6MiquelSans LO FP038
6MiquelSans LO FP038
6MiquelSans LO FP038
GRAMÁTICA E INTERACCIÓN
Lourdes Miquel
Neus Sans
La dificultad de describir los usos del microsistema de los tiempos del pasado en español es ya de por sí compleja, pero quizá
deberíamos planteamos si esa complejidad no viene, en gran parte, asociada a la "metodología" —por llamarla de algún
modo— que en muchas clases de E/LE se aplica a la enseñanza de los tiempos del pasado.
No es nueva, en absoluto, la distinción entre frase y enunciado (Lyons, por poner un clásico, la estableció muy claramente en
1971) (1), pero parece que todavía no se ha recogido en muchas de nuestras prácticas como enseñantes. Tener en
consideración el sentido que se quiere transmitir en todo acto de comunicación, esa operación de la persona que habla para
seleccionar, de todas las posibilidades que su lengua le ofrece, aquel enunciado que va a permitirle expresar todo lo que
quiere expresar para que su receptor lo entienda, parece que todavía está muy lejos de los hábitos didácticos de nuestras
clases. ¿Corrió, si no, se explica, que encontremos con enorme frecuencia ejercicios para practicar los pasados de este
estilo...?
Como vemos, la combinatoria es muy extensa y los significados que se transmiten son diferentes en todos los casos.
- no podemos saber si la intención del estudiante coincide con el enunciado que ha escogido puesto que no hay un contexto
de partida,
- muchas veces los profesores, al preparar el ejercicio, han pensado en unos posibles contextos y no en otros, de modo tal que
creen que hay unas soluciones mejores que otras, por lo que, en la fase de corrección o de puesta en común, no todas las
posibilidades van a ser aceptadas.
- la negociación del grado de corrección de cada enunciado será difícil dado que muchas veces el estudiante para argumentar
su opción tendrá que explicar el contexto del que mentalmente ha partido, explicación de por sí compleja y que, seguramente,
el alumno no podrá realizar puesto que, si está familiarizándose con el contraste Imperfecto/Indefinido, se supone que su
nivel es de principiantes o intermedio.
Si los ejercicios de huecos tienen su lugar en la clase, es un lugar, desde luego, menos privilegiado del que han tenido hasta
ahora en la enseñanza del español. No tienen por qué descalificarse a priori, pero no pueden seguir siendo la herramienta más
utilizada para la ejercitación de cuestiones gramaticales. Por otra parte, los peligros e inconvenientes de los ejercicios de
huecos pueden ser paliados dotándoles de un contexto para ensayar, en esas coordenadas dadas, cuál sería el enunciado
previsible. Si algo pone en peligro la adquisición de muchos de los contenidos gramaticales de una lengua es, precisamente,
presentar ejercicios descontextualizados. liso lo sabemos todos. Al menos en teoría.
2. ¿LAS DESCRIPCIONES GRAMATICALES SON RESPONSABLES?
Otro de los problemas, tan importante como el anterior, reside en las descripciones gramaticales que se suelen ofrecer a los
estudiantes. Al revisar las gramáticas que acostumbran a consultar los profesores de E/LE, las explicaciones de la mayoría de
los manuales al uso, así como las llamadas "gramáticas pedagógicas", constatamos que ofrecen, en la mayoría de los casos,
argumentos de este tipo: el imperfecto expresa acciones que duran o que se repiten. el indefinido, acciones puntuales....
Habría que preguntarse si no son nuestras explicaciones, precisamente, y no la dificultad del sistema, las que generan errores
de los estudiantes (2) como los siguientes:
Dábamos un paseo.
Intentaba aprender un idioma.
Fui a la playa. Lo pasaba muy bien.
Estuve tres veces en España. Aprendía mucho
español.
Parece que los estudiantes no cometen estos errores por casualidad, sino porque son absolutamente fieles a nuestras
explicaciones. Al menos, eso puede deducirse de sus respuestas ya que, al ser preguntados por la razón por la que habían
escogido esos tiempos, contestaron:
Como profesores, que, además, íntimamente, solemos sentirnos bastante insatisfechos ante este panorama, nos deberíamos
preguntar continuamente hasta qué punto las explicaciones al uso tienden a generar estos errores. Veamos, ahora que no
tenemos que entrar inmediatamente en una clase y que no necesitamos encontrar una explicación de urgencia, la
comprensibilidad y el rigor de algunos ejemplos muy representativos del material de consulta de que dispone el profesor de
E/LE.
