Georreferenciacion 2019
Georreferenciacion 2019
Georreferenciacion 2019
CURSO DE POSTGRADO
GEORREFERENCIACIÓN
Georreferenciación
Lugar
Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura - Universidad Nacional de Rosario
Avda. Pellegrini 250 – Rosario – Santa Fe.
Destinatarios
- Graduados universitarios de amplia variedad de carreras con actividades vinculadas al territo-
rio (Ingenierías, Ciencias Agrarias, Medicina, Ciencias. Sociales, etc.).
- Alumnos avanzados y graduados de Profesorados de Geografía y docentes de Geografía en
general.
Certificación
Quienes acrediten 80% de asistencia a las horas presenciales obtendrán un certificado de
Asistencia.
Quienes acrediten un mínimo de 80% de asistencia a las horas presenciales y aprobación del
Trabajo Final de Aplicación(1) obtendrán un certificado de Asistencia con Evaluación.
Duración y modalidad
Teoría y Práctica presenciales: 30 horas.
Preparación del Trabajo Final de Aplicación(1): No presencial.
Exposición del Trabajo Final para evaluación y aprobación del curso: 3 horas.
Docentes
Claudio Brunini, Profesor en la UNLaPlata, Investigador Conicet, Director de AGGO.
Virginia Mackern, Profesora en UNCuyo, Investigadora Conicet, Vice-Presidenta SIRGAS.
Gustavo Noguera, Profesor en UNRosario, Director del Grupo de Geodesia Satelital de Rosario
(GGSR).
Laura Cornaglia, Docente en UNRosario, Integrante GGSR.
Aldo Mangiaterra, ex Profesor UNRosario, Integrante GGSR.
Consultas
Grupo de Geodesia Satelital de Rosario. e-mail: ggsr@fceia.unr.edu.ar
Práctica
Durante el curso los participantes dispondrán de dos navegadores que pueden retirarse para
efectuar prácticas personales o de grupo.
(1)
Elaboración de una Monografía sobre aplicación de la Georreferenciación a un campo específico del co-
nocimiento o a una propuesta didáctica.
i
Georreferenciación
Índice de contenido
Contenido Pág.
ii
Georreferenciación
I. Georreferenciación
Definición. Significación práctica en las actividades humanas. Diversos tipos de aplicaciones:
investigación científica (desplazamientos de la corteza terrestre, monitoreo de corrientes ma-
rinas, etc.), catastro multifinalitario (identificación de parcelas públicas y privadas, áreas de
reservas naturales, límites administrativos, etc.), agricultura de precisión, navegación (aérea,
marítima, fluvial y terrestre), construcción de obras, Sistemas de Información Geográficos
(SIG), asuntos legales, etc. Ejemplos. Su significación actual.
Actualmente, a partir del Sistema de Posicionamiento Global llamado GPS, existe un uso popu-
lar de la información georreferenciada, más allá de que quien lo hace tenga o no conocimien-
tos específicos al respecto.
El caso más típico es el de los celulares, otrora llamados teléfonos celulares.
Estamos acostumbrados al uso de gran cantidad de aplicaciones, pongamos por caso averi-
guar la pronta llegada de un vehículo de transporte público, pero no es habitual pensar que el
receptor satelital de ese vehículo está transmitiendo sus coordenadas a un centro de proce-
samiento que las vincula, en tiempo y espacio, con las coordenadas de nuestro lugar de espe-
ra.
Como si fueran un fantasma, aunque no se expongan a la vista, detrás están siempre las
coordenadas.
Desde al año 1994 está plenamente operativo el Sistema de Posicionamiento Global (GPS).
Como suele suceder se acostumbra identificar con ese nombre al aparato que se utiliza, el
cual, entre otras cosas, es un receptor de las señales satelitales que permiten calcular las
coordenadas del punto en el cual está ubicado ese receptor.
GPS forma parte del sistema militar de los EEUU, pero se permite el uso civil dentro de deter-
minadas precisiones.
Con posterioridad se habilitaron otros sistemas similares, creados por otros países o asocia-
ción de países, y actualmente existe un complejo de sistemas satelitales que pueden ser usa-
dos en forma conjunta, al cual se lo denomina Sistema Satelital de Navegación Global, y se lo
conoce con la sigla GNSS por su expresión en inglés, Global Navigation Satellite System.
En definitiva, es muy fácil obtener coordenadas.
Sólo se necesita contar con un receptor satelital y con cielo disponible que permita acceder a
las señales satelitales.
Esto es así al menos por ahora. No obstante, la tecnología avanza y también es posible, con
limitaciones y mediante sistemas adicionales, obtener coordenadas en sitios cerrados.
Más adelante veremos qué pasa cuando existen requerimientos especiales, como por ejemplo
cuando se pretende que el conocimiento de las coordenadas sea con alta precisión.
I.3. La Georreferenciación
I-2
Georreferenciación
La Georreferenciación sólo identifica la posición, pero a partir de allí se posibilita una infinidad
de aplicaciones. Por ejemplo, vincular unos puntos con otros calculando la distancia que los
separa.
Pero además permite correlacionar datos referentes al mismo punto (información georrefe-
renciada) proveniente de distintas épocas y/o de distintas fuentes informativas. Por ejemplo,
calcular el desplazamiento de la corteza terrestre, en determinado lugar, con motivo de un
terremoto.
En el año 2010, por efecto del terremoto con epicentro en Concepción, Chile, la Estación Per-
manente GNSS de esta Facultad registró un desplazamiento del orden de los 3 centímetros
hacia el Oeste.
Seguramente cuando el terremoto de Caucete, San Juan, la consecuencia no fue menor pero
entonces, 1977, era imposible medirlo.
A modo de anécdota podemos referir que en conversación con un ex-alumno, recibido hacía
siete años, preguntó si en la Facultad todo seguía igual, si estaba "en el mismo lugar"; le con-
testamos que no, y, ante su asombro, le dijimos que en esos siete años se había desplazado
alrededor de 7 centímetros hacia el norte, por efecto del movimiento de las placas tectónicas.
Así nos vamos acercando a la idea de la importancia de la georreferenciación en el estudio de
la naturaleza y la actividad humana.
Podemos decir que hoy, utilizando un navegador satelital, es posible “caminar” sobre ma-
pas.
