Conduct Is Mo
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8. OrIgenes de la terapia de la conducta
\_,-‘.--
•
Desde el punto de vista histórico, la designaciOn de uterapia
‘ de la conducta fue introducida y empleada de manera relativa
3
mente independiente por tres grupos de investigación en los años
J*_S*,
‘ o1 . de 1953 a 1959: en primer lugar, por Burrhus F. Skinner y sus
.4. discIpulos en Harvard; después, por Joseph Wo1pe sus aiumnos
S A,, en Johannesburgo; y en fin, por el grupo formadoHans‘ por
} Jurgen Eysenck en el Maudsley Hospital de la Universidad de
•
S
‘•
-
-
‘ /
( A
1
Bandura y Arnold Lazarus introdujeron el uaprendizaje de mode (y el conductismo, su variedad mãs influyente al principio, yea
los a modo de ampliaciOn de lOs conceptos básicos de Ia terapia
de Ia conducta. Mucho más heterogenea resultó la mtegracion
[ se infra) se presentara explicitamente como el ucontra-programa
del psicoanálisis pero que, al mismo tiempo, no pudiera descono
de aspectos cognitivos: por una parte, la terapia cognitiva de cer las concepciones ya bien estructuradas y difundidas de este.
paralelamente
Aaron T. Beck se desarrollO durante mucho tiempo Desde él comienzo hubo intentos de integración, y muchas no
a, podrIamos decir, la terapia de la conducta mientras que, ciones de teoria del aprendizaje y de terapia de la conducta se
por otra parte, Michael J. Mahoney y Donald W. Meichenbaurn elaboraron como ((traducciones’) de las nociones psicoanaliticas
integraban de manera expresa elementos cognitivos. Por ültimo, respectivas. En los Ilmites de este manual apenas podremos mdi-
otra variante autónoma es la terapia multhnodal de Lazarus, car de pasada estos interesantIsiinos nexos.
que conjuga perspectivas muy diversas. En los cuatro capitulos de esta parte expondremos las con
Dedicaremos
concepció un capitulo especial (el capltulo 11) a una cepciones principales de ulau terapia de la conducta, tomando en
n que se suele mencionar entre las terapias cognitivas de cuenta en particular su desarrollo y cambio histónicos. Por eso
la conducta nos referimos a Ia uterapia racional-emotjvau de
Albert f., comenzaremos resumiendo sus primeros fundamentos teóricos y
•:
Ellis. En vista de la heterogeneidad de los demás abordajes prácticos. Para un tratamiento detallado de este aspecto histOri
considerados
arbitrana en esta parte del libro, nuestra decision es •• -.• co remitimos a la amplia y notable mvestigación de Schorr (1984)
, pero puede invocar buenas razones: en primer lugar, Ellis sobre la historia Integra de la terapia de Ia conducta; en ella se
elabord su variedad terapéutica ya a comienzos de la década de encontrarán expuestos, ádemás, algunos de los interesantes ne
1950, es deck que su labor fue contemporánea a la de Wolpe, 4 xos con el psicoanálisis.
