Amparo Contra Laudos Arbitrales
Amparo Contra Laudos Arbitrales
Amparo Contra Laudos Arbitrales
Del mismo modo, el extremo del artículo en que se establece que no procede el amparo
para cuestionar resoluciones judiciales emanadas de un procedimiento regular es
aplicable, por extensión, al arbitraje puesto que la labor que realiza el árbitro o tribunal
arbitral para la resolución de una determinada controversia, es manifestación del
ejercicio de la función jurisdiccional que —de manera excepcional— les ha atribuido la
Constitución. Al respecto, es importante precisar que la intangibilidad de las
resoluciones judiciales y —por extensión— de las resoluciones arbitrales, está
condicionada a que se trate de un proceso «regular»; en caso contrario, queda habilitada
la vía del proceso de amparo.1
Por su parte, el artículo 4 del Código Procesal Constitucional regula la procedencia del
proceso de amparo contra resoluciones judiciales en los siguientes términos:
Artículo 4.- Procedencia respecto de resoluciones judiciales
«El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con
manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la
justicia y el debido proceso. Es improcedente cuando el agraviado dejó
consentirla resolución que dice afectarlo. [...]».
En consecuencia, es perfectamente posible cuestionar una resolución arbitral en sede
constitucional, a través del proceso de amparo; siempre que se observen los
presupuestos de procedibilidad establecidos por el Código Procesal Constitucional y los
criterios establecidos por el Tribunal Constitucional, tanto en la sentencia recaída en el
Caso Cantuarias Salaverry como en el Caso Algamarca, tal como veremos a
continuación.
Presupuestos de procedibilidad
1
Vid. Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente n.° 3179- 2004-AA/TC, donde el
Tribunal Constitucional establece el canon interpretativo bajo el cual realizará el control constitucional
de las resoluciones judiciales, el cual estará compuesto, en primer lugar, por un examen de
razonabilidad; en segundo lugar, por un examen de coherencia; y, finalmente, por un examen de
suficiencia.
Los presupuestos de procedibilidad para la tramitación de un proceso constitucional de
amparo han sido recogidos, entre otros, en los artículos 2, 3, 4, 5 y 45 del Código
Procesal Constitucional y son aplicables —en cuanto sea pertinente— al proceso de
amparo contra resoluciones arbitrales. No obstante, el Tribunal Constitucional ha
incidido de manera especial en el momento en el cual quedaría habilitada la vía del
amparo, a fin de compatibilizar este proceso de tutela de derechos fundamentales con el
reconocimiento de los principios de no interferencia y kompetenz-kompetenz de la
jurisdicción arbitral.
3.- En caso un Laudo Arbitral hubiera resuelto materia relacionada con derechos
indisponibles, ello deberá cuestionarse a través del Recurso de Anulación y no a través
de un Amparo.
5.- Sólo procede la demanda de amparo contra de Laudos Arbitrales en los siguientes
casos:
- Cuando el Laudo Arbitral hubiera inaplicado una norma -vía control difuso- que el
TC o el Poder Judicial declaró constitucional (en un proceso de inconstitucionalidad o
un proceso de acción popular).
3
http://www.garciasayan.com/blog-legal/2011/10/27/tribunal-constitucional-establece-nuevo
precedente-sobre-la-procedencia-de-acciones-de-amparo-contra-laudos-arbitrales/ “García Sayán
Abogados”
- Cuando la demanda de amparo hubiera sido interpuesta por un tercero que no forma
parte del convenio arbitral y se sustente en la afectación directa y manifiesta de sus
derechos constitucionales (salvo caso de extensión de convenio arbitral).
6.- Los árbitros podrán aplicar control difuso sobre una norma aplicable al caso
concreto, sólo en caso dicha norma sea de tal importancia, que dependa la validez del
Laudo. Asimismo, el Tribunal Arbitral podrá aplicar control difuso siempre que no sea
posible encontrar una interpretación conforme a la Constitución
4
ABAD YUPANQUI, Samuel. “EL PROCESO DE AMPARO EN MATERIA ELECTORAL: UN INSTRUMENTO
PARA LA TUTELA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES”. Lima – Perú
En un sentido restringido, podemos decir que son intérpretes vinculantes de la
Constitución el Congreso, el Poder Judicial (PJ), el TC y el JNE5. El JNE es un
tribunal electoral autónomo que puede interpretar la Constitución. Sobre es este punto
debemos señalar que el citado jurado ejerce dos actividades: una administrativa y otra
jurisdiccional, de lo cual se deriva que la naturaleza jurídica de sus resoluciones
presenta, al mismo tiempo, esa doble connotación6.
