Extenso - Proyecto Final - Chile Poblano
Extenso - Proyecto Final - Chile Poblano
Extenso - Proyecto Final - Chile Poblano
INGENIERÍA AGRÍCOLA
PRODUCCIÓN DE HORTALIZAS
Profesores:
Grupo 1702
2023-I
Agosto 2022
ÍNDICE
Pag.
I. REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS
II. ETAPAS DE DESARROLLO
2.1. GERMINACIÓN Y EMERGENCIA
2.2. CRECIMIENTO DE LA PLÁNTULA
2.3. CRECIMIENTO VEGETATIVO
2.4. FLORACIÓN Y FRUCTIFICACIÓN
2.5 COSECHA
III. PERIODO DE SIEMBRA
IV. ESTABLECIMIENTO
V. ARREGLO TOPOLÓGICO
VI. PREPARACIÓN DEL TERRENO
VII. SIEMBRA: ALMÁCIGOS
VIII. TRASPLANTE
IX. RIEGO
X. FERTILIZACIÓN
XI. LABORES CULTURALES Y LABORES ESPECIALES
11.1. ELIMINACIÓN DE MALEZA
11.2. PODA DE LA PRIMERA FLOR
11.3. PODA DE RETOÑOS LATERALES O CHUPONES
11.4. PODA DE HOJAS
11.5. ENTUTORADO
11.6. POLINIZACIÓN
XII. MANEJO DE PLAGAS
XIII. CONTROL DE ENFERMEDADES
XIV. COSECHA Y RENDIMIENTO POTENCIAL
14.1. COSECHA
14.2. RENDIMIENTO
XV. COSECHA DE SEMILLA
XVI. ASOCIACIÓN Y ROTACIÓN
XVII. REFERENCIAS
I. REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS
Como toda hortaliza de fruto, el chile es de clima cálido, por lo cual no resiste heladas.
A temperaturas menos res 10°C se pueden presentar abortos de las flores, y a menos
de 15°C comienza a detenerse el crecimiento a altas temperaturas (32° a 35°C)
(Valadez, 1989).
En términos generales, la época de siembra del chile en zonas tropicales es en otoño-
invierno, y primavera-verano en regiones templadas (Valadez, 1989).
2.5. COSECHA
En los chiles se utilizan algunos indicadores físicos de cosecha:
● Longitud o tamaño.
● Color.
Así, los chiles se cortan han alcanzado el tamaño adecuado y su color característico
(Valadez, 1989).
IV. ESTABLECIMIENTO
A nivel comercial se utilizan principalmente almácigos, ya sea a campo abierto o en
invernaderos. La siembra directa no es usual, sin embargo, se recomienda una dosis
de siembra de 2 a 3 kg de semilla por hectárea (Valadez, 1989).
En lo que se refiere a almácigos a campo abierto, con 500 gr de semilla sembrada en
una superficie de 50 m2 se obtienen plántulas suficientes para una hectárea comercial.
Dichas plantas se trasplantan a una edad de 45-40 días (cuando están a campo
abierto), o cuando tengan 4 o 5 hojas verdaderas (Valadez, 1989).
A la hora de hacer el trasplante se debe de mantener una separación entre plantas de
35 cm. Para ello, se realiza un orificio con una profundidad no mayor a 5 cm, ya que es
la altura del cepellón de la plántula, y un ancho no mayor a 3 o 4 cm (Cedillo, et al.,
2021).
V. ARREGLO TOPOLÓGICO
Las dimensiones que puede tener el cultivo de chile poblano puede ser en surcos a una
sólo hilera o doble, no importa si es en cubierta plástica, cielo abierto o invernadero,
pues esto permitirá un correcto establecimiento del cultivo y por ende un buen manejo
agronómico entre planta y planta. Además, con estas medidas se obtiene una densidad
de población en promedio de 20,000 a 25,000 plantas/ha, para ello, el surco debe de
tener una distancia entre 1 m y 1.20 m (Valadez, 1989).
VIII. TRASPLANTE
Una vez que las plántulas han llegado a una altura entre los 8 y 10 cm, tienen 2 hojas
verdaderas y el tallo ya es suberizado, se realiza el trasplante en los orificios marcados
del acolchado sobre los surcos. Dentro de los orificios de se realizan hoyos de
profundidad no mayor a 5 cm, o lo suficiente para que entre el cepellón. Una vez se
coloca la plántula en el orificio, con los dedos se hace una ligerea presión para fijar la
plántula al sustrato (Cedillo, et al., 2021).
