Sentencia 325 2019 RRC
Sentencia 325 2019 RRC
Sentencia 325 2019 RRC
html
RESULTANDO
Por memoriales presentados el 7, 8 y 19 de junio de 2017, Freddy Gilberto Romay Gonzales, de fs.
1200 a 1227, Pastor Ismael Molina Quintana, de fs. 1228 a 1238 vta. y Wilfredo Ramos Quispe, de
fs. 1258 a 1279, interponen recursos de casación impugnando el Auto de Vista 17/17 de 17 de
marzo de 2017, de fs. 1136 a 1152, pronunciado por la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Potosí, dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público, así
como por la acusación particular de Luisa Choque Rosas, Aldo Iván Condori Choque, apoderados
Felipe Cupara Avilla, Constancia Mamani Santos de Luna, Gregorio Yebara Callahuara, el Consejo
de la Magistratura, la Alcaldía Municipal y el Gobierno Autónomo Departamental contra los
recurrentes, por la presunta comisión de los delitos de Resoluciones Contrarias a la Constitución y
la Leyes, y Prevaricato, previstos y sancionados por los arts. 153 y 173 del Código Penal (CP),
respectivamente.
I.1. Antecedentes.
a) Por Sentencia 33/2016 de 14 de julio (fs. 692 a 752), el Tribunal Segundo de Sentencia del
Tribunal Departamental de Justicia de Potosí, declaró a Freddy Gilberto Romay Gonzales,
Pastor Ismael Molina Quintana y Wilfredo Ramos Quispe, autores y culpables de la comisión
del delito de Prevaricato, previsto y sancionado por el art. 173 del CP, imponiendo la pena de
cinco años de reclusión.
b) Contra la mencionada Sentencia, los imputados Pastor Ismael Molina Quintana (fs. 796 a
810 vta. y 1076 a 1079), Wilfredo Ramos Quispe (fs. 831 a 846 vta. y 1088 y vta.), Freddy
Gilberto Romay Gonzales (fs. 909 a 925 y 180 a 11084 vta.), el Ministerio Público (fs. 822 a
828 vta. y adhesión fs. 998) y el Gobierno Autónomo Departamental de Potosí (fs. 938 a 939
y 1086 y vta.), interpusieron recursos de apelación restringida que previos memoriales de
subsanación, fueron resueltos por Auto de Vista 17/17 de 17 de marzo de 2017, pronunciado
por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Potosí, que declaró
improcedentes los recursos planteados; en consecuencia, confirmó la Sentencia apelada,
siendo emitidas las resoluciones de 1, 2 y 6 de junio de 2017, sobre complementación y
enmienda (fs. 1170, 1174 y 1181), motivando la formulación de los recursos de casación
sujetos al presente análisis.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 1/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
2) Después de hacer referencia al motivo del recurso de apelación restringida en sentido de que
la Sentencia se basó en fundamentación insuficiente y contradictoria, describiendo a
continuación el contenido de la fundamentación de la Sentencia, cuestionando la ausencia de
fundamentación jurídica, descriptiva e intelectiva de la prueba, asevera que el Tribunal de
alzada, remitiéndole al punto 3 del Auto de Vista recurrido -que describe ampliamente-,
señaló de manera “absolutamente lacónica” que al haberse realizado una descripción de
cada elemento de prueba incorporado a juicio se cumplió con la valoración reclamada; que
según el recurrente, resulta ininteligible, contradictoria, incongruente y ofensiva, porque se
trata de una plantilla mal elaborada que en nada absuelve los fundamentos de su recurso y
que le pone en estado de indefensión, porque no analizaron sus reclamos respecto al análisis
del tipo penal de prevaricato, tampoco verificó “si el fallo de mérito” realizó alguna
fundamentación sobre los hechos demostrados, menos verificó si el fallo contenía una
verdadera valoración individual e integral de las pruebas de cargo y de descargo y tampoco
realizó el análisis si en la Sentencia se podía verificar la exteriorización del razonamiento de
los jueces sobre el ejercicio de subsunción del hecho al tipo penal acusado. Indica que
consiguientemente concurre un vitio infra petita
, que importa restricción a su derecho a la
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 2/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
defensa y derecho de acceso a la justicia, que son vertientes del debido proceso que le fue
restringido. Invoca el Auto Supremo 729 de 26 de diciembre de 2004.
Alega que el Tribunal de alzada, soslayó todos los defectos de sentencia dictada en su
contra, omitiendo exigir se haga mención expresa al valor asignado a cada prueba, eludiendo
analizar y absolver su recurso.
Indica que los Vocales, no prestaron la debida y suficiente atención de sus fundamentos y
que se limitaron a manifestar que supuestamente existiría contradicciones en su
fundamentación, lo que no acepta. Invoca como precedente contradictorio el Auto Supremo
14/2013-RRC de 6 de febrero.
Concluye señalando que el Tribunal de alzada, omitió realizar el examen técnico de los jueces
de mérito sobre el sistema empleado para valorar la prueba.
2) Argumenta que como tercer motivo de su recurso de apelación, denunció que la Sentencia
incurrió en insuficiente y contradictoria fundamentación; y, que el Tribunal de apelación
habría señalado que el cuestionamiento inherente a establecer elementos de prueba para
determinar la existencia de los elementos de prueba pertinentes que tengan relación con los
tipos penales acusados en esa faceta u operación valorativa de carácter descriptivo, no es
una exigencia cuyo cumplimiento implique una ausencia o insuficiencia de fundamentación
probatoria descriptiva; y, que al respecto, el recurrente, observa que es una “ ABERRACIÓN
JURÍDICA PROCESAL ” (sic) el concluir que la ausencia de descripción de los elementos de
prueba no implique ausencia o insuficiencia de fundamentación probatoria. Alega que se violó
su derecho de conocer a cabalidad en qué pruebas se basó el Tribunal de sentencia para
condenarlo, invocando como precedente contradictorio el Auto Supremo 176/2013-RRC de 24
de junio.
3) Señala que como cuarto motivo de su recurso de apelación restringida, denunció la falta de
congruencia entre la acusación y la Sentencia, alegando que el Tribunal de alzada, no
resolvió el cuestionamiento esencial relativo a la infracción a normas relativas a la coherencia
entre acusación y Sentencia, argumentando que se le condenó por un hecho donde no
existen los elementos objetivos del tipo penal de Prevaricato; y, menos se introdujo un solo
elemento que demuestre que la resolución judicial que emitió el imputado fuera contraria a
alguna norma civil o de otra índole; y menos, que la misma sea manifiestamente contraria a
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 3/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Indica que otro de los agravios que expresó en su recurso de apelación restringida, fue el
error in iudicando en la Sentencia por falta de elementos constitutivos del tipo penal de
Prevaricato, que después de referir los argumentos que expuso; y, parte de la resolución del
Tribunal de alzada, señala que este Tribunal, no respondió a los argumentos que esgrimió en
este agravio y que sólo le remitió al Auto de Vista que se pronunció respecto al defecto de
sentencia por errónea aplicación de la ley, indicando el recurrente que fue respondida a otro
coimputado, pese a que la “norma”, expresa que cada agravio debe ser respondido a cada
recurso planteado por cada uno de los acusados.
I.1.2. Petitorios.
Los recurrentes a su turno solicitan se deje sin efecto el Auto de Vista impugnado a los fines de
que el Tribunal de alzada emita nueva resolución.
Por Auto Supremo 707/2017-RA de 11 de septiembre, cursante de fs. 1321 a 1329, este Tribunal
admitió los recursos de casación para el análisis de fondo de los motivos identificados
precedentemente.
II.1. De la Sentencia.
d) También se cuenta con el protocolo 572/2013 del Poder Especial y Bastante que
confieren Juana Talavera Ari de Choque y otros, a favor de Martín Choque, adjuntando
las matrículas computarizadas vigentes 5011010020432, 5011010020342 y
5011010020431, de los lotes de terreno de referencia, como efecto del Auto de Vista
054/2012, para realizar los trámites legales respectivos en el G.A.M. y Derechos Reales,
para el logro de títulos de derechos de propiedad, aprobación de lotes etc.
h) El Auto de Vista 054/2012 -base de la presente acción penal- estuvo vigente durante
casi dos años, por lo que los demandantes del proceso de usucapión, haciendo uso de
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 6/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
i) Por el Acta de Registro se pudo establecer que en el predio de Puca Puca, denominativo
utilizado por los demandantes del proceso de usucapión referido, conocido como Islaón
Punta Cuchu, Islabonerias, Punta Pampa Cuchu ó Patha Khasa, donde se halla la Unidad
Educativa Evo Morales Ayma, construida por el proyecto "Evo Cumple", con recursos del
estado y donado por la familia Choque Araujo en la gestión 2008, aunque los otros
testigos de cargo (comunarios de Cantumarca refieren que fueron donados por ellos);
había otros asentamientos, estaba ocupado por terceras personas y en el predio Vila
Paloma se encontraba el dique de colas y también había superposición con otros
predios y en el Calvario se encontraría la zona de Laguna Pampa, habiéndose
demostrado por la abundante prueba testifical de cargo de los acusadores particulares y
la prueba testifical correspondiente a Aldo Iván Condori Choque, Felipe Cupara Avillo,
Tomás Condori Callahuara, Pedro Alberto Orur, Oscar Rosas Palacios y Julián Puma
Choque, todos ellos comunarios de Cantumarca, quienes manifestaron, que vivieron
desde hace varios años atrás en el lugar, incluso desde su nacimiento como Aldo Iván
Choque, quién tiene sus terrenos que le dejó su abuelo (2.500 Mts 2) y los otros los
adquirieron de los hermanos Jimmy y Walter Ramos Villarroel, en la gestión 2002, lotes
de terreno de aproximadamente 200 mts2 cada uno, en las sumas de Bs. 5000, donde
actualmente cuentan con los servicios básicos, donde hay casas construidas y la escuela
Evo Morales A., donde asisten sus hijos; y apareció Marco Cortéz indicando que esos
terrenos eran suyos, pidiendo se le pague $us 10.000 ó 12.000, motivo por el cual
trataron de hacer aprobar sus planos en la Alcaldía y les dijeron que había
superporsición de sus terrenos con los del mencionado, a quién no lo conocían y nunca
les mostró ningún documento, aunque afirma (Julian Puma Choque), que desconoce de
alguna transferencia que el mismo hubiera realizado.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 7/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
k) Los terrenos de Puca Puca, El Calvario y Vila Paloma, ingresaron a ser parte del Radio
Urbano, desde la puesta en vigencia de la Ordenanza Municipal 0471/2005 de 28 de
agosto, por lo que la demanda resultaba improponible debido a que desde esa fecha,
recién comenzó a correr la posesión establecida para pretender usucapir conforme a lo
normado en la vía civil, que haciendo un cómputo de años, se pudo establecer que
desde que los terrenos agrarios pasaron a ser parte del radio urbano, hasta la fecha de
la pretensión de usucapión decenal o extraordinaria, solamente transcurrieron 4 años de
posesión útil para el régimen ordinario civil, donde ciertamente se aplican las reglas del
C.C. y que la pretensión de usucapión resultaba improponible; toda vez que desde que
los terrenos pasaron al área urbana (2005), hasta la fecha de la demanda (2010), no
transcurrieron los 10 años necesarios, para pretender la usucapión extraordinaria
demandada, conforme el art. 138 del C.C. y por otra parte no se integró al proceso a los
demás coherederos de la testamentaria de Eduardo Choque (herederos de José Santos
Choque).
