Tratado Hay - BUNAU VARILLA

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Tratado Hay-Bunau Varilla

El Tratado Hay-Bunau Varilla fue establecido entre Panamá y los


Estados Unidos el 18 de noviembre de 1903, pocos días después de
la Separación de Panamá de Colombia. Dicho tratado ponía
prácticamente la tutela estadounidense sobre Panamá, y permitió que
se tomara una franja de 10 millas de ancho sobre el cual pasaría el
Canal de Panamá y que fue llamado Zona del Canal de Panamá.

Antecedentes

En la tarde del 4 de noviembre de 1903, el gobierno provisional


proclamó formalmente la República de Panamá, ya que había ocurrido
el hecho de separación de Colombia el día anterior, y del cual estuvo
unida a este último país desde su verdadera independencia el 28 de
noviembre de 1821. El 6 de noviembre, el gobierno estadounidense,
por intermedio del secretario de Estado John Hay, hizo el
reconocimiento de facto de la nueva nación, mediante un telegrama
enviado al cónsul de Panamá.

Phillipe Bunau-Varilla, como recompensa por su ayuda en la


insurrección había insistido en su nombramiento como Ministro
Plenipotenciario de Panamá en los Estados Unidos, ya que él había
cumplido su parte al pacto acordado con Manuel Amador Guerrero en
Nueva York, el 20 de octubre de 1903. Los argumentos de Bunau-
Varilla por la rapidez de su nombramiento se basaban en el
impedimento de actuar como Ministro Plenipotenciario de Panamá a
falta de una designación oficial. El mismo 6 de noviembre, le llegó de
la Junta de Gobierno Provisional de la República de Panamá, la
notificación donde se le nombraba Enviado Extraordinario y Ministro
Plenipotenciario ante el gobierno de los Estados Unidos con plenos
poderes para negociaciones políticas y financieras.

El tratado

El 15 de noviembre, Hay envió a Bunau-Varilla un proyecto de tratado


basado en el rechazado Tratado Herrán-Hay, algo modificada, para
que se amoldara a las condiciones que se han suscitado en ese
momento, y le solicitó que lo devolviera tan pronto como fuera posible.
Bunau-Varilla hizo bastantes modificaciones al proyecto y todavía no
satisfecho, redacto un nuevo tratado basado en cuatro hechos:

1. La neutralidad del Canal de Panamá.


2. La igualdad para todas las banderas, tanto la
estadounidense como las demás.
3. El pago a Panamá de los diez millones de dólares,
originalmente destinados a Colombia.
4. La protección de Panamá contra cualquier agresión.

En líneas generales, el Tratado transformaba a Panamá en un


protectorado de los Estados Unidos, al tiempo que enajenaba el
territorio nacional. Además, se le otorgaba a perpetuidad a los Estados
Unidos una franja de diez millas de ancho a ambos lados del Canal,
así como las aguas y tierras necesarias para la construcción,
mantenimiento, saneamiento, operación y defensa del Canal dentro o
fuera de esta Zona. Respecto al ejercicio de la soberanía en la Zona
del Canal, se expresaba que se le otorgaba a los Estados Unidos
todos los derechos, poder y autoridad en la Zona que esta nación
ejercería como si fuera soberana del territorio "con exclusión del
ejercicio de tales derechos soberanos, poder o autoridad por
la República de Panamá". De hecho, la República de Panamá quedó
excluida de cualquier actividad dentro de la Zona y la misma pasó a
ser territorio norteamericano en la práctica. Las islas de Perico,
Culebra, Naos y Flamenco eran consideradas como parte de la Zona
del Canal.

Los derechos de los Estados Unidos para la construcción y


mantenimiento del Canal prevalecerían sobre los de Panamá en toda
la República. Estados Unidos podía intervenir en las ciudades de
Panamá y Colón y áreas adyacentes en caso de alteración del orden
público. Aunque se hacía énfasis en la neutralidad del Canal, también
se hablaba que en caso necesario los Estados Unidos podía llegar a
levantar fortificaciones y establecer estaciones navales.

Por tan leoninas condiciones que enajenaban el territorio nacional,


Panamá recibía diez millones de dólares como compensación y una
anualidad de 250 mil dólares que se pagaría nueve años después de
la ratificación del Tratado. Cuando Amador, Boyd y Arosemena
leyeron el texto ya suscrito por Bunau Varilla quedaron perplejos frente
a tan desmedidas concesiones, pero ya no se podía dar marcha atrás.

