Participación Parental en La Escuela
Participación Parental en La Escuela
Participación Parental en La Escuela
Y POLÍTICA EDUCATIVA
PA P E L D E T R A B A J O
No. 2 Santo Domingo, República Dominicana Abril 2021
Para esta investigación fueron utilizados los datos obtenidos a través de las evaluaciones diag-
nósticas de tercero (2017) y sexto (2018). A pesar de que el tema es una preocupación rele-
vante en el ámbito educativo, existen pocos informes al respecto en la República Dominicana.
Otro aspecto a destacar es la primicia que este estudio representa, ya que utiliza una fuente de
datos privilegiada de tipo censal.
Este estudio se propuso analizar la participación parental en dos grados de primaria de la escuela
dominicana, tanto del sector público como del privado, caracterizando el comportamiento de
las familias y de los directores de centros según algunos aspectos sociodemográficos.
Se compiló un marco normativo que reúne y describe las leyes que ordenan las prácticas de
participación de los padres en la escuela y las políticas públicas diseñadas para la integración
familiar activa en el proceso de aprendizaje de los y las estudiantes.
Los resultados están presentados en tres capítulos. En el primer capítulo se presenta la partici-
pación de las familias y de los directores de centros educativos en reuniones de la Asociación
de Padres, Madres, Tutores y Amigos de la Escuela (APMAE) y comités de curso según algunas
variables sociodemográficas. Asimismo, se describe el involucramiento de las familias en la
organización de actividades en la escuela.
El tercer capítulo muestra la percepción de las familias sobre la acogida que tienen sus opinio-
nes y demandas según algunas características socioeconómicas. En este sentido, también se
observa el nivel de satisfacción de los padres acerca de la comunicación que la escuela tiene
con ellos sobre las actividades que se realizan.
En las reflexiones finales se resumen los hallazgos más relevantes para la discusión sobre la
participación parental y también se detallan los escollos que tienen que superarse a través de
las políticas públicas. En esta sección se analizan las repercusiones de los comportamientos
reportados sobre el aprendizaje de las y los estudiantes.
Por último, las recomendaciones ofrecen sugerencias para ajustes en el diseño, monitoreo y
evaluación de políticas públicas que promuevan estrechas relaciones entre escuela y familia
en la República Dominicana. Igualmente, se hacen propuestas para que próximos estudios
profundicen sobre aspectos que transcendieron el alcance de esta investigación.
Este informe no abarca todas las familias que tienen niños, niñas y adolescentes en el sistema
educativo, pues se realizó a partir de dos grados. Asimismo, se destaca que no se buscaba
presentar la relación de la participación familiar con los resultados académicos de las evalua-
ciones diagnósticas. Tampoco se analizan exhaustivamente los esfuerzos de las escuelas para
involucrar a las familias con la escuela. Estos aspectos serán estudiados en investigaciones del
Ideice que están programadas para el corto plazo.
MARCO NORMATIVO
Diferentes instrumentos nacionales e internacionales toman en cuenta la importancia de la
responsabilidad de la familia en la evolución del aprendizaje y en la formación ciudadana de
los niños y niñas.
En su artículo 5, la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) contempla los compromisos
que tienen las familias para la contribución al desarrollo de las capacidades de los menores. A
través del literal e del artículo 24, los Estados signatarios se comprometen a brindar apoyo a las
familias para proporcionar educación pertinente a sus hijos/as.
De igual manera, en el artículo 27 de la convención se les impone al padre y la madre o a los tutores
la responsabilidad primordial de brindar —dentro de sus recursos económicos y posibilidades—
las condiciones que propicien el desarrollo de los niños/niñas.
En consonancia con la Convención sobre los Derechos del Niño y la Constitución de la República
Dominicana, la Ley General de Educación concibe a la familia como parte fundamental en la ca-
lidad de la educación de los educandos. Además, dicha ley está pensada para que los miembros
del hogar sean integrados en el proceso educativo.
En su artículo 181, la ley define la participación como: «[…] el derecho y el deber que tienen
todos los miembros de la comunidad educativa de tomar parte activa en la gestión del centro
educativo, de trabajar por su mejoramiento y de integrarse a su gestión, dentro del campo de
atribuciones que les corresponda».
Asimismo, se especifica que cada integrante de la comunidad educativa «ha de poder intervenir
—ya sea directamente o a través de representantes— en las decisiones que lo afectan, sin perjui-
cio de los ámbitos de competencia».
La educación se entiende como un ente de varios pilares: el hogar, la familia, el desarrollo eco-
nómico y la comunidad. De esta manera se manda a fomentar la contribución de madres, pa-
dres y tutores en la consecución de los logros en el aprendizaje. Desde la lógica participativa,
el currículo debe admitir las inquietudes de la familia y la comunidad (artículo 66).
En la Ley 66-97 cada pilar de la educación citado anteriormente tiene un rol importante en la
mejora del desempeño escolar, por eso su involucramiento activo se concibe como obligato-
rio: «Cada uno, ya sea directamente, o por medio de representantes, ha de poder intervenir en
las decisiones que lo afectan, sin perjuicio de los ámbitos de competencia. Cuando se trate de
participación por estamentos, en órganos formales, estos elegirán a quienes los representen»
(artículo 183).
La participación parental ha merecido una atención específica en el caso de los niños(as) con
discapacidad. En la letra d del artículo 49 se manda a «promover la integración de la familia y
la comunidad a los programas de educación especial».
Un organismo fundamental para la integración de la familia al proceso educativo son las aso-
ciaciones de padres, madres, tutores y amigos de la escuela, conocidas por su abreviatura
como las APMAE. Se trata de un mecanismo de involucramiento de la familia en las distintas
áreas de operatividad de la escuela y en el aprendizaje (tanto dentro del centro escolar como
fuera de él).
