PSICOTERAPIA BREVE DE ORIENTACIÓN PSICOANALÍTICA. Imprimir

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6. PSICOTERAPIA BREVE DE ORIENTACIÓN PSICOANALÍTICA.

La podemos encontrar también con los nombres de: psicoterapia de tiempo u objetivos
limitados o psicoterapia de emergencia.

Los fines terapéuticos se centran en la superación de síntomas y episodios agudos o


situaciones perturbadoras actuales que se presentan como prioritarias por su urgencia y/o importancia.

Surgen bajo la necesidad de dar respuestas a la excesiva demanda de consultas en las


instituciones, ya que permiten extender los servicios a mayor cantidad de población en un menor
tiempo. Otra de las motivaciones tiene que ver con aquellas personas cuyos recursos económicos no
le bastan para costear una terapia de larga duración.

Históricamente, Eduardo Alberto Braier, indica que, el propio Freud propuso la idea de
curaciones rápidas dirigidas hacia la solución de determinados conflictos y síntomas. Pero en sus
desarrollos posteriores el tratamiento se va haciendo más alargado. En 1916, Ferenczi menciona por
primera vez la necesidad de una psicoterapia breve, siendo reprendido por Freud. Entre los años 1920
y 1925, Ferenczi y O. Rank realizan intentos para abreviar la cura psicoanalítica y escriben juntos un
libro, proponiendo el llamado “método activo”. Esto también es cuestionado por Freud, aunque en el
año 1937, en su artículo “Análisis terminable e interminable”, recalca que el acortamiento de la
duración del análisis es un hecho deseable.

Finalmente, en 1941 el Instituto de Psicoanalisis de Chicago organiza un congreso nacional


sobre psicoterapia breve. En Argentina, en 1967 tienen lugar investigaciones sobre psicoterapia breve,
interesando a H. KESSELMAN, H.J. FIORINI Y J.C. KUSNETZOFF.

Según BRAIER: Es una terapéutica breve basada en el esquema conceptual del


psicoanálisis; pero en situaciones hospitalarias, o con pacientes que, por diversos motivos
(económicos, pero también resistenciales o por su edad avanzada, etc), no pueden ser
abordados por medio de un tratamiento psicoanalítico corriente. Considera que tenemos que
adaptar nuestros recursos técnicos a las posibilidades y necesidades del paciente, sin
esperar que sea siempre éste quien deba amoldarse.”

Se orienta hacia la conducta del paciente “afuera de la sesión” con el claro objetivo de centrar la
atención del paciente en sí mismo y en su mundo habitual, más que en su transitoria relación
terapéutica. La consigna general es confrontar al paciente constantemente con su realidad social,
ambiental y con sus perspectivas frente a la misma.

1. DIMENSIÓN EPISTEMOLÓGICA.
FIORINI afirma que, ante esta necesidad de un método psicoterapéutico breve, los terapeutas se
vieron en la urgencia de instrumentalizar el mismo, desde unos primeros ensayos. Por estos motivos,
se asientan sus bases en la experiencia clínica, concepción teórica y sistematización técnica del
psicoanálisis, e incluir aportes de otras disciplinas sociales y de diferentes modalidades
terapéuticas, pero orientándose hacia la elaboración de un marco referencial propio. (Se trata de
“una modalidad terapéutica que reconoce sus fuentes en el cuerpo teórico del psicoanálisis, pero que
es netamente diferenciable de su técnica).
BRAIER cita al artículo “Los caminos de la terapia psicoanalítica” (1919) como un texto freudiano
clave en el basamento teórico. Señala que Freud adelanta la aparición de los tratamientos breves
como un intento de posibilitar la asistencia psicológica a un mayor número de personas, cuyos
componentes básicos deberán provenir del psicoanálisis.

En el texto “Estructuras y abordajes en psicoterapias psicoanalíticas”, H.J. FIORINI encuentra


una Epistemología de Pensamiento Crítico, en la que se consideran “situaciones o circunstancias en
particular”, cuestionando todo el tiempo verdades únicas, en favor de las “verdades” y de la diversidad,
y a la vez de la singularidad de cada individuo dentro de esa diversidad. Cita a PRIGOGINE:
“Complejidad indica pluralidad, diversidad de modos de funcionamiento”

¿Por qué hablar de diversidad? En la clínica se habla de fenómenos patológicos, pero también
de sus cualidades e intensidades, su temporalidad y contexto. De modo tal que estamos en un espacio
diverso, no se piensa desde un parámetro sino desde múltiples. En este sentido, la clínica no es una
sino diversa. No se habla de diagnóstico sino de niveles de diagnóstico, de diferentes formas de
focalizar y también diversos procesos terapéuticos.

FIORINI dice: “suponer que “con esta teoría perfectamente aplicada en esta práctica
enteramente coherente, lograremos efectos claros, es un ideal” El problema está en aquellas teorías
que generalizan en lugar de singularizar. Cita a FEYERABEND, “debemos finalizar con las grandes
síntesis y revisar nuevamente las condiciones de particularidad en las cuales pensamos, condiciones
singulares y particulares en las que podemos ejercer teorías”. Y será UMBERTO ECO quien afirme
que una teoría no puede abarcar el dominio de los hechos, las circunstancias y situaciones
particulares que suelen desbordar estos sistemas de signos.

Se trata de ver en la clínica, a un paciente concreto y no uno abstracto, intentando abordar lo


más posible de la vida de la persona.

Comparación con psicoanálisis.


Psicoanálisis Psicoterapia breve de
orientación psicoanalítica

Fines  Hacer Cc, lo Icc. (Metas más reducidas y modestas


terapéuticos en función de necesidades
 Resolución de conflictos inmediatas del individuo)
básicos y sus derivados, a
través de la elaboración. Objetivos Limitados.

 Reconstrucción de la  Superación de síntomas y


estructura de la personalidad problemas actuales de la
del analizando realidad del paciente.

 Eliminación o alivio de los


síntomas de modo franco y
sostenido.

Duración Prolongada (años). Limitada (unos meses).


Indeterminada de antemano. Habitualmente prefijada

Confiere una estructura definida de


“principio, medio y fin”

Introduce un nuevo elemento de


realidad, que desalienta la
producción de fantasías regresivas
omnipotentes de unión permanente
con el terapeuta.

Concierne especialmente a Se limita habitualmente a la


conflictos básicos infantiles, elección de conflictos derivados
Labor con los conflictos

con los objetos primarios del del conflicto primitivo infantil, a


sujeto, siendo su naturaleza tratar por su urgencia / importancia.
edípica o preedípica. Sin ahondar profundamente en
éste, evitando que se produzca una
El paciente revive dichos excesiva movilización afectiva.
conflictos (en la relación
transferencial), que son Centrado en factores determinantes
profundamente analizados actuales de conflictos subyacentes
focales.

Son favorecidas, representa un No son favorecidas. No es


Dependencia
Regresión.

medio esencial para lograr el fin conveniente, las condiciones del


terapéutico paciente y/ encuadre no son aptas
.

para tales fines.


TÉCNICA

Sí. La neurosis de transferencia No. se intenta no concentrar tanto


neurosis de transferencia
Desarrollo y análisis de

presupone la reedificación, la libido del paciente en la relación


selectiva de determinadas con el terapeuta. Como las metas
situaciones y mecanismos terapéuticas no se dirigen a
infantiles en la relación reestructurar la personalidad ni a
terapéutica. resolver conflictos básicos. Lo que
importa es la búsqueda de insight
de situaciones conflictivas actuales
de su vida.

Intensivo. constituye una parte También pueden considerarse


imprescindible. Se consideran como obstáculos al avance del
obstáculos para la labor insight. Pero no posee el mismo
Análisis de
resistencia

terapéutica. carácter intensivo debido a la


limitación temporal. Algunas
defensas son combatidas; otras
son respetadas o aun reforzadas.
Sí. La finalidad de las Si, siempre que las condiciones
interpretaciones del analista es psíquicas del paciente lo permitan.
promover el insight de los Limitado por cuestiones de tiempo.
conflictos en el paciente. Es el Sólo puede proporcionar
factor central y la precondición experiencias de autoconocimiento
de todo cambio duradero en la limitado al foco terapéutico.
Insight

personalidad.
Referido sobre todo al “afuera”
Es favorecido por una atmósfera hacia las relaciones del sujeto con
regresiva los objetos externos de la vida
cotidiana y presente. Más cognitivo
que afectivo.

Si. Proceso por el cual un Debido al tiempo, su trabajo será


paciente descubre escaso imperfecto o incompleto,
Elaboración

gradualmente las connotaciones pero de cambio al fin, (un paciente


totales de la interpretación o el con suficientes capacidades yoicas
insight. podría quizá continuar, concluido el
tratamiento breve.

No (o bien escaso) Si. las terapias breves son con


Fortalecimiento y

mucha más frecuencia “mixtas, en


funciones yoicas
activación de

vez de puramente interpretativas (o


de esclarecimiento), o reforzadoras
del yo (o de apoyo).

No Si. está enfocada hacia


determinadas problemáticas del
Focalización

paciente, que adquiere prioridad


dada su urgencia y/o importancia,
dejandose de lado las demás
dificultades.
No Sí. Incorpora todo recurso que haya
demostrado ser útil, en virtud de

Multiplicidad de recursos terapéuticos


alcanzar los objetivos terapéuticos.

Además de intervenciones verbales


no interpretativas podrá agregarse
psicodrogas, técnicas grupales,
comunitarias.

Los distintos instrumentos


psicoterapéuticos deben
implementarse coherentemente,
siempre con adecuada
comprensión y fundamentación
psicodinámica

No Sí. Se fijan pautas fundamentales


del proceso terapéutico, que
Planificación

comprende un plan de tratamiento


previo, que llega a cubrir hasta la
etapa final de evaluación de
resultados.

Extraído de (Braier, 1.997, pág. 45)

Insight
Grinberg define Insight como “la adquisición de conocimiento de la propia realidad psíquica” que
presupone una participación afectiva. Se trata de comprender en un sentido intelectual y poder
experiméntalo emocionalmente. Requiere del tiempo como factor elemental, la regresión del
analizando y la tarea de superar las resistencias.

2. VISIÓN ANTROPOLÓGICA.
En el campo de psicoterapias, se considera que toda carencia científica, resulta un problema
de urgencia y de responsabilidad social humana.

HÉCTOR FIORINI (1982), toma a SATRE, que critica al psicoanálisis y lo descarta como
“verdadera teoría” en cuanto carente de una concepción totalizadora del mundo humano: “¿Qué me
dice de una persona, su complejo de Edipo, sus defensas, sus identificaciones? Poco y tal vez me
engañen recortando elementos efectivamente reales.

El paciente se concibe como “persona”, como un “ser social con interjuego dialéctico de lo interno y
de lo externo”, como un “hombre en situación”

Es así como se abre un amplio camino de trabajo, que no apunta a lograr resultados aislados de
un marco social, teórico e ideológico; sino que se orienta siguiendo una concepción totalizadora del
mundo humano; que incluye la articulación de la estructura de la experiencia, su organización en
base a las tendencias que en esa persona presionan, los dinamismos grupales (familiar, laboral,
cultural), sus campos prospectivos reales e imaginarios, sus prácticas ideológicas y sus
condiciones materiales socio-económicas y políticas.

De este modo, se enmarca en un incesante esfuerzo de construcción y reconstrucción de


reconstrucción de totalidades singulares concretas, donde el terapeuta se relaciona con el paciente o
con el grupo de forma global, vinculando sus problemas con todos los aspectos de su mundo
circundante, para así poder aspirar a una manipulación correctiva inserta en el nivel humano.

Algunas cuestiones a tener en cuenta sobre la actitud técnico-científica:


Se concibe al hombre, complejo y partiendo de un enfoque situacional, se lo sitúa como un
“campo en estado experimental”, en lugar de un anclaje de sistemas acabados, que se enriquece
constantemente con el surgimiento de nuevos enfoques técnicos. Se considera que los nuevos
recursos aportan efectos originales que llevan a revisar las limitaciones de los anteriores y a construir
una teoría que dé cuenta de las mismas, y de los efectos susceptibles de ser alcanzados. (Se identifica
entonces, la necesidad de construir teoría, arriesgarse a inventar conceptos, aventurar hipótesis y
modelos de procesos, entendiendo que sin teoría no hay práctica científica.)

