Hipocondria y Pensamientos Intrusos Sobre La Enfer PDF

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Hipocondría y pensamientos intrusos sobre la enfermedad:


Desarrollo y validación de un instrumento de evaluación

Article  in  Behavioral Psychology/Psicologia Conductual · January 2017

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3 authors:

Sandra Arnáez Gemma Garcia-Soriano


University of Zaragoza University of Valencia
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Amparo Belloch
University of Valencia
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Feared Self-Perceptions in Obsessive Compulsive and Related Disorders View project

A transdiagnostic CBT internet-delivered program for treatment and prevention of emotional disorders in adolescents related to the
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Behavioral Psychology / Psicología Conductual, Vol. 25, Nº 1, 2017, pp. 165-186

HIPOCONDRÍA Y PENSAMIENTOS INTRUSOS SOBRE LA


ENFERMEDAD: DESARROLLO Y VALIDACIÓN DE UN
INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN1

Sandra Arnáez, Gemma García-Soriano y Amparo Belloch


Universidad de Valencia (España)

Resumen
El objetivo del presente estudio fue el desarrollo y validación del “Inventario
de pensamientos intrusos sobre la enfermedad” (INPIE), que evalúa la frecuencia
de pensamientos intrusos sobre la enfermedad (parte 1) y las reacciones
emocionales y estrategias de control que suscitan (parte 2). Se llevaron a cabo dos
estudios. En el primero participaron 330 estudiantes universitarios. La estructura
de la primera parte del cuestionario estuvo formada por cinco factores y la
segunda parte se compuso de seis factores. La consistencia interna del
instrumento fue excelente. En el segundo estudio, 56 estudiantes universitarios
completaron la versión revisada del inventario (INPIE-R) y una batería de
cuestionarios. El INPIE-R se asoció, principalmente, con las actitudes
hipocondríacas y la sintomatología ansiosa y depresiva. El INPIE-R parece un
instrumento útil en la evaluación de pensamientos intrusos sobre la enfermedad,
un área escasamente estudiada y de importante repercusión como elemento de
vulnerabilidad psicopatológica. Estos resultados son semejantes a los observados
respecto a los contenidos obsesivos, apoyando el papel transdiagnóstico de los
pensamientos intrusos.
PALABRAS CLAVE: pensamientos intrusos, hipocondría, reacciones emocionales,
valoraciones disfuncionales, estrategias de control.

Abstract
The aim of the present study was to develop and validate the Illness-related
Intrusive Thoughts Inventory (INPIE), a self-report that evaluates the frequency of
intrusions with an illness-related content, the associated emotional reactions and
appraisals, and the control strategies developed to control the intrusions. Two
different studies were conducted. In the first study, 330 university students
completed the newly developed questionnaire. The structure of the first part of
the questionnaire consisted of five factors, and the second part had six factors.
The internal consistency was excellent. In the second study, 56 participants
completed a battery of measures that included the revised version of the

                                                            
Este trabajo forma parte de los proyectos de investigación PSI2013-44733-R financiado por el
Ministerio de Economía y Competitividad (Gobierno de España) y PROMETEO-2015/066, financiado por
la Conselleria d’ Educació, Cultura i Esport (Generalitat Valenciana, Valencia, España).
Correspondencia: Sandra Arnáez Sampedro, Dpto. de Personalidad, Evaluación y Tratamientos
Psicológicos, Facultad de Psicología, Universidad de Valencia, Av. Blasco Ibáñez 21, 46010 Valencia
(España). E-mail: sandra.arnaez@uv.es
166 ARNÁEZ, GARCÍA-SORIANO Y BELLOCH

inventory (INPIE-R). The INPIE-R was mainly associated with hypochondriasis


attitudes and anxious and depressive symptoms. The INPIE-R seems to be a useful
instrument for evaluating intrusions related to illness, an understudied area that is
relevant as an element of psychopathological vulnerability. Results are similar to
those observed for obsessional content, supporting the transdiagnostic role of
intrusive thoughts.
KEY WORDS: intrusions, hypochondriasis, emotional repercussions, dysfunctional
appraisals, control strategies.

Introducción

Los pensamientos intrusos desagradables y no deseados son productos


cognitivos que se experimentan como imágenes, impulsos, sensaciones y/o
pensamientos, que interrumpen de forma involuntaria el flujo consciente de
pensamiento. A estos pensamientos intrusos se les atribuye un origen interno y se
experimentan de manera recurrente y repetitiva. Además, se consideran
inaceptables o indeseadas y resultan difíciles de controlar (Rachman y Hodgson,
1980; Rachman, 1981). La mayoría de estudios realizados sobre pensamientos
intrusos se han centrado en analizar su papel en el desarrollo de las obsesiones
que se dan en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Desde los modelos
cognitivos del TOC (Rachman, 1997; Salkovskis, 1985) se propone que los
pensamientos intrusos se convierten en obsesiones porque se valoran de forma
disfuncional, lo que lleva a los individuos a poner en marcha diferentes estrategias
para controlarlas, reducir su impacto emocional, o suprimirlas. Estas estrategias en
un primer momento reducen el malestar y aumentan la sensación de control, pero
paradójicamente provocan un incremento posterior en la frecuencia del
pensamiento intruso, que se vuelve más llamativo. Así, la reaparición del
pensamiento intruso en el flujo de pensamiento habitual provoca un aumento del
malestar inicial, estableciéndose un círculo vicioso que culmina, finalmente, en la
reaparición recurrente del pensamiento intruso, que ya tiene las características de
un síntoma clínicamente significativo (es decir, obsesión).
En 1978, Rachman y de Silva publicaron un estudio en el que plantearon que
la población general experimentaba pensamientos intrusos similares, en forma y
contenido, a las obsesiones clínicas de los pacientes obsesivos. Estos resultados
han sido corroborados ampliamente en distintas culturas y poblaciones, tanto
clínicas como no clínicas (Clark et al., 2014; García-Soriano y Belloch, 2013; Keeley
y Storch, 2008; Moulding et al., 2014; Radomsky et al., 2014).
Si bien el estudio de los pensamientos intrusos se ha desarrollado
principalmente en el TOC, se han propuesto también como una variable
transdiagnóstica (Belloch, 2012; Blom, Hagestein-de Brujin, de Graaf, ten Have y
Denys, 2011) presente en trastornos diferentes, tales como el insomnio (p. ej.,
Harvey y Payne, 2002; Schubert y Coles, 2013), los trastornos de la conducta
alimentaria (p. ej., García-Soriano, Roncero, Perpiñá y Belloch, 2014), el trastorno
de estrés post-traumático (p. ej., Ehlers et al., 2002; Engelhard, van den Hout,
Arntz y McNally, 2002), el trastorno dismórfico corporal (p. ej., Giraldo-O’Meara,
Pensamientos intrusos sobre la enfermedad 167

Fornés y Belloch, 2015; Kollei, Bruhoeber, Rauh, de Zwaan y Martin, 2012;