La Ordenanza Nro. 9-200 la define como una institución apartidista, plural y sin fines de lucro
creada con el propósito de «apoyar, auxiliar y reforzar las labores docentes y administrativas
en los centros educativos, procurando con ello el desarrollo institucional de dicho centro y la
mejor educación para sus hijos e hijas». Entre sus funciones se encuentran: la promoción de
la participación de la familia en los proyectos y planes del centro para mejorar la calidad de la
educación y su desarrollo sostenido; motivar las buenas relaciones entre la familia y los actores
internos del centro educativo; y estimular a madres, padres y tutores a seguir el proceso de
aprendizaje de sus hijos.
IDEICE 2021 3
MARCO TEÓRICO
La relación de la familia con la escuela se ha transformado con el curso del tiempo. Sin em-
bargo, sigue siendo parte fundamental en la educación y el proceso de aprendizaje de los y
las estudiantes, razón por la cual este vínculo es estudiado desde diferentes campos, como la
pedagogía y la sociología. La revisión de la literatura da cuenta de los cambios que en el siglo
XX experimentó la escuela como institución social. De igual forma registra cómo las políticas
de educación en algunos países de la región latinoamericana han buscado incorporar a los
padres y las madres en estas transformaciones, unas con éxito y otras con ciertas debilidades
en la implementación.
Maestre (2009) señala que en el pasado la escuela y la familia tenían una estrecha relación.
Tómese en cuenta las comunidades pequeñas, donde las escuelas instruían en conocimientos
que hoy día se entenderían como básicos. La autora señala que a comienzos del siglo XX las
relaciones cambian con las transformaciones de los planes de estudio: «La labor pedagógica
se fue especializando y haciendo cada vez más compleja, y los maestros enseñaban materias
y utilizaban métodos alejados de la experiencia de los padres y madres, que poco tenían que
decir de lo que ocurría en las aulas».
La literatura explica que algunos padres sienten que solo se entra en contacto con ellos cuando
existe algún problema con el/la estudiante o cuando se requiere su colaboración económica.
Si los padres sienten que la escuela solo les exige contribuciones, las relaciones familia-escuela
se limitan y se genera desconfianza (Martiniello, 1999).
Martinielllo cita un reporte del Banco Mundial sobre la relación familia-escuela en el nordes-
te de Brasil y realizado en 1997 (Martinello, 1999: p. 20). Testimonios de los padres y madres
manifestaban malestar por el hecho de que la escuela solicitaba su involucramiento, pero no
quería que dieran su opinión.
Entender el rol de cada actor y cómo el trabajo de uno se complementa con el del otro pudie-
ran ser dos de las claves para el éxito de las relaciones escuela-familia (y de las políticas públi-
cas diseñadas en este sentido), ya que existen trabajos que comienzan en un espacio y tienen
continuidad en el otro (Epstein citada en Balarin y Cueto, 2008).
De su lado, Epstein señala que los hogares menos favorecidos económicamente y aquellos
donde los padres son solteros experimentan más prejuicios al ser involucrados en actividades
de participación: «En consecuencia, observamos que las actitudes y las prácticas de los docen-
tes —y no solo el nivel educativo y socioeconómico o el estado marital de los padres— cons-
tituyen variables relevantes para entender cabalmente cuándo y cómo los padres se transfor-
man en socios informados y eficaces de las escuelas en la educación de sus hijos» (Epstein,
2013: p. 121). En este caso, la autora destaca que no solo los padres se retraen, sino que la
escuela también estaría contribuyendo a su aislamiento al considerar que no tienen capacidad
o interés de ser interlocutores y socios en el desarrollo del aprendizaje del estudiantado.
El nivel académico alcanzado por los padres es otro factor considerado como importante para
que exista una relación familia-escuela exitosa: «Los estudios seguirán mostrando que, en ge-
neral, las familias con un mayor nivel educacional tienden a involucrarse más en la educación
de sus hijos hasta que las investigaciones incluyan mediciones sobre las prácticas docentes
para implicar a todos los padres» (Epstein, 2013: p. 162).
Es intuitivo pensar que a medida que los padres y madres alcanzan mayor nivel educativo se
sensibilizan más sobre la importancia de la educación. De la misma forma, también están más
cualificados para entender las tareas asignadas por los docentes y servir de apoyo a sus hijos
para completarlas: «Algunos autores han observado que el éxito en la escuela suele depender
de la posesión de un capital cultural1 y económico y que las escuelas muchas veces conducen a
la exclusión sistemática de aquellos individuos que no lo poseen» (Balarin y Cueto, 2008: p. 8).
En un contrasentido respecto a lo que debe ser la lógica inclusiva y equitativa de la educación,
y retomando las conclusiones de Eipstein, esa tendencia de las escuelas reproduce las des-
igualdades entre clases. Una disparidad que debe ser mediada por estrategias desde el Estado.
Pizarro et al. (2013) resumen en un esquema los factores, ya identificados anteriormente, que
favorecen la participación parental:
1. Capital cultural es un término acuñado por el sociólogo Pierre Bourdieu que se refiere a los conocimientos y las
experiencias acumuladas por una persona y que son transmisibles a su descendencia.
IDEICE 2021 5
En este esquema se destaca cómo las conductas parentales respecto al aprendizaje de sus
hijos son reproducidas posteriormente por estos cuando se convierten en padres. De igual
modo, vuelven a relucir las cualificaciones de los padres y la capacidad (o iniciativas) de las
escuelas de vincularlos al proceso educativo.
METODOLOGÍA
Objetivo general
Analizar la participación familiar en el ámbito escolar a partir de los resultados arrojados por
las evaluaciones diagnósticas de tercero y sexto de primaria aplicadas en 2017 y 2018, respec-
tivamente.
Objetivos específicos
• Describir la participación de las familias en las reuniones de la APMAE y otras convo-
catorias relacionadas con el proceso de aprendizaje.
• Caracterizar el involucramiento de las familias en el proceso educativo dentro del
hogar según perfiles sociodemográficos y grado del estudiantado.
• Examinar la corresponsabilidad y las exigencias mutuas entre la escuela y las familias
en el proceso de aprendizaje.
