Procesos Gerenciales
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4. LA CULTURA Y EL CLIMA INSTITUCIONAL
Para Jean-Paul Sallenave, tal como hemos señalado anteriormente, una de las
tres fuerzas principales del triángulo gerencial es la cultura. La cultura
determina la forma cómo funciona una empresa. La cultura se refleja en
las estrategias, en las estructuras y en los sistemas implementados a lo largo
de los años de funcionamiento empresarial, por lo que es vital algunas
consideraciones al respecto.
2. La cultura organizacional consiste en el registro histórico de los éxitos y
fracasos que obtiene la empresa desde su inicio y durante su desarrollo, a
través de los cuales puede tomarse la decisión de omitir o crear algún tipo
de comportamiento favorable o desfavorable para el crecimiento mediato o
inmediato.
3. La cultura organizacional se fundamenta en los valores, las creencias y los
principios que constituyen las raíces del sistema gerencial de una
organización, así como también en el conjunto de procedimientos y
conductas gerenciales que sirven de soporte a esos principios básicos.
4. Si las organizaciones no tuvieran una cultura dominante y sólo estuvieran
compuestas por numerosas subculturas, el valor de la cultura
organizacional como variable independiente decrecería bastante al no existir
una interpretación uniforme de la conducta considerada como aceptable o
inaceptable.
5. Son características de la cultura organizacional:
2.
3. La cultura organizacional cumple diversas funciones, entre las cuales se
citan las siguientes:
Quien toma decisiones debe ser totalmente objetivo y lógico. Debe tener una
meta clara y todas las acciones en el proceso de toma de decisiones llevan de
manera consistente a la selección de aquella alternativa que maximizará la
meta.
Las tomas de decisiones en las organizaciones modernas son realizadas en
grupos o comités de trabajo. Quedan individualizadas en los momentos en que
las mismas pasan a formar parte de las bien estructuradas o estándar.
Las decisiones individuales y grupales tienen cada una de ellas sus puntos
fuertes, ninguna de las dos es ideal en todas las situaciones.
Las ventajas del trabajo en grupo son:
- Información y conocimiento más completo
- Incremento de la aceptación de una solución
- Incremento de la legitimidad
Cuando el proceso es grupal, intervienen todos los elementos de los ideales
democráticos. Si quien toma las decisiones no consulta a otros antes de tomar
una de ellas, el hecho del poder que tiene no le exime de quedar como una
persona autoritaria y arbitraria.
Las decisiones grupales no llevan de todos modos a la perfección, pero sin
lugar a dudas son las menos peligrosas y por lo tanto las que tienen un menor
nivel de error, siempre y cuando nuestros grupos estén entrenados.
5.
6. EL LIDERAZGO GERENCIAL
Los líderes que fijan el rumbo saben y hacen por lo menos tres cosas:
comprenden los sucesos externos, se enfocan en el futuro y convierten la
visión en acción.
Demostrar carácter personal. Indudablemente, los líderes tienen carácter. Los
seguidores necesitan líderes en quienes puedan creer, con quienes puedan
identificarse y en quienes puedan tener confianza. Es lo que se denomina
también "credibilidad" y encierra a su vez atributos como honestidad, capacidad
de inspirar, imparcialidad, capacidad de apoyar a otros. Los líderes de carácter
viven los principios de su organización practicando lo que predican; poseen y
generan en los demás una imagen positiva de sí mismos y exhiben capacidad
cognoscitiva y encanto personal en alto grado.
Para Francés (2006) los tiempos actuales de posmodernidad son una mezcla
de lo viejo con lo nuevo, lo racional con lo irracional, lo futurista con lo retro; en
otras palabras, se está entre tiempos conformados por conjuntos heterogéneos
de variables distintas tanto de forma como de fondo que traen consigo el
nacimiento contrastado de un mercado volátil y de identidad confusa.
Así pues, la gestión gerencial constituye el punto central sobre el cual gira toda
organización que, debido al constante bombardeo del mercado, le exige
reacciones, reacomodos o redefiniciones en su manera de concebir los
procesos internos organizacionales. Berghe (2005) sostiene que para generar
cambios o transformaciones en la organización, se debe contar con el respaldo
significativo además de activo de la gerencia y del gerente.
Igualmente, es la persona que debe señalar la ruta por donde debe andar la
organización; planear, implementar, realizar cambios, en función al desarrollo
organizacional en determinado tiempo, generar mecanismos administrativos
propios y confiables que le permitan la aplicación de correctivos; todo esto,
involucrando a todos los miembros de la organización e identificando el cambio
como proceso hacia el logro de las metas deseables; inyectándole continuas
dosis de innovación al aparato gerencial. Es así, como se genera un
aprendizaje, encaminado a mejorar sustentablemente la organización.
En tal sentido, el innovar debe ser visto como una estrategia necesaria e
ineludible a la hora de guiar, administrar y gerenciar las organizaciones
modernas. Al “equivocarse” como producto de la innovación, se profundiza el
aprendizaje colectivo institucional a la vez que se le da apertura al surgimiento
de nuevos lineamientos estratégicos reorientados al abordaje del cambio
3.1. PLANEACIÓN
Por su lado Münch y García (2008, p.65) establecen que la planeación “es la
determinación de los objetivos, elección de los cursos de acción para lograrlos,
con base en la investigación y elaboración de un esquema detallado que habrá
de realizase en un futuro”. De manera similar Chiavenato (2000) enuncia que
en la planeación se determina por anticipado cuáles son los objetivos que
deben cumplirse; así como, los planes y estrategias se deben establecer para
alcanzarlos. Por otro lado, para Ponce (citado por Münch y García, 2006, p.63)
la planeación “consiste en fijar el curso concreto de acción que ha de seguirse,
estableciendo los principios que habrán de orientarlo, la secuencia de
operaciones para realizarlo, y la determinación de tiempo y numero necesarios
para su realización”.
