Libro Debate BIOÉTICA

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BIOETICA APLICADA

Bioética aplicada para enfermería

Descripció n breve
La bioética es una disciplina explícitamente orientada a tener un impacto prá ctico, es decir, a orientar la
conducta humana en situaciones concretas, frente a opciones o elecciones que implican juicios y tomas de
decisiones controvertidas.

Carlos Montecinos
juancarlosmontecinos3@gmail.com
Introducción:
La razón de ser de enfermería se encuentra centrada en el “cuidado”, así afirman las
diferentes teóricas de la disciplina, desde Florence Nightingale hasta la actualidad. Ahora bien,
para que esta amplia y abstracta razón de ser disciplinar obtenga como resultado atención de
calidad es necesario dividir las actividades en dos dimensiones. Por un lado, la dimensión
científico-técnica atravesada por los constantes avances tecnológicos, que demandan
profesionales altamente capacitados en el manejo de los mismos y, por el otro, la dimensión
humana la cual debe ser reforzada a la par de los avances tecnológicos, ya que éstos, promueven
en cierta forma a que cada vez el cuidado brindado sea más impersonal, provocando una
tendencia a la deshumanización en el cuidado.
Para ello, los profesionales de enfermería deben ser capaces de poder responder a las
exigencias del contexto actual para dar respuesta de calidad ante la necesidad de mejorar el nivel
de salud y bienestar de la población. Esta respuesta exige que los profesionales posean
formación de calidad: humana, científica, técnica y ética, capaz de reflexionar y argumentar no
solo en el ámbito de la disciplina, sino a nivel interdisciplinar, siendo capaces de debatir
situaciones que en la actualidad aquejan al hombre, animales y el medio ambiente.

Información para tener en cuenta

Este Cuaderno de Cátedra no reemplaza a los Libros de Texto


específicos, la intención es facilitarle una introducción a cada tema
incluido en el Programa de la Asignatura, así como la sugerencia de
algunos recursos o materiales adicionales como modelos, videos que lo
ayudarán para el abordaje de algunos tópicos. A lo largo del cursado,
brindaremos material complementario referido a cada tema.

Objetivos de la Asignatura
Objetivo General.
1
Contribuir al desarrollo de la capacidad reflexiva y crítica de los estudiantes acerca de las
actitudes y cualidades que se correspondan con el sistema de valores establecidos por nuestra
sociedad y, en consecuencia, el sistema de valores de la profesión a través del debate de casos
en los cuales se ponen en manifiesto los principios tanto de la bioética aplicada al ámbito
clínico como a la investigación.

Objetivos específicos.
 Formar una visión de la vida integrada con los aspectos teóricos y prácticos.
 Adquirir habilidades de reflexión relacionados con la aplicación de conductas
humanizadas, en la intervención de problemas morales y éticos.
 Contribuir al proceso de transformación personal y social para una progresiva
humanización en su ámbito de acción profesional.

Características del cursado


Propuestas Metodológica:
Se desarrollan Clases teórico-prácticas a través de la plataforma Comunidades y por
medio de encuentros virtuales (plataforma Meet); Resolución de problemas; Estudio de casos;
Seminarios de discusión; Cine debate; Guías auto dirigidas; Recursos multimediales: power
point, películas y videos; Espacio de Asesoría.
Los métodos antes planteados pretenden estimular a la lectura reflexiva y crítica de los
contenidos, de manera tal, que permita el intercambio mediante discusiones grupales y debates
entre todos los actores involucrados. Promoviendo en los estudiantes un clima propicio para la
plena participación a través de un aprendizaje activo.

Evaluación y requisitos de regularización:


Formas de evaluación:

En este seminario se realizan las siguientes instancias de evaluación:

1- Dos (2) instancias de evaluación sumativa parcial, cada una de ella contará con su respectivo
recuperatorio.

2
2- Presentación de un Trabajo Práctico Final (T.P.F)

Requisitos de regularización:

Para alcanzar la REGULARIDAD de la asignatura los estudiantes deberán:

● Aprobar Una (1) de las Dos (2) instancias de evaluación sumativa parcial o de su
respectivos recuperatorios.
● Aprobación de TPF
Esta asignatura puede Promocionarse, los requisitos para tal efecto son: haber obtenido una
puntuación de 7 o superior en el promedio de las tres instancias de evaluación planteadas por la
asignatura. No incluye a quienes hayan rendido recuperatorio de cualquiera de las instancias de
Evaluación.

Cuando no se alcanzare la condición de “Promovido”, se rendirá examen final, el que podrá ser
escrito u oral.

Contenidos
Esta asignatura pretende brindar herramientas a los estudiantes acerca de problemáticas
o situaciones que pueden suscitarse en la práctica diaria o en el ámbito de la investigación y que
ameriten ser discutidas, teorizadas, analizadas y fundamentadas desde una mirada
interdisciplinar, que permitan identificar cuál o cuáles son el o los caminos que deben tomarse
para así poder respetar los derechos de los actores involucrados.

UNIDAD I: GENERALIDADES.

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 Bioética y medios de comunicación - Comités de ética.
 Comportamientos sociales de riesgo - Sexualidad y procreación

responsable.

UNIDAD II: BIOÉTICA CLINICA

 Biotecnología – Genética y clonación – Técnicas de

fecundación humana, experimentación en el hombre.

 Consentimiento informado.

UNIDAD III: BIOÉTICA Y DILEMAS BIOETICOS.


 Eutanasia y encarnizamiento terapéutico.
 Cuidados paliativos, calidad y dignidad de vida y de muerte.
 Muerte encefálica - Donación y trasplante de órganos
 Eutanasia y encarnizamiento terapéutico - Tipos de eutanasia.
 Aspecto ético del problema – Dilemas bioéticos vinculados con las creencias
– Aborto.

UNIDAD IV: DEBATE DE CASOS:

Investigación Científica Experimental ¿todo vale? - Salud Sexual y reproductiva -


Violencia Obstétrica - Encarnizamiento terapéutico Vs Limitación de los esfuerzos
terapéuticos.
Otros temas que emerjan del interés de los estudiantes para ser debatidos.

Introducción

La bioética es una disciplina explícitamente orientada a tener un impacto práctico, es


decir, a orientar la conducta humana en situaciones concretas, frente a opciones o
elecciones que implican juicios y tomas de decisiones controvertidas. Por consiguiente,
no puede limitarse a ser un discurso entre especialistas, un debate académico entre
intelectuales que discuten de principios o elaboran sutiles distinciones en el plano del
análisis lógico e intelectual. Más que elaborar "'doctrinas", la tarea de la bioética sería la
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de hacer madurar una conciencia pública, la cual lleve a las personas involucradas en
ciertas decisiones delicadas en el ámbito de las prácticas médicas y Biotecnológicas a
tomar la decisión correcta
Para alcanzar este fin es indispensable que la bioética encuentre su camino dentro
de los medios de comunicación ya que son estos los que, de manera tácita y casi
inconsciente, moldean a las costumbres, especialmente en las sociedades altamente
tecnológicas.

Bioética y medios de comunicación

En una época, donde los padres se esfuerzan por generar recursos trabajando fuera
de casa y los artefactos mas importantes del hogar son la televisión y la computadora, no
cabe duda que formación cultural de los hijos se nutre, en gran medida, de la incesante
información que proviene de los medios de comunicación. Al mismo tiempo, niños,
jóvenes y adultos formamos parte de un colectivo social que es constantemente
bombardeado por la publicidad, la misma que nos demanda vivir de acuerdo con las
""tendencias", esencialmente a consumir, bajo determinados patrones "marcados por
intereses económicos, en otras palabras: sujetos extraños que no forman parte del buen
vivir', que no se caracterizan por una actitud ética o mejor dicho por una reflexión
bioética, pero ¿qué es la bioética?

La bioética es una disciplina explícitamente orientada a tener un impacto práctico, es


decir, a orientar la conducta humana en situaciones concretas, frente a opciones
elecciones que implican juicios tomas de decisiones controvertidas. Por consiguiente, no
puede limitarse a ser un discurso entre especialistas, un debate académico entre
intelectuales que discuten de principios o elaboran sutiles distinciones en el plano del
análisis lógico e intelectual. Más que elaborar " doctrina", la tarea de la bioética sería la
de hacer madurar una conciencia pública la cual lleve a las personas involucradas en
ciertas decisiones delicadas en el ámbito de las prácticas médicas y biotecnológicas a
tomar la decisión correcta.

Para alcanzar este fin es indispensable que la bioética encuentre

su camino, dentro de los medios de comunicación ya que son estos los que, de manera
tácita y casi inconsciente, moldean a las costumbres, especialmente en las sociedades
tecnológicas. De hecho, siempre la formación de las conciencias y de las costumbres ha
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pasado a través de una comunicación, solo que esta se realizaba en ambientes
delimitados, como la familia, o la enseñanza impartida por maestros o autoridades
reconocidas, mientras que hoy los medios de comunicación gozan concretamente (sin
ninguna razón objetiva) de una autoridad muy fuerte, y además tienen la ventaja de
"proponer' sus mensajes sin "imponer' nada a nadie. Pero justamente por esta facilidad y
aparente espontaneidad, las ideas, los valores, los modelos que los medios de
comunicación proponen, encuentran una difusión "pacífica' y casi sin contraste, como
todo lo que aparece obvio.

Incluso nos han Llegado hasta hacer pensar que estamos mal, que nada funciona.
Solemos decir que perdimos el país que teníamos, los valores en los que creíamos. La
diversidad y oposición de opiniones de los distintos medios de comunicación respecto a
lo correcto e incorrecto, lo justo e injusto, el bien y el mal nos lleva pensar que no existe
el bien objetivo.

