Síntesis Primer Parcial ICSE

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Síntesis Primer parcial ICSE

Resumen de Herramientas para el análisis de la sociedad y


el Estado 4ta edición ampliada y verificada.

1- La sociedad, el Estado y las instituciones (Nadia Yanuzzi)

La sociología como disciplina surge a fines del siglo XIX en Europa. El sociólogo
frances Emile Durrkheim sostiene que la sociedad es algo más que la suma de los
individuos que la conforman. En efecto, vivir juntos, establecer lazos y relaciones
sociales hace que se conforme algo mayor y más grande que la sumatoria de
individualidades.
Las formas de hacer, sentir y pensar que al individuo se le presentan desde afuera y
que se siente obligado a cumplir se denominan hechos sociales.
La sociedad impone al individuo una moral, es decir, reglas que rigen las relaciones
y establecen lo que está permitido y lo que no.
Estas normas son impuestas al individuo por las llamadas “instituciones”.
Las instituciones son las pautas (leyes, códigos, estatutos, constituciones,
organismos del Estado, etc.) que regulan la interacción entre las personas y los
grupos que componen la sociedad.
Las podemos caracterizar de la siguiente manera:

A. Son eficaces, intersubjetivas y pueden cumplir simultáneamente varias


funciones.
Que sean eficaces quiere decir que generan un poderoso efecto de
ordenamiento a través de la construcción de un sentido común sobre cómo
deben ser las cosas y la regulación de las expectativas de las personas. Por
ejemplo, al saludar a otra persona esperamos que nos devuelvan el saludo. Y
esto es así en la medida en que son intersubjetivas, es decir, en que todos
los miembros de la sociedad las conocen y las respetan.

B. Se desarrollaron en la tensión entre la permanencia en el tiempo y el cambio.


Las instituciones tienden a ser estables a través del tiempo, lo que permite
que la sociedad las conozca y reconozca, y así puedan cumplir sus
funciones.
Por ello, la previsibilidad, presente y futura, es una de las características
que las define y las vuelve poderosas, pues, si cambiarán permanentemente
los actores que componen la sociedad no sabrían a qué atenderse.

C. Las instituciones pueden clasificarse en formales y informales.

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Las instituciones formales están escritas y codificadas a través de leyes y
reglamentaciones diversas cuya elaboración está vinculada a espacios
legítimos como los tres poderes que conforman el Estado (ejecutivo,
legislativo y judicial) y su incumplimiento trae sanciones, públicamente
conocidas, por parte del Estado y sus agencias particulares.

Las instituciones informales son normas y conductas que, aunque


conocidas por todos, no están entre las previstas por las leyes y la formalidad
del Estado. Se trata de normas aceptadas, conocidas, obedecidas e igual de
efectivas, que no están escritas y ni tienen origen en los tres poderes del
Estado. El incumplimiento de estas instituciones también genera sanciones,
aunque no estén escritas.
Ejemplo de este tipo de instituciones son las redes familiares, la venta
callejera, la evasión fiscal, los golpes de Estado, etc.

Ambos tipos de institucionalidad funcionan simultáneamente y no son tipos


puros.
En otras palabras, ninguna institución es puramente formal o informal, sino
que ambas modalidades conviven. Es necesario analizar en cada caso qué
tipo de institucionalidad es la predominante.

El Estado, por su parte, es la asociación que busca dominar mediante el uso de la


fuerza legítima a una sociedad que está afincada en determinado territorio.
El Estado y la sociedad son dos espacios distintos que se relacionan de forma
diversa y compleja. Las instituciones juegan un papel fundamental en esta relación
ya que regulan la construcción del poder político del país.
Estas no son, por ello, un producto objetivo y neutral, sino que son el resultado de
una constante lucha por el poder que se da en el pasado y que continúa en el
presente; en ese sentido, a la vez que ordenan también benefician a unos sectores
de la sociedad más que otros.
Las instituciones regulan quien manda, cuanto poder poseerá para hacerlo, cuáles
serán sus límites y quienes se los impondrán. Determinan, por ello, las reglas del
juego político, es decir, cómo se accede y ejerce el poder (es decir, determinan el
régimen político).

El Estado es la institución más importante en las sociedades contemporáneas, ya


que cumple un papel organizador fundamental en la estructura social.
Desde la perspectiva durkheimiana, la supremacía del Estado y la sociedad sobre el
individuo es muy clara, por lo que se la caracteriza como determinista.

Por otro lado, otras perspectivas enfatizan el proceso de individuación que sucedió
durante la modernidad, es decir, el hecho de que las personas cada vez se vean a sí
mismas como individuos aislados y no como parte de una comunidad. De esta

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manera, los individuos limitarían cada vez más su participación política a votar en el
momento de elecciones.
Esta tendencia a replegarse al ámbito privado ya fue señalada de forma crítica por
el filósofo francés Alexis Tocqueville en el siglo XIX. Este sostiene que no es lo
mismo un régimen político democratico, con elecciones legales y legítimas, que una
sociedad democrática (esta es, de hecho, condición del primero).
La sociedad civil es, entonces, el entramado generado por la ciudadanía para
impulsar diversos objetivos, defender intereses y derechos, frente a la intención del
Estado de ampliar su dominación.
Las organizaciones y redes de la sociedad civil pueden ser formales o informales y
no pertenecen al Estado ni a organizaciones políticas pero fomentan la participación
de los ciudadanos en la esfera pública con objetivos diversos como la exigencia de
nuevos derechos o la corrección de funciones del Estado.
El fortalecimiento de la sociedad civil es deseable ya que vigoriza la calidad de la
democracia. Ejemplos de dichas organizaciones pueden ser los organismos de
defensa de los derechos humanos, organismos medioambientales, etc.

2- El nombre y la cosa. Hacia una conceptualización del Estado.


(Patricio Gómez Talavera)

Antes de la aparición del Estado,las personas vivían en un “estado de


naturaleza”,en el cual no habían leyes que organizarán la vida humana y el más
fuerte lograba imponerse sobre el más débil.
En determinado momento, sociedades que no tenían Estado convinieron en la
creación de un orden que les diera más poder y seguridad: así nació el Estado, con
el objetivo de regular y organizar las relaciones entre las personas.
Para ello se requirió que los individuos renunciarán a prácticas habituales (como la
defensa a mano propia) sometiéndose así a la estructura estatal que permitiría, por
un lado proteger al grupo social de otros grupos y, por otro, hacer más eficiente la
agricultura y la ganadería.
Uno de los filósofos de la modernidad en concebir de este modo el surgimiento del
Estado fue el britanico Thomas Hobbes (siglo XVII), para quien el Estado fue el
medio que encontraron los individuos de salir del estado de “guerra de todos contra
todos” en el cual se habrían encontrado las personas en el denominado “estado de
naturaleza”.
La aparición del Estado permitió, entonces, poner freno a la destrucción
descontrolada y a la disgregación social.
En síntesis, para Hobbes, el Estado es una creación humana conformada con el
objetivo de salir de un “estado de naturaleza” en el cual cada uno lucha por su
interés personal.
La aparición del Estado define reglas sociales; si bien esto genera nuevas
diferencias entre los habitantes de la sociedad, es preferible cualquier posible
defecto del Estado antes que volver a una situación anárquica pre-estatal.

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En el siglo XIX, el sociólogo Max Weber definió el Estado como aquella comunidad
humana que, dentro de un determinado territorio reclama para sí el monopolio de la
violencia física.
Sus dos características fundamentales son: A) el dominio sobre un territorio
determinado que debe ser indiscutiblemente propiedad del Estado y B) el monopolio
del uso de la violencia legítima dentro de ese territorio (siendo esta violencia
legítima en la medida en que está regulada por el orden social vigente).
Ahora bien, el Estado no representa a todos los ciudadanos de una sociedad, no es
un espacio igualitario, sino que representa a aquellos que poseen el control del
Estado que impondrán su dominación sobre el resto de la sociedad por medio de la
coacción física, la violencia.
Cabe aclarar, con todo, que la violencia estatal (llevada a cabo por medio de sus
cuerpos armados, como ser el ejército o la policía) no es una violencia arbitraria,
sino que debe ser una violencia aceptada por la sociedad, una violencia legítima y
regulada en la legislación.

La dominación estatal tiene, según Weber, tres fundamentos que la legitiman:

1. La costumbre / tradición o el “eterno ayer”, es decir, la creencia de que


esto “siempre fue así”. La dominación, entonces, no se cuestiona sino que
simplemente se obedece en la medida en que se reconoce la conveniencia
de mantener el accionar dentro de marcos tradicionales.

2. El carisma personal de quien lidera un Estado, es decir, del líder que tiene la
capacidad de convencer a mayorías sociales, generando reglas que la
multitud obedece sin cuestionar.

3. La legalidad, fundada sobre normas racionalmente creadas, es decir, en


leyes.
Este fundamento es el más habitual dentro de las sociedades occidentales en
el siglo XX. La sociedad se ordena en torno a una ley escrita y que coloca al
Estado de árbitro entre parcialidades.

Por otro lado, es importante distinguir los conceptos de “Estado” y de “Gobierno”.


El Estado es una estructura permanente, en tanto que el gobierno es temporal. En
efecto, el gobierno está integrado por quienes, en forma contingente y coyuntural,
conforman el Estado.

Otra discusión fundamental a tener en cuenta es aquella entre “Estado” y


“Nación”.
Para Gellner, existen dos fases que distinguen una nació: la fase cultural, en la cual
la construcción de una nación depende de una determinada asociación de hombres
que compartan una misma cultura, y por otro lado, una fase voluntarista,en la cual
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los habitantes de un territorio determinado o bien los hablantes de un mismo idioma
llegan a ser nación cuando se reconocen mutua y firmemente ciertos deberes y
derechos en virtud de su calidad de miembros.
Por su parte, el historiador Hobsbawn señala que es suficiente que un grupo
suficientemente grande de personas se autopercibe como nación para ser analizada
como tal.
Aunque los Estados suelen cimentarse y construirse a partir de la comunidad que
implica una nación, no necesariamente todas las naciones poseen un Estado, tal es
el caso de los pueblos kurdos en Irak y Turquía que no cuentan con un Estado
reconocido. A contramano de esto, podemos pensar el ejemplo argentino, en el cual
la construcción del Estado es previa a la construcción de una nación.

3- Tipos de Estado (Enrique García)

El Estado es una construcción histórica cuyas características van variando a lo largo


del tiempo. Por ello es que a lo largo de la Historia podemos encontrar distintos tipos
de Estado.

Estado liberal

El liberalismo nace como una concepción cuestionadora del poder absoluto que
predominó en Europa desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XVIII.

El liberalismo tiene como hitos fundacionales la revolución inglesa de 1688 y la


revolución francesa de 1789. Es un movimiento ideológico representante de la clase
social en ascenso: la burguesía (vinculada estrechamente con el comercio y el
capitalismo).

Es una concepción que cuestiona el dogmatismo y el aferramiento a la tradición


propios del feudalismo; teniendo como base el libre pensamiento, repiensa la
naturaleza del hombre sin apelar a la religión.
Partiendo de una concepción individualista del ser humano, afirma como valores
fundamentales la igualdad de los seres humanos, la libertad y la propiedad privada.

En este sentido, concibe que el Estado nace como un contrato acordado por los
individuos, que tendrá como principal obligación garantizar que se cumplan dichos
derechos individuales naturales (igualdad, libertad, propiedad privada).

En lo político, el Estado liberal profundiza el proceso de secularización, consiste en


la sustracción del monopolio de la educación y la cultura de manos de la iglesia.
Asimismo, el poder político tendrá legitimidad en la medida en que se asigne
mediante elecciones periódicas y ya no por apelación de Dios. Por otro lado, para
evitar el abuso de poder, propone la división de poderes que se vigilen mutuamente.

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En lo económico, el Estado liberal no es interventor. Sostiene que el mercado se
autorregula mediante leyes naturales (oferta y demanda) y que el Estado no debe
intervenir. El lucro individual repercute en un beneficio para el conjunto de toda la
sociedad. En términos generales, justifica la dominación y el enriquecimiento de los
sectores más poderosos de la sociedad en detrimento de los menos favorecidos.
El principal desarrollador de este modelo económico fue el economista Adam Smith.

Este tipo de Estado tiene su decadencia en la crisis económica mundial de


1929-1930.

Estado facista

El facismo es un movimiento político autoritario que surge en las primeras décadas


del Siglo xx, como una reacción de miedo frente a la amenaza comunista
representada por la revolución rusa de 1917 y a la incapacidad de la democracia
liberal de responder a esta realidad conflictiva.

El Estado facista es totalitario y antidemocrático, en efecto, esta forma de Estado se


inmiscuye en todas las esferas de la sociedad. El poder del Estado no posee límites
y su control sobre la sociedad es total.
El sistema político se compone de un único partido representado por un líder
carismático que será visto como el único medio de eliminar al enemigo interno o
externo (ya sea el comunismo, el liberalismo, etc. )

Toda divergencia se ve reprimida ferozmente mediante la violencia y el terror, y en


su intento por legitimar un pensamiento único, cumple un papel muy importante la
propaganda.

En lo ideológico, se caracteriza por un fuerte nacionalismo xenofobo como


herramienta para homogeneizar a la sociedad y en el consiguiente rechazo por todo
aquello que sea considerado foráneo.

En cuanto a lo social, aseguraba a los obreros una mejora de condiciones de vida y,


por su parte, a los patrones la restauración del orden social y la jerarquía social. En
este sentido, el discurso facista era policlasista.

El termino facismo corresponde especificamente al movimiento italiano liderado por


Benito Mussolini, si bien de manera general suele tambien aplicarse a casos como
el movimiento nacionalista aleman de Adolf Hitler o al fraquismo español.
Su decadencia se enmarca en la derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial
(1939 - 1945)

Estado de bienestar o Estado Benefactor


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El Estado de bienestar se desarrolla en el Occidente con posteridad a 1945 para dar
solución a los efectos económicos y sociales que la guerra había dejado, y a los
altos costos de reconstrucción. Este modelo económico fue desarrollado por el
economista John Maynard Kaynes.

Se propone como una fórmula que permitiría retomar el crecimiento de los países y
lograr, al mismo tiempo, la estabilidad (frente al avance del comunismo)

En ese sentido, el Estado Benefactor es altamente interventor.


● Grava la rentabilidad de las empresas y los sectores económicamente
dominantes con el fin de retribuir las riquezas.

● Opera como empresario pudiendo asociarse a empresas privadas.

● Promueve el gasto público y social, mediante planes sociales, seguros de


desempleo, etc.

● Impulsa la prestación de servicios educativos y sanitarios.

● Promueve una legislación social, con el fin de mejorar las condiciones


laborales, la prestación de servicios y la calidad de los productos. En este
sentido, puede decirse que el Estado benefactor busca intermediar en las
relaciones entre las fuerzas del capital (empresarios) y las del trabajo
(sindicatos)

● Tiene como objetivo mantener altos niveles de ocupación, en pos de generar


altos niveles de producción y consumo. En esta línea, el Estado de Bienestar
estimuló el aumento del comercio internacional.

En base a estas premisas el Estado benefactor logró una verdadera expansión de


los derechos sociales y políticos generando, entre otras cosas, un fuerte retroceso
del analfabetismo y un importante aumento de las matrículas educativas de todos
los niveles (pero principalmente en la enseñanza universitaria).
El Estado de bienestar fue posibilitado en Europa por las grandes inversiones que
realizó EEUU para la reconstrucción de la economía europea. Sin embargo, en las
décadas de 1960 y 1970, con el desarrollo de la guerra de Vietnam, Estados Unidos
decidió recortar los gastos destinados a la reconstrucción europea y traspasarlos a
los países europeos que, estructurados con burocracias ineficientes, vieron
aumentar considerablemente su déficit fiscal.

Esta modalidad de Estado se vio cuestionada en la década del setenta (1970),


particularmente a partir de la denominada crisis del petróleo que encareció
fuertemente los costos de producción. De este modo, aumentaron los gastos del
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Estado y el déficit fiscal dificultando mantener el bienestar de la población; situación
que se dio en combinación con el creciente costo de la carrera armamentística que
provocaba la Guerra Fría, luego de la Segunda Guerra Mundial.

Estado Neoliberal

El Neoliberalismo nació en los años ochenta y tuvo como principales representantes


a Ronald Reagan (EEUU) y Margaret Thatcher (Gran Bretaña).
En la década de 1990, la mayoría de los países socialistas entraron en una crisis
final que provocó la disolución de la Unión Soviética. Esta situación, combinada con
las crisis económicas de los Estados de bienestar europeos, barrio con la creencia
de que el Estado debía encargarse de todo lo relativo a la sociedad.

En este contexto, nació el discurso neoliberal, que promueve un Estado mínimo que
no intervenga en el juego del mercado, adjudicando a su interferencia los problemas
en la eficiencia económica del sistema internacional.

Propone puntualmente:

● Apertura económica, eliminando las protecciones a la industria nacional y


permitiendo el ingreso de productos extranjeros.

● Eliminación de impuestos al sector financiero y al sector económico general.

● Atracción de capitales extranjeros.

● Descapitalización del Estado nacional, privatizando las empresas públicas a


fin de disminuir el gasto fiscal (servicios públicos, transporte, jubilaciones,
etc.)

● Estrategias de flexibilización laboral, con el objetivo de disminuir el gasto


laboral en las empresas.

En síntesis, el neoliberalismo busca imponer un capitalismo desregulado sin normas


o leyes que restrinjan su actividad y que se propone, al menos desde lo discursivo,
un aumento de la actividad y de la innovación privada. Sin embargo, en los hechos
tuvo como consecuencias un aumento de la concentración económica y de las
desigualdades.

A modo de conclusión general, podemos decir que el Estado de bienestar se


concretó en Europa en los años de la posguerra, adoptando la función de árbitro,
amortiguando tensiones sociales entre diferentes actores y convirtiéndose en el
actor central de la política nacional.