Los imputados Pastor Ismael Molina Quintana, alegando la concurrencia de los defectos
previstos en el art. 370 incs. 1), 5), 6) y 11) del CPP y el rechazo ilegal de prueba pericial;
Wilfredo Ramos Quispe la vulneración de derechos y garantías constitucionales en la
tramitación del juicio, los defectos previstos en el art. 370 incs. 1) y 5) de la norma adjetiva,
así como la vulneración al principio de presunción de inocencia, error iudicando por
vulneración del debido proceso en su vertiente motivación y fundamentación respecto al
dolo y de falta de motivación y fundamentación de la sentencia; y, Freddy Gilberto Romay
Gonzales, los defectos del art. 370 incs. 1), 5) y 6) del CPP, formularon recursos de
apelación restringida, siendo declarados improcedentes a través del Auto de Vista
impugnado.
En el caso presente, los tres imputados dentro de la presente causa formulan recursos de
casación, cuestionando el accionar del Tribunal de alzada respecto a los motivos y defectos
alegados en apelación restringida, por lo que esta Sala a los fines de la resolución de dichos
recursos ve la conveniencia de agrupar sus motivos ante la constatación de que convergen en
determinados defectos denunciados en forma coincidente en alzada en cuanto a la invocación de
la norma procesal habilitante, correspondiendo también destinar el primer acápite a
consideraciones normativas, doctrinales y jurisprudenciales respecto al delito de Prevaricato.
personas cuyos huesos de las piernas son largos y al mismo tiempo torcidos; de modo que
al andar producen un curioso movimiento de balanceo, por el cual pueden inclinarse ya al
lado izquierdo ya al lado derecho mientras avanzan. Prevaricar significa caminar torcido,
inclinándose a uno u otro lado”[1] y la acción para Muñoz Conde es “dictar una sentencia o
resolución definitiva injusta y que el resultado solo debe tomarse para efectos de atenuar o
agravar responsabilidad penal. La injusticia de la resolución dictada es un elemento
normativo específico del tipo y ese concepto de injusticia es objetivo independiente de las
concepciones particulares”[2]; además, de tenerse presente que el término resolución, ha de
entenderse en sentido amplio como la decisión, manifestación de voluntad o determinación
con relevancia jurídica, que hace el agente con ocasión del ejercicio de su cargo.
En la legislación boliviana el delito de prevaricato se encuentra previsto en el art. 173 del CP
de la siguiente manera: “La Jueza o el Juez que en el ejercicio de sus funciones dictare
resoluciones manifiestamente contrarias a la Ley, será sancionado con privación de libertad
de cinco (5) a diez (10) años.
Si como resultado del prevaricato en proceso penal se condenare a una persona inocente,
se le impusiere pena más grave que la justificable o se aplicara ilegítimamente la detención
preventiva, la pena será agravada en un tercio al establecido en el párrafo anterior.
La pena será agravada en dos tercios en los casos descritos precedentemente cuando se
trate de niñas, niños y adolescentes, conforme la normativa legal vigente”.
Respecto al sujeto activo puede constatarse que el tipo penal, equipara a la condición de
Jueza o Juez a aquellos sujetos que administran justicia en su condición de árbitros y
amigables componedores o quienes desempeñen funciones análogas, pues la condición de
árbitro por ejemplo se adquiere por acuerdo de partes o designación, de conformidad con la
legislación vigente entre la partes conforme a las reglas de constitución del tribunal arbitral,
siendo relevante que el sujeto activo ostente la segunda categoría en tal supuesto, tenga
facultades de orden resolutivo. Con base en lo expuesto, el delito admite en los órganos
colegiados, la co-autoría mas no la participación -complicidad y/o instigación- en sentido
estricto, toda vez que al ser un delito de consumación instantánea conforme se ampliará
más adelante y además de los denominados delitos especiales propios, únicamente el juez o
jueza o los nombrados en la norma sustantiva que concurran funcionalmente al dictado de
la resolución contraria a la ley y en el momento mismo de rubricar dicha resolución, puede
cometer el delito de Prevaricato.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 10/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
totalidad de las causas es exagerado. Pero también es inviable sostener que ha sido el
ponente quien ha `dictado sentencia´ pues lo impide el principio de legalidad”[3], añadiendo
lo siguiente: “En el caso, que uno de sus miembros emita un Voto Singular, apartándose del
sentido de la resolución que finalmente desencadena los efectos jurídicos, lo sustrae del
ámbito de protección de la norma, por ende su conducta es atípica”[4].
En ese sentido, la acción realizada por el sujeto activo es el dictado de una resolución, de
modo que la acción típica consiste en dictar resoluciones contrarias a la ley que pueden
darse cuando se asume fundamentarse en una normativa que en realidad inobserva,
desatiende o no aplica quebrantando su legalidad, debiendo tenerse en cuenta que la
definición de injusto no sólo es aquello contrario al derecho positivo en términos de
cuestionable interpretación de normas, sino lo que se opone frontalmente a la ley y al
derecho de manera que resulta injustificable la aplicación hecha por el juez y conforme lo
estableciera la Corte Suprema de Colombia en el proceso 29382, a través del fallo de 18 de
junio de 2008 seguido contra un magistrado, para evaluar el comportamiento de un
imputado por el delito de prevaricato: “…no es de verificar si el funcionario aplicó o inaplicó
preceptos claros y expresos, sino de examinar si desconoció el claro sentido de una norma
que `por su claridad no podía ser interpretada en más de un sentido´, caso en el cual no
hay duda acerca de la configuración de un prevaricato…”; en ese sentido, debe tenerse
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 11/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
presente que no es el yerro sino el abuso del derecho lo que se tipifica como delito, pues
siendo una realidad innegable que en el ejercicio de la función judicial, como cualquier
actividad humana el errar es también humano, no resulta razonable que el ordenamiento
jurídico por una parte exija del intérprete precisamente que dé sentido a la ley y por otra le
imponga una sanción por haberlo hecho.
Ampliando dichos criterios, debe señalarse que la resolución dictada debe ser
manifiestamente contraria a la ley; lo que implica, que la conducta no se adecuaría a dicho
elemento objetivo, cuando la resolución esté dentro de los márgenes de interpretación
razonables, pues tratándose de este delito debe considerarse que los alcances y la
interpretación de normas no están contemplados como elementos objetivos de este tipo
penal, es decir no son punibles, pues la doctrina y la jurisprudencia son acordes en cuanto a
que todo aquello que caiga dentro de los límites de la "interpretación de la ley", está fuera
de la figura del prevaricato, excluyéndose así la posibilidad de prevaricación sobre la base
de algún precepto insospechado de derecho, es decir, que cuando la ley no es clara, cuando
ella permite interpretaciones, salvo el caso evidente de malicia, el juez no prevaricaría al
aplicarla, criterio que fuera asumido por la extinta Corte Suprema de Justicia en la Sentencia
pronunciada en un Juicio de Responsabilidades (Caso 380/2009), seguido por el delito de
prevaricato, en el que dejó sentado lo siguiente: “Asumiendo estos criterios básicos,
conforme la descripción del tipo penal prevaricato previsto por el artículo 173 del Código
Penal, el juez prevarica cuando dicta un fallo manifiestamente contrario a la ley, o como
sostiene el autor Luís Carlos Pérez, el juez prevarica cuando existe una disparidad o
contradicción manifiesta entre la resolución y las normas de derecho aplicables en cada
caso.
En ese contexto, el análisis que debe realizar el juez parecería simple, pues estaría limitado
a que el juez que conoce la causa en su análisis determine el contenido exegético de la
disposición legal y su contradicción con la resolución que se impugna, este análisis
presupondría como lo señala el Profesor Manuel Jaén Vallejo, que la norma que se aplica es
una norma clara y terminante, que no requiere para su aplicación sino el mero conocimiento
de las palabras del texto legal, lo que en la actualidad es insostenible, pues como bien
aclara Bacigalupo, `El desarrollo de los conocimientos sobre el lenguaje ha puesto de
manifiesto que todas las palabras en mayor o menor medida son ambiguas, y ello explica
que el mismo texto permita, por regla, más de un entendimiento´. Otro destacado autor,
Karl Larenz, en su obra sobre metodología, se ha referido también a esa inevitable
ambigüedad de muchas normas, señalando que `la exacta significación de un texto legal
será siempre problemática, dado que el lenguaje ordinario, del que se vale la ley, no utiliza
conceptos precisamente definidos –a diferencia de lo que ocurre en la lógica matemática o
en el lenguaje científico-, sino expresiones más o menos flexibles, cuya posible significación
oscila dentro de una amplia banda y puede ser diferente según las circunstancias, su
vinculación con el objeto y el contexto del discurso´.