Aquí se le concede especial importancia a la formación del terapeuta en la experiencia de vivir y


estudiar más de una técnica de psicoterapia, ya que es en el juego de contrastes y semejanzas que se
adquiere plena noción del sentido y el alcance de las mismas.

Si bien las psicoterapias individuales son los métodos más conceptualizados según la
experiencia psicoanalítica, la demanda induce el desarrollo de técnicas grupales. Muchos conceptos
teórico-técnicos surgidos en métodos individuales, (como el de foco, relación de trabajo, motivación
para la tarea, proceso de contrato, el timing, etc) encuentran entera aplicación en contextos grupales.

Siguiendo esta visión antropológica, se desprende la importancia de profundizar todo esfuerzo


de descripción de los hechos en la experiencia psicoterapéutica (para detectar su enjambre de
significaciones, sus secuencias y sus leyes todavía oscuras).

Este trabajo tiene relevancia también, para poder terminar con las élites profesionales que
monopolizan sus fórmulas. Se pretende transformar lo que se ha pretendido como arte intuitivo
individual, en saber transmisible mediante recursos docentes más amplios que las de la contratación
bipersonal privada.

Por otro lado, se señala el desgaste de las palabras con lenguaje psicoterapéutico, por cuanto
éstas cada vez dicen menos, y que a menudo se usan para “no pensar” (BION, citado en Fiorini 1982)
En las experiencias de psicoterapias breves se constata la necesidad de actuar, de comprometer
también el cuerpo para poder sentir-pensar-verbalizar con una intensidad y veracidad nueva. (Incluso,
en los nuevos contextos de experimentación grupal, se abren al aprendizaje, nuevos lenguajes
plásticos, corporales, dramáticos, que la cultura represiva mantiene relegada a épocas de juegos
infantiles). El objetivo sería recuperar a la palabra en su máxima plenitud; verdaderas y vivas, de tal
manera que constituyan más una acción, que una contemplación; “que el cuerpo vuelva vivo lo que
está prisionero en las palabras”.
Se considera que la problemática ideológica de las psicoterapias, responde al hecho de que las
técnicas y sus teorías están construidas por una capa social, en claustros académicos aislados: de las
luchas, vicisitudes y pautas culturales de los demás estratos sociales, al margen de subculturas
humanas, suburbanas y rurales.

3. CONCEPTOS CENTRALES.
Dos modos de abordajes: Psicoterapia de Apoyo y de Esclarecimiento.
Fiorini realiza una comparación entre ambos: (Tener en cuenta que E.A. Braier se refiere
preferencialmente a un modelo de esclarecimiento, de insight o de interpretación).

Esclarecimiento Apoyo

Mejoría sintomática.
Recuperación de equilibrio
Manejo discriminado de conflictos homeostático, alivio de
ansiedad, atenuación o
Se agrega el de desarrollar una supresión de síntomas.
actitud de auto-observación y un
Objetivos modo de comprender sus dificultades, Eventualmente intenta
diferente del aportado por el sentido modificar algunas pautas de
común, aproximándose al nivel de sus conducta estimulando el
motivaciones y conflictos. ensayo de comportamientos
nuevos durante la experiencia
opera con el plano de conductas terapéutica.
manifiestas y motivaciones latentes

Establecer una relación de


indagación, centrada en esclarecer
las conexiones significativas entre la Establecer un vínculo
biografía, la transferencia de vínculos terapéutico reasegurador,
básicos conflictivos, las relaciones protector, orientador de un
Estrategia actuales y los síntomas modo tal que proyecte en el
básica terapeuta el objeto bueno.
Se centra en una imagen en focos de
descompensación, destinada a Ensayo de conductas
clarificar la situación de crisis. diferentes.
Estimular el aprendizaje en la
autocomprensión autoobjetivación

Limitación temporal
Encuadre: Limitación temporal establecida desde
establecida desde el
temporal el comienzo
comienzo

Espacial Frente a frente Frente a frente

Vínculo objetal Reforzamiento de la relación real con Transferencial divalente y rol


rol social de “docente experto” -
tiende a establecer un proceso de
aprendizaje (contexto de
discriminación) no basado en la
regresión transferencial
que tiende a
instalar Puede funcionar con menor real directivo.
disociación entre objetos buenos y
perseguidores al esclarecer la
consideración de aspectos
idealizados y hostiles de la
transferencia.

Simple. Comprende el plano


Universo de
Doble de los síntomas y y otras
discursos
conductas manifiestas.

Deben ser tomadas con un enfoque


prospectivo, como ocasiones de Negadas como tales. No
Sentido
prueba que permiten evaluar cómo deben ser elaborados como
asignado a
enfrenta el paciente nuevas tareas situaciones persecutorias, de
separaciones
adaptativas, y no necesariamente abandono
con un sentido regresivo.

Complementaria con aspectos


simétricos reclamando también del Complementaria y aceptada.
Control de la paciente un papel activo en el que (estable) el paciente en su rol
relación pueda aportar datos y ensayar la subordinado, el terapeuta en
formulación de sus problemas posición superior.
interpersonales. (fluida)

Definida.

La trasferencia idealizadora debe ser Definida. Los roles y la tarea


tácitamente aceptada en tanto no no deben hallarse sujetos a
distorsione la tarea de la labor ambigüedad. Se deben evitar
Definición de
terapéutica los silencios y la distancia
la relación
afectiva.
La hostilidad transferencial debe ser
explicada como desplazamiento de
otros vínculos actuales, para
mantener un clima de aprendizaje.

Definición del Definido (principalmente como Definido (fundamentalmente


rol del docente) como protector) influencia
terapeuta correctora del vínculo real con
el terapeuta (experiencia
emocional correctiva).

Activo participante. Con iniciativas en


relación del diálogo. Discretamente
Activo participante. Con
Actitudes cercano. Conducta cálida,
iniciativas directivas. Muy
básicas del espontánea, en cuanto capaz de
cercano. actitud activa de
terapeuta favorecer un diálogo fluido y activo,
diálogo.
proveyendo de explicaciones
pedagógicas acerca del tratamiento.

Intervenciones sugestivo-
directivas. Las
interpretaciones dirigidas a
esclarecer motivaciones de la
Interpretaciones actuales e conducta son opcionales,
Intervenciones históricas de vínculos básicos de pero no inherentes.
esenciales conflictos (complementadas con la inclusión de
transferenciales) interpretaciones
transferenciales puede traer
incongruencias, o incluso
favorecer la reintroducción del
objeto perseguidor

Cuadro extraído de (Fiorini H. J., 2.012, págs. 60, 61)

La situación problema
BRAIER: “Situación descompensadora que se hace presente en la vida del individuo, frente a
la cual, surgen dificultades psíquicas que obran como obstáculos para alcanzar un
desenvolvimiento y desarrollo adecuados”.
También es denominada “situación crítica”, “obstáculo” o “situación desencadenante”, puede
ser generada por un examen, un viaje, un accidente, la pérdida de un ser querido, una crisis evolutiva,
etc. por lo tanto se refiere a hechos que son manifiestos y objetivos. Con relación a estos y como
consecuencia de una falta de resolución favorable, aparecen en el sujeto inhibiciones y síntomas
diversos (ansiedad, miedo, depresión, trastornos corporales, etc.) que suelen constituir el motivo
manifiesto de consulta. Pueden o no, ser conectados por el paciente, y el terapeuta, con las
situaciones- problema que en realidad los provocan.

Foco
Es un elemento distintivo. MALAN y BALINT, promovieron la denominación de terapia “focal”.
Asimismo, es importante destacar a FIORINI, quien desarrolla un modelo conceptual de foco.
Consiste en concentrar la labor terapéutica en determinado síntoma, problemática o sector de
la psicopatología del paciente, que adquieren prioridad dada su urgencia y/o importancia, (se dejan de
lado las demás dificultades)
Dicha centralización de la tarea, contribuye a hacer más efectiva la actividad terapéutica en
función de las metas seleccionadas y en una terapia de duración limitada. El terapeuta se circunscribe
a ciertos problemas del paciente, realizando un abordaje interpretativo sectorial y respetando el resto
de su organización patológica y otras áreas de su vida.
Trabajar con una técnica de “enfoque” implica:
 Mantener coherencia y operatividad respecto de la fijación de objetivos terapéuticos
prioritarios.
 Planificar el tratamiento.
 Combatir la pasividad y el perfeccionismo del terapeuta.
 Contrarrestar el desarrollo de la neurosis de transferencia.
La noción de foco, se confunde con la situación de crisis (situación- problema), los síntomas que
motivan la consulta, los puntos de urgencia, las metas del tratamiento, etc. Lo que esta pluralidad de
conceptos deja entrever, es que foco puede aludir a una organización compleja de la cual aquellos
criterios recortarían fragmentos.
El foco debe concebirse esencialmente desde una perspectiva psicopatológica. Por lo tanto, ha de
estar dado por una estructura, integrada por los distintos factores intervinientes en la génesis de la
problemática que ha sido elegida como central del tratamiento. Constituye a la vez una hipótesis o
conjunto de hipótesis del terapeuta respecto de los mecanismos operantes en situación problema, o
sea de la compleja interacción existente entre los factores.
Actúa como un artificio teórico- técnico por medio del cual se intenta delimitar zonas de la
problemática general del paciente y/o episodios de su vida, para dirigir ahí la exploración terapéutica,
con una finalidad limitada y prestablecida.
La focalización permite jerarquizar tareas; en función de resolver ciertos problemas vividos como
prioritarios. Operativamente, trabaja sobre asociaciones intencionalmente guiadas, más que sobre
asociaciones libres.
Todo foco tiene un eje central que generalmente subyace y está íntimamente ligado al motivo de
consulta (síntomas, situación de crisis, amenazas de descompensación que alarman al paciente o al
grupo familiar, fracasos adaptativos) (hay un conflicto nuclear exacerbado, que se inserta en una
situación grupal específica).
Motivo de consulta, conflicto nuclear subyacente y situación grupal son aspectos fundamentales de
una situación que condensan un conjunto de determinaciones,
El trabajo analítico nos permite identificar zonas con diversos componentes de la situación que
podemos caracterizar como:
 Aspectos caracterológicos del paciente:
-Dinamismos intrapersonales activados en esa situación específica.
-Modalidades defensivas selectivamente movilizadas por la/s situación/es.
-Etapas no resultas del desarrollo infantil, actualizadas por la estructura de la situación.
 Aspectos histórico-genéticos individuales y grupales reactivados;
- Momento evolutivo individual y grupal, las tareas que se desprenden de necesidades
propias de ese momento evolutivo y la prospectiva global que comporta esta etapa.
-(choque entre, las limitaciones dadas por la persistencia de esos conflictos infantiles, y
las necesidades propias de la etapa evolutiva abierta que urgen una satisfacción).
 Determinantes del contexto social más amplio.
Conjunto de condiciones económicas, laborales, culturales, ideológicas que intervienen de
muchas maneras en la situación.
Lo esencial es respetar el carácter de estructura de la situación, totalizada, en toda su amplitud.
La profundidad con que se indague el papel de cada uno de los componentes de la situación, en la
articulación del conjunto, donde a su vez depende de factores propios de la situación terapéutica
(factores reguladores del foco).
 Desde el paciente y su grupo familiar:
-condiciones de vida: culturales, ocupacionales, geográficos
-motivación y aptitudes para el tratamiento.
 Desde el terapeuta y la institución: influyen en decisiones sobre tiempo, objetivos y técnica que
son a su vez reguladores del foco.
-esquemas teóricos.
-recursos técnicos que integran el arsenal terapéutico.
-disponibilidades de personal y espacios.
-estilos de supervisión;
 Cada momento del proceso: influirá una amplitud particular.
El trabajo con el foco seguirá en psicoterapia esta secuencia:
1) El paciente inicia la sesión aportando un material disperso: episodios recientes, recuerdos,
observaciones sobre los otros y vivencias personales.
2) Transcurrido un tiempo, el terapeuta interviene para preguntar en una dirección específica, o
bien reformula el relato, subrayando de modo selectivo ciertos elementos del relato
significativos desde la situación- foco.
3) El paciente recibe esta reformulación y comienza a operar con ella: produce asociaciones
guiadas por la nueva dirección impresa a la tarea, amplia elementos recortados por el
terapeuta.
4) Nuevas intervenciones del terapeuta tomaran ya elementos parciales componentes de la
situación, a los fines de ahondar en ellos, ya articulaciones del conjunto, en un doble
movimiento analítico-sintético.
El foco, organizado siempre en torno a una situación problema y a los síntomas provenientes de
ésta, reconoce en su conformación una conflictiva subyacente más o menos amplia y compleja a la
que podemos llamar conflictiva focal, con un conflicto infantil y primario, edipico o preedipico, que
viene a constituir el modo de la estructura focal.
La elección por parte del terapeuta de una situación-problema y del foco consiguiente para su
abordaje, depende también de sus criterios personales y experiencia previa.
Al comenzar toda terapia focal, deberá contarse por lo menos con un esbozo de foco terapéutico
inicial, conformado a partir de los hallazgos obtenidos a través de las entrevistas clínicas y el
psicodiagnostico. Cuanto más temprana y claramente demarcable sea el foco en una terapia breve,
mejor será el pronóstico del tratamiento, ya que permitirá una labor más efectiva.
Muchas veces, en un comienzo los límites focales son imprecisos. Durante el proceso terapéutico,
dicho foco no solo se va delimitando mejor, se cristaliza, sino que también el terapeuta logra una
profundización en la comprensión de sus psicodinamismos.
A veces hay que cambiar el foco y las metas terapéuticas en pleno tratamiento. Esto puede ocurrir:
a. Ante situaciones nuevas, imprevistas y traumáticas atravesadas por el paciente, las que obligan
a un replanteo y a posponer la tarea programada inicialmente;
b. Ante revelaciones de ciertos sucesos o padecimientos de importancia que omitió mencionar
deliberada o involuntariamente en un comienzo
c. En los estadios finales del tratamiento, frente a la inminente separación del paciente y
terapeuta. (se superpone al anterior en el proceso terapéutico y puede después ocular un
primer plano excluyente).
Este modelo responde a la necesidad de trabajar con enfoques psicológicos-psicopatológicos,
diagnósticos y terapéuticos coherentes, integrados en una concepción totalizadora de la experiencia
humana. Considera condiciones de realidad y dinamismos propios del mundo interno personal y
endogrupal, abordados en sus movimientos de estructuración-variación-reestructuración constantes.
La determinación del foco y el ahondamiento en su conflictiva global englobará el diagnóstico del
punto de urgencia (comprendida dentro de la formulación psicodinámica temprana, entendida como
una hipótesis diagnostica integral).

