Tema 1 - La Psi Clinica y de La Salud
Tema 1 - La Psi Clinica y de La Salud
Tema 1 - La Psi Clinica y de La Salud
Facultat de Psicologia
Departament de Psicologia Clínica i
Psicobiologia
LA PSICOLOGÍA CLÍNICA
Y DE LA SALUD
Arturo Bados
10 de noviembre de 2016
INTRODUCCIÓN............................................................................................................................ 1
DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA Y DE LA SALUD ..... 2
ACTIVIDADES DE LOS PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y DE LA SALUD ..................................... 4
Evaluación .................................................................................................................................... 4
Tratamiento, prevención y promoción ........................................................................................ 4
Investigación ................................................................................................................................ 7
Enseñanza ..................................................................................................................................... 7
Asesoramiento .............................................................................................................................. 8
Dirección y gestión....................................................................................................................... 8
NIVELES DE INTERVENCIÓN .................................................................................................... 8
Intervención en pareja o familia ................................................................................................... 9
Intervención en grupo................................................................................................................... 9
Intervención en la comunidad .................................................................................................... 11
ÁREAS DE APLICACIÓN ........................................................................................................... 11
REFERENCIAS ............................................................................................................................. 13
INTRODUCCIÓN
Los trastornos psicológicos son muy frecuentes; en el término de un año afectan a cerca de
un 33% de la población adulta mundial (Kessler y Üstün, 2008) y a un 38% de toda la población
europea (Wittchen et al., 2011). Además, constituyen uno de los principales problemas en el ám-
bito de la salud. Collins et al. (2011) han publicado un estudio en la prestigiosa revista Nature, en
el que han participado investigadores y expertos de más de 60 países. Los autores indican que, a
nivel mundial, los trastornos mentales (depresión, dependencia del alcohol, esquizofrenia, de-
mencia, epilepsia, etc.) constituyen el 13% de la carga global de enfermedades1, por encima del
cáncer y de los trastornos cardiovasculares. Asimismo, estiman que hacia el año 2020 el suicidio
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La carga de enfermedad es el impacto de un problema de salud medido a través de indicadores tales como los
años perdidos por mala salud, discapacidad o muerte prematura, el coste económico, los días de trabajo perdidos
o la pérdida de productividad laboral.
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causará 1,5 millones de muertes cada año y, además, entre 15 y 30 millones de personas harán un
intento de suicidio.
A nivel europeo, el ambicioso estudio de Wittchen et al. (2011) ha puesto de manifiesto que:
1) Los trastornos cerebrales son los principales contribuyentes a la carga total de enfermedad en
Europa; representan el 27% de esta carga. 2). Los trastornos mentales explican el 76% de la carga
de los trastornos cerebrales y el 20% de la carga total. 3) El principal trastorno contribuyente a la
carga de los trastornos cerebrales es la depresión unipolar (27%), seguido, a más larga distancia
por las demencias (14%), el trastorno por uso del alcohol (13%) y el derrame cerebral (10%). El
36% restante de la carga es explicado por otros trastornos mentales, neurológicos y neuropsiquiá-
tricos.
Collins et al. (2011) plantean entre los principales objetivos en salud mental y neurológica
para la próxima década los siguientes: 1) identificar los factores de riesgo y los factores de pro-
tección, 2) mejorar las estrategias de prevención y potenciar la aplicación de intervenciones tem-
pranas, por ejemplo en los servicios de Atención Primaria, 3) diseñar tratamientos más eficaces y
facilitar el acceso de la población a la atención sanitaria, 4) aumentar la concienciación social y
establecer programas para luchar contra la discriminación social, 5) aumentar los recursos huma-
nos y mejorar la formación de los profesionales de la salud para implementar tratamientos basa-
dos en la evidencia científica y 6) integrar los trastornos de salud mental con otros trastornos de
larga duración y, en este sentido, equiparar la inversión en salud física y mental en las áreas de
investigación, formación, tratamientos y prevención.
por parte de un profesional acreditado con el fin de ayudar a otras personas a comprender sus
problemas, a reducir o superar estos, a prevenir la ocurrencia de los mismos y/o a mejorar las
capacidades personales o relaciones de las personas aun en ausencia de problemas. En general,
los campos de aplicación de la intervención psicológica son muy variados: clínica y salud, educa-
ción, área laboral, programas comunitarios, deporte.
