PSICOTERAPIA BREVE DE ORIENTACIÓN PSICOANALÍTICA. Imprimir
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La podemos encontrar también con los nombres de: psicoterapia de tiempo u objetivos
limitados o psicoterapia de emergencia.
Históricamente, Eduardo Alberto Braier, indica que, el propio Freud propuso la idea de
curaciones rápidas dirigidas hacia la solución de determinados conflictos y síntomas. Pero en sus
desarrollos posteriores el tratamiento se va haciendo más alargado. En 1916, Ferenczi menciona por
primera vez la necesidad de una psicoterapia breve, siendo reprendido por Freud. Entre los años 1920
y 1925, Ferenczi y O. Rank realizan intentos para abreviar la cura psicoanalítica y escriben juntos un
libro, proponiendo el llamado “método activo”. Esto también es cuestionado por Freud, aunque en el
año 1937, en su artículo “Análisis terminable e interminable”, recalca que el acortamiento de la
duración del análisis es un hecho deseable.
Se orienta hacia la conducta del paciente “afuera de la sesión” con el claro objetivo de centrar la
atención del paciente en sí mismo y en su mundo habitual, más que en su transitoria relación
terapéutica. La consigna general es confrontar al paciente constantemente con su realidad social,
ambiental y con sus perspectivas frente a la misma.
1. DIMENSIÓN EPISTEMOLÓGICA.
FIORINI afirma que, ante esta necesidad de un método psicoterapéutico breve, los terapeutas se
vieron en la urgencia de instrumentalizar el mismo, desde unos primeros ensayos. Por estos motivos,
se asientan sus bases en la experiencia clínica, concepción teórica y sistematización técnica del
psicoanálisis, e incluir aportes de otras disciplinas sociales y de diferentes modalidades
terapéuticas, pero orientándose hacia la elaboración de un marco referencial propio. (Se trata de
“una modalidad terapéutica que reconoce sus fuentes en el cuerpo teórico del psicoanálisis, pero que
es netamente diferenciable de su técnica).
BRAIER cita al artículo “Los caminos de la terapia psicoanalítica” (1919) como un texto freudiano
clave en el basamento teórico. Señala que Freud adelanta la aparición de los tratamientos breves
como un intento de posibilitar la asistencia psicológica a un mayor número de personas, cuyos
componentes básicos deberán provenir del psicoanálisis.
¿Por qué hablar de diversidad? En la clínica se habla de fenómenos patológicos, pero también
de sus cualidades e intensidades, su temporalidad y contexto. De modo tal que estamos en un espacio
diverso, no se piensa desde un parámetro sino desde múltiples. En este sentido, la clínica no es una
sino diversa. No se habla de diagnóstico sino de niveles de diagnóstico, de diferentes formas de
focalizar y también diversos procesos terapéuticos.
FIORINI dice: “suponer que “con esta teoría perfectamente aplicada en esta práctica
enteramente coherente, lograremos efectos claros, es un ideal” El problema está en aquellas teorías
que generalizan en lugar de singularizar. Cita a FEYERABEND, “debemos finalizar con las grandes
síntesis y revisar nuevamente las condiciones de particularidad en las cuales pensamos, condiciones
singulares y particulares en las que podemos ejercer teorías”. Y será UMBERTO ECO quien afirme
que una teoría no puede abarcar el dominio de los hechos, las circunstancias y situaciones
particulares que suelen desbordar estos sistemas de signos.
personalidad.
Referido sobre todo al “afuera”
Es favorecido por una atmósfera hacia las relaciones del sujeto con
regresiva los objetos externos de la vida
cotidiana y presente. Más cognitivo
que afectivo.
Insight
Grinberg define Insight como “la adquisición de conocimiento de la propia realidad psíquica” que
presupone una participación afectiva. Se trata de comprender en un sentido intelectual y poder
experiméntalo emocionalmente. Requiere del tiempo como factor elemental, la regresión del
analizando y la tarea de superar las resistencias.
2. VISIÓN ANTROPOLÓGICA.
En el campo de psicoterapias, se considera que toda carencia científica, resulta un problema
de urgencia y de responsabilidad social humana.
HÉCTOR FIORINI (1982), toma a SATRE, que critica al psicoanálisis y lo descarta como
“verdadera teoría” en cuanto carente de una concepción totalizadora del mundo humano: “¿Qué me
dice de una persona, su complejo de Edipo, sus defensas, sus identificaciones? Poco y tal vez me
engañen recortando elementos efectivamente reales.
El paciente se concibe como “persona”, como un “ser social con interjuego dialéctico de lo interno y
de lo externo”, como un “hombre en situación”
Es así como se abre un amplio camino de trabajo, que no apunta a lograr resultados aislados de
un marco social, teórico e ideológico; sino que se orienta siguiendo una concepción totalizadora del
mundo humano; que incluye la articulación de la estructura de la experiencia, su organización en
base a las tendencias que en esa persona presionan, los dinamismos grupales (familiar, laboral,
cultural), sus campos prospectivos reales e imaginarios, sus prácticas ideológicas y sus
condiciones materiales socio-económicas y políticas.
Si bien las psicoterapias individuales son los métodos más conceptualizados según la
experiencia psicoanalítica, la demanda induce el desarrollo de técnicas grupales. Muchos conceptos
teórico-técnicos surgidos en métodos individuales, (como el de foco, relación de trabajo, motivación
para la tarea, proceso de contrato, el timing, etc) encuentran entera aplicación en contextos grupales.
Este trabajo tiene relevancia también, para poder terminar con las élites profesionales que
monopolizan sus fórmulas. Se pretende transformar lo que se ha pretendido como arte intuitivo
individual, en saber transmisible mediante recursos docentes más amplios que las de la contratación
bipersonal privada.