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En América Latina, sin embargo, su lugar fue completamente opuesto. En esta
región su expansión fue incompleta y los beneficios sociales que logró no fueron de
la calidad y la cantidad que ocurrió en Europa. Esto fue así fundamentalmente por
dos razones: por un lado, los países latinoamericanos no recibieron financiación de
EEUU (a diferencia de los países europeos) y, por otro lado, en América Latina no
existió un consenso sobre la necesidad de hacer un Estado más inclusivo, en la
medida en que se creía en que lo otorgado a un grupo era necesariamente una
pérdida para el otro.
En este sentido, el Estado de bienestar en Latinoamérica fue producto de luchas
diversas y de imposiciones de un sector sobre otro, y generalmente mediante
formas autoritarias.
En cuanto al neoliberalismo en países latinoamericanos, podemos mencionar el
caso de Carlos Menem en Argentina, Alberto Lacalle en Uruguay, Alberto Fujimosn
en Perú, Arnoldo Aleman en Nicaragua y Carlos Salinas de Gortari en México, entre
otros.

4- Regímenes políticos. Herramientas para bajar el grado de


abstracción. (Max Povse)

Llamamos régimen político al conjunto de reglamentaciones que determinan cómo


se accede y cómo se ejerce al poder.

Podemos hablar de regímenes políticos democráticos o autoritarios.

En un régimen democratico el acceso y el ejercicio de poder son limitados. Se


accede al poder a través de un sistema electoral en el cual se llevan a cabo
elecciones libres y justas, mediante las cuales se eligen autoridades ejecutivas y
legislativas. Los representantes electos deben ejercer el poder también de manera
democrática, lo que significa que debe existir un Estado de derecho, con división de
poderes que se controlen mutuamente para impedir la concentración de poder en un
solo sector. Por otro lado, los ciudadanos tienen derechos civiles y políticos, y gozan
de libertad de expresión, reunión y asociación. Asimismo, el poder de los
representantes no debe estar limitado de manera ilegítima por actores externos al
gobierno (Fuerzas Armada, Iglesia, etc.)

En un régimen autoritario, por su parte, el acceso y el ejercicio de poder no están


limitados por un sistema electoral y un Estado de derecho. El gobernante no es
representante, sino que accede al poder por medios no democráticos.
En este régimen, además, no hay límites al ejercicio del poder, no hay división de
poderes y los ciudadanos no tienen derechos civiles y políticos garantizados.

Estos son dos tipos de regímenes ideales, lo que quiere decir que es difícil
encontrar en la práctica casos que coincidan exactamente con alguno de ellos. Por

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ello, es necesario distinguir, ser mas especifico y utilizar regímenes políticos con
“adjetivos”, es decir, es necesario distinguir subtipos. Como subtipo del regimen
democratico, tomaremos a la poliarquia y a las democracias delegativas. Como
subtipo del régimen autoritario, tomaremos a la dictadura.

Un tercer tipo ideal es el régimen híbrido, que es aquel que combina elementos de
los regímenes democráticos y no democráticos. Esto sería el caso, por ejemplo, en
las que existan elecciones libres pero en las cuales el partido gobernante utilice
mayor cantidad de recursos provenientes del Estado que los otros partidos. Otro
ejemplo podría ser un caso en el que el poder ejecutivo tenga una cantidad de poder
desmedida respecto a los demás poderes.
Ejemplos concretos de regímenes híbridos en la historia argentina serían (por
razones distintas) los gobiernos de Agustin Pedro Justo, Juan Domingo Peron,
Arturo Frondizi, Arturo Humberto Illia e Isabel Peron.

Se denomina transcripción al proceso por el cual un régimen político cambia a otro.


Para que haya transición debe haber cambios profundos en los valores de un
indicador, por ejemplo, en la libertad de expresión o reunión.
Si en un régimen democratico se limitan los derechos de los ciudadanos el régimen
pasa a ser híbrido, si la tendencia autoritaria se profundiza, el régimen se puede
convertir en autoritario. A la inversa, si un régimen autoritario comienza un proceso
de democratización puede convertirse en un régimen híbrido y , luego, en un
régimen democratico.

Es muy importante, por otro lado, no confundir cambio de régimen con cambio de
gobierno. Un gobierno puede mantenerse en el poder y cambiar de régimen o un
régimen puede mantenerse aunque cambie el gobierno.

5- Los sistemas políticos contemporáneos: De la democracia a la


poliarquía. (M. Batlle).

El concepto de Democracia es complejo y objeto de muchos debates.


Para evitar los problemas conceptuales que dicho concepto genera, el teórico
Robert Dahl propone una visión minimalista de la misma y utilizar el término
“poliarquía”. Este término designa a los sistemas políticos occidentales en su
práctica concreta y real.
En este sentido, la democracia es vista como un ideal irrealizable, una utopía, algo
hacia lo cual se tiende pero no se llegará jamás. En la práctica real, únicamente
podremos tener democracias imperfectas, poliarquías.

Para que un sistema pueda llamarse poliarquía debe cumplir con ciertos requisitos:

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● Todo ciudadano tiene derecho a votar y a ser votado (en caso de que se
postule)

● Las elecciones deben ser limpias y todos los votos deben valer lo mismo
(sufragio universal)

● Los funcionarios públicos electos no pueden ser condicionados por personas


que no hayan sido elegidas en las elecciones.

● Debe existir una alternativa frente al gobierno y cada ciudadano puede elegir
a qué grupo acercarse o asociarse.

● Debe existir libertad de expresión y variedad de información (no deben ser


monopolios)

● Deben haber distintos partidos con iguales posibilidades de llegar al poder y


que, al mismo tiempo, representen programas e ideas distintas.

Para que se cumplan estos requisitos deben existir condiciones políticas y legales.
Para ello se necesita la existencia de instituciones regidas por dos principios:

● Principio de inclusión: los ciudadanos deben participar en los asuntos


públicos y, puntualmente, en las decisiones que se toman desde el poder
político. Esta participación no debe ser únicamente mediante el proceso
electoral, sino que deben participar activamente, manifestándose en las
calles, organizándose en asociaciones, haciendo peticiones al Estado, etc.

● Principio de contestación: debe haber competencia política, es decir, deben


haber elecciones competitivas en las cuales todos los partidos políticos
participen en igualdad de oportunidades. En otras palabras, debe haber lugar
para la alternancia de partidos y/o candidatos en el gobierno.

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Breve historia contemporánea de la Argentina 1916 - 2016
(Luis Alberto Romero) - Síntesis capítulo 1:

“1916” (1880-1916)

¿Cómo se construye el Estado Nacional?

En Argentina a lo largo del siglo XIX (hasta 1880) se desarrollaron una serie de
guerras civiles en las cuales los poderes provinciales combatieron entre sí y contra
Buenos Aires.
Aproximadamente desde 1862 -luego de la batalla de Pavón- hasta 1885, el nuevo
Estado nacional fue denominado y subordinado a quienes habían desafiado su
poder, asegurando para el ejército nacional el monopolio de la fuerza.

Ello fue posibilitado por 3 sucesos:

1. La Guerra de la Triple Alianza o Guerra del Paraguay (1865-1870), tras la


cual el Estado argentino termina anexionándose parte del territorio
paraguayo. Delimitación de la Argentina.

2. La “Conquista del Desierto” (1878-1885), consistió en una campaña de


exterminio hacia los pueblos originarios, que culmina con el dominio de toda
la región pampeana y la Patagonia. Delimitación actual de la Argentina.

3. La derrota definitiva entre Entre Ríos (gran rival de Buenos Aires en la


conformación del Estado argentino) y con la derrota misma de Bs.As. que
culmina con su federalización (se federaliza el puerto de Bs.As. donde
entraban la mayoría de las ganancias del país) en 1880. Monopolio de la
violencia.

¿Cómo se consolida el Estado Nacional?

Desde 1880 se configura un nuevo escenario institucional: se consolida un centro de


poder fuerte representado por la figura del Poder Ejecutivo Nacional
(Presidente),cuyas bases se hallaban en la constitución sancionada en 1853.
Si bien para 1880 las instituciones del Estado estaban delineadas, en muchos casos
eran apenas esbozos que necesitaban ser desarrollados.
Para tal fin el Estado carecía de recursos suficientes por lo que le fue necesario
insertarse en la economía mundial estimulando una asociación estrecha con Gran
Bretaña, en la que el Estado argentino exportaba productos primarios e importaba
manufacturas. Esto en conjunto con una fluida relación financiera en la que los
bancos británicos aportaban préstamos al Estado argentino.

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Ahora bien, entre 1880 y 1913, el capital britanico en la Argentina creció casi veinte
veces, no solo en rubros tradicionales como comercio, bancos, préstamos al Estado,
sino también en materia de préstamos hipotecarios sobre tierras, inversiones en
empresas públicas de servicios, y sobre todo ferrocarriles.
La enorme expansión de los ferrocarriles británicos sirvió para integrar el territorio,
posibilitando, junto con el sistema portuario, la expansión de la agricultura y
-posteriormente- la ganadería.
Los ferrocarriles resultaron extraordinariamente rendidores y aseguraron a las
empresas británicas grandes ganancias que garantizaba el Estado argentino.

Esta expansión requirió abundante mano de obra. Si bien al país ya había llegado
gran cantidad de inmigrantes, a partir de 1880 aumentaron considerablemente
debido al crecimiento demográfico en Europa, las crisis económicas agrarias
tradicionales, la búsqueda de empleos, el salario relativamente alto en Argentina y el
abatimiento de los transportes.
La inmigración fue estimulada a su vez por el Estado argentino con propaganda y
pasajes subsidiados.
Primariamente los inmigrantes se concentraron en las grandes ciudades para la
construcción de obras públicas y la remodelación urbana, y posteriormente se
volcaron masivamente al campo.
La inmigracion europea modificó fuertemente la población argentina, especialmente
en los grandes centros urbanos, y sobre todo, en Buenos Aires.
Los trabajadores inmigrantes tuvieron igualdad de oportunidades con los nativos de
integrarse dentro de las clases dominantes criollas.
De este modo se irá construyendo una sociedad nueva que permanecerá por
bastante tiempo en formación, en la que los extranjeros o sus hijos estarán
presentes en todos los lugares.

El crecimiento económico tuvo como ejes, además de la promoción de la


inmigracion. el estímulo de las inversiones extranjeras (al otorgar cuantiosos
privilegios), la depreciación monetaria en pos de mejorar las exportaciones, una
gran liberalidad a la hora de otorgar créditos y, particularmente, la denominada
“Campaña del Desierto”.
A través de esa campaña militar, el Estado incorporó grandes extensiones de tierra
apta para la explotación que fueron transferidas a particulares poderosos y bien
relacionados, conformando así una clase oligárquica de terratenientes que tuvo
como peculiaridad una gran flexibilidad, es decir, una capacidad de adecuarse a las
condiciones económicas del momento y una fuerte conducta especulativa.
En el litoral, se inclinaron por la agricultura; donde la tierra era barata, se inclinaron
por la colonización, que la valorizaba, pero cuando el valor aumentaba preferían el
sistema de arrendamiento.
En Buenos Aires perduraron las grandes propiedades y la explotación del lanar
hasta que, más adelante, la instalación del frigorífico hizo rentable la explotación del
vacuno dedicado a la exportación. En ese entonces, las tierras se dedicaron
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alternativamente a cereales, forrajes y pastoreo, con lo que quedaron
indisolublemente ligadas a la agricultura y la ganadería.

Este comportamiento flexible permitió aprovechar al máximo la asociación con Gran


Bretaña y posibilitó un gran crecimiento. Desde 1890 en adelante el campo se llenó
de chacareros y jornaleros. Esto convenía además con la producción de lana que
paulatinamente sería desplazada por la carne.
Si las ganancias de los socios externos fueron elevadas, también lo fueron las del
Estado y los terratenientes. Esto redundó en el desarrollo y la modernización de las
ciudades, en las que creció el empleo y la creación de comercios, servicios e
industrias.
Al mismo tiempo, establecimientos alimentarios, textiles, talleres y la industria se
expandieron en general nutriéndose de capitales extranjeros.
La mayor parte de estos cambios se produjo en el Litoral (ampliado con la
incorporación de Cordoba), acentuando la distancia respecto al interior, incapaz de
incorporarse en el mercado mundial. Aun así deben mencionarse ciertas
excepciones: la explotación de quebracho en el norte de Salta y los casos en
Tucumán y Mendoza en torno a la producción de azúcar y vino, que prosperaron
notablemente para abastecer a los mercados en el Litoral.

La inmigracion masiva y el crecimiento económico remodelaron profundamente a la


sociedad argentina: Los 1,8 millones de habitantes en 1869 pasaron a 7,8 millones
en 1914; en ese mismo periodo la ciudad de Bs.As. pasa de 180.000 habitantes a
1,5 millones. En 1895 dos de cada tres habitantes eran extranjeros, y para 1914, la
mitad de la población era extranjera.
La mayoría de los inmigrantes iba a las ciudades del centro del país, particularmente
a Buenos Aires. No pasó lo mismo con el interior a excepción de unos pocos lugares
como Mendoza.
Su condición laboral era heterogénea: habían desde jornaleros sin calificación,
artesanos calificados, vendedores ambulantes, sirvientes y obreros.
De este modo se fue conformando una sociedad nueva caracterizada por una fuerte
escisión, en un doble sentido: por un lado, había una escisión en el sentido de un
país modernizado (la zona pampeana) y un interior atrasado; por otro, la nueva
sociedad inmigrante se mantuvo bastante tiempo separada de las clases criollas
tradicionales, quienes miraban con recelo y desprecio a los recién llegados.

Las clases altas se cerraron frente a los nuevos inmigrantes, marcando las
diferencias mediante el lujo y la ostentación que mostraban en ciertos lugares
públicos (la ópera, Palermo, la calle Florida, el Jockey Club).
Asimismo desde una perspectiva influenciada por la sociología positivista y la
psicología social, los intelectuales concebían a la sociedad argentina como una
sociedad enferma debido a la intromisión de cuerpos extraños (los inmigrantes).

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En este sentido, estas clases se reservaron el manejo de la alta política. Si bien el
sistema era replubicano, las prácticas de la época y la fuerte injerencia del gobierno
desalentaban a todo aquel que quisiese participar en la política.
En los niveles más bajos, todo era regido por los caudillos electorales capaces de
desvirtuar una “mala votación”, por ejemplo, volcando pedrones.

Hablamos de un régimen político ilegítimo con un sistema republicano (hay


división de poder), federal (hay Estado nacional y provinciales) y constitucional
(hay una constitución vigente).

En otras palabras, el sistema descansaba sobre una escasa voluntad general


(muy poca gente decide lo que va a pasar) ya que la participacion en las elecciones
era muy limitada: el voto no era secreto ni obligatorio; en algunos casos ser
analfabeto era excluyente para votar; era necesario ser ciudadano argentino para
poder hacerlo (recordemos que mas de la mitad de la poblacion era extanjera); y por
ultimo, solo votaba el sexo masculino.
A esto hay que sumarle el escaso interés por parte de los extranjeros de
nacionalizarse y, por ende, de participar de las elecciones; cuestión que minaba aún
más de credibilidad al régimen vigente.
En términos formales era una democracia porque había elecciones pero en términos
reales NO lo es. (Tampoco es una dictadura ni un regimen semi democratico)

En consecuencia, en este sistema político no había competencia entre partidos


políticos alternativos y se estructuraba alrededor de un partido único, el Partido
Autonomista Nacional (PAN), que era una federación de gobernadores de las
provincias del interior.
A estos gobiernos conservadores del PAN que estuvieron en el poder en el periodo
188-1916 se los suele denominar gobiernos de la “generación del 80” (en la medida
en que todos compartían una perspectiva positivista y un optimismo creyente en el
orden y progreso de la sociedad).
En este sistema, las decisiones políticas eran tomadas por pocos hombres y no
parecía necesario, en primera instancia, generar mayor consenso.

En particular quien concentraba el poder era el presidente. Este, en estos


momentos, era el portador de un poder que puede ejercer sin limitaciones, pudiendo
intervenir provincias y decretar estado de sitio.
Esta práctica política en el que el presidente era el único que tomaba decisiones,
minimizando la importancia del parlamento y, a veces de la constitución, se
denominaba “Unicato” (hay un único partido gobernando y dentro de él hay una
única persona liderando).
En tal contexto, la presencia del congreso nacional y la imposibilidad de una
reelección (tal como estaba dispuesto en la constitución) eran los únicos elementos
que impedían la conformación de una tiranía.

15
Ahora bien, el hecho de que la mayor parte de la sociedad no participará en las
elecciones y el hecho de que fuera esta un mero conjunto de identidades de lo más
heterogéneas, minaba fuertemente la credibilidad del sistema.
Por ello es que desde la elite dirigente se convirtió en una preocupación principal la
generación de un consenso, para lo cual era necesario ir construyendo una
ciudadanía con identidad nacional.

En este proceso de constitución de la ciudadanía, el Estado tuvo que hacer frente


a algunos competidores, como la iglesia católica (tiende a conformar una identidad
católica universal donde no interesaba el ser nacional), las asociaciones de
colectividades extranjeras/inmigrantes (dificultaban la incorporación hacia la
sociedad) y a los grupos políticos contestatarios como, por ejemplo, los anarquistas
(ideología traída por los inmigrantes europeos planteando que el Estado nacional
debe ser destruido por que es opresor por naturaleza).
En esta línea, el Estado fue tomando una serie de medidas con el objetivo de ir
moldeando a la sociedad y de quitarle el poder a sus antagonistas:

● Dictó las leyes de registro civil y de matrimonio civil, asegurando así la


presencia del Estado en los actos más importantes de la vida del hombre
(nacimiento, casamiento y muerte), hasta entonces regulados por la iglesia.

● Impulsó la regulación de la higiene y la regulación del trabajo.

● Dictó la ley de servicio militar obligatorio, que colocaba a todos los hombres
con mayoría de edad en situación de ser controlados, disciplinados y
argentinizados.