Pareciera que la tecnología se empeña en demostrar que las aventuras de la imaginación, si
son geniales, merecen ser corroboradas.
Veamos si no el breve cuento publicado en 1946 por Jorge Luis Borges, quien en uno de sus
juegos literarios, lo atribuye a un supuesto y antiguo autor.
I-3
Georreferenciación
Es indudable que, por su incidencia en una enorme gama de actividades humanas, la georre-
ferenciación mediante posicionamiento satelital ha devenido rápidamente de salto tecnológi-
co en cambio cultural.
No es necesaria demasiada ilustración. El uso en los celulares, en los taxis o el acceso a pro-
gramas como Google Earth o Google Maps, así lo demuestran.
Ahora bien, ante tal cambio, ¿cuál es la situación, el papel y la necesidad de cada científico, de
cada docente, de cada profesional, atendiendo naturalmente a los requerimientos propios de
su especialidad?
La georreferenciación ¿es una herramienta a utilizar? ¿Hasta dónde es necesario conocer sus
“secretos”? ¿Hasta dónde se precisa divulgarlos?
¿Cuáles son los fundamentos del posicionamiento satelital? ¿Quedamos dominados por la
“magia” de la tecnología (y sus mitos) o podemos ser protagonistas?
La georreferenciación ¿es una herramienta en la docencia y la investigación en cada uno de
nuestros ámbitos?
Estos y otros interrogantes son parte de la temática a abordar y, quizás, y al menos en parte,
puedan ser debatidos y/o respondidos en el desarrollo del curso.
I.6. Aplicaciones
Científicas
Medición del desplazamiento de la corteza terrestre
Monitoreo de corrientes marinas
Velocidad de aguas fluviales
Límites de cuencas hidrográficas
Estudio de desplazamiento y evolución de la fauna
I-4
Georreferenciación
Catastrales
La ley Nacional 26209, de Catastro, en el art. 5º considera elemento esencial “La ubica-
ción georreferenciada del inmueble”
Límites administrativos
Áreas de reservas
Información georreferenciada para los censos y obtenidas en ellos
Zonas periurbanas de restricción del uso de herbicidas
Asuntos legales
Persecución del contrabando y narcotráfico
Límites de las propiedades
Contratación y pago de seguro
Agricultura de precisión
Conocimiento de la Topografía
Elaboración de mapas de suelos
Mapas de rendimiento
Guiado y autoguiado de maquinaria
Dosificación de productos orgánicos
Programación de siembra
Delimitación de cultivos agroecológicos
Ver ilustración en Anexo A
I-5
Georreferenciación
I-6
Georreferenciación
II. Coordenadas
El espacio territorial expresado mediante coordenadas. Coordenadas geográficas: latitud, lon-
gitud. Coordenadas cartesianas. Sistemas de referencia: local y global. Superficies de referen-
cia: esfera, elipsoide, geoide.
Para definirlas, vamos a considerar como primera aproximación de nuestro planeta Tierra,
una esfera, con su eje de rotación determinado por los polos Norte y Sur. Aquellos planos que
intercepten al cuerpo esférico perpendicularmente al eje de rotación, determinan círculos que
son los llamados paralelos; mientras los meridianos, se originan al interceptar la esfera con
aquellos planos que pasan por el eje de rotación (Figura II-1). Aquel plano perpendicular al eje
que contiene al centro geométrico de la esfera, determina un círculo máximo que es conside-
rado origen para la coordenada latitud. Ésta se define como el ángulo entre este círculo má-
II-1
Georreferenciación
ximo (el que se denomina Ecuador), y la recta que une el centro de la esfera con un determi-
nado punto de la superficie terrestre. Para el caso de la longitud, su definición requiere tam-
bién considerar un círculo máximo ‘origen’, y se determina como el ángulo entre el meridiano
del círculo máximo ‘origen’ y el meridiano que pasa por el punto considerado. (Figura II-2)
(Ibáñez, 2011).
La latitud y longitud se definen positivas hacia el Norte y Este respectivamente; y varían entre
90º a 90º , la latitud, y 180º a 180º , la longitud. Generalmente los valores numéricos de
latitud y/o longitud se los señala acompañados por la letra del hemisferio correspondiente a
la ubicación del punto; por ejemplo: 33º S ; 60º W , significa que el punto se localiza al Sur del
paralelo del Ecuador, y al Oeste del meridiano origen, denominado Meridiano de Greenwich
tal como muestra la Figura II-2 (a). Cabe aclarar que, para el caso de la longitud, se emplea la
letra W para señalar el Oeste, que proviene de su traducción al inglés: West, y de esa manera
se evita confusión entre la letra “O” y el número ‘cero’; también puede señalarse: 33º ; 60º ,
es decir, precediendo a los números con signos negativos.
Figura II-1: Paralelos, meridianos, latitud y longitud para una aproximación esférica del planeta
(Fuente: Doncel Domínguez, 2014)
(a) (b)
Figura II-2: (a) Primera aproximación del planeta: una esfera. Paralelo y Merdiano orígenes. (b)
Coordenadas latitud () y longitud () geográficas del punto E (Fuente: Furones, 2010)
II-2
Georreferenciación
De meridianos y paralelos
Nos remontamos a Grecia, y en especial a la ciudad de Alejandría. Esta ciudad era un centro
de desarrollo para las ciencias, su museo albergaba una biblioteca que reunía conocimientos
de la época, y su notoriedad perduró alrededor de quinientos años. Entre los “alejandrinos”,
podemos citar a Euclides, Arquímedes, Eratóstenes, Hiparco, Ptolomeo, entre otros. Entre los
mencionados, destacamos a Eratóstenes de Cirene (276-194 a C.), contemporáneo de Arquí-
medes, quien fuera bibliotecario del museo de Alejandría y un notable geógrafo. “Famosa-
mente” conocido porque fue quien calculó por primera vez la circunferencia de la Tierra(1), y
además, desde un enfoque cartográfico, a él se le atribuye la creación de lo que hoy en día
conocemos como paralelos y meridianos. Tal como se visualiza en la Figura II-3, él empleó
líneas horizontales y verticales como referencia, que no fueran dibujadas de manera regular, y
cuyas direcciones atravesaban lugares conocidos (Papp, 1996). Así, estas direcciones,
permitían especificar la localización de puntos en forma de pares ordenados.
