5 Min Lo Incidentes Son Advertencias Oc8pef
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SON
ADVERTENCIAS
CHARLA DE
5 MINUTOS
La seguridad no es cuestión de suerte.
En diferentes ocasiones se nos ha repetido que los accidentes son provocados por nuestros
propios errores, por nuestra negligencia o por no cumplir con las normas de prevención de
accidentes. También existen otro tipo de accidentes que provocamos denominados incidentes (o
casi-accidentes) ya que generalmente nadie resulta lesionado ni se produce ninguna pérdida
considerable, pero es importante reconocerlos.
Los incidentes son una clara advertencia de que algo está mal con la seguridad y de que existe
algún peligro o condición que necesita ser corregida.
Los accidentes que no causan lesiones se producen con mayor frecuencia, sin embargo, muchas
de estas situaciones no se reportan, y se pierde interés para corregirlas adecuadamente. Por
ejemplo, si cae un objeto pesado a nuestro lado, puede que nos lesione un pie o puede que no.
Si no nos lesiona lo llamamos incidente y la mayoría de las veces no tendríamos ningún interés
por corregir la condición ya que no sufrimos ningún daño. Si llegará a lesionarnos lo consideramos
un accidente y se investigarían las causas para hacer correcciones y evitar que vuelva a suceder.
Comúnmente si no nos daña no es importante para nadie. Pero deberíamos preguntarnos:
Tampoco celebremos esa suerte de la manera en que la gran mayoría lo haría: ignorando la
condición insegura porque no nos hizo ningún daño.
Lo más probable es que el nivel de alerta de alguien que sufrió un incidente era bueno en aquel
momento, y aunque pudo ser que no respetó alguna norma de seguridad, recompuso la situación
actuando en el instante. Sin embargo, la situación se queda a medias y no obligamos a las partes
responsables a corregir condición o no lo reportamos.
En el momento en el que no reportamos para corregir una condición insegura que causó un
incidente, nos hacemos responsables por un futuro accidente. Puede sucedernos a nosotros
mismos o a otra persona, pero lo que generó un incidente generará un accidente en el
futuro si no se corrige. De lo único que dependerá será del nivel de alerta de la persona para
ganar esos segundos de diferencia y evitar una situación lamentable.
Como ejemplo supongamos que hay un derrame de aceite en el suelo y que uno de nosotros lo
ve, lo esquiva y no pasa nada. La próxima persona no ve el derrame, lo pisa, resbala y casi se cae,
pero logra restablecer su equilibrio. Sin embargo, un poco más tarde pasa por el mismo lugar una
tercera persona que tampoco ve el derrame en el suelo, lo pisa, resbala y cae porque no pudo
mantener el equilibrio y el resultado es una fractura de brazo. La conclusión es bastante obvia, el
peligro que advirtió la primera persona ocasionó un incidente para la segunda, pero no se corrigió
y por consiguiente la condición quedó igual provocando finalmente un accidente con lección a la
tercera persona.
No es cuestión de suerte.
¡Simplemente estábamos alertas! Los incidentes nos indican claramente
que algunos hábitos de trabajo son inadecuados o ineficientes. Ignorar
las condiciones que representan peligros potenciales es proporcionar la
posibilidad de que produzca un futuro accidente a otra persona.
Para finalizar recordemos que, por el bienestar de todos, tenemos que estar siempre alertas y
corregir toda situación peligrosa que observemos, si no podemos hacerlo por nuestros propios
medios debemos informarlo para que la corrija la persona indicada. Es necesario que
mantengamos los ojos muy abiertos y las mentes muy despiertas para descubrir los peligros y no
permitir que los incidentes se conviertan luego en lesiones serias.
La supuesta suerte que pensamos que tuvimos cuando sufrimos un incidente, puede no tenerla
la próxima persona y sufrir un verdadero accidente. Los incidentes tan solo nos advierten de los
peligros que nos rodean.