Célula 1 PEDRO 3 15b y 16a
Célula 1 PEDRO 3 15b y 16a
Célula 1 PEDRO 3 15b y 16a
pida razón de la esperanza que hay en ustedes. 16 Pero háganlo con gen leza y respeto, manteniendo la conciencia
limpia,
Desarrollo:
Hoy, al igual que en los empos del Apóstol Pablo, impera una cultura an cris ana, donde a lo bueno llaman malo y
a lo malo lo llaman bueno, por lo cual es importante estar preparados en el conocimiento de la sana doctrina, y
para ello necesitamos ejercitarnos en el estudio.
Aunque el aprendizaje es el resultado de varios factores, entre ellos las experiencias de vida, tener un correcto
razonamiento (aplicar la lógica), la observación, entre otros más, quiero que en esta enseñanza centremos nuestra
atención en ese otro factor primordial llamado estudio.
Efesios 6:10-17 nos exhorta a tener puesta la armadura de Dios para estar rmes contra las acechanzas del diablo,
siendo la Biblia parte esencial de dicha armadura, pues le otorga la función de espada al tener el poder, tal y como
lo enseña Hebreos 4:12, de penetrar hasta par r el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discernir los
pensamientos e intenciones del corazón. ¿Y cómo puede ello ser posible? ¿Será acaso debido a una sarta de
bibliazos bien dada por el pastor? ¿o a ese proceso de escudriñamiento de la Palabra al saber que es fuente de vida
eterna que brota a través de la persona de Cristo Jesús? (Juan 5:39)
A través del estudio de su palabra, Dios nos prepara en lo individual y en lo colec vo, es decir como iglesia, para
fortalecernos y ser luz en medio de las nieblas.
A con nuación, desarrollaremos tres ideas que nacen de la lectura bíblica de 1 Pedro 3:15b-16a, enfocadas en qué y
porqué debemos estar preparados con la nalidad de atender el exhorto del Apóstol Pedro.
1.- Preparados para honrar a Cristo como Señor de nuestras vidas.
Los cris anos del primer siglo estaban experimentando una persecución tremenda por parte de los Romanos.
Nerón había quemado a Roma y culpó a los cris anos de haberlo ellos ocasionado, mo vo por el cual eran
arrestados y llevados a Roma, para entretenerse viendo cómo eran devorados por leones, aunque también cuenta
la historia que eran u lizados como teas para mantener en las noches iluminadas las calles, como si fueran
lámparas, mo vo por el cual los cris anos tenían que esconderse, huir y sobrevivir. Y es precisamente a estos
cris anos que Pedro les invita a honrar a Cristo como el Señor de sus vidas.
Colocar a Cristo en la posición más alta de nuestras vidas es de ni vamente más sencillo y hasta podríamos decir
placentero, cuando estamos en empos serenos, de bonanza. Sin embargo, Pedro instruye a los cris anos a hacer
esto en los empos de turbulencia y di cultad. ¿Estamos preparados para honrar al Señor como Señor de nuestras
vidas aún y cuando estemos en medio de circunstancias adversas, incluso cuando pudiéramos estar sufriendo
persecución?
La di cultad y el quebranto ene la capacidad de mover el soporte de nuestros pies, haciendo tambalear a aquellos
que no enen puesta la mira en las cosas del cielo, pero para los redimidos es una oportunidad para seguir siendo
transformados hasta llegar a la estatura de la plenitud de Cristo.
Sea cual fuere la circunstancia por la cual estemos pasando, honremos a Dios en nuestro corazón y vivamos en
adoración al Rey.
2.- Preparados para defender nuestra esperanza
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Todo cris ano que desea hacer la voluntad del Padre, que le busca cada mañana en oración y en la lectura de su
Palabra, que pone en las manos de su Señor todos sus planes y deseos, está enteramente preparado para presentar
defensa de la esperanza que ene en Cristo Jesús, pues sabe y está consciente de que Cristo se entregó en la cruz
para rescatarlo de la muerte por el pecado (Juan 3:16), que en Cristo ene una vida nueva (2 Corin os 5:17) y que
pertenece a la familia de la fe (Hebreos 10:24-25), y cuando está plenamente consciente de todo ello lo lógico es
que tenga preparada Palabra para dar a todos aquellos que necesitan experimentar el gozo de la salvación.