1. La terapia psicológica consiste en una relación interpersonal entre por lo menos dos
participantes, uno de los cuales (el terapeuta) tiene un entrenamiento y experiencia es-
pecial en el manejo de los problemas psicológicos.
2. El otro participante es un cliente que experimenta algún problema en su ajuste emocio-
nal, conductual o interpersonal y ha pasado a formar parte de la relación (terapéutica)
con el fin de resolver su problema.
3. La relación psicoterapéutica es una alianza de ayuda, pero con propósitos bien defini-
dos, en la cual se utilizan métodos de naturaleza psicológica con el objeto de provocar
los cambios que el cliente desea y el terapeuta aprueba.
4. Estos métodos se basan en alguna teoría formal acerca de los problemas psicológicos
en general y de la queja específica del paciente en particular.
5. Independientemente de las inclinaciones teóricas, la mayoría de los terapeutas em-
plean varias técnicas de intervención: fomentar la comprensión (insight), reducir el su-
frimiento emocional, fomentar la catarsis, proporcionar información nueva, diseñar ta-
reas fuera de la terapia y aumentar la fe de los clientes y sus expectativas de lograr cam-
bios.
Algunos autores han añadido que para poder hablar de terapia psicológica, esta debe estar
basada en una teoría científica de la personalidad, de sus trastornos y de la modificación de
estos, y debe presentar evaluaciones empíricas de sus efectos, positivos y negativos (Huber,
citado en Ávila, 1994, pág. 16). Esto es especialmente importante porque ya Parloff (citado en
Ávila, 1994, pág. 18) dijo: "No hay forma de psicoterapia que haya sido iniciada sin pregonar que
tiene ventajas terapéuticas únicas. Pero ninguna forma de psicoterapia ha sido abandonada a cau-
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Sería mejor hablar de problemas psicológicos desde una perspectiva no patologizadora. En cualquier caso, no
hay que olvidar que los denominados trastornos mentales no son enfermedades o entidades debidas a causas
internas, sino problemas de comportamiento (emocionales, cognitivos, conductuales) caracterizados por la cova-
riación de ciertas conductas, que se derivan de factores biológicos, personales, interpersonales, sociales y am-
bientales, y que generan un malestar significativo y/o un deterioro en áreas importantes de funcionamiento.
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La intervención psicológica formal no es sólo llevada a cabo por psicólogos clínicos, sino
también por psiquiatras y, según los países, trabajadores sociales, consejeros religiosos, conse-
jeros matrimoniales y enfermeras psiquiátricas. Por otra parte, no son sólo los profesionales
los que brindan asistencia psicológica, sino que puede darse la participación de paraprofesiona-
les más o menos entrenados (voluntarios, ex-pacientes, padres, maestros) bajo la supervisión de
un profesional.
EVALUACIÓN
De cara a conseguir los objetivos de la evaluación, se dispone de una serie de métodos bási-
cos: entrevista (al cliente y a otras personas), cuestionarios y escalas (al cliente y a otras perso-
nas), autoobservación, observación, pruebas cognitivas objetivas, registros psicofisiológicos,
pruebas médicas y datos de archivo/documentos históricos.
En esta actividad, el psicólogo ayuda a otras personas a comprender sus problemas, re-
ducir o superar estos (tratamiento), prevenir la ocurrencia de los mismos (prevención) o me-
jorar las capacidades personales (promoción). Estos tres tipos de actuaciones se engloban bajo
el término más general de intervención.
Posibles ejemplos de este tipo de actividad son: ayudar a una persona a reducir su estado de
ánimo deprimido, a una pareja conflictiva a comunicarse mejor y saber negociar entre ellos, a una
persona a manejar su dolor crónico, a unos niños de un medio desfavorecido para prevenir el au-
mento de conductas agresivas incipientes, a una institución de ancianos a cambiar su funciona-
miento, a unos adolescentes a mejorar sus habilidades sociales, al público en general para que
adquiera o fomente ciertos hábitos de salud, etc.
