Anales Universidad A13 t17 Entrega 2 n81 1906
Anales Universidad A13 t17 Entrega 2 n81 1906
Anales Universidad A13 t17 Entrega 2 n81 1906
E s t u d i o s o b r e lo c o n t e n c i o s o a d m i n i s t r a t i v o
POE EL DOCTOS LUIS VABELA
(Conclusión)
TITULO TERCERO
ARTÍCULO 4G5
ARTÍCULO 4 6 6
32
446 Anales de la ÜidversidaÁ
CAPÍTULO CUARTO
ARTÍCULO 4 6 7
ARTÍCULO 4 6 8
TITULO CUARTO
Disposiciones qeaei'alfis
CAPÍTULO PRIMERO
ARTÍCULO 4 6 9
ARTÍCULO 4 7 0
Son días hábiles todos los del año menos los domingos
y fiestas religiosas ó cívicas que la ley ó el uso hubiesen
consagrado, y cualquier otro en que se disponga por ley que
vaquen las oficinas públicas. La inhabilidad del feriado no
es aplicable á los servicios de carácter continuo.
*-k!'
ARTÍCULO 4 7 1
CAPITULO SEGUNDO
Del domicilio
ARTÍCULO 4 7 2
ARTÍCULO 4 7 8
ARTÍCULO 4 7 4
ARTÍCULO 4 7 5
CAPÍTULO TERCERO
SECCIÓN PRIMERA
Del Regristro
ARTÍCULO 4 7 6
ARTÍCULO 4 7 7
ARTÍCULO 4 7 8
ARTÍCULO 4 7 9
ARTÍCULO 4 8 0
ARTÍCULO 4 8 1
ARTÍCULO 4 8 2
SECCIÓN SEGUNDA
ARTÍCULO 4 8 3
ARTÍCULO 4 8 4
ARTÍCULO 4 8 5
ARTÍCULO 4 8 6
ARTÍCULO 4 8 7
ARTICULO 4 8 8
AETÍCULO 4 8 9
ARTÍCULO 4 9 0
AiaícuLO 491
ARTÍCULO 492
ARTfcui,o 493
ARTÍCULO 4 9 4
ARTÍCULO 4 9 5
CAPITULO CUARTO
ARTÍCULO 4 9 6
ARTÍCULO 4 9 7
ARTÍCULO 4 9 8
ARTÍCULO 4 9 9
ARTÍCULO 500
ARTÍCULO 5 0 1
ARTÍCULO 5 0 2
ARTÍCULO 503
AETICULO 504
ARTÍCULO 5 0 5
ARTÍCULO 506
ARTÍCULO 5 0 7
AETÍCUIO 5 0 8
ARTÍCULO 5 0 9
ARTÍCULO 510
ARTÍCULO 5 1 1
ARTÍCULO 5 1 2
ARTÍCULO 513
ARTÍCULO 5 1 4
ARTÍCULO 515
ARTÍCULO 5 1 6
^ iñ
408 Anales de la ühviersidad
CAPITULO QUINTO
ARTÍCULO 5 1 7
- ti
Anales de la Universidad 469
AKTÍCULO 5 1 8
ARTÍCULO 5 1 9
ARTÍCULO 520
ARTÍCULO 521
ARTÍCULO 522
ARTÍCULO 5 2 3
ARTÍCULO 5 2 4
ARTÍCULO 525
ARTÍCULO 526
ARTÍCULO 527
ARTÍCULO 5 2 8
ARTÍCULO 5 2 9
ARTÍCULO 530
ARTÍCULO 531
ARTÍCULO 5 3 2
ARTÍCULO 5 3 3
ARTÍCULO 5 3 4
ARTÍCULO 5 3 5
ARTÍCULO 5 3 6
ARTÍCULO 537
ARTÍCULO 538
CAPÍTULO SEXTO
De la responsabilidad disciplinaria
ARTÍCULO 5 3 9
ARTICULO 540
ARTÍCULO 541
ARTÍCULO 542
ARTÍCULO 543
ARTÍCULO 5 4 4
ARTÍCULO 5 4 5
ARTÍCULO 5 4 9
ARTÍCULO 5 4 7
ARTÍCULO 5 4 8
ARTÍCULO 549
ARTÍCULO 550
ARTÍCULO 551
ARTÍCULO 552
ARTICULO 558
ARTÍCUIO 554
ARTÍCULO 555
Disposición transitoria
ARTÍCULO 556
LUIS VÁRELA.
530 Anales de la Universidad
El D e r e c h o C o n s t i t u c i o n a l en la U n i v e r s i d a d '^
CAPÍTUT.O I
El antiguo y el n u e v o p r o g r a m a
^1) Exposición de motivos del programa de la asignatura presentada al tribunal del con-
curso para proveer la cátedra de Derecho Constitucional, vacante por muerte del doctor Jus-
tino X. de Aríchaga.
Anales de la Universidad Síil
bien jurídica que política, con la tradici<ín de los pueblos que gozan
de una serie no interrumpida de libertad. Nuestro país, como Italia,
se halla en este caso. Podemos y debemos, pues, estudiar sus institu-
ciones como lo ha indicado el ilustre maestro de la Universidad de
Nápolep; y la condición primordial para dar entrada en un programa
de la materia á esa parte importantísima é interesantísima de la mis-
ma, es sacrificar lo que en el programa vigente no le corresponde,
empeznndo por los capítulos de Derecho Político.
Sé que, para muchos, mis palabra* carecerán de sentido. Derecho
Político y Derecho Constitucional son sinónimos, no sólo para los
espíritus superficiales sino p^ra distinguidos tratadistas. Orlnndo,
partiendo de la división romana en Derecho Público y Privado, lle-
ga de ahí á la división del primero en público, interno é internacio-
nal, sin diferenciar claramente, dentro de aquél, el constitucional del
político. Stein y Blunschli no parecen hacerlo con mayor acierto, y
Combes de Lestrade, en una obra de reciente data, afirma que am-
bas palabras son denominaciones varias de una sola y misma cosa.
Estrada, López y Del Valle no se han preocupado, en sus cursos de
la materia, de disipar esa obscuridad. Aréchaga veía la diferencia y
la enseñaba, pero ya se ha visto que no la respetaba, llevado por mó-
viles ajenos á la ciencia-confiada á sus aptitudes.
Posada es uno de los que mejor se orienta, según mi modesta
opinión, en la tarea de diferenciar las diversas disciplinas jurídicas-
Menos abstruso, en la ¡dea y en el concepto, en su Derecho Político
que en su Derecho Administrativo, define con lucidez las diferentes
ramas de esa parte de la ciencia. Política es la ciencia toda del Estado;
Derecho Político, el Estado en su aspecto jurídico; Derecho Constitu-
cional la rama del derecho político que se refiere al derecho político
de los Estados contemporáneos, de los que se dice, por antonomasia,
que son constitucionales.
A la luz de estas definiciones acláranse las obscuridades que dejé
señaladas; y, sin embargo, la última definición, precisamente la de
nuestra ciencia, está lejos de ser exacta. E l Derecho Constitucional
no es sólo limitación del político en el tiempo y en el espacio; lo limita
en la extensión y la profundidad de la materia que comprende este
último. No es verdad que sea todo el derecho político de los Estados
contemporáneos, sino una parte restringida del mismo. Creo que pue-
do ser más preciso todavía, y más inteligible, recordando las pala-
bras con que el ya citado Combes de Lestrade inicia su Droit Poli-
hque Contem23orain: Sociedad es la colectividad de los habitantes
en un territorio determinado; Estado, la síntesis de todos los intere-
ses colectivos, activos y pasivos, diferentes de, ya que no opuestos, á
los intereses individuales. Gobierno, en fin, es la persona ó cuerpo
que administra esos intereses colectivos y garantiza la seguridad de
Anales de la Universidad 533
CAPITULO II
C A P Í T U L O III
ías!
Anales de la Universidad 545
principios que legó al mundo aquel gran estallido del espíritu hu-
mano brutalmente oprimido durante siglos por todo el peso de la
vieja organización, imperan todavía en las naciones más libres de la
tierra; y si no es posible hacer de la revolución aquel famoso bloc de
que hablara Clemenceau, si la historia tiene que reconocer en ella buena
parte á los peores instintos y á las pasiones más innobles de la natu-
raleza humana, no por eso dejará de señalarla como el comienzo de
una nueva era,—despertar ó resurrección, aurora de libertad y de vida,
espléndida florescencia de gérmenes paralizados en su desarrollo,
durante siglos, bajo la férrea capa de la superstición y de la servi-
dumbre.
A este solo título, pues, el estudio de las instituciones francesas
tendría en el aula de Derecho Constitucional singular atractivo.
Agregúese que la forma actual de su organización política significa
el primero y más consistente ensayo de aplicación del gobierno de
gabinete á la forma republicana, y se comprenderá que le haya dado
importante lugar en mi programa.
Alemania y Suiza ofrecen gran interés también por diferentes con-
ceptos: esta última, como tipo que tiende á aproximarse cada vez más
á la democracia primitiva, y aquélla porque preséntala originalidad del
Imperio Federativo, y el consorcio, aparentemente ilógico, de un poder
monárquico rigurosamente organizado, con la aplicación amplia del
sufragio universal.
E n cuanto á la Unión Americana, se podría considerar superfluo
decir algo respecto de la importancia de su estudio. Kama despren-
dida de un tronco sano y fuerte, aquella sociedad extraordinaria es
una lección viva de actividad republicana, una verdadera escuela
de libertad. Los principios constitucionales de la Inglaterra, trasplan-
tados a u n a tierra nueva y rica, virgen de toda vinculación feudal y
de todo estigma aristocrático, adquirieron vigor en las colonias pri-
mero y en la confederación después, para encontrar su fórmula definiti-
va en la organización federal de 1787. U n trabajo lento de adaptación
de las instituciones de la metrópoli á las peculiaridades de la colonia,
dio por resultado la constitución de una sociedad política que, ha-
biendo nacido bajo los más siniestros presagios y dado sus primeros
pasos bajo los más sombríos vaticinios, constituye hoy el asombro del
mundo entero. Las instituciones de la gran república comparten hoy
con las inglesas el prestigio universal, y la orientación de casi todas
las repúblicas del continente está dirigida por las primeras. Presen-
tan ellas, por lo demás, frente al tipo constitucional caracterizado por
la confusión de poderes, el tipo de la separación acentuada entre los
centros diferentes de autoridad, y á ese solo título, aún prescin-
diendo de los anteriores, merecerían el puesto que les asigno en el pro-
grama que proyecto.
546 Anales de la Universidad
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPITULO V I
Esta última parte de mi trabajo es, tal vez, la que podrá encontrar
más resistencias, porque choca con las tendencias, que han predomi-
nado hasta el día, en la enseñanza de la materia en nuestra Universi-
dad y choca también con el carácter predominantemente escrito—
según dijera Borgeaud—de las constituciones modernas.
Aréchaga, estudiando las prescripciones constitucionales con un
criterio poco amplio y poco flexible, pero con claridad y energía difí-
cilmente superables, ha dejado impreso el sello de su espíritu en toda
una generación universitaria. E l malogrado profesor ha enmudecido,
pero su pensamiento vive todavía en el pensamiento de los que fueron
sus discípulos, haciendo sentir su influencia dentro y fuera de las
aulas.
En la Universidad, raro es el profesor que no tiene ocasión de pal-
par esa influencia, día á día, en la mayoría de la juventud, y yo mis-
mo he podido apreciarla, no hace mucho tiempo, asistiendo al curso
del Derecho Administrativo que dicta el doctor Carlos María de
Pena, en el cual un joven estudiante hacía el análisis de la ley orgá-
nica de Juntas, para demostrar su oposición con los textos constitu-
•cionales, con el mismo criterio lapidario bajo cuya advocación, hace
diez años, recibí las primereas lecciones de la ciencia que motiva este
trabajo.
La característica de ese criterio, de ese modo de encarar la ense-
ñanza del Derecho Constitucional, está en hacer de los textos y, lo que
es peor, de la letra de los textos constitucionales, moldes inaltera-
bles dentro de los cuales ha de entrar fatalmente toda la vida polí-
tica de un país; en atribuirles la virtud de inmovilizar la sociedad á
que se aplican, en el momento preciso en que fueron dictados, sin de-
jar el más limitado campo de acción al desarrollo espontáneo de las
fuerzas sociales. Se estudia así la ley, no se estudia la vida; y, siendo
la ley inmóvil, y la vida movimiento y actividad, ese trabajo da por
resaltado el conocimiento de una organización política que, si existió
€n algún momento determinado, ya no existe, y el desconocimiento
39
558 Anales de la Universidad
de prácticas que acaban por tener igual valor é igual eficacia que las
más expresas prescripciones contenidas en los textos constitucio-
nales.
Se dice que tal cosa puede ocurrir en algunos pueblos, pero no en
todos. Se invoca la célebre división ideada por Bryce; constituciones
flexibles y constituciones rígidas, agregándose que la tesis que sos-
tengo, sólo es aplicable á los países regidos por códigos de la pri-
mera categoría, no á los que, como nuestro país, están sometidos á
una Constitución rígida, Error, error profundo, que empieza por una
interpretación falsa de la clasificación de Bryce y saca de dicha fal-
sedad una serie de conclusiones igualmente erróneas!
El insigne constitucionalista inglés no ha entendido, al presentar
su división, hacer de las constituciones rígidas, constituciones inmu-
tables, y atribuir la capacidad para transformarse paulatinamente á
las constituciones flexibles, como rasgo exclusivo de las mismas. Esa
división nada tiene que ver con el asunto que estudio. Constitución
flexible es, para él,laque, como la inglesa, puede ser modificada por
los procedimientos de la legislación ordinaria, y constitución rígida la
que—como la de la Unión Americana y como la nuestra—sólo puede
ser reformada con arreglo á procedimientos diferentes de los que se
siguen para la sanción de las leyes. Eso es todo. E n cuanto á la in-
mutabilidad de las constituciones, Bryce no ha podido tomarla como
elemento de clasificación, por la razón muy sencilla de que niega esa
inmutabilidad. L a transformación incesante de las constituciones, se
presenta á sus ojos con los caracteres de un hecho fatal que no
puede ser impedido, porque es una consecuencia de las leyes de la
naturaleza. Según él, todo lo que los hombres pueden hacer frente á
ese fenómeno general es cerrar los ojos, ocultarse la realidad del
cambio bajo fórmulas antiguas y respetables, y tratar de persuadirse
de que esas fórmulas tienen hoy el mismo significado que. tuvieron
hace muchas generaciones.
E n la propia y en la ajena vida, dentro y fuera del país, encon-
tramos la comprobación repetida de la doctrina de Bryce, que no es
otra, como se habrá podido ver, que la que inspira el trabajo pre-
sente. 'No hay una soia Constitución inmutable; no hay una sola
Constitución que pueda ofrecer, por el solo estudio de sus textos, un
conocimiento exacto de la organización política del pueblo que la ha
adoptado; de la vida sentida y vivida por el pueblo á quien se
aplica. No existe una sola que pueda sugerir la idea de que una so-
ciedad política cristaliza en determinada forma y permanece absolu-
tamente invariable hasta la hora en que, por otro acto constitu-
yente, se produce una nueva cristalización. A ese respecto, las cons-
tituciones rígidas de Bryce no se distinguen de sus constituciones
flexibles. A ese respecto, Inglaterra presenta los mismos caracteres
que la Unión Americana, que Francia, que nuestro país.
560 Anales de la Universidad
Hay quien cree que citar la nación inglesa en apoyo de una tesis
como la que de.=arrollo, es buscar ejemplos que no responden á una
ley general, porque, no siendo la Constitución de Inglaterra predomi
nantemente escrita—para emplear la clasificación de Borgeaud,—
son explicables allá las transformaciones constantes que en otros
países explicaríanse con más dificultad. Yo creo lo contrario. En-
tiendo que el ejemplo del pueblo inglés tiene un valor y un signifi-
cado especiales, porque se trata de un pueblo esencialmente apegado
á las formas tradicionales. La ley del progreso se ha cumplido en su
seno respetando esas formas de un modo más estricto que han sido
respetadas en el resto del mundo las reglas escritas más categóricas.
