Vivienda Colectiva
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Plan Cerd
a imposibilidad de conocer con exactitud al habitante futuro de estas viviendas implic la adopcin de la idea de usuario tipo. Actualmente, a la luz de la aparicin de nuevas formas familiares, la apropiacin que hace de la vivienda cada tipo de usuario, la aparicin de nuevos hbitos asociados a estas nuevas formas de vida, la incorporacin de Internet, etc., se han ido produciendo sucesivas revisiones de las propuestas de antao con el fin de desarrollar tipologas que respondan a la situacin contempornea de diversidad social y creciente uso de la tecnologa, pretendiendo con ellas colaborar en la mejora de la ciudad y del territorio y aplicando, cada vez con ms insistencia, criterios de sostenibilidad. La opcin de la vivienda colectiva como respuesta ms ecolgica, en trminos de aprovechamiento energtico, se enfrenta a una invasin desordenada del entorno que, pretendidamente, se justifica con la caresta del suelo urbano, la necesidad de viviendas ms amplias, una supuesta libertad de eleccin por parte del usuario del tipo de residencia, una mayor independencia del vecindario, etc. Completando este panorama, los grandes
complejos comerciales, estratgicamente situados al borde de las autopistas, ofrecen ante el usuario, un universo del placerconsumo-ocio a precios econmicos. Por ello, se plantean las cuestiones de si existe la posibilidad de que la vivienda colectiva sea una opcin deseable por los habitantes de las ciudades, cuando el metro cuadrado es ms caro que el de un unifamiliar y las actividades culturales estn en la Red, y de si el centro de stas acabar habitado por un lado por clases muy acomodadas, y por otro, por clases desfavorecidas. En una situacin en la que el transporte colectivo facilita la dispersin, y asociamos la densificacin a un posible origen de conflictos, el concepto de vivienda colectiva entra en crisis en medio de posturas que defienden vehementemente su pervivencia. Con la promulgacin de la primera Ley de Casas Baratas en 1911, se inici la intervencin pblica en el alojamiento colectivo de la poblacin obrera, que no erradic ni el barraquismo ni la autoconstruccin, y que alcanz su zenit en las dcadas 60 y 70, en paralelo con iniciativas de otros promotores tales como empresas, cajas de ahorros e instituciones religiosas.
En 1853, se aprueban medidas legislativas como la Real Orden de 9 de septiembre, que instaba a los gobernadores civiles de Madrid y Barcelona a construir casas para pobres, dando lugar a debates y propuestas de inters. En el caso de Barcelona cabe destacar la que formul el arquitecto Josep Oriol Mestres en 1854, para construir un edificio de viviendas colectivas para obreros en terrenos del barrio de Les Corts que, a pesar de no llegar a materializarse, dio lugar a un amplio estudio sobre la tipologa unifamiliar o colectiva de las casas obreras, y en el que participaron activamente, entre otras entidades, la Sociedad Econmica de Amigos del Pas realizando una propuesta alternativa en forma de casas unifamiliares. En Madrid, en 1862, hubo una propuesta similar, la Villa Isabel II proyectada por Daguillon, que tampoco se materializ. La intervencin directa del Estado se produjo de forma intensa y fuertemente regulada en el perodo 1939-1979, con promociones de amplia repercusin social e irregular valor arquitectnico, en el marco del nacional sindicalismo (Instituto Nacional de la Vivienda, Obra Sindical del Hogar, Gobiernos civiles, Patronato Francisco Franco, etc.).
