Exp. N.° 01339-2019-Pa TC
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Sentencia 12/2022
2. DISPONER que la Sunat efectúe el cálculo de los intereses moratorios sin aplicar la regla
del cobro de intereses moratorios durante el tiempo en exceso que, respecto del plazo legal
establecido, tomó la administración tributaria para resolver los medios impugnatorios
planteados por la recurrente, conforme a los fundamentos de la presente sentencia, y sin
aplicación de la regla de capitalización de intereses, más los costos del proceso,
devolviendo el monto cancelado en exceso por la demandante.
La Secretaría del Pleno deja constancia de que la presente razón encabeza los votos
antes referidos y que los magistrados intervinientes en el Pleno firman digitalmente al
pie de esta razón en señal de conformidad.
SS.
FERRERO COSTA
SARDÓN DE TABOADA
MIRANDA CANALES
BLUME FORTINI
LEDESMA NARVÁEZ
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 01339-2019-PA/TC
LIMA
CORPORACIÓN PRIMAX S.A.
En Lima, al primer día del mes de febrero de 2022, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrado por los señores magistrados Ferrero Costa, Sardón de
Taboada, Miranda Canales, Blume Fortini, Ledesma Narváez y Espinosa-Saldaña
Barrera, pronuncia la siguiente sentencia, Asimismo, se agregan el voto adicional del
magistrado Sardón de Taboada y los votos singulares de los magistrados Miranda
Canales, Ledesma Narváez y Espinosa-Saldaña Barrera.
ASUNTO
ANTECEDENTES
Demanda
Aduce que resulta arbitrario que las demoras en el trámite del procedimiento
administrativo, imputables por entero a la administración pública, sean trasladadas a
Corporación Primax S.A., quien soportaría la aplicación de intereses moratorios por
tales demoras, los mismos que además se están calculando sobre intereses aplicados en
períodos anteriores (intereses sobre intereses). Afirma que la demora de la Sunat y del
Tribunal Fiscal en resolver sus recursos de reclamación y apelación, respectivamente,
ha ocasionado que los intereses continúen devengándose, de manera que una parte
importante del monto que actualmente se debe son de intereses moratorios acumulados,
por la falta de diligencia de las autoridades estatales en resolver oportunamente las
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impugnaciones, con el agravante de que dichos intereses se calculan sobre una base que
incluye la capitalización de intereses de cada año hasta el 31 de diciembre de 2005.
Auto admisorio
Contestaciones de la demanda
Agrega que el derecho al plazo razonable no tiene conexión directa con la inaplicación
de intereses.
FUNDAMENTOS
Procedencia de la demanda
8. Es decir, a la fecha no existe deuda exigible acerca del IGV e IR de 2000, pues las
resoluciones de determinación y multa han sido dejadas sin efecto, por lo que la
demanda es improcedente, en este extremo, pues, acontece la sustracción de la
materia, en interpretación a contrario sensu del segundo párrafo del artículo 1 del
Código Procesal Constitucional. A ello debe agregarse la información anexada
por la actora en su escrito 3167-2021-ES, de 23 de junio de 2021 (que obra en el
cuaderno del Tribunal Constitucional), según la cual la RI 0120200000165, de 5
de abril de 2018, declaró prescrita la facultad de la administración tributaria para
determinar la obligación tributaria del IGV del ejercicio 2000.
13. Por otra parte, el 18 de enero de 2008, la actora presentó recurso de reclamación
contra las RD 012-003-0014002 a 012-003-0014013 las RM 012-002-0012973 a
012-002-00012984 (folios 251 a 285, sexto bloque de resoluciones de
determinación y multa).
25. Como se indicó en el fundamento 8, a la fecha no existe deuda exigible acerca del
IGV e IR de 2000, pues las resoluciones de determinación y multa (pertenecientes
a los primeros tres bloques de determinación y multa) han sido dejadas sin efecto,
por lo que la demanda es improcedente, en este extremo, pues acontece la
sustracción de la materia.
28. Por otro lado, con relación al ejercicio 2004 (sétimo bloque de resoluciones de
determinación y multa), la actora en el citado escrito 3167-2021-ES informa que
la apelación fue resuelta por la RTF 05267-9-2018 que también revocó
parcialmente la RI 0150140008513. La actora comunica que ha pagado la deuda
relativa a dicho año. Situación similar acontece en el octavo bloque, pues tras la
revocatoria parcial de la RI 0150140008495, la actora comunica el pago del
extremo confirmado.
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29. Por último, el noveno, decimo y undécimo bloques, las apelaciones han
desembocado en revocatorias de las respectivas RI (totalmente, las dos primeras o
parcialmente, la última).
31. Si bien es cierto que tras la presentación de la demanda, en los casos detallados en
los fundamentos anteriores se emitieron sendas resoluciones del Tribunal Fiscal,
estas fueron expedidas varios años después de presentados los recursos
correspondientes.
34. En este punto, es necesario recordar que el artículo 7, inciso 3, del Código
Procesal Constitucional, dispone que una demanda de amparo debe declararse
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35. En el presente caso no se advierte que acontezcan estos supuestos (no ha sido
acreditado documentalmente por las partes, ni tampoco se ha planteado, por
ejemplo, una excepción de litispendencia). En consecuencia, no corresponde
desestimar la demanda en aplicación de los artículos 7, incisos 3 y 5 del Código
Procesal Constitucional (artículos 5, incisos 3 y 5 del anterior código).
Análisis de la controversia
Línea jurisprudencial
38. Por otro lado, como señaló el Tribunal Constitucional en la sentencia emitida en el
Expediente 04532-2013-PA/TC (caso Icatom SA), este razonamiento es aplicable
también para el caso de las personas jurídicas.
por considerar que dicho actuar resulta lesivo del principio de razonabilidad. Es
decir, la distinta naturaleza jurídica de las recurrentes y las divergencias en su
configuración y desempeño económico no conllevan per se a afirmar que nos
encontramos ante supuestos de hecho distintos, ya que, en ambos casos, las
demandantes invocan un acto lesivo sustancialmente igual al amparo de una
misma situación jurídica, como es en este caso, su condición de contribuyentes
titulares del derecho a un debido procedimiento. Lo mismo se ha afirmado en las
sentencias emitidas en los expedientes 02288-2018-PA/TC, 02051-2016-PA/TC y
00225-2017-PA/TC.
