5.1.condena TOCC Causa Diana Sacayan
5.1.condena TOCC Causa Diana Sacayan
5.1.condena TOCC Causa Diana Sacayan
Y VISTOS:
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El primero de ellos, materializado por los Dres. Nahuel Berguier y
Gabriela Diana Carpineti, como apoderados de Say Sacayán; el segundo por Javier
Alejandro Buján, en su carácter de interventor del INADI, con el patrocinio legal del
Dr. Juan Ricardo Kassargian y la letrada copatrocinante, Dra. Analía A. Miskowiec y,
finalmente, por los Dres. Matías F. Di Lello, por ese entonces a cargo de la Fiscalía
Nacional en lo Criminal y Correccional N° 4 y la Dra. Mariela Labozzetta, titular de
Fiscalía especializada ya mencionada.
Hecho N° 1
También surge que el cuerpo sin vida de Amancay Diana Sacayán fue
hallado el 13 de octubre de 2015, maniatado de manos y pies, amordazado y con
múltiples heridas en distintas partes de su cuerpo, ocasión en la que se advirtió gran
cantidad de sangre y un cuchillo con una hoja de veinte centímetros con restos de
sangre, una tijera y un martillo.
También se determinó que para lograr huir del lugar los autores del
hecho –que no contaban con las llaves de la puerta de acceso a la finca- rompieron
la cerradura y la puerta, la que quedó arrimada a su marco.
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Hecho N° 2
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presente es de la localidad de Lobos –en este acto presento un identikit de esa
persona, y su descripción, realizado de mi puño y letra-, se llama “Maxi”, suele
encontrarse y frecuentar el barrio de Bajo Flores. Por ello lo primero que le dije a
Sacayán fue ‘¿qué hace él acá?’, quiero resaltar que Sacayán solía ir a buscar a
cambio de drogas a pibes del Bajo Flores; ella me dijo que aquel hombre era un amigo
y yo ahí le dije que no quería participar de ningún tipo de encuentro sexual. Ellos
estaban fumando pasta base y Sacayán escondió las llaves del departamento. Este
joven se molestó con Sacayán y también se negó a tener relaciones sexuales, ella nos
invitó a los dos sin saber la presencia el uno del otro. Por todo eso me quise ir y como
estaba cerrada la puerta con llave le dije que me abriera, a lo que Sacayán se negó. En
razón de ello, la nombrada se enfureció porque no queríamos tener sexo. Yo sólo fui
para darle la respuesta negativa respecto del negocio que me ofreció el jueves
anterior. Para retenerme me ofreció droga y le dije que no porque yo tenía la mía. En
ese contexto ella sacó un cuchillo de su cintura, con mango y hoja, sin hoja dentada,
bastante grande, se me abalanza con el cuchillo y yo logré zafarme e intenté tirarme
por la ventana, hasta que me di cuenta que era un piso 13. En esos momentos atacó
al otro sujeto con el cuchillo con más saña, su enojó era porque nosotros no
accedimos a su pedido sexual. Todo ello ocurrió en el living del departamento. El otro
sujeto logró sacarle el cuchillo momento en que Sacayán se fue hacia la habitación.
Como yo estaba bajo los efectos de la cocaína no pude hacer nada. Maximiliano se
fue a la habitación portando el cuchillo y allí escuché los gritos. Yo me quede parado
donde estaba la PC y desde ahí pude ver la habitación y como Maximiliano la
apuñalaba de frente. Por mi estado no podía hacer nada ni a favor ni en contra de
ella, yo estaba duro. La persona que consume cocaína tiene grados de persecución
que le generan miedo y así estaba yo. Sacayán intentó defenderse, yo continuaba
observando todo lo más lejos que podía. Cuando ella se quiso defender se le cayó un
ropero encima, momento en que Maximiliano la golpeó con un CPU en la cabeza, ella
luego le pegó y él le dio otra puñalada. Ella pedía auxilio. Luego él comenzó a darle
puñaladas en la coła. Lo único que atiné a decirle a este chico Maximiliano fue ‘pará
pará’ a lo que me dijo ‘cállate porque te doy a vos también’. Esto duró
aproximadamente 10 minutos. Sacayán estaba en un estado de indefensión total,
ocasión en que este sujeto la maniató con una sábana, no recuerdo si en ese
momento continuó apuñalándola, ella estaba consciente y le pedía que no la matara,
yo, a todo esto le decía ‘no la mates, no la mates’, yo estaba bajo amenaza de que me
ocurriera lo mismo. Nunca participé en nada de lo que le pasó Sacayán. Después,
Maximiliano buscó la llave del departamento por todos lados, yo mientras tomaba
agua de un vaso en la cocina del lugar. Como Maximiliano no encontraba las llaves,
tomó herramientas para poder abrirla, mientras se escuchaba que Sacayán gemía. No
puedo precisar qué tipo de herramientas eran, pero logró abrir la puerta. No puedo
comprender cómo nadie escuchó nada de lo que ocurría. Este sujeto egresó del
departamento y le pregunté qué me iba a hacer a mí, a lo que me respondió que no
dijera nada, que si no decía nada no me haría nada. El ascensor del piso 13 tenía las
puertas abiertas. Él había dejado el cuchillo en la cocina del departamento. Allí nos
encontrábamos ambos dentro del ascensor, ocasión en que continuó amenazándome
con que no dijera nada, lo último que pensé con lo drogado que estaba y el miedo que
tenía era llamar a la policía. Cuando bajamos a la PB del edificio, para aquel entonces
ya eran las 3:00 horas aproximadamente del día domingo, en el hall de entrada,
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ingresó por la puerta principal un sujeto al que pedí si me podía abrir y me contestó
que sí. Allí egresé del edificio y Maximiliano salió detrás mío. Yo me fui para el lado de
la plaza, y el otro sujeto a tomarse el colectivo. De allí me fui a encontrar con un
amigo, Carlos (de aproximadamente 40 años, vive cerca del Alto Palermo, en el barrio
de Recoleta…”.
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sujetos jóvenes que le pidieron si les podía abrir la puerta del edificio, con los
alcances allí consignados.
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Subcomisario JURI -convocado al debate-, la de fs. 552/553 declaración del Sargento
NICORA, la de fs. 555/557 declaración de Carlos MONTOYA DE LA CRUZ –convocado
al debate-, así como las fojas 665/667, 668/673, 705/707 y 791/793; 14) la nota de
Nextel de fs. 643; 15) la nota del Banco Patagonia de fs. 753; 16) el acta de entrega
del departamento de Avenida Rivadavia 6747, piso 13, departamento 115, de esta
Ciudad y secuestro de fs. 776 (transcripta a fs. 777).
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Por otro lado, también lo fueron: 72) el croquis de fs. 268; 73) la
constancia Actuarial de fs. 2074, las constancias de fs. 2114/2115 y las copias de los
oficios de fs. 2120/2121; 74) la nota de fs. 2083/2084; 75) las copias de las facturas
de fs. 2190/2197; 76) las copias de fs. 1558/1559 (aportadas por Verónica Andrea
Luna a fs. 1560); y 77) la copia certificada de constancia de “Retiro Efec. Con Debito
en Cta. BAPRO” de fs. 1568 y copia certificada de fs. 1569.
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Conforme el decisorio de fs. 2865/2867, se dispuso incorporar por
lectura la declaración testimonial de Lohana Victoria Berkins Cruz (fs. 104/106), cuyo
deceso se produjera el 5 de febrero de 2016 y fuera acreditado a fs. 2989.
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a. Traslado a la querella:
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De igual manera la querella dio cuenta de las circunstancias de
modo, tiempo y lugar, así como de los pormenores del hallazgo del cuerpo y de los
mecanismos periciales que se adoptaron para evitar la contaminación y optimizar las
pruebas que fueran recolectadas.
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Así, en primer término hizo una síntesis del hecho al que ya se
aludiera en detalle a fs. 2138/2146, destacando algunos aspectos del mismo como
ser la manera salvaje en que había sido atacada por MGD y otro sujeto no
individualizado, con sorpresa, como los traidores en un plan de cacería, de manera
segura y sin peligro para los atacantes, por odio y violencia de género, cosificando a la
víctima.
Detalló también cómo tuvieron que romper la puerta para poder salir
del departamento de la víctima, luego de lo que descendieron, ocasión en la que
sorprendieron a Carlos Montoya de la Cruz que volvía de una fiesta a eso de las 4.00
hs., quien les abrió, asustado y presumiendo que estaba frente a dos asesinos.
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Señaló que tal como se había visto desarrollarse a lo largo del juicio
Diana trabajaba en el INADI, a la vez que militaba por los Derechos Humanos, contra
la Discriminación, no sólo en los temas referentes a la Diversidad Sexual sino que
luchaba por conseguir una sociedad más justa e igualitaria.
Dijo que Diana era una persona con una alta sensibilidad social, que
decía: ‘La pobreza te daña, no se puede permitir que la gente duerma en la calle, que
los niños sufran hambre. Lo digo sabiendo lo que es el hambre’. Que sus compañeros
y compañeras la recuerdan cada día, que hace falta en el Instituto y que como se
pudo ver, nadie ha podido ocupar su lugar. Agregó que un lugar así es muy difícil de
ocupar. Que Diana fue, es y será para el Instituto y para quienes tuvieron posibilidad
de conocerla un ejemplo de lucha y de compromiso. Desde el lugar que ocupó se
apropió y reelaboró el discurso de los derechos humanos para interpelar a la
sociedad toda a reconocer a las personas trans como sujetos plenos, a reparar los
efectos de la violación sistemática de sus derechos y recuperar la potestad de definir
y decidir sobre sus cuerpos e identidades.
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Apuntó que en julio de 2012, recibió en un acto en Casa Rosada, el
documento con su identidad de género autopercibida y finalmente su documento
nacional de identidad la nombraba como se sentía: Amancay Diana Sacayán. En
medio del año 2012, Amancay Diana Sacayán presentó su candidatura a Defensora
del Pueblo de La Matanza. Fue la primera vez que una travesti se postulaba y obtuvo
un gran número de votos afirmativos. Consiguió ingresar a la terna final, sin contar
con el apoyo de un partido político, ni campaña ni equipo publicitario ni
financiamiento externo.
Dijo que esta tarea aún queda pendiente y es crucial para poder
reparar tantos años de vulneración sistemática de derechos. En el año 2012, el INADI
y el INDEC impulsaron la prueba piloto de la Primera Encuesta sobre Población Trans
en el Municipio de La Matanza, de la que Diana participó activamente en todo el
proceso de elaboración, los fundamentos y los cuestionarios de la encuesta, como en
adentrarse en el territorio para incitar a otras personas trans a participar de la
encuesta y compartir sus experiencias de vida.
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ser exclusivamente ocupados por ellas, con el fin de promover la igualdad real de
oportunidades en el empleo público’. Su promulgación por decreto del Poder
Ejecutivo provincial tuvo lugar días después del asesinato de Diana, su imbatible
impulsora.
Que las personas de este colectivo al ver que Diana podía, que Diana
había logrado entrar en las esferas de discusión de las Políticas Públicas, tomó valor,
fue esperanzador, pero su muerte volvió a generar ese temor que con el tiempo y
tras largos años de lucha se había ido diluyendo. Si algo así le pasó a Diana, que
militaba por los Derechos Humanos, que era una persona pública, queda el
interrogante así como ha surgido de los testimonios que oímos, de qué le puede
pasar a quienes no son personas públicas, a quienes hoy se encuentran en un estado
de indefensión absoluto.
Por último, dijo que era importante mencionar que Diana dejó un
gran legado y han quedado también muchas cosas pendientes que tal como se ha
visto se hace cuesta arriba llevarlas adelante con el vacío que ha quedado.
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algunas cuestiones estadísticas que se refieren al caso del colectivo Trans-Travesti,
que representaban la “radiografía de la exclusión”.
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Pero dijo que, en los casos de odio de género, que no son realizados
por miembros de estos grupos extremistas, la cuestión se dificulta, porque en un
estado democrático, en consonancia con el debido proceso, un imputado es puesto
inmediatamente en contacto con su defensor, entonces (se preguntó), qué imputado
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en su sano juicio haría una manifestación directa de que mató por odio, qué defensor
dejaría que el imputado haga semejante declaración.
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totalidad de la humanidad que protege, y sólo considera una parte de la vida (la
biológica) sin proteger el resto de su humanidad; entonces la persona nuevamente es
abandonada, es puesta en nuda vida. Que ese ordenamiento jurídico crea un estado
de excepción respecto a la discriminación.
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Este sufrimiento o padecimiento fuera de lo normal tiene que tener
lugar durante la ejecución del homicidio; la víctima debe hallarse consciente de modo
que pueda sentir el padecimiento. Dijo que el crimen de Diana fue con ensañamiento
pero que abandonará esta calificante, sin por ello cambiar la base fáctica de la
acusación. Ello porque entienden que el ensañamiento es una de las manifestaciones
del odio, es su obra. Por lo tanto, y en cuanto a que dichas conductas han sido
puestas en reproche en el punto anterior (inc. 4º), no corresponde duplicar el
reproche en tanto importaría la violación del principio non bis in idem, es decir,
duplicidad de sanciones a una misma persona por un mismo hecho y el mismo
contenido de injusto. Que para Bustos Ramírez, la razón que da soporte al principio
non bis in idem dentro del principio de legalidad es que al tener que ser la Ley estricta
-tipicidad-, ‘no se puede usar el mismo presupuesto para imponer más de una pena’.
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de asimetría, y ejercicio de poder por parte de los agresores hacia su víctima, y esto
es lo que le da el contexto de género que exige la ley.
Corrido traslado al Sr. Fiscal, Dr. Ariel Yapur, refirió que trataría de
ser lo más sintético posible y no reiterar aspectos del caso que han sido tratados de
modo abundante por las dos acusaciones que lo precedieron a la vez que destacó
que tanto en su caso como en el de la Dra. Labozzeta, estar a cargo de la acusación
en este juicio implicaba una inmensa responsabilidad institucional por lo que el caso
significa. No sólo porque, como ya ha sido señalado profusamente por ambas
querellas, este es uno de los pocos casos de muertes violentas de mujeres trans, o
de identidad de género travesti, como prefería Diana que se los llame, que llega a
una instancia del juicio, sino también por la dimensión de Diana como víctima del
caso, con lo que eso significa.
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juicio, esto es, al hecho que implica haber tomado parte, junto a otra persona del
homicidio, de la muerte violenta de Amancay Diana Sacayán dentro de su
departamento entre la noche del 10 y la madrugada del 11 de octubre de 2015. En
cambio anticipó que no iba a sostener la acusación, pues no se ha probado
suficientemente en juicio, en lo relativo a que en ese mismo contexto, el acusado
junto a la persona que cometió el hecho con él, se habrían apoderado de una suma
de dinero que Diana tenía en el departamento, pues ese aspecto del hecho no se
había acreditado en juicio más allá de cualquier duda razonable, que es el estándar
que debe regir para esta etapa del proceso y, en este punto, para despejar e ir de lo
más sencillo a lo más complejo, explicó brevemente por qué el Ministerio Público no
iba a sostener como probado que se haya cometido ese robo en el contexto del
crimen de Diana.
En ese sentido, señaló que los elementos con los que se contó para
sostener que los autores de la muerte de Diana se apoderaron de una suma de
dinero dentro del departamento consiste en, centralmente, la declaración de una
testigo que había declarado en el juicio, Verónica Andrea Luna, quien refirió que en
la mañana del día 10 de octubre de 2015 Diana se comunicó con ella y le dijo que
necesitaba una suma de dinero de la que administraban para la fundación, pactó un
encuentro con ella en la estación de Laferrere y le entregó a Diana la suma de
$20.000; sobre la base entonces de que Diana esa mañana había recibido esa suma
dinero y de la circunstancia de que cuando fue hallado su cuerpo sin vida dentro del
edificio, ésta ya no estaba con ella, se asumió que las personas que la atacaron se
apoderaron del dinero.
Que no sabía si Diana utilizó ese dinero para algo, si realizó algún
pago propio de la fundación o no, si lo extravió, si se lo dejó en depósito a alguien,
con lo que fue evidente que no se tenía ninguna certeza que permitiera asegurar
que la desaparición de esa suma de dinero se correspondía con la acción criminal de
los autores de la muerte de Diana.
Que por tal motivo, porque el juicio no había logrado probar con
certeza estos aspectos, en relación con el apoderamiento ilegítimo de esa suma de
dinero, y únicamente con relación a ese aspecto fáctico del requerimiento, el
Ministerio Público iba a solicitar la absolución del Sr. MGD.
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Ministerio Público tuvo por probado, sin lugar a ninguna duda razonable, que entre
las 22.35 del 10 de octubre de 2015 y las 3.57 del 11 de octubre de ese mismo año,
el acusado MGD, actuando conjuntamente con otro hombre que hasta el momento
no se había logrado identificar fehacientemente, mató a Amancay Diana Sacayán en
el interior del domicilio donde ella vivía, sito en Avenida Rivadavia 6747, piso 13º,
dpto. 115; para ello, el acusado y su cómplice atacaron a Diana Sacayán con un
cuchillo de cocinero de aproximadamente 20 cm de hoja, además la golpearon
violentamente logrando vencer su resistencia y reducirla en el piso, la ataron de pies
y manos, la amordazaron, asestándole gran cantidad de puñaladas que le
ocasionaron trece heridas punzo cortantes en diferentes partes del cuerpo; dos de
esas heridas, ubicadas a nivel abdominal, en el epigastrio, provocaron una
abundante hemorragia interna y externa que llevó a Diana a la muerte; luego de
consumado el ataque, MGD y quien actuó junto a él revolvieron el departamento
tratando de localizar las llaves y, al no lograrlo, utilizaron herramientas que
encontraron en el lugar para romper la cerradura de la puerta del departamento, y
así lograr salir.
Para empezar, dijo que sabía que la última persona que vio con vida
a Diana ese día 10 de octubre 2015 fue el encargado de seguridad del edificio de
Rivadavia al 6747, quien declaró en la audiencia, el Sr. Vázquez; quien contó que esa
noche él vio a Diana en dos ocasiones bajar de su departamento para abrir la puerta
a dos hombres, a uno que llegó un poco más temprano, a quien describió como una
persona que según su apreciación tenía una indumentaria tipo deportiva, era una
persona joven y a quien Diana habría saludado con un beso en la mejilla y que un
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rato después, aproximadamente a las diez de la noche, vio a Diana bajar a abrirle a
otra persona a la que saludó como si fuera su novio, con un beso en la boca y tanto
en la sala como, oportunamente, cuando se lo expuso al testigo a una rueda de
reconocimiento, cuya acta está incorporada al juicio, señaló a MGD como esa
persona que vestía una indumentaria más formal; se refirió a ésta como la de una
persona que “estaba preparado para salir”; esta descripción que dio Vázquez, y que
se completa con el acto de reconocimiento en rueda y con el señalamiento de vista
en la sala donde dijo claramente que la segunda persona que entró al edificio junto
a Diana y la besó al pasar frente a él era el acusado aquí presente, colocan a MGD
en la escena de los hechos la noche que los hechos se cometieron.
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como ese departamento, resulta improbable que tres personas estuvieran allí
implicadas en un hecho de semejante violencia y alguna pudiera mantenerse al
margen, esto ya intuitivamente parece contrario a la posición de MGD; pero además
porque hay evidencias físicas concretas en el lugar y en el cuerpo de Diana que
hablan de la intervención de más de una persona.
Apuntó que no eran sólo esas las evidencias que marcan que en el
hecho intervino más de una persona y que una de esas personas fue MGD. Para
empezar (exhibió el croquis en la pantalla), se cuenta con el plano del lugar de los
hechos, hecho por la División Criminalística cuando estuvo en el lugar; el hecho
ocurre en el dormitorio, que como se ve no sólo es pequeño sino que además, como
lo explicó Mónica Naomit Flores, las chicas lo que habían hecho era subdividirlo,
colocar una serie de muebles para dejar de un lado el sommier y cama matrimonial
que utilizaba Diana y, del otro, ese sillón que usaba Mónica; el espacio donde se
produce el crimen que es el lugar que ocupaba el sommier de Diana es
extremadamente reducido; dijo Mónica que el sommier estaba colocado contra la
pared de la ventana, esto es esa pared donde se ve levantado el cubre sommier,
mientras que había un pequeño pasillo que separaba el sommier de ese mueble que
está allí.
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muy en primer plano vistiendo un suéter a rayas, que después fue secuestrado en la
casa de MGD, porque las amigas de Diana lo señalaban como alguien que estaba
para el momento de los hechos manteniendo relaciones con ella, se veían seguido,
ella lo presentaba como su novio; sobre esto han hablado tanto Sonia como Mónica,
también la testigo Luna; las tres contaron que en una reunión que hubo un día, que
tenían que ir a la ESMA a retirar un premio, donde iba a ser galardonada Diana por
su trabajo en defensa de los derechos humanos y que finalmente no fueron porque
Diana lo fue a buscar a MGD, y MGD estaba con un amigo (Ruiz Díaz), que
mantuvieron una reunión y estuvieron conversando.
Luego el Sr. Fiscal pidió disculpas por haber ocupado tanto tiempo
con este aspecto fáctico-probatorio del caso porque, más allá de la importancia del
caso, era consciente de que desde ese punto de vista el caso era muy sencillo; pues
se trataba de una muerte violenta de una mujer travesti y que el perpetrador había
sido MGD, por todas estas evidencias.
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sino que también esto implica necesariamente que la interpretación del art. 80, inc.
4º, involucra una cuestión de carácter federal.
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compromisos asumidos en la Convención para la represión del genocidio, entiendo
que uno tiene que pensar al art. 80, inc. 4º, no como una agravante por motivación
sino como una agravante que tiene que tener un anclaje objetivo.
Dijo que también estaba en claro que se ha matado a una mujer por
razones de género en este supuesto. Por último, y en concurso ideal de agravantes,
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cama con la otra persona, y en ese sentido se expone absolutamente al otro desde
un lugar de confianza; la traición a esa confianza y el aprovechamiento de esa
confianza para aproximarse y atacar al otro, y esto se verifica en la medida en que el
hecho se comete en un ámbito de intimidad, dentro del domicilio de Diana, dentro
de la habitación del domicilio de Diana, un lugar al cual los perpetradores no
hubieran podido acceder de no haber sido por la relación que vinculaba a MGD con
Diana; entonces, es un factor definitorio o decisivo del hecho, la circunstancia de
que mediara una relación previa, caracterizada por muestras recíprocas de afecto,
como lo explicaron los testigos Vázquez, Mónica, Luna, que veían a Diana y MGD
abrazados, besándose, Diana lo presentaba como su novio, MGD dormía en su casa,
la madre de MGD lo llamaba por teléfono a la casa de Diana, es claro que no se trató
de una circunstancia, de un encuentro circunstancial en el que MGD llegó a la casa
de Diana, sino de un caso en el que la relación preexistente, caracterizada de este
modo, fue aprovechada por el autor para ingresar al lugar en el que cometió el
hecho y atacar a Diana del modo en que lo hizo.
Por esto señaló, además del inc. 4º, debe aplicarse al caso el inc. 1º
del art. 80; pues se trata de un travesticidio íntimo. Esta es la calificación que el
Ministerio Público propone para el caso; en subsidio de la calificación del inc. 4º, si
por alguna razón el Tribunal no compartiera el punto de vista que he sostenido, de
interpretar el inc. 4º como crimen por prejuicio o de discriminación, o si haciendo la
interpretación tradicional, vinculada con que hay que probar el odio como
componente subjetivo del autor y entendiera que la prueba que he acompañado al
caso no es suficiente para sostener esta agravante, deberían aplicar la agravante del
art. 80, inc. 11º.