Wilhelm, Phillips y Steketee, 2013) y la hipocondría.
Por lo que se refiere a la hipocondría, aunque diluida en el Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5; American Psychiatric
Association [APA], 2013) en dos trastornos distintos (ansiedad por la enfermedad y
trastorno de síntomas somáticos), los criterios diagnósticos hacen referencia en
ambos casos a productos cognitivos, es decir, a preocupaciones (en la ansiedad
por la enfermedad) y a pensamientos o sentimientos (en el trastorno de síntomas
somáticos) asociados con la salud y/o con la enfermedad. A pesar pues de la
importancia que se otorga a estos productos cognitivos para el diagnóstico de
hipocondría, la investigación sobre ello es realmente escasa. Hasta donde
sabemos, únicamente tres trabajos han examinado el papel de tales productos y su
carácter intruso. Wells y Hackman (1993), en un estudio realmente pionero en este
campo, evaluaron las imágenes intrusas de pacientes con hipocondría y mostraron
que los contenidos más frecuentes estaban relacionados con temas de muerte y
enfermedad grave. Más recientemente, Muse et al. (2010) reprodujeron estos
resultados en pacientes hipocondríacos, encontrando que el 78% de los
participantes experimentaban imágenes intrusas relacionadas con esos mismos
contenidos. Langlois, Ladouceur, Patrick y Freeston (2014) examinaron, en una
muestra no clínica de estudiantes universitarios, si los miedos hipocondríacos
guardaban más similitud psicopatológica con los pensamientos intrusos de
contenido obsesivo o con las preocupaciones características de la ansiedad
generalizada (worry). Sus resultados indicaron que los miedos hipocondríacos
quedaban en un espacio intermedio entre las obsesiones y la ansiedad
generalizada, pues compartían características de ambos productos cognitivos.
Constataron además que los miedos intrusos sobre enfermedades se producían
tanto en forma de imagen como de pensamiento. No obstante, dado que en este
estudio únicamente se evaluaban pensamientos intrusos relacionados con
enfermedades específicas, no se abordaba la complejidad de contenidos/síntomas
característicos de la hipocondría, que va más allá de miedos concretos a
enfermedades asimismo concretas (López-Santiago y Belloch, 2012).
Dada la escasez de estudios empíricos sobre la posibilidad de que las
preocupaciones, pensamientos y/o miedos sobre la enfermedad (siguiendo los
criterios diagnósticos del DSM-5) se puedan conceptualizar como pensamientos
intrusos, nos planteamos examinar dicha posibilidad de manera específica. Para
ello, el primer paso ineludible era elaborar un instrumento de evaluación que
permitiera apresar en qué medida las personas experimentan pensamientos
intrusos con contenidos asociados a la enfermedad. En el núcleo conceptual de
“pensamiento intruso” se halla la idea de dimensionalidad entre la normalidad y la
psicopatología. Esta idea, ampliamente constatada en el estudio de los
pensamientos intrusos de contenido obsesivo y el TOC, implica dos supuestos
adicionales: primero, que los pensamientos intrusos desagradables se producen
tanto en población no clínica como en personas con psicopatología; y segundo,
que la escalada de un pensamiento intruso “normal” a uno patológico (es decir,
clínicamente significativo), se debe al modo en que se valora el pensamiento
intruso, el impacto emocional que provoca y los posibles comportamientos
168 ARNÁEZ, GARCÍA-SORIANO Y BELLOCH

disfuncionales que suscita. Desde esta perspectiva, el instrumento de evaluación


debía permitir valorar también estos aspectos.
Este trabajo pretende responder a las siguientes preguntas: ¿experimentan las
personas sin psicopatología pensamientos intrusos sobre la enfermedad?, ¿cómo
se valoran estos pensamientos intrusos?, ¿se emplean estrategias para
neutralizarlos y/o controlarlos?, la frecuencia de esos pensamientos intrusos
¿guarda relación con síntomas hipocondríacos, obsesivos, de ansiedad
generalizada o de malestar emocional general?

Estudio 1

Los objetivos de este estudio fueron: (1) desarrollar un instrumento de


autoinforme para evaluar la presencia de pensamientos intrusos relacionados con
la salud y la enfermedad en población no clínica, así como las reacciones
emocionales y valoraciones que suscitan y las estrategias empleadas para
controlarlos y (2) examinar la estructura factorial y fiabilidad del instrumento.

Método

Participantes

Participaron 330 estudiantes (242 mujeres y 88 hombres) de Nutrición y


Psicología de la Universidad de Valencia, con una media de edad de 20,96 (DT=
4,85) años. La mayor parte de los participantes estaba soltero (89,6%) y tenía un
nivel socioeconómico medio (75,4%). Únicamente se incluyeron en el estudio las
personas que manifestaron no haber padecido o padecer alguna enfermedad física
y/o trastorno mental y aquellos estudiantes que no estaban siguiendo algún tipo
de tratamiento farmacológico o psicológico.

Instrumentos

a) Cuestionario ad hoc para datos demográficos y clínicos. Se recogió


información sobre el sexo, la edad, el estado civil, el nivel socioeconómico y el
nivel educativo alcanzado, así como información sobre la existencia de alguna
enfermedad actual o pasada y tratamientos recibidos.
b) “Inventario de pensamientos intrusos sobre la enfermedad” (INPIE). El
propósito de este inventario es evaluar la presencia de pensamientos,
imágenes, sensaciones o impulsos, intrusos y no deseados sobre la salud y la
enfermedad (PIEs), así como las consecuencias emocionales, valoraciones y
estrategias de control asociadas a los mismos. Está basado en la estructura del
“Inventario de pensamientos intrusos obsesivos” (INPIOS; García-Soriano,
2008). Incluye unas instrucciones iniciales en las que se ofrece una definición
detallada sobre las características que tienen los pensamientos intrusos.
Consta de dos partes diferenciadas. La primera (INPIE-parte 1) incluye 45 ítems
que evalúan mediante una escala tipo Likert (de 0= “Nunca” a 6= “Siempre”)
la frecuencia con la que las personas experimentan pensamientos intrusos
Pensamientos intrusos sobre la enfermedad 169

relacionados con la salud y la enfermedad. Los ítems se agrupan en escenarios


con el objetivo de ejercer un efecto activador y contextualizador de la
aparición de pensamientos intrusos (p. ej., Cuando siento alguna molestia en
mi cuerpo, por pequeña que sea, (p. ej., un pinchazo, un picor, cansancio
ligero, sequedad en la piel, tics en el ojo, etc.) se me meten en la cabeza
pensamientos intrusos tales como…). En la segunda parte (INPIE-parte 2), se le
pide a la persona que, en primer lugar, seleccione de entre los ítems de la 1ª
parte, el pensamiento intruso que haya experimentado cómo más molesto y
desagradable en los últimos tres meses y, en segundo lugar, que lo valore en
una escala Likert de cinco puntos según los siguientes aspectos: a) las
reacciones emocionales, la dificultad para controlar el pensamiento intruso, el
éxito percibido en el control del pensamiento intruso y la interferencia que le
provoca el pensamiento intruso seleccionado (9 ítems); b) las valoraciones
disfuncionales relacionadas con el pensamiento intruso (8 ítems) y c) las
estrategias de control que la persona emplea para reducir la molestia generada
por el mismo (12 ítems).

