TEMA 17. El Suelo
TEMA 17. El Suelo
TEMA 17. El Suelo
1. INTRODUCCIÓN.
3. COMPOSICIÓN Y ESTRUCTURA.
8. CONCLUSIÓN.
9. BIBLIOGRAFÍA.
1. INTRODUCCIÓN
El primer estudio sistemático del suelo se llevó a cabo en 1883 con la tesis doctoral “El
Chernozem ruso” (Dokuchaev, 1860-1926). Desde entonces se ha constituido en una
disciplina científica (edafología) que ha tomado gran auge en el área de las ciencias de tierra,
especialmente en las últimas dos décadas debido a problemas como la erosión y la
contaminación. A lo largo de este tema abordaremos distintas cuestiones relevantes para la
ciencia edafológica.
2. ORIGEN DEL SUELO. EDAFOGÉNESIS.
b) Químicas.
Acidez (pH): depende de la roca madre, la descomposición de materia orgánica, la
actividad biológica, etc. Determina la mayor o menor solubilidad de los
compuestos.
Óxido-reducción (Redox): Pérdida o ganancia de electrones por parte de los iones
de los constituyentes. Influye en la solubilidad de los compuestos.
Capacidad de cambio iónico: Iones fijados a la solución del suelo que constituyen
una reserva de nutrientes. Confieren un carácter tampón contra contaminantes.
2.2. EDAFOGÉNESIS.
Los factores que condicionan la formación del suelo (edafogénesis) fueron recogidos por
primera vez por Jenny en la siguiente expresión S=f (R , C , O , t , p)
Según la cual, la formación del suelo (S) es función de:
La roca madre (R): composición, permeabilidad, textura, etc. especialmente en las
primeras fases de formación.
El clima (C): factor edafogenético más importante. Temperaturas y humedad elevada
favorecen la formación del suelo.
Organismos (O): Aportan materia orgánica y protegen al suelo de la erosión.
El tiempo (t): Un suelo bien formado puede tardar 10.000 años en llegar a su estado
estacionario o clímax, por lo que se comporta en la práctica como un recurso no
renovable.
La pendiente (p): El desarrollo de los suelos se ve favorecido por una escasa pendiente.
Por otro lado, su orientación influirá en sus características físico-químicas.
En la edafogénesis distinguimos dos etapas: meteorización y evolución.
2.2.1. Meteorización
Es el primer paso en la formación de un suelo. Existen tres tipos de meteorización:
a) Meteorización física: consiste en la disgregación de la roca madre en un material de
más de 2 mm de grano llamado saprolita. Se produce por cambios de volumen y
presión debido a:
Termoclastía: por dilatación-contracción térmica.
Crioclastía: acción de cuñas de hielo.
Haloclastía: crecimiento de sales en los poros de la roca al evaporarse el
agua.
b) Meteorización química: es la alteración de las rocas por la acción del agua, sustancias
disueltas en ella y gases como CO2 y O2. Produce minerales distintos a los originales.
Los procesos más importantes son:
Carbonatación-descarbonatación: Ataque químico del CO2 del agua sobre
rocas calizas. El carbonato cálcico puede ascender a superficie formando
costas de caliche.
CaCO3 + CO2 + H2O Ca (HCO3)2 Ca2+ + 2 HCO3-
Hidrólisis: Los H+ y OH- reaccionan con minerales como los silicatos dando
origen a nuevos minerales. Por ejemplo:
2x Mg2SiO4 + 3x H2O 2x Mg(OH)2 + SiO2 + H2O
Forsterita Brucita Cuarzo
c) Meteorización biológica: provoca meteorización física (efecto de cuña por las raíces,
remoción de partículas por animales) y química (incremento de CO 2, acidificación del
suelo por líquenes, etc.).
2.2.2. Evolución
El proceso de meteorización origina una superficie alterada que puede degenerar en
materiales sueltos (saprolita) que permiten la infiltración del agua. Esta situación posibilitará
el asentamiento de los primeros colonizadores: líquenes, cianobacterias y musgos. Éstos
acelerarán el proceso de meteorización y aportarán materia orgánica (transformada en humus
mediante el proceso de humificación). Cuando hay algunos milímetros de material
meteorizado aparecerán las primeras hierbas, a las que seguirán arbustos y finalmente árboles.
A lo largo de todo ese proceso los minerales de la roca madre se harán inestables,
creándose minerales de neoformación. La secuencia de alteración está descrita por la escala
de Goldich (inversa a la serie de Bowen):
3.1. COMPOSICIÓN
Los componentes del suelo se pueden dividir en:
Sólidos:
- Materia inorgánica: Es el mayor porcentaje del suelo.