Por otro lado, se señala el desgaste de las palabras con lenguaje psicoterapéutico, por cuanto
éstas cada vez dicen menos, y que a menudo se usan para “no pensar” (BION, citado en Fiorini 1982)
En las experiencias de psicoterapias breves se constata la necesidad de actuar, de comprometer
también el cuerpo para poder sentir-pensar-verbalizar con una intensidad y veracidad nueva. (Incluso,
en los nuevos contextos de experimentación grupal, se abren al aprendizaje, nuevos lenguajes
plásticos, corporales, dramáticos, que la cultura represiva mantiene relegada a épocas de juegos
infantiles). El objetivo sería recuperar a la palabra en su máxima plenitud; verdaderas y vivas, de tal
manera que constituyan más una acción, que una contemplación; “que el cuerpo vuelva vivo lo que
está prisionero en las palabras”.
Se considera que la problemática ideológica de las psicoterapias, responde al hecho de que las
técnicas y sus teorías están construidas por una capa social, en claustros académicos aislados: de las
luchas, vicisitudes y pautas culturales de los demás estratos sociales, al margen de subculturas
humanas, suburbanas y rurales.
3. CONCEPTOS CENTRALES.
Dos modos de abordajes: Psicoterapia de Apoyo y de Esclarecimiento.
Fiorini realiza una comparación entre ambos: (Tener en cuenta que E.A. Braier se refiere
preferencialmente a un modelo de esclarecimiento, de insight o de interpretación).
Esclarecimiento Apoyo
Mejoría sintomática.
Recuperación de equilibrio
Manejo discriminado de conflictos homeostático, alivio de
ansiedad, atenuación o
Se agrega el de desarrollar una supresión de síntomas.
actitud de auto-observación y un
Objetivos modo de comprender sus dificultades, Eventualmente intenta
diferente del aportado por el sentido modificar algunas pautas de
común, aproximándose al nivel de sus conducta estimulando el
motivaciones y conflictos. ensayo de comportamientos
nuevos durante la experiencia
opera con el plano de conductas terapéutica.
manifiestas y motivaciones latentes
Limitación temporal
Encuadre: Limitación temporal establecida desde
establecida desde el
temporal el comienzo
comienzo
Definida.
Intervenciones sugestivo-
directivas. Las
interpretaciones dirigidas a
esclarecer motivaciones de la
Interpretaciones actuales e conducta son opcionales,
Intervenciones históricas de vínculos básicos de pero no inherentes.
esenciales conflictos (complementadas con la inclusión de
transferenciales) interpretaciones
transferenciales puede traer
incongruencias, o incluso
favorecer la reintroducción del
objeto perseguidor
La situación problema
BRAIER: “Situación descompensadora que se hace presente en la vida del individuo, frente a
la cual, surgen dificultades psíquicas que obran como obstáculos para alcanzar un
desenvolvimiento y desarrollo adecuados”.
También es denominada “situación crítica”, “obstáculo” o “situación desencadenante”, puede
ser generada por un examen, un viaje, un accidente, la pérdida de un ser querido, una crisis evolutiva,
etc. por lo tanto se refiere a hechos que son manifiestos y objetivos. Con relación a estos y como
consecuencia de una falta de resolución favorable, aparecen en el sujeto inhibiciones y síntomas
diversos (ansiedad, miedo, depresión, trastornos corporales, etc.) que suelen constituir el motivo
manifiesto de consulta. Pueden o no, ser conectados por el paciente, y el terapeuta, con las
situaciones- problema que en realidad los provocan.
Foco
Es un elemento distintivo. MALAN y BALINT, promovieron la denominación de terapia “focal”.
Asimismo, es importante destacar a FIORINI, quien desarrolla un modelo conceptual de foco.
Consiste en concentrar la labor terapéutica en determinado síntoma, problemática o sector de
la psicopatología del paciente, que adquieren prioridad dada su urgencia y/o importancia, (se dejan de
lado las demás dificultades)
Dicha centralización de la tarea, contribuye a hacer más efectiva la actividad terapéutica en
función de las metas seleccionadas y en una terapia de duración limitada. El terapeuta se circunscribe
a ciertos problemas del paciente, realizando un abordaje interpretativo sectorial y respetando el resto
de su organización patológica y otras áreas de su vida.
Trabajar con una técnica de “enfoque” implica:
Mantener coherencia y operatividad respecto de la fijación de objetivos terapéuticos
prioritarios.
Planificar el tratamiento.
Combatir la pasividad y el perfeccionismo del terapeuta.
Contrarrestar el desarrollo de la neurosis de transferencia.
La noción de foco, se confunde con la situación de crisis (situación- problema), los síntomas que
motivan la consulta, los puntos de urgencia, las metas del tratamiento, etc. Lo que esta pluralidad de
conceptos deja entrever, es que foco puede aludir a una organización compleja de la cual aquellos
criterios recortarían fragmentos.
El foco debe concebirse esencialmente desde una perspectiva psicopatológica. Por lo tanto, ha de
estar dado por una estructura, integrada por los distintos factores intervinientes en la génesis de la
problemática que ha sido elegida como central del tratamiento. Constituye a la vez una hipótesis o
conjunto de hipótesis del terapeuta respecto de los mecanismos operantes en situación problema, o
sea de la compleja interacción existente entre los factores.
Actúa como un artificio teórico- técnico por medio del cual se intenta delimitar zonas de la
problemática general del paciente y/o episodios de su vida, para dirigir ahí la exploración terapéutica,
con una finalidad limitada y prestablecida.
La focalización permite jerarquizar tareas; en función de resolver ciertos problemas vividos como
prioritarios. Operativamente, trabaja sobre asociaciones intencionalmente guiadas, más que sobre
asociaciones libres.
Todo foco tiene un eje central que generalmente subyace y está íntimamente ligado al motivo de
consulta (síntomas, situación de crisis, amenazas de descompensación que alarman al paciente o al
grupo familiar, fracasos adaptativos) (hay un conflicto nuclear exacerbado, que se inserta en una
situación grupal específica).
Motivo de consulta, conflicto nuclear subyacente y situación grupal son aspectos fundamentales de
una situación que condensan un conjunto de determinaciones,
El trabajo analítico nos permite identificar zonas con diversos componentes de la situación que
podemos caracterizar como:
Aspectos caracterológicos del paciente:
-Dinamismos intrapersonales activados en esa situación específica.