Una resolución del JNE tendrá naturaleza jurisdiccional cuando resuelva conflictos
jurídicos surgidos en el marco de un proceso electoral, de referéndum u otras consultas
populares y solo en este caso dicha resolución podrá ser cuestionada vía el proceso de
amparo7.
El artículo 13 del Decreto Ley 14250 de fecha 5 de diciembre de 1962 estableció que
“El Jurado Nacional de elecciones es la autoridad suprema en materia electoral, y contra
sus decisiones no procede recurso alguno. No podrá el mismo Jurado reconsiderar,
revisar o modificar su fallos”.
5
GARCÍA BELAUNDE, Domingo. La interpretación constitucional como problema. En: FERRER MAC-
GREGOR, Eduardo (Coordinador). Interpretación Constitucional. México, Porrúa-UNAM, 2005. Tomo I, p.
618.
6
PALMA ENCALADA, Leny. El control constitucional de las resoluciones del Jurado Nacional de
Elecciones. Comentarios a partir de una reciente sentencia del Tribunal Constitucional (Caso: Pedro
Andrés Lizana Puelles). p. 64. En: Revista Peruana de Jurisprudencia. Año 7, Nº 58. Diciembre 2005.
7
PALMA ENCALADA, Leny. Op. cit., p. 64.
La jurisprudencia del Tribunal de Garantías Constitucionales reconoció la
irreversibilidad de las resoluciones del JNE, basándose en la preconstitucional Ley
14250 y la Ley 24079 dictada durante la vigencia de la Constitución derogada8.
Es evidente que la doctrina del Tribunal veda al PJ el conocimiento del amparo cuando
se discuten cuestiones electorales pues entiende que se trata de una materia que es
atribución exclusiva del JNE y que, en consecuencia, no puede judicializarse 9. Esta tesis
del Tribunal de Garantías Constitucionales fue adoptada en la Constitución de 1993.
8
ABAD YUPANQUI, Samuel. El proceso de amparo en materia electoral: Un instrumento para la tutela de
los derechos fundamentales. En http://www.justiciaviva.org.pe/tc_aldia.htm, p. 212-213.
9
ABAD YUPANQUI, Samuel. Ibídem, p. 215.
10
ABAD YUPANQUI, Samuel. El nuevo modelo de Jurisdicción Constitucional en el Perú: Antecedentes,
Balance y Perspectivas. En http://www.bibliojurídica.org/libros/1/11312.pdf, p. 22
La intención de dichos dispositivos fue impedir el empleo de la acción de amparo contra
las resoluciones del JNE.
En esa línea, algunos autores extranjeros consideran al Perú como uno de los países en
los cuales existen tribunales electorales autónomos que por tener un carácter supremo
sus resoluciones no son impugnables, ni siquiera por motivo de inconstitucionalidad.
11
CASTAÑEDA OTSU, Susana Ynés. El Poder Judicial del Perú y el Proceso de Reforma Constitucional. En
La Constitución y su Defensa. GARCIA BELAUNDE, Domingo. Lima, Grijley, 2003, p.296-297.
12
ROSPIGLIOSI VEGA, Alejandro José. La irrevisabilidad de las resoluciones del JNE en el sistema legal
peruano. Jurado Nacional de Elecciones. Gerencia de Educación. Lima. 2005. En
http://www.jne.gob.pe/archivos/Exp_Irrevisabilidad.pdf.
13
CAIRO ROLDAN, Omar. La amenaza de los amparos. En
http://www.justiciaviva.org.pe/jnextc/amenaza_amparo.doc.
14
TUESTA SOLDEVILLA, Fernando. El desamparo electoral. En
http://www.optimusproducciones.com/politika/desamparo.htm.
Asumiendo la hipótesis de que el constituyente no quiso que procediera el amparo
contra las resoluciones del JNE tal como fluye del texto de los artículos 142 y 181 de
la Constitución ¿Dicha interpretación es sostenible constitucionalmente?
Admitir dicha tesis implica admitir también la existencia de “zonas exentas de control
jurisdiccional” o de “causas no justiciables”. Al respecto, BIDART CAMPOS15 señala:
15
BIDART CAMPOS, Germán. Derecho Constitucional Argentino. Buenos Aires, Ediar, 1986, p. 82.
contra normas legales ni contra resoluciones judiciales emanadas de
procedimiento regular”, regla que está fuera de sitio porque debe aplicarse
también a las otras acciones constitucionales y, por lo tanto, debiera estar
en artículo o, cuando menos, en párrafo aparte. En todo caso, es muy fácil
hacer la analogía y aplicarla a las otras cuando fuera pertinente. Por lo
demás, ello queda autorizado en la Ley 23506 y en la Constitución no está
prohibido, por lo que consideramos que es perfectamente lícito hacer la
aplicación propuesta16”
16
RUBIO CORREA, Marcial. Estudio de la Constitución Política de 1993., t. V, Lima, Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, 1999, p. 408.