• Analizar el nivel de satisfacción de las familias con la comunicación entre ellos(as) y
la escuela.
Fuente de datos
Las evaluaciones diagnósticas son estudios de carácter censal que miden los aprendizajes de
los y las estudiantes a partir de lo determinado en el currículo. En este estudio fueron utiliza-
dos los datos (procesados con STATA 14) de las evaluaciones de tercer grado (2017) y sexto
grado (2018) de primaria. Además de los cuestionarios aplicados al estudiantado, también se
aplican otros instrumentos a las familias, los directores y los docentes. Las preguntas permiten
levantar información sobre una diversidad de áreas. A los fines de este estudio fueron relevan-
tes las prácticas de participación de las familias en las escuelas y en actividades vinculadas al
aprendizaje, así como su percepción sobre algunos aspectos de la eficiencia de la escuela. De
igual manera, a los directores se les plantearon preguntas sobre su percepción del riesgo para
el aprendizaje de algunas prácticas de las familias.
Los cuestionarios de los directores son llenados a través de una plataforma informática. Los de
las familias son enviados a las escuelas para que cada director(a) (o la persona a quien él/ella
delegue) convoque a las familias para que llenen el formulario. En esta reunión, las madres, los
padres y tutores son instruidos para completar el instrumento. En el caso de los padres que no
pueden asistir en las fechas convocadas, la escuela puede pautar otra reunión o enviarles el
formulario. Esta última medida es la opción menos preferida.
El proceso de supervisión fue realizado por personal técnico de los distritos educativos.
Satisfacción padres ¿Cuán satisfecho se encuentra b. El manejo de la disciplina en el centro educativo. Insatisfecho
con centro aspecto usted con los siguientes aspectos Satisfecho
formativo formativos del centro educativo? Muy satisfecho
Vacío
Aproximadamente 30 minutos o
menos al día
Aproximadamente una hora al día
¿Cuánto tiempo al día dedica el estudiante a estudiar o hacer tareas en la casa? Aproximadamente 2 horas al día
Más de 2 horas por día
No lo sé
Vacío
Aprendizaje en el hogar
a. Jugamos juegos de video o de computadora.
b. Hacemos tareas de la escuela.
IDEICE 2021 7
DIMENSIÓN VARIABLE CATEGORÍAS
Muy insatisfecho
¿Cuán satisfecho se encuentra de la b. La disposición del centro para recibir y escuchar a los padres o tutores Insatisfecho
Comunicación comunicación del centro educativo c. El apoyo que el centro da a los padres o tutores para la educación de sus hijos
Satisfecho
con la familia? (por ejemplo, realizando talleres para padres, reuniones)
Muy satisfecho
Vacío
Otras variables
Limitación de la fuente
Las evaluaciones diagnósticas son una fuente privilegiada para explorar datos sobre partici-
pación parental en la República Dominicana. Por su característica censal, ofrecen información
sobre todo el estudiantado de los sectores público y privado en los grados evaluados. Sin em-
bargo, existen ciertas limitaciones:
Gráfico 1. Pregunta a familias: ¿Con qué frecuencia asiste a las reuniones de padres?
60 58.7 57.3
50
40
30 28.1 29.9
20 15.5
12.0 12.7 12.5 11.3 11.0
10
3.0 2.7 1.9 1.8
0
Rural Urbana Rural Urbana
TERCERO SEXTO
Nunca Pocas veces Muchas veces Siempre
En las evaluaciones diagnósticas de tercero (2017) y sexto (2018) grado se consultó a las fami-
lias sobre su asistencia a reuniones de la APMAE. En el gráfico 1 se observan los porcentajes
reportados de participación de familias en reuniones de comité de curso o APMAE según el
grado del estudiante. Se visualiza que, aunque la mayoría de las familias reporta que van “siem-
pre” y “muchas veces” a las reuniones, existen significativos porcentajes de familias que recono-
cen que van “pocas veces” y “nunca”. En promedio, 11.8 % asiste pocas veces y 2.3 % nunca va
a las reuniones, lo que representa un 14.1 % de las familias que se mantienen distantes de las
APMAE y de los cuestionamientos, los debates y la contribución a la solución de los problemas
de la escuela.
Los resultados de las respuestas de padres, madres y tutores dan cuenta de una mayor asisten-
cia de los padres y tutores de los niños y niñas que estaban matriculados en tercer grado: un
70 % dice que asiste siempre, 12.3 % más que los de sexto.
Aunque no se destacan diferencias importantes entre zonas de ubicación del centro, se apre-
cia que en las zonas rurales las familas reportan mayores porcentajes de asistencia. Un 72.4 %
de las familas de tercero que tenían hijos matriculados en zonas rurales dijo asistir siempre,
IDEICE 2021 9
mientras que afirmó lo mismo un 69.3 % de las familias cuyos hijos de tercero estaban matri-
culados en la zona urbana. De las familias de estudiantes que cursaban sexto grado en zonas
rurales, un 58.7 % reporta participar siempre de las reuniones, mientras que en las zonas urba-
nas este porcentaje es de 57.3 %.
A pesar de las carácterísticas educativas de la población de las zonas rurales, como mayor por-
centaje de analfabetismo (4.2 % más que en la zona urbana)2 y mayores niveles de deserción
escolar, el tamaño de las comunidades y la cercanía de los profesores y directores con los pa-
dres y madres pueden estar favoreciendo las relaciones familia-escuela.
Cuadro 1 Pregunta a familias: ¿Con qué frecuencia asiste a las reuniones de padres?
Porcentaje por quintil socioeconómico y zona, según grado
2. Según datos de la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples 2017, el analfabetismo en la zona rural
es de 13.7 % y en la zona urbana de 9.5 %.
