Unidad 8 PDF
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Análisis de la normativa del CCCN. Sobre la base de la ley 14.394, se regula la indivisión
forzosa impuesta por el testador y por pacto de los copartícipes; también se prevén casos
de oposición por el cónyuge a que se incluyan en la partición determinados bienes. Bajo las
mismas condiciones, se incorpora el derecho del heredero a oponerse a la división del
establecimiento que constituye una unidad económica si, antes de la muerte del
causante, ha participado activamente en su explotación, pero esta facultad no se
extiende a la vivienda. Se aclaran los efectos de estas indivisiones respecto de los terceros
acreedores.
El testador puede imponer a sus herederos, aun legitimarios, la indivisión de la herencia por
un plazo no mayor de diez años. Mejora el art. 51 de la ley 14.394 que aludía a los herederos
aun forzosos cuando correctamente debía referirse a herederos legitimarios. Mantiene el
plazo de diez años, pero en caso de haber herederos menores de edad, puede extenderse
ese plazo hasta que todos ellos lleguen a la mayoría de edad, a condición de que se trate
de un bien determinado o de un establecimiento comercial, industrial, agrícola, ganadero,
minero, o cualquier otro que constituya una unidad económica.
Agrega a las partes sociales, cuotas o acciones de la sociedad de la cual era el difunto
principal socio o accionista. Consagrando la solución de la ley 14.394, se establece que
cualquier otro término superior al máximo permitido, se entenderá reducido a éste, pero
suprime la facultad reconocida al juez para autorizar la división, total o parcial, a pedido de
la parte interesada y sin esperar el transcurso del plazo establecido, cuando concurran
circunstancias graves o razones de manifiesta utilidad o interés legítimo de tercero. Sólo
puede dar la autorización antes de vencer el plazo, a pedido de un coheredero, cuando
concurren circunstancias graves o razones de manifiesta utilidad. Por lo tanto, se elimina el
derecho de los terceros de efectuar el planteo.
Pacto de indivisión
Art. 2331. «Pacto de indivisión». Los herederos pueden convenir que la indivisión entre
ellos perdure total o parcialmente por un plazo que no exceda de diez años, sin perjuicio de
la partición provisional de uso y goce de los bienes entre los copartícipes.
Si hay herederos incapaces o con capacidad restringida, el convenio concluido por
sus representantes legales o con la participación de las personas que los asisten
requiere aprobación judicial. Estos convenios pueden ser renovados por igual plazo al
término del anteriormente establecido.
Para ser oponible a terceros, el pacto que incluye bienes registrables debe ser inscripto en
los registros respectivos.
Cualquiera de los coherederos puede pedir la división antes del vencimiento del plazo,
siempre que medien causas justificadas.
a. Donde el art. 52 decía incapaces, ahora dice: incapaces o capaces con capacidad
restringida
b. El art. 52 expresaba que esos convenios podían renovarse al término del lapso
establecido, el nuevo art. establece que los convenios pueden ser renovados por
igual plazo.
Si bien el texto legal no lo dice expresamente, esta indivisión debe ser hecha por todos los
coherederos, pues la voluntad de la mayoría no es suficiente para inhibir el ejercicio de los
derechos de dominio.
Partición provisional de uso y goce: provoca la permanencia de la indivisión sobre la
propiedad de los bienes. Su finalidad consiste en permitir a alguno de ellos el derecho de
hacer suyos los frutos percibidos de la cosa. No se está, ante una forma especial de
partición, pues aquí no hay más que un acto de administración.
La partición se reputa provisional si los coparticipes solo han hecho una división del uso y
goce de los bienes de la herencia, dejando indivisa la propiedad.
Oposición del cónyuge
a. La ley 14394 no había previsto las partes sociales, cuotas o acciones. En el nuevo
código basta con que el cónyuge sea el accionista principal, aunque no sea el
accionista mayoritario, es decir que no logre la mayoría por sí mismo.
b. La ley 14394 no previa el supuesto de pedir la indivisión por el cónyuge que había
participado activamente en la explotación.
c. La administración del establecimiento, de las partes sociales, cuotas o acciones
corresponde al cónyuge sobreviviente. En principio, hay una partición de los demás
bienes en cuyo caso cesará para ellos la figura del administrador. Si por
circunstancias especiales se mantuviera por un tiempo limitado el estado de
indivisión en los demás bienes, podría suceder que esa administración recayera en
una persona distinta del cónyuge, pudiendo en tal caso concurrir dos
administradores, aunque sobre patrimonios diferentes.
d. La ley 14394 fijaba exclusivamente el plazo de 10 años, el nuevo art. permite que
se prorrogue el estado de indivisión por toda la vida del cónyuge.
Este derecho es distinto del derecho real de habitación en el cual se otorga al cónyuge
supérstite en forma vitalicia, gratuita y de pleno derecho sobre el inmueble que
constituyo el último hogar conyugal. La diferencia es notoria:
- Puesto que no exige que el bien haya sido construido con bienes gananciales
- Ni que hayan otros bienes que queden para adjudicarlos en su lote
- Ni que el cónyuge tenga bienes suficientes para proveerse otra vivienda
Oposición de un heredero
Cuando la indivisión versa sobre inmuebles debe ser inscripta en el registro inmobiliario
para que produzca efectos frente a terceros.
El párrafo 2do sostiene que los acreedores de los coherederos no pueden ejecutar el bien
indiviso, pero pueden cobrar sus créditos con las utilidades de la explotación. En cambio,
los acreedores del causante pueden ejecutar los bienes indivisos, pues los estados de
indivisión forzosa no les afectan en sus derechos.
2. PARTICION.
La partición es una o varias manifestaciones de voluntad que tienen por fin hacer cesar la
comunidad hereditaria.
Es unilateral cuando la partición es efectuada judicialmente, por medio de peritos
designados por el juez en la forma que determinan los códigos procesales.
Es plurilateral cuando aquélla es realizada de común acuerdo por los interesados, en este
último caso, tiene el carácter de un verdadero contrato, que algunos llaman plurilateral, por
la concurrencia de dos o más codivisionarios.