En la actualidad por lo tanto está fuera de toda duda la necesidad de las teorías jurídicas,
que son las que nos permiten conocer el alcance de la ley y, por lo tanto, su aplicación, por
lo que se puede afirmar que en la labor jurisdiccional no basta conocer el contenido
idiomático de las normas para que éstas puedan ser aplicadas. Es necesario interpretarlas, y
son las distintas teorías las que nos ofrecen esa información, permitiendo así la deseable
comprensión y racionalización en la aplicación de la ley penal (Bacigalupo. E, `La fuerza
vinculante de la jurisprudencia´).
Por lo tanto, en el análisis de la responsabilidad penal que se realice para establecer si un
juez ha cometido el delito de prevaricato, deberá determinarse si la aplicación de la ley no
es sostenible en ningún método jurídico de interpretación. Así el Tribunal Supremo Español
señala que el tipo objetivo del delito de prevaricación se da `cuando el juez toma decisiones
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 12/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
que no pueden ser derivadas de la ley por ninguno de los métodos de interpretación de la
misma admitidos en la práctica judicial´.
Sobre la misma base la Sala Penal Tercera de la Corte Suprema de Costa Rica ha señalado
que: `Para el efecto sin embargo debe considerarse que la hermenéutica jurídica y los
indeterminismos del lenguaje plasmados en la ley, no sólo autorizan sino que obligan al
juez, a interpretar la ley en procura de una correcta aplicación del derecho, por lo que debe
tenerse presente siempre que no es el yerro sino el abuso del derecho lo que se tipifica
como delito, pues desde luego errare humanum est y por ello, no podría el ordenamiento
jurídico por una parte exigir del intérprete precisamente que dé sentido a la ley y por otra
castigarle por haberlo hecho´.
En consecuencia, puede concluirse señalando que en el tipo penal de prevaricato el
elemento objetivo se produce cuando la resolución no se encuentra dentro de las
opiniones que pueden ser jurídicamente defendibles. En otros términos, asumiendo
lo sostenido respecto a la interpretación, el abandono de la función judicial propia del
Estado de Derecho se da cuando la aplicación del Derecho se ha realizado desconociendo
los medios y métodos de la interpretación del Derecho aceptable en tal Estado de
Derecho”.
De modo que al analizarse la concurrencia de los elementos constitutivos del delito de
Prevaricato, debe considerarse que en el escenario de que exista un marco normativo con
varias opciones de interpretación, queda a criterio del operador judicial el enfoque aplicable
a cada caso, en particular el uso de la independencia de criterio consustancial a la actividad
jurisdiccional, por lo que debido a la situación creada, los jueces no están ante un escenario
normativo claro con una sola solución frente a los casos planteados. En tal sentido, ante la
existencia de una norma que pueda ser interpretada libremente por el juez, en atención a la
independencia en el criterio, no se configura el delito de Prevaricato, máxime si no existe
una interpretación única, que se podría dar mediante un precedente vinculante para poder
establecer la exigencia de un texto expreso y claro de la ley; lo que significa, que el delito
de Prevaricato exige que en la resolución emitida concurra una absoluta oposición y
contrariedad entre lo que se resuelve y lo que la ley declara, y en aquella resolución que
esté guiada por un criterio abiertamente contrario a cualquiera de las posibles
interpretaciones del derecho aplicable, de modo que ninguna decisión judicial que sea
conforme a alguna de las interpretaciones del derecho positivo podrá significar el delito de
Prevaricato, o en los términos señalados por el Tribunal Supremo español en la STS del 24
de junio de 1998, para calificar de injusta una resolución judicial considera que es necesaria
una flagrante ilegalidad, una resolución irracional, pudiendo proceder la injusticia de la falta
absoluta de competencia, por la inobservancia de esenciales normas de procedimiento o por
el propio contenido de la resolución, que suponga una contradicción del ordenamiento
jurídico, tan patente y manifiesta que pueda ser apreciada por cualquiera, esto es que
desde el punto de vista objetivo la resolución no se encuentre dentro de las opiniones que
pueden ser jurídicamente defendibles.
Respecto a los elementos subjetivos del tipo penal, Carlos Creus señala lo siguiente:
“Siendo el prevaricato una falsedad, como toda falsedad (…) tiene que conformarse con un
contenido subjetivo muy determinado: Solo incurre en falsedad el que sabe que invoca algo
falso; lo cual importa reconocer en el tipo -aunque la ley no lo contenga expresamente- un
verdadero elemento subjetivo cognoscitivo: el juez tiene que saber que resuelve contra lo
que dispone la ley que invoca como fundamento de su fallo o que los hechos o las
resoluciones fundamentadores no existieron o no existieron con el significado que él les
otorga; en el prevaricato, pues, a la contradicción objetiva entre lo declarado y lo que se
debió declarar, debe sumarse la contradicción entre lo declarado y lo conocido”[6].
Por último, con relación a su consumación acudiendo a Carlos Creus: “El delito se consuma
con el dictado de la resolución, es decir, con la firma de la pieza escrita por parte del juez o
su pronunciamiento verbal si fue dictada en audiencia; no necesita alcanzar ejecutoriedad,
ni la punibilidad queda descartada por la circunstancia de que la resolución sea revocada o
anulada por otro juez o tribunal; mucho menos requiere que se haya producido algún
resultado dañoso”[7]; en ese sentido, el delito de Prevaricato es un delito formal, siendo el
acto consumativo la acción de dictar la resolución siendo indiferente el efecto logrado,
quedando consumado cuando en las condiciones del tipo se dicta la resolución, debiendo
enfatizarse que la revocatoria del acto manifiestamente ilegal por alguno de los medios
prescritos para tal efecto, no hace desaparecer la infracción y ni siquiera tiene idoneidad
como atenuante especial de punibilidad, tal circunstancia podría únicamente ser apreciada
en referencia a los principios de dosificación punitiva y atenuación genérica, de modo que
en su estructuración puramente objetiva, el delito no exige que el acto produzca o pueda
producir perjuicios a terceros, ni que de manera inmediata quebrante un particular interés
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 14/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
jurídico, distinto de los relacionados con la administración pública, debiendo añadirse que a
los fines del delito nada importa que el acto producido por el sujeto activo, sea posible o no
de impugnación o que no esté ejecutoriado o que no se haya ejecutado o que el superior lo
haya revocado íntegramente e incluso, que el propio prevaricador lo anule de oficio.
III.2. Con relación a las denuncias referidas al defecto de sentencia previsto en el art.
370.1) del CPP.
Los recurrentes Wilfredo Ramos Quispe y Freddy Gilberto Romay en el primer motivo
de sus recursos de casación denunciaron con relación al defecto previsto por el art. 370.1)
del CPP; el primero, que el Tribunal de alzada respecto a la denuncia de errónea aplicación
de la ley por falta de elementos constitutivos del delito de Prevaricato, no respondió a los
argumentos que esgrimió en apelación y sólo se remitió al Auto de Vista que se pronunció
respecto al citado defecto; y, el segundo imputado, que ante el mismo defecto, la Sala de
apelación no se circunscribió a los fundamentos de la apelación, sino hizo una colección de
alegatos sobre la prueba y la fundamentación, menos sobre el objeto de su recurso.
penal vigente, entendido como la concordancia o correspondencia que debe existir entre la
petición formulada por las partes y la decisión que sobre ella tome el juez o tribunal, siendo
que dicho principio se configura en dos modalidades: a) La primera, conocida
como congruencia interna, que obliga a expresar de forma coherente todos los
argumentos considerativos entre sí y de éstos con la parte resolutiva, y; b) La segunda,
conocida como congruencia externa, relativa a la exigencia de correspondencia o
armonía entre la pretensión u objeto del proceso y la decisión judicial. Este tipo de
congruencia queda afectado en los siguientes supuestos: 1) La incongruencia omisiva o ex
silentio
, que se presenta cuando el órgano jurisdiccional omite contestar alguna de las
pretensiones sometidas a su consideración por las partes; 2) La incongruencia por exceso
oextra petita petitum
( ), se produce cuando el pronunciamiento judicial excede las peticiones
realizadas por el recurrente, incluyendo temas no demandados o denunciados, impidiendo a
las partes la posibilidad de efectuar las alegaciones pertinentes en defensa de sus intereses
relacionados con lo decidido; 3) La incongruencia por error, que se da cuando en una sola
resolución se incurre en las dos anteriores clases de incongruencia, entendiéndose por
tanto, que el órgano judicial, por cualquier tipo de error sufrido, no resuelve sobre los
motivos del recurso, sino que equivocadamente lo hace sobre aspectos totalmente ajenos a
los planteados, dejando sin respuesta las pretensiones del recurrente.
elemento sustancial del tipo penal de Prevaricato, argumentando que el tipo penal requiere
la demostración suficiente de que el sujeto activo emitió resoluciones manifiestamente
contrarias a la ley, que para sustentar la concurrencia del principal elemento constitutivo del
tipo penal las conclusiones arribadas eran erradas, porque el Tribunal simplemente se limitó
a afirmar y resumir los argumentos de los acusadores y de ninguna manera sustentó o
argumentó respecto de la resolución que en teoría sería manifiestamente contraria a la ley,
que según el tribunal al haberse emitido un auto que posteriormente fue anulado, se
traduciría en un delito de comisión instantánea, lo que evidenciaba la errónea aplicación e
interpretación de la ley sustantiva.
