Este documento discute la importancia de la creatividad en la carrera de arquitectura. Define la arquitectura como un arte que concibe espacios para un uso determinado y brinda sensaciones a los usuarios. Explica que la creatividad es fundamental para el diseño arquitectónico y debe ser desarrollada en los estudiantes. También analiza el proceso creativo en el cerebro y la importancia de equilibrar ambos hemisferios para lograr una creatividad efectiva.
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Este documento discute la importancia de la creatividad en la carrera de arquitectura. Define la arquitectura como un arte que concibe espacios para un uso determinado y brinda sensaciones a los usuarios. Explica que la creatividad es fundamental para el diseño arquitectónico y debe ser desarrollada en los estudiantes. También analiza el proceso creativo en el cerebro y la importancia de equilibrar ambos hemisferios para lograr una creatividad efectiva.
Este documento discute la importancia de la creatividad en la carrera de arquitectura. Define la arquitectura como un arte que concibe espacios para un uso determinado y brinda sensaciones a los usuarios. Explica que la creatividad es fundamental para el diseño arquitectónico y debe ser desarrollada en los estudiantes. También analiza el proceso creativo en el cerebro y la importancia de equilibrar ambos hemisferios para lograr una creatividad efectiva.
Este documento discute la importancia de la creatividad en la carrera de arquitectura. Define la arquitectura como un arte que concibe espacios para un uso determinado y brinda sensaciones a los usuarios. Explica que la creatividad es fundamental para el diseño arquitectónico y debe ser desarrollada en los estudiantes. También analiza el proceso creativo en el cerebro y la importancia de equilibrar ambos hemisferios para lograr una creatividad efectiva.
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República Bolivariana de Venezuela
Instituto Universitario Politécnico “Santiago Mariño”
Ministerio del Poder Popular para la Educación Comportamiento humano Sede Barcelona
CREATIVIDAD COMO FUNDAMENTO
DE LA CARRERA ARQUITECTURA
Bachiller: Rafael Angelo Aponte Pilolli
C.I.: 27226785
Bna, 19 de enero del 2023
INTRODUCCIÓN El proceso creativo en el diseño arquitectónico es la piedra angular del trabajo de los arquitectos. Es por eso por lo que debemos dominarlo y enseñarlo de manera adecuada: convertirlo en una competencia de nuestros estudiantes. Para el desarrollo de la creatividad el cerebro del arquitecto debe tener la habilidad de identificar patrones y mostrar curiosidad por lo novedoso y por lo desconocido. Sin duda, arquitectura y creatividad son dos palabras que van de la mano, no es posible concebir una sin la otra; levantar muros y colocar techos no es hacer arquitectura. Existen muchas y variadas definiciones de arquitectura: desde las más técnicas hasta las más poéticas. Aquí podemos definirla como la disciplina (considerada arte por algunos) que concibe espacios destinados para un uso determinado y que no solo es capaz de satisfacer las necesidades de los usuarios, sino también de brindar sensaciones. Para poder lograr esto se requiere de conocimientos teóricos, prácticos y de mucha creatividad. Por si lo anterior no fuera suficiente, Ibo Bonilla (s. f.) realizó una recopilación de pensamientos sobre lo que es la arquitectura. A continuación, se presentan algunas de estas ideas. En primer lugar, Luis Barragán (citado en Bonilla, s. f.) mencionó lo siguiente: El espacio ideal debe contener en sí elementos de magia, serenidad, embrujo y misterio. Creo que estos pueden inspirar la mente de los hombres. La arquitectura es arte cuando consciente o inconscientemente se crea una atmósfera de emoción estética y cuando el ambiente suscita una sensación de bienestar (p. 9). Tadao Ando (citado en Bonilla, s. f.), por su parte, indica lo puesto a continuación: La arquitectura debe ser el resultado de un encuentro entre el razonamiento lógico y la creación que resulta del uso de los sentidos. No alcanza solo con el conocimiento y la respuesta lógica al programa, pero tampoco con mera sensibilidad es posible satisfacer las demandas que nos hace la realidad (p. 7). Por último, el propio Ibo Bonilla (2004) creó su definición: “Arquitectura es esculpir el espacio para satisfacer necesidades físicas, emocionales y espirituales, protegiendo el resultado con una piel armónica con la estética, técnicas y sitio, del momento en que se realiza. Es modelar metapiel social con arte”. Como se puede observar, algunas de estas definiciones consideran a la arquitectura como un arte, porque así ha sido establecido por mucho tiempo. Sin duda habrá algunos teóricos que difieran, sin embargo, esta discusión no es relevante para el presente trabajo, lo que se pretende es aclarar que sin creatividad no existiría el arte y la