● Dictó la Ley 1420 en 1884, en la que se estableció la educación laica, gratuita


y obligatorio (sin religión). De este modo, el Estado aseguraba la
alfabetización de la población, asegurando una instrucción básica común
para todos los habitantes, generando pues la integración y nacionalización de
los hijos de inmigrantes.

En la primera década del siglo XX, el país tuvo un gran crecimiento: por un lado un
renovado empuje migratorio hizo que en 1914 la población alcanzará los 8 millones
de habitantes; por otro, el país llegó a ser el primer productor mundial de maíz y lino,
y uno de los primeros de lana, carne vacuna y trigo.
Sin embargo este crecimiento no estuvo exento de sobresaltos: la condición de ser
una economía dependiente de los países centrales se vio evidenciada cuando la
economía se resintió a partir de la crisis de 107, 1913 y los dos años de depresión
que siguieron a la guerra de los Balcanes. Pero, fundamentalmente, la economía se
vio sacudida a partir del primer estallido de la Primera Guerra Mundial (1914), que
desorganizó los circuitos comerciales y financieros, retrajo las nuevas inversiones y

16
produjo un fuerte encarecimiento de la subsistencia y dificultades en muchas
industrias.

Ahora bien, a la par del crecimiento de la economía se fueron dando importantes


tensiones sociales generadas por la índole oligárquica del régimen político del país,
que no representaba los intereses de la mayor parte de la población, sino de una
minoría acaudalada, las clases altas que seguían el conservadurismo liberal
(creen en la democracia fraudulenta, siguen con esto para conservar sus
beneficios).
Incluso aparecieron fracturas dentro de las clases dominantes: ejemplo de esto fue
la “Revolución del parque”, intento de golpe de Estado cívico-militar ocurrido en
1895, encabezado por la juventud universitaria.
Si bien este golpe falló, de aquí quedarán residuos que se materializarán en nuevos
partidos: el Partido Socialista, fundado en 1896 por Juan B. Justo y la Unión
Cívica Radical, fundada en 1891 por Leandro N. Alem.
Estos intentos revolucionarios (en los que participan todos los opositores políticos)
se repetirán en reiteradas ocasiones, siendo el más relevante el de 1905 que, si
bien falló, tuvo un enorme efecto propagandístico.
En el ámbito rural, en 1890 hubo una manifestación notable de los chacareros
santafesinos, si bien fue aún más relevante la huelga de 1912 (“Grito de Alcorta”)
protagonizada por los chacareros de la región cerealera del Litoral, reclamando
mejores condiciones tanto a los terratenientes como a las comercializadoras. Este
reclamo tuvo como corolario la constitución de su entidad gremial: la Federación
Agraria Argentina (FAA).
Por el lado de las clases bajas urbanas, aparecieron ciertas tendencias que sirvieron
para encauzar sus reclamos. En principio el anarquismo, traído por los inmigrantes
europeos, quienes impulsaban la huelga general y el levantamiento espontáneo con
armas para llegar a su objetivo de deshacer la sociedad y volver a hacerla.
Frente a esta tendencia, el Estado mantuvo una fuerte actitud represora
materializada en la ley de residencia de 1902, que autorizaba la expulsión de los
inmigrantes alborotadores.
Por otro lado, también surgió como tendencia el socialismo, corriente que
impulsaba un reformismo cuya idea era, desde dentro del sistema democratico, ir
mejorando gradualmente las condiciones de los trabajadores. Los socialistas, si bien
tuvieron un buen rendimiento en las elecciones, no lograron encauzar los reclamos
de los trabajadores, quienes se inclinaron más por el sindicalismo.
El sindicalismo, si bien también impulsaba mejoras graduales en la situación de los
trabajadores, se desantendía de la política y se centraba en luchas gremiales. Esta
corriente en virtud de su actitud conciliadora consiguió la redacción, en 1904, de un
Código de Trabajo por parte de Joaquín V. González (que, con todo, no fue
aprobado por el congreso), y la creación del Departamento Nacional del Trabajo en
1907.

17
En 1910 se realizaron los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo (bajo
estado de sitio), que fueron la ocasión en que el país -aparentemente alegre y
confiado- tuvo que celebrar sus logros, aunque el futuro no parecía dar razones para
ser tan optimista. Más allá de los festejos, parte de los males se atribuían a la
misma élite, su cosmopolitismo, su conformismo fácil y su abandono de la tradición
patricia y de la conciencia pública.

En ese mismo año las tensiones sociales alcanzaron su punto máximo cuando la
FORA anarquista lanza una huelga general, ferozmente reprimida por el gobierno.
Estas huelgas se repetirán hasta 1912-1913.

En este clima de tensión social y, luego de los intentos revolucionarios, el


radicalismo comenzó a formar su red de comités a lo largo y ancho del
país,incorporando a nuevos sectores sociales (jóvenes profesionales, médicos,
comerciantes, empresarios, abogados, chacareros, etc.).
El radicalismo (sectores medios de la sociedad) se centraba en los valores de la
plena vigencia de la constitución, la pureza del sufragio y una moralización de la
función pública. En este sentido, abogaba por la remoción total de un régimen
establecido sobre la base del unicato, utilizando como medios de lucha la
abstención electoral y la condena moral.

Debido a la complejidad de la situación el viejo régimen tuvo que ceder (por las
tensiones sociales), posibilitando mediante la formulación en 1912 de la
denominada “Ley Sáenz Peña”, una reforma electoral en la que se convertía al
voto en secreto y obligatorio, ampliando en mucho la base electoral (ellos creían que
no iban a perder por eso sancionaron esta ley). Hay un cambio de régimen político,
de una democracia fraudulenta a una real.
En las elecciones legislativas de 1912, si bien los partidos tradicionales se
impusieron en muchas provincias, el radicalismo se impuso en Santa Fe y la Capital
Federal.
En este marco, los grupos tradicionales crearon el Partido Demócrata Progresista
que, bajo la figura de Lisandro de la Torre, pretendía enfrentar al candidato de la
UCR, Hipólito Yrigoyen. Sin embargo, a muchos “conservadores” (tal como ahora se
los llamaba) no les satisfacía el candidato propuesto por el Partido Demócrata
Progresista y propusieron como figura a Marcelino Ugarte.

Divididos los conservadores, en 1916 se impondría Hipólito Yrigoyen -el candidato


radical- en las elecciones presidenciales.

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Breve historia contemporánea de la Argentina 1916 - 2016
(Luis Alberto Romero) - Síntesis capítulo 2:

Los gobiernos radicales (1916-1930)

Periodos presidenciales:

● Yrigoyen (1916 - 1922)


● Alvear (1922 - 1928)
● Yrigoyen (1928 - 1930) - 1re Golpe de Estado de la historia argentina.

El radicalismo (encarnado en la UCR) tuvo la peculiaridad de haber sido el primer


partido que logró la dimensión de un moderno partido de masas, en la medida en
que fue creando comités o sedes en las distintas provincias y supo adecuar sus
propuestas según las demandas de la gente.
Pero no solo era un partido peculiar en sí mismo, sino que también fue peculiar
-para lo que venía siendo la historia argentina- la situación en la que le tocó
gobernar.

Los gobiernos radicales se manejaron en un escenario (mundial) radicalmente


distinto al que había antes de 1914. Los gobiernos de yrigoyen (1916-1922), Alvear
(1922-128) y, nuevamente, Yrigoyen (1928.1930) tuvieron que maniobrar en una
situación mucho menos favorable que la de principio de siglo, debido a las grandes
consecuencias que la 1ra guerra mundial (1914-1918) tuvo sobre nuestro país.

El estallido de la guerra tuvo efectos en todos los ámbitos:

En lo político, generó muchas disputas respecto a qué posición tomar: Inicialmente


Yrigoyen mantuvo una “neutralidad benévola” hacia los aliados, lo cual implicaba el
abastecimiento de los clientes tradicionales y la concesión de créditos para financiar
sus compras.
La situación se complica en 1917 cuando Alemania decidió atacar buques
comerciales neutrales, lo que empuja a Estados Unidos a la guerra, el cual pretende
llevar consigo a los países latinoamericanos.
Esto dio lugar a distintas posturas; los rupturistas que planteaban declarar la
guerra a los alemanes (marina, conservadores, socialistas, etc.) y los partidarios del
neutralismo (ejército, entre otros).
Si bien esto generó disputas dentro del mismo radicalismo, Yrigoyen mantuvo
siempre una postura neutralista que, luego de 1917, no era otra cosa que una
hostilidad declarada hacia los Estados Unidos -postura que entroncaba con el
creciente sentimiento anti estadounidense-.

19
En el aspecto económico, la guerra evidenció el fin del progreso fácil y precipitó
crecientes dificultades económicas, teniendo el Estado que moderar el gasto público
a causa de las restricciones financieras.
En efecto, se retrajeron nuevas inversiones (Gran Bretaña era nuestro principal
inversor pero siendo el protagonista de la guerra esto ya no pudo seguir), se produjo
un fuerte encarecimiento de la subsistencia (por ejemplo, aumentó el precio de los
transportes de materiales agrícolas) y se provocaron dificultades en muchas
industrias; en general, según Romero se desorganizarón los circuitos comerciales y
financieros, perjudicando la exportación de cereales (al bajar fuertemente sus
precios), particularmente el maíz; cabe mencionar, como excepción, el gran impulso
que tuvo la exportación de carne enlatada.
Luego de la guerra, a pesar de la victoria británica, las empresas de ese país -y en
general el capital inglés- en el país se verán perjudicadas y gradualmente
reemplazadas por el capital norteamericano (al menos hasta 1930)-

En el aspecto social, la situación se agravó por las dificultades en el comercio


exterior y la retracción de los capitales: en las ciudades se sintió la inflación, el
retraso de los salarios reales y una fuerte desocupación.
Se va conformando, pues, un clima social de conflictividad que terminara
decantando en un ciclo de confrontación social que alcanza su punto culminante en
1919 y que se prolonga hasta 1922-1923.
Debe entenderse este clima de conflictividad en el marco de la revolución rusa de
1917 y los movimientos revolucionarios en Alemania, Italia y Hungría.

En Argentina, las huelgas se multiplicaron en las ciudades en 1917 y 1918,


impulsadas por los grandes gremios de transporte, la Federación Obrera Marítima y
la Federación Obrera Ferrocarrilera. Conducidos por aquellos sindicalistas que
dirigían la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), tuvieron éxito en buena
medida debido a la manera de encarar estos asunto por el presidente Yrigoyen.
Yrigoyen, a diferencia de los gobernantes tradicionales que apelaban a la represión,
tomó una actitud negociadora en la cual situaba al Estado como árbitro entre los
trabajadores y las empresas.

Sin embargo, esta actitud estaba dirigida fundamentalmente a los sindicatos de la


Capital, no extendiéndose sindicatos con mayoría de extranjeros o de la provincia
de Buenos Aires. Por ejemplo, las huelgas de frigoríficos de 1918 fueron
enfrentadas con represión, despidos y rompehuelgas, métodos que también
aplicaron en 1918 a los ferroviarios.

Romero destaca que Yrigoyen solo mantuvo esta postura negociadora hasta 1919
(fin de la 1ra guerra mundial) y que a partir de la posguerra vuelve a la represión, la
cual está ejemplificada en dos episodios sangrientos: “Semana trágica” y la
“Patagonia Trágica”.

20
En 1919, la ola huelguista llegó a su punto cúlmine cuando una huelga en un
establecimiento metalúrgico fue reprimida con ferocidad. Esto desencadena una
semana de revueltas y represión que queda a cargo del ejército con la colaboración
de grupos civiles armados desde el círculo naval. Esta semana termina con cientos
de trabajadores asesinados, por esto se dio a llamar “Semana trágica”.

Luego de 1919 el gobierno termina cayendo en los mecanismos clásicos de la


represión mediante el accionar de la policía en conjunto con una agrupación civil
denominada “Liga Patriótica Argentina” (surgida durante la “Semana trágica”), capaz
de organizar brigadas destinadas a imponer el orden a palos.
Si bien entre el periodo posterior a 1919 que va hasta 1921 tuvo menores episodios
huelguísticos, hubo algunos en determinadas zonas rurales que fueron reprimidos
sin atenuaciones, como el caso de la masacre de peones rurales de 1921 ocurrida
en la Patagonia, denominada “Patagonia Trágica”.

En la época de la formación de la Liga Patriótica, cierto sector de la derecha va


conformando su ideología en el marco de la contrarrevolución. Los catolicos van
combinando el pensamiento social con el antiliberalismo. Se va conformando
tendencias nacionalistas conservadoras, con un ambiguo pensamiento social.
Leopoldo Lugones proclama la “hora de la espada” contra los revolucionarios de
izquierda.
Las nuevas ideas de derecha tienen dos cosas en común: el rechazo a la
movilización social y la crítica a la democracia liberal.

Hacia 1922, con la llegada del gobierno de Alvear, se tranquiliza la cuestión social
y las clases propietarias vuelven, de momento, a confiar en la democracia liberal.
Sin embargo, este nuevo movimiento antiliberal y catolico se va consolidando a
través de distintos actos: la Liga Patriótica se dedica ahora al “humanitarismo
práctico”, organizando escuelas obreras; la iglesia organiza en 191 la Gran Colecta
Nacional; en ese mismo año, todas las instituciones católicas son unificadas en la
Unión Popular Católica Argentina, organización que se destacaba por la creación de
bibliotecas, conferencias y obras de fomento y caridad.

Más allá de esta avanzada “antirrevolucionaria”, aquellos sectores que se proponían


como conductores de las revueltas pasadas y eran partidarios de la subversión
(anarquistas y comunistas) tenían una influencia marginal e ínfima. Aquellos que
más peso tenían, los socialistas y los sindicalistas, bregaban por formas limitadas
sin cuestionar el orden social en sí mismo.
El Partido Scocialista planteaba un perfeccionamiento de la democracia liberal
mediante la acción legislativa impulsada desde el Congreso. Sin embargo, del
hecho de que este partido nunca haya podido arraigar en los movimientos sociales
de protesta y que, por otro lado, hayan tenido incapacidad para hacer alianzas,
resultó que no hayan podido conformar una fuerza política vigorosa.

21
Respecto al sindicalismo, la Unión Sindical Argentina se fue debilitando y la
sindicalización fue mermando. La Unión Ferroviaria, fundada en 1922 se convirtió en
la cabeza del sindicalismo. Su accionar consistió en la negociación con las
autoridades, descartando la huelga como instrumento.
A su vez, desde el Estado (impulsado por los legisladores socialistas) se
propusieron regímenes jubilatorios para empleados de comercios y ferroviarios,
regulación del trabajo de mujeres y niños, y establecimiento del 1ro de Mayo el Día
de Trabajo como feriado nacional.

En cuanto al aspecto cultural, para esta época la sociedad argentina se había


transformado en gran medida.
El acceso a vivienda propia disponible en esta época cambió la idea del hogar y
ubicó a la mujer en el centro de la familia, mientras que las hijas aspirarón a trabajar
y estudiar en el contexto de una creciente libertad sexual.
Por otro lado, la población había sido nacionalizada sustancialmente y, gracias a la
acción sistemática de la escuela pública, se había conformado una sociedad
fuertemente alfabetizada.
La expansión de la cultura letrada formó parte del proceso de movilidad social
propia de una sociedad que era esencialmente expansiva y de oportunidades.
Al mismo tiempo, una cierta holgura económica y la progresiva reducción de la
jornada de trabajo aumentaron el tiempo libre disponible.
Muchos leían para divertirse, para aprovechar las oportunidades laborales nuevas o
para apropiarse de un caudal cultural que había sido patrimonio de la elite.

En este contexto, empiezan a salir los grandes diarios como Crítica (1913 y El
mundo (1928), así como revistas tales como Billiken, El gráfico, Tit Bits o El Hogar.
Asimismo empieza a circular mayor cantidad de libros.
Se multiplican las salas de teatro, cambian los gustos (se impone el tango) y de a
poco el cine empieza a ejercer una fuerte atracción, empezando a proliferar las
salas.
Los medios de comunicación acrecientan su influencia sobre la sociedad. Por
ejemplo, operan sobre la sensibilidad deportiva de la población; en 1931 se crea la
Liga Profesional del Fútbol.

En 1919 estalla en Córdoba un movimiento universitario que se irá expandiendo por


el país y por América, denominado “Reforma Universitaria”.
Las universidades eran en ese momento socialmente elitistas y académicamente
escolásticas. Lo que proponían los estudiantes que llevaron esa reforma era abrir
las puertas a la universidad, participar en su dirección, remover las viejas camarillas
profesorales, instaurar criterios de excelencia académica y de actualización
científica, y vincular la universidad con los problemas de la sociedad.

22
Los reformistas recibieron el apoyo de Yrigoyen, gracias a lo cual lograron en
muchos casos que se incorporarán representantes estudiantiles al gobierno de las
universidades, que se desplazará a algunos de los profesores más tradicionales y
que se introdujeran nuevos contenidos y prácticas.
Este movimiento aglutinaba ideologías de lo más diversas, desde el idealismo al
marxismo, nutriéndose fundamentalmente del antiimperialismo latinoamericano que
iba naciendo y de la Revolución Rusa.
Su importancia fue tal que excedió el territorio de Córdoba (donde se había iniciado)
y fue influyente a nivel continental; al vincularse con otras vertientes
latinoamericanas, se logró crear una suerte de hermandad estudiantil. Asimismo,
sus reivindicaciones excedieron las cuestiones meramente educativas: elaboraron
un programa de largo plazo, que entonces sirvió de bandera a la actividad política
estudiantil y como antesala para la política mayor.

Para la Argentina, la Primera Guerra Mundial dio término a la etapa de crecimiento


relativamente fácil, al poner en evidencia la vulnerabilidad de la economía
argentina,cuyos pilares eran las exportaciones, el ingreso de capitales, de mano de
obra y la expansión de la frontera agraria.
La guerra afectó tanto las cantidades como los precios de las exportaciones, e inició
una tendencia a la declinación de los términos del intercambio.
Las exportaciones agrícolas sufrieron primero el problema de la falta de transportes.
Acabado el conflicto, se planteó un problema más grave: el exceso de oferta y
existencia de excedentes agrícolas permanentes. A esto hay que sumarle la caída
de las exportaciones ganaderas luego de 1921.
El país vivió una fuerte crisis entre 1913 y 1917, se recuperó entre ese año y 1921,
sufriendo entre 1921 y 1924 el sacudón de la reconversión de posguerra. Desde
1924 hasta el año 1929 tuvo una época de tranquilidad (“años dorados”).