El trasplante debe realizarse en las primeras horas de la mañana o por la tarde para
evitar daños por estrés al exponer a las plántulas a un exceso de radiación y altas
temperaturas (Cedillo, et al., 2021).
IX. RIEGO
En las primeras etapas de desarrollo se aplican pocos riegos al día y el gasto de agua
es muy pequeño, posteriormente cuando la planta comienza a desarrollarse más
rápidamente, los riegos y el gasto de agua aumentan (Ascencio, 2013). La cantidad de
agua a aplicar también se ve influenciada por el tipo de sustrato o tipo de suelo con el
que se cuente, por ejemplo: en el tezontle se gasta más agua que en los bolis de fibra
de coco, ya que la capacidad de retención de humedad en el tezontle es más baja que
en la fibra de coco (Cedillo, et al., 2021).
Es importante que desde el trasplante el medio de cultivo (sustrato) este con buena
humedad, para ello debe de regarse previamente con abundante agua. La intensidad
del riego y la frecuencia del mismo dependen del estado de crecimiento de las plantas
y de las condiciones ambientales (como se mencionó anteriormente) (Cedillo, et al.,
2021).
En general es conveniente aplicar un riego cada 20-25 días con una lámina de 10 a 12
cm, a excepción del riego de trasplante que requiere una lámina de 20 cm, es
conveniente realizar de 7 a 9 riegos de auxilio durante el desarrollo del cultivo,
realizando de 3 a 4 riegos para llegar a floración e inició de formación de frutos y de 3 a
5 riegos en el periodo de formación de frutos y cosechas de frutos (Ascencio, 2013).
El primer riego hacerlo a los 5 días después del trasplante y el segundo a los 40 días
después del primero. También se puede regar con el sistema de riego por goteo que lo
puede hacer semanalmente o bien meter el agua dos veces en la semana, y bajo este
sistema se puede aprovechar para aplicar el fertilizante y de igual manera los
agroquímicos (Inifap, 2002).
En caso de que sea por temporal o a cielo abierto sin riego, se requiere de
precipitaciones de 600 a 1200 mm, bien distribuidas durante el ciclo del cultivo.
Precipitaciones muy fuertes pueden inducir a la caída de flores, malformación y
pudrición de frutos, así como, a una mayor presencia de enfermedades fungosas
(Barrantes, 2010).
Al aplicar riego por goteo o por cintilla hay que tener presente que existen diferentes
calibres de cintilla en el mercado, sin embargo, para cultivos hortícola como el chile
ancho, se sugiere utilizar cintilla flexible calibre 5 ml o 6 ml con distancia de 30 cm entre
goteros, ya que estas cintillas soportan bien las presiones necesarias para hacer
funcionar adecuadamente el sistema de riego y la inyección de los fertilizantes y con un
buen mantenimiento se pueden utilizar hasta por cuatro ciclos de cultivo. Es
conveniente colocar la cintilla sobre la superficie del suelo en donde la parte donde se
encuentran los orificios por donde fluye el agua y los fertilizantes debe quedar hacia
arriba para de esta manera evitar al máximo el problema de taponamiento debido a
impurezas contenidas en el agua de riego o a residuos de sales fertilizantes. En la
época de lluvias, es importante tener cuidado con los riegos para no provocar excesos
de humedad; para esto se recomienda regar en surcos alternos (terciar) también, es
conveniente evitar los riegos lentos y el trazo de surcos mayores de 100 metros de
largo (Ascencio, 2013).
X. FERTILIZACIÓN
La fertilización de las plántulas se hace con fertilizantes foliares. Durante el crecimiento
de las plántulas en invernadero, particularmente en los primeros días de crecimiento,
es importante evitar insolación directa ya que esta puede ocasionar daños a las
plántulas (Ascencio, 2013)
Usualmente se acostumbra a abonar o fertilizar, 8 días después del trasplante con
formular ricas en fósforo para fomentar el crecimiento de raíces. Los siguientes
abonados se recomienda realizarlos cada 15 o 22 días (dependiendo del desarrollo del
cultivo), con fórmulas variadas que incluyan nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y
calcio (Barrantes, 2010). Aunque lo más común es utilizar una fórmula N-P-K (150-40-
00) o (160-80-00), el análisis de suelos previo a la fertilización es lo más aconsejable
para aplicar una buena nutrición (Inifap, 2002), con base a este análisis se puede
elaborar una fórmula de nutrición para el cultivo; para poder realizarla también es
importante conocer la calidad del agua de riego, el manejo de los nutrientes y sus
fuentes (fertilizantes), las unidades de aplicación (me/l, mmol/l y ppm) y las
características de las plantas a cultivar. En sustratos como el tezontle y la fibra de coco,
se utilizan los 16 elementos nutritivos esenciales para las plantas, estos vienen en los
fertilizantes químicos que se utilizan como fuentes, el cálculo de aplicación ser hace en
me/l (miliequivalentes por litro) y con ello, se establecen las cantidades de fertilizantes
a aplicar. Al realizar una formulación se toma en cuenta el pH y la CE del agua, así
como el análisis químico del agua (Cedillo, et al., 2021).
