Revista Atticus 12

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Atticus: Nombre del personaje de la novela

“Matar un ruiseñor” de la escritora Harper Lee. Fue


llevada al cine protagonizada, magníficamente, por
Gregory Peck. Atticus Finch representa los valores
de un hombre tolerante, justo, recto que hace lo que
debe para mantenerse firme en sus convicciones con
honradez y valentía.

Atticus: es el acrónimo de las artes liberales:


danzA, arquiTectura, pinTura, lIteratura, Cine,

Portada realizada por José Miguel Travieso.


escultUra y múSica.

Atticus: es la morada de los dioses que suele es-

© 2010 Octubre Revista Atticus


tar ubicada en el último piso de las insulae y que solían

Contraportada: Montaje RA
disponer de un solarium para el solaz regocijo de su
moradores.

Atticus: Revista o punto de encuentro o solarium.

Bienvenido lector. Tienes ante ti el número 12 de REVISTA ATTICUS.


Una revista hecha con mucha dedicación, esmero y cariño. Esperamos que esta publica-
ción sea un vínculo de unión entre personas a las que les gusta disfrutar y promover el arte.

Medio Ambiente. R.A. es una publicación electrónica. Antes de im-


primir TODA la revista piensa si es eso lo que quieres, si necesitas leer
todas las páginas. Piensa que puedes seleccionar las hojas que quieras im-
primir. Y si encima lo haces por las dos caras, mucho mejor. Estarás contri-
buyendo a hacer un mundo sostenible, es una responsabilidad de todos.

Vista desde las instalaciones de la sucursal en Cádiz donde Revista Atticus ©


REVISTA ATTICUS admin@revistaatticus.es
tiene grandes amigos y colaboradores, en un momento de un www.revistaatticus.es
buen día de julio.

2 Revista Atticus
Número 12
Octubre 2010

Sumario
Sumario
03
Fotodenuncia
04
Editorial
06
Humor Gráfico
07 Por Andrés Faro
y otros artistas.
Escultura en terracota 8
09 El Belén napolitano,
Un ritual lúdico para iniciados.
por José Miguel Travieso
Escultura barroca en España
20
La exposición Lo sagrado hecho real nos da la
oportunidad de echar una amplio vistazo por uno de los
1600 - 1700 momentos más productivos y extraordinarios del arte
por Luis José Cuadrado español, el Siglo de Oro.
Costus, dos gaditanos en la movida
35
Dos pintores, Enrique Naya y Juan Carrero
formaron este singular grupo.
madrileña
por Gonzalo Durán López
Urban Glass House
Philip Johnson y los edificios de
40 Philip Johnson proyectó esta singular
casa donde pasó buena parte de su vida. 3
cristal Fue el encargado de construir las Torres
por Juan Diego Caballero de Europa (KIO).

Revista Atticus
El beso en la historia del arte
por Luis José Cuadrado Gutiérrez 46 Tercera entrega del Beso en la Historia del
Arte. Esta vez abordamos las muestras en
Esther Bengoechea la fotografía..
Catalina de Aragón y Castilla
Reina de Inglaterra
54 Artículo sobre una de las seis esposas de
Enrique VIII
por Josep María Osma Bosch
Historia de la música clásica Ya podemos “escuchar” música mientras leemos la
por Manuel López Benito 59 revista gracias a esta extraordinaria iniciativa.

Los tres últimos días de Fernando Pessoa Excelente ensayo sobre el genial escritor
por Mª del Rosario Martín Muñoz 66 portugués
Los libros ¿futuro incierto? ¿Está en peligro el libro impreso? Una
Por Marina Caballero
72 particular reflexión sobre este actual tema.
La ciudad del tac… tac… tac…
75
Desde San Martín de los Andes, en la
por Ana María Manceda Patagonia nos ha llegado este relato.
Microrrelatos
77
Selección de microrrelatos.
por Daniel Sánchez y David Moreno
Enemigos íntimos
80
Llosas y Gabo por Miguel San Millán

Poesía
82
Selección de Manolo Madrid

Hay que acabar con él


84
Relato de Enrique Arias Vega

Por los Arribes del Duero


86
Una ruta en Villadiergua de la Ribera
Por Jesús Santos
Jesús Trapote en Val de San Lorenzo
89
Una jornada por la Maragatería

Selección de fotografías
98
ONGD PUENTES
101
Comprometida con el desarrolla humano en
algunos países de África y América Latina.
tar, Hungary, taken on Tuesday, Oct. 5, 2010. (AP Photo/MTI, Gyoergy Varga)
FOTODENUNCIAF Atticus
An aerial view of the red mud covering streets and neighborhood of Kolon-

MAL en Hungría

Y
a es mala baba que una empresa que se hemerotecas vemos mucha similitud en ambas situa-
llama MAL (Sociedad Magiar para la Pro- ciones. ¿Creen ustedes que han pagado por aquel de-
ducción de Aluminio) cause tanto mal. La sastre? Y ¿por el de ahora en Hungría?
verdad es que no hace gracia y no es para
jugar. Ni tan siquiera para jugar para aquellos que lo Y si echamos la vista un poco mas allá descubri-
hacemos con las palabras y disfrutamos tanto con ello. mos otro incidente que tiene que ver con el ahorro en
las medidas de seguridad y en definitiva con la avaricia
Una balsa de residuos tóxicos se rompe. Su rotura empresarial y su obsesivo afán de lucro: los mineros
provoca una gran vertido de desechos químicos tóxi- atrapados bajo tierra en Atacama (Chile). Si se hubie-
cos y corrosivos. Arrasa con todo, contamina la Tierra ran hecho las cosas bien las medidas de seguridad hu-
y mata animales y flora sin piedad. bieran costado un 10 por ciento de lo que al final ha
costado. Si por lo menos el vertido sirviera para tomar
Una vez más este tipo de empresas se saltan a la conciencia y que no se vuelve a repetir. Si por lo menos
torera las más mínimas y elementales medidas de se- lo de los mineros sirviera para algo y se aseguran las
guridad porque tal vez esto supone invertir un dinero. instalaciones y esto no volviera a suceder. Pero parece
Un dinero que no tienen pensado perder en su afán que no va a servir para nada como así sucedió antes.
desmedido de ganar. ¡Cuánta avaricia! Y no escarmen- ¿Cuánto mal es necesario para concienciarnos de que
tamos. Un vertido muy similar se produjo aquí bien solo tenemos una vida y un planeta?
cerquita de nuestras casas: la balsa de Bolidén en Az-
narcóllas. ¿Se acuerda? Seguro que si consultamos la
4 Revista Atticus
E
sta foto me ha llamado la atención por A veces, la respuesta policial a estas manifesta-
la tensión que se respira. Podía haber ciones se combate con excesivo celo llevándose por
elegido otra, de la muchas que hay so- delante a inocentes participantes. Pero también es
bre las huelgas generales en Francia, muy cierto que a veces, ocultos en la muchedumbre
donde los disturbios son muy evidentes. Pero la ele- se hallan verdaderos profesionales de reventar estos
gida parece ser la calma que precede a la tempestad. actos, donde el pillaje es su moneda corriente y el acto
Un joven se enfrenta a pecho descubierto a un gen- vandálico su verbo, actuando bajo signos de estética
darme pertrechado al más puro estilo robocop. El jo- ultra y nazi. Destrozan el mobiliario urbano, asaltan
ven parece esgrimir su mirada arrogante como única tiendas, vuelcan coches, incendian contenedores y así
arma. Hasta podemos oírle decir ¿qué pasa, de qué podíamos seguir con una lista larga de desmanes. Y
vas? Todo hace pensar que luego la cosa desembo- entonces lo que parece ser una buena causa se con-
có en carreras de los manifestantes y diferentes actos vierte en un sin sentido, en una exaltación de la vio-
vandálicos. lencia y ya no tiene razón de ser la protesta.
Pero no solo es en Francia donde las revueltas po-
pulares acaban en violentas refriegas. Últimamente se
prodigan con exceso por todo la geografía internacio-
nal al amparo de la globalización.

Huelga general en Francia


A French high school student faces riot gendarmes during a student demonstration
at the Place de la Republique in Paris October 19, 2010. (REUTERS/Gonzalo Fuentes)

Revista Atticus 5
Editorial
Número
Acudimos a otra nueva cita y con esta se cumple una docena.
Con algo de retraso sale este nuevo ejemplar que tienes ante

Revista Atticus
ti. El motivo del retraso no es otro que la preparación de un
número en edición impresa, el UNO, que tenemos previsto que
salga al mercado a mediados de diciembre.
José Miguel Travieso continúa con su entrega de la Escul-
tura en terracota. Esta vez aborda uno de los temas que atraen a grandes y a pequeños: el Belén napolitano. La exposición
Lo sagrado hecho real ha sido un autentico éxito de afluencia de público en Valladolid. La cita fue objeto de un merecido
especial monográfico, el número 2, que se encuentra disponible en la Web para su descarga. Aprovechamos la ocasión
y ahora hemos incluido un reportaje centrándonos en la Escultura en el siglo XVII. Damos la bienvenida a Gonzalo
Durán que nos hace un curioso reportaje sobre una pintura algo más desconocida de la que estamos acostumbrados
a ver: Costus, dos gaditanos en la movida madrileña. Desde aquí le damos las gracias y os animamos a que visitéis su exce-
lente blog. Juan Diego Caballero acude fiel a su cita con una entrega que se puede considerar como la continuación
a la que abordamos en el pasado número: Urban Glass House, Philip Jonson y los edificios de cristal. Seguimos con El beso
en la Historia del Arte en esta ocasión nos hemos fijado en la fotografía. Luis José Cuadrado y Esther Bengoechea
son los coautores del reportaje. Catalina de Aragón y Castilla, Reina de Inglaterra es obra de Joseph Mª Bosch un tema
de actualidad gracias a una serie televisiva. En el pasado número 11 se sumó a nuestro rico plantel de colaboradores
Manuel López Benito autor de unos de los mejores blogs en su género, la música clásica. Ahora es cuando cristaliza
esa colaboración. Por un lado tenemos los textos en nuestra revista y por otro lado tenemos un enlace que nos lleva
a los fragmentos musicales. Es decir, que podemos estar leyendo en nuestra casa y a la vez escuchar la música que se
cita en los textos. Esperamos que os guste esta iniciativa. Comenzamos la serie con Los orígenes de la música clásica. Una
mención especial también la merecen todos aquellos que nos estáis mandándonos vuestros textos. Así a los nombres
de Manolo Madrid y Marina Caballero ya habituales entre nosotros tenemos que unir los de Ana Mª Manceda,
Daniel Sánchez y David Moreno (gozosos microrrelatos), Miguel San Millán y Enrique Arias Vega (otro ha-
bitual colaborador). Especial atención merece el ensayo sobre la figura de Fernando Pessoa realizado por María del
Rosario Martín. Los Arribes del Duero es el lugar que nos propone Jesús Santos. Un poco más allá, Val de San Lorenzo
es un pueblo maragato con mucho atractivo en su batán Jesús Trapote realizó una exposición de sus escultura más
pequeñas. Y hasta allí nos fuimos siguiéndole la pista. También estamos encantados con contar con grandes fotógrafos
en Revista Atticus. Acuden a este número Rogelio García, Jesús González, Chema Concellón, Pablo Díaz, Luis
Raimundo García, Alicia González y Jesús Arenales. Cierra el número un espacio que cedemos con mucho gusto
a la ONGD PUENTES una asociación que viene realizando su trabajo para el desarrollo humano en algunos países
de África y Latinoamérica.

Luis José Cuadrado Gutiérrez


Editor de Revista Atticus
luisjo@revistaatticus
www.revistaatticus.es
NOTA DE LA REDACCIÓN: Si estás interesado en recibir un ejemplar de Revista
Atticus UNO (10 euros) manda un correo electrónico con tus datos a admin@revistaatticus.es

6 Revista Atticus
Humor Gráfico
por A. Faro

Gentileza de A. Faro
www.e-faro.info
Andrés Faro Lalanne
Dibujante desde que tiene uso de razón y hasta
que la pierda. Vino al mundo en Salas de los Infan-
tes, en tierras del «Mío Cid», el año 1965.
Desde 1997 es el encargado del chiste en el «Diari
de Tarragona», decano de la prensa española.

Revista Atticus 7
Humor Gráfico

1 2
1 - El Roto, publicado en El País el 20 de
septiembre de 2010
2 - Fontdevila, publicado en Público el 14
de septiembe de 2010
3 - Medina, publicado en Público el 4 de
septiembre de 2010
4 - Forges, publicado en El País el 26 de
agosto de 2010
5 - Elrich, publicado en El País el 16 de
septiembre de 2010
3

5
Medina
4

8 Revista Atticus
Escultura
EL BELÉN NAPOLITANO,
un ritual lúdico para iniciados
por José Miguel Travieso

Belén Cuciniello
Museo de la Cartuja de San Martino, Nápoles.

P
Escultura en Terracota 8 ara continuar la serie dedicada a la es-
S. XVIII cultura realizada en terracota vamos
a referirnos a una modalidad artística
que, trascendiendo su componente
artesanal, se consolidaría en la ciudad
de Nápoles en el siglo XVIII, donde la representación
tradicional del belén conocería una total transforma-
ción al abandonar el primitivo referente devocional im-
plantado por San Francisco para pasar a convertirse en
un divertimento elitista de carácter netamente profano,
alentado por el gusto por los espectáculos, el afán de
pompa social y el coleccionismo desmesurado por par-
te de reyes, aristocracia y burguesía enriquecida.

Revista Atticus 9
El fenómeno se inicia en el siglo XVII, cuando se
abandonan las pautas escultóricas en madera o piedra
aplicadas a las escenas de la Natividad, generalizadas en
la mayoría de las regiones italianas, pasando a incorpo-
rar figuras de pequeño formato producidas en terraco-
ta, que permitieron disponer en residencias particulares
de belenes similares a los que recibían culto en iglesias
y conventos. Se pueden establecer dos fases en este
proceso. En un primer momento se recurre a la elabo-
ración de pequeñas figuras de vestir, con la cabeza y el
tronco tallados en una sola pieza, brazos y piernas ar-
ticulados y vestidos reales con vistosa pasamanería, del
mismo modo que las bambolas para niños. Después, y
a lo largo del siglo XVIII, la composición de las figuras
adopta un prototipo definitivo de acuerdo a un com-
plejo proceso de ejecución basado en el método de en-
samblaje, por el que los pequeños maniquíes disponen
de un tronco de alambre maleable recubierto por hilos
de estopa, con extensiones para brazos y piernas, que
permite con su flexibilidad adoptar cualquier postura
de la anatomía humana. A este sólido armazón se fijan
las cabezas, manos, pies y vistosos vestidos en tela real
sujetos por alfileres imperceptibles.

La parte más destacada de las figuras, que reciben


el nombre genérico de pastori, independientemente del
personaje que representen, son las testinas o cabezas,
modeladas en arcilla y pasadas por el horno, que reci-
ben un acabado policromado a base de veladuras apli-
cadas al óleo y a las que se incorporan diminutos ojos
de cristal, siguiendo una técnica que alcanzó un alto

10 Revista Atticus
grado de depuración al cabo del tiempo, lo que per-
mitía conseguir carnaciones mórbidas muy realistas.
La testina se extiende en unos cuatro centímetros a la
altura del pecho y dos por detrás formando la pettiglia,
que va provista de unos orificios que permiten amarrar
con firmeza la cabeza al tronco con cordones. Es en el
interior de la pettiglia donde muchas piezas aparecen fir-
madas y fechadas por sus autores mediante incisiones.

Estas cabezas eran realizadas por grandes maestros


escultores residentes en Nápoles, muchos de ellos vin-
culados a la Real Fábrica de Porcelana de Capodimon-
te, que hicieron geniales creaciones que oscilan desde la
belleza idealizada de ángeles, vírgenes y mujeres geor-
gianas participantes en el cortejo de los Reyes Magos,
hasta un vasto catálogo de rasgos faciales tomados del
natural, inspirados en etnias orientales y en la sociedad
napolitana del momento, en los que se llegan a incluir
taras, defectos físicos y signos de enfermedades.

Junto a la cabeza y la disposición articulada del


cuerpo, el trabajo de las manos completa la expresi-
vidad a través del gesto. En un principio fueron talla-
das en madera, pero finalmente también se elaboraron
en terracota, presentando la peculiaridad de tener los
dedos dispuestos para desarrollar una actividad con-
creta y presentar características diferenciadoras para
hombres, mujeres y niños, siempre realizadas con una
calidad virtuosa y ademanes delicados de aire galante
propios del Rococó.

Revista Atticus 11
Las piernas aparecen modeladas de pies a rodillas y ellos elaborados por artistas especializados.
contribuyen a la identificación del personaje, de modo
que la variedad es ingente, desde simples pies descalzos Un componente muy atractivo de las figuras napo-
a una innumerable modalidad de zapatos, botas, sanda- litanas son los vestiti o vestiduras que definen la con-
lias, polainas, harapos, etc. En las plantas de los pies lle- dición social del personaje. Están aplicadas de modo
van practicados unos orificios para que, sin necesidad selectivo con tejidos de diferentes texturas hasta con-
de peanas, se puedan sujetar sobre clavos colocados en figurar cinco tipos de diseños: aquellos de tipo bíblico
la base del decorado. tradicional en los personajes sagrados, los trajes de fae-
na de campesinos, pastores y pescadores, los trajes tí-
Todas las figuras adoptan como medida convencio- picos de las regiones del reino de Nápoles, la indumen-
nal la Terzina, es decir, unos 38 centímetros, aunque taria realista de comerciantes, artesanos y burgueses,
algunas se reducen a 20 para remarcar el sentido de entre ellos los mezzocarattere, burdos campesinos enri-
profundidad colocadas en la escena. También convie- quecidos, que siguen una moda de influencia francesa,
ne resaltar la presencia de figuras, siempre escasas, que y finalmente las pintorescas y sofisticadas vestiduras de
no siguen la modalidad de maniquí de vestir, sino que las figuras integrantes del séquito de los Reyes Magos,
están modeladas en su integridad con desnudos de con gran influencia de la estética dominante en el Im-
gran calidad. Son las academias, así llamadas por recor- perio Otomano. Para la confección de trajes de figuras
dar los trabajos en las prestigiosas instituciones de la del belén se llegaron a fabricar tejidos especiales en la
época como paso previo a esculturas de mayor escala. Real Fábrica de Tejidos de San Leucio, próxima a Ca-
Siempre representan a mendigos, ciegos o monjes in- serta. Asimismo, a muchas figuras les eran aplicadas
digentes. joyas en miniatura elaboradas de forma personalizada.

Junto a la elaboración escultórica de pastori, el belén En un intento de representación del mundo real,
napolitano integra otros cuatro componentes impres- no podía faltar la presencia de animales, cuyo aspecto
cindibles: los vestiti o vestiduras, las figuras de animali, veraz obedece a un proceso de investigación científica
los finimenti o accesorios y el plastico o decorado, todos alentada por una mentalidad racional propia de la Ilus-

12 Revista Atticus
El belén napolitano

tración. Las figuras presentan un minucioso realismo teriales que en la vida real, sorprendiendo los trabajos
en el que ejercieron una gran influencia algunos pinto- de vidrio soplado, los trabajos en filigrana de plata y las
res de género, tales como Rosa da Tivoli o Domenico incrustaciones de toda clase de materiales preciosos.
Brandi, aunque en algunos casos los modelos eran to- Les acompaña una reproducción realista de productos
mados del natural, incluyendo las especies salvajes del comestibles, unos realizados en barro y otros en cera,
jardín zoológico del rey. siempre ricos en matices.

Entre la variedad de animales aparecen tres tipos El plastico constituye la escenografía básica y era en-
diferenciados. En primer lugar, aquellos utilizados para cargada a notables arquitectos que daban nombre al
el trabajo, el pastoreo y las aves de corral. Entre ellos se belén por ellos montado. Suele adoptar una disposi-
encuentran caballos, mulas, vacas, cerdos, rebaños de ción en gradas para facilitar la visión de diferentes es-
ovejas y cabras, conejos, pavos, patos, gallinas e inclu- cenas superpuestas y repite una serie de lugares comu-
so aves de caza como perdices, aunque posiblemente nes, como aledaños de la ciudad, calles y plazas. Exige
es más llamativa la presencia de búfalas, cuya leche es la presencia de una serie de componentes diferencia-
la materia fundamental para la elaboración tradicional dos cuya colocación es arbitraria. Suele ser constante la
de mozzarella. Otro grupo lo integra una variedad de presencia del masso, conjunto de caminos que serpen-
animales callejeros, tales como perros, gatos, palomas tean por valles en los que se incluyen ríos y puentes.
y pájaros, todos ellos pululando por los ambientes de A veces adopta la forma de scoglio, paisaje abrupto de
la ciudad en búsqueda de alimentos. Un último grupo peñascos en que se ubican las escenas pastoriles, repre-
presenta animales salvajes y exóticos, siempre vincula- sentaciones de establos o la Santa Gruta.
dos al cortejo real, entre ellos caballos de raza árabe,
camellos, elefantes, leones, monos, pavos reales, faisa- De forma constante aparecen la fuente y el pozo, la
nes, etc., que contribuyen a crear la fantasía de la exis- posada en el entorno del mercado, en alusión al malo-
tencia de mundos idílicos poblados de animales fantás- grado peregrinaje de María y José, que siempre está re-
ticos y riquezas. lacionada con el alimento material, y la gruta o templo,
siempre en lugar destacado como centro de alimento
Los finimenti o aparejos se constituyen uno de los espiritual al cobijar el Misterio. Cuando aparece la mo-
principales alicientes del belén napolitano. Aparecen dalidad de gruta, suele estar organizada a dos niveles,
como un repertorio en miniatura de todos los obje- reservando las cavernas inferiores para la colocación
tos, utensilios y productos que ofrecía la vida urbana de figuras de diablos, que son vencidos con el naci-
y rústica del siglo XVIII, desde ajuares domésticos a miento de Cristo. A partir de los descubrimientos de
piezas suntuarias representadas en alfombras, palios, Herculano (1738) y Pompeya (1748) el fervor por la
ánforas, cofres, collares, armas e instrumentos musica- arqueología transmutó la gruta en un suntuoso templo
les, todas ellas elaboradas a escala con los mismos ma- romano en ruinas, realzado por abigarradas formacio-

Revista Atticus 13
14 Revista Atticus
El belén napolitano

nes angélicas, elemento que asimiló el simbolismo del Es precisamente el gusto por el teatro y los espec-
fin del paganismo con la llegada de Cristo. táculos en el Nápoles dieciochesco lo que va a definir
la composición del peculiar belén napolitano, que llega
Las construcciones del caserío suelen reproducir a incorporar con inusitada normalidad al componente
modelos de arquitectura popular repletos de anacronis- sacro del belén una serie de escenas mundanas que de-
mos, reservando un espacio para el cortejo de los Re- jaron de tener sentido en marcos religiosos. Todo tiene
yes Magos que convierten el entorno en un auténtico su origen en La Cantata dei Pastori, obra compuesta en
zoco de mercadería por el que deambulan pintorescos 1698 por Andrea Perrucci (1651-1704), una composi-
soldados, bandas de músicos uniformados y elegantes ción teatral que narra las vicisitudes de María y José al
arménides o georgianas. El elemento de unión entre viajar a Belén para realizar su empadronamiento. En
unas y otras escenas lo establece el cammino, integrado la trama se incluyeron luchas de ángeles y demonios,
por figuras e instalaciones. Finalmente hemos de refe- un azaroso escribano llamado Razzullo y finalmente un
rirnos a los fondos pintados por pintores profesiona- barbero chiflado de nombre Sarchiapone, predominan-
les, bien con motivos paisajísticos de gusto rococó o do las escenas cómicas, las expresiones vulgares y el
con simples celajes, incluso con anacrónicas vistas de la predominio del argumento profano sobre el religioso,
bahía de Nápoles. Se tiene constancia de casos en que siempre en clave cómica y popular, aunque en la repre-
el plastico era reforzado con la colocación de espejos y sentación todo confluía en la escena final de la adora-
botellas coloreadas en las que se introducían velas para ción del Redentor.
reforzar el efecto teatral.
El mismo espíritu de esta obra, que llegó a ser pro-
Venimos utilizando una serie de términos en letra hibida por la autoridad eclesiástica, se materializó en la
cursiva que nos ayudarán a comprender que el belén composición del belén, dando lugar a la aparición de
napolitano se llegó a convertir en un auténtico ritual escenas de corte costumbrista, identificadas con la vida
para iniciados, similar a lo que ocurriera en ese mismo cotidiana de Nápoles, junto a otras referidas a cabalga-
tiempo con la ópera, incorporando un componente tas de monarcas orientales, que prevalecieron sobre el
teatral muy del gusto de una sociedad que se entregó a componente religioso del belén, dejando relegada la es-
la construcción de grandes teatros como nuevos tem- cena del Nacimiento a un segundo plano, con la pecu-
plos de ocio y cultura, especialmente aficionada al bai- liaridad de convertirse en un pozo inagotable de incor-
le, las mascaradas y las cabalgatas, en definitiva, a todo poración de figuras, lo que se tradujo en un exacerbado
lo que tuviera que ver con el espectáculo. afán de coleccionismo y dio lugar a la aparición de una
auténtica industria napolitana a la que se dedicaban nu-
Revista Atticus 15
merosos talleres. Esta fue la causa de que la presencia
de este tipo de belén fuese rechazado en las iglesias por Este belén tan diferenciado en su contenido a los
ser considerado un “teatrillo mundano”. de otras regiones y países, puede considerarse como el
producto más característico de ciento cincuenta años
El belén napolitano agrupa cuatro espacios impres- de arte napolitano y fue especialmente propulsado por
cindibles: el ambiente rústico en el que se representa el el monarca Carlos VII, coronado en 1759 como Car-
Anuncio a los pastores, un caserío urbano cuyo centro los III en España. Heredando la tradición paterna, y
es la Posada presidiendo la frenética actividad del mer- junto a su esposa María Amalia de Sajonia, convirtió
cado, un espacio urbano o a extramuros por el que dis- el montaje del belén en una de sus aficiones preferidas,
curre el cortejo de los Reyes Magos y la gruta o templo en un pasatiempo de moda, siendo imitada la tradicio-
clásico en ruinas acogiendo a la Sagrada Familia. En nal exhibición palaciega por aristócratas y burgueses
ocasiones estas escenas pueden aparecer por separado hasta consolidarse la costumbre de ser presentados en
montadas en el interior de un tipo de vitrina denomi- sus salones por las “grandes familias” como signo de
nada scarabattola. A pesar de todo, presente en cada uno prestigio y alta posición social, con casos extravagan-
de los apartados citados, el principal protagonismo del tes como el del príncipe de Ischitella, que tratando de
belén napolitano es la fiesta gastronómica, representa- epatar llegaba a incorporar deslumbrantes joyas en el
da al límite por la presencia de todo tipo de comidas y cortejo de los Reyes de su célebre belén, que era visita-
bebidas que adquieren un simbolismo de revancha del do por miembros de las casas reales.
pueblo miserable ante la carencia alimenticia converti-
da en enemiga secular, de modo que, al menos una vez En la producción de figuras tan demandadas tra-
al año, por Navidad, el pueblo podía sentirse saciado bajaron prestigiosos escultores activos en Nápoles,
ante aquella fantasía, de igual manera que se saciaba el algunos de ellos vinculados a la Real Fábrica de Capo-
espíritu con la conmemoración del Nacimiento. dimonte, que crearon modelos muy personales que se-

16 Revista Atticus
El belén napolitano

Revista Atticus 17
rían copiados y repetidos. Entre la larga nómina
destacan los nombres de Giuseppe Sanmartino (1720-
1793), el mejor de todos ellos, creador de piezas de
extraordinaria originalidad y verismo, Francesco Cele-
brano (1729-1814), autor de característicos tipos popu-
lares con facciones muy reconocibles, Lorenzo Mosca
(1720-1793), Angelo Viva (1748-1837), Salvatore di
Franco, Giuseppe Gori, Giuseppe da Lucca, Frances-
co y Nicola Vassallo, Nicola y Eduardo Ingaldi, Giovan
Battista Polidoro, los especialistas en animales Fran-
cesco Gallo, Carlo Amatucci y hermanos Schettino, el
autor de refinados instrumentos Antonio Vinaccia, el
orfebre artífice de lujosos recipientes Leopoldo Amo-
roso y un largo etcétera en el que se incluyen autores
de los que sólo se conocen sus iniciales.

Aquellas colecciones familiares, de material tan frá-


gil, generalmente se dispersaron en los repartos de he-
18 Revista Atticus
El belén napolitano

rencias y las reales conocieron los avatares de los con-


flictos políticos, por lo que se conservan muy pocas
íntegras, siendo presentadas las más importantes como
codiciadas piezas de museo después de su rehabilita-
ción como producción artística.

En la actualidad los belenes napolitanos que reúnen


piezas pertenecientes a los mejores escultores se en-
cuentran en el Museo de la Cartuja de San Martino de
Nápoles (Belén Cuciniello, Belén Ricciardi y Colección
Perrone), en el Palacio Real o Reggia de Caserta (Belén
de Fernando IV), en el Bayerisches Nationalmuseum
de Munich (Belén del Palacio, Vitrina del Establo y Be-
lén Döderlein), en el Domberg Museum de Freising
(Belén del Rey) y en el Metropolitan Museum de Nue-
va York (Colección Howard). En España la colección
más interesante es la que presenta el Museo Nacional
Colegio de San Gregorio de Valladolid, con otras exce-
lentes colecciones en el Palau-Museu March de Palma
de Mallorca y en el Palacio Real de Madrid, que conser-
va parcialmente el célebre Belén del Príncipe. 

Revista Atticus 19
Escultura

escultura

barroca

en espaÑa,

1600 - 1700

L
a exposición Lo sagrado hecho real
nos da la oportunidad de echar una am-
plio vistazo por uno de los momentos
más productivos y extraordinarios del
arte español, el Siglo de Oro.