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de dimensiones reducidas surcadas por diagonales que unan plazas, mostrando influencia barroca; la isabelina, en la que se derribaron conventos para construir mercados cubiertos como smbolo del progreso popular, apareciendo en ambas construcciones de 4 y 5 pisos; y la de la Restauracin, en la que se inicia una actividad urbanstica expansionista, con la aparicin de Ordenanzas Municipales y Planes de Ensanche. Esta ltima generacin, que no incorpora una visin sanitaria hasta finales de siglo (1895, Ley de Saneamiento y Mejora de las Poblaciones), se extiende hasta bien entrado el primer tercio del siglo XX. En Barcelona se aprueba el Plan Cerd, que plante su ensanche como una ciudad completamente nueva, con un trazado ortogonal uniforme, con tres ejes oblicuos. La unidad bsica es la manzana de 113 metros de lado y achaflanada en sus esquinas, para mejora de la visibilidad, crendose pequeas plazas en los cruces. Se prevean cuatro anchuras de calle (20, 30, 50 y 100 metros), la existencia de jardines en el interior de las manzanas y una edificabilidad mucho menor
que la que finalmente se autoriz. La uniformidad en el trazado pretende evitar la segregacin social, que, finalmente, acabara imponindose. En la misma poca se plante en Madrid la necesidad del ensanche, cuya direccin fue encomendada a Carlos Mara de Castro. Este ensanche se asemeja al de Cerd en el trazado ortogonal, pero incorpor la segregacin social desde su concepcin (barrio aristocrtico en el eje de la Castellana, zona burguesa en el actual barrio de Salamanca, y barrios obreros como Chamber o el situado al sur del Retiro). El ensanche de Bilbao de Amado Lzaro no prosper y hubo que esperar a 1873 al plan del arquitecto Achcarro y de los ingenieros Alzola y Hoffmeyer. La ciudad se desarrolla como un damero en torno a una plaza elptica, influida por la LEtoile parisina, de la cual parten ocho calles radiales. San Sebastin encomend su ensanche a Gortzar. El plan Cerd sirvi de inspiracin para los ensanches de Sabadell y Tarrasa. Como superacin del concepto de ensanche surge el Proyecto de la Ciudad Lineal de Arturo Soria en 1892, inspirado en el pensamiento de Fourier y de Fernndez de los Ros, y adelantndose en seis aos al movimiento de las ciudades-jardn de Howard. Se trataba de crear una ciudad nueva y saludable, organizada y comunicada en torno a una amplia avenida central en la que el tranva actuaba como elemento vertebrador, con una importante dotacin de escuelas y comercios. Las viviendas unifamiliares, con grandes extensiones de jardn, huertos y zonas verdes, dejaran lugar a la diferenciacin social, pero no relegaran a los humildes a suburbios. El primer tramo de la Ciudad Lineal se acab en 1911 como zona residencial y de recreo veraniego de la burguesa. Ese modelo inicial tuvo una buena acogida conceptual en Catalua donde se plantearon, sin llegar a realizarse, una barriada en Barcelona, una articulacin del eje Reus-Tarragona-Salou y una colonia agrcola en Vilanova. El plan de Nez Grans, aprobado en 1916 y nunca realizado, intent unir la ciudad de Madrid con los ncleos perifricos. Su idea de la prolongacin de la Castellana, fue retomada en uno de los puntos del pliego de condiciones del concurso que convocara el Ayuntamiento de Madrid en 1928. En esta dcada aparece una nueva generacin de arquitectos, influidos por las corrientes del racionalismo. El gobierno republicano proporcion un fuerte impulso poltico al planeamiento urbano, especialmente bajo el mandato de Indalecio Prieto entre 1931 y 1933. En esta generacin destacan por su actividad urbanstica Secundino Zuazo y Fernando Garca Mercadal. Este segundo, es el principal introductor en Espaa del racionalismo centroeuropeo. Particip en el
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desanima tanto a los inversores potenciales como a los dueos de las viviendas sin uso, de tal manera que el parque de viviendas en alquiler se reduce en nmero y calidad y desaparecen las opciones de alquiler para situaciones tpicas de divorcios, movilidad de la poblacin por trabajo, emancipacin de los jvenes, etc. El objetivo pretendido de todos los Planes de garantizar el acceso a la vivienda a todas las capas de la poblacin, no es conseguido por ninguno de ellos. El ms ambicioso de todos ellos (1961-1976), que apoy la construccin de viviendas como una de las alternativas para comenzar el despegue econmico del pas, impulsa la construccin de muchas ms viviendas de las que el Plan sealaba como necesarias, pero en rgimen libre, quedando el nmero de viviendas protegidas construidas por debajo de las determinaciones del Plan, y propiciando el aumento de viviendas vacas y secundarias. El siguiente Plan de vivienda (Plan trienal
