7.-El Perdón
7.-El Perdón
7.-El Perdón
Heb 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de
Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella
muchos sean contaminados;
“Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8
Jesús habló acerca de cómo enfrentar situaciones diarias que nos duelen y
en las que nos es difícil perdonar. Podemos haber pasado por situaciones tan
difíciles que pensamos que son imposible de perdonar, o puede que nuestro
corazón se resista y pensemos que somos incapaces de hacerlo.
Jesús nos enseñó que el perdón es la única medicina contra el dolor del
alma y que es el único remedio que puede quitar la amargura y sanar todas las
heridas QUE DEJAN LAS OFENSAS EN NUESTROS CORAZON
heridas del alma, producidas por las ofensas de otros, requieren la atención del
único especialista en problemas del alma: EL SEÑOR JESUCRISTO. Igualmente
así como hay diferentes medicamentos para tratar diferentes enfermedades en el
cuerpo, también existe un medicamento que nunca falla para sanar el alma, un
verdadero antídoto que se llama PERDON
Jesús habló del perdón y nos dio una gran enseñanza en uno de los
evangelios.
Lee despacio
Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas
con sus siervos.
Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil
talentos.
A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y
todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.
Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia
conmigo, y yo te lo pagaré todo.
El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien
denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten
paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y
refirieron a su señor todo lo que había pasado.
Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te
perdoné, porque me rogaste.
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve
misericordia de ti?
Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo
lo que le debía.
Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo
corazón cada uno a su hermano sus ofensas. Mateo 18:23-35
Cuando leemos este pasaje podemos ver lo injusto y malvado que fue el
siervo perdonado por el rey, con su consiervo. Aun cuando el rey le perdonó una
deuda impagable, cuyo incumplimiento representaba su futuro en la cárcel y su
familia esclava para siempre, éste no le perdonó una mínima deuda a su consiervo.
Pues bueno, la verdad es que en algún momento de la vida hemos sido
como el siervo malo. Tal vez podemos pensar “Nunca he sido así”, pero si lo
meditamos sinceramente alguna vez hemos actuado de esa manera contra alguien.
En algún momento hemos actuado de la manera que actuó el siervo malo,
pero tranquilo, estamos a tiempo de arrepentirnos y aprender del mejor Maestro:
Jesús.
El rey tuvo misericordia con su siervo y le perdonó una cantidad exorbitante:
10.000 talentos que hoy día seria muchos millones de pesos.
Este mismo siervo perdonado no quiso perdonar a su consiervo una deuda
de 100 denarios, una suma pequeña, mientras que a él se le había perdonado
millones. Por lo tanto fue entregado a los verdugos.
Jesús uso esta parábola para dejarnos una gran lección y compararla con su
propio ejemplo de perdón, cuando en la cruz pagó por todos nosotros una deuda
impagable como la del siervo malo, y nos reconcilió con el Padre Celestial ya que
no teníamos como pagar la deuda por el pecado.
“Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 6:23
Uno de los discípulos le hizo esta pregunta ¿Cuántas veces debo perdonar?
“… Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.” Lucas 18:27
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CLASE 5 Escuela Bíblica
Jesús murió por nosotros, para perdonar nuestros pecados. No murió porque
éramos buenos sino porque éramos pecadores.
“Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8
“Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo
lo que le debía.
Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo
corazón cada uno a su hermano sus ofensas.” Mateo 18:34-35
“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que
también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras
ofensas.
Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos
os perdonará vuestras ofensas.” Marcos 11:25-26
Dios quiere que nuestra relación con las personas sea buena y no tengas
resentimiento ni odio hacia ellas.
Pablo nos advierte sobre esto:
“No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los
hombres.
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres.” Romanos 12:17-18
Podemos darnos cuenta, que después de leer este pasaje, que Dios quiere
que estemos en paz, no solo con Él sino también con las personas
Este pasaje es liberador porque nos habla de hacer nuestra parte “…Si es
posible, en cuanto dependa de vosotros…”. Si la otra parte no quiere recibir el
perdón, es su propia responsabilidad, nosotros quedamos libres delante de Dios.
Hemos hecho nuestra parte.
En Lucas 6:28 Dios nos manda que debemos bendecir a nuestros
enemigos! Aunque parezca injusto e imposible, al hacer lo que la palabra de Dios
nos dice corremos al enemigo, lo auyentamos para que no venga a oprimirnos. Con
la ayuda del Espíritu Santo si somos obedientes, veremos la liberación y la
bendición del Señor!
• MADUREZ ESPIRITUAL.
Es normal que un bebé crezca hasta ser una persona madura. Lo mismo
ocurre en la vida espiritual. Dios quiere que no nos quedemos como un bebé
espiritual toda tu vida, quiere enseñarte y entregarte cosas grandes, pero esto solo
sucederá hasta que tengamos la madurez suficiente para recibirlas.
Es evidente que Dios nos quiere que seamos niños espirituales siempre. Él
desea que seamos Sanos y Libres para que podamos disfrutar de la vida plena y
llena de bendiciones que Él tiene para cada uno de nosotros.
Consejos que nos ayudarán en este proceso de crecimiento y sanidad:
• Haz una lista de todas las personas que te han ofendido, estén vivas o
muertas y de todas las personas que tú has ofendido.
• Renuncia a todas las cosas malas que han venido a tu vida por la falta de
perdón, tales como: Recuerdos dolorosos, enfermedad, deseos de
venganza, depresión, dolor, enojo o amargura.
• Pídele al Espíritu Santo que sane todas esas heridas o malos recuerdos y te
llene con Su amor.
Debemos tener en cuenta que debemos hacer del Perdón un estilo de vida,
lo que quiere decir que vamos a ponerlo en práctica todos los dias de nuestra vida.
Sabiendo que es el mejor regalo que Dios nos dió.