Centro Histórico de Bogotá-2011
Centro Histórico de Bogotá-2011
Centro Histórico de Bogotá-2011
VIII ENCUENTRO
VIII ENCUENTRO DE GESTIÓN DE CENTROS HISTÓRICOS
DE CENTROS
HISTÓRICOS
antigua . guatemala
7.10 de noviembre
2 0 1 1
La Arquitectura Contemporánea
en el Centro Histórico
El Centro
Histórico
de Bogotá y
su proceso de
recuperación
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....“Reencuéntrate” pretende dar a la Candelaria el equilibrio
entre pasado, presente y futuro, entre visión local y mundial entre
funcionalidad y estética, con el fin de rehabilitarla, conservarla y
dinamizarla integralmente.....”
Muchos como Ortiz Vargas consideraban que era indispensable conservar parte
del legado histórico de la ciudad para no perder el rumbo: “Conservemos para
progresar, progresemos para conservar”, escribía Enrique Isaza Andrade en 1932
para luego continuar diciendo que “sobre los moldes antiguos, que no siempre
deben desecharse, construyamos diariamente la actualidad moderna. Toda ciu-
dad del mundo civilizado reclama una heráldica, una historia. Bajo los símbolos
aristocráticos de nuestra capital debe escribirse cariñosamente, con empeño filial
su historia, la que nos diga quienes se abrigaron dentro de sus muros, lucharon
para engrandecerla y por formar un marco digno de sus preclaras virtudes”2.
1
Órtiz Vargas, Alfredo. “Santa Fe y Bogotá” en Registro Municipal, Bogotá, Imprenta Municipal, 1935, tomo V,
p..434.
2
Isaza Andrade, Enrique. “Del viejo Bogotá” en Registro Municipal, Bogotá, Imprenta Municipal, 1932, tomo I,
p..379.
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Para entender los llamados de atención hacia el pasado de Órtiz Vargas e Isaza
Andrade hay que tener en cuenta que en 1913, de acuerdo al plano de la ciudad de
entonces, el área urbana de ésta se extendía hacia el sur desde el barrio Las Cruces
hasta la calle 2 sur en San Cristóbal y sobre los cerros orientales ya existían “barrios
indeseables” 3. Chapinero se desarrollaba con mayor rapidez en sentido norte y
se extendía entre las actuales calles 64 y 67 entre las carreras 7ª y 13, en donde ya
aparecían los barrios Quesada, Marly y Sucre. Sin embargo, el área comprendida
entre estos barrios y San Diego aún se dedicaba a la agricultura. Dos años antes, el
ingeniero Alberto Borda Tanco (1864-1947), consideraba que Bogotá poseía “600
manzanas, con 16 casas cada una, las cuales contienen unos 100.000 habitantes”
4
. La comunicación entre Chapinero y el centro de la ciudad se realizaba desde
1884 a través del tranvía, ésta línea había sida electrificada en 1910, sin embargo
las demás seguían aún a merced de las caprichosas mulas.
3
Vergara y Vergara, Julio C. “El desarrollo urbano de la Capital y las obras del cuarto centenario” en Registro Munici-
pal, Bogotá, Imprenta Municipal, 1936, tomo VI, p.118.
4
Borda Tanco, Alberto. “Bogotá“ en Anales de Ingeniería, Bogotá, Sociedad Colombiana de Ingenieros, Vol. XIX,
No.221-222, julio y agosto de 1911, p. 31.
5
Op. Cit. Julio C. Vergara y Vergara, p. 119.
6
Ibídem, p.122.
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nicaciones. El problema lo planteó en 1939 de la siguiente manera el presidente
Eduardo Santos (1938-1942): “al acometer el gobierno la demolición del Edificio
de Santo Domingo, ha querido no sólo cumplir leyes terminantes, sino atender
a la necesidad premiosa de proporcionar locales adecuados para las oficinas pú-
blicas y resolver el más grave problema que confronta el desarrollo de la capital
(…) Hace treinta años era ese el centro vital de Bogotá en lo comercial y en lo
social; pero la ciudad ha crecido, su población se ha triplicado, sus problemas de
tránsito son cada día mayores y las callejuelas estrechas de lo que antes fuera la
mejor parte de la capital hacen hoy imposible todo progreso en ese sector (…)
ningún barrio de Bogotá causa peor impresión que éste a las personas que lo visi-
tan”. Para rematar diciendo que “el dilema esta planteado entre su conservación
y el retroceso y empobrecimiento del centro de la capital, o su demolición y la
resurrección pujante de esas calles (…)” 7.
