Urbanismo Barroco
Urbanismo Barroco
Urbanismo Barroco
VENECIA-NAPOLES
Este estilo artístico comenzó a aparecer en Italia (sobre todo en Roma) en el siglo XVI, teniendo su mayor auge
entre los siglos XVII y XVIII cuando se extiende por Europa. Durante mucho tiempo, el término ‘Barroco’
tenía cierto sentido peyorativo, cuyo significado era ‘recargado, engañoso o caprichoso’ En el Barroco es casi
imposible realizar un estudio individual de las obras, ya que es un compendio de muchas disciplinas artísticas.
Así, por ejemplo, la arquitectura barroca se convierte en un arte que acoge también la pintura y la escultura y las
integra en un ‘todo’. Este arte se caracteriza por una tendencia a la representación realista, con movimiento,
destacar el lado emocional sobre el racional a fin de impresionar al espectador mediante los sentimientos, la
búsqueda de efectos visuales y decorativos Asimismo, el arte Barroco se puede definir como la manifestación
artística de los tres grandes poderes existentes en la época: la Iglesia, la monarquía y la burguesía.
URBANISMO EN NAPOLES
— BARROCO NAPOLITANO
El barroco napolitano es una forma artística y arquitectónica que se desarrolló en el siglo XVII y la primera
mitad del XVIII en Nápoles. Se reconoce por sus llamativas decoraciones de mármol y estuco, características de
las estructuras de construcción. En concreto, el barroco napolitano florece a mediados del siglo XVII con las
obras de varios arquitectos locales altamente cualificados, y se termina a mediados del siglo siguiente, con la
llegada de la arquitectura neoclásica. Las características esenciales de la arquitectura barroca son las líneas
curvas, tortuosas, a veces con motivos muy complejos e indescifrables. Además, un fuerte sentimiento de
teatralidad incita al artista a la exuberancia decorativa, combinando la pintura, la escultura y el estuco en la
composición espacial, subrayando el conjunto mediante juegos sugerentes de luces y sombras.
Comienza en el siglo XVI con los planes de urbanización a iniciativa de Pedro Álvarez de Toledo. Esta fase se
subdivide en dos grandes periodos, el primero de 1582 a 1613 y el segundo de 1613 a 1626. El primero puede
considerarse una fase de premisas, siempre caracterizada por edificios de estilo manierista romano. El artista
más importante del cambio de siglo es Domenico Fontana, autor del palacio real y el Complesso di Gesù e
Maria. El segundo periodo, los obreros y arquitectos napolitanos adquirieron una mayor autonomía en lo que
respecta al diseño. Giovan Giacomo di Conforto, que llevó a cabo diversas restauraciones, participó en grandes
obras de la ciudad, y fue supervisor de la construcción de la cartuja de San Martino hasta 1626,
SEGUNDA FASE
La segunda fase del barroco napolitano comienza con la llegada de Cosimo Fanzago a las obras de la cartuja de
San Martino. La cartuja se convirtió en una especie de laboratorio de las artes para Fanzago y otros muchos
artistas de la época. Fanzago puede considerarse el auténtico fundador del barroco napolitano. Además, la
arquitectura y la escultura son complementarias en sus obras. Otro personaje importante es Giovan Domenico
Vinaccia, arquitecto, escultor y orfebre, formado en el taller de Dionisio Lazzari. Desde el punto de vista
urbanística, la superficie destinada a las construcciones se reduce drásticamente en esa época, a causa de la
multiplicación de los edificios religiosos. Por tanto, los arquitectos tienen dificultades para crear proyectos en la
ciudad vieja, por lo que comienzan a construir casas particulares en el entorno de la colina de Pizzofalcone y en
Chiaia .
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TERCERA FASE
En 1688 y 1693, en un corto lapso de tiempo, dos terremotos causaron daños en numerosos edificios de la
ciudad. Durante la época de reparaciones tras los seísmos, los arquitectos de la transición entre los dos siglos
fueron los más activos. El primero que podemos distinguir es el pintor y arquitecto Francesco Solimena, que
diseñó el Palazzo Solimena. Los otros dos representantes de la transición son Arcangelo Guglielmelli y Giovan
Battista Nauclerio. A principios del siglo XVIII, Nápoles sufre una expansión urbana incontrolada a causa del
rápido aumento de la población. Los representantes de este siglo son Domenico Antonio Vaccaro y Ferdinando
Sanfelice, cuyo estilo se encuentra a mitad de camino entre el de Cosimo Fanzago y el de Johann Bernhard
Fischer von Erlach.
EJEMPLOS DEL URBANISMO
Quartieri Spagnoli
Los Quartieri Spagnoli, demandados por el virrey para el cuartel de los soldados españoles en la ciudad, se
ubican en una zona comprendida entre la vía Tarsia y la vía Chiaia y longitudinalmente entre la vía Toledo y la
actual. Corso Vittorio Emanuele , el cubierto El área es de aproximadamente 800.000 m 2 .
