Evolucion de Teoria de Derecho
Evolucion de Teoria de Derecho
Evolucion de Teoria de Derecho
La teoría del derecho, el método y los hechos reales forman el pilar de la ciencia,
por eso se ha presentado un panorama de las teorías objetivistas y subjetivistas,
pero ahora se analizarán dos teorías que han tenido gran influencia: el
jusnaturalismo y el juspositivismo. En cuanto al primero, ha tenido relevancia
desde la Antigüedad y, por lo que se refiere al segundo, aun cuando en el siglo
XIX ya se habían realizado ciertas teorías, es en el presente siglo en el que se han
realizado los mayores estudios que han tenido preponderancia en los diversos
ámbitos del derecho.
Los primeros cuestionamientos acerca del derecho los plantearon los griegos a
partir del ateniense Platón y del estagirita Aristóteles, de sus ideas y métodos
procedió la orientación y gran influencia que le dieron al jusnaturalismo.
Los griegos se preocuparon más por crear una teoría sobre la justicia que por la
teoría del derecho; así, algunos célebres sofistas como Trasímaco, Critias,
Protágoras, Górgias y Calicles, se manifestaron en favor de que en el derecho y
en la justicia no existían principios inmutables y universales, porque el derecho es
un producto circunstancial, caprichoso y era adaptable a los tiempos, costumbres
y características del momento.
Un sofista importante como Protágoras afirmó que las leyes hechas por los
hombres son obligatorias y válidas, independientemente de su contenido moral.
Esta discusión entre physis y nomos dio origen a dos grandes teorías
fundamentales del derecho, así como a las diversas corrientes del pensamiento
contemporáneo.
Este filósofo estagirita aportó al derecho su teoría acerca de la justicia con bases
realistas, eliminando las idealistas.
Aristóteles expresó:
cuando uno ha sido golpeado y el otro ha dado golpes, cuando uno mata y el otro
es matado, el daño experimentado de una parte y la acción producida de la otra,
están desigualmente repartidos y el juez intenta con la pena que impone igualar
las cosas quitando a una de las partes el provecho que ha sacado.'
Todos los pensamientos anteriores dieron lugar a la primer gran teoría general del
derecho, que históricamente apareció con los griegos y en la que el pensamiento
filosófico aristotélico ha sido la base de sustentación del jusnaturalismo.
La sabiduría es "El uso del saber que el hombre alcanza por cualquier título es, en
primer lugar, un juicio acerca del origen o de la validez de tal saber. Existen dos
juicios sobre la validez del saber: el primero afirma el origen divino del saber: éste
es para el hombre, una revelación o un don; el segundo afirma el origen humano
del saber, considerándolo como una adquisición o una producción del hombre.
Platón considera que la sabiduría es una virtud de la parte racional del alma.
El coraje: es la parte vehemente o irascible.
La justicia: es una virtud general que consiste en que cada parte del alma cumpla
su propia tarea con la debida armonía.
4.1. JUSNATURALISMO
Ley eterna, proveniente de la razón eterna de Dios que gobierna el universo, por lo
que todas las cosas están sujetas a la sabiduría divina.
Ley natural, los seres humanos creados por Dios somos entes racionales y libres,
por tanto, la razón es la que orienta por propia naturaleza a hacer el bien y evitar
el mal, de manera que la ley natural es la participación que tenemos, por ser
racionales, de la ley eterna.
Ley humana, de acuerdo con su doctrina, Santo Tomás propone que los órganos
de gobierno tienen facultades para dictar las leyes humanas, pero el límite y
responsabilidad de esos órganos al legislar no es rebasar o contradecir en modo
alguno la ley natural y, por ende, la ley eterna.
Tanto la doctrina de San Agustín como la de Santo Tomás dan una idea clara y
evidente de que no existe una separación entre lo religioso y lo jurídico, sino más
bien una subordinación de las leyes humanas a las leyes divinas.
Otro aspecto que es necesario destacar es la filosofía escolástica, que surge ante
las escisiones que sufre la Iglesia, en la que hubo grandes pensadores como
Martin Lutero, Juan Calvino, Wicleff y los de la corriente del anglicanismo, con
ellos se da un cambio paulatino, debido a que durante la Edad Media la inspiración
teológica fue dominante en el derecho. Posteriormente, las posturas filosóficas se
fueron separando de la escolástica y en otras ocasiones no sólo se separaron sino
que la contradijeron; en este tenor, es evidente que cambiaron las concepciones
sobre el derecho natural, ya que desembocaría en la elaboración de una teoría
política al explicar el surgimiento del Estado, se sentarían las bases de las
repúblicas actuales, se establecería la democracia, se desglosarán los derechos
humanos de los individuos, todo ello como una teoría con bases jurídicas para la
elaboración de las constituciones contemporáneas.
