Tema 3 El Arte Romano
Tema 3 El Arte Romano
Tema 3 El Arte Romano
El Arte de Roma
Índice:
Temas:
Ilustraciones:
Arte romano ‐ Arte al servicio de los conquistadores del mundo
Introducción
La civilización romana se desarrolló en los territorios que baña el mar Mediterráneo o Mare Nostrum,
como lo conocían los romanos, en Europa, África y Asia.
Su origen se sitúa en la península Itálica, lugar estratégico del Mediterráneo, y en la ciudad de
Roma, con una posición privilegiada por la navegabilidad del río Tíber que la atravesaba.
En los territorios por los que se extendió la civilización romana:
El clima era templado (inviernos suaves; veranos cálidos y secos; lluvias en primavera y otoño).
Se cultivaba la tríada mediterránea (trigo, vid, olivo), base de la economía.
Los límites eran:
Al N, las tierras frías de Europa septentrional, más allá de los ríos Rhin y Danubio.
Al E, las montañas y estepas asiáticas que rodean el mar Negro y el mar Caspio.
Al S, los desiertos del Sáhara y de Arabia.
En estas zonas fronterizas los romanos establecieron puestos militares y líneas de murallas
para evitar la entrada de pueblos guerreros (barbaros).
Cronología de Roma
La creación de Roma y la Monarquía (753 – 509 a. C.)
En el s. VIII a. C. en Italia vivían numerosos pueblos: los más imp. eran etruscos (N) y latinos (S).
Los latinos levantaron varios poblados en una zona conocida como las Siete Colinas, de cuya unión
surgió Roma. Según la leyenda Roma fue fundada en el 753 a. C.
La primera forma de gobierno en Roma fue una monarquía electiva la leyenda afirma que Roma
tuvo siete reyes vitalicios elegidos por las familias más ricas de la ciudad (patricios).
El rey se encargaba de dirigir los actos religiosos, mandar el ejército y ejercer justicia.
Era auxiliado por el Senado, una asamblea de senadores o cabezas de las familias principales.
Los etruscos conquistaron Roma en el s. VI a. C. Durante la dominación etrusca la ciudad creció y
atrajo a familias importantes, artesanos, comerciantes, campesinos y extranjeros.
Sin embargo, los romanos nativos no aceptaron bien la autoridad etrusca y se enfrentaron a ella. En
509 a. C. el último monarca etrusco Tarquinio el Soberbio fue destronado por una rebelión.
La República (509 – 27 a. C.)
Los romanos instauran una nueva forma de gobierno: la República, con 3 instituciones principales:
Comicios: asambleas de ciudadanos romano para votar leyes y elegir a los magistrados.
Magistraturas: cargos del gobierno elegidos anualmente. Había 2 magistrados supremos o
cónsules con el máximo poder civil y militar.
Senado: la institución más importante. Establecía leyes, dirigía la política exterior y daba normas
de actuación a los magistrados. Sus decisiones se acataban sin discusión.
En la Roma republicana había dos grandes grupos sociales:
Los patricios, familias ricas y poderosas, que descendían de los fundadores de la ciudad.
Los plebeyos, la mayoría de la población.
Al principio, sólo los patricios tenían todos los derechos políticos, como ser magistrado o senador.
Los plebeyos obtuvieron en el s. V a.C. un defensor sus derechos (tribuno de la plebe).
En el s. IV a.C. las diferencias políticas entre patricios y plebeyos desaparecieron.
Durante época republicana Roma creó un gran imperio:
Entre el 500 y el 250 a.C. extendió su poder por la península itálica.
La conquista del S de Italia provocó el conflicto entre Roma y Cartago, potencia del N de África
guerras púnicas (264 a.C.–146 a.C.), donde destacaron dos genios militares Aníbal y P.C. Escipión.
La victoria final romana convirtió a Roma en dueña del Mediterráneo occidental: Sicilia, Córcega,
Cerdeña, N de África y península ibérica.
Entre los ss. II y I a.C. Roma conquistó los reinos helenísticos del Mediterráneo oriental:
Macedonia, Grecia, Asia Menor, Siria y Egipto.
El fin de la República estuvo marcado por los conflictos sociales y la guerra civiles.
Las conquistas mediterráneas ahondaron las desigualdades sociales: patricios y comerciantes
aumentaron su riqueza tras la compra de latifundios y el control del comercio en los territorios
conquistados; los campesinos se empobrecieron ya que de las colonias se trajeron productos más
baratos y mano de obra esclava.
Los intentos de reparto de tierras fracasaron (Tiberio y Cayo Graco).
En los dos últimos siglos de República hubo guerras civiles: la más importante enfrentó a Mario,
jefe del partido popular, Vs Sila, jefe del partido aristocrático.
Ante la inestabilidad creciente, la influencia de los militares fue aumentando hasta formarse
triunviratos o unión de tres hombres de prestigio:
1er triunvirato: Julio César, Craso, Pompeyo. Se impuso Julio César, que fue proclamado
dictador perpetuo y asumió máximos poderes hasta su asesinato (44 a.C.).
2º triunvirato: Marco Antonio, Lépido, Octavio Augusto. Acabó con la concesión de los
máximos poderes por el Senado a Octavio Augusto en el 27 a. C.