Procedimiento

Para la construcción del instrumento, en primer lugar, y de forma previa al


desarrollo de los ítems, se procedió a realizar una revisión de la literatura científica
sobre la hipocondría, y especialmente al análisis de los instrumentos empleados
hasta el momento para su diagnóstico y evaluación. En el análisis de estos
instrumentos se atendió especialmente al contenido de los pensamientos,
valoraciones disfuncionales y estrategias de control evaluadas. Por otro lado, se
realizó una revisión de las características de los pensamientos intrusos y
especialmente de los instrumentos desarrollados para valorarlos. Finalmente, se
decidió elaborar un nuevo instrumento siguiendo la estructura del “Inventario de
pensamientos intrusos obsesivos” (INPIOS; García-Soriano, 2008) que ha mostrado
ser un instrumento útil para evaluar pensamientos intrusos de contenido obsesivo,
además de contar con unas buenas propiedades psicométricas y ser útil para la
investigación de los pensamientos intrusos tanto en la población general como en
la población clínica (García-Soriano y Belloch 2013; García-Soriano, Belloch,
Morillo y Clark, 2011; García-Soriano et al., 2014). No obstante, dado que el
INPIOS evalúa pensamientos intrusos de contenido obsesivo, para la elaboración de
los ítems del INPIE nos basamos en diferentes instrumentos que evalúan
sintomatología hipocondríaca y redactamos los nuevos ítems tratando de que
apresaran la presencia de pensamientos intrusos (p. ej., Cuando siento alguna
molestia en mi cuerpo, por pequeña que sea, (ej., un pinchazo, un picor, cansancio
ligero, sequedad en la piel, tics en el ojo, etc.) se me meten en la cabeza
pensamientos intrusos tales como: “Estoy desarrollando una enfermedad grave sin
saberlo (ej., cáncer, SIDA, etc.”).
Para elaborar la primera parte del instrumento (INPIE-parte 1), se desarrolló
un listado inicial de 49 enunciados, todos ellos referidos a posibles pensamientos
intrusos relacionados con el estado de salud y la enfermedad. Los ítems de la
primera parte se agruparon por escenarios con el objetivo de ejercer un efecto
170 ARNÁEZ, GARCÍA-SORIANO Y BELLOCH

activador y contextualizador ante su posible aparición. Los escenarios se


elaboraron en función de la revisión de la literatura, que mostró los ámbitos en los
que aparecían frecuentemente pensamientos intrusos sobre la enfermedad.
El listado de pensamientos intrusos fue objeto de valoración y discusión por
los integrantes del Grupo de Investigación sobre el Trastorno Obsesivo Compulsivo
de la Universidad de Valencia. Este grupo estaba formado por cinco doctores en
psicología (profesoras universitarias y/o psicólogas clínicas), tres psicólogos clínicos
con grado de Doctor, tres psicólogos internos residentes y dos becarios de
investigación. Este grupo evaluó, de manera individual, la pertinencia y la
redacción de cada uno de los ítems del cuestionario en una escala de 11 puntos
donde 0 “nada pertinente/mal redactado” y 1 “muy pertinente/bien redactado”, e
indicaron las modificaciones que consideraron que era necesario realizar. Tras ser
evaluadas por los miembros del grupo y corregida la redacción inicial, el listado
quedó reducido a 45 ítems, que son los que finalmente se han considerado para
su análisis en este trabajo. Esta última versión fue evaluada de manera individual
por otro grupo de expertos, diferente al inicial, compuesto por tres Doctores en
Psicología (profesores universitarios y/o psicólogos clínicos), expertos en
hipocondría, con publicaciones científicas (incluyendo sus Tesis Doctorales) sobre la
hipocondría y otros trastornos somatoformes. Este grupo de expertos valoró la
claridad y grado de comprensión de las instrucciones y de la redacción de los ítems
y su adecuación a la hipocondría (escala 0-10). De acuerdo con sus indicaciones, la
redacción de los ítems fue modificada. Asimismo, algunos de los ítems iniciales
fueron sustituidos por otros más pertinentes, en los que hubo acuerdo entre los 3
evaluadores expertos.
La segunda parte del INPIE (INPIE-parte 2) incluye los mismos ítems que la
segunda parte del INPIOS, a los que se añadió un ítem para valorar la emoción de
asco, por considerar que ésta podría ser relevante en la experiencia de
pensamientos intrusos sobre la enfermedad (p. ej., Arnáez, García-Soriano y
Belloch, 2015; Davey y Bond, 2006; Thorpe, Barnett, Friend y Nottingham, 2011).
Además, se incluyeron seis nuevos ítems para evaluar estrategias de control
relevantes en la hipocondría (p. ej., “Busco información relacionada con ese
pensamiento en internet u otras fuentes” o “Pido cita con el médico o consulto al
farmacéutico”) (López-Santiago y Belloch, 2012).
Para la recogida de datos se ofreció a estudiantes de diferentes carreras
universitarias de dos campus diferentes la participación voluntaria en la
investigación. Los estudiantes interesados completaron en el aula el INPIE, una hoja
de datos sociodemográficos y un consentimiento informado para participar en la
investigación. El tiempo de aplicación del instrumento fue de veinte minutos y la
totalidad de los datos se recogió en dos meses. El INPIE fue administrado por las
autoras.

Análisis de datos

Todos los análisis estadísticos fueron realizados a través del programa


estadístico SPSS para Windows v. 20 (IBM Corp. Released, 2011). Para analizar la
estructura factorial del INPIE se realizaron diversos análisis factoriales exploratorios
Pensamientos intrusos sobre la enfermedad 171

(AFE). En primer lugar, se comprobó que se cumplían los requisitos para realizar el
AFE a través de la medida de adecuación muestral de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO)
(que considera deseables valores KMO> 0,70) y la prueba de esfericidad de Bartlett
(BTS), siendo deseable p< 0,05. El método empleado para la extracción factorial
fue componentes principales, y el tipo de rotación empleada fue ortogonal
(varimax).
Para determinar el número de factores más apropiado, se siguieron varios
criterios. Se seleccionaron aquellos factores cuyo valor propio inicial fuese mayor
de 1. Además, se observó el gráfico de sedimentación, así como el porcentaje de
varianza explicado para determinar el número adecuado de factores. Por último, se
tuvieron en cuenta las saturaciones factoriales de cada ítem sobre el factor,
considerando relevantes únicamente aquellos ítems con saturaciones ≥ 0,40.
Se calculó la consistencia interna a través del alfa de Cronbach,
considerándose aceptables valores cercanos a 0,70 (Garson, 2000).
Para analizar el tamaño y dirección de la relación entre los ítems y las escalas
del instrumento se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson, y como criterio
para la estimación del tamaño de r se ha tomado el indicado por Cohen (1988),
por lo que se han considerado correlaciones bajas las comprendidas entre 0,10 y
0,29, medias entre 0,30 y 0,49 y altas las correlaciones mayores de 0,50.

