Jemmyxiomaragarciaorjuela 2011
Jemmyxiomaragarciaorjuela 2011
Jemmyxiomaragarciaorjuela 2011
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Capítulo 1
Epilepsia: clasificación y definiciones
Lección 1. Introducción 1
Lección 2. Reseña histórica 2
Lección 3. Esquema diagnóstico ilae 2001y definiciones
Ilae 2005 y 2010 5
Lección 4. Eje 1 semiología ictal y eje 2 tipos de crisis 7
Lección 5. Videos (ver en curso virtual)
Lección 6. Eje 3 síndromes epilépticos 14
Lección 7. Eje 4 etiología 19
Lección 8. Eje 5 discapacidad 24
Capítulo 2
Epidemiología de la epilepsia
Capítulo 3
Ayudas diagnósticas
Capítulo 4
Manejo farmacológico
Lección 1. Historia 43
Lección 2. Farmacología básica 45
Lección 3. Tratamiento 51
Capítulo 5
Status epiléptico
Capítulo 6
Consideraciones especiales
Capítulo 7
Manejo quirúrgico
Anexos 82
Referencias bibliográficas 90
LISTA DE TABLAS
Pág.
Problemática Local
Panorama educativo
La facultad de medicina de la Universidad Nacional de Colombia enfrenta desde el
cierre del Hospital San Juan de Dios a finales de los años noventa, la dura
situación de la pérdida de su principal sitio de formación en el ámbito clínico.
Actualmente solo la tercera parte de los estudiantes del semestre de medicina
interna tienen la oportunidad de rotar por el servicio de Neurología Clínica, lo cual
pone de manifiesto la necesidad de crear alternativas que incentiven el
autoaprendizaje dirigido, universal y de alta calidad sin pretender reemplazar la
práctica clínica.
El término informática médica fue empleado por primera vez en 1987 y hace
referencia a la difusión y análisis de información médica a través de herramientas
informáticas (software). Hace 50 años considerada un lujo y hoy en día una
herramienta prácticamente necesaria desde diferentes perspectivas, incluye tres
dominios diferentes: registro de información, por ejemplo la digitalización de la
historia clínica del paciente y el posterior acceso a la misma, en segundo lugar
software para comunicación permitiendo el advenimiento de la telemedicina, y
para finalizar las fuentes de información de fácil y rápido acceso: literatura médica,
sistemas de notificación, educación médica continuada, entre otras. En este último
grupo se encuentra la herramienta que proponemos: Curso Virtual de Epilepsia
Lección 1. Introducción
Andrés Paipa
Xiomara García Orjuela
Una de las principales dificultades con las que se puede encontrar el estudiante y
el médico general en el estudio inicial de los síndromes convulsivos y la epilepsia,
es la aparentemente compleja clasificación nosológica y fenomenológica que la
caracteriza. Su comprensión facilita enormemente el proceso de aprendizaje en
este tópico y además, constituye una herramienta invaluable en el ejercicio clínico
cotidiano, ya que a través de una aproximación sistemática es posible un
diagnóstico acertado y una intervención exitosa.
Varias comisiones desde 1960, han sido participes del proceso anteriormente
descrito (6, 7,8). La primera en cuanto a clasificación de crisis en el año de 1989, y
la última de ellas en el año 2010. El presente curso incluye la actualización en
relación a la última comisión
1
La utilidad e indicaciones de las herramientas diagnósticas tanto
electroencefalográficas, como imagenológicas, ventajas y desventajas, y
costoefectividad, serán motivo de revisión.
Andrés Paipa
Xiomara García Orjuela
2
consecuencia del pecado y la demostración del vínculo del enfermo con las
fuerzas demoníacas. Los enfermos fueron recluidos en sanatorios, nosocomios,
rechazados y perseguidos por la sociedad medieval. Ni que decir del trágico
destino de los pacientes con epilepsia durante el período de la inquisición.
Los médicos árabes, a través de las escuelas españolas y del oriente medio, se
encargaron de traducir los antiguos textos griegos al árabe, evitando así su
desaparición. Sin embargo, estos textos fueron desconocidos para la mayoría de
los médicos europeos medievales.
No fue sino hasta el renacimiento que con los trabajos de Galvani sobre la
electricidad en animales, y con el posterior descubrimiento de Volta sobre la forma
la capacitancia eléctrica, que el estudio de los fenómenos eléctricos a nivel del
sistema nervioso central comenzaron a ganar fuerza.
En la segunda mitad del siglo XIX hubo una inusitada seguidilla de grandes
descubrimientos a nivel de neurofisiología; mientras que los pacientes continuaban
relegados a sanatorios mentales y tratados por igual con enfermos de psiquiatría
3
Aquí claramente se establece el origen de la epilepsia en descargas eléctricas
cerebrales anormales, y se distinguen las crisis focales de las generalizadas, lo
cual representó un gran avance en el entendimiento de la enfermedad.
A partir del período que siguió a la segunda guerra mundial los avances en el
campo de la epileptología se presentaron a gran escala. La invención de la
electrocorticografía, de los electrodos profundos, el electroencefalograma de 16
canales entre otros, permitieron grandes descubrimientos en el campo de la
neurofisiología clínica.
4
como el ácido gamma amino butírico (GABA) o el N-metil – d aspartato (NMDA) en
los focos epilépticos, el flujo sanguíneo cerebral local y la tasa de consumo de
oxígeno, y la relación de estos focos con áreas clínicamente relevantes tales como
el área del lenguaje o del control motor.
Andrés Paipa
Xiomara García Orjuela
Varias comisiones desde 1960 han sido participes del proceso anteriormente
descrito, la última de ellas en el año 2010, generando polémica debido a los
drásticos cambios respecto a las clasificaciones previas, razón por la cual en vista
de la pobre acogida a la clasificación más reciente, es preferible atenerse a la
clasificación previa. Sin embargo desde la anterior comisión en 2005 no hubo
cambios respecto a las definiciones.
5
1. Crisis epiléptica: se define como la presentación transitoria de signos o
síntomas debidos a actividad neuronal excesiva e hipersincrónica en el cerebro.
6
concepto diremos que por ejemplo, un paciente en la adolescencia que se
presenta con crisis tónico clónico generalizadas en el momento del despertar,
asociadas a mioclonías diurnas, en quien se evidencia en la anamnesis la
presentación de ausencias, y el antecedente familiar de convulsiones, con una
esfera cognitiva respetada, un examen físico normal, con estudios imagenologicos
normales y electroencefalográficos compatibles con descargas tipo punta onda
lenta generalizadas, corresponderá a un síndrome epiléptico de epilepsia
mioclónica juvenil, con lo cual el médico tendrá la seguridad de informar al
paciente sobre la probable etiología genética de sus crisis, la benignidad de su
pronóstico y la elección terapéutica de ácido valproico. Caso contrario por ejemplo
al de un lactante con antecedente de encefalopatía hipóxica isquémica perinatal
por parto prolongado, quien consulta por crisis nocturnas de contracciones
bilaterales en flexión de el tronco y las extremidades en salvas, en quien el
examen físico revela retardo global del desarrollo, con un electroencefalograma
que evidencia hipsarritmia, el diagnóstico más probable será síndrome de West o
espasmos infantiles, y podrá informar a los padres sobre el mal pronóstico
cognitivo, y de recurrencia de crisis inherente a este tipo de pacientes. De ahí la
importancia de entender el concepto de síndrome epiléptico.
A partir del 2001 la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) sugiere utilizar un
nuevo esquema diagnóstico, el cual busca evaluar a los pacientes de una manera
tan uniforme, completa e integral como sea posible, teniendo en cuenta 5 ejes
diagnósticos que revisan la semiología ictal, el tipo de crisis, el síndrome
epiléptico, la probable etiología y la discapacidad psicosocial asociada. Este
esquema diagnóstico no se trata de una nueva clasificación, sino, simplemente, de
una aproximación diagnóstica al paciente con epilepsia (3).
