HESSE - La Interpretacion Constitucional

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C e n t r o d e E stu d io s P o lític o s F undación C oloquio KONRAD HESSE

y C o n stit u cio n a le s J urídico E uropeo

c o n se jo e d ito r ia l Presidente
Ernesto Garzón Valdés
Luis Aguiar de Luque
José Álvarez Junco Secretario
Paloma Biglino Campos . Celestino Pardo
Bartolomé Clavero Secretario Adjunto
Elias Díaz Ricardo García Manrique
Carmen Iglesias
Santos Julia Patronos
María José Añón
Francisco J. Laporta
Benigno Pendás García
Manuel Atienza
Francisco José Bastida
ESCRITOS
Francisco Rubio Llórente Paloma Biglino Campos
Ángel Sánchez Navarro
Joan Subírats Humet
Alfonso Candau Pérez
Carlos Carnicer
DE DERECHO
Joaquín Varela Suanzes-Carpegna Luis Fernández del Pozo
María Isabel Wences Simón Jesús González Pérez
Vicente Guilarte
CONSTITUCIONAL
Liborio L. Hierro
Antonio Manuel Morales
Femando Pantaleón Selección y traducción
Antonio Pau
Juan José Pretel P e d r o C r u z V il l a l ó n
Encamación Roca y
Carmen Tomás-Valiente M ig u e l A zpitarte S á n c h e z
Fernando Vallespín
Juan Antonio Xiol Introducción
Gerente P e d r o C r u z V il l a l ó n
María Isabel de la Iglesia
Epílogo
M ig u e l A zpita r te S á n c h e z

DIRECTORES DE LA COLECCIÓN DEMOCRACIA Y DERECHO

Benigno Pendás García Ernesto Garzón Valdés


Paloma Biglino Campos Alfonso Candau Pérez

FUNDACIÓN COLOQUIO JURÍDICO EUROPEO


CENTRO DE ESTUDIOS POLÍTICOS Y CONSTITUCIONALES
Madrid, 2012
C A P ÍT U L O S E G U N D O

La interpretación constitucional

I. N ecesid ad , significación y com etido de la in terp retació n


constitucional

49. La interpretación constitucional, en el sentido estricto que aquí


interesa1, resulta necesaria y se plantea como problema cada vez que ha
de darse respuesta a una cuestión constitucional que la Constitución no
perm ite resolver de forma concluyente. Allí donde no se suscitan dudas
no se interpreta, y con frecuencia no hace falta interpretación alguna2.
No toda realización de normas constitucionales es “interpretación5’, en
tanto que en el curso de la interpretación constitucional la Constitución
resulta siempre “actualizada”.

1 De la bibliografía más reciente cabe destacar: E. Forssthoff, Zur Proble-


matik der Verfassungsauslegung, 1961; P. Schneider y H. Ehmlte, “Prínzipien der
Verfassungsinterpretation”, en Veróffentlichungen der Vereinigung der deutschen
Staatsrechtslehrer, 20, 1963, págs. 1 y ss., 53 y ss.; F. Müller, Normstrukíur undNor-
m ativitdt . Zum Verhaltnis von Recht und Wirklichkeit in der juristischen Herme-
neutik, entwickelt an Fragen der Verfassungsinterpretation, 1966; id,, Juristische
Methodik, 2.a ed., 1976; M. Kriele, Theorie der Rechtsgewinnung, 4." ed., 1990;
E. Stein, "Juristische Auslegungslehren und wissenschaftliche Methodik”, en Recht
im Dienst des Friedens, Festschrift fü r E. Menzel, 1975, págs. 3 y ss.; E, W. Boc-
lcenfórde, "D ie Methoden der Verfassungsinterpretation”, Nene Juristische Wo-
chenschrift, ,págs. 2089 y ss,; F. Ossenbühl, "Die Interpretation der Grundrechte in
der Rechtsprechung des Bundesverfassungsgerichts”, ibid, págs. 2100 y ss,, así co­
mo las colaboraciones de la obra colectiva: Probleme der Verfassungsinterpretation,
ed. de R. Dreier y F. Schwegmann, 1976, con más referencias, págs. 329 y ss.; el
volumen contiene también algunas de las obras anteriormente citadas; K. Stem, Das
Staatsrecht der Bundesrepublik Deutschland, I (1977), págs. 33 y siguientes, 102
y ss., 2a ed., 1984, págs. 123 y ss.; B. Schlink, “Bemerkungen zum Stand der Methoden-
diskussion in der Verfassunsrechtswissenchaft”, Der Staat, 19, 1980, págs. 73 y ss.;
B. O. Bryde, Verfassungsentwicklung, 1982, págs. 254 y ss.; H-J. Koch, “Die Begrün-
dung von Grundrechts interpretation en”, Europaische Grundrechte Zeitschrift, 186,
págs. 345 y ss.
2 BVerfGE 1,263 (264).

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KONRAD HESSE ESCRITOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL CAP, SEGUNDO LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