Añadió que debía tomarse en cuenta si la resolución fue manifiestamente contraria a ley,
pero la sentencia no estableció en ninguna de sus partes la fundamentación de dicha
ilegalidad, se limitó a establecer cuáles eran las reglas de la acción de Usucapión y afirmó
erróneamente que el delito de Prevaricato era instantáneo, consumándose al momento de
dictarse la resolución con independencia de que haya causado daño o sea susceptible de
recurso, afirmación que el imputado apelante alegó constituía una aberración jurídica
porque no era concebible que toda resolución emitida por autoridad competente sea
considerada ilegal, citando el efecto el art. 180 de la CPE que establece el derecho a recurrir
que garantiza la seguridad jurídica, lo que no implica que toda resolución que sea revocada
sea ilegal.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 17/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Por último, argumentó que en el marco del art. 14 del CPP, para que exista la acción penal
debe existir el delito y para que exista el delito debe estar calificado como tal por la ley
penal antes de la comisión del hecho y para que exista hecho delictivo éste debe reunir
todos y cada uno de los elementos que lo constituyen, pues la falta de uno hace atípica
cualquier conducta, habiéndose aplicado erróneamente el tipo penal de prevaricato al no
concurrir el elemento subjetivo dolo directo por lo que correspondía absolverle.
Por otra parte, esta Sala advierte del contenido del Auto de Vista impugnado, que el
Tribunal de alzada al resolver el recurso de apelación restringida de Pastor Ismael Molina
Quintana, específicamente en cuanto a la denuncia de errónea aplicación de la ley
sustantiva de acuerdo al 370 mc. 1) del CPP, destacó que ella se refería a los siguientes
aspectos: a) Inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva por falta de los
elementos constitutivos del tipo penal de Prevaricato; y, b) Errónea aplicación de ley
sustantiva, dejando constancia que los recursos de apelación de Pastor Ismael Molina,
Wilfredo Ramos y Freddy Romay, no eran incompatibles por lo que fueron objeto de análisis
en ese punto, además de aclarar qué las puntualizaciones que correspondía realizar sobre
algunas particularidades concretas de los recursos que no hubieran sido absueltas en ese
punto, serían tratadas en los puntos pertinentes de los recursos de los últimos nombrados.
Respecto a los elementos que configuran el tipo objetivo, el Tribunal de alzada destacó que
sobre la conducta se exigía una acción positiva, dictar, pronunciar una resolución y que esa
sea manifiestamente contraria a la ley, parámetros que determinan que el objeto material
del tipo penal de prevaricato viene a configurarla la resolución emitida, en el caso el Auto de
Vista y que el objeto jurídico viene a ser la administración de justicia, además que el
momento consumativo se configura cuando se pronuncia o se dicta la resolución momento
desde el cual el sujeto activo ya no tiene el control de la situación; en consecuencia, el
delito de Prevaricato se determina también como un delito de mera actividad por lo que no
se exige un resultado.
Sobre el dolo, previa transcripción del art. 14 del CP, señaló que de lo normado se entendía
que el dolo es conocimiento y voluntad de realizar el hecho típico, que es suficiente que el
sujeto solamente conozca que realiza el tipo objetivo y no la antijuricidad, lo que implica
que los elementos conocimiento (que debe ser actual y no potencial) y voluntad (que no
quiere decir deseo) van dirigidos al tipo objetivo, por lo que desde esa perspectiva el
concepto que se maneja en el sistema penal vigente es la de un dolo neutro, opuesto al
dolo malo que exige no solamente conocer y querer, sino saber que lo que se hace es
antijurídico.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 19/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Respecto a la culpabilidad y de acuerdo al art. 13 del CP, puntualizó que como elemento del
delito implica un concepto normativo, lo que significa que culpabilidad es igual a
reprochabilidad, contiene una idea básica la reprochabilidad, respecto a la libertad del
sujeto de poder escoger cómo comportarse (le era exigible comportarse de otra manera),
reproche reservado para determinar la culpabilidad, lo que implica emitir un juicio de valor
objetivo fundado en una norma y sobre su clasificación de acuerdo a lo descrito por el tipo
desde el punto de vista del sujeto activo el mencionado tipo penal, se cataloga como
especial (Intranios) y propio.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 20/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Prosiguió expresando que de acuerdo a la acusación, las normas que hubieran sido
contrariadas manifiestamente con el Auto de Vista fueron el art. 138 del Código Civil
(Usucapión decenal) que tiene normado: “La propiedad de un bien inmueble se adquiere
también por sólo la posesión continuada durante diez años"; y, el art. 339-II de la CPE, que
tiene establecido: "los bienes de patrimonio del Estado y de las entidades públicas
constituyen propiedad del pueblo boliviano inviolable, imprescriptible, inembargable,
imprescriptible e inexpropiable y que no podrán ser en provecho particular alguno.."; lo que
implica, que para vulnerar lo autorizado o prohibido por las mencionadas normas de manera
manifiesta, la resolución emitida debería otorgar el derecho propietario sobre los bienes
demandados injustificadamente, lo cual además debería advertirse a simple vista.
En ese sentido, estableció que del cuadro fáctico acreditado en la sentencia, en lo relevante
se tenía que: "..el Auto de Vista N° 054/2012 en su parte resolutiva declara probada en
todas sus partes la demanda de Usucapión, con Determinación de Superficies, Colindancias
y Matriculación en Derechos Reales REVOCADO la Sentencia (que declaró improbada la
demanda de Usucapión) dictada por el Juez de Partido Cuarto en lo Civil, provocando que el
Juez A quo en estricto cumplimiento del mismo, dispuso se libre la ejecutorial ante la oficina
de Derechos Reales, la matriculación de los terrenos en Derechos Reales y la Minuta de
Disposición Judicial ante el Notario de Fe Pública, entre ellos, de Puca Puca, denominativo
utilizado por los demandantes del proceso de usucapión referido y era conocido como lslaón
Punta Cuchu, Islabonerías, Punta Pampa Cuchuó Patha Khasa, donde se halla la Unidad
Educativa Evo Morales Aymay había otros asentamientos, estaba ocupado por terceras
personas y en el predio Vila Paloma se encontraba el dique de colas y también había
superposición con otros predios y en el Calvario se encontraría la zona de Laguna Pampa.
Añadiendo que esa plataforma fáctica sustento de la sentencia relacionada con los hechos
contenidos en la acusación en la que se sostuvo respecto a la forma comisiva que: 'la
resolución de la forma resuelta fundamentando en el Auto de Vista que se tenía una
posesión presente pacífica, continua durante 10 años", al declarar probada la demanda de
Usucapión respecto a los bienes inmuebles demandados en extensiones que no fueron
precisadas, dentro de las cuales se tenían asentamientos notorios, zonas urbanizadas, un
dique de colas, inmuebles particulares habitados, una Unidad Educativa, todos en posesión
o dominio evidente, notorio, visible por parte del Municipio, personas particulares, de los
que salió en defensa el Municipio generando la nulidad y conforme se concreta en la
acusación, "no correspondía establecer la Usucapión a Favor de Juana Talavera Al¡y otros...
debió ser confirmada la sentencia porque no se cumple por los arts. 87, 88, 138, 1492, del
C.C., por ello esa resolución es manifiestamente contraria la ley..", permitía advertir que la
conducta de los acusados se subsumió al tipo penal en análisis en la dimensión objetiva al
emitir el Auto de Vista.
Por otra parte, el Tribunal de alzada señaló que la sentencia apelada respecto de los hechos
determinados como probados, en respaldo del criterio de un autor sobre la Usucapión
decenal, prevista en el art 138 del C.C., norma legal que contiene presupuestos para hacer
procedente una demanda de esa naturaleza y los efectos que genera entre partes y
terceros una vez otorgado el título de propiedad y registrado en DDRR., en referencia a los
argumentos de las partes relativos a la nulidad generada por el Auto Supremo que anuló el
proceso y dejó sin efecto el Auto de Vista y en la secuencia el registro en DDRR quedando
sin efecto todo lo obrado, estableció que "se trata de una delito instantáneo, que no
requiere un resultado, que solamente requiere dictar una resolución contraria a la ley, que
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 21/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
se materializa solamente con la dictación del Auto de Vista, no habiendo sido necesario
realizar los otros aspectos mencionados anteriormente (Se entiende Ejecutoriar el Auto de
Vista, ordenar la emisión de Minutas, el registro en DD.RR., que se formule casación por
parte de alguien legitimado como afectado) por el carácter instantáneo del delito ya que en
nada influye el haber sido revocado el Auto de Vista en la instancia superior, siendo doloso
que está constituido no solamente por el conocimiento que tiene el juzgador sino por su
propio conocimiento y la voluntad de obrar en contra de ellas, no eximiéndoles de
responsabilidad lo manifestado por los mismos"; determinando en la secuencia el Tribunal
de Sentencia que "..al haber revocado la sentencia dictada en primera instancia mediante el
Auto de Vista conforme lo expuesto...y no observaron el art 131 de la ley 2028 vigente en
ese momento, han subsumido su conducta en el delito de prevaricato descrito en el art 173
del CP."; toda esa concreción correlativa a lo mencionado y de acuerdo a los parámetros
teóricos, legales, la base fáctica concretada en la sentencia permitía constatar que se
subsumió los hechos en derecho, cuando además el Tribunal de Sentencia concluyó
indicando que los elementos del delito, la conducta típica antijurídica y culpable se dieron
en el presente caso sin ser enervados por la parte imputada, dejando entrever también un
juicio de reproche (culpabilidad), cuando se citó también normativa que rige la actividad
jurisdiccional que no fue observada.
