Sermones Campañas Barrios MARZO 2022

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1

TEMAS

⧫ LO HIZO POR AMOR 4

⧫ LA ESPERANZA ES JESÚS 8

⧫ UNA LUZ EN EL CAMINO 12

⧫ UNA ORACIÓN QUE CAMBIA VIDAS 17

⧫ ¿QUÉ DEBO HACER PARA SER SALVO? 20

⧫ LA MILAGROSA TRANSFORMACIÓN 26

⧫ EL DÍA DEL SEÑOR 29

⧫ ¿CUÁL ES LA VERDADERA IGLESIA DE DIOS? 33

2
TEMAS

⧫ ¿A DÓNDE VAN LOS MUERTOS? 37

⧫ UNA NUEVA VIDA 40

⧫ EL VENDRÁ 42

⧫ MIL AÑOS DE PAZ: CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA 47

3
1
LO HIZO POR AMOR
(Base bíblica: Juan 3:16)

Introducción
En la ciudad de Chicago, una noche de invierno soplaba un fuerte viento. Un niñito, vendía
periódicos en un rincón, tratando de guarecerse del frío inclemente. De pronto vio a un
policía y le preguntó: Señor, ¿conoce usted algún refugio donde un niño pueda dormir esta
noche? Normalmente duermo en una caja de cartón que guardo en el callejón, pero es que
esta noche hace demasiado frío y me gustaría estar en un lugar cálido. El policía miró al
chico y le dijo: “Baja por esta calle, hasta una casa blanca, toca la puerta y cuando te abran
solo tienes que decir: Juan 3:16 y te dejaran pasar.

El niño obedeció, llegó a la casa y tocó a la puerta. Una gentil señora, abrió la puerta, el niño
la miró y le dijo: Juan 3:16. Pasa hijo mío, dijo la señora. Lo tomó de la mano y lo sentó en
una mecedora cerca de una vieja chimenea que estaba encendida. Cuando la señora salió
de la habitación el chico no sabía que pensar: La verdad es que no entiendo eso de Juan
3:16, pero en verdad puede hacer que un chico se caliente en una noche fría.

Al rato, la señora regresó y le preguntó al chico si quería comer algo. Un pancito no me


vendría mal, hace días que no como, respondió. La señora tomó al niño de la mano, lo llevó
a la cocina y lo sentó en una mesa llena de exquisitos manjares. El chico comió hasta saciarse
y entonces pensó: La verdad es que no entiendo a Juan 3:16, pero lo que está claro es que
llena un estómago hambriento.

Al terminar, la señora tomó al chico de la mano y lo llevó al baño, donde lo esperaba una
tina llena de agua tibia y perfumadas burbujas. Mientras el chico se sumergía en la tina,
pensaba: La verdad, es que cada vez entiendo menos a Juan 3:16, pero ya sé que este puede
dejar bien limpio a un chico sucio. En realidad, yo nunca había tomado un baño en toda mi
vida. El único baño que recuerdo, fue la vez que me metí debajo del hidrante de los
bomberos, un día que estos lo abrieron y dejaron caer el agua por la calle.

La señora regresó por el chico, lo llevó a una habitación, lo vistió con un pijama y lo acostó
en una inmensa cama con una almohada de plumas. Lo cubrió con una espesa colcha, lo
besó y le deseó dulces sueños, apagó la luz y salió. El chico, bien abrigado en la cama, veía
a través de la ventana como caía la nieve y pensó: La verdad es que Juan 3:16 puede hacer
que un chico cansado pueda descansar.

En la mañana siguiente, la señora regresó con ropa limpia y lo llevó ante la misma mesa de
la noche anterior, llena de ricos manjares para el desayuno. Después de comer, la señora lo
sentó en la misma mecedora de la noche anterior y tomó en sus manos una vieja Biblia. Se
sentó frente a él, lo miró a los ojos y con una dulce voz le dijo: ¿Conoces Juan 3:16?
No señora, anoche fue la primera vez en mi vida que oí sobre él, cuando el policía me dijo
que se lo dijera a usted. La señora abrió la Biblia, en Juan 3:16 y comenzó a explicarle acerca

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de Jesús. Ahí, frente a esa vieja chimenea, el chico entregó su corazón y su vida a Jesús, al
tiempo que pensaba: Juan 3:16, quizá no lo entienda, pero hace que un chico perdido se
sienta seguro, se sienta amado. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado
a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna” (Juan 3:16)

Este versículo es uno de los versículos más citados de la Biblia. Y esto con mucha razón,
porque en este versículo está contenido el mensaje del evangelio. Es más, podemos decir
que tenemos en este versículo el resumen del mensaje de toda la Biblia. Por eso Martín
Lutero lo llamaba: La Biblia en miniatura. De qué nos habla este versículo, nos habla de por
los menos cinco cosas medulares: nos habla del Gran Amor del Padre, nos habla del Gran
Regalo del Padre. De la Gran Invitación, de la Gran Liberación y de la Gran Posesión que Dios
desea otorgarnos.
Veamos cada uno de estos cinco asuntos.

A. “PORQUE DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO”. EL GRAN AMANTE


La Palabra de Dios señala una y otra vez que Dios el padre nos ama con un amor eterno. “El
que no ama no conoce a Dios porque Dios es amor” (1 Juan 4:8). “Con amor eterno te he
amado” (Jeremías 31:3). “En que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros”
(Romanos 5:8).
1. El amor de Dios está decidido a todo.
No tenemos idea de la intensidad con la cual Dios desea ganar nuestro corazón. No
se reserva absolutamente nada, ni los ángeles, ni el Espíritu Santo, ni su propia vida
en su afán de conquistarnos de nuevo. Todo el cielo se volcó hacia la tierra para
amarnos.
2. El amor de Dios es persistente.
No hay nada que nosotros hagamos, que sea capaz de hacer que Dios deje de
amarnos. Podemos ignorarlo día tras día, podemos rechazarlo o negar que existe,
podemos burlarnos de él, ridiculizarlo y maldecirlo, podemos sentirnos
avergonzados de él, podemos huir de él y entregarnos en manos de su peor
enemigo, podemos desafiarlo y describirlo ante los demás como un Dios severo,
implacable o indiferente, podemos dejarlo totalmente fuera de nuestra vida o
culparlo de todos los males que ocurran en nuestra existencia y en el mundo.
Podemos azotarlo hasta que brote la sangre, escupirlo y clavarlo a una cruz, y
burlarnos de él mientras muere por el quebranto de su corazón. Podemos hacer
todo eso. Pero hay una cosa que jamás podremos hacer, y es que deje de amarnos.
Eso, Jamás.
3. El amor de Dios toma la iniciativa.
Dios no espera a que nosotros le amemos. “Nosotros le amamos a él, porque él nos
amó primero” (1Juan 4:19). Él toma la iniciativa de buscarnos cuando hemos pecado
(Génesis 3:8-10). Me alegro que el Pastor no esperó que la oveja perdida encontrara
por sí sola el camino de regreso. Él salió a buscarla. Él nos encuentra a nosotros, no
nosotros a Él.
4. El amor de Dios es para siempre.

5
Una vez que Dios comienza a amar a alguien, jamás deja de hacerlo. Su amor por
nosotros nunca fallará ni se acabará. Y estoy seguro que, si escogemos ser
destruidos para siempre en vez de gozar por la eternidad en su presencia, todavía
seguirá amándonos. Cristo entregó una vez su vida por todos los seres creados que
finalmente se pierden, porque los amaba. Amaba a Caín, amaba a Judas. Aún la
destrucción final de Satanás causará mucho dolor y tristeza al corazón de Dios. Él no
quiere que ninguno se pierda.
5. El amor de Dios nos ama sin reparos.
Todos anhelamos ser amados. Todos nosotros necesitamos ser amados. Todos
sentimos hambre de amor. Pero vivimos en un mundo que para amar establece
muchas condiciones. Si soy bien parecido, quizá me ames, si te atiendo y te divierto,
quizá me ames, si te amo a ti, quizá tú me ames a mí.
Cristo nos ama sin condiciones. Nos ama, aunque no tengamos nada, aunque
hayamos fracasado. Nos ama, aunque nuestra apariencia exterior no tenga nada de
atractivo. Nos ama no por lo que hagamos o por lo que poseamos, sino simplemente
por ser quien somos.
6. El amor de Dios es personal.
Cuando nace el primer hijo, creemos que nunca seremos capaces de amar tanto a
otro niño como a él. Pero después que nace el segundo tenemos la placentera
sorpresa de comprobar que el amor por el segundo era en todo tan grande como el
que se siente por el primero. No los amo como grupo sino personalmente.
Amigo mío, Dios tiene tiempo para ti, no está demasiado ocupado gobernando el
universo o encargándose de los problemas de otros, como para no darte su atención
completa y personal. Te ama con todo su corazón, y si algo es importante para ti, lo
es también para él.

B. “QUE HA DADO A SU HIJO UNIGÉNITO”. EL GRAN REGALO.


“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no
nos dará también con él todas las cosas” (Romanos 8:32).
Cuando el grandioso Dios dio a Su Hijo estaba dando a Dios mismo, pues Jesús, en Su
naturaleza eterna no es menos que Dios. Cuando Dios entregó a Jesús por nuestra causa,
se estaba dando a Sí mismo. ¿Quién puede medir este amor?
¿Cuál es el mayor regalo que usted ha recibido de Dios?

C. “PARA QUE TODO AQUEL QUE EN ÉL CREE”. LA GRAN INVITACIÓN.


1. ¿Qué significa creer en Jesús?
En primer lugar, debemos dar nuestro asentimiento firme y de corazón a esta
verdad: que Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer, para que se pusiera en el lugar
de los hombres culpables, y que Dios volcó en Él las iniquidades de todos nosotros,
para que Él recibiera el castigo merecido por nuestras trasgresiones, habiendo sido
hecho maldición por causa nuestra. Debemos creer de todo corazón la Escritura que
dice: “el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
Ahora, ¿qué significa creer en Jesús? Es sencillamente esto: que ustedes se confíen

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a Él. Si sus corazones están listos, aunque nunca antes hayan creído en Jesús, yo
espero que ustedes crean en Él ahora.
2. Fe en Jesús libra de la condenación.
El pecado trae condenación. Eso está incluido en el paquete. No nos gusta que esté
incluido en el paquete, pero así es. La paga del pecado es muerte. No nos gusta eso,
pero está incluido allí.
3. Dios odia el pecado y condenará a los que persisten en vivir en pecado.
Eso es lo que Dios mismo dice en su Palabra. Como dice el Salmo 5:5-6 “Los
insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.
Des- truirás a los que hablan mentira; Al hombre sanguinario y engañador
abominará Jehová”.
4. Pero la fe en Jesús libra de la condenación.
¿Por qué? Nos contesta Pablo de Romanos 1:16 “Porque no me avergüenzo del
evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío
primeramente, y también al griego”.
5. Fe en Jesús salva, nos libra de la condenación.
¿Sabes cómo? Porque sola la fe nos une a Cristo. Él con su muerte, su sacrificio en
la cruz paga la deuda ante Dios de todos los que creen en Él. El pecado nos hace
deudores ante Dios. Pero la “moneda” que paga la deuda es la muerte de Cristo a
los que creen en El. “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha
sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan
3:18).

D. “NO SE PIERDA”. LA GRAN LIBERACIÓN.


Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: “Si vosotros permaneciereis en mi
palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:31,32, 36).
El supremo amor de Dios garantiza la libertad a todo el que lo acepte. “El Espíritu del Señor
está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado
a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los
ciegos; A poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18).
Él es capaz de romper las cadenas y libertar totalmente a cualquier pecador que acepte la
oferta. La liberación de Dios se hizo realidad en el endemoniado gadareno (Marcos 5:1-20)
y también en María Magdalena (Juan 8:1-11).

Conclusión
a) Ninguna persona puede negar que la mayor posesión que tiene es la vida. Satanás
estaba en lo cierto cuando dijo en Job 2:4 “Con tal de salvar la vida el hombre da
todo lo que tiene”.
b) Las buenas noticias consisten en que la vida eterna tuya y mía, ya la compró Cristo
en la Cruz y nos la ofrece gratis. “El que tiene al hijo, tiene la vida eterna” (1 Juan
5:11-12).
c) ¿Cuántos quieren vivir eternamente? Vengan reciban a Jesucristo en sus corazones.

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2
LA ESPERANZA ES JESÚS
(Base bíblica: Jeremías 31:3)

Introducción
No hay otro que pueda solucionar las crisis de este mundo - ¡Sólo Jesús!
Cierto padre estaba en la sala leyendo el periódico, cuando su hijito de 5 años entró y le
dijo: Papi, quiero que me des un juguete. El papá se levantó fue hasta el estante, tomó un
mapamundi rasgado y le dijo al niño: - trata de montar este mapa, poniendo cada parte en
su lugar correcto. Dentro de pocos minutos el niño regresó al papá y le dijo: ¡Listo! El mapa
está armado. El papá admirado, tomó el mapa y vio que cada parte estaba en su debido
lugar y preguntó al niño: ¿Cómo conseguiste armar ese mapa tan rápidamente? El niño
respondió – fue fácil, porque atrás del mapa había la figura de un hombre, al reconstituir al
hombre, arreglé el mundo.

El único hombre que puede reconstruir este mundo es Jesús. Si el hombre tuviera como
modelo a Jesús, todos los problemas humanos serían resueltos. Se preguntará: ¿Por qué
Jesús es la única solución? Para responder esta pregunta necesitamos primero conocer
quién es Jesús. ¿Él es Dios u hombre?

A. ¿QUIÉN ES JESÚS?
1. Él es el centro de la historia humana, que dividió en dos partes: antes de Cristo y
después de Cristo. Jesús es la figura central de la Sagradas Escrituras.
2. Las profecías del Antiguo Testamento lo señalaban como el Mesías, el Ungido,
Emmanuel, Salvador, Redentor.
3. En el Nuevo Testamento, los evangelios significan buenas nuevas, hablan de su reino,
de su vida, su gracia y de su amor.
4. Finalmente, el último libro de la Biblia, que es el Apocalipsis, revela a un Cristo
victorioso, triunfante sobre el pecado y la muerte. Él mismo afirmó: “Y el que vivo, y
estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las
llaves de la muerte y del Hades” (Apocalipsis 1:18).
5. Él es descrito como vencedor y a quien son atribuidas todas las honras. “Al que está
sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria, y el poder, por
los siglos de los siglos” (Apocalipsis 5:13).
6. Cristo es igual a Dios el Padre, afirma el apóstol Pablo: “Él es la imagen del Dios
invisible” (Colosenses 1:15).
7. Él es el Creador de todas las cosas. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las
que hay en los cielos y las que hay en la tierra” (Colosenses 1:16).
8. Él es eterno. “Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten”
(Colosenses 1:17).
9. Él es el Alfa y la Omega. Él dice: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin” (Apocalipsis
1:8). Alfa es la primera letra del alfabeto griego y la Omega es la última letra, por lo
tanto, Él es todo.