Andrés Paipa
Xiomara García Orjuela
7
Eje 2 - tipo de crisis
Desde principios de los años sesenta surgieron múltiples propuestas para lograr
uniformidad en el lenguaje que se utiliza en neurología para definir y clasificar las
crisis epilépticas. La última clasificación corresponde a la comisión del 2010, sin
embargo la más ampliamente utilizada es la establecida por la ILAE en 1981 (4),
cuyo fundamento es la clara división entre crisis que inician de una forma focal
(antes denominadas parciales) originadas en un área limitada de la corteza de un
hemisferio cerebral, crisis con inicio focal que generalizan y aquellas crisis que
desde su inicio son generalizadas.
1. Crisis focales (ILAE 2010 propone no hacer sub clasificaciones en este grupo, y
restringirse a describirlas)
8
2.4 Crisis tónicas.
3. Crisis no clasificadas.
1. Inicio generalizado
1.2 Ausencias
típicas, atípicas, ausencias con mioclonías.
2.1 Focales
2.1.1 Neocorticales
a. Sin propagación
9
b. Con propagación
i. A la neocorteza
ii. A áreas límbicas (incluye crisis gelásticas)
2.2 Con generalización secundaria (se prefiere el término focales que generalizan)
3. Crisis Neonatales (ILAE 2010 elimina estas crisis como categoría aparte y
considera que pueden clasificarse en los otros grupos)
10
Crisis focales
Las crisis focales simples surgen de un área anatómica restringida, por lo tanto su
correlación clínica es variable y dependerá de la función que desempeñe dicha
área cortical. Este tipo de crisis se caracteriza por una duración corta (50
segundos, usualmente, rara vez mayor de dos minutos). La mayoría de las veces
las manifestaciones serán motoras, frecuentemente tónicas o clónicas, las cuales
pueden comprometer solo un segmento corporal o bien pueden propagarse a
otros segmentos corporales de acuerdo a la localización somatotópica (homúnculo
motor) en la corteza cerebral, este fenómeno se conoce como Marcha
Jacksoniana.
Las crisis parciales complejas pueden iniciar con fenómenos focales simples y
posteriormente comprometer la conciencia, o esta puede estar comprometida
desde el principio. La gran mayoría surgen del lóbulo temporal, en cuyo caso los
11
automatismos serán más frecuentemente orales y de movimientos distales de las
extremidades, o pueden surgir del lóbulo frontal, en cuyo caso los automatismos
tenderán a ser hipermotores e hiperquinéticos, caracterizados por movimientos
axiales y de las extremidades bilaterales con vocalizaciones.
Crisis Generalizadas
Ausencias típicas
12
Las crisis de ausencias se ven en síndromes epilépticos clásicamente definidos,
como la epilepsia de ausencias infantiles (picnolepsia), en donde las crisis se
pueden presentar hasta cientos de veces durante el día; en ausencias juveniles,
que se presentan más esporádicamente o en la epilepsia mioclónica juvenil, sobre
las cuales hablaremos más adelante en el contenido del curso.
Ausencias atípicas
Crisis mioclónicas
Crisis Tónicas
13
Crisis Tónico Clónico Generalizadas
Antiguamente descritas como crisis de Gran mal o “Grand Mal”, se trata de crisis
de inicio agudo, sin aura focal, (aunque a veces los pacientes pueden describir
síntomas inespecíficos tales como irritabilidad, cefalea, mareo o cambios en el
estado de ánimo), de movimientos bilaterales que inician con pérdida de
conciencia, supradesviación de la mirada, midriasis, postura tónica axial y de las
extremidades con caída al suelo, sonidos guturales (provocados por la contracción
tónica de los músculos de la respiración y la laringe), sialorrea y cianosis, por
aproximadamente 15 segundos, que alterna con movimientos clónicos en
extremidades, ganando en amplitud a medida que disminuyen en frecuencia, por
aproximadamente 1 a 2 minutos. Puede presentarse incontinencia urinaria por
compromiso del esfínter vesical. Hay recuperación de la conciencia en minutos,
pero con confusión y somnolencia que pueden durar varias horas.
Se refieren a una pérdida súbita del tono postural, de muy corta duración (en
promedio menor a dos segundos), que según su severidad pueden provocar
caídas (drop attacks) con el grave riesgo de lesiones traumáticas. Usualmente
hay una rápida recuperación del estado de conciencia, sin confusión o
somnolencia.
Espasmos epilépticos
14
Lección 6. Eje 3 Síndromes epilépticos
Andres Paipa
Xiomara García Orjuela
Los síndromes sintomáticos son aquellos en los que existe una causa evidente no
genética. La comisión ILAE 2010, considera el término ‘sintomático’ poco
descriptivo y sugiere que debe ser sustituido por ‘estructural’ o ‘metabólico’ de
acuerdo a la causa presunta. Ejemplos son epilepsias secundarias a: trauma
craneoencefálico, enfermedad cerebrovascular, neuroinfección, uremia, falla
hepática, hipoxia cerebral, etc.
Los síndromes criptogénicos son aquellos en los que se sospecha una lesión
estructural de etiología estructural o metabólica (sintomática), pero en quienes no
es posible identificar la lesión con nuestros medios diagnósticos actuales. Por ello
se prefiere denominar a este grupo como epilepsias probablemente sintomáticas.
La comisión ILAE 2010 sustituye el término criptogénico por ‘origen desconocido’.
15
La clasificación de las epilepsias se encuentra en constante evolución, y a medida
que se obtiene más información, nuevos síndromes son incluidos, refinados o
sustituidos. Para el lector no especializado bastará con comprender los
lineamientos generales previamente descritos así como las características
generales de los síndromes más frecuentemente encontrados en los pacientes
adultos, los cuales enumeramos a continuación.
Autonómica dominante, asociada con mutaciones del gen LGl1, se presenta con
crisis focales originadas en el lóbulo temporal lateral que pueden o no generalizar,
y se caracterizan por auras auditivas (tinitus).
Las crisis emergen de la corteza mesial del lóbulo temporal, las cuales se pueden
observar en un EEG de superficie como actividad delta o theta (enlentecimiento)
en electrodos temporales, con descargas de puntas u ondas agudas.
La patología usualmente se relaciona con daño a nivel del giro dentado de la
corteza hipocampal, con daño en las capas CA (Cornu Ammonis) 1, 3 y 4,
resultantes en atrofia, la cual se puede evidenciar en cortes coronales de RNM
como disminución del tamaño hipocampal, pérdida de la arquitectura interna del
mismo, con hiperintensidad en los cortes de T2 y FLAIR (fluid attenuated inversion
recovery, una de las secuencias de resonancia magnética cerebral).
La epilepsia mesial temporal es característica por su progresiva resistencia a los
antiepilépticos y su buena respuesta al manejo quirúrgico con resecciones a nivel
del lóbulo temporal anterior, la amígdala y el hipocampo, las cuales resultan en
una notoria disminución en el requerimiento de antiepilépticos para el control de
las crisis o inclusive en algunos casos constituye el tratamiento definitivo.
16
hipermotoras, y que ocurren durante la fase inicial del sueño no REM (rapid eye
movements).
Epilepsia con crisis tónico clónicas generalizadas al despertar (Gran Mal del
despertar)
Se trata de otro de los fenotipos posibles dentro del continuo de las epilepsias
idiopáticas generalizadas. En esta, las crisis tónico-clónicas generalizadas son las
17
crisis predominantes, perdiendo peso las ausencias y las mioclonías en pacientes
adolescentes y adultos jóvenes por lo demás sanos. Al igual que las epilepsias
anteriormente descritas la respuesta a la medicación es excelente sin perder de
vista el riesgo de recurrencia con su suspensión.