Resultados

Validez de contenido del INPIE: análisis de la estructura factorial

Se realizaron análisis factoriales diferenciados para cada una de las partes del
INPIE. Para el INPIE-parte 1 (contenido y frecuencia de los pensamientos intrusos
relacionados con la enfermedad) formada por los 45 ítems, se realizaron diversos
análisis factoriales con rotación ortogonal (varimax; KMO= 0,94). Ocho factores
obtuvieron valores propios iniciales mayores de 1 explicando un 68,92% de la
varianza. Sin embargo, el gráfico de sedimentación sugería entre 1 y 5 posibles
factores. Se forzaron las soluciones factoriales de 1 a 8 factores. Tras examinar las
diferentes soluciones factoriales se observó que tres ítems (7, 17 y 20) saturaban
en varios factores, por lo que se eliminaron en los siguientes análisis factoriales
exploratorios al considerarse que no tenían capacidad para discriminar entre los
distintos factores.
Tras eliminar los tres ítems mencionados, se repitieron los análisis factoriales
con 42 ítems. Se aplicó una rotación ortogonal (varimax; KMO= 0,94) y ocho
factores obtuvieron valores propios iniciales mayores de 1 explicando un 61,61%
de la varianza. Sin embargo, el gráfico de sedimentación sugería de nuevo entre
uno y cinco posibles factores. Se forzaron las soluciones de uno a cinco factores y
se observó que las tres soluciones con una estructura más simple, clara e
interpretable eran las de uno, dos y cinco factores, explicando 40,66%, 47,30% y
62,62% de la varianza común respectivamente. La solución de cinco factores
resultó la más clara e interpretable (tabla 1): el primer factor (15,03% de la
varianza explicada, VE) comprendía ítems referidos a PIEs que surgen de manera
espontánea y a PIEs que surgen ante una molestia física leve; el segundo factor
172 ARNÁEZ, GARCÍA-SORIANO Y BELLOCH

Tabla 1
Matriz de componentes rotados del “Inventario de pensamientos intrusos sobre la
enfermedad” (INPIE)-parte 1 y sus saturaciones en los cinco factores

Factores
Ítems
1 2 3 4 5
1. Tengo una enfermedad grave (ej., cáncer, SIDA, etc.) 0,73
2. Enfermo más que los demás 0,50
3. Estoy desarrollando una enfermedad grave sin saberlo (ej.,
0,77
cáncer, SIDA, etc.)
4. Me queda poco tiempo de vida 0,54
5. Me preocupo por mi salud más que los demás 0,52
6. Puedo enfermar de repente 0,53
7. Puedo morir de una enfermedad grave (ej., cáncer, SIDA,
0,65
etc.)
8. Esta molestia no es normal 0,54
9. Tengo que ir al médico 0,48 0,46
10. ¿Tendré algo grave (ej., cáncer, SIDA, etc.)? 0,68
11. Tengo que prestar atención a esta molestia 0,48 0,50
12. ¿Estaré desarrollando algo grave sin saberlo (ej., cáncer,
0,65
SIDA, etc.)?
13. Algo funciona mal en mi cuerpo 0,55
14. El médico no me está diciendo la verdad 0,40
15. Mi enfermedad no se refleja en esas pruebas 0,78
16. Se habrán equivocado con los resultados 0,79
17. Las pruebas médicas no son fiables 0,79
18. Deberían hacerme otras pruebas mejores (ej., TAC,
0,72
Scanner, resonancia, etc.)
19. El médico se ha equivocado 0,83
20. Esa molestia no es normal 0,76
21. Tenemos que ir al médico 0,73
22. Debe ser algo grave (ej., cáncer, SIDA, etc.) 0,66
23. Tengo que vigilar esa molestia 0,72
24. Debe estar desarrollando algo grave (ej., cáncer, SIDA, etc.) 0,64
25. Esto es señal de que algo en su cuerpo no va bien 0,69
26. Tengo síntomas similares 0,69
27. Tengo que informarme más acerca de esa enfermedad 0,59
28. En algún momento puedo tener esa enfermedad 0,64
29. Estoy desarrollando esa enfermedad 0,67
30. Eso es lo que a mí me pasa 0,70
31. Esto es síntoma de algo grave 0,47 0,62
32. Tengo que ir al medico 0,56
33. Este síntoma no es normal 0,57
34. Debo prestar atención a este síntoma 0,56 0,44
35. Debo estar desarrollando algo grave sin saberlo 0,47 0,57
36. Esto es señal de que algo funciona mal en mi cuerpo 0,62
37. Mi propio funeral 0,53
38. La posibilidad de ser enterrado vivo 0,59
39. Morir solo en medio de la calle 0,70
40. Mi nombre escrito en una lápida 0,69
41. Morir solo en un hospital 0,70
42. Morir sufriendo y con dolor 0,62
Pensamientos intrusos sobre la enfermedad 173

(13,82% de VE) incluyó ítems referidos a PIEs sobre la desconfianza hacia las
explicaciones y pruebas médicas; el tercer factor, con un 12,86% de VE,
comprendía ítems sobre PIEs acerca de la enfermedad de un ser querido; el cuarto
factor (10,27% de VE) incluía ítems referidos a PIEs desencadenados ante síntomas
físicos (por ejemplo, un dolor de cabeza prolongado) y ante información
relacionada con la enfermedad; el quinto factor (9,73% de VE) incluía ítems
referidos a PIEs sobre aspectos relacionados con la muerte.
Para el INPIE-parte 2 (reacciones emocionales, interferencia, valoraciones
disfuncionales y estrategias de control), se realizaron diversos análisis factoriales
exploratorios para cada uno de los tres apartados que la forman. Respecto al
primer apartado, que incluye los ítems referentes a las reacciones emocionales, la
dificultad para controlar el pensamiento intruso, el éxito percibido en el control del
pensamiento intruso y la interferencia que provoca el pensamiento intruso, el
análisis factorial ortogonal (rotación varimax; KMO= 0,82) dio lugar a dos factores
con valores propios iniciales mayores de 1, sin embargo, el gráfico de
sedimentación sugería entre uno y tres posibles factores. Se forzaron las soluciones
factoriales de uno a tres factores, que explicaron un 40,35%, 55,74% y 65,87%
de la varianza total respectivamente. La solución bifactorial mostró un menor
solapamiento entre factores y era más fácilmente comprensible (tabla 2): el primer
factor (36,24% de VE) incluía los ítems que evalúan el malestar, ansiedad, tristeza,
dificultad para controlar el pensamiento intruso, éxito percibido en el control del
pensamiento intruso y la interferencia que provoca el pensamiento intruso
seleccionado y el segundo factor (19,50% de VE) aquellos ítems que evalúan el
asco, la culpa y la vergüenza generada por el PIE.

Tabla 2
Matriz de componentes rotados del “Inventario de pensamientos intrusos sobre la
enfermedad” (INPIE)-parte 2. Reacciones emocionales e interferencia y sus saturaciones en
dos factores

Reacciones emocionales e interferencia Factor 1 Factor 2


Ítem 1. Molestia 0,78
Ítem 2. Ansiedad 0,79
Ítem 3. Tristeza 0,64
Ítem 4. Asco 0,68
Ítem 5. Culpa 0,64
Ítem 6. Vergüenza 0,85
Ítem 7. Dificultad para controlar el pensamiento intruso 0,75
Ítem 8. Éxito percibido en el control del pensamiento intruso -0,68
Ítem 9. Interferencia que provoca el pensamiento intruso 0,71

Respecto al segundo apartado, se aplicó un análisis ortogonal (rotación


varimax; KMO= 0,80) para determinar la estructura factorial subyacente a los ítems
que hacían referencia a las valoraciones disfuncionales. Tanto el análisis de los
valores propios como el gráfico de sedimentación sugerían las soluciones de uno y
dos factores. La solución unifactorial explicó un 38,96% y la bifactorial un 51,66%
de la varianza total. Decidimos quedarnos con la estructura unifactorial que
174 ARNÁEZ, GARCÍA-SORIANO Y BELLOCH

resultaba más sencilla y fácilmente comprensible, incluyendo a todas las


valoraciones disfuncionales en un mismo factor (tabla 3).