Temeroso Bunau Varilla que la Junta Provisional de Gobierno no


ratificara el Tratado, le cablegrafió de inmediato advirtiéndole que
mientras este documento no fuera aprobado la República de Panamá
corría peligro de ser reconquistada por Colombia. De manera, que
convenía ratificar el Tratado de inmediato y regresarlo a los Estados
Unidos en el mismo barco que llegaría al puerto de Colón. El
argumento surtió efecto, pues la Junta ratificó el Tratado el día 2 de
diciembre, sin siquiera traducirlo al español.

Texto original

(Para la construcción del canal interoceánico) DECRETO NÚMERO


24 de 1903 (de 2 de diciembre) Por el cual aprueba un Tratado con los
Estados Unidos de Norte América. LA JUNTA DE GOBIERNO
PROVISIONAL DE LA REPUBLICA,

Por cuanto se ha celebrado entre el Enviado Extraordinario y Ministro


Plenipotenciario de la República, acreditado ante el Gobierno de los
Estados Unidos de América, y el señor Secretario de Estado de
aquella Nación, un tratado que copiado a la letra dice así: CONVENIO
DEL CANAL ISTMICO

Deseando los Estados Unidos de América y la República de Panamá


asegurar la construcción de un canal para buques a través del Istmo
de Panamá para comunicar los Océanos Atlántico y Pacífico; habiendo
expedido el Congreso de los Estados Unidos de América una ley
aprobada el 28 de junio de 1902 con tal fin, por la cual se autoriza al
Presidente de los Estados Unidos para adquirir de la República de
Colombia dentro de un plazo razonable el control del territorio
necesario, y residiendo efectivamente la soberana de ese territorio en
la República de Panamá, las Altas Partes Contratantes han resuelto
celebrar una Convención con tal objeto, y por consiguiente, han
nombrado como sus Plenipotenciarios: El Presidente de los Estados
Unidos de América, a John Hay, Secretario de Estado, y El Gobierno
de la República de Panamá, a Philippe Bunau Varilla, Enviado
Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la República de Panamá,
especialmente facultado para tal objeto por este Gobierno, quienes
después de haberse comunicado sus respectivos plenos poderes, y de
haberlos hallado en buena y debida forma, han convenido y
concertado los siguientes artículos: contados desde la fecha de canje
de ratificaciones de este Tratado.

ARTÍCULO I

Los Estados Unidos garantizan y mantendrán la independencia de la


República de Panamá.

ARTÍCULO II

La República de Panamá concede a los Estados Unidos, a


Perpetuidad, el uso, ocupación Y Control de una zona de tierra y de
tierra cubierta por agua para laconstrucción, mantenimiento,
funcionamiento, saneamiento y protección del citado Canal, de diez
millas de ancho que se extienden a una distancia de cinco millas a
cada lado de la línea central de la ruta del canal que se va a
comenzando dicha zona en el Mar Caribe a tres millas marítimas de la
línea media de la bajamar y extendiéndose a través del Istmo de
Panamá hacia el Océano Pacífico hasta una distancia de tres millas
marítimas de la línea media de la bajamar, con la condición de que las
ciudades de Panamá y Colón y las bahías adyacentes a dichas
ciudades, que están comprendidas dentro de los límites de la zona
arriba descrita, quedan incluidos en esta concesión. La República de
Panamá concede, además, a perpetuidad, a los Estados Unidos, el
uso, ocupación y control de cualesquiera otras tierras y aguas fuera de
la zona arriba descrita, que puedan ser necesarias y convenientes
para la construcción, mantenimiento, funcionamiento, saneamiento y
protección del mencionado Canal, o de cualesquiera canales auxiliares
u otras obras necesarias y convenientes para la construcción,
mantenimiento, funcionamiento,saneamiento y protección de la citada
empresa. La República de Panamá concede, además, y de igual
manera a los Estados Unidos, a perpetuidad, todas las islas que se
hallen dentro de los limites de la Zona arriba descrita, así como
también, el grupo de pequeñas islas de la Bahía de Panamá, llamadas
Perico, Naos, Culebras y Flamenco.

ARTÍCULO III

La República de Panamá concede a los Estados Unidos en la zona


mencionada y descrita en el Artículo 11 de este Convenio y dentro de
los límites de todas las tierras y aguas auxiliares mencionadas y
descritas en el citado Artículo 11, todos los derechos, poder y
autoridad que los Estados Unidos poseerían y ejercitarían si ellos
fueran soberanos del territorio dentro del cual están situadas dichas
tierras y aguas, con entera exclusión del ejercicio de tales derechos
soberanos, poder o autoridad por la República de Panamá.