Figura II-3: Reconstrucción del mapa atribuído a Eratóstenes (Fuente: Prieto, 2016)
También se atribuye a Eratóstenes haber refutado la creencia griega que existía sólo un he-
misferio donde se podía habitar, admitió la existencia de antípodas, y predijo la existencia de
un continente en el Atlántico (Papp, 1996).
Hiparco de Nicea (180-120 a C.), también emplea en sus mapas paralelos y meridianos, pero, a
diferencia de Eratóstenes, traza un sistema ‘regular’, es decir, mantiene igual distancia de
separación entre ellos (Ibañez, 2011). Tal como lo explica Schlögel, 2007, establece una red
sistemática para posicionar los lugares.
Ptolomeo (¿?-150 d.C.), el último de los grandes representantes de la astronomía antigua, fue,
junto a Eratóstenes y Estrabón, uno de los notables geógrafos de la Antigüedad. Escribió sus
conocimientos en obras conocidas bajo los nombres ‘Almagesto’ y ‘Geografía’ (Papp, 1996).
(1)
El procedimiento que aplicó Eratóstenes para el cálculo de la circunferencia de la Tierra, consistió en
determinar dos posiciones, correspondientes éstas a las ciudades de Alejandría y Siena (asumidas sobre
el mismo meridiano, aunque con el tiempo se demostró que no lo estaban). En la época del solsticio de
verano, observó que en una de las posiciones, el rayo solar no originaba ninguna sombra por la señal
colocada, mientras que en la otra posición, en igual horario y día, sí lo hacía. Tal como se observa en la
Figura II-5, la sombra proyectada orginada por los rayos solares (asumidos paralelos), formaba un
ángulo igual a 7.2 grados ( en la figura). Considerada la Tierra de forma esférica, podía establecerse la
relación que 7.2 grados equivalía a 1/50 de 360 grados; entonces, mutilplicando la distancia, de 5000
Estadios, que separaba a las dos ciudades por 50, pudo obtenerse el valor de 250000 Estadios. Se
considera que los Estadios eran griegos y no egipcios, y siendo su valor en metros equivalente a 157.5,
los 250000 resultaban igual a 39375 km (Papp, 1996).
II-3
Georreferenciación
res
Sombra del ola
ss
Gnomón ayo
ón
R
om
Gn
Alejandrïa
are
s 7.2º
sol
dS
s
ayo 360º
A
R
Siena 50
Distancia Siena-Alejandría dSA :
dSA 5000 Estadios
Circunferencia C :
C
7.2º 1 dSA
C dSA 50
360º 50 C
C dSA 50 5000 Estadios 50
C 250000 Estadios
Figura II-5: Procedimiento esquemático de la medición de
Eratóstenes (Modificado de Ibáñez, 2011)
Para representar una superficie esférica en un plano, ideó sistemas de proyección para la
elaboración de mapas, y entre ellas, proyectó una al estilo cónico con centro en el Polo Norte,
paralelos como círculos, y los meridianos, como líneas rectas (Ibáñez, 2011). La Figura II-4
muestra el ‘mapamundi’ atribuído a Ptolomeo, donde se observa un sistema de paralelos y
meridianos empleado en la representación.
Figura II-4: Mapamundi de Ptolomeo. Puede observarse la red de paralelos y meridianos empleados en
la representación (Fuente: Prieto, 2016)
II-4
Georreferenciación
(2)
Vara recta vertical que se utiliza marcando, en el suelo horizontal, su sombra durante una jornada
completa.
(3)
Mientras Torres Bravo (2001), expresa que la división en horas del día se remonta a los pueblos
babilonios y caldeos de la Mesopotamia, y que luego los egipcios fijaron una división en 24 horas, otros
autores adjudican dicha división sólo a los pueblos de la Mesopotamia.
II-5
Georreferenciación
(4)
Estas islas, actualmente se asocian a las islas Canarias (archipiélago autónomo español del Oceáno
Atlántico) y Madeira (archipiélago perteneciente a Portugal)
Y Y
y yP
X O X
O xP
x
(a) (b)
Figura II-6: (a) Coordenadas cartesianas, caso bidimensional. (b) Cooordenadas cartesianas del punto P.
II-6
Georreferenciación
P (X P,Y P, ZP)
Z
O
Y
X
Y
X
A modo de ejemplo: supongamos queremos realizar un mapa de una plaza, sita en una man-
zana determinada de la ciudad, que permita, dicha representación gráfica, identificar juegos
para niños, como así también nos informe de eventuales desniveles en altura, con la finalidad
de remodelarla y construir nuevas veredas y accesos diversos. La representación de lo que
hay en la realidad, amerita conocer lo existente, y para ello, como ya fuera expresado, nos
aproximaremos a la realidad, a través de la determinación espacial de aquellos puntos selec-
cionados que habiliten, en su conjunto, a cumplir con los requerimientos establecidos para la
elaboración del mapa.
II-7
Georreferenciación
Así entonces, ¿cómo hacer para conocer la posición espacial de cada punto seleccionado? Po-
demos identificarlo mediante un juego de coordenadas, por ejemplo, las coordenadas carte-
sianas tridimensionales x, y,z , y con la necesidad de relacionar los distintos puntos para
efectuar la representación, sus coordenadas necesitan estar referidas a un mismo sistema de
referencia, o dicho de otra manera, a un mismo sistema de ejes (tal como lo describe su defi-
nición). Por la reducida extensión de la superficie que se necesita conocer, trabajaremos con
un sistema de referencia que denominamos “local”.
Desde un punto de vista topográfico, las posibilidades de definir un sistema local, son diversas
y todas admisibles, siempre y cuando los resultados que se obtengan sean coherentes y acor-
des a la finalidad que se establezca. En relación al ejemplo anteriormente mencionado, una de
las maneras, podría ser emplear los cordones como “líneas de referencia”, a los cuales medir
los apartamientos de los puntos a representar, y así se solucionaría el caso de la localización
‘horizontal’, pero, ¿el conocimiento de las alturas?, ¿con qué referencia podría trabajarse?