El Imperio (27 a. C. – 476 d. C.)
Augusto liquidó a sus opositores, pacificó la situación y cambió la forma de gobierno Imperio
romano, con un emperador que acumulaba todos los poderes:
Presidía el Senado, que se limitaba a ratificar las decisiones del emperador.
Era jefe supremo del ejército y dirigía la política exterior (militar y diplomática).
Era pontífice máximo (más alto representante religioso).
Dictaba leyes y decidía sobre los tributos.
El cargo de emperador era vitalicio y él mismo designaba a su sucesor, formando dinastías:
Julio‐Claudia (14 – 68) Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón.
Siglo I d.C.
Flavia (69 – 96) Vespasiano, Tito, Domiciano.
Siglo II d.C. Antonina (96 – 192) Trajano (98‐117), Adriano (117‐138).
En los siglos I y II d.C. el mundo romano alcanzó su máximo esplendor y poder.
Se conquistaron nuevos territorios: Britania, Rin, Danubio, Próximo Oriente.
Roma y las grandes ciudades del Imperio se llenaron de construcciones y obras públicas.
Gran desarrollo económico gracias al crecimiento del comercio.
A partir del s. III d.C. los problemas comenzaron a socavar las bases del imperio romano.
La defensa del un imperio gigantesco mucho poder para el ejército “golpes de Estado” de
generales gran inestabilidad política.
Por el N presionaban los pueblos germánicos; por el este, los persas inseguridad.
En el s. IV d.C. los hunos, pueblo guerrero procedente de Asia central, dirigidos Atila, hostigaron a los
germanos, que traspasaron las fronteras del Imperio buscando protección.
Constantino (306‐337), sucesor de Diocleciano, establece la capital en Constantinopla y reconoce
al Cristianismo.
En el 395 el emperador Teodosio dividió el imperio en dos para facilitar su defensa:
Imperio Romano de Oriente, con capital en Constantinopla, que queda para su hijo Arcadio.
Imperio Romano de Occidente, con capital en Roma, que queda para su hijo Honorio.
Sin embargo, ante la debilidad de los sucesores de Teodosio, algunos pueblos germanos empezaron a
crear reinos propios dentro del imperio occidental.
En el 476 los germanos depusieron al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo.
El Imperio Romano de Oriente resistió hasta 1453.
El arte romano
Antecedentes del arte romano
Autóctonos: etruscos y culturas itálicas primitivas, de los que toman: el realismo del retrato y el culto
a los muertos; el uso del arco, la bóveda o la columna toscana; la disposición original del templo…
Griegos: a través de los talleres atenienses pero sobre todo Magna Grecia, como consecuencia de:
Botines: tras el saqueo de Siracusa (212 a.C.), los romanos descubren el refinamiento cultural
heleno (hasta entonces, no apreciaban el arte y sus costumbres eran bastante rústicas).
Coleccionismo: círculos más refinados que empiezan a apreciar la cultura griega.
De Grecia vienen muchos de sus artistas y toman: los órdenes arquitectónicos, el urbanismo
hipodámico, algunas tipologías de edificios (templo, teatro, estadio), materiales (mármol), la
técnica escultórica y pictórica.
Estas dos tradiciones influyen en la existencia de una doble corriente artística: una de arte culto
helenizado, dominante, y otra popular más realista, que se entrecruza en determinados momentos.
Sociología
El arte fue una actividad despreciada por la aristocracia griega y romana ya que era un trabajo
manual que realizaban esclavos o, en el caso del arte romano, griegos.
El hecho de trabajar con las manos y recibir dinero por ello hacía que tuvieran una consideración
social inferior. El trabajo del artista se valoraba por su “habilidad” y se apreciaba “lo técnico”, no
lo estético o creativo (Plutarco y Séneca).
Las obras de arte podían gozarse pero esto no suponía que se apreciara a sus creadores.
El trabajo artístico comenzó a perder sus connotaciones negativas con la aparición del cristianismo,
pero la vinculación entre trabajo físico y remunerado / artesanía se mantendrá hasta el Renacimiento.
Características generales
Personalidad propia. Pese a la deuda con Grecia y el Helenismo, tiene rasgos diferenciadores.
Diferente organización política, social, urbanística… (Roma, Estado centralizado; Grecia, polis
independientes) desarrollo artístico propio.
Arte griego Arte romano
Ágora (espacio público) Casa (espacio privado)
Espacio externo (volúmenes) Espacio interno
Belleza (kalos kai agathos) Utilidad (obras públicas, Derecho…)
Idealismo Realismo
Arquitectura y escultura no colosal Tendencia a lo monumental (espec. en época imperial)
Durante los primeros siglos de la República está influenciado por el arte etrusco y por la necesidad de
obras públicas (nace antes la arquitectura que la pintura y la escultura); en los últimos siglos de la
República y durante el Alto Imperio recibirá la influencia del arte griego.
Hasta bien avanzada la República (conquista de la Magna Grecia), hay un escaso interés por el
arte. Luego se convertirá en signo de refinamiento.
Importancia de Roma, modelo cultural, político, urbanístico… para el resto de ciudades.