Principales representantes
Hugo Grocio (1583-1645 d.C.). Teólogo y jurista holandés, además de ser uno de
los precursores del derecho internacional, en su obra cumbre De Iure Bellic Ac
Pacis, consagró importantes ideas en torno al ser humano, al enfatizar que debe
ser considerado un ser social por naturaleza, puesto que afirmaba que el hombre
es un animal de especie superior que se distingue de los demás por su deseo de
vivir en una sociedad pacífica y organizada en la medida de su intelecto.
Por último, afirma que la ley natural es considerada como el derecho natural, a la
ley municipal o positiva de los Estados como el derecho voluntario (positivo) y, por
último, a la ley de las naciones que irrefutablemente constituye el derecho
internacional.
De esta percepción, podemos decir que el hombre actúa de dos maneras distintas,
por un lado se protege y trata de conservar lo que es suyo y, por la otra, evita
corromper a la sociedad en la que vive.
John Locke (1632-1704 d.C.). Autor del Ensayo sobre el entendimiento humano,
rechazó las ideas innatas para basar el origen del conocimiento en la experiencia
y en la sensación ayudadas por la reflexión.
Jean Jacques Rousseau (1712-1778 d.C.). Nació en Ginebra, Suiza. Entre sus
obras destaca EL contrato social, en dicha obra sostiene que la salvaguarda de los
derechos naturales debe quedar confiada a la mayoría del pueblo en sí mismo, no
representado en un poder legislativo, puesto que el poder del pueblo debe ser
ejercido por el propio pueblo, por tanto, todo mandato emanado del pueblo es para
sí mismo, debido a que la voluntad de la mayoría es soberana, de manera que el
gobierno es sólo una comisión para ejecutar la voluntad general, es decir, el
gobierno es un contrato de mandato donde el pueblo, que es el mandante, puede
revocar, limitar y modificar el mandato al mandatario, que es el gobierno.
Immanuel Kant (1724-1804 d.C.). Filósofo alemán y uno de los pensadores más
ilustres de todos los tiempos; en su obra denominada Crítica de la razón pura,
Crítica de la razón práctica, y Crítica del juicio, concibe una teoría del
conocimiento, idealista y además crítica.
Este filósofo sentó las bases del derecho moderno, al señalar que la libertad es la
meta suprema, la cual se encuentra vinculada al derecho y consideró en su obra
máxima que prevaleció el jusnaturalismo a través del axioma jurídico que señala:
"La libertad de un individuo comienza donde termina la de otro y viceversa."
Rudolf Stamler (1856-1938 d.C.). Iusnaturalista alemán que busca distinguir entre
el concepto de derecho y la idea de derecho, esta distinción proviene de su
preocupación por diferenciar al derecho positivo del derecho justo. Así, expresa
que el concepto de derecho debe ser tan amplio que deben intervenir
características como: "Un querer entrelazante, inviolable y autárquico". Por otra
parte, la idea de derecho sería la realización de la justicia.
4.2. JUSPOSITIVISMO
A mediados del siglo XIX y comienzos del siglo XX, el derecho natural tomó un
lugar secundario, porque sus teorías fueron desplazadas por el historicismo y el
positivismo jurídicos.
Sin embargo, el siglo XX ha sido testigo de una resurrección del derecho natural,
porque las viejas teorías reaparecieron con ideas evolucionistas y se multiplicaron,
aunque sus ideas en ocasiones eran confusas y variadas, producto de las nuevas
tensiones políticas, sociales y económicas que no podían ser resueltas a través
del derecho positivo.
El término positivismo fue adoptado por Saint-Simon, este autor sostiene que las
condiciones morales, políticas y materiales de la nueva sociedad deben ser
sustituidas por una nueva moral positiva, es decir, basarse en la ciencia, para
remplazar los dogmas religiosos y es su discípulo Augusto Comte, quien culmina
la obra de su maestro en tres libros: Curso de filosofía positiva, Principios de
filosofía positiva y Sistema de política positiva.
Las tesis fundamentales del positivismo jurídico son: que no debe aceptarse más
derecho que la propia ley, porque ésta es producida por el gobernante, de manera
que el gobernante lo manda y sólo lo que de él emana es derecho.
El maestro Ovilla Mandujano señala, de conformidad con Bobbio que son tres los
aspectos que se deben tomar en consideración al llevar a cabo el estudio del
positivismo jurídico:
Junto con Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Sir Henry Summer Maine, Spencer
tuvo la idea de que el derecho es producto de la evolución cultural y comparte las
fluctuaciones generales a que están sujetas las civilizaciones humanas. Es un
producto de la evolución cultural el derecho, en su desarrollo progresivo fue, para
ellos, un instrumento importante para fomentar la libertad.
John Austin (1790-1859 d.C.). Estudió leyes después de recibir una educación
militar y, desde 1818 hasta 1825, ejerció como abogado sin demasiado éxito.
