El documento discute los fines de la educación según John Dewey y Paulo Freire. Según Dewey, la educación debe integrar al estudiante a la sociedad y prepararlo para el futuro, buscando un balance entre la continuidad social y la flexibilidad individual. Freire ve a la educación como un medio para promover el cambio social y cree que los educadores deben asumir su papel social para ayudar a los estudiantes a desarrollarse plenamente como personas participativas. Ambos filósofos enfatizan que la educación debe orientarse al desarrol
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El documento discute los fines de la educación según John Dewey y Paulo Freire. Según Dewey, la educación debe integrar al estudiante a la sociedad y prepararlo para el futuro, buscando un balance entre la continuidad social y la flexibilidad individual. Freire ve a la educación como un medio para promover el cambio social y cree que los educadores deben asumir su papel social para ayudar a los estudiantes a desarrollarse plenamente como personas participativas. Ambos filósofos enfatizan que la educación debe orientarse al desarrol
El documento discute los fines de la educación según John Dewey y Paulo Freire. Según Dewey, la educación debe integrar al estudiante a la sociedad y prepararlo para el futuro, buscando un balance entre la continuidad social y la flexibilidad individual. Freire ve a la educación como un medio para promover el cambio social y cree que los educadores deben asumir su papel social para ayudar a los estudiantes a desarrollarse plenamente como personas participativas. Ambos filósofos enfatizan que la educación debe orientarse al desarrol
El documento discute los fines de la educación según John Dewey y Paulo Freire. Según Dewey, la educación debe integrar al estudiante a la sociedad y prepararlo para el futuro, buscando un balance entre la continuidad social y la flexibilidad individual. Freire ve a la educación como un medio para promover el cambio social y cree que los educadores deben asumir su papel social para ayudar a los estudiantes a desarrollarse plenamente como personas participativas. Ambos filósofos enfatizan que la educación debe orientarse al desarrol
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LA EDUCACIÓN COMO AGENTE TRANSFORMADOR DEL INDIVIDUO
La educación se define como la Formación destinada a desarrollar la capacidad
intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen. Partiendo de esta definición y de la realidad que palpamos día a día como sociedad podemos decir que todavía falta mucho camino por recorrer, muchos vacíos que llenar, para que la educación sea verdaderamente un agente de cambio en lo que respecta a la persona y a su integralidad, es decir, que no solo tenga como fin la adquisición de conocimientos sino que verdaderamente sea una formación que responda a todos los ámbitos en los que el hombre se desenvuelve. Por eso es de suma importancia tener siempre presente los fines de la educación con el propósito de no perder de vista su meta y las repercusiones de estos en el hombre, es por ello que algunos expertos y especialistas en el ámbito educativo nos brindan ciertas pistas con las cuales se puede iluminar y enriquecer la acción educativa.
Según John Dewey Filósofo, pedagogo y psicólogo norteamericano, usa diversos
términos para aludir a los fines de la educación. Utiliza indistintamente los términos “metas” y “objetivos”. También habla de “aspiraciones” educativas. Los fines de la educación, fines de los hechos educativos para él (ya que la educación como una idea abstracta no tendría fines) varían de acuerdo con las situaciones y coyunturas. Según Paciano Fermoso (Catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y pionero en el campo de la sociología) el único fin de la Educación para Dewey es el “crecimiento” de la persona y el objetivo final es la reconstrucción de la experiencia. De sus diversas obras podemos extractar las siguientes ideas vinculadas con los fines, metas u objetivos de la Educación. Educar es hacer al hombre partícipe de la vida social. El fin de la educación es integrar al niño a la sociedad de su tiempo y prepararlo para la vida futura. La educación debe buscar que conciliar la prioridad de la continuidad social con la necesidad de flexibilidad del individuo. Para ello considera Dewey que la experiencia colectiva de una sociedad democrática debía verse como una fuente para resolver problemas futuros. La educación debe orientarse a la búsqueda del aprendizaje como experimentación y búsqueda de lo desconocido y no como una absorción pasiva de hechos anteriores. La educación debe orientarse al crecimiento humano y éste depende en mucho de la necesidad que se tenga y de la plasticidad que se posea. Debe sustentarse en las actividades y necesidades intrínsecas del individuo que debe ser educado. La Educación debe lograr que el educando reaccione siempre a las nuevas situaciones con interés, flexibilidad, curiosidad y creatividad. Debe lograr la máxima utilización de las oportunidades de la vida presente en un mundo sometido a cambio. La tarea de la educación no consiste en formar un gobernante aristocrático o un intelectual, ni siquiera un hombre de clase media, sino un hombre moderno, un ciudadano democrático. El fin ideal de la educación es la creación del poder de autocontrol o autodominio. Los impulsos y deseos que no están reglados por la inteligencia se hayan sometidos al control de circunstancias accidentales. Por otra parte, el conocido pedagogo y educador Paulo Freire, creador de un eficaz método de alfabetización y severo crítico del tipo de educación vigente en América, es reconocido a nivel internacional como uno de los pensadores paradigmáticos en relación a la cuestión educativa formal y no formal y a los problemas que en este ámbito plantea tanto la globalización económico-tecnológica cuanto la pasividad que genera en la población el sistema educativo. Actualmente resulta un lugar común el reconocimiento de la necesidad de cambios sociales significativos en orden a superar la profunda crisis que atraviesa la estructura sociopolítica y el sistema de vida perverso que afecta tanto a "carenciados" de lo indispensable para vivir cuanto al hombre como tal que ve desdibujarse valores humanos irrenunciables como la solidaridad, la justicia, el respeto entre congéneres y hacia la naturaleza y una razonable equidad en la distribución de la riqueza. Si bien nunca han sido perfectos los sistemas sociales, hoy daría la impresión de que la humanidad se desliza hacia su propia destrucción signada por la agresión indiscriminada al medio ambiente y la desesperanza de gran parte de la población condenada a la marginalidad y dependencia, al hambre, a la falta de trabajo y educación. Crecen sin pausa el analfabetismo y la deserción escolar. Mientras tanto los políticos declaman en medio de la corrupción, prometen y contemplan el derrumbe de la nación con absoluta indiferencia, producto de la mediocridad y la falta de visión. Ante esta realidad el rol del educador se agiganta porque es él, precisamente, quien está en contacto privilegiado con el hombre en sus años de crecimiento y formación, a condición de que asuma con responsabilidad su función social teniendo en cuenta parámetros que contribuyan a que el hombre sea cada vez más hombre, más participativo y menos máquina o robot al servicio de la pura tecnología o de intereses financieros de cúpulas anónimas y minoritarias. "Educación y Cambio" entiende que el educador es agente necesario para generar el proceso de cambio. Sin ser su trabajo espectacular y político, puede fundar las bases y estimular contenidos y participación que abran caminos a una transformación. En todo caso, deberá tener en cuenta un eje en el que sus dos puntas se complementan necesariamente: por un lado, la calidad y compromiso del educador que ha elegido libremente. En este último sentido Freire puntualiza un criterio al que no se debe renunciar. "El hombre es sujeto de su propia educación, no puede ser objeto de ella" o, dicho más sencillamente, "nadie educa a nadie". Todos tenemos una riqueza y una potencialidad que el educador debe contribuir a que emerja con fuerza.
Irresponsables: El autor defiende que la irresponsabilidad se extiende a diferentes marcos geográficos, políticos e institucionales, pero también a algunos modos de proceder de la ciudadanía.