Lectura Sobre Linux
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1.3.1. Identificación
Antes de ingresar en el sistema, Linux nos ofrecerá una ventana, bien gráfica o de texto, en la que nos
demandará un nombre de usuario (Loginuser) y una contraseña (password). Una vez cumplimentados
correctamente estos campos, si somos usuarios registrados del sistema, Linux nos permitirá acceder a
todos los recursos que tengamos autorizados. Pero, ¿quién es el encargado de registrarnos y
autorizarnos? Esa tarea, como todas las de administración y configuración están reservadas para el
superusuario, llamado "root". Es conveniente, incluso cuando nosotros seamos los únicos usuarios de
nuestro sistema doméstico, no utilizar la cuenta de root para tareas que no sean administrativas, pues
podríamos ocasionar graves daños ya que todo nos estaría permitido. Por eso es aconsejable siempre,
disponer de una cuenta normal de usuario para utilizar el ordenador.
1.3.2. El superusuario
Como ya hemos apuntado en el apartado anterior, el superusuario es el responsable de la administración
y configuración de todo el sistema. Es el único autorizado para añadir nuevos usuarios, instalar
aplicaciones, configurar dispositivos, etc. Posee un acceso total, lo que aconseja el uso prudente de esta
cuenta y reservarla sólo para los casos absolutamente necesarios.
El superusuario se define durante el proceso de instalación del sistema. Linux nos pregunta por la
contraseña de "root" y hemos de teclearla dos veces para evitar errores, a partir de ese momento, esta
contraseña ingresada nos permitirá el acceso como administrador al equipo.
Siempre es necesario ser cuidadoso y custodiar con celo todas nuestras contraseñas personales, también
en este caso debemos proceder con cautela y elegir una clave, sencilla para nosotros, pero complicada
para que alguien pueda deducirla. Lo normal es utilizar palabras de acceso de más de seis caracteres
alfanuméricos, es decir, que contengan letras y números para conseguir que las combinaciones posibles
sean lo suficientemente elevadas e impedir que sea descubierta con un método sistemático de pruebas.
1.3.3. Usuarios del sistema
El usuario normal del sistema es el que tiene acceso a todos los recursos de éste, pero no puede cambiar
la configuración, ni eliminar, voluntaria o accidentalmente, archivos esenciales. Suele estar confinado a
un directorio de trabajo sobre el que posee un control total: crear, borrar, editar o modificar ficheros
propios pero nunca puede comprometer la estabilidad y seguridad del equipo.
Las cuentas de usuario tiene que crearlas el "root" necesariamente para que el sistema las reconozca, en
caso contrario, ninguna persona que no esté autorizada podrá utilizar los recursos del ordenador.
/sbin Aquí suelen estar los comandos utilizados para la configuración del sistema.
/mnt Aquí se montan los dispositivos de almacenamiento extraíbles, como la disquetera o el CD-
Rom, y las particiones de disco que podamos tener.
/home Contiene los subdirectorios de trabajo de los usuarios del sistema.
/tmp Este directorio lo usan algunas aplicaciones para escribir ficheros temporales necesarios para su
ejecución.
Esta jerarquía de directorios junto a la política de usuarios y permisos hacen que Linux se proteja y
resulte muy difícil la corrupción del sistema.
2. - Conceptos previos.
4.2. El escritorio.
El escritorio que nos ofrece KDE o GNOME tiene una concepción similar a una mesa de trabajo
convencional, como hemos comentado anteriormente, es decir, se trata de un espacio donde podremos
alojar los documentos y las aplicaciones que usamos con mayor frecuencia.
Su funcionamiento es similar al de cualquier otro sistema de ventanas, por lo tanto, podemos añadir o
eliminar elementos, cambiar su decoración, en definitiva, configurarlo de acuerdo con nuestras
necesidades y/o preferencias.
Los elementos que contiene el escritorio están identificados por un icono y un texto descriptivo, de
modo que al situarnos sobre uno de ellos y pulsar dos veces con el botón izquierdo del ratón,
ejecutaremos una acción dependiendo del tipo de elemento:
● Si se trata de una aplicación, ésta se ejecutará.