Se evidencia una diferencia importante entre los grados. Las familias en sexto asisten en me-
nor frecuencia a las reuniones. Es así que se observa que en tercero la mayoría de los padres,
madres y tutores va «siempre» a las reuniones (57.3 %), pero esa intensidad baja considerable-
mente en sexto, cuando la mayoría de las familias solo va «muchas veces» (57.8 %), invirtién-
dose así los porcentajes de estas dos categorías. Lo que parecen indicar los datos es que las
familias relajan su asistencia a dichas reuniones cuando los hijos están en grados mayores, de
modo que aquellos padres y tutores que no faltaban a las mismas comienzan a ausentarse,
aunque no dejan de manifestar su presencia de vez en cuando.
Gráfico 2. Pregunta a las familias: ¿Con qué frecuencia ayuda en la organización de actividades
extraescolares que realiza el centro?
Porcentaje por grado
29.2
Nunca 25.6
34.0
Pocas veces 29.4
22.1
Muchas veces 15.4
14.7
Siempre 29.6
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Tercero Sexto
Los datos no presentan evidencias suficientes de diferencias sigificativas en el involucramiento
de la familia en actividades de las escuela atendiendo al quintil socioeconómico del hogar o al
sector del centro. Sin embargo, las familias del primer quintil participan más en la organización
de actividades de la escuela. Epstein (2013) explica que en las clases sociales bajas los padres y
madres tienen formas diferentes y variadas de involucramiento con la escuela. Es posible que
los padres de niveles socieconómicos bajos estén aportando.
IDEICE 2021 11
Los datos muestran que, en sexto, los que dicen que participan «siempre» son menos que los
de tercero, pero son más los que dicen que participan «muchas veces». Lo que quiere decir que
en sexto más familias se involucran, pero con menos intensidad que en tercero.
Según los datos reportados por los directores en las evaluaciones diagnósticas, el mayor nivel de
asistencia es de «dos o tres veces en el semestre»: un 43.6 % en tercer grado y un 42.3 % en sexto.
Gráfico 3. Pregunta a directores: ¿Con qué frecuencia asiste a las reuniones de padres?
Porcentaje por grado
38.8
1 o 2 veces al mes 43.9
43.6
2 o 3 veces semestral 42.3
15.1
Semestral 12.6
2.5
Anual 1.2
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
Tercero Sexto
La periodicidad más breve es de «una o dos veces al mes». Aquí se muestra una diferencia sig-
nificativa entre los grados. En tercero, un 38.8 % de ellos asiste a reuniones de padres y madres,
mientras que en las de sexto participa un 43.9 %. En el caso de los directores que asisten de
forma semestral, un 15.1 % va a las de tercero y un 12.6 % a las de sexto. Finalmente, el porcen-
taje de directores que asiste de forma anual es de un 1.9%: un 2.5 % va a las del tercer grado y
un 1.2 % a las de sexto.
31.0 30.4
30
20 19.6 20.6
14.8
12.6
10 7.9
6.7 6.5
2.4 3.9
0.5 0.2 1.2
0
Privado Público Total Privado Público Total
TERCERO SEXTO
Anual Semestral 2 o 3 semestral 1 o 2 al mes
El gráfico 4 ilustra cómo se comporta la asistencia de los directores de centros educativos do-
minicanos a reuniones de padres y madres en tercero y sexto dependiendo del sector. Los di-
rectores presentan mayores frecuencia de asistencia en sexto que en tercero. Un 43.9 % repor-
tó que en sexto asiste «una o dos veces al mes», porcentaje superior al 39.1 % que seleccionó
esta categoría en tercero. En la categoría de los que asisten «dos o tres veces en el semestre» se
nota una ligera ventaja en tercero, pero, como se verá más adelante, es consecuencia del peso
de los directores de centros privados, los cuales asisten con menos frecuencia a estas reunio-
nes. En total, en dicha categoría, asistieron en tercero un 43.7 % y en sexto un 42.3 %.
En el tercer grado se observa que el 47.4 % de los directores del sector público asiste con una
periodicidad de «1 o 2 veces al mes», más del doble de la proporción que asiste con la misma
periodicidad en el sector privado y que constituye un 19.6 %. El porcentaje de directores del
sector público que participa «2 o 3 veces en el semestre» en reuniones de padres y madres es
44.2 %, en contraste con los directores del sector privado que participan en esas reuniones y
que constituyen un 42.7 %. El comportamiento varía de forma semestral, pues el porcentaje
de los directores del sector público que asisten a estas reuniones es de 7.9 %, mientras que en
el sector privado es de un 31 %. Los directores del sector público que asisten de forma anual
a reuniones de padres son el 0.5 %, mientras que los del sector privado constituyen el 6.7 %.
En general, durante el año, los directores de centros educativos públicos participan con mayor
frecuencia en las reuniones de padres de ambos grados, en comparación con los directores
de centros del sector privado. Estas diferencias pueden ser producto de que los directores y
directoras de escuelas públicas, en cuanto miembros del Ministerio de Educación —entidad
que crea los programas y protocolos en materia educativa—, están compelidos a cumplir más
efectivamente con los procesos exigidos por el sistema. Sin embargo, no se cuenta con la in-
IDEICE 2021 13
formación suficiente que indique a qué se debe esta diferencia. En el próximo capítulo se verá
que los directores de escuelas públicas entienden, en mayor proporción que los directores de
centros privados, que la participación parental es un problema grave para el aprendizaje.
1.4. Participación de directores(as) en las reuniones de padres y madres por provincia y según el grado
Como se vio anteriormente, los directores son más asiduos a participar en las reuniones de
sexto que en tercero. Las provincias que presentaron mayores porcentajes en asistencia a di-
chas reuniones en este grado (1 o 2 veces al mes) fueron igualmente provincias fronterizas y de
baja densidad poblacional: Pedernales (con 64.2 %) y Montecristi (con 79.2 %). Las provincias
donde con mayor frecuencia directores(as) asistieron a dichas reuniones 2 o 3 veces en el se-
mestre fueron San Juan (con 56.5 %) y San Cristóbal (con 51.6 %). Se destaca los importantes
porcentajes de directores de Santo Domingo y el Distrito Nacional que reportaron asistir una
vez en el semestre: 22.5 % y 22.4 %, respectivamente (ver cuadro 4 en anexos).
