Universidad Complutense de Madrid: Facultad de Psicología Departamento de Psicología Básica II (Procesos Cognitivos)
Universidad Complutense de Madrid: Facultad de Psicología Departamento de Psicología Básica II (Procesos Cognitivos)
Universidad Complutense de Madrid: Facultad de Psicología Departamento de Psicología Básica II (Procesos Cognitivos)
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Departamento de Psicología Básica II
(Procesos Cognitivos)
TESIS DOCTORAL
Vicente Bermejo
De la filosofía a terapia familiar y de pareja
Un estudio psicobiográfico
PRESENTADA POR
Edith Nevenka Dubó Romero
Directores
José Moya Santoyo
Francisco de Vicente Pérez
Madrid, 2018
De la Filosofía
a la Terapia Familiar y de Pareja
Un Estudio Psicobiográfico
Autora: Edith Nevenka Dubó Romero
Directores: José Moya Santoyo
Francisco de Vicente Pérez
Madrid, 2017
1
Universidad Complutense de Madrid
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA BÁSICA II (PROCESOS
COGNITIVOS)
PROGRAMA DE DOCTORADO: INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA Y
SUS DETERMINANTES BIOLÓGICAS Y SOCIALES
De la Filosofía
a la Terapia Familiar y de Pareja
Un Estudio Psicobiográfico
Autora: Edith Nevenka Dubó Romero
Directores: José Moya Santoyo
Francisco de Vicente Pérez
Madrid, 2017
III
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
IV
Tesis Doctoral
V
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Agradecimientos
Agradecer también a José Jesús Brito Olivares CSSR por su interés de que pudiese ve-
nir desde la UCN (Universidad Católica del Norte) a Madrid para hacer este proyecto.
Agradezco de una manera especial a mi familia no sólo por el apoyo moral que he reci-
bido de ellos, sino por su disposición generosa a apoyarme en todo.
VI
Tesis Doctoral
VII
Índice
RESUMEN.................................................................................................................................. 13
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 17
CAPÍTULO I
Biografía del profesor Vicente Bermejo ...................................................................23
1.1.Primeros años en la vida de Vicente Bermejo ........................................................25
1.2. En la Universidad ..................................................................................................30
1.2.1. En el gran centro de Investigación dominicana: Le Saulchoir ...........................33
1.2.2. La licenciatura de Filosofía en Madrid (1969) y estudios en Friburgo ..............33
1.2.3. Estudios de psicología en Ginebra. Piaget entra en su vida ...............................34
1.3. Profesor en varias Universidades ..........................................................................37
1.4. Principales investigaciones en la Universidad Complutense ................................39
1.5. Entrevista autobiográfica del profesor Vicente Bermejo ......................................49
CAPÍTULO II
Metodología utilizada por el profesor Bermejo .......................................................91
2.1. Introducción ...........................................................................................................93
2.2. El método teológico ...............................................................................................94
2.3. Los métodos de la psicología experimental ...........................................................97
2.3.1. El método hipotético-deductivo..........................................................................98
2.3.2. El método hipotético-deductivo es el preferido del Prof. Bermejo ....................98
2.3.3. Hipótesis generales y su justificación .................................................................100
2.3.4. Descripción del espacio del experimento ...........................................................103
2.4. Experimentos para medir la habilidad matemática de los niños ..........................106
2.4.1. Medición de la tasa base .....................................................................................106
2.4.2. Modificación de la actitud de los profesores en la enseñanza de la matemática 107
2.4.3. Valoración subjetiva de la influencia de la intervención en el profesorado .......108
2.4.4. Los resultados validan la hipótesis .....................................................................109
2.4.5. Algunas estrategias utilizadas en la adición y sustracción .................................111
2.5. El método microgenético .......................................................................................112
2.6. El método Clínico de Vicente Bermejo .................................................................118
2.6.1. El método piagetiano ..........................................................................................121
2.6.2. Modificaciones posteriores del método ..............................................................130
1
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
2
Tesis Doctoral
3
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
4
Tesis Doctoral
5
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
6
Tesis Doctoral
7
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
8
RESUMEN
Los estudios psicobiográficos ponen de relieve la interacción profunda que existe entre
el hombre y su entorno, en el que podemos incluir tanto el tipo de Institución en la que
trabaja, los medios económicos que tiene para la investigación, los instrumentos a su
servicio, la posibilidad de crear grupos de investigación, etc.
Por otra parte, la psicología española tiene un corto pasado, de modo que el profesor
Vicente Bermejo es un testigo excepcional del desarrollo e institucionalización de la
psicología. Ahondar en la evolución y en los procesos que se han producido a lo largo
de su larga carrera como catedrático puede esclarecer la forma en que la Psicología
española ha ido evolucionando y adaptándose a las necesidades de los españoles.
9
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
pasado sienten la necesidad de solucionar este problema endémico y aportar sus cono-
cimientos para que los profesores y los alumnos se enfrenten a las matemáticas con
una nueva mentalidad y con una pedagogía que se aproxime a las capacidades evoluti-
vas de los niños. El Profesor presenta un método nuevo, basado en el estructuralismo
piagetiano, el PEIM, para la mejora de la enseñanza y del aprendizaje de las matemá-
ticas.
ABSTRACT
The aim of the thesis is to make a psychobiographical study of one of the most prestig-
ious emeritus professors of the Faculty of Psychology, Universidad Complutense de
Madrid.
Psychobiographical studies highlight the deep interaction that exists between the man
and his environment, which can include the institution in which he works, the economic
means he has for his researches, the instruments he can use, the possibility to create
research groups, etc.
On another way, Spanish psychology has a short history, and Professor Vicente Berme-
jo is an exceptional witness of the development and institutionalization of psychology.
10
Tesis Doctoral
To delve into the evolution and processes that have occurred throughout his long career
as professor can clarify the way Spanish Psychology has evolved and adapted to the
needs of the Spanish citizens.
A fundamental element, according to Piaget, is how children represent the real world
because its correct representation depends on the success of the child in solving prob-
lems. The world’s perception is improved with experience; therefore, training the chil-
dren in the different abilities is essential to reach the higher level of the representation:
formal operations.
Professor Bermejo is known in the field of research because of his interest in the learn-
ing and teaching of mathematics. It combines two converging forces; on the one hand,
there is a hard reality such as the failure of Spanish children on the international contest
on this field. The Professor shows a great facility to understand mathematical problems
and he has been drawn to this science. Spanish psychologists in the 90's of the last cen-
tury feel the need to solve this endemic problem and contribute with their knowledge so
that teachers and students face mathematics with a new mentality and pedagogy in line
with the evolutionary capacities of children. The Professor presents a new method,
based on Piagetian structuralism, the PEIM, for the improvement of teaching and learn-
ing mathematics.
Professor devote his efforts to the solution of another fundamental problem of Spanish
society that demands his attention: the problems that arise between couples and the fam-
ily. In the Master's Degree in Family and Couple Therapy, of which Vicente Bermejo is
Director, he uses both constructivism and constructionism as a basic theory. According
to constructionism, the creation of units of experience and meaning from the narrative
provides a framework for lived experience. People interpret the lived experience
through narrations. Constructivism supports the idea that we shape the world in which
11
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
we live and create our own reality within the context of a community. Society, through
its economic, political, social and cultural possibilities and constraints, sets the bounda-
ries of our narratives and limits our choice to certain contexts.
12
Tesis Doctoral
INTRODUCCIÓN
Su estilo abierto, neologista, creativo y, sobre todo, directo, fue un estímulo para em-
barcarnos en la tarea de bucear en las condiciones personales y profesionales que dieron
origen a su obra. En su primera etapa, llena de colorido y de frescura juvenil, navegó
por los mares procelosos de la teología y la filosofía, enfrentándose quijotescamente a
los desafíos del ateísmo y del agnosticismo. En esta etapa conjuga la poesía, la dialécti-
ca, la descalificación y toda la sabiduría tomista para combatir contra Kant, Sartre, y la
pléyade de negadores de Dios. Su armadura la toma prestada de los grandes teólogos
del momento: Congar, Joseph Ratzinger, Henri de Lubac, Hans Küng, Chenu, Daniélou,
Rahner, Schillebeeckx, y otros. Esta es la etapa más movida geográficamente, ya que
estudia en Granada, París, Madrid, Friburgo y Ginebra, y la más exuberante, ya que
publica trabajos filosóficos, teológicos, religiosos, polemizantes, poéticos, etc.
13
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
diferentes edades. Aunque en la época de contacto con Piaget ya tenía dos niñas peque-
ñas, no realizó estudios sistemáticos con ellas siguiendo el ejemplo de su maestro. Sin
embargo, cuando dedicó la mayor parte de su tiempo al estudio de las matemáticas,
aplicó sus conocimientos para que sus hijos resolvieran los problemas siguiendo el mo-
delo constructivista. Sus tres hijos recuerdan su infancia en la que su padre aplicaba las
técnicas constructivistas para el desarrollo de la inteligencia como un juego en el que
cada uno de ellos se esforzaba por solucionar los problemas de una manera creativa.
Esto lo ha seguido haciendo con los nietos, los hijos de Mercedes y Cristina.
- Piaget Society.
14
Tesis Doctoral
15
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Pierce L. Clark publicó en 1924 un tratado sobre la sexualidad en el arte griego, titulado
A psychohistorical study of sex balance in Greek art, donde aparece el término psicohisto-
ria; algo después, escribe otro trabajo en donde vuelve a aparecer el término psicohistoria, A
psychohistorical study of Akhenaton, first idealist and originator of monotheistic religión.
Vicente Bermejo fue pasando por diversos modelos desde el modelo teológico al
modelo sistémico. El profesor es consciente, y así lo expresa en una entrevista, que el
paso a este modelo vino motivado en parte por la ruptura matrimonial a comienzos de la
década pasada. De modo que un problema personal lo catapulta para investigar la forma
de ayudar a otros matrimonios y familias que están en crisis.
Dadas las premisas establecidas como pauta para la realización de la tesis, hemos da-
do una importancia especial al desarrollo biográfico, basándonos en una autobiografía
subyacente a las investigaciones que va realizando el autor y los cambios de paradigma
que se producen (inevitablemente) en su larga historia profesional, tanto teórica como
aplicada y, sobre todo, a las entrevistas que hemos tenido con él y en las que hemos
podido profundizar en aquellos aspectos biográficos, profesionales y de interés para el
conocimiento evolutivo de su pensamiento.
Sus libros son una fuente constante de referencia a sus intereses en el momento de
ser escritos, a los contactos con otras personas con las que colabora y con las que forma
colegios invisibles, en la mayoría colegas en el ámbito de la psicología, pero también
profesionales de otras actividades científicas.
16
Tesis Doctoral
No hemos podido utilizar una autobiografía de Vicente Bermejo, es cierto, pero he-
mos tenido la suerte de que estuviera siempre accesible para contestar unas preguntas,
para contarnos sus experiencias, para explicar por qué ha orientado sus investigaciones
en unas direcciones concretas, etc. Su mente poderosa ha buscado la forma de darle una
explicación científica al comportamiento humano desde el constructivismo durante un
largo y productivo periodo de investigación y publicación de resultados, y desde la psi-
cología sistémica (que no es ajena al constructivismo) durante más de una década de su
vida laboral y académica.
17
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
en terapia familiar y de pareja es un deseo de que las parejas y las familias no cometan
los errores que llevan a la disfuncionalidad dentro del sistema.
En una segunda etapa, Vicente Bermejo investiga la forma de eliminar los hándicaps
que obstaculizan el aprendizaje en general y de las matemáticas en particular.
18
Tesis Doctoral
El profesor Bermejo lo tenía muy claro desde el principio, su meta era ser profesor
de Psicología Evolutiva. Era lo que había estudiado con Piaget y era el campo en el que
se sentía más fuerte. Al final consiguió su sueño y obtuvo las cátedras de Psicología de
la Instrucción y de Desarrollo Cognitivo. En esta área de conocimiento realizará la ma-
yor parte de sus investigaciones siguiendo la orientación básica piagetiana, modificada
y adaptada a las nuevas orientaciones y descubrimientos. En el quinto capítulo analiza-
mos los principales trabajos sobre el desarrollo del niño, sus problemas y dificultades y
las soluciones que propone el profesor Bermejo para su solución.
El campo más fecundo de las investigaciones del profesor Vicente Bermejo ha sido
el de las matemáticas. Los capítulos sexto y séptimo están dedicados a exponer con sen-
cillez el enorme esfuerzo de investigación y dedicación del Profesor para que las mate-
máticas no sean algo horrible, sino que los niños disfruten usándolas y manejándolas.
Para ello propone que la enseñanza se debe adecuar al nivel evolutivo del niño, muy
cercanas al contexto en el que vive el niño en su vida cotidiana, y evitando traumatizar
al niño con exigencias que están muy por encima de su nivel de maduración. Sus publi-
caciones sobre esta temática superan ampliamente el anterior.
19
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Los capítulos octavo y noveno recogen las valiosas aportaciones del profesor Vicente
Bermejo a la terapia familiar y de pareja, tanto como director del máster y como co-
editor, y como autor de dos capítulos de la obra Manual de Terapia Familiar y de Pare-
ja (2012), que sirve de base para el Máster Propio en Terapia Familiar y de Pareja pa-
ra Profesionales de la Salud, que dirige Vicente Bermejo desde su inicio (2005) hasta el
2011 que se jubila. En este manual se incluye un interesante capítulo sobre la deontolo-
gía del terapeuta, en el que se recogen las normas y orientaciones para una terapia que
se rige por las normas éticas y morales. En este curso (2016-2017) el profesor Bermejo
ya no es director, pero sigue impartiendo clases. La directora es Amelia García Moltó
(UCM), y Mercedes Bermejo Boixareu y Mª Jesús Nieto Jiménez se ocupan de la coor-
dinación.
Hacer una tesis doctoral sobre un personaje vivo tiene sus ventajas y sus inconve-
nientes. El mayor inconveniente es que el profesor Vicente Bermejo está en una edad
muy productiva y que tiene muchos años por delante para hacer nuevas investigaciones.
La gran ventaja es que es una persona muy accesible, con una gran disponibilidad para
contestar a las dudas, para aclarar el sentido y el significado de algunas cuestiones que
no están suficientemente claras, y para discutir algunos conceptos y orientaciones a la
luz de las nuevas investigaciones, de modo que la psicología, su psicología, sigue estan-
do viva y cambiante, lo que representa una enorme riqueza para su pensamiento y para
sus contribuciones a la psicología más actual.
En el presente trabajo hemos querido dejar hablar al Profesor, por eso hemos recogi-
do infinidad de citas literales, no sólo por la importancia de su contribución sino tam-
bién porque su lenguaje es muy plástico, directo, cargado de emociones. Casi se le pue-
de oír levantar la voz en algunas ocasiones o sentir la emoción y la ternura cuando habla
de sus hijos, o sentir la angustia ante los problemas de las familias disfuncionales. A
veces podemos percibir su enfado cuando critica la concesión del premio nobel de lite-
ratura a Sartre, o su admiración cuando lo conoce personalmente en París.
20
Tesis Doctoral
21
CAPÍTULO 1
Biografía del profesor
Vicente Bermejo
23
1.1. Primeros años en la vida de Vicente Bermejo
Le sigue su hermano Nicanor, que nació en 1934 y falleció de un infarto en 1978, tu-
vo tres hijos; luego nació Isaac, el año 1936, y murió en agosto de 2000. La hermana
pequeña es Emiliana que nació en 1944, vive en Zaragoza y tiene dos hijos: Montserrat
que es matemática y trabaja en Estados Unidos (USA), el otro hijo de Emiliana, Pedro,
es químico y trabaja en Zaragoza.
Sus padres tenían una pequeña empresa familiar que, tras las penurias de los años 40,
alcanzó suficiente desarrollo en la década siguiente, permitiendo llevar una vida sin
agobios económicos. Vicente crece
en un ambiente religioso propio de
los años 50, desempeñando durante
algunos años las funciones de mona-
guillo en la Iglesia del pueblo.
25
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Este placer por la lectura ha perdurado a lo largo de los años especialmente durante
mis estudios de filosofía, que pasaba horas diariamente leyendo a los clásicos españoles,
principalmente a Lope de Vega y Calderón de la Barca. Incluso actualmente siempre
tengo entre mis manos alguna de las novelas que se han publicado últimamente y que
creo más interesantes, además de ensayos actuales y los libros científicos novedosos
relacionados con mi especialización. Como consecuencia de esta vitalicia afición por la
lectura, y a pesar de la pérdida o extravío de libros en mis frecuentes cambios de país,
26
Tesis Doctoral
No hay duda que la gran obra del profesor Bermejo y el tema al que ha dedicado más
tiempo, esfuerzo y entusiasmo ha sido a la investigación de las matemáticas y a la forma
más eficiente de hacerlas asequibles a profesores y alumnos. El Profesor comenta:
Creo que he sido una persona especialmente dotada para las matemáticas que, por
otra parte, he disfrutado mucho estudiándolas y solucionando problemas, aunque, les
haya dedicado menos tiempo relativamente que a otras asignaturas. Así aconteció du-
rante los últimos años escolares en los que, frecuentemente, el maestro me indicaba que
enseñara a su hijo Román a sumar y restar en el encerado que había a un lado en el cen-
tro escolar durante el tiempo que los demás compañeros estudiaban matemáticas, por-
que yo ya las conocía. Y algo similar ocurrió durante mis años de bachillerato, que
además de obtener varias matrículas de honor en matemáticas, dedicaba la mayor parte
del tiempo de estudio asignado a las matemáticas, a estudiar otras materias, como, por
ejemplo, Historia, Geografía, etc., que requerían más memorización que las matemáti-
cas. Recuerdo que en cuarto curso de bachillerato existía cierta rivalidad con un compa-
ñero, llamado Jesús, que tenía fama de trabajar mucho y, ante un problema de matemá-
ticas que no fue capaz de solucionar, le dije que era muy sencillo. Minutos después, el
profesor explicó y solucionó el problema en clase llenando de números todo el encera-
do, y entonces me dijo el susodicho compañero con cierta sorna que no era tan fácil el
problema. Yo le dije al profesor que podía solucionarse el problema de otro modo mu-
cho más sencillo, y me invitó a mostrarlo en el encerado. Lo hice en dos minutos y el
profesor nos dijo que efectivamente mi propuesta era correcta, pero que él había prefe-
rido mostrarnos otro procedimiento para resolver el problema.
Su gran pasión por las matemáticas quedó en un segundo plano porque, en el Estudio
General de los dominicos, el centro de atención fue la filosofía tomista y la teología.
Con una visión retrospectiva, el Profesor afirma que: “Lamentablemente mi opción de
vestir los hábitos dominicanos me obligó a estudiar filosofía, abandonando mi posible
formación en matemáticas superiores”; no obstante lo recuperará posteriormente.
27
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El reencuentro con las matemáticas unas décadas después supuso un reencuentro go-
zoso con el gran amigo de la niñez. El Profesor lo expresa de la siguiente manera: No
obstante, años más tarde, las matemáticas resurgirán de nuevo en mi vida, como el ave
fénix resurge de sus cenizas con su plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente,
para investigar con profundidad durante tres décadas aproximadamente, y en más de
cien publicaciones, el desarrollo matemático en los niños, cómo aprenden las matemáti-
cas y cómo hay que enseñarlas en el aula. Incluso, durante su estancia en el Estudio
General de Granada, hizo un intento de reencontrarse con las matemáticas, haciendo la
carrera de Física, pero no tuvo éxito dada la enorme carga de trabajo que tenía el simul-
tanear también el estudio de Filosofía y Teología.
El bachillerato en Almagro
En estos años no existían muchos centros donde estudiar bachillerato. Desde luego, pe-
queños pueblos como en el que vivía la familia del Profesor esto era impensable: por
tanto, si quería estudiar una carrera debía ir a la ciudad o a un pueblo importante. Era
muy frecuente que los niños de aldeas o pueblos pequeños hicieran el bachillerato en
una institución religiosa (seminario menor) en el que recibían una muy buena educación
y formación, aunque un poco sesgada hacia el latín y las ciencias sociales y con una
clara deficiencia en matemáticas, física y química, y otras asignaturas que utilizan como
base la matemática. El Profesor lo explica así: yo tenía trece años, mis padres visitaron
a mi maestro de escuela, don Emigdio, para informarse sobre si yo reunía el talento y
capacidad suficientes para
estudiar medicina, que al
parecer era la formación
que deseaban darme. El
maestro les respondió, se-
gún me comentó una de mis
hermanas, que yo estaba
suficientemente dotado para
estudiar cualquier carrera
que me propusiera. Sin em-
28
Tesis Doctoral
bargo, mis intereses iban en otra dirección. Por aquellos días de Semana Santa vino a mi
pueblo un dominico para predicar durante esta semana, y lo hacía con tal facilidad y
elocuencia que me sentí especialmente atraído por la profesión de predicador. Así se lo
comuniqué a mis padres, y meses más tarde me enviaron a estudiar bachillerato a Al-
magro. Después de más de medio siglo, el profesor reflexiona sobre aquellos años pasa-
dos en Almagro: “Resulta llamativo que durante los estudios de bachillerato en el cole-
gio de los Dominicos de Almagro (1955-1960) no se promoviera entre los estudiantes el
placer por la lectura y la escritura. De hecho, si no recuerdo mal, no existía en el colegio
ninguna biblioteca o sala de lectura con libros de literatura general para el recreo y lec-
tura de los estudiantes. Era obvio que para la dirección del colegio solo interesaban los
actos religiosos, el estudio de las asignaturas oficiales de bachillerato y el deporte, espe-
cialmente el fútbol. Por tanto, no se pretendía formar adolescentes para su mejor inte-
gración futura en la sociedad, sino más bien preparar a los estudiantes para el ingreso
futuro en la vida religiosa, más concretamente dominicana. En este sentido y con este
fin entiendo que solamente se cursaran en Almagro los cinco primeros cursos de bachi-
llerato, en lugar de los seis que constituían el bachillerato completo en aquellos tiempos,
y que después de la reválida de cuarto curso no hubiera la posibilidad de estudiar cien-
cias o letras, ya que solo se ofrecían los estudios de letras en el quinto curso. Estas im-
posiciones fueron claramente negativas para mí, especialmente el abandono de las ma-
temáticas, ya que yo era una persona con altas habilidades en esta materia, como
manifiestan las matrículas obtenidas en matemáticas durante los cuatro primeros años
de bachillerato.
Sin embargo, a pesar de haber cursado la rama de letras en el quinto curso de bachi-
llerato, me ha sorprendido, al revisar mis escritos de juventud, no haber encontrado los
primeros “pinos” o intentos de escribir algún artículo o relato o poesía durante estos
años en Almagro. Tampoco recuerdo que durante este tiempo tuviera afición por la lec-
tura más allá de los libros obligatorios o aconsejados por los profesores de lengua y lite-
ratura españolas”.
El Profesor resume su estancia en Almagro con una visión bastante negativa, ya que
no favorecía sus ilusiones y las esperanzas puestas en un futuro más tecnológico y ma-
temático que el que tuvo allí: Esta formación tendenciosa, adoctrinante, proselitista y
29
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
1.2. En la Universidad
El siguiente paso, una vez terminados los estudios de bachillerato era ir a un seminario
mayor, el Estudio General de los dominicos en Granada, para estudiar Filosofía y Teo-
logía El convento de Santa Cruz, sede del Estudio General dominicano en Granada, es
un edificio neoclásico, fundación de los Reyes Católicos, el mayor de los construidos en
el antiguo reino de
Granada, cumplió 500
años de existencia en
1992.
30
Tesis Doctoral
Rememorando aquellos años, nos cuenta el Profesor: “Recuerdo que durante los pri-
meros años granadinos pasaba tanto tiempo leyendo a Lope de Vega sobre todo, que
inadvertidamente reproducía, hasta cierto punto, el ritmo poético de Lope cuando con-
versaba con mis compañeros durante el tiempo de recreo. Este gusto, quizá extremo, por
la lectura me indujo seguramente a escribir frecuentemente diferentes tipos de trabajos o
relatos. Sin embargo, curiosamente no guardaba hoy la más mínima idea sobre la exis-
tencia de estos trabajos, o al menos de la mayoría de ellos, que ahora aparecen escritos
sobre folios amarillentos debido al paso del tiempo.
Estos años de estancia en Granada nos ofrecen el talante más genuino del profesor
Bermejo, en la etapa juvenil de su vida, llena de intereses, motivaciones, inquietudes,
proyectos, rebeldías, y utopías propias de la edad. Analizando las publicaciones de esta
etapa encontramos trabajos muy serios y bien argumentados sobre temas filosóficos
como Puntualizaciones sobre la persona metafísica, Kant en la historia de Dios, y Dis-
quisiciones en torno al hombre marxiano. También escribió una valiente crítica a la
concesión del premio Nobel de literatura a Jean-Paul Sartre, que titula: El premio nobel:
Un premio decepcionante, en el diario granadino Ideal (10 de noviembre de 1964). Lo
que realmente molesta al estudiante de teología es un pensamiento ateísta expresado en
términos hirientes: “¡Dios no existe! ¡Alegría, lágrimas de alegría! ¡Aleluya! ¡Ya no hay
cielo, ya no hay infierno, sólo hay tierra! ¡Adiós para siempre a los monstruos y a los
santos! ¡Adiós al orgullo, porque no hay más que hombres!”
31
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
“Ello supuso un esfuerzo gigantesco que requería, no solo toda mi atención y toda
mi energía para poder sobrellevar al mismo tiempo todos estos estudios, sino también
abandonar otros placeres intelectuales como la escritura”. El proyecto, por tanto, de
estudiar Física en la Universidad de Granada para especializarse en Filosofía de la
Ciencia tuvo que ser abandonado con gran dolor de su corazón.
32
Tesis Doctoral
El Profesor recuerda con añoranza aquello años viviendo con los grandes teólogos del
momento, unos pensadores que influyeron enormemente en la renovación de la Iglesia a
través del Concilio Vaticano II: “Una vez terminada la filosofía inicié los estudios de teo-
logía que culminé con la licenciatura y lectorado en esta área en París, defendiendo la
tesis sobre la Eucaristía sacramento de la Pasión. Aquí conocí, entre otros grandes profe-
sores, al P. Congar, que había desempeñado un papel muy relevante en el Concilio Vati-
cano II. Ya se desplazaba entonces en un sillón con cuatro ruedas empujado por alguno de
los jóvenes que convivíamos con él en el convento-instituto de Le Saulchoir (París). Era
un gran trabajador, siempre concentrado incluso en el refectorio, y amante del silencio
haciendo gala del slogan dominicano “Silentium est pater praedicatorum”.
33
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
34
Tesis Doctoral
desplazaba por Ginebra en motocicleta y recuerdo el frío intenso que pasaba en invierno
para desplazarme desde mi domicilio hasta el centro escolar, unos tres kilómetros, con
las calles blancas de nieve y frecuentemente nevando intensamente durante mi despla-
zamiento, de modo que a veces la misma nieve me impedía la visibilidad necesaria para
conducir con seguridad la motocicleta. En este marco, fui profesor, por ejemplo, de las
hijas del Embajador y del Cónsul de España en Ginebra, y se me invitó en el año 1978 a
una recepción de los reyes de España en la embajada española. Además, quiero recordar
que en Semana Santa de 1994, estando presenciando uno de los muy interesantes pasos
malagueños; entre una enorme cantidad de gente que contemplábamos el paso, un señor
que estaba detrás de mí, me llama la atención y me pregunta si soy profesor. Dejé pasar
unos segundos antes de responderle, y con cierta curiosidad le confirmo que así es; y me
pregunta de nuevo si he estado en Ginebra. Ahora sí presto más atención a este señor y
le respondo igualmente de modo afirmativo. Entonces me dice con seguridad que he
sido su profesor de bachillerato en Ginebra. Él estaba trabajando en aquel momento en
la Universidad de Málaga como informático.
“Fui alumno de Piaget su último año antes de jubilarse y mi primer año de carrera.
Impartía las clases en la gran aula magna de la Universidad y todos los asientos y pasi-
llos del aula estaban repletos no solo de estudiantes, sino también de profesores ginebri-
nos y de otras ciudades y países. Y, sin embargo, no era nada fácil seguir su clase, no
35
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
por los contenidos que iban dirigidos a estudiantes de primer curso, sino sobre todo
porque tenía setenta años y hablaba siempre con la pipa en la boca. No obstante, Piaget
en aquel entonces no solo era el “patrón” de la facultad de Psicología ginebrina, como
así le llamábamos, sino que pienso que era el patrón de la psicología mundial. También
fue hasta su muerte el director del Centre International d’Épistémologie Génétique de
Ginebra, que fundó el año 1955, y al que asistíamos todos los lunes por la mañana para
debatir el estado actual de las investigaciones que realizaban los diferentes grupos de
investigación bajo la tutela de Piaget. En 1978 la profesora Inhelder, entonces “patrona”
de la Facultad de Psicología y Educación, una vez jubilado Piaget, me propuso enviar-
me a Michigan (EE. UU.) para especializarme en el ámbito de la percepción y trabajar
después en este ámbito en la Facultad de Psicología de Ginebra. Le respondí, con gran
pena y dolor, que no podía aceptar su interesante proposición, porque pensaba mar-
charme a España en septiembre de 1979. Y en la primavera de 1979, el profesor
Vonèche me comunica que la Universidad de Columbia de Nueva York ha pedido un
profesor a la Universidad ginebrina para enseñar Epistemología Genética (Piaget) y me
comunica que la profesora Inhelder estaba pensando en mí para impartir esta docencia
en la Universidad de Columbia. De nuevo me negué a aceptar este interesantísimo tra-
bajo por las mismas razones que en su momento indiqué para no ir a Michigan. Nunca
sabré si realmente me equivoqué al rechazar estas dos ofertas especialmente atractivas e
interesantes.”
36
Tesis Doctoral
Su primera incorporación
fue como Profesor Ayudante e
investigador en la Universidad
de Ginebra, en la Faculté de
Psychologie et des Sciences de
l'Education. Ginebra (Suiza),
1973-1979.
37
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
38
Tesis Doctoral
cha colaboración padre e hija con Ann Corrigan en California, estudios relacionados con
el rendimiento de los niños.
La cátedra que ocupó durante tantos años en la Facultad de Psicología fue la de cate-
drático de Desarrollo Cognitivo. Sin duda, un campo en el que estaba muy bien formado
desde sus primeros años con Piaget y en el que, posteriormente, investigó y en el que
tiene numerosas publicaciones.
39
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo, Teodoro Herránz, Rosa Fernández y Julio Menor (1984). Entidades
colectivas y funcionalidad en situaciones de clasificación e inclusión. I Congreso
Nacional del Colegio Oficial de Psicólogos, Madrid, mayo, 21-25.
Vicente Bermejo, Pilar Muñoz, Román Odriozola y Ramón Pérez (1984). Estudio
evolutivo de algunos factores lingüísticos incidentes en la clasificación. I Congreso
Nacional del Colegio Oficial de Psicólogos, Madrid, mayo, 21-25.
40
Tesis Doctoral
El profesor Bermejo comenta que en esta serie de investigaciones se analizan las di-
ferentes estrategias que emplean los niños para determinar el cardinal de un conjunto.
También se estudia la relación entre los diferentes procedimientos de cuantificación y la
cardinalidad. Se considera importante el cambio en la elección de las diferentes estrate-
gias, en el sentido de cuándo tiene lugar y qué situaciones lo propician. Los niños, cuyas
edades promedio eran 3,6 y 4,6 años, pasaron cuatro tareas (reconocer, contar, dar y
reproducir) con 2-3 y 4-5 objetos. Los resultados mostraron que las respuestas de los
niños pequeños están ancladas fundamentalmente en procedimientos perceptivos, mien-
tras que los mayores emplean este y otros procedimientos, como el conteo y el empare-
jamiento de los elementos de dos conjuntos si las estrategias perceptivas pierden preci-
sión. Estos distintos procedimientos están más influidos por el tamaño de los conjuntos
que por las tareas concretas presentadas. Finalmente, se confirma la independencia entre
conteo y cardinalidad.
41
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Un tercer grupo de estudios comienza a partir del año 1991 sobre El aprendizaje y habili-
dad de contar. El profesor Vicente Bermejo sostiene que existe disparidad de criterios
respecto al aprendizaje del conteo. Algunos autores sostienen que el niño aprende a con-
tar de memoria o mediante imitación, o por aprendizaje mediante refuerzo, antes de
comprender los principios básicos del conteo. Algunos autores defienden que los prin-
cipios son innatos y, por tanto, guiarán el desarrollo de los procedimientos propios de la
habilidad de contar, de modo que la comprensión sería anterior a la ejecución correcta
del conteo. Una teoría intermedia, denominada la teoría del desarrollo mutuo, con la que
el Profesor está totalmente en desacuerdo.
42
Tesis Doctoral
con números) son más sencillas que las situaciones novedosas (contar hacia atrás utili-
zando vocales). En el primer caso, la tasa de éxito era alta, mientras que en el segundo
se redujo a menos del 25% a nivel mundial. Estas pruebas no sólo nos permiten especi-
ficar los niveles de adquisición de la cardinalidad, sino también analizar los procesos
cognitivos que intervienen en su adquisición. Por ejemplo, la situación de contar hacia
atrás demuestra la existencia de una etapa de desarrollo (la regla, de "cuántos") antes de
la cardinalidad que había sido difícil investigar anteriormente.
Los datos obtenidos por el Profesor sugieren que el conteo se adquiere antes de la
cardinalidad. Y justifica esta relación entre conteo y cardinalidad en parte en cómo las
culturas occidentales suelen utilizar el conteo para determinar el cardinal. Estos hallaz-
gos del conteo antes de la cardinalidad no excluyen una cardinalidad sin conteo lo que
ocurre con la subitización. Otra investigación (Bermejo, Lago, y Rodríguez, 1989) con-
firma que un procedimiento de cuantificación en situaciones específicas de conteo está
estrechamente relacionado con la cardinalidad, pero no es un componente esencial de la
cardinalidad.
43
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo y M. Oliva Lago (1990). La eficiencia del conteo como operador
cuantificador. VIII Congreso Nacional de Psicología, Barcelona, noviembre.
Vicente Bermejo y M. Oliva Lago (1991). Understanding levels in counting ability. The
use of counting. Fourth European Conference for Research on Learning and
Instruction, Turku (Finlandia), August, 24-28.
Vicente Bermejo y Ma. Rosario Rodríguez (1991). Análisis de los textos de matemáticas
(1er. curso de EGB) y de la normativa legal a la luz de los avances de la
investigación. I Congreso Internacional de Psicología y Educación, Madrid,
noviembre, 21-23.
Otro grupo de investigaciones del profesor Vicente Bermejo tuvo como centro de atención los
problemas verbales, su representación mental y su comprensión.
44
Tesis Doctoral
Estas investigaciones tienen como marco de referencia la teoría piagetiana del cons-
tructivismo. Así, afirma el Profesor, de acuerdo a este marco teórico constructivista, los
niños aprenden a resolver problemas aritméticos mediante la elaboración de estrategias
cognitivas en las etapas tempranas del desarrollo de una manera activa aunque informal.
El grado de abstracción de la tarea puede ser uno de los factores a tener en cuenta a la
hora de resolver problemas verbales. Según Piaget, los niños utilizan primero el nivel
concreto, posteriormente muestran su habilidad matemática en los niveles más abstrac-
tos y complejos.
La estructura semántica de los problemas verbales de suma y resta son de cuatro ti-
pos: cambio, combinación, comparación e igualación.
Los resultados obtenidos por el Profesor y sus colaboradores es, como era de espe-
rar, que los niños muestran un desarrollo cognitivo que responde a su evolución, de mo-
do que el rendimiento matemático de los estudiantes aumenta progresivamente a medi-
da que avanzan en los cursos escolares.
45
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Con respecto a las estrategias utilizadas por los participantes, el profesor Vicente
Bermejo, establece que los estudiantes recurren a estrategias de modelado especialmen-
te en los grados inferiores. Por otra parte, la frecuencia de uso de una estrategia especí-
fica también depende del tipo de operación y la ubicación de la incógnita. De modo
general se dio una secuencia de abstracción de lo concreto a lo abstracto, en los dos
primeros grados y, por último, el uso de estrategias específicas y variadas.
Entre los trabajos llevados a cabo sobre estos temas podemos resaltar algunas in-
vestigaciones de Vicente Bermejo en colaboración con Purificación Rodríguez, y M.
Oliva Lago que presentamos a continuación:
Vicente Bermejo (1996). Piaget: Vida y obra. Psicología Educativa, 2 (2), 257-271.
46
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo, Mª Oliva Lago, Purificación Rodríguez y María Pérez (2000). Fracaso
escolar en matemáticas: cómo intervenir para mejorar los rendimientos infantiles.
Revista de Psicología General y Aplicada, 53, 43-62.
Otro de los campos que ha investigado el profesor Bermejo dentro de las matemáti-
cas es el de la evaluación y mejora del rendimiento tanto de los alumnos como de los
profesores. Vicente Bermejo presenta un programa completo, muy bien estructurado, en
diferentes etapas, que intenta intervenir en todos los elementos que intervienen en el
aprendizaje de las matemáticas, al mismo tiempo que pone en marcha mecanismos para
que todos los protagonistas (alumnos, profesores, padres, ambiente escolar, medios ma-
teriales, etc.) obtengan un rendimiento óptimo tanto en el aprendizaje como en la ense-
ñanza de las matemáticas. El Programa Evolutivo Instruccional para Matemáticas
(PEIM), según el profesor Bermejo, es un modelo de intervención que hunde sus raíces
en el enfoque constructivista socio-cognitivo y tiene muy en cuenta el desarrollo mate-
mático específico de cada uno de los alumnos. Interviene fundamentalmente sobre cua-
tro pilares que constituyen los ingredientes básicos del complejo proceso enseñanza-
aprendizaje que se produce en el aula: alumnos, profesor, contenidos curriculares y di-
námica del aula. En cuanto a los alumnos, la intervención persigue principalmente que
todos los aprendices del aula presenten un perfil claramente constructivista, en el senti-
do de que se comporten de una manera activa, tanto física como mentalmente. Igual-
mente, se requiere que los alumnos sean autónomos en la construcción de sus conoci-
mientos matemáticos. Con respecto al profesor, la intervención buscará que se ajuste al
perfil del profesor constructivista, siendo un buen conocedor de las ideas básicas de este
enfoque y del desarrollo de los contenidos matemáticos concretos en el niño, presentan-
do actitudes positivas ante las matemáticas. La intervención con respecto a los conteni-
dos que se imparten en el aula se centrará en dos aspectos importantes: la selección y
secuenciación de los mismos. La selección requiere que se priorice la realización de
tareas en el aula como razonar, pensar, solucionar problemas, representar, tomar deci-
siones, operar, etc., y menos actividades memorísticas y mecánicas. Igualmente estas
tareas deberían ser significativas, tanto desde el punto de vista psicológico como socio-
cultural. La secuenciación se refiere a la necesidad de jerarquizar los contenidos mate-
máticos en función de la dificultad que presentan. Finalmente, la intervención en el aula
47
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
busca que tanto el rol del alumno como el del profesor se ajusten al modelo constructi-
vista, minusvalorando los recursos didácticos basados en la repetición y reforzando el
aprendizaje cooperativo en el aula.
Brevemente, esta tesis intenta, según el Profesor, que la investigación que se lleva a
cabo a nivel académico sirva luego para ser aplicada en el ámbito profesional, en con-
creto, la investigación sobre aprendizaje de las matemáticas y el trabajo que los psicólo-
gos desarrollan en la vida profesional. Como marco teórico y experimental se ha utili-
zado el conocimiento de las diferencias en el desarrollo matemático de los niños y niñas
sin Dificultades y los niños y niñas con Dificultades de Aprendizaje en Matemáticas. Es
evidente que algunas áreas de investigación han tenido mayor atención por parte de los
investigadores, siendo las áreas en las que se cuenta con mayor información la numera-
ción, el conteo, la aritmética básica y la resolución de problemas sencillos.
48
Tesis Doctoral
Mi padre procedía de Santiago del Campo (Cáceres) y mi madre era nativa de Cabe-
zarrubias del Puerto. Mi padre, físicamente, era alto, delgado, con mucho pelo incluso
en sus últimos años y ojos azules. Desde el punto de vista psicológico, era inteligente,
sensible y muy inquieto. Como profesión, era maestro de taller de sastrería, y vino pre-
cisamente de Cáceres para montar un taller aquí en mi pueblo en 1930. Conoció a mi
madre y al poco tiempo se casaron. Y de ahí vinieron sus hijos, mis hermanos y herma-
nas. En la familia hemos sido cinco, yo soy el cuarto, el penúltimo. Vine a este mundo
justo después de la Guerra Civil española, de tal modo que en sus consecuencias puedo
decir que soy un hijo de la guerra. No la conocí, pero sufrí tremendamente las secuelas
de la misma. Mi madre era más bien bajita, trabajadora, familiar, de mucha fuerza y
responsable de la educación de los hijos en general.
49
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Nací en el año 1941, y sufrí las consecuencias de la guerra, como acabo de indicar.
Gran número de españoles padecimos, entre otras miserias, cierta pobreza como resul-
tado de esa sangrienta y miserable Guerra Civil española. El placer temprano por la lec-
tura se lo debí a mi padre. De pequeño no me atraía en absoluto leer, ni tampoco me
gustaba ir a la escuela; pero mi padre encontró el modo para que, poco a poco, el deleite
por la lectura se incrementara en mí considerablemente. Para ello me compró algunas
series de tebeos de aquella época como el Guerrero del antifaz, Roberto Alcázar y Pe-
drín, etc., pidiéndome por favor que los leyera en alta voz en el taller al mismo tiempo
que él trabajaba. Al poco tiempo, lo que en un principio fue una imposición terminó
siendo un grato placer. Quiero subrayar que esta afición ha perdurado a lo largo de mi
vida, habiendo incluso épocas en las que me he comportado como un lector empederni-
do y un devorador de libros. Recuerdo que durante algún tiempo tomé nota de todas las
obras que leía, y algunos meses superaba los ocho o diez libros. Es verdad que algunos
eran pequeños, como las obras de teatro, pero recuerdo que la lectura de la literatura
española, sobre todo la clásica, me producía un inmenso deleite. Durante algunos años
dediqué mucho tiempo a leer a Lope de Vega, Calderón de la Barca, etc.
Pero volvamos a los años de infancia. Durante los dos primeros años escolares, seis-
siete años, falté con cierta frecuencia a la escuela. Solía esconderme en los abundantes
trigales que crecían generosamente en las tierras que circundaban mi pueblo durante las
horas escolares. Cuando veía que mis compañeros volvían de la escuela, salía del es-
condite con la cartera escolar en la mano, y me dirigía entonces a mi casa diciendo “Ave
María Purísima” en el momento de traspasar los dinteles de la puerta, como siempre
hacíamos todos los escolares en aquella época; de modo que yo me comportaba, como
si de verdad volviera de la escuela. Eso funcionó durante cierto tiempo hasta que al-
guien del pueblo, que se comportó como un responsable paisano, informó a mi padre
sobre mis peripecias durante el tiempo escolar. Entonces ese día mi padre personalmen-
te me llevó a la escuela utilizando la pedagogía propia de aquellos tiempos. Al llegar a
la puerta de la escuela me detuve unos instantes para limpiarme las lágrimas y mostrar
una imagen de normalidad ante mis compañeros y el maestro, don Emigdio. Mi padre
aprovechó ese momento para propinarme el último azote en el mismo dintel de la puerta
50
Tesis Doctoral
Lo cierto es que la imagen que teníamos los niños de 1º y 2º de este maestro era más
bien la de una persona dura y exigente, de modo que no le teníamos gran afecto. En
cambio, pasados los primeros años, llegué a apreciar considerablemente a don Emigdio.
Afortunadamente lo tuve de profesor durante unos seis o siete años, el tiempo que per-
duró mi vida escolar. Recuerdo que muchos días me proponía este maestro enseñar ma-
temáticas a su hijo Román. Entonces salía al encerado con su hijo y le enseñaba a sumar
y restar, porque –según él decía- yo ya conocía los contenidos de la famosa enciclopedia
Álvarez, que recogía todas las materias que se impartían a lo largo de todos los años
escolares. Siempre tuve una gran estima por este maestro que me enseñó a pensar y a
resolver problemas. Cuando me fui a cursar bachillerato en Almagro, como veremos
más adelante, llegué con una formación y con un bagaje matemático muy alto, gracias a
don Emigdio.
Termino esta pregunta resaltando que en general mi formación escolar fue buena o
muy buena, primero, porque mi padre me supo orientar para que me agradase la lectura,
cuando lo que realmente me apetecía durante estos primeros años escolares era jugar y
divertirme. Y, segundo, porque don Emigdio, mi único maestro escolar, fue un profesor
serio, competente, responsable, preparado y muy apreciado por todos. Don Emigdio
compatibilizó también durante algunos años las funciones de maestro y de alcalde del
pueblo.
Vicente Bermejo:
51
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
otros planes para mí. Sin embargo, mi insistencia y la ayuda del cura del pueblo dieron
sus frutos, de modo que en septiembre de ese mismo año 1955 ingresé en el colegio de
los dominicos de Almagro. Aquí cursaría cinco años de bachillerato, desde 1955 a 1960.
El colegio era muy grande, de modo que el primer curso lo formábamos unos 150
alumnos aproximadamente, procedentes de toda España.
52
Tesis Doctoral
co, sino en la celda de un padre dominico del que yo era asistente, o algo parecido. Y
ello me permitía estar en esta celda cuando quisiera.
Vicente Bermejo: El año 1960 tomé los hábitos dominicanos en un convento precioso
que hay en la sierra cordobesa, no muy lejos de la ciudad. Efectivamente, a unos 20 ó
53
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
54
Tesis Doctoral
55
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Mi inquietud innata me llevó también a estudiar durante unos meses árabe clásico
con la intención de especializarme en filosofía árabe, pero enseguida me percaté de que
no era eso lo que buscaba. También quise estudiar Física para especializarme en Filoso-
fía de las ciencias. Con este fin estuve trabajando más o menos un año para preparar mi
ingreso en la Facultad de Físicas de la Universidad de Granada. Tuve la ayuda y el apo-
yo de los padres dominicos responsables del convento; pero al año, más o menos, me
convencí de que realmente no era mi camino y deje también la Física. Al terminar el
tercer año de teología me fui a estudiar el último año de teología y la licenciatura en
teología a París, al Instituto Pontificio de filosofía y teología de los dominicos, Le Saul-
choir, donde trabajaban y enseñaban personajes de gran prestigio como el padre Con-
gar, el padre Chenu y otros muchos padres que fueron famosos en el concilio Vaticano
II.
Edith: Estudiar en el extranjero estaba reservado a los alumnos que habían destacado
por su inteligencia durante los estudios de Teología.
Vicente Bermejo: En 1967 me enviaron a estudiar a París durante un año. Ese año hice la
tesina para obtener la licenciatura en Teología y el lectorado en Teología. Este título per-
mite enseñar teología en cualquier Facultad o Universidad. En este Instituto de Le Saul-
choir, situado al sur de París, había gente muy importante en el ámbito de la Filosofía y la
Teología. Aquí aprendí no solo filosofía y teología, que era mi objetivo principal, sino
también un modo de vivir diferente. Éramos dominicos franceses, españoles, todos de la
misma orden. Sin embargo, la vida cambiaba mucho de los conventos españoles a este
56
Tesis Doctoral
Había cosas curiosísimas en este convento de Le Saulchoir. Por ejemplo, todas las
semanas nos reuníamos por la tarde, tarde-noche, en los sótanos de un palacio que fue
de madame Pompadour y que después pasó a los dominicos mucho más tarde, en gru-
pos pequeños de estudiantes franceses y yo, español. Bebíamos cerveza o alguna infu-
sión. En estos sótanos pequeños, aislados completamente, oscurecidos a media luz o ni
siquiera, nos reuníamos siete u ocho como máximo para pensar y reflexionar sobre un
texto bíblico que proponía uno de ellos. Estos compañeros franceses tenían la ventaja de
que todos habían hecho una carrera universitaria antes de entrar en los dominicos. Por
tanto, todos eran mayores
que yo. Era interesante
constatar cómo la gente
hablaba libremente, pausa-
damente. Había silencios
muy largos que, el primer
día, recuerdo, llegaban in-
cluso a molestarme. No
sabía que significaba eso;
57
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
después me di cuenta de que la gente pensaba que lo dicho era importante. Semanal-
mente pasábamos como un par de horas en estas reuniones, que eran instructivas e in-
teresantes.
Otra experiencia de mi estancia en París fue la huelga general de mayo de 1968. Es-
pecialmente me llamaron la atención los discursos de Sartre en la Sorbona. Tuve el gus-
to y el honor de escucharlo en alguna ocasión. Por qué no decirlo, a pesar de que lo dejé
muy mal en un artículo que yo escribí en el Ideal de Granada en 1964 con motivo de su
premio Nobel. Recuerdo la huelga de los estudiantes, la huelga general de toda Francia,
de tal modo que incluso recuerdo que nos llegó a faltar el pan blanco para poder alimen-
tarnos en el convento, sustituyéndolo durante no pocos días con pan negro de centeno.
La verdad es que mi estancia en París fue muy interesante. Todos éramos dominicos
pero diferentes en muchos aspectos como he señalado.
58
Tesis Doctoral
No recordaba a ninguno de ellos. Pero el de más edad, que sería un poquito mayor que
yo, me reconoció y exclamó al verme: “el dominico marxista”. ¡Curiosa imagen que
guardaron los dominicos de mí!
