejo,


pero tiene un buen punto.

Arely cuidadosamente, limpia los moretones que lleva en el ros- tro su novia.
Ella se queja un poco pero después de ello, ya no podrán infectarse con nada,
tiene que hacerlo al menos una hora al día.

-¿Crees que algún día, tu padre te acepte?

-No lo sé, pápi me ama mucho y yo lo sé, no entiendo cómo no puede aceptar
mi homosexualidad.

Arely toma asiento a su lado después de terminar.

-Lo lamento mucho.

-No importa -toma la mano de Arely y le da un beso.

Arely suspira, por fin puede darse cuenta de que ella lo es todo para Rénee. A
pesar de los problemas que tuvo con su padre y la pelea, su relación continúa.

-Agradezco que estés aquí porque, bueno, significa mucho para mí que pases
tiempo conmigo en lugar de practicar -dice Arely avergonzada.

-Es un largo descanso, podré volver a entrenar en cuanto vuelva a tener un


contrincante -menciona Rénee mientras acaricia la me- jilla de su novia.

-¿Entonces? ¿Qué quieres hacer? -pregunta Arely.

-No lo sé...

Discretamente, Rénee toma una de las almohadas detrás de ella

y por sorpresa le da un golpe a Arely, ella se echa a reír también toma una, la
guerra de almohadas sobresale. Claro que Arely lo hace con mucho cuidado
ya que no quiere lastimar a su novia, en lugar de golpear su rostro lo hace en
el cuerpo.

Ambas chicas pasan un momento muy feliz lleno de risas y gol- pes suaves con
las almohadas.

Diana se encuentra en el jardín trasero de su hogar observando cómo la nieve


desciende lentamente del cielo. Admira como los copos de nieve crean una
firme manta blanca sobre el piso. No deja de pensar en lo que sucedió
durante la escuela, es decir, nunca creyó que Alexis se convirtiera en esa
clase de persona.
Un segundo después, siente que alguien la llama tocando su es- palda. De
inmediato retira sus audífonos y se encuentra con Alexis sujetando un enorme
ramo de flores.

-Hola -menciona él. Diana guarda silencio.

-¿Qué música escuchas? Continúa en silencio.

-Olvídalo, quiero disculparme, de verdad lo siento mucho, ni yo mismo me


reconocí durante ese juego.

Le muestra el enorme ramo de flores demostrando que se siente muy culpable


con el gran error que cometió.

-Yo sé que jamás querrás estar con una persona como yo y lo entiendo porque
incluso yo mismo me odio en este momento.

Diana vuelve la mirada hacia la nevada, no puede creer que Alexis haya
cruzado todo el desierto helado solo para disculparse,

es un punto a su favor pero aún así piensa que no es suficiente.

-¿Entonces? ¿Me disculpas?

Ella suspira un poco decepcionada, a pesar de que las flores y su presencia


son un buen gesto, no se siente del todo convencida para perdonarlo.

-Yo sé que Aiden no te agrada, pero no debiste -dice Diana.

-Lo sé, soy un completo idiota, pero solo quiero que las cosas estén bien entre
nosotros.

En realidad Alexis miente, pero se conforma con volver a tener esa amistad
especial con ella, de lo contrario no sabrá como sentir- se el resto de sus días.

-Está bien -menciona Diana, espera no equivocarse al perdonar- lo -solo


porque las flores son muy hermosas.

Alexis muy feliz, le entrega el ramo de flores. Diana en su men- te piensa


cómo Aiden nunca le obsequió este tipo de detalles, no importa si no son
reales. Claro que estaba muy enamorada y con la pulsera y collar fue más que
suficiente durante su relación

-Bueno, entonces supongo que es hora de irme -menciona Alexis.

-¿Por qué? Es decir, la nevada es fuerte y no puedo dejar que mueras de frío.

Alexis esboza una enorme sonrisa porque no esperaba escuchar esa respuesta
de sus labios.

-Además, siempre quise hacer un muñeco de nieve ¿qué


dices?

¿quieres ayudarme?

-Pero por supuesto que si.

En cuanto Alexis pisa la nieve caminando un par de centímetros, siente sobre


su espalda un golpe muy frío, Diana se echa a reír por-

que ella misma le lanzó una bola gigante de nieve.

-Pagarás eso.

Alexis hace una bola rápidamente y la lanza. Juntos comienzan a jugar de esa
manera y al mismo tiempo se echan a reír porque están completamente
empapados de nieve. En un momento Diana se lanza contra la espalda Alexis
mientras él la sostiene sin parar de reír. Después ambos caen sobre la nieve.

-Eres terrible, creo que me voy a resfriar -dice Alexis.

-Lo siento, es que hace mucho que no me divertía.

Sobre la nieve se miran fijamente, Diana sigue creyendo que es mala idea
besarlo después de su ruptura con Aiden. Pero Alexis piensa lo contrario,
daría lo que fuera por besarla.

-¿Podemos entrar? Quiero estar un momento frente a la chime- nea.

Alexis asiente porque cree que es un gesto romántico.

En el porche de la casa, Ethan también admira como la nieve cae lentamente


desde el cielo. Recuerda firmemente como Aiden y él jugaban en invierno
precisamente en el lugar frente a sus ojos. Hacían muñecos de nieve, jugaban
con bolas de nieve e incluso, jugaban a tener una tienda de helados.

Los pensamientos de Ethan se borran cuando realmente Aiden aparece frente


a sus ojos. Lleva diez chaquetas sobre él y un gorro que cubre totalmente su
rostro. Sube al porche de la casa hasta llegar junto a Ethan.

-¿Qué haces aquí? -pregunta confundido.

Se deshace del gorro mostrando el gran moretón en su ojo.

-Lo siento, sabes que no tolero el frío.

Ethan arquea ambas cejas al ver a Aiden golpeado.

