Tema III. LOS CIVILIZADORES DE AMÉRICA
Tema III. LOS CIVILIZADORES DE AMÉRICA
Tema III. LOS CIVILIZADORES DE AMÉRICA
La mayoría de la población no podía acceder a la cultura escrita por una sencilla razón:
desde muy tierna infancia los niños de los campesinos o las clases populares urbanas debían
colaborar en su manutención. Por consiguiente, no había tiempo para ninguna formación. Las
instituciones que se crearon con ese objetivo solo benefició a las clases medias y altas y en muy
raros casos, a las clases menesterosas entre los poetas y escritores que se dieron cita durante el
Siglo XVI están:
Por otra parte, en el Siglo XVI, las duras condiciones de trabajo en las minas de oro,
sumadas a las epidemias y la represión, habían reducido considerablemente la población
indígena y, por supuesto, la mano de obra. Ante tal situación, el obispo Bartolomé de las Casas
propuso recurrir a los africanos, que pronto fueron "importados" en grandes cantidades como
esclavos, no sólo a la isla, sino a todo el continente americano. Para mediados del siglo XVI, ya
aparecían dos primeros poetas y prosista nativos, entre los que se encuentran: Francisco Tostado
de la Peña, Leonor de Ovando, la monja Elvira de Ovando y Cristóbal de Llenera.
A medida que fue efectuándose la colonización en "La Española", mediante la
evangelización, las prácticas jurídicas y la educación en todos los niveles, fue creándose un
ambiente intelectual. Desde el primer momento se distinguieron los religiosos franciscanos,
dominicos y mercedarios, como conquistadores espirituales, distinguiéndose entre ellos algunos
hombres de forma individual como evangelizadores, humanistas, cronistas y letrados. Los
dominicos fueron quienes más aglutinaron los primeros nombres destacados. Pedro Córdova,
autor de la "Doctrina Cristiana", Antón de Montesinos, célebre por el "señor de Adviento",
Bartolomé de las Casas, entre otros.
En la segunda Mitad del Siglo XVI, la industria entró en decadencia, debido a una serie
de factores, tanto externos, como internos que provocaron profundos cambios en la isla que fue a
principios de dicho siglo. Entre esos factores figuran:
La rivalizaciòn entre España y las demás naciones europeas, por el fin de tener el dominio
del nuevo mundo.
La prohibición impuesta por Felipe II acerca de que La Española y demás posesiones
comercializaran con extranjeros.
La emigración de colonos hacia América del Sur.
El fomento del hato ganadero en razón a la demanda de pieles al extranjero.
Por otro lado, a fines del siglo XVI España comenzó un período de decadencia que se
intensificó durante todo el siglo XVII, y esto se reflejó profundamente en La Española, que
presentaba a medianos del siglo XVI una economía basada en el azúcar y el ganado. El
desarrollo del hato ganadero en la segunda mitad del siglo XVI en cierta medida beneficio a las
masas de esclavos que antes laboraba en la industria azucarera, donde tenían que trabajar más de
doce horas.
La industria azucarera exigía trabajo duro, mientras que no ocurría lo mismo en el Hato
ganadero, donde las condiciones de vida de los esclavos era menos dura. La mayor parte de los
negros trabajaban en los hatos y estancias, así como domésticos en las viviendas de los amos, y
en las ciudades como esclavos de jornal, o alquiler, bajo el control directo del amo. El hato no
proporcionaba a los esclavos el conocimiento y la especialización en las labores técnicas, como
ocurría en la industria azucarera, lo que permitió que muchos de ellos lograran su libertad.