1. Focales o Parciales
1.1 Idiopáticos:
Epilepsia benigna de la infancia con puntas centrotemporales
Epilepsia de la infancia con paroxismos occipitales
Epilepsia primaria de la lectura
1.3 Sintomáticos:
Epilepsia Mesial Temporal con esclerosis hipocampal
Epilepsia del lóbulo temporal autosómica dominante
Epilepsia autosómica dominante nocturna del lóbulo frontal
Epilepsias focales sintomáticas (temporal, frontal, occipital, parietal)
Epilepsia parcial contínua crónica progresiva de la infancia
18
2. Generalizadas:
2.1 Idiopática
2.3 Sintomáticas:
3. Epilepsias indeterminadas:
Crisis neonatales
Epilepsia mioclónica severa de la infancia
Epilepsia con punta onda continua en sueño profundo
Afasia epiléptica adquirida (Landau-Kleffner)
19
Lección 7. Eje 4 Etiología
Andrés Paipa
Xiomara García Orjuela
20
vasculares, enfermedades neurodegenerativas, condiciones metabólicas
congénitas y adquiridas (9).
Lipofuscionosis ceroide.
Sialidosis.
Enfermedad de Lafora.
Enfermedad de Unverricht-Lundborg.
Distrofia neuroaxonal.
Epilepsia mioclónica con fibras rojas rasgadas.
Atrofia dentorubropalidolusiana.
Otras.
2. Síndromes Neurocutáneos:
Lisencefalia aislada.
Síndrome de Miller-Dicker.
Lisencefalia ligada al X.
Bandas subcorticales de heterotopias.
Heterotopias nodulares periventriculares.
Heterotopia focal.
Hemimegalencefalia.
Síndrome perisilviano bilateral.
Polimiocrogiria unilateral.
Esquizencefalia.
Displasia cortical focal o multifocal.
Microdisgenesias.
21
4. Otras malformaciones cerebrales:
Síndrome de Aicardi.
Síndrome PEHO.
Sindrome acrocallosal.
Otras.
5. Tumores:
6. Anormalidades cromosómicas:
Síndrome X frágil.
Síndrome de Angelman.
Síndrome de Rett.
Otras.
Hiperglicinemia no cetósica.
Acidemia D-glicérica.
Acidemia propiónica.
Deficiencia de sulfato-oxidasa.
Deficiencia de fructosa 1-6 difosfatasa.
Otras acidurias orgánicas.
Dependencia de piridoxina.
Aminoacidopatias (enfermedad de jarabe de arce, fenilcetonuria, otras).
Alteraciones del ciclo de la urea.
Alteraciones del metabolismo de los carbohidratos.
22
Alteraciones del metabolismo de la biotina.
Alteraciones del metabolismo del acido fólico y vitamina B12.
Enfermedad de Menkes.
Trastornos de glucógeno.
Enfermedad de Krabbe.
Deficiencia de fumarasa.
Trastornos peroxisomales.
Síndrome de San Filippo.
Enfermedades mitocondriales (deficiencia de piruvato deshidrogenasa, defectos
en la cadena respiratoria, Melas: encefalopatía mitocondrial, acidosis láctica y
síntomas de pequeños infartos).
Porencefalia.
Leucomalacia periventricular.
Microcefalia.
Calcificaciones cerebrales y otras lesiones por
toxoplasmosis, enfermedad cerebrovascular, virus de
inmunodeficiencia humana, etc.
Neurocisticercosis.
Encefalitis herpética.
Meningitis bacteriana.
Meningitis tuberculosa.
Otras.
Trauma craneoencefálico.
Abuso de drogas y alcohol.
Síndromes de abstinencia.
ACV (ataque cerebrovascular).
Otros.
12. Misceláneos:
23
Enfermedad de Alzheimer.
Enfermedad de Huntington.
Enfermedad de Apert.
Neuroacantocitosis .
En los adultos mayores el ACV es de lejos la etiología más frecuente, seguida del
trauma craneoencefálico, las neoplasias y los trastornos neurodegenerativos.
Andrés Paipa
El manejo adecuado del paciente con epilepsia debe ir mucho más allá del simple
control de las crisis. El paciente con epilepsia es ante todo un individuo
multidimensional, con una esfera biológica, una esfera psíquica y una esfera
social. La condición de padecer epilepsia afecta todos y cada uno de los aspectos
de la vida: el trabajo, las relaciones interpersonales, la familia, la educación, el
autocuidado, el ocio, el deporte etc.
24
CAPITULO 2
EPIDEMIOLOGIA DE LA EPILEPSIA
Andrés Paipa
Xiomara García Orjuela
Incidencia y prevalencia
25
Ngugi y colaboradores publicaron un meta-análisis en 2011, cuyo poder
estadístico permite concluir que existe mayor prevalencia de epilepsia en los
países clasificados como de medio y bajo ingreso en relación a los de alto ingreso
económico, con una proporción de 2:1 (13).
Un estudio clásico realizado en Rochester, Minnesota, entre los años 1935 a 1984
mostró una incidencia de primera crisis no provocada de 61 casos x 100.000
habitantes, una segunda crisis no provocada de 44 x 100.000 habitantes. Las
crisis agudamente sintomáticas alcanzaron una incidencia de 35 x 100.000
habitantes. Estas incidencias eran significativamente mayores en una distribución
bimodal respecto a la edad, siendo más frecuentes en la infancia (0-14 años) y en
los mayores de 65 años. Lo anterior se explica por la alta incidencia de crisis
agudamente sintomáticas en el período neonatal por causas metabólicas o
infecciosas, y en la tercera edad por el pico de enfermedad cerebrovascular. En
este mismo estudio se estimó una prevalencia de 6.8 casos por cada 1.000
habitantes, la cual cambiaba igualmente según la edad, alcanzando un máximo de
15 x 1.000 en los mayores de 75 años. Del total de la población con epilepsia,
aproximadamente el 50% tuvo inicio de la enfermedad antes de los 20 años de
edad (14).
En cuanto al tipo de crisis se sabe que en los primeros años de vida existe
predominio de las crisis generalizadas, el cual se equipara con las crisis focales
durante la adolescencia y la vida adulta. En la tercera edad y debido a la
incidencia de enfermedad neoplásica y cerebrovascular, no sorprende que las
crisis que predominan sean las de inicio focal. La semiología ictal reflejara lo
previamente descrito. En los niños y adolescentes las crisis predominantes son
26
crisis de ausencia, tónico clónico generalizadas, mioclonías y atonías, mientras
que en los adultos y en los ancianos con mucha mayor frecuencia se encuentran
crisis focales simples y focales que generalizan.
Las crisis que se presentan por primera vez variaran en su etiología igualmente
según el grupo de edad. En la infancia el predominio será síndromes y etiología
idiopática seguidas de secuelas de noxas perinatales y malformaciones del
desarrollo cortical. Alrededor de dos terceras partes de las epilepsias que inician
después de los 65 años tendrán como origen la enfermedad cerebrovascular.
Hasta en un 20 % de los casos no es posible establecer un diagnóstico
sindromático específico (13).
Los resultados de los diferentes estudios sobre los factores de riesgo para sufrir
lesiones son diversos, pero cuando se hacen análisis multivariados se encuentra
consistentemente que el tipo de crisis (tónico-clónicas generalizadas), su duración
y frecuencia son factores determinantes al respecto (17).
27
Mortalidad
Andrés Paipa
Xiomara García Orjuela
28
for Measuring the Prevalence of Neurological Disorders in Developing Countries
(18).
