Este documento presenta la liturgia de la Pasión del Señor para el Viernes Santo. Incluye comentarios del sacerdote sobre el sentido de la celebración y la oración universal con once intenciones, incluyendo una intención especial por la emergencia del coronavirus. El sacerdote guía a los fieles a meditar en la Pasión de Cristo y a unirse en oración por diferentes necesidades de la Iglesia y del mundo.
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Este documento presenta la liturgia de la Pasión del Señor para el Viernes Santo. Incluye comentarios del sacerdote sobre el sentido de la celebración y la oración universal con once intenciones, incluyendo una intención especial por la emergencia del coronavirus. El sacerdote guía a los fieles a meditar en la Pasión de Cristo y a unirse en oración por diferentes necesidades de la Iglesia y del mundo.
Este documento presenta la liturgia de la Pasión del Señor para el Viernes Santo. Incluye comentarios del sacerdote sobre el sentido de la celebración y la oración universal con once intenciones, incluyendo una intención especial por la emergencia del coronavirus. El sacerdote guía a los fieles a meditar en la Pasión de Cristo y a unirse en oración por diferentes necesidades de la Iglesia y del mundo.
Este documento presenta la liturgia de la Pasión del Señor para el Viernes Santo. Incluye comentarios del sacerdote sobre el sentido de la celebración y la oración universal con once intenciones, incluyendo una intención especial por la emergencia del coronavirus. El sacerdote guía a los fieles a meditar en la Pasión de Cristo y a unirse en oración por diferentes necesidades de la Iglesia y del mundo.
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CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
SENTIDO DEL DIA
(Para ser leído al inicio de la transmisión) En este día, en que ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo, la Iglesia meditando la Pasión de su Señor y Esposo, y adorando la Cruz, conmemora su nacimiento. La Iglesia intercediendo por la salvación de todo el mundo, inicia propiamente la celebración de la Pascua. Ya que, se trata del «paso» de Jesús a través de la muerte a la vida nueva. La muerte de Jesús está llena de esperanza y de victoria. El Viernes Santo está centrado en la Cruz del Señor. Este día no está lleno de tristeza, sino de celebración. Hoy se proclama la Pasión del Señor y se adora la Cruz como el primer acto del Misterio Pascual. El color rojo, nos recuerda que no estamos en unas exequias, ni guardando luto, sino en una fiesta, Fiesta porque celebramos que Jesús se ha entregado voluntariamente a la muerte para salvar a toda la humanidad. COMENTARIO DE ENTRADA Hermanos, nos congregamos esta tarde de viernes santo, día en que recordamos y revivimos la pasión y muerte del Señor. Jesús nos ha enseñado que el sentido de la vida es el amor, y que el amor verdadero llega hasta el extremo de entregar la propia vida. Seremos contemplativos de la Cruz del Señor, donde tuvo origen la salvación del mundo, y, al comulgar, nos haremos partícipes de su Cuerpo entregado y de su Sangre derramada, que serán para nosotros elementos necesarios para renovar nuestro encuentro con Jesús en la palabra, como discípulos misioneros. Dispongámonos a vivir con mucho recogimiento esta sagrada celebración. COMENTARIO A LA POSTRACIÓN El sacerdote en silencio, se postra ante el altar, este gesto de humildad, de anonadación, expresa la pequeñez del hombre frente a la grandeza de Dios. El altar está desnudo, porque simboliza el cuerpo de Cristo que se inmola por nosotros, el altar es signo de la pobreza más extrema de Cristo al donarse en la cruz. Desde nuestras casas pongámonos de rodillas en actitud de adoración de este misterio de la entrega de Jesús por nosotros. COMENTARIO A LAS LECTURAS Jesús es el verdadero siervo, sumo sacerdote e intercesor. El camino de la cruz es el camino de nuestra vida, que debemos recorrer apoyados en Jesús. Al final Él nos dará la Victoria. Escuchemos con atención. COMENTARIO A LA ORACIÓN UNIVERSAL Concluimos la liturgia de la Palabra con la oración universal. Las intenciones de esta oración expresan el valor universal de la pasión de Cristo, elevado en la cruz para la salvación del mundo entero. Hoy de manera extraordinaria, oraremos por el fin de la actual circunstancia que desde hace un año atraviesa la humanidad. (Desde nuestros hogares nos unimos en absoluto silencio orando por todas las realidades, podemos permanecer en pie o arrodillarnos) ORACION UNIVERSAL I. Por la Santa Iglesia. Oremos, queridos hermanos, por la Iglesia santa de Dios, para que Dios nuestro Señor se digne merecerle la paz, la unidad, y su protección en toda la tierra; y para que nos conceda una vida pacífica y serena para glorificarlo como Dios padre omnipotente. Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todo poderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra de tu amor, para que tu Iglesia, extendida por todo el universo, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. II. Por el Papa. Oremos, también por nuestro Santo Padre el Papa FRANCISCO para que Dios nuestro Señor, quien lo eligió en el orden del Episcopado, para regir al pueblo santo de Dios, lo preserve de todo mal, para bien de su santa Iglesia Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todopoderoso y eterno, que en tu sabiduría todo lo diriges, atiende bondadoso nuestras suplicas y protege con tu amor a nuestro Papa, para que el pueblo cristiano, que Tú gobiernas bajo el cayado de este pastor, crezca en méritos y progrese en la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. III. Por todos los ministros y por el pueblo de Dios. Oremos también por nuestro obispo Pablo, por todos los obispos, presbíteros y diáconos de la Iglesia, y por todos los fieles del pueblo santo. Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todopoderoso y eterno, cuyo Espíritu santifica y gobierna todo el cuerpo de la Iglesia, escucha la suplicas que te dirigimos por tus ministros y haz que, con el don de tu gracia, te sirvamos en todas las cosas con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. IV. Por los Catecúmenos. Oremos, también por los catecúmenos, para que Dios nuestro Señor escuche sus oraciones, les abra de par en par la puerta de la misericordia, y, perdonados todos sus pecados por el bautismo, queden incorporados a Cristo Jesús, Señor nuestro. Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todo poderoso y eterno, que fecundas siempre a tu Iglesia con nuevos hijos, aumenta la fe y la sabiduría en los catecúmenos, para que, al renacer en la fuente bautismal, los cuentes entre tus hijos adoptivos. Por Jesucristo, nuestro Señor. V. Por la unidad de los Cristianos. Oremos, también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor se digne congregar y custodiar en la única Iglesia a quienes viven de acuerdo con la verdad Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todo poderoso y eterno, que congregas a los dispersos y conservas a los que congregaste, mira con bondad la grey de tu Hijo para que, a los consagrados por un solo Bautismo, los conserve unidos la integridad de la fe y los una el vínculo de la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. VI. Por los Judíos. Oremos, también por los judíos, que fueron los primeros a quienes habló Dios nuestro Señor, para que Él les conceda crecer en el amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza. Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todo poderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia, escucha con piedad las súplicas de tu Iglesia, para que el pueblo de la Antigua Alianza, logre alcanzar la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. VII. Por los que no creen en Cristo. Oremos, por los que no creen en Cristo, para que, también ellos, iluminados por el Espíritu Santo, puedan entrar en el camino de la salvación. Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todo poderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo, que, caminando en tu presencia con sinceridad de corazón, encuentren la verdad; y haz que nosotros, por el continuo crecimiento en el amor y por el deseo de conocer más plenamente el misterio de tu vida, seamos más perfectos testigos de tu caridad en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. VIII. Por los que no creen en Dios. Oremos, también por los que no conocen a Dios, para que viviendo rectamente según su conciencia merezcan encontrarlo. Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todo poderoso y eterno, que creaste a todos los hombres, para que deseándote te busquen, y para que al encontrarte descansen en Ti, concédenos que, en medio de las dificultades de este mundo, al ver los signos de tu amor y el testimonio de las buenas obras de los creyentes, todos los hombres se alegren al confesarte como único Dios verdadero y Padre de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. IX. Por los gobernantes de la naciones. Oremos, también por todos los gobernantes de las naciones, para que, de acuerdo con sus designios, Dios nuestro Señor los dirija en sus pensamientos y en sus decisiones hacia una autentica paz y libertad para todos. Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todo poderoso y eterno, en cuyas manos están los corazones de los hombres y el derecho de los pueblos, mira con bondad a nuestros gobernantes, para que, promuevan en toda la tierra, con tu ayuda, la prosperidad de los pueblos, la libertad religiosa y una paz duradera. Por Jesucristo, nuestro Señor. X. Por los que sufren. Oremos, queridos hermanos, a Dios Padre Todopoderoso, para que, en todo el mundo, aleje los errores, haga desaparecer las enfermedades y erradique el hambre, redima a los encarcelados, rompa las cadenas, proteja a los viajeros, conceda pronto regreso a los emigrantes y peregrinos, dé salud a los enfermos y conceda la salvación a los moribundos. Oración en silencio. Luego el sacerdote dice: Dios todo poderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que sufren, escucha las suplicas de los que te invocan en cualquier tribulación, para que todos experimenten en sus necesidades la alegría de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. XI. Por la emergencia del CORONAVIRUS (Intención especial del Obispo Diocesano, ante la actual Emergencia) Oremos también hermanos por todas las personas que han muerto a causa de esta epidemia, por sus familias que lamentan sus pérdidas, por los que se encuentran en grave peligro, por el personal médico y sanitario, para que en la cruz de Jesús, encuentren la fuerza para superar la adversidad. Oración en silencio. Luego el sacerdote dice la oración conclusiva de esta intención: Oh Dios, apoyo y fortaleza en la debilidad humana, Muéstranos la eficacia de tu auxilio y escucha nuestras suplicas confiadas. Por Jesucristo nuestro señor. ADORACIÓN DE LA SANTA CRUZ COMENTARIO Ha llegado el momento de contemplar el Vacío de Dios en el mundo, Cristo ha muerto por nuestros pecados, Cristo ha muerto para salvarnos, podemos decir como san Pablo: me amó y murió por mí. En este momento nos colocamos de rodillas y hacemos desde nuestras casas un acto de adoración al misterio de la cruz. No adoramos la materialidad de la cruz, sino lo que ella significa para nosotros, el gran misterio del amor de Dios. Después de la aclamación del sacerdote, respondemos: Venid adoremos. Una vez venerada la cruz, preséntela a los fieles que están en el templo y a los que siguen la transmisión para que adoren la cruz desde sus casas COMENTARIO: Ha llegado el momento de contemplar el vacío de Dios en el Mundo, Cristo a Muerto por nuestros pecados, Cristo a muerto para salvarnos, nos colocamos de Rodillas y hacemos desde nuestras casas un acto de adoración del misterio de la Cruz COMUNIÓN ESPIRITUAL COMENTADOR: para todos aquellos que no han podido comulgar y para aquellos hermanos, que participan de la celebración desde nuestros hogares, los invitamos a realizar un acto de contrición profundo, con el deseo de poder recibir a Jesús espiritualmente en nuestras vidas. Después de un momento de silencio, lee pausadamente Hermanos repitan conmigo: Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén. COMENTARIO A LA SALIDA: El altar permanece desnudo. Cristo ha muerto por nuestra Salvación. La casa está vacía, este vacío es sobrecogimiento, silencio y ayuno, es una celebración cultual en lo hondo. La Iglesia medita hoy la sepultura del Señor, su descanso, desde nuestras casas esperemos en silencio el grito de victoria de Cristo sobre la Muerte del gran Sábado de Gloria.