Los valores morales, la justicia y el derecho resultan convencionales. No hay bien


o mal en sí mismo o absoluto. Por lo que tenemos que llegar a concluir que estamos en un
punto donde la ética resulta subjetiva. En otras palabras: no podemos decir cómo es el
bien... sino como nos parece que es de acuerdo a lo que los medios de comunicación nos
presentan. Resulta importantísimo que los medios de comunicación sobre todo en lo que a
temas de bioética se refiere, no se limiten a la información de los hechos, sino que debe
también darse una correcta información de los hechos.

Y esta correcta información a la que nos referimos se exige de manera aún más
apremiante si se considera el hecho de que no existe ningún producto o práctica, entre las
tecnologías biomédicas, que no presente efectos secundarios o recaídas en un grado
amplio y a largo plazo que no sean negativas. Por este motivo, una información
moralmente correcta no puede prescindir, aunque cuando salte los detalles más técnicos,
de incluir en la esencia" de su comunicación la consideración de dichos aspectos. En este
caso también, la búsqueda de intereses económicos o individualistas lleva a menudo a
modificar la información y por lo tanto a favorecer juicios inadecuados. 'Tomemos el
ejemplo de la píldora RU 486.Se habló con orgullo de los múltiples beneficios que otorga
un aborto "farmacológico? no invasivo, a diferencia del aborto quirúrgico tradicional, que
conllevaba riesgos de perforación y varias otras complicaciones.
6
En realidad, queda claro que este tratamiento farmacológico tiene también sus
inconvenientes, que son: el necesita una suministración bajo observación médica durante
cuatro o cinco días intermitentes, el impacto psicológico de asistir directamente a la
expulsión del feto en el baño de su casa, sin mencionar lo más grave y callado, o sea que
los riesgos de mortandad de este aborto farmacológico son diez veces superiores a los del
aborto quirúrgico.?

Lo dicho anterior mente tiene que ver con lo que llamamos la correcta
información de los hechos, la cual es indispensable para que los debates y las reflexiones
en el campo de la bioética no estén determinados por prejuicios ideológicos y doctrinarios
o influidos inconscientemente por la creación de corrientes de opinión surgidas de modo
artificial de los fuertes intereses de algunos sectores.

Existe otro aspecto que no se debe perder de vista, es decir, sería un grave error
limitar el enfoque del discurso bioético a semejantes cuestiones. En el momento en que se
considera cada una de las aplicaciones y procedimientos en el sector biológico y médico,
es necesario que también se tomen en cuenta y evalúen éticamente los fines que la
práctica en mención propone; en caso de que estos resulten moralmente aceptables es
importante examinar minuciosamente los medios que se proponen para alcanzar dichos
fines y es aquí que muchas veces se encuentran los problemas morales más delicados, en
los que la comunicación bioética no debe tomar a la ligera como Si no tuvieran relevancia
en este caso la información no puede reducirse únicamente aspecto técnico.

De hecho, desde ese punto de vista podrá establecer si los medios propuestos son
eficaces para alcanzar los fines, pero esto no tiene nada que ver con la legalidad moral, de
lo contrario, en la presentación mediática el punto de vista del cual se consideran los
medios es, en la mayoría de los casos, únicamente el de la eficacia técnica. En menor
escala se presta atención al complejo contexto de las circunstancias, en el que las
diferentes acciones entran en juego y no son irrelevantes para determinar el juicio moral
que le corresponde.

Sabemos todos que la bioética no puede reducirse a una casuística, sin embargo no
cabe duda que una adecuada presentación de casos concretos es un medio importante a
nivel de comunicación, en primer lugar porque el caso concreto capta inmediatamente la

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atención del público, y en segundo lugar porgue un análisis inteligente de un caso
concreto puede ayudar a sacar a la luz y llevar a la reflexión las dimensiones éticas que
normalmente quedan ocultadas tras los aspectos técnicos impactantes'" que los medios de
comunicación se limitan a mencionar. Lo mismo vale por las ventajas y maravillas futuras
que muy a menudo los medios anuncian como consecuencias de una determinada nueva
técnica o tratamiento, casi siempre fruto de imaginación más que de proyección
científicamente fundada. A lado de todo esto una comunicación ética tiene el deber de
mencionar también los riesgos, los límites los aspectos típicamente éticos ignorados, los
contextos humanos y sociales que obligan a considerar con mayor prudencia la novedad
anunciada, como lo hemos señalado ya anteriormente.

La necesidad de una comunicación bioética mente correcta resulta también del


hecho de que de todas maneras los temas bioéticos aparecen en los medios, pero en la
forma de relatos y comentarios de gente sin preparación específica, sean periodistas,
personajes conocidos por las más varias razones que no tienen nada que ver con la ética o
la bioética. Esta gente "crea opinión'' a pesar de ser incompetente, porque el público no
sabe discernir en este campo.

Comités de ética

Los Comités de Ética Asistencial y los Comités de Ética de la Investigación tienen


roles o funciones específicas, de ahí que también pueden tener diferentes repercusiones a
nivel jurídico. Los primeros son básicamente instancias de consulta que emiten informes
orientadores para quien los solicita: médicos, enfermeras, jefes de servicio o pacientes.
Los Comités de Ética de la Investigación, por el contrario, tienen una función diferente,
ya que autorizan y hacen seguimiento de los proyectos de investigación que se realizan en
seres humanos. Sus resoluciones tienen carácter vinculante que obliga a la institución en
la que se pretende realizar la investigación.

Comités de ética asistencial

Son grupos multidisciplinarios que se ocupan de las consultas, estudio, consejo y


docencia frente a los dilemas éticos que surgen en la práctica de la atención médica
hospitalaria. Se constituyen así en instancias o espacios de reflexión que buscan apoyar y
orientar metódicamente, tanto a profesionales como a pacientes en sus propias
8
perspectivas. Surgen en los hospitales como respuesta a viejos y nuevos problemas
morales de salud.

Las funciones incluyen:

1. Analizar, asesorar y facilitar el proceso de toma de decisiones clínicas en las


situaciones que creen conflictos éticos entre sus intervinientes: el personal sanitario, los
pacientes o usuarios, las familias y las Instituciones.

2. Colaborar en la formación en bioética de los profesionales del hospital y del


área de salud, y muy en particular en la de los miembros del Comité.

3. Proponer a la institución los protocolos de actuación para las situaciones en que


surgen conflictos éticos y que se presentan de manera reiterada u ocasional.

Comités de ética de investigación

Son organismos independientes conformados por grupos de personas de elevada


calidad y científica, ética y humana que tiene como principal responsabilidad revisar y
aprobar protocolos para el ejercicio de procedimientos médicos y de investigación
biomédica y de esta manera salvaguardar los derechos, seguridad y bienestar de las
personas.

Los Comités de Ética de Investigación deben ponderar los aspectos


metodológicos, éticos y legales del protocolo de investigación clínica propuesto, así
como el balance de riesgos y beneficios.

Para ello:

1. Deberá evaluar la idoneidad del protocolo en relación con los objetivos del estudio
y la justificación de los riesgos y molestias previsibles en función de los
beneficios que se esperan para los sujetos y la sociedad.
2. Evaluará la idoneidad del equipo investigador para la realización del estudio,
teniendo en cuenta su experiencia y capacidad investigadora en función de sus
obligaciones asistenciales y de otros posibles compromisos con otros protocolos
de investigación previamente adquiridos.
3. Valorará también la información escrita sobre las características del ensayo que se
dará a los posibles sujetos de la investigación, o a sus representantes legales, la
9
forma en que se proporcionará dicha información y el tipo de consentimiento que
se pretende obtener del sujeto (escrito o verbal ante testigos).
4. Comprobará la previsión de la compensación y del tratamiento que se ofrecerá a
los sujetos participantes en caso de lesión o muerte atribuibles al ensayo clínico
y del seguro o indemnización para cubrir las posibles responsabilidades tanto del
promotor como del investigador.
5. Conocerá y evaluará la compensación económica que el promotor ofrecerá a los
investigadores y a los sujetos de la investigación por su participación en la
misma.
6. Realizará el seguimiento del ensayo clínico desde su inicio hasta la recepción del
informe final. Facilitar el dictamen único en los ensayos multicéntricos.
7. Coordinar con las Comunidades Autónomas el desarrollo de un sistema
informático de comunicación entre Comités Éticos de Investigación Clínica.
8. Gestionar la base de datos de ensayos clínicos de la red nacional de Comités
Éticos de Investigación Clínica.
9. Promover criterios de evaluación comunes en los Comités Éticos de
Investigación Clínica.
10. Promover la formación de los miembros de los Comités Éticos de Investigación
Clínica.
11. Promover foros de debate entre Comités Éticos de Investigación Clínica.
12. Actuar como punto de contacto para proporcionar información sobre el
funcionamiento de la red nacional de Comités Éticos de Investigación Clínica.
13. Proporcionar asesoramiento a los Comités Éticos de Investigación Clínica en
cuestiones de procedimiento.

Comportamientos sociales de riesgo


Introducción salud y cultura

Hay quienes sostienen que las fronteras entre el delito y las psico y sociopatías son
confusas. Este estudio pretende aclarar esos límites, analizando un elemento común de los
patrones de conducta alterados: el daño causado a la persona, a la familia y a la sociedad.

Puesto que el ordenamiento moral se refiere a actos humanos (la moral estudia
actos humanos), puede decirse que el daño resultante de la conducta humana implica una

10
falta de adecuación al orden moral. Creer lo contrario supondría concebir un orden moral
morboso, causante de muerte.

De este modo, una conducta contraria al ordenamiento moral no podría


considerarse ética, ni legitimarse como una "forma de cultura". En este sentido, lo que se
enuncia como "respeto a la diversidad" no podría legitimarse éticamente pues lo "diverso"
no debería admitirse como válido, si resulta "inhumano", contrario a la familia o a la
sociedad.

En la medida en que se manipularon el conocimiento y la cultura a través de lo


que se conoció como knowledge management también se cultivaron "estilos de vida" en
los que no es posible discernir entre salud y enfermedad, entre honesto y delictuoso, entre
conducta ética y conducta inmoral. Fue en esta coyuntura en la que el Magisterio de Juan
Pablo II advirtió sobre un dramático enfrentamiento entre la "cultura de la vida" y la
"cultura de la muerte" (1).