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10. Sobre todo, Él es Dios que se volvió hombre para redimir al hombre. Vea como el
apóstol Pablo describe la grandeza de su humildad: “Él cual, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Filipenses 2:6-8).
11. Cristo es nuestro maravilloso Salvador. Así cantaron los ángeles en las colinas de
Belén, en aquella gloriosa noche: “Pero el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí
os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en
la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” (S. Lucas 2:10, 11). Ese fue el
mayor evento de la historia humana. Dios se hizo hombre para salvar al hombre.
12. Él es el Cordero que en el Antiguo Testamento era sacrificado sobre un altar
representando el sacrificio de Cristo en la cruz. Durante cuatro milenios los hijos de
Dios, por la fe en el Redentor que vendría para salvarlos, sacrificaban un cordero.
Veamos como esto era hecho.
a) Por la mañana, un hombre llamado Eliú, toma un corderito y lo carga en sus
brazos. Es blanco, puro y sin ninguna mancha. Sus hijos juegan con él desde que
nació. Pero Eliú está yendo al tabernáculo para cortar el pescuezo de este
inocente animal. Con dolor en su mente lo conduce hasta el santuario. Un grave
pecado está corroyendo su conciencia. Él tiene que librarse de la culpa de este
pecado, por eso está yendo al santuario. En la entrada al patio del tabernáculo
está el altar de sacrificio. Eliú se arrodilla al lado del cordero, coloca su mano
sobre su cabeza y confiesa su pecado. Rápidamente levanta la cabeza de la oveja
y en un lance pasa el afilado cuchillo sobre su pescuezo. Corre sangre oscura por
el suelo. El cordero se estremece y cae muerto. Asistentes del tabernáculo
toman el cuerpo del cordero y lo colocan sobre el altar para quemarse
totalmente. Eliú, entonces está libre de la condenación del pecado.
b) Esto era exactamente la prefiguración simbólica del sacrificio de Cristo. Él era
ese cordero u oveja. Él era inocente y fue sacrificado en el altar de la cruz. Allí
vertió su preciosa sangre para perdonar nuestros pecados.
c) Todo aquel que cree en Él y confiesa sus pecados, será perdonado, así como
aconteció con Eliú. Ese es el único medio de librarnos de la condenación del
pecado.

B. LO QUE ÉL YA HIZO POR NOSOTROS


1. Solamente podemos entender lo que Jesús hizo por nosotros, cuando
contemplamos la cruz.
a) Al mirar a la cruz, vemos suspendido entre el cielo y la tierra un Hombre que
nunca pecó. Un Inocente, un Justo, un Santo.
b) Gota a gota su sangre se derrama... su vida estaba pereciendo.
2. Moría como santo, por el pecador, para perdón de nuestros pecados. “Al que no
conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).
3. Él nos amó tanto, que nos compró con su preciosa sangre. “Sabiendo que fuisteis
rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres,

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no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo,
como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 S. Pedro 1:18-19).
Dio su vida, su sangre, porque nos amó. Jesús nos rescató de la condenación y nos compró
con el elevado precio de su sangre.

C. ¿QUÉ PUEDE HACER POR TI?


1. Él quiere darte el perdón y lo hace de gracia.
2. Él quiere darte vida inmortal, eterna.
3. Sin embargo, necesitas aceptar su don. Su dádiva. Esto involucra cinco pasos:
a) Aceptar su inmenso y eterno amor, sabiendo que Él te ama. En este momento te
está diciendo a tu oído: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué
mi misericordia” (Jeremías 31:3).
b) Debo reconocer que no puedo salvarme por mí mismo. “Por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”
(Romanos 3:23, 24).
c) Debo creer que Jesús me ama y puede salvarme. “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (S. Juan 3:16).
d) Debo confesar mis pecados y creer que Él me perdona. “Si confesamos nuestros
pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad” (1 S. Juan 1:9).
e) Entonces, podemos creer que Él nos da la vida eterna. “Y este es el testimonio:
que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo,
tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 S. Juan 5:11, 12).

Conclusión
a) Aceptar a Jesús como nuestro Salvador, significa alcanzar la vida eterna. Y, él puede salvar
a cualquier pecador.

En 1992, el evangelista Mark Finley, fue invitado para dirigir una serie de conferencias de
evangelismo dentro del palacio del Kremlim, en la ciudad de Moscú, en Rusia. El auditorio
tenía capacidad para 6.500 personas y cada noche se llenaba, que fue necesario hacer dos
sesiones. El pueblo ruso después de libertarse del comunismo, estaba deseoso de oír la
Palabra de Dios. Millares abrieron sus corazones para aceptar a Jesús como su Salvador. El
evangelista mostró a Jesús como el Cordero de Dios, que murió para librarnos del pecado,
para librarnos de la culpa, para traer paz al corazón y vida eterna a los que lo aceptasen. Él
describió a Jesús muriendo en la cruz, de cómo su sangre corría de sus manos y pies.
Describió de cómo la corona de espinas fue puesta en su cabeza y la sangre corriendo por
su rostro. También describió la agonía que Jesús experimentó cuando la oscuridad cubrió la
cruz y la separación de su Padre. Todo eso sufrió por mí y por ti, ¿quieres aceptarlo como
tu Salvador?

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Después de la conferencia, el pastor quedó algunos minutos en una sala contigua. Cuando
vio un ruso de gran estatura, aún joven, de barba larga, que iba gritando directo hacia la
sala donde estaba el Pr. Finley. Al principio pensó que quería agredirlo. Su traductor se
colocó al frente y quiso saber quién era. Era un criminal que había estado preso más de 20
veces. Ahora con lágrimas en los ojos quería saber si había salvación para él. Ansiaba
perdón, deseaba aceptar a Jesús. Después de una prolongada conversación, el pastor Mark
Finley, le mostró que el amor de Jesús era mayor que sus pecados. Con lágrimas en los ojos,
el joven aceptó a Jesús. Una nueva paz se irradió en su rostro. Una alegría invadió su ser,
ahora sus ojos brillaban con el perdón de Jesús.
a) Esto es lo que Jesús puede hacer por ti.
b) Él te ama mucho y tiene poder para librarte de todo pecado.
c) Él no solamente perdona, sino transforma todo tu ser.
d) Para solucionar nuestras angustias, problemas sin solución, hay un pedido:
“Experimente a Jesús” ¡Él es la solución!
e) Él nos hace una invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y
yo os haré descansar”(S. Mateo 11:28).
f) ¿Por qué continuar sufriendo? ¿Por qué continuar con un fardo de pecados en las
espaldas?
g) Él ya hizo todo. Basta creer en su sacrificio. El premio de la vida eterna está a su
disposición, ¡de gracia!

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3
UNA LUZ EN EL CAMINO
(Base bíblica: Juan 8:12)

Introducción
Sin luz no puede haber vida. Sin luz, todos somos ciegos. Sin luz nadie encuentra el camino
al cielo. ¿Dónde encontrar la verdadera luz? La respuesta está en el libro de Salmos 119:105
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”. Encontramos, entonces, la
lámpara que buscábamos. Ella es tan poderosa y brillante, que espanta, ahuyenta, aparta y
disipa las tinieblas espirituales que envuelven el mundo. Ella es una luz poderosa, porque es
la luz que emana de Dios. Es luz eterna. Es la plenitud de la verdad. Es la revelación del
propio autor de la luz, de la gloriosa luz. De Aquel que afirmó: “Yo soy la luz del mundo; el
que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. (S. Juan 8:12).

A. ¿CÓMO LA LUZ DE DIOS LLEGÓ HASTA NOSOTROS?


1. Ciertamente quisieran saber aquello que los científicos ávidamente buscan
desvendar y no consiguen – el orden de la vida, el origen del planeta. ¿De dónde
vino y cómo todo comenzó?
2. Veamos como la luz de Dios revela todo, de forma clara, simple, comprensible y
precisa. Abramos nuestra Biblia en el primer libro, en el primer capítulo del libro de
Génesis 1:1, allí leemos: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Con su
inmenso poder e infinita sabiduría, Dios creó todas las cosas. Él dio origen a todo lo
que existe en el cielo, en la tierra, en el mar y en el universo.
3. La primera cosa creada fue la luz, en el versículo 3 dice: “Y dijo Dios: Sea la luz, y fue
la luz”. Él es la fuente de la luz. Sin luz no podría haber vida. Él es la plenitud de la
luz. Sólo por Él apareció la luz física. Pero Él también es la fuente de la luz espiritual.
Y sólo Él pudo decir: “Yo soy la luz del mundo”. (S. Juan 8:12).
4. Si continuamos leyendo todo el primer capítulo de Génesis, encontraremos el relato
organizado, en orden lógico de cómo Dios hizo todas las cosas. Él empleó seis días
creando todo lo que hay en el mundo, de forma perfecta.
5. El sexto día, coronado su obra creadora, moldó con sus propias manos el simétrico
ser humano. El relato bíblico dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de
Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27).
6. Nuestra imagen es divina, fuimos creador por Dios y no como algunos dicen, que
descendemos del mono. Nuestro origen no está basado en la hipotética y casual
teoría de la evolución.
7. Veamos ahora, como Dios transmitió el conocimiento de su voluntad al hombre.
¿Cómo la verdad de Dios llegó hasta nosotros? El apóstol San Pedro aclara:
“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación
privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 S. Pedro
1:20, 21).
8. Por esta declaración del apóstol San Pedro, concluimos que:

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a) La Biblia no fue escrita por cualquier hombre.
b) Fue escrita por santos hombres.
c) Esos hombres santos, fueron inspirados por Dios a través del Espíritu Santo.
9. Te preguntarás: ¿Qué es ser inspirado? Inspiración es la forma como Dios revela y
transmite su voluntad al hombre, iluminando, impresionando la mente del escritor
sagrado, para que él transmita, en sus propias palabras, la revelación de Dios.

B. ¿CÓMO FUE ESCRITA LA BIBLIA?


1. El primer escritor de la Biblia fue Moisés, que vivió cerca de 1.500 años antes de
Cristo, o aproximadamente hace 3.500 años atrás. Él escribió los primeros 5 libros
de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. También se
atribuye a Moisés el libro de Job.
2. Después de él surgieron muchos profetas escritores, tales como: Josué, Samuel,
David, Isaías, Ezequiel, Daniel y otros.
3. Alrededor del año 425 antes de Cristo, el escriba Esdras, reunió todos los escritos
sagrados, completando el total de 39 libros, que constituyen las escrituras del
Antiguo Testamento. Cristo aceptó y confirmó esas escrituras. El evangelista San
Lucas hace referencia a Cristo citando esos escritos proféticos, cuando dice Jesús: “Y
comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas
las Escrituras lo que de él decían” (S. Lucas 24:27).
4. La vida y los milagros de Cristo fueron escritos en los Evangelios. Si no hubiese
Evangelio, no habría cristianismo. Cuatro son los Evangelios: San Mateo, San
Marcos, San Lucas y San Juan. Ellos revelan el encantador mensaje de las enseñanzas
y obras de nuestro Señor Jesús, que anduvo curando, enseñando, predicando y
bendiciendo al pueblo. Narra también sus sufrimientos, sus luchas, sus dolores, su
condenación, sus azotes, su agonía y su muerte. Pero, no termina allí, de forma
maravillosa relatan su resurrección, su triunfo sobre la muerte. Su aparición a los
discípulos diciéndoles; “Yo soy, no temáis”. Sorprendidos los discípulos dicen: “He
aquí vivo otra vez”.
5. Después de 40 días, reúne a los discípulos y sube hasta la cumbre del monte de las
Olivas. Allí los bendice, dice sus últimas palabras de ánimo, extiende sus manos, y es
levantado por una fuerza más poderosa que la fuerza de gravedad, y asciende al
cielo. Allá está vivo para siempre, como nuestro misericordioso Salvador e
intercesor.
6. El Nuevo Testamento contiene 27 libros. Toda la Biblia contiene 66 libros, siendo 39
del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento.

C. ¿QUÉ ES LA BIBLIA?
1. Veremos primero lo que significa la palabra Biblia. Se dio el nombre de Biblia o
Sagradas Escrituras al conjunto de sagrados libros del cristianismo.
2. La palabra Biblia, viene del término griego “biblon”, que significa libros. Pues, la
Biblia es un conjunto de 66 libros, escritos por cerca de 40 escritores, a lo largo de
un período de 1.600 años.