Con los países europeos debilitados, Estados Unidos empezó a ocupar los espacios
libres en el mercado mundial- Los EEUU se convirtieron en grandes exportadores
de automóviles, camiones y neumáticos, fonógrafos, radios, maquinaria agrícola y
maquinaria industrial.
Las grandes empresas industriales estadounidenses realizaron inversiones
significativas en distintos rubros, en nuestro país, como por ejemplo empresas de
servicios públicos (electricidad y tranvías).
Las inversiones estadounidenses, con todo, no contribuían a generar exportaciones
y, con ellas, divisas. Además, la posibilidad de colocar productos en el mercado
estadounidense era muy remota. Esto generaba un fuerte desequilibrio en la
balanza de pagos.

Por otro lado, nuestra vieja relación con Gran Bretaña se encontraba debilitada, en
la medida en que sus suministros eran caros, en que no podía abastecer nuestras
demandas y en que el capital britanico era incapaz de promover las
transformaciones de las que si era capaz el capital nortemericano. Sin embargo,
23
Gran Bretaña seguía siendo prácticamente nuestro único comprador,
fundamentalmente de nuestra carne.
En este contexto, la Argentina era parte de un triángulo económico, siendo
incapaz de equilibrar las relaciones.

Esta situación requería de un arte especial de poder manejarse entre las dos
potencias en épocas de crisis. Las políticas de Yrigoyen y Alvear no lograron ser
muy efectivas respecto a esta cuestión.

Desde 1912 se habían dado tensiones en la relación exterior respecto a la


agricultura; desde 1921 se manifestaron en la ganadería.
Los últimos años de la guerra fueron excelentes para el sector ganadero, debido a la
venta de carne enlatada. Ahora bien, la situación cambió drásticamente a fines de
1920 cuando los gobiernos europeos cortaron sus compras (ya que habían hecho
stock), generando un derrumbe de precios.
Esto generó una crisis en el sector ganadero. En 1923, por presión de los criadores,
desde el gobierno de Alvear se sancionaron un conjunto de leyes para la protección
de los mismos, en desmedro tanto de los consumidores locales como de los
frigoríficos.
Sin embargo, la resistencia de estos últimos género la suspensión de las leyes
sancionadas.

En los primeros años de la posguerra, los ganaderos se ilusionaron con la


posibilidad de colocar sus productos en Estados Unidos, pero en 1926 el gobierno
de este país prohibió la importación de Argentina por el peligro de la fiebre aftosa.
En este sentido, y con amenazas británicas de la misma índoles, la Sociedad Rural
inició una campaña de “comprar a quien nos compra” que pretendía volver al
bilitarismo (algo que se lograra después de 1930).
Como consecuencia de la crisis ganadera, hubo un notable vuelco a la actividad
agrícola, creciendo así la cantidad de hectáreas cultivadas y su participación en las
exportaciones.

Respecto a la industria nacional, la guerra había tenido efectos fuertemente


negativos ya que dependía de materias primas o combustibles importados. Apenas
terminada la guerra, comenzó una continuada expansión de la industria
caracterizada por la diversificación; expansión favorecida por la elevación de los
aforos aduaneros por parte de Alvear (1923), pero principalmente por las
inversiones estadounidenses. Asimismo, esta nueva industria importaba la
maquinaria de Estados Unidos.

Más allá de la cuestión agraria o la cuestión industrial, el problema que más


preocupaba al Estado argentino era el presupuestario, la cuestión de cómo financiar
al Estado.

24
El gobierno de Yrigoyen necesitaba recursos para su política social y para la amplia
distribución de empleos públicos. Desde 1922, Alvear enfrentó la situación con una
política fiscal ortodoxa, reduciendo los gastos, si bien se vio obligado a aumentarlos
posteriormente por la creación de empleos públicos (algo que era requerido desde
el Yrigoyenismo).

En la cuestión política de todo este periodo, puede decirse que la democracia tuvo
una larga y difícil construcción.
La ley Sáenz Peña tuvo efectos en principio no muy satisfactorios, ya que la
mayoría de los inmigrantes seguían sin nacionalizarse. Sin embargo esto se fue
dando con el tiempo. Con altibajos, recién en 1928 el electorado representara un
alto porcentaje de la población.
Respecto a los partidos políticos, la UCR fue el único partido que alcanzó la
dimensión de partido nacional de masas. En efecto, mediante una extensa red de
comités locales, se organizó escalonadamente hasta llegar a su convención y a su
Comité Nacional; el partido tenía una carta orgánica propia y su doctrina se basaba
en la Constitución. Con todo, toda la organización institucional pesaba poco en
comparación a la figura de Yrigoyen.
El Partido Socialista también tenía una organización formal y cuerpos orgánicos y
además tenía un programa, pero si bien logró algunos arraigos de ciertas provincias,
su principal fuerza estaba en la Capital.
El Partido Demócrata Progresista tenía arraigo en Santa Fe y Córdoba, así como
Rosario, pero no tenía peso nacional.
Los conservadores, por su parte, solo se constituyeron a nivel provincial.

Cuando asume Yrigoyen en 1916 se encuentra con un Parlamento hostil, al igual


que la mayoría de los gobiernos provinciales, por lo que su estrategia tenía como
objetivo ampliar su escudo de poder. Para ganar las elecciones legislativas, usó
ampliamente el presupuesto del Estado, repartiendo empleos públicos entre sus
“punteros” y mediante redes clientelares (que, si bien tenían fines electorales,
apuntaban a una nueva concepción de los derechos ciudadanos: la carne barata, el
pan o los alquileres).
En 1918 Yrigoyen consiguió mayoría en la Cámara de Diputados, pero la cuestión
clave seguía siendo el control de los gobiernos provinciales, algo que logró a través
de su intervención, luego de los cual organizaba elecciones en las que triunfaban
sus candidatos. Yrigoyen desvalorizaba al Congreso y desconocía su autoridad,
ejemplo de lo cual es el hecho de que durante su primer mandato se hayan
sancionado 19 intervenciones, de las cuales solo 4 pasaron por el congreso.
Si bien nunca consiguió afirmarse en el Senado y tropezó con dificultades
imprevistas en Diputados, debido a que algunos legisladores radicales empezaban a
rechazar sus métodos, al conseguir el control de las provincias logró (mediante esta
mecánica que en nada difería a la de Juárez Celman o Figueroa Alcorta,
25
presidentes conservadores) en 1922 ganar en todas las provincias a excepción de
tan solo dos.

Aunque Yrigoyen reiteraba prácticas muy arraigadas, su justificación era novedosa,


en la medida en que, según los yrigoyenistas, él debía llevar a cabo la misión de
reparar la patria. Aun así, los mecanismos democráticos poco pudieron arraigar en
este clima de permanente avasallamiento autoritario.
Mientras el radicalismo y su caudillo hacían una contribución sustancial a la
incorporación ciudadana a la vida política, fallaban en el afianzamiento y en la
puesta en valor del sistema deocratico a ojos de la ciudadanía.

Alvear se benefició de la maquinaria montada por su antecesor y en 1922 fue electo


presidente. Si Yrigoyen lo había elegido como su sucesor con el fin de limar
asperezas con los sectores de peso de la oposición, Alvear fue mucho más allá,
llegando al punto de sentar a tan solo un yrigoyenista en sus ministerios.
Alvear tranquilizó a las clases propietarias a limitar la creación de empleos públicos
y aceptó las funciones de control que institucionalmente le correspondían al
Congreso.
La mayoría volvió a confiar en las bondades de la democracia liberal aunque el
discurso antidemocrático siguió operando en ámbitos marginales.
A diferencia de Yrigoyen no dispuso ninguna intervención federal por decreto. La
limitación a los empleos públicos generó rispideces dentro del aparato partidario. A
su vez, Alvear se fue apoyando en los opositores de Yrigoyen, por lo que generó
una brecha insalvable en el radicalismos entre los seguidores de Yrigoyen, llamados
despectivamente “genuflexos”, y los partidarios de Alvear, llamados
“contubernistas”.
En esta misma línea, en 1923 Alvear nombra ministro del interior a Vicente Gallo,
cabeza de los antipersonalistas (críticos de Yrigoyen).
Tiempo después, el ministro Gallo quiere desplazar a los yrigoyenistas de los cargos
de gobierno mediante las conocidas herramientas de dar empleos a los partidarios e
intervenir provincias. En 1925 al intentar Gallo la intervención de Buenos Aires,
Alvear -fiel a sus principios- se opone a esto y Gallo debe renunciar.
De este modo, Alvear queda en medio del fuego cruzado entre antipersonalistas e
yrigoyenistas. Estos últimos logran una muy buena elección en 1926, por lo que
ganan posiciones en el Congreso.

Por entonces, la derecha estaba decidida a impedir el retorno de Yrigoyen quien


encarnaba los peores vicios de la democracia. Esta imagen era la que se exponía
en los diarios más grandes. Las críticas, de momento, no iban dirigidas al régimen
democratico en sí mismo, ya que estaban dispuestos a ganar las elecciones
mediante un frente electoral que reuniera a todas las fuerzas opositoras de
Yrigoyen. Si esta estrategia no funcionaba debía pensarse en una alternativa no
democrática.

26
Si bien el nacionalismo catolico de la época apelaba a los militares para generar un
cambio de régimen, las fuerzas armadas -que habían sufrido malestares durante el
gobierno de Yrigoyen- se encontraban en una buena situación durante la
presidencia de Alvear.
En efecto, el ministro de guerra Agustín P. Justo las había requipado
adecuadamente, construyéndose además grandes edificios para el ejército. En 1927
se creó la Fábrica Militar de Aviones, y desde 1922 Enrique Mosconi (militar) dirigía
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), creado al final del mandato de Yrigoyen,
empresa que logró abastecer a gran parte del país (si bien también llegaron la
británica Shell y la estadounidense Standard Oil).
De este modo las fuerzas armadas empezaban a ocupar un lugar cada vez más
importante dentro del Estado, convirtiéndose en un actor político de consideración.
El ejército, por su parte, estaba estrechamente vinculado con la derecha liberal, así
como el general Justo estaba fuertemente relacionado con la Liga Patriótica, desde
la cual llegaban las interpelaciones de los nuevos ideólogos nacionalistas.
Para las elecciones de 1928 Yrigoyen levantó las banderas de la oposición al
“contubernio”, así como la nacionalización del petróleo frente al peligro de la
estadounidense Standard Oil. El petróleo aparecía como una fuente de rentas tan
apreciable que permitía asegurar el bienestar del Estado y la sociedad en su
conjunto. Por otro lado, era una prédica compartida por los militares preocupados
por asegurar la autarquía de los recursos estratégicos.
Luego de triunfar en las elecciones, Yrigoyen envió el proyecto de nacionalización al
Congreso, que fue tratado en el Senado.
Entre tanto, y en pos de cuidar la relación con los sectores propietarios (en el marco
de la crisis ganadera), Yrigoyen firma un tratado poco ventajoso con los británicos,
en el cual estos se comprometían a comprar carne argentina a cambio de
asegurarse el suministro de materiales para los ferrocarriles y así como los
aranceles preferenciales a la seda artificial.

El conflicto político, sin embargo, no mermaba y llegó a su punto máximo cuando


Yrigoyen decidido a conquistar el Senado apeló a los mecanismos tradicionales:
reparto de cargos públicos e intervención de gobiernos provinciales adversos.
Esta situación política, sumada a la crisis de 1929 (que generó, en el frente externo,
la caída de las exportaciones y el retiro de las inversiones estadounidenses y, en el
frente interno, fuerte inflación, reducción de sueldo y despidos) se reflejó en las
elecciones legislativas de 1930 en las que el radicalismo empeoro su performance.

Finalmente, la senilidad atribuida al presidente así como su incapacidad para dar


respuestas rápidas a la crisis daban un argumento sólido a sus opositores.
Por otro lado, existían molestias en las fuerzas armadas por la forma en que Hipólito
Yrigoyen había utilizado a los militares para abrir o cerrar la válvula del control social
y por el uso político que el presidente había tenido en el manejo de la institución
militar.

27
Cuando las dos facciones militares, aquella dirigida por el general Justo y la
vertiente nacionalista de Uriburu, llegaron a un acuerdo respecto a que hacer, se
produjo el golpe de Estado del 6 de Septiembre de 1930.
Fue un golpe en el que casi no hubo resistencia institucional -de hecho, Yrigoyen
había pedido licencia el día anterior al golpe- ni militar, salvo pequeños focos de
rebelión.

28
29
Resumen Herramientas para el análisis de la sociedad y el
Estado 4ta edición ampliada y verificada.

7- Consideraciones sobre el populismo (Laura Petrino)

El populismo es una expresión política intrínsecamente ligada a la historia y el


presente latinoamericano, siendo de hecho dos figuras paradigmáticas del
populismo brasileño Getulio Vargas y el argentino Juan Domingo Peron.
El concepto populismo es, sin embargo, un concepto que ha recibido las más
variadas interpretaciones, desde las más positivas a las más negativas.

Podemos distinguir tres enfoques fundamentales del populismo:

A. Los populistas serían líderes delegativos que, en contexto de crisis


económicas, devuelven la esperanza en el Estado como actor ordenador
capaz de revertir la constante de retrocesos económicos y sociales.

B. El populismo sería el resultado de la crisis de representación de los partidos


políticos tradicionales; sería entonces una estrategia política llevada a cabo
por un líder personalista para ejercer el poder sin mediación institucional, a
través del apoyo directo y desorganizado de un gran número de seguidores,
que se encontraban convencidos de las cualidades extraordinarias del líder,
confiando en sus métodos redistributivos y en su relación clientelar por medio
de la cual esperan obtener mejoras.

C. El populismo es un tipo de discurso político que articula demandas


insatisfechas a la vez que divide el campo político en dos, mediante la
descalificación constante de los “ otros ” y la interpretación de los individuos
como miembros de un colectivo.

En función de dichos enfoques, pero haciendo hincapié en la visión del populismo


como un estilo de liderazgo (lo visto en el punto b), podemos enumerar una serie de
características:

1. Supuesta alternativa al poder tradicional: el populismo se representa


públicamente enfrentando los intereses tradicionales de la política y la
economía aunque efectivamente no lo esté. La excusa de la “ herencia
recibida ” es utilizada para desarrollos de planes de gobierno sin mecanismos
de control; las instituciones son utilizadas y luego descartadas, tensionando
así es estado de derecho. En este sentido, el liderazgo populista se relaciona
con las democracias delegativas.

30
2. Relación directa líder-masa: los líderes populistas mantienen una relación
directa con su pueblo, en la relación líderes-seguidores no existen
intermediarios.
Sus seguidores confían en las promesas redistributivas del líder y en la
relación clientelar que mantienen con él por medio de la cual obtendrán
mejoras económicas y sociales. La intervención ciudadana es escasa, salvo
en lo discursivo

3. Polarización de la sociedad: al ser portadores de un discurso radicalizado, los


líderes populistas polarizan la sociedad excluyendo a los que no opinan como
ellos, como los “ otros ”. En este sentido, la sociedad se divide entre los que
están “ a favor ” o “ en contra del líder ”. Por ello, afirma Freidenberg, que
estos liderazgos ofrecen “ vínculos de suma cero ” entendiendo por ello que
no hay términos medios: se está totalmente a favor o totalmente en contra.

4. El sostén de las coaliciones: si bien su discurso es excluyente, el éxito


electoral de estos líderes se sostiene en una coalición plural de sectores
sociales que encuentran en el Estado un lugar donde representar sus
intereses. Al tener estos distintos sectores antagónicos, el líder se propone
como único capaz de generar acuerdos.
En este sentido, el líder dice tener una representación mayoritaria por lo que
no acepta críticas ni reparos.

5. Las cualidades extraordinarias: los líderes se presentan como portadores de


cualidades extraordinarias, esto, sumado a la forma carismática, paternalista
y personalista de ejercer el poder facilitan el convencimiento de numerosos
seguidores que confían en las cualidades del líder. En este punto aparece el
problema de los gobiernos populares, ya que es sumamente difícil encontrar
alguien similar al líder, por lo que estos tienden a perpetuarse en el poder o
bien a poner a personas de su estricta confianza.

El siglo XXI se inició con una oleada de líderes populistas en América Latina; estos
multiplicaron la presencia del Estado, focalizaron sus esfuerzos en retener los
recursos obtenidos de la exportación de materias primas, ampliaron derechos
políticos y sociales e intentaron llevar adelante mecanismos de redistribución de la
riqueza.
Estas políticas fueron posibilitadas por el precio récord que tuvieron las materias
primas y derivadas de actividades extractivas en los primeros años del 2000; una
vez que estos precios volvieron a valores normales, los líderes populistas se
enfrentaron a profundas crisis.
Para sustentarse buscaron engrandecer sus figuras con mitos del pasado (Bolivar o
Eva Peron, por ejemplo) y, sobre todo, inventaron enemigos comunes: los medios
de comunicación, organismos de crédito internacionales y los EEUU, que
funcionaron como opuesto discursivos
31
Se buscaba así fragmentar a la sociedad entre quienes apoyaban al líder y el
supuesto cambio que traian, y quienes se oponian, que fueron acusados de ser
defensores de las oligarquías. La radicalización del discurso amigo-enemigo fue uno
de sus rasgos políticos esenciales.

El triunfo electoral del populismo en países desarrollados mostró que no se trataba


de un fenómeno aislado, sino que es un tipo de liderazgo que se instaló en el
mundo. El caso mas pragmatico en este sentido es el de Donald Trump en los
EEUU, que se fortalecio con un programa nacionalista.
En América Latina, los líderes populistas se han identificado con tradiciones de
izquierda; en Europa, por su parte, el populismo se identifica con partidos de la
derecha.