Vicente Bermejo: Propuse que quería ir a Friburgo a pesar de que Roma era Roma, y
sigue siendo Roma para todos los religiosos. Yo elegí Friburgo y me fui a Suiza. Aún
hay una casa-convento, el Albertinum, donde habitaban una docena de frailes domini-
cos que eran profesores de la Universidad de Friburgo. Esta Universidad la fundaron, si
no estoy mal informado, los dominicos en el siglo XVI-XVII. Y aunque ahora es una
Universidad civil, los dominicos tenían cierto poder en Filosofía y Teología; en el resto,
obviamente, no tenían ninguna autoridad. Los dominicos del Albertinum eran grandes
personajes de mucho prestigio, profesores en la Universidad, profesores de teología y de
filosofía, que venían a trabajar en esta Universidad de todas partes. Recuerdo un padre
dominico muy interesante de Polonia, otro de Holanda que me dirigía la tesis, etc., to-
dos eran profesores y escritores ilustres. Busqué un tema para hacer la tesis doctoral y
se lo propuse al profesor dominico de filosofía que daba clases de doctorado en la Uni-
versidad. El tema elegido fue la libertad en Sartre y Merleau-Ponty. Se trataba de estu-
diar un tema especialmente interesante e inquietante por haber vivido casi toda mi vida
en un contexto franquista en donde la libertad brillaba por su ausencia.
59
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
esta información. Pero, llegados a final de curso, junio de 1970, pensé que escribir una
tesis sobre la libertad, sin conocer su dimensión psicológica era muy arriesgado y, en
todo caso, insuficiente. No bastaba la dimensión filosófica. Y decidí marcharme a Gi-
nebra para licenciarme en psicología.
Vicente Bermejo: Mis superiores en España me dijeron que terminara la tesis doctoral
en filosofía o que me viniera a España. En este momento el voto de obediencia empezó
a flaquear. No llegamos a un acuerdo. En aquel momento entendí que tenía que hacer
psicología en Ginebra. Y así fue como desembarqué en esa ciudad. Pasé el examen de
francés e ingresé en la Universidad de Ginebra para estudiar psicología. Y ahí conocí a
este señor (señala a un gran poster de Piaget que tiene en el despacho), Piaget, con el
que tuve clase el primer año, solamente el primer año, porque después se jubiló.
Todo es evolutivo, todo es un proceso que avanza. Y a los dos años aproximadamen-
te de estar en Ginebra tenía las ideas muy claras. Realmente me costó mucho romper
con la orden de los dominicos y sufrí bastante para hacerlo, todo hay que decirlo. Se
puede contar como algo simple, anecdótico, pero fue muy complejo tomar esta decisión.
Llevaba ya algunos años en la orden de los dominicos y había estado muy bien. Enton-
ces, romper con ella o salir fuera de la orden no fue nada fácil y me costó tiempo y la
superación de un duelo. Por eso hablo de un proceso que poco a poco llegó a su fin en el
segundo año de mi estancia en Ginebra. Ya no podía llevar los hábitos, blanco y negro,
de los dominicos, y mis creencias religiosas flaqueaban. Ya no me servían todas las
60
Tesis Doctoral
pruebas que había presentado en contra de Kant, de Nietzsche, de Sartre, para probar la
existencia de Dios, ni siquiera me servían las famosas vías de Santo Tomás de Aquino
para probar la existencia de Dios y, al mismo tiempo, me inclinaba progresivamente
hacia una especie de agnosticismo, que no se plantea la existencia de Dios.
Vicente Bermejo: Piaget fue un auténtico genio. Siempre digo que Freud y Piaget son
los grandes genios de la psicología. Freud, en el ámbito de la psicología analítica y Pia-
get, en el ámbito cognitivo, constructivista. Fue realmente un gran personaje, despótico,
impositivo, autoritario, pero gran trabajador y muy inteligente. Este hombre trabajaba
24 horas al día. El trabajo era un vicio para él. Todos los años terminaba su libro, por lo
menos un libro, que estaba formado por ocho o diez investigaciones serias, muy bien
elaboradas, sobre temas evolutivos o epistemológicos.
Cuando inicié el primer curso de Psicología me puse a estudiar las obras de Piaget,
que me encantaban. Me olvidé en seguida de la libertad, el tema de la tesis doctoral de
filosofía que nunca terminé. Es una pena porque estaba ya muy cerca, prácticamente un
año más y habría concluido la tesis doctoral en Filosofía, pero lo que realmente me ape-
tecía, me gustaba, me atraía, era estudiar a Piaget. Empecé a leer las obras de Piaget con
mucho placer, llenando muy pronto ficheros de notas. Entonces no teníamos ordenado-
res. Estas fichas las he conservado hasta mi cambio de domicilio en Pozuelo de Alar-
cón. Fue cuestión de espacio al mudarme de un domicilio grande a otro más pequeño, y
tuve que destruir lo que me había costado un número incontable de horas de trabajo.
Piaget era una persona difícil. Todo el mundo lo llamábamos “el patrón” y toda la
Facultad de Psicología giraba en torno a Piaget, de tal forma que la Psicología Clínica,
Psicología Social, cualquier especialidad en psicología trabajaba siempre en torno a
Piaget. Era un poco el dios, el sol, el eje en torno al cual girábamos todos en esta Facul-
tad de Psicología.
61
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
motivos de convalidación, dado que tenía la intención de volver a España para trabajar
en la universidad española.
Edith: Además de estudiar psicología fuiste profesor ayudante durante seis años.
Vicente Bermejo: Estuve trabajando durante unos años como investigador en el Fondo
Nacional Suizo para la Investigación Científica. Fui también profesor Ayudante durante
seis años en la Universi-
dad de Ginebra. Además
me gusta indicar que es-
tuve dando clases y fui
director del Bachillerato
Español en Ginebra para
los emigrantes españoles.
Era un placer ayudar a
gente necesitada como
los niños emigrantes es-
pañoles que querían ha-
cer bachillerato en Gine-
bra. Ya existía una cierta
organización cuando lle-
gué en 1970; cuando me
nombraron Director,
formé un grupo de profe-
sores competentes para enseñar el bachillerato hasta el año 1979 que me vine para Es-
paña. Esto me restaba poco tiempo: algunas tardes a la semana. Mi estancia en Suiza
(1969-1979) no sólo marcó mi vida en general, sino que sobre todo me enseñó a inves-
tigar y formar mi persona como científico.
Edith: El salto a Barcelona: Doctorado en psicología. Una nueva etapa se inicia y otra
se deja atrás, supongo que con mucha añoranza.
62
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo: Porque mi mujer era de Barcelona. Nos conocimos en Ginebra y nos
casamos aquí y allí tuvimos nuestras dos primeras hijas. Mi tercer hijo lo tuvimos en
Madrid. Estando en la Autónoma de Barcelona salieron algunas plazas de universidad a
concurso y me presenté a tres, me concedieron las tres plazas: una en Gerona, otra en
Tarragona y una tercera en la Autónoma de Barcelona. Finalmente acepté la plaza de
Barcelona, en la Facultad de Ciencias de la Educación.
Edith: Barcelona fue solo una estación de tránsito, porque estuvo poco tiempo.
63
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Cuando más tarde un miembro de la Comisión me hace saber que no obtuve la plaza
para profesor de la escuela de magisterio porque mi curriculum era muy bueno, ya había
conseguido una plaza en la Universidad Autónoma de Barcelona, y éramos colegas en
64
Tesis Doctoral
Pocos días después se convocaron tres plazas para Profesor universitario, y presenté
mi curriculum a todas las plazas. La Primera que salió era un concurso para la Universi-
dad de Tarragona, una agregación interina. Las otras dos pertenecían a la Universidad
Autónoma de Barcelona, una de Profesor contratado en el campus de Gerona, y la otra
de Profesor contratado en la Universidad Autónoma de Barcelona, en el campus de Be-
llaterra. Me otorgaron las tres plazas, pero como ninguna era de psicología evolutiva, mi
especialidad, renuncié a las dos primeras y acepté la última plaza, especialmente por la
proximidad de mi domicilio de esta Universidad. En octubre defiendo la tesis doctoral
en la Universidad Autónoma de Barcelona obteniendo cum laude por parte del tribunal.
El Presidente del tribunal era el Profesor Siguán, que no solo me apoyó en este caso
sino que también lo hizo como Presidente de la Comisión para la plaza de la Universi-
dad de Tarragona, mencionada anteriormente.
65
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
66
Tesis Doctoral
Efectivamente tenía toda la razón del mundo, ya que días más tarde me llamó el Pro-
fesor Forteza para comunicarme que no podían darle a un exprofesor de la Universidad
de Ginebra, discípulo de Piaget y doctor en psicología, la plaza de profesor ayudante.
Por ello habían decidido ofrecerme una plaza de Profesor Adjunto Contratado y darle la
plaza de Ayudante a otra persona. La propuesta me pareció fantástica, ya que de este
modo conseguía el objetivo que me había propuesto desde los inicios de mis estudios de
psicología en la Universidad de Ginebra. Mi primer año en la Complutense fue un poco
complicado, ya que del lunes por la mañana hasta el miércoles por la tarde noche vivía
en el colegio mayor de la Salle de Aravaca. El resto estaba con mi familia en San Cugat
del Vallés, Barcelona, menos la noche del domingo y la del miércoles que la pasaba en
el tren Madrid-Barcelona-Madrid. Además tuve que preparar todas las clases de psico-
logía evolutiva que impartía los lunes y miércoles por la tarde.
Por otra parte hemos avanzado mucho en el ámbito de la investigación. Hay muchos
profesores que publican en las mejores revistas del mundo. Yo mismo he publicado en
67
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Por otra parte, la política es necesaria incluso en la Universidad, pero en su justa me-
dida. Lo importante es la eficacia científica.
Pero veamos un poco el entramado político que nos llevó, a mi parecer, a la situación
disparatada del 23 F. En 1976 se coaligaron dos generales de división, que podrían si-
tuarse en la extrema derecha, ya que la gran mayoría procedía de la guerra civil españo-
la. El rey era el sucesor de Franco porque así lo quiso claramente Franco, que ostentaba
68
Tesis Doctoral
el mando general del ejército. Esto hacía difícil la evolución política en España, incluso
aunque hubo dos momentos propicios como fueron la ley de reforma política y la lega-
lización del partido comunista español. Las relaciones entre el rey y los militares fueron
en estos años tensas y difíciles, ya que los militares se resistían a perder el poder que
habían mantenido durante el régimen franquista.
Una figura clave durante la transición fue Manuel Gutiérrez Mellado. Como vicepre-
sidente de asuntos militares logró en gran medida alejar la política de los cuarteles. Sin
embargo, parece ser que fue muy indulgente con algunos intentos involucionistas, co-
mo, por ejemplo, el caso de la conspiración de la cafetería Galaxia en noviembre de
1978. Estos conspiradores pretendían asaltar la Moncloa, y su principal inspirador, Te-
jero, fue condenado a sólo siete meses de cárcel.
Sin embargo, parece que la crisis de la presidencia de Suárez propició el clima cons-
pirador. Así la noche del 23 de febrero de 1981, mientras se celebraba la votación para
la investidura del sucesor de Suárez en el gobierno, Tejero tomó el Congreso de los
diputados y lo secuestró con 400 guardias civiles en nombre del rey, aunque la mayor
parte de los guardias civiles ignoraban a qué habían ido al Parlamento.
El plan del 23 F pretendía crear una situación nacional excepcional que justificara la
intervención militar, siempre avalada por la monarquía; sin embargo, aunque ha existi-
do una teoría silenciosa que defendía la participación del rey en los inicios de esta su-
blevación, parece que no hay fundamentos objetivos que avalen tal supuesto; al contra-
rio, el rey consiguió hablar con generales, incluso con coroneles, lo que hizo posible la
convocatoria de la Junta de Jefes de Estado Mayor.
Como la Zarzuela prohibió que el general Armada visitara al rey, este general se pre-
sentó en el Congreso para intentar alcanzar una situación intermedia consistente en la
creación de un gobierno militar con el apoyo de los partidos, pero esta nueva propuesta
estaba muy lejos de lo que deseaba Tejero: un gobierno militar sin partidos. Por tanto,
las diferencias entre los golpistas eran notorias. Tejero no aceptaba ni la democracia ni
la monarquía. Armada deseaba manejar las dos. Milans del Bosch se oponía a la demo-
cracia, pero no a la monarquía.
69
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Pero el mensaje del rey en televisión rompió todos los proyectos militares así como
el posible engaño de Armada de que el rey estaba detrás del golpe de Estado. Una vez
más el rey se manifestó ante el Congreso como un seguro protector de la transición de-
mocrática española. Pero, ¿realmente aconteció todo esto tal como lo relatamos, o estos
hechos entran dentro de lo que el rey emérito dice el 9 de junio de 2016 de que “la ver-
dad no se puede contar”? Por ello es preferible no escribir nada, comenta el rey emérito.
En 1981 el pueblo español ansiaba la estabilidad gubernamental que no podía darle la
UCD con sus constantes disputas internas: quizá por eso el PSOE obtuvo mayoría abso-
luta en las elecciones generales de octubre de 1982. Felipe González formó un gobierno
moderado, parecido a la Social Democracia de los países nórdicos. Para terminar, fue
una noche preocupante que pasé en gran medida paseando en el claustro del Colegio de
la Salle con unos compañeros de colegio.
Vicente Bermejo: Sería muy largo reseñar solo todas las investigaciones que he llevado
a cabo en la Universidad Complutense. Por ello, me limitaré a las primeras investiga-
ciones realizadas en la Complutense nada más llegar a esta Universidad, ya que una vez
instalado y formado un equipo resulta más fácil investigar. Durante los cursos 1980 y
1982 impartí clases de Psicología Evolutiva en la Facultad de Psicología a grupos de
tarde que estaban constituidos principalmente por alumnos que trabajaban por la maña-
na; a pesar de ello, el segundo año logré formar un equipo de alumnos y alumnas para
llevar a cabo una serie de investigaciones en los colegios sobre el desarrollo de la clasi-
ficación en el niño. Presenté el proyecto de investigación al ICE de la Universidad
Complutense auspiciado por el Profesor Forteza, obteniendo la dotación económica
correspondiente para llevar a cabo simultáneamente cuatro investigaciones: 1) sobre
factores perceptivos y clasificación, importancia del cardinal en tareas de inclusión. 2)
Sobre relevancia de situaciones prototípicas en clases y colecciones. 3) Sobre entidades
colectivas y funcionalidad en situaciones de clasificación e inclusión. 4) Estudio evolu-
tivo de algunos factores lingüísticos influyentes en la clasificación.
El primer paso consistió en formar a ocho colaboradores de entre los estudiantes para
que llevaran a cabo las investigaciones con niños en colegios madrileños. Al mismo
70
Tesis Doctoral
tiempo diseñé cuatro aspectos hipotéticos sobre la clasificación que merecían ser estu-
diados en profundidad desde el punto de vista empírico, elaborando los protocolos y el
material correspondiente para cada una de las investigaciones. Posteriormente llevamos
a cabo estas investigaciones en diferentes colegios. Los resultados obtenidos en estas
cuatro investigaciones se publicaron en el primer Congreso Nacional del Colegio de
Psicólogos realizado en Madrid en mayo de 1984, así como en las revistas Infancia y
Aprendizaje y Estudios de Psicología.
Edith: ¿Qué ha motivado que sus investigaciones vayan en una determinada direc-
ción?
Vicente Bermejo: Una de las principales banderas que han guiado mi vida profesional
a lo largo de los años ha sido la independencia, especialmente en el ámbito de la inves-
tigación, de modo que en todos los trabajos realizados en los distintos campos que he
recorrido a lo largo de los años siempre he defendido una total independencia no sólo en
la metodología empleada y la estructuración del trabajo, sino que incluso he gozado de
la misma independencia en el momento de elegir la temática objeto de mi investigación.
71
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
En el ámbito de la filosofía resalto, por ejemplo, que los seis trabajos llevados a cabo
en el Estudio General de Filosofía y Teología de los padres dominicos de Granada el
tema tratado lo elegí yo mismo en función de mi interés filosófico en ese momento “De
principiis entis mobilis” (manuscrito en latín), “Disquisiciones sobre la persona metafí-
sica”, año 1963 (manuscrito). “Kant en la historia de Dios”, 1964 (manuscrito). Final-
mente el trabajo Historia de una teoría. Problemática en torno a la relación de los fe-
nómenos perceptivos normales y deformantes, memoria de licenciatura, que presenté en
la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Barcelona, con plena
libertad para elegir el tema y método de trabajo. Casi todos los trabajos señalados han
sido publicados en mi libro “Escritos de juventud I: Documentos filosófico-literarios”,
Madrid, 2015.
En el área de la teología también gocé de libertad en los tres trabajos siguientes: “La
Parusía final”, 1967 (manuscrito), “Salvación e Historia” (manuscrito), finalmente el
trabajo de la “Eucaristía, Sacramento de la Pasión”, tesis de licenciatura, lectorado,
realizada en el Instituto Filosófico Teológico de la Facultad de Teología en Paris, Le
Saulchoir. Me propuso el director del trabajo el tema, pero la redacción y estructuración
del mismo corrió por mi cuenta, de tal manera que el director del trabajo no tuvo noti-
cias del desarrollo del trabajo hasta que al final de curso lo entregué totalmente termi-
nado, encuadernado y listo para defenderlo ante el tribunal correspondiente. Algunos de
estos trabajos han sido publicados en mi libro “Escritos de juventud II: Documentos
teológico-literarios”, Madrid, 2016.
72
Tesis Doctoral
metodología era tremendamente aburrida y poco eficaz, entre otras cosas, produciendo
además un alto nivel de ausencia a clase. Uno de mis cometidos como director consistió
en seleccionar nuevo profesorado formado en las diferentes áreas y organizar las clases,
aportando una metodología similar a la seguida en los institutos de bachillerato español.
Además, también me interesó profundizar especialmente el sistema educativo suizo y
sus puntos de contacto con la educación de la inmigración española en aras a mejorar en
lo posible la formación de los estudiantes españoles de bachillerato residentes en Gine-
bra. Como resulta obvio, el trabajo mencionado más arriba lo llevé a cabo con financia-
ción propia.
Las investigaciones realizadas a lo largo de mi vida han sido numerosas y han estado
estrechamente relacionadas con mi estado de ánimo, intereses teológicos, filosóficos y
científicos que me ocupaban en ese momento. Los primeros escritos que recuerdo se
remontan al inicio de los años 1960. En estas líneas se enmarcan trabajos como Nuestro
mundo y el amor, año 1962. El intruso, Tú También, 1962, de carácter intimista y reli-
gioso que descubre los primeros pasos candorosos, un tanto infantiles, en el campo de la
escritura. En el año 1963 se multiplican los artículos murales, como Sucedió en Grana-
da, que es muy bonito, que plasma los sentimientos que un estudiante de filosofía y teo-
logía experimenta en el interior de su celda escuchando el vivir de la ciudad de Granada
a la una de la madrugada en la noche de Resurrección.
73
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Muchos de estos trabajos se han publicado en mis libros mencionados más arriba “Es-
critos de juventud I” y Escritos de juventud II”.
Vicente Bermejo: Lo primero que me gustaría comentar es que la nueva ley debió de
ser una ley consensuada por los principales partidos políticos y el visto bueno de las
Universidades.
Desde el punto de vista económico, aunque el ministerio sostiene que para las fami-
lias significa un ahorro de unos 150 millones de euros, al poderse reducir a 3 años la
duración de los grados; sin embargo, no parece tan claro este ahorro si un año de máster
llega a costar 4.000 ó 5.000 euros. Antes se financiaban públicamente los cinco años de
las licenciaturas, mientras que con la nueva ley solo se financian los tres años del grado.
Los másteres los pagan las familias.
74
Tesis Doctoral
Por otra parte, el deseo de flexibilizar los estudios no parece cumplirse tampoco
con esta ley, como tampoco converge claramente con los estudios realizados en otros
países europeos.
Por tanto, entiendo que necesitarnos otra ley que manifiestamente fomente la inves-
tigación y las relaciones entre la universidad y la sociedad.
Vicente Bermejo: Con toda franqueza, y quizá influido por el hacer de la Universidad
ginebrina, siempre he dado un punto más de importancia en mi vida profesional a la
investigación que a la docencia. Ello no quiere decir que tuviera abandonada mi docen-
cia universitaria. Al contrario, me encantaba enseñar, disfrutaba realmente en clase.
Prueba de ello es que en las evaluaciones universitarias que hacían los alumnos de sus
profesores, siempre obtenía una puntuación por encima de la media de la universidad y
de mi departamento. En este mismo sentido entiendo el hecho de que al principio de
curso tenía que rechazar la asistencia a mis clases de alumnos que no estuvieran inscri-
tos en mi grupo, porque eran muchos los que solicitaban el cambio a mi grupo. Final-
mente, aunque de menor peso pero un tanto gratificante, una anécdota que me relató mi
hija, estudiante en psicología. Cuando estaban los alumnos de tercer curso en Túnez, en
viaje de paso del ecuador, una de las estudiantes comentó delante de mi hija, que para
ella el mejor profesor que tenía este año era el Profesor Bermejo. Entonces una amiga
de mi hija le dijo a esta alumna que menos mal que has hablado bien del Profesor Ber-
mejo porque esta es su hija.
75
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
con estudiantes y profesores de Holanda, Bélgica, Grecia y España, como puede verse
además en la fotografía adjunta.
Edith: Le hago una pregunta quizás molesta o políticamente incorrecta. ¿Por qué ob-
tiene la cátedra un poco tarde, a mi juicio, en su promoción profesional a pesar de su
amplia formación, su estancia de varios años en universidades extranjeras prestigiosas,
y sus numerosas publicaciones en revistas nacionales e internacionales?
76
Tesis Doctoral
titular en las Idoneidades de 1984. Todos mis compañeros y compañeras (en torno a
diez personas) que se presentaron a las oposiciones mencionadas en 1983 sacaron sus
cátedras respectivas muy poquitos años después, incluso los que no habían aprobado la
oposición de adjunto. En los años ochenta y noventa del siglo pasado firmé y me pre-
senté a varias plazas de catedrático en distintas universidades, pero en todas me negaron
la plaza o se suspendió la oposición, como comentaré después. En unos casos el secreta-
rio del tribunal me aconsejaba no presentarme al segundo ejercido, porque el tribunal
había decidido otorgar la plaza a otra persona de esta Universidad, a pesar de que esa
persona había presentado una carpetita con escasas publicaciones, mientras que yo ha-
bía presentado una maleta llena de publicaciones. Para consolarme, me decía el secreta-
rio del tribunal que en caso de continuar la oposición no me suspenderían pero no me
darían la plaza. En otras oposiciones me comentaba el presidente del tribunal que nunca
me apoyaría, ni me daría su voto si él era propuesto como presidente por la universidad
que sacaba la plaza, independientemente de los méritos científicos que pudieran tener
los candidatos.
En este contexto, mis posibilidades de obtener una plaza de catedrático eran casi
nulas, ya que tenía la “mala suerte” de no pertenecer a ninguno de los dos “partidos”. Es
decir, en este ámbito, como en todos los demás, he sido gran amante de la independen-
cia, con los inconvenientes y peajes que hay que pagar por ello. Solo si los tres miem-
bros del tribunal elegidos por sorteo no pertenecen al mismo “partido” que el presidente
y secretario, y los primeros no tienen candidato, entonces tendría ciertas posibilidades
de obtener la plaza, con el objetivo principalmente de que no consiga la plaza el candi-
dato apoyado por el presidente y secretario. Déjeme ilustrar lo que vengo comentando
77
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
con lo que me ocurrió al principio de los años noventa del pasado siglo. Una universi-
dad española saca una cátedra y la firmamos al menos dos personas. El presidente del
tribunal intenta obtener el voto de un miembro de los tres elegidos por sorteo. Cita por
escrito al tribunal y a los que firmaron la plaza, entre ellos a mí para llevar a cabo la
oposición en el lugar, día y hora fijados por el presidente. Al poco tiempo, viendo que
no llegaba a buen término su intento de contar con el voto de este miembro del tribunal,
desconvoca la oposición comunicándoselo a todos los implicados menos a mí. Aunque
alguien me hizo saber informalmente que se había desconvocado la oposición, no obs-
tante, al no recibir la desconvocatoria oficial del presidente del tribunal me presenté en
el lugar elegido para la oposición acompañado de un notario, para que levantara acta de
los acontecimientos ocurridos o, más bien, no acontecidos en el lugar señalado oficial-
mente para realizarse la oposición. Con el documento notarial en la cartera pido cita al
Sr. Rector de la universidad interesada y se me concede sin problemas. Indico al Sr.
Rector lo acontecido, que supongo ya conocía, y le regalo además algunos de mis li-
bros. La entrevista duraría unos quince minutos aproximadamente, pero el Sr. Rector no
me dijo ni una sola palabra. Sólo los saludos protocolarios.
Como no podía ser de otro modo, a mi vuelta a Madrid pongo en manos de un abo-
gado lo ocurrido, y se inician los pasos acostumbrados para llevar a juicio al presidente
del caso. Para que no suene a pura invención lo que estoy relatando, ¡ojalá y así hubiera
sido!, me permito indicar el nombre de mi abogado: Sr. Codina. Por supuesto, todo ello
me robó tiempo y dinero y me produjo sobre todo una gran desazón y tristeza por estos
inadmisibles funcionamientos de la universidad. Poco tiempo después (dos o tres años),
la universidad saca de nuevo la cátedra a concurso, pero ahora con un nuevo presidente
perteneciente al mismo “partido” que el anterior. Al mismo tiempo se convoca concurso
para otra plaza de catedrático de una universidad diferente, pero con la coincidencia de
que el presidente del tribunal era el mismo que el de la cátedra anterior. Tuve también la
suerte de que los tres miembros del tribunal elegidos por sorteo para esta nueva cátedra
no pertenecían al grupo del presidente. Finalmente se me citó a una cena en Madrid en
la que estaba el presidente del tribunal de estas dos cátedras y dos profesores más, para
debatir sobre el futuro de estas dos cátedras y en parte mi futuro profesional. Pretendían
78
Tesis Doctoral
convencerme para que me presentara a la última cátedra que se convocara, pero como
sabía que no tenían los votos necesarios para tomar decisiones sobre una de ellas, pro-
puse de manera tajante que me presentaría a la primera de las dos cátedras que se con-
vocara. Y así fue como obtuve la primera cátedra.
Espero que estos datos, ¡hay más!, sean suficientes para entender por qué obtuve la
primera cátedra tan tarde. La independencia suele ser menos rentable que la dependen-
cia. Si a ello añadimos algunas briznas de envidia, el cóctel resultante puede ser explo-
sivo.
Edith: Las matemáticas nunca habían desaparecido del horizonte de sus intereses
prioritarios. ¿Cómo fue el reencuentro con ellas?
Vicente Bermejo: Los factores que despertaron mi interés por el estudio del aprendiza-
je/enseñanza de las matemáticas en el niño a mediados de los años ochenta son múlti-
ples. Resaltaré algunos de ellos. El primero fue mi predisposición positiva hacia las ma-
temáticas desde mis años infantiles, como ya he señalado. Francamente disfrutaba
resolviendo problemas matemáticos. El segundo surgió de las investigaciones realizadas
sobre la lógica infantil al inicio de los años ochenta, que me condujeron casi necesaria-
mente a la investigación sobre matemática infantil. Y, finalmente, el conocimiento de
los malos resultados obtenidos por los escolares españoles tanto en las evaluaciones
matemáticas nacionales, como internacionales. Todo ello me llevó a estudiar y analizar:
1) el desarrollo/aprendizaje de conceptos matemáticos, 2) la evaluación de los mismos,
3) y finalmente la intervención en el aula de matemáticas para mejorar la formación
matemática de los escolares españoles. El culmen de decenas de trabajos llega con la
propuesta de un modelo de intervención en el aula de matemáticas (PEIM) y un ejemplo
de intervención específica o microgenética en matemáticas. El Ministerio de Educación
concedió en 1998 un premio Nacional de Investigación Educativa honorífico a una de
mis investigaciones realizadas sobre el PEIM (Programa Evolutivo Instruccional para
Matemáticas). En 2007 se concede a Margarita Blanco Pérez el primer premio del Mi-
nisterio de Educación y Ciencia en la modalidad de Tesis doctoral en el Concurso Na-
cional de Premios a la Investigación e Innovación, siendo yo el director de la tesis.
79
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
He presentado un modelo llamado PEIM que pretende mostrar cómo enseñar mate-
máticas para aprender mejor. Un programa de intervención en el ámbito de las matemá-
ticas. Las siglas PEIM provienen de Programa Evolutivo Instruccional para las Matemá-
ticas. Defiendo que al niño para aprender matemáticas le conviene un contexto de
carácter constructivista, es
decir, no el modo de en-
señar tradicional en el que
el niño repite aquello que
dice el profesor, como
cuando aprenden las ta-
blas de sumar o de multi-
plicar, dos más dos cua-
tro, y son 4 porque lo dice
el profesor, pero sin en-
tender por qué son 4 y no
cinco o seis.
Edith: ¿Se puede modificar la inteligencia para aprender una cosa tan horrible como
las matemáticas?
Vicente Bermejo: Primero tengo que negar que las matemáticas sean horribles. Sin
duda que se puede modificar y se pueden mejorar los conocimientos matemáticos, espe-
cialmente si tenemos en cuenta la orientación constructivista, que facilita que el niño
construya sus propios conocimientos. Por ejemplo, cuando un niño nos dice que dos y
dos son cuatro porque lo dice el profesor, puede mejorarse diciendo al niño: ¿cuántos
dedos hay aquí? (mostrando dos dedos levantados). Y ¿cuántos hay aquí? (mostrando
dos dedos levantados de la otra mano). Y ¿cuántos dedos hay en total? 1, 2, 3, 4. Y el
80
Tesis Doctoral
niño lo descubre, no hace falta que le digan que son cuatro, sino que él lo descubre sólo.
Descubre y construye su propio conocimiento. Y, como decía Voltaire, sólo es bueno
aquello que uno construye. O también lo que decía Vico, filósofo del siglo XVIII, que
solamente entendemos aquello que construimos. Dios lo entiende todo porque lo ha
construido todo, pero nosotros solamente entendemos aquello que construimos. Pues
bien, lo que hay que hacer es posibilitar que los niños construyan sus propios conoci-
mientos. Si enseñamos al niño cuántos son 2 y 2 y él nos dice que son 1, 2, 3, 4, este
niño aprenderá de este modo más fácilmente que son cuatro, que si le instamos a apren-
der de memoria.
Edith: ¿Existe alguna estructura cerebral que disponga para ser buen matemático?
81
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo: Las últimas investigaciones muestran que el cerebro humano utiliza
redes neuronales específicas para el trabajo matemático, de modo que se activan dife-
rentes neuronas cuando se trata del procesamiento de las matemáticas y del procesa-
miento del lenguaje, por ejemplo. Pero no puedo decir más, porque no he trabajado en
este ámbito específico.
Vicente Bermejo: Con respecto al máster, nació en el año 2005. Antes había trabajado
casi siempre en el ámbito del niño desde que comencé a trabajar con Piaget en Ginebra,
de modo que he dedicado unos cuarenta años a conocer el desarrollo del niño. Pero, en
el año 2005, me propusieron unos compañeros introducirme en el ámbito familiar, rela-
cionado con el niño. Es decir, ver al niño con la familia, dentro de la familia, como un
sistema en el cual están los padres, los hijos, e incluso los abuelos. Estuvimos hablando
y, después de un mes o dos, me pareció que podía ser interesante descubrir este ámbito
mucho menos conocido para mí.
82
Tesis Doctoral
justamente de construir en su lugar algo positivo. Y, en ese sentido, me pareció que era
una secuencia, una continuación de algo que yo conocía y que había aplicado al ámbito
de la enseñanza y el aprendizaje, y que ahora sería interesante aplicarlo también en el
ámbito de la terapia. Por tanto, se trataba de un enriquecimiento teórico para mí y, sobre
todo, de una oferta que hacía a los estudiantes para formarse en la terapia sistémica.
Edith: El máster es muy importante dado que hoy son muy frecuentes las crisis familia-
res.
Vicente Bermejo: Pienso que la crisis es algo positivo. El término crisis puede tener al
menos dos sentidos. Yo lo entiendo como cambio y desde este punto de vista me intere-
sa. Toda crisis supone cambio y el cambio es bueno, es positivo. La vida misma es
cambio, la historia es cambio, todo va cambiando. Los cambios que ha habido desde la
Edad Media hasta ahora han sido enormes. En este sentido el término crisis como cam-
bio me parece positivo. La familia tiene que readaptarse constantemente. Creo que en la
familia la crisis es algo natural, que va a existir y ha existido siempre.
Puede haber cambios que se dan en algunas familias, pero no en otras. Todas las fa-
milias no tienen que seguir el mismo camino exactamente, sino que depende del padre,
la madre, los hijos, los abuelos, el entorno, etc. Todo ello caracteriza a cada familia,
haciendo que sean diferentes unas de otras.
Volviendo a Piaget, la adaptación hay que realizarla pero, ¿cómo?, cambiando. Esto
no significa que yo sea un optimista infundado; pero me gusta ver no solo lo negativo
de la historia, sino también lo positivo.
83
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo: Aquí conocí, entre otros grandes profesores, al P. Congar, que había
desempeñado un papel muy relevante en el Concilio Vaticano II. Ya se desplazaba en-
tonces en una silla de ruedas empujada por alguno de los jóvenes que convivíamos con
él en el convento-instituto de Le Saulchoir (París). Era un gran trabajador, siempre con-
centrado incluso en el refectorio, y amante del silencio haciendo gala del slogan domi-
nicano “Silentium est pater praedicatorum”. También fue una experiencia interesante
la vivencia de la huelga general que tuvimos en Francia durante la primavera de 1968,
con mítines de Sartre y otros famosos en aquel tiempo en la plaza o entorno de la Sor-
bona.
En otro orden de cosas, aquí di mis primeros pasos con esquíes, que después perfeccio-
naría en Ginebra, y en esgrima, que nunca más practiqué.
Edith: ¿Tan deslumbrante era la figura de Piaget como para dejar sin acabar una tesis
doctoral en Filosofía y marcharse al albur de la psicología en Ginebra?
84
Tesis Doctoral
Genética, así como el gran estudioso del desarrollo del bebé y del niño en general. La
Escuela o Facultad de Psicología era como una máquina de hacer ciencia. Todo parecía
organizado y estructurado como un reloj suizo.
Edith: Sin el respaldo económico de la orden dominicana ¿cómo pudo subsistir en una
ciudad como Ginebra?
Vicente Bermejo: Para pagarme estos estudios me veo obligado lógicamente a trabajar
en algunas empresas suizas como Carand’Ach y en Correos. Después obtendría la beca
de intercambio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid (1971-
1973) y empezaría a trabajar en la Universidad ginebrina como profesor Ayudante un
año antes de terminar la licenciatura en psicología (1973-1979). Simultáneamente soy
profesor y director del bachillerato español en Ginebra para los emigrantes españoles
por la tarde-noche (1970-1979) con el objetivo de ayudar a niños y mayores a alcanzar
la formación que deseaban. Durante los primeros años me desplazaba por Ginebra en
motocicleta y recuerdo el frío intenso que pasaba en invierno para desplazarme desde
mi domicilio hasta el centro escolar, unos tres kilómetros, con las calles blancas de nie-
ve y frecuentemente nevando intensamente durante mi desplazamiento, de modo que a
veces la misma nieve me impedía la visibilidad necesaria para conducir con seguridad la
motocicleta. Era un trabajo poco rentable económicamente, pero muy importante desde
el punto de vista humano. También trabajé durante unos años para el Fondo Nacional
Suizo para la Investigación Científica.
Vicente Bermejo: En este marco, fui profesor de las hijas del Embajador y del Cónsul
de España en Ginebra, y se me invitó en el año 1978 a una recepción de los reyes de
España en la embajada española. Además, quiero recordar que en Semana Santa de
1994, estando presenciando uno de los muy interesantes pasos malagueños, entre una
enorme cantidad de gente que contemplábamos el paso, un señor que estaba justo detrás
de mí, me llama la atención y me pregunta si soy profesor. Dejé pasar unos segundos
antes de responderle, y con cierta curiosidad le confirmo que así es; y me pregunta de
nuevo si he estado en Ginebra. Ahora sí presto más atención a este señor y le respondo
igualmente de modo afirmativo. Entonces me dice con seguridad que he sido su profe-
85
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Por otra parte, fue grata e interesante la convivencia con ilustres profesores de la Facul-
tad de Psicología y Ciencias de la Educación de Ginebra. Fue igualmente grato el am-
biente de investigación que se respiraba en todos los departamentos.
86
Tesis Doctoral
Sin embargo, las ofertas en las universidades españolas no fueron tan fáciles, como ya
comenté más atrás.
Edith: Tú y tu hermana nacisteis en Ginebra. ¿Os han marcado esos primeros años?
Mercedes: Desde hace tiempo considero que Jean Piaget ha tenido una influencia muy
relevante a lo largo de toda mi vida. Nuestros padres se conocieron en Ginebra, y vivie-
ron allí durante largos años, y, en el año 1977 tuvieron a mi hermana Cristina, llegando
yo en el año 1979. En esta hermosa ciudad mi padre tuvo la oportunidad de conocer a
Piaget, y aprender mucho de él durante años.
Poco antes del fallecimiento de Piaget, mis padres decidieron que era el momento de
regresar a España, en 1979. No obstante, a pesar de ser hija de padres españoles siempre
me he sentido un poco suiza, ya que su cultura nos impregnó a todos, incluido a mi
hermano, Vicente, que nacería en 1984. Durante años hemos conservado en casa tradi-
87
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
ciones suizas, como la del plato de quesos después de comer, que aún conservamos,
incluso vocablos propiamente suizos, además de los valores de la cultura ginebrina.
Una parte de mí siempre se ha sentido un poco suiza sintiendo a su vez que Piaget ha
marcado mi manera de entender el mundo, así como mi trayectoria profesional. Desde
bien pequeña mi padre observaba, con afecto, mi juego simbólico, participando de él
con frecuencia, y, en ocasiones, recuerdo que me preguntaba y hacía cuestionarme mi
manera de razonar, pensar, sumar…
Por todo ello, desde que tengo uso de razón me ha apasionado el mundo de la infan-
cia, y mi objetivo profesional lo tuve clarísimo desde bien pequeña. Siempre quise ser
psicóloga infantil, a pesar de los intentos fallidos de mi padre para que me dedicara a la
abogacía, argumentando mi gran capacidad de defensa de mis derechos, y lucha por mi
libertad, sobre todo a lo largo de mi complicada adolescencia.
Nuestro padre pertenece a una humilde familia manchega, tierra de la que se siente
muy orgulloso, a pesar de haber vivido en épocas difíciles. Tuvo que trabajar mucho
88
Tesis Doctoral
durante años, y no sólo nunca nadie le regaló nada, sino que tuvo que luchar a contra
corriente durante largos periodos de su vida. A lo largo de mi trayectoria profesional
siempre renegué de sus posibles ayudas laborales que pudiera brindarme, ya que, cono-
ciendo su vida aprendí que cada uno debe ganarse con esfuerzo y orgullo sus logros,
aunque fueran más costosos, o tardaran en llegar, como fue el caso de su Cátedra.
Por todo ello, soy consciente que el haber dedicado mi vida personal y profesional a
los niños es algo que ha estado influido por la figura de Piaget y, por tanto, de mi padre,
despertando mi interés y dedicación a entenderles, ayudarles y protegerles. Desde el
ejercicio clínico, he podido aplicar los modelos, programas y conocimientos que mi
padre ha trabajado y estudiado desde el ámbito académico durante toda su vida.
Gracias, a ti Edith, y a todos los profesionales que decidieron dedicar su vida a la in-
fancia, con cariño.
89
Capítulo 2
Metodología utilizada por el profe-
sor Bermejo
91
2.1. Introducción
El método, o camino seguro para llegar a buen puerto, ha tenido muchas formulaciones,
desde las más estrictas, propuestas por el empirismo lógico de principios del siglo XX,
hasta las más laxas, que propugnan que son los resultados los que determinan si un de-
terminado método es válido o no, dado que en la ciencia algunas equivocaciones han
conducido a grandes éxitos.
Aunque existe una gran variedad de metodologías y de principios por los que debe
regirse un científico si quiere que su trabajo sea respetado, también es verdad que exis-
ten muchos niveles de cientificidad en la investigación. Así, las ciencias más ligadas al
mundo físico u orgánico suelen utilizar métodos más cercanos al empirismo lógico,
mientras que las ciencias sociales tienen métodos menos restrictivos. Por otra parte, las
ciencias más alejadas del mundo físico, como es la ética, la metafísica, la poesía, etc.
tienen cada una de ellas su propio método, siendo la rigidez de las normas de estos mé-
todos proporcional a la cercanía respecto a la investigación sobre el mundo físico.
Cuando nos acercamos a la metodología utilizada por el profesor Bermejo nos en-
contramos con una gran diversidad de métodos, ya que su trayectoria científica ha pasa-
do por una gran variedad de campos de investigación.
93
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Lo aprendido con Piaget en Ginebra aparece una y otra vez en la mayoría de sus in-
vestigaciones, aunque él introduce algunas modificaciones y críticas a su maestro. Este
método aparece de una manera especial cuando estudia la evolución cognitiva del niño,
el adolescente y el adulto.
Finalmente, el Profesor aplica una metodología menos rígida cuando analiza la ética
o deontología del psicólogo en el ejercicio de su profesión. En la ética profesional se
mezcla una enorme cantidad de principios, leyes, imposiciones y sugerencias, opiniones
tendencias y sensibilidades propias de una época y de una cultura determinada. Por esta
razón la metodología de la ética tiene límites no muy bien definidos. El principio básico
por el que se rige es: el principio de beneficencia y no maleficencia. Hacer siempre el
bien y nunca hacer daño a nadie.
Los primeros escritos del profesor Bermejo son su tesina de licenciatura y su tesis doc-
toral, ambas en Teología Dogmática. El profesor fue enviado a estudiar a Le Saulchoir,
un prestigioso centro de educación para los dominicos de gran parte de Europa. En este
centro fueron estudiantes, y luego profesores, teólogos de gran influencia en la teología
94
Tesis Doctoral
En esta época, los teólogos tenían cuatro fuentes principales de inspiración. En pri-
mer lugar estaban los textos sagrados, que constituían la base fundamental sobre la que
construir la reflexión teológica. Se consideraba un escrito de prestigio si tenía citas en
hebreo o en griego, las lenguas en las que está escrito el Antiguo y el Nuevo Testamen-
to. Ser fieles al sentido original del texto era una de las formas de cientificidad.
En cuarto lugar, prestarle atención a las ciencias humanas, física, psicología, astro-
nomía, medicina, sociología, etc., comenzó a ser uno de los campos más fecundos para
iluminar el campo teológico. En principio este método no fue bien recibido, pero, poco
a poco, se fue imponiendo y ganando mayor respeto.
95
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
En definitiva, los teólogos se rebelan contra la rigidez que imponía el método cientí-
fico, en especial el positivismo lógico, ya que no se debe identificar el carácter científi-
co con la objetividad empírica, ni menos aún con la neutralidad axiológica o la a-
moralidad del trabajo intelectual. Se debería admitir que la reflexión teológica, toda la
teología, no es pura práctica científica y, como tal, neutral e independiente de su reper-
cusión en la sociedad y en la historia.
Como dice Goldmann (1978, 63). “Es importante recordar una vez más que el deseo
de comprender la realidad, en el dominio de las ciencias humanas, exige de parte del
investigador el valor de romper con los prejuicios conscientes o implícitos y recordar
siempre que la ciencia se hace no en la perspectiva de tal o cual grupo particular ni en
una posición exterior pretendidamente objetiva, que supone la eternidad de las estructu-
ras fundamentales de la sociedad actual, sino en la perspectiva de la libertad y la comu-
nidad humana, la perspectiva del hombre y la humanidad”.
En efecto, cuando se reflexiona sobre aquello que se cree y se vive, no se puede po-
ner entre paréntesis ni la fe ni la propia vida a la hora de hacer una reflexión teológica.
De ahí que la teología no se pueda separar de las convicciones personales que le dan
sentido a la existencia del teólogo. Decir que la metodología es parte de la teología no
supone reducir la teología a una cuestión de voluntarismo, sino afirmar la estrecha liga-
96
Tesis Doctoral
zón entre la práctica teológica y la práctica de la vida cristiana a fin de encontrar una
metodología idónea para la reflexión moral. El rigor científico, que es la garantía de que
una investigación sea válida, se entiende de distinta manera en Teología, ya que el rigor
científico se refiere al principio de no contradicción y a la utilización racional y lógica
de los argumentos.
En este sentido la investigación teológica del profesor Vicente Bermejo intenta dar
una respuesta a sus propias inquietudes ante problemas tan fundamentales como son la
existencia de Dios, el problema de la libertad, o la presencia real de Cristo en la Euca-
ristía. Toda la investigación teológica del Profesor está ligada a preguntas trascendenta-
les sobre su propia vocación, o incluso su propia existencia como ser humano. Él quiere
encontrar respuestas en los grandes personajes que han investigado estos problemas,
desde San Agustín, pasando por Santo Tomás, y llegando a las columnas vertebrales del
concilio Vaticano II: los grandes teólogos que intervinieron en este concilio de los que
hablaremos más adelante.
Cuando Aristóteles comenzó hablando de método (μετά ὁδός), quería encontrar un ca-
mino para llegar a la meta de una manera segura. El método científico intenta controlar
las falacias y las malas interpretaciones de los hechos que se presentan ante nosotros. El
método es parecido a un protocolo que hay que seguir para que el resultado sea óptimo.
Los protocolos, las metodologías y las estrategias que han mostrado ser eficaces en la
resolución de problemas se constituyen como modelos a seguir en situaciones semejan-
tes.
En el siglo XVI, Juan Luis Vives fue el primero en proponer el método inductivo
como el único que se debe utilizar en la investigación de los hechos reales. Los empiris-
97
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
tas ingleses abogarán por este método como la única posibilidad para la investigación
científica.
Aunque el Profesor ya había utilizado con anterioridad este método, podemos considerar
que es a partir de su estancia en la Universidad de Ginebra, junto a Piaget y los grandes
profesionales de la psicología empírica en este centro, que el profesor lo toma como mé-
98
Tesis Doctoral
En este momento no nos interesa demostrar que el profesor Bermejo cumplió perfec-
tamente con el protocolo; ciertamente que lo hizo y cualquiera puede analizar su tesis
doctoral para cerciorarse de la precisión y parsimonia con la que presenta los elementos
constitutivos del experimento.
Lo que realmente hace que un experimento sea valioso no es seguir un protocolo con
precisión (esto ya se supone que tiene que ser así), sino el ingenio, la originalidad y la
adecuación del experimento a los propósitos para los que se ha diseñado. También es
importante el tipo de hipótesis que se plantean y si responden a una inquietud científica
actual. Es fundamental que el experimento sea adecuado para medir con precisión lo
que intenta medir. Muchos experimentos, al estar contaminados por variables que se
consideraban neutras, pueden estar midiendo otras cosas muy distintas de las que se
pretende medir.
Del experimento realizado para la consecución del título de doctor sólo nos interesa
analizar las hipótesis y el modo de llevar a cabo el experimento, ya que nos parece muy
ingenioso el modo de resolver algunos problemas de tipo técnico. El Profesor muestra
su agradecimiento a la ayuda que recibió de los Sres. L. Pitetti y C. Husler, prestigiosos
asistentes-técnicos de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de Ginebra,
99
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
con quienes llevó a cabo la construcción del laboratorio, por su trabajo eficaz su genero-
sa disponibilidad. El Profesor también reconoce la valiosa colaboración del Dr. J. Vo-
neche, de la Universidad de Ginebra, que ha vivido la realización de este trabajo, desde
sus inicios hasta el final, con una presencia de profesor y de colaborador verdaderamen-
te extraordinaria. Su valiosa aportación científica e intelectual le fue sumamente útil
(Bermejo, 1981).
Según los primeros, las ilusiones dependerían directamente de la constancia, sea con
los indicios de profundidad (Gregory), sea con los “estímulos de distancia” (Day). Así,
pues, la distancia sería la responsable de la constancia que, a su vez, sería responsable
de las ilusiones perceptivas.
Las hipótesis que propone el Profesor se sitúan en el plano más amplio de la relación
posible existente entre la constancia del tamaño, tal como ésta fue descrita por Descar-
100
Tesis Doctoral
tes (1637), y las ilusiones de Ponzo y Müller-Lyer, esta última en su versión de las fle-
chas cerradas. Así, dice el Profesor, no sólo comprobaremos la teoría gregoriana, sino
también las explicaciones propuestas por otros autores defensores de esta relación, co-
mo Day, 1972; Parrish & otros, 1969; Coren-Girgus, 1977; etc. (Bermejo, 1981).
Con estas hipótesis se pretende abarcar el nivel evolutivo de las personas (niños y adul-
tos), el punto de vista espacial (cambio de distancia), y las dos situaciones de presenta-
ción que se supone que influyen en la percepción: con luz natural o artificial y en la
oscuridad.
Respecto a la edad
I) Si las ilusiones aumentan con la edad, entonces se derivarían las siguientes conse-
cuencias:
II) Si las ilusiones disminuyen con la edad, entonces se derivarían las siguientes conse-
cuencias:
101
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
III) Si las ilusiones disminuyen primero, y después aumentan con la edad, entonces ten-
dremos primeramente uno de los casos vistos en (II), y después uno de los casos per-
tenecientes a (I).