40. La finalidad del cobro de intereses moratorios frente a deudas tributarias está
dirigida a incentivar el pago oportuno de estas obligaciones por parte de los
contribuyentes, así como indemnizar al acreedor tributario por el no cobro
oportuno de la deuda. Siendo así, el Tribunal Constitucional no advierte razón
alguna que justifique una distinta responsabilidad jurídica en el cumplimiento de
este deber. La distinta naturaleza jurídica de los contribuyentes (persona natural o
persona jurídica dedicada a una actividad empresarial), así como el uso
económico que puedan dar al monto que adeudan a la administración tributaria no
justifican establecer un tratamiento diferenciado en el cobro de intereses
moratorios a los contribuyentes, toda vez que con dicho cobro no se busca
sancionar un eventual provecho económico que pudiera obtener el contribuyente,
sino indemnizar al Estado por el no pago oportuno de su acreencia.
41. Este criterio, por demás, es coherente con el establecido por el Tribunal
Constitucional en el Expediente 0905-2001-AA/TC, donde se reconoció que las
personas jurídicas de derecho privado también pueden ser titulares de derechos
fundamentales [fundamento 5], y el Expediente 01567-2006-AA/TC, donde se
dejó establecida su titularidad del derecho al debido proceso [fundamento 9], cuya
exigibilidad no se restringe a los procesos judiciales, sino que se extiende a los
procedimientos administrativos [cfr. entre otros, las sentencias emitidas en los
Expedientes 04289-2004-PA/TC, fundamento 3 y 03741-2004-PA/TC,
fundamento 18].
que la medida haya sido adoptada dentro de los límites de la facultad atribuida; y,
de otro, que en su aplicación se advierta una debida proporción entre los medios a
emplear y los fines públicos que deba tutelar. Así, la precitada norma dispone lo
siguiente:
43. En este caso, corresponde verificar entonces si el periodo por el que le fueron
aplicados los intereses moratorios a la empresa demandante resulta lesivo del
principio de razonabilidad que debe regir el actuar de la administración tributaria.
Tal como fue advertido por este Tribunal Constitucional en el Expediente 04082-
2012-PA/TC, la determinación del periodo durante el cual resulta legítimo el
cobro de intereses moratorios por parte de la administración tributaria frente al
deudor tributario adquiere trascendencia constitucional en la medida en que, al
tratarse de una actuación administrativa que tiene incidencia en el derecho al
debido procedimiento —en su manifestación de facultad para recurrir las
decisiones administrativas—, su legitimidad se encuentra vinculada al principio
de razonabilidad.
44. En el caso de autos, la recurrente solicita la inaplicación del artículo 33 del TUO
del Código Tributario.
45. Más allá de los montos específicos que se le pretenda cobrar a la demandante, lo
que compete en este proceso de amparo es analizar la validez del cobro de los
intereses moratorios respecto al exceso en resolver los recursos interpuestos por la
actora en el procedimiento contencioso tributario descrito en el fundamento 2 y 3
supra.
46. Conforme al artículo 33 del TUO del Código Tributario, en su redacción original,
los intereses moratorios se computaban diariamente desde el día siguiente a la
fecha de vencimiento de la deuda tributaria hasta la fecha de su pago inclusive.
Esta regla fue modificada parcialmente por el artículo 6 del Decreto Legislativo
981, vigente desde el 1 de abril de 2007 -de conformidad con lo establecido en la
Primera Disposición Complementaria Final de dicho decreto- hasta el 13 de julio
de 2014, fecha esta última en la que entró en vigor la modificatoria del artículo 7
de la Ley 30230 (a partir de esta última ley ya no se computan los intereses
moratorios respecto al exceso de tiempo que demore la administración tributaria
en resolver según los artículos 142, 150 y 156 del TUO del Código Tributario).
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49. Al respecto, cabe indicar que la finalidad del cobro de intereses moratorios en las
deudas tributarias es compensar al acreedor tributario por la demora en el pago.
Esta finalidad es legítima en tanto la demora sea imputable al deudor tributario.
Así, a partir de lo establecido en la norma materia de análisis y a fin de dilucidar
la legitimidad del cobro de intereses moratorios durante el procedimiento
contencioso tributario, es importante verificar dos cuestiones esenciales.
54. Por otro lado, este Tribunal no advierte una razón que justifique un tratamiento
legislativo diferenciado entre los recursos de reclamación y apelación en lo que
respecta a la suspensión en el cobro de intereses moratorios, luego de vencido el
plazo legal establecido para que la autoridad administrativa resuelva tales
recursos. Si bien cada uno de ellos es resuelto por distintas entidades
administrativas (Sunat y Tribunal Fiscal, respectivamente), ello no determina
naturaleza disímil a estos mecanismos impugnatorios. Por el contrario, en ambos
casos nos encontramos ante recursos administrativos que pretenden garantizar el
derecho al debido procedimiento en su manifestación de facultad para recurrir las
decisiones administrativas. Por lo tanto, la disposición que establece la suspensión
en el cobro de intereses moratorios durante el tiempo en exceso que, respecto del
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55. Así, en el presente caso corresponde que, en el cobro de la deuda tributaria del
demandante, la Sunat suspenda el cómputo de los intereses moratorios durante el
tiempo en exceso que, respecto del plazo legal establecido, tomó la administración
tributaria para resolver los recursos planteados por la recurrente.
La garantía del plazo razonable como elemento del derecho al debido procedimiento
administrativo
caso concreto, así como para el ejercicio de los derechos de las partes de acuerdo
con sus intereses, a fin de obtener una respuesta definitiva en la que se determinen
los derechos u obligaciones de las partes.
Inicio y fin del cómputo del plazo razonable del procedimiento contencioso tributario
63. Según el artículo 112 del TUO del Código Tributario, los procedimientos
tributarios, además de los que se establezcan por ley, son: i) el procedimiento de
fiscalización, ii) el procedimiento de cobranza coactiva, iii) el procedimiento
contencioso tributario, y iv) el procedimiento no contencioso.
65. De otro lado, de acuerdo con el artículo 124 del TUO del Código Tributario, el
procedimiento contencioso tributario consta de dos etapas: a) la reclamación ante
la administración tributaria, y, b) la apelación ante el Tribunal Fiscal. Es decir,
mientras el procedimiento de fiscalización culmina con la emisión de una
resolución de determinación, orden de pago o multa; el procedimiento
contencioso tributario comienza con la presentación de un recurso de reclamación
contra cualquiera de las referidas resoluciones (entre otras que detalla el artículo
135).
las fechas que serán tomadas en cuenta como término de inicio para efectos de
verificar la vulneración o no del plazo razonable en sede administrativa.