Desde nuestro punto de vista podría también considerarse como un conflicto entre
la salud y la enfermedad de la cultura, sobre todo cuando no se distingue entre salud y
enfermedad, entre actos éticos y patrones de conducta antropológicamente inmorales.

Antecedentes históricos

Cuando en 1970 se acuñó la palabra bioética, se advertía un peligro de


"supervivencia" para la sociedad. Era un riesgo relacionado con desequilibrios del
medioambiente físico. Luego se advirtió de un riesgo no menos grave causado por la
manipulación del conocimiento y la cultura. En 1991 Juan Pablo II se refirió a los
desequilibrios del medioambiente sociocultural, causantes de alteraciones en lo que llamó
la "ecología humana". Tres años más tarde, se refería a la necesidad de "liberar al hombre
contemporáneo del miedo de sí mismo, del mundo, de los otros hombres...". Destacaba
los problemas de "convivencia" sobre los problemas de "supervivencia" a los que se
refería Potter.

Actualmente —sin subestimar los trastornos de la biosfera— tienen lugar alteraciones del
medio socio-cultural, traducidas en crecientes niveles de violencia, de corrupción y de
inseguridad, causados por patrones de conducta alterados en la familia y la sociedad.

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En la década de los setenta habían aparecido manifestaciones elocuentes de nuevos
"patrones de conducta", que fueron legitimados como "modas". La llamada "moda
unisex" junto al "movimiento hippie",  pronto no se consideraron "modas", sino "modos"
o "estilos" de vida.

Veinte años después, se atribuyó a la moral un significado exclusivamente


etimológico (morus - moda), admitiendo como moralmente válidos "estilos de vida" o
patrones de conducta, independientemente de sus nocivos efectos a nivel familiar y social.
Desde entonces se "construyeron" o "inventaron" nuevos "modos" de conocer, de actuar y
de relacionarse con los demás. La tecnología de las comunicaciones globalizo estas
"modas", como nuevos "estilos de vida". Fueron impuestos como "formas de cultura"; sin
embargo, en muchos casos se trataba de verdaderas "anticulturas", dañinas para la vida y
salud humana.

Iniciado el siglo XXI, por sus efectos se hizo evidente que no podía considerarse
como cultura el cultivo de hábitos contrarios a la naturaleza antropológica.
El Diccionario de la Lengua Española define "cultura" relacionándola con "cultivo" y
"cultivar", actos dirigidos a obtener frutos vivos. Ninguna cultura podía cultivar la
muerte.

El mismo concepto de psicopatía, como trastorno de la personalidad, había sido


modificado por este falso "cultivo" de morbosos estilos de vida. Antes, cuando un hombre
se vestía y actuaba como Napoleón era considerado loco. Luego, vistiéndose y actuando
como Madona, se consideró que hacía uso de una opción legítima. Hoy, cabría
preguntarse si la psicopatía es mayor en el más grave trastorno de la personalidad que
confunde el propio sexo, o bien, está en el confundir locura con cordura.

Antes y después de Freud, siempre se había considerado que la salud psicológica y


social se edificaba sobre el reconocimiento de la figura paterna y materna. Pero luego
parecieron ignorarse los efectos sobre la personalidad del niño, cuando éste no consigue
hacer coincidir el genotipo con el fenotipo de sus presuntos progenitores. También
parecen soslayarse los efectos producidos sobre aquellos huérfanos cuya orfandad es
procurada artificialmente, en forma predeterminada por una fecundación anónima.

Aunque todas estas prácticas hayan sido acordadas por consenso, y se consideren
12
como una "forma de cultura", no garantizan respeto al único sujeto de derechos, y
deberían considerarse como "anticultura", por afectar la salud y el desarrollo humano
integral.

PRECISIÓN DE TÉRMINOS. IDENTIDAD, CULTURA Y BIOÉTICA

La legitimación concedida por la sociedad contemporánea a diferentes patrones de


conducta permite entender mejor la definición de loco dada por Chesterton , como el que
ha perdido todo menos la razón. Al cortar y perder toda referencia de razón o ratio, se
pierde toda noción de medida y relación. El individuo queda aislado de la realidad, y su
razón ya no encuentra aplicación. Hoy lo comprobamos cuando pretende utilizarse la
irracionalidad como argumento. Mientras se proclaman los logros de la tecnología
médica, se promueve la muerte como recurso terapéutico en el llamado el suicidio
asistido.

Al tiempo que se corrompe la racionalidad, se pierden las referencias de identidad,


pues no es posible distinguir la realidad de uno mismo respecto al entorno. Se es extraño
o ajeno a sí mismo, en una "enajenación" que potencia un relativismo cognitivo, ético y
cultural. Ya no sólo se desconoce el par cromosómico número 23, sino el resto del
genoma, considerando a los animales como sujetos de derecho. Esa enajenación,
o alienación, implica desconocer el propio patrimonio genético y cultural.

En la definición de "patrimonio" del Diccionario de la Lengua española, como


"bienes heredados", se avizoran los efectos de renunciar a esos bienes. Ignorar los bienes
heredados implica carecer de bienes propios: no es posible reconocer los bienes propios
sino través de los heredados. Sin ese patrimonio no podríamos reconocer especie ni
cultura.

Resulta nefasto sustituir la naturaleza de estos bienes por "inventos" acordados o


consensuados por una opinión general o mayoritaria. Ello llevaría a una alienación similar
a la que se refería Cicerón: "hacer depender esta noción de la opinión general y no de la
naturaleza, es verdadera locura".

En esa naturaleza que menciona Cicerón existe un ordenamiento que es preciso

13
"descubrir", no "inventar", al contrario de lo que proponen bioeticistas como Fernando
Lolas, que no dan mérito intelectual a lo que se descubre, sino a lo que se "inventa" o
"construye". Entendemos que estas corrientes bioéticas se equivocan al afirmar que la
"realidad no es producto sino causa de la percepción" (10). Se equivocan al promover la
manipulación del conocimiento sobre un error gnoseológico y antropológico.

La bioética se relaciona con la cultura en la medida que el "ethos",  o conducta, es


capaz de promover vida, "bios". Por ello, la pretensión del knowledge management no
puede considerarse estrategia bioética al promover conductas enajenantes de la naturaleza
humana y del patrimonio cultural. No puede inventarse o construirse de espaldas a la
naturaleza. Las prácticas o ethos que impiden la salud y el desarrollo familiar y social
transforman el riesgo de "supervivencia" advertido por Potter , en un riesgo de
"convivencia".

Los antecedentes a la actual manipulación del conocimiento los encontramos en


los conceptos de Beauchamp y Childress, en 1979, cuando confundieron bien con
bienestar, libertad con autonomía, la no maleficencia con el evitar el daño, y los actos de
justicia con obras de beneficencia. Siguiendo ese discurso, Engelhardt llegó a concebir en
1986 el "estatus de persona", en el que excluía a quienes consideraba "no personas-
humanas", sosteniendo que "los seres humanos son personas en sentido estricto varios
años después de nacer".

Actualmente, ese pensamiento llevó a la Asociación Médica Mundial, en el año


2007 en Berlín, a recomendar que se sustituya el concepto de "ser humano" por el de
"humano". Ello supone no distinguir al ser humano de otros mamíferos, como los
vacunos, a los que con razón no se les llama "seres vacunos".

Sexualidad y procreación responsable.


Dignidad de la relación heterosexual

Antes de entrar en la cuestión de los criterios bioéticos sobre los métodos de


planificación familiar es conveniente examinar los aspectos de la sexualidad referentes a
la reproducción humana.

La relación genital heterosexual humana, por la cual el varón y la mujer se


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acoplan genitalmente mediante la introducción del órgano viril en la vagina femenina,
tiene una dignidad característica, tipificada en tres dimensiones naturales más relevantes:
unitiva, procreativa y recreativa.

a)La dimensión unitiva hace referencia al amor recíproco, íntimo y exclusivo que
deberían otorgarse los copulantes en la donación corporal. La clave antropológica de la
relación sexual humana es la dimensión unitiva, que idealmente debe reflejar la voluntad
real de comunión conyugal, fiel e indisoluble.

b )La dimensión procreativa es la posibilidad real de toda relación heterosexual,


más o menos probable según las circunstancias concretas, de la procreación, es decir de
que el óvulo femenino quede fecundado por el espermatozoide masculino, dando lugar a
una nueva vida humana. Aunque pueda parecer algo mecánico y rutinario, la procreación
es una acción tan sublime que no tiene parangón con ninguna otra actividad humana y por
ello confiere a la unión heterosexual una dignidad extraordinaria.

c)La dimensión recreativa se refiere al placer intenso u orgasmo que la relación


sexual puede producir en uno o idealmente en los dos copulantes. Esta dimensión
recreativa viene a complementar naturalmente las dos anteriores dimensiones, haciendo
de la unión conyugal una armonía placentera. Contrastando con esa armonía llama la
atención la superficialidad con que muchas parejas se unen genitalmente bajo el impulso
de la atracción carnal sin ser conscientes de las consecuencias posibles del acto que
realizan. Frecuentemente, por ignorancia, negligencia o imprudencia, se busca tan sólo la
dimensión recreativa en la satisfacción sexual, despreocupándose de la dimensión unitiva
e intentando anular la dimensión procreativa. Como consecuencia de esa actitud muchos
hijos son engendrados accidental o involuntariamente.

La revolución sexual que se ha expandido a mediados del presente siglo, si bien


ha contribuido a una mayor información sobre la sexualidad, ha reducido la relación
sexual a una experiencia de placer, de tal manera que las otras dos dimensiones se
debilitan e incluso se anulan, centrándose el acto sexual en el orgasmo y perdiendo su
verdadera dignidad humana. En el fondo de esta reducción hay una perversión de la
jerarquía de valores.