Las revoluciones políticas más intensasy raás profundas se han rea-
lizado, en ese país excepcional, conservando el armazón institucional
de la época contra la cual se reaccionaba, y así Hallam ha podido
decir que la gran revolución de 1688 no alteró materialmente las le-
yes, sino que, transformando el espíritu y los sentimientos del pueblo,
modificó fundamentalmente la disposición con arreglo á la cual eran
aceptadas é interpretadas esas leyes. Macaulay recuerda que los au-
tores de ese movimiento destinado á conmover tan hondamente al
espíritu humano, no pidieron auxilio á los principios abstractos sino
que se inspiraron pura y simpleuiente en la tradición; que cuando se les
dijo que, según las leyes de Inglaterra, la corona, en el momento de
una renuncia, debía pasar al más próximo heredero, contestaron que,
según las mismas leyes, los vivos no pueden tener herederos; que cuan-
do se les dijo que no había precedente para declarar al trono vacante,
trajeron del archivo de la Torre un rollo de pergamino, cuya fecha se
remontaba á trescientos anos atrás, y donde, en caracteres góticos y
en latín bárbaro, se recordaba que los Estados del reino habían de-
clarado vacante el trono, separando del mismo á un execrable Plan-
genet; y que más tarde, solucionado el debate en favor de quienes
así hablaban, la proclamación de los nuevos soberanos se verificó en
medio de las pompas y con arreglo á la-i fórmulas tradicionales, des-
plegándose todo el aparato de la heráldica, las trompetas, las banderas,
las grotescas dalmáticas con sus bordados de leones y flores de lys. Y
bien, ese pueblo tan apegado á las antiguas formas, ese pueblo acostum-
brado á respetar las prácticas tradicionales hasta extremos que parecen
insensatos, suministra, en su3 instituciones, el ejemplo de la más com-
pleca y radical transformación. En apariencia, las instituciones ingle-
sas permanecen estacionarias, ideáticas á sí mismas á través de los
siglos. El rey es la fuente de toda autoridad; los ministros son sus
humildes servidores; la regia prerrogativa es la regia prerrogativa de
la E l a d Media. El Parlamento, simple consejero del rey, se divide
en dos Cámaras, cuya intlueaeia reápectiva en los destinos del país
está equilibrada, inclináiidoáe ml^ bien la balanza en favor de la
Anales de la Univerfíidnd 561
CAPITULO VII
Así es, y así tiene que ser. Si recorriéramos, uno por uno, todos los
pueblos, encontraríamos los mismos hechos que acabo de señalar en
Inglaterra, en Estados Unidos, en Francia y en el Imperio Alemán,
ó sea la imposibilidad de contener, dentro de cierto número de fór-
mulas estrechas, la vida institucional de las sociedades políticas. Y
el fenómeno indicado tiene valor, no sólo porque revela con harta
claridad cuál ha de ser la verdadera materia de estudio en un curso
de Derecho Constitucional, sino porque suministra el criterio á, que
han de someterse las prescripciones constitucionales en el aula y en
la vida pública, diciéndonos que siempre que el Código Fundamen-
tal no lo impida con terminantes disposiciones preceptivas ó prohi-
bitivas, es lícito al legislador llenar sus vacíos, salvar sus omisiones
y hablar por el constituyente, dando satisfacción á los anhelos de los
pueblos y á las necesidades perentorias de la evolución social. E s
esto lo que Julio Ferry llamara, defendiéndolo con toda la energía
propia de su carácter, interpretación por retiscencia. Es el principio
que proclamó y sostuvo, durante su larga presidencia de la Corte Su-
prema de los Estados Unidos, aquel espíritu vigoroso y profundo que
se llamó John Marshall, cuando decía que una vez que el pueblo
confiere al gobierno nacional un poder, ese poder ha de ser interpre-
tado ampliamente; que tanto cuanto se debe ser exigente para reco-
nocer su existencia, se debe ser condescendiente y fácil para apli-
carlo; que hay que entender que cuando el pueblo confiere una fa-
cultad, confiere al mismo tiempo medios extensos para su aplicación;
que la sociedad puede ser bien avara en la concesión de derechos á
sus agentes, pero que una vez hecha la concesión, debe tener con-
fianza en la competencia y en la integridad de aquéllos, dejándoles
amplia libertad en los medios para llegar al objeto deseado, que es el
éxito. Es también lo que, por boca de Hamilton, enseñaran los fundado-
res de la Unión Americana, los mismos autores de la Constitución, ex-
presando que todo poder confiado á un gobierno, es por su natura-
leza soberano y encierra la facultad de emplear todos los medios ne-
i^6G Anales de la Univeraidad
CAPÍTULO VIII
Resumen y conclusión
riales. En cambio, para los exaltados, para los impacientes, para los
fanáticos de la libertad, forma uua escuela de calma y de resignación.
Como historia y como estudio de la vida práctica de los pueblos, po-
see las virtudes preciosas de apaciguamiento y de templanza reconoci-
das á la primera y los estímulos poderosos que surgen del segundo.
Presentando las instituciones en plena actividad, en perpetua evolución,
está hecha, nuestra ciencia, para forjar esa hermosa cualidad del eapíri-
tu, tan útil para los pueblos como páralos individuos, que consisteensa-
ber esperar, en ver la derrota del día como un incidente nimio antdel in-
menso campo de acción que presenta el futuro, que nos espera, que es
nuestro, porque no hay solución de continuidad entre las generaciones
que se suceden, y así como viven en nosotros los que ya no existen-
viviremos nosotros en los que vengan después; solidaridad divina, ba-
sada en vínculos indestructibles, que elevándonos hasta el supremo
concepto de la inmortalidad terrena y positiva, ensancha la esfera de
nuestra influencia en el espacio y en el tiempo, abriendo al espíritu
un infinito de justicia, de amor, y de esperanza! Sus enseñanias tien-
den á suprimir el tipo inquieto del revolucionario por temperamento-
por sistema, por doctrina, con su reacción forzosa, tan admirablemen-
te caracterizada por Renán en aquel otro tipo, igualmente fatal, en-
gendrado por el cansancio.de las sociedades, «del hombre de orden co-
mo se le llama, pronto á tolerarlo todo, incluso lo que odia, el eterno
Fouché con sus perfidias honestas, mintiendo por conciencia, y venza
quien venciere, siempre vencedor». Ante sus lecciones se forma la con,
vicción saludable de que las instituciones no perduran sin la modera-
ción en las ideas y la temperancia en los actos; de que la libertad no
puede ser obrado un día, en tanto que la servidumbre puede ser obra
dé un instante; de que el culto de los principios liberales tiene dos
formas completamente distintas: la que busca los conflictos que con-
ducen á su ruina, provocando la manifestación de los defectos que á
menudo la entregaron á la voluntad de un soldado audaz ó de un
soldado valiente, y la que trata de atenuar esos defectos para que re-
salten y se impongan las virtudes que constituyen su gloria.
Tal es el fruto que se puede sacar de nuestra ciencia, como yo la
concibo. De que ahí está la verdadera senda, no tengo dudas. Las ten-
go, en cambio, respecto de mis fuerzas para mantener en ella á la ju-
ventud; aunque contaría, si me tocara hacer la experiencia, con una
voluntad firme y una adhesión ardiente á los altos ideales de la Hu-
manidad.
Método de e n s e ñ a n z a
Programas
Labor de clase
Examen
P r o g r a m a de Derecho Constitucional
Primer curso
TNTEODUCCtÓN
LA SOBERANÍA
11
III
VI
VII
DERECHOS INDIVIDUALES
II
III
Libertad de enseñanza.—Intervención del Estado en la Instrucción
pública.—La enseñanza obligatoria.—Leyes más importantes sobre
la materia.
IV
Libertad de trabajo.—Diferencia fundamental con el derecho ai
trabajo.—Importancia de la cuestión en las sociedades modernas.—
Constitución y leyes vigentes.
DIVISIÓN D E PODERES
PODER LEGISLATIVO
i
L a representación nacional: caracteres; mandato imperativo; el refe-
réndum.—Sistema bicameral.—Origen y desarrollo.—Prescripciones
constitucionales.
II
III
IV
VI
Principales atribuciones del Poder Legislativo.—Funciones pro-
pias (a) en materia de derecho interno (b) en materia de derecho
internacional.—Funciones de ingerencia en el ejercicio del Poder
Ejecutivo: la guerra y la paz.—Funciones de ingerencia en el Poder
Judicial: la amnistía y el indulto.—Funciones electorales.—Prescrip-
ciones constitucionales y legales.
584 Anales de la Universidad
VII
PODER EJECUTIVO
II
III
PODER JUDICIAL
IL
II
III
Segundo cnrso
INTRODUCCIÓN
INGLATERRA
II
III
FBANCÍA
II
in
L a Restauración.—Monarquía de Julio.—La Segunda República.—
El Segundo Impelió.—Evolución liberal del mismo.—Cuadro social
y político de la Francia á la caída del Imperio.—Lu Torcera Repú-
blica —Elaboi-ación de las leyes constitucionales de 1875.
IV
Poderes constitucionales. Poder Ejecutivo: el Presidente; el Ga-
binete. Poder Legislativo: organización y facultades. Los Minis-
tros y las Cámaras.—Los partidos.—El Poder Judicial.—Institucio-
nes locales. Evolución radical de las instituciones francesas. —La
reforma constitucional.
II
III
ALEMANIA
II
SUIZA
II
ITALIA—BÉLGICA—ESPAÍÍ A
REPtÍBLlCA ARGENTINA—CHILE—BRASIL
NUESTRO PAÍS
II
III
IV
VI
Administracióu y jíobierno de los departamento."!. Jefes i'olítico.s.
.íuntíis. Cotirititución y leyes vigente?.—Evolución favorable á la
descentralización administrativa.
Vil
üicjpmbrf 23 de 1905
Aprobado. Imprímase.
ÍÍDUARDO ACEVEDO,
Rector.
Francisco Pisano,
Prosecretario.
41
590 Anales de la universidad
L I B R O CUARTO
l>e l a s obligaciones
PARTE PRIMERA
TÍTULO I
CAPÍTULO I
SECCIÓN I
Disposiciones preliminares
SECCIÓN II
tinc—Condiciones que debe reunir el dolo para que sea causa de nu-
lidad.—Determinación hecha por el Código Argentino.—Análisis y
crítica.—Deficiencia notada en nuestro Código.- Justa determinación
de la ley romana y del Código de las Siete Partidas.—Z)e la lesión.—
División.—Reseña histórica.—La lesión como causa de nulidad de los
contratos no se justifica ante los principios jurídico-económicos.—Fal-
sedad de la doctrina que admite la acción por lesión como garantía
de los intereses de los menores é incapaces.—Cómo la ley, que rechaza
la lesión, garante, sin embargo, eficazmente esos intereses.—Responsa-
bilidad del tutor y del curador.—Intervención del Juez y del Minis-
terio Público.—El Fuero Juzgo ya establecía la buena doctrina.—
Exposición y resolución de casos prácticos.
SECCIÓN III
SECCIÓN IV
CAPÍTULO II
SECCIÓN I
De los euasi-contratos
SECCIÓN I I
TITULO I I
CAPÍTULO I
' saccioN I
De la obligación de dar
En qué consiste la obligación de dar.—¿Esta obligación tiene por
objeto transferir la propiedad de la cosa?—Error en que incurre el
Código Francés.-La obligación de dar, puede ó no entrañar la de
transferir la propiedad de la cosa.—Ejemplos.—Obligación inherente
á la entrega de la cosa.—Teoría de la falta ó culpa.—Beseña históri-
600 Anales de la Universidad
SKOOIÓN 11
SECCIÓIT lll
SECCIÓN IV
SECCIÓN V
SECCIÓN VI
SECCIÓN Vir
SECCIÓN VIH
CAPÍTULO II
De las obligaciones con relación á las personas
Como se llama la obligación cuando hay pluralidad de deudores y de
acreedores.—De cuántos modos puede ser la obligación conjunta.
SECCIÓN TÍNICA
Disposiciones generales
C A P Í T U L O III
SECCIÓN I
Bisposieiones generales
De la condición siíspmsiva
De la condición resolutoria
SECCIÓN I I
CAPITULO IV
SECCIÓN TÍNICA
TITULO III
CAPÍTULO I
De la paga en general
SECCIÓN I
De la paga
SECCIÓN II
De la subrogación
SÍX3CÍÓN IIÍ^
SECCIÓN IV
SECCIÓN V
SECCIÓN VI
CAPÍTULO II
De la compensación
CAPÍTULO III
D é l a r e m i s ió n
CAPÍTULO IV
De la novación
CAPÍTULO V
De la confusión
CAPÍTULO VI
De la imposibilidad del p a g o
CAPÍTULO VII
TITULO IV
CAPÍTULO I
De la prueba instrumental
SECCIÓN I
SECCIÓN I I
SECCIÓN I I I
CAPÍTULO II
De la prueba t e s t i m o n i a l
CAPÍTULO III
De las p r e s u n c i o n e s
SECCIÓN IV
De la confesión de parte
SECCIÓN V
P r o g r a m a de D e r e c h o Penal
PRIMER CURSO
lO
11
12
14
15
16
17
18
19
S E G U N D O CURSO
Argentino y 378 del Código Francés y el 227 inciso 2.° del Código de
Instrucción Criminal y 405 inciso 3° del Código Penal .--Del acto de
omitir ó rehusar el cumplimiento de un acto previamente requerido,
artículo 182 Código Penal. Diversas formas de omisión: distíngase las
que constituyen delito de las que son simples faltas disciplinarias; im-
portancia constitucional de esta cuestión. Ver el artículo 81 de la
Constitución.—Conflicto de la ley procesal y el artículo del Código
Penal en cuestión. -¿Qué pena se aplica al juez omiso en el cumpli-
miento de una orden superior, la de este artículo ó la establecida eu
el Código de Procedimiento? Ver los artículos 1323, inciso 7.o, y 1348^
incisos 1.0 y 2.» del Código de Procedimiento.
De la usurpación de funciones públicas y ¿ím ios.—Artículo 183.
Concepto de la función pública—¿La emisión del voto electoral es
una función pública?—Este delito es simple ó colectivo: se pena en
él la simple atribución ó el ejercicio. V. artículo 310 Código Español
y 185 del Código de I. Criminal.—Importancia de esta cuestión.-
¿Comete usurpación de funciones el que las ejerce en virtud de un
nombramiento ilegal; y el que nombrado legalmente invade las fa-
cultades de otro funcionario?—¿La comunicación del cese ó la sus-
pensión es condición esencial de este delito?—Ver el artículo 384 del
Código Español.—¿Quid de los actos ejecutados, mediando una des-
titución ó suspensión ilegales?
Del arrogamiento de títulos, artículo 184—Este delito es simple ó
colectivo: se pena el arrogamiento ó el ejercicio de la profesión. Ver
artículo 591 inciso 1.° del Código Español y 188 del Código Italiano.
—¿Qué interés tiene este problema?—¿Qué pena se impone al- sujeto
que expende medicamentos sin ser boticario?—Ver los artículos 184
y 412 inciso 3.° del Código Penal.
De los que se hacen justicia por su mano.—Dehe incriminarse el
acto de hacerse justicia por su mano: discusión filosófica.—Carácter
de e.ste delito en las legislaciones belga é italiana.—Artículo 185; sus
caracteres fundamentales: a) Derecho real ó presunto.—¿Cambia el
carácter del delito cuando el derecho que se invócaos representativo?
—¿Quid de sustracción de otra cosa que la debida con objeto de
pago?—La sustracción de cosa de mayor valor de la debida; su exa-
men, b) intención de sustituir la fuerza propia á la autoridad de la jus-
ticia, c) Obligación de recurrirá la autoridad pública.—Examen com-
parativo del criterio legal italiano (artículo 235) y del nuestro para de-
terminar la existencia de este delito.—Concepto del momento consu-
mativo. Opiniones.—Crítica á que se presta la penalidad de este ar-
tículo.
De la violación de sellos y de la sustracción de cosas depositadas
por autoridades públicas.—De la violación de sellos, artículo
187.—Condiciones de su incriminación: a) Violación de sellos.—
Anales de^la^ Universidad
46
:^.
lO
12
13
i-i"/*.
Anales de la Universidad 655
P r o g r a m a de L i t e r a t u r a
PRIMER AÑO
Qué se entiende por Literatura.—Ramas diversas que comprende.
—Método para su estudio.—Definiciones breves de los términos más
usados en los textos literarios: arte poética, poesía, poema, estrofa,
versos, composiciones épicas y líricas, drama, tragedia, comedia, sub-
jetivismo y objetivismo, realismo, idealismo, romanticismo, etc., etc.
Origen de la lengua española.—Primeras manifestaciones litera-
rias: el Poema del Cid—Berceo y Segura.—Don Alfonso el Sabio.—
E l Arcipreste de Hita.—El Marqués de Villena y el Marqués de
Santillana.—Juan de Mena,—Jorge Manrique.—M Romancero.—
Distintos géneros que abarca.
E l Renacimiento en España.—Boscán y Garcilaso.—Fray Luis de
León.—Herrera.—Ercilla.—Novelas caballerescas, pastoriles y pica-
rescas.—Hurtado de Mendoza.—Cervantes: Don Quijote.—Guillen
de Castro.—Lope de Vega.—Calderón.—Tirso de Molina.—Alarcón.—
Moreto —Rioja.—Quevedo.—Góngora.