67. Con relación a la finalización del cómputo del plazo, se entiende que el término
del procedimiento administrativo opera en el momento en que la autoridad
administrativa expide la decisión definitiva que resuelve la situación jurídica de la
persona en sede administrativa, lo cual incluye a los recursos que se establecen
dentro del propio procedimiento administrativo para cuestionar una primera
decisión de la autoridad. En ese sentido, este Tribunal advierte que, en el caso de
autos, había apelaciones que estaban pendientes de resolver al presentarse la
demanda de amparo que, posteriormente fueron dilucidada mediante diferentes
RTF (detalladas en los fundamentos 9 a 31 supra). Así, encontramos lo siguiente:
73. Por lo expuesto, este Tribunal no advierte que la conducta desplegada por la
recurrente hubiese perjudicado el desarrollo normal del procedimiento
administrativo.
74. De acuerdo con lo establecido por el artículo 142 del Código Tributario, la Sunat
debe resolver el recurso de reclamación en un plazo máximo de 9 meses (antes, 6
meses). Por su parte, el artículo 150 del mismo código establece que el Tribunal
Fiscal tiene un plazo de 12 meses para resolver los recursos de apelación, y 18
meses para temas más complejos, específicamente controversias relacionadas con
los precios de transferencia internacional.
75. Así, examinados los factores valorativos del referido principio, se advierte que no
se ha cumplido con justificar de forma fehaciente la excesiva demora en la que se
ha incurrido, teniendo en cuenta que han excedido los plazos otorgados por la
mencionada ley.
78. Ahora bien, en el caso en concreto, resulta evidente que la demora producida por
las demandadas ha generado una grave amenaza al patrimonio de la demandante,
pues del total de la deuda tributaria, la mayor parte corresponde a los intereses
moratorios.
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79. Luego del análisis de estos cuatro elementos para determinar la razonabilidad del
plazo, se verifica que se ha incurrido en una violación del derecho a que el
procedimiento dure un plazo razonable.
Capitalización de intereses
84. De acuerdo a dicho artículo, recogido luego en el artículo 33 del Decreto Supremo
135-99-EF, TUO del Código Tributario, se estableció:
85. Esta norma estuvo vigente solo ocho años. Fue derogada por el artículo 3 del
Decreto Legislativo 969, publicado el 24 de diciembre de 2006.
[…] para efectos de la aplicación del presente artículo, respecto de las deudas
generadas con anterioridad a la entrada en vigencia del Decreto Legislativo Nº 969,
el concepto tributo impago incluye a los intereses capitalizados al 31 de diciembre
de 2005, de ser el caso.
91. Empero, puede pensarse que dicho principio no resulta aplicable, toda vez que los
intereses moratorios no tendrían, claramente, naturaleza de tributos, sino que
podría corresponder, más bien, al de sanciones impuestas por el no cumplimiento
oportuno de una obligación tributaria.
92. En todo caso, lo evidente es que incluso estas sanciones tributarias deben respetar
el principio de razonabilidad reconocido en la jurisprudencia de este Tribunal
Constitucional (sentencias recaídas en los Expedientes 02192-2004-AA/TC y
00535-2009-PA/TC, entre otras) y recogido también en el artículo IV, inciso 1.4
del Título Preliminar del TUO de la Ley 27444, Ley de Procedimiento
Administrativo General.
93. El principio bajo análisis exige que, cuando impongan sanciones, las decisiones
administrativas
98. Por tanto, esta aplicación de los intereses moratorios resulta inconstitucional, al
transgredir el principio de razonabilidad de las sanciones administrativas
reconocido por la jurisprudencia constitucional.
100. Finalmente, cabe imponer a los demandados el pago de los costos procesales, de
conformidad con el artículo 28 del Código Procesal Constitucional.
HA RESUELTO
2. DISPONER que la Sunat efectúe el cálculo de los intereses moratorios sin aplicar
la regla del cobro de intereses moratorios durante el tiempo en exceso que,
respecto del plazo legal establecido, tomó la administración tributaria para
resolver los medios impugnatorios planteados por la recurrente, conforme a los
fundamentos de la presente sentencia, y sin aplicación de la regla de
capitalización de intereses, más los costos del proceso, devolviendo el monto
cancelado en exceso por la demandante.
Publíquese y notifíquese.
SS.
FERRERO COSTA
SARDÓN DE TABOADA
BLUME FORTINI
1. La demanda de amparo tiene por objeto solicitar la inaplicación del artículo 33 del
TUO del Código Tributario en lo referente a los intereses moratorios sobre la deuda
tributaria relativa a los siguientes tributos y períodos: a) impuesto a la renta (IR) e
impuesto general a las ventas (IGV) del ejercicio 2000, b) IR e IGV del ejercicio
2003, c) IR e IGV del ejercicio 2004, d) IR del ejercicio 2005, e) IR e IGV del
ejercicio 2006; y, f) IR del ejercicio 2007; ello respecto del periodo que exceda los
plazos previstos en los artículos 142 y 150 del mencionado código. Asevera que la
deuda tributaria contiene intereses moratorios que vulneran sus derechos
constitucionales a ser juzgada en un plazo razonable y el principio de no
confiscatoriedad. Asimismo, solicita que los intereses moratorios se mantengan
únicamente por los periodos de impugnación dentro de los plazos previstos en el
Código tributario y que no se aplique la regla de capitalización de intereses.
3. Más allá de las discusiones que pudieran presentarse en la doctrina, puedo entenderla
como la obligación del deudor tributario [contribuyente o responsable] de efectuar el
pago del tributo1 [prestación tributaria], a favor del acreedor tributario [el Estado],
que por mandato de la ley ha sido impuesto —obviamente delimitada por la
Constitución—, cuyo incumplimiento es exigible mediante cobro coactivo.
pago del tributo2; y la segunda, todas las demás que deben realizarse para cumplir
con la primera3.