La partición pone fin a la comunidad hereditaria mediante la distribución del activo neto
hereditario. Las titularidades activas son las únicas que pueden ser objetos de partición. No
lo son las deudas, aunque se las tenga presentes para determinar el activo neto partible.
La partición, dado el carácter declarativo que tiene, determina el haber concreto de cada
heredero, eliminando la incerteza respecto de la titularidad de los bienes singulares.
Determina los bienes concretos que corresponden al heredero, eliminado su derecho
abstracto, representado por la alícuota del patrimonio hereditario en estado de indivisión.
No crea, un nuevo derecho para el heredero, distinto del que tenía antes de la partición,
simplemente determina su derecho sobre bienes concretos.
Es una institución del derecho sustancial y procesal que constituye la etapa final del proceso
sucesorio, al poner fin al estado de indivisión, señalando, en adelante los bienes sobre los
cuales cada sucesor tendrá derecho exclusivo. Además, dicha partición pone fin al juicio
sucesorio propiamente dicho y únicamente podría llegar a reabrirse alguna discusión sobre
el tema por medio de acciones que tuvieran por finalidad la reforma o la nulidad.
Existen, en consecuencia, diversas clases de partición, las que pueden ser objeto de
diversas clasificaciones, que veremos seguidamente.
a) Partición en especie, en dinero o mixta. Esta clasificación de la partición toma en
cuenta el modo en que se realizan las adjudicaciones en cada hijuela.
1) La partición en especie se concreta en especie cuando la masa común se
divide en partes o lotes materialmente determinados, representativos del
interés que cada coheredero tiene en aquélla.
2) La partición en dinero se da si la cosa es indivisible o, aun siendo divisible,
cae dentro de la limitación impuesta por el art. 2375, por el cual aunque los
bienes sean divisibles, no se los debe dividir si ello hace antieconómico el
aprovechamiento de las partes; o si no hay acuerdo entre los coherederos
para partir en especie, se procede a la venta de los bienes, los que son
sustituidos por una suma de dinero, que se distribuye entre aquéllos en
proporción al interés que le correspondía a cada uno. Por lo tanto, si bien la
partición en dinero por lo general se efectivizará a través de la subasta
judicial, no media inconveniente alguno para que los comuneros pacten la
venta privada o el remate. Sólo en ausencia de acuerdo entre ellos, se
recurrirá a la subasta.
3) La partición mixta o con saldo se da cuando la partición en especie puede
resultar imposible porque las porciones resultantes de la división no
equivalen exactamente con la proporción que cada condómino tiene en la
cosa común, por ejemplo, si recae sobre un terreno que puede dividirse en
dos lotes iguales, pero uno de los comuneros tiene un cuarenta por ciento, y
el otro el sesenta por ciento. Al ser los dos lotes iguales, el primero recibirá
un valor mayor que el que le pertenece en la comunidad, de modo que se
convierte en deudor del otro por la diferencia. Se recurre entonces a la
llamada partición mixta, por cuanto encierra una combinación de la partición
en especie y en dinero. Asimismo, se habla de partición con saldo para
referirse a la compensación monetaria que debe cumplir el coheredero
beneficiado en especie con una porción mayor a su interés en la masa.
b) Partición total o parcial. Esta clasificación de la partición toma en consideración la
extensión de la división. Si bien normalmente la partición será total, está admitida la
posibilidad de que ella sea parcial, supuesto en el cual la comunidad subsiste sobre
la porción que no ha sido dividida. Así, por ejemplo, si hay en el activo sucesorio un
campo de gran extensión, pero una parte del mismo está involucrada en un litigio,
los herederos podrían acordar mantener esta parte en comunidad y dividir la no
cuestionada.
c) Partición definitiva o provisional. La partición que pone fin a la comunidad hereditaria
se denomina partición definitiva, pero también suele hablarse de partición
provisional para aludir al caso en que los coherederos se limitan a dividir el uso y
goce de los bienes comunes, manteniendo indivisa la propiedad.
d) Partición simple o compleja. La partición es simple cuando la herencia está formada
sólo por acciones, cuotas de participación societaria, títulos públicos, créditos
aunque sean hipotecarios o dinero, ya que en tales supuestos la división se concreta
en base a una simple operación aritmética. Se presenta un escrito en el sucesorio,
el que contiene la distribución. La partición es compleja cuando hay en el acervo
distintas clases de bienes, muebles o inmuebles, de modo que para concretarla es
necesario realizar una serie de operaciones previas, como el inventario y avalúo.
En la actualidad, resulta indiscutible que el estado de indivisión hereditaria que nace en el
momento mismo de la muerte del causante que ha dejado más de un heredero, sólo termina
con la partición. La inscripción de la declaratoria de herederos o del testamento en el
registro inmobiliario o en el registro de que se trate, cuando recaiga sobre bienes muebles
registrables, no produce la partición ni pone fin al fuero de atracción. No es discutido ni en
la doctrina ni en la jurisprudencia que la declaratoria de herederos es como una sentencia
obtenida en un juicio meramente voluntario, sin contradicción, no causa estado ni tiene
efecto de cosa juzgada en el sentido material porque se limita a declarar quiénes han
justificado su derecho. Según la parte 2a de la norma que analizamos, si la partición incluye
bienes registrables, es oponible a los terceros desde su inscripción en los registros
respectivos. Se trata de una aplicación del principio general consagrado por el art. 1893,
por el cual la adquisición o trasmisión de derechos reales constituidos de conformidad a las
disposiciones del CCCN no son oponibles a terceros interesados y de buena fe mientras no
tengan publicidad suficiente, considerándose como tal la inscripción registral o la posesión,
según el caso.
CPCCM
Artículo 350. INVENTARIO Y AVALUO.
En el inventario y avalúo se describirá con precisión y claridad cada uno de los bienes,
empezando por el dinero, títulos y créditos y siguiendo con los bienes muebles,
semovientes e inmuebles. Se agregarán los títulos respectivos, si los hubiere.
Aprobadas las operaciones de inventario y avalúo, si todos los herederos fuesen capaces
y estuvieren de acuerdo, podrán formular la partición de conformidad con las disposiciones
del Código Civil y Comercial de la Nación y presentarla al Juez para su aprobación. Podrán
igualmente, solicitar se les adjudiquen, en condominio la totalidad o alguno de los bienes.
