Hematologia Automatizada Vs Hematologia Manual
Hematologia Automatizada Vs Hematologia Manual
Hematologia Automatizada Vs Hematologia Manual
En este sentido la técnica manual para la elaboración de los hemogramas adolece de los
problemas que afectan a la mayoría de las técnicas manuales de cualquier disciplina del
laboratorio: por un lado, el aumento del volumen de trabajo en tal magnitud que atenta
contra la calidad del mismo y con el cual la práctica manual pierde credibilidad y además,
existe una demanda que precisa reportar un mayor número de parámetros que
manualmente no se alcanzaría, y los que podrían calcularse mediante fórmulas no son
confiables, ya que provienen de recuentos con volúmenes corpusculares muy altos.
Para la inclusión del método de recuento electrónico de células sanguíneas se publica
por primera vez en 1934 la técnica de conteo que se realizaba mediante la detección
fotoeléctrica de la luz dispersada. Las potencialidades de estos procedimientos no
encontraron en aquella época aplicación en la hematología. No fue hasta 1956 que se
diseñó el primer contador automático de células utilizando los modelos creados en años
anteriores. Esto representó el nacimiento del primer contador Coulter modelo A. (Fink,
2005)
Los primeros contadores celulares, aunque constituyeron un avance importante, sólo
eran capaces de realizar conteos electrónicos globales de eritrocitos y menos
satisfactoriamente de leucocitos, no obstante, marcaron la ruta para la innovación y
perfeccionamiento de varias generaciones de estos equipos.
Se trataba de instrumentos semiautomatizados, la preparación de una dilución adecuada
era una operación manual y el instrumento entonces, aspiraba la dilución ya preparada.
El beneficio se debía a que el número de células contadas era mucho mayor que en los
recuentos microscópicos, reduciendo así el error.
Tiempo después se incorporaron mejoras a la ingeniería de los contadores, la
discriminación de la población de glóbulos blancos en tres diferenciales: linfocitos,
células medias y granulocitos neutrófilos, componentes básicos de un contador
hematológico.
Surge el recuento celular de impedancia, también conocida como principio Coulter, en
honor al ingeniero Wallace Henry Coulter quien lo describió en 1956, no sólo revolucionó
la hematología, sino que inició la era de los autoanalizadores hematológicos. El método
se basa en la resistencia que presentan las células que no son conductoras eléctricas al
paso de la corriente eléctrica cuando atraviesan un pequeño orificio, conocido como
orificio de apertura que separa dos medios con diferente potencial, cada vez que una
célula atraviesa el orificio de apertura se presenta un cambio en la resistencia eléctrica
que el instrumento interpreta como un pulso que es proporcional al volumen del líquido
electrolítico desplazado.
Bajo estas circunstancias, el número de pulsos generados indica el número de partículas
que pasan a través de la apertura, la amplitud de cada uno de los pulsos es proporcional
al volumen de cada una de las partículas. El pulso se amplifica y se compara con los
canales internos de tensión de referencia que, únicamente acepta pulsos de una amplitud
determinada. (Romero Artaza & Díaz de Domingo, 2000)
Mediante un software se construye un gráfico conocido como histograma, obtenido a
partir del número y tamaño de los pulsos. La distribución y el tamaño de los mismos
permiten identificar las poblaciones celulares y los coeficientes de variación de cada una
de ellas.
Es así como las pruebas de laboratorio rápidas, precisas y relevantes son esenciales en
una era de medicina veterinaria rentable. El conteo sanguíneo completo (CBC por sus
siglas en inglés complete blood count) manual de rutina es una prueba laboriosa que
carece de reproducibilidad. Los nuevos instrumentos automatizados, ofrecen precisión y
exactitud de última generación en el recuento de más de 10000 células por muestra de
sangre, debido a que estos métodos nos proporcionan gran variedad de datos que no
son recopilados por un conteo manual, entre estos tenemos el RBC, WBC y plaquetas,
así como histogramas que caracterizan los datos hematológicos. Siendo aún el examen
morfológico de frotis de sangre anormal la piedra angular del diagnóstico tanto en la
hematología nueva como en la antigua.
Así mismo, la automatización en hematología ha introducido mejoras en todos los
aspectos del área, como ser:
Manejo de muestras: disponen de autosamplers, agitadores y nuevos dispositivos
de toma de muestras que agilizan la gestión y procesamiento.
Introducción de pantallas touch screen, conectividad y múltiples puertos, para
facilitar la entrada y salida de datos del contador hematológico.
Mantenimiento remoto del instrumento mediante internet.
Software que permiten la incorporación de nuevos parámetros.
Programas de calidad interlaboratorial.
Mejor control de los resultados: utilizan las guías de consenso de la ISLH
(International
Society for Laboratory Hematology).
Nuevo enfoque para el manejo de reactivos: algunos equipos han implementado
reactivos concentrados para minimizar el recambio.
Tinción y visualización: varias marcas han lanzado instrumentos que permiten la
realización y la tinción de los extendidos de sangre periférica.
Equipos Modulares: la posibilidad de acoplamiento de dos o más contadores
hematológicos, módulos preanalíticos, equipos para la tinción de láminas y
equipos para la visualización de las mismas, permite hoy en día automatizar de
forma completa todo el proceso para la elaboración de un hemograma completo.
Conocer y comprender las tecnologías actuales disponibles en el mercado, nos permite,
por un lado, trabajar mejor, informando con conocimiento acabado del tema pudiendo
sugerir nuevos parámetros indicadores de diagnóstico o tratamiento al cuerpo médico; y
además conocer cuál es la oferta del mercado para comparar y elegir no bajo la presión
del oferente de turno sino bajo la premisa de las necesidades propias. (Alegre., 2015)
Por otro lado, para nadie es un secreto que una hematología automatizada puede
acarrear consigo errores a la hora de su lectura que pueden ser la grasa, valores de
WBC muy elevados, pacientes con interacciones medicamentosas y pacientes que
cursen con procesos fisiológicos interferentes en los buenos resultados de una biometría
hemática, ya ahí juega un papel fundamental el clínico, el recibe al paciente y lo remite
a hacerle este tipos de exámenes, si para él un resultado no concuerda con lo que fueron
sus diagnósticos presuntivos o diferenciales, no se debe confiar en los resultados de la
hematología automatizada.