La mayor asistencia de directores en provincias más alejadas de las ciudades más grandes del
país podría estar apuntando a una relación especial en contextos rurales y vínculos cercanos
en la comunidad que participa en las reuniones de la APMAE. Un contexto menos urbano
facilita la comunicación entre docentes y familias. Maestre (2009) describe cómo, antes de los
cambios demográficos provocados por la masiva urbanización de las poblaciones, «el maestro
era casi uno más de la familia. Conocía al niño y a la niña, a los padres, incluso en muchas oca-
siones la casa donde residía la familia» (p.2).
Los datos muestran que a medida que los estudiantes van aumentando de edad, el acompa-
ñamiento familiar desciende. Se evidencia una desigualdad considerable en los estudiantes
de sexto grado. En los niños y niñas del sector privado, un 54 % hace tareas con su familia, 28
puntos porcentuales menos que las familias de tercero en el mismo sector. De las familias de
estudiantes del sector público, un 75 % reportó que hace tareas con sus hijos de tercero curso,
lo que representa una diferencia de 23.6 puntos porcentuales con respecto a las familias de
sexto de este sector.
Esto evidencia que si bien existen diferencias en el acompañamiento de los padres depen-
diendo del sector de la escuela a la que asisten sus hijos, existe una brecha aún mayor y es el
grado al que asisten los y las estudiantes. Por un lado, esto puede relacionarse con el hecho de
que las familias entienden que el niño o niña está en mayor capacidad de realizar sus tareas
sin ayuda. Sin embargo, (Epstein, 2004) destaca que las cualificaciones del padre o madre es
un aspecto fundamental en la participación. A medida que crece el nivel de los hijos, también
aumenta la complejidad de los contenidos del currículo escolar, lo que podría distanciar a las
familias del involucramiento en la realización de las tareas.
Las grandes diferencias se evidencian al comparar los datos por quintil socioeconómico. Se
muestran importantes diferencias entre las familias del primer quintil y las del quinto quintil.
Mientras que un 84.2 % de las familias de tercero ubicadas en el quinto quintil hace tareas con
sus hijos, un 69.1 % de las familias del primer quintil realiza esta práctica.
La participación es menor en sexto que en tercero para ambos sectores, pero la brecha entre
grupos socioeconómicos es consistente. En el caso de las familias de sexto grado, el compor-
tamiento con respecto al quintil es parecido. Se observa que un 57 % de las familias del quinto
quintil hace tareas con sus hijos, mientras que en las familias del primer quintil se reporta un
47.4 % de participación en la realización de las asignaciones de la escuela.
En general, la mayoría de las familias reportan que sus hijos dedican aproximadamente una
hora diaria a hacer tareas. El Gráfico 9 (ver en Anexos) muestra que un 42.8 % de las familias
dice que sus niños y niñas dedican una hora a sus tareas. Ese comportamiento se repite para
las desagregaciones incluidas en el cuadro. A partir de ahí, se observa diferencias en los com-
portamientos entre sector privado y público.
IDEICE 2021 15
Mientras que un 35.4 % de los estudiantes del sector privado dedica dos horas y más a hacer
tareas, solo un 23.8 % del sector público lo hace así. Investigaciones revelan que los docentes
esperan que los padres y madres ayuden a los/as estudiantes a hacer tareas, pero en contraste,
en el hogar no siempre se tiene claridad sobre cómo seguir y evaluar la realización de los de-
beres escolares asignados para la casa.
Se destacan las diferencias en la categoría de las familias que no saben cuánto tiempo dedican
sus hijos a las tareas (un 4.1 % en promedio). No se evidencian diferencias significativas entre
los grados. Sin embargo, entre sectores se siguen presentando brechas importantes.
De las familias de tercer grado, a pesar de la corta edad de los estudiantes, un 5 % de las fa-
milias del sector público no sabe la cantidad de tiempo que dedican sus hijos a las tareas, un
número mucho mayor que el 1.9 % reportado por las del sector privado. Los estudiantes de
sexto presentan un comportamiento parecido: un 4.2 % de las familias del sector público no
sabe cuánto tiempo dedica su hijo a las tareas, mientas que un 1.8 % de las del sector privado
tampoco sabe.
2.2. Familias leyendo con sus hijos e hijas: otra práctica donde se manifiestan las brechas sociales
A modo general, las familias de tercero acompañan a leer a sus hijos más que las familias de
sexto. Este comportamiento se atribuye a la edad de los y las estudiantes, por cuanto los fami-
liares entenderían que, a mayor edad, necesitan menor acompañamiento en la lectura. Mien-
tras que un 48.7 % de las familias en tercer grado acompaña a sus niños a leer, solo un 21.3 %
de las familias de sexto lo hace (ver cuadro 6 en anexos).
Se vuelven a repetir las diferencias entre sector público y privado. Dentro de las familias de terce-
ro, un 53.1 % del sector privado lee con sus hijos, mientras que un 47 % del sector público reportó
esta actividad. Ello representa una desventaja para aquellos que asisten a las escuelas oficiales.
Los datos presentan que mientras más alto es el quintil socioeconómico de las familias, más
reportan que leen con sus hijos, esto tanto en cuanto a los estudiantes de tercero como res-
pecto de los de sexto; aunque, como ya se vio, los estudiantes mayores son mucho menos
acompañados a leer.
En los estudiantes de sexto, la situación comienza a ser más preocupante, llegando a ser con-
siderada como un problema serio por el 33.1 % de los directores del sector público y como
un problema moderado por el 32.4 % de los directores del mismo sector. Estos resultados son
consistentes con los reportes de las familias. Aunque es de considerar que en sexto grado los
estudiantes tienen más capacidad de asumir la autonomía en ciertas labores, como ya se ha
expuesto, el seguimiento y el apoyo de la familia les motiva y compromete a cumplir con sus
deberes escolares y desarrollar su potencial.