ARTÍCULO IV
Como derechos subsidiarios de las concesiones que anteceden, la
República de Panamá concede a los Estados Unidos, a perpetuidad,
el derecho de usar los ríos, riachuelos, lagos y otras masas de agua
dentro de sus límites para la navegación, suministro de agua o de
fuerza motriz o para otros fines, hasta donde el uso de esos ríos,
riachuelos, lagos y masas de aguas pueda ser necesario y
conveniente para la construcción, mantenimiento, saneamiento y
protección del mencionado Canal

ARTÍCULO V

La República de Panamá concede a los Estados Unidos, a


perpetuidad, el monopolio para la construcción, mantenimiento y
funcionamiento de cualquier sistema de comunicación por medio de
canal o de ferrocarril a través de su. territorio entre el Mar Caribe y el
Océano Pacífico.

ARTÍCULO VI

Las concesiones que aquí se expresan de ningún modo invalidarán


los títulos o derechos de los ocupantes o dueños de tierras o
propiedades particulares en la mencionada zona o en cualesquiera de
las tierras y aguas concedidas a los Estados Unidos según las
estipulaciones de cualquier artículo de este Tratado, ni tampoco
perjudicarán los derechos de tránsito por las vías públicas que
atraviesen la mencionada zona o cualquiera de dichas tierras o aguas,
a menos que tales derechos de tránsito o derechos particulares estén
en conflicto con los derechos aquí concedidos a los Estados Unidos,
caso en el cual los derechos de los Estados Unidos prevalecerán.
Todos los daños causados a los propietarios de tierras o
depropiedades particulares de cualquier clase con motivo de las
concesiones contenidas en este Tratado o con motivo de los trabajos
que ejecuten los Estados Unidos, sus agentes o empleados, o con
motivo de la construcción, mantenimiento, funcionamiento,
saneamiento y protección del mencionado Canal o de las obras de
saneamiento y protección aquí estipuladas, serán evaluados y
ajustados por una Comisión Mixta nombrada por los Gobiernos de los
Estados Unidos y de la República de Panamá, cuyas decisiones con
respecto a esos daños serán definitivas y cuyos fallos por tales daños
serán pagados únicamente por los Estados Unidos. No se impedirá,
demorará o estorbará parte alguna del mencionado Canal o del
Ferrocarril de Panamá o de cualquiera de las obras auxiliares
relacionadas con uno y otro autorizadas por los términos de este
Tratado mientras estén pendientes los procedimientos en averiguación
de esos daños. Los avalúos de esas tierras y de las propiedades
particulares y de los daños causados a éstas, tendrán por base el
valor que tenían los bienes antes de la fecha de esta Convención.

ARTÍCULO VII

La República de Panamá concede a los Estados Unidos dentro de los


límites de las ciudades de Panamá y Colón y sus puertos adyacentes
y dentro del territorio adyacente a ellos, el derecho de adquirir por
compra o en ejercicio de dominio eminente, las tierras, edificios,
derechos de agua u otras propiedades que sean necesarias y
convenientes para la construcción, mantenimiento, funcionamiento y
protección del Canal y para cualesquiera obras de saneamiento, tales
como la recogida y desague de inmundicias y la distribución de agua
en las citadas ciudades de Panamá y Colón y que a juicio de los
Estados Unidos pueden ser necesarias y convenientes para la
construcción, mantenimiento, funcionamiento y protección del
mencionado Canal y Ferrocarril. Todos los trabajos de saneamiento,
de recogida y desague de inmundicias y de distribución de agua en las
ciudades de Panamá y de Colón serán ejecutados por cuenta de los
Estados Unidos y el Gobierno de los Estados Unidos, sus agentes y
representantes tendrán facultad para establecer y cobrar las
contribuciones de agua y de albañales que sean suficientes para
proveer al pago de los intereses y a la amortización del capital
invertido en esas obras en un período de cincuenta años, y a la
expiración de ese período de cincuenta años elsistema de albañales y
el acueducto vendrán a ser de propiedad de las ciudades de Panamá
y Colón respectivamente, y el uso del agua será libre para los
habitantes de Panamá y Colón, salvo la contribución y mantenimiento
del mencionado sistema de albañales y del acueducto.