● Si se trata de un fichero de datos, el sistema ejecutará la aplicación asociada al tipo de fichero
para poder editarlo.
● Si se trata de una carpeta, se nos mostrará su contenido en el explorador de archivos.
Por ejemplo, si queremos añadir un acceso directo para la herramienta de trabajo en grupo Evolution
que, entre otras tareas, nos permite gestionar nuestro correo electrónico, efectuaremos los pasos
siguientes:
Nos situamos en un área vacía del escritorio y pulsamos con el botón derecho del ratón.
1. En el menú, elegimos "Crear nuevo – Archivo – Enlace a aplicación..." y rellenamos los
campos informativos de la ventana que se nos muestra.
2. Pulsamos en el botón "Icono" de la pestaña “General” y elegimos la imagen que represente a
la aplicación, en este caso evolution.png
3. Pulsamos "Aceptar" en ambas ventanas y tendremos nuestro acceso directo a Evolution en el
escritorio.
Si queremos incluir un acceso directo a un fichero o una carpeta, repetiremos el procedimiento anterior
y lo localizaremos en nuestro árbol de directorios. También existe una forma más sencilla utilizando la
característica de "arrastrar y soltar", es decir, desde una ventana del explorador de archivos,
seleccionaremos un fichero o carpeta con el botón izquierdo del ratón y, sin soltarlo, arrastraremos el
fichero hasta un área vacía del escritorio. Esta acción moverá el archivo hasta el escritorio. Si la acción
la realizamos manteniendo pulsada la tecla "Control", entonces el archivo se copiará al escritorio
manteniendo el original en su ubicación original.
Para eliminar cualquier elemento del escritorio, tendremos que situarnos sobre él, pulsar el botón
derecho del ratón y elegir la opción "mover a la papelera".
5. - Organizar nuestros archivos.
Hemos comparado anteriormente al ordenador con una oficina donde podemos usar herramientas para
producir documentación y disponer de un espacio para almacenar estos documentos, por lo tanto, desde
este punto de vista necesitamos conocer la forma en que podemos archivar y acceder posteriormente a
nuestro trabajo.
KDE nos ofrece Konqueror, el explorador de archivos, que es la aplicación encargada de gestionar
nuestro árbol de directorios. Si por el contrario estamos trabajando en un entorno GNOME
dispondremos del explorador Nautilus.
Atrás. Para visitar el último lugar al que hemos accedido. Si pulsamos sobre la flecha a la derecha del
botón se nos despliega una ventana con todos los lugares visitados durante la sesión y nos permite
seleccionar cualquiera de ellos.
Adelante. Se comporta de forma análoga al botón anterior.
Inicio. Carga el lugar que tengamos definido en las preferencias. Por defecto, carga el contenido de
nuestro directorio personal de trabajo.
Recargar. Actualiza el contenido de la ventana.
Detener. Interrumpe la carga del listado de los archivos de un directorio, o de una página web si
estamos accediendo a un lugar de la Internet.
Además disponemos de una serie de botones para abreviar las tareas más comunes. Estos son: cortar,
copiar, pegar, imprimir, zoom, modo de visualización (iconos, lista, etc.) y distintos modos de
previsualizaciones de archivos.
Finalmente, a la derecha se encuentra un botón animado para indicar el estado de la navegación.
5.3.5. La papelera.
La papelera es un espacio intermedio ocupado por los ficheros antes de ser eliminados definitivamente
del disco. Cuando decidimos eliminar un fichero, en un principio lo trasladamos a este lugar, de modo
que si, accidentalmente lo hemos borrado y queremos recuperarlo, siempre tendremos la
oportunidadde reubicarlo en su lugar original mientras se encuentre en la papelera.
Podemos, en las preferencias de Konqueror, incluir una orden de eliminar directamente sin usar la
papelera, sin embargo no es recomendable, a menos que tengamos una sangre fría y una seguridad en
nosotros mismos, envidiables.