TEMPERAMENTO
TEMPERAMENTO
TEMPERAMENTO
Esta división de los temperamentos ha llegado hasta nuestros días a través de los escritos
árabes de la Edad Media. La influencia de la teoría de los humores fue indiscutible, no sólo
en medicina sino también en las manifestaciones literarias, escultóricas y pictóricas, donde
puede comprobarse el arraigo que la doctrina logró, incluso a nivel popular.
La división clásica de los temperamentos parte de una información antigua, válida todavía en
la psicología actual: la influencia de los procesos bioquímicos del organismo en la
determinación del comportamiento. El influjo de lo somático en lo psíquico mantiene
innegables coincidencias con la doctrina clásica.
El temperamento es la manera natural con que un ser humano interactúa con el entorno.
Puede ser hereditario y en él no influyen factores externos. Es la naturaleza general de la
personalidad de un individuo, basada en las características del tipo de sistema nervioso, y
está relacionado con la influencia endocrina, que se debe a los genes, y que se manifiesta en
determinados rasgos físicos y psicológicos.
El temperamento y el carácter definen la personalidad del ser humano; y la diferente
combinación e intensidad en que éstos se manifiesten en sus diferentes áreas nos hacen ser
únicos y humanos.
SANGUÍNEO
El sanguíneo es una persona cálida, vivaz, alegre, que da gusto. Por naturaleza es receptivo y
las impresiones externas se abren camino fácilmente en su corazón donde prestamente
provoca una respuesta atropellada. Para tomar sus decisiones predominan más los
sentimientos que los pensamientos reflexivos. Es un super extrovertido. Tiene una capacidad
poco común para divertirse y generalmente contagia su espíritu alegre y divertido. Fascina
cuando narra cuentos y su naturaleza cálida y entusiasta le hace revivir prácticamente la
experiencia que relata.
Nunca le faltan amigos. Su naturaleza ingenua, espontánea, cordial le abre puertas y
corazones. Puede sentir genuinamente las alegrías y los pesares de las personas con quien
está y tiene la habilidad de hacerle sentir importante como si se tratase de un amigo muy
especial- y lo es, mientras tenga sus ojos puestos en él, o mientras sus ojos no se dirijan
hacia otra persona con igual intensidad.
El sanguíneo nunca se encuentra perdido por falta de palabras, aun cuando con frecuencia
habla sin pensar. Su franca sinceridad, sin embargo, tiene un efecto desarmador sobre
muchos de sus interlocutores, de tal modo que los hace responder a su humor. Su modo
libre de desenvolverse hace que los de temperamento más tímido lo envidien.
Al sanguíneo le gusta la gente y detesta la soledad. Nunca se siente mejor que cuando está
rodeado de amigos donde él es el alma de la fiesta. Tiene un repertorio interminable de
cuentos que relata en forma dramática.
Su modo ruidoso, afable, atropellado, lo hacen parecer más seguro de lo que él mismo se
siente; pero su energía y su disposición amable lo ayudan a superar sus problemas en la vida.
La gente suele disculpa sus debilidades diciendo "Él es así".
Generalmente resultan excelentes vendedores, sintiéndose muy atraídos hacia esa
profesión. Suelen además ser excelentes actores, anfitriones, predicadores, locutores,
animadores, políticos, etc.
En cuanto a ayudar a otros se refiere, los sanguíneos se destacan en tareas hospitalarias. Los
doctores sanguíneos están dotados de una aptitud especial para acercarse al enfermo al cual
lo deja siempre de buen ánimo como consecuencia de su trato cautivante. La enfermera
sanguínea evidencia igual grado de entusiasmo para ayudar a los enfermos, y su radiante
sonrisa cuando entra en la habitación siempre tiene el efecto de levantar el espíritu.
Cualquiera sea la actividad a que se dedique el sanguíneo, siempre conviene que sea una
actividad que le proporcione mucho contacto con otras personas.
La inseguridad. Aun cuando su personalidad extrovertida lo hace ver como una persona
segura de sí misma en realidad es una persona muy insegura.