-Modalidades defensivas selectivamente movilizadas por la/s situación/es.
-Etapas no resultas del desarrollo infantil, actualizadas por la estructura de la situación.
Aspectos histórico-genéticos individuales y grupales reactivados;
- Momento evolutivo individual y grupal, las tareas que se desprenden de necesidades
propias de ese momento evolutivo y la prospectiva global que comporta esta etapa.
-(choque entre, las limitaciones dadas por la persistencia de esos conflictos infantiles, y
las necesidades propias de la etapa evolutiva abierta que urgen una satisfacción).
Determinantes del contexto social más amplio.
Conjunto de condiciones económicas, laborales, culturales, ideológicas que intervienen de
muchas maneras en la situación.
Lo esencial es respetar el carácter de estructura de la situación, totalizada, en toda su amplitud.
La profundidad con que se indague el papel de cada uno de los componentes de la situación, en la
articulación del conjunto, donde a su vez depende de factores propios de la situación terapéutica
(factores reguladores del foco).
Desde el paciente y su grupo familiar:
-condiciones de vida: culturales, ocupacionales, geográficos
-motivación y aptitudes para el tratamiento.
Desde el terapeuta y la institución: influyen en decisiones sobre tiempo, objetivos y técnica que
son a su vez reguladores del foco.
-esquemas teóricos.
-recursos técnicos que integran el arsenal terapéutico.
-disponibilidades de personal y espacios.
-estilos de supervisión;
Cada momento del proceso: influirá una amplitud particular.
El trabajo con el foco seguirá en psicoterapia esta secuencia:
1) El paciente inicia la sesión aportando un material disperso: episodios recientes, recuerdos,
observaciones sobre los otros y vivencias personales.
2) Transcurrido un tiempo, el terapeuta interviene para preguntar en una dirección específica, o
bien reformula el relato, subrayando de modo selectivo ciertos elementos del relato
significativos desde la situación- foco.
3) El paciente recibe esta reformulación y comienza a operar con ella: produce asociaciones
guiadas por la nueva dirección impresa a la tarea, amplia elementos recortados por el
terapeuta.
4) Nuevas intervenciones del terapeuta tomaran ya elementos parciales componentes de la
situación, a los fines de ahondar en ellos, ya articulaciones del conjunto, en un doble
movimiento analítico-sintético.
El foco, organizado siempre en torno a una situación problema y a los síntomas provenientes de
ésta, reconoce en su conformación una conflictiva subyacente más o menos amplia y compleja a la
que podemos llamar conflictiva focal, con un conflicto infantil y primario, edipico o preedipico, que
viene a constituir el modo de la estructura focal.
La elección por parte del terapeuta de una situación-problema y del foco consiguiente para su
abordaje, depende también de sus criterios personales y experiencia previa.
Al comenzar toda terapia focal, deberá contarse por lo menos con un esbozo de foco terapéutico
inicial, conformado a partir de los hallazgos obtenidos a través de las entrevistas clínicas y el
psicodiagnostico. Cuanto más temprana y claramente demarcable sea el foco en una terapia breve,
mejor será el pronóstico del tratamiento, ya que permitirá una labor más efectiva.
Muchas veces, en un comienzo los límites focales son imprecisos. Durante el proceso terapéutico,
dicho foco no solo se va delimitando mejor, se cristaliza, sino que también el terapeuta logra una
profundización en la comprensión de sus psicodinamismos.
A veces hay que cambiar el foco y las metas terapéuticas en pleno tratamiento. Esto puede ocurrir:
a. Ante situaciones nuevas, imprevistas y traumáticas atravesadas por el paciente, las que obligan
a un replanteo y a posponer la tarea programada inicialmente;
b. Ante revelaciones de ciertos sucesos o padecimientos de importancia que omitió mencionar
deliberada o involuntariamente en un comienzo
c. En los estadios finales del tratamiento, frente a la inminente separación del paciente y
terapeuta. (se superpone al anterior en el proceso terapéutico y puede después ocular un
primer plano excluyente).
Este modelo responde a la necesidad de trabajar con enfoques psicológicos-psicopatológicos,
diagnósticos y terapéuticos coherentes, integrados en una concepción totalizadora de la experiencia
humana. Considera condiciones de realidad y dinamismos propios del mundo interno personal y
endogrupal, abordados en sus movimientos de estructuración-variación-reestructuración constantes.
La determinación del foco y el ahondamiento en su conflictiva global englobará el diagnóstico del
punto de urgencia (comprendida dentro de la formulación psicodinámica temprana, entendida como
una hipótesis diagnostica integral).
Punto de urgencia
Según Braier, “corresponde a la situación psíquica inconsciente de conflicto que, por la acción
de factores actuales, predomina en el sujeto en un momento dado, siendo motivo de determinadas
ansiedades y defensas”.
La búsqueda del punto de urgencia parte de un interrogante: ¿a qué obedece la ansiedad del
paciente, en ese momento? Presupone indagar un punto crítico que, en lo inmediato, adquiere
prioridad en la labor terapéutica ya que moviliza ansiedades y produce descompensación en el
paciente, y es hacia ese punto que deberán orientarse las distintas medidas terapéuticas (ej
interpretaciones) para que obtengan una repercusión emocional efectiva.
Este punto puede ser inherente al foco (focal), puede subyacer a la situación- problema, o ser
relativamente ajeno a él (extra focal). Esto último sucede, por ejemplo, cuando se presentan
situaciones inesperadas de emergencia durante el tratamiento, siendo impostergable atender al punto
de urgencia, en auxilio del paciente.
Luego, para poder volver a ocuparnos de manera productiva de la problemática principal del
tratamiento, es necesario despejar el campo de los estímulos traumáticos que impiden
circunstancialmente que el paciente pueda centrar su interés en la focalización de la labor terapéutica.