Así, no estaremos ante un supuesto de interpretación, aunque sí de recurso acrítico a “valores”, han conducido a una creciente inseguridad.
“actualización”, cuando se cumple el contenido de las normas constitu­ La crítica que ello ha suscitado se encuentra justificada4. Ahora bien, en
cionales, sin que, posiblemente, exista conciencia del acto de ejecución: cuanto dicha crítica pretende responsabilizar de esta inseguridad a la
cuando se funda una asociación, cuando se elige el Parlamento, cuando expansión del método de las ciencias del espíritu — que no se identifi­
se dictan leyes, actos administrativos o resoluciones judiciales, en ejer­ ca en absoluto con dicho pensamiento acrítico de valores jerarquiza­
cicio todo ello de com petencias constitucionalm ente delim itadas3. dos— , buscando la solución en una vuelta a las tradicionales reglas de
Igualmente tampoco resulta necesario interpretar cuándo las disposi­ interpretación, viene a ignorar el complejo problema que hoy plantea
ciones constitucionales son terminantes,-por más que aquí también se la interpretación constitucional5.
asista a un acto — estructuralmente simple— de “comprensión” y, con
ello, de “interpretación” en sentido amplio.
50. Para el Derecho constitucional la importancia de la interpreta­ II. L as trad icio n ales reglas de interp retació n
ción es fundamental pues, dado el carácter abierto y amplio de la Cons­
titución, los problemas de interpretación surgen con mayor frecuencia
que en otros sectores del ordenamiento cuyas normas son más detalla­ 1. C o n t e n id o
das. Importancia que aumenta, si cabe, en un orden constitucional dota­
do de una jurisdicción constitucional de amplias proporciones, como lo 53. La teoría tradicional de la interpretación persigue, por lo
es la de la Ley Fundamental. Si en virtud de la misma el Tribunal Cons­ común, revelar la voluntad (objetiva) de la norma o la voluntad (sub­
titucional interpreta la Constitución con eficacia vinculante no sólo pa­ jetiva) del legislador mediante el análisis del texto, de su proceso de
ra el ciudadano sino tam bién para los restantes órganos del Estado creación, de sus conexiones sistem áticas, de sus antecedentes, así
(cfr. §31, BVerf. G.G.), la idea que origina y legitima esta vinculación, como, finalmente, del sentido y la finalidad (la “ratio” y el “telos”) de
que no es sino la del sometimiento de todo el poder del Estado a la la norma6*. A continuación, el contenido de la norma así obtenido — es
Constitución, sólo podrá hacerse realidad si las sentencias del Tribunal decir, hecha abstracción del problem a concreto que se trata de decidir—
expresan el contenido de la Constitución, aunque sea en la interpreta­ es subsumido en forma de conclusión silogística al supuesto vital de
ción del Tribunal Aunque el Tribunal sea competente para fijar este cuya normación se trata, que queda así resuelto. Según dicha teoría
contenido con eficacia vinculante, no por ello se encuentra por encima existiría interpretación, e incluso, interpretación constitucional, por
de la Constitución, a la que debe su existencia. Por eso es fundamental principio, en la simple ejecución de una voluntad preexistente (objetiva
para el cumplimiento del cometido del Tribunal, así como para el pro­ o subjetiva) que puede ser alcanzada con certidumbre objetiva a través
ceso constitucional en su conjunto el modo como se resuelva la proble­ de esos métodos y con independencia del problema a resolver;
mática de la interpretación constitucional. 54. El Tribunal C onstitucional Federal tam bién ha adoptado
51. El cometido de la interpretación es el de hallar el resultado expresamente esta doctrina. El Tribunal, en efecto, opta, aunque no cla­
constitucionalmente “correcto” a través de un procedimiento racional y ramente, por la “teoría objetiva” de la interpretación: “Fundamental
controlable, el fundamentar este resultado, de modo igualmente racio­ para interpretar un precepto legal es la voluntad objetiva del legislador
nal y controlable, creando, de este modo, certeza y previsibilidad ju rí­ manifestada a través de dicho precepto y tal como se deduce del texto y
dicas, y no, acaso, el de la simple decisión por la decisión.
52. Pues bien, este cometido se encuentra, hoy por hoy, menos
atendido que nunca. Tanto en la jurisprudencia como en amplios sec­ 4 En especial (aunque sin tratar la interpretación de la Ley Fundamental),
tores de la doctrina científica, lo mismo un positivismo que sigue sien- . W. Weischedel, Recht und Ethik, 1956; E. Forsthoff, “Die Umbildung des Verfassungs-
gesetzes”, en Festschriftjur C. Schmitt, 1959, págs. 35 y ss.; H. Goerlich, Wertordnung
do acrítico e, incluso, inconsecuentemente practicado que los mismos und Grundgesetz, 1973.
esfuerzos emprendidos para superar dicho positivismo por medio del 5 A. Hollerbach, “Auflosung der rechtsstaatlichenVerfassung?”, Archiv des óffen-
tlichen Rechts, 85,1960, págs. 241 y ss.
6 Va, pues, más allá de los elementos de la interpretación de la ley formulados por
Savigny — “clásicos”, según Forsthoff (“Umbildung”, cit. n. 4, pág. 36; “Zur Proble-
3 Cfr., sin embargo (a partir de un concepto de interpretación más amplio), Ehmke matik der Verfassungsauslegung”, cit, n. 1, pág. 39)— : el gramatical, el lógico, el his­
{cit. n. 1), págs. 68 y ss. tórico y el sistemático; cfr. sobre ello Hollerbach {cit. n. 5), pág. 258.

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KONRAD HESSE ESCRITOS D E DERECHO CONSTITUCIONAL CAP. SEGUNDO LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

del contexto de la disposición legal. No es, por el contrario, fundamen­ apuro cualesquiera recursos semánticos como, por ejemplo, el de la “obe­
tal la idea subjetiva de los órganos que participan en el proceso legisla­ diencia reflexiva” del intérprete. Identificar como “objetivo” de la in­
tivo, o determinados de sus m iembros, acerca del significado de la terpretación constitucional el descubrimiento de la previa voluntad
disposición. El proceso de creación de un precepto sólo adquiere rele­ objetivq de la Constitución o del constituyente equivale a pretender dar
vancia interpretativa en la medida en que venga a confirmar la correc­ cumplimiento a algo que no preexíste realmente y, por lo tanto, a equi­
ción de la interpretación realizada según los principios referidos, o bien vocarse desde el mismo punto de partida respecto de la problemática de
en la medida en que solventa dudas que no pueden ser eliminadas sobre la interpretación constitucional. En razón de su objeto, sólo con reser­
la sola base del procedimiento indicado”7. A este objetivo interpretativo vas cabe admitir que la interpretación sea ejecución y, desde luego, nun­
sirven, en palabras del Tribunal, “la interpretación a partir del texto de ca que sea subsunción. Antes bien, deberá partir del hecho de que su
la norma (interpretación gramatical), de su conexión (interpretación, “objetivo” no existe aún realmente.
sistemática), de su finalidad (interpretación teleológica) y de su proce­ 57. Tampoco los distintos “métodos” de la interpretación toma­
so de creación (interpretación histórica)”8, en el curso de lo cual estos dos uno por uno ofrecen orientación suficiente. Es frecuente que el tex­
elementos de interpretación se apoyan y complementan mutuamente, to no diga aún nada que sea inequívoco acerca del significado de la
por ejemplo, al extraer conclusiones respecto del significado literal o de palabra, con lo que se plantea el problema de cómo determinar este sig­
la finalidad de la norma a partir de su conexión sistemática o de su pro­ nificado: si con arreglo al lenguaje usual, o al lenguaje jurídico espe­
ceso de creación. cializado, o bien según la función que en cada caso asuma el concepto9.
La “interpretación sistemática” puede ser manejada de diferente modo,
según que lo que se tenga en cuenta sea el lugar de la ley donde se inser­
2. D ificultades te el precepto, o bien su conexión material. La “interpretación teleoló­
gica” es prácticamente una carta blanca, pues con la regla de que hay
55. Sin embargo, ya un somero análisis revela cuánto de proble­ que plantearse el sentido de un precepto no se avanza nada respecto de
mático tiene esta teoría. la pregunta fundamental, la de cómo descubrir dicho sentido. Final­
56. El objetivo de la interpretación sólo relativamente puede con­ mente, tampoco es clara la relación de los distintos métodos entre sí.
sistir en el descubrimiento de una “voluntad”, objetiva o subjetiva, pre­ Queda por decidir cuál de aquéllos haya que seguir en cada caso, o
existente en la Constitución. D ejando aparte lo discutible de los a cuál de los mismos deba darse preferencia, en particular cuando con­
fundamentos de dicha tesis (que en último término se apoya en el dog­ ducen a resultados diferentes.
ma de la voluntad elaborado por la pandectística del siglo xix y adopta­ 58. Las dificultades señaladas tienen necesariamente que agravar­
do por la coetánea ciencia del Derecho Político que, por sí solo, no se se a la vista de una práctica de la interpretación constitucional que con
basta ya para una comprensión de la Constitución moderna), como pim­ frecuencia se aleja notablemente de las reglas de interpretación recono­
ío de partida implica un encubrimiento de la situación auténtica. Pues cidas por ella misma.
en los supuestos en los que la Constitución no contiene un criterio Así, en algunas de sus sentencias, el Tribunal Constitucional Fede­
inequívoco, lo que equivale a decir en todos los supuestos de interpre­ ral ha considerado el texto de una disposición como el límite último de
tación constituicional, propiamente ni la Constitución ni el constituyen­ la interpretación10; en otros casos remite a un segundo plano el texto
te han tomado una decisión, habiéndose limitado a proporcionar una de una norm a cuando así lo exige una aplicación lógica de la ley11 o
serie más o menos numerosa, pero incompleta, de puntos de apoyo de cuando ello responde mejor a ú n a decisión constitucionalmente relativa
aquélla. Allí donde no se ha querido nada de modo inequívoco, resulta a los valores” 12 y en el caso Kehl ha interpretado los artículos 32 y 39
imposible descubrir una voluntad auténtica sino todo lo más una volun­
tad supuesta o ficticia, y a este respecto tampoco sirve para sacamos del
9 Así, por ejemplo, en la diferente interpretación del concepto “orden constitucio­
nal” por parte del Tribunal Constitucional Federal según la función asumida por dicho
concepto (BVerfGE 6 ,3 2 [38]).
7 BVerfGE 1, 299 (312); jurisprudencia constante; cfr. también BVerfGE 62,1 10 P. e. BVerfGE 8,38 (41).
(45) con más referencias. 11 BVerfGE 9, 89 (104 y ss.); 14,260 (262); 22,28 (37); 35,263 (278 y ss.).
8 BVerfGE 11, 126 (130); cfr. asimismo BVerfGE 35,263 (278 y ss.). 12 BVerfGE 8, 210 (221).

