Trauma Prioridades - Sociedad Argentina de Medicina
Trauma Prioridades - Sociedad Argentina de Medicina
Trauma Prioridades - Sociedad Argentina de Medicina
y Cirugía de l Trauma
TRAU
Prioridades
Dirección Editorial
Eduardo San Román, FACCCM
Especialista en Terapia Intensiva
Jefe de Clínica, Unidad de Terapia Intensiva, Hospital Italiano, Buenos Aires, Argentina
Instructor BTLS lnternationaL ACEP
Ex Pres idente SAMCT
Director de Publicaciones de la Sociedad Argentina de Tera pi a Intensiva
Miembro del American College of Emergency Phys icians
Directores Asociados
KWWSERRNVPHGLFRVRUJ
e-§ EDITORIAL M!=DICAV
panamericana
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Los editores han hecho todos los esfuerzos para localizar a los poseedores del copyright del material fuente utilizado. Si inadvertida-
mente hubieran omitido alguno, con gusto harán los arreglos necesarios en la primera oportunidad que se les presente para tal fin.
La medicina es una ciencia en permanente cambio. A medida que las nuevas investigaciones y la experiencia clínica amplían nues-
tro conocimiento, se requieren mooificaciones en las modalidades terapéuticas y en los tratamientos farmacológicos. Los autores de es-
ta obra han verificado t6da la información con fuentes confiables para asegurarse de que ésta sea completa y acorde con los estándares
aceptados en el momento de la publicación. Sin embargo, en vista de la posibilidad de un error humano o de cambios en las ciencias
médicas, ni los autores, ni la editorial o cualquier otra persona implicada en la preparación o la publicación de este trabajo, garantizan
que la totalidad de la información aquí contenida sea exacta o completa y no se responsabilizan por errores u omisiones o por los resul-
tados obtenidos del uso de esta información. Se aconseja a los lectores confirmarla con otras fuentes. Por ejemplo, y en particular, se re-
comienda a los lectores revisar el prospecto de cada fármaco que planean administrar para cerciorarse de que la información contenida
en este libro sea correcta y que no se hayan producido cambios en las dosis sugeridas o en las contraindicaciones para su administración.
Esta recomendación cobra especial importancia con relación a fármacos nuevos o de uso infrecuente.
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IMPRESO EN LA ARGENTINA
Cada vez que se publica un libro en cual- destacando con frecuencia advertencias y
quier disciplina humana no puedo ocultar mi errores que Je otorgan un práctico sentido di-
entusiasmo, que en esta oportunidad se po- dáctico.
tencia con la aparición de este nuevo tratado Felicito efusivamente a Jos doctores J. Nei-
Trauma Prioridades, que será sin duda un hi- ra, E. San Román y G. Tisminetzky y en sus
to en la lucha frente al drama que constituyen nombres a todos Jos calificados especialistas
los accidentes en esta modernidad. que desarrollaron sus capítulos con idoneidad
Es realmente reconfortante que en medio y experiencia, a la SAMCT (Sociedad Argen-
del permanente "qué mal andamos", "esto no tina de Medicina y Cirugía del Trauma), así
da más", "hoy no se puede hacer nada", con como a la Editorial Médica Panamericana por
los que los argentinos nos aturdimos a diario, su dedicación y capacidad para la concreción
Jos calificados directores editoriales y aso- de este proyecto.
ciados hayan emprendido esta obra funda- Considerando un honor inmerecido el pro-
mental y trascendente, convocando además, logar esta obra, asumí el compromiso con-
para el mejor desarrollo de los distintos capí- vencido de que será fundamental en la fm-
tulos, a importantes especialistas nacionales mación y el perfeccionamiento de quienes
y extranjeros. integramos el equipo de salud y se constitui-
Desde Ja prevención, la atención prehospi- rá en un pilar importante en el progreso de la
talaria y el transporte, y la atención inicial medicina argentina y latinoamericana.
hospitalaria de estos pacientes, continuando
un recorrido exhaustivo por todos los sectores
Enrique M. Beveraggi
especiales, incluidas las prioridades en el tra-
tamiento de las quemaduras y el trauma en Profesor Emérito de la Universidad
pediatría, hasta Ja rehabilitación y los aspec- de Buenos Aires
tos medicolegales, todos los temas son trata- Miembro de Número de la Academia
dos con real profundidad y calidad docente, Nacional de Medicina
Colaboradores
Daniel José Ruiz, MAAC-FACS del Dolor, Hospital General de Agudos Pannenio
Médico Cirujano Cardiovascular Piñero, Buenos Aires, Argentina
Jefe del Sector Cirugía Cardiovascular, Hospital Pro- Miembro Titular AABA, AED, IASP
vincial de Neuquén, Argentina Instructora BTLS
Presidente Filial Comahue SAMCT
Instructor ATLS Daniel A. Staltari, MAAC-FACS
Médico Cirujano
Eduardo San Román, FACCCM Hospital Privado de Ja Comunidad, Mar del Plata,
Especialista en Terapia Intensiva Argentina
Jefe de Clínica, Unidad de Terapia Intensiva, Instructor ATLS
Hospital Italiano, Buenos Aires, Argentina
Instructor BTLS lnternational , ACEP Diego M. Steinberg
Ex Presidente SAMCT Médico Cirujano
Director de Publicaciones, SATI International Research Fellow Division of Trauma
Miembro del American College of Emergency and Critica] Care Department of Surgery, University
Physicians, Estados Unidos of Southern California LAC-USA Medica) Center,
Estados Unidos
Carlos F. Sancineto
Médico Ortopedista
Gustavo Tisminetzky, MAAC-FACS
Médico de Planta, Servicio de Ortopedia y Trauma-
Jefe de la Unidad Urgencias. Hospital J. A. Fernán-
tología. Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina
dez, Buenos Aires, Argentina
Instructor ATLS
Ex Presidente SAMCT
Miembro del Comité Científico de SAMCT
Adrián Sarasino
Instructor ATLS-BTLS
Médico lntensivista
Médico de Planta, Unidad de Terapia Intensiva, Hos-
pital J. A. Fernández, Buenos Aires, Argentina Pablo Valle
Miembro Titular SAMCT - SATI Ex Residente de Cirugía. Hospital Naval de Buenos
Instructor FCCS Aires Pedro Mallo
sistematizar la atención del paciente trauma- científicas, las lesiones no intencionales de-
tizado. Y en este camino recorrido hemos si- ben entenderse como la consecuencia de una
do testigos de avances científicos impensados cadena de hechos y circunstancias en las cua-
por su impacto y trascendencia en la atención les la prevención no se llevó a cabo. Es decir
de esta patología. Sin embargo, aún se vis- que ningún evento traumático ocurre por azar,
lumbra el mayor de Jos desafíos de la medici- fatalidad o casualidad. Este argumento de
na como ciencia y de los profesionales de Ja gran importancia se explica oportunamente
salud como hacedores de la práctica diaria, a en los capítulos correspondientes.
partir de la cual también se construye conoci- Por último, me referiré a los contenidos
miento: jerarquizar la prevención en general que el lector encontrará en este libro. Trau-
y la prevención del trauma en particular. La ma. Prioridades pretende facilitar el acceso a
necesidad de trabajar en prevención constitu- la información sobre los conceptos y temas
ye el segundo aspecto que deseo destacar en más relevantes de esta especialidad, transfor-
esta oportunidad. mando el conocimiento en una herramienta.
Trabajar en prevención es posible tanto En este sentido, cada capítulo presenta con
operativa como racionalmente. La ciencia claridad conceptual las formas de trabajar en
médica tiene la responsabilidad de estudiar trauma.
las formas y las causas de las enfermedades, Acorde se avanza en la lectura, se encuen-
como también los medios para prevenirlas, tran diferentes temas que hacen a la espe-
tratarlas y remediarlas. La prevención, como cialidad: la epidemiología; Jos mecanismos
bien señala Susan Baker, es una ciencia que lesionales productores de trauma cerrado y
ha emergido del oscurantismo en el sentido penetrante; los conceptos y el desarrollo de
de que se ha transformado en una práctica la prevención primaria, secundaria y tercia-
respetable. Los profesionales de la salud de- ria; la capacitación continua; la categoriza-
bemos dimensionar los efectos benéficos de ción y acreditación de estructuras de salud;
la prevención para la salud y la vida de las la atención interdisciplinaria; la rehabilita-
personas. Nosotros, como especialistas en ción precoz y la reinserción de la persona a
trauma, cualquiera que sea nuestra formación la comunidad.
académica de base, podemos no sólo reforzar En cuanto al aspecto asistencial, se presen-
la necesidad de trabajar en prevención, para tan las acciones, las características y los erro-
disminuir las tasas de mortalidad y discapaci- res más frecuentes que hacen a la etapa pre-
dad de esta enfermedad, sino que de hecho, hospitalaria, la medicina de desastre, el trans-
deberíamos hacerlo. porte aéreo y terrestre, la recepción inicial del
Habiendo establecido la definición del trau- paciente traumatizado y el cuidado del pa-
ma como enfermedad, así como la necesidad ciente en áreas críticas.
de trabajar en prevención, veamos un aspecto Se han analizado, además, los traumatis-
que contradice y dificulta la tarea: el uso del mos según su localización, tanto en su diag-
término accidente y la consideración de las nóstico como en su tratamiento y en particu-
lesiones no intencionales como accidentales. lar, el trauma en la infancia y durante el em-
La clasificación del trauma agrupa las cau- barazo.
sas -intencionales o no intencionales- de es- También se ha desarrollado un capítulo so-
ta enfermedad según la intencionalidad que bre la atención del paciente quemado, tenien-
opera en la producción del hecho. En este do en cuenta que el trauma y las quemaduras
sentido, la ciencia de la prevención ha demos- se asocian en su ocurrencia con cierta fre-
trado que las causas no intencionales no son cuencia y que en estos casos, los pacientes re-
accidentales, sino que responden a circuns- quieren necesariamente una atención interdis-
tancias pasibles de ser modificadas. Si las ciplinaria.
causas no son accidentales, los eventos trau- Se ha puesto un especial énfasis en destacar
máticos no son accidentes. Afirmar que el los aspectos prioritarios de la atención del pa-
trauma es una enfermedad significa recono- ciente traumatizado, en· particular la identifi-
cer en él las causas que lo provocan y conse- cación de los errores más comunes que se co-
cuentemente permite abordar su prevención. meten y que tienen un claro impacto en la
Por lo cual, y de acuerdo con lo fundamen- morbilidad y la mortalidad. Reconocer este
tado por diversas y prestigiosas publicaciones aspecto de la tarea posibilita modificar las es-
Prefacio XV
trategias de atención, aumentando así la cali- esperamos que el lector encuentre en ella ins-
dad del cuidado del paciente. trumentos de trabajo y de consulta oportunos
Por otra parte, se presentan los sistemas de para el desarrollo de su actividad diaria. De es-
categorización y clasificación para pacientes ta manera nació Trauma. Prioridades. Si así re-
traumatizados, para lo cual se han relevado sultara para usted, entonces habremos colabo-
todos los seores utilizados en la práctica dia- rado para que el trauma deje de ser la enferme-
ria y se los ha incorporado a un anexo, que dad negada de la sociedad modema.
acompañará al libro en un cuadernillo separa- En lo personal, a mi participación como au-
do y que le permitirá al lector utilizarlos me- tor junto a prestigiosos especialistas, se suma
jor en su ámbito de trabajo. el honor de compartir la dirección editorial
La rehabilitación del paciente portador de con los doctores Eduardo San Román y Gus-
un trauma craneoencefálico y los aspectos tavo Tisminetzky y los directores asociados
medicolegales se tratan en dos capítulos de doctores Sergio Alejandre, Marcelo E. Ba-
real importancia, donde se pone de manifies- llesteros, Daniel H. Ceraso, Eduardo D. Eske-
to el aspecto interdisciplinario e intersectorial nazi, Germán Fernández y Javier L. Gardella,
con que debe comprenderse el trauma. destacados profesionales con quienes me aú-
Se ha destacado además la necesidad y la nan proyectos, ilusiones y logros.
importancia de contar con un registro de da- Finalmente, quiero manifestar mi reconoci-
tos, mecanismo fundamental para establecer miento a los autores nacionales por los que
la magnitud del trauma y, en consecuencia, siento admiración y afecto, y a los autores ex-
impulsar políticas estratégicas que permitan tranjeros que generosamente nos han acom-
incidir positivamente en la prevención, la pañado: David B. Hoyt, Raúl Coimbra, Jorge
asistencia y los aspectos legales, sociales y R. Varcelotti , Warren V. Schubert, Thomas
humanos vinculados al trauma y a la atención Genuit, Aurelio Rodríguez, Eddie H. Carrillo,
del paciente que lo sufre. Patchen Dellinger, Thomas Espósito y Juan
Este libro, que presento con gusto, contiene A. Asensio. A todos ellos, vaya mi agradeci-
muchos y variados temas y un único propósito: miento por su colaboración en la concreción
ofrecer una mirada integral e intersectorial del de esta obra.
trauma como enfermedad. Todos los que parti-
cipamos en la realización de esta publicación Dr. Jorge A. Neira
/
Indice
Prólogo XI SECCIÓN 4
Generalidades en trauma 69
Prefacio Xlll 4-1. Mecanismos lesionaJes en los
traumatismos cerrados
SECCIÓN 1 (romos o contusos) 71
Epidemiología 1 Adela Martínez Cerana
1-1. Epidemiología del trauma 3 y Jorge A. Neira
Jorge A. Neira
4-2. Mecanismos lesionales en los
SECCIÓN 2 traumatismos penetrantes y principios
Prevención de lesiones 17 de balística 78
2-1. El término accidente 19 Gabriel Angelini y Pablo Valle
Laura Bosque y Jorge A. Neira
4-3. Seores en trauma 86
2-2. Las lesiones 21 Jorge A. Neira
Laura Bosque y Jorge A . Neira
4-4. Bioseguridad en trauma 93
2-3. La prevención 24 Héctor M. Pérez
Laura Bosque y Jorge A. Neira
4-5. Profilaxis antibiótica 96
2-4. Los sectores involucrados 27 Jo1ge A. Neira y Cecilia Curia
Laura Bosque y Jorge A. Neira
SECCIÓN 5
2-5. Diseño de programas de prevención 31 Atención prehospitalaria y transporte 107
Laura Bosque y Jorge A. Neira 5-1. Rescate del paciente politraumatizado 109
Marcelo Muro y Daniel M. Maffei
SECCIÓN 3
Administración de recursos para la 5-2. Lineamientos generales de medicina
atención del traumatizado 43 de desastres. Búsqueda, rescate, uiage
3-1. Organización de la atención del y evacuación ll5
u·aumatizado. Sistemas de trauma. Marce/o Muro y Daniel M. Maffei
Centros de trauma 45
Jorge A. Neira 5-3. Transporte aéreo. Claves para un
transporte exitoso 123
3-2. Capacitación del recurso humano Marce/o Muro y Daniel M. Maffei
en trauma 54
Jorge A. Neira 5-4. Transpone teITestre del paciente
poi itraumatizado 129
3-3. Control de calidad en trauma 60 Marce/o Muro y Daniel M. Ma.ffei
Jorge A. Neira
SECCIÓN 6
3-4. Enores y muertes prevenibles y control Atención inicial de pacientes
de calidad en la atención del paciente politraumatizados 135
traumatizado 64 6-1. Atención inicial del politraumatizado 137
Raúl Coimbra y David B. Hoyt Germán Fernández y Martín Odriozola
XVIII Índice
SECCIÓN 9 SECCIÓN 12
Traumatismo de cuello 199 Traumatismo de abdomen 263
9-1. Lesiones vasculares en los 12-1. Metodología diagnóstica en
traumatismos de cuello 201 el traumatismo abdominal cerrado 265
Gustavo Tisminetzky y Sergio Moyana Gustavo Tisminetzky
10-7. Lesiones del parénquima pulmonar 233 12-9. Traumatismo de intestino grueso 301
Eduardo San Román y Daniel Pero Gustavo Tisminetzky y Javier Marcón
Índice XIX
13-2. Traumatismo de los grandes vasos 346 18-5 Asistencia venti latoria mecánica
del tórax Daniel Ruiz en el paciente traumatizado 483
y Eddie H. Carrillo Osear Yunk
13-3. Traumatismo vascular abdominal 355 18-6 Insuficiencia renal aguda 491
Daniel Ruiz y Eddie H. Carrillo José L. Do Pico
SECCIÓN 19 SECCIÓN 21
Traumatismos y embarazo 537 Rehabilitación 587
19-1 Traumatismos en el embarazo 539 21-1 Rehabilitación de pacientes
Daniel Ruiz y Thomas Espósito politraumatizados con traumatismo
de cráneo 589
SECCIÓN 20 María Jesús von Zeschau y
Traumatismos en pediatría 551 María E. Boix
Coordinadores: Pablo Neira
y Jorge Fiorentino SECCIÓN 22
Aspectos medicolegales 609
20-1 El niño no es un adulto pequeño 553 22-1 Aspectos medicolegales de la
Gabriela Sheehan y Daniel Caffarone atención del paciente traumatizado 61 1
María Arozagaray y Mario Malfatti
20-2 Prioridades en el manejo del
traumati smo en pediatría 564 ÍNDICE ANALÍTICO 617
Pablo Neira y Jorge Fiorentino
ANEXO (en cuadernillo separado)
20-3 El niño maltratado 582
Martín Odriozo/a
Sección 1
Epidemiología
Capítulo
3
4 Trauma. Prioridades
Intencional No intencional
(antes, accidentes)
Fig. 1-1-1. Clasificación del trauma. Manual de socorrismo básico para escuelas, Ministerio de Cultura y
Educación de la Nación, 1999.
Epidemiología 5
---<>--- Enfermedades
60....---~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~---, cardíacas
p
o 50+-~~~~~~~~~~~~~~~~~~::;>(l,c__~ -o-- Lesiones por
R vehículos a motor
e 40+--~~~-r-----"<~~~~~~~~---,---="'"""''--~~~~~~
E ----i1r- Cáncer
30+--~-+.:.~~~-->..----~~~~=--c._~~~~~~~~~~
N
T 20+---+if--~--'-<:::-:--~~_,.,,,~"-~~~~~~~__;'J!r-~~~~
A
J 10+.<.¡,..:.'--~-=i~=----,,~---""""'°"r--~O.:::~~~~~-----..,--""-~=-~
E
ol:=:::t:~E:::::!==!==:::~~~~~~~ -U- Otras lesiones
o 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 no intencionales
EDAD
Fig. 1-1-2. Causas de muerte según edad, EE.UU. 1981 . Modificado de Sleet. J. Trauma 1987; 27:695.
su reemplazo por denominaciones más acerta- con animales y plantas venenosas). X40-X49 (en-
das -como lesión o traumatismo no intencional- venenamiento accidental y exposición a sustan-
las cuales serán utilizadas en este y otros capítu- cias nocivas), X50-X57 (exceso de esfuerzo, via-
los (véase capítulo sobre Prevención de lesiones). jes y privación), X58-X59 (exposición no inten-
La clasificación internacional de enfermedades ciona l a otros facto res y a los no especificados),
(CIE) propuesta por la Organi zación Mundial de X60-X69 (envenenamientos autointlig idos en for-
la Salud (véanse las CIE 9 y 10 en el Anexo), ubi- ma intencional), Y06 (negligencia y abandono),
ca a los traumatismos entre las causas externas de Y07 (otros síndromes de maltrato) y Y85-Y89
lesión. Adoptar esta c lasificación permite compa- (sec uelas de causas externas de morbilidad y mor-
rar los datos de países desarrollados o en vías de talidad).
desarrollo con nuestra propia realidad.
Corno puede observarse en la CIE 9, las causas
externas se ordenan en diferentes subgrupos de cau- AÑOS DE VIDA POTENCIAL
sas; por ejemplo incidentes fetrnviarios, de tránsito, PERDIDOS
acuáticos. aéreos. También incluye los traumatis-
mos intencionales. corno suicidios, homicidios y En la figura 1-1-2 se muestran las causas de
otras violencias. A los fines prácticos y siguiendo muerte en re lación con los grupos de edad. Se ob-
registros de trauma internacionales. corno por ejem- serva el impacto de los traumatismos no intencio-
plo el de Canadá, es conveniente la utilización de nales en los grupos más jóvenes, a diferencia de lo
criterios de inclusión y de exclusión del código E que ocurre con las enfermedades cardiovasculares
p<u-a clasificar en forma apropiada a los pacientes y el cáncer.
traumatizados. Para evaluar esta asociación entre causa de
Por ejemplo, del código E 950 al E 958 están muerte y grupos de edad se efectua el cálculo deno-
comprendidos los suicidios (traumati smo inten- minado años de vida potencial perdidos -AVPP-,
cional). Sin embargo, del E 950 al E 952 se des- que surge de multiplicar el número de muertes del
cribe a la ingestión de medicamentos o sustancias punto medio de cada franja de edad ( 1O años) por
tóxicas corno causa, la cual debe exclu irse de las la diferencia en años con la expectativa de vida.
causas traumáticas puras. que corresponden a los También se pueden calcular los años de trabajo
códigos E 953 a E 958, pero hay que incluir cuan- potencial perdidos, multiplicando el número de
do se efectúa el análisis del suicidio corno causa muertes por la diferencia entre los 65 años y e l
de muerte (otro tipo de base de datos). En la CIE punto medio de esa franja. El alto impacto de los
1O, también descrita en el Anexo, se recomienda traumatismos corno causa de muerte en la pobla-
la exclusión de W42 y W43 (exposición al ruido y ción joven se traduce en que las lesiones no inten-
otras vibraciones), X20-X29 (contacto traumático cionales se convierten en e l mayor generador de
6 Trauma. Prioridades
25%
o Traumatismos
18%
•
D
Cáncer
Enfermedades cardíacas
o Demás enfermedades
41 %
Fig.1-1-3. Años de vida potencial perdidos según causas de muerte; EE.UU. 1983. lnstitute of Medicine ,
National Research Counci l, National Academy of Sciences: lnjury in America: A continuing Public Health
Problem, National Academy Press, Washington , D.C. 1985.
AVPP. En la fi gura 1-1-3 se comparan los porcen- Además , los traumati smos tienen mayo r im-
tajes de AVPP como resultado de las principales pacto negativo en la economía de un país que el
causas de las muertes produc idas antes de los 65 producido por la suma de los gastos en atención
años . y tratamiento de las dos primeras causas de
muerte, las enfermedades cardiovascu lares y el
cáncer. E n 1985, en los Estados Unidos los cos-
CIFRAS tos totales de las lesiones se calcularon en
158.000 millones de dólares. Diez años después,
Tanto en nuestro país como en e l mundo, des- en 1995, los costos totales por lesiones fat a les y
pués de las enfermedades cardiovasculares y del no fa tales fueron 260 mil millones de dólares.
cáncer, el trauma es la tercera causa de muerte pa- Como re fiere Mattox, todo ello, sin embargo, no
ra todos los grupos de edad y la primera para la puede dar cuenta del dolor, el sufrimiento y la re-
franja de 1 a 45 años . En los Estados Unidos el ducc ión de la calidad de vida.
trauma constituye el 80% de las causas de muerte
para las personas de 15 a 24 años, representando el
6% de todas las muertes. En 1992 el 77 % de las TRAUMATISMOS
muertes de individuos de 16 a 24 años y e l 58 % de NO INTENCIONALES
las producidas entre los de 25 a 34 años se debie-
ron a traumatismos. Según el Accident Facts l 992 Lesiones producidas por colisiones
del National Safety Counci l, en 1992 fa llecieron de vehículos a motor (CVM)
más de 152.749 personas a causa de traumatismos, (antes denominados accidentes
de las cuales en 86.777 (56,8 %) la causa fueron le- de tránsito)
siones no intenc ionales, en 40.484 (26,5 %) los
suicidios y en 25.488 ( 16,7%) los homicidios. En En los Estados U nidos , según información del
la Argentina, del total de muertes por traumatis- año 1996, las co li siones de vehículos a motor
mos alrededor de l 50% son debidas a les iones no (CVM) consitu yen la primera causa de muerte de
intencionales. personas de 5 a 29 años. El 90% de las muertes
El aná li sis de la mortalidad basado en AYPP re lacionadas con e l transporte se deben a las coli -
por las principales causas de muerte (M ini sterio de siones de ve híc ul os a motor. En 1998 fa llec ieron
Salud) muesu·a que en 1997 en nuestro país las por coli siones de vehícul os a motor 4 1.47 1 perso-
causas extern as fu eron la primera causa de muerte nas, un promed io de 11 4 personas por día, una ca-
entre las personas de O a 64 años (2 1,6% del total da 13 min utos . La Adminis tración Nac ional de
de AYPP), seguidas por los tumores ( 11 ,6%) y las Seguridad de Tránsito en Autopistas de los Esta-
enfe rm edades infecciosas ( 11 ,0%). Las les iones dos Unidos (N HTS A) ha remarcado que en ese
prod ucidas por vehícul os a motor representan e l país el 66% de los nacidos vivos tendrá una co li-
4,8 % y las otras les iones no intencionales el 7,3 % sión por vehícu lo a motor en el curso de su vida y
del total. Es decir que en Arge ntina las co li siones e l 2% fa llecerá por esa causa.
de vehículos a motor generan por año más de cien Debe recordarse que sólo en un 5% de las le-
mil años de vida potencial perdidos. siones producidas por colisiones d e vehículos a
Epidemiología 7
Cuadro 1-1-1. Colisiones de vehículos a motor (CVM), EE.UU. 1988, 1992, 1995, 1998
ational Highway Traffic Safety Admi nistration CNHTSA). Traflic Safety Facts. 1998.
Muertos Lesim1ad11s
National 1-lighway Traflic Saíety Acl111 inistra1ion CN HTS AJ. Traflic Saíety Facts. 1998.
8 Trauma. Prioridades
Cuadro 1-1-3. Defunciones por lesiones producidas por colisiones de vehículos a motor (CVM)
según fuen te de información. Argentina, 1992- 1996
ISEV INDEC
1997 10.988 30
1998 10.922 30
1999 9.386 26
sajeros de vehículos a motor mayores de 4 años sean fác ilmente comparables y que también difie-
hubieran usado el cinturón de seguridad, 20.355 ran en cuanto a la magnitud, ya que las cifras que
vidas se hubieran salvado en 1998, o sea 9.267 vi- manejan los distintos organismos oficiales y no
das más. oficiales presentan una marcada di screpanci a entre
Siguiendo con los datos suministrados por la ellas.
NHTSA para el año 1998, se observa que fueron En los cuadros l - l-3 y 1-1-4 se puede observar
lesionados 49.000 ocupantes de motos y 2.284 fa- esa discrepancia, en este caso en las cantidades re-
ll ecieron; esto representa el 5,5% de todas las
muertes por coli siones de vehículos a motor. El
46% de los conductores y e l 55 % de los pasajeros
que fa llec ieron por lesiones producidas en coli sio- Cuadro 1-1-4. Tasa de mortalidad (por 100.000
nes de motos no usaban casco. Se estima que en habitantes) por lesiones p roducidas por
1998 se salvaro n 500 vidas de conductores de mo- colisiones de vehículos a motor (CVM) según
tocicl etas gracias al uso del casco. Si todos los fuente de información. Argentina, 1992- 1998
motoc icli stas hubi eran usado casco, se hubieran
salvado 307 vidas más. AÑO ISEV INDEC
Finalmente, en 1998 el 7% de todas las colisio-
nes de vehíc ulos a motor y el 38 % de las coli sio- 1992 22 14
nes fata les estu vieron relacionadas con el alcohol.
1993 24 14
En 1988, el 50% de las coli siones fatales se rela-
cionaron con el alcohol. Es dec ir que en el perío- 1994 26 18
do de 1988 a 1998 hubo una reducc ión de 33 %. Es
importante destacar estos datos, porque en nuestro 1995 29 14
país todavía no se utili za la determinación de alco- 1996 28 13
holemia en fo rma obligatoria en las colisiones ve-
hiculares. 1997 29 Sin datos
En la Argentina no ex iste un registro nac ional
de trauma unificado, con los mismos códigos y de- 1998 29 Sin datos
finiciones en cuanto a inclusión y exclusión de 1999 26
causas, tra umáticas y no traumáticas o debidas a
efectos tardíos. Esto determina que los datos no ISEV 1999 lNDEC 1998
Epidemiología 9
Cuadro 1-1-5. Colisiones por vehículos a motor (CVM), muertos y heridos. Argentina 1990-1996.
Anuario Estadístico de la República Argentina 1998. INDEC
gistradas para los mismos años por el Instituto Na- En la figura 1- 1-5 se observa la mortalidad por
cional de Estadística y Censos, INDEC, institu- colisiones de vehículos a motor según edad, du-
ción oficial, y el Instituto de Seguridad y Educa- rante el año 1998, en los Estados Unidos. Estas ci-
ción Vial, ISEV, organización no gubernamental. fras revelan que los traumatismos impactan funda-
En Argentina la cantidad de muertes por CVM mentalmente en la población joven, que así es pri-
es cuatro veces superior a la de los países desarro- vada tanto de su capacidad productiva como de la
llados, teniendo en cuenta el número de habitantes vida.
o de vehículos (cuadro 1-1-5). Es importante destacar que, según datos del
Según un informe de las Naciones Unidas pu- ISEV, en las CVM ocurridas en nuestro país du-
blicado en 1995, entre 1980 y 1993 la tasa de mor- rante los años 1994 a 1999, el tipo de colisión más
talidad por lesiones producidas por CVM en la Ar- frec uente es la de vehículo contra vehículo: más
gentina aumentó nada menos que el 125 % (fig. 1- de la mitad de las colisiones (el 55%) son entre
1-4). dos vehículos y el 45 % restante 45% se divide en-
En nuestro país, enti;e los más jóvenes se regis- tre las colisiones vehículo-peatón (entre 20 y 25%)
tra el mayor índice de víctimas mortales en coli- y vehículo-medio ambiente (alrededor del 20%).
siones por vehículos a motor: el 40% tiene entre Además, en el período mencionado el auto fu e el
16 y 30 años (cuadro 1-1-6). tipo de vehículo que intervino con más frecuencia;
1.600
1.570
1 cn5 1 .fülfl . ~~~
-.....;.::::
a . ..,
1.400
1.400 ..... 1.345
1.200
1.000
1
800
1
600
i
400 [
200
o 1 1 1 1 1 1 1 1
Fig. 1-1-4. Mortalidad por lesiones producidas por colisiones de vehículos a motor (CVM) por 106
vehículos. Argentina, 1992-1999.
1O Trauma. Prioridades
Cuadro 1-1-6. Mortalidad por colisiones de vehículos a motor según edad. Argentina 1994-1999
ISEV 1999
En los Estados Unidos cada muerte por CYM Según datos del lSEV, e l costo promedio por
genera un gasto que se aprox ima a los 700.000 dó- traumatismo grave, obtenido con una matriz de
lares por pérdidas relacionadas con daño a la pro- costos básicos sociales, ronda los 70.000 pesos.
piedad (33%), caída de la productividad en el lu- En 1999 el costo total por lesiones graves, según el
gar de trabajo (30% ), gastos médicos (10%) y ISEV fue de 464.414.957 pesos.
23%
45%
•
D
1 a 15 años
16 a 24 años
(7%)
(23%)
D 25 a 54 años (45%)
D 55 y más (25%)
Fig. 1-1-5. Mortalidad por colisiones de vehículos a motor (CVM) según grupos de edad. National
Highway Safety Administration. Traffic Safety Facts 1998, Estados Unidos.
Epidemiología 11
Lesiones producidas en el trabajo 1998, los choques contra objetos, las caídas de
(antes denominados accidentes personas a nivel y las colisiones de vehículos con-
de trabajo) fmman el 67 % de las lesiones producidas in itinere.
A su vez, estas últimas representan el 56, 1 y el
En los Estados Unidos se desempeñan 126 mi- 57 ,9% del total de los atropellam ientos y los cho-
llones de trabajadores. En 1995 se produjeron ques de vehículos, respectivamente.
6.2 10 muertes por lesiones producidas en el traba- Además, las lesiones producidas in itinere
jo según informe del Census of Fatal Occupational constituyen casi el 41 % de los siniestros mortales
injuries , lo que representa una tasa de mortalidad y alrededor del 20% de las lesiones graves. La Su-
de 5 x 105 . El 41 % de las muertes se deben a lesio- perintendencia de Riesgos del Trabajo señala al
nes por CVM. Las lesiones no fatales son respecto que, teniendo en cuenta que las lesiones
13.000.000 y el 46%, discapacitantes. En 1987 los producidas in itinere son el 8, l % de la totalidad de
costos generados en los Estados Unidos por las le- lesiones producidas en el ámbito laboral , se hace
siones producidas en el trabajo fueron 42.000 mi- evidente una creciente participación de las lesio-
llones de dólares. nes producidas in itinere a medida que aumenta la
En la Argenti na la situación es alarmante: una gravedad de los traumatismos. Es importante des-
gran mayoría de las empresas argentinas no cum- tacar que:
plen con la totalidad de los requerimientos de la
normativa. Al comparar las cifras de siniestralidad • Casi e l 60% de los siniestros mortales se deben
de nuestro país, en cuanto a casos mortales , con a lesiones por el choque de vehículos, atrope-
las de países como España y los Estados Unidos se llamiento, impactos contra objetos y caídas
observa que en la Argentina se producirían 25 le- desde altura.
siones mortales anuales por cada 100.000 trabaja- • Casi e l 60% de los siniestros graves son cho-
dores. Esto implica más del doble que las produci- ques contra objetos, caídas a nivel , golpes con
das en España y 5 veces las de los Estados Unidos . objetos (con exclusión de la caída de objetos) y
Desde una perspectiva histórica, en la actualidad aprisionamientos.
tenemos la misma tasa de siniestralidad de Estados
Unidos en la década de 1930. En consecuencia, las En nuestro país no hay datos oficiales que per-
condiciones de seguridad en la Argentina tienen mitan evaluar en forma adecuada las lesiones pro-
70 años de atraso. ducidas en e l hogar, o en los espacios recreativos
o escolares, ni tampoco las caídas. E l subregistro
de esta situación es muy frecuente ya que inclu so
Lesiones producidas en el trabajo en muchos casos no hay consulta médica.
en Argentina (Superintendencia
de Riesgos del Trabajo, 1998)
Lesiones producidas en el hogar
462.006 personas siniestradas en el año (antes denominados accidentes
(38 .500 al mes, más de 1.000 al día) domésticos)
- 13.860 siniestros por colisiones por vehículos
(más de 35 por día) En los países desarrollados el 20% de las muer-
- 36.403 siniestros in itinere ( 100 por día) tes por traumati smos corresponden a traumatis-
- J 5.482 siniestros graves ( 1.290 al mes, más de mos domi c ili ari os (caídas. incendios, asfix ia y le-
40 por día ) siones por arma ele fuego no intencionales). Los
- 1.103 siniestros mortales (90 por mes, 3 por episod ios oc urridos en el hogar que producen trau -
día ) mati smos provocan más ele 26.000 muertes en los
Estados Unidos y alrededor de 7.000.000 de les io-
En 1998 las lesiones producidas en el lugar de nes. Esto significa una muerte cada 20 minutos y
trabajo y las producidas in itinere (en el traslado una les ión cada 5 segundos. Además generan un
hacia el lugar de trabajo y durante e l regreso, o sea costo ele 16.700 mill ones de dólares.
que ocurren en la vía pública) constituyen más del El hogar es un luga r en el cual las personas se
90% de la totalidad de las lesiones producidas en sienten seguras . Sin embargo, las lesiones discapa-
el trabajo. En 1997 e l 3 1% de las lesiones produ- citantes producidas en ese ámbito son más nume-
cidas in itinere se debieron a colisiones por vehí- rosas que las producidas en e l lugar del trabajo o
culos y el 50% a caídas (a ni vel y de alturas). En por colisiones de vehículos a motor. La prevención
12 Trauma. Prioridades
en este ámbito se relac iona con medidas re lati va- en forma notoria el número y la gravedad de las le-
mente sencillas, como evitar el desorden e ilumi- siones generadas por esa práctica. Es de destacar
nar las áreas en donde hay escaleras, mantener ele- que la mayoría de las lesiones serias en las activi-
mentos tóxicos o cortantes fuera del alcance de los dades recreativas involucran la cabeza.
niños, así como colocar alfo mbras antideslizantes Schieber ha demostrado que las muñequeras y
en los baños y bañeras, entre muchas otras. coderas ofrecen un nivel de protección del 90% en
e l caso del patín, pero la tasa de uso es muy baja
entre los lesionados. Asimismo, las muñequeras,
Lesiones producidas por caídas e l casco, las coderas y las rodilleras están diseña-
das para mitigar las consecuenc ias generadas por
Las caídas constituyen la causa más común de el uso del patín de ruedas en línea y ofrecen una
lesión en los Estados Unidos, la segunda causa protección similar a la de l casco a los ciclistas.
más frecuente de muerte no intenc ional luego de En los Estados Unidos, cada año las lesiones re-
las lesiones producidas por CYM y la primera cau- lacionadas con la utilización de bicicletas producen
sa de lesiones no fatales; representan 1/3 de los in- 900 mue1tes, 23.000 hospitalizaciones, 580.000 con-
gresos hospitalarios y 1/4 de las visitas a los de- sultas al departamento de urgencias y l.200.000 vi-
partamentos de urgenc ia, y provocan unas 12.000 sitas a consultorios. La mitad de los ciclistas lesio-
muertes al año, de las cuales e l 93 % no son inten- nados presentan u·aumatismos múltiples.
cionales y e l 6% corresponden a suic idios. Exclu- Los patines de ruedas en línea (de 3, 4 o 5 rue-
yendo las lesiones produc idas en el trabajo, la pro- das) ofrecen mayor ve locidad y maniobrabilidad
porción entre hombres y mujeres es de 3,3 a 1. Las que los c lásicos de 4 ruedas en dos fil as. En 1995
caídas se producen en todas las edades, pero son casi 100.000 personas se lesionaron en los Estados
más frecuentes en los extremos de la vida (niños y Unidos practicando patín, las cuales acudieron a
ancianos) . un departamento de urgencia y generaron un cos-
El 59% de los pacientes fallecidos por caídas to de 495 millones de dó lares. El 37% de las lesio-
son mayores de 75 años (el 85% de todas las frac- nes fueron de muñeca, todas ellas severas y con
turas de cadera se producen en personas de más de producción de fracturas en la mitad de los casos.
65 años). En los Estados Unidos, en todo el país El 40% de las lesiones se produce en los miembros
los ancianos son las víctimas de l 12% de las caí- superiores (muñeca y antebrazo), otros sitios fre-
das y del 75% de las muertes. cuentes son el codo y la cabeza. En el 13% de los
En la niñez, el 54% de las caídas se producen casos las lesione son múltiples. Las producidas
entre el nacimiento y los 4 años: más del 50% son por el uso del patín son más severas que las causa-
protagonizadas por niños menores de 5 años. El das por e l uso de patineta.
50% de los niños que caen lo hacen desde venta-
nas o escaleras, aunque las caídas en preescolares
con gran frecuencia sólo requiere n tratamiento en LESIONES INTENCIONALES
los servic ios de guardia. La mitad de las caídas de
niños entre O y 4 años se produce en la casa (mue- Lesiones producidas por armas
bles o escaleras) y 1/4 en la escuela. de fuego
En los Estados Unidos el 40% de los hogares de 25 a 34 años y el 80% de las muertes por suici-
tiene armas de fu ego. En la Argentina, según el dio se produjo en la población blanca. Del total de
Registro Nacional de Armas 1999 (Diario Clarín, los homicidios, el 75 % conespondieron a armas
28 de abril de 2000) hay 1.938.462 armas empa- de fuego , éstos constituyen la causa principal de
dronadas por 578.462 usuarios, según información mue1te para la población negra entre 15 y 24 años
del año 1999. Esto significa que cada usuario po- y la tercera causa de muerte para la población
see alrededor de 3 armas compradas en alguna de blanca en ese grupo etario.
las 1.309 armerías existentes. Se estima, a su vez,
que por el mercado clandestino circu lan un millón
de armas no registradas. El 85 % de los usuarios EL TRAUMA EN LOS EXTREMOS
son hombres y el 60% de las armas que ex isten en DELA VIDA
el país son revólveres y pistolas.
Del total de armas , 47 % están en la provincia El trauma en la vejez
de Buenos Aires, 16% en la ciudad de Buenos Ai-
res, 9% en la provincia de Santa Fe, 7,5 % en la El trauma es una de las principales causas de
provincia de Córdoba y 21 % en el resto del país. muerte, como también de lesiones. durante la ve-
Se ha informado que el 50% de los hogare de la jez. En el cuadro 1-1-7 se. pueden observar las cau-
ciudad de Buenos Aires y el 70% de los de la pro- sas de muerte por trauma en la población anciana
vincia de Buenos Aires poseen un arma. En la ac- de los Estados Unidos .
tualidad la portación ilegal de armas civi les no es
considerada un delito en la Argentina, só lo una En los Estados Unidos, el 80% de las personas
contravención penada con la confiscación del ar- mayores que viajan lo hacen en automóvil , sea co-
ma y el pago de una multa. mo conductores o como pasajeros. Como conduc-
tores, las personas mayores tienen mayores ries-
gos de colisión por kilómetro reco1Tido y también
Suicidios y homicidios es más elevada la mortalidad por colisión en esta
franja de edad (1 ,2% en menores de 70 años y 4%
En 1994, en la Argentina, el 12% del total de en mayores de 80 años). En cuanto al anollamien-
causas externas fueron suicidios, el 8% homic i- to de un peatón por automotor, es importante no-
dios y el 24% otras formas de violencia. Los da- tar que la probabilidad de que una persona mayor
tos de la ciudad de Buenos Aires son 2 1,4% de camine es 2 a 4 veces mayor a la de que use un
suicidios, 12% de homicidios y 14,4% de otras transporte. La mayor morbimortalidad en las per-
violencias. Estos datos conesponden en su con- sonas mayores por este tipo de colisiones se rela-
junto al 44 y 48 % de l total de causas ex ternas, ciona a su menor capacidad auditiva y visual , su
respectivamente, para la Argentina y la ciudad de dificultad para mover el cuello y la lentitud de su
Buenos Aires. marcha (menos de 1,2 metros por segundo ) .
Según datos del National Center for Health Como ya se ha mencionado, las caídas repre-
Statistics, en los Estados Unidos en 1992 del total sentan un enorme problema de salud y una impor-
de muertos por traumatismos, 30.484 (26,5 %) fue- tante causa de muerte para los ad ultos mayores. El
ron suicidios y 25.488 (16,7 %), homicidios. La 23 % de las muertes de mayores de 64 años y el
mayoría de los suicidios se registraron en el grupo 32% de las de mayores de 84 se deben a caídas. La
Cuadro 1-1-7. Causas de muerte por trauma. Accidents Facts. National Safety Council 1993
Caídas 9 X 10 5 59 X 105
tasa de muerte en el último grupo es casi 4 veces y hay unas 250.000 admisiones hospitalarias por
la de los pacientes del primero. En los Estados trauma de menores de 14 años, de los cuales el
Unidos las caídas causan 7 .000.000 de lesiones 67 % son varones. En la Argentina todas las esta-
por año, 1.620 muertes de personas entre 65 y 74 dísticas -oficiales y privadas- coinciden en que las
años, y 7.690 entre las mayores de 75. Cada año muertes por traumatismos representan entre el 30
un tercio de los mayores de 65 años se caen y el y el 35 % del total de las defunciones en los niños
50% de los pacientes mayores fallece dentro del de 1 a 14 años. Además, los traumatismos no in-
primer año que sigue a la caída. tencionales constituyen la primera causa de muer-
De los que caen, el 24% tiene lesiones serias te en niños mayores de 1 año. En los varones la in-
y el 6% presenta fracturas. Además el 25 % dis- cidencia es mayor, 60-70% del total de falleci-
minuye su actividad por temor a una nueva caída. mientos por traumatismos.
El · 42% de los mayores que sufren caídas en el En 1995 la tercera parte de los egresos de hos-
hogar requieren hospitalización y el 50% de los pitales públicos de individuos de 5 a 14 años tuvo
internados son derivados a geriátricos. El movi- como causa los traumatismos. En 1997 fal lecieron
miento hospitalario muestra la tendencia a la caí- en nuestro país, según la Sociedad Argentina de
da que presentan las personas mayores : el 5,3% Pediatría, 4.023 niños menores de 14 años y 1.468
del total de admisiones hospitalarias, el 54% de por traumatismos ; 641 pertenecientes al grupo de
las visitas al departamento de urgencia y el 75 % l a 4 años y 827 al de 5 a 14. Estas cifras represen-
de las admisiones por trauma son de mayores de tan un 30% de causas externas para el grupo de l
65 años . a 4 años y 43 % para el grupo de 5 a 14 años .
Las personas mayores constituyen el 20% de Según datos del Ministerio de Salud, en 1998
los ingresos a una unidad de quemados y presen- fa llecieron por traumatismos 1.593 niños de 1 a 14
tan mayor morbilidad y mo1talidad ante las que- años, que coJTesponden al 37% de las muertes to-
maduras con menor superficie quemada. tales (4.332). La tasa de mortalidad es de 22 x 105 •
Por cada lesión fatal por arma de fuego se Del total de pacientes fallecidos de 1 a 4 años
producen 5 lesiones no fatales. Las personas ma- (2.285), el 33% correspondió a causas externas
yores de 65 años presentan una mortalidad del (traumatismos) y del total de los fallecidos de 5 a
17,3% contra el 4 ,7% de las personas menores 14 años (2.047), el 41 % (fig. 1-1-6).
de 65 en casos de heridas de arma blanca, y Llama Ja atención que el 65 % del total de cau-
52, 1% contra 19,5% en casos de heridas de ar- sas mencionadas figura como "otros traumatis-
mas de fuego. mos" o "no determinadas" , lo que pone de mani-
fiesto que la modalidad de registro es inadec uada.
Datos no publicados de Ja unidad de terapia in-
El trauma en la infancia tensiva del Hospital de Niños de Buenos Aires re-
velan que en un período de tres años (l 996-1 999)
En los Estados Unidos, a partir del año de edad hubo un total de 136 traumatizados graves, con la
y hasta los 19 mueren más de 22.000 niños por año sigu iente caracterizac ión:
24%
0 CVM
O Lesiones autoinfligidas
Fig. 1-1-6. Mortalidad infantil por traumatismos según causa. Argentina, 1998. Ministerio de Salud de la
Nación.
Epidemiología 15
Traumati smos no intencio na les, 92,8%, e in- Obras y Servicios Públicos. Instituto Nacional de Es-
tencionales, 7,2 %. tadística y Censos.
El promedio de edad fue de 6 año s y 3 meses . Centers for Oisease Control and Prevention. Recom-
La relac ió n e ntre varones y mujeres fue de mended framework for presentin g injury mortality
data. MMWR, 1997 ; 46: 1.
2,3: 1, es dec ir el 69 ,3 y 30,7%, re spectiva-
H ttp ://www. ce ns us. gov /popu lati on/pro j ection/ na ti on-
mente.
/nas/npos 1530.txt
El sitio de oc urren cia predomjnante fue la vía
Http://www.nhtsa.dot.gov
pública , co n un 63,6%, e l hogar le sigue co n un
Http://www.srt. gov.ar
34. 1% y e l colegio con un 2,3 %. Http://www.isev.com.ar
Las causas fueron las lesiones producidas por Informe Estadístico Mensual del Instituto de Seguridad
las col is io nes de vehíc ulos a motor (51 ,9%), las y Educación Vial. Septiembre 1999
caídas (30,2%), las armas de fuego (6,2%), e l Injury control: Nati onal Academy of Sciences. Washing-
malt rato (3 , 1% ) y otras no especificadas ton O.C., National Academy Press, 1988 :7.
(8 ,5%). lnjury in America: A Continuing Public Health Problem.
Institute of Medi cine, National Research Council,
Un estudio observacional, efectuado en 1998 National Academy of Sciences. National Academy
por la Soc iedad Argentin a de Pediatría en los ser- Press, Washington OC, 1985.
vicios de guardi a de la Reg ió n Centro C uyo, aJTo- MacKen zie E, Fowler C. Epidemiology. In : Trauma.
jó como resultados que el grupo más afectado por Mattox K, Feliciano O, Moore E (eds) . McGraw-Hill
los traumatismos no intenc ionales es el de 1 a 4 Compan ies, !ne. Fourth Edition, 2000.
años (40%) y que e ntre los varones, e n todos los McLellan B. A Canadi an Trauma Registry: The Time is
grupos, las les io nes no intencionales son más co- Now. JTraum a 1997: 42:763.
munes (63 %). National Center for Heallh Statistics. US Oepartment of
En e l estudi o las caídas fueron los traumati s- Health and Human Services. Monthl y Vital Statistics
mos más frecue ntes en todas las edades (65%) se- Report 1992 ; 43 ( 1): 1-76.
gu idas por las lesiones producidas por vehícul os a National Safety Counci l. Accident Facts. 1992. USA.
Neira J, Bosque L e luliano V. Investigac ión sobre la
motor (9%), que se incrementan con la edad. Las
magnitud de los accidentes y la atención médica de
quemaduras predominan en los menores de 1 año
emergencia en la ciudad de Buenos Aires, Revista
y los envenenamientos e n los de 1 a 4 años. El lu-
SAME, vol. 5 Nº 3, Buenos Aires, 1997.
gar más frecuente de ocmTenci a es el hogar (53 %)
Proyecto de Recuperación de la Capacidad Instal ada en
seguido por la vía pública (32%). En c uanto a las el Sector Salud, Ministeri o de Salud, 1999.
lesiones, la cabeza (51 %) y los mjembros (44%) Ri vara F, Grossman D, Cummings P. Injury Prevention.
son los lu gares más afect ados. First and Second of Two Parts. N Eng l J Med 1997;
L as lesiones moderadas y graves so n más co- 337 :543 y 613.
munes en los mayores de 5 años . La mayoría de Robertso n LS. Injuries. Causes, control estrategies and
los traumati smos graves fueron lesiones produci- public policy. Massac husetts, Lex ington Books,
das por coli siones de vehículos a motor (40 %), 1983.
luego caídas ( 11 % ) y quemaduras (11 % ). Los Schieber R, Branche-Oorsey C, Ryan G. et al. Ri sk fac-
traumatismos graves se produjeron en e l hogar tors for injuries fron in-line skating and the effecti ve-
(39%) y en la vía pública (32%). El 73 % de las le- ness of safety gear. N Engl J Med 1996; 335 : 1630-5 .
siones provocadas se produjeron e n la cabeza, e l Thompson D. Journal of American Medica] Association ..
18% en los miembros, 6% en el abdomen y 3% e n 1996; 276: 1968.
el tórax. Thompson O, Oannenberg A, Thompson R et al. Epide-
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LECTURAS RECOMENDADAS US Oepartment of Labour. Bureau of Labour Statistics.
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Accidental deaths and di sability: the neglected di sease 1995. Washington , OC, USDL, 1997.
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Anuario Estadístico de la República Argentina. 1996. Health Organization, 1977, Tenth Revision Conferen-
INDEC. Vo lumen 1O. Ministeri o de Economía y ce, 1995; Geneva, World Health Organization, 1995.
Sección 2
Prevención de lesiones
Capítulos
2-3 La prevención
Laura Bosque y Jorge A. Neira
El término accidente
Laura Bosque y Jorge A. Neira
Mi problema con la palabra accidente es que liza el estudio del problema, dado que un acci-
implica que el azar - de una variedad desfavo - dente no es producto del azar ni de la fatali-
rable- juega un papel mayor en la causa de es- dad, ni tampoco intencional , en el sentido de
tos eventos. Esto sugiere que las colisiones que querer producir un daño en forma consciente.
involucran vehículos a motor ocurren en una 2. La palabra accidente también se utiliza para
base aleatoria y entonces son impredecibles por describir el error humano. Esta utilización tie-
comp leto y ente ramente no prevenibles. ne como resultado la exclusión del suj eto de la
secuencia que deriva en una lesión no intencio-
Ca len Poole nal, lo que hace imposible analizar las acc iones
que conducen a la conducta de riesgo.
3. La prod ucción de un accidente también suele
ALCANCES DE UN PROBLEMA atribui rse al destino o a un designio divino.
SEMÁNTICO Esta creencia, al funcionar como premisa, im-
pide la toma de conciencia de los fac tores de-
El término accidente es ampli amente usado terminantes del evento y difi culta la implemen-
tanto en el ámbito popular como técnico. Sin em- tac ión de estrategias para prevenirlo.
bargo, el punto de partida para trabajar en la pre-
ve nción y el control de las lesiones provocadas por
los accidentes es la necesidad de establecer un LA NECESIDAD DE REEMPLAZAR
concepto claro y de aceptación general, que inclu- EL TÉRMINO
ya en primer lugar una definición del término. Ello
requiere entonces la revisión del uso popul ar de la Bajo el acertado título Una solicitud a favo r de
palabra accidente y sus consecuencias en quienes la prevención, Galen Poole se refiere al arraigo de
trabajan en el ámbito de la prevención: la denominación accidente de vehículo a motor
(AVM) en el ámbito médico, en la literatu ra espe-
1. Según su acepción más corriente, el accidente cializada y en la Clasificación Internac ional de
refiere a un suceso imprevisto, en general des- Enfermedades . En su solicitud nos presenta la di-
graciado, que altera la marcha normal de las ficultad que el uso del término accidente acarrea
cosas. Al sugerir que se trata de un suceso ines- para quienes pretenden trabajar en la prevención y
perado, el uso de la palabra accidente obstacu- control de lesiones.
19
20 Trauma. Prioridades
Las lesiones
Laura Bosque y Jorge A. Neira
21
22 Trauma. Prioridades
circunstancias específicas a la energía cinética de po que incrementa la audacia o produce somno len-
una colisión a alta velocidad, puede calcularse cia. El nivel máximo permitido de alcohol en san-
tan realmente como la de contraer rubéola cuando gre para conduc ir un vehículo es de 0,5 g/L. Es
esa persona se expone al virus. bien conocido que a partir de este valor se incre-
Son múltiples los factores que determi nan la menta de manera notable e l riesgo de sufrir coli-
ocurre nc ia de lesiones no intenc iona les. E n el ca- siones. Por encima de 0,6 g/L el riesgo se duplica,
so de las colisiones que involucran vehículos a se triplica por encima de 0,7 g/L, por encima de
motor, por eje mplo, los factores re lacionados 0,8 g/L se octuplica, y aumenta 12 veces por enci-
compiten entre el grupo de las infracciones de ma de 1 g/L.
tránsito de peatones y conductores, la poca peri- Está demostrado que la utiliza ción de teléfo-
cia de l conductor y su indiferencia a cumplir con nos celulares mientras se conduce cuadruplica e l
esas normas. riesgo de colisión durante la llamada. Según las
En relación con el exceso de velocidad, se cal- normas de tránsito el manejo debe hacerse con
cula que entre el instante en que un conductor de ambas manos sobre el volante, el uso de un te léfo-
un auto que viaja a 100 km/h reacciona y aprieta no celular impide conduc ir de la manera coITecta.
el freno, hacen fa lta 105 metros para que e l vehí- Sin embargo, las comunicaciones telefónicas rea-
culo se detenga por completo. La decisión de fre- lizadas con manos libres también se asociarían con
nar un auto demora un segundo, el mecanismo de l un mayor 1iesgo, por la distracción que provoca la
freno empieza a actuar a las 5 décimas de segundo llamada.
desde que se apretó el pedal. Si el conductor fuma Las alteraciones del sueño también incremen-
mientras conduce, la reacción tarda 2 segundos tan el riesgo de sufrir un traumatismo, en especial
más. Estas estimaciones resaltan el aumento de l en aquellas personas que desempeñan trabaj os de
riesgo que producen las acciones inherentes al he- riesgo, como los conductores de vehículos de me-
cho mismo de conducir asociadas con el exceso de dia y larga distancia. Según la Sociedad Argentina
ve locidad. del Sueño, un importante porcentaje de colisiones
Aunque las colisiones de vehículos a motor de vehículos a motor se deben a que el conductor
suelen producirse en cruces con semáforos, la au- se queda dormido. Estos acontecimientos son más
senc ia de éstos sue le asociarse directamente con frec uentes entre la medianoche y las 6 de la maña-
un porcentaje alto de colisiones. La violación de na y al atardecer, en coincidencia con los picos de
una luz roja siempre provoca una lesión más gra- tendencia del sueño normal.
ve que la que puede originarse en una esquina sin El cinturón de seguridad puede reduc ir de
semáforo, en la cual el conductor tiende a reducir manera sustancia l la incidencia, la severidad y la
la velocidad. La señalización ofrece una seguridad mortalidad asociadas con los traumatismos por co-
re lativa. Las estadísticas de la Po licía Federal de la lisiones de vehículos a motor. Su utilización debe
República Argentina demuestran que ignorar la considerarse como una conducta positiva de pro-
luz roja es la más frecuente de las infracciones ca- tección de la salud, equiparable a realizar ejercicio
lificadas como graves. fís ico, no fumar, seguir una dieta sana o mantener
En cuanto al comporta miento negligente del el peso corporal adecuado. En un trabajo realizado
peatón, las conductas de riesgo más frecuentes por De Haven, piloto de la Primera G uerra Mun-
son cruzar por el medio de la calzada, no mirar a dial convertido en investigador en fis io logía, se su-
los lados al cruzar, itrnmpir en la calle saliendo girió que ante un choque las personas podían estar
entre coches estacionados, calcular erróneamente sujetas por un c inturón de seguridad, bolsas infla-
el tie mpo que se tiene para cruzar, circular entre bles o cambios e n la estructura de l vehículo, según
los autos, no respetar los semáforos y esperar en la la posibilidad de un cuerpo de exponerse a aumen-
calzada para cruzar. tos en la energía mecánica. Sus conclusiones mar-
Los riesgos de lesiones se incre mentan por el ca.ron el protagonismo de la biomecánica en la in-
consumo de alcohol antes de conduc ir. Las perso- vestigación sobre prevención de lesiones. E n nues-
nas con problemas relacionados con el alcohol tie- tro país está vigente la legislación sobre la obliga-
nen casi 5 veces más probabilidades de morir en toriedad de usar cinturones de seguridad (Le:1 Na-
una colisión de vehículos a motor, 16 veces más de cional de Tránsito Nº 24.449), sin embargo, su ta-
morir en una caída y 1O veces más de morir en un sa de uso es inadmisible mente baja, inferi or al
incendio. El consumo de alcohol puede tener con- 10%. Con el mayor cumplimiento de esta medida
secuencias severas para la conducción de un vehí- podría prevenirse un número importante de lesio-
culo, ya que disminuye la actividad refl.ej a al tiem- nes, discapacidades y muertes.
Prevención de lesiones 23
Todas estos ejempl os centra n la prevención de en el caso del suicidi o, implica saber que es nece-
lesiones en la modificación de la conducta. El eje sario trabajar en la legislación para la autorización
de Ja prevención también puede ser la modifica- de venta de armas en numerosos temas de lesiones
ción de los ambientes en los cuales se producen intencionales.
las les iones, dado que hay situaciones en las cua-
les es difíc il y hasta imposible que la persona pue-
da ev itar las lesiones sólo con su propi a conducta. LECTURAS RECOMENDADAS
Por ejempl o, el más prudente de los conductores,
en un vehícul o inseguro no podrá disminuir la in- Anu ario Es tadísti co de la Repúbli ca Argentina. 1996.
tensidad de las lesiones en caso de colisión. IN DEC. Volumen 1O. Mini sterio de Economía y
Por otra parte, casi todos los ejempl os de lo que Obras y Servicios Públi cos. Instituto Nac ional de Es-
se conoce como prevención de lesiones no inten- tadística y Censos.
cionales (antes prevención de accidentes) se rela- Baker S. Fowler C, Li G, et al. Head inj uries incurred by
cionan con las producidas por coli siones de vehí- children and young adults during info rmal rec reatio n.
cul os a motor, pero hay que recordar que las CVM Am J Public Health 1994; 84:649-52.
representan el 25 % del total de muertes por Dunn C, Donovan D, Gentil ell o L. Practica! guidelines
trauma. Esto significa que el 75 % restante (es for perfo rming alcoho l .interventi ons in Trauma Ce n-
decir 3 de cada 4 personas que fallecen por cau- ters. J Trauma 1997; 42 :299-304.
sas traumáticas) no logra concentrar esfuerzos Firearm Injury Prevention: Pos ition paper. Ameri ca n
de prevención como lo hacen las CVM. Co ll ege o f Ph ys ic ian. Ann lntern Med 1998;
En los países desarroll ados son muchas las es- 128:236-4 1.
trategias de intervención que se impl ementan para O 'Conn or P, Schotte nfeld R. Pati ents with alcohol pro-
bl ems. N Eng l J Med 1998 ; 338 :592-602 .
ev itar los traumatismos que tienen lugar, por ejem-
Organi zac ión Panameri cana de la Salud, Prevención de
pl o, en el hogar (di syuntores, detectores de gas y
Acc identes y Les iones. Serie Paltex para ejecutores
de monóx ido de carbono, detectores de humo,
de programas de sa lud, Nº 29, año 1993.
ventanas con seguridad adecuada, alfo mbras fij as,
Rede lmeier D, Tibshirani R. Associati on between ce llu-
etc.), en Ja escuela Uuegos adecuados y seguros) o lar-telephone ca ll s and motor vehi cle collisions. N
en Jos espacios recreativos (cascos, bicisendas, E ngl 1 Med 1997 ; 336:453-8 .
indumentari a adecuada, etc.). Schi eber R, Branche-Dorsey C, Ryan G. et a l. Ri sk fac-
Evidentemente, lo que marca la diferencia es tors for injuries from on-line skatin g and the effecti-
la organización lograda en el relevo de la infor- veness of gear. N Engl J Med 1996; 335: 1630-5 .
mación: conocer no sólo cuántos traumati smos se Thompson D. Journal of Ameri ca n Medica! Assoc iati on.
producen sino también dónde y quién es la vícti- 1996; 276 : 1968 .
ma, o sea cuáles son las pobl aciones de riesgo, in- Thompson D, Dannenberg A, Thompson R. et al. Epjde-
cide notablemente en la pl anificación de las inter- miology of sports injuri es. C hampa ign. 111. : Hu ma n
venciones. Por ejempl o, saber que la pobl ac ión ne- k.inetic press. 1996; 98- 11 2.
gra de los Estados Unidos tiene mucho más riesgo Thompson R, Ri vara F. Protecti ve eq uipment for in- line
de homicidio que la bl anca y que ello se invierte skaters. N Engl J Med 1996: 335: 1680-1.
Capítulo 2-3
La prevención
Laura Bosque y Jorge A. Neira
24
Prevención de lesiones 25
10. Estabilizar, atender y rehabilitar a la perso- lnjury Preve ntion: meet ing th e challenge: National
na ya lesionada: instrumentar sistemas de Committee for Injury Preve ntion and Contro l.
atención al traumatizado. A merica n Journal of Preventi ve Med ic ine. Yolume
5, N umbe r 3. Oxford Uni versity Press . New York ,
1989.
LECTURAS RECOMENDADAS Koop CE. Nation al Safe Kids campai gn Fact Sheet.
Available fro m the National Safe Kids campaign, 111
Carta de Ottawa para la Prom oc ión de la Salud . Organi- Mi chi gan Ave NW, Washington, OC 200 10-2970.
zación Mundia l de la Salud, Salud y Bienes tar Social Pl ess IB. Editori al: Unintenti onal Childhood lnjury-
Canadá y Asoc iac ión Canadiense de Salud Públi ca. Where the Buck should stop . Am . J. Public Health
Ottawa (Ontario) Canadá, 1986. 1994; 84:537.
Gómez P. Promoción de la Salud: Co nceptos y Estrate- Por una Po lítica de Comuni cac ión para la Promoc ión de
gias. Organización Panamericana de la Salud. Was - la Salud en América Latina . Organi zac ión Panameri-
hington OC, 1992. cana de la Salud (OPS) y Organi zac ión de las Naci o-
implementaci ón de la Estrategia de Promoción de la Salud nes Unidas para la Educac ión, la Ciencia y la C ultu-
en la Organización Panamericana de la Salud. Progra- ra (UNESCO), Was hington OC, 1994.
ma de Promoción de la Salud. Washington OC, 1992. Prevención de Acc identes y Lesiones. Organi zación Pa-
lnjury co ntrol : Nati o nal Academy of Sciences . Was- namericana de la Salud . Serie Paltex para Ejecutores
hington OC, Nati onal Academy Press, 1988:7 . de Programas de Salud, Nº 29, 1993.
lnjury in America: a continuing publi c hea lth probl em: Promoción de la salud: una antología. Orga ni zación Pa-
Comrn ittee on Trauma Research Commi ss ion of Li- nameri cana de la Salud, Publi cación C ientífi ca Nº
fe Sc iences . Nati onal Academy of Sciences. Natio- 557 , Washin gton OC, 1996.
nal Research Council and the ln situte of Preve ntive Robertson LS . Injuries . Causes, co ntrol es trateg ies and
Medic ine. Washington D.C., National Academic pub li c policy. Massachusetts, Lex in gton Books,
Press, l 985. 1983 .
Capítulo 2-4
27
28 Trauma. Prioridades
• Garantizar el cumplimiento de las normas de tructuras gubernamentales, las empresas, los cien-
categorización y acreditación de centros de tíficos, y las organizaciones comunitarias, políti-
atención del traumatizado. cas y religiosas.
• Señalar Ja importancia de la rehabilitación pre- Cabe preguntarse entonces si trabajar en pre-
coz para facilitar Ja reinserción social con la vención es operativamente posible. La respuesta
menor discapacidad posible. en todos los casos es afirmativa. La clave está en
consensuar políticas de trabajo que preserven la
identidad de los participantes, manteniendo una
LA COMUNIDAD clara división de responsabilidades entre los dis-
tintos sectores. Entre las acciones exitosas para
Los programas de prevención no son activida- controlar situaciones de este tipo podemos nom-
des teóricas. Se llevan a cabo en comunidades brar: crear un consejo asesor, formar una coalición
reales con problemáticas específicas, poblacio- comunitaria, explorar cómo los programas pueden
nes diversas con su propia impronta cultural. Te- compartir personal o fondos (o ambas cosas) o fa-
ner presente estos aspectos ayuda a no pensar en vorecer el copau-ocinio de material educativo o de
los programas de prevención como actividades actividades, entre otras.
de laboratorio o incluso exploratorias. Cada vez Una vez implementado este paso se requiere un
que se implementa un programa de intervención mecanismo aceitado de relación entre las organi-
se movilizan aspectos de la vida comunitaria que, zaciones participantes. De esta forma se evitan o
directa o indirectamente, son afectados por las resuelven situaciones relacionadas con la fi gura-
intervenciones desarrolladas. Por tal razón se im- ción-participació n, se aprende a trabaj ar en grupo,
pone la participación de la comunidad y de los y a respetar las disciplinas del otro, aclarando las
actores sociales en Ja aceptación del programa discrepancias en el vocabulario, en la investiga-
desde antes de su planificación y durante todo su ción y en las prácticas.
desarrollo.
Participación implica ser parte y no debe con-
fundirse con la colaboración que en forma cir- TRABAJAR EN UNA COALICIÓN
cunstancial puede pedirse o brindarse. Si bien la
comunidad es nuestra población objeti vo, el pro- Establecer una alianza de trabajo para interve-
grama es para ella y con ell a. Para lograrlo es re- nir en forma positiva en la magnitud del trauma
quisito sostener una co municación constante y constituye un desafío para todos los actores invo-
representativa con los líderes comunitarios, vo- lucrados. Se trata de una tarea sostenida en el
luntarios o representantes de organizaciones e tiempo y en Ja intensidad de trabajo, para estable-
instituciones. cer una cadena de acciones que se vayan fortale-
Trabajar en prevención implica hacerlo con ciendo a medida que se suman, y con ello lograr
otros, coordinar esfuerzos, optimizar los recursos, resultados comprobables. Esta iniciati va requiere
y con complementación interdisciplinaria e inter- garantías de participación y compromiso por parte
jurisdiccional. De lo contrario, si se trabaja en for- de los integrantes.
ma aislada, se ori ginan programas pasajeros, poco Una manera de brindar un marco legal al con-
eficaces y poco representati vos. Lamentablemente senso y a la intersectorialidad lograda es confor-
éste es uno de los errores que se cometen con más mar una coalición cuyos únicos propósitos y obje-
frecuencia. tivos sean la prevención de lesiones y el control
Además, la experiencia de muestra que a pesar del trauma.
del consenso logrado acerca de la necesidad de Una coalición es una organización de indivi-
que las intervenciones preventi vas sean de carác- duos que representan una variedad de grupos de
ter multisectorial, hay claras razones que obstacu- interés, los que se unen para compartir recursos,
lizan la integración en el trabajo. Entre los obstá- conocimientos y experiencias, en la cual cada
culos más destacables están los conflictos que grupo aporta además la acción apropiada a su
surgen cuando las organi zaciones que debieran área de interés para posibilitar un cambio, traba-
interactuar intentan preservar sus individualida- jando en pos de un objetivo común. El propósito
des a ultranza, así como los litigios respecto de la de la coalición es tratar de alcanzar mayor impac-
autonomía de cada una. Otro obstáculo es la falta to. Las coaliciones alcanzan una masa crítica de-
de costumbre de coordinar estrategias comunes trás de un esfuerzo comunitario, ayudan a los gru-
entre los diversos sectores involucrados: las es- pos a confiar en los otros y reducen la probabili-
Prevención de lesiones 29
dad de malgastar recursos a causa de la compe- por la subsistencia de esa persona y su. fam i-
tencia in.necesaria entre grupos. lia.
L a coalición fac ilita que e l programa de pre- No comprendemos el pensamiento que per-
ve nci ón adqui era un alto grado de reconoc i- mite al demandante creer que sólo se trata de
mie nto y credibilid ad com uni tari a, como tam- él ".
bié n qu e se formen redes de di stribución y con- Simon V. Sargent, 346F Supp. 279 (Mass.,
trol de los materiales producidos, de instru cto- 1972), affirmed in. 409 U.S. 1020 ( 1972). En. ln-
res para e l entrenami ento y de personas para la jury Prevention. National Committee far ¡,~¡u. ry
implementac ión de las accio nes. Ta mbi én se Preven.tion. an.d Con trol. Oxford Uni ve rsity
ej erce mayo r pres ió n cuand o e l progra ma re- Press, New York, 1989.
qui ere vo tos para apoyar cambios legislativos o
de po líti ca de sa lud , o cuando necesi ta e l apoyo Como ya he mos visto e n el capítul o so bre
del públi co y de los profesiona les para co nse- e pide miología, e n la Argentina y e n los países
guir fondos. en vías de desarrollo en ge nera l, las co li siones
Para ser efectiva un a coalición necesita tres ele- de ve hícul os a moto r (CVM) son las mayo res
mentos: res pon sa bl es de las mu ertes por causas traum á-
ticas no intenci onales. Es te hec ho ha marcado la
l ) La organi zac ión que asume la respon sa bilidad preferencia por las intervenciones qu e buscan
y la conducc ión del programa. que las pe rso nas mod ifiquen sus conductas de
2) Un coordin ado r (miembro de la organización ri esgo por otras nuevas, más seguras. Tambié n
líder y preferentemente rentado) res ponsab le han surg ido intervenc io nes que se basa n en co n-
de: tro les legis lat ivos más severos , para gara ntiza r
e l cump limi ento de las reg la mentac iones vigen-
• planificar la meta y los objetivos, y asegurar
tes qu e pe nali za n, por ejempl o , condu c ir en es-
qu e se cum pl an,
tado de ebriedad , e l no uso de l c inturón de segu-
• planear y diri gir los encuentros,
rid ad y de l casco para los motoc ic li stas , co ndu -
• servir de nexo para la comunicación intern a
cir con menores de edad en e l as iento delantero,
entre los mi embros de la coalic ión,
etc . En este punto se ha generado un a controver-
• aportar la motivación necesaria para llevar
s ia so bre los alcances qu e ti e ne n los sectores
ade lante las actividades,
públicos respecto del derecho de las personas a
• direccionar el proyec to hac ia su cumpli -
dec idir so bre su propi a vid a . ¿Hasta dónde el
mi ento .
sector público se entromete en el ámbito de lo
3) Miembros entusiastas y comprometidos, res- privado o, lo que es igual , hasta dónde una
ponsables de difundir la info rm ació n y co ndu - decisión personal repercute en el ámbito pú-
ci r las ac ti vidades. blico?
Existen ad hesiones a la teoría de que, por ejem-
Los e1Tores más comunes que se cometen cuan- plo, obligar a un conductor de moto a utili zar cas-
do se trabaja en una coalición se producen en co es avasall ar su deci sión personal. Si n embargo,
cinco áreas: dinámica de grupo, prob lemas con el derecho del gobie rn o a proteger a los ciudada-
miembros difíc il es de satisfacer. recambi o fre- nos del daño, va liéndose de med idas qu e restrin-
cuente de los representantes, plan ificac ión in sufi - ge n la libertad individual. está estab lec ido. Este
ciente y cambi os en los objetivos que la coa li ción derecho incorpora la idea ele qu e el daño que po-
se había propuesto . tencialmente se puede causar a la comunidad es
superi or al que produce la restricción de la li bertad
incli viclual.
LAS PERSONAS Otro argumento que surge en esta controve rsia
afirma que la elecc ión personal sólo afecta a quien
"Desde el momento en que se produce la la toma. Sin e mbargo, es necesari o recordar e l cos-
lesión, la sociedad levanta a la persona de la to económico (q ue implica no sólo asistir a un le-
ca lle, la entrega a un hospital municipal y a sionado sino también los costos sociales que se ge-
un médico mun icipal, le provee una compen- neran) que es afrontado con el aporte de toda la
sación si no pu ede trabajar lu ego de qu e se comun idad; o sea que las consecuencias derivadas
recupera, y si la les ión le causa discapa cidad de la deci sión de cada persona traspasan los lími-
perman ente. puede asumir la responsabilidad tes de lo privado .
30 Trauma. Prioridades
Diseño de programas
de prevención
Laura Bosque y Jorge A. Neira
El equipo de salud, en particular los profesio- ción, sí se pueden establecer los pasos que opor-
nales que se desempeñan en la atención prehospi- tunamente deben darse: recolectar y ana lizar la
talaria y en los departamentos de urgenc ia, reciben información, seleccionar la lesión y la pobla-
a diario a víctimas de lesiones de diversa grave- ción, determinar las estrategias de intervención,
dad. Estos casos son una evidencia clara de inter- desarrollar un plan de implementación; identifi-
venciones de prevención fallidas o que no se lleva- car, seleccionar y obtener el compromiso de or-
ron a cabo. ganizac iones de la comunidad ; orientar y entre-
La premisa que debe regir un programa de pre- nar a las organi zaciones y a los individuos para
vención parte de la concepción de que siempre es implementar e l plan ; poner en marcha e l pro-
posible interveni1: grama, así como monitorearlo, apoyarlo y eva-
Cuando se trabaja en prevención, casi en forma luarlo.
espontánea se piensa en desa1Tollar campañas de
difusión basadas especialmente en el uso de los
medios masivos de comunicación. Se suele creer DIEZ PASOS PARA CREAR
que con campañas informativas se puede, por UN PROGRAMA DE PREVENCIÓN
ejemplo, influir en las políticas, lograr cambios es- DE LESIONES
tructurales y del ambiente y educar para la seguri-
dad, entre otras tantas bondades atribuidas a la du- l. Recolectar y analizar la información
pla informac ión-medios masivos. Es por ello que
en muchas campañas preventivas se sobrevalora el El prime r paso en la planificación de un pro-
papel de la información . Sin embargo, la informa- grama de preve nción es identificar e l problema
ción sola no basta: el conocimiento de los riesgos sobre e l que se quiere inc idir. Se trata de un pro-
no es suficiente para que se opte por una vida sa- ceso de decisión y definic ión que aclara e l tipo
ludable. Se llega a cambiar a través de un proceso de lesió n a prevenir, la población con la que se
que brinde los conocimientos, ofrezca las herra- va a trabajar y la di sponibilidad de recursos. Es-
mientas y logre la motivación que lleva al sujeto a ta etapa comprende la recolección de toda la in-
incorporar e l comportamiento deseado al reperto- formac ión disponible sobre e l tema, o sea que se
rio de sus conductas habituales. trata de conocer quién muere, quiénes quedan
Si bien es c ierto que no pueden establecerse discapaci tados, quiénes se hospitali zan y por
fórmulas o recetas para un programa de preve n- qué, etc .
31
32 Trauma. Prioridades
La base de datos creada será nuestro punto de • Costos de las lesiones: conocer el impacto
partida orientador para la determinación de las económico de las les iones, para determinar
metas, los objetivos y la selección de las interven- si justifican la inversión en programas de
ciones. De la calidad de los datos y de su interpre- prevención y control. Determinar quién
tación correcta dependerá el rumbo y los aciertos proveerá los fondos necesarios para el pro-
del programa. En ningún caso sirve extrapolar in- grama .
formación de otras rea lidades ; lo conveniente es
recoger datos propios o bien utilizar los que pro- b. Conocer cuál es la percepción comunitaria
vengan de fuentes confiables. Los hospitales, las del problema: la información cruda puede de-
universidades, los centros de investigación, e l Es- cir mucho acerca del problema: pero, sin em-
tado, la po licía, los bomberos, las organizaciones bargo, no dice nada acerca de la percepción que
no gubernamentales y los sistemas de emergencias la comunidad tiene sobre ese problema. Una
son algunas fuentes de información. forma de recabar esta información es mediante
Los datos pueden variar según las fu entes y los la apertura y mantenimiento de vías de comu-
criterios de codificación de cada una; por ello es nicación entre e l programa y la población obje-
importante poner el énfasis en las tendencias gene- tivo, así como entre e l programa y las organi za-
rales, ya que es probable que éstas no difieran aun- ciones participantes . No contemplar este paso o
que la información no esté actuali zada. También desjerarqui za r lo que la gente cree, piensa y
es importante recordar que al trabajar con una co- siente sobre la problemática en cuestión, es uno
munidad específica es más útil la información lo- de los errores más comunes que se cometen y
ca l que la nacional. un pasaje seguro al fracaso de nuestra interven-
Cuánto se investi ga estará determinado por ción .
los recursos disponibles, el ni vel de inform ac ión c. Conocer qué recursos pueden usarse para
que se neces ite (es dec ir cuánto se qui ere defi nir tratar el problema: se trata de conocer todos
sobre la les ión y la població n o bjetivo), y cuán- los recursos di sponibles o potencialmente dis-
ta info rm ac ió n es necesaria para prese ntar ante ponibles para trabajar en la prevención del pro-
los pos ibl es auspiciantes y participantes del pro- blema. Esta disponibilidad de recursos puede
grama. estar dada por organi zac iones gubernamentales
La identificación de l problema req ui ere el o no gubernamentales, por estructuras informa-
cumplimiento efectivo de S tareas, independiente- les de poder de la comunidad gestionadas por
mente de la secuencia temporal en que se realicen: líderes claves en lugares insospechados.
d. Conocer cuáles son las características de la
a. Conocer la naturaleza del problema: implica población: contar con datos demográficos.
disponer de datos mu y claros sobre e l tipo de geográficos y económ icos. Conocer directa-
lesió n a prevenir. La información puede brin- mente la población , su medio y los balTios . Los
darnos un panorama ge neral sobre la les ión o porcentajes de población joven y vieja. Cono-
centrarse en una lesión de la que sólo se sospe- cer la estruc tu ra de servicio de salud y de otros
cha su magnitud. En una comunidad se pueden servicios di sponibles. Realizar un mapa de los
determinar los siguientes patrones de lesiones: lugares especiales de esa com unidad, los luga-
res de riesgo. Conocer de qué viven sus hab i-
• Lesiones problemáticas: conocer las les io- tantes, sus ocupaciones más comu nes y los
nes más frecuentes y su grado de severidad, riesgos asociados con ellas. Co nocer sus luga-
para orientar sobre los objetivos a plantear- res recreativos y sus riesgos potenciales. Cono-
se y las entidades a convocar. cer los determinantes más comunes de lesiones
• Población de riesgo: conocer los grupos en el hogar. Conocer las formas de transporte
que más se lesionan. los que concentran los más usadas. las condiciones climáticas y los
índices más altos son nuestra població n ob- riesgos asociados. etc.
jetivo. e. Conocer cuál es el clima político: conocer la
• Causas de lesión: conocer la multiplicidad política comun itari a. los sectores que pueden
de circunstanc ias que cond ucen a la produc- influir -en forma negati va o positiva- en esa
ción de les iones, para determ inar una base comunidad. así como las personas u organi za-
in for mati va que nos oriente en la se lección ciones que fo rman opi ni ón, aca paran la aten-
de las estrategias de intervención más apro- ción de los medios de comunicació n e influyen
piadas. en la acc ión de gobierno. Conocer los voceros
Prevención de lesiones 33
siones . Las medidas pasivas que no requieren ac- dres a tener y usar el asiento como corresponde,
ción suelen describirse como "mejores o más efec- sería la interve nción a implementar ; usaríamos las
tivas" que las acti vas, a pesar de que muchas veces intervenciones de educación/cambio. Por lo tan-
son difíciles de implementar (como ocurre con las to, para brindar protección efecti va a los ocupan-
air bags) porque requieren cambios legislativos o tes de automóviles y maximizar la protección de
de regulación dirigidos a introducir modificacio- los asientos de seguridad para niños se impone una
nes específi cas de los productos . Una nueva legis- combinaci ón de estrategias .
lación sobre este tema, más protectora, requiere Desarrollar e implementar esta mezcla progra-
difundir info rmación que cree conciencia tanto en mática implica esfuerzos combinados por parte de
el público general como en los legisladores. Un médicos, leg isladores, personal de policía, investi-
ejemplo claro de esto es la lucha de más de dos dé- gadores, empresarios, padres y otros profesionales
cadas que se mantuvo en los Estados Unidos por del cuidado de la salud . Los resultados más desta-
los air bags, que ahora están di sponibles. En el ca- cados de estos esfu erzos se han logrado medi ante
so de la prevención de lesiones, las estrategias pa- inte rvenci ones leg islac ión/refu erzo e ingeni e-
sivas son efi caces dado que actúan en fo rma auto- ría/tecnología, o sea por medio del control y los
mática, aunque las verdaderas intervenci ones pasi- cambios en los productos. Las intervenciones de
vas son pocas . La cuestión, entonces, no es adhe- educación/cambio de conducta son menos conoci-
rir absolutamente a un tipo de intervención, sino das dentro del campo de la prevención de lesiones
combinar estrategias para obtener la combinac ión y por ello requieren un comentario un poco más
más efecti va. detall ado. Son intervenciones basadas en la teoría
Las estrategias de prevención pueden orientar- de que las les io nes son el resultado de causas am-
se a los siguiente tópicos: bientales y de conducta. Aunque los abordajes pa-
sivos son preferibles a los activos, es difícil pensar
• Legislación-refuerzo de la ley: es la elabora- un cambio del ambiente que no incluya algún
ción de leyes nuevas o el énfas is en el cumpli- componente de la conducta. La educación sobre el
miento de las existentes . riesgo de sufr ir lesiones y la promoción de con-
• Ingeniería-tecnología: son los cambi os a in- ductas cada vez más seguras requieren un proceso
troducir en el diseño de los productos, para que gradual. Se necesitan más estudios para evaluar el
brinden la seguridad adecuada y prevengan las beneficio en el largo pl azo de los programas edu-
lesiones. Esta estrategia también incluye las re- cati vos y cómo pueden combinarse con otros para
fo rmas en el medio físico, para que éste sea se- acelerar el cambi o de conducta, dado que la com-
guro. probación de los efectos de las campañas educati-
• Educación-cambios de conducta : es aquell a vas puede no advertirse antes del primer año de
estrategia dirigida a educar sobre la necesidad implementada la intervención.
de la prevención o a modificar determj nadas La psicología tiene mucho que ofrecer al cam-
conductas de riesgo. po del contro l de lesiones, en la comprensión de
los determinantes de la conducta de riesgo y en el
Por ejemplo, si el objetivo es que los menores desarrollo de estrategias efectivas para el cambio
de 12 años que viajan en vehículos a motor lo ha- de conducta. A unque la investigación psico lógica
gan en asientos de seguridad, especi ales para ni- y sus aplicac io nes en el campo de las lesiones se
ños . ubicados en el asiento trasero del automóvil , ha desarro ll ado con lentitud, la intervención se ha
deberíamos implementar intervenciones destina- basado cada vez más en el reconocimiento de que
das a la sanción de nuevas leyes específi cas o a la prevención de les iones incluye acciones indi vi-
que se refu erce la legislación vigente (interven- duales relac ionadas con la protecc ión, la precau-
ción de l tipo legislación/refuerzo). Como además ción y el riesgo . El papel que las decisiones y las
neces itamos que el asiento sea el adecuado, imple- elecciones de los estil o de vida desempeñan en el
mentaríamos intervenciones del tipo ingenie- control de les io nes no debiera subestimarse.
ría/tecnología. Pero los as ientos muchas veces El limitado éx ito que han tenido las interven-
son usados en fo rma incorrecta y ell o los hace ine- ciones del tipo educac ión/ca mbio de conducta en
fec tivos; por lo tanto, para que tengan un efecto la prevención de lesiones puede ser en parte resul -
protector real es preciso que se los utilice de ma- tado del fracaso en la comprensión de las causas
nera apropiada. En este punto la educación centra- conductuales de las les iones. Las intervenciones
da en la fo rma correcta de usar el asiento, que de l tipo legislación/refu erzo e ingeniería/tecnolo-
brinde la info rmación precisa y moti ve a los pa- gía sí tienen el potencial para proteger el mayor
Prevención de lesiones 35
número de personas , por lo que debieran emplear- seada. Son definiciones cuantificables y mensura-
se siempre que sea factible. Pero la educación bles de lo que el programa realizará. Los objetivos
-tanto del sector político como de la población ge- de proceso se refieren a quién efectuará la acti-
neral- suele ser un antecedente de la acción pre- vidad.
ventiva. La educación también es necesaria para El plan de implementación incluye el desairn-
lograr la aceptación pública de la nueva legisla- llo de las ideas del programa: cada objetivo requie-
ción y como un medio para incrementar el acuer- re acciones específicas; por ejemplo, la programa-
do con la ley. Asimi smo, ante la necesidad de rec- ción puede incluir participación en acontecimien-
tificar la fa lta de adhesión de los usuarios de la tos especiales, colegios, asamb leas etc. Es útil ele-
medida preventiva o el uso inco1Tecto de las tecno- gir una estrategia de implementación que se haya
logías de prevención de lesiones, la educación se diseñado con anterioridad, porque esto implica
transforma en una modalidad prioritaria. que también se ha evaluado su eficacia, lo que per-
mite adaptarla a los recursos, necesidades y priori-
dades del programa para que funcione mejor y ge-
4. Desarrollar un plan de implementación nere un sentido de pertenencia. El plan de imple-
mentación debe incluir un método organi zativo;
Este paso incluye establecer las metas y los por ejemplo, se puede hacer una línea de tiempo
objetivos del programa. para el proyecto en general y otra pai·a las activi-
Las metas brindan la dirección del programa, dades comunitarias.
son definiciones generales que sirven de marco Un ejemplo de un programa pai·a disminu ir la
para los objetivos buscados. Las metas son cartas mortalidad tendría la meta y los objetivos q ue se
de intención, declaraciones claras de aspiración de observan en el cuadro 2-5-1. La meta es amp li a,
lo que el programa pretende. Los objetivos deter- no se especifica la manera en que se va a lograr
minan cómo se logrará la meta; deben ser especí- y tampoco da c uenta de las características del
ficos, limitados en el tiempo y medibles. programa. Esta meta debe ir acompañada con
Los objetivos pueden ser de resultados o de objetivos mensurables que detallen cómo el pro-
proceso. Los objetivos de resultados dan cuenta grama alcanzará sus metas y cómo se medirá su
de la evo lución deseada del programa y pueden progreso.
presentarse en términos de tasas de lesión, nivel Tanto en los objetivos de proceso como en Jos
de conciencia de la población , actitud , comporta- de resultados, deben explicitarse con claridad los
miento y medio ambiente, o políticas públicas. resultados esperables y la magnitud necesaria de
Los objetivos de resultados definen quién será los efectos para lograr el cambio. Un programa
afectado por la actividad. Los indicadores tam- que pretenda generar cambios estructurales o de
bién se asocian con el factor tiempo. En este pun- comportamiento debe evaluar la importancia que
to encontramos que al medir los resultados y eva- tiene el tiempo en la programación de las accio-
luarlos, la mortalidad y la morbilidad son los in- nes, dado que pueden requerirse años para demos-
dicadores de mayor contundencia y significación. trar cambios en las tasas de lesión. Por ell o es con-
Según el National Committee for Injury, Prevention veniente trabajar también con objeti vos alcanza-
and Control , si estableciéramos un esquema de je- bles y valorables en el corto plazo. de manera que
rarquías entre los indicadores , les siguen , en or- permitan mantener el interés en el programa el
den de importancia, las víctimas asistidas en los tiempo total requerido para demostrar cambios
departamentos de urgencia, todas las lesiones que verdaderamente significativos .
recibieron tratamiento médico, la observación di-
recta del comportamiento o del medio ambiente,
el monitoreo de la política pública o de la prácti- 5. Identificar, seleccionar y obtener
ca relacionada con la lesión y su prevención, las el compromiso de organizaciones
medidas de comportamiento autotTepetidas y por de la comunidad
último, las medidas para crear conciencia, las ac-
titudes, las creencias o la intención. Esta escala de Un grupo de organi zaciones que acuerden lle-
evaluación responde tanto a la recolección de da- var adelante un programa de prevención de lesio-
tos como a las posibilidades de interpretación que nes logrará más que una organización por sí sola,
ofrecen. ya que una coalición, como hemos visto antes,
Los objetivos de proceso presentan la relación contará con una mayor cantidad de recursos tanto
entre la actividad del programa y la evolución de- materiales como humanos. Al buscar el apoyo o la
36 Trauma. Prioridades
Disminuir la mortali- En un período de 5 años En un período de 5 años llevar a cabo campañas de educa-
dad de los conductores disminuir la mortalidad de ción general sobre el uso obligatorio del c inturón en los
de vehículos a motor 22 X 105 a 18 X 105 . asientos de los adultos y los de los niños (con si lla o si n ella)
modificando la forma y la importancia de estar sujeto. Intervención: utilizar varias
en que manejan y la En un período de 5 años medidas para crear conciencia en la población, desde notas
valoración que tienen aumentar "siempre" y "ca- periodísticas hasta recomendaciones impresas en facturas
obre la forma segura si siempre" la tasa de utili- de servicios
de conducir zación de cinturones de se-
guridad de 27 a 62% En un período de 5 años. realizar sesiones de educación con
grupos reducidos de adultos y niños. Intervención: enseñar
En un período de 5 años a usar el cinturón en preescolar y primaria; presentación en
di sminuir e l número de grupos comunitarios
choques de 855 a 750 (es
conveniente siempre ex- En un período de 5 años desarrollar una campaña intensiva
presarlos en % de choques sobre el uso del cinturón. Intervención: distribución de pre-
por población o choques mios a quienes usan e l cinturón (p. ej ., al ingresar en e l es-
por km recorrido) tacionamiento de espectáculos. ferias. supermercados)
participación de organizaciones de la comunidad, los objetivos. pero las actividades son responsabili-
en una coalición es importante: dad de todos los miembros del grupo. En este sen-
tido, el desarrollo de un plan de acción formaliza el
• Considerar que las organizaciones deben tener compromiso de cada miembro con actividades es-
una misión coherente con la meta del programa pecíficas y su manera de contribu ir. Las tareas que
• Tener en cuenta todos los aspectos del proble- cada miembro tendrá a su cargo pueden seleccio-
ma para asegurar una mezcla de todas las pro- narse y asignarse basándose en las actividades que
fesiones y disciplinas necesarias que facilite e l cada uno esté acostumbrado a hacer y para las cua-
cumplimiento de la meta. les tenga los recursos y habilidades necesarios.
• Considerar organizaciones y grupos no tradi- El plan de acción varía de acuerdo con la es-
cionales. trategias que se han seleccionado:
• Pensar en los recursos necesarios y en las orga-
• Estrategias educacionales: los esfuerzos educa-
nizaciones que pueden faci litarlos.
cionales más efectivos combinan la interacc ión
personal con materiales impresos y campañas
No todas las o rgani zaciones que se contacten
en los medios. En la medida en que se utilicen
participarán, por e llo debe conformarse una larga
la mayor cantidad de maneras y espacios para
lista de organi zaciones públicas y privadas que
mostrar e l mensaje de prevención, se logrará un
evitará ser excluyentes en la convocatoria.
mayor efecto.
• Estrategias legislati vas: son muy efectivas, pe-
ro es importante tener en cuenta que influir en
6. Desarrollar un plan de acción
el proceso legislativo requiere mucha planifica-
c ión y trabajo en el largo plazo. Las siguientes
El plan de acción es el paso por paso de las ac-
herramientas son recomendables:
tividades que se llevarán a cabo de acuerdo con las
estrategias seleccionadas. La organización coordi- Acercar a los legisladores información clara
nadora es responsable del desarrollo de la meta y sobre costos y otros aspectos del problema.
Prevención de lesiones 37
así como la pro puesta legislativa y las ideas espera de ellas y cómo abordar las actividades. A
sobre cómo lograr la aplicación de la ley medida que el proyecto continúa y crece, será ne-
Presentar info rmación convincente: muchas cesario entrenar a nuevos miembros; este paso im-
veces el argumento económico es más per- plica una comunicación abierta, de ida y vuelta,
suasivo que la mortalidad. entre quienes trabajan en el programa. Ello permi-
Lograr que uno o más legisladores lancen el tirá establecer el diálogo sobre la utilidad de los
proyecto de ley, así éste tendrá una mayor métodos, la efecti vidad de las herramientas y la
llegada a los otros legisladores y al público reacción de la comunidad.
a través de los medios.
- Establecer un contacto cercano con alguien
pertenec iente al equipo de un legislador. 8. Implementar el programa
Demostrar a los legisladores que la comuni-
dad tiene interés en la ley. Hay que comenzar; no planear para siempre. El
entusias mo inicial de los participantes del progra-
• Estrategias tecnológicas: son dos los pasos vi- ma de prevención se perderá si la planificac ión es
tales cuando se eligen estas estrategias; por una demasiado larga y las actividades no comienzan.
parte, es necesario desarrollar y producir el mé- Los planes pueden ser ajustados y modifi cados du-
todo tecnológico, pero además es indi spensable rante la implementación del programa, esto es lo
comercializarlo (colocarlo en el mercado). El que determina que éste sea flexible y responda a
primer paso puede no estar de ntro de las capa- los obstác ulos . Es importante no hacer todo en el
cidades de la coalición; sin embargo, un pro- comienzo: se pueden guardar ideas y actividades
grama basado en la comunidad puede ser mu y que requieran mayor planificac ión para etapas fu-
efectivo a la hora de distribuir el elemento y turas y comenzar con las acti vidades que tienen
pro mocionar su uso una vez que ha sido desa- más probabilidad de éx ito, lo cual también fo rtale-
rroll ado. Por ejemplo, se puede incorporar un cerá al programa y alentará a los participantes a
plan de descuento acordado con los fabricantes continuar.
y distribuidores, o juntar fo ndos para comprar
el elemento en grandes cantidades y así lograr
un menor costo de venta al público, también 9. Monitorear y apoyar el programa
crear un aumento en la demanda puede hacer
que los costos bajen. Es necesario mantenerse en contacto con todos
los involucrados en el programa y monitorear las
actividades, para tener la seguridad de que todas
7. Orientar y entrenar las partes del proyecto se desaITollan con tranqui-
a las organizaciones y a los individuos lidad. Los encuentros pueden brindar la posibili-
para implementar el plan dad de comunicarse internamente y son un meca-
nismo para involucrar a todo el grupo en las ins-
Es beneficioso que los participantes del progra- tancias exitosas y en las áreas prob lemáticas.
ma de prevención te ngan una comprensión general Una vez que el programa comenzó, la mayoría
de la amplitud y el alcance del programa, cómo és- de las deci siones de ben ser grupales: las decisio-
te aborda la necesidad de prevención y cómo se in- nes colectivas aumentan la cohes ión del grupo y
serta en el panorama general de Ja prevención de pro mueven un sentido de pertenencia y responsa-
lesiones. Aunque no es necesario que las personas bilidad. De todas maneras, la comunicación indi-
de la comunidad tengan el conocimiento de la fi - vidual entre el coordinador y un miembro puede
losofía de la prevención de lesiones, esto puede ser necesaria para brindar pericias técnicas o tratar
ay udar para hacer que todos los que hacen el pro- una decisión que sólo atañe a ese miembro.
grama sean embajadores de Ja prevención de lesio- Un fo rmul ario que cada miembro participante
nes: mientras más conocimiento y comprensión complete para cada acti vidad puede ser una fuente
posean, mayor será su influencia cuando interac- valiosa de información (a cuántas personas se lle-
túen con otros . gó con la actividad, cuántos fo lletos se repartieron,
La orientación y el entrenamiento de quienes cuántas horas se le dedicaron a la actividad, etc.) y
implementan el programa ay uda a asegurar que además será útil para la evaluación.
cada miembro comprende su papel. Cuando las Es importante la fl exibilidad: el programa ideal
personas comienzan su tarea deben saber qué se que se puso en papel podrá cambiarse de ac uerdo
38 Trauma. Prioridades
• Pro moción de una persona destacada de la co- Acc idental deaths and di sability: the neg lected di sease
munidad interesada en el tema o protagonista of modero soc iety: National Research Counc il. Was-
de una les ión de alto impacto. hington D.C., Nati onal Academy of Sciences, 1966.
• Acontecimientos especiales o ac ti vidades espe- Http://www. nh tsa.dot. gov
cíficas del programa. Injuri es . Ca uses, co ntro l estrateg ies and pu bli c po li cy.
• Presentac ión pública de los res ul tados de un Ro bert son, L. S. M assac hu sett s, Lex in gton Books,
programa comunitario. 1983 .
Koop CE. Nati onal Safe K ids Ca mpa ign . Fact Shee t.
• Info rmación sobre las lesiones más frec uentes
Avail abl e from the National Safe Kids ca mpa ign,
en una época del año determinada.
l l l Michi gan Ave NW, Was hington, DC 200 10-
• Info rmación oportuna sobre casos mu y publici-
2970.
tados. La Preve nción en la Ley sobre Ri esgos del Trabaj o. Pro-
• Legislac ión pendiente relacionada con las le- grama de Acc iones para la Prevención de los Riesgos
siones o con su prevención. del Trabajo. Superinlendenc ia de Ri esgos del Traba-
• Acto de reconoci miento a empresas que apoya- jo. Mini sterio de Trabajo y Seguridad Soc ial.
ron económicamente las acti vidades del pro- Neira J, Bosque L, Ge lpi F, Ne ira P. M anu al de soco-
grama. n-i smo bás ico para esc uelas. Mini steri o de cul tura y
• Info rmac ión que derive en un servicio para la edu cac ión de la nac ión, Coc hrane, Santi ago 1999.
comunidad. Ri vara F, Gross man D , Cummings P. Injury Preventi on.
First of Two Parts. N Eng J Med 1997 ; 337:54 3.
Ri vara F, Gross man D , Cummings P. Tnjury Preve ntio n.
LECTURAS RECOMENDADAS Second o fTwo Parts. N Eng J Med 1997; 337:6 13.
The Hea lth of the Nati on: Department of Hea lth . Lon-
A Canad ian Traum a Reg istry: T he Time is Now. McLe- don: HMSO, 199 1.
ll an, B J Trauma 1.997; 42 :763. Http ://www.nhtsa.dot.gov
Sección 3
Administración
de recursos para la atención
del traumatizado
Capítulos
Organización de la atención
del traumatizado.
Sistemas de trauma.
Centros de trauma
Jo rge A. Neira
45
46 Trauma. Prioridades
el descenso de las muertes prevenibles, en especial por personal entrenado y debidamente certificado,
las relacionadas con la "hora de oro" del traumati- en el menor tiempo posible y con una categoriza-
zado. Hoyt realizó una revisión excelente en rela- ción que permita evaluar su gravedad y su destino.
ción con la detección de errores y el diagnóstico Cabe aquí agregar los conceptos de "triage",
de la posibilidad de prevención de las muertes. que significa seleccionar pacientes de acuerdo con
Hay numerosas publicaciones en las que se prioridades de traslado y de tratamiento, de suma
estudiaron estos temas en los denominados siste- utilidad no sólo para víctimas individuales sino
mas de trauma. Es bien conocido que hay mayor también para víctimas en masa, como puede ob-
cantidad de muertes evitables en comunidades servarse en situaciones de desastre. Nuestra reco-
sin centros de trauma. La atención regionalizada mendación para el triage es utilizar las pautas del
puede reducir a menos del 2% las muertes preve- comité de trauma del American College of Sur-
nibles. geons.
Es importante remarcar que el concepto de sis- El "tiempo indicado" es el empleado en la eta-
temas de trauma no sólo significa la presencia de pa prehospitalaria, y en medios urbanos debe osci-
un centro de trauma para atender a los pacientes, lar en no más de 20 minutos (excepto que el pa-
sino que comienza en la etapa prehospitalaria, con ciente esté atrapado y precise extricación), ya que
el acceso temprano en el sistema de emergencias y estos pacientes se benefician con maniobras muy
la llegada rápida de personal capacitado, continúa simples y concretas, como liberar la vía aérea con
con el traslado al centro asistencial, sin altibajos protección de la columna cervical, controlar el
en la atención, luego, el ingreso en un centro de la sangrado, estabilizar las fracturas y trasladarlos de
complej idad adecuada para resolver todo tipo de manera adecuada.
patologías relacionadas no sólo en cuanto al diag- El sistema de salud, para dar la respuesta más
nóstico sino también a la terapéutica y por último adecuada a cada paciente traumatizado, debe po-
la rehabilitación del paciente y su reintegro poste- ner en funcionamiento una cadena de acciones que
rior en la sociedad. garanticen la eficacia del proceso.
Como es habitual , queda claro que un sistema En primer lugar es preciso contar con un siste-
es más que la suma de las partes, pues debe fun- ma de emergencia que pueda llegar con rapidez al
cionar como un todo armónico con las máximas lugar donde se produce la lesión -accesibilidad-,
eficacia y eficiencia. que cuente con el equipamiento adecuado y, sobre
Hasta la actualidad la Argentina carece de cen- todo, con un recurso humano entrenado que con-
tros de trauma y de regionalización de la atención duzca al paciente que sobrevivió a la lesión a un
del traumatizado, con designación oficial, aunque centro de alta complejidad -centro de trauma-
cuenta con algunos grupos de trauma que desem- donde se lo reciba con la celeridad y la eficiencia
peñan su función en hospitales generales de agu- necesarias, con personal altamente capacitado se-
dos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y gún normas reconocidas. Esta etapa se enmarca en
en hospitales de otras provincias del país. el concepto de la prevención terciaria y compren-
Sin embargo, la inauguración en el mes de de la atención médica apropiada para posibilitar la
marzo de 1995 de un centro de emergencias y conservación de la vida y la disminución de las se-
medicina y cirugía de trauma en el Hospital Juan cuelas una vez que se produjo el episodio, lo que
A. Fernández de la Ciudad de Buenos Aires fue incluye la atención hospitalaria, la rehabilitación y
una primera respuesta que la comunidad necesi- la reducción de la discapacidad destinadas a per-
taba para hacer frente a la problemática del trau- mitir la reinserción social del paciente en las me-
ma como causa mayor de morbimortalidad de su jores condiciones de salud posibles.
población. Son funciones indelegables del sistema de sa-
Ya detallamos que el 60% de los traumatizados lud: diseñar el desarrollo de un sistema de aten-
que fal lecen lo hace en la etapa prehospitalaria. ción de la emergencia y del u·auma, designar cen-
De los pacientes que fallecen dentro del hospital tros de referencia para la recepción de esos pacien-
el 60% lo hace dentro de las primeras 4 horas. tes de acuerdo con niveles de complejidad adecua-
Aquí se hace evidente la importancia de la llama- da para el tipo de patología y desanollar progra-
da hora de oro y que es necesario llevar "al pa- mas de capacitación continua en emergencias y
ciente indicado en el tiempo indicado al lugar in- trauma para todo el personal actuante (médicos,
dicado". enfermeros y choferes), de informática, de preven-
El "paciente indicado" debe resolverse en la ción y control de lesiones y de procuración y abla-
etapa prehospitalaria con un tratamiento adecuado ción de órganos.
Administración de recursos para la atención del traumatizado 47
Un concepto importante es que el sistema sea Las ac ti vidades deben regularse desde un cen-
inclusiv9 y no exc lusivo, es decir, que incorpore a tro de radiocomunicaciones atendido por telefo-
todos los efectores que trabaj en en trauma y ni stas y operadores las 24 horas. Es conveniente
emergenci as, más all á de su ori gen, público, pri- contar con regul ac ión médica permanente de guar-
vado o de la seguridad soc ial, pero de una forma dia activa las 24 horas.
coordinada, consensuada y con una normatiza- Otras acciones del sistem a de emergencias
ción rigurosa. comprenden:
Es otra función indelegable de la instituciones
públicas de salud contar con una normativa oficial. l. Prevención en concentraciones de público que
Para el lo es impresci ndible que estas instituc iones pueden implicar algún facto r de riesgo de lesio-
estab lezcan conven ios con las sociedades cie ntífi- nes o emergencias (reci tales, acti vidades de-
cas correspondientes a fin de consensuar una nor- portivas, espectáculos públicos, marchas, etc.).
ma conjunta q ue tenga el aval acadé mico, legal y 2. Gestión de derivaciones y tras lado de pacientes
legis lati vo. para estudios o tratamientos entre hospitales.
El aval legislati vo se logra con la aprobación de 3. Asesoramiento y orientación médica a buques
las leyes necesarias para que esas normas y sus de- de alta mar o av iones.
fi niciones tengan vigencia en el ámbito donde se 4. Colaboración en el traslado de profes ionales y
desarrollarán las emergencias. de órganos para ablación y trasplante.
5. Desarrollo e impl ementación de programas de
capacitación continu a del recu rso humano mé-
SISTEMA DE EMERGENCIA dico, de enfermería. choferes. radiooperadores
y técnico-administrativo.
La transformación del sistema de emergencia
debe comenzar con su red imensionamiento : un Como ejemplo, en la Ci udad de Buenos Aires,
proceso de reequipami ento global de las ambulan- en el presente e l SAME cuenta con un parque au-
c ias, un a centra l de comunicaciones acorde con su tomotor de 7 1 ambul anci as de diferentes comple-
de manda y un a informatización del istema, que jidades, entre e ll as 1O ambulancias de alta comp le-
inclu ya los deparram enros de urgencia de los hos- jidad, 2 unidades pediátricas, 1 unidad psiquiátri-
pitales designados para la atención del trauma y ca móvil, 6 unidades de traslado interhospitalario,
las e mergencias. Este sistema debe tener como 1 unidad para desastres, 50 ambul ancias de emer-
acc ión fundamenta l dar repuesta a la demanda de gencias, 1 unidad destinada a ab lac ión de órganos
la población en las emergencias y urgenc ias mé- para tras plantes, Ade más cuenta con 4 automóvi-
dicas individuales o colecti vas surgidas en el ám- les para traslado de profesionales o materiales mé-
bito local. dicos que suman un total de 75 vehíc ul os afecta-
Es fundamental que haya una relación adecua- dos al sistema.
da entre el número de ambulanc ias disponibles en Las ambulancias de emergencias deben contar
forma simultánea y la pobl ación a la que debe con: cardiodesfibrilador con marcapaso externo,
atender. Asimismo, e l equ ipam iento de los móvi- kit de trauma (compuesto por féru las inflables. sá-
les y el entrenamiento y la certificación del perso- banas , apósitos, inmovi li zadores laterales, etc.) ,
nal actuante deben concordar con lo que requieren tabla corta y tabla larga (para evacuación y tra ns-
las normas de manejo del paciente. porte del traumati zado) . co ll ares cervicales semi-
Este sistema debe proyectarse a la comunidad y rrígidos tipo Philadelphia. chaleco de extricac ión,
brindar atención médica en emerge ncias y urgen- kit de vía aé rea. equ ipo de aspiraci ón (que permi-
cias tanto domicili arias como en la vía pública por te aspirar secrec iones) , tubo de oxígeno portátil de
med io de las ambul ancias teITestres. El tra nsporte aluminio y kit obstétrico.
aéreo tiene algunas indi caciones especiales y no Ese eq uipamiento debe basarse en recomenda-
debe considerarse un elemento indi spensable para c iones internacionales de emergencia y trauma, y
el desarrollo de los sistemas de emergencia. ser de ap li cación obligatoria en todas las ambulan-
Este sistema también debe tener bajo su res- cias del sistema.
ponsabilidad la organi zación, la coordi nación y Como se comentó, e l concepto fundamental es
la dirección de la respuesta sanitari a en los desas- que las ambulancias de emergencia deben ser una
tres naturales o en los provocados por e l hombre prolongación hacia la comunidad del departamen-
que pudieran producir víctimas individuales o to de urgencia del hospital y, en consecuencia, tan-
ma ivas. to el equipamiento del que dispone el móvil como
48 Trauma. Prioridades
debe estar siempre presente y conducir todo el Una consideración para tener en cuenta es si
proceso de evaluación inicial y de reanimación. Es este centro debe tener un área de atención de pa-
preciso que coordine todos los esfuerzos, tome las cientes quemados, o si la unidad de quemados ten-
decisiones sobre prioridades y sea responsable de drá identidad propia.
todo el manejo. Asimismo, deberá haber normas estrictas de
Es conveniente que ese líder sea un cirujano egreso, ya sea para el pase desde el área de ad-
general, que por su formación y experiencia es el misión en la UCI o la unidad de cuidados in-
. más indicado para ejercer el control de este tipo termedios, o de éstos a salas de internación ge-
de acciones y resolver con mayor eficiencia las neral, para la derivación a otros centros asisten-
situaciones que ponen en peligro inmediato la ciales o para el egreso en sí. Quedará a criterio
vida del paciente, siempre y cuando su perfil co- del centro de trauma efectuar modificaciones a
rresponda con la formación otorgada por el co- esas normas de acuerdo con la experiencia ad-
mité de trauma del American College of Sur- quirida y el consenso entre todos los participan-
geons por medio del curso ATLS®. Un segundo tes del equipo de salud.
miembro clave del equipo debe ser un Es importante destacar que un paciente se con-
anestesiólogo, un médico entrenado en cuidados sidera portador de trauma múltiple cuando tiene
intensivos o un emergentólogo, con la misma comprometidas: dos cavidades orgánicas, una ca-
formación que el líder. vidad orgánica y una fractura proximal al tronco o
El número más apropiado de miembros para in- tres fracturas proximales al tronco. Asimismo, los
tegrar este equipo es probable que sea cinco. Éste pacientes portadores de un ISS :<'. 16 se consideran
se adaptará a los recursos del medio asistencial, portadores de trauma mayor.
pero el mínimo debe ser de tres miembros. La in-
tegración del equipo puede ser variada, de acuerdo
con el medio y las circunstancias. Es conveniente Otras funciones
que en el equipo participen médicos residentes y
enfermeras entrenadas (al menos dos). Además de La atención de víctimas en masa plantea una
los cinco integrantes que están en contacto directo problemática muy particular y diferente a la aten-
con el manejo del paciente traumatizado, otro per- ción del paciente individual. El centro de trauma
sonal puede ser necesario para las tareas de apoyo deberá ser el lugar de referencia de la atención de
y aprovisionamiento. víctimas numerosas en coordinación con el siste-
Si un paciente traumatizado llega a la guardia ma de emergencia prehospitalario. Para el lo debe-
en forma imprevista o con un aviso menor de 1O rá estar preparado para la recepción inmediata de
minutos, el equipo humano debe estar preparado numerosos pacientes lesionados (sin generar una
por completo para afrontar cualquier situación oferta innecesaria) y contar con un área de tria.ge
que ponga en peligro su vida. Esto implica tener adecuada con el equipamiento necesario para cla-
disponibilidad instantánea y conocer la ubicación sificar o reclasificar pacientes; a su vez contará
del equipamiento en el área de reanimación, el con un plan de desastres tanto intrahospitalario
empleo de todos los equipos, en particular respi- como extra.hospitalario actualizado y funcionante
radores, aspiradores, tablas rígidas de fijación, con planes de llamada para el personal, de deriva-
equipos de desfibrilación, etc., y las normas y los ción interna o externa de pacientes, de clasifica-
protocolos a emplear. Otro aspecto fundamental ción permanente de todos los pacientes interna-
es que cada integrante tenga absolutamente defi- dos, etc.
nida su función como miembro del equipo de rea- Este centro de trauma deberá contar con un re-
nimación y el conocimiento claro de quién está a gistro de trauma informatizado donde deberán
cargo del equipo. incorporarse todos los pacientes atendidos y don-
La patología tributaria del centro será: lesio- de constará la historia clínica de ingreso en el área
nes severas de uno o más aparatos o sistemas, de admisión (con la información prehospitalaria
traumatismos craneoencefálicos y raquimedu la- incluida), la descripción del mecanismo de lesión,
res, lesiones cardíacas de vasos mayores o heri- los procedimientos de diagnóstico y tratamiento
das que atraviesen mediastino, lesiones múlti- efectuados, la internación en cada una de las áreas
ples, oculares o faciales severas, etc., y surgirá de correspondientes (cuidados intensivos, interme-
los criterios de tria.ge prehospitalario propuestos dios, general, etc.) y su egreso.
por el comité de trauma del American College of Es conveniente que el centro posea líneas ex-
Surgeons. ternas tipo punto a punto y comunicación radial
Administración de recursos para la atención del traumatizado 51
con los servicios estratégicos (seguridad, bombe- de equipamiento, sino que se basa en mayor medi-
ros, defensa civil, etc .) para permitir, además, el da en un recurso humano muy capacitado y con
enlace con el sistema de emergencias prehospita- una actitud de servicio acorde con la que necesita
lario, lo cual permitirá coordinar conductas, cono- este tipo de pacientes.
cer las características y el número de las víctimas, Otras actividades indispensables del centro co-
las características del traslado la severidad de la/s ITesponden a la actividad docente y a la investi-
lesión/es . gación, ya que deberá constituirse en un lugar de
Las líneas internas deberán permitir la comu- excelencia para la capacitación y el entrenamiento
nicación entre el centro y todos los servicios ne- continuo, y en servicio dirigido a todo el personal
cesarios para su funcionamiento adecuado . En ca- del equipo de salud y a toda la comunidad (fuerzas
sos de alta prioridad, como laboratorio, hemotera- de seguridad, como policía y bomberos, socoITis-
pia y diagnóstico por imágenes, es conveniente tas, miembros de defensa civil , etc.). Los conteni-
que esas líneas estén duplicadas. Los servicios de dos del entrenamiento deberán ser los mismos en
apoyo deberán contar con el agregado del recurso todos los niveles ; sólo se diferenciarán en la pro-
humano necesario para adecuarlo al aumento de fundidad de los conocimientos, que deberá adap-
la demanda. tarse a cada grupo en particular. Los eITores y las
En particular, el servicio de medicina transfu- muertes prevenibles pueden evitarse de dos mane-
sional deberá redimensionarse para dar respuesta ras: si se asegura la capacitación del personal y se
eficiente al incremento de la demanda que supone efectúan controles de calidad de la atención brin-
una patología de gran consumo de glóbulos rojos dada al paciente.
y hemoderivados (plasma fresco congelado, con- En cuanto a la investigación, ya sea básica o
centrados plaquetarios y crioprecipitados). Asi- aplicada, es un complemento indispensable para el
mismo , deberá contar con un banco de sangre entrenamiento de todos los participantes, por lo
apropiado , con cantidad suficiente de unidades que deberá destacarse su desaITollo y efectuar con-
O Rh (-) para la administración en casos desespe- venios con otras instituciones académicas nacio-
rantes que no puedan esperar una tipificación ade- nales e internacionales dedicadas a este tema.
cuada e implementar la detenninación de serología El centro deberá efectuar convenios con uno o
las 24 h para la detección de patologías infectocon- más centros de rehabilitación y es fundamental
tagiosas (HIY, HBY, HCV, VDRL, Chagas, etc .). que se lleven a cabo lo más temprano que el esta-
Es conveniente que el servicio de anatomía pa- do del paciente lo permita, aun mientras está inter-
tológica esté autorizado por la justicia local para nado en áreas críticas.
efectuar las necropsias de los pacientes fallecidos
en el centro, o en su defecto se solicite la designa-
ción de un representante de la justicia permanen- Prevención
temente dispuesto a realizarlas en ese centro. Esta
forma de proceder es de capital importancia, ya Otro aspecto que debe formar parte ineludible
que es la única para mantener un control de cali- del centro de trauma es el relacionado con la pre-
dad adecuado, junto con la revisión de los pares y vención que se desarrolló con amplitud en el capí-
el análisis de la historia clínica que permita eva- tulo 2. Ya comentamos que la prevención tercia-
luai: el funcionamiento adecuado del centro y lo- ria implica lograr que el paciente que presentó un
grar el nivel de excelencia esperado. traumatismo sea atendido de manera eficiente y
eficaz para permitir la supervivencia máxima con
el mínimo de secuelas.