5. Por su parte el artículo 28 del mismo Código, señala que la deuda tributaria está
constituida por el tributo, la multa y los intereses, señalando que este último es
moratorio en los casos de pago extemporáneo del tributo y en la aplicación de
multas. En ese sentido, el Tribunal Constitucional señaló que los intereses moratorios
son aplicados por el no cumplimiento oportuno de una obligación tributaria [STC
04082-2012-PA, fundamento 45], en ese sentido resulta posible reconocer en ellos su
accesoriedad4, debido a que se originan siempre y cuando exista alguna obligación de
pago de tributos pendiente y vencida. En razón de esto, se le considera como un
componente de la deuda tributaria, al encontrar justificación en su relación con la
prestación tributaria.
6. De este modo es posible afirmar que al dejarse sin efecto la obligación tributaria a
través del procedimiento contencioso tributario o, en su caso, a través del proceso
contencioso administrativo, la decisión alcanza también a los intereses. De allí que
no es posible justificar un pronunciamiento en sede constitucional sobre los intereses
de un tributo que aún se encuentra siendo discutido ante la autoridad administrativa o
judicial ordinaria. Comprendiendo incluso a aquellas situaciones en las que el
contribuyente decide cancelar la deuda tributaria de manera previa o durante el
procedimiento contencioso tributario, pues como se dijo bien podría dejarse sin
efecto y de ser el caso disponer la devolución de lo indebidamente abonado.
El mismo análisis se extiende al caso de las multas que pese a no tener la naturaleza
de tributos, se imponen por el incumplimiento de las obligaciones formales que giran
en torno al pago de este.
Ahora, si bien no se dice expresamente que la amenaza debe ser cierta e inminente, ello no desconoce tal
carácter, desarrollado incluso por la jurisprudencia constitucional.
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amparo se puedan cuestionar actos futuros remotos, sobre los cuales existe una
indeterminación temporal de que puedan acaecer.
11. Respecto a la invocación de la garantía del plazo razonable, cabe señalar que el
objeto de la reclamación constitucional no se sustenta en la necesidad de obtener un
pronunciamiento definitivo en sede administrativa, sino en denunciar que el exceso
del plazo para resolver por parte de las autoridades administrativas dará como
resultado final una posible aplicación de intereses moratorios por dicho exceso, como
ha sido señalado en el fundamento 1 de este voto.
S.
MIRANDA CANALES
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Los casos de amparos en materia de intereses moratorios son casos que reflejan, en
general, una interminable historia de dilaciones injustificadas, muchas veces de aquellas
dilaciones de la Administración Tributaria que se demora en resolver, otras veces de las
empresas que buscan alargar un procedimiento de modo injustificado para buscar algún
beneficio, pero también, de algunos jueces que en tanto ponentes han buscado alargar
sin justificación válida el debate de un caso hasta el cambio de Presidente del Tribunal
Constitucional y así ver beneficiada su posición con el voto de calidad de este último.
El 25 de enero de 2022 se votó este caso (fundada) con el voto de calidad del nuevo
presidente. Dado que, como es de público conocimiento, el magistrado que actualmente
ejerce la presidencia, ha tenido una posición constante y uniforme en casos de intereses
moratorios, al magistrado ponente sólo le bastó postergar la votación del caso (desde
noviembre y diciembre de 2021) y esperar al cambio de presidente (hasta enero de
2022). Por cierto, la elección del nuevo presidente ya se conocía públicamente desde el
2 de diciembre de 2021 así como la posición pública de sus votos en los temas
vinculados con los temas tributarios.
Las decisiones del Pleno del Tribunal Constitucional, que incluyen el uso del voto de
calidad, deben surgir a partir de la deliberación de los casos, pero no mediante
estrategias de algunos ponentes que buscan beneficiar sus interpretaciones a través del
voto de calidad. Con esta observación no niego la necesidad de recurrir a este
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mecanismo (voto de calidad) para resolver el impase en la votación ante empates, pero,
considero que este debe fluir de manera natural y no buscando artificiosamente generar
un escenario favorable para alcanzar ello.
Por otro lado, también debo dejar constancia de la afectación de los derechos a la
motivación, de defensa y a la pluralidad de instancias de la parte vencida en este
proceso constitucional, la que consiste en que se haya entrado al fondo de la
controversia sin ni siquiera haberse resuelto la excepción de incompetencia por razón de
la materia planteada por la emplazada, evidenciando apresuramiento injustificado y
convirtiendo al Tribunal Constitucional, prácticamente, en primera y única instancia.
En este expediente, lo que subió en grado mediante RAC fue la excepción de la parte
emplazada. Debieron pronunciarse sobre la excepción, “desestimarla” y, luego, remitir
el expediente al Poder Judicial para que continúe con su trámite conforme a la
normatividad procesal; sin embargo, han obviado todo ese trámite y han decidido sin
más pronunciarse directamente sobre el fondo, sin mencionar ni una palabra sobre la
excepción del Tribunal Fiscal.
El final de todo esto va significar que la Sunat y el Tribunal Fiscal serán notificados con
una sentencia en sentido estimatorio, sin que ellos se hayan enterado de que la
controversia, que subió originalmente al Tribunal como una que versaba sobre el
incidente de excepción de incompetencia, de pronto cambió y el debate terminó
sorpresivamente siendo respecto de la demanda. Es decir, sobre un asunto totalmente
distinto; y, peor aún, sin que ellos ahora puedan contradecir o impugnar, sacrificándose
así los derechos a la motivación, de defensa y a la pluralidad de instancias que toda
parte debe gozar en un proceso, más aún si el Tribunal Constitucional es el garante por
excelencia de los derechos fundamentales.
Dicho esto, considero que la excepción que subió en grado fue resuelta correctamente
por la segunda instancia. En consecuencia, considero que en el presente caso la
demanda debe declararse IMPROCEDENTE.
Corporación Primax S.A. interpuso demanda de amparo contra la Sunat con el objeto
que se declare inaplicables el artículo 33 del Código Tributario, que establece la
capitalización anual de intereses; la primera disposición final y transitoria de la Ley
27335, en la parte que establece la capitalización de intereses para la actualización de
las multas; y la segunda disposición complementaria final del Decreto Legislativo 981,
que establece la base de cálculo para la actualización de las deudas por tributos y multas
a partir del 25 de diciembre de 2006, con la respectiva capitalización anual de intereses.
Asimismo, solicita la inaplicación del primer, tercer y séptimo párrafo de los artículos
33 y 181 del Código Tributario, con la finalidad de que no se le imponga el pago de
intereses moratorios por los plazos que, en exceso, la Sunat y el Tribunal Fiscal han
demorado en resolver sus recursos de reclamación y apelación, respectivamente, y por
la demora que pueda ocasionar el presente proceso de amparo.