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En cuanto a los lugares de intervención, esta puede llevarse a cabo en centros de salud men-
tal, servicios hospitalarios de psiquiatría, servicios psiquiátricos de especialidades médicas (me-
dicina interna, reumatología, rehabilitación, hematología, unidades de dolor y de cuidados palia-
tivos, etc.), consultas o unidades asistenciales privadas, centros de acción social, centros munici-
pales de promoción de la salud, instituciones o empresas con programas de prevención de pro-
blemas de salud y de promoción de la salud, centros de rehabilitación de personas con problemas
de salud o discapacidad, centros de drogodependencias, asociaciones de personas con problemas
de salud o trastornos del comportamiento, equipos deportivos, centros militares, centros educati-
vos y de atención psicopedagógica, centros de desarrollo infantil y atención temprana, centros de
educación especial, centros de asistencia al menor, residencias de personas mayores e institucio-
nes penitenciarias.
La intervención psicológica puede aplicarse para alcanzar metas más o menos limitadas o
ambiciosas: resolver conflictos inconscientes (enfoque psicoanalítico), ayudar a aceptarse a sí
mismo (terapia no directiva), integrar sentimientos conflictivos (terapia gestalt), encontrar un
significado a la vida (psicoterapia existencial), mejorar la comunicación dentro de una familia
(terapia sistémica), modificar creencias negativas (terapias cognitivas), lograr comportamientos
adaptativos (terapia de conducta) o conseguir combinaciones de estos objetivos (enfoques eclécti-
cos). Aunque estos son objetivos característicos de cada una de las orientaciones terapéuticas
citadas, esto no significa que no puedan ser asumidos y conseguidos por otras orientaciones.
Por otra parte, existen programas de autoayuda que se basan en manuales y/u otro material
de apoyo (cintas de vídeo y magnetofónicas, programas de ordenador, internet) y un contacto
mínimo con el terapeuta, ya sea directo o no presencial (unas 2-4 horas mediante teléfono o
correo electrónico). Se han obtenido resultados relativamente satisfactorios con programas de este
tipo dirigidos a trastornos fóbicos, de pánico y obsesivo-compulsivo, insomnio, pesadillas recu-
rrentes y depresión (Echeburúa y de Corral, 2001; Marks et al., 2003). Estos programas de auto-
ayuda se han mostrado moderadamente más eficaces que los grupos control y sus resultados se
mantienen a medio plazo; están especialmente indicados cuando si el trastorno no es muy grave,
no hay una depresión grave y los clientes están muy motivados y no pueden acceder a un trata-
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miento presencial con un terapeuta por razones geográficas, económicas o personales. Sin embar-
go, su eficacia puede ser menor que el de las intervenciones presenciales y puede aumentar el
número de personas que no aceptan o abandonan el tratamiento. Finalmente, los programas de
autoayuda puros, sin ninguna guía presencial o no presencial (teléfono, correo) por parte del
terapeuta, no parecen funcionar o lo hacen bastante peor (Febbraro et al., 1999; Fletcher et al.,
2005).
INVESTIGACIÓN
ENSEÑANZA
Esta actividad es común en los psicólogos clínicos empleados en universidades. Pero tam-
bién es frecuente que sea llevada a cabo por psicólogos en otras instituciones y centros priva-
dos. Materias que pueden impartirse son psicopatología, evaluación, terapia de conducta, psicote-
rapia dinámica, psicología clínica, psicología de la salud, personalidad, etc.
ASESORAMIENTO
DIRECCIÓN Y GESTIÓN
NIVELES DE INTERVENCIÓN
La intervención psicológica puede llevarse a cabo a distintos niveles: individual, parejas,
familias, grupos y comunidades. Estos niveles no son excluyentes; así, puede combinarse el tra-
tamiento en grupo con sesiones individuales. El nivel individual es uno de los más frecuentes, si
no el que más. El psicólogo trabaja con una persona para ayudarle a reducir o superar un tras-
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Está recomendada cuando el problema es de dos o más miembros, y no sólo del supuesto
paciente, y los mencionados miembros están dispuestos a participar en la terapia. Esto último
es siempre lo más recomendable.
En la terapia de pareja y familiar se busca que los miembros implicados: a) se den cuenta de
su propia contribución al problema y de los cambios positivos que pueden realizar, y b) mejoren
sus pautas de comunicación e interacción de cara a la resolución del problema. La terapia en pare-
ja o familia puede ser precedida, seguida o acompañada de terapia individual para alguno de
los miembros, cuando estos presentan algún problema que no está relacionado con el sistema.