IV) Si las ilusiones aumentan primeramente, para decrecer después con la edad, enton-
ces se dará primeramente un caso de (I) y después uno de los casos de (II).
b) o la constancia y la distancia varían con la edad en sentido opuesto, de tal modo que
sus efectos se anulan.
II) Si la ilusión decrece al aumentar la distancia física, entonces se derivarían las si-
guientes consecuencias:
102
Tesis Doctoral
El interés del profesor Bermejo en este experimento es realizar una serie de pruebas con
espacios reales, no a escala en espacios reducidos. Esto ofrece resultados mucho más
precisos y con mayor valor predictivo. El problema era encontrar un espacio lo suficien-
temente grande donde poder proyectar las figuras de Müller-Lyer y la de Ponzo.
103
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El pasillo A está recorrido horizontalmente por un raíl recto de color negro mate de
40 m de largo, sustentado por soportes de hierro. Estos soportes no son visibles para el
observador, ya que están cubiertos con una tela de color negro mate situada entre el raíl
y los soportes desde el principio hasta el final. Todo el raíl está señalizado en unidades
de centímetros, cuya visibilidad sólo es accesible a los experimentadores. Por otra parte,
el raíl no guarda la posición habitual que puede observarse en cualquier vía de ferroca-
rril. Su posición es más bien la que aparece al girarlo 90° sobre sí mismo. De este modo,
en el hueco del raíl se ha podido situar un dispositivo eléctrico, de 40 m de largo igual-
mente similar al empleado en los trenes eléctricos que sirven de juguete a los niños.
Este dispositivo está también pintado de negro mate.
104
Tesis Doctoral
y, por otra, determinan el ángulo visual de los observadores. Un dispositivo muy similar
cierra o abre oportunamente estos orificios.
Respecto a la iluminación del estímulo que se desplaza a lo largo del pasillo, el Pro-
fesor encontró algunas dificultades que, al final, quedaron resueltas. En una nota a pie
de página, el profesor comenta cómo han solucionado este problema técnico. Realmente
es un sistema muy ingenioso y que merece una especial atención dada la inclusión para
este tipo de experimentos de una tecnología bastante compleja y avanzada para esta
época. El profesor lo explica así: Este sistema luminoso es aún practicable en laborato-
rios de dimensiones reducidas, en situaciones experimentales en que el estímulo tiene
que desplazarse ante los ojos del observador. Así lo hemos hecho en un laboratorio de 5
m de largo por 3 m de ancho, que el profesor J. Vonéche y yo mismo hemos construido
en la Facultad de Psicología y de Ciencias de la Educación de la Universidad de Gine-
bra, con la colaboración de los técnicos de la misma Facultad. Un primer sistema con-
siste en situar varios focos o tubos de luz ultravioleta a través del trayecto que sigue el
estímulo, con el fin de obtener una luminosidad del estímulo homogénea a cualquier
distancia en que se encuentre dicho estimulo, con respecto a los observadores. Pero este
dispositivo, si bien hacía visible el estímulo, no obstante, formaba zonas espaciales más
intensas luminosamente que otras, lo que producía cambios de luminosidad del estímulo
al desplazarlo. Cabe, sin embargo, la solución aparente de multiplicar los focos a través
de la trayectoria del estímulo; pero esto no llega a conseguir la homogeneidad deseada
por una parte, y, por otra, aumenta la visibilidad en el resto del laboratorio así como la
temperatura del mismo.
Otra solución ingeniosa para obtener información sobre la posición exacta del va-
105
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
goncito, cuando se desplaza por el raíl, fue la utilización de un prisma cuando el expe-
rimento se realizaba en la oscuridad. Este dispositivo estaba constituido por un prisma
recto de sección rectangular, cuyas caras habían sido pintadas de color negro mate, a
excepción de un círculo de color rojo transparente, de 3, 5 cm. de diámetro, situado en
la cara frontal respecto a la posición que ocupan los observadores. En el interior del
prisma se ocultaba un pequeño foco de luz, que podía encenderse o apagarse mediante
un interruptor oculto detrás del prisma, para que no fuera visible desde la posición ocu-
pada por los observadores. Este interruptor era, no obstante, luminiscente, con el fin de
facilitar su manipulación en la oscuridad. La corriente eléctrica llegaba hasta el interior
del prisma gracias al contacto permanente de los patines metálicos de los vagoncitos
con los conductores eléctricos anexos a los raíles.
Evidentemente la tesis presenta una gran cantidad de mediciones de los distintos su-
jetos experimentales y el tratamiento estadístico pertinente. Los datos están perfecta-
mente presentados a través de tablas de correspondencia, con gráficos, figuras e imáge-
nes de los resultados obtenidos de los datos brutos que ofrece el experimento.
La descripción del protocolo a seguir viene señalada con precisión, y éste está sometido
a todos los controles de calidad que exige cualquier experimento científico.
106
Tesis Doctoral
dad que tenían los niños y los profesores en el momento de comenzar el experimento.
Como dice el Profesor: “nuestra meta era diagnosticar los conocimientos previos de los
niños y elaborar su perfil matemático” (Bermejo, 2002, 94).
En este experimento intervienen datos objetivos y datos subjetivos, ya que los espe-
cialistas en la enseñanza de matemáticas, al proponer los problemas a los niños, graban
una entrevista en la que los sujetos explican las estrategias que están siguiendo para la
solución del problema. También los profesores son sometidos a una entrevista para que
expliquen la forma en que enseñan a los niños a solucionar los problemas.
Podemos destacar que el Profesor ha tenido en cuenta uno de los principios básicos
de toda investigación, como es el tamaño de la muestra, que en este caso tiene una limi-
tación bastante grande, ya que sólo se realiza la prueba en el entorno de Madrid. En
concreto, participaron cinco clases de 1° de EP, de las que tres constituyeron el grupo
experimental y las dos restantes formaron el grupo control. Se pedía a los profesores
que respondiesen a cuestiones relativas al grado de dificultad, estrategias de resolución
y tipos de errores que podrían cometer los niños. En otro cuestionario se preguntaba
sobre las creencias y actitudes de los profesores sobre la enseñanza y aprendizaje de las
matemáticas.
Para hacer el seguimiento de las clases se tuvieron reuniones periódicas con los pro-
fesores (una vez al mes) y se confeccionó una Guía de Observación de la dinámica del
aula. El contenido de la Guía se refería a cuatro áreas:
107
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
3) Los recursos didácticos (p.e., “El profesor personaliza y contextualiza las tareas”).
En suma, aunque los cambios que acabamos de señalar afectaron, en general, a todos
los profesores, no obstante su alcance fue desigual en los enseñantes. Por ejemplo, el
108
Tesis Doctoral
Respecto a la tarea en las tres evaluaciones: los problemas de combinación son más
109
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
fáciles para los niños que las restantes tareas aditivas, incluso por encima de las expre-
siones numéricas, tal como se desprende del análisis de las puntuaciones medias de to-
dos los grupos.
Con relación al factor operación, los problemas de cambio resultan los más sencillos,
siendo estadísticamente significativa la comparación con las expresiones numéricas, las
comparaciones con los problemas de comparación e igualación en la primera y última
evaluación.
Con respecto a las demás tareas, las expresiones numéricas sólo resultaron más fáci-
les, con una diferencia estadísticamente significativa, que los problemas verbales de
igualación en la segunda evaluación y que los problemas de comparación e igualación
en la evaluación final. Estos resultados confirman que los problemas verbales no fueron
más complejos que las expresiones numéricas, al menos en la primera evaluación. Asi-
mismo, contradicen también la idea ampliamente extendida de que la capacidad de los
niños para solucionar problemas depende de su habilidad para resolver expresiones nu-
méricas.
El resultado más importante es que: “el incremento del tiempo instruccional dedica-
do a la enseñanza de los problemas verbales, frente a las expresiones numéricas, en los
grupos experimentales no fue en detrimento de la mejora del rendimiento de estos niños
en las expresiones numéricas, como se puso de manifiesto en los resultados de la tercera
evaluación. Finalmente, con respecto al factor operación, —que no fue estadísticamente
significativo—, el rendimiento en las tareas de adición fue superior al obtenido en las de
sustracción en las dos últimas evaluaciones. A nuestro entender, esta diferencia se debió
fundamentalmente al efecto de la tarea expresiones numéricas. Efectivamente, suele
haber un desfase en la enseñanza de la sustracción frente a la adición, de modo que se
enseña primero la adición y sólo más tarde la sustracción. Dicho desfase, como hemos
señalado en la primera parte de este estudio, no se justifica si atendemos al desarrollo
espontáneo de estos conceptos matemáticos en el niño. Los primeros conceptos relacio-
nados con la adición y sustracción tienen que ver con el hecho de “añadir” o “quitar” a
un conjunto ya formado, y estas situaciones son igualmente sencillas para los niños. Las
dificultades surgen cuando se introduce la representación formal de estas operaciones.
110
Tesis Doctoral
En este sentido, se asume que el aprendizaje del algoritmo de la sustracción resulta más
complejo que el de la adición y, por esa razón, este último se enseña antes” (Bermejo et
al., 2002, 108)
Como afirma el profesor Bermejo (2002), los efectos de la intervención de los espe-
cialistas en la práctica educativa de la matemática mejora el rendimiento de los alumnos
y la práctica educativa de los profesores.
Muy cercano al método está la estrategia que se sigue para llegar a la meta. En todo
problema es importante elegir bien el camino y utilizar las distintas posibilidades que
están a nuestro alcance.
Para el profesor Bermejo, las mejores estrategias, posiblemente las únicas correctas
que deben utilizar los niños en la solución de problemas de suma y resta, son el mode-
lado directo, el conteo, estrategias memorísticas y la utilización de reglas.
Las estrategias de modelado directo utilizan protocolos como contar todo, quitar de
y quitar a. Las estrategias de conteo utilizan protocolos como contar a partir de uno de
los sumandos, contar hasta y contar hacia atrás. Las estrategias memorísticas son las
que utilizan los niños para recuperar una respuesta de la memoria. La estrategia de utili-
zación de reglas usa los protocolos de cambio, combinación, comparación, igualación y
expresiones numéricas. Los problemas de cambio presentan un problema en el que una
cantidad determinada (conocida) aumenta o disminuye al aplicarle una operación de
suma o de resta (p.e. Juan tiene tres caramelos, y compra algunos caramelos en la tien-
da, ahora tiene 10 caramelos. ¿Cuántos caramelos ha comprado? En los problemas de
111
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
combinación tenemos dos cantidades conocidas que se pueden considerar por separado
o formando parte de un todo, la tercera cantidad es el resultado de la combinación de las
dos cantidades conocidas (p.e. Paco tiene 5 cuentos, Luis tiene 3 cuentos. ¿Cuántos
cuentos tienen entre los dos?). En los problemas de comparación hay tres cantidades,
dos de ellas son conocidas y se comparan entre sí, la tercera (desconocida) es el resulta-
do de la comparación (dos cantidades 5 y 7 se comparan 7+5 o 7-5; la tercera cantidad
es el resultado de esta comparación, 12 en la suma y 2 en la resta). En igualación tene-
mos tres cantidades, dos son conocidas y se comparan entre sí y se le añade la tercera
(desconocida) para que ambas cantidades sean iguales (7 y 5; 7-2=5; 5+2=7). El ele-
mento desconocido puede ser cualquiera de las cantidades. La combinación del lugar
que ocupa el elemento desconocido determina el tipo de variación del problema.
Todos estos problemas se pueden solucionar de dos maneras, una verbal, diciendo
cuál es el resultado o qué operaciones hay que realizar, la otra, mediante signos aritmé-
ticos, como los que hemos presentado más arriba (el signo +, -, =, etc. que son los ope-
radores que aplicamos a los objetos).
En los problemas de suma los niños utilizan generalmente dos tipos de estrategias:
contar a partir del primer sumando y contar a partir del sumando mayor. En los pro-
blemas de cambio o combinación con la incógnita en el segundo sumando, los niños
recurren a la estrategia de contar hasta, es decir, sumar desde el sumando conocido has-
ta el resultado.
En los problemas de sustracción, los niños utilizan dos estrategias: contar hacia
atrás y contar hacia atrás hasta.
Uno de los temas importantes que han sido una constante en el interés del profesor
Bermejo, en la principal línea de investigación de Piaget y su escuela ginebrina, es el
desarrollo de la inteligencia del niño. Este tema es una constante a lo largo de toda su
carrera de publicaciones, no hay que olvidar que sus primeros pasos en la psicología los
dio junto a Piaget.
112
Tesis Doctoral
El método microgenético, por tanto, está dentro del desarrollo cognitivo según la vi-
sión estructuralista de la escuela de Ginebra, ya que el marco de Piaget proporciona una
concepción progresiva Microgenética de los cambios que posibilitan el desarrollo cog-
nitivo. El niño sólo puede percibir lo que está delante de él si lo entiende con las catego-
rías y las habilidades que ya posee. El enfoque Microgenético trabaja en una concepción
gradual de la comprensión y permite especificar los mecanismos y procesos implicados
en la aparición gradual de nuevas categorías perceptivas, hábitos, organización de es-
quemas sensoriomotores y operaciones pre existentes.
Para el profesor Bermejo (2003), las ventajas que ofrece el análisis microgenético
son:
113
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
b) Este análisis requiere amplios recursos materiales para poder repetir frecuentemente
las observaciones.
Este método, como reconoce el profesor, es muy potente y se puede aplicar a un am-
plio abanico de problemas. En este caso, el Profesor lo aplica a la adquisición de la
comprensión de la cardinalidad. Como medida de esta compresión utilizará una escala
de comprensión basada en los estudios que él propuso en 1996, en su artículo Cardinali-
ty development and counting, publicado en Developmental Psychology. Esta escala es
la siguiente:
4 La regla del último numeral: se da el último numeral utilizado en el conteo, sea éste
correcto o incorrecto.
Participantes
Cuarenta y ocho niños fueron seleccionados mediante un pretest, constituido por cuatro
tareas, que consistían en presentar un conjunto de elementos, pedir al niño que los cuen-
te a partir del “dos” y que nos diga cuántos elementos hay. Todos los seleccionados
114
Tesis Doctoral
estaban en el cuarto nivel del modelo de Bermejo (1996) sobre el cardinal numérico.
Veinticuatro niños formaron, al azar, el grupo experimental y los 24 restantes constitu-
yeron el grupo control. Los dos grupos pasaron dos postests, mientras que sólo el grupo
experimental siguió el programa de aprendizaje.
Intervención
El programa de aprendizaje estaba formado por cuatro tipos de tareas que se pasaron
cuatro veces (cuatro sesiones) al grupo experimental durante dos semanas. Una de las
tareas consistía en presentar tres cubos de madera (A1) o cinco cubos (A2) en hilera, y
se pedía al niño que contara los cubos. Después se le preguntaba cuántos cubos había.
El experimentador resaltaba la respuesta del niño a fin de que éste la retuviera mejor en
la memoria. De nuevo el experimentador pedía al participante que contara los cubos de
la hilera, pero en este caso el participante debía contar a partir del numeral “dos”. Ter-
minado el conteo, se preguntaba de nuevo cuántos cubos había en la hilera. Las respues-
tas esperadas eran “cuatro” en el primer caso y “seis” en el segundo. Si el niño no era
consciente de la contradicción, el investigador insistía en el hecho de que en las dos
situaciones había los mismos cubos, sin cambios, y sin embargo, él había dado dos res-
puestas distintas
1. Las tareas empíricas de intervención sólo pueden ser resueltos por los niños que están
en el sexto nivel o estado del modelo de comprensión de la cardinalidad. Esto signi-
fica que es importante identificar la competencia inicial y final de los niños, así como
el nivel de dificultad precisa de las tareas empíricas. Si las tareas eran demasiado di-
fíciles, o la competencia inicial de los participantes no es la adecuada, el aprendizaje
sería probablemente insignificante o imposible.
115
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Eficacia microgenética
En los inicios de la 1ª sesión el comportamiento de los niños era típico del nivel 4º, co-
mo es el caso, por ejemplo, de Elena:
116
Tesis Doctoral
Pero muy pronto los niños empiezan a ser conscientes de la contradicción, dudando
de su estrategia consistente en dar el último numeral ante la pregunta “cuántos hay”.
Así, por ejemplo, más adelante, Elena da el último numeral como respuesta, pero de
inmediato se corrige a sí misma, respondiendo correctamente. A medida que se imple-
menta el programa, los niños suelen dar respuestas correctas en tareas con pocos ele-
mentos, pero fracasan cuando hay más elementos. Esto acaece, por ejemplo, a Raúl, que
acierta con tres elementos, pero responde incorrectamente con cinco:
Ra.: “Cinco”.
Ra.: “Seis”.
Los resultados obtenidos en los post-test muestran que existen diferencias estadísti-
camente significativas entre los dos grupos (experimental y control), como indica el
análisis de covarianza (ANCOVA), F(1,46)= 80.57, p<0.01. Efectivamente, los resulta-
dos del grupo control no cambian o apenas entre el pre-test y los post-test, mientras que
el porcentaje de aciertos del grupo experimental se incrementa sensiblemente a lo largo
de las sesiones, especialmente durante las dos primeras. Por otra parte, la mayoría de los
participantes del grupo experimental emiten su primera respuesta correcta ante tareas
117
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
con pocos elementos, de modo que los niños empiezan a adquirir el cardinal numérico
con pequeños conjuntos, y sólo más tarde son capaces de determinar el cardinal numéri-
co de conjuntos mayores.
Por otra parte, parece claro que tanto el conflicto cognitivo como el conocimiento de
la competencia inicial y final del aprendiz juegan un papel importante en la eficacia del
programa.
118
Tesis Doctoral
rrollo del niño, entre otros, de modo que podemos considerar esta teoría piagetiana un
pilar fundamental del pensamiento científico del profesor Bermejo. El Profesor define el
constructivismo: “El constructivismo sostiene que una persona, tanto en los aspectos
cognitivos, como sociales y afectivos del comportamiento, no es un mero producto del
ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción
propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción entre estos dos
factores” (Bermejo y Nieto, 2012, 75).
Según Piaget, el método clínico debe encontrar el equilibrio entre saber observar y
dejar hablar al niño y tener ciertas hipótesis que guíen la búsqueda y den una interpreta-
ción científica a las expresiones del niño.
119
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Las Entrevistas clínicas se pueden diseñar para obtener y documentar formas natura-
les de pensamiento. El investigador puede utilizar las respuestas para hacer nuevas pre-
guntas con el fin de aclarar y ampliar la investigación. De esta manera se puede profun-
dizar y aclarar la comprensión conceptual, ya que se pueden usar las explicaciones
orales y gráficas, y pueden buscar aclaraciones a las respuestas dadas por el sujeto.
El Profesor propone algunos ejemplos en los que utiliza el método clínico desarro-
llado por Piaget como los siguientes:
Ante un problema de cambio (4 + 2), observamos que Julio representa los dos sumandos
con dedos y luego cuenta todo. Para resaltar la estrategia empleada, pedimos a Julio
que repita el procedimiento, a fin de dejar clara la utilidad del uso de los dedos para
hacer cálculos. En cambio, Loli, que también ha respondido correctamente, sigue otra
estrategia.
120
Tesis Doctoral
Loly: He sumado.
Loly: Contar.
Ante tareas como 5 + 3, el niño da una respuesta correcta y rápida, y dice haber usado
el modelado directo contando todo. Si se sabe que no ha utilizado esa estrategia, se le
hace ver diciéndole, por ejemplo:
Prof.: No te he visto poner dedos y además no te ha dado tiempo a contar hasta ocho.
Piensa a ver si lo has hecho de otra manera.
Esta situación o similar se aprovecha para debatir qué estrategia es más rápida y por
qué: contar todo o contar a partir del primer sumando.
121
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
cables. Sin embargo, el profesor Bermejo se muestra muy ligado a este tipo de metodo-
logía y hará una crítica laudatoria de su invención y utilización por Piaget.
Los métodos más importantes utilizados en Psicología del niño durante los años veinte
no satisfacen plenamente a Piaget, de modo que el análisis de dos métodos, los tests y la
observación pura llevará al autor a formar un nuevo procedimiento empírico que evite
los inconvenientes de estos dos grandes métodos, al mismo tiempo que conserva lo me-
jor de cada uno de ellos.
-Los tests. En este sentido, después de señalar las características más importantes de los
tests, Piaget se detiene a poner de manifiesto los inconvenientes que este procedimiento
presenta, entre los que señala los siguientes:
2) Igualmente, la estructura del test y sus preguntas podrían llegar a falsear la orienta-
ción mental del niño, en el sentido de que el talante de la misma pregunta o la formula-
122
Tesis Doctoral
ción de la misma podría inducir la respuesta del niño hacia direcciones que no respon-
den al modo genuino del pensar infantil. Así, por ejemplo, cuando el investigador pre-
gunta al niño "¿quién hace avanzar el sol?", en este caso la misma pregunta está supo-
niendo la existencia de una fuerza externa que podría inducir en el niño la respuesta
siguiente: "Dios". Por el contrario, si cambiamos la pregunta por la siguiente: "¿cómo
avanza el sol?", entonces no es raro que el niño responda con algunas de las siguientes
frases "el sol avanza soplando" o "el sol avanza con el calor", etc.
Para evitar los inconvenientes que acabamos de indicar, podemos variar la formula-
ción de las preguntas e incluso presentar contra-sugerencias al niño a fin de asegurarnos
que lo que nos está diciendo responde adecuadamente a su pensamiento. En este sentido
se encaminará la búsqueda de procedimientos empíricos adecuados a la propia mentali-
dad infantil, de modo que permita observar el talante y el interés espontaneo de los
mismos niños.
-La observación pura. Con respecto a la observación pura, su importancia nadie la po-
ne en duda, ya que no sólo constituye el inicio y el final de toda investigación sino que
además resulta un procedimiento muy apropiado para estudiar las preguntas espontá-
neas de los niños, en las que se revela frecuentemente los intereses y los problemas de
los niños en las distintas edades. Así, por ejemplo, cuando el niño pregunta "¿quién ha-
ce el sol?", su misma pregunta está sugiriendo que alguien lo está fabricando cada día.
De aquí, el interés de las preguntas espontáneas de los niños, que constituyen un buen
primer punto de partida para una investigación. No obstante, la observación pura resulta
un procedimiento laborioso y para alcanzar una cierta calidad requiere un gran número
de observaciones. Además, su interpretación tropieza con no pocas barreras y dificulta-
des, como por ejemplo, el egocentrismo intelectual infantil. El niño no suele comunicar
espontáneamente todo su pensamiento tanto con sus compañeros, con los que la conver-
sación depende estrechamente de las acciones inmediatas del juego; y con los adultos, el
niño suele preguntar, pero raramente da explicaciones, ya que supone que su explica-
ción, al ser suya, todo el mundo la conoce; y esta evidencia lo lleva a guardar silencio
cuando se trata de ofrecer una explicación. Por otra parte, no resulta fácil discernir me-
diante la simple observación pura el juego de la creencia en el hablar del niño, como,
por ejemplo, cuando el niño se dirige a un rodillo de aplastar las piedras, al pasar junto a
123
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
él, diciendo "¿has aplastado bien las piedras grandes?" En este caso, como en otros pa-
recidos, no resulta fácil conocer si el niño personifica la máquina a la que se dirige o si,
más bien, se trata de un simple juego.
-El examen clínico. Ante las dificultades encontradas en los métodos de los tests y de la
observación pura, Piaget optará por un procedimiento empírico, el examen clínico, que
supere la observación pura, sin llegar a caer en los inconvenientes de los tests. Al mis-
mo tiempo este procedimiento pretende obtener las principales ventajas de la experi-
mentación. En otras palabras, el método clínico participa de la observación directa y de
la experimentación. De la primera lo hace sobre todo porque, aun dirigiendo el proceso
de la experimentación, se deja dirigir por el niño, teniendo en cuenta todo el encadena-
miento mental infantil a lo largo del examen clínico. Participa igualmente de la experi-
mentación, en el sentido de que el investigador que sigue el método clínico se plantea
problemas, formula sus hipótesis en la conversación con el niño y varía las condiciones
de la situación, controlando de este modo sus hipótesis ante las reacciones provocadas
por la conversación. Bajo esta perspectiva, el método clínico sigue los mismos pasos
que componen el proceso de una investigación experimental.
Sin embargo, Piaget es consciente de que el método clínico resulta complejo de llevar a
cabo satisfactoriamente y por ello señala la necesidad de poseer una gran práctica y
ofrece algunas recomendaciones útiles para utilizarlo con éxito. Así, por ejemplo, acon-
seja al investigador no hablar demasiado, ya que por una parte el auténtico protagonista
de la conversación es el niño y, por otra, podría producir sugerencias inconscientemente
al niño, volviendo dudoso el contenido de las respuestas infantiles. En cuanto al proceso
o diseño de la experiencia no hay que olvidar que el centro de la conversación lo ocupa
el niño y que es éste el que de algún modo dirige la orientación de la experiencia, sin
embargo, conviene que se dé una cierta coherencia en su desarrollo, sin caer en la sis-
tematización. Igualmente, Piaget indica la conveniencia de saber observar por parte del
investigador y de buscar algo preciso (una idea, una hipótesis) a lo largo de la conversa-
ción. En otras palabras, el investigador entabla la conversación con el niño con la inten-
ción de comprobar alguna idea o hipótesis más o menos vaga o precisa. Finalmente, en
el momento de la interpretación de los resultados se necesita finura para saber discernir
124
Tesis Doctoral
-Las creencias espontáneas. Esta expresión se utiliza para designar a aquellas respues-
tas infantiles que surgen ante una pregunta que no resulta nueva para el niño y que ade-
más, la respuesta del niño es fruto de una reflexión anterior, excluyendo datos aprendi-
dos para enseñarlos en la práctica educativa. Así, por ejemplo, cuando se pregunta al
niño de 6 a 8 años aproximadamente qué hace el sol cuando él se pasea en el campo,
suele responder que el sol le sigue. Este tipo de respuestas suelen ser constantes en los
niños y espontáneas siendo las más significativas e interesantes para el investigador.
-Creencias desencadenadas. Son aquellas conductas verbales que el niño emite ante una
pregunta nueva propuesta por el investigador, después reflexionar sobre la misma y sin
que se dé sugerencia alguna en la misma pregunta. El niño responde ante estas situacio-
nes extrayendo la respuesta de su mismo fondo, en el sentido de que se trata de un pro-
ducto original del pensamiento infantil. No se trata de una creencia espontanea, ni tam-
poco sugerida, sino que más bien resulta de un razonamiento del mismo sujeto ante la
petición hecha por el experimentador. Estas conductas son tan constantes o uniformes
como las anteriores en los niños de la misma edad. Por ejemplo, si introducimos una
piedra en un vaso de agua y preguntamos por qué sube el nivel del agua, el niño respon-
derá hasta los 8 o 9 años "porque la piedra es pesada". La uniformidad que acabamos de
indicar revela que se trata de actitudes mentales genuinas del niño y, en este sentido,
son altamente significativas para conocer la orientación mental, (Piaget, 1926, p. 25).
-Las creencias sugeridas. Estas conductas surgen como consecuencia de la forma in-
ductiva de la pregunta propuesta por el investigador o cuando el niño trata solamente de
contestar sin recurrir a su reflexión. La sugerencia puede producirse por la misma pala-
bra, en el sentido de que la misma terminología empleada por el experimentador sugiere
de algún modo la respuesta infantil. Así, por ejemplo, términos que para el adulto resul-
tan sinónimos puede no serlo para el niño, como avanzar, moverse, marchar. De aquí
que pueda afirmar que el sol avanza, pero no se mueve. Además, existe otro tipo de su-
gerencia, denominado perseveración, que se produce por el mismo hecho de la conti-
125
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
-La fabulación. Constituye un tipo de respuesta infantil delicada y difícil para el estudio
clínico. El niño se limita a jugar e inventar soluciones, mostrando, eso sí: aires de serie-
dad, porque en ello encuentra un cierto placer. No hay sugerencia en este tipo de res-
puestas como tampoco se trata de una creencia desencadenada. Es una conducta libre
que no surge como consecuencia de una reflexión propia. A veces se ha querido inter-
pretar la fabulación como una especie de "tomadura de pelo" por parte del niño, debido
al talante aburrido de las preguntas; sin embargo, esta interpretación no parece adecuada
en el caso de niños de menos de 8 años aproximadamente, ya que hasta esta edad encon-
tramos otras razones más convincentes, como la mitomanía, que constituye un modo de
pensar más cómodo para sujetos de 4 a 5 años. Otras veces la fabulación contiene resi-
duos de creencias pasadas o, aunque raras veces, de ensayos de creencias futuras, como
cuando el niño sitúa a sus padres en los orígenes del mundo, como consecuencia de
considerarlos todopoderosos.
126
Tesis Doctoral
127
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
dos raíces profundas en el pensamiento infantil, presentan una cierta generalidad entre
los niños de la misma edad, evolucionan progresivamente en función de la edad (y no
desaparecen bruscamente), fusionándose con las primeras respuestas justas. Por todo
ello no resulta fácil determinar cuándo nos encontramos ante uno u otro tipo de conduc-
tas. El único criterio parece radicar en la observación pura, que podría permitirnos dis-
cernir durante la misma situación experimental si se trata de creencias espontaneas o
desencadenadas.
128
Tesis Doctoral
una óptica adulta, requiere que se despojen las respuestas de los niños de ciertas pecu-
liaridades, como de la posible influencia de la pregunta planteada por el experimentador
de modo que se elimine de la respuesta infantil el carácter mismo de respuesta. Igual-
mente, conviene despojar la respuesta infantil del elemento verbal mismo, en el sentido
de que las palabras empleadas por el niño resultan inadecuadas para expresar un pensa-
miento hecho de imágenes y de esquemas motores combinados. Por todo ello, las res-
puestas de los niños constituyen síntomas de una realidad, más que la realidad misma. Y
es a través de este síntoma que el psicólogo puede llegar a descubrir el sentido propio y
las características genuinas del pensamiento infantil.
En otro orden de cosas, podemos plantearnos hasta qué punto las respuestas de los
niños dependen de su entorno, de los adultos que lo rodean o si por el contrario, se trata
de la expresión propia del niño, independiente de toda influencia ambiental. Ante este
problema, puede adelantarse la actitud de que no existen creencias propiamente infanti-
les, de modo que sólo se encuentran en el niño vestigios de informaciones incompletas
del contexto en que vive, es decir, se trata de una especie de primitivismo que el indivi-
duo va superando a lo largo de los años. Piaget no está de acuerdo con esta posición, ya
que el niño posee una lógica propia al igual que un modo de pensar igualmente peculiar.
Otra actitud consistiría en afirmar que el niño vive sólo de sí, sin influencia real del en-
torno que le rodea.
129
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Piaget se ocupa por segunda vez de explicar su metodología en 1947, como motivo de
la tercera edición de su obra Le jugement et raisonnement chez l'enfant. Aquí, justifica
el cambio o evolución de su procedimiento experimental en sus posteriores investiga-
ciones, diciendo que todo cambio del problema de estudio y de la edad de los observa-
dores puede llevar consigo un cambio a nivel de los métodos. Así, por ejemplo, el estu-
dio de la profundidad en el niño pequeño podría realizarse mediante el famoso "abismo
visual" de Gibson (1950), pero este procedimiento resulta inadecuado para estudiar el
mismo tema en niños mayores. No obstante, el objetivo global de la investigación pia-
getiana sigue siendo el mismo, es decir, las estructuras lógicas infantiles; aunque al
principio estudia estas estructuras a través del lenguaje, más tarde lo hará mediante el
análisis de la acción. En este sentido, escribe Piaget que "un hecho se nos hacía eviden-
te: el estudio del pensamiento verbal del niño proporciona sólo uno de los aspectos del
problema de la construcción de las estructuras lógicas y, para dominar la cuestión en su
conjunto, se trataba de analizar la totalidad de los estadios del desarrollo y no exclusi-
vamente el último. Hemos, pues, renunciado, sigue escribiendo Piaget, totalmente al
método de la pura y simple conversación, a consecuencia de nuestras investigaciones
sobre los dos primeros años del desarrollo, para adoptar un método mixto cuya fecundi-
dad hemos podido experimentar como superior. Este "método crítico" (si se nos permite
bautizar así a la culminación de los procedimientos que primitivamente habíamos toma-
do del método clínico de los psiquiatras) siempre consiste en conversar libremente con
el sujeto, en lugar de limitarse a preguntas fijas y estandarizadas, conservando así todas
las ventajas de una charla adaptada a cada niño y destinada a permitirle el máximo posi-
ble de toma de conciencia y de formulación de las propias actitudes mentales; pero se
limita a no introducir preguntas y discusiones sino a continuación o durante las manipu-
laciones referentes a objetos que suscitan una acción determinada por parte del sujeto" (
Piaget, 1947, a. 9). En esta óptica, en vez de presentar al sujeto un ramo de flores, que el
niño no puede manipular, se le puede ofrecer un conjunto de perlas en una caja que se
pone a disposición del niño, de modo que durante la manipulación o después se entabla
la conversación oportuna, siempre en relación con el material que posee delante. Así,
130
Tesis Doctoral
Durante esta etapa, Piaget se propone como objetivo el estudio de la lógica del niño a
través de las conductas verbales. En su primer libro Le langage et la pensée chez l'en-
fant (1923), Piaget utiliza sobre todo la observación pura, consistente en observar du-
rante un mes las charlas espontaneas de dos niños de 6 años durante las clases matuti-
nas. De este modo recoge 2900 observaciones y emplea algunos instrumentos
estadísticos, como el cálculo del coeficiente de egocentrismo y la clasificación de mani-
festaciones verbales.
131
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
La corta edad de los sujetos no conduce, sin embargo, a Piaget a emplear la obser-
vación pura, que tanto había criticado anteriormente. Al contrario, hay una especie de
experimentación implícita, en la que se dan unas hipótesis y variación sistemática de las
condiciones, a fin de comprobar la idea hipotética. Este procedimiento experimental
será simultáneamente longitudinal y transversal, en el sentido de que se sigue durante
los dos primeros años de la vida al niño; realizando una tarea similar con su segundo
hijo y, después, con el tercero, con la diferencia de que los problemas planteados con el
primero intentaban solucionarse en el segundo y, del mismo modo, las hipótesis que no
han podido comprobarse con el segundo se intentarán solventar con el tercer hijo. Así,
escribe Vinh-Bang (1966, p. 44) "la presentación al niño de un biberón al revés no es,
evidentemente, una mera broma paterna que haya revelado por casualidad conductas
132
Tesis Doctoral
O bien observa como Lucienne hace oscilar un juguete a distancia al sacudir la sá-
bana plegada, y Piaget controlará mejor el fenómeno en Laurent atando un cordón a la
capota, de la que suspende un juguete y haciendo llegar dicho cordón hasta el alcance
de las manos del niño. De este modo, Laurent hace igualmente oscilar el juguete sus-
pendido tirando del cordón.
Este método crítico sabe conjugar "la agilidad de la observación abierta y el rigor del
control experimental" (Vinh-Bang, 1966, p. 44). Piaget presenta en estas obras un con-
junto de argumentos factuales clasificados sistemáticamente y producidos con el fin de
demostrar unas hipótesis determinadas. No se trata, pues, de un simple inventario.
Ahora los sujetos no se limitarán a emitir un juicio verbal, sino que podrán manipu-
lar un material concreto sobre el que se formularán las oportunas preguntas. Así, en
lugar de hacer razonar al niño sobre el color de los cabellos de Edith, que es a su vez
más rubia que Susana y más morena que Lili, Piaget propondrá a los niños palos o pe-
sos para seriarlos de manera concreta. Durante esta época surgen grandes obras de Pia-
133
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
get y sus dos colaboradoras inmediatas en los trabajos de Inteligencia sobre el número,
las cantidades físicas, el tiempo, la velocidad, el espacio y el azar.
Durante estos años se estudian las operaciones concretas y este cambio de proble-
mática llevará consigo una vez más el cambio del dispositivo experimental o metodoló-
gico. Permanecen no obstante los principios fundamentales de la interrogación clínica e
incluso el mismo material empleado se hará clínico o crítico. Es la época del apogeo del
método crítico, pero no de su invención, y se denomina crítico "por la sistemática con-
troversia de las afirmaciones del sujeto, no para medir la solidez de sus convicciones,
sino para captar su actividad lógica profunda, y, más que sus performances funcionales
y sus creencias espontaneas, la estructura característica de cierto estadio de desarrollo"
(Vinh-Bang, 1966, p. 46).
Durante este mismo tiempo, Piaget lleva a cabo una serie de trabajos sobre percep-
ción, en colaboración con Lambercier. Estos trabajos duran unos veinte años y culminan
con la obra de síntesis que Piaget titula Les mécanismes perceptifs. En estos trabajos
utiliza un método llamado “clínico concéntrico". Presenta gran parecido con el método
de los estímulos constantes, pero con algunas variaciones, debidas al deseo de adaptar
134
Tesis Doctoral
las experiencias a la edad de los niños. En este método clínico concéntrico no se presen-
ta una serie fija de estímulos variables de forma aleatoriamente determinada, como
acontece en el método de los estímulos constantes; sino que más bien se determina el
umbral mediante un proceso de aproximación al estímulo estándar, presentando alterna-
tivamente el estímulo mayor y el menor, etc. Este movimiento hacia el centro ha confe-
rido al método el apelativo de concéntrico.
Este método es igualmente clínico, como lo era el método empleado en los trabajos
sobre la inteligencia, en el sentido de que en ambos ámbitos se pretende seguir y adap-
tarse al niño mediante el material. En percepción se puede reducir la serie de estímulos
si el niño está cansado o cambiar la presentación de los estímulos para que el niño no
pueda predecir su aparición con antelación, etc. En esta misma óptica, escribe Lamber-
cier (1956) que "lo que más lo caracteriza es que está centrado en el sujeto y procura
ajustarse a éste antes que imponerle un instrumento de medición medianamente arbitra-
rio".
135
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
136
Tesis Doctoral
El medio educativo del aprendizaje de las matemáticas debe ser rico en recursos ins-
trumentales y materiales, y en diversidad de estímulos que conecten los problemas plan-
teados con la vida real en la que se mueve el niño.
b) El profesor es guía y apoyo para la construcción del conocimiento por parte del
alumno.
d) El profesor debe secuenciar los contenidos específicos para que se adapten al nivel de
desarrollo de la inteligencia del niño.
Este modelo será analizado con más detalle posteriormente, al que dedicamos un capí-
tulo.
2.8. Conclusión
137
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
cribir realidades que están más allá de la percepción a través de los sentidos. La pura
racionalidad y la lógica de la filosofía son utilizadas con maestría para avanzar a través
de los argumentos de Kant y de Marx. En la teología utiliza las primeras irrupciones que
hacen las ciencias naturales en la teología de manos de teólogos científicos como Tei-
lhar de Chardin, Congar, Rahner, Schillebeeckx, Ratzinger, etc.
138
CAPÍTULO 3
Escritos de Teología y Filosofía del
Dr. Vicente Bermejo
139
3.1. Introducción
141
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Finalmente analizamos una obra que publica el Profesor un año después de la defen-
sa de su tesis en teología (1969): Disquisiciones en torno al hombre marxiano.
142
Tesis Doctoral
Para el Profesor, “la tesis es un trabajo muy serio, a mi parecer, y se centra princi-
palmente en lo que entiende Sto. Tomás cuando afirma que la eucaristía es sacramento
de la pasión. Se trata de muchísimas páginas escritas, más de setecientas citas y más de
cien referencias bibliográficas. Baste con señalar que las dos partes principales de la
tesis se intitulan: “Sacrificio sacramental”, la primera, y la segunda: “Sacramento sacri-
ficial”. El tribunal otorgó la nota de “Cum laude” a la tesis y su defensa (Bermejo,
2016, 14).
El profesor Bermejo comenta esta obra con las siguientes reflexiones: “En septiem-
bre de 1967 me desplacé al Instituto de Filosofía y Teología de los dominicos en París
para preparar a lo largo de todo el curso 1967-1968 la tesis que concluí en junio de
1968, con el fin de obtener la Licenciatura y Lectorado en Teología. El título de esta
tesis es el mencionado al principio de este párrafo. Además del interés histórico que
pudiera tener el edificio donde estaba situado este Instituto, antiguo palacio de la famo-
sa Madame Pompadour, quiero destacar especialmente la convivencia y trabajo a lo
largo de todo el curso con insignes personajes científicos como los padres Chenu, Rey,
Jossua, mi director de tesis, y más notable aún el padre Congar, que tanta influencia
había tenido en el Concilio Vaticano II. En este centro se respiraba sobre todo trabajo,
libertad, respeto, silencio y quizá menos cumplimiento o preocupación por los votos
religiosos. La tesis es un trabajo muy serio, a mi parecer, y se centra principalmente en
lo que entiende Sto. Tomás cuando afirma que la eucaristía es sacramento de la pasión”
(Bermejo, 2016, 15).
143
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
En la segunda parte se analizan de una manera extensa los “meridianos” del sacra-
mento (capítulo 1), la representación de la pasión (capítulo 2), la presencia especial de
Cristo (capítulo 3) y el sacramento de la pasión (capítulo 4).
144
Tesis Doctoral
La tesis tiene una breve introducción, conclusiones, notas, y una extensa bibliografía.
Comienza el Profesor Vicente Bermejo reconociendo que desde una perspectiva plena-
mente ecuménica (según el papa anterior, el cardenal Ratzinger), que, aunque el pro-
blema planteado por el carácter sacrificial de la Eucaristía no se encuentra hoy en el
primer plano de la discusión teológica, sin embargo, es un punto importante que ha
marcado la división de la Iglesia. Ciertamente, no es esta temática un problema canden-
te de la teología actual, pero no deja de tener importancia.
El autor, sin embargo, es consciente de algunas limitaciones del tratamiento que Sto.
Tomás hace del tema: “su pensamiento en torno a la dimensión sacrificial del sacramen-
to de la Eucaristía es un tanto vago, difuso, limitándose a constatar, como auténtico tes-
tigo de su tiempo, esta faceta del sacramento” (Bermejo, 1968, II).
145
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
A continuación el autor presenta algunas limitaciones del trabajo, unas de tipo formal
y otras de tratamiento del contenido. “En primer lugar, el hecho de concentrarse en un
punto determinado que forma parte de un ensamblaje estrechamente compacto tiene sus
inconvenientes. Lo mismo puede decirse desde el punto de vista histórico. El rápido
análisis del contexto que presentamos, bien que sumamente convincente e instructivo,
puede dar la impresión que acontece cuando un foco ilumina un corto trayecto en una
evolución ininterrumpida, de la que se desconoce lo que precede y su continuación, con
sus consiguientes riesgos” (Bermejo, 1968, III).
146
Tesis Doctoral
Y justifica los límites impuestos al estudio porque: “estas trabas o limitaciones vie-
nen exigidas, en alguna manera, por la naturaleza del trabajo. Toda empresa mayor re-
basaría los confines que lo delimitan. Por otra parte, huelga advertir que el cometido de
este estudio se centra únicamente en presentar el pensamiento de Sto. Tomás en torno a
esta temática. Todo aquello que sobrepase de algún modo los límites del marco doctri-
nal tomista, bien porque en su tiempo no tuviese categoría de problema, o bien simple-
mente porque pertenezca a otro campo ideológico-histórico, cae fuera de nuestra in-
cumbencia. Intentamos sencillamente desvelar el genuino sentido y perspectiva que esta
temática posee dentro de la obra tomista, a nuestro parecer. Es decir, la acción autorre-
dentiva que, a través de la celebración eucarística, se va realizando paulatinamente, bien
que misteriosamente, en el mundo” (Bermejo, 1968, III-IV).
El interés del profesor Bermejo al escribir esta primera parte fue poner de manifiesto los
orígenes del pensamiento de Sto. Tomás y su entronque con la tradición más pura del
cristianismo primitivo. Así, es importante colocar a los autores, que han de ser objeto de
estudio, en su ambiente: “Difícilmente puede captarse el pensamiento auténtico de un
autor determinado si se intenta considerar su temática con unas categorías y unas pers-
pectivas totalmente desfasadas. Es desenvolviéndose y procurando moverse en sus
mismos esquemas, interrogándole sobre los problemas que realmente lo eran en su
tiempo y arrancándole el modo peculiar de sus soluciones, según el sentido y visión con
los que él considera y plantea la cuestión, como se puede llegar a comprender, en alguna
manera, a un autor” (Bermejo, 1968, 1).
Por ello, pensó que era conveniente colocar a Sto. Tomás dentro de su campo ideoló-
gico, para intentar descifrar o comprender, en lo posible, la problemática en torno a la
dimensión sacrificial del sacramento de la Eucaristía. El Profesor analizará lo más bre-
vemente posible el planteamiento de Pedro Lombardo, y las respuestas que darán al
maestro algunos de sus discípulos, en especial San Buenaventura y San Alberto, que
comparten con Sto. Tomás el mismo escenario teológico y viven en similar ambiente
religioso. Es importante resaltar como el profesor Bermejo ponía ya de relieve la con-
veniencia de estudiar un autor determinado en su contexto histórico y temático.
147
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El pensamiento de Sto. Tomás tiene una relación bastante directa con algunos autores
que estudiaron antes que él el problema de la presencia real de Cristo en la eucaristía, y
el significado que tiene una representación en otro lugar y en otro tiempo distinto del
tiempo real en el que sucedió (hacia el año 33 de nuestra era) y en otro lugar distinto en
el que Cristo celebró la última cena (Jerusalén).
El Profesor presta atención a algunos de los autores más reconocidos como autorida-
des en esta materia. El Profesor analiza la obra de Pedro Lombardo. S. Buenaventura y
S. Alberto Magno.
Pedro Lombardo
148
Tesis Doctoral
Pedro Lombardo, aunque apenas trata directamente la temática del sacrificio eucarís-
tico, a este tema le dedica un capítulo, el quinto de la distinción doce. Su aportación es
mínima y se limitará a resumir la doctrina de los textos patrísticos. Su contenido es un
eco y reflejo del pensamiento tradicional.
Para apoyar su pensamiento, Pedro Lombardo recurre a varias citas, dos de San
Agustín y una de S. Ambrosio: “De lo dicho se colige que lo que se realiza en el altar es
y se dice sacrificio; que Cristo se ofreció una sola vez y se ofrece todos los días, pero de
un modo entonces, y de otro ahora. Así se muestra la virtud de este sacramento, es de-
cir, la remisión de los pecados veniales y la percepción de la virtud”.
“En primer lugar, su afirmación precisa de que la eucaristía (lo que se realiza en el
altar) no sólo se llama sacrificio, sino que también es sacrificio. Esto es algo evidente
que todos los estudios consultados, pertinentes a esta materia, suelen constatar”.
“Un segundo punto, que da razón de la sacrificialidad de este sacramento, es que se
trata de una representación, memorial o recuerdo, del sacrificio de la cruz. Lo que se
ofrece en el altar es la representación de lo que se ofreció en la cruz, aquí se ofreció en-
sí-mismo, allí lo hace en el sacramento” (Bermejo, 1968, 3).
149
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
ninguna manera en el cuerpo de Cristo, que es incorruptible. Pero es, sobre todo, el ca-
pítulo cuarto el que más nos interesa. Versa sobre la significación de las partes de la
forma u hostia y de la misma fracción. El primer punto viene resuelto en palabras del
papa Sergio, sin demasiada trascendencia. En cuanto al segundo, escribe Pedro Lom-
bardo:
“Como aquellas partes de la hostia tienen una significación mística, así también la
fracción es representación de la pasión y muerte de Cristo”.
En el segundo sentido trae a colación una cita de Pedro de Poitiers (†1205): “Cristo
se inmola en el sacramento, y esta inmolación se dice inmolación porque representa la
verdadera inmolación que aconteció una sola vez con los brazos extendidos en la cruz.
Como la pintura representa aquello de lo cual es imagen, y cómo la imagen se llama
(dicitur) con el nombre de la realidad que significa: como la imagen de Aquiles se llama
150
Tesis Doctoral
Aquiles; así esa inmolación lleva el nombre de la verdadera inmolación que se ha reali-
zado una sola vez”.
S. Buenaventura
(Giovanni Fidanza) nació en Bagnorea (Toscana) el año 1221 y murió en 1274. Ingresó
en la orden franciscana y estudió en la Universidad de París, recibió junto con Sto. To-
más de Aquino el doctorado en 1257. Fue ministro General de la orden y en 1273 reci-
bió el nombramiento de cardenal. Se opuso a la síntesis tomista del aristotélico, elabo-
rando una teología más mís-
tica (Doctor Seráfico), sin
dejar de ser científica, deri-
vada en gran parte de San
Agustín y los neo-
platónicos.
Su maestro, Alejandro de
Hales afirmaba que en la
eucaristía se consagra el pan
y el vino porque es un re-
cuerdo del sacrificio de la
redención, que se realizó
por la efusión de la sangre
de Cristo.
“Una es la Iglesia universal de los fieles, fuera de la cual nadie se salva. En la que el
mismo Jesucristo es sacerdote y sacrificio: cuyo cuerpo y sangre se contienen en toda
verdad en el sacramento del altar, bajo las especies de pan y de vino; transustanciados el
pan en el cuerpo y el vino en la sangre, por la virtud divina, para que, en orden a perfec-
151
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Y a esto comenta el Profesor que “Cristo, pues, se hace presente en la Eucaristía para
ser alimento de los hombres, o más bien, se nos ofrece a través de las especies para
constituirse como nuestro alimento; y, por lo mismo, en la acción destructiva de la mas-
ticación se recuerda y representa la pasión de Cristo. Y al mismo tiempo que Cristo se
nos ofrece, en un movimiento inverso y ascendente, nos ofrecemos con él al Padre, co-
mo acto de culto. Sin embargo, no hay continuidad directa entre el don que Cristo nos
hace de su cuerpo, y que alcanza su consumación en la comunión; y de otra parte, la
ofrenda que hacemos a Dios. El primer aspecto, más asequible a la representación ima-
ginativa, está bien explicitado; el segundo, más misterioso, se afirma solamente, sin
precisar en qué consiste formalmente está oblación” (Bermejo, 1968, 24).