La exposición tuvo su presentación en la National


Gallery de Londres y de ahí pasó a la National Gallery
Texto y fotografías: of Art de Washington. El punto final es en el Museo
Luis José Cuadrado Nacional Colegio de San Gregorio de Valladolid.
José Miguel Travieso

20 Revista Atticus
Aspecto de la sala
con Cristo yacente en la
Exposición Lo sagrado
hecho real celebrada en
Valladolid. Foto: LJC

La muestra de Valladolid se centra en dos aspectos El Barroco es un periodo dentro de la historia en la


fundamentales. Por un lado en un nuevo realismo ar- cultura occidental que abarcarla desde 1600 hasta 1750
tístico fomentado por la propia Iglesia Católica para aproximadamente. El término deriva del francés “ba-
revitalizar y dar un nuevo impulso a su doctrina tras roque” que podemos traducir como algo exagerado,
el Concilio de Trento. Y por otro lado en la colabora- o lo que es lo mismo el Barroco como sinónimo de
ción entre dos artes hermanas: la escultura y la pintu- estilo grandilocuente y exagerado, sin entrar en más
ra. Como fruto de esa actividad surgen obras reales y discusiones.
cercanas, muy expresivas, de gran teatralidad rayanas
en un hiperralismo hasta ahora desconocido. Las obras El estilo barroco supone una ruptura con el anterior
que aquí se muestran son un buen ejemplo de este es- que se caracterizaba por tener por belleza a la forma
tilo naturalista que subraya la tridimensionalidad. Son tranquila, proporcional y armónica. Ahora, en este si-
apenas 26 piezas entre pinturas y esculturas. Piezas que glo, la belleza radica más en la importancia global del
constituyen una selección de grandes obras maestras conjunto de la obra y que radica en el movimiento. El
del Siglo de Oro español y que nos adentran en el mun- lugar de nacimiento es Roma a partir de las formas del
do Barroco del imaginario católico español. “Cinquecento”.

Desde Revista Atticus nos hemos acercado hasta No podemos olvidarnos que este movimiento se va
las salas del museo para ver esta magna exposición y a desarrollar junto con la Contrarreforma Católica en
hemos querido recoger nuestras impresiones, así como respuesta a la reforma protestante de Martín Lutero.
un detallado estudio de las obras allí presentes, en un El Barroco fue considerado como una especie de ex-
número monográfico que hemos publicado bajo el tí- presión propagandista en manos de la Iglesia Católica
tulo Lo sagrado hecho real. Pintura y escultura españo- y del absolutismo monárquico. El Concilio de Trento
la, 1600 - 1700 (desde primeros de agosto se encuentra entre los muchos acuerdos dictó un decreto sobre las
disponible para su consulta y descarga en la Web). imágenes sagradas estipulando de manera específica
los requisitos esenciales para las imágenes que iban a
Ahora con este artículo nos queremos acercar a dos ser objeto de veneración. La Iglesia Católica tenía muy
obras cumbres de la escultura de ese periodo. Para ello presente que las imágenes sagradas por su naturaleza
recogeremos en un primer apartado las características no solo pertenecen a la esfera de lo sagrado, sino que
formales de la escultura para a continuación centrar- constituyen obras de arte y por lo tanto pertenecen al
nos en dos personajes claves: Gregorio Fernández y mundo del arte.
Pedro de Mena, con sus obras El Cristo yacente y La
Dolorosa. Las imágenes deberían de representar historias ver-
daderas, no falsas ni apócrifas; deberían ser decorosas;

Revista Atticus 21
deberían ser verosímiles; y sus cualidades emotivas y lo tanto su cuerpo está rígido, mortecino, pálido, con
expresivas deberían inspirar no solo la devoción, sino la cabeza inclinada. Estamos ante una escultura hiper-
también la emulación de las figuras sagradas represen- realista. Ahora estamos ya casi acostumbrados a esta
tadas . visión. Pero esto en su día debió de ser algo chocan-
te. Me imagino que esto es comparable, por poner un
En España estos aires se respiran profundamente. ejemplo muy actual, con las esculturas de Gunther von
Por un lado están los jesuitas (apostando por lo espiri- Hagens, en cuya realización utiliza la plastinación y el
tual sobre lo material) y por otro lado la temible Inqui- resultado final es como si fueran cadáveres (en realidad
sición (encargada de velar ese cumplimiento). Algunos lo son) diseccionados o disecados.
artistas fueron contratos por el propio rey Felipe II y Otros artistas españoles del siglo XVI como Alonso
sus sucesores o por la iglesia para velar por el cumpli- Berruguete y Gaspar Becerra siguen los modelos idea-
miento de los cánones dictados en Trento. lizados de Miguel Ángel.

En el siglo XVII los escultores españoles van a


Para lograr transmitir ese fervor religioso que dictó ir más allá y se van a ayudar de ciertos postizos para
el concilio de Trento, tanto las obras escultóricas como ahondar en esa sensación “mágica” de estar ante algo
las pictóricas tenían que tener un gran realismo. Con real pero siendo una materia inerte, claro está. Se em-
el Renacimiento el ideal de belleza quedó marcado por plearan cristal para las lágrimas, marfil para los dientes
unos cánones. Ahora se trataba de representar la reali- y resinas con pintura para la sangre coagulada.
dad misma. El mayor logro de un pintor (por aquel en-
tonces) era que su obra fuera confundida con algo real. Esto nos da pie para entrar de lleno en las caracte-
Un lienzo de Zurbarán con la representación de Cristo rísticas principales del Barroco.
en la Cruz (también presente en la exposición) en pe-
numbra, llegó a ser confundido con una escultura real. Características de la escultura barroca
Durante el siglo XVI los autores buscan esa reali- Las grandes obras barrocas están realizadas con es-
dad. Tenemos artista como Caravaggio que recurrió a quemas libres y más esbeltos que en el Renacimiento.
una técnica, el tenebrismo, para lograr esa sensación El empleo de las líneas diagonales y las figuras en es-
de naturalidad. Con el uso de fuertes contrastes lumí- corzo producen una gran sensación de movimiento.
nicos transformó sus obras en dramáticas composicio-
nes. En España eso se busca de una forma más directa. Las obras tienen un fuerte realismo y una gran ex-
Por ejemplo, una obra de Juan de Mesa, Cristo de la presividad en las figuras humanas.
luz, Cristo es representado después de la muerte, por

Cristo de la luz, de Gre-


gorio Fernández en una
mesa para comprobar su
estado. Foto: LJC

22 Revista Atticus
escultura barroca en espaÑa, 1600 - 1700

Primer plano de la Virgen de la obra


de Gregorio Fernández La Piedad, que se
encuentra en el Museo Nacional Colegio
San Gregorio de Valladolid. Foto: LJC

Al ser un arte al servicio de la


iglesia el tema principal y casi ex-
clusivo que van a desarrollar los
artistas es el religioso, con alguna
excepción en el campo funerario y
mitológico. Es por eso que la ima-
gen tiene que ser emotiva y devo-
cional.

En España, en la escultura
barroca encontramos obras que
confieren a este estilo sus propias
particularidades locales. Así la te-
mática es casi exclusivamente re-
ligiosa con ejemplos genuinos en
retablos, sillerías, esculturas mu-
para ojos y uñas, y resina para la simulación de lágrimas
chas de las cuales se integraran en
y sangre.
los pasos procesionales, otra de esas particularidades.
La escultura pierde su aspecto volumétrico a favor
El artista busca representar la belleza con una obra
del aspecto lumínico. Los juegos de colores son mati-
que tenga capacidad dramática para conducir al espec-
zados con recursos pictóricos que hacen que la pintu-
tador a lo emotivo, a lo ascético y para ello no dude en
ra sea una continuación de la escultura y también a la
acudir a planteamientos teatrales en la ejecución de su
inversa.
obra en donde sus piezas expresan aquella (la belleza)
en actitudes afectadas y grandilocuentes.
Escuelas
El medio más utilizado es la madera y en su mayo-
Dentro del Barroco en España podemos distinguir
ría ésta será policromada por otro artista diferente al
dos escuelas: la escuela castellana y la escuela andaluza.
escultor, casi siempre un pintor. Determinados artistas
Una tercera escuela se desarrollaría, en el siglo XVIII,
acentuarán ese realismo con la utilización de postizos
en Murcia.
como pelo natural para las pestañas, o cristal o marfil

Revista Atticus 23
La Escuela Castellana “la vida en conjunción de dos organismos disimila-
res, normalmente en íntima asociación, y por lo general
Los centros donde se desarrolla son Valladolid y con efectos benéficos para al menos uno de ellos”.
Madrid, fundamentalmente. Tiene como punto en co-
mún con la andaluza en que es muy realista. La escul- Pero la buena relación entre ambos gremios no
tura castellana tiene como identidad la talla completa, siempre fue fluida. El escultor labraba su obra y se la
donde el dolor y la crueldad se manifiestan claramente entregaba al pintor. Éste era el encargado de darle el
en la sangre que perla las tallas. Gran dinamismo e in- aspecto final, lo que en definitiva supone hacer reali-
tenso modelado de unos rostros con gran expresividad dad un proyecto, darle vida. Esto como es lógico podía
son otras de las características que se da en esta escuela. suponer muchas veces una gran frustración para los
escultores y un punto de discusión a la hora de afrontar
Destaca la figura de Gregorio Fernández (1576 – ese aspecto final en el acabado de la obra. A esto habría
1639), que sumar por un lado el grado de dependencia que
tenían con el pintor y por otro el aspecto lucrativo: los
La Escuela Andaluza pintores eran reacios a ceder esa parcela. La policromía
de las esculturas, era una técnica que se enseñaba en las
No tiene un solo centro productor sino varias en las escuelas de pintura. Uno de los estudios más afamados
principales ciudades andaluzas como Sevilla, Córdoba, de pintura en España en aquella época era el de Fran-
Jaén o Granada. cisco Pacheco. En él estudiaron, entre otros, Velázquez
De gran realismo pero con expresión más serena y y Alonso Cano. El propio Pacheco policromó obras
sosegada que la castellana. Resalta también como ca- de Montañés como es el ejemplo de San Francisco de
racterística principal el clasicismo y la elegancia de sus Borja de la Universidad de Sevilla (presente en la expo-
composiciones y figuras con modelado suave. sición). Pacheco y Montañés constituye un ejemplo de
colaboración entre pintor y escultor además de estar
Principales figuras: Martínez Montañés (1568 – muy bien documentada tal labor.
1649), Alonso Cano (1601 – 1667), Juan de Mesa (1583
– 1627) y Pedro de Mena (1628 – 1688). Posteriormen-
te resaltará una mujer: Luisa Roldán (1652 – 1706), co- Gregorio Fernández
nocida por La Roldana.
(Texto de José Miguel Travieso publicado en su blog:
http://domuspucelae.blogspot.com/2009/03/arte-
La Escuela Murciana espanol-gregorio-fernandez-la.html)

Tiene en Francisco Salzillo el máximo representan- Nacido en Sarria (Lugo) en abril de 1576, inició
te. Se dedica a los pasos procesionales casi de forma su aprendizaje en el taller de imaginería de su padre,
exclusiva. En su obra se hace evidente el influjo ita- pero durante su juventud acude a Madrid atraído por la
liano así como los primeros rasgos del rococó cuyo oferta laboral de El Escorial, donde trabajaba el escul-
estilo empieza a desarrollar en el siglo XVIII por toda tor milanés Pompeo Leoni. En Madrid se casa con Ma-
Europa. ría Pérez Palencia, bastante más joven que él. Al poco
tiempo, por influencias del Duque de Lerma, Felipe III
desplaza en 1601 la Corte de Madrid a Valladolid, pro-
La escultura policromada: una simbio- yectándose un nuevo Palacio Real, circunstancia que
favorece la llegada de Gregorio Fernández a orillas del
sis perfecta, o casi
Pisuerga para trabajar en la decoración del salón de fes-
La simbiosis que se produce entre el escultor y el tejos del nuevo palacio, junto a un grupo de escultores
pintor es casi perfecta en la elaboración de la escultura capitaneados por Pompeo Leoni.
policromada. El botánico alemán Anton de Bary defi-
nió ese término por primera vez en 1879 (no creo que Instala su casa y taller en la calle del Sacramento
tuviera en mente precisamente a pintores y escultores), (actual Paulina Harriet, esquina con Espíritu Santo), en
El uso del término encaja perfectamente para definir la manzana situada enfrente del desaparecido conven-
la relación que estos artistas tienen en la escultura po- to del Carmen Calzado (terreno después ocupado por
licromada: el Hospital Militar, hoy convertido en Conserjería de
Sanidad de la Junta de Castilla y León), perteneciendo
a la parroquia de San Ildefonso, donde bautiza a sus
24 Revista Atticus
escultura barroca en espaÑa, 1600 - 1700

dos hijos: Gregorio, que nace en Valladolid en 1605 y con el comerciante de lencería Juan Rodríguez Gavila-
muere prematuramente a los cinco años, y Damiana, nes, a los que ya no llegó a conocer.
nacida en 1607. En su casa, junto a criados, aprendi-
ces y oficiales, conviven con el escultor su hermano de Gregorio Fernández alcanzó, fruto de su enorme
madre Juan Álvarez, que ejerce de ayudante y muere trabajo, una posición económica muy desahogada, aun-
en 1630, y un sobrino, hijo de otro hermano, también que siempre hizo gala de una gran generosidad. En la
llamado Gregorio. cumbre de su carrera, en 1635 el rey Felipe IV, al que el
escultor viera nacer en Valladolid, participando de los
Desde su llegada a Valladolid, la actividad del escul- fastos de su bautizo en 1605 (narrados detalladamente
tor fue imparable, realizando sin interrupción encargos por Tomé Pinheiro da Vega en su obra “Fastiginia”),
para la Corte, conventos, iglesias y cofradías. Tras el se refiere a él como “el mejor escultor que hay en estos
nuevo traslado de la Corte a Madrid en 1606, Gregorio mis reinos”. Pero en ese tiempo ya habían comenzado
quedó atado a Valladolid para atender los numerosos los achaques de salud que le impedían trabajar a tem-
compromisos de trabajo. En la ciudad colaboró y enta- poradas.
bló una profunda amistad con el escultor más impor-
tante en ese momento, Francisco de Rincón, que tenía Gregorio Fernández muere el 22 de enero de 1636,
su taller en la Puentecilla de Zurradores (actual calle a punto de cumplir los 60 años, en unos días muy llu-
Panaderos), con el que intercambia modelos e influen- viosos que provocaron el desbordamiento del Pisuer-
cias. A la muerte prematura de este escultor amigo en ga, con desastrosas consecuencias para el entorno del
1608, Gregorio recoge y tutela a su hijo Manuel Rin- convento de Santa Teresa y del barrio de San Ildefon-
cón, de 15 años, al que forma en el oficio de escultor, so. Fue enterrado, según disposición propia, en la igle-
ejerciendo como padrino cuando el joven se casa en sia del Carmen Calzado, donde había adquirido en pro-
1615. piedad una sepultura. Tiempo después se colocó sobre
ella un retrato pintado por el que podemos conocer la
También mantuvo una estrecha amistad con Diego fisionomía del genial artista (actualmente se conserva
Valentín Díaz, pintor ilustrado que poseía una impor- en el Museo Nacional Colegio de San Gregorio y ha
tante biblioteca y que realizó la policromía de alguna sido atribuido a Diego Valentín Díaz). Su viuda María,
de sus obras. Asimismo, gozó de su amistad Juan de que le sobreviviría 27 años, pasaría a vivir con su hija
Orbea, prior del vecino convento del Carmen Calzado Damiana en la calle de la Panadería, después de su últi-
y admirador del escultor, que ejerció como mecenas mo enlace en ese mismo año.
para todos los conventos carmelitanos. Otras personas
de su círculo de amistades fueron algunos colaborado- Hombre de profundas convicciones religiosas, algo
res asiduos, como los ensambladores y hermanos Juan normal en su tiempo, fue un excelente creador de imá-
y Cristóbal Velázquez (a este último apadrina una hija), genes que fueron tomadas como modelos en toda
los hermanos pintores Marcelo y Francisco Martínez España, destacando como autor de impresionantes
(al primero apadrina un hijo), que realizaron la policro- retablos, de una nueva iconografía referida a los san-
mía de muchas de sus obras, y el ensamblador Juan de tos canonizados en su tiempo, entre ellos Santa Teresa,
Muniátegui, casado con María Juni, nieta del célebre San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, San Isidro
imaginero, que habitaban una casa muy próxima al ta- Labrador, etc., y de imágenes concebidas para ser ve-
ller. neradas de cerca, según los postulados trentinos, espe-
cialmente crucificados y yacentes, a los que incorpora
Su hija Damiana no fue muy afortunada en amores. postizos que aumentan su realismo.
Después de su primer matrimonio en 1621, a los 14
años, con el escultor navarro Miguel de Elizalde, oficial Pero lo que sigue sorprendiendo a todos son las
de su padre, llegaría a casarse otras tres veces más, ya composiciones procesionales dedicadas a la Pasión,
que enviudó repetidamente. De su segundo matrimo- con grupos de acentuado carácter teatral y figuras an-
nio con el médico Juan Pérez de Lanciego nacieron tológicas en la historia de la escultura barroca española.
dos nietos que alegraron la vida de Gregorio Fernán-
dez: Teresa y José. Tras desposarse de nuevo con el es-
cultor zaragozano Juan Francisco Iribarne, el maestro
recibe en 1633 un tercer nieto: Gregorio Francisco. No
ocurre lo mismo con los ocho hijos que nacieron del
cuarto matrimonio de Damiana en septiembre de 1636

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escultura barroca en espaÑa, 1600 - 1700

par de Becerra. Gregorio Fernández va a consagrar y


popularizar este tipo iconográfico. En un principio es-
Cristo yacente taba pensado para ubicarse en el banco del retablo, en
Hacia 1625-30 una especie de urna. Muchos de estos modelos tenían
Gregorio Fernández (1576-1636) un pequeño receptáculo para alberga la Sagrada Forma
Madera policromada, cuerno, cristal, corteza y o alguna reliquia. Un ejemplo en urna de cristal es el
marfil o hueso (policromador desconocido), que fue encargado por los Padres Capuchinos y que, en
46 x 191 x 74 cm la actualidad, se encuentra en la Iglesia del Convento
Museo Nacional del Prado, Madrid. de Nuestra Señora de los Ángeles (conocido como el
Depositado en el Museo Nacional Cristo de El Pardo) en Madrid.
Colegio de San Gregorio, Valladolid
El realismo de la figura es palpable en cada centíme-
tro de la obra. La cabeza descansa sobre un almohadón
El cuerpo de Cristo yace en una repisa, sobre un su- ricamente decorado. La melena larga se le abre en que-
dario. El cuerpo desnudo, salvo el clásico paño de pu- dejas, que se confunden con la barba. El rostro exhala
reza, es alargado, y anguloso, de complexión delgada. su último suspiro. G. Fernández evitó en todo momen-
Estamos ante un hombre que mediría 180 cm y cuyo to que su obra tuviese la sensación de rigor mortis. Los
peso en vida, no sobrepasaría los 80 kilos. Parece ser párpados y la boca están entreabiertos lo cual nos per-
que Gregorio Fernández fue el primero en utilizar esta mite apreciar el cristal y el marfil que el maestro utilizó
iconografía de Cristo yacente. El cuerpo no ha sido, para los ojos y los dientes respectivamente. Las cuencas
todavía, preparado para su santo entierro, mostrando de los ojos están hundidas. Los labios tienen un color
los restos de costras secas sanguinolentas en las heridas gris azulado asociado con la muerte. Pequeños regue-
así como los regueros de la sangre que surgen de ellas. ros de sangre bajan por su frente. La corona de espinas
Todo está retratado al mínimo detalle. ha sido retirada pero son visibles los daños causados.
Esa sangre reseca es su testimonio. En el hombre iz-
Gracias a la magnífica labor de los encargados de quierdo muestra una gran laceración. Esta herida es la
montar la exposición Lo sagrado hecho real podemos consecuencia de haber cargado la cruz sobre el hom-
circunvalar la escultura y ver cada uno de los detalles bro. Nos recuerda parte del calvario que Cristo sufrió.
que hacen de ella un templo de la talla hiperreal. La llaga que luce en el costado derecho es fruto de la
lanza que Longinos le clavó. Tradicionalmente al cruci-
El motivo de Cristo yacente se inicia a finales del ficado se le partía las piernas para favorecer la muerte.
siglo XVI con buenos ejemplos de Juan de Juni o Gas- Pero en este caso se usó la lanza y aquí está la herida.
Revista Atticus 29
Los brazos se extienden sobre el lecho, separados Gregorio Fernández se ayudó de una serie de pos-
del tronco y de forma paralela, buscando una sensa- tizos para conseguir transmitir la angustia de que es-
ción de simetría. tamos ante el cuerpo muerto de Cristo. Utilizó resina
Manos, lánguidas de dedos largos, y pies muestran de árbol con mezcla de colorante para la sensación de
los otros signos violentos, dramáticos y crueles: los sangre. Las uñas de los dedos son de hasta de toro, los
orificios de los clavos. Hasta en los mínimos detalles ojos son de cristal y los dientes son de marfil o hueso.
observamos la perfección de esta talla. Entre las uñas,
el genial escultor, reflejó esa sangre que se queda aún A todo esto hay que añadir la gran labor que reali-
después del vano intento por limpiarla y que al final zó el policromador para resaltar el aspecto de cadáver:
acaba por secarse entre la piel y la uña. En las rodi- tonos grises azulados para los labios y los dedos de
llas encontramos otras heridas con costras fruto de las los pies (no está documentada su participación, pero
continuas caídas de Cristo camino del Gólgota con la sí que se sabe que Gregorio Fernández trabajó con un
cruz a cuestas. pintor de Valladolid, Valentín Díaz).
El cuerpo en su forma es alargado, algo amanerado,
con una suave línea serpentinata, más propio del estilo Pocas veces un escultor recreó una imagen tan cer-
manierista. Esto denota un gran estudio, escrupuloso, cana a la realidad. La obra fue concebida para conmo-
tanto de la anatomía humana como de los grandes clá- ver al espectador. Es muy difícil que ante la visión de
sicos del renacimiento. Se advierte la morbidez de la esta escultura no sintamos un impacto visual, y no es
carne, la presencia de pequeños vaso sanguíneos así de extrañar que para muchos este impacto sea espiri-
como los huesos debajo de la piel. tual.

30 Revista Atticus
Dolorosa y clérigos. En 1658 pasa a residir a Málaga al recibir un
Hacia 1670 importante encargo para la catedral. En 1663 fue nom-
Pedro de Mena (Granada, 1628 - Málaga, 1688) brado maestro mayor de la escultura de la catedral de
Madera policromada con aplicación de postizos Toledo donde se encuentra San Francisco de pie, en éxtasis
Santuario de Santa María de la Victoria, Málaga una de sus mejores obras junto a la Magdalena penitente.
Escultura barroca. Escuela granadina
En los comienzos de su carrera su estilo se vio in-
fluenciado por su padre. Se aprecia una evolución pau-
Pedro de Mena (1628 – 1688) escultor granadino. latina donde los rostros (sobre todo femeninos) se van
Se dedicó principalmente a la imaginería religiosa, gus- haciendo más ovalados, con cuellos más largos, nariz
to que había heredado de su padre, también escultor y perfilada y boca pequeña. A partir de su estancia en
que falleció cuando Mena tenía 18 años, dejándole su Málaga, va adquiriendo una gran destreza y maestría
taller. Trabajó con Alonso Cano del cual aprendió nue- en la ejecución de las obras. Con ello su estilo se vuelve
vos conceptos estéticos con un trabajo más elaborado mucho más realista y naturalista. Al final de su carrera
de gran perfección técnica y realismo. Hombre devoto y después de haber conocido el hacer de otros artis-
y religioso se movió con mucha soltura entre obispos tas castellanos su obra se despoja de lo superfluo para
Revista Atticus 31
aligerar el volumen con modelos más simples pero de des, hasta llegar a convertirse por su inconfundible es-
gran carga espiritual. La clave de su éxito no fue tanto tética en todo un emblema de su taller granadino, casi
en un programa iconográfico novedoso sino en desa- siempre haciendo pareja con imágenes del Ecce Homo,
rrollar una escultura no muy imaginativa pero si llena con ejemplares localizados en distintas poblaciones es-
de sentimiento, de verosimilitud y realizada de forma pañolas e incluso en Austria y en la Casa Profesa de la
sencilla. Sus obras están cargadas de realismo, son ele- Compañía de Jesús en México.
gantes (propio de la escuela andaluza a la que pertene-
ce) sin grandes estridencias. La Dolorosa fue uno de los temas escultóricos más
desarrollados por la plástica española del siglo XVII
Se centró fundamentalmente en obras exentas, con como consecuencia del gusto por la expresividad dra-
repetición de una tipología como son sus San Francisco mática y la emotividad, de modo que Pedro de Mena
o la Magdalena penitente. Fue un artista consciente de no pudo sustraerse a crear su propio modelo, al que
su valía y como muestra de este orgullo le llevo a dejar inculcó el ascetismo que constituye la nota estética que
una innumerable cantidad de obras firmada. Para ello predomina en toda su obra y que ha sido equiparado en
colocaba a modo de firma una pequeña cartela con su numerosas ocasiones a la pintura de Zurbarán, como
nombre en la peana de la escultura. ocurriera en la exposición “Lo sagrado hecho real”
presentada en Londres, Washington y Valladolid en los
Pedro de Mena fue el creador de una peculiar ico- años 2009 y 2010, todo ello fruto posiblemente de la
nografía de la Virgen Dolorosa que no sólo se ajustó a rígida formación religiosa impuesta al escultor por su
la perfección al culto estimulado por los ideales contra- padre, el también escultor Alonso de Mena.
rreformistas en el siglo XVII, sino que, desde el punto
de vista profesional de un imaginero, constituye una El modelo creado por Pedro de Mena, que sigue
muestra de virtuosismo por la capacidad para trans- la modalidad de Stabat Mater y que desarrolló espe-
mutar una materia como la madera en un simulado ser cialmente en la década de 1670 a 1680, recurre a la
viviente que aumenta sus valores al ser contemplado de figura de medio cuerpo de tamaño natural, con aspecto
cerca. Por este motivo las Dolorosas por él elaboradas se de busto de visión frontal y apoyado sobre una peana,
convirtieron en objetos devocionales muy populares y recordando en cierto modo los modelos utilizados en
fueron solicitadas repetidamente, obligando al escultor los bustos-relicario barrocos tan frecuentes en Espa-
a realizar toda una serie, en diferentes tamaños y actitu- ña. En este caso la ausencia de elementos narrativos,
32 Revista Atticus
Revista Atticus 33
lienzo enyesado enmarcando el rostro y dejando entre-
ver parte de la túnica roja, creando un juego de sutiles
volúmenes que adquieren un marcado sentido pictóri-
co en forma de cortes con grandes pliegues, muy efec-
tista a la luz de las velas. El gran hallazgo plástico es
que esta indumentaria, invariable en todas las versio-
nes, constituye una envoltura un tanto abstracta que
contribuye a enfatizar los valores del rostro y del gesto.

Al tratamiento naturalista de la indumentaria se su-


man las cualidades de la minuciosa policromía, afortu-
nadamente en muy buen estado de conservación. Mien-
tras que los ropajes muestran colores lisos habituales
en la liturgia mariana, con túnica color jacinto, manto
azul recorrido por una cenefa dorada en el borde y toca
en blanco marfileño, las encarnaciones muestran una
gran variedad de matices, destacando los tonos nacara-
dos de la piel y los efectos del llanto en los párpados y
mejillas enrojecidas. La base esculpida se convierte en
soporte sobre el que se realizan labores pictóricas muy
refinadas, hecho apreciable en la delineación de las ce-
jas con finas pinceladas para cada pelo.

la languidez del rostro y la gesticulación de las manos Esta Dolorosa de Málaga se identifica con la “Virgen
unidas proporcionan una gran expresividad emocio- de las Angustias” que en 1688 se cita en los inventarios
nal de carácter intimista. A ello se une el trabajo de la de don Antonio Manrique de Lara, conde de Mollina y
cabeza según el prototipo creado por el escultor, con Frigiliana, caballero de Santiago, vicealcalde de Málaga
rostro oval, nariz afilada, cejas arqueadas, boca peque- y cliente de Pedro de Mena, siendo donada la imagen
ña y cuello largo, siempre mostrando un dramatismo tiempo después por su sobrino a la capilla funeraria
atemperado, propio de la escuela andaluza. familiar de la iglesia de Santa María de la Victoria, ubi-
cada por entonces a extramuros de la ciudad.
La Dolorosa del convento cisterciense malagueño de
Santa María de la Victoria, muy similar a las conserva- Un continuador en la escuela andaluza del tipo de
das en el Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana Dolorosa creada por Pedro de Mena fue el granadino
de Valladolid y en una colección privada de Sevilla, re- José de Mora (1642-1724), también especialista en imá-
coge estas características, en este caso con las manos genes devocionales talladas en madera.
cruzadas a la altura del pecho para insinuar un momen-
to angustioso y el rostro dirigido al frente y ligeramente
inclinado, remarcado el efecto de tristeza la colocación
de la boca entreabierta, dejando ver dientes de mar-
fil, ojos almendrados con párpados caídos y provistos
de pestañas, lágrimas de cristal (perdidas), regueros de
resina en las mejillas y un juego envolvente de la toca
y el manto en el que Mena demuestra su habilidad en
el trabajo de la madera, en este caso de pino, y en la
aplicación de lienzos enyesados de gran verismo que
realzan el trabajo facial.

Es precisamente en el trabajo de los paños donde


radica la mayor originalidad de las Dolorosas de Pedro
de Mena, pues las mangas y el manto azul están elabo- Nota Redacción: Parte de este texto como alguna de las
rados con finísimas piezas talladas en madera de for- fotografía forman parte del monográfico “Lo sagrado he-
ma independiente y después encajadas sobre el cuerpo cho realidad” que Revista Atticus publicó y que se en-
central, mientras que la toca blanca está realizada con cuentra disponible en la Web.