Hay que reconocer que se presentaron muchas propuestas para restaurar el-
claustro, reconstruirlo e incluso modificarlo, pero las opciones quedaron trun-
cadas cuando el mismo presidente Santos desde su periódico el Tiempo remató
diciendo que el debate estaba planteado no sobre su conservación sino sobre la
mejor manera de reemplazarlo porque “aunque bogotano de nacimiento y vin-
culado a esta ciudad por todos mis recuerdos, me siento obligado, en cuanto a
su esencial desarrollo se refiere, a preocuparme más por su presente y futuro que
por su pasado. Cuando he visto agonizar el centro de Bogotá y presenciado su la-
mentable decadencia, me he convencido de que es indispensable sacrificar algo
del pasado en aras del porvenir y no descuidar el futuro de Bogotá por conservar
una pequeña parte de lo que fuera Santa Fe” 8. El claustro finalmente fue demoli-
do y durante la construcción del nuevo Palacio de las Comunicaciones o “Edificio
Murillo Toro” (1939-1941) diseñado por Hernando González Varona y Bruno Violi,
la iglesia, que se había conservado, evidenció problemas estructurales. Nueva-
mente se abrió el debate sobre si debía o no conservarse el templo.
Palacio de Justicia y Catedral Primada, Plaza de Bolívar El Concejo Municipal mediante el Decreto No.354 promulgado el 29 de julio de
Antiguo Seminario Mayor, adecuado para uso residencial 1946 prohibió su demolición, a pesar de ello, la comunidad de los padres Domini-
cos vendió el predio y mediante escritura pública registrada el 18 de septiembre
de 1946 lo traspasó a la compañía Urbanizaciones Centrales Ltda.9. La iglesia
cerró sus puertas el 15 de octubre de ese año, para ese momento ya no fue con-
siderada como Monumento Nacional 10 y adicionalmente la alcaldía de Bogotá,
en cabeza del alcalde Salgar Martín, revocó el decreto que promovía su conser-
vación y la condenó mediante el Decreto No.422 del 19 de diciembre de 1946. La
demolición se inició el miércoles 8 de enero de 1947 y con ella, se culminaría la
pérdida de este conjunto arquitectónico que presagiaría los atentados contra el
patrimonio arquitectónico promovidos durante y a raíz de los violentos hechos
7
Niño Murcia, Carlos. “Arquitectura y Estado“, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Instituto Colombiano
de Cultura, 1991,p. 126.
8
Ibídem, p.127.
9
Cuéllar, Marcela. Hugo Delgadillo y Alberto Escovar. “Gastón Lelarge. Itinerario de su obra en Colombia“,
Bogotá, Editorial Planeta, Corporación La Candelaria, 2006, p.p. 56-57.
10
Fray Alberto E. Ariza en El Catolicismo, Bogotá, viernes 2 de agosto de 1946, p. 6.
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que con motivo del asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de
1948, terminarían por sellar el destino del centro de la vieja Santa Fe y abrirían
paso a los sueños transformadores de la nueva Bogotá.
LA BOGOTÁ MODERNA
En 1947 el célebre urbanista suizo-francés Le Corbusier visitó Bogotá por prime-
ra vez y dos años después formuló un plan piloto para la ciudad que fue com-
plementado por el Plan Regulador elaborado por los arquitectos Wiener y Sert
y que cierran los planes urbanos para la ciudad en la primera mitad del siglo XX.
Este plan que fue aprobado mediante el Decreto 185 de 1951, propuso la trans-
formación total de la ciudad. Se eliminó el sistema vial ortogonal, así como el
sistema de manzanas construidas (característica principal de la ciudad hasta
entonces) para dar paso a un nuevo estatuto del uso del suelo a través del cual
se creó un sistema integral de espacios públicos y edificios aislados en altura.