152
Tesis Doctoral
insistiendo sobre todo en lo que hemos llamado oblación descendente, que se realiza
plenamente en la consumición de las especies” (Bermejo, 1968, 26).
S. Alberto Magno nació en Lauingen el año 1193 y murió en Colonia en 1280. Estudió
filosofía, matemáticas y medicina en París y en Padua y cursó teología en Bolonia. Fue
profesor en Colonia. Rector de la Universidad de Colonia (1249), provincial de los do-
minicos alemanes (1254) y
obispo de Ratisbona
(1260).Tenía una sabiduría
enciclopédica (sirviéndose de
los filósofos, teólogos, mate-
máticos y médicos musulma-
nes y judíos). Distinguió los
ámbitos de la fe y de la razón,
y fue un gran investigador (so-
bre todo en química, campo en
el que se le deben descubri-
mientos importantes). Conoci-
do como Doctor Universalis.
153
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
cundum significationem propiam sonat actum oblationis ex parte rei oblatae et occisae”,
et sacrificio “dicit eumdem ex parte effectus”.
San Alberto manifiesta lo que estamos diciendo en las siguientes palabras: “La pa-
sión de Cristo se representa en el sacramento (“in sacramento”) en cuanto efectiva de la
redención y solventiva del precio; y esto acontece en el mismo acto de la inmolación en
el que ofrecemos el sacramento que Cristo ofreció por nosotros en el ara de la cruz. No
se representan las penas particulares infligidas” (Bermejo, 1968, 35); pues no se perpe-
túa la crucifixión, sino la oblación de la víctima, que es lo que se representa.
Del segundo artículo pone de relieve la disyunción que ya hemos visto entre la inmo-
lación de Cristo en la cruz y la inmolación igualmente de Cristo en el sacramento. Am-
bas son reales y auténticas, aunque una sea natural y sacramental la otra. Allí Cristo
sólo, aquí Cristo y la Iglesia: “Todos están de acuerdo (se refiere a los sucesores de Pe-
dro Lombardo hasta Sto. Tomás), escribe Lepin, en declarar que la hostia de nuestros
154
Tesis Doctoral
altares comprende a la vez a Cristo y a su Iglesia. Es aún la maravilla del plan divino,
dice Alberto el Grande, que la hostia de nuestro sacrificio no sea más que una con aque-
llos por quienes se ofrece”, pues, ofreciéndose a su Padre, Cristo ofrece a todos aquellos
de los cuales ha tomado en la naturaleza que ha purificado con su sangre, y que se ha
incorporado” (Bermejo, 1968, 37).
Sto. Tomás de Aquino, llamado Doctor Angélico, nació en Roccaseca, Italia, el año
1224 y murió en Fossanuova, Italia,
en 1274. Hijo de una de las familias
aristócratas más influyentes de la
Italia meridional, estudió en Monte-
cassino, posteriormente se trasladó a
Nápoles, donde cursó estudios de
artes y teología y entró en contacto
con la Orden de los Predicadores.
Luego se trasladó a París, donde per-
maneció desde 1245 hasta 1256, fe-
cha en que obtuvo el título de maestro
en teología. Defendió un realismo
moderado, es decir, que los universa-
les (conceptos abstractos) existen
fundamentalmente in re (en las cosas)
y sólo formalmente post rem (en el
entendimiento). Tomás de Aquino encontró una vía para conciliar la revalorización del
mundo material que se vivía en Occidente con los dogmas del cristianismo, a través de
una inteligente interpretación de Aristóteles.
La filosofía y teología de Sto. Tomás llegó a ser durante siglos la clave de verdad
tanto de la ciencia natural como de la teología, su filosofía se enseñó en todas las Uni-
versidades de occidente hasta el siglo XIX y su teología sigue siendo un punto de refe-
rencia para muchos de los temas controvertidos.
155
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor Bermejo eligió como tema para su tesis de Lectorado en teología un tema
controvertido que explica con alguna profusión Sto. Tomás: La Eucaristía, sacramento
de la pasión. Con el subtítulo explicativo: Peculiaridad de su dimensión sacrificial y
perspectiva teológica en la representación sacramental de la Pasión, según Sto. Tomás
de Aquino.
La problemática fundamental que subyace al tema que se trata en esta tesis es doble.
En primer lugar está la pregunta “¿se inmola Cristo en todo sacrificio?”, y, en segundo
lugar: “¿se inmola Cristo todos los días en el sacramento?” Sto. Tomás intentará res-
ponder ambas preguntas en los artículos uno y dos de la cuestión 83, de la III parte de la
Suma: La conclusión de la primera cuestión es que evidentemente en todo sacrificio
Cristo se inmola y se sacrifica, en cuanto que por parte de la realidad ofrecida siempre
permanece su oblación, que se ofreció por nosotros y continúa ofreciéndose igualmente
por nosotros. No confundir, en cambio, la oblación de la cruz, que permanece, con la
crucifixión que es un acto inicuo de los judíos, como apunta el mismo San Alberto. En
este sentido, en toda eucaristía hay inmolación y sacrificio de Cristo; pero ¿se represen-
ta de alguna manera?
De los autores actuales cita un pasaje del teólogo francés M. Lepin (profesor en el
seminario de Lyon y París) de su obra L'idée du sacrifice de la Messe d'apres les théo-
156
Tesis Doctoral
logiens depuis l'origine jusqu'a nos jours, escrita en 1926: “Todos están de acuerdo en
declarar que la hostia de nuestros altares comprende a la vez a Cristo y a su Iglesia. Es
aún la maravilla del plan divino, dice Alberto Magno, que la hostia de nuestro sacrificio
no sea más que una con aquellos por quienes se ofrece, pues, ofreciéndose a su Padre,
Cristo ofrece a todos aquellos de los cuales ha tomado en la naturaleza que ha purifica-
do con su sangre, y que se ha incorporado”.
El problema que se plantea la tesis del Doctor Bermejo es qué piensa Sto. Tomás de la
eucaristía. En la tradición cristina se habla frecuentemente de la renovación de la Cena
del Señor como sacrificio y como sacramento: Así, pues, todas las veces que comiereis
este pan, y bebiereis esta copa, anunciáis la muerte del Señor hasta que él venga (I Cor.
11, 26). Se anuncia la muerte (sacrificio) a través de un rito, la comida ritual en comu-
nidad de amor y de fe (sacramento).
157
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Así lo expresa el Sto. Tomás en este texto: “En cuanto en este sacramento –la Euca-
ristía- se representa la pasión de Cristo, en la que se ofreció como hostia a Dios, como
se dice en Ef- 5,2, tiene razón de sacrificio; más en cuanto en este sacramento se da in-
visiblemente la gracia bajo las especies visibles, tiene razón de sacramento”.
Esta misma idea está presente en diversos pasajes de Sto. Tomás con similares pala-
bras, ya que este sacramento tiene razón de sacrificio en cuanto se ofrece, y de sacra-
mento en cuanto se recibe: “Se dice ‘por vosotros y por muchos’, porque este sacramen-
to vale para la remisión de los pecados de los que lo toman, por modo de sacramento
(“per modum sacrificii”) para muchos que no lo toman, por los cuales se ofrece”.
El doctor Bermejo recoge otras muchas expresiones de Sto. Tomás respecto al mis-
mo tema:
“La consagración del crisma, o de cualquier otra materia, no es sacrificio, como la con-
sagración de la Eucaristía”.
158
Tesis Doctoral
También San Ambrosio cita el pensamiento de Sto. Tomás para afirmar la unicidad
del sacrificio de Cristo: “la hostia (que Cristo ofreció y ofrecemos nosotros) es una y no
múltiple, pues Cristo se ofreció una sola vez. Mas este sacrificio es ejemplo de aquel.
Así pues, como es uno solo el cuerpo que se ofrece en todas partes, y no muchos cuer-
pos, así también es uno el sacrificio”.
“Por tanto, convino que el sacrificio de la nueva ley, instituido por Cristo, tuviese al-
go más, es decir contuviera al mismo Cristo sacrificado, no sólo significado o en figura,
sino realmente”.
Por todo esto, concluye el doctor Bermejo, que para Sto. Tomás el sacramento euca-
rístico tiene razón de sacrificio, se dice sacrificio, se llama sacrificio, en una palabra, es
sacrificio.
En esta tesis, el autor recoge dos textos de Sto. Tomás que fundamentan el sentido
sacramental de la Eucaristía:
159
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
“Las palabras con las que se realiza la conservación operan sacramentalmente (“sa-
cramentaliter”). De donde la virtud conversiva de las formas sacramentales sigue a la
dignificación, que termina con la pronunciación de la última palabra. Por tanto, las pa-
labras obtienen esta virtud en el último instante de proferirlas, en orden a lo que prece-
de. Esta virtud es simple por razón de lo significado, aunque en la proclamación de mu-
chas palabras exista cierta composición”.
“La palabra de Dios creó todas las cosas y opera en la consagración, aunque de dis-
tinta manera. Pues en ésta, la consagración ópera sacramentalmente, esto es, según la
virtud de significación. Por eso, se ha de significar en locución el último efecto de la
consagración, con el verbo en presente de indicativo. Pero en la creación operó sola-
mente de modo efectivo, eficiencia que surge ciertamente del interior de su sabiduría.
Y, por tanto, en la creación se expresa la palabra del Gn. en modo imperativo, como
escribe el Gn. 1,3: “hágase la luz, y la luz se hizo”.
El profesor Bermejo concluye diciendo que, así pues, Dios puede operar de modo
absoluto, digamos, mediante el imperio de su palabra; y de modo sacramental, en con-
formidad con el signo, como lo hace concretamente en la consagración.
Aunque Sto. Tomás se había decantado por la realidad del sacramento de la eucaristía,
no se pueden soslayar algunos problemas inherentes al lenguaje utilizado en la Sagrada
Escritura cuando habla de la última cena del Señor, y de su significado sacramental
cuando se celebra en las asambleas cristianas. Las palabras más utilizadas son memo-
rial, conmemoración y recuerdo.
160
Tesis Doctoral
largo de los siglos, hasta su retorno, el sacrificio de la cruz, confiando de este modo a su
Esposa, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección” (SC 47).
En esta tesis están citados estos pasajes de Sto. Tomás: “Y también; a este sacramen-
to se le llama memorial de la pasión del Señor, según las palabras de Mt 26 (Lc 22,19):
Haced esto en conmemoración mía. Pero la memoria es de lo pasado. Luego no debió
instituirse este sacramento antes de la pasión de Cristo.” Y “El sacramento fue instituido
en la cena para que en el futuro fuese el memorial de la pasión del Señor, una vez que él
la sufriera. Es por lo que dice expresamente hablando del futuro: cuantas veces hagáis”.
El sacerdote representa la pasión de Cristo, no sólo con palabras sino también con los
gestos.
161
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
“El Dr. Angélico se muestra simbólico-alegorista, sobre todo, cuando habla de la so-
lemnidad de la misa, es decir, cuando trata de ritos accidentales, no esenciales, de la
misa: bien en cuanto a la determinación del tiempo; bien con respecto a los objetos de
culto; la mezcla del agua; los elementos constitutivos del sacramentum; el sacerdote,
fuera del momento de la consagración; la comunión, en cuanto acto comensal…”
En esta tesis aparece también una protesta en contra de los teólogos que han querido
tergiversar el pensamiento de Sto. Tomás respecto a la eucaristía: “al parecer se ha in-
tentado, ¿no sabemos por qué?, recurriendo a los medios más insólitos, hacer de la eu-
caristía algo que no eternice, por así decir, el evento histórico acaecido en el Calvario.
Este desquiciamiento de perspectiva puede reflejarse en alguna manera en el pensa-
miento caseliano y en todas aquellas corrientes extremadamente objetivistas, con su
matriz tal vez esa especie de superstición o encantamiento mágico, de que a veces se ha
tachado a la teología sacramental, y mucho menos, indudablemente, en su teología sa-
cramentaria”.
Y para justificar sus críticas acude a un texto muy claro de Sto. Tomás que traduce
de la siguiente manera: “la figura cesa, cuando viene la verdad. Mas este sacramento es
una cierta figura y ejemplo de la pasión del Señor, como se dijo en el cuerpo del artícu-
lo. Por tanto en el día en el que la pasión del Señor se recuerda según aconteció real-
mente, no se celebra la consagración de este sacramento. Sin embargo, para que no que-
de la Iglesia en ese día sin el fruto de la pasión que se nos ofrece por este sacramento, se
162
Tesis Doctoral
reserva el cuerpo de Cristo consagrado el día precedente para tomarlo aquel día. Pero no
la sangre, por el peligro que abría en ello, y porque la sangre es especialmente imagen
de la pasión del Señor, como se ha dicho (q. 78, a. 3, ad 2)”.
Para el teólogo Vicente Bermejo, discípulo de Sto. Tomás, la doctrina tomista señala
que el sacramento eucarístico queda constituido como tal en la consagración; pero, por
otra parte, postula, por su misma institución y constitución, su plena realización comu-
nicativa. De ninguna manera, a nuestro parecer, puede basarse en el pensamiento aqui-
nate esa aberración que lamentablemente ha conocido la historia, de consagrar o cele-
brar la misa con el único fin de exponer la hostia o pasearla profesionalmente para la
adoración o contemplación de los fieles. La finalización de la significación primigenia
de las cosas es parte constitutiva de la percepción de las mismas, si no de la percepción
primera, sí, al menos, de la segunda, según el lenguaje tomista.
Y propone como cierre de este capítulo, lo que podría ser un broche de oro, el texto
maravilloso del aquinate: la transustanciación que hace el sacerdote tiene tres formali-
dades: con ella se hace el sacramento o el manjar; con ella se hace la víctima o el sacri-
ficio; con ella se ofrece a Dios lo victimado o sacrificado. A estas tres hay que añadir la
cuarta: con ella manifiesta el sacerdote su aceptación del sacrificio.
Posiblemente el texto más claro del pensamiento de Sto. Tomás respecto a la eucaris-
tía es el que encontramos en la tesis del Doctor Bermejo: “El bautismo es sacramento de
la muerte y de la pasión de Cristo, en cuanto que el hombre se regenera en él, por la
163
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
(1) Es la presencia del sacrificio de la cruz sacramentalmente, por el poder del Espíritu
Santo. y de la palabra, y la representación litúrgica de este sacrificio del Hijo al Pa-
dre, por la Iglesia, en acción de gracias por todos sus bendiciones y suplicando que
las conceda de nuevo.
(3) Es la ofrenda que hace la Iglesia de sí misma al Padre, unir al sacrificio y a la inter-
cesión del Hijo, como su suprema adoración y perfecta consagración en el Espíritu
Santo”.
Sin duda, la reflexión más profunda que hace el profesor Bermejo, desde el punto de
vista teológico, se encuentra en uno los párrafos de las conclusiones generales. Unifi-
cando los conceptos del ahora y del antes, que representan el hecho concreto histórico
de la pasión y muerte de Cristo, y la actualización repetida a través de la Eucaristía de
ese acto sublime de entrega (sacrificio), y asimilación (sacramento). Por otra parte, la
muerte y la resurrección de Cristo son para los cristianos, sin duda, el centro y el núcleo
vital de la historia. Una historia que se renueva y se actualiza en la incorporación del
misterio de Cristo que es el mismo ayer, hoy y siempre. El Dr. Bermejo lo expresa de la
siguiente manera: “La cruz de Cristo, sobre el monte Calvario, aparece como centro y
foco al mismo tiempo de la historia; pues si fuere levantado de la tierra, atraeré a todos
a mi (San Juan 12, 32). Como centro, en cuanto que el antes y el ahora convergen y se
orientan en alguna manera hacia el instante de Cristo, el kairoi por antonomasia. Como
foco, en cuanto elimina todos los tiempos y permite comprender en lo posible; el miste-
rio escondido desde los siglos y desde las generaciones y ahora manifestado a sus San-
tos (Col. 1, 26; Cfr. II Tim. 1,10; I Pe. 1,20; I Jn. 1,2). El antes de Cristo prefiguraba el
164
Tesis Doctoral
instante del misterio de la cruz; el después o ahora, pues se trata de un instante de Cristo
siempre actual, no figura o representación”.
La tesis del doctor Bermejo aborda otro tema fundamental de la Eucaristía: la presencia
real o simbólica de Cristo en las especies de pan y de vino. La Iglesia ortodoxa sostiene
que la presencia de Cristo es real. En la consagración el pan se transforma en el cuerpo
de Cristo y el vino en su sangre, lo que se denomina transustanciación, una palabra que
se utiliza para explicar cómo la sustancia de pan es sustituida por la sustancia de Cristo,
aunque persistan los accidentes. Lo mismo pasa con la sangre respecto al vino. Sin em-
bargo, Berengario afirmaba que no ocurre realmente ninguna transformación, siendo el
pan y el vino, únicamente símbolos (sicut in signo) del cuerpo y la sangre de Cristo, y
no realmente cuerpo y sangre de Cristo. Berengario, después de varias condenas, en el
concilio de Burdeos, celebrado en 1080, manifestó creer que, después de la consagra-
ción, el pan se convierte verdaderamente en el cuerpo de Cristo, el cuerpo nacido de la
Virgen, y el pan y el vino sobre el altar, gracias al misterio de las palabras de nuestro
Salvador, se convierten en sustancia del Cuerpo y Sangre del Señor Jesucristo.
Para el profesor Bermejo, Berengario cometió un grave error por no tener sentido de
la historia, “es decir, la imposibilidad, impuesta por su temperamento dialéctico, para
comprender que el lenguaje patrístico tuviera en el siglo XI, su marco histórico, diverso
sentido que cuando vio la luz por primera vez. Él se creía, por tanto, calumniado”.
165
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Corpus Christi, que fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el papa Urbano IV. El
papa encargó a los teólogos más eminentes de su época la redacción del himno para esta
fiesta y fue elegido el que compuso Sto. Tomás, el Pange Lingua.
Las consecuencias de la proclamación del nuevo dogma tienen como resultado algu-
nos cambios significativos como son la elevación del pan y el cáliz después de la con-
sagración para que los adore la gente. A nivel personal, la gente siente realmente que
Cristo está presente en la hostia consagrada, de modo que, como dice Jungmann, citado
por el profesor Bermejo, “La contemplación de la hostia en el momento de la consagra-
ción llegó a ser para muchos fieles lo esencial de la devoción de la misa. Bastaba con
haber visto el cuerpo del Señor en la consagración para encontrar la paz” (Bermejo,
2016, 223).
El autor de esta tesis también se hace eco de algunos abusos, que critica desde una
posición equilibrada: “la consecuencia de esta mentalidad fue el visiteo procesional de
los fieles que es origina en las grandes ciudades para contemplar el momento de la con-
sagración en el mayor número posible de Iglesias, de aquí, que los templos alcanzan la
mayor concurrencia de fieles en el momento de la consagración, para descender inme-
diatamente terminada ésta. Este gran movimiento emocional de los fieles presionó de
alguna manera la institución de la fiesta del Corpus Christi, en el año 1246” (Bermejo,
2016, 224).
El autor justifica plenamente la defensa que hace Sto. Tomás de Aquino de la pre-
sencia real de Cristo en la eucaristía. El argumento fundamental es de tipo histórico, por
tanto, se basa en el contexto histórico en el que vivió Sto. Tomás, ya que, como dice el
autor, de otro modo veríamos en Sto. Tomás un buen hombre que está arraigado en su
tiempo, que no sabía a quién dirigirá sus obras, ni conocía el mundo en que se desen-
volvió. Y así acontece en realidad. Su tratado eucarístico es marcadamente presencialis-
ta-realista. Podría decirse, como escribe Lepin de Pedro Lombardo, que, una vez bien
sentada la realidad de la presencia de Cristo, toda la cuestión eucarística aparece resuel-
ta.
166
Tesis Doctoral
3.3.4. Conclusión
A continuación el Profesor explicita cada uno de estos tres apartados. En primer lu-
gar, habla del momento culminante de la historia de la humanidad, la muerte en cruz de
Jesús de Nazaret, que se convierte en el centro de la historia y en el epicentro de la sal-
vación. “La cruz de Cristo, sobre el monte Calvario, aparece como centro y foco al
mismo tiempo de la historia; pues si fuere levantado de la tierra, atraeré a todos a mi
(San Juan 12, 32). Como centro, en cuanto que el antes y el ahora convergen y se orien-
tan en alguna manera hacia el instante de Cristo, el kairoi por antonomasia. Como foco,
167
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
en cuanto elimina todos los tiempos y permite comprender en lo posible el misterio es-
condido desde los siglos y desde las generaciones y ahora manifestado a sus Santos
(Col. 1, 26; Cfr. II Tim. 1,10; I Pe. 1,20; I Jn. 1,2). El antes de Cristo prefiguraba el ins-
tante del misterio de la cruz; el después o ahora, pues se trata de un instante de Cristo
siempre actual, no figura o representación” (Bermejo, 1968, 124-5).
El acto salvador de Cristo, que murió una vez por nosotros, se alarga en el tiempo
mediante la representación continuada de su muerte en la Eucaristía: “Este acto laudato-
rio cultual al Padre por parte de Cristo extendido y comunicado, según feliz expresión
de Bossuet, es el cometido de todo el sacramentalismo; ya que Cristo envió a sus após-
toles no sólo a predicar el Evangelio a toda criatura (Mc. 16,15), y a anunciar a todas las
gentes su misterio pascual; sido también a realizar la obra de salvación que proclama-
ban, mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida li-
túrgica. Fue realmente, en esta obra tan grande, por la que Dios es perfectamente glori-
168
Tesis Doctoral
ficado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima esposa
la Iglesia, que invoca a su Señor y por él tributa culto al Padre Eterno” (Bermejo, 1968,
25).
Podemos considerar que este trabajo es la obra cumbre de este primer periodo de inves-
tigación, dado el enorme esfuerzo que supuso leer una ingente cantidad de obras en
francés, latín y en español, al tiempo que sistematizaba una información dispersa y muy
heterogénea, conjugando el pensamiento de Sto. Tomás con los escritos de teólogos
169
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Cuando comencé a leer esta obra sentí que estaba ante algo realmente profundo,
tratado con seriedad desde un punto de vista científico. Evidentemente la cientificidad le
viene a esta obra de una fundamentación en el más grande de los teólogos de todos los
tiempos, Sto. Tomás, pero sobre el cual construye un edificio elegante, sólido y, hasta
cierto punto, innovador, ya que dirige sabiamente los argumentos hacia la meta que él
considera fundamental. Al mismo tiempo, Vicente Bermejo deja “establecida y proba-
da” la tesis fundamental de su trabajo: La eucaristía es “el sacramento de la pasión de
Cristo, el verdadero sacrificio de Cristo que se comunica a los fieles, bajo las especies
de pan y vino, que representa la pasión, en cuanto que opera y se nos comunica, causa y
opera representativamente”.
También dialoga con la misma profundidad con los autores de los que Sto. Tomás ha
recogido sus ideas: San Buenaventura, S. Alberto Magno y Pedro Lombardo.
Los escritos de estos autores están en latín, y todos sabemos que el latín es una len-
gua culta cuyos términos tienen un significado muy específico, que es difícilmente tra-
ducible a otras lenguas. Palabras como passus, in semetipso, etc. guardan una relación
especial con expresiones que se han utilizado en algún concilio y que tienen, desde en-
tonces, un significado especial, muy específico. Por eso, no es de extrañar que el Dr.
170
Tesis Doctoral
Bermejo utilice con relativa frecuencia expresiones latinas, aunque, en la mayoría de los
casos, acompañadas de una excelente traducción. También es notable el elevado número
de citas a los autores dominicos, en contraposición a otros autores de otras órdenes reli-
giosas.
En el análisis de la citas descubrimos que existe un sesgo muy claro hacia los teólo-
gos de habla francesa, seguidos de los teólogos españoles, los de habla alemana e italia-
na, mientras que los teólogos de habla inglesa no tienen una presencia significativa.
Esto no es de extrañar dado que los teólogos de habla inglesa, en su mayoría protestan-
tes, no han orientado su interés hacia el estudio de los problemas relativos a la eucaris-
tía. Por eso tampoco aparecen los grandes teólogos protestantes de esta época, como
Rudolf Karl Bultmann, exegeta y teólogo luterano alemán, que propuso como tarea del
teólogo bíblico: liberar el núcleo irreductible del Evangelio del lenguaje cultural que lo
hace inadmisible para el hombre contemporáneo; Oscar Cullmann, teólogo protestante
francés, quien propone su idea de la historia de la salvación: Dios actúa en la historia
del hombre a través de una serie de hechos salvíficos: encarnación, muerte y resurrec-
ción de Jesucristo.
La bibliografía que utiliza el profesor Bermejo es muy actual, ya que la mayor parte
de las citas son del año anterior a la publicación de la tesis, lo que indica que tenía un
amplio conocimiento del mundo teológico en un mundo en el que aún no se podían uti-
lizar bases de datos como en la actualidad, ni utilizar internet para obtener información
reciente. De todos modos, en los escritos teológicos no existe un avance tan considera-
ble como en las ciencias naturales, por lo que las citas a escritos más antiguos nos indi-
can que se conoce perfectamente la trayectoria de un pensamiento que ha evolucionado
muy poco desde los primeros años del cristianismo hasta nuestros días.
Ponemos a continuación una muestra de las citas realizadas a los diferentes autores y
a sus obras en la tesis del doctor Bermejo. No queremos ser exhaustivos, sino solamente
poner de relieve la enorme variedad de citas y la riqueza de sus conocimientos sobre el
tema.
171
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
172
Tesis Doctoral
173
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
174
Tesis Doctoral
175
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
176
Tesis Doctoral
Este trabajo se podría considerar como un estudio teológico importante dentro de los
estudios académicos del Profesor. Entra dentro de la categoría de Ejercitación Teológi-
ca, un paso anterior a la presentación de la tesis doctoral que hemos analizado anterior-
mente.
SALVACIÓN E HISTORIA
3.5.1. Introducción
Cuando el profesor Bermejo intenta explicar los sacramentos desde una perspectiva histó-
rica de la salvación, comienza justificando lo que constituye la esencia de cualquier acon-
tecimiento que está más allá de lo puramente material, es decir, del espacio y del tiempo.
Los sacramentos, por ser símbolos de una realidad que está más allá, fuera del ámbito
puramente humano, tienen que ser necesariamente atemporales e inespaciales, de lo con-
trario no conseguirían levantarse, despegarse, de lo puramente humano. En este sentido el
profesor Bermejo coloca los sacramentos en la perspectiva histórica de la salvación, y
afirma que: “dos intentos, sobre todo, nos han movido en la elaboración del presente tra-
bajo. En primer lugar, el empeño de acentuar marcadamente el carácter histórico de la
escatología cristiana, o simplemente, del cristianismo. Si tuviésemos que definir el cris-
tianismo, o responder a la supuesta pregunta: ¿Qué dices de ti mismo, cristianismo?, lo
presentaríamos, sin detenernos a pensarlo, como la historificación de la escatología: el
desarrollo progresivo de un acontecimiento, que tuvo su génesis y que camina, sin posibi-
lidad de aborto, hacia su plenitud consumada” (Bermejo, .1966-7).
177
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
A continuación realiza una fuerte crítica a algunos pensamientos que son, en su opi-
nión, acríticos: “resulta molesto a veces, y siempre totalmente desfasado, proseguir
manteniendo posturas que hoy, más que esclarecer, complican inadvertidamente. Es
frecuente, por ejemplo, el conato de “eternizar” el “tiempo”, lo histórico, lo que ha na-
cido en el tiempo, es en el tiempo y morirá en y con él tiempo. La eternidad irrumpió en
la historia, por así decir, con el hombre Jesús, hace veinte siglos; pero no surgió del
tiempo, como de su seno maternal. Por eso, no muere con el tiempo, aun cuando su obra
se realice históricamente, es decir, del modo progresivo, y en la historia. Todo intento
ulterior de “eternizar” es contraproducente y contrario a la fe y, por supuesto, a la cien-
cia.” (Bermejo, 1966-7).
Muy en consonancia con la época en la que escribe el Profesor, y con la nueva men-
talidad teológica que nace del Concilio Vaticano II, propone como intención fundamen-
tal de su trabajo la eliminación del dogmatismo, una característica que ha permanecido
dentro de la Iglesia hasta nuestros días: “Un segundo punto que también queremos po-
ner de relieve, aunque muy sucintamente, se refiere al modo de expresión. Desde las
primeras líneas de nuestro trabajo hemos intentado desterrar toda reminiscencia de
“dogmatismo”, siguiendo o intentando seguir al menos la línea comenzada por el Con-
cilio Vaticano II, que ha roto con moldes multiseculares, adoptando módulos literarios
más en consonancia con la revelación Bíblica y con la mentalidad de nuestro tiempo”
(Bermejo, 1966-7).
El Profesor se hace eco de algunas tendencias entre los teólogos que piensan que
existen demasiados dogmas en el cristianismo, mientras se deja en el olvido la caridad,
el compromiso con los más pobres y enfermos, la ayuda a la Iglesia necesitada, etc. El
cristianismo es la acción de Dios que se realiza de forma concreta en el tiempo y en el
espacio, es más una “ortopraxia” que una “ortodoxia”.
Como es bien sabido, todos edificamos la ciencia apoyándonos en las espaldas de gran-
des hombres que nos han precedido. En este apartado queremos descubrir las raíces que
178
Tesis Doctoral
alimentan el gran árbol de la teología eclesiológica del que fue dominico en los prime-
ros años de su devenir como investigador apasionado de la verdad, el profesor Bermejo.
Entre los autores que conformaron el pensamiento del profesor Bermejo podemos
señalar a los dominicos Yves Congar, Edward Schillebeeckx, y Marie-Dominique
Chenu, a los jesuitas Jean Danielou, Henry Lubac, Karl Rahner y al sacerdote José Mª
González Ruiz, entre otros. Rahner, Yves Congar, Henri de Lubac y Marie-Dominique
Chenu, fueron teólogos asociados a una escuela de pensamiento muy influyente en el
pensamiento católico de mediados del siglo XX, denominada Nouvelle Théologie.
A Congar lo cita 17 veces en este trabajo, a Schillebeeckx, 21, a Chenu, 10, a Danie-
lou, 34, a Lubac, 11, a Rahner, 15, y a González Ruiz, 5. Del autor que más obras cita
es de Danielou, 6 libros.
Marie-Dominique Chenu
179
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Yves Congar
180
Tesis Doctoral
Alfonsus Schillebeeckx
Fue asimismo uno de los principales redactores del célebre Catecismo holandés, que
presentaba los grandes temas del cristianismo con un lenguaje moderno y en actitud de
diálogo con las nuevas corrientes culturales.
Fue llamado tres veces por la Congregación de la Fe (antiguo Santo Oficio) para ex-
plicar algunas cuestiones que se consideraban fuera del magisterio eclesiástico. De las
tres salió airoso.
En 1981 se le concede el Premio Erasmus en Holanda, donde se dice en una nota di-
fundida por la propia Fundación Erasmus que sus trabajos vienen a confirmar los valo-
res clásicos de la cultura europea, al tiempo que contribuyen al examen crítico de esta
cultura.
181
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
182
Tesis Doctoral
Henry Lubac
183
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Karl Rahner
Junto con von Balthasar realizan un proyecto para elaborar una nueva dogmática (Mys-
terium Salutis) con el intento de renovar la teología de su tiempo. En 1941 publica su
segunda gran obra Oyente de la palabra, fruto de unas lecciones en Salzburgo (1937)
sobre la relación entre filosofía de la religión y teología, inaugurando así una nueva
forma de la teología fundamental. En 1948 regresa a Innsbruck, donde vivirá los años
más fecundos de su teología. En estos años publicará Sobre la necesidad y bendición de
la oración (1949); Hora santa y siete palabras (1949). Desde 1954 comienza a publicar
los Escritos de teología (16 vols.) en los que afronta los principales temas de la teología
y de la vida de la Iglesia (historia, dogmática, espiritualidad, pastoral, etc.) desde su
perspectiva teológica y en el contexto cultural en que vivió. En 1958 inicia la dirección
de una serie de obras colectivas que van a constituir uno de los mejores testimonios de
la teología alemana del siglo XX (Lexikon für Theologie und Kirche 1957-1965, y Sa-
kramentum Mundi 1967-1969, Handbuch der Pastoraltheologie, 1964-1969).
Trabajó como perito en el Concilio Vaticano II. Entre 1964-1966 es llamado para
sustituir a R. Guardini en la cátedra de cosmovisión cristiana en la Universidad de
Münster, donde fue profesor de teología entre 1967-1971. Sus lecciones están en la base
de su obra más significativa Curso fundamental de la fe. Introducción al concepto de
cristianismo (1976).
184
Tesis Doctoral
González Ruiz
Hizo oposiciones a la Canonjía Lectoral de Málaga, que hacía años que estaba vacan-
te. Ganó las oposiciones y comenzó a dar clases de Sagrada Escritura en el Seminario
de Málaga; sin embargo “encontraba dificultad en conectar intelectualmente con sus
alumnos.
González Ruiz participó de forma activa en el Concilio, con aportaciones que le fue-
ron reconocidas por mucho de los participantes. Comentó que “el Concilio Vaticano II
185
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El Profesor propone que el inicio del tiempo y del espacio es un acto de amor: “Este
amor inmenso de Dios se traduce en un deseo insatisfecho de comunicarse, de entregar-
se. Todo su ser está abocado, volcado hacia “fuera”. Esto le lleva, por así decir, a “con-
cebir” en su eternidad el tiempo y, antes del “principio”, aparece ya el designio divino:
"HAGAMOS" (Bermejo, 1966-7, 3). Y, en este momento, como dice el Profesor, entran
en juego el tiempo y el espacio, la Historia; y cita un texto de S. Agustín en el que apa-
186
Tesis Doctoral
rece una contradicción, pero en Dios las contradicciones son la clave para entenderlo; el
texto es: procter te factus est temporalis, ut tu fias aeternus (por ti se hizo temporal para
que tú puedas ser eterno).
Estas palabras del profesor Bermejo podrían resumir perfectamente las ideas funda-
mentales de este apartado: “La realización del plan divino universal surge precisamente
con y en la Historia. Los kairoi ininterrumpidos de salvación jalonan toda la Historia. El
suceso definitivo de todos los tiempos, la irrupción torrencial de lo divino en el mundo
en su conato de comunión, aparece enmarcado en el espacio y en el tiempo. Y es preci-
samente desde aquí, desde el tiempo, desde donde nos libera Jesucristo del tiempo”
(Bermejo, 1966-7, 4).
Cuando analizamos los hechos históricos a lo largo del tiempo que el hombre ha vivido
sobre la tierra, en especial si los miramos desde el relato bíblico, nos damos cuenta que
esta historia narra las maravillas de Dios: la creación del primer hombre y la primera
mujer, la elección de Abraham para crear un pueblo, los profetas, y Cristo, la plenitud
del actuar de Dios en la historia.
La historia de la salvación es, pues, la historia de todas las maravillas que Dios ha
hecho en nuestro favor. Si consideramos estas “mirabilia Dei” en su conjunto podemos
trazar una línea que va desde la creación del cosmos y la creación del hombre, hasta
Cristo Jesús. Esta línea continua apunta definitivamente a una meta (escatológica). El
punto de llegada, y la obra más grandiosa de Dios en favor nuestro, es la solución de
todos nuestros problemas: enfermedad, hambre, tristeza, soledad, y muerte. Por tanto,
las maravillas de Dios no son una serie de intervenciones singulares, sin conexión unas
con otras, sino una serie de promociones, unas acciones creativas siempre nuevas, pero
que tienen una fuerte cohesión entre ellas y que en su conjunto están dirigidas a un fin
escatológico. El Profesor cita a San Gregorio de Nisa, quien afirma que el designio de
Dios, la historia total, constituye una sucesión ordenada, que tiene como término el ins-
taurar todas las cosas en Cristo.
La pregunta que se hace el profesor Bermejo respecto a la tendencia hacia una meta
de las maravillas de Dios es de qué modo se hace presente la escatología en la historia.
187
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Otra pregunta pertinente en esta tensión hacia la escatología es el papel que juega la
libertad y el trabajo creativo de los seres humanos. Para dar respuesta a esta interrogante
se apoya en la obra de Chenu, Hacia una teología del trabajo, publicada en 1955: “el
trabajo es factor de humanización convirtiéndose en el móvil de una “socialización”;
gracias a la cual, la humanidad franquea una etapa decisiva en su marcha colectiva”…
Para que el trabajo quede insertado en la economía de la gracia es necesario que tenga
consistencia humana, que se humanice de alguna manera, pues sólo aquello que es hu-
mano es objeto de gracia… El hombre, pues, como señor de la creación (Gen. 1, 28), ha
recibido el poder y la misión para hacer algo humano con esta materia mediante su tra-
bajo, síntesis del hombre y de la naturaleza”.
Una puntualización muy acertada del profesor Bermejo es afirmar que la Historia de
la Salvación es una historia interpretada, es decir, vista desde una perspectiva concreta,
la fe, ya que los hombres sin fe le darán una interpretación diferente a los acontecimien-
tos: “La razón no puede en manera alguna captar los “mirabilia Dei”, objeto de la His-
toria de la Salvación. El hecho histórico en cuanto tal, lo mismo que el carácter tempo-
ral que los encadena entre sí, es fácilmente accesible a las potencias adquisitivas
humanas; pero el plano desde el cual son examinados esos hechos y la perspectiva des-
de la cual se consideran, así como la orientación que reciben, es obra exclusiva de la
fe”. (Bermejo, 1966-7, 12).
188
Tesis Doctoral
El profesor Bermejo hace hincapié en que los mirabilia Dei forman una línea recta
continua que apunta a una meta común escatológica, para ello analiza los acontecimien-
tos del Antiguo Testamento y los del Nuevo y encuentra que: “La economía del A. Tes-
tamento estaba ordenada, sobre todo, para preparar, anunciar proféticamente (cfr. Lc.
24, 44; Jn. 5, 39; I Pe. 1, 10) y significar con diversas figuras (cfr. I Cor. 10, 11,) la ve-
nida de Cristo redentor universal y la del reino mesiánico” (Bermejo, 1966-7, 13). Otra
cita a la constitución Lumen Gentium, n.9, ratifica esta idea: “Conviene recordar tam-
bién que en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento el sujeto de la salud al
que se dirige la misericordia de Dios es siempre en primer lugar el pueblo -los pueblos,
la Iglesia, en cuanto es otra parte contrayente en la alianza-, cosa que no puede ser el
individuo en cuanto tal, mientras el individuo no tiene nunca participación en la gracia
sino como miembro de tal pueblo de la promesa”.
189
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
mediador. Cristo es la imagen del Dios invisible, y en Él fueron creadas todas las cosas.
Él es antes que todo, y todo subsiste en Él. Él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de los muertos, para que tenga la primacía sobre todas
las cosas (cf. Col. 1, 15-18). Como dice el autor de la Carta a los Hebreos: “Muchas
veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los
Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó
heredero de todo, por quien también hizo los mundos; el cual, siendo resplandor de su
gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, des-
pués de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad
en las alturas, con una superioridad sobre los ángeles tanto mayor cuanto más les supera
en el nombre que ha heredado”.
De una manera más concreta el Profesor responder esta pregunta afirmando que tiene
suma importancia el momento de la encarnación, como plena historificación del acto
eterno de revelación y de salvación. “Pero hablando rigurosamente, el primer instante
temporal del Verbo, el acto de su corporización, es definitivo en la realización de su
misión. La misma teología, haciéndose eco del problema, nos habla de que cualquier
acto de Cristo era suficiente para redimirnos, no era necesaria precisamente la muerte de
cruz” (Bermejo, 1966-7, 22).
Aunque Dios siempre ha tenido la mano tendida hacia el hombre, sin embargo, el hom-
bre ha sido infiel en muchas ocasiones al pacto sellado entre Dios y el hombre. La res-
puesta de Dios es darle al hombre una nueva oportunidad, ofreciéndole su perdón. Los
190
Tesis Doctoral
profetas nos presentan a Dios lleno de ternura y de piedad, que aplaca el ardor de su ira
y muestra su misericordia.
Con Cristo se realiza una nueva alianza, definitiva, entre Dios y el hombre, cuyo me-
diador es Cristo. Jesús de Nazaret es al mismo tiempo Dios y hombre, lo que facilita
enormemente la firma de una nueva alianza a través de su muerte y resurrección: “Dios
es el que inicia y consuma el diálogo con los hombres, a través de Cristo, para reconci-
liar de una vez para siempre de modo primicial toda la creación:” Y plugo al Padre que
en Él habitase toda la plenitud y por Él reconciliar consigo, pacificando por la sangre de
su cruz todas las cosas, así las de la tierra como las del cielo” (Bermejo, 1966-7, 24).
191
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El Profesor se deja llevar de su vena poética cuando le toca cantar las grandezas de
Dios en Cristo, ya que Cristo aparece como “maqueta “o “modelo” consumado de lo
que a través de los siglos está acaeciendo en el incesante devenir del cosmos. La Histo-
ria corre desbocada, con su ritmo incansable, por los más laberínticos y, a veces, quizás
absurdos caminos hacia lo definitivamente adquirido por Cristo, el hombre Jesús: la
unión de la naturaleza humana y la naturaleza divina, en comunión de vida.
Toda la historia anterior a Cristo se puede comparar o bien con el período del Éxodo,
que fue más o menos prolongado y calamitoso, o con la marcha del hijo pródigo hacia
los brazos del Padre, siempre abiertos, ansiosos de estrecharlo en apretado abrazo de
eternidad. Lo que Cristo consumó, consumatum est, sólo en el Gólgota, prosigue reali-
zándolo en la Historia en unión con toda la humanidad.
Los teólogos postconciliares repitieron una y otra vez el concepto de ya, pero todavía
no. Con esta idea se quería poner de manifiesto que el reino de Dios ha llegado a noso-
192
Tesis Doctoral
tros en toda su plenitud, pero, aún no podemos gozar de todo lo que ahora tenemos co-
mo una realizad alcanzada pero no a nuestra disposición. Como dice el Profesor, lo de-
finitivo, el fin de los tiempos, ya está realizado sustancialmente en Cristo, aunque aún
no se han manifestado sus consecuencias sobre la humanidad y sobre todo el universo.
Somos ya hijos de Dios desde ahora, aun cuando no se ha manifestado lo que llegare-
mos a ser”. También, “vuestra vida está escondida con Cristo en Dios, Cuando se mani-
fieste Cristo, vuestra vida, entonces también os manifestaréis gloriosos con Él.
193
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
el cielo debía recibir hasta llegar los tiempos de la restauración de todas las cosas, de
que Dios habló desde antiguo por boca de sus santos profetas” (Bermejo, 1966-7, 31).
Este tiempo de espera y de esperanza no sólo atañe al hombre, sino también a todo el
universo, como afirma el Profesor, ya que el empeño y cometido del universo es instau-
rar todas las cosas en Cristo. El tiempo de nuestra “heredad”-tomado en el sentido pe-
trino I Pe. 5,3-7- el “instante” que somos nosotros de esta evolución ininterrumpida,
quizás no tan lenta como posiblemente pueda aparecer a ojos poco avezados en auscul-
tar la historia constituye una etapa decisiva y obligada de esta instauración y cristifica-
ción progresiva de todo el cosmos. La Historia se vuelca poco a poco hacia Cristo, a
medida que se aproxima a su plenitud.
Respecto al hombre, la labor que tiene que llevar no es sólo la predicación de la bue-
na nueva, sino que el protagonista es Cristo, sentado a la derecha de Dios y actuando sin
cesar en el mudo para conducir a los hombres y a la Iglesia: “La historia presente tiene
un contenido real que es el crecimiento del Cuerpo Místico bajo la acción del Espíritu.
Lo que hoy se realiza es la edificación invisible, aunque soberanamente real, por la ca-
ridad, de ese cuerpo místico de Cristo que habrá de manifestarse en el último día”
(Bermejo, 1966-7, 31).
3.5.10. La Iglesia
194
Tesis Doctoral
Cuando se habla de misterio nos estamos asomando a un mundo nebuloso y sin perfi-
les definidos y, si nos adentramos en él, vamos como a tientas, sin saber con precisión
de qué se trata. La principal dificultad para hacer una definición del misterio eclesial es
que con la definición sacamos una fotografía estática, mientras que la Iglesia es, esen-
cialmente, dinámica y cambiante, ya que la Iglesia es existencial, sometida al tiempo y
al espacio, es decir al devenir de la historia. El Profesor cita esta frase de De Lubac:
195
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
todo lo que se diga de Ella (la Iglesia) será siempre impreciso, inadecuado y llamado a
revisión en el correr de los siglos.
Entre otras muchas visiones de la Iglesia el Profesor pone de relieve algunas de ellas:
comunidad santificante y cultual a la vez, en cuanto que es don de gracia, llena de gra-
cia, y ofrenda graciosa a los ojos del Padre, instrumento de Cristo en orden a realizar
plenamente y de una manera progresiva en la Historia su obra redentora; pues así como
la naturaleza humana de Cristo es sacramento de salvación para la persona del Verbo,
analógicamente la Iglesia sirve al Espíritu de Cristo en orden a una comunión vital con
los hombres. De esta manera, creemos acertado considerar a la Iglesia como prolonga-
ción en el tiempo de Cristo, y, de su acción salvífica. La Iglesia participa, por tanto,
primeramente de la pasión del Señor, por la que Él murió para librarla del pecado, y, a
través de la muerte, tener vida con la que vive para Dios (Rom. 6, 10). Por la Cruz se
llena ella con Él del Espíritu, se santifica se clarifica, se diviniza.
El Profesor rebate la idea de que la Iglesia sea únicamente la prolongación del Cristo
histórico. Para ello cita a Schillebeeckx que afirma: “el cuerpo celeste de Cristo es un
signo permanente de la redención mesiánica, un signo que contiene realmente la reali-
dad significada”. Pero este signo es invisible, inaccesible para nosotros hasta la plenitud
196
Tesis Doctoral
parusíaca. “Por eso el Señor ha dado a este signo permanente de la redención una pro-
longación manifiesta en la tierra: la Iglesia visible… Cristo hace visible y palpable su
presencia activa de gracia entre nosotros, no directamente por su propia corporeidad,
sino prolongando su corporeidad celestial, por así decirlo, en formas de manifestación
visibles, que desempeña entre nosotros la acción de su cuerpo celeste” (Schillebeeckx,
1964, 53).
Para el Profesor, lo más auténtico y vital de la Iglesia sería esa comunión mística del
hombre con Cristo, o de Cristo con el hombre, como una gracia extendida en el sentido
de participación de la plenitud actual de la vida divina, es decir el mismo Cristo exten-
dido y comunicado al grupo de los creyentes.
El Profesor no encuentra mejores palabras para terminar este discurso sobre la Iglesia
que las palabras de Congar: “Uno de los secretos para una eclesiología católica consiste
en saber que la Iglesia, la misma Iglesia, es al mismo tiempo comunión con Dios por
Cristo, y medio de procurar esta comunión.
En el Catecismo de la Iglesia Católica se nos recuerda que los sacramentos fueron fun-
dados por Cristo, por tanto, tienen su origen en el mismo Señor. En el número 1084 se
afirma que los sacramentos son signos sensibles (palabras y acciones) accesibles a nues-
tra humanidad actual, y que realizan eficazmente la gracia que significan en virtud de la
acción de Cristo y por el poder del Espíritu Santo. En el número 1131 se definen tam-
bién los sacramentos como signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confia-
dos a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles que
acompañan a los sacramentos en su celebración significan y realizan las gracias propias
197
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
de cada uno de los siete sacramentos. Otorgan el fruto en quienes los reciben con las
disposiciones requeridas.
El Profesor reconoce que la salvación no está ligada exclusivamente a los siete sa-
cramentos reconocidos por la Iglesia católica, sino que, como dice Schillebeeckx
(1964), no hay más que siete sacramentos oficiales, pero hay muchas más expresiones
sacramentales de la vida cristiana. No podemos identificar la vida eclesial con la vida
sacramental o la vida sacerdotal. Adquirimos la gracia, no sólo en los sacramentos, sino
también, por ejemplo, en la actitud fraternal que nos atestigua un cristiano. Tales actitu-
198
Tesis Doctoral
des son asimismo una práctica eclesial sacramental; porque es sacramental toda realidad
sobrenatural que se realiza históricamente en nuestra vida.
Hay que puntualizar que todo acto de dar o recibir la gracia no es un sacramento,
sino un cuasisacramental. En la Iglesia se distinguen los sacramentos y los sacramenta-
les. El Profesor afirma que es sacramento “cuando la Iglesia, en su publicidad y explici-
tación oficial y societaria, como medio salvífico de la gracia, entra en contacto con el
individuo en la última actualización de su esencia”; mientras que los sacramentales,
según la constitución sobre la Sagrada Liturgia en el número 60, dice que La Santa Ma-
dre Iglesia instituyó, además, los sacramentales. Estos son signos sagrados creados
según el modelo de los sacramentos, por medio de los cuales se significan efectos, so-
bre todo de carácter espiritual, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los
hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las
diversas circunstancias de la vida”.
En resumen, los sacramentos son el grado supremo de actualidad del ser de la Iglesia
en cuanto presencia salvífica de la gracia de Cristo para los individuos, realizaciones de
la misma Iglesia.