Planificación e instrumentación La prevención secundaria es asegurar que
mientras el paciente sufre un trauma tenga la pro-
El plantel del equipo de salud seleccionado de- tección necesaria para disminuir al máximo las le-
berá comenzar a trabajar en el proyecto por lo me- siones (uso de cinturón de seguridad, casco, detec-
nos tres meses antes de la apertura de centro de tores de humo, cortacoITientes, etc.).
trauma a la comunidad. Este tiempo se dedicará a La prevención primaria se ocupa de evitar el
la actualización de las normas de asistencia, a de- traumatismo (diseño adecuado de vehículos, rutas
finir los criterios de ingreso y egreso, a definir pro- adecuadas , juegos de niños seguros, ambientes se-
tocolos especiales y a la capacitación del personal. guros, etc.). También en estos aspectos de Ja pre-
Debe recordarse que la atención del paciente trau- vención debe estar comprometido el personal del
matizado no requiere grandes recursos materiales centro al favorecer Ja participación multisectorial
52 Trauma. Prioridades
con otras instituciones tanto gubernamentales co- ción de víctimas en masa y el sistema de emer-
mo no gubernamentales. gencias. La capacitación comunitaria permite un
Es imprescindible remarcar que este centro acceso temprano en el sistema de emergencias y
debe contar con un programa de auditoría y con- disminuye, de manera marcada, los riesgos de
trol de calidad muy activo para asegurar la cali- muerte entre los asistentes a un episodio de
dad de la asistencia al paciente. Numerosas pu- emergencia.
blicaciones se ocuparon del asunto y no nos ex- En resumen, la creación de un siste ma de
tenderemos en él. Coimbra y Hoyt la describen trauma depende de la implementación de un pro-
más adelante. grama inclusivo, que tenga en cuenta todos los
rec ursos disponibles, que cuente con un recurso
humano muy capacitado, con la acreditación de
Nivel 11. Servicio de trauma la institución pública correspondiente, con los
convenios necesarios con las sociedades científi-
En los hospitales que no posean un lugar dife- cas, con un registro de trauma actualizado, con
renciado para la atención del paciente traumatiza- un programa de auditoría y control de calidad,
do puede implementarse un servicio de trauma. con programas de investigación básica y aplica-
Este servicio tiene la misma complejidad hospita- da, de rehabilitación y prevención, y comunica-
laria y el recurso humano capacitado igual que en c ió n amplia con la comunidad. Sólo de esta ma-
el centro de trauma, pero no cuenta con estructura nera puede asegurarse la provisión del cuidado
edilicia propia y diferenciada. Las actividades de excelenc ia que el paciente traumatizado re-
asistenciales, docentes, de investigación, de reha- quiere.
bilitación y de prevención serán las mismas que en
el centro de trauma.
Los servicios de trauma pueden implementarse
LECTURAS RECOMENDADAS
en ciudades con áreas de influencia inferiores a
500.000 habitantes y deberán mantener un contac- American College of Surgeons. Committee on Trauma.
to telefónico o radial o informático fluido con el Resources far Optima! Care of the lnjured Patient.
centro de trauma al que deben vincularse. 1999.
Cales R y Trunkey D. Preventable deaths: a review of
trauma care syste ms development. JAMA 1985;
Nivel 111. Baja complejidad 254:1 059.
Cayten C, Stahl W, Agarwal N, et al. Analysis of preven-
Esta estructura puede establecerse en ciudades table deaths by mechanism of injury among 13.500
con un área de influencia de 100.000 a 200.000 trauma admissions. Ann Surg 199 1; 2 14:5 10.
habitantes. Debe contar con al menos un cirujano Cowley RA. The resuscitation and stabilization of maja r
y un médico e mergentólogo o _intensivista entrena- multiple trauma patient in a trauma center environ-
dos en trauma todos los días de guardia activa, los ment. Clin Med 1979; 83: 14.
365 días. Cowley RA. Trauma Center. A new Concept far the De-
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RESUMEN Y CONCLUSIONES Cowley RA, Scanlan E . University Trauma Center: ope-
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Eastman A, Lewis F, C hampion H, Mattox K. Regional
En un sistema de trauma regionalizado, que
Trauma System Design. Critica! Concepts. Am J Surg
cuente con estructuras de diferente nivel de com-
1987; 154:79
plejidad es conveniente efectuar rotaciones de pro-
Kreis D, Plasencia G, Augenstein D, et al. Preventable
fesionales entre los distintos niveles y realizar ac-
trauma deaths : Dade County, F lorida. J.Trauma.
tividades de normatización y docentes en forma 1986; 26:649.
conjunta. Asimismo, debe haber comunicación Mackenzie E, Siegel J, Shapiro S, et al. Functional reco-
fluida entre los niveles y una base de datos infor- very and medica! costs of trauma: an analysis by ty-
matizada que permita incorporar toda la informa- pe and severity of i(ljury. J Trauma 1988; 28:28 1.
ción referida a los pacientes. Neira J, Carteau H, Gómez M y Bonazzola P. "El Cen-
Un aspecto fundamental es la capacitación de tro de Trauma" en Atenc ión Inicial de Pacientes Trau-
la comunidad en socorrismo. El socorrista es el matizados. Asociación Argentina de Cirugía, P. Rive-
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ma care as assessed by concurren! audit before and Current Status - future changes. JAMA. 1988; 259:3597.
Capítulo 3-2
La capacitación del recurso humano es un as- ciudad de Buenos Aires y 8 al interior del país.
pecto fundamental de cualquier sistema de aten- Cuatro eran intensivistas y 16 cirujanos. Desde en-
ción al traumatizado. Por ello es indispensable que tonces y hasta diciembre de 1999 inclusive se
el personal actuante certifique en cursos adecuados efectuaron 140 cursos ATLS para alumnos y 5 pa-
como, por ejemplo, ATLS®, BTLS®, PHTLS® y ra la formación de instructores (en los que se ca-
ACLS®; además es preciso asegurar la formación pacitaron otros 54). De los 56 instructores que se
de los profesionales no sólo en la etapa inicial sino encuentran en actividad en el presente, 29 son ci-
también en el manejo integral, mediante cursos rujanos (55%) y se distribuyen de manera equita-
prolongados de capacitación en el manejo definiti- tiva entre el área metropolitana de Buenos Aires y
vo del traumatizado .. el resto del país.
El curso sigue de manera estricta las normas
del COT-ACS. Su duración es de 20 horas en 2
ATLS días (9 el primero y 11 el segundo). El 40% de las
horas corresponde a teoría y el 60%, a actividades
El comité de trauma del American College of prácticas.
Surgeons (COT-ACS) en 1978 comenzó a impar- La parte práctica está constituida por: 1) esta-
tir los cursos para la "atención inicial del pacien- ciones prácticas de habilidad (extricación y tras-
te traumatizado grave" (Advanced Trauma Life lado; vía aérea; vías venosas; inmovilización de
Support, ATLS®), destinados a todos los médicos extremidades; interpretación radiológica de co-
involucrados en la atención inicial de estos pa- lumna cervical; evaluación del traumatismo cra-
cientes, con el fin de mejorar la calidad de aten- neoencefálico); 2) estaciones de habilidad (vías
ción durante ese período inicial y disminuir el se- venosas; cricotiroidotomía; maniobra de lavado
gundo pico de la curva de mortalidad y las lesio- peritoneal diagnóstico; colocación de avena-
nes discapacitantes. En 1988 se creó la región miento pleural; pericardiocentesis) y 3) evalua-
XIV (latinoamericana) del COT-ACS y el capítu- ción inicial: con situaciones traumáticas simula-
lo argentino de ella. das, con voluntarios maquillados ("moulage") y
En abril de 1989 se realizó el primer curso que actúan las situaciones, previa demostración
ATLS®para instructores en la Argentina, en el que con video de una situación similar de evaluación
se capacitaron 20 instructores nacionales. De inicial correspondiente a un curso ATLS de ar-
ellos, 12 correspondían al área metropolitana de la chivo.
54
Administración de recursos para la atención del traumatizado 55
para alumnos (alrededor de 2.400). El 62% de los Hasta el presente se entrenaron 15 instructores
alumnos fue médico y el 38% no (enfermeros, (13 médicos y 2 bomberos). Se efectuaron 2 cur-
chóferes, bomberos, etc.) y un 20% de los alum- sos de alumnos; en el primero se capacitaron 22
nos fue a repechaje y la tasa de reprobados fue al umnos (el 100% médico) en BTLS avanzado y
del 14%. en el segundo otros 22 alumnos, de los cuales 2
A partir de diciembre de 1998, la misma Fun- fueron entrenados en BTLS básico (1 kinesiólogo
dación EMME desarrolló en conjunto con el Hos- y 1 técnico de rayos), 5 enfe1meras, 14 médicos y
pital de Niños de Miami y la Sociedad Argentina 1 paramédico de la Universidad Nacional de Rosa-
de Pediatría, con el auspicio de la Fundación rio en BTLS avanzado.
Americana del Corazón y la Fundación Cardioló-
gica Argentina, el primer curso de instructores y
los dos primeros de alumnos del PALS (pediatric AITP
advanced life support). En la actualidad la Socie-
dad Argentina de Pediatría mediante un convenio Desde el punto de vista de la atención del trau-
con la American Heart Association realiza los matizado pediátrico desde 1991 se dicta, en el
cursos PALS. Hospital Italiano, el curso AITP (atención inicial
El programa analítico del PALS incluye: servi- en trauma pediátrico) organizado por el Programa
cios de emergencias médicas pediátricas; evalua- Cappa. En este programa se desarrollaron las nor-
ción de la dificultad respiratoria y shock; soporte mas prehospital del traumatizado pediátrico.
de vida básico pediátrico; vía aérea y ventilación; El objetivo es capacitar médicos y enfermeras
accesos vasculares; administración de fármacos y en la dinámica de la atención de las víctimas pe-
terapia de reposición de vol umen; arritmias car- diát1icas, con conceptos adaptados a sus necesida-
díacas; reanimación y trauma; reanimación del re- des, y adecuarla a la realidad de nuestro medio.
cién nacido; estabilización y cuidados inmediatos Hasta el presente se efectuaron 26 cursos con la
luego de fa lla cardíaca y aspectos éticos y legales participación de 490 profesionales, de los cuales el
de la RCP en pediatría (p. ej. , falta de reanima- 86% fue médico y el 14%, enfermero. Este curso
ción, muerte cerebral, donación de órganos y teji- contó con participantes de la Argentina, Brasil,
dos, etc.). Colombia, Chile, España y Uruguay.
Desde octubre de 1999 y dependiente de la Además el Programa CAPPA, que comenzó en
Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de 1989, lleva a cabo el registro de trauma pediátrico
Trauma con convenio con el Capítulo de A laba- cuya fase l se desairnlló durante el quinquenio
ma del American Colleg¡; of Emergency Physi- 1990-1994, con un registro prospectivo de 5.0 13
cians se imparte el curso BTLS; en primer lugar pacientes, y la fase 2, que comenzó en 1996 y con-
se efectuó un curso de instructores y luego varios tinúa en la actualidad.
de al umnos. Asimismo se imparten otros cursos oficiales de
Este curso permite el entrenamiento del equipo la Asociación Argentina de Cirugía Infantil y cur-
de sal ud (médico y no médico) en mecanismos de sos de formación para graduados de la Facultad de
lesión, evaluación y manejo inicial, manejo de vía Medicina de la Universidad de Buenos Aires sobre
aérea, traumas sectoriales, shock, trauma en situa- temas de trauma pediátrico.
ciones especiales (pediátrico, en el anciano, en la
embarazada), influencia de alcohol y drogas, pre-
cauciones prehospitalarias de bioseguridad y prio- BCLSY ACLS
ridades prehospitalarias.
Las estaciones prácticas para entrenamiento La American Heart Association y, en la Argen-
son 11 e implican generar habilidades en: vía aé- tina, la Fundación Cardiológica Argentina desa-
rea (básica y avanzada), vías venosas, drenaje de rrollai·on y difundieron la capacitación en reani-
neumotórax hipertensivo, inmovi lización cervical mación cardiopulmonar básica (BCLS) y avanza-
y espinal, extracción de casco, manejo de tabla lar- da (ACLS), y debe ser un complemento indispen-
ga, extricación rápida, 1er examen, 2do examen, sable de formación y acreditación pai·a los que tra-
examen completo, inmovilización de extremida- bajan en trauma. Estos cursos se imparten en for-
des. Una vez completadas las estaciones teóricas y ma ininte1rnmpida desde 1983 y se realizai·on nu-
prácticas se efectúan 3 si mulaciones. previas al merosos cursos para médicos, enfermeras, chofe-
examen escrito y al moulage (se desarrollan 6 ca- res, docentes y público en general. Desde 1999 se
sos, 3 de entrenamiento y uno de examen). implementó el Consejo Nacional de Reanimación
Administración de recur$OS para la atención del traumatizado 57
(CNR) que nuclea a todas las entidades reconoci- Esta característica le permite al médico entre-
das que imparten cursos de reanimación cardio- nado desempeñarse no sólo en emergencias sino
pu lmonar básica y avanzada con el objeto de ho- también en su especialidad básica, ya que debe
mogeneizar la capacitac ión y permitir la ac redita- plan tearse que ese profesional tenga la opción de
ción de los que estarán en condiciones de desarro- ocupar parte de su tiempo en med icina de emer-
llar este tipo de cursos. gencias y también en otro empleo con menor es-
Es obvio que todos estos cursos hicieron hinca- trés, para evitar los efectos del "bum out'·, tan co-
pié en la capacitac ión del personal para la primera nocido en la medicina de cuidados críticos.
etapa de la atención del pac iente (la denominada En el presente la actividad práctica se cumple
"hora de oro" del traumatizado, como la definiera en los departamentos de urgencias de los hospita-
Adams Cowley, para destacar la atención del pa- les generales de agudos Cosme Argerich, Juan A.
ciente desde el momento en que se produce la le- Fernández y en el Hospital de Niños Ricardo Gu-
sión y hasta el comienzo del tratamiento definiti- tiérrez; asimismo, en la actualidad se está incorpo-
vo) . Creemos que para los profesionales que se de- rando el Hospital General de Agudos Fundación
dican en espec ial a la atención de pacientes trau- Santojanni. La concurrencia semanal es de 8 a 15
matizados es imprescindible una formación global horas más una guardia en el departamento de ur-
que incluya todas las etapas de la atención del pa- gencia cada 4 días. Además, tiene previstas rota-
ciente. ciones por diversos servicios relacionados con la
emergencia y el trauma (UCI, quemados, cirugía
vascu lar central y periférica, hemoterapia) y una
RESIDENCIAS DE TRAUMA rotación, a elecc ión, por el exterior, en un centro
Y EMERGENCIA de referencia.
La actividad teórica se desarrolla por medio de
Por decreto Nº 752 (B.O. 245 ) del Gob ierno de dos cursos bianuales. Uno de ellos, es el curso de
la Ciudad de Buenos Aires el 1 de junio de 1997 emergentología, que se desarrolla en el ámbito de
comenzaron las residencias de trauma y de emer- la Asociac ión de Médicos Municipales. Las clases
gencia en el ámbito de los hospitales dependientes se imparten los días mi ércoles, de 14 a 19 horas y
de la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ci u- es obligatorio para los residentes de emergencia.
dad de Buenos Aires. Está compuesto por cinco unidades temáticas: ur-
La residencia de emergencias requiere haber gencias de vida; urgencias médicas ; urgencias qu i-
compl etado una residencia de cualquier espec iali- rú rgicas; trauma y desastres y aspectos especiales
dad de la medicina interna (clínica médica, cardio- de la emergencia.
logía, nefrología, neumonología, etc.) o anestesio- Este aspec to modular permite su utili zación
logía o cirugía. La parte teórica se efectúa median- por otros profesionales interesados como curso
te un curso de emergentología. de actuali zació n teórica, ya sea completo o por
La residencia de trauma requiere haber com- módulos, o también como curso para refrescar
pletado una residenci a de cirugía y se complemen- un módulo e n particular, una vez aprobado el
ta mediante el curso de cirugía de trauma de la co- c urso.
misión de trauma de la Asoc iació n Arge ntina de
Ci ru gía con un conveni o de características simila-
res. Segú n la propuesta se adj udicaron 5 residen- CURSO DE CIRUGÍA
tes de emergentología y 4 de trauma que desarro- DEL TRAUMA
ll an sus actividades en los hospitales de referencia
de la red. Los residentes de cirugía también tienen la
Es conven iente que cada hosp ita l cuente con un obligación de efectuar un curso teórico an ual de
director asoc iado al cu rso de emergentología, un trauma. Para ello la comi sión de trauma de la Aso-
encargado de emergentol ogía. uno de trauma y un ciación Argentina de Cirugía comenzó en junio de
instructor de residentes (dos en tota l para el s iste- 1992 y realiza cada año el curso de cirugía de trau-
ma) para organ izar la activ idad hosp italari a. ma "Dr. Miguel Angel Óómez" en memoria de
Como puede observarse, no se trata de una re- quien fuera uno de los pioneros en la Argentina en
sidencia posbás ica, sino de una especie de fe ll ows- esta temática. Este curso pretende capacitar al mé-
hip, de dos años de entrenamiento en emergencia dico luego de comp letar la residencia de cirugía
o trauma luego de completar una residencia de una general en todos los aspectos de la atención del pa-
especialidad básica. ciente: la etapa inicial (comp lementada por la ob li-
58 Trauma. Prioridades
gación de tener aprobado el ATLS), el manejo en Es por ello que contactó a la com isión de trau-
áreas de cuidado intensivo, el tratamiento definiti- ma de la Asociac ión Argentina de Ci ru gía, la So-
vo junto con otros especiali stas, conceptos de epi- ciedad Argentina de Terapia Intensiva, la Asocia-
demiología, informática (para la creación de bases ción Argenti na del Trauma Ortopédico, la Aso-
de datos), manejo del quemado, conceptos de re- ciac ión Arge ntin a de Neuroc irugía, la Fundación
gio nali zación, etc. del Quemado y la F un dac ión Cardi o lógica Ar-
Este curso de más de 600 horas permite, ade- gentina, en principio, para lograr compartir una
más, la capacitación de líderes de grupo (los resi- " biblioteca comú n", es decir, un conjunto de nor-
dentes de trauma) y destacar el concepto del trata- mas de diagnóstico y tratamiento unificadas que
miento interd isciplinario del traumatizado, con un permi tan alcanzar la eficiencia máxima en la
lenguaje común y con normas consensuadas de atención de los pacientes.
diagnóstico y tratamiento. También tiene una es- También es de fundamental importancia contar
tructura modular, con características simil ares al con una normatización adec uada y reconocida en
anterior, con evaluación final y monografías intra- el nivel intern acional. Para ello, y mediante conve-
curso. nios efectuados con la com isión de trauma de la
De esta fo rma, ambas residencias o fe ll ows- Asociación Argentina de Ciru gía y el comité de
hips (en realidad esta palabra americana de difícil trauma del Co legio Americano de Cirujanos, la
traducción: beca, grupo, compañía, confraterni- Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de
dad, etc.; refleja de manera más caba l nuestra idea Buenos Aires adoptó las "Normas de atención ini-
de una formac ión posresidencia) implican una ac- cial'', las "Pautas para la atención definitiva de pa-
ti vidad práctica supervisada por un instructor de cientes traumatizados" y los fundamentos del
residentes y un encargado de las residencias en ATLS (Adva nced Trauma Life Support) que cons-
cada hospital, así como una actividad teórica de- tituyen la base normativa para la atención del pa-
sarrollada en cursos de larga duración en entida- ciente traumatizado en sus departamentos de ur-
des académicas reconocidas (comisión de trauma gencia.
de la Asociación Argentina de Cirugía y la Escue-
la de Graduados de la Asoci ación de Méd icos
Municipales). SOCORRISMO
60
Administración de recursos para la atención del traumatizado 61
La utilización de la metodología TRISS tiene tribuyeron en menor medida con las muertes pre-
sus limitaciones, ya que el AIS no es una escala venibles y coinciden con otros trabajos. El sistema
ordinal, el ISS asigna igual peso a cada región y de trauma de San Diego (5 centros) tiene un 4% de
de esta manera el TEC tiene el mismo peso que e1Tor por año y es el resultado de un gran esfuerzo
una lesión severa de la cubierta cutánea. Asimis- en el control de calidad.
mo, las numerosas lesiones en una misma región La tasa de muerte prevenible actual, estable en
son subestimadas por el ISS . · los últimos 5 años, es del 1-2%. Hoyt presentó 135
El TEC grave es un factor predictivo positivo definiciones de complicaciones en 16 categorías
de mortalidad de mucho peso, ya que tanto en relacionadas a la enfermedad y el operador. Como
nuestros pacientes contusos como en los penetran- ejemplo de complicación relacionada con la enfer-
tes el TEC severo (GCS ::;; 8) es determinante de medad cita la asociación de neumonía y TEC.
mortalidad. Nosotros efectuamos un estudio prospectivo en
Se describió que el ASCOT que reemplaza el un hospital general de agudos con comité de trau-
ISS por el Anatomic Profile adjudica mayor peso ma y recurso humano entrenado (un coordinador,
a las lesiones en ciertas regiones corporales y la instructor ATLS y varios miembros con certifica-
edad está más definida. ción ATLS) pero sin constituir un verdadero cen-
Mackenzie no encontró grandes diferencias en- tro de trauma. En nuestra serie se observó un nú-
tre ambas metodologías, si bien el ASCOT predijo mero elevado de e1Tores en todas las etapas del tra-
mejor en pacientes con TEC y con lesiones varia- tamiento de los pacientes traumatizados (un 40%),
das en el mismo sector y el TRISS tuvo mejor ren- en relación con series que cuentan con sistemas de
dimiento en lesiones penetrantes. En conclusión, trauma regionalizados.
parecería que el ASCOT es algo mejor predictor, Utilizamos la metodología TRISS y como cri-
pero como es más complejo no mejora en forma terios de muerte prevenible y potencialmente pre-
sensible al TRISS. venible los de Shackford (Ps > 0,50 y Ps 0,25-
0,50, respectivamente, y muerte no prevenible Ps
< 0,25). Los e1Tores de reanimación se presentaron
ERRORES Y MUERTES en el 32%, los operatorios en el 3 1o/o y los de cui-
PREVENIBLES dado crítico en el 37%. En la población contusa se
presentaron en el 44% y en la que recibió lesiones
Mediante el TRISS y la evaluación por un co- penetrantes en el 23%. Los pacientes con e1Tor tu-
mité interdisciplinario (cirujanos, emergentólo- vieron una mo1talidad significativamente mayor
gos, neurocirujanos, enfermeros y fo renses) Da- que los que no lo presentaban.
vis estudió una población de 12 .9 1O pacientes e n En coincidencia con Davis, los e1Tores de cui-
6 centros de trauma con una mo rtalidad del dado crítico incrementaron 4 veces las posibilida-
6,3%. Encontró 670 errores de cuidado crítico des de muerte. Los e1Tores más comunes fu eron
que fu eron responsables del 50% de las muertes las infecciones y los relacionados con la ventila-
prevenibles. ción mecánica. Vasar evaluó la utilidad del APA-
Los errores más encontrados y asociados con CHE II, el TRISS y un puntaje del paciente a las
muertes prevenibles fueron: 1) fallas en el moni- 24 horas de su ingreso (24 hour ICU Point). Eva-
toreo he modinámico; 2) fallas e n el reconoci- luó 101 8 pacientes en 20 meses. y encontró que el
mie nto de la sepsis; 3) fall as en el monitoreo y el APACHE lI tuvo buena correlación con la morta-
manejo neurológico y 4) fallas en la profilaxis de lidad, pero que sobrestimó la mortalidad en pa-
TVP/TEP. cientes con bajo riesgo y la subestimó en aquellos
Davis informó la presencia de un 3,5 a un con alto riesgo; que el TRISS tuvo mejor capaci-
4 ,5% de errores en el manejo de pacientes trau- dad predictiva que el APACHE pero que subesti-
mati zados. De ellos, el 53,4% se debieron a erro- mó el bajo riesgo y sobrestimó el alto, y que el
res en la reanimación y de éstos, el más común puntaje de 24 horas hizo perder la importancia del
fu e el error de evaluación abdominal. Aquí se puntaje de Glasgow y que fue más fácil de efec-
destaca la importancia del entrenamiento y la tuar. Destacó la utilidad del TRISS o el ASCOT, o
protocolización (ATLS). ambos, que la amplia base de datos del MTOS per-
Los e1Tores operatorios fueron los segundos mite un análisis adecuado.
más frecuentes y los de cuidado crítico los menos En cambio, los e1Tores en la reanimación incre-
habituales pero con mayor impacto en la mortali- mentaron la mortalidad 10 veces. Esta diferencia
dad de los pacientes. Los e1Tores operatorios con- puede deberse a la mayor capacitación en los cen-
62 Trauma. Prioridades
capacitación, normatización y entrenamiento en morbi d ity in a leve! 1 uni versity traum a service: Di-
recepción inicial hospitalaria, ade más de un pro- rec ti o ns fo r qu a lity improveme nt. J Traum a 1992 ;
grama intenso de vigilancia epidemiológica e n la 33:586.
Mil zma n D. Bo ulanger B, Rodríguez A. et a l. Preex is-
UCI y de una protocoli zación interdi sciplin aria.
tin g d isease in trauma pati e nts: a predi ctor o f fa te in -
Otra tarea que debe desanollarse es auditar de ma-
depe ndent of age a nd inju ry severity score. J Tra uma
nera prospecti va todos los ingresos de los pacien-
1992: 32:236.
tes en e l hospital y evaluar su evoluc ión has ta e l al-
Ne ira J, C ueto G , Torres M , et a l. Errores e n e l ma nej o
ta definiti va y su reintegro en la soc iedad. Todas de l traum ati zado. Rev ista de Medi c ina y C irug ía de l
estas acciones son imprescindibl es si se prete nde Trauma 1994: 1:30.
que el trauma deje de ser la "enfermedad negada Rogers F, S imons R, Hoyt D, et a l. ln -ho use Board -Cer-
de la sociedad moderna··. tifi ed S urgeons lm prove O utcome fo r Severe ly lnju -
red Pati e nt s: A co mpari so n o f two U ni ve rsity Cen-
ters. J Tra um a 199 3: 34:87 1.
LECTURAS RECOMENDADAS Sa lmi L. Willi a m J. G ui bert R. e t a l. Preventab le death s
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Capítulo 3-4
64
Administración de recursos para la atención del traumatizado 65
ciones que necesitan monitorearse fueron estable- Los estudios de revisión por paneles suelen ser
cidas por el American College of Surgeons e in- conducidos por un panel de expertos que evalúa
cluyen la oportunidad de la atención, la aptitud de las muertes relacionadas con e l trauma con el fin
la atención y la revisión de las muertes. El rastreo de determinar la prevenibi lidad. Este método in-
de la complicaciones y de las enfermedades per- cluye criterios bien definidos y definiciones estan-
mite establecer tendencias que deben monitorear- darizadas. Sin embargo, todavía hay problemas
se en el tiempo. La revisión de las muertes debería metodológicos significativos que producen gran-
llevarse a cabo enfocando su prevenibilidad. Las des inconsistencias en la interpretación de los da-
pautas predicen la variabilidad y en consecuencia tos. Algunas de estas limitaciones de los estudios
se producen menos errores. por el panel son: diferencias en la definición de
E l proceso de control de calidad requiere docu- prevenibilidad. tamaño y composición del panel ,
mentación independiente de la historia clínica del procesos y criterios para determinar la prevenibili-
paciente y la forma más conveniente de docu.men- dad y la ausenc ia de datos de autopsia en algunos
tación es e l registro de trauma. Éste provee datos estudios.
objetivos de apoyo al programa de control de cali- Los estudios ele registro suelen utilizarse para
dad. E l registro debería estar diseñado para reco- comparar datos sobre la evolución de un centro de
lectar y calcular las res puestas en el tiempo, los trauma o de un sistema de trauma con una norma
diagnósticos de admisión, los procedimientos de referencia nacional disponible. El estudio de
diagnósticos y terapéuticos, los diagnósticos de al- evolución del trauma mayor (MTOS-Major Trau-
ta, las complicaciones, los costos y la recuperación ma Outcome Study) se utilizó para este propósito,
funcional. aunque. si n embargo, cuenta con algunas limita-
El coordinador de trauma cumple un papel cru- ciones. Los datos del MTOS son anticuados, no se
cial para que el proceso de control de calidad sea basan en la población, incluyen una proporció n
efectivo. Este coordinador asegura el reconoci- significativamente más alta de trauma cerrado
miento oportuno de los problemas, utili za el regis- (79%), incluyen datos de centros de trauma de di-
tro para documentarlos y se encarga de que se re·- ferente nivel asistencial y los datos de autopsia no
suelvan . se informaron en el 15% de los pacientes, lo que
Los casos considerados no compatibles con los compromete la confiabilidad de la comparación
estándares establecidos de atención se evalúan en con los datos de otros sistemas/centros.
e l nivel hospitalario y por la auditoría del comité Los registros de trauma son ventajosos porque
de trauma que inspecciona el sistema de trauma. incluyen una descripción detallada ele severidad de
Esta evaluación por los pares identifica el proble- lesión y contienen datos fi siológicos. Son limita-
ma, los resultados se documentan y tabulan para ciones de los estudios de los registros de trauma:
determinar si e l problema es recurrente, si se desa- datos incompletos, falta de datos de autopsia en al-
rrollan tendencias o si se requieren acciones espe- gunos estudios, errores en Ja codificación, limita-
cíficas para la resolución de los problemas. ciones del MTOS, inconsistencias en los criterios
Estas acciones pueden ser simples, como edu- de inclusión en el registro de trauma, falta de ela-
car al equipo o revisar las pautas, o más dificulto- tos de factores de comorbi lidad y sobre segui-
sas, como iniciar pautas nuevas, incorporar recur- miento en el largo plazo.
sos humanos adicionales o aun despedir a alguien . Los estudios basados en la población incluyen
Una vez que se tomó Ja acción reparadora, el mo- información de todos los pacientes lesionados en
nitoreo debería continuar para determinar la efec- una región mediante los certificados de defunción,
tividad de los pasos para perfeccionar la atención los datos de alta hospitalaria y e l sistema de infor-
global. Los procesos de control ele calidad son una mes de accidentes fatales. Aunque estas bases de
tarea multidisciplinaria. datos tienen información limitada en cuanto a ela-
tos fisiológicos, severidad de las lesiones y trata-
miento administrado a un individuo, son útiles pa-
ANÁLISIS DEL DESEMPEÑO ra evaluar camb ios en la evolución antes y después,
DE LOS SISTEMAS DE TRAUMA o en diferentes períodos luego ele la implementa-
ción de un sistema de trauma en una región defini-
La efectividad de Jos sistemas de trauma se da. Las limitaciones de las más comúnmente utili-
midió en función de la revisión por paneles, del zadas bases de datos de la población co1Tesponden
registro de trauma y estudios basados en la po- a: ausencia de mecanismos lesionales, ausencia de
blación. datos anatómicos y fisiológicos, autopsias no reali-
Administración de recursos para la atención del traumatizado 67
zadas en todas las muertes relacionadas con trau - Cales RH. Trauma mortality in Orange County: The ef-
ma, número limitado de diagnósticos secundarios fect of implementation of a trauma syste m. Ann
en los datos de alta, supervivencia determinada por Emerg Med 1984; 13 :1-10.
e l alta hospitalaria y ausencia de disponibilidad de Dav is JW, Hoyt DB , McArdle MS , et al. The significan-
ce of critica] care errors in causing preventabl e death
datos de evolución en el largo plazo .
in trauma patients in a trauma syste m. J Trauma
En época reciente se ll evó a cabo un "simposio
1991 ; 3 1:813-818 .
académico para evaluar la evidencia en relación
Hoyt DB , Hollingsworth-Fridlund P, Fortlage D, et al.
con la efectividad de los sistemas de trauma". Los
An eva lu ation of provider-related and di sease-re lated
participantes de este simposio acordaro n que los morbidity in a Leve] 1 uni versity trauma servi ce: Di-
datos disponibles , aunque no siempre consisten- rec tion s for quality improvement. J Trauma 1992 ;
tes, muestran que la implementación de los siste- 33: 586-60 1.
mas de trauma mejora la atención de l paciente Hoy t DB , Hollingsworth-Fridlund P. Quality improve-
traumatizado . También concluyeron que no sólo la ments in trauma system s. En Trunkey DO y Lewis
mortalidad, sino también la evolución funcional , FR. Curren! Therapy of Trauma. 4•h ed. Mosby, Inc.
la satisfacc ión del paciente y la efectividad en re- St. Loui s, Mo, 1999; 23-26.
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Sección 4
Generalidades en trauma
Capítulos
4- 3 Seores en trauma
Jorge A. Neira
Mecanismos lesionales
en los traumatismos cerrados
(romos o contusos)
Adela Martínez Cerana y Jorge A. Neira
El com ité de trauma del American College of energía puede presentarse en forma mecánica o ci-
Surgeons define al mecanismo lesiona! corno : "e l nética, térmica, química, e léctrica o radiante. La
origen de las fu erzas que producen deformaciones energía cinética es e l agente de lesión más común
mecánicas y respuestas fisiológicas que causan (colisiones vehiculares, caídas de a ltura, lesiones
una lesión anatómica o un cambio func ional en el penetrantes y explosiones). Ya que la e nergía sigue
organismo del paciente traumatizado" . las leyes de la física, se pueden buscar patrones
El conocimiento del mecanismo lesiona! en la predecibles y de esta forma mantener un índice
atención del paciente traumatizado debe equipa- e levado de sospecha en la pesquisa de lesiones es-
rarse al interrogatorio en una historia clínica. Es pecíficas.
indispensable re levar los antecedentes del meca- Es conveniente recordar que:
nismo que produjo las lesiones, ya que de acuerdo
con cada tipo de trauma se pueden y se deben eva- .1 La energía no se crea ni se destruye. sólo se
luar las lesiones existentes y las que se podrían ha- transforma o cambia de forma. Ley de Newton
ber producido. Una historia clínica completa en la de conservación de la energía.
etapa prehospitalaria (sin prolongar de manera in- .1 Un objeto en reposo o uno en mo,·imiento tien-
necesari a los tie mpos en la escena y durante el den a permanecer en ese estado hasta que actúe
transporte), tanto de la víctima (si es posible) co- sobre él una fuerza externa. Primera ley de
rno de los testigos y una evaluación exhaustiva del Newton .
lugar donde se produjo el traumatismo permitirán .1 Una fuerza F ap licada a un objeto de masa rn
identificar de manera apropiada esas lesiones en causa una aceleración a igual a la masa multi-
un 90% de los casos. plicada por el tiempo de aceleración (desacele-
ración). F = M x A y también a la masa por la
distanc ia F = M x d. Segunda ley de Newton.
DEFINICIÓN Y MECANISMOS .1 Un objeto en movimiento al perder velocidad
FISIOPATOLÓGICOS trasmitirá su energía a otro objeto. Cada acción
produce una reacción igual y opuesta. Tercera
Se define al traumatismo corno la lesión resul- ley de Newton.
tante de la exposición brusca del organismo a una .1 La energía cinética es igual a la mitad de lama-
fuente de energía o a la au encia de elementos vi- sa multiplicada por el cuadrado de la velocidad.
tales para la vida, corno e l oxígeno y el calor. La E = 112 m x v 2 •
71
72 Trauma. Prioridades
del cinturón de seguridad (lesión abdo minal, ma bru sca, primero hacia abajo y ade lante (fractu-
vertebral y eventualmente de la aorta terminal). ras de miembros infe riores y pelvis) luego hacia
Otra fo rma de sobrepresión es la que puede arriba (traumatismo craneofacial y de columna) y
producirse en aplasta mientos (denwnbes), o por por último hacia adelante (traumatismo toracoab-
una onda expansiva (en una expl osión). En e l caso dominal).
de las explosiones, las ondas de choque generadas El cinturón de tres puntos es el que se cru za
(blast injury) producen lesión parenquimatosa al sobre el cuerpo (bando lera) y las crestas ilíacas
provocar una onda de alta presión positiva (cientos (cincha abdominal) para aseg urar al suj eto contra
o miles de libras por pulgada2 = psi) que descien- e l as iento y di sminuir de este modo las lesiones
de luego a un valor mínimo menor que la presión toracoabdominales. Se demostró en gran medida
atmosférica (descompres ión). que la utili zac ión apro pi ada de cinturones de se-
Los efectos de la sobrepresión (blast) se cl asi- guridad (tres puntos en todos los asientos) dismi-
ficaro n en: generados por el calor (miles de gra- nu ye la mortalidad y la producc ió n de les iones
dos) o la luz, vinculados a la liberación de partícu- entre un 65 a un 75 % en los adultos y en un 70 a
las (v idri os, metales, etc .) que actúan como pro- un 80% en los niños, a la vez que reduce en 1O
yectiles, y consti tuidos por la onda de presió n en veces las lesiones graves. Eppinger comparó la
sí, que además de su efecto puede hacer que e l pa- desaceleración produc ida a un adulto que utili za
ciente impac te con otros objetos. cinturó n de seg uridad viaj ando a 56 km/h y que
Las lesiones primarias, como las pro vocadas frena de manera brusca. La desaceleración es de
por la o nda ex pansiva, afec tan los órganos con ai- 0,5 g, el ti empo de frenado es de 3 segundos y la
re en su inte ri or. E n los oídos pueden provoca r le- di stanci a de frenado es de 24,3 m. En la mi sma
sión de la memb ra na timpánica . En e l pulmó n situac ión, en un impacto fronta l y sin cinturón de
pueden produc ir lesiones parenquimatosas (con- seguridad, la desacelerac ión de l vehícul o es de
tusión pulmonar) u ocupar el espac io ple ura l (he- 19,85 g, e l vehíc ul o se deforma 60 cm y la desa-
motórax o neumotórax). Tambié n pueden provo- ce leració n del pac iente es de 242 g. En e l caso en
carse e mbo li as gaseosas. Las vísceras huecas el que la víctima hubiera usado el c inturón de se-
(del esófago al ano) pueden sufr ir desde contu- guridad, las condicio nes del vehículo son las
sión has ta ruptu ra . En las lesiones secundarias y mi smas (desacelerac ión 19,85 g y deform ación
terciarias dependen de las fu erzas de impacto, la de 60 cm) pero la desaceleración del pac iente hu-
elas tic idad de los objetos y las partes del cuerpo biera sido de 22,7 g (más de 10 veces menor).
contra las que impac tan. En los líquidos corpora- E ppinger acl ara que para lograr sujetarse e n un
les (que se encuentra n en intestino, veji ga, cere- impacto frontal a 56 km/ h, un conductor sin cin -
bro) la o nda tiene mayor pres ión y dura más , lo turón debería ser capaz de levantar un peso de
que explica la frecuencia de les iones asoc iadas. 7,65 tone ladas.
Por e ll o, los órganos les ionados con más frec ue n- No obstante, su uso no ev ita el mecanismo de
c ia son los que tienen esfínteres o sus extre mos latigazo cervical (fractu ras, lu xaciones y les iones
están fijos (estó mago, du odeno, ciego y colon cervicales), cuando el impacto es posterior (para
sigmoides) . lo que debe utili zarse apoyacabezas) ni la ílexo-
ITotación de la columna cervical en los im pactos
frontales .
IMPACTO DE LAS MEDIDAS El cinturón de dos puntos colocado a la altura
DE PREVENCIÓN de la cintura y no de las crestas ilíacas tiene la des-
ve ntaj a de actuar corno bisagra, permitir que e l in-
Cinturón de seguridad: la utilización del cin- di viduo se hiperflex ione y golpee su cabeza contra
turón de seguridad d isminu ye la producc ión de le- el volante (s i es conductor), contra el vidri o o el
siones y muertes, produc idas como consecue ncia panel de lantero (s i es aco mpañante) o contra los
de una coli sión vehicular fronta l. Son fun ciones asientos de lanteros (s i es pasajero ubicado en
del cinturón de seguridad equiparar la desacelera- asientos traseros), lo que comprime las vísceras
ción del vehícul o con la del cuerpo, evitar la ex- contra la columna y provoca hiperflex ión de la co-
pul sión y ev itar o al menos disminuir la coli sión lumna lumbar.
del cuerpo con el vehículo. Todos estos mecani s- Esta hiperflex ión abdo minal bru sca puede ge-
mos aumentan las pos ibilidades de supervivencia. nerar incrementos importantes de la presió n in-
En el caso de un impac to frontal el conductor que traabdomina l (sobrepresión) con la producc ión
no utiliza cinturón de seguridad se des pl aza en fo r- co nsecuente de les io nes de intestino de lgado
74 Trauma. Prioridades
(hematomas de mesos con hemoperitoneo, esta- Se informó que las bolsas infl ables salvaron nu-
llido de intesti no delgado y otras lesiones in- merosas vidas en los Estados Unidos, pero también
traabdominales) y fractu ra de column a lumbar que produjeron la muerte en niños por la insufla-
(tipo chance). ción brusca de la bolsa, por lo que se recom ienda no
En el caso particular de los niños, una norma transportar a los niños en asientos que la posean.
nacional obliga a transportarlos en el asiento trase- La utili zación de apoyacabezas impide la hi -
ro, hasta los doce años. Los lactantes o niños de perextensión brusca del cuel lo en casos de impac-
menos de 9 kg deben uti lizar asientos de seguri- to posterior, con la consecuente lesión de columna
dad, fijados al vehícu lo en forma apropiada que y médula cervical. Debe ser ob ligatorio para todos
miren para atrás, en el asiento trasero, porque de los ocupantes del vehícu lo.
no hacerlo así las lesiones producidas serán mayo- Los apoyabrazos laterales pueden convertirse
res. Los lactantes mayores de 9 kg y los niños de en un mecanismo de lesión en los impactos latera-
hasta 4 años (o 18 kg) deben hacerlo en el asien- les de acuerdo con su rigidez. C uanto más rígido
to trasero en sillas apropiadas de transporte, bien es e l apoyabrazo más probable es la lesión tora-
fijadas al vehículo, con el cinturón de segu ridad coabdom inal (contusión pulmonar, fracturas cos-
colocado a la sill a y siempre mirando hacia ade- tales, ruptu ra diafragmática y lesión de víscera
lante. · maci za, hígado o bazo de ac uerdo con la posición
Los niños mayores de cuatro años (o más de de la víctima en el vehículo). Por ello la utilización
18 kg) y hasta los doce, para los que las si ll as ya de barras transversales en las puertas y de apoya-
no son adec uadas deben viajar en el asiento trase- brazos blandos son e lementos de seguridad que
ro mirando para adelante, en asientos adecuados deben tenerse en cuenta.
con suplementos (almohadones o similares), en De esta manera el habitáculo debería ser indefor-
particul ar para los niños de 4 a 7 años, para que el mable y los pasajeros estar sujetos de manera ade-
ci nturón de tres puntos calce de manera apropiada cuada para disminuir las lesiones todo lo posible.
sobre ambas espinas ilíacas.
Nunca se debe co locar a un lactante en el asien-
to delantero, en particular cuando el vehíc ulo po- TIPOS DE IMPACTO Y OTROS
see bol sas inflables, porque su insuflación brusca MECANISMOS
puede prod ucir lesiones graves e incluso la muer-
te del niño. Tampoco debe viajar ningún niño en Como ya comentamos, cuando un paciente pre-
sillas de seguridad en el asiento delantero. Este sentó una lesión por una colisión de un vehíc ulo a
asiento sólo debe reservarse para adu ltos o niños motor debe efectuarse, en lo posible, un interroga-
mayores de 12 años. torio minucioso a los testigos o a las personas que
La bolsa inflable (air bag) es la encargada efectuaron la atención prehospi talaria (s i es posi-
de absorber parte de la energía del impacto, y ble, se debe inc luir la foto del vehíc ul o). De esta
prolongar, a su vez, el tiempo de amortiguación. forma, se deben buscar lesiones específicas (ruptu-
Los autos suelen contar con bolsas inflables pa- ra aórtica traumática, traumatismo toracoabdomi-
ra el conductor y es cada vez más usua l que tam- nal , rupn1ra de bazo, contusión pulmonar, estallido
bién la tenga el as iento de l acompañante. Se de- de víscera hueca, traumatismos de columna, etc.)
be utili zar junto con e l c inturón de segurid ad antes de que éstas tengan manifestación c línica.
porque si no lo que se produce es el encuentro de Quizás, uno de los errores cometidos con más fre-
dos fuerzas opuestas, lo que incrementa la posi- cuencia sea ignorar el mecanismo que provocó las
bilidad de lesiones. Además, el cinturón de segu- lesiones que el paciente presenta. En estos casos
ridad , co locado e n forma adec uada, impide el es fundamental conocer:
desplazamiento del conductor o del aco mpañan-
te y permite que la bolsa infl ab le actúe en fo rma ./ La posición del paciente: conductor, aco mpa-
correcta. ñante, pasajero o peatón.
Su utilización adec uada podrá disminuir las le- ./ Qué tipo de deformac ión presentaba el vehícu-
siones de cráneo y tórax, pero se debe recordar lo (deformación ante rior, intrusión del habi-
que se infl a y se desinfla en segundos por lo cual tácul o del pasajero, en cm , deformación del
sólo protegerá ante un primer impacto frontal. Uti- techo , etc.) .
li zada en condiciones óptimas, se admite que la ./ Si utilizaba algún método de sujeción y cuál.
bolsa infl able aumenta un 10% la efectividad del ./ Si se prod ujeron mas víctimas o fa llecidos en el
cinturón de seguridad. incidente.
Generalidades en trauma 75
./ Si el paciente fue expulsado o rodó (la posibi- recta de la energía (fracturas de brazo , hombro,
lidad de presentar lesiones graves aumenta un fé mur o pelvis) .
300% cuando el paciente fu e expulsado). Impacto posterior. Por lo general el vehículo
se encuentra detenido y recibe un impacto por de-
Asimismo, impoita conocer el tipo de impacto: trás por otro. Lo más importante es observar la
frontal, lateral, posteri or o vuelco . presencia y la posición del ·apoyacabezas. Puede
Impacto frontal. Se trata de la colisión con un producirse hiperextensión del cuello y la cabeza si
objeto de frente al vehículo que reduce su veloci- el apoyacabezas no está colocado en forma correc-
dad de manera súbita. En estos casos puede tratar- ta. Hay grandes posibilidades de lesión de la co-
se de un objeto, en cuyo caso la velocidad cae a O lumna cervical por hiperextensión (whipl ash o la-
o contra otro vehículo, en cuyo caso la veloc idad tigazo). También se debe pensar en el resto de las
se suma. Es importante evaluar la deformaci ón del lesiones por desaceleración.
auto móvil en el frente, el estallido del parabri sas Vuelco. Se comporta como la sumatoria de to-
("bull 's eye"), la deformidad del volante (fractu ras dos los mecanismos anteriores. Si el ocupante no
de esternón, contusión pulmonar, hemoneumoto- lleva puesto el cinturón de seguridad puede gol-
rax, ruptura aórtica y lesión card íaca traumática), pear contra cualquier sector del vehículo. Se debe
el uso del cinturón de seguridad, la presencia de observar si el techo del vehículo está hundido, o
air bag, etc. hay deformid ades en los parantes laterales. Hay un
Se deben revisar lesiones del cráneo y del ma- incremento fu erte de la posibilidad de lesiones de
cizo facial que pudo impactar contra el parabri sas, columna por carga (o compresión) axial y de ex-
el cuello, la marca o tatu aje del volante o del ci n- pulsión de los ocupantes (i ncrementa ndo el riesgo
turón de seguridad en el tórax, equimosis abdo mi- de muerte).
nal, etc. Por cizall amiento, en relac ión con su fija- Expulsión. En estos casos, las lesiones se pro-
ción, se pueden haber lesionado aorta, hígado, ba- ducen cuando el oc upante del vehículo que había
zo e intestino. Por compresión se pueden afec tar sido expulsado golpea contra el suelo. Se debe es-
pulmones, corazón, vejiga, diafrag ma y vísceras tar mu y alerta en la detección de lesiones ocultas
huecas intraabdominales. Cuando el ocupante no o inadvertidas.
utili za el cinturón de seguridad se deslizará y su Peatón. Una de cada cuatro muertes produci-
cuello impactará contra el volante (compro mi so de da por coli siones de vehículos a motor se produ-
vía aérea), su cara contra el para bri sas (TEC, trau- cen en peatones y entre las personas de edad
matismos maxilofaci ales) y sus rodillas contra el avanzada esta proporción es aun mayor. En gene-
tablero (fractu ra de fémur con luxac ión y fractura ral, se piensa que cerca del 90% de las coli siones
de la ceja posterior de la cadera). entre un auto y un peató n se prod ucen a menos de
Impacto lateral. La colisión se produce contra 48 km/h . Pueden suceder varias situaciones segú n
un lado del vehículo y el ocupante se despl azó le- cómo es embestido el peatón por el vehícul o (im-
jos del punto del impac to. Se debe evaluar la de- porta conocer qué tipo de vehículo). Se de scrib ie-
formación lateral (en cm), el estallido del vidri o, la ro n tres etapas : impacto inicial, rodada sobre el
deformidad del vehículo y de la puerta (apoyabra- vehíc ulo e impacto sobre el suelo. Cuando el pea-
zos, etc.). tón es embestido por el parago lpe de un auto pue-
E l impacto lateral puede provoca r un TEC den produci rse, en principio . fract uras de MMII
por el impac to cont ra el borde superi or de la (piernas y rodill as) y pelvis.
ve ntanilla y el techo, y sublu xac io nes de co lum- Con ulterioridad el cuerpo del peatón puede
na con défi cit neuro lóg ico en el ni vel cervical. El impactar contra el capot del vehícul o, lo que pro-
tórax y el abdomen pueden sufrir lesiones direc - vocaría traumati smos del tronco con fra cturas cos-
tas por hundimi ento de la puerta del lado del im- tales y ruptu ra de órganos intraabdominales (híga-
pac to (p. ej ., frac turas costales, hemone umotó- do, bazo, ri ñó n, etc.), y también TEC al golpear
rax, contusió n pulmonar, ruptu ra di afragmática, contra el parabrisas . En un tercer momento el pea-
les ió n de órganos mac izos intraabdominales) o tón puede caer a un costado del vehícul o donde
del otro lado si el pasajero no estaba suj eto y fu e puede sufrir les iones similares o aun ser embesti-
ex pul sado hac ia el lado del otro oc upante. Los do de nuevo . En este momento puede generarse
órganos sólidos tracc ionan de sus ele me ntos de TEC y fractu ras de columna y extremidades supe-
fij ac ió n y los huecos dependen de sus esfínteres . 1iores. Las fracturas laterales de pelvis (inclu ido el
También pueden producirse les iones de huesos hemicrash pelviano) son una lesión muy grave por
largos del lado del impac to por tra nsmisió n di- la posibilidad de hemorragia severa por lesión vas-
76 Trauma. Prioridades
cular arterial por desgarro de las ramas de la arte- formaciones o rupturas, deformidad del sitio de
ria hipogástrica. impacto y Ja distancia a la que fue expulsado.
En el caso de los niños, pueden lesionarse Impacto frontal/expulsión. El centro de gra-
cuando los automóviles avanzan marcha atrás (por vedad de la moto está situado en la parte anterior
su escasa altura), en particular, en la entrada de es- del vehícul o. Si la rueda delantera se detiene en
tacionamientos o cocheras, o cuando cruzan a mi- forma brusca, el vehículo tiende a irse hacia ade-
tad de la calle. Debe recordarse que los niños más lante junto con su ocupante. Por lo general se pre-
pequeños, al tener menor superficie en relación senta TEC, fracturas de fémur o pelvis, o ambos, y
con el volumen, presentan mayor cantidad de le- lesiones abrasivas en los miembros .
siones. En un primer momento son impactados en Impacto lateral/expulsión. En este caso lo
la pelvis o el tórax, caen de cabeza por delante del más frecuente son las lesiones por aplastamiento
auto e incluso pueden ser aITollados. Es muy im- y fracturas de la extremidad inferior. Si el ocu-
portante que los adultos los entrenen para cruzar pante es expul sado, puede llegar a tener lesiones
las calles por las esquinas y para detenerse al lle- múltiples de ac uerdo con el sitio del impacto.
gai· a una esquina, mirar a ambos lados y escuchar Colocar la motocicleta abajo. El motociclista
y mirai· si se acercan vehículos siempre antes de puede voltear la motocicleta de lado, y disminuir
cruzar. su velocidad y absorber ésta la mayoría de la ener-
Colisiones en moto, bicicleta o similares. La gía. El ocupante puede llegar a presentar desgairns
utilización adec uada del casco es la mejor preven- o anancam ientos de tejidos o partes blandas.
ción con respecto a lesiones graves (traumatismo
de cráneo y de tercio superior y medio de la cara)
producidas no sólo en colisiones de moto sino CAÍDAS
también de bicicleta, patines (rollers) y patinetas.
Debe recordarse que las colisiones de bicicleta, en Las caídas pueden producirse desde altura o
particular en niños, pueden producirse no sólo desde el nivel del suelo. En general, las lesiones
asociadas con el tránsito sino también en espacios producidas por caídas de una altura igual o supe-
recreativos al impactar contra objetos fijos o ser rior a tres veces la estatura de la víctima (alrede-
despedidos de la bicicleta. Las lesiones relaciona- dor de 5 metros , para un adulto) deben conside-
das con la bicicleta son las producidas en espacios rarse severas. En general , las lesiones se deben al
recreativos, y en los Estados Unidos se considera impacto inicial y a mecanismos de compres ión o
que la bicicleta es un producto peligroso (Com i- desaceleración (aceleración/desaceleración ver-
sión de Seguridad para el Consumo de Productos). tical) . Las lesiones varían de acuerdo con la región
Es obvio que en estos casos , la lesión más gra- anatómica del individuo expuesto a la caída, es de-
ve es la debida al traumatismo de cráneo. La utili- cir, si cayó de pie o de cabeza, cómo fue golpean-
zación de casco disminuye hasta en un 85 % las le- do, etc. As imismo importa conocer las cai·acterís-
siones graves de cráneo y del tercio superior y me- ticas de la superficie de impacto.
dio de la cara. Al igual que en las colisiones en bi- Debe recordarse que al impactar el cuerpo con-
cicleta, las caídas son la causa más común de le- tra una superficie le energía absorbida por el orga-
siones asociadas con el uso de patines, patinetas, nismo estará en relación inversa con la capacidad
roller, etc. de deformación de la superficie de impacto. A ma-
Por este motivo es que se debe destacar el uso yor rigidez (menor deformabilidad) de la superfi-
de casco, muñequeras, coderas y rodilleras, por- cie de impacto, mayores serán las lesiones produ-
que con ell as disminuyen las consecuencias del cidas al organismo.
impacto. Si bien en estos últimos ejemp los las le- Los niños suelen caer de cabeza (por mayor
siones más comunes se producen en los miembros peso). Los adu ltos sufren este tipo de lesión en el
superiores (muñecas y codos) e inferiores, las le- ámbito laboral, por intentos de suicidio o por ha-
siones de mayor gravedad se producen en el crá- llarse bajo la influencia del alcohol o las drogas.
neo y en la cai·a. En muchas de estas situaciones el Intentan caer sobre sus pies, por lo que la energía
conductor de moto, bicicleta o aun de roller (la ve- se tra nsmite a lo largo del eje ax ial. Son frecuen-
locidad del roller es superior a la de la bicicleta) es tes las fracturas de calcáneo, tibia y fémur, lesio-
expu lsado del vehículo y colisiona no sólo contra nes de pelvis, fractura por ap lastamiento de co-
el suelo o contra algún objeto sino también con el lumna lumbar y cervica l. Los órganos afectados
vehículo que lo transporta. En estos casos se debe son los sujetos por li gamentos (lesión por cizalla-
evaluar la presencia de casco, si éste presenta de- miento de aorta, bazo, hígado , intestino, etc.) . En
Generalidades en trauma 77
un segundo momento y luego de una especie de Eppinger R. Occupant restraint system. En Nahum, A;
rebote, el paciente trata de colocar los brazos pa- Melvin J (eds.). Accidental Injury: Biomechanics
ra amortiguar un segundo impacto. En este mo- and Prevention. New York, Springer Verlag. 1993;
mento, se producen las fracturas de Colles en las 186-197.
muñecas y demás lesiones de las extremidades su- Feliciano, D. Patterns of Injury. En Feli ciano , D; Moo-
periores. re, E; Mattox, K (eds.). Appleton & Lange. Stamford,
En resumen, conocer de manera acabada el me- Connecticut. 3'd ed. 1998; 85-104.
canismo lesiona! permitirá al equipo tratante el Fundación Americana del Corazón . American Heart As-
diagnóstico temprano de las lesiones y disminuirá sociation. Reanimación Básica Pediátrica. 1997.
en grado sustancial las lesiones consideradas olvi- Horton, T. U.S.D.O.T. Crash Injury Research and Engi-
dadas u ocultas . neering Network. Presented in 59th Annual Meeting
AAST. Boston, 1999.
Me Swain N. Kinematics in trauma. En Mattox, K; Fe-
LECTURAS RECOMENDADAS li ciano, D; Moore, E (eds.). McGraw-Hill Compa-
nies, Inc. Fourth Edition, 2000.
American College of Emergency Physician. Ala bama National Association of Emergency Medica! Technician
Chapter. Basic Trauma Life Support for Paramedics in cooperation with the Committee on Trauma of the
and Advanced EMS Providers. Campbell, J (ed.). 3rd American College of Surgeons. Pre-hospital Trauma
ed. Brady. Englewood cliffs, NJ, 1988. Life Support. 2nd ed. Akron, Ohio, 1990.
American College of Surgeons . Committee on Trauma. Neira J, Yunk O, Grinspan R. Thoracic Trauma. Clinical
Instructor Manual. Chicago, II, 1998. Pulmonary Medic ine, 1998 .
Conunittee on Trauma. American College of Surgeons. Re- The Cambridge Factfinder. Cristal , D (ed.). Cambridge
sources for Optima! Care of the Injured Patient, 1999. Un iversity Press. New York, 1994.
Capítulo 4-2
Mecanismos lesionales
en los traumatismos penetrantes
y principios de balística
Gabriel Angelini y Pablo Valle
78
Generalidades en trauma 79
cuando el bl anco es el tejido animal. Dorland lo cias que se disponen en dirección longitudinal
define como el estudio científico de la velocidad hacia la boca del arma, adquieren una trayecto-
y ·1a dirección de los proyectiles en relación con ria helicoidal y completan un giro aproximada-
las lesiones que ellos producen. mente a los 25 cm (o 10 pulgadas) . A esto se de-
Mientras que la balística interna y la externa nomina estría del arma. Si se toma en cuenta que
son ciencias relativamente exactas, la balística el calibre del cañón corresponde con exactitud al
terminal , en particular la balística de las heridas, del proyectil, el roce de este último con las es-
es , en el mejor de los casos, nada más que un trías obligarán al proyectil a tomar giros sobre su
grupo de aproximaciones que intentan defi nir el eje longitudinal , lo que le confiere a la salida del
comportamiento probable del proyectil dentro arma un giro que estabiliza su vuelo y tiende a
del objetivo. suprimir los movimientos de rotación o "tum-
ble" y guiñada, que en armas cuyas estriaciones
son de giros cortos (giro completo en menos de
Conceptos generales 10 pulgadas) se expresa como un zumbido audi-
ble durante el vuelo. Las armas con esta configu-
Las armas más utilizadas son revólveres, pis- ración interna del cañón se conocen como estria-
tolas, rifles, fusiles y escopetas. Los revólveres y das, mientras que las que no la poseen serán li-
las pi sto las se disparan sostenidos desde las ma- sas (escopetas).
nos y sus proyectiles por lo general tienen bajas El estriamiento de un arma confiere al pro-
velocidades (menos de 1.000 pies/s o su equiva- yectil a su paso por el cañón, un rayado longitu-
lente 305 mis) . Los fu siles y las escopetas se dis- dinal típico de cada arm a (ni ngún estriamiento
paran desde el hombro o apoyados sobre la cade- es idéntico a otro); así se conforma la "huella di-
ra, disparan proyectiles de altas velocidades, al gital " que identifica el arm a del agresor.
menos a la salida del cañón (conocida como " ve- El proyecti l es un a cápsula conformada por
locidad en boca de arma" o "muzzle velocity") . una vaina o casquillo, un percutor, un detonante
Las pistolas son armas de mano caracterizadas y la bala o el proyectil en sí. Colocado en la re-
por poseer un cargador capaz de albergar de diez cámara del extremo proximal de un arma · con
a doce disparos y que se ubica en el mango del ar- cargador (o en el barril en el caso de los revólve-
ma. Esto permite disparar proyectiles "uno a uno" res) un gatillo golpea el percutor, que a su vez
o en ráfaga (pi stolas semiautomáticas o automáti- activa el detonante y éste enciende la carga pro-
cas, respectivamente). Los revólveres , en cambio, pulsora (por lo general pólvora). La ignición
contienen su carga en un tambor, que varía entre provoca de inmediato una expansión rápida de
seis y ocho balas, y sólo permite disparos uno a los gases que propulsan al proyectil y vence la
uno, pues el tambor sólo gira con cada movimien- resistencia e inercia de éste a la vez que aumen-
to del gatillo. Esta característica de los revólveres ta de manera progres iva la velocidad del misil
reviste importancia clínica, dado que es difícil hasta su salida por el extremo distal del cañón,
que una persona pueda recibir más de un disparo, momento en la que es máx im a.
a menos que sea a corta distancia, pues resulta es- Como se comprende, es en el interior del ca-
tadísticamente muy difícil que un agresor acierte ñón donde la bala recibe toda la propulsión, de
más de un disparo a un blanco móvil , sobre todo lo que se deduce que un cañón de mayor longi-
si éste se encuentra a más de diez metros de dis- tud ofrece mayo r ti em po de ex posición del misil·
tancia. Estas armas son las responsables de la a los gases en expansión, lo que implicará mayor
gran mayoría de las heridas civiles. empuje y, por lo tanto, mayor velocidad en boca
En cuanto a las armas largas (rifles, fusiles, de arma. Ello explica la diferencia de velocidad
escopetas) , son patrimonio de actividades béli- de los proyectiles entre las armas cortas y largas,
cas, de fuerzas de seguridad o también de la ca- expresada con anterioridad .
za deportiva. Las diferencias con las armas des- Los proyectiles pueden clasificarse segú n
critas con anterioridad son significativas y varia- factores variados ; uno de ellos, tal vez el más co-
das. Por ejemplo , la velocidad del di sparo, el ti- nocido , se refiere al diámetro de su base, llama-
po de proyecti l, su energía cinética, la posibili- do calibre. El calibre de una bal a o de un arma
dad de causar heridas de mayor magnitud. (medida por el diámetro interno del cañón) pue-
Es fundamental conocer que dentro del cañón de expresarse en milímetros, centésimas o milé-
de las armas, a excepción de las escopetas, la su- simas de pulgadas. Como ejemplo, un proyectil
pe rficie está conformada por surcos y prominen- de 9 mm es aproximadamente similar a otro de
80 Trauma. Prioridades
calibre 38 (es decir, 38 centésimas de pul gada) , lo) y un aumento en la resistencia al vuelo del
y éste a su vez es igual a otro nomenclado como proyectil. En caso en que la di stancia entre el ar-
calibre 380 (380 milésimas de pul gada) . ma y el objeti vo sea amplia, producirá gran dis-
Desde los ac uerdos de la Confe rencia de la minución en la velocidad fi nal del disparo.
Haya, en 1899, se estipuló que los proyec til es de El coefici ente de balística de un proyec til es la
uso du ra nte conflictos bélicos internacionales ex presión de la habil idad del proyectil para ve n-
debían ser protegidos de la deformac ión median- cer la resistencia del aire du rante el vuelo. Este
te una cubierta metálica más resistente que el coeficiente es fun ción de la masa, el di ámetro , la
plomo, como cobre, bronce o acero, que asegura fo rma del proyectil. A menor ¡:;oefi ciente de ba-
la penetración, pero evita la expansión o el esta- lística, mayor pérdida de velocidad en vuelo y
llido. Esto di sminuye la letalidad de la herida. menor energía a la ll egada al bl anco. Los proyec-
Estos ""proyectiles enchaquetados" o "encami- tiles con más bajo coefic iente de balística son los
sados" son de uso obligatorio du rante tiempos de perdigones de las escopetas , que en boca de arma
guerra. Por ello, hay gran probabilidad de que ti enen una veloc idad que supera el límite para
las heridas civiles (o las "deporti vas") tengan considerarlos alta velocidad (entre alrededor de
mayor destrucción ti sul ar que las producidas du- 950 y 1.400 pies/s) , y que superadas di stancias de
rante la guerra. 46 metros poseen capacidad mínima de les ión
Otro elemento de importancia desde el punto (fu era de órganos como el ojo o la laringe).
de vi sta clíni co se refi ere a la veloc id ad en vue- Otros factores que modifi can el vuel o y por
lo del proyec til. A pesar de numerosos intentos ende el comportamiento fin al del proyectil , son
aún no hay consenso internacional acerca de las vari ac iones de mov imi entos fu era del trayec-
cuáles deben ser los límites para considerar los to lineal. Tumbling ("vo lteretas" ) es el efecto de
proyec til es de alta o de baja velocidad. Según los rotación impreso sobre la bala, que gira su pun-
británi cos, alta velocidad significa que un pro- ta hacia atrás y su extremo posterior hacia ade-
yectil supera la del sonido en el aire (es dec ir, al- lante, para girar sobre el centro de la masa del
rededor de 1.000 pies/s). Para los autores nortea- proyectil. El res ultado fi nal es una mayo r super-
mericanos, alta velocidad impli ca que el disparo fic ie de la bala que golpea con el blanco, lo que
supere 2.000 (6 1O m/s) , 2. 500 (762,5 m/s) y has- produce mayor liberac ión de su energía cinética
ta 3.000 pies/s (9 15 m/s) . y, por lo tanto, mayor daño.
E l concepto predominante es expresarse en Yawing o desv iación se refi ere a la vari ac ión
cifras pro medi o respecto de las anteriores (por lo en el vuelo del proyectil de su curso original y
general 1.500 a 2. 000 pies/s o de 457 ,5 mis a 6 1O suele ser un efecto observado con más frecuencia
mis). Sin embargo, desde un punto de vista clí- en balísti ca terminal. E l efecto es independiente
nico, se considera importante que las arm as de de la masa y la veloc idad del proyec til (es decir,
mano disparan balas de baj a velocidad (a excep- cualquier bala puede sufr ir desv iación o ya-
ción de un as mu y pocas con diseños y cargas es- wing), pero depende en gran medida de la fo rma,
peciales que pueden superar los 1.500 pies/s) y del ángulo en el que impac ta al bl anco y de la
las armas largas son las que di sparan proyectiles ubi cación del centro de gravedad del proyectil.
de alta velocidad. De esta fo rma, las trayectorias dentro del
bl anco pueden ser imprevisibl es, o peor aun , ha-
cer sospechar trayectorias equi vocadas. Preces-
Balística externa sion (precedencia) es un efecto por el cual la
nari z del mi sil imparte un movimiento circul ar
Una vez que el proyectil abandona el cañón y en el aire, perpendicul ar a la línea de vuel o. Por
comenzó el vuelo hacia el objeti vo con máx ima último, nutation (inclinación de cabeza) es un
velocidad en boca de arma, se producen sobre él efecto que traza la nariz del proyec til en form a
ciertos fe nómenos que generan cambi os de rele- de roseta, fo rma que provoca un efecto simil ar al
vancia una vez alcanzado el bl anco. del tumbl e.
La turbulencia del gas en expansión y la pól-
vora que continúa su ignición fuera del arma, to-
das fu erzas propulsivas orientadas en vari as di- Balística terminal o de las heridas
recciones, imprimen al proyectil un mov imiento
denominado "guiñada" (la nariz de la bala se ale- Cuando un proyec til impac ta en un a víctim a,
j a unos pocos grados respecto de la línea de vue- el daño causado dependerá de efectos directos e
Generalidades en trauma 81
indirectos. Entre los primeros se encuentran los genera compresión, esti ra mie nto y apl as tamie n-
efectos- provocados por la propia trayec tori a del to del tejido en mili segundos: esto provoca daño
mi sil , la deformac ió n que sufre, sus fr ag me ntos ti sul ar (vascular, nervioso, musc ul ar, parenqui-
que serán primarios si se trata de los obtenidos matoso, etc.) a cierta di stancia del trayecto del
por desintegración de la bala o secundari os si se paso del proyec til. Esa pres ión subatmos férica
trata de pi ezas di sipadas a cau sa del traumati s- determinará el ingreso dentro de la herida de ele-
mo que produce el proyectil (propios del pa- mentos externos conta min ados, qu e puede n
ciente, como frag me ntos óseos, dentales; o bi en complicar más la evolución de .la herida. A gran-
ajenos al paciente, como boto nes, hebill as de des velocidades, el tamaño de esta cavidad pue-
cinturones, monedas , etc.) , y la tran sferenc ia de de seguir en aumento incluso después de pasa r el
calor. Entre los efectos indirectos se cuenta con proyec til.
la cav itac ión como el mayor exponente. Cuando fin aliza el período de sobrepresió n,
Ni el yawing ni el tumbling producen por sí las partículas vuelve n a su posición original. Los
sol os un daño tal que explique dimensiones o mú sculos tienen fib ras mu y elás ticas y vuelve n a
ruptu ra ti sul ar del grado que se les atribu ye. El su posición con rapidez, en cambio el hígado y
daño fi nal producido e n el tejido será fun ció n di - el bazo son mu y poco elásticos y tienden a frac-
recta de la energía cinética que posee el mi sil y tu rarse.
más aun , de la fac ultad que el proyec til tenga de En los tejidos con baj a res istencia a la ten-
perder esa energía en el bl anco. A esto se le ll a- sión, es decir "friabl es", co mo hígado , páncreas,
ma disipación de la energía cinética. bazo, la cavitación se desarroll a con mayor fac i-
lidad y ex tensió n que en otros tejidos con mayor
resistencia, como hueso y tendones. Alg unos au-
tores sugieren que proyec tiles con velocidad ma-
Cavitación yor a la del sonido, pueden generar ondas transó-
ni cas de choque (s imil ares a las utilizadas con fi-
Cuando un obj eto golpea el cuerpo humano nes terapéuticos) y que podrían ser responsables
las partíc ul as son golpeadas desde su pos ición y de un daño ti sul ar adi cional.
golpean, a su vez, a otras partícul as. Esto genera Los proyectiles de más de 2.300 pies/s (760
un a ex pl os ió n en la que la energía del objeto que metros/s) , producen una o nda de expansión que
se mueve pasa a otras partículas que a su vez la no sobrepasa los 40 pies/s de veloc idad (sólo 85
pasan a otro tejido has ta que la e nergía se absor- millas horari as) , cifra que no puede explicar por
be. Entonces , la cavitación es resultado de la sí sola semej ante ac ti vidad destructi va.
aceleración que en todas direcc iones desarro ll an La ex tensión de la les ión provocada en el te-
las partíc ul as de un medio por el paso del pro- jido depende de la transmi sión de la energía ci-
yec til y en los tejidos vec inos como propagac ión nética del proyectil y ésta es fun ción de su masa
de la energía liberada por él. y del cuadrado de la velocidad. En otros térmi -
La des trucc ión qu e gene ra el paso del pro- nos : KE = M .V 2
Do nde KE es energía cinética, M correspon-
yectil por el tejido es sufic iente para generar un
de a la masa y V a la veloc idad. En términos ma-
trayecto permanente co mo consecuencia de su
temáticos esto no expresa el ni vel de di sipaci ón
paso a través de él, conocida como cavidad per-
de energía del proyec til , sino só lo la energía que
manente . Si la veloc idad del mi sil es suficiente,
posee, aun estando en vuelo y antes de llegar al
pu ede impeler por fu era de la cav idad pe rma- blanco . Más exacto sería calcul ar el grado de ni-
ne nte ond as que se tran smitirán en sentido ra- vel de pérdida de energía, lo que se expresa co-
diado por los tejidos circundantes para confo r- mo delta KE = M. (V - V )2 , donde delta KE es
ma rse la cavidad temporaria . Suele describír- la dife re ncia de energfa ci~ética, Ve es la veloci-
sela como las ondas que se generan en la super- dad de entrada y Y, es la velocidad de salida.
fi cie del agua tras arroj ar una piedra, denomina- Un aumento al dobl e en la masa del proyec til
do " tissue splash". La cavidad permanente es ocas ionará un incremento ig ualmente proporcio-
la qu e se observa cuando se examina el pac ie nte nal en su energía cinética; por otro lado un au-
~- la temporaria sólo existe por una fr acc ió n de mento del dobl e en la velocidad ocas ionará que
'cgundos. la energía cinética se c uadrupl ique. Por lo tanto,
El paso de l proyectil produce un a cavidad lle- la velocidad es el fa ctor con mayor influencia
na de vapor y a pres ión subatmosférica , lo que sobre la energía cinética, de allí los intentos por
82 Trauma. Prioridades
generar proyectiles con mayor velocidad, sin im- puede ocasionar se limita a la longitud del pro-
portar tanto su masa. yectil, por lo tanto, la cavidad nunca podrá ser
Un proyectil calibre 22 (es decir no mayor de mayor que éste. Por otro lado, si bien es cierto
5 mm de diámetro) penetra en una extremidad y que el ángulo de la desviación del trayecto del
sin generar daño vascular u óseo, logra atrave- proyectil (yawing) puede ocasionar mayor daño,
sarla, lo que origina un orificio de entrada algo la cavidad temporaria observada por los proyec-
inferior a su diámetro (efecto producido por la tiles enchaquetados con velocidad y desviación
elasticidad del tejido cutáneo), y un orificio de máximas observados en este estudio, fue mínima
salida similar. A pesar de la resistencia ofrecida comparada con la cavitación producida por los
por el tejido, la bala ingresa a una velocidad y proyectiles fragmentados·.
egresa prácticamente con igual velocidad, es de- En resumen, la deformación y la fragmenta-
cir que la transmisión de energía al miembro ción pudieron demostrarse como la mayor causa
afectado es casi igual a cero (recordar v. - Y.). de daño tisular. Desde el punto de vista clínico,
Si en lugar de atravesar el tejido, el proyectil con sólo dos radiografías (frente y perfil) de la
hubiera detenido su marcha y se hallara alojado región afectada, el cirujano puede inferir la mag-
dentro del miembro, como consecuencia de un nitud aproximada de la lesión y visualizar los
impacto sobre el hueso toda la energía cinética fragmentos del proyectil; esto se convierte en un
se habría descargado en el blanco, y lograría el elemento útil para la toma de decisión acerca de
mayor daño que su energía podría producir. De la elección del tipo de incisión en caso de una ci-
esto se deduce que en presencia de orificios de rugía.
entrada y salida, el daño producido será menor
que el máximo probable para ese tipo de proyec-
til; pero esto de ninguna manera expresa la mag-
nitud de la lesión. Escopetas
El daño máximo depende de la capacidad pa-
ra la liberación de energía en el blanco, y no de- La balística de las escopetas difiere en grado
pende de la velocidad del proyectil. Esto es lo sustancial de la del resto de las armas. En primer
que en el presente se conoce como "el mito de la lugar el cañón es liso, es decir, carece de estrías ,
velocidad". Los factores que optimizan esa libe- por lo tanto, sus proyectiles no tendrán la trayec-
ración son la forma, la construcción, la capaci- toria lineal con efecto de giro helicoidal que es-
dad de deformación y fragmentación del proyec- tabilice su vuelo. En segundo lugar, los proyec-
til, y hasta su masa; conceptos que desarrollare- tiles disparados difieren de los descritos con an-
mos en el siguiente apartado. terioridad. El disparo de escopeta presenta va-
rios cientos de pequeñas esferas de acero o plo-
mo, denominadas perdigones, considerados pro-
yectiles de alta velocidad a la salida de la boca
Deformación y fragmentación de arma, por lo tanto , con alta carga de energía
cinética.
Las balas militares (no deformables o no Los cartuchos (como se denomina a la carga
fragmentables) , causan destrucción tisular míni- completa) contienen un elemento interpuesto
ma debido a la incapacidad de liberar su carga entre la carga explosiva y los perdigones, que
cinética, a menos que impacte en estructuras ejerce presión tras la ignición al conjunto de
óseas u objetos duros (como hebillas de cintu- proyectiles y que se ve despedido junto con
rón, etc.), antes de entrar en el tejido. ellos ; su hallazgo es muy frec uente en heridas
Por otra parte los proyectiles civiles (o de ca- generadas a corta distancia. Este elemento, en
za) , con puntas blandas, aparte de expandir su general radiolúcido, de diámetro y forma varia-
diámetro pierden entre un 59 y un 77 % de su pe- bles (después del disparo), es capaz de producir
so en fragmentos , que se distribuyen en un área daño por su gran carga cinética a corta distan-
de 8 cm circundante al trayecto; éstos son los cia. Se lo denomina taco , en general es de ma-
responsables de la destrucción tisular ocasio- terial plástico, y debe buscárselo en las heridas
nada. mencionadas por representar un material muy
En el presente la desviación (yawing) y la contaminante.
voltereta (tumbling) no se consideran responsa- La balística externa de los perdigones es
bles máximos del daño. El daño que el tumbling opuesta por completo a la de los proyectiles con-
Generalidades en trauma 83
vencionales. El coeficiente de balística de estos sarrolló sobre tejido neural (cobre intracraneano
elementos es en extremo bajo; su forma (en ab- e intramedular) .
soluto aerodinámica) ofrece gran resistencia al
vuelo, lo que disminuye en grado considerable
su velocidad en muy cortas distancias. La velo- HERIDAS POR ARMAS
cidad en boca de arma oscila entre 1.200 y 1.600 CORTOPUNZANTES
pies/s, y su capacidad destructiva máxima per-
manece en un rango entre 3,6 y 4,5 metros. A En la actualidad los traumatismos penetrantes
unos 45 metros , la capacidad destructiva de pe- provocados por elementos cortopunzantes (mal
netración es mínima . llamadas armas "blancas" sólo para diferenciar-
A distancias de alrededor de dos metros, los las de las armas de fuego) representan un gran
perdigones, con gran carga de energía cinética y porcentaje de los ingresos hospitalarios y las
agrupados, producen un solo orificio de entrada, muertes violentas. Las armas cortopunzantes se
desgarrada, de magnitud considerable, y por lo definen como los instrumentos de variada con-
general sin orificio de salida si la lesión se en- fección y estructura, de formas diversas dotadas
cuentra en el tronco. A unos cuatro metros la he- de uno o más bordes cortantes y de una extremi-
rida del orificio de entrada será mayor y es pro- dad terminada por lo general en punta y más ra-
bable que esté rodeada de varios pequeños orifi- ra vez de manera roma.
cios de entrada producidos por la dispersión Es clásico clasificar a las heridas provocadas
temprana de algunos perdigones. Mas allá de 18 por estos instrumentos en cortantes o incisas;
m, la energía cinética se reduce en grado consi- punzantes o perforantes o la combinación de
derable, y se observa una dispersión de los pro- ambas , cortopunzantes. Un grupo especial está
yectiles de entre 30 y 90 cm, y una penetración representado por las heridas provocadas por ele-
con escaso poder destructivo . mentos cortocontundentes (hachas, machetes,
Como conclusión, la escopeta se considera hélices de barcos, etc.) donde a la herida cortan-
letal a cortas distancias , y con gran poder des- te hay que sumarle el poder lesivo de la energía
tructivo. A distancias mayores , es capaz de pro- cinética disipada en la zona por ese elemento.
ducir lesiones que exijan conductas tempranas , Las heridas cortantes presentan bordes níti-
en particular vasculares. Nuevamente, el par ra- dos, son provocadas por la acción deslizante y
diológico ofrecerá información valiosa para la no perforante de un instrumento de bordes finos
estimación de la extensión de la lesión. y uniformes , sobre el plano cutáneo o sobre pla-
nos más profundos (aponeurosis, músculos ).
Predomina con claridad la longitud sobre la pro-
fundidad.
Complicaciones generadas Los tejidos presentan lo que se denomina
por el proyectil coeficiente de elasticidad. Esta característica es
la que determina su capacidad de retracc ión lue-
Durante años se especuló acerca de la posible go de producida la herida. Por ejemplo, en la pa-
intoxicación que genera un proyectil de plomo o red abdominal es típico que el tejido adiposo so-
cobre (enchaquetados) dentro del organismo. El brepase los bordes de la herida. ya que la piel se
saturnismo es en extremo infrecuente como con- retrae más que la grasa; a su vez los músculos y
secuencia de la degradación de proyectiles de sus aponeurosis se retraen en relación con su eje
plomo. Las mayores probabilidades de degrada- longitudinal , es decir, la separación será mayor
ción y absorción por parte del organismo se ob- si el corte es tran sversal a su eje mayor; en cam-
servan en los proyectiles alojados en bolsas in- bio, la separación será mínima si la sección es
traarticulares , intraóseos y del canal espinal. En paralela al eje muscular, propiedad conocida co-
cuanto a la intoxicación por cobre, aún no hay mo ley de Filhos y Langer.
certeza de cuál es el mecanismo responsable de Las heridas perforantes son las producidas
su producción ; es probable que corresponda con por elementos de diámetro escaso como agujas,
la actividad eléctrica del material y la toxicidad punzones , destornilladores, estiletes, picahielos,
producida por las sales del metal generadas por etc. En ellas predomina la profundidad sobre la
su corrosión intracorpórea. La necrosis tisular superficie, lo que provoca escasa distensión de
as oc iada con reactividad al cobre sólo pudo do- los tejidos . Una vez retirada el arma, éstos se re-
cumentarse en estudios experimentales y se de- traen y provocan orificios de entrada casi imper-
84 Trauma. Prioridades
ceptibles. Por lo expuesto, este grupo de heridas rniten la exploración con mayor facilidad. La
no debe explorarse para determinar su penetra- fascia posterior es el límite para determinar inva-
ción en los distintos compartimientos corpora- sión a Ja cavidad abdominal.
les. Por definición, estas heridas siempre deben La región lumbar y los flancos protegen es-
considerarse penetrantes. tructuras ubicadas en el retroperitoneo (duode-
Con respecto a las características del orificio no, colon ascendente, colon descendente y recto,
de entrada, se puede presentar inmediatamente riñones y vías urinarias, páncreas, aorta y cava).
por fuera de éste una zona de contusión secunda- Los músculos que Ja limitan son fuertes y volu-
ria a la presión del "mango" llamada por los au- minosos, condiciones que hacen difícil e innece-
tores italianos "orla de excoriación". La "orla de saria su exploración.
enjugarniento" de más rara observación, corres- El paciente en el que el trayecto no puede se-
ponde al depósito de polvo, aceite, grasa, etc., en guirse debido a obesidad, falta de cooperación,
la periferia de la herida, elemento de importan- hemorragia de tejidos blandos, distorsión o heri-
cia médico-legal. das provocadas por instrumentos perforantes de-
Las heridas por armas cortopunzantes sue- be considerarse corno portador de una lesión pe-
len deberse a penetraciones con energía cinética netrante.
escasa, por lo tanto, la mortalidad se relaciona Una alternativa para la evaluación de la pene-
en forma directa con el órgano comprometido. tración de heridas provocadas por armas cortopun-
Los efectos secundarios, corno Ja infección, zantes, en especial en cuello y abdomen, es la uti-
se relacionan con el volcado del contenido de lización del ultrasonido. Se utilizan traductores
vísceras huecas dentro de las cavidades corpora- de alta frecuencia (entre 7,5 y 10 Mhz) para prio-
les a partir de la lesión, así corno con la natura- rizar la definición en planos superficiales. Si aún
leza del arma y Jos materiales que ésta transpor- quedaran dudas Juego de hacer antisepsia de lazo-
ta dentro de los tejidos, corno, por ejemplo, tro- na se puede instilar en la herida solución fisiológi-
zos de ropa, cuerpos extraños, etc. ca estéril o agua oxigenada a chorro para determi-
El manejo inicial de todo paciente que ingre- nar si el líquido penetra en Ja cavidad.
sa en un servicio de urgencia con herida pene-
trante provocada con un elemento cortopunzan-
te no difiere del de cualquier traumatizado, debe LECTURAS RECOMENDADAS
seguir los lineamientos del ATLS. Durante la
evaluación secundaria si hay dudas con respecto American College of Surgeons. A.T.L.S. Student Ma-
a la penetración o para definir el " vector" (tra- nual. 6th edition. Chicago, 1997.
yecto del arma) de lesión se debe realizar la ex- Baosong L, Zhengguo W, Huaguang L, Zhihuan Y,
ploración de Ja herida. Xiaoyan L. Studies on the mechanism of stres wa-
Esa penetración dependerá de la región afec- ve propagation in the chest subjected to impact and
tada; por ejemplo, en el cuello hay que determi- lung injuries. J. Trauma 1996; 40(3):s53-s55.
Barach E, Tomlanovich M, Nowak R. Ballistics: a pa-
nar la violación del músculo cutáneo (platysrna
tophysiologic examination of the wounding mecha-
rniodes), por lo que la incisión debe llegar a este
nism of firearm s: Part Il. J. Trauma l 996;
plano. Sin embargo, manipulaciones locales de
26(4):374-383 .
Ja herida podrían movilizar el coágulo que oclu-
Celens E, Pirlot M, Chabotier A. Terminal effects of
ye la laceración vascular en forma peligrosa, con bullets based on firing results in gelatin medium
la consecuente hemorragia profusa, por lo que and on numerical modeling. J. Trauma 1996;
siempre deben tornarse todas las precauciones 40(3):s27-s30.
necesarias, entre ellas, que el procedimiento so- Fackler ML. Civilian gunshot wounds and ballistics:
lo Jo practique el cirujano. dispelling the myths. Em Med Clin North Am 1998;
Una herida en tórax será penetrante si se vi- 16( 1): 17-28.
sualizan estructuras óseas (esternón o costillas) Fackler ML, Bellamy RF. Letter to editor. J Trauma
o músculos intercostales. La exploración de le- 1986; 26( 12):1158-1159.
siones' en este segmento acarrea riesgo de neu- Feliciano DY. Patterns of injury. En: Feliciano DV,
motórax. Moore EE, Mattox K Trauma. 3'º ed. Appleton &
El abdomen anterior se extiende desde los re- Lange. Stamford, Conn, 1996.
bordes costales hasta las crestas ilíacas y entre Knudsen PJT, Svender J, Sorensen OH. New techno-
las líneas axilares anteriores, y su pared está logy in wound ballistics: The Doppler radar. J.
constituida por las láminas musculares que per- Trauma 1996; 40(3):s42-s45.
Generalidades en trauma 85
Peters C, Sebourn C, Crowder H. Wound ballistics of the treatment of gunshot wounds. Surg Clin North
unstable projectiles. Part I: projectile yaw growth Am 199 1; 2 1:22 1.
and retardation. J Trauma 1996; 40(3):s l0-s l5 . Swan K, Swan R, Biojó R. Balística: Aplicaciones en
Peters C, Sebourn C. Wound ballistics of unstable pro- cirugía del trauma. En: Rodríguez A, Ferrada R.
jectiles. Part II: Temporary cavity formation and Trauma. Sociedad Panamericana de Trauma. Ed .
tissue damage. J Trauma 1996; 40(3):s l 6-s2 l. Feriva S.A. Colombia, 1997.
Sebourn CL, Peters C. Flight dynamics of spin-tabili- The Cambridge Factfi nder. Cristal, D (ed). Cambridge
zed projectiles and the relationship to wound ballis- University Press. New York, 1994.
tics. J Trauma 1996; 40(3):s22-s26. Wigle RL. The reaction of copper and other projectile
Swan K, Swan R. Principies of ballistics applicable to metals in body tissues. J Trauma 1992; 33( 1): 14-1 8.
Capítulo 4-3
Seores en trauma
Jorge A. Neira
La categorización adecuada del paciente trau- La especificidad requiere que el método sea ca-
matizado según su gravedad permite que el indivi- paz de evitar la inclusión de pacientes que no re-
duo indicado acceda al lugar indicado en el tiem- quieran alta complejidad en su atención. Si el mé-
po indicado. Por lo tanto, su finalidad es reducir la todo es poco específico incluirá pacientes de este
morbilidad y la mortalidad, y racionalizar los me- tipo; en este caso se denominará "sobretriage". Es
dios para su atención correcta. Esta categorización obvio que el mejor método es el más sensible
puede dividirse en tres etapas: a) prehospitalaria; (100%) y el más específico (100%), lo que equiva-
b) recepción en el departamento de urgencia y c) le a indicar que todos los pacientes están clasifica-
hospitalaria. dos y derivados de manera adecuada a centros de
complejidad acorde con su patología.
En el caso particular de la etapa prehospitalaria
ETAPA PREHOSPITALARIA pueden producirse dos circunstancias: la presencia
de una víctima individual o de numerosas víctimas
La categorización en la etapa prehospitalaria (víctimas en masa). Comenzaremos por la descrip-
también se conoce como "triage" (del francés ción de las herramientas de triage para víctimas in-
"trier" = seleccionar, elegir). Se podría definir dividuales.
como la estimación de la severidad de las lesio- Los elementos utilizados para el "triage pre-
nes en el lugar del traumatismo y su relación con hospitalario" pueden ser: fisiológicos, anatómicos,
las necesidades del cuidado médico disponible mecanismos de lesión, edad y factores simultá-
adecuado. Para efectuar el análisis de los ele- neos de morbilidad.
mentos utilizados para el triage surge la necesi-
dad de evaluar la sensibilidad y la especificidad 1. Factores fisiológicos: una cont1ibución de im-
del método. portancia en la categorización del paciente
La sensibilidad está determinada por la exacti- traumatizado fue la propuesta del "trauma sco-
tud en la inclusión de pacientes de acuerdo con su re" realizada por Champion. Este puntaje se
gravedad. Si el método es sensible, se incluirá la basa sólo en principios fisiológicos: frecuencia
mayoría de los pacientes con riesgo elevado. Si es respirato1ia, tensión arterial, expansión respira-
poco sensible, una parte de la población de pacien- toria y relleno capilar, a lo que se sumaba el
tes graves quedará afuera. Esta situación se cono- puntaje de Glasgow. El puntaje se determinaba
ce como "subtriage". por medio de una sumatoria de puntos otorga-
86
Generalidades en trauma 87
dos a cada una de las variables de estos pará- • Lesión penetrante entre líneas medioclavicu-
metros. El rango de puntaje varía entre 1 y 16. lares
A menor puntaje corresponde mayor gravedad • Lesión real o posible de columna cervical
del paciente. Se demostró que este método es • Lesión penetrante de cuello
bastante específico pero poco sensible, en espe- • Lesión penetrante de cráneo
cial cuando la atención del paciente se efectúa • Pérdida de masa encefálica
a los pocos minutos de producidas las lesiones, • Sospecha de fractura de pelvis
ya que todavía pueden no haberse alterado sus
signos vitales. Kane encontró una especificidad 3. Mecanismo de lesión: entre los mecanismos de
del 99% y una sensibilidad del 17% en la selec- lesión cuya presencia indicaría derivación a un
ción de pacientes que requerían alta compleji- centro de alta complejidad se pueden mencionar:
dad.
Otra dificultad del método fue la evalua- • Muerte de un ocupante en el habitáculo del
ción de la expansión respiratoria y el relleno vehículo
capilar. Por este motivo, Champion modificó • Extricación prolongada
el trauma score (TS) y publicó una nueva ver- • Caída de más de 5 metros de altura
sión: el "trauma score revisado" (TSR) con • Colisión de moto
sólo tres parámetros: puntaje de Glasgow • Víctima arrastrada más de 5 metros
(GCS) , tensión arterial sistólica (TAS) y fre-
cuencia respiratoria (FR). El rango de punta- En líneas generales tanto el criterio anatómico
je varía entre O y 12. La revisión del trauma como el fisiológico son poco sensibles.
score tuvo como finalidad facilitar su empleo
como herramienta de triage prehospitalario y 4. Edad: deben considerarse con riesgo aumenta-
jerarquizar el estado de coma. Un puntaje in- do los pacientes comprendidos en las siguien-
ferior a 12 significa una supervivencia menor tes edades:
al 99%. El TSR mostró una ganancia sustan-
cial de la sensibilidad del método con sólo • < 5 años
una pequeña pérdida de la especificidad en • :::>: 55 años
relación con el TS. La utilización del valor
crudo del TSR (O a 12) se denomina TSRt o 5. Factores concomitantes de morbilidad: los
TSR de triage. En el cuadro Il-1 del anexo factores concomitantes se refieren a dos va-
pueden observarse el valor codificado de las riables:
variables del TSR y la relación entre supervi-
vencia y TSR. • Enfermedades preexistentes del paciente
Sin embargo, este método, fisiológico , tam- (cardiopatías, EPOC, etc.).
bién tiene, aun cuando es menos engorroso, las • Condiciones del medio ambiente (frío inten-
mismas limitaciones que el anterior. Por este so, calor excesivo, humo. combusti ón in-
motivo, para obtener una categorización más completa, etc. ).
precisa, se deben agregar otros parámetros que
no dependan del tiempo transcurrido y que ten- No obstante emplearse globalmente todos estos
gan valor al evaluarse inmediatamente luego de métodos. no se logró incrementar en mayor medi-
la producción del traumatismo. da la sensibilidad del método, aunque sí puede au-
mentarse el .. sobretriage", es decir, la sobreestima-
2. Factores anatómicos: entre las lesiones pro- ción de la gravedad de la patología del paciente.
puestas por distintos autores como criterio En 1982, Gormicam publicó la "CRAMS Sca-
anatómico para decidir el traslado a un centro le" . Esta escala de gravedad de la lesión relaciona
de complejidad se pueden mencionar los si- la circulación (C), la respiración (R), el abdomen
guientes: (A), la respuesta motora (M) y la palabra (S de
spee'ch). En castellano, la (S) se reemplaza por "P"
• Herida penetrante en torso para conformar la sigla "CRAMP". Este puntaje
• Lesión penetrante en abdomen tiene un rango de O a 1O y, en forma similar al
• :::>: 2 fracturas proximales de miembros TSRt, el mayor puntaje corresponde a la menor
• Traumatismo cerrado de abdomen gravedad. Ornato y Knane también encontraron
• Tórax inestable baja sensibilidad al CRAMS.
88 Trauma. Prioridades
En el caso del triage prehospitalario se propuso men y contenido pelviano; columna y extremida-
la utilización como punto de corte de un TSR < 8 des y pelvis ósea. Si bien nació como elemento de
~ una CRAMS < 8. Nuestra recomendación es uti- clasificación de lesiones producidas por colisiones
lizar como heffamienta de triage prehospitalario vehiculares, el AIS pronto se generalizó pai·a la
para víctimas individuales la propuesta por el evaluación de todos los pacientes traumatizados.
comité de trauma del American College of Sur- En 1974, Baker desan-olló el ISS (injury seve-
geons que se detalla en el anexo (cuadro 11-2). rity score) o escala de severidad lesiona] para eva-
En el caso de victimas en masa nuestra reco- luar víctimas de colisiones por vehículos a motor
mendación es la utilización de las taijetas de triage con lesiones múltiples. Baker había observado que
propuestas por una resolución conjunta entre los la mortalidad de los pacientes traumatizados au-
Ministerios de Salud y Defensa en 1990. Escapa al mentaba de acuerdo con la mayor gravedad dada
objetivo de este capítulo su descripción, por lo que por la aplicación de la "AIS'', pero no en forma li-
recomendamos al lector la revisión de las lecturas neal. En cambio, el aumento de mortalidad era li-
recomendadas. neal cuando se aplicaba el cuadrado de la "AIS"
(AIS 2). De esta manera el "ISS" se definió como
"la suma de los cuadrados de las 'AIS' más altos
RECEPCIÓN en las tres áreas con lesiones más serias". Este ín-
EN EL DEPARTAMENTO dice fue de utilidad en la predicción de morbilidad
DE URGENCIA y mortalidad, como guía pai·a la evaluación del po-
litraumatizado y como herramienta para estudios
En la recepción inicial hospitalaria en el depar- epidemiológicos.
tamento de urgencia el TSRt tiene gran valor, por Con ulterioridad Bell agregó la "LD50", que se
las siguientes razones: define como "el valor numérico del ISS letal para
el 50% de los pacientes lesionados" y lo relacionó
1. Por lo general el paciente ya tuvo tiempo sufi- luego con la edad; obtuvo valores distintos según
ciente pai·a modificai· sus signos vitales. la edad del paciente:
2. El "TSRt" al ingreso al hospital puede compa-
rarse con el TSRt evaluado en la escena y, de "LD50" para 15-44 años ISS 40
esta manera, tener una idea de la evolución del "LD50" para 45-64 años ISS 29
paciente y de la respuesta a las acciones efec- "LD50" para > 65 años ISS 20
tuadas en el lugar y durante el transporte.
3. Sirve como herramienta de gravedad en el in- Podría definirse como víctima mayor de trau-
greso al hospital ("TSRe"). ma a la que posee una magnitud de lesión en la
que la posibilidad de supervivencia puede incre-
mentarse si se atiende en un centro de compleji-
ETAPA HOSPITALARIA dad. Hay consenso creciente en cuanto a que un
ISS > 15 puede definir a este tipo de pacientes (pa-
AIS e ISS ra esto se requiere una "AIS" 4 o 2 "AIS" 3). No
obstante se describieron muertes posibles relacio-
Una vez que el paciente fue tratado en forma nadas con lesiones únicas (p. ej., "AIS" 3). Es por
adecuada en el departamento de urgencia se hace este motivo que West utiliza, como criterio de in-
necesario utilizar una herramienta que permita es- greso en el registro de trauma el "ISS 10" (AIS 3
tablecer un pronóstico de supervivencia y compa- + AIS 1, ya que casi siempre se asocian). A esto se
rar su evolución con otros grupos de pacientes. En agrega 3 días de internación o más, ya que los pa-
1970 el comité de aspectos médicos de la Ameri- cientes con lesiones menores tienen menor inter-
can Association for Automotive Medicine desan-o- nación.
lló la AIS (abreviated injury scale). Este sistema
clasificaba a cada paciente según una escala de
g1:avedad de 1 (menor), 2 (moderada), 3 (severa Metodología TRISS
sin riesgo de vida), 4 (severa con riesgo de vida),
5 (crítica con supervivencia incierta) y 6 (máxima, A su vez, Boyd publicó el "TRJSS", método
virtualmente sin supervivencia). El organismo a su que incluye en la clasificación el "trauma score"
vez ;>e dividió en seis regiones: externa (piel y pai·- (TS) y el "injury severity score" (ISS). El
tes blandas); cabeza y cara; cuello; tórax; abdo- "TRISS" describe un medio de determinar la pro-
Generalidades en trauma 89
habilidad de supervivencia (Ps) medi ante los coe- 80. En 1990, se publicó la AIS 90, más extensa y
ficientes actuales del "Major Trauma Outcome detallada pero sin grandes modificaciones con res-
Study" (MTOS) y el TSR. pecto a la AIS 85. Copes efectuó una comparación
Los valores numéricos del TSR se multiplican cualitati va y cuantitativa .de su experiencia en la
por un valor originado en el MTOS , basado e n el codificaci ón de 115 .000 lesiones en más de 33.000
análisis de 25.000 pacientes entre 1983 y 198 5 en pacientes lesionados con ambas versiones (AIS 80
51 centros de trauma de los Estados Unidos . La vs. AIS 85). Es evidente que una gran cantidad de
suma de estos tres productos da el valor defi nitivo lesiones, en especial penetrantes, no podían clas i-
del "TSR" denominado ahora TSRe. Los coefi- ficarse de manera satisfactoria con la AIS 80, in-
cientes para multiplicar son los siguientes: clui das en particular las lesiones en la vena yugu-
lar interna y en la externa, de la vena/arteria hume-
Escala de Gl asgow 0,9368 ral , de la vena axilar, arteria radial y las venas po-
Presión arterial sistólica 0,7326 plíteas y fe morales. Asimismo, las lesiones in-
Frecuencia respiratoria 0,2908 traabdominales y pelvianas de vasos mayores tie-
nen una sola codificación (AIS 5); de esta manera
Mediante la metodología del "TRISS" se pue- se asigna el mi smo valor a la lesión de aorta abdo-
de calcular la probabilidad de supervivencia para minal que a la ilíaca, hepática, renal, esplénica y
cualquier paciente mediante el empleo de la si- mesentérica. Tampoco hay codificac ión para la
guiente fó rmul a: glándula sup ra1Tenal, el conducto torácico y el car-
tílago tiroides.
Copes también as ignó importancia al incre-
mento del puntaje de la categorización en presen-
Donde b = bO + b 1(TSR) + b2(ISS) + b3 (edad) cia de condiciones específicas. Esta situación se
Los valores de bO a b3 son coeficientes derivados presenta cuando se agregan lesiones, como, por
del método de Walker-Duncan de análisis regresivo ejemplo, frac tu ras costales con hemoneumotórax
aplicado a los datos de millares de pacientes analiza- o contusión cardíaca con hemotórax bilateral. No
dos en el "Major Trauma Outcome Study", que se obstante, hay algunas les iones que aún quedan sin
muestran en el cuadro II- 1 en el Anexo. identificar, por ejemplo, vasos de la cara, nervios
El "TRISSCAN" es una tabl a de doble entrada de la axil a, digitales y poplíteos. En consecuencia,
para obtener una referencia visual rápida y aprox i- se produjeron más del 10% de modificaciones en
mada de la probabi lidad de supervivencia (Ps) de los traumati smos romos y casi el 36% en los pene-
un tra umati zado . Se emplea para grupos de edad tra ntes.
2: 55 años y : : :; 54 años, así como para traumati s- Una de las modificaciones de real importancia
mos cerrados y penetrantes . La tabl a deri va de la fue en la duración del tiempo de pérdida de. cono-
aplicación del método "TRISS ", y emplea los coe- cimiento en el traumati smo craneoencefálico, co-
fic ientes deri vados del MTOS y del "Trauma sco- mo se observa en el siguiente cuadro:
re" original de Champion, luego modificado por el
TSRe. La aplicación de este método es útil no só- AIS 80 85
lo para obtener un cálcul o rápido y gráfico de la 2 < 15' <I h
probabilidad de supervive ncia, sino, desde un pun- 3 15 ' -59 ' 1-6 h
to de vista educacional para enfatizar la importan- 4 1-24 h 6-24 h
cia de la interrelación de vari ables fi siológicas 5 > 24 h > 24 h
(TSRe), anató micas (ISS) y la edad (cuadro 11-5).
Estos valores nuevos son coincidentes con los
trabajos de Ge nnarelli, que permiten una cataloga-
Otras revisiones de la AIS ción fác il de l paciente con traumati smo de cráneo
según presente lesión ósea (de la bóveda o de la
En enero de 1998 Civil publicó una tabl a con- base, o ambas) , lesión anatómica foca l (contusión
densada para la revisión 85 de la AIS (AIS 85). In- . cerebral; hematomas extradurales, subdu rales o
cluye un cuadro para traumatismos penetrantes intraparenquimatosos) o lesión axo nal difusa (le-
(CAIS 85 P) y otro cuadro para traumatismos ro- ve, moderada y grave) .
mos (CAIS 85 B) (cuadros II-3 y II-4 del anexo) y En concreto, las ventajas de la AIS 85 sobre la
permiten una categori zación más fác il de les iones AIS 80 son: la consideración específica de lesio-
penetrantes y ro mas en comparac ión con la AIS nes penetrantes, la aparición de más descripciones
90 Trauma. Prioridades
Bioseguridad en trauma
Héctor M. Pérez
INTRODUCCIÓN HEPATITIS B
93
94 Trauma. Prioridades
No se demostró efectividad de la profilaxis to como sea posible para HIV, y en forma perió-
después de la exposición con gammaglobulina, dica durante seis meses después de la exposición
la utilización de antivirales, como ribavirina (seis semanas, doce semanas y seis meses) .
e interferón aún no se investigaron en la expo- En nuestra experiencia, en el Hospital Juan A.
sición con objetos cortopunzantes contaminados Fernández, desde junio de 1995 hasta julio de
por HCV; deben implementarse políticas que 1999, en 239 lesiones laborales estudiadas, el
disminuyan el riesgo de contagio con hepati- 90% se asoció con objetos cortopunzantes, sólo
tis C. el 50% de los trabajadores estaba vacunado para
HBV, y un 60% cumplía con las normas de bio-
seguridad.
VIRUS
DE LA INMUNODEFICIENCIA
HUMANA
CONCLUSIONES
La transmisión de HIV desde los pacientes al
equipo de salud, puede producirse por objetos Los integrantes del equipo de salud se en-
cortopunzantes, o con menor frecuencia por ex- cuentran en riesgo de exposición a patógenos de
posición mucocutánea de sangre o líquidos cor- la sangre. La fuente de contagio con frecuencia
porales con sangre. El 0,3% de las exposiciones se asocia con objetos cortopunzantes, o el con-
percutáneas tienen riesgo de transmisión, y des- tacto de las mucosas o de la piel con sangre u
pués de una exposición mucosa desciende al otros líquidos orgánicos. Muchos de estos con-
0,09, aunque se documentaron episodios de tactos podrían disminuirse mediante técnicas
transmisión por piel sana, éstos se consideran de más seguras, como no reencapuchar agujas, des-
menor riesgo que la vía mucosa. cartar los objetos cortantes en recipientes ade-
Un estudio retrospectivo de caso control identi- cuados, o utilizar barreras como guantes o pro-
ficó los factores de riesgo para la seroconversión tectores oculares cuando se prevé contacto con
de los integrantes del equipo de salud después de sangre.
una exposición percutánea: Como trató de enunciarse, en este sucinto re-
sumen, un pilar fundamental todavía es la educa-
- Presencia de sangre visible en el objeto antes ción; aun con vacunas adecuadas, técnicas que
de la lesión. disminuyen los riesgos y profilaxis adecuadas
- Aguja colocada directamente en una vena o para minimizar la transmisión, la mitad de los
arteria. trabajadores utiliza en forma adecuada las nor-
- Lesión profunda. mas de bioseguridad y un porcentaje semejante
Paciente avanzado en la infección por HIV. recibió inmunización con una vacuna inocua y
de alta eficiencia.
En este estudio, la utilización de zidovudina
(AZT), entre las 2 y 24 primeras horas redujo el
riesgo de transmisión en un 80%. Sin embargo,
no se recomienda profilaxis en todas las exposi- LECTURAS RECOMENDADAS
ciones laborales, ya que el 99,7 % de las lesiones
no transmitirán el virus; por otra parte, los fár- Aronson S, Sisto A, Pérez H, y col. Impacto de un Pro-
macos para prevenir la infección pueden tener grama de Atención en Accidentes Laborales en el
Htal. Fernández. Póster (Co5 l ). IV Congreso Ar-
efectos colaterales.
gentino de SIDA. 25-28/1 1/1999.
En 1998, el CDC recomendó un tratamiento
Cardo D, Culver D, Ciesilski C, et al. A Case Control
profiláctico durante cuatro semanas con AZT + Study of HIV Seroconversion in Health Care Wor-
3TC, o AZT + 3TC con un inhibidor de la pro- kers after Percutaneous Exposure. New Eng 1 Med
teasa (indinavir o nelfinavir), en este último pun- 1997 ; 337:1485-90.
to para las exposiciones con alto riesgo (grandes Guidelines for Infection Control in Health Care Per-
volúmenes de sangre, alta carga viral de la fuen- sonnel. 1998, AJIC. Vol. 26, N° 3, 289-354.
te); en esta descripción se evalúa el tipo de expo- HVB: A Comprehensive Strategy For Eliminating
sición y el estado de la fuente. Transmission in the USA Through Childhood Vac-
El integrante del equipo de salud, con una cination. Recommendations of the ACIP. CDC.
punción no intencional debe analizarse tan pron- MMWR. 1991 ; 40(Rr 13): 1-25.
Generalidades en trauma 95
Occupational Exposure to HIV. HIP. CDC. 10 de fe- co mm end ations fo r Postex posure Proph ylax is.
brero de 2000. MMWR. 1998; 47(Rr7):1-34.
Publi c Health Service Guidelines for the Management Shapiro C. Occupational Risk of Infection with HB V and
of Health Care Workers Exposures to HIV and Re- HCV. Surg Clin North Arn 1995; 75: 1047-56.
Capítulo 4-5
Profilaxis antibiótica
Jorge A. Neira y Cecilia Curia
El trauma es la primera causa de muerte entre sentido, hay un gran capítulo, que no desarro lla-
y 45 años y es responsable del 75% de las re mos en esta ocasión, sobre la aparició n de in-
muertes de adolesce ntes entre 15 y 24 años y del munosupresió n postraumática en el traumatiza-
66% de las muertes de personas entre 25 y 34 do . Bone propuso que en algunos pacientes pre-
años. De los pacie ntes que fallecen por trauma, el do mina el SIRS (Systemic /nflamatory Response
60% lo hace en la etapa prehospitalaria mie ntras Syndro me), e n otros el CARS (Counter Antiinfla-
que el 60% de los que fa llecen en el hospital lo matory Respose Syndrome) con disminución
hace dentro de las primeras horas. El 10% de las franca de la respuesta inflamato ria, mientras que
causas de muerte en trauma se vinculan con in- en otros predomina el M ARS (Mi xed Anti and /n-
fecc ión; ésta representa el 54% de las muertes fla matory Response Syndrome) en los que la res-
des pués de las 48 horas y alrededor del 76% lue- puesta es equilibrada. Sin embargo, aun en los
go de 7 días . La infección en trauma suele rela- casos en los que predomina el CARS la infecc ión
cionarse con la disfun ción orgánica múltiple; és- no se asocia con microorganismos especiales, si-
ta puede presentarse en dos etapas: te mprana no con los que suelen producir infecc iones en pa-
(den tro de los primeros cuatro días) y tardía a cientes críticos .
part ir del 5º día. La incidencia de infecc ió n noso- Dellinger distingue dos ti pos de infecc ión en
comial e n pacientes traumatizados es del 24%, el traumatizado: 1) la asociada con el trauma en
según dife rentes autores. sí y 2) la infecc ión nosocomial del paciente críti-
co. Nos ocuparemos en esta sección sólo de la
primera.
FACTORES DE RIESGO Las infecciones asociadas con el trauma en sí
comprenden: 1) la laceración infectada; 2) la me-
El riesgo de infección en trauma se produce ningitis asociada con fractura de base de cráneo;
porque hay ruptura de las barreras mecánicas, 3) el empiema por trauma torácico penetrante (la
contaminació n bacteriana exógena, factores loca- causa más común de empiema en el paciente trau-
les de la herida (en especial el tiempo de evolu- mati zado es el hemotórax drenado de manera
ción al ingreso ;::: 6 h), intervenciones diagnósti- inadecuada); 4) la infecc ión intraabdominal por
cas y terapéuticas invasivas y disminución de la lesión de víscera hueca y 5) la osteomielitis en el
resistencia del paciente a las infecciones. En ese sitio de la fractu ra.
96
Generalidades en trauma 97
Hay situaciones en las que la contaminación En estas tres situaciones donde no se observa
inicial puede pasar inadvertida. Un paciente puede gran compromiso clínico inicial puede haber com-
presentar una lesión de víscera hueca que pase pro miso retroperitoneal, que pasa inadvertido. La
inadvertida en el examen inicial. Por ejemplo, una mayoría de las veces, estas lesiones son causa de
fractura pelviana que se abre al recto o a la vagina. muerte evitable, ya que si se efectúa el diagnósti-
Obviamente, se trata de una frac tura expuesta de co temprano (de ac uerdo con el mecanismo de le-
pelvis. Este tipo de situación recibe el nombre de sión), el paciente no tiene por qué presentar com-
lesiones olvidadas, inadvertidas u ocultas. Por plicaciones graves, dado que se trata de una lesión
ello debe resaltarse la realización del tacto rectal tratable. Las lesiones cerradas de hígado, bazo,
en el hombre y del tacto rectal y el examen gine- páncreas, riñón y fracturas cerradas sin conta-
cológico en la muj er en el examen inicial del pa- minación no necesitan el uso de profilaxis con
ciente traumati zado. El tacto rectal permite esta- antibióticos.
blecer el di ag nóstico de lesión colon-ectal si el de-
do se tiñe con sangre; de lesión uretral si la prós-
tata se encuentra elevada; de compromiso neuroló- MEDIDAS DE PREVENCIÓN
gico en caso de lesiones medulares y de lesiones
ex puestas colorrectales, y el examen ginecológico Hay medidas preventivas que pueden apli-
de las exposiciones vaginales en las fracturas de carse temprano al paciente y que disminuyen el
pelvis. riesgo de infección. Consisten, en primer término,
Hay otras dos situaciones también frecuentes : en el recambio temprano de las vías intravenosas
colocadas en la emergenci a. Cuando el individuo
1. Herida de bala con orificio de entrada en el es asistido en el departamento de urgencia o fu era
glúteo y de salida en la región inguinal. En es- del hospital se colocan vías cortas y gruesas, peri -
tos casos, en general , hay compromiso de vasos féricas, por lo general catéteres sobre aguj as 14 G
ilíacos . Suele intentarse la reparación vascul ar (2 mm de diáme tro y 5 cm de longitud). Siempre
por vía extraperitoneal y debe recordarse que debe considerarse que estas vías están contamina-
puede existir además una lesión del colon Por lo das porque suelen colocarse en condiciones de
tanto, cuando se presenta un paciente portador asepsia inadecuada.
de una herida de bala con orificio de entrada en Se recomiendan como medidas preventivas
la zona glútea y hay indicación quirúrgica a su locales: 1) cambiar vías IV colocadas de emergen-
ingreso se debe explorar el colon. Si esta lesión cia; 2) cambiar cada 48-72 h las vías IV pe1iféri-
no se observa en la cirugía, hay que comprobar- cas; 3) en el caso de la vías centrales: observación
lo radiográfica mente, ya que muchas veces es- cada 48 horas; retirar si hay fiebre o signos locales
tas lesiones pasan inadvertidas. de infección; 4) cambiar cada 96 h las vías arteria-
En pac ientes estables antes de la reparación les, y 5) en el caso de los catéteres intraventricul a-
quirúrgica debe efectuarse una tomografía res, no deben permanecer más de 7 días y se debe
computarizada (TC) con triple contraste (oral, cultivar el LCR al cambiar un catéter de PIC (si no
IV y rectal) con el fi n de descartar el compro- hay contraindicaciones).
miso colónico. Debe recordarse que no signifi- Como medidas preventivas generales se re-
ca lo mi smo la lesión del colon que se abre al comienda: l ) reanimac ión adecuada y oportuna;
peritoneo y produce signos peritoneales aler- 2) cuidados de la herida; 3) profil axi s antitetánica
tantes del cuadro, que la que se abre hacia y 4) profilaxis antibiótica. No nos ocuparemos
atrás . en el parietocólico, donde los signos y aquí de Ja reanimación adecuada del paciente trau-
sínto mas son de aparición más tardía. Por lo mati zado, porque se encuentra expuesto en forma
tanto, siempre debe sospecharse la lesión del extensa en otros capítulos, pero destacamos este
recto o la vagina en las fractu ras pelvianas y la punto como de importancia trascendental.
lesión colónica en los pacientes que tienen una Con respecto al cuidado de la herida: en un
herida penetra nte en el glúteo. paciente tra umatizado es mu y importante conocer
2. Otro cuadro que siempre debe sospecharse co- si sus heridas son propensas al tétanos o no. En el
n-esponde a la lesión de duodeno. Cuando la cuadro 4-5-1 se describen las características de las
ruptura se produce haci a atrás con la retro peri- heridas y su propensión al tétanos . El elemento de
tonitis consecuente; su manifestación siempre mayor jerarquía a tener en cuenta es el tiempo de
es tardía y por lo general el paciente está grave evolución de la herida y las características del me-
y suele morir. cani smo de la lesión .