Para las dosis de fertilización mencionadas anteriormente para cielo abierto, se
distribuyen las cantidades de la siguiente manera:
● (150-40-00): 80 Kilogramos de Nitrógeno y 40 de Fósforo por hectárea al
momento de la borra; y 70 Kilogramos de Nitrógeno por Hectárea a los 45 días
del trasplante. Cuando riegue por goteo el fertilizante se puede distribuir a lo
largo del ciclo del cultivo (Inifap, 2002).
● (160-80-00): Generalmente se aplican 180 Kg de nitrógeno más 60 kg de fósforo
por h-1 que se hace en dos etapas, la primera se realiza en el tapapie o primera
escarda aplicando la mitad del nitrógeno y todo el fósforo, o sea, 90-60-00; esta
proporción se consigue utilizando como fuente de nitrógeno 196 kg de urea o
439 kg de sulfato de amonio; como fuente de fósforo se usan 130 kg de
superfosfato de calcio triple, la segunda fertilización con 130 kg de urea se hace
en los inicios de la floración aproximadamente 40 días después; en ambos
casos, el fertilizante debe aplicarse en banda a una distancia de 8 a 10 cm de la
planta (Ascencio, 2013).
11.5. ENTUTORADO
Sirve para incrementar la producción, tener frutos de mayor calidad y propiciar una
mejor ventilación de la planta para evitar la presencia de enfermedades. Para se
requiere rafia jitomatera y soportes en las esquinas de las camas de crecimiento, hilos
de rafia se colocan horizontalmente sobre las plantas a ambos lados de la misma y
conforme la planta va creciendo se colocan más hilos de rafia, de tal manera que la
planta está creciendo siempre erguida ya que tiene soporte a ambos lados (Cedillo, et
al., 2021).
Cuando se lleva a cabo el cultivo a cielo abierto, se acostumbra que en invierno se
coloquen bandas plásticas para proteger de las lluvias, por lo tanto, los postes deben
estar firmes. Éstos son enterrados a 0.5 m y sobresalen entre 1.8 m y 2.5 m de altura,
con una distancia de 3 m entre un poste y otro dentro de cada hilera (Barrantes, 2010).
El primer hilo se coloca a los 25 a 30 días después del trasplante y de aquí cada 15 a
20 días hasta que la planta deja de crecer (Cedillo, et al., 2021).
11.6. POLINIZACIÓN
Es importante mencionar que las flores del chile poblano (al igual que otros chiles) son
flores perfectas o hermafroditas, por lo que la misma flor es capaz de realizar la
polinización por sí sola.
Bajo condiciones de cultivo a cielo abierto no se tiene que realizar ninguna actividad
adicional para que las flores se autopolinicen, sin embargo, en los invernaderos, la
velocidad del aire en un día sin viento es muy baja, por lo cual hay que polinizar
únicamente moviendo a las plantas suavemente desde las rafias del entutorado una o
dos veces durante el día, preferentemente entre las 11:00 am y las 3:00 pm, ya que es
cuando se tienen más altas temperaturas y el polen de los estambres se desprende
fácilmente (Cedillo, et al., 2021).
Esta actividad se realiza una vez que la planta comienza a tener las flores abiertas, los
cual empieza a presentarse normalmente después de los 25 a los 30 días (Cedillo, et
al., 2021).
También pueden utilizarse abejorros para realizar esta actividad, ya que son muy
buenos polinizadores; aunque está técnica sigue siendo cara y se requiere un
conocimiento especializado para el manejo de dichos abejorros (Cedillo, et al., 2021).
CONTROL
Cuadro 2. Control de enfermedades causadas por hongos y
bacterias que afectan al chile poblano (Elaboración propia con información de (Barrantes, 2010) y
(Cedillo, et al., 2021)).
ENFERMEDAD CONTROL
Pata negra, mal de talluelo Sed recomienda la desinfección de los suelos por medio
de la solarización, suelos no muy húmedos o mal
(Rhizoctonia, Fusarium, Pythium drenados, la utilización de almácigos producidos en
y Phytophtora capsici) ambiente protegidos.