En lo que concierne a la parte subjetiva del tipo, el dolo; conforme la noción y parámetros
citados al respecto, refirió el Tribunal de alzada que de acuerdo a la Sentencia, el elemento
dolo fue determinado y fundamentado indicando “..que el delito es instantáneo, con
independencia si causo daño o sea susceptible de recurso y la revocatoria en una instancia
superior nada significa para la configuración del delito siendo doloso, que esta constituido
no solamente por el conocimiento que tiene el juzgador de los hechos sometidos a su
jurisdicción sino también por su propio conocimiento y la voluntad de obrar en contra de
ellas, no eximiéndoles de responsabilidad lo manifestado por los mismos..", advirtiéndose en
criterio de la Sala de apelación que se consideró en esa labor los conocimientos especiales
de los acusados y los de una persona promedio conociendo los hechos sobre los que se
tenían que pronunciar en el momento de realizarse la acción de emitir la resolución, lo que
el Tribunal de Sentencia advirtió de acuerdo a los elementos extraídos y los criterios y
posición de los recurrentes cuando mencionó "que lo expresado por los acusados no
desvirtúa la acusación", que en lo relevante de acuerdo a los hechos establecidos que
fundamentan la sentencia "niegan que cometieron el delito, que se generó daño, que la H.
Alcaldía, Consejo, Gobernación no son víctimas, que el proceso fue anulado, que no existe
la resolución como efecto de la nulidad, que el Auto supremo no les responsabilizó”, sin que
se advierta el defecto denunciado por los recurrentes.
En cuanto a los argumentos del recurso de Wilfredo Ramos Quispe, el Tribunal de alzada
señaló que los fundamentos esgrimidos que advirtieron que no demostrarían que su
conducta caracterizada de esa forma se subsuma en el tipo penal incurso en el art. 173 del
CP, no son los que se consideraron y determinaron como base fáctica de la sentencia
impugnada para la subsunción de los hechos en derecho, menos se le acusó por
simplemente revocar una resolución, siendo lo alegado una perspectiva de parte que no
demostraba la concurrencia del defecto de sentencia denunciado; en lo demás, respecto a
los elementos constitutivos del tipo penal, el recurrente debía remitirse al primer motivo
resuelto por el Auto de Vista.
Y con referencia al recurso de Freddy Gilberto Romay, expresó que de acuerdo a los
alegatos del recurso sobre el defecto de sentencia incurso en el art. 370 inc. 1) del CPP, al
margen de la ausencia de tipicidad objetiva y subjetiva y la fundamentación jurídica
respecto a uno de los elementos del delito conforme se tenía concretado en el primer
motivo analizado en el Auto de Vista impugando, donde se consideró el análisis de los
motivos de impugnación respecto al defecto de sentencia como causal alegada con base en
el art 370 inc. 1) del CPP, una cuestión que correspondía absolver como una particularidad
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 22/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
era la inexistencia del elemento objetivo del tipo penal de Prevaricato por efecto de la
nulidad; sobre ese particular, la Sala de apelación señaló que el Tribunal de sentencia de
acuerdo a la dinámica adoptada en cuanto a la valoración de la prueba, pareció haber
asumido ese criterio de que la resolución objeto del tipo no existía como acto o hecho
jurídico, no obstante, ese hecho no impidió demostrar el hecho objeto del juicio que se
hubiera emitido una resolución manifiestamente contraria a la ley con base en indicios
(elementos materiales) reconstruyendo el juicio histórico (el proceso de usucapión donde se
hubiera emitido la resolución cuestionada), sobre el cual determinó la calificación jurídica,
cuyas consideraciones como las que se cuestionó de aberrante como el momento
consumativo, los efectos de la revocatoria y la ausencia de perjuicio, que no era un
elemento que configure el tipo en su dimensión objetiva de acuerdo a la descripción del tipo
que es taxativa, no demostraban el defecto de sentencia denunciado y una revocatoria o
nulidad por un tribunal jerárquico no operaba automáticamente como causas de
justificación, exculpante, etc. y no implicaba que ante la inexistencia del objeto material del
delito no se pueda demostrar que el hecho histórico existió y ocurrió de la forma como se
afirmó; en consecuencia, lo alegado no demostraba el defecto de sentencia denunciado.
de dolo en el ámbito del art. 14 del CP y a la culpabilidad, para luego en atención a todo
ese marco normativo y doctrinal, efectuar un análisis en el ámbito del defecto denunciado a
los fines de determinar si el Auto de Vista emitido por los imputados en su condición de
Vocales de la Sala de apelación en un proceso civil de usucapión era o no manifiestamente
contraria a la ley, estableciendo previa precisión conforme lo hiciera esta Sala en cuanto a la
labor interpretativa de los juzgadores, que las normas que fueron contrariadas
manifiestamente por el Auto de Vista 054/2012 que en su parte resolutiva revocó la
sentencia de primera instancia y declaró no solamente probada la demanda de Usucapión
sino ordenó la determinación de superficies, colindancias y matriculación, eran los arts. 138
del Código Civil, que establece de manera expresa un plazo de posesión continuada para
que prospere la usucapión decenal y el art. 339.II de la Constitución, que precisa las
características de los bienes de patrimonio del Estado y las entidades públicas, cuando no
correspondía dicha usucapión esencialmente por dos motivos de relevancia: la falta de
precisión de las extensiones del inmueble en cuestión, así como la posesión evidente,
notoria y visible por parte del Municipio y de personas particulares; por ende, la
inobservancia de los arts. 87, 88, 138 y 1492 del CC, concurriendo el elemento objetivo del
tipo penal, lo que implica que este análisis ciertamente absolvió los cuestionamientos
planteados por el imputado Freddy Gilberto Romay en cuanto a una alegada inexistencia del
supuesto objetivo del tipo penal por el que fue condenado.
También se advierte que el reclamo fundado en el hecho de que el Auto de Vista 054/2012
fue anulado así como todo el proceso, ciertamente fue abordado por el Tribunal de alzada
con el argumento de que el razonamiento del Tribunal de Sentencia era correcto, en sentido
de que el delito de Prevaricato es instantáneo y que no requiere de resultado, sin que en
nada haya influido el haber sido revocado por la instancia superior, entendimiento que
resulta correcto conforme los aspectos destacados por esta sala en el acápite anterior del
presente Auto Supremo. A lo expresado se agrega, que ante los cuestionamientos
planteados por ambos recurrentes con relación al dolo en su conducta, la Sala de apelación
de manera puntual, concreta y expresa, dejó sentado a partir del carácter instantáneo del
delito de Prevaricato definido por el Tribunal de Sentencia, que se consideró los
conocimientos especiales de los acusados y las de una persona promedio, conociendo los
hechos sobre los que tenían que pronunciarse en el momento de realizarse la acción de
emitir el fallo, lo que implica no ser evidente que el Tribunal de alzada haya incurrido en
incongruencia omisiva conforme se sostiene en los recursos de casación sujetos a análisis,
más cuando se advierte que después de esta puntualización, en el Auto de Vista
impugnado, se constatan respuestas puntuales a los reclamos de los imputados, cuando el
Tribunal de apelación enfatizó que el imputado Wilfredo Ramos Quispe no fue acusado
simplemente por revocar la sentencia civil, así como al recurso del imputado Freddy Gilberto
Romay en cuanto a los efectos de la nulidad decretada en el proceso de usucapión, siendo
menester recalcar conforme se destacara en el acápite anterior de este fallo, que el delito
de Prevaricato se consuma en el momento de la firma del fallo, independientemente quien
haya sido el relator tratándose del caso de los tribunales colegiados.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 24/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Por su parte, el imputado Freddy Gilberto Romay Gonzáles, invocó como precedente
contradictorio el Auto Supremo 729 de 26 de diciembre de 2004 que estableció la
siguiente doctrina legal aplicable: “De acuerdo a la nueva corriente doctrinal el delito de
transporte de sustancias controladas previsto por el artículo 55 de la Ley del Régimen de la
Coca y Sustancias Controladas es de carácter formal y no de resultado. Por ello, el
transporte de un lugar a otro sin autorización legal por cualquier medio de transporte se
halla penado por ley y queda consumado en el momento en que se descubre e incauta la
droga, siendo indiferente si las sustancias controladas llegaron o no a su destino ni la
distancia recorrida, si de por medio existieron factores preparatorios e inequívocos que
marcaron la relación de causa a efecto. Por consiguiente, es delito consumado cuando el
agente realiza actos previos como adquirir la droga, almacenar la misma, esconderla,
trasladarla de un lugar a otro, pues concentra en si todos los actos ejecutivos precedentes
los cuales se integran y compenetran en aquél para formar un solo ente jurídico. Esta
doctrina legal se halla sustentada por el Supremo Tribunal a partir del Auto Supremo
número 417 de 19 de agosto de 2003, por lo que al ser de carácter vinculante es de
aplicación obligatoria para todos los jueces y Tribunales del país”; siendo menester precisar
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 25/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
que este Tribunal a tiempo de asumir que los delitos emergentes de la Ley del Régimen de
la Coca y Sustancias Controladas, son de carácter formal y no de resultados, verificó que la
Corte de Alzada no se apartó de las cuestiones de hecho establecidas por el Tribunal de
sentencia, sino que adecuó la conducta del imputado FVV al art. 55 de la Ley 1008 aunque
incorrectamente en grado de tentativa, porque la prueba analizada por el Tribunal
sentenciador demostró que el accionar del imputado se subsumió al delito de Transporte de
Sustancias Controladas, sin que ello signifique revalorizar la prueba, sino que se aplicó la
norma sustantiva, precautelando los derechos y garantías constitucionales y el debido
proceso, haciendo hincapié que el juez o Tribunal tienen facultades para modificar la
tipificación inicial tratándose de delitos que son conexos, porque lo que se juzga son los
hechos antijurídicos y no los delitos.