Generalidades en trauma 99
Debe recordarse que el mecanismo de lesión Una advertencia importante es que la única
constitu ye el interrogatorio de la historia clínica contraindicac ión para el uso del toxoide tetánico
del paciente traumatizado. Se debe prestar aten- (y diftérico) es una historia clínica de reacción
ción a la presencia de tejido necrótico o de ele- neurológica severa de hipersensibilidad producida
mentos contaminantes (s uciedad, heces , tierra, sa- por una dos is admini strada con anterioridad. En
liva) y a la aparición de signos de infecc ión y eva- este caso, la inmunización deberá posponerse has-
luar si el tej ido está desnervado o isquémico. Por ta que se hayan efectuado las pruebas cutáneas.
eso, en las lesiones de extremidades, que se van a Las reacciones locales no contrai ndican el uso de
mencionar después, el tipo de les ión desnervada o estos toxoides.
isquémica es la herida que tiene más propensión a En el cuadro 4-5-2 se observa la indicaci ón de
las complicaciones . inmunización propuesta por el comité de trauma
del American College of Surgeons. En el caso de
heridas propensas al desarrollo del tétanos y en las
PROFILAXIS DEL TÉTANOS que haya contraindicación para el uso de prepara-
EN EL TRATAMIENTO ciones que contengan toxoide tetáni co , se aconse-
DE LAS HERIDAS ja el uso de inmunizac ión pasiva. La inmunización
combinada está contraindicada en lactantes y ni-
E l uso del toxoide tetánico en la inmuni za- ños menores de siete años con antecedentes de
ción activa contra el tétanos es un a medida mu y reacción adversa a la DPT (Difteria-Pertusis-Téta-
importante en el control de la incidencia de esta nos). Cuando la reacc ión se limita a la tos ferina
enfermedad. La profil axis del tétanos se basa en: (P), se puede administrar la combinación de difte-
1) el tipo de herida y su susceptibilidad al téta- ria y tétanos (DT). Una historia previa de trastor-
nos y 2) la historia de inmunizaciones previas. nos neu rológ icos no relacionados con la vacuna-
Cualquiera sea el estado de inmunización previa ción, como parálisis cerebral o historia fa miliar o
del paciente, toda herida deberá recibir atención personal de convulsiones, no es contraindicación
quirúrgica inmediata. Se deberá realizar el des- contra la vacunación contra tos fe rina (P) o DT.
bridamiento amplio del tejido necrótico y cuer- El médico deberá entregar una constancia es-
pos extraños, utilizando para ello la asepsia más crita al paciente, que describa el tratamiento y la
estricta. Esto es una parte esencial de la profila- inmunización administrados y las posibles com-
xis del tétanos. plicaciones; así como instrucciones específicas pa-
100 Trauma. Prioridades
Desconocida (o menos de Sí Sí Sí No
3 dosis)
ra el cuidado de la herida y detallar los planes pa- Se deben usar dosis plenas durante períodos cor-
ra vacunación activa. Es conveniente suministrar tos. Es conveniente tener en cuenta, además, el es-
al paciente una constancia (taijeta de bolsillo para tado de la función renal y hepática y los antece-
que la lleve consigo, con especificación de las do- dentes de intolerancia o alergia a fármacos ..
sis de inmunización y su fecha de administración.) Hay cuatro situaciones en las que se plantea la
En cuanto a la profilaxis antibiótica en pa- indicación de profilaxis antibiótica y se detallan a
cientes traumatizados se deben tener en cuenta al- continuación.:
gunos detalles. La profilaxis en el traumatizado
debe entenderse más como tratamiento de la con-
taminación que como profilaxis en sí. La dosis tie- Fracturas expuestas
ne que estar en relación con el aumento de volu-
men de distribución. El volumen de distribución Es muy importante que todos los participantes
·en un paciente traumatizado puede variar en fun- del equipo de salud en el tratamiento de estas frac-
ción del momento en que se encuentre el paciente, turas manejen la misma información. Es por esta
por ejemplo, si sangra en forma continua y se le razón que se utiliza la clasificación de lesiones es-
administra una dosis de antibiótico, y en forma si- queléticas expuestas de Gustilo y Anderson, que
multánea se le está cambiando la volemia, porque se observa en e] cuadro II-9 del anexo.
se le repone volumen. De esta forma el volumen Como recordatorio y, en relación con la profi-
de distribución se incrementa por la hemodilución laxis antibiótica, las fracturas de tipo I correspon-
y al mismo tiempo se pierde el antibiótico con la den a fracturas abiertas con lesión de piel menor
hemorragia y se diluye la dosis. que 1 cm de largo y limpia. Las fracturas de tipo II
Por este motivo, cuando se le recambia la mi- presentan lesión mayor que 1 cm sin daño extenso
tad de la volemia, la distribución de ese antibióti- de tejidos blandos, flaps o avulsiones. Las fractu-
co cambia, y tiene connotaciones iguales que la ras de tipo Ill corresponden a fracturas expuestas
prolongación del tiempo de la cirugía. Cuando se con daño tisulai· extenso o amputación traumática.
prolonga una intervención quirúrgica, se debe su- A su vez, la fractura tipo IIIa presenta cobertura
ministrar una o más dosis adicionales de antibióti- por los tejidos blandos a pesar de·su daño extenso
co. De la misma forma, se debe tener en cuenta o por la presencia de trauma de alta energía con in-
que cuando se repone volumen a un paciente trau- dependencia del tamaño de la herida. La fractura
matizado debe recibir una dosis adicional de anti- tipo IIIb presenta pérdida extensa de partes blan-
biótico con cada 50% de recambio de la volemia. das con desgarro perióstico y exposición ósea. Por
El pico es más importante que la concentración. lo general se asocia con contaminación masiva. La
Generalidades en trauma 101_
fractura tipo IIIc presenta daño arterial que requie- extremidad y el de pérdida de la función , en ese
re reparación y corresponde en general a lo que se orden, para evaluar la toma de decisiones.
conoce como miembro mutilado (mangled extre- La Eastern Association for the Surgery ofTrau-
mity) y casi siempre se encuentra al borde de la ma (EAST) describió que para las fracturas tipo
amputación si es que ésta no se produjo por el mis- IIIa la tasa de infección es del 4%, para la Illb es
mo mecanismo de lesión. del 52% y para la IIIc, del 42%.
Por ello es que, en general, se discuten los cri- Debido a que el microorganismo más común de
terios de amputación primaria en los pacientes la flora de la piel son las especies de Staphyloccus,
portadores de fracturas tipo lIIc. En el paciente el antibiótico de elección para profilaxis de frac-
con lesiones severas de las extremidades hay tres turas expuestas es la cefalotina. La dosis es de 1 g,
criterios de amputación. Se considera primaria que se repite cada 4 horas, y se administra una
cuando se decide la amputación en el momento dosis de refuerzo con la prolongación de la ciru-
que ingresa el paciente; secundaria cuando se lo gía más de tres horas , o con cada cambio del 50%
conserva y repara en una primera oportunidad, pe- de la volemia para asegurar una concentración
ro debe amputarse por criterios posteriores (isque- adecuada de antibiótico. Luego de la o las dosis
mia, infección severa, etc.) y terciaria cuando, ya iniciales se debe continuar la profilaxis durante
de alta el paciente o en su evolución alejada, la ex- 24 horas en las fracturas I y II. En las fracturas ti-
tremidad quedó insensible, con lesiones tróficas o po IIIa, IIIb y IIIc cefalotina 1 g más gentamici-
con trastornos vasculares que obligan a su remo- na 1,5 mg/kg en la preinducción. Luego, 1 g ca-
ción. da 6 horas más gentamicina 3 mg/kg cada 24 ho-
Para la toma de este tipo de decisión se descri- ras durante 72 horas . Estudios multicéntricos rea-
bieron puntajes de clasificación como el MESS li zados con numerosos pacientes y la EAST reco-
(Mangled Extremity Severity Score) que se obser- mendaron que 24 horas es suficiente como profi-
va en el cuadro II-11 del anexo, el LSI ( Limb Sal- laxis de fracturas expuestas excepto en las fractu-
vage /ndex) o el MES! (Mangled Extremity Salva- ras IIIa, Illb y IIIc. En estos casos, los antibióti-
ge /ndex). cos deberían mantenerse por 72 horas desde la le-
En el caso de traumatismo severo de una ex- sión o hasta lograr la cobertura de tejidos blandos
tremidad, el MESS permite hacer una aproxima- de la herida, utilizando como criterio lo que ocu-
ción a un grupo de riesgo de amputación co n un rra primero.
punto de corte 2'. 7. Al inicio el trabajo de Johan- De esta forma es conveniente utilizar la dosis
sen apuntaba hacia la detección de los posi bles que corresponde, en la forma correcta, y la can-
casos de amputación primaria. No obstante, en tidad de veces que sea necesario, y suspenderla
nuestra experiencia el índice mencionado tiene lo más temprano posible.
una mayor utilidad para orientar al médico tra- Debe recordarse que la administración de anti-
tante para extremar las medidas de control infec- bióticos debe complementarse con el cuidado de la
tológico y vascular (síndrome compartimenta!) herida y que ésta se desbride en forma adec uada.
para decidir la amputación secundaria temprana Ambas medidas son muy importantes. Las lesio-
del paciente mucho antes que aparezca la sepsis nes abiertas severas deben reexplorarse en el qui-
y la DMO/FMO. rófano, por lo menos, cada 24 a 48 horas para eva-
En estos casos, se debe controlar muy bien la luar la eficacia del desbridamiento. En general, el
presión intraco mpartimental, la evaluación de riesgo de infección de la herida se reduce si se di-
flujos arteriales y venosos (ecografía con Doppler) fiere el cierre primario más allá del tercer o el
y vigilar celosamente la infección por medio del cuarto días. En los pacientes que presentan infec-
recuento de colonias por gramo de tejido. Es obvio ción, la EAST recomienda que la estabilización
que los criterios de amputación de un miembro su- ósea debe efectuarse por medio de fijadores exter-
perior difieren de los de un miembro inferior, ya nos o por enclavijados intramedulares sin fresado.
que al ser distinta la funci ón también es diferente Una situac ión que siempre debe sospecharse es
la toma de decisión . En general en el criterio de la posible presencia de Clostridium pe1fringens o
amputación los puntajes no son de utilidad en el welchii (gangrena gaseosa de la herida) , por lo que
momento del ingreso, pero sirven para orientar al debe tomarse en cuenta la presencia de dolor en la
equipo de salud en la conducta posterior con el pa- herida que no responde a los analgésicos potentes
ciente. Siempre debe primar el cuadro clínico ge- (por lo general opioides). Cuando el dolor no cede
neral y evaluar el riesgo de vida, de pérdida de la ante una terapéutica analgésica adecuada y, en es-
pecial , cuando el paciente fue tratado de manera
102 Trauma. Prioridades
mismo tipo de lesiones) y 6) de la cantidad de os- po posible, ya que de esta forma es más fácil
tomías. efectuar cultivos con alto rédito, ya que el trata-
Las heridas de bala en general presentan ma- miento empírico por tiempo prolongado aumen-
yor riesgo de infección, porque la víscera que ta los costos del paciente y disminuye su efecti-
mayor lugar ocupa en el abdomen es el intestino, vidad.
y es frecuente que una bala produzca numerosas Con respecto a la duración de la profilaxis se
lesiones intestinales. Como ya se comentó, las comunicaron varios esquemas (desde 24 horas
lesiones de mayor riesgo son las ubicadas en los hasta 1 semana). Dellinger y Helgier se inclinan
parietocólicos o en otros sitios de difícil acceso, por profilaxis durante las primeras 24 horas.
ya que muchas veces son las responsables de in- Otros optan por efectuar no más de 48 horas de
fecciones ocultas, pues no se diagnostican al ini- profilaxis. En general, la tendencia de los últimos
cio y el paciente se complica por no haberse es- estudios es utilizar profilaxis durante no más de
tablecido el diagnóstico correcto, en etapa tem- 24 h. De manera que, si al efectuar la apertura de
prana. la cavidad abdominal no se encuentran lesiones,
En el caso de lesión de colon, sitio éste con el antibiótico debe suspenderse ni bien finaliza la
una elevada población de microorganismos, es cirugía, si la contaminación es leve, 24 horas de
importante tener en cuenta el grado de lesión co- duración, y si se comprueba contaminación grose-
lónica de acuerdo con la clasificación de Flint, ra, se procederá al tratamiento por un período de
como se observa en el cuadro II-8 del anexo o del 5 a 7 días como mínimo. En este tipo de pacien-
CIS (colon injury score) utilizando, para ello, los tes es conveniente efectuar el ATI, y de acuerdo
valores del ATI. con su resultado se procederá a un seguimiento
En caso de posible lesión de víscera hueca se más activo.
puede implementar profilaxis mediante antibioti- En conclusión, todo paciente que va a ser so-
coterapia combinada o monoterapia, y cubrir en metido a una laparotomía exploradora por trau-
primer término anaerobios y bacilos gramnegati- ma debe recibir profilaxis con antibióticos, ya
vos. Se utilizaron como monoterapia cefoxitina, que el uso de antibióticos en la etapa preoperato-
cefotetán, ampicilina/sulbactam, o ticarcilina/á- ria reduce el porcentaje de infecciones. La anti-
cido clavulánico, y como terapéutica combinada bioticoterapia en trauma abdominal se debe su-
metronidazol + gentamicina, clindamicina + gen- ministrar por períodos cortos, debido a la apari-
tamicina o aztreonam, ceftriaxona o cefotaxima ción de resistencia bacteriana y por el costo. El
+ metronidazol. En realidad, se puede usar el uso innecesario de antibióticos en el posoperato-
esqueµia que se prefiera, pero es muy impor- rio tiene un costo agregado por dos motivos: 1)
tante utilizar la dosis apropiada, el tiempo por el costo generado por la terapéutica antibió-
adecuado y los intervalos de dosis correspon- tica y 2) por la selección de microorganismos re-
dientes. sistentes.
profil ax is que sin ella. Sin embargo, la utilización puestas, en lesión abdominal con contaminación
de profil axis puede seleccionar la flora de coloni- escasa y en el drenaje pleural del hemoneumotó-
zación y permitir el desarrollo de microorgani s- rax . En caso de contaminac ión grosera de la cavi-
mos resistentes a los antibióticos de uso habitual. dad abdominal se debe indicar tratamiento . En las
Por este motivo, no se recomienda la utilización fístulas aisladas de LCR no está indicada la profi-
de profilaxis en casos de fístula de LCR aislada. lax is con antibióticos. Cuando se indica profil ax is
No obstante, debe tenerse en cuenta que el pa- antibiótica se deben utilizar dosis plenas, interva-
ciente puede presentar les iones asociadas, por los cortos y en general 24 horas de duración.
ejemplo, un paciente portador de una fístula de
LCR, tiene asoc iada una fractura expuesta tipo ll.
El paciente debe inici ar profilax is de la fractura LECTURAS RECOMENDADAS
expuesta y suspender dentro de las 24 horas. En
este caso sólo se reali zó profilax is de la fractura Bone R, Grodzin C, Balk R. Sepsis: a new hypothes is
expuesta y no de la fístula de LCR. Otro tanto su- for pathogenes is of the di sease process. Chest 1997;
cedería si el paciente tuv iera una contaminación 112:235-243 .
mínima del abdomen por una lesión del intestino Bone R, Sprung C, Sibbald W. Definiti ons for sepsis and
delgado. Si la lesión hubiera involucrado al colon organ fai lure. C rit Care Med 1992; 20:724-726.
y la contamj nación fuera grosera se indicaría tra- Boxma H, Broekhuize n T, Patka P, Oosting H. Rando-
mi zed co ntroll ed tria! o f sin gle-do se antibioti c
tamjento para esta patología, lo que no debe to-
prophylax is in surgica l treatment of c losed fractures:
marse como profilaxis de la fístu la de LCR .
the Dutch Trauma Tria! Lancet 1996; 347 : 11 33- 11 37.
Es mu y importante efectuar una vigilancia in-
Burch J. Jnjuri es to the co lon and rectum. En: Feli ciano
fecto lógica exhaustiva con el fin de detectar tem-
D; Moore E & Mattox K (eds.). Trauma. Appl eton &
prano la presencia de infección en el LCR, efec- Lange. Stamford, Connecticut. 1996; 595-6 13.
tuar el análisis fisicoquímico y bacteriológico si Cooper P. Skull fracture and traum atic cerebrospinal
no hay contraindicaciones para la punción lumbar, fluid fistu las. En: Cooper, P (ed). Head lnjury. Wi -
o de acuerdo con indi cación neuroquirúrgica, to- lli ams & Wi lkins, 1993; 11 5-136.
mar una muestra de otro lugar (drenaje ventricular, Dellinger P. Antibiotic prophy lax is in trauma: abdomi -
punción cisterna]), realizar los cultivos adec uados nal injuri es and open fractures. Rev Inf Di s 1991 ;
y comenzar con el tratamiento antibiótico empíri- l 3(Suppl. IO):S847-857.
co de ac uerdo con el tiempo de internación del pa- Dellin ger P. Prevention and management of infec tion s.
ciente. Debe tenerse en cuenta que durante los pri- En: Fe li ciano, D, Moore E, Mattox K (eds.). Trauma.
meros 4 días el paciente tiene flora habitual en la Appleton & Lange. Stamfo rd , Connecticut. 1996;
faringe y luego del cuarto día se suele colonizar 249-263.
con microorgani smos del medio hospital ario. Dellinger P, Caplan E, Weaver L, et al. Duration of pre-
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fractures. Arch Surg 1988; 123:333-339.
Drenaje torácico Eastern Association for the Surgery of Trauma. Trauma
Practice Guidelines. http://www.east. org . 1998.
La cuarta situación en la que se utiliza profil a- Fabian T, Croce M, Pay ne L, et al. Du ra tion of amibi o-
ti c therapy for penetrating abdominal trauma: a pros-
xis coJTesponde al drenaje pleural (toracosto-
pective tri a!. Surgery 1992 ; 11 2:788-795.
mía) en pacientes con hemoneumotórax trau-
Fle isher G . The management of bite wound s. New Eng
mático. La EAST propone como recomendación
J Med 1999 ; 340: 138- 140.
de nivel 2 la utilización de una cefalosporina de
Goins W, Rodríguez A, Joshi M, Jacobs D. Intra-abdo-
primera generación durante no más de 24 horas, minal abscess after blunt abdominal traum a. Ann
con lo que se lograría una disminución de la inci- Surg 1990; 2 12:60-65.
dencia de neumonía en los pacientes traumatiza- Guarino J, Hassett J, Luchette F. Small bowel injuries:
dos. Aún no hay datos suficientes que sugieran mechani sms, pattern s and outcome . J Trauma 1995;
además la reducción del empiema postraumático. 39: 1076- 1080.
Mandell GL, Douglas RG , Bennet JE. Princ ipies and
Practice of Infectious Diseases, 5' ed. de Churchill
CONCLUSIÓN Li vingstone . N. York, 2000.
Page C Bohnen J, Fletcher R, et al. Antimicrobial
En conclusión , la profilaxis antibiótica en trau- prophylax is for surgical wound s. Guidelines fo r clini -
ma está indicada en pacientes con fracturas ex- cal care. Arch Surg 1993; 128 :79-88.
Sección 5
Atención prehospitalaria
y transporte
Capítulos
109
11 O Trauma. Prioridades
Cuadro 5-1-1. De acuerdo con las estructuras alteradas, se deben sospechar y descartar ciertas
lesiones
* Nunca considerarla en forma aislada, ya que la energía es transmitida proximaJmente hacia el fémur o la pelvis y genera más le-
siones.
sobre todo en accidentes a velocidades menores Si hay víctimas de explosiones hay que recor-
de 100 km/h. Las lesiones abdominales se produ- dar que se producen tres tipos de lesiones:
cen cuando no se lo coloca en su lugar. La mejor
combinación de protección es el cinturón de dos 1. Primaria: se afectan las estructuras con conte-
bandas (tórax y pelvis), pero hay que tener en nido aéreo, como oídos, pulmones o tracto gas-
cuenta que la cabeza y la columna cervical se en- trointestinal.
cuentran libres, por lo que es posible que se pro- 2. Secunda.ria: objetos adyacentes son desplaza-
duzcan fracturas o luxaciones de estas estructu- dos contra la víctima, con producción de todo
ras. Si la modalidad traumática es muy importan- tipo de lesiones.
te, se pueden presentar lesiones de clavícula, co- 3. Terciaria: la víctima es desplazada y choca
mo también de estucturas internas torácicas y ab- contra el piso u otras estructuras.
dominales si la desaceleración es de gran magni-
Errores frecuentes que se cometen en la escena.
tud.
Si se encuentran objetos empalados, ya sean No tener en cuenta la seguridad del área y con-
estructuras del automóvil o un arma blanca, nunca vertirse en nuevas víctimas.
se deben retirar. Hay que fijar este objeto al cuer- Llevar elementos insuficientes para la situación
po de la víctima para que no se movilice y conti- (en caso de presencia de gases tóxicos, radia-
núe lesionando. Si está fijado al vehículo, hay que ciones o agentes químicos) o no utilizarlos
cortarlo y fijarlo con gasas y vendas. (guantes o anteojos).
Si hay salida al exterior de elementos inter- No recordar la deformidad del vehículo y tam-
nos, como fragmentos óseos o estructuras in- poco las estructuras internas.
traabdominales, se deberán cubrir con gasas em- No considerar la posición en que se halla la
bebidas en solución fisiológica, sin intentar rein- víctima.
troducirlos. Si en el vehículo se activaron las bolsas de aire
(air bag), como éstas tapan la parte anterior del
móvil, puede omitirse una inspección completa
Advertencia: en trauma prehospitalario, todo del volante y el tablero.
lo que "entra" no "sale'', y lo que "sale" no "en- No co1rnborar si el ocupante llevaba cinturón de
tra". seguridad y si estaba correctamente colocado.
Dejar pacientes en la escena por no revisar co-
rrectamente el área.
Si hay heridas de arma de fuego, hay que tra- Retirar objetos empalados o reintroducir evis-
tar de identificar el tipo de arma, la distancia ceraciones.
aproximada del disparo, el número de balas dispa-
radas e impactadas, y la cantidad de sangre pre- Hay una relación di.recta entre el tiempo trans-
sente en el lugar. currido desde el accidente y el tratamiento quirúr-
Atención prehospitalaria y transporte 111
gico definitivo ; el porcentaje de supervivencia es c) Examen de la cabeza a los pies, incluso el neu-
mayor cuando es menor de una hora. Este concep- rológico.
to fue desaJTollado por Adams Cowley como la d) Empaquetamiento y ferulización de las lesiones.
"hora de oro" (golden hour). Por lo tanto, este gru- e) Instauración de monitoreo continuo.
po de pacientes graves no debe tratarse en el lugar
del hecho, sino en la sala de emergencias (shock
room) o en el quirófano. En el lugar del hecho só- Advertencia: la mayor parte de las lesiones olvi-
lo se llevan a cabo intervenciones clínicas. dadas son producidas por una semiología desorde-
Hay que tener en cuenta que la hora de oro co- nada.
mienza desde el momento en que se produjo el ac-
cidente y no desde que llegó el móvil asistencial.
Otro concepto de vital importancia es trasla- ¿Qué es lo que se debe realizar en cada paso?
dar el paciente con una patología determinada a
un centro en el cual pueda ser resuelta, de lo con-
trario se perderá tiempo y la supervivencia dismi- 1) Evaluación de la vía aérea, control
nuirá. de la columna cervical y nivel
de la conciencia
Advertencia: trasladar al paciente adecuado en Lo p1imero que debe hacer el rescatador es acce-
el tiempo adecuado y al centro adecuado. der a la víctima de frente (cara a cara), para impedir
movimientos de la cabeza que pudieran dañarlo.
De inmediato, el segundo rescatador procede a
realizar la inmovili zación de la columna cervical.
EVALUACIÓN INICIAL Ahora se le pide al paciente que no se mueva y que
están para ayudarlo; se le pregunta qué le pasó y
El examen del paciente en la escena se regirá cómo se llama. Si el paciente responde en forma
según las normas del Basic Trauma Life Sup- apropiada, la vía aérea estará limpia (sin obstruc-
port, y del Advanced Trauma Life Support. ciones) y el nivel de conciencia será normal. Si se
Consiste en una evaluación rápida, de no más de 2 encuentra inconsciente, se debe acercar a la boca
minutos, que sólo se inteJTumpirá ante la presencia de la víctima en busca de cuerpos extraños; se le-
de obstrucción de la vía aérea o paro cardíaco. Los vantará la mandíbula para impediT que la lengua
pasos son los siguientes: obstruya el flujo del aire.
- No inmovilizar co1Tectamente la región cervi- vo) y si las venas yugulares se encuentran disten-
cal. didas. Esto último indicaría la presencia de tapo-
- Dejar elementos libres dentro de la vía aérea namiento cardíaco o neumotórax hipertensivo.
(dientes, amalgamas, vómitos u otros cuerpos Una vez realizada esta eval uac ión , se colocará un
extraños), con su posible consecuencia. collar cervical.
Lineamientos generales
de medicina en desastres.
Búsqueda, rescate, triage
. /
y evacuac1on
Marcelo Muro y Daniel Maffei
115
116 Trauma. Prioridades
Cuadro 5-2-1. Clasificación de los desastres Nivel I: siniestro con víctimas en masa de resolu-
según su origen ción médica local, ya sea en campo u hospita-
laria.
Desastres naturales Nivel II: en el siniestro se hace necesaii a la parti-
cipación regional o multisectorial (municipal o
Tectóni cos: terremotos, tsunamis (olas gigantes que provincial)
frec uentemente se forman en el océano Pacífico) y
Ni ve l III: se excede la respuesta anterior y hay
erupciones volcán.i cas
demanda de participac ión nacional o intern a-
Metereo lógicos: hu racanes, sequías e inundaciones
Topológ icos: avalanchas y des lizamientos cional.
cha importancia que los habitantes conozcan el timas y obstaculizar la tarea del personal idó-
número de teléfono de Emergencias, que en nues- neo.
tro medio es 107 (España 061 , EE.UU. 911 , Fran- - Carencia de interacción y trabajo en eq uipo de
cia 15 , Japón 119, Suecia 112, etc.). los grupos de respuesta.
El personal que hace el primer contacto debe - Actitud inadecuada con la prensa.
estar lo suficientemente capacitado como para
evaluar el riesgo del área, contener a los afectados, Siempre hay que considerar que luego del de-
determinar qué tipo de desastre se trata, ubicarlo sastre es posible que se produzca otro de mag nitud
geográficamente y determinar su magnitud, para igual o mayor que el anterior (incendio de las ins-
dar la respuesta correcta. talaciones, combustibles, gases tóxicos, etc.). Si se
El lugar del hecho es fundamental en nuestra ta- encuentra frente a un material tóxico o radiactivo,
rea, por lo que se debe estar muy atento, realizan- es en el sitio del accidente donde se debe tratar a
do una verdadera SEMIOLOGÍA de la ESCENA. la víctima (desnudarla y bañarla).
El primer rescatador que llegue al lugar hará Del tiempo que lleve ordenar el área de impac-
esta semiología inicial del siniestro lo más com- to dependerá el futuro de la operación.
pleta posible, y le irá trasmitiendo a su central pa-
ra adecuar la respuesta necesaria.
No se justifica una conducta peligrosa, impro- Advertencia: nunca trasladar el desastre al de-
visada o insegura por parte del rescatador o del partamento de emergencias del hospital más cer-
personal de emergencias. cano.
operativo. Todo el personal autorizado y asignado C01t e por calor: no utilizado en los cuerpos
al puesto de comando debe estar correctamente de rescate; su uso es sólo industrial.
identificado. Corte por frío: al producir la baja tempera-
Búsqueda y rescate significa sustraer personas tura del material, éste se libera.
de un medio donde su vida corre peligro. Oxicorte: calienta el material y antes de su
Las víctimas pueden tener dos tipos de accesi- fusión se inyecta un chorro de oxígeno a
bilidad : presión. El gas que se utiliza más común-
mente en los rescates es el propano, por su
• Total e inmediata: las víctimas se encuentran limpieza y fácil manejo.
diseminadas en lugares abiertos, como por Arco-plasma: es el calentamiento de gases,
ejemplo en explosiones o inundaciones. a temperaturas que llegan hasta los
• Parcial o nula: las víctimas se hallan atrapadas 24.000ºC, que causan la fusión localizada
en lugares cerrados por explosiones, derrum- de los metales.
bes, accidentes automovilísticos o en zonas Cizallas y pinzas separadoras: cortan piezas
montañosas. de hasta 130 mm de espesor generando una
fuerza de coite de 30 toneldas. Pueden ser
accionadas por aire comprimido o sistemas
Advertencia: cuanto más rápido se genera la hidráulicos.
respuesta, más disminuirá la morbimortalidad. Equipos de corona diamante: para taladrar
muros de hormigón, útil en derrumbes.
Cojines neumáticos: introducen aire a pre-
Luego de las primeras 24 horas las posibilida-
sión y el resultado es un aumento en su gro-
des de rescatar una víctima con vida son mínimas,
sor, lo que permite separar estructuras para
por lo que ese tiempo se denomina las "24 horas
rescatar víctimas ejerciendo fuerzas de has-
de oro".
ta 40 toneladas.
Los elementos que se utilizan para tal fin son
diversos, pero pueden clasificarse en pesados y li-
Las fases de liberación de una víctima son:
vianos.
1. Acceso a la víctima.
• Medios pesados: son grúas, excavadoras, palas
2. Manejo inicial, con tratamiento de las patolo-
mecánicas, camiones, etc. Se caracterizan por
gías rápidamente mortales.
la imprecisión de sus movimientos, por lo que
3. Liberación o desincarceración.
si tienen contacto directo con la víctima pueden
4. Extricación (correcta inmovil ización).
ser peligrosos, pero se utilizan cuando el acce-
5. Extracción.
so a la víctima está impedido por importantes
daños estructurales, como en derrumbes y en
atentados terroristas.
• Explosivos: su uso debe evaluarse con cuidado,
Rescate en derrumbes
ya que la propagación de las ondas de choque
Se debe tener en cuenta la posible presencia de
puede ser muy perj udicial. Suelen emplearse
personas atrapadas. Para encontrarlas se puede
en los siguientes casos:
usar la termografía, que busca la " firma" térmica
Inundaciones: para desviar una corriente de del cuerpo de la víctima y es muy sensible, inclu-
agua o disminuir su nivel. so para encontrar cuerpos sin vida.
Erupciones volcánicas: para alterar el curso Otros métodos son el acústico (se colocan mi-
de la lava. crófonos con amplificadores) o el olfato de anima-
Incendios: para realizar lo que se da en lla- les, como los pe ITos. No se puede dar por termina-
mar cortafuegos de circunstancias, que se do el rescate hasta 4 o 5 días después de la noxa,
emplean en los incendios forestales. ya que puede haber sobrevivientes (en el terremo-
to de Armenia se encontró una persona viva el
• Medios livianos: son elementos que pe1miten ex-
cuait o día).
traer víctimas aprisionadas, como por ejemplo:
Cuando se presume la proximidad de la víctima
Sistemas tradicionales: hacha, hacha fór- la remoción de escombros deberá realizarse a ma-
ceps en accidentes vehiculares, u otros, y las no o con piquetas, para no traumatizar a las perso-
sierras para maderas o hierros. nas más de lo que están. Este trabajo debe hacerse
Atención prehospitalaria y transporte 119
1. Verde: heridos leves que no requieren interna- - Algunos de estos algoritmos nos convertirán en
ción, situación simbolizada con una ambulan- expertos matemáticos, por las pruebas aritméti-
cia tachada. cas que hay que realizar sin tener en cuenta el
2. Amarillo: son urgencias diferibles, que requie- cuadro clínico del paciente.
ren hospitalización. Están representados por El CRAMP nos informará, por medio de los
una tortuga. parámetros que utiliza, cuál está peor en ese
3. Rojo: críticos recuperables, son la primera momento. No puede hacer diagnóstico de peli-
prioridad, y están simbolizados por una liebre. gro potencial. Es útil para rescatadores no mé-
4. Negro: pacientes considerados irrecuperables o dicos. El traumatismo de cráneo y los quema-
muertos, identificados por una cruz. dos son poco considerados.
La sistemática del ABCD se caracteriza por te-
Otra escala es la CRAMS SCALE de GOR- ner en cuenta el pronóstico de vida, no conside-
MICAN , publicada en 1982 y adoptada por el Mi- rado en las otras escalas. Es utilizado con fre-
nisterio de Defensa y Salud como CRAMP desde cuencia por médicos.
1988. Esta última evalúa circulación, respiración,
respuesta motora y palabra, con O, 1 o 2 puntos por El triage rápido de la escena, separa y agrupa a
categoría hasta un máximo de 1O (cuadro11-12 del los pacientes urgentes en menos de un minuto.
Anexo). Con posterioridad todas las víctimas se pueden re-
En el lugar podemos clasificarlos en dos gru- clasificar previo al trasporte. Una vez termi nado
pos: éste, se harán recorridas de 15 minutos con medi-
das de tratamiento básico en el lugar.
Urgentes: c ríticos y moderados : rojos, amari-
En todo triage se espera un 20 a un 30% de
llos, negros o azu l.
error. aun en manos entrenadas. que se puede dis-
No urgentes: cadáveres o ilesos : verdes, blan-
minuir realizando una segunda clasificación en la
cos o negros .
estación de triage.
Otra forma de seleccionar a los pacientes es se- Ubicación de las víctimas: es conveniente divi-
gún la sistemática del A, B, C, D. Aquí tendremos dir e l campo en áreas de trabajo (sanitaria, logísti-
las siguientes prioridades: ca, personal, seguridad, depósito de cadáveres).
Todos los pacientes categorizados se ubicarán en
1. Vía aérea permeable, con control estricto de la un sector seguro, de fác il acceso para la evacua-
columna cervical. ción, con una noria para la entrada y salida de los
2. Ventilación y ox igenación adecuada. vehículos autorizados. Ya clasificadas y estabiliza-
3. Circulación : evaluar el estado hemodiná mico das, las víctimas serán evacuadas al lugar que in-
del paciente, para determinar si se halla e n es- dique el jefe de l operativo sanitario.
tado de shock, por medio de l nivel de concien- Un problema común es qué se hace con los cadá-
cia y los pulsos periféricos. veres. Lo p1imero es identificarlos como todo pa-
4. Déficit neurológico: se debe realizar un rninie- ciente inconsciente, sin ventilación y circulación es-
xamen neurológico. para saber si e l paciente se pontánea con midriasis paralítica. No se debe inten-
encue ntra en coma (alerta, voz. dolor. no res- tar la reanimación ya que se prod uciría un desgaste
ponde). la respuesta ocular y las pupilas. inútil de recursos humanos y materiales que haría
5. Ex posición completa: consiste en ex poner todo desvim· la atención de quienes más la necesitarían.
el cuerpo de la víctima. para descartar lesiones Los cadáveres no deben trasladarse a menos
ocultas u objetos empal ados. que dificulten la tarea de l rescate de las víctimas
con posibilidades de sobrevivir. Una vez liberados
Esta siste mática es rápida. sencilla. sensible y por e l j uez serán agrupados en un sector que en lo
específica. Todas las víctimas que se encuentre n posible no esté expuesto.
dentro del A. B, C y D serán categorizadas como Las víc timas sin lesiones o con lesiones de po-
rojos (si las lesiones existe ntes son de gran mag- ca mag nitud es conveniente que se agrupen en un
nitud. serán negros) y las que se enc uentren du- lugar distante de los pacientes graves, dado el gran
rante e l examen secundario serán ama rill os o impacto emotivo por estar involucrados en e l mis-
verdes. mo siniestro. De lo contrario, entorpecen la tarea y
aumentan el riesgo de sufrir accide ntes.
Analizando los distintos criterios descritos, de- El hospita l recepto r debe contar con un plan de
ducimos que: emergencias actualizado y puesto en func iona-
122 Trauma. Prioridades
miento en prác ticas prev ias. Se deben llevar a ca- • Si el desastre es de gra n magnitud y colma la
bo algunas de estas tareas: capacidad hospitalaiia, es conveniente la rota-
ción del personal por mitades y turnos de l 2 u 8
• Señalización de todo el hospital, para que las horas, según el sector interviniente.
víctimas sean trasladadas a los lugares correctos.
• Se deben pri ori zar los pedidos de laboratorio y
radiología para los casos que lo requieren.
• Toda sospecha de fractu ra se inmovilizará sin
radiografía, hasta que disminuya el fluj o de pa- Advertencia: cuanto más capacitado se encuen-
c ientes al hospita l. tre el personal y más se haya entrenado en situa-
• Rac ionali zac ión de la planta quirúrgica, para ciones simuladas (simulacros) obtendremos una
tratar inic ialmente a los pacientes que requie- respuesta mucho más favorable .
ren cirugía en fo rma inmediata.
Capítulo 5-3
Transporte aéreo.
Claves para un transporte
exitoso
Marcelo Muro y Daniel Maffei
La primera evacuación aero médica se remon- Para este tipo de traslado habitualmente se uti-
ta a 1870, cuando en el sitio prusiano de París se liza el helicóptero. Esta evacuación no está influi-
trasladaron en globo aerostático 160 heridos da por la altitud, ya que son vuelos cortos y de ba-
franceses. Durante la Segunda Guerra Mundial se ja altura (200 a 400 m). El lugar receptor debe
desarrolló acti vamente, con una mortalidad glo- contar con un helipuerto seguro y operable en con-
bal del 4%. Durante los conflictos de Corea y diciones de visibilidad mínima.
Vietnam, dado la mejoría de la asistencia inicial En Phoenix, Arizona, Schiller estudió duran-
y en vue lo como también la utilizació n de equ i- te cuatro años a 606 pacientes traumatizados con
pamientos más adecuados, la mortalidad se redu- un trauma score de 12 en promedio. Sólo 259 pa-
jo al l %. cientes fueron evacuados por vía terrestre y el
123
124 Trauma. Prioridades
A 2.400 metros:
Advertencia: hay que tener en cuenta que cuan-
to menor sea la altitud del vuelo, mayor va a ser la Pao,= (565 - 4 7) 0.2 1 - 37/0,8
influencia de las condiciones meteorológicas. Pao~= (51 8 x 0,2 1) - 46
Pao~= 108 - 46
Pao>62 mm H g
Sherer estud ió pacientes traumati zados ya esta-
bilizados y no encontró diferencias en la probabi- Esta disminuc ión de la permeabilidad de l oxí-
lidad de supervivenc ia luego de un tras lado aéreo geno debe considerarse; en consecuencia, se ele-
o de uno por tierra. Esto también fu e comprobado vará la fracc ión inspirada de oxígeno (Flo 2), de
por Freark y Treat. acuerdo con la s iguiente fórmul a:
Atención prehospitalaria y transporte 125
Cuadro 5-3-1. Variaciones de presión de los gases y de la saturación de oxígeno según la altura
Presión
0 1 en el A lveolar Arterial
Altitud Atmo;férica aire am.biental co2 01 co1 01
FI0 2 necesaria = Flo 2 nm PB nm/PB nv Con la altu ra va ría la pres ió n de los gases y, en
Flo 2 nm = Flo 1 a ni vel del mar consec uenc ia. la saturac ión de oxígeno (c uadro
PB nm = presión baromét1ica en el ni vel de l mar 5-3-1 ).
PB nv = presión barométrica en el nive l de l vuelo Hay que tener en cuenta esta di sminución de la
difusión de oxígeno, ya qu e si se suma a una di s-
Si por ejempl o tras ladáramos a un pac iente a minución de la concentración de hemoglobina,
2.400 metros, donde la presión atmosférica es de real (hemo1rngia) o efectiva (insuficiencia cardía-
565, debería mos incrementar la Flo1 utili za ndo la ca) traería importantes consec uencias.
fó rmula anterior. No se aconseja trasladar a un paciente con
menos de 7 gramos de hemoglobina.
Flo, n = 0,2 1 x 760 mm Hg I 565 mm Hg Los signos y sínto mas de la hipoxia son múlti-
Flo: n = 28,35 % ples y varían desde disnea y cianosis has ta las con-
(se deberá incre mentar la Flo 2 de 2 1o/o a 28% ) vulsiones (c uadro 5-3-2).
Inmovilización de todo el raquis hasta des- - Medicación y tratamientos efectuados, para los
cartar su lesión. cuales influye la cantidad y el tipo de hidrata-
Controlar la ventilación y, si es necesario, co- ción recibida (dato clave para el tratamiento del
nectarlo a asistencia respiratoria mecánica. paciente politraumatizado quemado).
Monitorear continuamente los signos vitales Evolución del paciente en el lugar y cómo fue
y el volumen minuto urinario. encontrado.
Control del estado neurológico con el pun- Datos sobre el tipo de modalidad traumática,
taje de Glasgow, el tamaño pupilar y el esta- información clave para el equipo médico re-
do de los pares craneanos. ceptor.
En caso de transportar un paciente con trau- Autorización escrita para el traslado o interven-
matismo grave de cráneo, y si se traslada en ciones quirúrgicas de urgencia que pudieran
helicóptero (ala rotativa), dado que la cabeza realizarse.
se coloca hacia proa (adelante), y esta parte - Verificar si hubo intervención policial y de qué
de la aeronave se encuentra más baja que el destacamento.
resto, se deberá elevar la cabeza colocando la Contar con la autorización del centro receptor,
tabla en 30º. De esta manera no se generará ya habiéndose establecido el contacto con el
aumento del flujo sanguíneo cerebral, con médico.
disminución de la presión intracraneana
(PIC). También se utiliza con frecuencia la
hiperventilación, ya que reduce el flujo cere-
bral, el edema y la PIC, al disminuir la Paco2 . Durante el traslado
No obstante, hay que ser cautos con la hi-
perventilación, sobre todo si se utiliza ven- Confeccionar una historia clínica breve con los
tilación manual, ya que podría originar una datos del monitoreo (signos vitales y diuresis),
lesión por isquemia secundaria. Se aconseja en la que consten los procedimientos realiza-
que la Paco2 no sea menor de 30 mm seg. dos, la medicación administrada y la reposición
Colocar cateter de Levin (sonda nasogástri- de volumen.
ca) y Foley (sonda vesical). Accesos veno- - Condiciones de entrega del paciente, con la fir-
sos permeables, si es posible dos, y centra- ma de aceptación del médico receptor.
les, ya sea por punción o por vía quirúrgica
(canalización), del mayor calibre posible de Errores que se deben evitar:
acuerdo con la edad.
Heridas curadas, limpias, secas y cubiertas. - No hablar con el médico que se encuentra a
Inmovilización de las fracturas, dejando es- cargo del paciente para saber su estado.
pacio libre para controlar e l pulso, la sensi- - No llevar la cantidad de oxígeno necesario, co-
bilidad y la temperatura. mo el equipamiento necesario.
Analgesia adecuada. Recordar que todas las No desinflar el tubo endotraqueal, las férulas
maniobras dirigidas al paciente (moviliza- inflables o los pantalones neumáticos anti-
ción, aspiración, punciones, etc.) generan shock.
aumento de la PIC, por lo que es aconseja- Subestimar la presencia de neumotórax.
ble la utilización de fármacos como el mida- Trasladar a un paciente con neumoencéfalo.
zolam y el fentanilo. No tener en cuenta la temperatura y la hume-
Mantener el control de la temperatura y de dad de la aeronave.
la humedad, no mayor del 10%, ya que se
previene la deshidratación. Hay que considerar que el paciente se hospita-
liza desde el momento en que accede al sistema de
salud y es con la llegada del primer móvil. No de-
Antes del traslado be haber diferencias conceptuales en el manejo del
paciente hasta que éste arribe al lugar de mayor
Resumen de historia clínica completo con los complejidad para su tratamiento definitivo, ya sea
estudios complementarios realizados. por vía aérea o terrestre.
Capítulo 5-4
Transporte terrestre
del paciente politraumatizado
Marcelo Muro y Daniel Majfei
129
130 Trauma. Prioridades
instale. Se debe aco ndicionar el habitácul o con Errores que se deben evitar:
una temperatu ra templada, si es necesario se cu-
bre al paciente con mantas y cobe11ores , luego de - No climatizar con ectamente el móvil.
sacarle la ropa y tratar de administrar los líquidos - Acelerar y desacelerar en fo rma bru sca.
intravenosos a una temperatura de 39º en el trans- - No control ar el estado del móvil (mecánica) ni
porte. su equipamiento completo (fun cionamiento y
Mov imi entos cinemáticos: si el paci ente sufre fijación correcta) baterías, oxígeno y calefac-
movimientos de aceleración y desacelerac ió n, ción .
todos los líquidos , en especial la sangre, se ac u- - No tener contacto con la central luego de ser
mul arán en el sentido opuesto a la di recc ión del despachados ni dar la hora exacta de llegada,
traslado. Este efecto puede alterar Ja hemodin a- cuadro inicial y hora de salida.
mi a. Si se produce n mo vimie ntos de acelerac ión
y desaceleración, su intensidad varía de + 0 ,8 g
en el arra nque a + 0,3 o + 0,5 g en los cambi os SELECCIÓN DEL TIPO
de marcha. DE TRANSPORTE
Estas aceleraciones positivas pueden da r lugar
a hipotensiones y cuadros de isquemia mi ocárdi- El momento del tran sporte puede ser el de
ca. Se sabe que el shock de un pac iente politrau- mayor inseguridad para el paciente, por lo cual
mati zado es hipovolé mico hasta que se demues- deben extre marse los cuidados al seleccionar el
tre lo contrari o, por lo que ante un arranque bru s- tipo de transpo rte a utili zar, la di stancia a reco-
co los efectos va n a ser 1O veces mayo res; puede 1Ter, el clim a, el estado de los caminos y el esta-
haber alterac ión del sensorio por hipoperfu sión do del pac iente. Se reco mi end a reali zar los tras-
cerebra l. lados con ala fij a (av io nes) cuando la di stancia
Las desaceleraciones dan valores de - 0,5 g/ es mayor a 400 km, y los de ala rotati va (heli -
- 0,9 g y causan cuadros de aumento de la PY C, cóptero ) cuando es impos ibl e el acceso por vía
tensión arterial y pres ión intracraneana. terrestre.
Estos hechos de terminan la neces idad de con- La elección del vehícul o ay uda a minimizar los
ducir el móvil con mucho cuidado, ev itando fre na- efectos adversos del transporte en la fis iología del
das bru scas, cunetas profun das o latera lizac iones paciente. El móv il debe estar completamente equi-
violentas. pado.
El buen estado del móv il , en especial su sus-
pensión, una velocidad crucero pro medio y el em-
pl eo de colchones de vacío disminu ye n los efectos PREPARACIÓN DEL PACIENTE
noc ivos de los mov imientos bruscos .
Vibraciones: pueden ser mecánicas o ac ústicas. Si los pac ie ntes en la escena se encontraban
Las primeras son conducidas por contacto di rec to en estado crítico y se cargaron inmedi ata mente
y pueden generar rotu ras microvascul ares cuando luego del primer examen, se les debe practicar el
llegan a 4 a 12 Hz. Las vibrac iones que se produ- examen compl eto dentro del móv il ; si éste se
cen dentro del habitác ul o del móvil se encuentra n efectuó en el lugar del hecho, se de be rán revaluar
en esa banda, por lo que pueden originar do lores y control ar los procedimi entos efectu ados. Co-
torácico, abdominal, mandibul ar y lumbosacro te- rresponde monitorear los signos vitales, colocar
nes mo vesical o rectal y cefalea. ox ímetro de pul so y moni to r cardi ológico. Seco-
Las vibrac iones acú sticas , son conduc id as locarán accesos ve nosos percutáneos y se expan-
por un medio elás ti co y cuando ll egan a los 58 a dirán con so luciones cri staloides cuando sea ne-
70 db prod ucen ansiedad, miedo y cuadros vege- cesario. Para el tra nsporte secundario deben rea-
tati vos. li zarse todas las intervenciones necesarias antes
Características de los elementos : todos los ob- de iniciar el tras lado. Fij ar ele mentos como dre-
jetos que se encuentren dentro del móvil deben ca- najes y sondas , ll evar reservas de hidratación,
recer de bordes cortantes, ser livianos y de alta re- ox ígeno y medicación.
sistencia. Deberán estar fij os a la carrocería, por-
que su caída puede dañar a los pacientes como al
personal interviniente en el traslado. No son acon- Advertencia: las altas velocidades y las sirenas
sejables los frascos de vidrio ni los elementos col- no tienen poder curativo.
gantes sin la seguridad necesaria.
132 Trauma. Prioridades
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Sección 6
Atención inicial
de pacientes politraumatizados
Capítulo
Atención inicial
del politraumatizado
Germán Fernández
y Martín Odriozola
137
138 Trauma. Prioridades
nen muchas personas alrededor del paciente y no mente del líder del equipo siempre deben estar las
realizan tarea útil alguna. En general, el líder secuencias definidas con claridad, o sea, primero
puede no realizar procedimientos sino dirigir A y luego B y C, aunque a un mismo tiempo un
tanto su indicación como la secuencia a seguir. miembro del equipo evalúa la vía aérea y otro la
Cuando se da una orden, debe ser específica y ventilación.
bien dirigida, por ejemplo: Otro elemento para destacar es que el manejo
de una víctima de trauma no puede verse como
Enfermera Liliana, deme un tubo orotraqueal un algoritmo lineal, con un paso que se encade-
número 8, na con el siguiente, sino como un progreso a tra-
y no, en cambio, alguien que me dé un tubo nú- vés de espirales encadenadas. El asistente exa-
mero 8. mina, toma una conducta y regresa para evaluar
Si se solicita una determinación de laboratorio, de- este punto. Por ejemplo, evalúa la vía aérea, co-
be ser clara: loca un tubo orotraqueal y vuelve a evaluar la vía
Enfermera Liliana, lleve este laboratorio y me avi- aérea; si está solucionada sigue adelante, si no
sa su resultado. debe tomar otra actitud y volver a evaluarla. Al-
gunas vueltas de espiral están incluidas en otras;
por ejemplo, si se pasa volumen a un paciente es
1) EVALUACIÓN INICIAL probable que la evaluación de la respuesta no sea
Y REANIMACIÓN inmediata, se sigue adelante pero se regresa lue-
go para tener una respuesta a la infusión de vo-
Al encontrarse con una víctima de trauma, lumen.
e n general el médico asistente debe cambi ar su
actitud de atención, muchas intervenciones de-
be n practicarse "al vuelo" y en muchos casos Advertencia: a cada conducta tomada durante
antes de que pueda efectuarse una evaluación la evaluación inicial le debe seguir una revalua-
completa. ción.
Para cada posible lesión el médico asistente
debe tener un "umbral menor de respuesta", al
punto que debe intervenir con agresividad aun sin La evaluación primaria tiene por objetivo iden-
la prueba tradicional de su sospecha diagnóstica. tificar las lesiones que llevan a la muerte inmedia-
Por ejemplo, la asociación de hipotensión, ausen- ta del paciente. El manejo de cualquier circunstan-
cia de ruidos respiratorios unilaterales y dificul- cia debe ser inmediato y no se puede avanzar has-
tad ventilatoria debe desencadenar la colocación ta que ésta se solucione. Así, si se presume que la
de un tubo torácico de drenaj e, antes de aguardar vía aérea está obstruida, se intenta permeabilizarla
que una placa radiográfica confirme nuestro y no se sigue en busca de otras lesiones hasta te-
diagnóstico. nerla solucionada.
Cuando la víctima de trauma llega, el médico El examen primario, repetimos, son los ABC, y
asistente debe evaluar las funciones vitales, los esta nemotecnia se origina en la letra inicial de las
ABC: siglas del inglés, que tan bien ha impuesto el cur-
so ATLS:
A. Vía áérea con control de la columna cervical
B. Respiración - oxigenación A airway with C spine control
C. Circulación y control de sangrados externos B breathing adequacy
D. Evaluación neurológica c circulation adequacy with hemorrage control
E. Completar el examen a todo el cuerpo del pa-
ciente El examen primario puede ser tan rápido como
lO segundos, o demorar varios minutos en la me-
Este orden preestablecido de asistencia e n la dida en que se encuentren y traten problemas.
evaluación inicial se conoce como los ABC; no
obstante, entre los servicios de emergencias tam-
bién se conoce la frase que dicen "los ABC se Advertencia: así como un buen examen clínico,
hacen a veces" . Uno debe entenderlos como prio- un buen examen primario es un arte; no cualquier
ridades y un equipo que se desarrolle en conjunto médico puede realizarlo en forma adecuada.
los puede hacer en forma simultánea, pero en la
140 Trauma. Prioridades
Cuando llega el médico debe dirigirse directa- Lo primero es ver (movimientos ventilatorios),
mente al paciente, una de las causas más frecuen- sentir el aire (en nuestra mejilla), escuchar el aire
tes de muerte evitable es el manejo incorrecto de (sentirlo entrar y salir), o sea, saber si el sistema de
la vía aérea, la forma más senci ll a de evaluación es conducción del aire está permeable, que no haya un
tratar de obtener alguna respuesta de éste; esto elemento mecánico que impida el paso de aire. En
ayudará a conocer no sólo la permeabilidad de la este momento se libera la cavidad oral de cuerpos
vía aérea sino que dará una aproximación a la eva- extraños, sangre, secreciones, alimentos y se vuel-
luación de su nivel de conciencia. Al acercarse el ve a evaluar. Si el aire sigue sin movilizarse, o sea,
médico se presenta y pregunta con firmeza: no entra ni sale, se hacen dos ventilaciones a pre-
sión positiva (bolsa máscara, boca máscai·a) y se
Soy el Dr. Trauma, ¿cómo está Ud.? revalúa (ver, sentir y escuchar si ventila, la conduc-
ción del aire no tiene stop mecánico) se toma el
Una respuesta coherente indica: 1) permeabili- pulso central, si está ausente se sigue con RCP re-
dad en ese momento de la vía aérea, 2) el cerebro glada, si está presente se sigue con la sistemática.
funciona de manera razonable, o sea, presenta un Sin embargo, si sigue sin entrar ni salir el aire
nivel de conciencia adecuado, (no indica nada de y no hay nada visible en la boca, se debe asumir
su contenido). En este momento, si contesta: una obstrucción baja de la vía aérea (algún ele-
"B ien, soy Napoleón", a los fines de la primera mento está lo sufic ientemente lejos de la vista del
evaluac ión es suficiente, quizás esté loco, pero médico como para no verse en la boca, ni aun con
ventila; 3) hay ventilación adecuada 4) la circula- una primera presentación del laringoscopio). En
ción está presente en ese momento. este momento se deben efectuar dos compresiones
potentes sobre el epigastrio del paciente en direc-
ción hacia el tórax (el objetivo es crear una presión
Advertencia: una voz clara, respiración tranqui- intratorácica que desobstruya la vía aérea). Si ven-
la y un estado mental no alterado descartan una tila, se observa de nuevo la boca y se retiran los
obstrucción de la vía aérea. elementos que obstruían el pasaje de aire y se con-
tinúa con la ventilación. Si a pesar de ello no se lo-
gra una desobstrucción es preciso pensar en crico-
Se puede conti nuar con la evaluac ión primaria tiroideotomía por punción, o sea, la obstrucc ión si-
al pasar al paso sigu iente. gue, lo que se hace es desviar el flujo de oxígeno.
Atención inicial de pacientes politraumatizados 141
Advertencia: todo lo expresado hasta ahora - re- Respecto del neumotórax hipertensivo, alguna
tirar cuerpos extraños de la boca, ventilación , tubo consideración particular, en la experiencia del
de Guedel , etc.- debe efectuarse con un control im- autor de este capítul o es que la presencia de un
pecable de la columna cervical, evitando flexionar- neumotórax hipertensivo en forma primaria y re-
la o extenderla para no ocasionar una lesión en es- lacionada en forma directa con el trauma es ex -
te nivel. cepcional; el cuadro característico de tráquea
desviada, timpanismo en hemitórax con ausencia
de venti lación nunca lo presenció. En cambio, es
posible observar neumotórax hipertensivo secun-
dario a una presión positiva en la vía aérea, y es-
B. Ventilación to es lo importante; por lo tanto, su desarrollo
puede tener lugar en cualquier momento de la
Una vía aérea permeable no asegura el inter- eval uación primaria y secundaria. Así, al venti lar
cambio de gases en el nivel alveolar, pues para que al paciente, éste puede desarrollar una hiperten-
la respiración (oxigenación-ventilación) sea co- sión progresiva en el espacio pleural, que sólo se
ITecta el oxígeno debe alcanzar la membrana al- pone de manifiesto, por ejemplo, durante en se-
veolocapi lar y el dióxido de carbono debe remo- gundo examen.
verse del espacio alveolar. Esto se logra con el Si se pasa a comandar la frec uencia ventilato-
funcionamiento adecuado de pulmones, pared to- ria, se deben tener en claro algunos puntos, las
rácica, diafragma. Se debe administrar oxígeno bolsas de reanimación con reservorio tienen una
suplementario con una fracción inspirada (FIO,) capacidad de 2,5 L. Se deben conectar a una fuen-
superior al 85 %. - te de oxígeno a 12/15 L/m in ; esto llevará el aire
inspirado del 0,21 % de 0 2 hasta valores del 90-
100%. Las bolsas sin reservorio pueden alcanzar
Axioma: el azu l es malo, el rosado es bueno, el una Fl0 2 de 40-50%. Se debe ventilar con una fre-
aire debe entrar y salir. cuencia respiratoria (FR) de alrededor de una cada
5 segundos ; esto favorecerá un intercambio gaseo-
so adecuado.
El tórax y el cuello del paciente deben exponer- Se dieron dos elementos que van en conjunto,
se para su examen co1Tecto. Se retira la parte ante- pero que en muchas ocasiones se confunden, por
1ior del collar cervical, y se mantiene una inmovi- ejemplo, lo que se determina como ventilación
lización cervical adecuada, debe inspeccionarse el es el movimiento de entrada y salida de aire u
cuello sobre todo en busca de tres elementos: otro gas del pulmón (un adu lto normal y en re-
poso moviliza e ntre 400 y 600 mL en cada ciclo
- Tráquea desviada de la línea media. ventilatorio). Esto le permite manejar valores de
- Lesiones penetrantes. 100 mm Hg de oxígeno y de 35 a 40 mm Hg de
- Ingurgitación de venas yugulares. C0 2 , por encima o por debajo de estos valores de
co2hay hiperventilación o hipoventil ación , res-
Una vez finalizada su eval uación, se recoloca la pectivamente. No obstante , estos dos últimos
balba anterior del collar y se continúa con el tórax . términos no aportan nada respecto de la oxigena-
Éste debe exponerse por completo y examinar- ción del paciente; recordar que el co2se difun-
se en forma sistemática; se inspecciona, se palpa, de con más facilidad a través de la membrana al-
se percute (maniobra ésta de menor valor, recordar veolocapilar que oxigena. Si hay alguna lesión
que estamos en una sala de guardia y los ruidos parenquimatosa pulmonar, el organismo puede
son constantes) y se ausculta. mantener valores normales de co2y el paciente
Es preciso buscar las lesiones que comprome- presentarse hipoxémico. Así, un paciente con
ten en forma inmediata la vida del traumatizado, una contu sión pulmonar puede tener una fre-
que son: cuenc ia ventilatoria de 36 por minuto, con un ni-
Neumotórax hipertensivo. vel de C0 2 de 30 mm Hg y un nivel de oxígeno
Atención inicial de pacientes politraumatizados 143
!ación y la circulación, que llevan tanto a hipoxe- esté res uelta la vía aérea, la ventilación y se esté
mia como a hipovolemia, para luego entender las expandi endo con cristaloides a nuestro paciente.
diferencias que someten al PCR en el trauma res- Se revalú a todo procedimiento efectuado y se
pecto de la población general. conti núa.
Si se entiende que las causas anteriores son las Comienza aquí una revisión detallada, ordena-
que llevan a la detención card iorrespiratoria, tam- da y meticulosa de todo el organismo, en busca de
bién es preciso comprender que si éstas se perpe- las lesiones ocultas o inadvertidas hasta este en-
túan , el PCR no puede revertirse. tonces.
Por ello, mientras dos operadores actúan sobre
la víctima de trauma, uno maneja la vía área ven-
tilando y otro operador efectúa masajes cardíacos. Advertencia: se debe comenzar con la evalua-
El líder debe contin uar con la evaluación primaria ción secundaria cuando terminó los ABC, pero si
en busca de la causa del PCR para actuar sobre ella hay cualquier cambio en el estado del paciente, se
y revertirla. Este concepto senci llo hace pensar debe comenzar con el examen primario de nuevo;
que se debe diagnosticar, por ejemplo, un neumo- la puerta de entrada siempre son los ABC .
tórax hipertensivo y drenarlo para revertir la causa
del PCR.
Estos pacientes deben someterse a una expan- Siguiendo el razonamiento an terior, el segundo
sión agresiva en la que los dos litros de cristaloi- examen es más detallado, minucioso, busca poner
des habituales deben pasar a ser cuatro. Recordar en evide ncia lesiones menores, que pasaron inad-
que la causa circulatoria de PCR en trauma más vertidas hasta este momento o se desan-ollaro n en
frecuente es la hipovolemia extrema. la evolución del paciente.
Se inicia por la cabeza y se finaliza por los
pies; es como si el médico act uara de tomógrafo
Advertencia: los protocolos ACLS son necesa- computarizado; se examina al paciente en franjas
rios pero no suficientes en el manejo de un pacien- de S cm. Se com ienza por delante pero se com-
te con PCR secundario a trauma. pleta cuando las manos del médico se juntan por
detrás; este procedim iento es más dificu ltoso en
el tronco , pero acá también es preciso realizarlo.
Un operador maneja la cabeza, se hace rotar al
Errores más frecuentes: paciente sobre su eje ax ial como ya se describió.
Queda claro que la explicación en este momento
1. Demorar en los procedimientos. busca un ordenami ento conceptual del paciente
2. La reanimación insuficiente en el shock es la en la mente del líder. Si ya se examinó la parte
causa más frecuente de muerte prevenible en el posterior del tronco durante la exposición com-
paciente politraumatizado. pleta del paciente, no es necesario volver a repe-
3. Entender que si se avanzó en el examen no se tirl a en este momento, si no se había efectuado,
puede ni se debe retroceder, por ejemplo. si ya sí. Siempre la parte lesionada hacia arriba, y se
se intubó la vía aérea del paciente. no se debe ve y se palpa e l dorso . Cabeza, cuell o, miembros
volver en ningún momento a reevaluarla. superiores e inferiores , pueden observarse sin es-
4. No realizar todos los estudios complementarios ta maniobra. Una contraind icación relativa para
indicados. rotar al pac iente es la sospecha de fractura de pel-
5. Demorar cualquier conducta quirúrgica de vis, pero debe efectuarse con sumo cuidado, pues
emergencia. una lesión penetrante puede estar oculta a nues-
tros ojos y manos, y ser lo que no permite estabi-
lizar al paciente.
Observamos y palpamos, describimos las lesio-
nes para que se registren en la historia clínica. Si
EVALUACIÓN SECUNDARIA se llega a un procedimiento efectuado durante la
etapa de reanimación es el mejor momento para
Una vez eva lu adas y resueltas las lesiones revaluarlo.
que amenazan la vida, se cons idera que la vícti- También esta etapa de nuestro examen es la in-
ma fue reanimada (esto no debería llevar más de dicada para pedir estudios radiológicos, las tres
10 minutos.). Lo ideal es que en este momento pl acas clásicas en u·auma son:
Atención inicial de pacientes politraumatizados 147
pia altura sobre el césped. En la cabeza del líder L: Last oral intake
el mecanismo de la lesión debe fun cionar como E: Events preceding the incident
alarma, debe hacer bajar el umbral de respuesta,
alerta para buscar lesiones. El informe de los co- Se puede transformar estas siglas al castellano y
legas de la etapa prehosp italari a se transforma en adaptarlas. Acá podemos agregar la 1, de interven-
los oj os en la escena. No es cierto que el trata- ción policial. Como se expresó en algún momento
miento del pacie nte po litraumatizado comienza el efectuar una secuencia evaluativa coITecta (eva-
cuando ll ega al quirófano, como indican con fre- luación primaria. y secunda.ria) es un verdadero ar-
c uencia en los Estados Unidos, nosotros preferi- te. En nuestras recorridas de hospital aprendimos a
mos expresar que empieza cuando llega el pri- respetar a los médicos que realizan un inteITogato-
mer operador e ntre nado a la escena y continúa rio y un examen detallado. Sabemos lo dificultoso
en la sa la de shock y as í suces iva mente. Muchos que era al princi pio y cómo mejoraba con el tiem-
profes iona les pueden elegir quié n los asistirá e n po. En trauma ocurre lo mismo. Muchos pueden
caso de enfermedad , si tienen que someterse a escribir y publicar, pero pocos asistir en forma ade-
una ciru gía card iovascul ar saben a qué eq uipo cuada a un paciente c1í tico. Alguna vez indiqué que
elegiría cada uno, por ejemplo. Sin embargo muchos de los que esc1iben tratados y libros no tie-
cuando cru zan una ave nida o transitan c ualqu ier nen tiempo de ver pacientes, por ello los que asis-
ruta, tanto ellos co mo su fa mili a, y sufren un epi - timos no concuerdan con los que se presentan en
sodio traum ático no pueden elegir quién los va a esos libros, esperamos que los que llevamos ade-
as istir tanto en la etapa prehospitalaria como lante esta obra no cometamos el mismo error.
muchas veces en la hospitalaria ; es por e ll o que
el entrenamiento en traum a es fund amental, es
una bri sa de conoc imie nto que seguramen te en Errores frecuentes:
algú n mo mento nos volverá hacia nosotros o El error más frecuente y más grave es no reco-
nuestros seres queridos. nocer nuestros errores durante la asistencia del pa-
Se debe guardar todo registro y elemento que ciente politraumatizado.
tenga posible implicación medicolegal, proyecti-
les, arma blanca, etc. Siempre es preciso solicitar
la intervención policial que debe quedar regi strada
con claridad en la primera hoja de la hi storia cl íni- LECTURAS RECOMENDADAS
ca. No importa que aclaren que no es necesaria y
ATLS (Advanced Traum a Life Support) Committee on
que luego la efectuará el fa miliar, es parte de las
trauma. American College of Su rgeon; 1998.
obligaciones.
BTLS (Basic Trauma Life Support) BTLS Fundation
American Coll ege of Emergency Physic ians; 1998 .
En este punto es frecuente detallar una regla de Lucas CE, Ledgerwood AM lnitial evaluation and manage-
nemotecnia, que se origina en las siglas del inglés: ment of severel y injured patients. En: Wilson RF, Walt
AJ, editors Management of trauma: Pitfalls and practi-
S: Symptoms ce. Philadelphia: Will iams & Wilkins; 1996. p. 13-27.
A: Allergies Tintinalli JE, Krome RL, Ruiz E. Medicina de Urgen-
M: Medications cias. American College of Emergency Physici ans . 3a.
P: Past medica[ history ed. Ed. Intera meri cana; 1996. p. 1099- 1244.
Sección 7
Traumatismo
encefalocraneano
Capítulo
Traumatismo encefalocraneano
Ja vier Gardella e Ignacio Previgliano
151
152 Trauma. Prioridades
100
/
/
11 PIG (J t PPC
.) Va<edll J
/
/
25
vsc
., /
60 120
PPC Fig. 7-1-4. Cascada vasodilatadora. Modificado de
(mm Hg) Rosner con permiso del autor.
TEC - Espontánea
Fisiopatología
IJ TAM
-
-
Deshidratac .
Farmacolog.
- Posic. cabecera
f PPC ~
t Metabolismo
-LOE
- Obstruc. venosa
- Edema
e/
~ tvd.
\ -t
-
t
._. 002
CMOC
Viscosidad
Farmacolog.
\ 7
- Swelling
- Obstruc. LCR - t PC0 2
- • pH
t vsc .
lf PIC¿+ ·CPP
Pr. tisular
Edema
vsc
Cuadro 7-1-2. Clasificación de las lesiones del TEC sobre la base de los hallazgos anatomopato-
lógicos
II Lesiones secundarias
• Hemorragia intracraneana:
He matoma ex tradural
Hematoma subdural
Hematoma intracerebral
• Hidrocefalia
• Higromas subdurales
• Quistes aracnoidales
• Neumoencéfalo traumático
B) Heridas del cuero cabelludo . Las heridas del de seno venoso, lesión de pares cranea-
cuero cabelludo son: nos o hundimiento.
b) Abiertas:
- Laceraciones pequeñas no complicadas. - Lineales
- Laceraciones pe1forantes. - Conminutas
- Laceraciones contusas. - Con hundimiento
- Avulsiones. - l.JTadiadas a senos paranasales
- Hematoma subaponeurótico. - Irradiadas a mastoides
- Hematoma cefálico. c) Mixtas
- Higroma subepicraneano.
Una forma particular de hundimiento es el de-
nominado en pelota de ping pong, que implica
Advertencia: la lesión traumática del cuero ca- hundimiento de cráneo sin fract ura extensa o si n
belludo señala el área de impacto y contribuye pa- fractura, originado en la elasticidad del hueso del
ra explicar la dinámica del TEC . niño.
Diagnóstico: se establece por:
La laceración reviste importancia como causa A) Inspección, pal pación y exploración en condi-
de hipotensión por hemorragia en los niños o por ción aséptica de laceraciones de cuello cabellu-
sección de troncos arteriales importantes en el do.
ad ulto . B) Radiografía de cráneo en tres incidencias bási-
Complicación de la laceración del cuello cabe- cas: perfil est1icto, frente (deflexión orbitomea-
lludo, además de la hemo1rngia, es la infecc ión, tal 7°) y Towne (deflexión aprox imada 27º).
que puede originar abscesos subaponeuróticos, os-
teomielitis, emboli a séptica e infecc iones intracra- Es muy recomendable obtener placas cervica-
neanas. les en las que e l perfil muestre hasta C7 inclusive
(esto es, por e l efecto pivot del raquis cervical
cuando un TEC genera oscilación de la cabeza).
Fracturas de cráneo Un trazo fracturario se identifica por sus bor-
des netos, posee segmentos rectos, es de márge-
nes paralelos y no presenta correspondencia
Advertencia: las fracturas de cráneo son lesio- contralateral.
nes por impacto, y son indicadoras de TEC . Asimis-
mo, hay una relación entre la presencia de trazos
fracturarios y la gravedad del traumatismo. Advertencia: las fracturas de la base del cráneo
suelen comprometer cavidades neumáticas, senos
venosos, trayectos arteriales y pares craneanos,
La sola presencia de fractura de cráneo es indi- con complicaciones propias.
cación de observación de la evolución del pacien-
te, aun cuando al inicio no presentase déficit neu-
rológico. Los individuos con fractura y sensorio
conservado en el ingreso hospitalario en un Fracturas de la base del cráneo
10 % de los casos desarrollan hematoma, pero si
no se encuentran orientados, este porcentaje
asciende al 66%; el 50 % de los pacientes en co- Advertencia: una fractura de la base del cráneo
ma con trazos de fractura desarrolla hemato- posee trascendencia porque es un indicador de
mas intracraneanos. riesgo de complicaciones en la evolución , ya en
curso o de aparición tardía.
Clasificación:
a) Fracturas ce1rndas:
- Lineales simples Signos clínicos para sospechar fractura de la
- Conm inutas simples base: hemotímpano, otorrag ia, disminución de la.
- Lineales o conminutas complicadas por audición, trastornos vestibulares , paresia o paráli-
lesión de arteria meníngea media, lesión sis fac ial , eq uimosis de la región mastoidea (sig-
Traumatismo encefalocraneano 157
1) LAD leve: en este caso el coma se extiende en- El hematoma extradural se desatTolla por la
tre 6 y 24 h luego del traumatismo; el paciente acumulación de sangre entre el cráneo y la dura-
Traumatismo encefalocraneano 159
madre, por lo general en la región temporal (con te corticod ura les, o en la ruptu ra de vasos cortica-
extensión a la pari etal), y rara vez en la occipital. les por laceració n de la corteza (mecanismo con-
Los mecanismos de producción son cizallamiento tusiona!).
de un a arteria meníngea (en particular la arteria El diagnóstico se establece por TC; en e ll a, la
meníngea media), sangrado del diploe en fractura lesión agud a (que cursa las primeras 24 h) se ve
con hundimjento y laceración de senos durales hiperdensa extendida por lo general sobre la con-
(co n más frecuencia seno sagital) . vex idad hemisférica, también se determinan las le-
Puede desan-ollarse en etapa tardía, vinculado a siones asoc iadas y el efecto de masa; e l hematoma
un TEC pasado, si su origen se debe a la ruptura de curso subagudo es el que se extiende hasta el
de un aneurisma traumático de la arteria meníngea fin de la segunda semana del TEC y éste se visua-
media. lizará con densidades heterogéneas, resultado del
cataboli smo de la hemoglobina.
• Trazo fracturario que intercepta un surco vas- Este hematoma, que si bien puede observarse
cular en la pl aca rad iográfica de perfil de crá- en pacientes con trastornos de la coagul ación, sue-
neo (en los niños pequeños puede no visuali- le ser de origen traumático, presenta un a colección
zarse el trazo de frac tu ra). hemática o de productos de degradación, localiza-
• An isocoria con midriasis homolateral a la frac- da en la convexidad (por lo genera l frontoparietal)
tura. o en e l nivel interhemisférico. El paciente puede
• Foco motor contralateral (hemiparesia progre- no recordar el TEC, por lo vana! o lejano que fue
siva o plejía). su traumatismo, o no haber tenido conciencia de él
• Disfasia progresiva si está afectado e l herrusfe- por producirse durante un acc idente isquémico
rio dominante. transitorio, o en oportunidad de un a crisis convu l-
siva, intoxicación alcohólica o li potimia. Se ve con
E l rec urso diagnóstico de elección es la TC, en frecuencia en sujetos añosos y en alcohóli cos .
la que se verán: un a imagen hiperdensa biconvexa
en próxima a la base y en la convexidad craneana,
el trazo de fractura y quizá lesiones asoc iadas. Advertencia: el cuadro clínico predominante
La mortalidad en el hematoma extrad ural se del hematoma subdural crónico es deterioro cogni -
encuentra vinculada a las lesiones asociadas, a las tivo y focal progresivo en un paciente cefaleico.
lesiones hipóxicas sec undari as y a su tratamiento
tardío .
El diagnóstico se establece por TC de buena ca-
lidad o RM. E l tratamiento implica la evacuación
Advertencia: el hematoma extradural es una y el lavado de la cavidad y eventualmente la de-
urge ncia neuroquirúrgica. capsu lación. Si el cerebro no posee la capacidad
de reexpandirse luego de la evacuación tiende a re-
cidivar.
palpar la alineación de las apófisis espinosas, semiaxial 30º frente (Towne). El dolor o la contu-
atender la presencia de dolor local, realizar sión del raquis o del cuello, o el coma traumático
semio logía radicular y de vías largas. son indicaciones de radiografía de raquis cervical :
Vl ) Examen del fondo de ojo: el FO contribuye frente y perfil (debe verse en el perfil hasta la 7ma
con e l conocimiento del estado nosológico vértebra cervical).
pretraumático del paciente (diabetes e hiper- Se efectuarán las radiografías complementarias
tensión arterial). La ausencia de edema de pa- que co1Tespondan.
pila no descarta hipertensión intracraneana.
VII) Estudios en el ingreso al hospital: si se
cuenta con tomografía computarizada de ce- Claves para determinar
rebro (TC) es el recurso de elección en la ur- en las radiografías si hay fracturas o no
gencia neurotraumatológica. Se realiza con el
paciente estabilizado desde los puntos de vis- • Una fractura del hueso temporal en un pacien-
ta hemodinámico y respiratorio. Nos informa te con anisocoria suele coincidir con la forma-
sobre edema cerebral, hiperperfusión, lesio- ción de un hematoma extradural; si la midriasis
nes múltiples o focales (hematomas, contu- es bilateral , la fractura puede indicar el lado de l
siones, cuerpos extraños, fracturas deprimi- probable hematoma.
das, aire intracraneano). • El hallazgo de una fractura occipital (inciden-
cia de Towne) y de signos de compromiso del
tronco cerebral o cerebelosos pueden significar
Indicaciones para efectuar tomografía la presencia de un hematoma extradural o sub-
computarizada cerebral dural de la fosa posterior.
• La radiografía de cráneo presta utilidad a los
• TEC en COMA con GCS menor o igual que efectos de constatar objetos extraños intracra-
8/ 15 = grave: efectuar TC. neanos, la relación de estructuras vasculares
• TEC con GCS entre 12 y 9/15 = moderado: con respecto a fracturas (arteria meníngea me-
efectuar TC. dia), para determinar la presencia y el compor-
• TEC con GCS entre 13 y 15/15 = leve: TC con- tamiento del neumoencéfalo traumático y i
dicional. hay migración intracraneana de proyectiles.
• TEC con déficit sensorial o focal evolutivo, o • En la evaluación radiológica del raquis se deben
con caída de 2 puntos de la escala de Glasgow pesquizar alteraciones mmfológicas o desalinea-
descartada y tratada la causa respiratoria, he- ción de segmentos vertebrale o ambos. Se de-
modinámica o metabólica: efectuar TC. ben obtener placas radiográficas de frente, perfil
• TEC triviales, sin fractura, sin amnesia peri- hasta C7 inclusive y transoral. En la radiología
traumática, sin antecedentes de alcoholismo ni se estudia el alineamiento de los cuerpos, la in-
coagulopatías, si n déficit neurológico que no se tegridad de la estructura, o sea, la luz de los es-
presenta en pacientes añosos, continuar con pacios intervertebrales, el espesor del espacio
observación y TC según evolución. prevertebral (C5-7, 22 mm, C2-4,5 a 7 mm).
2) Lesión contusa, cortante, herida cutánea por 9) Tratamiento qu1rurgico de las fracturas de la
proyectil: lavado con solución fisiológica con base del cráneo: está dirigido a corregir fístulas
efecto de aITastre. Asepsia con povidona yoda- de LCR, la descompresión de pares craneanos
da. Afrontamiento de los bordes de la herida (en particular 11 y VII) , y la reparación de lesio-
prev io desbridamiento y limpieza a fondo de nes vasculares.
vidrios, tietrn y otros materiales extraños. El Si el paciente traumatizado presenta signos ra-
cabello debe rasurarse en el contorno de la he- diológicos de fractura sin fístul a de LCR el tra-
rida; no utilizar el cabello para sujetar la gasa; tamiento antibiótico profiláctico es un tema
tratar de no dejar drenajes. controversia!.
3) Fractura expuesta con hundimiento: lavado con Alrededor del 25% de las físt ulas desarrolla
solución fisiológica con efecto de arrastre. meningitis, pese a ello no está indicada la pro-
Asepsia con povidona yodada. Vendaje oclusi- filaxis con antibióticos . Esto se debe a que se
vo no compresivo. evita seleccionar flora microbiana multiffesis-
4) Cuerpos extraños: proyectiJes, objetos punzan- tente.
tes, hundimiento de fragmentos óseos en el en- No hay criterio unificado sobre el momento
docráneo . de la cirugía en las fístu las de LCR, pero se
Lavado de la herida según consideraciones puede considerar la indicación de oclusión
previas. Aseps ia con povidona yodada. No quirúrgica de fístu la en etapa temprana en las
movilizar los objetos; si emergen, inmovili- siguientes situacio nes: físt ul a de alto débito,
zarlos con el vendaje. Vendaje oclusivo, no presencia de neumatoceles ex ten sos, neu-
compres ivo. moencéfalo hipertensivo, aire intrave ntricu-
lar, trazos extensos de fractura con herniac ión
de masa encefálica, cuando se desarrolla una
Advertencia: las situaciones 2) con déficit neu- meningitis de aparición temprana, por indica-
rológico , 3) y 4) son indicación de derivación a cen- ción de craneotomía por lesión expansiva (he-
tro neuroquirúrgico, luego de la atención inicial. matomas, contusiones hemorrágicas) o para
la reparación de heridas penetrantes intracra-
neanas .
5) Lesiones por descarga eléctrica: el tratamien- Las medidas ini ciales para el contro l de las
to se fundamenta en la remoción del tejido físt ulas son: el reposo en cama, evitar va lsal-
desvitalizado , plástica cutánea y eventual cra- vas , cabecera sobreelevada o en la pos ició n
neoplastia, el daño encefálico se atiende se- más adec uada para dism inuir e l débito.
gún las normas del tratam iento del edema ce- Transc urridas 72 horas si la fístu la prosigue
rebral. sintomát ica se coloca un drenaje lumbar para
6) Contusiones cerebrales: el tratamiento implica extraer alrededor de 150 cm 3 de LCR duran-
medidas antiedema y la eventual remoción del te 3 o 4 días, luego de lo cual se retira el sis-
foco contusivo, en especial si éste posee más de tema.
2,5 cm de di ámetro con efecto de masa y en En caso de neumoencéfalo masivo, éste se
área no elocuente. comporta como una lesión ocupante que se de-
7) Lesiones de los pares craneanos: la descom- be evacuar.
pres ión de un nervio craneano muchas veces 10) Lesiones traumáticas vasc ul ares. Pueden ser:
se conv ierte e n una urgencia neuroquirúrgica,
en particular cuando se trata del óptico y el 1) Lesiones de la carótida extracraneana:
fac ia l. El compromiso de los pares craneanos a) Lesiones hemorrágicas: la prioridad en el
baj os cuando el paciente sobrevive al episo- paciente con hemato ma cervical en expan-
dio traumático supone riesgos serios de com- sión es el control de la vía aérea con intuba-
pli cac io nes por neumopatía asp irativa ; asi- ción nasotraqueal; si no puede efectuarse
mismo, se deben controlar la taquicardia y la por la luxación severa de la vía aérea, se
sialorrea. puede intentar la intubación orotraqueal ba-
8) Tratamiento de la hidrocefalia: el tratamiento jo contro l endoscópico. En caso de no lo-
de la hid rocefa li a aguda implica derivación del grarse el objetivo, se impone cricotiroidoto-
LCR al exterior; esta hidrocefalia se caracteri- mía.
za por el edema periependimario intenso halla- Atendida la permeabilidad de la vía aérea,
do por TC. se encara el control de la hem01rngia: en el
Traumatismo encefalocraneano 165
Se distinguen tres grupos de pacientes: Los pacientes con TEC moderado se definen
como los que presentan GCS entre 9 y 13. Son sin
Grupo O (GCS 15, sin pérdida de conciencia, lugar a dudas los de manejo más difícil, ya que
amnesia, cefalea difusa o vómitos), pueden ser graves. Todos requieren una TC para
Grupo 1 (GCS 15 con pérdida de conciencia o la evaluación inicial. Si es normal, pueden mane-
amnesia o cefalea difusa o vómitos -uno o jarse como el grupo 2 de TEC leve. La presencia
varios de estos síntomas-) y de lesión intracraneana es indicación de interna-
Grupo 2 (GCS 14). ción en terapia intensiva o intermedia.
lf TAM Espontánea
Hidratación
Farmacolog.
Posic. cabecera
PPC
Evac. LOE
Mejorar ret. venoso
Drenaje LCR
Disminuir edema
~ ..
PIC .
-
-
-t
CMOC
PC02
D02
~/
Disminuir swelling - Viscosidad
Procedimientos
TEC Grave diagnósticos o
Evaluación
(GCS 8 o menos) terapéuticos de
ATLS
emergencia como está
indicado
Intubación
Reanimación con líquidos
¿Herniación?
¿Deterioro? - Hiperventilación
Manito! (1 g/kg)
Ventilación (Pco 2 35)
•
•
Oxigenación Si
Sedación ¿Resolución?
¿Parálisis
neuromuscular?
(fármacos de acción
• Si
No J_
•
UTI
Monitoreo de PIC
pamina a 5 ~t g/kg/ min , dosis vasodi latadora renal El manito] es de gran utilidad en el manejo del
para prevenir la insuficiencia aguda. Utili zamos paciente con TEC grave a la luz de este esquema
dosis de hasta 1,5 mg/hora en pacientes recupera- de cascada vasoconstrictora. Por su efecto reológi-
dos sin secuela neurol ógica. co disminuye la viscosidad , por su efecto osmóti-
El efecto de la posición de la cabeza ha sido co aumenta el FSC, reduce el edema cerebral y ac-
di scutido pero es comprobable con fac ilidad en la túa como que lante de los radicales libres. Es im-
práctica si uno coloca el transductor de TAM a la portante establecer que para que estos efectos ten-
mi sma altu ra que e l de la PIC y se e leva o descien- gan lugar el paciente debe estar normovolémi co y
de la cabeza. normonatrémico, ya que si no es as í se produce el
La dismjnuc ión del CMO ~ C se logra al contro- llamado efecto rebote. Éste también se expli ca por
lar la hipertermia y preve nir las convu lsiones , ya la cascada vasodi latadora: la pol iuri a induc ida por
sea con fenobarbita l o difenilhidantoína por un mí- manito] aumentará la hipovo lemi a y la hipotoni ci-
nimo de 7 días. dad por hiponatremi a. lo que ge nera rá hipotensión
El aumento de la D0 2 , se logra al mantener un y desencadenará la cascada. Una re\·isión reciente
volumen minuto normal o algo elevado con una del mecan ismo de acci ón ele los di uréticos sugiri ó
concentración adecuada de hemoglobina, que mo- potenciar el e fec to del manito! mediante su asocia-
delos experimentales situaron entre lO y 12 g. Es- ci ón con furosemida. Esto. que puede ser de utili-
ta concentración de Hb permite al mi smo tiempo dad para el manejo del paciente renal , es contra-
una DO, adecuada y una reducción en la viscos i- producente para e l individuo con trastorno neuro-
dad. - lógico en vi rtud ele lo ya explicado.
Las soluciones de cloruro de sodi o hipertónico
(al 3 o 7%) ganaron popularidad en los últimos
Advertencia: se demostró que la vasoconstric- años. El mecanismo de acció n es similar al del
ción inducida por hiperventilación es nociva en las manito] pero sin acc ión demostrada sobre los radi-
pri meras 24 h del TEC . La recomendación actual es cales libres. Nuestra recomendación es utilizarlas
utilizar una PC0 2 entre 35 y 40 , o controlar la hiper- cuando el paciente presenta hiponatremi a o en el
ventilación con oximetría cerebral, ya sea por es- intervalo de dosi s del manitol.
pectroscopia cercana al infrarrojo o catéteres en el Los barbitúricos deben relegarse a un último
golfo yugular. lugar, ya que si bien disminuyen el CM0 2C y la
PIC, lo hacen a expensas de reducir el FSC y la
168 Trauma. Prioridades
Relajación muscular (pancuronio en bolos según nece- La hipotensión arterial (TAS < 90 mm Hg) y la
sidad) hipoxia (cianosis o apnea en la escena o Po 2 < 60
mm Hg) deben evitarse de manera escrupulosa si
Mantener PC02 encima de 35 mm Hg
es posible, o corregirse de inmediato.
Opciones: la TAM debe mantenerse por enci-
Modificado de Rosner, con permiso del autor.
ma de 90 mm Hg a lo largo de toda la evolución
del paciente para tratar de mantener una PPC > 70
mm Hg.
PPC por los efectos hemodinámicos sistémicos;
en nuestra práctica indicamos el monitoreo hemo-
dinámico con optimización de los índices a valo- Indicaciones para el monitoreo
res normales o supranormales al utilizarlos. de la presión intracraneana
En la figura 7-1 -9 se resume el tratamiento clá-
sico y en el cuadro 7-1-3 el tratamiento guiado por Guías: el monitoreo de la PIC es apropiado en
la PPC. los pacientes con GCS 3 a 8 luego de una reanima-
La terapéutica propuesta del TEC grave no es ción cardiopulmonar adecuada y con una TC anor-
de masiado diferente de la expuesta por el TCDB, mal (contusiones, hematomas, edema o cisternas
excepto por la utilización indiscriminada de ino- de la base comprimidas). También está indicado si
trópicos. Lo que cambia es el punto final de la guía hay una TC normal pero con dos o más de los si-
del tratamiento; en el primero el objetivo es dismi- guientes hallazgos en el ingreso: edad > 40, postu-
nuir la PIC mientras que en el segundo, es aumen- ras motoras unilaterales o bilaterales, o TAS < 90
tar la PPC, no sólo por medio de la PIC sino tam- mm Hg.
bién al actuar sobre los otros factores (viscosidad, El monitoreo de PIC no se indica de rutina en
TAM y 0 0 2) en un modo dinámico, más acorde los pacientes con GCS 9 a 15. S in embargo, el mé-
con la realidad del paciente. dico puede elegir monitorear la PIC en algunos pa-
En el presente los corticoides, a la luz de los cientes conscientes con lesiones traumáticas con
trabajos de la última década, no tienen indicación efecto de masa.
en e l TEC desde los puntos de vista experimental
y práctico.
En el momento de escribir este capítulo los in- Umbrales para el tratamiento
forme. preliminares demostraban la ausencia de de la PIC
efecto positivo de los 2 1 aminoesteroides, superó-
xido dismutasa y antagonistas del N metil o aspar- Guías: el tratamiento de la presión intracranea-
tato en pacientes con TEC grave, en estudios do- na debe realizarse en un umbral superior a 20-25
ble ciego, con asignación al azar y placebo contro- mm Hg.
lados. Opciones: la interpretación y el tratamiento de
El algoritmo de la fig ura 7-1 - 1O es una síntesis la PIC basados en cualquier umbral deben con o-
del tratamiento de la hipertensión endocraneana borarse con el examen clínico frecuente y los da-
establecida. tos de la PPC.
Traumatismo encefalocraneano 169
'
Sí ~;~··~ No
' Repetir
t
Manitol 0,25- # hasta
1 g/kg/bolo Posm 320
Considerar Euvolemia
Retirar
repetir TC
Sí
...l;tl}p
' No
tratamiento
con cuidado
'
HV Pco2 30-35
'
Sí No
Sí
Opciones: la PPC debe mantenerse en un mí- Guía: debe ev itarse el uso de hiperventil ación
ni mo de 70 mm H g. L os resultados de la rec upe- profil áctica (Pc o 2 < 35 mm Hg) durante las prime-
rac ión de l os pac ientes de estudi os prospecti vos en ras 24 h luego del T EC, debido a que puede com-
los que la PPC se mantuvo en forma activa por en- pro meterse la perfu sión cerebral debido a que el
cima de 70 mm Hg muestran una reducción sus- fluj o sanguíneo cerebral se encuentra reducido en
tancial en la mortalidad (35% vs 40%) y en la ese momento.
morbilidad (54% vs 37 %) en comparaci ón con el Opciones: la hiperventilación puede ser nece-
T raumati c D ata B ank. saria, por corto período, ante deteri oro neurol ógi-
170 Trauma. Prioridades
co agudo o cuando la hipertensión intracraneana al menos un 15% de las calorías como proteínas ,
es refractaria a otros tratamientos. En ese caso se después del séptimo día del TEC.
recomienda monitorear la saturación yugular de Opciones: se prefiere la utilización de la ali-
O,, diferencia arterioyugu lar de O? y FSC, para mentación yeyunal por gastroyeyunostomía debi-
identificar isquemia cerebral , sobre todo con Peo? do a que permite evitar la intolerancia gástrica y a
< 30 mm Hg) . - la faci lidad de uso.
angular provocada por las est1ías del cañón del ar- Lesiones primarias
ma. Esta trayectori a tiene un alcance determinado
por la energía con lo que sale el proyectil. Si no En su trayec toria, el proyectil provoca lesiones
encuentra un obstáculo esta energía es consumida asoc iadas de partes blandas, hueso y parénquima.
por la fricción con el aire y la fuerza de gravedad,
que provoca la caída del proyectil a tie1Ta. - Partes blandas: se pueden apreciar ruptura de
La energía desa rroll ada por el proyectil se re- tej ido, laceraciones, heridas contuso-penetran-
laciona con su cuadrado de la veloc idad y con la tes, etc. En ocasiones la lesión cutánea puede
masa según la fó rmul a de energía cinéti ca: Ec = revestir dificultad por la cantidad de sustancia
1/2 m V perdida, lo que obliga a síntesis con colgajos
Dada la fó rmul a se desprende que el factor pri- rotatorios o injertos que deben dejarse para un
mordial a tener en cuenta en la lesión es la veloci- segundo tiempo, de ac uerdo con la gravedad
dad y no el calibre. del caso . Siempre hay que resecar el tejido da-
De hecho en el presente el facto r penetrante y ñado y la síntesis debe realizarse con tejido via-
destructor de las armas se basa en el desarroll o de ble. Es importante observar diversos signos de
altas velocidades y no en la utilización de calibres importancia médico-legal, como las quemadu-
de gran tamaño. ras de pólvora, el anillo de Fish, el signo de la
La energía aplicada al cráneo en el momento ' boca de mina' de Hoffman, etc., para consig-
del impacto es difíc il de calcular, porque depende narlos en forma correcta en el parte quirúrgico
de varios fac tores : distancia del disparo, ángulo de y a la vez infe rir la distancia del disparo.
penetración, velocidad del viento, interposición o - Hueso: en el cráneo se prod ucen frac tu ras co-
no de un obstác ul o rrespo ndientes al orific io de ent rada o salida.
Cuando el proyectil alcanza el cráneo, la ener- Estas fractu ras deben considerarse "complica-
gía que lleva se utiliza en impac tarlo, fracturarl o, das externas" (en contac to con el exterior) y de-
penetrarlo, delinear la trayectori a en el parénqui- ben tratarse mediante cirugía. Por lo general la
ma y, de ac uerdo con el caso, abrir el orific io de salida es de mayor tamaño y más anfractuosa
salida. que la entrada.
Cuando la herida es transfi xiante, es dec ir, hay - Parénquima: las lesiones se centra n en el tra-
orificio de entrada y de salida, este último es de yecto del proyectil (sedal) y su gravedad de-
mayor tamaño y más anfrac tuoso que el anterior. pende de su energía. Se extienden a las paredes
Los proyectiles de baja ve loc idad sólo provo- del sedal o a regiones distantes de él.
can les iones en su trayec to, mientras que los de al-
ta veloc idad hacen lo mismo pero agregan lesiones
difusas más allá del trayecto. Advertencia: básicamente hay tres aconteci -
mienos primarios que se producen en la lesión pe -
netrante.
FISIOPATOLOGÍA Y LESIONES
1) Destrucción local del parénqu ima.
En este punto podemos describir dos ti pos de 2) Cavidad temporaria (sedal) mayor al diáme-
lesiones: tro del proyectil (hasta 30 veces mayor) , que
se colapsa en los primeros milisegundos.
• Lesión primaria: se produce en el momento del 3) Una honda de choque, que se transmite den-
impacto. tro de toda la cavidad intracraneana.
• Les ión secundari a: se produce luego del im-
pacto.
Los mecani smos de producción son:
La lesión primaria provoca laceraciones y
hemorragia, y está provocada por el proyectil en 1. Laceración directa del tejido en relación con el
su trayecto y otros elementos que pueda arrastrar paso del proyectil.
(fragmentos de él, huesos, pelo, etc.). De ac uerdo 2. Honda de shock: lesión estructu ral o funcional
con la elocuencia del sector del encéfalo compro- que produce disfunción local, o a distancia.
metido, corresponderá la gravedad y las manifes - 3. Cavitación: dado que en la punta del proyectil
taciones del cuadro. Cuando se involucra el tronco hay un polo de presión positiva, y en la cola, un
cerebra l en general son incompatibles con la vida. polo de presión negativa, por la distribut ión de
174 Trauma. Prioridades
los gases que arrastra se provoca una cavidad subyacente. Un facto r importante para la decisión y
temporaria que luego se derrumba. Mecanismo el pronóstico es el grado de conciencia al ingreso, lo
típico de armas militares o de alta velocidad. que se estadifica con la escala de coma de Glasgow.
Es importante también detectar temprano la presen-
cia de un foco neurológico evolutivo que pueda in-
Lesiones secundarias dicar una lesión expansiva en curso.
El éxito de estos casos es reducir los efectos de Heridas craneofaciales: en este grupo son fre-
las lesiones secundari as al máx imo posible. cuentes las complicaciones por infección y fístulas
de líquido cefalorraquídeo, dado que con frecuen-
Los objetivos del tratamiento quirúrgico son: cia están comprometidos los senos paranasales.
También pueden estar comprometidos grandes va-
- Reparar les iones de partes blandas, de la sos del polígono de Willis. El tratamiento de ur-
manera más anatómica posible. genci a sigue los principios ya enunciados, pero el
- Reducir y reparar las fracturas óseas. defi niti vo suele requerir otras especialidades
- Explorar la trayectoria del proyectil. (ORL, plástica, oftalmo logía, etc.).
- Remover hematomas. Heridas transfixiantes : son las que poseen ori -
- Realizar hemostasia prolija. ficio de entrada y de salida, y deben tratarse con
- Remover tejidos dañados no viables. doble craneotomía según los parámetros ya men-
Remover cuerpos extraños y el proyectil cionados.
cuando éste es accesible. (Recordar que no Fragmentos retenidos: en general los frag men-
es el fundamento de la intervención quirúr- tos se remueven, salvo los que se asientan en áreas
gica.). elocuentes, para no agregar déficit en la primera
Reducir los riesgos de infección y epilepsia intervención. Pero si por la clínica y por imagen se
postraumática. detectan infecciones o abscesos , debe indicarse la
Colocar sistema de monitoreo de presión in- exploración quirúrgica.
tracraneana.
Realizar una síntesis prolija de todos los
planos. Practicar un cierre correcto de la du- COMPLICACIONES
ramadre.
Fístula de líquido cefalorraquídeo: cuando ésta
se presenta debe repararse lo antes posible para
PRONÓSTICO evitar infecciones graves. Infecciones: pueden pre-
sentarse de inmediato o luego de varios días (de
La mortalidad global de los pacientes trata- acuerdo con las circunstancias). Se presentan co-
dos se acerca al 80%. Los factores de predicción mo cerebritis, absceso o meningitis. Predispone a
más importantes son: grado de escala de Gl as- esta complicación la presencia de lesiones exten-
gow 4-5, mortalidad del 90% (en general corres- sas, la trayectoria del proyectil a través de los se-
ponde a pacientes no operados); tiempo: de los nos paranasales, la fístula de líquido cefalorraquí-
pacientes ingresados que fallecen , el 70% lo ha- deo, el tratamiento inicial no adecuado y los pa-
ce en las primeras 24 horas de atención , por lo cientes comatosos.
que luego de las primeras 24 horas la mortalidad La epi lepsia postraumática se pre enta en el
disminuye, salvo por la aparición de otras afec- 20-40% de los casos de lesiones severas. La infec-
ciones clínicas; hipotensión cuando es tempran a ción aumenta el riesgo de esta complicac ión. Por
es un signo de mal pronóstico; hiperten sión in- lo general se utiliza la DFH para reducir la inci -
tracraneana : valores de más de 40 mm Hg se dencia de convulsiones durante la primera semana
asocia n con mortalidad elevada. Valores meno- posterior a la lesión. y la mayoría de los autores re-
res que 20 mm Hg revel an un pronóstico favora- comienda el uso de anticom iciales durante al me-
ble. nos un año.
CASOS ESPECIALES
CONCLUSIONES
Heridas tangenciales: en estos casos el proyec-
til no penetra el cráneo, pero el impacto puede La literatura médica y la experiencia determi-
provocar lesiones durales que al lacerarse generan nan que en estos pacientes la mortalidad y las se-
contusiones o hematomas. Estas lesiones poseen cuelas se deciden prácticamente en las primeras 24
relativamente baj a morbilidad , en comparación horas de tratamiento, y de acuerdo con la gravedad
con las penetrantes; no obstante, deberá realizarse de la lesión. De esto se desprende la importancia
TC en todos los casos y un seguimiento neurológi- de tomar decisiones adecuadas en los primeros
co cuidadoso. momentos, para lo que el grupo humano de aten-
176 Trauma. Prioridades
ción debe estar entrenado, y la infraestructura hos- Gen narelli TA. Emergency department manage ment of
pitalaria debe ser suficiente. head injuries. En: Clini cs of N A 1984; 2,4: 749-760.
Hay que recordar que las lesiones penetrantes Murillo Cabezas F, Muñoz Sánchez MA. Traumati smo
por proyectil siempre son de manejo neuroquirúr- craneoencefálico. En Sociedad Argentina de Terapi a
gico y que tanto éste como el tratamiento médico Intensiva (ed.). Terapi a In tensiva. Editori al Médica
en la sala de emergencias, están diiigidos a detec- Panameri ca na, Buenos Aires, 1995:198-2 17.
Neira J, Ceraso OH , Prev igli ano l. Traumati smo ence-
tar y corregir las lesiones secundarias, mantenien-
faJocraneano. Com ité de traum a. Asoc iac ión Argen-
do en primer término las condiciones generales de
tina de Ciru gía, 1993.
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mati smo encefalocraneano: Intento de clas ifi cación
Becker DP, Mill er DJ, Ward JO, et al. The outcome from e impli ca ncias di agnósticas. Medi cin a Inte nsiva
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Sección 8
Traumatismo maxilofacial
Capítulo
Traumatismo maxilofacial
Marcelo F. Figari
179
180 Trauma. Prioridades
Como se detallará más adelante, e l examen de El análisis exhaustivo de las relaciones oclusa-
las órbitas incluye la inspección de hematomas les permitirá detectar la presencia de maloclusión
palpebrales y esclerales, la palpación cuidadosa de de diversos grados:
la anatomía de los rebordes orbitarios, para detec-
tar escalo namientos, y la verificación de alteracio- Escalonamiento de Ja mordida en las fracturas
nes de Ja sensibilidad en el nivel de las ramas pri- del área s infisiaria o parasinfi siaria (acompaña-
mera y segu nda del trigémjno. do del correspondiente hematoma vestibular).
Junto al examen de agudeza visual Ja explora- Mordida abie11a anterior por contacto temprano
c ió n de la motilidad ocular lleva a detectar atrapa- en el nivel molar en las fracturas del ángulo
mientos musculares (dentro de pequeñas líneas de mandibular o de la región subcondilar, que alte-
fractura) o alteraciones vo lumétri cas orbitarias a ran la altura de la rama ascendente (fig. 8- 1-1 ) .
expensas de fractura co n defecto de a lg una de sus
paredes. Esto va le en especial para la pared media l Por último, también corresponde detectar y re-
y posterior, y para la pared lateral orbitarias , fun- gistrar alteraciones de la sensibilidad en el labio
damentales en e l mantenimiento de la proyección inferior (nervio dentario inferior/me ntoniano), que
del g lobo oc ular. En general la fa lta de esa proyec- e n ocasiones pueden atribuirse a sección nerviosa
ción lleva a di stintos grados de enoftalmos. o estiramiento por desplazamiento de los seg men-
El hundimiento severo del piso orbitario lleva a tos óseos mandibulares.
e noftalmos e hipoftalmos. Según la prevalencia En caso de habe r lace ra c io nes c ut á nea>. deb e
de los mecanismos ante descritos, e l e xamen de la co nstatarse la pro babl e lesió n del tronco n de ra-
motilidad permitirá definir diplopía (vis ió n do ble) mas de l nen·io fac ia l mediant e el cnmrromi'n
en e l plano vertical u hori zontal. funcional de In' mü,cull1' efednre' 1 en ranic' U-
La inspección y la palpaci ón de l secto r la tera l la r frontal. orbicular palpebr~il ~ nrbic ular Lt-
del rostro ll evan a detectar falta de proyec ci ó n de l bi a l J. tratan do ck de te rmin a r la po,ible repa ra-
hu eso malar o depresión debido a conminución del ción.
arco cigomático. En las fracturas de alta energía el
colapso de estas es tructuras lleva a perder Jo que
en términos biomecánicos se den om ina marco fa- EXAMEN RADIOLÓGICO
cial externo. Esta estructura es vital para mante-
ner las dimen siones latera les de la cara. Las incide ncias radiológicas convencionales
No debemos o lvidar mencionar Ja importancia mantienen un lugar en los traumas faciales loca-
de la inspecc ió n c uid adosa del pabellón au ricular li zados y de baja complejidad. Por ejemplo, e n
y del cond ucto auditivo externo (CAE). En el caso las fracturas cigomáticas levemente desplazadas,
de los otohematomas. hay que tomar precaucio- la mentonasoplaca o pos ici ón de Waters permite
nes simi lares a Jo ya exp uesto para el tab ique na- evaluar el marco orbitario y e l compo nente rota-
sa l. La evacuación del hematoma y Ja cobertura c ional del ma lar. La incide nc ia de Towne es en
antibiótica previenen abscesos y reabsorciones particular valiosa en la determinación de fractu-
cartilaginosas indeseables. ras y el grado de desplazamiento de las áreas
El sangrado o la pérdida de líquido cefalo- condilar y subco ndilar. Es también reco nocido e l
rraquídeo por el CAE impli can desde ya Ja par- apo rte de las radiografías de perfil de huesos na-
ticipación de Ja base del crá neo en el trauma. sa les para evaluar Ja repercusión de un impacto
E l sig uiente paso sem iológico será Ja detección anteroposterior.
de alterac io nes en las relaciones de ocl usió n o mo- La ortopantomografía mandibular (Panorex) es
vilidad maxilomandibular. Luego de una inspec- un estudio in soslayable del paciente fracturado en
ción cuidadosa de las arcadas dentarias se registra e l maxilar inferior. Ningún otro estudio radiográfi-
la presencia de pieza dentarias móviles o perdidas. co brinda tanta y tan segura información sobre la
Las piezas móviles luego se inmovilizarán con fé- mandíbula (fig. 8- 1-2). La Panorex debe comple-
rula y las avu lsionadas deberán conservarse con e l mentarse en las fracturas de Ja región anterior co n
fin de evaluar su reimplante en e tapa más tardía. una incidencia oclusal, Jo que permite ev idenc iar
Para constata r la movilidad del maxilar supe- desplazamientos fracturarios en el plano lingual-
rior, la maniobra aco nsejada es la pres ión digital vest ibular.
sobre los inci sivos superiores o sobre el mismo pa- Cuando nos referimos a fracturas co mpleja'
ladar duro, mientras se fija el resto del cráneo con (de alta energía o panfaciales), la prefere ncia en
la otra mano. c uanto al estudio se orienta con claridad hacia 1a
184 Trauma. Prioridades
Fig. 8-1-2. Panorex, que muestra fractura parasinfisiaria izquierda combinada con fractura subcondílea
baja homolateral.
tomografía computaii zada. Las ventajas de este En términos técnicos, un estud io completo del
estudio son numerosas: área fac ial requiere de la práctica de cortes tomo-
gráficos axiales y coronales.
- Permite un estudio acabado de la anatomía es- Los cortes ax iales (fi g. 8- l-3A) son importan-
quelética fac ial y de la presencia de alteracio- tes para estudiar las paredes anterior y posterior
nes simultáneas de partes blandas. de l seno fro nta l, la confo rmación orbitaria (pare-
- En las frac turas que involucran la base del crá- des laterales y vértice. incluido el canal óptico) y
neo anteri or o en las fracturas conminutas del la anato mía de las celdas etmo idales, los senos
área orbitaria, la planificació n preoperatoria se- max ilares, e l paladar duro y el cuerpo mandibu-
ría imposible sin su aporte. lar.
- Facilita la detección de lesiones inadvertidas en E n cambio, los cortes coronales permiten ana-
la clínica, surgidas como consecuenc ia del lizar la base de l cráneo anterior, e l techo y el piso
trauma y de posible resolución en la e mergen- de las órbitas (fig. 8- l-3B), las ramas ascendentes
c ia: hematoma retrobulbar orbitai·io, sección o mand ibulares y la artic ulación temporomandibu-
compresión del nervio óptico, neumoencéfalo, lar. Dado que, salvo en algunos equipos tomográ-
compromiso de la base del cráneo anterior o ficos especiales, la práctica de los cortes coronales
media, etc. req uiere una posición de hiperextensión cefálica.
- Dado que, como se indicó, gran parte de los pa- es cond ición "sine q ua non·· la evaluación tomo-
cientes son politraumatizados, la mayoría de gráfica axial del raq uis cervical antes de pasar al
e llos tendrá indicación precisa de tomografía estudio coronal .
craneana y cerebral, cervical, raquídea, toráci-
ca, abdomi nal o pelviana. En la medida en que
el paciente se encuentre estable desde el punto
Advertencia: es necesario estudiar el raquis
de vista hemodinámico. la real ización de un es-
por tomog rafía antes de colocar al paciente en
tudio tomográ fico integral es planificable. E n
hiperextensión para la práctica de cortes corona-
ese sentido. las nuevas técnicas de tomografía
les.
espiralada facili tan un estudio de esa magnitud
en pocos mi nutos.
A B
Fig. 8-1-3. A. Corte axial de tomografía computarizada, en el nivel de las órbitas . que muestra trazo en
techo orbitario. B. Corte coronal de tomografía computarizada. en la que se observa la consecución de la
fractura en la calota.
de las regiones mandibul ares (L 1 a L 8), tipo de de alta energía, con conminución y des plaza-
oclusión dentaria preexistente (0 0 a 0 2), compro- miento del arco cigo mático, lo que en general
miso de los tej idos blandos determinante de expo- requiere reducción abierta con osteosíntesis.
sición intraoral o extraoral (S 0 a S) y fracturas - Fracturas nasoorbitoetmoidales, divididas en
asociadas en el resto del esqueleto facial (A 0 a A 6). grados I a III , segú n Ja magnitud del segmento
Ello derivó en la conocida clasificac ión FLOSA óseo en que se mantenga inserto el ligamento
que, tomando como base al TNM en oncología, cantal , lo que a su vez tendrá relación directa
estructu ra la gravedad de presentación de las frac- con la fac ilidad de resolución quirúrgica del te-
turas en estadi os I y II (fracturas cerradas), lII y IV lecanto traumáti co producido por el agente le-
(frac turas expuestas) y V (fracturas con defecto y siona!.
heridas por arm a de fuego). Hasta el presente esta - Fracturas parietales orbitarias, subdi vididas a
clasificac ión es una de las más racionales en el su vez en fracturas lineales, frac turas tipo
área mandibular. " blow in", cuando el frag mento óseo frac tura-
Como mencionáramos, en 1990 Manson y col. , do irrumpe en la órbita, " bl ow out" , cuando el
publi caron su ex periencia basada en el análi sis to- fragmento óseo se desplaza hacia las cav idades
mográfico exhaustivo de una importante poblac ión vec inas, o frac tu ras complej as, con conminu-
de pacientes con traumati smo, estudi ados y trata- ción.
dos en el Shock Trauma Center de Baltimore,
Maryland . Luego de anali zar los efectos de l tra u-
ma sobre e l esq ueleto fac ial, clasificaron las frac- CONCEPTOS GENERALES
turas de todas las locali zac iones sobre la base de DE TRATAMIENTO
dos características identificab les con la tomografía
computari zada: despl aza miento y conminuc ión. El objeti vo del tratami ento del paciente trau-
Así se definieron las fracturas de baja, mediana y matizado facia l es, obviamente, la recuperac ión
alta energ ía. más cercana a la normalidad de for ma y funci ón,
Las frac tu ras de baja energía pueden ser in- con restitución del indi viduo lo antes posible a su
completas. El grado de desp lazamiento es mínimo ámbito soc ial, fami liar y labora l. En e l caso parti-
y en general no requieren maniobras complejas de cular de las fracturas mandibul ares se persigue
redu cc ión y fijación. conseguir la cicatri zac ión ósea bajo condi ciones
Las de mediana energía, que constitu yen el funcionales , lo que implica tratar de evitar en la
grueso de las fracturas, suelen requerir reducción medida de lo pos ible la fijación intermaxi lar como
y fij ación abierta debido al grado de despl aza- método definitivo de tratamiento.
miento, según las técnicas estándar con ex posici o- Un primer punto importante a considerar es
nes locales. cuándo debe operarse un pac iente que adolece de
Las fracturas de alta energía, mu y frag menta- fracturas fac iales. Lejos del concepto tradicional
das y desp lazadas, obligan a ex posiciones más que relegaba la reso lución del traumatismo hasta
ampli as y fijación estable minuciosa para su trata- varios días luego del acontecimiento traumático,
miento. en e l presente, y en la medida en que no hayan
La mayo r parte de los pacientes e n los más de contraindicac io nes abso lutas de intervención, so-
1.100 estudios tomográficos practicados en esa bre todo de índole neuro lógica, se prefiere operar
seri e, se hall aba n e n el grupo de " moderada lo antes posibl e. En ge neral, las primeras 72 horas
e ne rgía" . se consideran ideales.
Tamb ién cabe mencionar que, en función del
principio clasificatorio basado en la tomografía,
las fracturas de l tercio med io en sí se subdi viden a Advertencia: el trauma facial debe resolverse lo
su vez en: antes posible luego de producido. Los retrasos en
el tratamiento complican la reducción fracturaria y
- Fracturas orbitocigomáticas, o sea, las que los tejidos blandos comienzan a retraerse sobre un
comprometen la pared extern a de la órb ita y las sustrato óseo distorsionado.
inserciones del hueso malar. Fueron estratifica-
das por Jackson (1989) en grados I a IV; el gra-
do l representa la fract ura sin desplazamiento Es cierto que hay gran número de fracturas que
ni componente rotac ional (q ue por lo ta nto no permiten e l simple seguimiento expectante por su
requiere tratam iento), y el grado IV, la fract ura escasa o nul a repercusión estética y fun cional
Traumatismo maxilofacial 187
Fracturas panfaciales
Fracturas de los senos frontales con impactación o compromi so de base del cráneo
Fracturas mandibul ares exp uestas, conm inutas, con defecto o infectadas
Toda vez que un procedimiento de red ucc ión o de fijación indirecta resulte poco confiable
(fracturas lineales de hueso propio nasal, fracturas - Reorganización anatómica de los fragmentos.
de cara anterior de seno frontal sin desplazamien- - Disminución de las chances de infección .
to, fractura orbitocigomática grado 1, fracturas
subcondíleas no desplazadas en mandíbula edén- Las fracturas que se infectaron por falta de tra-
tula, etc.). tamiento adecuado, no implican una contraindica-
Por otra parte, y según el tipo de traumatismo, ción de fijación interna, sino una indicación para
entre un 50 y un 60% de las fracturas mandibul a- practicarla.
res pueden tratarse de manera adec uada mediante Las indicac iones quirúrgicas más importantes
inmovilización de la boca del paciente en perfecta de las fracturas faciales se resumen en el cuadro
oclusión por medio de fijación intermaxilar (FIM) , 8-1-1.
con la ayuda de arcos peine u otro tipo de férulas La anatomía quirúrgica moderna del rostro lo
dentarias. Este concepto vale para casi la totalidad considera subdividido en unidades anatomofun-
de las fracturas condíleas y gran parte de las sub- cionales (fig. 8- 1-5) y el objetivo del tratamiento
condíleas, que se tratan con 10 a 14 días de FIM y será precisamente su reconstitución . Cuando se
luego con terapia funcional temprana. planifica la c irugía de un trauma panfacial , en ge-
Sin embargo, gran parte de los trazos fractura- neral se sigue una secuencia lógica y ordenada de
rios requieren reducción abierta y osteosíntesis. actitudes:
Cuando el procedimiento está indicado, la fija-
ción de las fracturas en posición correcta se reali- - Control intraoperatorio de la vía aérea, lo que
za por medio de placas y tornillos de titanio, que implica:
ofrecen una situación de estabilidad muy superior
a la provista por el alambre. Si bien el acero toda- • Intubación nasotraqueal : la mayoría de las
vía se emplea con buenos resultados en algunas veces, con la boca libre para controlar la
aplicaciones ortopédicas, el titanio es superior de- oclusión.
bido a una mayor biocompatibilidad, sin reaccio- • Intubación orotraqueal: cuando haya pieza;;
nes adversas conocidas, por lo que no se requiere dentarias faltantes o se pueda ubicar el lllbo
su remoción , a menos que haya complicaciones. espiralado en posición retromolar.