Gráfico 6. Pregunta a directores: ¿Hasta qué punto la falta de interés de la familia constituye un
problema para el aprendizaje en este centro?
Porcentaje por sector según grado
70
65.2
60
50
43.2
40
34.2 34.6
31.5 30.6
30 29.3
23.6 25.1
22.9
20 16.0
12.5 12.7
10 7.7 6.6
4.2
0
Privado Público Privado Público
TERCERO SEXTO
No es problema Problema menor Problema moderado Problema serio
IDEICE 2021 17
Hay grandes diferencias entre lo que piensan los directores sobre las familias de tercero y so-
bre las de sexto curso. Al ser consultados en la prueba diagnóstica de tercero, la mayoría de
los directores no estaban preocupados por la falta de interés de las familias. Como presenta el
gráfico 6, un 88.1 % del sector privado piensa que «no es un problema» o que es un «problema
menor», en tanto que un 77.4 % del sector público tiene la misma opinión. A pesar de que,
efectivamente, existen diferencias entre los sectores, en ambos se presentan bajos niveles de
preocupación sobre el interés de las familias. En el sector privado, un 7.7 % piensa que es un
«problema moderado» y un 4.2 % entiende que es un «problema serio». Dentro del sector pú-
blico se ve el panorama más desalentador: 16 % lo ve como un «problema moderado» y un 6.6
% reporta que es un «problema serio».
La situación se torna distinta en sexto grado. Un 23.6 % de los directores del sector privado
reportó que la falta de interés de la familia es un «problema moderado». Asimismo, un 12.5 %
opinó que es un «problema serio», 8.3 puntos porcentuales más que los de tercero. En el caso
de los directores del sector público, un 30.6 % entiende que la falta de interés es un «problema
moderado» y un 25.1 % dice que es un «problema serio», 18.5 puntos porcentuales más que
en tercero.
De la misma manera, en sexto aumenta la brecha entre sectores. Mientras que en tercer grado
la brecha entre los sectores público y privado respecto a la concepción de la falta de interés
de la familia como «problema serio» es de 2.4 puntos porcentuales, en sexto grado es de 18.1.
2.4. Demandas de padres y madres a la escuela. Apoyo a la familia para su integración al aprendizaje
De su lado, las familias también esperan que la escuela cumpla con una serie de expectati-
vas. Dentro de las demandas sistematizadas por Torío (2004) y consideradas oportunas para
el planteamiento, se rescatan: (a) preparación de calidad, (b) atención a la individualidad del
niño(a) y promoción del desarrollo de su potencial y (c) conexión con el mundo laboral.
La fuente de datos utilizada capturó los niveles de satisfacción de las familias respecto al apo-
yo para el aprendizaje de sus hijos e hijas y a la calidad de la educación. Con relación al apoyo
recibido de la escuela, en general se presentan niveles positivos. Sin embargo, existe una bre-
cha entre los padres de tercero y los de sexto. Otra vez se evidencia que los padres de tercero
tienen más demandas a la escuela. Un 10 % y un 5 % de las familias de tercero dicen sentirse
«insatisfechas» y «muy insatisfechas», respectivamente, con el soporte brindado por la escuela
para que ellas puedan ayudar a sus hijos en sus aprendizajes (ver cuadro 7 en anexos). Igual-
mente, se muestra cómo en los padres de sexto esos niveles de insatisfacción bajan a un 4 %
(los «insatisfechos») y a un 2 % (los «muy insatisfechos»).
Algo que llama la atención es que parece que las demandas a la escuela bajan cuando el grado
sube. Una situación que podría explicarse porque las familias intervienen menos en el aprendi-
zaje al asumirlo como responsabilidad de la escuela y porque ellos tienen menos que aportar
a medida que aumentan los niveles de escolaridad.
Se destaca que los padres de sexto en el sector público manifiestan niveles más positivos. Un
52 % está «muy satisfecho», 7 % y 19 % más que los de sexto y tercero del sector privado.
El contacto con las familias no debe solo efectuase con el objetivo de plantear una situación
negativa con el estudiante (Epstein, citada en Pizarro, 2013, p. 279), sino también para informar
sobre actividades y socializar diferentes medidas, por ejemplo, sobre la infraestructura del cen-
tro o el programa de estudios. La idea de sentirse escuchados por la escuela y que la institución
tome en cuenta sus opiniones es relevante para la participación parental. Las evaluaciones
diagnósticas de tercero y sexto formularon algunas preguntas que dan cuenta de qué tan im-
portante entienden los padres que son sus aportes para la escuela.
IDEICE 2021 19
Gráfico 7. Pregunta a las familias: ¿Qué tan satisfecho se encuentra de la dispoción del centro para
recibir y escuchar a los padres y tutores?
Porcentaje por grado
70
60.4
60
50 47.4
43.4
40 37.3
30
20
10
4.7 4.5
1.2 1.1
0
Muy Satisfecho Satisfecho Insatisfecho Muy Insatisfecho
Tercero Sexto
Los datos expresan que los padres y tutores de sexto grado están considerablemente más
complacidos y se sienten más escuchados que los de tercero. Las repuestas se concentraron
más en la categoría «muy satisfecho», alcanzando un 60 %. Esto representa 13 puntos porcen-
tuales más que los de tercero.
El sector al cual pertenece el centro también se presenta como un factor que puede ser deter-
minante para la apreciación sobre la valoración de la participación de los padres en la escuela.
Como sería de esperar, los padres del sector privado se sienten mucho más escuchados que
los padres del sector público. En tercero de primaria, un 54 % de las familias del sector privado
reportaron que se sienten «muy satisfechas» y un 45% dijo estar «satisfecho»; mientras que en el
sector público un 45 % está «muy satisfecho» y otro 45 % se manifiesta «satisfecho» (ver cuadro
9). Aquí la diferencia se da en el más alto nivel de satisfacción, superado por los centros privados.