Generalmente el sanguíneo no teme el daño personal y a menudo se arriesga a realizar
desmedidas hazañas de osadía y heroísmo. Sus temores giran en torno más bien del
fracaso personal, el rechazo o la desaprobación de los demás.
COLÉRICO
El colérico es de un temperamento ardiente, ágil activo, práctico y de voluntad fuerte que se
tiene por autosuficiente y muy independiente. Tiende a ser decidido y lleno de opciones, y le
resulta fácil tomar decisiones por su cuenta, y por cuenta de otros también. Al igual que el
sanguíneo, el colérico también es extrovertido, pero es mucho menos intenso.
El colérico se encuentra a gusto con la actividad. Para él la vida es actividad. No necesita que
el medio lo estimule; antes bien él estimula al medio que lo rodea con sus ideas, planes,
metas y ambiciones inacabables. No se dedica a actividades que no tengan un
propósito concreto porque tiene una mentalidad práctica y aguda, capaz de tomar
decisiones o de planificar actividades útiles en forma instantánea y acertada. No vacila ante
la presión de la opinión ajena, sino que adopta posiciones definidas frente a las cuestiones, y
con frecuencia aparece organizando cruzadas contra alguna injusticia social o alguna
situación subversiva.
Al colérico no le asustan las adversidades; más aún, éstas tienden a alentarlo. Su tenaz
determinación generalmente le hace tener éxito donde otros fracasan porque él sigue
empeñado en la tarea cuando otros se desalientan. El colérico es un líder nato, lo que los
expertos en administración empresarial llaman un líder natural fuerte.
La naturaleza emocional del colérico es la parte menos desarrollada de su temperamento.
No siente compasión por otros fácilmente, ni lo demuestra ni lo expresa. Con frecuencia se
siente incómodo frente a las lágrimas ajenas, o simplemente le disgustan, y en general es
insensible a sus necesidades. Demuestra poco aprecio por la música y el arte.
Preferentemente busca los valores utilitarios y productivos de la vida.
El colérico reconoce rápidamente las oportunidades y con igual rapidez descubre la mejor
forma de sacarle provecho. Tiene una mente bien organizada, aunque suelen aburrirlo los
detalles. Como no es muy dado al análisis, sino más bien a una estimación rápida, casi
intuitiva, tiende a poner la mira en la meta que quiere alcanzar sin tener en cuenta las
posibles trampas y escollos en el camino. Tiende a ser dominante y autoritario y usa a la
gente sin vacilación a fin de lograr sus fines. A menudo se le considera oportunista.
Toda profesión que requiera liderazgo, motivación y productividad es adecuada para el
colérico, siempre que no le exija demasiada atención en cuestiones de detalles
y planificación analítica. Generalmente le gustan las tareas de construcción porque es una
actividad muy productiva y es frecuente que el colérico termine siendo capataz o supervisor.
El colérico es desarrollista por naturaleza sueña con construcciones y maquinarias abriendo
caminos.
La mayoría de los financistas son coléricos. Formulan sus ideas y tienen ese espíritu de
aventura que los lleva a lanzarse en direcciones nuevas. No se limitan tampoco a sus propias
ideas; a veces oyen hablar de alguna idea progresista y ellos la toman como bandera. Sin
embargo, una vez que el colérico ha iniciado un nuevo negocio, no es difícil que se aburra
muy pronto a pesar del éxito, por dos razones: cuando el negocio crece bajo su
dinámica/dirección necesariamente surgen muchas cuestiones de detalle. Pero como los
coléricos son malos delegando responsabilidad terminan haciéndolo todo ellos mismos.
Cuando descubre que está tan ocupado que le faltan manos para hacerlo todo, opta por
buscar a alguien que le compre el negocio. Es pues común, que un colérico inicie entre
cuatro y diez negocios en el curso de su vida.
El colérico no es un perfeccionista sino un productor. Prefiere hacer veinte cosas con un
setenta u ochenta por ciento de perfección a hacer unas pocas con un cien por cien.