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integran un fenómeno masivo y sistemático. Y, en definitiva, ilustrar el contexto
colabora para encuadrar el hecho en la figura calificada. En este caso, esa labor de
contextualización también debe considerar que se trató de un crimen a una
defensora de derechos humanos. Y específicamente defensora de derechos
humanos de las personas travestis trans. El trabajo de estas personas, en palabras
de la propia CIDH, es fundamental para la implementación universal de los derechos
humanos, y para la existencia plena de la democracia y el Estado de Derecho. Es por
ello que en este debate las partes acusadoras hemos dedicado esfuerzos por
construir prueba que colabore en colocar al hecho que se investiga en el contexto
generalizado de violencia que sufre toda la comunidad travesti trans, así como en
acreditar la calidad de defensora de DDHH de Diana, que fue asesinada,
precisamente, víctima de la violencia por cuya erradicación luchaba. Su asesinato es
la demostración más cabal de la existencia de esa violencia estructural contra las
travestis y en particular contra las personas del colectivo que además osan ponerle
el cuerpo a la lucha por sus derechos. Este trabajo no contradice (sino comprueba)
la atribución de responsabilidad individual de MGD en su comisión. El crimen
cometido por él y su cómplice ha sido un crimen por prejuicio de género y toda la
responsabilidad personal que le cabe ha sido suficientemente acreditada porque se
ha probado que estuvo en el lugar el día de los hechos, que intervino
personalmente en la ejecución del crimen y que lo cometió contra una travesti por
su identidad de género. MGD no mató a cualquier persona, mató a una persona
travesti en un contexto que habilita esa violencia, un contexto de permisión e
impunidad del que se valió para ejecutar su crimen y así le imprimió un sentido
específico. B) Veamos, entonces, en primer lugar lo vinculado al contexto de
violencia contra el colectivo LGTB (sobre el cual hicieron hincapié las querellas, por
lo cual en lo general, me voy a remitir a sus alegatos para evitar reiteraciones
innecesarias). La CIDH en el año 2015 ha elaborado el informe “Violencia contra las
personas LGTBI” que da cuenta de la gravísima situación en la que se encuentra este
grupo a nivel regional, de las formas y los contextos de violencia a los que está
expuesto. El informe se enfoca de manera particular en actos de violencia física
contra las personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de
género diversas o no normativas, o cuyos cuerpos varían del estándar corporal
femenino y masculino en América. En relación con los actos de violencia contra
personas LGTB, la CIDH destaca que éstos suelen demostrar altos niveles de
ensañamiento y crueldad. En ese informe, la Comisión dijo textualmente que: ‘se
encuentra preocupada por los altos índices de violencia que se registran en contra
de personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex, o aquellas personas
percibidas como tales, en el continente americano, y la ausencia de una respuesta
estatal eficiente frente a dicha problemática. Esto se evidencia en la falta de
adopción de medidas efectivas para prevenir, investigar, sancionar y reparar actos
de violencia cometidos contra personas LGTBI, de acuerdo al estándar de debida
diligencia. Mientras que la CIDH reconoce que se registran avances en algunos
Estados Americanos, la violencia contra las personas LGTBI continúa ocurriendo de
manera generalizada en todo el continente americano’. Ese contexto social de
discriminación y violencia generalizada fue también reconocido abiertamente por
nuestra CSJN en el año 2006 –en un caso en el cual la Asociación de Lucha por la
Identidad Travesti-Transexual (ALITT) solicitó el reconocimiento de su personería
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jurídica ante la Inspección General de Justicia–. Allí la Corte advirtió que las
personas LGBTI “no sólo sufren discriminación social sino que también han sido
victimizadas de modo gravísimo, a través de malos tratos, apremios, violaciones y
agresiones, e inclusive con homicidios. Como resultado de los prejuicios y la
discriminación que les priva de fuentes de trabajo, tales personas se encuentran
prácticamente condenadas a condiciones de marginación, que se agravan en los
numerosos casos de pertenencia a los sectores más desfavorecidos de la población,
con consecuencias nefastas para su salud, registrando altas tasas de mortalidad”.
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Sacayán, en este caso, todo el contexto de violencia y las vulnerabilidades a las que
están expuestas las travestis estaban presentes en la víctima del homicidio
cometido por MGD. Porque Diana encajaba en los dos ámbitos de exposición a
riesgos que comentamos: era una travesti y era una defensora de derechos
humanos y esto vuelve al crimen un acto de mayor gravedad. Diana creció y vivió en
el contexto de marginalidad y exclusión que hemos conocido en este juicio y han
contado extensamente las querellas. Y su trayectoria vital coincide con los
parámetros generales que signan la vida de las travestis. La forma en que fue
asesinada también encaja en las violencias específicas que sufren. De su biografía,
que fue incorporada como prueba documental a este juicio a través del informe
‘Diana Sacayán, vida y obra de una de las principales referentes del movimiento
travesti y de derechos humanos de América Latina y el Caribe’, pudimos conocer
que asumió su identidad travesti a los 17 años, momento a partir del cual comenzó
su actividad como militante y activista. Antes de ser asesinada, se organizó con sus
compañeras y se ocupó de promover, impulsar y en muchos casos liderar la
realización de políticas públicas inclusivas para el colectivo travesti trans. Se
convirtió en una de las principales activistas del movimiento de derechos humanos y
de la lucha por el reconocimiento y la inclusión social del colectivo travesti en la
Argentina y en la región. Creó el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación
(MAL) el cual presidió. También fue representante de la Asociación Internacional de
Gays y Lesbianas (ILGA). En el año 2007 logró el primer hito en la historia del
reconocimiento por parte del Estado de las identidades de género autopercibidas,
mediante la sanción de la resolución 2359 del Ministerio de Salud de la PBA, que
estableció el respeto del nombre elegido de acuerdo a la identidad de género en
todos los hospitales y centros de salud de esa provincia. Ello se replicó en diversas
ordenanzas municipales de los municipios de Lanús, La Matanza y Morón. Participó
en la redacción de los libros ‘Cumbia, Copeteo y lágrimas’ y ‘La Gesta del Nombre
Propio’, cuya actualización –‘La revolución de las Mariposas’ editada
recientemente– acabo de mencionar. Fue parte fundamental del primer periódico
escrito por travestis en toda Latinoamérica ‘El Teje’ y también redactora del
suplemento Soy de Página12. En 2012 fue candidata a defensora del pueblo de La
Matanza, siendo la primera persona travesti en hacerlo. Trabajó en el Programa de
Diversidad Sexual del Inadi que hoy está sentado junto a nosotros como querellante.
Realizó innumerables acciones en pos de mejorar las condiciones laborales de las
travestis, siendo su mayor logro la sanción de la Ley Provincial nro. 14.783/2015 de
Cupo Laboral Trans. Formó parte del Frente Nacional por la Ley de Identidad de
Género y luego de su sanción fue la primera en recibir el DNI de acuerdo a su
identidad de género autopercibida. Diana fue asesinada, como travesti y luchando
por los derechos humanos de las travestis, el 11 de octubre de 2015. Diana sigue
dando que hablar. Sigue siendo una referente para todo el colectivo que ha sufrido
con creces su pérdida y hoy reclaman justicia para el esclarecimiento de su
asesinato. Esta sala, los pasillos de este Palacio de justicia y la plaza de Tribunales
llena de personas en cada una de las audiencias son las señales de lo viva que está
su ausencia y de las enormes consecuencias de su pérdida para todas ellas y para la
lucha que ella encabezó por los derechos humanos de las travestis. C) Uno de los
corolarios de este derrotero de vida de las personas travestis trans, con estas
múltiples exclusiones, discriminaciones y violencias, que hemos descripto hasta
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aquí, son los asesinatos y muertes violentas, como el de Diana. Del informe de la
CIDH antes citado surge que en un período de 15 meses (desde enero/2013 a
marzo/2014) 594 personas LGTB fueron asesinadas por medio de ataques
aparentemente relacionados con la percepción de su orientación sexual o su
identidad o expresión de género. Los crímenes contra esta población están
asociados a los asesinatos por discriminación u odio y presentan particularidades en
su modo de comisión, aunque comparten con los femicidios el determinante de
género. Su especificidad se concentra en estar destinados a la
eliminación/erradicación del colectivo travesti trans por razones de discriminación
estructural y se los reconoce por determinadas características en su comisión
(especial ensañamiento en el modo de ejecutar el crimen, utilización de múltiples
armas homicidas, desprecio en el descarte del cuerpo, señales de violencia excesiva
en la escena del crimen, entre otras cuestiones). Estas características son explicadas
en el Modelo de Protocolo Latinoamericano de muertes violentas de mujeres de
ONU y fueron receptadas en el Protocolo que recientemente elaboró el Ministerio
Publico Fiscal. Es como consecuencia de todo lo que se ha dicho hasta aquí que este
Ministerio Público entiende que es de vital importancia considerar este contexto de
violencia generalizada e inscribir en él el hecho particular que aquí se investiga.
Considerar este contexto tiene las múltiples funciones de: valorar la gravedad del
hecho, calificarlo como una expresión concreta del odio generalizado contra las
travestis y cumplir con otra de las funciones del sistema de justicia, que es
responder con altísima eficacia a las violaciones a los derechos humanos de todas
las personas”.
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reforma agravó las penas para aquellos crímenes que se llevan a cabo en contextos
determinados de discriminación estructural y puede ser leído, sin lugar a dudas,
como un avance local en pos de erradicar la violencia tanto contra las mujeres como
contra las personas LGTBI. La CIDH (en el informe que ya venimos citando) ha sido
enfática respecto del deber de los Estados de incluir expresamente la identidad de
género como un motivo de protección en la legislación y en las políticas públicas.
Además, existe un creciente consenso internacional respecto del reconocimiento
legal de la violencia o crimen por prejuicio, que tiene su raíz en la discriminación
estructural basada en la orientación sexual o la identidad de género de la víctima
como factores agravantes en los casos de crímenes cometidos contra las personas
LGBT. La CIDH, en su informe sobre Violencia contra la población LGTB, advirtió que
‘Este consenso incluye a expertos internacionales y regionales de derechos
humanos, organismos internacionales y regionales de derechos humanos, y un
número creciente de Estados Miembros de la OEA. El Comité de Derechos Humanos
de la ONU ha instado a los Estados a criminalizar específicamente los actos de
violencia basados en la orientación sexual o la identidad de género, por ejemplo, a
través de legislación que prohíba crímenes de odio o por prejuicio’. B) Sin embargo,
pese al cumplimiento de estas exigencias por parte de nuestro país, mediante la
incorporación de figuras penales que califican con especificidad y sancionan con la
pena máxima estos crímenes, no tenemos antecedentes jurisprudenciales en los
que se haya dictado condena por un crimen contra una travesti como un crimen de
odio y discriminación (y no precisamente porque no ocurran). Es decir, además de la
incorporación legal, nos falta avanzar en el plano de la aplicación de estas normas.
La CIDH atribuye a los prejuicios aún persistentes en los operadores de justicia que
no se apliquen los agravantes, aun cuando éstos ya están incorporados a las
legislaciones vigentes. En razón de ello, los asesinatos de personas LGBT no suelen
categorizarse como crímenes de odio o crímenes por prejuicio y en consecuencia
terminan siendo investigados y juzgados como crímenes particulares. Esto perpetúa
su invisiblización y, así, favorece el sostenimiento de su impunidad. Si esas
agravantes no se ven reflejadas en las sentencias se corre el riesgo que el valor
simbólico del sistema penal y la proyección que tiene hacia todos los habitantes
amplifique de manera exponencial la idea de impunidad que se deriva de tener una
norma que condene específicamente estos casos y aun así, no sea aplicada por
quienes debemos administrar justicia. En definitiva, la aplicación de la calificación
adecuada y de la sanción de estos crímenes es un doble mensaje del Estado y,
concretamente, del sistema de justicia: un mensaje de visibilización, de sacar de las
profundidades, del anonimato a un fenómeno que es extendido, que es sistemático
y que tiene a estas comunidades en un estado de peligro y temor permanente. Y un
mensaje de fin de la impunidad, de que el Estado no convalida estas conductas, que
no las naturaliza y que las sanciona con la gravedad que merecen, por tratarse de
una expresión de las violaciones a los derechos humanos de estas personas. C) Pero
este caso exige algo más. Además de la calificación legal que ha propuesto este
Ministerio Público, se ha instalado en el proceso la necesidad de llamar por su
nombre específico al crimen cometido contra Diana. Se trata de un travesticidio. En
un camino conceptual y político similar al que llevó a la gesta del término
‘femicidio’, se le ha puesto nombre a estos asesinatos cometidos de manera
sistemática y sostenida contra las personas travestis trans y se comenzó a hablar de
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prevista para los delitos mencionados por los que este Ministerio Publico Fiscal ha
formulado su acusación, no se valorarán atenuantes ni agravantes. Sin embargo, es
necesario señalar que la gravedad y naturaleza del suceso, la violencia con la que
fue llevada a cabo y los extremos de discriminación basados en el género que
rodean la conducta, esto es, el travesticidio por el que se lo está juzgando, justifican
sobradamente la imposición de la pena de prisión perpetua prevista por las figuras
que se le imputan. Como consecuencia de todo lo expuesto, este Ministerio Público
solicitará que se condene a MGD como coautor penalmente responsable del delito
de homicidio, triplemente agravado por haber sido cometido con odio de género,
mediando violencia de género y por el vínculo que tenía con la víctima (artículo 80
incisos 4, 11 y 1 del Código Penal). Y que, en consecuencia, se le imponga la pena de
prisión perpetua con más las costas del proceso y las penas accesorias, de acuerdo
con lo prescripto en los arts. 12 y 29 inc. 3 del CP y 530 y 531 del CPPN. Ello, amén
de las medidas de reparación que se solicitarán a continuación, en aplicación del
artículo 29 del Código Penal. Por otro lado, conforme lo argumentado por mi colega,
en virtud del estado de duda que a lo largo del debate no se ha podido desvirtuar,
habremos de solicitar la absolución de MGD MGD por el delito de robo simple por el
que fuera acusado, art. 164 del CP y 402 del CPPN. Por último concluyó su
exposición aludiendo a una serie de medidas de reparación que entendió
adecuadas”.
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parte los jueces, hemos visto una parte de la obra; esta es una característica que
tienen los juicios orales, lamentablemente: la oralidad se limita solamente a la prueba
de declaración testimonial y, eventualmente, al descargo del imputado; el resto de
las pruebas se incorpora por la vía que nadie conoce y, después, resulta que vienen
decisiones respecto de las cuales el público vio una cuarta parte”.
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Dijo que le iba a demostrar al tribunal, sobre la base de las pruebas,
no de una hipótesis de trabajo o de un invento mío, que cuando MGD se fue del
departamento de Diana Sacayán, ella todavía estaba vida, y que falleció mucho
tiempo después, horas después, por lo tanto es materialmente imposible que él haya
intervenido en ese crimen y que sea responsabilizado de cualquier forma.
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Señaló que “la fiscalía pasa por arriba todo eso, se convierten ellos
mismos en peritos y, con una liviandad asombrosa, dicen que las conclusiones del Dr.
Cohen están equivocadas o que no son concluyentes, hasta casi con cierto
menosprecio, como quien se saca de encima una mosca. Esto no es una valoración
racional de la prueba, no solamente porque no es cierto que responde a un solo
signo, sino porque es una cuestión científica, evaluada con métodos científicos, no
con la opinión muy por arriba de la fiscalía. No tengo dudas de que si al Dr. Cohen le
hubiésemos preguntado cuestiones vinculadas con la data de la muerte y hubiese
dado esta respuesta que nos da fiscalía, nadie hubiese estado satisfecho; si lo
traemos acá para que hable de asuntos altamente técnicos y científicos y nos diera
esa, seguro hubiera generado la repregunta, está claro. Pero, además, si los
acusadores consideraban que esta manifestación es meramente aproximativa,
porque es cierto que en el informe el Dr. Cohen usa el potencial (‘ubicaría la data del
fallecimiento’) y también es cierto que no tiene en cuenta las cuestiones ambientales
porque no se les informaron, lo esperable hubiese sido, además, que le preguntaran
al respecto; después de todo, este informe autopsia ingresó al debate pedido por
ellos y el Dr. Cohen declaró en el debate a pedido de ellos; es decir, que si querían
aclarar sus conclusiones, si era o no realmente aproximativo y con qué margen,
porque sabemos que en ámbitos donde se tienen que arrojar cifras con precisión,
como por ej., en el ámbito científico de la medicina, y hay un margen de duda, esto
se aclara (‘más menos algo’); esto también debió haber sido objeto de interrogatorio.
Insisto, el Dr. Cohen ubica el momento del fallecimiento, no un ratito, casi doce horas
después de MGD saliera del departamento; lo lógico hubiese sido que le
preguntaran; está claro que eso no puede ser una obligación nuestra, no tenemos
nosotros la carga de acreditar este asunto y, además, hasta por una cuestión… yo
diría, hasta estratégica del litigio, yo ya tengo la información volcada en el informe;
¿para qué le voy a preguntar? Que le pregunten ellos”.
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Es decir que tenemos otra especialista, con muchísima experiencia,
que ubica la muerte, o la data de muerte, de Sacayán todavía más tarde que Cohen; a
diferencia de Cohen, y corriendo con ventaja por sobre Cohen, estuvo en el lugar del
hecho, porque a él no le informaron las condiciones ambientales en las cuales fue
encontrado el cadáver; Antuña Álvarez estuvo presente y las percibió; es decir que no
debe haber habido nadie que pudiera tener mayor percepción, mejor fuente
información, que ella. Además de lo que nos dijeron Cohen y Antuña Álvarez,
también está agregado otro informe de esa unidad criminalística móvil, ahora
firmado por el coordinador, Subinspector Salica, a quien la Dra. Antuña Álvarez
calificó como una persona que tiene mucha experiencia en manejo de escenas del
crimen; en ese informe se detallan todas las operaciones que realiza ese grupo
multidisciplinario, se informa cómo estaba el cuerpo, las cosas, y también se elaboran
una suerte de conclusiones, llamémoslas, preliminares, teniendo en cuenta la
información que en ese momento le da la Dra. Antuña Álvarez; ahí se dice que se
estima ‘una data post-mortem mayor a las 12 horas y menor a las 36’, teniendo en
cuenta la fecha y hora en que se hizo esa inspección, esto nos ubica entonces entre el
12 de octubre de 2015, a las 4 de la mañana, y el 13 de octubre de 2015, a las 4 de la
mañana”.
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no me voy a quedar acá; esto, in dubio pro reo mediante me da una carta muy
importante; porque si es una circunstancia fáctica, de descargo, y no está descartada,
ante la duda hay que afirmar que realmente es como decimos nosotros: que el modo
automático no estaba conectado. No me voy a quedar ahí; yo les voy a probar a Uds.,
lo que dije antes, que en esa computadora hubo actividad humana.
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que el sistema lo hace correr en forma automática, sino que a las 4.54.21 alguien
maneja esa máquina, alguien manipula esa máquina y busca la dirección en Youtube;
de hecho, fíjense Uds. que la primera página que aparece después de este video es la
página de inicio (lo muestra); esto no es un video, no es una búsqueda, es el portal de
inicio, es Youtube a secas, es ‘Youtube.com’; esto solamente es posible si alguien toca
el teclado, si alguien mete los dedos, si alguien tipea ‘Youtube.com’ o, llegado el caso,
mediante un ‘click’ busca esto que está acá (lo muestra); estamos hablando de las
4.54.21 de la mañana; ya MGD se había retirado hacía casi una hora. Es decir, insisto,
entre la primera visita a Youtube y la segunda visita pasaron casi seis horas, cuando
estamos hablando de un video que durante 33 minutos; si esto hubiese estado en
reproducción automática, la visita posterior de Youtube hubiese sido mucho antes y
no hubiese sido la página de inicio, hubiese sido otro video, porque vimos que cada
video deja esa url con números, signos y letras extraños. Esto prueba que,
evidentemente, alguien, insisto, tocó la computadora, porque no se puede hacer de
forma automática. La siguiente actividad que tenemos en Youyube tiene más la
siguiente particularidad (lo muestra): a las 4.55.01; ¿por qué digo que tiene una
particularidad?; fíjense nuevamente el tema de la url, esta extensión tan larga (lo
muestra); en esta extensión tan larga están los términos ‘results’, ‘search’ y ‘query’;
en castellano: resultados, búsqueda y consulta. Cuando aparecen estas palabras en la
url significa que alguien hizo una búsqueda en Youtube; hizo una búsqueda con los
términos (lo muestra) ‘derrama tu gloria’ y ‘Christine D’Clario’; esta url tan extensa,
con esos términos en inglés, significa que alguien hizo una búsqueda; insisto, esto lo
puede hacer cada uno de Uds. en sus casas. Esto, en el mismo sentido, alguien operó
la computadora, alguien hizo una búsqueda específica. A las 5.01.19 a.m. (lo muestra)
vemos que se repite este fenómeno, vemos nuevamente que está esta url extensa
con los mismos términos en inglés, ‘resultado’, ‘búsqueda’, ‘consulta’. Ahora lo que
se buscó fueron estos términos: ‘cumbia’, ‘colombianas’ y ‘enganchados’; estos son
los términos que se tipearon, ni siquiera es un movimiento de mouse, alguien tocó las
teclas, y con un sentido: por lo menos, poner tres términos. Después de esto hay
varios videos que se ven hasta las 8.44.49 a.m., este es el último video que se ve; dice
‘watch’ y esto ya sí es un video que se ve, esto no es búsqueda; esto significa que
alguien, insisto, hizo un click, un click en un link. Es decir que no sólo no está probado
lo que nos dice la fiscalía de que el sistema automáticamente reproduce y después un
video tira el otro; no está probado, es una cuestión fáctica que tiene que ser probada,
y no está probada; sino que lo que sí está probado es lo contrario: esto no es
automático (señala la pizarra); acá vemos, como decía antes, la búsqueda, ‘results’,
‘searh’, ‘query’; cuando alguien escribe esto, internet devuelve una pantalla con estas
características, es decir, un listado de videos; después, si uno quiere hacer click en
este, en este, en este o en ninguno es decisión de cada uno; entonces, insisto, no sólo
no está probado esta reproducción automática, que nos dijo la fiscalía, sino que es
falso; está probado lo contrario: metieron mano, tocaron las teclas con un sentido,
tiraron nombres, movieron el mouse; vemos qué diferente es, acá (lo muestra), la url
cuando dice ‘watch’; acá dice ‘búsqueda’ y tira el listado; cuando dice ‘watch’ es un
video; este video fue removido por problemas de propiedad intelectual (hoy nos
conduce hacia acá, aclara); y esta es la otra búsqueda, donde aparece ‘results’,
search’, ‘query’… esta es la imagen… con distintas opciones para que el que está en la
computadora elija cualquiera, o ninguna. Son todas opciones que no admiten la
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reproducción automática de Youtube. O sea, todas las afirmaciones de la fiscalía son
falsas, y toda prueba concreta, de carácter informático, con precisión en horas,
minutos, segundos, fechas, muestran que en ese momento alguien tocó la
computadora. Agrega que toda esta información surge, aclaro, del peritaje que hace
la División Tecnológica; esto no es que vemos el historial de navegación, como
hacemos en nuestras casas; los peritos sacaron la información que está en la
computadora, calculamos que siguiendo los protocolos para conservar la evidencia,
hicieron una copia con el software adecuado para preservar los datos, y después todo
eso lo volcaron en los quince discos ópticos. No es que uno, casero, busca el historial
de navegación; uno casero puede hacer varias de las pruebas que yo dije; esto es
pericial. No nos vamos a quedar en la actividad en Youtube, pero seguimos con
cuestiones informáticas. Habíamos dicho que cuando llega la brigada tecnológica al
departamento de Diana Sacayán revisa la computadora y constata que había
actividad en Facebook, constata que había dos conversaciones abiertas con dos
usuarios distintos; nos dicen que el propio sistema de Facebook los fecha ‘hace 23
horas’, con lo cual arroja el 12 octubre de 2015 a las 19 y 44, aproximadamente, o
sea mucho tiempo después de que MGD saliera, pero hacen esta aclaración: ‘la
pestaña de Facebook pudo ser creada con anterioridad, motivo por el cual no fue la
última acción cometida’ y para aclarar esta cuestión, para saber entonces cuándo fue
la última vez que, desde esa computadora, se conectaron con el perfil de Diana
Sacayán de Facebook, los policías sugieren que el juez le pida a Facebook de EE.UU.
que aporte todos los datos de registración y conexión del perfil de Diana Sacayán y
hasta le aporta un modelo de oficio, porque esto, bueno, es un tema
interjurisdiccional y se ve que debe tener sus bemoles; la empresa Facebook de
EE.UU. responde a esto, le manda un correo electrónico a la fiscalía con un código de
seguridad, un archivo encriptado, este código de seguridad dura un pequeño tiempo,
es decir que uno lo tiene que abrir rápido porque no lo puede dejar ahí in eternum,
es decir, rodeado de medidas de seguridad; la fiscalía deja una nota a fs. 1147 en
donde, efectivamente, se recibe este archivo en formato pdf, de 2642 páginas. En
este listado figuran lo que se llaman las direcciones de IP desde las cuales se accedió
al perfil de Diana Sacayán. ¿Qué son las direcciones de IP? Sin hacer de esto algo
exhaustivo, las direcciones de IP es un número que los servidores le dan a cada
dispositivo cuando se conectan con internet, es un número único e irrepetible, son
tres números, punto, tres números, dos puntos, dos números, un punto, dos
números o a veces la parte final va variando, como dije antes, es único e irrepetible y
tienen la particularidad de que a veces cambian, no siempre pero a veces cambian,
pueden cambiar cuando la computadora. Este es un listado (lo muestra en la pizarra),
porque no podía imprimir las 2642 páginas… imprimí la segunda página porque tiene
la siguiente particularidad: marqué con amarillo la dirección de IP desde la cual se
accedió al perfil de Diana Sacayán; siempre es la misma dirección de IP, 190.175.1.44;
hay conexiones desde esa IP al perfil de Facebook, no a la página Facebook, al perfil
de Facebook de Diana Sacayán desde el 9 de octubre, el 10 de octubre y parte del 11
de octubre; en rigor de verdad y técnicamente hablando, no sabemos si este IP
estaba asignada a esa computadora de Diana, la verdad que no lo sabemos, se puede
determinar pericialmente pero nadie lo ha pedido, no obstante lo cual, teniendo en
cuenta que ha surgido de este debate que Diana era bastante frecuente con la red de
social Facebook, que no tenía un “Smartphone” (un teléfono desde el cual acceder a
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internet) y que desde esta IP se accede a este perfil en distintos días y en distintos
horarios, podemos razonablemente inferir que esa IP era la que estaba asignada a la
computadora de Diana Sacayán. Si esto es así, vamos a ver que estas dos últimas
conexiones (lo señala) se realizaron del día 11 de octubre de 2015, a las 9 y 56 de la
mañana y a las 11 y 58 de la mañana; aclaración importantísima: acá dice el tiempo,
está la fecha y una hora, y acá con mi grafía, espero que se pueda leer, hay
claramente otra hora; porque esto es así: van a notar, y esto es una parte y del
informe, lo hemos recortado, que la hora está expresada en UTC; UTC es el
mecanismo universal que se utiliza para fijar la hora; cuando la hora está en UTC, esto
es la hora del paralelo cero, lo que es el meridiano de Greenwich; la Argentina tiene
UTC -3, no obstante tener cuatro husos horarios menos. ¿Qué significa esto? Que a
este horario, expresado en UTC 0 ó básico, hay que restarle tres para que nos dé la
hora verdadera, hora verdadera que coincidía la computadora con la hora real, lo
constató la policía ni bien llegó”.