Las ventajas del empleo de la fijación interna • Intubación submentoniana: se pasa el tubo
estable son: oral por una contraabertura en el pi so de la
boca, lo que permite controlar la boca y la
Disminución casi absoluta de la movilidad in- región nasal en Ja cirugía (fig. 8-1-1 ).
terfragmentaria. • Traqueotomía: sólo en ocasiones.
188 Trauma. Prioridades
Fig. 8-1-7. "Arbotantes" del macizo facial. Modelo (izquierda) y radiograf1a posoperatoria (derecha).
- Osteosíntesis secuencial de las fracturas. Las - Finalizado el ti e mpo óseo se precisa la res u ~
placas y los tornillos, con un número mínimo pensión de todo. lo~ accesos subperió,ticos pa-
de dos por lado en el tercio medio y de tres por ra evitar el envejec imiento facial te mprano y el
lado en la mandíbula, se e mplazan siguiendo cierre plástico de todos los accesos.
los .. arbotantes.. del macizo facial , pi lares
óseos que vehiculizan las fu erzas masticatori as
a la calota <fig. 8-1-7). Advertencia: el logro de una oclusión dentaria
- No de be ha be r brechas óseas ni usarse los correcta durante el procedimiento de fijación de
implantes para puentear defectos (salvo en fracturas mandibulares o bimaxilares es trascen-
el caso particular de las fracturas mandibul a- dente. Una de las peores secuelas de un trauma
res conminutas o con pérdida de s ustanci a). mal tratado es la mala oclusión posoperatoria.
Las zo nas con mu ltifragme ntación o pérdida
ósea en el tercio medio o a lto deben injertar-
se. de preferenci a con hueso de tabla externa En los dos capítulos siguiente' -,e e.\pondran
de calo ta. q ue posee el mis mo origen em- los conceptos fundamemal e, re 1e ridth a ºº'
briol óg ico que la mayoría de los huesos de traumas sectori ales e n c'pecial ct1111piejL1,: el
la cara y por lo ta nto presenta el me nor índi- tra um a oc ular y las herida;. de amia de r"ucg o en
ce de reabso rción . la mandíbu la.
Capítulo 8-2
Manejo de la emergencia
en las lesiones oculares.
Criterios de derivación
Daniel Weil
- La evaluac ión de la agudeza visual es un ele- El compro miso del párpado superior puede ev i-
mento simple e imprescindible para determ inar denciarse por med io de ptosis palpebral. En esos
el compromiso del globo: visión cuenta dedos, casos se debe considerar Ja reconstrucción de la
visión bulto, proyección luminosa. aponeurosis y el músculo elevador.
- Todo trauma ocul ar requiere la evaluación del Evaluar las lesiones palpebrales que provoquen
fo ndo de ojo debido a la frec uencia de lesiones un mal cierre con exposición de Ja córnea. Consi-
retinianas por traumatismo contuso. derar eventual tarsorrafia con fi nes de protec-
- El examen de la motilidad alerta sobre lesio- ción.
nes de Jos mú scul os extraoc ulares por frac tu- Descartar lesiones de la vía lagri mal. Éstas de-
ras de pared o sobre les iones del ápex o intra- ben sospecharse ante trauma en el ángulo interno.
craneanas . Si se evidencia compro miso de los canalículos la-
grimales, se debe considerar la reconstrucción
canalicular bajo microscopio.
LESIONES PALPEBRALES
190
Traumatismo maxilofacial 191
Los cuerpos extraños intraorbitarios requieren No requieren traumas severos para producir-
evaluación tomográfica y en la mayoría de los ca- se . La ag udeza visual y el examen pupilar están
sos no precisan extracción. Recordar que las heri - comprometidos . El resto del examen ocular es
das de proyectil pueden producir dobles perfora- normal. Asimismo, las imáge nes que recorren e l
ciones, anteriores y posteriores. trayecto del nervio pueden ser normales.
El hematoma retrobulbar es un aco nteci- El tratamiento se realiza con antiinflamatorios,
miento por fortuna poco frecuente. La acumula- ya que la descompresión aporta malos resultados.
ción de sangre en el vértice orbitario se expresa Sin embargo, en los casos en que en realidad se
por dolor, pérdida de la visión, proptosis, hemato- ev idencie una compresión del óptico, el método
ma conj un tivo-palpebral, alteraciones de la motili- más seguro es un abordaje coronal con una ma.rg i-
dad oc ul ar. El tratamiento debe realizarse de notomía temporaria que permita un amplio acceso
acuerdo con la evaluación. de la agudeza visual y a l vértice orbitario.
la presión. intraocula1: Es vita l contar con. una
tomograj(a computarizada.
Las indicaciones de cirugía descompresiva de
urgencia son pérdida aguda de la visión luego del Advertencia: cuando se decida encarar una re-
ep isodio traumático o pérdida progresiva luego de construcción orbitaria, los riesgos de la explora-
un intervalo de visión normal , con diagnóstico ción deben decidirse co n el oftalmólogo.
confirmado de hematoma retrobulbar.
Capítulo 8-3
El manejo de los pacientes con heridas fac iales ra un a traqueotomía cabe considera r la ejecución
por arma de fuego varía conforme a la magnitud de un a c ri cotirotomía temporaria. Es imponante
de las les iones. M uchos autores c las ificaron y di- record ar que la cricotirotomía está contraindicada
vidieron las lesiones por arm a de fuego en lesiones por completo si hay lesi ó n de la laringe. Cuando
por proyectiles de alta veloc idad y de baja ve loc i- se estima que puede haber fractura laríngea. es po-
dad. según el tipo de arm a utili zada . Argum entan sible que haya un hematoma significati vo e n esta
para ell o que habrá mucha más e nergía disipada y área. Bajo estas circunstancias. la intubaci ó n e'tá
más destrucción en cara, cabeza y c uell o con un contraindicada. El hematoma puede res o l' er<.e
proyecti l de alta ve locidad. que con uno de baja co n el paso del tiempo. pero el paciente debe ub -
ve locidad. servarse en una unid ad ele c uid ados int cn-,i' º'·co n
En la práctica c línica, la c lasificac ió n especia l atenci ón para la vía aérea. De ha ber d uda,
mencionada no ha resultado demasiado út il. E n respecto de problemas co n la \' Ía aérea . proceder
caso de un asa lto, a menudo ni el paciente ni el ci- ele inmediato con un a traque otolllía' e' ita r la c ri-
rujano conocen qué tipo de arma se utili zó. Ade- cotirotomía. que puede in g re~a r en el helllawma.
más, algu nas de las peores heridas que hemos tra- A !lle nucl o se requ ie re una tr~1quen t n!ll1a tem -
tado fueron autoinfligidas por proyectiles. que poraria com o pa rte de la reco n>1rucc11)n. inc luso
pueden ser de baja velocidad , pero que a corta d is- c uando la d a aérea 'e encue mra e, tab le . dehiclo al
ta ncia producen lesio nes en ex tre mo mutilantes. marcado ede ma pci.,npera tori o c uando se trata de
con grandes defectos óseos y de tejidos blandos. heridas en la k ngua y la mandíbula.
Lo más importante para el manejo está inclui- Me preocupa que con J'recuencia se utiliza e n
do en los principios básicos expuestos por el ATLS exceso la traL1u eotomía de emergencia en el lugar
y el ACLS. que comprenden: l ) vía aérea; 2) res- de lo> hec ho' o en la sa la ele emerge ncias. e n ca-
piración y 3) circu lación (ARC). En inglés. las ini- sos de herida > fac iales a utoinfli giclas por proyecti-
ciales fo rm an la sigla ABC. E n muchas instancias les. A menudo están destruidos la mandíbula y el
puede haber un proyectil que es posib le q ue haya terci o medio facia l y es fácil que ha ta el c irujano
ingresado y salido sin afectar la vía aérea. Sin em- expenmentado entre e n pánico. Cuando se destru-
bargo, ésta sie mpre debe considerarse . En heridas yó la sínfisi s mand ibul ar, falta el soporte anterior
mutilantes cabe considerar una traqueotomía para de la lengua. lo que hace que esta caiga hacia atrás
e l manejo de la vía aérea e n el corto o el largo pla- - hacia la garganta- c uando el pacie nte e tá en po-
zo . Hasta que se den las circunstancias ideales pa- sici ó n supin a. El probl ema con la vía aérea se exa-
193
194 Trauma. Prioridades
> -
Fig. 8-3-2. Después de la hemoaspiración y de
Fig. 8-3-1. Las figuras 8-3-1 a 8-3-3 representan la aplicar tracción a la lengua, los reparos anatómi-
secuencia de presentación , reconstrucción y se- cos se notan mejor. El paciente se intubó en la sa-
guimiento de una herida facial autoinfligida por dis- la de emergencias y se lo llevó al quirófano, donde
paro de arma de fuego. La entrada se hallaba en se le hizo una traqueotomía. Esta fotografía se to-
el área submentoniana, con trayectoria levemente mó en el quirófano después de instalar una placa
hacia anterior. Los proyectiles destruyeron la man- reconstructiva de titanio en el defecto del sector
díbula, el paladar, las órbitas y la nariz , pero no anterior de la mandíbula.
afectaron los globos oculares, el seno frontal ni el
lóbulo frontal. La primera fotografía representa el
terrible aspecto de presentación de este paciente , menor, resulta importante mantener al pac iente en
que en principio no parece tener ningún hito ana-
una pos ición cómoda. con buena aspiración, has ta
tómico reconocible .
que estén dadas las circunstancias convenientes
para una intubac ión o una traqu eotomía establ es .
A unque la les ió n pueda parecer terribl e (fi g. 8-3-
cerba debido a las dificultades que ti ene el pac ien- 1). con buena aspiración y tracci ón de l a lengua,
te para despejar la vía aérea de sangre y secrecio- un a intubac ión oral a menudo re sulta más fácil
nes. Un concepto importante para record ar es que, de lo que se pensó al inicio (fi g. 8-3-2). Nosotros
en espec ial en herid as autoinfli gidas, tran scuITi ó procuramos realizar la intubaci ón en l a sala de
cierto tiempo desde el momento de la herid a hasta emergencias o en el quirófano. eguida de una tra-
que se ve al pac iente en l a sala de emergencias. A queotomía control ada en el quirófano, baj o cir-
veces el pac iente puede te mporari amente cun stancias ideales .
mantener la vía aérea permeable si está en pos i- D espués de la estabili zación de A RC se debe
ción vertical, inclinado hacia adelante o de lado. A proceder a los exámenes sec undari o y terciari o,
menudo el ri esgo inminente de perder la vía aérea con especial consideraci ón del estado neuro lógico
no se establ ece has ta que llega la ambulancia y se del pac iente, el exa men de oj os, oídos , nari z, gar-
in siste en poner al pac iente en posi ción supina. Si ganta. cuell o y resto del cuerpo, para determin ar si
la sospecha de lesión de la co lumna cervical es hay les iones torác icas. abdominales o periféri cas
Traumatismo maxilofacial 195
significativas. Debe prestarse especial atención a por saliva por más tiempo. Como resultado, tende-
la funci ón motora del nervio facia l y al componen- mos a ser muy agresivos durante el manejo y la re-
te sensitivo de los nervios supraorbitari o, infraor- construcción inicial de pacientes cuya única lesión
bitario y mentoniano. Para evaluar heridas pene- significativa es facia l.
trantes del cue llo es aplicable el viejo dogma que Los conceptos quirúrgicos básicos incluyen el
aconseja la exploración del cuello cuando se lesio- desbridamiento del tejido desvitalizado, con la
nó el músculo cutáneo del cuello (platisma), aun- conservación de todo el hueso que sea posible y fi -
que hay vías más sofisticadas. jac ión ríg ida estable con adecuada cobertura de te-
En situaciones de emergencia, en las que un pa- jidos blandos. En la reconstrucción, un punto cla-
ciente consciente debe ser llevado de inmediato a ve es prestar atención a los principios de formas y
la sala de operaciones, la evaluación más impor- func ión, como también a determinar de modo rea-
tante desde el punto de vista maxilofacial -des- lista qué puede hacerse de inmediato y qué requie-
pués de realizados los exámenes ARC , neuro lógi- re reconstrucci ón diferida. La restauración de la
co y de columna cervi cal- es la determinación del oclusión dental es tan importante como la de la es-
estado visual de l paciente. Lo ideal es un examen tética facial. La introducc ión de las placas y los
de la agudeza visual. del globo ocular, de los mo- tornillos de titanio brindó al c irujano herramientas
vi mientos extraoculares, de la cámara anterior y poderosas para fac ilitar la reconstrucción y la es-
de la retina. En una situación de pre mu ra, determi- tabilización de los defectos óseos.
nar si el paciente es capaz de contar los dedos con En las c lás icas heridas auto infl igidas, que im-
ambos oj os. En situación de e mergencia, la mayo- plican un d isparo por debajo de l área submento-
ría de los problemas de l tercio medio fac ial y de la niana. el paciente prete ndió .. m iarse·· la cabeza.
mandíbula pueden encararse más tarde, pero si la A l tirar de la cola de l di sparador (o ··gatillo·'). el
visión está comprometida es crítico e l examen por arma tiende a desplazar la trayec tori a más hacia
un oftalmó logo y, en condic iones ideales por T C anterior que lo pretend ido. La lesión resu ltante a
de la órbita. Para salvar la visión de l paciente pue- menudo inclu ye la destrucción de la parte anterior
de ser esenc ial una intervención quirúrg ica oftal- de la mandíbula, la lengua, e l paladar y e l tercio
mológica u orbitaria de emergencia. o el uso de es- medio facia l; a menudo también se destruyen la
teroides. nari z y las órbitas (fi g. 8-3- 1). Los g lobos ocula-
La mayoría de los ciruj anos prefiere contar con res, el seno fronta l y el lóbulo anterior pueden
un estudio radiológico completo antes de proceder preservarse o no , según la trayectoria ele los pro-
con una reducción compleja a cielo abierto y fija- yectiles .
ción interna de las diversas fracturas. Lo ideal es El objetivo ideal es reconstru ir la mandíbula
que este estudio presente cortes axiales fi nos por con el hueso remanente. Por lo ge neral hay un
TC del tercio medio fac ial, con distintas recons- gran segmento de hueso fa ltante y debe usarse una
trucciones posibles de las órbi:a . coronales o pa- gran placa de reconstrucción para sah ·ar e l de fec-
rasagitales, o ambas. En el pasado, la radiografía to ele manera temporaria (fig . 8-3-2 ). El desafío es
panorám ica era nuestra primera opción para el es- reconstruir el esqueleto fac ial lo más compl to po-
tudio de la mandíbula. En años recientes, la TC he- sible y evitar la contracc ión de' º' tej ido, blandos .
licoidal suministró alta resolución excelente y Para el tercio medio fac ial C> comú n usar ampi"ios
también es una buena opción para el estudio radi o- injertos de hueso o malla de titanio a los efec tos de
lógico de la mandíbula. reconstru ir la estructu ra o ..arm azón··. en particu-
En el pasado, la recomendac ión estándar era lar para el pi so o rbitari o y las paredes orbitarias.
llevar primero al pac iente al quirófano para desbri- M uchas \·eces se necesitan grandes colgaj os de
damiento o para una serie de desbridamientos, an- mucosa y de piel. y en ocasiones puede requerirse
tes de proceder a la reconstrucción definiti va. también un colgajo libre para el cubrimiento ade-
Aunque esto podría ser una reco mendación ade- cuado con tejidos blandos.
cuada para fracturas expuestas y heridas abiertas Las placas para reconstrucción que puentean
por armas de fu ego en otras partes de l cuerpo , la grandes defectos ante1iores de la mandíbula por lo
cara está muy bien vasculari zada. Luego de una le- general se fatigan y fracturan con el paso del tiem-
sión fac ial es mucho menos común que haya in- po. Por lo común se realiza una reconstrucción
fección y los tejidos con traumatismo severo a me- mandibular diferida, en la que se usa injerto de
nudo sobreviven. Asi mismo, cuando se difiere la hueso o un colgajo libre; las reconstrucciones
reconstrucción los huesos y tejidos blandos desvi- mandibulares más utilizadas emplean colgajos li-
talizados y expuestos permanecen contaminados bres de peroné o de cresta ilíaca. Más tarde puede
196 Trauma. Prioridades
- Tratar el trauma fac ial antes de resolver las si- qu ídeo ante compromiso dura!. Favorecer su
tuaciones que pueden comprometer la vida. contaminac ión mediante la colocación de tapo-
- Obviar la protección de la columna cervical du- najes nasales:
rante la intubac ión orotraqueal. - Hiperex tender la cabeza de un pac ie nte en el
Intentar una traq ueotomía en una sala de urgen- que se desea estudi ar el mac izo faci al con
cias no aco ndi cionada para cirugía. cortes coronales, sin descartar con anteri ori-
No advertir la presencia de una lesión asociada dad la presencia de una lesió n de la columna
de la vía aérea superior (laringe y tráquea), en cervical.
el momento de planificar un acceso quirúrgico - Demorar sin necesidad la resolución de un
de emergencia. trauma fac ial, aun cuando no hayan contraindi-
Colocar una sonda nasogástrica en un paciente caciones clínicas para la intervención.
en el que, por el tipo de u·auma, pueda haber le- No resolver en fo rma integral las frac turas y
sión de la base del cráneo abierta a las fosas na- sus consecuencias en la primera intervención, y
sales o a la rinofaringe. condicionar de esa fo rma resultados fun ciona-
Derrochar tie mpo en estudios radiológicos les y estéticos más azarosos luego de operac io-
convencionales durante la etapa de rea nima- nes repetidas.
ción. No prestar atención correcta a una buena oclu-
- No coordinar el estudi o tomográfi co necesario sión den tal en el intraoperatorio de la fij ac ión
con el resto de los especialistas, y exponer al frac tu raria, y dar lugar a maloclusión posopera-
paciente a numerosos tras lados, posibilidad de toria.
desequilibrio hemodinámico e hipotermi a. Fij ar las frac turas por medio de osteosínte is
- Pasar por alto durante el examen semiológico antes de garantizar una reducción y un posicio-
inicial frac tu ras con hundimiento de la calota namiento correctos.
que puedan predecir lesiones neuro lógicas en No detectar les iones del globo ocular o anex o'
evolución. por no haber practicado un buen examen debi-
- No detectar desde un inicio hematomas del ta- do al hematoma palpebral.
bique nasal que puedan llevar a absceso con Remover en el escenario del tra uma cuerpo'
reabsorción del cartíl ago. extraños que penetraro n en el globo ocular.
- Pasar por alto la presencia de licuorrinorrea, - Utili zar corticoides tópicos en h e r i d a ~ de la
signo evidente de fís tul a de líquido cefalorra- córnea (retrasan la cicatri zac ión ).
197
198 Trauma. Prioridades
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Sección 9
Traumatismo de cuello
Capítulo
Lesiones vasculares
en los traumatismos de cuello
Gustavo Tisminetzky y Sergio Moyano
201
202 Trauma. Prioridades
no suele haber evidencias manifiestas de esta le- blemas complejos en traumatismos penetrantes del
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Sección 10
Traumatismo de tórax
Prioridades
Eduardo D. Eskenazi
y Eduardo San Román
Capítulos
10-4 Neumotórax
Luis A. Buonomo
10-5 Hemotórax
Daniel A. Staltari
10-6 Lesiones de la pared torácica
Eduardo D. Eskenazi y María Sivanto
Prioridades
Eduardo D. Eskenazi y
Eduardo San Román
1. Los traumatismos torácicos son responsables 5. Los traumatismos penetrantes (por arma blanca
directos de más del 25 % de las muertes por o de fuego ) por lo general presentan un porcen-
trauma cada año, a su vez, las lesiones toráci- taje menor de mortalidad que los tra umas con-
cas o las complicaciones pulmonares contribu- tu sos .
ye n en grado significati vo con otro 25 % de las 6. Alrededor del 85 % de los pacientes con trau-
muertes producidas por otras causas . mati smos to rácicos pueden manej arse con me-
2. Las muertes producidas dentro de las 3 horas didas menores, como drenaje pleura l, soporte
del acc idente (tempranas) , suelen ser secunda- respiratorio, control del dolor u observación.
rias a obstrucción de la vía aé rea, problemas Sólo del 1O al 15% puede requerir toracotomía
ventil atorios (neumotórax hipertensivo o abier- en su manejo inicial.
to) , hemmrngias incontro lables (hemotórax , 7. La insufic iencia ventil atori a muchas veces pue-
ruptura de grandes vasos) o taponamiento car- de disminuir con un manejo coITecto del dolor
díaco. y evitar de esta forma la asistencia res piratoria
3. Las muertes tard ías, en ge neral por tra umatis- mecánica invasiva.
mos contusos, se deben a complicaciones res-
pi ratorias, infecciones y en menor porcentaj e a Por lo expresado nos parece fund amental que
lesiones no diagnosticadas inicialmente. el médico de urgencia tenga fund amentos, conoc i-
4. El trauma contuso, con frec uencia producido mientos y entre namiento en todos los aspectos del
por accidentes de vehíc ulos de motor, presenta trauma, con hincapié en las prioridades y los erro-
mayor m011alidad debido a la asoc iación de le- res que pueden producirse en el manejo de esta en-
siones mul tiorgánicas. fe rmedad tan compleja que es el trauma.
207
Capítulo 10-1
209
21 O Trauma. Prioridades
Cuadro 10-1-1. Mecanismos y les iones lógicos, como pérdida de la conciencia, convulsio-
torácicas esperables nes, confu sión y ceguera temporaria, debido a que
la propia extravasación sanguínea se produce en el
- Directo: ni vel del SNC. Más rara vez se presenta con he-
1. Contusión miocárdica motímpano, sordera, epistaxis y síntomas neuroló-
gicos severos.
2. Fracturas costales El tratamiento implica elevar la cabeza 30º,
3. Contusión pulmonar realizar una to ilette pulmonar adec uada (kinesio-
4. Hemotórax y neumotórax logía respirat01ia, drenaje pleural, etc.) y tratar las
lesiones asociadas (ruptura aórtica, contusión mio-
- Indirecto: cárdica y contusión pulmonar).
1. Compresión sostenida
• Asfi xia traumática
• Hemotórax y neumotórax
Advertencia : es ob ligatorio buscar todas las
• Frac tu ras costales lesiones asociadas , ya que el pronóstico de esta
• Lesiones esofágicas (por aumento entidad depende de su diagnóstico y tratamiento
de la presión intralumin al) adecuados .
2. Alteraciones de la velocidad.
Aceleración o desaceleración
• Vertical
- desgarro de aorta torácica Enfisema subcutáneo
- contusión pulmonar
- fractura de la pared torácica Se debe a la presencia de aire en el tejido celu-
- contusión miocárdica lar subcutáneo .
- desgarro cardíaco Ante la presencia de enfisema subcutáneo se
• Horizontal deben descartar :
- contusión miocárdica
- desgan o cardíaco
1. Lesiones producidas por traumatismos penetran-
- contusión pulmonar
- fractura esternal tes o fragmentos costales que afectan la pleura
- tórax inestable paii etal y el pulmón, y producen neumotórax.
- desgarro de aorta torácica 2. Aumentos de la presión intratorácica, provoca-
- les iones traqueobro nquiales dos por compresión, que provoca n estallido al-
- les iones esofágicas veolar y disecc ión de las vainas perivascul ares
3. Torsión y peribro nquiales por el aire, lo que causa neu-
momediastino que se infiltra hacia los planos
4. Deslizamiento de zonas de diferente profun dos del cuello. Puede tener neumotórax
fij ación asociado o no.
5 . Inmersión 3. Lesiones traqueobronquiales, ya que producen
- hemotórax neumotórax o neumomediastino.
- embolia aérea 4. Les iones esofágicas, producen neumomedias-
- estallido pulmonar tino.
6. Explos ión
- contusión pulmonar Una vez resuelta la lesión causante, el aire sub-
- ruptura traqueobro nquial cutáneo se reabsorbe. En el presente el trata mien-
- ruptura de grandes vasos to quirúrgico del enfise ma subcutáneo (incisiones
cutáneas) acelera la desapai·ición del aire y, por el
contrario, aumenta la posibilidad de complicacio-
nes locales como infecc iones.
el cierre de la gloti s, que provoca un fluj o sanguí-
neo retrógrado hacia la cabeza y el cuello con la
consecuente ruptura capilar. MÉTODOS DIAGNÓSTICOS
Se caracteriza por cianosis cervicofacial, ede-
ma fac ial , petequiado y hemorragia subconjunti- Radiografía simple: es fundam ental para la
val. En ocasiones se presenta con síntomas neuro- evaluación inmediata del paciente. En la mayoría
Traumatismo de tórax 211
Traumatismo de tórax
penetrante
Juan A. Asensio
y Diego M. Steinberg
212
Traumatismo de tórax 213
Evaluación radiológica
torácica
Rodolfo D. Figari
215
216 Trauma. Prioridades
campo medio entre el segundo y el cuarto arco esófago hacia la derecha, sumados también a frac-
costal anterior y el campo inferior o base pulmo- turas de la primera y la segunda costillas.
nar por debajo del cuarto arco costal anterior. La
trama vascular es más gruesa y densa en el nivel
de los hilios ; hacia la periferia, estas sombras se Advertencia: la sola presencia de mediastino
dividen en forma arborizada, para disminuir su ensanchado obliga a continuar estudios para des-
calibre hasta dejar de verse en la zona más peri- cartar lesión aórtica.
férica. El reemplazo de esta trama por aire deter-
mina un neumotórax que puede ser de grado I El hallazgo de aire en el mediastino sugiere
-cuando la trama vascular se encuentra por fuera ruptura esofágica, neumoperitoneo o lesión tra-
de la línea medio clavicul ar-, grado II -por den- queal.
tro de esta línea- y grado III -el colapso pulmo- Diafragma: se evaluarán su fotma y posición.
nar total-. Deben hacer sospechar la ruptura diafragmática los
La presencia de un velamiento en los campos siguientes hallazgos: elevación de la imagen dia-
pulmonares puede deberse a un colapso pulmonar fragmática por encima del 4° arco antetior, imagen
total (atelectasia masiva) o a la presencia de san- aérea en el hemitórax izquierdo y desviación contra-
gre en la cavidad pleural ; cuando el nivel se loca- lateral del mediastino por pasaje de vísceras al tórax.
liza en el campo pulmonar inferior es un hemotó- La introducción de una sonda nasogástrica radioo-
rax grado I; cuando ocupa los campos inferior y paca o la introducción de sustancia de contraste que
medio es un hemotórax grado ll, y cuando ocupa se observan en el tórax confuman esta lesión.
los tres campos, un hemotórax grado III. En este punto también debe buscarse el neumo-
La presencia de un infiltrado en el campo pul- peritoneo, ya que su presenc ia indica lesión abdo-
monar -por lo general asociado a fracturas costa- minal.
les- hace pensar en la presencia de contusión pul- Estructura ósea : debe observarse el enrejado
monar. Cabe destacar que la contusión pulmonar costal, la columna dorsal, las clav ículas y las es-
en la radiografía simple de tórax no suele ser visi- cápulas. Cuando hay fractura s de las primeras
ble en las primeras horas del traumatismo. costi ll as, clavícula o escápul a, estos pacientes
Las imágenes de aspiración bronquial son simi- pueden tener lesiones asociadas con una alta
lares, aunque por lo general ocupan los campos mortalidad (ruptura aórtica, lesión de vía aérea o
pulmonares inferiores. bronquio fuente). Las fracturas de los arcos cos-
En el examen de los campos pulmonares tam- tales del sector medio -cuarta a novena costill a-
bién debemos ver la ubicación de los tubos de dre- pueden asociarse con contusión pulmonar, neu-
naje torácico, si éstos se hubieran colocado. La motórax o hemotórax. Las lesiones de los últi-
persistencia de un neumotórax, simple o a tensión, mos arcos pertenecen al sector abdomi nal, y
luego del avenamiento pleural obliga a descartar pueden asociarse con lesiones renal , hepática y
ruptura de vía aérea. esplénica.
Las fracturas en más de un sector del arco cos-
tal y en varios arcos costales deben hacer sospe-
Advertencia: la radiografía realizada en decúbi- char la presencia de tórax inestable, cuyo diagnós-
to dorsal tiene sus limitaciones diagnósticas, ya tico es clínico, en el examen primario y antes de
que la presencia de un velamiento completo o el realizar las radiografías.
ensanchamiento mediastínico no se corresponden En el hallazgo de fractura esternal en una ra-
con la patología esperada. diografía lateral de tórax se debe sospechar contu-
sión miocárdica.
Neumotórax
Luis A. Buonomo
INTRODUCCIÓN la línea mecli oc lav icul ar. y grado 111 borde pulmo-
nar por dentro de la mi sma línea (fi g. 10-4-2).
La presencia de lesión torácica suele coincidir Una mención especial coITesponde al neumotó-
con la aparic ión del neumotórax (presencia de ai- rax ocu lto, que se observa en el transcurso de una
re en la cav idad pleural) (fi g. 10-4-1 ). Esta situa- tomografía computarizada de tórax o abdomen, en
c ión podrá diagnosticarse clínicamente en los ca- este caso puede clasificarse en: mínimo, cuando es
sos en los que el neumotórax se presente a tensión , anterior, y moderado cuando es anterolateral.
ocupe alrededor del 40% del hemitórax o que el Sin embargo, la clasificación fisiopatológ ica es
pac iente presente shock de otro ori gen o enferme- más útil , ya que categoriza al neumotórax según su
dad pulmonar previa.
Después de las fracturas costales y de la lesión
de partes bl andas de la pared torácica, el neumotó-
rax y el hemotórax son el hall azgo asoc iado con
más frecuencia con los traumati smos torác icos :
están presentes en más del 80% de las heridas pe-
netrantes y en el 15 a l 50% de los traumatis mos
cerrados de l tórax.
En el 65 % de los casos de neumotórax , éste se
presenta asociado con cierto grado de hemotórax a
modo de hemone umotórax.
PRESENTACIÓN
217
218 Trauma. Prioridades
repercusión en el estado del paciente traumatiza- pueda salir con la espiración , a modo de "válvula
do, para determinar consideraciones diagnósticas de una sola vía" .
y conductas terapéuticas precisas: Esta situac ión condiciona el colapso del pul-
món y el desplazamjento del mediastino hac ia el
a) Neumotórax a tensión. lado opuesto, lo que di sminu ye el retorno venoso
b) Neumotórax abierto. por angulación de las venas cavas, compromete el
c) Neumotórax simple. gasto cardíaco y comprime el pulmón contralate-
ral (fig. 10-4-3).
Este cuadro determina una situación crítica y
Neumotórax a tensión progresiva en el paciente, que presenta colapso he-
modinámico, ansiedad, fa lta de aire, dolor torác i-
Se produce cuando una lesión pulmonar o de la co, dificultad respiratoria, desviación de la trá-
pared torácica permite que el aire empiece a entrar quea, ingurgitación yugular (si no hay hipovole-
en el espacio pleural con cada inspiración, sin que mia asociada), ausencia unilateral del murmullo
Desviación
del mediastino
Acumulación
unidireccional
del aire Compresión
del pulmón
contralateral
Disminución
del retorno
. venorn Fig. 10-4-3. Neumotórax a tensión .
Traumatismo de tórax 219
Ingurgitación
Ausencia yugular
del murmullo
vesicular
Desviación
traqueal
Hiperresonancia
o l
Dolor torácico
neumotórax , así como la colocación de vías cen- prosigue con disección roma siguiendo el borde
trales. superior de la costilla para no lesionar el paquete
El diagnóstico se establece por sospecha clíni- vasculonervioso intercostal; con la punta del dedo
ca con disminución de la entrada de aire e hiperre- enguantado se atraviesa la pleura parietal y se re-
sonanci a del lado del hemitórax comprometido y conoce la cavidad. Se introducen unos 12 a 15 cm
confirmación rad iológica; es preci so insi stir en de un tubo (# 36 a 40 French) dirigido hacia el ápi-
que se debe intentar obtener la radiografía en po- ce y posterior del hemitórax correspondiente para
sición erguida y en espiración . En caso de no ser conectarlo a un reservorio bajo agua que deberá
posible, una placa con incidencia lateral es un estar entre 75 cm y l m por debajo del tórax , y se
buen complemento. completa con una fijación firme del tubo a la pa-
El tratamiento implica la colocación de un tubo red torácica, curación y radiografía de control.
de drenaje torácico bajo agua. En caso de que el burbujeo sea significativo y
no haya reexpansión pulmonar con rapidez, se
controlará todo el recorrido del drenaje hasta su
Advertencia: todo neumotórax traumático sim- sello baj o ag ua para descartar toda posible filtra-
ple puede convertirse en un neumotórax hiperten- ción , y en caso de no encontrarlas se deberá rea li-
sivo . Esta probabilidad aumenta cuando se somete zar una fibrobroncoscopia para descartar lesiones
a presión positiva en la vía aérea (anestesia o ven- del árbol traqueobronquial. La co locac ión de un
tilación mecánica). segundo drenaje se justifica en el caso de detectar
algún grado de hipertensión pleural.
Cuando el tubo deja de burbujear y drena me-
nos de 150 cm 3 en 24 h, y con una placa radioló-
DRENAJE TORÁCICO gica se revela una expansión pulmonar comp leta,
se retirará mientras el paciente hace una maniobra
Se deberá reconocer el sitio de inserción, por lo de val sa lva y se sell a en forma inmed iata el orifi-
general en el nivel del cuarto o el quinto espacio cio.
intercostal por delante de la línea medioax il ar, que La persistencia de burbujeo luego de 48 a 72 h,
se corre laciona con la altura de la mam il a (fig. 10- reexpans ión parcial , emparedamiento, coágulos
4-6) . Hecha la antisepsia cutánea, se infiltra desde retenidos o tapón mucoso bronquial orientan para
la piel has ta el periostio con anestesia local. Se reali zar broncoscopia, videotoracoscopia o toraco-
reali za una incisión horizontal de 2 a 3 cm y se tomía, según el caso .
Traumatismo de tórax 221
A ----- //
B
e
E
Fig. 10-4-6. Técnica de colocación de un tubo de drenaje torácico. (A, B, C, D y E. Secuencia por pasos).
1. lnsertar un tubo de drenaje torác ico con rapidez Ad vanced Trauma Life Suppon for Doclo rs. Commillec
(sin verificar la posición de l tubo endotraqueal) o n Trauma. Instructor Course Manual. Ame rican Co-
cuando los sonidos respiratorios están dismi- llege o f' Su rgeons. 1997.
nuidos en un lado después de la intubación en- Braceo AN. Enfoque del tó rax agudo qu irürg ico. Pre n
dotraqueal. Med Arg 1 96~: -+9: 1896.
Brase l KJ. StalTord RE . \\'eigch J.-\. el al. Trealme nt or
2. Presumir que un neumotórax no está presente occuh pneumo thorace, fro m blulll trauma. J Trauma
porque no se vio en la rad iografía de tórax. 1999: 46(6):987-9 : di,cu"ion 990- 1.
Carrillo EH. Schmac hl DC. Gable DR. e t a l. T horacos-
3. Realizar la radiografía de tórax antes de la in-
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serción de una aguja descompresiva o un tubo pne umotho rax J A1n Coll S urg Jun 1998; 186(6):636-
de drenaje en un paciente con dificultad respi- 9. di scussion 639--+0.
ratori a severa o shock, o ambos, que pueden De metriades D. Be rne TV. Assessme nl and ma nagement
deberse a un neumotórax a tensión. of trauma. Divisio n of trauma and c ritica! care. De-
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abierta de tórax sin antes insertar un tubo de
Gómez MA. Traumatismos de tó rax. Edit. E l Ate neo,
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5. Demora en realizar broncoscopia en un pacien- Gómez M , Ne ira J . A te nció n inic ial de pacientes trau-
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Capítulo 10-5
Hemotórax
Daniel A. Staltari
INTRODUCCIÓN DIAGNÓSTICO
Es la manifestac ión más frecuente de las les io- El cuadro se di agnostica med iante semiología,
nes intratorác icas de origen traumático. Se presen- radi ología y toracocentesis. La semiología ev iden-
ta en el 70-80% de los casos y entre el 5 y el 20% cia di sminución de vibraciones vocales y murmu-
es bil ateral. Si sólo se consideran los traumatismos llo vesicular, as í como matidez a la percusión
cerrados, su frecuencia varía entre un 25 % y un cuando el hemotórax alcanza cierta magnitud. La
75 %, según diferentes estadísticas. radi ología es fund amental para e l diagnóstico. Los
La sangre proviene de los vasos pulmonares o hemotórax de menos de 200 c m3 pueden no ser vi-
de los sistémicos (parietales, medi as tínicos, di a- sibles en las pl acas, en part icul ar si la radiografía
fragmáti cos). Salvo cuando están comp rometidos se to ma en decúbito dorsa l. de modo que es mu y
los vasos hili ares, las les iones pulmonares produ- importante trata r de obtenerl as con e l paciente en
cen hemotórax más pequeños y de crec imiento pos ició n sentada o de pie. Las radiografías en de-
lento, pues sus vasos se hallan a presión de peque- cúbito dorsal muestran un ve lam ien to difuso que
ño circuito (20-25 mm Hg, es decir, unas seis ve- puede pasar inadve rtido en hemotórax pequeños,
ces infe rior a la presión sistém ica). Los hemotórax sin dar idea de su magnitud ni ev idenciar un even-
producidos por lesión de vasos sistémicos (i nter- tua l colapso pulmonar: ade más. puede enmascarar
costa les, diafrag máticos, mediastínicos) son de la presencia de lesiones asociadas, como e l pasaje
mayor magnitud y de crecimiento rápido, y pue- de vísceras huecas al tórax. En cambio, las radio-
den superar los 6 L. Las lesiones que no sue len grafías con el pacie nte erguido muestran de mane-
sospecharse, como sue le ocurrir con fracturas ver- ra fe haciente el hemotórax, y ponen en ev idencia
tebra les, particularmente entre la 4ª y la 6ª vé rte- colapso pulmonar (hemoneumotórax).
bra dorsal , pueden provocar he motórax tard íos. Las rad iografías de pie también permiten cl as i-
Además del cuadro oligo hémi co, la ac umul ac ión ficar los hemotórax o hemoneumotórax por su
de sangre en la cavidad pleural ori gi na un síndro- mag nitud: grado I, hasta el 4° arco costal anterior;
me compresivo, que si es grande puede provocar grado ll, entre el 4° y el 2º arco costal anterior; y
desplazamiento del medi astino. Con frec uencia el grado lll, por encima del 2º a.reo anterior. Por
junto con la sangre se asocia aire, que produce un supuesto que se trata de una clas ificación esque-
hemoneumotórax . mática y estática, y que la evolución del hemotó-
223
224 Trauma. Prioridades
Toracotomía de emergencia
Las maniobras que pueden ser efectivas en la
Es la que se realiza inmediatamente al arribo toracotomía de emergencia son:
del paciente; esta medida está reservada para los
pacientes con lesiones penetrantes del tórax, cue- 1) Evacuac ión de sangre del pericardio .
2) Control directo del vaso sangrante.
3) Clampeo de la aorta descendente.
Radiografía de tórax
Electrocardiograma
Gases sanguíneos
Toracoscopia
Retiro del tubo
(< 3-5 días)
o toracotomía
(> 5 días)
En forma conjunta debe reanimarse al paciente los casos seleccionados, y si se dispone del equi-
de manera adecuada mientras se previene la hipo- pamiento necesario y el cirujano cuenta con el en-
termia. trenamiento necesario, se reali za una videotora-
En el traumatismo penetrante el manejo inicial coscopia.
es igual al del cerrado, pero la decisión de efectuar
una toracotomía depende de la evaluación clínica,
la radiografía de tórax, la persistencia de hemotó- ERRORES
rax, los fragmentos de proyectil o los cuerpos ex-
traños cerca del hilio pulmonar, las lesiones cavi - l. Asumir que un hemotórax no está presente por-
tarias en el parénquima pulmonar o la sospecha de que no se vio en la radiografía de tórax supina.
lesiones asociadas (perforación esofágica, lesión
traqueobronquial, etc.). Vale destacar que es de vi- 2. Demora o evacuación inadecuada de un hemo-
tal importancia observar el orificio de entrada y de tórax después de un traumatismo torácico.
salida para determinar el trayecto del proyectil con
el fin de eva luar las posibles lesiones de los órga- 3. Demora en decidir la toracotomía en los pa-
nos intratorácicos. cientes con trauma torácico y signos vitales
En las heridas por arma blanca es importante inestables, o sangrado persistente (> 200-300
evaluar el orificio de entrada y establecer su direc- mL/h) por el drenaje torácico.
ción probable con la misma finalidad que las heri-
4. Demora en la deci sión de practicar cirugía en
das producidas por arma de fuego.
un hemotórax coagulado.
Un problema particular es lo que se ha dado en
llamar hemotórax retenido, que coITesponde a la
ac umul ación lenta de sangre aproximadamente en LECTURAS RECOMENDADAS
las semanas 3-4. Se presenta en un 5 a un 30% se-
gún diferentes estadísticas y es un factor de riesgo Gómez M, Grispan R, Neira J, Juck O. Traumatismo de
Tórax. l '. ed. Buenos Aires: El Ateneo, 1987, p.74-78.
de la aparición de empiema y fibrotórax. Si se de-
Gri span R y col. " Premio Med icus 1996''. Traumatismo de
ja si n tratar, puede provocar un fibrotórax con atra-
Tórax. Prensa Médica Argentina. 1996; p. 42-47.
pamiento pulmonar y trastornos de la función pul -
Heniford H et al. The role of thoracoscopy in the manage-
monar. Por lo tanto, es de importancia crucial el
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diagnóstico prec iso y el tratamiento oportuno si se
Surg 1997; 63:940.
quiere reducir la morbimortalidad. Manua] Curso para Médicos ATLS. (Curso Avanzado de
La rad iografía de tórax es insuficiente, por lo apoyo Vital en Trauma para Médicos) 6ta. ed. Ameri-
que se requ iere TC para disting ui r entre contusión can College of Surgeons. p. 129.
pulmonar y hemotórax retenido. Si el hemotórax Richardson D y co l. Traumatismos torác icos complejos.
es pequeño ( < 200 mL) y el paciente no tiene ma- Clínicas Quirúrgicas de Norteamérica. l 996; 4:p.
yores trastornos clínicos, la conducta adecuada es 737- 746.
la observación, sobre todo si no se invadió la Richardson D et al. lnjury to the lung and pleura. En: Mat-
pleura y no hay posibilidad de contam inac ión. Si tix, Feliciano y Moor (eds.) 1999; 4ta ed. p. 523-541.
por el contrario el compromiso pleural es signifi- Staltari DA. González Cuevas R. Staltari JC, et al. Video
cativo, se debe realizar una intervención qu irú rgi- Assisted Thoracic Surgery in the management of pleu-
ca con evacuación y lavado, por toracotomía, o en ral diseases. J. Pneumonologia l 997 ; 23 (S uppl 1).
Capítulo 10-6
EPIDEMIOLOGÍA DIAGNÓSTICO
227
228 Trauma. Prioridades
que pueden ser causados por shock, ansiedad o do- Axioma: el propósito de la radiografía de tórax
lor por otras lesiones. en pacientes con posibles fracturas costales es
El examen físico de los pacientes con lesión de descartar lesiones agregadas, como neumotórax,
pared es muy importante, ya que provee informa- hemotórax, co ntusión pulmonar o lesiones de
ción para confirmar o eliminar hall azgos dudosos otros órganos.
en el estudio radiográfico.
En algunos pacientes una contusión sobre la
pared puede ser la única evidencia de una lesión
intratorácica severa.
TRATAMIENTO
Advertencia: ·sin una inspección cuidadosa El dolor de las fracturas costales es la clave, ya
de la pared torácica, pueden pasar inadvertidos que interfiere con la ventilación. Las telas adhesi-
una contusión , tórax móvil o una herida abierta vas o cintas sobre el tórax pueden calmar el dolor
de tórax. y ser efectivas en personas jóvenes sin enfermedad
previa, y sólo con pocas fracturas costales ; as imi s-
mo, pueden utili zarse en la etapa prehospitalaria.
La palpación puede revelar áreas de dolor o En los demás pacientes y en la etapa hospitala-
crepitación que corresponden a una fractura o a un ri a deben evitarse, ya que reducen la ventilación y
enfisema subcutáneo. causan atelectasia. Es probable que la mejor anal-
gesia para las fracturas con dolor leve a moderado
sea el uso de AINE por vía oral cada 6-8 h.
Axioma: un dolor bien localizado y tensión so- El bloqueo intercostal es relativamente bueno
bre las costillas después de un trauma de la pared para el contro l de los casos de dolor más severos.
torácica deben considerarse fracturas costales, Éste puede practicarse con la inyección de 2-4 mL
aunque la radiografía inicial aparezca normal. de anestés ico loca l de larga duración, como bupi-
vacaína al 0,5% con adrenalina, en cada costilla
que se debe bloquear.
Muchas de las fr ac turas costales (más del La analges ia epidu ral con frecuencia es el mé-
50%) no se visualizan en la radi ografía ini cial de todo ideal para el control del dolor con fracturas
tórax. Esas fracturas por lo general se ven luego costales múltiples, ya que el paciente puede toser
de 2 a 3 semanas cuando se fo rm a el callo frac- y respirar con profundidad. En general debe ap li-
turari o. carla el anestesiólogo o personal entrenado. Se uti-
Por otro lado, las fracturas de los cartílagos liza tanto morfina, agentes morfinosímiles o anes-
costa les nunca se ven en la placa radiográfica. tésicos locales. Se debe monitorear al paciente por
Traumatismo de tórax 229
TÓRAX MÓVIL
Esta afección req ui ere un capítulo apa rte den- Fig . 10-6-1 . Analgesia intrapleural.
tro de los traumatismos de la pared torác ica. Se
presenta cuando por un gran traumati smo se pro-
ducen fracturas costales dobles en una misma cos- pulmonar produce la mayo r contribución a la hi-
till a y más de tres costillas consecuti vas, en gene- poxemia, dada por alteración de la ventil ac ión-
ra l en la zona anterior o lateral, lo que genera un /perfusión y shunt .
movimiento independi ente del resto de la pared to- Inmedi atamente después de un traumati smo
rácica y provoca un movimiento paradójico de és- sobre la pared, una pequeña o inapare nte zo na
ta (fi g. 10-6-2 A a C). móv il , al generarse ede ma pulmo nar y di sminuir
la di stensibilidad, aumenta la pres ió n tran spl e u-
ral necesaria para infl ar e l pulmó n. Este inc re-
Axioma: el movimiento paradójico en el tórax mento de pres ión di fe ren c ia l dentro y fu era de la
móvil puede incrementar mucho el esfuerzo respi- pared torácica ve nce la resistenc ia de los mú scu-
ratorio , pero la causa principal de hipoxemia está los intercostales de l seg mento móvil , y produ-
dada por la contusión pulmonar subyacente . ce un mayo r desplaza mie nto antes no evidenc ia-
do.
Los pacientes co mienzan con fa tiga, provocada
En el pasado se creía que este movimiento pa- por una disminución en la efic iencia respi ratoria y
radójico era responsable de la insuficiencia respi- un incremento del esfu erzo mu scul ar, y entran en
ratori a, por el efecto de aire pendular; en el presen- un círculo vicioso.
te se sabe que la contusión pulmonar es la respon-
sable de esa hipoxemia.
En estos pacientes con segmentos móvil es la Advertencia: un incremento prolongado en el
alteración ventilatoria está asociada con la di smi- esfuerzo respiratorio , sin tratamiento, puede pro-
nución de la capacidad vital, la capac idad resi- vocar paro cardiorrespiratorio.
dual funcion al, el volumen pulmonar total y la
distensibilidad. A esto también se le suma un au-
mento en la resistencia aérea y un mayo r esfu er-
zo res pi ratorio. Los pac ientes con tórax móv il Tratamiento
también carecen de una tos efecti va con la co nsi-
guiente acumul ación de secreciones , ate lectasia y Durante muchos años la terapi a inici al fu e la
posterior neumonía. Por otra parte, la contusión estabilizac ión ex terna (bo lsas de arena, te las ad-
230 Trauma. Prioridades
hes ivas, etc .), luego se introduj o la estabiliza- b) Manejo secundario: narcóticos por vía intraveno-
ción interna por medio de la ventilación mecáni- sa más AINE, bloqueos o analgesia epidural, que
ca. En el presente el trata miento se centra en un son los recomendados para este tipo de lesión.
manejo selectivo, en lo posibl e sin ventilación
mecánica. Con respecto a la contusión pulmonar, los es-
Dada la magnitud del segmento móvi l, la con- fuerzos se dirigirán a la prevención de las compli-
tusión pulmonar y las lesiones agregadas, el trata- caciones.
miento varía de paciente en paciente, pero no cabe
duda que debe ser admitido en UTI para su segui-
miento estricto. El tratamiento se dirige de mane- Advertencia: se debe prevenir la sobrecarga de
ra directa al alivio del dolor y las complicaciones líquidos o la reposición rápida en pacientes con
respiratorias . contusión pulmonar o SORA.
Sobre el dolor se siguen los mismos lineamien-
tos dados con anterioridad para las fracturas costa-
les simples: La sobrecarga de líquidos puede empeorar la
contusión con rapidez. Por lo tanto, debe moni-
a) Manejo inicial: sujec ión externa (fig. 10-6-3). torearse en especial el eq uilibrio de líquidos.
Traumatismo de tórax 231
a) Alivio de l dolor.
b) Asistencia con quines ioterapi a respiratori a.
c) Restricción de líquidos para prevenir la sobre-
carga .
Cicala R, Voeller G, Fox T, et al. Epidural analgesia in Gómez MA . Trau mati smos torác icos. Ed. El Ateneo.
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Capítulo 1O-7
233
234 Trauma. Prioridades
4. Habiendo diagnóstico clínico de neumotórax RatJi ff JL, Fletcher JR, Kopriva CJ, et al. Pulmonary
por tensión, esperar radiografía de tórax para contusion: A continuing management problem. J
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Capítulo 10-8
237
238 Trauma. Prioridades
Enzimas cardíacas
Hallazgos anatomopatológicos
Los ni veles de TGO, LDH y CPK so n de esca-
El cuadro histológico es simil ar al encontrado so valor di agnóstico ya que pueden estar e levados
en el infarto agudo de miocardio, pero en la CM en pacientes con traumatismo de tórax, debido a
tiende a ser en parches. la presencia de lesiones asociadas e n e l hígado, el
Traumatismo de tórax 239
pulmón, el cerebro, Jos huesos y el mú sculo es- dada por Ja presencia de arritm ias o de inestabili-
quelético . De igual manera la fracc ión MB de Ja dad hemod inámica (o ambas).
CPK está e levada en lesiones de estómago , pán- Si el mecanismo del trauma, el examen físico y
creas, pulmón , colon e intestino delgado, en par- el ECG hacen sospechar una CM, el paciente debe
ticu lar cuando hay un importante aumento de la ser observado en la guardia; si continúa estable y
CPK total. sin alteraciones persistentes en el ECG. e l pacien-
La normalidad de los valores de estas enzimas te puede ser dado de alta luego de un breve perío-
no descarta el diagnóstico de CM debido funda- do de observación. En cambio, si hay dolor tipo
mentalmente a Ja escasa expresión que tiene el anginoso, arritmi as o alteraciones en ECG, el pa-
ve ntrícul o derecho (VD). ciente debe ser internado para monitoreo y reali zar
ecocardiograma 2 D, sobre todo si estos signos y
síntomas duran más de 12 horas.
Ecocardiografía Los pacientes con di snea progresiva, insufi-
ciencia cardíaca congestiva, isquemi a, aITitmias
En Jos pac ientes con sospecha de CM e l eco- complej as o inestabil idad hemodinámica deben
cardiograma 2 D es de elecc ión ya que puede ser internados en UTI y se les coloca un catéter en
mostrar las alterac iones en Ja motilidad parietal y Ja arteria pulmonar para optimi zar Ja función car-
Ja contractilidad miocárdica . La imagen más co- díaca ; si estas medidas fracasan , se debe eva luar Ja
mún encontrada es Ja disc inesia y dilatación del colocac ión de un balón de contrap ul sación aó rtica.
VD. E n el 25 % de Jos pacientes el ecocard iogra- Las arritmi as graves deben tratarse con medi ca-
ma transtorác ico no posee una image n sati sfac to- c ión adec uada . no está indicado el rraramie nto
ria, en éstos e l ecocardi ograma transesofág ico es profiláctico de la s arrit mi a»
una buena alternat iva ya que tiene un a se nsibili-
dad mayor.
Complicaciones
Advertencia: es improbable que un paciente Las más importantes son: ruptura cardíaca pre-
con un ecocardiograma 2 O normal luego de un coz o tardía, taponamiento pericárdico y aneuris-
traumatismo cerrado de tórax tenga una CM fisio- ma ventricul ar.
lógicamente significativa.
ERRORES
LECTURAS RECOMENDADAS
Conducta
Brown J, Grover FL, Traum a to the Hea rt. En: Mansour
El tratamiento de Ja CM es expectante y de sos- KA ,Traum a of the Chest, Faber LP, Ches l Surgery
tén. La necesidad de internación y monitoreo está Clini cs of North America 1997;2 :334.
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2000. Pearls. Lippincott Williams & Wilkins, 1999.
Capítulo 10-9
Lesiones de la tráquea
y los bronquios
Guillermo Sarquís
LESIONES
Advertencia: la tráquea es la estructura más
anterior del cuello y es muy vulnerable frente al La lesión de la tráquea puede ser causada por
trauma. un traumatismo cerrado toracocervical o por heri-
da penetrante.
241
242 Trauma. Prioridades
El procedimiento de reparación de las lesiones 3. Pasar a estud ios más sofisticados, por ejemplo
traqueales debe ser ejecutado por cirujanos toráci- TC, si n tener aseg urada la vía aérea.
cos entrenados en cirugía del trauma, por la simul-
taneidad de lesiones asociadas. Debe existir una 4 . Intentar procedimientos heroicos sobre la vía
coordinación exacta entre anestesiólogo y cirujano. aérea en medios no adec uados.
Las vías de abordaje pueden ser cervicales o to-
rác icas, dependiendo del tipo de daño, su ubica- 5. No pensar en lesiones asoc iadas (esófago y
ción y las lesiones asociadas. grandes vasos).
El tratam iento quirúrgico de las lesiones tra-
queobronquiales puede demandar cualqu ier gesto 6. Uso de broncoscopio rígido sin pensar en la po-
quirúrgico sobre la vía aérea: desde la simple repa- sibilidad de lesión cervical.
ración traqueal por lesión puntiforme a interven-
ciones quirúrgicas de reparación y reanastomosis.
Esto último suele ocurrir en lesiones por trauma-
LECTURAS RECOMENDADAS
ti smo cerrado de tórax que comprometen la ca.rina.
Los pacientes con lesiones de tráquea sin com- Baumgartner F, S heppard B, de Yi rgi li o C, et a l. Tra-
promiso laríngeo no neces itan traq ueostomía. chea l and main bronchia l di sruption s after blunt
La indicación quirúrgica en pacientes con le- c hes t traum a: presentation a nd man age me nt. Ann
s ión bronquial no debe demorarse ; la ve ntilación Thorac Surg 1990; 50-(4):569-74.
de estos pacientes sin la so lución del problema es Des lauriers J, Beaulieu M, Arc hambau lt G. Diag nosis
fata l. and long-term fo ll ow up of major bronchia l disrup-
Como la lesión está a escasos milímetros de la tion s due to non penetrati ng traum a. An n Thorac
carina o compromete un bronquio fuente, al anes- Surg 1982:33 :32.
tesiólogo se le suelen presentar serios problemas lwasaki M, Kaga K, Ogawa J. Bronchoscopy findin gs
durante la anestesia; puede ser de gran utilidad un and ear ly treat ment of patie nts w ith blunt tracheo-
tubo de doble luz o la intubación selectiva de un bronchial trauma. J Cardiovasc Surg 1995 ; 35(3):
bronquio principal previa a la toracotomía. 269-7 1.
Cuando la lesión está a 2 cm o más de la cari - Kirsh MM, O rrin ge r MB, Behrendt DM, et al. Mana-
na se recomienda toracotomía posterolateral dere- gement of trac heobronqui al disrupt ion seco nd ary
cha, no se recomiendan extensas disecciones ya to nonp enetra tin g tra uma . Ann Thorac S urg
que alteran la irrigación traqueobronquial ; el cie- 1976;22:93.
Mathieson DJ. e t a l. Laryngo tracheal trauma . Ann
rre de la lesiones se lleva a cabo con sutu ra reab-
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ERRORES after blunt trauma che st. J Tra um a 1999; 46(5):
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1. No pensar en la posibilidad de trau matismo tra- Symbas PN , Ju sticz AG , Ricketts RR. Rupture of the
queobronquial por la ausenci a de signos clíni- airways from blunt trauma: treatment of comp lex
cos iniciales. injuri es. SocThorac Surg 1992;54: 177- 183.
Symbas PN . Hatcher CR Jr, Boe hm GAW. Acute pe-
2. Asociar siempre el enfi sema subcutáneo con netrating tracheal tra uma. Ann Thorac S urg 1976;
neumotórax. 22:473 .
Capítulo 10-10
245
246 Trauma. Prioridades
CLASIFICACIÓN,.
CATEGORIZACIÓN Advertencia: los signos cl ínicos pueden apa-
recer en los primeros momentos postraumatis-
Para categori zar las lesiones esofágicas trau- mo o ser de presentación tardía, en algunos ca-
máticas consideramos la morbimortalidad que sos hasta luego de las 24-48 horas .
acarrean , que determina su gravedad , la que de-
pe nde fundamentalmente de tres factores: a) loca-
lización de la lesión esofágica, cervical, torácica o Al pasar las horas pueden aparecer manifes-
abdom inal; b) presencia o ausenci a de co lección taciones de sepsis debida a la med iast ini tis, que
perilesional , y c) el tiempo de evol uci ón entre el se produce por la rápida sobreinfecc ión bac te-
momento de la lesión y el tratamiento específico. riana.
Basados en la experiencia del centro donde nos En las les io nes penetrantes por lo general el
desempeñamos y en las de otros con alta inciden- diagnósti co se basa e n descarta r su ex istencia,
cia en la atención de pacientes politraumatizados, antes de que aparezcan los síntomas. En las ia-
hemos realizado la siguiente clasificación de las trogénicas, si no se identifica en el momento del
lesiones esofágicas de acuerdo con sus grados de estudio endoscópico en general se las diagnosti-
gravedad. ca más tarde luego de la aparic ión de la sinto-
matología.
Grado 1 Lesión cervical o abdominal con menos Las manifestaciones clínicas en las les iones
de 6 horas de evol ución y sin colección perile- por contu sión son frecuentemente tardías y de
sional. difícil interpretación; en el 50% de los casos se
Grado 2 Lesión cervical o abdominal de 6 a 12 presentan luego de las 24 horas.
horas de evolución sin colección pe1ilesional. En algunos pacientes aparecen signos de hi-
- Lesión torácica con menos de 6 horas de drotórax o hemoneumotórax , lo que provoca
evolución sin colección mediastínica. pioneumotórax y agrava el cuadro infeccioso.
Grado 3 Lesión cervical o abdominal con menos
de 12 horas de evolución con colección perile-
sional.
- Lesión cervical o abdominal de 12 a 24 ho- DIAGNÓSTICO
ras de evolución sin colección perilesional.
- Lesión torácica de 6 a 12 horas de evolución En las pl acas simples de cuello y tórax que se
sin colección mediastínica. efectúan a los traumatizados en el momento del
Grado 4 Lesión cervical o abdominal de 12 a 24 ingreso, nos puede hacer sospechar la existencia
horas con colección regional. de una lesión esofágica la presencia de los si-
- Lesión torácica de menos de 12 horas de evo- guientes signos: aire en el espacio retroesofági-
lución con colección mediastínica o sin ella. co, enfisema subcutáneo, neumomediastino, en-
- Lesión torácica de 12 a 24 horas de evolu- sanchamiento mediastínico, neumoperitoneo, hi-
ción, con o sin colección mediastínica. droneumotórax (más frecuente izquierdo), neu-
Grado 5 Lesión de cualquier región esofágica mopericardio y aire en el espacio retrofaríngeo .
con más de 24 horas de evolución. Si bie n estas pl acas simples pueden ay ud ar a
hacernos sospechar la lesión esofágica, estadís-
La mo1talidad correspondiente a cada grado es ticamente no presentan signos tempranos en
la siguiente: grado 1, O - 10%; gradó II, LO - 20%; más del 30% de los casos; por eso debemos con-
grado III, 20 - 30%, grado IV, 30 - 45 % y grado V, tinuar con otro método de mayor precisión diag-
>45%. nóstica en el manejo de estos pacientes.
Traumatismo de tórax 247
Radiografía cervical
y torácica de ingreso
Esofagografía con
sustancia hidrosoluble
Positiva Negativa
Síntomas Asintomático
sospecha sin sospecha
Positiva Negativa
TC
2. Mala interpretación de los hallazgos radiológicos. •aker L, C icere J, Hartzs !t. Shie lo-. T. C omputed to -
mo:raphy in patients with esephageal pe rforatio11.
3. No sospechar una lesión esofágica ante una he- Chest ¡"¡¡; 91:117i-H .
rida de ba la transfixiante de mediastino. •allesteres M , AIJásele E , Alej anare E. \bifri • ·
Gresse F. Maneje y cate~erizaci én de )J, J.~,¡,,ne'
4. No disecar el esófago durante un a toracotomía 4el eséfa:e. Rev Ar:ent Cir, 1"7: 7.316 1: 1~:'-19:.
ex ploradora por herida de bala o arma blanca Carter M , Len: lt, Pelle:rini lt, Wynn !t. Traum;;ti .:
que pudo haber comprometido e l mediastino. Esepha~eal ltupture. Seuthern Mea J. 199 1:
14:7,7-'.
5 . Asum ir que la inserción de un tubo pleural es Du]!lent Le Priel P, Lereux S, A11_uilina Ch, •eyer L.
sufic iente para drenar una mediastinitis. Michel J. ltupture lle l'eesephage theraci11_ue aistal
par traumati sme fermé, Gastroenterel Clin Bio l
6. Demora en la desfunc ionalización del esófago. 1992 ; 16:362-4.
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tinuing challenge. Ann T horac Surg 1992; 53:534-
LECTURAS RECOMENDADAS 43.
Shaffer H, Val enzue la G, Mittal R. Esophageal Perfo-
Attar S, Hankins J, Suter Ch, Coughlin T. Me Laughlin ration ; A rch lntern Med 1992; 152:757-6 1.
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Capítulo 10-11
Cirugía convencional
y videoasistida
Ricardo H. Grinspan
250
Traumatismo de tórax 251
El factor evolutividad
del cuadro inicial De lo antedicho. surgen dos conceptos.
En los pacientes en quienes inicialmente no ha- l. Si uno pesquisó clínicamente un hemotórax o he-
bía hemotórax, su aparición con ulterioridad im- moneumotórax, sin impo11ar el grado (perdió va-
pondrá una conducta terapéutica sobre la base de lor el factor hemotórax clásico), y colocó un ave-
las pautas que mencionamos en hemotórax. Un namiento, el protocolo para hemotórax quedó
hemotórax mínimo, que rápidamente aumenta de transformado en un algoritmo posavenamiento,
grado, señalará la conveniencia del tratamiento se- que si se estudia con detenimiento se observará
gún su grado. que la cirugía convencional y la CTMI tienen in-
En aquellos pacientes con hemotórax modera- dicaciones independientes (fig. I0-11-1 ).
dos tratados inicialmente mediante avenamiento 2. Un grupo de pacientes necesitará la toracoto-
pleural , un débito a través de él mayor de 300 ml/h mia de emergencia o de reanimación: son los
de sangre durante 5 horas aconsejaba efectuar to- menos, 5 de 100 pacientes con indicaciones
racotomía. precisas .
Describimos hasta aquí pautas generales para
el tratamiento de los traumatismos to rácicos con la El 85% de los traumatismos de tórax se solu-
guía táctico/terapéutica que uti lizamos histórica- cionan con un avenamiento. Si éste fracasa y en-
mente para la cirugía convencional y expusimos contramos una pleura sucia, la CTMI tiene indica-
generalidades sobre el empleo de la CTMI. ción electiva en el paciente compensado.
El auge dentro de la emergentología de los cur- El 10% necesita una cirugía mayor, toracoto-
sos de trauma bajo la sigla ATLS (Advanced Trau- mía por la evolutividad del hemotórax o, en lama-
ma Life Support) cambió el manejo clásico descri- yor parte de los casos, porque confluyen factore s
to y perdió valor el primero y más importante de topografía traumática (bala en pericardio) o por
factor para decidir la táctica terapeútica, nos refe- lesión orgánica específica. Éstas no se consideran
rimos al hemotórax. toracotomias de emergencia.
252 Trauma. Prioridades
Hemotórax
t t
1er grado 2do grado 3er grado
ATLS Toracotomía
Avenamiento pleural de emergencia
Compensado Descompensado
Radiografía
Evolutividad
1 L Débito/Cl/Rx
___. Abstención
L
normal
Observación
CTVA selectiva > 500 cm 3/h
Hasta 300 cm 3/h
Radiografía
anormal ___... CTVA
Conducta según Toracotomía
hallazgos
Entre
300-500 cm 3/h
Órganos expuestos No Sí
Pi erde n su hábitat No Sí
Juicio crítico en la modalidad trau mática. operació n mayo r co mo es la toracoto mía (c uadro
Elementos mediastíni cos de riesgo . 10- 11 - 1).
Ade más, la exposic ión por un par de horas de
los órganos intratorácicos hace que pierdan su há-
PACIENTE ESTABLE bitat y no mantengan la humedad y te mperatura ;
requieren entonces mayor hid ratac ión y un mane-
El concepto más im portante es que e l mo ti vo jo anestésico particul ar.
de la CTM I fue el fracaso de un procedi miento
menor que en la era previa a la CTMI hubi ese
merec ido un a toraco to mía temp ra na de limpi eza . LECTURAS RECOMENDADAS
Ade más e l procedi mi ento de la CTM I se ll e-
vó a cabo luego de l primero y el segundo exa- Benaim F, Ne ira J. Atención in ic ial de l traum ati zado
men , alejado en horas o días de l epi sod io tra u- grave. Relato O fi cial LX I Congreso Argentino de C i-
mát ico . ru gía, 1990.
Como excepción hemos operado pacientes más De ll a Torre HA, Gri nspa n RH . Tórax manejo c línico-
graves en situaciones traumáticas lími tes, como -q uirúrgico. Ed itoria l Lorenzo Corra les, Buenos Ai-
por ejemplo casos de bala en e l precordi o (topo- res. 2000.
grafía) y además hemos realizado CTMI e n las Freixinet J, Rodríguez de Castro F, Q uevedo S, López L.
primeras horas del ingreso. H usse in M, Roca MJ. Hemotórax tra umático tratado
¿Por qué revol uc ionaro n tanto los procedi- med iante ci rugía toracoscópica videoas isti ela. Arch
mientos de la CTMI a la cirugía torác ica? Bronconeumol (SPAIN) 1995 ;3 l (8): 424-5.
La toracotomía uni ve r al implica dos c irugías, Graeber GM, Jones D R. T he ro le of thoracoscopy in
la de la toracotomía en sí y la de la cirugía pro pia- thorac ic trauma. Ann T horac Surg 1993:56(3)646-8.
Graeber GM . T horacic trauma. En: Ka iser LR, Maviel
mente dicha o sea lo que tenemos programado ha-
TM . Littl e Brow n Company Lonelo n: 1993.
cer dentro de l tórax según la pato logía que este-
Grinspan R, Gómez MA. Dell a Torre H y col. Indi cacio-
mos operando.
nes ele la vieleociru gía en el manejo de los traumati s-
En trauma en la gran mayoría de los casos lo
mos torác icos. Normati va Ini cial. Rev Argent Cirug
que hacemos como acto qui rúrgico en sí es poco,
1995;68: 14-25.
salvo en ese porcentaje pequeño de pacientes que G rin span R, Abeel G. Ciapon i G, Hierro J. C irugía torá-
operamos para cohibir una hemorragia importante. cica vieleoasistida (CTVA). Premi o Meeli cus - Mejor
E n éstos de hecho no está indicada la CTMI por trabajo 1996 Prensa Médi ca Argentina. Número Es-
ser pacientes descompensados. pec ial 1997.
E n general la CTMI se limita a una toilette, Grinspan R. Cirugía Torácica Video Asistida (CT VA).
esto es sin dud a menos c irugía que la toracoto mía Rol en el Traumati smo Torácico y en el Traum ati smo
en sí. Toracoabdomi nal. Patolog ía de Urgencia (Órgano
Por lo dicho es que la CT MI en trauma ti ene ofi cial de la Soc. Arg. ele Patolog ía de Urgencia y
indi cació n y benefi cia a l pac iente pues ev ita una E mergen tología). Año 6 Nº 1 Sept. 1998, p. 100- 175.
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Sección 11
Traumatismo
toracoabdominal
Capítulos
Lesiones de la región
toracoabdominal
Juan A. Asensio y Martín Lerner
257
258 Trauma. Prioridades
EVALUACIÓN
EVALUACIÓN INICIAL E INDICACIONES DE EVALUACIÓN
E INDICACIONES ABDOMINAL
DE TORACOTOMÍA
El cirujano debe estar alerta cuando atiende un
Todas las lesiones de la reg ión toracoabdomi- trauma toracoabdominal, pues en presencia de le-
nal deben observarse como potencialmente fatales siones torácicas los hallazgos físicos torácicos y
y su evaluac ión y reanimación deben llevarse a ca- abdomi nales pueden no ser confi ables, igual que
bo según las norm as del ATLS. el examen rad iográfico inicial.
Las lesiones de esta región se encuentran entre Las indicaciones principales de laparotomía
las situaciones más difíciles que debe atender e l so n: presencia de irritación peritoneal (46%),
c iruj ano. El desafío diagnóstico de penetración de inestabilidad hemodinámica (18 %), y otras ra-
varias cavidades corpora les, la dificu ltad para es- zones.
tablecer Ja secuencia correcta de exploración y la En los pacientes con les iones combinadas, en
frecuente inestabilidad hemod inámica de estos pa- los que se debió interrumpir Ja exploración de una
cientes son factores responsables de la mortalidad cavidad para investigar la otra, el porcentaje fue
elevada (30-40%). mayor cuando la exploración comenzó en el abdo-
El diag nóstico se basa en la penetración del men (53 % vs . 36%) .
diafragma, que la mayoría de las veces es difícil de
establecer en el preoperatori o. Esto se suma a que
e l 85 % de las les iones penetrantes del tórax se ma- ABORDAJE QUIRÚRGICO
nejan en forma no operatori a lo que hace que la
mayoría no se advierta y el paciente se presente Si se toma en cuenta el aumento de la mortali-
años más tarde con una hern ia diafragmática. dad cuando se realizan procedimientos combina-
En los individuos con indicaciones de toracoto- dos (desde el 3 1 hasta el 59%), la decisión más crí-
mía o laparotomía de urgenc ia, luego de evaluar la tica que el c iruj ano debe tomar en e l manejo de es-
les ión de los órganos de la cavidad correspondien- tas lesiones es establecer la secuencia correcta de
te deberá investigarse el diafragma para diagnosti- ex plorac ión y e l mejor momento para rea lizarla.
car lesiones pasibles de reparación. Estas decisiones son muy difíciles y con frec uen-
La incidencia global de lesiones asociadas ab- cia incorrectas.
dominales en heridas penetrantes de tórax , es del Sin embargo, el c iruj ano deberá estar prepara-
42%, y es mayor para las heridas producidas por do para evaluar las dos cavidades, por lo que el pa-
arma de fuego (59 %) que para las provocadas por ciente debe ser preparado desde el cuello hasta los
arma blanca (32%). En pacientes asintomáticos y muslos.
sin lesiones aparentes se detectó una incidencia de Las causas principales de exploración inicial
lesiones diafragmáticas ocultas del 27 %. Tal es así errónea son hipotensión persistente y evalu ación
que en pacientes con les iones en el área compren- incorrecta del débito del tubo pleural; por eso se
dida por debajo de los pezones hasta el reborde deben analizar de manera adecuada tanto en el
costal y el esternón y la columna dorsa l por fuera preoperatorio como durante la ciru gía.
(sobre todo del lado izq uierdo), debe realizarse Si existe un a indicación de laparotomía o se
una laparoscopia para eval uación y eventual repa- sospecha una lesión intraabdominal , deberá co-
rac ión de las les iones halladas. Esto se basa en la menzarse con una laparotomía mediana.
mayor mortalidad que se registra en Jos pacientes El cirujano debe estar atento para seguir el re-
con lesión diafragmática detectada en etapa tardía corrido de la lesión y examinar la presencia de
(25%) comparada con la diagnosticada en forma penetración o abombamiento del diafragma y el
temprana (3 %). pe ri cardio. A continuació n se reparara toda
Traumatismo toracoabdominal 259
Lesiones diafragmáticas
Mario Pérez Petit
Las lesiones diafragmáticas se encuentran aso- El di afragma ocupa y recorre con los movi-
ciadas con traumatismos graves torácicos y abdo- mientos respiratori os Ja región toracoabdominal;
minales. Se in for mó que su mortalidad es cercana ésta es una banda cuyo plano superior lo delínean
al 40% en el trauma cerrado y al 15 % en el pene- las mam il as, (4to EIC) y las puntas de las escápu-
trante. A su vez, si una hernia intestinal no se de- las (7mo EJC), y el plano inferior, el reborde cos-
tecta y evoluciona con estrangulación e isquemi a, tal. Es un músculo laminar con un centro tendino-
suele seguir un curso fata l. so que divide el tórax del abdo men, se inserta en
Los traumatismos penetrantes de la región tora- el apéndice xifo ides, las últimas 6 costillas y las 3
coabdominal afectan el diafrag ma entre el 13 y el primeras vértebras lumbares. La inervac ión la
20% de los casos y los cerrados entre el O, 8 y el aporta el nervio frénico, que genera el recoJTido
3%. Las les iones por arma bl anca tienen un a inci- respiratorio del diafragma.
dencia del 15 %, mientras que en las producidas
por arma de fuego ésta es del 45 %. La localización
mas frecuente por traumati smo cerrado correspon- Advertencia: debe sospecharse lesión diafrag-
den al hemidiafragma izq uierdo. Las les iones pe- mática en todo trauma penetrante en tórax bajo o
netrantes por lo general tienen más les iones aso- trauma abdominal cerrado.
ciadas y pueden ser bilaterales. Las lesiones asocia-
das, ya sea en los traumatismos cerrados como en
los penetrantes corresponden al hemone umotó-
rax , afecc ión esplénica, hepática, colónica, gástri - CLASIFICACIÓN
ca y re nal.
Las lesiones diafragmáticas pueden ser secun- Las afecciones se clasifican en inmediatas, in-
darias a trauma cerrado o penetrante. Los traumas termedias y tardías, según el momento de apari-
ce1rndos que las producen con más frecuencia son ción desde producida la lesión. Las inmediatas
. desaceleración en accidentes de tránsito, caídas de pueden presentarse en fo rma simultánea con el
altura y apl astamientos. Las lesiones penetrantes traumatismo o en las 2 semanas posteriores las
son producidas por arma blanca o armas de fuego, intermedias pueden ser asintomáticas o presentar
en tórax bajo o abdomen superior. cuadros respiratorios, cardiovasculares o gastroin-
260
Traumatismo toracoabdominal 261
Traumatismo de abdomen
Capítulos
Metodología diagnóstica
en el traumatismo
abdominal cerrado
Gustavo Tisminetzky
265
266 Trauma. Prioridades
laparotomía negati va implica un deteri oro por Feliciano D (eds. ) Trauma 4ta ed . Me Graw Hill ,
la pérdid a de la hermeti cidad de l abdomen. Los 1999.
fa lsos pos iti vos del LPD llevan has ta un 15 a un Progra ma Avanzado de Apoyo Vital en Tra um a para
25 % de laparo tomías negati vas. Médicos Manual de l C urso ATLS. Com mittee on
8. Otorga rl e más trasce ndenci a para la toma de Trauma. American Co ll ege of Surgeons. 1997.
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Arge ntin a de Terap ia Inte nsiva. Edit. Médi ca Pana-
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LECTURAS RECOMENDADAS Wil so n R, Walt A. Genera l Co nsideration s in Abdom i-
nal Tra um a. E n Wil so n R, Wa lt A (eds .). Manage-
Fabi an T. Croce M. Abdo min a l Tra um a. In c ludin g In - men t of Trauma. Pitfa ll s a nd Practice . 2da ed . Wi -
dications fa r Ce li oto my En: Mattox K . Moore E. lli ams & Wi lkin s. 1996.
Capítulo 12-2
Metodología diagnóstica
en el traumatismo
abdominal penetrante
Gustavo Tisminetzky
268
Traumatismo de abdomen 269
Lesiones por arma de fuego Otro punto trascendente es la re lación del ab-
domen con el retroperi toneo, por lo que todos los
Las les iones ocasionadas se re lac ionan con: pac ientes deben evaluarse con mi nuciosidad de
fre nte, fla ncos y dorso.
- El calibre del proyectil (velocidad). Tanto a los efectos diagnósticos como a los tera-
- La dista ncia de l tirador. péuticos, la mayor repercusión de las lesiones abdo-
- El número de disparos . mi nales se produce sobre el estado hemod inám ico.
Toracoabdominal
Laparotomía de Exámenes de
No
emergencia rutina
- Lavado peritoneal
- Ultrasonido
- Tomografía computarizada
- Exploración de herida (herida cortante)
Traumatismo de abdomen 271
Sobre el margen costal Debajo del margen costal Celiotomía expl oradora
Exploración local de
la herida
Positiva Negativa
Positiva Negativa
Celiotomía
exploradora
•
Bajo riesgo
•
Alto riesgo
Alta
Exploración local de
la herida
Positiva Negativa
Negativa Positiva
•
Bajo riesgo
•
Alto riesgo
Celiotomía exploradora
Alta Observar
274
Traumatismo de abdomen 275
Para evitar mayo r débito de 0 2 , se utili zan ma- La nueva rec irugía (ETA PA lll) deberá reali -
ni obras que contro len en fo rma tran sitori a lesiones zarse con coag ulopatía correg ida, no rmotermi a y
mortales . rea nim ac ión adec uada (seg ún pH , EB y lactato),
dentro de las 36 h de la primera c irugía . Si bien
a) Sangrados: colocación de ligadu ras, suturas, no hay conse nso respecto del tiempo ideal para la
pack de gasas u otras maniobras que logre n la nueva c irugía (24 a 72 h); cuanto mayor sea la
hemostasia. demora, mayo r será e l riesgo de abscesos abdo-
b) F uga de materi al contaminante: como orina o minales .
materi a feca l, se practican ligaduras, c ierre en El sangrado que indi ca nueva cirugía inme-
monopl ano de perforaciones, drenaje extern o di ata es el que se presenta e n un paciente normo-
de lesiones pancreáticas y biliares. té rmico y sin coagul opatía, y q ue requiere más
c) Cierre no fo rm al de la cavidad : se verá dific ul- de 2 U GR/h, o presenta un a tasa de sangrado
tado por e l aumento del contenido abdominal por drenaj es mayor que 100 a 200 mL/h. Si la
produc ido por el edema intestinal y la presen- coagul opatía pe rsiste, la dec isión de reoperar es
cia de los pac ks, por lo que sólo requerirá cie- más difíc il.
rre ráp ido de piel con pinzas de campo o con Se expl ora toda la cav idad, en busca específi-
capitone , o bien. la colocación de materi ales ca de les iones o lvid adas en la c irug ía ini cial. se
co mo bolsas plásti cas estéril es con perforac io- retiran los pac ks, y se rea li za la reparac ión defi -
nes que permi tan el drenaje de líquido abd omi- niti va de las les iones vascul ares y viscera les con
nal o de mall as reabsorbibl es porosas. reconstrucción del tránsito intestinal. aunque es
aco nsej able la reali zac ión de colosto mías y deri -
vaci ones extern as antes q ue las anas tomos is pri -
ETAPA //. Reanimación en la unidad mari as. Se practi ca e l cierre fo rm al y sin tensión
de cuidados intensivos de la pared ; puede req uerirse la utilizació n de
mallas.
El objeti vo es revertir la fa lla metabólica, me- En el caso en que la nueva c irugía se realice en
di ante la e limin ació n de la tríada mortal (ac idos i , fo rma urgente los obj etivos son di stintos, ya que
hipotermi a y coagul opatía) , lo que requerirá mo- se tra nsform a en una continuación de la primera,
nitoreo estricto y continuo de los parámetros vita- donde se busca realizar hemostasia y descompre-
les y de la temperatu ra central. El recalentamien- sión. Su mortalidad es cercana al 70%.
to debe ser ag resivo : mantas térmicas, lámparas
de calor, calentami ento de líquidos intrave nosos y
de las vías respi ratori as, y lavado de cav idades Complicaciones
(recordar que las medidas de calentami ento ex ter-
no pueden producir mayor caída del vo lu men mi- Se presentan con una incidencia elevada
nuto card íaco por vasodilataci ón). Se deberá ad- (40%). La mortalidad es del 46 al 66%, su causa
276 Trauma. Prioridades
más frecuente es la sepsis y la fa ll a multiorgánica. No sólo se presenta como complicac ión del
El resultado se a ·ocia con la detención del sangra- control del daño. o del trauma ábdomi nopelvia no,
do en la primera cirugía. sino también por hematomas retroperitoneales,
Las comp licaciones tempranas son: lesiones sangrados posoperatorios, grandes colecciones
olvidadas (como ruptura diafragmática y lesiones sépticas abdomina les, peritonitis , posoperato-
de órganos retroperitoneales), sangrado activo, ri os de cirugía mayor programada y otras cau-
síndrome compartimenta! abdominal y necrosis sas .
hepática por isquem ia. Las tardías son: abscesos
abdominales, fístulas biliares o intestinales y her-
nias, obstrucciones intestinales, seps is y falla mul- Fisiopatología
tiorgánica.
La PIA norm al es O cm H 2 0 , con pequeñas
osc il aciones respiratorias. Cuando la abdo min al
ERRORES supera la presión de perfusión ti sular se produce
isquemia. Hay compres ión de la ve na cava infe-
1. Continuar el acto quirúrgico en un paciente con rior con disminución del reto rno ve noso, con la
falla metabólica consecuente caída del volumen minuto cardíaco
2. No detectar en la primera cirugía lesiones que y disminución del fluj o espl ác ni co. Se produce
produzcan sangrado activo e imposibiliten la un aumento en las res istencias periféricas con
estabilización del paciente en sala de emergen- oliguria secundaria a una disminución del fluj o
cias o UCI sanguíneo renal, con aumento de la resi stencia
3. No buscar de manera activa causas de nueva ci- vascular renal, compresión del parénquima y del
ru gía temprana. sistema venoso renal , más una posible compre-
4. No comprender que el control del daño es una sió n ureteral. En el sistema res piratorio hay au-
estrategia que implica la participación de todos mento de las presiones intrato rác icas con eleva-
los miembros del equipo de trauma en todas las ción del diafrag ma, compres ión de vía aérea,
etapas. acidosis respiratoria e hipoxemia progresivas .
Los órganos abdominales sufren isquemia, lo
que generará aumento de la permeabilidad intes-
tinal con traslocac ión bacteri ana y di sminución
SÍNDROME COMPARTIMENTAL de la capacidad inmune hepática . Los pacientes
ABDOMINAL con hipertensión intracranea na empeoran su
cuadro por imped imento del retorno venoso yu-
Es el conjunto de signos y síntomas que se pro- gul ar.
ducen como consecuencia del aumento brusco de
la presió n intraabdominal (PIA). Se presenta con
fallas respiratoria, renal y hemodinámica, y, de no
mediar tratamiento, culmina con la muerte del pa- Manifestaciones clínicas
ciente.
Debe sospecharse en todo paciente con posibi-
lidades de presentarlo, y debe bu scarse siempre en
Etiología pacientes en los que se controló el daño.
La presentación característica es oliguria con
El aumento brusco del contenido abdominal se PVC y PCP falsamente elevadas, aumento de las
produce por edema intestinal en los pacientes po- presiones en la vía aérea con disminución de la
litraumatizados en shock, con infusión de grandes di stensibilidad pulmonar y di stensión abdominal.
cantidades de cristaloides que generarán edema Si bien es frecuente que una PIA > 25 cm de H,O
instersticial y celular por falla metabólica de la se relacione con oliguria e hipoxia, debe medii~se
bomba de Na+ y pérdida de liquido por los capila- en forma seriada y la descompresión indicarse an-
res, secundario a la liberación de sustancias va- te aumentos progresivos de la PIA con cuadro clí-
soactivas y a la lesión por repeifusión. La presen- nico compatible, más que con un valor absoluto
cia de paquetes hemostáticos e íleo posoperatorio de presión. La descompresión genera resolución
son dos factores importantes que contribuyen con inmediata del cuadro clínico, aunque no se en-
el aumento de la PIA cuentra exenta de riesgos.
Traumatismo de abdomen 277
Traumatismo hepático
Sergio Alej andre
Una vez implementada la sistemática del ma- Tiene una altísima sensibilidad (98 %) para la
nejo inicial según la modalidad traumática pene- detección de hemoperitoneo de origen hepático.
trante o cerrada, el diagnóstico de lesión hepática Puede mostrar la presencia de bilis libre en cavi-
se basa en el cuadro clínico, determinado sobre to- dad que certifica el compromi so del árbol biliar.
do por la presencia de hemoperitoneo. Éste podrá Los falsos negati vos pueden corresponderse con
278
Traumatismo de abdomen 279
lesiones de vena cava infe ri or, venas suprahe páti- den resolverse en 6 a 8 semanas; en cambio, los
cas o hematomas y lesiones de la BARE, áreas qu e intraparenquimatosos pueden tardar hasta 6
pueden no producir derrame intraperitoneal. Feliz- meses en curarse.
mente, este tipo de lesiones tiene un a frec uencia 3) La frag mentación puede produ cirse por av ul -
menor qu e el 2%. sión, no aumenta la densidad con el contraste,
ya qu e no tiene iJTi gación y es fac tible la pre-
sencia de gas por necrosis isquémica.
Advertencia : la crítica al LPD en los traumatis- 4) Las hemorragias periportales hipodensas, pue-
mos hepáticos es la indicación de laparotomías no den aparecer hasta en el 62% de los pac ientes
terapéuticas , debido a que en el 50% de los casos con trau ma hepático y parece n deberse a dis-
en los que se lo empleó como único criterio para su tensión de los vasos linfá ti cos por compresión
indicación , el hígado no presentaba sangrado acti- de los hematomas.
vo ni requirió hemostasia durante el acto quirúrgi-
co . Estos casos por lo general se corresponden con
los grados 1, 11y111 de la clasificación OIS . Advertencia: la escala de lesión hepática en la TC
tiene muy buena correlación con los hallazgos qui-
rúrgicos y el requerimiento transfusional. En líneas
generales, correlaciona bien los hematomas intrahe-
Ecografía páticos pero no las laceraciones. Debe tenerse en
cuenta que la clasificación realizada mediante la ima-
Posibilita la confirmac ión etio lógica e incl uso gen tomográfica por lo general es un grado inferior
cuanti fi ca la lesión. Esto último depende de la ex- a la resultante durante la laparotom ía expl oradora.
peri encia en imágenes y en tra uma de l operador.
Adqu iere un pape l fun damental si se impleme ntan
protocolos no operatori os, para seguimi ento y con-
tro l evo lutivo. Por lo general debe es perarse la ocu- Arteriografía hepática selectiva
pac ión de l espacio de Morri son, el sub fré nico dere-
cho o e l fo ndo de saco de Douglas. o todos, como Se necesita en casos excepcionales con fin es
los pri meros sitios a colecc ionar el hemoperitoneo. d iagnósti cos exclusivos. En general se indica en el
La clasificac ión de H uang no aporta significado de intraoperatori o para dec idir un a gran resección en
utili dad terapéuti ca, ya que los criteri os de indi ca- lesiones importantes (grados lV, V y VI). Puede
ción de laparotomía se guían mejor po r la c línica y usarse en forma terapéutica para reali zar la e mbo-
el estado hemod inámico del paciente. li zación selecti va de un vaso arteri al con sangrado
acti vo para evitar una laparoto mía, cuando hay le-
sión hepáti ca úni ca, y en centros especia li zados
Tomografía computarizada con experienc ia en traum a.
Traumatismo esplénico
Claudia Celleri y Gustavo Tisminetzky
282
Traumatismo de abdomen 283
Ecografía abdominal
Videolaparoscopia
Es el método más rápido y de mejor relación
costo-beneficio. Se puede efectuar durante la rea- Su sensibilidad puede llegar al 50% para e l
nimación, tiene una sensibilidad del 90% y una es- diagnóstico de lesión esplénica. Se lleva a cabo
pecificidad para detectar el hemoperitoneo de l bajo anestesia general y neumoperitoneo con dió-
100%; esto lo hace el primer método de elección. xido de carbono, 'lo que puede ser riesgoso en un
No se debe olvidar que es dependiente del opera- paciente inestable. Además, debido al neumoperi-
dor y puede pasar por alto lesiones esplénicas im- toneo se puede subestimar e l volumen del hemo-
portantes. La clasificación ecográfica de Huang peritoneo, pero se describió su recuperación y la
se usa ante la sospecha de lesión esplénica produc- autotransfusión previo filtrado, lo que evita la uti-
to de trauma ceITado de abdomen para evaluar la lización de sangre de banco.
presencia de líquido libre en cavidad y cuantificar-
lo (véase cap. 4-3).
TRATAMIENTO
bora po r T e 99 o C r 5 1 luego de l mes de efec - apliq ue al alta de l pac ie nte para evita r fe bríc ula
tuad o e l procedimi e nto . Es tá co ntraindi cado qu e confu nda e l cuadro clínico.
e n a bdó me nes co nta minados. La peni c ilina puede admi ni strarse con esqu e-
ma simi lar al usado po r vía parente ra l de de pós i-
to e n la fi e bre reumát ica. Otros recomi e nd a n s u
Advertencia : si bien son muchas las técnicas uso po r vía o ral po r largo pl azo, so bre todo e n
descritas para el autotrasplante esplénico y hay evi- me no res de 2 años. Es recomendable que e l es-
dencias de los buenos res ultados anatóm icos, no qu e ma de profil ax is lo manej e el eq ui po de in fec-
hay pu blicaciones serias que avalen la fu ncionali- tolog ía de acue rd o con sus pa utas y seg ún cada
dad esos nuevos bazos. pac ie nte e n pa rti c ul ar.
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Capítulo 12-6
Traumatismo
duodenopancreático
Hugo García
287
288 Trauma. Prioridades
concavidad posteri or que abraza e l salie nte forma - Se lo puede dividir en c uatro porciones: cabe-
do por la colu mna lum bar y los grandes vasos. Los za, c uello, c uerpo y cola.
vasos mesenté ricos superio res dividen la tercera La cabeza ocupa una parte del espacio com-
de la cuarta porción. Esta última sube e n e l flanco pre ndido por las c uatro porciones del duodeno. De
izq uie rdo de la columna desde e l c uerpo de la su ángulo inferio r derecho se desprende una pro-
cuarta vértebra lumbar hasta la segunda donde fo r- longació n, el gancho del pá ncreas, q ue contornea
ma e l á ng ulo duodenoyeyunal. los vasos mesenté ricos superiores, y pasa por de-
E l duodeno es un órgano retroperitonea l, ex- trás y debajo de e llos.
cepto por la mitad a nte rio r de la c irc un ferencia de E l mesocolo n transverso c ruza e n sentido
la primera porció n. Es móvil e n e l nivel del píloro transversal su cara anterior y la divide en una por-
y de la cua rta porción, pero permanece fij o en to- c ió n supramesocoló nica y otra inframesocolónica.
dos los otros sectores. Su e ntrada se c ie rra por e l Por su cara posterio r pasa el colédoco y los ar-
esfínte r pilórico y su salida está suspe ndida por e l cos vasculares q ue fo rman las arte ri as y venas pan-
ligame nto fibromusc ul ar de Tre itz. c reati coduoden a les derechas con las izquierdas.
Además de su re lación íntima con el páncreas También por es ta cara tiene re lac ió n con la vena
en su cara media l. el duodeno está e n contacto con cava inferior. las l ". 2" y 3ª vértebras lumbares. e l
e l hígado, e l colédoco. la vesíc ul a bi liar. e l colon pedículo renal derec ho y la arteri a espermática.
ascendente, la extre midad derecha del colo n trans- Por aniba e l c ue llo se re laciona con la primera
verso, e l mesocolo n transverso, e l intestino delga- porc ió n del duodeno y por abajo con los vasos me-
do y e l estómago. senté ricos superiores. e n especia l la vena: por de-
El duodeno comparte su irrigac ió n sang uínea trás. con la vena porta.
con e l páncreas. La sangre suministrada al duode- E l cuerpo está cu bie rto por la hoja posterior ele
no provie ne de las arte ri as pancreaticod uodenales. la transcavidad de los epiplones y por delante ele
que forman un asa continua con un o rigen superior ésta se encue ntra e l estó mago. Por su cara poste-
(arte ria gastroduodenal ) y otro inferi o r (arteria ri or pasan la arte ri a y la vena esplé nica, y se re la-
mesentéri ca s uperi o r). ciona con la aorta y e l riñón izquie rdo .
E l conducto biliar com ún atraviesa e l parénqui- La cola de l páncreas se e nc ue ntra cubierta por
ma posterior de la cabeza del pá nc reas y e ntra en de lante y por detrás por peritoneo, estas dos hoj as
la luz duodenal e n la uni ón de la segunda con la se unen y se extie nden hasta e l bazo. para formar
tercera porción. En e l 85 % de los individ uos los e l e pipló n pa ncreaticoesplé ni co. La cara anterior
conductos pancreático y hepático desembocan a fo rm a parte ele la pared posterio r ele la transcavi-
través de un conducto común en la a mpo lla de Va- clacl ele los epiplones. La cara posteri o r se re lac io-
ler, e n un 5 % lo hacen en la misma ampolla, pero na con el riñón.
por conduc tos sepa rados y e n e l 10% restante in- El páncreas tiene dos conductos excretores: uno
g resan por separado. principal (Wirsung) y otro accesorio (Santorini). El
E l duodeno es e l sitio donde se mezcla n el qui- primero comienza en la cola y continúa hacia la de-
lo parcialmente di gerido del estómago y la secre- recha en una línea intermedi a e ntre e l borde supe-
ció n panc reática y biliar, lo que sig nifica una c ir- rior y e l inferior: se encuentra más cerca de la su-
c ul ació n diaria de al rededor de 1O L. El vol umen perficie posterior que de la anterior. En la cabeza da
e levado y la naturaleza enzimática del producto un g iro hacia abajo y se une al colédoco e n la am-
que pasa por e l duodeno dan una idea de la impor- polla de Vater. El conducto de Santorini se extie nde
tanc ia de la integridad de la pared duodenal y de la desde el codo formado por e l Wi rsung hasta la pa-
gravedad que representa e l escape de este conteni- pila menor. y atraviesa la parte superior de la cabe-
do de ntro ele la cavidad peritoneal o e l retroperito- za del páncreas. en un plano mucho más ventral.
neo. La i1Tigació n del páncreas está dada por las ar-
El páncreas es una glándula de secreció n exter- terias pancreaticocluodenales derechas. ramas de
na e interna, unida a l duodeno por sus conductos la gastrocluode na l; las arte ri as pancreaticoduode-
excretores. na les izq uie rd as. ra mas ele la mesenté rica superior:
Está colocado en fo rma transversal por delante los ramos pa ncreéÍticos de la a rteria esplénica y la
de los grandes vasos prevertebrales y del riñón iz- arte ria pancreática inferior. rama de la mesenté ri -
qu ierdo, desde la segunda porció n del d uodeno ca superio r.
hasta e l bazo. Se mantie ne e n esta posición so bre Tocio e l d renaje ve noso del páncreas se dir ige
todo por e l pe ritoneo q ue lo aplica a la pared ab- hacia la vena porta. a través de las ve nas espié-
dom ina l poste rior.
Traumatismo de abdomen 289
Lesiones pancreáticas
La e levac ió n de la a mi lasa séri ca e n un tra uma-
tismo del he miabdo me n superior es un pará metro Traumatismos cerrados
considerado de sospecha de les ió n duodenal. En el
prese nte se esti ma qu e debe buscarse un a ruptu ra La sos pec ha clíni ca de probable lesión pan-
du odenal cuando la a milasa está elevada. Sin e m- c re ática. al ig ual que e n las duodenales permite
bargo. és ta de por sí no es ind icación de laparoto- mante ner un margen considerabl e de seg urid ad
mía ex ploradora: así como tampoco un a a milasa para su detecció n. Por lo tanto. es necesari o anali-
séric a no rmal exc lu ye un a lesión duode nal. zar el mecani smo de producc ió n del trauma como
Si bie n los signos radiográficos de ruptura duo- las posibilidades de est udi os comp lementa ri os que
denal se ev ide ncian e n un 33 % de los casos . e n muestren la lesión.
un a radi og rafía directa puede hall arse: Ta nto la exploración física com o la co ncentra-
ció n de a milasa sérica. el la vado perito neal e in-
1) aire retrope rito neal, c lusive la radio logía convencional ,. la erng rafía
2) aire intraperitoneal. son poco sensibl es para este tipo de trauma ti smos.
3) aire e n la vía biliar. Las ma nifestac io nes clíni cas so n 1·agas y poco
definidas. En parte po r su ubi cac ió n retroperito-
En su serie Luc as y Ledgerwood señalaron. neal (a usencia de perito ni smo inicial ) y también
que ante la sos pec ha de neumorretrope rito neo. in- por la au senc ia de activaci ó n e nzimáti ca (s i no hay
yec ta r aire a través de la so nda nasogástri ca. a ntes una lesió n intestinal simultánea).
de la rea li zac ió n de una radiografía directa de l ab- No se demostró la utilidad del nivel de a mi lasa
domen, aum e nta la posibilidad de diagnosticar la sé ri ca en un tra umati smo pancreático. co mo se
les ió n. sos pec haba en un prin c ipio.
La realización de un a se ri ada gastrod uoclenal
con susta ncia hid roso luble puede ser un estudi o de
seg und a instancia para comp letar e l mapeo e n bus- Advertencia: la concentración de amilasa en
ca de la les ió n du odenal. sangre no indica el grado de lesión ni de un trata-
La to mografía computari zada (TC) del a bdo- miento a segu ir. Sirve para hacer, mediante una
men con contraste oral e intrave noso. tiene una al- curva diaria, el seguimiento de la evolución de ese
ta capacidad de detección para las lesio nes retro- trauma.
peritoneales y puede detectar:
290 Trauma. Prioridades
Hay poca experiencia para establecer la utili- c) En pacie/1/es inestables: ·'ci rugía del control
dad de Ja CPRE transoperatoria. del daño" . c ie rre de las perforaciones gastroin-
testinales y reparación por c irugías repetidas.
Traumatismos penetrantes
Durante la laparotomía exploradora en estos Advertencia: el cirujano que opera una lesión
traumatismos se debe exponer el órgano en toda su duodenal debe resolve r la lesión previendo la
extensión. Luego, Ja táctica debe basarse en Ja de- más grave y frecuente de las complicaciones:
tención de Ja hemorragia y el control de las secre- la fístula.
ciones y de la contaminación intestinal. Una manio-
bra amplia de Vautrin- Kocher, extendida hasta los
vasos mesentéricos superi ores, permite una buena
evaluación de la cabeza pancreática. El acceso a la Lesiones pancreáticas
transcavidad epiploica -apertura del ligamento gas-
trocólico- permite completar esta evaluación. a) Lesiones pancreáticas grados / - /1 (sin com-
La realización de una pancreatografía intraope- promiso ductal): control de la hemorragia y
ratori a (directa, a través de la ampo lla de Yater, o drenaje externo -entre siete y diez días-.
de una sección distal de la cola pancreática o una b) Lesiones pancreáticas g rados ///, IV y V: si la
CPRE) requiere un buen estado hemodinámico. lesión se produce a la izquierda de los vasos
La mayoría de los autores sostiene que en ocasio- mesentéricos -pancreatectomía distal con dre-
nes la lesión del conducto pancreático puede evi- naje-.
denciarse en forma directa e inclusive con proce-
dimientos menos cruentos que la exploración a Si la lesión se presenta a la derecha de los va-
través del duodeno. sos mesentéricos, las opciones ideales son:
Traumatismo de estómago
Juan J. Padilla
292
Traumatismo de abdomen 293
La relac ión del nervio vago y la inervació n de l lesiones según mencionamos. La realiza..:ión Je
estómago son importantes al evaluar una lesión estud ios comple mentarios sóle se justifica en pa-
con compromiso de éste. cientes cuyo estado fi s i o l ógi c ~ le permite y en k1,;
El pH gástrico normal hace que en su interior y que no hay una indicación fo rmal tic laparotomía.
e n cond ic iones de ayuno no haya flora bacteriana. E l cuadro clínico de la lesión :ástrica se re la-
Sin embargo, debe recordarse q ue la presencia de ciona con la cantidad de líq uido :ástrice tlerrama-
alimentos, como es habitual en los traumatizados, do en la cavidad peri toneal y el gratle tic centami-
favorece el desarro llo bacteri ano y. por lo tanto, la nación. El resultado inic ial es una pcritenitis e¡uí-
contaminación abdominal frente a lesiones gástri- mica que desarro lla en forma gradual una pcriteni-
cas. Otras entidades mórbidas preexistentes a te- tis bacteri ana ; puede haber un intervale li9re tle
ner en cuenta son la gastritis crónica y la utili za- síntomas o sínto mas mínimos.
ción de bloqueantes H, para tratamiento de patolo- La colocación de sonda nasogástrica (SNG ) en
gías gastroduodena les~ la atenc ión inicial es fund amenta l para fac ili tar e l
vaciamiento gástrico. Asimismo se podrá evaluar
la presencia de sangre en e lla lo que aporta un in-
MODALIDAD TRAUMÁTICA dic io de sospecha de lesión gástrica.
Por ello, al igual que en la abdominal, la ex plora- hall ada, un rec urso es llenar e l estómago por la
ción gástrica debe ser metódica. Desa1rnllaremos SNG con so lución teñida con azul de metileno y
este punto en el tratamiento. observar si éste apa rece en e l campo quirúrgico.
Otra alternativa es la explorac ión a través de la
brecha en la cara anterior.
Advertencia: la presencia de signos de perito- Por lo general el tratamiento de la lesión gástri-
nismo o de neumoperitoneo indican laparotomía, ca es la sutu ra simple, pero debe guardar algunos
que no debe retrasarse para realizar estudios com- recaudos. Puede reali zarse en l o 2 planos. Debe
plementarios, ya que aumentan el riesgo de conta- aseg ura rse un a hemostas ia correcta de la pared
minación bacteriana de la cavidad . gástrica, y evitar el sangrado posoperatorio y la fil-
tración de líquido gástrico .
Otro punto a destacar es la presencia del halo
de contusión en las heridas por proyectil , que se
TRATAMIENTO relacionará con su veloc idad. Esta zo na traumati-
zada debe resecarse antes de la sutura. C uando el
El abordaje del abdomen se reali za por incisión trayecto es tangenci al a la pared puede observarse
med iana de longitud apropiada para un a ex pl ora- una zo na de contusión más prol ongada sobre un
ción completa de l abdomen. La prioridad es el ma- extremo de la herid a. La falta de resección de esta
nejo y el tratamiento de las hemorragias y de la zona puede hacer fracasar la sutu ra.
contaminac ión de la cavidad por derrame de con-
tenido gástrico.
Advertencia: si se encuentra un orificio en la
cara anterior gástrica, debe explorarse la cara pos-
Advertencia: las prioridades del tratamiento terior y abrir la transcavidad de los epiplones.
quirúrgico son el control del sangrado y de la con -
taminación bacteriana.
Las gastrectomías rara vez son necesarias.
Podrían considerarse amte les iones con gran pér-
La exploración de la cara anterior es senci- did a de tej ido o desvascul arizac ión (les iones
lla; se luxa e l lóbulo izq uierdo del hígado hac ia la grados IV y V; p. ej ., estallido, destrucción por
derecha para exponer la curvatura menor y se trac- escopeta). En lesiones de este tipo sobre la re-
ciona el estómago en sentido ca udal. Una manio- gión antra l o prepilóri ca la deci sión se inc linará
bra útil es la secc ión de l li gamento triangul ar iz- hac ia una gastrectomía tipo Billroth l o II , de
quierdo del hígado, lo que fac ilita el abordaje de la ac ue rdo con e l estado de l píloro. En las les iones
zona superior de la curvatura mayo r y el card ias . con pérdid a de sustancia de la uni ón gastroeso-
El abordaje de la zona cardial se realiza cuan- fágica será aco nsej ab le la reali zac ión de una gas-
do hay sospechas de les ión. Su cercanía con la trectomía total.
aorta y el tronco celíaco hace que en presencia de La piloroplastia se reali zará en la reparación de
hematoma posterior, primero deba asegurarse el lesiones de la región pilórica y se empleará como
control de estos vasos antes del abordaje de la método comple mentario si hay lesión del neumo-
unión esofagogástrica. Al abrir el li gamento gas- gastri o, en particular en e l nivel del cardias .
trohepático debe evitarse la les ión del neumogas- La exploración de lesiones asociadas es funda-
trio y tener presente la anomalía anatómica de ori- mental en todo traumatismo abdominal , merece
gen de la arteria hepática izquierda como rama de destacarse la evaluació n de lesión diafragmática
la coronaria estomáquica que cruza ese ligamento. simultánea. El estómago, por su ubicación y rela-
Para e l abordaje de la zona pilórica es útil la c iones ya mencionadas, mantiene una estrecha
maniobra de Youtrin Kocher. cercanía con e l di afrag ma y el tórax a través de es-
La exploración de la cara posterior se reali za te. La coexistencia de les ión diafrag mática impon-
a través del li gamento gastrocó lico; se entra en la drá su reparac ió n y el avenamiento pleural. E n ca-
transcav idad de los epiplones y se tracciona el es- sos en que la brecha diafragmática sea importante
tómago hac ia aniba y a la derecha . y haya o se sospeche gran contami nación podrá
En presencia de una lesión penetrante de ab- optarse por una toracoscopia o una toracotomía
domen siempre debe buscarse el segundo orifi- anterolateral para asegurar la limpieza de la cavi-
cio. Por esto ante la duda de presencia de lesión no dad pleural.
Traumatismo de abdomen 295
Por último, se debe poner énfas is en una lim- La hemorragia gástrica posoperatoria es una
pieza minuciosa y correcta del abdomen, median- complicación en la que la causa puede relacionarse
te irrigación abundante, extracción de restos ali- con una hemostasia inapropiada de la herida (tem-
menticios y secado de la cavidad. prana) o un proceso séptico en desarrollo (tardía).
La fístula y e l empiema son otras de las com-
plicaciones propias de la lesión gástrica. La prime-
COMPLICACIONES ra en relación con una dehiscencia de la sutura o
lesión mínima inadvertida y la segunda con la con-
La morbimortalidad de estos pacientes está taminación de la cavidad pleural ya menc ionada.
marcada por las lesiones asociadas y su estado fi-
sio lógico; sin embargo, las lesiones gástricas po-
seen su propia morbi lidad. LECTURAS RECOMENDADAS
Si bien e l líq uido gástrico no posee desarrollo
Trauma Abdominal. En: Programa Avanzado de Apoyo
bacteriano, la presencia de alimentos genera su
Vital en Trauma Para Médicos. ATLS Manual del
contaminación. Estos restos alimenticios, el líqui-
C urso American College of Surgeons. Com millee on
do derramado en e l abdomen y e l tiempo transcu- Trauma, 1997.
rrido desde el trauma hasta el quirófano podrán ser Wilson R., Walt A. Management of Trauma Pitfalls and
causas a tener en cuenta en el desanollo de absce- Practice. lnjury to the Stomach and S mall Bowell .
sos intraabdominales, para lo que se deben extre- E n: Wilson R, Walt A (eds.) 2da. ed. Williams & Wil-
mar los cuidados en la limpieza abdomina l. kins, 1996.
La dehiscensia de la sutura gástrica en general Wisner D. Stomach and Small Bowell . En: Mattox K,
se re laciona con procesos infecciosos o necrosis Fel iciano O, Moore E. (eds. ). Trau ma. 4ta. ed., Me
del halo de contus ión no resecado. Graw Hill , 1999.
Capítulo 12-8
Traumatismo
de intestino delgado
Gustavo Tisminetzky
y Sergio Moyana
296
Traumatismo de abdomen 297
La arteria mesentérica superior d istribuye sus Éste es el meca nismo lesional princ ipa l e n víc-
ramas por e l yeyuno íleon, emitidas por su lado iz- timas de coli sio nes vehic ulares mayores, cho-
quierdo. Las ramas son más numerosas en su par- ques fro nta les o golpes directos . El estiramiento
te prox imal y disminuyen en cantidad a medida y la tracción de los puntos de fij ació n de l intes-
que se acercan a la porción terminal del íleon. tino (l igamento de Tre itz, válvul a ileocecal), por
Desde las arcadas parten vasos al borde mesenté- desaceleració n es otro presun to mecanismo de
rico del intestino delgado al entrar en contacto se lesión, que prod uce desgarros serosos y de todo
bifurcan en una rama superior e inferior; las anas- e l espesor de la pared viscera l. La misma lesión
tomosis de las ramas forman el vaso paralelo de podría ex plicarse en áreas del intestino fij as por
Dwight, que es una arcada de menor jerarquía que adherenc ias por c irug ías abdo minales prev ias o
la de Drummond. Las venas siguen e l recoJTido de congénitas. El incremento de este tipo de lesio-
las arterias, y dan lugar a la vena mesentérica su- nes se debe a la mayor utilizació n de l c inturón
perior, confluyente de la vena porta. Los li nfáticos de seguridad, que d isminuyó otros traumas (crá-
drenan en numerosos ganglios ubicados en e l es- neo, tórax) y, po r lo tanto, se registra una me nor
pesor del mesenterio, para confluir en la raíz de la mortalidad .
arteria mesentérica superior, en los gang lios retro- Los traumatismos localizados con contusión de
pancreáticos o aorticorrenales. La inervación de- pequeñas porc iones del intestino delgado, hemato-
pende de los sistemas simpático y parasimpático, mas en el espesor de Ja pared, o compromiso di-
que alcanzan el ID por medio de la adventicia de recto sobre la vasculatura (traumatismos directos
las arterias, y hacen estación en los plexos mie nté- con isquemia), explicarían las perforac iones que
ricos. El intestino es sensible a la tracc ión, la dis- siguen a una necrosis localizada o de limitada, en
tensión y el aumento de las contracciones muscu- un paciente que puede presentar signos clínicos
lares, e indoloro a la quemadu ra, la punción y la vari os días después de l accidente.
sección.
C umple la importante funci ón de preparar e l
alimento para la asimilación y la absorción del MANIFESTACIONES CLÍNICAS
agua, electrólitos, minerales y nutrientes, que se
seleccionan en forma integral: y contribuye ade- En todo trauma ce1Tado de abdomen se debe
más con la inmunidad y las funciones hormonales sospechar lesión visceral; la evidencia de lesión
del organismo. La disposición anató mica de vál- con frec uencia es sutil. La evaluación de los meca-
vulas conniventes, vellosidades y microvellosida- nismos de lesión puede orientar en este difícil
des determina la presenc ia de una superfic ie intes- diagnóstico.
tinal absortiva de unos 250 m 2. Las manifestac iones clínicas son variables,
desde una molestia abdominal leve hasta un cua-
dro peritoneal franco, según el tipo de traumatis-
MECANISMOS DE LESIÓN. mo, su magnitud y el tiempo de evolución. Es fre-
FISIOPATOLOGÍA cuente la aparición retardada de dolor abdominal,
y en casos extremos se presenta en shock. Los cua-
Las lesiones penetrantes del ID suelen presen- dros obstructi vo , con do lores cólicos o vómitos,
tar mejor pronóstico que los traumatismos cerra- secundarios a un hematoma mura l. también son
dos, esto se debe a la pronta exploración de las he- poco frecuentes, y pueden manifes tarse semanas o
ridas produc idas por armas de fu ego y arma blan- meses Juego del inc idente. La enterorragia es un
ca. Las primeras lesionan por Ja velocidad y la ma- hallazgo raro.
sa del proyectil , y se debe tener en cuenta la cavi- El examen fís ico es irrelevante en un 45% de
tación temporal y el efecto de onda expansiva que los pacientes que presentan trauma cerrado, si se
producen daños en sitios remotos al trayecto de la torna en cuenta que muchos se encuentran bajo la
herida (necrosis y perforación). Las lesiones por influencia del alcoho l o presentan un T EC aso-
arma blanca en general son menos severas y con ciado.
frecuencia no hay compromiso intestinal debido a
la gran movilidad que presenta este órgano.
La compresión brusca de las vísceras intraab- Advertencia: en todo trauma cerrado de ab-
dominales contra la columna vertebral logra in- domen es preciso sospechar lesión de intestino
cre mentar la presió n intraluminal, que si supera delgado.
valo res críticos produce un esta llido visceral.
298 Trauma. Prioridades
sólido, del 63% en niños y el 78% en adultos (en La conducta quirúrgica varía según se trate de
mayor medida riñón y bazo en niños, e hígado y una lesión de l ID en sí o del mesenterio.
bazo en adultos). En el primer caso las lesiones serosas mayores
Sin dudas la presencia de numerosas lesiones deben ser cerradas por la posibilidad de fístula
intraabdo minales conduce a un diagnóstico más mucosa retardada y los hematomas murales meno-
te mprano que en e l caso de lesiones aisladas de res de un centímetro deben investigarse sin ex plo-
ID. Se asocian con más frecuencia con hígado, co- rarl os. En ambos casos se utili zan puntos de Lem-
lon, bazo, arteri a aorta. vena cava y estó mago. bert. La reparación de las perforaciones se efectúa
en sentido transversal, para no provocar un estre-
chamiento de la luz, previo avivamiento de los
Advertencia: la magnitud de energía dispersa- bordes de la herida. Las lesiones de más de l 50%
da para lesionar el 1D debe hacer sospechar la le- de la c ircunfe rencia, o la destrucció n importante
sión asociada de otros órganos. de un pequeño segmento deben resecarse con
anasto mosis primaria. En pacientes con lesiones
severas asociadas, coagulopatías o inestabilidad
hemodin ámica hay que considerar la anastomosis
TRATAMIENTO d iferida . Es importante recordar que e l juic io c lí-
nico sobre la vitalidad intestinal tiene un valor pre-
Manejo inicial dictivo de sólo e l 65 %.
Las lesiones del mesenteri o pueden provocar
Se deben reconocer las lesiones que pone n en isquemia de l ID, en este caso se debe e fectuar re-
pe ligro la vida y q ue pueden provocar d iscapaci- sección con anastomosis primaria. Los hemato mas
dad; se debe estar preparado para proporc ionar sólo deben explorarse si pu lsan . crepitan, son cer-
medidas salvadoras y de sostén hasta que se pueda canos a Ja raíz de l mesenteri o o son de un tamaño
iniciar el tratamiento definitivo, según las no rma- considerable (mayores de 2 cm). Cuando provocan
tivas de l ATLS. La morbimortalidad e levada justi- isquemia de un segmento del ID debe considerar-
fica e l diagnóstico y el manej o operatorio tempra- se la resección con c ierre y "second look" , debido
no. a que la evaluación inicial provoca resecciones por
demás agresivas.
