Tema 7
Tema 7
Tema 7
1. Hemostasia
> El conjunto de procesos que tienen por objetivo detener una hemorragia se denomina
hemostasia y se desarrolla en distintas fases:
× Vasoconstricción total → el primer paso es la vasoconstricción del vaso lesionado para
reducir el flujo de sangre, limitando su pérdida.
× Formación de un agregado plaquetario → las plaquetas se unen y forman un agregado
que tapona rápidamente la zona lesionada.
× Formación del coágulo → el agregado se transforma en un coágulo gracias a la
transformación del fibrinógeno en fibrina.
> Hemostasia secundaria o coagulación → proceso enzimático en cadena que conduce a un cambio de estado
físico del plasma.
> Cambio debido a que una proteína soluble (fibrinógeno) se transforma en insoluble (fibrina) y se estructura en
forma de red, consolidando el agregado plaquetario y originando el coágulo.
> Intervienen dos tipos se proteínas:
× Procoagulantes o factores de la coagulación → que estimulan la formación del coágulo.
× Anticoagulantes → que actúa como reguladoras para evitar un exceso de coagulación.
La vía intrínseca
> La vía intrínseca se descubrió al observar que la sangre coagulaba por sí misma al contactar con un
tubo de vidrio.
> En vivo se inicia cuando la sangre contacta con superficies de carga negativa que quedan expuestas
debido a una lesión endotelial; en esta situación, el factor XII se une al colágeno expuesto y se produce
su activación.
> En la activación del factor XII unido al colágeno intervienen dos proteínas:
× Precalicreína (PK).
× Quininógeno de alto peso molecular (QAPM, o HMWK en la terminología inglesa).
> La unión de estas dos proteínas al factor XII origina el complejo de iniciación.
> Seguidamente, el factor XIIa junto al HMWK y calcio iónico, activan el factor XI que, a su vez, activa al
IX en presencia de calcio iónico.
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> El calcio iónico se denomina también factor IV.
> El paso siguiente es la activación del factor X, que es una reacción que se produce en las dos vías,
pero que se activa por distintos mecanismos. En la vía intrínseca, la reacción está catalizada por el
factor IXa, y requiere la presencia de fosfolípidos (PL), calcio iónico y el factor VIII activado.
La vía extrínseca
> La vía extrínseca se inicia cuando se produce una lesión en la pared vascular que provoca la
exposición de células no vasculares.
> Estas células presentan una glicoproteína transmembrana llamada factor tisular (TF) o factor III.
> La presencia de factor tisular activa el factor VII, que a su vez activa al factor X.
> Por su parte, el factor VIIa también activa el factor IX (vía intrínseca), lo cual supone un punto de cruce
entre ambas vías.
La vía común
> Las dos vías convergen en la activación del factor X a Xa. El factor Xa hidroliza y activa la protrombina
(factor I) a trombina (factor Ia).
> La trombina es la molécula clave del proceso trombótico, con múltiples acciones:
× Convertir el fibrinógeno (factor II) en fibrina (factor IIa).
× Activar el factor XIII a XIIIa, que estabiliza la malla de fibrina, estableciendo enlaces entrecruzados
entre los polímeros de fibrina y solidificando así el coágulo.
× Estimular la activación del factor XI y de los factores VIII y V, lo cual ayuda a amplificar la cascada.
× Inhibir la fibrinolisis. En presencia de la trombomodulina, una glicoproteína presente en el endotelio
vascular, activa al TAFI (inhibidor de la fibrinolisis activado por trombina).
× Activar la proteína C, también en presencia de trombomodulina.
× Promover la liberación de t-PA (activador tisular del plasminógeno).
b) Actividades de la trombina
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2.2. Control de la coagulación. Inhibidores
Inhibidores
de la
coagulación
2.3. La fibrinolisis
> Fibrinolisis → proceso mediante el cual se degrada el coágulo, una vez reparada la lesión.
> El sistema fibrinolítico está constituido por plasminógeno que por acción de un activador se transforma en
plasmina, que degrada fibrina y activa enzimas que degradan la matriz extracelular.
> Los activadores más importantes son el u-PA (activador tipo urokinasa) y el t-PA (activador tisular del
plasminógeno).
> Por su parte, el PAI-1 (inhibidor del activador del plasminógeo-1) es el principal inhibidor de la fibrinólisis;
actúa a dos niveles:
× Inhibe a los activadores (u-PA y t-PA).
× Activa a la alfa 2-antiplasmina o inhibidor de la plasmina → la alfa 2-antiplasmina es el principal
inhibidor de la plasmina y actúa sobre el FXIIa, FXIa, trombina y calicreína.