En ambos casos, el Juez accederá a lo solicitado, previo pago de créditos reconocidos,
honorarios y gastos causídicos.
La partición privada no requerirá intervención de perito contador cuando así lo acuerden los
herederos mayores, capaces y por unanimidad, debiendo presentarse con patrocinio
letrado.
En el plazo de treinta (30) días de aprobado el avalúo, cualquiera de los herederos puede
pedir la licitación de uno o varios de los bienes para que se le adjudiquen dentro de su
hijuela por un valor superior al del avalúo aprobado.
En tal caso, el Juez convocará a una audiencia citando a todos los herederos. En la
audiencia se licitarán los bienes cuya adjudicación se hubiese solicitado, entre los
herederos que comparecieren, adjudicándolos al mejor postor.
No puede pedirse la licitación si entre los herederos hay menores, incapaces o con
capacidad restringida.
En los casos en que el avalúo aprobado no refleje razonablemente el valor real del bien
licitado, ya sea por el transcurso del tiempo, por el criterio de valuación aplicado o por
cualquier otra circunstancia, deberá realizarse una retasación del mismo exclusivamente a
tales efectos.
Igual solución se entiende respecto de los bienes atribuidos por cualquier otro acto que ha
tenido por efecto hacer cesar la indivisión totalmente, o de manera parcial sólo respecto a
ciertos bienes o ciertos herederos.
Los actos válidamente otorgados respecto de algún bien de la masa hereditaria conservan
sus efectos a consecuencia de la partición, sea quien sea el adjudicatario de los bienes
que fueron objeto de esos actos.
Cuando la indivisión recae sobre el uso y goce de los bienes, dejando en indivisión la
propiedad sobre ellos, no hace cesar la comunidad hereditaria.
Herederos condicionales:
Los instituidos bajo condición resolutoria pueden pedir la partición, pero deben
asegurar el derecho de quienes los sustituyen al cumplirse la condición.
Se establece por separado la situación del heredero instituido bajo condición suspensiva
diferenciándolo del que lo ha sido bajo condición resolutoria. En el primer supuesto el
heredero tiene su derecho en expectativa hasta el cumplimiento de la condición y hasta que
ello no suceda no puede requerir la partición. Esta situación no impide que otros herederos
requieran la partición, pero deben quedar asegurados los derechos de los herederos
condicionales.
Por el contrario, cuando la institución se ha realizado bajo condición resolutoria, el derecho
del heredero se encuentra vigente mientras no se cumpla la condición y en consecuencia
puede pedir la partición, pero tendrá que garantizar el derecho de quienes lo sustituirán al
cumplirse la condición.
Partición parcial:
Art. 2367. — «Partición parcial». Si una parte de los bienes no es susceptible de
división inmediata, se puede pedir la partición de los que son actualmente partibles.
Se ha receptado en forma expresa la posibilidad de efectuar una partición parcial. Ello
tendrá lugar cuando algunos bienes no pueden ser divididos en forma inmediata porque
existen restricciones temporales o jurídicas. Por ejemplo, se podrá hacer una partición
parcial cuando algún bien se encuentre en estado de indivisión forzosa.
Esta partición parcial evita el perjuicio que se ocasionaría manteniendo indivisos los demás
bienes.
Imprescriptibilidad de la acción:
Para que se produzca la usucapión es necesario que el otro heredero posea a nombre
propio, y como exclusivo dueño, los bienes de todos, interviniendo el título, no basta la mera
pasividad de los demás.
Cuando la posesión de la que habla el art. ha sido sólo de alguno de los objetos individuales
de la herencia, la acción de partición se prescribe por 20 años respecto a esos objetos, y
continúa existiendo la imprescriptibilidad de la acción respecto de los demás objetos de la
herencia.
Bienes excluidos e incluidos:
1. Incluidos: son los bienes recibidos por los herederos, los cuales constituyen la masa
indivisa. Como la partición es el medio de poner fin a la comunidad hereditaria cuyo
objeto es la masa indivisa, los bienes que componen esa comunidad son los que
materialmente se incluyen en la partición. No importa que en sí sean indivisibles,
pues en tal caso puede adjudicárselos en uno de los lotes y compensárselos con
otros bienes y si esto no fuera posible, siempre quedará el remedio de la venta y el
consiguiente reparto del precio.
Los créditos también se incluyen en la masa indivisa y se los puede adjudicar a
algunos herederos.
Para proceder a la partición entre herederos forzosos, también se debe tener en
cuenta los bienes donados sujetos a colación para traer los valores a la herencia. Si
no hay colación la masa indivisa comprende el conjunto de los bienes herederos,
incluyendo los créditos. Si hay colación se forma una masa especial en la que se
incluyen los valores colacionables.
- Excluidos: bienes que aun cuando pertenezcan a la comunidad hereditaria, deben
quedar indivisos pos su naturaleza:
a. Objetos y documentos que tienen un valor de afección u honorifico: quedan
en poder del heredero que los interesados elijan, si no hay acuerdo el juez
lo designara.
b. Los sepulcros: deben permanecer en condominio forzoso, sin dividirlos ni
venderlos a extraños, salvo unanimidad.
Nuestro código reconoce dos formas de partición: A) Partición extrajudicial, que el nuevo
CCCN llama partición privada, la que realizan los herederos sin intervención judicial; B)
Partición judicial, que es la que se verifica dentro del proceso sucesorio.
En el nuevo código no existe partición mixta, que era la que se hacía extrajudicialmente,
pero sometiéndola a la aprobación judicial.
Art. 2369. «Partición privada». Si todos los copartícipes están presentes y son
plenamente capaces, la partición puede hacerse en la forma y por el acto que por
unanimidad juzguen convenientes. La partición puede ser total o parcial.
En primer lugar, se requiere que los herederos estén presentes, con lo cual se quiere excluir
a los simples ausentes. La exclusión no comprende a los ausentes con presunción de
fallecimiento, pues en este caso sus herederos, actuando bajo una sola representación,
serán herederos presentes de un heredero.
En segundo lugar, se requiere la unanimidad, tanto para la forma de hacer la partición como
para el contenido del acto.