La República de Panamá conviene en que las ciudades de Panamá y


Colón cumplirán, a perpetuidad, los reglamentos de carácter
preventivo o curativo dictados por los Estados Unidos y en caso de
que el Gobierno de Panamá no pudiere hacer efectivo o faltare a su
obligación de hacer efectivo el cumplimiento de dichos reglamentos
sanitarios de los Estados Unidos por las ciudades de Panamá y Colón,
la República de Panamá concede a los Estados Unidos el derecho y
autoridad de hacerlos efectivos.
El mismo derecho y autoridad se concede a los Estados Unidos para
el mantenimiento del orden público en las ciudades de Panamá y
Colón y en los territorios y bahías adyacentes, en caso de que la
República de Panamá, a juicio de los Estados Unidos, no estuviera en
capacidad de mantenerlo.

ARTÍCULO VIII

La República de Panamá concede a los Estados Unidos los derechos


que hoy tiene y que más tarde pueda adquirir sobre los bienes de la
Compañía Nueva del Canal de Panamá y de la Compañía del
Ferrocarril de Panamá como resultado del traspaso de soberanía de la
República de Colombia a la República de Panamá y autoriza a la
Compañía del Canal de Panamá para vender y traspasar a los
Estados Unidos sus derechos, privilegios, bienes y concesiones así
como también el Ferrocarril de Panamá y todas las acciones o parte
de las acciones de esa Compañía; pero las tierras públicas situadas
fuera de la Zona descrita en el artículo II de este tratado y que están
actualmente incluidas en las concesiones hechas a ambas empresas y
que no sean necesarias para la construcción y funcionamiento del
Canal volverán a poder de la República de Panamá, con excepción de
cualesquiera bienes de que en la actualidad sean dueñas o
poseedoras las mencionadas compañía dentro de Panamá o Colón o
dentro de sus puertos o terminales.

ARTÍCULO IX

Los Estados Unidos convienen en que los despachos oficiales del


Gobierno de la República de Panamá respecto de las ciudades de
Panamá y Colon convienen en que ellos serán libres en todo tiempo,
de modo que en ellos no se impondrán ni cobrarán peajes aduaneros,
derechos de tonelaje, faros, muellaje, pilotaje, o cuarentena ni ninguna
otra contribución o impuestos sobre las naves que usen el Canal o
pasen por él o que pertenezcan a los Estados Unidos o sean
empleadas por éstos, directa o indirectamente, en la construcción,
mantenimiento, funcionamiento, saneamiento y protección del Canal
principal u otras auxiliares, ni sobre la carga, oficiales, tripulación o
pasajeros de dichas naves, con excepción de los peajes y cargas que
puedan ser establecidos por los Estados Unidos por el uso del Canal u
otras obras, ycon excepción de los impuestos y contribuciones
establecidos por la República de Panamá sobre las mercaderías
introducidas para su uso y consumo en el resto de la República de
Panamá, y sobre las naves que toquen en los puertos de Colón y
Panamá sin pasar por el Canal.

El Gobierno, de la República de Panamá tendrá el derecho de


establecer en esos puertos en las ciudades de Panamá y Colón los
edificios y resguardos que sean necesarios para la recaudación de
impuestos sobre las importaciones destinadas a otras partes de
Panamá y para prevenir el contrabando. Los Estados Unidos tendrán
derecho a usar las ciudades y bahías de Panamá y Colón como
lugares de anclaje, para hacer reparaciones, para cargar, descargar,
almacenar y trasbordar cargas, ya sean en tránsito ya sean destinados
al servicio del Canal o de otras obras relacionadas con éste.

ARTÍCULO X
La República de Panamá conviene en que no se impondrán
contribuciones, ya sean nacionales, municipales, departamentales o
de cualquiera otra clase sobre el Canal, los Ferrocarriles y obras
auxiliares, remolcadores y otras naves empleadas en el servicio del
Canal, depósitos, talleres, oficinas, habitaciones para obreros, fábricas
de todas clases, almacenes, muelles, maquinarias y otras obras,
propiedades y efectos pertenecientes al Canal o al Ferrocarril y obras
auxiliares, o a sus jefes y empleados, situados dentro de la ciudad de
Panamá y Colón; y que no se impondrán contribuciones o impuestos
de carácter personal de ninguna naturaleza a los jefes, empleados,
obreros y otros individuos en el servicio del Canal, del Ferrocarril y
obras auxiliares.

ARTÍCULO XI

Los Estados Unidos convienen en que los Despachos oficiales del


Gobierno de la República de Panamá serán trasmitidos por las líneas
telegráficas y telefónicas establecidas por el Canal y usadas para
negocios públicos y privados, a ratas no mayores que las que se
cobren a los funcionarios en el servicio de los Estados Unidos.