La terapia de pareja puede estar indicada cuando hay conflictos de valores, creencias,
estilos de vida o metas, o cuando hay problemas en las áreas de comunicación, afecto, fidelidad,
educación de los hijos, manejo del dinero, sexo, autonomía personal o dominio-sumisión.
La terapia de familia puede estar indicada cuando hay problemas de comunicación, crisis
familiares o problemas de algún miembro de la familia mantenidos por los patrones de interac-
ción familiar.
INTERVENCIÓN EN GRUPO
Esta modalidad de tratamiento depende de que se pueda contar con varias personas que pre-
senten problemas similares (p.ej., trastorno de pánico o, en programas transdiagnósticos, trastor-
nos de ansiedad en general o trastornos de ansiedad y depresión) o tengan un objetivo común
(p.ej., aprender habilidades de cuidado y educación de los hijos) y cuyas características no les
impidan la participación en el grupo o incidan negativamente en el funcionamiento de este. Siem-
pre que sea posible, parece recomendable conducir un tratamiento en grupo, ya que, en gene-
ral, es al menos igual de eficaz que el individual y presenta además una serie de ventajas adicio-
nales. También hay posibles inconvenientes que es necesario conocer para poder manejarlos caso
de que surjan.
a) Descubrir que los propios problemas no son únicos, b) mayores expectativas de mejo-
ra, c) disponer de varios modelos, puntos de vista y fuentes de información y retroali-
mentación, d) mayor credibilidad de los puntos de vista acordados entre todos o suscritos
por una mayoría, e) aumento de la motivación debido al apoyo y presión del grupo, al
compromiso público delante de este y a la observación de los progresos de los otros.
a) La dinámica del grupo puede escapar al control del terapeuta, b) modelos de compor-
tamientos negativos que pueden contagiarse, c) consejos e información inadecuados por
parte de miembros del grupo, d) celos del progreso de otros o desmotivación al comparar
los propios avances con los de los demás, e) ansiedad creada por la situación de grupo
(p.ej., en personas con fobia social grave).
El tamaño del grupo puede ser de 5-7 personas, aunque ha llegado hasta 12. El grupo
debe ser lo suficientemente amplio como para facilitar el contacto con varias personas, pero no
tanto como para dispersar la atención del terapeuta, dificultar o trivializar las interacciones del
grupo o favorecer la aparición de miembros aislados. Es buena idea contar con un coterapeuta,
que puede ser un paraprofesional, ya que el trabajo para un solo terapeuta es difícil y cansado.
Para grupos más grandes de 6 personas es buena idea contar con un coterapeuta.
Las sesiones de grupo suelen durar alrededor de 2-2,5 horas, en vez de los 50-60 minutos de
las individuales, pero pueden reducirse a 30-45 minutos con aquellas personas que presentan difi-
cultades de concentración (p.ej., pacientes con esquizofrenia o deficiencia mental). Se recomien-
da que los clientes sean similares en ciertas características importantes (nivel sociocultural,
intervalo amplio de edad) y que el grupo esté relativamente equilibrado en cuanto a variables
como sexo y gravedad del problema abordado. Si una persona difiriera marcadamente del resto,
podría abandonar el tratamiento. De todos modos, no hay datos claros al respecto.
Para que un grupo funcione, tiene que conocer y cumplir ciertas normas: consentimiento
voluntario, asistencia a las sesiones, puntualidad, participación en el grupo, respeto a las interven-
ciones y opiniones de los otros, confidencialidad de lo tratado en el grupo y realización de las
actividades entre sesiones.
El terapeuta no debe ejercer el papel de un líder autoritario, pero tampoco permitir que
el grupo vaya a su libre albedrío perdiendo de vista los objetivos de la terapia y la forma más efi-
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caz de conseguirlos. Labores del terapeuta son establecer las normas de funcionamiento del
grupo, velar por su cumplimiento, moderar las intervenciones y controlar los factores que pueden
perturbar el funcionamiento del grupo y la consecución de las metas propuestas (clientes prolijos,
retroalimentaciones inadecuadas, formación de subgrupos, chivos expiatorios, etc.). Algo que
conviene conocer al respecto son los roles que surgen dentro de los grupos, tal como puede
verse en Kendall y Norton-Ford (1982/1988, págs. 636-638).
