Libre Parte I
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Romanos 7:18-25
18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer
el bien está en mí, pero no el hacerlo.
19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en
mí.
21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi
mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24! Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la
mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Dios nos ha dado vestiduras blancas, las cuales debemos cuidar de ser de no
ser manchadas por el pecado.
Sin embargo debemos saber que para el hombre es imposible no pecar,
debido a que el pecado mora en nosotros.
Juan 8:34
"De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo
es del pecado".
Los esclavos no tienen voluntad propia. Están literalmente bajo el yugo
de sus amos. Cuando el pecado es nuestro amo, somos incapaces de
resistirlo.
Romanos 6:18
18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
Apocalipsis 3:15-21
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío
o caliente!
16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi
boca.
17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa
tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable,
pobre, ciego y desnudo.
18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego,
para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se
descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para
que veas.
19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y
arrepiéntete.
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
8
Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la
levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de
sinceridad y de verdad.
9
Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;
10
no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los
avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería
necesario salir del mundo.
11
Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose
hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o
borracho, o ladrón; con el tal ni
Romanos 2:21-24
Efesios 4:17-24