14.2. RENDIMIENTO
Los rendimientos son variables de acuerdo a los factores climáticos donde se situé el
huerto y la variedad sembrada. Sin embargo, se puede decir que el rendimiento
promedio para variedades de chile tipo Poblano oscila entre 6 y 8.5 ton/ha, el cual es
muy pobre, sin embargo en las zonas de Baja California Sur, México, se han llegado a
producir hasta 40 ton/ha y en el Bajío y Zacatecas entre 15 y 25 ton/ha según la semilla
y el nivel de tecnología que se utilicen (Bautista, 2007). Sin embargo, datos obtenidos
por el SIAP (2019) mencionan que el rendimiento promedio por ha de chiles poblanos
es de 59.92 toneladas en condiciones de cielo abierto.
En un estudio realizado por Cedillo, et al., (2021) en el Centro de Prácticas Productivas
de la Lic. En Planificación para el Desarrollo Agropecuario muestran que cultivando
chile poblano en bolsas de tezontle y utilizando variedades de polinización libre tanto
en chile jalapeño y poblano se obtienen 40.0 toneladas por ha (un rendimiento de 4.0
kg /m2), mientras que cultivando variedades híbridas de ambos tipos de chile y
combinándolas con el cultivo en bolis de fibra de coco, se alcanzan hasta 60.0
toneladas por ha (6.0 kg /m2). Concluyendo que el uso de variedades mejoradas de
chile jalapeño y poblano cultivados en fibra de coco bajo invernadero, se obtienen
rendimientos superiores a los obtenidos a cielo abierto, sin embargo, es importante
continuar evaluando las tecnologías utilizadas para ofrecer mejores resultados.
Tabla 1. Asociación de cultivos para chile (Elaboración propia con información de Angel, 2000).
● Girasol
● Perejil ● Tomate
Capsucum annuum (Chile) ● Zanahoria ● Jitomate
● Rábano
● Berenjena
Lo ideal es que las rotaciones sean lo más largas posibles en el tiempo para que la
rentabilidad y las ventajas sean mayores. Siempre se puede repetir algún cultivo
rentable desde el punto de vista económico o introducir algún cultivo nuevo. En
horticultura las rotaciones más generalizadas son la trienal y la cuatrienal. En cultivos
extensivos son más comunes las trienal y bienal (Marín, et al, 2019).
Hay algunas especies que tienden a repetirse sobre el mismo terreno dos o tres años
seguidos, pero su vuelta a la parcela pero su vuelta a la parcela debe superar los
cuatro años. Así, en el caso del chile o el tomate, cuando se repite sistemáticamente
sobre una misma parcela, a modo de monocultivo, los problemas fitosanitarios
aparecen, entre otros, de acorchamiento de las raíces (Marín, et al, 2019). El periodo
de vuelta o tiempo que no se debe repetir un cultivo en la misma parcela para el caso
del chile se muestra a continuación:
Tabla 2. Periodo de vuelta para diferentes cultivos que pueden asociarse (Elaboración propia con
información de Marín, et al, 2019).
Las rotaciones son plurianuales, por lo que se deben de decidir el número de años para
establecer la rotación y, posteriormente, dividir el terreno en sectores y elegir los
cultivos que se van a integrar en la rotación. Hay que tener en cuenta las necesidades
de los cultivos, respecto al agua como a los nutrientes. Por eso es importante introducir
leguminosas en la rotación y también cultivos verdes intercalados para mejorar la
cantidad de materia orgánica y de nitrógeno del suelo. Se suele comenzar por un
cultivo muy exigente ofreciendo al suelo una fuerte aportación de abono orgánico o tras
un abono verde. El segundo año se seguirá con un cultivo menos exigente. Y así
sucesivamente procurando que no se repitan los órganos de consumo en dos ciclos
sucesivos. Un ejemplo con los cultivos mencionados en la tabla anterior podría quedar
con el siguiente arreglo:
Tabla 3. Rotación para diferentes cultivos que pueden asociarse en una planeación (Elaboración propia
con información de Marín, et al, 2019).
XVII. REFERENCIAS
Fagro de México (2019) Etapas fenológicas del cultivo de chile. El blog de Frago.
https://blogdefagro.com/2019/09/26/etapas-fenologicas-del-cultivo-del-chile/
Valadez, L.A. 1989. Producción de Hortalizas. Editorial Limusa. México D.F., México.
pp: 185-196
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