-Es una larga historia y no vine por eso. Me enteré que durante la fiesta te
besé y quiero disculparme.
Inclina la mirada, algo que no entiende ¿es por qué lo hizo?

-Bueno, me gustaría saber.

-Estaba muy ebrio -justifica Aiden -no tengo idea de por qué...

-No es una excusa, bueno podría serlo pero no había juegos ni tampoco retos,
solamente me besaste de la nada.

Aiden no sabe qué decir exactamente, cometió el error más gran- de de su


vida y ahora no sabe cómo repararlo.

-Supongo que una parte de mí necesita que sientas algo por mí o de lo


contrario volverá a ser el mismo Aiden inseguro de antes, ya estoy comiendo y
creo que Diana aún tiene sentimientos por mí.

Ethan inclina la mirada porque esperaba una respuesta de amor, una


respuesta que revelara que de verdad siente algo por él, porque inclusive la
respuesta de Aiden es algo infantil.

-Bueno, solo vine a disculparme. Aiden está a punto de marcharse.

-Durante las vacaciones me marcharé con Gabriel -anuncia Ethan.

Aiden regresa la mirada.

-Increíble, seguro se divertirán mucho.

Ethan suspira, necesitaba escuchar una respuesta negativa de Ai- den para
quedarse en donde pertenece, pero es como si le hubiera dicho “buen viaje”.
Aiden sonríe y se marcha antes de morir

con-

gelado frente a Ethan.

Frente a la chimenea, Alexis y Diana se encuentran recostados sobre el sillón


más amplio de la sala. Ella está colocada sobre el pe- cho de Alexis y juntos
bajo una manta observan una película en el iPad. Por un momento Diana
siente que Alexis no para de mirarla y para ella es algo vergonzoso.

-Lo siento pero se supone que debemos ver la película -dice Dia- na.

Alexis ruborizado regresa la mirada hacia el iPad.

-Lo siento, es que, nunca imaginé un momento así.

Diana lo mira fijamente a los ojos y sus rostros se encuentran más cerca de lo
que ambos piensan. Alexis decidido, no pierde la oportunidad y le roba un
beso. Al principio Diana no responde, pero deja de pensar en todo lo que
sucede a su alrededor y consigue responder el beso. Cuando ambos se quedan
sin aliento, se detienen y se miran mutuamente con una sonrisa invadiendo
ambos rostros.

El cielo ha oscurecido y Arely abre los ojos, está recostada sobre su cama y a
su lado espera sentir el cuerpo de su novia, pero no es así. En su lugar,
encuentra una carta con su nombre escrito en el papel. Rápidamente
enciende la luz de su habitación y desespera- damente abre la carta
comenzando a leer.

Hola Arely

Quiero mencionar que he pasado el mejor día de mi vida, de verdad no puedo


describir como me siento al verte. Siento que soy yo misma cuando estoy a tu
lado, no soy buena hablando este tipo de cosas frente a ti y es por eso que te
lo escribo. Te amo demasiado y ya que no que-

ría despertarte, te dejo estas palabras escritas en tinta negra, recuerda


nuestra promesa así que, me tendrás a tu lado todos los días, no sabes las
ganas que tengo para volver a verte. TE AMO MUCHO.

Rénee.

Una lágrima termina sobre el papel, Arely no puede creer que después de
todo una persona se interese mucho por ella. Se lleva la carta a su pecho y
suspira de una manera muy grande. Siente tanto amor por Rénee que
inclusive piensa que sería buena idea pasar un tiempo a solas con ella, es
decir, viajar a un sitio y saber si de verdad quiere estar a su lado por mucho
tiempo, más que un tiempo, quizá para siempre.

Al día siguiente, Diana despierta aún recostada sobre el sillón de la sala, esta
vez Alexis se encuentra ausente y a pesar de ello, Diana no para de sonreír.
Un segundo después, su teléfono alerta un mensaje, al ver la pantalla nota
que es un video enviado por Alexis, se encarga de reproducirlo mientras toma
asiento sobre el mismo sillón.

-Hola Diana Vargas, lamento haberme marchado durante tu pro- fundo sueño
y de verdad, quiero decirte que te veías hermosa como siempre y también que
fue la mejor noche de toda mi vida a pesar de que roncabas muy fuerte.

Diana ahoga una risa.

-Me divertí mucho y por cierto -Alexis muestra a la tortuga de felpa Totti -
quiero decirte que secuestré a tu tortuga favorita y si la quieres recuperar,
entonces espero por ti en la entrada de la prepa- ratoria para almorzar, es tu
responsabilidad recuperarla -finge una risa malévola.

Diana esboza una sonrisa y es un hecho que almorzará con él, ya no importa
lo que los demás digan porque solamente quiere ser

feliz.
Justamente en la hora del almuerzo, Alexis espera por Diana en los escalones
que conducen a las puertas de la preparatoria aún conserva el pañuelo de las
actividades sujetándolo en sus manos y ya que está suspendido, no puede
merodear por los pasillos porque puede ser un castigo peor, a pesar de todo
sonríe porque tiene una cita con la mejor chica de toda la escuela. Gabriel lo
felicitó e in- cluso le mostró la tortuga que secuestro durante esa misma
noche, sabe que pertenece a Diana. Un momento después, Aiden aparece
subiendo los escalones para entrar al edificio, falta poco para que su clase
comience.

-Lamento lo de tu ojo -menciona Alexis sintiendo culpa.

Aiden hace un gesto de molestia e ignora totalmente su disculpa.

-¿Qué haces aquí? Se supone que estás suspendido.

-Espero a Diana -dice Alexis.

Aiden frunce el ceño ya que se supone que pelearon.

-¿Ella te perdonó?

-Por supuesto.

-No puedes hacer actos heroicos como ese solo porque la amas.

-Oye no...

-Eres un loco psicópata -menciona Aiden furioso mientras Alexis se queda sin
palabras.