17
ABAD YUPANQUI, Samuel. El proceso constitucional de amparo. Lima, Gaceta Jurídica, 2004, p. 442.
18
RAMÍREZ SÁNCHEZ, Félix Enrique. La irrevisabilidad de los fallos del Jurado Nacional de Elecciones vs.
Control Constitucional: Una polémica que no cesa. En Revista Jurídica del Perú Año LVI Nº 66. Trujillo,
Editorial Normas Legales, Enero- Febrero 2006, p. 243-244.
Retomando la doctrina del Tribunal de Garantías Constitucionales, el propio TC
reconoce la existencia de las zonas exentas de control constitucional al señalar que “En
un Estado Constitucional de Derecho no existen (ni pueden auspiciarse) zonas exentas
de control constitucional, más allá de aquellas que la propia Constitución pueda
haber establecido con carácter excepcional”19
19
STC 1230-2002-HC/TC. Caso Tineo Cabrera. Enhttp://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2002/01230-
2002-HC.html.
20
STC 2409-2002-AA/TC. Caso Gonzales Ríos. En http://tc.gob.pe/jurisprudencia/2002/02409-2002-
AA.html.
jurídico-estatal y, como tal, la validez de todos los actos y normas expedidos
por los poderes públicos depende de su conformidad con ella21”.
En los casos Gonzáles Ríos y Almenara Bryson el TC recusa una interpretación literal
de la Constitución y cambia su línea jurisprudencial proclamando la inexistencia de
zonas exentas de control.
21
STC 1941-2002-AA/TC. Caso Almenara Bryson. Enhttp://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2003/01941-
2002-AA.html.
22
RAMÍREZ SÁNCHEZ, Félix Enrique. Ibídem, p. 247.
23
PALMA ENCALADA, Leny. El control constitucional de las resoluciones del Jurado Nacional de
Elecciones. En Revista Peruana de Jurisprudencia Año 7 Nº 58, Trujillo, Editorial Normas Legales,
Diciembre 2005, p. 67.
decisiones de JNE que vulneren la garantía a la participación política por parte de los
ciudadanos24.
La Comisión concluyó que las disposiciones del ordenamiento jurídico peruano que
establecen, respectivamente, que las resoluciones del JNE "son dictadas en instancia
final, definitiva y no son revisables. Contra ellas no procede recurso alguno" (artículo
181 constitucional), violan el derecho a un recurso sencillo y rápido" que la ampare
contra actos que violan sus derechos fundamentales, tal como lo prevé el artículo 25 de
la misma Convención.
24
ABAD YUPANQUI, Samuel. El proceso constitucional de amparo. Op. cit, p. 463.
son propias de dicho órgano en materia electoral. Ese control es
indispensable cuando los órganos supremos electorales, como el Consejo
Supremo Electoral en Nicaragua, tienen amplias atribuciones, que exceden
las facultades administrativas, y que podrían ser utilizados, sin un
adecuado control, para favorecer determinados fines partidistas. En este
ámbito, dicho recurso debe ser sencillo y rápido, tomando en cuenta las
particularidades del procedimiento electoral (supra párr. 150).
176. Por todo lo expuesto, la Corte concluye que el Estado
violó el derecho a la protección judicial consagrado en el artículo 25.1 de
la Convención Americana, en perjuicio de los candidatos propuestos por
YATAMA para participar en las elecciones municipales de 2000, en
relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma”.
25
MONTOYA CHÁVEZ, Víctor Hugo ¿Puede el TC revisar las resoluciones del JNE? En Actualidad Jurídica,
N° 144, Lima, Editorial Gaceta Jurídica, Noviembre 2005, p. 136.
26
ABAD YUPANQUI, Samuel. Ibídem, p. 458.
Reconstrucción Democrática, a fin de participar en el proceso electoral municipal de
noviembre de 2002, que se deje sin efecto la Resolución del Jurado Electoral Especial
de Ica del 28 de agosto de 2002, que declaró fundada la tacha interpuesta contra su
candidatura y lo excluyó de la lista en la que participaba y que se ordenara que el
Jurado Electoral Especial de Ica autorice su habilitación en la lista del Partido de
Reconstrucción Democrática y su condición de candidato en el ya referido proceso
electoral. Posteriormente y en vía de ampliación, solicita también que, al haber salido
ganadora la lista a la cual pertenecía durante los comicios del 17 de noviembre de 2002,
se le incorpore como Alcalde Electo del citado Concejo Distrital.