El punto de urgencia es variable, es decir, que en realidad deberíamos decir “los puntos de
urgencia” ya que son varios los que se suceden desde las entrevistas iniciales hasta las etapas
finales del tratamiento. Son diferentes entre sí, aun cuando se incluyan dentro de una misma
conflictiva focal. Esta variabilidad se debe a la influencia de diversos estímulos provenientes del mundo
interno y externo del paciente:
a. Propios de la vida cotidiana
b. Que provienen de la actividad del terapeuta. En este caso es deseable que el punto de
urgencia se vaya modificando, ya que ello puede ser índice de una útil movilización
afectiva producida por la actividad del terapeuta.
La concepción de esta hipótesis está regida por las teorías psicoanalíticas (determinismo
psíquico, sobredeterminacion, series complementarias, etc.). Tiene carácter provisional, debido a que
es susceptible de ser confirmada, ampliada o rectificada, durante el tratamiento.
Mientras que el foco apunta más específicamente al campo de las situaciones sobre las que se
deberá obrar terapéuticamente intentando modificaciones y resoluciones, la hipótesis dinámica inicial
alude a esto y además a los restantes conflicto (extra focales) del paciente, que se pueden inferir
dinámicamente y que no necesariamente se intentara modificar.
Su elaboración permite:
Extraer elementos suficientes para una devolución diagnostica al paciente , que a su vez, pone
en marcha la búsqueda de un convenio, las metas terapéuticas;
Desarrollar una planificación del tratamiento, consecuente con la hipótesis y los objetivos
formulados.
Funciones yoicas.
Estudiarlas es importante para:
En un primer periodo de la conceptualización freudiana tales funciones eran vistas como más
pasivas, subordinadas a las de los otros dos sistemas (super yo-ello), careciendo de autonomía.
El enfoque yoico recorta aspectos dotados de una particular plasticidad y permeabilidad a
influencias de cambio múltiples (con mayor movilidad que el super yo-ello), prestando así una base
para la comprensión de la acción terapéutica, a breves, medianos lapsos. No sólo permite dar cuenta
de las modificaciones en el comportamiento del sujeto, sino también, regular el contacto y el ajuste a
las condiciones de realidad.
Todo terapeuta de orientación social e institucional, trabaja con el yo del paciente, pero en
estado precientífico: difícilmente podrá explicar en qué consiste reforzar el yo, cuáles son los caminos
y mecanismos de ese reforzamiento.
Para comprender los cambios yoicos en el proceso terapéutico cabe distinguir entre la
FUNCIÓN propiamente dicha (percepción, planificación, coordinación), los EFECTOS del ejercicio de
esas funciones (control de impulsos, adecuación, realista, integración), y las CUALIDADES asignables
a esas funciones, en base a sus rendimientos objetivos:
El terapeuta debe respetar los efectos exitosos de estas funciones, así como señalar sus
fracasos y explorar los motivos de esos fracasos (atendiendo a los mensajes “latentes” y los
mensajes manifiestos e intencionales del paciente).
EFECTOS
Comprenden:
HARTMANN diferencia entre “Estado de adaptación”, como meta alcanzable que se aspiraría a
detenerse, y “Proceso de adaptación” que comprende una tensión activa de recursos del sujeto, para
todo intento de relación dinámica y critica con la realidad. La dirección del proceso terapéutico a
cualquiera de estos modos de adaptación, dependerá tanto de la ideología del paciente como la del
terapeuta. También podrían diferenciarse subniveles en los fenómenos de “adaptación”, hay:
- “Adaptabilidad”: dada por la eficiencia para el manejo de toda realidad (incluso para
modificarla).
- “Adaptación”: referible al ajuste interaccional en pequeños grupos (familia o grupos de trabajo,
orientados en direcciones ideológicas diferentes).
- “Adaptación”: consistente en aceptar las condiciones sociales globales vigentes, de manera
pasiva.
CARACTERÍSTICAS:
a. Autonomía: funcionamiento yoico no interferido/comprometido en el manejo de los conflictos
(“área libre de conflictos”). Esto se verifica en el “ajuste” logrado en determinadas conductas
adaptativas a pesar de la existencia de conflictos y de una organización defensiva montada sobre
estos.
Cuando el resto del rendimiento yoico esta interferido por una organización defensiva: la
conducta se caracteriza por: restricción perceptual o imaginativa, limitaciones en la creatividad,
rigidez en la conducta, limitaciones en el registro de retroalimentaciones correctoras.
No obstante, las defensas y el ajuste adaptativo no siempre son antagónicos: el empleo de
defensas eficientes, puede lograr el alivio de la ansiedad, y eso facilitar el desempeño de otras
capacidades yoicas, en el manejo/adaptación normal de la realidad.
b. Fuerza: se verifica por la eficiencia adaptativa que logran, cotejada con el monto de
exigencias a las que están sometidas. Se revela en la medida en que un sujeto colocado en una
situación traumática, imprevista, consigue mantener actuantes sus recursos adaptativos , oponiendo
una contrafuerza neutralizadora de las presiones internas y externas desorganizadoras.
c. Plasticidad: capacidad de reajuste del repertorio de funciones ante variaciones producidas en
la calidad y el monto de las exigencias que debe enfrentar el individuo.
La mirada sobre el yo y la eficacia de sus funciones, debe ser ampliada para reconocer que en la
interacción social los otros, los grupos con sus dinamismos, coparticipan en el curso y resultado de
este procesamiento yoico, ya sea para facilitarlo o para entorpecerlo o distorsionarlos. Es decir que
este enfoque ensancha el contexto de evaluación del yo.
El grupo familiar juega un rol primordial: La riqueza o pobreza perceptiva, imaginativa, cognitiva, la
existencia de un área libre de conflictos, la plasticidad del repertorio defensivo, son siempre
coproducciones: el individuo las va gestando en sus vínculos. El grupo influye en el funcionamiento
actual de éstas.
Yo-Debilitantes. Todo grupo que ataque las capacidades yoicas de algunos de sus miembros, no
las reafirme, ni estimule y subraye sus limitaciones o errores, así como le niegue su posibilidad de
replantear sus reglas de funcionamiento. (Tiene un papel relevante en las situaciones de enfermedad
individual).