El placer sexual se ha erigido en un ídolo, al cual se sacrifican otros valores. Por


15
ello es preciso replantear éticamente ese tipo de conducta, insistiendo en un principio
ético regulador de las relaciones interpersonales: "Acepta la responsabilidad de todas las
consecuencias de tus actos, aunque no las hayas previsto o deseado". Aplicando este
principio a la relación sexual podemos afirmar que ésta de ningún modo puede
considerarse simplemente como un juego erótico o un desfogue pasional. Para que sea
verdaderamente humana requiere, entre otras condiciones, la previa aceptación de la
responsabilidad mutua de la posible procreación, si es que llega a producirse, aún en el
caso de que no se hubiera buscado.

Paternidad responsable

La educación sexual no puede reducirse a una información sobre los métodos de


control de natalidad, sino que debe entenderse como preparación mediata o inmediata al
matrimonio, abarcando por lo tanto la educación para una correcta paternidad y
maternidad responsable.

Dada la diversidad existente entre los métodos de planificación se hace necesario


profundizar en los criterios de elección, para que las decisiones no sean superficiales,
meramente subjetivas o poco informadas, sino que se tomen después de un
discernimiento objetivo, examinando los pros y los contras, teniendo en cuenta todos los
valores que están en discusión. Para ello hace falta previamente una información objetiva
científica y al mismo tiempo una formación ética que permita a los esposos adquirir una
conciencia clara y correcta sobre la dignidad de la sexualidad y sobre su responsabilidad
de ser transmisores de la vida humana.

Los esposos deben discernir sobre el número de hijos que desean tener y su
espaciamiento, teniendo en cuenta las circunstancias personales, familiares, económicas,
culturales, sociales etc. Supuesta esa actitud de discernimiento, vamos a referirnos al
problema de la selección de los métodos de regulación de la procreación.

Cuando los esposos han decidido por el momento no tener más hijos deberán
actuar responsablemente. Si no están dispuestos a vivir en abstinencia total, tienen que
discernir entre las alternativas a su alcance. En primer lugar conviene recordar en el
principio de responsabilidad de los propios actos, según el cual los dos esposos están
obligados a aceptar la procreación, si es que ésta, aunque no haya sido buscada, se
16
produ22 jera.

Es necesaria esta aclaración, ya que ningún método, salvo la esterilización total,


garantiza plenamente la infecundidad de la relación sexual. Los esposos a la hora de
seleccionar un método deben comparar la eficacia de los diversos medios, así como su
costo y su facilidad de aplicación.

Hay estudios científicos sobre la eficacia anticonceptiva de los diversos medios,


normalmente expresados en porcentajes, que deber ser tenidos en cuenta. Si los esposos
consideran que no deben tener más hijos, no es razonable utilizar un método poco
confiable. Obviamente también el costo y la facilidad de aplicación deben ser
considerados.

Sin embargo no basta examinar esos aspectos a la hora de decidirse por un método
de planificación familiar, sino que es preciso realizar una evaluación ética más completa
que tenga en cuenta todos los valores que están en juego a la hora de tomar una decisión.

Biotecnología
Introducción

Las vertiginosas transformaciones de la tecnociencia y su impacto sobre las


visiones de mundo contemporáneamente vigentes, así como las crecientes exigencias a la
reflexión que atañe a estas transformaciones, son todos factores que han acelerado un
discurso ético cuyos conceptos y términos no han logrado decantar en un juego de
lenguaje de común aceptación sino, al contrario, llevan a la utilización de significantes
cuyas lecturas no son coincidentes para los diversos interlocutores. De allí que las éticas
aplicadas se ven obligadas de definir los términos de su argumentación y buscar la
univocidad de algunas figuras retóricas cuya riqueza de connotaciones dificultan los
entendimientos.

Estas dificultades son especialmente notorias en disciplinas emergentes como la


bioética y la tecnociencia aplicada a los fenómenos vitales.

El término "biotecnología" viene siendo utilizado desde que se produjera la


simbiosis entre avances científicos, capacidades técnicas y su aplicación a la modificación
y la generación de fenómenos vitales, así como a la creación de seres vivos a partir de
17
métodos de laboratorio. La biotecnología encubre el hecho previo de la amalgama entre
ciencia y técnica -tecnociencia- que se produce a partir del siglo XVII y que tiene por
característica que el conocimiento científico sirve en forma directa e inmediata al
desarrollo técnico el cual, a su vez, nutre a la ciencia con instrumentos de investigación y
observación cada vez más sofisticados; con lo cual se vuelven obsoletas dos cuestiones
que también interesarán a la biotecnología: 1) Desaparece la brecha entre investigación
pura y aplicación, y 2) La ciencia no puede declararse inmune a la valoración ética, ya
que su producción de inmediato adquiere presencia social y, con ello, peso valórico. La
biotecnología, que es una tecnociencia aplicada a lo vivo y que, en rigor, debiera llamarse
"biotecnociencia"(5) comparte estas dos características de no distinguir entre
conocimiento y aplicación, y de llevar por ende en todas sus etapas una fuerte carga
valórica. La simbiosis entre conocimiento y aplicación adquiere nuevas dimensiones si se
considera que los altos costos del desarrollo tecnocientífico gatillan su traslado al ámbito
de la empresa privada, lo cual implica una fuerte presencia de valores comerciales y el
primado de intereses monetarios por sobre los académicos.

Si bien el término "biotecnología" contiene dos errores -calla el aspecto de la


ciencia y habla de un logos que no corresponde a la técnica sino a la reflexión sobre ella-,
ha tenido tal difusión que será aquí utilizado en el sentido de ser una práctica
tecnocientífica ejercida sobre lo vivo, en una homología algo espuria entre biotecnología
y biotecnociencia.

Las tres etapas de la biotecnología

El término biotecnología (en el sentido de biotécnica) es generalmente utilizado


en el sentido restringido de aplicación de la ingeniería genética y de las técnicas del ADN
recombinante a los sistemas vivos. Esta utilización es prima facie correcta, visto que lo
públicamente visible, por ejemplo en los debates sobre Organismos Genéticamente
Modificados (OGM), son sobre todo los productos de la biotécnica transgénica. Estos
debates también forman parte de la agenda de ambientalistas, defensores de
consumidores, y organizaciones no gubernamentales (ONG), preocupados de los modos
de producción de OGM y de sus posibles o probables efectos sobre la salud y el bienestar
de las personas, la economía, las relaciones entre consumidores y productores, la
18
transformación del medio ambiente a medio y largo plazo. La utilización reduccionista de
la palabra "biotecnología" puede ser bastante problemática en la medida que ignora esta
diversidad de intereses comprometidos y las reflexiones que ella desencadena, dejando
sin efecto lo que Thompson ha denominado el principio de la soberanía del
consumidor(6).

Hablar de biotecnología, sobre todo en un sentido crítico, suscita de inmediato la


observación que nada radicalmente nuevo estaría ocurriendo, puesto que el hombre
siempre ha influido sobre los seres vivos y sobre la naturaleza. De allí que sea necesario
distinguir al menos tres etapas de la biotecnología, la primera siendo efectivamente muy
antigua y coincidiendo con la revolución agrícola que domesticó a las plantas comestibles
y a diversas especies animales. Los primeros agricultores dirigían la selección natural,
cuidando de especies que les parecían útiles y descuidando las variedades o especies
inconvenientes. Bien mirado, era ésta una bioprototécnica, en la cual los procesos
naturales eran modificados dentro de sus capacidades autopoiéticas, es decir, una cepa
vegetal o una variedad animal podían ser artificialmente cultivados en tanto ello no
sobrepasara su capacidad natural de adaptación, lo cual impedía que se produjeran
grandes desajustes ecológicos.

La segunda etapa, ejemplificada por la crisis contemporánea de la "vaca loca",


implica una interferencia biotecnocientífica en una especie animal que excede su
tolerancia biológica, prueba de lo cual es que la alimentación artificialmente carnívora
que se dio al ganado vacuno produjo en un número importante de especímenes una
enfermedad mortal, la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB). Sería interesante
conjeturar sobre la importancia que este accidente pecuario habría tenido si la carne
infectada no hubiese provocado en el ser humano la también letal Enfermedad de
Creuzfeldt-Jacobs.

Muy probablemente el mal de la vaca loca es consecuencia de la decisión


pragmática de algunos criadores que escogieron alimentar su ganado con harinas
animales disponibles en el mercado, transformando sus rebaños herbívoros en omnívoros.
Hubo, por ende, un error de ellos y quizás una falta de competencia pues -se puede
argumentar- ¡deberían saber que las vacas no comen carne! Pero, también es legítimo
preguntar: antes de que los industriales comercializaran tales harinas, ¿fueron hechas las
19
investigaciones necesarias para poder prever la probabilidad de riesgos para el bienestar
animal y la salud humana, incluyendo posibles impactos sobre el medio ambiente? Es
decir, ¿fueron respetadas las normas de seguridad? ¿Se informó a los criadores sobre el
contenido del nuevo producto alimentario, a fin de permitirles decidir si comprarlo o no?
Las declaraciones de diversas instancias sociales y de varios gobiernos reconocen que
hubo mucha información encubierta, lo cual permitió la predominancia de intereses
pecuniarios por sobre el resguardo sanitario de seres vivos.

La EEB muestra cuán fácil es, por medio de acciones técnicas aparentemente
inocuas como la de mudar los hábitos alimentarios de animales, llegar a una situación
epidémica con graves consecuencias para la salud y el bienestar no sólo del ganado,
fuente de lucro para sus criadores, sino también de riesgo letal para poblaciones humanas.
Y eso tiene, por supuesto, implicaciones bioéticas si aceptamos nuestro presupuesto de
que esta disciplina se refiere a las prácticas humanas que pueden alterar irreversiblemente
los procesos vitales -que a su vez son irreversibles-, dañando a seres humanos y animales,
así como al medio ambiente.