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KONRAD HESSE ESCRITOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL CAP. SEGUNDO LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

de la Ley Fundam ental apartándose de su texto-“en base a una aplica­ 59. Por tanto, las “reglas tradicionales de interpretación” que el
ción y desarrollo lógicos de los principios de la Ley Fundam ental”13, Tribunal Constitucional Federal expresamente reconoce, sólo ofrecen
al equiparar a los “Estados extranjeros” a “sujetos del Derecho inter­ una explicación parcial acerca del modo y manera como el Tribunal
nacional sim ilares a los Estados”. Apartándose de sus propios princi­ construye sus sentencias. Si en lugar de aquéllas lo que aparece es una
pios, el Tribunal ha utilizado, desde su ju risp ru d en cia inicial, el multitud de consideraciones variadas, de modo que sólo de forma im­
origen histórico del precepto como el argumento decisivo, y no sim­ perfecta resulta posible reconocer principios seguros relativos a la utili­
plem ente para despejar algunas dudas, sin ofrecer m ayor explica­ zación de estas consideraciones, la razón no estriba en una falta de
ción14. Ha ido m ás allá del canon de los m étodos de interpretación corrección jurídica ■—por más que algunas sentencias del Tribunal
considerados vinculantes cuando, por ejemplo, ha recurrido a sucesos Constitucional Federal puedan ser merecedoras de crítica— sino en el
situados bastante más atrás de lo que es el inmediato origen histórico reiterado fracaso de dichas reglas. Restringirse a las “reglas tradiciona­
del precepto15. El Tribunal, finalmente, ha abandonado el terreno de la les de interpretación” supone desconocer la finalidad de la interpreta­
interpretación tradicional al considerar como determinantes para la in­ ción constitucional; supone en buena medida desconocer la estructura
terpretación principios de tipo jurídico-funcional o jurídico-m aterial intema y los condicionamientos del proceso inteipretativo, por lo que
(por ejemplo, la distribución de funciones entre los poderes legislati­ sólo de fom ia imperfecta es capaz de resolver la tarea de una interpre­
vo y judicial16 o el principio de la unidad de la Constitución17), así tación correcta según principios seguros. Si, frente a esas reglas, la pra­
como al considerar relevante para la determinación del contenido de xis se orienta a una interpretación vinculada al objeto y al problema,
la norma las circunstancias políticas, sociológicas e históricas18 y las ello no es simple casualidad sino precisamente expresión y consecuen­
consideraciones que tienen que ver con la adecuación del resultado19 a cia de esta realidad. Por lo mismo, tanto más necesario resultará ser
la situación a reglar; aquí la formación del juicio del Tribunal apenas consciente de la propia conducta, no postulando un procedimiento de
tiene nada que ver con aquellas reglas de interpretación20, lo que formación del juicio que no sea posible respetar, sino atendiendo a las
resulta enteram ente aplicable a su praxis reciente donde el análisis condiciones reales, a las posibilidades y límites de la interpretación
cuidadoso y profundo de la realidad desempeña con toda razón un constitucional.
papel decisivo.