Influencia de la literatura francesa sobre la española en el siglo
XVII.—Moratín, Iriarte y Samaniego.—Meléndez Valdez, Jovella-
nos y Cienfuegos.—Isla.—Feijóo.—L. F . de Moratín.
Quintaría.—El Duque de Rivas.—Bretón de los Herreros.—Larra.
—José Zorrilla.—Espronceda.—Echegaray.—Campoamor.—Núñez de
Arce.—Bécquer.—Pérez Galdós.—Pereda.—Valera.—Literaturas re-
gionales.
Consideraciones generales sobre la Literatura Sudamericana.—
Heredia—Gertrudis G. de Avellaneda.—Andrés Bello.—Olmedo.
—Olegario Andrade.—Sarmiento-—Otros epcritores.
Consideraciones generales sobre la literatura uruguaya.—Orígenes.
—Figueroa.—Berro-Magariuos Cervantes.—J. C Gómez.—Otros
escritores.
L a literatura uruguaya en la actualidad.—Poetas —Novelistas.—
Teatro.—Críticos, etc. Este estudio se hará detalladamente, no ci-
tando autores el Programa, para dejar al Profesor la mayor libertad
en la clase y al estudiante en el examen.
Anales de la Universidad 657
SEGUÍS D O A Ñ O
TERCER ANO
CUARTO ANO
PRIMERA PARTE
A.—Sentimientos estéticos
B.—La belleza
SEGUNDA PARTE
Primer año
Cuarto año
Nota general para todos los años: evítese por todos los medios al
alcance del profesor, que los estudiantes para prepararse hagan uso
de apuntes no hechos por ellos
Instrncciones para el e x a m e n
P r o g r a m a d© Latín
PRIMER ANO
S E G U N D O AÑO
TERCER AÑO
TRADUCCIÓN
P r o g r a m a de P r o c e d i m i e n t o s Judiciales
(2.0 a ñ o )
PRIMERA PARTE
Procedimiento Civil
I
Juicio arbitral
II
Juicio ejecutivo
II
Ejecución de hipoteca con renuncia de los trámites del juicio eje-
cutivo.—Caso en que se ha fijado el precio del inmueble.—Venta al
mejor postor.—Obligación del Juez respecto de las peticiones que
retardan el cumplimiento de lo pactado.—Preferencia del primer em-
bargante.—Efectos legales de la inscripción del embargo.—Ejecu.-
ción prendaria.—Procedimiento extrajudicial autorizado por los ar?
tículos 2281 y siguientes del Código Civil.-—Recurso único contra e^é
procedimiento.
Anales de la Universidad 669
III
IV
III
Concurso de a c r e e d o r e s
II
III
IV
II
III
IV
MH
Anales de la Universidad 67¿
II
VI
Beneficio de separación de bienes
VII
A p e r t u r a del testamento
VIII
Discernimiento del cargo de tutor y curador
IX
De las acciones posesorias
II
III
IV
XI
Del j u i c i o de mensura, deslinde y amojonamiento
I
Juez competente tratándose de terrenos de propiedad privada.—Re-
caudos con que debe iniciarse el juicio.—Nombramiento de agrimen-
sor.—Obligaciones deéste.—Citación de linderos; forma en que debe
hacerse.—Publicación de edictos, por qué tiempo y en qué parajes.—
Nombramiento de Juez comisionado.—Señalamiento de día para em-
pezar la mensura.—Derechos de los colindantes para concurrir acom-
pañados con peritos.—Obligación de presentar sus título?; pena en que
a;ft incurre en caso de negativa injustificada.—Acta que debe levan-
tarse en caso de conformidarl.—Duplicado del plano y diligencias.—
Remisión de los originales y del duplicado.—Informe del Departa-
mento Nacional de Ingenieros. —Pena del agrimensor que no envía el
duplicado.—Aprobación de la mensura.—Oposición de linderos.—
Forma en que debe deducirse.—¿Debe suspenderse la mensura y des-
linde?—Aceptación de la protesta por el promotor de la mensura.—
Obligación del agrimensor cuando no hay acuerdo.—Derecho del co-
lindante opositor.—Cuándo se le tiene por desistido de la oposición.—
Forma de resolver, en caso de duda, sobre la posesión alegada por
las partes.—Procedimiento cuando se solicita el deslinde á expensas
comunes.—Procedimiento para la remoción y reposición de mojones.
II
Mensura de terrenos fiscales.—Juez competente para decretarla.—
Prueba que debe producir previamente el mensurante.-^Formalida-
des con que ha de llevarse á efecto la operación.—Oposición con ex-
hibición de títulos: reglas á seguirse en esto caso.—Admisión de opo-
siciones sin presentación de títulos; obligaciones del opositor que no
exhibe título bastante. —Casos en que se desestimará su protesta.
Ejercicios prácticos.
XII
Juicio de desahucio ó desalojo
XIII
XIV
Juicio de alimentos
XV
II
XVI
Responsabilidad y corrección
II
SEGUNDA PARTE
Procedimiento penal
II
III
IV
VI
VIII
IX
48
P r o g r a m a del curso de 1/*"^ año de Economía
Política y Finanzas
PRIMERA PARTE
Preliminares
1.—La ciencia económica, su objeto. Fenómenos que se compren-
den en el campo de esta ciencia.
2.—Importancia de las cuestiones económicas en general.
3.—Necesidad del estudio de los fenómenos económicos nacionales;
su enlace con las cuestiones morales y políticas.
4.—Concurso de la Estadística en el estudio y solución de los pro-
blemas económicos.
SEGUNDA PARTE
Nociones ínndanientales
II
III
IV
VI
El valor
TERCERA PARTE
La producción
Preliminares
II
Los a g e n t e s naturales
III
El trabajo
IV
El capital
titución del capital en los países nuevos. Países nuevos que trabajan
con capital ajeno. Eenta bruta y renta neta del punto de vista del ca-
pital nacional. Medios de atracción del capital extranjero, influencias
en los cambios internacionales. Cosmopolitismo del capital.
L a e s t r u c t u r a de la produceción en g e n e r a l
CUARTA PARTE
ItSíH industrias
1
Preliminares
II
III
IV
VI
VII
QUINTA PARTE
lia circulaeión
I
Preliminares
II
III
IV
La moneda
104.—Funciones de la moneda.
105.—Los metales preciosos como moneda; el oro y la plata.
408.—Diferentes clases de monedas: monedas metálicas con valor
698 Anales de la Universidad
VI
VII
Organización del c r é d i t o
VII
Sistemas bancarios
VIII
IX
El librecambio y el proteccionismo en la R e p i b l i c a
XI
La balanza económica y los pagos internacionales
SEXTA PARTE
La d i s t r i b u c i ó n
Preliminares
II
III
IV
El alquiler, los a r r e n d a m i e n t o s
VI
VII
La repartición de la riqueza y la p r o p i e d a d t e r r i t o r i a l
VIII
La propiedad territorial
SÉPTIMA PARTE
£1 consumo
Preliminares
II
III
IV
V
El ahorro y los consumos
189—Relaciones, su importanci a.
190.—Instituciones y procedimientos para estimular la economía,,
el ahorro y la previsión; diferentes combinaciones; las cajas de aho-
rros.
191.—La institución de los seguros y la ley del riesgo en la con-
servación de la vida y de los bienes. La seguridad de sus usos ó
goces. Los seguros en general; los seguros de vida; la mutualidad.
VI
Los consumos y el lujo
192.—Punto de vista individual y punto de vista social en los em-
pleos de la riqueza.
193.—La mediana de los consumos en diferentes individuos, gru-
pos ó clases sociales. Consumos que exceden á la mediana. El refi-
namiento del gusto; elevación de la cultura, sentimientos estéticos y
progresos artísticos,
194,—El lujo y la desigualdad de las condiciones. Excesos del
lujo; su represión por medio de las leyes suntuarias.
OCTAVA PARTE
I
Preliminares
195.—Perturbaciones generales; perturbaciones locales.
Desequilibrios y antagonismos.
II
Las crisis
196.—Fenómenos característicos de las crisis.
197.—Clasificaciones de las crisis. Crisis comerciales y financieras;
crisis económicas.
708 Anales de la Universidad
III
IV
VI
Resumen
D E LOS PUNTOS FUNDAMENTALES CONTENIDOS EN E L PROGRAMA
Marzo 5 de 1906.
CARLOS M A R Í A D E P E N A .
E D U A R D O ACEVEDO,
Rector.
Juan A. Ramírez,
Secretario.
W'
P r o g r a m a de Filosofía del D e r e c h o
Sociedad y Sociología
I
Teorías propuestas para explicar el origen y estado de socie-
dad.—Las teorías del contrato.—La convención y sus cláusulas según
Rousseau.—El contrato en la sociología contemporánea.
II
III
El Derecho
III
IV
III
IV
El derecho de jnvpiedad incorporal.—Las producciones literarias y
artísticas y los inventos industriales.—La propiedad incorporal es un
monopolio; falsedad de esta afirmación.—Diversos sistemas para fijar
la duración de los derechos de autor.—La expropiación por el Esta-
do.—Duración razonable del privilegio de invención.
Anales de la Universidad 715
VI
VII
La familia
II
III
El Estado
II
III
IV
La soberanía. —Su definición y sus caracteres.—Teoría de la sobe-
ranía en los tiempos antiguos.—La escuela teocrática.—Hobbes.
—Rousseau.—Las principales teorías modernas: la soberanía del pue-
blo,—su evolución y efectos en Francia, Estados Unidos é Inglate-
rra;—la soberanía de la nación;—la soberanía de la virtud y de la ra-
zón;—la soberanía del Estado;—la soberanía del cuerpo electoral;—la
soberanía del rey; -la soberanía de la sociedad: Miceli y Balicki.
50
718 Anales de la Universidad
L o s P r o b l e m a s d e la Libertad
JS
J no es él).
(Si la personali-
d a d depende
(Si los actos de
la 'personali-
lo que no es ese ser).
?
'a totalmente de dad se expli-
E la no-persona- can totalmon-
por lo que no
lidad). es la perso-
na lidad) §.
dD
PROBLEMA ASIMILADO
Á LOS ANTERIORES (Si el espíritu agrega, ó nó, fuerza á la del cuerpo).
I—»
720 Anales de la Universidad
CAPITULO III
§ 20.—Nada m4s artificial, ó, en todo caso, nada más poco vital que
la antítesis entre no-libre y libre, establecida, como lo hemos hecho,
á propósito de una comparación entre un bote y un buque de vapor,
ó entre un vagón y la locomotora que lo arrastra. Sin duda, conside-
rados en el momento del neto, difieren; pero basta, como ya lo hemos
sugerido, remontarnos un poco hacia atrás siguiendo la serie de an-
tecedentes, para ver cómo entró de afuera, en el paquete ó en la loco-
motora, la energía activa; y, por consiguiente, si en vez de plantear
el problema L (ó su variante L') en el momento de la acción, lo
planteamos, para el vapor ó la locomotora, tomando en cuenta un es-
pacio de tiempo anterior determinado (mayor que el transcurrido
desde la época en que se introdujo el carbón y se lo encendió, y,
para evitar complicaciones, menor que el transcurrido desde la cons-
trucción de la locomotora ó del buque), esas máquinas nos aparecen
como no-libres. 'No sucedería lo mismo si el sujeto del problema fuera
un hombre ó un caballo; aunque tomáramos en cuenta, no sólo lo que
es exterior al hombre ó al caballo en el momento en que ejecutan un
acto, sino lo que ha sido exterior á él desde hace un ano, por ejem-
plo, no lograríamos explicar totalmente el acto en cuestión por los
antecedentes exteriores al ser que lo ejecuta (quedando abierta la cues-
tión de si lo lograríamos planteando el problema con una retroacción
mayor).
Así, todos los problemas de fórmula L pueden plantearse pura y
simplemente, ó sea para el momento mismo, sin retroacción,—ó bien
con retroacción. Esta última puede ser determinadamente mayor ó
menor, y puede ser indeterminada. Ejemplo de todos los casos: dado
el sujeto S, yo puedo preguntarme: si depende totalmente de lo que
actualmente no es él (problema L, sin retroacción); si depende total-
mente de lo que no ha sido él en ningún momento de un lapso de tiem-
po anterior (el mismo problema con retroacción: L r), lapso que puede
ser de un año, de dos, de cien (L r «« "-ño, \_vdos años, L r den años)^ y^
finalmente, si depende totalmente de lo que no ha sido él en cual-
quier momento de todo el pasado (L^'*).
Se comprende que. á medida que se va dando retroacción al pro-
blema, se va perdiendo la libertad de más y más seres; ó, para no
hablar impropiamente (pues no se pierde nada, y es sólo cuestión de
puntos de vista diferentes), el número de seres que realizan las condi-
ciones de cada nuevo problema (cada problema, con más retroacción
que los anteriores), va siendo menor. Van pasando, por ejemplo, el
buque de vapor y la loconiotora, que estaban clasificados como seres
Anales de la Universidad 721
(1) Entiéndase sipnipre: rlcsde el punto ríe vista de los hechos tomados como ejemplo.
Continúense evitando las complicaciones señaladas en el § 9, que interfieren con estas expli-
caciones.
722 Anales de la Universidad
esto: que hay seres que sólo poseen energía que entró en ellos des-
pués que adquirieron su identidad, y otros cuyos elementes formado-
res ya se la aportaron al constituirlos; que estos últimos merecerían
bien el nombre de seres libres, porque lo son desde que existen; pero
en seguida recordamos lo que hay de convencional en esto de decir
que un ser existe, y que es un ser, pues en cierto sentido puede decirse,
que un hombre existió siempre, con una existencia dispersa, en los
átomos antes separados y hoy unidos que lo constituyen; por otro
lado, pensamos que, en la misma locomotora, desde cierto punto de
vista, pasa lo que en el animal, no ya con la fuerza del vapor,
que efectivamente entró de afuera después de existente el ser, pero
con la energía que ya existía en los átomos componentes (una de las
cuestiones del § 9, que nos ha venido al espíritu); y que, así, cualquier
cuerpo b r u t o . . . Dejemos por ahora la cuestión perderse en esta pe-
numbra: algo nos ha quedado, y es la sensación de la importancia
capital de esta cuestión de la retroacción en los problemas de la li-
bertad, y ya, con ella, la convicción clara de que, sin tener presente
continuamente esta cuestión, con las distinciones y cambios de
punto de vista que ella presupone, todo lo que se escriba sobre tales
problemas tiene, fatalmente, que ser impreciso.
§ 22.—Nuestro cuadro de la página 719, en cuanto á los problemas,
tendría, pues, que ser completado todavía con nuevos enunciados y
símbolos. Habría que poner, para cada problema, un enunciado sin
retroacción y otro con ella, acompañados de los símbolos respectivos,
lo que omitimos por tratarse de algo que el lector suplirá fácilmente.
724 Anales de la Universidad
CAPÍTULO IV
Problema ó problemas D
(fl I A Si los hechos dependen totalmente de la totalidad de sus antecedentes.
I
no es él). I (Si la personali-
•rH d a d depende la personali-
OÍ
totalmente de
la no-persona-
lidad).
— L' dad so expli-
can total men-
por lo que no
es la perso- Su
aalidad).
•d
PKOBLEMA ASIMILADO
(O
03
a
Á LOS A N T E R I O R E S
(ü) (Si el espíritu agrega, ó nó, fuerza íí la del cuerpo). S*
o
I
a<
O
PROBLEMA ó PRO-
A Relación de los hechos con la totalidad de sus antecedentes
BLEMAS
A ¿Comienzos absolutos?
Anales de la Universidad 727
LIBRO II
CAPÍTULO I
(1) Se sabe que algunos hacían entrar, entre los motivos, los estados afectivos; otros loa
distinguían con el nombre d« móviles, etc.
(3) O intelectuales j afectivos, en «1 negundo caso de la notii anterior.
Anales de la Universidad "731
(1) Kenard: L'liomme est il libre? (Cito traduciendo de la segunda edición de Alean).
(2) Paulhan: La Volonté.
732 Anales de la Universidad
« Bouvard lo interpeló:
« —¿Cuál es la causa de que no dé usted su fortuna á los pobres?
« El especiero, con una mirada inquieta, recorrió toda su tienda.
« —¡Toma! ¡No soy tan imbécil! ¡La guardo para mí!
Anales de la universidad 737
< —Si fuera usted San Vicente de Paul, obraría de otra manera,
« porque tendría su carácter. Usted obedece, pues, al suvo. ¡Luego
* no es libre!
« —Es una chicana, respondió en coro la reunión.