Carácter realista y narrativo. Desarrollo del retrato, del relieve, de la pintura...
Arte pragmático y propagandístico: político, estatal y urbano.
Obras públicas, edificios civiles, relieve histórico, retrato de personalidades políticas…
Sincretismo. Asimilan e integran las tradiciones culturales de los territorios que ocupan, sobre todo
Grecia, Egipto, Asia Menor y Siria.
Arquitectura civil y religiosa (y su contexto en el urbanismo clásico)
Características generales de la arquitectura romana
Potenciación del espacio interno (al contrario que Grecia)
El espacio griego es el exterior, por lo que se puede hablar de una arquitectura de volúmenes. En
cambio, el espacio romano es el interior: concibe el espacio como algo interno, capaz de acogerle en
su interior.
Esto se traduce en arquitecturas de grandes dimensiones capaces de acoger un gran número de
personas: el Panteón, las basílicas, las termas, etc., son ejemplos de todo ello.
Este énfasis en el espacio interior se denota en el:
Uso de bóvedas, cúpulas y muros articulables.
Interiores cómodos, majestuosos y bien decorados.
Aunque los exteriores también se cuidan (desarrollo del concepto de fachada).
Carácter urbanístico, civil y utilitario
De ahí se deriva la necesidad de grandes espacios e infraestructuras.
Cuatro tipos de infraestructuras o edificaciones:
Red viaria y de las instalaciones de abastecimiento público (calzadas, puentes, acueductos…).
Edificios para espectáculos públicos (anfiteatro, teatro y circo)
Edificios con funciones públicas diversas (basílicas, termas, etc.).
Monumentos conmemorativos (columna, arco de triunfo).
Arte propagandístico y monumental
Arte del Estado: el Estado es el gran protagonista de buena parte del arte romano ya que utilizó la
arquitectura a gran escala para transmitir al pueblo el poder de Roma, sobre todo en época imperial,
periodo en el que más manifestaciones artísticas se realizan.
Por ello siguieron al dictado los tres principios de Vitruvio: venustas, firmitas, utilitas, es decir
Belleza (heredado de los griegos): uso de los órdenes clásicos, coordinación armónica de sus
partes, simetría, perfección técnica…
Firmeza: obras para la posteridad = inmortalidad de Roma.
Utilidad: sentido pragmático del arte romano.
Otro rasgo que confirma esta peculiaridad del arte romano es que la importancia y el mérito de una
obra recaía más en el personaje que lo había encargado y financiado (por lo general el poder político)
que en el arquitecto que lo construía, cuyo nombre a veces ni siquiera ha trascendido.
Los nombres de los arquitectos que han llegado hasta nosotros demuestran que la mayor parte
eran griegos u orientales helenizados.
Materiales construcción
HORMIGÓN (opus cementitium): se trata de una mezcla hecha a base de cantos rodados combinada
con mortero o argamasa hecha con 2/3 de cal y 1/3 de arena. El hormigón se vertía sobre una
armadura de madera (encofrado) que, una vez seco, se retiraba.
Ventajas: resistencia, baratura y rapidez; edificios más sólidos y espaciosos.
Inconvenientes: apariencia más pobre (requiere recubrimiento noble, en piedra o mármol).
LADRILLO (opus latericium). Abarata los costes y facilita una construcción rápida.
Se usa en obras de ingeniería, como puentes o acueductos.
PIEDRA. Se dispone en sillares con diferentes formas de aparejo
Opus quadratum: piedra bien asentada y ajustada, bien a soga y tizón o al hilo.
Opus incertum: fábrica de mampuestos irregulares, unidos mediante mortero. Por ser económica,
frecuentaba la construcción tanto de edificios públicos como la de la arquitectura doméstica. Hay
una variante más caótica (opus erraticum).
MIXTAS (opus mixtum: todas las fábricas que se labraban con distintos materiales).
Opus testaceum: usa cemento o mortero entre ladrillos rectangulares o triangulares.
Opus reticulatum: fábrica mixta (cemento, trozos de ladrillo, piedra volcánica y guijarros) cuyos
paramentos lucían una retícula diagonal, muy regular, formada por pequeñas pirámides
(testaceum) inmersas en hormigón. De difícil elaboración, quedaba reservada los edificios lujosos.
Estructura:
El atrium, un patio central semicubierto, al que daba las distintas habitaciones de la casa: los
cubicula o dormitorios, el comedor (tablarium), la cocina (culina), la hornacina (lararium) con la
representación de los lares y penates (imagines maiorum) ante la que se celebraban los ritos de la
religión doméstica.
Esta parte de la casa mantiene inalterable el esquema de la casa etrusca.
Comunicaba con el exterior a través del vestibulum.
Estaba cubierto por una techumbre con las vertientes invertidas hacia abajo que dejaban un
espacio rectangular en el centro sin cubrir: a través de este hueco (compluvium), se aireaba la
casa y se recogía el agua de lluvia, que iba a caer a un estanque en el centro del atrio
(impluvium), desde el que se llevaba a unas cisternas excavadas en el suelo donde se
guardaba para el abastecimiento diario.