arquitectura (Ando, Heneghan y Pare, 1996). La creatividad no figura como una de las competencias a desarrollar en el plan de estudios de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Sonora, lo cual sugiere dos escenarios: o es percibida como una característica inherente al programa, o se considera innecesaria. Debido a la importancia que tiene la creatividad en el quehacer del arquitecto, debe ser considerada como una competencia a obtener y desarrollar, y para lograr esto es necesario incluirla tanto en el plan de estudios como en el perfil de egreso de los estudiantes. En muchas ocasiones, no obstante, no se tiene conciencia de esto, lo que pudiera causar la pérdida o la atrofia de la creatividad durante el proceso formativo. Lo peor es cuando los profesores ni siquiera le dan importancia y pretenden que aparezca por generación espontánea, en el mejor de los casos, o se desdeña la necesidad de tenerla, pretendiendo que con base en datos y ejercicios el estudiante resolverá los problemas espaciales creativamente. Esto no es posible. En algunos casos se pretende utilizar un software de graficas arquitectónica para realizar el proceso de diseñar los espacios arquitectónicos, lo cual, aquí no cabe duda, es incorrecto, porque esos softwares son para dibujar, para graficar, no para diseñar, porque la máquina no piensa, sino que sigue directrices establecidas, las cuales, si bien ayudan, no sustituyen el pensamiento creativo. En la arquitectura, el pensamiento creativo requiere de sensibilidad, de involucrar los sentimientos, para poder crear espacios que ayuden al usuario a sentirse cómodo, seguro, relajado, confortable, en fin, que ayuden a que los espacios creados sirvan para lo que fueron diseñados: que nos hagan sentir, y esto precisamente es lo que propicia la innovación, el romper paradigmas espaciales y temporales. El arquitecto, para realizar su profesión, deberá ser un excelente investigador, porque requiere contar con los datos necesarios para poder resolver cualquier problema espacial que se le encomiende. Pero no basta con ello, la creatividad es lo que hace la diferencia: es la que aporta los elementos especiales que diferencian a un diseño de otro, a un arquitecto de otro, a una reproducción de una innovación. En el proceso creativo es donde se vuelven reales los sueños, donde, además de la funcionalidad remarcada en el modernismo de la Bauhaus creada por Walter Gropius en 1919, la máquina de habitar, como decía Le Corbusier, o la estética de las diferentes épocas, deberemos marcar la diferencia al unir funcionalidad, estética, sustentabilidad y creatividad para hacer arquitectura, al igual que tomar en consideración, por un lado, al usuario y considerar, por el otro, la importancia del estudio del terreno, la flora, la fauna, la zona, la accesibilidad, la infraestructura necesaria, los servicios públicos requeridos, el clima, los costos, las leyes, normas y reglamentos. Obviamente deberá tomarse en cuenta de forma especial la protección de la ecología, la sustentabilidad y la sostenibilidad, estos tres últimos son tratados generalmente como algo aparte, y no debe ser así, como si se pudiera hacer una arquitectura ecológica, sostenible y sustentable y otra no, una buena arquitectura y otra mala. Aquí, por el contrario, se afirma que existe una sola. Y para que pueda ser considerada como tal, debe reunir e integrar todos estos estudios, requisitos y cuidados; de no ser así, si bien se estaría satisfaciendo al usuario o cliente, se estaría atentando contra la sociedad, contra nuestro planeta y la humanidad: esto no podría llamarse arquitectura. Las sensaciones son parte importante del desarrollo del ser humano y la arquitectura deberá sumar para alcanzarlo. La creatividad es la encargada de hacer sentir la arquitectura. La creatividad En la Enciclopedia de Psicopedagogía Océano (1998, citada en Esquivias, 2004) se define a la creatividad como la “disposición a crear que existe en estado potencial en todo individuo y a todas las edades” (p. 3). Por otra parte, en el Diccionario de las Ciencias de la Educación Santillana (1995, citado en Esquivias, 2004) se señala que el término creatividad significa “innovación valiosa y es de reciente creación” (p. 3). Esquivias (2004), asimismo, señala lo siguiente: El proceso creativo es una de las potencialidades más elevadas y complejas de los seres humanos, este implica habilidades del pensamiento que permiten integrar los procesos cognitivos menos complicados, hasta los conocidos como superiores para el logro de una idea o pensamiento nuevo (p. 3). Para los fines de este trabajo definiremos a la creatividad como la capacidad del ser humano de aportar nuevas ideas, tecnologías, o expresiones artísticas, de innovar. Diseño arquitectónico Los jóvenes aspirantes a estudiar arquitectura deberán tomar conciencia de la importancia que el diseño arquitectónico