Entonces, continuó la defensa: “que se tenía que desde esta IP, que
razonablemente podemos inferir que estaba asignado a la computadora de Diana,
hubo conexiones con su perfil de Facebook… no es que ingresó a, no sé, a ‘pjn.gov’,
que ingresa cualquiera; ingresó a un lugar donde hay que tener la clave, y aun no
teniendo la clave, porque supongamos que ya la tiene guardada, supone de todas
formas, nuevamente, tocar las teclas, mover el mouse, supone una actividad en la
computadora; bueno, vemos que esto ocurrió el 11 de octubre, a las 9 y 56 y a las 11
y 58, horarios en los cuales MGD hacía rato se había ido de ese departamento.
Vemos que acá resalté con otro color, porque cambia la IP, como dije antes, no
siempre, pero es frecuente que cambie, es el servidor el que cambia el número de IP;
y vemos que desde esta IP hay otra conexión el día 11 de octubre a las 12.58.32. ¿Por
qué inferimos que esa IP también estaba asignada a la computadora de Diana
Sacayán? Porque, por los horarios en los cuales ocurrieron estas dos conexiones con
el perfil de Facebook, el día 13 octubre de 2015 a las 20 y 25 y a las 21 y 25, este es la
hora en que los peritos tecnológicos de la policía estaban trabajando en el
departamento de Diana y estaban metiéndose en el perfil de Facebook de Diana; es
decir, que si sabemos que esta dirección de IP, en esta fecha y esta hora obedece a
ingresos de la policía en el perfil de Facebook de Diana, podemos inferir que este
número también estaba asignado a la computadora de Diana, y esto ocurrió el día 11
de octubre a las 12 y 58.
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Posteriormente sostuvo que entendía que existía una cuestión que a
su entender era fundamental para entender toda esta situación, y era la puerta, la
puerta de Diana Sacayán. “¿Por qué digo que era importante? Porque el estado en el
cual se encontraba la puerta termina siendo el detonante que pone en aviso que
Diana lamentablemente estaba muerta adentro del departamento; es decir que
cuando ven en la puerta en esas circunstancias, extrañas, fuera de lo habitual,
sospechosas, es que el encargado llama a Raffetta, Raffetta llega, entra, ve la escena
y llama a la policía. Creo que precisar o determinar cuándo es que se advierte por
primera vez el estado de la puerta es muy importante, porque de acuerdo al estado
en el que estaba la puerta, creo que es materialmente imposible que haya
permanecido así durante mucho tiempo.
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que le sacamos los nombres y las referencias para que fuera de más fácil
comprensión. Fíjense en lo siguiente: los tres ascensores están enfrente de la puerta;
la escalera está acá. ¿Qué quiero decir con todo esto? Cualquier persona que haya
pasado, que haya utilizado el ascensor, que haya llegado hasta el piso trece,
necesariamente tiene que haber pasado por enfrente de la puerta de Diana Sacayán;
necesariamente tiene que haber visto ese estado de cosas. Acá declaró Vázquez, el
de seguridad; él dice que se retiró del edificio el día domingo 11 de octubre, a las 6
de la mañana, luego de hacer su última recorrida en donde no vio nada raro; nos
explicó cómo era su recorrida; dice que tomaba el ascensor hasta el último piso y
bajaba caminando, bastante lógico; bueno, en este edificio llega hasta el piso 13º; al
14º, donde vive el encargado, se llega por escalera; no llega el ascensor hasta el piso
14º; entonces, por lo menos, Vázquez, a las 6 de la mañana, cuando, al decir de los
acusadores, este hecho había ocurrido unas frescas dos horas, pasó por acá (señala el
plano), pasó por acá enfrente y no vio nada; Vázquez nos dijo que regresé el lunes al
edificio; podemos inferir que haya repetido su rutina; en su rutina incluía hacer tres
recorridos; por lo menos tres veces pasó por acá y no vio nada. Acá en este edificio
hay, había en ese momento, un encargado que no declaró en el juicio; Vázquez
menciona la presencia del encargado en el edificio el día martes, del lunes no dice
nada, si está o no está, pero el martes seguro que sí; insisto, el encargado vive en el
piso 14º y necesariamente tiene que pasar por acá; es una lástima que no haya
declarado en juicio porque podría haber aclarado un par de cosas (fue desistido por
los acusadores). Se sabe también que Vázquez compartía funciones con otro
muchacho, con quienes iban rotando, Lorenzatto se llama; tampoco declaró; no
sabemos qué es lo que hacía pero es lógico inferir que hacía una actividad parecida a
la de Vázquez, cuidar y entre esas cosas, recorrer el edificio; nuevamente, tiene que
pasar por acá, necesariamente. Sabemos también que en este piso 13º vivía una
pareja con dos perros; en los videos, que más adelante vamos a exhibir no vamos a
ver a la pareja (vamos a ver otra cosa) pero en los videos se ve inclusive que salen del
edificio, salen a pasear los perros; quien tiene perros sabe que tiene que sacar a
pasearlos y sabe que el hecho de tener perros supone salir; bueno, tienen que pasar
por acá necesariamente; no vieron nada.
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ruido es Martínez Coq, el vecino que vivía abajo, y que dijo que la madrugada del
sábado al domingo, a las tres de la mañana se despertó por un ruido, hubo algo que
lo despertó, que prestó atención unos 5, 10 segundos y siguió durmiendo; y es muy
preciso con este tema de que fue a las tres de la mañana porque constató la hora que
estaba en un conversor o en una videocasetera, en un aparato digital; la cuestión es
que constató, con lo cual, aun cuando ese electrodoméstico no esté en horario,
podemos inferir que es bastante acercada la referencia de que es a las tres de la
mañana.
Señaló, no como una cuestión definitoria, pero que existe que estaba
durmiendo, cree que había tomado pastillas, cuando se despertó con un ruido del
cual nunca aclaró de dónde venía y nadie le preguntó; es decir que el propio testigo
nos está reconociendo que las condiciones de percepción no son las mejores, todo lo
contrario; es muy difícil que en estas condiciones haya podido percibir algo con
claridad. Es llamativo, por otra parte, que haya escuchado un solo ruido; aun cuando
se haya quedado (despierto) por lo menos una fracción de 5 ó 10 segundos y nada
más, es sumamente extraño que haya escuchado un solo ruido; acá los acusadores
nos describieron una escena en donde dos personas atacan a otra, hay un forcejeo,
levantan un sommier, la golpean con objetos, la tiran al piso, esta persona se
defiende, grita (de hecho, por eso es que dicen que la tienen que atar), mucho
movimiento, después de logrado este hecho, revuelven todo, para algunos en busca
de dinero, el Fiscal no dijo nada sobre esto; como si esto fuese poco, rompen la
cerradura con estos objetos… acá está (muestra una foto en la pizarra), un martillo,
un cincel, un destornillador, una tijera; se encontró este destornillador en la cocina,
ahí cerca al lado de una caja de herramientas que estaba salida de su lugar habitual;
es decir, es llamativo que frente a este desastre haya escuchado un ruido, se haya
quedado escuchando, y no haya escuchado nada más. De todas formas, es
nuevamente la prueba informática la que nos da un poco la pauta de qué es lo que
ocurrió realmente a las tres de la mañana; nuevamente es ese listado que yo les hice
referencia anterior: es el peritaje sobre el contenido de la computadora el que nos
dice qué ocurría en ese departamento a las tres de la mañana. (Señala en el listado:)
2 y 29 a las tres de la mañana; a las 3.00.54 alguien se conecta con lo que es una
página porno, ‘multi.xnxx.com’, esta página… a las 3.00.13, esta página, acá, es lo que
se llama la página de inicio, no es un video, es la página de inicio”.
“De todas formas, hay otras pruebas que fueron producidas, y que
creo que de ninguna de ellas se puede derivar algo contrario a lo que estoy diciendo,
y ninguna de ellas derriba estas inferencias que estamos haciendo a partir de un
conjunto enorme de pruebas, de lo más diversas y, en muchos lados, con alta
precisión y alta especificidad. ¿Qué dicen esas otras pruebas? Bueno, empecemos
con la huella dactilar; hay una huella dactilar que se encontró en la puerta de ingreso
al dormitorio; (muestra imagen) esto es lo que sería el living y esto, verde, es lo que
sería el dormitorio; ahí se encontró una huella digital que pertenece al dígito medio
derecho de MGD; acá vemos esta es la huella. Recordemos que el Fiscal, en su
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acusación, dijo que hasta podía ver la escena en la cual MGD, y esto lo representó
corporalmente, empujaba, y ahí dejó su huella… hasta hizo este movimiento… pido
que se presta atención a este momento, así, empujando la puerta y forcejeando con
Diana para él entrar y Diana, impidiendo que él ingrese a esa habitación. Bueno, acá
se pone en evidencia, por ej., lo que decía Taruffo: ante la falta de datos concretos se
llenan los baches con información que no se sabe de dónde es, pero que encaja bien
en el relato; hace que sea coherente pero no es verdadera. ¿Por qué digo esto?
Fíjense la huella (muestra imagen), esto es un círculo que deben haber hecho los
peritos; acá vemos el marco, acá vemos una mancha negra, otra mancha negra, acá
como una especie de línea negra; así está en el expediente: el círculo, las manchas
negras, la línea; en el expediente está apuntando para arriba, porque así lo leemos en
el expediente. En realidad, esta huella corresponde que esté de costado, así; este es
el círculo, este es el canto de la puerta, y la mancha; así corresponde; fíjense la
orientación de la huella. Que no hay ni una prueba que avale esta afirmación de la
Fiscalía de este forcejeo. Por supuesto, esto acredita que él estuvo en el lugar, no lo
estamos negando; pero no estamos hablando de una huella con alguna ubicación en
la puerta claramente sospechosa, o sobre algún objeto vinculado con el crimen,
como por ej., podría ser la cerradura que se forzó y se sacó del lugar. Asimismo que
en ninguno de los objetos encontrados en el interior del departamento de Diana
Sacayán que tuvieron algún tipo de contacto, de interacción, con el crimen, con la
escena del crimen, en ninguno de esos hay realmente rastro de MGD. Hay cinco
sábanas en el lugar, en todas hay sangre del grupo A y MGD tiene sangre del grupo B;
hubo mucho levantamiento para cuestión genética, en el cuchillo, por ej., en el
mango, se hizo un hisopado y se encuentra una mezcla de perfiles genéticos: ninguno
es de MGD y por supuesto ninguno de Sacayán; en la hoja hay una mancha roja y es
ADN de Sacayán; hay manchas de sangre en la pared, esto es lo que se llama la
muestra nº 8 (exhibe imagen), esto es entrando a la habitación de Diana Sacayán; ahí
está la mancha de sangre; en la próxima se ve que es la M8; y también hay… la M10
(la exhibe) sobre la puerta de ingreso a la habitación cerca del picaporte; los peritos
nos dicen que acá hay una mezcla de perfiles genéticos, como mínimo de dos
personas: ninguna es MGD y ninguna es Sacayán. Entonces, se describe, insisto, una
acción sumamente violenta, en la cual dicen que dos personas acometen contra
Diana, que hay forcejeo, que hay defensa, la tienen que atar, la tienen que amordazar
producto de todo esto; bueno, manchas por todos lados… ¿qué quiero decir?; esto
tiene que haber dejado algún rastro, alguna evidencia, algún registro, como hecho
ocurrió, como hecho ocurrió; bueno, nada de esto es de MGD. El único material
genético que sí es de él es el de un preservativo usado; es la muestra M20, en el lado
exterior; estaba en el tacho de basura del baño; no se pudo determinar el perfil
genético del ADN del M20 interior (del otro lado del preservativo); ahí se constató
perfil genético de MGD. Y además en el hisopado en la uña D3 de Diana Sacayán, o
sea, en el dedo medio de la mano derecha: hay una mezcla de perfiles genéticos, de
él y de Sacayán. ¿Qué significa esto? Lo primero, claramente, que tuvo razón sexuales
con alguien; no más que eso. Ahora, lo segundo, esto del hisopado en la uña, esto no
necesariamente significa que sea producto de una defensa o de un rasguño, como
nos presentaron acá los acusadores; el perito Corominas contestó a preguntas
nuestras que no puede saber qué tipo de material es, justamente por la escasa
cantidad; puede ser saliva, puede ser semen, por considerar solamente dos fluidos
55
que, de acuerdo a lo que estaba ocurriendo esa anoche en ese lugar, puede ocurrir;
puede ser sangre, es decir, puede ser, digamos, cualquier tipo de elemento genético,
justamente, que deje esto, un rastro genético, no necesariamente piel; y aun siendo
piel, ni siquiera es unívoco esto; estamos hablando de una defensa con esta
ferocidad, ante un ataque también feroz; que sea en un dedo solo… esto debería
haber quedado en otros dedos; inclusive no podemos descartar que esto haya sido
producto de otro tipo interacción, no necesariamente de algún tipo de defensa,
como pudo ser una relación sexual consentida; es decir, de este material genético,
que se encuentra de MGD en el preservativo y bajo una uña de Diana Sacayán, la
verdad es que no se puede inferir nada categórico, nada categórico, vinculado con su
participación en el crimen”.
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que tiene por función delimitar el ámbito de conocimiento del Tribunal, lo que es el
objeto procesal y así activar y permitir las funciones de acusación y de defensa, es lo
que se conoce como la relación clara, precisa y circunstanciada de los hechos. Los
datos del imputado tienen otra finalidad: evitar que se siente acá una persona que no
tiene nada que ver con la acusación, y eventualmente activar la garantía del ne bis in
idem. La calificación legal tiene como finalidad orientar también a la defensa, porque
muchas veces de la sola descripción de los hechos a veces no queda claro hacia
dónde es que va la acusación. Y los motivos tienen como finalidad asegurar que este
acto no responde a un capricho, una actitud subjetiva del Fiscal, sino que hay motivos
serios, en consonancia con el art. 69, CPPN. Y tan es así que fíjense cuán distintas son
las dos actividades, la individualización de un hecho es una actividad justamente
descriptiva, neutra, mientras que la valoración es todo lo contrario, supone ponderar,
analizar, examinar, poner en relación, criticarla; una mira hacia adelante, delimitamos
los hechos en función del juicio que está por venir, y la otra mira hacia atrás: doy los
motivos de acuerdo a la prueba que se ha producido en el expediente, prueba que
inclusive en el juicio después puede no producirse nunca jamás, porque puede ser
que, los testigos no vengan, digan otra cosa, por lo cual está claro que tienen
funciones distintas. Inclusive, parte de la doctrina, por lo menos hasta donde yo pude
consultar, me refiero con esto a D’Álbora, Navarro, Núñez en su código comentado,
justamente coinciden en que la infracción a este elemento, a la relación clara, precisa
y circunstanciada de los hechos, da lugar a una nulidad de carácter absoluto,
mientras que la infracción a los otros elementos, no, da lugar a una nulidad relativa,
por qué no hay afectación al derecho de defensa. Y nada de esto cambia porque se
haya pedido que se leyera otro tramo del requerimiento de elevación a juicio que
tiene otro título. En rigor de verdad, la ley ordena leer todo el documento, por eso
inclusive no nos opusimos; ¿qué agravio tenemos si la ley ordena leer todo el
documento? Ahora, que se lea todo el documento no significa que todo el
documento tenga la misma función. Esta situación muchas veces se presenta porque
en nuestro sistema, por lo general, los fiscales que llevan adelante la instrucción son
distintos de los que después permanecen en el juicio, o sea, no son los mismos que
juntan las pruebas los que después tienen que armar una acusación en el debate;
esta circunstancia suele… de todas formas, argumentarse que no obstante lo cual hay
un principio de unidad de actuación de la fiscalía, con lo cual esto no genera ningún
perjuicio ni agravio, etc. ¿Por qué digo esto? Porque lo más llamativo de todo esto, lo
más llamativo, es que ese requerimiento de elevación a juicio fue firmado por una
Fiscal que está acá presente; es decir, la misma persona que juntó las pruebas es la
que después vino acá a defender su caso, con lo cual es evidente que esto respondió
a una nueva estrategia, un cambio en la estrategia, un cambio sobre la marcha, y esto
no puede hacerse en perjuicio de los derechos de los acusados. Si consideraban que
esto era necesario para armar su caso lo hubiesen introducido donde correspondía,
que es lo que marca la ley. Leer algo que sigue siendo parte de la valoración de lo que
dijeron los testigos, donde ponen en relación elementos, esto no modifica las cosas.
Creo entonces que habría una afectación al principio de congruencia si el Tribunal, si
llegara a condenar, porque por supuesto que ahora estoy hablando como argumento
subsidiario, por la figura del art. 80, inc. 1º del Código Penal”.
57
“No obstante ello, creo que tampoco se dan los elementos que exige
la ley para hablar acá de una relación de pareja, y digo esto sobre la base del propio
precedente que el Fiscal nos trajo, porque además parece que tiene mucha
vinculación con quien es el autor de este voto, el caso ‘Sanduay’. Este fallo de la sala
tercera del 06/09/2016 habla de dos elementos: un vínculo particular y un
aprovechamiento de ese vínculo, o sea, en resumidas cuentas, estos son los dos
elementos. Leo lo que es el primer elemento porque creo que ahí está la falla, ahí
está la deficiencia de esta calificación. En ‘Sanduay’ se dice que se exige ‘la existencia
de un vínculo entre autor y víctima que presente características propias de aquello
que en la sociedad de que se trate se defina con significado de relación de pareja’, y
más adelante agrega: ‘la unión de dos personas, del mismo o diferente sexo, con
cierto grado de estabilidad y permanencia en el tiempo, con vínculos afectivos o
sentimentales, que comparten espacios de tiempo en común y ámbitos de intimidad,
se caracteriza como una relación de pareja’. Desde el punto de vista temporal, MGD y
Diana Sacayán hacía muy poco que se frecuentaban, a lo sumo un mes; ya vemos que
hay un requisito muy importante que está fallando, de hecho, el precedente
‘Sanduay’ se dicta sobre la base de una circunstancia de hecho en la cual el acusado
había tenido una relación sentimental de más de ocho años con la víctima; en ese
contexto, había conocido al círculo de amistades de la víctima, a su familia, al hijo de
la víctima e inclusive al empleador; esto se valora diciendo que ‘no se trató de un
encuentro o una serie de encuentros meramente ocasionales, sino que fue una
vinculación prolongada en el tiempo, con cierta estabilidad durante su vigencia y que
era notoria para terceras personas y pública’. Insisto, desde el punto de vista
temporal, MGD y Sacayán hacía muy poco que se frecuentaban, a lo sumo un mes. En
la sociedad actual, uno de los caracteres definitorios, creo yo, de lo que se reconoce
como relación de pareja es lo que se llama la exclusividad; es decir, cuando no hay
exclusividad se llama de otra manera, hay otros nombres; acá MGD, por ej.,
frecuentaba por lo menos a Mario Delnero, y hay chats entre Diana Sacayán y el
‘Chapa’ Cardozo donde muestran claramente que hay un vínculo íntimo entre ellos:
Sacayán le dice que está en su casa, que lo invita a que vaya, que lo está esperando,
bueno, muestras de afecto entre ambos; le reclama porque la invite a algo porque
nunca la invita a nada, que ella lo había “bancado” cuando él estaba mal. Todas estas
muestras de afecto y de cariño de Diana Sacayán y ‘Chapa’ Cardozo están registradas
desde fines de septiembre y principios de octubre, o sea, prácticamente paralelo
cuando había comenzado el conocimiento de MGD con Diana Sacayán. Acá se
destacó como un elemento a tener en cuenta por la Fiscalía que MGD pernoctaba
ahí, pero eso no es definitorio de lo que es un vínculo que sea considerado como
relación de pareja, digo, también ocurre con los encuentros sexuales ocasionales, aun
cuando se repita con la misma persona; esto no es algo definitorio. Creo que la mejor
demostración de que esto no tenía esta intensidad, más allá de que la cuestión del
tiempo está sumamente acreditada, está dada por todas las personas del círculo
íntimo de Sacayán que declararon en este juicio, y a preguntas reiteradas de la
Fiscalía, todas contestaron con términos como ‘chongo’, ‘chonguito’, y cuando se les
preguntó… porque hasta el Tribunal les preguntó… con explicaciones, en las cuales
daban a entender que tenía una entidad menor a lo que se conoce como, no sé, una
relación de pareja o novio, etc. Es decir que ni siquiera desde el punto de vista
realmente probatorio y de las circunstancias acreditadas del caso, se puede firmar
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que están dados los elementos del art. 80, inc. 1º, que agrava el homicidio por la
relación de pareja”.
“En lo que al supuesto del inc. 2º, de la alevosía, esto definido, así,
muy someramente como un estado de indefensión que le impide a la víctima oponer
una resistencia, un requisito en que el sujeto activo haya aprovechado esta situación.
Acá claramente hubo resistencia, hubo lucha, hubo forcejeo; tanto es así que ya
desde el punto de vista del planteo de las hipótesis, cuando aquellos dos acusadores
que formularon acusación por el delito de alevosía, a mi entender lo hacen de
manera contradictoria, porque, insisto, ya desde el planteo en abstracto de cómo
habían ocurrido los hechos, porque están describiendo unos hechos donde ellos
mismos reconocen que hubo actividad defensiva, tal es así, que el hecho de tener
que atarla y amordazarla era justamente para vencer la resistencia, y esto en su
hipótesis, elemento que da lugar a la agravante. Entonces, creo que ya desde el
punto de vista de la elaboración del caso hay una contradicción y, por supuesto, esto
que estoy diciendo, desde el punto de vista probatorio tiene su correlato; acá la
mayoría de las heridas, según el Dr. Cohen, fueron de carácter defensivo; el grado de
intoxicación de Sacayán no puede ser considerado como este estado de indefensión,
al cual se hace referencia, porque el propio Dr. Cohen dijo que para tener esa
actividad defensiva hay que estar consciente; aun cuando sean reflejas hay que estar
consciente. Coincido en esto con la Fiscalía, que no se presentan los elementos de lo
que es la alevosía”.
59
Empezó con el odio de género, del art. 80, inc. 4º del Código Penal.
Señaló: “en la versión subjetiva, porque además de tener varios acusadores, tenemos
acusadores que hacen distintas acusaciones, o sea, que todo se multiplica por tres y
por más, bueno, la verdad que es casi un pelotón de fusilamiento; esto en algún
momento va a tener que equilibrarse de alguna manera, va a tener que limitarse,
creo yo, el ingreso de acusadores a los juicios, o uno o el otro. Bien, en la versión
subjetiva, parto, a mi entender, de una definición sencilla, clara, muy fundada,
además, que es la que da la Dra. Llerena en el precedente Azcona, esto es, cuando ‘el
autor actúa como una reacción a los derechos reconocidos a las travestis’ y, con cita
de Milton Peralta, agrega esto que para mí, es bastante elocuente y clarificador:
además de matar, subrayo, además de matar, manifiesta que ‘no existe derecho a
travestirse o, por lo menos, que esa no es, mientras el autor exista, un opción
inteligente’; además de matar, esto otro.
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51, inc. 3, CADH. No es este el caso; este no es ese tipo de informes; este nunca pudo
haber terminado por esa vía, por lo menos, en un informe del art. 51. Por último,
creo que ‘Giroldi’ tampoco da apoyo a lo que nos dijo la Fiscalía, porque claramente
hace referencia a que lo que sirve como pauta, como guía, es la jurisprudencia de la
Corte Interamericana. Las reglas que están en estos instrumentos internacionales
no tienen fuerza normativa; sí es cierto que pueden servir como reglas en la medida
que sean razonables, por supuesto, esto no se discute; pero si esto es así, entonces,
tenemos que analizar en cada caso si son razonables; por el mero hecho de que estén
en ese documento ya no les da ese estatus; el juez si las utiliza como fundamento de
su razonamiento tiene que analizar si son o no razonables en cada caso. Esta es la
pregunta: ¿son razonables, son siempre razonables las que nos invocaron los
acusadores, son en este caso en concreto razonables? Voy a citar algunas de ellas,
porque creo que es importante tener en claro esto. Del Informe de Violencia contra
las personas LGBTI, en el párr. 108 se hace referencia a ejemplos de homicidios
particularmente crueles, incluyendo ‘casos de personas lapidadas, decapitadas,
quemadas y empaladas. Muchas víctimas son repetidamente apuñaladas o golpeadas
hasta la muerte con martillos u objetos contundentes. Otras reciben puñetazos o
patadas hasta su muerte, les arrojan ácido o son asfixiadas. Algunas de las víctimas en
el Registro fueron reiteradamente atropelladas por carros, mutiladas o incineradas.