Sobre este esquema básico, en ocasiones podemos encontrar dos plantas, baños y, en la
parte delantera, locales comerciales (tabernae) abiertos a la calle.
El peristylium, un amplio jardín interior, con fuente y rodeado de columnas, al que se abrían las
habitaciones (cubiculum), el comedor hecho de obra (triclinium), la cocina (culina), las salas de
recibir (exedra).
Esta parte de la casa, con una estructura copiada de la casa griega tradicional, se aleja del
ruido de la calle. Se basaba en una concepción más abierta, espaciosa, cómoda y lujosa.
Lugar de descanso, donde por ejemplo se encuentran los libros del dueño, y donde la familia
pasa sus horas más tranquilas.
Con el paso de los años su papel se acrecienta:
Cuando el tablinum se abra hacia el peristilo para recibir más luz;
cuando el acueducto sustituya a la cisterna del impluvium;
Cuando la religiosidad familiar entre en crisis…
El atrio perderá toda su razón de ser: desde fines del siglo I d.C., sólo se mantendrá en ciertas
moradas de personajes públicos, y la casa pompeyana quedará reducida al peristilo.
Elementos constructivos:
Los suelos eran de tierra apelmazada, pero en la parte noble de la casa (atrio) solían recubrirlos
de pequeñas piedras o cantos rodados haciendo dibujos (opus signinum), o con mosaicos.
Los muros solían estar hechos de adobe, ladrillos de barro secados al sol, que los romanos
llamaban crudo, o por una argamasa de tierra, piedras y arena.
Solían recubrir las paredes interiores y las columnas con capas de yeso que solían pintar
fingiendo mármoles veteados, motivos geométricos o florales.
La techumbre era recubierta de una capa de ramaje o paja bien tupida.
Para sostener la techumbre se utilizaban columnas de madera, piedra o ladrillo cocido, lo
mismo para las jambas de la puerta (ianua).
Elementos decorativos:
La decoración de la casa es en el estilo puramente griego (tan solo elementos aislados, como el
larario, recuerdan las costumbres romanas):
Esculturas y fuentes de mármol.
Relieves encajados en los muros.
Brocales de pozo (puteales) finamente esculpidos.
Máscaras y placas que cuelgan entre las columnas.
En cuanto al pavimento, los más conservadores (o menos ricos) colocan el opus signinum de
la tradición romana (cal rosácea con dibujos de teselas), pero los potentados con buen gusto
prefieren el verdadero mosaico.
En el centro de las habitaciones se localizaban refinados emblemas o cuadros de opus
vermiculatum (en teselas muy finas), a menudo importados de Grecia.
Los muros se decoraban con mosaicos o con pintura mural. En ocasiones, también el
artesonado o abovedado de los techos se decoraban con pintura mural.
Hemos de suponer que en residencias muy ricas se conservaban pinturas en tabla.
Conocemos los magníficos ejemplos de pintura mural de las viviendas de Herculano,
Pompeya y otros lugares, y que confieren a las salas un ambiente digno y distinguido.
Insula
Las casas de vecindad (insulae) son un tipo de vivienda con varios pisos de altura (en la ciudad de
Roma podían tener hasta 5 ó 6 plantas), que solían ocupar una manzana (de ahí que se denominen
insulae) y que se caracterizan por tener un patio que reemplazaba al atrio.
Solían ser de alquiler y fueron el resultado de la especulación suelo y de la formación de un
proletariado urbano.
En ellas se amontonaba la plebe en cuartuchos de un espacio y comodidad mínimos (carecían de
agua corriente y servicios).
Construidas con unos materiales y unas técnicas lo más baratas posibles (madera, ladrillo y
argamasa), eran un peligro constante para los inquilinos pues sufrían a menudo
derrumbamientos, incendios y asaltos.
Las plantas bajas solían estar ocupadas por comercios (tabernae).
Los restos mejor conservados de este tipo de vivienda se encuentran en el Capitolio y en Ostia, el
antiguo puerto de Roma, en la desembocadura del Tíber.
Villa
El enriquecimiento de la clase dominante, la influencia de lo griego y las nuevas profesiones del
paterfamilias influyeron en la generalización de un nuevo tipo de casa más lujosa, mitad romana y
mitad griega, la villa, que podía ser rural o urbana.
En ellas habitaban de manera estable o pasaban largas temporadas los propietarios sobre todo en
el Bajo Imperio.
Estaban dotadas de todo tipo de comodidades y lujos.
Todo romano que se preciara aspiraba a tener una; los más ricos podían tener varias.
La villa rural (villa rustica) era el centro de una explotación agrícola o ganadera.
La villa rural tuvo una considerable importancia por diversas razones ya que permitía:
El reparto de tierras entre veteranos militares por los esfuerzos militares realizados.
La puesta en explotación de territorios rústicos o conquistados cuya producción y beneficios
repercutía directamente en Roma.
Se mantenía en las colonias una élite que permitía salvaguardar el orden y limes del Imperio.
Su forma y tamaño dependía volumen, tipo de producción y del paraje en el que se encontrara.
Estas casas eran muy grandes y complejas, e incluso muchas de ellas, de época tardía, dieron
lugar a auténticos poblados.