« Bouvard se mantuvo firme, y, designando la balanza sobre el
« mostrador:
« —Se mantendrá inerte, mientras uno de los platillos esté vacío.
« Del mismo modo, la voluntad: y la oscilación de la balanza entre
<' dos pesos que parecen iguales, figura el trabajo de nuestro espíritu,
« cuando delibera sobre los motivos, hasta el momento en que el más
« fuerte lo empuja, lo determina ». (1)
Después de este planteamiento, si Kant, Leibnitz y Spinoza hubieran
entrado en la tienda é intervenido en la discusión de nuestros perso-
najes, no hubieran aumentado mucho las probabilidades de llegar á
una solución clara.
CAPÍTULO II
caso, por ejemplo, sólo se llamaría acción libre á la que reuniera las
tres condiciones indicadas; y se discutiría sobre todo eso á la vez.
Pensar así sería embarazoso, expuesto á confusiones propias y ajenas,
pero, en suma, lógicamente legítimo. Tal no es, sin embargo, la actitud
mental del autor. El acumula la noción de imprevisibilidad ó contin-
gencia á la de espontaneidad, porque cree que son inseparables, por-
que cree que la primera deriva de la segunda, como, por lo demás, lo
dice expresamente algunas líneas más abajo, en este pasaje que nos
será útilísimo para mostrar un estado de espíritu que es muy común
á propósito de esta cuestión, pero que generalmente es inconsciente,
y raras veces consciente como aquí:
«Creemos al contrario (de Leibnitz) que si el hombre es libre, el
alma puede modificarse por sí misma y por consiguiente que el cono-
cimiento perfecto de su estado presente no bastará para predecir in-
faliblemente todas sus acciones futuras».
Expresamente se declara aquí que el indeterminismo (problema D),
es una consecuencia de la libertad (problema L). Ahora bien: esta es
confusión patente. Lo que se deduce de la libertad en el L, esto es,
de que el hombre obre por sí mismo, de que sea causa de sus actos, es
la imprevisibilidad de sus acciones si se prescinde de él, ó sea la im-
previsibilidad relativa á que se refieren los problemas L'. Pero
si en vez de tratarse de esa imprevisibilidad relativa, se trata de la
absoluta, el indeterminismo no es una consecuencia de la libertad;
el mismo autor, unas líneas antes, nos decía que la volición libre
se explica por el ser que la produce; y los deterministas dirían que
precisamente por eso, porque se explica, se puede ó se podría teórica-
mente predecir.
En la misma página (308), insiste el autor en su confusión expre-
sa: «Con la humanidad entera, hacemos de la expresión acción libre
el sinónimo de acción independiente (L\ Sólo que deducimos de la
independencia la imprevisibilidad (D).. .•», etc.
Estas últimas citas nos mostrarían, pues, si ya el lenguaje empleado
en la misma definición no nos lo hubiera revelado desde el principio,
.que la acumulación de más de un problema en la definición es con
fusión y no método. Entonces, después de una definición semejante,
podrá un libro traer muchas cosas valiosas: erudición, pasajes útiles
aquí y allá, buenos argumentos parciales; pero el todo será fatalmente,
necesariamente confuso, impreciso, falso.
Y así es: repasamos el libro, y los siguientes pasajes nos dan una
idea del estado mental del autor, que pasará á ser el del que lea un
libro de ese género.
Página 311 (planteando la tesis del determinismo): «Nada es dueño
de sí en el Universo, nada es libre, todo lo que sucede debe suceder».
La estructura de esta frase presenta como equivalentes las tres afir-
maciones que contiene, en la primera délas cuales, sin embargo, se
Anales de la Universidad 741
Una vez más: cuando, al analizar uno de estos párrafos, nos referi-
mos á los distintos problemas que el autor confunde, y lo hacemos sea
dando una explicación, sea limitándonos, por brevedad, á poner entre
paréntesis el símbolo del problema,—no queremos expresar que en esa
frase el autor piense clara y precisamente en ese problema exclu-
sivamente, y que en la frase siguiente pase á pensar en otro, y
así sucesivamente. Ya hemos dicho que este caso no es común.
Por lo general, sobre todo el pasaje flota una bruma hecha de
asociaciones de los distintos problemas, sin perjuicio de que, á
menudo, predomine en unas partes la concepción de uno y en otras
la de otro; es como si de un mismo lugar, por ejemplo, de un
jardín, se desprendiesen varios perfumes: á veces nos vendrían todos
mezclados; otras, diríamos que predomina el de las rosas ó el de las
violetas, sin perjuicio de sentirse los demás; en ciertos momentos po-
dríamos también decir que nos llega uno solo. . . Esta comparación,
bien impropia, puede sin embargo hacer comprender qué es lo que
pretendemos cuando, en un punto del pasaje, anotamos el símbolo
de un problema Entiéndase, pues, todo, con cierta vaguedad, como
es de buena psicología. Lo que queremos es> íinicamente, mostrar
cómo se tratan estas cuestiones; qué estado de confusión mental es el
habitual en los que creen resolverlas y en los que creen comprenderlas.
Continúo citando: «El determinismo (página 508) nos parece, pues,
deber, poco menos que fatalmente,inclinarse al pesimismo:... Un
hombre bueno es bueno como una buena máquina ó un buen útil, ó
si se quiere, como una planta benéfica ó un caballo excelente; pero
no es ya la causa de su bondad». Siempre á causa de la misma con-
fusión este L y D, el autor saca (al fin de su frase) la consecuencia
de la solución negativa del L (comparando al hombre á una máquina,
y diciendo que no es la causa de su bondad), y atribuirá, y hará que
el lector atribuya esas consecuencias, al determinismo, que en rigor
de términos sería una teoría relativa á otro problema; y así la con-
fusión se mantiene á sí misma, y se extiende.
Alsfo absolutamente igual ocurre con este pasaje (página .552): «Es
claro que un determinista convencido, pintor, escultor, poeta ó nove-
lista, no podrá representar más que hombres esclavizados».
§ 37.—La parte histórica del mismo libro, está, naturalmente, llena
de ejemplos de confusiones (á veces las del autor se complican con las
délos filósofos mismos á quienes cita ó juzga).
Página 22: «Acabamos de hacer presentir ya que Aristóteles acuer-
da al libre arbitrio una parte más grande que Sócrates y Platón. Ob-
serva los hechos de más cerca; está habituado á las más delicadas ob-
servaciones psicológicas no minos que á las especulaciones metafísi-
cas más elevadas Ahora bien: es muy difícil á un observador atento
de la conciencia humana no descubrir en ella la creencia en un po-
der ipouvoir) del hombre sobre sus acciones (problema L). Aristóteles
744 Anales de la Ihiiversidad
Pero hay dos causas para que el pensamiento del lector, al leer esa
frase, ni piense con claridad y pureza ese punto de vista solo, ni se
mantenga consecuente en un mismo punto de vista.
La primera resulta de la ambigüedad del verbo poder, que, en
cierto sentido, significa capacidad (grúa que puede levantar cien tone-
ladas; reverbero que puede hacer hervir un litro de agua); en otro
sentido, indica posibilidad ó contingencia; y este segundo sentido lo
tiene, ya exclusivamente, ya mezclado con el anterior (noviazgo que
puede romperse, navio que puede naufragar).
L a segunda causa viene de la forma disyuntiva, que provoca la
idea de contingencia ó ambigüedad de pasibles, y viene así á refor-
zar á la anterior. La presencia de esta idea de contingencia significa
que, además de la cuestión anterior, pensamos en una segunda distin-
ta; que al mismo tiempo que pensamos en si los actos del sujeto de-
penden ó no de los antecedentes que no son ese sujeto (cuestión de la
libertad de ese sujeto: L' Ló ), pensamos también en si los actos de
ese sujeto son ó no posibles en más de un sentido (D). -
A cada momento encontraremos on adelante esta fórmula ambigua.
No la incluí entre los problemas espúreos, porque, en ésta, la confu-
sión es menos fatal, y podría evitarse lógicamente; pero de hecho, es
todavía más común que la que engendran aquéllas.
II
§ 39.—Otra clase de libro: un «texto»: el de Rabier.
La cuestión se plantea en las páginas 537 y 538 (1) y se discute en
las siguientes. Veamos la entrada en materia:
Ya, en el título del capítulo (XXXEX), se ha sentado en principio,
que se trata de una cuestión. El título e? éste: L A L I B E R T A D — C R Í -
TICA DEL DETERMiNisMO. Y, en la tercera línea, se menciona «la
cuestión de la libertad». Ya queda, pues, convenido desde ese mo-
mento, que hay una cuestión que tiene dos soluciones: una que ad-
mitirá la libertad, y otra, el determinismo, que el autor va á criticar.
En ese estado de espíritu, el lector lee lo siguiente: «Pero ahora,
esa libertad (la de perfección), que es un fin, ¿el hombre tiene en sí el
medio de tender á ella? (2) Entre ella y su contrario ¿es él capaz de
elegir? (Bien pronto, como se ve, nos encontramos con la fórmula
que acabamos de analizar hace un momento. La confusión se va es-
tableciendo). ¿O bien no puede más que asistir, testigo inerte é impo .
tente; al conflicto de la razón y de las pasiones, y ceder dócilmente
al vencedor, sin jamás contribuir á la victoria? (Desde ese momento,
(1) Lefons de Phüosophie, par Elie Rabier. Pskhologic. Quatriéine edition, Paris, Hachette
1893.
(2) Traduzco conservándola construcción francesa de esta frase, que es un solecismo en nues-
tro idioua, para no alterar psicológicamente el pasaje.
Anales de la Universidad 747
(1) Pido que se lea el cuadro, página 72(); me es necesario referirme á él á menudo; de otro
modo tendría que complicar tanto cada explicación que casi me sería imposible escribir
inteligiblemente.
748 Anales de la Universidad
53
750 Anales de la Universidad
E. GARCÍA D E ztíSÍIGA
Decano de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Montevideo
(Continuación)
Este artículo no excluye la obligación parsonal que ticneu los individuos de la tripulación
de responder de las conseenenci.is de su falta.
7 3 7 .—Cuando no hubiere culpa de parte de individuo alguno de los tripulantes de las dos
naves ó cuando el abordaje fuere resultado de una falta comi'm, no puede reclamarse indemni-
zación alguna por el daño causado á una de las naves 6 á, las dos.
738.—Los dos artículos precedentes se aplicarán sin que haya necesidad de distinguirán
ningún caso si las dos naves ó una sola estaban en marcha ó derivaban, ó estaban ancladas 6
amarradas á tierra.
739.—Si una nave deteriorada por el abordaje se va á pique antes de arribar á un puerto,
se debe presumir que la pérdida de la nave es una consecuencia del abordaje.
740.—Cuando la nave se encuentre bajo la dirección obligada de un piloto práctico y los
individuos de la tripulació". hubioren cumplido los deberes que les incumben, no responderá
el armador del daño que resulte del abordaje causado por culpa del piloto.
741.—Ijas prescripciones anteriores sv aplican igualmente cuando el abordaje se ha pro-
ducido entre más de dos naves.
Si, en tal caso, se debiere el abordaje á la falta de algún tripulante de una de las naves, el
armador de ósta responde también del daño que resulte del abordaje de la otra con una tercera.
762 Anales de la Universidad
Disposiciones generales
(1) 5 9 3 . Para proceder á la descarga, debe el capitán atracar la nave en el punto del
muelle que le designe el consignatario, ó todos los consignatarios si hubiere más de imo
Si no se comunicó el aviso en tiempo oportuno al capitán, ó si los diversos consigna-
tarios no lo designan el mismo lugar, ó si la profundidad junto al muelle, el calado de la
nave, los reglamentos 6 usos locales no le consienten conformarse á las instrucciones que
reciba, debe atracar en el lugar habitual de la descarga.
772 Anales de la Universidad
Horas de trabajo
Artículo 18. Las horas de trabajo en los quais serán fijadas por la
Administración de éstos. E l trabajo de tarde (después de la puesta del
sol) y de noche podrá tener lugar, dentro de ciertos límites, tanto á
iniciativa de la Administración de los Quais como á pedido de los re-
presentantes de los buques. Los domingos y días de fiesta sólo se tra-
bajará en casos especiales de urgencia. Los domingos y días de fiesta,
durante los cuales se trabaje en la carga ó descarga de los buques,
serán considerados días de permanencia ^artículo 221).
A los trabajos efectuados fuera de las horas hábiles, ó en domin-
gos ó días festivos, se aplicarán los derechos suplementarios que se
fijan en la tarifa (artículo 29).
Penas
Artículo 21, Todas las personas que visiten ó utilicen los quais, in-
cluso los patrones y tripulantes délos buques, chatas y embarcaciones
de cualquier clase fondeados junto á loa quais, y los conductores de ca-
rros, deberán observar las indicaciones de los empleados de la Ad-
ministración de los Quais. Las faltas de cumplimiento serán penadas
con multas de hasta cien marcos, «siempre que las leyes penales gene-
rales no impongan una pena mayor. Además, los perjuicios ocasio-
nados por tales faltas, serán debidamente compensados.
Los propietarios y patrones ó conductores de las embarcaciones ó
carros, son responsables de las faltas de sus empleados ó depen-
dientes.
Impuestos
Artículo 22. Por el uso de las instalaciones de los quais (incluyendo
los galpones), se cobrarán los siguientes derechos ó impuestos:
I.—Un derecho de tonelaje (reducido á volumen) de:
1)
2) Los derechos de tonelaje (rodiieido ú volumen) por uso de las instalaciones y de los
galpones de quai, sufriríin, ü partir del 1.° de julio de 1895, una alteración que con-
siste en elevar esos derechos (indicados en el articulo 22 de la ordenanza relativa á la
explotación y tarifis di lo-i q u i s , de 22 d3 diciembre de 1893, l a , I b y III) á 17.5,
3.5 y 12 Pfennig respectivamente, por metro cúbico de volumen neto.
3) Sin embargo, la tarifa que ha estado en vigencia hasta ahora, seguirá, aplicándose en
lo futuro, á los buques que presenten un certificado de arqueo [Messhrief) expe-
dido por el procedimiento alemán, antes del 1.» de julio de 1895.
778 Anales de la Universidad
Derechos suplementarios
Artículo 29. Por trabajo que se efectúe fuera de las horas regla-
mentarias, se cobrará un derecho adicional para cada embarcadero ó
Anales de la Universidad 783
Artículo 31. Por cada pedido de certificados, así como por cada
pedido de retención de mercancías, se cobrará 1 M.
Por cada boleto parcial de conocimiento (artículo 9), se cobrará un
derecho de 30 Pf.
Por reparación de embalaje y otros trabajos extraordinarios,—siem-
pre que la Administración de los Quais los tome á su cargo,—se co-
brará el costo y gastos recargados de un 20 Vo.
Disposición transitoria
Esta ordenanza entrará en vigor el 1.» de enero de 1894 [ J.
Dado en la sesión del Senado del 22 de diciembre de 1893.
§1
Cuándo empieza á contarse el plazo de desembarco
El patrón de un buque con carga completa, tan pronto como esté
listo para desembarcar, deberá anunciárselo al recibidor. El tiempo
de desembarco empezará á contarse al día siguiente.
El anuncio, cuando el recibidor no sea conocido, se publicará en
los diarios: Hamburgische Borsenhalle^ etc.
784 Anales de la Universidad
§ 2
Buques á vela
Buques á vapor
§4
Cálculo del tiempo de desembarco
Para el cálculo del tiempo de desembarco, no entran en cuenta:
1) Los domingos y días festivos.
2) Las horas durante las cuales la operación de descarga se halla
impedida por tempestades ú otras causas fortuitas.
Anales de ¿a Universidad 787
§5
§6
(1) 597—Para calcular las estadías y sobrestadías, se contarán los días consecutivamente
y sin interrupción; se tomarán en cuenta los domingos y días feriados así como aquellos en
que, á consecuencia de caso fortuito, el destinatario no haya podido proceder á la des-
carga.
Sin embargo, no entrarán en cuenta los días en que el viento, el mal tiempo ó cualquier
otra causa haya impedido:
1.» no sólo el transporte á tierra de las mercancías que quedaban á bordo del navio,
sino también el transporte á tierra de toda clase de carga,
2.» el embarque del cargamento.
§7
Mercancías en fardos
Para el desembarco de mercancías en fardos, se aplicará el artí
culo 604 del Código de Comercio (1), debiendo en consecuencia el re-
cibidor retirarlos sin demora, á requerimiento del patrón del buque.
Si el recibidor no es conocido del patrón, el requerimiento será pu-
blicado en los diarios mencionados en el artículo 1.°.
L a prevención del fletador relativa al depósito de las mercancías,
establecida por el artículo 604 con referencia á los artículos 572, 594
y 601 del Código de Comercio (2), puede formularse mediante pu-
blicación en los diarios mencionados en el § 1.