En muchos casos, las víctimas fueron asesinadas luego de ser sometidas a horribles
actos de tortura, tratos inhumanos o degradantes, y múltiples formas de extrema
humillación, degradación y violación’. Esto es el informe de la Comisión, párr. 108;
describe lo que podría ser un conjunto, un mosaico de indicios, de pautas, que
permitirían o no, vamos a ver, sostener que en un caso concreto estamos ante un
caso de odio de género. Y del Modelo de Protocolo Latinoamericano, a partir de párr.
216 se pueden ver estos indicios: violencia excesiva y múltiples heridas, la mayoría de
ellas alrededor de zonas vitales, gran intensidad en la violencia, aparecen
traumatismos, cortes, puñaladas, utilización de más de un procedimiento para matar,
uso de un instrumento doméstico de fácil acceso, como un cuchillo de cocina, como
un martillo o como otra herramienta, utilización de las manos, distintos tipos de
lesiones en épocas diferentes anteriores al caso, violencia dirigida a zona con un
significado sexual, victimarios que eyaculan sobre diferentes partes del cuerpo de la
víctima, escenificación de fantasías sexuales, ataduras, mordazas, vestimentas, etc.
Muchas de estas reglas pueden ser racionales, creo que sí, pueden ser realmente
indicativas de algún odio particular, de una aversión hacia los derechos de las
travestis, pero muchas de esas otras no dicen nada en ese sentido. Pongo como
ejemplo, ‘los medios utilizados’, que hacen referencia a las armas blancas (esto que
dije antes, el cuchillo de cocina, martillo u otra herramienta) pero agrega también: ‘si
el agresor disponía de armas… es frecuente que las utilice’; o sea que incluye armas
blancas, armas de fuego y también habló de la manos, ¿qué quiero decir?
Prácticamente no queda nada afuera, no queda nada afuera.
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Cohen. La experiencia, e inclusive la práctica judicial, nos muestra que cuando se
producen hechos de agresión con armas blancas es sumamente habitual que existan
múltiples heridas o multiplicidad de lesiones; esto por una característica propia,
innata, del hecho; hay un dicho que dice que ‘cuando se creó la pólvora se acabaron
los valientes’, y ¿qué significa esto?, que cuando se creó la pólvora, el hombre ya
podía matar a distancia, no tenía que arriesgarse, no tenía que poner el cuerpo. En un
hecho, en un acometimiento con arma blanca, para matar a una persona, para
lastimarla, esto exige la cercanía, y si esta persona se defiende y repele un ataque con
un objeto como por ejemplo un cuchillo de cocina, un objeto que no está
específicamente destinado para esto, y el agresor insiste en acercarse a su víctima,
esto genera, naturalmente, esta situación de forcejeo, de múltiples intentos por
alcanzar esta finalidad, y por supuesto varias lastimaduras con el cuchillo. Esto es
muy probable que sea demostrativo de la finalidad de matar; si A acomete contra B
con un cuchillo, B lo repele, A sigue en su pretensión, forcejeo, le pone los brazos y si
no obstante lo cual sigue arrojando puntazos, cortes, esto claramente es
demostrativo de esa finalidad, de querer matar a otra persona. Lo que no se entiende
es por qué esto es también demostrativo de esta aversión hacia los derechos de las
travestis. ¿Qué quiero decir con esto? A menos que se trate de dos personas que se
estén batiendo a duelo o que una de éstas tenga conocimientos específicos de
anatomía y tenga un arma blanca específica, esta situación de las múltiples heridas se
ve en la enorme cotidianidad de actos de agresión con cuchillo o con arma blanca. El
Dr. Cohen, con más de 16.000 autopsias, incluyendo muchas autopsias de personas
trans, dijo que la multiplicidad lesiva también la constató en muchísimos otros casos”.
Apeló a la memoria del Tribunal y dijo: “no sé, hagan memoria de sus
últimos cinco años, juicios que hayan tenido en situaciones donde se trata de esto,
tentativa de homicidio, homicidio, lesiones, con arma blanca; en ninguna hay una o
dos lesiones, porque la propia dinámica de este tipo de agresión lleva a que sea
habitual, sea corriente la multiplicidad; cito inclusive un fallo de no hace mucho
tiempo de este propio Tribunal, del día 13 de noviembre de 2015, que se llama
‘Cerdán Guzmán’ (estaba en ese momento el Dr. Chamot, y los vocales Bloch y Báez);
este es un caso donde un hombre le asesta doce heridas a su pareja una madrugada,
cuando la señora le dice que no quería continuar la relación, extrajo un cuchillo, que
terminó siendo una daga, sin mediar palabra la arrojó al piso y la apuñaló en
repetidas veces, y se constatan, como dije, doce heridas, una punzante en la región
parietal y las otras once en distintas partes del cuerpo, incluyendo la clavícula, la
región escapular, el abdomen, la mama izquierda, la pelvis; es decir, la habitualidad
es esto y esto, insisto, podrá ser demostrativo de una finalidad de matar a otra
persona, seguramente, pero por sí sólo, no más que esto. Tan es así que el propio
Modelo de Protocolo Latinoamericano, este que nos citaron todos los acusadores, en
el párr. 217, cuando hace referencia a la utilización de una violencia excesiva, por eso
hay que leerlo todo el párrafo, dice esto: ‘es entendido como el uso excesivo de la
fuerza más allá de lo necesario para conseguir el objetivo pretendido’; repito, porque
está entre comillas: ‘uso excesivo la fuerza más allá de lo necesario para conseguir el
objetivo pretendido’, y utiliza entre paréntesis un término en inglés: ‘overkill’, que
significa ‘excesivo, exagerado’. Se invocó también las lesiones punzocortantes en
ambas mamas y glúteos; destaco: esto es falso, mentira, esto es mentira; hay una
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herida del glúteo izquierdo, en singular, que además el médico dijo que es de
carácter defensiva, y hay una herida cortante en la mama derecha, en singular, de un
centímetro y no penetrante más allá de un centímetro; esta herida, además, según la
autopsia, coincide con los cortes en la prenda, esa altura, es decir que claramente
tenía puesta la ropa, no es que estaban exhibidos los senos de Diana, es decir, propio
de la relación ataque-defensa. Es cierto que se constata otra herida en la región de la
mama izquierda, es una escoriación lineal, o sea, falta una porción superficial de la
piel, como dice el doctor, producto de golpe, roce, choque con o contra objeto
superficie dura y roma, y el propio Cohen dice que no tiene relevancia. No hay
‘lesiones’ en ‘ambas’ mamas y glúteos. Otro dato que tiene en cuenta la Fiscalía, el
ensañamiento con el cuerpo, no sólo por lesiones sino por golpes, mordaza y
ataduras; dice que son marcas que hablan de la aversión a la identidad de género del
cuerpo de Diana. Vuelvo un poco con lo que dije antes: todo esto es mucho más
compatible con la finalidad de lograr el cometido de matar a una persona, con total
independencia del género o de cualquier otra cuestión; en todo caso, las ataduras, la
mordaza, están vinculados a cuestiones de eficiencia en este acometimiento criminal,
y tan es así, insisto, que los propios querellantes lo señalan como un dato utilizado
para doblegar la resistencia de Diana; fíjense cómo a partir de un mismo hecho de
partida, los acusadores llegan a dos inferencias distintas; digo esto por el carácter
unívoco que debe tener la inferencia; si ellos mismos dicen que esto puede ser
interpretando en dos sentidos completamente distintos, bueno, ya está, hicieron el
trabajo por mí. Se dice también que se le desfiguró el rostro y la boca, y estas son
marcaciones claras en cuanto a un ataque orientado a afectar lo que hace en su
cuerpo a su identidad como mujer travesti. El INADI acá destacó que se ataca la
cabeza como una reacción a que esa persona piense; hay ocho lesiones en total en el
sector del rostro y la cabeza, dos ya fueron explicadas por el Dr. Cohen como patadas
y pisadas, y que para ellos mismos son o han sido indicativas de la voluntad de
doblegar su resistencia, porque nos señalaron que eso fue cuando se le puso el pie
para atarla; de las otras seis lesiones en la región de rostro y cabeza no hay ninguna
particularidad como para llegar a esa conclusión que llega la Fiscalía. No es un
número desproporcionado en relación, insisto, a una relación de ataque-defensa
habitual; es el lugar más común para hacer golpes; si A quiere lastimar a B con
golpes, o A quiere matar a B con golpes, ¿dónde lo va a golpear?, ¿en el dedo?, ¿en la
rodilla?; hasta corporalmente es el lugar donde uno estira el brazo y da en el rostro
de otra persona; hasta hay una expresión ‘te voy a romper la cara’, lo más primitivo.
Nada fuera de lo que es común y que acredita, por cierto, y no es poca cosa, la
finalidad de matar a una persona, pero no más allá que eso. Ninguna de estas heridas
tiene una profundidad o extensión desmesurada o que llame la atención; una de las
querellas le preguntó al Dr. Cohen si el scalp, ese corte así, tangencial, en la frente,
era frecuente de ver, de acuerdo a su experiencia de más de una pila de autopsias;
‘es bastante frecuente de ver’, dijo el Dr. Cohen. Se habló de golpe con objetos
contundentes, se habló del parlante y la botella, esto como una idea de que ella fue
violentada con sus propios objetos, algo así como dando a entender que hay una
continuidad en la agresión, quizás un contenido más humillante; las dos querellas
dijeron esto, no la Fiscalía. Si bien es cierto que la autopsia y el médico Cohen señalan
que las lesiones excoriativas-equimóticas son producidas por, esta frase tan conocida,
golpe, roce o choque con o contra superficie dura o roma, acá no se constató que se
63
hubiese utilizado ningún objeto sobre el cuerpo de Diana, por lo menos de los
objetos que había en el departamento; utilizar un objeto con estas particularidades,
en el marco de esta agresión, sabemos que deja secuelas, manchas, pelos, roturas,
abolladuras, bueno, ninguno de los objetos que están el departamento, por lo menos
presenta algún signo o rastro de algo. Con lo cual esta expresión tan común, que
utilizan los médicos forenses, abarca también los golpes de puño, no hay duda con
esto”.
Destacó también que “hasta acá, las características del hecho que
fueron señaladas como fundamento a partir de los cuales se puede inferir este odio
de género tan particular; se agregaron además una serie de cuestiones personales. Se
destacó o se hizo referencia a la relación MGD-Sacayán (es la Fiscalía la que señala
esto) a partir de los dichos de la madre de MGD, que califica a las travestis como
‘gentuza’; que la madre tenga esta concepción todavía no nos dice nada sobre que
MGD también la tenga. Si el Derecho Penal no permite hacer responsable a una
persona por los actos ajenos, tampoco pueden hacerse inferencias a partir de actos
ajenos, a partir de la concepción que tenga otra persona sobre las travestis; esto es
tan equivocado como sostener que los hijos tienen que hacerse responsable de las
conducta de los padres dentro de un sistema de responsabilidad individual, como es
el sistema penal. Se invocó a Carlos Nino en esta audiencia; ojalá no haya escuchado,
donde quiera que esté, nada de esto, realmente. Desde el punto de vista jurídico esto
es evidentemente erróneo, pero no solamente es erróneo desde el punto de vista
jurídico, sino también desde el punto de vista de la experiencia; esto es ridículo. Y
además esto no consulta que MGD pertenece al LGBTI; la ‘G’ de gays es de él; MGD
tenía una pareja homosexual que falleció de sobredosis y tenía un vínculo con Mario
Delnero; desde la experiencia es ridículo esto. Pero además de todo esto, y para mí
esto es lo peor, es falsa, es falsa, es falsa. No es cierto que la madre se haya referido a
las travestis como ‘gentuza’, y lo voy a probar. Cuando la fiscalía hizo referencia a
esto, mencionó ‘los audios’, por arriba… tomá, agarrá la piedra, ‘los audios’… hay una
parva acá de comunicaciones telefónicas. Nos tomamos el trabajo de traer algunos
audios, son cortos, son breves, está hecho con un sistema casero, pero está
identificado con fecha, hora, día, etc. Vamos a ver, un poco, a qué se refiere; quizás
para terminar de entender todo esto habría que tomarse el trabajo de escuchar todo
el audio, pero son de veintipico de minutos, Uds. los tienen; adelanto que todas son
el contexto de conversaciones sobre MGD y los problemas que tiene con la droga,
con la gente que se junta que está en la droga, a los cuales llama ‘fisura’, ‘fisuraje’,
con los problemas de que en el CeNaReSo va y se junta con gente con la cual termina
drogándose, porque los fines de semana se va y vuelve hecho un trapo de piso, todo
gira alrededor de eso. Escuchemos algunos audios, por favor. (El primer fragmento
está referenciado como ‘CD nº 2-23/10/15. B-1009-2015-10-23-190515-27’; el
segundo, ‘CD nº 3-24/10/15. B-1009-2015-10-24-174747-8’; el tercero, ‘CD nº 3-
24/10/15. B-1009-2015-10-24-214420-22’; el cuarto, ‘CD nº 3-24/10/15. B-1009-
2015-10-24-230558-14’). Amén de que quien más hace referencia al término
‘gentuza’ es Delnero, con lo cual, insisto, además es falso y, peor, creo que una
provocación ante una audiencia que en gran parte se identifica con el colectivo
LGTBI. Esto es lo que Taruffo nos hablaba de cómo se llenan los espacios, en los
cuales hay baches probatorios, y el riesgo, entre otras cosas con un lenguaje
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hablando en todo caso de una persona que no podrá controlar su ira, que no acepta
límites, que no acepta frenos, algo completamente distinto. ¿Qué quiero decir? Que
en definitiva ninguna de las cuestiones que nos invocaron acá los acusadores,
tomados en forma aislada o en conjunto, muestran que en este caso haya alguna
cuestión especial relacionada con el no reconocimiento de los derechos a las
travestis; todo lo contrario, parece que la única particularidad que tiene el caso es la
situación del sujeto pasivo, pero nada más que eso. Quiero señalar un grupito de
casos, para marcar la diferencia, casos en los cuales sí, por ejemplo, se ve algo
vinculado con el odio de género y traigo a colación el Informe, nuevamente, este
Informe de la Comisión Interamericana, en el párr. 125 y anteriores se toma en
cuenta especialmente la situación de Brasil; al parecer Brasil en sus registros
estadísticos tiene un número de casos contra personas del LGTBI más elevado que el
resto de los países de la región y esto se explicaría, entre otras cuestiones, porque al
parecer el Estado y la sociedad civil ha sido mucho más eficiente para recopilar datos,
y en esta recopilación de datos también hay más detalles. Hay dos casos que a mí me
han llamado la atención: uno de ellos es el de una mujer bisexual, con un hijo de seis
años, que abandonó al novio para vivir con una mujer; fue brutalmente apuñalada
por este novio, le extrajo sus órganos, el cuerpo fue abandonado cerca de las vías del
tren; el autor desmembró la vulva de la víctima y la introdujo en su boca; para los
investigadores esta acción develó el móvil del crimen y el autor; bueno, no sé si son
muy perspicaces, pero hay una cuestión clara de odio de género; se caía de maduro.
Otra situación definida en este informe, en el mismo párr. 125, hace referencia a un
hombre gay, que fue atacado verbalmente con insultos homofóbicos en la calle,
luego atropellado por un vehículo tres veces consecutivas, esto fue en Río de Janeiro
y a razón de ello falleció; fíjense la diferencia de datos, de elementos, de
condimentos, que tienen estos casos y como en algunos claramente permiten hacer
esta inferencia, donde esa inferencia es racional, es lógica. Y los últimos dos casos
que quiero citar son los que trajo acá la especialista Amaranta Gómez Regalado, que
es una autoridad en la materia; uno se llama el caso de Agnes Torres; brevemente,
este es un caso donde cinco hombres la asesinaron; esto comienza, o se detona,
cuando ella le confiesa a su pareja que era transgénero; fue quemada con la
intención de desfigurarle el rostro y los brazos, fue degollada, sus restos metidos en
una bolsa de basura y arrojados a la barraca; no solamente tenemos una crueldad
descomunal… antes mencionaba casos de cuchillos y apelaba a la memoria del
Tribunal, cuántos juicios deben haber hecho en los últimos cinco años; apelo a la
memoria de cuántos juicios deben haber hecho en los últimos 25 con características
como estas; bueno, es muy raro; y este detonante: cuando ella le confiesa que es
transgénero, se ve que la persona, bueno, se le cruzan los cables y hace esto; bueno,
esto es demostrativo, claramente, de este odio de género. Y el último caso que
quiero traer a colación es uno que es en Chile, que se llama ‘Zamudio’; es de un chico
gay que fue agredido por cuatro personas, lo reducen con patadas en la cabeza, lo
sientan al lado de un árbol, con picos de botella le marcaron varias esvásticas en el
cuerpo, le pegaron tres veces con una piedra de seis kilos y le fracturaron la pierna,
golpearon su cabeza contra el suelo, lo orinaron, lo quemaron con cigarrillos, y todo
esto a los gritos de ‘lacra, maricón, ensuciás mi patria’; este prácticamente dejó una
nota: ‘fue por odio’, directamente. Fíjense la diferencia de datos, de particularidades
de los casos, y comparémoslo luego con el caso que estamos acá tratando; por eso
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Pasó luego a abordar la violencia de género, el último de los incisos y
sostuvo: “este tribunal tuvo oportunidad de expedirse sobre esta cuestión en un
sesudo y largo voto, ‘Bajeneta’, que me tocó recurrir, y donde básicamente, porque
hay que resumir, entiende que esto es ‘una manifestación de las configuraciones
interpersonales en virtud de relaciones de poder de histórica desigualdad entre el
varón y la mujer’; cita a varios autores, quizás especialmente tiene en cuenta la
opinión de Buompadre, que es bastante esquemático; elementos: autor hombre,
víctima mujer, que la haya matado por ser mujer y que haya ocurrido en un contexto
de violencia de género; este ámbito situacional, este elemento de contexto es
fundamental; se constata cuando hay una situación de subordinación y sometimiento
de la mujer hacia el varón, basada en una relación desigual de poder. Acá no es que
tenga que acreditarse el patriarcado; sí tiene que acreditarse que es un caso
individual de aquella situación y problemática general. En el caso ‘Bajeneta’ se
consideró que esto estaba dado por distintas circunstancias del hecho que se han
tenido por acreditadas: estas dos personas habían sido novios tiempo atrás, ella en su
momento lo abandonó de un día para el otro, al poco tiempo se casó con otra
persona, después cuando se separa, el muchacho se entera que se había separado y
siente que tiene chances de reiniciar la relación, y comienza a hostigarla; le mandaba
mensajes varias veces por día, esto generó que la chica tuviese que apagar y hasta,
creo, que cambiar el celular; él insistió con un encuentro personal al cual ella fue con
un amigo porque tenía miedo por la situación; en ese encuentro le da una carta en la
cual dice que no puede pensar que otro hombre la toque y que así iba a cumplir su
promesa; y finalmente la ataca con un cuchillo que, además, tiene inscripto ‘con todo
mi amor para Gaby’, que además lo tenía atado a la mano; esta es una circunstancia…
no quiero ponerme en intérprete auténtico, pero a mi entender, creo que el mayor
contrapunto entre el voto de la jueza Bloch y la mayoría no está tanto en el alcance
conceptual, sino en cómo se verifica esa violencia de género en cada caso concreto;
para la jueza Bloch, en un análisis muy sesudo, dice que estos elementos son
demostrativos más que nada de una frustración de alguien que sentimentalmente no
es correspondido, algo que, dice, es cierto, no reconoce diferencias de género; ahí
está el contrapunto. Pero lo que ha quedado claro es cuáles son los elementos
tomados para, después, inferir o analizar la violencia de género. Acá la Fiscalía, a mi
entender, no ha sido clara, porque en la mitad de su exposición sobre la agravante
del inc. 4º dice que también puede ser el 11º, vuelve al 4º, y de ahí pasa a la relación
de especialidad de uno sobre el otro; quienes sí han sido más claros son los
querellantes, en mi modesta opinión, pero con esta particularidad: todos los mismos
elementos que invocaron para decir que hay odio de género son los mismos
elementos que tomaron después que hay violencia de género, son los mismos, como
esas medicinas sospechosas que sirven para todo; bueno, alerta con esto. Si son lo
mismo, yo me remito a lo que dije antes; ya cuestioné por qué esas circunstancias del
hecho no permiten hablar de un odio de género ni de una violencia de género,
porque muchas de ellas no están acreditadas o muchas de ellas permiten más de una
inferencia. Quiero agregar que acá no hay ninguna prueba que nos hable de
particularidades en el vínculo MGD-Sacayán, como puede ser dominación, un control,
consideración de la mujer como propiedad del hombre, a partir de las cuales se
puede inferir este contexto ambiental; con lo muy poco que sabemos del vínculo
entre ellos, de hecho parece mucho más sensato ubicar una posición, hasta diría
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la Fiscalía sobre la falta de pruebas por el robo, agrego esto que dije recién y por lo
cual entiendo que también tiene ser absuelto”.
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las circunstancias fácticas sobre las que se basó el Sr. Fiscal para introducir una nueva
agravante no estaban incluidas en el acápite correspondiente. Agregar una
calificación legal sí amplía la acusación y, también como remarcó el Dr. Tassara, la
titular de la UFEM estuvo desde el principio de la investigación y hasta firmó el
requerimiento de elevación a juicio”; insistió con que se declare la nulidad parcial del
alegato de la Fiscalía.
Y CONSIDERANDO:
PRIMERO:
Hecho N° 1
71
Del escenario de los hechos se desprendían certeros signos de que
Amancay Diana Sacayán había sido víctima de un hecho cometido con un alto grado
de violencia, lo que fue ratificado por quienes entraron en contacto con el lugar y los
vestigios percibidos en el cuerpo de la víctima, ocasión en la que describieron la
situación percibida por sus sentidos, consistente en el hallazgo del cuerpo sin vida de
aquélla y con distintos elementos apoyados arriba de ésta que la tapaban.
También se determinó que para lograr huir del lugar los autores del
hecho –que no habían contado con las llaves de la puerta de acceso a la finca, dado
que la causante, como lo hacía habitualmente, las había escondido-, rompieron la
puerta de ingreso con herramientas obtenidas en el lugar, luego de lo que la dejaron
entornada, lo que hizo sospechar al encargado de la existencia de un ilícito, lo que
fue confirmado luego.
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73
relacionados con muertes violentas2, puede ser considerado como de importancia,
precisamente debido a su proximidad temporal con los hechos.
Por otra parte, dicho profesional consignó que las lesiones por arma
blanca descriptas tenían la idoneidad suficiente para producir la muerte; siendo las
lesiones mortales las descriptas a nivel abdominal en epigastrio (n° 25) e
identificadas para el croquis como lesiones por arma blanca n° 11 y 12, mientras que
el resto de las lesiones por arma blanca contribuyeron en el mecanismo de muerte
con hemorragia interna y externa, siendo las 13 lesiones por arma blanca de origen
vital y contemporáneas entre sí.
2
Albarracín, Roberto, en “Manual de Criminalística”, Editorial
Policial, Bs. As., 1971, ps. 79 y ss..
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Prácticamente desde un comienzo, el mismo 13 de octubre de 2015,
se le asignó al Subcomisario Ricardo Juri de la División Homicidios de la Policía
Federal la tarea de analizar la prueba, recolectar nuevo material y, en definitiva,
establecer la identidad de los autores del hecho, contando con distinto material que
le fuera facilitado, perteneciente al sumario (fs. 272/274, 524/526, 551, 574/575,
744/746, 789/790, 833/834 y 850/851).
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que le prestaban en dicho lugar, lo que constituyó el comienzo de una relación que
pasó de amistosa a amorosa, de la que fueron testigos las personas más cercanas a
la vida de Diana, las que ofrecieron, como dijeran luego, cierta resistencia por varios
factores.
77
La presencia de MGD en el departamento de Diana Sacayán durante
el lapso crítico fue acreditado por múltiples probanzas, tanto directas como
indirectas, inicios biológicos y presunciones, así como por su propia admisión
durante el acto de indagatoria celebrado el día 12 de abril de 2016, ocasión en la que
concurrió acompañado por su defensa, el Dr. Hernán Figueroa, a cargo de la
Defensoría Oficial Nº 16, con el que mantuvo una reunión previa y presenció el acto
(agregado a fs. 1680/1685) y que fuera parcialmente incorporado por lectura
durante una de las audiencias de debate –pese a la oposición de la defensa actual,
que fue desestimada-; ocasión en la que admitió haberse encontrado en la finca al
momento del ataque y deceso de la causante, aunque con los ingredientes que allí
consigna, por cuánto le asignó a “Maximiliano” toda la responsabilidad en el evento,
colocándose el declarante en una posición prescindente que no fue tal, como luego
se acreditara.
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mezcla de perfiles genéticos, uno de los cual presentaba identidad con el obtenido a
partir de la muestra de sangre de MGD, cuyo índice de identidad es 136.000.000
veces más probable obtener esta mezcla alélica si MGD hubiera contribuido a la
misma que si lo hubiera hecho cualquier otro individuo de la población, lo que es
determinante para asignarle el valor que realmente posee3.
3
Agregado a fs. 1396/1400, 566-46-014480/2015, Área ADN, realizado
con el Informe Pericial N° 14542/15 Área Química Biológica, del
4/12/2015.