Aiden sube un par de escalones mientras Alexis mira hacia el frente


intentando no sentirse afectado por las crueles palabras de Aiden, pero no
funciona del todo. Una vez más, Aiden se detiene y regresa la mirada hacia
Alexis.

-¿Sabes qué? Si de verdad dices quererla mucho, deberías alejar-

te de ella, para siempre.

El nudo en el estómago de Alexis se destruye totalmente dejando un vacío


inmenso en su interior. Siente como las lágrimas se acu- mulan en sus ojos
pero de alguna manera no se liberan porque está harto de llorar, solamente
oprime la quijada y mira hacia el frente sintiendo cómo la ilusión muere poco
a poco.

Dentro del edificio, Diana camina por el pasillo en dirección a la salida pero
se detiene al ver a Arely en su casillero.

-¿Arely? Ayer no te vi durante las actividades ¿qué sucedió? Ella suspira con
gesto de amor.
-Es que Rénee es la mejor chica del mundo y creo que estoy muy enamorada y
ella también.

Le entrega la carta y Diana se encarga de leer cada detalle del papel. Cuando
termina se cubre los labios muy emocionada porque de todo el tiempo que
conoce a su amiga, nadie se encargaba de entregarle totalmente el corazón y
la confianza. De inmediato le da un fuerte abrazo.

-De verdad muchas felicidades amiga, te lo mereces. Arely devuelve el abrazo.

-¿Esta tarde quieres acompañarnos?

-Gracias pero tengo que contarte algo muy importante ¿te im- porta si
después de clase platicamos un momento? Voy tarde.

-Por supuesto que si, anda ve...

Diana vuelve a darle un fuerte abrazo, es más que su mejor ami- ga, es como
su hermana.

-Te amo Diana Vargas -menciona ella.

-Yo igual.

Al separarse, Diana toma su camino hasta llegar a la entrada del edificio, el


problema es que no ve por ninguna parte a Alexis, ya es hora y cree que viene
tarde.

Diana

Diana espera su respuesta, aguarda un par de segundos tomando asiento en


uno de los escalones, pero nota que un pañuelo negro se encuentra uno de los
extremos del lugar, por un momento cree que es de Alexis, pero no fue el
único en usarlo. Se levanta y se dirige para recoger el pañuelo del suelo.
Confirma que es del chico porque tiene lleva su perfume, significa que ya
estuvo ahí. En el preciso momento, recibe su respuesta.

Alexis

Diana frunce el ceño al ver la respuesta, no entiende qué sucede si ha dicho


que ha pasado el mejor día de su vida a su lado. Intenta llamarlo pero la
contestadora suena de inmediato. Ya le ha prome- tido a Arely encontrarse
con ella después de clases así que, supone que todo tendrá que esperar hasta
el día siguiente.
19

Recostado sobre la cama de su habitación, Gabriel no ha parado de enviar


textos a su chico sobre lo grandioso que será su viaje juntos. En un momento,
el mismo teléfono alerta que falta poco tiempo para la primer clase del día y
ya que son las últimas antes de las vacaciones de invierno, decidido se levanta
de la cama para dirigirse a la escuela. Sale de su habitación muy emocionado
y llama a la puerta de Alexis para ir juntos a clases.

-Oye, ya es tarde y recuerda que ya no tienes faltas disponibles.

Nadie responde, supone que ya se ha marchado para poder estar con Diana,
no lo culpa, sabe que la ama demasiado. Aún así, abre la puerta para estar
seguro de que no se encuentra en su habitación.

En el pasillo de la escuela, Diana y Arely se dirigen juntas a clase. Como


siempre, Arely piensa tanto en su novia que no puede concentrarse en otra
cosa, Diana no deja de darle vueltas al asunto de Alexis ¿Cómo es posible que
haya terminado tan pronto? Pien- sa que quizá se haya asustado con el
compromiso de una novia. Inclusive charla con Arely sobre ello, quiere
escuchar su opinión.

-¿Entonces Alexis y tú...

-No sé que sucedió, se supone que íbamos a almorzar ayer pero no apareció.
No puede ser una relación si solo fue un día.

-Entiendo, seguro el chico se asustó.

-Esta clase la tomamos juntos así que le preguntaré qué sucedió.

Suena la campana anunciando el inicio de las clases ambas chi- cas ya cruzan
la entrada hacia el aula. Dentro ya se encuentran la mayoría de los
estudiantes, pero, por alguna extraña razón ahí mismo también se encuentra
el director frente a ellos.

-Pasen por favor -pide la profesora.

Ambas chicas toman asiento sobre el pupitre indicado.

-Tengo que darles un anuncio -menciona el director. El director parece un


poco desconcertado.

-Lamentablemente su compañero Alexis Young... ha fallecido.

El aula pasa de rumores a un silencio total porque todos quedan


completamente en shock al escuchar la noticia. Arely de inmediato observa a
Diana quién no puede creerlo.

-Oh por Dios -menciona Erika en el aula -¿qué fue lo que suce- dió? ¿Tuvo un
accidente?

-Al parecer se ha suicidado en su habitación -menciona el direc- tor en un


estado muy apagado.

-No -menciona Diana -debe ser un error porque ayer me dijo que pasó el
mejor día de su vida.

El director niega con la cabeza lamentando el terrible aconteci- miento de


Alexis.

-Ahora si me disculpan, tendré que dar el aviso al resto de sus compañeros.


Con permiso.

Nuevamente los estudiantes comienzan a susurrar entre ellos. Diana siente


que el corazón se le ha roto, lo peor es que no sabe por qué razón lo hizo si un
día anterior fue de maravilla a su lado, no entiende el motivo o situación que
lo llevó a hacer eso.

-Bueno chicos, pues, supongo que tendré que comenzar con la clase -dice la
profesora completamente asustada -pero, si alguien necesita salir, tiene
permiso.

Arely toma la mano de Diana y la mira con un gesto triste.

-¿Qué quieres hacer? -pregunta.

Diana no responde, solo inclina la mirada.