Behrman y col. , obsevaron que pacientes que
Manejo operatorio presentaron fístulas por fall as de la anastomosis
intestinal durante el manej o inic ial tu vieron un re-
Las prioridades de la laparotomía aún son el querimiento transfusional cuatro veces mayor. y
control de l sangrado y la contaminac ión. una administración de líquidos de l doble que en
Luego del acceso a la cavidad, de preferencia los pacientes no fi stuli zados. Esto sugiere Ja con-
por una incisión por la línea media, e l manejo téc- veniencia de anasto mosis di fer idas en pac ientes
nico incluye: desbridamiento amplio de tejidos sometidos a transfusión mas iva o que presentaron
desvitalizados, contro l de la in-igación tisular, y shock hemorrág ico o hipoperfusión esplácnica
restablec imiento de la continuidad y la función in- con hipox ia local.
testinales. En un marco de reanimación masiva, la fall a
El concepto más importante en la cirugía de l de la anasto mosis intestinal es un ri esgo seri o de
intestino de lgado de origen traumático es la explo- acuerdo con e l criteri o de cie rtos auto res, por lo
ración prolija y detallada de la víscera, determinar que para e l manej o de las lesiones del ID se su-
la ubicación y el número de lesiones. existencia de g ieren los lineamientos de la resección -anasto-
lesión mesentérica con riesgo de necrosis isquémi- mosis colónica-. La anasto mosis diferida debería
ca. La c lave para una inspección rápida y correcta considerarse en pacientes inestables o en lesiones
es la eviscerac ión completa de l ID, preferente- sobre e l íleon di sta l o cercanas a la válvul a ileo-
mente de proximal a distal, dado que resulta más ceca l.
sencillo desde e l punto de vista técnico. La siste- Las ileostomías terminales temporarias por ori-
mati zación evita pasar por alto lesiones meno res. fici os separados o "en caño de escopeta", son de
En los pacientes que presentan hemoperitoneo elecc ión en estos casos. Menos seguro en trauma,
importante asoc iado con la lesión del ID, la aten- a pesar de su mención clásica, es la creación de
ción inicial debería dirigirse a la posibilidad de una ileostomía terminal continente tipo Kock o un
una lesión vascular mayor o de órganos sólidos. pouch a lo Hartmann.
300 Trauma. Prioridades
Traumatismo
de intestino grueso
Gustavo Tisminetzky
y Javier Marcón
301
302 Trauma. Prioridades
DIAGNÓSTICO
Advertencia: la lesión de intestino grueso es un
Se de be investigar sobre el mecani smo lesio- acertijo difícil de resolver para los métodos conven-
na!. La pri orid ad es proveer una vía aérea adec ua- cionales que disponemos en las salas de urgencia.
da, aseg urar la res pi rac ión, determinar la situac ión La interpretación correcta del mecanismo lesiona! y
he modinámica de l pac iente. realizar un miniexa- del cuadro clínico aún son las herramientas más
men neuro lógico y evaluar a la víctima en su tota- sensibles disponibles.
lidad , según e l protoco lo de atenc ión ini cial de l
ATLS .
Es prec iso realiza r un examen fís ico minuc ioso
del paciente con un análi sis abdo minal completo , FACTORES DE RIESGO
en busca de as imetrías, les iones extern as. do lor EN LAS LESIONES COLÓNICAS
abdo minal, defe nsa muscular involuntaria, reac-
ción peri to nea l, practicar un examen recta l para La evolución de los pac ientes con lesiones co-
evalu ar tono esfinteriano, presenc ia de sangre. lónicas esta íntimamente relac ionada con una serie
frag mentos óseos y pos ición pros tática. de factores les ionales y c línicos que se detall an a
El laboratori o aportará datos re lati vos a la si- continuac ión:
tu ación clíni ca y he modinámi ca de l pacie nte ,
que podrá orie ntar hac ia algún tipo de les ió n • Los pac ientes que se presenten con shoc k, coa-
asoc iada. gul opatía o hipotermi a antes y du ra nte e l acto
La ra di og ra fía to ra.coabdo min al es útil para quirúrgico ti enen una morbi mortalidad e leva-
visua li za r ne umo perito neo o a ire en e l retro peri - da. En este se ntido es im portante record ar la
to neo (65 %), o pérdi da de la so mbra de los práctica del contro l de l daño para este tipo de
psoas. situac iones. Además se observó que los pac ien-
En las heri das por arma de fu ego, s i bi en hay tes que se encuentran hipotensos y a los que se
a lg un as exce pc iones, se rea li za la laparoto mía les prac ticó resecc ión y anastomos is tu vieron
en cas i todos los casos; por e nde, a menudo e l un porcentaj e elevado de dehi scencias de éstas.
di ag nósti co de la les ió n co lónica es intrao pera- • Contaminación fecal: la conta minac ión feca l
to ri o. aumenta el riesgo de morbimortalidad, pero no
En la heri da por arma blanca, si el pac iente pre- contra indi ca la reparación primaria. La mayo r
senta estabilidad he modinámica, se puede ex plo- parte de los auto res coincide con ell o. En 109
rar localmente la herida y determinar si ingresó en pac ientes estudi ados González y co l. , observa-
la cavidad abdominal. ron que la presenc ia de contaminación feca l
En el tra umat ismo cerrado o no penetrante con signi fica ti va, shock, más de dos órga nos lesio-
semio logía dudosa y en las heridas por arma blan- nados intraabdominales y extensa lesión coló-
ca que no se puede precisar el carác ter de pene- nica aumentaro n el porcentaje de complicacio-
trante es útil e l lavado peritoneal diagnóstico nes más en los colo tomizados que en los repa-
(LPD), y su pos iti vidad indica la ex pl oración qui - rados en fo rma primari a.
rúrgica . • Lesio nes asoci adas : los órga nos asoc iados
Si bien la ami lasa de l líquido obtenido de l LPD afectados con más frec uencia son intestino
es mu y sensible para lesiones de yey un o íl eon, tan- de lgado, 45 a l 48 %; hígado. 2 1 al 35%; estó-
to ésta como la fos tatasa alcalina no son mu y úti - mago, 17%: riñ ón, 15 %; d iafr ag ma, 13%; d uo-
les para les iones de colon. deno, 12%, y páncreas, 8%. Corn well y col. ,
La ecografía tiene alta sensibilidad para e l sug iri eron la colostomía para los pac ientes con
d iag nósti co de líq uido libre (90%) , pero mu y poca ATI ~ 25 .
para lesiones de víscera hueca 34,7 %. • Tiempo transcurrido entre el epi sodi o y la repa-
La to mografía computari zada ay uda para esta- ración q ui rúrgica: e relaciona con e l grado de
blecer el diagnostico de les ión de intestino gru eso conta minac ión feca l, a mayo r tiempo tra nscu-
cuando hay líq ui do libre con ausenc ia de lesión de rrido mayo r grado de contaminac ió n. Corn well
un órgano só lido; con tri ple cont raste (o ral , IV y propuso rea lizar co losto mía luego de las 6 ho-
rectal) tiene una seguridad de l 97 %. ras de transcurrido el hecho, y no la reparación
La laparoscopi a di ag nósti ca se utili za en ca- primaria.
sos se lecc ionados e n ree mpl azo o comple mento • Transfu siones sanguíneas: muestran la grave-
del LP D. dad de la lesión y se observó mayo r número de
Traumatismo de abdomen 303
complicacio nes sépticas luego de transfundir 6 dime nsiones no son reco me ndables las ostomías
o más unidades de sangre . E n estas situaciones e n esta zona.
se propone ta mbié n la colostomía y diferir la Pa ra s u evaluaci ó n el colon transverso exige
re paració n. libe rar ta nto e l á ng ul o he páti co como e l espléni-
• Localizació n anatómica de la lesión: e n el pa- co. e l resto es fácil de evalu a r co n a mpli a movi-
sado se difundi ó e l concepto de que las lesio nes li zació n, lo que pe rmite s u ex te ri o ri zac ió n o re-
de l colo n derecho te nían mej o r evolució n y se secc ió n. El colon descendente, al ig ua l qu e e l
impo nía la re paració n primaria, mie ntras que de recho, se e ncuentra cubierto por pe riton eo e n
e n las del colo n izquierdo se prefe ría la colos- su cara a nte ri o r y e n intima re lac ió n con el uré-
to mía. E n e l presente trabaj os como el de Mu- te r izquie rd o y los vasos go nadales izquierdos
rray de mostraron que las lesio nes manejadas po r de trás, lo q ue ex ige un decola mie nto para vi-
con resecció n se asoc ian con un mayor porcen- sua lizar ambas caras y evalua r ade más estas es-
taj e de complicacio nes. más allá de si se reali- truc turas; es de me no r dime nsió n, lo que permi-
za una colosto mía o una anasto mosis y que las te s u fácil mo vili zac ió n y exte ri o ri zación s i fue-
resecc iones co n anasto mosis puede n practicar- ra necesari o . Co mo e l colon sigmoides es intra-
se tanto e n colo n izquierdo como e n e l de recho . pe ritoneal y móvil , no presenta mayores compli-
• La evolució n ele los pacientes ta mbié n va a de- cacio nes pa ra las resecciones o las e xte riori za-
pender del tipo de lesión. Para e llo se propusie- c io nes que se puedan hace r co n é l. El recto ti e-
ron numerosas clasificacio nes. ele las cua les las ne una peque ña po rc ió n s upe ri o r intrape ritoneal
más utili zadas son las del PATI (Pe netrating y e l res to se ubi ca e n la pelvis. fue ra de la cavi-
A bdo minal Trauma Index) y la ele Flint. dad pe ritoneal.
• La primera combi na la severidad de la lesió n de
cada víscera di agnosticada e n e l intraoperato-
ri o: a cada una de las lesio nes a nató micas e n- Advertencia: el conocimiento de la anatomía
contradas en los ó rganos se le asig na un va lo r topográfica del intestino grueso permite evitar
que se multiplicará po r un coefic ie nte ele ri esgo complicaciones quirúrgicas agregadas (p. ej., lesio-
propio ele cada órgano. Se le as igna al colo n un nes de uréter, duodeno, etc.).
facto r de riesgo de 4, con cinco categorías de
gra vedad según e l tipo ele lesió n.
Flint divide las lesio nes coló ni cas en tres
g rupos. e n los que a nali za e l tipo ele lesió n, e l TIPOS DE REPARACIONES
g rado de contaminac ión. la prese ncia de lesio-
nes asoc iadas y e l estado he moclinámico de l Reparación primaria (RP)
pac ie nte.
Implica e l c ierre simple y la resecc ió n con
anasto mosis inmedi ata. sin colosto mía.
CONCEPTOS ANATÓMICOS Puede realizarse e n uno o dos pla nos. y se pue-
IMPORTANTES EN EL MANEJO de requerir resecció n o av ivamiento de los bordes
DEL TRAUMA COLÓNICO de la he rida para asegurar la s utura . Se utiliza ma-
te rial ele sutura de a bsorc ió n lenta. como POS 000
En épocas pasadas se establecían dife re ncias e n o po lig lactina 000. con s utu ra continua. En gene-
c ua nto a la morbimo rtaliclacl e n fun c ió n de la loca- ral se e mplean para lesiones de bordes netos, no
lización anató mica de la lesió n: e n el presente se desvascularizantes. sin ha lo ele isque mi a y e n c ual-
sabe que las com pl icaciones no de pe nde n ele la qui er localizació n.
ubicació n ele la lesión sino de los fac to res citados La resecc ión con a nastomosis inmedi ata, sin
antes. colosto mía, puede realizarse para lesiones mayo-
Como conceptos anatómicos a te ne r e n cue nta res de la pared del colo n o en las que haya com-
es importante recordar que el colon derecho se promiso de l meso que afectan la viabilidad de l ó r-
e nc uentra c ubie rto ele pe rito neo e n los dos tercios gano. Estas técnicas se utili zan para lesio nes gra-
ante riores ele su superficie. el te rcio posterio r es do l de la clas ificac ió n de Flint, lesio nes ele menos
extraperito neal y e e nc ue ntra e n íntima re lac ió n de 8 horas de evolució n y lesiones de no más ele
co n riñó n, uréte r. vasos genitales de rechos y vena dos órganos intraabdo minales, e n ause ncia de
cava inferior. Debido a esto, se lo de be movilizar shoc k y con pérdida de sangre me nor que el 20%
con amplitud para o bservar ambas caras. y por sus de la vo lemia.
304 Trauma. Prioridades
En un a serie de 58 pac ientes con un PATI de o tipo Hartmann , y puede reali zarse en cualquier
26,7 +/- 15,2 y con otros fac tores de riesgo, trata- segmento del colon, aunque en el derecho, en ca-
dos con reparación primaria, Jacobson y col. , pre- so de no ser posible la reparación primaria, se re-
sentaron un bajo porcentaje de dehiscencias y comienda la hemicolectomía derecha con aboca-
complicaciones sépticas. Conclu yeron que las de- miento de cabos .
hiscencias son raras, aun en pacientes con fac tores
de riesgo, y que las complicaciones sépticas en-
contradas se debían a la contaminación producida Reparación primaria y colostomía
en el momento de la lesión y no por dehiscencia de proximal
la reparación primari a.
Durham y col. , realizaron reparación primaria Ind icada para les iones grado I de Flint de co-
(RP) en 8 1 pac ientes de 130 analizados (62%) y lon descendente, sig ma y recto superior, es de
colostomía en 49 (38%), y observaron que las utilid ad en el acto operatorio lavar el co lon di s-
complicac iones intraabdominales se presentaro n tal a la co lostomía, para extraer restos de mate-
más a menudo en el grupo de los colostom izados ri a feca l y ev itar la contam in ac ión sec undaria de
(20%) que en los que recibieron RP (7 %) y con- la herida.
cluyeron que la RP puede llevarse a cabo con baj a
morbilidad en la mayoría de las lesiones penetran-
tes del colon y reservar la colostomía para pacien- Resección colónica con exteriorización
tes de riesgo con PATI > 30 y en asoc iación con un a cabos divorciados o exteriorización
CIS > 4 . de cabo proximal y cierre proximal,
Si comparamos las complicaciones observadas y cierre de cabo distal
entre los dos tipos de RP (cierre simple y resec-
ción con anastomosis) muchos autores concluyen Se util iza en lesiones del colon derecho grado
que las lesiones colónicas manejadas con resec- II de Flint e n los que no se puede rea li zar repa-
ción se asocian con un mayo r porcentaje de com- ració n primaria, y e n lesiones grado IU de Fli nt,
plicac iones. de c ualquier seg mento, donde hay compromi so
Una rev isión de 35 publicaciones con 5.400 le- vasc ul ar, gran conta minación y lesio nes asocia-
siones de colon en las que se realizaron 2.964 RP, das.
mostró que el porcentaje de dehi scencias luego de
la resección y la anastomosis es mayor (5 ,5%)
que luego de una simple reparac ión de una perfo- Advertencia: se realizó una consulta a 449
ración . miembros de la AAST (American Association for
En lesiones del colon derecho se ha visto que the Surgery of Trauma) respecto de sus manejos
las anasto mosis colocolón icas tienen mayor inci- preferidos en 8 tipos de lesiones del colon dentro
dencia de dehiscencia que las anastomosis il eoco- de tres opciones: colostomía, cierre primario o re-
lónicas. sección y anastomosis, concluyeron que la opinión
imperante del cirujano de trauma favorece la repa-
ración primaria aun en el colon no preparado. En
Advertencia: el requisito primordial para inten- cambio , cirujanos que manejan pocas lesiones de
tar la reparación primaria es la estabilidad hemodi- colon po r año prefieren la colostomía.
námica del paciente.
COMPLICACIONES
Colostomía
Las complicaciones más comunes son las in-
Se indica en lesiones colónicas grado II de fecc iones parietales o de cavidad (abscesos intera-
Flint. Varias publicaciones actuales sugieren la re- sas o subfrénicos).
paració n primaria aun para este tipo de lesiones, y Le siguen en incidencia las físt ul as anas tomóti-
reservar la colostomía para pacientes en shock y cas, que son más frec uentes cuando se someten a
con PATI > 25. resección y anas tomos is que cuando se hace un
La colostomía puede practicarse en asa sobre cierre simple; aun así el porcentaje es mu y bajo en
varill a, a cabos divorciados, como físt ula mucosa reparaciones primarias.
Traumatismo de abdomen 305
Otras complicaciones observadas con frec uen- Goligher J . Heridas Colónicas. Cirugía del ano, recto y
cia son infecciones respiratorias y urinarias, he- colon.2daed. l987;3 1:11 08-1113.
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Capítulo 12-1 O
Traumatismo
anorrectal-perineal
Marcelo E. Ballesteros
y Daniel M. Maffei
306
Traumatismo de abdomen 307
b) Empalamiento accidental o por agresión: casi version In Complex Open Pelvis Fractures From
siempre hay algún grado de lesión anal o rectal, Blunt Trauma. Arch Surg 1994; 129:958.
o ambas, a veces se asocian con lesión perineal Flint L, Babikian G , Anders M, Rodriguez J, Steinberg
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Capítulo 12-11
Tratamiento no quirúrgico
de los traumatismos
abdominales
Antonio Brahin y Daniel Pero
310
Traumatismo de abdomen 311
CARACTERÍSTICAS
CRITERIOS GENERALES DE LOS CENTROS
DE INCLUSIÓN PARA HOSPITALARIOS
EL TRATAMIENTO NO OPERATORIO
Los hosp ita les que están en cond ic iones de
La selección de los pacientes para e l tratamien- ap licar e l protocolo de tratamiento no operatorio
to no operatorio debe ser mu y cuidadosa, con el ele traumatismos abdomi nales son:
fin ele obtener el mayor porcentaje de éxito posi-
ble. Es fundamental contar con La infraestruc tura 1) Hos pital es ge n era lc ~ ele ni\·c l 3.
hospitalaria adecuada. ~) Ce ntros de tra um a de ni\·ek' 1 ~ ,
Una ve z impartida la ate nción y obte nida la
es tab ili zación inicial del paciente traumati zad o. Se requi e re \·igilancia e n la unidad ele cuidados
s i se sospecha la les ión abdominal. para el trata- inten s ivos o e n e l se rvicio de guardia. con co ntrol
miento no opera tori o de los traumatismos abdo- permanente del enfe rm o.
minales utili za remos los s iguientes criterios de Cu idado de una e nfermera por cada paciente y
inc lu s ión. examen físico repetido a cargo del médico, de
acuerdo co n e l protocolo.
a) Clínicos: Contar con laboratorio e imágenes (rad iografía,
1) Estabilidad hemoclinamica: signos vitales es- ecografía y TAC) permanente las 24 horas.
tab les (tensión aneri al sistó lica> 90. frecuen-
cia cardíaca < 1OO. diuresis 50 mL/hora.
2) Estado de lucidez pe rmanente (lo qu e pe rmi-
te e l inte rrogato ri o y e l examen físico repe- Advertencia: aunque haya estabilidad hernodi-
titi vo ). námica el paciente debe ser observado. inicialmen -
3) Examen físico abdominal sin ha llazgo ele te en una unidad de cuidados intensivos. hasta que
signos de irritaci ó n peritoneal. se confirme la tendencia estable .
4) Ausencia de alteraciones de la coagulación.
Capítulo 12-12
Laparotomías
no terapéuticas
Horacio Loccatelli y Daniel M. Maffei
313
314 Trauma. Prioridades
te al traumati smo ini cial. Para ev itar este tipo de Qui zás un a de las principale. y más di fíc iles
complicaciones el pac iente debe evaluarse según decisiones qu e se deben to mar en trauma es la rea-
un protoco lo preestabl ec ido. lizac ión de un a laparotomía.
Este tipo de evalu ac ión debe comenzar con e l
mecani smo de produ cc ión y la cinemáti ca del Seg ún la cl as ificac ión utili zada en la Unidad de
traumati smo, teniendo en cuenta todo lo ocurrido Trauma de l Hos pi ta l lnterzo nal General de Ag u-
en la escena (tipo de acc idente, ubi cación en e l ve- dos Dr. Lui s G üemes, de Haedo, República Argen-
hícul o, si se utili zaro n di spos itivos de protección tina las laparo to mías se pueden c las ificar en:
como c intu ro nes de seguridad o bolsas de aire,
etc.). Este pac iente debe ser evaluado por un equi- Laparotonúas terapéuticas o necesarias: se
po ele profes ionales con ex peri encia en e l manej o reali za n e n prese nc ia de les iones y cuand o es
del tra uma, ya qu e no hay que apres urarse en to- necesario rea li zar gestos qui rúrgicos .
mar dec isiones pero ta mpoco demorarse en hace r- Laparotomías no terapéuticas o innecesa-
lo, por lo qu e es aco nsej able atenerse a los proto- rias: se las di vide en :
co los ele di ag nóstico y tra tamiento adaptados por
la institución donde se halle el paciente. • a) Inadecuadas: en las c ua les no se encuen-
En pac ientes en los c ua les e l tie mpo es apre- tran les iones intraabdominales o no hay pe-
miante, por la inestabilidad he modinámica , des- netració n peritonea l.
cartand o e l sangrado toráci co, pe lvi ano o externo • b) Negativas: ante les iones de escasa mag-
evidente, la laparoto mía es un a indi cac ión fo r- nitud qu e no requieren ges tos quirúrg icos .
mal. En los casos dud osos, la ecografía abdo mi -
nal inform a ace rca de la presenc ia de líquido li- Esta clas ifi cac ión permite unificar la vari ada
bre; es un método muy útil ciada la rapide z con termin ología ex istente.
qu e se lo realiza. El lavado perito nea l di ag nósti - Los valores requerid os para la acreditac ión de
co es sensible en el 95 al 98% de los pac ientes, un centro de tra uma ni vel 1 llegan hasta un 12% de
pero se asoc ia co n un 25% de fal sos pos itivos . laparoto mías no terapéuticas.
Con este método , la positivid ad para sangre nos
da la indicac ión de un a laparotomía, que muchas
veces no es correcta debido a qu e se trata de le- Errores que se deben evitarse
siones mínim as o qu e en ese mo me nto no presen-
tan sangrado ac tivo . Efectuar laparotom ías a todos los paci entes. sin
considerar la modalidad traumática ni reali zar
una semio logía completa, ni los estudios com-
Advertencia: es más grave no efectuar laparo- plementarios que estu viera n indicados.
tomía a un paciente con lavado peritoneal positivo - Tratar de implementar protoco los de diagnósti-
que realizar una innecesaria por un falso positivo co y tratamiento provenientes de centros de al-
del método. ta complejidad en hos pitales de escasa infraes-
tructura.
Adoptar una conducta ex pectante en un paciente
La TAC es un estudi o muy vali oso en el trau- con clínica dudosa, no revaluarlo con frecuencia
mati smo cerrado de l abdomen , pero es necesario o dejarlo en manos de otros profesionales.
un pac iente con estabilidad hemodin ámi ca y se No e fectuar un seguimiento correcto de estos
requiere una técnica e interpretaci ó n mu y c uida- pac ientes (un pac iente no laparotomi zado re-
dosas. qui ere mucho más control , dado qu e su evalua-
La video laparoscopi a sue le ser un procedi- ción debe ser continua) .
miento de d iag nóstico y tratami ento mu y útil en
pac ie ntes co n tra umati smo abd omina l cerrado,
pero requi ere anestesia ge neral. No es convenie n- LESIONES INADVERTIDAS
te en los qu e presentan traum ati smo encefal ocra-
neano (TEC) ya que e l neumoperitoneo produce Las les iones inadvertid as son aquellas no di ag-
aumento de la pres ió n intracran ean a, y tampoco nosticadas ni tratadas en e l transcurso de la evalua-
ante la sospecha de rotura di afr ag máti ca, por el ción inic ial de un pac iente traumati zado, haya si-
peligro de ge nerar un neum otóra x hipe rte nsivo. do éste laparotomi zado o no . A lgun os autores de-
nominan laparotom ía retard ada a la qu e se efectúa
Traumatismo de abdomen 315
más de 12 horas luego de la lesión por no haber delgado. Lo cual se debe sobre tocio a la fa lta ele un
detectado la les ión. método específico ele diagnóstico. Se cree que su
incidencia en el traumatismo cerrado \'aría del 5 al
15%, con una mortalidad ele hasta el :;O'é cn rela-
Advertencia: una lesión no diagnosticada y tra- ción directa con el tiempo de demora de l trata-
tada tardíamente ocasiona un aumento considera- miento: es del 2% cuando la demora es lk 8 horas.
ble de la morbilidad o la muerte. del 9, 1% entre 8 y 16 horas después del traumati s-
mo, 16,7% si es entre las 16 y 24 horas y 30.SCC si
se resuelve luego de las primeras 24 horas.
Las causas son diversas: falta ele seguimiento Para evitar la fa lta ele diag nóstico ele lesiones
de protocolos. uso de estos últimos en institucio- no detectadas y tratarlas oportunamente se debe
nes que no cuentan con los recursos necesarios. tener un al to índice de sospecha. considerar tocio
bajo índice de sospecha, no considerar el tipo y la lo relacionado con la etapa prehospitalaria, tener
magnitud de la modalidad traumática y el pacien- una sistemática ele diagnóstico y tratamiento ade-
te en estado de shock o inconsc iente. Si el pacien- cuada al centro de atención donde se trabaje y te-
te fue laparotomizado. fa lta de exploración ele la ner experiencia en el manejo ele estos complejos
cavidad virgen: la presencia de hemato mas puede pacientes.
deformar la anatomía y ocultar lesiones. inexpe- Corresponde destacar que hay múltiples regio-
riencia del equipo quirúrgico en el examen de l ab- nes corporales, además del abdomen. en las que
domen. puede hacer lesiones traumáticas ocultas : fraclllras
craneanas. vertebrales. faciales. ele pel\'is. del car-
po y el tarso: neumotórax laminares. etc.
Advertencia: no detectar una lesión es generar Los \·ala res req ueridos para la acred itación de
un drama para el paciente ya agredido. un centro de trauma ele ni \·el 1 llegan hasta un 9%
ele lesiones inadvertidas.
Laparoscopia en el trauma
Guillermo Cubelli
Los intentos por explorar por medio de laparos- Sin embargo, quienes le restan valor basan su
copia el abdo men de los pacientes traumatizados argumentación en la ay uda diag nóstica, para estos
tienen antecedentes bibliográficos en las publ ica- pacientes, de métodos no invasivos como la eco-
ciones de Gazzaniga, de 1976, en las que se infor- grafía y la tomografía computari zada, o el invasi-
ma la utilización de este método tanto para trau- vo lavado peritoneal diagnóstico (LPD). Además,
matis mo contusos como penetrantes, y las de Car- la visuali zac ión del retroperitoneo se torna dificul-
nevale, de 1977, con su "peritoneoscopi a diagnós- tosa.
tica" . Entre ambos info rmes, 57 fueron los pac ien- Así y todo, la laparoscopía sera el mejor mºo-
tes beneficiados por el método mínimamente inva- do de cuantifica r un sangrado intraperitoneal y
sivo . confi rmar o descartar si la hemorragia es de ori-
La aparición de los recursos videoe ndoscópi- gen visceral o persistente (o ambas cosas) , y tam-
cos reactualizaron y am pliaron los hori zontes de bi én permitirá llegar a un diag nóstico preciso de
esta modalidad diag nóstica que inclu so en ocasio- lesión e incl uso, en determin ados casos. Si bien
nes es terapéutica. no da info rmación sobre la extensión o profundi-
En la actualidad el lugar que debe ocupar el dad de lesiones de hígado y bazo , diag nostica en
método en el abordaje del tra umatismo abdom inal fo rma inequ ívoca su existe ncia y el ciruj ano po-
es motivo de controversia. No así su fi nalidad: evi- dría optar entre un manejo no operatorio o la la-
tar la laparotomía innecesaria . parotomía .
Tanto en el tra umatismo penetrante como en el En cambio, cuando ante un caso dudoso no se
contuso, el gran espacio de la laparoscopia, será el recurre a la laparoscopia, habrá que elegir alguna
mal defi nido espectro de los "casos dudosos", por- de las conductas clásicas: expectante, que puede
centaje importante sobre todo de los traumatismos dejar libradas a su evolución aquell as lesiones
cerrados, en especial cuando se trata de pacientes inadvertidas en los pri meros momentos; o directa-
en coma o con di ferentes grados de tras tornos del mente la laparotomía, con un alto índice de lapa-
sensorio, ya sea por el acontecimiento en sí o por rotomías innecesari as (no terapéuticas o negati-
la cada vez más frec uente asociación con droga/al- vas), denominadas "en bl anco" en la jerga qui rúr-
cohol (éuadro 12- 13- 1). gica habitual.
316
Traumatismo de abdomen 317
La utili zación de la videolaparoscopia nos per- rá la explorac ión de los d i tintos cuadrantes de l
mite, por un lado, optar sin riesgo por un a conduc- abdomen. Pueden agregarse trocares auxili ares ,
ta ex pectante y, por e l otro, evitar laparoto mías tanto para mejorar el di ag nóstico como para inten-
inútil es. tar conductas terapéuti cas .
En cuanto al traumati smo penetrante, se discu-
te poco su utilidad en lesiones por arm a bl anca,
an teri ores y laterales, y en las tangenciales por ar- Advertencia: en un paciente con traumatismo
ma de fu ego, indi caciones fundamentales en nues- abdominal y craneoencefálico asociado,· la hiper-
tra experienc ia ya que la preferimos a la simple ex- tensión abdominal por el neumoperitoneo , durante
plorac ión local de las heridas . También debe tener- la laparoscopia, puede aumentar la presión intra-
se en cuenta que el porcentaje de exploraciones en craneana (PIC) y empeorar el pronóstico.
bl anco, en traumatismo penetrante de abdomen , es
del 20% en las mejores series . En nuestro grupo de
pac ientes con trauma penetrante sometido a video- Un lugar espec ial puede alcan zar la 1·id eola-
laparoscopi a, el 33 % no presentó lesiones intraab- parosco pi a sin neum operi to neo. que al permitir
dominales. la utili zación de in strum entos quirúrgicos co n-
venc ionales fac ilita la reparac ión de las les iones
diagnosticadas. Por ot ra parre. e\' ita ag regar a l
Advertencia: no realizar videolaparoscopia con paciente los inconveni e nte s surgidos del aume n-
neumoperitoneo en pacientes con inestabilidad he- to de presi ón int raabd o min a l, en especial en e l
modinámica, rotura diafragmática, coagulopatía, nivel respiratorio y cardi ovascul ar. Entre e ll os,
íleo , infección de pared abdominal , enfermedad no debe o lvid arse la absorc ión peritonea l de
cardiopulmonar severa, cirugía abdominal previa CO,, con a lm ace nami ento de di óx ido e n los tej i-
múltiple o embarazo. dos; la di sminuc ió n de la capac idad residua l fun -
ciona l, de la di stensibilidad y de la capacidad
pulmonar tota l, con aumento de la relació n V/Q
En cuanto a la técnica, la cavidad abdominal de las reg iones anteriores del pulmón y en con-
puede visualizarse tanto a través de un trocar um- secuenc ia del espac io muerto, que desemboc a en
bilical como desde la ubicación en el hipocondrio hipercapnia . En el ni vel cardiovascul ar se incre-
derecho. Es útil di sponer de una mesa de operacio- menta la resistenc ia vasc ul ar sistém ica, la te n-
nes con posibilidades de rotación, lo que permití- sión arterial diastólica y apa rece di sminución del
318 Trauma. Prioridades
volumen minuto e índice card íaco, así co mo ge- los métod os mínimame nte invas ivos te ndrá un lu-
neraci ó n de arritmi as. gar cada vez más destacado tanto e n e l di ag nósti-
Las complicaciones atribuibles al método en sí co como e n e l trata mi e nto de los pacientes trauma-
son infrecuentes. Podemos mencionar la hemoirngia ti zados.
de los sitios parietales de punción y el enfisema sub-
cutáneo, la perforación de víscera hueca o la lesión
vascu lar, por introducció n de aguj a o trocar, y la e m- LECTURAS RECOMENDADAS
bolia gaseosa. El ne umotórax hipen ensivo es una
Fab ian TC. Croce MA. Stewa rt RM. et al. A prospect ive
eventualidad para tener en cuenta en esta poblac ión.
analysi s of diagnostic laparoscopy in tra u111 a. An n
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lvatury RR. Simon RJ. Stah l WM. A critica! evaluation
Advertencia: ante sospecha de rotura diafrag- of Iaparoscopy in penetrat ing abdo111 inal trauma. J
mática por el mecanismo del traum a, corresponde Trau111a 1993; 34(6):823-8.
el avenamiento de la base del tórax en forma profi- Poole GV, Thomas KR. Hause r CJ . Laparoscopy in trau-
láctica antes de la realización del neumoperitoneo . ma. Surgical Clinics of Nonh America 1996:
No olvidar introducir el dedo por la minitoracoto- 76(3):547-56.
mía antes de insertar el tubo, a fin de evitar lesio- SAGES. Gu ideli nes fa r diagnostic Laparoscopy. Actua-
nar la víscera migrada. li zación 2000.
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copy and convemio nal inst rum ents-the next phase of
Con e l avance científico y tecno lóg ico, es seg u- minimall y in vasive surgery. Arch Surg 1993:
ro que e n un futuro no mu y lejano la utilizació n de 128: 1102.
Capítulo 12-14
Traumatismo retroperitoneal
Thomas Genuit y Aurelio Rodríguez
319
320 Trauma. Prioridades
¿Alteración de conciencia?
¿Hallazgos positivos?
¿Alto riesgo por el mecanismo?
¿Lesiones distractoras?
¿Radiografía abdomen? 2
No
FAST4
TC6
1
¿Hematoma retroperitoneal?
No
¿Lesión de órgano sólido? OBSERVAC.
¿Lesión de raquis o pelvis?
1 Sí
Estudios comp lementarios
(angiografía, RM , uretra-
cistografía). Tratar de
acuerdo con el hallazgo
Fig. 12-14-2. Protocolo para el diagnóstico y el tratamiento del trauma cerrado de abdomen y retroperito-
neo.
322 Trauma. Prioridades
Hemodinámicamente estable
¿Reacción peritoneal?
¿Hemorragia gastrointestinal?
Sí
¿ Evisceración?
¿Trayectoria transperitoneal ?
Herida por arma de fuego
No
¿Neumoperitoneo u obvio Sí
trayecto transperitoneal en
la radiografía?
FAST'
Negativo Positivo
complementarios?
Angiografía
Pielografía
Uretrocistografía
1 Sí No
LAPAROTOMÍA
1 1
EXPLORADORA
TRATAMIENTO SEGÚN ALTA
HALLAZGOS
' Focucused Abdominal Sonography in Trauma (FAST) está todavía en investigación en el trauma.
2
Criterios para resultado positivo en el trauma penetrante: más de 1O mL de sangre en el aspirado, recuen-
to de GB > 10.000, recuento> 500 GB o líquido entérico o partículas de comida en el líquido de lavado.
3
Tomografía computarizada de abdomen y pelvis con contraste intravenoso, oral y colónico (anemia).
evaluar bien el retrope ritoneo. En el LPD la pre- g lobal y 29% e n las fracturas pelvianas) por lo que
sencia o rotura de un gran HRP pelviano puede ha- se sugiere utili zar la técnica abierta supraumbili-
cer que un examen de resultado " falso positivo'' si cal. Para ayudar en el diag nóstico diferencial de
se usa el abordaje infraumbilical normal (5-17% hematuria postraumática e n el pasado se ha usado
Traumatism o de abdomen 323
Kudsk and Sheldon, 1982 1 Henao y Aldrete, 19852 Feliciano et al., 19881
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Norwalk, Appleton & Lange, 1988:5 19-36.
indicaciones para laparotomía de emergencia. En trante debe explorarse, ya no es válido y hoy dis-
los pacie ntes estables, asintomáticos o ligeramen- ponemos de nuevos algoritmos de manejo que
te sintomáticos, se lleva a cabo una evaluación evolucionan constantemente.
diagnóstica sistematizada. Esto puede evitar lapa-
rotomías no terapéuticas hasta en un 60% de estos
pacientes. Hematoma retroperitoneal
La indicación para la exploración en el trau- pelviano
matis mo penetrante del tronco inferior (abdo-
men, flancos y dorso) está determinada principal-
mente por la inestabilidad hemodinámica y la Advertencia: con HRP pelviano por traumatis-
presencia o sospecha de lesiones intraperitonea- mo cerrado, el sangrado puede provenir de una va-
les significantes (evisceración, peri tonitis, hema- riedad de sitios que no son directamente accesibles
temesis o proctorragia, LPD positivo o FAST po- al control quirúrgico.
sitivo, etc.). En el paciente estable, ligeramente
sintomático o asintomático, se está convirtiendo
en norma el manejo conservador. En general, las Por consiguiente se tiende sobre todo al trata-
lesiones causadas por balas son me nos predeci- miento no operatorio. Las excepciones al TNO son
bles (trayectoria, posible lesión por contacto di- la inestabilidad hemodinámica refractaria a ma-
recto con el proyectil , fragmentos o proyectiles niobras de reanimación, lesiones intraabdominales
secundarios como fragmentos óseos, cavitación, asociadas, fracturas pelvianas abiertas con drenaje
etc. ) y probablemente debe n llevar todavía a la al exterior del hematoma y lesiones vasculares
exploración en la mayoría de los pacientes. El mayores conocidas o sospechadas. El sangrado de
manejo de las lesiones provocadas por arma blan- los trazos de frac tura puede controlarse por la apli-
ca u objetos penetrantes similares ha cambiado. cación de dispositivos de compresión externos
Un estudio no invasivo (LPD, TC, etc.) o míni- (pantalón antishock neumático, envoltura con sá-
mamente invasivo (laparoscopia, exploración de bana) o la fij ación esquelética temprana. El san-
la herida local) junto con la o bservación clínica grado del plexo venoso normalmente es contenido
estrecha son ahora alternati vas vá.lidas en el pa- por el retroperitoneo intacto. El sangrado de las ra-
ciente estable seleccionado, ligeramente sinto- mas de las arterias ilíacas e hipogástricas puede
mático o asintomático. Por consiguiente, el afo- proponer un problema significativo y la pérdida de
rismo que todo HRP causado por trauma pene- sangre puede exceder los 2.000 mL. Cuando se
Traumatismo de abdomen 325
AAST AIS
grado puntaje Descripción de la lesión Opciones terapéuticas
1 - - -
2 3 arteria hepática (D., l., común); • Apl icar todos los principios de cirugía vascu lar: la
arteria/vena esplénica; prioridad es e l control proximal y distal (fuera de la
arteria gastroduodenal/ zona de lesión).
coronaria; arteria/vena •En lesiones supramesocólicas el control proximal
mesentérica in fe rior
inicial puede tener que obtenerse a través del tórax;
deben colocarse los c lamps debajo de los vasos rena-
3 3 vena mesenterica superior;
les tan rápido como sea posible
vena cava infrarrenal;
arteria/vena renal ; • Es importante la exposición adecuada por medio de
arteria/vena ilíaca las maniobras de Cattell, Mattox, Kocher, etc.
• Son opciones la reparación primaria, interposic ión de
4 4 arteria mesentérica superior; vena (safena u otra) y e l parche o prótesis de PTFE
tronco celíaco; aorta infrarrenal,
vena cava suprarrenal • Con daño extenso considere la ligadura primaria y el
infrahepática bypass extraanatóm ico
• La angiografía y la e mbolización son alternativas vá-
5 4-5 aorta suprarrenal; vena porta; lidas para la rama " no esencial" que sangra: los pro-
vena hepática: vena cava cedimientos mínimamente invasivos de stenting to-
retrohepática davía están en investigación
Avanzar un grado con lesiones múltiples grados 3 o 4 > 50% de circunferencia: retroceder para lesiones que involucran <25% de
circunferencia. Cuadro adaptado de Blaisdell, Ho lcroft (eds.): Scientific American Surgery Handbook of Trauma.
descubren durante la laparotomía, los hematomas Las lesiones recta les requieren exploración cui-
pelvianos cen ados en general no deben abrirse. a dadosa y su terapéutica se modifica según e l gra-
menos que se extiendan con rapidez y, obviamen- do de lesión. E l drenaje de la zona de lesión ya no
te, si es pulsátil. La angiografía y la embolizacion se considera norma de cuidado para todos los pa-
terapéutica selectiva ya se ha convertido en una cientes, pero debe tenerse en c uenta en las lesiones
opción de tratamiento válida, no restring ida sólo al más graves (cuadro 12- 14-3 ).
sangrado pelviano. La mayoría de las lesiones de vejiga se asocian
En los hematomas anteriores, lesión vesical con la ruptura de l anillo pel viano anterior. Las de-
(cistografía) o en hematomas grandes que se ex- terminaciones iniciales más importantes son la
tienden al espacio pericolónico debe excluirse la presencia de ruptura vesical intraperitoneal y las
lesión ureteral (TC, PIY). contraindicaciones para el manejo conservador
Con mecanismo de traumatismo penetrante es- (infección del tracto urinario, fragmentos de hue-
tos hematomas deben explorarse cuando hay sos- so en la vej iga, lesión del trígono vesical, lesiones
pecha de lesión de grandes vasos, vej iga o recto. genitales asociadas, criterios para laparotomía por
Antes de abrir el HRP debe obtenerse control vas- otras razones o lesión penetrante). En ausencia de
cular proxima l y d istal. La arteria ilíaca interna (y contraindicaciones. la mayoría de las lesiones pue-
sus ramas) se puede ligar en forma unilateral , las de manejarse con catéter urinario durante diez días
le iones de las arterias ilíacas externas y comunes y se siguen con cistografía. Las lesiones simples
pueden repararse mediante anastomosis termino- de la cúpula vesical pueden repararse directamen-
terminal o interposición de injerto de PTFE o ve- te. Las lesiones del trigono pueden requerir re-
na safen a. En lesiones extensas, la ligadura de las construcción compleja del ostium ureteral o ure-
arterias ilíacas y femoral y el bypass femoroferno- tral y debe solicitarse colaboración del urólogo.
ral pueden ser una opc ión. Las lesiones venosas En un paciente inestable con lesiones graves hay
ilíacas pueden ser un problema difícil ; la ligadura que considerar la ureterostomía/nefrostomía/dre-
sigue siendo una opción viable para obtener la he- naje vesical suprapubianos y reconstrucción dife-
mostasia (cuadro 12- 14-2) . rida (cuadro 12- 14-4).
326 Trauma. Prioridades
AAST AIS
grado pu111aje Descripción de la lesión Opciones 1erapéwicas
1 2 Contusió n pequeña/
• Observación del hematoma pequeiio. de otra manera
hemato ma; laceración parcial
evacuar. evaluar sobre todo la viabilidad de la pared
y el c ierre primario
2 3 Hematoma más grande;
laceración < 50% de la • C ierre en capa doble plano (transversal)
circu nferenc ia
Avance un grado en lesiones múltiples hasta grado 3. Cuadro adaptado de Blaisdell. Holcroft (eds.): Sciemific A meri can Surgery
Handbook of Trauma.
AAST AIS
grado punlaje Descripción de la lesión Opciones 1erapé111icas
1 2-3 Contusió n/ hematoma intramural; • C istografía retrógrada para todas las lesiones sospe-
laceració n parcial chosas (vistas AP y laterales)
• Caté ter de Foley e n todos los pacientes
2 4 Laceración extraperito neal
•Crite ri os de contraindicac ió n del manejo conserva-
< 2 cm
dar: infección del tracto urinario. frag me ntos óseos
e n vejiga, lesió n de cuello vesical. lesiones combina-
3 4 Laceración extraperitoneal das urogenitales. otras indicaciones de laparoto mía,
> 2 c m ; laceración intraperito- lesión intraperi to neal o penetrante
neal < 2 cm •Si no hay contraindicac ión: catéter de Foley durante
1O días; luego retirar si el cistograma es negativo
4 4 Laceración intraperito neal • C ualquie r contraindicación: exploración por aborda-
< 2 cm je intraperitonea l. reparación e n dos planos (lesiones
bajas pueden abordarse desde adentro de la vej iga)
5 -1 C ualquier laceración que se • En lesiones mayores conside rar la derivación de l
ex tie nde al c ue llo de la vejiga o uré ter / nefrosto mía / talla vesical suprapúbica y re-
al meato ureteral construcción tardía
Avanzar un grado para múltiples lesiones hasta grado 3. Cuadro adaptado de Blaisdell. Holcroft (eds. ): Sciemific A meri can Surgery
Handbook of Trauma.
Traumatismo de abdomen 327
AAST A IS
grndo p11n1q¡e Descripción de la lesión Opciones 1erapé111icas
1 2-3 Hematoma seg mentari o •Obse rvac ión de l hematoma peq ueño: si hay c\·idcn -
(peq ueño): lacerac ión parcial cia de obstrucción (normalmente en he111ato1na'
múltipl es) considerar la evac uación ope ra toria
2 2-4 Hematomas múltipl es : • Cierre sero mu sc ular (tran sversal ) pa ra el pa rcial ~
lacerac ión < 50% ele la cierre en dos planos para las laceraci ones ma yo re'
circu nferencia
3 4 Lace ración > 50% el e la • Co n co111pro mi so vascu lar. tran secciones o ri esgo del
circu nfere ncia de cualqui er lumen , resecc ió n con cierre di stal y anasto mosis del
seg mento ex tremo proximal al yey un o (Y de Rou x): alternati -
va mente pa rche yey unal
• Co n les ión ele colédoco/a mpoll a. reimplante del co n-
4 5 Laceración > 75 % circunfe- dueto; con les ión de l cond ucto pancreático adici onal.
renc ia D~: ruptura ele co lédoco co nsiderar el procedimiento ele Whippl e
di stal o ampoll a
Avanzar un g rado para las les iones mú lti p les hasta grado J. Tab la adaptda de Blai ,dc ll. Ho lc rnt"t (ed,¡: Scienti lic America n Su rge r)
Handbook of Trauma .
AAST AIS
grado puntaj e Descripción de la lesión Opciones terapéuticas
1 2 Hematoma pequeño o
lacerac ión superfi cial; sin • Observac ión de hematomas pequeños; considerar en
les ión du ctal hematomas grandes la búsqueda meti culosa de la le-
sión ductal
2 2-3 Hematoma grande o laceración • Drenaje as pirati vo cen·ado peripancreáti co; conside-
mayor; sin les ión ductal o rar alimentación yey unal/oc treótido
pérdida de tejido
Ava nzar un g rado pa ra las les io nes múlt iples has ta g rado 3. C uad ro aclaptdo de Bl aisde ll. Ho lcroft (eds.) : Sc ie nti fic A me rican
S urgery Ha ndbook ofTra uma.
AAST A IS
grado p u111aje Descripción de la lesión Opcion es /erapéulicas
2 2 Lacerac ión < 1 cm pro fun - • Si hay macrohe maturi a: reposo. caté ter de Fo ley.
didad, sin ex travasac ió n urin aria; observa r hasta q ue se ac lare Ja orina
he mato ma perirrenal no ex pansivo
4 4 Lacerac ió n e n méd ul a que invo lu- • Exp loració n como antes: Ja reparación ,·asnil ar a
era e l siste ma co lecto r: les ió n ele me nu do es in útil (conside rar co mplicac io nes del
ra ma vasc ul ar mayor riñ ó n parc ialm ente pe rfu ncl ido)
Avanzar un grado para las les io nes mlilt iples hasta grado 3. C uadro adap tdo de Blaisclell. Holcrofl (eds.): Scie nlific American
Surgery Handbook of Trauma.
Hay gra n contro versia sobre el manej o de Ja sarse en la les ión de la vena cava o los vasos rena-
les ión de Ja arteri a renal principal. Hoy esto se les y abord arse con cautela
identifica por Ja fa lta de excrec ió n de l contras te Los he mato mas pe lvia nos latera les co n fre-
en Ja TAC. En ge neral no debe emprenderse la re- cuenc ia se ext ie nde n a l espac io re trope rit onea l
vasc ul ari zac ion si se excedi ó un períod o de 6 ho- pe ri coló nico y si e l pac ie nte está es table (véase
ras has ta Ja restaurac ión de fluj o rena l debido a HRP pe lviano) no requi ere ex pl orac ión. Un he-
qu e los índices de éx ito en e l largo pl azo di sminu - matoma peri có loni co a is lado es más suges ti vo
ye n con rapidez y las complicac iones de la revas- de traum a directo de la cara pos teri or y de be ex-
cul ari zac ion parc ial (la hipertensión renal, e l do- pl orarse. Debe pres tarse ate nc ió n parti c ul ar, e n
lor cróni co del fl anco, etc.) puede hace r·necesaria este caso, a la eva lu ac ió n cuidadosa de l uréter
la nefrec to mía más tard e en un número significa- (co n e l traum at ismo ce rrado la les ió n de l uréter
ti vo de pac ientes. La angiogra fía en este escenari o es rara a menos qu e haya un a fr ac tura simultá-
no ag rega info rm ac ión signi fica ti va para ganar nea . de l a nill o pe lviano) . Toda les ió n de l uréter
tie mpo . de be repararse e n fo rm a prim a ri a so bre tuto r. E n
Los hematomas paradu odenales latera les de- caso de pérd id a ig nifi cati va de tejido ureteral
ben expl orarse como reg la para exc luir la perfora- puede neces itarse un a anas to mos is con e l uréter
ción y los seg mentos du odenales desvita li zados . contra lateral o un a ostomía transitori a de l uréter
Con un hematoma gra nde en esta área debe pen- les io nado.
330 Trauma. Prioridades
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Capítulo 12-15
Traumatismo genitourinario
Marcelo E. Ballesteros
332
Traumatismo de abdomen 333
Métodos diagnósticos
Tratamiento
Tratamiento
Advertencia : en las suturas de las paredes an-
terior y posterior se debe ser cuidadoso de no in- Se debe realizar la reparación glandul ar siem-
cluir con algún punto a la vejiga o al recto , lo que pre que ésta sea posible; para ello se efectúa el
llevaría a la producción de las temibles fístulas ve- des bridamiento de los tejidos no vitales con la re-
sicovaginal y rectovaginal. construcción cotTespondiente, junto con la reapro-
ximación de la túnica albugínea. La orquiectom ía
se dej a para los casos en que la reparación no es
factible.
TESTÍCULOS
La mayoría de los traumati smos testiculares se Prioridad: la lesión testicular debe repararse lo
deben a contusiones, producidas en muchas oca- antes posible.
siones a patadas recibidas durante prácticas depor-
tivas o en luchas. Menos fre cuentes pero por lo ge-
neral más graves son los ori ginados por heridas
penetrantes.
Las lesiones van desde el hematoma escrotal PENE
sin compromi so testicul ar, pasando por les ión tes-
ticul ar parcial menor, lacerac ión moderada, hasta La mayoría de los traumati smos del pene son
estallido de la g lándula. causados por heridas penetrantes. Las contu sio-
nes son raras y en general producen hematoma,
auto limitados. La contusión del pene erec to pue-
Clínica de provocar la ruptura de la túni ca albugínea que
rodea los cuerpos cavern osos, se produce durarne
El dolor es e l sínto ma prepo nderante, se el acto sex ual y provoca un dolor intenso que 'e
acompaña cas i siempre de aumento del tamañ o acompaña de la tumescenc ia peni ana inmediara
336 Trauma. Prioridades
con gran hematoma; el paciente relata haber escu- zas axiales en el pene erecto que producen la la-
chado el típico sonido "crack" en el momento del cerac ión de la túnica albugínea; siempre se re-
dolor. comendó la reparación inmedi ata para evitar la
En las heridas penetrantes se pueden compro- infección del he matoma y la curvatura del pene.
meter la piel, la uretra, la vena dorsal del pene y El tratamiento implica en el desguantamiento
los cuerpos cavernosos. dérmico del pene, la evacuac ión del hematoma,
la reparación de la lacerac ión y la reaproxima-
ción de la piel. Si bi en se describió el tratamien-
Clínica to no quirúrgico de este tipo de lesiones , en el
presente se desaconsej a deb ido a que se aco m-
El dolor es el síntoma más frecuente. El com- paña de un 53% de complicaciones, como las
promiso de los cuerpos cavernosos se manifiesta curvaturas peneanas , la enfermedad de Peyronie
por la palpación peni ana de defectos corporales, y la impotencia. En época reciente Cummings y
hematoma en expansión y hemon-agia importante col. comunicaron resultados si milares con la re-
por la herida. paración de este tipo de les iones a las 24 y 48
En la herida dorsal con hemorragia significa- horas de haberse produc ido la lesión con respec-
tiva debe sospecharse la lesión de la vena dor- to a los de las reparaciones reali zadas en forma
sal. inmediata.
Las complicaciones más comunes son: estre-
chez uretral , fístu la uretrocutánea, impotenci a y
Diagnóstico producción de curvaturas anormales del pene.
Los hematomas por contu sión suelen ser auto-
Se establece por medio de la clínica. A todo pa- limitados y de resolución espontánea, en casos ex-
ciente con una herida peniana, salvo que sea clara- cepcionales se produce la fractura de los cuerpos
mente superficial, se le debe realizar una uretro- cavernosos, que debe tratarse de ac uerdo con lo
grafía retrógrada para descartar la lesión de la ure- descrito.
tra anterior.
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Sección 13
Traumatismo vascular
Capítulos
Traumatismo cardíaco
penetrante
Daniel Ruiz y Eddie H. Carrillo
PRIORIDADES INTRODUCCIÓN
El pericardio es una membrana fibrosa, con Debido al aumento de Ja violencia urbana estas
muy poca capacidad de distenderse en agudo. lesiones cada vez son más frecuentes. A pesar de
El ventrículo derecho es la cavidad lesionada que Ja mayoría de los pacientes muere en el Jugar
con más frecuencia, por su relación con el precor- del hecho, Ja mejora de Ja asistencia prehospitala-
dio, seguido por el ventrículo izquierdo y la aurí- ria incrementan el número de víctimas que llegan
cula derecha. a las salas de emergencias con vida. En este grupo
Toda herida en e l precordio, el epigastrio o el de pacientes el factor dete1minante de la supervi-
mediastino obliga a descartar lesión miocárdica. vencia es el diagnóstico te mprano y el tratamiento
La tríada de Beck se halla presente en menos inmediato.
del 30% de los casos de heridas cardíacas. Las heridas cardíacas se describieron ya en el
La distensión yugular puede estar ausente papiro de Smith (3000 a.C.) y en Ja llíada (900
cuando hay hipovolemia asociada, y hacerse evi- a.C.), pero hasta fines del siglo XIX existía el con-
dente sólo Juego de la reposición de volumen. vencimiento, sostenido con fervorosidad por Bill-
La rad iografía de tórax es normal en el tapona- roth, entre otros, de que era imposible repararlas.
miento agudo. No muestra aumento de Ja silueta La primera operación exitosa la practicó Rehn en
cardíaca. Alemania, al sutu rar una he1ida de ventrícu lo de-
La ventana subxifoidea es un recurso excelente recho en 1896.
para descartar lesiones cardíacas.
Estos pacientes deben llegar cuanto antes al
quirófano. FISIOPATOLOGÍA
El masaje cardíaco externo es ineficiente cuan-
do hay hipovolemia o taponamiento. Los cambios que se producen ante una herida
La reposición vigorosa de volumen, Ja coITec- del corazón dependen del tamaño del defecto en el
ción parcial de la acidosis, el mantenimiento de Ja pericardio, de la cámara lesionada y del sangrado
perfusión coronaria y la prevención de Ja hipoter- que produzca.
mia son puntos cruciales en el tratamiento de las Las heridas pericárdicas pequeñas por lo gene-
heridas cardíacas. ral de arma blanca, tienden a ocluirse por coág ul o~
341
342 Trauma. Prioridades
o tejidos próx imos y dan lugar a taponamiento car- e l pac iente asintomáti co . Se debe tener en cuenta
díaco. El pericardio es un a membra na fibrosa, con que alrededor del 20% de las heridas del corazón
mu y poca capacidad para di stenderse en ag ud o. tiene orifi c io de entrada fu era de esta área (dorso,
transmedi astíni cas) .
Otros datos de la hi stori a que se deben recabar
Advertencia: el pericardio es una membrana fi - son el tiempo transcurrido desde la lesión, en es-
brosa, con muy poca capacidad para distenderse pecial si el pac iente llega en paro cardi orres pirato-
en agudo. ri o (si supera los S minutos prácti camente no ti ene
supervive nc ia) y el tratamiento prehospitalari o
instituido .
A partir de la ac umulac ión de 100 a 150 mL de
sangre, la presión intraperi cárdi ca aumenta y difi -
culta e l ll enado diastó li co de las cavidades dere- Advertencia: toda herida en el precordio , el epi-
chas. La taq uicardi a y el incremento de la cont rac- gastrio o el mediastino obliga a descartar lesión
tilidad miocárdica, medi ados por las catecolami - miocárdica.
nas, permiten mantener el gasto card íaco al ini cio .
C uand o se alcanza e l lími te de di stensibilidad de l
peri cardi o, pequeños incrementos en la cantidad
de sangre llevan a aumentos signifi cati vos de la Manifestaciones clínicas
pres ión intraperi cárdi ca. En estas circunstanc ias
20 a 30 mL de sangre duplican la pres ión dentro La tríada c lás ica de Beck (hi potensión, di sten-
del peri card io, y disminu yen el retorno ve noso . De sión yugular y rui dos card íacos apagados) en la
este modo baj an el débito card íaco y la presión ar- práctica se observa pocas veces. La ausc ultac ión
terial. Esto lleva a di sminución de l fluj o sanguíneo de algo subj eti vo y sutil , co rn o e l a lejamiento de
coronari o, a l principio de los tejidos subendocár- los rui dos card íacos, es poco confi abl e en e l es-
di cos, y al aumentar la presión intraperi cárdi ca, cenario de la e merge ncia. La ingurg itac ión yugu-
también subepicárdi cos. Los cambi os en la pre- lar es más frec uente, pero sue le estar ausente si
sión intratorác ica du rante la inspirac ión acentúa n hay hipovolemi a asoc iada, para hacerse ev ide nte
e l proble ma, lo qu e cl ínicamente se ex presa por e l luego de la repos ic ión de vo lumen. Otras ca usas
pulso paradójico y el signo de Ku ssmaul. de in gurg itació n yug ul ar son: neum otóra x hiper-
Junto co n estos efectos de letéreos, e l tapona- te nsivo, te mb lo r, esfuerzos de l pac ie nte por náu-
miento también es un mecani smo de protecc ión seas o res iste nc ia a la mani obras de la reanima-
contra la hemorrag ia, que permite que algunos pa- c ión, sobrehi dratac ión, he mato ma medi as tíni co o
c ientes lleguen con vida al tratamiento definiti vo . e mbo lia aé rea .
C uando hay defectos peri cárdicos mayores se
produ ce sangrado a la cav idad pleura l o, más rara
vez al exteri or. Advertencia: la tríada de Beck se halla presen-
La pared muscul ar gruesa del ventrícul o iz- te en menos del 30% de los casos de heridas car-
qui erd o (y, en menor grado, la del ventríc ul o dere- díacas.
cho) puede sell ar un a perfo ración pequeña. E n las
heridas auri culares, con su pared fin a, esto es raro.
El ventrículo derecho es la cavidad lesionada E l pul so paradójico es la disminuc ión exagera-
con más frec uencia, por su relac ión con e l precor- da de la presión sistó lica en inspiración (> 1O mm
dio, segui do por el ve ntrícul o izquierdo y la aurí- Hg). E l signo de Kussmaul es el aumento de la di s-
cula derecha. tensión de la yugul ares. Ambos se deben al incre-
mento de la presión intratorácica -e intraperi cárdi-
ca- en ese mo mento de la res pirac ión.
DIAGNÓSTICO La presenc ia de hipotensión en un paciente con
herida apropiada y la falta de respuesta a la reani-
Antecedentes mación obliga n a sospechar y descartar herida car-
díaca.
El antecedente de una herid a penetrante en e l Al gunos pacientes pueden presentarse asinto-
precordi o, el epigastrio, el mediastino (área car- máti cos, y en ellos es necesario un índice elevado
díaca) obliga a descartar lesiones cardíacas, aun en de sos pecha.
Traumatismo vascular 343
Descrita por Larrey en 18 1O, todavía e un re- La evaluac ión y e l tratamie nto inic iales se ha-
curso excelente para descartar lesiones cardíacas. cen según las prioridades de l ATLS.
Está indicada en pacientes estables. con he ridas Debe cons iderarse la co locació n de un a vía
penetrantes precordiales. cuando Ja ecografía no central te mprana para evaluar la presión venosa
esté disponible o su resultado no sea confiable central. Son frecu e ntes los he motó rax y neumo-
(inexperiencia de l operador, he motórax asociado, tórax asociados. que debe n d re narse cuanto an-
sospecha por la trayectoria a pesar de ecografía tes.
negativa). o cuando e l pac iente tiene indicació n de Si e l pacie nte presenta paro cardíaco me nor a
laparoto mía y trayectori a sospechosa de la he ri da. S minutos, d isociación e lectromecánica o shock
Si bien es posible hacerla bajo anestesia local, es- profundo con poca respuesta a la reanimació n. se
to depende de la colaboración de l paciente y de debe practicar toracotomía en la sala de e mergen-
sus características físicas. Se aborda la línea media c ias por med io de una incisión anterolatera l por
de l abdomen desde e l ángulo costox ifoideo h acia e l 5° espacio intercostal izquierdo. Este gru po de
abajo con una inc isión de 1O cm. Se diseca e l xi- pacientes es e l que más se beneficia con este pr -
344 Trauma. Prioridades
cedimiento, que está limitado a las heridas pene- den utilizarse parches pequeños (pledgets) de te-
trantes. flón o pericardio. Las lesiones próximas a las arte-
rias coronarias pueden suturarse con puntos en U
por debajo de éstas. Si la herida compromete las
Advertencia: el masaje cardíaco externo es ine- ramas de las coronarias, puede ser necesario colo-
ficiente cuando hay hipovolemia o taponamiento. car al paciente en circulación extracorpórea para
repararlas, aunque muchas veces la ligadura se to-
lera bien.
En el paciente estable o que se estabiliza luego de Una maniobra que puede permitir la sutura de
la reanimación se debe investigar el pericardio con lesiones difíciles de controlar es la oclusión digital
ecografía. Si es negativa, se interna y se observa al de ambas venas cavas por el ayudante. Se puede
paciente por 24-48 h. Si es positiva, se opera y, si es mantener 1 a 2 minutos, ya que períodos más lar-
dudosa, no está disponible o la sospecha es alta por gos llevan a paro irreversible.
el mecanismo, se efectúa ventana subxifoidea. Una complicación intraoperatoria frecuente es
Cuando haya demoras para intervenir (necesi- la embolia aérea, en especial en lesiones de las ca-
dad de derivación a centro quirúrgico, espera de vidades derechas. Debe sospecharse cuando apa-
lugar en sala de operaciones) la pericardiocentesis recen arritmias severas o paro sin otra causa evi-
puede ser una maniobra efectiva para descompri- dente. Muchas veces es posible ver aire dentro de
mir el pericardio y ganar algo de tiempo. Si es po- las arterias coronarias. El tratamiento es la aspira-
sible debe colocarse un catéter con técnica de Sel- ción directa por punción.
dinger, lo que permite mantenerlo con más seguri- La reposición vigorosa de volumen, la correc-
dad y descomprimir cuando haya deterioro de sig- ción parcial de la acidosis, el mantenimiento de la
nos hemodinámicos. Se punza en el ángulo costo- perfusión coronaria y la prevención de la hipoter-
xifoideo, y se dirige la punta de la aguja al hom- mia son puntos cruciales en el tratamiento de las
bro contralateral, en un ángulo de 45º con la línea heridas cardíacas.
media y con la piel. Al atravesar el pericardio se
siente un claro resalto y se debe dejar de progresar
la aguja. En presencia de taponamiento cardíaco, MANEJO POSOPERATORIO
la aspiración de pequeñas cantidades de sangre (15
a 20 mL) produce una mejoría marcada y rápida El síndrome pospericardiotomia es una de las
de los signos vitales. Si esto no ocurre, lo más pro- complicaciones específicas más frecuentes . Es un
bable es que se haya punzado el ventrículo dere- cuadro caracterizado por fiebre, leucocitosis, de-
cho. No es conveniente intentar evacuar el pericar- rrame pericárdico, frote y alteraciones electrocar-
dio por completo, ya que se pierde el efecto de "ta- diográficas. Su etiología se desconoce y el diag-
pón" sobre la herida cardíaca. nóstico diferencial suele hacerse al descartar otras
En nuestra práctica la pericardiocentesis ha si- causas de fiebre posoperatoria. Se trata con indo-
do efectiva en manos entrenadas y provocó lesio- metacina, aspirina o corticoides.
nes cardíacas en manos inexpertas. Con cierta frecuencia se ven lesiones intracar-
díacas posoperatorias, como comunicaciones in-
terventriculares o insuficiencias valvulares; por
TRATAMIENTO DEFINITIVO eso es necesario evaluar a todos los pacientes con
heridas cardíacas con ecocardiograma luego del
La vía de elección es la esternotomía mediana. alta. Un número limitado de estas anomalías re-
También puede hacerse el abordaje por una tora- quiere corrección quirúrgica (2 al 6%).
cotomía anterior, que puede prolongarse al otro
hemitórax si es necesario.
Abierto el pericardio se identifica y se ocluye en ERRORES FRECUENTES
forma digital el sitio de sangrado. En defectos ma-
yores se puede colocar una sonda tipo Foley dentro - No sospechar compromiso cardíaco en pacien-
del corazón y tirar con suavidad con el balón infla- tes con heridas precordiales, epigástricas o
do. En las heridas de las aurículas o las venas cavas transmediastínicas.
a veces puede efectuarse clampeo lateral. - Esperar alteraciones en la radiografía de tórax.
Se sutura el miocardio con puntos separados de - Esperar ingurgitación yugular en el paciente hi-
polipropileno o Dacron. Para evitar desgarros pue- povolémico.
Traumatismo vascular 345
346
Traumatismo vascular 347
C uando se sos pec ha ruptura aórti ca se debe in- cos, ya qu e so n comunes (25 al 35 % de las perso-
di car angiografía, aun con radi ografía de tórax nas). La más frecuente es el nacimiento de la sub-
norm al. clavia derec ha y ambas caróti das prim itivas del
La mayoría de las ruptu ras de aorta se produ- tronco braq ui ocefálico.
cen en la primera parte de la aorta desce nde nte.
E l tra ta miento de e lección es la re parac ió n pri-
mari a con la téc ni ca de "clampear y sutu rar". Advertencia: la trayectoria de los proyect iles es
difícil de determinar por radiografía debido a la fre-
cuencia de rebotes.
INTRODUCCIÓN
La mayor parte de Jos pac ie ntes con les io nes Las lesio nes iatrogé ni cas, cada vez más fre-
vasc ul ares in tratorác icas muere n exa ng ui nados en cuentes, responden a un patró n es pecífi co e n cada
e l lugar del hec ho . Los q ue llegan con vida a un caso: las de los vasos subc lav ios y el arco aórtico
centro as istencial req ui e re n una es trateg ia plani fi - en inte ntos de catete ri zac ió n percutánea de venas
cada y ejec utada con c ui dado para o btener bue nos centra les; las de la arteri a pulm o nar po r sobre insu-
resul tados. La demora en el diagnóstico o los erro- flac ión de catéteres de Swan-Ganz: las de la arte-
res e n la e lección de la vía de abordaj e pueden ri a inno minada por físt ul as traq ueoinnominaclas
acarrear consecue nc ias catast róficas para e l pa- por cánul as de traq ueostomía, y las les iones ele la
ciente. aorta torác ica po r ba lón de contrapu lsaci ó n.
A l contrari o de lo oc urrido con las les iones
vasc ul ares pe ri féri cas, e l aporte ele la experiencia
militar ha sido limitado. En 1557 Vesa li o desc ribió Diagnóstico
la ruptura de la aorta como causa de muerte de un
pac iente q ue sufr ió una caída de cabal lo . En 1922 A 11tecede11tes
Dfh a ne lidze uturó una he ri da punza nte de la aor-
ta asce nd e nte, y la primera re parac ión e n ag udo ele Es im po rt a nte co nocer e l tipo de a rm a utili za-
un a ruptura tra um ática de ao rta la practi có Kl assen da y si se trata de proyectil es de alta ve locidad.
e n 1958. El desa rro llo de las técn icas modern as de Ta mbi é n debe n co nsigna rse la dista nc ia , en es-
la c irugía card iovascul ar, junto con la sistemati za- pec ial e n heri das po r esco pe ta, y e l número de
ció n de la as istencia pre hospitalari a y el tra nspor- di sparos. El ti empo tra nsc urrid o puede ser de te r-
te rápi do (q ue permitieron q ue un mayo r número mina nte, e n es pec ial e n prese nc ia de pa ro car-
de pacie ntes ll egue con vida a los centros de as is- di orresp irato rio , ya qu e es excepc io na l rec upera r
te ncia de finiti va) , hic iero n qu e se incre me nte la a los pac ie ntes q ue ll ega n co n más de 5 minutos
frecue nc ia de reparació n ex itosa de estas lesio nes. de paro.
pared arterial taponados por coágulos o estructu- lidad de rebotes, y se buscan hemotórax y hemato-
ras vecinas. La elevación de la presión arterial en mas. Los proyectiles que se ven con bordes poco
estos pacientes puede desencadenar hemo1ngias netos no deben atribuirse a mala técnica, ya que es
exanguinantes. probable que estén en contacto con un vaso y se
Si el sangrado se produce dentro del pericardio vean movidos por el latido. Si en un herido por ar-
puede dar lugar a taponamiento cardíaco (hipoten- ma de fuego sin orificio de salida no se visualiza
sión, ingurgitación yugular, entrada de aire nor- el proyectil en el tórax, debe sospecharse su embo-
mal). La distensión de las yugulares puede no ser lización.
evidente cuando se acompaña de hjpovolemi a im-
portante.
Advertencia: la radiografía de tórax debe ser de
buena calidad.
Advertencia: cuando hay hipovolemia las venas
del cuello pueden no estar distendidas en presencia
de taponamiento cardíaco. Angiografía: es el estudio más preciso para
descartar el diagnóstico de lesión vascular. Es
invasivo y requiere estabilid ad hemodinámica.
Los síntomas de isquemia no son habituales , ya En nuestro medio suele ser difícil contar con él
que la rica red de colaterales mantiene la perfusión en el momento y al lugar adec uados. En los trau-
y aun los pulsos distales a estas lesiones. Uno de matismos penetrantes es de suma utilidad para
los mecanismos posibles de isquemia es la embo- planificar el acceso quirúrgico, ya que las vías
lización de proyectiles alojados en arterias di stales de abordaje son diferentes según la localización
luego de entrar en el t01Tente sanguíneo por un va- de la lesión. Está indicada en pacientes estables
so del tórax. con lesiones de proximidad o heridas transme-
Los síntomas de compresión se producen por el diastínicas. Se deben obtener incidencias obli-
desplazamiento de la tráquea o el esófago, lo que cuas para tener mayor sensibilidad , ya que de-
causa dificultad respiratoria y disfagia, o sobre el fectos pequeño s pueden estar ocluidos por coá-
nervio recurrente, lo que provoca disfonía. gu los o por el propio proyectil , o quedar tapados
La auscultación permite encontrar soplos sis- por la columna de contraste en una sola proyec-
tólicos en dorso, precordio o base del cuell o ción.
cuando hay seudoaneuri smas. El soplo puede ser
conti nuo, si hay una físt ul a arteriovenosa. El so-
plo en maquinaria es característico de la embo lia Tratamiento
aérea.
Cuando hay hipoxemia severa con función pul- Tratamiento inicial
monar en apariencia normal se debe sospechar fís-
tula arteriovenosa pu lmonar. Las prioridades son las mismas que en todo
Las heridas penetrantes del tórax no se deben traumatizado: A, B, C, con algunas consideracio-
explorar con sondas o pinzas, ya que se corre el nes particulares .
riesgo de desencadenar sangrado o provocar neu- Los hematomas mediastínicos pueden compri-
motórax. mir la vía aérea y requieren intubac ión endotra-
queal temprana. En estos pacientes la traqueosto-
mía puede provocar sangrado masivo al descom-
Exámenes complementarios primir el hematoma. Se debe evitar la maniobra de
Yalsalva durante la intubación y la colocación de
Radiografía simple de tórax: es la primera pla- sonda nasogástrica, ya que puede aumentar el san-
ca que debe obtenerse en todo traumatizado, es grado, así como las variaciones amplias de la ten-
muy importante en estos casos. Debe ser una tele- sión arterial.
rradiog rafía de tórax , centrada, con el paciente de
pie o lo más erecto que se pueda, y posteroante-
rior. Advertencia: debe evitarse el aumento de la
En los traumatismos penetrantes pueden mar- presión intratorácica durante los intentos de intu-
carse los orificios de entrada y salida para tratar de bación o co locación de sonda nasogástrica.
inferir la trayecto ria, tomando en cuenta la posibi -
Traumatismo vascular 349
La combinación de hipoventilación y shock es para extender las incisione s. obtener inj ert os.
rápidamente fata l, por ello debe colocarse drenaje etc.
pleural siempre que se diagnostique neumotórax o
hemotórax durante la reanimación.
Las vías intravenosas deben colocarse en los Indicaciones de cirugía
miembros inferiores, ya que las venas de los
miembros superiores pueden estar lesionadas. Es- En traumatismos penetrantes que ll eg an en ra-
tas vías deben ser cortas y gruesas. Se deben inser- ro cardiorrespiratorio menor a 5 minutos o ,ho-:-
tar por lo menos dos. profundo (TA < 50mm Hg) está indicada la to rtl -
Los intentos de aumentar la presión arterial por cotomía de reanimación en la sala de emergencia,
encima de 70-80 mm Hg pueden provocar que se (véase la sección 1O).
supere la resistencia de los coágulos o estructuras En los pacientes con shock persistente con res -
vecinas que contienen el hematoma y dar lugar a puesta mínima a la reanimación inicial se debe
hem01ngia exanguinante. Por otra parte la reani- efectuar toracotomía de emergencia lo antes posi-
mación preoperatoria muy agresiva aumenta la in- ble con el fin de detener el sangrado. Obtenido el
cidencia de complicaciones respiratorias posterio- control, se completa la reanimación y luego se re-
res, en especial si hay lesiones pulmonares asocia- paran las lesiones.
das. En los casos con signos vitales estables se indi-
ca cirugía cuando el débito inicial del drenaje
pleural es superior a 1.500 mL o un débito soste-
Advertencia: la elevación de la presión arterial nido de 200 mL/hora en las primeras horas. Cuan-
por una reanimación vig orosa puede superar el do se deteriora el estado hemodinámico del pa-
efecto de tapón de los coágulos o estructuras veci- ciente al colocar el drenaje pleural, se debe asumir
nas y originar hemorragia masiva. que es consecuencia de la pérdida del efecto de ta-
ponamiento que ejercía el hemotórax. Entonces se
debe ocluir el tubo de drenaje y hacer toracotomía.
Como por lo general se infunden grandes volú- La otra ind icación de cirugía son los estudios
menes es muy importante prevenir y tratar la hipo- complementarios positivos.
termia con agresividad: calentamiento de los líqui-
dos intravenosos y de lavado, de los gases anesté-
sicos, colchón térmjco, cobertores, etc. Si se utili- Advertencia: se debe hacer toracotomía de rea-
zan calentadores por aire, se deben colocar sobre nimación en pacientes con heridas penetrantes que
el cuello y el hemitórax contralateral, y no sobre llegan en paro de menos de 5 minutos de duración
los miembros infer iores. o que presentan shock profundo.
En algunas heridas de la base del cuello se pue- La elección de la vía de abordaje es muy im-
de intentar el control del sangrado a través de la portante, ya que es muy difícil reparar la aorta des-
herida con presión digital directa, un paquete con de una incisión anterior, o los troncos supraaórti-
gasas o con sondas con balón tipo Foley. cos desde una posterior.
Si es posible se debe advertir al paciente y los En los pacientes inestables la vía ~e elecci~n
fam iliares del riesgo de paraplejía, accidente cere- es la toracotomía anterolateral izti_uieraa cen el
bral isquémico y lesiones del plexo braquial que paciente en posición supina. De este mea• se ac-
con ll eva la reparación de estas lesiones. Por idén- cede con mucha rapidez al tórax, y se evita la al-
ticas razones se debe documentar con claridad el teración del retorno venoso y el cempremise ael
estado neurológico preoperatorio. pulmón contralateral que se pueaen prevecar
Es muy conveniente contar con dispositivos de con el decúbito lateral (cempresién ael hemitó-
aütotransfusión, ya que rara vez hay contamina- rax sano , aspiración de san:re cuanae hay he-
ción de la sangre intratorácica. moptisis). En general cenviene efectuarla l'or el
El campo quirúrgico debe ser amplio, y per- 3º o el 4º espacios intercestales para acceaer a
mitir el acceso desde el cuello hasta las rodillas , los troncos supraaórticos. Si es necesarie se pue-
350 Trauma. Prioridades
de extender al lado derecho y seccionar en puede utilizar una sutura circunferencial pericostal
sentido transversal e l estern ón. proximal y distal a la lesión para su control.
En los pacientes estables se decidirá el aborda-
je de acuerdo con e l lugar de la lesión.
Una vez dentro del tórax, si hay sangrado acti- Tratamiento intravascular
vo se debe intentar detenerlo con compresión di-
recta. Si no hay sangrado o luego de Ja compresión A lgunos casos de lesiones no sangra ntes
hay que tratar de obtener control del vaso prox i- (se udoaneurismas o fís tulas arteri ovenosas, en
mal y distal a la lesión antes de abordar e l hema- especia l de los vasos subclavios), en pacientes
toma. Deben explorarse todos los hematomas. Si estables, en genera l diagnosticadas en etapa tar-
es necesario clampear alguna de las venas cavas, día, se pueden tratar por vía intravasc ular, con la
primero se debe reponer la volemia o clampear en colocación de prótesis fij adas por stents, q ue
forma simultánea la aorta descendente. oclu yen el defecto. Los resultados a mediano
plazo son buenos.
Signos y síntomas
Es ll amativa la escasa cantidad de casos detec-
tados en nuestro medi o . Según e l estu dio de autop- En la rupt ura de la aorta por trauma cerrado se
sias de G reend yke, e l 16% de los fa llec idos e n ac- pueden observar contusiones preestern ales, d ife-
cidentes de tráns ito presenta ruptura de la aorta. Si rencias de pul sos o de la tensión arteri al entre los
en la Argentina tenemos más de 10 .000 muertos miem bros superiores e infe ri ores (síndro me de
anuales en accidentes cabría esperar 1.600 muer- seudocoartac ión), soplo in terescapu lar, do lor a la
tos con ru ptura de aorta y alrededor de 300 pacien- palpac ión por fract uras estern ales o costales, do lor
tes qu e lleg uen con vida a centros as istenciales. Si retroestern al o interescapul ar, hematomas en cue-
bien esta estimac ión puede ser di scutible, es evi- ll o, di sfonía o ronquera sin lesión laríngea, parapa-
dente qu e esta pato logía no se di ag nostica con la res ia o paraplej ía (q ue puede ser fugaz) . La fre-
frec uencia qu e ocurre . cuencia de estos sínto mas es muy vari ab le y su es-
pec ific idad muy baj a.
La hi potens ión persistente o recurrente durante
Diagnóstico la atenc ión inicia l debe hacer pen sar en otros sit ios
ele sangrado. ya qu e es exce pci onal que los pacien-
E l estu dio clás ico de Parml ey de línea con pre- tes con transecc ión comp leta abiert a en pleura lle-
cisión la evolución natura l de la ruptu ra trau mát i- guen con vicia a un centro as istencial.
ca de la aorta : el 85 % de los afec tados fa ll ece en el La mi tad ele los pac ientes con lesiones vasc ul a-
lu gar del hecho y en los qu e llegan con vida a un res del tórax po r tra um atismos cerrados se prese n-
centro as istenc ial y no son tratados, la mortalidad ta sin ni ng ún signo externo de les ión y sólo la bú s-
aumenta 1% po r hora du ra nte las primeras 48 h; a queda dirig ida y sistemáti ca permite el d iagnósti -
las tres semanas llega al 90%. Por otra parte los re- co correcto.
sultados del tratamiento quirúrgico oportun o son
buenos, de all í la importancia de un diag nóstico
temprano . M uchas veces éste va a basarse sólo en Advertencia: la mitad de los pacientes con le-
un alto índice de sospecha. siones vasc ulares del tó rax por traumatismos cerra-
dos se presenta sin ningún signo externo de lesión.
Otras alteraciones que sugieren lesión de aorta cerrado, ya que no permite precisar el sitio de la
con firmeza son borramiento del botón aórtico, ruptura; puede ser útil para mostrar la presencia y
desviación del bronquio fuente izquierdo hacia la localización de hematomas mediastínicos en pa-
abajo, desviación de la tráquea o la sonda nasogás- cientes con radiografías normales o poco claras, o
trica hacia la derecha y borramiento de la ventana que requieren tomografía de otras regiones, por lo
aórtico-pulmonar. Signos radiológicos menos fre- general cerebral.
cuentes son opacidades paravertebrales o subpleu- En nuestra experiencia su utilidad ha sido esca-
rales apicales ("apical cap"). Hallazgos como he- sa, en especial porque no permite excluir el diag-
motórax o neumotórax son muy inespecíficos y nóstico con certeza suficiente.
parece habe una asociación negativa con las frac-
turas del esqueleto torácico.
Si la radiografía de ingreso es normal pero hay Advertencia: no se deben enviar pacientes
sospecha por el mecanismo, se debe repetir el es- inestables a tomografía computarizada.
tudio a las 4-6 horas.
La ruptura traumática de la aorta puede presen-
tarse con una radiografía de tórax normal (3-7% Los nuevos equipos de tomografía computari-
de los casos), por lo que en los pacientes con his- zada helicoidal brindan en muy poco tiempo
toria de desaceleración brusca importante se de- imágenes de gran calidad, con la posibilidad de
ben practicar estudios aunque no presenten altera- reconstrucción 30, lo que mejora mucho los re-
ciones en la placa simple. sultados de la TC convencional para estas situa-
ciones.
Angiografía
Ecografía transesofágica
Es probable que la falta de disponibilidad en
nuestro medio sea la causa de la poca frecuencia La introducción de un transductor de ecografía
con que se diagnostican lesiones por trauma ce- a través del esófago permite una visualización ex-
rrado. celente de la aorta descendente, lo que constituye
Debe indicarse en pacientes estables con signos una prueba muy sensible para detectar ruptura de
radiológicos o clínicos sugestivos (aun con radio- la aorta. Es menos invasiva que la angiografía. La-
grafía normal). La mayoría de los cirujanos prefie- mentablemente requiere entrenamiento y expe-
re contar con angiografía aun cuando otros estu- riencia del operador, y no está disponible en la ma-
dios sean positivos; las imágenes son muy caracte- yoría de los centros. No permite visualizar bien los
rísticas y muestran el seudoaneurisma o el hema- troncos supraaórticos ni la aorta ascendente. Está
toma contenido la mayoría de las veces inmediata- contraindicada cuando hay sospecha de lesión de
mente distal al nacimiento de la subclavia izquier- columna cervical y vía aérea que puede encontrar-
da. Tiene una incidencia pequeña de falsos positi- se inestable.
vos debidos a anomalías anatómicas, como diver- En nuestra experiencia fue útil para excluir la
tículo ductal, que deben conocerse para evitar ruptura de aorta en la sala de terapia intensiva.
errores.
Tratamiento
Advertencia: el diagnóstico se confirma por an- Lesiones del tronco braquiocefálico
giografía y se debe usar en forma liberal.
Suelen presentarse próximas a su nacimiento
en el arco aórtico. Se hace la anastomosis proxi-
mal de una prótesis de Dacrón en la aorta ascen-
Tomografía computarizada dente con clampeo lateral, antes de abordar el
área del hematoma, y la anastomosis distal ter-
Está mucho más disponible que la angiografía. minoterminal próxima a la bifurcación, mante-
Es de menor costo que ésta. Requiere el traslado niendo el flujo carotídeo por circulación colate-
del paciente a la sala de tomografía. Es relativo su ral. Terminado el puente, se aborda la zona de la
valor para el diagnóstico de lesiones por trauma lesión, para reparar la aorta con clampeo lateral.
Traumatismo vascular 353
Fístula traqueoinnominada
Tratamiento quirúrgico
Se debe a la erosión del tronco braquiocefa!i,·,'
Se debe recordar que si el paciente está hipo- por un balón sobreinflado de la cánula de tra4 uel1-
tenso lo más probable es que esté sangrando en el tomía y es de muy difícil solución. Suele comen-
abdomen (a menos que tenga alto débito por el zar con un sangrado menor, llamado centi nela. 4ue
drenaje pleural o hematoma mediastínico rápida- suele atribuirse a traqueítis, para dar lugar a ,an-
mente expansivo) y tiene prioridad la laparotomía. grado masivo con inundación bronquial. El diJg -
354 Trauma. Prioridades
nóstico temprano por angiografía es muy difícil , Demorar la indicación de angiografía cuando
ya que la cánula ocluye el defecto en la arteria. hay sos pecha de lesión de grandes vasos y el
Ante la sospecha debe hacerse broncoscopi a en paciente todav ía se encuentra estable.
quirófano. Cuando hay sangrado masivo se debe - No prevenir y tratar la hipotermi a en for ma
intubar por vía orotraqueal, retirar la cánu la de tra- agres iva.
queotomía y, a través del ostoma, oc luir en forma Demorar el drenaje de hemotórax o neumotórax.
di gital el sitio de sangrado mientras se lleva al pa- Confiar en una radiografía de tórax técnica-
ciente a quirófano. Allí se aborda por esternotomía mente deficiente.
con extensión cervical derecha y se li ga el tronco No descartar ruptura de aorta cuando hay sig-
en su nacimiento e inmedi atamente proximal a la nos radiológicos que lo sugieren o mecani smo
bifurcación . Si bi en esto implica un 25% de daño apropiado.
neurol óg ico, los intentos de reparación tienen peo- - Poner en decúbito latera l a pacientes inestables
res res ultados por la infecc ión casi segura de la o con hemopti sis.
prótesis. Clampear una ve na cava intratorác ica en pa-
c ientes con hipovo lemi a.
- Subestimar e l dolor posoperatori o.
MANEJO POSOPERATORIO
Traumatismo vascular
abdominal
Daniel Ruiz y Eddie H. Carrillo
355
356 Trauma. Prioridades
nes, disección de la íntima, fístulas arteriovenosas Las lesiones iatrogénicas, de baja frecuencia y
y trombosis. Las provocadas por arma blanca en rara publicación, pueden presentarse durante peri-
general producen secciones parciales o totales de cardiocentesis, lavado peritoneal diagnóstico, la-
bordes netos, que se prestan para la sutura o la paroscopia, como complicaciones intraoperato-
anastomosis terminoterminal. Las de arma de fue- rias, en accesos vasculares femorales para circula-
go dependen de la velocidad del proyectil, y son ción extracorpórea o balones de contrapulsación,
mucho más graves las que corresponden a proyec- y por el cateterismo de la arteria umbilical en neo-
tiles de alta velocidad. Aun cuando la apariencia natos.
externa sea normal , puede haber daño de la íntima
varios centímetros más allá de la zona de la heri-
da, por lo que suele ser necesario resecar los bor- DIAGNÓSTICO
des de la pared arterial antes de la reparación.
La mayor parte de las lesiones vasculares abdo-
minales se diagnostica durante una laparotomía
Advertencia: los proyectiles de alta velocidad por hipotensión o signos de irritación peritoneal en
provocan lesiones más extensas de lo que aparen- pacientes con lesiones penetrantes de tronco. En
tan en la pared del vaso. ocasiones hay una buena respuesta inicial a la rea-
nimación, con estabilización temporaria por la for-
mación de un hematoma contenido. Esto no debe
Las lesiones de la aorta supraITenal y las de la demorar la laparotomía.
vena cava inferior retrohepática son las que conlle-
van mayor mortalidad.
Los traumatismos cerrados pueden lesionar los Advertencia: los pacientes con hipotensión se-
vasos del abdomen por acción de fuerzas de des- vera y distensión abdominal deben operarse de in-
garro o por compresión. Son menos frecuentes que mediato.
los penetrantes, pero su mortalidad es mucho ma-
yor. La desaceleración brusca puede producir
avulsión de ramas de vasos mayores o ruptura de En ocasiones puede palparse una masa pulsátil
la íntima con trombosis secundaria, en especial en en los grandes hematomas retroperitoneales.
mesentérica superior, aorta o ilíacas. La alteración de la perfusión de un miembro es
La aorta puede lesionarse por compresión por característica de lesiones de las arterias ilíacas.
el volante contra la columna lumbar, y producir Cuando está comprometida la aorta pueden fa ltar
desgarros de la íntima y trombosis subaguda. ambos pulsos femorales.
También se describieron hematomas intramura- La trombosis aórtica traumática puede presen-
les, seudoaneurismas y ruptura completa. La ma- tarse en etapa tardía, hasta meses o años después
yoría de estas lesiones se produce en la aorta in- del trauma, con signos de neuropatía periférica,
frarrenal. soplos abdominales o femorales, disminución o
Otro mecanismo es la compresión que se pro- ausencia de pulsos, debilidad en los miembros in-
duce por el componente abdominal del cinturón de feriores, palidez y frialdad.
seguridad, que suele afectar a la bifurcación aórti- El diagnóstico temprano de trombosis de la
ca y se acompaña con mucha frecuencia de lesio- arteria renal por trauma cerrado es difícil. El 70%
nes intestinales. se acompaña de hematuria macroscópica o mi-
croscópica y puede haber dolor epigástrico o en
flanco .
Advertencia: la oclusión de la aorta por trauma
cerrado puede manifestarse en etapa tardía.
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
Los golpes directos pueden lesionar la vena re-
nal izquierda cuando cru za sobre la aorta o los va- Radiografía simple de abdomen
sos mesentéricos.
El diagnóstico de flaps de la íntima o disección Puede ayudar a inferir la trayectoria de proyec-
de la pared se establece por arteriotomía de la zo- tiles. Debe hacerse de frente y perfil, con marcas
na sospechosa. en los orificios de entrada y salida.
Traumatismo vascular 357
Indicada en presencia de hematuria o trayec to- Es esencial llevar a estos pacientes al qu irófano
ria apropiada de un proyectil ; si muestra ausencia lo antes posible para detener el sangrado. Por ello
de nefrograma de un lado, obliga a descartar le- las maniobras en el contexto prehospitalario deben
sión de la arteria renal por to mografía computari- limi tarse a proveer una vía aérea segura y ventila-
zada o angiografía. La presencia de función en ción adecuada. En camino al hospital puede inten-
ambos riñones, sin extravasación del medio de tarse la colocación de vías intravenosas.
contraste en pacientes con trauma cerrado, permi-
te no explorar un hematoma retroperitoneal no ex-
pansivo hall ado en la laparotomía. Advertencia: estos pacientes deben operarse
Si el paciente ingresa inestable, puede hacerse cuanto antes para detener el sangrado.
en el intraoperatorio, una vez controlado el san-
grado.
En el servicio de emergencias la conducta de-
pende del estado del paciente. En el enfe rmo agó-
nico, con distensión abdominal, la toracotomía de
Advertencia: la falta de visualización de un ri- reani mación con clampeo de la aorta descendente
ñón en una pielografía intravenosa obliga a descar- permite mantener la perfusión cerebral y coronaria
tar trombosis de la arteria renal. mientras se lleva al paciente al quirófano y se
practica laparotomía y control del sangrado. Cuan-
do el clampeo aórtico no mejora la pres ión arte-
rial, el pronóstico es ominoso. Si bien la mayoría
de estos pacientes mori rá, es posible recuperar a
Tomografía computarizada algunos (6-8%). Una vez logrado el control del
sangrado en el abdomen se debe ceITar la toraco-
Reemplaza a la pielografía intravenosa y a la tomía para evitar la hipotermia.
angiografía, en los centros en que está disponible,
en el diagnóstico de lesión de la arteria renal por
trauma cerrado. Advertencia : en pacientes con hemoperito-
La ausencia de contraste en el parénquima re- neo masivo e hipotensión severa se debe consi-
nal, y de excreción, sumada a la presencia de un derar el clampeo de la aorta torácica antes de la
anillo cortical es diagnóstica de tro mbosis de la ar- laparotomía.
teria renal por trauma ce1Tado.
la cavidad peritoneal con soluciones calientes, ca- tar lesiones de colaterales o desgarros de los bor-
lentar todos los líquidos que se aporten (las solu- des de la herida que aumentan el sangrado y difi-
ciones en microondas y la sangre sumergiendo la cultan el control definitivo (p. ej., la vena gonadal
tubuladura en un recipiente con agua a 43º) y ca- derecha en la cara anterior de la cava inferior, las
lentar los gases con e l respirador. venas lumbares o las colaterales de la vena renal
izquierda). Una vez que se logró detener el sangra-
do se puede inspeccionar e l intestino para colocar
Advertencia: la hipotermia debe prevenirse y clamps o suturas mecánicas mientras se trata de li-
tratarse con agresividad desde el ingreso. mitar la contaminac ión. Luego se efectúa la repa-
ración vascular, de acuerdo con e l vaso lesionado
y e l tipo de herida. Se debe cubrir la reparación
El campo quirúrgico debe incluir e l tórax y los vascular con peritoneo para aislarla de las asas in-
muslos. Hay que contar con sangre para transfun- testinales.
dir en cantidad sufic iente y con instrumental y ma- En e l paciente hipovolé mico la oclusión de la
teriales de sutura específicos. vena cava inferior por clampeo o accidenta l pro-
E l abordaje se hace a través de una incisión me- duce un efecto notori o sobre e l gasto cardíaco,
d iana amplia; se evacuan los coágulos y la sangre que puede llegar al paro. Siempre que sea posible
en forma manual y con aspiración. Si hay hemo- se debe hacer c lampeo lateral y hay que evitar la
rragia de vísceras huecas se efectúa compresión compresión acc identa l por separadores o com-
medi ante packing. Los vasos mayores de l abdo- presas.
men se agrupan en cuatro zonas : Cuando se halla hematoma retroperitoneal no
Zona 1: contiene la aorta suprarrenal, el tronco expansivo e n la laparotomía se pueden tratar pri-
celíaco, la arteria mesentérica superi or y la renal mero las demás lesiones, luego lavar la cavidad en
izquierda. Se aborda con la movilización de todas forma abundante y cambiar guantes antes de ex-
las vísceras hacia la derecha, y la incisión del pe- plorarlo.
ritoneo por fuera del colon izquierdo y por arriba Los hematomas pelvianos no expansivos, con-
del bazo. De acuerdo a la altura de la lesión el ri- secutivos a traumatismos ce1rndos. en general se
ñón izqu ierdo se puede movilizar o dejar en la fo- deben a sangrado de pequeñas ramas venosas y del
sa renal. foco de fractura. Si Jos pulsos distales son norma-
Zona 2: incluye la vena cava infrahepática, la les, no deben explorarse, ya que la mejor hemosta-
arteria renal derecha, la parte derecha de la aorta sia se logra con Ja estabilización de la pelvis y el
infrarrenal y la arteria hepática común. Se accede taponamiento que ejerce el peritoneo indemne.
con incisión en la reflexión del peritoneo del colon Cuando el sangrado es de ramos arteri ales e l me-
derecho y e l desplazamiento de éste y duodeno y jor tratam iento es la embolización por angiografía.
páncreas hacia la izquierda. De la misma manera Si bien es común la coagulopatía, antes de atri-
se abordan las lesiones del hilio hepático. buir a ésta un sangrado intraoperatorio hay que in-
Zona 3: comprende la aorta infrarrenal y las tentar hacer hemostasia. en especial si hay zonas
ilíacas primitivas. Se aborda mediante moviliza- que no sangran.
ción del intestino delgado hacia arriba y a la dere- El cieITe de la laparotomía suele ser dificu ltoso
cha, y sección del peritoneo que cubre la aorta y el por el edema masivo de las asas intestinales que se
ligamento de Treitz. produce por e l aporte de grandes cantidades de so-
Zona 4: abarca ambas ilíacas externas e hipo- luc iones y la reperfusión. En estos casos se debe
gástricas. A la derecha se incide el peritoneo por evitar el cieITe a tensión, que origina a un síndro-
debajo del ciego. Las lesiones distales de los vasos me compartime nta! abdominal.
ilíacos izq uierdos se abordan mejor por fuera del
mesocolon, desplazando el descendente y el sig-
moides hacia la línea media. Advertencia: estos pacientes son proclives a
El sangrado de los vasos se puede controlar por desarrollar síndrome compartimenta! abdominal.
compresión directa con el dedo o compresas, o
mediante el clampeo proximal y distal. Cuando e l
control es dificultoso se debe clampear la aorta su- La combinación de coagulopatía, hipotermia y
pracelíaca. El tiempo de clampeo aórtico debe ser acidosis es responsable de la muerte del 80% de
menor que 30 minutos. Es fundamental la disec- los pacientes con lesiones vasculares abdominales.
ción cuidadosa, en especial de las venas, para evi- Una vez que se repararon las lesiones vasculares
Traumatismo vascular 359
- Efectuar laparotomía en pacientes en shock se- Carrillo EH, Bergamini TM, Miller FB, Richardson JD.
vero sin clampeo previo de la aorta torácica. Abdominal Vascular Injuries. J Trauma 1997:-B( 1):
Demorar la laparotomía e intentar restablecer 164-171.
una presión arterial normal. Cushman JG, Feliciano DV, Renz BM, lngram WL.
- Demorar la cirugía por estudios (pielografía, Ansley JO. Clark WS, Rozycki GS. lliac Vessel ln-
TAC) cuando hay sangrado acti vo. jury: Operative Physiology Related to Outcome. J
Trauma 1997;42(6): 1033- 1040.
Confiar en vías pequeñas para reanimar a estos
Feliciano DV, Burch JM, Graham JM. Abdominal Vas-
pacientes.
cular Injury. En: Mattox KL. Feliciano DV, Moore
Disecar sin la delicadeza suficiente y provocar
EE. (eds.) Trauma 4ta ed. Nueva York , McGraw- Hill,
mayor desgarro de heridas ex istentes o de cola-
2000;783-805.
terales, en especial venosas. Mullins RJ, Huckfeldt R, Trunkey DD. Abdominal Vascu-
Explorar he matomas retroperitoneales pelvia- lar Injuries En: Cornplex and Challenging problems in
nos estable con pulsos distales normales. Trauma Surgery. Surg Clin NA l 995;76(4):8 13-823.
Asumir que la lesión abdominal es leve si la hi- Roth SM, Wheeler JR, Gregory RT. Gayle RG. Paren!
potensión se corrige con rapidez con líquidos. N. Demasi R. Riblet J. Weireter LJ. Brill LD. Blunt
No prevenir la hipotermia. lnjury of the Abdom inal Aorta: A Re,·iew J Trauma
No tratar la hipotermia con agresividad. 1997A2(.f):N8-755.
No desbridar suficiente cantidad de tejido en Wilson R. Dulchavsky S. Abdominal Vascular Trauma.
heridas de proyectiles de alta velocidad. En: Wilson RF. Walt A (ecls.). Management of Trau-
Comprimir o clampear la vena cava inferior en ma: Pitfalls and Practice. Philadelphia: Williarns &
un paciente hipovolémico. Wilkins, l 996;555-575.
Capítulo 13-4
Traumatismo vascular
periférico
Daniel Ruiz y Eddie H. Carrillo
360
Traumatismo vascular 361
bl andas, el mejor tratamiento suele ser la amputa- ticos a través de accesos vasc ul ares. Son más co-
ción primaria. munes en la arteria fe moral y pueden causar, en
orden decreciente de frecuencia , hemo1Tagia y he-
mato ma, seudoaneurismas , fístul as arteriovenosas ,
INTRODUCCIÓN trombosi s o embolia.
También se pueden ver lesiones provocadas por
El tratamiento clásico de las lesiones traumá- la inyección intravascul ar de drogas en ad ictos :
ticas de los vasos de los miembros estuvo dirigi- por lo general producen seudoaneuri smas mi cóti-
do a detener la hemorragia med iante diferentes cos o fístulas arteriovenosas .
procedimientos: torniquete, cauteri zación, com-
presión manual, etc. La li gadura selecti va de los
vasos, descrita por Abucas is, fu e establecida co- Cerrados
mo método de e lecció n por Ambrosio Pare. La
inc idencia de amputacio nes era del 50% en pro- El comp romiso vascul ar se produce por contu-
medi o, segú n la loca li zac ión. Si bien en 1759 sión directa por un objeto romo (q ue puede causar
Hallowell realizó la primera reparac ión de una trombosis con alterac ión de la continuidad del va-
arteria , sólo a principios del siglo XX se comen- so o si n ell a), por sección parcial o compl eta por
zaro n a desarrollar las técni cas y los mate ri ales fragmentos óseos próx imos, o por desgarro de la
apropi ados, y la mayo ría de los principios de tra- íntima o de toda la pared por tracción. Con fre-
tamiento actuales se establec ieron durante las cuencia se asoc ian fracturas , lu xac iones y lesio-
grandes guerras de ese siglo. Recién a partir de nes de mú scul os y nervios. que aumentan la mor-
la década de 1950 se co mp robó la menor inci- bilidad.
dencia de amputac io nes luego de la reparació n La incidenc ia de las les iones Yascul ares es ,·a-
con respecto a la li gadura. Desde e ntonces los riable según las series. En la casuística militar pre-
resultados del tratamiento quirúrgico mejorarán dominan en gran medida las lesiones de miembros
cada vez más. in fer iores, mientras que en la práctica civ il los va-
sos lesionados con mayor frecuencia son los hu-
merales seguidos por los femorales.
Advertencia: el diagnóstico de lesiones vascu-
lares puede ser muy difícil. Se requiere índice ele-
vado de sospecha. DIAGNÓSTICO
Los traumatismos penetrantes pueden pro- El diagnóstico de una les ión vascular puede ser
vocar diferentes tipos de les iones en los vasos: muy evidente, como la observación directa de un
secc ión parcial o total (las más frecuentes), cabo arterial que presenta sangrado pulsátil. Otras
contusión de la pared co n oc lu sión de la lu z o veces, como en el paciente en coma, hipotenso o
no, físt ul as arteriovenosas (alrededor del 10% con numerosas lesiones severas, puede ser mucho
de los casos) o seudoane uri smas traumáticos , más difícil y requerir un alto índice elevado de
así ll amados porque su pared está formada por sospecha.
los tejidos c irc und antes y no por la pared del Es importante conocer los diferentes e lemen-
vaso, como en los ve rd aderos. En ocasiones tos que pueden ll evar a un diagnóstico temprano.
puede produci rse la embo li zació n de proyecti- ya que la demora en e l tratamiento puede tener
les. E n las secc io nes comp letas los cabos del efectos catastróficos. La severidad de los sínto-
vaso se retraen y esto hace q ue muchas veces mas de isquemia depende del tipo de les ión. la
no sangren. ci rcul ación co lateral y las les iones asociadas. Los
Los traumatismos vasc ul ares iatrogénicos au- resultados de las reparac iones efectuadas dent ro
mentan de modo importante debido a la mayor fre- de las 6 horas de produc ida la lesión son mucho
cuenc ia de proced imientos diagnósticos y terapéu- mejores.
362 Trauma. Prioridades
La hi storia del aco ntec imiento traumático es Advertencia: la evaluación del dolor es difícil
tan importante aq uí como en todos los traumatis- cuando hay alteración del sensorio .
mos . Tienen particular importancia el mecani smo
de lesión, el tie mpo transcurrido desde la lesión, el
sangrado en el lugar del hecho y durante el trasla- También puede deberse a otras causas, como
do, las lesiones asociadas y el tratamiento efectua- lesión neurológica, síndro me compartimenta! o le-
do. Como son frecuentes las lesiones asociadas de siones asociadas. El dolor por isquemia es difu so,
nervios y .éstas determinan el pronóstico, es crítico mientras que en las lesiones de nervios sigue el te-
evaluar y consignar el estado neurol ógico inicial rritorio correspondiente, y el del síndro me com-
del miembro por las implicanciones terapéuticas y partimenta! es creciente y puede haber pulsos dis-
medicolegales. tales.
La ausencia de pulso en una extremidad es ca-
racterística de lesión vasc ul ar, pero su presencia
Advertencia: siempre debe consignarse el esta- no la descarta. El 25 % de las les iones arteriales
do neurológico inicial del miembro. tiene pulso di stal. Esto se mantiene por la circul a-
ción colateral (muy rica alrededor del homb ro y el
codo), en lesiones no oc lusivas (seudoaneuri smas,
También deben recabarse datos de la historia fístulas arteriovenosas), en lacerac iones parciales
del pac iente: arteriopatía prev ia, alergia al medio y por transmi sión de la onda del pulso a través de
de contraste yodado, diabetes, tabaquismo, etc. los coágulos frescos .
La determin ac ión de la presencia y la calidad
del pul so tiene una variabilidad importante entre
Síntomas y signos observadores. Es mu y frec uente que la persona
no entrenada interprete que hay pulso "débil" y
Signos ''fue rtes" de lesión vascular: he morra- lo que está palpando es el suyo. Por ello es esen-
gia activa, hemato ma ex pansivo o pu lsátil , ausen- cial la comparación entre a mbos mie mbros y des-
cia o disminución franca de pul sos di stales, soplo confia r de los pulsos "presentes pero déb il es" e n
o frémito , e isq uemi a ev idente (dolor, palidez, una sola extremidad, así como de los "pul sos
fri aldad, parestes ias, paráli sis). Cuando uno o va- cambi antes" entre observadores o en di stintos
rios de estos signos están presentes el diagnósti- momen tos .
co es sencillo y la conducta es el tratamiento qui-
rúrgico tan pronto como las circunstancias lo per-
mitan. Advertencia: la presencia de pulsos distales no
descarta lesión arterial.
Cuando se sos pechan lesiones vasc ul ares y or- tar fluj o, puede inducir a erro r al obsevador no ex-
topédicas combinadas hay que evalu ar el miembro perimentado. La sola presenc ia de señal Doppler
antes y después de la redu cc ión y la estabilización. no exc luye en absoluto una lesión arteria l signifi-
Las asociaciones más frec uentes son el compro mi- cati va .
so de los vasos poplíteos en la luxac ión de la rod i-
lla (30% de los casos), la arteri a humeral en la
frac tura supracondíl ea del húmero (común en ni- Advertencia: la presencia de señal con Doppler
ños) , la arteri a ax il ar en la luxac ión de hombro y convencional no excluye lesiones vasculare s.
la arteri a fe moral en las fractu ras de fé mur. Hay
que tener presente que las luxaciones se pueden
haber reducido de manera espontánea o du ra nte el Eco-Doppler: combina la imagen de ultraso ni-
traslado; por ell o es muy importante considerar el do en modo B de tiempo real con una señal de
mecani smo de la les ión, sobre todo en e l paciente Doppler pul sado, lo que permite visuali zar los va-
po litraumati zado con alteración del sensori o. sos y efectuar un análi sis es pectral del fluj o san-
N un ca hay que atribuir la isque mia de un guíneo . La mayoría de los equipos actuales permi-
miembro a espasmo arteri al sin descartar de modo te visualizar el fluj o con dife rentes colores que in-
fe haciente lesión vascul ar. El diagnósti co de es- dican su direcc ión y velocidad .
pas mo sólo se puede certifi car por arteri ografía. Como e l Doppler conve nc ional, es incruento
por completo y a d ife rencia de é l no es necesario
tomar presiones . Proporciona imáge nes de los va-
Advertencia: se debe evaluar la circulación de sos estudiados y permite identifica r lesiones no
los miembros ante s y después de la redu cción y la oc lus ivas, en algun os casos mejor que la arteri o-
estabilización de fracturas y lu xaciones. Nunca se grafía. Su d isponi bi li dad es cada vez mayor. Sin
debe atribuir la isquemia de un miembro lesi on a- embargo. se trata de una herra mi enta sofisticada y
do a espasmo arterial sin antes descartar lesión costosa q ue req ui ere un operador ex perimentado
vascular. para obtener e in terpretar las im ágenes con prec i-
sión.
E n nuestra práctica el fac tor limitante más im-
portante es la ex periencia del operador en la eva-
Exámenes complementarios luac ión de pac ientes traumati zados, por lo que de-
ben extremarse las precauciones en la inte rpreta-
Estudios no invasivos ción de los resul tados.
material de contraste no iónico (Hexabrix, Iopa- La angiografía con sustracción digital por in-
miron, etc.), y se obtienen placas radiográficas yección intravenosa y la angiorresonancia carecen
convencionales con la de mora apropiada al sitio de la definición necesaria para evaluar los trauma-
de probable lesión (4 a 9 segundos para vasos po- tismos vasculares.
plíteos o tibiales) . Si se cuenta con buena fluoros-
copia el estudio se simplifica mucho, ya que se
puede hacer el disparo en el momento exacto en TRATAMIENTO
que el contraste ti ñe la zona a estudiar. Es muy
importante obtener más de una placa con diferen- No quirúrgico
tes incidencias, por lo general frente y alguna
oblicua. Algunas lesio nes menores halladas por arterio-
grafía o eco-Doppler pueden mantenerse bajo ob-
servación. Los criterios aceptados para optar por
Advertencia: la arteriografía de emergencia es esta modalidad son: lesiones por agentes de baja
un recurso rápido y seguro para diagnosticar lesio- velocidad, en especial arma blanca o punciones ia-
nes vasculares de los miembros. Hay que obtener t:rogénicas, defectos mínimos de la íntima(< S mm),
placas en más de una incidencia. seudoaneurismas pequeños (< S mm), lecho distal
sano y pacientes que comprendan la importancia
de un seguimiento riguroso.
En las imágenes se busca oclusión, extravasa- También se puede indicar tratamiento no ope-
ción, pseudoaneurismas, fístulas arteriovenosas, ratorio en pacientes asintomáticos en cuanto a su
fl aps o colgajos de la íntima, irregularidades de la lesión vascular con traumatismos severos que con-
íntima, espasmo o compresión extrínseca. Según traindican la cirugía o hacen prohibitivo el riesgo
el territorio en que se hallen estos defectos, reque- quirúrgico.
rirán de conductas activas o no. Para el tratamiento no operatorio es indispensa-
Las indicaciones habituales de arteriografía ble efectuar un seguimiento cuidadoso y frec uente
son: traumatismos cerrados con sospecha de le- con exámenes físicos seriados. Hay que contar con
sión vascular, traumatismos penetrantes múltiples estudios no invasivos de buena calidad repetidos
(heridas de escopeta) o proyectiles con trayectoria con intervalos regulares. En caso de dudas sobre la
paralela al vaso, enfermedad vascular crónica aso- evolución se deberá efectuar o repetir la angiogra-
ciada, diagnósticos tard íos, evaluación quirúrgica fía. En estos pacientes se recomienda el uso de as-
o posoperatoria, y estudios incruentos positivos. pirina.
La simple proximidad de una herida a un vaso ma- C uando estos casos seleccionados requieren re-
yor en un paciente asintomático ya no se acepta paración tardía, la morbilidad es similar a la de la
como indicación. cirugía en agudo.
obtener la trombosis de la lesión. Con este senci- más puntual sea sobre el vaso que sangra, por lo
llo método se logran curaciones definiti vas en más que deben evitarse las grandes compresas o "pa-
del 90% de los casos. En ocasiones puede no ser quetes" de gasas sobre la herida.
practicable por dolor, si la lesión comprime el ner-
vio crural.
Se puede inyectar 1 mL de solución de trombi- Advertencia: la compresión para detener el
na ( 1.000 U/mL) dentro de los seudoaneurismas sangrado debe ser puntual, evitando las grandes
mayores de 3 cm, o en los asociados con fístula ar- curaciones compresivas y el uso de torniquetes.
teriovenosa, con resultados excelentes. Nunca se deben aplicar clamps ni pinzas hemostá-
ticas a ciegas.
Tratamiento intravascular
La técnica que proporciona mejores resultados
El desarrollo de las técnicas de tratamiento in- es buscar el sitio más efectivo de compresión con
travascular para los aneurismas de aorta, lidera- uno o dos dedos protegidos por guante estéril. Es-
dos a escala mundial por el Dr. Juan Carlos Paro- ta compresión se debe mantener hasta que el pa-
di , de Buenos Aires, llevó a su aplicación para el ciente esté anestesiado y el campo preparado. De-
tratamiento de lesiones traumáticas. Es útil en es- be evitarse el uso de torniquetes, ya que, si están
pecial para los casos de presentac ión tardía, esta- lo suficientemente aj ustados para detener el san-
bles, e n general fístulas AV o seudoaneurismas grado arterial, también comprometen la circul a-
en vasos proximales. Hay varios dispos itivos, pe- ción colateral que permite mantener viables los te-
ro básicamente todos siguen principios similares. jidos distales, y si no llega a ese nivel de compre-
Se introd uce dentro de la luz arte rial un stent o sión. produce un aumento del sangrado por entor-
soporte cubierto por una prótesis, montado sobre pecer el retorno ve noso. La aplicación de pinzas
un balón de angioplastia. Al llegar al sitio de la de hemostasia o inclu o clamps vasculares a cie-
lesión se infla el balón, y se dilata la prótesis que gas en una herida abierta está contraindicada por
queda fija en e l lugar por acción del stent. Si bien completo por la posibilidad de lesionar estructuras
su utilización se limita a casos seleccionados, es adyacentes (venas, nervios), lo que observamos
de mucho valor en lesiones de difícil acceso qui- con frecuencia. Estos pacientes requieren una rea-
rúrgico. Los resultados a mediano plazo son mu y nimación vigorosa con cristaloides y muchas ve-
buenos. ces sangre.
El paciente debe colocarse en decúbito dorsal , sea por la condición general del paciente, por le-
con una mesa auxiliar lateral para las lesiones de siones ortopédicas asociadas inestables o por la
los miembros superiores. El campo quirúrgico complejidad de la reparación vascular en sí, se
debe ser amplio y antes de la antisepsia se hace pueden colocar en este momento shunts intralumi-
lavado profuso de las heridas con solución fisio- nales. Pueden confeccionarse con guías para suero
lógica para remover cuerpos extraños. No se de- o utilizar los disponibles para cirugía carotídea.
ben utilizar soluciones antisépticas dentro de las No es necesario heparinizar al paciente; se debe
heridas, ya que todas aumentan el daño tisular y controlar la permeabilidad con frecuencia.
el objetivo del lavado es la remoción mecánica de De acuerdo con el tipo de lesión, se elegirá la
partículas. técnica de reparación:
- No indicar arteriografía en caso de dudas diag- / and accuracy of physical examination alone in pene-
nósticas. trating extremity trauma: 5-to 10-year follow up. J
- Tratar de controlar la hemorragia con pinzas Trauma 1998; 44:243.
colocadas a ciegas o torniquetes. Ernst CB, Stanley JC. Vascular Trauma Curren! Therapy
- No reponer de manera adecuada la volemia in Vascular Surgery. 3ra. ed. St Louis, Missouri,
perdida. 1995 ;593-659
- Preparar un campo quirúrgico insuficiente. Frykberg ER, Vines FS, Alexander RH. The natural his-
- Abordar la lesión sin obtener control proximal tory of clinically occult arterial injuries: a prospecti-
y distal previo. ve evaluation. J Trauma 1989;29:577
- Forzar la indicación de anastomosis termino- Frykberg ER. Advances in the diagnosis and treatment
terminal, aun cuando quede a tensión. of extremity vascular trauma. Surg Clin N A
Resecar tejido desvitalizado de modo insufi- l 995;75:207.
ciente. Johansen K. Vascular Trauma. En: Rutherfard RB (ed.).
No cubrir la reparación vascular con tejido via- Vascular Surgery Sta ed. Philadelphia, W.B. Saun-
ders, 2000;857:87 1
ble.
Ledgerwood AM, Lucas CE. Vascular Injuries. En: Wil-
Esperar demasiado para efectuar fasciotomía.
son RF, Walt A (eds.). Management of Trauma: Pit-
Hacer fasciotomía incompleta (que no libere
falls and Practice. Philadelphia: Williams & Wilkins,
los 4 compartimientos de la pierna).
l 996;62 1-642.