A partir de la precisiones anteriores, se advierte que las problemáticas que dieron lugar a
los precedentes invocados, estuvieron referidas en el primer caso a la labor de
revalorización probatoria ejercida por el Tribunal de alzada lo que motivó se deje sin efecto
la resolución que fuera impugnada de casación y en el segundo caso a la incorrecta
adecuación de la Sala de apelación de la conducta de la parte imputada en el delito de
tentativa de delitos referidos a sustancias controladas a partir de precisiones de orden
jurisprudencial respecto a los citados tipos penales, distando a las problemáticas formuladas
en los recursos de casación sujetos a análisis, por los cuales a su turno, el recurrente Pastor
Ismael Molina Quintana califica de aberración jurídica la conclusión del Tribunal de alzada
en sentido de que la ausencia de descripción de los elementos de prueba no implica la
ausencia o insuficiencia de fundamentación probatoria, en tanto que el recurrente Freddy
Gilberto Romay Gonzáles denuncia que la sala de apelación no hubiese absuelto los
fundamentos de su apelación relativos a la denuncia de ausencia de fundamentación en la
sentencia incurriendo en un vitio infra petita
; en consecuencia, al detectarse el
incumplimiento de la carga procesal asignada a los recurrentes de asegurarse que los
precedentes sean aplicables a los cuestionamientos efectuados en sus recursos de casación,
por ende inexistiendo una problemática similar con la que resulte viable efectuar la
confrontación del Auto de Vista impugnado, corresponde declarar infundados los reclamos
de los citados imputados, siendo pertinente recordar el razonamiento establecido en el Auto
Supremo 322/2012-RRC de 4 de diciembre, sobre la exigencia procesal de la situación
similar a efectos de realizar la labor de contraste entre el Auto de Vista recurrido y el
precedente invocado, al señalar que el art. 416 del CPP, se refiere a una situación de hecho
similar, en materia sustantiva, exigiendo que el hecho analizado sea similar; y, en materia
procesal, se refiere a una problemática procesal similar, con lo resuelto en el Auto de Vista
recurrido, correspondiéndole al impugnante demostrar la aplicabilidad del razonamiento que
invoca, a efectos de posibilitar la labor de contraste, más si se trae a colación el siguiente
criterio asumido por esta Sala a través del Auto Supremo 396/2014-RRC de 18 de agosto de
2014, respecto a los requisitos que deben cumplir los precedentes contradictorios: “Siendo el
recurso de casación un mecanismo que busca otorgar a los ciudadanos la posibilidad de
cuestionar la inadecuada aplicación o interpretación de las disposiciones legales realizadas
por el Tribunal de apelación, contrarios a otros precedentes, debe señalarse que el
precedente contradictorio en materia penal, constituye una decisión judicial, previa al caso
analizado, que al ser emanado por un Tribunal superior en grado o por uno análogo, debe
ser aplicado a casos que contengan similitud con sus hechos relevantes; al respecto, la
normativa procesal penal en el país, ha otorgado al precedente contradictorio carácter
vinculante (art. 420 del CPP). La importancia de precedente contradictorio, deviene del
objetivo y fin del recurso casacional, toda vez que el más alto Tribunal de Justicia del
Estado, tiene la tarea u objetivo de unificar o uniformar la jurisprudencia nacional, con el fin
de brindar seguridad jurídica a las partes inmersas en un proceso judicial, asegurando la
aplicación uniforme de la ley y por ende la efectivización del principio de igualdad y la tutela
judicial efectiva; atribución, que se encuentra descrita en los arts. 419 del CPP y 42 inc. 3)
de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) y que es conocida como función nomofiláctica
(interpretación de la norma en procura de una jurisprudencia uniforme e integrada).
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 26/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Ahora bien, al establecerse que el precedente se originó entre otros motivos, en el hecho de
que el Tribunal de alzada se limitó a asumir que la Sentencia se encontraba debidamente
motivada y fundamentada, sin efectuar un análisis de la sentencia y que en el caso presente
el recurrente denuncia que la Sala de apelación omitió dar una respuesta al reclamo de falta
de prueba respecto al tipo penal atribuido y que acredite sus elementos constitutivos y que
ante la denuncia de falta de motivación y fundamentación de la Sentencia, la Sala de
apelación se limitó a remitirse al primer motivo de alzada, corresponde efectuar la labor de
contraste; a cuyo efecto, se hace necesario acudir al contenido del recurso de apelación
restringida formulado por el imputado Wilfredo Ramos Quispe así como del Auto de
Vista impugnado de casación a fin de establecer si lo denunciado por el imputado tiene o no
asidero; en ese sentido, se constata que en el tercer motivo de apelación en el marco
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 27/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
del defecto de Sentencia previsto por el art 370 inc. 5) del CPP, argumentó que la sentencia
expresó que existía prueba suficiente para llegar a la conclusión de que era responsable por
el hecho acusado, empero de aquello el art. 365 del CPP, preveía que debía existir prueba
suficiente, señalando que sobre el delito de Prevaricato por el que se dictó Sentencia
condenatoria, era deber el realizar un análisis del mismo a los efectos de establecer si
existió una correcta o incorrecta subsunción y aplicación de la ley sustantiva, por
consiguiente si se dictó una resolución condenatoria dentro de los marcos de la citada
norma procesal, siendo que de acuerdo al art. 173 del CP, la consumación del delito
requiere que la resolución sea manifiestamente contraria a la ley, no siendo punible la
conducta cuando por cuestiones de hermenéutica se llegue a una conclusión que sea
errónea, siendo éste último aspecto el que debía considerarse a los efectos de establecer la
existencia o no del tipo penal, es decir diferenciar el error judicial o in ¡udicando in
procedendo de la comisión propia del delito en análisis.
En ese ámbito, el imputado señaló que no podía juzgarse y menos condenar por el
resultado debido a la teoría de la responsabilidad prevista en el art. 13 del CP y que en su
caso al emitirse la Sentencia, no se efectuó el ejercicio intelectivo de establecer en la
fundamentación de la resolución el nexo de causalidad entre la acusación y los medios de
prueba destinados a acreditar una culpabilidad, porque para acreditar ésta se requería la
concurrencia de plena prueba que acredite el delito de Prevaricato con todos sus elementos
constitutivos y en la Sentencia apelada existía sólo una relación de hechos, la mención de la
prueba aportada por las partes y un subtítulo que hizo referencia a la valoración de la
prueba donde ningún medio hizo referencia al elemento dolo.
Añadió sosteniendo que la valoración de las pruebas y la sanción, eran aspectos que se
extrañaban en la resolución apelada y que eran motivo de impugnación, pidiendo se
restituya los derechos vulnerados a contar con una debida fundamentación, haciendo
mención al Auto de Vista 30/2010 de 25 de junio sobre un caso de Prevaricato que como
efecto de una nulidad, se consideró que nunca nació a la vida jurídica, infiriendo analogía
con el presente caso que en un momento fue el argumento de su sobreseimiento y
posteriormente revocado, argumentando que el Tribunal que emitió sentencia lo hizo
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 28/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
apartándose de los principios ordenadores del sistema jurídico, razonamientos lógicos que
se desprendían de la ley e inobservando la jurisprudencia aplicable al caso.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 29/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Respecto al delito por el que fue condenado, sostuvo que no existió un solo elemento de
prueba que determine cuál fuere la norma legal que sea contraria con la resolución emitida,
de ninguna manera se podía determinar la comisión del delito de Prevaricato, menos que la
resolución emitida sea manifiestamente contraria a alguna norma, no existiendo ningún
elemento probatorio que determine esos dos aspectos, lo lógico y correcto era que se
determine la absolución, pero fue condenado inexplicablemente sin determinar cuáles serían
las pruebas que demostraron la comisión del delito de Prevaricato.
Estos planteamientos fueron resueltos por el Tribunal de alzada que expresó que respecto a
la fundamentación probatoria descriptiva de la sentencia, se cumplía con la descripción o
interpretación de cada uno de los medios probatorios judicializados en la audiencia de juicio
de forma individual, extractando su contenido en lo esencial, si la fundamentación no era
completa, en ese sentido se generaba el defecto de sentencia denunciado; en consecuencia,
el cuestionamiento inherente a seleccionar, establecer elementos de prueba para
determinar la existencia de elementos de prueba pertinentes que tengan relación con los
tipos penales acusados en esa faceta u operación valorativa de carácter descriptivo, no era
una exigencia cuyo incumplimiento implicaba una ausencia o insuficiencia de
fundamentación probatoria descriptiva, menos sin una crítica puntual.