-Necesito salir un momento.

Toma sus cosas y sale del aula mientras todos sus compañeros no paran de
mirarla. Consigue entrar al salón de música y de in- mediato se dirige a tomar
asiento sobre la silla del piano. A pesar de que sus manos tiemblan, comienza
a tocar una melodía, es lo que suele hacer para tranquilizarse. Al mismo
tiempo, la psicóloga da un mensaje por los altavoces de los pasillos y salones
de clase.

“Atención alumnos, como sabrán, un triste acontecimiento ha sucedido con


uno de sus compañeros. El chico tenía problemas muy personales y no
soportó tanto dolor. Me gustaría saber si alguno de ustedes está pasando por
lo mismo, no duden en acudir conmigo, no importa si no es conmigo, pueden
contar con sus profesores, con sus familiares, inclusive con sus amigos, quiero
que entiendan que no se encuentran solos”

Louis se encuentra sentado sobre el suelo en uno de los pasillos sin poder
creer lo que sucedió, su rostro refleja tanta nostalgia por- que el chico
comenzaba agradarle y a su lado aparece Dani lloran- do y apoyando la
cabeza sobre el hombro de Louis.

En el campo de fútbol, el director menciona la noticia a los miembros y


Héctor de inmediato siente un vacío en su interior. Se supone que renunció
para ser feliz sin los insultos y la presión de Christian que por cierto, él solo
inclina la mirada convencido de que no tuvo nada que ver con su muerte.

En una de las aulas, Maggie se siente frustrada e intenta no de- rramar


lágrimas porque siempre creyó que Alexis tenía el potencial para salir
adelante e incluso ella misma lo ayudó en su momento más vulnerable, pero al
parecer no fue suficiente para salvarlo.

Aiden se apoya en su casillero, no deja de pensar en ello porque él mismo se


encargó de hacer sentir mal al chico justamente cuan- do tenía un encuentro
con Diana. Lo único que quería lograr, era alejarlo de ella para tener el
camino libre y de alguna manera lo logró de la peor manera.

Frente a la fuente del jardín en la entrada del edificio, Ethan se encuentra


abrazando a Gabriel quién tiene la mirada perdida y la piel muy pálida porque
él mismo encontró a su compañero y amigo sin vida sobre el piso de la
habitación.

Diana continúa tocando el piano un par de minutos más, pero en un momento


se detiene y toma el teléfono de su mochila. Nue- vamente, observa el video
que Alexis envió la mañana anterior cuando aún estaba vivo. Sonríe porque el
chico mencionó que era feliz a su lado. En cuanto termina el video, suena la
campana fi- nalizando la clase. Toma sus cosas y sale del salón encontrándose
con Ethan y Gabriel en el pasillo, se detienen los tres pero, ninguno menciona
una sola palabra.

-¿Todo está bien? -se encarga de preguntar Diana.

Gabriel la mira a pesar de que aún está completamente pálido.

-Los dejaré solos -menciona Ethan.

En cuanto se marcha, Gabriel libera un suspiro.

-Alexis me habló sobre todo contigo -menciona -¿cómo te sien- tes?

Diana niega.

-No lo sé, supongo que en shock -Diana hace una pausa -él era un chico
agradable y a pesar de tantos problemas nadie se tomó la libertad de decirle
que necesitaba ayuda.

Gabriel asiente.

-Creo que es mi culpa -Gabriel hace una pausa -él iba a mar- charse a casa
pero lo detuve e hice que se quedara. Si no lo hubiera hecho, ahora estuviera
vivo y feliz con su familia.

Diana inclina la mirada.


-Por cierto -retira su mochila de la espalda y la abre, dentro se encuentra la
tortuga del felpa -Alexis me contó que esto te pertene- cía y lo recuperé antes
de que la policía se llevara todo.

Diana toma la tortuga entre sus brazos.

-Gracias. Es tan triste que ni siquiera pude decir adiós.

Al mismo tiempo recuerda que el chico solamente tenía dos pe- queños
sueños, uno de ellos era montar a caballo y el otro era vi- sitar la gran
manzana. Es una pena que se haya marchado y nunca los haya cumplido.

-Bueno, creo que te veré después.

Mientras Gabriel se marcha, Diana retira su mochila del hombro para poder
introducir su tortuga. Pero ahí mismo nota que también lleva el cuaderno de
dibujo que pertenecía al chico, lo olvidó el mismo día que decidió
acompañarla y ella lo mantuvo en secreto, pensaba entregarlo en el almuerzo.
Recoge su cabello y ahora toma ambas cosas entre sus brazos mirando hacia
arriba.

Durante la práctica, Alexandra se reúne con Héctor que descansa sobre la


banca, nota que el chico se siente muy desanimado con la grave

noticia

que

recibió

sabe

perfectamente

que

el

único

con-

suelo que puede recibir es el de ella.

-¿Estás bien?

Héctor no responde, recuerda su molestia por preferir a Chris- tian durante


las actividades.
-Escucha, lamento haberte abandonado, es que Chris me habló sobre una
beca para estudiar ballet, su padre es profesor en una academia de arte
donde el programa de ballet es muy bueno.

Ahora siente como su sangre hierve por dentro, no puede creer que no le haya
dicho antes. quizá no estuviera del todo de acuerdo pero, al menos nunca
hubiera pensado que Christian fuera su nue- vo interés amoroso. Hablando de
él, se encuentra cerca charlando con Diego, Brenda y Elizabeth sobre el
acontecimiento de Alexis.

-¿Pueden creer lo que hizo? -pregunta Brenda -creo que el sui- cidio es lo más
egoísta del mundo ¿cómo se sentirán sus padres en este momento? No puedo
creer que lo haya hecho.

-El chico estaba muy defectuoso ¿qué esperabas? -dice Diego.

-¿Asistirán al funeral? -pregunta Elizabeth.