Aunque el código con respecto a la forma ha guardado silencio, entendemos que en caso
de que haya inmuebles o automotores, se exige escritura pública. En los demás casos, a
falta de exigencia especial, vale el documento privado. (libertad de formas)
En cuanto al fondo, es decir, al contenido del acto, los interesados pos acuerdo unánime,
tienen la más absoluta libertad, pueden dividir en especie, vender bienes, hacer lotes con
bienes y dinero, etc.
En la partición extrajudicial el inventario, normalmente está implícito en la propia partición.
El avaluó puede su transcendencia: su falta no provoca la nulidad de la partición.
Inventario
Art. 2341. — «Inventarío». El inventario debe hacerse con citación de los herederos,
acreedores y legatarios cuyo domicilio sea conocido. El inventario debe ser realizado
en un plazo de tres meses desde que los acreedores o legatarios hayan intimado
judicialmente a los herederos a su realización.
La intimación solo puede hacerse, una vez dictada la declaratoria de herederos o declarado
válido el testamento. Esta intimación en principio, la hacen los acreedores y legatarios. Los
herederos no necesitan de ella, pues les basta solicitar el inventario en el proceso sucesorio.
En el caso de que medie intimación, si no se realiza en el término de 3 meses, el heredero
o los herederos son sancionados con la responsabilidad ilimitada.
El nuevo CCCN guarda silencio sobre la persona que efectúa el inventario, dejando librado
su nombramiento a lo que determinen los códigos procesales. El art. 719 del CPCCN
establece que el nombramiento del inventariador lo determina la mayoría de los herederos
y en su defecto, el juez. Además, establece que el inventario será efectuado por un
escribano.
Una práctica admitida por las normas procesales es acogida ahora por la legislación de
fondo y consiste en sustituir el inventario por una denuncia de bienes cuando ésta es
realizada por todos los coherederos. Esta posibilidad no será admisible cuando el inventario
haya sido requerido por los acreedores o su obligatoriedad surja de una disposición legal.
Avalúo
Art. 2343. — «Avalúo». La valuación debe hacerse por quien designen los
copropietarios de la masa indivisa, si están de acuerdo y son todos plenamente
capaces o, en caso contrario, por quien designa el juez, de acuerdo a la ley local. El
valor de los bienes se debe fijar a la época más próxima posible al acto de partición.
El Nuevo código guarda silencio sobre la persona que puede desempeñar el cargo de
evaluador, por lo que habrá de estar a lo que determinen los códigos procesales.
Los valores que se deben tomar en cuenta son los reales, que serán determinados al tiempo
de hacer la diligencia, y no al momento de la muerte del causante, porque lo que interesa,
es la división equitativa de los bienes y para ello es indispensable tomar en cuenta los
valores actuales.
Impugnaciones
Partidor
Art. 2373. — «Partidor». La partición judicial se hace por un partidor o por varios que
actúan conjuntamente. A falta de acuerdo unánime de los copartícipes para su
designación, el nombramiento debe ser hecho por el juez.
El partidor es un delegado del juez. Como a éste no le es posible realizar por sí la partición,
delega en otro esta facultad, reservándose él la facultad de poder juzgar sobre su validez
definitiva si surgen impugnaciones de las partes. La partición solo tendrá carácter definitivo
cuando sea aprobada por el juez.
No es un mandatario de los herederos, aunque su nombramiento provenga de la
proposición de ellos. El nombramiento lo hace el juez, y por eso es un delegado de este.
Si bien generalmente el partidor será único, nada obsta para que se designen dos o más,
siempre que la entidad de los bienes hereditarios y la complejidad de la tarea a realizar lo
exijan.
Licitación:
Art. 2372. — «Licitación». Cualquiera de los copartícipes puede pedir la licitación de
alguno de los bienes de la herencia para que se le adjudique dentro de su hijuela
por un valor superior al del avalúo, si los demás copartícipes no superan su oferta.
Efectuada la licitación entre los herederos, el bien licitado debe ser imputado a la
hijuela del adquirente, por el valor obtenido en la licitación, quedando de ese modo
modificado el avalúo de ese bien. La oferta puede hacerse por dos o más
copartícipes, caso en el cual el bien se adjudica en copropiedad a los licitantes, y se
imputa proporcionalmente en la hijuela de cada uno de ellos. No puede pedirse la
licitación después de pasados treinta días de la aprobación de la tasación.
En el régimen actual cualquiera de los copartícipes queda facultado para pedir la licitación
de alguno de los bienes de la herencia para que se le adjudique dentro de su hijuela por un
valor superior al del avalúo, lo que ocurre si los demás copartícipes no superan su oferta.
Ello demuestra que se trata de una suerte de subasta privada en la que se queda con el
bien licitado el heredero que ha formulado la oferta más elevada.
Consumada la adjudicación, el valor de aquél debe ser imputado a su hijuela, no por el que
resultaba de la tasación sino por el obtenido en la licitación, quedando de ese modo
modificado el avalúo de ese bien.
Por lo tanto, la innovación consiste en que no es necesaria la voluntad de todos los
coherederos para optar por la licitación, es suficiente la exteriorización de voluntad de uno
de ellos, habiéndose optado por la exclusión de personas extrañas, pues la norma alude
expresamente a "la licitación entre los herederos".
Composición de la masa:
Art. 2376. — «Composición de la masa». La masa partible comprende los bienes del
causante que existen al tiempo de la partición o los que se han subrogado a ellos, y
los acrecimientos de unos y otros. Se deducen las deudas y se agregan los valores
que deben ser colacionados y los bienes sujetos a reducción.
- Masa bruta que sirva de base a la partición: el partidor debe en primer término
formar la masa, a efectos de determinar el acervo hereditario. Esa masa comprende
los bienes dejados a la muerte del causante, los que se han subrogado a ellos y los
acrecentamientos. Son los bienes que forman la comunidad hereditaria
Si los créditos, aunque sean divisibles, no han sido cobrados, el partidor debe
tenerlos presentes al formar la masa partible.