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3. Todavía es maravilloso notar que hay perfecta armonía entre sus escritores, porque
todos fueron inspirados por la misma fuente de luz, el Espíritu Santo.
4. La Biblia es un poderoso farol que iluminó en el pasado, lo hace en el presente y con
certeza lo hará en el futuro. Sus predicciones han sido cumplidas de forma
irrefutable.
5. Aunque la Biblia tenga miles de años, aún es el libro más vendido y más divulgado
en el mundo. Sus verdades son eternas.
6. En el mundo no existe ningún libro que se le compare en poder moral para
transformar el corazón humano. La Biblia vuelve al hogar más armonioso, enseña a
los seres humanos a ser perfectos. El apóstol San Pablo dice: “Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra” ( 2 Timoteo 3:16, 17).
7. Las Sagradas Escrituras contienen: El camino de la salvación, la condenación de los
pecadores y la felicidad de los salvados. Su doctrina es santa, sus preceptos son
sabios, sus historias son verdaderas y sus principios son inmutables.
8. Ella contiene luz para guiar nuestros pasos en el buen camino. Alimento para saciar
nuestras almas y consuelo para alegrarnos en la esperanza. Cristo es el centro de sus
mensajes y la gloria de Dios es su fin.
9. En ella vemos abrirse los cielos y revelarse la gloria del paraíso. Es una mina de
riquezas y un tesoro de verdades. Sólo ella nos revela de forma completa el plan de
salvación. Su núcleo central es la cruz de Cristo, de donde brota el amor en gran
profusión. Leer los Evangelios es conocer el amor de Jesús y el amor infinito del
Padre.
10. Alguien que no conozca profundamente la Biblia, la encuentra como un libro común,
sin embargo, a medida que va leyéndola irá descubriendo perlas de gran valor.
a) Cierta princesa, en el día de sus cumpleaños, recibió como regalo una bola de
hierro. Parecía ser sin ningún valor. Quedó frustrada, sin embargo, a medida
que la fue examinando y tocándola, de repente se abrió y dentro de ella había
una bola de plata.
b) La curiosidad brotó y siguió tocándola y nuevamente se abrió y apareció una
bolita brillante de oro.
c) La princesa ya estaba contenta, cuando al tocar nuevamente aquella esfera
de oro, ella se abrió y allí estaba una rara y bellísima joya. ¡Encantadora joya!
d) Así es la Biblia, aparentemente parece un libro común, sin embargo, al leerla
y estudiarla, irá descubriendo verdades maravillosas y enseñanzas preciosas.
Y a medida que fuera investigándola, descubrirá una mina con un tesoro de
incalculable valor – la salvación en Cristo Jesús y la vida eterna en el Paraíso
de Dios.

D. EL PODER DE LA BIBLIA
1. La Biblia es el más poderoso libro para transformar el corazón humano. Pecadores
son transformados en santos, embriagados y viciados se convierten en hombres

14
sobrios y buenos. María Magdalena, la mujer pecadora, fue transformada en una
de las mujeres santas del Evangelio.
2. Cierto ateo tratando de ridiculizar la Biblia, invitó a un predicador cristiano a un
debate. El predicador aceptó el debate bajo una condición: en el día del debate, el
predicador del evangelio llevaría al palco 100 personas que fueron transformadas
de pecadoras, viciadas y corruptas en personas buenas, honestas y libres de vicio,
por el poder de las enseñanzas del Evangelio. De igual forma el ateo debería llevar
100 personas que fueran transformadas para algo mejor, venciendo sus vicios y
malos hábitos a través de las enseñanzas del ateísmo. El ateo desistió del debate,
porque era imposible haber transformación por las enseñanzas ateístas.
3. Hay millones de personas que todavía no han sido transformadas de corruptas y
malas, en buenas y honestas por las enseñanzas de la Biblia.
4. En la ciudad de Río de Janeiro, hace pocos años vivió un gran criminal que siempre
huía de la policía. Era tan ágil para escapar que la policía lo llamaba “Halcón alegre”.
Un día, sin embargo, fue preso y condenado a la pena máxima. En la prisión
nuevamente él cometió una falta grave, y como consecuencia los policías lo
castigaron tanto que al día siguiente su cuerpo estaba tan quebrado, que pensó que
moriría. Sintió que para él no había más esperanza. Mientras reflexionaba, se
acordó que uno de sus compañeros todos los días escuchaba un programa radial,
que hablaba del poder y amor de Jesús. Pensó, si esto es verdad, yo quiero
experimentar. Mirando hacia arriba, suplicó: “Señor, si tu existes, dame la
oportunidad de conocerte, pido que te reveles a mí”. Mientras miraba hacia arriba
una luz muy brillante penetraba por aquella ventana de la prisión y un hombre con
vestiduras blancas y brillantes vino hacia él y lo tocó. En ese momento perdió la
conciencia.
Al día siguiente, amaneció curado de todas sus heridas. Una gran alegría llenó su
corazón y comenzó a saltar para sentir que estaba realmente sano. Inmediatamente
comenzó a leer la Biblia con toda devoción y clamó a Jesús que lo perdonase y
salvase. Cierto día, aquel mismo hombre de blanco vino y le dijo: “Puedes pagar tu
pena en libertad”. Él no podía entender como podría suceder esto. En virtud de su
vida, ahora transformada y ejemplar, fue libertado de la prisión. Ahora la Biblia es
su querido libro de estudios y Jesús es su amado Salvador. Se volvió un hombre de
bien. Fue bautizado en la Iglesia Adventista y ahora trabaja en la recuperación de
niños y jóvenes viciados en drogas, conduciéndolos a una nueva vida en Jesús.
5. Este es uno de los milagros del poder del Evangelio en nuestros días, demostrando
que las enseñanzas de Biblia y el poder de Jesús, operan hoy, en la transformación
de cualquier pecador que se entregue a Él.
6. Existen algunos que dudan de la autenticidad de la Biblia y dicen: ¿Cómo podemos
saber que nuestra Biblia contiene la verdad original?
a) En 1947, en las proximidades del Mar Muerto, en las tierras de Israel, un
joven pastor apacentaba su rebaño de cabras. Cerca de medio día, cuando
el sol estaba muy fuerte, entró en una caverna. Estando allí, por si acaso
lanzó una piedra en el interior de la caverna, y escuchó el ruido de una vasija
quebrándose. Se aproximó para ver lo que era y encontró dentro de ella

15
algunos manuscritos antiguos. Sin que supiese, allí estaba una de los
mayores descubrimientos de los tiempos modernos sobre la Biblia. Los
manuscritos fueron llevados a Jerusalén, donde fueron examinados por
peritos, que constataron el hallazgo del libro completo de Isaías y algunos
otros trechos sagrados.
b) Al conferir con la Biblia de hoy, comprobaron que estaba en plena armonía.
Aunque esos rollos posiblemente fuesen de dos o tres siglos antes que Cristo
venga a la tierra. Ese descubrimiento ayudó a probar la autenticidad de
nuestra Biblia.
c) Muchas personas conocen la Biblia apenas por nombre. Algunos han leído
trechos, pero sólo tiene valor cuando hagamos de ella nuestro alimento
espiritual diario.
Conclusión
a) Hay personas que leen sólo de vez en cuando. Un misionero cierta vez visitó a una
señora muy anciana y le preguntó: ¿Lee todos los días su Biblia? Sí. Voy a buscarla.
Después de buscarla en el estante, la trajo. Cuando la abrió exclamó: ¡Qué bueno!
¡Encontré mis lentes que los había perdido hace seis meses! Tengamos cuidado de
no perder nuestros lentes en la Biblia.
b) Leámosla para volvernos justos, por la gracia de Cristo y para comprender que Dios
nos ama.
c) Si amamos a Dios, leeremos su Libro – La Biblia. Ella es la carta de amor que Dios
nos escribió, diciendo que nos amaba con tan inmenso amor, que dio a su Hijo para
rescatarnos y desea habitar con nosotros en la eternidad. ¿Quieres hacer ese
compromiso? ¿Deseas leer la Biblia y encontrar en ella el camino a la salvación?

16
4
UNA ORACIÓN QUE CAMBIA VIDAS
(Base bíblica: 1 Crónicas 4:9-10)

Introducción
Malala Yousafzai es una joven universitaria de origen paquistaní que, desde los 12 años de
edad se ha dedicado a luchar por el derecho de las mujeres a recibir una educación libre y
de calidad. Durante el año 2012, el nombre de Malala se hizo conocido por todo el mundo,
puesto que sufrió un intento de asesinato por parte del Movimiento Terrorista de los
Talibanes Pakistaníes. Su lucha por los derechos de las mujeres motivó a este grupo
terrorista a acabar con su vida. Durante el incidente, Malala estaba en un autobús escolar
que circulaba por el Valle de Swat, en Pakistán, cuando dos miembros del grupo terrorista
le propinaron varios disparos con un fusil que alcanzaron su cabeza y su cuello.

A pesar de ello, las ganas de vivir y luchar por las mujeres prevalecieron. Malala sobrevivió,
pero tuvo que someterse a un sinnúmero de cirugías reconstructivas; de hecho, fue
necesario usar una placa de titanio en su cráneo para reparar el daño, además de colocar
un implante en su oído izquierdo a fin de recuperar su capacidad auditiva. Meses después
del atentado, tras múltiples procedimientos, Malala fue dada de alta; aun así, esta
lamentable experiencia no detuvo sus esfuerzos por lograr que las mujeres tuviesen un total
acceso a los medios educativos. Cuando tenía 16 años, en el año 2013, Malala fue nominada
al Premio Nobel de la Paz, consolidándose como la mujer más joven de la historia en ser
reconocida de esta forma.

Así, se hizo acreedora de numerosos premios y reconocimientos, incluyendo el premio


Sájarov a la Libertad de Conciencia, el Premio Convivencia Manuel Broseta y el Nobel de la
Paz. En la actualidad, Malala ha tomado este hecho lamentable como un impulso para
seguir luchando por los derechos de niños y mujeres a tener una educación basada en los
pilares de la libertad y la igualdad. Así como Malala, Jabes nació en medio de circunstancia
muy desfavorables, el nació en medio del dolor.

A. EL PODER DE LA DECISIÓN
1. El nombre Jabes quiere decir literalmente dolor, y en los tiempos bíblicos se ponían
nombres muy representativos de la persona, de alguna manera era algo profético
sobre la vida de la persona y muchas veces las personas y su nombre tenían un
significado muy específico tendían a vivir conforme a ese significado, les marcaba la
vida, prácticamente el nombre les marcaba su destino. Jabes tuvo un comienzo, no
precisamente muy prometedor. El dolor quizás se debió a un parto traumático, dolor
emocional de la madre, el padre la abandonó, la familia tuvo grave estrechez
económica y un nuevo miembro podría presuponer una presión adicional, etc.
2. De niño Jabes habrá escuchado las historias de milagros realizados por Dios y...
decidió pedir uno para sí mismo.

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3. La carga más pesada de Jabes tenía que ver con la manera en la que definiría su
futuro. Así que, bajo el peso de su pasado, la monotonía de su presente y lo incierto
de su futuro se decidió a elevar una de las oraciones más poderosas registradas
alguna vez en la Biblia.
4. La historia de Jabes demuestra que no cuenta quiénes nosotros seamos, ni lo que
nuestros padres hayan decidido por nosotros, ni siquiera el futuro para el que fuimos
planeados por nuestros padres: solo cuenta conocer lo que queremos ser y sobre
todo, pedirlo a Dios con mucha determinación. Leamos:
“Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo:
Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, sí me
dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me
libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”. 1 Crónicas
4:9,10
5. El texto bíblico nos dice que Jabes invocó el nombre de Dios y le hizo cuatro pedidos
específicos a Dios. Dios nos invita a invocar su nombre. Invocar (heb. Cará): acosar a
alguien que uno encuentra, llamar, gritar, invitar, dar voces, encontrar, orar, clamar,
rogar, interceder, suplicar, acercarse, buscar, acudir a Dios y tiene la connotación de
confianza.
a) El Señor nos autoriza diciendo. “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré
cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3).
b) Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel
que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre
hay de vosotros que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un
pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los
cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mateo 7:7-11).
c) Si clamas a Él, te responderá. Llámalo, cuéntale tus angustias y todos tus
problemas y Él que es compasivo te ayudará. “Porque yo sé los pensamientos
que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí,
y yo os oiré” (Jeremías 29:11,12).
d)
B. EL PEDIDO DE JABES:
1. Dame bendición.
a) El deseo de Dios es bendecirnos integralmente. 3 Juan 2
b) Bendiciones de la obediencia. Deuteronomio 28:1-13. Te alcanzarán.
c) ¿Cuál es la bendición más grande que usted ha recibido de parte de Dios?
d) ¿Cuál es la bendición que usted espera recibir de parte de Dios?
2. Ensancha mi territorio.
a) Jabes no era conformista.
b) Jos 6:14:12-15. Caleb. Queda mucha tierra por poseer.
c) El verdadero cristianismo no nos deja estancados, nos proyecta a nuevas
alturas.
d) Todos nacímos para algo mayor. Nada puede limitarnos. Piense en grande.

18
e) Salga de su zona de confort. No sea conformista.
f) Ensanche su territorio. Académicamente, económicamente, comercialmente,
familiarmente y sobre todo espiritualmente.
3. Que tu mano esté conmigo. 1 Crón 29:12.
a) Salmo 139: 10. La mano de Dios guía, orienta, da dirección.
b) Isaías 41:10. La mano de Dios sostiene sustenta.
c) Salmo 104:27-28. La mano de Dios sacia de bien.
4. Líbrame del mal. Salmo 127:7-8
a) Mal físico. El diablo quiere tocar nuestra salud. Tocó a Job. Vea salmo 91.
b) Mal espiritual. Mat 6:13, Judas 24,25.
c) Que Dios nos libre de apostasía, robo, adulterio, lascivia, pleitos, orgullo, ira.,
etc.
Conclusión
a) Dios le otorgó a Jabes lo que pidió.
b) Él se complace en dar buenos regalos a sus hijos.
c) Dios te está dando la oportunidad de pedirle lo que necesitas, tal vez empleo,
comida, salud, sabiduría, protección etc.
d) Dios está aquí, listo para darte conforme al deseo de tu corazón porque Él se
complace en bendecir a sus hijos.
e) Te invito para que vengas adelante y juntos invoquemos el nombre de Dios.

19
5
¿QUÉ DEBO HACER PARA SER SALVO?
(Base bíblica: Hechos 16:30)

Introducción
El ser humano ingirió un veneno mortal llamado pecado y todos los hombres fueron
contaminados, dice San Pablo: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios” (Romanos 3:23).

Cierto cazador, en las altas montañas de los Andes, vio un águila posar sobre una enorme
roca. Después de algún tiempo ella levantó vuelo, pero pronto comenzó a perder el
equilibrio, fuerza y caer al suelo. El cazador fue tras ella para ver lo que había acontecido.
Encontró al águila caída, al examinarla, constató haber sido picada por una serpiente
venenosa. Concluyó que, al posar sobre la roca, una serpiente había penetrado en su
plumaje y la mordió. El terrible veneno le robó las fuerzas llevándola a la muerte. Así hace
el pecado con el ser humano, le roba las energías espirituales y lo lleva a la muerte eterna.
No hay excepción, todos nosotros somos víctimas del mismo mal.

Pero, dirás: ¿Qué es el pecado? El apóstol San Juan responde: “Todo aquel que comete
pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” (1 S. Juan 3:4). Esa
trasgresión nos separa de Dios. Podemos decir que pecado es: andar en contra mano.
Pecado es atravesar la señal roja. Pecado es falta de armonía, desafinación. Causa desastre,
muerte espiritual y lleva al hombre a la perdición eterna.