De esta manera puede señalarse otra alternativa para definir un sistema local de referencia,
afín a Agrimensura, el cual consiste en establecer un sistema cuyo eje z sea coincidente con
una dirección que pueda ser materializable con simplicidad, y esa dirección corresponde a lo
que conocemos como “vertical del lugar”. La “vertical del lugar” es la denominación que se
atribuye a la dirección que coincide con la del vector de gravedad, la cual se materializa a tra-
vés de la dirección del hilo de una plomada gravitacional. Definido entonces el eje z, el origen
del sistema se sitúa en un punto conveniente de la superficie terrestre, siendo este eje z, coin-
cidente con la vertical de este punto origen, y el plano xy será perpendicular al mismo; de esta
manera queda definido un sistema local al cual referir las coordenadas de los puntos a cono-
cer (Figura II-8). Debido a la extensión considerada, en este caso reducida, puede admitirse
para la región que se estudia, una superficie ‘plana’ como referencia.
En una región acotada o relativamente pequeña: las verticales pueden ser consideras parale-
las entre sí, y las superficies, perpendiculares a ella, horizontales, planas (Figura II-9).
P (X P,Y P, ZP)
Y
X
Ahora bien, ¿qué sucede si lo que queremos conocer se extiende a varias manzanas, o un
pueblo, o una ciudad, una provincia, un país, un continente, o al planeta entero? La respuesta
involucra la historia de desarrollo de varias ciencias, pero insistimos con preguntas: ¿qué sis-
tema de referencia es acorde a grandes extensiones?, ¿qué coordenadas utilizamos?, ¿qué su-
II-8
Georreferenciación
cede con la curvatura terrestre?, ¿qué instrumentos de medición nos habilitan a conocer las
coordenadas de los puntos con los cuales podemos aproximarnos a la realidad?, ¿qué proce-
dimientos aplicamos para representar lo conocido?
El CTRS es una terna trirrectangular de mano derecha, fijo a Tierra, de ejes cartesianos x, y, z,
cuyo origen coincide con el geocentro o centro de masas de la Tierra (incluyendo, las de la at-
mósfera e hidrósfera). El eje z se dirige hacia el polo convencional terrestre y coincide con el
eje de rotación ‘medio’ de la Tierra, el plano ecuatorial medio forma el plano xy perpendicular
al eje z, y el plano xz, se origina por el plano meridiano ‘medio’ de Greenwich, de cuya inter-
sección con el plano ecuatorial, resulta el eje x. Cabe aclarar que el término ‘medio’ es a con-
secuencia de los cambios que se producen en el tiempo (Torge, 2001) (Figura II-10)
PN
CM Y
PS
Figura II-10: Sistema de referencia terrestre convencional, adaptado a una aproximación esférica de la
Tierra (Modificado de Torge, 2001).
La Figura II-11 nos ejemplifica relaciones entre sistemas locales y el global geocéntrico.
II-9
Georreferenciación
Z
PN
X
O P
Y
CM
PS
(a) (b)
Figura II-11: (a) y (b) Relación entre sistemas locales y el global geocéntrico (adaptado a una aproxima-
ción esférica de la Tierra)
Hasta este punto, disponemos de la definición de los sistemas de referencia, ahora la inquie-
tud a plantear es: ¿cómo accedemos a conocer las coordenadas de los puntos en esos siste-
mas? Desde el punto de vista local, conocer las coordenadas resulta un proceso simple, pero,
¿cómo se accede desde el punto de vista global, si el centro del sistema de referencia está en
el geocentro del planeta?, ¿cómo ‘medimos’ las “distancias” a los ejes involucrados? Este pro-
ceder, así planteado, resulta inviable.
Frente a esta situación, incorporamos un nuevo concepto denominado ‘marco de referencia’
(MR). El MR permite acceder a aquellos puntos cuyas coordenadas están en el sistema de refe-
rencia definido. Este MR, se lo define como la materialización o realización del sistema, es de-
cir, hacer al sistema de referencia tangible, accesible, disponiendo así de coordenadas de pun-
tos referidas al sistema. En la actualidad, la obtención de esas coordenadas resulta de una
multiplicidad de conocimientos, técnicas, instrumentos y procedimientos de cálculo. Entre
ellos, y como se verá más adelante, se encuentra el Sistema Satelital de Navegación Global
(GNSS) que habilita la obtención de coordenadas.
El ‘Servicio Internacional para la Rotación Terrestre y los Sistemas de Referencia’ (sigla en in-
glés IERS: International Earth Rotation and Reference Systems Service), está a cargo del man-
tenimiento del ITRS y de su realización o materialización, el MR global (sigla en inglés ITRF: In-
ternational Terrestrial Reference Frame).
Tal como fuera mencionado, si trabajamos en una zona de extensiones reducidas, podemos
emplear un plano como superficie de referencia para el espacio territorial. Sin embargo, des-
de el punto de vista global, las superficies de referencia son aquellas que mejor se adaptan a
la forma del planeta.
Desde la época griega, el planeta ha sido aproximado con un cuerpo esférico. Si admitiéramos
una primera aproximación al considerar la Tierra esférica, homogénea e irrotacional, y ade-
más, su masa concentrada en el centro, entonces, bajo estas hipótesis, las verticales (direccio-
nes de los vectores de la gravedad) concurren al centro, y las superficies horizontales (per-
pendiculares a las verticales), resultan esféricas (Figura II-12).
II-10
Georreferenciación
II-11
Georreferenciación
- Longitud elipsóidica: ángulo formado entre el plano meridiano que contiene al punto (y
su normal) y el plano del meridiano considerado de origen (Meridiano de Greenwich).
- Altura elipsóidica: distancia entre el punto considerado y la superficie de referencia del
elipsoide.
Z
n
PCT
P
h
Meridiano de
Greenwich
CM B Y
L
X
Ecuador
B: Latitud elipsóidica
L: Longitud elipsóidica
h: Altura elipsóidica
(a) (b)
Figura II-13: (a) Aproximación elipsoidal del planeta y latitud (B) y longitud (L) elipsoidales (Modificado
de Furones, 2010) – (b) Coordenadas elipsóidicas.
Cabe aclarar que la superficie regular del elipsoide se centra en el geocentro del planeta, y se
vincula con el CRSC para así establecer la correspondencia entre coordenadas cartesianas y
geodésicas. La conversión de unas a otras es posible mediante cálculos que contemplan los
parámetros que definen al elipsoide empleado.
II.3.2.2. Geoide.