Se construían en el lugar más favorable del latifundio, con materiales sólidos.
Estructura: alrededor de un gran patio en el que se guardaban carros, arados y aperos, provisto de
un pozo y de pilones de agua, encontramos:
Vivienda para el amo o el administrador (villicus), viviendas para los esclavos y sus familias.
Corrales, cuadras, termas, cocinas y comedores, grandes almacenes para el grano, molinos,
prensas para el vino y el aceite, bodegas…
No faltaba un calabozo para los esclavos cogidos en falta, ni un cementerio.
La villa urbana (villa suburbana), situada a las afueras ciudad, obedece a una moda aristocrática.
Horacio y Virgilio habían cantado los de la vida campestre, a la que las clases acomodadas se
habían lanzado con entusiasmo.
Aunque la tipología de construcción de la vivienda urbana era variada, la más usual era la villa de
pórtico, formada por un edificio rectangular precedido de pórticos y flanqueado por dos
pabellones salientes.
Solían estar rodeadas de jardines, estanques o bosques y contaban con multitud de estancias y
zonas apropiadas a las diferentes estaciones del año.
Ejemplos: Villa Adriana en Tívoli, cerca de Roma; la domus Aurea de Nerón, de dimensiones y
suntuosidad asiáticas; y las más modestas domus Flavia y domus Augustana, la villa de Tiberio en
Capri y el palacio fortificado de Diocleciano en Spalato.
Parte del templo griego pero el templo romano tiene destacadas diferencias:
- Plenamente integrado en la ciudad (preside el foro).
Lugar de culto religioso
Arquitectura religiosa
en los foros, en las entradas de los puentes, en los cruces de las calzadas, en
Grandiosas puertas abovedadas a la entrada de las fronteras de las provincias o donde ocurriera cualquier hecho glorioso.
las ciudades romanas. Estaban destinadas a
Pueden tener uno o tres vanos abovedados.
servir como pedestal a un grupo estatuario o a
Conmemorativos
monumentos honoríficos. En el ático, en las jambas, columnas adosadas, nichos... suelen aparecen
inscripciones sobre el hecho que conmemoran, y en la cima, una estatua o un
carro triunfal con el gobernante. Arco de Tito (80-85), Roma
Columnas
Los romanos gastaban enormes cantidades de El agua se lleva por canales, en general cubiertos, que se construían por las
Acueductos
agua y muchas ciudades hacían corto con el laderas de los montes, siguiendo una pendiente pequeña (- del 1%).
suministro de agua local, por lo que dependían Cada cierto tiempo había cajas o arcas de agua, pequeños depósitos que
de fuentes o embalses situados en colinas servían para regular el caudal o decantar los sólidos arrastrados.
distantes. Cuando se debía salvar un camino se usaban sifones, en los que el agua
La ciudad de Roma llegó a tener 11 acueductos, pasaba bajo el obstáculo y volvía a subir al nivel anterior.
Acueducto de Segovia (2ª ½ del s. I o
alguno de los cuales traía agua de 100 km de Cuando el desnivel era mayor el acueducto tomaba la forma de puente o de principios del s. II)
distancia. túnel (por eso se llama acueducto al propio puente).
actores recitaban versos, cantaban y danzaban. - Cavea divida en tres partes: inma cavea, media cavea y summa cavea.
Teatros
y otras representaciones que conmemoraban formando dos calles por donde corrían en sentido circular las cuadrigas.
acontecimientos del Imperio (por ejemplo, En la spina se colocaban columnas, estatuas y obeliscos conmemorativos.
batallas). Los contadores de vueltas solían ser huevos de piedra o estatuillas de
delfines.
Circo Máximo de Roma
- Los baños públicos, de agua fría (frigidarium), caliente (caldarium),
templada (tepidarium), de vapor (laconium), además de un vestuario
Las termas eran baños públicos destinados a la (apodyterium).
higiene corporal, a las actividades gimnásticas y
Termas
plebeyos o los esclavos. de hypocaustum: una serie de hornos calentaban el agua en los sótanos que
era conducido por una serie de túneles y tubos por debajo del suelo de las
estancias. Termas de Caracalla (212-16), Roma
El retrato
Es el género preferido por los romanos, con gran variedad de formas: de cuerpo entero, de pie,
sedente, a caballo… aunque hay una tendencia general por el busto.
El retrato, la arquitectura abovedada, la idea del Imperio y el Derecho, constituyen las cuatro
grandes aportaciones de Roma a la cultura occidental.
Tiene dos antecedentes:
La tradición etrusca, especialmente la funeraria, de la que los romanos toman su realismo.
El retrato fisiognómico griego procedente del último helenismo (desde el siglo II a.C.).