- Materia orgánica: Humus. En 1880 Müler distinguió dos tipos: “mor” o materia
orgánica poco transformada y “mull” o materia orgánica transformada.
Líquidos:
Agua y sustancias que se encuentran disueltas en ellas (HCO 3-, SO42- , CO-, K+, Na+, etc.).
Esta agua, de más a menos disponible por las plantas, puede ser:
- Agua gravitacional (no retenida por el suelo)
- Agua capilar (retenida por el suelo a presiones de 1 – 31 atm)
- Agua higroscópica (retenida a presiones mayores de 31 atm)
Gaseosos:
- Aire atmosférico.
- Procedentes de la actividad biológica, fundamentalmente: CO2 y O2
Seres vivos:
- Animales: microorganismo, ratones, hormigas, ácaros, etc.
- Vegetales: raíces, rizomas, hierbas, etc.
Horizonte A
Es rico en materia orgánica y humus, mezclados con minerales de tamaño arena y limo.
Presenta una elevada actividad microbiana y vegetal. En él predominan los procesos de
lavado o “eluviación”, consistentes en la disolución y arrastre por agua de determinados iones
hacia horizontes más profundos.
Horizonte B
Tiene menos actividad microbiana y materia orgánica. Predominan los procesos de
acumulación o “iluviación” del material eluviado del horizonte A. Precipitan y se acumulan
materiales como hierro, aluminio, humus y especialmente arcillas, que le confieren cierta
impermeabilidad.
Los horizontes A y B considerados conjuntamente constituyen el solum del suelo.
Horizonte C
La actividad biológica y la materia orgánica son prácticamente nulas. Solamente existen
procesos de meteorización.
Horizonte R
Es la roca madre sin alterar.
4. CLASIFICACIÓN DE LOS SUELOS
Las dos principales clasificaciones de los suelos son la “Soil Taxonomy” de la USDA y la
“WRB” modificada por la FAO en 1998 para hacer un mapa mundial de suelos. Sin embargo,
en educación secundaria se utiliza la clasificación climática por ser más fácil e intuitiva.
B) Suelos no zonales
Litosuelos. Suelos jóvenes en los que el clima aún no ha tenido tiempo de incidir. Factor
condicionante es la roca madre. Perfil característico AC
Rankers. Suelos ácidos desarrollados sobre rocas silíceas.
Rendzinas. Suelos básicos sobre rocas calizas.
Suelos hidromorfos. Condicionados por su mal drenaje.
Gley. Con perfil AR. Materia orgánica acumulada en superficie.
Suelos de turbera. Presenta encharcamientos extremos. Se alcanzan condiciones
anaerobias por lo que constituyen ambientes ideales para la conservación de
fósiles, como se estudia en el tema 18: “La Tierra, un planeta en continuo cambio”
y la formación de carbón.
Suelos halomorfos. Tienen carácter salino, presentando vegetación halófila. Ejemplo:
Salicornia sp y Sarcocornia sp.
El desarrollo de la sociedad moderna ha supuesto un uso cada vez más intensivo del suelo
como soporte físico de las edificaciones, la industria, las vías de comunicación, etc. generando
importantes impactos sobre él. Nuestra comunidad legisla este aspecto con el Decreto
206/2006, de 28 de noviembre por el que se aprueba el Plan de Ordenación Territorial de
Andalucía (POTA). Dicho Plan (inspirado Carta Europea de Ordenación del Territorio,
Torremolinos 1983) busca “planificar el territorio”, es decir, usarlo racionalmente, destinando
cada zona del mismo al uso para el que es más apto, buscando sus potencialidades y evitando
los riesgos e impactos.
B. Estudios de laboratorio
Análisis físico. Se cuantifica la granulometría (por tamizado) y así se puede determinar su
textura, también se calcula la humedad, porosidad, permeabilidad, color (usando las claves
Munsell: brillo, matiz y croma), etc.
Análisis químico. Se determina el pH, la conductividad eléctrica (para saber el contenido
en sales), los iones principales, etc.
Análisis mineralógico. Normalmente con diversas técnicas de espectroscopía y difracción
de R-X
Determinación de la materia orgánica. Fundamentalmente por pirolisis y resonancia
magnética nuclear.
Análisis biológico. Determinación de la flora y fauna presente en el suelo, especialmente
bacterias y hongos, utilizando claves dicotómicas.
8. CONCLUSIÓN.