ARTÍCULO XII

El Gobierno de la República de Panamá permitirá la inmigración y


libre acceso a las tierras y talleres del Canal y a sus obras auxiliares a
todos los empleados y obreros de cualquier nacionalidad que estén
contratados para trabajar en el Canal o que busquen empleo en él o
que de cualquier manera estén relacionados con el mencionado Canal
y sus obras auxiliares, con sus respectivas familias, y todas esas
personas estarán exentas del servicio militar de la República de
Panamá.

ARTÍCULO XIII

Los Estados Unidos podrán importar en todo tiempo a la mencionada


Zona y tierras auxiliares, libres de derechos de aduana, impuestos,
contribuciones u otros gravámenes, y sin ninguna restricción, buques,
dragas, locomotoras, carros, maquinaria, herramientas, explosivos,
materiales, abastos y otros artículos necesarios y convenientes para la
construcción, mantenimiento, funcionamiento, saneamiento y
protección del Canal y sus obras auxiliares, y todas las provisiones,
medicinas, ropas, abastos y otros artículos necesarios y convenientes
para los jefes, empleados, trabajadores y obreros al servicio y en el
empleo de los Estados Unidos y para sus familias. Si tales artículos
fueren enajenados para ser usados fuera de a Zona y tierras auxiliares
concedidas a los Estados Unidos y dentro del territorio de la República
de Panamá, quedarán sujetos a los mismos derechos de importación y
otros impuestos que graven iguales artículos importados bajo las leyes
de la República de Panamá.

ARTÍCULO XIV

Corno precio o compensación de los derechos, poderes y privilegios


otorgados por este Convenio por la República de Panamá a los
Estados Unidos, el Gobierno de los Estados Unidos conviene en pagar
a la República de Panamá la suma de diez millones de dólares
($10.000.000) en moneda de oro de los Estados Unidos al efectuarse
el canje de las ratificaciones de este Convenio v también una
anualidad durante la vida de este Convenio de doscientos cincuenta
mil dólares ($250.000) en la misma moneda de oro, comenzando
nueve años después de la fecha arriba expresada. Las estipulaciones
de este Artículo serán en adición a todos los demás beneficios que
obtiene la República de Panamá de acuerdo con esta Convención.
Pero ninguna demora o diferencia de opinión con motivo de este
Artículo o de cualquiera otra estipulación de este Tratado afectará o
interrumpirá la completa ejecución y efecto de esta Convención en las
demás partes.

ARTÍCULO XV

La Comisión Mixta a que se refiere el Artículo VI será constituida de la


manera siguiente: El Presidente de los Estados Unidos nombrará dos
personas y el Presidente de la República de Panamá nombrará dos
personas, quienes procederán a dictar su fallo; pero en caso de
discordancia de la Comisión (con motivo de estar igualmente dividida
en sus conclusiones) se nombrará un Dirimente por los dos Gobiernos,
quien dictará el fallo. En caso de muerte, ausencia o incapacidad de
un Miembro de la Comisión o del Dirimente, o en caso de omisión,
excusa o cesación en el desempeño de sus funciones, su puesto será
llenado mediante el nombramiento de otra persona del modo antes
indicado. Los fallos dictados por la mayoría de la Comisión o por el
Dirimente serán definitivos.

ARTÍCULO XVI

Los dos Gobiernos tomarán las medidas necesarias, mediante


arreglos futuros para la persecución, captura, prisión, detención y
entrega a las autoridades de la República de Panamá, dentro de la
mencionada Zona y tierras auxiliares, de las Personas acusadas de
haber cometido crímenes, delitos o faltas fuera de la citada Zona y
para, la persecución, captura, prisión, detención y entrega a las
autoridades de los Estados Unidos, fuera de li mencionada Zona, de
las Personas, acusadas de haber cometido crímenes, delitos y faltas
dentro de dicha Zona y tierras auxiliares.

ARTÍCULO XVII

La República de Panamá concede a los Estados Unidos el uso de


todos los puertos de la República abiertos al comercio, como lugares
de refugio para cualesquiera naves empleadas en la empresa Canal, y
para todas las naves que pasen o intenten pasar por el Canal, que
hallándose en peligro se vean forzadas a arribar a dichos puertos.
Tales naves estarán exentas de los impuestos de anclaje y tonelaje
por parte de la República de Panamá.

ARTÍCULO XVIII

El Canal una vez construido, y sus entradas, serán neutrales a


perpetuidad y estarán abiertos a la navegación en las condiciones
establecidas en la Sección lera. del Artículo III del Tratado celebrado
entre los Gobiernos de los Estados Unidos y la Gran Bretaña, el 18 de
Noviembre de 1901 y de conformidad con las demás estipulaciones
del mismo.