El colérico tiende a desenvolverse muy bien en el comercio, en la enseñanza de asignaturas
prácticas, en la política, en funciones militares, en los deportes. Por otra parte, raramente
encontraremos un cirujano, un dentista, un filósofo, un inventor, un matemático o un
relojero colérico. Normalmente es tan optimista que rara vez fracasa- excepto en su propia
casa.
Frío y sin afecto. De todos los temperamentos el colérico es el que evidencia menos
afecto y se neutraliza ante la idea de hacer alguna demostración pública de afecto; su
rigidez emocional rara vez le permite derramar lágrimas.
MELANCÓLICO
El melancólico tiene el temperamento más rico de todos. Es un tipo analítico, talentoso,
perfeccionista, abnegado, con una naturaleza emocional muy sensible. Nadie disfruta más
del arte que el melancólico. Por naturaleza tiende a ser introvertido, pero como predominan
sus sentimientos, lo caracterizan una serie de disposiciones de ánimo. A veces lo elevan a las
alturas del éxtasis que lo llevan a obrar en forma más extrovertida. Sin embargo, en otros
momentos está triste y deprimido, y en esos momentos se vuelve escurridizo y puede
incluso, volverse antagónico.
El melancólico es un amigo muy fiel, pero a diferencia del sanguíneo no hace amistad con
facilidad. Pocas veces se esfuerza por conocer a la gente; mas bien se limita a esperar que
acudan a él. Quizás sea el de temperamento más confiable, por cuanto sus tendencias
perfeccionistas no le permiten hacerse a un lado o abandonar a otros cuando cuentan con
él. Su reticencia natural a tomar la delantera no es indicación de que no le guste la gente.
Como a todos, no sólo le gusta la gente sino que tiene un gran deseo de ser aceptado por
ellos. Las experiencias desalentadoras lo llevan a rehusar a la gente por lo que parecen; por
ello tiende a sospechar cuando lo buscan o le hacen atenciones.
Su excepcional capacidad analítica lo impulsa a diagnosticar acertadamente los obstáculos y
los peligros de cualquier proyecto en el que participa. Esto contrasta marcadamente con el
colérico, que pocas veces ve los problemas o dificultades, pero que confía en que va a poder
resolver cualquier crisis que se le presente. Estas características a menudo hacen que el
melancólico no quiera iniciar algún nuevo proyecto o que se vea en conflicto con los que
quieran iniciarlo. Cuando una persona ve los obstáculos en lugar de los recursos o metas, es
fácil que se descorazone antes de empezar. Dicho de otra manera el melancólico es un
pesimista nato.
El melancólico suele descubrir su mayor sentido de la vida entregándose al sacrificio
personal. Con frecuencia elige una vocación difícil, que requiera mucho sacrificio personal.
Pero una vez que ha elegido, tiende a ser sumamente metódico y persistente en el
cumplimiento de la misma, y es mas que probable que realice grandes cosas si su tendencia
natural a quejarse del sacrificio que significa no lo deprime hasta el punto de hacerlo
abandonar totalmente.
Toda vocación que requiera perfección, abnegación y creatividad es adecuada para el
melancólico. La mayoría de los grandes compositores, artistas, músicos, inventores,
filósofos, teóricos, teólogos, científicos y dedicados educadores del mundo han sido
predominantemente melancólicos. La capacidad analítica necesaria para proyectar edificios,
concebir proyectos requiere el temperamento de un melancólico. Pero también pueden ser
artesanos de primera: carpinteros, albañiles, plomeros, horticultores, científicos, abogados,
escritores, mecánicos, ingenieros. Pueden ser miembros de toda profesión que proporciona
un servicio con sentido humanitario.
FLEMÁTICO
El flemático es un individuo tranquilo, sereno, que nunca se alarma y casi nunca se enoja. Sin
duda alguna es la persona con la cual es más fácil llevarse y es, por naturaleza, el más
simpático de los temperamentos. Para él la vida es una alegre y agradable experiencia, sin
emoción, en la que evita comprometerse todo lo posible. Es tan tranquilo y sereno que
parece no agitarse nunca, cualesquiera que sean las circunstancias que lo rodean. Es el único
tipo temperamental que es invariablemente consecuente. Bajo su personalidad tranquila el
flemático experimenta más emociones de las que aparecen en la superficie, y tiene
capacidad para apreciar las bellas artes y las cosas buenas de la vida.