III. L a in terp retació n constitucional com o co n cretización

13 BVerfGE 2, 347 (374 y ss,); cfr. ya BVerfGE 1, 351 (366 y ss.). 60. La interpretación constitucional es “concretización“ (Konkre-
14 P, e. BVerfGE 2, 266 (276); 4, 299 (304 y ss.). Cfr. asimismo BVerfGE 33,125 tisierung). Precisamente lo que no aparece de forma clara como contenido
(153 y ss.). M. Sachs, “Die Entstehungsgeschichte des Grundgesetzes ais Mittel der de la Constitución es lo que debe ser determinado mediante la incoipora-
Verfassitngsaus — legung índer Rechtsprechung des Bundersverfasssungsgerichts”, ción de la “realidad” de cuya ordenación se trata {supra, núms. 45 y ss.).
DVBL, 1984, págs. 80 y ss.
13 P. e. BVerfGE 12,205 (230 y ss.); 61,149 (175 y ss.). En este sentido la interpretación constitucional tiene carácter creativo; el
Ifi P, e. BVerfGE 4,219 (233 y ss.); 1, 97 (100 y ss.); 2,213 (224 y ss.); 4, 31 (40); contenido de la norm a interpretada sólo queda completo con su inter­
10, 20 (40). Si bien los límites aquí trazados son inseguros y variables: cfr., de un lado, pretación21; ahora bien, sólo en ese sentido posee carácter creativo: la
BVerfGE 7, 377 (411 y ss.); de otro lado, BVerfGE 10, 354 (370 y ss.). actividad interpretativa queda vinculada a la norma22*.
17 P. e, BVerfGE 3, 225 (231); 28, 243 (261); 34, 165 (183) con más referencias,
18 P. e. BVerfGE 1, 144 (148 y ss.); 1, 208 (247 y ss.); 7, 58 (95); 3,288 (301); 5,
85 (129 y ss.); 3, 377 (397); 9, 305 (323 y ss.). Lo mismo se diga cuando el Tribunal
reconoce la posibilidad del cambio de significación de una norma; p. e. BVerfGE 2,380 21 Aquí se encuentra, por encima de cualesquiera diferencias en los planteamien­
(401); 3,407 (422); 7, 342 (351). tos y en los métodos de trabajo de la moderna hermenéutica de las ciencias del espíritu
ts P. e. BVerfGE 1, 264 (275); 4, 322 (328 y ss.); 6, 309 (352); 12,45 (56). y de la específicamente jurídica, lo que hay de común a ambas. Cfr H. G. Gadamer,
20 Cfr asimismo, p. e. BVerfGE 3, 58 y ss. (85 y ss.) — la cuestión sometida a la Wahrheií und Methode, 2.“ ed,, Í965, págs. 307, 312 y ss., 315. En general acerca del
decisión del Tribunal acerca de la existencia de una violación de derechos fundamenta­ carácter productivo de la interpretación jurídica: J. Esser, Grundsatz und Norm in der
les no es suscitada hasta las páginas 135 y ss.— ; BVerfGE 6, 32 (35 y ss.); 6, 309 (339 richterlichen Fortbildung des Privatsrechts, 2.a ed., 1964, págs. 250 y ss.
y ss.). El terreno de la interpretación de los preceptos de la Ley Fundamental queda 22 Lina valoración crítica de lo que sigue: Bóckenfbrde (cit. n. 1), págs. 2095 y ss..
abandonado, p. e., en BVerfGE 25, 352 (358 y ss.). 2097 y ss.

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KONRAD HESSE ESCRITOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL CAP. SEGUNDO LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

1. C o n d ic io n es d e l a in t e r pr e t a c ió n c o n s t it u c io n a l teórico-constitucional. Con ello, la Teoría de la Constitución deviene


condición tanto de la comprensión de la norma como de la del problema.
61. La concretización presupone la “comprensión” del contenido
de la norma a “concretizar”. La cual no cabe desvincular ni de la “pre­
comprensión” del intérprete ni del problema concreto a resolver. 2. El p r o c e s o d e c o n c r e t iz a c ió n d e la s n o r m a s c o n st it u c io n a l e s
62. a) El intérprete no puede captar el contenido de la norma des­
de un punto cuasi arquimédico situado fuera de la existencia histórica 66. La dependencia en que se encuentra la interpretación de la nor­
sino únicam ente desde la concreta situación histórica en la que se m a de cuya concretización se trata respecto de la precomprensión del
encuentra, cuya plasmación ha conformado sus hábitos mentales, con­ intérprete y respecto del problem a concreto que en cada caso se trata de
dicionando sus conocimientos y sus pre-juicios. El intérprete compren­ resolver supone, form ulado negativam ente, que no puede haber un
de el contenido de la norma a partir de una pre-comprensión que es la método de interpretación autónomo, desvinculado de estos factores y,
que va a permitirle contemplar la norma desde ciertas expectativas, formulado positivamente, que el proceso de concretización debe venir
hacerse una idea del conjunto y perfilar un primer proyecto necesitado determinado por el objeto de la interpretación — la Constitución— y
aún de comprobación, corrección y revisión a través de la progresiva por el problema en cuestión.
aproximación a la “cosa” por parte de los proyectos en cada caso revi­ 67. Si la Constitución, como se ha podido ver, no contiene un sis­
sados, la unidad de sentido queda claramente fijada23. tema cerrado y unitario (ya sea éste lógico-axiomático o de jerarquía de
63. Dada esta presencia del pre-juicio en toda comprensión, se trata valores) y si la interpretación de sus normas no puede ser simple ejecu­
de no limitarse a ejecutar las “anticipaciones” de la pre-comprensión, ción de algo preexistente, la m ism a hará necesario un procedimiento de
siendo por el contrario consciente de las mismas y explicándolas, respon­ concretización que responda a esta situación: a través de una actua­
diendo así al primer mandato de toda interpretación: evitar la arbitra­ ción “tópica” orientada y limitada por la norma (lo que es tanto como
riedad de las ocurrencias, prestando atención a “las cosas mismas”. La decir vinculada por la norma24*) habrán de encontrarse y probarse pun­
tarea así planteada de la fimdamentación de la pre-comprensión es, ante tos de vísta que, procurados por vía de la inventio, sean sometidos al
todo, una tarea de teoría constitucional, cuya formulación, sin embargo, juego de las opiniones en favor y en contra y fundamentar la decisión de
no tendrá lugar ad libitum siempre que se vea confirmada y corregida por la manera más clarificadora y convincente posible (topoi). Siempre que
la praxis del supuesto concreto en un continuo intercambio. estos puntos de vista contengan premisas objetivamente adecuadas y
64. b) Sólo conceptualmente, no en el proceso real, cabe distinguir fecundas aportarán consecuencias que lleven a la solución del problema
esta condición de la interpretación constitucional de la segunda: “Com­ o que, al menos, cooperen a ello. En este sentido, no queda a la discre­
prender” y, con ello, “concretizar” sólo es posible con respecto a un ción del intérprete los topoi que deba traer a colación de entre la multi­
problema concreto. El intérprete tiene que poner en relación con dicho plicidad de los puntos de vista. De un lado, el intérprete sólo puede
problema la norma que pretende entender, si quiere determinar su con­ utilizar en la labor de concretización aquellos puntos de vista que se en­
tenido correcto aquí y ahora. Esta determinación, así como la “aplica­ cuentran relacionados con el problem a; la vinculación al problem a
ción” de la norma al caso concreto, constituyen un proceso único y no excluye topoi extraños a la cuestión. De otro lado, se halla obligado a la
la aplicación sucesiva a un determinado supuesto de algo preexistente, inclusión en su ‘‘programa normativo” y en su “ámbito normativo” (cfr.
general, en sí mismo comprensible. No existe interpretación constitu­ supra n.° 46) de los elementos de concretización que le proporciona la
cional desvinculada de los problemas concretos.
65. También la captación del problema presupone un “compren­
der”; por eso también se halla en situación de dependencia de la pre-com­ 24 En esto estriba la diferencia esencial frente a la tópica “pura” (cfr. también in-
prensión del intérprete, que a su vez necesita una fimdamentación jra 3). Sobre esto, Th. Viehweg, Topik und Jurisprudenz, 5.* ed,, 1974, trad. española,
Tópica y Jurisprudencia, de L. Diez-Picazo y prólogo de E. García de Enterría. Ma­
drid, 1964 (N. del T.); R. Báumíin, Staat, Recht und Geschichte, 1961, págs. 27 y ss.;
W. Hennis, Politik undpraktische Philosophie, 1963, págs. 89 y ss.; Müller (cit. n. 1)
23 Sobre esto (y lo que sigue) Gadatner (cit. n. 21), págs. 250 y ss.; Müller (cit. Normstruktur und Normativitát, págs. 56 y ss.; id. Juristische Methodik, págs. 92 y ss.;
n. 1) Normstruktur und Normativitát, págs. 49 y ss.; Juristische Methodik, págs. 133 Kriele (cit. n. 1), págs. 114 y ss.; G. Otte, “Zwanzig Jahre Topilc-Diskussion: Ertrag und
y ss. Aufgabe”, Rechtstheorie, 1,1970, págs. 183 yss.