En términos más técnicos, el caso de la EEB es un claro ejemplo de cómo la


acción humana puede alterar la homeostasis de un sistema vivo, volviéndolo
incompetente para "regenerarse desde adentro", de "transformar la materia/energía en un
proceso interno de auto manutención y autogeneración"(7, p.31), o de mantener sus
defensas frente a agresiones ambientales -virales en la EEB. De hecho, esta
autoorganización es importante para que cualquier sistema autopoiético se mantenga
vivo, lo cual sólo puede lograrse si es autónomo y en la medida que pueda reconocer su
entorno como propio o resistir eficazmente lo ajeno. Por ello se puede considerar que hay
codeterminación entre un sistema vivo y su entorno o ambiente, visto que "(un sistema
autopoiético) depende de su entorno físico-químico para su conservación como entidad
autónoma, de lo contrario se disolvería y reintegraría a su entorno"(7, p 59).

Hay diferencias obvias entre la relativa inocuidad de la bioprototécnica y la


biotecnología contemporánea aplicada al ganado vacuno, que altera la biología de una
especie al punto de romper la cadena nutricia natural con la destrucción de la especie
interferida -los vacunos- y de la especie que se alimenta de ella, los seres humanos. En
esta segunda fase de la biotecnología hay debilitamiento y aniquilación de sistemas
20
autopoiéticos, así como reacciones en cadena absolutamente inesperadas. Este vuelco
sorpresivo es característico de la tecnociencia y, por ende, de la biotecnociencia compleja,
donde la instrumentación no logra prever todos los efectos posibles que puede
desencadenar, como ya lo reclamara Hans Jonas(8).

En recientes lustros se ha producido un nuevo salto cualitativo en las prácticas


biotecnológicas, inaugurando lo que podría denominarse su tercera fase, cuyo sustrato es
la genética y cuyo producto más obvio es la transgenia o el traslado instrumental de
material genético entre diversas especies. La característica más relevante de las técnicas
transgénicas es la creación de nuevos genomas, vale decir, de nuevas especies. El
conocimiento genético actual dista mucho de ser tan completo como para predecir todas
las transformaciones que la transgenia pudiese producir en las nuevas especies y eso
significa, extrapolando del caso de las "vacas locas", que el potencial de sorpresas y de
efectos deletéreos inesperados es inconmensurable: literalmente, no se puede medir.

En este paradigma biotecnológico que hemos denominado fase tres, aparece un


fenómeno inédito, pues el hombre ha ganado un enorme ascendiente sobre los seres vivos
y su entorno, pero al mismo tiempo ha traspasado el límite, hasta ahora infranqueable, de
dirigir su potencial biotecnológico hacia sí mismo. La genética ha posibilitado que el ser
humano altere a todos los seres vivos, incluyendo a la especie humana, en forma
irreversible e inconmensurable. Salta a la vista que la razón pragmática posibilita cambios
antropológicos profundos que la bioética debe analizar en forma acuciosa y oportuna.

En otras palabras…

Con la introducción a gran escala de las técnicas de intervención genética, se


inicia una nueva era biotecnocientífica, con un potencial de efectos positivos pero
también negativos, que sobrepasan los límites espaciotemporales hasta ahora conocidos.
Ello genera por un lado la esperanza de obtener nuevos instrumentos técnicos para
mejorar la adaptación del ser humano, y de los seres vivos en general, al medio ambiente,
pero, por otra parte, abre también los temores de generar daños y riesgos de incalculable
dimensión y que, por su irreversibilidad, tendrían efectos transmitidos a futuras
generaciones.

Esta notable expansión de la razón instrumental debe acompañarse de una


21
fortificación a nivel social de la ponderación valórica, lo cual asigna a la bioética la tarea
de enriquecer y robustecer el discurso comunicativo. Esta tarea tiene un componente
reflexivo fundamental, pero que sólo será eficaz si logra generar mecanismos de
recomendación y de resolución que ayuden a regular las actividades biotecnocientíficas
en respeto del bien común.

Técnicas de fecundación humana.

LAS PRINCIPALES TÉCNICAS DE PROCREACIÓN ASISTIDA

Desde el año 1978 –fecha del nacimiento de Louise Brown, la primera niña
probeta1 – el tema de la procreación o reproducción asistida es objeto de continuos
debates tanto en su vertiente jurídica, como en su dimensión ética. Es un hecho que afecta
a un número reducido de casos dentro de los millones de niños que nacen actualmente,
pero los nacidos mediante esta nueva tecnología se cuentan ya en muchos millares. Estas
técnicas intentan resolver el problema de esterilidad de numerosas parejas –en torno al
10% – de las que, aproximadamente, en el 40% la causa está en el varón, en otro 40% en
la mujer, además de otro 20% de incompatibilidad en la misma pareja o de causa
desconocida.

La inseminación artificial (IA)

Es la técnica más sencilla dentro de la procreación asistida . Consiste en introducir


el semen, obtenido por masturbación, en distintas zonas del aparato reproductor de la
mujer (especialmente en el interior del útero, aunque también se ha hecho en el cuello del
útero o dentro de las trompas) con la finalidad de conseguir la fecundación. Se recurre a
la IA, especialmente cuando la causa de la esterilidad está en el varón (semen sin
espermatozoides, azoospermia; o con espermatozoides muertos, de bajo número o
insuficiente motilidad, necrospermia, oligospermia y astenospermia, respectivamente).

También se recurre a ella en casos de esterilización o sometimiento previo a un


tratamiento quimio- o radioterapeútico. Dentro de esta técnica debe distinguirse entre
IAC, indebidamente llamada homóloga, cuando se realiza con el semen del cónyuge o
compañero con el que vive establemente la mujer; y la IAD, calificada como heteróloga,
cuando el semen procede de un donante. En la teología católica se ha hablado de
IAimpropia: en ella no se prescinde del acto sexual, sino que se potencia su capacidad
22
fecundante, por ejemplo, dilatando el cuello del útero para facilitar la penetración del
semen, o se recoge éste en la vagina, después del acto sexual, para introducirlo en el
cuello del útero. Los resultados conseguidos mediante la IA son cada vez más
satisfactorios. Referidos a su aplicación durante seis ciclos, se ha logrado éxito con la
IAC en un 60% de los casos7 y con la IAD el porcentaje se eleva hasta un 79%8 .

Lógicamente son peores los resultados con la IAC, ya que se trata del semen de un
varón con problemas de esterilidad9 . En el caso de la IAD existe una selección de los
donantes por las características positivas de su líquido seminal e, igualmente, se busca
donantes de características similares al que será el futuro padre legal del niño (atendiendo
al color de la piel, cabellos y ojos, talla y grupos sanguíneos A, B, 0 y Rh positivo o
negativo). La fecundación in vitro o FIV Como antes se indicó, a finales de julio de 1978
tuvo lugar el nacimiento de Louise Joy Brown, la llamada primera niña probeta, gracias al
trabajo de Robert Edwards y Patrick Steptoe. Se trataba del primer ser humano cuya
concepción aconteció, no en el interior del aparato reproductor de la mujer, sino in vitro,
en el laboratorio. La madre de esta niña ovulaba con normalidad, pero padecía una
obstrucción de trompas –la causa más frecuente de esterilidad femenina– por la que los
espermatozoides no podían llegar al óvulo.

La fecundación Invitro

La técnica de fecundación in vitro, tal como hoy suele realizarse, tiene cuatro
fases:

a) Un tratamiento hormonal de la mujer, de tal forma que sus ovarios


puedan producir en el mismo ciclo un número elevado de ovocitos –
frecuentemente se consiguen 10-12.
b) La recuperación de ovocitos: en los primeros años se realizaba mediante
laparoscopia o visualización directa de los ovarios, que exigía
hospitalización y anestesia general. Hoy se realiza por vía vaginal y a
través de ecografía, con lo que basta con un simple calmante o relajante
y no se requiere internamiento hospitalario.
c) La fecundación en sentido estricto, es decir, la puesta en contacto de los
ovocitos con esperma, obtenido por masturbación, en donde basta con
23
ponerlos en contacto con un número bajo de espermatozoides.
d) La trasferencia de embriones, a las pocas horas de la finalización de la
fecundación, cuando constan de pocas células. Con un simple catéter se
introducen los embriones en el interior del útero, para que allí realicen,
por sí mismos, el proceso de anidación.

La trasferencia intratubárica de gametos (GIFT)

Es una variante de la FIV, iniciada por el argentino Ricardo Asch - Gamets


Intrafalopian Transfer. Una vez conseguidos los gametos masculinos y femeninos, por los
mismos medios que en la FIV, en lugar de intentar la fecundación en el laboratorio, se
introducen en el interior de las trompas de Falopio, para que allí se realice la
fecundación18. Es un método menos difundido que la FIV y que obtiene resultados
similares, incluso superiores en algunos equipos médicos, si bien en los últimos años su
utilización ha disminuido bastante.

La GIFT19 significa aproximadamente un 10% en comparación con la FIV y tiene


unos resultados que pueden situarse en torno al 21%. Crio preservación Una técnica
habitualmente unida a las anteriores es la congelación o criopreservación de semen o de
embriones.

Este proceso se realiza mediante nitrógeno líquido, con lo que se mantiene el


semen, o los embriones, por tiempo indefinido, a temperatura de -196º C. En el caso del
semen, hay una buena recuperación de los espermatozoides, tras su descongelación, de tal
forma que mantienen su capacidad fecundante. En el caso de embriones, se dan pérdidas
en torno al 60%, debido al shock hipotérmico. Es importante subrayar que la
criopreservación se realiza también en la llamada “fase de pronucleos” –cuando en el
proceso de fecundación, se ha constituido ya el núcleo del espermatozoide, pero aún no se
ha unido con el núcleo del óvulo en el proceso de singamia. Se podría calificar este
estadio como pre-cigoto, ya que aún no se ha producido la fusión de los complementos
cromosómicos femenino y masculino. Actualmente se está avanzando en la investigación
para consolidar la técnica de criopreservación de ovocitos.