Skinner y Eysenck en la terapia moderna de la conducta; en se
gundo lugar, el propio Ellis organizOsu terapia de manera que
presentara “una considerable concordancjau con la terapia de la
conducta, si bien advierte que no se la debe subsumir en esta 8.1 Abordajes teóricos iniciales
t
(cf. Ellis, 1962 y 1977); en tercer lugar, en los palses de lengua c. 33
156
3
muiotii manera simultânea (o al menos con mucha
proxirnid 8.1.2 Bechterev. reflexologia
ad temporal) reafloraban jun os a Ia concienciaasfuese
iba noticia de uno solo e ellosQej., por una ocasión exte- La hifluencia de Pavlov sobre la psicologia experimental de
nor sto habria permitido sostener que el perro, sobre la base los Estados Unidos fue muy grande: en el momento de viajar
a
de su experiencia asociaba al alimento lQs Boston en Swcarácter de presidente del Congreso Internacional
En términos parecidos argumentó A. T. Snarski, un cola- de Fisiologla, hacla tiempo que sus trabajos bien conocidos
eran
de Pavlov, en su explicaciOn de estos fenómenos. aun entre los psicólogos. También en Rusia era famoso,
Pero en su elaboración del concepto de reflejo condicionado, es verdad, durante Un largo perlodo, solaniente aunque,
trabajos
por sus
Paadopto de manera deliberada una perspectiva de mvesti- de fisiologia pura, que en 1904 le vaheron el Premio Nobel (no,
gacion que dejaba de lado todos los aspectos psicologicosys. entonces, por sus experunento de condicionanuento) Asi, el
psilumtab
a a la fisiologia pura Segun sus propias palabras, escoglo qulatra Vladunr Bechterev (1857-1927) solo en 1905 se entero
iceipapèfdl observador y expernnentador externo objetivo, que por casualiclad de Ia existencia de los experunentos de Pavlov
se ocupa
miscione exciusivamente de los fenomenos externos y sus rela- sobre condicionamiento, y eso que ambos trabajaban en la
’ (Pavlov, 1923). Esta formulaciön caracteriza con suficiente
situais s ma Academia en San Petersburgo. También Bechterev
se
ión la perspectiva prescrita también por el conductismo de ba por entero dentro del paradigrna materialista (que reduce to-
Watson desde 1913, en este caso para Ia psicologla. Pavlov se dos los fenónwnos a procesos materiales; entre aquellos, en
parsituab
a con ello en la tradicion de pensanuento de los grandes ticular, Ia “conciencia,, y otros fenomenos psiquicos) Bechterev
fisiologos rusos, como Ivan M Secenov (1829-1905), quien se pro- . queria aborda as enfei-meda es pguicas desde
perspectipus una
o encontrar las causas fisiologicas de fenomenos psiquicos va puramente biologica, y sustento una LcQAqgrhJetiva
Tras el descubrumento del reflejo condicionado, Pavlov constru- El descubnnuento de Pavlov le convino maraviflosarj’te
yo una vasta teoria del condicionamiento, pero en defuutiva el . Creo Ia ‘psico-reflexo1ogia,, en Ia que “no habia sitio
“pros para
e orien o siempre acia las conexionescerçrales cesos sub etivos o hechos de la conciencla,,, y elaboro el ‘metodo
Segün se lo puede estudiar con más detalle en cualquier ma- - de la motiljdad,, asi como un procedffñto
.
nual de psicologia, este <‘condicionantiento clásico (en la termi- mitfa aplicar a seres humanos los experimentos de condiciona
nologia actual) se defme en general asi: el punto de partida es J’
miento; Watson (véase infra) lo puso en práctica
y ya en 1916
un s uem innato) de estImulo-reacción, en que a un eqjijo publicó resultados (cf. Schorr, 1984, pág. 22). Interesa señalar
ijcionoEI (p.ej., alhuento) sigue una reacción incondi- ‘ ( aqul que Bechterev, con esta técnica y estos métoclos, no hizo
cionadaRl (p ej, aflu.jo de sahva) Ahora bien, siunestunulo dE , olornvestigaciones sino tambien los pjlmeros 1-ntentos
se puede comprobar, p.ej., mediante c<extinciónD: si. se repite la .sor de las teorfas del aprendizaje en los Estados Unidos. Aun precur
anpresentació
n de EC solamente —o sea, sin El—, la RC se hara ;tes de 1900 publicó resultados de experimentos de
cada vez más rara hasta que la conexiOn se extinga por completo anuna1, de modo que el propio Pavldv aprendizaje
(es verdad que tras una pausa se produce una <recuperación es- nor de haber sido el primero en echar a andar por el nuevo cami
pontánean). -o se terna que atribuir a Thorndike, anticipó
-‘experuuentos dos que se a nuestros
:SchonpfJug, 1983, en o tres años< (citado segün SchOnpflug y
pág. 338). En esos
se vaho, de experimentos, Thorndike
p ej , unajaulaparagatos que se podia abrir desde
vu
I,
introspeccjOn (método abordajes experirnentales Ia tos. De àhi que la relaciOn de la mayorIa de los conductistas (in
de irivestigacion psicolOgjca en que los suje- ,
+
-
160
,J(j,(&çm
r
Cd\ (ciU-- v
ta humana como un conducta ad uirida. o obstante, estos abor minutos (todas las citas segdn Pongratz, 1973, pág. 296, quien
dajes sOlo fueron conceptualiza os en a forma de teorias del menciona además a P. Dubois y a W. Neutra como precursores
aprenthzaj& por Hull o Skinner (vdase infra). de Ia terapia de Ia conducta).