Si el causante por ej. deja en vida alguna donación a uno de sus hijos, (sin dispensa
de colación) el partidor agregará a la masa hereditaria neta el valor colacionable,
que se imputará en la hijuela el heredero donatario, dándoles más bienes
hereditarios a los otros hijos, con el fin de igualar sus porciones. Esto solo sucede
si los herederos declarados están conformes en aceptar la colación, pues en caso
contrario habrá que recurrir a la acción de colación que se tramita en juicio ordinario.
En la sentencia, ya conocido el caudal hereditario y deducidas las deudas
sucesorias, se agregará el valor de la donación a efectos de su colación.
Si el causante dejara en vida alguna donación a uno de sus hijos de tal magnitud
que violara la legítima de los otros hijos, de modo que los bienes hereditarios no
alcanzaran para cubrirla, el juez en el contencioso, ante la acción de reducción
iniciada por los otros hijos, agregará a la masa hereditaria esas donaciones en la
proporción que cubran esas legítimas violadas.
- Masa neta partible: el partidor deberá determinar en forma precisa las deudas de
la herencia que estuvieren reconocidas como tales y las cargas de la sucesión. Si
hay dinero suficiente se separa lo necesario para el pago de las deudas. Si no lo
hay, se separan cierta cantidad de bienes. Esta operación que tiene por objeto
liquidar el activo partible, es lo que se llama liquidación, con la cual queda
determinado el remanente líquido. A ese remanente líquido se llama masa neta
partible. Esa masa es la que por medio de la última operación (la adjudicación) se
parte o divide ente los coherederos.
Art. 2377. — «Formación de los lotes». Para la formación de los lotes no se tiene en
cuenta la naturaleza ni el destino de los bienes, excepto que sean aplicables las
normas referentes a la atribución preferencial. Debe evitarse el parcelamiento de los
inmuebles y la división de las empresas.
Si la composición de la masa no permite formar lotes de igual valor, las diferencias
entre el valor de los bienes que integran un lote y el monto de la hijuela
correspondiente deben ser cubiertas con dinero, garantizándose el saldo pendiente
a satisfacción del acreedor. El saldo no puede superar la mitad del valor del lote,
excepto en el caso de atribución preferencial. Excepto acuerdo en contrario, si al
deudor del saldo se le conceden plazos para el pago y, por circunstancias
económicas, el valor de los bienes que le han sido atribuidos aumenta o disminuye
apreciablemente, las sumas debidas aumentan o disminuyen en igual proporción.
Si hay cosas gravadas con derechos reales de garantía, debe ponerse a cargo del
adjudicatario la deuda respectiva, imputándose a la hijuela la diferencia entre el valor
de la cosa y el importe de la deuda. Las sumas que deben ser colacionadas por uno
de los coherederos se imputan a sus derechos sobre la masa.
La partición hereditaria implica hacer lotes de los bienes que hay en la herencia para
adjudicarlos a los herederos. El lote de cada heredero debe ser formado, en principio, con
las cosas existentes en la herencia. esto es lo que constituye el principio de la partición en
especie.
Caso típico de violación de este principio: hay una sucesión con 3 hijos A, B y C y 2
inmuebles en el caudal hereditario de valor equivalente. Al hijo A se le adjudica un inmueble,
a B el otro inmueble y a C se crean créditos contra sus hermanos, compensatorios de su
derecho. Esa distribución rompe con el principio de que los herederos reciben partes iguales
en los bienes hereditarios. Por eso, si el heredero que recibe el crédito o la deuda se opone
a esa distribución, la partición será nula.
Si los bienes se pueden adjudicar en especie, ninguno puede exigir su venta. Ninguno, ni
la mayoría ni la unanimidad puede exigir la venta. La partición en especie solo puede
dejarse de lado cuando haya imposibilidad material de dividir los bienes.
Excepcionalmente, procede la venta y el consiguiente reparto del precio:
a. cuando la división en especie es material o jurídicamente imposible y no se pueden
adjudicar los bienes a uno de los herederos por no poder compensar los lotes de los
demás (por ej. existe como único bien un automotor).
b. Cuando las compensaciones dinerarias a favor del titular de un lote menor exceden
la mitad del valor del lote
c. Cuando la venta es necesaria para pagar las deudas y cargas sucesorias, aunque
en este caso debe limitarse a lo necesario para cubrir el pasivo.
A) División antieconómica:
Art. 2375. — «División antieconómica». Aunque los bienes sean divisibles, no se los debe
dividir si ello hace antieconómico el aprovechamiento de las partes. Si no son licitados,
pueden ser adjudicados a uno o varios de los copartícipes que los acepten, compensándose
en dinero la diferencia entre el valor de los bienes y el monto de las hijuelas.
B) Dinero en efectivo:
Si hay dinero en efectivo debe distribuírselo siempre en proporción al derecho de cada uno.
En esto no hay posible error de apreciación de valores. No obstante, a veces, no es
conveniente el reparto proporcional, si con él se pueden compensar diferentes valores.
C) Adjudicaciones en condominio:
Este procedimiento solo es viable si hay conformidad de los interesados, puesto que enerva
los efectos de la partición. Convine evitar este tipo de adjudicaciones, propensas a crear
litigios entre las partes. Estrictamente en estos casos no hay partición propiamente dicha.
Cuenta particionaria:
Asignación de lotes:
Art. 2378.— «Asignación de los lotes». Los lotes correspondientes a hijuelas de igual
monto deben ser asignados por el partidor con la conformidad de los herederos y, en
caso de oposición de alguno de éstos, por sorteo. En todo caso se deben reservar
bienes suficientes para solventar las deudas y cargas pendientes, así como los
legados impagos.
Se establece que en principio las hijuelas deben ser adjudicadas con la conformidad de los
herederos, ya que si el resultado final resulta ser que todas son equivalentes no habría
motivo para que surgieran dificultades en su atribución. Pero también se dispone que en
caso de oposición se debe realizar un sorteo para determinar la que corresponderá a cada
heredero. En el caso que quedan deudas pendientes o legados todavía no cumplidos al
tiempo de adjudicar las hijuelas, deberán reservarse bienes en cantidad suficiente para
satisfacerlos.