INTERVENCIÓN EN LA COMUNIDAD
Mientras que en las intervenciones individuales o en grupo se ayuda a una o unas pocas per-
sonas, en las intervenciones en la comunidad se trata de modificar el medio en el que viven las
personas con la finalidad de ayudar a muchas personas a prevenir o resolver problemas o
adquirir nuevas capacidades. Hay dos formas básicas de modificar el medio físico y social:
introducir cambios en instituciones y programas existentes (hospitales, escuelas, centros de
salud mental, prisiones) o crear nuevos servicios y programas (pisos protegidos, grupos de au-
toayuda para padres que maltratan a sus hijos, programas de prevención del infarto, redes de apo-
yo social para personas mayores o solas).
Aunque las habilidades clínicas (p.ej., las de comunicación interpersonal y resolución de pro-
blemas) son igualmente útiles para las intervenciones comunitarias, estas requieren además una
competencia para entenderse con las organizaciones sociales.
Las intervenciones comunitarias tienen varios peligros de los que conviene ser consciente:
a) la intervención puede satisfacer no tanto los objetivos de los miembros de la comunidad, sino
los de la clase dirigente política y económica (clase alta y media-alta); b) la intervención puede ir
dirigida simplemente a cubrir un expediente sin que haya una intención verdadera de cambiar las
cosas (p.ej., ciertos programas de reinserción); c) la intervención puede estar muy centrada en los
efectos a corto plazo, olvidando los efectos a largo plazo y las posibles repercusiones de la inter-
vención en distintos sectores sociales.
Por último, el fracaso de una intervención comunitaria tiene mayores repercusiones que
las de una intervención con individuos, familias o grupos. Los posibles efectos perjudiciales
pueden afectar a más personas y además influir negativamente en la puesta en marcha o continua-
ción de otras intervenciones comunitarias que verán disminuir o desaparecer sus recursos.
ÁREAS DE APLICACIÓN
Podemos encontrar psicólogos trabajando en clínicas, hospitales, centros de salud (general o
mental), centros de tratamiento de drogodependencias, instituciones para personas con retraso
mental, centros de asistencia al menor, juzgados, instituciones penitenciarias, residencias de an-
cianos, centros militares, práctica privada, etc.
ÁREA CLÍNICA
- Trastorno de pánico.
- Trastorno de ansiedad generalizada.
- Trastorno obsesivo-compulsivo.
- Trastorno dismórfico corporal.
- Tricotilomanía.
- Trastorno por estrés postraumático, trastorno por estrés agudo.
- Trastornos de adaptación
- Trastorno de ansiedad por separación.
- Trastorno depresivo mayor, trastorno depresivo persistente (distimia), trastorno bipolar.
- Disfunciones sexuales (trastorno eréctil, eyaculación prematura, anorgasmia, vaginismo)
- Parafilias (paidofilia, exhibicionismo, fetichismo).
- Insomnio, pesadillas, terrores nocturnos.
- Trastornos alimentarios: anorexia, bulimia, trastorno por atracón.
- Trastornos de síntomas somáticos y trastornos relacionados: trastorno de síntomas somáticos
(trastorno de somatización), trastorno de ansiedad por enfermedad (hipocondría), trastorno de
conversión
- Drogodependencias: alcohol, tabaco, heroína, cocaína, cafeína, fármacos
- Juego patológico.
- Trastorno explosivo intermitente (ira, agresión).
- Víctimas de malos tratos y de abusos sexuales.
- Tartamudeo, tics, hábitos nerviosos (onicofagia, bruxismo)
- Mutismo selectivo.
- Enuresis y encopresis.
- Hiperactividad/impulsividad, déficit de atención.
- Trastorno negativista desafiante, trastorno de la conducta
- Problemas niños-padres: desobediencia, negativismo, rabietas, mentiras, robos.
- Discapacidad intelectual.
- Autoestimulación y autolesión.
- Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, autismo, psicosis infantiles.
- Duelo, culpabilidad.
- Trastornos de personalidad.
ÁREA DE SALUD
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