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KONRADHESSE ESCRITOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL CAP. SEGUNDO LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

norma constitucional misma así como de las directrices que la Consti­ tación de derechos fundamentales), una solución sobre la base de la
tución contiene en orden a la aplicación, coordinación y valoración de coordinación objetiva de las respectivas relaciones o ámbitos vitales y
dichos elementos en el curso de la solución del problema. una exposición de los puntos de vista objetivos que sustentan esta coor­
68. a) Puesto que el “programa normativo” se halla contenido dinación; en este sentido posee un carácter sistemático que va más allá
básicamente en el texto de la norma a concretar, deberá ser aprehendi­ del punto de vista sistemático correspondiente a la interpretación del
do mediante la interpretación de dicho texto en lo que se refiere a su sig­ texto de la norma, si bien se halla en estrecha relación con el mismo.
nificación vinculante para la solución del problema. Aquí encuentran su 70. c) A los principios de la interpretación constitucional les
sitio los “m étodos” de interpretación tradicionales: la interpretación corresponde la misión de oriental’ y encauzar el proceso de relación,
literal, histórica, original y sistemática permiten la elaboración de ele­ coordinación y valoración de los puntos de vista o consideraciones que
mentos de concretización, pudiendo en efecto dichos puntos de vista deben llevar a la solución del problema.
históricos, originales y sistemáticos ayudar a precisar posibles variantes 71. a’) Así tenemos, en primer lugar, el principio de la unidad de
de sentido en el espacio delimitado por el texto25; en cuanto al punto de la Constitución. La relación e interdependencia existentes entre los dis­
vista “teleológico”, si bien éste puede orientar la cuestión en una deter­ tintos elementos de la Constitución {supra n.° 20) obligan a no contem­
minada dirección, por sí solo no proporciona una respuesta suficiente plar en ningún caso sólo la norma aislada sino siempre además en el
porque el “sentido y finalidad” del precepto sólo pueden ser precisados conjunto en el que debe ser situada; todas las normas constitucionales
de forma indiscutida, cuando pueden ser confirmados con ayuda de los han de ser interpretadas de tal manera que se eviten contradicciones con
otros elementos26. Esta labor resulta aliviada, usualmente, por decisio­ otras normas constitucionales. La única solución del problem a cohe­
nes previas de casos similares, así como, en conexión con ello, por la rente con este principio es la que se encuentre en consonancia con las
dogmática del Derecho Constitucional. Tanto las unas como la otra pro­ decisiones básicas de la Constitución28 y evite su limitación unilateral a
porcionan una base más o menos segura, aunque no normativamente aspectos parciales29.
vinculante, a lo que se admite como comprensión “correcta” del texto. 72. b ’) En íntima relación con el anterior se encuentra el princi­
69. b) Normalmente la sola interpretación del texto no proporcio­ pio de la concordancia práctica30: los bienes jurídicos constitucional­
na una concretización suficientemente exacta del mismo. Se hace pre­ mente protegidos deben ser coordinados de tal modo en la solución del
ciso acudir entonces a los datos aportados por el “ámbito normativo ” problema que todos ellos conserven su entidad. Allí donde se produz­
en relación con el problema en cuestión. Puesto que lo que las normas can colisiones no se debe, a través de una precipitada “ponderación de
de la Constitución persiguen es la ordenación de la realidad de las situa­ bienes” o incluso abstracta “ponderación de valores”, realizar el uno a
ciones vitales concretas, habrá que aprehender dicha realidad en los tér­ costa del otro31. Por el contrario, el principio de la unidad de la Consti­
minos m arcados en el program a normativo, en su form a y carácter
materialmente — y con frecuencia también jurídicamente— determina­
dos (ver los ejemplos del n.° 45). Está forma de actuar no sólo propor­ 28 P. e. BVerfGE 1,14 (32); 19,206 (220); 30,1 (19); 34,165 (183).
ciona elementos adicionales de concretización y una fundamentación 29 Sobre esto, detalladamente Ehmlce (cit. n. 1), págs. 77 y ss.
racional y controlable27, sino que, además, garantiza (dentro de los lími­ 30 Subrayado por U. Scheuner como principio interpretativo de la “armoniza­
ción", Veróffentlichiingen der Vereinigung der deutschen Staatsrechtslehrer, 20, 1963,
tes de la interpretación constitucional, cfk supra 3) en buena parte la págs. 125 y 22, 1965, pág. 53 y P. Lerche, Übermass und Veifassungsrecht, 1961, en
adecuada solución del problema; supone pues lo contrario de ese “nor- especial págs. 125 y ss., quien destaca la “idea del equilibrio de máximo respeto en am­
mativismo” unilateral y ciego frecuentemente reprochado a los juristas. bas direcciones".
En particular y finalmente, posibilita, en los frecuentes casos en los que 31 Resulta por completo inadmisible otorgar prevalencia a “bienes superiores de la
de lo que se trata es de la relación entre varias normas (así en la delimi- comunidad" no protegidos constitucionalmenté— cuya presencia cabe siempre afirmar
discrecionalmente— prescindiendo no sólo de la unidad de la Constitución sino de la
Constitución misma. En la medida en que las valoraciones de una “ponderación de
bienes” (Gütercibwágung) vengan determinadas “exclusivamente a partir de la Consti­
tución” (P. Haberle, Die Wesensg'ehaltsgarantie des Art. 19. Abs. 2 Grundgesetz,
25 MüIIer, Juristische Methodik (cit n. 1), pág. 207. 3.a ed., 1983, pág. 32), un principio de “ponderación de bienes” así entendido se apro­
26 Ibid., pág. 208. xima al principio de la concordancia práctica. Una introducción al principio de la "pon­
27 Ibid., págs. 107 y ss. Sobre la significación que de este modo adquiere el análi­ deración de bienes”: Müller, Normstruktur und Normativitat (cit n. 1), págs. 207 y ss.
sis de las consecuencias, ibid. págs. 245 y ss. Juristische Methodik, págs. 64 y ss.