1981-1983) vuelve a plantear el descenso del desempleo y resolver el problema de vivienda de una parte de la poblacin que no pudo optar a ella durante la poca anterior pero, asimismo fracasa, dejando a un porcentaje de poblacin sin acceso a la vivienda ya que las viviendas sociales, dada la mala situacin econmica, van siendo acaparadas por las clases con ms capacidad para obtener un crdito. A esto se le aade el que no hubo una adecuada previsin de localizacin y muchas de las viviendas que se construyeron no fueron necesarias en esos lugares. El Plan cuatrienal 1984-1987 llega en un momento de recuperacin econmica y las causas de su fracaso son similares a las de los anteriores. Este modelo propicia que, en perodos de crecimiento econmico, el aumento de las rentas familiares genere un incremento de la demanda, favorecindose la construccin de viviendas libres, dejando a la poblacin con menos recursos sin
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ambas de 1956. Los poblados de Entrevas (Alvear, Oiza, Sierra, 1957), construido sobre un terreno en pendiente y organizado modularmente, y de Cao Roto (Vzquez de Castro, iguez, 1957), con viviendas en hilera, casas patio y bloques en altura, responden con propuestas vanguardistas a la problemtica de alojamiento. Adems de ellos, y con edificios de gran calidad, varios arquitectos contribuyeron a crear la imagen de modernidad de la arquitectura espaola, entre ellos destacan Miguel Fisac, Jos Mara Garca de Paredes, Javier Carvajal y Rafael de la Hoz. Adems de los autores citados, en la dcada 60 en Madrid trabaj un grupo que se erigi con un magisterio indiscutible. Entre ellos destacaron: Julio Cano Lasso, con las viviendas de la calle Baslica, Jos Antonio Corrales o Ramn Vzquez Molezn, Javier Carvajal, con las viviendas de Somosaguas y las de la Plaza de Cristo Rey. Tambin destacan otras figuras como Antonio Fernndez Alba, Jos Mara Garca de Paredes, Jos Luis Fernndez del Amo y Rafael de la Hoz. En Barcelona, Oriol Bohigas con Josep Mara Martorell y David Mackay, as como F. Correa junto a M. Mil, fueron los arquitectos ms significativos. La dcada de 1970 aport la novedad de una mayor complejidad, tanto en lo conceptual como en lo formal, marcada por la crisis del movimiento moderno. La figura clave de estos aos fue Rafael Moneo. Entre las figuras ms representativas de esta generacin destacan Juan Navarro Baldeweg, Fernando Higueras y Juan Daniel Fullaondo, y los equipos barceloneses formados por scar Tusquets y Llus Clotet, Helio Pin y Albert Viaplana, as como Esteve Bonell, Josep Mara Gil y Francesc Rius.
En la dcada de 1980 se consolidaron algunos arquitectos de la generacin del 68. Alberto Campo Baeza, Jernimo Junquera y Estanislao Prez Pita, Mariano Bayn y Andrs Perea son los nombres ms destacados del panorama madrileo. Jos Llins, Jaume Bach y Gabriel Mora, Jordi Garcs y Enric Soria, y Elas Torres junto a Jos Antonio Martnez Lapea, forman el grupo de Barcelona. En Sevilla sobresalen Guillermo Vzquez Consuegra, Antonio Cruz y Antonio Ortiz, y en La Corua Csar Portela.
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Calderas estancas con microacumulacin vlidas para reposicin con salida de gases a fachada (segn nuevo RITE)
La nueva gama de calderas CLASE 5 estancas Excellent Low Nox est especialmente recomendada para el cumplimiento del nuevo RITE en lo referente a instalaciones de calderas de reposicin. Gracias a sus bajas emisiones NOx (mejor clasicacin: clase 5 segn Norma EN 297/A) es posible su utilizacin manteniendo la instalacin actual con salida de gases a fachada, lo que supone evitarse el costo y las molestias que representa modicar dichas instalaciones. Al mismo tiempo, el uso de estos modelos permite adaptarse a la nueva normativa sin incremento de costo, al ser sus precios similares a los de las calderas estancas tradicionales.