La Tarea en Psicoterapia consiste en: percibir totalidades, captar detalles, evaluar necesidades y
posibilidades. Intervenir para
Activar una búsqueda asociativa de otros datos que puedan aportar la hipótesis sugerida
por el terapeuta.
En terapias breves es probable que el esfuerzo yoico tenga un alcance sectorial, en otras
terapias más prolongadas podrá ser más extendido.
El origen y tipo de cambios yoicos que pueden lograrse por el proceso se conceptualizan en
función de áreas del yo comprometida con el conflicto (sometida a las vicisitudes y dinamismos del:
ello-super yo-yo, y sus contradicciones frente a la realidad).
Sólo teniendo en cuenta las “partes sanas” del paciente, se le puede proporcionar una imagen
ecuánime, atenta a sus lados enfermos, regresivos, tanto como a sus capacidades de logros, no solo
en el afuera sino también en el adentro de cada sesión. Se trata de captar en toda su magnitud la
constante dialéctica salud-enfermedad.
El terapeuta se apoya en las funciones yoicas mejor conservadas del paciente y le suministra,
como “préstamo temporario”, aquellas que en él están menos desarrolladas o momentáneamente
inhibidas. El proceso, supone una movilización yoica del terapeuta, que es selectiva y parece
desplegarse, según leyes de complementariedad con el perfil del funcionamiento yoico debilitado o
conservado en grado diverso, del paciente
En este ajuste selectivo, se fundamenta la operación del terapeuta desde un rol flexible, frente a
esa movilidad de demandas yoicas (no es posible interpretar siempre o dirigir siempre).
La hipótesis acerca de esta interacción, permite evaluar en base a indicadores objetivos la marcha
del proceso y el ajuste de la técnica empleada.
4. ABORDAJE TERAPÉUTICO.
Noción de salud-enfermedad.
-Modelo etiológico: se orienta fundamentalmente a una comprensión psicodinámica de los
determinantes actuales de la situación de enfermedad, crisis o descompensación. Esto obliga a
jerarquizar las condiciones de vida del paciente, dirigirse a la experiencia actual de la realidad del
paciente. (El hombre depende directamente de su ambiente diario común, para su normal
funcionamiento).
Por “condiciones de vida” se alude no solo a los vínculos interpersonales, sino también a sus
condiciones de vivienda, trabajo, perspectiva de futuro, las tensiones de su grupo social, prejuicios,
mitos, etc. Una adecuada comprensión social del paciente (que no se oponga a la comprensión
psicodinámica, sino que se dirija a complementarla y enriquecerla), puede clarificar el interjuego
variable entre ambos mundos, interno y externo.
La eficacia causal etiológica, se asigna a un conjunto de factores que operan, más allá
de la etapa de neurosis infantil, en un campo dinámico que rebasa la situación edípica.
Las crisis resultan del choque del individuo con factores ambientales capaces, por sus
condiciones objetivas, de desarticular los mecanismos homeostáticos frágiles de una
personalidad predispuesta.
Una terapéutica breve organiza sus recursos de modo elástico y los organiza en función de una
evaluación total de la situación del paciente de su grado de enfermedad y del potencial adaptativo de
su personalidad: elabora su estrategia según que capacidades están invadidas por conflictos o libres
de ellos.
e) En personas de edad avanzada la terapia focal permite trabajar sectorialmente incluso a través
de una técnica interpretativa.
No aplicar como una terapia sustitutiva del psicoanálisis, (a veces está indicada como paso previo
a la realización de un tratamiento psicoanalítico) sino como indicación precisa, surgida del diagnóstico
no de un cuadro nosológico, sino de una personalidad enferma en un marco socioeconómico y
cultural determinado.
Debe notarse que la terminación de la terapia breve, de “final abierto”, admite cualquier tratamiento
intensivo ulterior si la evolución del paciente lo exigiera.
Adaptar siempre nuestra técnica psicoterapéutica al paciente, antes de roturarlo como intratable.
Un tratamiento focal puede ser suficiente para solucionar el síntoma o problema actual surgido.
Psicopatías,
Perversiones,
Toxicomanías,
Estados fronterizos
Debilidades yoicas, con relaciones objétales muy ambivalentes, dependientes o simbióticas,
tendencias marcas al acting out o escasa tolerancia a la ansiedad y a la frustración
Se subrayan tres pilares sobre los que se monta un sistema de influencias de cambio:
ACTIVACIÓN YOICA, ELABORACIÓN DE UN FOCO, RELACIÓN DE TRABAJO. Éstos constituyen
el trípode que sustenta el proceso; actúan instalando una estructura de tensiones activadoras
recíprocas:
La eficacia con que se logre asentar cada uno de estos ejes y el desarrollo de su relación con
los otros, permitirá evaluar la marcha del proceso terapéutico y corroborar o rectificar la indicación
terapéutica (si se cuenta con un potencial de funciones yoicas activables, si existe la posibilidad de
delimitar un foco, si la relación de trabajo es interferida por obstáculos transferenciales-
contratransfarenciales, etc). Puede darse:
Relación terapéutica.
Situación de comunicación cercana en estilo a la relación interpersonal cotidiana: dos o
más interlocutores sostienen un diálogo con ritmo, gestos, posturas, mímica verbal habituales,
comparten una tarea en una relación igualitaria, aunque sus roles son distintos: uno de ellos es
experto sobre cierto nivel de la problemática humana, el otro aporta los elementos de testigo directo
de problemática singular.
El funcionamiento de esta relación dependerá de varias condiciones del paciente pero también,
de las actitudes del terapeuta.
1. Contacto empático manifiesto: ofrecer claras evidencias de que es capaz de comprender lo que
el paciente expresa y desde su perspectiva. Se hace manifiesta por gestos de escuchar
atentamente, de seguir los giros dramáticos del relato en contacto con las emociones que
despiertan, facilitando la continuación del relato (“si…” comprendo…”, “¿entonces…?”)