-Al parecer el suicida dejó una carta donde mencionaba que so- lamente el
funeral será para su familia y no quiere monumentos ni que dejen en su
casillero flores -dice Christian burlándose.

Héctor logra escuchar la conversación y furioso se levanta de su lugar,


Alexandra intenta detenerlo pero no lo logra. Empuja a Christian de una
manera descomunal.

-Es tu culpa, tú lo tratabas como si fuera una basura.

-No te metas conmigo, fue su decisión y al parecer fue correcta porque nadie
lo extrañará, excepto tú. Seguro te acostabas con él.

Héctor le da un fuerte golpe en la mandíbula tirándolo al césped,

intenta seguir golpeándolo pero Diego, Adrián y Gerard se encar- gan de


detenerlo.

-Suéltenme.

Los chicos obedecen y Héctor se aleja junto a su novia.

-Amor, todo va a estar bien -dice Alexandra.

-¿TODO VA A ESTAR BIEN?

-Por supuesto, no tienes la culpa de nada.

-LE FALLÉ, TODOS LE FALLAMOS, ÉL LLORABA, NO ESTABA BIEN ¿POR


QUÉ NO HICE NADA? NO HICIMOS

NADA -grita Héctor furioso.


Alexandra no puede creer que su novio reaccione de esa manera, nunca creyó
que Alexis fuera tan importante en su vida. Héctor re- conoce perfectamente
cuando una persona contiene tantos defectos y las personas los utilizan para
aplastarte. Él es un sobreviviente porque logró cambiar su imagen y no volver
a dejar que otras per- sonas se burlaran de él. Alexandra debería entender
porque no hay secreto que aún no conozca sobre su novio.

Aiden recostado sobre su cama, observa los videos que realizó anteriormente,
antes de que todo el drama gay sucediera. La ma- yoría de ellos son en
compañía de Ethan. Nota como se divierten juntos y en un momento no puede
creer que su amistad haya termi- nado de una manera estúpida. El amor los
cegó totalmente y ahora Ethan se marchará por un par de semanas. Cierra el
ordenador y lo deja a su lado, un minuto después recibe una llamada de un
número desconocido, puede tratarse de un nuevo colaborador de ropa o de
otra marca que quiere su publicidad así que responde.

-¿Hola?

-Aiden Cross, es un gusto conocerte -dice una voz masculina

-escucha, mi nombre es Sam Ryder y soy un productor musical.

Por un momento cree que se trata de una broma.

-Escucha, encontré uno de tus videos musicales en Internet y me pareció


bastante bueno, es decir, tienes mucho talento y una perso- nalidad que
seguro a muchos fans les fascina.

Aiden sigue sin creer.

-¿Cuál es el punto? -pregunta.

-Bueno, tuve una junta con mi equipo y quisiera saber si te in- teresa graba un
disco. Claro que es un proceso muy largo pero, te aseguro que valdrá la pena.
Estamos conectados con las mejores industrias discográficas y sé que a uno
de los directores les agra- dará tu voz. Yo me encargo de pagar los viáticos
solamente quiero saber tu respuesta ¿qué dices?

Para el día siguiente, Héctor es llamado por el director, supone que tiene algo
que ver con la pelea durante la practica de fútbol y es cierto.

-Señor Brie, me avergüenza decir esto pero está suspendido to- talmente -
menciona el director.

-¿Expulsado? -susurra Héctor.

-Fracturó la quijada de uno de los estudiantes y además su histo- rial en esta


escuela no es muy bueno, no puedo hacer nada y ruegue que su compañero
no levante cargos en contra suya.

Héctor cubre su rostro muy frustrado, no dice una palabra más y se levanta
de su lugar saliendo de la oficina del director. En la salida se encuentra
Alexandra esperando por él.

-¿Qué sucedió?

-Me expulsaron.

Ella respira hondo y hace un gesto muy desagradable hacia su novio, sabe
perfectamente que cruzó la raya al golpear a Christian de una manera tan
violenta. No dice una palabra más e intenta mar- charse pero Héctor camina
detrás de ella.

-Lo lamento ¿si? es que, estaba furioso, pasé las mismas cosas que Alexis y
no...

-Ya cállate ¿si? El pasado es pasado, no tiene por que afectarte algo que él
decidió.

-Yo intenté hacer lo mismo por eso entiendo su dolor.

-¿Y? Tu deber es mirar al frente, no tiene por qué importarte la vida de otras
personas. Por eso mismo, estás arruinando la tuya.

-¿De qué hablas?

-No quiero estar con alguien que hace cosas terribles por culpa de otras
personas.

-¿Estás terminando conmigo?

-Supongo, ni siquiera creo que lo nuestro haya sido real. Héctor enfurecido
frunce el ceño.

-De verdad te amo, sabes mis más oscuros secretos -grita Hé- ctor- ¡yo mismo
te dije que sufro de micropene! -nota su error y de inmediato abre los ojos
muy grande porque todos al rededor han escuchado. Las burlas aumentan y
Héctor avergonzado sale corriendo del lugar.

En la cafetería de la escuela, Ethan y Gabriel se encuentran al- morzando


juntos y al frente aparecen Arely y Rénee para hacerles

compañía como una cita doble.

-Chicos, creo que deberían coronarnos como las mejores parejas gay de la
escuela -dice Arely dejando su bandeja en la mesa.

-Nosotros somos el primer lugar -menciona Gabriel, después le da un beso en


la mejilla a Ethan.

-Se ven muy bien juntos -se encarga de decir Rénee.


-Muchas gracias -dice Ethan -igual ustedes. Ahora, Arely le da un beso en la
mejilla a su chica.

-Por si no lo saben, Ethan y yo tendremos un viaje durante las vacaciones. Mi


hermano menor tiene una banda así que tendrá una pequeña gira por el país.

-Waoo, eso es impresionante -dice Arely mientras muerde un pedazo de


zanahoria.