1 / 10
Retrato griego Retrato romano
Idealismo Realismo
Caracterización física (imperfecciones)
Caracterización psicológica
y psicológica (mundo interior del retratado)
Retrato no personal, sin tiempo, heróico Capta un instante de la vida del retratado
Tiende al futuro, a la eternidad Refleja el presente con miras al pasado
Estatua honorífica y pública Carácter de res-privata, gentilicio y familiar
Idea de lo universal Idea de Estado
En el trasfondo, la costumbres civiles En el trasfondo, las costumbres funerarias
Reproduce el cuerpo (rostro secundario,
Reproduce el rostro (cuerpo secundario)
salvo en el helenismo)
Decoro de las figuras: pocos desnudos
Figuras desnudas (salvo copias de originales griegos)
Artistas: los retratos romanos están firmados por artistas griegos o en griego
Destreza artística, técnica y genio
Materiales de trabajo: mármol y bronce
Tratamiento formal delicado, sensualista y barroquizado del arte helenístico
2 / 10
Tradición republicana Tradición helenística
Dominante desde el s. IV a.C. hasta el s. I a.C. Dominante desde el s. I hasta el s. III
Valores de moralidad y virtud Amor por el lujo y la ostentación
Máxima verosimilitud Imágenes idealizadas de la autoridad absoluta
Tendencia popular o más tradicionalista Tendencia aristocrática
Retratos realistas (perduran en el Imperio) Efigies de emperadores (modelo para las élites).
El afán realista se lleva, a veces, a extremos Aunque se idealizan las facciones, las figuras
(fealdad). continúan siendo retratos reconocibles.
Reaparece en épocas de crisis: se reivindica el Se llevan a todos los rincones del Imperio para
pasado republicano y las virtudes romanas. estimular la fidelidad de los súbditos.
Vamos a centrarnos en esta última tendencia y, en concreto, en el retrato del emperador romano.
En época de Julio César (últimos años de la República), siguiendo la tradición helenística, los
retratos atendían más a la expresión de un talante, un ethos, el de conquistador divino y
resumen de todas las virtudes de un gobernador.
Desde tiempos de Augusto, los emperadores van a ser retratados…
… con armaduras de guerra (thoracata), en su papel de conquistadores y de jefes militares;
… con túnicas y togas, cubiertos hasta la cabeza, cuando asumían el de Pontífice Máximo,
sumo sacerdote de todos los cultos;
… con un manto que deja al descubierto parte de su cuerpo cuando eran divinizados.
Los emperadores de la dinastía Julio-Cladia siguieron el modelo marcado por Augusto, inspirado
en la escultura del período clásico griego.
Sólo con Claudio y Nerón comenzaron a valorarse los efectos pictóricos de luces y sombras,
ausentes en las lisas superficies que se estilaron antes.
Los efectos pictóricos se intensificaron con las dinastías siguientes, Flavia, Antonina y Severa,
más realistas, cuyos artistas, además, mostraron una preocupación por la expresión de los
caracteres, aunque fueran, probablemente, estereotipados.
Un Antonino, Marco Aurelio, el «emperador filósofo», fue retratado en una escultura
ecuestre en bronce, la única conservada de las muchas que, según Plinio, hubo en Roma.
En el siglo III, con el emerger de las antiguas corrientes populares, el retrato se encaminó hacia una
progresiva simplificación geométrica.
El parecido físico dejó de ser el objetivo perseguido por los escultores, que tendieron, tal vez por
influencia egipcia u oriental, a la formulación de un tipo hierático, más expresivo y simbólico, de
canon anatómico menguado y mirada hipnótica con la que expresa su naturaleza sagrada.
El regreso de esta fórmula remota en el tiempo y en el espacio revela una vuelta a la concepción
teocrática del poder así como la creciente importancia de las religiones orientales (mitraismo,
cristianismo) en el conjunto del Imperio.
El grupo de los Tetrarcas, de época de Diocleciano, y, sobre todo, los retratos de Constantino,
son el punto de llegada de esa tendencia.
Modelo más alejado del más puro clasicismo griego y más cercano a la estética medieval.
El relieve histórico
El relieve alcanza en Roma un elevado nivel técnico y artístico y es la actividad artística donde más
claramente se expresa el carácter propagandístico del arte romano.
3 / 10
Tiene una triple función:
Función conmemorativa de los hechos más importantes de la historia de Roma.
Función propagandística: da a conocer las virtudes militares, políticas o religiosas del emperador.
Función práctica ya que sirve para contar historias al pueblo romano a través de imágenes.
Los relieves narrativos aparecen en arcos triunfales, frisos arquitectónicos, columnas y monumentos
de variada índole se decoraron a partir del reinado de Augusto.
La glorificación de los gobernantes a través del relieve escultórico no fue novedosa: ya lo habían
desarrollado egipcios y mesopotámicos con anterioridad. Lo que resulta novedoso es su tratamiento.
Afán de realismo, que caracterizó al arte romano:
Se da cabida en las escenas a múltiples retratos, tipos raciales y vestimentas regionales o
paisajes naturales y arquitectónicos identificables.
El gobernante ya no es un dios ni un héroe, ni las guerras son gigantomaquias o
centauromaquias: los enemigos son bien reales y los campos de batalla son bien conocidos
por los romanos, algunos de los cuales habían luchado en ellos.
Inquietud por representar la profundidad del espacio a través de distintos grados de relieve e
incisiones que destacan gradualmente del plano.
Narración continuada de los acontecimientos: los conjuntos escultóricos se convierten en
crónicas detalladas de las campañas.
Escultura funeraria
Se reflejan las costumbres religiosas, las tradiciones artísticas y los estilos locales.