66 67
KONRAD HESSE ESCRITOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL CAP. SEGUNDO LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

tución exige una labor de "optimación”: se hace preciso establecer los nal sólo le corresponde, frente al legislador, una función de control, le
límites de ambos bienes a fin de que ambos alcancen una efectividad está vedado una interpretación que condujese a una restricción de la li­
óptima. La fijación de límites debe responder en cada caso concreto al bertad conformadora del legislador más allá de los límites establecidos
principio de proporcionalidad; no debe ir más de lo que venga exigido por la Constitución o, incluso, a una conformación llevada a cabo por el
por la realización de la concordancia entre ambos bienes jurídicos. tribunal mismo.
“Proporcionalidad”32 significa en este contexto una relación entre dos 74. d ’) U n principio de valoración de la relevancia de los puntos
magnitudes variables, concretamente aquella que m ejor responda a de vista elaborados es el criterio de eficacia integradora: si la Constitu­
dicha tarea de optimación, no pues una relación entre un “objetivo” ción se propone la creación y mantenimiento de la unidad política ello
constante y uno o m ás “medios” variables. La misma queda clara, por exige otorgar preferencia en la solución de los problemas jurídico-cons-
ejemplo, en el (equívocamente así llamado) “efecto recíproco” entre titucionales a aquellos puntos de vista que prom uevan y mantengan
libertad de expresión y el objetivo general limitador del artículo 5.° de dicha unidad. Ahora bien, este cometido no habrá sido cumplido correc­
la Ley Fundamental33: de lo que se trata es de la concordancia práctica, tamente cuando sólo pueda ser alcanzado “a través de vías no estricta­
por medio de una coordinación “proporcional”, entre la libertad de mente constitucionales”16pues con ello se habrían rebasado los límites
expresión de un lado y los bienes jurídicos protegidos por las “leyes de la interpretación constitucional (vid. infra 3).
generales” de otro. Acerca de lo que sea proporcional en cada caso el 75. e ’) U n criterio de interpretación constitucional que, sin
principio no dice nada; sin embargo, en tanto que criterio orientador embargo, se contiene ya en buena medida en lo dicho más atrás37 es el
contenido en la Constitución y por lo mismo vinculante, indica la direc­ de la fuerza normativa de la Constitución (vid. supra núms. 42 y ss.).
ción y determina el único procedimiento a través del cual debe buscar­ Dado que la Constitución pretende verse “actualizada”, y siendo así que
se una solución constitucional La “ponderación de bienes” carece de las posibilidades y condicionamientos históricos de dicha “actualiza­
un criterio orientador de este tipo en lo que se refiere a sus valoraciones; ción” van cambiando, preciso será dar preferencia en la solución de los
no es sólo que le falta una base de apoyo sino que se encuentra siempre problemas jurídico-constitucionales a aquellos puntos de vista que ayu­
en peligro de sacrificar la unidad de la Constitución. Lo mismo se diga den a las normas de la Constitución a obtener la m áxim a eficacia, bajo
cuando la relación entre las garantías y las limitaciones constituciona­ las circunstancias de cada caso.
les de la libertad se determina en base a una presunción de partida en 76. Este procedim iento tópico vinculado, en coherencia con el
favor de la libertad (in dubio pro libértate), no siendo por ello posible carácter de la Constitución, al problema concreto pero siempre guiado
contemplar en esta presunción un principio de interpretación constitu­ y orientado por la norma, tendrá las máximas posibilidades de llegar a
cional34. resultados sólidos, racionalmente explicables y controlables. Cierto que
73. c’) U n principio de la interpretación constitucional es el crite­ la decisión jurídica, y muy en particular en el Derecho constitucional,
rio de la corrección funcional Si la Constitución regula de una deter­ nunca puede ser racionalizada totalmente; pero ello sólo puede signi­
minada manera el cometido respectivo de los agentes de las funciones ficar que de lo que se trata es de la racionalidad posible, no que sen­
estatales, el órgano de interpretación debe mantenerse en el marco de cillamente se pueda prescindir de una m etodología consciente. La
las funciones a él encomendadas; dicho órgano no deberá modificar la “corrección” de los resultados obtenidos a través del proceso expues­
distribución de las funciones a través del modo y del resultado de dicha to de concretización de las normas constitucionales no tiene, por ello,
interpretación35.* Esto es aplicable en particular a las relaciones entre el carácter de lo exactam ente dem ostrable que puede darse en las
legislador y tribunal constitucional: puesto que al tribunal constitucio­ ciencias de la N aturaleza; en el ámbito de la interpretación jurídica
ello nunca pasaría de ser la ficción y la perpetua m entira de los ju ­
ristas tras de la cual, y de una forma implícita e incontrolada, se ocul­
32 Sobre este concepto, cfr. Lerche (cit, n. 30), págs. 19 y ss. tarían los verdaderos m otivos de la decisión o esta últim a sería
33 BVerfGE 7,198 (208 y ss.).
34 P. e. P. Schneider, “In. dubio pro libértate”, en Hundert Jahre deutsches Rechts-
leben, FestschriftzumhundertjáhrigenBestehendesDeutschenJuristentages, H, 1960,
págs. 263 y ss. 36 Así, sin embargo, R. Smend, “Verfassung und Verfassungsrecht”, en Staats-
35 Sobre esto, detalladamente Ehmke (cif. n. 1), págs. 73 y ss. Ver, asimismo, in- rechtliche Ábhandlungen, 2.*ed., 1968, pág. 190.
fra IV, 2. 37 Müller, JuristischeMethodik{cit. n. 1), págs. 222 y ss.

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K 0N RA D HESSE ESCRITOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL CAP, SEGUNDO LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