El Pretérito Indefinido
• Expresa acciones concluidas en un pasado separado del presente por cualquier barrera o periodo de tiempo.
El indefinido tiene la propiedad de sugerir una idea de negación relativa al presente. Si comparamos "quise a
Rosa" con "quería" o "he querido a Rosa", veremos que las tres expresiones se oponen lógicamente al presente, y
significan "ya no la quiero"; pero es indudable que "quise" excluye, más netamente, que "quena o he querido"
toda posible continuación de aquel amor en el momento actual.
El pretérito Imperfecto
• Expresa acciones, y particularmente estados, realizados en el pasado, pero no concluidos, cuyo comienzo o fin no se
conoce o no interesa expresarlo.
Tiene un valor fundamentalmente durativo.
• En general el Imperfecto expresa una acción ocurrida en el pasado mientras el Indefinido, además de expresar acciones
pasadas, las considera como ya acabadas, limitadas en ese pasado o de alguna manera distanciadas o separadas del presente.
¿Acciones puntuales?
• ¿No has oído? Me ha parecido que alguien te llamaba.
• En el último momento Paradigmax marcaba el gol de la victoria.
Estamos, por tanto, ante un mal análisis por partida doble: el de la realidad y el de la lengua. "No existen acontecimientos
que, por sí mismos, exijan el empleo de pretérito indefinido más que el del imperfecto o el de un tiempo compuesto. Un
mismo acontecimiento puede ser relatado de distintas maneras mediante el empleo de uno u otro de estos tiempos" (4).
Para encontrar la respuesta a cómo funciona la lengua, en este caso, para saber cómo funciona en español la oposición entre
Indefinido e Imperfecto, tenernos que centrarnos en los hechos de lengua (¿qué hace la persona que habla cuando elige uno u
otro tiempo?), en lugar de tratar de encontrar explicaciones en el mundo.
El cristal con que se mira...: Todos tenemos la experiencia de que un mismo suceso puede, sin traicionar jamás a la verdad,
relatarse desde perspectivas diferentes. Quizá valga la pena leer un momento este texto:
Barcelona, miércoles 27 de febrero: Morfema Sintáxez, profesora de español residente en la lejana ciudad de
Normativista, llega a Barcelona para asistir a un Congreso. En el hotel surge un pequeño problema con su maleta.
Así lo cuenta Morfema, días después, durante una conferencia sobre "Gramática e interacción" en la que no está
muy interesada:
"El trayecto fue espantoso. El taxista conducía a unas velocidades increíbles frenaba, aceleraba, frenaba,
aceleraba... mientras iba defendiendo la necesidad de la guerra. Llegué completamente mareada. El hotel,
afortunadamente, me pareció estupendo. Mientras el taxista sacaba la maleta del portaequipajes, le pagué. En ese
momento otro pasajero subía al taxi. Entré al hotel. En recepción no hubo ningún problema. Tenían mi reserva,
rellené un impreso y enseguida me dieron la llave y subí a mi habitación. Entré, encendí la luz, eché un vistazo al
baño, miré por la ventana, me senté encima de la cama para probar el colchón... No estaba nada mal... Entonces,
cuando iba a poner mis cosas en el armario, me di cuenta de que la maleta que había cogido no era la mía..."
" Estábamos trabajando tranquilamente cuando llegó una señora que había hecho una reserva telefónica. Tardé
muy poco en atenderla a pesar de que estaba cobrando a otro cliente que dejaba el hotel en ese momento. Mientras
la señora Sintáxez rellenaba sus papeles, yo miré qué habitaciones estaban libres y le di las llaves de la suya. Al
cabo de un rato, cuando ya estaba instalada, llamó diciendo que tenía una maleta que no era suya y que la suya no
estaba por ninguna parte."
"El tráfico ese día no estaba tan mal como siempre, estaba peor. Pero pude circular rápido un rato. Conduje como siempre:
frené y aceleré un montón de veces y estuvimos parados un buen rato. Pero llegamos. Ya en el hotel, mientras ella me
pagaba, yo saqué las maletas del maletero... Cuando ya estaba yo sentado al volante, salió un señor del hotel y subió al
taxi. Iba al aeropuerto y allí lo llevé. Lo dejé y me fui para casa... Yo no me había dado cuenta de que la maleta era la
misma. Si todas son iguales..."
Ninguna persona miente, sin embargo, no usan los mismos tiempos de los verbos. Fíjate en dos o tres de los
verbos que cambian y, junto con algún compañero, tratad de argumentar por qué.