2. Calidez: evidenciada en gestos y tonos de voz; su persona no le es indiferente. En cuanto ser
humano siente por él un afecto de fondo, discreto, no invasor, pero palpable. Contiene ciertas
dimensiones del amor (ternura, solidaridad, simpatía por la condición humana) que funcionan
como estímulo/motivación para la tarea.
3. Espontaneidad: crear un clima de libertad, creatividad, permisividad. Crear una ligazón
progresiva, más íntima, entre sensibilidad y expresividad. La espontaneidad del terapeuta es el
modelo (corporal, postural, gestual, tonal) ofrecido, que habla de alguien capaz de imaginar, de
reír, de jugar y también de sufrir sin barreras forzadas.
4. Iniciativa: El terapeuta desempeña un rol activo, estimulante de la tarea y de las capacidades del
paciente aplicables a la tarea. Con esa función interroga, orienta la búsqueda, solicita detalles,
construye modelos, propone al paciente que los ponga a prueba, hace balances, traza
perspectivas, va mucho más allá de la “interpretación de un material”. No queda demasiado
tiempo, quieto ni silencioso en función de que la índole docente de la tarea le otorga un
liderazgo. Puede ser él quien inicie una sesión. Concebir la tarea como obra de equipo, cuya
dirección, intensidad, ritmos, es asunto de ambos. Ej. El terapeuta interrumpe al paciente para
preguntarle: “¿Cómo ve usted esto hasta aquí? “¿Qué le sugiere?” y espera una respuesta
antes de dar él su imagen de la situación. Con la respuesta del paciente tiene ya dos materiales
de interés (el relato inicial y la interpretación del paciente, a su vez la pegunta actúa para el
paciente como estimulante, para una puesta a prueba de sus capacidades y escotomas; induce la
ejercitación en la autoevaluación. Después de ofrecer una interpretación el terapeuta indaga
también inmediata y activamente: “¿Cómo la resulta esta manera de ver su problema, usted lo
puede ver también así? Tal sondeo opera como solicitación constante a la actividad yoica del
paciente a la vez que como un modelo activo.
5. Actitud docente: actividad pedagógica en la relación de trabajo y movilizando recursos didácticos
destinados a facilitar los aprendizajes, que constituyen parte esencial del proceso terapéutico.
(claridad del método expositivo, abierta exposición de su método de pensamiento).
b. Clarificar los objetivos: “En esta primera fase de su tratamiento lo primordial es conseguir que
usted pueda serenarse, salir un poco de la confusión en que está ahora metido, aclarar cómo
se llegó a esta situación: a partir de allí, si usted se ubica con más elementos de juicio veremos
cómo seguir”. Redefinir los objetivos a largo plazo (objetivos estratégicos: “Que usted vaya
logrando mayor independencia frente a sus padres, mayor capacidad de decidir solo su
vocación”) y a plazo inmediato (“objetivos tácticos: “En estas últimas sesiones estamos
explorando todo lo que en su vida ha sido dependencia, que la lleva a ser más la hija que
la mujer de su pareja: esto tal vez nos permita comprender mejor como se fue gestando
esta relación de sometimiento suyo que está en la base de la crisis”)
c. Reforzar todo avance en la tarea: “Esta vez usted pudo exigir a su padre un tiempo para hablar
de los problemas comunes y consiguió que lo escuchara. Es importante porque éste dialogo
es algo nuevo y partió de un cambio de actitud suya. A partir de aquí sería útil que usted se
observe, a ver cuándo mantiene esta nueva actitud, de darse su lugar y en qué momento puede
surgir la tendencia a la relación anterior”.
d. Claridad del método expositivo: atendiendo a los modos de construcción, o palabras que
faciliten su comprensión por el paciente. Son intervenciones aclaratorias en la que el terapeuta
se anticipa: “Mientras le iba diciendo todo esto, me pareció que usted en un momento se
perdía. Veamos qué es lo que entendió y le aclaro el resto”.
Va más allá de la formulación general, la técnica deja de ser “la técnica” universal y abstracta y
pasa a ser la cristalización en acto, singular, de un fondo de recursos, de un conjunto de
posibilidades que cada relación bipersonal tiene que realizar selectivamente, según las
necesidades propias de cada o momento del proceso.
6. Inclusión del terapeuta como persona real: A través la empatía, calidez, espontaneidad, iniciativa.
La presencia personal del terapeuta es parte nuclear del instrumental técnico. No solo por lo que
permite al paciente ver de su mundo, sino por el papel que desempeña en él. Su influencia en el
paciente, dependerá de “la lectura” personal que él haga de aquellos comportamientos concretos.
Este rol es objetivador y rectificador. Así se define la psicoterapia verbal como “tratamiento
mediante la palabra y una específica relación humana, mutuamente potenciadas”.
El primer contacto el paciente, da indicios del tipo de relación que necesita; (pedido no Cc.
Poder dar respuesta a esa demanda depende de la sensibilidad del terapeuta para registrar aquellos
indicios y flexibilidad para seleccionar sus instrumentos en función de la estructura de aquella
demanda.
La personificación del vínculo tiene dos vertientes: adecuación del vínculo a necesidades
específicas de cada paciente y puesta en juego de capacidades y actitudes del terapeuta al servicio
del proceso.
Aquí las condiciones del encuadre están dirigidas a evitar la instauración de un vínculo paciente-
terapeuta demasiado intenso emocionalmente, esto constituye una complicación.
El terapeuta al tener que hacer hincapié en “el afuera” y llevar al paciente a interesarse por la revisión
de sus vínculos con su verdadero padre, madre cónyuge, jefe etc., el terapeuta puede experimentar un
sentimiento de exclusión. (Deberá conformarse con su condición real de docente experto).