Al flemático no le faltan amigos porque le gustan las personas y tiene un sentido del humor
natural y satírico. Es del tipo de persona que puede hacer que los demás se desternille de la
risa mientras él permanece imperturbable. Posee una capacidad especial para descubrir el
lado humorístico de los demás, y de las cosas que hacen los demás, y tiene
una actitud siempre positiva hacia la vida. Tiene buena retentiva y puede ser un buen
imitador. Una de sus grandes fuentes de diversión consiste en provocar a los demás o en
burlarse de los otros tipos temperamentales.
El flemático tiende a ser más bien espectador, y procura no comprometerse mucho con las
actividades de los demás. Más aún, cuesta mucho lograr que tome parte en alguna actividad
que no sea su rutina diaria. En general el flemático es de buen corazón y compasivo, pero
raras veces deja traslucir sus verdaderos sentimientos. Sin embargo, toda vez que
su interés ha sido despertado, y resuelve poner manos a la obra, sus capacidades de calidad
y eficiencia se ponen de manifiesto. No se ofrece voluntariamente para ocupar la posición de
líder, pero, cuando se ve obligado a ocuparla, da muestras de ser un líder sumamente capaz.
Ejerce una influencia conciliadora sobre otros y es un planificador nato.
El flemático es un maestro en todo aquello que requiera de una paciencia meticulosa y la
presencia de la rutina diaria.
La mayoría de los maestros de la escuela primaria son flemáticos. Esto se aplica también al
nivel secundario y superior, donde tienen preferencia por las matemáticas, la física,
la gramática, la literatura, etc. Otro campo que apela al flemático es la ingeniería. Le atraen
los planos y los cálculos, es bueno como ingeniero civil tanto en estructuras como en
sanitaria, ingeniero químico, ingeniero mecánico, dibujante, estadística, etc. Tienen además
excelentes aptitudes artesanales, por lo que suelen ser buenos mecánicos, torneros,
carpinteros, electricistas, relojeros, especialistas en cámaras fotográficas y otros
instrumentos de precisión. Suelen también ser excelentes capataces, supervisores o
dirigentes de personal pues son diplomáticos y no provocan roces.
El flemático es organizado, jamás concurre a una reunión desprevenido o tarde, tiende a
trabajar bien bajo presión y es extremadamente confiable. Es frecuente que el flemático
conserve el mismo trabajo toda la vida.
Como tiende a luchar con el problema de la inseguridad personal, el flemático puede preferir
ocupaciones con beneficios de jubilación u otras seguridades. Por ello lo atraen los cargos
en la administración pública, en las fuerzas armadas, en funciones de gobierno y otras
semejantes. Es raro que el flemático inicie alguna actividad comercial por su cuenta, aún
cuando está capacitado para ello.
Debilidades del flemático
Sin interés, lento y ocioso. La debilidad más evidente del flemático es su aparente falta
de empuje o de ambición. Si bien pareciera que siempre hace lo que se espera de él,
raras veces hace más de lo necesario. Hace pensar en que tiene un metabolismo bajo, o
lento, y con frecuencia se queda dormido en el momento que se sienta. Raramente
propicia alguna actividad, y en cambio busca excusas para evitar tener que
comprometerse en las actividades de los demás. Incluso su ritmo tiende a disminuir
con el paso de los años. El flemático generalmente se levanta temprano, se va a su
trabajo o actividad diaria de buen humor, y habiendo cumplido un horario corrido,
regresa "completamente agotado". Con frecuencia duerme una larga siesta, tras lo
cual se sienta frente al televisor ( que maneja a control remoto), y en el curso de la
tarde se duerme y se despierta según los programas. Por último, después de
las noticias de la noche, su mujer lo despierta y lo ayuda a meterse en la cama, donde se
duerme profundamente hasta la mañana siguiente. Y esto todos los días
invariablemente.