4
Raffo, Osvaldo H., en “La muerte violenta”, Editorial Universidad,
tercera reimpresión, 1987, p. 93 y ss. y Patito, José Ángel, en
“Manual de Medicina Legal”, 1ª edición, Librería Akadia Editorial, Bs.
As., 199.
5
Vázquez Fanego, Héctor, en “Investigación Médico Legal de la muerte.
Tanatología Forense”, Ed. Astrea, Bs. As., 2003, p. 417 y sstes.
6 Nieto Alonso, Julio, en “Apuntes de Criminalística”, Ed. Tecnos,
79
una particular técnica respecto de la que el Gabinete Químico de la Policía Federal
carece del instrumental técnico adecuado (fs. 1440/1442).
7
PN N° 31.462, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 75,
76, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 91, 92,
93, 94, 95, 96, 97, 98, 99; 31.500, 501, 514/16.
8 Primarosa Chieri y Eduardo A. Zannori, en “Prueba del ADN”, 2ª.
80
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10
El hallazgo en el año 1985 de secuencias altamente variables de un
individuo a otro permitió que, mediante la utilización de técnicas
convenientes de biología molecular, se pudiera establecer la identidad
de seres vivos o vínculos de parentesco biológico, apareciendo en
danza la variante metodológica “Polimarker. Sus aplicaciones y
alcances”, publicado en el “Journal of Forensic Sciences”, volume 40,
n° 1, de enero de 1995, ps. 45-50. Un equipo muy prestigioso en la
investigación de la utilización del ADN en el ámbito forense lo
vinculó a 5 localizaciones del genoma (más específicamente LDLR, GYPA,
HBGG, D7S8 y GC) donde se buscan los polimorfismos, así como se
realiza conjuntamente la tipificación del HLA DQa que se encuentra
ligado a los genes de histocompatibilidad; utilizándose para la
determinación del sexo el sistema de “Amelogenina”, el cual aún sigue
siendo de utilidad al presente.
11
Verruno, Luis, Haas, Emilio J., Raimondi, Eduardo H. y Legaspe,
Eduardo, en el “Manual para la Investigación de la Filiación.
Actualización Médico Legal”, 2ª. edición actualizada, Abeledo Perrot,
Bs. As., 1994, ps. 83 y ss. quien fue el padre de una técnica conocida
como “DNA-finger print”, que constituye una verdadera huella genética
del individuo y que permite su identificación e individualización
inequívocas.
12
Gisburt Calabuig, J. A., en su interesante trabajo: “Medicina Legal
y Toxicología”, Masson Salvat Medicina, Ediciones Científicas y
Técnicas S. A., 4a. edición, Barcelona, 1991 (1a. Edición en 1977); en
el punto 92, sobre “Aplicaciones del ácido desoxirribonucleico (DNA)
en Medicina Legal, confeccionados por E. Villanueva Cañadas y J. A.
Lorente Acosta; p. 1043 y ss.
13 Verruno, Luis; Haas, Emilio J.; Raimondi, Eduardo H. y Legaspe,
81
(EEUU), como han revolucionado positivamente las esferas científicas y legales del
estudio de problemas criminales y de paternidad15.
Ello sentado es indudable que los resultados periciales sobre los que
me he apoyado para fundar ciertas apreciaciones son confiables y conforman una
sólida estructura científica, de gran interés y utilidad y que arrojaron luz ante ciertos
cuestionamientos que, por otra parte, fueron ratificados por uno de los expertos que
interviniera en su producción, como ser Federico N. Corominas, que se desempeñara
como experto en la División Laboratorio Químico de la Policía Federal, que trabajara
en el informe agregado a fs. 1415/1418, quien contestó las distintas inquietudes que
le fueran trasladas en el debate, explicando conceptos, detalles y procedimientos
específicos mencionados durante la realización de varios de los estudios técnicos
realizados en autos.
15
Prólogo, p. XXIII, a “El ADN y la identificación en la
investigación criminal y en la paternidad biológica”, de Lorente
Acosta, ya citado.
16
Se desempeñaba como Profesor Titular de Medicina Legal, Director
del Laboratorio de Criminalística y ADN de la Universidad de Granada,
España, así como Asociado y Médico Forense de Jaén.
17
Lorente Acosta, José Antonio y Lorente Acosta, Miguel, en su
trabajo: “El ADN y la identificación en la investigación criminal y en
la paternidad biológica”, de Editorial Comares, Granada, 1995, p. 17.
82
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reacciones dependientes de la supervivencia de tejidos orgánicos y de la detención
de procesos vitales, que son más elocuentes en las primeras horas.
18
Tortosa López, José Manuel y Crespo Alonso, Santiago, en su
trabajo “Conceptos Básicos de Patología Forense”, del 2011, ps. 37 y
45.
19
Tortosa López, José Manuel y Crespo Alonso, Santiago, en su
trabajo “Conceptos Básicos de Patología Forense”, del 2011, ps. 36, 38
y 40.
20
Tortosa López, José Manuel y Crespo Alonso, Santiago, en su
trabajo “Conceptos Básicos de Patología Forense”, del 2011, ps. 50 y
51. La primera dificultad se da en cuanto a que no existe un valor
uniformemente aceptado como valor normal de base (el que estaría en la
hora 0 o en el momento de la muerte); así como tampoco cuál es el
ritmo de incremento del potasio en el humor vítreo a lo largo del
tiempo.
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21
Raffo, Osvaldo H., en “La muerte violenta”, Editorial Universidad,
tercera reimpresión, 1987, p. 88 y ss.
22
Raffo, Osvaldo H., en “La muerte violenta”, Editorial Universidad,
tercera reimpresión, 1987, p. 88 y ss.
23 Tortosa López, José Manuel y Crespo Alonso, Santiago, en su
trabajo “Conceptos Básicos de Patología Forense”, del 2011, ps. 45.
85
luego de que MGD se retirara del lugar en las primeras horas del domingo 11 de
octubre de 2015.
Dentro de las premisas sobre las que armó su ensayo, hizo alusión al
informe de fs. 156, así como que la hora de la computadora coincidía con la hora
real, que dentro del perfil de “facebook” de Diana había dos conversaciones con dos
usuarios distintos, que la Brigada al revisar el historial de navegación del Google
Chrome habría detectado que se habrían creado pestañas en “Youtube” en horarios
en los que MGD ya no estaba en el lugar.
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recurso de casación”, del 13/9/2006- todo lo que conduce de manera diáfana a la
solución condenatoria propiciada por el Fiscal en su alegato final.
24
Militello, Sergio A., en “La sana crítica y la prueba científica”,
aparecido en la Revista La Ley del 27/4/2001, p. 1.
25 Ibáñez, Perfecto Andrés, en “Prueba y convicción judicial en el
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28 Eco, U., Sebeok, T. A. (eds), “Il segno dei tre”. Holmes, Dupin,
Peirce, Bompiani, Milano, 1983; Sebeok, T. A. –Umiker-Sebeok, J.,
Sherlock Holmes y Charles. Peirce. El método de la investigación,
trad. De L. Güell, revisa por J. M. Pérez Tornero, Paidós, Barcelona,
1987, citado por Ibañez, Perfecto Andrés, en su obra “Prueba y
convicción judicial en el proceso penal”, Hammurabi, 1ª edición, Bs.
As., 2009, p.53.
89
decisión adoptada, indicando cual fue el camino deductivo seguido para llegar a esa
conclusión y no solo el resultado de la operación mental”. 29
Hecho N° 2
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31
CSJN, “Santillán, Francisco Agustín”, S 1009.XXXII, del 13/8/1998.
32
Ibáñez, Perfecto Andrés, en “Prueba y convicción judicial en
el proceso penal”, primera edición, Hammurabi, Bs. As., 2009, p. 94.
Donna, Edgardo A., en “La imputación objetiva”, Editorial de
33
91
precisos y concordantes” ha legalizado la necesidad epistemológica de una pluralidad
de confirmaciones según el esquema del “modus ponens”. Y agrega que, “en segundo
lugar, la previsión, en el mismo art. 192, de la obligación del juez de dar cuenta de la
motivación de los resultados adquiridos y de los criterios adoptados” equivale a la
prescripción de que la motivación explicite todas las inferencias inductivas llevadas a
cabo por el juez, además de los criterios pragmáticos y sintácticos por él adoptados,
incluidos los de las contra pruebas y las refutaciones por “modus tollens”34. Es que en
la teoría de los derechos fundamentales y del derecho procesal moderno, el principio
“in dubio pro reo” resulta ser un componente sustancial del derecho fundamental a la
presunción de inocencia y que la observancia por parte de los tribunales, lo que
implica un control sobre la aplicación de las leyes lógicas y los principios de la
experiencia, que por estar relacionados con la percepción sensorial de la prueba en el
juicio oral, que abreva íntimamente con la inmediación, reconoce límites en su
análisis posterior por la Alzada35.
34
Ferrajoli, Luiggi, en “Derecho y razón: teoría del
garantismo penal”, Trotta, Madrid, 1995, p. 155.
35
Bacigalupo, Enrique, en “Presunción de inocencia, in dubio
pro reo y recurso casación” en “La impugnación de los hechos probados
en la casación penal y otros estudios”, Ed. Ad Hoc, ps. 13, 32/33 y
44.
36Boré, Jacques, en “La cassation en matiere pénale”, nº 1970
y ss, LGDJ, 1985, p. 596, citado por el juez Tragant, en su voto en la
causa nº 10.172, de la Cámara Federal de Casación Penal, Sala III,
“Recaite, Diego Fabián s/recurso de casación”, del 3/6/2009.
92
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SEGUNDO:
La Calificación legal.
93
sentirse de un sexo distinto al que se posee biológicamente, por ser y querer ser
distinto a lo que es39, y que cuando el sujeto activo mata a la víctima por su aversión
a esas condiciones, constituye la motivación individual de corte psicológico, no ya
cultural o sociológico como sucede en el “femicidio”, que pone en marcha la acción
homicida40.
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masculino o femenino, sea por las diferencias o desigualdades que ello implica o por
“misoginia”, esto es, por desprecio a la víctima porque es del sexo femenino41.
41
Buompadre, Jorge Eduardo, en “Violencia de Género, Femicidio y
Derecho Penal. Los nuevos delitos de género”, Alveroni Ediciones,
(Lecciones y Ensayos, n° 34), 1ª edición, Córdoba, 2013, p. 152 y ss.
42 Buompadre, Jorge Eduardo, en “Violencia de Género, Femicidio y
95
“femicidio” o “feminicidio”45, por lo que entiendo que no existe obstáculo para su
utilización forense, como hipótesis de trabajo, en la medida en que contribuya a
clarificar la cuestión.
45
Estas expresiones encuentran su antecedente directo en la
voz inglesa “femicide”, expresión desarrollada inicialmente en el área
de los estudios de género y la sociología por Diana Russell y Jane
Caputi a principios de la década de 1990, siendo que la primera la
había utilizado en el Tribunal Internacional sobre Crímenes contra las
Mujeres celebrado en Bruselas, Bélgica, 1976.
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No hay que olvidar que el art. 2 de la ley 26.743 aportó una definición
precisa según la cual, como se viera, se consignó que se entiende por identidad de
género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo
asignado al momento del nacimiento incluyendo la vivencia personal del cuerpo, lo
que, obviamente, le otorgó a la norma una extensión importante que abarca la
situación descripta en autos.
46
Este supuesto fue introducido, recientemente, por la ley 26.791,
que incluyó en el inc. 11° del art. 80 del Código Penal, reprimiendo
al que matare a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre
y mediante violencia de género.
47
Grisetti, Ricardo Alberto, en “Femicidio y otros nuevos
homicidios agravados”, editorial El Fuste, 1ª. edición, Jujuy, 2014,
p. 81 y ss..
48
Buompadre, Jorge Eduardo, en “Violencia de Género, Femicidio y
Derecho Penal. Los nuevos delitos de género”, Alveroni Ediciones,
(Lecciones y Ensayos, n° 34), 1ª edición, Córdoba, 2013, p. 127 y ss.
97
Los requisitos exigidos en la norma se encuentran explícitos en la
evaluación del hecho, con el plus exigido, el cual fuera desarrollado en extenso por el
juez Ramírez en oportunidad de sufragar en el caso “Mangeri, Jorge Ernesto”, del
Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 9, registrado bajo el nro. 29.907/2013,
del 24 de agosto de 2015, ocasión en la que analizó el conglomerado normativo y los
antecedentes parlamentarios de la norma.
No hay que olvidar que para calificar la violencia que ejercen algunos
varones sobre las mujeres los autores han recurrido a diversas locuciones, entre las
49
Kofi Annan, ex Secretario General de la Naciones Unidas, en
ocasión del Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la
Mujer, 25 de noviembre de 2004.
50
Bendezú Barnuevo, Rocci Fiorella (Master en Derecho por la
Provincia de Zaragoza, España), en “delito de Femicidio. Análisis de
la violencia contra la mujer desde una perspectiva jurídico penal”,
Ara editores, Ediciones Olejnik, Lima-Perú, Santiago-Chile y
Argentina, 2017, p. 35 y ss..
51
TOCC N° 4, “Bajeneta, Alejandro Daniel”, del 18/5/2017 y
“Arseni, Horario Antonio Francisco”, del 16/4/2018.
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Así, si bien el tiempo que llevaba la relación amorosa no fue
suficiente, como veremos luego, como para acreditar la calificante basada en una
relación de pareja preexistente (aún sin convivencia), lo cierto es que a los fines de la
presente, su conocimiento si lo fue, ya que sabía con precisión que Diana era una
travesti exitosa, relacionada políticamente con grandes logros dentro de su grupo de
pertenencia y con alguna debilidad, como la de su relación con el imputado, respecto
de la que no avizoró cual podía llegar a ser el resultado al que se exponía, que no era
otro que su muerte a manos de quien le había confiado la seguridad de su hogar.
56
Cámara Nacional de Casación Penal, Sala I, Causa n° 186,
“Terramagra, Juan s/recurso de casación”, Reg. n° 274/94, del
25/08/1994.
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101
En esa directriz, se sostuvo que la procedencia de aquéllas exige,
como presupuesto esencial, que el acto impugnado tenga trascendencia sobre la
garantía de la defensa en juicio o se traduzca en la restricción de algún otro derecho.
De otro modo, la sanción de nulidad aparecería respondiendo a un formalismo vacío
–que va en desmedro de la idea de justicia y de la pronta solución de las causas- en lo
que también está interesado el orden público59.
59
CSJN (B. 66 XXXIV, “Bianchi, Guillermo Oscar s/ defraudación”, del
27/06/2002; en idéntico sentido y con anterioridad, se pronunció en
“Acosta, Leonardo y otros s/ robo calificado en grado de tentativa”,
A. 63 XXXIV, 04/05/2000.
60
Cámara Federal de Casación Penal, Sala IV, causa n° 544,
“Corrao, Raquel Margarita s/ recurso de casación”, Reg. n° 1158.4, del
5/3/2009.
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El art. 80, inciso 1°, del Código Penal establece que se impondrá
reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el art. 52
del Código Penal, al que matare a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex
cónyuge, o “a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja,
mediare o no convivencia” (lo subrayado me pertenece), estos últimos supuestos
fueron introducidos con el dictado de la ley 26.791.
61
Corbetta, Paola, en “Límites al concepto normativo de “relación de
pareja”, a propósito del inc. 1°, art. 80 del Código Penal” (R. C. D.,
868/2015), a propósito del fallo de la Cámara Nacional de Casación en
lo Criminal y Correccional, Sala II, “E. D. s/ recurso de casación”,
del 18/6/2015 (Reg. n° 168/2015).
103
Ello sentado y coincidiendo en el análisis que este hiciera, entiendo
que a los fines de su adecuación y si bien queda comprendida en una de las posturas
más laxas de las conocidas, se entendió que no se exigía la convivencia sino que
bastaba cualquier tipo de relación afectiva que una al victimario con la víctima y que
se hubiera mantenido en el tiempo, en consonancia con lo mantenido por el juez
Magariños en su voto en la causa nro. 8820/2014, número de registro 686/16,
“Sanduay, Sandro Mario s/ homicidio agravado”, del 6/2016, de la Cámara Nacional
de Casación Penal, que comparto, en lo general, pues se trata, al decir de
Buompadre, de un delito especial impropio, limitado sólo a un determinado círculo
de autores, pues únicamente puede ser cometido por quien se encuentra ligado a la
víctima por alguno de los vínculos que determina la misma ley62.
62
Grisetti, Ricardo Alberto, en “Femicidio y otros nuevos
homicidios agravados”, editorial El Fuste, 1ª. edición, Jujuy, 2014,
p. 15 y ss.).
63
Buompadre, Jorge Eduardo, en “Violencia de Género, Femicidio y
Derecho Penal. Los nuevos delitos de género”, Alveroni Ediciones,
(Lecciones y Ensayos, n° 34), 1ª edición, Córdoba, 2013, p. 174 y ss.
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o pérfido del sujeto y, en segundo lugar, del estado de indefensión de la víctima 64. La
suma de ellas nos conduce a la figura aludida la que, en forma acabada, fue
evidenciada en autos.
64Breglia
Arias, Omar, en “Homicidios agravados…”, Astrea, Bs.
As., 2009, p.198 y ss.
López Bolado, Jorge D., en “Los homicidios calificados”,
65
Plus Ultra, Bs. As., 1975, ps. 109, 117, 118, 119 y ss.
66 Fontán Balestra, Carlos, en “Tratado de Derecho Penal”, t. IV, p.
91 y ss..
67
Terragni, Marco Antonio, en “Delitos contra las Personas”,
Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza, 2000, p. 220 y ss., con cita de
Moreno, en “El Código Penal y sus antecedentes”, t. III, p. 335.
105
Así “intensidad” y “duración de la acción” son conceptos que
debemos tener muy en cuenta68, a la vez que la figura comprende elementos
objetivos y subjetivos; desde el primero se requiere que la agonía de la víctima
signifique para ella un padecimiento no ordinario69, a la vez que el segundo, consiste
en matar cruelmente causando especiales dolores y sufrimientos, por una actitud
inmisericorde y sin sentimientos70, o del aumento deliberado e inhumano del dolor a
la víctima71. Como se viera dichos factores son ajenos al caso de autos, a pesar de que
la intensidad y ubicación de las lesiones sirvieron para conformar la prueba de las
calificaciones desbrozadas en esta etapa.
TERCERO:
68
Breglia Arias, Omar, en “Homicidios agravados”, Ed. Astrea,
Bs. As., 2009, p. 127 y ss.
69Breglia Arias, Omar, en “Homicidios agravados”, Ed. Astrea,
Bs. As., 2009, p. 127 y ss., con cita de Creus, Boumpadre, en “Derecho
Penal. Parte Especial”, t. 1, p. 29.
70
Breglia Arias, Omar, en “Homicidios agravados”, Ed. Astrea,
Bs. As., 2009, p. 127 y ss., con cita de Roxin, en “Derecho Penal.
Parte General”, t. I, p. 315.
71
Donna, Edgardo A., en “El Código Penal y su interpretación en la
Jurisprudencia”, 2ª. Edición ampliada y actualizada, t. II, Rubinzal-
Culzoni Editores, Santa Fe, 2012, p. 112 y ss.
106
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CUARTO:
107
principios de cualquier otra tarea estatal, fundamentalmente, a la necesidad de que
la intervención prometa algún beneficio para los integrantes de la comunidad social”
73
.
108
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QUINTO:
SEXTO:
109
Me apresuro a señalar que, en aras de evitar repeticiones
innecesarias, me abstendré de delinear el marco fáctico sobre el que se abastece la
incriminación, así como también el copioso relevamiento probatorio por estimar que
los mismos fueron debidamente ornamentados por la presidencia.
Adelanto que, para militar con la solución escogida por el colega que
lleva la voz en la que reivindica -aunque parcialmente- las presentaciones acusadoras,
se impone señalar que la lucha entre los abogados y la verdad es tan antigua como la
que existe entre el diablo y el agua bendita. En todo proceso hay dos letrados, uno
que dice blanco y el otro que dice negro; la verdad no la pueden decir los dos, si
sostienen tesis contrarias; por lo tanto uno de los dos sostiene una falsa. Esto
autorizaría a creer que el cincuenta por ciento de los abogados son unos embusteros;
pero como el mismo abogado que tiene razón en una causa no la tiene en otras,
quiere ello decir que no hay uno que no esté dispuesto a sostener en un determinado
momento causas perdidas, o sea que una vez unos y otra vez otros, todos son unos
embusteros. Esta forma -equivocada- de razonar ignora que la verdad tiene tres
dimensiones, y que puede presentarse como diferentes a quienes la observan desde
diferentes puntos de vistas (CN Civ, sala G, “Uveda de Robledo, Epifanía c/Kodama
María s/nulidad de testamento de Jorge Luis Borges” E.D. 163-520; fallo 46.602; voto
del juez Bellucci).
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Epifanía c/Kodama María s/nulidad de testamento de Jorge Luis Borges” E.D. 163-
520; fallo 46.602; voto del juez Bellucci).
Si las cosas con así, estimo que la latitud de las lesiones alojadas en
zonas tan sensible para la mujer -con indeferencia en su incidencia letal o no- es un
claro indicador artero que denota en MGD un irrefutable odio a la identidad del
género de su agredida.
111
La prudencia impone descartar la alevosía habida cuenta que, si bien
diezmada, Sacayán pudo resistirse de un ataque frontal lo cual me genera el siguiente
silogismo: hubo una acción de conducir al óbito a Sacayán planeada primariamente
como segura pero, a esa relación silogística original, se alteró en el núcleo duro del
ataque que fue guiado -según determinó la inmediación- en el odio a la identidad de
género de la inmolada.
112
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113
Dicho ello, cabe afirmar que MGD ofrecía una suerte de doble
fachada; se abastecía de manera cordial con quienes le suministraban dinero u otros
enseres; pero reaccionaba con un odio incontenible ante la abstención de dicho
suministro; este odio se vio amplificado o potencializado en su malquerencia al
colectivo en el que militaba Sacayán.
114
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115
Desde ese espigón, no me pasa desapercibido que existe una
interacción axiológica entre el juicio de subsunción y la operación mental que
conlleva el proceso de ponderación probatoria, que conduce a la aplicación de la
norma, donde adquiere particular relieve todo lo que he venido esbozando.
116
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117
es solamente teórica, en el sentido de que el hecho histórico nunca se presenta
intacto sino que se observa con posterioridad a la manifestación del autor, se la
aprehende en un proceso cognitivo producto de la observación judicial. Por ello, toda
posibilidad de acceso comunicativo por medio de la interpretación del hecho que el
observador judicial haga podrá realizarse sobre elementos comunicativos en el plano
objetivo, es decir, sobre elementos de prueba y a través del sistema cognitivo del
observador (Arce Aggeo, Miguel Angel, “La imputación construida”, Universidad, Bs.
As., 2008, pág. 239/241).
118
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119
campera jagüel. Sabemos que el lenguaje es como la luna y tiene su hemisferio de
sombra. Demasiado bien, o sabemos, pero quisiéramos verlo tan límpido como ese
porvenir que es la mejor posesión de la patria (Borges, Jorge Luis “El idioma de los
Argentinos”, Alianza Editorial Madrid 1995, Tomo 20, pags. 27 y 257/159).
Me parece que, entre otros aspectos que posee este “leading case”
es que avizora la existencia que nos permite hablar no sólo de odio por la identidad
de género sino que, en el juego propio del arco del tiempo de las palabras, como
elemento propio de la comunicación –medular de las relaciones humanas– podemos,
por las razones dadas, comenzar a hablar como “travesticidio”.
Creo pues que las palabras de nuestro idioma, las palabras de la ley y
la denominación de los delitos responden a factores contingentes, a la evolución
tiempo, a las valoraciones sociales y a su marco de aplicación normativa.
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nueva realidad social –que exige un mayor esfuerzo estatal para tutelar e incorporar
a un colectivo inderme– alienta una denominación que cobije la manifestación mas
radicalizada de la violencia sexista. Por ello, no dudo en rotular el suceso de autos
como travesticidio.
121
Según Grisetti “en el homicidio por odio a la identidad de género
queda indudablemente abarcado en el universo de posibles sujetos pasivos el sujeto
que, habiendo nacido hombre o mujer ha ejercido su derecho a solicitar la
rectificación registral del sexo y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no
coincidan con su identidad, de género autopercibida (art. 3, ley 26473). Y esto es así,
incluso en el caso de quien ha hecho uso de tal derecho, sin haberse practicado
intervención quirúrgica por reasignación genital total o parcial, ni haber realizado
terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico (arg. Art. 4 in fine) (…)
La orientación sexual que inspira la aversión impulsora de la conducta del sujeto
activo se refiere a la atracción sexual primaria hacia el mismo sexo, el sexo opuesto o
ambos sexos. A su vez el odio a la identidad de género se da cuando el agente mata al
ofendido en razón de las manifestaciones de éste acerca de su autoconciencia
interna de ser hombre o mujer, masculino o femenino. El carácter normativo, así
como el contenido que le asignan, se ven reafirmados por la vigencia de la ley 26743,
de identidad de género (art. 2). Por lo demás, esta disposición legal (art. 2) permite
avizorar claramente qué debe entenderse por ‘expresión de la identidad de género’,
que es la última de las circunstancias relativas al sujeto pasivo determinantes de la
punibilidad prevista en la figura agravada” (Grisetti, Ricardo Alberto, “Femicidio y
otros nuevos homicidios agravados”, El Fuste, Jujuy, 2014, págs. 76/77).