La 1ra sesión está destinada a cumplir no sólo funciones diagnósticas y de contrato, sino que juega
siempre un rol terapéutico. Y esta acción, no se ejerce meramente por el efecto placebo del contacto
inicial, sino que requiere de una intervención adecuada, que está asociada a la posibilidad de crear
de entrada, una alianza sólida. Para ser eficaz, debe poder cumplir con las siguientes tareas:
1- Diagnóstico aproximativo inicial a partir de los datos aportados por el paciente.
2- Clarificación inicial sobre la problemática planteada y la orientación terapéutica.
3- Elaboración conjunta de ese panorama mediante progresivos reajustes.
4- Acuerdos sobre el sentido y los objetivos de la relación terapéutica entre ambos.
5- Contrato sobre las condiciones de funcionamiento de esa relación.
6- Anticipaciones mínimas acerca del modo de conducir la interacción en la tarea.
a. CLÍNICO Y PSICODINÁMICO
Implica la construcción de un modelo comprensivo preliminar global, etiopatogénico,
clínico y psicodinámico (interpretación panorámica inicial*). Para lo cual, se realiza una
búsqueda selectiva, guiada de los siguientes datos:
Síntomas principales que motivan la consulta: evolución, circunstancias de
variación, supresión o agravamiento.
Grupo familiar: estructuras, jalones, enfermedades importantes, clima emocional,
roles, etc.
Relaciones de éxito-fracaso referidas a las áreas adaptativas y con perspectiva
evolutiva: maduración, juegos, estudio o trabajo, sexualidad, sociabilidad,
autoestima. (Equivale a la evaluación del yo)
Aspectos interaccionales del paciente en la entrevista: modalidades de la
comunicación, datos de transferencia-contratransferencia, estructuras de conductas
predominantes.
b. MOTIVACIÓN Y APTITUDES DEL PACIENTE PARA LA PSICOTERAPIA
Pretende evaluar la aptitud para establecer un compromiso de trabajo; para la elección óptima
del tratamiento, según los indicadores pronósticos. Implica analizar sus expectativas de
curación, su disposición a aceptar la psicoterapia, sus aptitudes para participar activamente en
la misma, la transferencia inicial y las fantasías de enfermedad y curación con las que llega a la
consulta. Se considera que un paciente está bien motivado para iniciar psicoterapia breve de
esclarecimiento cuando:
Reconoce el carácter psicológico de sus trastornos.
Manifiesta capacidad de introspección, y disposición a transmitir con honestidad lo
que pueda reconocer de sí mismo.
Desea participar activamente para comprenderse.
Está dispuesto a experimentar o ensayar cambios.
Espera que el tratamiento logre resultados positivos.
Está dispuesto a realizar ciertos sacrificios para acceder a esos logros.
Si el paciente carece de estas condiciones, tal vez convenga una psicoterapia de apoyo,
directiva o supresiva de síntomas.
Cabe plantear que el diagnóstico no puede ser estático, individual o intrapersonal, sino que
debe ser puesto a prueba como fenómeno interaccional, con todo lo que el terapeuta pueda
hacer para estimular dicha motivación.
Refiere a las condiciones que se vinculan con la posibilidad de que el paciente inicie y pueda
mantener con regularidad un tratamiento. Requiere sopesar estabilidad geográfica, horarios,
situación económica, lugar de residencia, obligaciones familiares; demás planos diagnósticos.
3) Confrontación entre las expectativas del paciente y la perspectiva del terapeuta. Reajuste y
búsqueda de acuerdos (con la parte adulta del paciente)
Involucra un diálogo abierto entre ambos, acerca de las mutuas expectativas: para localizar
discrepancias y enfrentarlas. Se trata de esclarecer o despejar el campo de confusiones,
ambigüedades y desacuerdos implícitos, o cualquier otro factor de interferencia, para un
contrato y proceso terapéutico eficaz. Alentar al paciente a que plantee sus dudas y objeciones
a todo lo expuesto, y reforzar la motivación inicial para aceptar la terapia. Es importante que su
apertura a las objeciones sea real y sincera; y no meramente formal.
Es crucial consolidar una alianza terapéutica (vínculo). Y si el tratamiento no satisface las
expectativas del paciente, el riesgo de abandono es inminente.
Esta función de clarificación y apoyo (dirigida a sus partes infantiles), es además terapéutica ya
que la explicitación de resultados esperables, efectivamente permite mejores resultados. De
cualquier modo, no hay que olvidar que cualquier apresuramiento interpretativo puede ser
vivido como una intrusión.
*La interpretación panorámica concibe los síntomas como expresión de un conflicto nuclear, vincula
componentes arcaicos y actuales del conflicto, incluye elementos regresivos y adaptativos en la
conducta. Pero lo decisivo es pensar la situación como una totalidad que incluye numerosos
parámetros. (Ver ejemplos en pags. 74-78)
El tratamiento
Una vez cumplidas las etapas diagnóstica y contractual, así como la de planificación, se inicia
el tratamiento, el cual se apoyará en hipótesis psicopatológicas y terapéuticas, en objetivos y encuadre
definidos.
Una regla básica de funcionamiento en PB de orientación psicoanalítica:
Por regla general, la falta de tiempo no nos permite emplear los recursos tradicionales de libre
asociación, actitud pasiva y anonimato
Desventajas Ventajas
Lo natural y lógico para el paciente es tener que hablar ante el terapeuta fundamentalmente de
sus síntomas y situaciones conflictivas. De esa manera el terapeuta podrá dedicarse de manera
selectiva a sus padecimientos actuales, como tema primordial en la terapia (focalización).
Por estos motivos la consigna de trabajo antes de comenzar el tratamiento breve será: “Les
aclaro que podrán hablar de lo que deseen, pero que en un principio convendrá que se refieran
preferentemente a todo aquello que supongan que guarda alguna relación con los problemas
que hemos convenido en abordar”.
El terapeuta debe utilizar este método cuando lo considere oportuno, y ante paciente
capaces de responder positivamente al mismo. Se destacan los beneficios del uso limitado y
selectivo del procedimiento de asociación libre ante el surgimiento de algún elemento significativo, a
partir del cual podrá tener lugar el proceso asociativo, a fin de profundizar en la conflictiva focal.