Mezquino y avariento. Esta es una característica de las que solo pueden dar fe las
personas que viven con un flemático, pues su actitud siempre cortés y correcta para
con los demás, hacen que el resto de las personas no se percaten de ella. El flemático
cuida cada centavo y actúa como un avaro, excepto cuando se trata de comprar algo
para sí mismo. Normalmente es el que da las propinas más pequeñas.
Terco, terco y terco. Nadie es más terco que el flemático; pero es tan diplomático,
hasta en eso, que a la gente le puede pasar desapercibido. Casi nunca se enfrenta con
otra persona, ni se niega a hacer algo, pero de algún modo se las arregla para eludir la
responsabilidad. Ante una situación familiar el flemático jamás grita o discute. Se limita
a arrastrar los pies o se planta y se niega a moverse.
TIPOS DE CARACTER
Carácter nervioso
También se le conoce como carácter primario, inactivo o emotivo. Este tipo de carácter
distingue aquellas personas que presentan problemas de compresión, memorización y de
razonamiento lógico. Por lo generar son seres indisciplinados y perezosos para hacer las
cosas. Son cariñosas, extrovertidas, inestables, sociales y con muy poca debilidad. Presentan
las siguientes características
Cambian constantemente de humor.
De baja voluntad. Son muy sensibles.
Son perezosos.
Son muy sociables.
Cambian de ocupación fácilmente.
Actitud buena para la poesía, la literatura y las artes.
Su amor es superficial.
Carácter sentimental
También llamado carácter secundario o activo. Es un carácter que crea a personas sensibles,
tímidas y pesimistas que buscan la soledad y el aislamiento. Individuos con este tipo de
carácter se desalientan muy rápido cuando se enfrentan a dificultades, y en el trabajo
siempre son lentos e indecisos. Las personas con carácter sentimental son abstraídas,
reflexivas y nunca logran reconciliarse con su yo interno. Tiene las siguientes características:
Recurre a los rencores y al pesimismo.
Son introvertidas.
Les resulta difícil relacionarse socialmente.
No puede adaptarse a los cambios fácilmente.
Buen sentido de empatía.
Son lentos al actuar.
Siempre están en ambientes tranquilos y solos.
Carácter flemático
Se trata de las personas que usualmente trabajan solos y de forma metódica y ordenada.
Tienden a ser muy callados y tranquilos. Son muy inteligentes y a la vez lentos y puntuales.
Se encierra en sus mismos ideales.
Es frío.
Poco expresivo.
Tímido.
Sentido de libertad.
Puede vivir en cualquier tipo de ambiente.
Metódico y ordenado.
Carácter apasionado
Se trata de personas con gran facilidad para memorizar y con mucho imaginación. Siempre
están haciendo algo y les encanta estudiar, lo cual lo realiza muy metódica y
ordenadamente. Les gusta trabajar solos y son muy ágiles para las matemáticas, la literatura,
la redacción y la historia. Características:
Poca docilidad.
Comprensivo, compasivo y servicial.
Tiene un razonamiento lógico y abstracto.
Son muy orgullosos.
Aptos para trabajar de forma organizada.
Responsable.
Líder innato.
Muy reservado en su vida personal.
Carácter apático
Personas con este tipo de carácter nunca le interesa las actividades, y no son de mucho
estímulo e ideas. Siempre se muestran como personas cerradas, melancólicas, rutinarias,
indiferentes y muy testarudas. Características:
Son melancólicos.
Confiables.
Pesimistas.
Siempre están solas.
Buscan una vida monótona. Sin entusiasmos.
Son egoístas e independientes.
Carácter colérico
Es el tipo de carácter que distingue a las personas que siempre están cambiando de
actividad, nunca terminan las cosas. Son muy poco disciplinada en el trabajo y les resulta
difícil adquirir o sintetizar conocimientos nuevos. Siempre improvisan y logran comprender
rápidamente las cosas. Siempre escogen cosas concretas e inmediatas, lo cual lo dejan de
inmediato cuando sienten algún peligro. Estos individuos siempre están ocupados y a la vez
dispuestos a realizar cosas nuevas. Características:
Es generoso, compasivo y servicial.