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Aduce que resulta arbitrario que las demoras en el trámite del procedimiento
administrativo, imputables por entero a la Administración Pública, sean trasladadas a
Corporación Primax S.A., quien soportaría la aplicación de intereses moratorios por
tales demoras, los mismos que además se están calculando sobre intereses aplicados en
períodos anteriores (intereses sobre intereses). Afirma que la demora de la Sunat y del
Tribunal Fiscal en resolver sus recursos de reclamación y apelación, respectivamente,
ha ocasionado que los intereses continúen devengándose, de manera que una parte
importante del monto que actualmente se debe son de intereses moratorios acumulados,
por la falta de diligencia de las autoridades estatales en resolver oportunamente las
impugnaciones, con el agravante de que dichos intereses se calculan sobre una base que
incluye la capitalización de intereses de cada año hasta el 31 de diciembre de 2005.
Esta evaluación debe ser realizada por el juez o por las partes respecto de las
circunstancias y derechos involucrados en relación con los procesos ordinarios. Es
decir, los operadores deben determinar si la vía es idónea (en cuanto permite la tutela
del derecho, desde el punto de vista estructural, y es susceptible de brindar adecuada
protección) y, simultáneamente, si resulta igualmente satisfactoria (en tanto no exista
riesgo inminente de que la agresión resulte irreparable ni exista necesidad de una
tutela de urgencia)
Las reglas para determinar cuándo una vía ordinaria alterna resulta igualmente
satisfactoria son las establecidas en esta sentencia, y conforme a ellas se interpretará el
inciso 2 del artículo 5, resultandos aplicables a todos los procesos de amparo,
independientemente de su materia.
12. Además, debe tenerse presente que, ante tales cuestionamientos, si únicamente se
invoca una relación directa entre un perjuicio económico, que además debe ser
acreditado, y la afectación del derecho de propiedad, debe considerarse que, desde
la perspectiva subjetiva, en principio, no existiría la necesidad de una tutela urgente
derivada de la relevancia del derecho o de la gravedad de las consecuencias si se
tiene en cuenta que:
El programa normativo del derecho de propiedad garantiza los bienes materiales e
inmateriales que integran el patrimonio de una persona que son susceptibles de
apreciación económica. Desde el punto de vista de la actuación de la administración
tributaria –o la convalidación de un acto realizado por aquella por parte de un órgano
de la jurisdicción ordinaria–, se interviene en dicho ámbito de protección todas las
veces que se grava al contribuyente con un tributo inconstitucional; cuando la
administración tributaria no devuelve el monto de un impuesto indebidamente pagado,
previa declaración administrativa o jurisdiccional; o cuando la administración
tributaria se niega a pagar los intereses devengados, o dicha negativa es convalidada
por un órgano judicial (ATC Exp. 3403-2013-PA/TC, FJ 7).
6
SOTELO Eduardo. "Notas sobre el principio de no confiscatoriedad en materia tributaria". En Derecho
y Sociedad N° 29, 2007, p. 308.
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Si el actor declara una menor deuda que le corresponde, tienen que necesariamente
hacerse responsable de asumir no sólo la deuda no cancelada oportunamente, sino de
las sanciones y los intereses que correspondan. Lo declarado en su momento, se
presume válido en la medida que se presume la buena fe del contribuyente.
En todo caso, la pretensión del actor, en sí misma, no resulta atendible debido a que,
contrariamente a lo que arguye, persigue un tratamiento discriminatorio respecto del
resto de contribuyentes que sí cumplieron con liquidar adecuadamente y cancelar
oportunamente sus deudas, o, aunque su determinación fue reparada por la Sunat,
asumieron su deuda tributaria con los intereses que se generaron (FJ 4-7).
16. Sin embargo, en la STC Exp. 04082-2012-PA/TC (FJ 57-72), se analizó, desde la
perspectiva del derecho de acceso a los recursos en sede administrativa, la
constitucionalidad en dicho caso concreto del cobro de los intereses generados
durante el trámite del procedimiento contencioso-tributario, incluida la
capitalización de intereses durante el tiempo en que estuvo vigente su exigencia en
el artículo 33 del Código Tributario.
17. También es cierto que en la STC Exp. 04532-2013-PA/TC (FJ 21-37, y 49-50), este
Tribunal indicó que correspondía verificar en aquella oportunidad si el período por
el que fueron aplicados los intereses moratorios a la empresa demandante resultaba
lesivo o no del principio de razonabilidad que debe respetar la administración
tributaria, lo que a su vez tenía incidencia no solo en el derecho de recurrir las
decisiones administrativas, sino en el derecho al plazo razonable en esta sede. Para
tal efecto se invocó lo dispuesto en el numeral 1.4 del artículo IV del Título
Preliminar de la Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, donde
se estableció que uno de los principios que sustentan dicho procedimiento es el
principio de razonabilidad, según el cual:
Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen obligaciones, califiquen
infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los administrados,
deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la debida
proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de
que respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
18. Al respecto, con relación al primer argumento, esto es, que el cobro de intereses
indebidamente generados durante el proceso contencioso tributario a un
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20. Siendo ello así, este Tribunal advierte, como se sostuvo en aquella oportunidad, que
el derecho de recurrir las decisiones de la administración comporta:
la posibilidad material de poderlas enervar, bien en el propio procedimiento
administrativo, cuando la ley haya habilitado un mecanismo bien en todo caso, de
manera amplia y con todas las garantías, ante el Poder Judicial, mediante el proceso
contencioso administrativo o, incluso, a través del propio recurso de amparo cuando se
trate de la afectación de derechos fundamentales (FJ 23).
28. De este modo, la eventual vulneración del derecho fundamental al plazo razonable
en sede administrativa deberá evaluarse en cada caso, de acuerdo a las
circunstancias jurídicas y fácticas correspondientes. De todas formas, deberá
tenerse en cuenta que, en tanto la Administración Tributaria y el Tribunal Fiscal se
encuentren dentro de los plazos legales para resolver los recursos y/o mecanismos
de cuestionamiento interpuestos en el marco de un procedimiento contencioso
tributario, carecerá de asidero constitucional el cuestionamiento del cómputo de
intereses legales con base en este derecho fundamental.