Regulación de
la fibrinolisis
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3. Patologías asociadas a la hemostasia secundaria
> Se deben a una insuficiente coagulación, lo que hace que cualquier pequeña lesión provoque una hemorragia
que el organismo es incapaz de contener. La causa de estas alteraciones puede ser congénita o adquirida.
> La hipercoagulabilidad de la sangre puede dar lugar a la formación de coágulos que permanecen adheridos a
los vasos sanguíneos (trombos arteriales y venosos), pero que también pueden desprenderse y ser
arrastrados por la corriente sanguínea (émbolos).
> Los trombos reducen la luz del vaso sanguíneo, lo cual dificulta la circulación.
> La trombosis venosa afecta con mucha frecuencia al sistema venoso profundo de las extremidades y puede
provocar embolismo pulmonar con una elevada morbimortalidad.
> Los émbolos, por su parte, pueden quedar atrapados en vasos pequeños y obstruirlos, causando una
embolia. El cuadro clínico que se derivará dependerá de la zona afectada, es decir, de la zona que se quede
sin irrigación.
> Los factores de riesgo que predisponen a alteraciones trombóticas son la inmovilización de las extremidades
inferiores, la cirugía, el síndrome antifosfolípido, el cáncer, los anticonceptivos orales, el tratamiento hormonal
sustitutorio y otros.
> El tratamiento farmacológico de la trombosis se basa en la administración de fármacos fibrinolíticos y
anticoagulantes y tiene como objetivo disolver la fibrina, restaurando el flujo de un vaso (arterial o venoso)
ocluido por un trombo recientemente.
a) Trombofilia
> En algunos casos, los factores de riesgo son familiares y a menudo se presentan trombosis recurrentes en
localizaciones atípicas, edades precoces y sin factores desencadenantes.
> Las personas que tienen esta predisposición genética (familiar) a desarrollar trombosis se dice que tienen
trombofilia hereditaria.
> Puede también existir una predisposición adquirida a la hipercoagulabilidad, por ejemplo, en pacientes
oncológicos y con trastornos autoinmunes.
> La trombofilia implica un desequilibrio entre la formación y la destrucción de fibrina. Esto puede ser debido
a la alteración de algún sistema inhibidor de la coagulación o al exceso de algún factor procoagulante.
> El tratamiento de los pacientes con trombofilia requiere, en ocasiones, una profilaxis con anticoagulantes
(antivitamina K y heparinas).
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b) Síndrome antifosfolípido (SAF)
> El SAF es una trombofilia adquirida caracterizada por la presencia de autoanticuerpos dirigidos contra
fosfolípidos y glicoproteínas asociadas.
> Uno de los criterios diagnósticos del SAF es la presencia de anticoagulante lúpico (AL), así llamado por su
capacidad in vitro de alargar los tiempos de coagulación de las técnicas que requieren fosfolípidos.
> A pesar de su nombre («anticoagulante»), no implica un riesgo elevado de hemorragias, sino que se
asocia a una formación excesiva de coágulos sanguíneos.
> En la obtención de muestras de sangre para el estudio de la coagulación, la extracción debe ser limpia y los
tubos deben ser de cristal.
> El anticoagulante adecuado es el citrato sódico en proporción 1:9 (tubos de tapón azul). La mezcla de la sangre
con el anticoagulante debe realizarse inmediatamente por inversión suave.
> También se deben adoptar precauciones en el transporte: la sangre se debe mantener a una temperatura de
entre 5ºC y 20ºC.
> La centrifugación para obtener PPP (plasma pobre en plaquetas) debe realizarse lo antes posible. A veces es
preciso usar doble centrifugación para evitar la contaminación plaquetaria.
> Finalmente, la determinación analítica debe hacerse en un plazo breve para evitar que se deterioren los factores
de la coagulación. Si las muestras no pueden ser procesadas en este periodo, el PPP debe ser congelado.
> Las pruebas de coagulación manual se realizan mejor en tubos de ensayo de vidrio.
> El tamaño conveniente es de 75 mm × 10 mm (tubos de hemolisis) y es preferible, en la medida de lo posible,
no reutilizar estos tubos.
> Debido a las muchas variables y posibles fuentes de contaminación asociadas con las técnicas manuales,
estas pruebas se deben hacer por duplicado.
> En cualquier caso, si los tiempos de coagulación de las pruebas por duplicado difieren en más del 10%, la
prueba se debe repetir.
> La técnica manual más utilizada es la técnica del tubo inclinado. Es una prueba cronométrica en la que se
detecta visualmente la formación del coágulo de fibrina.