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piscina que acta como aislante y permite almacenar el agua pluvial, con lo que se consigue un importante ahorro energtico. El entorno del edificio del vapor Sempere, tpico ejemplo de la arquitectura industrial de Sabadell, ha sido objeto de intervencin por parte del equipo formado por Rafael Moneo, Jos Antonio Martnez y Elas
Torres quienes, gracias a un bloque de viviendas, han conseguido potenciar la vida comunitaria, mejorar la calidad del espacio interior de la manzana y resolver la relacin volumtrica entre los edificios. A pesar de su reducido tamao, el edificio de viviendas Coll i Veh, en Barcelona, de Archikubik, es un ejercicio bien resuelto
urbicad
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de integracin de un edificio plurifamiliar de tres viviendas, en un solar de reducidas dimensiones, y entre tres edificios con medianeras de gran altura. Se ha requerido, por tanto, una minimizacin de los espacios comunes, que se organizan en torno a un patio central que, a su vez estructura la disposicin de las viviendas, garantizando la iluminacin y la ventilacin de stas y de la zona de escaleras. Dando respuesta a una nueva necesidad social, los pisos tutelados para personas mayores, el equipo de arquitectos formado por Garcas, Garca, Golomb, Hevia y Velasco dise en Palma de Mallorca un sencillo bloque desarrollado en torno a un espacio central rodeado por una galera acristalada que da acceso a viviendas y terrazas y se erige en un mecanismo fundamental de control solar (en verano se recoge la piel de vidrio tras una serie de estores que proporcionan sombra al corredor, y ganancia solar pasiva mediante el efecto invernadero producido por el acristalamiento aislante en invierno). Existen adems espacios de socializacin compartidos por cada dos viviendas. Buscando dar respuesta a las nuevas necesidades sociales, Luis Francisco Herrero, Marta Prez y Carlos Lacalle han diseado y construido en Rabassa (Alicante) un
edificio de VPO constituido por viviendas con espacios indiferenciados, con reas de almacenaje independientes de las estancias y dos baos. El estar, que se prolonga con una amplia terraza, cuenta con un balcn que ofrece proteccin acstica y trmica a una estancia que disfruta de ventilacin cruzada procedente de tres orientaciones. En el ensanche prximo a la Universidad Jaume I (Alicante), y en un solar de geometra triangular, Enrique Fernndez-Vivancos Gonzlez ha diseado una urbanizacin radial de VPO que permite liberar el espacio central que da acceso a locales comerciales. Al interior, las viviendas se estructuran en una franja exterior de estancias y en una interior para servicios.
La vivienda colectiva es el resultado arquitectnico de disear pensando en un individuo no conocido, por lo que muchas veces se opta simplemente por reproducir un modelo las veces necesarias
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Las distintas ciudades espaolas son laboratorios de ensayo para los arquitectos, que bajo las dificultades de los planes urbansticos y normativas, presentan propuestas diferentes, atrevidas y transgresoras en materia de vivienda colectiva
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Publicidad Engaosa.
El coeficiente de Manning no es un coeficiente de rugosidad. La rugosidad no es ms que uno de los factores que afectan a este coeficiente (ver frmula): donde k es la rugosidad (m), D el dimetro interno (m) y g la gravedad (m/s2). El peso que tiene en el coeficiente de Manning la rugosidad superficial de la pared del tubo es, en cualquier caso, menor conforme aumenta el dimetro de la conduccin. Esto se debe a que el porcentaje de fluido que se ve influido por las fuerzas de rozamiento viscoso entre la pared del tubo y ste se vuelve cada vez menor respecto al caudal total. En el valor del coeficiente de Manning de diseo utilizado debe garantizar que la conduccin sea hidrulicamente adecuada a lo largo de toda su vida til, por lo que tiene que tenerse en cuenta la deformacin mxima que la tubera de plstico en cuestin vaya a alcanzar y fenmenos como el corrugation growth (fenmeno que se produce en las tuberas corrugadas cuando se ven sometidas a cargas mecnicas: la corruga exterior ejerce presin sobre la fina capa