Otras técnicas relacionadas con la procreación asistida

a) La maternidad subrogada o sustitutiva: citada con frecuencia con el término de

24
“madres de alquiler”. Se han dado bastantes casos y funcionan algunas agencias
especializadas en la búsqueda de mujeres que se prestan a gestar por otras que, por
razones médicas o de otro tipo, recurren a aquéllas para conseguir un hijo deseado.
Generalmente media una compensación económica, que en USA suele cifrarse en torno
a los 10.000 dólares, además de los gastos ocasionados por el embarazo y el parto.
También se ha hecho por consideraciones filantrópicas: entre dos hermanas, entre una
mujer y su propia madre...

b) La maternidad en mujeres postmenopáusicas: se ha conseguido en los


últimos años que puedan ver logrado su deseo de maternidad mujeres que han pasado
ya su climaterio. En estos casos se recurre a la donación de ovocitos, fecundados in
vitro con esperma del marido de la mujer menopáusica, o a la donación de embriones.
Debe realizarse un tratamiento hormonal de la mujer para que su útero esté preparado
para la gestación. Se ha conseguido de esta forma que sean madres incluso mujeres de
más de 60 años.

c) La elección de sexo: existen dos técnicas para conseguirlo. La primera consiste


en separar en el eyaculado, por centrifugación y otros medios físicos, una fracción más
rica en espermatozoides X o Y, que darán origen a una descendencia del sexo deseado.
Con esta técnica se consiguen éxitos del 70-80%. La otra técnica es mucho más precisa y
consiste en aislar una célula o blastómero de un embrión de pocas células,
criopreservando el resto del embrión. El estudio del cariotipo o de los cromosomas de
dicho blastómero, permite determinar con exactitud el sexo del embrión.

d) La clonación de embriones: en 1993 causó gran impacto la noticia de que los


Dres. Hall y Stilman, de la Universidad de Washington, habían clonado embriones
humanos de pocas células, es decir, habían dividido tales embriones, cuyas células son
todavía totipotentes y capaces de dar origen a un individuo humano completo. La técnica
ya ha sido desarrollada en animales, con vistas a la mejora ganadera y en el caso de Hall y
Stilman se realizó con embriones humanos noviables (se trataba de polispérmicos, es
decir penetrados por dos espermatozoides e incapaces de desarrollarse). Esta técnica
podría realizarse también en humanos y se plantearía especialmente en casos en que la
FIV proporcione sólo uno o dos embriones, ya que mediante la clonación podría
incrementarse el número de embriones disponibles para lograr el deseado embarazo. A
esta técnica nos referiremos más ampliamente en el capítulo dedicado a la clonación,
25
donde indicaremos que el término más correcto para referirse a la primera es el de
gemelación artificial.

Consentimiento Informado.

Antecedentes históricos del consentimiento informado

En la literatura médica, el concepto informed consent es citado en nueve


ocasiones entre 1930 y 1956; fue utilizado como tal, por vez primera, en la legislación de
1957 durante un recurso judicial en California. En España, ya en 1972, el Reglamento
General de Gobierno y Servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social
establecía que los enfermos tenían derecho a autorizar directamente o a través de sus
allegados las intervenciones quirúrgicas y actuaciones terapéuticas que implican riesgo
notorio previsible, así como a ser advertidos de su gravedad. En 1976 el convenio relativo
a los derechos humanos y la biomedicina, elaborado por el Consejo de Europa, aborda
exhaustivamente el Consentimiento Informado como primera norma internacional dentro
de los derechos humanos. Los estados miembros del Consejo de Europa, los demás
Estados y la comunidad europea, signatarios del presente convenio consideran en el
capítulo 2, articulo número 5 como regla general, donde se señala que una intervención en
el ámbito de la sanidad sólo podrá efectuarse después de que la persona afectada haya
dado su libre e inequívoco consentimiento.

Definición del consentimiento informado

El consentimiento informado es un proceso gradual en el cual se da información


veraz al paciente acerca de su estado de salud, de los procedimientos y técnicas que se le
puede realizar, explicándole los riesgos y beneficios de cada una para que él sea capaz de
tomar sus propias decisiones y de participar activamente en todo lo relacionado con su
diagnóstico y tratamiento. (León, 2011)

Elementos del conocimiento informado

El conocimiento informado debe reunir los siguientes elementos: voluntad del


paciente, información del médico y comprensión del paciente. Voluntariedad: se
entiende que no debe existir ningún tipo de presión externa, ni influencias indebidas ni
grados, persuasión ni manipulación, ni coerción. Información: se refiere a que cada sujeto

26
debe recibir la información mínima necesaria, adaptada a su nivel de entendimiento, sobre
el objetivo, procedimiento, beneficios esperados, riesgos potenciales, incomodidades
derivadas, posibles alternativas, así como el carácter voluntario de su participación, sin
prisas y dejando tiempo suficiente para la toma de decisiones. La información debe ser:

Información suficiente: el consentimiento informado que brinda el profesional


de enfermería debe ser amplio, que abarque las razones por las cuales se va a realizar el
acto de cuidado, teniendo en cuenta las siguientes características qué se va a hacer, para
qué y cómo se va a hacer, dar una explicación partiendo de un consentimiento claro del
procedimiento a través de un lenguaje sencillo acorde con el usuario a quien va dirigido
que le permita entender y comprender las acciones realizadas por el profesional, para
llevar a cabo lo anterior, se debe tener en cuenta el espacio donde se efectúa la
interacción, entendiendo esta última como una relación dialógica enfermera-usuario.

Información adecuada: dentro de éste aspecto cabe resaltar que el profesional de


enfermería al momento de dar información debe tener en cuenta que el usuario tenga
conocimiento de por qué se realiza el acto de cuidado teniendo en cuenta los beneficios
que va a obtener, de igual forma, las consecuencias a que está expuesto con el
procedimiento obtenido de esta manera una verdadera satisfacción del usuario por la
información recibida

Información oportuna: la información que realice el profesional de enfermería


debe ser previo a un acto de cuidado teniendo en cuenta los aspectos anteriormente
nombrados.

Comprensión: se refiere a que el paciente haya comprendido la información


proporcionada, capacidad del individuo para comprender.

Significado del consentimiento informado para la enfermería

La enfermera al igual que el médico tiene el deber de informar, por lo que si en la


relación con el paciente se establece una verdadera relación de mutua confianza,
establecida en la comunicación entre ambos existe consentimiento, pero además, es
necesario que el paciente pueda consentir y decidir sobre el tratamiento o las
exploraciones a realizar, por lo que para decidir es necesario que el médico informe al
paciente correctamente. Esta información adecuada puede aumentar la confianza del
27
enfermo en el médico y la enfermera, la cual será beneficiosa para la curación. La
educación del paciente para recuperar la salud es un mandato imperativo de la medicina
hipocrática. (León, 2011) Rol de la enfermera: en la actualidad la relación asistencial con
el paciente se ha visto muy influida por los cambios sociales y tecnológicos, ello ha
transformado tanto la percepción del paciente como la del propio profesional entendiendo
la situación de manera desigual. La actividad que desarrolla enfermería por la ventaja que
tiene con el resto del equipo de salud por su contacto continuo, prolongado e intenso con
el paciente lo que permite conocerlo muy bien y establecer una estrecha relación afectiva
con el paciente y familiares. El núcleo de esta relación es sin lugar a dudas la autonomía
del paciente frente a la información, la comunicación y el consentimiento informado. La
información debe darse en el contexto adecuado; el momento idóneo y contacto necesario
en cada caso escuchando al paciente, que esta información no someta al paciente como
sujeto pasivo.

La enfermera podrá y deberá informar de todo aquello que le es propio y por tanto
posee un conocimiento científico y profesional acerca de ello. Pensemos por un momento
en la ejecución de un tratamiento, aunque sea por delegación de otro profesional implica
también solicitar el conocimiento informándole de todo lo concerniente a los cuidados
que se le va a aplicar, manteniendo una actividad profesional en el sentido de la
“información consentida” lo que significa la continua aprobación que se está solicitando
al paciente de una forma táctica sobre aquello que se va a realizar o sea que actuara por su
propia autonomía.

Podríamos llevar la información asentida con conocimiento o información


aprobada, lo importante no es el conocimiento sino la información siendo esta el núcleo
principal de la atención de enfermería. El personal de enfermeras debe conocer aquello a
lo que se enfrenta cada día y delimitar claramente lo que es responsabilidad suya y lo que
no lo es, ya que actualmente el trabajo en equipo hace que se diluyan las
responsabilidades e incluso se asignen a los que no las tienen. En cualquier caso la clave
del consentimiento informado es la información respetando la autonomía del paciente.
Por lo general se considera que una enfermera es excelente profesional cuando presta
cuidados de tipo técnico óptimos; es por esto necesario la preparación del personal de
enfermería en bioética ya que creemos el valor que tiene una sonrisa, unas palabras
28
precisas pero cariñosas llenas de conocimiento científico pero también de respeto a la
dignidad y autonomía del hombre enfermo, lo que hace la diferencia

Eutanasia versus encarnizamiento terapéutico

El derecho esencial que debe asistir a todo ser humano siempre es el de la vida. En
nuestra sociedad no se quiere hablar de la muerte y se intenta ocultarla, la mayoría de las
personas mueren en los hospitales, muchas veces alejadas de sus seres queridos, casi
nadie ve morir a otros, en la actualidad la mayoría de las personas se encuentran por
primera vez con la muerte en su propia muerte.

Los avances de la medicina en los últimos tiempos han progresado y es así como
en la actualidad han disminuido el número de fallecimientos por enfermedades agudas y
han aumentado las probabilidades de morir tras un proceso relativamente largo, poniendo
en acción todos los medios disponibles para mantener con vida a un paciente aunque haya
pocas posibilidades de éxito.