122
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123
expresiones de género, como vestimenta, modo de hablar y los modales (Yuba,
Gabriela Sobre la ley de derecho a la identidad de género, LA LEY 2012-C, 1071).
124
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125
físico o biológico de la persona; comprende también el bagaje espiritual, intelectual,
político, profesional, a través del cual, el individuo se proyecta socialmente
exteriorizando su personalidad. Género no es lo mismo que sexo. Género es una
construcción socio-cultural que se va formando con el tiempo, se trata de los rasgos y
funciones psicológicas y socioculturales que se le atribuyen a cada uno de los sexos
en cada momento histórico y en cada sociedad. El sexo, en cambio, es lo natural, lo
cromosómico. Género y sexo no son cuestiones semejantes y es necesario tener en
cuenta que se trata de conceptos diferentes y que en una persona pueden coincidir
ambos aspectos como puede ser que no. Y, es en este último caso donde cobra
importancia el alcance del concepto de género e identidad (Ciolli, María Laura, “Ley
de identidad de género”, LA LEY 2012-C, 1006).
126
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diferente de éstas y menos aún lo que la mayoría considere "común" excluyendo a las
minorías, sino que simple y sencillamente es el bien de todas las personas, las que
suelen agruparse según intereses dispares, contando con que toda sociedad
contemporánea es necesariamente plural, esto es, compuesta por personas con
diferentes preferencias, visiones del mundo, intereses, proyectos, ideas, etc...".
También afirmó "Que tampoco debe ignorarse que personas pertenecientes a la
minoría a que se refiere la asociación apelante no sólo sufren discriminación social
sino que también han sido victimizadas de modo gravísimo, a través de malos tratos,
apremios, violaciones y agresiones, e inclusive con homicidios. Como resultado de los
prejuicios y la discriminación que les priva de fuentes de trabajo, tales personas se
encuentran prácticamente condenadas a condiciones de marginación, que se agravan
en los numerosos casos de pertenencia a los sectores más desfavorecidos de la
población, con consecuencias nefastas para su calidad de vida y su salud, registrando
altas tasas de mortalidad, todo lo cual se encuentra verificado en investigaciones de
campo” (Fallos 329:5266).
127
Ahora bien, insistimos en que Diana Sacayán había elegido y se
autopercibía desde lo más intimo de su ser como una mujer; MGD y su cófrade son
dos varones por lo que, de manera adicional a ese carácter binario y desde el odio
acuñado en el apartado anterior, entiendo que se encuentra verificado el plus de
género que exige la norma en estudio.
128
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Báez, Julio C –Corbetta, Paola, “La posición de la víctima en la suspensión del juicio a
prueba en la violencia de género”, en Revista de Temas de Derecho de Familia,
Sucesiones y Bioética, Erreius Abril 2018, pags. 201/212).
129
humanos reprimimos la conciencia de las experiencias mas importantes que vivimos y
que el conflicto entre la realidad inconciente que existe dentro de nosotros mismos y
la negación de ella en nuestro nivel conciente nos conduce a menudo a la neurosis. El
descubrimiento de lo inconciente constituye un instrumento terapeútico superlativo
(De Beauvoir, Simone “El segundo sexo”, Penguin Random House Grupo Editorial S.A.
Buenos Aires 2016, pags 44/45; Fromm, Erich “Las cadenas de la ilusión”, Paidos,
Buenos Aires 2016, pag. 138; Cantero, Ana “Que es la pansexualidad”,
www.enbelleza.com; Daud, J. "Delitos contra la integridad sexual", Suplemento de
Actualidad, LA LEY, del 17/04/2014; Cita Online: AR/DOC/604/2014; Tribunal Oral en
lo Criminal Nro. 4 de la Capital Federal G.N.A. -.c.n.4. 22/12/2015, Publicado en:
DPyC 2016 (febrero), 55 con nota de Ricardo A. Grisetti y Ricardo A. Grisetti (h.)
DJ 13/04/2016, 76 •DJ 13/04/2016, Cita online: AR/JUR/64317/2015: Zaffaroni,
Eugenio “Doctrina Penal Nazi”, Ediar Buenos Aires, 2017, pags. 69/70).
130
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131
mujeres, género y prisión”, Cathedra Jurídica Buenos Aires 2017, págs. 4 a 18, entre
muchas otras) en lo que a la cuestión criminal interesa, el femicidio es una derivación
de la palabra inglesa “femicide” desarrollada principalmente por las sociólogas Diana
Ruseell y Jane Caputi a fines de los años ochenta; su utilización se expandió luego de
la publicación del famoso artículo “Femicide: Speaking the usnpeakable wen 1990”.
Allí, las autoras describen a este fenómeno como la muerte violenta de las mujeres
en manos de los hombres motivadas por odio, desprecio, placer o sentimientos de
propiedad sobre las mujeres (Pzellinnsky, Romina– Pique, María Luisa “La incidencia
de las recientes reformas del derecho civil en la interpretación del Código Penal en
Zaffaroni, Eugenio– Herrera, Marisa “El Código Civil y Comercial y su incidencia en el
Derecho Penal”, Hammurabi, Bs. As., 2016 pág. 352).
Ahora bien, MGD es un varón y Diana Sacayán era por elección y por
autopercepción una mujer, lo que confiere a la conducta probada –como se dijera en
el voto que abre el Acuerdo- un plus que debe examinarse para lo cual he de tomar,
para este tramo del desarrollo, el conglomerado normativo y los antecedentes
parlamentarios plasmados por el Juez Ramírez en oportunidad de sufragar en el
leading case “Mangeri” registrado bajo el número 29.907/2013 del Tribunal en lo
Criminal y Correccional N° 9 del 24/8/2015).
132
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Observaciones generales
133
o de los diversos convenios de derechos humanos, constituye discriminación, como la
define el artículo 1 de la Convención. Esos derechos y libertades comprenden:
a) El derecho a la vida;
Artículo 1
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Artículo 2
Artículo 1
Artículo 2
135
b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier
persona y que comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de
personas, prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así
como en instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y
136
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137
violencia de género o del vocablo mediare. Es una muestra más de que, en este
aspecto, el pensamiento dogmático de Argentina lejos de buscar la interpretación de
la ley que haga más efectiva su aplicación en la protección de los derechos de las
personas, agota su energía agitando las sábanas como en Le rêve de D'Alembert
(T.O.C. N° 9, causa 29.907 “Mangeri, Jorge Ernesto”; voto del juez Ramírez).
138
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Esta ley es un muy buen paso para comenzar, pero hubiera sido
importante la creación de un tipo penal autónomo. ¿Por qué? Primero, porque tiene
como objetivo develar el sustrato sexista o misógino que tienen ciertos crímenes
contra las mujeres, y que permanece oculto cuando se hace referencia a ellos a
través del androcentrismo de figuras aparentemente neutras como el homicidio, así
como la responsabilidad directa o indirecta del Estado en estos fenómenos.
139
jurisprudenciales y actitudes de los jueces, refractarios a la aplicación de la legislación
que emana de este Congreso.
140
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141
manifiesto el esfuerzo de cierto sector político que sin tener representación popular
intentó influir en los legisladores para obstaculizar la sanción de la norma. Ello quedó
expuesto en la alocución del Senador Guastavino quien manifestó que:
142
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143
Justamente, lo que muestran las estadísticas es que aquí hay un problema de
asesinato de mujeres. No es un tema neutro, de asesinato del conviviente o del
cónyuge. Aquí hay un problema que viene con una carga cultural de muchos siglos.
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hacia los objetivos de alcanzar una plena igualdad en el ejercicio de los derechos de
varones y mujeres y en el esfuerzo por erradicar el brutal obstáculo al progreso que
representa la violencia contra la mujer” (T.O.C. N° 9 causa 29.907 “Mangieri, Jorge
Eernesto; voto del juez Ramírez).
Esta extensa cita de las opiniones de los legisladores tiene por objeto
establecer el marco en el que se han emitido cuestionamientos supuestamente
teóricos al tipo penal del femicidio. Las referencias concretas del senador Guastavino
en punto a que “ha habido una abierta oposición de importantes sectores de la
doctrina penal que indican que, en realidad, el delito de femicidio se considera
inexistente como tal” y que “algunos creen conveniente que el femicidio como tal no
exista como delito autónomo” y que “algunos de los que me visitaron en mi despacho
para darme su opinión, inclusive, planteaban que ellos no creían que pudiera existir
gente que ande por la calle buscando matar a una mujer por el solo hecho de ser
mujer”. Según se desprende de ello, hubo sectores que amparados con el ropaje
doctrinario se esforzaron en oponerse a la sanción de la ley y, lo que no obtuvieron
entonces, intentan lograrlo por vía del cuestionamiento dogmático que se pretende
neutro e incontaminado de política para encubrir su verdadera posición ideológica
(T.O.C. N° 9 causa 29.907 “Mangieri, Jorge Ernesto; voto del juez Ramírez).
145
“cosificación” de la víctima. El Tribunal entiende el valor metafórico de la expresión
que no refiere una percepción patológica de la realidad, sino el trato como mero
objeto de un ser humano. Sin embargo, entiende que el abuso de la metáfora puede
llevar a oscurecer la enorme gravedad que encierra ese desprecio a la dignidad de
una persona, ese profundo desprecio hacia la condición humana de la mujer que, si
no admite someterse a sus decisiones, no merece continuar su existencia (T.O.C. N° 9
causa 29.907 “Mangieri, Jorge Ernesto; voto del juez Ramírez).
No nos pasa inadvertido que tras esta cuestión del nombre se oculta
un voluntad negacionista que especula con que no se vea lo que no se nombra y que
niega visibilidad a las largas listas que pacientemente, año tras año, confecciona la
ONG Casa del Encuentro para que no se diluyan en el olvido las víctimas de una
violencia brutal que no quiere nombrarse. Hay otra particularidad. Quienes
pretenden que el femicidio sea denominado homicidio calificado, parecen no advertir
que en el Código Penal vigente, el término homicidio sólo se emplea en el título del
Cap. 3, del Título 1°, Libro Segundo, “Homicidio o lesiones en riña”, y en la figura
agravada del robo, que contempla el art. 165 (“si con motivo u ocasión de un robo
resultare un homicidio”).
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147
mujer que hubiese sido víctima de violencia de género por parte de un hombre. En
este caso, el sujeto activo sólo puede ser un varón. La razón de esta causal de
agravación de la pena debe hallarse en el contexto de violencia física o coactiva que
caracteriza a la violencia de género. En este caso habrá de requerirse la
comprobación de la situación mencionada, ya que el presupuesto sobre el que
descansa esta figura agravada es la existencia de una relación afectiva actual o
pasada. El homicidio de la mujer bajo estas condiciones aparece como el epílogo fatal
de una relación atravesada por el sometimiento y la humillación expresada hacia el
género femenino.
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promover y garantizar el derecho de las mujeres a vivir una vida sin violencia (inc. b) y
la remoción de patrones socioculturales que promueven y sostienen la desigualdad
de género y las relaciones de poder sobre las mujeres (inc. e).
Este jurista nos recuerda que Buompadre, señala que la acción típica
descripta por el legislador ha incorporado al derecho positivo el delito de femicidio,
esto es, la muerte de una mujer por su condición de tal (por ser una mujer)
agregándole al concepto tradicional 2l “contexto de género”. Se trata de un tipo
agravado de homicidio, especial impropio, cualificado por el género del autor, cuya
perfección típica exige la concurrencia de las siguientes condiciones: a) que el autor
del homicidio sea un hombre, b) que la víctima sea una mujer, c) que el agresor haya
matado a la víctima por ser mujer (pertenencia al género femenino), y d) que el
asesinato se haya perpetrado en un contexto de violencia de género. Sujeto activo
sólo puede ser un hombre, mientras que sujeto pasivo sólo puede ser una mujer. No
se trata de un tipo penal de titularidad indiferenciada, sino de una figura cualificada
por la condición de los sujetos. Si el asesinato ocurriera en el marco de una relación
conyugal o de pareja, el delito no se multiplica pero, en todo caso, sólo podrá
configurar femicidio si la muerte se produce, objetivamente en el marco de un
contexto de género y subjetivamente, por pertenecer el sujeto pasivo al género
femenino. De no darse estas exigencias, la conducta debe ser reconducida hacia el
homicidio agravado por el vinculo parental o por la relación con la víctima (Grisetti,
Ricardo “Femicidio y otros nuevos homicidios agravados”, El Fuste, Jujuy, 2014, pág.
83).
149
¿Es inconstitucional el tipo penal del femicidio?
150
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Para los fines en que fue creada sólo cubre algunas hipótesis no
aprehendidas por el texto original, pudiendo resultar en cierto modo redundante y
por demás, innecesaria, porque insisto, muchos delitos que pretendería abarcar la
novedosa figura ya estaban incorporados al Código Penal, o si se quiere, los de
género pasarían a estar contemplados pero sólo en parte, es decir, de modo
insuficiente (Sánchez Kalbermatten, Alejandro “Reflexiones sobre el femicidio”, LA
LEY 2014-B, 528).
151
Como dos mundos que se definen por oposición, sin perjuicio de lo
opinable de la cuestión y ciertos razonamientos de entidad que se exhiben dentro de
las corrientes que se inclinan por la colisión de la norma con el texto supremo lo cierto
es que no observo la inadecuación denunciada.
Desde esa óptica -que es la que suscribo- la razón política del mayor
castigo del femicidio reposa en la singularidad gravedad que importa el
emplazamiento de la conducta que culmina en la muerte dolosa de una persona,
dentro del ámbito de la violencia contra la mujer, concebida como manifestación de
las configuración de las vinculaciones interpersonales en virtud de relaciones de
poder de histórica desigualdad entre el varón y la mujer. Por lo demás, la figura
agravada puede ser vista como un expediente dirigido a cumplimentar la obligación
estatal de incluir en su legislación interna las normas penales que sean necesarias
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (art.7 inc. c,
Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la
mujer, suscripta por OEA en Belem do Pará), a los efectos de proteger el derecho de
toda mujer a que se respete su vida y su integridad física, psíquica y moral (art. 4,
incs. A y b). También como una herramienta inspirada, de alguna manera, en el
artículo 5º de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, de jerarquía constitucional por imperio del art. 75 inc.
22 CN, en cuanto dispone que los Estados Partes tomarán todas las medidas
apropiadas para “modificar los patrones socio-culturales de conducta de hombres y
mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas
consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de
inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas
de hombres y mujeres” (Arocena, Gustavo A - Cesano, José Daniel “El delito de
femicidio” I B de F Montevideo Buenos Aires 2013, pág. 88).
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opacos, por cuanto la calígine semántica se aposenta en el hecho de prever una pena
agravada cuando el sujeto activo del delito es del sexo masculino, no así en el
supuesto inverso, la novedosa normativa presenta diversos problemas de
interpretación a la hora de aplicar la ley en la praxis: el concepto de violencia de
género y la problemática relativa al elemento abusivo o discriminatorio (posición de
dominio) en el tipo de femicidio (Buompadre, Jorge “¿Es necesario acreditar en el
proceso la posición de dominio o actitud machista” en casos de violencia de género?.
Especial referencia al delito de femicidio el Dial.com - DC1B19).
153
Carlos Alberto Vocal Cámara de Apelaciones de Concepción del Uruguay s/ amparo”;
Fallos 313: 410).
3. LA PRISIÓN PERPETUA.
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Creo que dentro de las prerrogativas del debido proceso en favor del
imputado se encuentra que le explique al mismo -y a la sociedad- los motivos o
contenidos de la sentencia en cuanto a sus vertientes fácticas, probatorias,
normativas y punitivas (Apitz Barberá y otros vs Venezuela, del 5/8/2000 párrafos 87
y siguientes; Pastor, Daniel “La ideología de ciertos Pronunciamientos de los Órganos
del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (¿Garantías para el imputado,
para la víctima o para el aparato represivo?)”, en Gargarella, Roberto – Pastor Daniel
“Constitucionalismo, Garantismo y Democracia”, Ad Hoc Bs. As., 2016, págs.
362/363).
También que ese propio tribunal ha resuelto que las leyes deben
interpretarse y aplicarse buscando la armonización entre éstas y teniendo en cuenta
el contexto general y los fines que se informan de modo que no entren en pugna
unas con otras y no se destruyan entre si por lo cual debe adoptarse el sentido que
las concilie y deje a todas con valor y efectos (Fallos 309:1149; 307:518; 314:418).
155
Para desechar cualquier dedalo he de remitirme a, en primer lugar, al
dictamen del Procurador Casal, en el fallo “B. Sebastián Alejandro s/ homicidio”, en el
cual señaló “que la pena de prisión perpetua no vulnera per se la Constitución
Nacional ni los instrumentos internaciones de la misma jerarquía normativa, sino que
por el contrario, es posible afirmar que se encuentra expresamente admitida. Abona
esa opinión la interpretación que han efectuado tanto la Corte como la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos del artículo 5°, inciso 2° del Pacto de San José
de Costa Rica, que al proteger la integridad personal contempla que “nadie debe ser
sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes” que “toda
persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad
inherente al ser humano…” “… Por su parte, en el ámbito del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, el Comité contra la Tortura ha considerado que su
artículo 7° -que también prohíbe la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos
o degradantes- se refiere “a los castigos corporales incluidos los castigos excesivos
impuestos por la comisión de un delito o como medida educativa o disciplinaria”
(Observación General n° 20, 44° período de sesiones -1882- punto 5, publicada en
“Recopilación de las Observaciones Generales y Recomendaciones Generales
adoptadas por órganos creados en virtud de Tratados de Derechos Humanos”). Sin
embargo, previno que de ello no es posible inferir per se que la pena de prisión
perpetua pueda estar comprendida en ese concepto, desde que el propio Pacto
admite limitadamente –al igual que otros instrumentos ya aludidos- la imposición de
una sanción de suma gravedad, como es la pena capital (art. 6°). Por lo demás el
artículo 2 de la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la Tortura,
aprobada por ley 23.652 también excluye de ese concepto “las penas o sufrimientos
físicos o mentales que sean únicamente consecuencia de medidas legales o
inherentes a éstas”. Sentado lo anterior, cabe observar que además de la prohibición
de la tortura y de las penas crueles, infamantes y degradantes allí establecida, la
comunidad internacional también ha manifestado su anhelo de lograr la total
abolición de la pena de muerte…”.
156
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julio de 1998 en el ámbito de las Naciones Unidas, aprobada por ley 25.390
(publicada en el boletín oficial el 23 de enero de 2001) y en vigor desde el 1° de julio
de 2002 cuya implementación ha sido recientemente dictada por el Congreso
mediante la sanción de la ley 26.200 (publicada en el Boletín Oficial el 9 de enero de
2007). Por lo tanto en la materia que aquí interesa es posible acudir a ese
instrumento internacional como fuente para la interpretación del derecho interno
(conf. Fallos 315:1492, considerando 18). Más allá de la finalidad de ese tratado y de
la competencia limitada y complementaria del tribunal supranacional así creado,
considero relevante señalar que al fijar el Estatuto las penas aplicables para los
delitos tipificados en sus artículos 6 a 8 su artículo 77, inciso 1° estableció las
siguientes a) reclusión por un número determinado de años que no exceda de treinta
años o b) reclusión a perpetuidad cuando lo justifiquen la extrema gravedad del
crimen y las circunstancias personales del condenado. Cabe destacar que en virtud de
la ley 26.200 recién aludida, en el primer supuesto la pena se ha limitado al término
de veinticinco años de prisión, mientras que para el segundo, sin afectarse el carácter
absoluto de la sanción, sólo se precisaron las condiciones para su aplicación “si
ocurre la muerte” (arts. 8 a 10). Además de reiterarse a través de aquel instrumento
la vigencia del encierro perpetuo en el ámbito del derecho internacional de los
derechos humanos estimo oportuno mencionar las normas allí previstas para la
reducción de la pena, pues a partir de ellas podría considerarse, oportunamente un
régimen para morigerar en el ámbito del derecho interno los efectos de la sanción
aplicada en autos. “…que sin perjuicio de la aludida vigencia de la prisión perpetua, la
finalidad esencialmente resociabilizadora de las penas privativas de libertad también
ha sido reconocida por el Estatuto de Roma para esa sanción, pues la expectativa que
en el plazo de veinticinco años pueda examinarse la posibilidad de reducción que
para ella contempla el artículo 110 inciso 3° habrá de alentar la readaptación social
del condenado a esos fines. Más aún de las aludidas reglas de Procedimiento y
Prueba surge expresamente que en esa etapa la Corte valorará, entre otras
circunstancias, que la conducta del condenado reasentarse exitosamente (regla N°
223). “…Como puede apreciarse, los criterios vigentes en el ámbito internacional
respecto de las penas perpetuas coinciden con el núcleo de lo argumentado por el a
quo al rechazar el planteo de inconstitucionalidad sobre la base de la posibilidad real
y efectiva de obtener una liberación anticipada a través de diversas medidas de
morigeración del régimen de ejecución de la pena según el sistema de progresividad
que establece la ley 24.660. Dentro de esos límites, considero que el juicio referido a
la proporcionalidad de la pena, que se trasunta en la ley con carácter general, es de
competencia exclusiva del legislador sin que competa a los tribunales juzgar del
mimos, ni imponer graduaciones o distinciones que la ley no contempla, desde
instituye iguales sanciones a todos los que incurran en la infracción que se incrimina
como una suerte de salvaguarda de la garantía de igualdad…” (T.O.C. N° 1 causa 572
“Cardozo Francisco”, rta el 31/10/2016; voto de los jueces Huarte Petite y Vázquez
Acuña).
157
modo tangencial, el Juez Zaffaroni tuvo ocasión de referirse a la constitucionalidad de
las penas de prisión perpetua, teniendo en cuenta la incidencia al respecto de la
sanción de la ley 26.200, en la medida en que el imputado conserve alguna
posibilidad legal de acceder a la libertad en algún momento de la condena (conf.
“Estévez, Cristian Andrés”, sentencia del 8 de junio de 2010, E.519, XLI). Allí tuvo
oportunidad el citado Magistrado de reiterar su pensamiento al respecto, en orden a
que “la prisión perpetua del Código vigente no es inconstitucional en sí, dado que no
es perpetua en sentido estricto, sino relativamente indeterminada, pero
determinable, pues tiene un tiempo límite si el condenado cumple con los recaudos
de la libertad condicional. Tampoco es inconstitucional como pena fija, siempre que
en el caso concreto no viole la regla de irrazonabilidad mínima, pues guarda cierta
relación de proporcionalidad con la magnitud del injusto y de la culpabilidad...” (conf.
“Derecho Penal, Parte General”, Zaffaroni, Eugenio Raúl, Alagia, Alejandro, Slokar,
Alejandro, EDIAR, pág. 904; T.O.C N° 1 causa 572 “Cardozo Francisco” rta. el
31/10/2016; voto de los jueces Huarte Petite y Vázquez Acuña).
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En primer lugar debo señalar que adhiero al voto del estimado colega
que lideró el acuerdo, tanto en orden a la materialidad del hecho (no controvertida)
como de la participación de MGD en él.
159
en su primera indagatoria -tomando aquello que se incorporó por lectura atento a las
contradicciones- no se limitó a mencionar su presencia en el domicilio de Diana
Sacayán, que el señor Defensor ubicó unas horas antes del hecho, sino que también
describió una pelea de envergadura en la que se utilizó un cuchillo y que derivó en la
muerte de Diana Sacayán -aunque atribuyó su autoría al otro sujeto que también se
encontraba allí-. Claro está, ello en modo alguno podría ser prueba en contra del
imputado, pero lo cierto es que esta primera versión con muchos de los detalles
proporcionados es la que encuentra apoyatura en varias de las pruebas producidas
durante el debate.
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y el otro sujeto egresaron sin problemas del departamento de Diana pero que sí se
quedaron a esperar que alguien les abriera la puerta del edificio no parece
sostenerse. Según esta hipótesis, ellos no necesitaron violentar la puerta del
departamento de Diana (aunque ella no bajó abrirles) pero -siguiendo esta
imaginativa conjetura- otra persona o personas ingresaron sin que Sacayán les
abriera la puerta del edificio (porque a ella nadie la vio bajar más) aunque sí les
franqueó luego el acceso a su departamento del que más tarde no pudieron salir
porque -siguiendo la hipótesis de la defensa- al matarla estos otros sujetos debieron
romper la puerta.
Así, el Dr. Tassara afirmó que a partir del informe confeccionado por
la División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal Argentina de fs. 157: (1) la hora
de la computadora era la hora real; (2) el perfil de Facebook de Diana Sacayán estaba
abierto, con dos chats activos “hace 23 horas” y (3) el historial de navegación de la
computadora mostraba que se crearon pestañas a las 5 de la mañana.
161
Diana Sacayán. Es decir, la hora que se veía en la pantalla cuya captura luce a fs. 154
era la hora real: 21:10.
162
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154 y aquéllos que surgen del CD8. Es razonable inferir que la División Apoyo
Tecnológico Judicial, al procesar nuevamente la información descargada de la
computadora de Diana Sacayán con el programa ViewBrowsingHistory haya utilizado
la opción "GMT time" y por tal motivo, por ejemplo, el video "derrama tu gloria
christined´clario" que a fs. 154 está asociado al horario 1:55 en el archivo contenido en
el CD 8 se vincula al horario 4:55.