Con estos antecedentes y atentos los reclamos de casación que se constituyen el límite del
análisis de fondo, es menester señalar que el defecto de sentencia previsto por el art. 370
inc. 5) del CPP, tiene que ver con dos momentos esenciales como son el juicio histórico y el
juicio jurídico respecto al objeto del proceso, razón por la cual todo fallo debe
ineludiblemente contener la fundamentación descriptiva, la fundamentación fáctica, la
fundamentación analítica o intelectiva y la fundamentación jurídica, respecto a las cuales el
Auto Supremo 065/2012-RA Sucre, 19 de abril, precisó que: “En la fundamentación
descriptiva la autoridad judicial debe proceder a consignar cada elemento probatorio útil,
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 30/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Con relación al tercer motivo de casación del imputado Wilfredo Ramos Quispe, se evidencia
que ciertamente en el quinto motivo de apelación denunció la falta de motivación y
fundamentación de la sentencia denunciando la vulneración de los arts. 124 y 173 del CPP,
además del art. 13 del CP, enfatizando el razonamiento del Auto de Vista 30/2010 de 25 de
junio emitido por la Sala Penal Primera del Distrito Judicial de Potosí, en sentido de que la
resolución que motivó un proceso por el delito de Prevaricato al haberse anulado el proceso
carecería de valor o eficacia jurídica, planteamiento que fue abordado por el Tribunal de
alzada que de manera expresa y precisa, asumió que con relación a los cuestionamientos
referidos a la falta de fundamentación jurídica debía remitirse al primer motivo analizado en
el Auto de Vista impugnado, esto es a la alegada existencia del defecto de sentencia
previsto en el art. 370.1) del CPP, que conforme el análisis de esta Sala desarrollado en el
acápite III.2. de la presente resolución, fue correctamente desestimada por la Sala de
apelación, pues se reitera en consideración al criterio asumido en el Auto de Vista invocado
en apelación, que el delito de Prevaricato se consuma con la firma de la resolución
manifiestamente contraria a la ley, sin que resulte exigible que alcance su ejecutoria y sin
que la punibilidad de la acción quede descartada por la circunstancia que sea revocada o
anulada por otro tribunal como sucedió en el presente caso, siendo además indiferente el
efecto logrado conforme se destacó en el acápite III.1. de este Auto Supremo, no siendo
por lo tanto evidente que se hayan supuesto los elementos constitutivos del tipo penal
condenado como sostiene el recurrente de casación, sino que se asumió su concurrencia
dada la forma de consumación, por lo que la respuesta aún remisiva del Tribunal de alzada
a la respuesta otorgada al primer motivo de apelación, no implica la existencia de
contradicción con el precedente invocado consistente en el Auto Supremo 282/2015-RRC-L
de 8 de junio.
los puntos apelados, no hubo pronunciamiento pese a que el Tribunal tenía la obligación de
pronunciarse en la misma resolución y con carácter previo a los aspectos relativos a la
impugnación contra la Sentencia sobre la apelación incidental, pues de su resultado, es
decir, de la declaratoria de procedencia o improcedencia de la apelación interpuesta por la
parte recurrente, dependía el pronunciamiento o no de los agravios de fondo contra la
Sentencia, pues en caso de haberse establecido la procedencia del reclamo y
consecuentemente la revocatoria de la referida Resolución, como efecto la extinción de la
acción penal, lógicamente resultaba innecesario pronunciarse sobre los puntos de la
apelación restringida, constatándose en consecuencia que con ese actuar, el Tribunal de
alzada no sólo incumplió su deber de fundamentación y la obligación que tenía de
pronunciarse sobre todos y cada uno de los aspectos reclamados o impugnados; sino,
incompresiblemente, omitió fallar sobre los extremos de una apelación incidental,
incurriendo en consecuencia en incongruencia omisiva.
En ese sentido, denunció que la valoración de la prueba no fue objetiva e individual, sólo
utilizó a esa prueba como irrefutable y referencial, vulnerando no sólo las reglas de la sana
crítica al no contener una correcta fundamentación de dicha prueba, sino también los
principios básicos del debido proceso en su vertiente de fundamentación y motivación y
peor todavía ilegal e inexplicablemente se rechazó la prueba pericial que propuso sin
fundamentación válida.
Recalcó que lo que valoró el Tribunal de Sentencia para establecer el delito de Prevaricato
tuvo como base la relación procesal del proceso civil de Usucapión y todas las resoluciones
emitidas referidas a la procedencia o improcedencia de la Usucapión, cuando el Ministerio
Publico debió introducir prueba que determine que el Auto de Vista que suscribió era
contrario a alguna norma, teniendo la carga probatoria de demostrar que dicha resolución
era manifiestamente contraria a la ley, aspectos omitidos por los acusadores, de modo que
si no se introdujo como prueba ni un solo elemento de prueba respecto a los delitos
acusados, no era posible que sea sancionado por el delito de Prevaricato, por lo que se
incurrió en errónea valoración de la prueba, ya que sin que exista un solo elemento objetivo
y subjetivo del tipo penal de Prevaricato fue declarado autor, aspecto que debía ser
subsanado más cuando por Auto Supremo se anuló obrados hasta la admisión de la
demanda sin responsabilidad por ser excusable.
ser improbable, sin que exista valoración respecto a todos los medios probatorios, pues si
bien dicha resolución anuló obrados, no resolvió nada con relación al Auto de Vista recurrido
en casación, al contrario se realizó una interpretación jurídica de la Usucapión, motivo por el
que el Auto Supremo en la parte dispositiva estableció sin responsabilidad por ser excusable
el error incurrido y que el error fue cometido en la admisión de la demanda y no
precisamente por los Vocales que resolvieron el recurso de apelación; siendo contradictorio
el atribuirle haber cometido el delito de Prevaricato, cuando la valoración de esa prueba fue
inexistente y de existir rompió las reglas de la lógica, experiencia y ciencia ya que se
entendía que jurídicamente una resolución que establecía la falta de responsabilidad
precisamente no generaba ninguna responsabilidad.
Además la Sala de apelación refirió que de acuerdo al art. 171 del CPP, en el sistema penal
no era admisible la prueba tasada, por lo que no era factible condicionar a determinadas
fuentes o medios de prueba la demostración de la existencia de un hecho histórico, la
autoría, el vínculo y que en el caso de la prueba indiciaria tenía validez, entre tanto que
esos medios probatorios sean legítimos y su análisis se realice respetando las normas del
correcto entendimiento humano de acuerdo al Auto Supremo 068/2015-RRC de 29 de
enero; sin determinarse en alzada que se haya vulnerado derechos o garantías
constitucionales en cuanto a que las pruebas valoradas sean ilegales o ilegítimas, menos en
cuanto a la elección, selección de los medios, fuentes de prueba introducidos al juicio y los
elementos de juicio extraídos por el Tribunal de Sentencia.
Respecto a que la valoración "no fue objetiva e individual, que solo se utilizó la prueba
como irrefutable y referencial sin contener una correcta fundamentación de dicha prueba",
el Tribunal de alzada asumió que existió una valoración de la prueba porque al ser
nombrada y considerada se la valoró, así como al integrarse con otras, advirtiendo que se
corroboraron y complementaron una a la otra siendo ese el fundamento del valor otorgado,
generando una reconstrucción histórica que no se mostraba irracional ni cuestionada en
cuanto a su logicidad, por lo que no se advertía el defecto de sentencia denunciado.
Respecto al recurso del imputado Freddy Gilberto Romay, la Sala de apelación señaló
que de acuerdo a los fundamentos del recurso, se cuestionaba primero una vulneración
relativa a la inexistencia de un razonamiento valorativo exteriorizado de la prueba conforme
a la sana crítica y sobre ese margen el recurrente debía remitirse al punto 2 y en lo que
concernía a la denuncia sobre la prueba cuestionada, en sentido de que no existido
valoración sobre la misma con ausencia de las reglas de la sana crítica e indicando
seguidamente que de existir era contraria a las reglas de la sana crítica, el alegato no tenía
un fundamento debido que demostrara con claridad un agravio en cuanto a la valoración de
la prueba, al no aclararse si la prueba finalmente fue valorada o no, siendo indeterminada la
posición del recurrente.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 35/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
A los fines de resolver este motivo al advertirse que se halla vinculado a la labor de
valoración probatoria y al control que le corresponde al tribunal de apelación en la
resolución del recurso de apelación restringida, resulta útil y necesario tener en cuenta que
la doctrina legal de este Tribunal ha establecido que el sistema recursivo contenido en el
Código de Procedimiento Penal, fue establecido con la finalidad de que los sujetos
procesales, que se consideren agraviados con la emisión de un fallo, puedan acudir ante un
Tribunal superior a efectos de hacer valer sus pretensiones, efectivizándose así las garantías
jurisdiccionales, principios y garantías constitucionales contenidas en los arts. 109, 115, 116
y 180.I.II de la CPE, relativos a los arts. 8.2 inc. h) de la Ley 1430 de 11 de febrero de 1993
(Pacto de San José de Costa Rica), y art. 14 núm. 5 de la Ley 2119 de 11 de septiembre de
2000 (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), siendo el recurso de apelación
restringida el único medio para impugnar la Sentencia; consecuentemente, el control de la
legalidad ordinaria y logicidad del fallo de mérito, debe ser ejercido por el Tribunal de
apelación de acuerdo a las alegaciones formuladas en el recurso de alzada, que la Sentencia
no haya incurrido en los defectos descritos en alguno de los once incisos previstos en el art.
370 del CPP, que prevén supuestos con naturaleza y alcances diferentes.
expresado en la fundamentación del fallo se encuentra acorde con las reglas del recto
entendimiento humano; analizando si la motivación es expresa, clara, completa y emitida
con arreglo a las normas de la sana crítica, cuales son, la lógica, la experiencia común y la
psicología, controlando si las conclusiones obtenidas responden a las reglas del recto
entendimiento humano, sin que para ello les esté permitido ingresar a una reconsideración
de los hechos o de las pruebas, de ahí que alegar como motivo del recurso de apelación
restringida, la infracción a las reglas de la sana crítica, obliga al impugnante a señalar
cuáles son las normas del correcto entendimiento humano inaplicadas o aplicadas
erróneamente, expresando las partes de la sentencia en las que consta el agravio.
Ante la invocación de la violación de las reglas de la sana crítica el Tribunal de alzada es el
principal llamado a ejercer un control sobre la logicidad que debe imperar en los
razonamientos plasmados en la sentencia, los recurrentes además de expresar las
reglas de la lógica que hubieran sido inobservadas, deben vincular su crítica con
el razonamiento base del fallo, de ahí que si bien los jueces se encuentran
obligados a motivar debidamente sus resoluciones, es obligación de quienes
motivan sus recursos en la inobservancia de las reglas de la sana critica, señalar
las partes del decisorio donde constan los errores lógico-jurídicos,
proporcionando la solución que pretenden en base a un análisis lógico explícito;
será pues obligación del recurrente, al alegar la infracción basada en la
inadecuada aplicación de las reglas de la sana crítica, atacar en sus
argumentaciones el silogismo desarrollado en la sentencia y no referirse ha
actuaciones procesales sin incidencia directa en la resolución de mérito, la
inobservancia de estas reglas emergentes de lo expresamente determinado en la
ley adjetiva penal deberán ser observadas por los Tribunales que conocen el
recurso de apelación restringida previamente ha admitirse los recursos por estos
motivos y en caso de no ser debidamente subsanada la observación referida, los
Tribunales deberán declarar inadmisibles los recursos por este motivo, en cuyo
caso no podrán reiterarse estos argumentos en el recurso de casación.
