24-Sec de Lectura La Hija Del Molinero
24-Sec de Lectura La Hija Del Molinero
24-Sec de Lectura La Hija Del Molinero
El docente, para introducir a los chicos en el mundo de ficción creado por la autora
antes de comenzar a leer, aporta datos contextuales que otorgan sentido a la lectura
y favorecen la anticipación. Comparte con sus alumnos los datos sobre los autores
que figuran al final del libro, conversa sobre el título del cuento y lee la breve reseña
que se dispone en contratapa.
Tras esta lectura podrá conversar con los niños sobre la particular forma en que estos
autores recopilaron las historias que después incorporaron en sus libros, sobre qué
otras historias muy conocidas también escribieron... También propone discutir, a
partir de la lectura de la reseña, sobre los personajes que aparecen en esta obra y
sobre sus particularidades que seguramente promoverán el devenir de las acciones en
la historia: un padre fanfarrón y mentiroso, un rey que sólo desea ser más rico, una
joven que promete lo que no puede cumplir, un duende que puede conceder deseos
extraordinarios pero exige a cambio la vida de un inocente.
Una vez que se ha creado el clima propicio para la lectura, el docente lee sin
interrupciones el cuento. Durante la lectura transmite el efecto que el texto le
produce, no saltea párrafos ni sustituye palabras para facilitar la comprensión porque
sabe que es importante poner a los niños en contacto con los cuentos tal cual fueron
escritos ya que la lectura de literatura es una fuente privilegiada para ampliar los
medios de expresión.
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Posibles intervenciones
Caracterizar al molinero.
• Volver al texto para buscar aquello que el narrador cuenta sobre las acciones
de este personaje que permiten caracterizarlo como un hombre mentiroso y
fanfarrón.
Caracterizar al rey.
“Al ver tanto oro se quedó asombrado y muy complacido, aunque aquello sólo
sirviera para que deseara más”.
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• Analizar qué significa el siguiente fragmento:
“...el rey sintió un regocijo más allá de toda mesura y contención, más su
avaricia seguía sin verse satisfecha...”
• Analizar por qué el rey se desposa con la muchacha a pesar de aceptar que “no es
más que la hija de un molinero”.
“Una vez dicho esto, cerró la puerta con llave”, “se quedó asombrado y muy
complacido, aunque aquello sólo sirviera para que deseara más”, “Al ver el oro,
el rey sintió un regocijo más allá de toda mesura y contención, mas su avaricia
seguía sin verse satisfecha”.
Caracterizar al hombrecillo.
• Volver a leer el final de la historia y compararlo con los finales de otras historias
maravillosas conocidas:
“Y así, la hija del molinero vivió feliz para siempre y nunca más volvió a ver al
enano saltarín.”
• Realizar un análisis de comparaciones con otros cuentos leídos tales como “Caperucita
Roja”, “Los siete cabritos”, “Blancanieves”, “La bella durmiente”, etc. (no todos han
leído lo mismo, ni en las mismas circunstancias, pero se convierte en un momento
propicio también para analizar eso que bien dice Marc Soriano (1) “unos cuentos que
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Marc Soriano (2005) “la Literatura para Niños y Jóvenes.” Buenos Aires, Colihue
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los niños conocen antes de ir a la escuela, que han leído incluso antes de aprender a leer
y recordarán siempre, aunque no vuelvan a leerlos y aun cuando no les guste leer”).
A MODO DE EJEMPLOS:
• Las características del contexto presentes no sólo a través de las palabras sino
también de la ilustración: los espacios, lugares, personajes, objetos propios de “otros
tiempos, de otros siglos”. Castillos, bosques, reyes, princesas, la rueca, el reloj con
mueble, etcétera.
• La aparición de ciertos números que se reiteran en las historias tradicionales: son tres
las noches del encierro, tres los pedidos que hace el hombrecillo, tres días los que le
concede a la reina para averiguar su nombre, las listas de nombres que presenta la
reina también se organizan en tríos en el relato. Así, en muchas versiones, son tres
los bailes a los que acude Cenicienta; los vestidos maravillosos que Piel de Asno pide
a su padre, las casas de los cerditos que intenta derribar el lobo, los deseos que
otorga el pez mágico al viejo pescador. En otros cuentos tradicionales, números como
el siete o el cinco reaparecen con frecuencia.
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