Cuando las condiciones de salud se han perdido y la enfermedad lleva a quien la


padece a una situación irreversible, cabe preguntarse si se está cuidando la vida o
prolongando la agonía, es decir se deben poner los medios disponibles en cada caso para
mantener con vida a un paciente el mayor tiempo posible o se debe utilizar toda la terapia
disponible aunque haya pocas posibilidades de éxito. Ante esto aparece el llamado
“derecho a morir dignamente” y es así como los partidarios de la “eutanasia” entienden
como que es el derecho a tener una muerte sin dolor provocada voluntariamente a
petición propia o no del paciente y que rechaza a un “encarnizamiento terapéutico” que
prologaría una agonía deshumanizada y llena de tecnología en la que el paciente está
aislado de su entorno natural (Pérez, 2002).

Concepto de eutanasia

Etimológicamente eutanasia significa buena muerte; según Francis Bacon en el


siglo XVI y de acuerdo a la Asociación Médica Mundial (1987): “El acto deliberado de
dar fin a la vida de un paciente, ya sea por su propio requerimiento o a petición de sus
familiares” en general eutanasia significa provocar una muerte fácil y sin dolor a un
paciente que está próximo a morir por causa de una enfermedad Terminal.

29
Clasificación por criterio de elección del paciente

Voluntaria o suicida: cuando la decisión la toma el paciente directamente o


terceros obedeciendo los deseos que éste expresó con anterioridad.

Involuntaria u homicida: cuando la decisión la toma un tercero sin que haya el


consentimiento del paciente. Esto puede ser “por piedad” en la que se pretende evitar
sufrimientos inútiles o porque se la considera una carga para la sociedad.

Clasificación en función de la acción Activa o por acción: es provocar


inmediatamente la muerte mediante la aplicación de sustancias letales cuando se es
víctima de enfermedades incurables progresivas y graves como el cáncer. Se recurre a
sustancias mortíferas o sobredosis de morfina.

Pasiva o por omisión: es provocar la muerte deliberando un cuidado debido y


necesario para la curación o supervivencia, ya sea por abstención terapéutica (no se inicia
tratamiento) y la suspensión terapéutica (se suspende el tratamiento ya iniciado). En esta
eutanasia no se abandona en ningún momento al enfermo.

Encarnizamiento terapéutico o distanasia

Etimológicamente significa “mala muerte”, es un empeño obstinado por


retrasar la muerte utilizando procesos terapéuticos cuyo efecto es más nocivo
que los efectos de la enfermedad a curar consiguiendo únicamente la
prolongación ilícita de vida. La Asociación Médica Mundial define como “todo
tratamiento extraordinario del que nadie puede esperar ningún tipo de beneficio
para el paciente”. El médico tiene el deber de abstenerse de él y el paciente
posee todo el derecho de rechazarlo.

´´Ante este problema, extremadamente padecido y delicado para los familiares y


en primer lugar para los médicos preocupados para afrontarlo y resolverlo en ciencia y en
conciencia, son dos las exigencias que debemos aclarar y tratar de respetar a fondo. La
primera es definir cuando hay ensañamiento terapéutico: a mí me parece que hay unos
criterios objetivos, que no dependen solo del médico o del familiar; son criterios que se
encuentran dentro de la realidad y que por lo tanto, están arraigados en la realidad misma.
A la luz de la reflexión bioética parece que son tres, en base a los cuales podemos decir

30
que estamos ante un ensañamiento terapéutico´´ (Hernández M., 2011).

El primer criterio es el de la inutilidad, cuando se trata de un tratamiento que


resulta ineficaz e inútil: “podemos continuar, sin obtener resultados”. Cuando nos
encontramos ante una situación de irreversibilidad, generalmente definida por la muerte
cerebral, es inútil continuar.

El segundo criterio es el de gravosidad, o sea de la pena excesiva a la que


estaría expuesto el enfermo, el cual termina por sufrir de más sea físicamente sea
moralmente.

Un tercer criterio es el de la excepcionalidad, o sea cuando se interviene por


medios que son desproporcionados. Este es un criterio muy relativo, que cambia con el
tiempo. Cuando se verifican justo estos tres criterios, nos encontramos ante el
ensañamiento terapéutico y desde el punto de vista moral podemos o debemos renunciar a
proseguir con el tratamiento. Esto que parece fácil no lo es porque hay que verificar si
estos criterios se dan en el caso concreto y aquí viene la segunda exigencia que es la
aplicación correcta de los mismos.

Hay un asunto particular al que se debe prestar atención y es que debemos seguir
dando cuidado humano fundamental como dar de comer y de beber y de estar presentes y
de compartir el momento de la muerte. Eutanasia y encarnizamiento terapéutico desde el
punto de vista ético Las dos acciones son reprobables éticamente y se alejan aunque por
polos opuestos del comportamiento correcto que consiste en respetar la evolución natural
y aceptar la muerte cuando ésta llega.

La acción de dejar que la muerte siga su curso natural es decir cuando hay certeza
de muerte inminente y el tratamiento es ineficaz y penoso entraría dentro de las prácticas
reconocidas como éticas.

La Asociación Médica Mundial máximo organismo internacional en ética


profesional dice: “La eutanasia, es decir, el acto deliberado de dar fin a la vida de un
paciente aunque sea por propio requerimiento o a petición de sus familiares, es contraria a
la ética” es irrelevante quitar la vida a un ser humano. El no instaurar o suspender
tratamientos no es ningún homicidio deliberado sino un acto ético, por cuanto constituye
una práctica médica correcta repleta de ciencia y de prudencia médica. La Comisión
31
Central de Deontología Médica (CEDM) al condenar el encarnizamiento terapéutico,
confirma por contraste la dignidad ética del médico que se abstiene de acciones
deliberadamente inútiles.

La utilización de medios proporcionado o desproporcionados a la situación de


cada paciente varía. Cuando existe un enfermo en peligro próximo de muerte con la
posibilidad de cierta recuperación se consideran proporcionados todos los medios
técnicos disponibles, en cambio cuando ya no hay posibilidades razonables de
recuperación sino sólo de alargar la agonía hay que evitar obstinarse en tratamientos
médicos desproporcionados e inútiles. Las posibilidades técnicas de prolongar la vida del
hombre han progresado tanto que lo que antes era una regla razonable (hacer todo lo
posible por mantener en vida a un hombre) ahora ya no lo es. Lo común entre el
encarnizamiento terapéutico y la eutanasia está en su artificiosidad: o se obliga a vivir al
paciente o se le obliga a morir (Medicina, 2000).

En estas circunstancias el deber del médico sería ofrecerle al paciente los cuidados
paliativos que le permitan morir con dignidad mediante un cuidado total, activo y
continuado por un equipo multiprofesional donde se cubrirán las necesidades físicas,
psicológicas, sociales y espirituales del paciente y su familia, si es necesario el apoyo
debe extenderse al proceso de duelo. Los cuidados paliativos ponen el énfasis en la
calidad de vida, es decir, en la paz, la comodidad y la dignidad. Una de las metas
principales de los cuidados paliativos es el control del dolor y de otros síntomas para que
el paciente pueda permanecer lo más alerta y cómodo posible.

Los servicios de cuidados paliativos están disponibles para personas que ya no


pueden beneficiarse de los tratamientos curativos; el paciente típico de cuidados
paliativos tiene un pronóstico de vida de 6 meses o menos. Los programas de cuidados
paliativos proporcionan servicios en varias situaciones: en el hogar, en centros de
cuidados paliativos, en hospitales o en establecimientos capacitados para asistir enfermos.
Las familias de los pacientes son también un enfoque importante de los cuidados
paliativos, y los servicios están diseñados para proporcionarles la asistencia y el apoyo
que necesitan".

Eutanasia desde el punto de vista jurídico Jurídicamente nadie tiene derecho a

32
eliminar la vida, aun la propia y se ha negado toda validez al consentimiento prestado
para recibir la muerte, al considerar el derecho a la vida como indisponible, es decir como
un “derecho-deber”. Y aquí interviene el principio de justicia según el cual todo ser
humano debe ser respetado y su dignidad protegida y amparada por los demás incluido el
Estado, la justicia prevalece sobre la autonomía del individuo. Nadie tiene derecho a
decidir cómo y cuándo debe acabar su vida por lo tanto existe el derecho a ser matado ni
el deber de un tercero a matar, lo que existe el derecho a la vida y a tener una muerte
digna es decir el derecho de los moribundos a que la sociedad los cuide a la hora de la
muerte y alivie sus sufrimientos y angustias en la medida de lo posible. En nuestro país la
eutanasia no está legalizada, por lo tanto, si se llegase a comprobar que una persona
participó de este acto es penada de 8 a 16 años de cárcel.

Cuidados paliativos, calidad de vida y respeto a la dignidad


del ser humano

El cuidado de pacientes con enfermedades terminales y el


comportamiento y consuelo de sus familiares ya sea por muerte repentina o
después de una enfermedad prolongada es una de las situaciones más difíciles
en la práctica de enfermería por lo que este personal, independientemente de la
competencia y desempeño que debe mostrar en su actuar diario, debe poseer
además toda una serie de principios éticos que se encuentran implícitos en el
código de esta profesión y tener en cuenta las reflexiones filosóficas que la
bioética le puede aportar en el cuidado y tratamiento de las enfermedades de
cáncer en fase terminal.

Definición

La medicina paliativa puede definirse como ...la atención activa y total a


los pacientes y sus familias por parte de un equipo multiprofesional, cuando la
enfermedad ya no responde a tratamientos curativos y la expectativa de vida es
relativamente corta… Aspira a cubrir además de los aspectos tradicionales de la
medicina moderna, aspectos psicológicos, sociales y espirituales (modificado de
R. Twycross).