Empeñarse en reparaciones muy complejas en
Linch K, Johansen K. Can Doppler Pressure Measure-
extremidades que resultarán inútiles desde el
ment Replace " Exclusion" Arteriography in the Diag-
punto de vista funcional.
nosis of Occult Extremity Arterial Trauma? Ann Surg
1991 ;214(6):737-741.
LECTURAS RECOMENDADAS O' Gorman RB , Feliciano DV, Bitando CG, Mattox KL,
Burch JM, Jordan GL. Emergency Center Arterio-
American College of Surgeons. Committee on Trauma. graphy in the Evaluation of Suspected Peripheral
Muscoloskeletal Trauma En: Advanced Trauma Life Vascular Injuries. Arch Surg 1984; 119:568-573
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cago, 1997;301:336. En: Mattox KL, Feliciano DV, Moore EE. (eds.).
Arrillaga A, Nagy K, Frykberg E, Bynoe R. Practice Ma- Trauma 4ta ed . Nueva York , McGraw-Hill ,
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noperative management of occult vascular injuries l 995;76(4):843-859.
Sección 14
Traumatismo raquimedular
Capítulo
Traumatismos raquimedulares
Javier L. Gardella y Felipe Lanari
371
372 Trauma. Prioridades
Lesiones traumáticas de las raíces ner- de dolor espontáneo y su localizac ión; esta infor-
viosas y de los pares craneanos mación permite determinar las áreas de estudio y
las circunstanc ias del accidente.
1) Síndrome de cola de caballo. Es el originado Si se encuentra en coma o con amnesia de lo
por la lesión de las raíces nerviosas L2, L3, L4, ocurrido coJTesponde preguntar a sus acompañan-
L5, SI, S2, S3 , S4, SS . En el curso de un trau- tes sobre el lugar donde y cómo se lo encontró; es-
matismo es consecuenci a de extrusión discal to aporta al conocimi ento de l mecanismo del trau-
masiva, esquirl as intracanal o efecto de fractu- ma y de los fac tores que pueden incrementar el
ras lumbosacras complejas. riesgo de te ner les iones asociadas o una segunda
Se caracteriza por trastorn os esfinterianos lesión hipóxico-isquémica.
(retención urinaria, to no del esfínter ana l dis-
minuido y disfunción sexual); la mayoría de las
veces la anestesia se presenta en si lla de mon-
tar y e l déficit motor es marcado y as imétrico, Advertencia: si el paciente se en cuentra alco-
fláccido, hipotónico. El paciente suele quejarse holizado, en coma o con deterioro de su conciencia
de do lor de tipo rad icul ar (ciática, cruralgia, se debe suponer que sufrió un TRM hasta demos-
do lor perineal unilateral o bilateral). trar lo contrario . Los signos de sospecha que de-
2) Compromi so de pares craneanos en el TRM. ben llamar la atención son: priapismo, arreflexia y
En e l traumatismo raq uimed ul ar que afecta el flaccidez, ausencia de respuesta al dolor a un estí-
raq uis cervical superior pueden encontrarse le- mulo infraclavicular, signos de shock neurogénico
sionados los pares craneanos IX, X, XI y Xll. y respiración diafragmática.
La clínica corresponde a disartria, voz nasal,
dificultad para la deglución , ausencia de refle-
jo nauseoso; imposibilidad de sacar la lengua y
paresia del esternocleidomastoideo. También La palpación del raq ui s en toda su extensión
puede verse afectado e l núcleo espinal del tri- puede denotar zo nas de do lor, espasmo muscu-
gémino, con anestes ia sin el patrón de distribu- lar, un aume nto de la distancia esperada entre
ción rad icu lar, si no en catáfi las de cebo ll a. una apófisis esp inosa y otra, presencia de defor-
3) Síndrones radiculares cervicales . El di ag nósti- midades, desalineación , empastamiento o crepi-
co preciso de la raíz que ex perimentó algú n tac ión.
grado de lesión como consecuencia de un Luego de l interrogatorio, la inspecc ión y la pal-
traumatismo cervical y si esto es consecuencia pación se pasa a la semiología ne uro lógica, que se
de compresión es muy importante. Si se enca- efectúa según los lineamientos expuestos a conti-
ra su descompresión rápida la rec uperación nuación.
funcional obtenible mejora e l grado de inde-
pendencia.
Semiología neurológica
Lesiones vasculares asociadas
con TRM Sistema de registro internacional
(ASIA IIMSOP)
Las arterias carótidas, vertebrales y de Adam-
kiewicz pueden lesionarse por efecto de un trau- Se testea la función de 10 grupos muscul ares a
matismo ce1i-ado o de una lesión penetrante, y pro- cada lado de la línea media: flexores del codo, ex-
vocar un daño hipóx ico-isquémico con síntomas tensores de la muñeca, extensores del codo, flexo-
del territorio vasc ular comprometido. res de los dedos, ad uctor del meñique, flexores de
la cadera, extensores de la rodilla, dorsitlexores
del pie, extensores del dedo gordo, flexores pl an-
EVALUACIÓN CLÍNICA DEL TRM tares del pie.
Las respuestas motoras se puntualizan de la si-
Interrogatorio-inspección y palpación guiente forma: O, parálisis total; 1, actividad visi-
ble o palpable ; 2, movimiento activo sobre el pl a-
El traumatizado en su raquis que se encuentra no horizontal ; 3, movimiento activo que vence la
conciente debe ser interrogado sobre la presenc ia gravedad; 4 , movimiento activo que vence resis-
Traumatismo raquimedular 375
tencia; 5, mov1m1ento activo contra resistencia verte bral , esta columna es inestable. Lo mismo
conservada en fo rma total ; NT, no testeable (la s ucede c uando se produce un desgarro del s iste-
puntuación máxima por lado para la respuesta mo- ma li ga mentario que por s u incompete ncia per-
tora es 50). mite e l desplazamiento de un segmento sobre
La sensibi lidad se to ma en 28 dermatómeras, a otro o una a ng ulació n anormal: e n esta s ituac ió n
ambos lados de la línea media controla la respues- la columna permanecerá inesta ble a través del
ta evocada por un e tímulo táctil y por un estímu- tie mpo.
lo punzante (toco-pincho), se registra como O la La inestabilidad de la columna puede ser causa
ausencia de percepción, 1 sensac ión alterada, 2 de dolor raquídeo localizado o reflejo, de déficit
norm al y NT no testeable (la máxi ma puntuación neurológico progresivo por compromiso de la mé-
para cada modalidad es 56 por lado). dul a, de radiculopatía deficitaria o dolorosa y de
También se reg istra la contracción voluntaria deformidades de la columna.
de l esfínter anal (sí o no) y la sensibilidad anal (sí White y Panjabi defin ieron la inestabilidad co-
o no). mo la pérdida de la propiedad de los e lementos es-
Obtenida la info rmac ión se define e l nivel neu- pinales para mantener la relac ión entre los seg-
rológico, el carácter completo o incompleto de la mentos vertebrales en condiciones ele trabajo fi sio-
lesión y la zona de eventua l preservación parcial lógicas.
de funciones. Estos autores establecieron un listado de facto-
Este examen neurológico se completa con la res a evaluar (clín icos y radio lógicos)
evaluación de la sensibilidad trigemina l, de pares
craneanos baj os y de las func iones autonó micas.
1) Elementos anteri ores inútiles o destruidos.
Es prec iso recordar que también se deben ex-
plorar las funciones neurológicas encefál icas. 2) Elementos posteri ores inútiles o destruidos.
mentos óseos. El daño del proyectil puede verse tallido del cuerpo vertebral, tracción que genera
mediado por el efecto casi instantáneo de la "cavi- lesiones transversales caracterizadas por ruptura y
tación expansiva" en proximidad de la médula es- rotación que siguiendo un eje vertical provoca le-
pinal. Las lesiones medulares por proyectil suelen siones rotacionales. Estos mecanismos se pueden
ser de tipo completa. encontrar aislados o asociados.
El grupo AO clasificó las fracturas, incluido el
grupo de lesiones rotacionales, en:
Lesiones por arma blanca
Grupo A. Lesiones por compresión.
Las lesiones por efecto de arma blanca son más
Grupo B. Lesiones por componentes rotacionales.
frecuentes en la médula dorsal y luego en la cervi-
cal. Es muy frecuente que produzcan una lesión Grupo C. Lesiones por tracción anterior o poste-
neurológica de carácter incompleto y de tipo he- rior.
misección medular.
Estos grandes grupos se subdividen para incluir
las lesiones puras o asociadas, y de acuerdo con el
Traumatismos raquimedulares cerrados grado de gravedad.
(no penetrantes) En el nivel del raquis dorsolumbar las fracturas
por rotación son mucho más graves que las ocasio-
Tipos de lesión del raquis según nadas por fuerzas distractivas, por lo que se inclu-
la topografía yen en el grupo C.
Res ponden a mecani smos de compresión: ac u- El raqui s se ex plora con inc idenc ias ante ro-
ñamiento, estallido de cuerpo vertebra l; fl ex ión posteriores y perfiles , a l seg mento cervica l se le
tracción: transósea -fractu ra de Chance-, transli- añade la vista tra nsoral; las inc ide nc ias obli cuas
gamentaria y discal ; fractura dislocación; fractu ras y las foca li zadas se obtie nen con la fi nalidad de
de las apófisis espinosas o de las transversas. mej orar la ca lidad de la eva luación. E n pl acas
Se lla man frac tu ras to rác icas las qu e se veri- anteroposte ri ores se evalú a la a lineac ión correc-
fica n desde e l segme nto T2 al T 1O y son causa ta de las apófi sis esp in osas , la ar monía en e l con-
frecuente de para plejia con les ió n medul ar co m- torn o de lo bordes de las vé rtebras, la alineación
pl eta. de los seg mentos y la presencia de cue rpos
Las frac tu ras de la unión toracolumbar siguen radiopacos; e n las inc ide ncias de pe rfil se exami-
en frecuenci a a las cervicales y se asoc ian con fre- na el di ámetro anteroposteri or del canal, e l con-
cuencia con les iones viscerales toracoabdominales torn o y e l a linea mi ento de los cue rpos vertebra-
graves. El defecto neurológico puede ser de la mé- les , e l despl aza mi e nto o la presencia de trozos
dul a espinal, e l cono medular o la cola de caball o óseos en e l canal, la altura de los espacios inter-
en fo rma simple o asociadas entre sí. vertebra les, la presenc ia de trazos frac turari os li-
nea les o con minu tos , e l mantenimi ento de la di s-
tanc ia inte res pinosa, e l espesor de los tejidos
Fracturas sacras bl andos prevertebra les y la conservac ión de la
curvatura normal de l raqui s. El ancho de l canal
Son poco frecuentes y se asoc ian con trauma vertebra l debe to marse en c ue nta por la re lac ión
pelviano grave en los jóvenes, en cambio, en las con la severidad de las lesiones neuro lógicas y
personas mayores como resultado de la osteopenia los di stintos tipo de estenos is.
pueden ser consecuencia de traumati smos meno- El d iámetro del ca nal se eva lú a entre el bo rde
res. Según el lugar donde pase e l trazo de la frac- posteri or de l cuerpo ve rtebra l y e l ex tre mo ante-
tu ra son longitudinales o tra nsversas. ri or de las apófis is espi nosas . La re lació n ex is-
Las fract uras sac ras longitudin ales e n general te nte entre e l di ámetro de l ca nal ne ural y la mé-
se deben a mecani smos co mpresivos y pueden dul a espina l va ría en los di stintos sectores.
ser de tipo a lares, tra nsforamin ales y del canal Con los estudios radiológicos estáticos norma-
raquídeo. Es de es perar e l mayo r défi c it ne urol ó- les, en ausencia de daño neuro lógico y en un pa-
g ico e n las que compro meten este canal. Las ciente lúcido y colaborador se efectúan las placas
frac turas tra nsversas del sacro se ori gin an por dinámicas con e l objeto de eva luar si hay inestabi-
caer sentado o por un mecani smo de hiperfle- lidad radi ológica no observada en estudi o previo
xió n estático .
lesiones cervicales, efectuar intubación na- la inestabilidad o, en el caso de las lesiones pene-
sotraqueal. trantes, a la reparación de los planos.
Prever la necesidad de ARM.
3) Mantener la presión arterial: garantizar una
sistólica superior a los 90 mm Hg. Indicaciones para una cirugía
Tratar el shock neurogénico o la hipovole- descompresiva temprana
mia en el politraumatismo. Hidratación
apropiada. Atropina si hay bradicardia con En general, la cirugía descompresiva se indica
hipotensión . Administrar presores (si es ne- para practicar en etapa temprana o aun de urgen-
cesario). cia, en el caso de las lesiones medulares ceITadas,
4) Sonda nasogástrica: de ser necesaria, previe- incompletas con una compresión extrínseca o
ne la broncoaspiración y descomprime el ab- con progresión de los síntomas neurológicos
domen que puede interferir con la ventilación por:
por la distensión del íleo paralítico.
5) Sonda vesical por la retención de orina, la exi- • Bloqueo completo del espacio subaracnoideo
tación dolorosa, molestias derivadas y la hi- (RM, mielografía).
pertensión venosa. • Fragmentos óseos o tejidos blandos en canal.
6) Regulación de la temperatura: controlar la si- • Necesidad de descompresión de una raíz ner-
tuación poiquilotérmica. viosa cervical.
7) Evaluación neurológica detallada: historia • Síndrome vascular de la a1teria espinal anterior.
(mecanismo; status inicial, etc), palpación,
evaluación del nivel motor (mu sc uloesque- En el caso del traumatismo medular de tipo pe-
lético, contracción esfinteriana voluntaria), netrante o de una lesión abierta, la indicación del
evaluación de la sensibilidad en todas sus tratamiento quirúrgico temprano puede ser resulta-
modalidades , evaluación de reflejos -mus- do tanto del carácter expuesto de la lesión o de la
culoesqueléticos, abdominales , cremasteria- presencia de una fístula de LCR activa, como del
nos, sacros-, evaluación de signos de di s- efecto compresi vo de una lesión (cuerpo extraño,
función autonómica -incontinencia urina- esquirla, hematoma).
ria, priapismo, trastornos de la perspira- Las lesiones de la cola de caballo tienen indica-
ción-. ción de cirugía descompresiva temprana porque
8) Evaluación radiológica: la radiología simple con ella se puede lograr un mejor pronóstico fun-
es valiosa para buscar fracturas, acuñamien- cional.
tos, desplazamientos. Tratar de visualizar C7- Cuando está indicada la cirugía descompresiva,
D 1. TC: detalla anatomía ósea y el compromi- en general se intenta combinar en el mismo acto
so del canal. RM: si está disponible es el estu- operatorio con los procedimientos de fijación y es-
dio de elección. Muestra el compromiso de te- tabilización en el supuesto de que la inestabilidad
jidos blandos y médula. Mielografía: se prac- de la columna se determine en la evaluación preo-
tica si no hay RM. peratoria.
9) Tratamiento médico inicial especifico de la le-
sión medular: protocolo de metilprednisolona.
1O) Categorización de la lesión. Contraindicaciones para la cirugía
descompresiva de urgencia
Las medidas para la prevención de las escaras
de decúbito y la tromboemboli a pulmonar deben • Lesión medular completa con una evolución
encararse en etapa temprana. mayor que 24 h.
• Paciente con inestabi lidad respiratoria o hemo-
dinámica.
Cirugía en el traumatismo
raquimedular Indicación de fijación y estabilización
del raquis
La indicación del tratamiento quirúrgico de una
lesión traumática raquimedular se dirige a la reso- La inestabilidad por una lesión ligamentaria y
lución de la compresión medular, al tratamiento de discal asociada a una lesión ósea o no en general
Traumatismo raquimedular 381
Se debe evitar la colocaci ó n de chaleco e n traumática del eje con la recon strucc ión de l istmo
pacientes con EPOC o dificultad respiratoria de C2.
severa, porque se puede agravar el cuadro clí- E l objetivo del tratamiento en las les iones ines-
nico. tab les del raqui s cervica l se puede resumir en:
Las maniobras de desmontaje del chaleco se
reali za n con fac ilidad ante cualqui er eventuali- - Tratar todas las lesiones simultáneas.
dad (paro cardíaco). Preservar la función neuro lógica .
E l pacie nte puede recibir interve nción qui- - Favorecer la rec uperación neurológ ica.
rúrgica con el sistema puesto , lo que consti- Prevenir cua lquier deformidad residual.
tu ye una de las ventajas principales de este Maximi zar la rec uperación fun c ional.
método (los traslados de los pac iente s en
tracci ón a quirófano suel en ser dificultosos ,
inc lu so se puede perd er la reduc c ión o bteni- Raquis cervical superior
da, por e ll o se deb e movi li za r siempre a l pa-
ciente en tracc ió n, con un collar de Fi ladelfi a Fracturas de los cóndilos del occipital
co locado). y luxaciones occipitoatloideas
Complicaciones del halo vest: Son lesiones raras, difícil es de diagnosticar,
Aflojamiento de los tornillos 36% que en general pasan inadvert idas en las eva lua-
Penetración cortical 1% ciones rea lizadas durante la urgencia. Son conse-
Infección 20% cuenc ia de un traumati smo directo en e l ni ve l de la
Escaras 11 % cabeza. o bien de una clesace laración brusca. Esta-
Lesiones nerviosas 2% dísticamente . representan un bajo porcentaj e en
las lesiones cervica les debido a su tasa e levada
Ventajas del halo vest (c haleco): mortalidad.
Mayor estabilidad en rotación E l di ag nóst ico se rea li za po r TC de alta resolu -
Permite realizar correcc iones ción .
Hecho con titanio. Compatible con realizac ión
de RM. A. Fracturas: la c las ificac ión ele las fracturas de
Tratamiento quirúrgico con e l halo puesto . los cóndi los occipita les (A nderson) inc lu ye
tres ti pos ele les ión:
l Impactac ión de l cóndi lo occipi tal unil atera l
Estabilización del raquis cervical o bil ateral. Lesión estable debid o a fuer zas
de compresión ax ial.
Las estabili zac ión de las fracturas , lu xac iones e II Fractura ele la base del cráneo con ru pt ura
inestabilidades de l raquis cervical se c lasifican de del cóndil o. Les ión estable. que al igual
ac uerdo con las reg iones involucradas: que en e l grupo 1, se trata en for ma conser-
vadora con un col lar o con inmovili zac ión
Estabilizaciones occipitocervicales. occipitocervica l.
Estabi lizac iones del complejo C l-C2. III Fracturas con av ul sión ele los ligamentos
Esta bili zac io nes del raquis cervica l baj o alares y asoc iada con fre cue nc ia con ines-
C3- C7. tabilidad occ ipitocervica l. Se tratan con fu-
sión occipitocervica l. El fragmento avu l-
De ac uerdo con las di stintas características sionaclo de los li ga mentos alares puede re-
anatómicas de l sector implicado en la lesión. presentar un facto r compresivo en el nivel
siempre se deben tener e n cuenta las posibl es con- de l fo ramen magnun.
secuencias qu e ocasionará la pérdid a de la fun- B. Luxaciones: las lu xac iones varían entre sim -
ción. ples sublu xaciones hasta la pérdid a completa
Por ejempl o, la artrodesis C l-C2 restrin ge en de la re lación entre las 2 superfic ies articulares.
un 60% la rotación del raquis cervica l, por lo qu e Se producen por la ruptu ra de los li game ntos
se deben priorizar procedimientos que conserve n alares , la membrana tectoria y los e lementos
la fun ción. como el atornill ado de la apófis is odon- restrictivos que aseguran la estabilidad CO-C 1.
toides en las fracturas tipo 11 de Anderson y D ' A- La clas ificac ión se determina ele acuerdo con la .
lonzo o en el tratamiento de la espondiloli stesis dirección del fragmento desp lazado :
384 Trauma. Prioridades
Si hay lesión del arco posterior del atlas, esca- es importante convie ne evaluar la reconstruc-
so desplazamiento, trazo transversal, evaluar ción del istmo por vía posterior.
osteosíntesis de la odontoides por vía anterior • Tipo 111: mecanismo de flexión. gap > 3 mm,
(técnica de Magerl). Contraindicada en los tra- subluxación o luxación verdadera C2-C3, ines-
zos oblicuos. tabilidad marcada. Estas fracturas son las que
Los pacientes de la tercera edad deben reci- suelen provocar compromiso neurológico.
bir cirugía.
• Tipo DI. Fractura del cuerpo de C2. Trata- Tratamiento: si se produjo una luxación
miento: tienen un porcentaje superior al 85 % C2-C3 se debe intentar realinear y reducir el ra-
de consolidación con halo-cefálico durante 12 quis con tracción, de lograrlo, conviene realizar
a 16 semanas. La seudoartrosis de la base de la artrodesis anterior pura C2-C3 instrumental. En
odontoides debe tratarse por cirugía siempre, la caso de no lograr la reducción es preciso un doble
artrodesis posterior C l-C2 ofrece resultados abordaje por vía posterior para desempotrar las fa-
excelentes con porcentajes de consolidación cetas luxadas, y luego una estabilización C2-C3.
del 90%. Hay gran número de técnicas quirúr- Durante la resección del disco intcrvertebral debe
gicas, y se recomiendan de Magerl o la de Me realizarse la descompresión anterior del canal me-
Affee y Weiland como las más seguras. Las dular. Pese a que las fracturas del istmo de C2 son
fracturas de la apófisis odontoides son un 10% lesiones benignas desde el punto de vista neuroló-
de todas las cervicales; se producen por un me- gico porque tienden a aumentar el diámetro del ca-
canismo de hiperextensión y, con menos fre- nal vertebral, alrededor del 20% de los pacientes
cuencia por un mecanismo de hiperflexión. pueden desarrollar compro miso neura l.
Son difíciles de diagnosticar y habituales en
pacientes de edad avanzada con espondiloar-
trosis subaxial marcada. Raquis cervical bajo
witz, en la que el daño medul ar se produ ce po r un portanci a desde el tórax inestable con hemoneumo
mecani smo al inicio isquémico hasta fracturas costal es sim ples .
Raqui s torác ico se ex tiende desde T2 has ta T 1O
y le corres ponde el 16% de las lesiones .
Dado que hay un a re lac ión estrecha e ntre e l Clasificación de las fracturas
di á metro de l ca nal med ul ar y la méd ula , un 60 % del raquis dorsal y lumbar
de las lesiones torác icas ge nera daño neurol ó-
g ico. La clas ificación que utili za mos es la difundida
Posee la particularidad de encontrarse so lidari a por el grupo AO, descrita por Magerl , Harms.
con la parrill a costal y provee un soporte adi c io nal Gertzbein , Aebi y Nazarian (cuadro 14-1-2). In-
al brindar mayo r estabilidad a este seg mento. Es- clu ye los 3 mecanismos principales productores
tas fracturas son procli ves a generar compromi so de les iones en el nive l del raquis.
de la arteri a espinal anteri or, y el cuadro c línico
que provoca n corres ponde a mie lopatía postrau- - Tipo A. co mpresión.
máti ca progres iva . - Tipo B, tracc ión.
Un porcentaje elevado de estas les iones se pro- Tipo C, rotac ión
duce por mecani smos de flexión y carga ax ial; en
condiciones normales se neces itan traumas de alta
energía para fracturar e l raq ui s torác ico.
Uni ón dorso-lumbar (c harn ela): esta región se Estudios complementarios
extiende desde T 11 hasta L2. Le corresponde el
Los estud ios complementari os uti lizados e n
52 % de las les iones , es e l sitio más frec uente de le-
e l diagnóstico de las fra cturas de los raqui s dor-
siones traumáti cas del segmento dorsal y abarca
sal, lum bar y sacro deb en emplearse sin escat i-
un área tra nsic ional entre la ri gidez del raquis dor-
mar, para llegar a un diagnósti co ep icrítico del
sal y la mov ilidad lumbar.
ti po de lesión.
En términ os neurol óg icos, se afec tan los dis-
tintos segmentos del extre mo di ta l de la mé du-
la: e l cono. e l epicono y e l ori ge n de Ja ca ud a
eq uin a .
Radiología simple
Raqui s lum bar: se extiende entre L3 y L5. En
esta región se produce e l 32% de las lesiones tra u- El par de rad iografías simples en posición de
máticas . frente y perfil es la base del diagnóstico .
E l compromiso neurológico corresponde a la Los raquis dorsal y lumbar son sitios fre-
co la de caball o, y tiene un mej or pronóstico para cuentes de asiento de diferentes patologías
la rec uperación fun cional respecto de la otras to- que pueden provocar una lesión aguda. La
pografías. forma trapezoidal de los cuerpos vertebrales
Esta región es sitio frecuente de patologías aso- dorsales en hombres y mujeres son variantes
c iadas: degenerativa, trastornos del desarroll o, co- anatómicas normales (la altura del borde an-
mo la escoli osis idi opát ica o la espondiloli stes is. terior del cuerpo vertebral puede ser el 80 %
Al igual que en e l raqui s cervical , se debe tener en de la pared posterior). Enfermedades como el
cuenta la estenosis congé nita y las secundari as (e n dorso curvo del adolescente generan acuña-
parti cul ar las debidas a ca mbi os artrós icos) ; estos mientos vertebrales (enfermedad de Schuer-
trastornos preex istentes sue len agrava r las lesiones mann) , con cambios epifisarios y nódulos de
agudas. Schmorl; en las enfermedades crónicas, como
Las fra cturas del raqui s lumbar pueden ser ais- la osteoporosis, también se generan colapsos
ladas o presentar se en fo rma no contigua (en el vertebrales.
16% de los casos). Es importante correlacionar los Las radiografías puede n mostrar sig nos que
síntomas clínicos con las imágenes radiológ icas o permiten descartar la c ronicidad del proces o
tomográficas para determinar esta variedad de le- fracturar io, co mo la esc lerosis del trazo fractu-
siones. rari o . Es indud able qu e la RM es e l úni co estu-
Las asoc iadas, que pueden acompañar a las dio que permite la visuali zación de la hemorra -
fracturas, determinan el pronóstico evolutivo del g ia intrasomática característica de las les iones
paciente. Pueden abarcar distintos grados de im- agudas.
388 Trauma. Prioridades
- Colapso del cuerpo vertebral. Las ventajas del tratamiento incruento son que
- Compromiso neurológico los riesgos anestésicos, las infecc iones y las com-
- Lesiones asociadas. plicaciones clínicas relac ionadas con e l procedi-
miento quirúrg ico en sí decrecen en grado sus-
En forma general, la e lección de un tratamien- tancial.
to quirúrg ico apropiado y temprano es similar, La desventaja está dada por e l incremento en
estadísticamente, al resultado obtenido con méto- los tiempos de recuperación y reinserción laboral.
dos conservadores en e l traumatismo cerrado del El uso prolongado del corsé TLSO o LSO induce
raqu is toracolumbar. a un aumento de la rigidez en el tronco con descal-
Los trabajos presentados al respecto incluyen cificación y atrofia muscular. El uso del corsé de-
series con escaso número de pacientes, en las que be prolongarse durante 6 a 8 meses.
se evalúan sobre todo la recuperación neurológica Los porcentajes de seudoartrosis y el dolor re-
y e l tipo de complicaciones clínicas asociadas. (se- sidual son mayores.
ries comparativas realizadas por Rechtine, Cahill y La contraindicación absolu1a para el empleo
Crin). del tratamiento médico conservador es la luxación
fa ceta ria.
Las indicaciones para el tratamiento incruento - Raquis dorsal por encima de T7, CTLSO.
de las fracturas vertebrales son: Raquis dorsal por debajo de T7 y charnela to-
racol umbar, TLSO.
- La mayoría de las fracturas torácicas entre T l y - Raquis lumbar L3 - L4 - L5, LSO con musie-
T 1O con lesión neuro lógica o no. ra unilateral.
- En e l nive l de la charnela dorsolumbar este
tratamiento incluye a las fracturas sin com- Esta variedad inc lu ye los mode los termomol-
promiso neurológico, con colapso de l cuerpo deados; pueden aplicarse modelos convenc ionales,
verte bral menor del 50%, cifosis segmentaria como el corsé de Knight o la faja lumbar ballena-
< 35º . da tipo Freeman.
- Si el paciente mejora en forma progresiva su
cuadro ne urológico puede incluirse dentro de
este protocolo. FRACTURAS DEL SACRO
- En las lesiones que abarcan más de un cuerpo
vertebral contiguo o no, se debe ser cauto en Las fracturas de l sacro y el cóccix en general se
este tratamiento por la posibilidad de generar encuentran catalogadas dentro de las lesiones de la
una alteración progresiva en el conto rno sagi- cintura pelviana, pero es indudable que se pueden
tal (cifosis postraumática). encontrar en forma aislada corno causa principal
- Fracturas lumbares sin desplazamiento L3-L4 de disfunción del plexo sacro o asociadas con le-
y L5. siones del raqu is lumbar bajo; el 26% de los pa-
Traumatismo raquimedular 391
cientes con fract ura en e l ni vel del sacro tiene le- sacro. Son lesio nes tronca les puras . El trata-
siones raq uídeas. miento de e lecc ión es e l co nse rvador con re-
Estas fracturas se ven en sujetos descalcifica- poso y restricción de la carga corpora l. En es-
dos o añosos, o, por el contrario, en jóvenes que tos pacientes el cuadro clínico puede ser simi -
sufrieron impactos de alta energía. lar a una c iatal gia aguda, que de no cede r des-
Ante la sospecha de lesiones sacras, se deben pués de 6 a 8 semanas de tratamiento . ll eva a
extremar los med ios rad iológicos para lograr su evaluar la posibilidad de una fo ramin oto mía
visua lización adec uada. En la radiografía la posi- sacra por vía posteri or con liberac ión del ner-
ción de Fergusson permite la observación de l sa- vio comprimido.
cro en un frente estricto al eliminar la lordosis y el • ZONA 111 o central: son las fracturas más gra-
ángulo de inc linación sacra. ves del hueso sacro, en el 60% causantes de los
La rad iografia de perfil muestra con exc lusivi- casos de les io nes neurales -caracteri zadas por
dad las fracturas transversales localizadas entre la di sfun ción sex ual e incontinencia vesical y rec-
2da y la 3ra vértebras sacras y las lesiones de l cóc- tal-. En estas lesiones cobra importanc ia prin-
cix. Las lesione deben establecerse en el pl ano cipal el tratamiento quirúrgico. Hay dos tipos
frontal para identificar su relac ión con los orific ios de lesiones: fracturas con la pared posterior del
sacros, salida de las ramas anteri ores de lo ner- sacro intacta y fracturas transversales. Ambas
vios sacros . El recurso más útil para evaluar esta dañan la parte central del canal y éste es el ori-
relación es la TC con reconstrucciones en el pl ano gen del cuadro neurol ógico.
frontal.
Tratamiento
Clasificación de las fracturas del sacro
El tratamiento de e lecc ión de estas les iones sin
La clasificac ión utilizada de las fractura; de l défic it neurol ógico es e l conservador. De haber le-
sacro es la desc rita por Francis Deni s y co l. , en sión neurol ógica se debe descomprimir por vía
1988 . En ésta se divide al sacro en tres zo nas di s- posterior y reparar los nervios implicados. La des-
tintas, no só lo por su localización anató mica sino compresión en ag udo es técnicamente mucho más
también por el cuadro neurol ógico que generan y fácil que en las lesiones crónicas fibrosadas y aun
la forma de encarar su tratamiento. osificadas.
Traumatismo
musculoesquelético
Capítulo
Traumatismos
musculoesqueléticos
Horacio Caviglia, Osear Contreras,
Carlos Duhalde y José A. Acuña
395
396 Trauma. Prioridades
Férula
Férula Valva metálica Férula Tracción
Cabestrillo Férula en U infla ble de yeso articulada Thomas esquelética
HOMBRO X
BRAZO X
CODO X X X
ANT EBRAZO X X
MANO X X X
CAD ERA X X
FÉMUR X X
RODILLA X X X
PIERNA X X X
TO BTLLO
PIE X X X
Traumatismo musculoesquelético 397
Carga
Importancia de la
velocidad del impacto
1 Frac tu ra med iocl iafi sari a de fé mur Frac tu ra med ia l o luxació n Cadera ho mo latera l
de cade ra
2 Traum ati mo craneoencefáli co Fractura ele raq ui cerv ical Co lumn a cervica l C 1 a T 1
3 Traum ati smo torác ico Les ión de reg ió n C lav íc ul a, escápul a y
escapul ohume ra l húmero
4 Frac tu ra ele ca lcáneo bil atera l por caída Columna, platill os. ti biales Co lu mna toracolum bar y
desde altura ambas rodill as
5 Fractu ras ele mu ñeca Fractu ras- lu xac io nes ele Codo
codo
Para evaluar la severidad de las lesiones que La primera gran división de las frac tu ras se es-
puedan conducir a una posible amputac ión en una tablece entre cerradas y ex puestas. La fractu ra ce-
extremidad, en e l presente se utili za la escala de- rrada es la que se caracteri za porque el foco no se
no min ada Mangled Ex tre mity Severit y Score encuentra comunicado con el exterior, a dife renci a
(MESS) (c uadro 15-1 -3). de la frac tura ex puesta, donde hay comunicación.
Según esta escala la amputac ión se considera En el primer caso, el emerge ntólogo reconoce-
cuando el total de la puntuación es mayor o igual rá la presenci a de un traumati smo de alta energía
que 7 puntos. (conminución y despl azamiento de los frag men-
tos) y deberá monitorear al paci ente de cerca por
el probable síndro me compartimenta!.
Advertencia : es indudable que esta escala no
puede manejarse de una forma dogmática, y siem-
pre será el criterio clínico del cirujano el elemento Advertencia: las fracturas expuestas son ver-
más importante para decidir la amputación . daderas urgencias quirúrgicas y deben intervenirse
antes de las 6 horas de producidas para disminuir
el riesgo de infección .
Variables Punwje
Shock
• Presión sistólica mayor de 90 m111 Hg o
• Hipotensión transitoria 1
• Hipotensión persistente menor de 90 111m Hg 2
Edad
• Menor de 30 años o
• 30 - 50 años l
• Mayor de 50 años 2
termia de los dedos y dolor al extenderlos, debe Luego de las 72 h en que disminuyó el edema,
sospecharse síndrome compartimental. el paciente puede inmovilizarse con un yeso cir-
En el paciente en coma la lentificación del pul- cular.
so capilar y la hipotermia son fund amentales para Cuando se recibe un paciente traumatizado con
el diagnóstico de esta complicación. Ante la duda, una inmovilización enyesada, siempre debe eva-
debe realizarse la medición de la presión del com- luarse la posibilidad de un síndrome comparti-
partimiento como diagnóstico de certeza. mental. Si hay dolor o ede ma, hipotermia o lenti-
Tratamiento
incruento Eval. neurovasc.
Mod.
Hendir yeso
Fig. 15-1-2. Diagnóstico y tratamiento del síndrome compartimental según la presentación del paciente.
fic ación ca pil ar, debe hendirse el yeso . Si el pa- Fracturas epifisarias
ciente es tá lúcido y prese nta poco dolor puede es-
perarse para ver si mejoran los signos co n esta ma- Se de no mina fr actura articul ar c ua nd o e l tra-
ni o bra . En cambio, si el pac iente ti e ne dolo r inte n- zo de la frac tu ra a lca nza la superfi ci e de la arti-
so, siempre de be toma rse la presió n de l com parti- c ul ac ió n.
mie nto . Las fra ctu ras articul ares des pl azadas de be n
recibir inte rvenc ió n quirúrg ica, para evitar el do-
lo r, la defo rmi dad , la ri g idez y la artros is postra u-
Advertencia: en pacientes en coma con lentifi- má tica.
cación capilar y edema siempre debe tomarse la E l equilibri o adecuado de la bi ología de l cartí-
presión del compartimiento (fig. 15-1-2). lago depe nde de la pres ió n qu e recibe po r unid ad
de superficie P = F/S.
Esta presió n puede aume ntarse por un incre-
La seg unda gran divisió n de importa ncia es si mento de la carga, dado por los des plazamie ntos
la fractu ra es po r alta o baj a ene rgía. E l tratamie n- me tafi sari os o d iafi sari os . Po r lo tanto, de be n eva-
to de las frac tu ras por baj a ene rgía es la reducción luarse bie n y corregirse de mane ra adec uada. As i-
e inmov ilizació n, e n cambio, e n las de alta e nergía mismo, la di sminució n de la superfi cie ge ne ra el
de be realizarse reducció n y estabilización quirúr- aumento de la pres ió n como en un a reducción ina-
gicas (fi g. 15-1 -3). dec uada de los frag me ntos . Como tercer e le me nto
La tercera di visió n es la ubi cac ió n del trazo de se agrega la incongruencia arti c ul ar, qu e también
la fractura e n los di stintos sectores del hueso y ad- ll eva a la artros is postraum áti ca.
q ui e re impo rtancia si es e pifisari o, metafi sari o o Los es tudi os radi og ráfi cos de fre nte y perfil
diafis ari o. no siempre brinda n la info rm ac ió n necesari a, po r
Traumatismo musculoesquelético 401
FRACTURAS
tratamiento
Enclavado
Tutor
intramedular
externo
la deformidad y la superposición de los fragmen- del fragmento articu lar y la inestabi lidad secunda-
tos, por esto siempre deben solicitarse posiciones ria. Deben estar bien alineados para e1·itar la so-
oblicuas, y. si no es suficiente, se debe realizar brecarga. El cierre de piel no debe practicarse a
un a TC. tensión, y en ocasiones es preci so realizar un cie-
rre secundario al 4° o al 5º días. cuando di sminu-
ya el edema.
Advertencia: la TC es fundamental en las frac- La movi 1ización debe ser lo más temprana po-
turas del pilón tibial y en la rodilla. sible y, si es factib le, en máq uina de movimiento
pasivo continuo.
POLITRAUMATIZADO MONOTRAUMATIZADO
Fig. 15-1-4. Tratamiento de elección de las fracturas según el estado del paciente.
renc ial elástica, su indicación se dirigía a las frac- infección de los clavos, transfixión de los tejidos
turas transversas u oblicuas cortas mediodiafisa- que limita la movilidad articular y retraso de con-
ri as. Al querer extender este princ ipio a fracturas solidac ión. La conversión debe realizarse lo antes
proximales o distales al itsmo y a las multifrag- posible, y se basa en principios locales y genera-
mentarias se observaron acortamientos, rotaciones les. Los primeros están dados por las característi-
y desviaciones axiales. La aparición de los clavos cas de las partes blandas en el momento de l acci-
acerrojados permitió extender la indicación del dente y su posterior evolución, y los generales es-
procedimiento a estas áreas. tán influidos por la condic ión del paciente.
Los clavos acerrojados tienen la posibilidad de Cuanto mayor es la lesión que presenta el pa-
utilizarse en forma dinámica o estática. La prime- ciente y mayor es la lesión de las partes blandas,
ra (un tornillo proximal en agujero oblongo y dos más tardía es la reconversión.
distales) se indica sólo para las fracturas transver- En los individuos con traumatismo único, el
sales u oblicuas cortas. En el resto de las fracturas clavo fresado puede utilizarse en los que tienen un
se utiliza la moda lidad estática (dos proxi males y canal medular pequeño o lesión escasa de partes
dos dista les), y una vez lograda cierta estabilidad blandas.
intrínsica por e l callo óseo, el clavo puede dinami-
zarse.
Se observó que e l fresado del canal medular Advertencia: en cambio, cuando los pacientes
genera un aumento de la presión dentro del cana l, presentan una gran lesión de los tejidos blandos es
y partículas de la médula ósea pasan al sistema ve- preferible usar el clavo sin fresar, para no desvitali-
noso. lo que acti va los factores de la coagulación y zar más el tejido óseo (fig. 15-1-4).
del complemento, y origina daño pulmonar. Ade-
más, el fresado altera la circulación cortical. Por lo
tanto, se recomienda el uso de clavos intramedula- El planeamiento preoperatorio es fund amental
res sin fresar en pacientes politraumatizados sin y deben evaluarse:
daño pulmonar, con la sola excepción de los pa-
cientes que presentan un canal medular pequeño • Localización de las fracturas.
(planeamiento preoperatorio, clavo menor que 9 • Tipo de fractura.
mm 0) por el riesgo de estallido del canal. Si el • Ancho del canal diafisario.
paciente politraumatizado ya tiene compromiso • Presencia de implantes previos.
pulmonar es preferible utilizar un tutor externo,
porque e l aumento de la presión del canal que ge- Estos datos servirán para decidir cuál es el mé-
nera la introducción del calvo sin fresar puede ge- todo de reconstrucción ideal y el tipo de enclava-
nerar mayor daño pulmonar. Una vez estabilizado, do a realizar. El enclavado intramedular retrógado,
el paciente puede reconvertirse a un sistema intra- por vía intercondílea se puede indicar en fracturas
medular. El objetivo de esto es evitar las compl i- mediales asociadas, fractura diafisaria en presen-
caciones de l tutor externo, como aflojamiento e cia de implante proximal y rodilla flotante.
404 Trauma. Prioridades
TIBIA
Infección
Fig. 15-1-5. Mecanismos que contribuyen para disminuir la circulación ósea de la tibia.
Las fracturas de l fémur proximal en los pacien- En el tercio proximal de la tibia en algunos ca-
tes jóvenes se producen por mecanismos de alta sos sue le observarse una mala alineación de la
energía, a diferencia de los pacientes ancianos, fractura una vez colocado el clavo intramedular, lo
donde se generan por baja energía. cual se debe a que no se ubica de manera correcta
En las fracturas mediales del cuello del fémur el ori fic io de entrada del clavo. Así, si se lo ubica
e l daño de la circulación cefálica depende del gra- en fo rma media l, el desplazamiento se presenta en
do de desplazamiento de los fragmentos, y de la varo, y viceversa.
presencia de hematoma intracapsular, que produce E n las fracturas del terc io medio, el clavo intra-
una alteración del retorno venoso que hace dismi- medul ar estabiliza la mayoría de ellas de manera
nuir la perfusión arterial de las trabéculas óseas adecuada. En las fracn1ras conminutas, donde hay
del cue llo fe moral. Por lo tanto, la cirugía debe gran destrucción de las paites blandas el clavo ab-
practicarse antes de las 6 h o, en su defecto, dre- sorbe toda la carga con el riesgo de desplazamien-
narse el hematoma intracapsular. to de la alineación ori ginal o la fa lla del implante.
En los pacientes jóvenes se recomienda utili zar Por lo tanto, se puede colocar además un tutor ex-
implantes de titanio para que puedan controlarse terno sin clavos de Schanz (pinless), para proveer
medi ante RM. estabilidad adicional por unas semanas.
En las fracturas de l fé mur distal el uso de en- Las fracturas del tercio distal tienen incidencia
clavados intramedul ares permite lograr una fija- e levada de retraso de consolidación y pseudoartro-
ción estable con do lor mínimo. sis, por las características de la circulación y la
En las fractu ras de tibia, a diferencia del fé mur, mala alineación. C uando e l fragmento distal es
su complicación principal es la lesión de partes más corto, mayor es la frec uenc ia de la mala a li-
blandas, que, asociada con la mala vasculari zación neación. Por lo tanto. es importante utilizar tres
distal de este segmento óseo, lleva con frecuenc ia bloqueos distales, dos medios laterales y otro an-
a la aparición de infecciones asociadas. teroposterior. e incluso en ocasiones emplear una
El enclavado intramedular de este hueso permi- placa en el peroné para lograr una estabilización
te una fij ación estable, alineación adecuada y reha- adecuada .
bilitación y carga tempranas. El fresado de la cavi- Las fractu ras del húmero deben recibir inter-
dad aumenta la presión intramedular y puede ori- venc ión quirúrgica cuando son expuestas, en pa-
ginar daño pulmonar, pero su frecuencia es menor cientes politraumati zados, en presencia de lesión
que en las fracturas del fé mur. S in e mbargo, tiene vascular asociada o de lesión radial secundaria.
un efecto mucho más importante de daño vascular Son indicaciones re lativas las frac turas bilaterales
cortical, dadas las características anatómicas y la o diafisarias asociadas con fracturas del antebrazo.
lesión de partes blandas (fi g. 15-1-5). Dadas las carácterísticas anató micas del húmero.
Traumatismo musculoesquelético 405
Clasificación
I, de l 1 al 12% para las de grado ll, y del 9 al 55% De todos ell os, el más importante es evitar la
para las de grado Ill. Las fracturas expuestas con le- infecc ión, que a su vez es causante de lo descrito
sión vascular tienen una incidencia de infecc ión tres en los puntos 2 a 5.
veces mayor que la de las grado Ill sin e lla. Desde e l primer contacto debe rea li za rse la
Los retrasos de consolidación, pseudoartrosis y menor manipul ac ión pos ible de la heri da. para lo
consolidac iones viciosas también son frecue ntes que se hará lo estri ctame nte necesari o para dete-
en esta patología, a los que se suman las secuelas ner un a hemorragia fran ca o liberar nervios com-
estéticas y quirúrgicas resultantes de c irugías pl ás- primidos o atra pados e n la fractura. Se de mostró
ticas reconstructi vas realizadas para conseguir una que las fracturas expuestas que ingresan en qui -
cobertura adecuada de partes blandas de la zona rófano con un ve ndaje estéril desde el lugar de l
les ionada. acc idente tiene n 4 veces menos contaminac ió n
bac teri ana que las que no rec iben este tratami en-
to ini cial. Los culti vos inicia les de la herida só lo
Tratamiento sirve n como ori entac ión para la terapéuti ca anti -
biótica. El antibióti co de e lecc ión es un a cefa los-
porin a, en los casos típicos 1 o 2 g de cefazo lina
Advertencia: en el servicio de urgencia, aun en cada 6 horas . Para las les iones grado III se asoc ia
presencia de una fractura expuesta obvia, las prio- un aminoglucósido. En las producidas en am-
ridades deben establecerse sobre la base del ABC bi entes ru ra les o de granj a, con gran contamin a-
de emergentología del trauma, con el objetivo de ción y pelig ro de infección por anaerobi os a l ini -
identificar y tratar las situaciones que causan apre- cio se agrega pe nic ilin a, 3 a 4 mill o nes de un ida-
mio vital. des cada 4 horas . Luego e l in fectó logo ajustará la
ind icac ión de l antibiótico y su dos is en función
de la epidemi o logía pa rti cul ar de l lu gar del acci-
Luego de la rev isión primaria, se rea li za la re- dente. El seguimi ento de l paciente se rea liza en
visión sec undari a en la que se practica e l examen conjunto con e l in fec tó logo .
de las ex tremidades.
Debe examinarse e l estado vasculonervioso de
la extremidad. Este examen debe repetirse para Advertencia: los antibióticos por sí solos no
constatar los ca mbios que se producen en la evo lu- previenen la infección en las fracturas expuestas.
ción del pac iente. Luego se examina la herida, su
tamaño, contaminaci ón, se e liminan cuerpos ex-
traños de tamaño considerabl e, de acceso directo,
y se cub re la herida con un apósito estéril , prev ia Tratamiento quirúrgico inicial
toma de muestra para culti vo.
Se reali za cobertu ra anti tetánica y la primera • Limpieza mecánica: se realiza con abundante ·
dosis de anti biótico intravenoso, de ac uerdo con el suero fi siológico, 1O L, que se combinan con
grado de contaminación de la fractura. una solución yodada y con ag ua ox igenada.
Las radi ografías deben abarcar las articul acio- Con este procedimie nto se obtiene: remoción
nes prox im ales y di stales, en proyecc ión de frente de la sangre y detritos, lo que permite una me-
y perfil. jor inspección ; e l acceso a materi al no detecta-
do al inici o en e l pl ano superficial ; el restable-
Los objeti vos del tratamiento de estas lesio nes cimiento de l color de los tejidos para constatar
son: su vi abilidad y di sminuir la población bacte-
riana.
1. Ev ita r la infecc ión. • Limpieza quirúrgica: sus objetivos son: detec-
2. Lograr un a cobertura adecuada de partes blan- tar y eliminar cuerpos extraños, eliminar teji-
das. dos no viables y reduc ir la contaminación bac-
3. Lograr la consolidac ión de la fractu ra. teriana, para crear un entorn o tisular que tolere
4. Evitar consolidaciones viciosas. la contaminación residual y se cure sin in fec-
5. Ini ciar una rehabilitación tem prana del mov i- ción.
mi ento articular y de los múscul os de la zona. Para e llo deberá reali za rse una inci sión sufi-
6. Preservar la fun ción de la extremidad como re- ciente para poder observar de manera adecua-
sultado fin al. da la les ión, así como escisión y desbridam ien -
408 Trauma. Prioridades
INTERNACIÓN
TRATAMIENTO AMBULATORIO
COMPLICACIONES
....__ _....¡SIN COMPLICACIONES
Sind . co mpartimental
Le sión neurovascular
Fracturas, etc.
CIRUG ÍA
de la in te nsidad de los pul sos perifé ri cos, pérd i- ge nerar un aume nto de la presión que se puede
da del calor en la extre midad afec tada, y c iano- registrar en e l tensiómetro anero ideo ( 1), lo c ual
sis, pero todos pueden presentarse en etapa ta r- constitu ye la pres ión intraco mpart imenta l. E l
día . Ade más de l di ag nóstico c líni co , se puede trata mie nto de l síndrome co mpartimenta! es la
hacer medi ción de la presión de l co mpartimie n- descompresión, med iante fa sc iotomía de l co m-
to con e l d ispositi vo q ue se muestra en Ja fig ura partim iento afec tado, lo c ual permite e l restab le-
15-1-1 1, a l colocar so luc ión fis io lógica en la j e- c imi ento de l fl uj o sanguíneo norm a l y de los
rin ga (2), de ntro de l compartimento (3) se puede gradientes de presión.
2 3
1. Tensiómetro aneroide
2. Ll ave de tres vías. Jeringa de 20 mL
3. Compartimiento
tendones tlexores, no deben con iderarse de la lesión para programar la estrategia quirúr-
una lesión menor, ya que el aparato extensor gica. Deberá realizarse una reparac ión fasc icu-
es complejo, sobre todo en el nivel digital, y lar con microscopio quirúrgico, técnica que re-
la mayor fuerza del sistema flexor suele quiere la infraestructura y la experiencia ade-
complicar reparaciones bien realizadas. Se- cuadas.
gún e l ni vel de lesión en el dedo se presen-
tará una deformidad determinada: • Lesiones ungueales: la reparación temprana y
precisa de las lesiones del lecho ungueal permi-
Dedo en buttoniere, flexión de articula- tirán un buen resultado. Las alteraciones en el
ción interfa lángica proximal e hiperex- crecimiento de la uña son de gran importancia
tensión de la interfa lángica distal , con la estética para el paciente.
lesión de la bandeleta central extensora.
Mallet finger, flexión de la articulación • Lesiones de la punla del dedo: la integridad y
interfalángica distal, con pérdida de con- la funcionalidad de l pulpejo de los dedos es
tinuidad del tendón común distal, que es fundamental para la función adecuada ele la
consecuencia de la unión de los interó- mano. Es un tejido muy especializado y de di-
seos y los lumbricales. fíc il sustitución una vez alterado o perdido. Las
pérdidas de sustancia del pulpejo del dedo me-
2. Tendones .flexores: en heridas sin contami- nores de un centímetro cuadrado se dejan cica-
nac ión, está indicada la reparación primaria. trizar por granulac ión. Las lesiones mayores
La sutura diferida de 3 a 1 O días está ind ica- requieren cierre por colgaj os, hay diversas téc-
da en lesiones contaminadas, aplastamien- nicas a e lección del cirujano ele acuerdo con la
tos, pérdidas de partes blandas, lesiones ten- lesión. Debe intentarse preservar la longitud
dinosas segmentarias y fracturas múltiples del dedo y no acortar el esqueleto para con-
asociadas. La zona de poleas flexoras, zona seguir el cierre de las partes blandas en caso
lI o tierra de nad ie, es la que presenta peo- de amputaciones.
res re ·ultados funcionales y requiere mayor
peric ia para intentar su reparación. Es esen-
cial realizar la reparación de las poleas en e l Lesiones especiales
mismo acto quirúrgico. Es importante la
movilización temprana del tendón lesiona- • Aplastamientos (lesiones por rodillos): suelen
do, mediante féru las que permiten la movi- presentarse como una lesión combinada de
lidad sin tensión de la sutura realizada. huesos, vasos y nervios. Se observan lesiones
por clesguantamiento producidas por los es-
• Lesiones vasculares: las lesiones ele arterias prin- fuerzos del paciente para liberar su mano. La
cipales de la mano y de los dedos deben reparar- pérdida de partes blandas de fo rma tardía re-
se para asegurar una irrigación óptima del seg- querirá la aplicación de técnicas reconstructi -
mento. Las fracturas deben reducirse y estabili- vas adecuadas, colgaj os e injertos. Debe antici-
zar se con anterioridad, y se debe volver a evaluar parse la aparición de un edema masivo y de un
la circulación. Al igual que las lesiones nervio- síndrome compartimenta! en las lesiones pro-
sas, se realizan con magnificación y sutura mi- ducidas por este mecanismo .
croq uirúrgica. El relleno capilar, el color y la
temperatura deben mejorar de inmediato al soltar • Desguantamientos: grave lesión de partes blan-
el clamp vascular una vez terminada la repara- das de los dedos producida al engancharse un
ción vascul ar. Se debe tener presente que la is- anillo a un obj eto fijo. Puede asociarse con
quemia prolongada puede producir un síndrome fracturas y amputación digital. Produce lesio-
compartimenta! , indicación de realizar fascioto- nes circunferenciales de piel , en los casos le-
mía de la zona. Es esencial practicar la medición ves, hasta la esqueleti zació n completa del dedo
de la presión del compartimento y sospechar el lesionado. Provoca secuelas graves y amputa-
diagnóstico ante alteraciones sensitivas sin causa ción frecuente, ya que su re parac ión requiere
obvia y dolor a la extensión digital pasiva. injertos vasculares y nerviosos.
• Lesiones nerviosas: su reparación no constitu- • Lesiones por inyectora de alta presión: son una
ye una urgencia. Es importante e l diagnóstico urgencia, ya que provocan grandes pérdidas de
Traumatismo musculoesquelético 415
partes blandas y producen secuelas funcionales Revascularización: técnica quirúrgica que pro-
severas. Es importante establecer con certeza e l vee aporte sanguíneo a un segmento anatómico
tipo de sustancia inyectada, ya que esto plantea que lo ha perdido, sin estar amp utado.
diferentes necesidades para su remoción y di- Am bos procedimientos requieren un eq uipo es-
versos pronósticos. Es preciso la exploración y pecializado de guard ia pasiva. Es una c irugía de
el desbridamiento de inmediato. La eval uació n gran complejidad que requ iere la reparación de to-
inicial es de vital importancia, ya que en ag udo das las estructuras de la zona.
la zo na presentará edema leve a moderado, do-
lor escaso y una pequeña herida puntifonne. Cuidados iniciales: todo paciente amputado es
No es posible saber la cantidad de sustancia in- cand idato al reimplante. El equ ipo de reimplantes
yectada, por lo que todas estas lesiones deben determinará luego qué casos son apropiados. Ante
as umirse como graves. la duda siempre debe derivarse al paciente para su
evaluación por e l equipo de reimplantes.
• Pérdidas de piel: acompañan con frec uencia al La parte amputada debe higienizarse y enfriar-
trauma de la mano. Tendones, nervios, vasos se con rapidez, envolverse con una gasa grande
sanguíneos y huesos deben cubrirse por partes humedecida con solución fisio lógica, que se colo-
blandas con una perfusión adecuada Lo más ca dentro de una bolsa plástica sell ada hermética-
pronto posible. Si no puede lograrse el cierre mente, que a su vez se sumerge en solución fisio-
de una lesión se recurrirá a injertos de piel , co l- lógica helada . No deben congelarse ni inundarse
gajos locales o regionales, que permitirán lo- los tejidos.
grar una buena cobertura en la mayoría de los La hemorragia del muñón de amputación
casos. debe controlarse por compresión directa y mm-
ca con pinzas hemostáticas, ligaduras ni torni-
• Lesiones por moldeadora de plástico: esta má- quetes.
quina produce una combinación de lesión por
aplastamiento, inyección a alta presión y que-
madura. Son poco frecuentes y de mal pronós- Objetivos
tico.
El primero es obtener una extrem idad viable.
• Lesiones térmicas: la lesión tisular varía con la El segundo es la estimación del cirujano de que
temperatura-del agente lesionante y el tiempo podrá devolver al paciente una extrem idad funcio-
de exposición. Las quemaduras superficiales y nal , que sea mejor que una prótesis. No sólo se
de espesor parcial , tipo A y A-8 , en ausencia de evalúa el movimiento articular y la sensibilidad ,
infecció n, se gran ul an y cicatri za n en 14 días y, sino las necesidades del paciente, su estado gene-
en principio, son de tratamiento conservador. ra l, edad, patologías asociadas, etc .
Las lesiones ampoll ares no deben desbridarse
ni aspirarse. excepto que se cuente con un ser-
vicio de quemados que garantice su seguimien- Indicaciones
to y tratamiento. Debe presumirse comprom iso
vasc ul ar en las quemaduras circunferenc ia les, La indicación debe analizarse con cu idado en
cuyo sínto ma inicial es la hipoestesia de los de- e l período breve entre les ión y operación.
dos, y realizar la escarectomía temprana que Ampu taciones para reimplantar: pulgar, vari os
suele restaurar la circu lación . Las quemaduras dedos, bilaterales, media mano, nivel muñeca y
de espesor completo o B, requieren tratamien- antebrazo hasta 1/3 proximal y amputaciones pe-
to quirúrgico con .desbridamiento e injertos en diátricas.
agudo, a lo que debe asociarse un plan agresi- Reimplantes discrecionales: dedo único, aplas-
vo de rehabilitación . tamiento o lesión por avu lsión , amp utaciones pro-
ximales a 113 proximal de antebrazo, amputacio-
nes geriátricas.
Revascularizaciones y reimplantes Según la mayoría de los autores, los 55 años se
consideran la edad límite para intentar un reim-
Reimplantación: técnica quirúrgica que penni- plante. Es necesario tener un paciente motivado y
te reintegrar al cuerpo un segmento anatóm ico am- equilibrado desde el punto de vista emocional ya
putado por completo. que su colaboración es fundamental.
416 Trauma. Prioridades
La extremidad superior tiene una circulación Debe comenzar tan pronto como se haya con-
colateral longitudinal excelente. En ausencia de seguido una cobertura adecuada de partes blandas,
pulsos deberá reali zarse un estudio Doppler y la incluidas las anastomosis vasculares y los injertos
evaluación de las señales obtenidas. de piel. En esta etapa es condición esencia l tener
todas las fracturas estabi li zadas.
Los ejercicios de movilidad ac tiva a favor de la
Tratamiento quirúrgico gravedad son seguros y efectivos. Debe colocarse
un ele mento de movilización pasiva en caso de le-
Vascular: la prioridad es restituir el aporte san- siones de nervios y tendones.
guíneo a la extremidad desvascu larizada; es nece-
sari o lograr la estabili zac ión esq uelética con ante-
ri oridad. Complicaciones
Piel y músculo: piel y músculos desvitali zados Una comp licación es un resultado inespera-
deben desbridarse . Si queda una pérdida de sus- do, sea del traumatismo o del tratamiento in sti-
tancia importante deberá realizarse una cobertura tuido .
con colgajos. Una buena cobertura de partes blan-
das aumenta las posibilidades de supervivencia de Infección: es importante conocer los espacios
la extremidad lesionada . virtu ales por los que se extienden los procesos in-
fecciosos en la mano. Debe prestarse atención a
Tendones y nervios: las secciones netas deben edema y flogo sis dorsales, que pueden aparecer en
repararse en el primer procedimiento quirúrgico. procesos que se presentan del lado palmar de la re-
Si ell o no fuera posible, Juego de l desbridamiento gión. Los pacientes ad ictos a drogas intravenosas
inicial deben marcarse los extremos seccionados suelen presentar infecciones por microorgani smos
para su reparac ión secundaria (prolene azul) . Los diferentes de los habituales.
procedimientos reconstructivos deben realizarse
luego de conseguir una cobertura adecuada de par- • Los panadizos e infecc iones periun gulares re-
tes blandas. quieren drenaje temprano para su resolución .
Deben evitarse las inci siones de drenaje en pi-
Hu esos: el hueso desv italizado debe resecarse. co de pato de la fa lange distal, que pueden pro-
ducir una lesión del pulpejo por compromiso
En Ja actualidad se prefiere la reducción anató- vascular.
mica y la osteosíntesis rígida de toda las fracturas • La tenosinovitis supurada de los flexore s es
en las lesiones comp lejas, que permita la movili- una infección grave, que deja secue las funcio-
zac ión rápida de los segmentos lesionados. Se pre- nales graves. Sus signos son: dedos fijos en fle-
fieren las placas de contacto limitado, que permi- xión , edema fusiforme, dolor a la palpación del
ten una mejor vasc ul arización del hueso subyacen- trayecto de l tendón y do lor al reali zar la exten-
te. sión pasiva de los dedos . Es de tratamiento qu i-
Son indicaciones de fijación externa las heridas rúrgico, con drenaje de todas las vainas com-
con gran contaminación y las lesiones con amplio prometidas, al que se asocia terapia con anti-
compromiso de panes blandas, que requerirán lim- bióticos intravenosos.
piezas quirúrgicas sucesivas hasta su delimitación.
A veces los desbridamientos repetidos dejan
una pérdida de sustancia ósea importante. La os-
teosíntesis entoncés deberá puentear Ja zona y la LUXACIONES
aplicación de injerto óseo se retrasará hasta asegu-
rar un lecho receptor estéril y bien vasc ulari zado. Generalidades
Es poco frecuente (menos del 1o/o del total de Es una patología do lorosa que se produce en
las luxaciones). La más común es la luxación ante- general por caída sobre el hombro e n accidentes
rior, pero también puede ser posterior o supraester- deportivos o vehiculares. Según se lesionen sólo
nal. Se observa como consecuenc ia de accidentes los ligamentos acromioclaviculares o también los
de tránsito y deporti vos donde se haya producido coracoclaviculares, tend remos una gama de lesio-
un traumatismo sobre la cara anterior del hombro. nes que comprende esguinces, subluxaciones o lu-
xacio nes.
C línicamente se observa el signo de la "tecla",
Luxación anterior por e levación de l extremo lateral de la clavícula.
Las radiografías confirmarán el diagnóstico.
El paciente se presenta con do lor, deformidad
visible y palpable con facilidad, inflamación, equi- Tra!amiento: los esguinces y las subluxaciones
mosis e impotencia fu nciona l. se tratan en forma incruenta con hielo local, anal-
gésicos, antiinflamatorios y miembros en cabestri-
Tratamiento: bloqueo anestésico local. Pacie n- llo; una vez que cede e l cuadro doloroso se co-
te en decúbito dorsal con bo lsa de arena entre las mienza con Ja rehabilitación. Las luxaciones reci-
escápulas; se llevan ambos hombros hacia arriba ben tratamiento cruento; se reduce, se colocan cla-
y atrás, y se ejerce presión sobre e l extremo pro- vijas y siempre que sea posible se realiza la sutura
ximal de la clavícula para lograr la reducción que de los ligamentos coracoclaviculares. Si esto no
en general es estable. Se inmoviliza con vendaje fuera posible, se recurre a plásticas reparadoras que
en 8 por 4 o 6 semanas. util icen ligamento coracoacromial, y en los casos
En caso de inestabilidad, por lo general se lo- crónicos puede recurrirse a la resección de l extre-
gra una func ión aceptable, se opera en casos ex- mo lateral de la clavícula o a la transposición del
cepc ionales mediante tenodesis. extremo de la apófisis coracoides a la clavícula.
A veces se obtienen buenos resultados funcio-
nales sin reducciones anatómicas, y viceversa. An-
Advertencia: no debe realizarse artrodesis es- tes de poner en práctica el tratamiento quirúrg ico,
ternoclavicular porque limita el movimiento de ele- habrá que tener en cuenta la edad, el sexo, la pro-
vación del brazo. fes ión y las ex igencias estéticas.
Luxación escapulohumeral
Luxación posterior (o de hombro)
La deformidad puede estar enmascarada por e l Es la luxación que se presenta con mayor fre-
edema o el hematoma, o ambos. cuencia (50% del total), por lo general en adultos.
Traumatismo musculoesquelético 419
Luxación anterior
E l pac iente ingresa sujetando e l brazo que se Fig. 15-1-12. Luxación anterior del hombro.
encuentra en leve abducc ión y se inclina hac ia e l
lado afec tado para que el brazo adopte una pos i-
ción vertical. Tratamiento
Se ev idenci a depres ión por debaj o de l acro-
mio n (s igno de la charretera). La cabeza humera l Se debe rea li za r sedación y analgesia del pa-
puede palparse en la cara anteri or de Ja reg ió n ciente, prev io examen vasc ular y nervioso del
(fi g. 15-1-1 2). miembro; muchas veces hay que recurrir a aneste-
sia general, sobre todo si el pac iente es poco cola-
borador y no se relaj a. Se describi ó gran vari edad
Luxación posterior de maniobras . Cada operador debe reali zar aque ll a
con la que esté más famili arizado.
E l húmero se presenta en aducc ión con la cora- Una vez lograda la reducci ón del mie mb ro, de-
coide pro minente. Se palpa la cabeza humeral en be inmovili zarse con yeso Ve lpeau por un tie mpo
la reg ión posteri or. mínimo de 20 días. En las personas mayores de
edad la inmovili zac ión no es enyesada y es por po-
cos días.
Luxación de codo
Tratamiento
Complicaciones
Desde el punto de vista articul ar, puede haber Es la más común del carpo; por lo general la lu-
inestabilidad y en etapa tardía osifi caciones hete- xación es palm ar, y puede provocar compresión
rotópicas y ri gidez arti cul ar; para evitar estas últi- del nervio medi ano dentro del túnel carpi ano.
mas complicaciones debe reali zarse una rehabili-
tac ión cuidadosa sin masoterapi a ni movilizacio- Diagnóstico: el paciente se presenta con ede-
nes fo rzadas . ma, deformidad , dolor e impotencia fun c ional. Las
radiografías de frente y perfil de muñeca por lo ge-
neral permiten confirmar e l di ag nóstico.
Luxaciones de los huesos
del carpo Tratamiento: se debe realiza r reducción in-
cru enta en agudo; suele lograrse en la gran mayo-
Son lesiones que comprometen tanto la parte ría de los casos y en general es estable. Es conve-
ósea como la li ga mentari a y que suelen dejar al- niente la anestes ia general para obtener una buena
gún grad o de di scapacidad. relajación. Cuando la luxació n es inveterad a. o
La más frec uente es la lu xac ión aislada del cuando fracasa e l tratamiento incru ento, ya sea
hueso semilun ar, seguida por la transescafoperilu- porqu e no se puede lograr la reducción, o porque
nar y la perilunar. una vez obtenida es inestable, está indicado e l tra-
Se producen por una caída con la muñeca en tamiento quirúrgico .
extensión; según la intensidad de esta carga ax ial
se observan las di stintas lesiones. Complicación: necrosis aséptica.
422 Trauma. Prioridades
Luxación transescafoperilunar
Luxación perilunar (fig. 15-1-17)
(fig. 15-1-16)
En esta lesión se observa fract ura o luxación
En esta les ió n sólo e l hu eso semilun ar co n- del hueso escafoides, cuyo polo proximal, o todo
serva su re laci ón normal con e l radi o. Los de- el hueso, manti enen su relac ión con el semi lunar,
más huesos pierden su re lac ión con e l radio y e l que se encuentra lu xado .
se milunar, debido a una lesió n ligamentari a ex -
te nsa. Diagnóstico: clínico y radi ográfico.
Luxación metacarpofalángica
del pulgar
Es preferible utili zar anestesia general. Cuando Luxación asociada con fractura
se trata de una luxación posterior pura, la manio- diafisaria del fémur
bra de reducción implica llevar la cadera a una fle-
xión de 90º y, mientras un ayudante fija la pe lvis No es frecuente, pero la fractura femoral hace
contra la mesa, realizar una tracción suave y pro- que muchas veces, si no se procede de manera co-
gresiva de la rodill a, que también se encuentra en ITecta, pase inadvertida la luxación de la cadera.
90º, acompañando con movimientos de rotación,
para hacer que la cabeza se deslice y así evitar una
fractura del cuello del fémur. Siempre deben to- Advertencia: hay que recordar que en toda frac-
marse radiografías de contro l posreducción. Si no tura de huesos largos debemos obtener radiografías
se observa una correcta concentricidad entre la ca- de las epífisis proximal y distal.
beza femora l y e l acetábul o es porque hay interpo-
sició n de partes blandas, ya sea el músculo pirami-
dal o e l rodete cotiloideo invertido, o algún frag- El tratamiento implica la estabilización quirúr-
mento óseo . gica de la fractura femora l y la reducción de la lu-
Una vez obtenida la reducción, el paciente de- xación.
be permanecer con tracción de partes blandas, por
un lapso de 3 semanas, para que cicatricen las par-
tes lesionadas; de lo contrario puede quedar una Luxaciones anteriores
inestabilidad. La lu xación recidi va nte se presenta
en el 1 al 2% de los adultos. En la luxac ión obturatriz el miembro se presen-
Debe obtenerse una TC de control para descar- ta en fle xoabducción y rotación externa; la reduc-
tar la presencia de fragmentos intraarticulares. Si ción se logra al llevar el miembro a flexión y aduc-
la reducción no se pudo obtener, o si la mi sma no ción.
es concéntrica, debe reali zarse la reducción a cie- En la pubiana el miembro se presenta en flexo-
lo abierto. E n esta instancia se retiran las partes abducción leve con rotación externa de 90º. Se re-
bl andas interpuestas o los fragmentos óseos in- duce en hiperextensión y rotac ión interna.
traarticul ares. El tiempo para que cicatricen las Siempre debe practicarse anestesia general y
partes blandas debe res petarse de igual manera. tracción de partes blandas por 3 semanas posre-
ducción.
Cuando no se puede reducir es probable que la
Luxación con fragmentos de la pared cabeza fe moral haya quedado atrapada en las par-
posterior del acetábulo tes blandas, ya sea el psoas o e l ligamento ileofe-
moral ; en este caso debe rea li zarse la reducción
Si e l fragmento es pequeño, se reali za la reduc- quirúrgica.
ción a cielo cerrado y luego se evalúa. C uando no
se puede reducir, la reducción no es correcta o se
presenta inestabi lidad, debe realizarse tratamiento Complicaciones
quirúrgico .
Si el fragmento de la pared posterior es gra nde, Las complicac iones más graves de las luxacio-
se debe rea lizar reducción a cielo abierto y osteo- nes de cadera son neurovasc ul ares : sobre todo el
síntesis. Si la pared posterior del acetábulo está nervio ciático y los vasos femora les; estas les iones
conmin uta y se piensa que la osteos íntesis es in su- deben diag nosti carse en ag udo y tratarse de mane-
ficiente , se coloca un injerto de cresta ilíaca para ra conveniente.
obtener la estabilidad. En e l largo plazo las complicac iones más fre-
cuentes son necrosis asé ptica de la cabeza y artro-
sis coxofemoral.
Luxación asociada con fractura
de la epífisis femoral
Luxación traumática de la rodilla
Es poco frecuente; en general e l fragmento ce-
fálico es in fero med ial; cuando es pequeño, ya que Se produce como consec uencia de accide nte
no afecta el área de carga, se ex tirpa. Cuando es de automovi lísticos o deportivos, en genera l de alta
mayor tamaño, se debe realizar osteosíntes is. velocidad.
Traumatismo musculoesquelético 425
Clasificación
Tratamiento
Diagnóstico
La luxación debe reducirse lo antes posible.
Bajo anestesia general o raquídea, se debe realizar
Advertencia: muchas veces el paciente puede tracción longitudinal en forma progresiva hasta lo-
llegar con la rodilla edematizada y tumefacta; y la grar la reducción.
luxación puede haberse reducido en forma espon- A conti nuación se debe estabilizar la artic u-
tánea; por ello es de fu ndamental importancia una lac ión mediante c lavij as o un tutor externo.
anamnesis prolija y un examen clínico minucioso,
con el fin de no pasar por alto las lesiones nervio-
sas y sobre todo de la arteria poplítea, que en este Advertencia: las lesiones vasculares tienen prio-
nivel se comporta como circulación terminal. ridad sobre todas las demás.
LESIÓN NEUROLÓGICA
1 1
1
1 1
1 1
1
RECUPERACIÓN
BUENA
DEPENDE DE LA
RECUPERACIÓN
LESIÓN ANATÓMICA
Tratamiento: cuando es cerrada se realiza la re- Advertencia: nunca debe extirparse el astrágalo.
ducción incruenta; si no se puede lograr por inter-
posición de partes blandas, se resuelve mediante
cirugía. Cuando es expuesta, se realiza la limpieza Una vez obtenida la reducción se inmoviliza
mecánica y quirúrgica correspondiente. Se debe con bota corta de yeso por 8 semanas, si la vascu-
inmovilizar con yeso por 6 a 9 semanas. larización marcha bien, y por más tiempo si se ob-
servan signos de necrosis isquémica.
Traumatismo pelviano
Capítulo
Traumatismos pelvianos
Carlos F Sancineto
y Marcelo E. Ballesteros
431
432 Trauma. Prioridades
mediante sendas facetas articulares de forma trian- de estabilizadores son los ligamentos sacrociático
gular inverida de 2 cm de base por 3 cm de altura. y sacrotuberoso que constituyen el soporte del pi-
El ligamento sacroilíaco anterior por delante y el so pelviano (figs. 16-1-1 y 16- 1-2). Cuando la ac-
complejo ligamentario sacroilíaco posterior por ción de la noxa traumática afecta la estructura anu-
detrás son los medios de unión. El tercer conjunto lar, rompe los distintos medios de unión y genera
un anillo cada vez más inestable. Tanto desde los
puntos de vista ortopédico como general, llegar al
Lig. sacroilíaco dorsal diagnóstico de lesión inestable del anillo es una de
las prioridades de atenció n inicial.
A 11 111
t t t111
B 11
Fig. 16-1-3. Clasificación de Pennal y Tile modificada por Young y Burgess. A. Lesiones por compresión
lateral. B. Lesiones por compresión anteroposterior. C. Lesión por cizallamiento vertical. Tomado de You-
ng J, Burgess AR. Radiologic management of pelvic rinofractures: Systematic radiographic diagnosis. Ur-
ban and Swrzenber; 1987.
sionales con evidencia estadística en su práctica - Tipo 2: agrega al tipo 1 la ruptura del complejo
en el Shock Trauma Center en Baltimore. Esta sacroilíaco posterior o su equivalente fractura-
última es Ja que desarrollaremos a continuación rio en el ilíaco. Tiene mayor inestabilidad me-
(fig. 15-1 -3). cánica pero no hemodinámica.
- Tipo 3: agrega al tipo 2 la apertura en rotación
interna de la hemipelvis contralateral. De ello
Lesiones por compresión lateral dependerá el mayor o menor compromiso he-
modinámico.
La pelvis recibe un gran impacto lateral que
tiende a cerrarla en rotación interna. Tiene tres ti- Los tipos l y 2 pueden asociarse con un corte-
pos. jo de lesiones craneoencefálicas y toracoabdomi-
nales, por ser consecuencia de una noxa que im-
- Tipo 1: fractura por impactación del sacro y pacta sobre el costado del cuerpo, por ejemplo, en
fracturas de ramas ante1iores en el plano coro- individuos sentados en automóviles. Ello obliga a
nal o ruptura de la sínfisis con luxación y blo- la pesquisa de estas otras lesiones y a no imputar
queo. Es estable tanto desde los puntos de vis- la inestabilidad hemodinámica al origen mecánico
ta mecánico como hemodinámico. pelviano.
Traumatismo pelviano 435
Advertencia: ante un paciente con lesión por Advertencia: diastasis pubiana menor de 2,5 cm
compresión lateral deben buscarse lesiones visce- no siempre indica lesión estable. Debe considerar-
rales provocadas por el cierre del ani llo pelviano. se la evaluación dinámica de la pelvis.
Para los tipos 1 y 2 deben pesquisarse lesiones
craneoencefálicas y toracoabdominales.
c) El paciente está en shock severo con hemo- Tacto rectal: puede servir para detectar la pre-
rragia exanguinante. En el 0,5 al 1o/o de los sencia de sangre en la ampolla rectal (por lesión
casos encontramos estos hallazgos. Estos pa- colo1Tectal); palpar el urohemato ma en la cara an-
cientes llegan a las unidades de emergencia en terior rectal junto a la ausencia de palpación de la
muy mala condición con estado hemodinám- próstata (secundario a lesión uretral), identificar la
mico inestable y mala respuesta, aun a la reani- fa lta de continuidad en la pared rectal ; palpar frag-
mación agres iva. Suelen tener varias lesiones mentos óseos intraluminales y verificar el tono es-
abiertas tanto en extremidades como en la pel- finteriano.
vis y es frecuente que se asoc ien con lesiones
craneoencefálicas que ensombrecen aun más el Tacto vaginal: es útil para detectar efracciones
cuadro. de las paredes vagi nales, fragmentos óseos intra-
vaginales y colecciones en fondos de saco.
Fig. 16-1-6. Lesión por compresión anteroposte- Fig. 16-1-8. Fractura expuesta, diastasis pubiana
rior. Obsérvese la diastasis pubiana y la sustancia asociada con desplazamiento vertical , evidenciado
de contraste en el tubo digestivo. Caso de Carlos por la incongruencia de la articulación sacroilíaca.
F. Sancineto. Caso de Carlos F. Sancineto.
Fig. 16-1-9. El mismo caso de la figura 16-1 -8 lue- Fig. 16-1-11. Lesión por compresión anteroposte-
go de la fijación externa anterior y fijación interna rior, expresada como diastasis pubiana más luxa-
con tornillos para el componente posterior vertical- ción sacroilíaca de un lado y subluxación de la ar-
mente inestable. Caso de Carlos F. Sancineto. ticulación contralateral. Caso de Carlos F. Sanci-
neto.
y tornil los el paciente puede ventil arse en decúbi- Debe tenerse prese nte que los portadores de
to ventral o curarse escaras sacras que no haya si- les iones inestabl e pueden estar ran comprometi-
do posible evitar (fig . 16- 1-1 I y 16- 1- 12). dos hemod in ámicamen te que sea necesari o el
em pl eo de un clamp que cierre el hemianill o pos-
terior en l a sala de guardi a. Éste funciona como
Advertencia : el ciru jano debe proveer al equipo una gran pinza de hielo que cierra la diastasi s de
médico tratante una solución integral al problema la articul ación sacroilíaca y provee hemostasia.
del paciente . El dispositivo que se elija para fijar la Es en esencia un tipo di stinto de fijador extern o .
pelvis no debe ser un nuevo problema en sí. Su uso es tran sitorio y es un a med ida de extrema
urgencia.
En cuanto a la fij ac ión definitiva del anillo na y embolizació n si la lesión lo permite. Al-
posterior hay distintas posibilidades , y depende- ternativa, packing. La fijación interna debe
rán de la cobertura de partes blandas en el nivel orientarse a restaurar la continuidad y la esta-
de la articulación sacroilíaca y del tipo de lesión . bilidad anular con agresión mínima. Los pro-
El cirujano podrá optar por fijación interna por cedimientos reconstructivos articulares deben
vía intrapelviana con placa y tornillos, o tornillos diferirse, ya que no se trata de estrategias de
ilíacos sacros como único medio de síntesis o emergencia.
asociados con barras sacras cuando se decide la c) Paciente con inestabilidad mecánica pero esta-
vía exopelviana. En todos los casos el tratamien- bilidad hemodi námjca. Sin otras lesiones que
to definitivo de una les ión posteriormente inesta- lo impidan es deseable la fijación interna den-
ble es quirúrgico, ya que las inestabilidades del tro de las 48 h siguientes al trauma.
anillo posterior son las que dejan el mayo r por- d) Paciente con inestabilidad mecánica pero esta-
centaje de discapacidades por di screpancia de bilidad hemodinánuca, con lesiones asociadas
longitud de miembros y dolores permanentes por que impidan la fijación interna, sean éstas de
incongruencia de la articulación sacroilíaca o índole general como local. Debe realizarse fija-
seudoartrosi s sacra. Si se emplean los abordajes ción externa y plantearse eventual conversión o
posteriores, indispensables en lesiones envejeci- suplemento de fijación interna. Dentro de este
das, el índice de complicaciones de herid a puede grupo entran los pacientes portadores de contu-
llegar hasta el 25 % de necrosis y dehiscencia. Al sión pulmonar severa o neurotrauma y los que
efectuar los montaj es cada vez más próx imos al presentan fracturas expuestas . El procedimien-
epi sod io traumático se pueden realizar reduccio- to debe plantearse sobre la base de una terapéu-
nes indirectas y fijaciones percutáneas con un ín- tica de urgencia.
dice de complicación de herida próximo al 0%.
Esto se logra mediante cirugía asistida por inten- Para las instituciones de menor complejidad el
sificador de imágenes. tutor externo, con sus limitacio nes ya conocidas,
En general en el presente se acepta como ten- es el estándar de tratamiento, ya que demanda me-
dencia a realizar todas las fijaciones definitivas nos tiempo, requiere per onal menos entrenado y
dentro de la primera semana siguiente al trauma, eventualmente puede colocarse en la sala de guar-
salvo que el estado del paciente lo impidiera. En dia o en la de terapia intensiva en casos extremos
estos casos la fijación de urgencia puede transfor- y con anestesia infiltrativa local.
marse en la definitiva. Deberían remarcarse dos aspectos; uno se re-
Hay un grupo de pacientes en los que por el fiere a las fracturas expuestas. Aq uí como en otras
tipo fracturario, no es factible el tratamiento me- partes del aparato locomotor el concepto de trata-
diante tutores externos, ya sea porque ti enen un miento es el de fijación quirúrgica y desbrida-
componente de inestabilidad mecánica que invo- miento . Este último debe tener en cuenta las carac-
lucra el acetábulo o son portadores de fracturas terísticas especiales de la pelvis. En ella debe con-
del ala ilíaca, por lo que aquellos so n in adecua- siderarse la necesidad de una colostomía cuando a
dos para la fijación externa. Ellos sólo pueden la lesión pelviana se asoc ian algunas de las si -
ser estabilizados mediante fijación interna por guientes afecc iones:
cirugía.
Creemos que el estándar de tratamjento se l. les ión colmTectal
orientará de la siguiente manera en las institucio- 2. lesión abierta a perineo
nes de mayor complejidad: 3. lesión abierta a nalgas
4. lesión por desguantamiento posterior
a) Paciente con inestabilidad mecánica y hemodi-
námica, adecuado por el tipo de fractura, fija- La experiencia del grupo de Sacramento, Cali-
ción externa y eventual embolización si la le- fornia , que publicó la serie más larga de la litera-
sión lo permite. Alternativa, packing. Para las tura ortopédica, mostró que en las fracturas inesta-
lesiones vasculares que requieren tratamiento bles pelvianas con las asociac iones, la mortalidad
directo, seguir el protocolo institucional , ya era del 25 %, cuando se realizaba la colostomía en
que ell o escapa a la fi siopatología pelviana. forma temprana; mientras que ascendía al 58%,
b) Paciente con inestabilidad mecánica y hemo- cuando ésta se practicaba en forma tardía, mien-
dinámica, inadecuado por el tipo de fractura tras ambas muestras mantuvieron similitudes en el
para fijcaci ón externa. Plantear fijación inter- resto de las variables.
Traumatismo pelviano 445
Ti le M. Fractures of the pelvis and acetabu lum. 2da. ed. Trigésimo Congreso Argentino de Cirugía. Mesa Re-
Baltimore. Wi lli ams , 1995. dond a: 'Traumatismos de Ja pel vis". Bs.As., 1966.
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Sección 17
Quemaduras
Capítulo
Prioridades en el tratamiento
de las quemaduras
Alberto N. Bolgiani y Jorge Varcelotti
449
450 Trauma. Prioridades
envuelve en una sábana limpia o con frazadas es- de que aparezca edema, pues luego será imposi-
pecialmente diseñadas, si las hubiere, y se lo tras- bl e hace rlo y habrá que practicar una traqueosto-
lada al centro de quemados más cerc ano capacita- mía.
do para atender ese caso en particular. En todo
momento se deberá mantener un a vía aérea per-
meable. Error: intubar ante la presencia de edema tra-
Si e l traslado durara más de 30 minutos y se ha queal.
establecido que el paciente tiene más del 50% de
su cuerpo comprometido. deberá buscarse una vía
venosa periférica y comenzar a transfundir Ringer Otro aspecto es la posible intox icación con mo-
lactato a tubuladura abierta, anotando cuánto se nóxido de carbono, que puede asociarse con les ión
transfundi ó durante su traslado. ele la vía aérea o no .
El monóxido de carbono tiene 250 veces más
afin idad que el oxígeno para combinarse con la
Error 1: en quemaduras pequeñas menores de hemog lob ina. debido a lo cual lo desplaza.
10% es recomendable la aplicación de agua fría o La terapia para e l tratami ento del envenena-
hielo hasta que el paciente tenga sensación de ali- miento con monóxido de carbono es oxígeno al
vio . En pacientes con más del 10% quemado no es 100%: si usáramos oxíge no hiperbári co a 3 at-
conveniente proceder de esta manera pues puede mósferas. la desintoxicación podrá realizarse en
crear una hipotermia, muy difícil de revertir. 20 minutos: si fuera a 1 atmósfera. tardaría 50
minutos.
En caso de envenenamiento con monóxido de
carbono, segú n la saturació n de carboxihemoglo-
Error 2: un traslado prolongado sin haber co- bina en sangre aparecerán los siguientes íntomas :
menzado la hidratación en un paciente con más del
50% de superficie corporal quemada. • O - 10% : sin sintomato logía.
• 1O- 20% : cefalea, confusión, desorientación.
• 20 - 40% : fatiga, náuseas, alteraciones visua-
les.
ETAPA HOSPITALARIA • 40 - 60% : alucinaciones, convu lsiones, coma.
• > 60% : muerte.
Se considera que com ienza cuando el paciente
llega a la institución en donde se impartirá todo su Si bien el diagnóst ico de lesión inhalatoria es
tratamiento. En la recepci ón, la eva luació n de la sencillo, el tratamiento no lo es.
víctima se efectu ará según el protocolo estableci- Se ha ensayado el uso de corticoides y de anti-
do por el C urso ATLS (vía aérea-respiración-cir- bioticoterapia profilác tica, pero con ningun o de
cu lación) . Si no se quitaron las ropas y elementos ellos se demostró que di sminuya la mortalidad en
extraños, se procederá a hacerlo. estos pac ientes , por lo cua l no recomendamos su
La primera prioridad será evaluar y mantener uso excepto en el caso de es pas mo de glotis (ad mi -
una vía aérea segura y permeable. ni stración de dosis única).
En pacientes que han ten ido e l accidente en Deberá vigilarse a estos pacientes hasta que e l
ambiente e ncerrado, presentan quemadura fa- epitelio alveolar se cure en forma espontánea y e l
c ial, de las vibrisas nasa les, pestañas o cej as, tie- tiempo variará si hay complicaciones infecciosas o
nen esputo carbonáceo o restos de carbón en el no. Se evitará la traqueostomía en lo posible, y de
examen de las fa uces, y pueden presentar ron- ser necesaria la intubación endotraq ueal, se la
quera o estridor (o ambos), debemos pen sar en efectuará con tubos de silicona de baja presión,
una posible lesió n inha latoria. Deberán exami- para que pueda permanecer varios días sin provo-
narse las fauces , s i fuera necesario, con un lar in- car lesiones por decúb ito.
goscopio, para determinar si hay eritema o ede- La segunda prioridad es establecer una buena
ma (o ambos), esto podrá completarse con una vía venosa para comenzar un correcto plan de hi-
laringoscopia de fibra óptica. Si aparece eritema dratación , para lo cual es necesario efectuar un a
y edema de la cuerda vocal y signos infl a mato- evaluac ión de gravedad en relación con la vida.
rios en la tráquea, deberá procederse a la intuba- E l pronóstico de vida .dependerá de la exten-
ción endotraquea l. Esto deberá efectuarse antes sión y ele la profundidad.
Quemaduras 451
2do grado profunda Hipoeste ia Dermi s superficia l destrui da Se cura con cicatri z
(dérmica profunda) Blanquecina Restos epidérmicos en anexos hipertrófica en 3
semanas o no se cura
3er grado Anestesia , sin flictena Epiderm is y dermi s Sólo se c ura desde
(dermoepidérmica) Marrón o negro Tota lme nte destrui das los bordes
Necesita injerto
13
2 2
B B
e e
Esquema de LUND-BROWDER
Porcentajes de área según edad
Edad en años o 1 5 10 15 Adulto
A - Cabeza (ant. o post.) 9,5 8,5 6,5 5,5 4,5 3,5
B - Muslo (ant. o post.) 2,75 3,25 4 4,25 4,5 4,75
C - Piern a (ant. o post. ) 2,5 2,5 2,75 3 3,25 3,5
Para la colocac ión de la vía periférica se usa- Los siti os de elecc ión por orden de preferencia
rá un Abbocath o d ispositivo simil ar. Se podrá ac- son: 1) basílica o cefálica, ya sea por punción o
ceder incluso por zona quemada. por d isecc ión, 2) subc lavia infraclavicular, 3) sub-
clav ia sup raclavicul ar, 4) yugular interna y 5) fe -
Vena central: está indicada en todos aquellos moral. En las últimas cuatro se efectuará punción
pacientes que necesiten contro l de pres ión venosa perc utánea según técnica. Toda ve na central se
central o cuando se requ iera hipera limentación in - abordará en ambiente quirúrgico y con técnica
travenosa. adecuada .
Cuadro 17-1-3. Evaluación de fa gravedad de fas quemaduras de acuerdo con su pronóstico vi-
ta l ( Ben.aim, 19 56 )
Se podrá realizar a través de zona quemada ras y la otra mitad en las siguientes 16 horas. El se-
dentro de las primeras 24 horas de producida la le- gundo día se reduce el cálculo a la mitad.
sión, después de este tiempo se efectuará una es- Estas fórmulas son orientativas, ya que con el
carectomía en la zona y luego se cubrirá con algún transcurso de las horas pueden requerirse ajustes,
sustituto cutáneo. dependiendo del fluj o urinario horario, de la fun-
ción cai·díaca, de la presión ait erial, de los valores
Arteria periférica: se usará en aque llos pa- de hematócrito, de l sodio y de la presión venosa
cientes que presenten quemaduras profundas en central.
los miembros inferiores, que no permitan medir la También se debe recordar que si en el momen-
tensión ai1erial, o bien en los que necesiten deter- to del acc ide nte hay lesión inhalatoria o alcohole-
minaciones frecuentes de gases en sangre (lesión mia, deberá incrementarse e l aporte de líquidos
inhalatoria u otra patología pulmonar). superando el cálculo efectuado según la superficie,
Los lugares de e lección por orden de preferen- siempre tendiendo a mantener una diuresis de 0,5
cia son: 1) dorsal de l pie (pedia), 2) temporal su- a 1 mL/K/hora.
perficial, 3) tibial posterior y 4) radial.
Este acceso vascular podrá efectuai·se a través
de zona quemada previa escarecto mía en las pri- Error 1: administrar coloides dentro de las pri-
meras 24 horas. Nunca se efectuará en zonas que- meras 12 horas de producida la lesión . Esto au-
madas pasado ese lapso. mentaría la extravasación de líquidos, pues du-
Tanto en la vena central como en la arteria pe- rante este período hay un aumento de la permea-
riférica se deberá cambiai· diariamente la curación bilidad capilar causado por la liberación de me-
en el lugar de entrada del catéter, para efectuar una diadores.
observación pro lija de posibles signos de infec-
c ión. E n la arteri otomía hay que observar el fluj o
arterial distal.
E l acceso a la arteria pulmonar con catéter Error 2: considerar como hora cero la llegada
Swan-Ganz es excepcional y estai·á indicado en del paciente; en realidad la hora cero es la del acci-
pacientes inestables, con gran inestabilidad hemo- dente. Además deben tenerse en cuenta los líqui-
dinámica, pacientes con edema pulmonar o en dos administrados durante el transporte.
aquellos que necesiten mantener una PEEP alta,
mayor de JO cm de H,O. Los lugares de elección
son: l ) vena subclavia, 2) vena yugular interna y La cuarta prioridad es la evaluación del fluj o
3) vena femoral . sanguíneo d istal, en miembros superiores e in fe-
N unca se usará la misma vía que para la ve- riores, y la posible liberac ión de la compresión es-
na central y nunca se deberá entrar por zona que- tablecida.
mada. En quemaduras profundas o de 3er grado o
Una vez establecida la vía venosa adecuada, la " B" , en zonas circulares en miembros superi ores.
tercera prioridad es la hidratación. La reposición inferiores o en el tórax, produce compresió n y és-
de la volemia estará regulada según la extensión ta lleva a una disminución del fluj o sanguíneo y e l
de la lesión y e l peso del paciente. Por ta l moti vo retorno venoso.
es necesario disponer de un dispositivo para pesar Deberá efectuarse la escarotomía, que consis-
al paciente que no puede deambular, si el dato no te en incisiones desco mpresivas para liberar las ai·-
surge del interrogatorio. terias y venas de la presión producida por la cons-
No hay acuerdo en cuanto a las fórmulas isotó- tricción y e l edema.
nicas (Ringer lactato) ya que la de Parkland admi- Deberá efectuarse lo más te mprano posible,
nistra 4 mL/K/SCQ y la nueva, empleada en e l siempre en un medio ambiente adecuado (quirófa-
Brooke Army Surgical Research lnstitute, utiliza 3 no) en cuanto se manifiesten las siguientes altera-
mL/K/SCQ. ciones:
En nuestra experiencia, la que menos margen
de error presenta es la de Carvajal, también llama- 1) Falta de pulso radial o cubital (o ambos) en
da de Galveston, que administra 5.000 mL/m 2 miembros superiores, o de tibial posterior o pe-
SCQ más 2.000 mL/m 2 SCQ. dio (o ambos) en miembros inferiores.
De estas fórmul as, la mitad de lo calculado pa- 2) Retraso del relleno capilar en dedos aún en pre-
ra el primer día se administra en las primeras 8 ho- sencia de pulsos.
454 Trauma. Prioridades
Se sabe que la pérdida energética es directa- capilar normal, la reabsorción del edema y con él
mente proporcional a la extensión de la lesión y la medicación podrá producir una depresión res-
que la respuesta hipermetabólica, que produce piratoria.
consumo de calorías, se inicia con la liberación de La mejor analgesia se obtiene con morfina, en
toxinas bacterianas a la circulación sistémica, ya una dosis inicial de 0,05 mL/kg/hora. Después de
sea provenientes de la quemadura o de la translo- las primeras 24 horas podrán administrarse por vía
cación bacteriana que se produciría desde el tracto oral 2 mg/kg cada 24 horas.
gastrointestinal hacia la circulación portal, por is-
quemia del epitelio. Por lo tanto, una vez pasada la
posible presencia de íleo, si hubo estado de shock, Error: impartir analgesia por vía intramuscu-
deberá colocarse sonda nasogástrica o nasoyeyu- lar en las primeras 24 horas después del acci-
nal, y comenzar con hiperalimentación, o bien si la dente.
lesión no fuera tan extensa, con alimentación oral.
En general esto se produce después de las prime-
ras 24 horas. La séptima prioridad es la resección del teji-
El aumento de la respuesta metabólica libera do necrótico (escarectomía). Se cometen aquí va-
distintos mediadores que hacen que aumente la rios errores relacionados con la oportunidad y la
secreción de glucagón, cortisol y catecolaminas. técnica.
Esta respuesta metabólica aumentada hace que Oportunidad: se dice que es ideal hacerlo en-
en los primeros 2 o 3 días la temperatura corpo- tre el tercero y el quinto días. Las escaras no tra-
ral se eleve entre 38 y 39ºC, sin que ello signifi- tadas el sexto día ya tienen más de 106 microor-
que infección. gani smos por gramo de tejido. pero en las trata-
Será necesaria una dieta hipercalórica, equili- das con tópicos de gran penetración. como el ni-
brada y agresiva, pero esto no es suficiente para re- trato de cerio, la sulfadi azina plata o el acetato de
vertir el catabolismo. mafenida, no han aparecido gérmenes al sexto
La fórmula que podrá usarse es la de Curreri día de evolución si el tratamiento tópico comen-
para adultos (25 kcal/kg) + (40 kcal/m2 SCQ). zó el primer día.
Será conveniente mantener un pH gástrico ma- Para efectuar una resección precoz es necesario
yor que 3,5, con antiácidos o bloqueantes H, (o contar con un equipo quirúrgico entrenado, un
ambos). - banco de sangre eficiente, un buen equipo de mo-
nitoreo hemodinámico, y un sustituto cutáneo bue-
no y seguro. Nunca se deberá efectuar escarecto-
Error 1: demorar el inicio de la alimentación. mías y dejar abierta la lesión; se autoinjertará si al-
canza la piel o se recmTirá a sustitutos transitorios.
Se ha demostrado que el más eficiente es la piel
cadavérica de banco.
Error 2: no administrar bloqueantes H2 o antiá- También se podrá usar la técnica de autoinjerto
cidos (o ambos). en malla abierto 1 a 3, 1 a 6 protegido con homoin-
jerto. Utilizando la resección precoz con una téc-
nica coJTecta se ha demostrado una mayor super-
La sexta prioridad es evitar el dolor al pacien- vivencia de pacientes menores de 30 años y menor
te en todas las maniobras que se realicen en espe- tiempo de internación en pac ientes ancianos que
cial en las curaciones de las quemaduras superfi- lograron sobrevivir. Es un error muy frecuente
ciales e intermedias, que son muy dolorosas, o en tratar de efectuar escarectomía precoces en centros
las curaciones de las zonas donantes después de no especializados y sin contar con los elementos
los injertos. necesarios, o bien demorarse demasiado en efec-
Si bien sabemos que la mejor sedación es la hi- tuarla (más allá del sexto día sin haber utilizado un
dratación correcta, en quemaduras "A" de gran tópico efectivo).
extensión siempre es necesario calmar el dolor,
pero la medicación debe admjnistrarse por vía in- Técnica: podrá ser en forma tangencial o bien
travenosa. Si se lo hace por vía intramuscular el a fascia. La modalidad tangencial deberá efec-
efecto será mínimo por la producción de edemas, tuarla un cirujano entrenado, ya que es un error
con lo cual se tiende a repetir la dosis. Pasadas las frecuente que sea insuficiente y se requiera lue-
12 horas, cuando se restablece la permeabilidad go una nueva resección, o si se efectúa el autoin-
456 Trauma. Prioridades
jerto que no prenda por quedar zonas necróticas trado disminuc ión en el desarro ll o de cicatriz hi -
remanentes. pertrófic a.
Bolgiani A. Errores más frecuentes en el tratamiento de ti ve tri als of dexamethasone and aeroso li zed gentam i-
pacientes quemados grupos Ill y IV (graves y Críti- cin in the treatment of inhalation injury in the bumed
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Sección 18
Cuidados críticos
en el paciente traumatizado
Coordinador: Daniel H. Ceraso
Capítulo
461
462 Trauma. Prioridades
2) son "sistémicos", no se limitan al área afectada nan el pasaje de líquido intracelular al intersti-
y compro meten todo el organi smo; cio . El aumento de la presión intersticial con-
3) son "simétricos'', es decir que la intensidad de duce al pasaje de albúmina desde ese sitio has-
la respuesta es proporcional a la severidad de la ta el intravascular vía transcapil ar, pero sobre
lesión; todo, por vía linfática.
4) se desaIToll an en fases con secuencias constan-
tes, y la duración depende de la magnitud de la
les ión, la certeza del tratamiento y la eventual II) Respuesta inflamatoria
aparición de un segundo o un tercer golpe.
Fenómeno inespecífico con funciones de de-
fe nsa y reparación, local y general. Se activa por
Fisiopatología destrucción de tejidos, hipovolemia (isquemia/i s-
quemia-reperfusión) infecc ión. Lo conducen célu-
l) Respuesta a la hipovolemia las agregadas y activadas que liberan mediadores
inflamatorios. Por efec to de la magnitud de la le-
Se desaIToll a en tres ni veles: sión o por reanimación inadecuada, o ambas, la
reacción inflamatoria puede tornarse deletérea y
1) Respuesta neuroendocrina : a) descarga simpá- generali zarse, hasta producir un "síndrome de res-
tico-suprarrenal: produce venoconstricc ión con puesta infla matoria sistémica" (SRIS), que evolu-
reducción del lecho de capacitanci a con au- ciona en cuatro etapas: 1º) reacc ión local, mucha
mento del retorno venoso y preservación de la clíni ca local, poca clínica sistémica ; 2º) fase de
precarga (volumen de fin de diástole) ; taquicar- respuesta aguda, en el nivel local no se pudo con-
dia y aumento del inotropismo que mejoran la tro lar la lesión, y se producen respuestas sistémi-
eficiencia de bomba; vasoconstricción arterio- cas (fie bre). Se mantiene hasta que se recupera la
lar selectiva que intenta mantener una presión homeostas is (p. ej .: cicatri zac ión de la herida, con-
de perfusión adecuada específi ca de órgano pa- trol de la infecció n, rec uperación de la perfusión
ra lograr una D0 2 aceptable a los órganos no- adecuada, etc.). Sintomatología local importante,
bles. b) Descarga neurohipofisaria: li beración y general, leve a moderada; 3º) reacción sistémica .
de ACTH-corti sol con retención de sodio y sen- masiva, SRIS, evolución probable a disfun ción or-
sibilización de receptores ad renérgicos. La li- gánica múltiple (DOM); 4º) inmunodepresión ex-
beración de glucagón más la inhibición de se- cesiva (síndro me de respuesta antiinflamatoria
creción de insulina (efecto adrenérgico) y la re- compensatoria - SRAC- con aumento de la sus-
sistencia periférica a ella provocan hipergluce- ceptibilidad a las infecc iones .
mia con aumento de la osmolaridad. La HAD
inducirá retención de agua y vasoconstricción
esplácnica. Advertencia: al inicio estos mecanismos de
2) Respuesta de l sistema renina-angiotensina-al- respuesta orgánica tienen una finalidad hemostáti-
dosterona (SRAA) : el hipofluj o renal , absoluto ca y reparadora , pero su persistencia en el tiempo,
o relativo, dispara el SRAA, lo que provoca por gravedad de la lesión , control terapéutico ina-
vasoconstricción perifé rica (angiotensina II), decuado o aparición de complicaciones, los vue lve
retención de agua, sodio y eliminación de po- claramente deletéreos
tasio.
3) Restitución de l volumen intravascular vía
transcelular (modificación de l espacio inle rs-
ticiallmicrocirculación) : produce un fe nóme-
no espontá neo de hemodilución (caída del he- Fases evolutivas de la respuesta
matócrito) y expansión intravasc ul ar. Implica: orgánica a la lesión
a) relleno transcapilar: la vasoconstricc ión pre-
capil ar y poscapilar mediada por catecolaminas 1) Fase 1: de reacción
produce descenso de la presión intracapilar, lo
que provoca el pasaje de líquido desde el in- - Desde la lesión hasta el control de ésta y del es-
tersticio hasta el compartimiento intravasc ular. tado hipovolémico.
b) Restitución de proteínas pl as máticas: la hi- - Duración < de 24 h (a!Tededor de 8 a 10 h).
perglucemia y la osmolaridad aumentada origi- - Efecto simpático-suprarrenal marcado.
464 Trauma. Prioridades
- Relleno transcapilar y comienzo de restitución persiste , y su origen puede relacionarse con una
de proteínas pl asmáticas. vasoconstricción arteriolar renal sostenida que ce-
- Contracción de l espacio intersticial. sa, en general, en 24-48 h.
- Terapéutica definid a por la reanimación inicial.
- En ocasiones se puede observar poliuria transi-
toria, cuyo origen en esta fase es difícil de in-
ll) Fase 2: atrapamiento obligatorio terpretar (puede deberse a diuresis osmótica,
de líquidos (edemas) "washout" medular renal, isquemia tubular con
inhibición de la reabsorción de Na y disminu-
- Desde la fin ali zac ión de fase anterior con la ción de la hipertonicidad medular, entre otras
máxima ganancia de peso . Siempre posterior a causas).
la reanimación inicial. - Durante esta fase se comienza a evidenciar al-
- Duración > 24 h hasta varios días a semanas. gún grado de fa lla respiratori a y renal (prerre-
- Efecto neurohipofisario marcado. nal), y trastornos de la coagulación. Además, la
- En esta fase "obligatoria" y como resultado de generalización de la res puesta inflamatoria
la hipope1fusión, se produce: a) lesión celular puede agregar un componente distributivo al
(alteración de la bomba de Na/K más cambio estado hemodinámico del paciente (di sminu-
de polaridad de la membrana celular) con pasa- ción de resistencias periféricas, aumento del
je de líquidos hacia el interior de la célula; b) VMC , etc.) , incluso en presenci a de cierto gra-
metabolismo anaerobio que redunda en acido- do de hipovolemia.
sis local, que promoverá dil atación de esfínte-
res precapilares, mientras se mantienen cerra-
. dos los poscapilares (más sensibles a catecola- lll) Fase 3: variable según la evolución
minas, menos sensibles a la acidosis). El au- del paciente
mento de la presión intracapilar resultante lleva
al pasaje de líquidos al intersticio. A) Pacientes con reanimación
adecuada
Por otra parte se com ienza a generalizar la res-
puesta infl amatoria (res puesta de fase aguda) acti- - Movilización o eliminación de líquidos.
vada en el ni vel local por la lesión tisul ar y en el - Desde máx ima gananci a de peso hasta la máx i-
nivel sistém ico por fe nómenos incipientes de is- ma pérdida de peso con equilibrios híd ricos to-
quemia e isquemia-reperfu sión. tales neutros.
El atrapamiento de líquidos en esta etapa pue- - Siempre mayo r duración que la fase 2.
de exceder en mucho los 1O litros, en funci ón de - Desaparición progres iva de respuesta neuro-
la severidad de la lesión y la certeza del trata- hormonal.
mi ento. Pasaje de líquido ac umul ado en espacios intra-
celul ar e intersticial al intravasc ul ar.
na, ambos en dosis bajas, para fac ilitar el circunstancias centrales de esta situación: 1) hi-
inicio de la movilización de líquidos. En potermia: recalentamiento intensivo (frazadas,
general es más deletérea la hipotensión estufas, polietileno anti-convectivo, soluc iones
inducida por diuréticos en dosis elevadas parentera les tibias (40º), humidificadores del a ire
o por restricción hídrica máxima, que calentados en ARM , hemodiálisis continua, etc.);
grados leves o moderados de hipe1ten- 2) ac idos is metabó lica: mejorar la DO, , para lo
sión arterial. cual la mejor estrategia es tratar la hipÓvole mia.
2) Manejo de la poscarga: en general se encon- Sólo se usa bicarbonato de sodio si hay ev iden-
trará elevada por componente hipovolémi- c ias de repercusión hemodinámica por acidosis;
co, lo que requiere expansión. En circuns- 3) coagulopatía: provocada en gran parte por las dos
tancias con tono vasomotor disminuido, previas, mejorará con la correción de éstas. C uando
evaluar y tratar la causa específica (en gene- la circunstancia lo indique se precisa transfusión de
ral también requerirán reposición de volu- plaquetas, plasma fresco y crioprecipitados.
men). Uso eventual de inotrópicos y rara Monitoreo est1icto general y en particular de
vez de vasodilatadores de poscarga (falla las complicaciones tempranas (síndrome compar-
cardíaca anterógrada como complicación timenta!, sangrado persistente y lesiones ocultas) .
agregada).
3) Manejo de la contractilidad: Explorar su
rendimiento más adecuado mediante expan- LECTURAS RECOMENDADAS
sión controlada y, cuando esto sea insufi-
ciente (precarga adecuada pero no efecti va), Cruz N, Franko LA, Deitch EA. Shock. En: Rodriguez
evaluar el uso de inotrópicos, considerando, A, Ferrada R. (eds.). T RAUMA , Sociedad Panameri-
para su elección, los efectos indeseados que cana de Trauma 1997; 79-96.
puedan producir. Si las resistencias periféri- Lucas CE. Update on trauma care in Canada. Resuscita-
cas lo permiten, es preferible indicar dobu- tion trough the phases of Hemorrhagic shock after
trauma. Can J Surg 1990; 33(6):451-6 .
tamina, cuando se llega a altas dosis de do-
Lucas CE, Ledgerwood A. lnitial evaluation and mana-
pamina (ya que mejora el flujo sanguíneo
gement of severally injured patient. E n: Wilson RF,
intestinal y colabora para evitar la trasloca-
Walt AJ (eds.). Management of trauma . Pitfalls and
ción bacteriana y el eventual DOM).
practice. 2º ed, Williams & Wilkins, l 996, 13-27.
Mullins RJ . Management of shock. En: Fe liciano DV,
e) Soporte nutricional preferente mente por vía en- Moore EE, Mattox KL (ed.). T RAUM A, 3' ed. Ap-
tera! para resistir la fase aguda y sostener la fa- pleton & Lange 1996, 159- 180.
se de recuperación. New Horizons, G uest edi tor: Nelson L. New advances in
f) Tratamiento de las complicaciones agregadas the care of critically injured patient. 1999; 7( 1).
emergentes y de las lesiones "ocultas". Peitzman AR, et al. Hemorrhagic Shock. C urrent Pro-
blems in S urgery. Mosby, 1995; XXXII(II).
No debe mos o lvidar la situación que se plan- Pinsky MR. Hemodynamic profile interpretation. En:
tea cuando la reanimación inicial requiere cirugía Tobin MJ (ed .). Principies an practice of inte nsive ca-
de "control de daño", al ingresar en la UCI un pa- re monitoring. McGraw-Hill, Inc. 1998; 87 1-888.
ciente con deuda de oxígeno grave, a la espera de Shoemaker WC, Edwards JO, Vincent JL. (eds.). Oxy-
su estabilización, para luego realizarle la c irugía gen transport. Principies and practice. Philade lphia:
definiti va. El tratamiento se centrará en las tres WB Saunders; 1993.
Capítulo 18-2
Shock traumático
y disfunción de múltiples
órganos y sistemas
Daniel H. Ceraso
468
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 469
de volumen de sangre perdida se debe reponer Hay factores que en primer térmjno pueden
el triple de cristaloides (regla del tres por uno). perpetuar la lesión: vasoconstricción sostenida,
También es importante señalar que de las solu- trombosis de la microcirculación y agregación de
ciones de cristaloides mencionadas es preferible plaquetas, glóbulos blancos y rojos. Todo esto lle-
utilizar la de Ringer, ya que cuando se utilizan va a una mala distribución del fluj o microcircula-
volúme nes altos de soluciones de Cl/Na se corre torio.
el riesgo de producir acidosis metabólica hiper- También hay factores que pueden actuar como
clorémica. perpetuadores de la lesión en forma secundaria.
Aunque en el trauma no estén presentes los Son los mediados por el accionar de los leucoci-
otros mecanismos productores del shock, la hipo- tos, ya sea en el nivel local como a distancia, y de
volemia no suele ser el único mecanismo fisiopa- las citocinas y leucotrienos, tanto in situ como sis-
togénico que se pone en juego. La liberación de di- témicos.
versas sustancias por los estímulos nociceptivos Por último la perpetuación terciaria sería la
está mediada por el sistema neuroendocrino. La producida por la sepsis, la traslocación bacteriana
vasoconstricción periférica, uno de los primeros intestinal o el shock secundario. Cualquiera de es-
mecanismos de compensación de la hipovolemia, tos fenómenos tiene un efecto devastador cuando
no tiene lugar en los tejidos lesionados. En estas se presenta sobre órganos y sistemas ya activados
regiones se acumula sangre y líquido intersticial, por las noxas primarias.
además de li berarse sustancias que actúan a dis- Como se observó e l trauma produce una res-
tancia en distintos sentidos. C uanto mayor es la puesta inflamatoria sistémica que se pone de ma-
cantidad de tej idos lesionados más participará es- nifies to por el SRIS. En la mayoría de los casos és-
te mecanismo fi siopatológico. La gravedad de los ta es beneficiosa, se autolimita y con lentitud vuel-
puntajes anatómicos (ISS) y las regiones afectadas ve a la normalidad .
está por esto relacionada con los puntajes fisioló- En pacientes con lesiones traumáticas muy se-
gicos TSR (trauma score revisado) y con la grave- veras, (ISS altos), se desencadena SRIS grave, que .
dad del shock. puede llevar a disfunciones orgánicas tempranas.
En el consenso realizado en 1992 entre expertos Este tipo de evolución fue llamado "Modelo de un
del Ame1ican College of Chest Physicians/Society golpe" (one hip model). En este punto es intere-
of Critica! Care Medicine (ACCP-SCCM) sobre sante recordar los trabajos de W. Shoemaker que
sepsis ya se determinó que el síndrome de res- de mostraron , también en la reanimación inme-
puesta inflamatoria sistémica (SRIS) puede es- diata me nte después del trauma, que los pacientes
tar desencadenado por trauma sin infección. Es- que se recuperan son los capaces de llegar a va-
ta situación puede acompañarse por hipotensión ar-
lores supranorma les de transporte (002 ) y consu-
terial y estado hemodinámico de alto flujo con is-
mo de 0 2 (Y0 2) . Con ulterioridad se demostró que
quemia celular, después de administrar volumen y
los que no lo logran son los que desaJTollan DMO
recuperar la precarga. Inclusive puede no haber hi-
tempranas. Es probable que la causa de este fe nó-
potensión arterial si se infunden aminas presoras.
meno sea un desacople oxidativo mitocondrial.
En otras ocasiones con lesiones menos severas,
Advertencia: pueden presentarse alteraciones en casos susceptibles (con células inflamatorias
muy similares a las del shock séptico sin que haya "acti vadas"), un estímulo secundario también pro-
infección. duce DOM; se trata del modelo de dos golpes (two
hit model). Éstos pueden ser únicos o repetitivos,
como un acto quirúrgico, una complicación infec-
Las células isquémicas son capaces de producir ciosa o de otro tipo (fig. 18-2-1 ).
una serie de segundos mensajeros que alteran fun- A medida que pasa el tiempo y el paciente se
ciones celulares. Esto incluye la síntesis de nuevas recupera de las lesiones, las respuestas inflamato-
proteínas que las acti van para participar en fenó- rias se apagan y aparecen fenómenos de supresión
menos inflamatorios inmediatos o secundarios. de la inmunidad, tanto humoral como celular, que
Estas células activadas son más susceptibles a la persisten por lo menos por siete días. Así, en for-
reperfusión o a lesiones secundarias. ma tardía pueden desaiTollarse procesos infecc io-
La reanimación puede generar lesión mediada sos y DMO. En este punto todavía queda por dilu-
por los radicales superóxido liberados por los teji- cidar si la infección es la causa o la consecuencia
dos reperfundidos. de las DMO.
470 Trauma. Prioridades
(segundo golpe)
No se puede reanimar
Recuperación
~
DMO tempranas
Advertencia: utilizamos el término disfunción y publicada para los pacientes con alto riesgo es
no falla porque igual que otros autores lo conside- del 14 al 42%.
ramos más apropiado, puesto que da una idea de Los distintos órganos y sistemas de los que se
un proceso que se modifica con el tiempo, a dife- describieron di sfun ciones o fa llas son: respirato-
rencia del concepto de irreversibilidad que genera rio, renal, hemoclinámico, hemático, neuro lógico y
la falla hepático . Algunos quisieron agregar el aparato di-
gesti vo, pero no se pudo describir con cl aridad,
aunque es evidente que la discapacidad de un pa-
ciente para tole rar alimentación por vía entera!