ginario por una neurosis ernocional’, Rosenbach sostenia que estol %gaban a un proceso inhibitorio. Si Ia se eanza era demasia
• grande,
era infundado y que aun los más tiernos, los que se espantan j
am se rompia el equilibrio normal; entonces prevalecfa
ante p amente el proceso inhibitorio o bien el excitatorio, o sea que
cualquier dolor que pueda series inferido a sus cniaturasi
no pueden menos que convencerse de la inocuidad de este méto- •
Ia neurosis ex erimentl. Y como
do, àr otra parte no todos los animales reaccionaban con neurosis
cuya eficacia no pueden poner en duda trascurridos pocos 1-
-
a 4
este experimento, Pavlov supuso que estos que se volvian neu4p
rdticos
titucjonajpresentaban, a diferencia de los otros, una bi]1dad corIs Esta misma objeción ética se aplica a una serie de estudios,
VI V
en su sistema nervioso. iréplica del de Watson, ilevados a cabo par otros autores (aunque
Na solo
en Rusia sino partjcularmente en •.Ias reacciones udeseadas de miedo no pudieran ser condic
V
trabajO con neurosis los Estados Unidos L ionaV
expennenta]es en anin’ia]es, una vez co das). Pero es interesante también considerar estos experimentos
..
los los descubrimientos de Pavlov H. S. Liddeli .:1a luz dela sociologia del conocimiento: en la bibliografla se
en Ia Cornell University fundO en Welen citar errores de método para explicar aquellos fracasos
experimentos pavjovjanos una ‘Behavjor Farimhilerdonde se
on de ácticos. No obstante, en afios recientes los experimentos de
rros, ovejas, cabras Condjcjonamjento con pe-
y cerdos. De Inanera 4.Watson y la ideologia cientIfica construida sobre eRos han sido
creó pocos años después el aPavlovjan análoga, W. H. Gantt criticados
descubrimien coma tales. P.ej., Samelson (1980) señala que el
Hopkins University. Laboratory en Ia John
Estos dos centros de to
inumerabI de una reacción de angustia condicionada, que en
.
para
psiquiatrjco
cluso un congreso en el ser humano. En Ia década trabajo
de 1930 sesionó in- hecho en un solo sujeto porque en verdad han fracasado todos
sobre neurosis experrnentales organj.zao por 1OS ensayos de reproducir este resultado.
des-cubrim
Si en otro caso un
el National Research Council. iento obtenido en estas condiciones se considerarfa un ar
Neurosis experjmentales (deliberadas) en seres tefacto al que no se atribuiria más significación, es evidente que
vez se produjeron, felizmente. Uno humanos rara êste armonizaba muy bien con Ia ideologla de los conductistas
se debiO a Watson de los experimentos clásicos
y se ilevO a cabo y sus partidarios. El hecho de que el propio Watson calificara
1919-1920 en hn bebé de Once durante el mvierno de ,
V
‘neses de norubre Albert. Antes experimento con Albert de dnconcluso e indicara que “no se
VSU
del experimento, segOn se nos informa (véase VpodIan extraer de él con clusiones fundadas (a... verified con-
V
exis
se paso par alto a sabiendas y asi se urdiO Ia leyenda de que
V
un
-
de angustja. Tras dos sesiones V corn unos hechos incuestionables para lo sucesivo. Samelson
to con Ia en quejun..
,VVVtfan
presentaciOn de la rata se produjo este ruido, quedó V Vpara el experimnento de Watson con la investigaciOn de gemelos
Condicionada Ia V1J V
reaccjón de miedo a la rata. Cinco dias después, ilevada a cabo por Cyril Burt: por el método de Ia investigaciOn
V
V V
una
liebre, un perro, un manguito de pie! y la mascara barbada
V
((trasferencia,, a este fenOmeno de gene ralizaciOn V tado de Ia ciencia exacta, hasta que ültimamente se dernostrO
concepto que en verdad provenfa de Ia discusjón un V que esos resultados se obtuvieron falsificando los datos.
i:V
4.