Si realizáramos ahora la tarea que se pidió a los participantes, observaríamos varios casos como los siguientes:
Conduje como siempre: frené y aceleré un montón de veces y estuvimos parados un buen rato.
Mientras el taxista sacaba la maleta del portaequipajes, le pagué. En ese momento otro pasajero
subía al taxi.
Ya en el hotel, mientras ella me pagaba, yo saqué las maletas del maletero... Cuando ya estaba
yo sentado al volante, salió un señor del hotel y subió al taxi.
El hablante, para narrar la misma realidad ha escogido tiempos distintos porque, en cada caso, está dando una perspectiva
también distinta a lo que dice.
En el primer caso, Morfema está describiendo una situación, aportando datos a su interlocutor sobre el contexto en el que
sucedieron los hechos que verdaderamente le interesa contar: que llegó completamente mareada. Mientras que el taxista elige
los Indefinidos donde Morfema ha elegido los Imperfectos, porque, para sus finalidades comunicativas, la información
relevante es que condujo como siempre.
Si analizamos el segundo ejemplo, llegamos a la misma conclusión. Morfema entiende que la información pertinente es que
pagó y el hecho de que el taxista sacara las maletas no es más que una referencia al contexto. Sin embargo, para el taxista lo
que constituye la verdadera información es que él sacó las maletas, información que se inserta en un contexto determinado:
mientras ella me pagaba.
Se apunta, así, la regla fundamental del contraste entre Indefinido e Imperfecto.
El Indefinido es el tiempo que sirve para relatar informaciones, para referirse a los hechos en sí,
mientras que el Imperfecto sirve para aludir a los rasgos caracterizadores de una situación, de un
determinado contexto.
Una imagen fotográfica puede servir para entender el contraste. Imaginemos una foto donde hay un motivo central muy bien
enfocado y todo el resto está desenfocado porque el fotógrafo ha decidido que sólo es relevante el motivo central: eso es lo
que se hace exactamente cuando simplemente se relata en Indefinido. Sin embargo, imaginemos, ahora, que el fotógrafo ha
querido mostrar el motivo central, perfectamente enfocado, pero ha jugado con la profundidad de campo de modo tal que
todo lo que está detrás del sujeto se vea pero un poco desenfocado, sin total nitidez: eso es lo que hacemos cuando
combinamos un Indefinido -el motivo central- con un Imperfecto -el fondo desenfocado que da pistas de la situación, del
contexto en el que se inserta el motivo central-.
Es la voluntad del enunciador y el contexto en el que va a emitir su enunciado —lo compartido por el receptor, lo
presupuesto, etc.— lo que va a determinar el empleo de uno u otro tiempo y no la naturaleza de lo extralingüístico.
Para establecer bien esta diferencia y poder valorar qué hace el enunciador en cada caso, presentamos la siguiente tarea:
Mil palabras valen más que un hecho...
La realidad, como siempre, es la que es. Pero se ha narrado desde perspectivas diferentes. En el primer ejemplo, el
enunciador emplea un Indefinido porque sabe que considera que el receptor carece de una determinada información y, como
la persona que habla tiene esa información, se la proporciona. En el segundo caso, el enunciador también considera que el
receptor carece de esa información, pero no puede dar a lo que va a decir el estatuto de información porque quizá carece de
pruebas, porque, tal vez, no sabe fehacientemente si sé llegó a realizar o no, etc. y, entonces, para no traicionar el principio de
veracidad, lo que hace el enunciador es ofrecer los datos que tiene, presentar la situación que conoce, pero sin afirmar que es
una información: El 16 de marzo se casaba.
Los tres ejemplos siguientes se insertan en el ámbito del discurso referido. En los tres, el enunciado que transmite/que recibió
la persona que habla puede ser el mismo. Pero, al emplear tiempos diferentes, el enunciador introduce diferentes matices: al
usar iba a casarse pone mayor énfasis en la intención, al usar el Imperfecto —se casaba — se refiere simplemente a las
palabras de la otra persona y al usar el condicional señala que se trata de palabras de otra persona con las que establece una
mayor distancia, un menor grado de adhesión. En los tres casos, Potola ha podido casarse ya, pero el enunciador se está
refiriendo a la conversación que tuvieron, anterior a la fecha de la boda, y no puede afirmar si el acontecimiento se celebró o
no- por eso, en ningún caso utiliza el Indefinido-, sólo puede recurrir a las posibilidades que le ofrece el sistema verbal
español para introducir un matiz u otro.