Eslava Cobos y Vélez encontraron una prevalencia de 11.3 x 1000 habitantes. Las
crisis focales predominaron con un 64%, 11% de crisis focales simples, 13%
focales complejas y 40% focales que generalizan. Las crisis generalizadas se
presentaron en un 34% de los pacientes, siendo las más frecuentes las crisis
tónico- clónicas generalizadas con el 18%, seguidas de lejos por las ausencias, las
mioclonías y las crisis tónicas y clónicas(20).
29
En cuanto a la clasificación por síndromes es importante destacar que el 80% de
los síndromes identificados fueron de inicio focal, 40% probablemente
sintomáticos. Los síndromes generalizados apenas representaron el 20% de los
casos, siendo la epilepsia mioclónica juvenil el tipo más frecuentemente
diagnosticado.
Más de la mitad de las crisis se presentan por primera vez antes de los 15 años,
en concordancia con lo expuesto en la literatura internacional. Los
electroencefalogramas convencionales fueron negativos en más de la mitad de los
casos. Las neuroimágenes, que no se realizaron en todos los pacientes, fueron
positivas para patología en el 58% de los casos (27).
En general los datos que aportó el estudio mostraron prevalencias similares a las
de otros países en vías de desarrollo en la región. Si bien este estudio no es
comparable con los estudios previos, si llama la atención la reducción en la
prevalencia general de epilepsia en Colombia en las últimas décadas, dato que,
aunque positivo, se encuentra todavía dos veces por encima de la prevalencia
esperada en países desarrollados.
30
CAPITULO 3
AYUDAS DIAGNOSTICAS
Alejandro Méndez
Xiomara García Orjuela
Resonancia magnética
31
evidente, en términos de sensibilidad y especificidad, en la determinación de la
etiología de la epilepsia tanto en niños como en adultos. Las anormalidades más
comúnmente identificadas son esclerosis hipocampal, malformaciones del
desarrollo cortical, malformaciones vasculares, tumores y daños corticales
adquiridos (30).
El SPECT no está indicado para todos los pacientes con epilepsia pero tiene un
papel importante en pacientes con epilepsia refractaria y que son candidatos para
cirugía de epilepsia. El SPECT tiene mayor disponibilidad y menor costo que el
PET.
32
complementarias, en los casos de localización no concluyente con vídeo-EEG y
RM (31). El elevado precio y la escasa disponibilidad en la actualidad de los
equipos de PET, así como la complejidad organizativa y de rapidez en la
obtención de la SPECT ictal, son sus inconvenientes fundamentales.
Este método ha sido aplicado para el mapeo de áreas funcionales tales como
corteza visual, motora y de lenguaje previo a cirugía craneal. La utilidad clínica de
tales mapas es la localización funcional previa a la cirugía en estas regiones para
tumores o resección de focos epileptogenos, minimizando el riesgo de lesión en
áreas elocuentes, y la posterior discapacidad. La RMf es particularmente útil
cuando las estructuras anatómicas están distorsionadas por efecto de masa,
haciendo difícil localizar con certeza el surco central.
Magnetoencefalografía (MEG)
Sin embargo, varios estudios han demostrado limitaciones del MEG para detectar
descargas originadas en el lóbulo temporal, dada la localización anatómica relativa
del hipocampo con respecto a los sensores.
33
Espectroscopia de resonancia magnética (RMe)
La RMe es más sensible que la RM en detectar anormalidades y así puede ser útil
cuando la RM sea normal.
En la práctica diaria
34
Evidencia de déficit focal progresivo en la evaluación neurológica y
neuropsicológica.
Dificultad en obtener el control de las crisis con medicación de primera
línea.
Descontrol de crisis a pesar de una adecuada farmacoterapia o cambios en
el patrón de presentación de las crisis (34).
Crisis generalizadas en los primeros años de vida o en la adultez.
Evidencia de crisis focales por clínica o EEG.
Lección 2. Electroencefalografía
Alejandro Méndez
Xiomara García Orjuela
35
Utilidad del EEG en epilepsia
36
epiléptico, la frecuencia de aparición de crisis, el tiempo transcurrido luego de una
crisis, el sueño, las variaciones circadianas y medicamentos que disminuyan el
umbral convulsivo, influyen en la probabilidad de observar o no actividad
epileptiforme.
Cerca del 50% de los pacientes con epilepsia muestran actividad epileptiforme en
el primer EEG, sin embargo el rendimiento de la prueba puede aumentarse con el
número de registros (más de 4 en adultos) y el uso de estudios de sueño. La
combinación de vigilia y sueño da un rendimiento del 80% en pacientes con
epilepsia confirmada. Dicha inducción del sueño se puede lograr por
medicamentos o por deprivación del mismo, sin embargo es difícil establecer si la
segunda forma tiene un valor adicional sobre la primera, aunque hay alguna
evidencia que la deprivación activa la actividad epileptiforme en epilepsias
idiopáticas generalizadas.
37
ondas es similar, simétricas en amplitud y presentan un porcentaje regular de
repetición.
La morfología del patrón ictal generalizado a menudo se correlaciona con un
determinado tipo de crisis que no se presenta en el patrón focal, ya que esta
depende de la localización neuroanatómica, mientras que la clínica de la
epilepsias primarias generalizadas depende del patrón asociado a ellas (punta
onda lenta a 3 Hz en ausencias o punta onda lenta 1,5-2 Hz en el síndrome de
Lennox Gastaut)
Durante el sueño, este patrón puede ser sustituido por complejos de polipuntas
separados entre sí por actividad lenta de baja amplitud. Siempre que se observe
una descarga de patrón punta onda lenta a 3 Hz se debe verificar si hay
compromiso de la conciencia para considerarla ictal. La presencia o ausencia y la
duración de las descargas interictales de punta onda a 3 Hz, en pacientes con
ausencias, puede usarse como una medida de la eficacia del tratamiento.
Este tipo de descarga es menos rítmica y tiene una frecuencia de repetición mayor
de 3 Hz y se presenta como descarga de punta onda o polipuntas onda. La
frecuencia de repetición de las puntas varía dentro de la misma descarga o entre
descargas diferentes. El patrón generalizado de punta onda a 4-6 Hz de máximo
anterior se asocia a crisis generalizadas tónico-clónicas y, cuando hay presencia
de polipuntas, a epilepsia mioclónica juvenil; sin embargo, en estos registros
pueden presentarse otros patrones generalizados como el de punta onda 3 Hz en
asocio con ausencias.
38
Actividad ictal (actividad rápida paroxística)
Actividad a 10 o más Hz
39
misma significancia, sin embargo, presentan algunas características:
La actividad epileptiforme debe ser claramente paroxística y alterar el ritmo de
base del registro; no actividad normal de mayor amplitud y características agudas.
El descenso es más inclinado, tiene mayor duración y amplitud que el ascenso.
Una punta onda o una onda aguda no epileptiforme puede tener carga negativa,
como las ondas del vértex que, en ocasiones, son de amplitud alta y repetitiva
pero con forma simétrica. Alteran la actividad de fondo del trazado lo que las
diferencian de ondas normales que, algunas veces tienen un contorno agudo.
Con frecuencia, la actividad epileptiforme se precede o se continúa de una onda
lenta con mayor duración que la actividad de fondo del registro, usualmente 2-4 Hz
(36).
La punta o la onda debe comprometer dos o más electrodos, una actividad
confinada a un solo electrodo puede corresponder a un artificio.
Epilepsia frontal
40
como: amplia extensión del lóbulo frontal, no accesibilidad de los electrodos de
superficie a gran parte del lóbulo frontal, rápida propagación de las crisis dentro y
fuera del lóbulo frontal, facilidad de generalización secundaria en forma rápida,
focos epileptogénicos bilaterales.