Aunque Watson Se proponja volver atrs las Entre los primneros en introducir el condicionamiento para tra
rniedo
COndicjonadas en el reaccjones de
tar perturbaciones estuvo Bechterev. Entre 1913 y 1916 estudiO
al nub antes que esto pequeno Albert (sin embargo, se ilevaron
Ocurriera), V
en detaile fobiasy
aversivo
comnxu1sinnes. Sobre la base de estfmul
son extremadamente experhneo de esta indole
Cuestjonables desde el de s recurrió al condicionarniento de reflejos nuëvos en el Vcas2
co. Se puede anotar en descargo punto vista éti- de perturbaciones his éricas. En 1915 publicó un ‘procedimiento
primeras
experiencja supervó de Watson que tras estas
proyectos importantes en los que se distractivo’ eij exá1i’ite, en un estado de distensiOn
eliminaron angustias que otros niñàs hablan adquirido de entade angustia, y con los ojos cerrados, se le sugerian los
diversa
manera (es decir, “naturalmnente)
V
contenidos
desencadenadores de angustia, lo que contribufa a disiparla.
V
Este procedirniento presenta sernejanza con Ia posterior técruca
164
165
‘
de la desensibfflzación (véase infra); además, Bechterev co tante para justificar mi actividad como psicoanalista (Schorr,
mbinaba
estas técnicas con otros recursos terapéuticos, como baños 1984, pág. 84).
y duchas, tranquilizantes, etcetera. Con Watson y Hamilton, el conductismo perdiO sus dos cabe
A comienzos de la década de 1920, Mary C. Jones, bajo Ia su zas orientadoras. La crisis mundial (de 1929) impuso restriccio
pervisiOn de Watson, hizo müchos ensayos de disipar angustias nes a las Universidades é Institutos norteamericanos, que obte
en nifios. Ya a raiz de su experimento con el pequeño Albert (yea nIan su principal financiaciOn de fuentes privadas; y los recumsos
se supra), atson habla esbozado varias posibifidades para la eli escasos se dedicaron a programas cimnicos de probada eficacia,
minación de la angustia, a saber: la de base psicoanalitica; también esto contribuyó a interrumpir Ia
temi 0, e re-cononamnöioipositos ba mvestigaciOn dilnica conductista.
(golosmas) o la construcción de conductas positivas hacia OI
ijetopor la via e a
4’
,
greso aunque sus conceptos en modo alguno fueran puramente bién conducta respondient&,
obse elicited behavior), enlaq es
conductistas smo que, p.ej., en cdnceptos como (im)pu1siOn (una
rvable el estimulo desencadenante, y 2) conducta operante
If
de las nociones centrales) presentaba evidentes nexos (queridos (3übJthvior), una manforma eãcciOn ue so r ne-de
por
a, Hull) con el psicoanãllsis (despues, dentro del abordaje
conductist era es ontánea y que e animal, por lo tanto, produèëdesde
él desarrolló incluso una teorfa especial de las
nes). pulsio jjkinner sostuvo que en gran parte la conç.iio esta iga a
Es verdad que el nücleo desu tesisfueque1aconthcta
construye buena iedida a es LU Os, y por eso se ocu. 6 en s e erimentos,casi exc
uswanr
se en sobre enlaces de estimulo-reaccion
si : erit , dla segunda varied En la conducta opif por
bien es cierto que en cadenas muy complejas y dentro de je .3 l5Thñto, ñ iiderO las series de esth ii-reciOn de Hull sino
H
,
‘ rarquIas de reacción). Pero su intención fue mcluir además, en las coritmgencias entre cond ctasy Ia r condiciones sni
su abarcadora a — -
ones
janfdseaque’iirreacci reforzada o Se convierte enna
—
fueizo: el estimulo adquiere
j determinado aqul el caräcter de una señal (cue; Pero aqui lo importante es la actividad
p ej, camino en e ab?it) que Junto con la üna ulsion determ por
(im)pu1sion (drive, p ej es res de
“
, hambre) pnsa e a reaccion 10 cual se ha reprochado a Skinner inconsecuencia con su propio
response; p.ej., correr por ese camino); ahora bien, lo esencial s ‘f postulado Eb isiEà cñducta observable no es, p ej e1ha
•5
• j
•
pcorfei
mt eje asiaprendida (habit; en nuestro
jor erdihinorecompensador) ratas aprenderlan a apretar una tecla de la caja de Skinner sOlo
I depende de variables para desencadenar un movimiento de devoraciOn.
comola
.
mtensidad de Ia pu la
uniri 11I lsion
•
I.