Una vez corroborado que el elipsoide era una mejor aproximación que la esfera para la figura
de la Tierra, los procedimientos de análisis y mediciones se centraron en encontrar el elipsoi-
de más fidedigno. Sin embargo, cuando se compararon los resultados obtenidos, se eviden-
ciaron entre ellos diferencias que no podían ser justificadas por errores de medición, y por
esta razón se dedujo que el elipsoide era una mejor aproximación pero no reflejaba la forma
“real” del planeta (Zakatov, 1981).
A partir de ello, surge una figura de la Tierra cuya superficie recibe el nombre de geoide (Figu-
ra II-14). La dirección de la fuerza de gravedad, o de la ‘vertical’ del lugar, o línea de la ploma-
da, es perpendicular en todos sus puntos a esta superficie. El geoide es una de las infinitas su-
perficies equipotenciales (es decir, de igual potencial de la gravedad), o de nivel, u horizonta-
les, que rodean al planeta. Se lo ‘materializa’ por la prolongación del nivel medio de los mares
sin ningún tipo de perturbación. En palabras de Torge, 2001, “podría ser definido como la su-
perficie equipotencial que mejor ajusta el nivel medio del mar en una cierta época, aplican-
do una condición de mínimo a las desviaciones entre el nivel medio del mar y el geoide”.
El geoide, por definición, es función de la densidad interna del planeta y su velocidad angular
de rotación. Debido a la heterogeneidad de la densidad, el geoide no resulta ser una superfi-
cie analítica, y por ello no puede ser empleada como superficie de referencia para la determi-
nación de las posiciones espaciales de puntos, sin embargo, sí puede ser empleado como su-
II-12
Georreferenciación
perficie de referencia para diferencias de potencial de la gravedad, o bien diferencias de altu-
ras (conocidas éstas como alturas ortométricas) (Torge, 1983).
La superficie del geoide resulta una superficie irregular (por ser perpendicular al vector de la
gravedad en todos sus puntos). Puede ser considerada como la figura “física”, “real”, de la Tie-
rra, que se aproxima, para los cálculos, mediante el elipsoide. La Figura II-15 muestra el elip-
soide de revolución terrestre en superposición con el geoide.
Sean las siguientes coordenadas cartesianas, que nos proporcionan nuestra ubicación en al-
gún lugar de la superficie terrestre:
x 2627448.196 m
y 4668383.186 m
z 3450213.487 m
II-13
Georreferenciación
¿Cómo podemos ubicarnos globalmente a partir de dichos valores numéricos? Este tipo de
coordenadas, no nos habilita con claridad a visualizar nuestra ubicación en el planeta, sin em-
bargo, emplear valores referidos a estas coordenadas elipsóidicas:
B 32º 57' 33"
L 60º 37' 42"
h 66.872m
Sí, nos proporciona una ubicación comprensible, pero estas coordenadas tienen la desventaja
que, desde el punto de vista matemático, resultan complejas, a diferencia de las cartesianas,
para la realización de cálculos (sin embargo también pueden ser utilizadas).
GNSS, emplea coordenadas cartesianas tridimensionales para sus cálculos, y los programas de
conversión nos permiten visualizar la posición mediante las coordenadas geodésicas.
(2) Los Sistemas de Información Geográfica (SIG), son una de las herramientas informáticas
que proporcionan un enorme potencial para el análisis del espacio territorial desde diversas
fuentes de información e interdisciplinariedad (Figura I-1). Permite relacionar, no sólo datos
geométricos, sino cualitativos, y además, posibilitan la incorporación de imágenes diversas
(analógicas, digitales). Para que esta herramienta pueda resultar satisfactoria en el análisis
mencionado, la clave es que toda la información a vincular se encuentre georreferenciada, es
decir, que las coordenadas de cada una de las fuentes incorporadas, estén referidas al mismo
marco de referencia permitiendo así su interrelación. Si así no fuera, los SIG no podrían cum-
plir rigurosamente su función como herramienta de análisis.
II-14
Georreferenciación
Geodesia moderna
Nuevas técnicas espaciales dieron origen a observaciones que posibilitaron la realización
de los Marcos de Referencia Modernos
Estos MR están materializados por un conjunto de puntos con coordenadas geocéntri-
cas tridimensionales y son de alcance global (ITRF).
En un pasado no lejano cada país (o incluso regiones dentro de un país) tenía un MR pro-
pio. La mayor parte de la cartografía impresa fue elaborada con los MR vigentes en su épo-
ca y en su región.
ITRF
Véase http://itrf.ensg.ign.fr/
Materializado por cientos de estaciones.
Distintas realizaciones han ido mejorando paulatinamente su precisión.
ITRF 88/89/....../94/96/97/2000/2005/2008/2014
Elipsoide asociado: GRS80 (Geodetic Reference System 1980).
Precisión centimétrica.
II-15
Georreferenciación
Época de un MR
La alta precisión alcanzada obliga a tener en cuenta los movimientos y deformaciones de las
placas tectónicas, introduciendo un nuevo concepto:
Cada estación ITRF está caracterizada por las coordenadas x, y, z con sus respectivas veloci-
dades vx , v y , vz y una época de referencia t0 . Esto se debe a que los puntos que materializan
cada estación se están desplazando continuamente. Por ejemplo, en Rosario, el desplazamien-
to normal es próximo al centímetro por año, hacia el Norte.
(5)
SIRGAS: Sistema de Referencia Geocéntrico para las Américas
“SIRGAS es el Sistema de Referencia Geocéntrico para las Américas. Su definición es idénti-
ca a la del ITRS y su realización es una densificación regional del ITRF en América Latina.
Además del sistema de referencia geométrico, SIRGAS se ocupa de la definición y realiza-
ción de un sistema vertical de referencia basado en alturas elipsoidales como componente
geométrica y en números geopotenciales (referidos a un valor W0 global convencional) co-
mo componente física. SIRGAS provee el soporte necesario para el desarrollo y combina-
ción de todo tipo de actividades prácticas y científicas relacionadas con la determinación
precisa de coordenadas, navegación, investigación en geociencias y aplicaciones multidis-
ciplinarias. En particular, SIRGAS se constituye en la capa fundamental de la infraestruc-
tura de datos espaciales en la región y ofrece apoyo permanente al Comité Regional de las
Naciones Unidas sobre la Gestión de Información Geoespacial para Las Américas (UN-
GGIM: Américas), cuyo objetivo inmediato es la promoción de la Resolución sobre el Marco
Geodésico Global de Referencia para el Desarrollo Sostenible, emanada de la Asamblea Ge-
neral de la Naciones Unidas el 26 de febrero de 2015”.