Tabla 3
Matriz de componentes rotados del “Inventario de pensamientos intrusos sobre la
enfermedad” (INPIE)-parte 2. Valoraciones disfuncionales y sus saturaciones en un factor

Valoraciones disfuncionales Factor 1


Ítem 10. Importancia del pensamiento 0,67
Ítem 11. Significado personal 0,49
Ítem 12. Responsabilidad 0,61
Ítem 13. Importancia de control/suprimir 0,51
Ítem 14. Sobreestimación de amenaza 0,70
Ítem 15. Intolerancia a la incertidumbre 0,72
Ítem 16. FPA tipo probabilidad 0,70
Ítem 17. FPA tipo moral 0,51

Por último, se analizó la estructura factorial de las estrategias de control


incluidas en el tercer apartado (rotación varimax; KMO= 0,78). Seis factores
obtuvieron valores propios iniciales mayores de 1 explicando un 63,91% de la
varianza, sin bien, el gráfico de sedimentación sugería entre uno y tres posibles
factores. Se forzaron las soluciones factoriales de uno y seis factores. Se observó
que las dos soluciones con una estructura más simple, clara e interpretable eran las
de dos y tres factores que explicaron un 38,32% y un 45,64% de la varianza total
respectivamente. La solución de tres factores fue la más clara e interpretable (tabla
4). El primer factor (VE= 20,35%) recogía ítems sobre estrategias generales de
control de los pensamientos, tales como la parada del pensamiento o la
distracción; el segundo factor (VE= 16,63%) incluía ítems que hacían referencia a
estrategias relacionadas con la salud; y el tercer factor (VE= 8,66%) incluyó los
ítems que hacían referencia a compulsiones típicas del TOC. El ítem 8 (“No hacer
nada”) no saturó significativamente en ningún factor, razón por la que fue
analizado de manera independiente en los análisis sucesivos.

Fiabilidad

A continuación, se examinó la consistencia interna de la puntuación total del


INPIE-parte 1 que fue elevada (= 0,96) y de las escalas. Los factores del INPIE-
parte 1 mostraron índices de fiabilidad elevados con valores entre 0,80 (PIEs
muerte) y 0,94 (PIEs síntomas físicos/información) (tabla 5). La consistencia interna
de los factores del INPIE-parte 2 oscilaba entre valores = 0,45 (factor
compulsiones típicas del TOC) y = 0,81 (Disforia/interferencia) en las subescalas.
El factor que recoge las compulsiones típicas del TOC mostró una consistencia
interna pobre, que se incrementaba a 0,62 al eliminar el ítem que evalúa las
conductas de repetición.
Pensamientos intrusos sobre la enfermedad 175

Tabla 4
Matriz de componentes rotados del “Inventario de pensamientos intrusos sobre la
enfermedad” (INPIE)-parte 2. Estrategias de control y sus saturaciones en tres factores

Estrategias de control Factor 1 Factor 2 Factor 3


Ítem 1. Distracción cognitiva y/o conductual 0,51
Ítem 2. Compulsión mental 0,66
Ítem 3a. Limpiar 0,70
Ítem 3b. Comprobar algo de mi cuerpo 0,56
Ítem 3c. Repetir 0,43
Ítem 3d. Ordenar 0,75
Ítem 3e. Tocar 0,55
Ítem 3f. Preguntar a quién confío 0,69
Ítem 3g. Buscar información 0,78
Ítem 3h. Cita médico o farmacéutico 0,80
Ítem 3i.Hacer algo para mejorar mi salud 0,73
Ítem 4. Reestructuración cognitiva 0,60
Ítem 5. Búsqueda de reaseguración 0,51
Ítem 6. Autotranquilización 0,76
Ítem 7. Parada del pensamiento 0,76
Ítem 8. No hacer nada
Ítem 9. Relajación 0,59
Ítem 10. Evitación 0,40
Ítem 11. Esfuerzo control 0,75

Tabla 5
Consistencia interna () e intercorrelaciones entre las escalas del “Inventario de
pensamientos intrusos sobre la enfermedad-revisado” (INPIE-R) (n= 330)

INPIE-R Parte 1  F1 F2 F3 F4 F5 Total


Factor 1. PIE espontáneos/
0,92 -- 0,59** 0,57** 0,77** 0,53** 0,92**
pequeñas molestias
Factor 2. PIE desconfianza
0,90 -- 0,40** 0,55** 0,30** 0,66**
explicaciones/ pruebas médicas
Factor 3. PIE seres queridos 0,92 -- 0,68** 0,50** 0,77**
Factor 4. PIE síntomas físicos/
0,94 -- 0,54** 0,92**
información
Factor 5. PIE muerte 0,80 -- 0,69**
INPIE-R Parte 2 
Factor 1. Disforia/interferencia 0,81 -- 0,34** 0,66** 0,49** 0,28* 0,31*
Factor 2. Reacción emocional 0,65 -- 0,58** 0,19* 0,09 0,29**
Factor 3. Valoraciones 0,78 -- 0,40** 0,33** 0,30**
Factor 4. Estrategias generales 0,76 -- 0,35** 0,30*
Factor 5. Estrategias sobre
0,78 -- 0,23**
salud
Factor 6. Compulsiones 0,45 --
Notas: PIE= pensamientos intrusos sobre la enfermedad.*p≤ 0,05; **p≤ 0,01; ***p≤ 0,001.
176 ARNÁEZ, GARCÍA-SORIANO Y BELLOCH

Intercorrelaciones entre factores

Los factores del INPIE-parte 1 (tabla 6) mostraron asociaciones significativas y


moderadas/altas entre ellos, así como entre la puntuación total y todas las
subescalas. Respecto a los factores del INPIE-parte 2, se observaron asociaciones
significativas, pero en general entre bajas y moderadas.

Tabla 6
Datos descriptivos del “Inventario de pensamientos intrusos sobre la enfermedad-revisado”
(INPIE-R) y correlaciones de Pearson con otras medidas psicopatológicas

Otras medidas psicopatológicas


INPIE-R M (DT)
OCI-R DAS-21 DASS-21
IW PSWQ
Total Depresión Ansiedad
Parte 1 (n= 56)
PIE espontáneos/ pequeñas
1, 66 (0,89) 0,55*** 0,31* 0,2 0,35* 0,40**
molestias
PIE desconfianza
explicaciones/ pruebas 1,11 (0,27) 0,15 0,25 -0,01 0,57** 0,36
médicas
PIE seres queridos 1,32 (0,43) 0,18 0,05 0,24 0,40** 0,3
PIE síntomas físicos/
1,55 (0,85) 0,60*** 0,28* 0,12 0,36** 0,50***
información
PIE muerte 1, 44 (0,74) 0,47** 0,21 0,26 0,08 0,13

Total 1,53 (0,74) 0,59*** 0,29** 0,17 0,34** 0,44**

Parte 2 (n= 29)

Disforia/ interferencia 1,51 (0,61) 0,32 0,52** 0,21 0,66** 0,62**

Reacción emocional 0,43 (0,62) 0,15 0,37* 0,35 0,66** 0,68**

Valoraciones 1,00 (0,85) 0,41* 0,69** 0,34 0,63** 0,65**

Estrategias generales 1,88 (0,88) 0,26 0,58** 0,22 0,31 0,23

Estrategias sobre salud 1,01 (0,90) 0,42* 0,52** 0,21 0,41* 0,53**

Compulsiones 0,72 (0,90) 0,35 0,34 0,15 0,26 0,29

“No hacer nada” 0,41 (0,91)