Desde un punto de vista patrimonial, sólo se conservaban algunas edificaciones
de carácter representativo como el Capitolio, La Catedral Primada, el Colegio
de San Bartolomé, la iglesia de San Ignacio y el palacio de San Carlos, así como
algunas construcciones compactas y continuas con frente sobre la carrera 7ª.
Este plan, si bien concibió un nuevo centro cívico con excelentes condiciones
funcionales en términos de accesibilidad, planteo por otra parte la total destruc-
ción de la ciudad existente, de su patrimonio construido y por consiguiente de
su memoria histórica 11.
11
Revista Preinversión. “Plan Zonal del Centro de Bogotá“, Bogotá, FONADE, mayo de 1988, p. 12
12
Op. Cit. Carlos Niño Murcia, p. 264.
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el nuevo proyecto el Ministerio de Defensa, Transporte y otras dependencias gu-
bernamentales que aún pueden apreciarse al contemplar este conjunto urbano
adyacente a la avenida El Dorado.
Es de resaltar que una vez cayó el gobierno de Rojas Pinilla, muchos arquitectos
asumieron la vocería para defender la presencia del Centro Cívico de la Nación en
las inmediaciones de la plaza de Bolívar como venía sucediendo desde la funda-
ción misma de la ciudad en el siglo XVI y por varias décadas no volvería a tomar-
se en consideración esta opción. Adicionalmente y a juicio del arquitecto Carlos
Niño Murcia, la decisión de trasladar algunas de las dependencias gubernamen-
tales salvó el centro histórico porque con el CAO “se evitaron más destrucciones y
una concentración excesiva. La ciudad moderna debía ser construida en las partes
nuevas sin demoler lo antiguo como ansiosa y erradamente se quería” 13. Como de
hecho ya vimos que sucedió con el claustro de Santo Domingo para la edificación
del nuevo Palacio de Comunicaciones o había pasado en 1938 con la construcción
del edificio de los Ministerios sobre el predio del antiguo claustro de San Agustín.
13
Ibídem. P. 266.
14
Op. Cit. Revista Preinversión, p.13.
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Luego el Decreto 1119 de 1968 determinó una nueva zonificación para la ciudad
e identifico como zonas residenciales en deterioro a Las Aguas, Santa Bárbara,
las Cruces y Egipto, y las zonas de carácter mixto desmejoradas y mal utilizadas,
como San Facon y la Estación de la Sabana. Este decreto tuvo vigencia hasta la
aprobación del Decreto 159 de 1974. En este periodo se llevó a cabo el “Plan Mue-
las” 15 que buscaba mejorar la calidad espacial del centro mediante la construcción
de espacios públicos peatonales, plazas y plazoletas. De este plan resultaron inter-
venciones como la plazoleta del Rosario, con la demolición de uno de los edificios
que conformaban el Pasaje Santafé, y que autorizaron la utilización del subsuelo
en estacionamientos, la peatonización y adecuación de las plazas de las Nieves y
de Quevedo y los separadores y plazuelas sobre la Avenida Jiménez.
En 1971, el Acuerdo No. 3 de ese año, declaró el centro histórico como zona piloto
de interés histórico, artístico y ambiental y definió usos, demarcaciones, normas
y licencias para las intervenciones en el sector. Posteriormente, el Acuerdo 7 de
1979 dedicó un capítulo a la normativa de la zona histórica, a la cual se le asignó
un tratamiento diferente y complementario a los tratamientos de conservación
ambiental, arquitectónica y urbanística para el resto de la ciudad. Con este acuer-
do se creó la Junta de Protección del Patrimonio Urbano16, que podía establecer
las áreas e inmuebles de conservación. Los inmuebles considerados como de con-
servación quedaban exonerados de los impuestos de delineación, construcción y
complementarios cuando en ellos se adelantaran obras tendientes a su restaura-
ción o conservación y que fueran autorizados por el Departamento Administrativo
de Planeación Distrital. Este acuerdo estuvo vigente hasta 1990 cuando fue dero-
gado por el Acuerdo 6. Durante su vigencia el acuerdo 7 de 1979 tuvo dos conse-
cuencias importantes para la ciudad y su patrimonio arquitectónico.