En caso de conflicto entre los coherederos por la atribución preferencial de un bien que
ellos pretenden porque no se ponen de acuerdo en su adjudicación en forma conjunta, el
juez debe decidir y se brindan las pautas que éste debe tener en cuenta para hacerlo. En
tal sentido se menciona la aptitud de los postulantes para continuar la explotación y la
importancia de su participación personal en la actividad.
Cargas de la masa:
Art. 2384. — «Cargas de la masa». Los gastos causados por la partición o
liquidación, y los hechos en beneficio común, se imputan a la masa. No son
comunes los trabajos o desembolsos innecesarios o referentes a pedidos
desestimados, los que deben ser soportados exclusivamente por los herederos que
los causen.
Todos los gastos que demanden la realización de la partición o la liquidación de la herencia
como así también los gastos que se han hecho en beneficio común deben ser solventados
por la masa hereditaria. Quedan comprendidos dentro de las erogaciones propias de la
partición y liquidación los gastos de inventario y avalúo de los bienes, los honorarios del
partidor y los que se generen por la inscripción de los bienes en los registros a favor de los
respectivos adjudicatarios. Los gastos que se han hecho en beneficio común son los que
corresponden al proceso sucesorio como la publicación de edictos, los honorarios del perito
que dictamine sobre la autenticidad de la escritura y firma en el testamento ológrafo, los
honorarios notariales por su protocolización, los gastos y honorarios del administrador, los
gastos y honorarios del albacea, en su caso, los honorarios de los abogados intervinientes
respecto de los trabajos comunes, entre otros.
Quedan a cargo de cada parte que lo generó los trabajos o desembolsos innecesarios o
referentes a pedidos desestimados y es posible agregar los honorarios de los profesionales
por trabajos que han beneficiado exclusivamente a su cliente.
Una vez firme el auto que apruebe la partición y que ordene inscribir en los registros los
bienes registrables, corresponderá realizar inscripción de la hijuela en los registros
pertinentes, a fin de publicitar el dominio del nuevo titular.
Esta inscripción es meramente declarativa, pues declara el dominio que se tiene desde el
momento de la muerte del causante.
Antes de ordenar la inscripción en los registros se deberán pagar los impuestos de ley.
También antes de ser ordenada la inscripción se deberán solicitar los certificados de
dominio de los inmuebles.
A cada heredero debe entregársele una copia o testimonio de su hijuela, que en lo sucesivo
constituirá el título que probará el dominio de los bienes en ella comprendidos.
Art. 2379. — «Títulos. Objetos comunes». Los títulos de adquisición de los bienes
incluidos en la partición deben ser entregados a su adjudicatario. Si algún bien es
adjudicado a varios herederos, el título se entrega al propietario de la cuota mayor, y
se da a los otros interesados copia certificada a costa de la masa.
Los objetos y documentos que tienen un valor de afección u honorífico son
indivisibles, y se debe confiar su custodia al heredero que en cada caso las partes
elijan y, a falta de acuerdo, al que designa el juez.
Igual solución corresponde cuando la cosa se adjudica a todos los herederos por
partes iguales.
Se reproduce la norma del código anterior, agregando también a los acreedores por cargas
de la masa y a los legatarios quienes pueden oponerse a la entrega de los bienes hasta
que sean satisfechos los créditos y cumplidos los legados. La justificación de este derecho
se encuentra en que los herederos recibirán el haber líquido de la herencia, ya que en forma
previa es necesario cancelar su pasivo y también cumplir con los legados que pudiera haber
realizado el causante en su testamento.
b) Efectos derivados de la garantía: los herederos son garantes, los unos respecto de
los otros, de la evicción y de los vicios ocultos de los objetos que les han
correspondido por la partición.
Fundamento de la obligación de saneamiento según Lacruz: en el deseo legal de
que se guarde en la partición la posible igualdad o proporcionalidad entre las
adjudicaciones y la cuota, en que ésta satisfaga plenamente la cuantía que aquella
supone.
Hay que separar la evicción de los vicios ocultos:
La garantía de evicción se debe por el valor de los bienes al tiempo en que se produce.
La garantía abarca cuando en la partición constan créditos, no solo la existencia del crédito,
sino la solvencia del deudor en el momento de la partición.
Casos excluidos:
- Cuando fue expresamente excluida por los herederos respecto a un riesgo
determinado
- Cuando se ha producido por culpa del heredero que la sufre
Prescripción: plazo genérico de 5 años desde el día en que la evicción ha tenido lugar.
2. Vicios ocultos:
Art. 2407. «Defectos ocultos». Los coherederos se deben recíprocamente garantía de los
defectos ocultos de los bienes adjudicados.
Art. 2408. — «Causas de nulidad». La partición puede ser invalidada por las mismas
causas que pueden serlo los actos jurídicos. El perjudicado puede solicitar la
nulidad, o que se haga una partición complementaria o rectificativa, o la atribución
de un complemento de su porción.
Art. 2409. — «Otros casos de acción de complemento». El art. 2408 se aplica a todo
acto, cualquiera que sea su denominación, cuyo objeto sea hacer cesar la indivisión
entre los coherederos, excepto que se trate de una cesión de derechos hereditarios
entre coherederos en la que existe un área expresada y aceptada.
Art. confuso. Pérez Lasala lo interpreta así: caso en el que el heredero perjudicado en la
partición pida un complemento de su porción, como medio para equilibrar su hijuela
respecto a las hijuelas de los demás coherederos; este complemento no lo podría solicitar
si es cesionario de los derechos hereditarios de otro coheredero, en la parte que reciba del
coheredero cedente, por tratarse de un contrato aleatorio.
Art. 2410. — «Casos en que no son admisibles las acciones». Las acciones previstas
en este Capítulo no son admisibles si el coheredero que las intenta enajena en todo
o en parte su lote después de la cesación de la violencia, o del descubrimiento del
dolo, el error o la lesión.
Vicios del consentimiento: solo son aplicables a los actos jurídicos. La partición judicial
no encierra un acto jurídico. Por eso los vicios del consentimiento difícilmente sean
aplicables a esa partición. Además, para impugnar una partición no basta alegar un vicio
del consentimiento, sino que ha de resultar un perjudicado. Es necesario que haya un
perjuicio económico efectivo sufrido por algunos de los coherederos, porque en su hijuela
se le ha dado menos de lo que le correspondía. En este caso el que reclama es porque ha
sufrido un daño en el reparto de los bienes: porque se a violado el principio de igualdad. La
invocación de los vicios de voluntad no serviría más que de apoyo al daño patrimonial
producido por la violación de ese principio.