Cuando se analiza la aparición en el tiempo, condiciona mayor morbimortalidad e indica un
cerca del 40% de las disfun ciones se presentan an- trastorno fi siológico severo.
tes de l tercer día postrauma, mientras que con ul- Para describir fa ll a orgánica se publicaron va-
teri oridad surgen poco más del 60%. rias clasificaciones; la más popul ar y que implica
La disfunción más frec uente, tanto entre las mayor gravedad es la descrita por Knaus en 1989,
tem pranas como las tard ías, es la respi ratori a, le- que se presenta en el cuadro 18-2-1 con algunas
sión pulmonar ag uda/síndrome de distrés respira- pequeñas modi ficac iones.
torio ag udo (LPA/SDRA) . Mientras que entre las Volviendo al concepto que mencionamos antes,
tardías es frecuente la hepática, entre las te mp ra- creemos que es más útil manejar el concepto diná-
nas lo es la cardíaca. Es interesante señalar que la mjco de disfunci ón. Por este motivo es necesario
mortalidad del LPA/SDRA, cuando aparece en definir qué se entiende por di sfunci ón de cada ór-
etapa te mprana, es mayor como complicación de gano o sistema y di stintas gradaciones de ellas. Se
una les ión torácica que si lo es de un traumatismo publicaron tres escalas diferentes para describir la
encefa locraneano (TEC). gravedad de las distintas disfun cione orgánicas .
Los fac to res predi sponentes para la apari ción El MODS (multiple organ disfun ction system)
de disfu nciones orgáni cas des pués del trauma descrito por Marshall en 1995, el LODS (logistic
son: a) ISS ~ 25; b) factores que indican la pro- organ di sfun cti on system) descrito por Legall en
fundidad de l shock ini cial: l ) más de 6 U de GR 1996 y el SOFA (sequential organ fa ilure assess-
tra nsfundid as en las primeras 6 ho ras; 2) déficit ment) de Vincent publicado en 1998.
de bases > 8 mEq/L en las primeras 12 ho ras o Só lo se describirá el primero por ser el más
3) lactato sérico > 2,5 mmol/L en las 12 horas sencill o de apli car e n c ualqui er medi o. Presenta
subsig uie ntes . También se de mostró valor pre- ano rmalid ades e n seis vari ables fi siológ icas , se
di ctivo pos iti vo para los ni ve les de elas tasa ele con stru yó un a escala para cada va ri able de O a 4,
neutrófilos, antitrombin a lll, trombo modulina donde 4 representa deterioro fun cio nal seve ro.
solubl e e inte rleucinas 6 y 8. Todos éstos no son La suma de las 6 va ri abl es en grado máx imo es
más que marcadores séricos de la gravedad del 24 puntos. Se demostró que es una medición
primer golpe. útil para pronosticar mortalidad, cuando se
Si se anali zan sólo las disfun ciones tardías calcula a diario sirve para detectar la apari-
también es factor de riesgo para su aparición la ción de disfunciones, mejorías y peorías clíni-
edad mayor que 55 años. Ú1 incidencia de DMO cas nuevas.
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 471
Cuadro 18-2-1. Clasificación de Kn.aus de la Los traumatizados que sufren DMO tienen ma-
falla orgánica yor incidencia de complicaciones tanto infeccio-
sas como no infecciosas. Requieren más días de
l. Falla hemodinámica: internación en UTI y ventilación mecánica. Den-
a. FC s._54 lat'. tro de las complicaciones infecciosas, las más im-
b. PAM s..49 mm Hg (sistólica s._60 mm Hg). portantes son las graves: neumonía, empiema, abs-
c. Taquicardia o fibrilación ventricular. cesos intraabdominales, infecció n de heridas y
d. PH arterial :5 7,24 con Paco2 :5 49 mm Hg. meningitis.
Las infecciones graves en principio se respon-
2. Falla respiratoria:
sabilizaron con exclusividad a la aparición de dis-
a . FR :5 5 resp' o;::: 49 resp'.
funciones orgánicas. En dos formas fundamenta-
b. Paco2 ;::: 50 mm Hg (en ausencia de hipercapnia
les:
prev ia).
c. (A-a) D0 2 2: 350 mm Hg.
d. Dependiente de AYM o CPAP por más de 24 h
l ) Trauma-+SDRA-+Sepsis pulmonar-+DMO
consecutivas. 2) Trauma-+Sepsis (en especial abscesos int:raab-
dominales)-+SDRA/DMO.
3. Falla hepática:
a. Bilirrubina 2: 6 mg/dL. En el presente está c laro que también hay
b. Tiempo de protrombina ;::: 4" del control mecanismos no infecciosos (trans locac ió n bac-
(en ausenc ia de anticoagulantes). teriana, isquemia/reperfusión, teorías de uno o
dos golpes) que pueden desencadenarlas por in-
4. Falla renal: termedio del desarrollo de SRIS malig no. De to-
a. Volumen urinario 2: 479 mL/24 h das manerás la i1~fecc ión como complicación
b. Urea plasmática 2: 200 mg/dL. del trauma grave todavía es un gran productor
c. Creatinina plasmática 2: 305 mg/dL. de disfunciones de órganos y mortalidad. Se de-
mostró que la descontaminación selectiva intes-
S. Falla neurológica: tinal (OSI), un tratam ie nto profiláctico con anti-
a. Escala de Coma de G lasgow :5 6 (en ausencia microbianos de amplio espectro por vía digesti-
de sedantes). va, que se ad ministra en algunos centros desde
b. Deterioro c línico neurológico evolutivo.
el primer día de inte rnación en UTI, disminuye
la incidencia de neumonía e infecciones e n ge-
6. Falla hemática:
neral, pero no la incide ncia de DMO ni la mor-
a . Recuento de glóbulos blancos :5 l .OOO/mm 3.
talidad .
b. Recuento plaquetario ~ 20.000/mm 3•
Durante la laparotomía por trauma tampoco se
c. Hematócrito ~ 20%.
pudo demostrar la presencia de altas concentra-
7. Falla digestiva: ciones de bacterias viables en la vena porta ni en
a. Hemorragia digestiva alta macro cópicamente los ganglios mesentéricos. En cambio, se encon-
evidenciable, no producida por sangrado de traron en estos últimos restos bacterianos casi en
várices esofágicas. el 100% de los casos. Lo que se encuentra au-
b. Colecistitis alitiásica. me ntado tanto en sangre portal como sisté mica
c. Íleo paralítico de más de 48 h en pacie ntes después del shock traumático son endotox inas
clínicos o mayor de 72 h en e l posoperatorio bacterianas, citocinas (IL6-TNF) y le ucocitos ac-
abdominal. tivados. Todos estos elementos son producidos
por el tejido linfático asociado al intestino
(GALT), que a su vez sería activado por la isque-
mia intesti nal y la traslocación bacteriana e n el
nivel local.
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Capítulo 18-3
El edema pulmo nar es la ac umul ac ión a nor- La insufic iencia card íaca es la incapacidad del
mal de líqui dos en e l es pac io interstic ial y alveo- corazón para bombear un volumen sanguíneo ade-
lar de l pulmón. El aume nto del fluj o de líqui dos cuado para satisfacer las demandas metabóli cas de
a través de l endote li o capi lar pulmonar se de be los tej idos.
en mayor medida a dos mecani smos, e l primero
involucra una alterac ión e n la barrera endote li al
que provoca un incre mento del coefic iente de fi l- Advertencia: la insuficiencia cardíaca en el
tración con aume nto de la permeabilidad capil ar, trauma puede ser consecuencia de lesióñ cardíaca
como, por ej empl o, en el sínd ro me de dific ultad primaria, pero es más frecuente que sea producida
respi rato ri a ag ud a (S DRA) (ede ma pulmo nar no por la incapacidad del corazón para sati sfacer las
cardi ogénico) . E n e l segundo mecani smo hay un demandas metabólicas aumentadas en el paciente
cambio en la relac ión pres ión hidros tática/o ncó- politraumatizado
tica de l pl as ma q ue favorece e l incre mento en la
filtració n de líquidos, con permeabili dad norma l
(edema pulmonar card iogén ico). Con menos fre-
cuenc ia se produce como consec uencia de insu- Fisiopatología
fi c ienc ia linfá tica o por patogeni a no conoc ida,
co mo, por eje mpl o, e l ede ma pulmo nar neurogé- Los determinantes principales de l volumen sis-
ni co , e l ede ma pulmo nar re lac io nado co n e l uso tóli co son:
de narcóticos o con ex pos ic ión a gra ndes altitu-
des . Precw ga: está definid a por la longitud alcanza-
En este capít ul o se describen la fis iopatolo- da por las fi bras en reposo antes de la contracción
gía, las causas, las manifes tac iones clíni cas y e l y puede cuantificarse con e l volumen de fin de
tratami ento de la insufic ienc ia cardíaca y e l ede- diástole (VFD). En la prác tica clínica por la difi-
ma pulmo nar cardi ogéni co relacionados co n e l cultad para medir el VFD se utiliza la presión de
tra uma. fi n de diás tole como refl ejo de la precarga ventri-
473
474 Trauma. Prioridades
cular. El estiramiento del músculo cardíaco ade- mantener la perfusión ti su lar son: aumento del
más está influido por la distensibilidad ventricular, tono sim pático, relac ión de Frank-Starling (cur-
o sea, la capacidad de la pared para distenderse va de función ventricular) e hipertrofia miocár-
con un volumen sanguíneo determinado. dica como mecani smo compensador crónico
(fig. 18-3- 1).
La relación entre la presión de fin de diástole
Advertencia: el aumento de la precarga con la y el volumen sistólico se denomina curva de
administración de líquidos es una maniobra simple Frank-Starling . Demuestra que el volume n sistó-
y efectiva para optimizar el volumen minuto en li co es directamente proporc ional a la presión de
trauma llenado. A medida que aumenta, se incrementa la
longitud de las fibras miocárdicas , lo que produ-
ce aumento de la tensión y mayor fuerza con-
Poscarga: representa la tensión patietal al ini- tráctil. Esta relación permanece efectiva hasta
cio de la contracc ión sistólica. Au nque la poscarga que los sarcómeros se estiran mas all á de su lon-
es la combi nación de diversas fuerzas que se opo- gitud máxima , y en ese momento el corazón se
nen al vaciado ventricul ai· (presión pleural , impe- torna insuficiente con congestión en el lecho
dancia aiterial) muchos de sus componentes no pulmo nar y sistémico.
pueden medirse con facilidad por lo que las resis-
tencias vasculares con frecuencia se utilizan como
expresión de la poscarga ventricular. Advertencia: la disfunción sistólica es resulta-
do de una alteración en la contractilidad que provo-
Contractilidad: o estado inotrópico del cora- ca disminución del volumen sistólico, vaciamiento
zón, es la potencia intrínseca del mú sculo al con- inadecuado y dilatación ventricular. En la disfun-
traerse, está representada por la fuerza y la veloci- ción diastólica la alteración principal afecta la rela-
dad de contracción ventricular con precarga y pos- jación del ventrículo, que ocasiona un aumento de
carga constantes. la presión ventricular diastólica con un volumen
Del producto de la frecue ncia cardíaca por el diastólico normal
volumen sistólico resulta el volumen minuto car-
díaco.
Los mecani smos por los que el corazó n com- Los diferentes mecanismos involucrados en el
pensa una disminución del vo lumen minuto para trauma cardíaco cerrado son desaceleración , des-
plazamiento, rotación e impacto directo, que pro-
ducen contusión miocárdica, ruptura de la pai·ed o
del tabique, lesiones de: las válvulas o de su apa-
rato valvular, el pericárdio y las arterias corona-
rias, y que pueden causar insuficienci a cardíaca y
edema de pulmón .
o La contusión miocárdica afecta en mayor me-
.'2
:o dida al ventrícu lo derecho y predi spone a arrit-
Cií
·¡¡; mias e insuficiencia cardíaca derecha. La ruptura
e Normal
Q) de la pared provoca taponamiento cai·díaco o
E
::::i shock hemorrágico cuando se asocia con desga-
~ 1-ro ple uropericárdico y hemotórax. En cuanto a
las rupturas del tabique los síntomas se relacio-
nan con el tamaño del defecto y la magnitud del
shunt de izquierda a derecha resultante. Hay in-
suficiencia valvul ar ag uda por les iones de las
Volumen de fin de diástole (presión)
válvulas aórtica, mitral o tricuspídea. En la ma-
yoría de los casos las heridas del pericardio se
Fig. 18-3-1. Curva de función ventricular. presentan del lado izquierdo y pueden producir
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 475
ca o cambios isquémicos secundarios a lesión co- de 1 g. Al inicio produce vasodilatación del le-
rona.ria. cho ve noso, y el efecto diurético pico se produ-
ce a los 30 minutos.
Ecocardiograma y Doppler: provee informa-
ción en relación con e l tamaño y la función de las Nirritos: nitroglicerina 0,3 a 0,6 mg sublingual o
cavidades, la motilidad parietal, la estructura y la infusión IV con una dosis inicial de 5-1 O µg/min , y
función valvular, del flujo sanguíneo intracardíaco se puede aumentar 10 µg/min cada 5 minutos hasta
y la anatomía de la aorta ascendente, la transversa lograr el efecto deseado. La disminución de la pre-
y el pericardio. carga se logra por venodilatación.
PEEP: presión positiva de fin de espiración. CPAP: presión positiva continua. PA: presión arterial
sistólica.
Modificado de Cummins RO (ed.}. Reanimación Cardiopulmonar Avanzada. American Heart
Association - Fundación lnteramericana del Corazón 1997; 1-41.
Insuficiencia respiratoria
aguda
Miguel A. Muchico
y José M. Angarola
478
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 479
Contusión pulmonar: la contusión pulmonar Sepsis: es la complicación más grave del po-
se presenta en el 30 al 75 % de los pacientes con litraumatismo y es la causa más frecuente de in-
trauma torácico severo y es responsable de la IRA suficiencia respiratoria grave (SORA). En estos
que acompaña estos cuadros. Aparece tanto en el casos la mortalidad se aproxima al 90%.
480 Trauma. Prioridades
Embolia pulmonar: es una complicación fre- res y pl aquetas en los capil ares pulmo nares atraí-
cuente del trauma severo; los períodos prolonga- dos por fac to res quimiotácticos una vez produc i-
dos de inmov ili zac ión sumados a fracturas com- da la lesión del pulmón. La ac tivac ión de l com-
plejas de pelvi s, miembros inferiores y columna plemento, de la cascada de la coagul ac ión (factor
favo recen la trombosis del territorio venoso pro- XII) y la liberación de mediadores de lesión, de
fundo pelviano, ilíaco y fe moropoplíteo; esos te- mac rófagos y monocitos, como interleuc inas (IL)
rritorios venosos afectados son los responsables 1~ y 8, fac tor de necrosis tumora l (TNF) a , trom-
del 85-90% de los focos embo lígenos. boxano (Tx) A 2, prostaglandinas (PG) E 2 y pros-
taciclina (PGI) completan el conjunto de e lemen-
tos agresores.
Advertencia: la profilaxis con heparina, la com- Estos facto res son responsables de broncocons-
presión neumática intermitente de los miembros tricció n, lesión en la microva culatura pulmonar,
inferiores y la movilización temprana reducen el tanto en lo estructural (lesión endote lial y oblitera-
riesgo de embolia pulmonar. ción por trombos) como en los mecanismos de re-
gul ac ión vascular y de la lesión de la cé lula alveo-
lar, lo que produce ruptu ra alveolocapilar con el
Lesión pulmonar asociada con ventilación aumento consig uiente de la permeabilidad , la ex-
mecánica: e l aumento de las pres iones en la vía travasación de líquidos, los elementos formes de la
aé rea y los es pac ios alveo lares producidos por la sangre, las proteínas, los detritos celul ares y la li -
ve ntilac ión mecáni ca pueden ocas io nar baro- berac ión de enzimas, al inicio al intersticio y lue-
trauma (enfise ma subcutáneo , enfisema intersti- go al espac io alveolar.
c ial, neumo medi ast ino , ne umopericardio, ne u- El edema resultante lleva a disminución de la
motórax , embo li a aérea y neumorretroperito- capacidad residual funcional , reducción de la dis-
neo); as imi smo, la ventilación con gra ndes vo lú- tensibilidad pulmonar, alterac ión de la relación
menes (> 1O mL/kg) produce sobredi stensió n al- ven til ación-perfus ión en vastas áreas del parénqui-
veolar y podría ll evar al trauma por volumen o ma, aumento de la fracción de shunt pulmonar
volutrauma. Lo mi smo ocurriría si se somete a l (derecha a izquierda) con la consiguiente hipoxe-
pulmó n a c iclos sucesivos de di stensió n y coJap- mia.
so ; esta situac ión contribuiría con la pérdida de
volúme nes pulmonares con fo rm ac ió n de atelec- Fase proliferativa (4 - 1O días): caracteri za-
tasias y microate lectasias que conformaría n lo da por el desarrollo y e l incremento de alveoliti s
que e n e l presente se denomina atelectrauma , y fibro sis ; las cé lul as que infil tran e l tejido pul-
que además sería independie nte de l vo lume n uti- mon ar son en mayor medida mononucleares , lin-
li zado. No obstante, todos los meca ni smos pro- foc itos , mac rófagos y cé lul as plasmáticas ;
puestos como responsabl es de les ión pulmonar acompaña a éstas la proliferac ió n de fibrablas-
no producirían les ió n de por sí o en fo rma direc- tos, que depos itan colágeno a lrededor de los es-
ta , sino por medio de activac ión y liberac ión de pac ios aé reos.
medi ado res ce lulares, trastorno conoc ido como
biotrauma. Fase crónica: en esta fase se ev idenci a des-
trucción de l tejido pulmonar, enfisema y fibrosis
progresiva del intersticio y los espac ios alveolares.
FISIOPATOLOGÍA
En la insuficiencia respiratoria grave (SDRA)
se pueden describir 3 fases rel ativamente bien de- ALTERACIONES EN LA FUNCIÓN
finidas , tanto desde el punto de vista anatomopato- PULMONAR
lógico como de los mecanismos y mediadores in-
teresados en cada una de ell as. Estas etapas suelen Alteración del intercambio gaseoso: el daño
superponerse durante la evolución clínica de l pa- producido por la lesión causa al teraciones hetero-
ciente, por lo que en la práctica son difíciles de in- géneas en el parénquima pulmonar por lo que se
dividualizar. encuentran zonas de pulmón sano junto a otras con
di versos grados de lesión. De esta manera la ven-
Fase exudativa (0-4 días): caracterizada por tilación alveolar y su perfusión correspondiente
la migración y la agregac ión de polimorfonuclea- (rel ación Y/Q) presentarán variaciones en las dife-
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 481
INTRODUCCIÓN INDICACIONES
La indicación de as istencia ventilatoria mecá- En pacientes tra umati zados, las situaciones clí-
nica (AVM) no difiere en el paciente traumatizado nicas que moti va n la indicac ión de AVM son:
respecto de cualquier otra patología.
Los objeti vos por los que se indica la ventil a- - In sufic ienc ia respi ratori a sec undari a a lesión
ción mecánica pueden dividirse en fisio lógicos o pulmonar directa : contusión pul monar, aspi-
clínicos: ración de contenido gástrico, neumonía; y con
menor frecuencia: embolia grasa, asfix ia por
Fisiológicos: inmersión, inhalación de gases tóx icos y lesión
térmi ca (princ ipal manifes tación gaso métrica,
- Mejorar el intercambio gaseoso. hipoxem ia) .
Aumentar e l volumen pulmonar. - Insuficiencia res piratoria secundaria a lesión
- Red ucir e l trabajo de la res pi rac ión . pulmonar indirecta: shock severo y transfu-
siones múltiples (principal manifestación gaso-
Clínicos: métrica, hipoxemia).
- Insuficiencia respiratoria por falla de la bom-
Revertir la hipoxem ia. ba ventilatoria secundari a a deterioro del sen-
sori o (principal manifestación gasométrica, hi-
- Revertir la acidemi a severa .
percapni a) .
- Mejorar la dificultad respiratori a.
- Pacientes que no presentan tipo alguno de insu-
- Prevenir o revertir atelectasias.
fici enci a respiratoria, pero que requieren man-
- Revertir la fa ti ga de los múscul os res piratorios .
tener los valores de Paco, dentro de márgenes
Permitir la sedac ión o e l uso de bl oqueantes muy estrechos como medida terapéutica en si-
neuromuscul ares. tuac iones que cursan con presión intracraneana
- Di sminuir el consumo de ox ígeno sistémico o (PIC) e levada.
miocárdi co.
- Reduc ir la presión intracraneana (PIC). So n numerosos los pará metros objetivos del
- Estabilizar la pared torác ica. intercambio gaseoso o de la mecánica respirato-
483
484 Trauma. Prioridades
Conte ni do a rte ri a l de o, (Cao, ) = ( 1,39 x Satu ració n a rteria l de 0 2 y He moglob in a) + (0.003 1 x Pao 2)
Contenido ve noso mi xto de 0 2 (Cvo2) = ( 1.39 x Saturac ión ve nosa mix ta de 0 2 x He mog lobina ) + (0.003 1 x Pao,)
Conte ni do capil a r de 0 2 (Ceo, )= ( 1,39 x 100% sa tu ració n x He mog lo bina)+ (0 .003 1 x Pao 2 )
ri a qu e pueden tomarse como guía para la indica- l ) Deterioro progres ivo del intercambio gaseoso.
c ión de AVM , como ejemplo puede observarse e l 2) Deterioro del sensori o.
cuadro de recomendac io nes form ul ado por C lark
para el trauma torácico, e n el que se pueden ob- Con excepci ón de un pequeño grupo de pa-
servar di fe rentes parámetros con sus va lores nor- c ientes (lúc idos y co laboradores, con vía aé rea
males y en la segunda co lumn a los va lores qu e pe rm ea bl e e ins ufi c iencia resp irato ri a leve o mo-
indicaría n la neces idad de ven til ac ió n mecáni ca derada) qu e podrían manejarse con ventil ac ió n
(cuadro l 8-5- l ). no invasiva co n másc aras facia les o nasa les, la
gra n mayo ría se ventil ará en fo rma invas iva, por
lo que será necesaria la in strumentación de su
Advertencias: pese a haber en la literatu ra mu- vía aére a, ya sea por vía tran slaríngea (intuba-
chas recomendaciones de parámetros objetivos c ión naso traquea l u orotraqu ea l) o por medio de
que indicarían la necesidad de AVM , lo prioritario accesos quirúrg icos cervicales (c ricotomía otra-
es la evaluación clínica y secuencial de la evolución q ueostomía) .
del paciente y su respuesta a medidas terapéuticas Dav ies (Seminars in anesthes ia, 1989; 3: 187 )
menos invas ivas (permeabi lización de la vía aérea, res ume en cuatro puntos los criterios de intubación
oxigenoterapia, estabilización hemodinámica, anal- en los pacientes traumat izados:
gesia, etc.)
l) Hipoxemia.
2) Falta de autoprotecc ión para evitar la aspira-
Las causas que motivan con mayor frec uenc ia c ión de contenido gás tri co.
la necesidad de AVM son dos: 3) Escala de Gl asgow ~ 8.
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 485
c
e
A
·O
·¡¡; A B
~
a_
·""----··················
o
Tiempo
Fig. 18-5-1. Curvas presión-tiempo: A. Controlado sin PEEP. B. Asistida sin PEEP. C. Controlado con
PEEP.
te ve ntilatori o completo; si se programa frecuencia taja es que al limitarse la presión máxima di sminu-
cero todas las respiraciones serán espontáneas, por yen los riesgos de lesión alveolar asociada a la
lo tanto, no habrá soporte ventil atorio; entre estos AVM, y su desventaja es la variación considerable
dos extremos se dará soporte venti latorio parcial. en los volúmenes corrientes que pueden observar-
Una ventaja de este modo es el menor deterioro se con las variacione en las resistencias . Hasta e l
hemodinámico y una desventaj a es el mayor traba- presente hay ev idenc ia controversia! en cuanto a
jo respiratorio y el consiguiente aumento del con- que su empleo mejore la supervivencia de los pa-
sumo de oxígeno de los mú scul os respiratorios. En cientes, si se compara con el modo A/C por volu-
la figura 18-5-2 se muestra la curva pres ión-tiem- men . La fi gura 18-5-3 ejemplifica el modo contro-
po de este modo ve ntilatori o en la que las A co- lado por presión, en las tres curvas se observa el
rresponden a las respirac iones obli gatorias y las B agregado de PEEP, en las dos curvas A Ja relac ión
a las espontáneas. inspiración-espiración (l :E) es conve nciononal ,
mientras que en la B esta relación I: E es invertida
(el tiempo inspiratorio supera al espiratorio) .
Ventilación controlada por presión
(PCV)
Ventilación por presión de soporte
La ventil ación contro lada por pres1on es un (PSV)
modo ciclado por tiempo y limitado por las presio-
nes inspiratorias pico. Para usarla con seguridad La ventil ac ión por presión de soporte, ampli a-
requiere experiencia considerable . Su mayor ven- mente usada en las unidades de cuidados intensi-
e
·O
·¡¡;
~
a_
Tiempo
Fig. 18-5-2. Curvas presión-tiempo del modo ventilación obligatoria intermitente sincronizada .
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 487
A A B
e
·O
·¡¡:;
~
CL
o
Tiempo
Fig. 18-5-3. Curvas presión-tiempo del modo ventilatorio controlado por presión.
vos, entra dentro de la categoría de modo de so- Describiremos ahora las recomendaciones
porte ventilatorio parcial , en el que parte de la pa- genera les para la ve ntil ación mecánica en las
tente respiratoria es controlada por el paciente. E dos situaciones más frecuentes e n los pacientes
un modo limitado por presión e iniciado y finali- traumatizados: 1) mecánica res piratoria e inter-
zado por el mismo paciente. El soporte de presión cambio gaseoso normales y 2) fa ll a hipoxémica
se mantiene dura nte la fase inspiratoria hasta que ag uda.
el respirador detecta una di sm inución en el flujo
inspiratorio por parte del paciente. El volumen co-
1-riente depende del valor de presión de soporte se- Pacientes con mecánica respiratoria
leccionado. Puede definirse como un modo limita- e intercambio gaseoso normales
do por el paciente, disparado por presión y ciclado
por el individuo. Este grupo puede requerir AVM por:
Los modos no convencionales son: a) Pérdida del estím ul o central por daño estructu-
ra l del sistema nervioso central o por sobredo-
Relación I:E invertida sis de drogas depresoras.
Ventilación asistida proporcional b) Dificultad neuro muscul ar por lesiones medula-
Ventilación de alta frecuencia res cervicales altas.
Modalidades mixtas (p . ej., ventilación manda- c) Como medida terapéutica ady uva nte en pacien-
toria interm itente sincronizada y presión de so- tes con gran inestabilidad hemod inámica.
porte). d) Necesidad de control ar la Paco, dentro de már-
genes estrictos por elevación d-e la presión in-
Al iniciar la ven til ación mecánica se programa- tracraneana en el TEC.
rá con FIO) hasta que el paciente se estabilice y Parámetros recomendados:
luego se disminuirá hasta valores no pe1judiciales
(FIO?< 0,6), con monitoreo de la saturometría de Fl0 2: inicial 1º y luego la que asegure una
pulso, que debe ser superior al 90%. oxigenación adec uada: Pao, > 60 mm Hg o
Si e l paciente mantiene un esfuerzo inspirato- saturometría de pul so > el 90%.
ri o adec uado en cuanto a frecuencia, ritmo e in- VT: 8 a 12 mL/kg.
tensidad es preferible e legir un modo asistido, y FR: 8 a 12 por minuto .
evitar el abuso de sedantes y relajantes muscula- Flujo inspiratori o: 40 a 60 L/min.
res, aunque e n ciertas c ircun stancias éstos son Para prevenir las atelectasias se podrán pro-
impresc indibles, como cuando se desea mantener gramar suspiros o emplear niveles bajos de
la Paco, dentro de márgenes estrictos en pacien- PEEP (5 cm Hp).
tes con presión intracraneana e levada o cuando la
situació n clínica obli ga el empleo de modos que A los 20 a 30 minutos de iniciada la AVM se
generan gran malestar e inadaptac ión del pacien- deberá tomar una muestra de sangre arteria l y rea-
te al respirador (p. ej., PEEP e levada o rel ación li zar las correcciones necesarias según los valores
I:E invertida). de los gases arteriales.
488 Trauma. Prioridades
Cii Volumen
e
o corriente
E
::;
Q. Volumen
e
Q)
al fin
E de la
:::i Volumen
inspiración
g atrapado
.. ... .
Tiempo
Pacientes con falla hipoxémica aguda Hace 20 años se diagnosticaba el daño provo-
cado por la ventil ació n mecánica sólo cuando
La fa lla hipoxémica aguda se presenta cuando había "fuga" de aire fuera de sus espacios nor-
los alvéolos son ocupados por sangre, pus o ede- males y se reconocía la presencia de neumome-
ma, o se encuentran co lapsados. Ya se describió diastino , enfisema subcutáneo o directamente
que esto puede ocurrir por daño pulmonar directo neumotórax , pero durante los últimos 15 años en
(contusión, aspirac ión de conten ido gástrico, em- varios estud ios experimentales se demostró que
bolia grasa, neumonía, etc.) o en forma indirecta la AVM puede producir por sí sola alteraciones
cuando el pulmón presenta síndrome de respuesta hi stológ icas semeja ntes a las hall adas en e l
inflamatoria sistémica (s hock prolongado, transfu- SORA ; por lo tanto , puede ini ciar, perpetuar o
siones múltiples). ampliar este síndrome.
APNEA
Aprox. 20 Volumen
e segundos
Cll corriente Volumen
E
::::¡
al fin
g de la
Volumen inspiración
atrapado
· ··· ··
Tiempo
mide el volumen espirado total en esa espira- inspiratorio. Estos cierres y reaperturas cíclicos
ción; éste corresponderá al volumen total al fin generan daño histológico, como se demostró en
de la inspiración y será igual al volumen co- trabajos experimentales en pulmones aislados
1Tiente con el que se ventilaba al paciente más de ratas.
el volumen atrapado.
• Presiones intraalveolares elevadas: cuando pro- Parámetros recomendados:
gramamos una pausa inspiratoria (de no menos
de 0,4 segundos) se pueden registrar dos pre- FIO, : inicial 1 y luego la que asegure una oxi-
siones diferentes durante la fase inspiratoria, genación adecuada: Pao, > 60 mm Hg o satu-
una es la presión máxima, y se la denomina rometría de pulso> el 9Ó%.
presión pico, la otra co1Tesponde a la observa- VT: 5 a 7 mL/kg.
da durante la pausa programada, y se la llama FR: 20 a 24 por minuto. Se deberá monitorear
presión meseta o "plateau" (fig. 18-5-6). Esta el volumen atrapado cuando se utilicen estas
última presión es el valor más aproximado a la frec uencias elevadas y valores de PEEP eleva-
presión intraalveolar verdadera y no debe ser dos.
superior a 30-35 cm H,O . PEEP: la recomendación actual es usar un va-
• Colapso y reapertur~ cíclicos de los alveólos: si lor de PEEP que supere en 2 cm H,O el punto
e l nivel de PEEP es inadecuado no se evita el de inflexión inferior. Si sobre un eje cartesiano
colapso alveolar al final de la espiración aun- se colocan los valores de presión sobre la abs-
que se haya logrado su apertura durante el ciclo cisa y los volúmenes en la ordenada se obten-
drá una curva. El punto de inflexión inferior
coITesponde a la presión requerida para la aper-
tura o el reclutamiento de las unidades colapsa-
das. y el punto superior se presenta cuando hay
50 hiperinsuflación por YT elevado o PEEP eleva-
Presión pico
da (fig. 18-5-7). Para graficar esta curva debe
oI "' 40 Presión meseta
emplearse una metodología ri gurosa y equipa-
miento que no se tiene en la gran mayoría de
E
() las unidades de cuidados intensivos (superje-
e 30
~
ringa o respiradores que permitan flujos tan ba-
e
o
jos como 3 o 9 L/min), por lo que su empleo es
¡¡;
20
Cll
excepcional y debe recurrirse a otro método,
t como iniciar la AYM con una PEEP de 3 a 5 cm
10
H,O y aumentarla de a 3 cm H,O hasta obtener
la-distensibilidad estática ideai o una oxigena-
o ción adecuada con fracciones inspiradas de
2 3 4 5
oxígeno no pe1judiciales; todo esto sin ocasio-
Tiempo (en segundos) nar deterioro he modinámico que no pueda co-
rreg irse con expansiones o fármacos inotrópi-
Fig. 18-5-6. Curva presión-tiempo. cos. La distensibilidad estática se obtiene luego
490 Trauma. Prioridades
Fig. 18-5-7. Curva presión-volumen. Amalo M, Barbas C, Medeiros D, et al. Effect of a pro-
tective venti lation strategy on mortality in the ARDS.
N Engl J Med 1998; 338:347-354.
Consensus Committee. The American-European Con-
sensus Conference on ARDS. Pan 2. Am J Respir
de dividir el volumen corriente por la presión Crit Care Med 1998 ; 157: 1332- 1347.
meseta a la que se le debe restar el valor de Dreyfuss D, Soler P, Basset G, Saumon G. High infla-
PEEP empleado. Al elevar la PEEP la distensi- tion press ure pulmonary edema: respective effects of
bilidad mejora por el reclutamiento obtenido, hight airways pressure, hi gh tidal vo lumen, and posi-
luego de una mejoría máxima (cotTespondería tive and expiratory press ure. Am Rev Respir Dis
al punto de inflexión inferior de la curva P-V) 1988 ; 137:1159-1 164.
su valor desciende como consecuencia de la hi- Gattinoni L, Pesenti A, Bombino M , Bagli oni S, et al.
Relation ships between lung comp uted tomography
perdistensión alveolar que se produce (p unto
density, gas excange and PEEP in acule respiratory
de inflex ión supe1ior de la curva P- V) .
fai lure . Anesthesiology, 1988; 69:824-832.
Modo: pueden emplearse los modos controla-
Mu scedere J, Mullen J, Gan K, Bryan A, Slutsky A. Ti-
dos por vo lumen o por presión; hasta el presen-
dal volume at low airway pressure can augment lung
te no hay evidencia en cuanto a que con uno de injury. Am J Respir Crit Care Med. 1994; 149: 1327-
ellos en particular se obtenga una mejor super- 1334.
vivencia. The Acute Resp iratory Distress Syndrome Network.
Yentilation with lower tida l volumes as compared
Es probable que con los parámetros recomen- with traditional tidal volumes for acute lung injury
dados no se pueda mantener la normocapnia, pero and the acule respiratory di stress sy ndrome. N Eng J
es preferible permitir hipercapnias moderadas Med 2000; 342: 130 1-1 308.
manteniendo el pH en valores superiores a 7, 10- Tobin M. Mechanical ventil ation . N Eng J Med 1994;
7, 1S que ventilar con valores de presiones meseta 330: l056-1061.
Capítulo 18-6
491
492 Trauma. Prioridades
atendidos duran te la primera década ( 1972-1 98 1) de líquidos y restaurac ió n de la pres ión arte rial
con los de la segunda década ( 1982- 199 1), mien- a su rango normal. La sec uenci a de ex tricac ión
tras que la FMO se incrementó durante la última de las víctimas con la subsec uente muerte súbi-
etapa. ta conduj o a la rev isión de las med idas a adop tar
Los fac tores predisponentes de la FRA, algu- en la primera etapa de atención de estos pac ie n-
nos de ellos corregibles, deben detectarse durante tes.
la inves ti gac ión c línica del paciente traumatizado La com pres ió n pro longada de miembros infe-
y durante todo procedimiento diagnóstico o qui- riores, mie mbros superi o res y tronco por caída
rúrgico que deba practicarse. Todos estos factores de mampostería, paredes , techos , ofrece e l "am-
pueden actuar de manera aislada o conjunta, al re- biente" propi cio para e l desarroll o de lesión tisu-
ducir la perfusión renal o como agentes tóxicos del lar mas iva.
parénquima rena l. Ésta puede provoca r rabdomióli s is y la libe-
Enfermedades cróni cas preexistentes así co- ración de los const itu yentes mu scul ares dentro
mo la severidad de la lesió n ini c ia l son factores de la c irculació n, lo que provoca mi og lobine mia,
predicti vos para e l desarrollo de la FRA. mi og lob inuri a, ac idos is metabólica, hiperpotase-
Los pac ie ntes con FR A tard ía desarro ll an la mia, hiperfosfa temi a, hiperuri cemi a y coagul o-
fa lla renal como componente de la FMO. La patía. Además , se produce atrapami ento de gra n-
mortalidad de la FRA postraum ática se incre- des cantidades de líquido en los tejidos le iona-
menta c uando se e ncue ntra asoc iada con FMO. dos, con desarrollo rápido de mioede ma . Este
Los obj etivos terapéuticos deben diri g irse ha- considera bl e "tercer espacio" conduce a la de-
c ia la prevención y e l tratamiento de la FMO. pleción del vo lumen intravasc ul ar, con la reduc-
Bywaters hi zo una descripción clásica del ción res ultante del gasto cardíaco, pres ió n arte-
curso clínico de las víctimas con lesión mu sc u- rial y flujo sanguíneo rena l. La reducc ió n conse-
loesq ueléti ca (crush sy ndrome) debido a los cue nte de la perfusión renal conduce a un incre-
bombardeos a la c iudad de Londres durante la mento en la co ncentració n urinari a de mi oglob i-
Seg unda G uerra Mundial , y se refirió a la lesión na y ác ido úrico liberados del tejido muscular le-
musc ul ar, e l descenso de la presión arterial y la sionado para excretarse en la orina.
resp uesta di urét ica de la FRA por rabdom ióli sis. Todos estos facto res contribu ye n con la prec i-
Se efectuaron descr ipc iones c lín icas posteriores pitación de mi og lobina en los túbul os renales, lo
que destacaron la fisiopato logía y las consecue n- que provoca e n FRA . Estos procesos patológicos
cias c líni cas de la rabdomió li sis, la miog lobine- predisponen al paciente a ufrir hiperpotase mi a
mia y la mioglobinuria. severa, hiperfosfatem ia e hipocalcemia d urante
La progres ión profunda y rápida de la FRA la fase de reanimació n.
asociada con la les ión musculoesqueléti ca se re- Es mu y importante des tacar q ue c uando los
conoce como un prob lema severo so bre todo lue- mú sc ul os les ionados se reperfun den por la rea-
go de los desastres natura les (terremoto) ocurri- nim ac ión inicial , pueden liberarse cantidades
dos en Méx ico (1985) , Armenia ( 1988), San cons iderables de potas io a lmacenadas en las cé-
Francisco (EE .UU., 1989) e Irán ( 1990). lul as musculare s, así como ác idos orgáni cos. La
Las co nsec uenc ias de la les ió n mu scul oes- combi nac ión de hipovo le mi a, ac ide mi a y mi o-
quelét ica (ra bdomiólisi s traumática) pueden va- g lobinemia pueden ca usa r FRA. Se produce un
ri ar en grado considerab le en fun ción de la rapi- círculo vic ioso, al prod uc ir e la FRA e l organis-
dez co n la que e l paciente es extri cado y e l co- mo no puede e liminar gra ndes cantidades de
mienzo de la im plementación de medidas para prod uctos de deshecho, proveni entes de la le-
prevenir la FRA (reemplazo de vo lume n) o su sión musc ul ar, por lo que se incremen ta el peli-
tratamiento , una vez presentada. gro de muerte por hiperpotasemia severa, co-
Durante e l terremoto de Armenia, se produje- mo ocurrió co n las víctimas del terremoto de
ron a lrededor de 25 .000 muertes y alrededor de Arme nia.
100.000 pacientes traum ati zados , de los cuales. Se propusieron sistemas de rean imac ión a l-
400 a 600 sufri ero n FRA , luego de la extri cación ternativos con el objetivo de reducir las conse-
de los esco mb ros prod uc idos por e l desastre na- cuencias dramáticas de les ión mu scul oesque lét i-
tural. Mientras esperaban su tras lado a hosp ita- ca y e l riesgo de muerte súbita en e l período in-
les de mayor comp lej idad, se produjeron muer- mediato posteri or a la reanimaci ó n debido a hi-
tes en tre los pacie ntes que habían recibido extri - perpotasemi a severa y acidosis en e l co ntexto de
cac ión y estabi li zac ión con e l manejo rutinario la FRA.
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 493
Protocolo propuesto para prevenir la NTA, aun c uando no hubiera datos convin-
la FRA en la lesión musculoesquelética centes de su efi cacia. En muc hos pacie ntes e l
uso de esta terapé utica puede ser contrapro-
• Utilizar cristaloides para contraJTestar la hi po- ducente, ya que es fac tible la reducc ión de l
volemia arterial efecti va. volumen intravascular, con e l agregado de
• infusión de 500 mL de solución fis iológica y una lesión, prerre na l sobre la establecida
25 mEq/L de bicarbonato de sodio por hora. NTA. E n esta situación el riñó n puede ser aun
• Si la diuresis es menor que 300 mL/hora, agre- más susceptible a "esta lesión secundaria" re-
gar manito! 1g/kg por dos is. sul tante en una reducción de la perfusión re-
• Monitorear e l pH urinario y mantenerlo por en- nal.
cima de 6,5 . • Con respecto a las dosis baj as de dopamina ( 1
a 2 µ g/kg/min), tie ne n una reputació n m ística
de " nefroprotectoras" y se usaron con e l fin
Advertencias de incrementar el fluj o urinario en pacientes
críticos o ligúricos. Sin embargo, la habilidad
• Debe mos resaltar que los pacientes que su- de la dopa mina para a lcanzar estos objetivos
fren rabdo mió lisis traumática son pacientes no está bie n documentada y la mayoría de las
de a lto ri esgo y deben tratarse en una unidad publicac iones ofrecen datos anecdóticos. El
de c uidados intensivos. A me nudo, e l cuadro efecto diurético de baj as dosis de dopamina
c línico en las primeras horas puede subesti- es mediado no sólo po r e l incre me nto e n e l
marse y conduc ir a consecue nc ias graves. fl ujo sanguíneo renal sino también por inhibi-
• La estimación c línica de la depleción de volu- c ión en la reabsorc ión prox imal tubular de so-
men a menudo es dific ultosa y el monitoreo dio. Ese inc re me nto e n el fluj o urinario no se
hemodinámico invasivo sue le ser necesario. acompaña de un aumento simultáneo e n e l
Un parámetro de enorme utilidad sobre el sta- c learence de creatinina y su uso puede ser in-
tus de la perfus ión renal es e l ritmo urinario ho- conve nie nte ya que provoca aume nto de tra-
rario, que en el caso de la rabdomiólisis trau- baj o de la médula renal, que puede agravar
mática no debe ser menor que 300 mL/hora. una isque mia preexiste nte.
• No hay estudios forma les sobre e l uso profi-
láctico de manito! e n caso de rabdo mióli sis
traumática, sin embargo, el objetivo de lograr
una d iuresis alca lina fo rzad a es la evidencia INDICACIONES DE TERAPIAS
más sólida y aceptada como parte de la siste- DE REEMPLAZO RENAL
mática de estos pacientes. Debe mos recordar
q ue la administrac ión de ma nito! y b icarbo- La terapia sustitutiva de la func ión renal debe
nato de sodio no está exenta de riesgos. ya diri girse a controlar el síndrome urémico, estabili-
que puede n produ c irse cuadros hi perosmo la- zar e l estado ácido base, los electrólitos séricos y
res o ex pansión excesiva de l volume n extra- el equilibrio del agua corporal.
celul ar. Lo ideal es que se mantenga la estabilidad he-
• Líneas de investigac ió n experime ntal apoyan modinámica, para permitir una nutrición parente-
e l uso de diuréticos de asa (fu rosem ida) en e l ral o entera! adecuada.
contexto de la FR A. Sin e mbargo, sólo serían Sin embargo, a pesar de los avances tecnológi-
útiles e n las primeras horas de producida la cos de los últimos años algunas preguntas no tie-
lesión rena l. Esto se debe al princ ipio unifica- nen respuestas definitivas:
do de la citoprotección de las células tubula-
res renales, que si presentan lesión mortal, 1. ¿Cuándo deberíamos inic iar una terapia de
sólo puede n rescatarse en un período breve. reemplazo de la fun c ión renal? Parece que en
En té rminos prácticos. los datos de estudios general se acepta e l reemplazo temprano de la
experimentales aportan poca utilidad para e l fun c ión re nal, en fo rma intermitente o conti -
c uidado de los pacie ntes ; además, por lo ge- nua, antes de la apari c ión de trasto rnos meta-
neral no es posib le antic iparse a la lesió n re- bó licos y hemodinámicos severos, pero no
nal (salvo, en e l caso de l c lampeo aórtico en defi nidos con claridad los criterios, las deci-
la reparación de l aneurisma). La fu rosemida s iones sue len tomarse en e l ni vel individual.
se propuso e n los esque mas profi lácticos de Se propone co menzar un a terapia de reempla-
494 Trauma. Prioridades
Trastornos de la coagulación
Rolando A. Gimbernat
495
496 Trauma. Prioridades
1- Activación compensada del sistema Quick, KPTT, tiempo de trombina normal. Recuento de plaquetas
hemostático normal. Fragmentos de protrombina 1 y 2 elevados. Complejo trom-
Sin síntomas clínicos bin.a-antitrombina elevado
Fibrina soluble +/-
macrovasculares sobre todo en presencia de daño lo muestran algunos informes, pero su eficacia y
vascular traumático, que en el caso del SNC pue- seguridad aún no se sostienen sobre bases sólidas.
den ser fatales. La indicación de plaquetas, plasma o concen-
El diagnóstico se basa en datos clínicos y de la- trados de factores de la coagulación sólo puede
boratorio en los que se diferencian tres fases, que sostenerse en situaciones de sangrado incoercible
se detallan en el cuadro 18-7-1. asociado con su déficit, ya que no se demostró be-
La piedra angular del manejo de la CID es el neficio alguno de su uso en forma profiláctica.
tratamiento de la enfermedad de base, sin esto El uso de agentes antifibrinolíticos no mostró
cualquier terapéutica está destinada al fracaso. beneficio alguno excepto en los casos de CID aso-
Un paciente con manifestaciones de sangrado ciada con cáncer o leucemia promielocítica.
puede necesitar paradójicamente una terapéutica La restitución de niveles y mecanismos nor-
dirigida a la obstrucción trombótica de los vasos y, males de coagulación-anticoagulación serán de
por otra parte, todas las medidas de sostén dirigi- indudable beneficio en este trastorno. Se demos-
das a la DMO. tró utilidad de la AT Ill, un inhibidor poderoso de
La indicación de anticoagulación con hepaiina la activación de la coagulación. Cuando se la ad-
aunque controversia] podría ser beneficiosa, y la Li- ministró en valores suprafisiológicos; se observa-
teratura ofrece muchos informes no controlados en ron reducciones significativas de mortalidad y
forma adecuada de su uso con algún beneficio, sin DMO. En un metaanálisis publicado en época re-
aumentai· el 1iesgo de sangrado. Sobre todo en pa- ciente se demostró una reducción de la mortalidad
cientes con depósitos de fib1ina y trombosis mani- en CID. En la actualidad está en proceso un gran
fiesta. La hepaiina debe considerarse cuando la en- estudio multicéntrico con dosis suprafisiológicas
fermedad de base no es reversible con rapidez y de AT IlI en CID asociada con sepsis.
usarse a dosis bajas (300-500 U/hora) en infusión Las nuevas líneas de investigación se dirigen a
continua y sin dosis de carga. También se demostró la activación del factor tisular. En este sentido la
la utilidad de las hepa1inas de bajo peso molecular. trombomodulina y la proteína C, dos anticoagu-
Los nuevos inhibidores de la trombina, no de- lantes naturales segregados por la célula endote-
pendientes de antitrombina IIl (ATIII) como Desi- lial, utilizadas en forma experimental mostraron
rudin podrían ser más útiles que la heparina como resultados favorab les.
498 Trauma. Prioridades
Antes de indicar una transfusión de plaquetas debe descartarse la pseudotrombocitopeni a (observando un fro-
tis). Se debe evaluar en primer término el riesgo de sangrado y el número de plaquetas, tambi én su estado fun cio-
nal y la situació n clínica del paciente.
Las plaquetas puede n obtenerse de las bolsas de donantes ("concentrado de pl aq uetas") o de un donante por
plaqu etoféresis ("p laquetas de féresis" o de "donante úni co") . Estas últimas eq ui valen a 6-8 unid ades de las pri-
meras y suele ser la dosis di ari a requerida. En lo posibl e deben tran sfundirse plaquetas cuyo plasma sea AB O
co mpatible con los glóbulos rojos del receptor, en particular si es un ni ño. Si se las mantiene en fo rma adec uada
pueden usarse hasta 5 días después de ex traídas.
Si el paciente con trombocitopenia está estable, si n signos de sangrado o CID, si no recibe anti agrega ntes
plaq uetari os y ti ene fun ción renal normal , el límite inferior para indicar una tran sfu sión de plaquetas es de
10.000/µL. Si el paciente ti ene ev idencias de CID, recibe anti agregantes o sa ngra debe mantenerse su nivel de pl a-
quetas en 50.000/µL. Se tran sfu ndirán 6-8 unidades de concentrado s plaq uetarios o 1 unidad de plaquetoféresi s
para un ad ulto normal.
Para procedimi en tos invas ivos (PI) y en ausencia de otros trastornos he mostát icos un rec uento e ntre 30.000
y 50.000/µL provee hemostas ia sufic iente.
Una unidad de concentrado de plaquetas debería in crementar el conteo periférico en un ad ulto en 5.000-
10.000/µL y en 20.000/µL en un niño de 18 kg. Si el pac iente req uiere m1merosas transfusione s de plaquetas pue-
de desarrollar refractari edad al tratamiento por al oinmuni zación plaquetari a, por lo qu e debe monitorearse el nú -
mero de plaquetas 10 '/60' postransfusión. Se considera un in cremen to correcto del conteo (ICC) y una respuesta
aceptable si es mayor o igual que 7.500. Si el ICC es menor que 7.500 en ausencia de infección, CID, esplenome-
ga füi. u otras causas, podría tratarse de una probable ala- inmuni zación. Si se repite en dos ocas iones, el d iag nós-
ti co es muy sugesti vo y se co nfirma medi ante determinación de anti cuerpos anti-HLA plaquetari os. Por lo tanto,
Ja transfusión de plaquetas sólo debe indicarse cuando es e n realidad necesari o y sie mpre inmediatamente antes
del PI. En ge neral y por el intenso co nsumo, los pacientes críti cos en Ja UCI tienen poca respuesta a la tran sfu-
sión, algunos son refractari os, y esto es un proble ma qu e no se limita simplemente a anti cuerpos anti -HLA . En es-
ta si tu ación una opción es gotear 1 co ncentrado/hora y usar agentes antifibrino líticos .
Adaptado de Guidelines fo r the Transfu sion of Platelets. New York State Counci l Blood and Tran sfu sion Services Comitee,
1994.
La CID es siempre secundaria, y cuando presen- Como regla general para estos procedimientos
ta manifestaciones clínicas (sangrado de varios si- debe primar siempre el juicio clínico, para lo que
tios) conlleva un mal pronóstico. se debe evaluar su necesidad en cada caso. Siem-
pre es preciso tener presente que cada unidad de
El tratamiento con plaquetas, plasma o concen- plaquetas (cuando no se usa procedimientos de
trados de factores de la coagulación sólo puede aféresis), crioprecipitados o plasma fresco conge-
sostenerse en situaciones de sangrado incoercible lado (PFC) proviene de un donante distinto, por lo
asociado con sus déficit. que la administración de 10 unidades expone al re-
ceptor a JO donantes. Ante coagulopatías congéni-
tas o crónicas siempre debe usarse, de disponerse
el preparado específico.
Las dosis recomendadas no son iguales en todos
Advertencia: el CID no tiene un tratamiento es- los casos, y también estará determinada por la mag-
pecífico, la prioridad es tratar la causa. nitud del riesgo o las ca.ractetísticas del procedimien-
to invasivo (PI). Por ejemplo no hay indicación para
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 499
Es plasma congelado dentro de las ocho horas de extraído del donante y mantenido a - l 8ºC o menos por un
período de hasta un año, puede separarse de la sangre entera o mediante plasmaféresis. Una unidad (U) contiene al-
rededor de 200-300 mL, el resultado de la plamaféresis puede contener un volumen mucho más alto.
Contiene todos los factores solubles de coagulación. En general, la dosis apropiada inic ial para tratar numero-
sos déficit adquiridos es 10-20 mL/kg. Pacientes con sangrado activo continuo o CID pueden requerir más dosis. De-
be transfundirse dentro de las 24 h del descongelamiento.
El plasma líquido, esto es, el que no cumple los criterios de PFC, no tiene indicación alguna en pacientes trau-
matizados o críticos.
Indicaciones:
Profi lax is ante un procedimiento invasivo (PI) (cuando se requiere con este fi n es óptimo administrarlo dentro
de las 4 h previas al PI por la corta vida media de algunos de los factores de coagulación).
• Prolongación más allá de 1,5 veces de TP o KPTI en coagulopatías adquiridas ante un PI debe tenerse en
cuenta que:
- un test de coagulación anormal no es de por sí una indicación invariable para profi laxis con PFC ante PI ;
- no siempre la diátesis es generada por un déficit de factores; deben considerarse también los factores in-
hibidores.
• Riesgo de sangrado en pacientes con déficit conocidos de factores de coagulación para Jos que no se dispon-
ga de Jos factores específicos concentrados (ll, V, Vlll, X o XI).
• Ci rugía de emergencia en paciente anticoagulado con Warfarina con TP > 1,5 veces el rango basal. Cuando
el tiempo no permite su reversión con vitamina K o no se dispone de concentrado de fac tores específico.
Otras indicaciones
• Sangrado activo en pacientes con CID.
Estos pacientes pueden requerir más que las dosis habituales o dosis repetidas.
Adaptado de Guidelines for the administration of plasma. New York State Council on Human Blood Transfusion Services July 1993.
Es un hemoderivado que contiene factor VIII, factor von Willebrand, fibrinógeno y factor Xlll. El contenido
medio por donante es de 250 mg de fibrinógeno y 100-1 30 unidades de actividad de factores.
La indicación es la hipofibrinogenemia o Ja afibrinogenemia, o el déficit de factor VIII (cuando no se di spo-
ne del preparado comercial) en casos de sangrado activo o antes de un procedimiento invasivo.
La terapia debería basarse en la situación clínica, y para mantener una concentración de fibrinógeno en 60-
100 mg/dL. Como regla: 2 (dos) unidades de crioprecipitado/J O kg de peso aume ntan Ja concentración de fibri-
nógeno en 100 mg/dL excepto en casos de CID.
También se utilizó como fuente de fibrinógeno en combinación con trombina en sitios de sangrado activo, for-
mando un sello de fibrina en pacientes sometidos a cirugía que presentan sangrados excesivos que no pueden con-
trolarse por suturas (p. ej., lesiones de hígado o bazo). En el presente estos preparados están disponibles en el co-
mercio.
Adaptado de Guidelines for the administration of Cryioprecipitate. New York State Council on Human Blood Transfusion Services
Jan 1993 (Revised, Jan 1996).
500 Trauma. Prioridades
Infecciones en el paciente
traumatizado
E. Patchen Dellinger
501
502 Trauma. Pri ori dades
pervivenci a requiere la prevenc ión de infecc iones cauc iones de esterilidad habitua les . Las operaci o-
tard ías. Feli zmente, los cuidados para la co1Tec- nes que reparan lesiones también pueden produ ci r
c ión de perturbaciones res piratori as y card íacas otras nuevas y agregar riesgo de infecc ión en el ~i
ta mbién constitu yen medidas temp ranas impor- tio quirúrg ico (ISQ). Las prótesis, p. ej. , pl acas or-
ta ntes para la prevención de la in fecc ión. Es útil topédicas o inj ertos vasc ul ares colocados en heri -
di stinguir entre infecc iones " re lacionadas con el das contaminadas pueden provocar complicaci o-
tra uma" y otras in fecc iones hospi ta lari as. Entre nes infecc iosas tard ías .
las infecc iones relacio nadas con el trauma se in- Los mecani smos de defen sa no anató mi co:-
c lu ye n las que se presentan en e l sitio orig inal de del hués ped ta mbié n se alteran por una les ión
la lesión (lacerac ión o incisió n infectadas, osteo- mayo r. En modelos de in fe cción en anima les se
mieliti s en un sitio de fract ura) o in fecc iones ana- demostró una incidencia superi or o un a mayor
tó micamente re lac io nadas con la les ión ori ginal gravedad de la infecc ión vinculada con la des-
(mening itis des pués de una frac tura de cráneo, conges tión del volumen intravasc ul ar. E n va ria:,
empie ma ulteri or a una lesión penetrante en e l tó- seri es de pacie ntes que sufrieron lesiones abdo-
rax , peri to niti s o absceso intraa bdominal luego de minales, un fac tor importa nte para predec ir in-
ruptura intestina l). Las infecciones hospitalari as fecc iones posoperatori as (tanto re lac ionadas con
son las otras in fecc iones adq uiridas en e l hospi ta l e l tra uma como hos pitalari as) fu e la cantidad de
que no se relacionan anatómicamente con la le- unidades de sangre transfundid as en las primeras
sió n ori ginal, como neumonía, infecc ión del trac- 24 horas. La te nsió n de oxígeno en los tejidos es
to urinario o in fecciones asoci adas con di spos it i- otra vari abl e que influye sobre e l ri esgo de infec-
vos intravasc ul ares. c ión ulteri or, qu izá porqu e los leucocitos po li -
El traum a lleva a la infecc ión por va ri os cami - morfo nuc leares req uieren oxígeno para matar las
nos. Primero se produce la ruptura de barreras bac teri as . La ma yo ría de los médi cos saben que
mecáni cas como la pie l o las mucosas que en los tej idos isqué micos en pac ientes con enfe rme-
condi c iones norm a les im pide n el acceso de bac- dad vasc ul ar pe riféri ca ti enen mayo r usceptibili -
te ri as a áreas estériles de l cuerpo. La contam ina- dad a las in fecc iones. Hunt y otros de mostraro n
c ión puede ser causada por bac teri as que provie- q ue los animale s so n más susceptibl es a la in fec-
nen de l amb iente y son ll evadas a l in ter ior de la ción bacteri ana al respirar una mezc la de a ire con
herida por un cuch ill o o por pedazos de tela, su- me nos oxígeno q ue e l atmosfé ri co y que so n más
ciedad u otros desec hos . Esas bacterias exógenas res istentes a la in fecc ión c uando resp ira n un por-
tambi én puede n penetrar en la herida e n cual- centaj e más alto de oxígeno in spi rado. Este efec-
quier mo me nto des pués de prod uc ida la lesió n y to de la concent rac ión de ox ígeno sobre un a in-
antes de su c ierre. Las bacteri as e ndóge nas resi - fecc ión ul te ri or está más marcado e n e l tie mpo
den norm almente en e l tracto gastrointestina l, en que sigue inm edi ata me nte a la contamin ac ión
la mayoría de los puntos entre la boca y e l ano , y bac teri ana. En un estud io c líni co rec ie nte de pa-
en la vag ina. Pueden entrar en siti os que sue len c ientes con colecto mía prog ramada tambi én se
ser estéril es en e l cuerpo luego de un a ru ptura de de mostró una redu cción en la tasa de in fecc ión,
los tractos gastro intestina l o ge nita l. Es ta ruptura e n un gru po de pac ie ntes q ue rec ibieron un 80%
mecánica y la conta minació n bacteriana res ul ta n- de oxígeno du rante la operación y e n las dos ho-
te (exógena o endógena) puede n causar una in - ras sig uientes , e n co mparac ión con los que rec i-
fecc ión re lacio nada con e l trauma cuando la can- biero n un 30% de ox íge no du ra nte e l mi smo
tidad de bacteri as es lo sufic ie nte mente grande o tie mpo. Estos mi smos principios se apli can a pa-
las cond iciones locales o sistémicas menoscaban cie ntes tra umati zados .
las defensas de l hués ped. La hipotermi a es una complicac ión temprana
Los procedimientos di agnóstico y tera péutico común de las lesiones y de la reanimac ión. Una hi -
también pueden rom per las barreras mecánicas potermi a severa puede presentarse aun en tempo-
contra la conta minación y la in fecc ión. Tanto los radas cálidas y puede torn ar más difícil la reani-
tubos endotraqueales, los de traqueosto mía, las lí- mación del pac ie nte. En estudi os rec ientes en indi-
neas intravascul ares como los catéteres urinari os viduos con co lectomía programada también se de-
aumentan el riesgo de acceso bacteriano a sitios mostró que el mantenimiento de una te mperatura
que en condic iones normales son estéril es. Cuan- cuas inorma l durante un procedimiento quirúrgico
do estos dispositivos se colocan durante los es- puede redu cir el riesgo de infecc ión. Publicacio-
fuerzos para la reanimación de un paciente con nu- nes recientes en la literatura traumatológica se
merosas lesiones, es posi ble que se omitan las pre- centraro n en métodos para prevenir y tratar la hi -
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 503
potermia, ay udar a la reanimación y la estabilidad prevenir la infecc ión. Un paciente apne ico requie-
cardiovascular. Estos esfu erzos también deben re- re una vía aérea y ventilación inmediata; no obs-
ducir e l riesgo de infección. tante, grados menores de di sfun ción res pi~atori a
La desnutrición también predi spone a la infec- pueden ser menos notables en las primeras etapas
ción y aumenta su severidad. Aunque la mayoría de l tratamiento. El soporte respi ratorio efectivo y
de los pacientes víctimas de tra uma no están des- el mantenimiento de una tensión de oxígeno arte-
nutridos en el momento de les ionarse, todos pre- ri al normal o aun supranormal son partes impor-
sentan de inmedi ato un aumento de su demanda tantes de los esfu erzos iniciales para prevenir la in-
nutri cional y muchos están impedidos de comer fecc ión postraumática. La incidencia y la severi-
por un ti empo considerable luego de la lesión. El dad de in fecc iones de heridas di stantes aumenta n
estado nutri cional no suele ser una variable te m- en animales que sufren traumati smo mayor de te-
prana importante que influya en e l riesgo de ad- j idos bl andos e hipovolemia con reducción de la
quiri r una infecc ión re lacionada con e l tra uma. No perfus ión tisul ar. Esto se previene con expansión
obstante, puede ser un fac tor en la capacidad de l de la vo le mia. De modo simil ar, la inocul ación de
paciente para sobrevivir a la in fecc ión o en su ries- bacteri as no letales en la cavidad peri toneal de ra-
go de adqu irir una infecc ión hospitalaria. Un apo- tas es un iforme mente fata l des pués de un episodio
yo nutri cional entérico temp rano en pac ientes de de shock. Esto destaca la importancia de la reani-
alto riesgo puede reduc ir las complicac iones in- mación agresiva te mpra na de la vole mia en e l pa-
fecc iosas y preserva el estado nutricional en el pe- ciente lesionado, no sólo para prevenir la fa lla de
ríodo pos lesiona l. los órganos sino ta mbién las infecc iones.
Si los principios para la prevenc ión de las in- La prevención de la infecció n en una herida de
fecc iones se e ntienden y se apli can independ ien- tejidos blandos debe comenzar de inmediato. La
te mente de los antibi óti cos , entonces pueden manipul ación de la herida debe li mitarse a lo ne-
agregarse antibióticos preventi vos aprop iados o cesario para el control de una hemorragia mayo r,
anti bióti cos profi lácti cos, que d isminu yen adi c io- la alineación de frac tu ras y la reducción de luxa-
nalmen te las in fecc io nes. Una cantidad de in fo r- c iones, hasta que pueda efectuarse el tratami ento
mes da n cuenta de la importanc ia de fac tores de defi ni tivo en e l quirófano. Aunque la conta mina-
ri esgo como el grado de contaminac ión de la he- c ión por bac teri as exógenas se haya producido an-
rida y e l estado de la herida quirúrgica en el mo- tes del tratamiento médico, puede haber contami -
mento del cierre, respecto de l desarro ll o posterior nación adicional hasta que la herida recibe un apó-
de infecc ión. Por supuesto, estos fac tores son in- sito o es cerrada. La tasa de infecc ión posterior a
depend ien tes de l uso de anti bióticos. E n la si- una fractura expuesta fue cuatro veces menor en
gui ente sección se desarroll a la ap li cación de es- pacientes que recibieron un apósito estéril sobre la
tos princ ipios en el orden en q ue se utili za rán en herida en la escena mi sma del accidente y hasta
una víctima de traum a. llegar al quirófano, en comparación con ·pacientes
que no lo recibieron. Cada examen o manipul a-
ción de una herida aumenta la posibilidad de q ue
Advertencia: los elementos más importantes ingresen más bacterias.
en la prevención de pacientes traumatizados son la Para toda herida traumática es preferible el tra-
reanimación rápida y eficiente del paciente con pre- tamiento temprano. Cul tivos cuantitati vos de heri-
servación de las vías aéreas y la respiración, la he- das mostraron una mayor frecuencia de contami -
mostasia y el restablecimiento de la circulación. nación bacteri ana significat iva y riesgo de infec-
Los intentos para administrar antibióticos y limpiar ción de la herida a medida que aumenta el tiempo
las heridas deben ejercerse sólo en la medida en entre el mo mento de la lesión y e l cierre de la he-
que éstos no interfieran ni retrasen los ABC básicos rida. Mientras la herida permanezca abierta es pa-
para la atención de traumatizados. sible de secarse y experimentar daños ad icionales
que pe1judican las defensas locales . Una heri da
cerrada poco después de producida está sujeta a
infecc iones de grado menor y menos severas si se
PRINCIPIOS GENERALES contamina en etapa tardía, que una herida simi lar
DE PREVENCIÓN DE INFECCIONES que se deja abi erta y se la cierra después de 12 o
24 horas. La menor tasa de infección desp ués de
El manejo correcto de problemas de vías aé- · una contaminación intensa se produce cuando e l
reas, respiración y circul ación es importante para cierre primario se difiere por 4 a 6 días.
504 Trauma. Prioridades
baj a velocidad y causan un daño min1mo a los de que ese ambie nte conte nga bacterias resisten-
tejidos blandos adyacentes. A pesar de esto, a l- tes. Cuanto más antibióticos se usen en un pa-
g unos médicos recortan o "e nuclean" los bordes c ie nte individual y c uanto más tie mpo se admi-
de piel de la herida de e ntrada. Éste no es un pro- nistren, más posibilidades hay de que la infec-
cedimiento comprobado para la prevenc ión de c ión hospita laria sea causada por una bacteria
infeccio nes. resistente.
Si se exc lu ye e l daño a las estructu ras subya- Una infecc ió n hospita laria que sue le obser-
centes, un sondeo adicional y des bridamiento o varse e n pacientes que recibie ron antibióticos
irrigación a ciegas no prestarán un servic io útil y por otra causa es la colitis asociada con e l uso de
sólo aumentarán e l riesgo de lesiones. La co lo- antibió ticos (Clostridium diffic ile) . C uando c ual-
cación de un d renaje en una heri da punzante quier paciente que reciba antibióticos o los haya
agrega e l riesgo de un cuerpo extraño adic iona l recibido en etapa reciente y desarro lle diarrea
en esta herida contaminada. La prevenc ión de l con sangre o moco o sin e llos y co n do lor abdo-
tétanos de pe nde de la inmunizac ión, tanto acti va minal, fiebre o le ucocitos is, o sin e llos debe sos-
como pasiva y los antibióticos no desempeñan pecharse que tiene colitis por C. d(fficile. E l tra-
ningún papel. Todo paciente traumatizado de be tamiento inc lu ye líquidos intravenosos, suspen-
tene r su estado de inmunidad al tétanos verifica- der toda administrac ión de antibióticos si es po-
do o actualizado. Toda herida representa riesgo sible, suministrar metronidazol oral y evitar me-
de té tanos, aunque las heridas profu ndas y las d ic inas antidiarreicas como los opiáceos.
que presentan mucho tejido dañado tiene n riesgo
mayor. Los adultos de 50 años y más poseen el
riesgo más alto de niveles inadecuados de anti- Aspiración
cuerpos.
Las les iones po r arrancamiento y las grandes Los pacientes tra umatizados que están in-
lesiones de de nudació n "en dedo de g uante" conscie ntes o tie nen lesiones fac ia les a me nudo
complican e l manejo de la herida, de modo que aspi ran el conte nido gástrico, sangre, secrecio-
para ellas no pueden establecerse reglas simples. nes orales o d ie ntes hacia las vías aéreas inferio-
Éstas provoca n e l levanta miento de amplios col- res. Poco después pueden notarse ha llazgos co-
gajos con pie l y cantidades vari ables de tejidos mo fiebre, leucocitosis y radiografía anormal.
subyace nte. Los colgajos hísticos q uedan sepa- Estos hallazgos en las primeras horas ulteri ores
rados de buena parte de su irrigació n sanguínea a la aspiració n son más una respuesta a una le-
y presentan ade más lesio nes no pe netra ntes de sió n qu ímica, que una infecc ió n verdadera; pero
extensió n vari able. También tie ne n gran superfi - más tarde es frecuente observar una infecc ió n.
cie de herida que fac ilita la ac umulac ión de lí- No hay un plan de tratamiento efi caz y compro-
quido y la formación de he mato mas. Estas heri- bado para esos pacientes. M uchos administran
das sue len c icatri zar mal y son pasibles de com- esteroides si se sospecha que hubo una aspi ra-
plicac ione s infecciosas. Po r lo general no se c ió n ác ida. Muchos también administran anti-
puede decir si la mala c icatri zación de una heri- bióticos para tratar una posible ne umo nía por as-
da deriva e n una in fecc ión poste ri or o si la in fec- pi rac ió n. La efi cacia de esos trata mientos no es-
ció n da lugar a la descomposic ión de esa he ri da. tá probada.
Si cantidades significativas de materia l extra-
ño, como alimentos o materi ales dentales, perma-
Infecciones hospitalarias necen e n e l árbo l bronquial es imposible que
combinació n alguna de antibióticos prevenga una
Los pac ientes con numerosas heri das graves infecció n posterior. Estos materiales de ben reti-
están e n riesgo e levado de contraer infecciones rarse si es posible. Luego, e l problema será la
hospita larias debido a ruptu ra de las barreras contaminación bacteriana combinada con lesio-
normales, a lteración de la fis io logía y gran nú- nes ·fís icas o qu ímicas en las vías aéreas. Esto es
mero de intervenc iones diagnósticas y terapéuti- similar a una lesión y una breve contaminació n
cas . Cuanto más grave es la lesió n ori ginal, más en una incisión o una lesión, y debe responder a
posibilidades hay de que una infecc ió n hospita- un corto régime n similar de antibióticos preven-
laria complique e l manejo de l paciente. Cuanto ti vos. Una e lección lógica c uando se prod uzca
más frecuente sea e l uso de antibióticos en e l una aspirac ión de este tipo fu era del hospital o en
ambiente del hospital, más probabil idades hay las primeras horas de hospitalización es la admi-
506 Trauma. Prioridades
cuidado de asegurar la vía aérea, la respiración. la Delliger EP. Necroti zing Solf-Tiss ue lnfections. En: Da-
oxigenación, el control del sangrado y una reposi- vis JM , Shires GT (eds .). Princ ipi es and Man agemen t
ción de líquidos agresiva. Mientras que la admi- of Surgical ln fec ti ons. Phil adelphi a. J B Limppi ncol
ni stración temprana de antibióticos profilácticos 199 1; 23-39.
puede ay udar en algunos casos, no deben conti - Dellinger EP. Aproach to the patient with poso perati ve
nuarse más all á de las 24 horas. La fiebre y la leu- fever. En: Gorbach S, Bartlett J. Black low N (eds.).
coc itosis son comunes luego de una lesión y con l nfectious di seases in medi cine and surgery. Phila-
frecuenci a no indican infección. Transcurridos los delphia. WB Saunders, 1998 ; 903-909.
tres primeros días, la sospecha de infecc ión debe Fabi an TC , C roce MA , et al. Fac tors affec tin g morbidity
seguirse con estudios diagnósticos y exámenes fo llowing hepat ic trauma. A prospecti ve analys is of
cuidadosos. Los antibióticos empíricos por lo gen- 482 injuri es. Ann Su rg 199 1; 2 13:540-548 .
real deben reservarse hasta que se establezca el Gentilello LM , Cobean R, et al. Acule ethano l intox ica-
diagnóstico. La mayoría de las infecc iones que se tion increases the ri sk of infec ti on after penetrating
producen requieren tanto tratam iento quirúrgico abdominal trauma. J Trauma 1993; 34:669-675.
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Capítulo 18-9
Profilaxis de la enfermedad
tromboembólica en el paciente
traumatizado
Jorge A. Neira
Calqui er ag resió n, como e l trauma, la sepsis, co mparar los grupos de pac ientes por la dive rsa
e l shock, las quemaduras o la ciru gía producen metodología utili zada o simpl emen te por la ter-
un estado de hipercoagulabilidad, de esta mane- mino logía, ya que se habla en algunos casos de
ra conforman un mecanismo teleológico utiliza- enfermedad tromboembólica (y en este caso, es
do por el organismo para minimizar e l ri esgo de impos ible separar TVP de TEP).
exsanguinación. En 1856 Virchow describió su Se informaron c ifras del 65 % de TVP en pa-
famosa tríada, presente con frec ue ncia en el pa- c ientes fa llecidos por tra uma de pelvis y ex tremi-
ciente traumatizado (daño vascul ar, estasis , hi- dades inferi ores con ev idenc ias de TVP, y e l 40-
percoagulabilidad). La alteración prolongada de 60% de los fallecidos con fracturas de fé mur o ti-
estos sistemas puede ll evar a un aumento en la bia tenía n evidencias de émbo los pulmonares en la
producción de fibrina y en consec ue nc ia un esta- necrops ia, por lo ge neral bilaterales aun en casos
do de hipercoagul abilidad qu e co nll eve a un a ele les iones unilaterales: as imi smo, la mayoría ele
trombos is persistente. Esa hipercoagu lab ilid ad los pacientes no había re latado síntomas.
transitori a se debería a la presencia de trombo- Los pacientes con lesión med ul ar es pinal tie-
plastina ti sul ar y de factores de coag ul ació n cir- nen un ri esgo muy alto de TVP/TEP con inciden-
culantes (ac tivac ión de la vía extrín seca de la c ias del 100% mediante la utilización de ve nogra-
coagul ac ió n) a lo que se ag regaría un estado hi - fías con fibrinógeno marcado con 1115 . Es impor-
perfibrinolítico ini c ia l y lu ego un descenso de la tante destacar que los pac ientes que presentan
fibrinólisis. fracturas ele co lumna ve rtebral sin parálisis no se
La trombosis venosa profunda (TVP) compli- asocian con TVP. También la lesiones neuroqui -
ca al traumatizado entre el 6 y el 60% de los ca- rúrgicas ag ud as son de alto riesgo de TVP/TEP.
sos, según la natu ra leza de las les iones y e l méto- En un estudi o multi céntrico, sobre 1.4 19 pacien-
do de detección de los trombos venosos utili za- tes se comuni có un 14,5% de TVP y un 4,6% de
dos. Es necesari o destacar que la TVP a menudo TEP. E l período de mayor ri esgo correspondió a
es silenciosa. El tromboli smo de pulmón (TEP) las dos primeras semanas. Se describi ó que la
se presenta e n el 2-10% de los pacientes adultos muerte por TEP es rara luego de 3 meses de pro-
traumatizados y provoca alrededor del 15 % de ducida la lesión por lo que se propone la profil a-
las muertes. La incidenci a comunicada de TVP- xis por un mínimo de tres meses en pacientes qu e
/TEP es variable, y much as veces es difícil se rec uperan de un trauma raquimeclular (TRM ).
510
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 511
incapaces de deambul ar. De acuerd o con e l con- desarrolló TVP, de los cuales e l 85,7% se presen-
senso publicado en JAM A los pac ientes con TEC tó de l lado canulado . La TVP se identificó entre 1
o lesión medul ar tienen un 40% de incidencia de y 157 días después de retirado e l catéter. El 45 %
TVP y más de un l % de T EP fatal en compara- se produj o dentro de los 14 días de co locado . Tam-
ción con pacientes j óvenes con trauma múltiple y poco encontra ron di fe renc ias con res pecto a Ja uti -
un a inc idencia de TVP del 20% . lizac ión de profil ax is y Ja incidencia de TY P.
Knud son info rmó un 10% de incidencia globa l La tro mbosis de las venas mayo res de los
de TVP/TEP en pac ientes seguidos con ultraso no- MMS S se consideró una entidad rara, ya que los
grafía (US), Doppler ve noso (dúpl ex), todos con fluj os elevados, menores vá lvul as y acti vidad fi-
profi lax is (heparin a en baj as dos is o compresión brino líti ca aumentada (por el mayo r mov imiento)
neumática intermitente) . La incidencia comunica- di sminuirían su propensión. La utili zación, cada
da fue del 12% en pac ientes con compresión neu- vez más frec uente, de los accesos ve nosos centra-
máti ca intermi tente (CNI ) de miembros inferi ores les impli có incidencias de has ta e l 68 % .
(MM ll) y el 8% en pac ientes con dos is baj as de E l TEP es raro en tra uma ped iátri co ( < 19 años)
heparina. sin di fe rencias significa ti vas . Se publica- ya qu e se comunicaron inc ide nc ias de l 3,7 % de
ron como fac tores de ri esgo de T EP: tra uma cerra- esa pobl ac ión hos pitali zada, que contribuyero n
do, GCS < 8, shock al ingreso o fractu ras de pel- con la muerte del pac iente en e l 30% (S3 causa de
vis o de MM ll (los más significati vos se presentan muerte). Se in fo rmó una inc idenc ia globa l de TEP
cuando tienen ISS > 16 o fractu ras de pelvis o en tra uma ped iátri co de l 0,000069% y en los casos
MMll). q ue presentaban les ión medul ar fu e de l 1,85 % .
La lesión directa de las venas de Ja pelvis o de Geerts pro pone qu e el tra umati zado puede te-
los MM il, tanto con Ja reparación como con la li- ner hasta un 58 % de incidenc ia de TVP/TEP sin
gadu ra, puede conducir a TVP. Se insisti ó en la re- profilax is (40% de pantorrill a) , un 5- 15% a pesar
parac ión primari a, ya que aunque muchos de ellos de profi lax is y hasta e l 45% según Ja defin ic ión y
fi nalmente se tro mbosan, Ja permeabilidad en e l los métodos de diag nóstico, y q ue los signos c líni-
corto plazo (a un por 1 a 3 d ías) pod ría desarro ll ar cos pueden estar ausentes en has ta e l 60 al 95 % de
colateral es . Ade más las venas tro mbosadas repara- los pac ientes.
das pueden reca nalizarse. En 1993 e l Comité de Tra uma de l A meri ca n
Ye lon sugirió que Ja ligadu ra venosa se tolera Coll ege of S urgeons reconoc ió qu e TVP/TEP era
bien, ·ya que la exposición y el cont ro l, en especial, un a compli cac ión prevenibl e . Knu dso n desc ri bió
de las lesiones pelvianas puede consumir tie mpo, un 1O a un 20% de TY P y e l 1% de TEP en pa-
ser técnicamente di fíc il y causar gra n pérdid a de cientes tra umati zados , y pro pu so un a lgo ri tmo al
sangre . La reparac ión consiguiente puede requerir qu e hemos agregado algun as modificacio nes me-
más tiempo y tiene mayor ri esgo de pérd ida de nores . Hay un a gran coinc idenc ia en qu e es nece-
sangre y de calor. No se di ferenc ia entre las distin- sari o contar con mayor cantidad de ensayos c líni -
tas loca li zaciones de Ja lesión venosa y se prefi ere cos aleatori zados . En ese sentido, la Eastern As-
la li gad ura, en es pec ial, en pac ientes con hemorra- soc iati on fo r the Surgery of Tra uma (EAST) pro-
g ia exsanguinante o ev idencia de shoc k pro longa- puso, según los lineamientos de G reen fie ld, e l
do o les iones con ri esgo de muerte. Se destaca Ja puntaje RAPT (Ri sk Assess ment Profil e in Tra u-
indicación de fasc iotomía en pac ientes con lesio- ma) (fi g. l 8-9- 1).
nes poplíteas y compromi so mteri al, y cuando el
pac iente tiene la pantorrill a tensa en el momento
de la cirugía, isq uemi a prolongada de miembro y MÉTODOS DIAGNÓSTICOS
shock pro lÓngado (acidosis. hipotensión o requ eri - DE TVP/TEP
mientos transfu sionales) .
La colocac ión de catéteres para rea nimar al pa-
ciente es una práctica indispensable y en algun os Advertencia: desde el punto de vista diagnósti-
casos se hace necesari o colocar catéteres de gran co se consideró que la venografía es el "estándar
calibre, en especial por vía venosa fe moral. Se de oro" para la evaluación de la enfermedad veno-
describi ó Ja asoc iac ión de TVP en pacientes a los oclusiva.
que se colocaba catéteres de 8,5 F de politetraflu o-
roetileno (tefl ón) para llevar a cabo la reanimac ión
de vo lumen. En 98 catéteres (87 pac ientes) contro- La venografia es un método invasivo, por lo
lados en form a prospecti va por dúplex cas i el 14% que no puede utili zarse en fo rm a seri ada; puede
512 Trauma. Prioridades
Factores de riesgo
Escala RAPT
No Sí
No Sí
Lesiones
CNI
de partes blandas
o
o
HBPM
Fractura de MMll
No Sí
Varios factores de
CNI riesgo
No Sí
Filtros de VCI
Foot pumps o Doppler
seriado
Fig. 18-9-1 . Algoritmo para TVP!TEP en Trauma. Modificado de Knudson M. Prevention of Thromboem-
bolic Complications in lnjured Patients. American College of Surgeons. Committee on Trauma. N Sai nt
Claire St. Chicago, IL, 1998.
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 513
producir flebitis y es necesari a la adm inistrac ión c ia de catéteres femorales debe n ag regarse estra-
de medios de contraste y la exposición radiactiva tegias de vigil anc ia dada la fa ll a co mprobada
del pac iente. La EAST propone como recomenda- con la profilaxis.
ción de ni vel 11 que la venografía ascendente debe-
ría utili zarse como estudio confirmatori o en pa-
cientes con pletismografía de impedancia (PGI) o PROFILAXIS DE TVP/TEP
Doppler dudosos y que no debería emplearse co-
mo método de screening de pacientes de riesgo a l-
to, pero sí como método de evaluac ión en ensayos Advertencia: en todos los estud ios de costo
clínicos de profilax is. beneficio se demostró que es mucho más barato
La flebografía radioisotópica más utilizada utilizar profilaxis que tratar a los pacientes con
en los trabajos científicos con F ibP 25 no es de uti- TVP!TEP. Debe recordarse que aunque la anticoa-
lidad en TVP pe lviana ni proximal, puede prod u- gulación es una terapéutica muy efectiva para el pa-
cir fa lsos positivos en los pac ientes portadores de ciente que presenta TE P, la mayoría de los que fa-
fractu ras de extremidades o lesiones de partes llecen lo hacen dentro de la primera media hora
blandas. desde el co mienzo de los síntomas.
La pletismografía de impedancia (PGI) tiene
alta sensibilidad en territorio poplíteo. fe moral e
il íaco, pero es insensible en TVP aislada de panto- De los metaa náli sis surge que e l TEP fatal se
rrill a y pe lvis. La relajac ión musc ul ar inadecuada presenta en e l 0,5-0,8 % de los pacientes > de 40
puede producir fa lsas lecturas. Además , no di stin- años que rec iben cirugía abdominal sin profi lax is.
gue la obstrucción al flujo de causa trombótica de y en muchos de e ll os el diagnóstico no se recono-
la no tro mbótica (producida por edema o hemato- cería. En fo rma simil ar, la TVP proximal se pre-
mas locales). La EAST propone que la PGI sea re- senta en el 6-7% de los pacientes quirúrg icos ge-
comendación de ni vel llI. Puede usarse en pacien- nerales y al menos el 50% son silenc iosos o no se
tes sinto máticos para detectar TVP. C uando la sos- detectan.
pecha es alta y la PGI es negativa se debe utiliza r
como método diagnóstico e l Doppler o la venogra-
fía. Es inadecuado para screening de pacientes MÉTODOS DE PROFILAXIS
asintomáticos de alto riesgo. DE TVP/TEP
La ecografía con Doppler (dúplex) tiene la
gran ventaja de no ser invasiva y ser portátil. Se Se utili zan métodos de profilaxis fís icos o fa r-
comunicó alta sensibilidad, en especial , en TVP de maco lóg icos. Entre los primeros se incluyen mo-
MMSS y de MMII . Es útil también en la TVP pel- vilización postoperato ri a tempran a, fis ioterapia.
viana. Sin embargo, se informó que en hasta un med ias elás ticas (ME), estimul ación mu scular
15% de los casos, no puede reali zarse por proble- mediante pul sos e léctri cos y compres ión sec uen-
mas técnicos (fracturas de extremidades, lesiones cial de los mie mb ros con un manguito inflab le o
de partes blandas, co locación de tutores externos , compres ión neumática intermitente (C NI).
etc. ) y que en pacientes asintomáticos para TVP. Los sistemas de CN 1 actuarían no só lo por
con trombos distales o parcialmente oc lusivos tie- co mprimir las masas musculares y favorece r e l
ne menor sensibilidad . retorn o ve noso sino tambié n por incrementar la
Las EAST guide lines proponen co mo reco- fibrin óli sis sistém ica. Por este motivo serían de
me ndac ión de nivel 1 que la ecografía Doppler se utilidad cuando se los utili za también en los
use para eva luar pac ientes as intomáticos con MMSS o po r med io de la co mpresión intermiten-
sospec ha de TVP sin ve nografía co nfirm atori a y te del pie ya que a veces la impos ibilidad técnica
de ni ve l III, que e l Doppler seriado en pacientes de su uso es la presenc ia de fr acturas de extrem i-
de a lto riesgo asinto máticos puede ser costo- dades o de tuto res extern os, o de les iones de par-
efectivo y di sminu ye la incidencia de TEP, pero tes blandas.
tiene baja se nsibilid ad en comparac ión con la Según la EAST, los sistemas de CNI producen
ve nografía. La mayoría de los ex pertos cree que un aumento de la veloc idad de flujo ve noso en
la utili zac ión amplia de los métodos de preven- MMU, un acortam iento de lisis de euglobulinas y
ción es más efectiva que la vigilancia selectiva un aumento de los niveles de los inhibidores de la
e intensiva. Sin embargo, en pacientes con tra u- coagulac ión con alteración de l equilibrio de acti-
ma espinal , fracturas de MMII o pe lvis y presen- vac ión de l plas minógeno; asimi smo, di sminu yen
514 Trauma. Prioridades
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Capítulo 18-10
Soporte nutricional
Mónica Quinteros y Alejandro Arenillas
517
518 Trauma. Prioridades
En el trabajo de Moore se demostró que no hay funcionamiento del sistema inmune y de las célu-
di ferencias con respecto al equilibri o de nitrógeno, las implicadas en la reparación de tejidos.
en cambio hubo mayores complicaciones infec-
ciosas en los que recibieron NPT (NE: 3% vs A1g inina: se considera un Aa semiesencial , se
NPT: 20%). sinteti za en condiciones normales en cantidad su-
Un metaanálisis de ocho estudios prospectivos, ficiente, pero bajo ciertas condiciones un aporte de
controlados, aleatori zados que compararon NE vs arginina en la dieta puede ser indispensable. Pro-
NPT mostró que la tasa de infección en el grupo mueve la síntesis de colágeno, incrementa el nú-
NPT fue del 35% con respecto a la NE: 16%. mero de linfocitos y la proporción de "helper" . Es
el regulador de la síntesis de óx ido nítrico.
Advertencia: la ruta entera! se prefiere a la pa- Nucleótidos: son los precursores del DNA, el
renteral para el soporte nutricional en la fase pos- RNA y están involucrados en casi todos los proce-
terior a la lesión . La nutrición entera! en estómago sos vitales. La célula diana de la deprivación de
debe ad ministrarse preferentemente por bomba de nucleótidos puede ser el linfocito T- helper, lo que
infusión continua, la yeyunal , siempre. se traduce en un descenso en el número y las fun-
ciones de estas célul as, atribuido a un bloqueo en
la maduración normal de los linfoc itos. Promue-
ven una proliferación celul ar rápida.
INMUNONUTRICIÓN
Ácidos grasos: tradic ionalmente la relación de
El SRIS y el DOM son la expresión clínica de ácidos grasos poliinsaturados era a favo r de los
una respuesta exagerada a un estímu lo infl amato- omega 6. El cambio de relación a favor de los
rio, el trauma produce una reacción inflamatoria omega 3 produce una alteración en la composición
(S RIS ) a la que se le contrapone una reacción an- de los fosfo lípidos de me mbrana con disminución
tiinfl amatoria (CARS). Al inicio hay un equilibrio, de la infl amación. Los ácidos grasos omega 3 pro-
al perdese se produce una alteraci ón en la regul a- venientes del aceite de pescado prevendrían los
ción de la inmunidad con la consecuente aparición efectos adversos de los omega 6 de origen vegetal.
de infecciones. Los primeros 5 días luego de la le- Los ácidos grasos de cadena mediana (6-1 2 áto-
sión se caracterizan por un estado de hiperinflama- mos de carbono) se remueven con más rapidez de
ción sistémica al que le sigue un estado de inmu- la sangre que los de cadena larga, pueden ingresar
nosupresión hasta el día 14. en forma directa en la mitocondria sin el cofactor
Sobre la base de lo expuesto se intenta tratar de carnitina, que puede estar disminuido ; se absor-
modular esa respuesta inmunitaria, por medio de ben en forma directa sin primer paso hepático.
nutrientes específicos, como los aminoácidos glu- Tanto los ácidos grasos de cadena mediana como
tamina y arginina, los ácidos grasos poliinsatura- los omega 3 sólo se pueden utilizar por vía ente-
dos (PUFA) omega 3 y alg unos nucleótidos. ra! ; ésta es otra ventaja de esta vía.
Hay 13 trabajos prospectivos, controlados, alea-
Glutamina: es una fuente nutricional importan- torizados, de los cuales 5 se realizaron en pacientes
te del enterocito, estimul a la función de los linfo - con trauma, se compararon dietas con inmuno-
citos y monocitos. Es un Aa no esencial, pero pue- trientes vs. contro l, con los mismos criterios de in-
de considerarse esencial para algunas célul as. Es greso (ATI 18-40, ISS 15-45 , se excluyó GCS < 8),
el Aa más abundante en plas ma y tejido muscular se administró por vía yey unal a las 24 h con los si-
esquelético. Se trata de un vehículo importante pa- guientes hallazgos clínicos: menor incidencia de
ra la transferencia de N entre los tej idos y el sus- abscesos abdomi nales y DOM, disminución en el
trato principal para la aminogénesis renal, así co- uso de antibióticos y menor estadía hospitalaria.
mo precursor de nucleótidos y otras macromolé-
culas y regulador de los ciclos de catabolismo y
síntesis proteica. Este Aa cumple un papel impor- Advertencia: la nutrición entera! temprana me-
tante en la prevención de la tras locación bac teria- jora los resultados luego del trauma mayor. Previe-
na al favorecer la preservación y la reconstrucción ne y minimiza el colapso tisular en la fase aguda y
de la barrera mucosa intestinal. En situac iones de orienta la recuperación muscular y de tejido graso
estrés se incrementa la tasa de liberación por par- en la fase adaptativa.
te del músculo, dado que es fundamental para el
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 519
Vías de acceso a la nutrición - E\\ e l TEC irn.'le o¡,e ~ ecom\emh \a 'lfa nao¡,oye-
en ter al yunal u oroyeyunal, por la gastroparesia aco m-
pañante. La gastroyeyunostomía percutánea
Cualquiera sea la vía y la técnica de acceso, se parece mejorar la aplicabilidad de la NE, en es-
debe comenzar lo más temprano posible. pecial en este tipo de pacientes.
El paciente reúne criterios para
nutrición enteral
Colocar un tubo de
¿Se realizará una
alimentación por vía No
laparotomía en las
quirúrgica
próx. 48 h?
ifusión
e la
)rmula
Colocar sonda nasoyeyunal ¿Es candidato para
por vía endoscópica en 24 h una endoscopia?
Proteínas
Advertencia: la nutrición parenteral total siem-
pre debe administrarse por una vía venosa central. Las soluciones de ami noácidos se presentan
- El catéter utilizado para este fin no debe em- con diferentes fó rmulas y concentraciones. Siem-
plearse para administrar ningún otro fárma- pre son sintéticas, con todos los productos esen-
co ni líquido. ciales presentes, y exclusivamente en sus formas
levoisómeras.
- Las soluciones de Aa siempre deben infun- La recomendación para pacientes estresados es
dirse en forma simultánea con los glúci-
de 1,5 a 2,5 g/kg/d. Con una relación caloricopro-
dos . teica de 80 a 100 Kcal/g de nitrógeno.
- Es preferible administrar las fórmulas en una
bolsa única preparada con todos los nutrien-
tes indicados para el paciente y preparados a Complicaciones de la nutrición
diario. parenteral
- Las emulsiones lipídicas pueden adminis-
trarse en forma discontinua y por tener os-
molaridad normal pueden inclusive ir por
una vía venosa periférica.
Infecciosas
- La infusión debe ser a flujo continuo, prefe- - Relacionadas con el catéter.
rentemente con bomba de infusión . - Relacionadas con el contaminación de las solu-
ciones.
No infecciosas
Nutrientes
- Di sfun ción hepática leve (frecuente) o severa
Glucosa (infrecuente).
- Síndrome de desecación (hiperosmolar).
Su efecto se debe a la inhibición de la gluco- - Acidosis metabólica.
neogénesis hepática, lo cual permitiría el aho1rn - Hiperrosfatemia/hipofosfatemia.
de Aa gluconeogénicos y evitaría su oxidación ce- - Hiperpotasemi a/hipopotasemia.
lular. Grandes cantidades de glucosa no inhiben la
gluconeogénesis hepática en pacientes con estrés
severo. Micronutrientes
La tasa de metabolizac ión de la glucosa es
5 mg/kg/min . La recomendación para pacientes Deben administrarse todos los micronutrientes.
lesionados es de 20 Kcal/kg/d, que pueden variar Se recomienda la administración de dosis altas de
entre el 50 y el 70 % del total de las calorías no ci nc por su acción sobre la proliferac ión fibro blás-
proteicas, y el resto debe completarse con lípidos. tica que favo rece la cicatrización de heridas . El
sulfa to de Mg tendría un efecto neuroprotector en
pacientes co'n trauma de cráneo.
Lípidos
se demostró con a lgunas proteínas, en especial Comité Educativo FELANAPE (ed.). Manual de l Pro-
con algunos aminoácidos, como argi nina, gluta- grama Terapia N utriciona l Total. Bogotá, 1997.
mina, lípidos y nucleótidos. El objetivo del apor- Da ly JM, Liberman MD, Go ldfine J, et al. Entera! nutri-
te de estos nutrientes es modular la respuesta in- tion with supplementtal arginine, RNA and omega 3
mune en pacientes en situación de estrés, al mis- fatty acids in patients after operation: lnmunologic,
metabo lic a nd c linical outcome. S urge ry 1992;
mo tiempo que se cubren los req uerimientos nu-
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Capítulo 18-11
Anestesia en el politraumatizado
Nélida Fernández
524
Cuidados críticos en el pacieDte traumatizado 525
SEDACIÓN
ANESTESIA
Agentes narcóticos Relajantes musculares
Producen analgesia, sedación y una cierta de- Los estudios clínicos y far macológicos se in-
presión respiratori a. Se los utiliza en dosis peque- clin an a conseg uir modificaciones en algunos de
ñas antes de inducir una anestesia con agentes in- los siguientes aspectos, rapidez en el comienzo
travenosos ; además de proporcionar sedación pue- de la acción para permitir una intubación tra-
den atenuar la hipertensi ón, la taquicardia y el au- queal rápida, disminuir los efectos cardiovascu-
mento de la presión intraocular en respuesta a la lares adversos y distintos tie mpos de acción pa-
laringoscopia. ra adaptarlos a las situaciones clínicas y terapéu-
Los na rcóticos no deben suministrarse en pa- ticas .
cientes con lesiones craneoencefálicas y respi- Este último aspecto permitió una nueva clasifi-
ración espontánea antes de la inducción , ya que cación por el tiempo de duración de los diversos
la depresión respiratoria y el aumento de co2 relajantes.
pueden incrementar más la hiperten sión intra-
craneana. 1) Ultrabreve (5 - 8 min): succinilcolina.
2) Breve (15 - 20 min): mivacurio.
3) Intermedia (20 - 30 min): atracurio, vec uronio,
Agentes anestésicos rocuronio .
4) Prolongada(+ de 45 min): gallamina, pancuro-
Ante un paciente politraumatizado el aneste- nio, doxacurio, pipecuronio.
siólogo debe administrar los agentes anestésicos
y fármacos complementarios, y a la vez debe La succinilcolina es un relajante despolarizan-
evaluar continuamente la respuesta a la reanima- te, tiene un comienzo de acc ión más rápido y una
ción. duración breve. Tiene algunos efectos indesea-
La anestesia general puede ser inhalatoria o in- bles, aumento de la presión intraocular y la PIC,
travenosa. Hay pocas razones para seleccionar o por lo que está contraindicado en pacientes con
evitar uno u otro método, ya que ninguno de los lesiones ocu lares abiertas y traumatismo de crá-
dos reúne las condiciones del agente ideal. neo. También se describió aumento del potasio ,
Los agentes inhalatorios deprimen la respira- lo que puede dar lu gar a arritmias y paro circula-
ción, pueden aumentar el flujo y el volumen san- torio .
guíneo cerebral , y elevar en consecuencia la pre- El vecuronio no produce liberación de histami-
sión intracraneana (PIC). na ni tiene efectos adversos sobre el sistema car-
El óxido nitroso tiene efecto analgésico signifi- diovascular. Se excreta por orina y bilis en gran
cativo, no debe utilizarse en pacientes con neumo- medida en fo rma del compuesto original.
tórax no drenado, ya que hay riesgo significativo El pancuronio es uno de los relajantes muscu-
de neumotórax a tensión (por difusión). la.res no despolarizantes más utilizados. Tiene co-
Cuidados críticos en el paciente traumatizado 527
MONITOREO
INTRAOPERATORIO
ERRORES MÁS FRECUENTES
El anestes iólogo debe reali zar un monitoreo in- DURANTE LA ANESTESIA
traoperato1io con características simil ares a las DE UN POLITRAUMATIZADO
que realiza en una cirugía programada, pero debe
agregarle los conceptos propios del trauma, por lo 1) Considerar que la anestesia es una prác ti ca in-
que deberá estar alerta del estado hemodinámi co, dependiente de las que rea li zan e l resto de los
el equilibrio ác ido-base y la te mperatura central. integrantes del equipo de atención de l poli trau-
Debe contar con una plan illa es pecial para hacer matizado.
constar todos los datos obtenidos así como la me- 2) Sostener que el paciente ines table debe estabi-
dicación ad ministrada y los volúmenes de líquidos lizarse obligatoriamente antes de tras ladarl o al
infundidos . quirófano.
El estado res piratorio se contro la en forma no 3) La hipoxia por fa llas en la vía aérea o en la res-
invas iva medi ante oximetría de pul so y capnogra- piración es la injuri a secundaria más grave.
fía . 4) No di sponer de adec uadas vías venosas para
El pacie nte debe tener un registro de la diuresis administrar fluid os .
minutada y de la pres ión venosa centra l (en parti- 5) No tener presente la hipotermi a du rante los
cul ar si se usan diuréticos os móticos). gestos de reanimación y anestesia.
Es necesario co locar una línea de medici ón 6) No monitorear reiteradas veces la te mperatu ra
de tensión arteri al medi a para va lorac ión de la y el med io interno.
mi sma y obtenc ión de muestras de sangre arte- 7) No efectuar un coITecto registro escrito de l mo-
ri al para evalu ac ió n frec uente del equilibri o áci- nitoreo y procedimientos anestes iológicos.
do-base. 8) Dar por fin ali zada su participac ión cuando ter-
Por último debe utili zar termómetros transeso- mina la anestesia y no aco mpañar el pac iente a
fág icos, transrecta les o termocupl as timpánicas UTI correctamente ventil ado y analges iado.
528 Trauma. Prioridades
529
530 Trauma. Prioridades
o 10
Plaquetas
na II (SGR) y V de la méd ul a espinal donde se Wall sugiere que a continuación de una injuria se
produce una sumato ria de estím ulos excitadores e suceden tres pe1íodos en la respuesta a dicha noxa:
inhibido res, cuyo resultado será una sensación do-
lorosa si predo minan los excitadores o inoc ua si • Fase prima.ria: el indi viduo está preocupado
predom inan los inhibidores. Posteriormente se por solic itar ay uda. Es el eq uiva lente en los
efectú a la transmi sión hac ia los centros superiores, animales de luchar, huir, etc.
a través del haz espinotalámico, do nde se descodi - • Fase secundaria: hay daño tis ul ar, do lor y an-
fica la información do lorosa. siedad.
Es interesante me ncionar que si e l estímul o • Fase terciaria: actividad limitada, sueño pro-
noc ivo persiste, hay un incremento en la excitabi- longado, escaso apetito, atención limitada, etc .
lidad de las neuro nas de l as ta posterior producto
de la li beración de dos aminoác idos excitadores Con respecto al do lor postoperatorio se consi-
(glutamato y as partato) que pueden estimul ar dos dera que de todos ellos es el más inútil. E n gene-
tipos de receptores (NMDA y no NMDA) produ- ral suele darse por sobrentendido que este período
ciendo cambi os morfo lógicos y neurofis iológicos debe cursar con dolor así como antes del adveni-
post-sinápti cos dentro de la médula espinal, fo- miento de la anestesia quirúrg ica se pensaba lo
mentado la creencia que el trauma qui rúrgico, en- mi smo de l dolor intraoperatorio.
tre otros, induce cambios neuroplásticos dentro Por otro lado el dolor agudo causa habitual-
de la médula espinal. Las secuelas de estas altera- mente algunas reacciones psicológicas bien defini -
c iones pueden du rar más all á de l estímul o nocivo das, tales como ansiedad, desasosiego, aislamien-
inicial, dese ncadenando una hiperalgesia secun- to del medio ambiente, miedo, síntomas que pue-
daria que es la base fi siopato lógica de la aparic ión den agravarse en los casos que se dil ata la inicia-
de do lores crónicos no oncológicos de d ifícil erra- c ión de l tratamiento.
dicación. En las unidades de terapia intensiva el dolor
En e l presente se sabe que la médula se mane- agudo es una de las causas más frec uentes de deli -
ja en cuatro modos operativos : rio. E n este medio existen una serie de factores
que aumentan la sensibilidad de los pacientes al
I - normal o en equilibrio dolor agudo :
lI - suprimido
III - sensibilizado • Privación del sueño o alteración de las pautas
IV - reorgani zativo del sueño.
• Ruidos excesivos .
• Falta de comunicación con los pac ierne .
Advertencia: tratar temprana y adecuadamente • Preocupac ión de los méd icos por la aparatolo-
un dolor agudo es el primer paso del tratamiento de gía, relegando al paciente.
un posible dolor crónico. • Falta de ventanas que ll evan a no poder apre-
ciar los ciclos día-noche.
• Incapacidad para concentrarse.
• Aumento de la fat iga y/o sufr imiento.
RELACIÓN ENTRE LA INTENSIDAD • Depres ión.
DEL DOLOR Y LA LESIÓN
Los pacientes portadores de lesiones traumáticas
No siempre que se produce un estímulo noci- agudas y/o subagudas tienen múltiples motivos pa-
ceptivo, la respuesta inmedi ata es el do lor. Están ra tener dolor: frac tu ras, heridas y otras injurias.
descri ptos períodos sin dolor después de una inju- Muchas veces coinciden con trastornos de l senso-
ria, como el menc ionado por Beecher con los sol- rio, lo que hace más difíc il la elección de la medi-
dados que habían sufr ido quemaduras: muchos de cación analgésica adecuada ya que algunas de ellas
ell os no solic itaba analgésicos . pueden dific ultar el examen neurológico del pacien-
Otro caso particul ar son los deporti stas, en es- te. También a estos pacientes se les efectúan nume-
pecial aq uellos que practican de portes de gran ru- rosos procedimientos (canalizaciones, intubación
deza como ru gby, boxeo, etc., quienes a pesar de endotraqueal, drenajes, colocación de sondas, aspi-
sufrir les iones importantes no manifiestan dolor ración de secreciones, punciones, traslados para
hasta terminado el juego o más all á en el tiempo efectuar estudios complementarios) que por sí mi s-
(modo operati vo lI o suprimido). mas producen dolor o aumentan su malestar.
532 Trauma . Prioridades
~ Sedación
E
(/)
0 ,8
ctl
o: 0,6
0,4 Analgesia
0,2
o Dolor
Tiempo
Algunas estadísticas muestran que tres de cua- El esquema terapéutico ideal no ex iste pero al
tro pacientes experimenta n do lor de moderado a elegirlo se debe tener en cuenta que sea:
intenso en los dos primeros días de postoperatorio
y que en uno de e llos el do lor persistirá por más de • Eficiente .
72 horas. • Seguro.
Demling ha destacado el im portante papel de- • Práctico .
sempeñado por el do lor como disparador del pri- • Bajo costo.
mer golpe . Esta teoría ("teoría de los dos go lpes") • Fác ilmente reproducible.
sostiene que el trau ma prod uce un primer impacto • Míni mos efectos secundarios.
en el paciente, la consecuencia: un síndro me de
res puesta infl amatori a locali zada que lleva a la ac- En cuanto a la analgesia sistémica, los narcóti-
tivac ión de la respuesta sistémica masiva. La hi- cos son el elemento c lave en el tratamie nto de l do-
pertermi a o hipotermia, la excitación psicomotri z, lor agudo.
e l do lor y la infecc ión son entre otras causas situa- En una simulación computari zada, se observa-
c iones d isparadoras de l "second hit" que puede ron los niveles plas máticos en cuatro vías de ad mi-
conduc ir a la disfun c ión y posteriormente fa ll a or- nistración d ife re ntes (figs. 18- 12-3 a 18-1 2-6).
gánica múltiple y muerte de l paciente. Las líneas paralelas muestran el intervalo tera-
péutico deseab le, por debajo de las cuales , no hay
Los objetivos principales del trata miento son analgesia sufic ie nte y por encima de e llas el pa-
los siguientes: ciente se encuentra sedado.
La vía oral puede ser una vía de ad mini stra-
• Minimi zar o eliminar e l malestar. c ión adecuada, si el paciente puede utili zarl a y de
• Fac ili tar el proceso de recuperación. hecho es la más reco mendable en el trata miento
• Permitir una rápida mov ilización. de l dolor crónico. La vía intramuscular fu e la
• Permitir una rápida externación. más utili zada durante mucho tiempo; la absorc ión
• Reintegrar al paciente a su acti vidad laboral. es muy eJTática sobre todo en pacientes con una
1,4
1,2
ctl
.~
:ca 0,8 Sedación
E
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ctl 0,6
o:
0,4 Analgesia
0,2
º·2 1
.. .. .. . .. .. ..
1
Dolor
o
Tiempo
pobre perfusión tisular. La vía intravenosa tiene Es interesante mencionar que la escalera anal-
un acceso directo a la circulación permitiendo un gésica de la OMS debe descender en el dolor agu-
comienzo rápido de acción, pero la distribución do y ascender en el crónico. A pesar de esto, en una
rápida de los fármacos puede producir un efecto encuesta que se efectuó en nuestro país a médicos
de sedación no buscado y un período de analgesia de diversas especialidades, surgió que solamente e l
más corto. Lo que resulta más práctico es utilizar 10% de los encuestados prefería la morfina como
la técnica de analgesia intravenosa continua analgésico postoperatorio. Uno de los moti vos era
donde se puede modificar la velocidad de la perfu- el temor a la farmacodependencia. Sin embargo, la
sión de acuerdo a las necesidades de l paciente. dependencia física o adicción es muy rara como
Cuando se e lige un esquema de analgesia endo- consecuencia del tratamiento del paciente en forma
venosa continua en todos los casos se administrará: continua en la unidad de cuidados intensivos. La
inc idencia publicada por Pon er fu e de 0,003% (es
Dosis de carga: cantidad de l fármaco que se decir 4 en 11.882 pacientes hospitalizados).
administra para alcanzar rápidamente la concen- En e l caso particular de los pac ientes con trau-
tración efectiva salvando las cuatro vidas medias. matismos de tórax, la presencia de fracturas costa-
les o de toracotomía dificulta la ex pansión de la
Dosis de mantenimiento: cantidad del fármaco pared torácica y como consecuencia, el paciente
que se administra en func ión del metabolismo y no tose o tiene tos inefectiva, se acumulan secre-
excreción de l mismo, permitiendo mantener una ciones con la consecuente ate lectasia y luego neu-
concentrac ión plasmática analgésica estable. monía, situación totalmente evitable si se efectúa
una analgesia correcta que permita toser adecua-
Dosis de rescate o refuerzo: cantidad del fár- damente al paciente.
maco que se admini stra cuando la concentrac ión Se ha descrito que tratar adecuadamente el do-
plasmática cae por debajo de la analgésica. Es la lor produc ido por una toracotomía puede reducir
única dosis que se administra a demanda del pa- la du rac ión de la hospitalización del paciente has-
ciente cada 20 minutos hasta calmar el do lor. ta en un 25%.
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1,2
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ü
0,8 Sedación
~
E
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o: 0,4 Analgesia
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o Dolor
Fig. 18-12-6. Administración
intravenosa continua. Tiempo
534 Trauma. Prioridades
ANALGESIA LOCAL-REGIONAL de intox icac ión provocados por los anestés icos lo-
ca les:
Advertencia: el bloqueo regional está contrain- Karlsten R, Torsten G. Adenosin a new analgesic for the
dicado si existen antecedentes de hipersensibili- treatment of neuropathic pain? IASP Newsl etter
dad a los anestésicos , infección en el sitio de la 2000; issue 1.
punción , alteraciones de la coagulación o si quien O ' Neill WM, Hanks GW: The cogniti ve and psychomo-
tor effects of morphine in healthy subjects: a rando-
intenta hacerlo no está adecuadamente capaci-
mized controll ed tria] of repeated (four) oral doses of
tado.
dextropropoxiphene, morphine, lorazepan and place-
bo. Pain 2000; 85:209-2 15.
Plummer, J. C lini ca l Pharmaco logy of Acule Pain: pos-
toperative pain, acute myocardi al infarction, and mi -
LECTURAS RECOMENDADAS gra ine. Pain 1999 an Update Review Refresher Cour-
se Syllabus, 9'h World Congress on Pain Aug l 999.
Apéndice l : Buenas Prácticas Prescriptivas. Programa a Yillalonga A, Carrasco MS. Farmacología en Anestesio-
distancia de formac ió n médica contínua en farmaco- logía. Federación Europea para la Enseñanza de la
logía. Asociación Argentina de Fármacovigil ancia y Anestesiología (FEEA) 1999; 102- 143.
Fármacoepidemiología; l-2 , 1999 . Z ieher LM y co l. Farmacología de la inflamac ión y el
Gonzalez García, G . Remedios Políticos para los med i- dolor. Programa a distancia de Formación Médica
came ntos. 2d" ed. 1994. Contínua en Farmacología. 1998, caps 7 y 8: 83- 102.
Sección 19
Traumatismo y embarazo
Capítulo
Traumatismos en el embarazo
Daniel Ruiz y Thomas Espósito
539
540 Trauma. Prioridades
Advertencia: la madre puede perder hasta el Advertencia: en decúbito dorsal el útero com-
30% de su volemia sin grandes cambios en sus prime la vena cava inferior y disminuye el gasto
signos vitales, pero con vasoconstricción placenta- cardíaco.
ria y sufrimiento fetal.
sión parc ial de oxígeno no varía, la de dióxido de En contrapos ición con el mj ometrio, la placen-
carbono disminuye hasta 30 mm Hg y hay una le- ta tiene muy poco tejido elás tico. Esto la expone a
ve disminución compensadora del bicarbonato fu erzas de desgarro en la interfase uteropl acenta-
plasmático. El consumo de oxígeno está aumenta- ria, que pueden llevar al desprendimiento. Los va-
do en el embarazo, por lo que siempre debe admi- sos placentarios se hallan dilatados por completo
ni strarse oxígeno suplementari o. durante todo el embarazo y presentan gran sensi-
bilidad a las catecola. minas. De este modo una dis-
minución brusca de la vole mia provoca un incre-
Útero mento marcado de la resistencia vasc ular uterin a.
con reducción de la oxigenac ión feta l a pesar de
El útero permanece dentro de la pelvi s hasta las mantenerse los signos vitales maternos dentro de
12 semanas de gestación y la estructura ósea que lo norm al.
lo rodea le confiere c ierta protección frente a los
traumati smos abclo mjnal es. A partir de allí se
transforma en una estructura intraabdomi nal , que Advertencia: la placenta tiene gran sensibilidad
a las 20 semanas llega a la altura del o mbligo y a a las catecolaminas.
las 34 a 36, al reborde costal. En las dos últimas
semanas e l fondo desciende al encajarse la cabeza
del feto en la pelvis de la madre. Los traumatismos directos del útero o la pl a-
centa. puede n provocar liberac ión de tromboplas-
tina placentaria (que es activadora del pl as minó-
Advertencia: a las 26 semanas de gestación se ge no) y causar coagulación intravasc ul ar disemi-
considera que un feto es viable; en ese momento el nada.
útero se halla a mitad de camino entre el ombligo y
el reborde costal.
Aparato digestivo
Este crecimiento del útero, con frecuencia rota- Los ni ve les aumentados de estrógenos y pro-
do a la derecha, desplaza e l intestino hacia el ab- gesterona inhiben la motilidad gastro intesti nal, las
domen superior. Durante el desarrollo de la gesta- secrec iones intestinales y la absorc ión de nutrien-
ción pasa de ser un órgano de 7 cm de longitud y tes durante el e mbarazo . Estos cambios hormona-
70 g ele peso, de paredes gruesas, a una bol sa mus- les , junto con la alterac ión del ángulo esofagogás-
cular de 36 cm y 1.100 g, de paredes finas , con un trico que sitúan el esfínter esofágico inferior den-
volumen medio de 5 L. Su flujo sanguíneo aumen- tro del tórax disminuyen la competenc ia del esfín-
ta de 60 a 600 mL por minuto, por lo que en un ter y aumentan e l riesgo de aspirac ión desde las 1O
embarazo a término cada 1O minutos c ircul a una semanas de gestaci ón. La hormona gastrina produ-
volem ia por el útero. Las venas uterinas pueden c ida por la pl acenta aumenta el conten ido de ác ido
au mentar su tamaño hasta 60 veces para permitir clorhídri co y de enzimas del jugo gástrico. Por to-
el drenaje sanguíneo adecuado del lecho uteropl a- do esto siempre se considera a la embaraza.da con
centa.ri o. Es te incremento de la vascul a.rizac ión estómago ocupado. Es aconsejable la colocación
aumenta e l riesgo de san grado masivo en los trau- de sonda nasogástrica u orogástrica en etapa tem-
matismos de pelvi s. prana en la reanimación para prevenir la bronco-
El feto se halla protegido por la pelvis de lama- asp iración. También debe protegerse la vía aé rea
dre en el primer trimestre y por una cantidad abun- durante los intentos de intubación.
dante de líquido amniótico en el segundo. Luego
de un traumatismo éste puede ser fuente de embo-
lia de líquido amn iótico y coagulación intravascu- Advertencia: la mujer embarazada tiene alto
la.r diseminada si se pone en contacto con e l espa- riesgo de vómitos y broncoaspiración .
cio intravascular. En el tercer trimestre, en la pre-
sentación cefálica, la cabeza del feto se halla den-
tro de la pelvis y el resto está expuesto por encima El crecimi ento uterin o desplaza las vísceras in-
del anillo pelviano. En esta etapa las fracturas de la traa.bdominales y distiende e l peritoneo, lo que re-
pelvis ele la mad re pueden provocar fracturas de duce su sensibilidad ; esto vuelve poco confiable el
cráneo o lesiones intracerebrales en el feto . examen físico e n estas pacientes.