El renombrado evangelista Billy Graham, describió así el pecado: “El hecho más terrible y
más devastador del Universo es el pecado. La causa de todos los problemas, la raíz de todos
los disgustos, el miedo de todos los hombres se resume en esa palabra – pecado... todos los
desórdenes mentales, todas las enfermedades, toda destrucción, todas las guerras tienen
su raíz en el pecado, que causa locura en el cerebro y derrama veneno en el corazón... Es
un ciclón suelto. Es un furioso y descontrolado volcán. Es un loco peligroso que ha huido del
manicomio. Es un bandido en busca de víctima. Es un león rugiendo en busca de su presa.
Es un relámpago que se dirige a la tierra. Es una guillotina cortando cabezas. Es un cáncer
mortal que corre el alma de los hombres” (Paz com Deus, 101 – Billy Graham).

A. SEPARADOS POR UN ABISMO


1. Una profunda ruptura y un gran abismo, fue abierto entre el hombre pecador y Dios,
por el pecado. En consecuencia, de esa separación, el hombre pecador, no puede
ver el rostro santo de Dios, ni escuchar de forma audible su melodiosa voz. El profeta
Isaías confirma este pensamiento: “Pero vuestras iniquidades han hecho división
entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su
rostro para no oír” Isaías 59:2).
2. A fin de entender mejor el abismo del pecado, observe el siguiente cuadro:

20
HOMBRE DIOS
PECADO
ABISMO
MUERTE
3. El hombre cayó en el profundo abismo del pecado, de allí no puede salir por sus
propias fuerzas y cada vez es peor, porque se atolla más en los vicios, en la
corrupción y en la maldad. Se volvió prisionero, en una cadena de paredes que no
se puede cruzar, y allí se consume en el sufrimiento, en la angustia, en la
desesperación, aguardando apenas la muerte. “Porque la paga del pecado es
muerte” (Romanos 6:23).
4. Algunos tratan de salvarse por sus propias obras. Piensan que la práctica del bien u
obras de caridad podrán salvarlos. Pero nuestras obras no pagan pecados. Pablo
dice; “No por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:9).
5. Otros intentan salvarse por medio de penitencias, de promesas por lo que hacen
grandes sacrificios. En Portugal existe el santuario de Fátima, allí centenas y miles
de personas andan de rodillas grandes distancias. A veces sus rodillas comienzan a
sangrar, la sangre mancha el suelo, el dolor se vuelve horrible, pero continúan hasta
el fin, para cumplir sus promesas. Esperan con esto alcanzar mérito y recibir el
perdón. Con todo, esto no es lo que Dios pide en su Palabra. La salvación no viene
por nuestros méritos u obras, aclara el apóstol San Pablo: “Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8, 9).
6. Ninguna obra humana es capaz de perdonar pecados. Si los hombres pudiesen
salvarse por sus propias obras, Jesús no necesitaría haber muerto en la cruz. Otros
hay que dan grandes donativos, pero todo el dinero del mundo no compra el perdón
de un solo pecado. Si el dinero comprase perdón de pecados, sólo los ricos podrían
ser salvos.
7. Algunos piensan que el auto perfeccionamiento, el poder del pensamiento positivo,
pueda perfeccionarlos, purificarlos y volverlos dignos de entrar en el cielo. Sin
embargo, ninguna práctica o filosofía humana, puede purificar o remover el pecado
del corazón. Vea lo que dice el profeta Jeremías: “¿Mudará el etíope su piel, y el
leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando
habituados a hacer mal?” (Jeremías 13:23). El profeta también afirma: “Aunque te
laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá
aún delante de mí, dijo Jehová el Señor” (Jeremías 2:22).
8. El pecado yace en las raíces de nuestra alma, en los deseos de nuestro corazón, está
tan impregnado en nuestro ser, así como un veneno ingerido que circula en toda la
sangre del organismo.
9. Viene entonces la pregunta: ¿Cómo puedo libertarme del pecado y salir de su
esclavitud? Analizaremos algunos pasos que nos darán no sólo la libertad, sino nos
conducirán por el camino de retorno al Paraíso de Dios.

B. PASOS PARA LA SALVACIÓN

21
1. El apóstol Pablo y Silas, su compañero, fueron a parar en la prisión por predicar el
evangelio de Jesucristo. Aunque estuviesen en la prisión, el Espíritu Santo estaba
con ellos y les daba ánimo para ser felices en sufrir por Jesús. Eran altas horas de la
noche, cuando estaban alabando a Dios, con cantos y oraciones. De pronto, hubo
un terremoto y los cimientos de la cárcel temblaron abriéndose las puertas. El
carcelero que era responsable por los presos sabía que, si alguno de ellos huyese,
tendría que dar cuenta con su propia vida. Viendo las puertas abiertas, quedó tan
lleno de pavor, que sacó su espada para matarse. Inmediatamente Pablo, gritó: “No
te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí” (Hechos 16:28). El carcelero nunca
vio tal cosa; la prisión abierta y los presos sin huir. Viendo que aquellos hombres
eran de Dios, cayó de rodillas delante de ellos diciéndoles; “¿Qué debo hacer para
ser salvo?” (Hechos 16:30).
2. Esta es una pregunta que todo ser humano debe hacerse: “¿Qué debo hacer para
ser salvo?”. La respuesta de Pablo fue directa, clara y simple: “Cree en el Señor
Jesucristo y serás salvo” (Hechos 16:31).
a) Primer paso: cree en Jesús
La fórmula es muy simple. No depende de complicadas fórmulas científicas.
No necesita de reglas y dogmas religiosos. No depende de penitencias. No es
basada en teorías filosóficas. Simplemente basta creer en Jesús. Él es el
medio, es el camino y el único Salvador. Él es el puente de unión con Dios.
En resumen: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
¡Cuán fácil es la salvación! Depende apenas de creer en Jesús. Por la cruz, él
nos unió a Dios.
Observe el cuadro de lado: Un puente fue colocado sobre el
abismo del pecado. Usted ahora puede alcanzar a Dios y
retornar al Paraíso. No necesita continuar prisionero en el
abismo del pecado. Un camino de retorno fue abierto a través HOMBRE DIOS
de la cruz. Usted y yo podemos acercarnos a Él y decirle: “Padre
nuestro”. El primer y gran paso para la salvación es aceptar a
Cristo como nuestro Salvador. Después de aceptarlo, daremos
el segundo paso.
b) Segundo paso: arrepentirse
• Cuando creo en Jesús como mi Salvador, me siento pecador delante
de Él. ¿Qué hacer con mis pecados? Debo arrepentirme.
• Pero, ¿qué es arrepentimiento? Arrepentimiento, primeramente, es
reconocer mis pecados, mis errores, mis faltas y transgresiones de la
ley de Dios. Eso me lleva a entristecerme por haber pecado.
• Siento deseos de cambiar mi vida. Eso me conduce a confesar mis
faltas, transgresiones y errores. Entonces doy el tercer paso que se
llama confesión.
c) Tercer paso: confesión
• La confesión nos alivia. Nos saca un fardo de nuestra conciencia.

22
• Hay personas que sanan de determinadas enfermedades cuando
confiesan.
• Encontramos un notable ejemplo de arrepentimiento y confesión en
la vida del rey David. Él cometió un terrible pecado. Después de caer
en sí y ver la malignidad de su pecado, hizo una abierta confesión
suplicando la misericordia de Dios. Esto está relatado en el Salmo 51.
David implora: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame
más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo
reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus
ojos...” Todo el capítulo 51, es una súplica de perdón, confiando
solamente en la misericordia de Dios.
• Y Dios escuchó, atendió la oración de confesión de David y le perdonó
su pecado. “Mas el que confiesa y se aparta (abandona el pecado)
alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13).
• A través de la confesión, alcanzamos el perdón de Dios, que “sepultará
nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros
pecados” (Miqueas 7:19). Ahora daremos el cuarto paso en dirección
al cielo.
d) Cuarto paso: conversión
• Conversión es el mayor milagro operado en la vida del pecador. Es el
resultado de la obra del Espíritu Santo. Esa transformación milagrosa
cambia la dirección de nuestra vida y por consiguiente de nuestro
destino. Altera nuestro padrón de comportamiento y cambia nuestra
forma de pensar y actuar.
• Jesús explicó a Nicodemo lo que es la conversión. Nicodemo quedó al
principio sin entender. Le dijo Jesús: “De cierto, de cierto te digo, que
el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo
le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso
entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió
Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (San Juan 3:3-6).
• Cristo mostró que hay un nacimiento espiritual que transforma a la
persona. Para comprender mejor, Jesús ilustró esa transformación
espiritual, con la acción del viento, que no lo vemos, pero sentimos
sus efectos.
• La actuación del Espíritu Santo en el corazón es invisible como el
viento, no obstante, sensible y poderosa. Aquel que abre la mente
para que el Espíritu Santo penetre, sentirá un cambio interior, una
fuerza que lo atrae a Jesús, un deseo de buscar el reino de Dios, placer
en estudiar la Biblia y un anhelo de hablar con Dios.

23
• Usted está aquí, ciertamente fue influenciado por el Espíritu Santo
para venir a esta reunión. Él nos habla con voz suave, íntima, casi
imperceptible, pero sensible.
• Conversión es cambio de rumbo. Estábamos yendo en un camino que
conduce a la perdición, cuando el Espíritu Santo, nos orientó y mostró
el camino cierto, regresamos en dirección opuesta. Eso se llama
conversión.
• Nuestro rumbo ahora es el cielo. Guiados por el Espíritu Santo e
iluminados por la Palabra de Dios la Biblia Sagrada, estamos siguiendo
a Jesús en el camino que conduce a la gloria eterna.
e) Quinto paso: justificación
• El orden de los pasos, ni siempre obedece al orden numérico, a veces
los pasos son simultáneos. Como es el caso de la justificación, que
debe haber ocurrido en el momento en que el pecador aceptó a Cristo
como su Salvador y confesó a Él todos sus pecados. En aquel momento
fue perdonado y justificado.
• Cuando alguien con los ojos de la fe contempla la cruz y ve allí a Jesús,
el Inocente, muriendo por sus pecados; cree en el sacrificio de Cristo,
se siente atraído por ese amor, se entrega a Él y cae postrado a sus
pies, rogando su misericordia, su perdón; en aquel momento es
perdonado y justificado. La justificación es alcanzada por la fe, en el
sacrificio de Cristo, quien pagó nuestra culpa con su propia sangre. Él
hizo todo por mí, yo apenas necesito creer y aceptar su perdón, su
justicia. Él me perdona de gracia, porque me ama y yo debo
corresponder a ese gran amor.
• Aquel que es perdonado y justificado, siente que su ser es inundado
por una onda de paz. El apóstol San Pablo dijo: “Justificados, pues, por
la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo” (Romanos 5:1).
• Una alegría celestial, un gozo interior toma posesión del cristiano
justificado. Está libre de la condenación del pecado, fue aliviado de la
culpa que lo oprimía. Se siente ahora libre y feliz, gozando la paz del
cielo. Esa paz que tanta gente anhela, que sin Cristo nadie lo alcanza.
• El cristiano es la criatura más feliz de este mundo, porque está libre de
la condenación del pecado, libre de los vicios, siente paz en el corazón
y una gran alegría porque alcanzó en Cristo la vida eterna. Mirando
hacia arriba con los ojos fijos en Jesús prosigue hacia el blanco que es
la salvación, siguiendo el camino de la vida.
f) Sexto paso: andar con Jesús
• Hay gran alegría en andar en el camino del cielo. Alcanzamos el gozo
del alma y la felicidad de quien es salvo en Jesús. Con alegría seguimos
al Maestro. Su presencia es luz, paz y felicidad.

24
• Seguir a Jesús significa andar por el camino que Él anduvo, siguiendo
sus pisadas, haciendo su voluntad, guardando sus mandamientos. Él
nos guiará por un alto y sublime camino que nos llevará a un descanso
de gloria. Con Jesús a nuestro lado, cuando tropezamos, Él nos
ampara; cuando caemos, él nos levanta. El camino es ascendente, hay
tropiezos y peligros, pero su fuerte brazo nos protege.
g) Séptimo paso: glorificación
• Este es la etapa final. Es la llegada al puerto celestial. Es el momento
de la victoria. Esta etapa sólo la alcanzaremos en ocasión del regreso
glorioso de Cristo a la tierra, que vendrá para buscar a sus redimidos.
Estudiaremos más detalles de este asunto en una próxima disertación.
Conclusión
a) Todos queremos ir al cielo. Si en el mundo hubiese algún lugar con una escalera que
alcanzase el cielo, todos querríamos subir por ella. Esa escalera existe, pero no es
física, sino espiritual y usted puede subir por ella. Ella contiene muchas gradas, pero
nosotros seleccionamos apenas siete, por ser las más destacadas.
b) Observe y vea en que grada se encuentra. Ciertamente desea estar un día en el cielo
con Jesús. Para esto, el primer paso es aceptar a Cristo como su Salvador. Él te invita
hoy a dar ese primer paso. Si así lo desea, entregue su corazón a Jesús y Él lo aceptará
tal como está. Al aceptar a Cristo, usted está aceptando el cielo. ¿quiere venir aquí
adelante?

25
6
LA MILAGROSA TRANSFORMACIÓN
(Base bíblica: Lucas 7:36-38)

Introducción
Alguien preguntó al gran científico Lord Kelvin, ¿cuál ha sido el más notable
descubrimiento? Él pensó un poco y respondió: “Que yo soy un gran pecador, pero Jesús
es un gran Salvador”. Pablo dice que la real verdad es: “Por cuanto todos pecaron y están
destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). No hay un ser humano que no sea pecador.
Todos dependemos de la gracia de Cristo.

Cristo es la salida para la crisis existencial. Él es el único que descendió del cielo para traer
salvación al angustiado hombre caído en el fondo del pozo. Sólo Él descendió al fondo del
abismo, donde el hombre se encontraba en completa esclavitud y allí encendió la luz de la
esperanza, iluminando el camino de retorno para una vida feliz. Hoy veremos el poder
milagroso del amor de Jesús, para libertar, convertir y transformar la vida de una perdida
pecadora. En el evangelio de San Juan, encontramos la historia verídica e impresionante de
una mujer que salió de las tinieblas a la luz, del pecado para la santidad. Leamos la
descripción:
“Y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo
vino a él’y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer
sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido
sorprendida en el acto mismo del adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales
mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús,
inclinando hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle,
se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra
contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos,
al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos
hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose
Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban?
¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno;
vete, y no peques más” (San Juan 8:1-11).