Punto de urgencia
Según Braier, “corresponde a la situación psíquica inconsciente de conflicto que, por la acción
de factores actuales, predomina en el sujeto en un momento dado, siendo motivo de determinadas
ansiedades y defensas”.
La búsqueda del punto de urgencia parte de un interrogante: ¿a qué obedece la ansiedad del
paciente, en ese momento? Presupone indagar un punto crítico que, en lo inmediato, adquiere
prioridad en la labor terapéutica ya que moviliza ansiedades y produce descompensación en el
paciente, y es hacia ese punto que deberán orientarse las distintas medidas terapéuticas (ej
interpretaciones) para que obtengan una repercusión emocional efectiva.
Este punto puede ser inherente al foco (focal), puede subyacer a la situación- problema, o ser
relativamente ajeno a él (extra focal). Esto último sucede, por ejemplo, cuando se presentan
situaciones inesperadas de emergencia durante el tratamiento, siendo impostergable atender al punto
de urgencia, en auxilio del paciente.
Luego, para poder volver a ocuparnos de manera productiva de la problemática principal del
tratamiento, es necesario despejar el campo de los estímulos traumáticos que impiden
circunstancialmente que el paciente pueda centrar su interés en la focalización de la labor terapéutica.
El punto de urgencia es variable, es decir, que en realidad deberíamos decir “los puntos de
urgencia” ya que son varios los que se suceden desde las entrevistas iniciales hasta las etapas
finales del tratamiento. Son diferentes entre sí, aun cuando se incluyan dentro de una misma
conflictiva focal. Esta variabilidad se debe a la influencia de diversos estímulos provenientes del mundo
interno y externo del paciente:
a. Propios de la vida cotidiana
b. Que provienen de la actividad del terapeuta. En este caso es deseable que el punto de
urgencia se vaya modificando, ya que ello puede ser índice de una útil movilización
afectiva producida por la actividad del terapeuta.

Hipótesis psicodinámica inicial


BRAIER: “Esbozo reconstructivo de la historia dinámica del paciente, un intento de
comprensión global de su psicopatología (todas las perturbaciones de aquél que no sean conocidas) a
partir de los datos que aportan las primeras entrevistas y el psicodiagnostico”.

La concepción de esta hipótesis está regida por las teorías psicoanalíticas (determinismo
psíquico, sobredeterminacion, series complementarias, etc.). Tiene carácter provisional, debido a que
es susceptible de ser confirmada, ampliada o rectificada, durante el tratamiento.

Mientras que el foco apunta más específicamente al campo de las situaciones sobre las que se
deberá obrar terapéuticamente intentando modificaciones y resoluciones, la hipótesis dinámica inicial
alude a esto y además a los restantes conflicto (extra focales) del paciente, que se pueden inferir
dinámicamente y que no necesariamente se intentara modificar.

Su elaboración permite:

 Extraer elementos suficientes para una devolución diagnostica al paciente , que a su vez, pone
en marcha la búsqueda de un convenio, las metas terapéuticas;
 Desarrollar una planificación del tratamiento, consecuente con la hipótesis y los objetivos
formulados.

Las secuencias que se dan en la práctica psicoterapéutica son:

1.º. En la primera entrevista puede precisarse el motivo de consulta y, habitualmente, la


situación- problema en torno a la que ha de concebirse el foco.
2.º. Las entrevistas diagnosticas subsiguientes y el psicodiagnostico, llevan a formular una
hipótesis psicodinámica inicial que incluye la elección y determinación de un foco, y la
detección del punto de urgencia.
3.º. La hipótesis psicodinámica inicial posibilita una devolución diagnostica y el convenio con el
paciente sobre las metas terapéuticas, para una planificación del tratamiento.

Funciones yoicas.
Estudiarlas es importante para:

 La comprensión dinámica de la conducta y de los mecanismos de acción de las influencias


sobre esa conducta.

 La eficacia terapéutica, (el éxito o fracaso de una psicoterapia) depende de la evolución


adecuada o el descuido de los recursos yoicos del paciente.

En un primer periodo de la conceptualización freudiana tales funciones eran vistas como más
pasivas, subordinadas a las de los otros dos sistemas (super yo-ello), careciendo de autonomía.
El enfoque yoico recorta aspectos dotados de una particular plasticidad y permeabilidad a
influencias de cambio múltiples (con mayor movilidad que el super yo-ello), prestando así una base
para la comprensión de la acción terapéutica, a breves, medianos lapsos. No sólo permite dar cuenta
de las modificaciones en el comportamiento del sujeto, sino también, regular el contacto y el ajuste a
las condiciones de realidad.

Todo terapeuta de orientación social e institucional, trabaja con el yo del paciente, pero en
estado precientífico: difícilmente podrá explicar en qué consiste reforzar el yo, cuáles son los caminos
y mecanismos de ese reforzamiento.

Para comprender los cambios yoicos en el proceso terapéutico cabe distinguir entre la
FUNCIÓN propiamente dicha (percepción, planificación, coordinación), los EFECTOS del ejercicio de
esas funciones (control de impulsos, adecuación, realista, integración), y las CUALIDADES asignables
a esas funciones, en base a sus rendimientos objetivos:

FUNCIONES: diferenciacion jerárquicas entre 3 órdenes


- FUNCIONES YOICAS BÁSICAS: dirigidas al mundo exterior, a los otros, y a sí
mismo: percepción, atención, memoria, pensamiento, anticipación, exploración,
ejecución, control y coordinación de la acción. Éstas poseen cierto potencial de autonomía
primaria (de acción “libre de conflictos”, relativo pero constatable), actúan con eficacia dentro
de cierto margen de condiciones a pesar de la acción contraria de fuerzas.
- FUNCIONES DEFENSIVAS: dirigidas a neutralizar ansiedades mediante
diversas modalidades de manejo de conflictos, creados entre condiciones de realidad,
impulsos y prohibiciones. (Disociación, negación, evitaciones) Son de un orden diferente al
de las funciones básicas, son dos subsistemas de distinto nivel, que intercambian influencias.
(pueden actuar simultáneamente, interferir en sus fines de ajuste (La represión afecta
percepciones, recuerdos, pensamientos y ejecuciones motoras). Y a su vez, aquellas influyen
sobre la configuración del repertorio defensivo.
- FUNCIONES INTEGRADORAS, SINTÉTICAS U ORGANIZADORAS: estrato
funcional superpuesto jerárquicamente a los anteriores. Permiten mantener, una cohesión, una
organización, un predominio de los sinergismos sobre los antagonismos funcionales.
 La función integradora se pone a prueba frente a cambios en la situación, en los que el
sujeto debe reorganizar sus relaciones con el mundo, movilizando nuevas funciones de
adaptación.

 La función de síntesis consiste en articular eficazmente el contacto con el propio deseo


y control racional sobre las condiciones reales de satisfacción del deseo. También se
expresa en un nivel de intencionalidad, en el cual se busca establecer conexiones
eficientes entre el pensamiento racional y otras zonas de la experiencia.

El terapeuta debe respetar los efectos exitosos de estas funciones, así como señalar sus
fracasos y explorar los motivos de esos fracasos (atendiendo a los mensajes “latentes” y los
mensajes manifiestos e intencionales del paciente).

EFECTOS
Comprenden:

- Adaptación a la realidad (clave en los criterios habituales de normalidad y curación)

-Sentido prueba de realidad


-Control de impulsos
-Regulación homeostática del nivel de ansiedad
-Tolerancia a la ansiedad y a la frustración con capacidad de demora
-Productividad
-Capacidad sublimatoria
-Integración
-Coherencia de una diversidad de facetas de la persona.

HARTMANN diferencia entre “Estado de adaptación”, como meta alcanzable que se aspiraría a
detenerse, y “Proceso de adaptación” que comprende una tensión activa de recursos del sujeto, para
todo intento de relación dinámica y critica con la realidad. La dirección del proceso terapéutico a
cualquiera de estos modos de adaptación, dependerá tanto de la ideología del paciente como la del
terapeuta. También podrían diferenciarse subniveles en los fenómenos de “adaptación”, hay:

- “Adaptabilidad”: dada por la eficiencia para el manejo de toda realidad (incluso para
modificarla).
- “Adaptación”: referible al ajuste interaccional en pequeños grupos (familia o grupos de trabajo,
orientados en direcciones ideológicas diferentes).
- “Adaptación”: consistente en aceptar las condiciones sociales globales vigentes, de manera
pasiva.

CARACTERÍSTICAS:
a. Autonomía: funcionamiento yoico no interferido/comprometido en el manejo de los conflictos
(“área libre de conflictos”). Esto se verifica en el “ajuste” logrado en determinadas conductas
adaptativas a pesar de la existencia de conflictos y de una organización defensiva montada sobre
estos.
Cuando el resto del rendimiento yoico esta interferido por una organización defensiva: la
conducta se caracteriza por: restricción perceptual o imaginativa, limitaciones en la creatividad,
rigidez en la conducta, limitaciones en el registro de retroalimentaciones correctoras.
No obstante, las defensas y el ajuste adaptativo no siempre son antagónicos: el empleo de
defensas eficientes, puede lograr el alivio de la ansiedad, y eso facilitar el desempeño de otras
capacidades yoicas, en el manejo/adaptación normal de la realidad.
b. Fuerza: se verifica por la eficiencia adaptativa que logran, cotejada con el monto de
exigencias a las que están sometidas. Se revela en la medida en que un sujeto colocado en una
situación traumática, imprevista, consigue mantener actuantes sus recursos adaptativos , oponiendo
una contrafuerza neutralizadora de las presiones internas y externas desorganizadoras.
c. Plasticidad: capacidad de reajuste del repertorio de funciones ante variaciones producidas en
la calidad y el monto de las exigencias que debe enfrentar el individuo.