interior, que pasa de ser lisa a ser corrugada, disminuyendo notablemente el radio hidrulico de la conduccin). Si en lugar de considerar por un lado las prdidas de carga del tubo y por otro las locales (codos, cambios de seccin, pozos) se realiza un clculo total, debe incrementarse el coeficiente de Manning, aumentando el valor de la rugosidad en la medida en que deban prorratearse las prdidas de carga locales como prdidas en los tubos. El coeficiente de Manning, que se utiliza para el dimensionamiento mecnico de tuberas en lmina libre representa la capacidad hidrulica del sistema, no del tubo. Debe utilizarse un coeficiente de Manning de diseo que tenga en cuenta la influencia de pozos de registro, codos, resaltos, cambios de pendiente, nivel de mantenimiento previsto en la red (depsitos slidos) Dada la dilatada experiencia existente con los tubos de hormign, los coeficientes que se aplican a este producto son coeficientes de diseo conservadores, que tienen en cuenta cualquier merma que pueda producirse en el sistema por factores distintos a la rugosidad del tubo a lo largo de toda su vida til. Sin embargo, los coeficientes que recomiendan los fabricantes de tuberas de plstico son coeficientes que slo tienen en cuenta el comportamiento del tubo y, lo que es ms, que obedecen a condiciones de laboratorio, no de diseo. En definitiva, todas estas razones y las conclusiones que los estudios a los que nos referimos ofrecen llevan a afirmar que las tuberas de hormign tienen, como mnimo, igual capacidad hidrulica que las tuberas de plstico. Si algn lector tiene curiosidad a la hora de profundizar en este tema le invitamos a ponerse en contacto con ANDECE para solicitar cualquiera de los documentos en los que nos apoyamos para hacer tal afirmacin: Norma Europea UNE-EN 752-4: Sistemas de desages y de alcantarillado exteriores a edificios. Parte 4: Clculo hidrulico y consideraciones medioambientales. En el apartado dedicado a las prdidas de carga mencionan coeficientes de Manning de diseo entre n = 0,011 y n = 0,014 (K = 70 90).
juntas elastomricas y superar diversos test de estanquidad, de acuerdo a la norma UNE-EN 1916. Estas juntas deben cumplir la misma normativa (UNEEN 681) independientemente de que sean usadas en un tubo de hormign o en uno de plstico. Dicho esto, cabe destacar que las condiciones (desviaciones angulares y esfuerzos cortantes) a las que se someten las juntas de los tubos de hormign en sus ensayos de estanquidad son ms restrictivas que aquellas a las que deben someterse los tubos de plstico. Las presiones de ensayo son idnticas: 5 m.c.a. Ambas afirmaciones pueden comprobarse en las Normas EN 1916 y EN 14376. Todo esto implica que, si el montaje es adecuado, un tubo de hormign ofrece una mayor seguridad ante posibles problemas de estanquidad. Adems, las deformaciones que pueden alcanzarse en las tuberas de plstico pueden comprometer la estanquidad de las juntas.
Las tuberas de hormign son igualmente estancas: Las actuales tuberas de hormign deben incorporar
Informe de la Ctedra de Ingeniera Sanitaria y Ambiental. Departamento de Ingeniera Hidrulica y Medio Ambiente. Universidad Politcnica de Valencia. La conclusin de este informe es que debe usarse un valor del coeficiente de Manning independiente del material, comprendido entre 0,011 y 0.014. Contribucin al clculo hidrulico de Tuberas. D Lus Torrent (artculo en la Revista de Obras Pblicas). Demanda la correcta evaluacin hidrulica de ambos productos. Boletn oficial de Navarra- Nmero 36. Establece el uso de un coeficiente n = 0,014 independiente del material. Informe de la Comisin Tcnica de la Cmara Sindical de la Higiene Pblica (Francia). Establece que los tubos de plstico y hormign para sistemas de saneamiento son hidrulicamente equivalentes. Informe de la Compagnie Nationale du Rhone. Establece, tras los pertinentes ensayos, que para tuberas de saneamiento el coeficiente de Manning de plstico y hormign es idntico para plstico y hormign. Informe del estudio realizado en la Universidad de Alberta. Establece que el coeficiente de Manning es prcticamente idntico en tuberas de saneamiento de hormign y plstico.
hoy son probadamente falsos y que perjudican a la industria de la tubera de hormign, impidiendo una competencia libre y limpia.