Las consideraciones que hemos hecho hasta aquí permiten ya, fácilmente, analizar el contraste Imperfecto/Indefinido en los
ejemplos siguientes: en ambos casos el enunciador introduce un matiz de duda con la expresión por lo visto, pero en uno de
ellos, en el que usa el Indefinido, considera que, dados los datos de los que dispone, puede informar de ese suceso, mientras
que cuando usa el Imperfecto considera que no le puede dar a lo dicho ese estatuto. Fijémonos, ahora, en estos intercambios:
Sé que sabes, no sé si sabes, no sabía que sabías, no sabía que supieras pieses.
En el primer intercambio la segunda persona que habla presupone que su interlocutor está informado de ta boda. Al
comprobar que actuaba con un falso presupuesto, lo que hace es dar la
información usando un Indefinido.
En el segundo, el segundo interlocutor pone a disposición del otro los datos que tiene, sin darles la categoría de información.
En el tercero, el primer interlocutor verifica si la otra persona dispone de una determinada información usando el Indefinido y
su interlocutor alude a los datos que constituían su contexto hasta el momento anterior a recibir la información, usando
Imperfecto. Este segundo interlocutor, a partir de este momento, ya podrá referirse a la boda de Potota como una información
que posee y podrá hablar de ello usando Indefinidos.
En el cuarto, las dos personas sabían que Potota se iba a casar y el momento en que la boda iba a realizarse. Al primer
enunciador le falta sólo el dato de si su interlocutor estuvo en la boda. Éste te responde recordándole un dato contextual -se
casaba un lunes—, un dato que se supone, además, que el otro conocía o podía conocer, ya que utiliza la panícula como que
sirve para referirse a lo tematizado a diferencia de porque que sirva para introducir informaciones remáticas.
Llovía y llovía y llovía... Llevaba horas lloviendo. Barcelona estaba gris y yo tenía un dolor de cabeza... Estábamos en un
Congreso y en ese momento hablaba un ponente aburridísimo sobre no sé qué del Pluscuamperfecto de Subjuntivo y la
manera de practicarlo... El público se estaba durmiendo, especialmente un gordüo que estaba sentado al fondo que echaba
una y otra cabezada...
No podemos negar que el enunciador de este relato no haya sabido crear un cierto "suspense" ni que, efectivamente, no
haya preparado al receptor para estar muy motivado para escuchar el resto. Pero lo que también es evidente es que la
verdadera información, todavía no se ha transmitido. Imaginemos lo frustrados que nos quedaríamos si, después de este
planteamiento contextual, el enunciador nos dijera: ¿Y tú, qué tal? Se romperían todas nuestras expectativas, además de
todos los principios que rigen toda conversación. ¿Cuáles eran las expectativas del receptor? Pues, simplemente, que llegara
la información, es decir, que se formulara un Indefinido: O sea que decidí levantarme discretamente, olvidarme del
Pluscuamperfecto e irme al cine.
Imaginemos, ahora, un intercambio comunicativo en el que uno de los interlocutores pregunta: Oye, ¿tú qué hacías en el
90? y lo poco pertinente que sería darle como respuesta: Bueno, los quince primeros días de enero estuve en Tegucigalpa. A
mediados de enero me trasladé a Bogotá donde estuve casi tres semanas. Luego estuve tres dios... Esa no pertinencia se
debe, fundamentalmente, a que la persona que ha preguntado lo ha hecho con una determinada intención: conocer los rasgos
que caracterizan un determinado momento y no los hechos en sí.
"El imperfecto le atribuye a la relación sujeto-predicado el estatuto de mera característica de una situación que el enunciador
está intentando evocar o describir: en el imperfecto no suceden cosas, en el sentido de que lo expresado no remite
directamente a lo extralingüístico (acto, acontecimiento o proceso) (...) El imperfecto usa elementos extralingüísticos para
plantearlos como marco situacional de una información" (9).
Otro de los problemas que rodean a la enseñanza del contraste Imperfecto/Indefinido y, en general, a la enseñanza de la
gramática, es que, además de trabajar con frases aisladas, se favorece —sobre todo en el mundo del relato— el monólogo.
Veamos estos ejemplos representativos de la ejercitación más común de los pasados:
Quizá, así, muchos estudiantes extranjeros puedan llegar a decir: Cuando estudiaba español, me enseñaron muy bien la
diferencia entre Imperfecto e Indefinido y, desde entonces, no he tenido problemas.
Notas
Bibliografía