34 Revista Atticus
COSTUS
Dos gaditanos en la movida madrileña

por Gonzalo Durán López


autor del blog http://lineaserpentinata.blogspot.com

E
l 20 de noviembre de 1975 la televi-
sión y la radio anunciaron al mun-
do la muerte del general Francisco
Franco, el dictador que rigió con
mano de hierro una de las dictadu-
ras más largas y feroces de la historia reciente, surgida
casi cuarenta años antes de una guerra civil que él mis-
mo inició. Casi desde ese mismo instante empezaron a
producirse una serie de cambios profundos en España,
no sólo políticos, sino también sociales y culturales, tan
importantes como los primeros.

Un papel destacado en aquellas transformaciones


estaba destinado a ser protagonizado por los jóvenes
españoles, que mostraron unas ganas irrefrenables de
dejar atrás aquella España triste y gris en la que habían
crecido, legado de la dictadura. Se mostraron ansiosos
por disfrutar de una libertad hasta entonces vedada, y
que no sólo pretendía ser política, sino también indi-
ENRIQUE COSTUS. Carmen Sevilla (1978). De la serie vidual. Como suele ocurrir siempre que se sale de un
Arquitecturas nacionales y otros monumentos. tiempo de represión, el ansia de libertad lleva a come-
ter excesos, y probablemente fueron muchos los que

Revista Atticus 35
COSTUS. Lola Flores y
Yul Brinner (1979). Decora-
ción del bar La Vía Láctea,
Madrid.

se cometieron, en unas ocasiones quizá por las ganas movimiento contracultural, que tuvo en dos ciudades
de probar todo lo prohibido, en otras, por desconoci- españolas, Vigo y Madrid, sus dos centros más activos.
miento, por impaciencia y por otras muchas más razo- En Madrid, el movimiento se conoció como la movida
nes. Hoy sería impensable escuchar a un político gritar madrileña o nueva ola madrileña, y algunos de sus ico-
enardecido ante una multitud de jóvenes “¡Rockeros: nos más reconocibles, fueron el director de cine Pedro
el que no esté colocado, que se coloque... y al loro!”, Almodóvar, la cantante Alaska, la periodista Paloma
como hizo Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid, Chamorro y un larguísimo etcétera que cubre casi to-
en 1984, que le convirtió en un referente para la juven- das las manifestaciones culturales y artísticas, y no sólo
tud de la época, y al que llamaban el viejo profesor. las musicales como algunos pudieran pensar.

La manera de vestir de aquellos jóvenes, desenfa- Entre los artistas más sugerentes de la movida ma-
dada y desafiante, les hizo caer, como reconocía Radio drileña, y figuras importantes de la misma, está COS-
Futura, enamorados de la moda juvenil; su forma de TUS, nombre bajo el que se cobijaron los artistas
divertirse al calor del amor en un bar, como proclama- gaditanos, Enrique Naya y Juan Carrero, auténticos
ban Gabinete Caligari, hizo que estos locales fueran maestros del pop-art español. Juan Carrero nació en
punto de reunión y de experimentación, convirtiéndo- Palma de Mallorca y Enrique Naya en Cádiz, donde
se algunos en lugares de culto, como ocurrió con La ambos vivían y estudiaban en la Escuela de Artes y
Vía Láctea en Madrid; gritaban a quien quisiera oírles, Oficios. Allí se conocieron e iniciaron una amistad y un
y a quien no también, como en la canción de Alaska y amor que duró hasta la muerte prematura en 1989, pri-
Los Pegamoides, que ni tú ni nadie puede cambiarme. mero de Enrique, víctima del sida, y un mes más tarde
Una música diferente, alegre y colorista, puso himno a de Juan, por suicidio. Es fácil comprender lo estrecha y
todas estas inquietudes y sirven hoy como banda sono- asfixiante que podía ser una ciudad pequeña de la épo-
ra de aquellos años, para algunos mágicos y dorados. ca como Cádiz, para la forma de vida y las inquietudes
que empezaron a mostrar los jóvenes artistas. En 1975,
Esos anhelos de cambio y modernidad se traduje- el mismo año de la muerte del dictador, se trasladaron
ron en un auténtico fenómeno de cultura alternativa o a Madrid, para finalizar sus estudios de Artes y Oficios.
36 Revista Atticus
Costus, dos gaditanos en la movida madrileña

COSTUS. Pareja con arco (1988). De la serie La ENRIQUE COSTUS. Carmen Polo viuda de Franco
Andalucía de Séneca. Museo de Cádiz. (1978). De la serie Paso Trascendental del Diez Minutos al
HOLA.

Su casa de Madrid, en el número 14 de la calle de Su trabajo conjunto no comenzó realmente hasta


La Palma, en el barrio de Malasaña, se convirtió casi 1979, cuando recibieron el encargo de decorar un local
de inmediato en el epicentro de la movida madrileña, y llamado a convertirse con el tiempo en todo un icono,
sería bautizada, con la mordacidad acostumbrada por el bar La Vía Láctea, en Madrid. Debido al gran tama-
el escritor Francisco Umbral, como la “Casa-convento ño de los murales deciden afrontarlos juntos, y fue ahí
de las estrellas descarriadas”. Todos los que fueron al- donde nació COSTUS, aunque el nombre no se adop-
guien en aquel movimiento pasaron por la casa, y en tó como firma hasta 1981, con la exposición “El cho-
ella se rodaron muchas escenas de la primera película chonismo ilustrado”. Desde entonces su obra conjunta
de Pedro Almodóvar, Pepi, Luci, Bom y otras chicas se firma como COSTUS y la individual como Enrique
del montón (1980), auténtico documento cinemato- Costus y Juan Costus.
gráfico de la movida, en la que también aparecen los
propios pintores. Será ahora cuando realizan algunos de sus trabajos
más personales y maduros, como “La marina te llama”
Al principio, la carrera artística de ambos se desarro- (1980), la espléndida “Valle de los Caídos” (1980-87) y
lló por separado. El primero en exponer fue Enrique “La Andalucía de Séneca” (1985-89). En la primera de
Naya, que lo hizo en la Casa de la Juventud de Cádiz en ellas homenajean a las famosas muñecas gitanas salidas
1975, con una peculiar visión de la cultura americana, de la fábrica de Marín (Chiclana de la Fra., Cádiz), om-
a la que llamó “Made in USA. Visión de Yankilandia nipresentes en todas las tiendas de souvenirs de la épo-
desde Cádiz”. Tres años después, ya en Madrid, rea- ca, que tantos y tantos salones y televisores coronaron
lizó “Arquitecturas nacionales y otros monumentos”, en la España de los 60 y los 70.
su segunda exposición, con atrevidos retratos de las
grandes folklóricas españolas como Estrellita Castro, En la segunda, el homenaje es a la propia ciudad
Carmen Sevilla, ....fue considerada motivo de escánda- de Madrid, a través de un monumento que siempre se
lo público, clausurada el primer día, y vuelta a abrir casi había visto como una exaltación del franquismo, y que
de inmediato. Por su parte, Juan Carrero, también en ellos entienden como un conjunto arquitectónico-es-
1978, presentó en El Puerto de Santa María su prime- cultórico, producto de un pasado del que ya no se pue-
ra colección de trabajos, bajo el sugestivo nombre de de renegar y que expresan unos valores universales de
“Escenas de la España cañí”. los que se apropia el franquismo. Ofrecen una peculiar
Revista Atticus 37
COSTUS. Marina 3 (1980). De la serie
La marina te llama.

y personal visión del monumento y de sus símbolos, rrealista y el expresionismo, incluyendo la luz medite-
pleno de ironía y sátira, que no debió ser bien recibido rránea y los paisajes egipcios, tras un viaje a aquel país.
precisamente entre los sectores más rancios de la so-
ciedad española: arcángeles seductores con vaqueros La obra de Costus combina admirablemente lo con-
ajustados y cremalleras a medio abrir, vírgenes con me- temporáneo y lo clásico. El clasicismo viene dado en
dias rojas y estética punk, etc. muchas de sus obras, y especialmente en las últimas,
tanto por la composición, heredada del barroco, como
La tercera, también llamada “Serie Andaluza”, es por el tratamiento escultórico de muchas figuras. Y
una vuelta a las raíces, a Cádiz y Andalucía. Quedó in- como hicieran muchos de los artistas del pasado, que
completa a la muerte de los artistas. En ella vuelven a se atrevían a introducir en sus composiciones religio-
fundir, como habían hecho en la anterior, el estilo hipe- sas y alegóricas a personajes de su tiempo vestidos a la

38 Revista Atticus
Costus, dos gaditanos en la movida madrileña

COSTUS. Patria (1986). De la serie Valle de los Caídos. La


cantante Alaska sirve como modelo de la obra.
usanza de la época, tampoco ellos dudan en poner el Su mezcla de pop, kitsch, naif, hiperrealismo, expresio-
rostro de cantantes, actrices, amigos, en ellas, y vestir- nismo y casticismo, fueron un vendaval de aire fresco,
las con vaqueros y camisas aunque causase extrañeza propio de los tiempos de cambio que se vivían. Los
en su momento. Lo moderno, en cambio, lo propor- más jóvenes quizá no capten lo que había de desafío en
cionan las ambientaciones espaciales, el colorido ale- estas imágenes, de atreverse a reírse de determinados
gre y fluorescente, que recuerda a las luces de neón, y personajes de la vida social, de reivindicar determina-
el tratamiento irónico, atrevido, satírico, provocador y das conductas personales, pero los que vivieron aque-
desenfadado que hacen. llos años conocen bien el riesgo que asumían al hacerlo
de la forma que lo hicieron.
Vista hoy, se aprecia que la obra de Costus recoge
como pocas la esencia de lo que fue la movida madrile- Algunas direcciones de interés:
ña. Han pasado algunos años y muchos de los persona- • La página Web oficial de Costus
jes que forman parte de la figuración, entonces conoci- (http://www.costus.es)
dos y populares, hoy apenas son recordados; otros, en
cambio, se mantienen de plena actualidad. Las pinturas • La Web de la Fundación Costus
de Costus actúan como un documento que perpetuará (http://www.fundacioncostus.com).
sus imágenes y les rescatará del olvido en que el tiempo De esta última proceden las imágenes que acompa-
ha ido sumiendo el nombre de muchos de ellos. ñan este artículo.

Podemos decir que el tiempo engrandece el trabajo • Este artículo se publicó en el blog Línea Ser-
de estos gaditanos, que se muestra de una gran moder- pentinata (http://lineaserpentinata.blogspot.com),
nidad. No creo exagerado decir que es de lo mejor del donde puede verse acompañado de un montaje foto-
pop-art español, y desprenden una ironía, un sentido gráfico con más obras de COSTUS. 
del humor, y un atrevimiento difícilmente superables.

Revista Atticus 39
Urban glass house
philip johnson
y

los edificios de cristal

Q
ue puede construirse una vivienda en
la que el cristal sea el elemento hege-
mónico hasta el punto de hacer casi
invisible la edificación, ya lo demostró
de manera magistral Mies van der Rohe (1886-1969)
cuando diseñó la casa Farnsworth (ver Revista Atti-
cus número 11, página 18 y siguientes), construida en
1950 si bien, a efectos de lo que luego vamos a narrar,
Philip Johnson: “Glass house” (1949). ha de tenerse presente que el proyecto corresponde a
New Canaan, Connecticut, EE.UU. 1946. Esa vivienda es todo un homenaje a las concep-

40 Revista Atticus
urban glass house

A la derecha: maquetas de la “Urban glass house”.

ciones del movimiento moderno en arquitectura y, al bos realizaron algunos proyectos de manera conjunta,
mismo tiempo, una seria llamada de atención sobre las como el famoso Seagram Building de Nueva York. Jo-
posibilidades de minimalismo edificatorio. hnson sintió siempre una profunda admiración hacia la
obra de Mies y ello explica que el entonces joven arqui-
Como sabemos, el gran arquitecto alemán pasó tres tecto, siguiendo a su maestro levantase para sí mismo
décadas en Estados Unidos, país en el que ejerció una una vivienda de carácter semejante, la conocida “Ur-
enorme influencia sobre generaciones de colegas nor- ban glass”, finalizada en 1949, una excelente propuesta
teamericanos. Uno de esos arquitectos que acabaron arquitectónica que, no obstante sus méritos, no deja
atrapados por la asombrosa capacidad para crear edi- de ser deudora de la obra maestra que Mies levantó en
ficios de Mies fue Philip Johnson (1906-2005), veinte Plano (Illinois).
años más joven que él y con quien trabó una profunda Muchos años después de finalizar aquella vivienda,
relación que, a mi juicio, fue siempre la que correspon- el arquitecto de las Torres Kio de Madrid, proyectó un
de a un maestro y su alumno. En cualquier caso, am-
Revista Atticus 41
Dos vistas del interior de Glass House del arquitecto Philip Johnson realizada en
1949 en New Canaan, Connecticut, EE. UU

42 Revista Atticus
Sobre estas líneas y a la derecha: Dos vistas del exterior del
edificio “Urban glass house”.
Abajo: Vista del espacio interior del edificio.

nuevo edificio en el que retomaba el empleo del cristal La muerte de Johnson a los 98 años le impidió ver
como elemento fundamental, desde el punto de vis- concluido su proyecto, cuya finalización se retrasó has-
ta de la visibilidad obviamente. Me refiero a la “Ur- ta el año 2007 como consecuencia de ciertas complica-
ban Glass House”, situada cerca del río Hudson, en el ciones técnicas. Sorprende sobre todo que en la ciudad
downtown de Nueva York. En este caso, no se trata de de los rascacielos estas lujosas viviendas disfruten de
una vivienda unifamiliar, sino de un edificio de doce tan amplia visibilidad. La razón es bien sencilla: esta
plantas estructurado con la forma de distintos cubos zona de Nueva York se encuentra aún prácticamen-
de cristal que componen una geometría variable, orga- te libre de construcciones elevadas, de manera que el
nizada en los cuarenta apartamentos en que se divide cuidadoso diseño del edificio por parte de Johnson ha
la edificación. atendido a orientar su “casa urbana de cristal” de for-

Revista Atticus 43
Philip Johnson y John Burgee, 1996 Puertas de Europa, Ma-
drid, España.
En la página anterior:
De arriba a abajo:
Plano de Planta, plano de sección, Vista aérea de las torres y
Foto de Philip Johnson con la maqueta del proyecto.

Internacional Style. Entre 1932 y 1934 y, posterior-


mente, entre 1945 y 1954 fue director del departamen-
to de arquitectura del Museo de Arte de Nueva York
(MOMA).
En 1942, con 36 años, proyectará su primer edifi-
cio caracterizándose por el empleo de materiales lujo-
sos. Posteriormente se asocia con Mies van der Rohe
edificando el emblemático edificio Seagram en Nueva
York. En su primera etapa destaca la construcción de
su propia casa Glass House, 1949, de clara inspiración
en la casa Farnsworth del propio Van der Rohe.
En 1967 se asoció con John Burgee con el que man-
tendrá una extensa relación laboral de más de 20 años.
En 1979 recibió la primera edición del Premio
Pritzker (máximo galardón en arquitectura). También
fue distinguido por el Instituto Americano de Arqui-
tectos con la Medalla de Oro.
ma que se pudiese proporcionar a su ocupantes las vis- En 1996 construye, junto con su socio Burgee, Las
tas más amplias posibles. Puertas de Europa (vulgarmente torres KIO) en el en-
torno de la madrileña Plaza de Castilla en Madrid.
En el conjunto de la edificación, el transparente
vidrio contrasta de manera elegante con el color cla- Entre sus obras destaca.
ro de la perfilería exterior, que viene a enmarcar con
nitidez los ventanales. El muro cortina aplicado a un • Torre International Place (Boston)
conjunto residencial, aunque a mi me recuerda esas • Torre Tycon (Vienna, Virginia)
piezas translúcidas con las que los niños iluminan las • Torre Momentum (Dallas, Texas)
construcciones que levantan con sus ladrillos Lego. Y • Torre NCNB (Houston)
me asombra también que el arquitecto que diseñó este • Torre PPG (Pittsburgh)
conjunto tuviese más de 95 años. Un niño. Quizás en • Torre United Bank (Denver)
eso está el éxito. • Torre Bank of Amerika (Houston)
• Edificio Penzoil Place (Houston
• Sede principal de AT&T (Nueva York)
Philip Johnson (8 de julio de 1906 - 25 de febrero • Centro Century (South Bend, Indiana)
de 2005). Arquitecto estadounidense. Nació en Cle- • Jardines de agua (Fort Worth, Texas)
veland (Ohio). Estudio en la Universidad de Harvard • Centro Cívico (Peoria, Illinois)
lenguas clásicas para más tarde completar sus estudios • Centro Cultural del Condad de Dade (Miami)
de arquitectura. • Catedral de Cristal (Garden Grove, California)
• Museo de Arte Neuberger (Suny)
En 1927 viajó por Europa donde tuvo ocasión de • Restaurante Four Seasons en el edificio Seagram
conocer la obra de grandes arquitectos como Le Cor- (Nueva York)
busier o el arquitecto alemán Walter Gropius con quién • Teatro del estado de Nueva York en el Lincoln
trabajó. A su vuelta publica un libro en 1932: Interna- Center (Nueva
tional style: la arquitectura desde el año 1922. Introdujo las York)
ideas vanguardistas europeas y popularizó el término

44 Revista Atticus
urban glass house

Vamos a prestar un poco de atención a uno de sus


edificios. Ya sea por la cercanía o por que representó
en su momento el primer (o mejor dicho los primeros)
rascacielos inclinado del mundo.

Las Torres de Europa en Madrid

Las Torres de Europa en Madrid, o más conocidas


como las Torres KIO fueron diseñadas por el estudio
de los arquitectos estadounidenses Philip Johnson y
John Burgee en 1989; constituyeron los primeros ras-
cacielos inclinados del mundo. El encargo recayó sobre
este estudio dirigido por el arquitecto norteamericano
Philip Johnson que fue el primer premio Pritzker de la
historia (algo así como el Nobel de la arquitectura) y
discípulo de Mies van der Rohe.
KIO es el acrónimo de Kuwait Investments Office
empresa que promovió la obra (finalmente fueron ter-
minadas por Caja Madrid).
Son dos torres inversamente simétricas de 115 me-
tros de altura. Tienen una inclinación de 15º respecto al
eje vertical. Realizado en granito, metal y cristal. Cada
torre tiene 27 plantas y cada una de ellas una superficie
alrededor de 1170 metros cuadrados. Se encuentran si-
tuadas frente a la Plaza de Castilla y al norte del Paseo
de la Castellana.
La distribución del interior de cada planta presenta
distintas variaciones unas de otras debido, fundamen-
talmente, a que el hueco del ascensor difiere en cada
una de ellas. También tiene la particularidad de que no
todos los ascensores llegan a la última planta.
El secreto de su construcción radica en su eje cen-
tral de hormigón y acero donde descansa la mayoría de
su peso. Y el logro de la inclinación es el resultado de
una solución estructural conseguida a través del acero
unido a un núcleo rígido y una caja prismática de hor-
migón armado (espacio que ocupan las escaleras y los
ascensores). Para contrarrestar el empuje que los pisos
ejercen hacia el lado inclinado, el edificio posee un sis-
tema de cables atirantados en la parte alta del edifico.
Estos cables tienen un contrapeso subterráneo en el
lado opuesto.
Para dar una mayor rigidez y evitar las posibles de-
formaciones se pensó en unos elementos triangulares
en la fachada. Son las características aspas gigantes que
observamos en su fachada.

Urban Glass House, Philip Johnson y los edificios


de cristal, texto publicado por Juan Diego Caballero en
su blog ENSEÑ-ARTE:
http://aprendersociales.blogspot.com

Las Torres de Europa en Madrid, autor del texto Luisjo.

Revista Atticus 45
Fotografía

por Luis José Cuadrado Gutiérrez


y Esther Bengoechea
Foto: Jesús González
te
Par

C
ontinuamos con el beso en la histo-
ria del arte.

En esta ocasión vamos aborda-


mos el beso en la fotografía.

La fotografía es una ciencia (no hay que olvidarse


de esto y así no desesperaremos a la hora de ver los
resultados de nuestras instantáneas). El término fo-
tografía viene de dos palabras procedentes del grie-
go. Por un lado phos (que podemos traducir como
“luz”) y por otro grafis (una doble acepción para
esta palabra “diseño” o “escribir”). Es decir, que fo-
tografía sería el arte de diseñar o escribir con la luz.
46 Revista Atticus
El beso en la historia del Arte

La manifestación de cariño, de amor en público


siempre ha sido, y sigue siéndolo un foco de contro-
versia. Un beso es un acto íntimo, es una manifestación
de ese sentimiento. Y, por lo tanto, podía quedar cir-
cunscrito a un ambiente familiar e intimo. Pero claro,
un beso en el hogar, pues como que no tiene mucho
de noticia, como que no constituye un documento
gráfico como si que sucede en las fotografías que a
continuación vamos a mostrar. Éstas fueron noticias,
fueron portadas de revista y constituyen unos excelen-
tes documentos gráficos. No podemos considerar cada
uno de estos besos como un hecho aislado. Hay que
tener muy presente las circunstancias que rodean a esa
fusión de dos cuerpos y así valorar su importancia.

Casi todos conocemos estos dos besos que ahora


mostramos. Se han convertido en iconos fotográficos.
Nadie que haya estado en París y en Nueva York ha
dejado de ver por alguno de los rincones de la ciudad
estos ósculos. Y aunque no hayamos estado en estas
ciudades las imágenes se han empleado en infinitud de
ocasiones con los motivos más dispares.

Nuestra colaboradora Esther Bengoechea nos


cuenta lo que a ella le ha inspirado estos besos.

Poéticamente no se puede hacer una mejor definición.


EL OBJETIVO QUE INMORTALIZÓ EL BESO
La técnica fotográfica se basa en el principio de la
Esther Bengoechea
cámara oscura. Se proyecta una imagen que pasa por
un pequeño agujero hecho en una superficie, de esta
La lente fotográfica no es una excepción y también
forma la el tamaño de la imagen queda reducido y su
ha caído en las garras de los besos. Teclear en el google
nitidez se ve aumentada. La cámara oscura es un ins-
‘beso’ es abrir la Caja de Pandora de fotografías que in-
trumento óptico que permite obtener una proyección
mortalizan tan bello momento, por lo que no se puede
plana de una imagen externa sobre la zona interior de
hacer un artículo completo sobre el beso en el mundo
su superficie. (Un bello ejemplo de cámara oscura lo
del arte sin hacer una parada, aunque sea breve, en la
tenemos en la ciudad de Cádiz).
fotografía.
Esta imagen que obtenemos hay que fijarla, almace-
Dos obras van a ocupar el espacio de este artículo:
narla en algún lado. Hasta hace bien poco este medio
V-J Day (de Alfred Eisenstaedt) y El Beso del Ayunta-
era conocido como el carrete de película. Hoy en día,
miento (de Robert Doisneau).
que la ciencia avanza una barbaridad, este sistema ha
quedado obsoleto y ahora, en la fotografía digital, el
Dos personas protagonizan V-J Day: un marinero
sistema que se emplea es la fijación de la imagen en un
y una enfermera. En una posición de cuento de hadas,
sensor (CCD y CMOS, lo más habitual) y su almacena-
con el cuerpo encorvado y las bocas irremediablemen-
je en las memorias digitales.
te juntas, el marinero besa apasionadamente a la dama.
Corría el 14 de agosto de 1945 y las calles de New York
No es el objeto de este artículo hacer un estudio
estaban plenas de felicidad, de gritos y de abrazos. ¿El
detallado de la fotografía. Hemos hecho esta pequeña
motivo? Japón se había rendido y, por fin, se había
introducción para ponernos un poco en situación, en
puesto fin a la Segunda Guerra Mundial.
antecedentes.

Revista Atticus 47
Arriba: Alfred Eisenstaedt, El beso, 1945 New York.
Abajo: Robert Doisneau, El beso en la Place de l’Hotel de Ville, 1950.
En la página siguiente: otros bellos ejemplos de fotografías de Doisneau que tiene
como tema el beso.

48 Revista Atticus
El beso en la historia del Arte

La cámara de Alfred Eisenstaedt inmortalizó un pe-


queño instante que se ha convertido en un icono de
uno de los momentos más importantes del S.XX. Y
es que no es un posado, ni la postura es fingida, ni lo
que les rodea son actores ni la luz es artificial. Lo que
se ve es lo que hay. Ese beso es parte de la historia.
Y, aunque sea bastante increíble, el espectador aterriza
en Times Square, contagiándose de esa felicidad colec-
tiva a través de ese apasionado beso hollywoodiense.
¡¡Sssshhhhhh!! Guardad silencio. ¿No lo oís? El jaleo,
los gritos, las carcajadas…ese beso trasmite la felicidad
de millones de personas.

Eisenstaedt nació en Prusia y es considerado una


de las figuras más importantes del fotoperiodismo. Su
cámara fue testigo de acontecimientos tales como el
primer encuentro entre Mussolini y Hitler, así como
la ascensión al poder del nazismo. Trabajó para Time-
Life , donde realizó 85 fotos de tapa de la revista, más
de 2.000 reportajes e inmortalizó a buena parte de las
personalidades de su época, desde Hitler a Clinton, pa- miento pero el beso rebosa quietud. Inmortaliza hasta
sando por Einstein o Hemignway. tal punto ese bello momento que parece que todo lo
que le rodea flota.
También son dos los protagonistas de la fotografía
de Robert Doisneau, inmortalizados frente al ayunta- Robert Doisneau nació en Francia el año que co-
miento de París. Y también el momento inmortalizado menzó la Primera Guerra Mundial y falleció en 1994.
por la lente es el mismo: el beso. Pasar de Eisenstaedt Vende su primer reportaje fotográfico a los 20 años y
a Doisneau consiste en sumar cinco años a la obra (El dos años más tarde se incorpora como fotógrafo in-
Beso del Ayuntamiento es de 1950) y pasar de América dustrial en la fábrica de Renault de Billancourt. Des-
a Europa para inmortalizar este momento. American- pués de ser despedido y de pasar bastantes penurias
Life contrató al fotógrafo francés para lograr una serie durante la Segunda Guerra Mundial, se le abren bas-
de imágenes sobre los enamorados de París. Antes de
continuar con esta obra de Doisneau he de romper al-
gunos corazones y decir que el beso no es real, que es
un posado (aunque en su favor diré que los protagonis-
tas eran pareja en su momento) y que la demanda de la
pareja al fotógrafo (que perdieron) y los millones que
ganó la dama de la foto al vender la copia, hicieron que
esta obra inundase telediarios y que llegase a millones
de ojos que nunca la habían visto, o al menos no se
habían percatado de ello.

Doisneau conoció a Françoise Bornet y su, por


aquel entonces, novio Jacques Carteraud en un café
parisino situado cerca de la escuela de teatro donde es-
tudiaban. El artista francés simplemente se acercó y les
propuso inmortalizarlos con un beso frente al ayun-
tamiento. Esta bella instantánea de dos enamorados
besándose apasionadamente en París se convirtió en el
icono de los enamorados en los 80.

Si te quedas fijamente mirando el beso, sientes que


el resto de elementos de la fotografía están en movi-

Revista Atticus 49
tantes puertas: desde Vogue hasta Le Point, pasando dustrial y publicitaria. No fue hasta 1984 cuando se le
por American-Life. Trabajó en la fotografía de varias reconocieron sus méritos mediante la concesión del
películas y terminó siendo protagonista de una: ‘Bon- Premio Nacional de Fotografía por parte del Ministe-
jour Monsieur Doisneau’, de Sabine Azéma. rio de Cultural. Muy recientemente el gobierno se ha
hecho con los valiosos archivos fotográficos de este
Alfred Eisenstaedt y Robert Doisneau lograron in- artista cuando estaban a punto de pasar a manos pri-
mortalizar el beso y elevarlo a la categoría de arte. Ya vadas.
sea robado o posado, ambos artistas han pasado a la
posteridad por plasmar con un beso un momento o
una época concreta y hacerla eterna. Centelles captó muchas imágenes de milicianos.
Unas parapetados tras la barrica, otras, como en este
caso, partiendo al frente. La foto de Centelles capta el
beso de despedida de un miliciano que da a una joven.
Le damos las gracias a Esther por su trabajo. Desde En realidad esto es una suposición mía porque prime-
aquí solo podemos añadir el dato anecdótico. El beso ro, el beso no lo vemos, supongo que por la actitud de
de Alfred Eisenstaedt volvió a ser noticia recientemen- ambos protagonistas han llegado a juntar sus labios. Y
te. La abuela Edith Shain (antaño la joven enfermera) segundo, lo de despedida, bueno, tal vez sea así, tal vez
que en su día besó al soldado desconocido en Times se está despidiendo de su chica, de su pareja, de su es-
Square al termino de la segunda guerra mundial murió. posa, pero esto… tampoco lo sabemos. Si que vemos
Había confesado que no sabía nada del joven soldado, a un miliciano que le esta esperando, que le está acu-
ni tan siquiera su nombre. ciando, que le apresura para no perder a su columna, a
su camaradas, le tira del fusil y hasta parece que oímos
un mustio y lacónico vamos. Tal vez solo la joven le
dijo un adiós sentido, o un simple piropo, y el otro se
volvió para corresponderla con un apasionado beso.
Eso quiero pensar: el joven parte al frente y tal vez sea
esa su despedida no solo de la muchacha sino también
de lo que conoce, de la seguridad del hogar, del res-
guardo de las calles de su ciudad. Se marcha al frente,
se marcha a guerrear. ¡Coño! ¿Cómo no vas a dar besos
y despedirte?