(5)
Extraído de Sirgas (s.f) -http://www.sirgas.org-
II-16
Georreferenciación
II-17
Georreferenciación
Campo Inchauspe 69
Proveniente de la “Geodesia Clásica” (Oficial hasta el 08/05/1997).
Materializado por más de 18000 puntos.
Comparado con el actual POSGAR 2007 hay un desplazamiento del orden de los 200 me-
tros.
Precisión: 3 a 10 ppm o milímetros por kilómetro (ppm: partes por millón).
II-18
Georreferenciación
II-19
Georreferenciación
Cuando activamos un navegador GPS lo que obtenemos son las coordenadas del punto del
espacio en que está ubicado el receptor y la hora de esa determinación, más allá de que las
mismas aparezcan o no en la pantalla.
Dependiendo del aparato utilizado pueden obtenerse otras informaciones como pueden ser:
la ubicación en un mapa, velocidad (si nos estamos moviendo), la dirección al Norte o, por
mencionar alguna, el restaurante más próximo; pero esas otras informaciones nada tienen
que ver con el sistemas GPS; son producto de información previamente cargada en el equipo
o del cálculo que el mismo efectúa mediante software destinado a tal fin.
Para el funcionamiento del sistema GPS (o sus similares), es necesario apelar a conocimientos
propios de la electrónica, la informática, la matemática u otras ciencias, lo que obviamente no
es abordado en este curso.
Podríamos decir que así como aceptamos que al prender la radio recibimos señales que de
alguna manera se convierten en sonido, o al encender el televisor receptamos otras que se
convierten en imagen y sonido, cuando encendemos el receptor GPS, de alguna manera, las
señales recibidas permiten obtener coordenadas y tiempo.
De todos modos intentaremos abordar, de un modo conceptual, los fundamentos y el funcio-
namiento del sistema GPS.
III.1. Historia
El primer satélite artificial fue el Sputnik I, lanzado por la entonces Unión Soviética en octu-
bre de 1957.
Posteriormente surgió el sistema Transit, de origen norteamericano, destinado a obtener
coordenadas de puntos terrestres.
EEUU crea GPS, Sistema de Posicionamiento Global, cuyo primer satélite fue puesto en ór-
bita en febrero de 1978 y se completó en diciembre de 1993. En la actualidad continúa con
mejoras.
GPS fue concebido para uso militar por el Departamento de Defensa de los EEUU.
Objetivo: obtener coordenadas en cualquier lugar del planeta, en todo momento y condi-
ción.
III-1
Georreferenciación
Constelación de satélites
La composición original es de 24 satélites.
Actualmente hay 32 pero puede variar la cantidad.
Cada satélite se indentifica mediante un código específico llamado PRN (Pseudo Random
Noise) y está dotado de reloj atómico.
Los satélites giran en 6 planos orbitales.
La altura aproximada es de 20200 km y tardan aproximadamente 12 hs en recorrer su
órbita.
Velocidad de desplazamiento de los satélites: 3.86 km/s ó 13900 km/h
III-2
Georreferenciación
Estaciones de control
Usuarios
III-3
Georreferenciación
Figura III-3: Esquema de la relación entre las componentes del Sistema GPS.
El punto en el espacio es aquel en el que está ubicado el receptor, indicado con la letra P en la
Figura III-4, y los tres puntos de coordenadas conocidas son aquellos en que están ubicados
(en un determinado instante), tres satélites indicados como S1, S2 y S3.
Tiempo que tarda la señal en llegar desde el satélite al receptor: 0.067s aproximadamente
(es decir, 67 milésimas de segundo).
Un error de una milésima de segundo en la medición del tiempo significa un error de ¡300
km! en la medición de distancia.
Apreciación posible con un buen reloj de cuarzo (el que poseen los receptores): 0,00000001
segundos (una centésima de microsegundo), equivalente a una incertidumbre de 3 metros.
Precisión del reloj atómico en los satélites: 1 billonésimo de segundo o mejor aún.
III-4
Georreferenciación
¡No!
d3
d1 d2
S2
S1 S3
d2 d3
d1
Tierra
III-5
Georreferenciación
Todos los receptores tienen incorporado en su memoria los códigos característicos de todos
los satélites. Eso permite:
El reconocimiento del satélite.
La generación en el receptor de una réplica.
Producir la correlación (entre recibido y réplica) (Figura III-5).
Medición del retardo.
Incógnitas
Por tanto hay 4 incógnitas (las coordenadas
de los satélites son conocidas porque los
mismos satélites se las transmiten a los re-
ceptores):
3 de posición del receptor (XP, YP, ZP)
1 de reloj del receptor δR
Se obtiene el resultado deseado observando las distancias a 4 satélites, lo que permite obte-
ner un sistema de cuatro ecuaciones con cuatro incógnitas, cuya resolución es una operación
matemática relativamente simple (en general se tienen observaciones a más de 4 satélites).
Errores
La magnitud de los errores que se pueden producir al medir las distancias y calcular las coor-
denadas (no se trata de valores fijos sino del rango que pueden asumir esos errores) y la afec-
tación que producen en las coordenadas, no necesariamente es su suma, hasta incluso pue-
den compensarse parcialmente, se muestra en la siguiente figura:
III-6
Georreferenciación
Figura III-7: Esquema de la influencia de algunos de los errores que afectan al proceso de medición.
Precisión
La precisión con que se obtienen las coordenadas del punto donde está ubicado el receptor
depende de:
La calidad de la medición.
La sobreabundancia de datos.
La configuración geométrica del sistema, es decir la forma en que se distribuyen en el
cielo los satélites de los cuales se recibe señal. Por ejemplo si el receptor está encerra-
do entre tres paredes y recibe señales sólo de satélites agrupados en ese costado libre
se verá afectada la precisión del resultado.
III-7
Georreferenciación
Figura III-8: Posiciones obtenidas con un receptor fijo, cada 30 segundos durante 24 horas.