163
nada después, es decir en el horario posterior en el que el señor Defensor ubica la
acción de terceras personas.
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Ahora bien. Con el mismo rigor con el que se debe sostener una
afirmación semejante que -nada menos- contrarresta el estado de inocencia de una
persona, debo señalar que no puedo llegar a una conclusión idéntica respecto, en
primer lugar, de la acreditación del elemento “odio a la identidad de género” que mis
estimados colegas sí dieron por configurado.
Es cierto que el orden debe ser inverso: analizar cuáles fueron los
hechos probados y luego determinar su subsunción, mas por otro lado, la concepción
que se tenga de este tipo penal, de algún modo redundará en cuáles son los hechos
significativos que deben determinarse como probados o no.
165
obstáculo. Tengo que decir que coincido con su primera afirmación y, por lo tanto,
considero necesario hacer algunas aclaraciones sobre el tipo penal, adelantando que
también concluiré acerca de una interpretación del tipo penal -mejor dicho, en lo que
se refiere a los “delitos de odio”- que mantiene incólume su constitucionalidad, si
bien por razones distintas a las planteadas por el Dr. Yapur. Adelanto, entonces, que
el problema no es para mí la inconstitucionalidad del tipo penal -tesis que hace
muchos años también albergué por las misma razones que esboza el señor Fiscal y
que me veo obligada sucintamente a aclarar- sino una cuestión netamente
probatoria. Debo decir también que aquello que el señor Fiscal define como
interpretación tradicional engloba, a mi criterio, dos interpretaciones diferentes: la
primera creo que conlleva el vicio de inconstitucionalidad, la segunda no. Luego me
referiré a la propuesta que él realiza a fin de dar respuesta acabada a la interesante
reflexión que propone.
Tal como indica el señor Fiscal no puede tratarse esta materia sin
relacionarla en primer lugar con mi maestro Carlos Nino. Se trata nada menos que de
la cuestión acerca de la naturaleza del hecho frente al cual el Estado puede
reaccionar legítimamente con una pena, o, en el caso con una pena más grave: nos
estamos refiriendo al concepto material del delito. Casualmente la cuestión de las
agravantes del art. 80 fue el tema del trabajo final presentado por mí en el Seminario
que fuera dirigido por el nombrado Profesor en la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires poco antes de su lamentable fallecimiento. El seminario
consistía en un análisis de un paper inédito del Profesor Nino sobre “Subjetivismo y
Objetivismo en el Derecho Penal” (con base en una conferencia brindada en 1992 en
la Universidad de Oxford y publicada póstumamente en español -si bien con algunas
diferencias respecto al paper sobre el que conservo la versión mecanografiada- en la
Revista Jurídica de la Universidad Autónoma de Madrid, 1999, p. 47 y luego
compilada en el libro “Los Escritos de Carlos Nino – Fundamentos de Derecho Penal”,
editorial Gedisa, Buenos Aires, 2008, p. 65 ss).
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depravación moral” para lo que “el castigo de ello podría servir como una condena
pública”, señalando que, obviamente, esto resulta extremadamente repugnante para
un esquema de pensamiento liberal” (Nino, Carlos S., Los límites a la aplicación de la
moral a través del derecho penal en Los escritos de Carlos Nino. Fundamentos de
Derecho Penal, compilado por Gustavo Maurino, 1ª ed., Gedisa, Buenos Aires, 2007,
p. 57).
167
lesivo, constituye una palmaria violación de esa regla constitucional básica, que
prohíbe estructurar un derecho penal de carácter” (Magariños, op. cit.,p. 135). Y digo
que fue más allá porque aclaró con acierto en su tesis que no importa que se trate de
un elemento constitutivo del delito o que determine un incremento punitivo: “la
norma legal será ilegitima no sólo cuando consagre tipos penales en los cuales la
sanción aparezca asociada con el puro ánimo o motivación” sino también cuando el
legislador aumente el “castigo estatal en razón de la tipificación de los malos
sentimientos con los que el autor ha obrado” (Magariños, op. cit., p. 103; y en esto se
diferenciaría claramente del Profesor Sancinetti). Del mismo modo se pronuncia José
Milton Peralta, quien señala que “en lo que al plus de pena implicado por la
agravante basada en los motivos … se está(n) castigando meros pensamientos” (J. M.
Peralta, Homicidio por odio como delitos de sometimiento, InDret Penal, 4/2013, p.
10). Similar objeción se ha planteado por ejemplo en el fallo de la Suprema Corte de
Estados Unidos “RAV v. City of St. Paul”, Minnesota en 1992 (505 US 377).
168
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169
entonces, tal como lo hizo el distinguido Dr. Kassargian como un sentimiento dentro
de la “cabeza del autor” imposible de demostrar objetivamente, o como también lo
consideró de algún modo el Dr. Yapur, al afirmar que Eichmann no tenía “odio”. Este
término emotivo se incluyó “para destacar la situación que padecían personas o
grupos específicos en Estados Unidos. Así, el término ‘crímenes de odio’ (hate crime)
surgió en ese país …cuando se presentaron un gran número de crímenes basados en
prejuicios raciales, étnicos, nacionalistas” (Karlos Castilla Juárez -Insitut de
DretsHumans de Catalunya- Crímenes de odio, discurso de odio: en el Derecho las
palabras importan, publ. en la página web de la CIDH; énfasis agregado). Considero
que muchos de los problemas de interpretación que han surgido tuvieron su origen
en la elección de la palabra "odio", la que si bien tiene la ventaja de ser efectista y es
así como se la concibió, se presta a confusión en cuanto a su alcance por no
corresponderse con su significado literal.
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personales que generan aversión a quien las lleva a cabo …” (énfasis agregado). Cada
sistema jurídico “definirá qué características personales están protegidas, qué
personas o grupo de personas se consideran merecedoras de una protección
reforzada”.
Como ya señalé, creo que hay una visión compatible con un derecho
penal liberal cuando se trata de un delito de “odio” o “prejuicio”. Esta nueva postura
requerirá lógicamente de un mayor estudio pero considero que esto, en principio,
puede sostenerse. Esto lo afirmo en un plano hipotético pues -reitero- considero que
el móvil de odio aquí no se encuentra probado. Sin embargo, de estarlo, la norma en
que se subsumiría, no tendría vicios de inconstitucionalidad. Creo necesario
extenderme sobre ello en función de la interesante y novedosa interpretación a la
que recurre el señor Fiscal para salvar este problema. Interpretación, adelanto, a mi
criterio innecesaria y además incompatible con la redacción del Código. Por lo demás,
a mano de esa interpretación se relaja el estándar probatorio a punto tal de,
prácticamente, desdibujarse. Las pruebas reflejarían, en todo caso, un estado de
171
cosas estructurales pero sin anclaje en el acto en sí, lo que paradójicamente la vuelve
contraria a su primigenio objetivo.
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Otra idea muy importante del autor es que “(e)n el crimen paralelo
de asalto, el perpetrador generalmente selecciona a la víctima por tres motivos”:
aleatoriamente o sin razón consciente; por una razón que no tiene que ver con la
identidad personal sino por percibir por ejemplo que la víctima lleva dinero y por una
razón relacionada con la animosidad personal entre el perpetrador y la víctima.
Conforme su razonamiento: si una persona es elegida al azar, ésta se queda con
sensación de mala suerte y como máximo con una sensación de mayor
vulnerabilidad; un asalto como resultado de la animosidad personal la deja con temor
o ira pero concentrado en la figura del perpetrador. En cambio “un asalto motivado
por prejuicios no es aleatorio ni está dirigido a la víctima como un individuo [creo que
en muchos casos como los que nombraremos hasta sería fungible] y esta selección y
el mensaje que porta necesariamente genera más daño. El perpetrador selecciona a
la víctima debido a alguna característica inmutable, real o percibida [más abajo
desarrollaremos la importancia de que no necesariamente la víctima deba pertenecer
al grupo vulnerable pero si haber sido percibida como tal]. Por desagradable que sea
un asalto paralelo, la persona racional aún correría el riesgo de ser victimizada de esa
manera antes de arriesgarse a la humillación única de un asalto motivado por
prejuicios” (énfasis agregado).
173
mucho mayor causada por crímenes de prejuicio que por crímenes paralelos. Un
delito paralelo [ej. homicidio simple] puede causar preocupación o incluso pena entre
ciertos miembros de la comunidad de la víctima [agrego: o a la que se cree que
pertenece la víctima], pero sería inusual que ese impacto llegue a un nivel en el que
afectara negativamente su nivel de vida. Por el contrario, los crímenes de prejuicio
extienden el miedo y la intimidación más allá de las víctimas inmediatas a aquéllos
que sólo comparten, por ejemplo, características raciales con las víctimas [vuelvo: o
de las que el perpetrador cree atacar]. Los miembros del grupo objeto de los ataques
sufren lesiones similares a las sufridas por la víctima directa del crimen real. A
diferencia de las personas que empatizan con las víctimas de un crimen paralelo, los
miembros de la comunidad objeto de los ataques sufrirán una pérdida en sus
estándares de vida en términos de amenaza a la dignidad y autonomía y una
amenaza percibida para la seguridad física” (énfasis agregado).
Esto último creo que es una cuestión muy importante y que armoniza
con la redacción de nuestro art. 80 inc. 4º. Nótese que el sujeto pasivo de esa
conducta sigue siendo el "otro" del art. 79 y no se requiere ningún sujeto pasivo
especial (distinto lo que sucede con el inciso 8° en el que se exige que dicho sujeto
sea un, por ejemplo, miembro de la policía o incluso en el inc. 11 -sobre el que luego
volveremos- que exige que se trate de una mujer). En este inciso el acento está
puesto en la motivación y no en el sujeto concreto -que podría no pertenecer al
colectivo "odiado"- y por lo tanto es la prueba de esa motivación y no la circunstancia
de tratarse el sujeto pasivo, por ejemplo, de una mujer trans lo que debe acreditarse.
En efecto, no es siempre la autonomía de la víctima concreta la que resultaría
restringida, pues tal como bien se dice en la jurisprudencia estadounidense la
condición de la víctima como perteneciente al grupo protegido puede ser real o
percibida.
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En el debate de la ley 23952 del año 1988 -conocida como ley
antidiscriminatoria que entre otras cosas establece como agravante genérica que
eleva a un tercio del mínimo y un medio el máximo las penas de cualquier delito que
sea cometido por “persecución u odio a una raza, religión o nacionalidad, o con el
objeto de destruir en todo o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”
(énfasis agregado)- se recogió de algún modo este concepto cuando el diputado
Mosca señaló que “(e)sta iniciativa reconoce una protección eficaz e inmediata a
todo aquel que se encuentre en la situación de ver arbitrariamente impedido,
obstruido, restringido o menoscabado el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de
los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional”.
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determinar el contenido de esa vida durante el tiempo que le concede” (Greco, op.
cit, p. 23; énfasis agregado). Piénsese por ejemplo en los abominables hechos
ocurridos hace muy poco tiempo en Villa Luro, Buenos Aires. Allí “un grupo de
vecinos se organizó en pos de la erradicación del travestismo haciendo circular un
panfleto que reza: ‘si sos travesti y este volante llegó a tu sucia mano, tenés dos
opciones: una irte del barrio, y otra, hacernos frente con todo el riesgo que eso
significa para tu salud … No tenemos que juntarnos ni discutir nada, sólo tenemos un
objetivo común, que es eliminar a estos travestis de nuestro barrio; para hacerlo,
todo tipo de agresión hacia ellos es válida, cuanto más violenta, más miedo les va a
causar y más rápido se van a ir’” (ver Informe “Trans latinoamericanas en situación de
pobreza extrema”, elaborado por Mauro Cabral sobre un bosquejo de Johanna
Hoffman, Programa para América Latina y el Caribe, Comisión Internacional de los
Derechos Humanos para Gays y Lesbianas, p. 11).
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grave … desde un punto estrictamente objetivo … (L)a manera en que las víctimas
pueden evitar la agresión en estos casos es sometiéndose a la voluntad de un autor
que quiere imponerles un modo de vida; la contracara es que el autor las mata
porque no se han sometido” (loc. cit). A modo de ejemplo señala, que un “homicidio
se base, por ejemplo, en que la víctima se ha travestido, señala que al sujeto le
molesta algo que la víctima hace … lo que hace el autor con el homicidio por odio es,
además de matar, censurar la acción de la víctima” (no sé si sometimiento es la
palabra pero restricción a la autonomía y dignidad, seguro).
Algunos otros autores señalan que estos delitos deberían ser más
graves porque frecuentemente son cometidos de modo cruel y allí radicaría la
justificación de la agravante. Creo que en eso hay una confusión. Considero, tal como
señalaré al referirme a la prueba, que la especial crueldad puede ser un importante
elemento probatorio respecto del odio o prejuicio hacia la víctima y que el tipo de
crueldad que se haya ejercido puede ser, o bien, prueba inequívoca de odio, o bien
coadyuvante de otros indicios que reflejen odio. De esto no se deriva, lógicamente,
que en todos los delitos de odio se ejerza una especial crueldad (a modo de ejemplo
179
cabe citar el reciente caso chileno -para mí claramente de odio- ejecutado por un tiro
de arma de fuego) y puede haber modos de comisión muy crueles en los que no
pueda determinarse que éstos se motivaron en odio hacia cierta condición. Por lo
tanto, no es la crueldad, lo que agrava la conducta cuando se trata de un delito
motivado en el odio, sino algo distinto (la vulneración a la autonomía creo que tiene
mayor asidero si bien considero que es un tema que se debe seguir trabajando
porque presenta algunas fisuras). Y, en todo caso, si hay una especial crueldad, esta
situación será relevada por la agravante de ensañamiento.
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apreciar cierto grado de amplitud desmedida en el ámbito de aplicación de esta
norma que podría abarcar casos de homicidios confusos en cuanto a sus móviles”
(Aboso Gustavo E, Código Penal de la República Argentina, B y F, Buenos Aires, 2016,
p. 482).
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existir una enlace causal entre la conducta delictiva y el prejuicio (Jacobs y Potter, op.
cit., p. 21).
183
la Comisión reconoce que es difícil determinar cuándo los actos de violencia contra
las personas LGBT son motivados por el prejuicio” (el énfasis me pertenece). Allí se
agrega que “(t)al determinación requiere de una investigación exhaustiva de las
razones que motivaron la violencia llevada a cabo en cumplimiento del deber de
debida diligencia, tal y como se examina en el capítulo sexto de este informe” (énfasis
agregado).
En este cometido y como bien han señalado los acusadores este fue
un proceso en el que desde un primer momento se respetaron los protocolos
indicados en cada uno de los actos procesales para el abordaje de casos en los que la
víctima es una mujer travesti. De este modo también -y tal como lo manifestó la CSJN
in re “Ortega” (Fallos 338:1021)- se dio cumplimiento al esperado objetivo de
asegurar que los procedimientos en los que se ventilan ataques a personas
pertenecientes a grupos históricamente perseguidos “sean conducidos de modo que
no se socave la confianza de los miembros de grupo discriminado en la capacidad y
disposición de las autoridades de protegerlos de la amenaza de violencia
discriminatoria” con cita de la Corte IDH, “Caso González y otras ['Campo
Algodonero'] vs. México”.
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Es claro que si bien en la presente causa los acusadores han sido más
o menos estrictos en el análisis de aquellas pruebas que podrían demostrar el crimen
por odio (aunque algún fundamento parecía acercarse más a una suerte de
“clarividencia” y otros tenían mayor anclaje en las constancias de la causa), todos por
lo menos en algún momento intentaron demostrar con pruebas objetivas la
existencia del prejuicio.
185
lesiones descriptas en cráneo y cara tienen la idoneidad suficiente como para
producir estado de indefensión -fs. 2908- y que las lesiones descriptas en miembros
superiores son compatibles con defensa). Se ha actuado conforme el Protocolo de
género aplicable en estos casos y no se han evidenciado tampoco signos de tortura
que es otra de las características de la violencia por odio.
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pierna tratando de quebrársela y como no puede hace una palanca con las manos y
se la quiebra, se ríen y dicen que sonó como un hueso de pollo. Zamudio fue
trasladado a un hospital pero murió unos días después. También en el informe se ha
hecho referencia al brutal crimen de una niña lesbiana de 17 años en Valdivia que
participaba en una vigilia por Daniel Zamudio y le marcaron una esvástica utilizando
cigarrillos. En el párrafo 111 se describe el cruel crimen de una mujer trans de 20
años, quien fue encontrada en un camino rural de Puebla, México: “(s)u cara había
sido desfigurada con un bate o tubo, algunos de su dientes fueron encontrados a
varios metros de distancia [y] le faltaba uno de sus ojos”. Por otro lado, en el año
2013, la Comisión fue informada del caso de Joel Molero, un hombre de 19 años de
edad que fue brutalmente atacado y decapitado en Perú. Sus genitales y dedos de las
manos y pies fueron mutilados; su cuerpo fue puesto sobre un colchón y luego
incendiado”. En el párrafo 125 se da cuenta de un caso en el que “una mujer bisexual
-que tenía un hijo de 6 años de edad y que había dejado a su novio para vivir con una
mujer- fue brutalmente apuñalada, sus órganos extraídos, y su cuerpo abandonado
cerca de las vías del tren”. Cabe destacar que el caso Zamudio fue de tanta
trascendencia por su crueldad que constituyó la cita obligada en el debate
parlamentario que culminó con la reforma al art. 80 inc. 4to. de 2012 en nuestro país.
187
equivocidad del contexto en el que se produjo la muerte de Diana. Reitero, no
porque tuviera una relación con el imputado debe excluirse el odio a la identidad de
género, pero el contexto en el que se suscitó el delito que así se juzga ya no es tan
unívoco como el de un crimen, por ejemplo, hacia una chica trans en la calle,
desconocida, solo porque llevaba por ejemplo una determinada vestimenta. En el
caso, como veremos, hay una cuestión con relación al dinero que podía tener Diana
Sacayán en su casa -además de una relación preexistente por la que MGD podría
haber sabido de su existencia-, así como el conocimiento de dos personas en un
contexto de adicciones, etc. que cuanto menos, abre un abanico más amplio en
punto a las motivaciones del crimen. Si bien esto no excluye el prejuicio o la
discriminación, tampoco lo afirma indefectiblemente.
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siempre de modo prejuicioso. Parece más sencillo advertir que, entre otras
cuestiones, este elemento no es tan simple de acreditar -como lo indica el propio
Informe y lo señala el señor Defensor Oficial- y que si se lo halla, debe reflejarse
obviamente ese plus punitivo, que coadyuva a la idea de reforzar la aversión hacia los
crímenes homofóbicos, transfóbicos, etc. (aspecto este último al que se refirió con
profundidad la Fiscal Labozzetta). No es lo mismo determinar la autoría por una
imagen de video, el ADN del autor en el lugar del hecho y en el cuerpo de la víctima,
etc. que acreditar el correlato objetivo de una motivación. Desde ya que no es
imposible como vimos en los numerosos casos en los que dimos cuenta más arriba y
si en esos países los jueces no los subsumieron en una agravante de odio -de tenerla
prevista-, entonces es que no han actuado con la debida diligencia (ello, claro está,
siempre que los supuestos de hecho se hubiesen suscitado tal como están
descriptos). ¿Quién dudaría de la aplicación del inc. 4 del art. 80 respecto del ataque
sufrido por Alex Peña, un hombre trans y agente de la policía del Cuerpo de Agentes
Metropolitanos (CAM) en San Salvador, quien, según se informa, habría sido
fuertemente golpeado por cuatro agentes de la Policía Nacional Civil, luego de que
éste participara en una marcha del orgullo LGBT en San Salvador y al que mientras
estaba siendo golpeado, según se reporta, se le gritaba que se le estaba tratando
‘como se trata a un hombre’, haciendo clara referencia a su identidad de género
(párrafo 104 del Informe)?.
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casos de homicidio en los que la naturaleza y el nivel de violencia parecen ir más allá
de la mera intención de matar y estar dirigidos a castigar o “borrar” la identidad de la
víctima); (3) insultos o comentarios realizados por el imputado que hacen referencia
a la orientación sexual o identidad de género de la víctima; (4) el estatus de la víctima
como activista de temas LGBT o la participación de la víctima en un evento especial
para celebrar la diversidad de personas LGBT; (5) la presencia de un prejuicio
conocido contra personas LGBT en el perpetrador o si el perpetrador forma parte de
un grupo que tiene prejuicios contra las personas LGBT; (6) la naturaleza o significado
del lugar donde se desarrolló la violencia, o desde donde las víctimas fueron atraídas
(por ejemplo, un lugar conocido por ser frecuentado por personas LGBT, o un área
frecuentada por personas trans que ejercen el trabajo sexual; (7) la víctima había
estado con un grupo de personas LGBT cuando la violencia ocurrió.
191
En primer lugar no se cuenta en el caso con ningún dicho de la
víctima que de forma previa haya dado cuenta de una expresión transfóbica por
parte del imputado. Tampoco se cuenta en el momento del hecho con ninguna
prueba acerca de que MGD se hubiera expresado con insultos o agresiones acerca de
la condición de mujer travesti de Diana Sacayán, más allá de que no hay testigos del
suceso -con la salvedad del coautor del hecho que aun no pudo ser hallado-. No se ha
encontrado en el lugar del hecho ninguna leyenda o seña de esa expresión de odio.
Distinto lo que sucede por ejemplo en el ya mencionado caso “Paszkowski” donde se
profirieron insultos antisemitas por personas, además, pertenecientes a un grupo
racista (skinheads). También en el ya nombrado caso de la provincia de San Juan,
único en donde se consideró configurada la agravante de odio a la orientación sexual
(in re “Gil, Claudio Javier p/ homicidio doblemente agravado ….”, del 27 de mayo de
2016): allí entre otras cosas se consideraron expresiones previas del imputado,
también su última pareja -heterosexual- manifestó que el imputado decía que
“odiaba a los putos y también que … con una operación en el omóplato podían ser
normal(es)”, habiendo hecho también declaraciones discriminatorias en un programa
de radio. En ese caso, por lo demás, fueron varios los indicadores considerados
pormenorizadamente que en combinación se tomaron en cuenta y que a mi modo de
ver justifican plenamente que se haya afirmado la agravante: haber cometido ya dos
homicidios, siendo en ambos casos la víctima un varón homosexual -en la Rioja, a uno
de ellos, lo mató y lo quemó- (aquí tenemos otro indicador de los que habla el
Informe: el acusado había estado involucrado previamente en un crimen similar).
También se consideró en ese caso que el imputado reprimía su homosexualidad, no
habiéndola admitido ni mostrándose en público con sus parejas homosexuales -véase
la diferencia con MGD que incluso tenía muestras públicas de afecto para con Diana
tal como relatan varios de los testigos- : el vigilador del edificio vio cómo MGD y
Diana se besaban en la boca; la amiga de Diana Sonia Pamela Díaz contó que
compartieron una reunión en la casa de Diana y se acariciaban. Tampoco MGD
ocultaba o negaba la relación con Diana a su familia. Es la propia madre de MGD la
que conoció a Diana en el CENARESO (dicho esto incluso por la testigo Mónica
Naomit Flores); y ella y Delnero son contestes en cuanto a que la madre de MGD
llamaba al teléfono fijo de Diana para hablar con su hijo.
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Sobre lo que podía pensar MGD acerca de las travestis, el Dr. Yapur
afirma que hay evidencia indirecta, por cuanto de las escuchas telefónicas que se
realizaran en torno a conversaciones de la madre del imputado con el señor Delnero,
puede colegirse que en el entorno de MGD las mujeres trans eran consideradas
“gentuza” (aunque debe aclararse que este mote -si bien inaceptablemente
despreciativo- pareciera que lo estuvieran utilizando en relación con la gente que el
imputado conocía en el CENARESO -ver por ejemplo escucha del 24 de octubre- y no
específicamente respecto de las travestis). Coincido con el señor Defensor acerca de
que la opinión de la madre del imputado y de quien era una suerte de amigo o
amante y protector de MGD no puede tomarse en modo alguno como el
pensamiento del imputado. Pero más aún: de las “escuchas” puede concluirse que
Delnero y MGD no participaban de la misma opinión. Precisamente eran de posturas
contrarias, por lo que en todo caso lo único que podríamos derivar de estas escuchas
es que el imputado no albergaba prejuicio alguno. En efecto, a fs. 832 puede
observarse que en la escucha realizada el 24 de octubre de 2015 -esto es 13 días
después del asesinato de Diana- Mario Delnero le manifiesta a la madre de MGD que
el día anterior tuvo que verlo “en Once, en donde se juntan todos los travestis” [SIC] y
se queja por haber sido citado en esos lugares, achacándole a MGD pensar “que todo
el mundo es igual”, agregando que esto “no es así [que] está muy confundido MGD”
(énfasis agregado). Pensar que todo el mundo es igual es precisamente lo contrario a
discriminar.