Por último y para concluir este apartado fotográfico


no puedo dejar pasar por el alto la sensual fotografía de
Geográficamente, nosotros tenemos un beso más Jesús González que vine ilustrando este capítulo de El
cercano y conocido que tiene, también, su historia. Se beso en la historia del Arte. No llega a ser un beso pero
trata de un beso “miliciano” que Centelles supo captar todos sabemos que llegará. Sabemos que estamos ante
con su máquina fotográfica. el embrión del beso, que estamos asistiendo a un mo-
mento íntimo. El fotógrafo ha sabido captar perfecta-
Agustí Centelles i Ossó nació en Valencia en 1909 y mente ese instante en donde se respira pasión, deseo,
falleció en Barcelona en 1985. Este fotógrafo está con- anhelo, en donde, casi, casi, podemos respirar el mis-
siderado como el iniciador del fotoperiodismo en Es- mo aire que los protagonistas. Una gran instantánea de
paña siguiendo los pasos de Robert Capa quizás el más un gran fotógrafo, Jesús González.
famoso corresponsal gráfico de guerra del siglo XX.

En 1939 Centelles se autoexilio en Francia. Se llevó


consiguio sus cámaras y, lo que hoy para nosotros es
más importante, sus negativos. Los guardó como un
tesoro. Posteriormente en 1946, regresó a Barcelona
donde fue juzgado y puesto en libertad condicional.

Por su pasado político no pudo dedicarse al foto-


periodismo y se tuvo que refugiar en la fotografía in-

50 Revista Atticus
El beso en la historia del Arte

El beso, fotografía de Agustí Centelles.

Revista Atticus 51
R
evista Geográfica Española es una revista que comenzó a editarse en España
en mayo de 1938 (como reza en su encabezamiento en el II Año Triunfal).
Fue editada por la Imprenta Icharopena en San Sebastián en un tamaña de
24,4 x 18,4 cm. Su director fue V. Salas. Profusamente ilustrada en blanco y
negro y con fotografías y anuncios de la época.

52 Revista Atticus
Revista Geográfica Española
En su primer número marcaban su propósito en las actual y hemos intercalado alguna foto actual y algunas
siguientes líneas: anotaciones.

El Servicio Nacional de Propaganda del Ministerio La primera entrega recoge el recorrido desde San
de Interior, patrocina la publicación del primer número Sebastián a Bagdad: Visitan Andrinópolis, Konia, Ale-
de Revista Geográfica Española para poner de nuevo po, Damasco y Bagdad.
al pueblo español en comunicación, frecuente y fervo-
rosa, con lla presencia esencial de su paisaje. La mon- La segunda parte del recorrido relatan las aventu-
taña, la llanura, el desierto y el río, toda la belleza y la ras desde Bagdad a Beluchistan (una antigua región del
austeridad de nuestro suelo, han de tener, del mismo sur de Asia que comprende parte del Pakistán actual,
modo, aparición en nuestras páginas y entrañado cono- sureste del Irak y sur de Afganistán). Con paradas en
cimiento en nuestra palabra. Y volveremos a integrar, Teherán, Ispahán, Bam y Kandahar
con una labor humilde y sin descanso, nuestro paisaje
a la unidad. Y en la tercera parte, en esta que nos ocupa en este
número, van desde Afganistán hasta la India, detenién-
Su director V. Salas realizó un viaje en coche desde dose en ciudades como Kabul, Paeshawar y Delhi en-
San Sebastián a la India. Este reportaje lo dio a conocer tre otras.
en su revista en tres excelentes entregas.
Hoy que los medios tecnológicos han cambiado
Revista Atticus ha recogido el testigo y lo da a re- tanto no creo que fuera posible hacer este interesan-
conocer a todos aquellos cuantos vean esta publica- te periplo al recorrer un buena parte de territorios en
ción. conflicto bélico. Que lo disfruten.

Para ello hemos escaneado sus páginas (de algunos Revista Atticus
ejemplares algo ajados) y lo ofreceremos manteniendo P.D. Se entrega como anexo a RA12 y está disponi-
esas tres entregas, eso sí como un volumen anexo al ble en la Web www.revistaatticus.es 
número principal. Pero hemos decidido darle un toque

Revista Atticus 53
Historia

Catalina de Aragón y Castilla,

Reina de Inglaterra

por Josep Maria Osma Bosch


josepdemallorques@hotmail.com

S
i alguna vez los lectores de
estas páginas tienen la opor-
tunidad de hacer turismo en
Londres ,una de las visitas
obligadas, y que no deben perderse, a los
muchos lugares históricos que se esparcen
por toda la ciudad, es, sin ninguna clase de
dudas, el palacio de Westminster, donde en
una de sus lujosas estancias, la conocida
como la Prince´s Chamber (Cámara del Prín-
cipe), se hallan los retratos del rey Enrique
VIII (1491 - 1547) y su media docena de es-
posas, con la peculariedad que a la izquierda
del monarca hay cinco: Ana Bolena (1507

Supuesto retrato de la Intanta Catalina, de Juan de Flandes.

54 Revista Atticus
Catalina de Aragón y Castilla, Reina de Inglaterra

Catalina de Aragón, Monu-


mento en Alcalá de Henares,
Madrid.
En la página siguiente:
Esposas de Enrique VIII

En su niñez, transcu-
rrida entre los muros de
la Alhambra de Grana-
da, le fue impartida una
enseñanza acorde con su
alto rango, enseñanza que
pronto se le quedó peque-
ña y empezó a sumergirse
en otras áreas culturales,
como las matemáticas,
música, literatura e idio-
mas, siendo una de ellas
gran versada, el latín, del
cual leía, hablaba, y tradu-
cía a los escritores, poetas,
e historiadores clásicos ro-
manos. También destacó
en la lectura humanística,
donde incluso, años más tarde, llegó a entablar amistad
- 1536), Jane Seymour (1509 - 1537), Ana de Cleves y correspondencia con Juan Luis Vives (1492 - 1540);
(1515 - 1557), Katherine Howard (-1542), y Katheri- este humanista valenciano, que además de ser precep-
ne Parr (1512 - 1548); y a su diestra, un único retra- tor de María I de Inglaterra e Irlanda (1516 - 1158), la
to, la de Catalina de Aragón y Castilla, protagonista de única hija de Catalina y de Enrique VIII, le dedicó en
este artículo y en nómina en el reparto de la serie que 1524 el libro De Instititutio Christina Feminae, un tratado
actualmente emite una cadena de televisión estatal de pedagógico sobre la educación femenina cristiana. Du-
nuestros país, Los Tudor, y cuyo personaje es interpreta- rante su vida en Inglaterra, ya siendo reina consorte,
do de forma magistral y de gran veracidad por la actriz mecenó varias universidades e importantes colegios,
irlandesa Maria Doyle Kennedy (1964). consiguiendo que a esos centros del saber pudieran ac-
ceder las mujeres, extraña circunstancia en esas épocas
Catalina vino al mundo en la localidad madrileña que el sexo femenino era considerado el descanso del
de Alcalá de Henares, el 16 de enero de 1485. Nacida guerrero.
con pelo rubio pelirrojazo, ojos azules, y de piel blanca,
similar a los Trastámara, descendientes de Catalina de En 1488, todavía no existía España como nación,
Lancaster (1373 - 1418), su bisabuela materna, y de su los Reyes Católicos mantenían, además de las últimas
tatarabuelo, Eduardo III de Inglaterra (1312 - 1377). batallas contra los nazaríes, un conflicto, de momento,
Fue la benjamina de las hijas del rey Fernando II de diplomático y político con la vecina Francia, Fernando
Aragón (1452 - 1516) y de la reina Isabel I de Casti- e Isabel, mediante el Tratado de Medina del Campo
lla (1451 - 1504); además, de nuestra biografiada, los (Valladolid), celebrado al año siguiente, pactan los es-
primeros monarcas del Reino de las Españas, es decir, ponsales de Catalina con Arturo Tudor (1486 - 1502),
la unificación de los reinos hispánicos, tuvieron más hijo heredero, y enfermizo, del reciente coronado En-
descendencia: Isabel (1470 - 1498), Juan (1478 - 1497), rique VII de Inglaterra (1457 - 1509), vencedor en el
Juana (1479 - 1555), María (1485 - 1536) y Pedro (1488 año anterior de la denominada “Guerra de las dos Rosas”,
- 1490). conflicto civil inglés entre los partidarios de la Casa de

Revista Atticus 55
Lancaster, los Tudor, y los de la Casa de York-Plan- inglés que le exigía ser presentada ante el rey con la cara
tagenet, cuyo último monarca fue Ricardo III (1452 descubierta, al contrario de cómo se usaba en España.
- 1485), muerto en el mismo campo de batalla de Tanto el séptimo de los Enriques de Inglaterra, como
Bosworth. El 15 de agosto de 1497, oficiado por el su heredero, su futuro esposo y entre ellos había una
arzobispo de Canterbury, se celebró, por poderes, el familiaridad de primos en cuarto grado, se quedaron
matrimonio. exhortos al contemplar la belleza, simplicidad y sim-
patía de la infanta castellana. Tras varias jornadas de
Doce años después del Tratado de Medina del presentaciones y saraos, Catalina de Aragón y Castilla,
Campo, el 21 de mayo de 1501, Catalina se despedía de que en esos momentos ya había conocido al segun-
su familia. Con un fuerte contingente militar de escol- dón Enrique, y nada de imaginar que dentro de pocos
ta, y acompañada de un gran sequito, entre los que se años sería su segundo esposo, hacía su entrada solem-
hallaban figuras ne y en olor de
de primer orden multitud en la
como el arzo- ciudad de Lon-
bispo de Santia- dres, asignán-
go de Compos- dole para ella y
tela, Alonso de su largo sequito
Fonseca y Ulloa en palacio del
(1476 - 1534), obispo. Diez
y su confesor y días después,
tutor, el obis- en la catedral
po de Mallor- de San Pablo,
ca, Alejandro los dos jóvenes
Geraldini (1455 hacían efecti-
- 1523), funcio- vo su unión.
narios, sacerdo- Según cuentan
tes, pajes, damas las crónicas del
de compañía, evento, duran-
asesores… y sin te el banquete,
olvidarnos de su celebrado en
fiel dueña, El- el palacio de
vira de Manuel Wensminster,
(¿ - ¿), partió de Catalina demos-
Granada hacía tró a sus nuevos
Toledo, siguien- acogedores una
do la ruta por la gran simpatía y
propia Medina cariño, y mien-
del Campo, Va- tras su esposo
lladolid, Santiago de Compostela, llegando a A Coru- estaba jugando con la chiquillería de la corte, ella se
ña, en cuyo puerto, el 17 de agosto, embarcó rumbo exhibía, con vítores y aplausos, con una selección de
a Inglaterra; pero, debido a lo peligros que se hacía la bailes españoles.
navegación por una climatología adversa en esos mares
bravíos del Cantábrico, teniendo que ganar puerto en Tras permanecer unos días en el palacio diocesano
Laredo (Santander); y del mismo lugar, un mes y diez londinense, los recién casados, por orden del rey, el 21
días más tarde, de nuevo se hizo a la mar, pisando tierra de diciembre se trasladaron al castillo de Ludlow, una
inglesa en Plymouth el 2 de octubre de ese mismo año, fortaleza Normanda construida en el siglo XI y situa-
siendo recibida por las autoridades locales y, repre- da en el condado de Shropshire, en centro-oeste de
sentando a Arturo, el obispo de Bath y Welles, Oliver Inglaterra. En este castillo, de la marca galesa, estando
King (¿ - ¿); mientras el pueblo llano, con gran fasto, la nuestra adolescente pareja, no se libró de la epidemia
recibía como una reina. conocida como la “ fiebre con sudor frío”, afectando a
la mayoría de su población, en la que también la pade-
El día 4 del mes siguiente, en la sede episcopal de ció el propio Arturo Tudor, que falleció por su causa
Dogmersfield, Catalina tuvo que aceptar el protocolo el 2 de abril de 1502,dejando a Catalina viuda, y, a pe-

56 Revista Atticus
Catalina de Aragón y Castilla, Reina de Inglaterra

Catedral de Peterborough

debido a sus persecuciones


a los protestantes, y a enviar
tres centenares de ellos a la
hoguera en las jornadas de
las llamadas “Persecuciones
Marianas”. Por consiguiente,
al no haber heredero varón
al trono, se había creado un
grave problema estatal y qui-
zás un potencial conflicto
en el futuro. Por esos días,
Enrique mantenía relaciones
sar de haber compartido cama durante siete noche en
extramatrimoniales con Ana Bolena, a quien había co-
ese tiempo, y según palabras de ellas, y ratificadas por
nocido en 1514; hermosa mujer, aunque con el defecto
los médicos reales, virgen; en cambio, Enrique VII, en
físico que en su mano izquierda era visible la punta de
una carta enviada a sus consuegros, los Reyes Católi-
un sexto dedo, que por supuesto, ella encubría. Ésos
cos, afirmaba lo contrario, que la unión carnal de sus
encuentros amorosos, que tenían lugar en el castillo fa-
respectivos hijos se había consumado en la noche de
miliar de los Bolena en el condado de Kent, Catalina
bodas.
los consentía y aceptaba.
Pasados siete años de incertidumbre y penalidades,
En mayo de ese mismo año, mientras Roma era asal-
a pesar de contar con la simpatía del pueblo inglés, y
tada por Carlos I de España y V de Alemania, sobrino
estando en un país lejano al suyo, el 12 de junio de
de Catalina (1500 - 1558) y el papa Clemente VII (1478
1509, la Princesa Viuda de Gales contraía matrimonio
- 1534) era confinado en el castillo de Sant´Angelo, en
en segundas nupcias con su cuñado, el ya rey, Enrique
Inglaterra, el cardenal Thomas Wolsey (1471 - 1530), el
VIII; doce días después, festividad de San Juan Bautis-
cual, también tenía en su nomina los títulos de arzobis-
ta, era coronada reina de Inglaterra. En esos primeros
po de Canterbury, cargo de jefe espiritual de la Iglesia;
años de matrimonio, que siempre, y hasta el abandono
Canciller del Reino, limosnero del Rey y miembro de
de su marido, le guardo fidelidad conyugal, Catalina, en
su consejo privado, para que en esa vista, en la que no
ausencia de éste, y debido a la guerra que se mantenía
asistió Enrique, Wolsey ,partidario de que se lograse el
con Francia, actuó de regente de la nación, e incluso
divorcio entre el inglés y la española, y así poder unir
mando un cuerpo de ejército de reserva en la lucha
el Tudor con una princesa de Francia potenciando una
contra el rey escocés Jacobo IV (1488 - 1513), muerto
alianza entre las dos naciones, se aparaba en el libro
en la batalla de Flodden Field.
del tercer libro levítico del Pentateuco, que dice. “Si un
hombre tomara para sí la mujer de su hermano, come-
En 1527, la reina Catalina, con una edad muy di-
terá un grave pecado de impureza; habrá descubierto
fícil para engendrar de nuevo, todavía no había dado
la desnudez de su hermano y no tendrá hijos varones”.
ningún varón heredero al trono. De las siete veces
Además, el cardenal primado de Inglaterra declaró no
que fue concebida por Enrique, tres llegaron a abor-
válida la sentencia emitida por el papa Julio II (1433 -
tar; alumbró a tres varones que fallecieron al poco de
1513) en 1503 en la que sentenciaba la virginidad de
nacer y la única sobreviviente a todos ello, fue María
Catalina, ella, en su atenuación, y bajo juramento, afir-
(1516 - 1558), que, a pesar de ser repudiada por su pa-
maba, y así lo hizo hasta su muerte, que ese nupcias no
dre, por su fuerte catolicismo, llegaría a ser reina de
se habían consumado. Los asesores españoles, que la
Inglaterra e Irlanda, y que ha pasado a la historia con
habían asistido desde el primer momento de pisar In-
el sobrenombre de Bloody Mary (María la Sanguinaria),

Revista Atticus 57
glaterra, formularon las quejas ante el papa Clemente mas Crowell (1485 - 1540), fue acusada de adulterio
VII (1478 - 1534), quien delegó al cardenal Lorenzo con varios hombres asiduos de la Corte, entre los que
Campeggio (1471 - 1539) a tomar cartas en el asun- se hallaban el músico Mark Smeton (1512 - 1536), que
to; el prelado, al ver lo grave del asunto, lo trasladó a fue ejecutado, y de incesto con su hermano Lord Ro-
Roma; se preveía un largo y complicado pleito. chford (¿ - ¿), también ajusticiado, estando embaraza-
da, se le cortó la cabeza a espada, y ese mismo día, 19
El 14 de julio de 1531, Enrique VIII, que llevaba de mayo de 1536, fue enterrada en la capilla de la Torre
un bienio de vida conyugal con Ana Bolena, ordenó de Londres. Diez días después, Enrique VIII se casaba
el confinamiento de la todavía su esposa legal la reina con Jane Seymour, antigua dama de compañía de Ca-
Catalina. Un año y medio después, el cardenal Wolsey, talina y de la Bolena, y madre del que sería Eduardo
debido a su negligencia y falta de celo al no poder fallar VI de Inglaterra, tercer soberano de la dinastía Tudor
a favor del rey en el simulacro de juicio donde se deba- (1537 - 1553).
tía el divorcio real, fuer arrestado mientras dormía con
su concubina, falleciendo de “muerte natural” mien- El 7 de enero de 1536, a la edad de 50 años, Catalina
tras era conducido a presidio a la Torre de Londres. Su fallecía en su confinamiento del castillo de Kimbolton,
sustituto, Thomas Crammer (1489 - 1556), sin espe- en el condado de Cambridgeshire, al suroeste de Ingla-
rar el veredicto de Roma, el 25 de enero de 1533, unía terra. Trece días después, era enterrada en la cercana
en matrimonio, en una ceremonia de carácter secreto, abadía de Peterboroug, hoy catedral; aunque sus fune-
a Enrique con su amante. Transcurridos dos años, el rales de rango de princesa viuda de Arturo, sobre su
papa Clemente VII promulgaba la sentencia por la cual sepultura figura en letras doradas la leyenda Katharine
declaraba válido el matrimonio entre Catalina de Ara- Queen of England (Catalina Reina de Inglaterra), ya que
gón y Castilla con Enrique Tudor. Pero, nada le im- desde el momento de ser abandonada y repudiada por
portó al monarca inglés ese dictamen, ya que se había su esposo y hasta el día de dejar el mundo de los vivos,
constituido en jefe supremo de la nueva Iglesia, de su jamás renunció a su título de reina.
país, la protestante, separándose de las directrices de
Roma; hoy en día, su descendiente, la reina Isabel II
(1926 - ) sigue haciendo valer ese cargo decretado por
el Parlamento inglés en 1534.

Poco le duró al fogoso sexual, atlético y culto En-


rique la felicidad junto su nueva esposa, la que le dio,
además de haber sufrido un aborto, un hijo varón fa-
llecido al nacer, y una hija, la que sería Isabel I (1533-
1603). Ana Bolena, en un complot tramado por Tho-

Sepulcro de Catalina de Aragón,


en la Catedral de Peterborough.

58 Revista Atticus
Historia de la Música Clásica
e
Part
er a
im
Pr

por Manuel López Benito


autor de la web www.clasica2.com
Portal de música clásica en internet donde puedes
escuchar música clásica comentada

HISTORIA DE LA MÚSICA CLÁSICA


PRESENTACIÓN

U
na manera divertida de seguir y conocer la
Historia de la Música Clásica es el leivmo-
tif de esta sección. Sólo pretende mos-
trar como a medida que avanzan los siglos la música
evoluciona siguiendo las pautas del entorno que le es
contemporáneo y nos informa de un
aspecto importantísimo de la Historia
de la Civilización, donde la música, ha
jugado, juega y jugará un destacadísimo
papel.

No cabe duda, por tanto, que la His-


toria de la Música es también la Histo-
ria de la Civilización vista desde uno de
los prismas más importantes y decisi-
vos de la evolución estética y vital del
Hombre.

AUDICIÓN MUSICAL
Iniciemos nuestro viaje a través de
la Historia de la Música con una página
de danza. Un baile de compositor anó-
nimo, como tantos y tantos casos. Una
página emocionante. Un placer para los
sentidos.

Baile anónimo

Revista Atticus 59
Con respecto a los instrumentos de cuerda el
mismo modelo deductivo nos lleva al arco, con do-
ble funcionalidad, cazadora y musical. Pasar de la
instrumentación y el cante, a la danza, parece un
paso lógico, como se refleja de forma documental
en las pinturas rupestres, que presentan escenas de
danza. En resumidas cuentas, la música nos acom-
paña desde los albores de la presencia del homo
antecesor en este maravilloso planeta azul llamado
Tierra. ¿Y el metrónomo? Ah, sí, se me olvidaba, el
corazón y su latido.

AUDICIÓN MUSICAL
Escuchemos la preciosa recreación que hace
Rafael Pérez Arroyo de la primera estación, Ashet
- incluida en las tres estaciones- que el magnifico
programa que se adjunta al disco presenta diciendo.
“Los egipcios consideraban la música como canto y
los instrumentos una imitación de la voz a los que se
debía hacer cantar. Sorprendentemente los flautistas
eran los músicos mas considerados después de los
cantantes, seguramente porque su instrumento es-
taba alimentado por la respiración entendiendo esta
como aliento de vida”. Música original de Rafael Pé-
rez Arroyo.
HISTORIA DE LA MÚSICA CLÁSICA.
I. LOS ORÍGENES
Las tres estaciones

Difícil respuesta la requerida para conocer cuando El disco que incorpora esta magnífica música y que
y donde surge la música. En cualquier caso respuesta no debe faltar en ninguna discoteca así como el impre-
abierta, a tenor de los nuevos descubrimientos arqueo- sionante libro que escribió Rafael Pérez Arroyo, com-
lógicos en marcha. Pero podemos dar una aproxima- parten nombre: La música en la era de las pirámides
ción, no datada pero si causal, al nacimiento musical.
Todo hace pensar que la voz humana representa el pri-
mer instrumento musical. Lo que ya no está tan claro si HISTORIA DE LA MÚSICA CLÁSICA.
este instrumento se convierte en trasmisor primero del GRECIA ( I )
lenguaje y deriva mas tarde para ser música, o es en si
primero lenguaje musical que luego se articula en len- Es indudable que la Civilización Occidental, tal
guaje oral. En cualquier caso, ahí está el instrumento. como hoy la conocemos, es heredera directa de la cul-
tura Griega, que impregna todas y cada una de sus ma-
El concepto del ritmo, por deducción, nos lleva a nifestaciones artísticas -la literatura, la escultura, la pin-
las manos, primer instrumento de percusión. Eviden- tura, la arquitectura, y también la música- desde hace
temente, una interpretación continuada de la percu- 29 siglos. Pero, a su vez, crea las bases del pensamiento
sión, debería ser molesta para el instrumentista, de ahí científico, filosófico y político que, desde entonces, no
que surgiesen luego claquetas en el Antiguo Egipto. han dejado de evolucionar sin perder por ello el reco-
nocimiento del germen paternal, que Grecia, y luego
En cuanto a los instrumentos de viento, los cara- Roma representan.
millos, o huesecillos de animales, previa y debidamen-
te fabricados, representan los primeros ejemplares de Pero centrémonos en la Música en Grecia. Podría-
este tipo. No debemos descartar un descubrimiento mos escribir, y se han escrito, tratados y tratados sobre
casual, que luego hemos incorporado al refranero con la importancia de la música griega. Este artículo pre-
“y sonó la flauta por casualidad”. tende destacar los hechos importantes que marcaron
60 Revista Atticus
Historia de la música clásica

el futuro de la música occidental. Desde esa perspec- acompañada de ethos (carga moral) y sumergida en un
tiva, dos son los legados que no debemos perder de pensamiento imbuido por la mitología, la filosofía y la
vista: literatura, es el regalo que los griegos nos hacen y que
marcará el futuro de la Música.
Dotan a la música de un sustrato teórico, es decir,
al igual que la filosofía, o la matemática, o la astrono- En próximos artículos profundizaremos un poco
mía, o incluso la arquitectura, no se concebían sin un más en todas estas cuestiones.
aparato teórico que amparase el crecimiento y desarro-
llo de esas disciplinas, exactamente igual ocurre con la AUDICIÓN MUSICAL
música. De la música griega han llegado a nosotros menos
de cuarenta pequeños retales. Pero por la numerosí-
En segundo lugar, y no menos importante, conci- sima iconografía conocemos que dos eran los instru-
ben la música como una ciencia que encierra en silen- mentos preferidos por los griegos, como ya hablare-
cio, y transmite al sonar, cualidades morales capaces mos de ello: el aulos, un primo antecesor del oboe, y
de alterar el comportamiento del auditorio. Para los la lira. Sirva para ilustrar este artículo el sonido de una
griegos la música imita las pasiones del hombre, distin- descendiente, la lira de seis cuerdas, acompañada de
guiendo así una serie de modos para dichas pasiones. percusión, tal como sonaba en la Hesperia, evocadora
Cito, a modo de ejemplo el modo mixolidio, capaz de de la música que Arquíloco hacía sonar en el siglo VII
entristecer, el dorio capaz de amansar a las fieras, o el a.C.
frigio para provocar alegría enardecedora.
Hesperia
Si a estos dos aspectos fundamentales añadimos pe-
culiaridades del mundo griego, tendremos una visión GRECIA ( II )
general de qué es lo que los griegos han hecho por
la música. Estos aspectos peculiares son, entre otros: Teoría de la Música Griega. Brevemente, y con el
La Mitología, la Filosofía, la Astronomía, la Poesía ánimo de excitar vuestra curiosidad, subrayaré aquellos
-épica y lírica- y la Tragedia. Por tanto, teoría musical aspectos de la teoría musical griega que la definen y,
como comentábamos en el artículo anterior, sirven de
Revista Atticus 61
base teórica a la música occidental. binoni (1671-1751) compuso aproximadamente 2200
años después de muerto Pitágoras -si 2200 años- su
No es casual que griego sea el fonema que da nom- Concierto para oboe y orquesta en re menor Op. 9 nº
bre a nuestra pasión “mousiké”, a pesar que para los 2 como homenaje al Elector de Baviera, Maximiliano
griegos el término era mucho más amplio que para no- Emmanuel II (1662-1726), del que incluyo su segundo
sotros como tendremos oportunidad de comprobar, o movimiento: Adagio. Así se escribe la Historia.
que también la canción -“melos”- que para Platón era
la conjunción de habla, ritmo y armonía, sea la raíz eti-
mológica de melodía. Adagio

Tenemos que remontarnos a la época presocrática GRECIA ( III )


para encontrar el germen fecundador de la cosmología
griega, y por ende el de la teoría musical. Allí surge LA MÚSICA EN LA VIDA COTIDIANA GRIEGA.
la dialéctica entre el Uno y lo Múltiple. Las cosas se La música ya se mostraba presente en sus dos gran-
transforman, luego deben tener un sustrato común, el des vertientes –profana y religiosa- desde los tiempos
principio de todo, del que después surgen las variantes de Homero (700 a.C.). Así, en la Odisea nos da cuenta
individuales. de su presencia cuándo cita a los bardos y sus cantos de
Así, para Tales de Mileto (c. 624 a.C. – c. 547 a.C.), poemas épicos para amenizar los banquetes.
ese principio era el agua; Heráclito (c. 540 a.C.- c. 480)
sugiere el fuego, mientras Anaxímenes (c. 546 a.C.-?) La encontramos más tarde en los Juegos Píticos
defiende al aire. Cuando esta visión exterior al hombre (586 a.C.), dónde Sakadas de Argos recrea la lucha de
-al que se le considera una variante más del Uno- se Apolo con la serpiente Pitón mediante una composi-
complete con el estudio interior del hombre como su- ción para aulos. Los torneos de instrumentistas de au-
jeto, girará la línea filosófica alumbrando a la figuras de los y lira, así como los concursos de canto, van a ser
Platón (c. 428 a.C- 347 a.C) y Aristóteles (348 a.C- 322 frecuentes a partir del siglo IV a.C.
a.C).
Desde el punto de vista litúrgico la música era im-
Por el camino nos encontraremos con Pitágoras prescindible en el culto a los dioses. Sirva de ejemplo
(570 a.C- c.495 a.C.), músico, matemático y filóso- resaltar cómo el culto a Apolo obligaba a la utilización
fo, que dará al Número y a sus relaciones, la catego- del canto acompañado de la lira, mientras que será el
ría de Uno, base y el rector del Universo que no es aulos el que lo haga en el culto a Dionisio. Por otro
más que la concreción física de la abstracción que el lado no debemos olvidar que la mitología griega esta-
Número representa. Las matemáticas tienen que expli- blece el origen divino de la música y a los dioses como
car el mundo de los sonidos. Incluso la “Armonía de los primeros instrumentistas. Cualquier duda sobre la
las Esferas”, en clara alusión a la Astronomía. Si eso importancia de aquella y su utilización religiosa queda
es verdad, los intervalos musicales deben obedecer a despejada ante semejante hecho.
relaciones numéricas. Con esta premisa y el concurso
de un monocordio, una cuerda tensada que se pulsaba Una pequeña disgresión para recalcar como desde
en lugares distintos para acortar su longitud vibrante, la teoría del ethos se produce una diferenciación de los
observó que los sonidos obtenidos a distintas longi- instrumentos que define su utilización según al dios
tudes presentaban alturas diferentes. Relaciones longi- que estén destinados.
tudinales de 2:1 producían octavas; 4:3 cuartas y 3: 2
quintas. De aquí al establecimiento de un sistema de El aulos, instrumento de viento, no permite el canto
escalas solo mediaba un paso, pero eso será objeto de del intérprete, cosa que sí hace la lira. Dionisio, origen
un próximo artículo. del vocablo dionisiaco, que en Roma se bautizará como
Baco y del que deriva el concepto de bacanal, está aso-
ciado a la danza, al desenfreno e incluso al trance que
AUDICIÓN MUSICAL como dios del vino produce; todo ello en un ambiente
En la entrada anterior escuchamos a una lira de seis que el término bacanal define muy bien. Música dioni-
cuerdas como instrumento evocador de la lira griega. siaca, en la acepción griega, y que ha llegado a nuestros
Decíamos allí que el aulós, representaba el pariente días.
lejano de nuestro oboe . Escuchémoslo para ilustrar
musicalmente al texto. Un diletante como Giovanni Al- En la vertiente escénica de la utilización musical,
el aulos solía acompañar al canto de los coros en las
62 Revista Atticus
ficos dedicados a Apolo, un fragmento de un Coro
del Orestes de Eurípides, un brindis grabado en una
lápida funeraria del siglo II a.C., y, ya en época tardía,
los Himnos a Némesis, al Sol y a la musa Calíope de
Mesomedes de Creta en el siglo II d.C.