Chiaia y Posillipo
Más allá de Porta di Chiaia , los pueblos de pescadores ubicados entre Monte Echia y Pausilippe se transforman,
gracias a las operaciones del Renacimiento y el Barroco, en lugares de ocio para la nobleza con la presencia de
villas y pabellones, como palazzo Caravita di Sirignano , construido en el siglo XVI. La transformación de los
pueblos marineros en zonas urbanas no es ajena a los religiosos con sus fundaciones laicas, que han contribuido
a la construcción de iglesias ( Santa Maria della Vittoria , Santa Maria in Portico , San Giuseppe a Chiaia ,
Chiesa dell'Ascensione (it) y Santa Teresa a Chiaia ) su construcción fue confiada a arquitectos tan importantes
como Cosimo Fanzago , Arcangelo Guglielmelli , Tommaso Carrere y Nicola Longo. Además, en el siglo
XVIII, nació por iniciativa de un comerciante pisana el convento de San Francisco degli Scarioni cuyo diseño
fue confiado a Giovan Battista Nauclerio . La construcción civil crece principalmente a lo largo de la costa,
como Palazzo Ravaschieri , ampliada en el xviii ° siglo por Ferdinando Sanfelice . Otros edificios son notables:
Palazzo Ischitella , Palazzo Ruffo della Scaletta , anteriormente Palazzo Carafa di Belvedere y Palazzo Guevara
di Bovino .
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Pontecorvo y Pizzofalcone
La fachada de la Iglesia de Santa Maria Egiziaca en Pizzofalcone .
Estos dos distritos se encuentran en la ladera de la colina de Vomero , en los extremos del Quartieri Spagnoli (
"distritos españoles" ). Pontecorvo se considera los conventos de distrito, debido a que el XVII. Pontecorvo
adquiere importancia gracias a la expansión de la colina hasta el siglo XVI , bajo el impulso de Pedro de
Toledo. El Pizzofalcone (o Monte Echia) es una colina frente al mar. Sus fundación data atrás del siglo VII aC
por los habitantes de Cumas . Se convierte en importante para el siglo XVI, cuando las expansiones virreyes
llegar a la zona del palacio del ex virrey. La morfología de la planta se está construyendo allí, en medio del
siglo XVII, un campo militar por la función de Fortaleza a recibir los soldados españoles, liberando vecinos
Quartieri Spagnoli, para hacer espacio para las órdenes religiosas.
URBANISMO DE VENECIA
VENECIA BARROCA (siglos XVII y XVIII)
En los siglos XVII y XVIII, la república veneciana era un estado en decadencia política, pero eso no le
impediría disfrutar de un periodo de gran esplendor artístico. Durante el barroco, Venecia sería un centro de
primer orden: la arquitectura levantaría algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad; la pintura
desarrollaría nuevas fórmulas, como las famosísimas vedutte (destacando las de Canaletto); o, la música
asistiría al comienzo de la ópera moderna, con la apertura de las representaciones a todas las clases sociales
(abonando el precio de una entrada). Esta decisión sería determinante para el desarrollo del género: arrancaba la
ópera como negocio. Durante los siglos XVII y XVIII, conforme la decadencia política iba siendo más notoria,
Venecia disfrutaría de un esplendor artístico extraordinario. Venecia seguía siendo una ciudad cosmopolita e
internacional, que todavía mantenía su vocación mercantil, su afición por los negocios y por el intercambio
comercial (con una notable producción de artesanías altamente especializadas). Sus clases altas habían
acumulado enormes riquezas a lo largo de los siglos anteriores y lo manifestaban en sus suntuosos palacios, sus
deslumbrantes fiestas, y en general en una irrefrenable propensión al lujo, al deleite y a la diversión. La crisis no
hizo que la nobleza abandonara sus extravagantes y refinadas costumbres
Si nos aproximamos a la ciudad de aquellos tiempos, descubrimos que la Venecia del barroco mantenía su
forma general básicamente como la describió Jacopo de Barbari en su famosísimo plano (el Plano de Barbari de
1500). Mientras que la traza urbana, con sus canales, barrios y calles, no sufrió transformaciones relevantes (que
llegarían con el siglo XIX), sí lo haría la arquitectura. Los nuevos edificios sustituían a otros anteriores, que
eran demolidos, y fueron determinando el espíritu barroco de la ciudad. Quizá el emblema de ese primer Otros
edificios muy notables del barroco veneciano son, por ejemplo, la iglesia de San Nicolò da Tolentino, (conocida
como los Tolentini, obra de Andrea Tirali), la iglesia de Santa Maria del Giglio (Giuseppe Sardi) o la iglesia de
San Stae (Domenico Rossi). En la arquitectura civil destacan los palacios Manfrin Venier (Andrea Tirali), Ca'
Corner della Regina (Domenico Rossi) o el Palazzo Savorgnan y el Palazzo Surian Bellotto, ambos de Giuseppe
Sardi. los teatros serian una de las tipologías arquitectónicas más innovadoras del barroco veneciano que,
además, contarían con numerosas muestras (el más antiguo de los conservados es el Teatro Goldoni, nacido
como Teatro Vendramin en 1622). No eran pocos los espacios para funciones teatrales existentes en Venecia,
pero el éxito del teatro musical acabaría impulsando un modelo específico que triunfaría internacionalmente (el
“teatro a la italiana”).
barroco veneciano sea la Basílica de Santa Maria della Salute, desarrollada por Baldassare Longhena entre 1631
y 1650 en la Punta della Dogana (en la confluencia del Gran Canal con el Canal de la Giudecca), lo que obligó a
una considerable ganancia de terreno al mar. Baldassare Longhena (1598-1682), fue el arquitecto más destacado
del momento. Fuertemente influenciado por los maestros del Cinquecento, Andrea Palladio y Jacopo Sansovino,
su obra reflejaría la exuberancia espacial, los claroscuros o el dramatismo propios del barroco.