De finales de la República se realizan bustos de sus antepasados, que se colocaban en los
columbarios, en sus nichos con las cenizas del difunto.
Destacan por su suntuosidad los sarcófagos con relieves.
Su utilización se difundió a comienzos del siglo II, durante el mandato de Adriano, con la
progresiva sustitución de la incineración por la inhumación.
Cada foco regional posee características propias, con destacada influencia etrusca.
Encontramos sarcófagos aislados o adosados, de temas variados.
En principio serán relieves continuos de tema mitológico al estilo del retrato o relieve
histórico, que alcanzan su apogeo con los Antoninos (gran barroquismo: trépano, talla
profunda, horror vacui, dinamismo…).
Hacia el año 200, en época de los Severos, hay un cambio de gusto que prefiere las
composiciones simétricas el lugar del relieve continuo y la temática mitológica.
Con la anarquía militar, se generaliza los sarcófagos de pilastras y templetes con puertas, y
comienza a notarse en la temática la difusión de las creencias orientales (cristianismo,
mitraísmo…) y la creencia en una vida después de la muerte.
Sarcófago Ludovisi.
La muerte se ve como un tránsito iniciático hacia la liberación definitiva.
El relieve del sarcófago representa a un general, que con el brazo extendido con gesto triunfal,
que surge de entre un intrincado amontonamiento de cuerpos.
El difunto, probablemente Hostiliano, hijo de Trajano Decio, con el signo mitraico sobre la frente,
aparece triunfante frente al carácter agónico del resto de las figuras.
Este relieve funde características helenísticas (composición y actitudes patéticas de los
bárbaros), con características procedentes de la tradición plebeya (proporciones achaparradas
de las figuras y escalas).
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Obras significativas de la estatuaria romana
RETRATO DE BRUTUS BARBERINI. Siglo I a. C. ROMA: PALACIO DEI CONSERVATORI. 1,65 m.
Descripción
Su autor-autores nos son desconocidos, como es habitual en la historia
de la escultura romana.
Su datación compleja: parece indudable que los tres rostros son de
época republicana, pero el torso togado es de época posterior, dentro
del principado de Augusto.
Era frecuente entonces que, dada la gran cantidad de retratos que
los talleres tenían que ejecutar, hubiera ya modelos de torso y
cuerpo (togados, con indumentaria militar…) en serie, a los que
finalmente había que individualizar con el retrato de los rasgos
faciales.
En este estamos ante un patricio togado que pertenece a la nobilitas y
que ha accedido a alguna de las magistraturas del cursus honorum.
Viste una toga de amplios y angulosos pliegues recogidos en su
parte central con una fíbula de bronce y lleva dos cabezas-bustos
sobre sus manos, la de la derecha posada sobre una columna.
La toga y su plegado coinciden con el que se impone en época de
Augusto, si bien ésta es más tosca y de pliegues más duros y acartonados que los que
muestran otros retratos imperiales (como el Augusto como Pontifex Maximus).
Análisis formal
La obra tiene un aspecto formalmente cilíndrico y, aunque es de bulto redondo, domina en ella
la visión puramente frontal, como en el relieve.
La figura es una composición cerrada, vertical y simétrica, compensada en parte por:
Las líneas internas, angulares y curvas.
Una diagonal que se impone desde una a otra cabeza de los antepasados, acentuada por
una serie de pliegues de la toga que toman esa misma dirección.
El claro contrapposto de las piernas: una recibe todo el peso y la otra se flexiona
ligeramente hacia adelante marcando la rodilla izquierda.
Significación y trascendencia
En esta obra se funden dos corrientes o tradiciones artísticas:
La filohelénica, caracterizada por:
Un realismo idealizado, que pretende exaltar los valores del personaje.
El gusto por lo táctil y sensual, que en la obra muestra la sutil delicadeza de la toga
insinuando las formas de las piernas.
La filolatina, que en la obra está presente en el realismo naturalista y el detalle fisionómico
de los rostros de los antepasados que nos remite a la tradición etrusca y republicana (tan
alabada por Catón el Censor).
La obra transmite el orgullo de un patricio romano ante su origen ilustre, ante la alcurnia de su
línea familiar.
Este individuo parece no necesitar más méritos que presentar ante el mundo que los
retratos de sus ilustres antepasados.
Demuestra una sensación de superioridad y confianza en las propias fuerzas, pero dentro de
una gran austeridad y economía de medios, con naturalidad y sin amaneramiento.
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El resultado, desde un punto de vista metartístico, es un poderoso instrumento de propaganda
política, fin último del arte romano.
AUGUSTO DE PRIMA PORTA. Alrededor del año 20 d. C., MUSEOS VATICANOS, ROMA.
Descripción
Representa a Octavio Augusto, con coraza y toga militar, en el
acto de dirigir un discurso a sus legiones.
Fue hallada en 1863 en las ruinas de Prima Porta, la que fuera
residencia suburbana de Livia, su esposa, aunque hoy se
encuentra en los Museos Vaticanos.
Es la copia en mármol de un original fundido en bronce o, según
algunos autores, en oro.