A. AMOR QUE REDIME


1. Era bien temprano y Jesús ya estaba en el templo, enseñando al pueblo que lo
rodeaba. En ese momento surge un tumulto. Un grupo de fariseos y escribas traen
arrastrada a una mujer y la tiran delante de Jesús. En voz alta la acusan diciendo:
Esta mujer fue encontrada quebrantando el séptimo mandamiento. Demandan para
ella la condenación de la ley, diciendo: “En la ley, Moisés nos manda que tales sean
apedreados. Tú, pues, ¿qué dices?”.
2. Ningún escape había para aquella mujer. La condición de ella parecía irrecuperable,
era una prostituta decaída. Allí estaban sus acusadores tomando piedras.

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3. La mujer estaba con la cabeza enterrada entre las manos. En desesperación y
angustia aguardaba el veredicto de su condenación y la muerte por apedreamiento,
sin cualquier piedad.
4. Cristo, contempla aquella gente excitada, que, bajo su mirada penetrante,
enmudece... cesa la gritería... reina el silencio. Calmamente Jesús se inclina y
comienza a escribir en la arena. Se despierta curiosidad... ¿Qué estará escribiendo?
... Alguien piensa que haya hecho una lista de pecados. En profundo silencio Él apela
para el tribunal de la conciencia de cada uno de los acusadores.
5. Su aguda y penetrante mirada descansan en cada uno de los presentes. Mientras
sus ojos se mueven, el temor toma cuenta de cada uno de los presentes. ¿Qué
escribirá ahora? ¿Será que denunciará mis pecados secretos? Todos están
expectantes y temerosos. Sus pecados ocultos afloran. Su conciencia los acusa.
Sienten ahora su propia condenación. El grupo va disminuyendo.
6. Cristo continúa escribiendo: orgulloso, egoísta, falso, hipócrita, mentiroso, cruel,
asesino, borracho, sin amor... Entonces, Cristo se levanta y dice: “Aquel que de
vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”. El silencio
es quebrado por el ruido sordo de las piedras que caen al suelo. Frente a esta
propuesta, uno a uno, se van retirando, mudos y cabizbajos. Avergonzados tratan
de esconderse rápidamente entre la multitud.
7. La mujer se encuentra a los pies de Jesús. El silencio es quebrado apenas por el
susurro de sus entrecortados sollozos. Gruesas lágrimas corren por su rostro. Su
arrepentimiento es sincero y profundo. Desea con toda su alma tener una nueva
oportunidad.
8. Jesús mira a la contrita pecadora y le pregunta: “¿Ninguno te condenó?” La mujer ni
se atreve a levantar la cabeza, apenas responde: “Ninguno, Señor”. Cristo ve en el
fondo de su alma angustiada un deseo de transformación de vida, un profundo y
sincero arrepentimiento. Entonces, le dice: “Vete y no peques más”.
9. ¡Oh! ¡Maravilloso amor! ¡Amor que perdona! ¡Amor que redime! ¡Amor que
transforma! Amor que se compadece de una miserable, vil, indigna, sórdida y torpe
pecadora. Cristo no aprueba el pecado, pero perdona y da nueva oportunidad: “Vete
y no peques más”.
10. Después de largo silencio, sus ojos tristes se elevan y contemplan a su Redentor. Ella
ve en Jesús al rostro de Dios. Ella siente en Él aquel amor que es más alto que el cielo
y más fulgurante que el lucir de las estrellas. Esas palabras sonaron cual música
celestial a los oídos de aquella amargada alma. Ella se sintió en aquella hora el rayar
de una brillante aurora. Sintió en aquel momento el caer suave de una lluvia en
tierra sedienta. Brotó en su corazón la esperanza de una nueva vida.
“Esto fue para ella el principio de una nueva vida, una vida de pureza y paz,
consagrada al servicio de Dios. Al levantar a esta alma caída, Jesús hizo un milagro
mayor que al sanar la más grave enfermedad física. Curó la enfermedad espiritual
que es para muerte eterna. Esa mujer penitente llegó a ser uno de sus discípulos
más fervientes” (El Deseado de todas las gentes, 426).

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11. Ese es el insondable amor que Jesús tiene por ti y por mí. Él desea perdonarnos,
redimirnos y transformarnos. No importa nuestra condición. Si nos entregamos a Él,
nuestra vida será otra.
12. En el cielo podremos encontrarnos con esa pecadora y ella nos contará toda su
historia. No es declarado el nombre de esta pecadora arrepentida. Algunos
encuentran que es la misma María Magdalena. Lo importante es saber que el poder
de Jesús es tan maravilloso que transformó a María Magdalena, que era una gran
pecadora y la libertó de siete demonios, volviéndola en una de sus más fieles
seguidoras (San Lucas 8:1, 2).
a) Su gratitud por Jesús fue tan inmensa, que aprovechó la oportunidad de un
banquete que Simón ofreció a Jesús en la ciudad de Betania. Él era un
hombre rico, pero leproso. Jesús tuvo compasión de él y lo curó. En
demostración de gratitud, le ofreció un banquete a Jesús. “Uno de los
fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del
Fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad que era
pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un
frasco de alabastro con perfume; y estando detrás d Él a sus pies, llorando,
comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y
besaba sus pies, y los ungía con el perfume” (San Lucas 7:36-38).
b) Esa mujer dio a Jesús todo lo que tenía de más precioso. Ungió sus pies y su
cabeza con el perfume más caro de aquella época, perfume que sólo los ricos
y nobles conseguían usar. Con seguridad ella necesitó hacer economía
durante mucho tiempo para conseguir comprar aquel carísimo ungüento.

Conclusión
a) La gratitud de esta mujer hacia Jesús por haberla perdonado, libertado del maligno
y restaurado su vida a la dignidad, era tan inmensa que ella se postró a sus pies,
derramando lágrimas de gratitud tan abundantes que lavó sus pies, después los
enjugó con sus largos cabellos.
b) Las lágrimas fueron el extravasar de su alma agradecida y reconocida por todo lo
que Jesús hizo por ella.
c) La mayor dádiva que podemos dar a Cristo es nuestro corazón, nuestro afecto,
nuestro amor.
d) Amigo, venga hacer parte del grupo de los pecadores arrepentidos, que quieren
morar en la Santa Ciudad. Aproveche esta oportunidad, por el poder que Dios le
concede. Déjese guiar por el Espíritu Santo, coopere con Él. ¡No resista a su poder!

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7
EL DÍA DEL SEÑOR
(Base bíblica: Juan 1:1-3)

Introducción
En la creación de este mundo, nos deparamos con la Deidad, creando este magnífico
planeta. En esta ocasión se destaca la figura de Jesús como Creador. “En el principio era el
Verbo, y el verbo era con Dios, y el Verbo era Dios... Todas las cosas por él fueron hechas, y
sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (San Juan 1:1-3).

Cristo era el Verbo divino, la poderosa Palabra operante y creadora. Ese mismo Verbo
creador, dice San Juan: “... fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (San Juan 1:14). Con certeza
podemos decir, que Jesús fue el Creador de este mundo, tornándose también su Redentor
y Salvador.

Jesús, al crear este mundo, usó de su poderosa palabra, ordenando que cada cosa
aconteciese, de acuerdo con su sabio plan. En un orden lógico y secuencial, cada día creó
determinado sector, estableciendo base para la creación del próximo día. Al final del sexto
día toda su obra creativa estaba completa. La tierra era tan encantadora y bella, que Jesús
declaró: “Y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31). Como marco memorial
de su majestuosa obra, debería Jesús establecer un monumento, para que el ser humano,
en las sucesivas generaciones, recordase de Él como el Creador de todas las cosas.

A. ORIGEN DEL SÁBADO


1. Con certeza queremos saber de dónde vino nuestra semana. El relato de Génesis,
capítulo uno, dice que Dios creó todas las cosas de este mundo, en el período de
seis días. Y, en el séptimo día descansó, completando así la semana. Desde el
comienzo del mundo, la semana fue compuesta de seis días de actividades o
trabajos y un día de descanso. Aunque la semana de nuestros días esté bien
diferente. Pensemos en la semana original, creada por Dios; después de seis días de
trabajo, Dios separó el séptimo, como el Sábado del Señor y colocó en él una
distinción especial.
2. Le colocó una triple distinción para que fuese un memorial: “Y bendijo Dios al día
séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la
creación” (Génesis 2:3). Génesis 2:3 revela que el propio Jesús colocó en el Sábado,
el séptimo día, tres grandes distinciones: Él descansó; Él santificó; Él lo bendijo.
a) Descansó para conmemorar la creación y dar ejemplo al hombre que todo
séptimo día debería ser de descanso y adoración al Creador.
b) Santificó, lo volvió santo, separado entre los demás días de la semana, para
ser dedicado exclusivamente a Dios.
c) Lo bendijo, tornándolo bendito y feliz. Así el sábado debe ser para nosotros
un día alegre, feliz, agradable y lleno de amor.

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3. Imaginemos la felicidad de Adán y Eva en aquel primer sábado. Toda la naturaleza a
su alrededor era encantadora. Dondequiera que reposasen sus ojos, veían sólo
belleza. Sus oídos estaban encantados con el trinar de los pájaros: Peces de
diferentes colores se divertían en las aguas cristalinas. ¡Ellos estaban deslumbrados!
En aquel Sábado: ¡Todo era encanto! ¡Todo era belleza! ¡Todo era armonía! ¡Pero,
el encanto mayor, fue contemplar a Jesús! Oír su dulce y melodiosa voz.
4. El plan de Dios era tornar al sábado en día de feliz comunión, de encuentro con Él.
Lamentablemente el pecado deshizo esa feliz comunión y llevó al hombre a
olvidarse del sábado.

B. EL SÁBADO EN EL CORAZÓN DE LA LEY DE DIOS


1. Como el hombre se olvidó del día de Sábado como el día santificado, en el monte
Sinaí, Dios promulgó los Diez Mandamientos, colocó la observancia del Sábado en el
cuarto mandamiento con la palabra: “ACUÉRDATE DEL DÍA SÁBADO, para
santificarlo...” (Éxodo 20:8).
2. La palabra “Sábado” en el original hebraico, significa “descanso” o “reposo” cesación
de trabajos. ¡La propia obra de Jesús en favor de la humanidad!
3. El profeta Ezequiel dice que la observancia del Sábado es una señal distintiva entre
Dios y sus hijos: “Y les di también mis días de reposo (sábado), para que fuesen por
señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico”
(Ezequiel 20:12). Por medio de la santificación del Sábado, Dios nos santifica y nos
señala como su pueblo santo, separado para Él.
4. Además de ser una señal santificadora, la observancia del Sábado contiene una
bendición muy especial Dice el profeta Isaías: “Respeta el día de reposo (Sábado);
no te dediques a tus negocios en mi día santo. Considera este día como día de alegría,
como día santo del Señor y digno de honor; hónralo no dedicándote a tus asuntos, ni
buscando tus intereses y haciendo negocios. Si haces esto, encontrarás tu alegría en
mí, y yo te llevaré en triunfo sobre las alturas del país y te haré gozar de la herencia
de tu padre Jacob. El Señor mismo lo ha dicho” (Isaías 58:13, 14 DHH). Estoy seguro
que usted quiere participar de esta bendición.

C. EL SÁBADO EN EL NUEVO TESTAMENTO


1. ¿Fue la observancia del Sábado exigida apenas en el Antiguo Testamento y con la
venida de Jesús fue todo cambiado? ¿Fue eso real? Tratemos de examinar esa
verdad, despojados de preconceptos. La Biblia es una sola, la misma palabra de Dios,
tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento y sus verdades son permanentes
y eternas.
2. Jesús fue el Creador de este mundo, por lo tanto fue Él mismo quien instituyó la
observancia del Sábado para toda la humanidad y dio ejemplo de cómo debería ser
guardado, desde la creación. “No penséis que he venido para abrogar la ley o los
profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (San Mateo 5:17). Afirma
Cristo que la ley de los Diez Mandamientos permanecerá en vigor mientras hubiera
el cielo y la tierra. (San Mateo 5:18). Si la ley pudiese ser abolida, Jesús no hubiera
necesitado morir en la cruz, pues sin ley no hay pecado. (Romanos 4:15).

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3. El Sábado era el día en que Cristo iba al templo, que en aquel tiempo se llamaba
sinagoga. “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la
sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer” (San Lucas 4:16). Vea que
era “según su costumbre”. Esto muestra que su hábito desde la infancia era ir todos
los sábados a la iglesia.
4. ¿Jesús transgredía el Sábado por causa de las curaciones que realizaba? ¿Por qué los
fariseos acusaban a Jesús de quebrantar la observancia del Sábado?
5. Poco a poco, a lo largo de varios años, los fariseos tergiversaron el verdadero
significado del Sábado que fue creado y dado por Jesús al hombre en la creación.
Ellos perdieron el amor al prójimo y ellos mismos crearon un yugo, un fardo de
absurdos preceptos con relación al Sábado, desvirtuando la finalidad para el cual
fuera creado.
6. Jesús, al crear el mundo dio, su ejemplo de cómo guardar el Sábado, con amor y
alegría. Al venir al mundo, como el “Hijo del hombre”, nuevamente dio el mismo
ejemplo de cómo guardar el sábado – Él no solamente enseñó, sino que lo santificó,
con su ejemplo de obediencia a la sabia Ley de Dios.
7. Cristo mostró la verdadera forma de guardar el Sábado, dentro de la ley citada por
los propios fariseos, practicando el bien, curando y aliviando el sufrimiento. Cristo
resume: “Es lícito hacer el bien en los días de reposo” (San Mateo 12:12).
8. Los fieles seguidores guardaron el Sábado en ocasión de la muerte de Jesús. “Era
día de preparación, y estaba para comenzar el día de reposo. Y las mujeres que
habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo
fue puesto su cuerpo. Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y
descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento” (San Lucas 23:54-56).