AUDICIÓN MUSICAL
Hagamos correr el reloj y parémonos en el siglo XX.
El 29 de Mayo de 1913. Ese día se estrenó la Consagra-
ción de la Primavera de Igor Stravinsky (1882-1971),
para muchos la obra que abre el siglo XX desde el pun-
to de vista musical. De ella os propongo que oigamos
el final,- la danza sagrada-. En esta página me parece
que condensa Stravinsky a Dionisio, a la tragedia grie-
ga, a la mitología, a la bacanal, al ritmo y, si me lo per-
mitís, hasta la lucha de Apolo con la serpiente Pitón.

La danza sagrada

GRECIA ( IV )

Para finalizar el capítulo dedicado a la música en la


antigua Grecia me gustaría incluir por su importancia y
por ser fuente de inspiración musical desde entonces,
una reseña más explicita a la Mitología Griega en su
relación causal con la música. Para ello acerquémonos
a la figura de Apolo.

Antecedentes de la naturaleza de Apolo según la


Mitología.

Apolo, hijo de Zeus y Leto nació sietemesino te-


niendo Temis que alimentarlo con néctar y ambrosía.
Al cuarto día de su nacimiento, en prueba de su pre-
cocidad, pidió un arco y unas flechas para dirigirse al
Monte Parnaso donde moraba la serpiente Pitón con
la intención de matarla. Leto, la madre de Apolo había
tragedias griegas de los clásicos:- Eurípides, Sófocles y sido perseguida en el pasado por la serpiente, enviada
Esquilo-, y por tanto quedó asociado con el teatro, en por Hera. (Rivalidades de los dioses griegos). Apolo
su vertiente trágica. quiere vengarla.

Sin embargo la lira es el instrumento ideal para el Pitón, herida por Apolo, huyó a Delfos, el Oráculo
canto lírico de Apolo y más tarde de Orfeo. Muy ale- de la Madre Tierra, –Hera- pero Apolo la siguió y allí
jada, desde el punto de vista del ethos, del aulos, se la mató. Avisado Zeus por Hera y enfadado con el
utilizaba con fines diametralmente opuestos a la hora comportamiento de su hijo quiso honrar la memoria
de conmover al auditorio. Mucho más unida al sentir, de la serpiente y castigar a Apolo. Todo en uno. Para
al ritmo y a la melodía de la poesía. ello instituyó los Juegos Píticos y obligó a su hijo a pre-
sidirlos, como penitencia.
Decir, por último, que nos han llegado escasísimos
ejemplos de la música griega, a diferencia de lo que -Los Juegos Panhelénicos tuvieron mucha impor-
ocurrió con la escultura, la arquitectura o la literatu- tancia como lugar de encuentro de los habitantes de
ra. Citar entre pocos ejemplos más: dos himnos dél- las ciudades-estado griegas. Destacar entre ellos los
Píticos, los Olímpicos e incluso los juegos de Delfos,
Revista Atticus 63
de la música de Atenea. Ante semejante prodigio Mar-
sias decidió engatusar, con su fingida interpretación, a
todos los campesinos de Frigia al tiempo que alardeaba
de que ni Apolo con su lira podría componer mejor
que él. Llegó la fanfarronada a los oídos de Apolo que
lo retó en duelo musical. El vencedor podría hacer con
el vencido lo que considerase oportuno. Marsias acep-
tó y el jurado fue compuesto por las Musas, como no.
Empate fue el veredicto de aquellas hasta que Apolo
le dijo al sátiro: “-Te desafío a que hagas con tu ins-
trumento lo que hago yo: ponlo al revés y toca y canta
al mismo tiempo-”. Ante la imposibilidad de cantar y
soplar la flauta Marsias fue derrotado. Apolo decidió
desollarlo vivo y clavó su piel a un pino.

Su segundo concurso musical fue con Pan, ante la


presidencia del rey Midas, que también dió ganador a
Apolo. Desde entonces se convirtió en dios invencible
de la música y su lira de siete cuerdas se hizo presente
en todos los banquetes divinos. Su victoria trasladada
al plano histórico hizo que los instrumentos de viento
fuesen suprimidos y sustituidos por los de cuerda en
Frigia y Arcadia tras las conquistas helénicas de ambas
regiones.

En la Grecia clásica Apolo representó el dios de la


matemática, la medicina, la astronomía, la poesía, la fi-
losofía y claro está, la música. ¡Cuántos conceptos im-
juegos funerarios en recuerdo de Pitón-.
plícitos en esta narración mitológica del significado de
la música. Algunos ya fueron comentados en anteriores
artículos de clasica2.com. Así la música y su capacidad
La música y Apolo en la Mitología.
de acompañar a los comensales, la diferenciación entre
Mas adelante, en Delfos, Apolo se va a enfrentar a
la cuerda y el viento, la relación matemática de la mú-
Pan y Marsias. Apolo y su lira - la cuerda-, contra las
sica; su relación filosófica o astronómica. Incorpora
flautas -los instrumentos de viento-. Veamos como lo
uno nuevo: su poder medicinal y por tanto curativo. La
describe la Mitología.
música cura físicamente ayudando a que los humores
fluyan armónicamente, cierren las heridas; pero tam-
Atenea, uno de los primeros luthiers conocido,
bién cura psicológicamente. El origen de lo que hoy
construyó un día una flauta doble (aulos) con huesos
llamamos Musicoterapia.
de ciervo y la tocó en uno de los múltiples banquetes
que celebraban los dioses (Tafelmusik). Hera y Afrodi-
AUDICION MUSICAL
ta se rieron de ella durante la interpretación musical.
Oigamos a Pan y su flauta acompañada del resto
Molesta Atenea, dejó el banquete y se fue al bosque
de los vientos las cuerdas y la voz en la magnifica aria
para verse reflejada en el agua de un río mientras sopla-
de presentación de Papageno en la Flauta Mágica de
ba la flauta. Sintiéndose ridícula con la cara hinchada
Mozart. Los violines primeros, acompañados por el
y amoratada por el esfuerzo del soplo, tiró la flauta y
resto de la cuerda se unen a las trompas (viento) para
pronunció una maldición que caería sobre el que osara
presentarnos a Papageno. Cuando cante (como Apolo)
recogerla.
los violines lo doblaran para orlar su voz como si de
una cálida caricia se tratase. La flauta de Pan subraya,
con breves intervenciones, momentos especiales del
Marsias, un sátiro de la diosa Cibeles, tuvo la mala
aria. (22; 24; 69; 71; 78; 80; 111; 113; 121; 123;155; 157;
suerte de encontrársela un día. Al recojerla del suelo la
165 y 167).
flauta comenzó a sonar sola interpretando un remedo

64 Revista Atticus
Historia de la música clásica

La música ha conseguido unir a Apolo a Marsias y


a Pan haciendo olvidar, ahora lo sabemos, antiquísimas
rencillas.... ¡Mitológicas!.

La Flauta mágica. Escena de presentación de Papa-


geno.

PAPAGENO
PAPAGENO
Yo soy el pajarero,
Der Vogelfänger bin ich ja,
siempre alegre, ¡ole, upa!
Stets lustig, heißa, hopsassa!
Como pajarero soy conocido por
Ich Vogelfänger bin bekannt
viejos y jóvenes en todo el país.
Bei Alt und Jung im ganzen Land.
Cazo con reclamo y toco la flauta.
Weiß mit dem Locken umzugehn
Puedo estar alegre y contento,
Und mich auf ’s Pfeifen zu verstehn.
porque todos los pájaros son míos.
Drum kann ich froh und lustig sein,
Yo soy el pajarero,
Denn alle Vögel sind ja mein.
siempre alegre, ¡ole, upa!
Der Vogelfänger bin ich ja,
Como pajarero soy conocido
Stets lustig, heißa, hopsassa!
por los viejos y los jóvenes
Ich Vogelfänger bin bekannt
en todo este país.
Bei Alt und Jung im ganzen Land.
¡Me gustaría tener una red
Ein Netz für Mädchen möchte ich,
para muchachas,
Ich fing sie dutzendweis für mich;
las cazaría por docenas!
Dann sperrte ich sie bei mir ein,
Luego las metería en la jaula
Und alle Mädchen wären mein.
y todas ellas serían mías.
Wenn alle Mädchen wären mein,
Si todas las muchachas fueran mías,
So tauschte ich brav Zucker ein.
las cambiaría por azúcar:
Die, welche mir am liebsten wär’,
y a la que yo más quisiera
Der gäb’ ich gleich den Zucker her.
le daría enseguida el azúcar.
Und küßte sie mich zärtlich dann,
y me besaría con delicadeza,
Wär’ sie mein Weib
si fuera mi mujer y yo su marido.
und ich ihr Mann,
Dormiría a mi lado y la acunaría
Sie schlief ’ an meiner Seite ein,
como si fuese una niña.
Ich wiegte wie ein Kind sie ein.

Nota de la Redacción de Revista Atticus.

Como fruto de una excelente colaboración Manuel López Benito, autor


de este artículo, nos ha facilitado la posibilidad de oír los fragmentos que en
el mismo se destacan. Claro, es indispensable tener acceso a Internet. Nos ha
facilitado tanto el trabajo que nos ha creado un enlace y pone a la disposición
de todos nuestros lectores esos fragmentos El enlace es el siguiente.
http://clasica2.com/index.php?option=com_content&view=article&id=480:recomendacion-de-clasica-2-at-
ticus-una-revista-cultural-en-internet&catid=52:noticias&Itemid=119
Así podremos leer y escuchar la música.
Agradecemos el trabajo de Manuel López Benito y os recomendamos como ya lo venimos haciendo en nuestra
web (allí tenemos puesto el enlace) que visitéis su página en:
www.clasica2.com
Desde aquí agradecemos su excelente iniciativa que seguirá en próximos entregas.

Revista Atticus 65
Los tres últimos días
de Fernando Pessoa

que no se conocen, pero que podrían ser. Hay espacio


para los más representativos de los heterónimos, algún

H
subheterónimo inesperado, la compañía de los amigos
ay buenas razones para arriesgarse a y la omnipresente Lisboa, hecha de paisajes, calles, igle-
leer esta obrita (al tamaño nos refe- sias, parques, restaurantes y gentes, de recuerdos como
rimos) de Antonio Tabucchi. Quie- el de Ophélia Queiroz, único amor conocido del llama-
nes leyeron Sostiene Pereira, o vie- do el Poeta, y personajes ficticios o de naturaleza hí-
ron la película, se pueden acercar brida entre realidad e imaginación, aunque dotados de
de nuevo al escritor italiano. Como ya se ha dicho la na- tanta vida que miente quien pueda tacharlos de inexis-
rración es de corta extensión y no nos llevará mucho tentes. La vida cotidiana, los paseos por la ciudad, la
tiempo leerla sin dejar de lado nuestras obligaciones convivencia con los “otros”, la doble faceta escritor-
cotidianas. Disfrutaremos de la recreación del mundo empleado, el origen, la infancia, el destino, la muerte, la
de Pessoa de la mano de un especialista privilegiado en compañía de la creación y la soledad existencial, todos
el autor portugués, un genial autor, Pessoa, visto por los elementos conviven en armonía. Todo confluye en
otro autor genial, Tabucchi. un conjunto en el que cada pieza es una tesela y solo
al tener la perspectiva general del mosaico, este cobra
No quiero contar mucho del argumento pero como sentido en una interrelación necesaria.
el título ya dice algo, recuerdo: “Los tres últimos días
de Fernando Pessoa”, creo que no sorprendo a nadie La complejidad de la heteronimia pessoana se des-
si digo que al final Pessoa muere y que estos son sus cubre a cada paso. Seres imaginados con imaginación
últimos días. Cercana la muerte, le asaltan sus heteróni- propia, con autoría propia y con biografía, con vida.
mos, sus otros yoes que le han acompañado a lo largo Son personajes con opiniones personales, con perso-
de su vida y estarán con él hasta el final. Nada es gra- nalidades diferenciadas que mantienen tal grado de hu-
tuito en la obra. ¿Quién sabe más de Pessoa que Ta- manidad que caen incluso en la humana contradicción.
bucchi?; pues muy pocos. Pero claro, este texto no es Personajes que cambian, que evolucionan en su caso o
un estudio académico de crítico superespecializado, es que se mantienen fieles a sus ideas. Los yoes conversan
la libertad absoluta de un autor que sabe mucho acerca con Pessoa y hasta le sorprenden. La madeja no deja
del protagonista del que trata. de hacerse nudos y los heterónimos llegan incluso a
relacionarse entre sí sin intervención de Pessoa.
Este texto de Tabucchi tiene como subtítulo: “Un
delirio”. Y así debe ser entendido, como un delirio, un Los álter ego, ante la certeza de la partida del crea-
sueño, en un plano aparte de la realidad. En unas cua- dor al más allá, acuden a hacerle una última visita. Hay
renta páginas aflora la vida y obra de Pessoa, comple- agradecimientos, sorpresas, secretos revelados, confe-
mentada con la labor literaria que rellena las lagunas siones y alguna que otra recriminación ahora perdona-
66 Revista Atticus
Los tres últimos días de Fernando Pessoa

El último visitante es Antonio Mora, el


loco lúcido. No es casualidad que sea el úl-
timo en aparecer. Volvamos un poco atrás,
Bernardo Soares (otro yo) le comenta a Pes-
soa una conversación con Mora:

Me dijo en primer lugar que los dioses


volverán, porque toda esta historia del alma
única y de un solo dios es algo pasajero que
está a punto de terminar dentro de los bre-
ves ciclos de la historia. Y cuando los dio-
ses vuelvan los hombres perderemos esta
unicidad del alma, y nuestra alma podrá ser
de nuevo plural, como quiere la Naturaleza
(pág. 122).

La creación literaria de Pessoa es conside-


rada por el mismo autor como “obra noctur-
na”. De noches fecundas, antítesis quizá del
rutinario trabajo diurno. Es a media noche, a
la hora de los fantasmas, cuando en el texto
de Tabucchi viene a verle Álvaro Campos.
Ante la muerte próxima puede tratarse de un
delirio, de una alucinación, de un sueño, y en
esos estados sin tiempo, en la oscuridad, en
la noche donde todo tiene cabida es donde
se muestran principalmente estos persona-
jes. Antonio Tabucchi no hace sino elegir la
ambientación más adecuada; entronca con el
otro lado, lo anormal o incluso paranormal,
lo extraordinario en conexión con el mundo
nocturno, engendrador de sueños y pesadi-
llas donde todo es posible. Es un tiempo sin
da o comprendida ante la inminencia del fin. Entre la tiempo, una atmósfera atemporal, ajeno a las
maraña de los yoes destaca la presencia de Álvaro Cam- leyes físicas espaciotemporales. Los personajes llegan
pos, un heterónimo que estudió para ingeniero y que de sitios cercanos o lejanos, ¿reales o imaginados?, en
pasa sus días ocioso en la capital portuguesa. Heteró- los que el tiempo es relativo. Un caso paradigmático:
nimo fumador (Pessoa también fumaba), que enciende en el encuentro con el heterónimo Soares (el de El libro
un cigarro ante la cama del enfermo, y es al que se le del desasosiego), el reloj de la habitación del hospital está
atribuye el poema “Tabaquería”, la poesía más bella del parado.
siglo según Tabucchi. El Campos nihilista, vanguardis-
ta, metafísico es probablemente el heterónimo dotado ¿Cómo encontramos este título? Pues se encuentra
de más complejidad y fuerza. A Álvaro se le culpabiliza recogido en el volumen: Sueños de sueños; Los tres últi-
de la ruptura amorosa entre Pessoa y Ophélia. Este he- mos días de Fernando Pessoa. De este modo, tendre-
terónimo se permite burlarse de ese amor y tachar de mos también la oportunidad de leer breves “sueños”
ridículas las cartas que escribe el enamorado Fernando. que tienen como protagonistas a personajes ilustres,
Además, Campos confiesa haber tenido una relación entre otros García Lorca y Pessoa. (Como ocurre en
homosexual con un joven, una historia de amor con un estas obras y otras de Tabucchi, el recurso a la dimen-
inglés, a quien está dedicado un soneto que ha ocultado sión onírica es un escenario recurrente, que propor-
a Pessoa; “a partir de ese soneto nacerá la leyenda de ciona a su vez verosimilitud y desarrollo de la ficción).
tus amores reprimidos, y algunos críticos se frotarán El título está publicado en Anagrama, una editorial de
las manos” (p. 107), comenta Tabucchi en voz del in- prestigio pero no de tiradas solo basadas en criterios
geniero. comerciales, a gusto del autor que prefiere que sus li-

Revista Atticus 67
bros se difundan a través de editoriales de calidad que “al comprobar que en mi imaginación seguía presente
no sean empresas que únicamente venden libros como el reclamo y la idea de ese desconocido y curioso poe-
pudieran vender otro artículo; aprecia además la cer- ta portugués que me había seducido” (Conversaciones
canía en el trato y un contacto más personal. con Antonio Tabucchi, pág. 51). La pasión por Portu-
gal y uno de sus hijos más ilustres no se queda ahí. Ha-
Espero que os guste y si es así, estáis de enhora- cia la mitad del curso decide viajar al país luso con su
buena porque se han traducido muchos libros de este coche, un Fiat 500. Fue la primera vez que puso un pie
autor. Por citar algunos: en un territorio antes soñado. De paso, y es obligatorio,
tuvo que pasar por España y aprovechó para quedarse
Nocturno hindú unos días en Madrid, ciudad que es de su agrado.
Pequeños equívocos sin importancia
Un baúl lleno de gente Tabucchi define, recrea, explica la condición o idio-
El ángel negro sincrasia del artista, especialmente del escritor. La lite-
Dama de Porto Pim ratura es para el toscano, según sus palabras, algo re-
La cabeza perdida de Damasceno Monteiro lacionado con los deseos, los sueños y la fantasía. En
Realidades ajenas muchas de sus obras, los protagonistas son personajes
Autobiografías ajenas: poéticas a posteriori entre la realidad y la ficción, o más bien, personajes
El juego del revés reales que existieron que se vuelven ficticios. Asumir la
El tiempo envejece deprisa: nueve historias condición de escritor es un tema que aborda en muchas
La oca al paso: noticias desde la oscuridad que estamos de sus entrevistas, el artista debe aceptar un destino, no
atravesando siempre feliz, casi nunca feliz si nos atenemos a multi-
tud de biografías; es atreverse a hablar, a involucrarse,
Y no nos olvidemos de Réquiem: una alucinación, a opinar, a ser parte, a permitir la visita de personajes
donde también se halla la figura de Pessoa, y como fantasmas. Como buen conocedor de las letras, deberá
indica el subtítulo, fuera del plano de la normalidad. Si tener presentes referentes como Pirandello y el mismo
incluso sois de esos a quienes os gusta que el mismo es- Pessoa a este respecto.
critor haga de crítico de su propia obra y os cuente sus
impresiones, este es de esos; os recomiendo: Conversa- El sueño, la alucinación, el delirio, son constantes
ciones con Antonio Tabucchi, de Carlos Gumpert Melgosa en su obra. El sueño es y no es. La dimensión onírica
y publicado, cómo no, por Anagrama. permite la convivencia entre verosimilitud y fantasía,
más margen de maniobra. Interesante resulta el tono
Sostiene Tabucchi la idea de que para el entendi- irónico aplicado al autor de La interpretación de los sueños
miento de ciertos autores, sobre todo de su obra, es en Sueños de sueños. Freud sueña o Tabucchi se lo ima-
importante el conocimiento de las circunstancias de su gina soñando, y parodia la perspectiva sicológica de los
vida. No se trata de cotilleos ni de lo que diga cual- sueños en clave freudiana. “Sus Casos Clínicos pueden
quiera, tenga base o no. Imaginemos a un lector de ser leídos como ingeniosas novelas” (p. 96). En Sue-
una zona rural de China que lee el Romancero Gita- ños de sueños, personajes conocidos, donde predominan
no, ¿no le sería de utilidad al menos conocer o situar los escritores, dan rienda suelta a su mundo a través
geográficamente y en la historia a la figura de Lorca? de la experiencia onírica; Tabucchi se viste de sicoa-
Lorca, Pessoa, Cecco Angiolieri, Caravaggio, Chéjov, nalista, de artista, de músico, de pintor y sobre todo
Toulouse-Lautrec… y muchos otros, que sueñan o son de escritor. Resultado de ello es un cuadro en el que
soñados en Sueños de sueños, son de esa clase. ¿Y el es- se entremezclan vida y obra, lo que fue y lo que pudo
critor Antonio Tabucchi?, ¿quién es? Nacido en 1943, haber sido, tal es el caso del sueño de Goya, otro gran
natural de Pisa, escritor, articulista, traductor, catedrá- soñador frecuentado por “fantasmas”.
tico de Lengua y Literatura Portuguesas. Tenía en men-
te especializarse y licenciarse en Filología Románica o Así las cosas, tenemos claro que Tabucchi es escri-
en Literatura Española, pero a semejanza de un relato tor, que frecuentemente escribe sobre escritores, sobre
propio “la casualidad” o el “destino” le lleva por otro el que más Pessoa al que incluso traduce, y que se
camino. En una estación de tren en París llega a sus multiplican los sustratos, las máscaras, los personajes,
manos el poema “Tabaquería” de un hasta entonces la vida propia, la de otros, la imaginación propia, la
para él desconocido Pessoa y le da un vuelco su vida, de otros. El creador, el narrador, tiene una y mil caras
se desata la pasión portuguesa. En el curso académico como múltiples pueden ser los caracteres. Se desdo-
siguiente decide cambiar la orientación de su carrera bla, vive con ellos y ellos por él, se mueve en la mul-

68 Revista Atticus
Los tres últimos días de Fernando Pessoa

tiplicidad, cree en que escritos, la labor de


todos somos “Uno, heterónimos (para
ninguno y cien mil” hablar de una for-
como dice un título ma general, se habla
de Pirandello. Dentro de semiheterónimos,
de la producción del subheterónimos,
escritor italiano, Fer- pseudónimos…),
nando Pessoa en un aparte del ortónimo,
referente recurrente guardados en un baúl
de forma explícita o que todavía dan para
no, entendido como muchos quebraderos
persona plural, Pes- de cabeza para la crí-
soa, (“persona” en su tica. “Un baúl lleno
traducción), que abar- de gente” dice Tabuc-
ca muchas personali- chi en Los tres últimos
dades, innumerables días de Fernando Pessoa.
posibilidades. Por Y a su vez el escritor,
citar algunas obras, traductor y crítico del
Pessoa está más pre- lisboeta profundiza
sente en Tabucchi en: en su obra en Un baúl
Réquiem, Sueños de sue- lleno de gente, obra de-
ños, Los tres últimos días dicada al estudio de
de Fernando Pessoa, Un la abundancia de la
baúl lleno de gente, y en pluralidad del portu-
ensayos y otros estu- gués; no en vano en-
dios como Pessoana mínima. tre unos y otros se dice que Pessoa bautizó con un
nombre a más de setenta personajes en la esfera de la
¿Qué se sabe de Pessoa? Da la sensación de que heteronimia. Ya es masificación la del baúl.
hubiera vivido “ocultándose” de la fama y, paradójica-
mente, frecuentaba ambientes ocultistas o esotéricos. La repetición de personajes o reapariciones inespe-
Su extensa obra solo fue conocida póstumamente. En radas, la recurrencia al sueño, el tema de la casualidad,
vida solo publicó casi en su totalidad en revistas, en del destino, del equívoco se entreven en gran parte de
las mejores portuguesas, e incluso fue el fundador de la producción de Tabucchi. No en detrimento de la ca-
dos de ellas. Su labor en las publicaciones periódicas le lidad y la variedad sino como posibilidad de conside-
dio prestigio sobre todo entre los colegas y el mundi- rar parte de su obra como interconectada, una especie
llo afín, lejano al público de masas. Autofinanciándose, de “macrotexto”, un único texto en el que diferentes
publicó unos volúmenes de poesía en inglés (lengua libros podrían integrarse en un todo y tratarse de for-
que dominaba debido a que había transcurrido gran ma episódica, ya sea por los personajes, por la ambien-
parte de su infancia y juventud en Sudáfrica, puesto tación, por el tono… Considerada como una posible
que su madre se casó en segundas nupcias con el cón- unidad plural en la que podrían integrarse de diferentes
sul portugués en Durban). En sus últimos tiempos sale maneras, a veces con apariencia de digresión. (Esto en
a la luz Mensagem, tributo poético a la historia portugue- cuanto a la relación entre algunos de sus escritos, no de
sa de una manera bastante peculiar, con aire esotérico. otros que podríamos considerar independientes). En
Este texto de exaltación patriótica que presentó a un lo que respecta a algunos de sus libros, sostiene el autor
concurso y en el que no quedó el primero. Dicen que en Conversaciones con Antonio Tabucchi que “las historias
al final le dieron un premio de consolación ante la in- que se narran no acaban cuando éstos terminan, sino
sistencia de amigos, conocidos y admiradores de su tra- que poseen una especie de aura fantasmagórica que les
bajo. A pesar de que el reconocimiento general le vino hace proseguir su camino e insinuarse en otros libros.
tras la muerte, vivió para la literatura y estuvo al tanto Creo, por lo tanto, que para comprender mejor lo que
de las vanguardias e incluso es considerado inventor de he escrito posiblemente convenga leer mis libros de
algunas de ellas. El corpus literario pessoano fue poco manera contextual y no aisladamente, y que cada uno
conocido en vida del autor; en cambio, se trataba de de ellos pueda ser considerado, como ustedes dicen, un
una producción dilatada, descubierta post mortem. Sus capítulo de una historia global que en fin de cuentas es

Revista Atticus 69
la de mi imaginación, la de mi vida, la de mi existencia, para ser, para decir, para desdoblarse, para tener di-
no sólo como escritor, sino también como hombre” ferentes visiones. Muchos, uno, ninguno, nadie como
(p. 190). en “Tabaquería”. Un Tabucchi plural aborda el mundo
plural pessoano en Los últimos tres días de Fernando Pes-
No es nueva esta circunstancia de la macrotextuali- soa, al final de la existencia “vital” del personaje real-
dad en la literatura; sin ir más lejos, otro autor de culto ficticio. El tema de la muerte, del fin, se vuelve paisaje
en Italia como es Vincenzo Consolo es uno de los me- y personaje como en otros escritos del autor toscano.
jores representantes. También característica de Conso- Se trata de una frontera, de un límite que puede ser re-
lo, y de otros autores como Borges, que comparte Ta- basado, combatido o alterado en el terreno imaginativo
bucchi es la búsqueda de la complicidad con el lector al de la literatura. Pessoa anima a uno de sus heterónimos
evocar y muchas veces sobrentender el conocimiento a seguir escribiendo en su ausencia, tal es la autonomía
de otros pre-textos o información relativa a personajes otorgada. Por otro lado, se sugiere la inmortalidad de
famosos o a su obra, en especial artistas. Junto a los la obra, entendida como criatura dotada de vida propia,
artesanos de la escritura, se hacen referencias a otras creada, en parte tuya, en parte ajena, independiente.
disciplinas como puede ser la pintura. Así pues tiene
cierta ventaja el lector avezado, o bien quien posea un Bernardo Soares, el considerado normalmente por
bagaje cultural o el que esté dispuesto para la investi- la crítica semiheterónimo, en Los tres últimos días de
gación. En el caso de Tabucchi no hay que asustarse, Fernando Pessoa, enseña a un papagayo los versos de
pues no es indispensable ser un humanista del siglo Campos-Pessoa de “Tabaquería”. Cuidado, que no es
XXI; su obra se puede leer a diferentes niveles y suele un pájaro cualquiera, se dice que es un oráculo que pre-
ser magnánimo con el lector, puesto que no cae en la dice el futuro. Se dice que algún día las almas grandes
erudición por la erudición, sino que el conocimiento sabrán esos versos de memoria:
previo o la recreación histórica o real, entre comillas, es
normalmente un punto de partida para el despegue de “No soy nada, nunca seré nada, no puedo querer ser
la imaginación y de las posibles alternativas ficcionales. nada” (p. 124).
Es buena gente Tabucchi. Al final de las dos obras, y
para situarnos, ha puesto un apéndice biográfico de Uno se familiariza con los heterónimos y acaban
los personajes comparecientes. Tanto en Los tres últimos siendo como de la familia. Qué universo el de Pes-
días de Fernando Pessoa es de agradecer la ayuda, como soa… y el de Tabucchi… Un momento, un momento,
incluso en Sueños de sueños, pues trata a algunos artistas yo soy lectora y también interpreto… ¿No podría ser?,
que a lo mejor no conocemos mucho, porque el crite- ¿sería posible?, ¿sería posible quizá en un libro de Ta-
rio seguido ha sido la predilección del autor. bucchi? Pero tal vez así se descubriría, se quitaría una
máscara… Estos autores tienen mucho en común, mu-
No toda la obra de Tabucchi es sobre Pessoa y Lis- chísimo. ¿Podría ser Tabucchi un heterónimo que ha
boa, aunque te asalten en muchas ocasiones. Es un au- escapado del baúl de Pessoa? Me lo estoy preguntando
tor capaz de escribir novelas, mas brilla especialmente y me da la sensación de que deliro, que al igual que un
en los relatos cortos, pequeñas historias y cuentos. El manchego caballero me estoy volviendo tarumba por
estilo sí suele ser humorístico a veces, irónico en mu- culpa de los libros. Por otra parte hay muchos indicios:
chas ocasiones, frecuenta lo equívocos, las dobles in-
terpretaciones, lo que dice y su contrario, es un jugador • Los dos han llevado bigote durante mucho
nato. Pero sin dejar de lado la ternura, la melancolía, tiempo.
la esperanza o la resignación de que la vida hay que • Lisboa, lugar de destino. Pessoa por nacimien-
tomársela como viene pues el mundo está loco, loco. to y residencia, Tabucchi por elección. ¿Sabíais
que el italiano pasa su tiempo dividido (cual
Su personaje emblemático, Pessoa, da para mucha Proserpina) entre la ciudad de la desembocadu-
literatura. Por un lado un trabajador que realizaba tra- ra del Tajo e Italia? (Bueno eso no es tan raro,
bajos administrativos y traducciones comerciales, que quién no quiere volver de nuevo a Lisboa o a la
llevaba una vida anónima y aparentemente gris; por Toscana, yo la primera).
otro, mucha vida a través de sus heterónimos. La otra • ¿Y que su amor, la esposa de Tabucchi, es lis-
faceta, la no profesional, la múltiple porque se nos que- boeta? Y tiene hijos por tanto bastante portu-
da corto decir que llevaba una doble vida. No es una gueses. ¿Serán estos unos heteronimillos?
cara o dos, se trata de multiplicidad, los heterónimos • Tabucchi sabe mucho sobre Pessoa y lo tradu-
con obra y hasta biografía propia. Libertad, libertad ce. ¿Lo sabrá de primera mano?