En primer lugar, como anota ABAD, la sentencia señaló con claridad que no existen
zonas exentas al control constitucional. Recordemos que en el caso GONZALES RÍOS
el TC había establecido la procedencia del amparo contra las resoluciones del CNM,
tras considerar una lectura sistemática de la Constitución y una aplicación integral de las
normas relativas a los derechos fundamentales, descartando la existencia de “zonas de
indefensión”.
En segundo lugar, se establece que las resoluciones del JNE serán irrevisables siempre y
cuando sean compatibles con el cuadro de valores de la Constitución. En tal caso,
estaríamos ante un ejercicio regular de las competencias constitucionales del JNE en
materia electoral, materia que es ajena a la competencia del TC.
27
STC Nº 2366-2003-AA/TC. Caso Espino Espino. Enhttp://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2004/02366-
2003-AA.html.
En tercer lugar, se precisa que las resoluciones del JNE serán pasibles de control si
vulneran los derechos fundamentales. En tal supuesto, al incurrir el JNE en un
ejercicio abusivo de sus facultades al expedir la resolución, vulnerando derechos
fundamentales, el asunto puede ser materia del control jurisdiccional por parte de los
jueces ordinarios en primera instancia y en definitiva por el TC, competencia que es
ajena a la materia electoral y privativa de los órganos de la justicia constitucional.
(…)
Ante la inminente entrada en vigor del CPC, el Tribunal dejó entrever que en lo
sucesivo las demandas serían amparadas de conformidad con lo prescrito por su
artículo 129.
El texto original del artículo 5 inciso 8 del CPC, aprobado por Ley 28237, vigente
desde el 1° de diciembre de 2004 prescribía:
Dicha norma “autoriza el amparo cuando se viola la tutela procesal efectiva que a
tenor del propio Código comprende el derecho de acceso a la justicia y el debido
proceso. La citada propuesta innova el ordenamiento vigente, interpretando
creativamente el artículo 142 de la Constitución, pues parte de asumir que en materia
28
STC N° 0252-2004-AA/TC. Caso Laguerre Gallardo. En
http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2004/00252-2004-AA%20Resolucion.html.
29
Código Procesal Constitucional. Artículo 1.- Finalidad de los Procesos
(…)
Si luego de presentada la demanda cesa la agresión o amenaza por decisión voluntaria del agresor, o si
ella deviene en irreparable, el Juez, atendiendo al agravio producido, declarará fundada la demanda
precisando los alcances de su decisión, disponiendo que el emplazado no vuelva a incurrir en las acciones
u omisiones que motivaron la interposición de la demanda, y que si procediere de modo contrario se le
aplicarán las medidas coercitivas previstas en el artículo 22 del presente Código, sin perjuicio de la
responsabilidad penal que corresponda.
electoral no pueden existir zonas exentas de control, y por tanto, permite que en
ciertas circunstancias proceda el proceso de amparo” .
La norma glosada consagra un amparo electoral restringido contra las resoluciones del
JNE que no sean de naturaleza jurisdiccional, y a las resoluciones jurisdiccionales que
violen la tutela procesal efectiva30.
Otro derecho constitucional que podría ser afectado por las resoluciones del JNE es el
derecho de participación política. Sin embargo el legislador del CPC no hizo mención
de dicho derecho en la norma bajo comento, que pasó inadvertidamente por el tamiz del
Congreso. El legislador peruano jamás tuvo la intención de hacer sus mejores esfuerzos
para implementar las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos
El mismo Congreso que aprobó el CPC, con la procedencia del amparo electoral,
recibió varias iniciativas legislativas para establecer la irrevisabilidad de las
resoluciones del JNE mediante el proceso de amparo constitucional. El pretexto fue la
posibilidad de que un ex presidente pudiera inscribir su candidatura por imperio de una
resolución judicial recaída en un proceso de amparo promovido contra la Resolución del
JNE que rechazara la inscripción de su candidatura. Paralelamente algunos Juzgados
comenzaron a conceder medidas cautelares a los demandantes, que invadían las
competencias del JNE. Así, un Juez ordenó la reposición de un Presidente de un
Gobierno Regional que había sido vacado. Una sentencia estimatoria por violación al
debido proceso no puede generar otro efecto que el de anular el proceso y reponerlo al
30
Código Procesal Constitucional. Artículo 4 in fine.- (…)
Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en la que se respetan, de
modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano jurisdiccional, a probar, de defensa, al
contradictorio e igualdad sustancial en el proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni
sometido a procedimientos distintos de los previstos por la ley, a la obtención de una resolución fundada
en derecho, a acceder a los medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad de revivir procesos
fenecidos, a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la
observancia del principio de legalidad procesal penal.
estado correspondiente. Si la afectación al debido proceso se produjo cuando el
funcionario se encontraba vacado, no es posible que mediante resolución cautelar se
ordene su reposición.