En Argentina, el yrigoyenismo y el peronismo son casos paradigmáticos de


populismo; ambos movimientos conjugaron un conjunto de demandas democráticas
y sociales de sectores que se encontraban fuera del sistema y sin representación
política.
Ambos movimientos elaboraron a partir de fuertes liderazgos y un discurso basado
en antinomias: el “ pueblo ” enfrentando al “ régimen ” (yrigoyenismo) o bien, el “
otros “ pueblo ” enfrentando a la “ oligarquía ” (peronismo).
En el caso de Yrigoyen, cabe resaltar que la Unión Cívica Radical ya existía previo a
su liderazgo y que de hecho encontró bastante resistencia dentro del mismo partido.
En el caso de Perón, contrariamente, el Partido Peronista y luego el Partido
Justicialista fueron ambos construidos desde el Estado para consolidar su poder.
Por otro lado, Yrigoyen aceptó el fin de su mandato en 1922 y designó a Alvear
como su sucesor dentro del partido.
Perón, en cambio, reformó la Constitución para poder postularse nuevamente como
candidato a presidente.

8- Dictadura. Construyendo un concepto complejo (Verónica


Beyreuther)

Una dictadura es un subtipo de régimen autoritario por el cual una o varias


personas asumen sin límite alguno el control de un país.

● En una democracia, hay una división de poderes que se controlan


mutuamente.
Bajo una dictadura, no hay división de poderes y se anula el poder legislativo,
ya que no hay elecciones (si las hubiera serían fraudulentas)

● En una democracia, los jueces son elegidos según lo establecido en la


legislación y hay independencia del poder judicial respecto al ejecutivo.

32
En una dictadura, los jueces son designados a voluntad del dictador y su
grupo, y su accionar sufre constantes intromisiones por parte del poder
ejecutivo.

● En una democracia, hay libertad de expresión, reunión y asociación. En una


dictadura, se suprime todo tipo de libertad. Los derechos y garantías del
ciudadano quedan suspendidos.

● En una democracia, el poder ejecutivo tiene un poder limitado y está


establecido por ley el tiempo que puede gobernar y si puede ser o no ser
reelecto. En una dictadura no hay límites al poder del dictador y su grupo
cercano; asimismo, tampoco se establece la duración del gobierno y esto
queda sujeto a su capacidad de mantenerse en el poder.

Las dictaduras se imponen inicialmente mediante la coacción, la fuerza. Ahora bien,


para perdurar en el tiempo necesitan generar algún tipo de consenso, de
legitimidad. La duración en el tiempo de una dictadura está relacionada
directamente con su eficacia a la hora de construir legitimidad. Esta se busca
apelando a un supuesto interés común, que se pueden presentar como la necesidad
de recuperar un orden perdido o de neutralizar a un enemigo interno.

Ahora bien,dentro del régimen autoritario podemos encontrar distintos subtipos del
mismo, como puede ser un régimen autoritario dictatorial o bien un régimen
autoritario totalitario.

En un régimen totalitario, el gobernante tratara de usar todo su poder para


imponer una ideología determinada o convertirse él mismo en un dios sobre la tierra,
con poder de vida y muerte sobre la población.

En este tipo de régimen, el Estado extiende su control a todos los aspectos de la


vida e influye en las formas de accionar político, la educación, el esparcimiento,
inclusive en cuestiones de la vida privada e íntima como las formas que deben
adoptar las familias, la cantidad de hijos que pueden tener.

En un régimen totalitario, la libertad de la sociedad civil es reducida a su mínima


expresión y todos los habitantes que sean considerados dignos deben participar
activamente de las acciones llevadas a cabo por el régimen. Es característico de
qué tipo de régimen la continua movilización de la población en eventos colectivos
que demuestran la adhesión del pueblo al dictador.

Las dictaduras, en cambio, no tienen un solo objetivo y siempre son producto de la


coyuntura específica de la sociedad de donde surgen. Puede haber dictaduras que
asuman el poder porque la sociedad se encuentra atravesada por combates

33
internos entre grupos enemigos o bien para favorecer a determinados grupos
étnicos o sociales.

Las dictaduras que se dieron en América Latina en el siglo XX fueron generalmente


ejercidas por gobiernos militares que utilizaron el pretexto de encauzar Estados
debilitados por gobiernos democráticos ineficientes ( ya fuera por la incapacidad de
resolver problemas económicos o de hacer frente a la guerrilla armada).
Al no tener controles de ningun tipo, aplicaron al terrorismo de Estado cometiendo
asi atrocidades de todo tipo, justificando su accionar en la lucha antiguerrella.

9- Golpe de Estado y otras formas de interrupción institucional


(Florencia Deich)

Un golpe de Estado siempre se propone producir una ruptura del regimen politico
existente hata ese momento, generalmente mediante el accionar de derribar un
gobierno constitucional.
El golpe de Estado, cuando triunfa, siempre produce un cambio de regimen politico.

Puede caracterizarse del siguiente modo:

● Un golpe de Estado, sin importar la causa que se invoque, es siempre un


acto ilegal: las leyes que regulan el poder politico estan generalmente en las
constituciones nacionales. En ellas, se reglamenta la obediencia de los
cuerpos armados al Estado. Por ello, un golpe de Estado es siempre un acto
anticonstitucional y, por ende, ilegal.

● Un golpe de Estado es siempre un hecho violento, aunque variable en el


grado y en la forma en la que aplica: la violencia puede ejercerse
explicitamente, como cuando las fuerzas armadas se rebelan y “salen a la
calle” o bien implicitamente, como cuando presionan a un dirigente para que
renuncie bajo amenaza.

● Un golpe de Estado es un hecho en el que participan diversos sectores y


grupos sociales que solo coinciden en terminar el regimen democratico.
Nunca ocurren por la participacion exclusiva de un sector del Estado o de la
sociedad, como por ejemplo, de las fuerzas armadas, sino que ocurren por la
participación de distintos sectores. Puede que, en un caso, el sector visible
sean las fuerzas armadas pero siempre este sector tendrá por detrás
sectores políticos y económicos ocultos.

● Un golpe de Estado es un hecho que tiene características propias y, por lo


tanto, diferentes a las de otros golpes de Estado, pero también numerosos
elementos comunes: Todo golpe de Estado posee objetivos y representa

34
intereses determinados que pueden no tener nada que ver (o si pueden
tenerlo) con los intereses que generaron golpes pasados.

Podemos distinguir asimismo distintos tipos de golpe de Estado:

Golpe militar: Siendo el tipo de golpe de Estado más común, consiste en la toma
de poder por parte de las Fuerzas Armadas; aquí los jefes de dichas fuerzas eligen
al presidente, se anula el parlamento y se anulan las garantías constitucionales.
Muchas veces, quienes ocupan las posiciones correspondientes al poder ejecutivo
(presidente, gobernadores, intendentes, etc.) son los propios militares.

Golpe institucional: En este tipo de golpe no hay participación del sector militar.
Los que llevan a cabo el golpe son los sectores civiles, quienes, a través de la
violacion y de la falta de reconocimiento de la legalidad vigente llevan al cambio de
régimen o a un cambio de gobierno.

Golpe de Mercado: Este es un tipo de golpe realizado fundamentalmente desde el


sector económico, con herramientas como corridas contra la moneda, subidas del
dólar, inflación, etc.. Muchas veces estas artimañas se utilizan en conjunto con
saqueos y movilizaciones de sectores marginados, organizados desde un sector
político opositor.

Autogolpe: Este tipo de golpe consiste en que un presidente elegido


democráticamente se convierte en un dictador, a través de la anulación del
parlamento, la justicia y la suspensión de las garantías constitucionales de la
población.

La historia de nuestro país se ha caracterizado por haber sufrido repetidamente


golpes de Estado: 1930, 1943, 1955, 1962, 1966, 1976. Argentina es uno de los
paises que mas golpes de Estado ha tenido en toda la región.
Colombia, Venezuela y Costa Rica, por ejemplo, han tenido experiencias autoritarias
muy breves.
Chile y Uruguay tuvieron pocos golpes de Estado, pero con dictaduras de larga
duración.

En Argentina, los primeros tres golpes de Estado (1930, 1943, 1955) establecieron
dictaduras provisionales y los gobiernos que surgieron de ellos llamaron, luego de
un tiempo, a elecciones.

Esto cambió en los últimos dos golpes (1966 y 1976) que intentaron -
infructuosamente - establecer un gobierno a largo plazo.
En los golpes de Estado ocurridos en la Argentina el único objetivo en común entre
los golpistas era expulsar al presidente. Por eso, una vez en el poder, los golpistas
comenzaron con divisiones y peleas internas.
35
El golpe de 1930 liderado por el general Uriburu derrocó al presidente
democráticamente electo, Yrigoyen. Este golpe no tuvo el apoyo activo de muchos
sectores de las Fuerzas Armadas, aunque sí lo tuvo de parte de la Iglesia, la prensa
y partidos opositores.
A pesar de su origen ilegal, Uriburu fue reconocido como presidente provisional por
la Corte Suprema. Uriburu y sus seguidores utilizaron la proscripción del radicalismo
y el fraude electoral para controlar los resultados electorales.
El golpe de 1943 derrocó al gobierno fraudulento de Castillo, proveniente del
régimen generado a partir del golpe anterior.
Este golpe fue el único que tuvo exclusiva presentación militar, ya que la
participación civil fue prácticamente nula.
Este golpe no tuvo causas económicas sino que fue producto de la decisión del
gobierno de Castillo de abandonar la postura de neutralidad sostenida por la
Argentina durante la Segunda Guerra Mundial, para volcarse al bando aliado
liderado por EEUU.
La intención de los militares era estar poco tiempo en el poder, por lo que fue una
dictadura transitoria. Sin embargo, ocurrieron disputas importantes entre los propios
militares que derivaron en golpes internos.

El golpe de 1955 que derrocó al presidente democráticamente electo J. D. Perón se


caracterizó por su antiperonismo y la violencia ejercida contra los seguidores de
Perón. Otra característica de este golpe fue la falta de acuerdos entre quienes
conformaban la coalición golpista; tal es así, que el presidente surgido de dicho
golpe tuvo que renunciar a poco de asumir la presidencia.

En 1962 se produjo un nuevo golpe de Estado que logró el desplazamiento del


presidente radical Frondizi pero que no logró designar como su sucesor a un militar.
Específicamente, los militares forzaron al presidente a firmar su renuncia pero
debido a presiones internas se demoraron en designar a un sucesor, por lo cual la
Camara de Senadores logro otorgar la presidencia a Guido, el presidente de esa
misma Cámara, tal como establece la ley de acefalía (ya que previamente había
renunciado el vicepresidente).
De esta manera, podemos decir que este golpe fue fallido, en el sentido de que el
objetivo se consiguió a medias. Lo que comenzó siendo un golpe de Estado terminó
siendo una interrupción institucional.

En 1966 se produjo un nuevo golpe que derrocó al presidente radical Illia, en este
caso sin que hubiera problemas económicos ni desórdenes sociales de magnitud.
Fue un golpe motorizado por decisiones políticas y ambiciones personales.
La dictadura del general Onganía se propuso a conformar un gobierno a largo plazo
infructuosamente, enfrentándose a una importantísima reacción social.

El golpe de 1976 inicio la dictadura mas sangrienta de la historia argentina,


imponiendo el terrorismo de Estado y violando sistematicamente los derechos
36
humanos, produciendo miles de desapariciones, muertos, secuestros y exilios. La
derrota en la Guerra de Malvinas (1982) y la quiebra económica del país terminaron
de deslegitimar definitivamente a los militares.

Desde la década de 1990, en América Latina los golpes militares ya no fueron


habituales. Esto se explica por el cambio de contexto: el fin de la Guerra Fría y la
caída del comunismo, con la disolución de la Unión Soviética. A ello se le debe
sumar la tremenda caída en el poder y prestigio de las fuerzas armadas por su
accionar en las distintas dictaduras.
Sin embargo, la falta de golpes de Estado no quiere decir que los regímenes
democráticos hayan pasado a ser estables. Se han producido, de hecho, cambios
de gobierno que no han generado cambios de régimen político, a lo cual
denominamos “ interrupciones institucionales ”.
En ocasiones es el congreso el que decide poner fin anticipadamente al mandato
del presidente y nombra a un reemplazante como las destituciones de Fernando
Lugo, en Paraguay, en 2012 o la de Dilma Rousself, en Brasil, en 2016; en otros
casos tuvo que ver con movilizaciones populares ( hay ejemplos de ello en Bolivia,
Ecuador, Venezuela o en la Argentina en 1989 y en 2001).

37
Breve historia contemporánea de la Argentina 1916 - 2016
(Luis Alberto Romero) - Síntesis capítulo 3:

La restauración conservadora (1930 - 1943)

El capítulo 2 cerraba con el golpe de estado de 1930 que derrocó a Yrigoyen en su


segunda presidencia.

Periodos presidenciales:

Dictadura
● Uriburu (1930 - 1932)
Gobiernos más democráticos -democráticos-
● Justo (1932 - 1938)
● Ortiz (1938 - 1942)
● Castillo (1942 - 1943)

El capítulo se llama la restauración conservadora porque vamos a tener


nuevamente a la oligarquía terrateniente en el poder, por un golpe de estado y luego
por el voto fraudulento.

Golpe de Estado 1930

Causas:

● Crisis económica de 1929: Fue el quiebre de Wall Street que tuvo un impacto
económico mundial. Sus consecuencias fueron la caída de las
exportaciones,se retiraron los capitales norteamericanos, inflación,
desocupación y retraso de salarios.

● Senilidad de Yrigoyen

Yrigoyen ya había gobernado y a la oligarquía terrateniente (y al ejército) no le


agradaba, ellos pensaban en el Estado como algo propio que Yrigoyen había
robado. Lo toleraron durante su primera presidencia hasta 1922 y en la consiguiente
(1922 - 1928) estuvieron bastante tranquilos ya que Alvear un oligárquico
terrateniente fue presidente, pero en 1928 Yrigoyen se postuló nuevamente
causando oposición por las clases dominantes, se negaban a tolerarlo nuevamente,
lo veían como un plebeyo que no debería estar en el poder.

El día 6 de septiembre de 1030 se produjo el golpe de Estado sin mucha resistencia


(encabezado por los nacionalistas antiliberales y por debajo de ellos, los liberales)
que derrocó al presidente democráticamente electo Hipolito Yrigoyen. Así, se

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terminaba la primera experiencia democrática argentina, en medio de una crisis que
incluía el fuerte desprestigio del presidente y críticas hacia la democracia.
El general Jose Felix Uriburu asumirá como presidente provisional rigiendo una
dictadura hasta 1932.

Los sectores golpistas concordaban respecto a la represión de las movilizaciones


sociales (intervención de puertos para desarmar el control sindical, deportación de
anarquistas o comunistas, despido de empleados públicos nombrados por el
radicalismo), pero no así con respecto a que hacer una vez instalados en el poder.
Había en los sectores golpistas (ejército) dos ideologías bien marcadas:

● El Nacionalismo antiliberales (al que adhería Uriburu), que pregonaba un


elitismo autoritario y la vuelta a una sociedad jerárquica regida por un Estado
corporativo; ideología que se veía fortalecida al calor del florecimiento de
regímenes autoritarios como el facismo italiano.Es decir, planteban que la
democracia no servía, que no se le puede dar a elegir a la gente por que esta
no sabe elegir; por esto hay que reprimir, no darle opción a la población y si
es necesario hacer un golpe de Estado. Fueron los nacionalistas antiliberales
quienes durante el primer gobierno de Yrigoyen crearon la Liga Patriótica
para reprimir a los trabajadores.

● El Liberalismo (encabezado por Agustín P. Justo), que creía que la mejor


salida al golpe era por vía institucional, si bien pensaban en una democracia
en la que se mediatizara la voluntad general mediante el fraude.

Uriburu es simpatizante del facismo (que se iba desarrollando desde los años 20
-italia o la alemania nazi- se trata de un Estado totalitario) y querría llevar a cabo un
proyecto facista en Argentina pero al no haber un consenso de ideologías él no
tenía suficiente apoyo para llevar a cabo su plan, aun asi lo intenta.Agustín P.Justo
en ese entonces lo desafía a demostrar que tiene apoyo popular (requerimiento de
un Estado facista), Uriburu llama a elecciones de gobernador en 1931 donde
compiten un candidato seguidor de Uriburu con el propósito de probar que contaba
con el apoyo popular y un radical.
Este último gana las elecciones que finalmente son anuladas por Uriburu, evidencia
que Uriburu no tiene el apoyo popular.El proyecto de Uriburu muere antes de nacer.

Este mismo año (1931) se produjo un intento de golpe de Estado por parte de los
sectores ligados al radicalismo (un grupo de militares) que fracasó y tuvo como
consecuencia la proscripción del líder radical, Alvear (no se le permite presentarse a
elecciones); Yrigoyen ya no tiene participación en el ámbito político. A partir de esto,
el radicalismo volverá a la vieja táctica de la abstención electoral (hasta 1935).

Se llaman a elecciones presidenciales en 1931 donde las fuerzas conservadoras se


agruparon en el Partido Demócrata Nacional; partido que llevará a la presidencia a
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Agustín P. Justo (quien se retiró del ejército para postularse) enfrentándose
únicamente a la alianza entre el Partido Socialista y el Demócrata Progresista
(pocos oponentes,los radicales no se presentan por lo sucedido con Alvear hasta
1935). Justo gana la presidencia sin la necesidad de fraude electoral, sin embargo
aun siguen siendo ilegítimas por la proscripción de Alvear.
El gobierno de Justo (1932 - 1938) pertenece a una concordancia (alianza de
partidos, principalmente de la derecha) entre el Partido Demócrata Nacional (partido
conservador, el Partido Autonomista Nacional PAN ya no existe), la UCRA y el
partido socialista independiente (incisión de los socialistas por la derecha).
Hay un cambio de régimen político, de una dictadura a un régimen
semidemocrático.
A partir de allí, el Partido Demócrata Nacional ganará elecciones venideras con la
aplicación sistemática del fraude electoral (llamado fraude patriótico por los mismos
conservadores), a excepción de la capital en la que no se practicaba.