Para facilitar la separación al terminar el tratamiento, puede ser útil ir reduciendo de un modo
gradual la frecuencia de sesiones.
Una mayor frecuencia puede ser conveniente en cases tales como:
o Situaciones de crisis muy intensas, con gran monto de angustia, depresión, o excitación.
o Pacientes con marcadas tendencias al acting out.
Duración: también puede variar de acuerdo con las circunstancias. Una duración de 40 minutos
por sesión suele ser adecuada.
En estos pacientes que por distintos motivos no toleran suficientemente la separación interesa ver
cuál es el destino de la transferencia.
Allí resulta conveniente que el paciente tenga ocasión de desarrollar estas reacciones mientras se
halla bajo tratamiento, para dar lugar a que sean mejor examinadas, comprendidas y resueltas.
Aspectos técnicos
Las mayores posibilidades de éxito a lo largo de una PB, estarán en relación con:
1. La capacidad del paciente para poder tolerar el duelo por la separación. Conviene detectarlo a
partir de los primeros contactos
2. Las condiciones del contrato terapéutico: procurar disminuir la intensidad de las regresiones; en
pacientes que suelen entablar relaciones simbióticas, contemplar un tiempo suficiente para
analizar/trabajar su duelo por la separación
3. La capacidad del terapeuta para ajustarse al encuadre. Se deberá abordar, en los estadios
finales del tratamiento, el duelo de separación, (cuando se necesario recurriendo a
interpretaciones transferenciales). En esencia, deberá al menos señalarse la situación de
duelo.
4. El mantenimiento de una transferencia positiva a posteriori del tratamiento, al que podrán
contribuir las entrevistas periódicas de seguimiento
En P.B. debe tratarse de llegar a la finalización del tratamiento de modo tal que el Alta coloque al
paciente en condiciones de vivir una experiencia estimulante y reaseguradora. En el terapeuta,
es de esperarse que encuentre gratificaciones en los resultados terapéuticos.
5. TÉCNICAS.
Intervenciones verbales.
Deben reunir tres condiciones:
1. Mantener coherencia interna: que desde un punto de vista dinámico no haya contradicciones;
deben responder a una estrategia planeada según cada caso.
2. Constar de una proporción elevada de intervenciones no interpretativas: para contrarrestar
cualquier efecto dependencia; de este modo se reafirma una relación terapeuta-paciente en
términos de realidad de menor asimetría.
3. Estar focalizadas: dirigidas selectivamente a la problemática focal. Centrar la labor terapéutica
en problemas vitales y actuales del paciente, y no abrir otras brechas.
Por ello, se debe proveer elementos al paciente para la conscientización de sus transferencias
con personas significativas, involucradas en la situación conflictiva en cuestión, e incluir el vínculo
con el terapeuta sólo como una nueva relación transferencial, en la que pueden aflorar más
selectivamente pautas repetitivas y neuróticas de conducta.
Las interpretaciones transferenciales, a su vez, varían según las fases por las que esté
atravesando el tratamiento; durante las primeras sesiones suelen producirse porque es preciso
despejar ansiedades paranoides naturales, y también se producen en los estadíos finales porque la
eventual separación requieren que se contemple situaciones de duelo que se reproducen en el
seno de la relación transferencial.
Una buena utilización de la transferencia implica decirle a la parte adulta de la personalidad del
paciente que él se porta con el terapeuta como si fuera su padre, su madre o cualquier otro objeto
significativo primario, pero que en realidad esto es fruto de su percepción errónea de la realidad, y
que en realidad el terapeuta no es ninguno de estos objetos primarios por él traídos y por el
terapeuta representados.
Este mensaje, por un lado, manifiesto, y por el otro implícito en su contenido, debe desalentar
la prosecución de la reviviscencia de situaciones infantiles en el seno de la relación transferencial, lo
que significa renunciar en su mayor parte al “como sí” metafórico de la técnica psicoanalítica.
A su vez, poner excesivo énfasis en los aspectos infantiles del paciente puede promover la
regresión, es aconsejable abstenerse de interpretar en primera instancia y de manera
sistemática en torno a tales aspectos, y a partir en cambio de la referencia a los factores
actuales en juego. En el caso de tener que abordar conflictos genéticos infantiles, hay que tomar
una serie de precauciones:
1. Que el paciente demuestre estar capacitado para recibir y aprovechar estas interpretaciones,
sin experimentar reacciones desfavorables.
2. Que las condiciones temporales del encuadre, sean propicias.
3. Que los componentes histórico-genéticos a incluir en las interpretaciones sean pertinentes a
la estructura focal.
4. No se deberá aspirar a eliminar la amnesia infantil.
5. El modo de formular las interpretaciones tenderá a facilitar que el paciente comprenda los
determinantes históricos del conflicto actual, en vez de hacerle revivir emocionalmente los
conflictos infantiles en el seno de la relación transferencial.
Dramatización
Psicoterapia grupal
Terapia ocupacional
Hipnosis
Servicio social
*Se debe considerar los rótulos diagnósticos clínicos como problemas abstractos. En estos caso
se deberá traducir el título a una manifestación concreta del problema.
Dx de la atribución causal
A veces las personas del sistema mencionan el problema pero desconocen una atribución
causal. Aquí se debe emprender un diálogo apuntando a guiar al sistema a explicitar la
causalidad, posibilitando que ellos mismos construyan una respuesta .
*Multicausal o unicausal.
*Pasadas o futuras
¿Cuándo recuerdan que comenzó esto que dicen que les sucede? ¿cuándo está ausente?
Dx de la atribución de la gravedad
Explorar en todos los integrantes del sistema el sentir, el pensar y el actuar en relacion con el
problema manifiesto.
Son aquellas acciones, ideas y emociones puestas en juego para dar una solución al problema
manifiesto pero que fueron infructuosas.
5-Dx de la construcción del mensaje por el receptor: Aquí se considera el recorte que el receptor
realiza sobre la base de lo percibido y qué significación le otorga al mismo.