§8
Disposición iraíisitoria
Esta ordenanza se aplica á todos los buques y sus lanchas fondea-
dos en el puerto de Hamburgo que no hayan llenado el requisito, —
antes de entrar en vigencia la ordenanza,—del anuncio á que se refier
§9
Esta ordenanza entra en vigencia el 1.° de enero de 1900,
Hamburgo, 29 de diciembre de 1899.
(1) 604.—El destinatario está obligado á hacer sacar sin demora, á requisición del capi-
tán, las mercancías de un cargamento de diferentes pertenencias.
Si «1 destinatario no fuera conocido por el capitán, la requisición será publicada según los
uio» locales.
La» prescripciones del artículo 601 (*) relativas al derecho ó ala obligación del depósito
por parte del capitán, se aplican á este caso. La notificación que debe hacerse al fletador y
que el artículo 601 prevé, puede efectuarse por vía de publicación según los usos locales.
El flatauto tiene derecho á reclamar una indemnización de sobrestadías (artículo 594) (*)
por los días en que, debido á demora del destinatario ó á los trámites para el depósito, haya
•ido excedido el plazo dentro del cual el buque debía ser descargado.
F . — O R D E N A N Z A R E L A T I V A Á LOS F E R R O C A R R I L E S Q U E ESTÁN E N
C O N E X I Ó N CON LOS QUAIS ( D E L 1 5 D E AGOSTO DE 1 8 8 8 )
I.—DISPOSICIONES GENERALES
Artículo I."
Artículo 2.0
Carga y descarga
594.—En caso de fletamiento de un navio completo, el capitán tan pronto como se hall*
listo para descargar, deberá advertirlo al destinatario.
Si el capitán no conoce al destinatario, esto aviso será comunicado oficialmente en la forma
usada en el lugar de destino.
La estadía empieza á contarso desde el día que sigue al de esta notificación.
Terminado el plazo de estadía, el fletante no debe esperar más tiempo para desembarcar el
cargamento, á menos que ello esté previsto en el contrato (sobrestadías).
Salvo convenio contrario, no podrá reclamarse nada por la estadía. Por las sobrestadías, al
contrario, se pagará una indemnización.
Esta indemnización se fija de acuerdo con el artículo .572.
601.—Cuando el destinatario declare estar pronto para llevarse las mercancías, pero de-
more en hacerlo más tiempo del fijado, el capitán tiene derecho de hacer depositar las mer-
cancías,—previo aviso al destinatario,—en un almacón pilblico, ó de ponerlas, de cualquier
otro modo en lugar seguro.
El capitán está obligado á proceder de ese modo y á advertírselo inmediatamente al fleta-
dor, cuando el destinatario se niegue á recibir las meicancías, ó cuando, después de publi-
cado el aviso prescripto en el artículo 594, se niegue á pronunciarse respecto de él, ó, final-
mente, cuando no pudiere ser hallado. El fletante tiene derecho á la indemnización de so-
brestadía, prevista por el artículo 594, por los días en que,—á consecuencia del retardo del
deslinatario ó del retardo causado por el depósito,—se ha prolongado el plazo durante el cual
el navio debiera ser descargado, sin menoscabo de la indemnización de todo otro perjuicio.
604.—(Véase la nota precedente).
790 Anales de la Universidad
Artículo 3.»
Objetos transportados
Todo transporte por las vías férreas del puerto y de los quais, su-
pone una orden del recibidor, cuando se lleva á cabo desde las esta-
ciones hasta los quais é instalaciones del puerto; cuando dicho trans-
porte se verifica desde los quais é instalaciones del puerto hasta la»
estaciones de ferrocarril, supone una orden del remitente.
Se aceptarán para el transporte todas las mercancías,—con excep-
ción de las inflamables, y en general peligrosas,—que lleguen por los
ferrocarriles que desembocan en Hamburgo, ó entren al puerto para
ser remitidas por ellos.
Las mercancías en fardos ó piezas, en cantidad menor de 2,000 kg.,
que deban remitirse urgentemente en una ú otra dirección, quedan
excluidas del transporte por las vías férreas del puerto. E l derecho
de 8 Pf. por los 100 kg.,—fijado en el artículo 22 I V , a 1 y b 1, de la
Ordenanza relativa á la Explotación y Tarifa de los Quais, artículo
relativo á las mercancías traídas ó llevadas en carros por camino or-
dinario,—no se cobrará para tales mercancías de remisión urgente al
transportarlas directamente entre el quai y el ferrocarril.
Si la Administración de Ferrocarriles ó la Administración de los
Quais establecen un servicio de acarreo entre los quais y las esta-
ciones, ambas administraciones sólo contarán como costo del acarrea
la remuneración pagada al carrero, según tarifa que se publicará
Artículo 4.°
Artículo 5.*
I I . — D I S P O S I C I O N E S PARTICULAEE8
Artículo 7.°
Artículo 8.°
Los vagones cargados que vayan hacia los quais podrán usarse
por un plazo de cuarenta y ocho horas, á contar del momento de su
entrega. Si este plazo fuera excedido, la Administración de los Quais
deberá pagar á la de Ferrocarriles ün alquiler de tres marcos por
vagón, por cada día ó fracción de día.
Anales de la Universidad 793
Artículo 9.»
Pedido de vagonet
L a carta de flete para los artículos que deben remitirse sobre lo*^
ferrocarriles que están en conexión con el puerto, será entregada por
el remitente á la Administración de los Quais.
L a Administración de Ferrocarriles decidirá sobre los vagones que
se hayan de emplear.
L a Administración de los Quais presentará á la de Ferrocarriles, en
la forma que ambas convengan, la carta de flete, y se hará indicar lo&
vagones sobre los cuales hayan de cargarse los artículos. Los vago-
nes no podrán usarse más que para el objeto indicado.
Articulo 10
a) Derechos por d trasporte sobre las vías férreas del puerto y bs quais
Por el trasporte sobre las vías férreas del puerto y los quais situa-
dos en la ribera izquierda, ó sobre las vías férreas del puerto y los
quais situados én la ribera derecha del Elba, así como por la opera-
ción de cargar ó de descargar los vagones,—en el tráfico con los
diversos ferrocarriles que desembocan en Hambnrgo.—la Administra-
ción de los Quais cobrará directamente, á la recepción, y, á la remisión,
la Administración de Ferrocarriles, en nombre de la de los Quais,
los siguientes derechos;
c) Derecho minimum
Artículo 15
Artículo 16
Arreglo de cuentas
Depósitos privados
Las vías férreas del puerto y los quais servirán también para efec-
tuar los trasportes de mercancías entre los depósitos y otros estable-
cimientos de propiedad privada, situados dentro del territorio del
puerto franco al Norte y al Sud y provistos de vías de empalme.
Las condiciones bajo las cuales han de llevarse á efecto los tras-
portes, so regularán por convenios especiales con los interesados.
Dado en la sesión del Senado, del 15 de agosto de 1888.
§1
§2
§3
§ 4
§5
§6
§ 7
Anales de la Universidad 799
§ 9
§ 10
§ 11
La parte de la ganancia neta que corresponde en primar lugar al
Estado, después de distribuido el 3 1/2 o/o á los accionistas, y que
se eleva á los 5/3 de la suma así distribuida, representa el arriendo
del área de terreno traspasada á la Compañía.
E l 10 o/o del resto de la ganancia neta,—correspondiente también
al Estado (§ 10),—asi como los superdividendos que le toquen, irán á
aumentar el fondo destinado á la compra de las acciones de la Com-
pañía.
Anualmente, después de la distribución del producto anual, se
sortearán para el l.o de julio tantas acciones cuantas permita com-
prar el fondo destinado á ese objeto. Los tenedores de las acciones
sorteadas obtendrán contra entrega de estas acciones y de los certi-
ficados de dividendos correspondientes, el importe nominal de las cuo-
tas pagadas por ellos, sobre dichas acciones, con un aumento de
10 o/o '.diez por ciento) del total de cuotas pagadas y 4 o/o (cuatro por
ciento) de interés por año ó por la fracción de año que termine el
1.0 de julio del nuevo año económico.
§ 12
§ 13
§ U
§ 15
§ 16
§ 17
§ 18
§ 19
§ 20
B . — ESTATUTOS D E LA COMPAÑÍA
TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
§ 1
§ 2
§3
§4
TÍTULO II
§5
§6
§ 7
§9
(1) 2 1 8 . El accionista que no vierta á su tiempo las sumas reclamadas soV)rc su acción,
adeuda intereses á partir del día en que el pago debió verificarse. Puede también exigírsele
la indemnización de perjuicios mayores.
Podrán inscribirse en los estatutos, cláusulas penales para el caso en que las entregas no se
hicieren en tiempo oportimo.
Salvo otra disposición en los estatutos, la reclamación debe efectuarse en la forma en que
las comunicaciones de la Compañía se publiquen de acuerdo con aquéllos.
2 1 9 . Cuando el pago no se haya efectuado á su tiempo, podrá fijarse un plazo á los accio-
nistas en retardo, con apercibimiento de pérdida de sus pagos anteriores y de su derecho de
participación, si dejan pasar esc plazo sin satisfacer el pago.
El llamado debe aparecer tres veces en los periódicos designados en el inciso 3." del artículo
182. (') La primera vez tres meses por lo menos, la i'iltima vez un mes por lo menos, antes de
expirar el plazo de gracia fijado. Si las partes de interés no son trasmisibles sin consenti-
miento de la Compañía, basta, en lugav de la publicación antedicha, mi requiremiento es-
pecial á los accionistas morosos. Este requerimiento debe acordar un plazo de gra-
cia de un mes por lo menos, á contar de su recibo.
(*) 1 8 2 . (Inciso 3."). Las comunicaciones que deban hacerse llegar á los interesados por
vía de inserción en periódicos, se publicarán en el «Monitor del Imperio» («Reichsanzeiger»).
Los estatutos designarán, además, otios periódicos para el mismo objeto.
Si á pesar de este requerimiento, no paga el accionista la suma que adeuda sobre su acción,
se declararán caducados á favor de la Compañía sus derechos de participación, y sus entregas
anteriores pasarán á ser propiedad de ella. Esta declaración se hará pública mediante un
aviso inserto en los periódicos designados para las publicaciones de la Compañía.
Los títulos emitidos deben ser reemplazados por otros que agreguen á las entregas ante-
riores el capital nuevamente reclamado. El accionista excluido queda responsable del déficit
que s>ifra la Compañía, tanto por esas entregas cuanto por las que ulteriormente sean recla-
madas.
80G Anales de la Universidad
§ 10
§ 11
§ 12
§ 13
TÍTULO III
ADMINISTRACIÓN D E LA COMPAÑÍA
§ 14
1) L a Dirección.
2) E l Consejo de Administración.
3) La Asamblea General.
1) La Dirección
§ lo
L a Dirección de la Compañía se compone de dos ó más m'embros
nombrados por el Consejo de Administración.
Los empleados autorizados para compartir con su firma la respon-
sabilidad de la Compañía, no pueden ser designados sin anuencia
del Consejo de Administración.
Dichos empleados, así como los miembros de la Dirección y los dele-
gados del Consejo, representantes de éste en la Dirección, legitiman su
calidad de tales para ser inscriptos en el Registro de Comercio, me-
diante la presentación de un extracto del acta del Consejo de
Administración referente á su elección, ó mediante la declaración en
otra forma de la mayoría de los miembros del mismo Consejo, y,
para actos ulteriores, acreditan aquella calidad mediante un extracto
de este Registro.
Para hacer válido un acto de la Compañía, así como para la firma
de la misma, se requiere la comün declaración ó la firma de dos miem-
bros de la Dirección, ó de dos miembros del Consejo de Administra-
ción, delegados ante ella, ó de uno de éstos y de un miembro de la
Dirección, ó en fin, de un miembro de la dirección ó del Consejo de
Administración,—autorizado, de acuerdo con lo que precede, para fir-
mar tales actos,—y de un empleado ó representante de la Compañía
inscripto en el Registro de Comercio.
808 Anales de la Universidad
§ 16
2) Ei Consejo de Administración
§17
§ 18
§ 19
El Consejo de Administración fija la orden del día de sus sesiones.
P-ira la validez de sus resoluciones basta con la presencia de cuatro
-de sus miembros. A todas las sesiones del Consejo serán convocados
tres representantes de los intereses públicos, elegidos por el Senado,
de entre las autoridades públicas, los cuales tienen voz en las discu-
siones pero no voto en las resoluciones. Estos representantes, es decir,
la mayoría de los presentes en la sesión, tienen derecho de hacer mo-
ciones independientes y de oponer su veto,—que deberá ser protocoli-
zado con los fundamentos que lo motivaron,—contra las disposiciones
•del Consejo. Si los representantes de las autoridades usan del
veto, la disposición vetada quedará suspendida provisoriamente, y ha-
brá que consultar á ese respecto al Senado, que tratará de conciliar
las opiniones del Consejo y de los representantes y decidirá en defi-
nitiva. Del mismo modo, deberá ser sometida al Senado toda moción
de sus representantes que fuera rechazada por el Consejo, y aquel
Cuerpo decidirá igualmente en definitiva.
§20
3) La Asamblea General
§ 21
(1) 2 5 4 . La Asamblea General debe ser convoca'la cuando un número de accionistas cu-
yas part(>s de interés reunidas constituyan 1'20 del capital social lo soliciten por escrito, ex-
presando los motivos y objeto de la convocación.
Además, ios accionistas tienen derecho de exigir la notificación de las cuestiones someti-
das á las deliberaciones de la Asamblea.
Si no consiguen que la Dirección ó el Consejo de Administración contesten á su pedido,
c! Tribunal de la sede social podrá dar calidad á los accionistas demandantes ptiva convocar
la Asamblea ó para notificar 'as cuestiones de la orden del día. El Tribunal podrá á la vez
tomar disposiciones respecto á la presidencia de !a Asamblea. La convocación deberá men-
cionar la autorización judicial para convocar la Asamblea ó para notificar la.s cuestiones á
discutir
La Asamblea General decidirá si los gastos de la convocación deberán ó no cargarse á la
Compañía.
810 Anales de la universidad
§22
§23
§ 24
§25
L a Asamblea General Ordinaria se celebra anualmente, en uno
de los cuatro primeros meses del aíío- E n esta Asamblea, la Direc-
ción y el Consejo de Administración informarán sobre la marcha
de los negocios del ano vencido y presentarán las cuentas anuales y
el balance, indicando el dividendo que de esos datos resulte. L a
Asamblea resuelve sobre la aprobación de este balance anual y sobre
el reparto de las utilidades, así como sobre el descargo de la Direc-
ción y del Consejo. E n las Asambleas Generales Ordinarias se veri-
ficarán también las elecciones necesarias de miembros del Consejo de
Administración.
§26
buidos á otros órganos; como ser: las resoluciones sobre aumento del
capital de fundación, contratación de empréstitos con emisión de
obligaciones preferidas, chancelación de otros, conclusión de contra-
tos jurídicos que limiten los poderes de la Compañía, fijación, modifi-
cación ó complementación de los estatutos, disolución de la Compa-
ñía. Las resoluciones sobre estos objetos no serán válidas, sin la
aprobación del Senado.
§27
TÍTULO IV
§28
§29
§30
§31
§32
§33
§ 34
§35
TÍTULO V
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
§ 36
§ 37
§ 38
C.—REGLAMENTO DE LA COMPAÑÍA ( 1 )
§ 1
§2
Como los locales arrendados están edificados sobre una parte del
territorio del puerto franco, los arrendatarios tienen que someterse
á todas las limitaciones que resultan de tal circunstancia
Por ahora regirán á ese respecto las siguientes prescripciones:
(1) Exclusivamente para los depósitos en los cuales el seguro de las mercancías contra el
fuego lio corre por cuenta de la Compañía.
(2) Véase primer anexo, al final de este Reglamento.
Anales de la Universidad 81b
§3
§ 4
§5
8 . — A N U N C I O DE LAS MERCANCÍAS
§6
§7
§8
§9
§ 10
§ 11
ó. i CEETinCADOS DE DEPÓSITO
§12
§ 13
§14
§15
§ 16
§ 17
§18
i 19
7.—MUESTRAS
i 20
8. —BESPONSABILIDAD D E LA COMPAÑÍA
§ 21
1 2 3 6 . La venta en pública subasta debe ejecutarse en el lugar donde la prenda está de-
positada. Si no puede contarse con un resultado conveniente do dicha venta en el lugar de
depósito, la prenda será vendida, en pública subasta, se entiende, en otro lugar que convenga
más.
1 2 3 7 . La fecha y el lugar de la venta deben publicarse con indicación sumaria déla
prenda. El propietario y los terceros á quienes correspondan derechos sobre la prenda, deben
ser avisados personalmente; el aviso puede omitirse cuando sea impracticable.