Las acciones de Dios a través de la historia son todas iguales en cuanto Dios es su
autor y todas tienen el marchamo de salvación, pero tienen ciertas peculiaridades debi-
das al momento histórico en el que se producen: “Él salvó a Noé del Diluvio; a Lot del
fuego que exterminó a Sodoma y Gomorra; a su pueblo Israel, el elegido, de la esclavi-
tud egipcia; a Jerusalén del férreo asedio de Senaquerib, rey de Asiria, que se atrevió a
desafiar a Yahvé, el Todopoderoso, negándole la posibilidad de salvar a sus elegidos; a
Daniel del foso de los leones, etc. etc. Tantos son los “mirabilia” que Yahvé realizó con
199
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Que después de la ascensión a los cielos no existan tantos prodigios de Dios lo justi-
fica el Profesor con el siguiente argumento: Después de Cristo no hay nuevos aconteci-
mientos propiamente hablando. Los sacramentos son, entonces, la apropiación por los
hombres del único acontecimiento de la muerte y de la resurrección, del misterio pas-
cual. Son el cumplimiento para cada hombre de lo que se ha realizado una vez para
siempre en Cristo. Son una imitación ritual de los misterios de Cristo que procura el
efecto real. Son la resonancia en cada hombre de esta acción definitiva de Cristo” (Ber-
mejo, 1966-7, 46).
Pero el hecho de que no existan tantos milagros y obras admirables externas de Dios
no significa que los acontecimientos sacramentales sean de menor entidad, todo lo con-
trario: “para el hombre de hoy, los sacramentos siguen siendo magnalia Dei, acciones
divinas comparables a la creación del mundo y al juicio escatológico. Pero solamente la
mirada de la fe los alcanza, bajo sus humildes apariencias. Los sacramentos no son pa-
labras, sino hechos, obras, acontecimientos soteriológicos que prolongan en la Historia
las grandes acciones de Dios relatadas en los libros inspirados. Son acciones idénticas a
las ocurridas en el A. y N. Testamento, pero en distintos niveles de la historia de la sal-
vación” (Bermejo, 1966-7, 49).
200
Tesis Doctoral
también de todas las maravillas que Yahvé realizó con su pueblo, y que prefiguraban y
preparaban de alguna manera el acontecimiento-plenitud de la Historia. Presencias por-
que son signos del misterio de los tiempos eclesiales -sedet ad dexteram Patris” (Ber-
mejo, 1966-7, 49).
3.5.133. La Parusía
Los primeros cristianos creían que la parusía se produciría en un tiempo muy corto,
sin embargo, a ellos les parecía que tardaba mucho en llegar. San Pedro responde a los
impacientes con las siguientes palabras tomadas de su segunda carta, 3, 9-13: No se
retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos suponen, sino que usa
de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen
a la conversión.
El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensor-
decedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella
encierra se consumirá. Puesto que todas estas cosas han de disolverse así, ¿cómo con-
viene que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad, esperando y acelerando la
venida del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos,
abrasados, se fundirán?
Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en los
que habite la justicia.
201
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
A modo de resumen, traemos las palabras del Profesor: “En fin, la consumación ja-
más puede ser disgregación, separación, sino más bien incorporación, unión personal en
el Amor. La Parusía será la Pascua de todo el universo” (Bermejo, 1966-7, 55).
3.6.1. Introducción
Vicente Bermejo comenta este trabajo: “En cuanto al trabajo Kant en la historia de Dios
lo concluyo al final del curso tercero de filosofía en mayo de 1964. Tengo que señalar,
para empezar, que no utilicé directamente las obras de Kant porque en aquel entonces y
en el lugar en que estaba viviendo y estudiando, no permitían a los estudiantes el uso de
las obras de Kant. Ello no impide que conociera los escritos pertinentes de Kant a través
de los textos y comentarios realizados por numerosos autores, tal como puede observar-
se en la generosidad de notas (más de ciento treinta), citas y referencias bibliográficas
utilizadas en este trabajo. Aunque las pretensiones conscientes de este trabajo no eran
otras que mostrar la existencia de Dios ante aquellos, atrevidos e insensatos, que osaban
202
Tesis Doctoral
poner en duda o incluso negar descaradamente esta realidad casi palpable, sin embargo,
me pregunto si el objetivo inconsciente pero profundo de este escrito no residía más
bien en buscar argumentos para evitar el derrumbe de mis débiles fundamentos religio-
sos e intentar convencerme a mí mismo de la seguridad del camino que había elegido en
mi vida (Bermejo, 2015, 14).
Nunca pensaríamos que el profesor Bermejo viese su trabajo sobre las pruebas de la
existencia de Dios en Kant de una manera tan pesimista, tan autocrítica e, incluso, de-
cepcionante. El proyecto original era ciertamente ilusionante ya que pretendía hacer un
currículum vitae de lo divino desde Platón y Aristóteles hasta Wolff (1983). “Y ponien-
do un marcado énfasis en Descartes y Leibniz, como antesala para el estudio de Kant,
centro de nuestra disertación y metamorfosis de la corriente histórica teísta, se ha visto
precipitado en el abismo de lo posible, haciendo inútil su gestación” (Bermejo, 1964,
V). En un arranque de sinceridad afirma: “digamos y confesemos nuestra intrepidez,
quizás un poco afectada ignorancia, al tocar un tema, que no sólo rebasa nuestros defi-
cientes conocimientos, sino que además carece de bibliografía competente, al menos a
nuestro alcance, y presenta unas trabas, impuestas por el presente criterio eclesiástico,
que nosotros no podemos solventar. Esto nos ha hecho a veces perder la paciencia y
escribir frases que en realidad le otorgamos un significado distinto del que tienen co-
múnmente, como ocurre en la página 47, por ejemplo (Bermejo, 1964, VI).
Aún una idea ejemplar tan bonita, afirma el profesor Bermejo, como es el pensa-
miento kantiano de lo divino insertado en la historia teísta, desde platón hasta Sartre,
por circunstancias inesperadas no se ha podido realizar a nuestro gusto.
En primer lugar, el Profesor analiza el argumento ontológico estudiado por Kant. Es-
te argumento fue propuesto por primera vez por el filósofo medieval de origen persa,
203
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Kant parte de la distinción entre juicios analíticos y juicios sintéticos. En un juicio ana-
lítico, el predicado expresa algo que ya está contenido en el concepto y, por tanto, es
una tautología. En el juicio sintético, el predicado añade algo nuevo al concepto que no
es inherente al mismo concepto.
Para Kant no está claro que la idea de un ser absolutamente necesario signifique algo
en realidad, ya que si la existencia entra dentro de la definición de algo, sería una tauto-
logía. Si decimos que la existencia es parte de la definición de Dios (juicio analítico)
entonces simplemente décimos que Dios existe, repitiendo la afirmación anterior. Kant
afirma que “decir que algo existe no es una afirmación real” y que no puede ser parte de
un concepto, solamente indica que hay un objeto que se corresponde con el concepto.
Cuando decimos que un objeto físico existe no le añadimos una propiedad adicional
que es parte de su concepto, sino que podemos encontrarlo fuera de nuestros pensa-
mientos y del que podemos tener una percepción empírica en el espacio y en el tiempo.
Kant aclara esta idea comparando la existencia de los caballos frente a la no existencia
del unicornio. Ambos conceptos son iguales. Cuando decimos que los caballos existen
es porque podemos tener una experiencia espacio-temporal de los mismos, mientras no
podemos tener este tipo de experiencia de los unicornios. La conclusión final de Kant es
que la definición de algo no implica necesariamente su existencia.
Kant afirma que la existencia es siempre establecida en un juicio sintético, cuyo fun-
damento es forzosamente la intuición pura o empírica. De esta manera la existencia no
se puede nunca inferir de la definición, sino de una intuición o de una percepción. Un
204
Tesis Doctoral
Dios existente es un Dios intuido. Sin embargo, una demostración sintética de la exis-
tencia de Dios es completamente imposible.
El profesor Bermejo parece estar de acuerdo con las críticas de Hirschberger (2011)
que afirma que Kant no entendió a Descartes, porque Kant, merced al escepticismo de
Hume, había consumado el divorcio filosófico entre pensar y ser. Ahora el concepto era
sólo “eso” un “concepto”. Nosotros (comenta el profesor Bermejo) estamos, sin duda
alguna, con los que comparten la postura kantiana, considerando este argumento como
un auténtico salto de lo ontológico a lo real.
El núcleo fundamental de la prueba cosmológica se basa en que, puesto que nada pro-
viene de la nada; si el mundo existe, entonces ha tenido que ser creado por alguien: Un
ser increado, Dios.
205
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
206
Tesis Doctoral
buirle la existencia necesaria. Las vías tienen una estación de salida, no en una existen-
cia general, sino en una existencia concreta y particular, con todas las prerrogativas de
cualidades y perfecciones que adornan esta existencia. Este procedimiento conduce no
sólo a una existencia necesaria, sino también a un conjunto de cualidades y perfecciones
infinitas que, en este ser concreto y experimental del que hemos partido, se hayan parti-
cipadamente y de modo rudimentario” (Bermejo, 1964, 23).
2º A las cosas del mundo, este orden final es completamente extraño y se adhiere a ellas
sólo de modo contingente: esto es, la naturaleza de las cosas no hubiera podido de
por sí, con medios coordinados tan varios entre sí, conspirar a un término final de-
terminado, si esos medios no hubieran sido particularmente escogidos y dispuestos
para ello por un principio racional ordenador.
3º Existe, pues, una causa sublime y sabia (o más causas) que debe ser la causa del
mundo, no tan solo como una naturaleza omnipotente que opere ciega, por su nece-
saria fecundidad, sino como inteligencia, por su libertad.
207
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
con certeza por lo que respecta a las cosas que caen dentro de nuestra observación,
y con la posibilidad de utilizar los principios de la analogía, por lo que respecta a
las cosas no observables.
La respuesta del profesor Bermejo, ante los argumentos que echan por tierra la prue-
ba teleológica en la obra de Kant, consta fundamentalmente de dos observaciones. La
primera es una apreciación sobre la utilización del particular o del universal: “El filóso-
fo alemán toma como base experimental, no algunas cosas, como dicta acertadamente el
sentido común, sino que parte del orden o intencionalidad palpada en toda la naturaleza.
Esto le impide ver con lucidez la realidad de esta finalidad de las creaturas; ya que entre
tanta universalidad se mezclan acertadamente seres perfectos con imperfectos, fuerzas
constructivas con destructivas, agentes positivos con negativos; dificultando la fácil
observación de la finalidad ingénita en todas las cosas” (Bermejo 1964, 27).
Respecto al ejemplo del reloj, propuesto por Kant como explicación para el argu-
mento teleológico, el Profesor afirma que: “Compartimos, indudablemente, su postura,
pero aclarando desde qué punto de vista es cierta, y desde qué ángulo de observación no
es aceptable. Es cierta, en cuanto que consideramos esta ordenación de las cosas a su fin
en la mente de Dios, como principio y relojero de este maravilloso y automático reloj
que es el cosmos. Y no es aceptable, si consideramos esta intencionalidad como término
y de modo inmediato. En este caso, desde el momento en que las creaturas tienen un
lugar en el mundo, tienden natural e intrínsecamente a su bien, o fin. La ruedecilla de un
reloj, desde el preciso instante en que fue constituida como tal, se ordena por su misma
esencia a realizar su propio fin” (Bermejo, 1964, 27-28).
El profesor Bermejo hace una interpretación psicológica del estado de ánimo de Kant
para criticar sus argumentos: “Sin embargo, parece ser que nuestro filósofo, algo cansa-
do de su postura un tanto escéptica de Dios de sus años críticos, quiere romper con el
insoportable nivel de la balanza echando una pesa más en el platillo de la demostración,
al mismo tiempo que su vida declina también y desciende con el platillo. Así le oímos
decir en su obra póstuma: la idea que nos formamos de Dios permite concluir, si no la
208
Tesis Doctoral
existencia de semejante ser, al menos (la existencia) de algo equivalente a él. La simple
idea de Él es a la vez demostración de su existencia” (Bermejo, 1964, 15).
La lucha interior que siente Kant, un hombre religioso y creyente, entre la defensa de
su racionalidad y sus convicciones personales aparecen en algunas de sus cartas a un
amigo: “Kant, nos dice un íntimo amigo suyo, estaba penetrado por la fe en un ser su-
premo… Y aunque confesaba que él era tan incapaz como cualquier otro hombre para
comprender y conocer al Incomprensible, y que su fe en Dios no se basaba en un cono-
cimiento racional, sino en la aspiración a la santidad, a la que le impulsaba la razón, sin
embargo se mantenía firmemente adicto a esa fe racional… Kant no era ni ateo ni mate-
rialista… Cuántas veces Kant hablaba con verdadero entusiasmo sobre la sabiduría,
bondad, y poder de Dios. Esas conversaciones… no sólo tendrían que convencer a cual-
quiera de que Kant creía en un Dios…, sino que eran capaces de cambiar a un ateo en
un creyente” (Bermejo, 1964, 44-35).
209
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Los argumentos que utiliza el profesor Bermejo son realmente llamativos por su
fuerza e impacto juvenil. A modo de ejemplo proponemos el siguiente párrafo: “No
obstante, estamos conformes con Kant en la refutación de esta prueba cosmológica, tal
como se la había legado Kristian Wolff (1983). De nuevo le imputamos sus deficientes
conocimientos históricos, que inexorablemente nos vemos obligados a traerlo de nuevo
al banquillo de los acusados. Si a Kant se le hubiera ocurrido beber en fuentes originales
y críticas, posiblemente se le habría dispensado de tanto proceso y tantas acusaciones
como está sufriendo” (Bermejo 1964,24).
En la nota 40 hace una autocrítica respecto a su propio trabajo en la que, con gran
sinceridad y humildad, reconoce: “no es de extrañar que estas mismas acusaciones con-
denen al autor de este trabajo. En este caso, es culpa del que escribe, que más de dos
veces ha perdido la paciencia ante la imposibilidad de hojear las obras mismas de Kant.
Sino más bien, de su audaz atrevimiento que le ha llevado a tocar un tema totalmente
inasequible para él, dadas las circunstancias y las prescripciones que la Iglesia ha esta-
blecido sobre nuestro filósofo. Si Kant estuvo sometido a similares condiciones, supli-
camos le perdonen como yo lo hago” (Bermejo 1964, 33).
210
Tesis Doctoral
Una de las características más interesante que propone el Profesor sobre el Dios kan-
tiano es fundamentalmente que es un distribuidor de felicidad: También se puede ver
esto que, cuando se pregunta por el último fin de Dios en la creación del mundo, no ha
de decirse la felicidad de los seres racionales en él, sino el supremo bien, el cual añade a
aquel deseo de los seres racionales aún una condición más, a saber, la de ser dignos de
la felicidad, es decir, la moralidad de esos mismos seres racionales, que contiene la úni-
ca medida según la cual ellos pueden esperar llegar a ser partícipes de la felicidad por la
mano de un creador sabio.
Por otra parte, la imagen que puede uno hacerse de Dios a través de Kant es la de un
ser que no tiene un marcado influjo en el mundo, puesto que la absoluta autonomía del
hombre le obliga a replegarse y situarse en un plano totalmente trascendental. Por eso la
adoración es algo ridículo con visos de superstición y fetichismo, y el culto al altísimo
“un halagarse a sí mismo de modo rastrero e indigno. Ni Dios lo quiere, ni le conviene
al hombre”.
Otras categorías que se derivan directamente del análisis que hace Kant de Dios es
que Dios es omnisciente, omnipotente, y omnipresente.
211
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
difícil enmarcar el pensamiento del filósofo-literato galo; ya que tan pronto nos habla de
una deificación del hombre, situándose entonces en un plano netamente antiteísta, como
grita lunáticamente por boca de uno de sus personajes: ¡Dios no existe! ¡Alegría, lágri-
mas de alegría! ¡Aleluya! ¡Ya no existe el cielo, ya no hay infierno, sólo hay tierra!
¡Adiós para siempre a los monstruos y a los Santos! ¡Adiós al orgullo, porque no hay
más que hombres! Presentándose, entonces, como el más crudo ateo. Es más, reciente-
mente ha publicado un libro: Las Palabras, en el que escribe y señala el neuroticismo
en que ha vivido sus precedentes años de escritor (Bermejo, 1964, 76-77).
El motivo fundamental de escribir este trabajo fue huir de la deshumanización que trae
consigo la alienación antropológico-existencial. El Profesor lo considera la panacea para
contrarrestar los influjos perniciosos de la teorías de tintes totalitarios que quieren destruir
al hombre y convertirlo en un ser dependiente y sumiso.
3.7.1. Introducción
Lo primero que llama la atención al leer este trabajo es encontrarnos con un profesor
Bermejo distinto al que nos habíamos acostumbrado en anteriores publicaciones. El
Profesor joven, dinámico, inquieto, beligerante y polemizante, lo vemos transformado
en este libro, aparece mucho más moderado, compresivo, y dialogante con las ideas de
Marx.
212
Tesis Doctoral
¿Qué ha pretendido el Profesor al escribir esta obra sobre Marx? Su respuesta es:
nuestro trabajo se limita con exclusividad a exponer el pensamiento antropológico mar-
xiano. No someterá a juicio el pensar de Marx deliberadamente.
213
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
bre ideal que soñaba Marx. El capítulo quinto, más crítico, dilucida la legitimidad de
colocarle a Marx la etiqueta de humanista.
214
Tesis Doctoral
Hegel
Georg Wilhelm Friedrich Hegel nació en Stuttgart, Alemania, en 1770, y murió en Berlín,
1831. Hegel estudió en el instituto de su ciudad natal, y entre 1788 y 1793 siguió estudios
de teología en Tubinga, donde fue compañero del poeta Hölderlin y del filósofo Sche-
lling, gracias al cual se incorporó en 1801 como docente a la Universidad de Jena.
215
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
A través de la historia, los filósofos han intentado descifrar el enigma siempre presente
resultante del binomio multiplicidad-unidad. Hegel ha querido desvelarlo al afirmar que
únicamente lo racional es real, y lo real racional. O, con otras palabras, la sola realidad
existente es el Espíritu universal, que se desarrolla y manifiesta de distintas maneras, a
través de ese proceso tricotómico, ya clásico en los tiempos modernos, de tesis, antítesis y
síntesis, que constituyen el método dialéctico hegeliano” (Bermejo, 1969, 5).
No todo son críticas al pensamiento de Hegel, también encuentra elementos muy va-
liosos en el desarrollo dialéctico de la materia y el espíritu, aunque se remite a un comen-
tario de Marx sobre Hegel: “Lo grandioso de la Fenomenología hegeliana y de su resulta-
do final (la dialéctica de la negatividad como principio motor y generador) es, pues, en
primer lugar, que Hegel concibe la autogeneración del hombre como un proceso, la obje-
tivación como des-objetivación, como enajenación y como supresión de esta enajenación;
que capta la esencia del trabajo y concibe al hombre objetivo, verdadero porque será re-
sultado de su propio trabajo. La relación real, activa, del hombre consigo mismo como ser
216
Tesis Doctoral
genérico, o su manifestación de sí
como un ser genérico general, es
decir, como ser humano, sólo es
posible merced a que él realmente
exterioriza todas sus fuerzas ge-
néricas (lo cual, a su vez, sólo es
posible por la cooperación de los
hombres, como resultado de la
historia) y se comporta frente a
ellas como frente a objetos (lo
que, a su vez, sólo es posible de
entrada en la forma de extraña-
miento” (Bermejo, 1969, 11)
Feuerbach
217
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Dentro del léxico fundamental, en el que se basa gran parte de la filosofía de Marx, po-
demos destacar conceptos como: a) El hombre alienado, con algunos conceptos ligados
a éste: el fenómeno alienación, historia de la alienación, causas de la alienación; b) el
hombre un ser genérico e individual; c) identidad objeto-sujeto; d) humanización; e)
religión, entre otros.
El fenómeno de la alienación
El Profesor hace un breve recorrido por la historia de la filosofía para encontrar los orí-
genes de la alienación, tanto en el espíritu dividido, como en la división hombre-
sociedad. Encuentra las raíces en Descartes (materia-espíritu), Hume (negación del
principio de causalidad), Kant (conciencia-mundo), Hegel (liberar el espíritu subjetivo
de un formalismo vacío para sacarlo de la simple certidumbre personal y devolverlo al
mundo objetivo), Rouseau (la alienación como un fenómeno social), Fitche (la libertad
perdida).
218
Tesis Doctoral
El Profesor analiza más en profundidad la alienación en Hegel: “el hombre esta ‘ena-
jenado’, puesto que ve su autoexpresión como extraña, ajena a sí mismo. Por tanto, ‘la
alienación es una imperfección de la conciencia propia y basta la conciencia para elimi-
narla. Si la objetivación, el salir fuera del espíritu, de lo subjetivo, para realizar lo obje-
tivo, es enajenarse, según Hegel, para resolver este extrañamiento de sí mismo se postu-
lará un retorno de la autoconciencia a sí misma” Bermejo, 1969, 21).
Alienación proviene etimológicamente del término latino alienatio que equivale al tér-
mino griego κένωσις: “vaciamiento”. La alienación puede traducirse por extrañamiento,
pérdida de algo propio.
Según Marx, cuando el hombre aplica su trabajo a un objeto de la naturaleza, este objeto
adquiere una plusvalía (el barro modelado y cocido tiene un valor añadido). Se supone
que esta plusvalía le corresponde a la persona que ha aplicado este trabajo para la trans-
formación de la materia; sin embargo, en el mundo capitalista, el dueño de la fábrica se
queda con la mayor parte de la plusvalía del asalariado. El asalariado vende su tiempo y
su esfuerzo por un salario de subsistencia. Por tanto, en el trabajo tecnificado no se dan
las condiciones que hacen que el trabajo humanice al hombre: a) el hombre no se expre-
sa ni se realiza a través de su trabajo; b) gran parte de la plusvalía de la materia elabora-
da por el hombre no revierte sobre él; c) en el trabajo no se dan relaciones de coopera-
ción verdaderamente humanas.
219
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Para Marx existen diversos elementos alienantes en la sociedad del siglo XIX.
El Profesor comenta estas ideas: “El trabajo, que produce y autorrealiza al hombre,
se enajena, se extraña a su mismo productor, para venir a parar a manos de otros hom-
bres, el capitalista, que se adueña así del ser del trabajador. Como contrapartida, el capi-
talista concede un salario al trabajador lo suficientemente congruente en orden a con-
servar el trabajo que desarrolla este hombre, en la acumulación del capital” (Bermejo,
2015, 181).
“El trabajador existe porque existe el capital; si éste no existiese, el trabajador se mo-
riría de hambre, no podría subsistir. El hombre sólo existe como trabajador; no tiene
220
Tesis Doctoral
existencia como hombre, sino en cuanto trabajador, y sólo en cuanto puede trabajar es
considerado y aceptado. De este modo, el hombre es un ser deshumanizado, alienado,
enajenado” (Bermejo, 1969, 32-3).
La propiedad privada
No existiría trabajo alienado si no existiese la propiedad privada. Los hombres han ido
acumulando capital, que es, en definitiva, la acumulación de la plusvalía que adquiere la
materia mediante su manipulación a través del trabajo. En la propiedad privada, alguien
se ha apoderado y considerado suya la plusvalía de la materia transformada que, en
principio, corresponde al grupo social que la ha creado.
El Profesor pone en boca de Marx estas ideas: la propiedad privada es la causa del
trabajo enajenado y, por ende, del hombre alienado y, al mismo tiempo, producto y
efecto de dicha alienación.
El Profesor ha seleccionado algunas ideas de Marx que tienen un significado más fuerte
en contra del dinero: “El dinero envilece a todos los dioses de la humanidad y los trans-
forma en mercancías. El dinero es el valor universal, autoconstituyente, de todas las
cosas. En consecuencia despojó a la totalidad del mundo, tanto humano como natural,
de su propio valor peculiar. El dinero es la esencia del trabajo y de la existencia del
hombre, alienado de éste, y dicha esencia alienada lo domina y a ella eleva sus preces”
(citado en Bermejo, 1969, 34).
A finales de 1913, la marca Ford de coches inicia la producción en serie de coches me-
diante la cadena de montaje. Cada obrero se especializa en una cosa, por ejemplo, apre-
tar los tornillos para sujetar el motor al chasis.
221
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Marx considera que cuando el hombre es condenado a pasar toda la vida atado a la
misma noria, repitiendo las mismas tareas y desempeñando las mismas funciones, se
degrada y aliena.
La filosofía es alienante
Para Marx hay dos tipos de filosofía, la especulativa, cuyo objetivo último es interpretar
el mundo; mientras que la filosofía debe intentar transformar al hombre y al mundo. Así
lo expresa el profesor Bermejo: “si Marx ha dicho que quería destruir la filosofía para
realizarla, quiere decir con esta paradoja que se propone aniquilar la filosofía que ha
perdido de vista la realidad y construir una nueva filosofía que sea una misma cosa con
la realidad, que sea una a la realidad. En lugar de ‘realización de la filosofía’, habla
Marx con gran reiteración de ‘unidad de la filosofía y praxis’. Y cree que la filosofía
tiene por objeto, de un lado, nacer de la praxis, y del otro, iluminar esa misma praxis”.
“Así, pues, la filosofía será un elemento enajenador en tanto en cuanto sea contradic-
toria en su propio proyecto de querer conciliar en términos de pensamiento ciertas opo-
siciones reconocidas como reales” (Bermejo, 1969, 36).
222
Tesis Doctoral
La religión es alienante
Para Marx: superar el estadio religioso que aliena al hombre exige, como fundamen-
to y principio, la superación de la miseria real, del mundo alienado en que vivimos. La
religión desaparece al liberarse el hombre de su alienación. Así, la crítica de la religión
es, pues, en germen, la crítica de este valle de lágrimas, del cual la religión es la imagen
sagrada. Por eso, el proceso de negación de Dios o de la religión no es directo, sino in-
directo. Se afirma teórica y prácticamente la esencia autónoma del hombre y la natura-
leza y, consecuentemente, queda negada la existencia de un cielo o de un ser, señor del
universo, distinto del hombre
223
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El Profesor resume estas ideas con la siguiente reflexión: “El comunismo es, en po-
cas palabras, ‘el devenir real, la realización, hecha real para el hombre, de su esencia, y
de su esencia como algo real”.
El hombre, para Marx, es un ser complejo con dos dimensiones fundamentales, la social
y la física o corporal. Por otra parte, lo esencial de cualquier ser vivo es ser activo, estar
en continua interacción tanto con su medio físico como con su medio social. El Profesor
224
Tesis Doctoral
lo expresa así: “El hombre, pues, está estrechamente vinculado con la naturaleza, como
formando un todo con ella, y esta íntima relación viene traducida en el factor trabajo. El
hombre es productor, y productor de sí mismo. La actividad productora del hombre es la
relación fundamental de lo real, la mediación en su relación inmediata con la naturaleza,
base de toda realidad. Ahí reside, para Marx, la importancia de la vida económica, la
importancia de la evolución histórica de los modos de producción y de las formas socia-
les que los acompañan. El hombre transforma la naturaleza al producir un objeto natural
apto para la satisfacción de las necesidades; con ello reproduce la naturaleza y la vuelve
humana” (Bermejo, 1969, 47).
El Profesor cita un texto de Marx donde se ponen de manifiesto las distintas influen-
cias del hombre sobre la naturaleza, de la naturaleza sobre el hombre y de unos hombres
sobre otros. De la relación social y la cooperación para la transformación del mundo
nace el concepto de hombre genérico: “En esta relación natural de los géneros, la rela-
ción del hombre con la naturaleza es inmediatamente su relación con el hombre, del
mismo modo que la relación con el hombre es inmediatamente su relación con la natu-
raleza, su propia determinación natural. Del carácter de esta relación se deduce la medi-
da en que el hombre se ha convertido en ser genérico, en hombre, y sea comprendido
como tal; la relación del hombre con la mujer es la relación más natural del hombre con
el hombre. En ella se muestra en qué medida la conducta natural del hombre se ha he-
cho humana o en qué medida su naturaleza humana se ha hecho para él naturaleza”
Marx, 1968, 148).
225
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Cuando el profesor Bermejo escribe esta obra: Disquisiciones sobre el hombre mar-
xiano, tiene como horizonte analizar si el marxismo es un humanismo. Tanto la filosofía
humanista como la psicología humanista ponen al hombre en el centro de los intereses y
de los valores. Nada es superior al valor de lo humano, ya que el hombre, en expresión
kantiana, es un valor absoluto. Diversos autores han hablado del humanismo marxista.
Entre otros podemos señalar a Erick Fromm, Rodolfo Mondolfo, G. Lukas, Antonio
Gramsci, H. Marcuse, Adam Schaff, Marek Frizhand y otros.
El hombre ideal puede ser compendiado, según el profesor Bermejo, en tres característi-
cas fundamentales: el individuo debe ser “total”, “personal” y “autoactivo”.
Este hombre total, personal y autoactivo debe ser explicado, y para ello, el Profesor
analiza el hombre ideal de Marx a través de la visión que ofrece Marek Fritzhand en su
obra El ideal del hombre según Marx: “Según Marx, el hombre más parecido a su hom-
bre modelo es aquel completamente consagrado a este mundo y no al ‘próximo’; un
hombre que no se desvela pensando en la muerte, y que en cambio lucha para conquis-
tar una vida significativa y valiosa. Es decir, es el hombre ‘práctico’ que pone todo su
empeño en la realización y conquista de un mundo mejor, desentendiéndose de todo lo
que suene a ‘músicas celestiales’ e idealismos utópicos, y que pone o encuentra toda su
felicidad en actividades que transforman la naturaleza y la sociedad. Es un hombre acti-
vo, creador, rico, cuya riqueza consiste en el permanente desarrollo de su personalidad.
Es orgulloso y estima por encima de todo su libertad y autonomía, bien que vinculadas a
la comunidad humana y al pueblo, pues sabe que solo podrá conquistar la felicidad y la
perfección auténticas cuando asocie su propia felicidad a la felicidad de los otros. Mira
siempre adelante y nunca atrás, pero sin pasar al ‘más allá’ alienante e ilusorio, ya que
tiene muy presente que su cometido, al igual que el de la historia, es el de implantar y
establecer la verdad del más acá”.
226
Tesis Doctoral
Siguiendo a este autor, el Profesor aclara que cuando Marx se refiere al hombre “to-
tal” se está refiriendo, en principio, al “fraccionamiento”, “fragmentación” y “funciona-
lización” del hombre moderno, cuya causa reside en la instauración de la propiedad
privada y la división del trabajo. El hombre total es un hombre completo, cuya propia
realización no conoce fronteras y rechaza la diferencia entre trabajo y diversión. Esto
supone la superación absoluta de toda clase de enajenación y división. Por tanto, pode-
mos decir que el hombre “total” es un individuo homogéneo y armonioso que nunca
está escindido por actividades contradictorias o recíprocamente excluyentes.
227
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
necesidades interiores del individuo. Según Marx, la actividad libre es una manifesta-
ción creadora de la propia vida que emana del desarrollo voluntario de todas las aptitu-
des personales.
Como cierre del concepto de humanismo, el Profesor cita a Mihailo Markovic, direc-
tor del instituto de filosofía en la Universidad de Belgrado, para quien el marxismo es
228
Tesis Doctoral
una clase de humanismo, expresa con estas palabras su concepto de humanismo marxis-
ta: “Por humanismo puedo significar una filosofía que procura resolver todos los pro-
blemas filosóficos según la perspectiva del hombre, que abarca no solo los problemas
antropológicos, como la naturaleza humana, la alienación, la libertad, etc., sino también
todos los otros problemas ontológicos, epistemológicos y axiológicos” (Markovic,
1960, 102).
No todos los autores están de acuerdo en que la filosofía de Marx se pueda incardinar
dentro del humanismo, ya que si, por un lado, Marx centra toda su atención en el bie-
nestar material y social del hombre, por otra parte, su materialismo aleja al ser humano
de las dimensiones superiores de su espíritu. En esta dialéctica, el Profesor enfrenta a
dos autores bien conocidos por sus estudios sobre el marxismo: Pierre Bigo (jesuita de
Acción Popular de París) y Jean-Yves Calvez (jesuita, y uno de los más estrechos cola-
boradores del padre Arrupe) que forman parte de un grupo de intelectuales franceses
entre los que podemos señalar además a Chambre, Mounier, y Theilard de Chardin, que
trabajan con anterioridad al Concilio Vaticano II (1962) intentando compatibilizar el
cristianismo y el marxismo, en la clave humanista historicista de ambos.
229
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
será que Pierre Bigo supone que se da en Marx un humanismo personalista muy dife-
rente del humanismo naturalista afirmado por Marx?
Los argumentos que utiliza el Profesor son de dos tipos, uno cuantitativo, y el otro
cualitativo. Así dice el Profesor: “El sentir frecuente es que el comunismo es la materia-
230
Tesis Doctoral
lización de las ideas humanistas, el medio ambiental en donde el hombre alcanza su ser
auténtico” (Bermejo, 1969, 80).
Otra voz autorizada es la Rodolfo Mondolfo, un profesor italiano que se exilió a Ar-
gentina, dada su ascendencia judía, en 1938, quien escribe un libro en 1968 sobre El
humanismo de Marx. Escribe este autor: “Encontramos aquí, dice Mondolfo, la declara-
ción de que Marx considera realidad esencial lo que Hegel consideraba materia; por eso
habla de un materialismo que coincide con el humanismo. Quiere afirmar un humanis-
mo realista, un humanismo que había recibido ya una afirmación parcial por parte de
Feuerbach, pero que realiza con Marx un nuevo paso de gran importancia, que consiste
en que Marx quiere considerar al hombre en la historia, quiere considerarlo no ya como
ser natural, sino como ser esencialmente social” (citado por Bermejo, 1969, 80). Mon-
dolfo repite una y otra vez que el marxismo es un humanismo.
Otro autor que incluye en el título de su obra los términos humanismo y Marx es
Erich Fromm (1975) Marx's Concept of Man, quien afirma que el marxismo es un hu-
manismo y su objetivo consiste en el pleno desarrollo de las potencialidades del hom-
bre. No del hombre tal como se deduce de sus ideas o de su conciencia, sino del hombre
verdadero que no vive en un vacío sino en un contexto social, el hombre que debe pro-
ducir para vivir. Precisamente es el hecho de que el marxismo se interese por el hombre
íntegro, y no por su conciencia, lo que diferencia al “materialismo” de Marx del idea-
lismo de Hegel, así como de la deformación economista-mecanicista del marxismo.
El Profesor cierra toda discusión al final de este apartado cuando afirma rotundamen-
te: “Estamos de acuerdo a pesar de esa derogación a la fórmula de Marx, el marxismo
pretende ser el triunfo del hombre, su verdadera liberación, y, por lo tanto es efectiva-
mente una doctrina humanista” (Bermejo, 1969, 81).
231
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
También distingue este autor dos etapas bien definidas en la evolución del humanis-
mo de Marx: La primera etapa está dominada por un humanismo racionalista liberal,
más cercano a Kant y a Fichte que a Hegel. Cuando Marx combate la censura, las leyes
feudales renanas, el despotismo prusiano, funda teóricamente su combate político, y la
teoría de la historia que le sirve de base, sobre una filosofía del hombre. La historia sólo
es comprensible a través de la esencia del hombre, que es libertad y razón. Libertad: es
la esencia del hombre como el peso es la esencia de los cuerpos. El hombre está llamado
a la libertad, constituye su ser mismo. Aunque la rechace o la niegue, permanece en ella
para siempre: “La libertad constituye de tal manera la esencia del Hombre que aún sus
adversarios la ponen en práctica combatiendo la realidad… La libertad, por lo tanto, ha
existido siempre, como privilegio particular y como derecho general (Althusser, 1964).
La segunda etapa (42-45) está dominada por una nueva forma de humanismo: el hu-
manismo “comunitario” de Feuerbach. El Estado-razón permaneció sordo a la razón: el
Estado prusiano no se reformó. Es la historia misma quien efectuó este juicio sobre las
ilusiones del humanismo de la razón: los jóvenes radicales alemanes esperaban que el
pretendiente, una vez rey, mantuviera las promesas liberales que había pronunciado en
su espera del trono. Pero el trono hizo, muy rápidamente, del liberal un déspota: el Es-
tado que debía al fin llegar a ser razón, ya que lo era en sí mismo, no engendró, nueva-
mente, más que sinrazón. De esta inmensa decepción, que fue vivida por los jóvenes
radicales como una verdadera crisis histórica y teórica, Marx sacó la conclusión siguien-
te: “…el Estado político… contiene precisamente, en sus formas modernas, las exigen-
cias de la razón.
El profesor Bermejo zanja esta polémica afirmando: “que la opinión más difundida
entre los marxófilos es la que ve en Marx un humanista, y en sus obras una evolución o
232
Tesis Doctoral
Hay en el ambiente la acusación que se hace a nuestra sociedad de ser una sociedad
de consumición, como contrapuesta a la sociedad creadora, la sociedad ideal. El hombre
233
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Sin embargo, hay profetas que saben leer el futuro siguiendo los hilos de la historia y
piensan que el ocaso de la dimensión espiritual del hombre está alcanzando su fin a pa-
sos agigantados, emitiendo ya sus primeros rayos de luz el nuevo día del espíritu. En
este sentido escribe Erich Fromm, que ‘hasta el momento presente de la historia, el pro-
blema espiritual permaneció ineludiblemente encubierto. Mientras las fuerzas producti-
vas no habían alcanzado un alto nivel de desarrollo, la necesidad de trabajar y de ganar-
se el sustento otorgó suficiente sentido a la vida. Esto todavía se aplica a la inmensa
mayoría del género humano, incluso a aquellos que vienen en países de gran desarrollo
industrial donde la combinación de trabajo y ocio, y la ilusión de consumo siempre pre-
sente, creciente, impiden que el hombre descubra su auténtico potencial humano y sea
lo que puede ser. Pero nos desplazamos a marcha acelerada hacia un mundo completa-
mente industrializado y automatizado, donde la semana de trabajo de diez o veinte horas
será la norma, y donde las abundantes satisfacciones materiales reservadas para cada
individuo se darán por sobrentendidas. En esta sociedad totalmente opulenta (que será
planificada, si no socialista), el problema espiritual del hombre asumirá características
agudas y urgentes, de las que estuvo desprovisto el pasado’” (Bermejo, 1969, 96-8).
234
CAPÍTULO 4
Doctorado en Psicología del Dr.
Vicente Bermejo
235
4.1. Introducción
Hemos comenzado este apartado por el doctorado porque es un trabajo mucho más im-
portante que el de licenciatura y porque éste engloba a la tesina y lo supera ampliamente.
Los dos trabajos inciden sobre el mismo tema: el problema de la percepción en la distan-
cia y la constancia perceptiva.
La tesis doctoral del Dr. Bermejo se titula Estudio Evolutivo Experimental de la Rela-
ción entre Fenómenos Perceptivos Normales y Deformantes: La Constancia y Las Ilusio-
nes de Müller-Lyer y de Ponzo, y fue defendida en el Departamento de Psicología de la
Facultad de Letras de la Universidad Autónoma de Barcelona, el año 1979.
Es muy interesante constatar en los agradecimientos, que la tesis fue realizada fun-
damentalmente en la Universidad de Ginebra, bajo la supervisión continúa y el aseso-
ramiento de autores tan representativos como la Dra. B. Inhelder, el Dr. J. Voèche, el
Dr. V. Bang; agradece también a los señores L. Pitetti y C. Husler su colaboración co-
mo prestigiosos asistentes-técnicos de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educa-
ción de Ginebra, con quienes llevó a cabo la construcción del laboratorio, por su trabajo
eficaz y su generosa disponibilidad.
El título con el que fue publicada esta obra en formato de manual es: Fenómenos
Perceptivos Normales y Deformantes: La Constancia del Tamaño y las Ilusiones. La
tesis fue editada e impresa por la Universidad Autónoma de Barcelona. En esta edición
se realizaron muy pocas correcciones al original y tanto las tablas como los gráficos y
fotografías se deben al autor. La edición no está muy cuidada y las fotos en blanco y
negro son de baja calidad.
El interés fundamental del autor es hacer un estudio que arroje luz al problema que
en ese momento está sometido a una gran polémica, como es el de la relación entre la
constancia perceptiva del tamaño y las ilusiones. El autor lo expresa con claridad en la
237
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
introducción (págs. 17-18): “El objetivo principal de este trabajo consiste en estudiar
experimentalmente la posible relación existente entre estos dos fenómenos perceptivos,
y más en concreto, la relación entre la constancia del tamaño y las ilusiones de Müller-
Lyer y de Ponzo. Pero antes de ocuparnos directamente de este problema en esta intro-
ducción analizaremos en primer lugar la problemática actual en torno a cada uno de
estos fenómenos separadamente, haciendo especial hincapié en aquellos aspectos que
creemos más pertinentes”.
La constancia perceptiva no es algo innato, sino que la vamos adquiriendo con la ex-
periencia a lo largo de nuestros primeros años de existencia. Ver a un jinete a varios
kilómetros de distancia que se acerca a nosotros es una experiencia que el cerebro debe
analizar. La imagen retiniana se va agrandando progresivamente hasta que llega un
momento que sobrepasa su ángulo de visión. Así aprendemos que los objetos grandes
están cerca y los objetos más pequeños están lejos. Un mismo objeto en la lejanía se ve
más pequeño. Las personas que no han tenido este tipo de experiencias no pueden com-
prender que existan elefantes del tamaño de una bola de billar, cuando están a varios
kilómetros de distancia. Los procesos del movimiento, tamaño, y profundidad se ad-
quieren a través de la experiencia. A esto lo llama Piaget capacidad de adaptación a
situaciones nuevas; y Fraise y Gibson consideran la percepción como una respuesta del
organismo para adaptarse a su contexto situacional. Nuestro cerebro construye, a partir
de los datos de la experiencia, un objeto que tiene las mismas dimensiones aunque la
imagen que recibimos de él sea de diferente tamaño. Nuestro cerebro pone muchos ele-
mentos que no están entre los datos que recibimos de los sentidos, como, por ejemplo,
el movimiento, el tamaño, o la tercera dimensión espacial, ya que las imágenes que re-
cibimos de los ojos son bidimensionales.
La constancia del tamaño plantea un problema que el profesor Bermejo quiere dilu-
cidar en esta tesis: “si el fenómeno perceptivo, denominado constancia del tamaño, está
constituido por un mecanismo interno de tipo proporcional, de modo que la estimación
del tamaño aumenta o disminuye a medida que aumenta o disminuye la distancia entre
objeto-observador; o si, por el contrario, la constancia del tamaño es un fenómeno per-
ceptivo distinto a la hipótesis de la invarianza tamaño/distancia, y, por lo mismo, for-
238
Tesis Doctoral
mado por otros mecanismos psicológicos, que suponemos de tipo compensatorio y rela-
cional entre los diversos tamaños y espacios que el observador percibe en su campo
visual. El interrogante queda en pie, esperando que los datos experimentales zanjen o, al
menos, aporten alguna luz sobre el particular” (Bermejo, 1981, 22).
Mientras la relación entre la distancia y el tamaño del objeto ha sido muy estudiada a
lo largo de la historia de la psicología, la relación existente entre constancia e ilusiones
comenzó con von Holtst en 1957. El gran defensor y perfilador de esta teoría es Gre-
gory. Este autor distingue dos tipos de constancia: la constancia primaria y la constancia
secundaria, así como dos tipos de indicios de profundidad. Para Gregory la constancia
primaria es un mecanismo perceptivo automático e inconsciente que, activado por indi-
cios de profundidad, produce la mayor parte de las distorsiones ilusorias, entre otras las
propuestas por las figuras de Müller-Lyer y Ponzo. La constancia secundaria se activa
por indicios explícitos de profundidad.
239
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
el otro deformante (las ilusiones de Müller-Lyer y de Ponzo), y esto bajo ópticas y con-
diciones experimentales bien determinadas, como veremos en esta misma Introduc-
ción.” (Bermejo, 1981, 33).
La justificación que propone el profesor Bermejo en la elección del tema para la rea-
lización de su tesis doctoral se basa fundamentalmente en que este trabajo permite el
análisis separado de la constancia y de las ilusiones, pero, sobre todo, su objetivo prin-
cipal es la relación entre estos dos fenómenos: “Frecuentemente se han casado la cons-
tancia y las ilusiones con el fin de aclarar y explicar estas últimas por el mecanismo
propio de la constancia perceptiva del tamaño (Gregory, 1962, 1963; Tausch, 1954,
etc.); pero tal vez sea interesante invertir los términos y preguntarnos también lo que las
ilusiones perceptivas pueden enseñarnos sobre la constancia (Coren & Girgus, 1977).
Esto hace suponer que tal vez el estudio de su relación permita aclarar o facilitar en todo
caso la comprensión de estos dos fenómenos perceptivos.” (Bermejo, 1981, 33).
Según plantea el profesor Bermejo, este estudio tiene dos partes fundamentales, una
teórica y otra práctica. La parte teórica se basa fundamentalmente en las teorías de Gre-
gory, tal como hizo en su tesina. Respecto a la relación existente entre la distancia física
y las estimaciones emitidas por los sujetos, algunos estudios han puesto de manifiesto
que la constancia del tamaño llega a desaparecer a partir de una determinada distancia
240
Tesis Doctoral
física (Gilinsky, 1951, 1955a), que dependería, no sólo de las condiciones espaciales
experimentales, sino también de la edad, cultura y talante de los observadores (Bermejo,
1981).
Aunque la revisión teórica es muy amplia y el análisis que realiza el Dr. Bermejo es
muy profundo, sin embargo, la parte más interesante, desde luego, es el estudio empíri-
co que realizó para confirmar sus hipótesis: “Nuestro primer objetivo experimental ha
consistido, pues, en llevar a cabo unas determinadas experiencias sobre la constancia
del tamaño y sobre las ilusiones de Müller-Lyer y de Ponzo, manteniendo en las tres
situaciones las mismas condiciones experimentales: un mismo espacio experimental, el
mismo tamaño para los tres estímulos patrones, la misma población (pero muestras dis-
tintas), las mismas consignas, el mismo experimentador, etc. De este modo, la relación
entre los datos obtenidos sobre estas variables independientes ofrecerá más garantías y
más probabilidades de objetividad” (Bermejo, 1981, 41).
241
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
temente estímulos más grandes que los que suelen emplearse en experimentos de per-
cepción visual en laboratorio” (Bermejo, 1981, 41).
Figura 4.1. Cámara de laboratorio para estudiar la profundidad de las figuras ilusorias
(Gregory, 1964)
Sin duda alguna, la parte más importante del trabajo de investigación del profesor Ber-
mejo es el conjunto de experimentos que realizó en Ginebra sobre la constancia percep-
tiva, dada su originalidad e inventiva. A continuación analizamos este trabajo con cierto
detenimiento dada su importancia, comenzando por las hipótesis que propone como
metas de la investigación.
242
Tesis Doctoral
De una manera más concreta y estricta se amplía esta hipótesis para encerrar dentro
de sí no solo las teorías de Gregory sino de otros autores representativos: “Nuestras hi-
pótesis de trabajo se sitúan, no obstante, en el plano más amplio de la relación posible
existente entre la constancia del tamaño, tal como ésta fue descrita por Descartes
(1637), y las ilusiones de Ponzo y Müller-Lyer, esta última en su versión de las flechas
cerradas. Así, no sólo comprobaremos la teoría gregoriana, sino también las explicacio-
nes propuestas por los otros autores defensores de esta relación (Así, por ejemplo, Day,
1972; Leibowitz & otros, 1969; Coren-Girgus, 1977; etc.).” (Bermejo, 1981, 158-59).
Este análisis lo llevará a cabo bajo tres ópticas diferentes, pero relacionadas entre sí
Todos los experimentos se llevarán a cabo en dos modalidades, con iluminación am-
biental o con la oscuridad ambiental.
243
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Figura 4.2. Esquema fundamental de Gregory. Dentro y fuera: cámara negra de la vi-
sión.
Las hipótesis que se plantean desde la óptica evolutiva o cambio con la edad forman
cuatro grupos generales que se especifican mediante hipótesis más concretas:
244
Tesis Doctoral
III) Si las ilusiones disminuyen primero, y después aumentan con la edad, entonces ten-
dremos primeramente uno de los casos vistos en (II), y después uno de los casos
pertenecientes a (I).
IV) Si las ilusiones aumentan primeramente, para decrecer después con la edad, enton-
ces se dará primeramente un caso de (I) y después uno de los casos de (II).
b) o la constancia y la distancia varían con la edad en sentido opuesto, de tal modo que
sus efectos se anulan.
Respecto a los estudios que se llevarán a cabo teniendo en cuenta la distancia, el profe-
sor plantea cinco hipótesis generales y varias hipótesis más concretas:
245
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
VIII) Si, al aumentar la distancia física, el grado de ilusión decrece primero, y des-
pués aumenta, tendremos entonces primeramente uno de los casos vistos en (II), y
después otro de los casos mencionados en (I).
IX) Si, al aumentar la distancia física, el grado de ilusión aumenta primero, para de-
crecer después, entonces se dará primeramente uno de los casos de (I) y después
un caso de (II).
El profesor reclutó para sus experimentos una gran variedad de sujetos que llenaban el
espectro ideal para sus experimentos: 360 sujetos. Además contó con la colaboración de
15 técnicos que pusieron a punto todo lo relacionado con el ambiente físico y los apara-
246
Tesis Doctoral
tos que se utilizaron en los distintos experimentos. Estos colaboradores también expli-
caban la forma de realizar el experimento y la forma de respuesta de los sujetos experi-
mentales.