Cada uno de nosotros, los hijos de Dios, tenemos el enorme privilegio y responsabilidad de ser embajadores de
Cristo en cada lugar y situación en la que estemos. Muchas veces Dios provee de una oportunidad donde
somos tes gos del quebranto ajeno, y ese es precisamente el momento perfecto para servir de sostén espiritual a
esa persona. No es momento de despedirlo diciéndole: “necesitas de Dios” o “Ve a mi iglesia y pide consejería con
mi pastor” ¡Nosotros somos los embajadores! Incluso si te conver ste hace dos minutos atrás, ya enes palabra
para darle a esa persona.
Considera la emergencia espiritual como algo para atender de inmediato. ¿Qué le puedes decir a una persona que
está atribulada? (1) Cristo murió en la cruz para salvar al pecador y quiere salvarle a también. (2) Puedes gozar de
una nueva vida gloriosa en Cristo, la cual está disponible para , y nalmente (3) Invitarle a que no esté solo (a) y
que quieres acompañarle en este empo de a icción o necesidad.
3.- Preparados para vivir con una buena conciencia, con rec tud delante de Dios
Mateo 7:17 dice que “todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo”, es decir, Una persona
buena produce necesariamente cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce
necesariamente cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón, pues
como lo dijo nuestro Señor Jesucristo en Mateo 12:34 “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”
El proceso de san cación que comenzó desde el primer segundo después de haber aceptado a Cristo como
Salvador de nuestras vidas, es el proceso que va lavándonos y haciéndonos caminar en jus cia, cosa que antes de
ser de Cristo, nos era imposible. Esa rec tud, la cual es producida por el Espíritu Santo, debe ser más visible en el
momento de la di cultad.
En los momentos de persecución y mar rio de los primeros cris anos, debían seguir siendo eles a Jesús, optando
por bendecir a los que les maldecían e incluso cantar himnos de adoración en medio del circo romano, cuando
venían contra ellos los leones hambrientos.
Es di cil ser recto, pero es nuestro tes monio el que Dios u liza para llamar a otros al arrepen miento, de aquellos
que cercanos a nosotros comprueban la luz de Cristo actuando en nuestras vidas, pero también de los que nos
observan a la distancia e incluso de aquellos que buscan hacernos mal.
Para los cris anos del primer siglo esa rec tud era no vengarse contra los que le perseguían, o quizás contra
aquellos que informaban que conocían a algún cris ano, pero para nosotros hoy en día quizás signi que decidir no
ir a alguna ac vidad porque sabemos que sería una celebración del pecado, o quizás signi que que abramos
nuestra boca para señalar una injus cia o una inmoralidad que requiere del actuar de Cristo para que él actúe.
Sea lo que fuere, si somos llamados por el nombre de Cristo, recordemos que le debemos honra a ese nombre. Le
debemos delidad a nuestro Dios, el cual permanece el, aunque nosotros no lo seamos.
Pregunta de re exión:
¿Consideras que estás preparado para honrar al Señor aún en las circunstancias más di ciles y puedes compar r
alguna experiencia respecto a ello?
¿Te sientes preparado para presentar defensa de la esperanza que enes en Cristo Jesús?
¿Vives una vida de rec tud delante de Dios?
Enseñanza prác ca:
Debo de entregar a Cristo todo aquello que está impidiendo ser de buen ejemplo hacia los demás, para que, a
través de un proceso con nuo de transformación y san cación, pueda experimentar ese corazón recto que agrada
a Dios, llevando ofrenda grata y fragante ante su altar, de personas impactadas por nuestro tes monio de vida y la
Palabra de salvación y vida eterna que compar mos con ellos.
Texto por aprender:
“15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” Marcos 16:15 (RV1960)
Orando unos por otros: Comparta alguna pe ción de oración y tomemos empo para orar juntos.
Cierre: Hermanos, les invitamos a estar reunidos a través de las diferentes ac vidades que tenemos como iglesia.
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