Notas: INPIE-R= Inventario de pensamientos intrusos sobre la enfermedad-revisado; PIE= pensamientos
intrusos sobre la enfermedad; IW= índice Whiteley; PSWQ= Cuestionario de preocupación de
Pensilvania; OCI-R= Inventario de obsesiones y compulsiones-revisado; DASS-21= Escalas de depresión,
ansiedad y estrés.*p≤ 0,05; **p≤ 0,01; ***p≤ 0,001.
Pensamientos intrusos sobre la enfermedad 177

Discusión

La estructura factorial del INPIE-parte 1 queda representada por cinco factores


que evalúan los contenidos típicos de las preocupaciones y miedos hipocondríacos.
Estos contenidos hacen referencia a aspectos tales como el miedo a padecer o
desarrollar una enfermedad grave ante la presencia de una molestia leve o un
síntoma físico, la desconfianza hacia las explicaciones y pruebas médicas, la
preocupación por el estado de salud de un ser querido y el miedo a la muerte.
La primera parte ha mostrado índices de fiabilidad excelentes y asociaciones
elevadas entre sus factores, lo que indica que se trata de factores que se
encuentran bastante relacionados. Algo que cabría esperar, dado que algunos
ítems se repiten en diferentes factores. Por ejemplo, la frecuencia del ítem “Debo
estar desarrollando alguna enfermedad grave” se valora en diferentes escenarios:
aparición de forma espontánea, al escuchar/leer información relacionada con
enfermedades y ante la presencia de alguna molestia o síntoma físico.
El INPIE-parte 2 ha presentado una estructura factorial formada por seis
factores que evalúan cómo se experimentan los pensamientos intrusos sobre la
enfermedad y qué estrategias se emplean para controlarlos. En cuanto a las
reacciones emocionales que suscita el pensamiento intruso, los factores obtenidos
muestran que el malestar, la tristeza y la culpa se agrupan con la dificultad para
controlar el pensamiento, el éxito percibido en su control y la interferencia que
provoca el pensamiento intruso, mientras que las emociones de asco, vergüenza y
culpa conforman un factor independiente. Las valoraciones disfuncionales
asociadas al pensamiento intruso se han agrupado en un único factor, algo que
pudiera deberse a que únicamente se incluye un ítem para cada valoración y a
que, al tratarse de una muestra no clínica, no existe tanta discriminación entre
estas valoraciones disfuncionales. En cuanto a las estrategias de control que se
emplean para hacer frente al pensamiento intruso se han agrupado en tres
dimensiones: estrategias de control de pensamientos (p. ej., distracción del
pensamiento), estrategias relacionadas con la salud (p. ej., pedir cita en el médico)
y compulsiones típicas del TOC (p. ej., ordenar). Respecto al ítem “no hacer nada”,
se ha decidido analizarlo de forma individual, ya que en trabajos anteriores con
instrumentos de evaluación similares se ha constatado como variable
independiente (García-Soriano et al., 2013; Perpiñá, Roncero y Belloch, 2008).
El análisis de la fiabilidad ha indicado que, en general, los factores de la
segunda parte también presentan una buena consistencia interna. Sin embargo, el
factor que agrupa las compulsiones típicas del TOC (i.e., lavar, ordenar, repetir) ha
presentado una consistencia interna pobre, la cual se incrementa al eliminar el
ítem que hace referencia a las conductas de repetición. Esta baja consistencia
puede deberse al efecto suelo de las puntuaciones en estos ítems, dado que
recoge comportamientos escasamente probables en población general y
concretamente en la muestra de estudiantes universitarios evaluada. No obstante,
se ha decidido mantener este ítem dado que podría ser relevante en el estudio de
pacientes con hipocondría.
Por último, las asociaciones entre los factores de la segunda parte del INPIE
permiten identificar dos partes diferenciadas, por un lado, los factores que hacen
178 ARNÁEZ, GARCÍA-SORIANO Y BELLOCH

referencia a cómo se valora el pensamiento intruso y responde emocionalmente y,


por otro lado, los factores relacionados con la forma de responder al pensamiento
intruso (estrategias de control).

Estudio 2

Este segundo estudio tiene los siguientes objetivos: (1) analizar la presencia de
PIEs en una muestra de población general universitaria no clínica, así como de las
consecuencias emocionales, valoraciones y estrategias de control asociadas a los
mismos, y (2) estudiar las asociaciones entre estas variables y medidas de síntomas
psicopatológicos.

Método

Participantes

La muestra estaba formada por 56 estudiantes (39 mujeres y 17 hombres) de


1º de Criminología de la Universidad de Valencia, con una media de edad de 19,36
(DT= 3,47) años. La mayor parte estaba soltero (96,4%) y tenían un nivel
socioeconómico medio (66,1%). Como criterios de inclusión se tuvo en cuenta que
los participantes no padecieran o hubieran padecido una enfermedad física y/o
historia de trastorno mental, o estuvieran recibiendo tratamiento farmacológico o
psicológico.

Instrumentos

a) “Inventario de pensamientos intrusos sobre la enfermedad-revisado” (INPIE-R).


Este instrumento es el resultado de la depuración del INPIE presentada en el
estudio 1 de este trabajo. Como se ha descrito con anterioridad, el INPIE-R es
un autoinforme en el que, tras describir los pensamientos intrusos como
eventos molestos que interrumpen el pensamiento y que son comunes en
población general, se incluyen dos partes diferenciadas. En el INPIE-R Parte 1
se incluyen 42 ítems agrupados en cinco factores que se responden en una
escala tipo Likert de 0 (“Nunca”) a 6 (“Durante todo el día”) que evalúa la
frecuencia de PIEs: 1) que aparecen espontáneamente o ante la presencia de
una molestia leve; 2) sobre la desconfianza hacia el médico y las explicaciones
médicas; 3) sobre el estado de salud de un ser querido; 4) que aparecen ante
la presencia de síntomas físicos (por ejemplo, un dolor de cabeza prolongado)
o información sobre la enfermedad y 5) sobre la muerte. En el INPIE-R Parte 2
el participante escoge su pensamiento intruso más molesto del listado anterior
y evalúa las siguientes dimensiones en una escala Likert de cinco puntos: a) el
malestar, la ansiedad, la tristeza y la interferencia que provoca el pensamiento
intruso más molesto; b) el asco, la culpa y la vergüenza asociados al
pensamiento intruso más molesto; c) el modo en que se valora el pensamiento
intruso más molesto (valoraciones disfuncionales); d) la frecuencia con que se
emplean estrategias generales de control para reducir la molestia generada
Pensamientos intrusos sobre la enfermedad 179