> Requiere un baño de agua a 37ºC y en su realización es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
× Los reactivos y el plasma se deben precalentar en el baño a 37°C durante al menos cinco minutos antes
de usarlos en pruebas de coagulación.
× En el caso de los reactivos, se calienta solo una alícuota proporcional al volumen total que se va a usar en
el conjunto de pruebas, ya que ciclos de calentamiento y enfriamiento sucesivos hacen que los reactivos
pierdan actividad.
× Del plasma, se dispensa el volumen requerido para una prueba individual en tantos tubos como pruebas
se vayan a realizar.
× En el momento en que se añade al tubo de hemolisis con el plasma precalentado, el reactivo que
desencadena la coagulación, se pone en marcha simultáneamente un cronómetro.
× El plasma y el reactivo se deben mezclar inmediatamente, agitando el tubo de hemolisis de manera rápida
y controlada 1-2 segundos sin sacarlo del baño de agua.
× El tubo con la mezcla se mantiene dentro del baño hasta que falten 3-5 segundos para el tiempo normal
de coagulación de la prueba que se esté realizando.
× A partir de ese momento, cogiendo el tubo por la parte superior, se inicia un movimiento continuo de
vaivén, con una inclinación máxima del tubo de aproximadamente 90º y una
frecuencia de alrededor de una inclinación por segundo.
× Durante este movimiento hay que procurar que el tubo se mantenga dentro del
agua del baño el mayor tiempo posible para que la temperatura de la reacción se
mantenga lo más próxima posible a 37ºC.
× Una vez iniciado el movimiento de vaivén, hay que visualizar atentamente la
mezcla de reacción para detectar la formación del coágulo de fibrina. Inicialmente,
la mezcla líquida se desliza ligeramente por las paredes del tubo al inclinarlo.
× Al formarse el coágulo, se observa un enturbiamiento y la solidificación de la
mezcla. Simultáneamente a la detección visual del coágulo se detiene el
cronómetro y se anota el tiempo de coagulación.
× Es conveniente que el baño esté bien iluminado bajo una lámpara de luz blanca o
similar.
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4.2. Sistemas automatizados
> La automatización es la forma de trabajo habitual en casi todo el mundo para los estudios de coagulación.
> Contribuye a mejorar la estandarización y la simplificación de pruebas que requieren una capacitación
específica, de manera que los laboratorios pueden mejorar su eficiencia y la variedad de pruebas que
ofrecen.
> Por otra parte, las pruebas de coagulación manuales presentan coeficientes de variación muy altos por lo
que, deben hacerse siempre por duplicado.
> Los equipos automatizados mejoran la precisión y la exactitud, lo cual permite realizar pruebas únicas, sin
duplicar, y reduce los costes.
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> En la primera variante se aplica un campo electromagnético a la cubeta, de manera que la esfera
adquiere un movimiento pendular, balanceándose de un lado a otro. Una vez que está en marcha, se
dispensa en la cubeta el reactivo desencadenante de la coagulación y se activa un cronómetro.
> En un principio, la esfera se mueve libremente, inmersa en la mezcla líquida de reacción, pero a
medida que se forma fibrina aumenta la viscosidad del medio y los movimientos de la esfera se van
retardando, hasta detenerse por completo. Finalmente, la bola acaba englobada en el coágulo de
fibrina.
> Cuando el movimiento oscilatorio disminuye hasta un nivel predeterminado, se detiene el cronómetro y
se obtiene así el tiempo de coagulación del plasma.
> En la segunda variante, la esfera se coloca en una localización determinada en el fondo de la cubeta,
mientras que la cubeta se hace girar continuamente por un mecanismo de rodillos. El cronómetro se
pone en marcha al dispensar el reactivo que desencadena la
coagulación.
> Un sensor magnético detecta la posición de la esfera, que será
fija mientras la mezcla de reacción esté fluida.
> Cuando se forma fibrina, el coágulo captura la esfera y la
desplaza de su posición original debido al giro de la cubeta; una
vez que la esfera queda fuera del alcance del sensor, el circuito
se interrumpe y se detiene el cronómetro.
Métodos ópticos y espectrofotométricos
> Fotoóptico
× Los sistemas ópticos se basan en el principio de que la formación del coágulo genera un cambio en
la densidad óptica del plasma.
× A medida que se forma el coágulo, se producen cambios en las características ópticas respecto de
la lectura inicial de la mezcla de reacción (plasma + reactivos):
» Inicialmente, durante la activación de los factores de coagulación, la mezcla de reacción no
experimenta cambios de absorbancia.
» En una segunda fase de fibrinoformación, el fibrinógeno se transforma en fibrina y la densidad
óptica de la mezcla aumenta rápidamente.