8.3.3 Guthrie: teorIa cle. Ia contiguidad les de teorfa del aprendizaje, estasratas estaban c’saciadas a
j1
la salida del laberinto y
l. no habla comida, o sea que faltaban_la pu
El abordaje de Edwin R. Guthrie (1886-1959) es en extremo siOn de hambre también el refti?rpara el aprendizaje.
Ahora
pragmático Si se lo compara con los expuestos antes: princip
El bien, estas ratas, despues, en e y en las
lo de la asociación o del condicionarniento no constituye una condiciones
usuales (hambnentas refueio
y con de
explicación de tramo alguno de conducta, por pequeño que sea. dieron el é comida), apren
4. qué no cohO âfèI]ibejthito.
,
Tcorrectoiichornasrapidamente
(Nótese que Robert S.que otras ratas
Wdwórth,
No es sino un recurso auxiliar en apoyo de la explicación. Un
recurso ai.ixiliar no puede ser verdadero ni falso: es conveniente : con posterioridad, ba a-d en los puntos de vista de Tolman,
concibió
o infecundon (Guthrie, 1935). En armonia con esta apreciación, Tolman una pulsión de investigacion.) En otro experimento,
postulO de manera rnucho más vaga cpautas de estftnulo que se demostró que ratas que “conoclam el laberinto elegian siem
encuentran activas en el momento de una reacción, y que tien- j pre el mejor desip cuando Se &erraban determinadoas
den, cuando se repiten, a desencadenar1a (Guthrie, 1938; las dos Segün Tolman (1930, 1932), estos resultados sOlo se explican
citas segün Schorr, 1984, pág. 94 y sig.). diciendo que la
j: map) adqlurierQn..un m copiitio (cognitive
En una reproducción del ya citado experimento de Thorndi-
.
les sirve
conveni
que para orientarse y paraapreciar Ia
ke, Guthrie (por medio de cámaras fotográficas automáticas) mos enciade una acción. LlamO
-
sin recompensa De acuerdo
- - uaprndfajestó,1atente a este aprend1ie
tró que los animales experimentales repiten justamente aquellas con
--.
semcluyen en su teoria
modalidades de movimiento que les procuraron éxito la primera .‘ éñ 6mo expectativa (expectation y proposito urpose;
- -
er que denotan
enti ftitjio yTa iccion dla
g Yr”fiiTglismo
tura. Es aprendida, entonces, Ia ültima reacción”, la decisiva, SinulusReactio
(S-R =
la que pone término a la situación de estImulo. n), Tolman toma en l enlace entre el signo y lo
Los refuerzos no desempenan papel alguno en la teoria de signthcados = Sign-Significate) En una remterbf&tacion dl
,:
Guthrie. Más bien lo importante es la proximidad espacio-temporal f condicionamiento pavioviano, el El, la came, pasa a ser lo desig
entre la pauta de estfmulo (que en ültimo término abarca Ia Si nado, a lo cual se refiere el EC, Ia campana, como signo; entre
tuación experimental como un todo, iricluido el estado del ani- uno y otro se establece una expectativa signant&, de manera
mal experimental) y la accidn lograda (que es también compleja): que el animal, al son de Ia campana, reacciona con la RC, la
Se4i4
este es el principio de contiguidad de Guthrie. La conexión en . creción de saliva, como respuesta anticipada a lo designado.
tre (pauta de) estunulo y (pauta de) reaccion seoduceentoic Es evidente que el abordaje cle Tolman ofrece principios
esenciales
ès un Ia ley deab ñâ& niduahnente, como lo terapi
para las posteriores concepciones cognitivistas de Ia
posuaa U. a de la conducta. Pero nótese que esta teoria está muy alejada
:del nücleo del ideal cientifico conductista de un Watson o de un
Skthner,
y al mismo tiempo presenta una asombrosa semejanza
8.3.4 Tolman: aprendizäje latente con
ye.j Pavlov, a quien Watson y Skinner habian invocado con
hemencia;
a saber: La actividad básica y, a la vez, más general
Edward C. Tolman (1886-1959) se alejó mucho más todavIa de los hemisferios cerebrales es una actividad de producciOn de
que Guthrie de los principios conductistas básicos, aunque él mis seflales; ella
sigkllfficad dispone de una.enomme cantidad de seflales con
mo se declaraba totalinente conductista (es ciertc que mäs bien,’ os de seflal siempre cambiantes (Pavlov, citado segdn
para deshndarse de Ia introspeccidn o del psicoanálisis, mientras Bykow, 1966, pág. 721).