por el pensamiento intruso más molesto; e) estrategias de control relacionadas


con la salud, o f) compulsiones típicas del TOC (p. ej., limpiar, comprobar,
ordenar). En el presente trabajo, la consistencia interna de la primera parte fue
excelente (= 0,96), siendo también buena la de cada una de las cinco
subescalas con valores entre 0,77 (pensamientos intrusos sobre la muerte) a
0,96 (pensamientos intrusos relacionados con la enfermedad). La consistencia
interna de la segunda parte del instrumento también fue adecuada con valores
entre 0,46 (reacciones emocionales e interferencia) a 0,86 (valoraciones y
estrategias generales de control).
b) “Índice Whiteley” (Whiteley Index, WI; Pilowsky, Spence, Cobb y Katsikitis,
1984). El WI consta de 14 ítems incluidos en tres factores que evalúa la
gravedad de las actitudes hipocondríacas (preocupación corporal, miedo a la
enfermedad y convicción de enfermedad) y que se responden mediante una
escala dicotómica (Si/No). La adaptación española del instrumento (Avia, 1993)
ha mostrado una consistencia interna aceptable en el presente estudio (=
0,73).
c) “Cuestionario de preocupación de Pensilvania” (Penn State Worry
Questionnaire, PSWQ; Meyer, Miller, Metzger y Borkovec, 1990). Es un
cuestionario de autoinforme que evalúa la tendencia general a preocuparse.
Está compuesto por 16 ítems en una escala de autoadscripción del ítem de
cinco puntos (1 “Nada típico en mí” a 5 “Muy típico en mí”). La versión
española (Sandín, Chorot, Valiente y Lostao, 2009) ha mostrado en este
trabajo una elevada consistencia interna (puntuación total: = 0,85).
d) “Inventario de obsesiones y compulsiones revisado” (Obsessive-Compulsive
Inventory-Revised, OCI-R; Foa et al., 2002; versión española de Belloch et al.,
2013). El OCI-R es un inventario que evalúa el malestar asociado a los
síntomas obsesivos compulsivos. Está compuesto por 18 ítems valorados en
una escala de respuesta tipo Likert de cinco puntos. Consta de una puntuación
total y 6 factores (Lavado, Obsesiones, Acumulación, Orden, Comprobación y
Neutralización). El instrumento ha obtenido una consistencia interna adecuada
en el presente trabajo (puntuación total: = 0,76).
e) “Escala de depresión, ansiedad y estrés” (Depression, Anxiety and Stress Scale,
DASS-21; Lovibond y Lovibond, 1995). Esta escala fue diseñada para evaluar la
gravedad de los principales síntomas de depresión, ansiedad y estrés. Está
compuesta por 21 ítems que se responden en una escala tipo Likert (0=
“Nunca/Nunca lo sentí” a 3= “Casi todo el tiempo”). La versión española del
instrumento (Bados, Solana y Andrés, 2005) ha mostrado una buena
consistencia interna en esta muestra con valores entre = 0, 87 (escala de
depresión) y = 0, 74 (escala de ansiedad). Únicamente se van a emplear las
escalas de depresión y ansiedad.

Procedimiento

Para reclutar a la muestra del estudio 2, se ofreció participar en una


investigación a los estudiantes de 1º de Criminología de la Universidad de Valencia.
180 ARNÁEZ, GARCÍA-SORIANO Y BELLOCH

Los alumnos interesados completaron un protocolo de instrumentos, en orden


contrabalanceado, que incluía los autoinformes descritos anteriormente (INPIE-R,
IW, PSWQ, OCI-R y DASS-21), junto a una hoja de datos personales y el
consentimiento informado para participar en la investigación. El protocolo y
procedimiento fueron aprobados por la Comisión de Ética en Investigación
Experimental de la Universidad, ya que el estudio forma parte de un proyecto más
amplio de investigación.

Análisis de datos

Para realizar los análisis estadísticos se utilizó el programa estadístico SPSS


para Windows v. 20 (IBM Corp. Released, 2011). Se analizaron a nivel de ítems los
estadísticos de tendencia central (media) y dispersión (desviación típica). En
algunos casos se exploraron los datos por medio de frecuencias y porcentajes.
Para analizar si existía asociación entre diversas variables se llevaron a cabo
análisis de correlación con el coeficiente de correlación de Pearson. Se utilizó la
trasformación Z de Fisher para examinar las diferencias entre pares de
correlaciones.

Resultados

Estadísticos descriptivos

El análisis del INPIE-R-parte 1 muestra que todos los ítems y, por tanto, todos
los PIEs fueron experimentados por alguna persona a lo largo de su vida. Además,
todos los participantes indicaron haber experimentado a lo largo de su vida
pensamientos intrusos sobre enfermedad, concretamente, informaron haber
experimentado como media 32,71 (DT= 27,41) pensamientos intrusos diferentes a
lo largo de su vida. La frecuencia con que se experimentaron estos pensamientos
intrusos fueron bajas (tabla 6), entre una o dos veces en la vida y varias veces al
año, siendo los PIEs espontáneos o aquellos desencadenados por pequeñas
molestias los más frecuentemente experimentados (factor 1).
Del total de los participantes, el 51,79% indicó haber experimentado un PIE
molesto en los últimos tres meses, por ello, únicamente estos participantes
completaron el INPIE-R Parte 2. La frecuencia media de los ítems seleccionados
como el más molesto fue de 2,24 (DT= 1,38). El PIE más molesto generó una baja
interferencia, reacciones emocionales bajas y valoraciones poco disfuncionales. Por
otro lado, las estrategias de control para hacer frente al PIE más molesto que se
emplearon más frecuentemente fueron las estrategias generales de control de los
pensamientos (tabla 6).

Validez convergente y divergente del INPIE-R

Se realizaron correlaciones de Pearson entre la frecuencia de los


pensamientos intrusos (INPIE-R Parte 1) y con medidas de hipocondría,
preocupación ansiosa, síntomas obsesivo compulsivos, de estrés, depresión y
Pensamientos intrusos sobre la enfermedad 181

ansiedad (tabla 6). La frecuencia total de PIE (puntuación total del INPIE-R Parte 1),
así como la frecuencia de PIE desencadenados de forma espontánea/pequeñas
molestias (factor 1) o ante la presencia de síntomas físicos o de información sobre
la enfermedad (factor 4) mostraron correlaciones significativas y positivas con
todas las medidas de psicopatología a excepción de con la sintomatología obsesivo
compulsiva. La frecuencia de los PIE desconfianza ante las explicaciones/pruebas
médicas (factor 2) y de los PIE seres queridos (factor 3) se asociaron con los
síntomas de ansiedad y depresión (DASS-21), aunque únicamente alcanzaron la
significación estadística las asociaciones con la sintomatología depresiva. Y,
finalmente, la frecuencia de los PIE sobre la muerte (factor 5) mostró una relación
significativa con la sintomatología hipocondríaca (Índice Whiteley).
A continuación, se comparó estadísticamente el tamaño de las correlaciones
obtenidas y, específicamente, se observó que tanto la frecuencia total del INPIE-R
Parte 1 (p= 0,03) como la frecuencia de los PIE desencadenados ante la presencia
de síntomas físicos o de información sobre la enfermedad (factor 4) (p= 0,02)
mantenían asociaciones significativamente más elevadas con los síntomas
hipocondríacos (IW) que con la tendencia a preocuparse (PSWQ).
En cuanto a las reacciones emocionales, la interferencia y las valoraciones
disfuncionales del PIE más molesto (INPIE-parte 2), los tres factores de esta parte
mostraron correlaciones significativas y elevadas con la tendencia a preocuparse y
la sintomatología ansiosa y depresiva. Únicamente, las valoraciones disfuncionales
se asociaron de forma significativa con los síntomas hipocondríacos. Respecto a las
estrategias de control utilizadas ante el PIE más molesto, se observaron
correlaciones significativas y elevadas entre las estrategias generales de control de
los pensamientos y la tendencia a preocuparse. Las estrategias relacionadas con la
salud mostraron correlaciones entre moderadas y altas con todas las variables
psicopatológicas, exceptuando la sintomatología obsesivo compulsiva.