70 Revista Atticus
Los tres últimos días de Fernando Pessoa

• Tabucchi sueña con su italiano padre fallecido tengo en la oscuridad?, ¿en lo oculto? Su mirada me lo
manteniendo una conversación en portugués dice todo. Me restringiré a la noche, al mundo de los
(Réquiem y comentario en Autobiografías ajenas). sueños, en lo que todo es posible, hasta yo”.
Además, el libro Réquiem, lo escribe directamen-
te en portugués y la traducción al italiano la ha “Cuénteme su último sueño, me conminó. Y al es-
hecho otra persona porque el autor prefirió no cuchar sus palabras invocadoras, se me presenta en se-
hacerla. gundo plano, tras el psicoanalista, otro sueño, también
mío. Detrás de un Freud sentado, un individuo de pie,
¿Es Tabucchi un médium? ¿O quizás un heteróni- con gafas y bigote, que me resulta simpático y cercano,
mo de Pessoa con vida propia? ¿O no será, como mu- sin decir una palabra, mueve la cabeza de un lado a
chos artistas, un embaucador, un fingidor, un impos- otro, negando. “¿Lo ves? ¿Lo ves ahora mismo?” me
tor a fin de cuentas? Todos los escritores son en cierta pregunta el doctor. Y yo miro más arriba, al lugar en el
manera unos delincuentes de guante blanco. Tabucchi que el personaje, ente, fantasma, ser viviente o presen-
define a los escritores con el calificativo de “ladrones”, te solo en sueños, acelera su movimiento giratorio de
le parece necesario sustraer información a los demás cabeza, cada vez más rápido, y me parece así ver dos
para escribir “y yo lo hago descaradamente” (Conver- figuras, después cuatro, después muchas más… Y allí
saciones con Antonio Tabucchi). Pues eso, tened cuidado estaba yo soñando doblemente, con un sueño dentro
con amigos y conocidos escritores o escribidores, ¡no de otro sueño, palimpsesto que utiliza un único espa-
saben o no pueden guardar un secreto! cio. Freud, no sé si para tranquilizarme, alterarme aún
más o para dar un diagnóstico, me dice: «Es una aluci-
Para secretos los que se revelan contando los sue- nación, nada es real».
ños. Os voy a hacer una confidencia y espero no arre-
pentirme. Esta pasada noche he soñado. Ha sido todo No se si os hago un favor al invitaros a la inmersión
muy extraño, raro el sueño en sí, o más bien una par- en la obra de Tabucchi, y por extensión de Pessoa. O
ticularidad: He soñado en italiano, y no es mi lengua quizás agravo vuestra bibliopatía, si ya tenéis algunos
materna. Estaba tumbada en un diván y cerca de mí síntomas. Uno coge, ingenuamente, un libro de un
un hombre circunspecto, que no sé por qué, pero con autor, por ejemplo porque se lo ha recomendado un
la certeza dentro del sinsentido de los sueños, yo sabía amigo o porque te llega a las manos en una estación de
que era Freud. Lo cual me parece sorprendente, por- tren… y no sabe donde puede acabar. Un caso, alguien
que todos sabemos que no era de Italia, pero me habla- ve una peli llamada “Sostiene Pereira”, después va y se
ba en un perfecto italiano como si su cuna se hubiera compra el ejemplar, lee una recomendación entusiasta
mecido en la Toscana. Yo le contaba un problema, una en una revista de un libro de Tabucchi, se da a la lectu-
disfunción particular que él escuchaba con mezcla de ra de títulos como Sueños de sueños o Los tres últimos días
conmiseración y curiosidad. “A veces, doctor, me sien- de Fernando Pessoa (se lee las dos obras porque vienen
to muy mayor, otras muy muy joven… en ocasiones en el mismo volumen y no le gusta dejar las cosas a
hombre, la mayoría mujer. Esto me ocurre especial- medias), ahora se le ocurre la idea de conseguir otros li-
mente cuando escribo. Tengo la sensación de que me bros del mismo escritor que traten al personaje de Pes-
meto en la piel de cualquiera con la facilidad con la soa, Un baúl lleno de gente parece un título atractivo, de
que me cambio de traje”. “¿Escribes? -me preguntó paso se compra los otros de Tabucchi que ve en la mis-
arqueando una ceja–. Eso es altamente preocupante. ma librería, como que no te puedes perder títulos tan
¿Qué escribes?” continuó, animándome a describir mi representativos como Pequeños equívocos sin importancia o
enfermedad. “Pues escribo de todo, casi que me atre- El juego del revés, y claro, quieres conocer los primeros
vo con cualquier género, es más, los mezclo, tal es mi textos que publicó y lo último que está en el mercado.
desfachatez y mi impertinencia; no atiendo a razones Y como también te compraste Réquiem, te lo leíste y
ni propias ni ajenas, es más, me da por perder el tiempo te gustó, te han entrado ganas de leerlo en el idioma
imaginándome personajes y lugares reales o inventa- original, te apuntas a unas clases de italiano pero la gra-
dos”. “Cuídate de a quien dejas tus engendros -dijo mática no es tan fácil como pensabas a priori, cuando
enérgicamente– pueden descubrir tus extravagantes llevas unas cuantas clases y menos dinero en tu cuenta,
manías y tu múltiple personalidad”. “Gracias doctor, te enteras que al Tabucchi ese le ha dado por escribir
-le respondí- me deja usted más intranquila”. Me digo Réquiem en portugués (este escritor está resultando un
para mis adentros: “Se confirman mis sospechas. Entré tanto liante, cada vez te parece más que puede ser uno
en esta estancia desconociéndome y salgo con la certi- de los heterónimos que tienen vida propia). Y tú de
dumbre de rara avis”. “¿Qué me aconseja? ¿Me man- portugués no sabes más que ser muy educado y decir

Revista Atticus 71
“muito obrigado”. Te entra la angustia de que es real-
mente imprescindible que aprendas portugués ¿cómo Los libros, ¿futuro
si no vas a leer la dichosa obra en su lengua de origen?,
¿y cómo vas a entender a Pessoa y a toda su gente que incierto?
hablaban o escribían en portugués?, ¿o no? Te pones
a buscar información sobre Pessoa y te asaltan mon-
tones de nombres, que son él y no son él. Menos mal Cuando me vaya,
que algunos te suenan por ser personajes de Tabucchi. querré resumirme en un libro,
Y como Pessoa no es una isla (si acaso un archipiélago) sólo en uno,
dentro de la cultura portuguesa, necesitas saber más que hable sincero
sobre la literatura lusa. Pensando y pensando te salen en el interior de quien me tenga.
solo los nombres de Camões, Lobo Antunes y Sarama-
go (este último, otro escritor dividido entre dos países

E
y fascinado por Pessoa como Tabucchi) y ya está, ya te
has liado y no sabes cómo empezó todo esto. s obvio que el hombre, sabiéndose pere-
cedero, ha querido perdurar en el tiem-
Por último decir, para no sentirse solo en estos po a través de sus obras arquitectónicas
embrollos, que el mismo Tabucchi que nos ha meti- y artísticas, en ocasiones como colecti-
do en este embolado es también uno que empezó por vo o sencillamente como individuo. Así, un cuantioso
leerse un poemita y al final no veas el tiempo que le y rico legado, procedente de civilizaciones ancestrales
ha ocupado. En Conversaciones con Antonio Tabucchi, el y también modernas, en la actualidad se preserva de
propio escritor nos explicará muchas cosas, veremos su deterioro (con esmero e incluso mimo) gracias a la
que es un tipo muy humano y comprensivo con las aplicación de técnicas de conservación y restauración.
debilidades lectoras ajenas y propias. Otro librito, por Y dentro de ese patrimonio cultural, protegido por las
si no teníamos bastante. Te viene el vértigo y el ansia instituciones y entidades privadas, se incluyen papiros,
por leer otros libros de Tabucchi que ni siquiera están pergaminos, códices, libros impresos, para deleite y
traducidos al español. Te intentas justificar diciéndote aprendizaje de las generaciones venideras.
que debes aprovechar las clases de italiano, los libros Sin embargo, hoy más que nunca, muchos crea-
comprados que son solo parte de la biblioteca que te dores no persiguen que sus obras permanezcan incó-
estás haciendo sobre Tabucchi, y el tiempo invertido. lumes a lo largo de los siglos. Todo lo contrario. De
Títulos como Marconi, se ben mi ricordo… te parecen tan hecho, el llamado arte efímero se quiere así: fugaz e
sugerentes. incluso frágil, como la propia vida de los seres. Las ins-
talaciones e intervenciones temporales no se aferran
Atención, ¡cuidado con los libros! Que unos tiran de a los espacios. A lo sumo, quedará constancia de su
otros y no se acaba nunca. El que avisa, no es traidor. precaria existencia en un catálogo. Es otro talante para
afrontar la creación.
Algo similar ocurre con la literatura, que se decanta
por lo breve, contagiada de nuestro ritmo diario: narra-
María del Rosario Martín Muñoz ciones cortas y microrelatos. Pero, sobre todo, en las
redes sociales de Internet es donde escritores, poetas
o simples comunicadores amantes de la palabra se ex-
presan mediante citas célebres, estrofas, apotegmas o
sucintas reflexiones que propician escuetos comenta-
rios, y que, luego, desaparecen como engullidos por el
mismo sistema informático. Por supuesto, nadie se la-
menta de ello, pues es evidente que no podemos abar-
car con los brazos mares inmensos. Eso sí, de vez en
cuando, alguien comenta: “mejor sería leerlo en papel”
y no falta quien imprime sus entradas favoritas de los
blogs.
Ahora añoremos: cómo no disfrutar del placer de
un libro en la mano, que se hojea buscando esa frase a
la que siempre se retorna; o que se relee cuando lo vi-
vido transmuta los sueños, provocando desencuentros
72 Revista Atticus
con el texto. Y en algún momento de
cavilación, escribimos notas al margen.
Son nuestras huellas, como los pétalos
de rosa tras el romanticismo de una cita,
o aquella tarjeta olvidada con un núme-
ro de teléfono que nunca se marcó. Sí,
ese libro que cuenta no sólo su historia,
sino en ocasiones la nuestra; que hoy
dormita en la mesilla de noche con el
marcapáginas de piel curtida o de flo-
res secas a modo de recordatorio, que
descansa en el regazo durante un largo
recorrido en tren. Libros queridos, pero
también ¡cuántos ignorados!
Sean en rústica, en edición de bol-
sillo o artesanales cosidos a mano, los
libros escritos con sabiduría demandan
permanecer para las nuevas generacio-
nes, en un intento de aportar su expe-
riencia valiosa, ligada a vicisitudes de
otros seres reales e imaginarios; pues, a
través de sus páginas, el autor propone
reflexiones, posturas, críticas. Se puede
afirmar que las obras literarias enrique-
cen, cual sembrado que da fruto, a las
mentes yermas. A ellas corresponderá
abrir caminos con expectativa.
Entonces, ¿por qué nuestra pereza
(pereza alimentada por las nuevas tec-
nologías y el endiablado despliegue de
los medios de comunicación) echando
tan sólo vistazos a un buen libro? Ahí
están gran número de ellos, vencidos
sobre los expositores de muchas libre-
rías e incluso ignorados en un estante
de nuestra casa; donde, al menos, no
sufrirán el infortunio de acabar en una reciclado. Hecho, éste último, del que se congratulará
máquina trituradora de papel. Destino inevitable que, algún bosque abocado también al exterminio.
sin duda, aguarda a tantas ediciones no vendidas en Ciertamente, hay otras salidas menos dramáticas
su totalidad, que son devueltas a las editoriales para para los textos que no encontraron a tiempo su lector,
hacer sitio a otras novedades del mercado. Un tiraje como el saldo o que la adquisición corra a cargo de
mal calculado, ineficaz promoción y el escaso favor de los propios autores. Por fortuna, a la literatura clási-
los lectores son algunas de las causas que motivan su ca se le concede una larga vida en los anaqueles, pues
almacenaje. Y puesto que el coste que origina su man- siempre hay lectores interesados en su disfrute. Pero
tenimiento como activo de la empresa no compensa aun así, estos libros geniales sufren del tedio y, sobre
una posible demanda de ejemplares por parte de los todo, del fracaso de verse arrinconados a la espera de
libreros a largo plazo, la guillotina se impone: los libros unas pupilas ávidas de lectura. Salvémoslos. Tanto los
devueltos son destruidos y el papel se vende por kilos célebres como los inéditos se nos abrirán generosos: su
para su reciclado. memoria, sus secretos, su risa. Son la rebelión del inte-
Tal vez, echándole imaginación, no sea una muerte lecto, el clamor de los olvidados, la venus, lo sacro… Y
en balde y aquel ejemplar picado, del que se borraron podemos elegir.
irremediablemente poemas y diálogos, se convierta en
una nueva obra con mejor estrella, impresa en papel Marina Caballero

Revista Atticus 73



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74 Revista Atticus
LA CIUDAD DEL TAC… TAC… TAC…

Segundo premio en narrativa en Certamen Internacional y editado


en antología “PINTURAS LITERARIAS” DE Editorial ”Novelarte” Córdoba,
Argentina 2006. ANA MARÍA MANCEDA. San Martín De los Andes. Patago-
nia Argentina.

C
omenzó a escucharse el ruido una no- El ruido nunca más paró. Lo que al principio fue un
che de primavera ¡ bah! Es una mane- raro acontecimiento comenzó a preocupar a los veci-
ra de decir, en realidad era una noche nos. Se especulaba que quizás se estuvieran producien-
helada. Se percibía que esa temporada do temblores de tierra, cosa normal en esa geografía,
había llegado por los cantos de algunos pájaros auda- que provocaran desprendimientos de rocas y éstas se
ces y los brotes de las plantas, un hecho casi milagroso deslizaran desde los cerros circundantes hacia el valle
esto de los vegetales, de alguna manera mostraban la donde se encuentra la ciudad. ¡Pero entonces debería
fortaleza de su reino. Hasta hace muy poco habían so- escucharse una lluvia de tac...tac! Y no era así, el ruido
portado grandes nevadas y ahora las heladas, pero ellos provenía de un solo objeto que recorría a su antojo la
estaban ahí, triunfantes, mostrando sus retoños. ciudad y todos sus recovecos.
El viejo Ariel vive en las márgenes de la ciudad, su Algunos grupos de pobladores se organizaron para
cabaña está situada en una zona más alta que el centro, recorrer la ciudad a la hora en que se producía el mo-
justo donde comienza la formación boscosa. Debido lesto sonido. Nada vieron pero comenzaron a percibir
al intenso frío, ese atardecer entró temprano a su casa, olores en los alrededores de dónde provenía el ruido.
al calor de la cocina a leña tomaba mate y leía novelas La ciudad se convirtió en una Torre de Babel, su es-
de aventuras, al lado su perro Don Quijote, pero su tructura no era de diferentes lenguas sino de distin-
gran pasión era la pintura, pasaba meses hasta terminar tos olores. Los sentían agradables o nauseabundos con
un cuadro, siempre eran paisajes que él observaba en todas sus variedades. A Don Ariel se le ocurrió hacer
sus paseos y los retenía en su memoria. La radio era una estadística y como si tal cosa, indagaba a los veci-
otra compañera, escuchaba todo tipo de música. Cada nos qué tipo de olor había percibido, luego se iba a la
tanto se paraba, estiraba su cuerpo, el perro lo imitaba, cabaña y anotaba los datos que recordaba. Así todos
los dos, flacos y altos se acercaban a la ventana. Don los días. Con el tiempo acumuló gran cantidad de opi-
Ariel observaba el cielo con el ardiente deseo de descu- niones, las cuales analizaba y clasificaba. Le llamó la
brir algún suceso extraordinario en el cosmos. Durante atención la variedad de olores.
el día paseaba con su bastón y su perro por el centro El pánico se fue apoderando de la ciudad. En la in-
y los alrededores de la ciudad. Hablaba poco con los timidad de sus hogares, los habitantes sentían como si
vecinos, tenía una intuición fuera de lo común, no se le el ruido recorriera sus conciencias. La primavera pasó
escapaba nada de lo que éstos hacían o pensaban, pero y el verano se adueñó glamoroso entre los turistas y los
su boca estaba sellada. Todo quedaba en su cerebro y aterrorizados pobladores. Lo extraordinario era que los
en algunos casos en su corazón. Esa noche, cerca del visitantes no oían el tac...tac...tac, ni olían más que las
amanecer, sintió un ruido chispeante, corto y repetiti- hermosas flores de los jardines y las plazas.
vo; tac...tac...tac. Se levantó a espiar, los vidrios de la Recién entrado el otoño, cuando el bosque explo-
ventana estaban opacados por la helada, la abrió, una taba de colorido, el clima equilibrado en días más so-
brisa fría chocó con el calor de la cabaña. No vio nada. leados, como cediendo una pequeña tregua antes que
Don Quijote tenía las orejas paradas y movía la cola. avasallara con sus lluvias y nevadas, el viejo Ariel tomó
El tac...tac siguió escuchándose cada vez más alejado, una decisión, acompañado de Don Quijote se levan-
como si bajara hacia el centro del pueblo. taría a la hora del ruido y se juró no descansar hasta
Al otro día, en conversaciones familiares, en el club, descubrir qué o quién lo producía. Ayudado por las
en los cafés, comentaban el persistente ruido que los deducciones obtenidas con su estadística casera, arri-
despertó. En su diaria caminata, el viejo Ariel charló bó a características personales de grupos que sintieron
con los vecinos, debió admitir qué él también lo había olores similares. Como toda población humana, la ciu-
escuchado. dad del ruido tenía sus bondades y pecados; amores
Revista Atticus 75
secretos, crímenes misteriosos, crueldades, envidias, tento pero no dejaba de correrle un escalofrío cuando
algún alarido de solidaridad, odios, rencores, heroísmo. lo observaba, era tan cerrado, inexpugnable.
El viejo y el perro volvían al amanecer, agotados, sin Una noche, mientras realizaba quehaceres atrasa-
descubrir nada. En ese tiempo no salía por las maña- dos debido a su obsesión por la pintura, sintió sirenas.
nas en su cotidiano paseo. Los vecinos le preguntaban Salió de la casa, se sorprendió al ver el bosque incen-
por su ausencia, pero nada dijo de lo que hacía por la diado, los árboles de los cerros parecían envueltos en
noche. A fines de otoño, en la rutina de su búsque- llamaradas rojas, como si provinieran del centro de la
da, se sentó en una inmensa piedra cercana a su casa, tierra. Un olor a incienso impregnaba el aire, se asustó,
ésta estaba partida por un añoso árbol que surgía entre por el camino iban veloces los coches de los vecinos
las mitades. Se recostó cansado, Don Quijote apoyó para ayudar a combatir el fuego. Luego de unas horas
su cabeza en las rodillas del viejo. El frío de la noche de espera se acercó al camino, los vecinos regresaban.
no le permitía dormirse, su cuerpo estaba aletargado, —No sabemos que sucede Don Ariel, no fue un
sentía una profunda paz. De pronto lo vio, la luz de la incendio, es un reflejo rojo que sale de la tierra.
luna iluminaba una pequeña cosa que de manera sua- No pudo dormir, miró el cuadro y sintió la nece-
ve y saltarina bajaba hacia el centro del pueblo ¡tac... sidad de pintar de fondo el bosque en llamas, luego
tac...tac! Se quedó quieto, la mano sobre la cabeza de se le ocurrió que el nudo no podía quedar tan cerrado
Don Quijote, como suplicándole que no se moviera. en ese paisaje dantesco, como si emanara un calor que
Hombre y perro eran estatuas bajo el árbol de la pie- provocara la apertura del tejido apretado, y lo abrió.
dra partida. Sólo los ojos seguían alucinados al extra- Quedó como una inerte y opaca flor semiabierta. No
ño objeto, hasta que lo enfocó. Era un nudo, opaco, lo pudo colgar como sus otras obras, lo envolvió con
apretado. Desprendía un olor intenso, a vida, a mucha mucho papel y por último en una bolsa de tela os-
vida. Intuyó que el material del que estaba hecho era cura. Lo guardó en el sótano, entre las cosas menos
una trama de disímiles sentimientos y acontecimientos deseables. Su rostro expresaba cierta irónica perversi-
que se enredaban de tal manera que sería imposible dad, era una ceremonia secreta, sólo Don Quijote era
deshacerlo. Todo el nudo era un símbolo, una síntesis, testigo.
era la suma entretejida del “ Todo” lo que allí habitaba. Misteriosamente, luego de esa noche, nunca más se
Regresó a la casa junto a Don Quijote, en un silencio escuchó por la ciudad y sus alrededores el escalofriante
abismal, solo se escuchaba en la lejanía el tac...tac...tac.. tac... tac... tac.
Nunca más salió a caminar. Los vecinos decían que se
había vuelto loco. Ana María Manceda
Ocurrieron eclipses, el paso de cometas, lluvias de
estrellas, como provocando la mirada del viejo, pero www.buceandoenelinfinito.blogspot.com
éste había perdido el interés de mirar el universo por mail: amtaboada@smandes.com.ar
la ventana. Ahora indagaba con su mirada ese enigmá-
tico nudo y trataba de plasmarlo en la tela, pintaba y
pintaba. Con los meses terminó el cuadro, estaba con-

76 Revista Atticus
Microrrelatos
un ¡Ssssss! eterno, el odio a un ¡Bum! y los orgasmos a un
efusivo ¡Mmm!…
Lástima que haya olvidado incluir también, el que define
su triste soledad.

Cupido: Inventor del limpiaparabrisas

A
Qué sería yo sin mi mujer cababa de cerrar la puerta. Aquella de ma-

L
dera que carcomía sus lados. El portazo
ucía se coloca encima mía, justo sobre mis ro- anunciaba que las cosas no iban bien. Mi
dillas. Me coge por el cuello, me acerca a su concentración se mojó con el contacto del
boca y empieza a hacerlo cómo a mi me gusta: agua que bajaba desde arriba. Las gotas resbalan a través de
primero, me la pone tiesa, con delicadeza, po- mi cuerpo: llovía copiosamente.
niéndola a punto para lo que viene después. Entonces, con Por mi cabeza sólo caminaba una idea: dejar a Lucía, pero
habilidad, la mueve de un lado a otro, por aquí, por allá, no lo tenía del todo claro. Dudaba, siempre dudaba: decírse-
hacia abajo, hacia arriba, siempre sin perderme de vista… lo ahora o callar para siempre. Yo la quería: me afirmaba a
y por fin, sonriente y complacida –igual que yo-, remata su mí mismo con la cabeza. Mientras, por la calzada circulaban
preciso ejercicio con un último y certero movimiento. Ali- bajo la lluvia intensa coches, muchos coches. Todos siguien-
viado –qué sería yo sin mi mu- do el mismo criterio. Todos di-
jer-, me voy a trabajar. El nudo rigidos por el veredicto de sus
ha quedado perfecto. limpiaparabrisas: aquellos que
se movían de izquierda a dere-
cha. Un movimiento obsesivo
Cinco letras

M
que negaba, que me animaba a
renunciar a mis pretensiones de
is amigos
dejarla. Los coches insistían en
me decían
su empeño. No vacilaban. Se
que era un
mostraban imperativos. Eran
maldito ro-
muchos. Eran como un no lo
mántico y que estaba loco por
hagas persistente. Las dudas
escribir el nombre de mi chica
ante tal insistencia me obliga-
cada vez que accedía a una pá-
ron a replantearme las cosas.
gina: ¿No puedes usar una con-
La decisión estaba tomada:
traseña con números, como
abandoné. Cerré los ojos y di
todo el mundo? Pero, a mí me
media vuelta.
gustaba hacerlo. Así era yo.
Caminaba con las manos
Para mí, era como tenerla ahí
abrigadas en los bolsillos y con
cada dos minutos: su fragancia
paso indeciso. Antes de abrir la
atrapada en una palabra…
puerta regalé unos segundos a
Pero, con el tiempo, aquello
la reflexión:
terminó y conocí a Laura, tam-
-Cupido: inventor del lim-
bién de cinco letras, y que hoy
piaparabrisas- pensé en un acto
por hoy es mi mujer.
de lucidez mientras esbozaba
¡Ay si se enterara!
una sonrisa contenida.
Lucía seguía siendo mi no-
Clic via.

M
i hermano es un tipo extravagante de
esos que se encierran en la habitación
mientras filosofean sobre nuevos con-
ceptos. Talento tiene, de eso no hay
Daniel Sánchez
duda y según dice, uno de sus mayores logros es un origi-
nal lenguaje que permite expresar con exactitud fenómenos
http://microrrelatosapeso.blogspot.com/
poéticos e indescriptibles. No suena nada mal, la verdad. http://revistamicrorrelatos.blogspot.com/
Así, en su diccionario, la alegría experimentada tras una lar-
ga espera equivale a un ¡Din-don!, el paso del tiempo a un Fotografía de LJC: Boceto de Vinea, Víctor Ochoa,
¡Tic-tac!, un bello amanecer a un ¡Quiquirikiiii!, la muerte a Bodega Museum, Cigales, Valladolid

Revista Atticus 77
¡Ay mamá!

D
eseabas que estudiara medicina y
soy abogado. ¡Ay papá! Deseabas
que jugara al fútbol y me decanté
por el kárate. ¡Ay! Ambos queríais
que me casara con Eva, la vecina de toda la vida y
el otro día os presenté a Roberto.

Cuestión de gustos

A
l comienzo todo era muy fácil. Ce-
díamos en nuestras pretensiones
alternativa y sucesivamente. Pero el
paso de los años enturbió nuestra
relación y ya no nos poníamos de acuerdo ni para
elegir el destino de las vacaciones.
Ella siempre prefirió el mar, a mí me gustó des-
de niño la montaña. cómo mi mujer se aleja ¡montada en una escoba! Siempre
Este verano, decidimos separarnos. supe que era un poco bruja, no obstante, sigo sospechando.
Ella, embarcaría su equipaje en un avión para sobrevolar Voy a esperar por si alguien la acompaña a su regreso.
el océano Atlántico, rumbo al Caribe; a mí me esperarían las
cumbres alpinas. Seis disparos, una bala

L
Lo peor es que mientras yo me quedé colgado de una
soga, mi sombra en libertad, huyó con gran celeridad. as cinco y media de la tarde, llueve en la calle
y aunque algo adormilado en el sofá, me asalta
Rompecabezas sorpresivamente una historia para un nuevo mi-

D
crorrelato. Sin perder tiempo salto en busca de
e Sara, me he quedado sus ojos verdes, de papel y bolígrafo y empiezo a escribir:
Noelia sus labios carnosos, de Alicia su ca- “Cinco integrantes de la mafia saldan sus cuentas jugán-
bello negro azabache, de Cristina sus largas dose su suerte a la ruleta rusa. El primero, tras dar un buen
piernas, de Patricia su generoso corazón y así trago de whisky, suspira, cierra los ojos y … ¡pum! Ha teni-
he ido recomponiendo a la mujer de mis sueños. Ahora, con do suerte, este es un disparo sin bala. Uno tras otro emulan
las manos manchadas de sangre, me pregunto qué hacer con a su compañero con igual resultado…”
todas las piezas que sobran. Levanto la vista del papel pensando la manera idónea
de continuar y es cuando me doy cuenta de que mi mano
derecha tiene un revolver apuntándome a la sien.
Doble vida

H
e de decir que sospecho de mi mujer. La- S.O.S.