» Finalmente, tiene lugar la estabilización del coágulo, con cambios mínimos en la absorbancia.
× La monitorización en el tiempo de estos cambios se traduce en una curva de formación del coágulo
o curva coagulométrica.
> Inmunológico o inmunoturbidimétrico
× Estas técnicas se basan en el uso de micropartículas de látex recubiertas con un anticuerpo
específico dirigido contra el factor o inhibidor concreto que se desea evaluar.
× Cuando el antígeno (es decir, el factor o inhibidor que se desea evaluar) está presente en la
muestra, se adhiere al anticuerpo específico que está fijado sobre las microesferas y estas se
aglutinan, lo cual hace que aumente la turbidez del medio.
× La reacción se valora midiendo la variación de la absorbancia que se produce: cuanto más antígeno
hay en la muestra, más complejos antígeno-anticuerpo se forman, más aglutinación se produce y,
en consecuencia, más aumenta la absorbancia.
× Con esta metodología, la variación de la absorbancia en el tiempo origina una gráfica curva
cóncava.
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× Añadir 0,1 ml de cloruro cálcico precalentado al tubo de reacción y, simultáneamente, poner en marcha
un cronómetro.
× Seguir el procedimiento descrito en la técnica manual del tubo inclinado (agitación rápida, tiempo de
espera y movimiento de vaivén), parar el cronómetro al detectar la formación del coágulo y registrar el
tiempo de coagulación.
× Repetir la prueba.
× Anotar los dos resultados, en segundos. Los tiempos de coagulación duplicados no deben diferir entre
sí en más del 10%.
× La prueba se realiza también con un plasma control comercial o un pool de plasmas normales. El
resultado se informa como tiempo en segundos de la muestra problema, tiempo en segundos del
control y ratio entre ambos.
> Los resultados de algunas de las pruebas anteriores son indicativos de una posible alteración en los factores
de coagulación.
> Para confirmarlo se realiza la determinación de factores de la vía extrínseca, de la vía intrínseca, o del factor
XIII, según corresponda.
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> Los tiempos obtenidos con las muestras problema se extrapolan en la curva de calibración y se traducen
en concentración del factor en estudio o en porcentaje de actividad de ese factor.
c) Factor XIII
> Es el único factor que no se detecta a partir de los tiempos generales de rutina que hemos estudiado
previamente. Ya que es el factor estabilizante de la fibrina, tradicionalmente los estudios se realizaban
valorando la solubilidad del coágulo.
> Este procedimiento consta de dos fases:
× Coagulación del PPP, que se provoca mediante recalcificación con cloruro cálcico y una incubación
durante una hora para que el coágulo se estabilice.
× Tratar el coágulo con una solución de urea 5 M o de monocloroacético al 1% e incubar. En déficits
pronunciados de factor XIII, el coágulo no resiste esta incubación y se observa cómo disminuye de
tamaño o se fragmenta. Si tras 24 horas el coágulo se mantiene, el resultado se considera normal.
a) Anticoagulantes orales
> Los anticoagulantes orales antivitamina K tienen una acción variable en cada paciente y su actividad se
ve influida por numerosas circunstancias, como el metabolismo del paciente o la medicación que esté
tomando. Por lo que necesitan un control de su actividad, que se realiza mediante el tiempo de
protrombina (TP).
> Pero los reactivos de tromboplastina existentes en el mercado poseen diferente sensibilidad al defecto de
factores de coagulación dependientes de la vitamina K, lo cual hace que se produzca una variabilidad en
los resultados que dificulta el seguimiento de la actividad y la comparación de los valores obtenidos.
> Para definir los márgenes terapéuticos de los anticoagulantes orales y poder comparar los resultados entre
diferentes laboratorios y países se definió una ratio internacional normalizada denominada INR
(International Normalized Ratio), que estandariza los valores obtenidos a través del tiempo de protrombina.
> Cada fabricante asigna un valor de ISI (índice de sensibilidad internacional) a las tromboplastinas que
comercializa. El ISI compara la sensibilidad de la tromboplastina comercializada con la que tiene una
tromboplastina de referencia de la OMS. Es recomendable usar tromboplastinas con un ISI próximo a 1.
> INR se calcula dividiendo el tiempo de protrombina del plasma del paciente por el tiempo de protrombina
de un plasma control, y elevando el resultado al valor de ISI de la tromboplastina usada.
> El rango de INR normal para una persona sana está entre 0,9 y 1,3 y para personas que siguen
tratamiento con anticoagulantes orales, entre 2 y 3,5 dependiendo de la patología. Un nivel elevado indica
que existe riesgo de hemorragias, mientras que un nivel bajo indica riesgo de formación de coágulos.
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