Estos 360 sujetos estaban divididos en tres grupos de 120 cada uno. El primer grupo,
que hemos simbolizado con El (Enfants I), estaba formado por niños y niñas de 6 a 8
años; el segundo grupo (Ell) por niños y niñas de 9 a 11 años, y el tercer grupo (Ad)
(Adultos) lo constituían adultos, casi todos estudiantes de 1er. año de Psicología o de
Ciencias de la Educación de la Universidad de Ginebra.
Cada grupo de 120 sujetos estaba organizado en 6 subgrupos de 20 sujetos cada uno.
Para cada situación experimental se asignaban al azar 20 sujetos de cada grupo de edad
(AI, AII, Ad.), 60 sujetos en total.
247
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Para presentar los estímulos se ideó un método muy ingenioso, que consistió en la
colocación de un raíl de color negro mate a todo lo largo del pasillo. Todo el pasillo está
señalizado en centímetros, invisibles para el sujeto experimental. Por este raíl discurre
una especie de pequeño vagón de tren, provisto de patines eléctricos. Todos los disposi-
tivos están pintados de negro mate para que no sean invisibles al sujeto experimental y
no sirvan de distractores, ni le den ningún tipo de referencia ajena al experimento.
El profesor Bermejo
explica con detalle la colo-
cación del sujeto experi-
mental: “En el punto de
unión de A y B, donde
aparece la letra 0 se sitúa
el observador, sentado
sobre una silla ajustable en
conformidad con la altura
de cada sujeto. Una vez
sentado el observador, su visibilidad queda delimitada por dos planos verticales cuadra-
dos de 50 cm. de lado, que forman un ángulo diedro de 90 grados. Uno de los planos
oculta al observador el pasillo A, mientras que el otro le oculta el pasillo B.
En el centro de ambos planos existe un orificio de 1,5 cm. de diámetro, equipado con
su respectivo objeto similar al utilizado en las máquinas filmadoras, que permiten por
una parte la visibilidad y, por otra, determinan el ángulo visual de los observadores. Un
dispositivo muy similar cierra o abre oportunamente estos orificios.
La presentación de estímulos tiene una dificultad bastante notable, dado que tienen que
moverse en un espacio muy grande y no tienen que dar pistas al observador de este mo-
vimiento.
248
Tesis Doctoral
Este experimento tiene dos versiones, como ya hemos indicado más arriba, en la os-
curidad o con luz ambiental.
El fondo del pasillo es negro mate y en él aparece una figura rectangular luminosa
verde claro (la distancia, como ya indicamos es de 5m del observador). El sujeto puede
manipular el rectángulo a voluntad, haciéndolo más pequeño o más grande hasta que
considere que es del mismo tamaño que el estímulo patrón.
También explica
las dificultades técni-
cas a las que tuvo que
enfrentarse para lle-
var a cabo sus expe-
rimentos en un esce-
nario tan grande: “El
dispositivo luminoso (“luz negra”) que hemos empleado en la oscuridad para el estímu-
lo variable, presenta no pocos problemas técnicos que hacen prácticamente imposible su
implantación con los estímulos patrones que se desplazan en un espacio experimental de
249
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
40 m de largo. Por eso hemos preferido emplear el sistema de transparencia, que consis-
te, en nuestro caso, en pintar de verde claro, tal como hicimos en las experiencias con
luz, el estímulo patrón sobre una superficie transparente (materia plástica) y el resto de
esta superficie se pinta de color negro, por ejemplo, para impedir toda transparencia.
Esta materia plástica se sitúa entonces sobre una caja opaca de forma rectangular, en
lugar de una de sus caras. De este modo, al iluminar el interior de la caja, el estímulo
aparece luminoso en la oscuridad.”
“La corriente eléctrica llega hasta la caja del estímulo a través de los patines del va-
goncito, que le sirve de soporte. Como ya hemos indicado, estos vagoncitos están pro-
vistos de dos patines metálicos que permiten el contacto ininterrumpido con el disposi-
tivo eléctrico, posicionado en el hueco del raíl. En el extremo opuesto al que ocupan los
observadores, un pequeño transformador alimenta el dispositivo eléctrico con una ten-
sión de seis voltios. Esta posición de la fuente de energía eléctrica hace que la intensi-
dad luminosa de los estímulos patrones aumente o disminuya a medida que se alejan o
se acercan respectivamente de la posición ocupada por los observadores, debido a la
resistencia que oponen las vías metálicas al paso de la corriente eléctrica. De este modo,
cuando el estímulo patrón se encuentra a la misma distancia que el estímulo variable,
los dos aparecen con similar luminosidad. Pero a medida que el estímulo patrón se dis-
tancia del observador, su luminosidad aumenta objetivamente de modo proporcional a
su alejamiento de la posición que ocupa el observador.” (Bermejo, 1981, 175-6).
250
Tesis Doctoral
b) modificar, después de cada ajuste, el tamaño del estímulo variable, a fin de inducir
implícitamente el método que debe utilizar el observador en su siguiente ajuste;
b) leer y tomar nota de las estimaciones sobre la regla de un modelo apropiado para
ello;
d) abrir o cerrar oportunamente los orificios ópticos que permiten al observador la visi-
bilidad de los pasillos A y B;
251
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor Bermejo explica con detenimiento las razones por las que utilizó las instruc-
ciones que dieron a los sujetos experimentales. Era necesario distinguir las instrucciones
que se debían dar a niños (idénticas para los pequeños y para los mayores), y adultos.
Para los adultos, se escribieron, para ser leídas, las siguientes instrucciones: “ahora me
gustaría que mirases con atención el tamaño de este rectángulo (estímulo patrón) du-
rante unos instantes; y, después, que hicieras este otro rectángulo (estímulo variable)
del mismo tamaño que el anterior, de tal modo que si medimos los dos rectángulos
con un metro (regla), los dos deberían medir exactamente lo mismo” (Bermejo,
1981, 188). En este experimento no hay limitación de tiempo.
Para los niños, era importante que las pruebas aparecieran a los ojos de los niños como
un juego. A cada estímulo se les denominaba bastón, bastón del experimentador, y
bastón del niño. De este modo las pruebas aparecían como un juego en el que el niño
tenía que hacer su bastón del mismo tamaño que el del experimentador. Así pues, la
instrucción era: “el juego consiste en hacer tu bastón exactamente del mismo tamaño
que el mío, de tal modo que si ponemos los dos bastones juntos, los dos deberían ser
iguales”
Para los adultos: “me gustaría que situaras el círculo rojo en el punto que divide en dos
partes iguales la distancia existente entre tú y el rectángulo que estás viendo.”
Para los niños: “me gustaría que situaras el círculo rojo en el punto medio entre tú y mi
bastón, de tal modo que la distancia que resulte entre mi bastón y el círculo rojo sea
la misma que la distancia entre tú y el círculo rojo”.
252
Tesis Doctoral
En la figura de Ponzo, los sujetos tenía que emitir dos juicios: el primero respecto al
tamaño de los dos rectángulos paralelos de la figura; el segundo indicando la distan-
cia relativa de los dos rectángulos respecto al observador.
Para adultos y niños: Las instrucciones coinciden con las dadas para la constancia del
tamaño.
253
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
1972. Este programa podía hacer análisis multi y univariados con uno o dos factores,
también podía hacer análisis de covarianza y de regresión.
Finalmente, las 16 columnas siguientes contienen los datos sobre el tamaño, resultan-
te de las estimaciones del tamaño sobre la regla. En este caso, los datos no han sufrido
ninguna transformación, ya que sólo se emitía una estimación a cada distancia
El diseño del plan factorial se aplicó a los datos sobre el tamaño, obtenidos con el estí-
mulo variable; a los datos sobre las medias distancias, y a los datos del tamaño sobre la
regla. Se analizaron los resultados sobre las estimaciones del tamaño, tanto los obteni-
dos con el estímulo variable como sobre la regla. Un segundo apartado analizará los
resultados sobre las estimaciones de la media distancia.
-Respecto al tamaño
254
Tesis Doctoral
Lo mismo cabe decir del factor edad, que es también significativo. En consecuencia,
los tres grupos de muestras diferentes según la edad (niños de 6 a 8 años, niños de 9 a
11 años y adultos) producen en conjunto un efecto importante sobre las estimaciones
del tamaño.
En la Tabla 4.1 presenta el profesor Bermejo los resultados del análisis factorial.
TABLA 4.1. Resultados del análisis multivariado y univariado a tres factores sobre las estima-
ciones del tamaño obtenidas con el estímulo-variable. Nivel de significación: 0, 05.
F Multinivel: P 0,00001
Variable I P: 0,0001
Variable IV P: 0,0001
F Multinivel: P 0,00001
Variable I P: 0,0061
Variable IV P: 0,0002
F Multinivel: 0,00001
Variable I P: 0,0001
255
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Variable IV P: 0,0001
F Multinivel: P 0,00001
Variable I P: 0,0001
Variable IV P: 0,0001
Con respecto a las interacciones entre los factores sólo la interacción entre la lumino-
sidad y la edad es significativa, y esto tanto en lo que se refiere al F multivariado, como
a los F univariados, excepción hecha de la variable Nº II. (distancia a 5 m). Por consi-
guiente, el efecto del factor luminosidad depende de los niveles del factor edad y recí-
procamente… Ahora bien, la interacción entre la luminosidad y la edad puede falsear la
interpretación del efecto principal de cada uno de estos factores, puesto que existe una
cierta dependencia entre ellos estadísticamente. Para dilucidar este efecto principal se
comparan estadísticamente las medias de los niveles de cada factor para cada uno de los
niveles del otro factor, y los resultados obtenidos informan adecuadamente sobre la sig-
nificación propia de cada factor…
256
Tesis Doctoral
mental de la oscuridad y en las estimaciones de los niños, así como una mayor regulari-
dad de los adultos en función de la distancia y para cualquier situación experimental.
Las estimaciones del tamaño hechas sobre la regla tienen un doble objetivo, que me-
rece nuestra atención. Por una parte juegan un papel de control con respecto a las esti-
maciones de tamaño realizadas con el estímulo variable que no interesa en este momen-
to, y, por otra, nos permitirá determinar cuál de estos dos tipos de respuesta se revela
más apropiado, teniendo en cuenta no sólo las condiciones experimentales, sino también
y sobre todo la edad diferente de los distintos grupos de sujetos, como veremos después.
Tabla 4.2. Resultados del análisis multivariado y univariado a tres factores sobre las estima-
ciones del tamaño obtenidas con la regla. Nivel de significación: 0, 05
F Multinivel: 0,00001
Variable I N.S.
Variable IV P: 0,0001
F Multinivel: 0,00001
Variable I P: 0,0311
Variable IV N.S.
F Multinivel: 0,00001
Variable I P: 0,0001
Variable IV P: 0,0001
257
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
F Multinivel: 0,00001
Variable I N.S
Variable IV P: 0,0117
En el análisis multivariado, los tres factores y la interacción del I con el III son esta-
dísticamente significativos. Estos resultados concuerdan exactamente, en lo tocante a su
significatividad, con los resultados obtenidos sobre las estimaciones del tamaño con el
estímulo variable. En cambio, existen pequeñas discrepancias en cuanto a los resultados
del análisis univariado, que probablemente sean debidas, en gran parte a que estos dos
tipos de respuestas no son totalmente homólogos para los tres grupos de observadores
(Tabla 4.2.).
TABLA 4.3. Resultados del análisis multivariado y univariado a tres factores sobre la estima-
ciones de distancia. Nivel de significación: 0,05
F Multinivel: 0,00001
Variable I N.S.
FACTOR I (Luminosidad) F. Univ. Variable II P: 0,0001
Variable IV P: 0,0001
F Multinivel: N.S.
0,00001
258
Tesis Doctoral
Variable IV P: 0,0001
F Multinivel: P: 0,0001
Variable I P: 0,0186
INTERACCIÓN F. Univ. Variable II P: 0,0001
I x III Variable III P: 0,0206
Variable IV N.S.
El factor III también en este caso juega un papel importante. Tanto las estimaciones
de distancia consideradas en conjunto (análisis multivariado), como separadamente
(análisis univariado), dependen significativamente de la edad de los observadores.
Este efecto aparece en la que la separación de las líneas, que representan los tres gru-
pos de edades diferentes, y muestra que este factor es el más operativo, con respecto a
los otros dos, en las estimaciones de distancia.
259
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
260
Tesis Doctoral
EI
EII
Ad.
Comenta el profesor que la simple observación de las medias que aparecen en la Ta-
bla 4.4 y en el Gráfico 4.1, permite constatar que a 5 m de distancia, las estimaciones
del tamaño han sido bastante objetivas; que a 2,5 m de distancia hay más bien sobresti-
mación del estímulo patrón, mientras que a 20 m y 40 m los dos grupos de niños han
subestimado este mismo estímulo. Por otra parte, la variabilidad de las estimaciones de
los sujetos, dentro de cada grupo, es más acentuada en las grandes distancias que en las
distancias pequeñas.
261
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Tabla 4.5. Medias en cm. del tamaño de los tres grupos de sujetos sobre la regla
EI
EII
Ad.
Gráfico 4.2. Medias en cm. del tamaño de los tres grupos de sujetos sobre la regla
Basta con observar el gráfico 4.2 para ver que las desviaciones tipo tienen una mayor
variabilidad de las estimaciones de los tres grupos de sujetos. La explicación que da el
profesor es que “que tal vez sea debida, al menos en parte, a que cada observador daba
una única respuesta, en el caso de la regla, a cada una de las distancias en que se presen-
taba el estímulo patrón (ver tabla 4.5.), en lugar de dar cuatro, como con el estímulo
variable. La parte de azar que pueda existir en las respuestas es mayor estadísticamente
cuando se emite una sola respuesta que cuando se obtiene la media de 4 respuestas.”
(Bermejo, 1981, 222).
262
Tesis Doctoral
Tabla 4.6. Análisis multivariado y univariado, un factor con tres niveles: edad. Estimaciones de
tamaño. Nivel de significación 0,05 (iluminación ambiental)
F Multinivel F 0,0001
Variable I N.S.
Variable IV P 0,0001
La conclusión a la que llega el profesor Bermejo como resumen de este estudio, que
es su tesis lo presenta subrayado, dándole una gran importancia, es la siguiente: “Con-
cluyendo, a 2, 5 m y 5 m de distancia la evolución de las estimaciones de tamaño es
prácticamente nula, o en todo caso, las diferencias entre los grupos no son estadística-
mente significativas. En cambio, a 20 m, y sobre todo a 40 m esta evolución de las es-
timaciones del tamaño con la edad es clara, en el sentido de que se pasa de una gran
subconstancia en los niños pequeños a una sobreconstancia en los adultos.” (Bermejo,
1981, 226).
263
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Tabla 4.7. Análisis multivariado y univariado, un factor con tres niveles: edad. Estimaciones de
tamaño en la oscuridad. Nivel de significación 0,05
F Multinivel F 0,0009
Variable I P 0,0031
Variable IV P 0,0003
El análisis multivariado para cada grupo de sujetos a las cuatro distancias en que se
presenta el estímulo patrón es significativo. Espectral análisis univariado (estimaciones
dadas a cada distancia) muestra que estas estimaciones similares estadísticamente a cin-
co metros de distancia, en el resto de distancia son diferentes (Tabla 4.7).
Las conclusiones generales de Bermejo respecto a este apartado las resume así:
- los tres grupos subestiman el tamaño, pero la subestimación de los niños es aproxima-
damente un 20% más alta que la de los adultos.” (Bermejo, 1981, 232).
264
Tesis Doctoral
EI
EII
Ad.
El dato más significativo que aparece en este gráfico es que la variabilidad de las es-
timaciones de los adultos es muy superior a la de los niños a 20 y 40 metros (Tabla 4.8
y Gráfico 4.3). La explicación que ofrece el coloso Bermejo es: “por la posible influen-
cia en estos sujetos de dos fenómenos distintos, que Boring (1942) llama la ley de la
constancia y la ley del ángulo visual. La primera ley postula la conservación del mismo
tamaño del estímulo a cualquier distancia; mientras que según la segunda, las estima-
ciones del tamaño dependerían del ángulo visual formado por el tamaño del estímulo
patrón a cada distancia. Probablemente, la fuerza perceptiva de estos dos fenómenos sea
diferente individualmente, dando pie a esta variabilidad de las estimaciones.” (Bermejo,
1981, 228).
265
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Tabla 4.9. Medias en cm. del tamaño estimado en la oscuridad sobre la regla
EI
EII
Ad.
Gráfico 4.4. Medias en cm. del tamaño estimado en la oscuridad sobre la regla
Con este tipo de tarea, las estimaciones del tamaño sobre la regla, los adultos obtienen
unos resultados más elevados con el estímulo variable llegando a una sobrestimación
del 34,75 por ciento, a 2,5 metros de distancia, aunque también presenta una subestima-
ción de 28,29 m. a 40 m. de distancia (Tabla 4.9. y Gráfico 4.4.).
El Profesor reconoce que sus resultados pueden no coincidir con los de otros investiga-
dores sobre el mismo tema, por eso pone de manifiesto que: “nuestros resultados sobre
la distancia, así como los obtenidos sobre el tamaño, han sido encontrados en unas con-
diciones experimentales bien determinadas, que no conviene olvidar en el momento de
266
Tesis Doctoral
EI
EII
Ad.
El gráfico 4.5 nos muestra con claridad que a 2,5 metros la estimación objetiva es de
1,25 m. A cinco metros de distancia es de 2,5 metros. Posando a 10 metros cuando la
distancia a que se presenta el estímulo es de 20 metros. En la máxima distancia, 40 ms.,
desviaciones es de 20 metros (Tabla 4.10).
Se reconoce que existen pequeñas discrepancias entre sus resultados y los obtenidos
por otros investigadores, entre otros Piaget y Harway. Pero, a pesar de estas diferencias
todos los autores defienden una cierta evolución con la edad en la estimación de la dis-
tancia.
267
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Para comprobar esta hipótesis evolutiva, el autor ha utilizado en primer lugar un plan
unifactorial con tres niveles (edad) multivariado y univariado cuyos resultados presen-
tamos en la tabla siguiente Tabla 4.11.
Tabla 4.11. Análisis multivariado y univariado, un factor con tres niveles: edad. Estimaciones
de tamaño en la oscuridad. Nivel de significación 0,05
F Multinivel F 0,0004
Variable I P 0,0050
FACTOR EDAD F Univ. Variable II P 0,0032
Variable III P 0,0152
Variable IV P 0,0001
Con satisfacción, el Profesor informa que: “Tanto el análisis multivariado como los
análisis univariados son significativos, lo que quiere decir que los tres grupos de sujetos
en conjunto han emitido estimaciones de distancia estadísticamente diferentes, a cada
una de las cuatro distancias estimadas. Para saber si estas tres muestras de sujetos difie-
ren significativamente entre ellas, tomadas dos a dos, hemos empleado el test de
Scheffé (1959), con un nivel de significación de 0,05, que permite esta comparación. El
test muestra que a 2,5 m y a 40 m de distancia, los niños emiten estimaciones bastante
similares, mientras que los resultados de los adultos se apartan significativamente de
cada uno de los dos grupos de niños. En cambio, a 5 m y 20 m de distancia, sólo las
estimaciones de los adultos difieren significativamente de los resultados obtenidos por
los niños pequeños.” (Bermejo, 1981, 238).
2,5m 5m 20 m 40 m
268
Tesis Doctoral
El
EII
Ad.
Las medias de los tres grupos de sujetos superan la media objetiva. A cinco metros
una media de los adultos está por encima de la media objetiva; mientras que a 20 metros
y a 40 metros todas las medias están muy por debajo de la distancia objetiva (Tabla
4.12. y Gráfico 4.6).
269
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Tabla 4.13. Análisis multivariado y univariado, un factor con tres niveles: edad. Estimaciones
de tamaño en la oscuridad. Nivel de significación 0,05
F Multinivel F 0,0001
Variable I P 0,0020
Variable IV P 0,0001
Tabla 4.14. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Müller-Lyer.
2,5 m 5m 20 m 40 m
270
Tesis Doctoral
El
EII
Ad.
Gráfico 4.7. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Müller-Lyer.
Tabla 4.15. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Müller-Lyer sobre la
regla, a la luz ambiental
2, 5 m 5m 20 m 40 m
271
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El
EII
Ad.
Gráfico 4.8. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Müller-Lyer
sobre la regla, a la luz
Tabla n 4.16. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Müller-Lyer en la
oscuridad
2,5 m 5m 20 m 40 m
272
Tesis Doctoral
El
EII
Ad.
Gráfico 4.9. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Müller-Lyer
en la oscuridad
Todas las medidas que se realizan en la oscuridad tienen el mismo protocolo que las
realizadas con luz ambiental, sólo cambia la variable luminosidad. Como puede obser-
varse en la Tabla 4.16 y en su correspondiente gráfico (Gráfico 4.9), las puntuaciones en
los tres grupos son más bajas que las obtenidas en la situación de constancia en todas y
cada una de la distancias. El Profesor comenta que esto permite: “prever, en principio,
un efecto ilusorio del estímulo patrón; la figura de las flechas cerradas. Si las compara-
mos con las medias obtenidas con luz en esta misma situación de Müller-Lyer, las esti-
maciones en la oscuridad se revelan en general más bajas, a excepción de los resultados
obtenidos a 2,5 m de distancia, como, por otra parte, sucedía en la situación de distan-
cia, como vimos más atrás.” (Bermejo, 1981, 255).
Tabla 4.17. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de Müller-Lyer sobre la regla en la
oscuridad
2, 5 m 5m 20 m 40 m
273
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El
EII
Ad.
Gráfico 4.10. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de Müller-Lyer sobre la
regla en la oscuridad
Quizá el dato más llamativo sea que los niños pequeños subestiman el estímulo pa-
trón a 2,5 m de distancia, dando una media de 39,50 cm., mientras que con el otro tipo
de respuesta habían obtenido una media de 56,49 cm. (Véase Tabla 4.17 y Gráfico 4.10.
Tabla 4.18. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de Müller-Lyer sobre la regla en la
oscuridad
2, 5 m 5m 20 m 40 m
274
Tesis Doctoral
El
EII
Ad.
Como puede desprenderse de los datos ofrecidos por la Tabla 4.18, los tres grupos de
sujetos estimaron la mitad de la distancia lejana (20 y 40 metros). A los niños más pe-
queños subestimar la mitad de la distancia en las dos distancia más cortas (2,5 metros y
5 ms. El profesor Bermejo resume los resultados obtenidos respecto a la edad diciendo:
“las estimaciones de distancia son función creciente de la edad y decreciente de la dis-
tancia física” (Bermejo, 1981, 265).
275
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
2,5 m 5m 20 m 40 m
El
EII
Ad.
Los resultados de la Tabla 4.19 y del gráfico 4.12 muestran con claridad que los ni-
ños han emitido estimaciones muy similares entre ellos. Pero en distancias largas (20 y
40 metros) la subestimación de los niños es un 30% aproximadamente más acentuada
que la de los adultos mientras que a 5 m de distancia esta separación disminuye ligera-
mente: 24,40 % con respecto a los niños pequeños, y 17,60 % con respecto a los niños
mayores.
276
Tesis Doctoral
Tabla 4.20. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Ponzo a la luz
2,5 m 5m 20 m 40 m
El
EII
Ad.
Gráfico 4.13. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Ponzo a la
luz
La observación de la Tabla 4.20 y del Gráfico 4.13 muestra que “las medias de las
estimaciones de los adultos y de los niños mayores están por encima del tamaño objeti-
vo a todas las distancias menos a 40 m en el caso de los niños. En cambio, la media de
los niños pequeños sólo es superior al tamaño objetivo a 2,5 m de distancia. Quizás lo
más significativo sea que la media de los adultos a 40 m de distancia se eleve a 5,55
cm.” (Bermejo, 1981, 272-3).
Tabla 4.21. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Ponzo sobre la regla,
a la luz ambiental
2,5 m 5m 20 m 40 m
El 43,55 39,40 36,50 30,30
EII 58,65 52,45 48,00 39,90
Ad. 52,20 53,70 58,60 60,95
277
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El
EII
Ad.
Gráfico 4.14. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Ponzo sobre
la regla, a la luz
Como es patente por la Tabla 4.21 y el Gráfico 4.14 “Los niños pequeños han subes-
timado el estímulo patrón a todas las distancias, como puede verse en la tabla Nº 56; en
cambio, los niños mayores y los adultos han emitido sobrestimaciones a todas las dis-
tancias, excepción hecha de los niños a 40 m lo que corrobora los porcentajes obtenidos
con el estímulo variable.” (Bermejo, 1981, 274-5).
Como resumen de este apartado, el profesor Bermejo subraya: las experiencias reali-
zadas con luz han mostrado que el grado de ilusión de la figura de Ponzo es función
creciente de la edad y de la distancia, con una ligera inflexión a 20 m de distancia.
Tabla 4.22. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Ponzo en la oscuri-
dad
2,5 m 5m 20 m 40 m
278
Tesis Doctoral
El
EII
Ad.
Gráfico 4.15. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Ponzo en la
oscuridad
Los valores que aparecen en la Tabla 4.22 y que se reflejan en el Gráfico 4.15 cons-
tatan que las medias de todos los grupos están muy por debajo del tamaño objetivo,
cuando se trata de grandes distancias (20m y 40 m) mientras que a 2,5 m ocurre el fe-
nómeno inverso, los niños mayores alcanzan la media más alta (63,95 cm.). Y a 5 m de
distancia, las tres medias se sitúan aproximadamente alrededor del tamaño objetivo. El
Profesor comenta que: “El valor de estas medias, sin embargo, no refleja exactamente
las estimaciones individuales, sobre todo en el caso de los adultos, ya que la variabili-
dad de las estimaciones de estos últimos es muy amplia a todas las distancias… Los
niños son más constantes en sus estimaciones, sobre todo a 20 m y 40 m de distancia.”
(Bermejo, 1981, 281).
Tabla 4.23. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Ponzo sobre la regla,
en la oscuridad
2,5 m 5m 20 m 40 m
279
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El
EII
Ad.
Gráfico 4.16. Medias en cm. de las estimaciones del tamaño de la figura de Ponzo sobre
la regla, en la oscuridad
“Las estimaciones sobre la regla muestran, una vez más, (Gráfico 4.16.) que este tipo
de respuesta eleva los resultados de los adultos a todas las distancias, mientras que los
niños emiten estimaciones más bajas en las distancias próximas (2,5 m y 5 m) y más
altas en las grandes distancias (20 m y 40 m). Por otra parte, las desviaciones tipo son
muy elevadas, lo que denota una gran variabilidad en las estimaciones de los sujetos, en
los adultos.” (Bermejo, 1981, 282).
El resumen que hace el profesor Bermejo sobre este apartado es: “las experiencias rea-
lizadas en la oscuridad sobre la figura ilusoria de Ponzo muestran que la edad de los
observadores es significativa en pequeñas distancias principalmente (2,5 m y 5 m)
siendo el grado de inversión de la ilusión función creciente de la edad a 2,5 m y llegan-
do a su máximo la ilusión positiva (7,05 %) en los niños mayores, a 5 m de distancia.
Espacialmente, la distancia próxima (2,5 m) invierte el sentido de la ilusión, mientras
que las grandes distancias producen una ilusión positiva del orden del 4 % aproxima-
damente (20 m) que tiende a estabilizarse (niños mayores) o a disminuir con la distan-
cia.” (Bermejo, 1981, 285-6).
280
Tesis Doctoral
Tabla 4.24. Medias en m de las estimaciones de distancia con luz, en la situación de Ponzo
2,5 m 5m 20 m 40 m
El
EII
Ad.
Una de las hipótesis propuestas era que los niños subestiman mientras que los adul-
tos sobreestiman. Este estudio parece que queda confirmada esta hipótesis, en el comen-
tario del profesor Bermejo siguiendo los datos de la Tabla 4.24, tal como refleja tam-
bién el Gráfico 4.17: “El grado de objetividad de las medias reflejadas en la tabla Nº 66
difiere, no sólo entre los grupos de sujetos, sino también con respecto a las distancias
físicas que han servido de modelo. Así, los adultos presentan la mayor sobrestimación
de la media distancia lejana (23,20%) a 2,5 m; mientras que los niños pequeños dan la
máxima subestimación (-67,30%) a 40 m de distancia. Por otra parte, a medida que au-
menta la distancia física, la sobrestimación subjetiva decrece o se convierte en una sub-
estimación cada vez más acentuada, como veremos más en detalle.” (Bermejo, 1981,
287-8).
281
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
2,5 m 5m 20 m 40 m
El
EII
Ad.
También en este caso, en la oscuridad, “los niños pequeños han subestimado la me-
dia distancia lejana a todas las distancias, es decir a 2,5 m, 5 m, 20 m y 40 m. En cam-
bio, los adultos han sobrestimado esta misma distancia a 2,5 m (20,80 %) y a 5 m (3,60
%), así como los niños mayores a 2,5 m (14,40 %). En las demás situaciones, todos los
282
Tesis Doctoral
La conclusión general a la que llega el profesor Bermejo sobre este apartado lo sub-
raya, indicando su importancia: “el grado de objetividad de las estimaciones de distan-
cia de las dimensiones de grandes distancias (20 m) la mitad de la distancia decreciente
de la edad y creciente de la distancia física. En distancias cortas (2,5 m y 5 m) persiste
la misma evolución cualitativa con la edad y espacialmente, pero, en este caso, los adul-
tos sobrestiman la media distancia lejana como, por otra parte, hacen los niños mayores
a 2,5 m de distancia.” (Bermejo, 1981, 295).
¿Por qué nos dan la impresión (en la figura de Ponzo) que el rectángulo superior es más
grande que el inferior? La respuesta de Gregory es que los sujetos ven esta exclusión no
en dos dimensiones sino en tres. El experimento llevado a cabo tanto por Gregory como
por el profesor Bermejo consiste en relacionar el grado de ilusión con las estimaciones
sobre la profundidad de las distintas partes de la figura ilusoria.
Los resultados obtenidos por el profesor Bermejo los resume en tres puntos:
2- En cuanto a los niños mayores, todos (20 sobre 20) han visto la figura de Ponzo bi-
dimensional o que la línea “b” estaba más lejos de ellos que la línea “a” y esto a todas
las distancias.
3-En cuanto a los adultos, 18 sujetos sobre 20 han considerado la figura ilusoria bidi-
mensional o que la línea “b” estaba más lejos de ellos que la línea “a” a 2,5 m de distan-
cia. A 5 m la proporción era de 17 sobre 20; a 20 m, de 15 sobre 20; y a 40 m de 11
sobre 20.” (Bermejo, 1981, 295-6).
283
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Como conclusión el Profesor propone que “la correlación entre la evolución con la
edad de las estimaciones de constancia del tamaño y, por otra parte, la evolución con la
edad de las estimaciones del tamaño de la figura de Müller-Lyer (flechas cerradas), es
difícil de defender a ninguna de las distancias ocupadas por los estímulos patrones, so-
bre todo a 5 m, 20 m y 40 m de distancia. Esta correlación sería, no obstante, posible
entre los niños mayores y los adultos solamente.” (Bermejo, 1981, 302).
“El análisis evolutivo entre las estimaciones de constancia, por una parte, y las estima-
ciones sobre la figura de Ponzo, por otra, muestra que a 2,5 m, 5 m y 40 m de distancia,
al menos estos dos fenómenos perceptivos no presentan la misma evolución con la
edad.” (Bermejo, 1981, 304).
“En grandes distancias, las evoluciones con la edad de las estimaciones de constancia
y de la figura de Miller–Lyer son similares, sobre todo a 20 m de distancia. En cambio,
en distancias cortas, estas evoluciones discrepan sensiblemente, especialmente a 5 m de
distancia.” (Bermejo, 1981, 309).
Ponzo. “La evolución espacial de las estimaciones de constancia del tamaño y la de las
estimaciones sobre la figura de Ponzo son claramente diferentes, tanto en los dos grupos
de niños, como sobre todo en los adultos, que, por otra parte, son los más sensibles a la
ilusión.” (Bermejo, 1981, 315).
284
Tesis Doctoral
Los datos experimentales no suelen limitarse a confirmar o infirmar las hipótesis formu-
ladas, sino que, frecuentemente, son fuente de nuevos interrogantes y de nuevos pro-
blemas, cuya posterior resolución permite el avance paulatino de las ciencias experi-
mentales. Por esta razón, además de contrastar los resultados obtenidos con las hipótesis
emitidas, señalaremos algunos puntos obscuros o problemáticos que no han encontrado
aquí la respuesta apropiada, sea porque se sitúan fuera del objetivo inmediato persegui-
do en nuestras hipótesis, sea porque han sido provocados por el carácter peculiar de los
datos experimentales encontrados. Intentaremos ser lo más breves posible, remitiendo
siempre al lector deseoso de más detalles a los diferentes capítulos que se ocupan de los
distintos temas abordados.
La relación entre la constancia del tamaño, por una parte, y las ilusiones de Müller-Lyer
y de Ponzo, por otra, ha sido infirmada por los datos experimentales, tanto bajo la óptica
evolutiva, como bajo la óptica espacial, según glosamos a continuación.
Los datos experimentales obtenidos en las experiencias realizadas con luz parecen mos-
trar que las evoluciones de la constancia del tamaño y de la ilusión de Müller-Lyer en
función de la edad son diferentes, en las cuatro distancias seleccionadas, como puede
constatarse gráficamente en las figuras Ns.154, 157, 160 y 163. En cambio, en las expe-
riencias llevadas a cabo en la oscuridad existe un cierto parecido evolutivo a 20 m y 40
m de distancia; pero de nuevo discrepan manifiestamente a distancias pequeñas (2,5 m y
5 m).
Resulta aún más elocuente el hecho de que sean precisamente los niños pequeños los
que tienen más ilusión, cuando hemos visto (ver 4.2.1.1.2.) que este grupo de observa-
dores posee una constancia más baja y menos arraigada que los otros grupos.
Del mismo modo, parece clara la discrepancia entre las evoluciones de la constancia
y la ilusión de Ponzo en función de la edad, sobre todo a 40 m de distancia, como puede
285
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
verse en las figuras arriba mencionadas. A esta distancia (40 m) la constancia baja y, no
obstante, la ilusión aumenta.
En la parte histórico-critica de este trabajo, vimos que algunos autores defendían que las
ilusiones perceptivas eran producidas por el mecanismo de constancia (Day, 1972; Gre-
gory, 1962, 1963; etc.; Tausch, 1954; etc.). Los datos experimentales, sin embargo, no
parecen confirmar esta hipótesis explicativa, como veremos a continuación.
286
Tesis Doctoral
Ahora bien, casi todos los observadores han visto las figuras ilusorias sin relieve, es
decir, bidimensionalmente, y, no obstante, han tenido la ilusión. Del mismo modo, no
hemos encontrado correlación entre el grado de ilusión producido en las experiencias
realizadas con luz y las estimaciones de distancia emitidas en la oscuridad con estas dos
figuras ilusorias, como, por otra parte, supone esta hipótesis explicativa. Por con si-
guiente, los datos experimentales no parecen confirmar la teoría gregoriana.
Los datos experimentales han mostrado que los dos grupos de niños, pero sobre todo los
pequeños, pierden la constancia del tamaño después de los 5 m y antes de los 20 m de
distancia, en las experiencias realizadas con luz. Pensamos que sería interesante averi-
guar experimentalmente a qué distancia aproximada comienza a desaparecer este fenó-
287
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
meno perceptivo, tanto en los niños pequeños (6 a 8 años), como en los niños mayores
(9 a 11 años). Los adultos, por su parte, sobrestiman el tamaño incluso a 40 m de dis-
tancia (7,29 %), en esta misma situación experimental. También, en este caso, valdría la
pena indagar a qué distancia aproximada suele perderse la sobreconstancia y la constan-
cia del tamaño en este grupo de observadores.
Finalmente, los datos experimentales han infirmado con una cierta evidencia la teoría
que vincula la constancia y las ilusiones perceptivas, como hemos visto. ¿Se obtendrían
los mismos resultados si se relacionaran las ilusiones perceptivas con las estimaciones
de tamaño aparente o proyectivo? Una vez más, los datos experimentales tendrían la
palabra. (Bermejo, 1981, 318-323).
288
Tesis Doctoral
El profesor Pere Lluis i Font, nacido en 1934, era Profesor de filosofía en la Univer-
sidad autónoma de Barcelona. En la actualidad preside la Asociación Catalana de Filo-
sofía Moderna, filial de la Sociedad Catalana de Filosofía. El año 2003 recibió la cruz
de San Jorge.
El profesor Bermejo justifica la elección de este tema porque al elegir dos fenómenos
perceptivos, uno normal y el otro “anormal” o deformativo, dos fenómenos complemen-
tarios, nos desvelarán el funcionamiento propio y enigmático de la percepción, ya que,
como afirma Gregory, las ilusiones perceptivas son pistas importantes para descubrir los
fenómenos básicos de la percepción. No cabe duda que es muy importante analizar los
errores perceptivos para comprender mejor los mecanismos generales de la percepción.
El autor afirma que Descartes se basó en el engaño de los sentidos para proponer la
duda metódica. También Berkeley afirma que el realismo ingenuo es falso. Y Kant nos
pone en guardia sobre ciertos conocimientos que, aparentemente, percibimos directa-
mente, pero que son inferidos.
Cuando se presenta una ilusión al observador utiliza los mismos mecanismos percep-
tivos en una situación artificial que en las situaciones naturales. En el segundo caso es-
tamos en un mundo en tres dimensiones, mientras que en el primer caso (presentación
artificial) jugamos sólo con dos dimensiones. El Profesor propone este esquema que es
muy ilustrativo para comprender este problema:
289
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Sólo la característica (d) es diferente. ¿Por qué el mundo real produce objetividad,
mientras que la representación de la realidad produce una ilusión? Existen claves para la
interpretación, como es el contexto en que se produce la estimulación visual. Si se eli-
minaran estas claves ambas presentaciones serían interpretadas de la misma manera.
La percepción clásica afirmaba que las ilusiones son un producto de la constancia que
opera indebidamente en situaciones artificiales cuando presentan perspectivas.
En 1962, Gregory escribió un artículo titulado How the eyes decive (como nos enga-
ñan los ojos). La explicación que da Gregory es que la imagen retiniana (sólo tiene dos
dimensiones) es similar para las figuras ilusorias y para las cosas reales. De hecho una
propiedad común de todas las ilusiones ópticas es que tienen características que solemos
asociar con la profundidad. Según el Profesor Vicente Bermejo, Gregory distingue entre
constancia primaria y secundaria. La constancia primaria se debe a la presencia de la
perspectiva y a otros indicios normalmente asociados con la distancia. La constancia
secundaria se activa cuando existe una distancia aparente.
290
Tesis Doctoral
Un poco más adelante Gregory explica qué sucede con las pinturas que no tienen in-
formación sobre su textura plana, como ocurre en las imágenes retinianas. Para eliminar
esta información se suelen utilizar figuras luminosas en la oscuridad u observándolas
con un solo ojo.
El profesor Bermejo resume los argumentos que presenta Gregory para demostrar su
teoría:
1) la perspectiva angular es producto de nuestra cultura occidental. Por ello estas figu-
ras no producen ilusión en la población Zulú, ni tampoco en una persona ciega des-
de su infancia que recupera la vista después de una operación.
291
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor Bermejo muestra una especial perspicacia cuando rebate o hace precisio-
nes a las afirmaciones de Gregory. La conclusión a la que llega Gregory es que la teoría
de la constancia está relacionada claramente con fenómenos perceptuales bien estable-
cidos y no requieren especiales suposiciones no testables. A esto responde el Profesor:
“Supongo que no piensa Gregory, al decir esto, que ni en la constancia primaria ni en
los indicios de profundidad que la accionan son testables experimentalmente de modo
directo. Él lo ha hecho indirectamente con su famosa técnica que le ha permitido testar
la correlación existente entre la profundidad y el grado de ilusión. Pero no hay que olvi-
dar que se trataba de la profundidad aparente, distancia aparente, en la oscuridad, y no
de los indicios de profundidad inconscientes que accionan la constancia primaria. Por
tanto, hay que decir que esta correlación puede reducirse a una simple coincidencia, sin
lazo causal alguno, hasta que no haya una prueba experimental directa. ¿Por qué en el
caso de la figura de Orbison la dirección de la distorsión es siempre la misma aunque
cambie el sentido de la perspectiva en la oscuridad?” (Bermejo, 1978, 44).
Así, cuando Gregory dice que si construimos un cubo tridimensional con alambre,
por ejemplo, constatamos que en el momento del cambio de profundidad, la figura apa-
rece como una pirámide truncada y no como un cubo, apareciendo la cara más próxima
aparentemente más pequeña que la cara más distante: la constancia funciona en este
caso al revés que se da en la profundidad real y no según la profundidad aparente. A
esto responde el profesor Bermejo: “No se comprende por qué Gregory dice que en este
caso la constancia funciona según la distancia real y no según la distancia aparente.
Considero que el fenómeno puede explicarse simplemente por la ley de Emmert: la cara
posterior del cubo, al aparecer más próxima parece más pequeña, lo cual concuerda es-
tupendamente con la ley de Emmert. Si en este caso la distorsión es más grande que en
el caso del cubo bidimensional, observado en la oscuridad, ello se debe probablemente a
que la imagen retiniana de la cara distante es más pequeña que la de la cara próxima,
mientras que en el cubo bidimensional las dos son iguales”(Bermejo, 1878, 49).
292
Tesis Doctoral
La observación que sigue también parece pertinente: “Considero que en todos estos
casos la constancia funciona según la distancia aparente, solo que esta distancia aparen-
te carece de unos indicios: textura; a veces de otros: perspectiva”.
Una de las críticas que va más directamente al corazón de la teoría de Gregory hace
relación a que la constancia puede ser accionada por la distancia aparente y por la pro-
fundidad de perspectiva. El profesor Bermejo reflexiona de esta manera: “pero conside-
ró que aquí hay un círculo vicioso en el razonamiento de Gregory, sin tocar para nada su
idea, que puede ser interesante. Es decir, su teoría puede ser interesante, pero la prueba
que aduce es un círculo vicioso, pues prueba la existencia de la constancia primaria por
un efecto ilusorio: la curvatura de la línea sobre el cubo de Necker y después va a apro-
bar las ilusiones por la existencia de esta constancia primera. En otras palabra, Gregory
tiene que probar primero la asistencia de esta constancia primaria fuera de las ilusiones,
y después puede aplicar el fenómeno para explicar los efectos ilusorios.”
“La afirmación de Gregory es que la ilusión es el resultado del conflicto entre los in-
dicios de la probabilidad de la figura y el fondo; aunque esto no es totalmente cierto,
pues puede haber distorsiones de figuras en la oscuridad, sin fondo” (Bermejo, 1978,
50).
293
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
294
Tesis Doctoral
III) Las ilusiones disminuyen primero y después aumentan con la edad. Primeramente
tendremos uno de los casos vistos en (II) y después uno de los casos pertenecientes
a I.
IV) Las ilusiones aumentan primeramente para decrecer después con la edad. Habrá
primeramente un caso de (I) y después uno de los casos de (II).
V) Las ilusiones no cambian con la edad.
a) La constancia y la distancia no varían con la edad.
b) La constancia y la distancia varían con la edad en sentido opuesto, de tal modo que
sus efectos se anulan.
Todas las experiencias se harán en visión monocular. Éstas se presentan en dos fases: 1)
todas se hacen en la oscuridad. 2) todas se hacen a la luz normal.
b) Estimar el tamaño del etalon sobre una varita situada al lado del sujeto.
c) Estimar la mitad de la distancia entre el sujeto y el etalon, por ajustamiento del mis-
mo sujeto.
Estas dos ilusiones se prestan fácilmente a las condiciones experimentales y, por otra
parte, son las más utilizadas por Gregory. El etalon (dispositivo óptico que contiene
295
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
espejos paralelos, que sirve para medir la distancia) serían sucesivamente estas ilusio-
nes, mientras que la variable sería la misma que hemos descrito más arriba. Las estima-
ciones son también las mismas que hemos visto para el tamaño o constancia.
I En el caso de la constancia
296
Tesis Doctoral
El profesor Bermejo, en una nota a pie de página, indica que no es necesario entrar
en más detalles. Por otra parte, tal vez sea conveniente acortar los límites de este trabajo
a fin de atenerse estrechamente a su cometido inmediato. De esta manera justifica la no
presentación de los resultados de esta investigación. Tampoco nos indica si se llevó a
cabo o simplemente es un trabajo teórico, ya que en esta época no se exigía realizar un
trabajo experimental para la defensa de la memoria de licenciatura, sino solamente un
proyecto de investigación.
4.6.3. Conclusión
297
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
298
Tesis Doctoral
nada, ya que se trata de fenómenos tanto o más complicados que las ilusiones percepti-
vas” (Bermejo, 1978. 136).
Las pruebas que presenta Gregory como defensa es su teoría de la constancia percep-
tiva primaria no parecen tener suficiente fuerza probatoria para el profesor Bermejo. Su
razonamiento básico es que todos estos fenómenos que aporta Gregory se pueden expli-
car de otra manera sin acudir a la constancia primaria: “Ante esta dificultad, nuestro
autor presenta algunas sugestiones que si bien no poseen el talante de pruebas, pueden
no obstante ofrecer cierta evidencia o probabilidad: 1) El hecho de que no cambie la
dirección de la curvatura de la línea pintada sobre el cubo al cambiar la profundidad de
éste, 2) La insensibilidad total o casi total de los Zulús, pueblo primitivo que vive en un
ambiente circular, a la ilusión de Müller-Lyer. 3) La observación realizada en un ciego
desde los primeros meses de vida, que recupera la vista cincuenta años más tarde: la
constancia era nula o anormal y no era sensible a las ilusiones. Todas estas aportacio-
nes, como vimos más atrás, no prueban la existencia de la constancia primaria, ya que
pueden interpretarse diferentemente” (Bermejo, 1978. 136).
Uno de los fenómenos a los que estamos acostumbrados es a ver la luna mucho más
grande cuando está sobre el horizonte que cuando está en su cénit. Siempre nos hemos
preguntado a qué se debe este fenómeno. La respuesta que han dado estudiosos de la
percepción es que este fenómeno se debe a la distancia estimada con relación al resto de
las estrellas en el firmamento, y, en este caso, se aplicaría la ley de Emmert que postula
que el tamaño de un objeto es directamente proporcional a la distancia estimada del
mismo. Puesto que no se aplica esta ley respecto a la distancia de la luna en el horizonte
debería aplicarse una ley diferente, en este caso se aplicaría la constancia primaria: “Lo
mismo puede decirse de la famosa ilusión de la luna, que aparece más grande y más
cerca en el horizonte que en el cenit. Según Gregory, ente efecto ilusorio seria produci-
do por la constancia primaria, ya que la ley de Emmert postula que el tamaño de un ob-
jeto es directamente proporcional a la distancia del mismo; y no obstante, en el caso de
la luna, ésta aparece más cerca y más grande. Como vimos, el argumento no es válido,
pues el hecho de que este fenómeno perceptivo no siga la ley de Emmert, no se puede
concluir, sin más, que se ha provocado por la constancia primaria” (Bermejo, 1978.
136).
299
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
La objeción más fuerte que presenta el profesor Bermejo va dirigida a la base misma
que sustenta la teoría de Gregory, es decir, su rigor científico. La teoría de Gregory no
es científica, pero tampoco es metafísica, sino que es calificada de semi-metafísica, y
300
Tesis Doctoral
Después de leer estos argumentos nos queda la sensación de que en estos años era
una herejía metodología hablar de mecanismos no observables ni cuantificables, en con-
tra de lo que había propuesto el conductismo.
Las duras críticas a la teoría de Gregory podrían darnos la impresión que ésta es una
teoría sin una base científica experimental; sin embargo, la teoría de Gregory tiene mu-
chas virtudes y aciertos como reconoce el profesor Bermejo: “Por otra parte, no quere-
mos terminar sin poner de relieve algunos de los méritos de esta teoría. Así, por ejem-
plo, consideramos acertado su intento de relacionar dos fenómenos perceptivos; la
constancia y las ilusiones, a fin de intentar explicar estas últimas, fenómeno complejo y
difícil, por el mecanismo de constancia, que ha sido estudiado desde hace más de cuatro
siglos y cuya explicación suele ser aceptada por todos los autores de percepción.
Igualmente nos parece interesante el haber intentado buscar una explicación al her-
mético fenómeno de las ilusiones perceptivas dentro del mismo espacio perceptivo. Pe-
ro esto plantea, como indicamos en la introducción, el interesantísimo y complicado
problema de conocer de antemano y de estudiar a fondo el tipo de espacio que corres-
ponde al espacio perceptivo. Personalmente considero poco adecuado el modelo eucli-
301
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
diano para explicar el espacio concreto perceptivo, a pesar de que haya sido aceptado
casi generalmente durante no pocos años. Creo que ha llegado el momento de buscar un
nuevo modelo que sea mucho más realista y que responda más exactamente al espacio
vital perceptivo. Consecuentemente habrá que volver a replantearse conceptos funda-
mentales de la percepción espacial, como son la distancia perceptiva, el tamaño percep-
tivo, e incluso la constancia, que seguirán de cerca las nuevas líneas determinantes del
modelo espacial perceptivo que se elabore” (Bermejo, 1978. 138).
La evaluación actual que se tiene de las teorías de Gregory es que es una teoría inge-
niosa, y se ha considerado la teoría más adecuada de las ilusiones visuales. Gregory
afirma que las figuras del Müller-Lyer, que la gente ve en tres dimensiones, las ve de
forma incorrecta. Ciertamente es desconcertante que esta figura se siga viendo cuando
la terminación de estas figuras se remplaza mediante círculos o cuadrados.