1 2 3 8 . La prenda no podrá venderse sino á condición de que el comprador se obligue á
pagar inmediatamente en valores efectivos el precio de venta, y, de no hacerlo así, pierde sus
derechos.
Si la venta ocurre sin esta condición, el precio se reputará recibido por »1 acreedor
prendario; los derechos de éste contra el comprador quedan intactos. Si el pago inmediato del
precio de venta no se lleva á cabo, sucederá lo mismo, á menos que se haya hecho uso de
la reserva de caducidad, antes de expirado el plazo de venta.
1 2 3 9 . El acreedor prendario y el propietario pueden tomar parte en la venta pilblica. Si
el primero llega á ser adjudicatario, el precio de venta se repula recibido ror íl.
La oferta del propietario puede ser rechazada si no paga al contado. Lo mismo debe en-
tenderse de la oferta del deudor cuando la prenda responde de una deuda de otro.
1 2 4 0 . Los objetos de oro ó plata no podrán adjudicarse por un valor interior al del oro 6
plata que contienen.
Si no hay fiuesta suficiente, la venta podrá efectuarse de mano á mano, á un precio igual
al del valor del metal^ por intermedio de una persona autorizada para proceder á las ventas eri
publica subasta.
Anales de la Universidad 82o
§ 22
9.—ALQUILER DE D E P Ó S I T O S
§ 23
U) Citados ya en el § 19,
826 Anales de la ÚniDersidad
§ 24
§ 25
10.—DISPOSICIONES «ENEKALES
§27
§ 28
§ 29
§31
§32
11.—DISPOSICIONES FINALES
§33
§ 34
Anexo 1
Contrato de arriendo
§2
§3
§4
Como los locales arrendados están edificados sobre una parte del
territorio del puerto franco, territorio al cual se aplica el tratado adua-
832 Anales de la Universidad
§5
§6
§8
§9
En los depósitos, está probibido fumar ó deiar pipas ó cigarros en-
cendidos, y emplear fuego ó luz sin la protección necesaria.
§ 10
§ 11
§ 12 '
§ 13
Hamburgo,
834 Anales de la Universidad
Anexo 2
C O N D I C I O N E S E S T A B L E C I D A S E N VIRTUD D E L TRATADO A D U A N E R O
DE 25 D E MAYO D E 1881 Y Á LAS CUALES DEBEN SOMETERSE
LOS S U B A R R E N D A T A R I O S .
Reconozco , i. i j - •• j. ^ ine
Keconocemos por la presente, las disposiciones que anteceden y nos
-^rn—' á cumplirlas. También —.—¡ estar de acuerdo con
obligamos declaramos
las penas impuestas para el caso de contravenciones.
Hamburgo,
Recibido el „ „ Depósito
I
Anales de la Universidad 837
Anexo 4.
Compañía do A l m a c e n e s del P u e r t o F r a n c o d e H a m b u r g o
N.° DEPÓSITO
Pf^l WARRANT
sobre las mercancías indicadas d continuación
el señor
para -. ^ ó su orden.
los señores
j
i
1
i
Observaciones: ;
1
Endosos: Devoluciones:
Anexo S.
Hamburgo,
BOLETO DE ENTREGA
tu
cancias 51.
Firmado:
OD
CU
BOLETO DE RESERVA
^
marcadas:
Véase al dorso.
Deducciones I 00
I
^ 4
a.
NOTA. — Antes de retirar las mercancías ó al solicitar la expedición de un warrant, deberá presentarse este
boleto á la Oficina de Explotación.
Anales de la Universidad 843
a) Alumbrado
b) Calefacción
c) Materias inflamables
d) Instalaciones industriales
e) Otras disposiciones
/) Vigilancia
CAPITULO V
PUBRTO Dn HAMBURGO
(CONCLUSIÓN)
Tarifas
Se han indicado ya en las páginas precedentes, algunos de los
derechos que se cobran en el puerto de Hamburgo:
A . — D E R E C H O S DE TONELAJE
E l Senado, etc.
§ 1
§ 2
§3
§4
§5
B . - PILOTAJE
Todos los buques que se sirven de un piloto del Estado ó que es-
tán obligados á pagar el impuesto de pilotaje, abonan este impuesto
sin distinción del cargamento que llevan.
El impuesto varía, de acuerdo con la tabla anexa, según el calado
en decímetros del buque, y según la época del año (tarifa de verano
y tarifa de invierno); la tarifa de verano se aplica desde el 1.° de
abril hasta el 30 de septiembre; la otra, durante el resto del año.
Decirn. M M Decim. M M
10 25 35
11 26 36 51 121 163
12 27 37 52 127 171
13 28 38 53 133 - 179
14 29 39 54 139 187
15 30 40 55 145 195
16 31 41 56 152 204
17 32 42 57 159 213
18 33 43 58 166 222
19 34 44 59 173 231
20 35 45 60 180 240
21 36 47 61 187 250
22 37 49 62 194 260
23 38 51 63 201 270
24 39 53 64 208 280
25 40 55 65 215 290
26 41 57 66 221 298
27 42 59 67 227 306
28 43 61 68 233 314
29 44 63 69 239 322
30 45 65 70 245 330
31 47 68 71 250 337
32 49 71 72 255 344
33 51 74 73 260 351
34 53 77 74 265 357
35 55 80 75 270 364
36 58 84 76 274 370
37 61 88 77 278 376
38 64 92 78 282 382
39 67 96 79 286 388
40 70 100 80 290 394
41 74 105 81 293 399
42 78 110 82 296 404
43 82 115 83 299 409
44 86 120 84 302 414
45 90 125 85 305- 419
46 95 131 86 308 423 .
47 100 137 87 311 427
48 105 143 88 314 431
49 110 149 89 317 435
50 115 155 90 320 439
856 Anales de la Universidad
C — C O S T O DE CARGA Y DESCARGA
CARGA
Buques á vela:
M. Pf.
Embarcar y estivar mercancías en general, por
metro cúbico O0 75
Embarcar cargamentos de sal, por 1,000 kg, . 0 65
» ladrillos refractarios, por 1,000 piezas 4 50
» ladrillos ordinarios, por 1,000 piezas 3 50
» tejas, por 1,000 kg 0 90
» recortes de hierro, por 1,000 kg. 0 sa
» rieles, hierro en barras, por 1,000 kg. 0 80
Vapores:
DESCARGA
Buques á vela:
Vapores:
M. Pf.
D . — O T R O S GASTOS
A. B. C. D. E. F. G. H. I. J. K. L. M.
M . Pf. M . Pf. M . Pf. M . Pf. M . Pf. M . Pf. M . Pf. M . Pf. M . Pf. M. Pf. M . Pf. M . Pf. M. Pf.
Pilotaje do entrada . . . . 187 80 192 70 150 05 162 19 87 05 217 55 27G 80 322 45 287 45 352 10 300 00 292 05 3G4 05
Pilotaje de salida 01) 00 70 00 i;o 00 70 00 71 40 80 00 81 60 106 50 122 40 loo 00 140 00 81 00 153 00 k
S
»
Piloto del puerto y botero. . -- 10 00 10 00 15 00 30 00 20 00 20 00 35 00 20 00 30 00 30 00 30 00
Derecho do Capitán de puerto 25 W 25 tK) 25 00 25 00 25 00 30 00 30 00 30 00 30 00 30 00 30 00 30 00
I
Remolque 40 00 40 00 40 00 40 00 40 00 120 00 81 60 160 00
163 20
122 00 81 60 120 00 163 20
673 12 709 80
Derecho do tonelaje . . . . 87 42 172 57 80 70 82 12 106 14 319 10 547 92 638 85 652 32 660 24 718 56
S=
Tarjeador (medir y pesar la
carga) 114 75 204 75 336 40 358 20 422 00 349 70 236 00 295 10
Estivadores 1,902 80 GIS 00 1,753 42 74C 39 1,409 40 1,233 10 2,393 50 2,576 60 3,104 00 5,210 00 2,574 50 2,916 40 2,705 55 Si-
Inspectores do aduana . . . 20 00 20 00 20 00 20 00 20 00 60 00 20 00
Avisos 7 80 - IG 50 13 30 10 70 27 40 28 80 13 30 37 95
Derechos de consulado . . . 11 20 27 SO 17 Ot 2 GO 12 30 1 25 12 75 137 32 92 12 10 25 12 50 10 25
TARIFA
pf. pf.
/. Por levantar mer- á I. Sólo se aplica
cancías en cantidad para cantidades de
más de 3,000 kg",
1 Por cada 100 kg . . . '3 7 siempre que no se
halle en el total nin-
guna pieza que pese
más de l,O0O_kg.
Toda fracción de
100 kg. se cuenta
por 100 kg. Derecho
mínimo: 1,50 M pa-
ra la clase A y 3 M
para la B.
a. D E R E C H O S P O R TOMAR, D E P O S I T A R , E N T R E G A R Y P E S A R
MERCANCÍAS
Anales de la Universidad
Pizarra 6 Pf.
Plata (objetos d e ) . . . Te 20 »
según valor, 1 o/o,, , _ Vinagre, en barriles . 16 »
Quinina 20 » ^) en cajones . 24 »
Rom, en barriles . . 16 » Vino, en barriles . 16 »
Sombreros, en cajones. 30 » » en cajones . 24 »
Sal 5 » )) cuando requie-
Seda y artículos de re ser trabajado . . 30 »
seda 30 » Zapatería (artículos de) 20 »
Tabaco 16 »
§1
L a Compañía de Almacenes del Puerto Franco de Hamburgo se
obliga á suministrar en los días de trabajo desde las 6 a. m, hasta las
11 p. m , la corriente eléctrica necesaria para el funcionamiento de las
instalaciones de alumbrado. Los domingos y días festivos no la su-
ministra.
Si perturbaciones naturales ú otras causas inevitables hicieren im-
posible el suministro de corriente eléctrica, ó si éste debiere ser inte-
rrumpido para efectuar mediciones, reparaciones, nuevas conexiones,
etc., la Compañía no estará obligada á suministrar corriente eléctrica
-durante el tiempo de la perturbación ó interrupción.
§2
§3
§4
§ 5
§6
§7
§8
§ 9
CAPITULO V I
A.—BREMEN
(1) En esta resofla haremos caso omiso del pequeño puerto, completamente iiisigiiiíicante,
de Ve¿t}.}aí'k, el c,in,l ta-iibién pertenece al Estndo do Bremen.
Anales de la Universidad 877
{!] Esta profundidad de S m bajo el cero de Bremen permite contar casi .siempre con
5 m abundantes de agua, á pesar de las variacioaes muy considerables del nivel del río.
6L
878 Anales de la Universidad
2,090 848,924 2,048 829,489 2,018 895,809 2,140 933,298 2,273 1 101,279 2,326 1.114,059
880 Anales de la Universidad
B.—BREMERHAVEN
2,179 L.27G.115 l,71!i 1.223,309 1,407 1.271,896 1,534 1 4.50,240 1,577 1.443,7 9
II
Organización y Ailniinistiación
I.—Introducción
§ 1
II.—Luces, etc.
§ 2
§ 3
§ 4
chimenea una pequeña luz blanca, para servir de guía á las em-
barcaciones remolcadas. Esta luz estará dispuesta de modo que no
ilumine más adelante del plano transversal del remolcador.
§ 5
§ 6
§ 7
§ 8
§ 9
§10
§11
§ 12
§ 13
§14
§ 15
§ 16
Todo buque á vapor que navegue á vela, pero con la chimenea le-
vantada, deberá llevar de día una señal consistente en un cuerpo de
forma redonda, pintado de negro, colocado en la parte delantera del
buque, en el lugar más aparente para que pueda verse bien.
sr
§ 17
§ 18
§ 19
§20
§21
§22
§23
§24
§ 25
§ 26
§ 27
§ 28
§29
§ 30
§ 31
§32
§33
§ 34
§ 35
IX.—Señales de socorro
De día:
De noche:
§37
XI.—Disposiciones finales
§ 38
§39
1) B E E M E N . — L E Y K S D E Í 4 D E OCTUBRE DE 1 8 8 8 ( D I S T R I T O FRANCO) Y D E IG DE J U L I O D E
1 8 9 5 (DÁRSENA LLAMADA H O L Z - U N D FABRIKENHAFEN)
§ 1
§ 2
§3
§4
§5
§6
§7
§8
§9
§ 10
§11
§ 12
§13
§14
§15
§16
§ 17
§ 18
2) BREUaRHAVEN
§1
L a Dirección del Puerto de Bremerhaven estará formada por el
Director de las construcciones del puerto, el piimer Capitán del
puerto y el representante de la Bailía {Amt) de Bremerhaven. Esta
Dirección constituye la autoridad administrativa encargada de eje-
cutar todas las reglamentaciones y órdenes especiales promulgadas ó
impartidas por el Senado y por la Diputación de Puertos y Ferroca-
rriles, referentes al puerto de Bremerhaven,
Con todo, los cometidos de las autoridades administrativas men-
cionados en los §§ 94-97 de la ley de 25 de junio de 1879 relativa á la
aplicación del Código de Procedimientos del Imperio, serán ejercidos
por la Bailía de Bremerhaven.
Corresponde especialmente á los Capitanes del puerto y á sus su-
balternos la vigilancia del puerto y de los buques que lo visiten.
Las quejas contra los Capitanes del puerto, se presentarán á la
Dirección del puerto; las quejas contra ésta, al Senado.
§4
§ 5
§6
E n caso de omisión ó demora por parte del patrón de una nave,
en ejecutar cualquiera de los trabajos que le incumben,—de acuerdo
914 Anales de la Universidad
§7
§8
§9
§10
La manutención de los tripulantes necesitados de socorro que no
hayan sido recogidos aun por la autoridad á que corresponda ese
deber, está á cargo del propietario del buque.
Sin embargo, cuando los gastos de dicha manutención incumban á
otros particulares ó autoridades, se recabará oficialmente su importe
para resarcir al propietario del buque que lo haya pagado.
ff\ Reglamentación
§ 1
Para las embarcaciones de mar, regirán las presentes disposiciones,
siempre que las partes interesadas no hayan fijado por contrato los
plazos de desembarco.
I 2
Tratándose del cargamento completo de un buque, el plazo de
desembarco será:
§3
§4
)) 1) 1,300 » 1,400 w 20 » 24 »
» » 1,400 » 1,600 )) 21 » 25 )••
» » 1,600 » 1,800 » 22 » 26 »
» )•> 1,800 » 1,900 1) 23 » 27 »
» » 1,900 » 2,000 » 23 » 28 »
» )) 2,000 » 2,200 » 24 » 29 »
)) » 2,200 )) 2,400 » 25 » 30 ))
» » 2,400 » 2,500 » 26 » 31 »
» » 2,500 » 2,600 )•> 26 » 32 »
« » 2,600 >•) 2,800 )) 27 » 33 »
)) » 2,800 » 2,950 )) 28 » 34 »
)) » 2,950 » 3,100 » 28 •» 35 »
» )) 3 100 i> 3,400 » 29 » 36 »
» » 3,400 » 3,550 » 30 » 37 »
j) » 3,550 » 3,700 » 30 » 38 »
» » 3,700 » 4,000 » 31 » 39 »
)) » 4,000 )) 4,150 )) 32 » 40 »
» )) 4,150 » 4,300 » 32 » 41 ,)
» » 4,300 » 4,600 » 33 » 42 »
)) )) 4,600 » 4,800 )) 34 » 43 »
» » 4,800 » 5,000 )) 34 » 44 i>
§5
Si en los casos de los § § 2, 3 y 4 un buque ha sido cargado en
parte solamente, ó antes defeullegada al puerto fué descargado en
parte, el peso del cargamento servirá de base,—mediante la regla si-
guiente,—para calcular el tonelaje de registro neto, del cual depende
el plazo de desembarco: se considerará equivalente á una tonelada
de registro neto, cada dos toneladas de carga desembarcada, si se
trata de un buque á vapor; ó cada 1.5 toneladas, si se trata de un bu-
que á vela.
§6
§7
Para buques á vela cargados exclusivamente de pizarra, el plazo
de desembarco será:
a) Un día por cada veintena de toneladas de carga, ó fracción,
siempre que la capacidad neta del buque no exceda á doscien-
tas toneladas de registro.
h) Un día por cada veinticinco toneladas de carga ó fracción de
veinticinco toneladas, cuando la capacidad del buque sea ma-
yor.
§8
Para determinar el momento á partir del cual debe empezarse el
cómputo del plazo de desembarco, se tendrá en cuenta lo dispuesto por
el artículo 594 del Código de Comercio, (it
Los domingos y días de fiesta no se cuentan en este cómputo.
