Trabajo Práctico #2: Circuitos Económicos y Capitalismo
Trabajo Práctico #2: Circuitos Económicos y Capitalismo
Trabajo Práctico #2: Circuitos Económicos y Capitalismo
Un sistema económico está definido como las “formas de organizar el trabajo humano
que, en todas las sociedades, se necesita para producir los bienes y servicios que hacen posible la
vida.” (Bowles y Edwards, 1990:20). De esta manera, la organización del trabajo humano en aras
del aprovechamiento de los recursos (naturales e industrializados) a escalas nacional e
internacional fue derivando en la aparición de nuevos sistemas económicos a lo largo de la
historia, y es posible encontrar varios sistemas económicos que se han desarrollado en diferentes
épocas históricas, como por ejemplo la esclavitud, la economía familiar autosuficiente, el
capitalismo, los sistemas tribales comunales, el socialismo estatal y el feudalismo, por mencionar
algunos de ellos. Dentro de cada uno de estos sistemas económicos existen (y existieron)
decisiones de cómo se realiza el trabajo, qué trabajo es conveniente realizar para conseguir bienes
o servicios y cómo se utilizan esos productos resultantes.
Los autores también afirman que los sistemas económicos tienen gran influencia por las relaciones
que se dan entre las personas de la sociedad en cuestión. Estas relaciones (directas o indirectas)
determinan los movimientos de la economía en una sociedad, a la vez que ellas mismas están
atravesadas por factores tanto físicos como tecnológicos, configurando al sistema según la
ubicación geográfica, la religión, sus costumbres y el tipo de producción que predomine (agrícola o
industrial).
Los autores proponen el análisis de los sistemas económicos utilizando un enfoque
tridimensional:
1. Competencia: esta dimensión horizontal de analizar un sistema económico, se constituye
a través de la evaluación del intercambio voluntario; en el capitalismo, por ejemplo, este
intercambio tiene lugar principalmente en los mercados. El rasgo de análisis horizontal es
por la relación a la relativa igualdad de oferentes que existen para satisfacer una
necesidad determinada, es decir, la cantidad de capitalistas o empresas que existen para
satisfacer una necesidad humana genérica.
2. Autoritarismo: en este enfoque vertical, nos referiremos “al aspecto de las relaciones
económicas en el que entran en juego el poder, la coacción, la jerarquía, y el hecho de ser
un subordinado o superior” (Bowles y Edwards, 1990:22). Cabe destacar que para que una
persona tenga autoridad sobre otra, es fundamental la tenencia de algún tipo de poder
sobre ella. El carácter vertical de esta visión es porque este análisis implica a personas o
grupos en situación desigual, “al estar unos más arriba que otros”.
3. Cambio: esta tercera dimensión hace referencia a la forma en que el funcionamiento de
un sistema económico permite transformarse a sí mismo. Esto quiere decir que, en el que
capitalismo, el cambio tiene lugar ya que se obtienen grandes beneficios si es alterada la
situación existente en un momento dado (fabricación de nuevas y mejores máquinas,
diseño de nuevos productos que satisfagan necesidades de las cuales no teníamos
consciencia, etc.). Esta alteración se produce en dos vías: al expandirse el capitalismo, éste
altera su entorno; y este entorno modificado puede alterar el funcionamiento mismo del
capitalismo. Decimos que es un análisis temporal porque estos cambios se producen a lo
largo del tiempo.
En las sociedades capitalistas, aquellos que se apropian del excedente (los capitalistas y
empresarios principalmente) lo utilizan con el fin secundario de extender su riqueza, lo que atrae
la idea de poder. Si bien este excedente es utilizado para la reposición de materia prima o como
medio de inversión para conseguir más y mejores máquinas para reponer el desgaste o
reemplazarlas directamente, el excedente tiene como fin último, por parte de los empresarios, el
aumento de la riqueza personal, la extensión de un capital monetario que se ostenta en bienes de
lujo principalmente. Esto puede significar en las sociedades contemporáneas que, en términos de
dominación y sometimiento, a las personas de gran poder adquisitivo les sea más fácil lograr el
control por sobre otros grupos, en términos de subordinación.
Para entender las dimensiones horizontal y vertical de la competencia, tomemos como
ejemplo dos empresas que producen bebidas gaseosas, tal puede ser el caso de las marcas
Coca-Cola y Manaos. En una dimensión horizontal de la competencia, ambas marcas ofrecen el
mismo producto (bebida gaseosa), por lo que los demandantes obtienen la misma oferta de
ambas corporaciones. Ellos deben decidir en base a la oferta que realizan las empresas de su
producto (en cuanto calidad, precios y propaganda) qué bebida han de consumir. Es decir, ambas
empresas ofrecen la satisfacción de una necesidad básica humana. Ahora, bien sabemos que
ambas marcas no tienen el mismo potencial ni marketing que las caracteriza; vemos que en la
dimensión vertical, obviando el hecho de que ambas marcas ofrecen un producto similar, una no
corresponde al nivel de competencia con la otra. La aplicación de mejores tecnologías y mejores
técnicas de trabajo, su ingreso en el mercado global y el poder de propaganda que ofrece una por
sobre la otra (orientando así a que el consumidor opte por una y no por otra), hacen que esta
dimensión vertical elucide datos sobre la desigualdad cualitativa que existe entre ambas
empresas.
Abordemos ahora qué es el mercado: podemos definirlo como el “ámbito donde oferentes
y demandantes de bienes y servicios se reúnen para realizar intercambios” (De Santis, 2019:65).
Así, el mercado se presenta como el encuentro de la demanda y la oferta del producto obtenido
(tanto en materia prima como producto elaborado) en un “lugar” donde puede darse el acto de
intercambio entre los que lo solicitan y aquellos que lo comercian. Asimismo, “los mercados son
los espacios reales o virtuales donde se vinculan quienes ofrecen algo para vender y quienes lo
demandan. En esta amplia definición entran tanto los mercados de bienes y servicios como los
mercados de factores de producción, *…+” (Novak, 2019:24), es decir, aquí el autor nos indica que
el mercado no necesariamente requiere de un espacio físico real, sino que éste se puede
presentar de manera virtual (implementación tecnológica). Otro punto es la diferenciación que
existe entre los mercados de bienes y servicios y los mercados de factores; estos últimos son el
encuentro de oferentes y demandantes de maquinaria industrial u otras tecnologías y
herramientas que se requieran en el sector de la industria, que posibiliten la continuidad de
producción de nuevos productos derivados de materias primas.
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