U
mentablemente llevo ya un tiempo que por
las noches, cuando ella cree que estoy dor- n día no hace mucho mi hijo de seis años
mido, la oigo levantarse de la cama y salir de me contó que oía ruidos en las paredes de
la habitación. Y allí la espero a que vuelva durante una hora, su habitación y le tranquilicé diciéndole
dos y a veces hasta tres. Presiento que algo esconde. Una que serían las tuberías del agua. Otro día
noche de estas la seguiré. le descubrí hablando solo con la cara pegada a la pared aun-
A la semana siguiente. que no le di importancia, pensé que sería juego de niños.
He de decir que sigo desconfiando de mi mujer. Lo ten- Pero me empecé a inquietar un poco cuando al terminar
go todo preparado. Le daré el beso de buenas noches y me las comidas llenaba una bolsa con las sobras para su amigo
haré el dormido. Intuyo que tiene otra vida. invisible. Aún así me convencí de que sería una manía pasa-
Llegó la noche. jera. Lo que ha terminado por asustarme son unas huellas
Se acaba de levantar de la cama, aguardo un minuto y de manos aparecidas detrás del cabecero de su cama. Sobre-
hago lo mismo. De puntillas salgo de la habitación. Silencio. salen solicitando ayuda y cuando le llamo, no me contesta.
Me asomo al salón pegado a la pared mientras oigo cerrarse No sé dónde se ha metido.
la puerta de casa. Corro hacia la ventana y atónito observo
David Moreno
Más Microrrelatos http://nocomentsno.blogspot.com/

78 Revista Atticus
“En Familie” en la SEMINCI
Breve comentario
por Luisjo
Dinamarca, 2010 ta y cruel que disfruta
Género: Drama llamando panadera a su
Dirección: Pernille Fischer Chris- nueva esposa. La pre-
tensen sencia de primerísimos
Guión: Kim Fupz Aakeson, Perni- planos cortos a veces se
lle Fischer Christensen nos muestra incomoda,
Interpretes: como queriendo hacernos participes de una situación que para
Jesper Christensen - Rikard Rheinwald, Lene Maria Christen- algunos de nosotros es muy cercana. Esto se refuerza con los mu-
sen - Ditte, Anne Louise Hassing - Sanne, Johan Philip Asbæk chos silencios presenten en toda la cinta.
- Peter La directora Pernille Fischer Christensen transmite una
imagen egoísta de los hombres. El padre y el novio de Ditte se
Me enfrento a la presión de la SEMINCI. Acudo a la sala muestran ajenos tanto a sus propios sentimientos como los de
para ver y disfrutar de la película, a esto hay que añadir un tra- sus allegados. Rikard es incapaz de pedir matrimonio “como Dios
bajo que consiste en emitir un comentario breve y conciso y a la manda” a Sanne. Quiere casarse con ella como pago de su buen
mayor rapidez posible. Dejo la sala pasada la medianoche y ni tan trabajo como enfermera, eficaz y silenciosa, durante el año que
siquiera uso el ordenador, ni en la sala habilitada para enviar las duró su enfermedad. Por que cree que es lo que debe de hacer
crónicas, ni en mi casa. Dejo que las imágenes reposen en la cabe- no por que lo sienta así. Y le importa un higo que su hija quie-
za y que el sueño potencie las ideas que conforman esta pequeña ra desarrollarse profesionalmente en Nueva York. Solo quiere de
crónica. Así que ya les cuento desde aquí que llego tarde a esta ella que siga con la saga familiar, solo le preocupa el legado de
redacción, a esta cita con los lectores. su panadería. “Tengo cuatro hijos y ninguno sabe hacer pan”, se
lamenta Rikard.
En familie. Es un dramón de una familia danesa de varias Excelente trabajo del actor que encarna a Rikard. Sin embar-
generaciones de excelentes panaderos. go no me resulta nada convincente el papel, inexpresivo durante
buena parte de la cinta, del novio de Ditte.
Una pequeña sinopsis Las féminas están muy bien retratadas. Sanne se ha cansado
Rikard Rheinwald (Jesper Christensen) es el cabeza de familia del carácter de su marido y falla en los momentos más decisivos.
de la tercera generación de panaderos. Una saga donde el bisabue- Por eso las decisiones que tiene que tomar en esos duros momen-
lo, Werner, llegó desde Alemania con un saco de trigo debajo del tos son del todo entendibles. La actriz que encarna al personaje
brazo y ahora se muestran orgullosos de ser los proveedores de de Diette también realiza una buena actuación. Ditte sufre por
la Casa Real danesa y los hoteles Hilton. Rikard recibe la buena ejercer su madurez. Es valiente y nunca rehúye el enfrentamiento
noticia de que su enfermedad ha remitido y apenas hay rastros con su padre aun a sabiendas de su incomprensión. Se muestra
visibles en su radiografías. Su hija, Ditte (Lene Maria Christensen), decidida frente a su marido y también nos muestra sus dudas y
fruto, junto a su hermana, de un anterior matrimonio, también temores ante las elecciones que debe de acometer.
goza de buenas noticias. Por un lado su experiencia y buen hacer La película desemboca en una larga agonía rodada con un hi-
con su propia galería ha llamado la atención de la poderosa galería perrealismo inquietante y doloroso. Así es nuestro futuro en mu-
Gagosian de Nueva York. Le ofrecen hacerse cargo de la repre- chas ocasiones: inquietante y doloroso en la toma de decisiones
sentación y busca de nuevos talentos para toda Europa. Esto le que la madurez de nuestra responsabilidad nos obliga a tomar ya
supondría vivir en la Gran Manzana. Ditte se plantea esta nueva sea como padre, hijo, novio… Decisiones que tenemos que tomar
etapa en su vida profesional y le cuenta a su novio sus planes de en nuestro camino ante la muerte, el amor, el trabajo. Una película
ir a vivir juntos. Y por otro, un análisis confirma su esperado pero realista y dura, intensa y emocional, de una discípula de Lars von
inoportuno embarazo. Su novio Peter (Johan Philip Asbæk), artis- Trier donde el lazo de la familia es el auténtico protagonista.
ta, ve con ilusión y cierto recelo ambas noticias. Para celebrar las Destacar la escena del arranque, la gran interpretación de Jes-
buenas nuevas Rikard le propone matrimonio a Sanne, la madre per Christensen y esas cuatro canciones, potentes, de la banda
de sus dos adolescentes retoños. Estas situaciones familiares se sonora. En su conjunto es una buena película por lo cual no sería
volverán del revés cuando Rikard recae de su grave enfermedad. de extrañar que ocupara algún lugar en el palmarés de esta 55
edición de la SEMINCI.
El comentario
El film arranca con unas entrañables imágenes que nos van Esto de la SEMINCI me recuerda a una pastelería. Una bue-
mostrando la evolución de la saga familiar en su negocio de la pa- na pastelería donde tienes a tu entera disposición unos exquisitos
nadería. Las escenas reciben el apoyo de una maravillosa canción dulces de todos los colores y sabores. Y los vas probando y ex-
(a lo largo de la película oiremos tres o cuatro canciones excelen- clamas, joder qué bueno es este. Y este otro. Y hum, este no está
tes). Después de las únicas escenas de jolgorio en la fiesta familiar nada mal. Y en tu golosa avaricia apenas disfrutas de lo que estás
que sucede a la boda de Rikard y Sanne el drama está presenta comiendo. Cuando te quieres dar cuenta… ya no te acuerdas de
en cada una de las escenas. Hay un violencia contenida, a punto qué bombón, golosina o pastel era el más rico. Yo no soy muy
de estallar. Una violencia física que se manifiesta en un bofetón, golosón, me controlo y soy capaz de que los bombones que mi
pero subyace una violencia síquica muy fuerte, profunda. Poco a buen amigo Toño me trae de Bruselas me duran un par de meses.
poco, vamos descubriendo el carácter del cabeza de familia. Ejer- Con la SEMINCI me pasa lo mismo. Dosifico. Quiero que ese
ció su tiránico poder durante muchos años que no nos muestran recuerdo dure en mi mente pero esta tarde ya tengo otra película
en la pantalla. Ahora solo es un decrépito viejo, enfermo, egoís- que me espera. Es duro este oficio.

Revista Atticus 79
Enemigos íntimos

dosis de cinismo, a otros, no tan pocos, les chirrían


los dientes incapaces de soportar el golpe recibido, el
triunfo final del oponente. No, dejemos a aquellos crí-
ticos de media pluma que han sido incapaces de apre-

P
ciar la grandeza del escritor a pesar de los 40 años de
uede que resulte extraño encabezar unas creación literaria y de pensamiento al mas alto nivel.
líneas sobre mi admirado Mario de la ma-
nera en que lo hago, sí, ya sé que ahora Con este encabezado quiero referirme a los otrora
todo el mundo habla y presume conocer y amigos íntimos y ahora enemigos de toda la vida Gabo
entender sobre la grandeza de Vargas Llosa cuando en (Gabriel Gª Márquez) y Mario, bueno de toda la vida
los últimos años muchos ya le habían descartado e in- no y menos de la literaria donde ambos comparten ge-
cluso muchos otros acérrimos enemigos en lo político nialidad y enaltecen el castellano como lengua moder-
ahora se ven abocados a aplaudirle y loarle no sin gran na, dinámica y universal. Cuentan, los que más próxi-
mos estuvieron de ellos, que allá por los 70 tuvieron
importantes desavenencias “familiares” enredo o mal-
entendido entre sus parejas que terminaron o dieron
comienzo con un impresionante puñetazo de Mario a
Gabo al que noqueó hasta el punto de dejarle el rostro
sangrante, y hasta hoy, mejor hasta ayer mismo en que
Gabriel al enterarse del Nobel obtenido por Mario le
escribió una escueta nota en twitter en el que le dice
“cuentas iguales”, refiriéndose, no sin ironía, que al fin
es Nobel como él, que lo es desde hace casi 30 años.

Se cuenta en los mentideros de los “especialistas”


que ambas figuras se distanciaron en lo ideológico, es
posible, pero yo me apunto más a la tesis que origino
el célebre puñetazo, es decir, es bien sabido que los
grandes distanciamientos, las dolorosas separaciones
se dan allá donde hubo mucha unión, amistad y mucha
dosis de amor.

De cada uno de ellos algún conocimiento si que


tengo y humildemente creo poder dejar opinión, a
Gabo, no le conozco personalmente, a Mario si, tuve
la enorme fortuna de ser su discípulo hace 11 años en
el seminario que impartió en la UIMP, sobre su novela
que en ese momento escribía “la fiesta del chivo” y mas
afortunado aún cuando en aquella ocasión pude depar-
tir con él, a solas, una breve pero sustanciosa conversa-

80 Revista Atticus
ción, apenas serian unos 5 o 10 minutos, pero tiempo al paisaje y al paisanaje, en mas de 15 años visitándo-
mas que suficiente para apreciar la talla humana, ele- la, estudiándola y en definitiva queriéndola. Me cuesta
gancia y genio, al tiempo que sencillez y trato agradable mucho entender que en lo ideológico Márquez tenga
de este enorme personaje, que en lo político ha sabido connivencia con dictadores impresentables como los
corregir y pasar de una juventud comunista a sus po- Castro y el gorila Chavez, enemigo pernicioso para los
siciones de liberalismo y amante de la libertad y la jus- intereses colombianos, entrar en esa materia me daría
ticia, hombre valiente con principios y firme defensor para otro largo comentario, lo que si puedo decir es
de sus ideas, valentía y honradez que le ocasionó en que su literatura, su bella ficción, traspasa la frontera de
ocasiones disgustos y malos tragos, pero que el tiempo, lo ideológico, mientras que lo fácil y “moderno” para
como siempre tenaz, da a cada uno lo suyo, y las victo- los media es etiquetarle como si de un producto de
rias llegan, a veces un poco tarde si, pero llegan. supermercado se tratara. Mas clara esta la ideología en
Vargas, aunque como el mismo ha señalado en entre-
Hace no muchas semanas la periodista Blanca Bera- vista recién recibido el premio: “cuando escribo, la ideología
sategui en el Cultural de El Mundo entrevistó al inmi- queda en segundo plano”.
nente Nobel, de esa entrevista resalto algunos recortes:
“hay un tipo de estupidez contemporánea que tiene mucho que ver Termino con una referencia bibliográfica, distinta
con la cultura audiovisual de nuestro tiempo”, ello referido al seguramente de los títulos de sus novelas que están
adoctrinamiento y bajeza cultural extendida como una repitiéndose diariamente en todos los medios, yo les
epidemia en los medios de masas. Y en otro momento invitaría a leer de Mario Vargas Llosa los “Ensayos li-
de la entrevista añade “detrás de la crisis financiera hay una terarios I”, editados por el autor, (Galaxia Gutenberg,
moral degradada por la codicia. Y esa es una forma terrible de Círculo de Lectores), en especial el ensayo: “García
incultura”, haciendo alusión a la que está resultando ser Márquez. Historia de un deicidio” (pgs 117 a 681).
la mayor crisis, no solo económica sino también de va-
lores, de la época actual.
Miguel San Millán, octubre 2010
El conocimiento que tengo de Gabo es de haber http://www.emp.uva.es/miguelsanmillan/otrosi-
leído sus libros tantas veces hasta aprendérmelos, de- diomas.html
gustarles como un buen café una de otra vez, unido al
hecho de que su tierra colombiana también es la mía
por el conocimiento y el cariño que tengo a sus gentes,

Revista Atticus 81
Poesía
Profecías de guerra que pululan por los campos
y los restos de las ciudades,
averiguando las razones
Serán, quizá, lo que fueren,
de políticas y religiones
que no lo que quisieren,
que motivaron los combates;
otros llegaron desde universos,
agravios que aparecieron
espacios multiplicados
desde que fueron los hombres
por el factor del tiempo,
nacidos de otras especies
y nacieron los pensamientos,
que llegaron mucho antes.
arquetipos de mundos distantes,
Todavía, habrá quienes griten
ideas opuestas e irreconciliables
recordando la tormenta,
de razas que serán estigmas
unos cuantos escondidos
suficientes para la guerra;
en la empinada ladera,
de nuevo el caballo verde
en agujeros propiciados
trotando desde los cielos
por las saetas de fuego
y rompiendo los campanarios,
que escupieron desde lejos
trayendo a su compañera
las manos de los guerreros;
la de la montura negra,
¡mirad, ya vienen!, gemían,
luchando por la mejor parte,
sus ojos sin brillo clavados
bajo la cruz de siempre,
en las nubes más oscuras,
labrada en tosca madera.
donde se ocultan los buitres
Correrá sin cesar el tiempo
por lanzas de fuego empujados.
en relojes de despachos
¿Quién eres?, indagaron curiosos
marcando la nueva era,
los hombres que se apiñaban
aquella que llamaremos,
contemplando estremecidos
el día hache y la hora cero;
a la divinidad de la vara,
y los soldados de Allah
que sin hacer ningún ruido
serán repartidos por el suelo,
se manifestó ante todos,
bañando de sangre occidente
amaneciendo desde la nada
antes de que un señuelo
tras un aroma de ozono
llegue desde la extraña casa
que hasta los ojos quemaba;
que da vueltas en el cielo,
y en silencio y sin palabras,
sembrando de fuego ardiente
señalando el Sol del cielo
desde la esquina del mundo
con la punta de su lanza,
hasta las nevadas cumbres
alzó de su mano un dedo
que en el oriente se elevan,
y con una voz que no sonaba,
desvaneciendo las criaturas
dejó en la mente de todos
que habitan el continente;
que sólo una era quedaba.
luego se abrirá la gran grieta
Y surgirá un nuevo planeta,
por donde asomará enrojecida
una vez que pasen los años;
la ardiente lengua del planeta,
por tierras de escoria y ceniza
que luchará con las aguas
correrán hasta los lagos
que ambicionan invadirla;
fangosos ríos de agua
entonces, todo se hará vapor
arrastrando de los sembrados
impregnado de veneno,
el rojo trigo abrasado,
emponzoñándonos el aire
para que nazcan los verdes
que respiraremos luego.
que formarán nuevos prados;
Aún, germinarán huracanes
sólo faltarán del paisaje
que volarán ingobernables,
las figuras de dos piernas,
ocultando bajo sus sombras
que se llamaron humanos.
a descendientes de mutaciones
con semblantes infernales,
82 Revista Atticus
con la tinta de su sangre,
Otra carta de amor sobre amarillentas hojas
del otoño que llegó antes,
contando de tantas flores
A mi corazón errante
sus aromas, sus amores
en el país del desamor,
y los colores de sus ropajes.
mientras arde la zarza
Después de terminar el día
con el fuego de mayo,
y otros tantos que vinieron,
olvidos llenos de ardor
mirando llegar las nubes
presos en caja de olivo
que despiertan el invierno,
y aromas de primavera
viendo desnudas las ramas
que hieren mis sentidos
que del Sol le protegieron,
sin que lo quisiera yo;
las palabras que nacieron
a mi corazón dormido
se quedaron en la tierra,
a la vera de la vida
empapadas de la lluvia
dejando ir el camino
que la sangre diluyeron.
alumbrado por el rayo,
Explica, poeta sin versos,
lluvia para hacer barro
preguntó la Luna en el cielo
y se lo lleve el río,
saliendo detrás de la nube
pecado de no quererte,
que había mojado el poema
olivas que se cayeron
escurrido en el húmedo suelo,
al borde de un prado mío;
como harás desde ahora
a mi corazón rebelde
para escribir esas rimas
que permanece huido
que cuentan de tantas flores
en crepúsculos de sueño,
los colores que tenían
alboradas de sopor
y sus congojas de amores.
en olivares espesos
Dime, poeta del tiempo,
y rebelión de celos,
gorjeó volando una alondra
para evitar más duelos,
que ya llegaba muy tarde
envío cartas de amor
para escapar de los fríos
sin decirle señor don.
que venían con el cierzo,
cómo dirás a los niños
Del poemario “Háganse los mares”
esas frases y esas trovas
para que aprendan despacio
las verdades que se esconden
en canciones y en sonetos.
Poeta del aire Pero el poeta del parque,
pintando flores de barro,
levantó despacio los ojos
En el recodo de los vientos, para indagar en el cielo
donde vuelan las campanas y gritó mirando hacia el valle:
para que despierte el Duero, ya enseñaré a los pardales
levanta su porte el castillo las palabras de mis labios,
erguido sobre las aguas para que vuelen muy lejos
que verdean en la tarde, y las reciten con trinos
reflejando las cigüeñas desde plazuelas y calles.
que regresan a sus nidos
caminando con sus alas Del poemario “Rumores del Duero”
sobre caminos de aire.
En las almenas, sentado,
al contraluz de la torre Manolo Madrid
y al frescor de los jardines http://escritormanolomadrid.blogspot.com
escribe versos el poeta druidasss@yahoo.es

Revista Atticus 83
Hay que acabar con él

L
a reunión era tan secreta que muchos no toca, un tal José Gutiérrez que es más peligroso que
sabían cómo se llamaban. No sabían cómo las siete plagas de Egipto.
se llamaban los demás, claro, porque cada Se sentó con una vacilación no estudiada. ¿Habían
uno sí sabía su propio nombre. La convo- sido realmente siete las plagas de Egipto? ¿No habría
catoria había sido terminante: “Emergencia máxima. metido la pata? Se prometió a sí mismo que se ase-
A las ocho, en punto B-4. Una vez leído, destruya este guraría bien, qué ironía, antes de hacer otra cita en el
papel”. futuro.
Eran veinte personas con trajes impecables. Cami- El silencio subsiguiente fue roto por un hombre
sas de Milán. Rolex de oro. Con un extraño parecido, gordo y rubicundo:
como si tuviesen un remoto antepasado común. Un —¡Pobre Gutiérrez! Eso de ser gafe debe resultar
hombre alto, con un rictus hepático, se levantó en un una lata...
extremo. —¿Pobre, dice usted? ¡Riquísimo! Los pobres so-
—Buenas tardes, caballeros —dijo, con un insig- mos nosotros, que no ganamos para cubrir las pólizas.
nificante acento inglés—. Soy el representante de Él, mientras tanto, se ha profesionalizado y cobra el
Lloyd’s. Siento no poder ofrecerles un té con pastas, diez por ciento del seguro por cada siniestro que pro-
pero es que la hora del té ha pasado ya. voca.
Los otros diecinueve representantes de las prin- El hombre alto abrió su cartera de mano y repartió
cipales compañías de seguros del mundo rebulleron copias del dossier de José Gutiérrez. Por él se entera-
inquietos. El hombre alto continuó: ron de que Gutiérrez, José, hijo de Casimiro y Eladia,
—Todos estamos al borde de la quiebra. Los si- acogido al seguro de desempleo, era el causante de
niestros aumentan y las tablas actuariales no sirven 214 desgracias en menos de medio año.
para una mierda. —¡A siniestro y medio por día! —silbó con admi-
Asombrado ración un francés
de su propia ve- tras enredarse en la
hemencia léxica, erre.
el inglés estuvo Todo estaba ex-
a punto de pedir plicado en el dos-
perdón. Pero se sier. Gutiérrez per-
contuvo. La grave- noctó en un hotel
dad de la situación de cinco estrellas
disculpaba su des- y esa noche un in-
liz verbal. cendio destruyó
—Y sabemos las doce plantas
a qué es debido del inmueble. Otro
—añadió, dando día cambió mil pe-
un puñetazo en setas en un banco
la mesa—. Los y media hora des-
siniestros aumen- pués los atracado-
tan porque hay res se llevaban 30
un individuo que millones. Ese mis-
es gafe. Existe un mo día se paseó
tipo —enfatizó— por el puerto y una
que atrae la desgra- ola arrancó de cua-
cia sobre cuanto jo el faro. Otra vez
84 Revista Atticus
mandó una postal a un primo suyo de Cercedilla y un Envejecido y triste, pensó en José Gutiérrez antes
terremoto acabó con un millar de cercedillenses. de suicidarse a su vez.
Cuando los reunidos concluyeron de leer el lar- —¡Ganaste, hijo de perra! —masculló— Pero ja-
go dossier, se había hecho de noche. Nuevamente el más os devolveremos Gibraltar.
hombre alto los sacó de su ensimismamiento: Y un disparo rompió el silencio del punto C-6, de-
—¿Y bien? jando la estancia con un olor a pólvora. La bala, tras
—Habría que hacer algo —reconoció un tipo con saltar los sesos del inglés, se incrustó en la cañería de
monóculo—. Yo ya no puedo mantener a mi querida. agua, provocando una inundación. La Lloyd’s perdió
Una oleada de comprensión recorrió los rostros de 180 millones más.
los asistentes. Las queridas se estaban poniendo muy
caras.
—La única solución —dijo con suavidad un hom- (Este cuento fue publicado por la revista El Jueves,
bre de rostro gris— es acabar con él. de Barcelona, el 25 de abril de 1979. Posteriormente
Por si los demás no habían captado del todo la pro- fue recogido en el libro de relatos Nada es lo que pa-
fundidad de su idea, la explicó más claramente: rece.- ENRIQUE ARIAS VEGA.- Ediciones Beta III
—¡Hay que matarlo! ¡Matar a José Gutiérrez! Milenio.- Bilbao.- 2008.- 221 páginas)
Tres días después de esta reunión secreta, los pe-
riódicos publicaban la noticia siguiente: “José Gutié- Enrique Arias Vega
rrez, obrero de la construcción en paro, se salvó de la
muerte por un milagro. Un camión al que se le rom-
pieron los frenos estuvo a punto de arrollarle. Incom-
prensiblemente, el camión, en vez de chocar con él,
se empotró en la compañía de seguros La Dolorosa,
desmoronándose dos plantas del edificio. Hay que la-
mentar siete muertos, numerosos heridos y unas pér-
didas que se cifran en los 200 millones”.
Al día siguiente, cuando José Gutiérrez tomaba
una caña en un bar, la bala que pasó rozándole la me-
jilla se incrustó en el pecho del financiero Ordóñez,
cuya vida estaba asegurada en 300 millones. Hubo un
duelo muy sentido y el ministro del Interior prometió
que acabaría con el terrorismo.
Dos días más tarde, el avión en el que había saca-
do pasaje José Gutiérrez se estrellaba en Las Azores.
Afortunadamente, José Gutiérrez perdió el vuelo por-
que el taxista había pinchado una rueda camino del
aeropuerto. Balance: 124 muertos y cerca de dos mil
millones en indemnizaciones.
Esa misma semana comenzaron a quebrar las com-
pañías de seguros. A nadie extrañó, entonces, que en
un lapso de pocas horas se suicidasen dos ejecutivos
de las principales empresas aseguradoras. Con un alto
sentido de la oportunidad, Diario de Avisos editoriali-
zó: “Un caso de mala suerte”.
Fue repartido un nuevo telegrama secreto: “Emer-
gencia máxima. A las cinco en punto, C-6. Esta vez
habrá té. Destruya el papel como siempre”.
Ni siquiera el reclamo del té sirvió para lograr el
quórum. El hombre de Lloyd’s se encontró solo esta
vez. Cuando, perdida la compostura británica y con
el té enfriándose, estaba a punto de blasfemar, se dio
cuenta que sus 19 colegas no podían acudir porque
todos se habían suicidado.

Revista Atticus 85
Por los Arribes del Duero:
Villardiegua de la Ribera

A
unque esta zona es muy amplia y abarca moso verraco prerromano, cruzamos todo el pueblo
tanto la provincia de Salamanca como tomando su salida en dirección oeste estamos sobre el
la de Zamora como así las provincias camino del Jaral, a ambos lados grandes encinas dentro
portuguesas, cada una en su margen del de cortinas en zonas conocidas como El Pozaco y Rita
río Duero, elegimos la ruta que va desde Villardiegua la Rodera, bien delimitadas con paredes de piedra, pro-
de la Ribera hasta la presa de Miranda do Douro. pias de estas zonas de difícil construcción y hoy oficio
ya desaparecido. Continuamos hasta desembocar al ca-
Iniciamos nuestra ruta desde la plaza donde está mino de Rita el Ciervo en su dirección sur-oeste, hasta
ubicada la iglesia parroquial de Villardiegua y un her- encontrar un cruce con un camino que nos lleva has-

86 Revista Atticus
nocturno. Son construcciones
de piedra con techos de escoba
bien orientadas hacia el sur, así
los chivos pequeños quedaban
protegidos del frío y del pisoteo
de las cabras y de los depreda-
dores de la zona, especialmente
de los zorros, se las cerraba con
una pesada laja de piedra.

También desde este punto


podemos ver el pico Robledo
con su pequeña altura de 748
metros, continuamos camino
hasta Los Turritales y el primer
desvío lo tomamos en dirección
sur-oeste hasta coger el camino
de Los Camelos, será este el que
nos lleve hasta Peñacasica, bre-
ve elevación de 661 metros, en-
contraremos un colmenar con
ta una zona conocida como de los molinos, tomamos el cual hay que tener precaución
este camino apenas insinuado acompañando al arroyo en época de actividad de las abejas.
del Pontón, cuyo agua hizo mover las ruedas durante
siglos. Muchas construcciones en piedra ya práctica- A estas alturas del recorrido ya podemos ver en el
mente derruidas nos dan una idea de la importancia horizonte Miranda Do Douro, nos dirigimos dirección
de una economía de subsistencia. Continuamos hasta sur y bajando por una ladera unos 100 metros de des-
encontrarnos que el majestuoso Duero a su paso por nivel habremos llegado hasta la frontera entre España
estas tierras, asomados a estos arribes gozamos de una y Portugal, dando por finalizada nuestra ruta habiendo
espectacular vista, de frente Portugal y entre medias la recorrido 16 km.
línea divisoria marcada invisiblemente en las aguas del
Duero. Villardiegua de la Ribera

Desandamos unos 800 metros para reencontrar Es un pequeño municipio de la comarca de


el camino a seguir por el Valle del Pontón, que es así Sayago integrado en el Parque Natural de Arribes del
como se conoce este lugar y a la vista Peña Redonda Duero. Próximo a esta población encontramos el pago
hasta llegar a un mirador para de nuevo contemplar conocido como Castro de San Mamed o de San Ame-
desde su alto otra hermosa vista del Duero y sus arri- de donde han sido hallados varios verracos, estelas fu-
bes, hasta aquí llevamos recorridos unos siete kms., nerarias y numerosas inscripciones en latín.
realmente cómodos, apenas sin desnivel y al alcance de
cualquier caminante. Cuenta entre su patrimonio, con un verraco
traído de San Mamed, conocido entre sus paisanos
Retomamos camino hasta el paso de Estacas, tam- como la mula o la Yegua, está tallado en piedra de una
bién zona de molinos, donde otro arroyo conocido sola pieza cuyas dimensiones alcanza los 2,10 metros
como de Fenoya, el que cruzamos hasta encontrar el de largo por 0,74 metros de ancho.
camino de Valcuevo, pero por poco tiempo ya que en el
siguiente cruce lo abandonamos para cruzar una zona Si paseamos por esta población podremos apreciar
que se llama la torta y enlazar con el camino de Valde- su arquitectura popular, viviendas con corral, paloma-
lera ya en dirección sur y es aquí donde podremos con- res y molinos, construcción en piedra; nos daremos
templar unas cortinas con construcciones curiosas y cuenta que muchas de las paredes de estas construc-
muy típicas de uso pastoril, Las Chiviteras de Torrega- ciones son estelas funerarias romanas, traídas de San
mones; estas pequeñas construcciones son corrales de Mamed, caracterizadas por su sobriedad, grabados de
cabras donde la cabriada, o rebaño de cabras, se agru- ruedas solares e inscripciones.
paba para su ordeño, el amamantado y para su encierro
Revista Atticus 87
El castro de San Mamed
Cuenta también esta población con iglesia parro-
quial y un museo Etnográfico, en el que se exhiben Se encuentra a unos 5 km del casco urbano de
antiguos aperos, cedidos por los vecinos. Villardiegua, en lo alto de un cerro, coronado con un
bolo de granito. Se encuentra en la dehesa de Bozón
Los lugareños celebran lo que se conoce como Ben- entre los términos de Torregamones y Villardiegua.
dición de Campos, suele ser a comienzos del mes de
mayo en la que bendicen las tierras para que éstas sean Se han encontrado numerosos restos prerro-
fructíferas. En la procesión de rogativa, la imagen de manos, romanos y visigodos, cerámicas, urnas cine-
San Mamés encabeza un desfile que preside el gran rarias, piedras molineras, monedas,… Aún se puede
pendón blanco y la cruz parroquial. vislumbrar lo que fuera una pequeña ermita y casa, po-
siblemente del ermitaño.