Traumatismo y embarazo 543
presentarse lesiones directas. Las lesiones fe tales La severid ad de las lesiones en la madre deter-
indirectas pueden producirse por compresión rápi- mina el resultado para ell a y el fe to. Todas las mu-
da, desaceleración, efecto de contragolpe o fu erzas jeres embarazadas con traumatismos mayores de-
de desgarro que provoquen des prendimiento pla- ben internarse en centros que cuenten con especi a-
centario. listas en trauma y en obstetri cia para optimizar Jo,
El uso de cinturón de seguridad disminuye la resultados del tratamiento. El 80 % de las pacien-
mortalidad y la gravedad de las lesiones de la ma- tes que ingresan en shock hipovolémico y so bre,·i-
dre al prevenir la eyección (33 % de mortalidad en ven pierden su embarazo. Aun las que presentan
las eyectadas vs. 5% en las que no lo fu eron; 47 y tra umatismos menores deben observarse con cu i-
11 % de mortalidad fetal , res pecti vam ente) y el im- dado, ya que en oportunidades pueden presentar
pacto contra la estructura del vehículo. Sin embar- desprendimientos placentarios y pérdida del fet o.
go, el tipo de c inturón determina la frecuencia de Las lesiones fetales directas son más frecuentes en
ruptura uterina y muerte fe tal. El uso de cinturón los embarazos avanzados y en general se asoc ian
que só lo fija el abdomen permite la flexión del con traumatismos severos.
tronco de la madre hac ia adelante, lo que provoca
compresión uterina con posible ruptura o despren-
dimiento place ntario y traumatismo de cráneo del Advertencia: aun los traumatismos menores
fe to contra la pelvis. El ci nturón abdominal colo- durante el embarazo requieren vigilancia cuidadosa
cado muy alto sobre el útero transmite la energía para detectar temprano desprendimientos placen-
del impacto directamente a éste. Los c intu rones tarios .
combinados con bandolera reducen la posibilidad
de lesiones fe tales directas o indirectas, quizá por
disipar la energía en una superfi cie mayor, así co-
mo por ev itar la fl exión so bre el útero. El compo-
nente abdominal debe colocarse baj o, sobre los EVALUACIÓN INICIAL
muslos, y la bandolera entre las mamas y por en-
ci ma de l útero. Debido a los prej uicios entre las
embarazadas respecto de este punto, es muy im- Cuidados prehospitalarios
portante que el obstetra las instru ya para que use
el cinturón en forma correcta. El personal respons able de los cuidados pre-
hospitalarios debe conocer los cambios fisio lógi-
cos que se producen en el embarazo. Es muy im-
Advertencia: debe instruirse a las mujeres em- portante proveer oxígeno suplementario desde e l
barazadas acerca del uso correcto del cinturón de inicio de la atención para prevenir la hipoxia fetal.
seguridad . E l tra nsporte de las muj eres con embarazos en e l
2º y el 3º trimestres, debe hacerse con un a inmo-
vilizac ión espinal adecuada, sobre una tabla larga
rotada hac ia la izq uierda para evitar la compresión
de la vena cava. Debe obtenerse toda la inform a-
Traumatismos penetrantes ción posible sobre el embarazo.
Se debe seguir el ABC del protocolo ATLS. feto . El hallazgo de dolor, defensa, contractura o
Una vía aérea segura y el aporte de oxígeno suple- dolor de rebote en el abdomen sugiere ruptura ute-
mentario son esenciales para mantener una ade- rina. Con frecuencia los signos peritoneales están
cuada oxigenación en la madre y el feto. Si hay di- atenuados en los embarazos avanzados. Otros sig-
ficultad respiratoria se debe asistir mediante venti- nos que sugieren ruptura uterina son posiciones
lación mecánica. La posibilidad de aspiración de abdominales del feto, palpación fác il de partes fe-
contenido gástrico es mayor en la embarazada, por tales y dificultad en la determinación del fondo
lo que si se precisa intubación traqueal se debe uterino.
comprimir el cricoides. La ruptura placentaria puede sospecharse cuan-
Como la curva de disociación de la hemoglo- do hay sangrado vaginal, dolor a la palpación del
bina fetal está más a la izquierda que la materna, útero, contracciones frecuentes, tetania o in-itabili-
incre mentos pequeños e n la concentración de dad uterina.
oxígeno de la sangre de la madre mejoran en gra- En la mayoría de los casos ambos cuadros pro-
do significativo el contenido de ox ígeno de la vocan dolor abdominal. Puede haber síntomas
sangre fetal. asociados de hipovolemia.
una emergencia obstétrica . El líquido amniótico cada latido del feto es fijo , responde ante la hi ·~
teñido de sangre indica separación placentaria o xia o la hipovoJemia con taquicardia. La hi pO.\ I.:
placenta previ a. severa causa bradicardia y debe reconocerse c m·
El abombamiento del perineo se produce por la indicador de sufrimiento feta l ag udo.
presión del feto e indica trabajo de parto. En todas las pacientes con embarazos vi ab lc-
Se deben evaluar las características de las con- está indicado el monitoreo fetal, aun en los ca,,'
tracciones uterinas: frecuencia, duración e intensi- de traumatismos menores. Se prefieren los cardiC>-
dad. Las contracciones fuertes y frecuentes indi- tocómetros que contro lan tanto la frecuenci a c· -
can la inminencia del parto. díaca feta l como las contracciones uterinas.
Las hemorragias maternofetales pueden produ- Los traumatismos cerrados pueden prod u c 1 ~
cir isoinmunización si la madre es Rh negativa. ruptura uterina, pero esto es infrecuente, poco pr -
Cantidades tan pequeñas como 0,01 mL de sangre bable de pasar inadvertido y por lo general fat al
Rh positiva sensibilizan al 70% de las pacientes para el feto. La separación de la placenta como re-
Rh negativas. La prueba de Kleihauer-Betke se sultado de las fuerzas de desgaJTo es mucho má-
utiliza para identificar sangre fetal en la circula- frecuente y es la primera causa de mortalidad fet al
ción de la madre. Si es positiva, confirma el diag- por trau matismos cerrados (40 a 66% en traum a-
nóstico, pero si es negativa no lo descarta, por eso tismos graves). Las separaciones mayores al 50'<
se recomienda tratam iento con inmunoglobulinas son fata les para el feto; el monitoreo adecuado
Rh en todas las madres Rh negativas , a menos que permite detectar temprano separaciones menore> .
se trate de lesiones aisladas y alejadas del útero. En embarazos ava nzados se puede presentar luego
La embolia de líquido amniótico es otro de los de traumas menores ( 1 al 5% ).
cuadros que pueden presentarse. Se caracteriza
por hipotensión y disnea súbitas, muchas veces se-
guidas de paro cardiorrespiratorio. Suele acompa- Advertencia: hasta el 30% de los desprendi-
ñarse de coagul opatía, que puede ir desde una al- mientos placentarios pueden no presentar sangra-
teración leve de la función pl aquetaria hasta la do vaginal y son la causa más frecuente de muerte
coagulación intravascular diseminada. El trata- fetal cuando la madre sobrevive.
miento está dirigido a mantener la oxigenación y
el débito cardíaco, así como a c01Tegir la coagulo-
patía. La madre puede presentar sangrado vaginal .
La liberación de tromboplastina placentaria es dolor abdominal, rigidez uterina, expansión del
otra causa de coagu lación intravasc ul ar disem i- fundus y shock. Las separaciones placentarias por
nada. trauma cerrado cursan sin sangrado vaginal en el
30% de Jos casos. La detección de actividad uteri-
na frecuente en el monitoreo o por palpación es el
Evaluación fetal método más sensible para el diagnóstico. En pa-
cientes asintomáticas se recomiendan al menos 6
Sólo cuando se estabilizó la situac ión de la ma- horas de monitoreo. Si se presentan contracciones
dre debe dirigirse la ate nción al estado del feto. Si uterinas frecuentes, dolor abdominal, sangrado va-
está vivo y tiene madurez suficiente para sobrevi- ginal o hipotensión, debe monitorearse al menos
vir al parto, se aplicará una vigilancia continua. La entre 24 y 48 horas.
evaluación del estado del feto en este contexto es- La ecografía es muy útil para determinar edad
tá limitada a la frecuencia cardíaca fetal y Ja eco- gestacional, latidos cardíacos y movimientos fet a-
grafía. les. Identifica bien la placenta previa pero no es
tan efectiva para la separación placentaria.
El tratamiento del feto se decide en función del
Advertencia: la evaluación fetal debe comenzar estado de la madre y el feto. Si éste no está com-
luego de la reanimación adecuada de la madre. prometido, debe establecerse la presencia de tra-
bajo de parto. Si lo hay y el feto se considera in-
maduro, puede iniciarse una tocólisis. Esta técnica
A partir de las 12 semanas de gestación la fre- no está exenta de riesgos si la paciente se hall a en
cuencia cardíaca feta l puede determinarse por shock o la reanimación fue insufic iente. En gene-
Doppler y en condiones normales se halla entre ral se acompaña de aumento de Ja frecuencia car-
120 y 160 latidos por minuto. Como el volumen de díaca y alteraciones de la presión del pulso que re-
Traumatismo y embarazo 547
quieren una vig ilancia cuidadosa medi ante control go de l parto. La exposición prenatal a radiacio-
de la presión venosa central o incluso de las pre- nes también puede asociarse con desarrollo de
siones pulmonares para prevenir la aparición súbi- neoplasias en la niñez.
ta de edema de pulmón. Se acepta que una exposición por debaj o de los
Si e l feto es maduro puede permitirse la progre- 1O rads (< O, 1 Gy) representa un riesgo razonable
sión de l parto y, según las condiciones obstétricas, para un embrión o un feto humanos. La dosis que
cabe considerar parto vaginal. Si hay sufrimiento recibe el útero durante un procedimiento depende
fetal en un feto viable con madre estable hemodi- de vari os factores, como potencia del tubo, co-
námicamente , está indicada la cesárea. 1Tiente, tiempo de exposición, tamaño de l pacien-
te, distancia y tipo de aparato. La unidad de medi -
da de absorción de rayos X por los tejidos es el
ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS rad, que equi vale a la transferenc ia de energía de
100 ergios por gramo de tej ido . En general una ex-
Laboratorio posición directa (radi ografía de abdo men, pelvis o
columna lumbar) implica una dosis de 1 rad (0,0 1
En toda mujer en edad fértil se debe hacer una Gy), mientras que una indirecta (c ráneo. tórax),
prueba de embarazo dentro de los exámenes ini- 0,01 rad (0,001 Gy). La dosis de radi ación absor-
ciales para detectar las gestac iones tempranas ig- bida du rante una to mografía computari zada de ab-
noradas por la madre. domen es de 0,2 rads (2 mGy).
Debe hacerse un estudi o de coagul ac ió n que Los exámenes radiográficos necesarios en la
incluya productos de degrad ación de l fibrin óge- e mbarazada con traumatismos de ben hacerse en
no, po r la posibilidad de coag ul ació n intravas- fun ción de estas recomendaciones:
c ul ar.
1. Ordenar la cantidad mínima de estud ios que
brinden la cantidad máxima de información.
Advertencia: la disminución de los niveles de Una planificación adecuada permitirá evitar
fibrinógeno es el indicador más sensible de coagu- duplicaciones.
lación intravascular. 2. Se debe proteger e l abdomen con plo mo, lo
que reduce la ex posic ión de l feto en un factor
de 8.
Si está disponible la prue ba de Kleihauer-Bet- 3 . C uando se requieran numerosas ex posic iones
ke es útil para predecir la isoinmunización, aunque a lo largo de l tiempo (pac ientes críticos en
los resultados no son urgentes, ya que la inmuno- UTT), es apropiado colocar un dosímetro sobre
g lobulina puede administrarse hasta las 72 horas la madre.
del contacto .
de complicaciones en la madre: hipo xia, hipoten- Demorar la cesárea perimortem más allá de los
sión y sepsis. Si e l feto es maduro es probable que S minutos de paro cardíaco materno.
sea más seguro provocar e l parto en este grupo de
pacientes. La ex posic ión a monóx ido de carbono
puede afectar e l desarrollo cardíaco fetal. LECTURAS RECOMENDADAS
Para estas pac ientes se recomienda el trata-
miento conjunto con los obstetras. Ali J, Yeo A, Gana T, McLe ll an B. Predictors o f Feta l
Mortality in Pregnant Trauma Patients. J Tra uma
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Harviel D. Knudson M. Mi ll er RS , Burch JM , Mere-
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- Confiar en el examen físi co para la evaluación 83-86.
del abdomen. Trauma in Wome n. En: Ameri can Co ll ege of S urgeo ns
No diagnosticar la coagulación intravascul ar (ed .). Advanced Trauma Life Support for Doctors.
di seminada en etapa temprana. In structor Course Manual. Co mmittee on Trauma.
No efectuar estudios radiológicos necesarios Chicago, 1997, 377:387.
por temor al pos ible daño fetal. Vai zey C. Jacobso n M, Cross F. Tra uma in Preg nancy.
No monitorear al feto aun en casos de trauma- BMJ 1994; 8 1:1 406-15 .
ti smos menores. Wil son RF. Vince nt G. Gynecologic and Obstetrical
No indicar o demorar una cirugía necesari a en Trauma. En: Wil son RF, Wa lt A (eds.). Management
la madre por la posibilidad de aborto o daño al of Trauma: Pitfa ll s and Prac tice. Fi lade lfia: Wil li ams
feto. & Wilkins. 1996: 62 1-642.
Sección 20
Traumatismos en pediatría
Coordinadores: Pablo Neira
y Jorge Fiorentino
Capítulos
El niño no es un adulto
,..,
pequeno
Gabriela Sheehan y Daniel Caffarone
EPIDEMIOLOGÍA DEL TRAUMA tres pacientes quedarán con lesiones discapaci tan-
EN LA INFANCIA tes severas, 42 requerirán internación y alrededor
de 1.200 consultarán a las salas de guardia por le-
En· la Argentina el trauma es la primera causa siones menores. Los info rmes estadísticos pobl a-
de muerte en los niños mayores de un año (cuadro cionales sobre morbilidad en niños lesionados en
20- 1- 1). Según datos ofic iales, durante 1998 en nuestro país son escasos.
nuestro país murieron 1.51 3 niños por lesiones ; la Los cuadros 20-1-3 y 20-1-4 muestran las ca-
contribución del trauma a la mortalidad es del racterísticas epidemiológicas de Ja población asis-
35 % (de cada.tres decesos de niños, uno se debe a tida por trauma grave en el servicio de terapia in-
trauma). Las circunstancias que llevaron a Ja tensiva del Hospital de Niños "R. Gutiérrez" de la
muerte y su distribución por edad están graficadas Ciudad de Buenos Aires. Estos datos epidemioló-
en el cuadro 20-1-2. gicos se basan en una serie de 155 pacientes en el
La mortalidad es la ari sta más visible del pro- período comprendido entre los años 1996- 1999.
blema. Se calcula que por cada mue11e por trauma, La gran mayo ría de Jos traumatismos en nuestro
Fueme: World Health Statistical Annual 1994. Estadísticas vitales. Mi nisteri o de Salud, 1998.
553
554 Trauma. Prioridades
Envenenam iento 22 11 33
Suicidios o 36 36
Agresiones 19 46 65
país no son intencionales. Las lesiones por vehícu- que el país está atravesando hacen prever un au-
lo automotor son la principal causa de muerte por mento en su frecuencia.
trauma y entre éstas la más frecuente el traumatis- La mortalidad global de esta serie de casos co-
mo de cráneo. Una minoría de las muertes por rrespondió al 12,6%.
trauma se asocian con hechos de violencia. Feliz- El sexo es un determinante de la frecuencia y
mente, hasta el presente las lesiones penetrantes y severidad de las lesiones. Lo varones doblan la
los suicidios no adquieren la magnitud de otros frecuencia de lesiones a toda edad y por toda cau-
países, aunque los cambios en los valores cultura- sa. Esta diferencia estaría relacionada con diferen-
les y la situación socioeconómica adversa por la tes patrones de comportamiento basados en aspec-
tos culturales.
La edad es otro factor de riesgo, ya que deter-
mina con frecuencia los distintos patrones de le-
Cuadro 20-1-3. Frecuencia de lesiones por sión. Por ejemplo, el abuso es mucho más frecuen-
diagnóstico anatómico sobre 155 pacientes te en los menores de 3 años, mientras que el suici-
dio lo es en la adolescencia. La edad también in-
Sector Noo % fluye sobre el pronóstico de las lesiones. El trau-
matismo de cráneo se asocia con mayor mortali-
Tec 11 7 75 dad en los menores de dos años que en los niños
más grandes, y estos últimos, menor mortalidad
Tórax 34 21 que los adultos.
Por último, los niños que viven en condicio-
Óseo 66 42 nes de pobreza tie nen mayor probabilidad de
Abdomen 26 16 morir por trauma (hasta 4 veces más). El medio
socioeconómico adverso actúa como factor mul-
Raquimedular 15 9,6 tiplicador: violencia, maternidad adolescente, ba-
jo nivel de supe rvisión, falta de protección en
Pelvis 9 6 ventanas de ed ificios, viviendas cercanas a ave-
nidas de alto tránsito, mayor frecuencia de in-
Fuente: UTl : Htal. de Niños ª R. G utiérrez" (elatos no publi- cendios, etc. ha n demostrado ser factores contri-
cados). buyentes.
Traumatismos en pediatría 555
Fig. 20-1-1. Localización del impacto del auto de acuerdo con la edad.
556 Trauma. Prioridades
A B
Fig. 20-1-2. Uso incorrecto del cinturón de seguridad. A. Efecto cuchillo. B. Efecto submarino.
por debajo del vehículo y esto le produce lesiones ños pueden deslizarse y quedar sumergidos bajo el
graves. cinturón, lo que incrementa la probabilidad de le-
sionar su cara, cuello y laringe.
c. Pasc~jeros: el tipo de lesión variará en fun- Los niños menores de 18 kg no debieran fijar-
ción del uso o desuso de elementos de seguridad se al cinturón ; a esta edad es convenie nte e l uso
(cinturón de seguridad, sillas, airbags) y de la ubi- de sill as. En los niños mayores se recomienda el
cación del niño dentro del automóvil. ¡Los niiios uso de un refue rzo sobre el asiento (p. ej. , a lmo-
nunca deben viajar en los asientos delanteros! sea hadilla), para permitir la fijación correcta de l
sentados en el asiento o en el regazo de los mayo- cinturón. Las sil las para el auto presentan 5 pun-
res, ya que estas situaciones incrementan el riesgo tos de sujeción . A l igual que el cinturón de segu-
de muerte por lesiones. ridad, disminuyen e l riesgo de muerte en 11 ve-
ces.
Cinturón de seguridad: se ha demostrado que Como la silla no permite una fijación correcta
la efectividad del cinturón de tres puntos permite de la cabeza y el cuello, se aconseja ubicar la silla
disminuir la probabilidad de muerte en un 40-50% en el asiento posterior, mirando hacia el baúl de l
y la severidad de las lesiones en un 55-60%; aun- rodado, para evi tar la hiperflexión del cue llo en si-
que en los niños no fijados en forma apropiada el tuaciones de desaceleración brusca.
cinturón se convierte en un punto de impacto adi-
cional (fig. 20-1-3), con riesgo de lesiones graves A irbags: son elementos de protección para los
provocadas por el uso inapropiado. adultos, pero se ha demostrado su peligrosidad pa-
Si el cinturón está colocado por debajo de las ra los niños. Los menores de 12 años, los sentado>
crestas ilíacas, en situaciones de desaceleración en los asientos delanteros y en especial los que es-
rápida se incrementa el riesgo de lesión de colum- tán sentados adelante y no usan cinturón de segu-
na por hiperflexión; si se coloca alto sobre el ab- ridad están en particular riesgo, debido a su baj a
domen, aumenta el riesgo de lesión en las vísceras estatura y a su proximidad con la explosión de la
abdominales (efecto cuchillo). Los niños peque- bolsa.
Traumatismos en pediatría 557
Un número considerable de muertes en niños superior) golpea al caer sobre el manubrio. Son
se atribu yeron directamente a la explos ión del air- episodios de poca trascendenci a que no moti van la
bag, a causa de lesiones por vehículo automotor a consulta médica. Sin embargo este patrón puede
baja veloc idad. estar asociado con la producción de lesiones seve-
Entre las lesiones provocadas por este mecanis- ras, principalmente pancreatitis postraumática y
mo se incluyen abrasiones y quemadu ras en la ca- pseudoquiste de páncreas, y lesiones de otros ór-
ra, el cuello, el tórax y los miembros superiores. A ganos como bazo, hígado y riñón; los retrasos del
medida que el niño se encuentra más cerca de la diag nóstico son importantes debido a la aparición
expl osión de la bolsa, mayor es la probabilidad de tardía de síntomas .
presentar les ión grave: traumatismo craneoencefá- Otra variante del mismo mecanismo lesiona] la
lico y les ión cervical (SCIWORA). provoca el freno de la bicicleta, en ambos extre-
mos del manubri o, que origina heridas penetrantes
sobre el abdomen con compromiso de vísceras
Lesiones por desaceleración huecas frecuente.
vertical brusca Por último, el denominado "pie de bicicleta"
(caídas de altura) es una lesión tan típi ca que a menudo se diag-
nostica por inspección simple. Se produce cuan-
En nuestra serie este mecani smo ocupa el se- do se introducen los pies entre los rayos de las
gundo lugar en frec uencia (2 1% ), en espec ial en ruedas .
la pobl ac ión de menor edad. Las ventanas sin
protecc ión, los techos y las escaleras (huecos)
son los lugares habitu ales donde se producen es- Abuso
tas les iones .
La frec uencia de lesiones craneoencefálicas Dentro de la definición quedan comprendidos
por este mecani smo es mu y alta, debido a que la los abusos físico, emocional y sexual, y la negli-
cabeza tiene un tamaño y peso proporcionalmente gencia.
mayor. También son frecuentes las frac turas de Los niños menores de tres años son los que se
huesos largos y las lesiones de tronco. encuentran en mayor riesgo; 30% de los abusos se
perpetran en menores de seis meses de vida.
El abuso no respeta ni vel socioeconómico.
Lesiones por bicicleta Siempre se debe mantener un alto índice de sospe-
cha ya que no siempre los signos y síntomas son
Constitu yen accidentes propios de la segunda ev identes, en especial cuando se presentan tarde a
infa ncia. Las lesiones se originan por caída, o em- la consulta o cuando el relato familiar no se corre-
bestida de otro vehículo. En otros países el uso de laciona con los hall azgos fís icos.
casco redujo el número de muertes por este meca- Las lesiones más comunes afectan el cerebro,
nismo. los huesos y las partes blandas. La afectación de
La lesión por manubrio de bicicleta se produce órganos internos es menos frecuente, pero acarrea
cuando el tro nco (por lo general el hemi abdo men mayor mortalidad.
558 Trauma. Prioridades
La laringe está ubicada en una posición más recho la favorece. Vigilar, por lo tanto, que la
anterior y cefálica, y la epiglotis es más prominen- expansión y auscu ltación torácicas sean simé-
te, por lo que la visual ización de las cuerdas voca- tricas, y corroborarlo después con radiografía
les se complica. de tórax.
La cabeza es grande y en posición supina tien-
de a flexionar el cuello, lo que posibilita la obs- El descenso de la laringe a través de la compre-
trucción de la vía aérea. sión cricoidea (maniobra de Sellick) puede ayudar
El cuello es corto, más laxos los músculos cer- a visualizar la glotis en los casos de intubación di-
vicales, y mayor la movilidad de la columna cervi- ficultosa; además, mediante la compresión esofá-
cal. La vía aérea es más angosta en toda su longi- gica, impide la posibilidad de aspirar secreciones
tud y la tráquea más corta, cartilagi nosa y por lo gástricas en caso de regurgitación o vómitos. Esta
tanto más colapsable. maniobra se contraindica en los casos en que se
En los niños menores de 8 años la zona más es- sospecha lesión cervical.
trecha de la vía aérea se encuentra por debajo de
las cuerdas vocales en el nivel del cricoides, que
constituye un manguito funcional. Advertencia: todas las maniobras sobre la vía
Los lactantes son respiradores nasales obliga- aérea requieren inmovilización de la columna cer-
dos, por lo cual la presencia de sangre o secrecio- vical.
nes en las narinas puede condicionar el fallo respi-
ratorio.
B. Respiración
Implicaciones en el manejo
del paciente Los niños tienen una caja torácica más flexible
que los adultos; es más resistente a las lesiones ex-
La vía aérea se obstruye con mucha faci lidad. ternas (menor frecuencia de fracturas costales),
La disminución en el nivel de conciencia puede pero las lesiones de órganos intratorácicos es más
provocar su obstrucción, por relajación de los probable.
músculos del piso de la boca y caída hacia atrás de El mediastino tiene mayor movilidad y por eso
la lengua, lo que lleva con rapidez a la insuficien- se desplaza con más facilidad.
cia ventilatoria si no se realizan maniobras de libe- La respiración de los niños es primordialmente
ración (p. ej ., desplazamiento anterior del maxilar diafragmática, con menor desaITollo de los múscu-
inferior). los intercostales; las costillas tienen una disposi-
Otra causa común de obstrucción es la acumu- ción más horizontal.
lación de sangre, moco o vómitos, lo que requiere La elasticidad pulmonar en los niños es compa-
una pronta aspiración. rativamente menor, mientras que la de la pared to-
rácica es mayor que en el adulto.
Advertencia: estas maniobras básicas son im- Advertencia: el nino consume más oxígeno y
prescindibles para el control de la vía aérea. tiene menor capacidad residual funcional.
Abdomen
Advertencia: hay varios parámetros radiológi-
cos que se deben considerar cuando se evalúa la Las lesiones en esta área tienen una frecuencia
posibilidad de lesión cervical en los niños. similar a las anteriores (1 6%).
Al ser el abdomen de menor tamaño, la fuerza
se disipa a mayor cantidad de órganos por unidad
El núcleo de osificación de Ja apófisis odontoi- de superficie, lo que favorece la lesión en más de
des, que se fu siona entre los 3 y Jos 6 años de un órgano.
edad, puede simular una fractura. Hay una sublu- La pared abdominal está menos desaiTollada y
xación fis iológica de C2 sobre C3, pero ésta no de- posee menor cantidad de tej ido graso, por lo que
be exceder Jos 3 milímetros. La distancia entre la opone menor resistencia a Ja fuerza ejercida sobre
carilla anterior de la apófisis odontoides y Ja cara el abdo men. La caja torácica no ofrece buena pro-
posterior del cuerpo del atlas es de 3-4 milímetros. tección a las estructuras internas, lo cual favorece
la posibilidad de lesión.
La mayoría de los traumatismos abdominales
Advertencia: es importante tener en cuenta es- son contusos e involucran vísceras sólidas (bazo,
tas diferencias para una correcta interpretación de hígado y riñón).
los estudios radiológicos. Una característica propia de Ja niñez es que los
órganos abdo minales tienen cápsulas más delga-
das y flexibles, y esto ejerce un efecto protector ya
El SCIWORA (Spinal Cord Injury Without Ra- que es menor la frec uencia de estallido del órgano.
diologic Abnormalities) es la lesión de la médula A su vez, la integridad de la cápsula permite el
sin expresión de lesión radiológica. Es una entidad control hemostático del sangrado.
particular aunque no exclusiva de Ja niñez. En al- Según estas premjsas, si se cumplen algunos
gunas series representa hasta el 50% de todas las requisitos se acepta realizar tratamiento conserva-
lesiones medulares. dor (no operatorio) del traumatismo abdominal
La lesión de Ja columna ósea es más frec uente contuso.
en el ni vel de Ja unión occipito-atloide, C 1 y C2. La dilatación gástrica es muy frec uente e n los
En un 15% de Jos casos pueden coexistir lesiones niños luego de un traumatismo. Su presencia
en otras vértebras. causa dolor, a ltera la semiología abdominal, li-
mita Ja excursión diafragmática y puede provo-
562 Trauma. Prioridades
Prioridades en el manejo
del traumatismo en pediatría
Pablo Neira y Jorge Fiorentino
564
Traumatismos en pediatría 565
%
PESO
e
+2
> 20 kg
+I
LO a 20 kg
- 1
< 10 kg
Surge de aquí que el ITP no sólo pred ice seve- lesión medular, quemadura de la vía aérea o la
ridad de lesión, sino que también identifica a los cara (o ambas).
niños con peligro inmediato de muerte de no me- c) Consideraciones especiales: víctimas múlti-
diar una intervención apropiada y oportuna. Es so- ples, necesidad de unidad de cuidados intensi-
bre la base de estos datos que se recalca la utilidad vos, necesidad de espec iali stas, pedido fami-
del ITP como herramienta útil en el lugar del acci- li ar, enfermedades preexistentes.
dente y confirma una consistente relac ión inversa
lineal entre el ITP y el ISS. Además identifica una
relación similar entre este puntaje y la mortalidad . TRANSPORTE
Se toma un ITP de 8 o menor en el campo como
indicador de derivación a un centro de alta com- El objetivo más importante en los cuidados del
plej idad pediátrica, lo ideal es que esté especiali - niño traumatizado es opti mizar el tratamiento mé-
zado en trauma. dico en cada etapa de los cuidados de salud ; o sea
en el lugar del accidente con la estabilización ini-
Otros criterios que se pueden tomar para deci- cial , en el transporte o en la etapa de tratamiento
dir la derivación son: definitivo.
Una vez efectuada una categorización correcta
a) Mecanismo lesional: expulsado de un auto en el paso próximo debe ser el transporte del trauma-
movimiento, caída de más de 3 metros, tiempo tizado al centro adecuado para su tratamiento.
de rescate mayor de 20 minutos, muerte de otro
pasajero, invasión de la cabina mayor a 50 cm El transporte comprende tres aspectos críticos:
(intrusión), traumatismo en medio ambiente
riesgoso. 1) Evaluación inicial y estabilización .
b) Lesiones anatómicas: politraumatismo, lesión 2) Transporte al servicio hospitalario (transporte
penetrante en la línea media, tres o más fractu- primario).
ras, amputación, hipotensión persistente, trau- 3) Si es necesario, transporte interhospitalario
matismo de cráneo severo, lesión de vía aérea, (transporte secundario).
Traumatismos en pediatría 567
Los protocolos de transporte deben aplicarse ción de la escena del accidente y del tratamien-
cuando se crea un sistema regional de trauma. De- to realizado.
ben transportarse desde la escena del accidente
hasta un centro pediátrico o general de trauma de
alta complejidad, que posea cirugía pediátrica y ATENCIÓN INICIAL
facilidades para cuidados críticos. HOSPITALARIA
El paciente deberá ser estabilizado antes del
traslado secundario; las demoras inadecuadas en La atención inicial hospitalaria es la continua-
la referencia, así como el transporte de pacientes ción terapéutica del paciente traumatizado, que se
inestables ejerce efectos adversos sobre los resul- inició en la etapa prehospitalaria con la llegada del
tados. El personal encargado del transporte debe rescatador del sistema de salud. A veces esto no se
estar en condiciones de evaluar al paciente, moni- produce, ya que un gran porcentaje de los pacien-
torearlo, y ser experto en técnicas de intubación tes pediátricos traumatizados ingresa en el hospi-
endotraqueal y accesos vasculares pediátricos, co- tal trasladado por sus padres o por los que presen-
mo también en administración de líquidos y medi- ciaron el accidente (debido al bajo peso y la faci-
camentos. lidad de movilidad y el traslado, lo que empeora la
La mayoría de los transportes se realizan con evolución de estos pacientes).
personal poco entrenado en técnicas pediátricas y La normatización del manejo de los niños trau-
con móviles inadecuadamente equipados para matizados sigue una serie de etapas similares a las
trasladar niños. Ramenofsky demostró que las del paciente adulto:
consecuencias de estas limitaciones son un au-
mento de la incidencia de lesiones secundarias y 1. Primer examen
muertes potencialmente prevenibles.
Por tal motivo se deberá procurar que el trans- a) Vía aérea permeable con control de la co-
porte sea realizado por miembros de un equipo de lumna cervical.
transporte pediátrico entrenado en cuidados espe- b) Respiración.
ciales, preparado para actuar ante cualquier emer- c) Circulación con control de las hemorragias.
gencia durante el traslado. y reposición de volumen.
La falta de equipo apropiado y el funciona- d) Evaluación del deterioro neurológico.
miento incorrecto de los mismos puede causar di- e) Exposición completa del paciente.
ficultades durante este período y los eITores en es-
te punto representan casi un 20% de muertes po- 2. Reanimación
tencialmente prevenibles. 3. Segundo examen
Es fundamental que el móvil posea equipa- 4. Tratamiento definitivo
miento y materiales de tamaños apropiados para
todas las edades pediátricas, así como diferentes
líquidos de infusión y fármacos para medicar du- PRIMER EXAMEN
rante esta etapa.
El período que insume el traslado de las vícti- A) Vía aérea
mas a los centros receptores será considerado una
fase más de la atención inicial prehospitalaria y el La permeabilidad y la estabilidad de la vía aé-
móvil (terrestre o aéreo) un apéndice del departa- rea son un paso importantísimo en la atención pri-
mento de emergencia donde se realizarán todos los maria. En el capítulo anterior se expusieron las di-
procedimientos necesarios para estabilizar al pa- ferencias anatómicas pediátricas de la vía aérea en
ciente. Las necesidades recomendadas se observan relación con el adulto, que en este caso deben to-
en el cuadro 20-2-2. marse en cuenta.
Los médicos que efectivizan el traslado deben Se debe evaluar el llanto y la voz del paciente,
comunicarse con la institución receptora, para in- ya que un niño que llora y llama a sus padres en
formar el estado del paciente, qué lesiones presen- general tiene la vía aérea permeable. El compro-
ta, los interconsultores necesarios y los tratamien- miso de la vía aérea puede conllevar una combina-
tos realizados en la etapa prehospitalaria. ción de hipoxemia e hipercapnia. Hay que buscar
Se deberá confeccionar una historia clínica signos que alerten sobre probable lesión, como ta-
con antecedentes del paciente, alergias, meca- quipnea, taquicardia, agitación, uso de músculos
nismos cinemáticos del traumatismo, evalua- respiratorios accesorios, estridor, etc.
568 Trauma. Prioridades
Material Tamaño
Tubo de oxígeno
Bolsa, válvula m<íscara con reservorio 250 mL, 500 mL y 1000 mL de capac idad
Aspirador portátil
Rama de laringoscopio N° O, 1, 2, 3
Destrosti x y mullistix
Oxímeu·o de pulso
Material descartable
Las maniobras para permeabilizar la vía aérea auricular. Como complicación de este procedi-
se dividen en elementales o avanzadas. miento pueden presentarse sangrados por hipertro-
fi a adenoidea o de una mucosa nasal fri able.
Al. Elementales
A2. Avanzadas
Si se requiere permeabilizar la vía aérea la ma-
niobra que se debe utilizar es el desplazamiento Si con las maniobras elementales no se puede
anterior del maxilar inferior y la proyección hacia permeabilizar la vía aérea o lograr una ventilación
adelante con inmovilización de la columna cervi- y una oxigenación adecuadas se deben intentar las
cal con la técnica bimanual. maniobras avanzadas; éstas son la intubación en-
dotraqueal y la vía aérea quirúrgica (cricotiroideo-
tomía por punción o quirúrgica, o traqueostomía).
Advertencia: todo politraumatizado tiene una
lesión de columna cervical hasta que se demuestre
lo contrario; este dato es fundamental en niños que Intubación endotraqueal
como vimos tienen tejidos más laxos, por lo que la
maniobra clásica de elevación del mentón y exten- Es la maniobra avanzada más apropiada para
sión de la cabeza está contraindicada. permeabilizar la vía aérea. Además de la imposibi-
lidad de permeabilizar la vía aérea con maniobras
elementales, hay afecciones generales, como paro
Si presenta aumento de secreciones, sangrado respiratorio, hipoxia severa, trastornos del senso-
o c uerpo extraño en fauces se debe proceder a la rio, hjpertensión endocraneana, etc., que indican
aspiración; ésta se realizará mediante una cánu- que se debe proceder a intubar al paciente.
la rígida y transparente (para poder ver qué es lo Para ello se debe seleccionar un tamaño ade-
que se aspira), si es posible 14 F, aspirando en cuado del tu bo mediante la fó rmula Nº T ET =
forma rápida tratando de no producir traumati s- ( 16 + edad en años)/4; otras formas son: el tama-
mos o provocar maniobras que estimulen el re- ño del dedo meñique del pacie nte o el diámetro
fl ej o vaga] o el laringoespas mo. Se prefiere aspi- de la narina. Sie mpre hay que tener disponibles
rar e n fo rma breve y frecuente, que larga y espo- dos números mayores y dos me nores. Hay que
rádica. recordar que si el pacie nte es menor de 8 años se
Los pacientes pediátricos conscientes toleran de ben usar tubos endotraqueales sin manguito, ·
muy poco las cánulas orofaríngeas o nasofaríngeas ya que el cricoides actuaría como manguito fi -
y en los que se encuentran semiinconscientes se siológico.
incrementa el riesgo de vómito, lo que se convier-
te en complicación grave por el riesgo que impli-
ca la aspiración pulmonar.
Si se llegara a colocar la cánula orofaríngea, se
debe tener en cuenta que a diferencia de los adul-
tos no se debe introducir apuntando hacia el pala-
dar y luego girar 180º, ya que de esta forma se
suele lesionar el paladar duro. Por eso, para los pa-
cientes pediátricos se recomienda su colocación
con la ayuda de un bajalenguas (fig. 20-2-1 ).
Si la cánula es pequeña, puede causar obstruc-
ción por empujar la lengua hacia atrás, y, si es lar-
ga, puede causar obstrucción de la vía aérea por
sangrado, trauma epiglótico o laringoespas mo.
El tamaño de la cánula que se debe utilizar es
el que coincide con la proyección exterior de la cá-
nula (desde el plano de los incisivos hasta el ángu-
lo inferior de la rama ascendente del maxilar infe-
rior: gonion). El tamaño correcto es el que coinci- Fig. 20-2-1. Forma correcta de colocación de la
de con la proyección desde la nariz hasta el trago cánula orofaríngea en niños.
570 Trauma. Prioridades
El laringoscopio puede ser de rama curva o ra- produce hipercapni a marcada con ac idosis respi ra-
ma recta; si se utiliza la rama recta se debe cargar toria severa.
la epligoti s, y si se utili za la curva, su extremo di s- La cricotiroidotomía tiene las mi smas indica-
tal debe ubicarse en la valécula. ciones que la a nterior pero no está recomendada
Antes de la intubación se debe hiperve ntil ar al en menores de 8 años por lo delicada y pequeña
paciente con máscara con bolsa reanimadora con que es la membrana cri cotiroidea hasta esa edad.
una fracción inspirada de oxígeno lo más cercana La técnica es la siguiente: se coloca el bi sturí
posible al 100% durante alrededor de tres minutos. en sentido hori zontal y se incide en la membrana
Para ev itar la distensión gástrica se debe utili zar cricotiro idea alrededor de l cm; luego se introdu-
una sonda nasogástrica (si no hay contraindicacio- ce el mango del bi stu rí y se rota 90º, se introduce
nes para su uso), o compresión del cartílago cri - por ese orific io un TET Nº 3 y se procede a la ven-
coides medi ante Ja maniobra de Sellick, que des- tilación manual.
pl aza el esófago contra la columna. Las compli caciones de estos procedimientos
Si el paciente no se encuentra inconsc iente se son obstrucc ión de la vía aérea, he mon-agia, enfi -
deberá utili zar una secuencia rápida de inducción sema subcutáneo, neumotórax y laceración larín-
o sedación profu nda, como fe ntanilo (2 a 4 (µg/kg) gea.
+ midazo lam (0, J a 0,3 ( ~t g/kg) y se procederá a Si el ni ño presentara una lesión laríngea impor-
reali zar la intubación endotraqueal. tante o traqueal, o tiene un cuerpo extraño en larin-
Cada intento no debe superar los 30 segundos y ge estaría indicada una traqueostomía de urgencia,
si en dos intentos no se logra una intubación ex i- aunque este procedimiento se utili za mu y poco en
tosa se debe dar paso a alguien con mayor expe- pac ientes ped iátricos.
riencia. Como procedimientos alternativos pero mu y
Una form a práctica de calcul ar el tie mpo en es- poco utilizados en pedi atría se encuentran: intuba-
ta situac ión tan estresante es que el operador reten- ción con endoscopio de fib ra óptica, utilizac ión de
ga la res pirac ión y cuando siente necesidad de res- la máscara laríngea y tubo endotraq ueal con luz.
pirar se debe concluir con el intento. Para concluir mostra remos un algoritmo de
Para controlar si la intubación fu e exitosa se manejo de la vía aérea en pacientes traumatizados
debe observar expansión torácica adecuada, entra- (fig. 20-2-2) .
da simétrica de aire en ambas pl ayas pulmonares .
Con ulterioridad se constatará con una radiografía
de tórax el extremo di tal de TET, que debe estar B) Ventilación
ubicado a unos 2 cm de la carina.
Las complicaciones en la intubación endotra- Una vez que se aseg uró la vía aérea se debe su-
queal son: intubación esofágica, intubac ión bro n- pl ementar con ox ígeno en concentrac iones eleva-
qui al, daño en fa uces, dientes, daño ocular y lesión das.
fa ríngea, laríngea o traquea l. Si el pac iente respira en fo rma espontánea se
Si no se puede establecer una vía aé rea med ian- puede colocar una máscara o una cánula nasal de
te la intubación o coex iste trauma maxil ar severo ac uerdo con la tolerancia del niño, pero si está en
con distorsión anatómica, hemorrag ia mas iva, ap nea o respira de manera inefectiva se debe apor-
ede ma mas ivo de la vía aérea o trau ma laríngeo, se tar oxígeno con presión positiva a través de bolsa
deberá proceder a conseguir una vía aérea quirúr- válvul a máscara.
gica. Los lactantes ventilan primari amente por me-
La pri mera es la punción cricoti ro idea; para dio de los movi mientos del diafrag ma, por eso, las
ello se debe identificar la membrana cricotiro idea afecc iones que limiten la excursión diafrag mática,
por debajo del cartílago ti ro ides, se utili za un caté- como su lesión directa, di stensión abdominal, di s-
ter sobre ag uja Nº 12 o 14 y se introduce en di rec- tensión gástri ca por aerofagia o íleo gástrico, pue-
ción caudal a 45 º, has ta vencer el resalto y as pi rar den difi cultar en gran medida la res pi ración. Esta
aire con la jeringa. Se avanza el catéter sobre la situación se puede solucionar con la colocación de
aguja, se coloca un adaptador de un TET Nº 3 y se una sonda orogástri ca o nasogástrica. Se debe ob-
conecta un adaptador en Y; se provee oxígeno a un servar la mecánica ventil atoria, la frec uencia res-
fluj o de 1O a 15 L por minuto y se ocluye la rama piratoria (dependerá de la edad del niño), palpar el
libre del conector en Y en fo rma esporádica . choque de la punta, evaluar las vibraciones voca-
De esta manera se puede ventilar al niño du ran- les y la tráquea (mu y difíc il en ni ños pequeños) ,
te 30 a 40 minutos, ya que luego de ese tiempo se percutir y auscultar ambas playas pulmonares.
Traumatismos en pediatría 571
MANIOBRAS ELEMENTALES
1 1
ADECUADA VENTILACIÓN
Y OXIGENACIÓN
' w
En este momento se deben diagnosticar y co- se observa el porcentaje estimado de volumen san-
menzar el tratamiento de lesiones con riesgo de guíneo perdido.
muerte, como neumotórax hipertensivo, neu- • La presión efectiva de pul so (pres ión arterial
motórax abierto, hemotórax masivo, tapona- media), el volumen minuto urinario y la medi -
miento pericárdico y tórax móvil. ción de la presión venosa central son mu y bue-
nos pai·á metros para determinai· el estado he-
modinámico, pero requieren un tiempo a veces
C) Circulación con control no disponible.
de la hemorragia
• La hemo1Tagia y la hipovolemia subsiguiente son Advertencia: el pulso se convierte en un muy
causas de muene habitual en los pacientes trau- buen aliado para la evaluación hemodinámica del
matizados, ya sean niños o adultos; por lo tanto, paciente traumatizado.
el fund amento terapéutico de esta etapa será con-
trolar las hemon-agias y prevenir el shock, con
frecuencia no diagnosticado en etapa temprana. • En niños mayo res de 2 años es preci so buscar
onda de pul so en e l ni vel carotídeo .
Una de las causas más frecuentes de muerte • En niños menores de 2 años se debe bu scar en
prevenible en trauma pediátrico durante el trata- los niveles braquial y fe moral.
miento inicial está determinada por la fa lla en re-
conocer e l sangrado intraabdominal de manera - Esta recomendación reconoce un aspecto
oportuna, lo que retrasa operaciones necesari as. estrictamente anatómico, ya que los niños
Los parámetros que detectan con más rapidez menores de 2 años poseen un cuell o mu y
el estado de emergencia hemodinámica son: eva- corto y poco accesible.
luación del sensorio, coloración de la piel, pulso y - Las siguientes afirm aciones deberán servir
tensión ai1e1ial sistólica (TAS). En el cuadro 20-2-3 de guía y orientación:
572 Trauma. Prioridades
Sistema parámetro Menor que el 25%, moderada 30 al 40%, grave Mayor al 40%, exanguin.ante
Con pul so radial palpable: TAS igual o ma- administrar oxígeno a flujos altos (10 litros por
yor que 90 mm Hg. minuto con una Fiü., del 100%).
Con pulso femoral si n pulso rad ial palpable: 2. Aplicar presión digital sobre los puntos de san-
TAS entre 50 y 90 mm Hg. grado o en una arteria proximal.
- Sin pulsos palpables: tensión arterial menor
que 50 mm Hg (i niciar maniobras de RCP). 3. En ocasiones se podrán utilizar vendajes com-
presivos, en especial si hay lesiones extensas
• La comparac ión del pulso carotídeo y rad ial en de partes blandas. Los hematoma fracturarios
los niños no es de utilidad . se cohíben mediante el uso de fé rul as inflables,
• Un pulso débil y ráp ido con una frecuencia ma- que además aportan ventajas como el alinea-
yor que 130 es un signo frecuente de shock en miento de los ejes de los miembros , evitan ex-
todos los niños, excepto los rec ién nacidos. posiciones óseas y disminuyen el dolor por la
• Recordar que la frecuencia cardíaca tambi én inmovilización que proveen .
puede aumentar por miedo o fiebre.
4. En la etapa hospitalaria se deben establecer los vena safena interna premaleolar en-los mayores.
2 accesos vasculares, es un paso ahora sí cru- Se deberá considerar que las vías colocadas en la
cial en la atención inicial, tanto para la infusión etapa prehospitalaria o durante la reanimació n
de líquidos y medicamentos como para la ex- inic ial hospitalaria puede n estar contaminadas, y
tracción de muestras para laboratorio, que de- deberán reemplazarse luego de la estabilizació n
berán realizarse en forma simultánea. de l paciente. La necesidad de nuevas vías intra-
Las muestras para el laboratorio se solicita- venosas reconocerá como regla de oro el "senti-
rán en la etapa hospitalaria de atención y sólo do común" y se juzgarán de acuerdo con e l grado
incluirán los siguientes pedidos: de inestabilidad he modinámica y la respuesta clí-
nica de l paciente. Para un paciente pediátrico
a) Grupo sanguíneo y factor (clasificación y prue- grave rara vez se necesitan más de 3 o 4 vías. E n
bas cruzadas). casos de shock evidente se colocarán vías de ac-
b) Hematócrito. ceso por arriba y por debajo de l diafragma. Se ac-
c) Prueba de embarazo, alcoholemia y determina- cederá a venas aflu entes al sistema cava superi or
ción de drogas cuando estén indicadas (pacien- cuando la lesión se encuentre por debaj o de las
tes adolescentes y situaciones especiales). mamilas (equivalente a la altura de l diafragma en
espiración máxima), y en el sistema cava inferior
Solicitar en esta etapa otro tipo de análisis no cuando la lesión se e ncuentre por arriba de la lí-
ayudaría en nada para evaluar el contexto general nea mamil ar.
de un paciente con traumatismos múltiples.
Durante este período se punzarán 2 venas peri- S. Se podrá utilizar la vía intraósea si no se lo-
féricas (las de mayor calibre y más accesibles) con gran buenos resultados inmediatos con el estable-
catéteres cortos y gruesos sin interferir con las ma- c imiento de las vías periféricas.
niobras de reanimación.
En situaciones de emergencia, hallar una vía de
acceso suele ser difíc il , en esos casos se probó que
Advertencia: la vía intraósea es una vía segura y efectiva para la
administración .d e líquidos y fármacos, y es un
• No se recomienda utilizar punciones centrales procedimiento alternativo válido.
(subclavia) , puesto que aumentan el riesgo de La vía intraósea es una técnica antigua que se
neumotórax e interfieren con las maniobras utiliza desde la década de 1930. Con el adveni-
sobre la vía aérea miento de las agujas tipo mariposa y los catéteres
plásticos du rante las décadas del ' SO y e l '60 de l
• No deberán intentarse punciones femorales siglo pasado, la vía intraósea fue desplazada en la
en ausencia de pulso femoral o ante la presen- preferencia de cirujanos y emergentólogos.
cia o la sospecha de traumatismo abdominal. La normatización de las conductas recomenda-
da por los cursos de soporte básico y avanzado en
trauma revitalizó esta técnica para consegui r un
La primera vía deberá colocarse preferente- acceso a la circulación en formas segura y rápida.
mente en el pliegue de fl exión de l codo (venas ce- Por esta vía se infundieron con buenos resul ta-
fálicas, basílicas o tributarias), y con la técnica con dos: catecolaminas, sangre, calcio, heparina, atro-
la que esté más acostumbrado el operador. pina, antibióticos, digitálicos y bicarbonato de so-
La velocidad de administración de líquidos se dio. Un fármaco administrado por esta vía tarda
relaciona en fo rma directa con el diámetro inter- entre 1O y 20 segundos en llegar al ventrículo de-
no de la luz de l catéter y la presuri zación de l sis- recho.
tema, y es inversamente proporcional a su longi- La ad mini stración de líquidos y fármacos por
tud, por lo que se recomienda la colocación de vía intraósea, además de ser segura y útil en el tra-
vías gruesas y cortas. (S i no se d ispone de presu- tamiento de niños en estado crítico, debería consi-
rizadores se colocará el manguito de l tensiómetro derarse una medida temporaria durante la emer-
a 300 mm Hg sobre el reservori o del líquido de gencia y cuando otros sitios vasculares no están
infusión.) Ante la imposibilidad de lograr un ac- disponibles de inmediato.
ceso vascular adecuado se practicará un nuevo El fund amento de esta vía se basa en que la
intento, y si se fa lla se recomie nda utilizar la vía médula ósea presenta una matri z mineral espon-
intraósea (VIO) en niños pequeños, o canalizar la josa, rellena de contenido sanguíneo, con islotes
574 Trauma. Prioridades
No deberán administrarse soluciones con dex- 3. Pérdidas mayores que el 50% de la volemia en
trosa, a menos que se compruebe hipoglucemia. 72 horas deben considerarse pasibles de trata-
La hiperglucemia secundaria a su utilización pro- miento operatorio.
voca diuresis osmótica y posibilitaría el desarrollo
de la acidosis láctica. 4 . Cuando la hemorragia provenga de un sector
en el que existe el riesgo de hem01rngia masiva
Advertencia: en especial en pediatría, cualquier y que comprometa la vida con rapidez, p. ej.
solución administrada deberá entibiarse, porque de corazón, aorta, etc.
lo contrario se induce a la hipotermia o se empeo-
ra la existente. Si bien es difícil estimar la cantidad de volu-
men intravascular perdido y las cantidades de lí-
quidos que requiere un paciente para su reanima-
La hipotermia altera la hemostasia, puede cau- ción hemodinámica en la etapa de atención inicial ,
sar hipertensión pulmonar, reduce la frecuencia podemos calcular la gravedad de las pérdidas de
cardíaca, la tensión arterial, el flujo cardíaco y au- líquidos y sangre basados en la presentación clíni-
menta la resistencia vascular sistémica; se altera la ca del paciente a su ingreso.
liberación de oxígeno desde la hemoglobina hacia Se recomendará tener en cuenta la tasa de san-
los tej idos (se desvía la curva de disociación de la grado estimado para cada lesió n exsanguinante,
hemoglobina a la izq uierda) y aunque se haga un en especial cuando se trate de fracturas de fém ur y
aporte correcto de volumen, se reducen las proba- pelvis, cavidad pleural y abdominal.
bilidades de supervivencia.
Por ese motivo, las infusiones deberán pasar a
temperatura ambiente, 20ºC a 25ºC, o, mejor aun, Advertencia: el retroperitoneo puede albergar
calentarse con microondas hasta 39ºC. una cantidad de sangre muy importante, y con fre-
La sangre de banco refrigerada a 4ºC se puede cuencia es fuente de hemorragia oculta.
calentar a baño María o mediante infusión simul-
tánea, con una tubuladura en Y con soluciones
cristaloides a 40ºC, y la sangre a temperatura am- Es conveniente que ni bien se comience con la
biente. (Recordar que la sangre, el plasma y las so- reposición de volumen con cristaloides, se tenga a
luciones que contengan glucosa no deben calentar- mano lo que el paciente hipovolémico perdió y
se con microondas.) necesita: sangre.
Luego de cada expansión en bolo a 20 mL/kg Se pedirá con carácter de urgencia grupo, fac-
(hasta 3 en total), se deberá reevaluar de manera tor y pruebas serológicas, aun sabiendo que las
sistemática la condición clínica del paciente y an- pruebas de compatibilización (hemoclasificación
te la falta de respuesta se deberá sospechar la pre- y pruebas cruzadas) demoran un tiempo promedio
sencia de sangrado activo (que requiere la admi- de 60 minutos incluso en los mejores bancos de
nistración de sangre y de la interconsulta tempra- sangre. El jefe del equipo de trauma decidirá sobre
na del cirujano pediatra). la base del análisis pormenorizado de cada pacien-
Un niño con shock hipovolémico, durante la te si se está en condiciones de esperar ese tiempo
primera hora de tratamiento de reanimación con o no. Si la necesidad terapéutica lo amerita, se uti-
frecuencia, requerirá un aporte de entre 40 y 60 lizará sangre de grupo "O negativo" para evitar
mL/kg, y en ocasiones de extrema gravedad LOO a riesgos de sensibilización ulterior. La decisión se
120 mL/kg. fundamentará en el riesgo aumentado de muerte
En los casos dudosos en los que se evalúa la ne- que presentan los pacientes descompensados y en
cesidad de cirugía versus conducta conservadora, estado de shock. (Este tipo de transfusión puede
es útil verificar el ritmo y el volumen de las pérdi- tener un cierto grado de incompatibilidad respecto
das según los siguientes axiomas: de anticuerpos menores, y esto debe tomarse en
cuenta.)
l. Un ritmo de pérdida del 5% de la volemia por Como desventaja la sangre de banco no contie-
hora, sostenido por 4 horas sugiere hem01rngia ne factor V, VIII ni plaquetas, por lo que se reco-
activa y necesidad de cirugía. mendará, cuando las transfusiones son masivas
(peso x ·8%-9% ), administrar plasma fresco con-
2. Una pérdida mayor que el 30% de la volemia gelado ( l O a 20 mL/kg) o sangre recién extraída.
durante 24 horas sugiere tratamiento quirúrgico. La administración de gluconato de calcio estará
576 Trauma. Prioridades
indicada en especial cuando la transfusión sanguí- jores parámetros para evaluar la respuesta al
nea se realizó muy rápido. Se completarán los tratamiento inicial. (Valores normales: recién
controles con coagulogramas básicos (KPTT-re- nacidos, 2 mL/kg/hora; menores de un año, 1,5
cuento de plaquetas y tiempo de protrombina) pa- mL/kg/hora; mayores de 1 año, l a 0,5 mL/kg-
ra prevenir los trastornos de coagulación secunda- /hora según edad.)
rios a la reposición sanguínea, la hemodi lución, • Las causas de hipotensión por hipovolernia en
los antecedentes de ingestión de fármacos que al- el paciente politraumatizado durante las prime-
teran la coagulación y la presencia de enfermeda- ras horas del accidente son: l ) hemorragia ex-
des hemorragíparas previas. Si se considera nece- terna; 2) hemorragia intracavita.ria (abdorninal-
sario se podrán indicar 1 a 2 unidades de plaque- torácica); 3) hemo1rngia de partes blandas, pel-
tas por cada 5 kg de peso corporal para mantener vis y retroperitoneo.
el número de plaquetas circulantes por aJTiba del • Otras causas de shock sin pérdida de sangre
umbral de hemorragia: 50.000 plaquetas/mL. son: 1) neumotórax hipertensivo; 2) tapona-
miento cardíaco o disfunción miocárdica; 3) le-
sión medular (shock espinal o del gran espa-
Sustitutos de la sangre cio).
(congéneres análogos) • La determinación de la presión venosa central
(PVC) se considera un procedimiento muy útil
Hay sustitutos de la sangre, como los perfloru- no sólo para monitorear la hemodinamia, sino
rocarbonos o soluciones de he moglobina, que también para evaluar la precarga y la sobrecar-
cumplen la función de transportar oxígeno y man- ga de líquidos si es que se presentasen luego de
tener el volumen intravascular. la reanimación.
Tendrían la ventaja de ser compatibles con to-
dos los grupos sanguíneos y poder administrarse a
pacientes que por razones religiosas no acepten la D) Evaluación neurológica
transfusión de sangre o hemoderivados.
La evaluació n neurológica (déficit neurológi-
• Luego de categorizar la magnitud del sangrado co) durante la evaluación prima.ria tiene como ob-
las decisiones terapéuticas deberán ser resulta- jetivo primordial realizar un análisis somero y rá-
do de una evaluación correcta y rápida de la pido del estado neurológico del paciente traumati-
reanimación con líquidos y de la pe1fusión tisu- zado durante la atención inicial. Los cambios neu-
lar. rológicos pueden indicar la presencia de patología
• Los síntomas y signos de emergencia hemodi- intracraneana o una disminución en el aporte de
námica restablecidos, como la normalización oxígeno o de perfusión tisular. La observación di-
de la tensión arterial sistólica y de pulso, junto námica del deterioro del estado neurológico plan-
con la normalización de la frecuencia cardíaca tea la necesidad de una reevaluación rápida de la
son datos clínicos elocuentes de que se estabi- oxigenación, la ventilación y la perfusión del pa-
lizó el estado hemodinámico. Si bien el primer ciente.
paso está cumplido, estos parámetros nada in- Es muy importante recalcar que las víctimas
dican acerca de la perfusión tisular en los pa- pediátricas poseen una frecuencia elevada de trau-
rénquimas nobles. La recuperación del senso- matismos encefalocraneanos y que las lesiones
rio, de la coloración de la piel y la normaliza- vertebromedulares suelen hallarse en el nivel de la
ción del ritmo diurético es una prueba impor- columna cervical.
tante y razonablemente sensible para evaluar Por sus características anatomofisiológicas,
una perfusión tisular adecuada, conseguida por los niños pueden presentar lesiones medulares
medio de un aporte adecuado de oxígeno y de graves sin compromiso óseo, por lo que se reco-
una masa de glóbulos rojos circulantes sufi- mienda considerar sie mpre que todo paciente
cientes. traumatizado posee una lesión medu lar hasta que
• Un paciente lúcido rara vez tiene déficit impor- el especialista espinal pediátrico realice la eva-
tante de su volumen circulatorio efectivo. La luación definitiva. El síndrome SCIWORA, s igla
reducción del 50% de la volemia origina altera- que en inglés sign ifica compromiso medular sin
ciones en el estado de conciencia. lesión ósea demostrable por radiografía, se pre-
• Se deberá considerar que el registro del gasto senta en un 50% de las lesiones medul ares e n pe-
urinario, aunque algo tardío, es uno de los me- diatría.
Traumatismos en pediatría 577
Verbal Verba l
Orientado 5 Balbuceo 5
Confuso 4 Irritab le 4
Palabras inadecuadas 3 Ll anto co n do lor 3
Sonidos inespecíficos 2 Quejidos con do lor 2
Au sencia 1 Ause ncia 1
Motora Motora
Tomado de Jen nell B. Teasda le G. Lancet 1977 : 1:878: y Janes HE . Pediatr Ann 1986: 15: 16.
Evaluación secundaria
Cabeza Ver y palpar toda la cabeza -Contro l de vía aérea ex ped ita: manio-
-Evaluar pupilas y pares craneanos bras e lementales vs. avanzadas
-Heridas penetrantes, hundimientos y -Co ntrol de hemorragias
scalp - Hematomas - edemas -Inmovi li zar la cabeza con control de
-Otorrinorrag ia y pérdidas de LCR movimientos latera les
-Quemadura de vía aérea
(co111.)
580 Trauma. Prioridades
Eva/u.ación secundaria
drá, se reducirá o minimizará con la utilización de Cooper A, Cantilo E. Trauma Pedi átrico. En: Rodríguez
algoritmos y conductas que identifiquen con clari- A, Ferrada R. (eds.). Trauma Sociedad Paneamerica-
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Capítulo 20-3
El niño maltratado
Martín Odriozola
582
Traumatismos en pediatría 583
los o cu idados por menores.) Higth com unicó (sangre en la cámara anterior) deben hacer sospe-
sobre 1.872 ch icos admitidos por quemaduras en char posibilidad de maltrato.
un período de 5 años , que el 16,6% fueron pro-
vocadas. El 87 % de las quemaduras provocadas
se produjo por líquidos calientes, y el 13 %, por Lesiones abdominales y torácicas
fuego. El 75 % de las quemaduras se produjo en
el baño o la cocina. El rango de edad osciló en- Son más comunes las lesiones abdominales. '
tre los 13 y 24 meses. Cigarrillos, fósforos, hie- es una de las causas de muerte junto con los tra u-
rros cali entes, salama ndras, etc., son otros méto- matismos de cráneo. Pueden presentarse hemotó-
dos para producir lesión. Para sospec har maltra- rax o neumotórax; es preciso recordar que el nii1o
to se debe tener en cuenta la reiteración de que- sufre graves lesiones contusas en pu lmón sin frac-
maduras. turas costales. La fractura costal debe hacer sospe-
El área quemada también puede llevar a la sos- char maltrato, sobre todo en chicos menores de 2
pecha (tronco, genitales , nalgas, costado de la ca- años. En un trabajo presentado en febrero de 2000
ra, orejas y cuello, parte superior de los brazos). en la Western Trauma Association, Bensard indicó
que sobre 73 niños menores de 2 años con este ti-
po de lesiones, el 70% de los casos no coITespon-
Traumatismo de cráneo dió a accidentes .
Los pseudoquistes pancreáticos también deben
Se deben buscar marcas de alopecia por arran- hacer pensar en un probable origen intencional , y
cado de pelos (más difusa que la alopecia areata), pueden aparecer semanas o meses después del
que pueden acompañarse de hematomas subgalea- traumatismo. La lesión pancreática aguda más co-
les. Caffey fue el primero en llamar la atención so- mún es la provocada por el manubrio de la bicicle-
bre los hematomas subdurales relacionados con ta, frac tura contra una columna, mecanismo acci-
maltrato en chicos con poca o nula lesión externa. dental , pero implica chicos más grandes.
El "ch ico sacudido" (shaki ng baby syndrome) en
general es un varón, por debajo de los dos años,
con signos inespecíficos o específicos de aumento Lesiones osteoarticulares
de la presión intracerebral (vómitos, convul siones,
estupor, coma), irritabilidad, somnolencia, etc. El Son una de las manifestaciones principales del
hallazgo de hemorragia retiniana se relaciona con SMI. Se debe sospechar en todo niño menor de dos
el mecanismo de lesión. La localización más fre- años con fracturas de cualquier tipo o localización .
cuente de la hemo1ngia subdural producida por Las fo rmas más frecuentes son: fract uras de di-
este mecanismo es la porción parietooccipital de la ferentes estadios de evolución, fracturas diafisa-
cisura interhemisférica. rias en espiral , transversal y oblicuas por golpe di-
Cuando el hematoma coincide con una fractura recto o retorcimiento, fracturas epifisometafisarias
en general se debe a un golpe directo que es pro- por tironeamiento, despegamiento subperióstico.
bable que deje marcas, pero también puede pre- El hallazgo de fracturas de costill a recientes o
sentarse sin otra lesión asociada. Es difícil saber en curación, sin una explicación adecuada, debe
cuántos casos de retraso mental se deben a maltra- considerarse manifestación de abuso físico, hasta
to. La tomografía computari zada (TC) tiene un pa- que se dem uestre lo contrario.
pel básico en el diagnóstico.
ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS
Lesiones oculares
Laboratorio: se debe realizar como en cual-
La lesión es tan común en los juegos infantiles quier otro paciente para documentar anormalida-
que el "ojo en compota" será difícil de detectar co- des en un órgano o sistema.
mo provocado ; en cambio se debe sospechar de las Imágenes: las más útiles son:
lesiones bilaterales. Recordar que el ojo de mapa-
che es un signo de fractura basil ar. Las hemorra- Radiología simple: son hallazgos sospechosos:
gias retinianas son parte del síndrome del niño sa-
cud ido. En chicos menores de 3 años hemorragia - Fractura de huesos largos (fémur) en ch icos
intraocular, desprendimiento de retina, hipema menores de tres años
Traumatismos en pediatría 585
Rehabilitación
Capítulo
Rehabilitación
de pacientes politraumatizados
con traumatismo de cráneo
María J. van Zeschau
y María E. Boix
589
590 Trauma. Prioridades
En este capítulo se ha elegido dividir los pa- A) Prevención del daño secundario: atribuible a
cientes según la escala de coma de Glasgow hipoxia, hipoflujo, aumento de la PIC, infec-
(GCS), para remarcar el concepto de que el trata- ciones, hidrocefalia, higromas, inmov ilización,
miento de rehabilitación debe considerarse desde aislamiento.
el inicio, no por su valor pronóstico. Recomenda-
• Postura
mos el uso de la escala de pronóstico de Glasgow
• Rotación
(GOS) para orientar la modalidad en el momento
• Movilización
del alta en la etapa aguda.
• Cuidado de la piel
• Cuidado nutricional
• GOS 3 y 4 (pacientes con discapacidad mode-
• Cuidado respiratorio
rada y severa): internación de rehabilitación
• Equipamiento transitorio
hasta lograr la integración familiar suficiente y
luego continuar en forma ambulatoria o domi- B) Estimulación multisensorial
ciliaria.
• GOS 5 (pacientes con buena recuperación o C) Organización y contención familiar
discapacidad leve): tratamiento o controles, o
ambos, en forma ambulatoria.
A. Prevención del daño secundario
Previo al diseño de cada plan individual ya
hay una orientación general dada por otra cate- Postura
gori zación del pac iente en cuanto a su nivel fun-
cional (dependientes o independientes) rel ac io- Las posturas inadecuadas acentúan el desequi-
nada con el GCS: ya sea un paciente dependiente librio muscular, que promueve el desarrollo de ac-
que no responde (GCS 8115 o menos), un pacien- titudes compensatorias patológicas. Sus manifes-
te dependiente cuya conexión con el medio está taciones clínicas son dolor, posturas reflejas en
progresando (GCS 9115 o mayor) y luego e l pa- masa, ascensos importantes de la PIC y la frecuen-
ciente independiente con ces 15115, que puede cia cardiorrespiratoria, alteraciones del ritmo de
presentar déficit residuales leves o de ex presión sueño/vigilia y un aumento de movimientos refle-
tardía. jos o de agitación que provoca un aumento innece-
Un resumen esquemático para orientar en la sario del gasto metabólico. Las posturas inadecua-
planificación del tratamiento de rehabilitación, se- das también dificultan la utilización de vías, dre-
gún la funcionalidad, se muestra en la figura 2 1-1- najes, yesos, férulas y tutores externos.
1. A continuación se desarrolla el tratamiento de Al actuar sobre e lla se busca:
rehabilitación basado en ese esquema.
• Brindar bienestar al paciente
• Disminuir el gasto metabólico
I) PACIENTE DEPENDIENTE • Disminuir estímulos nociceptivos
CON GCS 8/15 O MENOR • Disminuir el tono patológico
• Prevenir deformidades
Éste es un paciente que está c ursando la etapa • Cuidar la piel
aguda probablemente con gran inestabilidad he- • Favorecer posturas de drenaje
modinámica y de su c uadro neurológico. Ambos
factores determinan un pronóstico dudoso; sin Para lograr los resultados buscados se debe in-
embargo, hay acciones de rehabilitación que de- dicar específicamente como ubicar al paciente se-
ben realizarse. Si el paciente sobrevive, con esta gún su cuadro clínico. Sólo se puede simplificar la
conducta lograremos que presente la menor canti- indicación a "cuidados posturales" cuando e l per-
dad de complicac iones prevenibles posible, lo que sonal de enfermería está familiarizado con estos
acorta los tie mpos de internación, con la consi- cuadros.
guiente disminución de los costos, y permite con- Los puntos a resaltar son:
tener a los familiares al calmar su ansiedad y or-
ganizar sus esfuerzos. También contribuye a ace- • Mantener las cinturas escapular (am bos hom-
lerar la conexión progresiva del paciente con el bros) y pelviana (ambas caderas) en el mismo
medio externo. Las acciones a efectuar en esta plano del espacio, ya sea en los decúbitos dor-
etapa son: sal o laterales.
Glasgow Glasgow
Glastow
8/15 9/15
15/ 15
o menor o mayor
Prevención Prevención
del daño Con déficit Sin déficit
del daño
secundario residual leve residual evidente
secundario
Tratamiento Controles
Estimulación Estimulación ambulatorio
multisensorial multisensorial de rehabilitación periódicos
Modificación de
Organización conductas: Sin secuela Déficit
Con secuela Sin déficit
y contención • Motora funcional
a la familia • Cognitiva funcional funcional tardío alguno
• Emocional
• Familiar
¡~-----~~
• Sexual
Evaluación de .---R-e_a_,d,_a_p-ta_c_ i _ ó _ n - - - , L
lesiones asociadas y sociofamiliar y Alta
disfunciones tardías recalificación laboral .
Rehabilitación 593
• Mantener los miembros inferiores extendidos o inestables (que tolere las fuerzas fi sioló-
(se puede utilizar una almohada, para relajar gicas o no sin perder las relaci ones anató-
los isquiotibiales, que no provoque una flexión micas).
de rodilla mayor de 15°), alineados, en abduc- • En las fracturas de miembros y en las lesio-
ción mínima de caderas, y evitar la rotación in- nes ligamentarias articulare . si e s t~ín fe ru-
terna o externa con rodillos rígidos laterales ladas y en plan quirúrgico. se deben fijar
(posición neutra); la presión sobre los calcá- ambos segmentos (distal y proximal ) para
neos y los maléolos se reduce con anillos acol- evitar desplazamientos al posicionar. rotar o
chados, parches de hidrocoloides o sachets movilizar al paciente.
blandos de suero. • Si hay tutores externos o tracción esqueléti-
• Mantener la cabeza y el cuello en posición neu- ca, almohadillar las clavijas y las puntas.
tra alineados con el tronco. Evitar las rotacio- para proteger al paciente y al personal.
nes extremas, cuya persistencia produce dese-
quilibrios severos y retracciones en la muscula- La postura ideal dependerá del tono muscular
tura cervical, con las consiguientes dificultades que predomine en el paciente, con adaptaciones a
para la reeducación de la deglución y la seden- los cambios que presente durante la evolución del
tación en etapas posteriores. cuadro:
• Todo el material que se utiliza para modificar la Estos pacientes adoptan tres posturas básicas:
postura del paciente (cuñas, almohadas, rollos flaccidez o hipotonía, hipertonía en distintos gra-
o paneles) debe tener cubiertas lavables o de dos y agitación-confusión en aquel paciente con
material descartable. Son de gran utilidad los progresos en su nivel de conciencia (GSC 9 o ma-
sachet rígidos de suero de un litro, los blandos yor), lo cual no le permite mantener una postura.
de 250 cm 3 y los de glicina utilizados en los la- En el paciente fláccido es más fácil encontrar
vados vesicales. la postura adecuada (fig. 2 1-1-2), la que se mantie-
• Colocar los miembros superiores elevados ne con cuñas, rollos o almohadas para que ambas
sobre cuñas o almohadas, para ev itar el ede- cinturas estén en el mismo plano y los miembros
ma postura!, y en posición funcional ; las mu- alineados en posición neutra (como se describió
ñecas en flexión dorsal y dedos en semifle- antes).
xión con oposición del pulgar, con la ayuda En el paciente hipertónico, cuando toma Ja
de férulas termomoldeables o elementos des- postura en opistótonos (fig. 21-1-3) que habitual-
cartables como rollos de vendas o sachet mente se denomina "rigidez de descerebración",
blandos. hay que aplicar las reacciones reflejas que presen-
• Suprimir la carga de peso sobre los pies, para ta para facilitar los cuidados posturales:
prevenir deformidades estructuradas en equi-
no que interferirán en la bipedestación y la • Reflejo tónico cervical simétrico: para dismi-
marcha. nuir el hipertono extensor excesivo en la cabe-
za, el tronco y los miembros superiores; este re-
Consideraciones especiales: flejo sirve para sedentar y movilizar al pacien-
te (fig. 21-1-4).
a) Paciente en quien se está midiendo la PIC: se • Reflejo de triple flexión plantar: utilizado pa-
lo mantiene sentado, entre 30º y 45º. A esta ra relajar al paciente con hipertonía extensora
posición se lo lleva con suavidad y controlan- de miembros inferiores (se desencadena esti-
do que no aparezca taquicardia o taquipnea, o mulando Ja planta de los pies).
ambos. • Reflejo tónico cervical asimétrico: para dis-
b) En las soluciones de continuidad cutáneas y ce- minuir el tono flexor y lograr Ja extensión del
lulares, como quemaduras, scalps, heridas miembro superior homolateral.
abiertas y úlceras, evitar el apoyo sobre esa zo-
na colocando descargas periféricas.
c) Vías de aporte y drenaje: evitar su arranca- Rotación
miento o Ja obstrucción del flujo .
d) En caso de fracturas: Su importancia radica en el principio de que
las escaras son siempre iatrogénicas y el princi-
• Conocer fundamentalmente las localiza- pal modo de evitarlas es cambiar cada tanto los
ciones, el tipo y su condición de estables puntos de apoyo.
594 Trauma. Prioridades
U-
l
Las rotaciones deben realizar se las 24 horas Si el paciente está hipertónico se sugiere recu-
del día en forma horaria; la frecuencia - cada 2 o rrir al uso de las reacciones reflejas descritas en el
3 horas- se adecua a la posibilidad de generación punto anterior, para facilitar la movilización. No
de escaras (determinada por el grado de inmov ili- hay que superar el límite presente de la articula-
dad, el tipo y ca lidad de la piel, el estado nutricio- ción, para evitar traumatismos de partes blandas
nal, etc.). periarticulares; éstos inciden en la formación de
La to lerancia máxima es de 3 horas por decúbi- calcificaciones heterotópicas, desgarros de partes
to. Luego de cada rotación hay que cuidar que el bl andas, fracturas , etc.
pacie nte quede bien posturado en los decúbitos
dorsal y lateral, intentando los semilaterales desde
el ingreso del paciente a terapia (no contraindica- Cuidado de la piel y las mucosas
do en la medición de la PIC).
Colocar interfases blandas entre zonas de Mantener al paciente limpio y seco. La higiene
presión y mantenerl as el tiempo necesario; re- debe ser diaria y requiere la aplicación vigorosa de
cordar que estos elementos no liberan de la soluciones yodadas o con hipoclorito de sod io, a la
obligación de rotar al paciente, só lo prol ongan que sigue un secado cuidadoso para ev itar micosis
los intervalos e ntre cada ro tac ión. Siempre se en los pliegues. Esta higiene diari a también es un
debe cuidar que las sábanas estén limpias , secas estímulo que favorece la conex ión con el medio.
y tensas. Se requiere un cuidado estri cto de la cavidad
bucal, encías y piezas dentarias, pues el paciente
deglute e inclu so aspira los detritos intracav itarios
Movilización y está de mostrado que en las infecciones del trac-
to respiratorio de causa aspirativa es menor la vi-
Es importante iniciarl a temprano para mante- rulenci a de los gérmenes cuando estos cuidados se
ner los rangos articulares, iniciar estimul ac ión efectúan en forma sistemática. Con la higiene dia-
prop ioceptiva, y prevenir complicaciones vasc ula- ria y el cepillado se previene o di sminuye la perio-
res y del metaboli smo fosfocá lcico . dontitis, el aflojami ento y la pérdida a posteriori
Como mínimo mov ili zar al paciente dos veces de piezas dentarias; también sirve para estimular
por día. En los pacientes hipotóni cos se debe cui- la mu scu latura perioral hipotónica.
dar no superar el rango articul ar normal, para ev i- Debe efectuarse diari amente un masaje de en-
tar lesiones. cías y de la cav idad oral , con gasas embebidas en
596 Trauma. Prioridades
bicarbonato de sodio, o higie ne con cepillo de b) Homogene ización para ev itar grum os
dientes e léctrico y so luc iones anti sé pticas orales, c) Hi giene durante la pre parac ión y admi-
con la simultánea asp irac ión de los restos del lava- ni strac ión
do y de la descamac ión mucosa. d) Posi bilidad de ad mini strar directamente
Si e l paciente presenta un cuadro de hipertonía al yey uno (isoos móti ca)
extensora excesiva con un reflejo de mordid a au- e) Reg ular en fo rm a estri cta el vo lumen y la
mentado, hay que tener es pecial cuidado al rea li - veloc idad de ad mini stración (progresan-
zar esta hi g iene bucal pues puede producir severas do de ac uerdo con la toleranci a)
les iones en las manos de quien lo reali za . En estos
pacientes se pueden utili zar e lementos protésicos C. Determinac ió n de la vía:
en fo rm a transito ri a, para evi tar lesiones por mor-
dida continua de l lab io inferior. Se inicia con sonda nasoe nteral, pero se ten-
No o lvidar e l baño oc ular diario y la lubrica- derá a la reali zac ión de una gastros tomía o ye-
ción conju nti va!, para prevenir lesiones irreversi- yunostom ía en los siguientes casos:
bles.
• Cuando e l pac iente presente algun a causa
que haga suponer qu e no comenzará a a li-
Cuidado nutricional mentarse por vía ora l en el corto plazo (30 a
45 días en nuestro medio).
A. Pesqui sar e identificar las causas qu e alteran el • Si el paciente no to lere la sonda nasoenteral.
estado nutric ional, para suprimirl as o correg ir- • Si está contraindicado e l uso de esta sonda
las. (fracturas de l mac izo nasa l o de base de crá-
En esta etapa es característi co el a lto gasto neo).
que produce tanto e l estrés metabólico del trau-
ma (hipercatabólico) como las lesiones provo- Si es pos ible la gastroyeyun ostomía o la yey u-
cadas por el traumatismo: nostomia deberán efectuarse con control endoscó-
pico; la sonda propiamente dicha será de las con-
• Liberación de catecolaminas (estrés meta- fecc ionadas con materi ales tipo poliuretano de lar-
bó lico) ga duración (más de c inco años de uso) .
• Infecc iones Conviene prolongar el uso de la sonda nasoente-
• Fracturas ra l o realizar un a yey un ostomía en aquellos pacie n-
• Quemaduras tes con gran hipertono extensor o de la pared abdo-
• Scalps minal (s uele verse que con las gastrostomías tien-
• Escaras den a ex pul sar el contenido gástri co a través de la
• Hipertonía ostomía cuando se producen los espasmos severos).
También contra indicamos la gastrostomía o la
B. Una vez determinada la causa, ca lcul ar: yey un ostomía en cualquier pac iente con des nutri-
ción severa, por e l cons iguiente retraso en la cica-
• El valor calórico total diario necesario: te- trización.
ner e n cuenta que éste es un proceso hiper-
catabó li co, y ade más las lesiones coex isten- D. Determinac ió n de la fo rma de admini strac ión:
tes, la pérd ida de peso corporal y los pará-
metros de laboratorio. • Continua: por gravedad o por bomba las 24
• El volumen total: si el paciente tiene cri sis horas, de uso hab itual en UTl.
de sudac ión o alteraciones de la secrec ión • Fracc ionada: en cuatro a seis porciones di a-
de horm ona antidiurética habrá qu e tener en rias, cuando se busca as imil arl a más a la in-
cuenta la reposición hídrica. gesti ón habitual (también puede adminis-
• La composición de la dieta : bás icamente hi- trarse por gravedad o por bom ba) .
percalórica e hiperproteica, tanto en prepa-
rados artesana les, más económicos , o pro- E. No hay que olvidar el mantenimiento de postu-
ductos que se venden listos para utili zar. ras adec uadas en la cama durante la alimenta-
Los req ui sitos cumplir son: ción entera!; aun en este período ag udo es im-
portante mantener a no menos de 30º - 45º la
a) Fórmul a conocida cabecera cuando está pasa ndo e l alimento.
Rehabilitación 597
F. Es importante reali zar un monitoreo nutricio- ción del cuad ro, son más li via nas e higiénicas que
nal continuo relacionando los resultados del las confeccionadas con ve ndas de yeso, aunque és-
perfil de laboratorio y otros parámetros con los tas cumplen perfectamente la mi sma fun ción.
requerimientos del paciente en esta etapa.
B. Estimulación multisensorial
Cuidado respiratorio
Su objetivo es estimul ar el despertar y lograr la
En este tipo de pacientes. con lesiones encefá- conex ión con e l med io. En terapia intens iva las
licas ex tensas y severas asociadas con frecuencia a posibilidades de ll evarla a cabo son mu y limitadas,
traumati smos de tórax y neumopatías graves, los aunque este plan de estimulación puede iniciarse
cuidados respiratorios son una columna funda- cuando e l paciente está en coma profundo; se lo
mental en la prevención del daño secundari o (la contraindi ca cuando la PIC es inestab le.
hipoxe mia persistente aumenta en fo rm a notable Los estímul os se aplican en for ma periódica y
la morbimorta lidad y la discapacidad residual). sólo durante el día (para remedar el ciclo sueño/vi-
En todas las etapas del tratami ento de rehabili- gili a normal) se establecen períodos de descanso,
tación , e l apoyo y la reeducac ión deben continuar utili zando un canal sensorial por vez y, si es posi-
hasta que los parámetros fun cionales respiratorios bl e, de un lado en cada oportunidad.
se estab ilicen en ni ve les fisiológicos. Se rec urrirá a la estimulació n táctil e n la cara,
e l cue llo, las pa lm as y el abdo me n, por ser las
áreas de mayor representac ión cortical. La esti-
Equipamiento transitorio mulación auditi va se realizará con grabac iones de
voces. ruido y mú sica fa mili ar de agrado del pa-
Colchones o colchonetas de agua o aire. Están ciente.
indicados en los pacientes con movilidad reducida El uso continuo de radios o grabadores con
(fláccidos o hipertónicos severos) desde los perío- biauriculares en estos pacientes produce satu ra-
dos iniciales, como uno más de los ele mentos ne- ción y agotamiento de receptores.
cesarios para prevenir lesiones por decúbito. En los pacientes comatosos o sedados y relaja-
Cama ortopédica. Articulada y con barandas . dos, la res puesta al estímulo se monitorea sobre la
Se sugiere que tenga 2 m de largo por 0,90 de an- base de parámetros indirectos de ori gen neurove-
cho, para facilitar los cuidados del paciente y ev i- getativo, como e l aumento de la frecuencia respi-
tar a lgunas deformid ades atribuibles a su escasa ratoria o cardíaca, la pil oerección o la sudac ión; la
superfic ie. aparición de respuestas motoras primitivas tam-
Pieles médicas como inte1fáses blandas, cuiias bién es un dato positivo acerca de la respuesta del
para drenaje postura!, rodillos para mantener los pac iente a los estímulos, tanto internos como ex-
miembros inferiores en eje o almohadas. Son mu y ternos. Se debe evitar tanto la hipoestimulación
útil es para facilitar el manej o y control de las pos- como la hiperestimulaci ón.
turas, pero en la etapa ag uda la dificultad para su Tanto e l personal en contacto con e l pac iente
correcta limpieza y su reposición hacen necesario como su familia deben conocer y aplicar la misma
manej arse con e lementos fabri cados con materia- técnica de estim ul ación.
les fá cilmente lavables o desca rtables (envases de
suero, ya sea los rígidos de un litro, los blandos de
250 cm-1 o los blandos con glicina; apósitos , rollos C. Contención y organización familiar
de vendas, etc.).
Elementos neumáticos. Para cuidados postura- El grupo familiar es la segunda víctima del ac-
les, e tabilizaciones articulares, drenaje de edemas cidente. Debe abordarse temprano para evitar e l
periféricos o prevención de tromboembolismos. manejo inadecuado del paciente y conflictos de in-
Férulas. La experiencia demuestra que su utili- teracción con el eq uipo de salud. Los objetivos
zación precoz, aun en la etapa aguda, influye de son:
manera favorable en la recuperación funcional del
enfermo. A. Generales
Es recomendable su confecc ión en materiales
termomoldeables a medida y según las necesida- • Clarificar e l diagnóstico y pronóstico fun-
des del paciente; se las modifica según la evolu- cional del paciente. Si va a continuar trata-
598 Trauma. Prioridades
miento de rehabilitación, orientar sobre este aun persisten los riesgos de complicaciones que
tema. podrían agravar el cuadro inicial. Por ese motivo
• Dar contención emocional. hay que mantener todas las medidas de prevención
• Cu idar los recursos: del punto anterior (en paciente coma o sedado y
relajado) en un paciente que se mantiene aislado e
Humanos: para evitar el agotamiento si- inmovilizado.
multáneo de todos los familiares, con el C uando comienza el despertar, la sistemática
consecuente abandono posterior. Deben de trabajo recomienda no perderse en la múltiple
combinar los horarios y repartirse activi- sintomatología presente en los TEC con lesiones
dades, para que todos puedan acompañar agregadas y patologías concurrentes. Se reco-
al paciente y descansar sin resentir sus mienda un orde n de prioridades con objetivos de
propias rutinas individuales. corto y largo plazo realizables, con revisión perió-
Económicos: orientar en todo lo que res- dica, para evitar el desencanto en el paciente y la
pecta a trámites de tipo social, cobertu- familia.
ras de salud, seguros, denuncias, etc. Recordamos que e l tratam iento es un aprendi-
zaje; si bien responde a la motivación, la repeti-
B) Específico
ción y el refuerzo, hay que tener en cuenta la fat i-
Adiestrar en las técnicas de estimulación sen- ga neurológica, que se manifiesta en un aumento
soriomotri z y algunos c uidados preventivos. El fa- del número de e rrores y en latencias prolongadas.
miliar actuará en forma espontánea, pero hay que Tanto el personal que asiste al paciente corno los
asegurarse que ésta sea una acción positiva. familiares que lo acompañan deben considerar esa
demora y tolerarla, sin sobrexigencias ni sobrees-
tímulos.
Modalidad de tratamiento del estado Los pacientes que progresan en su nivel de con-
vegetativo persistente (EVP) ciencia y los de actitud partic ipativa requieren in-
ternación mientras dure la inestabilidad c línica y
Req uiere cuidados de mantenimiento domici- su alto grado de dependencia, pero podrían estar
liarios o institucionales con plan mínimo de esti- en condiciones de pasar a un centro de rehabilita-
mulación, fundamentalmente a cargo de.familiares ción siempre que éste tenga la complej idad clínica
entrenados si no hay evolución funcional , con suficiente.
controles evolutivos periódicos. Continuando con e l desarrollo presentado en el
Consideramos al paciente con EVP como aquel esquema terapéutico de la fig. 2 1-1- 1, en esta eta-
que sólo presenta apertura y vagabundeo ocular pa se individualiza aun más el plan de trabajo, pe-
errático, no intencional, sin fijación ni seguimien- ro continúan los cuidados implementados en la
to visual ante persona u objeto conoc ido, y que etapa anterior.
tampoco cumple órdenes simples.
C reernos que lo más importante en e l EVP es A. Prevención del daño secundario:
tener bien definido su significado, como etapa
transitoria en la evolución de un lesionado cere- • Rotación, cuidado de la piel .v cuidado res-
bral grave y no la característica de estado perma- piratorio: conti núan las mismas indicacio-
nente que se le pretende atribuir (persistente es nes que figuran en e l punto anterior del pa-
distinto de permanente). ciente con GCS 8/ 15 o menor.
Cuando este paciente logra la fijac ión/segu i-
miento visual y e l cumplimiento de órdenes míni- • Postura.
mas que le permitan iniciar un código de comuni-
cación, consideramos que salió del GOS 2, EVP, y • Cuidado nutricional.
pasa a GOS 3, discapacitado severo.
• Equipamiento transitorio.
A. Prevención del daño secundario suprimir la carga de peso directa sobre los pies;
esto último previene deformidades estructura-
Postura das en equino, que interferirán en la bipedesta-
ción y la marcha (fig. 21-1 -6).
En esta etapa, en aquellos pacientes con altera- • Contención verbal y física del paciente a cargo
ciones del tono, al progresar su nivel de concien- de una persona cercana afectivamente; es im-
cia (GCS 9 o>) se puede agregar otro tipo de cua- portante que el contacto sea en zonas de gran
dro relacionado con la confusión, la desorganiza- representación cortical (zona perioral, palmas,
ción y la desorientación. Se caracteriza por una hi- abdomen).
peractividad que no permite el mantenimiento de • Si el paciente está acompañado es recomenda-
una postura constante (fig. 2 1-1 -5). ble no sujetarle manos o piernas, pues ello au-
Este paciente confuso/agitado está en movi- menta su grado de agitación.
miento continuo buscando con su cuerpo puntos • Evitar el acodamiento o el anancamiento de las
estables de referenc ia; extiende sus miembros ex- vías de aporte y drenaje si el paciente realiza
plorando el espacio que lo rodea, se a1rnstra en la algún tipo de movimiento. Es preferible vigi-
cama hasta donde encuentre un límite fijo y reco- larlo durante las 24 horas, ejerciendo conten-
nocible, y si no se lo contiene, es probable que se ción verbal y física, que sujetar sus brazos o
caiga de la cama. piernas a la cama, pues esto agrava el cuadro de
Necesita una estimulación propioceptiva ade- agitación.
cuada, que le si rva de marco de referencia para po- • Mantener la cabeza y el cuello del paciente en
der orientarse. posición neutra, alineados con el tronco. Evitar
Eso se logra con: las rotaciones extremas que perduran en el
tiempo y producen desequilibrios severos así
• Acompañamiento a cargo de un famil iar duran- como retracciones en la musculatura cervical,
te las 24 horas. con las consiguientes dificultades para la ree-
• Acolchando e l lecho, incluso las barandas, y ducación de la deglución y la sedentación.
rodeando al paciente con almohadas, para agre- • Insistir en la sedentación precoz, con equipa-
garle presión externa (paciente "embutido") y miento adecuado, custodia y, de acuerdo con la
B. Estimulación multisensorial
Conducta motora
El abordaje, destinado a mejorar la conex ión
con e l medi o y prevenir la depri vac ión sensori al, Los trastornos motores se deben a la fa lta de in-
utili za los canales auditi vo, visual, gustati vo, olfa - flu enci as coordinadas encefálicas, asoc iada con
torio y tác til. Continú a la indi cac ión de estimul ar los probl emas mecánicos secundarios.
en fo rm a no si multánea y progresiva. come nza nd o Respetando las manifes tac iones individuales,
por períodos breves y di scontinuos para no saturar en la mayoría de los pac ientes pueden encontrarse
los receptores . Los res ultados de los potenc iales características comunes :
evocados son ori entadores, no pueden influir en la
dec isión de estimul ar o no . 1. Clínica por co mpromi so de más de un a estruc-
Se de be aseg ura r un hábitat tra nquilo y crear tu ra cerebra l.
un a mbi ente que favo rezca e l des pertar de l pa- 2. Alteración en la orga ni zación sinérgica muscu-
c ie nte : la mayo ría de los estímulos se concentra- lar de l pac iente (patro nes de contracc iones
rá e n ho rario diurn o y se tratará de aseg ura r sil e n- muscul ares fun ciona lmente relac ionados).
c io y mante ner osc uridad du ra nte la noche (es to 3. Presencia de refl ejos primiti vos, por pérdida de
favo rece e l retorn o de un ciclo sue ño-v ig ili a fi- variedad de patrones de mov imiento .
siológ ico). 4. Ausencia de refl ejos postu ra les.
Con e l obj eti vo ele mejorar el re ndimi ento. la fi - S. A lteraciones de l tono que va rían según postu ra,
j ació n vi sual y la atenció n se deben co locar obje- estrés, fa ti ga, in fecc iones, temperatura ambien-
tos ll amati vos y fo tos reconoc ibl es por e l pac iente, tal, etc. Evo luc ionan desde una gran hipertonía
cuya ubi cac ión se cambia en form a peri ódi ca para a un tono más manej able.
ev itar e l acos tumbramiento . 6. Déficit sensori a l que di storsiona la informac ión
Se reco mienda qu e los objetos que se presenten y así compromete e l feedback.
sean de co lores brill antes . tamb ién se sugiere qu e 7. Debilidad mu scul ar por pares ias e inacti vidad
los e lementos de uso cotidi ano tenga n un fo ndo pro longada .
contrastante con rayas amarill as y negra . para fa - 8. Alterac iones mecánicas que acentúan la disca-
c ilitar la discriminac ión visual. Hay qu e nombrar- pacidad (co ntractu ras, aco rtamientos mi otendi -
los y gui ar la mano del paciente hac ia e ll os. nosos, deformid ades arti cul ares estru cturadas).
Record emos qu e en estos pac ientes la confu-
sión se debe a una lentificac ión global de todas sus Aún no exi ste un a úni ca técni ca terap éuti ca
funcion es, con una incapacidad parci al para rec i- que dé res puesta a la co mpl ejidad de l c uadro .
bir y procesar los datos . De lo ex pu esto surge co n c larid ad qu e limi ta r el
602 Trauma. Prioridades
tratamie nto a elongac iones y fortalec imi ento es La mayoría de los pac ientes con TEC logran al-
in sufi ciente. En la prác tica se recurre a una gún tipo de marcha, el grado de independencia es-
co mbinac ió n de técnicas según el obj e ti vo a tra- tará determinado por su nivel cogniti vo.
baj ar.
Para interpretar la di scapacidad motora y di se-
ñar los planes conjuntos en el equipo de rehabili - Conducta de la comunicación
tación, se debe considerar que: y cognitiva
si no son diagnosticados y tratados en fo rm a inesta bl es, esq uirlas remanentes o les iones de ner-
precoz. vios periféri cos, por elongac iones o cizallamiento
Se rea liza detección y seguimiento con poten- en e l momento del acc idente o como complicac ión
ciales evocados c uando el paciente no co labora o posterior por compres iones prolongadas (isque-
hay dud as en el examen clínico; cuando el pacien- mi a). Es mu y importante la detección precoz sos-
te responda a órd enes se puede ampliar el examen pechando su ex istencia en lesione combinadas,
con otras pruebas. por ejemplo les iones del pl exo braquial si coex is-
Son frecuentes la amaurosis o la amb li opía ten traumatismo de cráneo y fractura de miembro
transitorias por contusiones occ ipitales, por lo ge- superi or.
neral de re lativo buen pronóstico en el largo plazo;
pero cuando e l paciente comienza a salir del coma Retracciones de partes blandas articulares.
esta di sminución vis ual agrava el estado de confu- Puede realizarse:
sión que presen ta hab itua lmente en esta etapa .
En caso de ptosis palpebra les unil atera les es a) Tratamiento incruento: movilización arti c u-
importante determinar e l remanente visual de am- lar frecuente res petand o los rangos hallados y
bos oj os, la pares ia o plejía palpebral , e iniciar en con técn icas espec ia les si hay espast icidad
forma precoz la oc lusión temporaria, fraccionada severa. Ut ili za r los yesos progresivos (c irc u-
y progresiva de l oj o sano, para est imul ar la apertu- lares o con ve ntan as) , en forma precoz y sos-
ra palpebral del lado parético. tenida , hasta lograr e l mayor rango artic ular
La derivación precoz a neuroofta lmo logía y su posible.
seguimi ento continuo permiten disminuir la disca- b) Tratamiento cruento : se intervienen e n eta-
pacidad visual. pa tardía y só lo c uand o interfieren en alg un a
Las hipoacusias residuales y otros sínto mas, funci ón primordial del paciente (hi gie ne, se-
como vértigo, ac ufenos o tinnitus son de difícil destación , bipedestación, marcha o prehen-
reeducación y eq ui pamiento, debido a su impor- siones).
tante asociac ión con trastornos cog niti vo-co nduc- Se pueden considerar como planteos quirúr-
tales resid uales, a la pos ibi lidad de simu lación y a gicos las neurólisis. rizotomías se lectivas, teno-
la exis tencia de trastornos de personalidad pre- tomías. osteotomías. transferencias te ndinosas
vios . o téc ni cas combinadas .
En el traumatismo de cráneo la anosmia pos-
traumática es relativamente frecuente en la locali - Calcificaciones heterotópicas. Calc ifi cación
zac ión infratemporal de las lesiones cerebrales . del tejido conectivo entre los planos musculares de
La respuesta al tratamiento es escasa, pues la las grandes artic ul ac iones (partes blandas periarti -
detección de estas les iones por lo genera l es ta rdía cu lares).
así como la ele la age usia; eso motiva que también
se incluyan rutinariamente estímulos con olores y Tiene como fa ctores predisponen les:
sabores contrastantes en e l pl an de estimul ac ión
multisensorial , para prevenirlas en e l caso que ha- La inmov i 1ización prolongada.
yan pasado desaperc ibidas . El aumento del tono.
• Microtraumatismos a repetición (movilizació n
articular forzada).
Miembros La presencia de un factor qu e determina un a
metap lasia de cé lul as mesenquimát icas e n
Fracturas y lesiones de partes blandas arti- preosteo blastos formadores de tej ido óseo.
culares intracapsulares y extracapsulares pro- Comi enza entre 2 a 4 semanas luego del trau-
ducidos en el accidente. Deben ser de resolución matismo. con erite ma loca l, tumefacc ión y
precoz para q ue no interfi eran en el trat a mi en.t~ ele disminución progres iva del rango arti c ul ar; a
rehabilitación. Si se retrasa este tratamiento, e l da- partir de l segund o trimestre comienza a decre-
ño secund ari o es mayor pues aumentan la mov ili- cer el proceso infl amatori o y persiste la limi-
dad de l foco de fractura, e l dolor y la es pasti cidad, taci ón funcional. El laborato rio sue le mostra1
con el consiguiente aumento de deformidades es- en el primer trimestre aumento de los indica-
tructuradas y de la posibilidad de infecc iones. dores de formación ósea (fracció n ósea de 1::
Lesiones de nervio periférico (irritativas o fosfa tasa a lcalina y derivados de l colágeno)
de déficit). Por lo general asoc iadas con fracturas que orientan el di ag nóstico antes que las imá·
Rehabilitación 607
no sue le n re lac ionar las dificultades con e l T EC En otros casos, cuando en un pac iente se lenti-
sufrid o . fica n, detienen o invo lucionan las adqui siciones
Una vez qu e se detectan alterac iones y se efec- sin otra causa que lo justifique. es conve niente rea-
tú a el di ag nósti co hay que: li za r un estudi o tomográfic o de control para des-
• Tra nsmitir la in fo rm ac ión cl ara al pac iente y a cartar un a hidrocefali a din ámica hipertensiva. Con
su fa milia . la consiguiente consul ta neuroquirúrgica se puede
• Es tudiar la pos ibilidad de revertir o mej orar el determin ar la neces idad de algun a deri vación, pa-
cuadro, con medi caci ón o reentrenamiento . ra no aumentar el daño secund ari o .
• Establecer estrategias de compensación en Una conducta similar se tiene con los higromas
especial en el área laboral, solicitando la re- subdu ra les (por lo ge neral frontales): contro les pe-
calificación si fuese necesario. ri ódi cos clínicos y tomográfi cos.
Aspectos medicolegales
Capítulo
Aspectos medicolegales
de la atención del paciente
traumatizado
María Arozagaray y Mario Malfatti
El desempeño del médico en el sector de trau- de go lpe se nos ocurrió que teníamos que solici-
ma incluye multiples re lac iones producidas por un tar al paciente una autorización para pode r ac-
trabajo urgente. lleno de dramatismo, con un saber tuar? ¿es que hasta ahora los médicos no tenía-
que a veces obliga al conocimiento de varias espe- mos conciencia de cuá l era el marco ético en que
cialidades, y lidiar con falencias que merman su debíamos desempeñar nuestra actividad?
capacidad operativa. En esas circunstancias. es di-
fíci l prever o acomodar las conductas a un posible
riesgo ele orden legal, por ello el presente capítulo La bioética
tiene como objetivo aclarar eludas y así contribuir
a un mejor desenvolvimiento sin a lterar las con- Mainetti define la bioética, o sea la disciplina
ductas diagnósticas o terapéuticas. pero corri gien- que trata entre otras cosas de los derechos de los
do algunos vicios ele formac ión que no permitie- pacientes, ·'como una conjugación entre biología y
ron aclarar el marco en que e l médico desarrolla su moral en síntesis paradigmática ele ciencia y con-
actividad. c iencia, hechos y valores, ser y deber ser" .
Romeo Casabona, c itado por Ricardo Rabino-
vich, afi rma que la bioética ·'es un poderosísimo
INTRODUCCIÓN pero todavía potencial instrumento intelectual de
reflexión, de elaboración ele criterios ele orienta-
En los últimos años se produjo un cambio en la c ión y de punto de partida para la toma de decisio-
concepción de ejercicio de la actividad médica. El nes oponibles a las tentaciones de los excesos del
aumento de los juicios por "mala praxis" ha con- Estado, de los poderes fácticos difusos de presión
dicionado en forma real muchas conductas, por te- (políticos, económicos, industri ales) y, si fuera ne-
mor a eventuales conflictos que pongan en peligro cesario, de los propios investigadores".
el patrimonio o aun el ejercicio de esta bella pro- Esta nueva concepción influyó fundamental-
fes ión. Lo cierto es que merced a la llamada " in- mente sobre la re lación médico-paciente, en la que
dustri a del juicio" se pone bajo sospecha e l desem- se dejó de lado el aspecto paternalista o imperati-
peño de profesionales, buenos y malos. lo que no vo y pasó a prevalecer la autonomía de decisión
ocurre con otras profesiones. del paciente.
Surgen e nto nces varias preguntas: ¿es que de Acerca de este tópico nos aclara Romeo Casa-
pronto revalorizamos la vida humana? ¿es que bona: " El principio de autonom ía significa e l reco-
611
612 Trauma. Prioridades
nocim iento de la libre y autónoma decisión indi vi- Juríd icamente la responsabi lidad médi ca se es-
dual sobre sus propios intereses siempre que no tablece desde dos aspectos, el penal y el civil.
afecte los intereses de un tercero, o el respeto a la Penalmente se establece en fo rm a subjeti va,
posibilidad de adopción por los sujetos de decisio- como cita el Dr. Patito, "debiéndose demostrar la
nes no constreñidas" . El res peto y el fin de estas rel ac ión directa o nexo de causalidad entre el ac-
normas es permitir que el paciente tenga la liber- cionar médico y e l daño''.
tad de elegir, entre todas las posibilidades, aq ue lla C ivi lmente el resarcimiento es económico e in-
que respete su propio destino vital. dependiente del as pecto penal. o sea de obrar con
imperici a, negli genci a o imprudenci a. Los instru-
mentos regul atori os son los arts. 11 03, 902 y 512
Ámbito de trabajo del Cód igo Civil. Exi ste mayor responsabilidad
cuanto mayor es e l grado de especialización del
La relación médico-paciente en la e mergenc ia médi co .
tiene matices propi os; no ex iste por lo general re-
lac ión previa entre el facultativo y e l enfermo que
irrumpe cas i siempre en fo rma súbita.
La poblaci ón demandante de atención es hete- El acto médico
rogénea , integrada por seres de di stinto sexo y
edad, y nive les soc iales diversos, lo que ob liga a la La Organi zac ión Panamericana de la Salud de-
adaptación permanente. fin e la atención médica como e l ·'conjunlo de me-
Frente a este cuadro de situ ac ión se acumu lan dios direc!os r espec(ficos destinados a poner al
las ex ige ncias de diagnóstico, tratamiento. posi- alcance del 111aw1r número de personas los recur-
bles derivaciones , com uni cación a la autoridad po- sos de diag nóstico. del tratamiento oportuno,
li cial, etc. Y además diagnosticar bien y tratar me- completo y restaurado r y de la observación subse-
jor, dadas las actuales ex igencias de impul sar acti- cuente''.
tudes triunfalistas con respecto a la salud. El marco jurídico que se estab lece entre méd i-
En esas circunstancias no hay diálogo. só lo si- co y paciente permite un j uego de contraprestac io-
tuaciones dram áticas e inmediatas. nes, en las que e l profesional es e l dueño del cono-
Sin embargo, la conducta del méd ico se debe c imiento y el pac iente su receptor. Pero a su vez
evaluar no sólo con las fi g uras del Cód igo Penal ex iste una contraprestac ión, teóricamente dinera-
(impericia, neglige ncia, imprudenci a), sino tam- ria, con lo que se cierra el contrato sin necesidad
bién de ac uerdo con el medio. que en muchas de otra forma lidad y cuyo efecto se produce en e l
oportunidades puede actuar como condicionante y mi smo momento de su celebración.
hacer variar e l resultado final de muchas técnicas Es ta re lac ión jurídica nace de la mi sma esenci a
que presuponían una evolución satisfactoria. Ob- del derecho para instituirse como una seguridad
viamente, trabajar en un centro de alta compleji- que permite la vida entre los hombres. Es a í que
dad nos obliga a res ponder de di stinta forma que si en e l ac to médi co se establece un contrato tácito.
nos desempeñamos en entidades de baj a compleji- con reglas ampli as de aJ'l-1.icac ión. pero que tiende
dad. El acto médico se encuentra rel acionado con a aseg urar o por lo menos a derivar en la curación
las posibilidades de reali zarlo y con la infraestruc- del paciente.
tura di sponibl e. ¿Qué pasa cuando esto no ocmTe? Hay descon-
tento e insati sfacc ión. que se pueden expresar de
muchas formas.
RESPONSABILIDAD MÉDICA No es fácil comprender por parte de los profe-
sionales que estamos frente a una relación que ge-
En forma genéri ca la responsabilidad profes io- nera obligaciones.
nal "es la capacidad que existe en toda persona ac- En este contrato el paciente acude al profesio-
tiva de derecho de conocer y aceptar las conse- nal médico para lograr una mejoría de su condi-
cuencias de una acto suyo, realizado libremente en ción física o psíquica, y de no producirse un resul-
plenitud de sus funciones intelectuales normales". tado acorde se produce el descontento o la duda, o
La definición de Bonnet establece que: "Es la ambos.
obligación que tiene una persona que ejerce el ar- Dice Saivat que " la base de las relaciones entre
te de curar de responder ante la justicia por actos el médico y el cliente está en el contrato de loca-
pe1judiciales de la actividad profesional". ción de servicos que entre ell os se celebra" .
Aspectos medicolegales 613
Esta relac ión contractual es compartida tam- profes ió n, desde los más sim ples has ta Jos más
bién por e l ente as istencial al que pertenece el ga- complej os. Se debe asis tir a toda persona en la
le no. urgenc ia: " La medi c in a co mpo rta un deber hu-
"Se admite en doc trina que el médi co, a quien manitari o y a ltrui sta ele consagrar a l enfe rm o to-
se le req uiere la prestación de servicios profes io- dos los estudi os y afa nes q ue e l tít ul o uni ve rsita-
nales, es res ponsa ble por las consecuenc ias daiio- ri o obliga".
sas que deri va ron de la mala reali zación de esa la- En este sentido, lo que guía la acti vidad profe-
bor" . sional, sobre todas las cosas, es algo más elevado
Cabe mencionar que el marco jurídico se cons- que el pago de una remuneración. "En casos ur-
titu ye norm ati zado por dos artículos del Códi go ge ntes y graves e l médi co está obligado a prestar
C ivil : su oficio cuando es requerid o ..."
Art. 5 12 ... La culpa del deud or en e l cumpli-
miento de la obli gación consiste en la omi sión de b) Deber de dia gnóstico, tratamiento o de
aquell as diligencias que ex igiere la naturaleza de obrar calificado. Habl a del esfuerzo para es tu -
la obli gac ión, y que correspondiesen a las circuns- di ar, anali za r. inves ti ga r, de nt ro de las no rm as
tanc ias de las personas, del tiempo y de l lugar"'. establ ec id as , a efectos de conoce r la do lenc ia
Art. 902. "Cuando mayor sea el deber de obrar de l pac iente e in st ituir e l trata mi ento co rrespo n-
con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, di e nte .
mayor será la obli gación que res ulte, del tiempo y Se observa que a veces se produce un retraso en
del luga r". el di ag nóstico te mprano, producto de la solic itud
de gran cantidad de exámenes comple mentari os,
que generan demoras por tras lados, y que un exa-
Incumplimento del contrato men clínico minucioso y siste matizado. record an-
do los pasos fundamentales de la buena semio lo-
En la re lación contractual el bien j uríd ico tute- gía, puede arribar a una orientacion diag nóstica
lado es la salud de l paciente, de este modo ambas válida que permita diri gir e l requerimiento com-
partes se obli gan a enderezar hac ia atender la sa- plementari o. Muchas complicaciones inesperadas
lud, la enfermedad y e l tratamiento de l pac iente. se pueden ev itar en la sala de rayos si se rea li za un
Según dice Alan Gobato: "En este as pecto la estric to reconoc imiento semio lógico.
prestación médi ca rebasa el campo de la relació n Di ce la Cámara C ivil y Comercial ele Morón:
intersubjeti va médi co-paciente y se in sta la en e l "El di agnóstico consiste en la averi guación que
ámbito social". "El ro l es perado del médi co se ex- hace el médi co, valiéndose del examen de los sín-
pande más allá del campo patrimonial, abarcando tomas o signos que presenta e l paciente. Puede
derechos y obligac iones extrapatrimoni ales, e in- sostenerse que existirá responsabilidad méd ica si
c luso derechos personalísimos de l pac iente" . se aplica al pac iente el tratam iento de una enfe r-
Surgen entonces d ifi cultades cuando se plan- medad que no tenía, sin esforzarse por descub rir
tean incu mplimientos en las re laciones mutuas. de qué mal realmente se trataba" .
Por lo tanto, de bemos centrar nuestra atención El tratami ento se efectuará utili za ndo téc nicas
en tres c lases de elementos que edifican esta rela- aceptadas, reconoc idas y habi tuales, orientándose
ción médi co-pac iente y hacen a este contrato : a la protoco li zac ión, si bien en algunos casos se
pueden aceptar " va ri as ac titudes admisibles cie ntí-
a) Las obli gaciones del médic o. ficam ente, e li gie ndo aque ll a que a su juicio y se-
b) Las obli gaciones del paciente. gún las particul aridades de l caso resulta más ap-
c) El valor del consentimiento in fo rm ado. ta" . CNC iv Sala G. 15-4-85.
Como ex presa el Dr. Rafael Agui ar Guevara: El vínculo as istencial entre e l médico y el pa-
"E l consentimiento legítimamente dec larado es un ciente inclu ye un ac uerdo de vo luntades, que se
ac to ex preso de voluntad, libremente mani fes tado, caracteri za por actos médicos sucesivos. Estos ac-
Aspectos medicolegales 615
tos se registran en instrumentos de los cuales la rno un objeto. El concepto de autonomía provee la
historia clínica es el más importante. base para requerir el corres pondiente consenti-
Existen otros doc umentos : el libro de guardia, miento info rmado. La re lac ión médi co-paciente es
el protoco lo quirúrgico, los registros de enfe rme- una dinámica de interacción. En los casos de ex-
ría y los as ientos admini strati vos. trema urgencia el consentimiento queda impl íc ito
Las hi stori as clínicas contienen datos persona- ante la neces idad de proteger el mayor bi en, que es
lísimos y por ende implican un derecho personalí- la vida. El tratamiento inmedi ato libera a l médi co
simo de l pac iente. de l consentimie nto siempre y cuando se rea lice
La desc ripc ión metódica, detall ada y porm eno- dentro de las normas y estándares razo nables
ri zada de todos los datos y conoc imientos persona- (aceptados) para este tipo de patología. Por eje m-
les y fa miliares, incl uye ndo la semio logía anteri or plo, un paciente que ingresa con un neumotórax
y actual, que permiten una concepc ión d iag nóstica con compro miso de sus signos vitales requiere tra-
que moti va la atención. Es más, algunos autores tamiento inmedi ato; sería irresponsabl e demorarl o
consignan que en la hi stori a clínica deben fig urar para conseguir un consentimiento.
las d istintas posibilidades (altern ativas) tera péuti- Por consiguiente, es necesario cum pli r con las
cas y la que fu e eleg ida. obligac iones as istenciales y conservar los cuida-
La hi stori a clíni ca es un documento médi co de dos que se ex igen en cada terapia.
indudable valor lega l, pero también es un in stru- La histori a clínica y toda la documentación mé-
mento de enseñanza e investigaci ón. Debern os re- di ca pertinente se deben ll evar con sumo cuidado
marcar que la hi stori a clínica siempre se escribe ase ntando en todo momento las modificac iones
para otro (Sa lgue iro), para el médi co, e l psicólogo, de l cuadro. Recuérdese que la hi storia clínica per-
e l as iste nte soc ia l, el fo rense, el juez, e l personal tenece al pac iente, por lógica, la info rm ac ión, de
técnico o administra ti vo de l hos pi tal, o sea que el ac uerdo con su contenido, está destinada a l pa-
que la lea debe sacar sus pro pias concl usiones. ciente o a sus fa miliares, o a ambos.
La historia clínica debe estar actualizada, ser Requerir la derivac ión cuando se justifi que y
legible, carecer de tac hadu ras (si las hay, deben ase ntar las novedades en la documentación corres-
salvarse) y ser confiab le, lo cual demuestra una pondiente.
atenc ión médica de calidad. No debe contener si-
glas incomprensibles o de tipo telegráfico.
Es e l único documento que se confecc iona en LECTURAS RECOMENDADAS
el mo mento en que se producen los hechos, por lo
que permite desc ri bir el antes, dura nte y des pués Albanese S. Casos Méd icos Relac iones juríd icas emer-
de l acto médi co: y su pro bable secuela. Se trata, gentes del ejerc icio de la Med icina. Ed. La Rocca;
por lo tanto, del único documento (pru eba) de lo 1994.
sucedi do. Su ex travío implica una vio lac ión de l Bidart Ca mpos G , Macag no A, Pogg i V, y co l. Respon-
deber de colaborac ión en proceso; e ll o imp lica una sab ili dad Profesional. CD ROM mul ti med ia, Data Vi-
fa lla grave de la conducta médi ca, así como una sion S.A.
Gobato AC . C uadern os de Bioéti ca Ensayos. Contratos
fa lta de comportamiento ético y deo ntológico y de
de salud contrato de Asistenc ia méd ica.
deseo de colaborar con la justicia, que "prima fa -
More ll o G y G. El méd ico de Guardia. Responsab ilid ad
cie" confi gura una conducta pas ible de desenl ace
C ivil, La Plata: Li brería ed itora pl atense; J 996.
adverso .
Rab inov ich Berkman R. Responsabili dad de l Méd ico.
Las fa ll as más comunes (Salgue iro) son: fa lta Ed. Astrea; 1999.
de evo luciones, de consentimiento y de datos que Sa pisoc hin E. Responsabilidad lega l en med ici na de ur-
avalen los di ag nósticos; ex istencia de tac had uras y genc ia. Rev ista ele la Asoc iac ión Méd ica Argentina
fa lta de anotac iones sobre proced imientos . 1995 ; 108(4):22-5.
Sosa S. Ma nua l ele Ma la Prax is Méd ica. Ed itoria l Juris:
1994.
CONCLUSIONES Val enti N, Rodo lfo Alberto. Óptica Médico Legal ele la
Responsabili dad C ivil del Méd ico anestesió logo.
E n la emergenc ia e l méd ico debe reforzar su Yazquez Ferrey ra R, Ta li one F. Derecho Médico y Ma la
vocación al tratar al paciente como un ser y no co- praxis. Editorial Juri s; 2000.
/
Indice analítico*
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