Estaba policromada, como lo prueban los numerosos restos de
dorado, púrpura y azul que se han encontrado en ella, lo que sin
duda acentuaría la grandeza y efectividad de la pieza.
Es la más rica composición en la que se toca el tema de las
guerras de Roma con los Partos y fue realizada en torno al año 20
d.C., justamente después de la victoria de Roma sobre este
pueblo.
Análisis formal e iconográfico.
La estatua es de inspiración clásica: el contrapposto, la idealización del gesto, el trabajo de los
paños, intención divinizadora al presentarlo descalzo y con una pequeña figura de Eros montado
sobre un delfín a los pies.
Tiene como modelo el Doríforo de Policleto, aunque con algunas variantes:
Augusto aparece en actitud de arenga a las tropas y por ello extiende el brazo derecho hacia
el frente.
La pierna izquierda se dobla mucho más que en el modelo de Policleto, quizá para hacerla
más ágil.
El retrato de corte psicológico de las facciones de Augusto y la representación del cuerpo es en
su conjunto una obra elaborada según las formas clásicas del arte griego del siglo V a. C. para
elevar la figura del emperador a una esfera superior, celestial.
Desde el punto de vista iconográfico, la coraza
presenta un complicado simbolismo de imágenes
que parecen representar una nueva concepción de
la victoria, del triunfo y del carácter divino de
Augusto (Pax Augustea como el último eslabón
hacia un Estado Universal perfecto).
En el centro de la composición aparece el rey
de los Partos, haciendo entrega del águila de
la legión y de los estandartes a un militar.
A derecha e izquierda de la pieza se ven dos
figuras femeninas sentadas, en actitud
doliente. Personifican los pueblos que han
sido sometidos por los romanos:
Los pueblos celtas del N, representados
por la extraña figura de mujer, cuyos
atributos son una trompeta con cabeza
de dragón y el estandarte que representa a un jabalí.
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Los pueblos de Oriente o Germania, representada por la otra figura que aparece
humillada, pero no desarmada, cuyo status jurídico era el de pueblos confederados de
Roma, defensores de las fronteras. También se dice que representa a Hispania.
Debajo yace la diosa Tellus (Tierra), las figuras de Apolo y Diana que, siguiendo arquetipos
griegos, aparecen el uno cabalgando sobre un grifo y la otra sobre una cierva.
Por encima aparece la divinidad del Sol en carro y la Luna; entre ambos Caelus extiende la
cubierta del firmamento. La Luna sólo aparece de medio cuerpo, ya que se halla cubierta o
eclipsada por la figura alada de la Aurora, y con su jarrón va vertiendo el rocío matutino.
Significado y trascendencia
Augusto, en tanto que Princeps que lleva esta nueva representación de la victoria en su coraza,
nos aparece como inmortal, victorioso, defensor de la Providencia y de la voluntad divina.
Como descendiente de los dioses, Augusto garantiza el orden del mundo con su sola existencia.
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La influencia de esta escultura ha sido decisiva en la estatuaria medieval alemana y en los
retratos ecuestres renacentistas (Il Colleone de Verrocchio y el Gattamelata de Donatello).
La obra se localizaba en la Plaza de San Juan de Letrán al menos hasta el siglo X, si bien Miguel
Ángel la trasladó hasta la plaza del Capitolio.
Existe sobre este retrato una leyenda apocalíptica y milenarista, a la que los romanos dan gran
importancia, según la cual cuando la pieza pierda sus restos de dorado entonces llegaría el fin de
los tiempos, lo que parece haberse evitado con su reciente traslado a los Museos Capitolinos.
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En los laterales se representa la procesión de erección del ara (primer caso de
relieve histórico en Roma) con la familia imperial, los sacerdotes y cargos más
importantes del Imperio.
En el interior aparece
Una escalinata que conduce al ara, situada en la parte superior.
Un friso interno de origen helenístico decorado con “bucráneos” (cráneos de bueyes
inmolados en la dedicación) y guirnaldas en altorrelieves atadas con las ínfulas o cintas
que adornaban las cabezas de los bueyes antes del sacrificio.
El ara o altar estaba flanqueada por volutas enfrentadas y superpuestas a un relieve
colocado en un friso que representaba un “suovetaurilia”, la inmolación de un cerdo,
una oveja y un toro.
Análisis de los relieves.
En los frisos de los frontales encontramos:
Sacrificio de Eneas (friso derecho de la entrada).
Representación mítico-alegórica de Eneas con su hijo Ascanio (situado tras él con una
lanza), asistidos por dos jóvenes que sacrifican en un altar rústico las primicias y una
cerda blanca a los Penates que presencian la escena dentro de un templete situado en
el ángulo superior izquierdo.
Eneas está tocado con un manto que deja ver el tronco desnudo y que le cubre la
cabeza, mientras que Ascanio viste atuendo oriental.
El relieve hace alusión al origen de la gens Iulia.
Descubrimiento de la loba amamantando a Rómulo y Remo (friso izquierdo de la entrada),
en alusión a los orígenes de Roma.
Representación de la Tellus, la diosa Tierra (friso derecho de la parte posterior).
Roma transfigurada como mujer sentada, en referencia a la “Pax Romana” (friso izquierdo
de la parte posterior).
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