29. Efectivamente, el cobro de intereses moratorios durante el plazo legal con que
cuenta la autoridad tributaria para resolver los recursos administrativos y/o
mecanismos de cuestionamiento presentados, resulta una restricción legítima y
razonable del derecho en mención, toda vez que la generación de intereses
moratorios es consecuencia de la demora en el pago del tributo y de la multa
correspondiente, lo que se prolonga a su vez en el tiempo por la interposición del
recurso y/o mecanismo de cuestionamiento planteados por el contribuyente con
miras a dejar sin efecto la deuda tributaria o cuestionar cualquier actuación de la
Administración.
30. De esta forma, con el establecimiento por el legislador del cobro de intereses
moratorios se pretende evitar un ejercicio abusivo o temerario de la interposición de
recursos impugnativos o mecanismos de cuestionamiento de la actuación de la
Administración, durante el procedimiento contencioso administrativo, por cuanto el
contribuyente pudo prever el cobro de tales intereses durante el plazo que el
legislador otorga a la autoridad administrativa (Administración Tributaria y
Tribunal Fiscal) para resolver los recursos y mecanismos de cuestionamiento
interpuestos.
31. Asimismo, debe tenerse presente que el legislador ha previsto, como se precisó
previamente, que desde la entrada en vigencia del Código Tributario y sus
correspondientes modificatorias, el artículo 144 del citado código siempre reguló la
posibilidad de interponer un recurso de apelación ante el Tribunal Fiscal en el
supuesto que la Administración Tributaria no resolviera en el plazo legal.
32. Además, no debe olvidarse que, si el Tribunal Fiscal excede los plazos legales que
tiene para resolver las apelaciones o quejas interpuestas por los contribuyentes, en
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virtud del inciso 2 del artículo 4 del TUO de la Ley 27584, Ley que regula el
proceso contencioso administrativo, aprobado por Decreto Supremo 011-2019-JUS,
y de acuerdo a lo indicado en la presente sentencia, los contribuyentes deberán
acudir a dicha vía ordinaria. Excepcionalmente, podrán acudir a la vía del amparo,
siempre que se verifique lo indicado en la presente sentencia, con relación al
agotamiento de las vías previas y al análisis de la vía igualmente satisfactoria,
dispuesto en el precedente establecido en la STC Exp. 02383-2013-PA/TC.
33. De esta manera, resultará indispensable, de forma previa al cuestionamiento judicial
de la actuación de la Administración Tributaria y el Tribunal Fiscal, que los
contribuyentes hagan un uso adecuado (y no abusivo) de los mecanismos legales
que el ordenamiento jurídico ha previsto para que puedan posteriormente acudir a la
vía ordinaria y, excepcionalmente, a la vía constitucional, como es el caso de los
recursos de reclamación, apelación (incluyendo ante la denegatoria ficta) y la
interposición de la queja.
34. Con ello se evitará que el procedimiento contencioso tributario dure más de lo
previsto por ley e incluso, vulnere el derecho al plazo razonable en sede
administrativa, lo que a su vez desincentivaría, en principio, posteriores
cuestionamientos al cómputo de intereses moratorios, incluida la capitalización de
intereses en el período que estuvo vigente.
35. Si bien aquello es un aspecto de medular importancia para el contribuyente desde
una perspectiva subjetiva, también es cierto que lo anterior coadyuvará a la
realización de la dimensión objetiva del principio de regularidad del sistema
jurídico, que de acuerdo a la jurisprudencia de este Tribunal (STC Exp. 00168-
2005-PC/TC, FJ 8), constituye un principio constitucional básico que prescribe el
respeto al sistema de fuentes del ordenamiento y su correspondiente eficacia, y
cuya naturaleza democrática radica en el mandato -que de él se desprende- según el
cual todos los poderes públicos, privados y los ciudadanos, deben guiar, por igual,
su conducta según el Derecho.
36. Siendo ello así, considero que no todo exceso en el plazo de resolución de los
recursos administrativos y/o mecanismos de cuestionamiento interpuestos contra la
actuación de la Administración constituye una vulneración del derecho al plazo
razonable durante la tramitación del procedimiento contencioso tributario, puesto
que ello dependerá de la evaluación en cada caso concreto de todos los criterios
mencionados previamente, esto es, la complejidad del asunto, la actividad o
conducta procedimental del administrado, la conducta de la administración pública,
así como las consecuencias que la demora produce en las partes.
37. Adicionalmente, debo precisar que no debe confundirse desde cuándo debe
contarse el plazo de duración de un procedimiento administrativo y cuándo se
entiende que ha culminado, a efectos de evaluar la razonabilidad de su duración,
con la duración del plazo que se tiene para resolver los recursos impugnatorios y/o
mecanismos de cuestionamiento a su actuación.
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38. Por ello, mal se haría en establecer en abstracto y para todos los casos cuándo se
inicia el cómputo del plazo razonable del procedimiento contencioso tributario. En
todo caso, debe tenerse presente que el cuestionamiento del contribuyente a la
actuación de la Administración Tributaria se materializa cuando éste manifiesta su
voluntad de impugnar u objetar la actuación de aquélla, bajo las formalidades de
ley y que la vía administrativa se agota con la resolución del Tribunal Fiscal que
resuelve la controversia de manera definitiva y causan estado.
39. A esto último debe añadirse que la regulación del cómputo de intereses moratorios
establecida en el artículo 33 del Código Tributario es un asunto de naturaleza legal,
que, como tal, es expresión del principio de libre configuración de la ley con que
cuenta el legislador democrático, teniendo como límites, entre otros, los principios
de razonabilidad e interdicción de la arbitrariedad.
40. En efecto, tal y como puede apreciarse en el siguiente cuadro, la regulación de la
aplicación de intereses moratorios durante el procedimiento contencioso tributario,
luego del vencimiento de los plazos máximos legales establecidos para la
resolución de los recursos y/o mecanismos de cuestionamiento de los actos de la
Administración, ha sido objeto de diversas modificaciones desde hace 13 años,
como se advierte a continuación:
41. Asimismo, corresponde precisar que este Tribunal ha entendido que, ante la
constatación de una vulneración al plazo razonable, declarar nulo el procedimiento
administrativo y establecer la reposición de las cosas al estado anterior, no podría
ser un efecto inmediato o automático, toda vez que las demás garantías procesales
que conforman del debido procedimiento sí fueron respetadas. En ese sentido, el
hecho de que los plazos máximos de un procedimiento hayan sido incumplidos no
tiene como consecuencia directa que las resoluciones finales sean declaradas
inválidas y sin efectos legales (STC Exp. 03778-2004-AA/TC, FJ 23).