Los hallazgos EEG pueden variar desde trazado normal hasta lentificación difusa,
descargas en localizaciones diferentes a la región parietal o actividad epileptiforme
centro-parietal. Las descargas de localización parietal o centro-parietal se
presentan sólo en 5 a 20% de los casos.
41
Papel de la neurofisiología en pacientes para cirugía de epilepsia
42
CAPITULO 4
MANEJO FARMACOLOGICO
Lección 1. Historia
Andrés Paipa
Xiomara García Orjuela
43
impotencia, pérdida de concentración, somnolencia diurna, confusión, cefalea,
arreflexia, temblor, ataxia, paresias, edemas, delirio, agresividad, sicosis que
aparecían con un índice terapéutico mucho más estrecho de lo que podríamos
denominar como aceptable hoy en día. El bromuro es usado en nuestros días
únicamente en veterinaria.
44
La aparición de nuevos antiepilépticos continuará en el futuro inmediato, y es
responsabilidad del neurólogo y del médico general tener un conocimiento
adecuado de estas sustancias, así como las bases racionales, dictadas por el
ejercicio juicioso del criterio clínico y de las herramientas de la medicina basada en
la evidencia para beneficio de los pacientes con epilepsia, que disponen de más
opciones de tratamiento.
Andrés Paipa
Xiomara García Orjuela
Antiepilépticos clásicos
Fenobarbital
45
Fenitoína
Fosfenitoína
Carbamazepina
46
Primidona
Etosuccimida
Ácido Valproico
Nuevos antiepilépticos
Gabapentin
47
séricas por lo que tiene mínimas interacciones con otros medicamentos. Dosis: 50
mg/ /kg día. Presentación: cápsulas y tabletas de 300 y 400 mg. Efectos adversos:
sedación, fatiga, aumento de peso leve, ataxia, cambios del comportamiento
(niños). No se han descrito reacciones serias hasta el momento.
Felbamato
Lamotrigina
Uno de los más populares y con mejor evidencia para su uso. Se cree que actúa a
través del bloqueo de canales de sodio, aprobado por la FDA como terapia
adyuvante en crisis generalizadas tónico-clónicas, crisis focales complejas, focales
simples y con generalización y en Síndrome de Lennox- Gastaut. También puede
ser usado en ausencias aunque con menor evidencia. Se encuentra aprobado en
las guías de la AAN con grado A de evidencia. Se ha observado que puede
incrementar las crisis mioclónicas, aunque se ha usado en epilepsia mioclónica
juvenil con buenos resultados. Su metabolismo se inhibe si se usa en conjunto con
el ácido valpróico, y se induce con el uso de anticonceptivos orales y durante la
gestación. También está aprobada en trastorno afectivo bipolar. Efectos adversos:
Temblor, cefalea, insomnio, tics (en niños), Síndrome de Stevens Johnson (en
especial combinado con ácido valproico), falla hepática, falla renal, se debe
suspender si se desarrolla “rash” cutáneo. Presentación: tabletas de 25, 50 y 100
mg, Dosis 25 mg inicialmente luego aumentar en 50 mg cada semana. Dosis
máxima 300 mg/día.
Topiramato:
48
CYP2C19 y CYP3A4, por lo que puede incrementar los niveles de fenitoína,
también se encuentra aprobado para la profilaxis de la migraña. También se usa
como estabilizador del ánimo, para perder peso, en alcoholismo, bulimia,
tabaquismo, cefalea en salvas, dolor neuropático e hiperhidrosis. Sus efectos
adversos incluyen deterioro cognitivo, dificultad para encontrar palabras,
somnolencia, fatiga, pérdida de peso, mareo, hipohidrosis en niños, sinusitis,
cálculos renales, glaucoma y falla hepática. Disminuye la eficacia de los
anticonceptivos orales si se da a dosis altas. Presentación: tabletas de 15, 25, 50,
100 y 200 mg. Dosis 100- 200 mg/día, dosis máxima de 1000 mg/ día.
Tiagabina
Levetiracetam
De los más utilizados y populares entre los nuevos antiepilépticos por sus escasas
interacciones y baja frecuencia de efectos adversos. Se cree que actúa a través
de la unión con la proteína sináptica SV2A. Aprobado por la FDA como terapia
adyuvante en epilepsia mioclónica juvenil, crisis generalizadas y focales, sin
embargo aún no está incluida en las guías de AAN como monoterapia. Algunos
estudios sugieren que puede ser tan efectivo como la carbamazepina en
epilepsias focales. Su metabolismo es renal con un mínimo metabolismo hepático,
no se conocen interacciones con otros medicamentos, existe presentación
intravenosa y actualmente se llevan a cabo estudios de eficacia en estatus
epiléptico. Efectos secundarios: mareo, irritabilidad, somnolencia, astenia, cefalea,
cambios conductuales. No se han descrito reacciones idiosincráticas.
Presentación: tabletas de 500 y 1000 mg. Dosis: 1000-4000 mg/ día en dos dosis.
Ampollas de 500mg.
Oxcarbazepina
49
metabolismo es hepático y es pobre inductor de enzimas hepáticas. Efectos
adversos somnolencia, mareo, cefalea, ataxia, náusea, vómito, diplopía, visión
borrosa, vértigo y temblor, hiponatremia en ancianos. Se han descrito reacciones
idiosincráticas tipo Stevens Johnson. Disminuye los niveles estrogénicos de los
anticonceptivos orales. Presentación: tabletas de 300 y 600 mg. Dosis: 150 a 300
mg dos veces al día, aumentándola hasta 1200 a 2400 mg/día en tres dosis.
Zonisamida
Bloquea canales de sodio. Aprobado por la FDA para crisis focales. Metabolismo
hepático que se incrementa por la fenitoína y la carbamazepina. Efectos adversos:
astenia, mareo, somnolencia, anorexia, fotosensibilidad, síndrome de Stevens
Johnson, anemia aplástica. Puede producir cálculos renales como el topiramato
por su acción sobre la anhidrasa carbónica, e hipohidrosis en niños. Presentación:
tabletas de 25, 100 y 200mg. Dosis diaria 100- 200 mg.
Pregabalina
Vigabatrin
50
casos severas. Por lo tanto se requiere una estrecha observación y seguimiento.
Presentación: tabletas de 500 mg.
Lacosamida
Lección 3. Tratamiento
Andres Paipa
Xiomara García Orjuela
51
En este capítulo nos centraremos en el manejo farmacológico, teniendo en cuenta
las recomendaciones de la medicina basada en la evidencia, y guiándonos en
buena medida en las guías de la Asociación Americana de Neurología del año
2007, las guías de manejo de la epilepsia de escocia (Scottish Intercollegiate
Guidelines Network SIGN) de 2004 revisadas en 2007. Sin embargo, antes de
iniciar, es bueno hacer algunas consideraciones generales. La primera
recomendación es recordar en todo momento, que la información incluida en guías
de tratamiento y ensayos clínicos es en muchas ocasiones parcial, ya que se
encuentra sesgada por el apoyo e interés comercial que existe sobre los diversos
fármacos; como segunda recomendación, recordar que debido a lo infrecuente de
algunas entidades, y a la dificultad para realizar ensayos clínicos de buena
calidad, muchas de las recomendaciones de tratamiento se basan en la
clasificación de crisis focales y generalizadas, por lo que es difícil encontrar
información sobre la evidencia de un tratamiento en un síndrome en particular, por
ejemplo, frecuentemente se agrupa a la epilepsia focal como un solo grupo a
pesar de que sabemos que en realidad se trata de pacientes con síndromes
heterogéneos con respuestas variables a diferentes antiepilépticos; además, no
existe evidencia disponible para todas las recomendaciones, por lo que
frecuentemente deben incluirse recomendaciones basadas en consensos y en
opiniones de expertos.