Jesús Santos Serna

88 Revista Atticus
Jesús Trapote
en Val de San Lorenzo:
Una jornada en la maragatería

Revista Atticus 89
E
l sofá de casa nos tiende su cálido y que fue un núcleo textil de gran importancia, tal vez
confortable abrazo. Y hay que estar solo comparable con la producción de los centros ca-
atento a esas señales porque ése es talanes. Por cierto, el nombre maragato tiene un con-
el momento indicado para levantar fuso origen. La teoría más aceptada, hoy en día, es la
el culo del sofá y poner rumbo hacia que ha formulado el catedrático de la Universidad de
un punto que nos aleje de la rutina. En esta ocasión León, Laureano Rubio, en la que viene a decir que en
una exposición de escultura de un amigo es buen mo- esta zona los antiguos habitantes también conocidos
tivo para solventar los casi 360 km de distancia. Una como somonzanos se dedicaban a comercializar pes-
distancia un tanto larga para un viaje de ida y vuelta en cado salado de Galicia (Mar) a Madrid (los Gatos) y de
el día, pero hoy las carreteras y los automóviles ofrecen ahí Maragato. Hoy, los tiempos cambian, son los Gatos
ciertas garantías de realizar un viaje seguro y confor- (los madrileños) los que se dedican a colonizar la zona
table. los fines de semana en busca de su famoso cocido ma-
ragato. Pero dejemos el cocido para luego.
Jesús Trapote expone sus obras en Val de San Lo-
renzo. Ya nos hicimos eco de esa circunstancia en En Val de San Lorenzo se encuentra el Centro de
nuestra Web Interpretación Textil La Comunal (C.I.T.). Es un edi-
ficio que fue construido por la Sociedad Comunal de
http://revistaatticus.es/2010/07/27/jesus-trapote- Artesanos para realizar todas la labores que iban aso-
grandes-mensajes-pequenos-formatos ciadas con el proceso de preparación de la lana para
realizar manufacturas, ya sea paños o mantas. Todo
este complejo funcionaba hasta 1998. Ahora se ha re-
Val de San Lorenzo es un pequeño pueblo situado cuperado por iniciativa del propio Ayuntamiento de
a 6 Km. de Astorga que se extiende por la vega del río Val de San Lorenzo y funciona en determinadas visitas
Turienzo. Constituye uno de los pueblos más impor- y para distintos artesanos que todavía hacen uso de esta
tantes de la Maragatería, debido fundamentalmente a vieja maquinaria que constituye un excelente ejemplo
90 Revista Atticus
Revista Atticus 91
del entramado industrial de principios del siglo XIX. Y
el museo se puede visitar en su horario habitual.
Este edificio alberga la Segunda Fase del Museo
Textil (el núcleo principal lo constituye el Batán o Pi-
són, que luego veremos). Las pequeñas esculturas que
conforma la exposición de Jesús Trapote que lleva por
título Grandes mensajes, pequeños formatos se en-
cuentran repartidas por la sala.

Grandes mensajes, pequeños formatos

Esparcidas por el museo La Comunal se encuentran


la pequeñas esculturas de Trapote, escultor vallisoleta-
no afincado en León, como formando parte de mobi-
liario. Su tamaño reducido las convierte en pequeños
objetos deseables para la decoración de cualquier rin-
concito de nuestras casas. Son gráciles, esbeltas y cari-
ñosas., no exentas de fuerza y un gran belleza plástica.
Y algunas de ellas, por sus desnudos, se las puede cali-
ficar de intimistas. Su modelado es agradable. Con po-
cos trazos sintetiza su obra (la síntesis matérica la po-
demos encontrar en la Perdiz, apenas un óvalo). Todas
ellas conforman una unidad estilística. Además de su
reducido tamaño, las figuras responde a un tipo que el
escultor ha formado a lo largo de su extensa, brillante
y dilatada carrera: Volumétricas de cuerpo orondo y ca-
beza reducida. Muchas de ellas responden a un boceto Arriba: Pudor encubierto. Abajo: La espera, ubicadas en La
Comunal. En la página anterior Intimidades, todas ellas obras
para un proyecto o concurso. He tenido la oportunidad de Jesús Trapote
de ver muy recientemente obra de Oteiza y algo, en
las esculturas de Trapote, me ha recordado a este gran
escultor, como me recuerda a alguna de las obras de
Rodin. También las formas gruesas aluden a otro ge-
nio que es el colombiano Botero. Lo cierto es que en-
contramos a Jesús Trapote a un gran escultor que do-
mina las formas humanas con bellos ejemplos en esta
sala (Anoréxica, Intimidades o Arrogancia, o La Lectura)
poniendo especial énfasis en las expresiones faciales y
posturales. No hay que olvidar que Trapote es un gran
escultor en obra civil con bellos ejemplos en Vallado-
lid, León o Villalón de Campos (un ejemplo de lo que
puede ser una obra monumental es cualquiera de estas
pequeñas esculturas, pero sobre todo por destacar un
ejemplo de conjunto escultórico Los represaliados)

Una pequeña pega: las esculturas no desentonan del


ambiente, pero no destacan. El enmarcarlas en una sala
tan peculiar en donde las máquinas antiguas tienen un
mayor peso específico que la propia escultura penaliza
la visita de la obra de Trapote. Pero por otro lado, tene-
mos la oportunidad de contemplar en la sala dos activi-
dades artesanales que nacen con productos de nuestra
tierra, por un lado la lana y por otro el barro con que
Trapote ha esculpido, sabiamente, sus esculturas de

92 Revista Atticus
Interior de La Comunal con una maquina con las boninas y
al fondo una escultura de Trapote.

pequeño formato, de grandes mensajes y de grandes


intenciones. Val de San Lorenzo era un gran núcleo textil. Se
tienen noticias de la lana que se tejía en este pueblo y su
entorno allá por el siglo XVII y llegó a contar con más
de 80 fabricantes. En el primer tercio del siglo XIX Val
La Comunal sufre una crisis textil pañera. No solamente afecta a
esta zona sino a otros puntos del viejo Reino de León
La visita a este museo arranca con unos audiovisua- y de Castilla. Tal vez quien mejor se supo adaptar fue
les que se proyectan en la sala y de los cuales nos hace Béjar (Salamanca) y pudo competir con la mejor com-
una introducción el guía del Museo Miguel Ángel (por petencia catalana (Sabadell y Tarrasa) que había meca-
cierto una persona de trato encantador, ameno y cono- nizado todo su proceso. Así en 1858 se produce en Val
cedor de todo el proceso de la lana, el cual se desvive un relanzamiento textil que llega, principalmente, de
por dar a conocerlo). la mano de gente emprendedora como José Cordero
Geijo (se trasladó a Palencia para trabajar y “estudiar”
Desde que la lana es escogida para su utilización el proceso en la fábrica de paños) y Damián Cuadrado
hasta que sale ya manufacturada en forma de manta o (trajo a Val nuevos utensilios como el preciado “pal-
paño hay una serie de máquinas y utensilios disemina- mares de cardos”). En la Exposición Internacional de
dos a lo largo de los diferentes espacios que conforman París fueron galardonados los cobertores de Val de San
esta gran sala/museo. Allí encontramos una máquina Lorenzo.
denominada “el diablo abridor”, devanaderas, tornos
de cardar, ruecas, urdidores y otros curioso utensilios. En 1920 un grupo de 73 vecinos forman una Comu-
Todo esto abarcaría el proceso de fabricación y que nidad de Bienes. Es la Comunal. Debido a esa mecani-
se complementan con unas máquinas más complejas zación catalana (aludida anteriormente) y el desecho de
y difíciles de ver en funcionamiento como lo están las una maquinaria que se había quedado obsoleta Val de
que aquí podemos contemplar. San Lorenzo se hizo con esas máquinas compradas de
segunda mano, procedentes de Cataluña.

Revista Atticus 93
Interior del Batán o Pisón con la máquina con los cardos para extraer el pelo de las mantas, con algunos ejemplos de manufactura.

Hoy día tenemos la inmensa fortuna de conocer de la trama como para la urdimbre. Una vez colgada en
primera mano cómo era el proceso de fabricación tex- las perchas se procedía a su cardado (se usan un car-
til de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX dón o cardencha que es una variedad que se cultiva en
gracias a que Val continuó con su trabajo hasta final del Albacete y Alicante entre otros centros de producción,
siglo XX y gracias también a la labor del Ayuntamiento ya que es un cardo más alargado y con las puntas ha-
y sus gentes que han sabido restaurar y poner a dispo- cia abajo) para sacar el pelo de forma natural. Esto se
sición del público en general este espacio. hacía con cardos naturales insertados en una máquina
diseñada a tal efecto.
Llama la atención las diferentes fotos que se en-
cuentran en las paredes de la sala. Esto se debe a un Astorga
encuentro que se realizó durante seis semanas en el ve-
rano de 1926 de diferentes colectivos de artistas (pin- Astorga tiene mucho que ver. Podemos destacar
tores, acuarelistas, ceramistas, etc) provenientes de la tres sitios de interés. Uno de ellos es la plaza del Ayun-
Escuela de Cerámica de la Moncloa de Madrid y que tamiento que alberga el edificio consistorial. Se inició
fueron realizadas por Aniceto García Villar, profesor su construcción en 1683. Consta de dos pisos, con dos
de la escuela. Constituyen un elemento etnográfico de torres en las esquinas rematadas con chapiteles y un
primer orden para el estudio de la maragatería. espadaña central. El piso superior tiene unos balcones
de hierro. La espadaña central sostiene la campana y el
El Batán o Pisón reloj en el que dos maragatos marcan las horas. Es un
ejemplo de arquitectura civil del barroco leonés.
El Batán o Pisón (como lo conocen los propios
maragatos) complementa la visita y fue la primera fase Otra visita imprescindible es al Palacio Episcopal.
del Museo Textil. Una serie de canales desvía el agua Obra de Gaudí, su construcción se llevó a cabo entre
(ahora en verano inexistente) que mueve unas ruedas 1889 y 1915. Su fachada presenta cuatro torres cilíndri-
de molino que hace mover unos pisones que golpea la cas y sigue sus principios del modernismo catalán que
manta. Aquí se realizaba la función principal de lavar encontramos en tierras maragatas, fundamentalmen-
la manta para quitarle un aceite que se había añadido a te, por la amistad que unía al obispo con Gaudí, un
la lana para facilitar la elaboración de hilos tanto para
94 Revista Atticus
hombre muy fervoroso. El pórtico luce tres arcos abo-
cinados. La estructura del edifico se sustenta en pilares
con capitales decorados y bóvedas de crucería. Todo el
conjunto está rematado con un almenado que recuerda
al estilo mudéjar.

Y por último, la catedral de Astorga. La catedral de


Astorga se empezó a construir en 1471 dentro del re-
cinto de la anterior basílica que databa de los siglos XI
y XIII. Las obras de la catedral se prolongaron durante
muchos años, llegando hasta el siglo XVIII lo que le
confiere una amalgama de estilos arquitectónicos: góti-
co florido en el interior, estilo neoclásico para el claus-
tro, barroco para la torre y su fachada y el pórtico con
un toque renacentista con bellos paneles escultóricos a
ambos lados.

Una de las joyas que alberga la catedral de Astor-


ga es su retablo mayor obra de Gaspar Becerra. Es de
dimensiones colosales y fue concebido por el propio
escultor en 1558. Estructuralmente está compuesto
en horizontal por un banco o predela, tres cuerpos de
gran altura y un ático; en sentido vertical está organi-
zado por cinco calles y seis entrecalles en los cuerpos
segundo y tercero. Todo ello siguiendo un esquema si-
métrico, regular y ordenado. Una joya del que fue con-
siderado como el introductor en España del estilo de
Miguel Ángel.

No podemos terminar esta jornada y este trabajo


sin hacer mención a otro de los “motivos” de interés
cuando se acude a Astorga, Val de San Lorenzo y su
comarca y no es otro que un motivo gastronómico; el
cocido maragato.

El cocido maragato

El cocido es uno de los platos típico españoles. Es


el que se podía comer antaño todos los días y en to-
dos los sitios desde Estaca de Bares hasta Cádiz. El
cocido es un puchero donde se cuecen juntos todos
los ingredientes: garbanzos, hortalizas, patatas, carnes
y los huesos. Hay tantas variedades como regiones tie-
ne España.

Una de estas variedades es el cocido maragato, típi-


co de esta zona maragata en la provincia de León. Este
plato, como muchos otros tradicionales de “puchero”,
es un cocido. Es decir, que se echan las carnes en una
olla todo junto para que se cueza y enriquezca un cal-
Arriba: La Plaza del Ayuntamiento con la Casa Consistorial do. A su vez también se echan los garbanzos con una
al fondo. En el centro: Palacio Episcopal obra de Gaudí. Abajo:
El Retablo Mayor de la Catedral de Astorga redecilla para su fácil extracción y poder servirlo en
plato aparte.

Revista Atticus 95
Val de San Lorenzo con el Mesón Maragato y su Ermita.

La manera de oficiar en esta región es lo que le con- la Carballeda y posiblemente acudan muchos “extran-
fiere ese carácter particular: se sirve al revés. El cocido jeros” que vuelven a su pueblo en su cita anual para ver
consta de tres platos o vuelcos. El primero de ellos es a sus paisanos y familiares. Y como no hacía mucho
un plato con todas las carnes. Están suelen ser siete calor degustamos el cocido sin ningún pero, ni mucho
(hay restaurantes que anuncian hasta doce): pie y oreja menos decepción. Podemos decir que además dispone
de cerdo, gallina, tocino, morcillo, chorizo, costilla, etc. de otros platos en una corta pero selecta carta donde
Junto con un relleno (miga de pan, con huevo frita). A brilla con luz propia una ensalada templada, un tronco
continuación los garbanzos acompañados de verdura, de bonito (al ajillo) y unos postres caseros (la leche frita
generalmente suele ser repollo o berza, y patata cocida. suave y deliciosa). Muy recomendable.
Y, por último, se acaba con la sopa: el caldo resultante
de esa cocción con unos fideos o rebanadas de pan. http://www.mesonmaragato.com/

En nuestra particular jornada maragata accedimos En definitiva una buena y completa jornada con in-
a unos de los restaurantes que existen en Val de San terés etnográfico, artístico y gastronómico. Un conse-
Lorenzo. No íbamos a ciegas pues nos habían anuncia- jo: no dejen que el sofá de casa les abrace más que lo
do que Gloria y su hermano (regentes del restaurante justo. 
Mesón Maragato) tenían buena cocina y no se pasa-
ban en el precio (cosa esta últi- Luisjo
ma que suele ser muy habitual en
algunos afamados restaurantes).
Por el calor reinante, principios
de Septiembre tal vez no sea el
mejor momento para degustar
un cocido maragato. Pero si que
nos lo ofrecieron, tal vez porque
se daba la circunstancia de que
estamos en las fiestas locales de

96 Revista Atticus
www.rogalonso.com

Fotografía

Rogelio García Alonso


Recoletos

Comunicando

Jesús González
www.flickr.com/photos/haciendoclack/
Revista Atticus 97
www.flickr.com/photos/concellon

Esta va directa Chema Concellón Venecia LuisJo


para el flickr

Ciudad vieja, Estocolmo Pablo Díaz

98 Revista Atticus
Y ellos a lo suyo
Luis Raimundo García

www.haciendoclick.blogspot.com

Estamos en otoño

Alicia González

Bus - Stop
Jesús Arenales
Revista Atticus 99
TENDER PUENTES PARA CONSTRUIR MAÑANAS

La Ongd PUENTES, al igual que otras muchas asociaciones o fundacio-


nes, está comprometida con el desarrollo humano de algunos países de África y
Latinoamérica. Fundada por un grupo de amigos en 2007, colabora en la ‘cons-
trucción de futuros’ para personas que se habían resignado a no tenerlo. Esta Aso-
ciación ha hecho, de la promoción de las personas con discapacidad mental en
los países empobrecidos, uno de los pilares de su acción solidaria. En el siguiente
artículo me gustaría ofreceros mi punto de vista sobre el deber moral que tenemos
los de esta ‘orilla’ de construir mañanas para muchos hombres y mujeres que viven
más allá del puente.

Un nombre que es una identidad

E
n las semanas previas a la creación
de esta Ongd, discutíamos mucho
sobre las razones, la filosofía, el
ideario y el espíritu que debería te-
ner nuestra asociación: ¿por qué lo hacíamos?, ¿para
qué?, ¿qué conseguiríamos?, ¿serviría de algo? Bien es
verdad que, desde mucho antes, un grupo de amigos
recogíamos dinero en nuestros círculos, o a través de
algunas actividades benéficas, y lo enviábamos a los
diferentes proyectos. Pero ahora se trataba de algo
más serio. Fueron muchos los nombres barajados,
pero uno se impuso inmediatamente: PUENTES. Y
Alfabetización de niños en el Congo el nombre, en cierta forma, fue nuestro destino: nos
fue proporcionándonos metas y valores.
Lo primero: había que tomar conciencia de
en qué orilla del puente vivíamos. Lo segundo: ha-
bía que ser conscientes de qué gente vivía en la otra
orilla del puente. No se trataba de enviar dinero al
otro lado, como quien arroja un poco de calderilla.
Construir un puente significaba dar posibilidad, a los
de una y otra orilla, de encontrarse, conocerse, descu-
brirse y ayudarse.
Muchos de nosotros hemos cruzado, tem-
poralmente, este puente, con las piernas del cuerpo,
y, definitivamente, hemos cruzado este puente con
el compromiso, que son las piernas del alma. Kapu-
cinsky decía que los árboles tienen raíces, pero los se-
res humanos tenemos piernas para movernos y salir

100 Revista Atticus


El otro nos interpela

El rostro humano es una in-


terpelación y una responsabilidad, en
palabras de E. Levinas. Cada rostro
propicia un encuentro que nos obliga
a posicionarnos. En el verano de 1998,
un amigo mío, misionero guaneliano,
me invitó a visitar Ghana para conocer
el trabajo que él estaba realizando en
medio de jóvenes que, de pequeños,
habían sufrido la poliomielitis. La po-
lio atrofia las extremidades, provocan-
do fuertes cojeras y, en muchos caso, la
imposibilidad de andar. En un medio
rural, como es el ghanés, estos jóvenes
no podían trabajar el campo, por cau-
sa de esta atrofia. Para ellos, mi amigo
creó un centro de Formación Profesio-
nal. Durante tres años los adolescen-
Campamentos con niños nigerianos tes aprenden un sencillo oficio (tejido
al encuentro del otro. Atravesado el 1998, se venía ayudando en lo que se tradicional, zapatero, imprenta, arreglo
puente, hemos comprobado ‘su’ po- podía para sostener algunos progra- de pequeños electrodomésticos, corte
breza y hemos descubierto también la mas de desarrollo. y confección). Al finalizar sus estudios
nuestra, de otro tipo, pero de la misma PUENTES es una ONGD se les proporcionan los instrumentos
indignidad, o peor aún. (con CIF G34233908) e inscrita con el necesarios para instalar un pequeño
Acercar orillas es nuestro nº 2096 en el Registro de Asociaciones taller o se les busca trabajo en alguna
lema: es la misión de todo puente. Tan- de la Junta de Castilla y León, e igual- pequeña empresa. Pero también este
to un grandioso puente de Calatrava mente registrada en la Agencia Espa- proyecto intentaba intervenir quirúr-
como el tronco que salva un riachuelo ñola de Cooperación Internacional gicamente, allí donde era posible, para
sirve para que un ser humano lleve un para el Desarrollo (AECID) del Mi- restablecer o mejorar la movilidad de
cuenco de arroz y lo entregue al niño nisterio de Asuntos Exteriores. Forma los miembros. Recuerdo que mi amigo
hambriento y, a su vez, descubra en su parte de la Coordinadora de ONGD había conseguido el dinero para operar
interior esa hambre de justicia inscrita de Castilla y León. a una adolescente, pero justo el día de
en su piel. Muchos de los fundadores de la intervención la chica tenía malaria
PUENTES procedíamos del volunta- y, por tanto, no podía ser operada. El
riado con niños y jóvenes con disca- siguiente de la lista ocupó su lugar en
Contra todas las pobrezas.
pacidad mental en el Centro ‘Villa San la camilla. Y yo vi, por primera vez en
Contra una pobreza ‘especial’ mi vida, toda la devastación que esta
José’ (Palencia). Y quizás esta sensibili-
dad especial nos ha empujado a apoyar noticia provocaba en todo su ser. Ella
Una organización no guber- había soñado con un mañana sin silla
namental para el desarrollo (ONGD) programas de atención a personas con
discapacidad psíquica en varios países. de ruedas, y ahora, de repente, la opor-
lo que busca es precisamente eso: el tunidad de su vida se esfumaba. Cuan-
desarrollo de los países empobrecidos. Ésta es, sin duda, una de nuestras se-
ñas de identidad. Todos conocemos do ella me miró, yo no pude resistir su
Acciones que promueven el desarrollo mirada, y bajé los ojos. Pero esa súplica
de los pueblos, empezando por los as- las dificultades de inserción de estas
personas en nuestro Primer Mundo, y me hizo adquirir un compromiso con
pectos más básicos: nutrición, salud y esta niña, con este continente y con
educación, y por las capas de población fácilmente podemos imaginar lo que
significa ser ‘diferente’ en los países este tipo de pobreza. La operación
más vulnerables: niños, ancianos, mu- costaba 45.000 pesetas (cerca de 300
jeres. En ese sentido nuestra ONGD empobrecidos: la marca de la margina-
ción, cuando no una condena a muer- €) y fue fácil conseguirlos a mi vuelta
es parecida a tantas asociaciones que a España. Pero lo que es más impor-
luchan contra la pobreza y por la pro- te. ‘Estos seres cargados de misterio e
inocencia’, en palabras de José Jiménez tante: había brotado el germen de una
moción de los derechos humanos en sensibilidad y una ayuda que han ido
los rincones más apartados de la tierra, Lozano, forman parte de nuestros des-
velos y de nuestras prioridades. creciendo con los años.
o aquí mismo en la esquina de nuestra
calle.
PUENTES se constituyó
como tal en 2007 y fue fundada por un
grupo de 40 amigos, aunque ya desde
Revista Atticus 101
Proyectos en marcha timo conflicto bélico de 2008, o la re-
México DF (México) ciente ayuda a Haiti, Chile y Filipinas.
En este momento PUENTES tra- - Ayuda a una guardería que
baja en cinco países: Ghana, Nigeria, acoge a niños de familias desestructu-
RD del Congo, México y Guatemala. radas o madres solteras. Cambiar aquí para cambiar allá
Me gustaría resumir, a continuación, - Mantenimiento de un peque-
cuáles son nuestros ‘compromisos ño centro para niños y jóvenes (25 Nuestra asociación no exige
mínimos’ dentro de los siguientes pro- usuarios) con discapacidad mental. una determinada cuota a sus socios,
yectos: porque entiende que, en lo tocante
a la solidaridad, cada uno tiene que
Kinshasa (RD. Congo): PUENTES se compromete con aportar lo que buenamente pueda o
- Escolarización de 80 niños de una cantidad mínima para cada uno quiera. También porque somos cons-
la calle en diversas escuelas de la ciu- de estos ‘pequeños proyectos’ que cientes de que un poco aquí es mucho
dad (matrícula, uniforme, libros, edu- forman parte de un programa de de- allá y, como decimos muy a menudo
cadores). sarrollo más amplio. Luego, cada año, en PUENTES, ‘tú también puedes ha-
- Comedor para niños de la dependiendo de los recursos, la asocia- cer milagros’. ¿No es acaso un milagro
calle en el centro abierto de acogida ción intenta echar una mano en otros que un niño de la calle encuentre pun-
‘Punto de Agua’. proyectos relacionados con la salud, la tualmente su plato de arroz en la mesa,
educación o la formación de la mujer. o que a un adolescente que ha camina-
Abor (Ghana): No puedo olvidarme de algunos pro- do a gatas hasta este momento, pueda
- Un mínimo de cinco opera- yectos que tuvieron una gran repercu- caminar erguido después de una senci-
ciones en niños o adolescentes aque- sión para toda la comunidad: la pros- lla operación? ¿O que una adolescen-
jados de polio u otras minusvalías físi- pección de pozos de agua potable en te con síndrome de down sea tratada
cas. Guatemala y Nigeria, el comedor para como una princesa en medio de tanta
- Fisioterapeuta y diversos ma- niños de la calle en el Congo, la finan- miseria y tanto rechazo? o ¿no es acaso
teriales para la rehabilitación de perso- ciación del centro de Derechos Huma- un milagro hacer brotar agua potable
nas con minusvalías físicas. nos en Guatemala. al lado del charco infecto?
Aunque PUENTES prioriza la ayu- Y sin embargo, en PUENTES
Nnebukwu (Nigeria): da a programas estables, es verdad que, nos gusta decir que está muy bien lo
- Programa de ayuda a madres en situaciones de emergencias huma- de dar dinero, lo de ayudar, pero aún
lactantes en situación de extrema po- nitarias, también ha aportado su grano mejor está el hecho de transformarnos
breza (madres con gemelos, niños en- de arena. Recuerdo ahora la ayuda al por dentro, de cambiar nuestro estilo
fermos, etc.). Durante los dos prime- orfanato de Cuddalore (India) en los de vida, que en Occidente consiste,
ros años de vida del bebé, se facilita un días del tsunami, o la ayuda al campo básicamente, en un desenfreno consu-
seguimiento médico y una prestación de refugiados del Congo durante el úl- mista que nos proporciona satisfaccio-
económica mensual.
- Reparto semanal de alimentos
entre ancianos (cerca de 100) desfa- Fatai y su amigo, en el Centro de jóvenes con discapacidad. Nigeria.
vorecidos o abandonados de la zona.
Además de los alimentos, se les pro-
porciona asistencia médica, medicinas,
etc.

Chapas (Guatemala):
- Contribución al mantenimien-
to general de la casa para niños y jóve-
nes con discapacidad mental. Acoge a
unas 40 personas con modalidades de
centro de día y residencia.
- Apoyo a un grupo de 60 fami-
lias desfavorecidas (alimentos, medici-
nas, escuela), a través de un sistema de
apadrinamientos.

Amozoc (México):
- Comedor, cuidados sanita-
rios y talleres de ocio para 60 ancianos
marginales en un Centro de Día.

102 Revista Atticus


que somos salvadores En PUENTES, nos movemos en-
del planeta, que pode- tre la tensión saludable que genera el
mos cambiar el mundo ‘nada va a cambiar’ y ‘el todo está cam-
con una escuela o un biando’. Nos movemos entre la frus-
ambulatorio. Desgracia- tración de la pobreza que se reproduce
damente no va a ser así. y que crece imparable y las sonrisas
Sólo si cambia nuestra que los niños, los ancianos, los ‘minus’
mentalidad de ‘explota- agradecidos reparten cada mañana y
dores de recursos’, nues- cada tarde a quien les ayuda y a quien
tra mentalidad de ‘eso los ama, sin juzgarlos, y por que sí.
no es asunto mío’, y sólo
si cambia la mentalidad El niño que se merecía un mañana
de los moradores de los
países empobrecidos que En los momentos en que el desáni-
aceptan con resignación mo por el papeleo o por la burocra-
su destino de deshere- cia, por la ineficacia propia o ajena me
dados de la tierra y la descorazonan, me propongo siempre
presencia de gobernan- pensar en una imagen que observé en
tes corruptos… Sólo si 2008 en mi viaje al Congo. Había pasa-
construimos un ordena- do la tarde visitando la escuela rural de
miento internacional jus- Bateke y otros poblados de alrededor,
to, el mundo cambiará. y volvía en un todoterreno a la misión.
Y sin embargo, este De repente, el diluvio. Los cielos se
‘realidad pesimista’, este abrieron y el agua empezó a borrar el
Aldea de Nnebukwu en Nigeria ‘desencanto del coope- horizonte. Descubrimos a tres niños
rante’ no puede hacer- que volvían a sus poblados, caminan-
nos perder el verdadero do en chanclas por el camino que era
valor de la solidaridad: ya un riachuelo. Paramos el coche y les
nes inmediatas y frustraciones a largo no podemos cambiar el invitamos a subir. Frente a mí, el más
plazo. ¿Podemos consentir que mien- mundo, pero podemos cambiar ‘su’ mayorcito de los tres, quizás unos 12
tras la mitad de la humanidad pasa mundo. años, se llevó la mano al pecho y sacó
hambre la otra mitad ande como loca El mundo del niño congoleño una pequeña bolsa de plástico donde
detrás de dietas adelgazantes, de gim- M’buye, bisnieto, nieto e hijo de anal- había guardado el cuaderno de esca-
nasios y de cirugías estéticas? fabeto, cambió el día que aprendió a sas hojas y donde anotaba los apun-
Desearíamos que por el puen- leer. Cambia el mundo de la pequeña tes del maestro. Era todo su material
te no sólo pasase nuestro dinero, nues- prostituta Agnés de Kinshasa a la que escolar, y él, amorosamente, lo había
tro cuenco de arroz, sino también un ‘los ángeles ambulantes’ (enfermeros introducido en una bolsa de plástico y
poquito de nuestra alma, un pellizco que en ambulancia recorren la ciudad colocado bajo su camisa para salvarlo
de nuestras entrañas, pues sólo así en- de noche) entregan un rato de escucha, de este diluvio. Se me saltaron las lágri-
tenderemos el valor de la otra persona, un preservativo para luchar contra el mas. Pensé: este niño merece estudiar.
su dignidad, no obstante su pobreza, y sida y una tirita de cariño para vencer Este niño se merece un mañana. Y yo
su belleza, no obstante su desdicha. el desamparo; cambia el mundo de estoy obligado a trabajar por ello. No
Por lo tanto nuestra ‘filosofía’ Kwame que, tras la operación, ha de- guardo una fotografía de este instante,
es muy sencilla: sólo si verdaderamen- jado de camina y ha empezado a mirar pero su imagen permanece inalterada
te algo se mueve y se remueve en nues- a los ojos del otro a la misma altura; en mi retina. Este niño –y todos los
tros adentros, se moverá y removerá cambia el mundo de Fatai, el niño con demás niños pobres pero esforzados-
algo de las estructuras de injusticia y síndrome de down nigeriano, al que merecen un mañana. Tiene que haber
pobreza que se han instalado -¿defini- ahora sus padres quieren y sus vecinos un mañana para ellos. Y todos noso-
tivamente?- en los territorios del ham- besan sin vergüenza y sin temor; cam- tros podemos contribuir a construirlo.
bre, de la enfermedad y de la ignoran- bia el mundo de Lupita, que deja cada
cia. mañana a su pequeñín en la guardería
lo que le permite ir a ganarse su suel-
do y su dignidad. Cambia el mundo de Juan Bautista Aguado Tordable
No cambiamos el mundo, Chukwua, la anciana que espera ner-
pero cambiamos ‘su’ mundo viosa la bolsa de alimentos y de afecto http://www.pcsanz.net/puente-
que cada sábado le acercan los volun- songd/index.html
En PUENTES, y en cualquiera tarios y que, por ello, bendice a los an-
Ongd, seríamos necios si pensásemos tepasados y a los dioses del bosque.

Revista Atticus 103


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