193
en su Informe: entre otros, el incidente no coincidió con un día significativo para la
comunidad LGBT, el acusado no había estado involucrado previamente en un crimen
similar motivado por prejuicio y no existe indicación de que un grupo de odio
estuviera involucrado o que existiera una animosidad histórica basada en el prejuicio
entre la víctima y el acusado, la víctima no estaba participando en ese momento en
un evento especial para celebrar la diversidad de personas LGBTI; tampoco puede
concluirse nada de ello respecto del lugar donde se desarrolló la violencia, etc.
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hace referencia la experta respecto de otros casos. Lo mismo ocurrió con la herida
tipo scalp ubicada en la frente de la víctima, a la que el propio perito también le
asignó una connotación casual y hasta habitual en los casos de “arma blanca”, y no
en relación a la pérdida de la identidad de la víctima. Además téngase en cuenta que
los ataques con objetos contundentes en el caso de las muxes fueron sólo en la
cabeza (muchas veces se trataba de extraños que interceptan a las muxes en la vía
pública).
195
cierto que encontró la muerte, y no niego la relación, entre esa muerte y un contexto
hostil pero ello no alcanza para inferir una responsabilidad personal del imputado
más allá de lo que merece su aberrante acto. Traje esos casos y los anteriores a
colación porque no sólo son demostrativos del sufrimiento que las mujeres travestis
activistas atraviesan en la región sino también por cuanto revelan contextos
inequívocos de crímenes por odio, discriminación o prejuicio. En el presente caso no
parece hallarse, por ejemplo, una relación entre el episodio que Diana vivió en los
días previos a su muerte y la acción de MGD (sí puede hablarse de un contexto
general más propicio para entablar este tipo de relaciones a lo que luego haré
referencia).
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Para ello debo referirme otra vez a los supuestos de referentes a los
que aludió la experta Gómez Regalado: los casos Torres y Zelaya, entre otros.
También aquí noto muchas diferencias con el presente caso. En ninguno de esos
supuestos de liderazgo existía una relación afectiva previa con el perpetrador. Torres,
por ejemplo, sufría el acoso previo en la universidad, en la vía pública por parte de
sus compañeros, mostrándose ajenos a su entorno. En el caso de Zelaya también
pareció haber una organización para matarla. Aquí el contexto fue totalmente
diferente. Agnes Torres, por ejemplo, fue tirada por un barranco y presentaba signos
de tortura como quemaduras de cigarrillos, lo que coadyuvó a la idea de que una
activista tan conocida hubiese sufrido un crimen de odio.
197
accedía a sus caprichos. Asimismo sostiene que la de Diana era una personalidad de
la cual se podía sacar ventaja. Mas justamente por ello, resulta una conclusión lógica
que la motivación bien pudo ser económica o que se trató de una reacción agresiva
frente a la frustración de no obtener de Diana Sacayán ese rédito económico. Ello, y
no el prejuicio, conserva una mayor conexión de sentido con la propia descripción
que hace el Dr. Yapur.
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refirió que en la reunión que tuvieron unos días antes con MGD y otras personas en
el departamento de Diana se conversó sobre la militancia y Luna señaló que MGD dijo
hacerlo en el Frente para la Victoria). Desde ya que no puede afirmarse el móvil
delictivo sin más, pero tampoco descartarse como hipótesis posible. Se trataba nada
menos que de $ 20.000 en el año 2015 para una persona que como veremos a
continuación era adicta a las drogas y que demandaba que otros satisficieran sus
necesidades. Además, debe tenerse en cuenta que Mónica Flores, quien vivía con
Diana, manifestó que unos días antes había observado al imputado como si
“estuviera buscando algo” y que ellas solían guardar el dinero en un armario de la
cocina (ese dinero desapareció y nadie del círculo de Diana Sacayán dijo tenerlo).
Como se dijo, las drogas eran también un tema por demás presente
en la vida de MGD. Delnero da cuenta de la adicción fuerte que tenía, de las
internaciones en el CENARESO que nadie negó, ni que allí conociera a Diana.
Compañeras de Diana señalaron que el consumo de drogas era una actividad que
compartían. También encontraron drogas en el lugar del hecho, incluso en el cuerpo
de Diana pudo certificarse conforme lo afirmado por el Dr. Cohen que hubo un
consumo dentro de las dos o tres horas previas al fallecimiento que se había
metabolizado, a lo que debe agregarse el consumo de alcohol etílico que en ella se
encontraba presente con una concentración en sangre de 2,60 gr/l (ver prueba
pericial de fs. 2046/2056). Téngase también en cuenta que MGD estaba en ese
departamento desde las 22.35 y el hecho habría ocurrido poco antes de las 3 de la
mañana: tiempo suficiente para lograr un estado de alteración en el imputado
teniendo en cuenta el tipo de droga que consumía en esta actividad compartida y
que también se había bebido alcohol. El homicidio no fue perpetrado al comienzo de
la reunión ni respondió a algo planificado, de hecho se utilizó un cuchillo de cocina
que pertenecía a la víctima, lo que también guarda relación con el contexto que
estamos describiendo.
199
El dinero, el contexto de intoxicación, la negativa de entregar ese
dinero o la necesidad de no ser denunciado por quién lo conocía, la ira que le
producía no tener lo que quería o a la abstinencia, o todas ellas combinadas, podrían
explicar también el suceso. Como dijimos, la prueba de un motivo es algo
extremadamente complicado y no puede afirmarse porque sí. No niego en absoluto
que el odio de género pudo haber sido el motivo del homicidio pero tampoco puedo
afirmarlo conforme lo que surgió en el debate. No tengo dudas acerca de que MGD
mató a Diana Sacayán, pero lo que pasó en ese departamento, las distintas hipótesis
que explicarían el motivo de su violenta muerte sí que no puedo darlo por acreditado.
En efecto, pudo ser la facilitación de un robo o el procurar su impunidad luego de
concretarlo, pudo ser la alteración por un estado de intoxicación, pudo ser el odio de
género o todas esas hipótesis juntas, pero ninguna de ellas derriba a la hipótesis rival.
Pero más allá de eso, debo decir que no comparto tampoco que la
del señor Fiscal sea una interpretación posible. Veamos en primer lugar cuál es su
punto de partida. El Dr. Yapur considera que la relación entre estos delitos y la
Convención sobre Genocidio es la que le indica que lo que debe analizarse no es si el
imputado es “odioso”. Ahora bien. Creo que la alusión a dicha Convención no es
acertada por dos motivos: por un lado porque tal como intenté demostrar en el
punto anterior, no se trata aquí de analizar si MGD es “odioso” o tiene un carácter
“perverso” sino de examinar si su conducta refleja odio entendido como prejuicio en
referencia a la autonomía personal de la víctima concreta o bien del colectivo al que
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ella pertenecería (para ello remito a todo lo dicho en el punto anterior siguiendo a
Lawrence, entre otros). Cuando el señor Fiscal alude al conocido concepto de Hannah
Arendt sobre “la banalidad del mal” para indicar que quizá el perpetrador no
necesariamente esté “sintiendo” odio en ese momento no tiene en cuenta que lo
importante es -tal como también desarrollamos en el punto anterior- que en el hecho
concreto “haya puesto de manifiesto esos rasgos” (Roxin Claus, Derecho Penal Parte
General, Fundamentos. La estructura de la Teoría del Delito, t. I, Civitas, Madrid,
1997, p. 185), rasgos que reflejan la motivación por prejuicio. Como dijimos también
anteriormente: lo que importa es que cada engranaje -teniendo en cuenta el
parangón con el sistema del nacionalsocialismo- conozca las circunstancias en las que
actúa; esto es que está seleccionando a una persona a la que se le causará un mal
sólo por su condición religiosa, racial u orientación sexual: esta selectividad basada
sólo en esa causa es el odio requerido por la figura y si conoce estas circunstancias
objetivas el elemento requerido por la agravante entonces está presente. Seguir una
consigna partidaria como lo es la búsqueda de la purificación de la raza aria implica
odio -entendido como prejuicio- porque se trata de una selección perjudicial con
base en una discriminación. Y si bien, como dijimos, es de prueba más difícil que
otros elementos del tipo penal, es claramente posible de acreditarlo en muchos
casos. Lo que se tiene es odio racial o religioso o a la orientación sexual, no un odio a
la persona víctima en concreto (otra cuestión que excede esta sentencia es la
obediencia debida, pero también como decía la misma Hannah Arendt: nadie tiene
derecho a obedecer). Alcanzará con que el funcionario nazi sepa que se trató de una
selección basada en discriminación de determinados grupos y no importará si la
considera correcta, incorrecta o si reflexionó mucho sobre ella, etc. (tal como
desarrollamos con respecto a los delitos contra el honor en la Alemania actual). En
palabras de Lawrence, se trata aquí también de “haber seleccionado
deliberadamente a la víctima sobre la base de su membresía percibida en el grupo
objetivo”.
201
Más allá de mi desacuerdo ya explicitado en los párrafos anteriores,
debo señalar que la alusión a la Convención sobre Genocidio en la exposición de
motivos mencionada no obedece a la idea de pensar el delito como engranaje propio
de un sistema burocrático. ¿Qué se quiso decir cuando en dicho instrumento se
señaló que la incorporación se realizaba conforme a la Convención sobre Genocidio?
En rigor de verdad no fue mediante la ley 17.567 del año 1967, sino
que la agravante por odio racial o religioso -con acierto en no ubicar en el mismo
inciso al placer o la codicia que claramente son sólo alusiones al carácter- se
introdujo ya por gobierno de facto en 1963 por el decreto 4778/64 (y derogado por
ley 16.648 volviendo al Código de 1921 en el que sólo se penaba el homicidio
cometido por impulso de perversidad brutal). Este decreto 4778/64 preveía en otro
inciso la perversidad brutal, la codicia, el placer, etc., mientras que en el inc. 6to., a
las agravantes en caso de “odio racial o religioso” y al hecho ejecutado por “dos o
más personas" sin alusión alguna a la Convención sobre Genocidio en el informe de la
Comisión Asesora en Materia Penal (ADLA 1963 B, p. 852). Sin embargo, obvio es que
ya esa primigenia norma debió tomar esta Convención como sustento, toda vez que
quien primero introduce estas dos “motivaciones” es Soler en el Anteproyecto de
1960, seguramente ante la adhesión a la Convención sobre Genocidio en el año 1956.
Allí es donde se habló por primera vez de estos elementos y no hay duda entonces de
que ese haya sido el origen de la norma, origen que se hizo explícito al sancionarse la
ley 17.567. Allí otra vez por un acto de gobierno de facto se estableció el texto que
incluía en su inc. 4 el placer, la codicia, el odio racial y el religioso (así estaba en el
proyecto de 1960 con el agregado de excitar o satisfacer deseos sexuales). En 1973
volvió a utilizarse sólo la perversidad brutal (ley 20.509) y la dictadura de 1976/83
restableció los cuatro elementos antes mencionados por ley de facto 21.338,
redacción que mantuvo el gobierno constitucional mediante la ley 23.077. En función
del art. 92 la agravante se extiende también al delito de lesiones. Con la reforma
introducida por la ley 26.791, la agravante se extendió a los distintos “odios” a la
orientación sexual, identidad de género, etc. (esto último en función de la ley de
identidad de género -26.743- entendida como la “vivencia interna e individual de
género tal como cada persona lo sienta, la cual puede corresponder o no con el sexo
asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo”).
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Esto quiere decir que Soler -más allá de su acierto o error- veía más
adecuado castigar un homicidio por motivos discriminatorios que introducir la figura
del genocidio porque en un punto lo consideraba -esto resulta muy discutible- como
la suma de muchos homicidios. Precisamente no partía de la base de considerar cada
acción individual inserta en una estructura genocida. Es decir, prefirió valorar cada
homicidio como tal por los problemas en punto al principio de legalidad que le
ofrecía el “exterminio”. Como conclusión puede decirse que contrariamente a lo que
señala el señor Fiscal no se interpretó la acción de cada homicida como parte de una
estructura sin motivación individual sino que se tomaba al genocidio simplemente
como la suma de varias acciones con esa motivación individual. Se pensó en el
Genocidio como la expresión máxima de un delito guiado por esa discriminación.
203
severo porque “(n)o requiere la eliminación de un grupo, o una muerte colectiva, sino
que basta con la muerte de una sola persona con ese fin”.
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Traigo el caso a estudio porque lo interesante es que Salgueiro no era
judío. Sin embargo, y como bien dijo el Tribunal “(l)o que la ley reprime es la
manifestación de intolerancia y odio racial, cualquiera sea la raza, nacionalidad o
religión de la persona sobre al cual recaiga el accionar ilícito” (énfasis agregado). Es
eso lo que realmente se protege. Por eso es irrelevante “el error del agente acerca de
la raza [sic] de la víctima, pues ya se habrá afectado uno de los dogmas del sistema
democrático”. Del mismo modo el Procurador General señaló -vale aclarar que la
Corte rechazó el recurso por falta de sentencia definitiva- que “no es la condición de
judío de la víctima lo que determina la agravación de la pena introducida por la ley
23.952 sino la circunstancia de que la agresión haya sido cometida por ‘persecución u
odio a una raza, religión o nacionalidad” (énfasis agregado). También es por ello que
el art. 80 inc. 4° no se refiere al odio a “su” identidad de género [en referencia al
otro] sino al odio a “la identidad de género”. Del mismo modo no es la condición de
mujer trans lo que agrava la pena.. Por ello si una mujer “cis” (dícese de las personas
cuya identidad de género coincide con el asignado al nacer) fuera confundida con una
mujer “trans” y se le profirieran frases insultantes en relación con su supuesta
identidad de género y, por ejemplo se la lesionara, el tipo penal de “odio” igualmente
estaría configurado.
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supuestamente seducen a sus víctimas en bares incluyen el conocido caso de
Matthew Shepard en Estados Unidos, y otro caso similar registrado en Chile,
agregándose que “en los últimos años, los sitios de internet de citas y las aplicaciones
de teléfono para citas que dan la ubicación de las personas también se han reportado
como herramientas utilizadas por los perpetradores para encontrar a sus víctimas en
Estados Unidos. De manera similar, en noviembre de 2014 en Colombia, se informa
que operaba una banda criminal que atraía a hombres gay a través de redes sociales
con el fin de robarlos, atacarlos o matarlos”. Las circunstancias que rodearon el
hecho que aquí se trata en nada se relacionan con estos supuestos.
Finalmente, creo que la entidad del caso amerita realizar una serie de
consideraciones. En primer lugar, las cosas deben ponerse en su quicio por cuanto el
hecho de que el “odio” no se encuentre acreditado, no es sinónimo de impunidad
como afirma una de las querellas (de hecho, en el caso -merced a la existencia de
otra agravante sobre la que luego me expediré- la pena que corresponde aplicar es la
de prisión perpetua). Parece que ciertas alocuciones pictóricas hicieran perder de
vista o no permitieran dimensionar la gravedad que tiene la aplicación de una pena
perpetua: la expresión, si se quiere, más antagónica a la impunidad. Sí, entiendo que
de este modo -en realidad si el presente voto hubiese hecho mayoría- se engrosa una
estadística que claramente no refleja la realidad, por cuanto, seguramente muchos
de los juicios en los que no se consideró el plus de “odio” fueron cometidos por
prejuicio (teniendo en cuenta la discriminación que diariamente sufren las mujeres
travestis que tal como señaló la experta Gómez Regalado se encuentran sujetas a la
violencia cotidiana). Como bien se asienta en el informe de la UFEM: “la casi ausencia
de sentencias referidas a femicidios no íntimos y crímenes de odio por género y
orientación sexual, podría indicar una sub-representación de este tipo de casos en la
jurisprudencia” (Homicidios agravados por razones de género: femicidios y crímenes
de odio. Análisis de la aplicación de la ley 26.791. Unidad Fiscal Especializada en
Violencia contra las Mujeres, Ministerio Público Fiscal, 2016). Pero como dijimos
antes, esa estadística muchas veces no responde a la realidad por una cuestión lógica
de dificultad probatoria. Si existen otras hipótesis plausibles distintas a las del odio y a
la vez no se tienen indicios concluyentes de la configuración del elemento odio, no
puede aplicarse la agravante.
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CCC 62182/2015/TO1
Tal como se dijo en el conocido fallo ALITT “no es posible ignorar los
prejuicios existentes respecto de las minorías sexuales, que reconocen antecedes
históricos universales con terribles consecuencias genocidas, basadas en ideologías
racistas y falsas afirmaciones a las que no fue ajeno nuestro país, como tampoco
actuales persecuciones de similar carácter en buena parte del mundo, y que han
dado lugar a un creciente movimiento mundial de reclamo de derechos que hacen a
la dignidad de la persona y al respeto elemental a la autonomía de la conciencia”. Allí
se agregó que la “minoría a [la] que se refiere la asociación apelante no sólo sufren
discriminación social sino que también han sido victimizadas de modo gravísimo, a
través de malos tratos, apremios, violaciones y agresiones, e inclusive con homicidios.
Como resultado de los prejuicios y la discriminación que les priva de fuentes de
trabajo, tales personas se encuentran prácticamente condenadas a condiciones de
marginación, que se agravan en los numerosos casos de pertenencia a los sectores
más desfavorecidos de la población, con consecuencias nefastas para su calidad de
vida y su salud, registrando altas tasas de mortalidad” (Fallos CSJN 329:5266 in re
“Recurso de hecho deducido por la actora en la causa Asociación Lucha por la
Identidad Travesti – Transexual c/ Inspección General de Justicia”, rta. el
21/11/2006).
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sanitario y del mercado laboral, la iniciación temprana en el trabajo sexual, la
criminalización, la estigmatización social, la patologización …".
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profundidad a esto al tratar el inc. 11). Esto también en pos, de la seriedad de los
derechos en juego. No se puede banalizar la cuestión trans, ni reducir las existencias
de las mujeres travestis a su identidad de género.
Esto supone, otra vez en palabras del Prof. Silva Sánchez, “una
expansión ab absurdum de la otrora ultima ratio [del derecho penal]. Pero… además
esta expansión es inútil… porque se somete al derecho penal a cargas que éste no
puede soportar… [o por lo menos no si se pretende mantener] un modelo más o
menos análogo al clásico de garantías y reglas de imputación”.
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párrafo 331 del Informe “(l)a CIDH reitera que el trabajo de defensores y defensoras
de derechos humanos es fundamental para la implementación universal de los
derechos humanos, y para la existencia plena de la democracia y el Estado de
Derecho”. Sin embargo, en los últimos tiempos, se ha advertido con acierto y
preocupación que la fascinación y entusiasmo punitivos se ve presente en “diversas
organizaciones sociales” que “encabezan la tendencia hacia una progresiva
ampliación del derecho penal en orden a la creciente protección de sus respectivos
intereses” (Silva Sánchez, La expansión … cit., p. 66 s.); se trata de grupos
emancipatorios que, paradójicamente, siempre fueron críticos de la coacción estatal
mediante la pena.
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Desde ya que eso no significa que ese modo coloquial deba ser
expresado en la sentencia. De hecho, lo que corresponde en la parte resolutiva es
que el tipo penal se nombre tal como se encuentra legislado. Ello incluso respecto, ya
no de neologismos, sino de términos universalmente aceptados. A modo de ejemplo,
puede decirse que cuando el marido da muerte a su esposa, a éste se lo condena por
haber matado a su cónyuge y no por uxoricidio, lo mismo puede decirse respecto del
femicidio.
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de una mujer); la que vincula el concepto con la relación que tienen víctima y
victimario y, por último, la que pone el acento en el motivo que tiene el homicida
(Hammerschlag, Diego, Sobre el tipo penal de femicidio, Revista Argentina de Teoría
Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad Torcuato Di Tella, vol. 12, agosto
2011, en www.utdt.edu/download.php?fname=130926728873751800.pdf; énfasis
agregado).
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Ahora bien, si tal como han sostenido mis colegas y las querellas,
entre el inc. 4to. y el 11 existe un concurso ideal, ya no se tratará de un tipo más
específico que absorbe a otro, sino que la violencia de género es un elemento que se
suma al odio de género y que, como tal, también debe ser probado. Sin embargo, los
acusadores nombraron las mismas pruebas para acreditar dos elementos distintos: el
odio de género y la violencia de género (a esta última prácticamente no la
mencionaron) En realidad se trató de una sola prueba que acreditaba los dos
elementos: la intensidad y tipo de violencia. ¿Eso es entonces también lo que
acredita la violencia de género? Aquí se presenta un problema adicional.
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80 inc. 11 (sobre esta cuestión remito a las consideraciones elaboradas en el artículo
de mi autoría: “Estudio crítico del tipo penal de femicidio en el Código Penal
argentino”, En: Revista de Derecho Penal y Procesal Penal, Buenos Aires, Abeledo
Perrot, Volumen: 2014-10).
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el hecho se subsumiría en los incisos 1 y 11). Desde ya que en muchos de los
supuestos de violencia respecto de una persona con la que se estuvo o está en
pareja, el origen de esa violencia se encuentra en vinculación con relaciones
asimétricas provenientes de la estructura familiar que pone el acento en la
discriminación estructural de las mujeres propia de la sociedad patriarcal (conf.
Laurenzo, La violencia …, p. 267). En efecto, en muchos casos estos conceptos
diferentes están “íntimamente ligad(o)s entre sí y se entrecruzan con frecuencia
porque la relación de pareja es un ámbito particularmente propenso para el
desarrollo de los roles de género culturalmente aprendidos” (Laurenzo, op. cit., loc.
cit).
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Es cierto que este tipo penal podría ser aun más preciso. Es claro que
siempre existe la posibilidad de legislar la norma en un modo más casuístico, pero lo
que se requiere para que la norma no sea considerada inconstitucional es que a ésta
se le haya otorgado precisión; precisión no significa enumeración casuística taxativa.
Tal como ha dicho el Tribunal Constitucional alemán (BVerfG) “la exigencia de
precisión en la ley no debe ser exagerada; de otra forma, las leyes serían demasiado
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rígidas o casuísticas y no podrían adecuarse a la multiformidad de la vida, al cambio
en las situaciones o a las particularidades del caso concreto” (BVerfG 48,48 (1978),
citado por Hendler/Gullco en Casos de derecho penal comparado, Editores del
Puerto, Buenos Aires, 2003, pág. 9 s.). Por lo demás, no existe técnica legislativa
alguna que logre precisión absoluta en la redacción de tipos penales (ver en este
sentido, Jakobs, Derecho Penal -Parte General-, Marcial Pons, Madrid, 1991, p. 95).
Del mismo modo, Frister ha afirmado que las descripciones de los delitos de la parte
especial “son abstractas y tienen que serlo porque sin abstracción no es posible hallar
reglas generales aplicables a un número indeterminado de casos” (H. Frister, Derecho
Penal -Parte General-, Hammurabi, Buenos Aires, 2011, pág. 147).
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base en las palabras de la ley pues, a poco que se observen las definiciones que el
Diccionario de la Real Academia Española proporciona al término ‘pareja’, resulta
evidente que la sola letra de la regla normativa no será suficiente a los fines de
resolver la cuestión, dada la amplitud que el vocablo posee. Así, por ejemplo, pareja
está definido como ‘Igual o semejante’, ‘Conjunto de dos personas, animales o cosas
que tienen entre sí alguna correlación o semejanza, y especialmente el formado por
hombre y mujer’, ‘Cada una de las personas, animales o cosas que forman una pareja,
considerada en relación con la otra’, ‘Persona que acompaña a otra en una actividad’,
‘Compañero o compañera del sexo opuesto o, en las parejas homosexuales, del
mismo sexo”.
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destacado es distinto al del original]” (voto del juez Magariños en el fallo
mencionado).
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En prieta síntesis puede decirse que, según dicha interpretación, se establece que por
pareja se debe entender la unión estable y permanente de dos personas que
conviven (convivencia durante un período no inferior a dos años en relación con la
normativa civil). Además, y para salvar la contradicción que se plantea con respecto a
la última parte de la norma en la que se aclara que en la relación de pareja puede o
no mediar convivencia, se interpreta que esa última parte hace referencia al
momento del hecho sin perjuicio de que en algún momento anterior
inexorablemente debió existir la convivencia (y además una convivencia “calificada”).
Así puede observarse que el diputado Federico Pinedo -no sin cierta
comprensible inquietud- planteó que le parecía demasiado abierto el tipo que se
proponía en el artículo 1º en cuanto aludía a una “relación de pareja” y propuso que
se reemplazara por “una relación estable de pareja con convivencia, mediare o no
convivencia al momento del hecho”. Dicha propuesta fue enérgicamente rechazada;
específicamente el diputado Oscar Albrieu señaló: “habida cuenta de que este
proyecto fue el resultado de un amplio consenso, no vamos a aceptar ninguna
modificación”, lo que generó aplausos en el recinto e inmediatamente la votación del
proyecto (ver debate citado). Es por ello, que tampoco comparto lo dicho por el
señor Defensor Oficial, quien agregó otro elemento no previsto como es el de la
“exclusividad”.
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muy clara de restringir la agravante a esos supuestos -incluso puede pensarse que se
trataría de una mejor fórmula-, pero que no es hoy voluntad del legislador).
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molestaba a las amigas de Diana que sentían que ello le quitaba tiempo para su
trabajo como activista. Incluso Sonia Pamela Díaz habló de la reunión el día 2 de
octubre, día en el que Diana debió recibir un premio en la ex Esma, a donde iba a ser
acompañada por MGD -según refiere la testigo Luna-, permaneciendo aquéllos en el
departamento sin concurrir a recibir la distinción.
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Así lo voto.
RESUELVE:
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