Desde hace mucho tiempo existe la polémica sobre cuál es el momento en el que
se debe iniciar el tratamiento farmacológico. La primera consideración se hace en
algunas situaciones clínicas específicas como las convulsiones agudas
relacionadas con neurocirugía, ACV, trauma, neuroinfección. Hasta el momento
no existe ninguna evidencia que demuestre que el uso sistemático de fármacos
disminuya el riesgo a largo plazo de epilepsia (hablamos más correctamente de
fármacos "anticonvulsivantes" en vez de ‘antiepilépticos). En neurocirugía y
trauma está aceptado el uso inicial preventivo a corto plazo en el período crítico de
una a dos semanas, pero una vez se termina este período, el fármaco debe ser
retirado.
52
no se encontraban factores de riesgo tales como actividad epileptiforme en el
EEG, o una lesión estructural en neuroimagen, el riesgo de recurrencia es de
aproximadamente un 25%, y que aun con estos factores de riesgo la recurrencia
llega solo al 40%. Dicho lo anterior, en este ensayo clínico se incluyeron 1443
pacientes en dos grupos; un primer grupo recibió carbamazepina o ácido valproico
desde la primera crisis, y un segundo grupo solo recibió tratamiento luego de la
segunda crisis. Aunque inicialmente se observó que el tratamiento disminuía el
riesgo de recurrencia entre un 30 a 60%, este efecto se perdió luego de tres a
cinco años de seguimiento. Nuestra recomendación es iniciar tratamiento en
aquellos pacientes en los que se presentan factores de riesgo que hacen probable
la recurrencia de crisis aún desde el primer episodio, siempre teniendo en cuenta
la relación riesgo beneficio. Las recomendaciones emitidas por SIGN (Scottish
Intercollegiate Guidelines Network) a este respecto, son categoría C y son:
53
topiramato igual de efectivo, pero con efectos adversos más frecuentes.
Igualmente, al comparar a carbamazepina, lamotrigina, gabapentina,
oxcarbazepina y topiramato se encontró que la lamotrigina fue tan efectiva como la
carbamazepina para el control a largo plazo de las crisis con un mucho mejor perfil
de efectos adversos, por lo que se convierte en una alternativa muy interesante
para ese tipo de crisis. Posterior a estos estudios y de manera reciente se han
publicado estudios promisorios sobre el levetiracetam en diversas situaciones
clínicas (focales, generalizadas, epilepsia mioclónica juvenil) que hacen que este
medicamento, además de su buen perfil de efectos adversos y bajas
interacciones, constituya una alternativa muy interesante en el mediano plazo.
Epilepsia refractaria
Consideraciones especiales
Como vimos en el capítulo anterior, cada uno de los antiepilépticos tiene una serie
de características, con los cuales debemos familiarizarnos antes de su
prescripción (47, 48). En términos generales se recomienda que los pacientes que
reciben fármacos inductores enzimáticos reciban suplementación con vitamina D y
Calcio (hombres y mujeres) con un seguimiento periódico de densitometrías óseas
por el riesgo de osteopenia y osteoporosis en particular con el uso de fenitoina.
54
Los pacientes ancianos se presentan frecuentemente con múltiples
comorbilidades que hacen retador su tratamiento. Se requiere de ajuste de
dosificación con los medicamentos de excreción hepática (acido valproico,
fenitoína, fenobarbital, carbamazepina) en aquellos pacientes con disfunción
hepática. Igualmente recordar la frecuente asociación del topiramato y la
zonisamida con cálculos renales y la hiponatremia asociada con la oxcarbazepina
y la carbamazepina.
55
CAPITULO 5
ESTATUS EPILEPTICUS
56
El estatus refractario ocurre en aproximadamente el 30% de los pacientes con
estatus y se asocia a tiempos prolongados de hospitalización y discapacidad
funcional. No existe tampoco consenso respecto al concepto de estatus
refractario. Se habla de falla en la respuesta a 2 o 3 medicaciones, con una
duración mínima de 1 a 2 horas. El estatus no convulsivo y las crisis focales
motoras son factores de riesgo para desarrollar estatus refractario
Es frecuente que los pacientes que llegan después de haber tenido una crisis
convulsiva sean tratados como si se encontraran en estatus y hay muchas dudas
sobre el procedimiento a seguir, la evaluación y la necesidad de continuar
medicamentos anticonvulsivantes a largo plazo. Esta guía busca aclarar ciertos
interrogantes sobre cómo debe ser el estudio y manejo de los pacientes que se
presentan con crisis en el servicio de urgencias, bien sea que estén o no en
estatus.
57
Las recomendaciones de la presente guía están basadas en la clasificación de la
literatura en niveles de evidencia, dependiendo de la calidad de la evidencia que
las respalde, de la siguiente manera:
Nivel de evidencia:
Grados de recomendación:
58
completo como en cualquier otra condición, que nos permita determinar si se trata
de la primera crisis en su vida o no, e identificar factores de riesgo y posibles
desencadenantes. Sin embargo, muchos pacientes son encontrados en vía
pública, y no se cuenta con la posibilidad de lograr la anamnesis en forma
oportuna.
Si, por lo contrario, se trata de la primera crisis en la vida del paciente, se plantea
el interrogante de cuáles exámenes de laboratorio deben ser solicitados. El
objetivo principal al enfocar este tipo de pacientes debe ser determinar si se trata
de un evento agudo que requiera intervención inmediata. En la mayoría de los
casos la historia y el examen físico predecirán qué pacientes tendrán alteraciones
en los estudios complementarios; los individuos con alteración de la conciencia,
algún déficit focal, fiebre o signos meníngeos requerirán estudios adicionales. En
los pacientes con examen neurológico normal que se presentan después de haber
tenido una crisis hay controversia sobre si debe realizárseles o no estudios
complementarios.
59
estudios adicionales y condicionar la elección del tratamiento anticonvulsivante
que se vaya a utilizar (58).
La siguiente pregunta es cuáles de estos pacientes con una primera crisis deben
ser hospitalizados y cuáles deben recibir tratamiento. Sabemos que los mejores
60
predictores de recurrencia de crisis son la etiología de ellas y los hallazgos
electroencefalográficos. El riesgo de recurrencia es mayor (65%) en aquellos
pacientes con lesiones estructurales en la TAC o en aquellos con crisis focales
con generalización secundaria. Este es el grupo de pacientes en el que está
indicado iniciar tratamiento anticonvulsivante. La elección del medicamento
dependerá del diagnóstico definitivo, del tipo de crisis, de la edad y de la
presencia de comorbilidades.
Los pacientes cuyo examen neurológico es normal podrán ser dados de alta y
seguidos por la consulta externa. Si no se encuentra anormalidad estructural, no
hay comorbilidades ni alteraciones en el examen clínico no hay necesidad de
iniciar tratamiento antiepiléptico (recomendación C).
61
urgencias. Es indispensable en el estudio de pacientes que no responden al
tratamiento, en el diagnóstico del estatus no convulsivo y para evaluar la
respuesta al tratamiento en pacientes bajo anestesia por estatus refractario.
Hay múltiples protocolos disponibles, se hace una propuesta del tratamiento del
estatus basada en la evidencia disponible.
62
Tanto el diazepam como el lorazepam pueden ser dados por vía rectal, otra
opción es la inyección intramuscular de midazolam.
63
depresión respiratoria e hipotensión. El efecto respiratorio es de mayor grado
cuando se usa después de la administración de una benzodiazepina.