El recurso basado en errónea apreciación de la prueba, tiene por finalidad examinar la
sentencia impugnada para establecer si al valorar las probanzas, se aplicó adecuadamente
el sistema de la sana crítica o si se transgredieron las reglas del correcto entendimiento
humano.
Resulta deficiente el planteamiento cuando el recurso discurre en torno a las
propias apreciaciones del recurrente en lugar de señalar concretamente las
partes de la sentencia donde se hubieran infringido los principios alegados,
requisitos indispensables cuando se reclama sobre la presunta falta de
coherencia.
Para demostrar la violación a las reglas de la sana crítica es preciso que la
motivación de la sentencia esté fundada por un hecho no cierto, que invoque
afirmaciones imposibles o contrarias a las leyes de la lógica, la ciencia o que se
refiera a un hecho que sea contrario a la experiencia común, que analice
arbitrariamente un elemento de juicio o que el razonamiento se haga sobre
pruebas que demuestren cosa diferente a la que se tiene como cierta con base en
ella, una prueba, de acuerdo a la sana crítica, tiene que referirse a hechos que en
un momento histórico no son imposibles naturalmente, porque no se opone a
ellos ninguna ley científica natural.
Los principios lógicos nos previenen contra el posible error de juicio, pero no nos indican ni
nos enseñan cual es la verdad o cuáles son los pensamientos verdaderos; simplemente nos
suministran un criterio de error, o un criterio aproximado de verdad, sobre el razonamiento
del juez.
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 37/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 38/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Este planteamiento mereció la respuesta del Tribunal de alzada en sentido de que la norma
denunciada como inobservancia contenía el principio de congruencia referido a la
imprescindible correspondencia que debía existir en materia penal, entre los hechos
acusados por la acusación pública y/o particular, con los hechos por los que se condenó en
Sentencia, estando reconocido en el art. 362 del CPP que guardaba concordancia con el art.
342 del mismo Código y que en ese contexto, la calificación legal de los hechos investigados
precisada en los actos procesales anteriores a la sentencia, tales como imputación formal,
aplicación de medidas cautelares, acusación pública o particular, eran eminentemente
provisionales y susceptibles de modificación, siendo que la facultad de establecer en
definitiva la adecuación penal que correspondía al hecho delictivo, era del Juez o Tribunal
de Sentencia en el fallo final, quien después de establecer el hecho probado, subsumía el
mismo en el tipo penal que correspondía conforme a los presupuestos configurativos
preestablecidos por el Código Penal, para finalmente imponer la sanción prevista de acuerdo
a los Autos Supremos 124 de 10 de mayo de 2013 y 230 de 14 de junio de 2003, de modo
que de acuerdo a esos criterios interpretativos, se establecía que según la norma
denunciada podía configurar el defecto de Sentencia cuando se condenaba a una persona
por un hecho distinto al hecho acusado, por un hecho no acusado o que se encontrara
fuera del cuadro fáctico que sustentaba la acusación, lo que no implicaba que el hecho
acusado no pueda variar en lo absoluto, ya que la vulneración al principio de congruencia
exigía una variación del hecho o hechos acusados en lo sustancial o nuclear y de acuerdo a
los parámetros glosados la correlación o congruencia no implicaba una correlación rígida,
inmutable y hermética, entre la hipótesis acusatoria y la sentencia, para vulnerar el art 362
del CPP; en consecuencia, otras variaciones al margen de lo nuclear respecto al hecho
emergentes del proceso u otro tipo de circunstancias que se podían alegar, no configuraban
el defecto de sentencia denunciado.
Efectuadas estas precisiones, el Tribunal de alzada asumió que desde esa perspectiva y de
acuerdo a lo planteado, un hecho acusado no podía contener aspectos que determinen a
priori la existencia o no de una conducta que se configure como típica, antijurídica y
culpable, por lo que extrañar los elementos que describía el tipo penal para encuadrar una
conducta como el objeto material del delito de prevaricato, la prueba que respalde, o que
los hechos acusados no constituían delito, no permitía advertir la configuración del defecto
de sentencia denunciado, enfatizando que en el caso los hechos acusados fueron
determinados de acuerdo a la acusación postulación base del juicio y correspondía verificar
en la tramitación del juicio si tales hechos concretados en la hipótesis acusatoria adquirían o
no la categoría de delitos, es decir probar la afirmación realizada, con base en elementos de
juicio que demostraban que el hecho denunciado existió, generé efectos, quién o quiénes
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 39/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
A los fines de resolver el motivo sujeto a análisis, se hace necesario precisar que el principio
de congruencia, es entendido como la concordancia o correspondencia que debe existir
entre la petición formulada por las partes y la decisión que sobre ella tome el juez, siendo
definido por Devis Echandía como: “el principio normativo que delimita el contenido de las
resoluciones judiciales que deben proferirse, de acuerdo con el sentido y alcance de las
peticiones formuladas por las partes (en lo civil, laboral, y contencioso-administrativo) o de
los cargos o imputaciones penales formulados contra el sindicado o imputado, sea de oficio
o por instancia del ministerio público o del denunciante o querellante (en el proceso penal),
para el efecto de que exista identidad jurídica entre lo resuelto y las pretensiones o
imputaciones y excepciones o defensas oportunamente aducidas, a menos que la ley
otorgue facultades especiales para separarse de ellas”.[8]
En cuanto al citado principio, el art. 362 del CPP dispone de forma imperativa que ningún
imputado puede ser condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación o en su
ampliación; concordante con la normativa precitada, el inc. 11) del art. 370 del cuerpo legal
precitado, establece que constituye defecto de Sentencia, la inobservancia de las reglas
relativas a la congruencia entre la Sentencia y la acusación; las disposiciones precitadas, a
su vez, guardan coherencia con las siguientes normas legales: El art. 242 del CPP, que en
su primer párrafo señala: "El juicio se podrá abrir sobre la base de la acusación del fiscal o
del querellante, indistintamente. Cuando la acusación fiscal y la acusación particular sean
contradictorias e irreconciliables, el tribunal precisará los hechos sobre los cuales se abre el
juicio. En ningún caso el juez o tribunal podrá incluir hechos no contemplados en alguna de
las acusaciones, producir prueba de oficio ni podrá abrir el juicio si no existe, al menos, una
acusación”; y, el art. 348 del referido Código, que respecto a la ampliación de la acusación
sostiene: "Durante el juicio, el fiscal o el querellante podrán ampliar la acusación por hechos
o circunstancias nuevos que no hayan sido mencionados en la acusación y que modifiquen
la adecuación típica o la pena”, para luego señalar: “Admitida por el juez o tribunal la
ampliación de la acusación, se recibirá nueva declaración al imputado y se pondrá en
conocimiento de las partes el derecho que tienen a pedir la suspensión del juicio para
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 40/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 41/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
Ahora bien, sobre este particular reclamo es menester señalar que las Resoluciones emitidas
por el Tribunal de alzada sobre mecanismos de defensa relativos a incidentes o
excepciones, no son recurribles en casación por corresponder a un procedimiento incidental;
sin embargo, este Tribunal en su uniforme y reiterada jurisprudencia, ha establecido como
excepción a la regla, la consideración en el fondo de aquellas denuncias en las que se
alegue la existencia de incongruencia omisiva, casos en los cuales de manera excepcional
apertura su competencia a los fines de verificar si evidentemente existe la falta de
pronunciamiento sobre una apelación vinculada a algún tema incidental, siendo que en el
caso de Autos, en el ámbito de un incidente de actividad procesal defectuosa de acuerdo a
los datos proporcionados por el propio recurrente, se denuncia la falta de respuesta en el
fondo por el Tribunal de alzada, correspondiendo ingresar a verificar lo alegado sólo
respecto de este aspecto.
La Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, con la facultad conferida por el art. 419 del CPP,
declara INFUNDADOS los recursos de casación interpuestos por los imputados Freddy Gilberto
Romay Gonzales, de fs. 1200 a 1227, Pastor Ismael Molina Quintana, de fs. 1228 a 1238 vta. y
Wilfredo Ramos Quispe, de fs. 1258 a 1279.
Firmado
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 42/43
28/5/2020 tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html
[1]
FONTÁN BALESTRA, Carlos, Derecho Penal, Parte Especial, 10ª Edición, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1985, p. 1.
[2]
MUÑOZ CONDE, Francisco. Derecho Penal Parte Especial. Tirant lo Blanch, Valencia, 1999, p. 792-793.
[3]
PEÑA CABRERA FREYRE, Alonso Raúl. Derecho Penal Parte Especial. IDEMSA, Lima Perú, 2011, p. 453.
[4]
Ibidem. p. 454.
[5]
VILLAMOR LUCIA, Fernando. Derecho Penal Boliviano Parte Especial. Tomo II Segunda Edición Actualizada,
La Paz Bolivia, p. 63.
[6]
CREUS, Carlos. Derecho Penal Parte Especial. Tomo II, Editorial ASTREA, Buenos Aires, p. 329.
[7]
Ibidem. p. 329.
[8]
DEVIS ECHANDIA, Hernando, Teoría General del Proceso, Tomo I, Editorial Universidad, Buenos Aires, 1984,
pág. 53).
tribunalsupremo.organojudicial.gob.bo/AS/penal/P0-2019/as201910325.html 43/43