Los cuidados paliativos son un concepto de la atención al paciente que


33
incluye a profesionales de la salud y a voluntarios que proporcionan apoyo
médico, psicológico y espiritual a enfermos terminales y a sus seres queridos.
Los cuidados paliativos ponen el énfasis en la calidad de vida, es decir, en la
paz, la comodidad y la dignidad. Una de las metas principales de los cuidados
paliativos es el control del dolor y de otros síntomas para que el paciente pueda
permanecer lo más alerta y cómodo posible. Los servicios de cuidados paliativos
están disponibles para personas que ya no pueden beneficiarse de los
tratamientos curativos; el paciente típico de cuidados paliativos tiene un
pronóstico de vida de 6 meses o menos. Los programas de cuidados paliativos
proporcionan servicios en varias situaciones: en el hogar, en centros de cuidados
paliativos, en hospitales o en establecimientos capacitados para asistir enfermos.
Las familias de los pacientes son también un enfoque importante de los cuidados
paliativos, y los servicios están diseñados para proporcionarles la asistencia y el
apoyo que necesitan (Gómez, 1999).

Principales objetivos de la medicina paliativa

1. Aliviar los síntomas y solucionar problemas.

2. Asistir el área psicológica y espiritual para que los enfermos puedan


aceptar su propia muerte y prepararse para ella en la forma más adecuada.

3. Ofrecer un sistema de apoyo que ayude a los pacientes a llevar una


vida lo más activa y creativa posible hasta que sobrevenga la muerte,
promoviendo de este modo su autonomía, su integridad personal y su
autoestima.

4. Brindar un sistema que ayude a las familias a afrontar la enfermedad


del paciente y sobrellevar el período de duelo.

La Medicina Paliativa reconoce que el proceso de morir es normal, no


busca posponer una muerte inevitable ni acelerarla, busca sí, que cuando
acontezca encuentre un paciente y una familia preparados, en lo posible, para
aceptarla con dignidad y el mínimo sufrimiento. Los cuidados paliativos
representan la corriente inversa al intervencionismo terapéutico basado en el
encarnizamiento terapéutico (Gómez, Medicina paliativa en la cultura latina,
34
1999).

Calidad de vida

Cuando se habla de mejorar la calidad de vida en general no hay un


conocimiento claro de lo que significa. La calidad de vida global fue referida
inicialmente por Pigou (1920) al bienestar económico. Luego, en la post guerra
se comienza a aplicar a otros aspectos, entre ellos a la salud.

Se trata, entonces de un bien de consumo más, con la peculiaridad de


que no sólo debe ofrecerse a quienes carecen de él, es decir a las personas
enfermas, sino a todas las personas, sanas y enfermas. Esto produce un cambio
notable en la forma en que se realiza desde entonces, la prestación sanitaria,
constituyendo lo que Murillo Capitán denomina “medicalización de la vida”, la
cual conlleva a que en situaciones geográficas y socioculturales adecuadas, el
ser humano nace y muere, siempre bajo algún grado de asistencia médica. Para
ello se requiere, naturalmente, contar con acceso al sistema de salud de ese
lugar particular.

Este giro de la forma en que se intenta brindar asistencia médica tiene


enormes ventajas frente al anterior histórico: fundamentalmente cumple con los
imperativos de la profilaxis, ya sea primaria o secundaria y permite un
seguimiento longitudinal de cada individuo. Indudablemente, mejora la calidad de
vida, en este caso en salud, pues permite la anticipación y prevención en
muchas situaciones y cuando la enfermedad ya está presente, una acción rápida
habitualmente más eficaz (León, Cuidados al Final de la Vida. Bioética y
Enfermería, 2010).

Hoy existen numerosas definiciones de Calidad de vida: todas ellas tienen


en común de que se trata de una percepción subjetiva, personal e intransferible.
La O M S la define como…”la percepción personal de un individuo de su
situación en la vida, dentro del contexto cultural y de valores en que vive y en
relación con sus objetivos, valores e intereses”.

35
Calidad de vida en salud puede definirse como la satisfacción de un
individuo en aspectos que abarcan salud, en el contexto que marca la OMS: no
sólo la ausencia de enfermedad sino el bienestar en otras áreas: físico, mental,
emocional, social y espiritual.

Se define también como la percepción subjetiva, influenciada por el


estado de salud actual, de la capacidad para realizar aquellas actividades
importantes para el individuo. La esencia de este concepto está en reconocer
que la percepción de las personas sobre su estado de bienestar físico, psíquico,
social y espiritual depende en gran parte de sus propios valores y creencias, su
contexto cultural e historia personal. Calman, refiriéndola al enfermo, la define
como…”la distancia entre las expectativas del paciente y su familia y la real
situación de la enfermedad de dicho enfermo”.

Una vez establecidos estos conceptos y considerando que el sistema


sanitario actual adolece de notables defectos para cumplir con la compleja
asistencia de los enfermos terminales, se plantea la implementación de un
sistema más racional, que abarque todas las necesidades del binomio
paciente/familia, que permita una actuación cómoda del equipo de salud frente a
situaciones de alta complejidad y muy dinámicas que devienen en los enfermos
terminales.

Dignidad humana o de vida

Por su misma naturaleza, por la misma fuerza de pertenecer a la especie


humana, por su particular potencial genético - que la enfermedad sólo es capaz
de esconder pero que resurgirá de nuevo si el individuo recibe la terapéutica
oportuna -, todo ser humano es en sí mismo digno y merecedor de respeto. En la
filosofía moderna y en la ética actual se propaga una subjetivación de los valores
y del bien.

A la vez que forma parte del mundo, el hombre lo trasciende y muestra


una singular capacidad - por su inteligencia y por su libertad - de dominarlo. Y se
siente impulsado a la acción con esta finalidad. Podemos aceptar por tanto que
el valor del ser humano es de un orden superior con respecto al de los demás
36
seres del cosmos. Y a ese valor lo denominamos “dignidad humana”.

La dignidad propia del hombre es un valor singular que fácilmente puede


reconocerse. Lo podemos descubrir en nosotros o podemos verlo en los demás.
Pero ni podemos otorgarlo ni está en nuestra mano retirárselo a alguien. Es algo
que nos viene dado.

Es anterior a nuestra voluntad y reclama de nosotros una actitud


proporcionada, adecuada: reconocerlo y aceptarlo como un valor supremo
(actitud de respeto) o bien ignorarlo o rechazarlo. (Hernández M. e., 2011) Este
valor singular que es la dignidad humana se nos presenta como una llamada al
respeto incondicionado y absoluto. Un respeto que, como se ha dicho, debe
extenderse a todos los que lo poseen: a todos los seres humanos. Por eso
mismo, aún en el caso de que toda la sociedad decidiera por consenso dejar de
respetar la dignidad humana, ésta seguiría siendo una realidad presente en cada
ciudadano.

Aun cuando algunos fueran relegados a un trato indigno, perseguidos,


encerrados en campos de concentración o eliminados, este desprecio no
cambiaría en nada su valor inconmensurable en tanto que seres humanos. Por
su misma naturaleza, por la misma fuerza de pertenecer a la especie humana,
por su particular potencial genético, todo ser humano en sí mismo es digno y
merecedor de respeto.

Rol de enfermería en cuidados paliativos

La Organización Mundial de la Salud determina que los cuidados


paliativos “consisten en la atención activa e integral de las personas que
padecen una enfermedad que no responde a tratamiento curativo, los objetivos
básicos son el control del dolor y otros síntomas, el apoyo psicosocial y
emocional al enfermo y su familia, tratando de lograr un mayor bienestar y
mejorar su calidad de vida”. Los cuidados paliativos incorporan una concepción
multiprofesional e interdisciplinaria en el cuidado de las personas con diagnóstico
de enfermedad avanzada, progresiva, incurable y en etapa terminal.

A partir del trabajo de los diferentes profesionales de la salud actuando en


37
equipo, se podrá brindar los cuidados atendiendo a las necesidades físicas,
psicológicas, sociales y espirituales de la persona muriente y su familia (Blanco,
1999).

Enfermería ocupa, dentro del equipo de salud, un lugar de privilegio, ya


que es quien permanece la mayor cantidad de tiempo junto al paciente, esto le
permite ejercer plenamente el rol de “cuidador”.

La tarea de cuidar tiene dos objetivos claramente definidos: ayudar a las


personas a afrontar los problemas que les impiden satisfacer sus necesidades
básicas con el fin de que puedan llevar una vida plena, y ayudar a obtener el
mayor grado de bienestar posible dentro del contexto de la enfermedad; ambos
objetivos identifican claramente la función básica de enfermería. La enfermería
en cuidados paliativos desarrolla sus actividades en el contexto enmarcado por
el cuidado de los pacientes y familias en los cuales la enfermedad progresa
inexorablemente hacia la muerte.

Junto con el resto del equipo debe esforzarse en aliviar los problemas,
facilitar los procesos de adaptación a la situación de terminalidad, contribuir a la
comunicación paciente-familia-equipo y colaborar con los diferentes recursos
potencialmente implicados.

Poder lograr estos objetivos no solo depende de una amplia formación


general, sino también de una formación específica en Cuidados Paliativos, ya
que la problemática con que deberá enfrentarse tiene características propias e
implica el aceptar que no todos los pacientes se van a curar y gran parte de ellos
morirán a muy corto plazo, esto implica cambiar la actitud curativa hacia una
actitud paliativa. Al igual que para los otros miembros del equipo, la madurez
profesional y personal, la habilidad en detectar y atender los detalles, junto con la
capacidad de obtener una visión global de la situación, son aspectos relevantes
de Enfermería en Cuidados Paliativos

Es importante que la enfermera ayude al paciente y a sus familiares a


mantener la dignidad y la ecuanimidad, algunos pacientes que saben que tienen
una enfermedad incurable manifiestan que temen al dolor o la desfiguración o
38
cualquier otro aspecto específico de la enfermedad, la enfermera no debe perder
de vista esta importante preocupación de sus pacientes, hay que hacer todo lo
posible por ayudarle a mantener el respeto de sí mismo, cubrirlo durante los
tratamientos, estricta atención a la limpieza, permitirle que participe en planear
su cuidado cuando pueda hacerlo.

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