64
0 min. Verificar el diagnóstico por observación directa de una crisis y persistencia
del compromiso de conciencia o por observación de una crisis mayor de 5
minutos.
30 min. Si continúan las crisis administrar 5 mg/kg más de fenitoína (máximo total
de 30 mg/kg). Si las crisis persisten o si el paciente ha venido en tratamiento con
este medicamento, se propone la utilización de ácido valproico IV en dosis de 10-
15 mg/kg/día; tasa de infusión menor a 20 mg/min; dosis de carga de 15-20 mg/kg
a 1.5-3 mg/kg/min.
90 min. Si persisten las crisis, iniciar coma barbitúrico o anestesia general con
halotano o isoflurano. Para el coma barbitúrico administrar tiopental sódico 5 a 7
mg/kg iniciales y continuar con una infusión de 2 a 3 mg/kg/hora. Si las crisis no
65
paran pueden administrarse cargas adicionales de 3 mg/kg de tiopental. También
puede utilizarse pentobarbital, la dosis de carga es de 5-15 mg/kg en una hora,
seguida por una infusión de de 0.5 mg/Kg/hora vía IV que se titula hasta lograr la
detención de las crisis, con dosis máxima de 3 - 5 mg/Kg/hora. Otra opción es la
administración de propofol, un bolo inicial de 3-5 mg/Kg seguidos por una infusión
continua de 1-15 mg/kg/hora.
Tratamiento posterior
66
CAPITULO 6
CONSIDERACIONES ESPECIALES
El clínico debe tener en cuenta ciertos aspectos propios del género femenino
cuando se dispone a tratar una mujer con epilepsia. Hay ciertos tópicos
inherentes a la condición femenina relacionados con su rol en la reproducción, la
menstruación y la menopausia, que constituyen un factor fundamental a tener en
cuenta para el manejo integral de este grupo de pacientes, incluyendo el ámbito
farmacológico. Alrededor de la mitad de los pacientes con epilepsia son mujeres.
La epilepsia afecta 3 a 4 por 1000 mujeres en embarazo y a 1 de cada 300
mujeres en edad fértil. Está demostrado que las mujeres con epilepsia tienen
mayor frecuencia de disminución de la líbido, no asociada a depresión. La
presencia de ovario poliquístico es 4 veces mayor a la población general, y se
encuentra relacionada con las medicaciones anticonvulsivantes, principalmente el
ácido valproico (70).
Anticoncepción
67
estrógenos y progestágenos en un 50% o más.
Cuando se utiliza lamotrigina en monoterapia junto con anticonceptivos
hormonales combinados, es decir que contienen estrógenos y progestágenos, los
niveles de la lamotrigina pueden disminuir en un 40 – 60%, existiendo una
interacción impredecible en los niveles de ambas medicaciones, por lo tanto
dichas pacientes pueden experimentar metrorragia, y aunque no hay un estudio
que demuestre que disminuye la eficacia anticonceptiva, es preferible no iniciar
anticonceptivos combinados en pacientes que reciben lamotrigina en monoterapia.
No hay ninguna contraindicación para el uso de lamotrigina con anticonceptivos de
solo progestágenos (72, 73). (Ver tabla 1)
Oxcarbazepina Acetazolamida
Fenobarbital Levetiracetam
Primidona Gabapentin
Fenitoína Tiagabina
Topiramato Vigabatrin
Lamotrigina Benzodiazepinas (clobazam,
Carbamazepina clonazepam).
Zonisamida
Pregabalina
Acido valpróico
Realizada por Ana María Villamizar y Xiomara García Orjuela
68
medroxiprogesterona (depo-provera) o el desogestrel, o el dispositivo intrauterino
o cualquier otro método de barrera.
Fertilidad
Epilepsia catamenial
69
perimenstrual se aconseja tratamiento con clobazam 5-10 mg/día o
acetazolamida durante la fase perimenstrual asociado al tratamiento de base. Las
mujeres que tienen niveles bajos de progesterona premenstruales pueden recibir
un suplemento de progestágenos intermitente o un progestágeno sintético durante
los días 10 a 26 del ciclo. Pueden utilizarse anticonceptivos orales conjugados.
Consulta preconcepcional
Las mujeres en edad fértil con epilepsia deben ser educadas para asistir a
consulta preconcepcional y disminuir los riesgos relacionados con la epilepsia en
si y con el tratamiento durante el embarazo. Las pacientes deben recibir suficiente
información sobre métodos anticonceptivos, teratogenicidad de los medicamentos,
tamizaje prenatal, genética de su desorden epiléptico, suplementos vitamínicos,
parto, lactancia y cuidados en el postparto.
70
interacción entre los anticonvulsivantes, alteración de la hipóxido hidrolasa,
presencia de metabolitos activos y radicales libres. Las convulsiones en sí pueden
tener un efecto, así como otros factores relacionados como el consumo de alcohol,
tabaquismo, edad, edad gestacional.
Una pregunta frecuente que hacen las mujeres con epilepsia a sus médicos es si
sus hijos tendrán epilepsia, se sabe que con respecto a las epilepsias primarias
generalizadas el riesgo de desarrollar la condición es de 5 -20% si hay un familiar
en primer grado afectado. Una mujer con epilepsia primaria tendrá un riesgo del
9 -12% de tener un hijo afectado.
71
El ácido valproico, la fenitoína, el fenobarbital y la carbamazepina no se
secretan en la leche materna. Los estudios cuentan con poblaciones tan
pequeñas, que no se puede emitir una recomendación respecto al uso de
anticonvulsivantes de acuerdo a la lactancia.
La lactancia debe ser estimulada pues los beneficios que ofrece son superiores al
pequeño riesgo para el lactante de cursar con efectos adversos por los
anticonvulsivantes. Los niveles en la leche materna son inferiores a los séricos.
72
Menopausia
Los efectos de la menopausia sobre las mujeres con epilepsia están en estudio.
Se sabe que la frecuencia ocurre más temprano en este grupo de mujeres.
Durante este periodo hasta un 40% de las mujeres puede presentar un incremento
en el número de crisis, el 27% mejora y el resto no tiene cambios. El suplemento
hormonal puede tener un efecto deletéreo sobre el control de crisis (79).
Dada la clínica tan evidente que muchos pacientes con epilepsia presentan, las
autoridades civiles en diferentes partes del mundo han prestado especial atención
a la reglamentación de algunas actividades sociales de las personas que sufren de
un síndrome convulsivo. En general, este tipo de reglamentaciones aluden a las
actividades en las cuales una persona puede lesionar a otras personas bien sea
de una forma deliberada o no. Este aspecto del bienestar social ha afectado
principalmente la posibilidad de acceder a licencias de conducción y trabajos que
impliquen control de medios de trasporte (Controladores de tráfico aéreo).
73
Las restricciones específicas para conducir varían de país a país (ver tabla 2), y de
estado a estado en los estados federados. Incluyendo estados donde no hay
restricción, estados donde hay algunas restricciones de tiempo, y estados donde
les está prohibido conducir, el trabajo inicial fue patrocinado a manera informativa
por la ILAE con la elaboración del primer consenso publicado en 1994. Las tablas
relacionadas a continuación obtenidas del consenso mundial informativo del año
2000, sintetizan este aspecto, cabe resaltar que en el consenso del año 2000
participaron representantes colombianos, pero el país no aparece en ninguna tabla
dado que no existe legislación al respecto en Colombia.
74
Holanda Uruguay
Malta
Países donde la restricción depende
del tipo de crisis.
Alemania Israel
Australia Malta
Austria Nueva Zelanda
Canadá Nicaragua
Croacia Polonia
Chipre Reino Unido
Dinamarca Rep Dominicana
Egipto Sri Lanka
Francia Suecia
Grecia Suiza
Holanda Uruguay
Islandia
Modificado de Ooi WW. J travel medicine 2000 (80).