Conclusión
a) Entonces concluimos que, el Sábado fue fielmente guardado por Jesús y sus fieles
seguidores.
b) ¿Después de la resurrección el Sábado fue sustituido por el domingo? Se puede leer
la Biblia de Génesis al Apocalipsis y no se encontrará ni siquiera una línea que diga
que el Sábado fue sustituido por el domingo. Jesús no citó una sola vez tal cambio,
nunca la autorizó y jamás dejó ningún ejemplo, para que alguien haga esto. Ninguno
de los apóstoles citó tal cambio. Este cambio no es bíblico.
c) La costumbre de Pablo era semejante a la de Jesús; ir los sábados a la iglesia. Pablo
llegó a la ciudad de Filipos, y como allí no había sinagoga, en el día Sábado, buscó un
lugar calmo a orillas de un río para comulgar con Dios (Hechos 16:13).
d) En la ciudad de Corinto, Pablo permaneció un año y seis meses. Durante la semana
él hacía tiendas, y los sábados predicaba. Por lo tanto, fueron 78 sábados predicando
la Palabra de Dios. “Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a
judíos y a griegos” (Hechos 18:4).
e) La observancia vino del Edén, y permanecerá hasta el Edén restaurado. El profeta
Isaías hablando sobre la Nueva Tierra, dice que el Sábado también será mantenido
santo por toda la eternidad. “Y de mes en mes, y de día de reposo (Sábado) en día
de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová” (Isaías 66:23).

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f) El Sábado se originó como un monumento establecido por Cristo al completar la
magnífica creación de este mundo. Allí Él concedió una triple distinción al Sábado:
Lo bendigo, lo santificó y nos dio ejemplo, reposando.
g) En el monte Sinaí el Sábado fue confirmado una vez más a través del cuarto
mandamiento: “Acuérdate del día Sábado para santificarlo...” (Éxodo 20:8).
h) Jesús afirmó: “No he venido para abrogar la ley, sino para cumplir” (San Mateo 5:17),
y nos dejó ejemplo de cómo honrar a Dios por medio de la obediencia a su santa y
sabia voluntad.
i) Cuando Dios restaure este mundo, los hijos de Dios continuarán observando el
Sábado por toda la eternidad.
j) En nuestros oídos permanece el recuerdo divino: “Acuérdate del día Sábado para
santificarlo”. ¿Quieres guardar este día y reconocer al Dios que lo instituyo como tu
Señor y Redentor?

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¿CUÁL ES LA VERDADERA IGLESIA DE DIOS?
(Base bíblica: Apocalipsis 12:17)

Introducción
Vivimos en un mundo en el que hay una verdadera babel religiosa. Dicen las estadísticas
que hay cerca de 12.000 religiones y sectas diferentes en la faz de la tierra. Sólo en los
Estados Unidos hay más de 1.800 denominaciones y credos diferentes. Hay religiones para
todos los gustos, para todos los sabores. Hay religiones para fanáticos, así como para
tradicionales. Hay religiones para los emotivos, para los sentimentalistas. Hay religiones
para los modernos, para los mundanos, para los liberales.

Algunas iglesias hacen del milagro, del exorcismo, del don de lenguas, su punto fuerte. Otras
son pacatas y reverentes. Algunas, predican la teología de la prosperidad, como si el reino
de Dios fuese terrenal. Frente a tanta confusión religiosa, se preguntará: Al final, ¿cuál es la
verdadera iglesia de Dios en la tierra?

A. NO TODO EL QUE ME DICE SEÑOR, SEÑOR…


1. El Señor Jesús nos ayuda a responder esta pregunta y él mismo dice: “No todo el que
me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad
de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad” (San Mateo 7:21-23).
2. Analicemos esta advertencia de Cristo:
a) No basta predicar en nombre e Jesús, decir que es cristiano, que es de Dios,
que es verdadero.
b) No basta exigir milagros, curaciones, dones sobrenaturales, lenguas
extrañas y otras maravillas.
c) No es evidencia de verdad expulsar demonios.
3. Satanás puede transformarse en ángel de luz y puede camuflar la verdad con la
mentira. Entonces, mi querido amigo, no crea sólo por esos factores exteriores de
la religión. ¡Milagros, curaciones y otras maravillas no son evidencia de verdad!
4. La certeza de la verdad, Cristo dice que está: “En aquel que hace la voluntad de mi
Padre, que está en los cielos”
5. Para Dios no hay media verdad, su verdad es integral, no acepta la observancia
parcial de sus enseñanzas. Jesús nos advirtió contra los falsos profesores, Él nos dijo:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero
por dentro son lobos rapaces” (San Mateo 7:15).
6. Falso es aquel que imita lo verdadero, parece verdadero, pero no es. En el sentido
religioso, esto es muy grave, pues trae consecuencias eternas. Usted puede estar
siguiendo un camino que, en lugar de llevarlo al cielo, lo conduce a la perdición.
Ahora es el tiempo de verificar, analizar, si estamos en el verdadero camino.

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7. Se preguntará: ¿Cómo puedo tener certeza de cuál es la verdadera iglesia, y cuál es
la falsa? A veces la diferencia entre lo verdadero y lo falso es difícil de distinguir por
apariencias externas. La única forma de eliminar dudas, es examinar el producto en
un laboratorio.
8. Si fuera colocado delante de usted, dos vasos de leche, uno puro y otro falsificado,
sería difícil por la apariencia exterior decir cual es el verdadero. Los dos son blancos,
los dos tienen el olor de leche y gusto de leche. Para tener certeza de cuál es el
verdadero, mandamos analizar en un laboratorio especializado. Entonces vendrá el
resultado: lote A, pureza 100%, leche pura; lote B, pureza 95% con 5% de agua –
leche falsificada. ¿Qué tal si hiciéramos esto con las religiones? ¿cuántas pasarían la
prueba?
9. Tenemos que experimentar las doctrinas de las iglesias por el único laboratorio
confiable, seguro y verdadero, que es la Sagrada Biblia. Si la doctrina de una iglesia
coincide 100% con la enseñanza de la Biblia, ella es verdadera. Sin embargo, si la
doctrina de cualquier iglesia fuera apenas 90% o 95% coincidente con la Biblia, tal
iglesia es falsa. Vea que no hay media verdad, ni media pureza.
10. Pasemos a hacer una prueba doctrinaria de la verdadera iglesia de Dios.
Seleccionamos diez enseñanzas bíblicas que la iglesia verdadera debe poseer:
a) Creer que la salvación es un don de Dios alcanzando únicamente por la fe,
en la gracia redentora de Cristo, y que nuestras obras por más meritorias
que sean, no tienen ningún poder de salvación. “Y en ningún otro hay
salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en
que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para
que nadie se gloríe” (Efesios 2:8,9).
b) La iglesia verdadera acepta y guarda los Mandamientos de Dios. “¡A la ley y
al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”
(Isaías 8:20). “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos
sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus
mandamientos, él tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 San Juan
2:3, 4). “Cercano estás tú, oh Jehová, y todos tus mandamientos son verdad”
(Salmos 119:151).
c) La iglesia verdadera enseña que los muertos nada saben y que están
esperando ser despertados cuando Jesús aparezca por segunda vez en el
cielo. La Biblia lo declara así: “No os asombréis de esto, porque llegará la
hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voy; y los que
hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo
malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28, 29).
d) El verdadero bautismo es solamente por inmersión, representando el
símbolo de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Pablo dice: “¿O no
sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte? Porque somos sepultaos juntamente con él para
muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por

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la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos
6:3, 4).
e) La iglesia verdadera tiene como misión predicar el Evangelio al mundo, de
forma especial, anunciar los tres mensajes angélicos de Apocalipsis 14:6-12:
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno
para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y
pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de
su juicio ha llegado y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las
fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:6,7).
• Este mensaje llama la atención a la adoración del Creador, que hizo el
mundo en seis días y descansó en el séptimo, por tanto, será
predicado por la iglesia que santifica el día Sábado y mantiene todas
las doctrinas verdaderas en su pureza bíblica.
f) La iglesia verdadera es representada en Apocalipsis capítulo 12, como una
mujer pura, vestida de la luz del sol, en contraste con Babilonia, la mujer
prostituta, que representa la apostasía y la corrupción de la verdad. Vea la
descripción de la verdadera iglesia: “Apareció en el cielo una gran señal, una
mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una
corona de doce estrellas” (Apocalipsis 12:1). Esta iglesia representa la
pureza de la doctrina cristiana, sin ninguna contaminación de enseñanzas
humanas. Ella está revestida del sol de la justicia que es Cristo.
g) Posee el Espíritu de Profecía o el don profético y es conocida por este
aspecto. “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer (la iglesia
verdadera); y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de
ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de
Jesucristo” (Apocalipsis 12:17). “…porque el testimonio de Jesús es el espíritu
de profecía” (Apocalipsis 19:10 up). En este pasaje encontramos dos
características de la iglesia verdadera: guarda los mandamientos de Dios y
tiene el espíritu de profecía, son las principales marcas, las principales
señales de distinción, que hacen la diferencia y con las cuales Dios la
identifica a la iglesia verdadera.

Conclusión
a) En esta noche fue expuesta la verdad bíblica, revelando las características de la
verdadera iglesia de Dios en el mundo de hoy.
b) Tome la decisión de escoger el camino verdadero para alcanzar el reino del cielo.
¡Si toma un camino errado al cielo, usted nunca llegará y perderá su propia
salvación!
c) Necesitamos tener la plena certeza que estamos en el camino cierto. Alguien contó
una alegoría, que para engañar el diablo formó un cuarteto que canta muy bonito
a los oídos de los seres humanos. Con voces bien afinadas, ellos cantan cuatro
grandes mentiras:
c) 1° tenor – canta: “No hay peligro”
d) 2° tenor – canta: “Todas las religiones son buenas”

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e) Barítono – canta: “La ley fue abolida”
f) Bajo – canta: “Basta tener una religión cualquiera”
d) La mayoría de las personas gusta de oír este cuarteto de las mentiras diabólicas. El
camino al cielo, dice Jesús que es estrecho y apretado, es de subida, pero es el único
camino que conduce a la gloria. Usted es nuestro especial invitado para andar
juntos en este camino hasta que Jesús venga a buscarnos.

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¿A DÓNDE VAN LOS MUERTOS?
(Base bíblica: Eclesiastés 9:6)

Introducción
Una niña de doce años se suicidó porque dijo que estaba desesperada por reunirse con su
padre en el cielo. El hecho trágico ocurrió en la ciudad de Lezno en Polonia, cuando su madre
fue a su cuarto para la leerle un libro, como lo hacía todas las noches, y se encontró con la
trágica escena. Próximo al cuerpo de María Kislo, se encontró la nota con el siguiente
mensaje: “Querida mamá, por favor no estés triste. Recuerdo mucho a mi papá y lo quiero
ver otra vez en el cielo”.

Su padre había muerto sorpresivamente en el año 2009 tras sufrir un ataque cardíaco.
La madre dijo que luego del dolor tan grande por la muerte de su esposo hace cinco años,
hoy ocurre otro hecho similar terrible. “No sé si podré seguir con esta situación. Solo sé que
tengo que seguir por amor a mi hijo vivo”, finalizó.

Casi la mayoría de cristianos creen que cuando alguien muere inmediatamente se dirige al
cielo o al infierno, dependiendo si la persona fue buena o mala ¿Pero que dice la Biblia en
realidad? Cuando el hombre pecó inmediatamente comenzó a morir, su salud se deterioró
y su humanidad se hizo débil. De acuerdo con la Biblia, “la paga del pecado es muerte”
(Romanos. 6:23). Así, la causa es el pecado y el efecto la muerte: “Por tanto, como el pecado
entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos. 5:12).

A. ¿QUÉ ES LA MUERTE?
1. La muerte es un retorno al polvo (Eclesiastés 3:20).
2. No se goza ni sufre más (Eclesiastés 9:5, 6).
3. Deja de ser (Salmos 104:29).
4. d) Terminan los pensamientos (Salmos 146:4).
5. No se participa más de las preocupaciones de los vivientes (Job 14:21; Salmos 6:5).

B. LA INMORTALIDAD.
1. Sólo Dios es inmortal (1 Timoteo 1:17; 6:15, 16).
2. El hombre es por naturaleza mortal (Isaías 51:12).
3. Su carne es mortal (2 Corintios 4:11).
4. El alma también es mortal (Ezequiel 18:4).
5. La inmortalidad será concedida después de la resurrección (1 Corintios 15:52-55).

C. LA VIDA Y LA MUERTE
1. ¿Volverá a Vivir el hombre?
a) “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” (Job 14:14). Esta es la pregunta que
más preocupa al ser humano. Afortunadamente, Dios en su amor ha dado

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amplia respuesta en su Santa Palabra. Nos explica que la vida es la asocia-
ción de dos elementos: el polvo y el aliento de vida (espíritu) proveniente de
Dios (Génesis 2:7).
b) La muerte es el proceso inverso: el polvo vuelve a la tierra y el aliento de
vida, impartido por Dios, regresa a Dios (Eclesiastés 12:7).
c) La causa real de la muerte es el pecado (Romanos 6:23). El pecado pasó a
todos los hombres y por eso todos tienen que morir (Romanos 5:12).
2. ¿A dónde van los muertos?
a) Según la Biblia, los muertos van al sepulcro, donde duermen hasta el regreso
de nuestro Señor Jesucristo.
b) La palabra infierno significa sencillamente sepulcro, pero no un lugar de
sufrimiento perpetuo. En la Biblia no se menciona el purgatorio. Tampoco
dice que los muertos van al cielo, pues la recompensa se dará a los justos
cuando vuelva nuestro Señor Jesús y se produzca la resurrección.
3. ¿Podemos comunicarnos con los muertos?
a) En su desesperación muchos deudos procuran entablar relaciones con sus
seres amados muertos. Pero la Biblia es clara cuando enseña que los muertos
no saben nada (Eclesiastés 9:5, 6).
b) Por lo tanto, no pueden comunicarse con nosotros, ni nosotros con ellos. De-
bemos recordar que la primera mentira de Satanás se refirió a este asunto.
Dios dijo a Adán que si pecaba moriría, pero Satanás replicó: “No moriréis”
(Génesis 3:4).
c) Satanás sigue tratando de engañar con respecto a la muerte. Puede hacerlo
fácilmente porque “se disfraza como ángel de luz” (2 Corintios 11:14).
d) También los demonios son capaces de hacerse pasar por gente muerta (2
Corintios 11:15).
e) Dios en la Biblia condena terminantemente cualquier práctica ocultista o es-
piritista (Levítico 19:31, 20:37; Isaías 8:19).
4. La muerte es un sueño.
Así como después de un arduo día de trabajo viene el sueño reparador, des- pués de una
vida larga y llena de trabajos, Dios nos concede un merecido sueño de descanso (S. Juan
11:11-14).
D. LA ESPERANZA DE VIDA ETERNA
1. La resurrección.
a) La muerte no es el fin de todo. La despedida al ser querido que murió en
Cristo no es definitiva, es simplemente un “hasta luego”.
b) En la Palabra de Dios encontramos una esperanza de “resurrección” (Isaías
26:19; 1 Tesalonicenses 4:16; S. Juan 6:40).
2. La transformación.
a) Al resucitar se poseerá un nuevo cuerpo, una nueva mente y una nueva per-
sonalidad (1 Corintios 15:42-44, 51-56; Filipenses 3:20, 21).
3. No habrá más muerte.
b) Dios eliminará la muerte para siempre. Ya no habrá separación, estaremos
para siempre con nuestros seres amados. (Isaías 25:8; S. Lucas 20:36).