(Casi todos los aspectos que sucederán en el capítulo 3 serán en la presidencia de


Agustín P Justo)

Aspecto Económico

La Gran Depresión económica que se dio entre 1928 - 1930 produjo, a nivel
mundial, el cese del flujo de capitales, el derrumbe de los precios agrícolas y un
incipiente proteccionismo por parte de los países centrales, manifestado
primariamente por el control de cambios y ulteriormente en el establecimiento de la
inconvertibilidad de sus monedas.
En Argentina, con Federico Pinedo como ministro de hacienda en 1933, se tomaron
medidas económicas caracterizadas por ser intervencionistas y proteccionistas
(coincidente con el modelo económico de Keynes) y, por otro lado, por reforzar la
relación con Gran Bretaña.

Intervención del Estado - Intervencionismo económico: Eran las bases para el


nuevo modelo económico, hicieron desarrollar la industria.

● En 1931 ya se había creado el impuesto a los réditos y se estableció el


control de cambios, mediante el cual el gobierno centralizaba la compra y
venta de divisas (Es decir, los nuevos impuestos a los réditos y productos
importados hacían que fueran más caros que los del interior del país).

● Se da un fuerte impulso a las obras públicas para generar empleo.

40
● Va a haber un control de cambios (es decir, no se iba a poder comprar
libremente monedas extranjeras). En 1033 se establecieron dos mercados de
cambio diferenciado: uno oficial, regulado por el Estado que administraba las
divisas provenientes de las exportaciones agropecuarias, mientras que el otro
era libre, donde se compraban y vendían libremente.
Ejemplo: una persona quiere comprar una máquina de coser inglesa
entonces va al mercado oficial para conseguir la moneda extranjera, le dicen
que el país produce máquinas de coser y que tiene que comprar esas y sino
ir al mercado libre donde le cambian la moneda extranjera pero a un precio
mucho más alto. En el caso de que el producto requerido no se produzca en
el país el mercado oficial si le va a intercambiar la moneda.
Es decir, los mercados funcionaban en función a lo que ibas a comprar y si se
producía o no en la argentina.
Con ello, el Estado se hizo con una importante masa de recursos, de modo
que pudo establecer prioridades para vender las divisas que controlaba:
primero el servicio de la deuda externa, segundo atender las importaciones
esenciales y tercero las remesas de las empresas de servicios públicos.

● En 1935 se crea el Banco Central, en pos de regular las fluctuaciones de la


masa monetaria, así como de controlar la actividad de los bancos privados -
que participaban de su directorio-.

● Se crearon juntas reguladoras. Se apuntó a regular la comercialización de la


actividad agropecuaria, para lo cual se crearon la Junta de Granos, que
aseguro un precio mínimo para los productores (evitandoles así el pavor de
vender en el peor momento), y la Junta Nacional de Carnes, que apuntó a
mismo objetivo, aunque limitada al sector del mercado que escapaba a los
frigoríficos extranjeros.
El objetivo de las juntas era controlar la producción (por la crisis de
1929-1930 había mucha oferta y poca demanda) para evitar la caída de
precios de los productos.

Por otro lado, el cierre creciente de la economía (va a dificultar las importaciones),
los aranceles y la escasez de divisas creaban las condiciones adecuadas para
sustituir los bienes importados por otros producidos localmente. Por ello, a partir de
esta época se fue dando un desarrollo sostenido de la industria nacional por lo
menos hasta la segunda mitad de la década. No era una cuestión ideológica, sino
que no había otra alternativa en ese periodo de posguerra, por esto la oligarquía se
va a ver forzada a cambiar el modelo económico.
Así pues, se fue dando un proceso industrial de sustitución de importaciones (se
abandona el modelo económico agroexportador por dicho proceso), en el que creció
el sector textil, las industrias de alimentos, de productos químicos y metálicos
diversos. La idea era fabricar en el interior lo que antes importabamos.

41
Esto, por supuesto, tuvo como requisito indispensable el crecimiento del mercado
interno que se fue dando con la prosperidad de las décadas anteriores.
Los grandes capitales asociados al agro acentuaron su orientación hacia la
industria, en la que fueron invirtiendo diversificadamente, sin atarse a ninguna rama
en particular.

Mientras tanto, el sector agrícola no tuvo grandes cambios. El sector ganadero fue
retrocediendo respecto a la agricultura, en tanto esta no decae, pese al derrumbe de
los precios.
Aumentó fuertemente la exportación de maíz, lo cual contribuye al equilibrio fiscal de
la época, así como al desarrollo de la industria y construcción.
Fuera de la zona pampeana crecieron algunos cultivos industriales dedicados al
mercado interno, como el algodón y se ocuparon las tierras del nordeste argentino
para la producción agropecuaria.

En cuanto a nuestra relación con Gran Bretaña Se reformulan las relaciones


comerciales bilaterales con ella, pero debe considerarse que este país, presionado
por el avance de EEUU, y en el marco de la crisis económica, decide reconcentrarse
en su imperio, fortalecer sus vínculos con las colonias y dominios, y acortar en ellos
la presencia estadounidense.
En esta línea, en la Conferencia Imperial de Ottawa (1932) donde se reúnen Gran
Bretaña y sus dominios coloniales (Ej: Canadá) y se determina reducir fuertemente
las compras de carne argentina, para reemplazarlas por la de Australia.

Esto era, por supuesto, un punto de fundamental importancia para nuestra


economía.La oligarquia terrateniente entra en estado de desesperación ya que el
principal comprador de carne planea irse.
Argentina tenía, por su parte, un arma que preocupaba a Gran Bretaña. En efecto,
en este contexto de escasez de divisas, a los británicos les preocupaba la política
arancelaria argentina, así como el control de cambios que permiten discriminar las
importaciones y regular el monto de las divisas que sería utilizado para pagar el
servicio de la deuda británica, para seguir comprando sus productos o para remitir
las utilidades de sus empresas instaladas en Argentina.

En 1933, una misión encabezada por el vicepresidente Julio A. Roca negocio en


Londres el mantenimiento de la cuota argentina de carne. En virtud de esta
negociación se firmó un pacto denominado Pacto Roca-Runciman en el cual:

“Ganancias” de la argentina eran:


● Los británicos se comprometen a mantener la cuota tal como era en 1932
(aunque era muy poca la compra de carne de ese año) y a consultar a la
Argentina sobre eventuales reducciones.
● Se limitaba al 15% el cupo que podían manejar los frigoríficos nacionales
(originalmente Roca había propuesto el 25%).
42
Ganancias de Gran Bretaña:
● Gran Bretaña podría importarnos todo lo que no conseguía vender a otros
países, carbón, seda, textiles, material ferroviario viejo, etc.
● Argentina se comprometía a otorgar un tratamiento benévolo a empresas
británicas (como ferrocarriles o tranvías) en dificultades. Ejemplo: exención
de impuestos.
● Reducción de impuestos a importaciones británicas, genera una mayor
entrada a productos británicos.

Durante todo el tratado la posición de argentina era de sumisión, estaban dispuestos


a cualquier cosa con tal de que Gran Bretaña le siga comprando, fue un pacto
asimétrico.
Este tratado fue apoyado por los diversos grupos propietarios y tuvo como principal
opositor al Partido Socialista.
Asimismo surgieron conflictos entre los actores involucrados: frigoríficos, ganaderos
invernadores y criadores. En este contexto fue que se creó la Junta Nacional de
Carnes (1933).

En 1935, un legislador socialista, Lisandro de la Torre, solicitó una investigación


sobre el comercio de las carnes en el país y las actividades de los frigoríficos. De la
Torre formula una denuncia en la que también implicaba al gobierno, afirmando que
los frigoríficos, protegidos por las autoridades, no pagaban impuestos, ocultaban sus
ganancias y daban trato preferencial a algunos ganaderos influyentes, como el
propio ministro de agricultura.
Fue una denuncia que duró varios días, y en lo más violento de las sesiones que
resultó asesinado una persona por un disparo dirigido a la Torre.

El debate terminó abruptamente y si bien no tuvo solución, el gobierno perdió mucho


ante la opinión y dio pie a varios discursos que denunciaban la relación entre
Argentina y Gran Bretaña.

Pese a sus éxitos en lo económico, el régimen presidido por Justo comenzó a verse
como ilegítimo (fraudulento, corrupto y ajeno a los intereses nacionales). A partir de
1935 empezaron a aparecer signos de movilización social y política.

Desde 1933 en adelante se había comenzado a reactivarse la economía y, con ella,


la sindicalización, en un proceso que duró de 1934 a 1937.
En 1930 se había construido la Confederación General del Trabajo (CGT),el gremio
más poderoso era la Unión Ferroviaria,siendo el segundo gremio la Federación
Obrera Nacional de la Construcción; también eran destacables La Fraternidad
(trenes), la Unión Tranviaria, los municipales y los empleados de comercio. En
43
general su accionar se mostraba desapegado de la política y con una actitud (por
momentos) negociadora, lo que les permitía algunos logros parciales. Sin embargo,
cumplirían un papel en la presión para el retorno a un régimen democratico,junto
con el sector político.

La movilización desde los sindicatos fue notoria: en 1935, los obreros de la


construcción iniciaron una huelga que duró 90 días, en 1936 y 1937 hubieron
numerosas huelgas, incluyendo una efímera huelga general lanzada por la CGT.

Esto debe entenderse en el marco de una renovación de la dirigencia de la CGT


más cercana al Partido socialista y al Partido Comunista.Es decir, el anarquismo ya
había desaparecido y la conducción de los sindicatos pasó a ser principalmente de
los socialistas y comunistas.

En el sector político se va esbozando la idea de construir un Frente Popular que


integre a todos los partidos políticos opositores de los conservadores en las
elecciones presidenciales de 1937.
El Partido Comunista mismo se propone a impulsar la unidad de los sectores
democráticos, sacrificando las consignas más radicales.
Este intento se materializa el 1ro de Mayo de 1936 organizado por la CGT, al cual
asistieron todos los sectores políticos al régimen.

Esto debe pensarse al contexto internacional signado por el comienzo de la Guerra


Civil Española en 1936 que divide aguas entre por un lado, los demócratas
progresistas, radicales, socialistas, estudiantes universitarios y comunistas, y por el
otro, los conservadores liberales, los nacionalistas, los católicos y los filofascistas.
Como contraataca a este Frente Popular, las fuerzas conservadoras llaman a
aglutinarse en un mismo espacio, en pos de conformar un Frente Nacional . Sin
embargo, la idea del Frente Popular no durará mucho.
El eje de este armado político es la UCR, que en 1935 levanta la abstención
electoral y triunfa en las elecciones de diputados del año siguiente en los principales
distritos del país ( Capital, Santa Fe, Mendoza, Córdoba), consiguiendo mayoría en
la cámara de diputados y la gobernación de Córdoba.
Este intento de frente electoral fallará por tensiones entre estos mismos partidos
políticos.
Por un lado, surgirán tensiones dentro del radicalismo mismo por las nuevas
manifestaciones de sectores que reivindicaban el yrigoyenismo. El gobernador de
Córdoba, sostuvo un programa muy innovador social, en tanto que en la Capital los
opositores de Alvear constituyeron una tendencia muy fuerte, entre los cuales se
puede contar a la nueva Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina
(FORJA), fuerza preocupada por los problemas nacionales.
Por otro lado, el quiebre definitivo del frente se producirá ya más tarde, en 1939,
cuando a raíz del pacto entre Hitler y Stailin se produce una ruptura total en las
alianzas del PS y el PC.
44
Con este frente fallando, se llegará a las elecciones presidenciales de 1937 con la
fórmula de Alvear acompañada únicamente por el Partido Comunista (ya que se
encontraba en competencia con el Partido Socialista); en estas elecciones ganará la
fórmula del partido Demócrata Nacional (que pertenecía a la alianza parlamentaria
denominada Concordancia, compuesta por el Partido Demócrata Nacional, los
radicales antipersonalistas y el Partido Socialista Independiente) encabezada por la
fórmula de Roberto Ortiz Castillo -representante del conservadurismo tradicional-.
Esta fórmula ganara, de todos modos, a través de un manifiesto fraude electoral.

Hasta el momento,el gobierno de Justo había respondido a la movilización social


con represión, aplicando la ley de residencia en algunos casos, y al mismo tiempo
se manejaba políticamente con los métodos más tradicionales: intervino en la
provincia de Santa Fe (gobernado por un demócrata progresista) y avalo (en 1936)
el fraude electoral en Buenos Aires, donde ganó Manuel Fresco.
Por su parte Ortiz mantuvo una buena relación con los ferroviarios (recordemos que
la Unión Ferroviaria se constituyó como el gremio más grande), interviniendo
activamente en sus conflictos.
En una línea similar (pero ya con una perspectiva filofascista), el gobernador Fresco,
al tiempo que reprimía a los comunistas, utilizaba el poder arbitral del Estado para
fallar a favor de los trabajadores. El Departamento Nacional del Trabajo fue
extendiendo la práctica del convenio colectivo y el arbitraje estatal.
A Ortiz le resultó mucho más fácil mantener el equilibrio entre los sectores
conservadores de su partido, y los grupos nacionalistas, fuertes en la calle y en el
Ejército. Lo atrajo la posibilidad de acercarse al radicalismo y, con el apoyo de
Alvear, se propuso depurar los mecanismos electorales e instituciones (a pesar
de haber llegado al poder a través del fraude electoral el quería abolir esa forma) y
desplazar a los dirigentes conservadores de sus principales bastiones. En 1940
interviene provincias, primero Catamarca y un poco después la provincia de
BsAs;se realizan elecciones legislativas, donde gana el radicalismo y consolida su
predominio en la Cámara.

Sin embargo este mismo año Ortiz debe renunciar por enfermedad, delegando el
poder a su vicepresidente Castillo. De este modo, el intento de democratización
termina por fracasar, se vuelve al fraude.
Castillo se encargó de deshacer todo lo realizado para volver a la democratización:
en 1940, en las elecciones presidenciales, volvió a realizar un manifiesto fraude. Un
año después, por presión de los militares, Castillo disolvió el Consejo Deliberante de
la Ciudad de BsAs.

En 1939 estalla la 2da Guerra Mundial (1939 - 1945), la guerra no va a afectar


económicamente a argentina como la primera ya que al tener una economía cerrada
45
el país es mucho menos vulnerable. Argentina se mantiene neutral nuevamente
durante todo el conflicto bélico.Efectos:

● Progresivo cierre de los mercados europeos lo que implica la reducción de


las exportaciones agrícolas.

● Aumentan las ventas/exportaciones de carne a Gran Bretaña, tanto enfriada


como congelada, lo cual va a generar en la relación bilateral un saldo a favor
de la Argentina- en tanto que disminuyeron las importaciones británicas-.

● El acuerdo entre el Banco Central y el Banco de Inglaterra estableció que las


libras permanecerán bloqueadas en Londres durante la contienda, y que,
concluida esta, se aplicarían a saldar las deudas por compras de productos
británicos o a repatriar títulos de la deuda. Es decir, Argentina le vendía carne
a Gran Bretaña y esta quedaba endeudada, una vez acabado el conflicto le
pagarían lo comprado.

● En este contexto, Argentina empezó a exportar productos industriales a


países limítrofes: la venta de productos textiles, confecciones, alimentos,
bebidas, calzado y productos químicos acentuó el crecimiento industrial
iniciado con la sustitución de importaciones y el país empezó a tener saldos
favorables, incluso con EEUU.

Las exportaciones tradicionales parecían tener pocas perspectivas a largo plazo,


pero en cambio las exportaciones industriales parecían tener perspectivas
promisorias.
Sin embargo, para ello parecía necesario aumentar la intervención del Estado en la
regulación económica y un cierre de la economía local.

En 1940, Federico Pinedo, designado Ministro de Hacienda por Castillo, propone


un Plan de Reactivación Económica (primer plan a largo plazo argentino) en el
que se plantea:

● La compra de cosechas por parte del Estado para sostener su precio.

● Fomentar el crédito para estimular la construcción, pública y privada.

● Propone estimular las industrias naturales, que elaboraban materias primas


locales y pudieran exportar a los países vecinos y a EEUU. Es decir, volver al
modelo agroexportador pero de una manera diferente, se manufacturarían los
productos agropecuarios, ejemplo: en vez de vender cuero se vendería una
billetera.

46
De esta manera, se solucionaría el déficit comercial con este país, que se iría
agravando con el desarrollo de la industria local por las importaciones de
máquinas, repuestos o combustibles.

● Mantener las Juntas reguladoras

● Nacionalización de los ferrocarriles, es decir, comprarcelos a Gran Bretaña.

● Relación bilateral con EEUU (que se perfilaba como la principal potencia


mundial a fines de la 2da guerra mundial). Se trataba de una operación que
permitiría modificar los términos de la economía triangular, estableciendo una
vinculación estrecha con EEUU.
Para ello, el Estado debía movilizar el crédito privado, orientando hacia
inversiones de largo plazo,entre ellas las industriales.

El proyecto fue aprobado por el Senado, con la mayoría oficialista, pero la Cámara
de Diputados, en donde el radicalismo (que había determinado bloquear cualquier
proyecto oficial como forma de repudio al gobierno fraudulento de Castillo) no lo
trató.