Por otra parte, estudios recientes parecen desestimar el riesgo de permitir a los
pacientes con epilepsia la conducción, ya que estos estudios muestran que pese a
que los pacientes con epilepsia tienen riesgo incrementado de muerte respecto a
poblaciones de la misma edad con otras patologías crónicas, la posibilidad de que
esta muerte sea relacionada con incidentes de transito es menor que en otras
patologías crónicas, y que la reducción de los periodos libres de crisis para
permitir la conducción, no se correlacionan con un incremento en la tasa de
accidentalidad a corto plazo (83).
75
Es por estas razones, entre otras, que la decisión de otorgar licencias de
conducción recae finalmente sobre los médicos tratantes, ya que en la mayoría de
países y estados, el médico es el encargado de expedir los certificados de aptitud
para conducir, y adicionalmente la persona encargada de reportar a las
autoridades de tránsito la existencia de un síndrome epiléptico sufrido por algún
paciente. En esta misma medida, algunos estudios muestran que los pacientes
tienen mayor tendencia a informar a sus médicos si presentaron episodios
convulsivos riesgosos, antes que informar a las autoridades de tránsito (84).
Este último punto hace necesario examinar la actitud y conocimiento que los
médicos tienen acerca de la conducción de vehículos automotores en pacientes
con epilepsia. Se ha encontrado que en general los médicos tienden a ser
restrictivos respecto a permitir a los pacientes con epilepsia la conducción, y se ha
encontrado que los médicos que son menos tolerante a esta conducta, pese a que
sea segura, son los médicos generales, seguidos de los internistas, siendo más
liberales los neurólogos, y en la misma medida se encontró que aquellos con
menos conocimiento de las leyes y reglamentaciones respecto a conducción y
epilepsia, son los más propensos a restringir a los pacientes (84).
76
CAPITULO 7
MANEJO QUIRURGICO
77
4. Resonancia magnética funcional ictal
1. Electroencefalografía interictal.
2. Tomografía computarizada por emisión de fotón simple interictal.
3. Tomografía por emisión de positrones interictal.
4. Evaluación neuropsicológica.
5. Test de Wada (amobarbital intracarotídeo).
6. Espectroscopía por resonancia magnética.
7. Resonancia magnética funcional interictal.
8. Magnetoencefalografía interictal.
9. Estimulación eléctrica extra e intraoperatoria (cartografía funcional).
10. Estimulación magnética transcraneal.
11. Doppler transcraneal functional.
78
elementos que pueden resultar de múltiples factores tales como anormalidades
cerebrales, efecto de las crisis recurrentes, toxicidad de los medicamentos
anticonvulsivantes, excesiva dependencia o sobreprotección de los cuidadores,
etc.
79
Meningitis/encefalitis Control de crisis. Las cicatrices corticales pueden ser
removidas, sin embargo, la epilepsia postencefalítica es
de mal pronóstico.
Absceso cerebral, Control de la infección y crisis. La cirugía puede ser
empiema, necesaria para el control de la infección, pero después la
tuberculoma, cicatriz puede ser epileptogénica y podría necesitar la
cisticercosis, etc. sección.
Trauma
Control de crisis. La epilepsia postraumática es difícil de localizar y tiene pobre
pronóstico
Epilepsia focal no lesional
Control de crisis. La cirugía es menos suceptible de ser exitosa. Requiere una
gran evaluación multimodal pero puede lograrse.
Modificado de Vijay M, Surgical treatments for epilepsy. CONTINUUM: Lifelong
Learning in Neurology (89).
80
La mortalidad relacionada con la cirugía en niños, incluyendo muertes
posoperatoria tempranas (debidas a infecciones, hidrocefalia, deshidratación,
hemorragia y reacciones alérgicas) y muertes en el posoperatorio tardío
(inexplicable o relacionado con la crisis) es estimado entre el 0 y 2% (91).
81
ANEXOS
82
por una infusión
continua de 1
microg/kg min.
Scott RC Ensayo clínico, Control de crisis, La administración de midazolam
II, B. bucal es
aleatorizado tiempo de latencia, tan efectivo como el diazepam vía rectal
duración de crisis, en el tratamiento agudo de crisis. La
saturación de oxigeno, administración oral es más aceptada
presión arterial. socialmente y puede ser de elcción en
pacientes con crisis prolongadas fuera del
ambiente hospitalario.
83
hipotensión, sin
modificación de la
mortalidad. Se
requiere un ensayo
clínico aleaorizado que
compare los diferentes
agentes con un
monitor EEG continuo.
Shaner D. M Aleatorizado, no El fenobarbital es IIIC
enmascarado Crisis acumuladas, rapidamente efectivo,
latencia tiempo de comparable en
respuesta, frecuencia seguridad y tiene
de complicaciones algunas ventajas
prácticas sobre el
esquema de diazepam
y fenitoina.
Misra U.K. Aleatorizado no Primario - Control de El ácido valproico fue IIIC
enmascarado crisis, secundario – más efectivo que la
libre o no de crisis 24 fenitoína en el control
horas después del del estatus convulsivo
tratamiento tanto como
medicamento de
primera como de
segunda linea
Galdames- Serie de casos Control de crisis, La administración de IV, C
Contreras D efectos adversos midazolam IM podría
(somnolencia, ser útil en el
repercusión tratamiento inicial del
hemodinámica, estatus en adultos.
mecánica ventilatoria y
lesión eventual en el
sitio de
inyección)
84
Anexo 2. Algoritmos para tratamiento de primera crisis convulsiva en el servicio de
urgencias y estatus epiléptico
Ingreso
¿Estatus?
No Si
¿Primera crisis?
N
Si
o
- glucemia
- ¿Cambio en la frecuencia
- electrolitos
- prueba de embarazo de
las crisis?
- ¿Toma adecuada de los
medicamentos?
- ¿Enfermedad intercurrente?
¿Alteración de la conciencia, déficit - ¿Ingesta de sustancias
focal, fiebre o signos meníngeos? tóxicas o en abstinencia?
- ¿inmunocompromiso? - ¿Se trata de un patrón
- ¿comorbilidades? normal dentro de un
desorden epiléptico?
85
Crisis > 5 minutos o no recuperación de
la conciencia entre crisis
ESTATUS EPILÉPTICO
Si
No
No Si Si
- Monitorizar EEG, presión arterial, - Coma barbitúrico - tiopental 5 a 7 mg/kg iniciales, continuar
volemia, EKG y gases arteriales. infusión 2 a 3 mg/kg/hora. Pentobarbital 5-15 mg/kg en una
- Prevenir y corregir posibles hora, continuar 0,5 mg/kg/hora (máx 3 – 5 mg/Kg/hora)
complicaciones médicas (trastornos - Propofol, bolo inicial de 3-5 mg/kg, luego infusión continua 1-
electrolíticos, arritmias) 15 mg/kg/hr. (precaución: sintomas de hipotensión,
hiperlipidemia y acidosis metabólica)
86
Anexo 3. Caso clínico: aproximación práctica en el ejercicio clínico cotidiano
Caso clínico
87
mientras que el antecedente familiar, la ausencia de déficit neurológico, y el
neurodesarrollo normal favorecen etiología primaria (idiopática)
Para el caso del este paciente hipotético no hay síntomas sugestivos de aura, ni
posturas o movimientos asimétricos, existe historia familiar y no hay evidencia de
alteración en el neurodesarrollo, por lo tanto se considera una crisis tónico clónica
generalizada.
88
d) ¿Considera prudente el inicio de tratamiento anticonvulsivante?, ¿en
caso afirmativo cual sería su elección?
89
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