Ceja (1999) establece que ninguna empresa puede alcanzar el éxito si no tiene
una administración competente, y para esto, es necesario administrar tanto el
macro como el micro ambiente organizacional. En consecuencia, es posible
inferir la importancia del proceso de planificación como pilar formador del
proceso gerencial. Dicho autor, justifica su pertinencia enunciando lo
siguiente:
Ante tal situación, Davis (2000) considera a la replanificación con una vía
canalizadora de nuevas visiones dentro del propio proceso de planeación.
Replanificar es tomar acciones en función a las diferencias observadas y
encontradas entre lo deseado y lo planificado. Tal proceso exige en ocasiones
visiones muchos más amplias e innovadoras de las que dieron origen al
proceso de planificación original.
3.2. ORGANIZACIÓN
De igual forma, el gerente debe tener la convicción total de ver en los cambios
oportunidades de mejoras conducentes a una organización mucho más apta y
cónsona. Debe tener el liderazgo suficiente para transformar esa posible
resistencia de su equipo de trabajo, en una resiliencia resultante en la
participación impulsada y “empoderada” orientada a establecer grupos de
trabajos fusionados y resultantes de las sumas de sus individualidades.
3.3. DIRECCIÓN
Por su parte Bateman y Snell (2001, citado por Luzardo y Pelekais 2007, p.37)
afirman que la dirección “es donde los gerentes efectivos saben conducir a
otros hacia la unidad y el éxito organizacional, interviniendo en este proceso
componentes esenciales tales como, liderazgo, la motivación con implicaciones
para elevar el desempeño, los equipos de trabajo y la comunicación”.
Así pues, a los trabajadores cuando se les reconoce como personas dentro de
la organización se potencian sus conocimientos, motivaciones, habilidades,
actitudes, aptitudes, autoestima, deseos, esperanzas, se les estimula para que
pongan al servicio de la organización ese conjunto de facultades inherentes a
la persona: conocimientos, experiencias, habilidades, valores, sentimientos,
capacidad de trabajo, autoestima; en fin, dignifica al ser.
En tal sentido Azuaje (2005, p.60) establece que:
En tal sentido, para Pelekais y otros, 2002 (citado por Escalante 2009) la
dirección exige a la organización una participación total de las personas que
conforman el equipo de trabajo. El gerente, debe entonces conocer las
capacidades de cada uno de sus seguidores, para así lograr fomentar
relaciones humanas sólidas resultantes en el desarrollo de actividades
prosperas y sanas.
3.4. CONTROL
El último pero no menos importante paso del proceso gerencial, así lo enuncia
Münch y García (2006, p.183) al establecer “si el control se estudia como última
etapa del proceso administrativo, esto no significa que en la práctica suceda de
la misma manera. La planificación y el control están relacionados a tal grado,
que en muchas ocasiones el administrador difícilmente puede delimitar si está
planeando o controlando”. De igual forma para Koontz y Weihrich (2004) el
control constituye (al menos en teoría) la última fase del proceso gerencial,
pero esto no la hace menos importante que las otras.
Por otra parte, con el objeto de que el proceso de control se desarrolle de
manera efectiva, innovadora y contemporánea a las exigencias vividas en la
organización, éste debe aplicarse continuamente en la organización, en tal
sentido, la periodicidad en su aplicación puede en un determinado momento
significar el éxito o no del alcance de los objetivos organizacionales.
Es posible decir entonces, que una vez la organización está en marcha, el
controlar los procesos y recursos, permea los demás patrones establecidos. Es
importante comparar el trabajo personal, grupal, de equipos y de la
organización vista como un todo, con las pautas establecidas en los diferentes
planes: estratégicos, tácticos, operativos y de acciones.
Según Gonzáles (2005) la importancia del proceso del control viene dado por:
a) establece medidas para corregir las actividades, de tal forma que se
alcancen los planes exitosamente, b) se aplica a todas las cosas, personas y
actos, c) determina y analiza rápidamente las causas que pueden originar
desviaciones, para que no se vuelvan a presentar en el futuro, d) proporciona
información acerca de la situación de la ejecución de los planes.
5. CONCLUSIÓN
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RECOMENDACIONES
Las diversas organizaciones y toda entidad educativa tienen el deber de
promover una actitud gerencial que asegure el permanente desarrollo de las
personas y las comunidades laborales, con iniciativa, creatividad y
trascendencia.
Los gerentes deben comprometerse con su desarrollo personal y con el
desarrollo de su organización, estimulando el cultivo de los más altos valores
personales y sociales.
En las organizaciones educativas y en toda empresa moderna, tanto el gerente
como todas las personas tienen que entrenarse en saber elegir las mejores
decisiones para resolver problemas y avanzar, cada vez que sea necesario.
Si hay un factor influyente en la fortaleza de las instituciones es la cultura y el
clima que se vive cotidianamente, por lo que tanto los ejecutivos como las
demás personas tienen la misión de trabajar por una cultura positiva y un clima
organizacional de empatía y cooperación.
Para la gestión de calidad del servicio educativo debe mejorarse la interrelación
entre las funciones pedagógicas, administrativas y de extensión a la comunidad
entre los directivos, docentes y alumnos de toda organización.
Una actitud permanente de nuestras instituciones consiste en el cambio
impulsado por la innovación y la gestación de
nuevos productos y servicios coherentes con las mejores exigencias de la
sociedad.
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