Para LIBERMAN un “yo idealmente plástico debe poseer:”


- Capacidad de disociarse: observar sin participar. Percibir totalidades distinguiendo todos sus
detalles (el Yo se achica y el objeto se agranda)
- Capacidad de acercar la función perceptual al objeto y ver un detalle haciendo abstracción de
la totalidad, pero sin confundir la parte con el todo;
- Capacidad de captar los deseos propios y llevarlos a la acción: calibrando el equilibrio entre
necesidad y posibilidad para tomar una decisión.
- Capacidad de adaptarse a las circunstancias, al tipo de vinculo: vertical (abuelos, padres, hijos)
u horizontal (grados de intimidad);
- Capacidad de utilizar el pensamiento como acción de ensayo
- Capacidad para estar solo
- Capacidad de tener un monto de ansiedad preparatoria, útil para llevar a cabo una acción
- Capacidad para enviar un mensaje en el cual la acción, la idea y la expresión del afecto se
combinen adecuadamente.

Estos grupos comprenden a la vez varias de las funciones yoicas básicas.

La mirada sobre el yo y la eficacia de sus funciones, debe ser ampliada para reconocer que en la
interacción social los otros, los grupos con sus dinamismos, coparticipan en el curso y resultado de
este procesamiento yoico, ya sea para facilitarlo o para entorpecerlo o distorsionarlos. Es decir que
este enfoque ensancha el contexto de evaluación del yo.

Influencias ambientales sobre las funciones yoicas:


Hartmann señala tres factores que intervienen en el desarrollo de las funciones yoicas: la
intensidad de los impulsos, la dotación genética y las influencias ambientales.

El grupo familiar juega un rol primordial: La riqueza o pobreza perceptiva, imaginativa, cognitiva, la
existencia de un área libre de conflictos, la plasticidad del repertorio defensivo, son siempre
coproducciones: el individuo las va gestando en sus vínculos. El grupo influye en el funcionamiento
actual de éstas.

Hay situaciones grupales o institucionales:

Yo-Debilitantes. Todo grupo que ataque las capacidades yoicas de algunos de sus miembros, no
las reafirme, ni estimule y subraye sus limitaciones o errores, así como le niegue su posibilidad de
replantear sus reglas de funcionamiento. (Tiene un papel relevante en las situaciones de enfermedad
individual).

Yo-Reforzadoras: Permite comprender el mecanismo de la acción terapéutica de muchos


recursos ambientales (grupos ocupacionales, de discusión, de recreación, organización comunitaria de
la vida institucional). Cada uno de ellos instala contextos de verificación reforzadores del yo individual y
grupal mediante apoyo de los rendimientos positivos, ecuanimidad regulada por el colectivo en la
discusión de los fracasos, y acceso del grupo a la discusión sobre las reglas que lo rigen. (Así, en las
intervenciones sobre el grupo familiar, la acción correctora se ejerce en la dirección de llevar al grupo
de un manejo arbitrario de las capacidades yoicas de sus miembros a otro nivel de mayor objetividad
en sus evaluaciones; pasando de un contexto yo-debilitante a otro reforzador del yo).
Así es posible entender, cómo las instituciones más amplias que el grupo familiar (hospitales,
escuelas, partidos) y fenómenos del sistema social global (el control de la información, el sistema de
propaganda o el apartado represivo) refuerza o debilita el funcionamiento yoico de los individuos. Ya
no se trata de evaluar funciones yoicas del individuo simplemente, sino de indagar principalmente la
relación entre esas funciones y un conjunto de condiciones de realidad que inundan al sujeto
penetrando sus rendimientos.

Activaciones de las funciones yoicas en el proceso terapéutico:


La Situación Terapéutica, implica la instalación de un contexto de estimulación y verificación
para aquel conjunto de funciones yoicas: se las solicita y consolida activamente a través de su
ejercicio guiado (proceso terapéutico). Ya la apertura del contrato inicial, concreta una tarea nueva
(indagar, comprender, objetivar una problemática) que incita su ejercicio.

La Relación Terapéutica provee un contexto de protección y gratificación emocional que


alivia ansiedades profundas y coloca así, a las funciones yoicas en estado de mejor
disponibilidad. Cada sesión, en cada uno de sus momentos, opera como activadora o movilizadora
del conjunto de las funciones yoicas.

La Tarea en Psicoterapia consiste en: percibir totalidades, captar detalles, evaluar necesidades y
posibilidades. Intervenir para

 Proveer nueva información,

 Estimular la evaluación retrospectiva de la propia conducta ante el otro,

 Ampliar el registro de los propios mensajes gestuales y posturales,

 Ensayar percibirse desde el otro

 Activar una búsqueda asociativa de otros datos que puedan aportar la hipótesis sugerida
por el terapeuta.

 Consolidar un yo finamente más observador de la experiencia, a través de la constaste


discriminación entre condiciones de realidad y las distorsiones creadas por la realidad del
mundo interno

En terapias breves es probable que el esfuerzo yoico tenga un alcance sectorial, en otras
terapias más prolongadas podrá ser más extendido.

El origen y tipo de cambios yoicos que pueden lograrse por el proceso se conceptualizan en
función de áreas del yo comprometida con el conflicto (sometida a las vicisitudes y dinamismos del:
ello-super yo-yo, y sus contradicciones frente a la realidad).

Se destaca el reforzamiento en la eficacia de los rendimientos yoicos propios de un área del yo


relativamente “libre de conflictos” (partes sanas), capaz de cierto crecimiento autónomo, y el
fortalecimiento de funciones yoicas que llegan al tratamiento, comprometidas con el conflicto pero
que son potencialmente rescatables (para lograr una liberación al menos parcial del mismo).
Se produce un reforzamiento mutuo entre autoestima y experiencias de eficacia yoica.

Sólo teniendo en cuenta las “partes sanas” del paciente, se le puede proporcionar una imagen
ecuánime, atenta a sus lados enfermos, regresivos, tanto como a sus capacidades de logros, no solo
en el afuera sino también en el adentro de cada sesión. Se trata de captar en toda su magnitud la
constante dialéctica salud-enfermedad.

Aun en patologías severas, el margen de recuperabilidad funcional del yo resulta clínicamente


detectable.

Complementariedad entre funciones yoicas del paciente y funciones yoicas del


terapeuta:
El terapeuta funciona como instructor guía, como agente portador de estímulos para el desarrollo
de estas funciones. Con su propia actividad provee al paciente un modelo yoico de identificación.
Se constata un interjuego de cooperación entre las funciones yoicas del paciente y las del terapeuta:
se instala una relación de complementariedad, que se regula habitualmente de manera automática.

El terapeuta se apoya en las funciones yoicas mejor conservadas del paciente y le suministra,
como “préstamo temporario”, aquellas que en él están menos desarrolladas o momentáneamente
inhibidas. El proceso, supone una movilización yoica del terapeuta, que es selectiva y parece
desplegarse, según leyes de complementariedad con el perfil del funcionamiento yoico debilitado o
conservado en grado diverso, del paciente

En este ajuste selectivo, se fundamenta la operación del terapeuta desde un rol flexible, frente a
esa movilidad de demandas yoicas (no es posible interpretar siempre o dirigir siempre).

La hipótesis acerca de esta interacción, permite evaluar en base a indicadores objetivos la marcha
del proceso y el ajuste de la técnica empleada.

4. ABORDAJE TERAPÉUTICO.
Noción de salud-enfermedad.
-Modelo etiológico: se orienta fundamentalmente a una comprensión psicodinámica de los
determinantes actuales de la situación de enfermedad, crisis o descompensación. Esto obliga a
jerarquizar las condiciones de vida del paciente, dirigirse a la experiencia actual de la realidad del
paciente. (El hombre depende directamente de su ambiente diario común, para su normal
funcionamiento).

Se intenta una comprensión psicodinámica de la vida cotidiana del paciente que se


instrumenta en las interpretaciones, en la planificación de su vida diaria, en orientación familiar o
laboral. Significa ocuparse del “afuera” del tratamiento, esquema operacional propio de esta técnica.

Por “condiciones de vida” se alude no solo a los vínculos interpersonales, sino también a sus
condiciones de vivienda, trabajo, perspectiva de futuro, las tensiones de su grupo social, prejuicios,
mitos, etc. Una adecuada comprensión social del paciente (que no se oponga a la comprensión
psicodinámica, sino que se dirija a complementarla y enriquecerla), puede clarificar el interjuego
variable entre ambos mundos, interno y externo.
La eficacia causal etiológica, se asigna a un conjunto de factores que operan, más allá
de la etapa de neurosis infantil, en un campo dinámico que rebasa la situación edípica.

HARTMANN atendió el papel selectivo que ejercen determinadas estructuras sociales, en la


aparición de trastornos psíquicos (actualizando o inhibiendo la emergencia de actitudes adaptativas).

La personalidad, debe ser comprendida como subestructura, en cuento no encierra en sí la


totalidad de sus determinaciones.

La estructura de la enfermedad está configurada por una constelación de factores


múltiples correspondientes a diferentes niveles, potenciados mutuamente por “encaje
reciproco”.

Las crisis resultan del choque del individuo con factores ambientales capaces, por sus
condiciones objetivas, de desarticular los mecanismos homeostáticos frágiles de una
personalidad predispuesta.

Detectar La preponderancia relativa de cada una de las series complementarias en cada


situación concreta, abre posibilidades de operación específica. Allí adquieren legitimidad, los intentos
de abordaje múltiples de la estructura compleja heterogénea, de la existencia enferma (enfoque
multidimensional) y las medidas orientadas hacia una organización más favorable el ambiente de la
vida cotidiana del paciente.

Relación entre psicopatología y comportamientos potencialmente adaptativos:

Una terapéutica breve organiza sus recursos de modo elástico y los organiza en función de una
evaluación total de la situación del paciente de su grado de enfermedad y del potencial adaptativo de
su personalidad: elabora su estrategia según que capacidades están invadidas por conflictos o libres
de ellos.

Se orienta al fortalecimiento de áreas del yo libres de conflicto (psicoterapia “del yo”)

INDICACIONES DE LA PSICOTERAPIA BREVE


Su aplicación se justifica cuando median dificultades económicas, de distancia o por falta de
tiempo. La terapia de objetivos y tiempo limitados satisface entonces una necesidad asistencial,
aunque este lejos de ser en muchos casos la indicación más adecuada.

La indicación o contraindicación clínica de esta terapia se desprende de la evaluación diagnostica y


pronostica del paciente. Dentro de la cual son elementos indicadores para su recomendación:

a) Padecer trastornos de iniciación reciente y aguda que motivan el tratamiento (o como lo


expresa courtenay, atravesar un “momento propicio” en una enfermedad relativamente
crónica). Se cuentan las situaciones criticas en las que le individuo se halla afectado por
problemas de su realidad actual (accidente de trabajo, ruptura de pareja, etc.) dando lugar a
un cuadro psicopatológico agudo (neurosis traumática, depresión reactiva) o no
necesariamente patológico, como puede ser el caso de una crisis vital (ingreso a la
universidad) Situaciones que suelen, impedir transitoriamente la realización de un tratamiento
analítico. La terapéutica breve puede convertirse en un auxilio eficaz que permite al paciente
sobrellevar mejor la situación sin graves consecuencias o incluso salir airoso de ella,
ejerciendo asimismo una función preventiva. También pueden incluirse aquí los casos en que
el individuo debe prepararse para atravesar trances como una intervención quirúrgica, o la
asistencia psicológica durante el embarazo para la elaboración de las ansiedades surgidas a lo
largo del mismo.
b) Patología de carácter leve. (Ejemplo: neurosis) Main: “los problemas principales deben estar
predominantemente en el nivel genital, con dificultades edípicas, de persona total, con una
ausencia relativa de expectativas primitivas, de necesidades de dependencia y de privaciones
tempranas serias”.
c) Que tengan un pronóstico favorable:
-Fuerza y plasticidad del yo.
-Alto grado de motivación para el tratamiento.
-Capacidad de insight.
d) Determinación y buena delimitación focal desde un comienzo

e) En personas de edad avanzada la terapia focal permite trabajar sectorialmente incluso a través
de una técnica interpretativa.