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c) Esta maravillosa promesa fortalece nuestra fe. Cuando muera un ser querido
en Cristo tendremos la natural tristeza humana, pero nuestro llanto no será
de desesperación, porque “el justo en su muerte tiene esperanza”
(Proverbios 14:32).
4. Cristo esperanza de vida.
a) Cristo promete dar la vida eterna (S. Juan 10:27, 28).
b) Cristo quita la muerte y saca a luz la vida (2 Timoteo 1:10).
c) Jesús tiene las llaves del infierno y de la muerte (Apocalipsis 1:18).

Conclusión
a) Muy pronto Dios exterminará por completo el poder de la muerte y pondrá fin al
problema del pecado. La tierra será renovada para que vivan los redimidos.
b) ¿Qué debemos hacer para estar preparados?
“Consolarme en la esperanza de la resurrección” (1 Tesalonicenses 4:13-18).
“Creer en Jesús” (Juan 11:25).
“Perseverar hasta lograr la inmortalidad que Dios nos dará” (Romanos 2:7).
c) Si tu decisión es confiar en las maravillosas promesas de Dios, dile: “Entrego mi vida
a Jesús para obtener la vida eterna”.

39
10
UNA NUEVA VIDA
(Base bíblica: Juan 3:3)

Introducción
En el museo Británico hay un vaso de rarísima belleza. Cierto día un hombre, por descuido
dejó caer el vaso al suelo, quebrándolo. El lindo vaso, ahora quebrado, sólo despertaba
tristeza. Sin embargo, un día, apareció un artista, que se interesó por el vaso y con gran
pericia, paciencia y perseverancia consiguió unir las partes del vaso, reconstituyéndolo.

Con habilidad, experiencia y mucha paciencia, terminó la obra con tanta perfección, que
sólo un examen muy cuidadoso, podía verificar que el vaso una vez fue quebrado. Una vez
más el vaso se volvió objeto de arte, belleza y admiración – especialmente porque fue
quebrado y restaurado con tanta perfección. Nosotros somos el vaso quebrado. Jesús es el
artista que, con paciencia, amor y sacrificio de su preciosa sangre, nos reconstituyó, redimió
y salvó. Esa salvación es tan completa, que fuimos hechos nuevos seres, nuevas criaturas.
Él nos recreó y nos dio una nueva vida. Usted dirá: Eso es un milagro. ¡Sí, maravilloso
milagro, el mayor de entre todos los milagros!

En los días de Jesús, cierta noche, fue procurado por un hombre de gran influencia en su
nación, era un tipo de senador. Este hombre también era un maestro en religión, con todo
no estaba satisfecho con la religión formal e hipócrita de su nación. Vino a buscar a Jesús
para saber lo que debería hacer para alcanzar la salvación. Jesús mirando en sus ojos, vio
en él sinceridad y entonces le dijo; “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios” (San Juan 3:3). Nicodemo quedó sorprendido, ¿cómo
puede un hombre viejo nacer otra vez? ¿Cómo puedo yo, que soy practicante de una buena
religión? ¿Cómo puedo yo que hago todo bien, soy sincero, necesito cambiar mi conducta?

Jesús prosigue su instrucción: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es”. En otras palabras, usted nació de la carne, pero necesita nacer
espiritualmente para el reino del cielo. Usted necesita nacer para servir a Dios. Tener una
nueva vida con Dios.

A. NACIENDO EN EL REINO DE DIOS


1. Pedro predicó un memorable sermón en el día de Pentecostés. Cerca de 3.000
personas se entregaron a Jesús, con el fin de vivir una nueva vida.
2. Sin embargo, preguntaron a los apóstoles: ¿Qué haremos? La respuesta vino pronta:
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
3. Vea que hay dos condiciones imprescindibles para la salvación: Arrepentimiento y
ser bautizado. Arrepentirse es abandonar la vida antigua de pecados y errores,
pidiendo perdón a Dios y deseando cambiar de vida.

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4. Y, ser bautizado, ¿qué significa? El apóstol San Pablo nos dice claramente lo que
significa: “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,
hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él
para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos
plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos
en la de su resurrección” (Romanos 6:3-5).

B. DOS SIGNIFICADOS DEL BAUTISMO


1. El bautismo simboliza la muerte de Cristo, esto es, la muerte para el pecado.
Después de haber muerto, es necesario ser sepultado. Ese entierro es simbolizado
por la inmersión en el agua.
a) La propia palabra bautismo, en el original griego, significa: inmersión, sumergir.
Cualquier bautismo que no sea por inmersión no representa el bautismo bíblico.
b) En la ciudad de Pisa, en Italia, existe una famosa catedral, que tiene una torre
inclinada. En esta iglesia, hay un gran bautisterio que fue construido en la edad
media. En aquel tiempo todavía se practicaba el bautismo por inmersión en la
Iglesia Católica. Ese tanque bautismal, tiene cerca de 1,5 a 2 metros de
profundidad, por 10 metros de largo.
c) Juan Calvino, un sacerdote católico, que se tornó reformador protestante,
afirma: “La propia palabra bautismo, que significa inmersión, es la forma
correcta de bautismo como era practicado en la antigua iglesia”.
2. El bautismo simboliza la resurrección a una nueva vida, tornándonos hijos de Dios.
“De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
a) El bautismo es la oportunidad que Dios da al hombre para ser transformado,
renovado y nacer como ciudadano en su reino.
b) El vaso quebrado necesita ser reconstituido. Jesús toma los pedazos, los
fragmentos despedazados de nuestra vida de pecado, vicios, malas costumbres,
y que por su gracia y a través del Espíritu Santo, renueva todo el ser, restaura
nuestra alma destrozada, poniendo dentro de nosotros la alegría y el gozo de la
salvación.
c) Él valoriza nuestra vida, restaura nuestra dignidad, y dice: “Ahora eres hijo de
Dios, dueño de una herencia eterna, candidato a sentarte en el trono celestial al
lado de Cristo”.
Conclusión
a) Jesús pide que usted en este momento entregue su vida, su corazón a Él, diciendo:
“Señor estoy cansado de vivir en el pecado, de las decepciones del mundo, del
sufrimiento de esta vida, yo quiero entregarte mi corazón, para que tú lo
transformes, para que sienta el gozo y la alegría de ser tuyo eternamente.
b) Dile a Jesús, quiero ser transformado por tu gracia, deseo ser bautizado, para lavar
mis pecados y para resucitar a una nueva vida en tu reino, acéptame por tu amor.

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11
EL VENDRÁ
(Base bíblica: Juan 14:1-3)

Introducción
Los psicólogos dicen que, en todos los momentos de nuestra vida, debemos tener por lo
menos una persona que se preocupe con nosotros, que nos ame. Tenemos necesidad de
compartir nuestros sentimientos con alguien. Esto evitaría mucha depresión, tristeza,
abatimiento y hasta suicidio.

Si nadie se preocupa con nosotros y nadie nos ama, caemos en el vacío de la soledad y en
el poso del desánimo. Al final, ¿qué valor tiene la vida, cuando el pasado no tiene
significado, el presente no tiene alegría y el futuro no tiene esperanza? La vida es más que
una pausa entre dos eternidades. No estamos aquí por mero acaso. Existe un plan
grandioso para cada uno de nosotros. No fuimos olvidados por el gran Creador.

Alguien mayor, se preocupa con nosotros y nos ama profundamente. Usted puede no
conocerlo personalmente, puede no amarlo intensamente, pero Él lo ama con amor eterno.
Desde que nació, Él lo ama y conoce toda su vida, sabe de todos sus problemas. Él es nuestro
Señor y Salvador Jesucristo. Por amor a nosotros, Él dejó el cielo, toda la gloria para volverse
como usted y yo y pagar el débito de nuestros pecados. Por amor Él murió en una cruz, fue
enterrado, pero resucitó. Su triunfo sobre la muerte es la garantía de nuestra victoria.

Antes de subir al cielo, dejó la promesa de estar con nosotros todos los días. “Y he aquí yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (San Mateo 28:20). Por lo tanto,
no estamos solos. Por medio del Espíritu Santo, Él está con nosotros, presente aquí mismo,
en esta reunión.

Él conoce nuestras angustias, dificultades, sufrimientos, tristezas y decepciones. A fin de


animarnos, nos dio una de las más bellas promesas de la Biblia. Cariñosamente nos dice:
“No se angustien ustedes. Confíen en Dios y confíen también en mí. En la casa de mi Padre
hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles
un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos
conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar” (San Juan 14:1-
3 DHH).

¡Qué promesa! ¡Qué esperanza! ¡Qué consuelo! ¡Él vendrá! ¡Habitaremos con Jesús! ¡El
cielo será nuestro! Aunque existan luchas, sufrimientos y dificultades, nosotros tenemos
una esperanza – “Él vendrá”.

A. ¿CÓMO VENDRÁ JESÚS?


1. Una vez Cristo vino para salvar al hombre. Nació como un humilde niño, vivió, sufrió
y se compadeció entre los hombres. Dio su vida para rescatar a aquellos que lo

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aceptan y volverá a buscar a los que creyeron, creen y creerán en Él y que lo
recibieron como su Salvador.
2. ¿Cómo será su venida?
a) Algunos dicen que Él vendrá secretamente.
b) Que hará un arrebatamiento secreto de sus fieles.
c) Otros dicen que él vendrá sólo para quien muere.
3. Pero ¿Qué dice la Biblia sobre el retorno de Jesús?
a) La Biblia dice que su venida será tan real y visible, así como fue su ascensión
presenciada por los apóstoles.
b) El libro de Hechos, nos relata que, en el momento de su ascensión en el
Monte de los Olivos, después de dar la bendición a los apóstoles, Jesús fue
elevado al cielo por un poder superior a la fuerza de la gravedad. Mientras
los discípulos estaban todavía atónitos, boquiabiertos, con los ojos fijos en el
cielo; dos ángeles se colocaron delante de ellos diciéndoles: “Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido
tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”
(Hechos 1:11).
c) Los ángeles confirmaron la certeza de su regreso, diciendo que Él volverá en
presencia tan real y visible, así como fue su ascensión, física y visible. Su
venida también será física y visible, fue Jesús quien nos dijo esto por medio
de sus santos ángeles.
d) Su venida será de forma tan evidente y pública, que todos lo verán, confirma
el libro de Apocalipsis: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá...”
(Apocalipsis 1:7). Nadie podrá huir de su poderosa presencia.
e) El propio Señor Jesús afirmó que su regreso será tan real, así como el
relámpago que corta el cielo con fulgurante luz: “Porque como el relámpago
que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la
venida del Hijo del Hombre” (San Mateo 24:27).
4. Ese fantástico acontecimiento inundará el cielo de gran gloria y fulgurante
resplandor. En el centro de la majestuosa nube aparecerá Cristo como rey de reyes,
y Señor de señores en triunfo y majestad. Su gloria excederá toda nuestra
imaginación. Los hombres quedarán extasiados delante de su majestuosa presencia.
5. Él vendrá acompañado por todos los ángeles del cielo. Vea la magnífica descripción:
“Y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de
los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (San Mateo 24:31).
6. Los cielos y la tierra temblarán delante de su santa presencia. Toda la naturaleza
será estremecida: “Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor
de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres
han estado sobre la tierra” (Apocalipsis 16:18).
7. En medio a esas agitaciones de la naturaleza, los hijos de Dios estarán llenos de
esperanza y alegres. Estarán seguros porque saben que llegó el día de su liberación
y de su victoria. Sabrán que ese es el día cuando terminará todo sufrimiento, toda
angustia, toda lágrima y toda maldad. Serán para siempre libertados del pecado y
de sus terribles consecuencias.