Más allá de cualquier cuestión económica, y en el marco del panamericanismo, los


EEUU aspiraban a estrechar relaciones bilaterales con la Argentina. Con respecto a
la guerra no hubo, en un primer momento, ningún problema. Argentina se declaró
neutral, lo cual coincidia con la postura de EEUU.
En este momento, existían posturas diversas y opuestas entre quienes apoyaban a
los diferentes bandos y los que proponian a la Argentina que no interviniera. Terminó
primando, de manera similar a lo que ocurrió en la primera guerra, la postura
neutralista.
Ahora bien, cuando los EEUU entran en la guerra en 1942, Argentina sigue
manteniendo una postura neutral, lo cual frustra los planes estadounidenses de
unificar una postura para todos los países americanos.
Entretanto, en 1940 se había formado la Acción Argentina, dedicada a denunciar las
actividades de los nazis en el país y la injerencia de la embajada alemana. En él
participaban los radicales, socialistas, intelectuales y algunos sectores de la
oligarquía conservadora.
Al declarar Estados Unidos la guerra a Alemania y al no sumarse Argentina a su
postura, la embajada estadounidense empezó a apoyar fuertemente a los grupos
democráticos. De este modo, se fue conformando un frente que aglutinaba
simultáneamente las consignas rupturistas y democráticas.

Por su parte, el gobierno de Castillo optó por buscar apoyo entre los militares.
Durante su gobierno, la presencia de los militares fue cada vez más visible; en este
periodo se crearon la División General de Fabricaciones Militares y el Instituto
Geográfico Militar.
47
En el ejercito se venia gestando una conciencia nacionalista, que tenia como
antecedente el nacionalismo aniliberal de Uriburu. Desde esta perspectiva, resultaba
preocupante la alteración del equilibrio regional por el apoyo de EEUU a Brasil y por
la excursión de Argentina del programa de rearme (debido al neutralismo).

Estas consideraciones estratégicas demandaban el desarrollo de ciertas industrias


(industrias pesadas fundamentalmente) como la del acero, necesarias para lograr la
autarquía.
Esto sin embargo, requería un Estado activo y eficiente, capaz de unificar la
voluntad nacional, algo que parecía incompatible con el régimen fraudulento.
A partir de aquí, los sectores militares comenzaron a conspirar contra este régimen,
sobre todo por la reconstrucción del Frente Popular y la creciente presencia del
Partido Comunista en la sociedad.
Al mismo tiempo, se iba construyendo nuevamente un Frente Nacional como
alternativa por derecha.
Sin embargo, en poco tiempo fallecieron los dirigentes de los sectores democráticos:
Alvear y Ortiz (1942), Roca y Justo (1943).

Entretanto, el régimen seguía utilizando las prácticas fraudulentas: En 1941 hubo


fraude en las elecciones de la provincia de BsAs y, un año más tarde, en las
legislativas. Castillo clausuró el Concejo Deliberante, había establecido el estado de
sitio e ignoraba a la Cámara de diputados.
En este contexto, y mientras el oficialismo discutía y se divide por la elección de
quien sería el sucesor de Castillo, entre los militares surgían grupos golpistas entre
los cuales se destacó el Grupo de Oficiales Unidos (GOU).
La ruptura del orden constitucional finalmente ocurrió en un golpe de Estado del 4
de junio de 1943 (encabezado por GOU), cuando el Ejército depuso al Presidente
iniciando de este modo una nueva dictadura militar.

Es decir, las causas del golpe de 1943 fueron: una sucesión de gobiernos ilegítimos
(lo que daba como resultado poca resistencia al golpe), el crecimiento de los
sindicatos (el comunismo quería destruir el Estado burguesista) lo que generaba un
miedo al comunismo y que en las elecciones presidenciales de 1943 el candidato
conservador que iba a ganar mediante fraude tenía la intención de declararle la
guerra a Alemania a pesar de que el ejército argentino estaba en contra de esto.

El periodo entre 1930 - 1943 se denomina década infame por que empieza con un
golpe de Estado en 1930 algo ilegal e ilegítimo, que sigue con una dictadura
(Uriburu 1930-1932) donde hay elecciones ilegítimas en 1931 ya que no participan
la UCR (el partido mayoritario) por la proscripción de Alvear. Los radicales, es decir,
la UCR vuelve a participar en las elecciones recién en 1935 lo que genera
nuevamente el fraude electoral sistemático (elecciones legislativas, de gobernador,
intendentes, etc.) hasta 1943. Entre otras razones se encuentra el pacto
Roca-Runciman, etc.
48
Breve historia contemporánea de la Argentina 1916 - 2016
(Luis Alberto Romero) - Síntesis capítulo 4:

El gobierno de Perón (1943 - 1955)

Presidencias:

Dictaduras
● Ramírez (1943 - 1944)
● Farrel (1944 - 1946)
Democráticos
● Perón (1946 - 1952)
● Perón (1952 - 1955)

La revolución del 4 de Junio de 143 fue encabezada por el general Rawson, el cual
renunció antes de prestar juramento, siendo reemplazado por el general Pedro
Pablo Ramírez, quien fue ministro de Guerra en el gobierno de Castillo..
Se coincidía, en general, en que el orden constitucional estaba agotado, pero no
había un plan respecto a que hacer una vez en el poder. Esta definición generaba
expectativas y muchos esperaban algo del golpe.

El nuevo gobierno se constituyó casi exclusivamente con militares y el centro de las


decisiones estaba en el Ministro de Guerra, controlado por un Grupo de Oficiales
Unidos (GOU), que se reunía en torno de la figura de Edelmiro Farrel. (Nunca un
golpe de Estado va a ser homogéneo, siempre van a haber distintos proyectos. Ej:
Rawson renunció luego de un día por diferencias internas entre militares, siendo el
primer presidente de facto Ramirez)
Los militares en el poder coincidían en la necesidad de acallar la agitación política y
la protesta social. Para ello, tomaron las siguientes medidas: proscribieron a los
comunistas, intervinieron la CGT - por entonces dividida - , disolvieron la
organización “ Acción Argentina ” (un grupo que creía que Argentina debía declara
la guerra a Alemania), intervinieron en las universidades (dejando cesante a un
vasto grupo de profesores de militancia opositora, se temía que el comunismo
estaba dentro de las universidades) y establecieron la obligatoriedad de la
enseñanza religiosa en las escuelas públicas (así este gobierno tuvo buena relación
con la iglesia).
Todo esto dio a este gobierno militar un tinte de autoritario, antiliberal y mesiánico,
obsesionado con fundar un orden social nuevo y por evitar el comunismo. Por ello
no le fue difícil a la oposición democrática identificar a dicho gobierno militar con el
nazismo.

49
Respecto del frente externo, dentro del gobierno había tendencias rupturistas,
neutralistas y simpatizantes del nazismo. Sin embargo EEUU atacó con fuerza a
este gobierno por ser uno de los pocos renuentes en acompañarlo en la guerra
contra el eje.
Esta presión fue un desencadenante para que, a principios de 1944, Ramírez
decidiera romper relaciones con el Eje. Inmediatamente, éste fue desplazado del
cargo por parte de las facciones antiestadounidenses.

En febrero de 1944, Farrell asume la presidencia y simultáneamente el coronel Juan


Domingo Perón se convirtió en Ministro de Guerra (ya había sido secretario de
guerra).
Pocos meses después, Perón consiguió asimismo convertirse en Vicepresidente y, a
la vez, ponerse al frente de la Dirección Nacional del Trabajo (que al poco tiempo
obtiene el status de “ secretaría ”.
Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, Perón se dedicó a vincularse con los
dirigentes sindicales. Todos fueron convocados, a excepción de los dirigentes
comunistas quienes resultaron sistemáticamente perseguidos.
Al resto se les impulsó a organizarse y a presentar sus demandas. Además de
dirimir conflictos específicos - por la vía de contratos colectivos - (los convenios
colectivos dictas que los trabajadores y empleadores debían reunirse una vez al año
para discutir condiciones laborales, salarios, etc.), se extendió el régimen de
jubilaciones, de vacaciones pagas, de aguinaldos, de accidentes de trabajo
(indemnizaciones), se ajustaron las categorías ocupacionales y, en general, se
equilibraron las relaciones entre obreros y patrones.
También se sancionó el Estatuto de Peón (regula el trabajo en el campo), que
extendía estos criterios al mundo rural.
Todo esto provocaba la empatía de los trabajadores y la antipatía de los
empleadores.

Debemos recordar que durante el gobierno de Farrel se desenvolvía la segunda


guerra mundial, Estados Unidos al ver la negativa del gobierno a unirse a su
campaña va a presionar estas dictaduras.

Al mismo tiempo, (en gran medida por las medidas tomadas por Perón) la oposición
democrática empezaba a reconstituirse a medida en que se avanzaba hacia el fin de
la Guerra. La liberación de París, en Agosto de 1944, dio pie a una notable
manifestación antigubernamental y de ese modo se fue construyendo un “bloque
democratico” que reclamaba la renuncia de los gobernantes y la entrega del poder a
la Corte Suprema.
Así, acordaron formar una “Unión Democrática” que incluía a comunistas,
socialistas, demócratas progresistas y radicales. Contaba, además, con el apoyo
implícito de los conservadores.
Esta alianza quedaría sellada en la Marcha de la Constitución y la Libertad que se
realizó en Septiembre de 1945, organizada por sectores de clases alta pidiendo el
50
retorno a la democracia; iba liderada por los principales partidos políticos del brazo
del embajador de EEUU.

El ejército presionado por la opinión pública en contra del coronel Perón, forzó su
renuncia el 8 de Octubre.
El 17 de Octubre de 1945 una multitud se congregó en la Plaza de Mayo
reclamando por la libertad de Perón (luego de que este antes de su renuncia forzosa
diera un discurso sobre el aumento de salarios) y por la restitución de los cargos
que tenía. Los partidarios de Perón en el ejército volvieron a imponerse, el coronel
habló a la multitud en la plaza y volvió al centro de poder, ya como candidato oficial
a la presidencia.
Lo decisivo de este acontecimiento no fue tanto el número de asistentes sino su
composición, definitivamente obrera. La clase obrera no era un sector social cuya
presencia fuera esperada, ni por los observadores más sagaces y atentos, El 17 de
Octubre de 1945 los obreros inauguraron una nueva forma de participación y, a
través de la movilización, definieron su identidad y ganaron importancia en el ámbito
político.
Para llevar a cabo las elecciones - que se realizarían en Febrero de 1946 -, los
dirigentes sindicales crearon el Partido Laborista; este partido, junto con el Partido
Independiente y una escisión del radicalismo que se llamó Unión Cívica
Radical-Junta Renovadora formó una alianza que permitió llevar a las elecciones la
fórmula de Perón-Quijano (radical). Esta fórmula tuvo a su vez apoyo del ejército y
la Iglesia.

La Unión Democrática llevó la fórmula Tamborini-Mosca, proveniente del radicalismo


alvearista. Esta candidatura fue asociada con el embajador estadounidense Sprille
Braden, quien había marchado en septiembre junto con el bloque democratico.
De ese modo se llevarán a cabo las elecciones de febrero de 1946 en las que se
votaba “ Braden o Perón ”. Perón triunfa finalmente y llega democráticamente a la
presidencia.

En cuanto a la política exterior, el peronismo mantuvo la postura denominada


“tercera posición”, distanciada tanto de EEUU como de la Unión Soviética,
estableciendo relaciones diplomáticas con ambos.
Perón hizo todo lo posible para mejorar las relaciones con Washington, haciendo
aprobar al Congreso las actas de Chapultepec en 1946 y al año siguiente el Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca.
Sin embargo, EEUU estaba dispuesto a hacer pagar a la Argentina por su
neutralidad durante la guerra (hostilidad de Estados Unidos a la argentina por que
Perón fue parte de la dictadura que se rehusaba a participar en la guerra, y además,
era el representante de los trabajadores por lo que lo veían como un defensor del
comunismo) -cuestión que se suma a competencia en cereales y carnes en ambos
51
países -, por lo que sigue la táctica de un boicot sistemático hacia la Argentina.Las
exportaciones estadounidenses a nuestros países limítrofes hicieron retroceder
nuestras propias exportaciones;las exportaciones agrícolas en Europa fueron
obstaculizadas por EEUU (prestaba plata sin cobro de intereses, solo con la
condición de no comprar a argentina) y, en 1948, con el lanzamiento del Plan
Marshall, EEUU prohibió que los dólares aportados a Europa se utilizaran para
pagar importaciones argentinas. Desde 1949, el mercado se inundó de cereales
estadounidenses subsidiados (venta de cereales a precios muy bajos), por lo que la
participación argentina disminuyó drásticamente.

Gran Bretaña, sin embargo, no aceptó las presiones estadounidenses para restringir
sus compras en la Argentina, ya que, además de la carne, estaban en juego las
libras argentinas bloqueadas en Londres durante la guerra y las inversiones
británicas radicadas en el país.
Luego de una larga negociación se arregló la compra de ferrocarriles por un valor
similar al de las libras bloqueadas y un acuerdo sobre la venta de carne que se
pagaría en libras convertibles.

Como consecuencia de esto se redujo la producción agropecuaria y esta se dirigió


mayoritariamente al consumo interno. Por ello,se profundizó aún más el proceso de
sustitución de importaciones, creciendo -junto a las empresas industriales
tradicionales- una amplia gama de establecimientos grandes y pequeños, y aumentó
en forma notable la mano de obra industrial.
El plan económico de la primera presidencia de Perón estaba marcado por la
inspiración autárquica de los militares y se materializó en el Primer Plan
Quinquenal que debía servir para planificar la economía. (Perón quería seguir con
el modelo económico de sustitución por importaciones, seguir expandiendo el sector
industria; él habla sobre la independencia económica)
La presencia del sector industrial en la economía se advierte en el primer equipo
económico de Perón, a cuya cabeza estaba Miguel Miranda (empresario hojalatero).
Éste era el presidente del Banco Central, del Instituto Argentino de Promoción del
Intercambio (IAPI) y del Consejo Económico Social.

La política del Estado apuntó a la defensa del sector industrial instalado y a su


expansión dentro de las pautas vigentes de protección y facilidad. Éste recibió
amplios créditos del Banco Industrial, protección aduanera para eliminar
competidores externos y divisas adquiridas a tipo preferenciales para equiparse
(control de cambios). Además, las políticas de ingresos hacia los sectores
trabajadores contribuían a la expansión sostenida del consumo.

Se sancionó el IAPI que monopolizó el comercio exterior (los productos se vendían


baratos al IAPI y luego esté los vendía más caro al extranjero) ,transfiriendo al
52
sector industrial y urbano los ingresos provenientes del campo, mediante la
diferencia entre los precios pagados a los productores y los obtenidos por la venta
de cosechas en el exterior.
Además, hubo una generalizada nacionalización de las inversiones extranjeras,
como los ferrocarriles, los teléfonos, las empresas de gas y algunas compañías de
electricidad del exterior. Se dio un fuerte impulso a empresas del Estado como el
gas y a la incipiente Aerolíneas Argentinas. El Estado avanzó incluso en las
actividades industriales, no solo por la vía de las fábricas militares, sino con un
grupo de empresas alemanas nacionalizadas, que integrarón la Dirección Nacional
de Industrias del Estado (DINIE). Se mantuvieron las juntas reguladoras.
Asimismo, se nacionalizó el Banco Central, desde el cual se manejaba la política
monetaria y crediticia, y también el comercio exterior, pues los depósitos de todos
los bancos fueron nacionalizados, y al Banco Central se le asignó el control del IAPI.
Política keynesiana o Estado de bienestar.

Romero utiliza el concepto de “ cadena de la felicidad ” para definirla política


económica de Perón durante su primera presidencia. Esta “ cadena ” fue financiada,
principalmente, por las reservas acumuladas de los prósperos años de guerra y se
mantuvo hasta que aquellas se agotaron. En esos años se gastó lo acumulado
importando mucho más de lo que se exportaba; por ello, las reservas se agotaron
en subsidiar un sector industrial poco eficiente dedicado al consumo interno.

En cuanto a la organización peronista, Perón mandó a disolver todos los


nucleamientos que lo llevaron al poder para centralizar todo en el Partido Peronista,
creado en 1947. El funcionamiento del partido consistía básicamente en la
organización de las candidaturas, siendo el propio Perón el que designaba quienes
debían ser electos.

La sindicalización, escasa para 1943, fue creciendo exponencialmente alcanzando


su punto máximo hacia 1950, promovida por el Estado. La ley de asociaciones
profesionales aseguraba la existencia de grandes y poderosas organizaciones - un
sindicato por rama de la industria y una conferencia única - con fuerza para negociar
de igual a igual con los representantes patronales, pero a la vez dependientes de la
persona gremial, otorgada por el Estado.

De este modo, se daba según Romero una configuración sindical vertical y


centralizada, desde arriba hacia abajo, en la que la CGT era la responsable de
transmitir las directivas del Estado a los sindicatos.
En la base, la acción sindical conservó una gran vitalidad, por obra de las
comisiones internas de la fábrica, que se ocuparon de infinidad de problemas
inmediatos referidos a las condiciones de trabajo, negociados directamente con

53
patronos y gerentes, y establecieron en la fábrica un principio bastante real de la
igualdad..

Según Romero, la combinación de “lo conseguido y lo concedido” es reveladora de


la compleja relación establecida entre los trabajadores y el Estado peronista.
En los primeros años, hasta 1949, las huelgas fueron generosas y se generaron al
impulso de las reformas lanzadas desde el gobierno, para hacerlas cumplir o
extenderlas, siempre con la convicción de que el Estado fallaría a su favor.
En general, desde el Estado se procuró solucionar los conflictos mediante el
arbitraje y en algunos casos se optó por la represión. Desde 1947, Eva Perón, se
dedicó desde la Secretaría de Trabajo a cumplir las funciones de mediación entre
los dirigentes sindicales y el gobierno, facilitando la negociación de conflictos.
En términos generales, sin embargo, las huelgas de los trabajadores fueron
consideradas de inconvenientes a negativas. Ello fue generando que los
gremialistas que lo acompañaron en el inicio fueran alejándose, siendo
reemplazados por otros más proclives a acatar las indicaciones del líder peronista.
La relación entre Perón y el sindicalismo, en síntesis, fue compleja y negociada;
en general, los trabajadores consideraron al Estado como algo propio y, a su vez, el
Estado peronista tenía en los trabajadores su fuerza legitimadora.