Al mismo tiempo a Rénee se le ocurre una grandiosa idea, aun- que no sabe si
Gabriel estará de acuerdo.

-¿Crees que haya espacio para nosotras?

Arely siente que la zanahoria no pasa de su garganta y comienza con un


ataque de tos.

-Por supuesto ¿en serio quieren acompañarnos? -menciona Ethan.

-Bueno, solo si Arely está de acuerdo.

Ethan observa Arely de una manera suplicante, es que cree que será más
cómodo si es acompañado por otra persona conocida. Considera que es muy
buena amiga y así se divertirán mucho los cuatro juntos. Arely sonríe después
de unos segundos.

-Creo que si, será genial -menciona animada.

Rénee aplaude felizmente.

-¿Estudias aquí? -pregunta Gabriel.

-Ah no, solamente estoy visitando a mi chica -la rodea con sus brazos mientras
Arely apoya su cabeza en el hombro de Rénee.

En el pasillo de la escuela, Diana regresa al edificio después de su almuerzo y


camina por el pasillo pensando en tantas cosas. Se encuentra tan distraída
que choca accidentalmente con un chico. Por si fuera poco, se trata de Aiden.

-Cuanto lo siento -menciona de inmediato.

-Tranquila, estoy bien.

Diana avergonzada respira hondo porque no puede creer que aún se tope con
él, parece que el destino quiere torturarla.

-¿Cómo te sientes?

-No quiero hablar más de Alexis, tenemos que seguir adelante.


Aiden siente un nudo en la garganta, necesita ser honesto o de lo contrario la
culpa nunca lo dejará dormir.

-Yo -hace una pausa mientras Diana lo mira fijamente a los ojos

-le dije a Alexis que saliera de tu vida, para siempre, creo que me obedeció y
me siento tan culpable.

Diana niega por completo sin mostrar algún gesto.

-No es tu culpa, lo repitieron mil veces, Alexis tenía problemas y cometió un


error al no pedir ayuda.

Aiden arquea las cejas porque nunca pensó que tomara la noticia de esa
manera.

-A menos de que lo hayas asesinado tú mismo.

-No, no, para nada.

Diana sigue su camino hasta el aula de clases, Aiden decide acompañarla y se


sienta a su lado sobre el mismo lugar.

-Escucha, bueno, eres la primera persona que sabrá sobre esto

-menciona Aiden -un productor musical me llamó, al parecer ten- dré un


disco.

-¿En serio? -Diana sonríe, se siente bastante feliz por él.

-Si, de hecho, me pidieron viajar a Los Ángeles con un acompa- ñante y me


preguntaba si tú...

Diana sabe perfectamente cuál es el punto de la historia y decide detener a


Aiden antes de que arruine con su momento.

-Me encantaría Aiden, pero, esa no es mi vida.

Aiden siente como su corazón se rompe en mil pedazos.

-¿No quieres?

-No puedo dejar de ir a la escuela y hacer una vida contigo mien- tras triunfas
¿me entiendes? Quiero ser una chica normal, seguir siendo animadora, tocar
piano, sacar buenas notas e ir a la univer- sidad. Me he esforzado tanto para
esto.

Aiden asiente, de verdad entiende el motivo y no quiere estro- pear los planes
de la chica que tanto adora.
-¿Sabes? Si de verdad triunfas, ya tienes una fan número uno.

Diana decidida le roba un beso a Aiden y por supuesto que el chico lo


responde felizmente.

-Eso fue de la buena suerte, de verdad te mereces todo. Aiden sonríe.

-Además, ya sabes quién es la persona indicada que puede acom-

pañarte en el viaje.

Es tan tonto que no piensa de quién se trata.

-Ethan -responde Diana un minuto después.

Aiden de inmediato siente un vacío en su cuerpo, quizá anterior- mente no


hubiera dudado sobre ello, pero ahora no sabe exacta- mente cuál será la
respuesta de Ethan al invitarlo.

-¿Crees que...

-Ethan te quiere mucho a pesar de todo lo que ha sucedido.

-Lo dudo mucho.

Recuerda un momento en su infancia cuando Aiden cantaba so- bre la cama


mientras Ethan y otras figuras de acción se encontra- ban sobre el suelo
admirando a la estrella en el escenario. Cuando la canción finalizó, Ethan
aplaudió muy emocionado.

-Gracias -menciona Aiden haciendo una reverencia.

-De verdad que eres el mejor.

-Lo sé y tu serás mi pianista principal, no lo dudes.

-Por supuesto, cuando seas famoso, ahí estaré para ti, no im- porta si no soy el
pianista -Ethan rodea con su brazo a Aiden.

El flashback termina cuando la campana suena anunciando el inicio de la


clase. Aiden respira hondo y se levanta del lugar para marcharse a su aula
indicada. Antes mira una vez más a Diana.

-Te amo Diana Vargas, cambiaste mi vida por completo y pro- meto nunca
olvidarte.

Diana sonríe porque sus palabras significan mucho para ella, aunque no
podrán estar juntos, reconoce que Aiden pertenece a su corazón sin importar
lo que suceda.
Aiden se marcha y se siente completamente convencido de recu- perar a
Ethan, sabe perfectamente que no será tarea fácil, no sabrá si no lo intenta.

Ethan y Héctor se encuentran en la sala reunidos con sus padres, al parecer


el padre de Héctor no se siente nada feliz con lo sucedido y ahora que las
vacaciones llegan tienen una noticia para ambos.

-¿Qué sucede aquí? -pregunta Ethan.

-Bueno, quiero dejar en claro que ninguno de los dos es el culpa- ble de esto -
menciona la madre de Ethan.

-¿De qué hablan? -ahora pregunta Héctor.

-Nos vamos a divorciar -dice el padre de Héctor -fue una de- cisión muy difícil
pero nos dimos cuenta que no está resultando nuestro matrimonio.

Héctor inclina la mirada mientras Ethan frunce el ceño molesto.