Se espera que, por ser escuelas financiadas con las inscripciones y cuotas pagadas por los hoga-
res, los padres y madres sean tomados más en cuenta. Al menos los familiares entienden que,
como pagan una atención privada, tienen más derecho a expresarse y a que sus opiniones sean
acogidas. En todo caso, resulta interesante reflexionar sobre la relación diferenciada escuela-fa-
milia entre los centros privados y públicos, más allá de la «gratuidad» de uno y el adicional coste
familiar del otro. Empero, sin distinción de sector, los planes del centro deben considerar a las
familias y sus expectativas, así como encontrar su apoyo para la ejecución (Pizarro, 2013). En este
sentido, la escuela debe estar abierta a acoger las opiniones y aportes de los padres y madres.
Los datos presentan una diferencia ente sectores, manifestándose que los padres del sector
privado declararon estar más satisfechos: en tercero, la diferencia en la categoría de los muy
satisfechos fue de 1.8 %, y en sexto, de 6.7 %.
3. Esta pregunta tuvo una tasa de no respuesta de un 77.2 % en tercer grado y de un 6.9 % en sexto.
TERCERO SEXTO
NIVEL DE SATISFACCIÓN
Privado Público Privado Público
Muy Satisfecho 41.7 39.9 57.8 51.1
Satisfecho 48.9 49.4 39.8 45.9
Insatisfecho 6.1 5.7 1.6 1.7
Muy Insatisfecho 3.2 5.0 0.9 1.4
Total 100.0 100.0 100.0 100.0
Resulta importante destacar que aspectos como los mensajes y los canales utilizados para con-
tactarse transcienden el alcance de este estudio, pero no son menos importantes en el efecto
de la comunicación con los padres y madres.
REFLEXIONES FINALES
- La mayoría de las familias declaran asistir frecuentemente a las reuniones de padres y ma-
dres del centro en el que estudian sus hijos e hijas. Sin embargo, existe un porcentaje im-
portante que dice tener poca presencia o ninguna. A pesar de que no se cuenta con datos
suficientes para determinar posibles factores que les dificulten la asistencia, los que repor-
taron menor presencia fueron las familias de los quintiles más bajos. La efectividad de las
asociaciones de padres y madres repercute en los niños, niñas y adolescentes, y aunque
directamente no produce estudiantes exitosos, como sostiene Epstein (2013), el involu-
cramiento de los padres con la escuela puede mejorar el desempeño escolar. Esta idea se
cimenta en el supuesto de que si ven que sus padres y madres entienden la escuela como
un espacio importante y, en igual sentido, se sienten apoyados en lo escolar y estimulados
positivamente, podrán desarrollar más su potencial.
- Las familias de tercero presenta más participación en las actividades medidas por el estu-
dio. Este comportamiento es consistente con las opiniones que manifiestan los directores
sobre los niveles de gravedad de la falta de ayuda de los padres y madres en la realización
de las tareas y el poco interés en el aprendizaje de sus hijos, ya que aquellos declararon
porcentajes de gravedad más altos en el sexto grado.
- En los centros ubicados en zonas rurales y los de provincias fronterizas, las familias asisten
más a las reuniones del comité de curso y de las APMAE que los de las zonas urbanas. Este
comportamiento se relaciona con la densidad poblacional y las dinámicas sociales en las
áreas menos urbanas.
IDEICE 2021 21
eficaces o proporcionen menor rentabilidad económica. Es decir que la educación como
inversión resulta atractiva en cuanto realmente represente un medio de reconocimiento
social en el entorno del individuo o que se perciba como forma de incrementar ingresos.
- Las familias acompañan más a leer a los niños de tercero que a los de sexto. Algo que
tendría su razón en la edad de los y las estudiantes; sin embargo, no se debe soslayar que
la guía y motivación a la lectura es importante en las diferentes etapas de la educación.
Epstein (2013) afirma que diversos estudios indican que los niños y niñas que leen con sus
familias desarrollan más destrezas de lecto-escritura que aquellos que no lo hacen. Esto
supone una ventaja en el aprendizaje para estos estudiantes. Lo ideal es que las familias
guíen de manera divertida la experiencia lectora de las niñas y los niños. Los docentes
deben incentivar esta práctica y brindar tácticas que puedan ser aplicadas por los padres
y las madres: «Las escuelas pueden enseñarles a los padres a disfrutar de una variedad de
actividades de lecto-escritura con sus niños pequeños, como la lectura en voz alta, escu-
char historias y aprender letras y palabras» (Epstein, 2013). Lo que se espera es que estas
prácticas potencialicen el proceso de aprendizaje y mitiguen las desventajas en los y las
estudiantes de quintiles socioeconómicos bajos.
1. Los padres que participan menos lo hacen sin consciencia de la importancia que
tiene esto para el desarrollo del potencial de sus hijos, más allá de que tengan bajo
interés en el aprendizaje
2. Los padres participan en lo que pueden. Es decir, en la medida en que sus capacidades
y conocimientos les permiten. Todos pueden ir a una reunión porque no amerita
capacidades particulares; sin embargo, acompañar a los niños a hacer la tarea o leer
junto con ellos se ve limitado por el propio capital cultural de los padres.
- En general, los directores de centros educativos públicos declaran participar más en las
reuniones de padres que aquellos del sector privado. Estas diferencias pueden ser produc-
to de que los directores y directoras de escuelas públicas, en cuanto miembros del Minis-
terio de Educación (entidad que crea los programas y protocolos en materia educativa),
están compelidos a cumplir más efectivamente con los procesos exigidos por el sistema.
Sin embargo, no se cuenta con la información suficiente que indique a qué se debe esta
diferencia. Asimismo, los directores de escuelas públicas reportaron, en mayor proporción
que los privados, que entienden la participación parental como un problema grave para el
aprendizaje de los alumnos. Estudios futuros podrían clarificar sobre las diferencias en la
gestión del involucramiento parental entre los centros públicos y privados.