Perteneció al círculo de filósofos reformadores, utilitaristas y mantuvo una
estrecha amistad con Jeremy Bentham, James Mill y John Stuart Mill. A la
fundación de la Universidad de Londres ocupó la cátedra de Jurisprudence (Teoría
del Derecho). Desde 1827 hasta 1828, estudió en la Universidad de Bonn, donde
entró en contacto con la sistemática jurídica de la Escuela Histórica Alemana del
Derecho, allí conoció a otros ilustres juristas de los que tuvo gran influencia para el
desarrollo de su teoría. De regreso a Londres, se topó con la extrañeza de los
estudiantes de derecho, habituados al casuismo del common law; entonces
abandonó desencantado su cátedra, después de dictar la primera versión de su
obra denominada The Providence of Jurisprudence Determined (1832), pese al
éxito que tuvo su libro, no se reeditó sino después de su muerte por su mujer
Sarah Taylor, también escritora y partícipe de las ideas utilitaristas, en 1861. En el
prefacio biográfico de esa edición, Shara recogió la siguiente frase de su marido:
"Nací fuera del tiempo y lugar. Hubiera debido ser un estudioso del siglo XII, o un
profesor alemán".
Sin embargo, Edgar Bodenheimer critica esta postura al señalar que en el siglo
XX, en los nuevos Estados despóticos, el poder significó ciertamente algo, y el
ejemplo más claro de un gobernante autocrático es Adolfo Hitler, ya que tuvo un
poder que no estaba sujeto a freno alguno ni limitación de ninguna especie, lo que
no concordaba con la soberanía al modo de Austin.
Otros aspectos que resaltan las diferencias entre el derecho de los latinos y el
derecho de los ingleses son las que menciona Jhering, al señalar que las razones
del talento jurídico de los ingleses es el conservadurismo ilustrado de que
participaron también los romanos. Es característico de los juristas ingleses, como
lo fue de los jurisconsultos romanos, una tendencia a aferrarse a los métodos y
estructuras jurídicas establecidas, pero sin una resistencia demasiado severa a los
cambios inevitables. Tanto los jueces ingleses como los jurisconsultos romanos
poseen una capacidad natural para decidir los casos atendiendo a las
circunstancias, con miras a un resultado equitativo y práctico. Sin embargo, hay
diferencias entre el pensamiento y los métodos jurídicos de ambos pueblos
basados principalmente en las características nacionales.
Varios juristas adoptaron las bases de la escuela fundada por Austin, entre los que
destacan Thomas Erskine Holland, William Markby, Sheldon Amos y John
Salmond.
Kelsen afirma que el derecho positivo puede ser objeto de ciencia, sólo éste es el
objeto de la teoría pura del derecho que es una ciencia. Esta ciencia busca el
derecho real y posible, no el justo, y en este sentido es radicalmente realista y
empírica, renuncia a justificar y a condenar.
Los maestros Ovilla Mandujano y Jorge Witker coinciden en señalar las ideas de
Kelsen con relación a:
Concepto de norma. La ley es válida, es decir, obligatoria, aun después que todos
los miembros de la legislatura que sancionó han muerto, por tanto, el contenido de
la ley ya no es la voluntad de nadie, por lo menos de nadie competente para
quererla.
Sin embargo, Kelsen, al final de su vida, y para ser exactos a los 83 años,
reconoció expresamente su error con relación a su norma fundamental al expresar
lo siguiente:
debo confesar que no puedo seguir manteniendo esta doctrina, que tengo que
abandonarla [...J La he abandonado al comprobar que una norma (sollen) debe
ser el correlativo de una voluntad. Mi norma básica es una norma ficticia,
fundamentada en un acto de voluntad ficticio que realmente no existe."
Escribió otras obras como: On Law Justice (1958) y Directives and Normas (1968).
Este jurista es, sin duda, el más destacado de los filósofos ligados al realismo
escandinavo y, a la vez, el más abierto a los avances de la filosofía en general,
sobre todo de la filosofía anglosajona de tradición analítica. De esta forma, las
teorías jurídicas inglesa y escandinava han compartido tradicionalmente muchos
puntos de vista, uno de ellos es el que señala que el derecho es algo hecho por y
para los hombres; tienen además en común una desconfianza general hacia la
capacidad de los sistemas filosóficos para ilustrar aquello que el derecho es, o
bien, aquello que el derecho debe ser; existe también cierta hostilidad e
indiferencia hacia las doctrinas jusnaturalista, al menos en su forma escolástica.