-¿Pero por qué? -Ethan no puede creerlo.

-Cariño, después podremos hablar de eso ¿si? -dice la madre de Ethan.

-Conseguí una transferencia en mi trabajo así que ahora que te expulsaron


podemos rehacer nuestra vida en otra ciudad campeón

-menciona el padre de Héctor.

A pesar de que ha conseguido buenos amigos, se convence total- mente de


aceptar la petición de su padre. Últimamente ha pasado tantas cosas que no
quiere recordar ninguna.

-Comienza a empacar tus cosas por favor.

Héctor asiente y se dirige a su habitación, Ethan muy molesto camina detrás


de él.

-¿Qué haces? ¿De verdad piensas abandonar todo?

-¿Es en serio? No has abierto los ojos, ya no me queda nada.

Héctor retira una maleta del armario y comienza a colocar su ropa, de verdad
quiere marcharse.

-¿Qué hay de mí? ¿No me consideras tu hermano?. Respira hondo.

-Comenzaba a encantarme estar en este lugar, pero ahora solo me recuerda a


todo lo que he perdido (capitán del equipo, Alexan- dra, Alexis, Brenda, la
escuela).
Continúa guardando sus cosas.

-Todos aquí te aceptamos tal y como eres ¿crees que en otro sitio lo hagan?

-No quiero saberlo, nadie se va a enterar de todos modos. Ethan resopla muy
molesto.

-Ahora, si me disculpas, necesito privacidad.

Héctor abre la puerta invitando a Ethan a salir. No menciona una palabra más
y se marcha muy molesto y triste a la vez.

Mientras Ethan intenta concentrarse en una melodía de piano, Aiden lo


sorprende entrando a su habitación.

-¿Estoy soñando?

-No, de verdad estoy aquí -menciona Aiden tomando asiento a su lado sobre la
cama -¿por qué hay un camión de mudanza?

-Una larga historia, Héctor y su padre se marchan.

Aiden arquea ambas cejas sorprendido, no quiere parecer entro- metido en


los problemas familiares así que decide tomar el asunto

del por qué asistió.

-Tengo buenas noticias.

Ethan sigue sin entender por que actúa como si nada sucediera entre ellos.

-Me llamó un productor musical y quiere lanzar un disco con mi voz -hace una
pausa Aiden.

Ethan cree que es una broma pero, al ver el rostro sonriente de Aiden se
convence totalmente de que dice la verdad.

-Muchas felicidades. Jamás dudé de ti.

-Pero tengo una propuesta para ti -Aiden se levanta y se coloca frente a Ethan
-tengo que viajar a Los Ángeles con un acompañan- te y recuerda que siempre
planeamos esto juntos. De verdad Ethan necesito que me apoyes ¿te
imaginas? Conciertos, comida gratis, ejercicio juntos, compras, todo volverá a
ser como antes.

Ethan no puede creer todo lo que está diciendo.

-Tú te encargaste de terminar nuestra amistad y ¿ahora vuelves de la nada a


pedirme acompañarte a iniciar tu carrera?
-De verdad lo lamento, los dos cometimos errores y creo que es hora de
iniciar desde cero. De verdad quiero que todo vuelva a ser como antes.

Aiden revisa a su alrededor y en el armario encuentra la caja con las


pertenencias de ambos chicos, toma el anillo y vuelve a colo- cárselo para
dejar en claro que su amistad continúa.

-Olvidaremos todo lo que sucedió este año, solo quiero que me des la
oportunidad de reparar los daños que hice.

Ethan analiza sus palabras sin encontrar una respuesta, no deja de pensar en
la razón por la que lo besó, ¿qué sucedería si en

otra

ocasión Aiden vuelve a embriagarse y vuelve a besarlo? No quiere más


confusiones en su vida, además, está convencido de que ama a Gabriel y no
quiere dejarlo.

-Lo tendré que pensar.

Aiden nota que no lo ha convencido del todo.

-Entiendo que amas a Gabriel y puede que él sea la razón por la que no
quieres acompañarme. No te pido que decidas entre ambos porque sé que a él
lo amas mucho, pero recuerda que has pasado toda tu vida junto a mí y a él lo
conoces de muy poco tiempo.

Ethan frunce el ceño confundido, es que no hay comparación entre Aiden y


Gabriel, sobre todo porque uno de ellos lo ama como debe ser y otro
solamente se encarga de crear confusiones. Aiden le da una palmada en el
hombro y sin una palabra más que decir, se retira de la habitación. El dilema
es muy grande para Ethan porque tiene que decidir entre su mejor amigo de
toda la vida y su actual novio, a quien ama demasiado.

Héctor asiste a la escuela para recoger las cosas de su casillero, todo


estudiante que pasa a su lado susurra cosas sobre él, incluso algunos se están
burlando por su problema de miembro. Los igno- ra por completo, en unos
momentos todo quedará en el olvido en cuanto se marche. Alexandra aparece
en el pasillo y nota el gesto de Héctor, se siente algo culpable de que haya
gritado su secreto frente a todos. Se dirige hasta él muy avergonzada.

-Hola -menciona ella.

Héctor encuentra su mirada, pero no responde y continúa guar- dando sus


cosas.

-¿No pedirás una oportunidad? -pregunta Alexandra.

-No, me marcharé de aquí, ya no hay nada que hacer.


-Alto ¿qué?

-Si, me iré de la ciudad, es una nueva oportunidad para mí.

-Pero...

-Lo lamento, te amo de verdad y espero que seas muy feliz. Héctor cierra su
casillero y se marcha antes de cometer un error,

es decir, puede que Alexandra lo convenza de quedarse y es algo que no


desea. Solamente quiere ser el de antes, aquel chico que no le tiene miedo a
nada, ni siquiera a lo que digan a sus espaldas.