Al mismo tiempo, el Estado procuraba extender sus apoyos en una amplia franja de
sectores populares no sindicalizados, con quienes establece una comunicación
directa por medio de la Fundación Eva Perón- Esta fundación creó escuelas,
hogares para ancianos o huérfanos y policlínicos; repartió alimentos y regalos
navideños; estimuló el turismo y los deportes, etc.
Las unidades básicas detectaban los casos particulares de desprotección y
transmitían los pedidos a la Fundación, donde Eva Perón atendía personalmente a
los solicitantes.

En general, el peronismo mantenía una concepción consistente en la idea de una


“Comunidad organizada” en la que primara la armonía entre las distintas partes.
El Estado, además de dirigir la economía y velar por la seguridad del pueblo, debía
ser el ámbito donde los distintos intereses sociales, previamente organizados,
negociaran y dirimieran sus conflictos.
En esta línea, aspiro a organizar a los empresarios, reuniendo en la Confederación
General Económica (CGE) a todas las representaciones sectoriales, así como
también intentó organizar a los estudiantes universitarios y a los profesionales.

Con la Iglesia tuvo un acuerdo tácito: el gobierno peronista mantuvo la enseñanza


religiosa en las escuelas, y concedió la conducción de las universidades a
personajes vinculados con el clericalismo hispanófilo; además, reservó un lugar
importante en el ceremonial público a los altos prelados.

54
Con las Fuerzas Armadas, Perón mantuvo una buena relación en los primeros
años en tanto existía una agenda común entre las Fuerzas Armadas y el peronismo,
vinculada a temas como la independencia económica, la unidad nacional y el orden
social. Además, Perón predicaba la doctrina de la “tercera posición”, alejada tanto
del capitalismo representado por EEUU, como del comunismo de la URSS y eso
agradaba a los militares. Esta relación se irá degradando con el paso de los años.

Esta línea de pensamiento respecto al Estado se basaba en modelos muy


difundidos por entonces, como el de Benito Mussolini; este modelo de Estado
implicaba una reestructuración de las instituciones republicanas, una
desvalorización de los espacios democráticos y representativos, y una
subordinación de los poderes constitucionales al Ejecutivo.

Romero destaca mucho el autoritarismo de Perón y afirma que Perón desvaloriza


los espacios democráticos. ¿Por qué?

En 1947 se reemplazó a la Corte Suprema mediante un juicio político escasamente


convincente, los jueces desplazados fueron los que apoyaron el fraude electoral en
el 30, pero aun si todo el proceso fue turbio. Se utilizó con amplitud el recurso de las
instituciones federales e hubo intervenciones federales para desplazar a distintos
gobernadores que subieron al poder a través de fraude (Romero lo veía como un
avasallamiento al poder de las provincias por parte de Perón) . Por ley, se terminó
con la autonomía universitaria, estableciendo que toda designación docente
requería de un decreto Ejecutivo (presidente). El poder Legislativo fue formalmente
respetado, pero se lo vació de todo contenido real: los proyectos se preparaban en
oficinas de la presidencia, y se aprobaban sin modificaciones: los opositores fueron
acusados de desacato, excluidos de la Cámara o desaforados. En 1951, una
modificación del sistema de circunscripciones electorales redujo al mínimo la
representación opositora en la Cámara de Diputados.
Asimismo el gobierno formó una cadena de diarios y radios, que condujo desde la
Secretaría de Prensa y Difusión. Los diarios independientes fueron presionados de
mil maneras: cuotas de papel, restricciones a la circulación, clausuras temporarias,
atentados y, en dos casos, la expropiación.
En 1949 se modificó (o más bien cambió) la Constitución, en la que se permitió la
reelección presidencial (acabando así con la última vanguardia en contra del
autoritarismo). Además se nacionalizaron los recursos naturales y todas las políticas
sociales de Perón se sancionaron como leyes.
En 1951 la fórmula Perón-Quijano sería reelegida, sacando dos terceras partes de
los sufragios -en la primera elección en la que participaron las mujeres.

Esta reorganización autoritaria y vertical se dio asimismo hacia dentro del


movimiento peronista. El Partido Peronista adoptó una organización totalmente
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vertical, donde cada escalón se subordinaban a la decisión del superior, hasta
culminar en el líder.
Este Partido fue finalmente incluido en el movimiento, junto con el Partido Peronista
Femenino y la CGT, a las órdenes del jefe supremo.
La doctrina peronista se fue convirtiendo en Doctrina Nacional, tal como quedaba
establecido en la Constitución de 1949, y se fue identificando el movimiento con la
nación en su conjunto.

En este sentido, el régimen tuvo una tendencia a “peronizar” todas las instituciones
y a convertirlas en instrumentos de adoctrinamiento, algo que se realizaba asimismo
mediante la propaganda masiva de los medios de comunicación y en la escuela.
Otro elemento destacable de esta manera de hacer política, es la organización de
movilizaciones y concentraciones, que se realizaban en días fijos y consistían en
jornadas festivas donde se expresaba la unidad de la nación mediante los “otros” de
la misma, es decir, la “oligarquía” o los “antipatria”. En estas, el líder se dirigía
directamente desde el balcón a la masa de trabajadores, a los “compañeros”.
En cuanto a la oposición política, los socialistas, apartados de toda representación
política, se dedicaron a denunciar al régimen por “nazifacista”; similar actitud
tuvieron los comunistas.
Los conservadores de a poco se fueron reconstituyendo en una línea de oposición
frontal al régimen, fundada en la defensa de la legalidad republicana.
El radicalismo, por su parte, se debatió entre los “unionistas” (aquellos que
impulsaron la Unión Democrática) y los “intransigentes”, quienes, sin renunciar a la
defensa de la Constitución y de la República, combatió al peronismo en el
Congreso, discutiendo los proyectos gubernamentales.

A partir de este proceso, se dieron grandes transformaciones a nivel social y


cultural.
Durante la época de guerra, se habían dado migraciones internas de las zonas
pampeanas más cercanas y desde el Interior - con quienes se construyó la imagen
social del “cabecita negra” - hacia las grandes ciudades, conformando así los
cinturones como el Gran BsAs. , el Gran Rosario, el Gran Córdoba.
Durante el peronismo, los sectores populares se incorporaron al consumo:
compraron ropas y calzados, radios o heladeras, comenzaron a hacer turismo;
empezaron a ir al cine, a las canchas de fútbol, etc.

El Estado facilitó el acceso a dichos bienes y a la movilidad social. Al fuerte estímulo


a la educación -particularmente en el nivel medio- se agregó la protección de
promoción de diversas actividades culturales: conciertos y representaciones
teatrales a precios populares, apertura del Teatro Colón a actividades más variadas,
y una fuerte protección a la industria cinematográfica.

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Se va dando una fuerte expansión de las clases medias, es decir, una ascensión
social, y en el ámbito de la educación, un notable crecimiento de la matrícula en la
enseñanza media y universitaria.

A la vez, se va gestando así un conflicto cultural, en el que se opuso lo


“oligárquico” (antiperonismo) con lo “popular” (peronismo); todo se divide en dos.
Por un lado se veía a la “oligarquía” como aquella que pretendía restringir el acceso
a los bienes y excluir al pueblo. Desde el otro lado, se veía con horror cómo se iba
dando una inversión popular de los espacios antaño propios.
Sin embargo, Romero explica que, a pesar de los discursos públicos del peronismo
y sus líderes entre 1946 y 1955, este movimiento no produjo cambios estructurales
sobre los intereses fundamentales de las clases dominantes argentinas; la virulencia
del discurso político y los ataques a la “oligarquía”, no se correspondieron con una
guerra social o cambios que afectarán los intereses de los grupos más poderosos
del país.Es decir, eran más discursos que realidades.
Romero afirma esto por que si bien le quita algunos beneficios a la oligarquía no los
expropia de sus tierras ni hace ningún cambio radical estructural, no hace una
reforma agraria.

La coyuntura externa favorable en la que surgió el Estado peronista comenzó a


invertirse hacia 1949: los precios de los cereales y las carnes volvieron a la
normalidad y los mercados se contrajeron, mientras que las reservas acumuladas se
agotaron, dificultando la importación de combustibles. La situación era grave, pues
el desarrollo de la industria hacia al país dependiente de sus importaciones:
combustibles, bienes intermedios como acero o papel, repuestos y maquinarias,
cuya falta deficultaba el desenvolvimiento de la industria y provocaba, finalmente,
inflación, paro y desocupación; es decir, se dio un estancamiento industrial ya que a
pesar de que argentina desarrolló una gran industria liviana se hizo una falta grande
en la industria pesada. Esta crisis llevó a la caída de Miguel Miranda, quien fue
reemplazado por un equipo de profesionales que, sin embargo, no pudo evitar que
la crisis del sector externo se repitiera tres años después, agravada por dos sequías
sucesivas en 1951 y 1952. En 1952, además, murió Eva Perón.
A pesar del gran éxito electoral alcanzado por Perón en el año 1951, apenas
iniciada la segunda presidencia, Perón mostraba una conducta errática, lo que fue
atribuido a cierto cansancio y una menor concentración en el trabajo y en la
conducción política.

Este mismo año el gobierno adoptaría un nuevo rumbo, ratificando el Segundo Plan
Quinquenal, que debía tener vigencia entre 1953 y 1957.
Para reducir la inflación, se restringio el consumo interno: fueron eliminados
subsidios a distintos bienes de uso popular, se estableció una veda parcial al

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consumo de carne y se levantó el congelamiento de los alquileres (sancionado en
1949); además, Perón hizo una apelación a la reducción voluntaria del consumo.
Por otro lado, el IAPI invirtió su mecanismo y empezó a estimular a los productores
rurales con precios retributivos, al tiempo que se daba prioridad a la importación de
maquinaria agrícola, es decir, el IAPI se distribuye hacia el campo haciendo un
progreso inverso al del primer plan y empieza a distribuir ganancias desde la
industria hacia el campo. El proyecto era aumentar la disponibilidad de las divisas
para seguir impulsando el desarrollo del sector industrial.
Por ese entonces, el estancamiento industrial era evidente. El principal problema del
sector industrial era su reducida eficiencia, oculta por la protección y los subsidios
que por distintas vías recibía el Estado. Las causa eran varias: maquinaria obsoleta,
deterioro de los servicios, como por ejemplo escasa electricidad y transportes
deficiente, además de contar con una alta proporción de mano de obra con salarios
altos.

La nueva política económica apunto a estos problemas: se restringió el crédito


industrial y el uso de las divisas, y se dio una nueva prioridad a las empresas
grandes y sobre todo industrias de bienes de capital, se activó el proyecto
siderúrgico de SOMISA (Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina) y se procuró iniciar
la fabricación de tractores y automóviles.
Los contratos colectivos de trabajo fueron congelados por dos años, lo cual fue
motor de algunas huelgas; la idea era que la gente tuviera menos plata para no
comprar industria liviana.
El gobierno puso el acento en la ocurrencia de capitales extranjeros, sancionandose
en 1953 una ley de radicación de capitales extranjeros, que si bien establecia
importantes resguardos en la repatriación de utilidades, suponía un cambio
importante en la política económica peronista.
Al mismo tiempo, se daba la entrada de grandes empresas al país, como FIAT o
Mercedes Benz y, en el marco de una visible reconciliación con el gobierno de
EEUU, se firmaba un proyecto petrolero con una filial de la estadounidense
Standard Oil (que finalmente fue rechazado por el Congreso, luego de mucha
polémica).
Los logros de la nueva política económica fueron modestos: se redujo la inflación y
se requilibrio la balanza de pagos, pero no se apreciaron cambios más sustanciales
en el agro y la industria.

Los comienzos de la crisis económica fueron acompañados de importantes


manifestaciones de disconformidad entre los sindicatos y el ejército.
En 1949 la FOTIA (que nucleaba a los trabajadores azucareros de Tucuman) hizo
huelga en dos ocasiones; el resultado fue la intervención del sindicato.
En 1950 y 1951 las huelgas fueron llevadas a cabo por los bancarios, los gráficos y
los ferroviarios. Las huelgas de estos últimos fueron vistas como un desarrollo al
régimen y terminaron con una dura represión: prisión a los dirigentes rebeldes y
movilización militar a los obreros.
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En cuanto al ejército, los problemas empezaron a surgir cuando Franklin Lucero,
nuevo ministro de ejército, se preocupó de ganar apoyo entre los oficiales y
suboficiales, lo cual generó resquemores y tensiones internas.
A su vez les preocupaba la agitación popular permanente, y les resultó
particularmente la proclamación de la candidatura a la presidencia de Eva Perón
(una mujer), en Agosto de 1951. En septiembre de ese año hubo un intento de golpe
de Estado que si bien falló sirvió de excusa para declarar el estado de guerra
interino, que se mantuvo hasta 1955. Este instrumento fue utilizado para depurar los
mandos militares de adversarios.

En los tres años finales de su gobierno, Perón tuvo una conducta errática y pareció
falto de iniciativa . lo que fue atribuido al cansancio y menor concentración en el
trabajo y en la conducción política.
En este contexto, el movimiento peronista fue burocratizado.

Romero dice que en el segundo gobierno peronista se va a dar una consolidación


del autoritarismo que va a ir generando conflictos con sectores que al principio
tenían buena relación con Perón: las fuerzas armadas y la iglesia.

Se avanzó en la “peronización” de la administración pública y la educación,


con la exigencia de la afiliación del partido peronista (para por ejemplo algunos
cargos políticos), la exhibición del “escudito” o el luto por la muerte de Eva Perón, la
donación de sueldos para la fundación y todo tipo de manifestaciones celebratorias
del líder y su esposa.
La UES (Unión de Estudiantes Secundarios) sirve como ejemplo de esta vía
autoritaria en la que se pretendia encuadrar a todos los sectores de la sociedad en
organizaciones controladas y “peronizadas”.

Este proceso también llegó a las Fuerzas Armadas, donde hubo cursos de
adoctrinamiento justicialista (se enseña el peronismo), y las promociones y
selección de jefes obedecieron a razones políticas. A su vez, los espacios de la
oposición fueron reducidos al mínimo.
En simultáneo con ese proceso, se procuraba reconstruir un espacio de convivencia
con los opositores y comenzar a dialogar.
Sin embargo, esto fue cortado cuando en Abril de 1953, mientras hablaba Perón a
una concentración, estallaron en la Plaza de Mayo bombas colocadas por grupos
opositores. La respuesta fue en la misma clave: grupos peronistas incendiaron la
Casa Radical, la Casa del Pueblo socialista y el Jockey Club, mientras la policía se
mantenia pasiva. A esto le siguió una amplia e indiscriminada detención de
dirigentes y personalidades opositoras.

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Otra razón del conflicto entre el ejército y Perón fue el rumor de la candidatura a
presidencia de Eva Perón lo que causó malestar en las fuerzas armadas
(machistas).
En 1954 se fundaba el Partido Demócrata Cristiano,lo cual marcaba el comienzo
entre el conflicto entre Perón y la Iglesia, que rápidamente culminó en su caída.
Si bien en principio se había establecido con la Iglesia un acuerdo mutuamente
conveniente, en ésta tenían lugar viejos enemigos del régimen, así como nuevos
disidentes. A ésta le molestaba particularmente el culto laico del presidente de la
nación y su esposa, y los avances del Estado respecto a la organización de los
estudiantes secundarios, es decir la formación de la Unión de estudiantes
secundarios (UES). Al gobierno, por su parte, le molestaba la intromisión de la
Iglesia al campo político.

El conflicto estalló en septiembre de 1954, cuando en Córdoba compitieron dos


manifestaciones celebratorias del día del estudiante, una organizada por los
católicos y otra por la UES.
En noviembre Perón lanzó su ataque contra la Iglesia y en diciembre se realizó una
multitudinaria procesión en Buenos Aires, lo que volvió a caldear los ánimos.
A partir de aquí, entonces, se prohibieron las procesiones, se cerraron publicaciones
católicas, se suprimió la enseñanza religiosa en las escuelas, se introdujo una
cláusula que permitía el divorcio y otra la profilaxis, se autorizó la reapertura de
prostíbulos y se envió al Congreso un proyecto de reforma constitucional para
separar la Iglesia del Estado. Muchos sacerdotes fueron detenidos y los periódicos
se llenaron de denuncias públicas contra sacerdotes.

La Iglesia, por su parte, llenó la ciudad de panfletos, mientras sus asociaciones


laicas, y en particular la Acción Católica, movilizaron sus cuadros. El 8 de junio, el
día del Corpus, se celebró una multitudinaria procesión en la que se quemó una
bandera argentina (presuntamente por orden del jefe de policía), y se acusó de ello
a los opositores católicos.

El 16 de junio se produjo un levantamiento de la Marina contra Perón, cuya idea era


bombear la Casa de Gobierno para matar a Perón, que si bien fue defectuosa,
consiguió matar a unas trescientas personas reunidas en Plaza de Mayo para
apoyar a Perón. Esto tuvo como respuesta la quema de la Curia metropolitana y
varias iglesias de la Capital
Luego de este episodio, Perón mantuvo una actitud conciliadora: concluyeron los
ataques a la iglesia, se ensayo una renovación de los cuadros dirigentes, y se llamó
a la oposición a negociar.
Sin embargo, Perón se había dado cuenta de que no había posibilidad de una
discusión democrática que lo incluyera.

El 31 de Agosto, luego de presentar su renuncia, convocó al peronismo a la Plaza


de Mayo dando un discurso de índole combativa.
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Poco después, el 16 de septiembre de 1955, estalló en Córdoba una sublevación
militar (golpe de Estado) encabezada por el general Eduardo Lonardi. Si bien no
hubo mucho apoyo por parte del ejército, tampoco había voluntad de combatir entre
las fuerzas “leales”. El golpe tuvo apoyos civiles de distinta índole, principalmente
entre los católicos. A esto se sumaba el apoyo de la marina en pleno, que amenazó
con bombardear las costas.
El 20 de septiembre de 1955, Perón se refugió en la embajada de Paraguay y el 23
de ese mismo mes el general Lonardi se presentó en Buenos Aires como presidente
provisional de la nación.

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