§1
Todo buque que entre en un puerto alemán estará sujeto al control
de la Policía sanitaria,
§3
Todo buque sujeto al control de Policía sanitaria (§ 1) deberá izar
en el palo de trinquete una bandera amarilla tan pronto como entre en
la vía navegable que conduce al puerto, y en todo caso cuando se
acerque hasta hallarse á la vista del puerto, (i)
No podrá comunicar con tierra ni con otros buques (salvo con los de
la aduana) sino para tomar piloto ó hacerse remolcar. Tampoco podrá
arriar la bandera amarilla hasta que, por orden de las autoridades del
puerto, (2) haya sido declarado en libre plática. La prohibición de co-
municar con tierra ó con otros buques, se refiere tanto á la tripu-
lación como á todos los pasajeros.
Está prohibido á los particulares todo tráfico ó comunicación con
un buque que lleve la bandera amarilla. Quienquiera que viole es-
ta prohibición, será tratado como si perteneciese al buque.
§4
(1) Para los puertos del Weser, tan pronto como aviste el faro de Hoheweg.
(^2) En Bremen, la Oficina de Cuarentenas.
922 Anales de la Universidad
§ 5
§6
§7
§8
§9
§ 10
§ 11
§ 12
13
6i
926 Anales de la Universidad
§14 a
§ 14 b
§ 14 c
§ 14 d
Si no se ha producido á bordo del buque ningún caso de peste ú
otra enfermedad,—ni antes de su partida, ni durante el viaje, ni á su
llegada,—el buque será declarado «limpio», aunque venga de un puer-
to para cuyas procedencias se haya ordenado el control sanitario: y
se le pondrá en libre plática, siempre que el examen médico (§ 6) ha-
ya dado un resultado satisfactorio, y después de aplicarse, si el mé-
dico lo juzga necesario, las medidas prescriptas en el § 14 b, número
4). Si el resultado del examen da fundamento á la sospecha de
que algunas de las personas que viajan en el buque llevan los
gérmenes de la peste, ó si el viaje del buque desde que partió de un
puerto que se halle en las condiciones antes indicadas ha durado
más de diez días, podrá todavía,—por orden del médico oficial y de
acuerdo con lo dispuesto en el § 14 c,—someterse á los pasajeros y
tripulantes, á la vigilancia de la Policía sanitaria, por un plazo de
hasta diez días contados desde el de la partida del buque.
§14e
§ U f
|14g
§ 15
§ 16
§17
§ 18
§ 19
§20
§ 1
§2
Las personas á quienes incumbe dar el aviso referido, son:
1) El médico llamado,
2) El jefe de la casa,
3)-5)
Las personas nombradas en los números 2-5 quedan exentas de la
obligación de dar ese aviso, cuando la que en dicha enumeración la
preceda lo baya dado ya.
§3
§4
El aviso puede darse verbalmente ó por escrito. Las autoridades
policiales entregarán gratuitamente, á quien lo solicite, formularios
para el aviso escrito.
§5
II.—Investigación de la enfermedad
§6
§ 10
III.—Medidas de precaución
§11
Para impedir la propagación de las enfermedades que entrañan un
peligro común, podrán ordenarse policialmente y por el tiempo que
Anales de la Universidad 933
§12
§ 13
§ 14
§ 15
l)-3)... . . . . . .
4) someter á la observación sanitaria á las personas ocupadas en
la navegación, balsaje y otras industrias de trasporte, así co-
mo impedir el trasporte de enfermos, de personas que presen-
ten síntomas sospechosos de enfermedad ó infección, y de obje-
tos que puedan considerarse contaminados con gérmenes de la
enfermedad,
5) limitar el tráfico <le buques y balsas á determinadas horas del
día.
§§16-18
§ 19
§ 20
§21
§§ 22-23
§ 24
§ 25
§ 26
IV.—Indemnizaciones
§ § 27-34
V.—Disposiciones generales
§ 35
§ 36
i § 37-39
i 40
§§41-43
VI.—Disposiciones penales
§44
i 45
§46
§ 47
VII.—Disposiciones finales
§ 48
§49'
§ 1
§2
§3
A la llegada al puerto, los patrones, oficiales y tripulación no
podrán abandonar su buque hasta que se haya efectuado el control
preliminar de Policía sanitaria; y estarán obligados á dar cumpli-
miento á todas las órdenes de los empleados de dicha Policía.
§4
Las personas atacadas de enfermedades contagiosas, de fiebre, co-
lerina, lepra ó escorbuto, sólo podrán abandonar el buque después
de haber sido examinadas por el médico del puerto, y con permiso de
este funcionario.
§5
§6
Las contravenciones se castigarán con multas de hasta ciento cin-
cuenta marcos ó con prisión de hasta seis semanas.
§7
Esta ordenanza entra en vigor el 1.° de septiembre de 1900.
Por disposición del Consejo de Higiene, puede hacerse también
extensiva a l a s embarcaciones de río.
4) TAEllíA
§1
Los establecimientos autorizados por el Senado para conservar en
depósito mercancías y otros objetos muebles, podrán expedir certifi-
cados de depósito á la orden y warrants, sobre las mercancías y artí-
culos que reciban en depósito, con los efectos legales indicados en
Anales de la Universidad 941
los artículos 302, 303 y 305 del Código de Comercio alemán (í) y en la
presente ley.
Aquella autorización deberá hacerse pública.
§2
El certificado de depósito contiene: el nombre y domicilio del que
entrega en depósito los objetos; la descripción, cantidad y marcas de
los mismos; la fecha de la expedición, y la firma del establecimiento
(depositario).
§3
E l poseedor ó tenedor legal del certificado de depósito, á nombre
del cual se ha extendido el certificado mismo, puede empeñar los ob-
jetos depositados, mediante endoso y entrega de un warranc á la or-
den. E l warrant contiene los mismos datos que el certificado, pero
además debe expresar lo siguiente: el importe de la suma por la que se
han empeñado los objetos depositados (capital é intereses si los hubie-
re), el día del pago y la certificación hecha por el establecimiento que
recibió los objetos en depósito, de que el contrato de prenda (con la in-
dicación de la suma en capital é intereses eventuales y del día del pa-
go) ha sido inscripto en los registros del establecimiento y en el cer-
tificado de depósito.
§4
El endoso y entrega del certificado de depósito tiene los efec-
tos legales que produciría la entrega de los objetos mismos á que se
refiere el certificado. La entrega del warrant endosado equivale, del
punto de vista de la pignoración de los objetos referidos en el wa»
(1) 302.—Seián igualmente transferibles por endoso, si se emitieren á la orden, los cono-
cimientos de los capitanes, los certificados de carga expedidos por ios porteadores, los certifi-
cados de depósito (resguardos y warrants) de mercancías y otros objetos muebles que proce-
dan de establecimientos autorizados por el Estado i ara la custodia de tales objetos, y las
pólizas de préstamos á la gruesa y de seguros marítimos.
303.—El endoso de los efectos á que se refieren ios dos precedentes artículos, trasmitirá
al endosatario todos los derechos que nacieren de semejantes documentos.
No podrá el deudor oponer al endosatario otras excepciones que las que le competan en
virtud del título mismo, ó las que pudiere ejercer directamente contra el tenedor.
El deudor no estará obligado al pago sino previa entrega del documento librado contra él.
305.—Los efectos á la orden, trasmisibles por endoso, á que se refieren los artículos 301
á 304, se regularán en todo lo relativo á la forma del endoso, legitimación del tenedor y obli.
gaciones que se derivan de la posesión del titulo, por los artículos 11, 13, 36 y 74 de la Ley
general alemana sobre el Cambio,
65
942 Anales de la Universidad^
§5
§6
Para ejercer el derecho de venta de los objetos empeñados por
medio del warrant (§ 7), así como el de regreso contra el endosante (§ 9),
es necesario que el warrant haya sido presentado al primer deudor
pignoraticio indicado en el mismo warrant, después de vencido el
plazo de la deuda, y que tanto esta presentación como la falta de
pago se demuestren por un protesto hecho oportunamente. [ . . . ]
§7
§9 • ";
El poseedor legal (por endose) del warrant, puede ejercer la acción
de regreso contra el endosante, por la parte de la deuda pignoraticia
(incluidos los gastos de protesto) que no haya sido cubierta con el
producto de la venta.
E l regreso se pierde, en caso de no verificarse la venta (§ 7) den-
tro de los treinta días contados á partir del día del protesto.
Todo endosante tiene derecho á exigir la entrega del warrant y
protesto (§ 6), contra reembolso de la suma de regreso, intereses y
costas.
El poseedor legal del warrant y protesto, podrá iniciar juicio con-
tra todos aquellos á quienes alcance la obligación de regreso, ó con-
tra alguno ó algunos de ellos, sin perder por eso sus derechos contra
los otros. No estará obligado á observar el orden de los endosos.
§'io
§ 11
§ 12
§ 13
Introducción
(1) Lo misino ocurre con respecto al día de pago, preseatación y protesto de los wa-
iTaiits (§ 6).
(2) Véase la nota al § 1 de la ley citada.
Anales de la Universidad 945
Condiciones
§ 1
§2
§3
§4
§5
§6
§7
§8
i9
E l prestamista obtiene su derecho á la prenda, mediante la entrega
del warrant endosado. El título de crédito y el derecho á la prenda
pasan á un tercero, mediante la entrega del warrant endosado.
§ 10
§11
§ 12
§ 13
§14
§15
§16
Se procederá de acuerdo con las mismas condiciones, cuando el te-
nedor de un certificado de depósito solicite de la Compañía la venta
de las mercancías.
§ 17
§ 18
Los derechos del tenedor del certificado y del warrant sobre los
objetos entregados en depósito á la Compañía, se extienden también á
la indemnización otorgada ó que deba otorgarse en caso de pérdida
ó daño, y en especial á la de seguro contra incendio.
§ 19
§3
Horas de trabajo
Las horas regulares de trabajo en los días hábiles, son, para los
locales de explotación, las siguientes:
j / u -1 ' ir- u ^) de 6 á 12 a. m.
meses de verano (abril a septiembre) \ i •, -,, , n
f y de 1 1/2 a 7 p. m.
, . . , , , ^ de 7 á 12 a. m.
meses de invierno (octubre a marzo) l y ¿ g ] ^ '^h kl n m
L a Compañía puede, sin embargo, cuando le parezca necesario,
permitir ú ordenar trabajos fuera de las horas de servicio. Los capita-
nes de buque y otros interesados, se atendrán á lo que disponga á
ese respecto la Compañía, y desempeñarán el trabajo que les corres-
ponda, en la misma forma que durante las horas de trabajo regulares.
Los domingos y días festivos, no se trabajará sino en casos de es-
pecial urgencia. E n tales casos, el interesado deberá proveerse del
permiso policial.
Se podrán disminuir las horas de trabajo cuando ocurran fuertes y
continuas heladas, ó por otros motivos poderosos.
Anales de la Universidad 951
§4
§5
§ 6
Prohibición de fumar
§ 7
§8
Ordenes á la Compañía
§9
§ 10
§11
Artículos demorados, artículos no admitidos á depósito, etc.
§ 12
Disposiciones aduaneras.
§ 13
(1) 609.—Antes de que el recibidor se haga cargo de los artículos, pueden, tanto él como
el capitán del buque, hacer efectuar el reconocimiento de aquéllos, en cuanto á su estado y
cantidad, por intermedio de la autoridad competente (*) ó de los peritos nombrados oficial-
mente para ese objeto.
§ 14
§ 15
§16
Limitaciones de la responsabilidad
L a Compañía declina toda responsabilidad tratándose de mercancías
que, de acuerdo con la costumbre ó con alguna disposición vigente, ó por
haberse convenido así, han sido depositadas al aire libre ó en construc-
ciones abiertas ó incompletamente resguardadas de las influencias at-
mosféricas, ó en locales en que los interesados mismos se encargan de
recibir los artículos, de hacerles sufrir cualquier trabajo ó preparación
y de entregarlos á terceros; siempre que el daño que reciban dichas
mercancías provenga del modo de depósito, y sea causado por las in-
fluencias atmosféricas, ó por ladrones ó malhechores. En tal caso
es indiferente que los locales estén bajo la vigilancia de la Compañía.
A este acto se llamará, siendo posible, la otra parte interesada que se halle en el lugar.
610.—Si el reconociniiento no se ha, practicado antes de hacerse cargo de las mercancías
el recibidoi", deberá éste dentro del plazo de dos días hábiles, hacer efectuar el reconoci-
miento ulterior, de acuerdo con el artículo 609; quedando en caso contrario sin ningún dere-
cho de reclamar de averías 6 pérdidas parciales. No se tomará en cuenta el que las averías 6
pérdidas fueren exteriormente aparentes ó no.
Esta disposición no se aplicará al caso de pérdidas ó averías causadas inteucionalmente ó
por la negligencia grosera de alguna persona perteneciente á la tripulación del buque.
Anales de la Universidad 955
§ 17
Importe de la indemnización
§ 18
i 19
i 20
i 21
Carga y descarga
el personal no hayan sido, por culpa de las medidas tomadas por él,
suficientemente aprovechados.
§23
§24
§ 25
§ 26
§ 27
§ 28
§29
Reembolso
§30
§31
§ 33
§34
§35
§ 36
§ 37
§38
§ 39
Para los artículos indicados á continuación, solicito, de acuerdo con las Ordenanzas de Explotación y
Tarifas,
almacenes
local abiertoÍ
galpones de quai
I
?
I-
1) Declarar si los artículos depositados deben asegurarse por intermedio de la Compañía (§ 35 de la
Ordenanza de Explotación) y por qué suma total: ., ., (Si el seguro debe obtenerse
antes de depositados los artículos, se necesita una solicitud especial).
2) Otras declaraciones sobre las preparaciones ó manipulaciones que se deseen para los artículos.
Bremen,
{Firma del solicitante)
•4
(*) Para artículos á depositar en locales donde la recepción, manipulación y retiro por los interesados, son permitidos.
Número de aceptación: Compañía de Almacenes Generales de Bremen a
9 00
SOLICITUD DE DEPÓSITO I I (*) e
BD
Para los artículos indicados á continuación, solicito, de acuerdo con las Ordenanzas de Explotación y
Tarifas, H^
almacenes •§
Í galpones de quai
Indicación de los valores
S-
Clase do emba- local abierto
Peso bruto en kilo- Modo de transporte, indica- g;
Marca y numeración Número Contenido gramos ción del buque, etc. parciales para la solici-
laje tud de seguro. s
SOLICITUD DE EETIEO I 9
Solicito la entrega, de acuerdo con las Ordenanzas de Explotación y Tarifas, de los ar- ^
tículos indicados á continuación: ^
Indicación del número y Marca y numeración Número Clase de embalaje Peso bruto en kilo-
lugar del depósito Contenido gramos Otras declaraciones
a-
1
Bremen,...
o»
{Firma del soiiátante)-
Número de aceptación: Compañía de Almacenes Generales de Bremen
>
B CD
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A O
H
SOLICITUD DE RETIRO I I e
0
Solicito la entrega, de acuerdo con las Ordenanzas de Explotación y Tarifas, de los ar- ''5
^^
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tículos indicados á continuación: ^
«>
C5-
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Indicación del número y Marea y numeración Número Clase de embalaje Contenido Peso bruto en kilo-
lugar del depósito gramos Otras declaraciones KA
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^.
«.,
a
a.
Bremen,
Traspaso, de acuerdo con las Ordenanzas de Explotación y Tarifas, los artículos indicados \
más abajo á 5
Señor
Si-
Si
S5,
Bremen,
[Mrma del interesado)-
972 Anales de la Universidad
Ane^o F.
(1) En extracto.
Anales de la Universidad 973
A n e x o G.
III.—Tarifas
A . DERECHOS DE PUERTO
a) Bremen
1 ) D E R E C H O S D E P U E R T O P K O P I A M E N T É DICHOS
§ 1
Todo buque de procedencia ó destino marítimo, fondeado (con el
objeto de descargar ó cargar) en el distrito franco ó en una de las
dársenas del llamado Sicherkeitshafen W 6 junto al Weserbahnhof^
tiene que pagar derecho de puerto. Se consideran también incluí-
§ 2
§ 3
Serán exonerados de los derechos de puerto:
12, D E R E C H O S DE F O N D E A D E R O D U R A N T E LOS S E M E S T R E S D E I N V I E R N O Y V E R A N O
§ 4
(1) De acuerdo con disposiciones correlativas para los puertos de Vegesack y Bromerbaven,
ú los buques que balen de Bremen Lacia el inar y que han pagado en Bremen derechos de
puerto, no se les cobra, en caso de tocar aquellos puertos, míís que el excedente sobre lo
que ya hubieren pagado en Bremen por concepto do derechos de puerto.