Considerar aisladamente el diagnostico nosológico, es insuficiente para indicarla/contraindicarla,


debiéndose atender en cada caso, al total de la situación presentada, (se agregan factores de edad,
condiciones socioeconómicas, resistencias a tratamientos intensivos prolongados, etc.

No aplicar como una terapia sustitutiva del psicoanálisis, (a veces está indicada como paso previo
a la realización de un tratamiento psicoanalítico) sino como indicación precisa, surgida del diagnóstico
no de un cuadro nosológico, sino de una personalidad enferma en un marco socioeconómico y
cultural determinado.

Debe notarse que la terminación de la terapia breve, de “final abierto”, admite cualquier tratamiento
intensivo ulterior si la evolución del paciente lo exigiera.

Esta perspectiva puede ser válida en el ámbito institucional y en la asistencia privada.

Adaptar siempre nuestra técnica psicoterapéutica al paciente, antes de roturarlo como intratable.

Un tratamiento focal puede ser suficiente para solucionar el síntoma o problema actual surgido.

CONTRAINDICACIONES: La P.B de insight es menos eficaz en:

 Casos crónicos de psicosis,

 Psicopatías,

 Perversiones,

 Toxicomanías,

 Estados fronterizos
 Debilidades yoicas, con relaciones objétales muy ambivalentes, dependientes o simbióticas,
tendencias marcas al acting out o escasa tolerancia a la ansiedad y a la frustración

 Escasa motivación para el tratamiento;

 Resulta dificultoso determinar y delimitar un foco.

 Pacientes que registran duelos patológicos y/o recientes de importancia. (yo


momentáneamente debilitado, con una disminución de su capacidad para soportar el dolor
y la frustración y poder enfrentar el nuevo duelo generado por la separación del terapeuta al
terminar la terapia).

Los ejes del proceso terapéutico.


Es necesario definir ejes de trabajo porque en el proceso, se acoplan y potencian fenómenos
de cambio de distinto nivel, ritmo, intensidad y amplitud.

Se subrayan tres pilares sobre los que se monta un sistema de influencias de cambio:
ACTIVACIÓN YOICA, ELABORACIÓN DE UN FOCO, RELACIÓN DE TRABAJO. Éstos constituyen
el trípode que sustenta el proceso; actúan instalando una estructura de tensiones activadoras
recíprocas:

 Es necesario un yo activado para focalizar la tarea, de lo contrario ésta se difunde sin


límites. A su vez, el trabajo en un foco refuerza al yo proporcionándole un área en la
que concentrar sus funciones.

 Paralelamente la relación de trabajo, solicita la cooperación de las capacidades yoicas


a la vez que le ofrece como guía el modelo de la activación yoica del terapeuta y
como sustento las satisfacciones simbólicas que va operando el vínculo personificado.

La eficacia con que se logre asentar cada uno de estos ejes y el desarrollo de su relación con
los otros, permitirá evaluar la marcha del proceso terapéutico y corroborar o rectificar la indicación
terapéutica (si se cuenta con un potencial de funciones yoicas activables, si existe la posibilidad de
delimitar un foco, si la relación de trabajo es interferida por obstáculos transferenciales-
contratransfarenciales, etc). Puede darse:

Una psicoterapia breve (3 a 6 meses)

Una de plazo moderado (7 a 17 meses)

Una prolongada (más de 18 meses) en la medida en que no surjan complicaciones


transferenciales que interfieran, podrán sucederse distintos focos a lo largo del proceso, pero la
estructura básica montada será esencialmente la misma.

Relación terapéutica.
Situación de comunicación cercana en estilo a la relación interpersonal cotidiana: dos o
más interlocutores sostienen un diálogo con ritmo, gestos, posturas, mímica verbal habituales,
comparten una tarea en una relación igualitaria, aunque sus roles son distintos: uno de ellos es
experto sobre cierto nivel de la problemática humana, el otro aporta los elementos de testigo directo
de problemática singular.

El funcionamiento de esta relación dependerá de varias condiciones del paciente pero también,
de las actitudes del terapeuta.

Rasgos generales de la contribución del terapeuta

1. Contacto empático manifiesto: ofrecer claras evidencias de que es capaz de comprender lo que
el paciente expresa y desde su perspectiva. Se hace manifiesta por gestos de escuchar
atentamente, de seguir los giros dramáticos del relato en contacto con las emociones que
despiertan, facilitando la continuación del relato (“si…” comprendo…”, “¿entonces…?”)
2. Calidez: evidenciada en gestos y tonos de voz; su persona no le es indiferente. En cuanto ser
humano siente por él un afecto de fondo, discreto, no invasor, pero palpable. Contiene ciertas
dimensiones del amor (ternura, solidaridad, simpatía por la condición humana) que funcionan
como estímulo/motivación para la tarea.
3. Espontaneidad: crear un clima de libertad, creatividad, permisividad. Crear una ligazón
progresiva, más íntima, entre sensibilidad y expresividad. La espontaneidad del terapeuta es el
modelo (corporal, postural, gestual, tonal) ofrecido, que habla de alguien capaz de imaginar, de
reír, de jugar y también de sufrir sin barreras forzadas.
4. Iniciativa: El terapeuta desempeña un rol activo, estimulante de la tarea y de las capacidades del
paciente aplicables a la tarea. Con esa función interroga, orienta la búsqueda, solicita detalles,
construye modelos, propone al paciente que los ponga a prueba, hace balances, traza
perspectivas, va mucho más allá de la “interpretación de un material”. No queda demasiado
tiempo, quieto ni silencioso en función de que la índole docente de la tarea le otorga un
liderazgo. Puede ser él quien inicie una sesión. Concebir la tarea como obra de equipo, cuya
dirección, intensidad, ritmos, es asunto de ambos. Ej. El terapeuta interrumpe al paciente para
preguntarle: “¿Cómo ve usted esto hasta aquí? “¿Qué le sugiere?” y espera una respuesta
antes de dar él su imagen de la situación. Con la respuesta del paciente tiene ya dos materiales
de interés (el relato inicial y la interpretación del paciente, a su vez la pegunta actúa para el
paciente como estimulante, para una puesta a prueba de sus capacidades y escotomas; induce la
ejercitación en la autoevaluación. Después de ofrecer una interpretación el terapeuta indaga
también inmediata y activamente: “¿Cómo la resulta esta manera de ver su problema, usted lo
puede ver también así? Tal sondeo opera como solicitación constante a la actividad yoica del
paciente a la vez que como un modelo activo.
5. Actitud docente: actividad pedagógica en la relación de trabajo y movilizando recursos didácticos
destinados a facilitar los aprendizajes, que constituyen parte esencial del proceso terapéutico.
(claridad del método expositivo, abierta exposición de su método de pensamiento).

a. Motivar para la tarea: Significa conceder importancia a la motivación inicial para la


psicoterapia desde la primera entrevista, aprovechar todo momento propicio para reforzarla.
Ejemplos: “Fíjese que ha ocurrido de nuevo: se puso a trabajar después con lo que había
surgido en la sesión. Y aparecieron estos recuerdos suyos muy importantes de su
adolescencia, y hoy pudimos comprender algo que hasta ahora no podíamos ver porque
nos faltaba elementos”

b. Clarificar los objetivos: “En esta primera fase de su tratamiento lo primordial es conseguir que
usted pueda serenarse, salir un poco de la confusión en que está ahora metido, aclarar cómo
se llegó a esta situación: a partir de allí, si usted se ubica con más elementos de juicio veremos
cómo seguir”. Redefinir los objetivos a largo plazo (objetivos estratégicos: “Que usted vaya
logrando mayor independencia frente a sus padres, mayor capacidad de decidir solo su
vocación”) y a plazo inmediato (“objetivos tácticos: “En estas últimas sesiones estamos
explorando todo lo que en su vida ha sido dependencia, que la lleva a ser más la hija que
la mujer de su pareja: esto tal vez nos permita comprender mejor como se fue gestando
esta relación de sometimiento suyo que está en la base de la crisis”)

c. Reforzar todo avance en la tarea: “Esta vez usted pudo exigir a su padre un tiempo para hablar
de los problemas comunes y consiguió que lo escuchara. Es importante porque éste dialogo
es algo nuevo y partió de un cambio de actitud suya. A partir de aquí sería útil que usted se
observe, a ver cuándo mantiene esta nueva actitud, de darse su lugar y en qué momento puede
surgir la tendencia a la relación anterior”.

Es posible diferenciar estas intervenciones de reforzamiento de logros que pueden


definirse como “Apoyo”. Si bien en estas intervenciones se expresa la aprobación del
terapeuta, el énfasis está puesto en el crecimiento, en la dirección del movimiento realizado y
sus consecuencias. El cotejo del antes y ahora apunta a objetivar ese movimiento y contiene
latentes nuevos insights. Las intervenciones de apoyo en cambio apuntan a contener a la
parte que no crece de la persona, la que está detenida por carencia de recursos autónomos y
quedan más en el plano del acto en sí mismo, no apuntan a nuevos insights.

d. Claridad del método expositivo: atendiendo a los modos de construcción, o palabras que
faciliten su comprensión por el paciente. Son intervenciones aclaratorias en la que el terapeuta
se anticipa: “Mientras le iba diciendo todo esto, me pareció que usted en un momento se
perdía. Veamos qué es lo que entendió y le aclaro el resto”.

e. Exposición abierta de su método de pensamiento. Preocuparse por colocar su manera de


razonar, sus inferencias y los datos de los que parte, al alcance del paciente. (Lo que importa
no son los meros resultados, sino el modo de procesar la información). Permite compartirle el
método de trabajo y darle la posibilidad de cuestionarlo. Esto puede llevar a que el terapeuta
formule una interpretación e inmediatamente pregunte: “¿Sabe por qué pienso esto?...
cuando usted dijo ‘empecé a trabajar’ no lo dijo en tono coherente con la buena noticia,
de festejo y entonces pensé si no habrá en usted…”

f. Utilización de todo recurso facilitador del proceso de investigación y comprensión de la


problemática: abierto a enriquecer su método de trabajo. No se restringe al intercambio verbal,
utiliza el aportes de dibujos (propios o del paciente), fotografías familiares, poemas, escritos
personales, esquemas, objetos (tallas o piezas de cerámica) tarea-problema, tareas claves
vocacionales-profesionales, (con asociaciones, replanteos inmediatos, a partir de cada
segmento de la tarea realizada), grabación de sesiones luego reescuchadas. La calidad y
oportunidad de la inclusión depende de iniciativas del paciente y de la creatividad del terapeuta.

Va más allá de la formulación general, la técnica deja de ser “la técnica” universal y abstracta y
pasa a ser la cristalización en acto, singular, de un fondo de recursos, de un conjunto de
posibilidades que cada relación bipersonal tiene que realizar selectivamente, según las
necesidades propias de cada o momento del proceso.

6. Inclusión del terapeuta como persona real: A través la empatía, calidez, espontaneidad, iniciativa.
La presencia personal del terapeuta es parte nuclear del instrumental técnico. No solo por lo que
permite al paciente ver de su mundo, sino por el papel que desempeña en él. Su influencia en el
paciente, dependerá de “la lectura” personal que él haga de aquellos comportamientos concretos.
Este rol es objetivador y rectificador. Así se define la psicoterapia verbal como “tratamiento
mediante la palabra y una específica relación humana, mutuamente potenciadas”.