tiene en su desarrollo profesional. De hecho, tal es su importancia que sin este no existirían obras de arquitectura. El diseño arquitectónico es plasmar primero con bocetos, después con planos en una dimensión, en dos dimensiones con perspectivas, renders o cualquier otra expresión gráfica arquitectónica, el proyecto en sus diferentes etapas, y las maquetas que nos muestran en tres dimensiones un proyecto que nació de una necesidad espacial, de un problema arquitectónico y se resolvió de forma profesional. Todo inicia con un problema a resolver. De ahí nace una primera idea y, en ese momento, el cerebro manda una orden a la mano para que la grafique, la exprese, la dibuje. Es por eso por lo que la realización de gráficas, el dibujo arquitectónico, es el lenguaje del arquitecto y debemos dominarlo para poder expresar de forma visible y adecuada nuestras ideas, nuestras propuestas arquitectónicas. Para lograr esto se requiere de práctica, mucha práctica, y de seguir una metodología adecuada. El proceso creativo ¿Qué función tiene el cerebro dentro del proceso creativo? La parte derecha del cerebro es creativa, mientras que la izquierda es lógica. El hemisferio derecho está especializado en sensaciones, sentimientos y habilidades especiales visuales y sonoras, como la música o el arte, pero no verbales (la percepción del espacio, el ritmo, el color, la dimensión, la imaginación y las ensoñaciones, entre otras). El hemisferio izquierdo se ocupa de la parte verbal y la numérica (la aritmética, la secuencial, la lógica y la analítica). “Lo fundamental es contar con la habilidad necesaria para utilizar ambos hemisferios, ya que así se está en un completo balance y se logra una creatividad más efectiva” (Alcaraz, 2006, p. 11). Cerda (2000), por su parte, dice que la habilidad de nuestro cerebro para identificar patrones y mostrar curiosidad por lo novedoso facilita el aprendizaje, que está basado, en parte, en la capacidad creativa. Y es este pensamiento creativo, que complementa al pensamiento crítico o analítico que utiliza una metodología científica rigurosa y lineal, el que nos permite resolver una gran variedad de problemas de una forma, a veces, imprevisible. Dicho resultado es el que muchas de las veces nos ayuda a lograr una obra de arquitectura adecuada y, en más de una ocasión, una obra única por su creatividad y representatividad, rompiendo paradigmas e implantando alguna tendencia innovadora en su tiempo y lugar (Cerda, 2000). CONCLUSIONES Después de una minuciosa revisión de los resultados de esta investigación, se concluye que tenemos un problema en la manera en que hemos estado educando a nuestros estudiantes, y para poder resolverlo deberemos aportar una nueva visión que complemente lo que actualmente tenemos y que nos permita ofrecerles una mejor educación para dotarlos de una preparación adecuada que los ayude a enfrentar su práctica profesional. Debemos reconocer a la creatividad como parte intrínseca del diseño arquitectónico, fomentarla, practicarla, mejorarla, y para lograr esto se requiere que el plan de estudios enfatice en su importancia, reforzar las asignaturas que la promueven y la requieren para que tanto las autoridades como los profesores y los estudiantes la reconozcan, la ejerciten y la utilicen conscientemente en los proyectos arquitectónicos. Se concluye, también, que es necesario dotar a la Escuela de Arquitectura de espacios, infraestructura, tecnología y servicios necesarios y de actualidad; reforzar la competencia creativa, el estudio, actualización y dominio de las tecnologías tanto de los profesores como de los estudiantes y de una correcta labor de seguimiento y perfeccionamiento del plan de estudios, así como del importante trabajo que las academias deben hacer en el seguimiento, revisión y aportación para el mejoramiento del proceso educativo. Hay que enfatizar que la creatividad no es exclusiva del aspecto formal- estético, del proceso metodológico de diseñar la arquitectura, la creatividad también deberá aplicarse en los aspectos tecnológicos, constructivos, en la utilización de los materiales adecuados y en la aplicación de estrategias de diseño apropiadas que ayuden a lograr una propuesta proyectual-espacial- sensorial adecuada, funcional y única. Se deberá reconocer dónde se origina el estado de la deficiencia metodológica y cómo está afectando a los estudiantes y futuros arquitectos en la creatividad de su trabajo profesional. Es muy importante capacitar a la planta académica y promover un cambio de mentalidad, de ser necesario. Ver el pasado para adecuar lo importante y necesario a la nueva época, en un momento distinto con necesidades diferentes y grandes oportunidades y sobre todo la inclusión de nuevas tecnologías y formas de pensamiento prevalecientes en la actualidad para poder preparar profesionales competentes no solo en el presente sino también en el futuro.