Las clases del día terminan y Diana camina por el pasillo escu- chando “Too
Much To Ask” de Ed Sheeran con sus audífonos. Por un momento se detiene
al ver una convocatoria en la pizarra de actividades extracurriculares. Se
trata de una audición para todo aquel que toque instrumentos, sobre todo
piano, guitarra y per- cusiones. Los mejores obtendrán una beca para una
universidad llamada “Julliard” especializada en música y arte dramático.

-Deberías hacerlo -menciona una voz a sus espaldas. Se trata de Ethan en


compañía de Arely.

-No lo sé, no me siento lista. Arely la rodea con su brazo.

-El siguiente año es el último, deberías aprovechar esas oportu- nidades.

Diana se siente muy convencida de ello, su mayor sueño dedi- carse a tocar el
piano. Cuando se encuentra creando música con sus dedos es como si de
verdad se sintiera llena de vida. Como si fuera su

hogar.

Decidida,

anota

su

nombre

en

la

hoja

de

inscripciones,
inclusive mira a Ethan que también no para de pensar.

-¿Tú no lo harás?

Respira hondo, si viaja con Gabriel en un par de semanas volve- rá a la


escuela y todo será como antes. Pero si viaja con Aiden todo será diferente, es
decir, no cabe duda de que triunfará como solista así que no volverá a ser un
chico normal.

Un par de días después, Aiden recibe un correo con el itinerario de Los


Ángeles. Después de año nuevo, tiene que tomar un vuelo directo a Hollywood
y siente tanta emoción, pero a la vez miedo, inclusive porque Ethan no le ha
dado una respuesta. Decide visitar- lo y mostrarle todo lo que menciona dicho
correo. Como siempre, entra a la casa sin llamar a la puerta pero antes de
dirigirse a la habitación de Ethan, se encuentra con la madre.

-¿Aiden?

-Hola señora Jones, entraré con Ethan si no le importa.

-Espera -detiene a Aiden -¿que no te lo dijo?

-¿Decirme?

En la estación de autobuses, los cuatro chicos ya están listos para partir de la


ciudad. Ethan toma de la mano a Gabriel mientras Ré- nee rodea con su brazo
a Arely. Se sienten muy emocionados por asistir con una banda de rock a
diferentes ciudades, significa que no hay reglas y pueden hacer todo lo que
quieran, cuando quieran a la ahora que quieran. El autobús abre su puerta y
los pasajeros comienzan a abordar, excepto Ethan porque un problema
aparece frente a sus ojos.

-¿Qué haces aquí?

Se trata de Aiden que muere de frío pero aún así no piensa dejar que Ethan se
marche.

-Tenemos que hablar -menciona Aiden temblando.

Le pide a Gabriel y a ambas chicas subir al autobús mientras so- luciona sus
problemas. Ethan odia las despedidas y es por eso que no le dijo nada a
Aiden, de lo contrario sabía que esto iba a suceder.

-Aiden, lo lamento, pero no puedo ir contigo.

-¿Por qué? Adivino, Gabriel te lo dijo.

-No es eso, tú me confundes mucho, no sé que es lo que quieres.

-¿De qué hablas? Solo quiero recuperar los viejos tiempos, cum- plir todo lo
que planeamos.
Ethan pasa la mano por su cabello.

-Puedo ir contigo, pero tienes que responder esto... Aiden asiente.

-Dime ¿qué significó ese beso de la fiesta?

Aiden abre un poco la boca aterrado porque no sabe que respon- der, ya
hablaron de eso y quedó claro que no significaba nada.

-Ya lo hablamos, estaba ebrio.

-Sé sincero por favor.

-Ethan, de verdad no siento nada por ti, eres mi mejor amigo y solamente eso.
Quiero que me ayudes a cumplir este sueño, sin ti, todo será muy aburrido.

Ethan traga saliva y el autobús toca el claxon presionándolo. Ga- briel se


siente aterrado porque si se marcha, su corazón se romperá en mil pedazos.

-Lo lamento Aiden, espero que te diviertas.

Ethan toma su mochila y se dirige al autobús.

-No espera...

Logra subir antes de que Aiden pueda detenerlo. El conductor cierra la puerta
y pone en marcha el autobús porque se ha retrasa- do. Ethan siente un nudo
en la garganta pero aún así cree que es lo correcto, el viaje servirá para
olvidar totalmente a Aiden y pasar los mejores momentos junto a Gabriel.
Aiden no para de observar como su mejor amigo se aleja de él en el autobús.
No puede hacer nada, solo siente como sus emociones se alteran en su
interior.

Kilometros después, Ethan observa el letrero de “buen viaje” al igual que


Arely. Se sienten aterrados por alejarse tanto de sus ho- gares, pero
reconocen que es bueno para los dos, sobre todo porque son acompañados de
personas importantes en su vida.

Por otro lado, Héctor se encuentra desempacando sus cosas. Se siente listo
para volver a ser el de antes. Comenzará desde cero, pero aún así coloca en
su pared fotografías junto a Ethan, Alexan- dra e inclusive junto a Diana y
Arely, nunca los olvidará porque realmente fueron personas importantes en
su vida.

Días después, Aiden se encuentra saliendo del aeropuerto de los Ángeles


completamente solo, un hombre con traje elegante lleva un letrero con su
nombre y de inmediato menciona que se trata de él. Comienza el viaje hacia
una nueva vida para Aiden y aunque no tenga a su mejor amigo a su lado,
piensa que algún día podrá volver a reunirse con él.

Para Diana, es indispensable mencionar que tiene práctica de boxeo cuando


no es verdad. Sale de casa para ir al centro cultural de la ciudad y practicar
con el piano, incluso el dueño del lugar le ha propuesto dar clases a los niños
recibiendo una buena paga, de

inmediato lo acepta porque quiere recuperar el dinero y comprar su propio


piano. También quiere destacar en la audición y ganarse esa beca para entrar
a la universidad. Por ahora, su mayor competencia es Ethan, que sin pensarlo
más tiempo, también decidió inscribirse a las audiciones.

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