El Movimiento Pietista
El Movimiento Pietista
El Movimiento Pietista
El movimiento pietista nació dentro del protestantismo alemán. Aunque el pietismo nació dentro de la
Iglesia luterana, con el tiempo influiría en casi todo el mundo protestante.
El pietismo comenzó con los luteranos alemanes en el siglo XVII. Fue muy enfático en promover la fe
personal contra el extremo ritualismo y dogmatismo percibido dentro de la iglesia luterana.
Aunque fue un movimiento con muchos puntos ciegos, como una pobre producción teológica, una
tendencia natural hacia el ecumenismo y un énfasis muy alto en la experiencia personal, no se puede
desconocer el efecto que tuvo en el protestantismo, evidente aun hasta nuestros días.
Movimientos similares al pietismo alemán han aparecido de vez en cuando a través de la historia de la
iglesia, especialmente cada vez que la práctica del cristianismo parecía alejarse de la experiencia y de
la práctica personal.
A comienzos del siglo XVII, el luteranismo había creado un sistema de enseñanza útil para luchar contra
los oponentes católicos, pero no para nutrir espiritualmente a los creyentes. Profesaban tener una
sana doctrina, la administración correcta de los sacramentos y una Iglesia nacional establecida y bien
organizada.
Pero, aunque la Biblia era reconocida como la única autoridad y la primera y más elevada fuente de
conocimiento, su contenido esencial se consideraba resumido en los dogmas y la doctrina del luteranismo.
Como consecuencia, la única exigencia puesta sobre los miembros era el reconocimiento de la doctrina de
la iglesia. Había un pobre énfasis hacía el deber personal de buscar a Dios y una incipiente lectura
personal de las Escrituras.
Las diversas corrientes del movimiento de renovación convergieron inicialmente en la vida y obra
de Philipp Jakob Spener (1635-1705). Como pastor luterano, Spener veía con preocupación la
degeneración y la ausencia de piedad entre los creyentes de su iglesia. En respuesta, organizó reuniones
en las que los cristianos realizaban lecturas devocionales de la Biblia y oraban los unos por los otros.
Las diversas corrientes del movimiento de renovación convergieron inicialmente en la vida y obra
de Philipp Jakob Spener (1635-1705). Como pastor luterano, Spener veía con preocupación la
degeneración y la ausencia de piedad entre los creyentes de su iglesia. En respuesta, organizó reuniones
en las que los cristianos realizaban lecturas devocionales de la Biblia y oraban los unos por los otros.
La intensa vida cristiana del pietismo inspiró a sus seguidores a compartir las buenas nuevas con otros, a
testificar de su fe y a dar prueba de ella con una vida recta y un amor fraternal. En concordancia con esta
actitud buscaron a los pobres y necesitados, creando programas e instituciones para asistirlos. La labor
social fue el punto de partida para las misiones de evangelización en el exterior.
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Después de Spener, el liderazgo del pietismo alemán pasó a August Hermann Francke (1663-1727), de
la Universidad de Halle. El hábil liderazgo de Francke convirtió a Halle en un próspero centro institucional
del pietismo. Además de una intensa labor social y educativa, esta universidad suplió a los misioneros que
fueron a la India, fundó el primer periódico misionero alemán, recaudó dinero para propósitos misioneros y
dirigió a la Alemania protestante a impulsar las misiones antes de que la mayoría del mundo protestante se
preocupara por ello.
Otro alumno de Halle, Nikolaus Ludwig von Zinzendorf (1700-1760), fundó la iglesia de Moravia entre los
refugiados moravos en su propiedad en Sajonia. Los esfuerzos de Zinzendorf proporcionaron al pietismo
su mayor influencia directa fuera de Alemania. Bajo la dirección de Zinzendorf, la labor misionera se centró
en la predicación exclusiva del evangelio de Cristo y no del dogma.
John Wesley, el fundador del metodismo, tuvo un encuentro de fe trascendental precisamente entre los
misioneros moravos, que eran pietistas y que lo guiaron hacia una experiencia de conversión. A la postre,
Wesley incorporó elementos pietistas, como el énfasis en la gracia salvadora y en una experiencia
necesaria de conversión, en su movimiento. Probablemente influenciado por el pietismo, Wesley guio a
sus seguidores a buscar el más alto sentido de moralidad y a vivir vidas austeras.