Este vínculo terapéutico pueden diferenciarse de la llamada “relación analítica” (anonimato,


ambigüedad, virtualidad, control de los afectos, asimetría del diálogo, inmovilidad corporal,
iniciativa delgada al paciente)

I. Personificación de la relación de trabajo. Fundamentos dinámicos de la Flexibilidad:

Entendemos la flexibilidad del terapeuta como:

 Capacidad de actualizar, del conjunto de sus posibilidades, la constelación adecuada al


momento de cada proceso.

 El ajuste y adecuación de sus actitudes y recursos técnicos a necesidades muy particulares de


cada persona en tratamiento.

El primer contacto el paciente, da indicios del tipo de relación que necesita; (pedido no Cc.
Poder dar respuesta a esa demanda depende de la sensibilidad del terapeuta para registrar aquellos
indicios y flexibilidad para seleccionar sus instrumentos en función de la estructura de aquella
demanda.

La intuición del terapeuta se mide por su capacidad de ajuste automático a la demanda.


Las necesidades del paciente estarán referidas a una cantidad de funciones que debe cumplir
el vínculo: de gratificación, rectificación con respecto a vínculos primarios, que aludirán a cercanía-
distancia afectiva, intimidad-respeto de límites, frecuencia del contacto, modo y tipo de suministros del
terapeuta (dar-recibir ‘información’, intervenir-dejar hacer, guiar-acompañar, recibir devolver, proteger-
autonomizar, estimular-prescindir, afectivizar-neutralizar). Estas necesidades propondrán un clima
especial de comunicación. Exigirán una estructura personificada, particularizada, del vínculo terapeuta-
paciente. Hipótesis: el paciente viene a la terapia a construir un vínculo adecuado a la etapa de
desarrollo, en la que ciertos obstáculos entorpecieron su ulterior crecimiento. (Además la
demanda es de ciertas cualidades peculiares del vínculo, que no debe reforzar temores sino disiparlos
y suplir carencias, no prolongarlas).

La flexibilidad del terapeuta reside entonces en su disponibilidad de un amplio espectro de


respuestas que permita al paciente organizar su campo, ir desplegando sus necesidades según
secuencias enteramente particulares.

La personificación del vínculo tiene dos vertientes: adecuación del vínculo a necesidades
específicas de cada paciente y puesta en juego de capacidades y actitudes del terapeuta al servicio
del proceso.

Comparación sobre las características de la relación terapéutica en el tratamiento


psicoanalítico y en terapias breves.

El contexto psicoanalítico facilita el fundamental establecimiento, desarrollo y análisis de la


neurosis transferencial regresiva. El analista procura mantener el anonimato, trata de adoptar una
actitud neutral y distante, lo que implica promover en el paciente una situación de frustraciones; el
vínculo es marcadamente asimétrico. En lo temporal, el encuadre favorece la dependencia regresiva,
al constar de varias sesiones semanales y una duración, no limitada del tratamiento. Con respecto a lo
espacial, la posición en el diván, privado de ver al analista; la prueba de realidad se vuelve dificultosa;
y se ligan fenómenos regresivos –dormir-meditar que fomentan el desarrollo de la neurosis
transferencial. La regla fundamental psicoanalítica, consiste en la Asociación libre, determinando un
funcionamiento mental regresivo. En analista emplea a su vez la atención flotante, propendiendo así
una comunicación de inconsciente a inconsciente. Interviene verbalmente partiendo del material
que el paciente aporta de manera espontánea y sobre todo mediante la interpretación; ante los
silencios suele mantener una actitud expectante, permitiendo que se prolonguen. Las
interpretaciones transferenciales son muy valoradas.

El establecimiento de la relación paciente-terapeuta que en psicoanálisis se trata de un vínculo


simbiótico que tiende a producirse espontáneamente. En el tratamiento puede ser fomentada en
beneficio del proceso terapéutico.

En la Psicoterapias Breves, en cambio, deben desalentarse tanto el desarrollo de la regresión


como el de la neurosis transferencial e incluso se hace necesario controlar en lo posible la intensidad
de los fenómenos regresivos transferenciales. El vínculo que se establece con el paciente es más
realista y definido, ya que la ambigüedad es aquí inconveniente, promueve situaciones persecutorias
y por ende regresivas. El rol que debe asumir el terapeuta en la psicoterapia de esclarecimiento es de
docente experto, cuyo papel activo tiene importancia para la focalización de la labor terapéutica, dado
que, es necesario alcanzar determinadas metas y se dispone de tiempo limitado para ello. El
terapeuta, intenta agilizar el intercambio, procurando producir un efecto catalizador. Debe dedicarse
de un comienzo y de lleno a ayudar al paciente a resolver situaciones perturbadoras de su vida
diaria. Con frecuencia hará intervenciones no interpretativas: formulará preguntas, señalamientos,
efectuará sugerencias, brindará información. Tomará, a veces iniciativa en la comunicación,
proponiendo el tema a tratar. En cuanto a las interpretaciones, han de estas dirigidas a clarificar la
conflictiva focal. El rol del terapeuta es más activo y directivo: encauza la exploración en una
determinada dirección, escogiendo entre el material aquello atinente al foco y descartando lo
extrafocal. Por lo general se evita la prolongación excesiva de los silencios no solo porque
incrementa a ansiedad y la regresión consiguiente sino porque se trata de utilizar operativamente el
tiempo disponible. Hay de parte del terapeuta, una mayor proximidad afectiva; debe mostrarse
moderadamente cálido, ofrecer una imagen confiable y demostrar interés por los problemas del
paciente. Será menester que establezca a la brevedad un buen rapport, una rápida alianza
terapéutica, para aspirar al éxito. La relación terapéutica exige mantener un delicado equilibrio entre
gratificaciones y privaciones del paciente; para no despertar reacciones hostiles (un aumento de las
resistencias), a las que no tendremos tiempo suficiente para dedicarnos; pero tampoco dificultar la
integración de la agresividad y favorecer la dependencia. Deberá mantenerse una relación
transferencial positiva sublimada a lo largo de toda terapia. Solo así podremos esperar que el
paciente asuma una actitud de colaboración y pueda aceptar y utilizar con provecho las
interpretaciones. La relación será menos asimétrica que en el tratamiento psicoanalítico. El número
reducido de sesiones semanales y la duración limitada y generalmente prefijada del tratamiento
breve desalientan la regresión. La posición frente a frente, ayuda a que se sitúe en la realidad,
acorde con un fluido intercambio verbal. La mirada atenta y los gestos espontáneos que revelan
interés por el relato del paciente, “expresiones terapéuticas del terapeuta”, serán beneficiosos. El
marco institucional y el uso de distintos recursos terapéuticos, con eventual participación de otros
profesionales ligados al campo de la salud mental, introduce variantes en los fenómenos
transferenciales y contratransferenciales.

Aquí las condiciones del encuadre están dirigidas a evitar la instauración de un vínculo paciente-
terapeuta demasiado intenso emocionalmente, esto constituye una complicación.

El terapeuta al tener que hacer hincapié en “el afuera” y llevar al paciente a interesarse por la revisión
de sus vínculos con su verdadero padre, madre cónyuge, jefe etc., el terapeuta puede experimentar un
sentimiento de exclusión. (Deberá conformarse con su condición real de docente experto).

1° sesión en psicoterapias breves.


El 1er contacto con el paciente, tiene una influencia decisiva en la continuidad o el abandono del
tratamiento, y en la eficacia que alcance el proceso terapéutico.

La 1ra sesión está destinada a cumplir no sólo funciones diagnósticas y de contrato, sino que juega
siempre un rol terapéutico. Y esta acción, no se ejerce meramente por el efecto placebo del contacto
inicial, sino que requiere de una intervención adecuada, que está asociada a la posibilidad de crear
de entrada, una alianza sólida. Para ser eficaz, debe poder cumplir con las siguientes tareas:
1- Diagnóstico aproximativo inicial a partir de los datos aportados por el paciente.
2- Clarificación inicial sobre la problemática planteada y la orientación terapéutica.
3- Elaboración conjunta de ese panorama mediante progresivos reajustes.
4- Acuerdos sobre el sentido y los objetivos de la relación terapéutica entre ambos.
5- Contrato sobre las condiciones de funcionamiento de esa relación.
6- Anticipaciones mínimas acerca del modo de conducir la interacción en la tarea.

Aclaraciones sobre el esquema de la primera entrevista


 Si bien se propone un orden progresivo de fases, éste no es rígido ni unidireccional, (de la
discusión de cada punto, se desprenden reajustes de precisiones anteriores).
 El tiempo no es un aspecto esencial, puede variar según la experiencia, grado de formación y
tipo de paciente. Lo verdaderamente importante es el proceso y los objetivos a cumplir.
 La siguiente discusión está pensada esencialmente para psicoterapias de esclarecimiento
 Lo que se propone es “un” esquema y no “el” esquema de entrevista.

Fases de la Primera Entrevista:


1) El diagnóstico: en tres planos fundamentales: para luego decidir si es factible constituir un
vínculo terapéutico en base a la información compartida. Es importante que se pueda comenzar
encuadrando la entrevista: aclarando el sentido y los pasos de la misma para evitar la
incertidumbre inicial. El paciente debe experimentar la seguridad de que está con un experto que
“sabe adónde va”

a. CLÍNICO Y PSICODINÁMICO
Implica la construcción de un modelo comprensivo preliminar global, etiopatogénico,
clínico y psicodinámico (interpretación panorámica inicial*). Para lo cual, se realiza una
búsqueda selectiva, guiada de los siguientes datos:
 Síntomas principales que motivan la consulta: evolución, circunstancias de
variación, supresión o agravamiento.
 Grupo familiar: estructuras, jalones, enfermedades importantes, clima emocional,
roles, etc.
 Relaciones de éxito-fracaso referidas a las áreas adaptativas y con perspectiva
evolutiva: maduración, juegos, estudio o trabajo, sexualidad, sociabilidad,
autoestima. (Equivale a la evaluación del yo)
 Aspectos interaccionales del paciente en la entrevista: modalidades de la
comunicación, datos de transferencia-contratransferencia, estructuras de conductas
predominantes.
b. MOTIVACIÓN Y APTITUDES DEL PACIENTE PARA LA PSICOTERAPIA

Pretende evaluar la aptitud para establecer un compromiso de trabajo; para la elección óptima
del tratamiento, según los indicadores pronósticos. Implica analizar sus expectativas de
curación, su disposición a aceptar la psicoterapia, sus aptitudes para participar activamente en
la misma, la transferencia inicial y las fantasías de enfermedad y curación con las que llega a la
consulta. Se considera que un paciente está bien motivado para iniciar psicoterapia breve de
esclarecimiento cuando:
 Reconoce el carácter psicológico de sus trastornos.
 Manifiesta capacidad de introspección, y disposición a transmitir con honestidad lo
que pueda reconocer de sí mismo.
 Desea participar activamente para comprenderse.
 Está dispuesto a experimentar o ensayar cambios.
 Espera que el tratamiento logre resultados positivos.
 Está dispuesto a realizar ciertos sacrificios para acceder a esos logros.

Si el paciente carece de estas condiciones, tal vez convenga una psicoterapia de apoyo,
directiva o supresiva de síntomas.

Cabe plantear que el diagnóstico no puede ser estático, individual o intrapersonal, sino que
debe ser puesto a prueba como fenómeno interaccional, con todo lo que el terapeuta pueda
hacer para estimular dicha motivación.

c. CONDICIONES DE VIDA DEL PACIENTE

Refiere a las condiciones que se vinculan con la posibilidad de que el paciente inicie y pueda
mantener con regularidad un tratamiento. Requiere sopesar estabilidad geográfica, horarios,
situación económica, lugar de residencia, obligaciones familiares; demás planos diagnósticos.

Pero además, involucra tanto la identificación de factores patogénicos (que contribuyen a la


enfermedad), como los recursos o el potencial del medio para contribuir a la curación.