El interés del profesor Bermejo por los procesos perceptivos en el comienzo de sus
investigaciones psicológicas no han sido determinantes para marcar el rumbo que ha-
brían de tomar las investigaciones posteriores. El Profesor retomará los campos que le
entusiasmaron en su niñez y en su juventud: las matemáticas. También retomará con
entusiasmo los temas evolutivos que tanta influencia tuvieron en las investigaciones
llevadas a cabo por Piaget y que marcaron con una señal indeleble en su espíritu inves-
tigador.
302
Tesis Doctoral
Edith: ¿Cómo era el ambiente universitario en los años 70 en Barcelona, en los que
defiende su Memoria de Licenciatura?
Vicente Bermejo: No puedo responder a esta pregunta porque apenas tuve contacto con
el profesorado y mucho menos con los estudiantes. Sí podría responder sobre este am-
biente universitario si la pregunta se refiriera al curso 1979-1980 que estuve enseñando
en esta Universidad. Durante este curso, lo más llamativo para mí fue el ambiente cata-
lanizante de toda la Universidad Autónoma, que me llevaría a abandonar el curso si-
guiente esta Universidad para asentarme definitivamente en la Universidad Compluten-
se de Madrid que siempre había constituido mi objetivo prioritario. No obstante, es
303
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
obligado reconocer que tuve y tengo buenos amigos entre el profesorado universitario
de la UAB.
304
Tesis Doctoral
Edith: Uno de los puntos inaceptables de la teoría de Gregory es que haga concesiones
a lo inconsciente y a lo innato. ¿Existía ya una influencia fuerte, aunque incipiente de
la psicología cognitiva?
Vicente Bermejo: Aunque el enfoque conductista seguía teniendo cierta fuerza, habla-
mos de los años setenta, su influencia era cada vez menor incluso en Estados Unidos.
La constitución de la Cibernética como ciencia en 1947 con principios como la autorre-
gulación, autoorganización, autonomía, etc. y otros avances científicos hacían difícil
seguir manteniendo las principales ideas watsonianas o skinnerianas. Por supuesto, la
influencia de Piaget y Vygotsky en gran parte de Europa, y a partir de los años sesenta
en Estados Unidos, hizo que la incidencia del conductismo descendiera considerable-
mente. Personalmente tuve la suerte de formarme en psicología de la mano de Piaget,
como quien dice, puesto que hice toda la carrera de psicología y estuve enseñando seis
años en la cuna del constructivismo, en la Facultad de Psicología y Ciencias de la Edu-
cación de Ginebra.
Edith: En muchas ocasiones el tema de la tesis doctoral suele marcar el camino a se-
guir posteriormente por muchos investigadores. Este no parece haber sido su caso.
305
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
306
Tesis Doctoral
CAPÍTULO V
DESARROLLO COGNITIVO
307
5.1. Introducción
El año 1994, el profesor Bermejo publicó una obra con el título Desarrollo Cognitivo,
en colaboración con un grupo de especialistas en el área. Su aportación, aparte de la
coordinación y dirección de la obra, consta de siete capítulos. En la primera parte, el
Profesor, junto con María Oliva Lago, pone los cimientos y delimita el campo mediante
la conceptualización del desarrollo (capítulo uno). En la segunda parte (Orientaciones y
enfoques teóricos), el Profesor hace un estudio pormenorizado de los modelos neopia-
getianos, en especial del modelo de Pascual Leone, de Case, el modelo de Fischer y el
enfoque de la evaluación de reglas. En la tercera parte de la obra (Desarrollo del niño
pequeño), habla con precisión y minuciosamente de las competencias perceptivas de los
niños pequeños, en especial de la vista, el oído, el gusto, y el olfato. Es muy interesante
su forma de acometer el estudio de las constancias perceptivas, tema que ya había abor-
dado en su tesis doctoral y la percepción de profundidad.
309
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
existentes, pero esto es muy enriquecedor, ya que permite considerar el cambio evoluti-
vo desde diferentes perspectivas, que frecuentemente se complementan y presentan una
visión del desarrollo cognitivo más completa y realista. También queremos analizar y
exponer los métodos de investigación utilizados en el ámbito del desarrollo cognitivo.
El punto central es llegar a comprender las conductas del niño desde la perspectiva evo-
lutiva que están ligadas al desarrollo cognitivo a lo largo del ciclo vital. Evidentemente,
también, y en la medida de lo posible, explicar este desarrollo. Entre los objetivos ins-
trumentales se destacan la familiarización con las fuentes de documentación; sobre todo
es importante la observación directa del desarrollo real.
Como muy bien dice el Profesor en la introducción, esta primera parte, “aspectos defini-
torios y metodológicos”, es de carácter introductorio y pretende recoger los fundamen-
tos conceptuales y metodológicos que definen el marco del desarrollo cognitivo. En el
primer capítulo el profesor Bermejo define el desarrollo como una secuencia de cam-
bios evolutivos que se desarrollan con la edad. Los dos conceptos fundamentales que
analizan son el cambio y la edad tomados en sentido amplio. Un concepto muy actual
de cualquier tipo de actividad humana y del desarrollo cognitivo es el contexto en el que
se produce. Los autores dan gran importancia tanto a los factores personales como a los
socio-culturales.
En la introducción a este capítulo los autores se proponen analizar con cierto detalle
las características del cambio evolutivo, precisando, “que si todo cambio evolutivo es
cambio conductual, probablemente la inversa puede ser cuestionable, sobre todo desde
determinadas perspectivas teóricas. Otro componente importante es la variable edad o el
transcurrir temporal, que caracteriza principalmente a la Psicología del desarrollo con
respecto a otras ramas de la Psicología que pudieran igualmente ocuparse de estudiar el
cambio, como, por ejemplo, la Psicología del Aprendizaje o la Psicoterapia. La dimen-
sión temporal afecta significativamente a nuestra ciencia en los términos que veremos
después. Finalmente, el paradigma antes mencionado conlleva una concepción del desa-
rrollo anclada en la interacción individual y sociocultural, que viene apoyada no sólo
310
Tesis Doctoral
por el sentir general de los especialistas, sino también por el mismo sentido común que
sugiere una tal complejidad del desarrollo real” (Bermejo, 1998, 33).
A continuación los autores dan una mirada rápida a la historia del desarrollo cogniti-
vo, resaltando la obra de Preyer (El alma del niño), Freud, J. M. Baldwin, Stanley Hall
(Adolescence), Watson, Ch. Bühler, Wallon, y algunos más.
Los movimientos psicológicos y los grandes paradigmas que han existido dentro de la
psicología han presentado cosmovisiones que intentan dar explicaciones para todos los
fenómenos psicológicos, también, desde luego, de los procesos de desarrollo. Entre
otros, los autores señalan el mecanicista o conductista, organicista, el dialéctico, y el
contextualista.
El modelo conductista o mecanicista dominó el panorama científico de la psicología
durante la primera mitad del siglo XX. El paradigma afirmaba la supremacía del medio
ambiente (reforzamiento) sobre lo orgánico, no porque lo orgánico no fuese importante,
sino porque era una constante y se podía suprimir como una variable a tener en cuenta.
El profesor Bermejo describe al organismo conductista: “el hombre cuando nace es una
tabula rasa, un organismo vacío con capacidad reactiva. Sus percepciones, pensamien-
tos, deseos, etc., son fenómenos resultantes de la acción que fuerzas externas ejercen
sobre él y de la propia historia del organismo. Desde esta visión, claramente determinis-
ta, no cabe la noción de libertad, aunque pueda creerse en ella. El desarrollo humano se
concibe como resultante de la adición cuantitativa de unidades elementales, de manera
que los cambios comportamentales no son estructurales o cualitativos, sino cuantitativos
(i. e., las sucesivas formas comportamentales son reducibles a formas anteriores de con-
ducta). Además, dichos cambios dependen de determinantes extrínsecos al organismo,
esto es, de la situación estimular externa, siendo escasa la atención prestada a los proce-
sos biológicos y/o psicológicos internos” (Bermejo, 1998, 37-8).
311
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
sino que es función de la actividad del propio sujeto en interacción con la realidad ex-
terna. Las teorías relacionadas con este modelo destacan las bases predeterminantes (i.
e., hereditarias o maduracionales) del cambio evolutivo… El desarrollo se concibe co-
mo la diferenciación e integración simultánea de esquemas o estructuras a lo largo del
tiempo, de tal modo que el estado actual sólo puede entenderse a partir del anterior y
sirve al mismo tiempo de preparación para el siguiente. De aquí que se ponga un énfasis
especial en el movimiento hacia un estado final, ya que se considera que existe una úni-
ca, necesaria y universal dirección del cambio” (Bermejo, 1998, 38).
3) Intencionalidad: se trata de sucesos que se están realizando. Ello supone una direc-
ción con un pasado y un futuro inmediato, pero sin la eficiencia de una causa final o
teleológica.
312
Tesis Doctoral
cesos en su contexto, el todo (ej.: una palabra dentro de una frase, una letra en una
palabra, etc.). El todo puede considerarse en un nivel o entre niveles, pudiendo ser
más o menos amplio.
La teoría de los Sistema Evolutivos de Lerner concibe al ser humano como un siste-
ma vivo, abierto y capaz de autorregularse y autoconstruirse. El profesor Bermejo lo
resume en tres puntos fundamentales:
1) Mantenimiento de la estabilidad.
2) El cambio incremental.
3) El cambio transformacional.
313
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Además, este desarrollo muestra una relativa plasticidad, de suerte que no existe una
senda ideal de desarrollo para cada individuo: el desarrollo es multidireccional y multi-
dimensional” (Bermejo, 1998, 40-1).
El profesor Bermejo parte de una fórmula muy simple que podría ser unificadora de una
gran variedad de enfoques: C=f(E) (la psicología del desarrollo es la ciencia que estudia
los cambios (C) que son función de la edad (E). A continuación proponen otra fórmula
con más variables para acomodarla a las exigencias de algunos paradigmas como la
herencia (H), la experiencia pasada (Epa) y la experiencia presente Epr): C=f(H,EpaEpr).
El profesor Bermejo vuelve a proponer una fórmula en la que ve el valor Edad como
una parte importante de la variable dependiente, lo que queda reflejado en la siguiente
fórmula: CE=f(H*Epa*Epr).
Después de una confrontación de algunas teorías, llega a una definición que formula
así “la Psicología del desarrollo es la ciencia que estudia los cambios que aparecen con
la edad (o en el tiempo) y que son función de la interacción entre la herencia, la expe-
riencia pasada y la experiencia presente. De este modo se especifica con cierta claridad
el tipo de cambio que estudia esta disciplina… El contenido del paréntesis no resulta
difícil de entender si nos limitamos a afirmar simplemente que el desarrollo surge de la
interacción entre los parámetros mencionados, afirmación que, por otra parte, aceptan
actualmente la mayoría, si no todos, los especialistas evolutivos. Pero su comprensión
se complica si pretendemos ahondar en la incidencia específica (el peso) de cada factor
y en la compleja interacción que en cada momento pueda existir entre ellos. Por otra
parte, la pretensión de colgar porcentajes a cada uno de estos factores constituye un
planteamiento inadecuado e insoluble. Baste, por tanto, señalar que el rol de la herencia
parece más significativo durante las primeras etapas del desarrollo, mientras que la ex-
periencia pasada podría tener un papel relevante especialmente en las últimas etapas del
ciclo vital” (Bermejo, 1998, 42).
314
Tesis Doctoral
a) Cambio conductual.
b) Elementalismo.
c) Relación antecedente-consecuente.
d) Cambio cuantitativo.
e) Continuidad.
f) Relativismo.
a) Secuencialidad.
b) Irreversibilidad.
c) Naturaleza cualitativo-estructural.
d) Discontinuidad.
e) Unidireccionalidad.
g) Universalidad.
315
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Nadie pone en duda que el paso del tiempo es un factor fundamental en el desarrollo y
evolución de la naturaleza y, desde luego, de la maduración del ser humano. En este
momento, el profesor Bermejo no está interesado en algo que es obvio, sino en descu-
brir la importancia de esta variable y de su puesto en el desarrollo evolutivo. Para de-
mostrar la importancia en la edad como distintivo especial de la psicología del desarro-
316
Tesis Doctoral
llo se apoyan en autores como Vygotsky, quien afirma que la edad no sólo es central
para toda la psicología infantil, sino también para múltiples problemas. También citan a
Wohlwil (1973), que sostiene que la edad forma parte de la variable dependiente, por-
que el objeto de la investigación evolutiva no son las diferencias de comportamiento
entre los grupos, sino “el cambio conductual con el tiempo”. También citan a Slo-
bodchikov (1992), que está en consonancia con Vygotsky cuando afirma que “la edad
es una forma en la que tiene lugar el desarrollo”.
También citan a Piaget, para quien el desarrollo del niño es un proceso temporal por
excelencia, ya que sólo a través del tiempo se alcanza la madurez adecuada. En Piaget,
el rol del tiempo es importante debido a que existe una correspondencia entre el orden
de aparición de los estadios y la edad cronológica. “Piaget sostiene que el orden secuen-
cial de aparición de los estadios es necesario y universal, de modo que A aparece siem-
pre antes que B y B antes que C. Sin embargo, el tiempo entendido como edad cronoló-
gica es un mero indicador del momento aproximado en que aparecen determinados
comportamientos, y desde esta óptica el tiempo resulta irrelevante para Piaget” (Berme-
jo, 1998, 46)
Los autores hacen una crítica a los defensores del enfoque del ciclo vital porque, a su
parecer, se centran en la importancia de la edad cronológica como criterio primario en la
organización del desarrollo. “Desde esta perspectiva, se ha propuesto correlacionar los
cambios conductuales a lo largo del ciclo vital con diferentes tipos de tiempo (cronoló-
gico, sociológico, psicológico, etc.), según la importancia de éstos en cada etapa o mo-
mento de la vida. Sin embargo, la propuesta aporta más problemas que soluciones, ya
que no resulta fácil delimitar los momentos precisos de incidencia de cada uno de estos
tipos de tiempo a lo largo de la vida, así como sus posibles interacciones. Además, el
tiempo cronológico ofrece una objetividad en la investigación evolutiva que difícilmen-
te puede encontrarse en las restantes categorías temporales. No obstante, es cierto que el
significado de la edad cronológica varía a lo largo del ciclo vital y que a veces habría
que entender: como el transcurrir temporal a lo largo del cual ocurre el cambio evoluti-
vo” (Bermejo, 1998, 46).
317
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Todo el mundo conoce que el profesor Vicente Bermejo fue alumno de Piaget y que
este autor tuvo una profunda influencia en su pensamiento. Él mismo ha desarrollado
algunas teorías piagetianas, por lo que no es de extrañar que conozca perfectamente los
desarrollos posteriores de los discípulos de Piaget. En este capítulo (6º de su obra) desa-
rrolla los modelos neopiagetianos propuestos por Demetriou (1988). En una obra poste-
rior Demetriou (2005) vuelve a retomar el tema y, en la introducción, hace un resumen
de su obra: Este capítulo resume cinco teorías neo-piagetianas del desarrollo cognitivo.
Es decir, las teorías de Juan Pascual-Leone, Robbie Case, Graeme S. Halford, Kurt W.
Fischer y su propia teoría. Las tres primeras de estas teorías enfatizan el papel de la
memoria de trabajo como un factor de transición a través de las principales etapas del
desarrollo del pensamiento desde el nacimiento hasta la adolescencia. La teoría de Fis-
cher hace hincapié en las dimensiones sociales y en el aprendizaje del desarrollo cogni-
tivo. Por último, la teoría de Demetriou, además de estos factores, integra consideracio-
nes acerca de los procesos especiales en distintos ámbitos del pensamiento y también el
papel de la autoconciencia y autorregulación en el desarrollo y las diferencias individua-
les. Las teorías son comparadas y evaluadas para su contraste.
El profesor Bermejo hace una introducción muy interesante para la teoría de Pascual-
Leone, en la que afirma que este autor propuso a Piaget la integración en su teoría del
concepto de “capacidad mental”, con el fin de reforzar un número limitado de esquemas
relevantes que controlan el comportamiento infantil. Parece ser que la idea no fue del
agrado de Piaget, porque “no veía cómo un constructo cuantitativo podría explicar las
diferencias cualitativas que aparecen a lo largo del desarrollo.”
318
Tesis Doctoral
Los operadores silenciosos se refieren a una serie de constructos y funciones que de-
terminan el volumen de información que el individuo puede representar y procesar en
un momento dado. Estas constricciones definen los potenciales o las capacidades del
individuo con respecto a qué información puede ser procesada, cuánta puede ser proce-
sada, y cómo se realizará. El término “operadores silenciosos” parte de la suposición de
que estos operadores funcionan bajo la superficie ejerciendo su influencia “en silencio”
sobre los operadores subjetivos del segundo nivel.
Los operadores subjetivos contienen las operaciones mentales que puede ejecutar el
pensador y los conceptos o conocimientos que tiene sobre el mundo. Este nivel implica
las estructuras de pensamiento descritas por Piaget, que incluyen los llamados esquemas
figurativos que describen la realidad (es decir, las percepciones y las imágenes mentales
de la realidad, descripciones verbales, etc.) y los esquemas operativos que transforman
la realidad (es decir, operaciones mentales tales como identidad, composición y reversi-
bilidad). Así, pues, el primero de los dos niveles de la arquitectura mental humana se
origina a partir de la teoría del procesamiento de la información y la segunda se origina
de la teoría de Piaget.
En este modelo existe una serie de esquemas cognitivos que pueden ser de tres tipos:
figurativos, operativos y ejecutivos. Este conjunto de esquemas puede ser activado por
una situación concreta. “Ahora bien, no todos los esquemas activados van a concurrir o
a incidir en el comportamiento del sujetó sino sólo aquellos que sean dominantes o po-
sean una mayor fuerza asimiladora. Esta fuerza depende del peso intrínseco de activa-
ción de cada esquema, de la naturaleza de la situación estimular y de los operadores
319
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Esta capacidad mental no es constante a lo largo del desarrollo, sino que aumenta
cuantitativamente cada dos años. Así, la cantidad de esquemas que el sujeto puede ma-
nejar simultáneamente es 1 esquema a los tres años, 2 a los cinco años, 3 a los siete
años, 4 a los nueve años, 5 a los once años, 6 a los trece años y 7 esquemas a los quince
años. En consecuencia, el desarrollo se concibe como un progreso cuantitativo que se
realiza sistemáticamente cada dos años, desde los tres a los quince años. De este modo
podemos conocer en todo momento la capacidad máxima de M, que sería igual a e + k,
siendo e la cantidad de energía de atención alcanzada durante el período sensoriomotor`,
invariante por tanto a partir de esta edad; k, en cambio, varía en función de la edad y
representa la cantidad de esquemas que el sujeto puede procesar simultáneamente en
cada momento o subestadio. De este modo, los sucesivos incrementos de M correspon-
derían a cada uno de los subestadios propuestos por Piaget” (Bermejo, 1998, 126-7).
El modelo tiene algunos puntos fuertes que mejoran el de Piaget. En primer lugar,
demostró que puede haber diferentes niveles en la organización de la cognición huma-
na; y que el nivel más básico, libre de contexto y no-lógico puede fijar los límites de
para qué y cuántos procesos puede ejecutar combinados y, en definitiva, qué tipos de
320
Tesis Doctoral
3) Finalmente, la falacia del modelo aditivo matemático que se utiliza para describir
con aparente precisión los estadios como incrementos graduales del número de es-
quemas del espacio M” (Bermejo, 1998, 129).
Case propone su teoría neopiagetiana en 1985 y la refina en varios artículos durante los
siguientes años. Como colaborador de Pascual-Leone integrará algunos conceptos fun-
damentales de este autor, en especial la arquitectura mental, que es básicamente la mis-
ma. La arquitectura consta de dos niveles, uno definido en términos de capacidad de
procesamiento y otro definido en términos de las estructuras mentales que el pensador
puede construir en una edad determinada. Para Case, la capacidad del sistema de proce-
samiento establece los límites para el tipo y la complejidad de las estructuras cognitivas
que pueden construirse en una edad determinada. Case establece algunos cambios en el
321
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Case quiso elaborar una teoría estructural y procesual que aunara los aspectos positi-
vos de ambas y eliminase las debilidades de cada una de ellas. El motor básico, por tan-
to, de su teoría de la evolución cognitiva son las estrategias ejecutivas y las estructuras
de control ejecutivo. “La primera es “un procedimiento o plan mental para resolver una
clase concreta de problemas” (Case, 1989, 94), mientras que la segunda consiste en
“una huella mental interna que representa el modo habitual que el sujeto tiene de cons-
truir la situación de un problema concreto, así como su procedimiento habitual para
afrontarlo” (Case, 1989, 102). “Esta estructura se compone de tres elementos fundamen-
tales: la representación del problema, los objetivos que se desean alcanzar y, finalmente,
las estrategias que se emplean para conseguirlos. Una vez definida la unidad mental, el
desarrollo aparece como una integración jerárquica progresiva de estas unidades” (Ber-
mejo, 1998, 130).
Por definición, una estructura de control ejecutivo es un plano mental interno, que
representa el modo habitual del sujeto de interpretar una situación problemática particu-
lar, junto con su procedimiento habitual para tratarla. Todas las estructuras de control
ejecutivo se supone que tienen al menos tres componentes: (1) una representación de la
situación del problema, es decir, una representación de las condiciones para las que el
plan es apropiado, y en las que los niños a veces se encuentran a sí mismos; (2) una re-
presentación de sus objetivos más comunes en esta situación, es decir, las condiciones
que desean, y donde se dirige su plan; y (3) una representación de la estrategia que em-
plean, es decir, el conjunto de pasos mentales que desarrollan para pasar de la situación
inicial a la situación deseada, de la manera más eficiente posible.” (Case, 1985, págs.
68-69). Esto que expone Case está tomado de la obra de Newell y Simon (1972) sobre
la concepción del cerebro como solucionador general de problemas.
Estas estrategias las esquematiza el profesor Bermejo de una manera clara y sencilla.
El primer esquema representa una acción simple, el segundo esquema representa una
acción en serie más compleja con dos pasos.
322
Tesis Doctoral
El dedo pasa de una fi- Poner el dedo sobre 2. Al retirar la mano, centrarse en
cha a otra. una ficha determinada. otra ficha y repetir el paso 1.
En el esquema siguiente nos presenta una situación típica del subestadio segundo (2
a 3; 6 años) denominada de coordinación bifocal, el niño es capaz de considerar simul-
táneamente un par de numerales y un par de actos de tocar.
323
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
La teoría del Case ha recibido amplia atención en la última década. De hecho, esta es
la teoría del desarrollo cognitivo neo-piagetiano a la que más atención le han prestado
los académicos debido sobre todo a que la teoría está más próxima que la de Pascual-
Leone a la corriente cognitiva y a la Psicología del Desarrollo y a que subraya que las:
(i) diferentes fases del desarrollo tratan con diferentes tipos de información y que (ii)
diferentes dominios del pensamiento pueden desarrollarse autónomamente el uno del
otro. Estas dos observaciones flexibilizan la teoría para dar cabida a la complejidad del
desarrollo del pensamiento humano (Demetriu, 2005).
También esta teoría ha sido criticada por diferentes autores y diversas causas. El pro-
fesor Bermejo encuentra las siguientes objeciones: “cabe destacar la lentitud del desa-
rrollo, su terminación hacia los quince-dieciocho años y su similitud con la curva de
crecimiento físico, que hace pensar en la incidencia de los factores maduracionales.
Igualmente, algunos autores suponen que la asincronía es la regla y no la excepción en
el desarrollo. Estos hechos encontrarían, no obstante, la respuesta adecuada desde la
324
Tesis Doctoral
A estas objeciones se pueden añadir las de Demetriu, quien afirma que Case no ofre-
ció un sistema de principios y criterios para la definición de las estructuras conceptuales
centrales ni las demarcó empíricamente. Por el contrario, partió de una base ad hoc, para
discutir dominios, enfrentando las inconsistencias en el rendimiento que no se pueden
contabilizar según su modelo de las estructuras de control ejecutivo y el desarrollo de la
memoria de trabajo. De hecho, realmente nunca explicó cómo diferentes estructuras
conceptuales centrales se transforman en diferentes estructuras de control ejecutivo o
cómo esta transformación está limitada por o relacionada con la memoria de trabajo.
La teoría de Fischer, teoría de los niveles de habilidad (Fischer, 980; Fischer & Bidell,
1998; Fischer & Pipp, 1994) considera como unidad básica de análisis la habilidad en
lugar de la estructura operativa (como en las teorías de Piaget o Pascual-Leone), o es-
tructura ejecutiva conceptual central (como en la teoría de Case). Se presupone que las
construcciones mentales son elaboradas en estrecha relación con el contexto ambiental
en el que se construyen. Una habilidad no es una característica de la persona ni una ca-
racterística del medio ambiente sino una característica de una persona concreta en un
contexto ambiental particular. Por tanto, un cambio en la persona o en el medio ambien-
te cambiará también la habilidad (Demetriu et al., 2005).
El profesor Bermejo introduce esta teoría con un hecho histórico que recuerda de es-
ta manera: “En 1979, K. Fischer presentó las grandes líneas de su modelo en un intere-
sante coloquio que tuvo lugar en la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación
de la Universidad de Ginebra. En aquella exposición presentó su teoría como un intento
para solventar las controversias surgidas en torno a la conceptualización de los estadios,
apostillando que la solución que él proponía era compatible “con el espíritu de la teoría
de Piaget”. En concreto presentó las ideas maestras de su teoría como una respuesta
adecuada a dos clases de datos referidos a los estadios: las secuencias del desarrollo
conductual y los sincronismos entre diferentes comportamientos a lo largo del desarro-
llo. En algunos escritos (Fischer, 1980, por ejemplo) la teoría tiene como fondo la po-
325
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Dos conceptos básicos que vertebran la teoría de las habilidades son el concepto de
nivel óptimo y el de adquisición de habilidades. El nivel óptimo se refiere a la habilidad
para combinar el organismo en el medio ambiente para explicar cambios generales en el
desarrollo. Los procesos de adquisición de habilidades determinan cómo se construyen
estas habilidades y la posibilidad de unir varias habilidades para llegar a otra más com-
pleja. Fischer utiliza conceptos ya clásicos para establecer una escala de habilidades.
En primer lugar el organismo utiliza el nivel más bajo de habilidad dónde se encuen-
tran los reflejos, construidos durante el primer mes de vida. En el segundo nivel, senso-
riomotor, opera con percepciones y acciones. El tercero es el nivel de la representación,
que opera en las representaciones que describen la realidad. El cuarto es el nivel de abs-
tracción, que opera integrando las representaciones del segundo nivel (Fischer, 1980).
Fischer representa gráficamente la creciente complejidad de los cuatro niveles de los
ciclos del siguiente modo: se representa el primer nivel, con un punto; el segundo, con
dos puntos que se unen con una recta; el tercero, con cuatro puntos que se unen forman-
do un cuadrado, y, finalmente, el cuarto nivel con los puntos y rectas propios de un cu-
bo.
1 2 3 4
Esta Figura ilustra gráficamente cómo concibe Fischer la complejidad de las habili-
dades en cada nivel. A nivel de sistemas los individuos sólo pueden construir habilida-
des que implican un elemento de su nivel en cuestión, es decir, conjuntos sensoriomoto-
res, sistemas representacionales o conjuntos abstractos. A nivel de dos dimensiones
pueden construir habilidades que implican dos elementos coordinados con los demás, es
decir, asignaciones sensoriomotoras, asignaciones representacionales o asignaciones
326
Tesis Doctoral
327
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor pone algunos reparos a este modelo, ya que no queda claro cómo se rea-
liza esta limitación y cómo cede paulatinamente para que sea posible el desarrollo.
Elementos fundamentales de la teoría de Piaget son las operaciones, es decir, qué hacen
los niños, o pueden hacer en una etapa determinada de su evolución. Por ello, el tipo de
operaciones que puede desarrollar un niño determina su estadio evolutivo. Cuanto ma-
yor es el número de operaciones que el niño puede hacer con un objeto, mayor es su
inteligencia. El profesor Bermejo estudia en este apartado los enfoques sobre la evalua-
ción de reglas y, de una manera especial, la teoría de Siegler.
El profesor Bermejo propone cinco notas esenciales que caracterizan este enfoque de
evaluación de reglas:
328
Tesis Doctoral
d) A cada problema-tipo le corresponden una serie de ítems a los que el sujeto tiene que
responder para determinar las reglas o regla que utiliza.
e) Finalmente, para afirmar que existe una progresión consistente de reglas iniciales y
más sencillas hasta las más complejas se pueden anticipar distintos modelos de cam-
bio para cada problema-tipo (Bermejo, 1998, 138).
Un ejemplo puede ayudar a ilustrar cómo esta representación se traduce en los datos
de rendimiento de un niño en una tarea. Considere la tarea de escala de equilibrio que se
muestra en la Figura 5.2. Como se mencionó anteriormente, la balanza tiene dos impor-
tantes dimensiones: la cantidad de peso en cada lado del fulcro (la dimensión dominan-
te) y la distancia de los pesos desde el punto de giro (la dimensión subordinada). Los
niños que utilizan sólo la regla del peso en cada lado: si las cantidades son desiguales,
predicen que el lado con el mayor peso bajará. Si las cantidades son iguales, predicen
que la balanza se mantendrá en el mismo nivel. Los niños que usan la regla II predicen
también consistentemente lo mismo que los anteriores, pero estos niños amplían su
campo de consideración para incluir los valores de la dimensión distancia. Aquellos que
usan la regla III consideran tanto el peso como la distancia, pero si un lado tiene más
peso y el otro lado tiene su peso más lejos del fulcro, los niños se quedarán perplejos.
Finalmente, los niños que usan la regla IV consideran las dos dimensiones y calculan la
distancia en cada lado si es necesario tal cómputo. Por lo tanto, si hay tres pesos en la
329
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
tercera clavija a la izquierda del fulcro y dos pesos en la clavija de la cuarta a la dere-
cha, entonces 3 X 3 = 9 y 2 X 4 = 8; 9 > 8; Así que bajará del lado izquierdo (Siegler,
1983).
El profesor Bermejo expone que para evaluar el conocimiento de los sujetos respecto
al problema de la balanza se presentan seis tipos de problemas, los tres primeros son
fáciles de resolver, mientras que los tres últimos presentan mayor complejidad, ya que
hay que combinar el peso y la distancia:
4) Problemas de conflicto de peso: cuando el brazo que soporta mayor peso desciende,
siendo diferentes las distancias.
5) Problemas de conflicto de distancia: en los que baja el brazo con mayor distancia, es
decir, en el que el peso está situado más lejos con respecto al fulcro.
6) Problemas de conflicto de balanza: en los que las diferencias existentes entre los
pesos y las distancias llegan a equilibrarse. (Bermejo, 1998, 139).
El valor predictivo en este modelo es alto, ya que, sabiendo el tipo de regla que pue-
den utilizar los sujetos, se puede predecir el tipo de problemas que pueden solucionar.
En la página 141 de esta obra el Profesor presenta un esquema que explica el proceso
de adquisición de las reglas del proceso evolutivo:
330
Tesis Doctoral
El profesor Bermejo encuentra algunas virtualidades en este modelo, avaladas por re-
sultados empíricos con tareas de balanza, torre de Hanoi, etc., que resume de esta mane-
ra: “este modelo de evaluación de reglas ofrece grandes ventajas tanto para determinar
las diferencias individuales con respecto al conocimiento existente, como para idear la
práctica o experiencia más efectiva en orden a adquirir nuevos conocimientos” (Berme-
jo, 1998,142).
Termina el Profesor haciendo una crítica global a los cuatro modelos presentados:
“uno de los problemas que se encuentra generalmente en estos modelos es precisamente
la ambigüedad en la definición de estas unidades mentales que, por otra parte, constitu-
yen el elemento primario y fundamental de cualquier construcción teórica… Hay que
resaltar la ambigüedad e imprecisión de no pocos de los constructos presentados en es-
tas teorías, así como de las relaciones existentes entre ellos. Pero esto suele acontecer
durante los inicios de la construcción y elaboración de cualquier modelo teórico. Igual-
mente estamos de acuerdo con Flavell en que hay más variedad y complejidad en el
desarrollo cognitivo que la sugerida por estas teorías. Tanto el qué se desarrolla (estruc-
turas cognitivas, reglas, creencias, actitudes, fantasías, etc.; o como apunta Siegler: pro-
cesos básicos, estrategias, metacognición y conocimiento de contenidos) cuanto el cómo
se desarrolla desbordan ampliamente los marcos teóricos descritos. Y para mayor com-
plejidad existen procesos que primeramente forman parte de lo que se desarrolla y más
tarde llegan a ser parte del cómo se produce el desarrollo. Un ejemplo ilustrativo bien
conocido lo tenemos en la imitación” (Bermejo, 1998, 143).
331
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
5.4.1 introducción
Los cuerpos de los bebés cuando nacen vienen equipados con sistemas especializa-
dos para la captación de información. Estos sentidos permiten recoger datos para com-
prender el mundo que los rodea. Los científicos enumeran once sentidos humanos, re-
partidos en cinco sistemas: el visual (vista), auditivo (oído), somato-sensorial (tacto,
presión profunda, calor, frío, dolor, cosquillas, comezón, suavidad), químico (sabor,
olfato), propioceptivo (sentido estimular, sentido cinestésico). Toda la información se
almacena en el cerebro y servirá para que la nueva información se integre dentro del
sistema organizado de sensaciones anteriores. La percepción, por tanto, es un sistema
elaborado de las experiencias anteriores. Nosotros no somos conscientes de las sensa-
ciones, sino de una elaborada y compleja red de interacciones entre las sensaciones ac-
tuales y las experiencias que hemos tenido a lo largo de la vida.
Nuestro cerebro construye el mundo que nos rodea (no es una fiel reproducción de
él), para que sea coherente con nuestras necesidades y su percepción nos ayude a la su-
pervivencia.
Cuanto más ricas son las experiencias anteriores más complejas son las percepciones,
tal como lo propone el doctor Bermejo (1998, 177): “La visión de un objeto o la audi-
ción de un ruido pueden producir en el adulto un conjunto de connotaciones o recuerdos
que indudablemente no existen en el recién nacido (ej.: armario). Pero ello no puede
332
Tesis Doctoral
llevarnos a concebir la vida del niño pequeño como sin sentido o carente de ciertas
competencias, tal como se había creído hasta hace dos décadas aproximadamente. Muy
al contrario, desde muy pronto, y a veces incluso desde el nacimiento, las capacidades
del niño pequeño resultan sorprendentes, como acontece, por ejemplo, con respecto al
reconocimiento de la cara humana, como veremos. Por tanto, el mundo perceptivo del
lactante es diferente y está menos desarrollado que el nuestro, ¡obviamente!, pero ello
no significa que no exista ya una cierta organización y estructuración en el mismo: un
cosmos”.
333
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
la habituación la respuesta del niño será la misma con respecto a este tipo de estímulos,
mientras que será diferente ante estímulos nuevos… Ambos paradigmas (familiariza-
ción y habituación) suponen la presencia de procesos de discriminación y de reconoci-
miento, mientras que resulta menos claro el funcionamiento del paradigma basado en la
preferencia espontánea” (Bermejo, 1998, 178).
El profesor Bermejo analiza fundamentalmente los sentidos que aportan información del
exterior y la utilización que hacen los niños pequeños de esta información, su elaboración,
el tiempo de atención, y las manifestaciones externas con las que el niño responde a los
estímulos.
a) competencias visuales.
Como dice muy bien el profesor Bermejo, el sistema óptico es ya funcional en el mo-
mento del nacimiento, de modo que desde ese instante el niño posee las competencias
visuales necesarias para adaptarse a su medio ambiente y responder a la interacción so-
cial, que constituye en estos momentos uno de los aspectos más significativos de la vida
del niño. En otras palabras, el neonato posee un conjunto de habilidades ópticas que le
permiten conocer de una manera rudimentaria su medio: objetos, movimiento, color,
profundidad y tamaño.
334
Tesis Doctoral
Como todos sabemos, los ojos hacen fotografías de la realidad cada cincuenta mili-
segundos, y que estas fotografías son en dos dimensiones. Por tanto, la distancia focal
tiene que ser adquirida con la experiencia. Algunos investigadores habían propuesto que
la distancia focal del niño pequeño estaba en torno a 23 centímetros, la distancia ideal
para mirar los objetos, que es la distancia a la que está la cara de la mamá mientras el
niño toma el pecho, aunque actualmente otros investigadores han descubierto que esta
distancia no es fija. Por otra parte, como dice el Profesor, el campo visual del neonato
es limitado, siendo de 25-30 grados lateralmente y de 10 grados verticalmente con res-
pecto a la línea visual infantil.
A partir de los estudios de Bower (1977) conocemos que el mundo de los lactantes es
en tres dimensiones, gracias a tres experimentos en los que se presentaba al bebé: a) Un
objeto móvil que se aproximaba a la cara del bebé al mismo tiempo que se producía un
movimiento de aire en la misma dirección del objeto. b) Movimiento de aire solamente.
c) Movimiento del objeto exclusivamente.
Friedman hizo un experimento con los dibujos que aparecen en la Figura 5.3. y des-
cubrió que los bebés prestaban menos atención a los rostros conforme se distanciaban
del rostro humano.
335
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor Bermejo afirma que hasta los dos meses la visión del niño no está sufi-
cientemente desarrollada para procesar discriminativamente los detalles de la cara, y
cita a Johnson y Morton (1991), quienes sostienen que “parece claro que los niños de un
mes no discriminan las caras, mientras que sí parecen hacerlo antes y después. Ello les
lleva a suponer un desarrollo en forma de U que hace difícil su explicación si se funda
en un solo mecanismo. Al contrario, Johnson y Morton suponen la existencia de dos
mecanismos: uno innato, que contendría información estructural sobre la cara de la es-
pecie y se inhibiría durante el primer mes, y otro que aparecería el segundo mes relacio-
nado con el aprendizaje. Por otra parte, algunos investigadores han encontrado que po-
cos días después del nacimiento los niños son capaces de reconocer la cara materna con
respecto a la cara de otra mujer, lo que plantea un problema para esta explicación”
(Bermejo, 1998, 181).
b) Competencias auditivas
El oído, a diferencia del ojo, está siempre abierto, por tanto el niño capta los sonidos en
cualquier situación en la que se encuentre. Sabemos que los fetos pueden oír incluso en
el seno materno. Investigaciones con sensores de presión detectaron movimientos del
feto como respuesta a algunos sonidos. Otro indicador de la recepción de los sonidos
por parte del feto es el registro del aumento de los latidos de su corazón. El Profesor
ofrece algunos datos interesantes al respecto: “un día después del nacimiento el niño se
336
Tesis Doctoral
estremece ante un ruido moderado, y esta reacción infantil decrece cuando el mismo
ruido se repite. Igualmente se ha observado en los recién nacidos la existencia de una
relación positiva entre la intensidad sonora y la aceleración del ritmo cardiaco, de modo
que esta aceleración se iniciaría en torno a los 40 decibelios, que está por debajo de la
intensidad de la palabra u otros ruidos que se producen frecuentemente en el entorno del
bebé. Por otra parte, se ha observado que al menos a los cuatro días después del naci-
miento los niños son capaces de discriminar los sonidos moviendo la cabeza hacia un
lado si se produce un cierto sonido, o hacia el otro si el sonido es distinto, en función
del condicionamiento efectuado” (Bermejo, 1998, 101-2).
Otros datos importantes que ofrece el profesor Bermejo son: “los bebés reaccionan
más fácilmente ante las altas frecuencias que ante las bajas, y parecen más interesados
en aquellos sonidos que contienen las frecuencias fundamentales propias de la voz hu-
mana. Así, se ha observado en bebés de doce horas a dos días de edad un cierto movi-
miento acompasado que acompaña la dicción humana en general. Pero los niños son
especialmente sensibles a la voz materna, de modo que se ha constatado que hacia los
tres días el bebé vuelve frecuentemente la cabeza hacia el lugar de procedencia de la
voz materna. Y en todo caso, hacia los veinte días se ha observado que los niños se ali-
mentan mejor cuando oyen al mismo tiempo la voz materna que cuando escuchan la voz
de una mujer desconocida” (Bermejo, 1998,182).
Respecto a los otros sentidos, el gusto y el olfato, podemos decir que son menos fun-
damentales, pero, aun así, tienen una función muy importante al comienzo de la vida del
bebé. El sentido del gusto está muy ligado a la alimentación, que es vital para la super-
vivencia. Mientras que el olfato tiene una función muy importante en la relación madre-
hijo. Muchos animales no aceptarán un bebé perdido que no huela como “su” bebé.
337
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El Profesor cita un artículo de Lipsitt y Mustaine (1987) del que destaca que: “niños
de dos a tres días modifican su comportamiento de succión en función de la concentra-
ción de azúcar (0, 5, 10 y 15 por 100), en el sentido de que cuanto más dulce era el lí-
quido más lentamente succionaban los bebés y más se aceleraba el ritmo cardiaco.
Igualmente se ha visto que ante líquidos azucarados la succión es más lenta, pero se
incrementa el número de ingestiones. O bien se ha observado que la succión es larga
cuando se trata de un líquido dulce, mientras que es corta cuando se trata de líquidos
salados. Finalmente, los lactantes discriminan también la leche materna de la leche arti-
ficial, presentando cuadros distintos con respecto al modo de ingerir, la succión y la
respiración” (Bermejo, 1998, 183).
Esta teoría tiene un marcado contraste con el constructivismo de Piaget. Piaget ar-
güía que aunque el tema perceptual del recién nacido es funcional desde el nacimiento,
las operaciones son simplemente reflexivas, y no están coordinadas desde el comienzo,
por tanto, no tienen una secuencia apropiada entre los sistemas.
Para el Dr. Bermejo, el universo perceptivo del niño pequeño es menos fragmentado
y discontinuo de lo que suponía la teoría de Piaget. Como prueba para su postura, el
338
Tesis Doctoral
Los pigmeos BaMbutis viven en las densas selvas tropicales del Congo, donde la dis-
tancia más grande que suelen ver los BaMbutis es de unos 30 metros, es decir, de la
cima de los árboles hacia abajo. Uno de estos jóvenes pigmeos, llamado Kenge, viajó
con un antropólogo visitante, Colin Turnbull, a una planicie abierta, en donde Kenge
podía ver a millas de distancia por primera vez en su vida. He aquí la narración que ha-
ce Turnbull (1961) de este suceso:
Kenge miró por toda la planicie y a unas cuantas millas de distancia de donde estaba
pacían cerca de un centenar de búfalos. Me preguntó qué tipo de insectos eran aquellos,
y le dije que eran búfalos, dos veces más grandes que el búfalo de la selva que él cono-
cía. Se rio a carcajadas y me dijo que no le contara cuentos tan estúpidos; de nuevo me
preguntó qué tipo de insectos eran. Luego empezó a hablar consigo mismo, a falta de
una compañía más inteligente que la mía, y se puso a comparar al búfalo con los diver-
sos escarabajos y hormigas que le eran muy familiares.
Todavía estaba haciendo esto cuando subimos al auto y nos dirigimos al lugar donde
pacían los animales. Veía cómo se iban haciendo cada vez más grandes, y aunque era
tan valiente como cualquier otro pigmeo, se me acercó y se sentó muy cerca de mí y se
puso a balbucear que se trataba de un caso de hechicería. Finalmente, cuando se con-
venció de que eran verdaderos búfalos, dejó de tener miedo, pero lo que más lo confun-
día era por qué habían sido tan pequeños y por qué habían crecido tanto tan repentina-
mente; todavía quedaba la posibilidad de que se tratara de algún truco.
339
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor Bermejo hace referencia a Piaget para explicar cómo adquiere el niño la
constancia visual del tamaño: “su hija Lucienne, de diez meses de edad, se aproximaba
lentamente y con gran atención a un objeto que tenía en sus manos hasta tocar su nariz,
y después, con la misma lentitud y atención lo alejaba de sus ojos, para volver a repetir
la conducta de aproximar y distanciar el objeto varias veces. Según Piaget, este compor-
tamiento y otros similares, constituirían la base de adquisición de la constancia percep-
tiva del tamaño de los objetos, ya que permitirían darse cuenta de las variaciones de la
representación retiniana ante los cambios de distancia del objeto que tiene en sus ma-
nos” (Bermejo, 1998, 186).
Decía Leibniz que en el intelecto del ser humano no existe nada excepto el intelecto
mismo. También Kant afirmaba que cualquier tipo de percepción, conocimiento o sen-
sación es percibido según las categorías ya establecidas en nuestro intelecto. Por tanto,
el universo del recién nacido no es caótico y desorganizado, sino que está sometido a un
cierto orden y organización. El profesor Bermejo afirma que las competencias cogniti-
vas del bebé están bastante más desarrolladas de lo que pensaba Piaget y otros autores
hace aproximadamente cuatro décadas.
Una pregunta fundamental hace referencia a si los bebés solamente tienen cuadros
perceptivos que dejan de existir cuando no están al alcance de su vista o del tacto o, por
el contrario, continúan existiendo cuando dejan de estimular al bebé. Por tanto, podría-
mos preguntarnos si, lo que ha impresionado los sentidos del bebé y ha dejado de hacer-
340
Tesis Doctoral
Aunque existen actos intencionales en la conducta del bebé, como por ejemplo, buscar
el pezón del pecho de su madre, Piaget distingue entre la permanencia del objeto y la
permanencia de la acción que ha sido interrumpida momentáneamente. Piaget explica la
búsqueda del pecho materno como la reanudación de una acción que ha sido interrum-
pida momentáneamente. Según Piaget, se pueden distinguir los siguientes estadios:
En este estadio no se da permanencia del objeto, aunque algunas conductas podrían in-
ducir al error de pensar que el objeto sigue presente en la mente del niño cuando el obje-
to desaparece de su vista (búsqueda del pezón del pecho materno). La explicación que
da el profesor Bermejo a esta conducta es que: “En todas estas situaciones no es necesa-
rio apelar a la permanencia del objeto, sino que pueden explicarse convenientemente
recurriendo a la simple permanencia de la acción o a la repetición de los actos de aco-
modación anteriores. En consecuencia, el niño no parece diferenciar todavía los cam-
bios de posición de los cambios de estado, ni sus propios movimientos de los movi-
mientos del entorno. Tampoco parece capaz de situarse en el espacio como un objeto
más. Todo ello muestra que durante estos primeros meses aún no existe para el niño un
espacio único, organizado y objetivo” (Bermejo, 1998, 216).
La interpretación de Piaget es que durante este periodo se da una maduración del cere-
bro que le permite al niño coordinar la visión con el movimiento de la mano. Ahora el
niño toca todos los objetos que están al alcance de su mano dentro de su campo visual.
Se podría decir que cuando un objeto no está en el campo visual no existe. Para el pro-
fesor Bermejo: “Lo más importante de este estadio es que el niño empieza a hacer ex-
trapolaciones que van más allá de la percepción inmediata, tal como ocurre cuando re-
cupera un objeto que sólo ve parcialmente (anticipación de la totalidad), o cuando busca
con su mano un objeto que no ve en ese momento, pero que había abandonado un ins-
341
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
tante antes (prensión interrumpida). Estos comportamientos manifiestan ya, según Pia-
get, un inicio de permanencia del objeto, pero aún falta la capacidad cognitiva que con-
duce a la búsqueda del objeto desaparecido mediante la eliminación de obstáculos, que
revelaría la existencia del comportamiento inteligente (coordinación medios-fines)”
(Bermejo, 1998, 217).
La maduración del cerebro permite una coordinación más fina entre el ojo y la mano, de
modo que ahora el niño es capaz de remover los obstáculos que impiden el acceso al
objeto deseado.
Estadio V. El niño atiende a los desplazamientos visibles del objeto (12 a 18 meses)
El profesor resume este apartado de los distintos estadios del desarrollo del niño: “la
noción de objeto mediante un proceso constructivo de objetivación progresiva que parte
de la inexistencia del objeto (primeros estadios), aparece después una especie de semio-
bjeto dependiente principalmente de la acción del niño, para terminar con la noción de
objeto gracias a la subordinación de la acción propia y la percepción a la leyes exterio-
res de organización espacial y temporal” (Bermejo, 1998, 219).
342
Tesis Doctoral
Las teorías seminales de Piaget han servido de inspiración para muchos autores interesa-
dos en analizar la permanencia del objeto en los niños pequeños. Algunos autores se han
contentado solamente con replicar los experimentos de Piaget, mientras otros polemizan
sobre la interpretación que Piaget hizo de sus experimentos. El Prof. Bermejo ha agrupa-
do una serie de trabajos sobre este tema en dos grandes apartados: a) aquellos que utilizan
las tareas de seguir el desplazamiento de un objeto que desaparece y reaparece, y b) aque-
llos otros que utilizan la situación de búsqueda del objeto desaparecido. Como represen-
tante del primer grupo tenemos los experimentos de Bower, y como representante del
segundo grupo también Bower diseñó experimentos para probar esta hipótesis.
A) Experimentos de Bower
Bower (1974) utiliza criterios como la sorpresa o los movimientos oculares para discri-
minar si existe permanencia del objeto en el niño. En un primer experimento presenta
un objeto delante del bebé, ocultándolo después mediante una pantalla. Después retira la
pantalla ante los ojos del sujeto, dejando ver el objeto colocado detrás o el lugar vacío.
Si el niño se sorprende ante la ausencia del objeto detrás de la pantalla, ello supondría
que los objetos siguen existiendo para este niño aun cuando desaparecen de su vista.