RECOMENDACIONES
- Realizar estudios de corte cualitativo con las familias que no están participando en las ac-
tividades de la escuela, poniendo especial atención en aquellas pertenecientes a los quin-
tiles socioeconómicos más bajos, para describir posibles barreras que experimentan en
el involucramiento. Estas investigaciones deben analizar si la familia y la escuela conocen
cuáles son sus roles y puntos de corresponsabilidad en el proceso educativo.
- Realizar estudios que incorporen los enfoques cuantitativo y cualitativo para clarificar so-
bre las diferencias en los niveles de participación parental a medida que avanzan los gra-
dos del estudiante y que expliquen este comportamiento.
- Considerando que en la actualidad las madres, además del trabajo doméstico y de cuida-
do, también trabajan para el mercado, es necesario que los padres compartan las respon-
sabilidades con la escuela de los hijos. Para una próxima investigación, debe analizarse
de manera diferenciada el comportamiento participativo de las madres y los padres aten-
diendo a roles y estereotipos de género que podrían estarse manifestando y que impacta-
rían la efectiva participación de la familia del/de la estudiante.
Incluir en los programas de acercamiento de las familias a la escuela tácticas que les permitan
participar aprovechando las habilidades particulares. El reconocimiento de las formas dife-
renciadas de involucramiento que tienen los grupos sociales resulta importante en el diseño
de políticas para atraer a las familias a la escuela. Los datos de este estudio muestran que las
familias de quintiles socioeconómicos bajos tienen más participación en reuniones y en la or-
ganización de actividades que ayudando a realizar tareas o acompañando con la lectura. Esto
indica que la política debe incentivar y aprovechar la disposición de esta población a colaborar
con la escuela, mientras que, en otro sentido, debe guiar a los padres en el apoyo al aprendi-
zaje dentro del hogar.
En todos los quintiles socioeconómicos, los programas deben hacer hincapié en el apoyo al
aprendizaje en todas las etapas de los estudiantes y apelar a la importancia del acompaña-
miento y la supervisión parental para el desempeño satisfactorio de los y las estudiantes.
IDEICE 2021 23
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ANEXOS
Gráfico 8. REPÚBLICA DOMINICANA. Porcentaje de tiempo que dedica el niño/niña para hacer tareas
por sector
7.88
Mas de 2 horas al dia 9.88
6.26
18.11
Aprox. 2 horas 20.99
15.78
42.35
Aprox. 1 hora 41.57
42.98
26.61
Aprox. 30 minutos 23.78
28.9
5.06
NS/NR 3.78
6.09
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
Total 6to 3ero
Cuadro 4. Pregunta a directores: ¿Con qué frecuencia asiste a las reuniones de padres?
Porcentaje por grado según provincia
IDEICE 2021 25
TERCERO DE PRIMARIA SEXTO DE PRIMARIA
2 o 3 veces en 1 o 2 veces al 2 o 3 veces en 1 o 2 veces
Provincia Anual Semestral Anual Semestral
el semestre mes el semestre en el mes
La Altragracia 1.1 19.2 48.4 31.3 0.8 14.5 50.0 34.7
La Romana 3.7 24.6 48.5 23.1 2.2 27.8 42.2 27.8
La Vega 0.0 5.5 38.4 56.0 0.4 8.2 33.3 58.0
Ma. Trinidad Sánchez 0.0 4.9 40.6 54.5 0.0 1.0 50.5 48.5
Msr. Nouel 0.0 11.4 42.3 46.3 0.0 12.8 40.4 46.8
Monte Cristi 1.0 8.8 20.6 69.6 0.0 1.3 19.5 79.2
Monte Plata 0.0 5.1 41.1 53.7 0.0 5.5 40.4 54.1
Pedernales 0.0 5.0 25.0 70.0 7.1 0.0 35.7 57.1
Peravia 0.9 15.6 55.0 28.4 0.0 11.7 41.7 46.7
Pto. Plata 1.3 8.8 47.7 42.2 0.4 9.3 40.1 50.2
Samaná 1.3 5.3 27.6 65.8 0.0 3.0 40.3 56.7
San Cristóbal 2.6 23.1 48.2 26.2 2.4 14.2 51.6 31.7
San José de Ocoa 1.2 8.5 42.7 47.6 0.0 1.6 49.2 49.2
San Juan 1.1 5.0 54.2 39.7 0.0 7.4 56.5 36.1
San Pedro de Macorís 1.5 16.5 55.3 26.7 0.0 20.5 43.3 36.2
Sánchez Ramírez 0.0 14.3 36.9 48.8 0.0 7.7 44.2 48.1
Santiago 2.5 17.0 45.2 35.3 1.4 13.4 43.5 41.6
Santiago Rodríguez 0.0 7.5 52.5 40.0 0.0 6.7 36.7 56.7
Santo Domingo 7.1 25.3 42.5 25.2 4.0 22.5 40.7 32.8
Valverde 0.0 15.3 38.7 45.9 0.0 6.0 41.0 53.0
Total 2.5 15.1 43.6 38.8 1.2 12.6 42.3 43.9
TERCERO SEXTO
CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS
Leen No leen Leen No leen
Sector
Privado 53.1 46.9 20.3 79.7
Público 47.8 52.2 21.6 78.4
Quintil socioeconómico
1er 38.9 61.1 18.6 81.4
2do 45.9 54.1 21.4 78.6
3ero 48.3 51.7 21.6 78.4
4to 52.4 47.6 22.0 78.0
5to 57.7 42.3 23.1 76.9
Total 48.7 51.3 21.3 78.7
Cuadro 7. Pregunta: ¿Cuán satisfecho se encuentra del apoyo que el centro da a los padres o tutores
para la educación de sus hijos (por ejemplo, realizando talleres para padres, reuniones)?
Porcentajes por quintil socioeconómico y sector, según grado
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Cuadro 8. Pregunta: ¿Cuán satisfecho se encuentradisposición del centro para recibir y escuchar a los
padres o tutores? Porcentaje por quintil socioeconómico según grado