ARTÍCULO XIX
EI Gobierno de la República de Panamá tendrá derecho a transportar
por el Canal sus naves y sus tropas y elementos de guerra en esas
naves en todo tiempo y sin pagar derechos de ninguna clase. Esta
exención se extenderá al Ferrocarril auxiliar para el transporte de
personas al servicio de la República de Panamá, o de la fuerza de
policía encargada de guardar el orden público fuera de la expresada
Zona, así como sus equipajes, elementos de guerra y provisiones.

ARTÍCULO XX

Si en virtud de cualquier tratado vigente que se relacione con el


territorio, del Istmo de Panamá y cuyas obligaciones recaigan sobre la
República de Panamá o sean asumidas por ésta, hubiere privilegios o
concesiones en favor del Gobierno o de los ciudadanos o súbditos de
una tercera potencia relativos a una vía de comunicación
interoceánica, que en cualquiera de sus estipulaciones pueda ser
incompatible con los términos de la presente Convención, la República
de Panamá conviene en abrogar o modificar ese tratado en debida
forma, para lo cual hará a la expresada tercer potencia la modificación
necesaria dentro del término de cuatromeses a contar de la fecha de
esta Convención; y en caso de que el Tratado existente no contuviera
cláusula alguna que permita su modificación o abrogación, la
República de Panamá conviene en procurar su modificación o
abrogación en forma tal que no haya conflicto alguno con las
estipulaciones de la presente Convención.

ARTÍCULO XXI
Es entendido que los derechos privilegios concedidos por la República
de Panamá a los Estados Unidos en los Artículos que preceden están
libres de toda deuda, gravamen, fideicomiso o responsabilidad anterior
a de anteriores concesiones o Privilegios a otros Gobiernos,
compañías anónimas, sindicatos o individuos, y en consecuencia, si
surgieron reclamaciones a causa de las actuales concesiones y
privilegios o por otra causa cualquiera, los reclamantes ocurrirán al
Gobierno de la República de Panamá, y no a los Estados Unidos en
demanda de cualquiera indemnización o transacción que sea
necesaria.

ARTÍCULO XXII

La República de Panamá renuncia y concede a los Estados Unidos la


participación a que pueda tener derecho en las futuras utilidades del
Canal de acuerdo con el Artículo XV del Contrato de concesión
celebrado con Lucién N. B. Wyse, del cual es dueño hoy la Compañía
Nueva del Canal de Panamá, y todos los derechos o acciones de
carácter pecuniario que emanen de dicha concesión o tengan relación
con ella y los que emanan de las concesiones hechas a las
Compañías del Ferrocarril de Panamá o de cualesquiera extensiones
o modificaciones de las mismas o que con ellas se relacionen; y de
igual manera renuncia, confirma y concede a los Estados Unidos,
ahora y para siempre, todos los derechos y bienes reservados en las
citadas concesiones que de otra manera pertenecerían a Panamá
antes de expirar el término de noventa y nueve años de las
concesiones otorgadas a la persona y compañías arriba mencionadas,
y todos los derechos, títulos y acciones que en la actualidad tenga o
que pueda tener en lo futuro en las tierras, canal, obras, bienes y
derechos que tengan las citadas compañías en virtud de dichas
concesiones o de cualquiera otra manera y adquiridas o que adquieran
los Estados Unidos de la Compañía Nueva del Canal de Panamá o por
su conducto, incluyendo cualesquiera bienes y derechos que pudieran
volver en lo futuro al dominio de la República de Panamá, por
caducidad, decomiso o cualquiera otra causa, en virtud de
cualesquiera Contratos, o concesiones con el citado Wyse, la
Compañía del Ferrocarril de Panamá y la Compañía Nueva del Canal
de Panamá. Los derechos y bienes arriba citados estarán y quedan
desde ahora libres y relevados de todo interés o reclamación actual o
reversionaria a que Panamá tenga derecho, y el título de los Estados
Unidos sobre ellos, cuando se efectúe la proyectada compra por los
Estados Unidos a la Compañía Nueva del Canal de Panamá, será
absoluto, en cuanto concierne a la República de Panamá, con
excepción de los derechos de la República específicamente
asegurados por este Tratado.

ARTÍCULO XXIII

Si en cualquier tiempo fuere necesario emplear fuerzas armadas para


la seguridad y protección del Canal o de las naves que lo usen, o de
los Ferrocarriles y obras auxiliares, los Estados Unidos tendrán
derecho, en todo tiempo y a su juicio, para usar su policía y sus
fuerzas terrestres y navales y establecer fortificaciones con ese objeto.