La primera fue el desplazamiento de los residentes de zonas residenciales que se Centro Cultural Gabriel García Marquez (2009) Centro Histórico
vieron afectados por el cambio de uso del suelo, porque la norma daba una mayor
prioridad a usos más rentables que la vivienda, situación que aumentó el abando-
no y deterioro de estos sectores que tendieron a transformarse en áreas de ofici-
nas que presentan problemas de congestión y deterioro del espacio público.
15
Ibidem. p. 14.
16
Concejo del Distrito Especial de Bogotá. Acuerdo 7 de 1979. Cap. Art. 62 La Junta de Protección del Patri-
monio Urbano estará conformada así: El Director del Departamento Administrativo de Planeación Distrital o su
Delegado. El Director del Instituto de Desarrollo Urbano o su Delegado. El Presidente de la Academia Colombiana
de Historia o su delegado .El Director de Colcultura o su delegado. El Presidente de la Sociedad Colombiana de
Arquitectos o su delegado. El Director del Instituto de Cultura y Turismo o su delegado.
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A pesar de esto, se definió y limitó una área central en donde se aplicó una nor-
ma urbanística especial y así, luego de una desbocada carrera en busca del pro-
greso que se materializó en innumerables y anodinas edificaciones que aún se
pueden observar en el sector antiguo de la ciudad, se concluyó que para asegurar
su conservación éste debía tener una reglamentación diferente a la del resto de
la ciudad. Bogotá por último concluyó que para conservar los vestigios de la an-
tigua Santa Fe, había que tratarla diferente al resto de la ciudad. Sin embargo,
aún hacía falta crear una entidad que se encargara de verificar que esta norma
exclusiva para el centro histórico en efecto se cumpliera.
Una vez concluido el proceso de inventario, con las respectivas fechas de los
inmuebles que conforman el centro histórico, la Corporación La Candelaria ha
17
En 1994 con la expedición del Decreto 678, que amplió la propiedad fue necesario inventariar 83 manzanas más, en
un área aproximada de 80 hectáreas, entre la 7 y la carrera 10, la calle 14 y la avenida Jiménez, y los predios con frente
sobre el costado norte de la avenida Jiménez, el costado oriental de la avenida Circunvalar y el costado sur de calle 7. El
último trabajo de inventario se realizó en el año 2000 y buscó modificar la reglamentación que se aplicaba anteriormente
predio a predio por una conservación integral por manzanas. Sin embargo, a la fecha no se ha implementado.
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adelantado por espacio de 26 años la silenciosa, y en ocasiones ingrata, labor de
autorizar o no las intervenciones que se realizan en el sector. Vista esta gestión
en perspectiva, es innegable que ha permitido la consolidación y mantenimiento
del Centro Histórico y sorprende que no se haya pensado en crear una curaduría
del patrimonio, liderada por esa entidad que le permita seguir realizar este tra-
bajo, pero cobrar por él. Esto no sucede en la actualidad.
18
Revista Proa, Reencuéntrate un compromiso por La Candelaría, Bogotá, No. 438, enero de 1998, p. 12
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en el POT la conformación del Comité Distrital de Renovación Urbana 19, y la
creación del Consejo Asesor del Patrimonio Distrital 20 como órgano consultivo
encargado de asesorar al Departamento Administrativo de Planeación Distrital,
en el diseño de las políticas para el manejo de los Bienes de Interés Cultural en
el Ámbito Distrital, y de emitir concepto sobre las propuestas de declaratoria de
Bienes de Interés Cultural. De esta manera se eliminó la Junta de Protección del
Patrimonio que había sido creada en 1979.
19
Decreto 619 de 2000 Artículo 299. Intervención de la Administración Pública, parágrafo 1. . Se conformará el Comité
Distrital de Renovación Urbana, con el fin de coordinar las acciones tendientes al cumplimiento de lo establecido en el
Plan de Ordenamiento Territorial, los Planes de Desarrollo y el Acuerdo 33 de 1999, como una instancia interinstitucional
en donde se canalicen todas las acciones de Renovación Urbana de iniciativa pública o privada.
20
Ibidem . Numeral 2 del artículo 301.
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