Corresponde ahora determinar la extensión del perjuicio patrimonial que haría viable la
nulidad de la partición judicial, que violó la igualdad matemática o proporcional, de las
hijuelas.
Nuestro código no establece un tope pasado el cual prospera la acción de nulidad,
sino que ese tope lo pone el juez según la circunstancia de cada caso particular,
basándose en la violación al principio de igualdad. El juez debe actuar con un margen
elástico y razonable, no puede ser interpretado en sentido literal, considerando violado el
principio ante una desigualdad insignificante. La jurisprudencia se refiere a adjudicaciones
no equitativas, desproporcionadas, contrarias a la esencia de la partición.
El juez debe declarar la nulidad cuando no encuentra otro recurso legal que permita
satisfacer los intereses del demandante. Debe buscar mantener la validez de la partición,
ya que la misma vuelve los bienes al estado de indivisión.
Juez competente:
La competencia para iniciar el sucesorio corresponde al juez del lugar del último domicilio
del causante. Ante este juez deberán entablar las demandas que tiendan a la reforma o
nulidad de la partición.
La partición extrajudicial es un contrato plurilateral al que le son aplicables las normas sobre
la nulidad de los actos jurídicos.
Se pueden señalar los siguientes supuestos: partición nula por defecto de forma, por razón
de incapacidad y por vicios del consentimiento.
Cuando el consentimiento contractual está viciado por error, dolo o violencia, la partición
puede anularse.
La nulidad que provocan los vicios del consentimiento siempre es relativa, art. 388 CCCN.
Cualquier acto de disposición que un heredero hiciese en los bienes contenidos en su
hijuela, equivaldría a la ratificación de la cuenta, privándolo de la acción de nulidad.
Clases de error: el error puede ser de hecho o de derecho. El error de hecho es el que acá
interesa, puede ser:
Error esencial que versa sobre aspectos esenciales y da lugar a la sanción de la
nulidad. Estos pueden ser:
- error sobre la naturaleza del acto: ej. cuando un heredero entiende que hay
partición en el uso de los bienes, cuando en realidad versa sobre la
propiedad definitiva de ellos.
- Error sobre el objeto: versa no solo sobre la identificación del objeto sino
también sobre su cantidad o extensión. Por ej. cuando alguno de los
coparticipes ha efectuado y firmado la partición creyendo que se le adjudica
un bien determinado, cuando en realidad era otro o cuando a un coheredero
se le adjudique un bien con determinada extensión creyéndolo mayor.
- Error sobre la cualidad esencial de la cosa o motivos personales relevantes
incorporados al acto: ej. cuando erróneamente se incluye en la partición
bienes gananciales como propios. O cuando se adjudica un campo del cual
se dice que es apto para la agricultura cuando es realidad no lo es.
- Error sobre la persona: es decir, en su identidad, como en sus cualidades ej.
cuando un extraño se introduce como heredero en la partición o cuando un
heredero es excluido de ella.
Error accidental, que versa sobre cualidades accidentales y no invalida acto.
Art. 267. — «Supuestos de error esencial». El error de hecho es esencial cuando recae
sobre:
a) la naturaleza del acto;
b) un bien o un hecho diverso o de distinta especie que el que se pretendió designar,
o una calidad, extensión o suma diversa a la querida;
c) la cualidad sustancial del bien que haya sido determinante de la voluntad jurídica
según la apreciación común o las circunstancias del caso;
d) los motivos personales relevantes que hayan sido incorporados expresa o
tácitamente;
e) la persona con la cual se celebró o a la cual se refiere el acto si ella fue determinante
para su celebración
Art. 271. «Acción y omisión dolosa». Acción dolosa es toda aserción de lo falso o
disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se
emplee para la celebración del acto. La omisión dolosa causa los mismos efectos
que la acción dolosa, cuando el acto no se habría realizado sin la reticencia u
ocultación
Para que el dolo provoque la nulidad de la partición es necesario:
1. Que haya sido grave: cuando resulta apto para engañar a un heredero que
obra con cuidado y previsión, la determinación de la gravedad queda a
criterio del juez.
2. Que sea determinante del acto peticionario, es decir que la partición no
habría sido hecha en la forma en que se hizo si se hubiera conocido el dolo.
3. Que haya ocasionado un daño importante, significación económica.
4. Que no haya sido recíproco.
Art. 276. — «Fuerza e intimidación». La fuerza irresistible y las amenazas que generan
el temor de sufrir un mal grave e inminente que no se puedan contrarrestar o evitar
en la persona o bienes de la parte o de un tercero, causan la nulidad del acto.
El acto simulado es aquel que tiene una apariencia distinta de la realidad. El negocio
aparente, que es ficticio, esconde uno diferente. La simulación puede recaer sobre la
naturaleza del contrato, sobre su contenido o sobre la persona de los contratantes.
En la partición extrajudicial el acto simulado se produce por acuerdo de los coherederos.
Se trata de casos de simulación relativa: hay un acto aparente que esconde otro real.
Acto aparente: refleja una partición en al cual un heredero recibe menos bienes hereditarios.
Acto real: que se encubre, todos los herederos reciben partes iguales.
En principio, esta simulación se produce para perjudicar a un 3ro, el acreedor del
coheredero que aparentemente recibe menos bienes. La acción de simulación iniciada por
el acreedor provocará, la nulidad del acto aparente, quedando en pie el acto real.
Su campo propio de acción se da entre los acreedores del heredero, pues los acreedores
del causante cuentan con los medios legales específicos para impedir la entrega de los
bienes adjudicados.
Las condiciones generales para la procedencia de la acción revocatoria o pauliana,
posibilitando al acreedor de un heredero la revocación de la partición fraudulenta, son las
siguientes:
- Que el crédito por el cual se intenta la acción, sea de fecha anterior al acto
del deudor
- Que el acto haya causado o agraviado la insolvencia del deudor
- Para que prospere la acción en el caso de que el acto sea oneroso, exige
que el 3ro sea cómplice en el fraude. Este requisito no es exigido cuando se
trata de un acto a título gratuito.