En su obra On Law and Justice se observan nueve capítulos que están dedicados
a la estructura del derecho y análisis de sus nociones principales; también hay
ocho últimos capítulos que se refieren a los estándares usados en su crítica. En
ambos casos, el objetivo del autor es disipar las concepciones erróneas que a
menudo se hallan incorporadas al lenguaje del derecho y la moral, y sustituirlas
sea por concepciones empíricas racionales o bien, por un sincero reconocimiento
de los aspectos o elementos que se consideran ideológicos, y que deben
introducirse en la dirección de la vida social.
Esa segunda parte del libro, establecida en ocho capítulos, contiene una crítica del
derecho natural clásico y tomista de la idea de justicia y del utilitarismo, y también
dedica tres capítulos a lo que el autor denomina política jurídica; misma que se
considera como una disciplina que todavía falta por desarrollar ampliamente y que
Alf Ross apoya y piensa que los juristas deberían hacer progresar; su objetivo
principal es descubrir los mejores métodos de adaptación del derecho a las
condiciones técnicas o ideológicas cambiantes, y dar la posibilidad al jurista para
que sea capaz de mediar entre expertos cuando éstos se encuentran en
desacuerdo en relación a los cambios sociales.
En segundo lugar, incluso si (aunque ello bien puede ser puesto en duda), los
enunciados no judiciales son siempre predicciones acerca de la conducta y
sentimientos futuros de los jueces, la base para tal predicción es el conocimiento
de que los jueces usan y comprenden el enunciado (ésta es una regla válida) en
un sentido predictivo.
H. L. A. Hart (1907-1992)
Hart explica que el derecho es una unión de reglas primarias y secundarias, y que
la comprensión de esta combinación es la clave de la ciencia jurídica. Esta tesis
no debe ser comprendida como una definición, más bien como un intento de
indicar la "esencia" del derecho, lo que significa la advertencia de algunas
propiedades con gran poder explicativo.
Las reglas que confieren poderes están divididas en tres grupos: reglas de
adjudicación, reglas de reconocimiento y reglas de cambio.
Cada una de las teorías a través de sus diversos autores han procurado conocer y
organizar cada una de las facetas de la vida humana para que sean funciones
vitales de la ciencia y el derecho, respectivamente. La ciencia como paradigma
cognoscitivo, y el derecho como paradigma organizativo, se encuentran
estrechamente vinculados entre sí, en especial cuando el derecho es visto como
objeto de conocimiento científico.
1. La lucha por la liberación de la ciencia del derecho, ésta fue realizada en 1906,
por Hermann Kantorowicz, al exponer sus puntos de vista y señalar que se debe
descartar todo ideal antiguo y erigir un ideal nuevo opuesto a todos los conceptos
tradicionales. Es importante mencionar que el positivismo del siglo XIX, para
superar al derecho natural, ha sustentado la premisa de que no existe más que el
derecho reconocido por el Estado, es decir, el derecho positivo; por su parte,
Kantorowicz objeta esta postura al contraponer frente al derecho positivo un
derecho libre, esto es "un derecho natural que emerge del siglo XX". De esta
manera, enfatiza que "una vez que se haya conseguido desenmascarar a la ley, la
ciencia no se contentará ya con el papel de humilde sirvienta del legislador, de ser
su altavoz".
Imer B. Flores2' precisa algunas características que debe reunir la ciencia juridica:
Cabe hacer la reflexión para los juristas del siglo XXI de los aspectos
mencionados, porque el dogmatismo ha llevado al debate para determinar la
primacía entre el jusnaturalismo y el juspositivismo, lo cual ha provocado la
discusión de las teorías emitidas por diversas escuelas que se han formado en el
presente siglo y que devienen del juspositivismo, entre las que destacan: el
jusformalismo y el jusrealismo y otros más que ya se presentaron anteriormente.
4. La globalización es otro de los grandes retos para los juristas del siglo xxl, ya
que deberán hacer frente a las teorías que nazcan con relación a la integración
económica, a la era de las computadoras y a los dilemas que se presenten en
relación con el Internet y la clonación, al debate en torno a la posmodernidad, ya
que ni la ciencia ni el derecho pueden permanecer ajenos a estos cambios y el
objetivo principal es que la ciencia del derecho busque un nuevo paradigma
evitando el dogmatismo y su legalismo, debe superar el dualismo y el
reduccionismo. Todo ello deberá realizarse mediante el reconocimiento de una
actitud critica, dialéctica e interdisciplinaria sobre las bases de una pluralidad
metodológica, debiendo resaltar la interacción entre: valor, norma y hecho; justicia,
vigencia y eficacia; considerando puntos de vista internos y externos en toda
sociedad; entre muchas otras cuestiones que aparecerán y que por ende
merecerán la atención y respuesta de los juristas del siglo XXI.
Si los estudiosos del siglo XXI demuestran su capacidad para mejorar las teorías,
por ende, el derecho podrá ser explicado y observado. por las sociedades futuras,
entonces y sólo entonces, se le demostrará a Julios Hermann von Kirchmann lo
equivocado de su afirmación: