Metodologia de La Evidencia Cientifica
Metodologia de La Evidencia Cientifica
Metodologia de La Evidencia Cientifica
Antecedentes
Más tarde, en los años 90, otro grupo canadiense liderado por Guyatt, acuñó el término
Medicina Basada en la Evidencia, al publicar un artículo con este mismo título en JAMA,
promoviendo la utilización de investigaciones con base matemático-estadística como
evidencia. Este Grupo de Trabajo recibió el apoyo de universidades como la de Oxford y de
acreditadas publicaciones como la British Medical Journal. Dando lugar a la creación de un
grupo editorial que incorporaron a algunos de los miembros del Grupo de Trabajo de
Medicina Basada en la Evidencia como David Sackett, el cual, difundió los primeros libros
sobre este tema en 1997.
El termino fue definido por Sackett, en 1996 como la utilización consciente, explícita y
juiciosa de la mejor evidencia científica clínica disponible para la toma de decisiones sobre
el cuidado individual de cada paciente; más tarde cambia su propia definición, a otra donde
enfatizaba la necesidad de integrar la mejor evidencia científica procedente de la
investigación sistemática, junto a la habilidad y buen juicio clínico obtenido en la
experiencia clínica, siendo sensible a las preferencias y a los valores del paciente.
Inicia su desarrollo desde los años setenta, cuya finalidad es promover la utilización de los
resultados de la investigación en la práctica clínica.
Se desarrolló inicialmente en los países de habla inglesa; Canadá, Estados Unidos y Reino
Unido son los países que han alcanzado un mayor desarrollo en la investigación enfermera.
En 1997 se celebran en el Reino Unido las primeras conferencias nacionales e
internacionales sobre EBE. En 1998 se inicia la publicación de las revistas Evidence Based
Nursing y Outcome Management for Nursing Practice, y se crean los centros de Evidence
Based Nursing.
La EBE considera el método científico como la mejor herramienta de que disponemos para
conocer la realidad y expresarla de forma inteligible y sintética y reconoce la investigación
científica como la actividad capaz de generar conocimiento válido y relevante para la
moderna práctica profesional.
En los últimos años se han presentado diversas definiciones de la EBE, tales como:
“Proceso por el cual las enfermeras toman decisiones clínicas, usando las mejores pruebas
disponibles sustentadas en la investigación, su experiencia clínica y las preferencias del
paciente, en el contexto de los recursos disponibles.”
En el año 2002 se celebró en Granada la I Reunión sobre EBE donde se adopta la siguiente
definición:
“la enfermería basada en la evidencia es el uso consciente y explícito, desde el mundo del
pensamiento de las enfermeras, de las ventajas que ofrece el modelo positivista de síntesis
de la literatura científica de la medicina basada en la evidencia, integrado en una
perspectiva crítica, reflexiva y fenomenológica tal que haga visible perspectivas de la salud
invisibilizadas por el pensamiento hegemónico. Con esta definición, se logra la conjunción
de dos paradigmas, positivista y cualitativo.
Son diversas las definiciones, sin embargo, todas llevan inmersos los mismos componentes:
evidencia científica, expertez clínica, perspectiva de los pacientes y recursos disponibles en
los diversos contextos de salud y dejan en claro que la investigación en enfermería valora
tanto la investigación cuantitativa como cualitativa. Términos que también se han
incorporado en la práctica diaria de la enfermería en América Latina.
3.2 DE LA EVIDENCIA BASADA EN LA EXPERIENCIA A LA EVIDENCIA
BASADA EN LA IMVESTIGACION
DE LA EVIDENCIA BASADA EN LA EXPERIENCIA A LA EVIDENCIA
BASADA EN LA INVESTIGACION
Los orígenes de la Práctica Basada en la Evidencia hay que situarlos en los años ochenta.
Fue la universidad canadiense de McMaster quien acuñó la expresión de MBE para
referirse a una estrategia de aprendizaje clínico cuyos impulsores la definen como “el uso
consciente, explícito y juicioso de la mejor evidencia disponible para la toma de decisiones
sobre el cuidados de los pacientes” (Sacket, 1996).
Para alcanzar todo esto, una de las mejores estrategias, tal vez la mejor; es la EBE
(Enfermería basada en la evidencia) que es definida como "proceso por el cual las
enfermeras toman decisiones clínicas usando las mejores pruebas disponibles sustentadas
en la investigación, su experiencia clínica y las preferencias del paciente, en el contexto de
los recursos disponibles" También se define como "la aplicación consciente, explícita y
juiciosa de la mejor evidencia científica disponible relativa al conocimiento enfermero para
tomar decisiones sobre el cuidado de los pacientes, teniendo en cuenta sus preferencias y
valores, e incorporando la pericia profesional en esta toma de decisiones". La EBE es un
proceso en el que los problemas reales y potenciales que afectan la salud de los usuarios se
presentan como preguntas, cuya respuesta se busca y evalúa sistemáticamente a partir de
los resultados de la investigación más reciente, y que sirve de base para la toma de
decisiones. Separar la investigación de la realidad clínica, es asumir el riesgo de dar una
atención inadecuada, del mismo modo, si no se revisan las evidencias, los nuevos
descubrimientos no son incorporados en los procesos y se ejecutan actividades de
enfermería que pueden generar un perjuicio hacia el cliente.
Enfermería basada en la evidencia
La primera etapa se constituye por la formulación del problema o pregunta que se desea
resolver, esta pregunta o problema de investigación surge de la práctica clínica diaria, de la
gestión, de la docencia, que intentan responder a la incertidumbre o problemas
cuestionados.
La tercera etapa consiste en evaluar la validez y utilidad de los hallazgos, se realiza una
evaluación crítica de la evidencia encontrada y se clasifican las fuentes de información en
los diferentes niveles y sus subclasificaciones. Cabe mencionar que la Agency for
Healthcare Research and Quality tiene el valor de incluir los estudios de tipo cualitativo en
esta etapa.
La EBE viene de la concepción de que el cuidado que brindamos está determinado por una
investigación sólida y no por tradición o preferencia clínica, no cambia en base a un solo
estudio, es la acumulación de los resultados de varios estudios, generalmente usando
diversos diseños los que brindan evidencia suficiente para crear un cambio. Amescua en
González, plantea que "la EBE nos propone un cambio de modelo de una Enfermería
basada en la obediencia (inscrita en el modelo biomédico) a una Enfermería basada en la
(con)ciencia (modelo de cuidados)". El investigador es quien genera el conocimiento, pero
es la comunidad profesional la que tiene que hacerlo práctico utilizando los resultados de la
investigación.
Modelos de práctica en donde las enfermeras son anuladas, tienen efectos perniciosos en
términos de morbimortalidad frente a modelos que fomentan la competencia, la toma de
decisiones independiente y el trabajo en equipo.
Sin embargo, a pesar de estudios realizados en diversos países sobre los beneficios de la
EBE, surgen barreras que impiden implementar la EBE en la enfermería clínica, entre los
cuales se mencionan insuficiente tiempo de las enfermeras para leer las investigaciones;
organizaciones que no entregan las estructuras necesarias para aplicar las evidencias,
dificultad de las enfermeras para comprender las estadísticas, sensación de aislamiento
entre enfermeras para discutir los hallazgos y la falta de colaboración de los médicos. El
idioma en el cual se escriben las principales investigaciones, es otra limitante mencionada
También se ha referido una escasa motivación en el estudio, bajas posibilidades de
desarrollo profesional y falta de reconocimiento del trabajo de la enfermera . Hay que
agregar a ello, la falta de fuerza que ha tenido Enfermería para defender e implementar en
los campos clínicos sus propios descubrimientos provenientes de las múltiples
investigaciones realizadas, muchas de ellas con un gran esfuerzo, y cuyos resultados solo se
han quedado en las tesis o revistas.
A partir del año 1997 los servicios profesionales de enfermería fueron reconocidos en el
código sanitario chileno y se confiere a la profesión de enfermería tres grandes funciones:
la gestión del cuidado, ejecutar acciones derivadas del diagnóstico y tratamiento médico y
el deber de velar por la mejor administración de recursos de asistencia para el paciente. Este
reconocimiento significa que el cuidado es el aporte específico de la enfermera en la
atención de salud y, además, un ámbito determinado de esta atención en salud ha sido
reservado para las enfermeras, con el objeto de otorgar certeza jurídica respecto a su campo
de acción, de esta manera se garantiza el derecho a la protección de la salud del usuario.
Se debe desarrollar la capacidad de comunicación y escucha, respeto por las creencias del
otro, gran dimensión de entrega, la responsabilidad y el compromiso ético en los alumnos,
así como el interés de trabajar con calidad y de buscar la mejor respuesta al problema a
través de las evidencias disponibles. Los docentes deben ser modelos de formación para sus
alumnos, por lo que primeramente son ellos los que deben cultivar estas competencias.
Resultados preliminares de un estudio efectuado por las autoras del presente trabajo, en
relación al conocimiento que tenían las enfermeras académicas y asistenciales sobre la
enfermería basada en la evidencia, se encontró, en ambos grupos, un bajo nivel de
conocimientos sobre EBE, poca lectura crítica de los artículos científicos publicados en
revistas y ninguna implementación de los resultados de las diversas investigaciones ya sea
en la clínica o en la docencia. Esto deja de manifiesto que las enfermeras encuestadas en
general, carecerían de la competencia necesaria para poder sustentar científicamente su
quehacer y servir de modelo a las futuras generaciones. En general, manifestaron que se
debía a la falta de tiempo, especialmente en la atención asistencial, resultados que también
se encontraron en otros estudios.
Para las enfermeras clínicas, EBE resulta ser una herramienta fundamental, pues permite
una mejoría en la calidad de atención, basada en evidencias científicas fundamentadas en
investigaciones previas, como se ha demostrado en estudios empíricos mejorando la gestión
del cuidado, ya que se promueven cuidados oportunos y eficientes, disminuyendo las
posibilidades de cometer errores asociados a la práctica. El no trabajar con evidencias se
traduce en prestar cuidados erróneos, con falta de criterio y alta probabilidad de
equivocación es por ello que se debe incentivar la práctica de cuidado con evidencias que
sustenten el trabajo diario de la enfermera/o, para evitar que estos sucesos ocurran, y sea el
usuario quien sufra las consecuencias de la falta de responsabilidad y compromiso de las
enfermeras frente a su cuidado. Además es la investigación quien hace la diferencia entre
hacer y saber de las enfermeras y es por ello que se debe incentivar la práctica de
enfermería con evidencias y demostrar su utilidad dentro de la profesión.
Jofré plantea que la gestión del cuidado bajo el amparo del Código Sanitario y la reforma
en salud "requiere desarrollar investigación cuyos resultados se traduzcan en evidencias
científicas, así como de una estructura del sistema de salud que favorezca la práctica de
enfermería hacia el cuidado y se produzcan las transformaciones que muestren un quehacer
profesional y humanizado". Las interrogantes que surgen en este proceso deben ser
resueltas mediante la investigación, para generar y/o contrastar conocimientos destinados a
contribuir a mejorar el cuidado en salud, lo que distingue al saber y al hacer de enfermería,
lo que a su vez confiere autonomía profesional para diagnosticar necesidades de cuidado y
tomar decisiones con responsabilidad ética y legal.
La EBE concibe la solución de las dudas o interrogantes que suscita un caso según la
siguiente metódica: formular de manera precisa una pregunta en base al problema del
paciente, localizar las pruebas disponibles en la literatura, evaluar de forma crítica la
validez y la utilidad de esas pruebas, aplicar las conclusiones de esa evaluación a la práctica
clínica y evaluar los cambios producidos tras la intervención. Por ello, podemos distinguir
cinco pasos consecutivos:
1) Convertir el problema del paciente en una pregunta:
Debe ser susceptible de ser respondida y reducida a términos claros y precisos. Se trata de
buscar respuestas válidas para realizar una aproximación a la verdad, con aplicabilidad
clínica.
Una vez seleccionados los recursos procederemos a realizar una lectura crítica de los
documentos encontrados. Ello nos permitirá seleccionar aquellos artículos de calidad
metodológica, relevancia suficiente y utilidad para nuestra práctica profesional.
4) Aplicación de la Intervención:
Debemos tener siempre en cuenta los riesgos, beneficios, expectativas, preferencias del
paciente y sus necesidades. El instrumento para la aplicación de la evidencia científica lo
tenemos a través de las Guías de Práctica Clínica (GPC).
Con ella se pretende reflejar y objetivar las mejorar en los cuidados y en los resultados de
salud de los pacientes que esperamos obtener al modificar nuestra práctica clínica diaria y
basarla en la mejorar evidencia científica probada y aceptada.
David Eddy (1982) médico, matemático, y analista de la salud realizó un trabajo seminal
en el modelado matemático de las enfermedades, las guías de práctica clínica y la medicina
basada en la evidencia. Los aspectos más destacados de su carrera han sido resumidos por
el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU, Eddy escribió el
documento fundamental sobre el papel de las directrices en la toma de decisiones médicas,
el primer modelo de Markov aplicado a problemas clínicos, y los criterios originales para
las decisiones de cobertura, fue el primero en utilizar y publicar el término "basada en la
evidencia.
Esta corriente de pensamiento en medicina ha tenido una gran difusión y ha generado una
serie de cambios en nuestra forma de ver la medicina, o por lo menos nos ha permitido
pensar en la forma como la practicamos. Este creciente interés se pone de manifiesto en el
número de publicaciones en internet en los que se cita la “medicina basada en evidencia”.
En febrero de 2004 se nombra este término en cerca de 13.000 páginas, y en el 2014, casi
130.000 páginas aparecen en el buscador Google en español. Esto sin contar innumerables
cursos, seminarios, congresos y workshops que se dictan cada año en referencia al tema.
A pesar que el término ha sido adoptado por diversas disciplinas y adaptado a su uso
(Enfermería Basada en la Evidencia, Práctica Clínica Basada en la Evidencia, etc, etc,) los
objetivos para todas las áreas son lo mismo, por eso es correcto utilizar el término genérico
cuando se escribe un artículo sobre MBE.
En uno de los artículos más citados de las últimas décadas, publicado en 1996 en el British
Medical Journal, Sackett afirma que la MBE “es el uso consciente, explícito y juicioso de
las mejores evidencias disponibles para tomar decisiones acerca del cuidado de pacientes
individuales”. Y en el párrafo siguiente elige su historia: “la MBE tiene sus orígenes
filosóficos a mediados del siglo XIX en París…”, es decir, con el surgimiento de la
medicina sobre bases científicas fisiopatológicas con Claude Bernard y los conceptos de
Louis Pasteur para el estudio de intervenciones con metodologías rigurosas y
comparativas.
La MBE es considerada como un nuevo paradigma que internacionalmente regula hoy las
prácticas institucionales, curriculares, clínicas y de investigación en el área de la salud.
Pero la medicina científica, lo mismo que las otras ciencias, no puede constituirse más que
por la vía experimental, es decir, por la aplicación inmediata y rigurosa del razonamiento a
los hechos que la observación y la experimentación nos suministran. El método
experimental, considerado en sí mismo, no es otra cosa que un razonamiento con cuya
ayuda sometemos metódicamente nuestras ideas a la experiencia de los hechos. Claude
Bernard
Si bien, Descartes lo anunciaba con gran anticipación, gran parte de los conocimientos
adquiridos, incluso en la actualidad, están relacionados con el principio de autoridad. “No
aceptar nunca como verdadera ninguna cosa que no conociese con evidencia que lo era.”
"La experiencia personal del médico, es un factor influyente en la toma de decisiones, pero
como cualquier otro análisis subjetivo, no está exento de errores de apreciación y sesgos
que podrán en ciertos casos, distorsionar la interpretación de los datos acumulados".
Si bien hubo objeciones a la MBE, siempre fueron dirigidas a que esta sería como un libro
de cocina para la medicina, es decir, tratando a pacientes de manera estricta según
algoritmos o fórmulas derivadas de investigaciones. De hecho, la MBE utiliza esa evidencia
como un componente más de la decisión clínica, junto con la circunstancia del paciente (a
través de la experiencia del médico y la preferencia de aquellos. Así, los datos de
investigación, las circunstancias clínicas y los deseos del paciente son combinados para
derivar a una decisión óptima, un diagnóstico más efectivo y eficiente, y una identificación
más prudente y manejo compasivo de los problemas, derechos y preferencias del paciente
individual al tomar decisiones clínicas acerca de su cuidado.es decir, juicio clínico y
experiencia.
La MBE, es más que la integración de la experiencia clínica con la mejor evidencia clínica
disponible que se deriva de la investigación sistematizada. La experiencia clínica
individual, es la competencia y juico que cada médico adquiere a través de su experiencia y
práctica clínica; mientras que la mejor evidencia clínica disponible, es la investigación
clínica relevante que se obtiene de las ciencias básicas de la medicina, pero que se derivan
especialmente de la investigación clínica dirigida a los pacientes, en la que existe una
evaluación de la exactitud y precisión de las pruebas y marcadores de diagnóstico, así
como, la eficacia y seguridad de los regímenes de prevención, tratamiento y diagnóstico.
Sin embargo, para que esto se lleve a cabo, es necesario que el médico adquiera nuevas
habilidades, la capacidad de análisis crítico de la literatura y la aplicación de métodos
formales para evaluar la calidad de los estudios de investigación disponibles .
Que es lo que pasaba antes que irrumpiera la MBE? Cómo se explicaba anteriormente, en la
asistencia diaria de pacientes, nos enfrentamos a dudas razonables en cualquier espectro de
la atención, por ejemplo: la eficacia, efectividad y/o eficiencia de un nuevo tratamiento, la
importancia de una prueba diagnóstica diferente, los efectos perjudiciales de una
intervención sanitaria, el pronóstico de una enfermedad, etc. Se necesita a diario
información válida sobre prevención, diagnóstico, pronóstico y tratamiento. Se calcula que
esa necesidad ocurre cinco veces por cada paciente hospitalizado y dos veces por cada tres
pacientes atendidos de forma ambulatoria.
Ante esto se intentaba buscar una solución de manera tradicional, preguntando a colegas
con mayor experiencia (principio de autoridad) en el tema, consultas a libros o
enciclopedias médicas y la lectura de revistas biomédicas, lo que generaba no pocas
limitaciones, por ejemplo :
Entonces, no hay duda que la manera en que habitualmente ocurre la actualización (si
ocurre del todo) en los médicos, se distancia mucho de ser la ideal, pues falla en el proceso
de discriminar y reflexionar sobre la relevancia y aplicabilidad de la información recibida.
1. Es necesario admitir que no sabemos, es imposible saber todo. Esto lleva a una
correcta formulación de una pregunta clínica correcta y contestable.
2. Saber implementar la investigación bibliográfica en busca de las mejores evidencias
que respondan la pregunta clínica concreta. Este paso nos da la posibilidad de
encontrar una respuesta aunque no tengamos conocimientos previos sobre el tema.
Ejercer la práctica médica es una experiencia basada en la relación del médico y paciente.
Así ha sido y seguirá siendo. Esta relación interpersonal, combina el juicio clínico y la
opinión médica y lo que interpreta o siente el paciente con respecto a la información
recibida por parte del médico. Pero, sin duda, que el profesional debe conocer e interpretar
correctamente las evidencias disponibles en la literatura científica para cerrar este círculo.
Este sinuoso camino en busca de nuestras necesidades científicas está surcado y obstruido
por artículos no relacionados con los motivos primarios de la búsqueda inicial, o si lo son,
no poseen los métodos necesarios para considerarlos de interés científico para la lectura¨.
Si tenemos en cuenta que a los cinco años siguientes a la obtención del título de médico el
50% de los conocimientos adquiridos ya han sido reemplazados por nuevos, podremos
deducir que esta situación llevará a una progresiva pérdida de la competencia o excelencia
profesional una vez terminada la formación de grado.
Serie de casos
Reporte de casos
Opinión de experto
Observación personal
Muchos médicos pueden estar molestos por creer que para la práctica de la MBE necesitan
tener conocimientos sobre Matemática y fórmulas de Estadística. Sin embargo, la realidad
de la MBE es que puede prescindir de un preciso manejo de los números y no se necesita
ser estadístico, solo se debe saber cómo interpretar y usar los que los estadísticos produce.
En el año 2000 y con el objetivo de abordar las deficiencias de los actuales sistemas de
clasificación, personas (constituido por un grupo internacional y multidisciplinario de
metodólogos, desarrolladores de guías clínicas y médicos involucrados en la práctica
clínica), de las diferentes instituciones que han desarrollado estas clasificaciones y/o
elaboran Guías de Práctica Clínica crearon el grupo de trabajo "Grading of
Recommendations Assessment, Development and Evaluation” (GRADE) . Este grupo de
trabajo ha desarrollado el sistema GRADE, el cual persigue hacer juicios más coherentes y
que la comunicación de dichos juicios pueda respaldar opciones mejor fundamentadas en la
atención sanitaria. Este sistema, actualmente en desarrollo, está ampliando su clasificación
a estudios diagnósticos y está siendo adoptada por numerosas entidades e instituciones.
Alta: es muy poco probable que nuevos estudios cambien la confianza que tenemos
en el resultado estimado.
Moderada: es probable que nuevos estudios tengan un impacto importante en la
confianza que tenemos en el resultado estimado y que puedan modificar el
resultado.
Baja: es muy probable que nuevos estudios tengan un impacto importante en la
confianza que tenemos en el resultado estimado y que puedan modificar el
resultado.
Muy baja: cualquier resultado estimado es muy incierto.
Fuerza de la recomendación: indica hasta qué punto podemos confiar si poner en práctica la
recomendación conllevará más beneficios que riesgos. El sistema GRADE considera dos
categorías en relación a la fuerza de las recomendaciones:
Recomendación débil: las recomendaciones débiles, tanto a favor como en contra de una
intervención, se formulan cuando no se disponen de pruebas concluyentes sobre los efectos
de la intervención.
El escenario en salud valoriza elementos asociados a la tecnología, los costos, el debate
entre aspectos éticos - biológicos y la calidad de la atención.
El impulso fundamental de la MBE fue dado por Archie Cochrane en la década de los 70, a
quien se le considera pionero en las investigaciones de los servicios sanitarios. Su libro
"Efectividad y Eficacia: Reflexiones aleatorias en los Servicios de Salud", es considerado
crucial para la filosofía sanitaria y su mensaje principal es que no se puede mejorar la
eficiencia sin pasar por la eficacia y la efectividad. Todos estos términos se encuentran
asociados a la evaluación de la práctica diaria, afirmando que "es necesario establecer un
mecanismo que garantice que las revisiones sistemáticas sean realizadas, actualizadas y
divulgadas adecuadamente"
Existen varias propuestas para la clasificación de las evidencias. Una de las más conocidas
y tal vez la más sencilla es la de United States Preventive Task Force (USPSTF) que
clasifica las evidencias en 3 niveles.
Otra clasificación es la del Centro de Medicina Basada en la Evidencia de Oxford (CEBM)
no sólo evalúa las intervenciones terapéuticas y preventivas, sino también aquéllas ligadas
al diagnóstico, pronóstico, factores de riesgo y evaluación económica
EVIDENCIAS CIENTÍFICAS EN ENFERMERÍA
Es un movimiento que tiene su origen en lo que Sackett en 1996 definió como Medicina
Basada en la Evidencia, “la utilización consciente, explícita y juiciosa de la mejor evidencia
clínica disponible para tomar decisiones sobre el cuidado de cada paciente”, siendo cuatro
sus bases conceptuales: la investigación, la experiencia del profesional, la preferencia y
valores de los usuarios y los recursos disponibles.
Metodológicamente este modelo nos propone una forma de actuar en base a cinco etapas:
Se suele describir esta metodología como un proceso dinámico y continuo de cinco fases.
Estas fases aplicadas al campo competencial de las enfermeras surgen de la interacción
enfermera-paciente y abarcan desde la identificación de una duda o necesidad de
información hasta la comprobación de que resolver esa duda y aplicar los cambios que de
su respuesta se derivan, ha tenido unos resultados positivos.
Las 5 fases del ciclo de la Enfermería Basada en Evidencias
Es por esto, que la EBE viene de la concepción de que el cuidado que brindamos está
determinado por una investigación sólida, que es la acumulación de los resultados de varios
estudios, generalmente usando diversos diseños los que brindan evidencias suficientes para
crear un cambio.
Por otro lado, realizó los primeros análisis estadísticos acerca del ejercicio de la profesión
enfermera, por lo que fue considerada pionera en la revolucionaria idea de que los
fenómenos sociales pueden medirse y someterse al análisis matemático.
En relación con otras ciencias en desarrollo, la enfermería se halla en las primeras etapas de
la evolución científica. Sin embargo, la necesidad creciente del desarrollo de un cuerpo teó-
rico propio de la disciplina que sustente la práctica clínica, ha intensificado los esfuerzos de
la comunidad enfermera en este sentido.
Partiendo del principio que desde la teoría se generan los cimientos científicos para ejercer
la práctica profesional, y que la práctica es el marco en que las teorías son verificadas y
validadas, surge el concepto de práctica basada en evidencias (PBE).
Teniendo en cuenta las posibilidades que abre la EBE en el campo de la investigación, nos
proponemos sistematizar a través de la revisión y el análisis de la bibliografía actualizada
del tema, los aspectos teóricos de la práctica basada en evidencias y su aplicación a la
práctica enfermera.
CONCLUSION
En la actualidad la EBE se propone como un modelo que permite evaluar y documentar las
prácticas y la efectividad de las intervenciones de enfermería ante cada problema o
respuesta de un paciente.
Sin embargo, es preciso señalar que conocer las herramientas para la implementación de
esta práctica, poseer los conocimientos y la experiencia clínica no es suficiente, es
necesario que la enfermera posea habilidades de escucha y sensibilidad para respetar las
preferencias y valores de los pacientes.