Anales de la Universidad 9T7
§ o
§ 6
§ 7
4) DISPOSICICKES GENERALES
§ 10
§ 11
§ 12
§ 13
§ 14
b) Bremerhaven
§ 1
Derechos de puerto
(1) Por una disposición posterior, se establece que estos derechos serán de sólo G Pf y 1 Pf^
como en el puerto de Geestemünde," mientras no so eleven dichos derechos en este último.
Anales de la Universidad 981
§2
Derechos de carga
Los buques de cualquier capacidad, que vienen á descargar á Bre-
merhaven desde un lugar cualquiera del Weser inferior más abajo
de Bremerhaven, ó desde un kigu- cualquiera del Weser superior y
sus afluentes, así como los buques que salen de Bremerhaven con des-
tino á uao de los lagares mencionados, pagarán, siempre que las ta-
rifas del § 1 no les sean más favorables, en vez de los derechos de
puerto allí establecidos: por cada tonelada de artículos desembarca-
dos ó embarcados, 10 Pf.
§ 3
(i) Hzitks, buques TÍejos y desmantelados que se empleau como depósitos de carbón y
TÍveres, lazaretos, etc.
982 Anales de la Univeisidad
5) Los buques que llegan vacíos y vuelven á salir vacíos, sin pa-
sar los límites marítimos.
6) Las embarcaciones que sólo se emplean para la pesca.
7) Las embarcaciones de pilotos, que sólo se empleen como tales.
8) Los buques pertenecientes al Estado de Bremen ó al Impe-
rio.
§4
Derechos de esclusa
§5
§6
Pilotaje de puerto
Para buques de
Cambio de fondeadero
Para buques de
menos de 500 m. ciib. de registro neto . . . . 2 M.
» 500 á 1,000 m. cúb. (exc) de reg. neto 4 »
» 1,000 » 2,Li00 » » > » , » 6 »
» 2,000 » 5,000 » » , , > » 8 »
> 5,000 . 9,000 » » » > , » 10 »
» 9,000 m. cúb. ó más » » » 12 »
9S4: Anales de la Universidad
§8
Servicio de botes
Para buques de
§9
Alquiler de depósitos
Para las mercancías que quedan más de quince días sobre los
quais, se cobrará por concepto de alquiler de depósito:
§ 10
Derechos de limpieza
Anales de la Universidad 985
§11
B.—TARIFAS DE PILOTAJE
a.—Pilotaje marítimo
§ 25
§ 26
§ 27
§28
§29
§30
§ 31
'§ 32
§ 33
§ 34
§ 35
E l pago del honorario del piloto para un buque que entra al puer-
to, debe satisfacerse en el momento de despedir al piloto.
Para los buques en viaje de salida, el honorario según tarifa podrá
exigirse antes de empezar el viaje; las compensaciones adicionales que
en virtud de las disposiciones que anteceden, pudieren corresponder al
piloto, le serán entregadas ó aseguradas en el momento de despedirlo
§ 36
h) Pilotaje fluvial
Desde Bremerhaven:
M. M.
hasta Brake . 7.50 0.50
» Vegesack 12.- 0.80
» Bremen. 17.50 1.20
Desde Brake:
hasta Vegesack 8.50 0.60
» Bremen. 12.- 0.90
Desde Vegesack'
hasta Bremen. 7.50 0.60
Exoneraciones
Por alquiler del dique y por los diversos trabajos que trae apa-
rejado su uso y que se expresau más abajo, se cobra en total:
(1) Una tonolaia de registro (meJida in^leía) equivale á 0.353 metros cúbicos de regis-
tro. Esta equivalencia ha sido establecida por la ordenanza sobre arqueo de buques (1» de
marzo de 1S33, § 27). qu3 obliga á la inscripaióii de las dos meiidas en los certificados de
arqueo.
Anales de la Universidad 093
Sección A
Disposiciones generales
1) DIRECCIÓN D E LA EXPLOTACIÓN
Sección B
•Se cobrará:
a) Un derecho de quai á los buques que descargan ó cargan, cal-
culado á razón de 10 Pf. por cada 1,000 kg. de artículos descar-
gados ó cargados sobre ó de los quais.
Artículos generales,
artículos de la primera clase especial (S 1),
artículos de la segunda clase especial (S 2),
y artículos ponderosos (M).
996 Anales de la Universidad
«. Cuando los arlíeulos son trasbordados utiUxándose ¡os galpones 6 locales al air» librt d4l
quai:
c. Cuando los artículos son trasbordados por el nismo solicitante, lo cual piKde ser obligato-
rio (véase h nota siguiente) ó simplemente ptrmitido por la Compañía:
Cuando los artículos son llevados de los quais á los galpones ó lo-
cales al aire libre:
998 Anales de la Universidad
Por la recepción
de artículos generales, por cada lOO kg. 10 Pf.
» ^) de la clase S 1, porcada 100
kilogramos 8 »
» » de la clase S 2, por cada 100
kilogramos 7 »
Nota.—Cuando se pueda probar que los artículos habían sido
destinados á salir por agua, pero tuvieron después que ser
retirados, los derechos sufrirán un descuento de 2 Pf. por
cada 100 kg.
i n . — D E R E C H O S ADICIONALES
Notas á a, 1) y 2).
IV.—DERECHOS ACCBSOBIOS
1) en días de trabajo;
1) Balanzas de báscula,
por un día 3. — M.
por medio día 2. — »
por hora 0.50 »
a) Plazos de retiro.
h) Derechos de estadía.
a) Derechos de depósito.
Sección C
I . — A L Q U I L E R E S D B DEPÓSITO
II.—DERECHOS ACCESORIOS'
contadores de
instalacio-
nes de hasta 24 lámp. de incand. 15.—M.
contadores de
instala c i o-
nes de hasta 36 » » » 16.80 »
contadores de
instala ci o-
nes de hasta 48 » » » 19.20 »
contadores de
instala c i o-
nes de hasta 100 » )> ,» 20.40 «
contadores de
instala c i o-
nes de hasta 200 » » » 22.80 »
contadores de
instala ci o-
nes de hasta 300 » » » 25.20 »
contadores de
instala ci o-
nes de hasta 400 » .) » 28.80 »
contadores de
instala c i o-
nes de hasta 600 » » » 33. — »
contadores de
instalac i o-
nes de hasta 800 » » » 38.40 »
contadores de
instala c i o-
nes de hasta 1,200 » » » 40.80 »
Apéndice número i
a) Almacenes.
Almacenes Almacenes
I y V II V IV
Apéndice número 2
L E Y BELATIVA AL COBRO DE F L E T E S DE F E E E O C A R E I L E N E L P U E R T O DE BREMEN
§2
§3
§4
La contabilidad délas sumas cobradas en virtud del § 1, se arre-
glará mensualmente entre las dos Administraciones.
Bremen, 1.° de julio de 1894.
1012 Anales de ¡a Universidad
Apéndíee núniero B
I
Para el distrito franco, el Holxhafen y anexos.
A.r-Recepción
B.—Envío
II
Apéndice número
II
III
por cada uno de los días subsiguientes ó fracción de día, se cobrará, ade-
más de la tasa del día anterior, un marco de tasa suplementaria; sin
embargo, no se cobrarán más de 5 M. por vagón y por día. Tampoco se
agregará el suplemento, para aquellos días en que el interesado ten-
ga que pngar derechos de maniobra por los vagones respectivos.
1014 Anales de la ürdversidad
IV
VI
VII
(Contintiará).
Anales de la Universidad 1015
Documentos oficiales
Discursos pronunciados
PALABRAS D E L RECTOH
Señores:
Señores:
Señor Rector.
Señores:
Señores Ministros,
Señor Rector,
Señores:
tífico sobre toda otra preocupación del espíritu, sin más ambición
que el engrandecimiento de la Patria y el aumento de la felicidad y
del patrimonio común.
Y así fueron legión aquellas tribus antagónicas de la Universidad
y del Ateneo, y así se convirtieron en fuerzas vivas y así han
ido y están hoy tomando posiciones en el Parlamento, en el Foro, en
l a Magistratura, en la Política, en todo el vastísimo escenario de la
actividad nacional.
Señor Ministro,
Señor Rector,
Señores:
Y si algún día esta obra nuestra cede su sitio, ó por los embates
del tiempo ó al impulso renovador del progreso, lo que en el seno dé
esa piedra queda, que es como mensaje y saludo que la generación
presente envía á las generaciones venideras, dirá á éstas que hemos
pensado en ellas, y que el Pueblo y Gobierno, cuantos en este acto
participamos con toda la energía de nuestro espíritu, hemos deseado
que constituyan un pueblo grande y feliz; y entonces nuestros des-
cendientes desconocidos, inclinándose reverentes, honrarán la memo-
ria de sus antepasados.
que terminó recién ayer la última jornada tan cruel que hace llorar
a ú n á muchos hogares la pérdida de hijos malogrados, víctimas esté-
riles de las pasiones colectivas que arrastran á los campos de batalla
mil veces malditos de la guerra fratricida. Y si todos los esfuerzos
que hizo el pueblo oriental para conquistar su autonomía, no han sido
hasta ahora coronados por una vida de bienestar y de progreso so-
fiada por nuestros mayores, síntomas elocuentes é infalibles de ade-
lanto social nos dicen, bien alto hoy, que se inauguran los días de
•concordia y de engrandecimiento nacional.
Uno de esos síntomas elocuentes lo encontramos, señores, en esta
fiesta, principalmente en la inauguración de la Facultad de Comercio,
que responde á una reforma trascendental en el sistema de enseñan-
za, reforma que se inicia para señalar nuevos rumbos á una juventud
•con e&tudios más en armonía con las realidades de la vida, y que in-
fluirán poderosamente en el porvenir económico y político de la Re-
pública.
Es la reacción salvadora contra aquellas ideas absurdas que hicie-
ron dictar al Senado de un pueblo grande pero guerrero, la ley Fla-
minia, que proclamaba como profesión, innoble, propia de los plebeyos
é indigna de los patricios, la profesión comercial; es la reacción con-
tra esas ideas absurdas y perniciosas que cruzan no obstante el
tiempo, llegan á la edad media y precipitan en el mismo seno de las
sociedades modernas arraigados prejuicios que han sido en gran
parte la causa comprobada de la decadencia de los pueblos de la
raza latiiía. Increible adversidad vencida por la democracia, que no
tributa honores sino á la virtud, al trabajo y al talento, vencida
por el genio en sus personificaciones gigantescas, en Wat, en Volta,
en Edison, que, persiguiendo el bienestar de la humanidad, se han
puesto al servicio del comercio y de la industria, multiplicando al in-
finito el poder de la maquinaria y el intercambio de las mercaderías,
llegando á suprimir las distancias, cuando la onda eléctrica de Hertz
con Marconi, abre paso respetuosa á la marcha veloz del pensa-
miento.
Ningún pueblo puedo vanagloriarse de una superioridad positiva
sobre los demás, y no hay razas superiores ni inferiores en el cuadro
de la civilización europea, pero es lo cierto que la educación influye
como factor que proporciona armas irresistibles para la lucha econó-
mica é industrial que tiende á sustituir á la guerra de los antiguos
tiempos.
Más fuertes cien veces se revelan los yankees al día siguiente de la
victoria, inundando á las islas conquistadas con ingenieros y maes-
tros de escuelas y despertando sus industrias con tari fas diferenciales,
quemando y hundiendo á la distancia y con verdadera alevosía á
las dos flotas, tan heroicas como resignadas, restos de una pasada
1032 Anales de la Universidad
Señores:
nes de los primeros. Pero los que nos hemo? iniciado en los princi-
pios que constituyen la trama sustancial del espíritu Jiumano, los
que hemos bebido en la ciencia de los filósofos y en la razón prác-
tica de los iurisconsultos, sabemos hasta qué punto el derecho tiene
su germen en la actividad orgánica, y la ley en la necesidad de de-
finirlo.
Estas conclusiones fluyen naturalmente de un estudio rápido de
filosofía histórica Ello me excusa una explicación de cómo las so-
ciedades se forman y se desarrollan modeladas por las dos obreras
intangibles del progreso, que llamamos la herencia y la educación,
en su acción directa sobre la máquina misteriosa y compleja del or-
ganismo humano; ello me excusa exponer el proceso generativo que
ha creado el nexo lógico que une al Estado con los individuos, y á
éstos entre sí, sin cuyo mantenimiento el edificio social se derrumba-
ría con estrépito. Y para guardar incólume esa relación, que concilla
el derecho de cada uno con el derecho de todos, para evitar que bajo
el pretexto de desconocerla se pretenda violarla, nunca serán bastan-
te los esfuerzos tendientes á desarrollar nuestra ciencia bajo la ac-
ción de los principios, para llevarlos á la práctica, modelados lo me-
nos posible en la lógica rigorosa de sus consecuencias, por el estado
transitorio de la sociedad á que se aplican.
La tarea es ardua, porque la ciencia es compleja, y porque aun es
fuerte el sofisma. Traducido el derecho en la ley, arrancado para su
cumplimiento á la majestad serena de la doctrina, sus formas jurí-
dicas se desnaturalizan en el roce continuo que origina el vaivén de
las corrientes políticas y de las miras particulares; y si ha sido re-
producido fielmente, se le inmoviliza en la red poderosa de las argu-
cias y de las sutilezas. Todo esto le crea una atmósfera espesa de
incertidumbre, que los prejuicios agravan con la ignorancia de los
unos ó la mala fe de los otros.
L a enseñanza del derecho, pues, converge especialmente á sus-
traerlo de ese medio de impurezas sociales, desarrollarlo á la luz me-
ridiana de la opinión nacional, exponerlo en el ambiente de imper-
sonalidad que le es propio, cerniéndose sobre los intereses privados
y las ambiciones de círculo. Es menester prestigiarlo ante la confian-
za pública, demostrando que aquellas desviaciones no son de su
esencia, que ellas son el trasunto de los procedimientos más ó me-
nos censurables de que los hombres se valen para justificar su con-
ducta desarrollada en un egoísmo atentatorio del derecho ajeno, y
que nuestra ciencia precisamente combate y pretende desterrar de
la vida social, porque la quebranta, porque la debilita.
L a cuestión se complica con un proceso educativo de la más alta
importancia. Si los hombres no mejoran moralmente, si no hacen de
la verdad un culto, y de la justicia una convicción, vanas serán las
1036 Anales de la Universidad
Señores:
II
III
IV
VI
VII
VIII
IX
DISPOSICIÓN TRANSITORIA
Art. 24. Las rentas universitarias sólo podrán ser gastadas con
autorización del Consejo.
A este fin, los Decanos, el Secretario General y el Director del
Instituto de Higiene, formularán y presentarán dentro de los cinco
días precedentes al principio de cada mes, el presupuesto de los gas-
tos aproximadamente previstos para el entrante, en planillas, que
para uniformidad, se les suministrará impresas. Sin perjuicio de esos
presupuestos, podrán en cualquier momento solicitar autorización pa-
ra un gasto imprevisto ú omitido. No podrán CAUSAR el gasto sin
la PREVIA AUTORIZACIÓN. Al hacer el gasto pedirán al acreedor, du-
plicado de la cuenta, que enviarán inmediatamente á la Contaduría
de la Universidad. Se exceptúa el caso en que por razones de ur-
gencia, á juicio del Rector, éste lo autorice con cargo de dar cuenta.
Art. 25. E l Rector podrá disponer en cualquier momento pequeñas
entregas á los jefes de repartición, para GASTOS MENSUALES UR-
GENTES. Estas entregas, de que darán cuenta, no excederán de cin-
co ^1) pesos. Podrán repetirse siempre que sea necesario á su juicio.
Art. 31 bis.—Los jefes de cada repartición, quedan obligados á
llevar libretas especiales, en que asentarán específicamente, todos
los gastos que hayan ocasionado y el importe de ellos.
Así al recibir útiles, trabajos, etc., los encargados harán el asiento
correspondiente en sus libretas, estableciendo cantidad y acreedor
Del mismo modo procederán cuando hagan un pedido anticipando
el dinero. Recibido el pedido, pondrán constancia. Igual constancia
pondrán al conformar la cuenta respectiva para su pago.
Los días viernes de cada semana, de mañana, presentarán esas li-
bretas en Contaduría para que ésta haga los asientos correspondien-
tes.
El fin de esta disposición es que la Contaduría pueda saber en
todo momento lo que debe la Universidad y á quién.
Artículo adicional. Queda modificado el Reglamento de Rentas
en todo lo que se oponga á la reglamentación especial para Conta-
duría y Tesorería, y en las reglas relativas á la forma de percepción
de las rentas universitarias.
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ÍNDICE 1061
ÍNDICE
ENTREGA I
Página I
ENTREGA II
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Documentos oficiales:
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