La justicia de dos grandes potencias europeas: Francia y Alemania, se ha pronunciado ya en este sentido, prohibiendo la difusin de ciertos mensajes que, a da de
El uso de argumentos falsos relativos a la capacidad hidrulica de sus tuberas respecto a las de hormign le costaron a un fabricante de tuberas de plstico en Francia y a la Asociacin Profesional de Tubos de Materiales Plsticos (KRV) en Alemania, sendas llamadas de atencin por parte de los tribunales, y la obligacin, por sentencia judicial, de modificar los argumentos utilizados en la publicidad de sus tuberas de saneamiento. Los mensajes condenados difundan ideas que se ven en muchos folletos publicitarios de fabricantes de tuberas de plstico: que coeficientes de Manning muy dispares (por ejemplo n=0.008 frente a n= 0.014) permiten sustituir tuberas de hormign por tuberas de plstico de dimetro mucho menor (por ejemplo un dimetro 1000 de hormign -dimetro interior- por un 700 -exterior- de plstico). En el caso francs (Audiencia del 12 de Septiembre de 2002, por la Primera Sala de lo Civil del Tribunal de Apelacin de RIOM - Francia), la denuncia fue presentada en Francia por varios fabricantes de Tuberas de Hormign, agrupados en la Federation de lIndustrie du Beton (FIBA), contra un fabricante de tuberas de plstico. El motivo de la denuncia fue la siguiente frase, que apareca en un folleto tcnico sobre saneamiento: permiten en numerosos casos ganar un dimetro a la hora del dimensionamiento de la red. En alemania, el motivo fue la publicidad del folleto editado en el ao 2005 por la Asociacin profesional de tubos de material plstico Kunsttoffrohrverban (KRV), con el ttulo genrico de Canalizaciones duraderas de aguas residuales. Tras la sentencia (Audiencia Provincial de Colonia, del 01.06.2006 -A.Z. -31 O 860/05) a KRV le fue prohibida la difusin de este folleto. El tribunal limit su decisin a parte del contenido folleto (pginas 16/17). Esta parte tena como ttulo: Por qu los resultados para tubos de plstico son tan buenos?. Nuestro pas no es ajeno a este tipo de mensajes por parte de los fabricantes de tuberas plsticas. Numerosos folletos y catlogos de fabricantes espaoles incorporan publicidad engaosa. Entendemos que ante esta situacin tenemos tanto el derecho como el deber de expresar nuestro punto de vista sobre todos aquellos temas en los que se nos compara con otros tipos de productos. Esperamos que este breve artculo haya servido para, si no aclarar ciertos temas, s sembrar la duda sobre cuestiones que entendemos como falsas y que nos perjudican directamente.
internacionales han demostrado que, en el caso particular de las tuberas de saneamiento, la capacidad hidrulica de los tubos de hormign es igual a la capacidad hidrulica de los tubos de plstico, dado un mismo dimetro interior. Esto se debe a las siguientes razones:
Las tuberas de hormign ofrecen la misma capacidad hidrulica: Diversos estudios nacionales e
Poco despus de que la tubera comience a prestar servicio, se produce una proliferacin de bacterias (biofilm) que provoca que la superficie de contacto entre el efluente y el conducto sea idntica para cualquier tubo, independientemente de su material.
Las tuberas de hormign ofrecen el mismo nivel de manejabilidad a partir de ciertos dimetros:
Ya sea porque la tubera pasa a ser demasiado pesada para su manipulacin manual o demasiado voluminosa, para la gran mayora de dimetros utilizados en los sistemas de saneamiento y drenaje, las tuberas de plstico necesitan tambin de maquinaria para su manejo. El coste derivado del uso de maquinaria depende de las horas de uso que sea necesario utilizar la maquinaria en cuestin, no del peso manejado.
(tpicamente 2,5m frente a 6 m), equipados con juntas elsticas, permite un mayor giro entre tubos adyacentes que facilita el seguimiento del trazado sin comprometer la estanquidad y sin necesidad de recurrir, por norma general, a piezas especiales tales como codos, que perjudican la hidrulica del sistema.
Las tuberas de hormign ofrecen mayor facilidad de adaptacin a las irregularidades del trazado: La menor longitud de los tubos de hormign
Las tuberas de hormign tienen una mayor vida til: La resistencia mecnica de las tuberas de hormign
aumenta con los aos, mientras que las tuberas de plstico