Art. 2411. — «Personas que pueden efectuarla». La persona que tiene descendientes
puede hacer la partición de sus bienes entre ellos por donación o por testamento.
Si es casada, la partición de los bienes propios debe incluir al cónyuge que conserva
su vocación hereditaria.
La partición de los gananciales sólo puede ser efectuada por donación, mediante
acto conjunto de los cónyuges
Se reitera el derecho de una persona que tiene descendientes a hacer la partición de sus
bienes por donación o "por testamento. Se aclara que cuando esa persona está casada,
debe incluir al cónyuge cuando éste conserva su vocación hereditaria en la partición de sus
bienes propios, ya que sobre ellos tendrá derechos hereditarios. Cuando se quiera hacer la
partición de los bienes gananciales se dispone que tiene que efectuarse exclusivamente
por donación y ser realizada en forma conjunta por los cónyuges. Ello se debe a que en
caso de fallecer uno de ellos se disuelve el régimen de bienes y se produce el estado de
indivisión postcomunitaria juntamente con la indivisión hereditaria lo que imposibilita
efectuar la partición por testamento.
b) Partición parcial:
Con una redacción más adecuada, se reitera que cuando la partición, cualquiera sea su
forma por donación o por testamento, no comprende todos los bienes que quedan a su
muerte, los que no han sido incluidos se dividen según las reglas legales.
c) Colación:
Art. 2413. — «Colación». Al hacer la partición, sea por donación o por testamento, el
ascendiente debe colacionar a la masa el valor de los bienes que anteriormente haya
donado y sean susceptibles de colación.
Objeto de la partición:
Tiene que versar sobre los bienes presentes, ya se incluyan todos o una parte de ellos.
Art. 2415. — «Objeto». La partición por donación no puede tener por objeto bienes
futuros. Puede ser hecha mediante actos separados si el ascendiente interviene en
todos ellos.
Se invierte la redacción y ahora se expresa que la partición por donación no puede tener
por objeto bienes futuros y ello es así porque no se pueden donar bienes que no se
encuentren en el patrimonio del donante. Además, se permite que la partición por donación
no sea efectuada en un único acto sino mediante actos separados y sólo se incluye como
requisito para su validez que el ascendiente intervenga en todos ellos.
La partición no alcanza a los bienes que el ascendiente no incluyo voluntariamente en la
partición, ni a los que hubiese adquirido con posterioridad.
Cuando se pretenda hacer la partición por donación puede efectuarla transmitiendo la plena
propiedad de los bienes donados o tan solo la nuda propiedad reservándose el usufructo.
Es también válida la partición en la que sólo se done la nuda propiedad porque en algún
momento se recompondrá la plena propiedad en cabeza del donatario. Asimismo, se admite
el pacto entre donante y donatario en el que se establezca una renta vitalicia a favor de
aquél.
Revocación:
Art. 2420. — «Revocación». La partición por donación puede ser revocada por el
ascendiente, con relación a uno o más de los donatarios, en los casos en que se
autoriza la revocación de las donaciones y cuando el donatario incurre en actos que
justifican la exclusión de la herencia por indignidad
La partición por donación es irrevocable, pero el ascendiente pude revocarla en los casos
en que se autoriza la revocación de donaciones y en los casos que justifican la exclusión
por indignidad.
Forma: aunque el CCCN guarda silencio, la partición por donación debe hacerse en
las formas prescritas para las demás donaciones. Tratándose de donación de
inmuebles se requiere ad solemnitatem la escritura pública. En cambio, en materia
de muebles basta el instrumento privado.
Acción de reducción:
Art. 2418. — «Valor de los bienes». En todos los casos, para la colación y el cálculo
de la legítima, se debe tener en cuenta el valor de los bienes al tiempo en que se
hacen las donaciones, apreciado a valores constantes.
Queda determinada la forma en que se deben valuar los bienes donados para efectuar el
cálculo del valor colacionable o para determinar la cuantía de la legítima. En ambos
supuestos se dispone que se tomará en consideración su valor al tiempo en que se hizo la
donación apreciado a valores constantes.
Efectos:
Hay dos periodos, los efectos producidos en vida del causante y los efectos nacidos
después del fallecimiento:
Efectos en vida del causante: se producen con relación al ascendiente, con relación a
terceros y con relación a otros beneficiarios.
I. Con relación al ascendiente: los hijos adquieren los bienes con plena propiedad una
vez aceptada la donación, y con carácter en principio irrevocable. Como
consecuencia de ello adquieren las acciones correspondientes para proteger su
titularidad. Si la partición comprende todos los bienes presentes, los donatarios
estarán obligados al pago de las deudas del ascendiente.
II. Con relación a los acreedores: si la partición es total, los acreedores tienen acción
contra los donatarios por el pago de las deudas del causante, pero también
conservan acción contra el donante.
III. Con relación a los demás donatarios: se deben garantía por evicción.
Revocación:
Objeto de la partición: la partición comprende todos los bienes del causante. Pero
no hay inconveniente para que el testador se reserve determinados bienes haciendo
solo una partición parcial. O que adquiera nuevos bienes después de la partición, a
su muerte dichos bienes tendrán el destino que la ley determine.
Forma: esta partición solo puede hacerse en testamento, cualquiera que sea la
forma que se elija. Fuera del testamento la partición carece de validez, como sería
el caso de que se hiciera en documento público o privado.
Art. 2422. «Efectos». La partición por testamento tiene los mismos efectos que la
practicada por los herederos
Pero hay una diferencia: en la partición practicada por el testador, si abarca todos los
bienes del causante, no hay comunidad hereditaria, en la partición efectuada por los
herederos, la partición pone término al estado de indivisión hereditaria.
La partición por testamento da derecho en favor de cualquiera de los herederos a la
garantía por evicción.
La partición por testamento obliga a los herederos al pago de las deudas hereditarias a
partir de la muerte del causante, y en proporción a sus respectivas cuotas.