Posicionamiento absoluto
Se denomina así a la obtención de coordenadas de uso más extendido, la que se efectúa con
un solo receptor utilizando el código de libre adquisición C/A. Podemos citar como ejemplo el
navegador que se emplea en un automóvil.
III-8
Georreferenciación
(a)
(b)
(c)
III-9
Georreferenciación
(d)
Figura III-9: Ejemplos de receptores que usan los métodos descriptos. (a) Navegadores de mano.
(b) Navegadores para auto. (c) Navegadores de diseños específicos: transporte, navegación aérea, em-
barcaciones, práctica deportiva. (d) Celulares con receptor GPS incorporado
Estos receptores (Figura III-9) son configurables (con mayores o menores variantes), de mane-
ra de mostrar distinto tipos de coordenadas, recorridos, alturas, etc.
Posicionamiento relativo
Es el que se utiliza cuando se quieren obtener mejores precisiones que la de varios metros y
requiere el uso de al menos dos receptores.
Consideremos el caso de: DOS RECEPTORES, cercanos entre sí, rastreando los mismos satéli-
tes y obteniendo posiciones en el mismo momento.
Los errores que se generan en los satélites y en la propagación de la señal, afectan de forma
“similar” a ambas estaciones (depende de su separación) (Figura III-10).
III-10
Georreferenciación
Los errores propios del satélite y de la propagación de la señal afectan de manera similar a las
2 estaciones cuando están próximas entre sí.
La precisión del posicionamiento GPS mejora notablemente al aplicar corrección diferencial.
Es decir al estacionar un receptor sobre un punto de coordenadas previamente conocidas
llamado base, calcular el error de las coordenadas obtenidas y utilizar esa información para
corregir las coordenadas obtenidas en el otro receptor llamado remoto, el que está estacio-
nado sobre un punto de coordenadas desconocidas
ESTÁTICO MÓVIL
Receptor estacionado so- Receptor en movimiento.
bre el punto a relevar. Se aplica corrección dife-
Se aplica corrección dife- rencial.
Receptor estacionado
rencial. Solución final: trayecto-
sobre punto de coorde-
nadas conocidas. Solución final: promedio ria.
de las posiciones corregi- Obtención del resultado:
das. en post-proceso o en
Obtención del resultado: tiempo real.
en post-proceso o en
tiempo real.
III-11
Georreferenciación
Idea de las precisiones que se obtienen con GPS Diferencial (Código C/A)
PRECISIÓN EN POSICIÓN
SEPARACIÓN
OBSERVABLE ESTACIONES Promedio de 3
[km] Instantánea [m] Minutos de
Observación [m]
10 8 4
Código C/A
500 10 5
III-12
Georreferenciación
Usos según las características de las señales que puede captar el receptor
Cartografía: navegadores (receptores de código de libre adquisición) o receptores de
simple frecuencia (Figura III-13)
Topografía y Geodesia: receptores de simple o doble frecuencia
III-13
Georreferenciación
Cuando decimos GNSS nos referimos al llamado Sistema Satelital de Navegación Global, dife-
renciación necesaria porque intervienen los satélites y la información de otros sistemas simi-
lares al GPS (hasta ahora se trata sobre todo del GLONASS ruso).
Concepto de Estación Permanente (EP): Receptor GPS/GNSS rastreando todos los satélites po-
sibles, en forma continua, las 24 horas.
Por supuesto es necesario que las coordenadas del punto correspondiente a la EP sean cono-
cidas así como la precisión que las caracteriza. Tanto esas coordenadas como la información
que recibe la EP desde los satélites, deben ser accesibles, de alguna manera, por los usuarios
de la EP. El sistema requiere de control y monitoreo para ser confiable.
III-14
Georreferenciación
III-15
Georreferenciación
IV. Cartografía.
Documentos cartográficos, cartas, mapas y planos. Breve reseña histórica de la cartografía ar-
gentina. La representación en el plano y sus problemas. La proyección cartográfica Gauss-
Krüger. Distintos tipos de cartas. Cartografía y georreferenciación
IV-1
Georreferenciación
IV-3
Georreferenciación
Y0
Lmc
(Falso Este) Faja
(Long. del meridianocentral)
[m]
-72º 1500000 1
-69º 2500000 2
-66º 3500000 3
-63º 4500000 4
-60º 5500000 5
-57º 6500000 6
-54º 7500000 7
abla IV-1: Correspondencia entre números de faja, meridianos centrales y Falsos Este
Husos cartográficos
IV-4
Georreferenciación
Podemos afirmar que a esta altura del desarrollo de los conocimientos no existe cartografía
sin georreferenciación. Una representación cartográfica, para ser tal, debe estar basada en la
georreferenciación de los elementos representados. Debe ser posible conocer las coordena-
das de cualquier elemento representado
De no ser así no estamos hablando de cartografía
Se tratará, en todo caso de planos, por más precisos que fueren, carecientes de referencia al
sistema general, o bien de croquis ilustrativos
Por el contrario, puede haber georreferenciación sin cartografía
Un listado de coordenadas correspondientes a un conjunto de elementos es una forma de
georreferenciación
Para que ello derive en cartografía es necesario adoptar un sistema de proyección cartográfi-
ca, efectuar los cálculos correspondientes y proceder a la graficación
Existen muy variados tipos de cartas, tantos como las necesidades demanden.
Por citar algunas podemos mencionar cartas náuticas, cartas de suelo, cartas climáticas, etc.
Si bien todas tienen en común el carácter de representación plana eso no quiere significar la
renuncia a representar el relieve, para lo cual se apela a distintos recursos
Quizá el más ilustrativo, para entender el relieve incluso a primera vista, son las llamadas cur-
vas de nivel
La tecnología hoy disponible permite otro tipo de representaciones que exceden los alcances
de este curso. Nos referimos a los modelos digitales de terreno. Obviamente los mismos no
son posibles sino es a partir de la georreferenciación, es decir de las coordenadas
Si bien la cartografía impresa en soporte papel mantiene vigencia, la cartografía digital ad-
quiere fundamental importancia.
La forma digital de la cartografía permite ampliar y extender su uso; facilita la popularización
de la cartografía.
Mencionamos como ejemplo un programa de acceso público y gratuito (por eso mismo nos
permitimos mencionarlo), "Google Earth", basado en imágenes satelitales, que tiene la parti-
cularidad de mostrar al usuario, además de la visión territorial, justamente las coordenadas
correspondientes a cada uno de los puntos que se elija en la imagen. Es decir se trata de car-
tografía digital donde la georreferenciación es explícita.