2) Información que devuelve inicialmente el terapeuta . (Clarificación del problema y


reforzamiento de la motivación).
Abarca el suministro de información que el terapeuta pueda ofrecer, involucrando la capacidad
de respuesta a los interrogantes del paciente. (Así como para el terapeuta, es esencial conocer
los datos de la enfermedad, -qué piensa el paciente de sus trastornos -cuáles son sus
expectativas- también es esencial para el paciente conocer qué piensa el terapeuta sobre todos
esos puntos).
La primera entrevista necesita funcionar con la mayor simetría posible. Corresponde que el
terapeuta pueda ofrecer una imagen global, introductoria, pero lo más precisa posible acerca
del diagnóstico dinámico (formulación interpretativa de una conflictiva nuclear, unificadora de
los problemas relatados) y pronóstico o perspectiva de tratamiento (tipo de tratamiento,
duración aproximado y objetivos propuestos)
Es fundamental que el terapeuta elabore con el paciente, su entrada en el tratamiento, sin
presionarlo. Como expresa RONALD LAING “el paciente antes que un objeto a cambiar, es una
persona a aceptar”

3) Confrontación entre las expectativas del paciente y la perspectiva del terapeuta. Reajuste y
búsqueda de acuerdos (con la parte adulta del paciente)
Involucra un diálogo abierto entre ambos, acerca de las mutuas expectativas: para localizar
discrepancias y enfrentarlas. Se trata de esclarecer o despejar el campo de confusiones,
ambigüedades y desacuerdos implícitos, o cualquier otro factor de interferencia, para un
contrato y proceso terapéutico eficaz. Alentar al paciente a que plantee sus dudas y objeciones
a todo lo expuesto, y reforzar la motivación inicial para aceptar la terapia. Es importante que su
apertura a las objeciones sea real y sincera; y no meramente formal.
Es crucial consolidar una alianza terapéutica (vínculo). Y si el tratamiento no satisface las
expectativas del paciente, el riesgo de abandono es inminente.
Esta función de clarificación y apoyo (dirigida a sus partes infantiles), es además terapéutica ya
que la explicitación de resultados esperables, efectivamente permite mejores resultados. De
cualquier modo, no hay que olvidar que cualquier apresuramiento interpretativo puede ser
vivido como una intrusión.

1) Proposición de un contrato terapéutico. Anticipaciones sobre la tarea.


Comprende especificaciones sobre horarios, frecuencia y duración de la entrevista, honorarios
y duración del tratamiento. Es recomendable indagar qué información tiene el paciente sobre el
funcionamiento de la relación terapéutica.
Se trata de una entrevista inductora del rol paciente en la que se instruye sobre:
 Visión general de la psicoterapia como método de aprendizaje
 Caracterización de los respectivos roles, aclarando qué conducta se espera de cada
uno.
 Anticipación del surgimiento de fenómenos resistenciales, sobre los que se aclara que
son universales y que lejos de indicar un mal curso del tratamiento son un reflejo del
grado de compromiso con el mismo.
 Formulación realista de los resultados a lograr en pocos meses de psicoterapia
(entendiendo que al alta del paciente, no habrá eliminado sus problemas, pero podrá
enfrentarlos mejor)

Función de la interpretación en la 1ra entrevista


 Esclarecedora: para proporcionar una imagen nueva de los trastornos que motivaron la
consulta.
 Didáctica y reforzadora de motivación al tratamiento: ofreciendo un ejemplo de lo que
puede ser el proceso terapéutico, y sólo si existen obstáculos que interfieren el compromiso del
contrato terapéutico, se utiliza la interpretación transferencial para neutralizar ansiedades, y
esclarecer el vínculo
 Diagnóstica de las aptitudes del paciente para elegir el tipo de técnica adecuada.

*La interpretación panorámica concibe los síntomas como expresión de un conflicto nuclear, vincula
componentes arcaicos y actuales del conflicto, incluye elementos regresivos y adaptativos en la
conducta. Pero lo decisivo es pensar la situación como una totalidad que incluye numerosos
parámetros. (Ver ejemplos en pags. 74-78)

El tratamiento
Una vez cumplidas las etapas diagnóstica y contractual, así como la de planificación, se inicia
el tratamiento, el cual se apoyará en hipótesis psicopatológicas y terapéuticas, en objetivos y encuadre
definidos.
Una regla básica de funcionamiento en PB de orientación psicoanalítica:
Por regla general, la falta de tiempo no nos permite emplear los recursos tradicionales de libre
asociación, actitud pasiva y anonimato

Empleo de asociación libre en los tratamientos breves:

Desventajas Ventajas

- Aumenta la intensidad de la - Facilita del acceso a los contenidos


transferencia, al dar lugar a la inmediata inconscientes. (lo cual no implica que sin
proyección de los objetos internos en el su ayuda ésta no sea factible).
analista. - Útil con pacientes que poseen
- Produce efectos regresivos: excesiva tendencia a la
incrementa las ansiedades paranoides, intelectualización.
genera una atmosfera de ambigüedad, - Útil en grupos de discusión, siempre
puede conducir al paciente a la que el terapeuta recurra a intervenciones
dispersión, desviándose de las focalizadas, mostrándole la relación o
situaciones conflictivas a tratar. desconexión del material, con la
- Acentúa la dependencia regresiva, en problemática principal del tratamiento.
torno al terapeuta

El papel activo y focalizador del terapeuta y la posición frente a frente se interponen al


efecto de la asociación libre espontanea del paciente, entraría en contradicción con ésta como
método de trabajo. El terapeuta con sus frecuentes intervenciones, (que promueven la activación
yoica) estimulará una “asociación intencionalmente guiada”. Se establece una comunicación con
mayor predominio del proceso secundario y por ende más aproximada a lo que sería una
dialogo corriente.

Lo natural y lógico para el paciente es tener que hablar ante el terapeuta fundamentalmente de
sus síntomas y situaciones conflictivas. De esa manera el terapeuta podrá dedicarse de manera
selectiva a sus padecimientos actuales, como tema primordial en la terapia (focalización).

Por estos motivos la consigna de trabajo antes de comenzar el tratamiento breve será: “Les
aclaro que podrán hablar de lo que deseen, pero que en un principio convendrá que se refieran
preferentemente a todo aquello que supongan que guarda alguna relación con los problemas
que hemos convenido en abordar”.

Uso operativo del método de asociación libre en los tratamientos breves:

Podría apelarse a este método en determinadas circunstancias, controlando los efectos


regresivos que pudiese provocar su empleo, a diferencia de lo que resultaría de su utilización de un
modo constante.

El terapeuta debe utilizar este método cuando lo considere oportuno, y ante paciente
capaces de responder positivamente al mismo. Se destacan los beneficios del uso limitado y
selectivo del procedimiento de asociación libre ante el surgimiento de algún elemento significativo, a
partir del cual podrá tener lugar el proceso asociativo, a fin de profundizar en la conflictiva focal.

La maniobra buscará profundizar en el material correspondiente al foco terapéutico y


frecuentemente permitirá ratificar, ampliar o corregir las hipótesis psicodinamicas en juego sobre la
base de lo obtenido.

No es conveniente el empleo sistemático de este método, salvo en escasas excepciones


donde los pacientes revelan actitudes yoicas suficientes para que dicho empleo reporte beneficios.

Disgresiones sobre focalización y atención del terapeuta:


El terapeuta se concentra en el material que aparece más directamente ligado con la
problemática focal, conduce al paciente al foco a través de la labor interpretativa y descarta el material
alejado de él; dicho estado de atención selectiva parece el opuesto al de atención flotante (donde el
analista debe escuchar al analizado sin focalizar su atención, siendo el objetivo descubrir conexiones
inconscientes). Sin embargo, no implica una ausencia total de atención flotante que puede resultar
muy útil en muchos momentos que deseemos ahondar la exploración del inconsciente en la misma
conflictiva focal.

De no emplearse la atención flotante el tratamiento breve, corre el riesgo de reducirse


automática y exclusivamente a una terapia de lo preconsciente, pudiendo estereotiparse
considerablemente el intercambio verbal terapeuta-paciente y empobrecerse sus posibilidades
terapéuticas.

Así llegamos a la propuesta de una combinación sucesiva, operativa y flexible entre


momentos de atención flotante , seguidos de momentos de atención selectiva, los que alternan
de acuerdo con las vicisitudes de la comunicación terapéutica, aunque siempre se dé un
retorno al estado de atención selectiva focal. Como norma elemental se establece que toda vez
que se le soliciten asociaciones libres al paciente, ha de escuchárselo en estado de atención flotante.

1ro el terapeuta distingue un elemento focal significativo en el material aportado por el


paciente (sea de forma espontánea con asociación libre o como consecuencia de la acción focalizada
del terapeuta). A continuación se le solicita asociaciones libres partiendo de dicho elemento y se las
escucha con atención flotante. Luego se da paso a la interpretación, con retorno final a la focalización
(atención selectiva focal) para la consiguiente selección de la pertinente al eje terapéutico, de donde
podrá sobrevenir o no la formulación de una interpretación focalizada. Esta podrá tener como
respuesta: la emergencia de un nuevo material focal (asociaciones guiadas), frente al que el terapeuta
ha de abandonarse otra vez a la atención flotante y reiniciar el ciclo.

Sobre las sesiones


Frecuencia: es conveniente adecuarse a las necesidades de cada caso en particular. Sin
embargo, en la mayoría de los casos dos sesiones semanales es un número apropiado para una PB
de insight pues, a la vez que posibilita una tarea de cierta profundización, restringe las perspectivas de
regresión y dependencia.

Para facilitar la separación al terminar el tratamiento, puede ser útil ir reduciendo de un modo
gradual la frecuencia de sesiones.
Una mayor frecuencia puede ser conveniente en cases tales como:

o Situaciones de crisis muy intensas, con gran monto de angustia, depresión, o excitación.
o Pacientes con marcadas tendencias al acting out.

Duración: también puede variar de acuerdo con las circunstancias. Una duración de 40 minutos
por sesión suele ser adecuada.

Terminación del tratamiento.


Paciente y terapeuta deben afrontar el duelo ocasionado por la finalización del vínculo
terapéutico. Esta capacidad es una condición fundamental para un eficaz manejo técnico de la
situación

Reacciones causadas en el paciente por la separación


Pacientes, que poseen un yo relativamente fuerte, aceptaran mejor que otros la separación y
pueden llegar a vivirla como la oportunidad de comprobar y poner en práctica lo aprendido hasta
entonces a lo largo del tratamiento. Otros se conforman con el alivio sintomático.

Quienes tienen tendencias a establecer espontáneamente vínculos simbióticos, regresivos y


altamente dependientes, vivencian intensas ansiedades incluso puede movilizarse el temor a la muerte
y a la locura.

En estos pacientes que por distintos motivos no toleran suficientemente la separación interesa ver
cuál es el destino de la transferencia.

a) La referencia a nuevos conflictos en los tramos finales del tratamiento, motivada


inconscientemente por un deseo de permanecer ligado con el terapeuta, tratando de despertar
en este interés por otros padecimientos.
b) Los retrocesos y empeoramientos, constituyen un intento de evitar el ser dado de alta y con
ello la dolorosa separación terapéutica
c) Las manifestaciones de hostilidad transferencial pueden hacer peligrar seriamente los
resultados del tratamiento. Cuando alcanza cierta intensidad se hace necesario interpretarla, ya
que la situación de separación, el mantenimiento de la mejoría dependerá en gran parte, por
cierto, de sus posibilidades de introyectar y conservar una imagen buena del terapeuta lo cual
será posible si prevalece una transferencia positiva al terminar el tratamiento.
d) Tendencia al acting out ante el incremento de la ansiedad, vinculada a la perdida dada por la
finalización de la relación terapéutica. El terapeuta debe propender a la compresión psicológica
del conflicto en el paciente, por medio de interpretaciones “transferenciales”, para tratar así de
evitar las actuaciones.
e) La reacción terapéutica negativa manifiesta por la interrupción brusca del tratamiento por
parte del paciente. El paciente abandona -activamente- al terapeuta, para no sufrir de manera
pasiva lo que vive como un abandono por parte de este.

Allí resulta conveniente que el paciente tenga ocasión de desarrollar estas reacciones mientras se
halla bajo tratamiento, para dar lugar a que sean mejor examinadas, comprendidas y resueltas.