sencillamente ocultada. Frente a la pretensión de una absoluta correc­ 78. De aquí se derivan los límites que en el D erecho constitucio­
ción imposible de dem ostrar y que con frecuencia ni siquiera la ratio nal se imponen al pensam iento tópico. Este parte de la prim acía del
decidendi hace patente, a través de la corrección relativa que implica problem a41, examinando el texto del precepto en el m arco de topoi
reconocer el carácter lim itado de su pretensión, pero que, sin embar­ básicamente intercambiables y apartándose eventualm ente de dicho
go, dentro de dicha lim itación, resulta explicable, convincente y has­ texto en la solución del problem a, con lo que dejan de respetarse los
ta cierto punto previsible, parece conseguirse algo, y no por cierto un lím ites de la interpretación. P ara una interpretación constitucional que
“quantum ” de honestidad ju ríd ica, sino tam bién de — lim itada— parte de la prim acía del texto constituye este últim o el lím ite infran­
seguridad jurídica. queable de su actuación. Las posibilidades de com prensión del texto
delimitan el campo de sus posibilidades tópicas. De ahí que el método
tópico sólo pueda jugar un papel limitado en el m arco de la interpre­
3. L ím it e s d e l a in t e r p r e t a c ió n c o n s t it u c io n a l tación constitucional; tanto m ás cuanto que el Derecho constitucional
como Derecho fundam entador del orden global y concebido como
77. La interpretación se halla vinculada a algo establecido38. Por orden de convivencia no debe ser comprendido puntualm ente, a partir
eso los lím ites de la interpretación se sitúan allí donde no existe algo de u n problem a aislado, como pueda ocurrir en el D erecho privado, al
establecido de form a vinculante por la Constitución, donde acaban las que la m oderna teoría de la interpretación debe la recuperación del
posibilidades de una com prensión lógica del texto de la norm a o don­ pensam iento tópico.
de una determ inada solución se encontrase en clara contradicción con
el texto de la norma. A este respecto puede haber disposiciones vincu­
lantes contenidas en el Derecho constitucional no escrito. A hora bien, IV. L a inteip retació n co n fo rm e a la C o n stitu ció n
puesto que el Derecho no escrito no puede hallarse en contradicción
con la constitutio scripta (vid. supra n.° 34), esta últim a se convier­ 79. La reciente evolución del Derecho constitucional ha asistido
te en lím ite infranqueable de la interpretación constitucional39. La a la aparición de un principio interpretativo que, si bien no presupone
existencia de este límite es presupuesto de la función racionalizadora, la existencia de una jurisdicción constitucional, sí debe, sin embargo,
estabilizadora y lim itadora del poder que le corresponde a la Consti­ su form ación y conformación prácticas a la im plantación de la justicia
tución (vid. supra n.° 31). D icha función admite la posibilidad de un constitucional en la Ley Fundam ental; el principio de la interpreta­
cambio constitucional (Verfassungswandei) por medio de la interpre­ ción conforme a la Constitución42. En la jurisprudencia del Tribunal
tación; pero excluye el quebrantamiento constitucional (Verfassungs- Constitucional Federal este principio ha alcanzado im portancia cre­
durchbrechung) —desviación del texto en un caso concreto—■y la ciente y, si bien no se encuentra totalm ente perfilado en lo que se
reform a de la Constituciónn por medio de la interpretación. Allí don­ refiere a su alcance, sí pertenece ya al acervo de la doctrina constante
de el intérprete se impone a la Constitución deja de interpretarla para del Tribunal.
cambiarla o quebrantarla. Cualquiera de las dos conductas le están
vedadas por el Decreto vigente. Incluso cuando un problem a no pue­
da resolverse adecuadamente por medio de la concretización, el juez,
que se halla sometido a la Constitución, no puede elegir libremente
los topoi40. 41 P. e. Viehweg (cit. n, 24), págs. 31 y ss, y passim.
42 Sobre esto, más detenidamente: Müller (cit. n. 1) Juristiche Methodik, págs. 85
y ss,; H. Spanner, “Die veríassungslconforme Auslegung in der Rechtsprechung des
38 Gadamer (cit. n. 21), pág. 312. Bundesverfassungsgerichts”, Archiv des óffentlichen Rechts 91, 1966, págs. 503 y ss.;
39 Cfr., asimismo, Müller (cit. n. 1) Normstruktur und Normativitát, págs. 160 y H. Bogs, “Die verfassungslíonforme Anslegung von Gesetzen”, 1966; H. Simón, “Die
ss.; id. JuñstischeMethodik, págs. 97 y ss., 182 y ss.; id. JuristischeMethodikundpoli- verfassungskonforme Gesetzesauslegung”, Europaische Grundrechte- Zeitschrift 74,
tisches System, 1976, pág. 78. En contra, Bryde (cit. 1), págs. 267 y ss. págs. 85 y ss.; R. Zippelius, “Verfassungskonforme Auslegung von Gesetzen”, en Bun-
40 Así, sin embargo, claramente Ehmlce (cit. n. 1), pág. 60, según el cual el Tribu­ desverfassungsgericht und Grundgesetz, II, 1976, págs. 108 y ss. con más referencias,
nal puede apartarse del texto de la norma cuando el mismo no ofrece ninguna base para pág. 109. J-A. Bettermann "Die verfassungskonforme Auslegung, Grenzen und Gefáh-
una solución racional del problema. nen, 1986.

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KONRADHESSE ESCRITOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL
CAP. SEGUNDO LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