IV-5
Georreferenciación
Para decirlo de otra manera, ese programa nos permite obtener "el documento de identidad"
(latitud y longitud) de cada punto visible en la imagen.
Obviamente es posible el procedimiento inverso: dadas un par de coordenadas "ver" a qué
punto del mundo corresponden.
Y si hablamos de georreferenciación y cartografía digital es seguro que, en este momento, la
mayoría de quienes estamos leyendo (si no todos), tengamos al alcance de la mano el más di-
fundido de los aparatos que integran la georreferenciación (ya sea mediante satélites y/o an-
tenas telefónicas), con cartografía digital, es decir los llamados “celulares”.
IV-6
Georreferenciación
V. Práctica
En el aula ingresar “por teclado” las coordenadas de los puntos P001 y P002 de la carta VE-
RA.
Calcular distancia y orientación entre ambos y comparar con los valores obtenidos midiendo
sobre la carta.
V-1
Georreferenciación
Extensión: Entre 14000 y 18000 caracteres sin contar gráficos. Formato A4.
Autoría: Individual o grupal hasta tres participantes.
Presentación: Exposición oral.
Plazo: A definir.
Consultas: Correo y/o presencial
◦ Aldo Mangiaterra: aldomangiaterra@gmail.com
◦ Gustavo Noguera: noguera@fceia.unr.edu.ar
◦ Laura Cornaglia: cornagli@fceia.unr.edu.ar
VI-1
Georreferenciación
VII. Bibliografía
Barthelmes, F., Köhler, W. (2016) International Centre for Global Earth Models (ICGEM) En:
Drewes, H., Kuglitsch, F., Adám, J. et al., The Geodesists Handbook 2016, Journal of Geodesy
(2016), 90(10), pp 907-1205, doi: 10.1007/s00190-016-0948-z. “Visualization of Gravity Field
Models and their Differences”. ‘ICGEM’ Recuperado de http://icgem.gfz-potsdam.de/ (Fecha de
visita: Abril de 2019)
Doncel Domíngez, J.A. (2014) “Coordenadas geográficas: paralelos y meridianos, latitud y
longitud”. ‘Las historias de Doncel. Blog didáctico de Historia y Geografía’. Recuperado de:
http://jadonceld.blogspot.com (Fecha de visita: Marzo de 2019)
Furones, A.M. (2010). “Sistema y marco de referencia terrestre. Sistemas de coordenadas”.
Departamento de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Fotogrametria Universidad Politécnica
de Valencia.
Huerta, E., Mangiaterra, A., Noguera, G. (2005). “GPS. Posicionamiento Satelital”. UNR Editora.
ISBN 950-673-488-7. Recuperado de http://www.fceia.unr.edu.ar/gps.
Ibáñez, R. (2011) “El sueño del mapa perfecto. Cartografía y matemáticas” Realización: Editec.
Illán García, L. (2015) “Colón a través de sus instrumentos de viaje”. Artículo de “La Nueva Es-
paña” Recuperado de www.lne.es (Fecha de visita: Abril de 2019).
Instituto Geográfico Nacional (s.f) “Mapa de la Red”. ‘Instituto Geográfico Nacional’.
Recuperado de http://www.ign.gob.ar (Fecha de visita: Abril de 2019).
Nagel, H. (1997) “Latitud y longitud terrestre. Sus historias anecdóticas” Reportaje para la Re-
vista de Marina. Recuperado de https://revistamarina.cl/ (Fecha de visita: Abril de 2019).
Oficina de Coordinación Nacional de Posicionamiento, Navegación, y Cronometría por Satélite,
Gobierno de EEUU (2017) “Control Segment”. ‘Sistema de Posicionamiento Global al Servicio
del Mundo’. Recuperado de http://www.gps.gov/systems/gps/ (Fecha de visita: Abril de 2019)
Oficina de Coordinación Nacional de Posicionamiento, Navegación, y Cronometría por Satélite,
Gobierno de EEUU (2017) “Space Segment”. ‘Sistema de Posicionamiento Global al Servicio del
Mundo’. Recuperado de http://www.gps.gov/systems/gps/ (Fecha de visita: Abril de 2019)
Papp, D. (1996) “Historia de las ciencias. Desde la antigüedad a nuestros días” Editorial Andrés
Bello.
Pérez García, M.A. (2013) “Una historia de las matemáticas: retos y conquistas a través de sus
personajes” Editorial Visión Libros.
Pérez Sepúlveda, J.A., Paniagua Castrillón; J.G. (2016) “Geometría analítica e introducción al
cálculo vectorial” Instituto Tecnológico Metropolitano.
Prieto, G. (2016) “La historia de la cartografía a través de los mapas”. ‘Geografía infinita’.
Recuperado de https://www.geografiainfinita.com (Fecha de visita: Marzo 2019)
Ruiz Zúñiga, Á. (2013) “Historia y Filosofía de las Matemáticas” Editorial Universidad Estatal de
Eduación a Distancia.
Schlögel, K. (2007) “En el espacio leemos el tiempo: sobre historia de la civilización y
geopolítica”. Ediciones Siruela.
Servicio Transfronterizo de Información Geográfica (STIG) (s.f) “¿Qué es un SIG?”. Universidad
de Salamanca. Recuperado de http://www.stig.usal.es. (Fecha de visita: Abril de 2019)
Sistema de Referencia Geocéntrico para las Américas (s.f) “Sistema de Referencia Geocéntrico
para las Américas SIRGAS”. Recuperado de: http://www.sirgas.org (Fecha de visita: Abril de
2019)
Torge, W. (1983) “Geodesia” Editorial Diana.
Torge, W. (2001) “Geodesy” Third Edition Walter de Gruyter.
Torres Bravo, P.A. (2001) “Enseñanza del tiempo histórico. Historia, Kairós y Cronos”. Una uni-
dad didáctica para el aula de Eso. Ediciones de la Torre. Proyecto didáctico Quirón. Madrid.
Zakatov, P.S. (1981) “Curso de Geodesia Superior” Editorial Mir.
VII-1
Georreferenciación
Anexo A: Agricultura de precisión
Mapa de rendimiento de una parcela agrícola
A-1