Reacciones causadas en el terapeuta por la separación


Con frecuencia la separación repercute más en el terapeuta, que en el paciente. La separación
significa privarse de gratificaciones simbióticas; sentimientos de desvalorización y perdida.Un
mecanismo defensivo es la negación del conflicto y su proyección masiva en el paciente. A través de
sus intervenciones induce la dependencia regresiva.

Aspectos técnicos
Las mayores posibilidades de éxito a lo largo de una PB, estarán en relación con:

1. La capacidad del paciente para poder tolerar el duelo por la separación. Conviene detectarlo a
partir de los primeros contactos
2. Las condiciones del contrato terapéutico: procurar disminuir la intensidad de las regresiones; en
pacientes que suelen entablar relaciones simbióticas, contemplar un tiempo suficiente para
analizar/trabajar su duelo por la separación
3. La capacidad del terapeuta para ajustarse al encuadre. Se deberá abordar, en los estadios
finales del tratamiento, el duelo de separación, (cuando se necesario recurriendo a
interpretaciones transferenciales). En esencia, deberá al menos señalarse la situación de
duelo.
4. El mantenimiento de una transferencia positiva a posteriori del tratamiento, al que podrán
contribuir las entrevistas periódicas de seguimiento

En P.B. debe tratarse de llegar a la finalización del tratamiento de modo tal que el Alta coloque al
paciente en condiciones de vivir una experiencia estimulante y reaseguradora. En el terapeuta,
es de esperarse que encuentre gratificaciones en los resultados terapéuticos.

5. TÉCNICAS.
Intervenciones verbales.
Deben reunir tres condiciones:

1. Mantener coherencia interna: que desde un punto de vista dinámico no haya contradicciones;
deben responder a una estrategia planeada según cada caso.
2. Constar de una proporción elevada de intervenciones no interpretativas: para contrarrestar
cualquier efecto dependencia; de este modo se reafirma una relación terapeuta-paciente en
términos de realidad de menor asimetría.
3. Estar focalizadas: dirigidas selectivamente a la problemática focal. Centrar la labor terapéutica
en problemas vitales y actuales del paciente, y no abrir otras brechas.

LAS INTERPRETACIONES EN LA PB DE ORIENTACIÓN PSICOANALÍTICA


La interpretación constituye una herramienta fundamental, (ya que se busca el insight en el
paciente); sin embargo, es esencial que se alternen en mayor medida con otros tipos de
intervenciones verbales para evitar el establecimiento de una relación acentuadamente dependiente.
Respecto a la profundidad, está limitada por las mismas características del encuadre, (corto
plazo); sin embargo, en algunas oportunidades, un tratamiento plantea la necesidad de llegar a
ciertos niveles de profundidad.

Las interpretaciones extra-transferenciales: Recurso válido para resolver problemas actuales


de la realidad externa del paciente, mediante el análisis e insight de la naturaleza de las situaciones
conflictivas, que presentan sus transferencias desarrolladas con las personas de su vida diaria;
(muchas veces un paciente llaga a sesión turbado por proceso reales o transferenciales dados fuera
de sesión, ajenos al analista, por lo que éste debe interpretar estos hechos sin incluirse, ya que el
nivel de conflicto en ese momento no está con él). Al ser cortos los lapsos, el terapeuta no puede
conocer a fondo al paciente, cuestión que se complica al no poder interpretar las transferencias del
paciente; sin embargo, esto se puede salvaguardar mediante un estudio clínico y psicodiagnóstico
previo del paciente.

Las interpretaciones transferenciales: Deben usarse de manera prudente y limitada, para no


fomentar las neurosis de transferencia, o aumentar la dependencia al terapeuta, o lograr que el
paciente concentre su relación con el terapeuta, activando considerables resistencias a la tarea,
reduciendo las posibilidades de alcanzar el éxito terapéutico.

Por ello, se debe proveer elementos al paciente para la conscientización de sus transferencias
con personas significativas, involucradas en la situación conflictiva en cuestión, e incluir el vínculo
con el terapeuta sólo como una nueva relación transferencial, en la que pueden aflorar más
selectivamente pautas repetitivas y neuróticas de conducta.

Cuándo se debe recurrir a las interpretaciones transferenciales:

o Cuando surgen resistencias transferenciales; apenas hacen su aparición.


o Cuando pueden constituir para el paciente un elemento demostrativo de determinados
aspectos de su problemática focal en sus relaciones interpersonales; la relación con el
terapeuta puede funcionar como un modelo experimental clarificador de los problemas
del paciente. Convendrá que se de en circunstancias donde esto pueda ser reconocido
claramente por el paciente.

Las interpretaciones transferenciales, a su vez, varían según las fases por las que esté
atravesando el tratamiento; durante las primeras sesiones suelen producirse porque es preciso
despejar ansiedades paranoides naturales, y también se producen en los estadíos finales porque la
eventual separación requieren que se contemple situaciones de duelo que se reproducen en el
seno de la relación transferencial.

 Variantes cualitativas en las interpretaciones. Atenuación de efectos regresivos:

Existen modificaciones técnicas de índole cualitativa, concernientes no solo a lo verbal, sino


también a lo para y preverbal del mensaje interpretativo, que permiten controlar, en la medida de lo
posible, la intensidad de la regresión transferencial.
Resulta necesario que las interpretaciones establezcan una ligazón constante entre lo que le
sucede al paciente en su relación con el terapeuta, y en las relaciones con los objetos
transferenciales del “afuera”.

Una buena utilización de la transferencia implica decirle a la parte adulta de la personalidad del
paciente que él se porta con el terapeuta como si fuera su padre, su madre o cualquier otro objeto
significativo primario, pero que en realidad esto es fruto de su percepción errónea de la realidad, y
que en realidad el terapeuta no es ninguno de estos objetos primarios por él traídos y por el
terapeuta representados.

Este mensaje, por un lado, manifiesto, y por el otro implícito en su contenido, debe desalentar
la prosecución de la reviviscencia de situaciones infantiles en el seno de la relación transferencial, lo
que significa renunciar en su mayor parte al “como sí” metafórico de la técnica psicoanalítica.

Otra forma de evitar que el paciente establezca una relación regresivo-dependiente es


presentar las interpretaciones bajo la forma de preguntas o sugerencias, mostrando una
actitud con cierta humildad, tendiente a contrarrestar la idealización de la figura del
terapeuta.

A su vez, poner excesivo énfasis en los aspectos infantiles del paciente puede promover la
regresión, es aconsejable abstenerse de interpretar en primera instancia y de manera
sistemática en torno a tales aspectos, y a partir en cambio de la referencia a los factores
actuales en juego. En el caso de tener que abordar conflictos genéticos infantiles, hay que tomar
una serie de precauciones:

1. Que el paciente demuestre estar capacitado para recibir y aprovechar estas interpretaciones,
sin experimentar reacciones desfavorables.
2. Que las condiciones temporales del encuadre, sean propicias.
3. Que los componentes histórico-genéticos a incluir en las interpretaciones sean pertinentes a
la estructura focal.
4. No se deberá aspirar a eliminar la amnesia infantil.
5. El modo de formular las interpretaciones tenderá a facilitar que el paciente comprenda los
determinantes históricos del conflicto actual, en vez de hacerle revivir emocionalmente los
conflictos infantiles en el seno de la relación transferencial.

 Interpretación de los sueños:

Entrañaría un riesgo básico, por la posibilidad de estimular fenómenos regresivos en el


paciente. El terapeuta debe asumir con los sueños, la misma actitud que ante cualquier otro
producto de la actividad psíquica, interpretando si lo considera útil.

o Cuándo interpretar: cuando sirva para clasificar la problemática focal.


o Qué interpretar: Se remitiría solo a las ideas latentes preconscientes. Deberán
interpretarse más que nada aquellos contenidos que parecen mas claros para el
paciente.
o Cómo interpretar: con el auxilio brindado por las asociaciones libres del paciente.
 Otras intervenciones verbales: Diversos instrumentos en la psicoterapia verbal:
1. Señalamientos: necesaria en toda terapia de insight p/facilitar la labor interpretativa.
2. Preguntas: (etapa diagnostica, durante el tratamiento), a fin de obtener diversos datos acerca
del paciente que surgen como necesarios sobre la marcha.
3. Suministro de información: acerca de ciertos temas, ej. sexualidad.
4. Sugerencias.
5. Comentarios: con el fin de fomentar el intercambio verbal.
6. Reaseguramiento o refuerzo.
7. Indicaciones.
8. Consejos: esporádicos, excepto cuando se utiliza una técnica de apoyo emocional.

OTROS RECURSOS TERAPÉUTICOS


Cuando se apela a otros elementos, siempre deben tener una fundamentación (psicodinámica, y
de los efectos que se persiguen). Algunas son:

 Dramatización

 Psicoterapia grupal

 Terapia ocupacional

 Hipnosis

 Servicio social

 Internación breve, etc.

 La participación de familiares y/o allegados del paciente en el


tratamiento, para:

1. Obtener información: se procura además llegar a un diagnóstico psicodinámico de la


pareja y/o familia, y del rol del paciente en ella.
2. Informar sobre el estado del paciente, para que los familiares asuman la responsabilidad
del tratamiento en los casos que esto sea necesario.
3. Actuar terapéuticamente sobre el medio que rodea al enfermo.
DIAGNÓSTICO DEL PROBLEMA

Dx del problema manifiesto

¿qué les sucede? ¿qué consideran que constituye su problema?

*Es importante que el problema sea planteado de manera concreta y circunscripta.

*Se debe considerar los rótulos diagnósticos clínicos como problemas abstractos. En estos caso
se deberá traducir el título a una manifestación concreta del problema.

Dx de la atribución causal

Cada persona en el sistema atribuye una causa a lo que le sucede.

A veces las personas del sistema mencionan el problema pero desconocen una atribución
causal. Aquí se debe emprender un diálogo apuntando a guiar al sistema a explicitar la
causalidad, posibilitando que ellos mismos construyan una respuesta .

La causa de lo que les sucede puede ser

*Multicausal o unicausal.

*Interna o externa al sistema.

*Pasadas o futuras

Dx de la temporalidad del problema

¿Cuándo recuerdan que comenzó esto que dicen que les sucede? ¿cuándo está ausente?

Implica conocer el inicio, la continuidad y la frecuencia del problema.

Dx del marco situacional del problema

¿Dónde? y ¿con quién ocurre el problema?

Comprende el lugar donde se desarrolla y quienes están presentes en esa situación.

Dx de la atribución de la gravedad

Magnitud que los integrantes del sistema atribuyen al problema.

Preguntar orientándose hacia los planos del pensar, el sentir y el actuar.

Diagnóstico de manejo del problema en los tres planos

Explorar en todos los integrantes del sistema el sentir, el pensar y el actuar en relacion con el
problema manifiesto.

Diagnóstico de las funciones del problema


*La función homeostática.

*La función del beneficio secundario. ¿Para qué?

Diagnóstico de las soluciones intentadas

¿Qué han hecho hasta ahora para solucionar el problema?

Son aquellas acciones, ideas y emociones puestas en juego para dar una solución al problema
manifiesto pero que fueron infructuosas.

Diagnóstico de los roles en el ciclo sintomático

-El rol del portavoz

-El rol de paciente identificado

DIAGNÓSTICO DE LA DINÁMICA DEL SISTEMA:

1-Dx de la modalidad de la comunicación: -Reproche -ironía -culpa –insulto

2-Dx de las respuestas a la comunicación –Confirmación –Desconfirmación

3-Dx de la presencia de coherencia o no entre: -Mensajes verbales -Mensajes no verbales

4-Dx en el receptor del mensaje a partir de: -Acuerdos –Desacuerdos

5-Dx de la construcción del mensaje por el receptor: Aquí se considera el recorte que el receptor
realiza sobre la base de lo percibido y qué significación le otorga al mismo.

6-Dx de los tipos de relación: -Relación de igualdad -Relación de desigualdad

7-Dx de los planos predominantes en el proceso de la comunicación:

-Plano emocional o de los sentimientos

-Plano pragmático o conductual

-Plano cognitivo o del pensamiento

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