Discusión

Los resultados de este estudio sugieren que los contenidos típicos de las
preocupaciones y miedos hipocondríacos operativizados como pensamientos
intrusos son, en términos generales, poco frecuentes entre los estudiantes
universitarios, como cabía esperar de una población no clínica y joven. No
obstante, cuando se analiza el pensamiento intruso más molesto, es decir, el más
cercano al significado clínico, la frecuencia de ese pensamiento es mayor, entre
alguna vez al año y mensualmente. Estas frecuencias medias son semejantes a las
observadas en población general respecto a los pensamientos intrusos con
contenido obsesivo y alimentario (Belloch, Roncero y Perpiñá, 2016; García-
Soriano, Belloch, Morillo y Clark, 2011).
Se ha encontrado también que el contenido de los pensamientos intrusos que
resultan más molestos está relacionado con la muerte y la posibilidad de padecer o
desarrollar una enfermedad grave, lo que es consistente con los resultados
encontrados por otros autores en pacientes diagnosticados de hipocondría, que
informan de la presencia de imágenes intrusas relacionadas, principalmente, con
los temas de muerte y enfermedad (Muse et al., 2010; Wells et al., 1993).
182 ARNÁEZ, GARCÍA-SORIANO Y BELLOCH

Ahora bien, dado que estamos hablando de población general universitaria,


aunque algunos pensamientos intrusos relacionados con la enfermedad son
considerados como más molestos, se ha observado que los individuos no los
valoran de manera disfuncional y no experimentan reacciones emocionales
negativas ante su presencia. Además, las personas valoran que son capaces de
controlarlos y que no les interfieren excesivamente. No obstante, a pesar de ello,
se ha observado también que siempre emplean alguna o varias estrategias para
controlar el pensamiento intruso, siendo las más frecuentemente empleadas las de
control de los pensamientos. Estos resultados son consistentes con los obtenidos
en otros estudios en los que se ha analizado la forma en la que la población
general valora sus pensamientos intrusos obsesivos (García-Soriano y Belloch,
2013; Moulding et al., 2014; Purdon y Clark, 1994).
Por otro lado, el análisis de las asociaciones entre el INPIE-R y diferentes
variables psicopatológicas, apoya la validez convergente y discriminante del
cuestionario y permite ofrecer los primeros datos sobre el papel que pudiera tener,
a nivel psicopatológico, experimentar pensamientos intrusos sobre la enfermedad.
En este sentido, se ha observado que la frecuencia con la que se experimentan los
pensamientos intrusos se relaciona, en mayor medida, con los síntomas
hipocondríacos que con las preocupaciones y los síntomas obsesivo compulsivos.
Estos resultados sugieren que lo que está evaluando el INPIE-R son cogniciones
intrusas negativas sobre el estado de salud y la enfermedad diferentes a las
preocupaciones ansiosas y a los síntomas obsesivo compulsivos. También hemos
constatado que la frecuencia de los pensamientos intrusos se relaciona,
especialmente, con la sintomatología depresiva y ansiosa, lo que sugiere que
experimentar pensamientos intrusos con elevada frecuencia podría ser una variable
de vulnerabilidad para desarrollar síntomas emocionales. Además, está
ampliamente documentado que la sintomatología ansiosa y depresiva general (que
es lo que evalúan los instrumentos del estudio), están presentes en una gran
mayoría de trastornos incluyendo la hipocondría y tienen, en este sentido, valor
transdiagnóstico. No obstante, hay dos factores del INPIE-parte 1 (PIE sobre la
desconfianza hacia el diagnóstico médico y PIE en relación a la enfermedad de
seres queridos) que no tienen una relación significativa con ninguna de las
variables psicopatológicas evaluadas. Esto puede deberse al efecto suelo de la
frecuencia con la que se experimentan estos pensamientos intrusos en la muestra
del estudio. Nuestros resultados sugieren que cuando se produce un mayor
malestar, interferencia y una peor valoración asociados al PIE seleccionado como el
más molesto, también se experimentan más síntomas psicopatológicos.
Concretamente una mayor tendencia a preocuparse y síntomas emocionales.
Además, la tendencia a valorar de forma disfuncional el PIE más molesto, se asocia
a mayores síntomas hipocondríacos, lo que avala la validez convergente del INPIE.
Finalmente, resulta llamativo que la utilización de estrategias generales de
control de los pensamientos intrusos no se asocie con la sintomatología OC y sí
con la tendencia a preocuparse, los síntomas de ansiedad y de depresión. Por otro
lado, la utilización de las estrategias más específicamente relacionadas con la
salud, se asocia, tanto con las variables emocionales mencionadas como con la
sintomatología hipocondríaca. Tomados en conjunto estos resultados avalan que
Pensamientos intrusos sobre la enfermedad 183

lo que está evaluando el nuevo instrumento son pensamientos intrusos más


cercanos a la hipocondría que al TOC.
Por último, existen una serie de limitaciones que deben tenerse en cuenta. En
primer lugar, en el presente estudio se utilizaron medidas de auto-informe como
método de evaluación, por lo que no se puede asegurar la ausencia de sesgos en
las respuestas de los participantes. Además, en futuros estudios será necesario
estudiar la estabilidad temporal del nuevo instrumento. Por otro lado, la muestra
utilizada estuvo exclusivamente formada por estudiantes universitarios, en su
mayoría mujeres, lo que limita la generalización de los resultados obtenidos a la
población general no clínica. Por último, la muestra del segundo estudio era
reducida, por lo que, en futuros estudios también será necesario ampliar el tamaño
de la muestra y su representatividad a la hora de analizar la relación entre los
pensamientos intrusos y las variables psicopatológicas, además de utilizar
población clínica.

Conclusión

El INPIE-R es un instrumento de autoinforme que permite evaluar de manera


fiable pensamientos intrusos específicos sobre la enfermedad. Los datos muestran
que estos pensamientos intrusos son experimentados por una amplia mayoría de la
población estudiada, aunque con una frecuencia baja. Es razonable suponer que,
debido a esta baja frecuencia y, posiblemente, a la edad de los participantes, estos
pensamientos intrusos no generan reacciones emocionales excesivamente
negativas, ni interfieren demasiado, ni se valoran de forma muy disfuncional. No
obstante, es importante señalar que las personas siempre “hacen algo” para
controlar el pensamiento. Por otro lado, es importante resaltar que la frecuencia
con la que se experimentan los pensamientos intrusos sobre la enfermedad se
asocia en especial a los síntomas hipocondríacos. Este estudio apoya el papel de
los pensamientos intrusos como variable transdiagnóstica y sugiere la relevancia de
los pensamientos intrusos sobre la enfermedad como factor de vulnerabilidad para
el desarrollo de la hipocondría. Por todo ello, resulta relevante seguir esta línea de
trabajo y ampliarla con muestras de población comunitaria y clínica.

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RECIBIDO: 13 de junio de 2016


ACEPTADO: 13 de octubre de 2016

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