Sec de Lectura El Hijo Del Elefante
Sec de Lectura El Hijo Del Elefante
Sec de Lectura El Hijo Del Elefante
Leer el cuento antes de distribuirlo entre los chicos es un recurso al que puede o no
apelarse; da lugar a que ellos disfruten plenamente de la lectura del maestro y a que
enfrenten, poco después, la lectura por sí mismos de un cuento del que ya conocen
la historia y el contexto verbal del relato.
Si mientras entrega los ejemplares el maestro reitera el inicio del cuento, puede
llamar la atención de los chicos sobre su destinatario explícito, bastará
probablemente con resaltar su presencia en una nueva lectura:
¿Qué piensan los chicos de este inicio del cuento?, ¿y del final?:
[...] “y desde aquel día, hijo mío, todos los elefantes [...] tienen una
trompa exactamente igual a la de aquel elefantito insaciablemente
curioso.”
“y desde aquel día, niños de cuarto grado, todos los elefantes [...]
tienen una trompa exactamente igual a la de aquel elefantito
insaciablemente curioso.”
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Seguramente los niños señalarán que el narrador cuenta este cuento a su hijo. Será
bueno comprobar dentro de algunos días, en la biografía, si verdaderamente Rudyard
Kipling tuvo hijos. De este modo, el maestro da tiempo para que los niños se
encuentren con sus libros y abre una pregunta para buscar la respuesta en la
biografía del autor.
El maestro puede optar por continuar con la relectura del inicio del cuento e invitar
a los niños a que conozcan a este elefante de los tiempos remotos:
“Sólo poseía una nariz oscura y curvada, del tamaño de una bota, que
podía mover de un lado a otro pero con la que no podía agarrar nada”
¿Creen los chicos que las imágenes de la primera página coinciden con la
descripción del narrador?, ¿sería así la trompa del elefante de los tiempos
remotos?
Cuando se abre al intercambio el maestro necesita estar atento para retomar algunos
comentarios y confrontarlos con otros o llevar a ampliarlos. Efectivamente, el relato
no sólo permite saber que el elefantito era insaciablemente curioso; también da
noticias sobre el tamaño del protagonista, sus modales, su familia, el lugar en el que
vivía, su alimentación y otros aspectos. El maestro puede releer o proponer que los
chicos relean individualmente o con el compañero para indagar sobre las
características del hijo del elefante; esta búsqueda esconde propósitos didácticos de
diverso alcance.
En primer lugar, cuando los niños disponen de un ejemplar propio del cuento leído,
es necesario alentar el regreso al texto y promover la lectura y la relectura por sí
mismos. Haciéndolo, se aprovecha la presencia de los libros para enriquecer la
formación de los lectores y promover su autonomía.
• en su viaje de ida dejaba las cáscaras de melón sobre el suelo, pero que en su
viaje de regreso..........................................................................;
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En todo caso, el maestro puede sugerir que las características del protagonista no son
las mismas a lo largo de todo el cuento. Los chicos vuelven al texto y releen para
descubrir qué ocurrió, por ejemplo, con la trompa -que es la transformación más
evidente-, pero también con sus buenos modales y con su curiosidad.
Emplea dos o tres clases a lo largo de la semana para releer y comentar los hallazgos
que unos y otros van realizando. No es necesario forzar a los niños para que alcancen
la interpretación de los adultos, pero sí darles tiempo y pistas para alentar
profundizaciones.
El cuento ofrece además otros aspectos interesantes. Los chicos deben revisarlo
tantas veces como sea necesario, releer con diversos propósitos, conocerlo
profundamente, hacerse expertos lectores de El hijo del elefante. De ese modo,
verán que el protagonista está rodeado de numerosos personajes:
• sus parientes:
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El docente puede abrir, como se ve, a la lectura de algunos otros textos para ampliar
la información de la que los chicos disponen. Así también, puede hacerlo respecto a
África, la patria del elefantito, y respecto al río Limpopo, para saber más de él de lo
que describe el pájaro Kolokolo.
Las historias que los lectores van conociendo se vinculan entre sí; unas traen el
recuerdo de otras. Se tejen y establecen, de ese modo, relaciones intertextuales que
enriquecen la comprensión del nuevo cuento y, retroactivamente, del que se conocía
de antes. Del mismo modo, la lectura de una nueva historia del mismo autor -que el
maestro puede propiciar- permite encontrar temas recurrentes, descripciones
emparentadas, escenarios comunes, en fin, estilos y preferencias del autor a partir
de los vínculos intertextuales.
¿De qué manera le resultan útiles al elefantito las cáscaras de melón que
fue dejando sobre el camino en su viaje de ida? ¿En qué otros cuentos los
personajes apelan a un recurso similar para encontrar el camino de
regreso? (Si los chicos no conocen Hansel y Gretel o Pulgarcito, el maestro
puede leérselos.)
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que el elefantito resiste el ataque del cocodrilo merece ser releída (1)), pero también
localizar en él cuántas veces aparece el destinatario explícito de esta historia –hijo
mío-, constatar las características del protagonista que no resultan tan explícitas
como su curiosidad –“caminante curioso e inexperto” como lo llama la boa- o del río
Limpopo según lo describe el pájaro kolokolo; registrar los cambios físicos y
psicológicos del protagonista; comparar o confrontar interpretaciones (por ejemplo,
¿todos creen que la boa tuvo desde el primer momento intención de ayudar al
elefantito?, ¿o se conmovió cuando lo vio en peligro?, ¿cómo se explican la aparición
del pájaro kolokolo en distintos momentos de la historia?, el narrador, ¿permite
suponer que el pájaro acompañó al protagonista en su viaje?, ¿por qué el ilustrador lo
hará estar presente?)
Una vez que los chicos conocen bien el relato de Kipling, pueden ampliar,
corregir o mejorar el texto de la contratapa.
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El maestro lee el cuento por primera vez; luego los niños tienen oportunidad de explorarlo y de
comentar la historia. En los días subsiguientes –seguidos o alternados, pero preferentemente previamente
establecidos- se profundiza la lectura. El maestro propone los diversos comentarios sugeridos en este
documento u otros que considere interesantes, pero cada oportunidad exige una relectura total o parcial
del cuento, una búsqueda propuesta por el docente... Se trata de que los alumnos lean, es decir, de que
profundicen su comprensión del cuento y también sus posibilidades de leer convencionalmente.
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En la secuencia prevista para el año se propone la lectura y escritura de biografías del autor.