42. Pero más allá de ello, estimo oportuno reiterar que le corresponde a la
Administración, desde la comprensión del principio de legalidad en el marco de las
exigencias de un Estado Constitucional de Derecho, preferir, siempre y en todos los
casos, el principio jurídico de supremacía de la Constitución.
43. En varias oportunidades este Tribunal ha explicitado que la Administración, al
igual que los poderes del Estado y los órganos constitucionales, se encuentran
sometidos, en primer lugar, a la Constitución de manera directa y, en segundo
lugar, al principio de legalidad, de conformidad con el artículo 51 de la Norma
Fundamental (cursiva agregada) (STC 03741-2004-PA/TC, FJ 6).
44. Por ello, la legitimidad de los actos administrativos no viene determinada por el
respeto a la ley sino por su vinculación a la Constitución, lo que también se ha
establecido bajo el denominado “principio de legalidad”, que, en realidad, pese a
dicha nomenclatura, alude a la concretización de la supremacía jurídica de la
Constitución en el ámbito de las actuaciones de la Administración.
Sobre el cuestionamiento a través del proceso de amparo de la capitalización de
intereses en aplicación del artículo 33 del Código Tributario vigente al 24 de
diciembre de 2006
45. En relación a la capitalización de intereses, se advierte que el Código Tributario,
aprobado mediante Decreto Legislativo 816, publicado el 21 de abril de 1996, no
incluyó originalmente dicha regla. Sin embargo, mediante Ley 27038, publicada el
31 de diciembre de 1998, ésta sí fue incluida en su artículo 7.
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46. Según dicho artículo, recogido luego en el artículo 33 del Decreto Supremo 135-99-
EF, TUO del Código Tributario:
Los intereses moratorios se calcularán de la manera siguiente:
b) El interés diario acumulado al 31 de diciembre de cada año se agregará al tributo
impago, constituyendo la nueva base para el cálculo de los intereses diarios del año
siguiente.
47. Esta norma estuvo vigente solo ocho años. Fue derogada, en efecto, por el artículo
3 del Decreto Legislativo 969, publicado el 24 de diciembre de 2006. No obstante,
tiempo después, la Segunda Disposición Complementaria Final del Decreto
Legislativo 981, publicado el 15 marzo 2007, estableció que “[...] para efectos de la
aplicación del presente artículo, respecto de las deudas generadas con anterioridad a
la entrada en vigencia del Decreto Legislativo 969”. De esta manera, la
capitalización de intereses de las deudas tributarias solo estuvo vigente durante
siete años (1999-2005).
48. Ahora bien, se tiene que la regla de capitalización de intereses moratorios no resulta
inconstitucional per se durante el tiempo que estuvo prevista en el artículo 33 del
Código Tributario. En efecto, dicha opción legislativa se enmarca dentro del ámbito
de lo constitucionalmente permitido al legislador, quien actúa sobre la base del
principio de libre configuración de la ley, si bien sujeto a los límites explícitos e
implícitos que emanan de la Constitución.
49. Ahora bien, la evaluación del supuesto carácter inconstitucional de la no suspensión
de la aplicación de la capitalización de intereses está supeditada en cada caso a la
verificación de la vulneración del derecho al plazo razonable en sede
administrativa, de acuerdo a lo establecido supra. Ello es así por cuanto el juez
constitucional no es competente para determinar y evaluar si la liquidación de una
deuda tributaria respecto de los intereses moratorios, cuyo fundamento es legal y no
constitucional, ha sido realizada de conformidad con el Código Tributario.
50. Al respecto, debe recordarse, como se ha indicado anteriormente, que la generación
de intereses moratorios es consecuencia de la demora en el pago del tributo y de la
multa correspondiente por parte del contribuyente, lo que se extiende a su vez en el
tiempo, no solo por la eventual demora en exceso en la que puede incurrir la
Administración Tributaria y el Tribunal Fiscal al resolver los recursos y/o
mecanismos de cuestionamiento planteados contra la actuación de la aludida
Administración Tributaria, sino precisamente a causa de la interposición de tales
recursos, con la finalidad de evitar el pago de la deuda tributaria, lo que puede ser
conforme a la Constitución y a la ley en ciertos casos, pero que en otros casos, se
realiza con un afán dilatorio, que constituye un abuso de derecho, proscrito por el
artículo 103 de la Constitución.
51. Por el contrario, el juez constitucional sí será competente, siempre que no se
configuren los supuestos del artículo 7 del Nuevo Código Procesal Constitucional y
se haya acreditado, previamente, la vulneración del derecho al plazo razonable
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demora en resolver los recursos del procedimiento contencioso tributario y/o por la
aplicación de la capitalización de intereses en el tiempo que estuvo vigente, esto es,
hasta el 24 de diciembre del 2006, la vía correspondiente donde se deberá dilucidar
la controversia, salvo situaciones excepcionales debidamente justificadas en cada
caso, es el proceso contencioso-administrativo, pues cuenta con una estructura
idónea para evaluar la pretensión de autos y brindarle tutela adecuada.
62. En ese sentido, la excepción subida en grado fue resuelta correctamente por el
Poder Judicial y, en consecuencia, la demanda debe ser rechazada.
Acerca de la constitucionalidad del Nuevo Código Procesal Constitucional
63. Teniendo en cuenta que en el presente caso se aplica el Nuevo Código Procesal
Constitucional, Ley 31307, publicado en el diario oficial El Peruano el 23 de julio
de 2021, es mi deber de jueza constitucional dejar constancia de que dicha ley es
manifiestamente contraria a la Constitución y que cuando ha sido sometida a
control del Tribunal Constitucional mediante un proceso de inconstitucionalidad
[Expedientes 00025-2021-PI/TC y 00028-2021-PI/TC], tres magistrados, en una
motivación sin ningún sustento y tan sólo de tres párrafos, han hecho posible que
dicha ley, pese a su inconstitucionalidad, se aplique sin ningún cuestionamiento.
64. En otras palabras, el poder de los votos y no el de las razones jurídicas ha
caracterizado la historia de esta ley: el Poder Legislativo tenía los votos, así es que
sin mayor deliberación e incumpliendo su propio reglamento, aprobó la ley. Luego,
el Tribunal Constitucional, con tres votos que no tenían mayor justificación y
alegando un argumento sin fundamento, convalidó dicho accionar del Poder
Legislativo. Serán la ciudadanía, la opinión pública o la academia, entre otros, los
que emitirán su punto de vista crítico para que estas situaciones no se repitan.