ARTÍCULO XXIV
Ningún cambio en el Gobierno o en las leyes y tratados de la
República de Panamá afectará, sin el consentimiento de los Estados
Unidos, derecho alguno de los Estados Unidos de acuerdo con esta
Convención, o de acuerdo con cualesquiera estipulaciones de
Tratados entre los dos países que en la actualidad existan o que en lo
futuro puedan existir sobre la materia de esta Convención. Si la
República de Panamá llegare a formar parte en lo futuro de algún otro
Gobierno o de alguna unión o confederación de Estados, de manera
que amalgamara su soberanía o independencia en ese Gobierno,
unión a confederación, los derechos de los Estados Unidos, según
esta Convención, no serán en manera alguna menoscabados o
perjudicados.

ARTÍCULO XXV

Para mejor cumplimiento de las obligaciones de esta Convención y


para la eficiente protección del Canal y el mantenimiento de su
neutralidad, el Gobierno de la República de Panamá venderá o
arrendará a los Estados Unidos las tierras adecuadas y necesarias
para estaciones navales o carboneras en la Costa del Pacífico y en la
costa occidental de la República sobre el Caribe, en ciertos lugares
que serán convenidos con el Presidente de los Estados Unidos.

ARTÍCULO XXVI

Una vez firmada esta Convención por los Plenipotenciarios de las


Partes Contratantes, será ratificada por los respectivos Gobiernos y
las ratificaciones serán canjeadas en Washington en la mayor
brevedad posible. En fe de lo cual los respectivos Plenipotenciarios
han firmado y sellado con sus respectivos sellos la presente
Convención en dos ejemplares.

Hecha en la ciudad de Washington, a 18 de Noviembre del año de


Nuestro Señor mil novecientos tres. P. Bunau Varilla. (Hay un sello).
John Hay. (Hay un sello).

CONSIDERANDO:

lo. Que en ese Tratado se ha obtenido para la República de Panamá


la garantía de su independencia;

2o. Que por razones de seguridad exterior es indispensable proceder


con la mayor celeridad a la consideración del Tratado, a efecto de que
esa obligación principal por parte de los Estados Unidos de América
principie a ser cumplida con eficacia;

3o. Que con el Tratado se realiza la aspiración de los pueblos del


Istmo, cual, es la apertura del Canal y su servicio en favor del
comercio de todas las naciones; y

4o Que la Junta de Gobierno Provisional formada por voluntad


unánime de los pueblos de la República, posee todos los poderes del
soberano en el territorio.

DECRETA:

Artículo único. Apruébase el Tratado celebrado en Washington,


Distrito capital de la República de los Estados Unidos de América, el
día 18 de Noviembre del presente año entre Su Excelencia Philippe
Bunau Varillá, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de
esta República, y Su Excelencia John Hay, Secretario de Estado de la
República de los Estados Unidos de América. Publíquese. Dado en
Panamá a dos de Diciembre de mil novecientos tres. (1903) J. A.
Arango.-Tomás Arias. Manuel Espinosa B. El Ministro de Gobierno,
Eusebio A. Morales. El Ministro de Relaciones Exteriores, F. V. De la
Espriella. El Ministro de Justicia, Carlos A. Mendoza. El Ministro de
Hacienda, Manuel E. Amador. El Ministro de Guerra y Marina, Nicanor
A. de Obarrio. Por el Ministro de Instrucción Pública, El Subsecretario,
Francisco Antonio Facio.

Firma y ratificación

El 13 de noviembre de 1903, el presidente Teodoro Roosevelt recibió


en la Casa Blanca a Philippe Bunau Varilla para simular la
presentación, por parte de éste, de las cartas credenciales que
supuestamente lo acreditaban como Enviado Extraordinario y Ministro
Plenipotenciario de Panamá ante el Gobierno de los Estados Unidos
para firmar el Tratado del Canal de Panamá. Su nombramiento era
solamente para efectuar "...negociaciones políticas y financieras",
según el cablegrama que recibió el 6 de noviembre de la Junta de
Gobierno.

El Secretario de Estado norteamericano John Hay, el 15 de noviembre


de 1903 le remitió un proyecto de tratado, que poco se diferenciaba
del Tratado Herran-Hay, y le solicitó, además, que se lo devolviera con
sus sugestiones en el menor tiempo posible. A primeras horas del 17
de noviembre de 1903, Bunau Varilla, a su vez, remite a Hay un nuevo
proyecto de tratado. Dicho proyecto perjudicaba más a Panamá que el
que Bunau Varilla había recibido del Secretario de Estado porque, y
éstas son sus palabras, Bunau Varilla llegó "a la conclusión de que era
condición indispensable de buen éxito redactar un nuevo tratado, tan
bien adaptado a las exigencias norteamericanas, que desafiara
cualquier crítica del Senado." Ese mismo día, como a las diez de la
mañana, Bunau Varilla devolvió a Hay con las sugestiones que estimó
oportunas, el proyecto de tratado que éste le había enviado, con
objeto de que escogiera el que le pareciera más conveniente.

Mientras, Manuel Amador Guerrero y Federico Boyd arribaron a la


ciudad de Nueva York con instrucciones de ajustar el Tratado para la
construcción del Canal por los Estados Unidos. Pero todas las
cláusulas de este tratado deberán ser discutidas previamente con los
delegados de la Junta, señores Amador y Boyd. Procederá en todo
estrictamente de acuerdo con ellos". Previendo esto, esa misma noche
Bunau Varilla escribió una nota al Secretario de Estado, donde le
manifestaba que deseaba terminar las negociaciones y firmar el
tratado. Le señaló en dicha nota, entre otras cosas, que presentía una
gran maquinación alrededor de la Comisión que había arribado, ya
que algunas de las personas que se le habían acercado a dicha
comisión no buscaban otra cosa que complicar las negociaciones.
Seguidamente le pidió que llevaran hacia delante el plan que
originalmente había trazado de terminar inmediatamente las
negociaciones, indicándole que se le había escrito a la Comisión para
que no saliera de Nueva York antes de media noche.
A pesar de que Hay tenía conocimiento de que los verdaderos
representantes de Panamá ya se encontraban en los Estados Unidos,
premeditadamente aceptó proseguir las negociaciones con Phillippe
Bunau Varilla, pese a que aún no estaba capacitado para representar
a Panamá. Por ello, Hay urgió a Bunau Varilla para que lo viera esa
misma noche o, si así lo prefería, a las nueve de la mañana del día
siguiente. Bunau Varilla, sin embargo, optó por lo primero.

Luego en la mañana del 18 de noviembre, otra nota es escrita y


enviada al Secretario de Estado. En ella, Bunau Varilla le expresaba
que mientras la delegación no haya llegado a Washington, sería libre
de negociar, provisto de completos y absolutos poderes (lo cual era
falso).

Una vez que el Secretado de Estado la recibe, urgió a Bunau Varilla


para que fuera a su casa. Poco después, a las 6:40 p.m. del 18 de
noviembre de 1903 y con base al proyecto presentado por Bunau
Varilla, la Convención del Canal Istmico de 1903 (Tratado Hay- Bunau
Varilla) fue firmada a perpetuidad. Dos horas después llegan a
Washington Amador y Boyd, pero ya era demasiado tarde.

La siguiente misión fue conseguir la ratificación de la Convención


antes de la llegada a Washington de una misión colombiana presidida
por el Gral. Rafael Reyes. Al negarse Amador y Boyd a ratificarla,
envía la Convención a Panamá el 24 de noviembre en el buque "City
of Washington", el cual llegaría a Colón el 1 de diciembre. La Junta de
Gobierno capitula el 26 de noviembre, al autorizar a Bunau Varilla para
que de manera oficial notificara a los Estados Unidos que la
Convención una vez recibida sería plenamente ratificada.

Al peso que representó para la Junta de Gobierno Provisional este


ofrecimiento de Colombia a los Estados Unidos, se agrega el
incumplimiento por parte de los Estados Unidos con la Nueva Granda
del Tratado Mallarino-Bidlack de 1846, en lo referente a "garantizar los
derechos de soberanía y propiedad que Colombia tenía y poseía sobre
el Istmo", al igual que la mala fe demostrada por Roosevelt y Hay con
el simulacro del recibo de unas cartas credenciales inexistentes de
Bunau Varilla.

Con relación a la justificación del Tratado Hay -Bunau Varilla a la luz


de la Ley Spooner, señaló Teodoro Roosevelt en su mensaje anual al
país el 7 de diciembre de 1903, lo siguiente: "Cuando el Congreso nos
ordenó que podíamos tomar la ruta de Panamá bajo tratado con
Colombia, la esencia de la condición ... se refería no al gobierno que
controlaba esa ruta, sino a la ruta misma; al territorio donde yacía la
ruta y no al nombre que poseyera el territorio en ese momento en el
mapa."

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