Baja disciplina.
Decide por sí mismo.
Es extrovertido.
No es consciente de sus limitaciones.
Es extrovertido.
Es improvisado.
Carácter sanguíneo
Este tipo de carácter distingue aquellas personas que logran estar bien en cualquier tipo de
ambiente, las cuales siempre se mantienen con la curiosidad activada. Estas personas son
muy inteligentes, trabajadoras y suelen pensar con cierta frialdad. Los mismos son poco
sensibles y suelen mentir para conseguir lo que en verdad desean. Características:
Piensa de manera fría.
Extrovertida.
No está dispuesto a llevar una vida espiritual.
Optimista.
Tendencia al libertinaje.
Confianza en sí mismo.
Mienten para alcanzar sus objetivos.
Carácter amorfo
Este carácter distingue a las personas torpes y desordenadas, que siempre buscan dejar las
cosas para otro día y evaden los esfuerzos. Una persona amorfa solo piensa en comer y
dormir, por lo tanto se le consideran como personas perezosas. Tienen un razonamiento
muy lento y realizan un análisis muy superficial. No tienen originalidad, se dejan influenciar y
son muy irresponsables. Características:
Son muy perezosos.
Desordenado.
Se aleja de los esfuerzos.
No tiene preocupaciones.
No son sensible.
Su razonamiento es lento y tiene una conducta dócil.
LA PERSONALIDAD
EL TEMPERAMENTO DE TU PERSONAL
Encontrar el talento adecuado es una gran preocupación, no sólo para las grandes empresas,
sino para las Pymes. De acuerdo con un estudio realizado por Man Power Group, la escasez
de talento es uno de los principales problemas de las organizaciones a nivel mundial; el 33%
de los directivos de áreas de reclutamiento aseguraron que “la falta de candidatos” es el
principal obstáculo para cubrir los puestos de trabajo vacantes.
Sin embargo, ¿qué hacemos los directivos para escoger correctamente a nuestros
colaboradores? Al respecto, Jennifer Nacif, experta en temas de negocios y reclutamiento,
aseguró que existe un grave problema al momento de reclutar al personal en las
organizaciones:
“Nunca tomamos en cuenta el temperamento de nuestro personal, vemos las capacidades,
la experiencia y el título; pero nunca nos ponemos a pensar si su temperamento está acorde
con las necesidades del puesto y la empresa”.
Ante ello, la experta indicó que existen cuatro temperamentos que los reclutadores deben
tomar en cuenta a la hora de seleccionar al personal: dominante, sociable, paciente y
analítico.
Temperamento Dominante
Estos personajes suelen ser aquellos que dominan en el grupo, no temen decir lo que
piensan y, en su mayoría, son propositivos, proactivos y ejecutan su trabajo de manera
apasionada. Tienden a ocupar puestos directivos y a ser personajes innovadores.
Bajo presión, estos personajes tienden a: explotar, agredir y se motivan aún más para lograr
sus metas.
Temperamento Paciente
Son excelentes para adaptarse a su entorno, son personas muy complacientes y atinadas en
su trabajo cuando tienen un líder que les ayude a servir de guía. Son conciliadores y ayudan
a mantener el ambiente laboral estable.
Bajo presión, estos personajes tienden a paralizarse, se hacen menos, se congelan y llegan a
esconderse.
Temperamento Analítico
Son perfeccionistas, tienden a ser muy responsables con su trabajo; son comprometidos y
ejercen bajo las reglas de la organización. Son excelentes para llegar a los objetivos.
Bajo presión, este personaje suele ser muy aprehensivo, se martiriza y es propenso a la
depresión y a crear enfermedades por el estrés. Saca el trabajo adelante, se estresa de más y
se exige demasiado.
De acuerdo con la experta, quien participó en Expo Capital Humano 2013, el conocer a tu
personal no sólo ayuda a saber con quién trabajas, sino a colocarlos de forma estratégica.
Recuerda que la diversidad generacional y de personalidad son factores que pueden ayudar
a impulsar el crecimiento de tu organización si sabes cómo sacarle provecho.