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B. ¿PARA QUÉ VOLVERÁ JESÚS?
1. Algunas Personas piensan que no es necesario que Jesús regrese a este mundo. No
entienden que Él tiene una relación íntima con este mundo. No consiguen entender
el inmenso amor de Dios por este mundo, descrito en el evangelio: “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (San Juan 3:16).
2. Su relación de amor con el ser humano es tan grande que dio la dádiva más preciosa
– Su Hijo, para salvar al hombre. Estamos unidos al Padre y al Hijo, por los fuertes
lazos de amor derramados de la cruz. Estamos grabados indeleblemente en las
palmas de sus manos.
3. Jamás nos abandonará. Somos muy queridos a su corazón. Él quiere habitar con
nosotros para siempre. Él prometió: “Volveré otra vez”. Vendrá para buscarnos, a
fin de vivir eternamente con Él. Ese es el objetivo de su retorno – buscarnos, para
llevarnos a la casa del Padre. Jesús dijo que allá “Hay muchas moradas”. ¡Bellísimas
moradas! Él tiene reservado una para usted, siempre y cuando acepte su oferta.
4. El apóstol San Pablo describe lo que acontecerá en su venida: “Porque el Señor
mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá
del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tesalonicenses 4:16).
a) ¡Glorioso momento! ¡Increíble victoria! ¡Los muertos resucitarán!
¡Escucharán su voz! ¡Acordarán para vivir eternamente!
5. Imaginemos como será ese glorioso y feliz encuentro con nuestros queridos que
duermen y en aquel día acordarán. Con mucha emoción el hijo abraza al padre... El
hermano abraza al hermano... tíos... sobrinos... nietos y abuelitos... ¡Qué delicia de
abrazo! ¡Esposo y esposa se abrazan para nunca más separarse! ¡La escena es
indescriptible!
6. ¡Oh! ¡Gozo sin fin! ¡Desbordante alegría! ¡Eterna felicidad! ¡Nunca más separación!
¡Es el inicio de la eternidad! ¡Es el clímax del amor!
7. Parece un sueño, pero será realidad. Será el día de la recompensa. ¡Oh! ¡Quiero
estar allí! ¿Y tú?...
8. El milagro de los milagros continúa: “He aquí, os digo un misterio: No todos
dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y
cerrar de ojos, a la final trompeta; porque serán resucitados incorruptibles, y
nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:51, 52).
9. Gloriosa transformación ocurrirá entre los vivos que aguardan el regreso de Jesús.
No pasarán por la muerte, sino serán transformados en un parpadear de ojos. En
un momento todos los defectos físicos desaparecerán. El enfermo quedará sano, el
cojo quedará perfecto y hasta el feo quedará bonito. Será un momento de gloria.
Nuestro cuerpo será transformado en cuerpo glorificado, recibiendo entonces vida
inmortal.
10. El apóstol continúa narrando ese milagro: “Porque es necesario que esto corruptible
se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmoralidad. Y cuando esto
corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto moral se haya vestido de

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inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte
en victoria” (1 Corintios 15:53, 54).
11. La transformación será total, tendremos cuerpos perfectos e inmortales. No
estaremos más sujetos a deformaciones del pecado. Sólo entonces estaremos aptos
para ser arrebatados.
12. Todos los justos, los resucitados y los vivos transformados, serán trasladados al cielo.
San Pablo dice: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatos juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así
estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:17).
13. ¡Qué gloriosa reunión! ¡Qué feliz encuentro! ¡Abrazaremos a Jesús! ¡Viviremos con
Él para siempre! ¡Será demasiado glorioso!
14. ¡No podemos imaginar tanta gloria! ¡Tanta honra! ¡Tanta belleza! ¡Tanta cosa
buena! ¡Pensar en este día, despierta en nosotros un deseo que Jesús vuelva pronto!
Queremos encontrarnos con él para vivir para siempre a su lado.

Conclusión
a) Las últimas palabras de la Biblia en Apocalipsis, son una confirmación de la promesa
de su retorno, él dijo: “Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús”
(Apocalipsis 22:20).
b) Los que aceptamos a Jesús y vivimos para él, haremos un vuelo de imaginación y
trataremos de describir cómo será aquel día.
c) En medio del cataclismo de la tierra, a los lejos aparece una pequeña nube blanca,
que al aproximarse posee un brillo diferente, “En silencio solemne la contemplan
mientras va acercándose a la tierra, volviéndose más luminosa y más gloriosa hasta
convertirse en una gran nube blanca, cuya base es como fuego consumidor, y sobre
ella el arco iris del pacto. Jesús marcha al frente como un gran conquistador... Con
cantos celestiales los santos ángeles, e inmensa e innumerable muchedumbre, le
acompañan en el descenso. El firmamento parece lleno de formas radiantes, -
“millones de millones, y millares de millares”. Ninguna pluma humana puede
describir la escena, ni mente mortal alguna es capaz de concebir su esplendor” (El
conflicto de los siglos, 698, 699).
d) Se une la familia de la tierra con la familia del cielo, para juntos seguir en dirección
a la Ciudad Santa. En la próxima disertación abordaremos el maravilloso asunto, de
las vacaciones de mil años que pasaremos en el cielo.
e) Para los justos el retorno de Jesús es la bendita y feliz esperanza. Será el día de la
victoria, cuando cambiaremos nuestra pesada cruz por la corona. Cuando
cambiaremos nuestros trajes empolvados de nuestras luchas por las vestiduras
blancas del triunfo en Jesús. Será el día en que Jesús nos dirá: “Hijo(a) vamos al
hogar”.
f) Sin embargo, para los descuidados, para los que no hacen caso de Dios. Para los que
no lo esperan y ni desean andar a su lado, aquel día será de terror. Los impíos se
asustarán... intentarán huir... buscarán esconderse. Vea la descripción dada en
Apocalipsis: “Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los
poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas

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de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y
escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del
Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; quién podrá sostenerse en pie?”
(Apocalipsis 6:15-17).
g) Esto acontecerá apenas con los impíos, con aquellos que insistieron en vivir en el
pecado, despreciando la inmensa misericordia de Dios que siempre los buscó para
salvarlos, pero que siempre fue despreciada por él.
h) Hoy Cristo nos invita y llama; “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros
corazones” (Hebreos 4:7 up).
i) Hoy debe decirle: “Señor, yo quiero estar en tu reino. Quiero prepararme para tu
pronto regreso”.
j) Cristo volverá, no sabemos el día, pero Él recomendó: “¡Vigilad! ¡Estad prontos!”
k) ¿Quieres prepararte para ese glorioso encuentro?

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12
MIL AÑOS DE PAZ: CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA
(Base bíblica: Apocalipsis 20:6)

Introducción
¿Pasó alguna vez por un año de mucho trabajo en el que anhelaba un período de
vacaciones, un lugar especial para descansar y cargar las energías?
La Biblia dice que Dios le dará a su pueblo un período especial de vacaciones en un lugar
magnífico: el Cielo. Después de la segunda venida gloriosa de Cristo a esta Tierra, el pueblo
de Dios será llevado al Cielo (1 Tesalonicenses 4:16 y 17), y permanecerá allí con Jesús por
un período de mil años (o milenio) (Apocalipsis 20:6).

¿Qué sucederá en la Tierra durante ese período? ¿Dónde y en qué circunstancias estará
Satanás? ¿Y qué sucederá después de los mil años? Esta noche buscaremos respuestas a
estas preguntas en la Palabra de Dios.

A. LA TIERRA DURANTE EL MILENIO


1. En la Biblia encontramos una alusión a dos resurrecciones: la de los justos (para vida
eterna) y la de los impíos (para muerte eterna) (Juan 5:28 y 29). Sin embargo, esas
dos resurrecciones no ocurrirán al mismo tiempo.
2. La resurrección de los justos ocurrirá en ocasión de la segunda venida de Cristo y la
de los impíos al final del milenio (Apocalipsis 20:5 y 6).
3. Los impíos que estén muertos en la segunda venida de Jesús no resucitarán y los que
estén vivos morirán. Todos permanecerán muertos hasta el final de los mil años. En
la Tierra no habrá personas vivas. Por esa razón, no hay oportunidad de salvación
después del regreso de Jesús. Eso tiene que suceder antes. Por lo tanto, la Tierra en
este período estará totalmente desierta, desolada (Je- remías 4:23-27).
4. En Isaías 24:1 el profeta dice que Dios dejará la Tierra totalmente devastada. Pero
¿será que la Tierra quedará completamente sin habitantes?

B. SATANÁS Y SUS ÁNGELES EN EL MILENIO


1. El enemigo de Dios y sus ángeles no serán destruidos en la segunda venida de Jesús
como los impíos. Él y sus ángeles permanecerán en la Tierra desolada sin nadie a
quien tentar, encadenado circunstancialmente (Apocalipsis 20:1-3).
2. Satanás quedará atado aquí en la Tierra, por eso el libro de Apocalipsis describe un
ángel que ata al enemigo y lo lanza a un abismo: la Tierra desolada y vacía. El término
“llave del abismo” viene de la palabra griega “abüsos”, que significa oscuro, desierto,
región desolada, un estado de caos.

C. LOS JUSTOS Y EL MILENIO


1. Mientras la Tierra esté totalmente desolada, y Satanás encadenado, nosotros, los
justos que fuimos arrebatados al Cielo, cuando lleguemos a la morada de Dios, nos
sentaremos en tronos y se abrirán libros para que podamos confirmar el juicio Dios.

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2. Entonces tendremos la seguridad de que los que están allí fueron juzgados de
manera justa y que nuestro Redentor hizo todos los esfuerzos para salvarlos, pero
ellos no lo aceptaron (Apocalipsis 20:4).
3. Imagine que llega al cielo y, para su sorpresa, una persona conocida que tenía una
vida aparentemente cristiana no está allí. Quizás un pariente muy querido. Dios nos
dará la oportunidad de aclarar todas las dudas que tengamos en rela- ción a su gran
amor y justicia.

D. EL FIN DE LOS MIL AÑOS


1. Jesús y los salvos volverán a la Tierra después del milenio (Apocalipsis 21:2).
2. Los impíos muertos resucitarán, Satanás será soltado de su prisión y finalmente
tendrá a quién tentar
3. La ciudad santa, la Nueva Jerusalén, descenderá a la Tierra y dentro de la ciudad de
oro estarán los salvos con Jesús y sus ángeles. Afuera de la ciudad estarán los
perdidos junto a Satanás y sus ángeles. A medida que la Ciudad Santa se acerca a la
Tierra, Satanás y sus ángeles seducirán a los impíos y los convencerán de que es
posible tomar la Ciudad. Formará allí un ejército y marcharán contra la ciudad de
Dios para intentar tomarla (Apocalipsis 20:7-9).
4. Ese será el último intento desesperado del enemigo para usurpar el trono de Dios y
los impíos serán parte de su plan creyendo que aún tienen oportunidad para ser
salvos sin Dios.
5. Entonces descenderá fuego del Cielo sobre Satanás, sus ángeles y los que
rechazaron la salvación de Dios. En realidad, el lago de fuego fue preparado para el
enemigo de Dios y sus ángeles, pero aquellos que no se pusieron del lado de Cristo,
que no atendieron sus llamados de amor, recibirán la misma sentencia (Apocalipsis
20:10).
6. El deseo de Dios es salvar. Cristo dio su vida para eso. Pero, después de todas las
oportunidades, tendrá que destruir el mal para devolverles la perfección original a
sus hijos.

E. CIELOS NUEVOS Y TIERRA NUEVA


1. Si pudiéramos mirar al futuro y contemplar el lindo país del mañana, ¡vibraríamos
de emoción! Y si somos fieles al Señor, veremos esa Ciudad algún día.
2. Las Escrituras dicen mucho sobre esa Patria mejor, especialmente de la ciudad que
está en el Cielo y que vendrá, la capital del maravilloso nuevo mundo de Dios.
Nosotros podemos creer en eso porque Dios mismo nos dio la garantía de que así
será. Veamos lo que revela la Biblia acerca de la Nueva Jerusalén, ese lugar tan
maravilloso que Jesús fue a prepararnos.
3. En una de sus visiones, el apóstol Juan contempló la Ciudad que vendrá. Escri- bió:
“Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios,
dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que
decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos
serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda

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lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni
dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:2-4).
4. Nuestro planeta, que fue el teatro de la caída del hombre, se convertirá en el
escenario de la Ciudad de Dios. Esta Tierra, que fue regada con la sangre de Cristo,
disfrutará de la presencia de Dios. Será habitada por él y, de esa manera, se
convertirá en el centro del Universo.
5. No hay necesidad de luz del sol en la ciudad. “La ciudad no tiene necesidad de sol ni
de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su
lumbrera.
6. Sus puertas nunca serán cerradas, pues allí no habrá noche” (Apoca- lipsis 21:23-
25). También allí está el árbol de la vida, junto al río: “Después me mostró un río
limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y
del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el
árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del
árbol eran para la sanidad de las naciones” (Apocalipsis 22:1 y 2).
7. Desde Génesis hasta Apocalipsis leemos sobre solo un árbol de la vida. Los hombres
nuevamente tendrán acceso a él, y se cumplirán las palabras del profeta: “porque
según los días de los árboles serán los días de mi pueblo” (Isaías 65:22).
8. Fluyendo del trono de Dios, corre a través de la ciudad el río de la vida. ¡Qué obra
majestuosa es el recorrido de las aguas de un gran río! ¡Qué emoción será para los
salvos ver por primera vez el gran río fluyendo hacia el horizonte: el río de la vida!
9. En la Tierra Nueva, no habrá más pecado:
a) Jesús enjugará toda lágrima (Apocalipsis 21:4)
b) No habrá muerte, ni llanto, ni dolor (Apocalipsis 21:4)
c) No existirá el desempleo, el odio, la separación ni las desigualdades (Isaías
65:21 y 22)
d) El león y el cordero pastarán juntos (Isaías 65:25)
e) El sábado será un día especial de adoración (Isaías 66:22 y 23)
f) Tendremos una linda casa y trabajo útil (Juan 14:1-3; Isaías 65:21 y 22)
g) Conviviremos personalmente con Cristo (Apocalipsis 21:3).

Conclusión
a) Esta ciudad ahora está en el Cielo, donde Jesús fue a prepararnos un lugar. Allí se
llevará a los salvos cuando Jesús vuelva. El Salvador oró para que todos los que lo
aman puedan estar con él donde él está (Juan 17:24). Y esa oración será respondida.
b) La Nueva Jerusalén descenderá a la Tierra, para ser la capital del nuevo mundo. Esta
es la ciudad con la que han soñado los hombres, la Ciudad que ha de venir. No es un
espejismo; existe ahora y un día estará aquí. Usted y yo, podemos tener una casa en
esa ciudad. Solo debemos anhelarlo. La invitación es para todos: “Y el Espíritu y la
Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera,
tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17).
c) Y, a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán nuevas y más gloriosas
revelaciones de Dios y de Cristo. cuanto más conozcan los hombres acerca de Dios,

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mayor será su admiración por su carácter. Todo será especial. Ya no existen ni
pecado ni pecadores.
d) El Universo entero está limpio. Una sola pulsación de alegría y armonía late en la
vasta creación. De aquel que lo creó todo fluyen vida y luz y alegría que recorren los
espacios ilimitados. Desde el átomo más insignificante hasta el mayor de los
mundos, todas las cosas, animadas e inanimadas, con su belleza sin mácula y gozo
perfecto, declaran que Dios es amor.
e) Prepárese para vivir eternamente en este nuevo Cielo y nueva Tierra. Quiero fijar un
encuentro con usted en el primer culto que se realizará en el Cielo. Si acepta,
levántese y venga adelante.

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