1. C o n t e n id o y fu n d a m en to s ju r íd ic o -m a ter ia les
nueva situación constitucional. A l pronunciarse el juez sobre esto
controla él la concretización de la Constitución llevada a cabo por el
80. Según este principio, una ley no ha dé ser declarada nula
legislador a través de una propia concretización de la Constitución y
cuando pueda ser interpretada en consonancia con la Constitución43.
de la ley.
Esta ‘'consonancia” no sólo existe allí donde la ley, sin el recurso a
puntos de vista jurídico-constitucionales perm ite una interpretación
compatible con la Constitución; puede tener igualmente lugar cuan­ 2. L ímites jurídico fu n cionales
do un contenido ambiguo o indeterminado de la ley resulta precisado
gracias a los contenidos de la Constitución44. Así pues, en el m arco de 82. Como consecuencia de ello ía inteipretación conforme adquiere
la interpretación conforme las normas constitucionales no son sola­
una importancia fundamental en su aspecto jurídico-funcional. E n corres­
mente “norm as-parám etro” (Prüfungsnormen) sino tam bién “normas
pondencia con el contenido jurídico-material se hace precisa una coordi­
de contenido” (Sachnormen) en la determ inación del contenido de nación de funciones de los órganos que intervienen en el proceso de
las leyes ordinarias. Por el contrario no es posible la interpretación
concretización. Esto vale tanto para la relación entre jurisdicción consti­
conforme en contra del “texto y sentido”45 o en contra de la “finali­ tucional y legislación como para la relación entre la jurisdicción constitu­
dad legislativa”46. A este respecto no tiene que.ser determinante la cional y las restantes jurisdicciones.
voluntad subjetiva del legislador; m ás bien de lo que se trata és de
83. a) En la relación entre jurisdicción constitucional y legisla­
m antener el m áxim o de aquello que él ha querido4748. En ningún caso ción se plantea la cuestión de a quién corresponde, ante todo, la concre­
debe ser declarada nula una ley cuando la inconstitucionalidad no es
tización de la Constitución. Si lo que con la interpretación conforme se
evidente, sino que únicamente existen reservas, por serias que pue­
pretende es m antener en lo que sea posible la validez de la ley, el prin­
dan ser4S. cipio aparecerá entonces, en su aspecto jurídico-funcional, como el de
81. L a idea expresada a través del principio de la interpretación la primacía del legislador en la concretización de la Constitución50. La
conforme sólo en parte coincide con la de la “observancia del orden voluntad y la conducta del legislador democrático gozan de uña pre­
de valores de la Ley Fundam ental”49 en la interpretación de las leyes sunción de constitucionalidad; a él le corresponderá en prim era línea la
ordinarias. El principio hunde sus raíces más bien en el principio de conformación jurídica de las relaciones sociales. A l tribunal constitu­
la unidad del ordenamiento jurídico : en función de esta unidad las cional le está vedado discutir esta prim acía al legislador, pues ello aca­
leyes em anadas bajo la vigencia de la Ley Fundam ental deben ser rrearía u n desplazam iento de las funciones .constitucionaím ente
interpretadas en consonancia con la Constitución, así como el dere­ encomendadas. Con todo, la prim acía del legislador democrático se
cho aún vigente procedente de tiem po anterior debe ser adaptado a la produce a costa de un cambio de significado del contenido de la ley por
parte del tribunal constitucional; prim acía que puede resultar anulada
cuando el precio es excesivamente alto, cuando el contenido que, a tra­
43 BVerfGE 2, 266 (282); jurisprudencia constante; cfr., asimismo, BVerfGE 48, vés de la interpretación conforme, el tribunal da a la ley contiene no ya
40 (45 y ss.), 64,220 (241 y ss.), con más referencias, Problemática parece la extensión un minus sino un aliud frente al contenido original de la ley. En este
a la interpretación de leyes de reforma de la Constitución: BVerfGE 30,1 (17 y ss., 34). caso, el tribunal interfiere las competencias del legislador con más
Cfr. sobre ello, P. Haberle, “Die Abhórentscheidung des Bundesverfassungsgerichts intensidad incluso que en el supuesto de una declaración de nulidad,
vom 15-12-1970”, Juristenzeitung 1971,145 (148 y ss.). puesto que es él mismo quien conforma positivamente, mientras que en
44 P. e. BVerfGE 11,168 (190); 41, 65 (86); 59,336 (350 y ss.).
« P. e. BVerfGE 2,380 (398); 18,97 (111); id. también BVerfGE 70,35 (63); cfr., el caso de declaración de nulidad la nueva conformación sigue siendo
sin embargo, BVerfGE 30, 83 (88). asunto del legislador51. Cuanto más corrija el tribunal al legislador tan­
46 P e. BVerfGE 8,28 (34). Idem también pero en sentido contrario BVerfGE 70, to más se aproxim ará aquél a los límites jurídico-funcionales de la inter-
35 (63) con más referencias. Por eso se rechaza la interpretación conforme, p. e., en
BVerfGE 8, 28 (34 y ss.); 8,71 (78 y ss.); 9, 83 (87); 20,150 (160 y ss.)‘ 34,165 (199
y ss.); 42,176 (189 y ss.).
47 P. e. BVerfGE 8,28 (34); 9,194 (200); 12,45 (61). 50 Cfr. también Ehtnke (cit. n. 1), págs. 68 y ss.
48 P. e. BVerfGE 9,167 (174); 12,281 (296). 51 Puede haber excepciones a esto cuando sólo sea concebible una solución que
49 P. e. BVerfGE 13,46 (51); 19,1 (8). responda a los mandatos de la Constitución; p. e. BVerfGE 2,336 (340 y ss.).

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CAP. SEGUNDO LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL
KONRAD HESSE ESCRITOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL

pretación conforme, los cuales por lo demás son difíciles de precisar Constitución, interpretación de la Constitución conforme a la ley35. En
con absoluta nitidez32. ello se m anifiesta como un principio suplem entario — cabe decir
84. b) Por lo que hace a la relación entre la jurisdicción consti­ mediato— de interpretación de la Constitución por parte de los tribuna­
tucional)! las demás jurisdicciones se plantea la cuestión de a quién le les. Este efecto confirma al m ism o tiempo la estrecha interrelación
corresponde en prim era línea la concretización de las leyes. Tampoco existente entre Constitución y ley y, con ello, la unidad del ordena­
aquí resulta posible una separación nítida: con la instauración de las miento jurídico.
jurisdicciones de los artículos 95 y 96 de la Ley Fundamental, ésta
encomienda ciertamente de forma principal a dichas jurisdicciones la
interpretación de las leyes ordinarias; pero no excluye por completo al
Tribunal Constitucional Federal de toda interpretación de las leyes
ordinarias, porque el control de normas que forma parte de su compe­
tencia (art. 93, 1, 2.°; art. 100 de la Ley Fundamental) presupone tal
interpretación. Si, en estos supuestos, el Tribunal Constitucional se
impone a la interpretación de la ley por parte de las restantes jurisdic­
ciones33, ello parecerá justificado en interés del “mantenimiento de la
norm a” (supra a). Queda, sin embargo, sin responder la cuestión de
hasta dónde pueda llegar- esta prim acía de la interpretación del Tribu­
nal Constitucional sin hacer del mismo — que se halla concebido como
un específico tribunal constitucional— un supremo tribunal civil,
penal y administrativo34.

3. R e p e r c u s io n e s e n l a in t e r p r e t a c ió n d e l a C o n s t it u c ió n .
I n t e r p r e t a c ió n d e l a C o n s t it u c ió n c o n f o r m e a l a l e y

85. L a “interpretación conforme” no plantea sólo la cuestión del


contenido de la ley sometida a control sino también la relativa al conte­
nido de la Constitución según la cual dicha ley ha de ser medida. Exige
pues tanto interpretación de la ley como interpretación de la Constitu­
ción. Y puesto que tanto la relación material como la funcional van en
la línea de un mantenimiento de la ley, la interpretación conforme inter­
pretará la norm a constitucional, dentro de lo posible, en el sentido en
que el legislador la ha concretizado. De ahí que la interpretación con­
forme de las leyes sea, en su efecto reflejo sobre la inteipretación de la

“ Estos límites han sido claramente rebasados en BVerfGE 9, 194 (199 y ss.),
Cfr., asimismo, BVerfGE 30, 1 (19 y ss., 37 y ss.); 33, 52 (65 y ss., en especial 69, asi
como el voto particular; ibid. págs. 78, 80 y ss.); 35, 263 (278 y ss.).
“ El Tribunal Constitucional Federal, en jurisprudencia constante, ha asumido la
competencia de inteipretación de las leyes ordinarias desde el punto de vista de su cons-
titucionalidad. Cfr., p. e. BVerfGE 10, 340 (345) con más referencias.
54 Ehirike (cit. n. 1), pág. 75, quien correctamente remite a la problemática de la ss Incluso cuando el Tribunal que interpreta no lo diga expresamente. Cfr., p. e.,
interpretación conforme existente en relación con el derecho del Estado federal. BVerfGE 12, 45 (53 y ss.).

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