que, p.ej., Schonpflug y Schonpflug, en su manual de psicologla Mientras que Pavlov se centraba en el nexo EC-El, Watson,
de 1983, incluyen a Tolnian, de manera consecuente con la ter iHull
Thorndilc
y Guthrie, en Ia buena tradiciOri del efecto (RC) de
minologla actual, entre los ccognitivistas). Por medio de notaU-. e,
concebid
prestaron atenciOn más bien a EC-RC (donde el EC era
bles experhnentos pudo demostrar que los esquemas de estImulo4 o de maneras muy variadas, desde el estImulo dnico hasta
reacción eran insuficientes. Dejó que unas ratas recorrieran un con-
Ia situación global); Skinner se circunscribió a la RC (y a las
laberinto.
vo A diferencia de lo que ocurfë iôTëiij5€fluiTêiThs usua-. liciones secuenciales), rnientras que Tolinan, con EC-RC(I)-EJ,
vióatraer al primer piano la conexiOn establecida por el or anis 9. Abordajes de terapia de la conducta
mo entre iiiis Etfm os que ahora, emper&,osefan sentido y
silica -
fundados en la teorfa del aprendizaje
-
se comprende
aprendizajque los principios de la teoila del
e y los primeros conocimientos de terapia de La conducta con
fluyeran después de ia Segunda Guerra Mundial en abordajes
práctico-terapéuticos: las experiencias en el campo de batalla ha
bian sido tan terribles que el regreso de los soldados generO un
potencial de pacientes que era preciso atender, necesitados co
mo estaban de urgente ayuda psIquica. El mandato de Ia hora, Los abordajes de La moderna terapia de La conducta de las dé
prescindiendo de que no se habrIa contado, si flo, con suficien cadas de 1940 y 1950 se originaron en las preexistenteS teorfas
tes terapeutas, fue elaborar terapias breves que complemen del aprendizaje. Joseph Wolpe (nacido en 1915) y su grupo suda
taran a los prolongados tratamientos del psicoanálisis. Para ello fricano, asI como el Ilamado cGrupo Maudsley, de Ingiaterra, que
resultaron muy apropiadas las concepciones de La terapia de la orienta Hans-Jirgen Eysenck (nacido en 1916), pusieron el acerito
conducta (aunque es preciso seflalar que también dentro del en la elimirLacidn de angustias y neurosis por medio de técnicas
Bu
movimiento psicoanalItico, por consideraciones de urgencia, se que se situaban en la tradiciOn del condicionamiento clásico.
ensayaron modificaciones de la técnica en Ia perspectiva de con- rrhusF. Skinner (nacido en 1904) y sus discipulos, en cambio,
tar con terapias breves, p.ej., los trabajos de Franz Alexander, como es de suponer, abordajes basados en la teoria del
prefirieron,
Thomas French o Alexander Herzberg). AsI, después de Ia Se aprendizaje operante, propuesta por el propio Skinner; privile
gunda Guerra Mundial se pusieron en marcha programas tera giaron entonces la construcción de habilidades y de modalidades
péuticos que después, en la década de 1950, conducirfan al fib deseadas de conducta. Estas dos corrientes tenian fuertes lazos
recimiento de Ia terapia de la conducta. con el conductismo. Las crfticas que se les hicieron en el sentido
de que omitian los procesos intencionales y otros aspectos co
gnitivos,
condujeron a que en las décadas de 1960 y de 1970 se
elaboraran
cognitiva;abordajes de terapia de la conducta de orientaciOn
a estos los exponemos en el capftulo 10.
9.1.1 El contracondicionamiefltO
I
conducta más antiguas y difundidas. Su prthcipio es el contra
condicionamiento, segün fue aplicado ya por Mary C. Jones con
la supervisiOn de Watson (cf. el capItulo 8, 2.3): el nexo entre
Ia angustia y el estuinulo desencadenaflte (que Ilegado el caso pue
de ser una situaciOm entera) se interpreta como una conexiOn
condicionada, tal como ocurriO, p.ej., con Ia angustia del peque
no Albert a clas cosas peludasn en el uexperiinento de Watson.
El propOsito es, en un nuevo experimento’ de condicionamien173
172