65. Un Código Procesal Constitucional, que se debería constituir en una de las leyes
más importantes del ordenamiento jurídico peruano, dado que regula los procesos
de defensa de los derechos fundamentales y el control del poder, tiene hoy una
versión que está vigente por el poder de los votos y no de las razones jurídicas. Es
claro que ello deslegitima el Estado de Derecho y en especial la justicia
constitucional. Este nuevo código es inconstitucional, irrefutablemente, por vicios
formales (más allá de los vicios materiales). Lo voy a exponer de modo breve.
66. La Ley 31307, Nuevo Código Procesal Constitucional, por ser una ley orgánica
(artículo 200 de la Constitución), no se debió ser exonerada del dictamen de
comisión. El artículo 73 del Reglamento del Congreso regula las etapas del
procedimiento legislativo así como la excepción para que la Junta de Portavoces
pueda exonerar a algunas etapas de tal procedimiento, pero además, y esto es lo
más relevante, establece de modo expreso que “Esta excepción no se aplica a
iniciativas de reforma constitucional, de leyes orgánicas ni de iniciativas sobre
materia tributaria o presupuestal”.
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67. Asimismo, concordante con el artículo antes citado, el artículo 31-A, inciso 2, del
Reglamento del Congreso de la República, regula, entre otras competencias de la
Junta de Portavoces, “La exoneración, previa presentación de escrito sustentado del
Grupo Parlamentario solicitante y con la aprobación de los tres quintos de los
miembros del Congreso allí representados, de los trámites de envío a comisiones y
prepublicación”, y luego, expresamente, establece que “Esta regla no se aplica a
iniciativas de reforma constitucional, de leyes orgánicas ni de iniciativas que
propongan normas sobre materia tributaria o presupuestal, de conformidad con lo
que establece el artículo 73 del Reglamento del Congreso”.
68. Como se aprecia, el Reglamento del Congreso, en tanto norma que forma parte del
bloque de constitucionalidad, dispone que en los casos de leyes orgánicas, la Junta
de Portavoces no puede exonerar del envío a comisiones en ningún supuesto. En el
caso de las observaciones del Presidente de la República a la autógrafa de una
proposición aprobada, éstas “se tramitan como cualquier proposición” [de ley]
(artículo 79 del Reglamento del Congreso).
69. Por tanto, ante las observaciones del Presidente de la República a una proposición
de ley correspondía tramitarla como cualquier proposición de ley y, como parte de
dicho trámite, enviarla a la respectiva comisión, resultando prohibido que la Junta
de Portavoces exonere del trámite de envío a comisión cuando se trata de leyes
orgánicas.
70. En el caso del Nuevo Código Procesal Constitucional, mediante sesión virtual de la
Junta de Portavoces celebrada el 12 de julio de 2021 se acordó exonerar del
dictamen a las observaciones formuladas por el Poder Ejecutivo a la Autógrafa de
Ley, pese a que se trataba de una ley orgánica. Esta exoneración resultaba
claramente contraria al propio Reglamento del Congreso y con ello al respectivo
bloque de constitucionalidad, por lo que correspondía declarar la
inconstitucionalidad del Nuevo Código Procesal Constitucional por haber incurrido
en vicios formales. El Congreso de la República no respetó el procedimiento de
formación de la ley que el mismo fijó.
71. Carece de fundamento el argumento de los tres magistrados que salvaron esta ley.
Ellos sostienen que conforme al último párrafo del artículo 79 del Reglamento del
Congreso, el trámite de una autógrafa de ley observada por el Presidente de la
República debe pasar a comisión sólo si fue exonerada inicialmente de dicho
trámite, de modo que en el caso del Nuevo Código Procesal Constitucional, al
haber pasado ya por una comisión dictaminadora [antes de su primera votación],
podía exonerarse a la autógrafa observada de dicho código.
72. Este argumento de los tres magistrados es incorrecto pues dicho párrafo es
aplicable sólo cuando se trata de leyes distintas a las leyes orgánicas o de reforma
constitucional, entre otras. Lo digo una vez más. En el caso de las leyes orgánicas
la Junta de Portavoces del Congreso de la República está prohibida de exonerar el
envío a comisiones. Las observaciones del Presidente de la República a la autógrafa
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S.
LEDESMA NARVÁEZ
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Con el debido respeto, me aparto de lo resuelto por mis colegas, por las razones que a
continuación expongo:
criterio, obedece a que el voto de calidad del presidente del Tribunal, ahora
corresponde a la posición contraria y no, a que los magistrados que antes teníamos
el voto mayoritario, hubiésemos cambiado de criterio.
S.
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 01339-2019-PA/TC
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Como se sabe, las audiencias públicas de Pleno suelen ser de tres horas. Empero, la
última que presidió Ledesma —el 24 de noviembre de 2021— fue ¡casi de diez! En el
Tribunal Constitucional nunca hubo una maratón jurisdiccional semejante. En tales
audiencias, frecuentemente, se tiene a la vista solo el borrador preparado por la
comisión temática. Luego de la audiencia, el ponente tiene el deber y el derecho de
revisarlo y, eventualmente, reformularlo, ya que él —no la comisión temática— es el
responsable ante sus colegas.
En las sesiones siguientes a dicha audiencia, sin embargo, Ledesma llevó al Pleno estos
borradores, avasallando a los ponentes. Decía que quería reducir la carga procesal. Sin
embargo, siguiendo su ejemplo, puede también pensarse que su conducta tuvo otro
móvil: en los casos tributarios por intereses moratorios excesivos, quizá quiso
aprovechar la ausencia por fallecimiento del magistrado Carlos Ramos Núñez para
imponer su opinión con el voto decisorio.
Antes de que ella llegara a la presidencia, Ramos fue ponente del caso Icatom y votó
consistentemente en casos similares, discrepando de la opinión de Ledesma. Acaso por
ello, mientras vivía, Ledesma fue reticente a programar el debate y la resolución de
estos casos. Habiendo preparado ya algunas ponencias que le correspondían, Ramos le
solicitó reiteradamente, incluso por escrito, ponerlas en agenda. Ledesma nunca le hizo
caso.
S.
SARDÓN DE TABOADA