Otro criterio utilizado por Bower es el movimiento de los ojos siguiendo la trayecto-
ria del objeto. El experimento consistía en un objeto móvil que se ocultaba tras una pan-
talla, apareciendo en la trayectoria de éste bien el mismo objeto, pero a una velocidad
diferente, bien otro objeto diferente a la misma velocidad del anterior. Hasta los 5 o 6
meses los niños seguían con su mirada el segundo objeto móvil como si fuera el prime-
ro, a pesar de ser diferente, o volvían los ojos hacia el borde de la pantalla si había cam-
343
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
biado tan sólo la velocidad. Por tanto, hasta esta edad los niños no identifican el objeto
móvil con el mismo objeto parado.
El profesor Bermejo comenta esta teoría: “Ahora bien, la teoría de Bower está fun-
damentalmente basada en criterios perceptivos, de modo que, como puede observarse en
los experimentos comentados, es esencialmente una teoría de la identidad del objeto y
no una teoría sobre su permanencia,” (Bermejo, 1998, 221). El profesor apoya su teoría
en los criterios que proponen Meltzoff (1978) y Meltzoff y Moore (1983):
El profesor critica los trabajos de Bower, en especial porque no se han podido repli-
car y propone una interpretación más simple: predicción de evento. Todo ello parece
344
Tesis Doctoral
cuestionar que los trabajos sobre seguimiento visual sean suficientes o buenos indicado-
res de la permanencia del objeto (Bermejo, 1984).
B) Experimentos de Baillargeon
En un experimento, niños de 3,5 meses de edad veían una zanahoria pequeña y otra
alta a lo largo de la pista. El centro de la pista estaba oculto por una pantalla con un gran
ventanal en su mitad superior. La zanahoria pequeña era más baja que el borde inferior
de la ventana y no sobresale de la parte inferior de la ventana al pasar detrás de la panta-
lla; la zanahoria alta era más alta que el borde inferior de la ventana y debería aparecer
en la ventana pero no aparecía. Los infantes confiablemente miraron más tiempo el
evento de la zanahoria alta que de la pequeña, lo que sugiere que (a) representaron la
existencia, la altura y la trayectoria de cada zanahoria detrás de la pantalla y (b) espera-
ban que la zanahoria alta apareciera en la ventana de la pantalla y se sorprendieron de
que no lo hiciera. En otro experimento, los bebés de 4 meses vieron un coche de juguete
rodar a lo largo de una pista que estaba oculta en parte por una pantalla. Se colocaba un
gran ratón de juguete detrás de la pantalla, ya sea por encima o detrás de la pista. Las
niñas miraron más tiempo cuando el ratón se paró en la parte superior en lugar de detrás
de la pista, lo que sugiere que (a) representaban la existencia y la trayectoria del coche
detrás de la pantalla, (b) representaban la existencia y ubicación del ratón detrás de la
345
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Los autores de este capítulo (Vicente Bermejo y Mª Oliva Lago) hacen una breve revi-
sión de los diferentes modelos de la memoria, y los derivados del procesamiento de la
información. Se detienen en la perspectiva constructivista, en Vygotsky, algunos mode-
los recientes, como los modelos de red, trazo episódico y la memoria distribuida. A con-
tinuación analizan diferentes elementos de la memoria: la capacidad funcional, el desa-
rrollo de estrategias de memoria, el conocimiento base y la metamemoria.
Otros modelos han dado más importancia a los procesos de reconocimiento y aten-
ción. En estos modelos predomina la elaboración del contenido de la memoria a corto
346
Tesis Doctoral
plazo teniendo en cuenta los datos almacenados en la memoria a largo plazo, de modo
que hay un flujo constante entre unos y otros almacenes.
Según Bermejo, el autor que mejor representa la teoría de los guiones es Nelson
(1986). Los guiones son secuencias de acciones características de cada situación, perso-
najes, objetos, roles, escenarios, que utilizamos en una manera estereotipada en diferen-
tes ocasiones de la vida cotidiana, por ejemplo, el comportamiento en un restaurante.
Este autor tiene un modelo de memoria para los niños de uno a cinco años que presen-
tamos en la figura 5.6.
347
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor Bermejo considera que algunos enfoques desde el punto de vista evolutivo
intentan dar cuenta de los cambios que se producen a lo largo del tiempo. Algunos auto-
res hablan del aumento de memoria (p. ej., Pascual-Leone, 1970); otros proponen un
aumento de la velocidad y eficiencia de las operaciones que están ligadas con la memo-
ria (Case, 1985). Pascual-Leone sostiene que hay un incremento lineal desde los tres
hasta los dieciséis años en el número máximo de esquemas que el sujeto puede activar
simultáneamente. Considera que el espacio mental aumenta en un esquema cada dos
años.
Case sostiene que los sujetos mayores pueden retener más información en la memo-
ria a corto plazo gracias a la automatización de las operaciones, Cuanto más se ejercitan
348
Tesis Doctoral
Con la maduración del sistema nervioso central se desarrolla la capacidad del niño para
elaborar estrategias tanto cognitivas como de memoria. Las primeras estrategias que
aparecen en el comportamiento infantil, según Piaget, son las de acción-control. Este
tipo de estrategias hace que los niños se centren en los elementos que tienen que ser
recordados. Incluso los bebés (entre un año y medio y el año y once meses) emplean
estrategias para recordar la localización de un muñeco, señalando en la misma dirección
en que ha desaparecido el objeto. La observación del comportamiento infantil permite
descubrir el uso de estrategias simples, como el apuntar con el dedo o mirar permanen-
temente la copa bajo la cual el experimentador ubicó el juguete.
Con el paso del tiempo se manifiestan estrategias más sofisticadas, como la repeti-
ción activa y la organización. La primera estrategia consiste en repetir verbalmente los
estímulos a recordar, la segunda, en la categorización de los ítems y el establecimiento
de nexos significativos entre ellos. Bermejo afirman que existe evidencia de que los
niños de cinco y seis años utilizan la estrategia de repetición; por ejemplo, nombran los
objetos, analizan sistemáticamente la muestra para recordar una colección de objetos.
Sin embargo, hasta los siete años los niños no suelen aplicar de manera espontánea la
estrategia de repetición, aunque pueden hacerlo entre los cinco y seis años si son entre-
nados para ello. No obstante, la utilización espontánea y sistemática de la estrategia de
repetición activa no significa que haya culminado el proceso evolutivo.
A juicio de Schneider y Pressley (1989) son tres los factores que justifican el fracaso
de los niños más jóvenes a la hora de poner en marcha la estrategia de repetición acu-
mulativa: la motivación, el conocimiento anterior del material a recordar y las demandas
de la estrategia. El tercer factor posiblemente sea el más relevante porque supone un
esfuerzo mental, que podría estar más allá de la capacidad funcional de los niños peque-
ños.
A partir de los estudios analizados, los profesores llegan a la conclusión de que exis-
te “un desarrollo estratégico a lo largo de la infancia, de modo que hacia los seis años
349
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
apenas se usan estrategias de una cierta complejidad, mientras que hacia los once-doce
años suelen utilizar los procedimientos estratégicos con cierta soltura, casi como lo ha-
cen los adultos. Entre ambas edades, en torno a los ocho años, parece darse un período
de transición consistente en que los niños conocen la existencia de estrategias, pero ten-
drían dificultades para aplicarlas de modo eficiente en situaciones concretas” (Bermejo,
1998, 306).
d) La eficiencia en la aplicación de las estrategias, dado que con la edad los niños llegan
a ser capaces de ejecutar procedimientos estratégicos que requieren menos recursos
atencionales.
Todos los seres humanos, también los animales, almacenan su conocimiento en la me-
moria a largo plazo, un almacén del que se pueden sacar conocimientos obtenidos a lo
largo de la vida. De esta manera todos tenemos una base de datos que podemos utilizar
para adecuarnos a las demandas del medio. En nuestra base de datos tenemos dos tipos
350
Tesis Doctoral
Como resumen de este apartado e autor utiliza la síntesis que hizo Bjorklund (1987),
estableciendo que las diferencias en el conocimiento base repercuten significativamente
en la eficacia operativa. A partir de este marco teórico establece tres posibles modos de
influencia del conocimiento base sobre la memoria:
2) Activando las relaciones entre conjuntos de “items” sin apenas esfuerzo. Los ítems
muy familiares forman redes estructurales con vínculos muy fuertes entre ellos, de
modo que la activación de un miembro de la red activa simultáneamente a otros ele-
mentos vinculados con él, sin que sea necesaria la aplicación de estrategias que im-
pliquen un gran esfuerzo mental.
351
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
5.6.4 La metamemoria
Tras definir la metamemoria como el conocimiento que tienen los sujetos acerca de sus
propios procesos y productos de memoria, el Profesor añade algunas características
fundamentales como la planificación, el control y la evaluación del rendimiento propio
en tareas de memoria (Bermejo, 1998). En su estudio afirma que la única fuente de in-
formación que utilizaron los primeros investigadores de esta área fueron los informes
verbales pero, en la actualidad, también se utilizan informes no verbales. Otra técnica
que señala el profesor consiste en que los niños mayores sean los tutores de los niños
pequeños para llevar a cabo una estrategia para mejorar su aprendizaje. Y concluyen
este apartado comentando el modelo de Pressley, Borkowski y O’Sullivan (1986), que
conciben la metacognición como resultado de un número de componentes interactivos
relacionados entre sí. Estos componentes son los siguientes según el orden de aparición:
a) El conocimiento específico de estrategias, que implica la comprensión de:
-Las metas y objetivos de la estrategia.
-Las tareas en las que la estrategia resulta apropiada.
-El rango de aplicabilidad de la misma.
-Las ganancias de aprendizaje que se esperan con su utilización consistente.
-La cantidad de esfuerzo asociado al despliegue de la estrategia de que se trate.
b) El conocimiento estratégico relacional y general
c) Los procedimientos de adquisición de metamemoria.
Este modelo asume que una vez que se han adquirido varias estrategias llegan a hacerse
evidentes al niño los rasgos comunes o atributos generales de todas ellas, lo que condu-
ciría a su vez a la adquisición de estrategias nuevas de forma rápida y duradera. Igual-
mente existiría una bidireccionalidad causal y dinámica entre el uso que hace el niño de
las estrategias y el conocimiento específico de estrategias (Bermejo, 1998).
352
Tesis Doctoral
Para Piaget e Inhelder, según el Profesor, la imagen no es una mera copia, como la
percepción. Y lo prueban con el siguiente experimento: hay que dibujar una barita de
20cm. de larga en tres situaciones diferentes: a) deben dibujar la varita que se presenta
en posición horizontal como si estuviera en posición perpendicular (utilizando la rota-
ción); b) se realiza la misma tarea pero utilizando la traslación; c) la misma tarea, pero
sin mención de desplazamiento alguno del modelo.
El profesor critica el modelo de Piaget considerando que: “resulta difícil negar hoy la
influencia de la percepción en la imagen y viceversa (Denis, 1979). En el primer caso
hay trabajos que muestran la incidencia de las percepciones anteriores sobre las imáge-
nes posteriores, como acontece, por ejemplo, cuando después de ver una película reapa-
recen algunas de las imágenes de esa película. Esto llega incluso a ocurrir cuando se
353
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Respecto a la relación entre imagen y pensamiento infantil, el Profesor sigue las teo-
rías de Piaget y recoge su pensamiento en tres puntos:
1) Las imágenes anticipativas no se derivan sin más de las operaciones, pero necesitan
su contribución (ej.: la sucesión de transformaciones supone la seriación operatoria).
3) Finalmente, las imágenes propias del período operatorio pueden facilitar y servir de
apoyo para la comprensión y funcionamiento operatorios. Así, a nivel heurístico la
imagen puede jugar un papel preponderante en el geómetra, ya que le permite “visua-
lizar” y no sólo concebir las transformaciones de un sistema.
354
Tesis Doctoral
El dibujo representa lo que el niño ve desde su perspectiva subjetiva, por tanto tiene
gran interés para adentrarse en el grado evolutivo del niño y de la forma de ver el mun-
do, teniendo en cuenta que los dibujos están muy limitados por sus habilidades psico-
motrices. El profesor propone los resultados de dos autores que tienen etapas bastante
concordantes (Lowenfeld y Osterrieth) y otro autor que tiene incluso nomenclaturas
diferentes (Luquet). El profesor Bermejo analiza las etapas de Lowenfeld y Osterrieth
(garabateo, esquematismo, realismo convencional y diferenciación), aunque también da
gran importancia al pensamiento de Luquet.
En la etapa del garabateo, los primeros trazos infantiles son movimientos impulsi-
vos, lanzados, somatófagos, somatótropos (12-15 meses). Hasta el año y medio realizan
movimientos de barrido. Hacia los dos años aparece el realismo fortuito (Luquet, 1927).
355
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Cuando el niño realiza movimientos con un lápiz sobre un papel descubre algunos ras-
gos que se parecen a objetos familiares. En el futuro el niño intentará deliberadamente
que algunos rasgos se parezcan a objetos conocidos.
El profesor se une a la crítica de algunos autores que califica de simplista esta teoría
de Luquet, decantándose más bien por la función simbólica en el desarrollo infantil.
A los tres años ya suelen aparecer ideogramas, es decir el dibujo representa un objeto
(un redondel representa una pelota).
En la etapa del esquematismo los modelos de los niños son subjetivos y dependen del
contexto ambiental, dibujan aquello que le sirve para representar algo determinado, por
tanto, el niño no dibuja lo que ve sino lo que conoce. Al principio algunos dibujos están
desorganizados y sin relación entre ellos, pero hacia los cinco-seis años aparece una
mayor integración y organización del dibujo. El Profesor muestra algunas de las contro-
versias fundamentales entre diversos autores sobre el tema. Así, opone la opinión de
Cox y Martín (1988) al realismo intelectual de Luquet y Piaget, aunque Piaget y Luquet
reciben apoyo de Chen y Holman (1989), ya que la mayoría de los niños de cinco a siete
años dibujan el asa de la taza, aunque la posición de la taza no permite que la vean los
niños.
La evolución del dibujo de los niños llega a un momento en el que decae drástica-
mente. La adolescencia es la etapa de la diferenciación y agotamiento del dibujo. El
profesor expone algunas teorías sobre el agotamiento, aunque al final cree que: “ningu-
na de las razones aducidas posee en exclusiva toda la verdad en torno al agotamiento
gráfico, pero es posible que cada una de ellas aporte la parte de explicación que falta a
las demás” (Bermejo, 1988, 363).
Este capítulo está firmado por Vicente Bermejo, Mª Oliva Lago y Purificación Rodrí-
guez, dos colaboradoras habituales del Profesor.
356
Tesis Doctoral
El Profesor y sus colegas proponen que las primeras nociones numéricas se dan muy
pronto, mucho antes de lo que se suele pensar, desde luego, antes de comenzar el conteo
convencional. Y, al hablar de que esta habilidad se puede dar en algunos animales, traen
a colación la habilidad del caballo Hans el listo (the clever Hans). Estudios sobre este
caso demostraron que el dueño del caballo hacía movimientos casi imperceptibles, pero
que el caballo sabía interpretar para dejar de dar patadas en el suelo y así acertar con el
resultado correcto. Si se le preguntaba al caballo cuantas son 3 por 4, el caballo daba 12
patadas en el suelo. Pfungst advirtió lo que resultó ser el hecho crucial: von Osten (el
dueño del caballo) movía la cabeza hacia abajo cuando el caballo comenzaba a dar gol-
pes en el suelo y, también casi imperceptiblemente, la movía hacia arriba cuando el
animal había llegado al número correcto. Entonces el animal dejaba de dar patadas en el
suelo.
a) Abstracción de las cualidades, de manera que todos los objetos son equivalentes.
b) (1 = 1 = 1).
357
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Para el Dr. Bermejo, a partir de los 3 años, los niños comienzan a llevar a cabo acciones
aditivas mediante el conteo, aunque sin comprender el sentido de las matemáticas que
aparece a los cuatro años de edad.
358
Tesis Doctoral
Como en este apartado no cita a ningún autor, se supone que es un pensamiento ori-
ginal fruto de sus investigaciones. Así, establece que el primer paso del niño respecto a
la suma parte de una concepción unitaria, entendiendo esta operación como un cambio
de estado, que aumenta por la adición de un nuevo objeto.
En un segundo estadio, los niños conciben la suma como la combinación de dos con-
juntos disjuntos o cardinales distintos (concepción binaria).
Fruto de la evolución, los niños, a medida que utilizan la suma, van descubriendo algu-
nas de sus propiedades: identidad, conmutativa, y asociativa. Bermejo y Rodríguez
(1993) han estudiado la propiedad conmutativa y proponen como conclusiones:
4) Equivalencia práctica: afirman la equivalencia entre los pares conmutados sin ope-
rar ni comparar uno a uno los elementos de las dos operaciones. Simplemente indi-
can que los sumandos son los mismos o que el resultado es el mismo, pero aún no
coordinan explícitamente los sumandos y los resultados.
Con respecto a la metodología que se emplea para estudiar estas características pro-
ponen las siguientes tareas:
359
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
5) Verificación de la solución.
360
Tesis Doctoral
¿Qué tipo de errores cometen los niños en la suma? Según el profesor Bermejo, co-
meten dos tipos de errores: sintácticos y semánticos. Los primeros hacen relación al
desconocimiento de alguna regla, y los semánticos a la comprensión del enunciado del
problema.
¿Qué errores cometen los niños en la solución de problemas verbales? Los de repre-
sentación y los de ejecución. Los de representación se producen cuando el niño constru-
ye un modelo inadecuado del problema. Los de ejecución se producen cuando cometen
algún error en el desarrollo del problema.
El problema de restar es algo más complejo que el de sumar, pero los niños de tres
años son capaces de hacerlo cuando la sustracción es simple, entre 2 y 5 objetos.
Antes de ir a la escuela los niños realizan tareas sencillas de resta, aunque no implica
su comprensión. Esta capacidad se limita a manipular objetos. Estas competencias cons-
tituyen el nivel más primitivo caracterizado por estrategias de “separar de”, “separar a”,
etc. Con el paso del tiempo se producen nuevos avances, que se ponen de manifiesto en
la flexibilidad para elegir la estrategia que se empleará en cada situación concreta.
Según el Profesor, los niños suelen utilizar nueve estrategias para solucionar los pro-
blemas de sustracción:
1) Separar de: que consiste en representar con dedos u objetos la cantidad mayor y
quitarle la cantidad menor, contando después los objetos restantes.
361
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
2) Contar hacia atrás a partir de: es semejante a la anterior, pero ejecutada mediante
un procedimiento de conteo sin ayudas (dedos u objetos). Ahora el niño cuenta ha-
cia atrás a partir del minuendo tantos pasos como marca la cantidad menor, de ma-
nera que el último numeral pronunciado en la secuencia hacia atrás será el resultado
buscado.
3) Separar a: en esta estrategia se separan elementos del conjunto mayor hasta quedar
exactamente el número indicado por el conjunto menor. La respuesta se halla con-
tando los elementos separados.
4) Contar hacia atrás: el niño cuenta hacia atrás desde el conjunto mayor hasta alcan-
zar el menor, de modo que la respuesta consiste en el número de pasos que se han
dado en el conteo mencionado.
5) Añadir a: en primer lugar se representa con objetos el conjunto mayor, a continua-
ción el menor, añadiéndose a éste los objetos necesarios (sin contar) para que sea
equivalente al mayor; la respuesta se obtiene al contar los elementos añadidos al
conjunto menor.
6) Contar a partir de lo dado: consiste en contar a partir del número menor hasta al-
canzar el mayor, de modo que la respuesta se obtiene contando los numerales emi-
tidos para equiparar ambos conjuntos.
7) Emparejamiento: el niño dispone los dos conjuntos de objetos (minuendo y sus-
traendo) en correspondencia uno-a-uno, encontrando la respuesta al contar los ele-
mentos no emparejados.
8) Hecho numérico: cuando la respuesta se basa en el recuerdo de un dato conocido.
9) Hecho derivado: la respuesta se obtiene de un hecho numérico conocido, de modo
que 11-5=6 porque se conoce que 5 + 5 = 10.
El profesor Bermejo, al igual que Piaget, atribuye gran importancia a los errores para
conocer las estrategias cognitivas del niño en la resta, ya que los errores constituyen
otra fuente de información relevante para conocer la competencia cognitiva y los proce-
sos que sigue el niño en la solución de una tarea determinada.
Algunos de los errores más frecuentes que aparecen en la resolución de tareas sus-
tractivas de varias columnas son:
362
Tesis Doctoral
1) Sustraer el número menor del mayor sin tener en cuenta su pertenencia al minuendo
o al sustraendo.
2) Cuando nos llevamos 1 de una columna del minuendo, ocupada por el 0, el niño
escribe 9, pero no se lleva otra unidad de la columna inmediatamente a su izquier-
da.
4) Cuando hay llevada de una columna del minuendo ocupada por el 0, se salta esta
columna y se toma la llevada de la columna siguiente
6) En caso de que el valor del sustraendo supere al del minuendo anotan 0 como res-
puesta.
El Profesor propone un esquema muy interesante en el que se siguen los pasos para so-
lucionar los problemas de la resta (Fig. 5.7).
3562
-2481
363
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
A modo de conclusión, una vez analizados los capítulos en los que interviene activa-
mente el profesor Bermejo, es interesante saber su opinión resumida de estos trabajos y
su utilidad dentro de la obra.
364
Tesis Doctoral
Los objetivos que se persiguen, nos dice el Profesor, son fundamentalmente dos. Por
una parte, se pretende remediar la carencia de trabajos originales españoles en torno al
desarrollo cognitivo a lo largo del ciclo vital con las características y peculiaridades
propias de esta obra, de modo que se ha buscado un tratamiento en profundidad de los
temas estudiados que no sólo sea el idóneo para la formación de los estudiantes en Psi-
cología y Educación, sino que además resulte útil para profesionales en ambas áreas e
instructivo para el lector inquieto y deseoso de ampliar sus conocimientos en el ámbito
evolutivo. Por otra parte, se intenta aportar con el carácter colectivo de la obra una plu-
ralidad de perspectivas que indudablemente redundará en una mayor riqueza y más
ajustada aproximación a la compleja realidad del desarrollo cognitivo.
Las obras o manuales publicados hasta ahora sobre desarrollo cognitivo suelen pre-
sentar cierta heterogeneidad tanto en los contenidos tratados como en la estructuración
general de los mismos. Véanse estas discrepancias, p. ej., en Desarrollo cognitivo, de
Flavell (1985/1993), y Cognitive Development, de McShane (1991). El presente libro ha
tenido muy en cuenta los objetivos propuestos, antes reseñados para la selección y or-
ganización de los contenidos, de modo que el abanico temático resultante pretende res-
ponder en lo posible a las exigencias de los nuevos planes de estudios, al mismo tiempo
que se ajusta a las dimensiones espaciales señaladas por la editorial. Desde esta óptica,
la obra consta de cinco partes que quieren abordar el desarrollo de los diferentes aspec-
tos cognitivos más relevantes a lo largo del ciclo vital. A su vez, cada parte integra dife-
rentes capítulos en función de la riqueza de contenidos existentes en dicho bloque temá-
tico.
365
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El capítulo 9 (Bermejo) resalta las capacidades perceptivas del neonato y sus prime-
ros meses después del nacimiento, insistiendo en la prodigiosa competencia del bebé en
este ámbito, pero evitando la fácil solución del innatismo.
Los niños mejoran su memoria y recuerdan con más eficacia a medida que se hacen
mayores (capítulo 16, de Bermejo), pero este desarrollo es multicomponencial (capaci-
dad funcional, estrategias, metamemoria, etc.) y ha sido entendido diferentemente, des-
de las posiciones clásicas del procesamiento de la información, pasando por las diferen-
tes propuestas constructivistas hasta las recientes posiciones conexionistas.
En cambio, en el ámbito de la imagen, tanto mental como gráfica (capítulo 19, Ber-
mejo), el interés de la investigación se ha centrado más bien en el modo y características
de la representación, diferenciando los posibles cambios que aparecen a lo largo de la
infancia en este modo de representación.
El capítulo 21, que trata del desarrollo del pensamiento matemático (Bermejo, Lago
y Rodríguez), opta por una perspectiva basada en el interés del dominio específico,
examinando la evolución de los procesos de adquisición, estrategias y errores infantiles
en diferentes áreas o contenidos matemáticos: conteo, adición y sustracción.
366
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo: Yo diría que resulta un tanto exagerado decir que la base de este
libro es Piaget, cuando existen no pocos capítulos en los que ni siquiera se cita a este
autor, y en otros capítulos se le cita, bien con claras intenciones críticas, bien para seña-
lar las aportaciones de Piaget y los progresos posteriores que se han llevado a cabo en
cada ámbito. No obstante, sí es cierto que hay temas o capítulos de este libro que hoy
por hoy, al menos, no pueden escribirse sin tener en cuenta las aportaciones piagetianas,
si queremos conocer los orígenes o los principios del desarrollo de los contenidos de
estos temas. Los dos primeros libros de la famosa trilogía de Piaget, sitúan a este autor,
para mí, como el padre del constructivismo con su famosa obra “La construction du réel
chez l’enfant”, publicada en 1937, y como uno de los grandes pioneros del desarrollo
del bebé, con su obra (quizá la más importante de Piaget en el ámbito de la psicología)
“La naissance de l’intelligence chez l’enfant”, publicada en 1936. Los autores neopiage-
tianos (Pascual Leone, Case, Fischer, etc.) fueron muy conocidos en las décadas de los
setenta y ochenta principalmente, elaborando teorías globales del desarrollo eclécticas,
en las que las aportaciones piagetianas jugaban un papel preponderante. De aquí su ape-
lativo de “neopiagetianos”. En general estas teorías pretendían resaltar la dimensión
procesual del desarrollo que Piaget había minusvalorado con su marcado interés por la
dimensión estructural del desarrollo y la universalidad del mismo. Pero entiendo que los
neopiagetianos buscaban, más que contradecir a Piaget, sobre todo completar aspectos
de la teoría piagetiana especialmente centrada en la dimensión estructural del desarrollo.
Desde un punto de vista más concreto, y si analizamos las distintas áreas que constitu-
yen el desarrollo cognitivo, resulta obvio que Piaget ha quedado obsoleto, afortunada-
mente, en cada una de ellas. La historia sigue, evoluciona y se desarrolla, y sería muy
triste que nos hubiéramos quedado estancados en los años treinta del siglo pasado. Pero
para saber dónde estamos y a dónde vamos, conviene saber de dónde venimos. Y en
367
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
este sentido, para desarrollar y comprender algunos temas cognitivos puede ser muy
conveniente conocer los orígenes y aportaciones que han aparecido en el pasado sobre
esta temática; de modo que frecuentemente la teoría piagetiana sigue siendo un referen-
te para investigadores del desarrollo cognitivo infantil. Sin embargo, desde la teoría de
Piaget es difícil explicar la diferencia y variabilidad (en cuanto a la edad, dominios y
contextos, y en cuanto a la secuencia de adquisiciones. El mismo Piaget defendía en
trabajos tardíos la asincronía, hablando de desfases horizontales dentro de una misma
estructura mental o estadio). Igualmente la idea estricta epistemológica de que la acción
del sujeto sobre el objeto es la única causa del desarrollo encuentra no pocos adversa-
rios: procesamiento de la información (importancia de la percepción y contexto), socio-
culturalismo y contextualismo, y maduracionismo-innatismo.
368
Tesis Doctoral
Edith: Profesor, usted hace una crítica muy seria a los modelos neopiagetianos dicien-
do que hay que resaltar la ambigüedad e imprecisión de no pocos de los constructos
presentados en estas teorías, ¿significa esto que estos modelos no han sido suficiente-
mente probados empíricamente?
Edith: En nuestro cerebro tenemos dos tipos de elementos aprendidos: una base de
datos (objetos) y una base de acciones que podemos realizar sobre los objetos (opera-
dores). Según el estructuralismo piagetiano, la memoria influye mucho en la represen-
tación del conocimiento, y, desde luego, esta representación afectará a la ejecución.
¿Qué opina sobre esto?
369
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Edith: ¿Por qué la ejecución de tareas está tan altamente relacionada con el desarro-
llo del conocimiento base?
Edith: ¿Es compatible con la teoría de Piaget que los preescolares tengan algún tipo
de conocimiento sobre la metamemoria?
370
Tesis Doctoral
tamemoria. Flavell y colaboradores (1970, 1971) fueron los primeros autores que intro-
ducen el término metacognición y metamemoria en el ámbito de la psicología (cogni-
ción, memoria, lenguaje, etc.). Cuando estos autores hablaban de metamemoria se esta-
ban refiriendo bien a su aspecto declarativo o conocimiento sobre los procesos de
memoria (conocimientos sobre personas, tareas o estrategias de memoria), o bien a la
regulación de los procesos de memoria (planificación, control y evaluación). Piaget no
se interesó directamente sobre estos aspectos mencionados, pero sí lo hizo, yo diría des-
de sus primeras investigaciones, de procesos o mecanismos metacognitivos tan relevan-
tes como la toma de conciencia, la abstracción y la autorregulación para explicar la
construcción del conocimiento. La toma de conciencia supone un movimiento de in-
teriorización que parte de la acción para describir después, por ejemplo, los medios em-
pleados para alcanzar la meta propuesta. La abstracción permite extraer las propiedades
de los objetos (abstracción empírica) o de las propias acciones (abstracción reflexionan-
te) para organizarlas y aplicarlas a nuevas situaciones. Finalmente, los procesos de auto-
rregulación (integrados en la equilibración) son los que conducen a un nuevo equilibrio
después de un desequilibrio cognitivo producido por perturbaciones anteriores. Este
último concepto resulta extraordinariamente importante en la teoría piagetiana, ya que
las autorregulaciones están estrechamente ligadas a la construcción misma del conoci-
miento. Desde esta perspectiva es claro que los preescolares poseen ciertos conocimien-
tos metacognitivos que indudablemente se van incrementando con la edad.
Edith: Piaget establece que se dan dos momentos evolutivos de la imagen mental que
se corresponden con los dos grandes periodos del desarrollo general: preoperatorio y
operatorio. ¿Cree usted que hay otros periodos que también sean fundamentales en
relación al desarrollo de la imagen mental?
371
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Otros autores, con una idea de estadio diferente a la piagetiana, proponen la existen-
cia de dos tipos de representaciones (abstractas y específicas) que se darían desde el
nacimiento, como sostiene Bower (1979); o hablan de tres tipos de representaciones
(motora, icónica y simbólica) que aparecería a lo largo del período sensoriomotor (Bru-
ner); o incluso defienden la existencia de varios tipos de representación o códigos que
se desarrollarían a lo largo de la infancia (sensorial, perceptiva, conceptual y formal),
como propone Mounoud (1979). Personalmente me parece interesante el modelo de
secuencia de códigos propuesto por Mounoud.
Edith: Analizando el cerebro del recién nacido, nos quedamos asombrados de su pro-
digiosa capacidad para la matemática, se supone que en el primer año de vida, el niño
puede hacer unas 100.000 conexiones por hora, de modo que lo que no sabe hacer aho-
ra lo sabrá dentro de unos minutos. ¿Posiblemente por esto es tan difícil determinar
etapas precisas en el aprendizaje?
372
Tesis Doctoral
aprendizaje, iniciando el proceso hacia los dos años, para terminar a los cuatro años y
medio o cinco años. Pero volviendo a la formulación de la pregunta, no resulta fácil
diferenciar el desarrollo psicológico del desarrollo fisiológico-neurológico, cuando el
avance de la ciencia muestra cada vez con más fuerza la existencia de una interacción
significativa entre ambos desarrollos.
Edith: A veces computamos como errores lo que hacen los niños desde una lógica dife-
rente, por ejemplo, restar el número menor al mayor, sin tener en cuenta si el número
menor está en la fila de abajo o en la de arriba (minuendo o sustraendo). En una lógica
natural es normal que el número menor se reste al mayor, no al revés.
Edith: Me ha interesado mucho su visión sobre el desarrollo cognitivo del niño ¿Qué
piensa del desarrollo cognitivo de los niños que, como Mozart, son prodigios de la na-
turaleza?
Vicente Bermejo: Los niños prodigio suelen ser niños superdotados especialmente
desarrollados en unas áreas determinadas. Quizás en el caso de Mozart habría que ha-
blar de talento, al tener una aptitud muy desarrollada en el ámbito musical, aunque no
conozco a fondo el caso Mozart y no podría pronunciarme sobre si este talento se ex-
tendía a otras áreas cognitivas. Al parecer tenía también una memoria prodigiosa, era
habilidoso para las matemáticas y tuvo la suerte de contar con un excelente maestro o
profesor en la figura de su padre. Por tanto, la “naturaleza”, como se indica en la pre-
gunta, constituye un factor importante en el desarrollo infantil, pero no podemos olvidar
la relevancia de otros factores, como ya hemos señalado en la pregunta Nº 2 comentada
más arriba. La educación, el contexto y la ayuda prestada por su padre pueden ser varia-
373
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
bles muy importantes en el desarrollo de Mozart. Por otra parte, el libro que edité en
1994 denominado “Desarrollo cognitivo”, publicado en la editorial Síntesis, se centra
principalmente en el desarrollo “normal” del niño, ya que pretendía abarcar los conteni-
dos propios de una asignatura del plan de estudios de la licenciatura de Psicología,
mientras que otros contenidos que estaban por encima o por debajo de esta normalidad,
como la superdotación y dificultades en el desarrollo infantil, formaban parte de los
contenidos de otras asignaturas.
374
Tesis Doctoral
CAPÍTULO VI
Desarrollo, aprendizaje y enseñanza
de las matemáticas
375
6.1. Dificultad para aprender matemáticas
En 1990, el profesor Bermejo publicó un libro sobre El niño y la aritmética, con el sub-
título: Instrucción y construcción de las primeras nociones aritméticas, y en su contra-
portada justifica su publicación dada la urgencia y la necesidad de paliar un problema
que se había convertido en crónico: el fracaso escolar de los niños españoles: “La in-
quietante realidad del amplio fracaso escolar en el área de las matemáticas y la apren-
sión que frecuentemente muestran los niños ante esta materia llevan al autor a cuestio-
nar la pertinencia y adecuabilidad del contexto educativo actual del proceso enseñanza-
aprendizaje”.
Por tanto, la meta de esta obra es constituir un marco referencial teórico que facilite y
fomente el estudio y el interés en nuestro país por esta área, para ello es necesario anali-
zar los procesos psicológicos que entran en juego en la adquisición y aprendizaje de las
primeras nociones aritméticas fundamentales. En esta obra se analizan las investigacio-
nes realizadas respecto a la adquisición y enseñanza de los conceptos matemáticos ele-
mentales, como son el conteo, el número, la adición y la substracción. El profesor Ber-
377
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
mejo y sus colaboradores dicen: “pensamos que esta obra puede constituir un útil eficaz
para estudiosos e investigadores que deseen profundizar en el ámbito de las matemáti-
cas de preescolar y primeros cursos de EGB. Y, por otra parte, intenta poner al alcance
de los estudiantes del desarrollo infantil y de la didáctica de las matemáticas, así como
de los docentes (profesores de Escuelas Universitarias del Profesorado y profesores de
preescolar y de EGB) un acervo de conocimientos fundamentales imprescindibles, a
nuestro entender, para enseñar adecuadamente los contenidos aritméticos que aquí se
estudian” (Bermejo, 1990, 18).
Los autores afirman que: “esta obra pone en manos del profesor los conocimientos
más recientes y actuales sobre las distintas facetas (modelos, estrategias, errores, etc.)
de los temas tratados (número, conteo, adición y substracción), de modo que la asimila-
ción e integración de los mismos no sólo suponga un avance importante hacia la conse-
cución de una formación que no suelen recibir estos profesionales, sino que además
aporte unas herramientas de diagnóstico y de intervención en el aula sumamente útiles,
así como un nuevo modo de enfocar la docencia de estos conceptos” (Bermejo, 1990,
19).
La respuesta que da el profesor Bermejo a la pregunta de Bereiter (¿por qué son tan
horribles las matemáticas?) es analizar la forma en que se enseña matemáticas en el
aula, que no es en absoluto la adecuada. El profesor analiza tres elementos esenciales: a)
el tipo de tarea que suele proponerse a los niños; b) la desvinculación de las matemáti-
cas escolares de los problemas de la vida real infantil; y c) la separación existente entre
aprendizaje y enseñanza.
Existen dos causas fundamentales que abocan al fracaso a los niños al enfrentarse a las
matemáticas: una es de tipo emotivo (angustia, ansiedad y miedo, que causaría nervio-
sismo, tensión y malestar), y otra de tipo cognitivo (auto-desaprobación del rendimiento
en esta materia).
378
Tesis Doctoral
Para apoyar esta afirmación, el profesor cita numerosos estudios que correlacionan
negativamente el nivel de ansiedad y el rendimiento en matemáticas (Fennema y Sher-
man, 1976; Richardson y Suinn, 1972). Se ha demostrado que ciertos aspectos de las
matemáticas como la precisión, la lógica y el énfasis en la solución de problemas pro-
ducen cierta ansiedad en algunas personas (Richardson y Woolfolk, 1980), que la ansie-
dad, en vez de disminuir, se incrementa con la edad (Brush, 1980; Meece, 1981). Algu-
nos autores han realizado estudios diferenciales por género, encontrando que las niñas y
más aún las estudiantes adolescentes y jóvenes muestran mayor ansiedad ante las ma-
temáticas que los chicos (Aiken, 1976; Brush, 1980). Los dos tests o escalas de ansie-
dad más utilizados son la Escala de Ansiedad a las Matemáticas (MARS) de Richard-
son y Suinn (1972) y El Cuestionario de Ansiedad a las Matemáticas (MAQ) de Meece,
1981; Wigfield y Meece (1988).
Es obvio que lo cognitivo está aún más relacionado con los rendimientos escolares
(Morris, Davis y Hutchings, 1981; Sarason, 1986), ya que si la velocidad de procesa-
miento de la información es más lenta que la de la media de los compañeros, se produce
una desconfianza en la capacidad propia para entender algo tan formal y abstracto como
la matemática.
Aunque existen déficits específicos en el área de las matemáticas, sin embargo, gran
parte de las personas que fracasan en álgebra también tienen déficits lingüísticos, de
modo que los niños que tienen problemas en matemáticas suelen tenerlos también en
lectura, existiendo una correlación muy alta entre ellos (Culligan, 1979; Fotheringham y
Creal, 1980). Se han encontrado correlaciones altas entre el reconocimiento de las letras
en preescolares y el rendimiento posterior en lectura y aritmética. A la inversa, existe
alta correlación entre la habilidad para contar puntos en estos mismos niños y el rendi-
miento en lectura y aritmética (Perry, Guidubaldi y Kehle, 1979). Por tanto, rendimien-
tos bajos en matemáticas en ciertos niños se atribuyen per se a la pobreza de sus habili-
dades para leer, de modo que los predictores neuropsicológicos y cognitivos tempranos
del rendimiento en lectura y en aritmética son muy similares (Bermejo, 1990).
379
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Diversos estudios han mostrado que algunos niños presentan dificultades aritméticas
específicas y, tienen un nivel de habilidad lectora normal. En el caso extremo, Rourke
incluso llega a una posición manifiestamente opuesta, al sostener que los niños con difi-
cultades aritméticas específicas muestran un menor desarrollo en habilidades no verba-
les (espacio-visuales y táctiles) que en las verbales; sugiriendo entonces que las dificul-
tades aritméticas específicas reflejarían una disfunción del hemisferio derecho, mientras
que la incapacidad en lectura y aritmética resultaría de la disfunción del hemisferio iz-
quierdo, aunque existen por el momento pocos datos empíricos que confirmen esta po-
sición. (Bermejo, 1990). Share, Moffitt y Silva (1988) encuentran resultados opuestos a
la propuesta de Rourke, sobre todo en el grupo de niñas, sugiriendo que las dificultades
aritméticas de este grupo podrían tener raíces fundamentalmente motivacionales.
El profesor Bermejo resalta algunos resultados en la comparación de los niños sin di-
ficultades y con dificultades en la solución de problemas y encuentra que no existen
diferencias sustanciales entre los dos grupos, las mayores dificultades aparecen cuando
se trata de aplicar conceptos básicos o habilidades a problemas con números grandes.
En cuanto al segundo tipo de tareas, los niños con dificultades matemáticas muestran un
conocimiento similar a sus homólogos, que sólo desciende cuando se trata de operar con
números grandes. En cambio, en la aritmética escrita el comportamiento de los niños
con dificultades es similar al de los niños más jóvenes, de modo que cometen errores
típicos, como el de restar sistemáticamente el número pequeño del mayor, independien-
temente de su pertenencia al minuendo o al substraendo. Los investigadores obtuvieron
380
Tesis Doctoral
un dato llamativo: el grupo del curso inferior obtiene mejores rendimientos que los ni-
ños con dificultades. Los autores no encuentran ninguna explicación convincente a este
dato inesperado, a no ser que estos últimos niños hayan usado la estrategia de contar en
las demás tareas. Finalmente, aunque no aparecen diferencias con respecto a la aplica-
ción de principios, como la conmutatividad, el comportamiento de los niños con dificul-
tades es significativamente inferior al de los otros dos grupos en las tareas de solución
de problemas verbales.
Navas Sánchez et al (2014) afirma que sus resultados apoyan la hipótesis de que la
organización de la materia blanca en adolescentes dotados en matemáticas es diferente
en las zonas fronto-parietal y en el cuerpo calloso. Este hallazgo podría explicar la bila-
teralidad funcional en las redes fronto-parietales observada en sujetos dotados para las
matemáticas en anteriores estudios de fMRI. Sujetos dotados para las matemáticas son
diferentes cualitativa y cuantitativamente, no sólo en términos de activación cerebral,
sino también en términos de organización de la materia blanca en las regiones del cere-
bro que subyacen a un alto nivel en procesos cognitivos y creatividad.
El profesor Bermejo insiste en que la intervención educativa debe dirigirse tanto hacia
un componente como hacia el otro (cognitivo y emocional), de modo que el esfuerzo
para recobrar la autoconfianza vaya acompañado del contexto ambiental adecuado para
reducir el miedo y el terror a las matemáticas. Además, este programa de intervención
debería llevarse a la práctica desde los primeros años escolares, antes de que se consoli-
den en el niño posibles fobias hacia este tipo de tareas.
381
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
La obra del Profesor tiene de base una psicología de la instrucción de corte cogniti-
vo y constructivista, que es la base para la enseñanza de las matemáticas. La finali-
dad educativa es un proceso de enseñanza para la solución de problemas, es decir, se
intenta facilitar una competencia para pasar de un estadio A (insatisfactorio) a un
estadio B (deseado). Desde esta perspectiva, los niños deben adquirir tanto los con-
tenidos como las actividades pertinentes para pasar de un estado cognitivo determi-
nado (X1) a su inmediato superior (X2), que es lo que sucede cuando un niño ad-
quiere cualquier conocimiento. El profesor Bermejo establece las siguientes
condiciones: “se requiere, en primer lugar, una descripción exhaustiva del estado
cognitivo inicial del aprendiz (X1), ya que el profesor deberá tener presentes las
habilidades, conocimientos y estrategias que el niño posee en el momento de co-
menzar el acto docente. En segundo lugar, es imprescindible igualmente la descrip-
ción detallada de la competencia o estado cognitivo final (X2) que se pretende conse-
guir. También se necesita conocer la transición, es decir, cuáles son los derroteros que
conducen de X1 a X2, y cómo suele comportarse el niño para llevar a cabo este pa-
so. Finalmente, se trataría de arbitrar las actividades pertinentes, así como de crear
la situación contextual adecuada, que faciliten el paso antes mencionado y, en con-
secuencia, la adquisición de la competencia pretendida. Pues bien, la descripción de
X1 y X2, así como de la transición del uno al otro, son cometidos principalmente de
la psicología evolutiva y del aprendizaje. De ahí, pues, la relevancia de los datos y
aportaciones de los estudios realizados en el ámbito de estas dos disciplinas. En
cambio, la última etapa incumbiría especialmente a la psicología de la instrucción”
(Bermejo, 1990, 186).
Si los niños españoles están muy por debajo de los niños de otros países en la solu-
ción de los problemas en los que interviene la matemática, habría que pensar que tanto
el contenido, como las técnicas de enseñanza en esos países está más en consonancia
con los nuevos avances de ciencias como la pedagogía, la psicología cognitiva, la psico-
logía evolutiva o la neurología.
382
Tesis Doctoral
Por otra parte, una crítica muy frecuente al contenido de las matemáticas es que exis-
te desvinculación de los aprendizajes matemáticos escolares de los problemas de la vida
real del niño, existiendo, en cambio, un excesivo formalismo en la instrucción de los
contenidos matemáticos. Para Resnick (1987) hay una aparente paradoja que puede
constatarse al observar que los niños, incluso antes de ir a la escuela, desarrollan con-
ceptos matemáticos robustos, aunque simples, que son capaces de aplicar a una gran
variedad de situaciones prácticas, y las dificultades que estos niños encuentran para
aprender las matemáticas escolares. Según esta autora, los símbolos y reglas formales se
enseñan como si se tratara de convenciones arbitrarias, y no como expresiones de regu-
laridades y relaciones fundamentales entre cantidades y entidades físicas.
La aritmética que se estudia habitualmente en la escuela no tiene nada que ver con el
mundo de los objetos físicos, ni con los problemas del mundo real, ni con los métodos
autogenerados por los niños (Cobb, 1988).
383
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
384
Tesis Doctoral
ren el esquema partes-todo: el número está compuesto de otros números (lo que per-
mite la descomposición adecuada de los mismos). Así, las cantidades son un conjun-
to de subconjuntos. En el tercer período se aprende el número decimal, que conside-
ra los números como compuestos de unidades, decenas, centenas, etc.
En otros estudios realizados por el profesor Bermejo ha descubierto algunos datos in-
teresantes: “la complejidad de los problemas verbales depende en gran medida de su
estructura semántica, tal como mostramos con detalle en el capítulo IV de este libro.
Y en general hemos descubierto que los niños solucionan primero los problemas de
cambio, al mismo tiempo o poco después los de combinación, y más tarde los de
igualación, para llegar a entender incluso posteriormente las tareas de comparación.
Esta misma línea evolutiva se manifiesta en el uso de estrategias infantiles, ya que
en un principio los niños suelen utilizar estrategias de modelado directo (manipula-
ción de objetos físicos), mediante la estrategia de Contar todo, pasando después a
estrategias más evolucionadas como el Contar a partir del primer sumando, Contar
a partir del sumando mayor, uso de reglas y de hechos numéricos” (Bermejo,
1990, 189).
Algunos autores consideran que los padres también tienen una influencia grande en
el aprendizaje de la matemática a través de sus actitudes y el apoyo que ofrecen a sus
hijos. En la comparación entre diversas culturas, el profesor Bermejo presenta dos tipos
fundamentales de actitudes que favorecen o no el aprendizaje matemático.
Se supone que el niño tiene una competencia matemática mucho antes de lo que ca-
bría esperar: “Lo que sí parece obtener el consenso de los estudiosos en este ámbito
es que a partir de los cuatro meses más o menos, el niño puede distinguir numérica-
mente entre tres y cuatro objetos, para hacerlo entre cuatro y cinco alrededor de los
doce meses. Pero ya antes, hacia los siete meses, los niños se muestran capaces de
percibir la correspondencia numérica intermodal, detectando la presencia, o ausen-
cia, de esta correspondencia entre estímulos visuales y auditivos” (Bermejo, 1990,
186).
Hay que tener en cuenta que el concepto matemático de contar es muy complejo y
supone la presencia de los siguientes principios: 1) correspondencia uno-a-uno, 2)
385
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor Bermejo cita un ejemplo de cómo la actitud de las madres puede tener efec-
tos diferenciales en los niños de Estados Unidos vs. China y Japón (Uttal, Lummis y
Stevenson, 1988): “La explicación de este hecho no reside en que los niños chinos y
japoneses sean más inteligentes que los norteamericanos, como niegan claramente estos
autores. Más bien habría que indagar sus causas en diferencias de programación curricu-
lar, diferencias instruccionales, etc. No obstante, hay un hecho diferencial que proba-
blemente podría incidir en la diversidad de rendimientos y que creemos pertinente reco-
ger aquí. Se trata de la actitud de las madres con respecto al comportamiento escolar de
sus hijos. El grado de satisfacción de las madres americanas referente al rendimiento
matemático de sus hijos es notablemente superior al de las madres chinas y japonesas,
de modo que las primeras atribuyen a sus hijos un mayor nivel intelectual, motivacional
386
Tesis Doctoral
y de otras características académicas, que las madres asiáticas con respecto a sus pro-
pios hijos. Es posible que esta generosa disposición de las madres americanas reduzca el
grado de motivación de sus hijos para canalizar mayores esfuerzos hacia el estudio de
las matemáticas” (Bermejo, 1990, 15).
Para el profesor Bermejo, “el docente debe conocer perfectamente no solo el desarrollo
curricular de la materia impartida, sino también el desarrollo conceptual del niño en
áreas específicas de las matemáticas. Ello supone, al menos, un conocimiento general de
la psicología infantil y una especialización en el desarrollo del niño con respecto a con-
ceptos o áreas específicas que se pretenden enseñar. Sólo así el profesor podrá leer o
interpretar adecuadamente las manifestaciones que el niño realiza durante la autocons-
trucción mental de los contenidos escolares. Pero, además, resulta imprescindible un
sólido conocimiento de las técnicas de intervención educativa, que permitan preparar
convenientemente el contexto próximo del acto educativo, motivar siempre que sea ne-
cesario la labor constructiva del aprendiz, respetando su autonomía y libertad, y sugerir
acertadamente la presencia de posibles errores con el fin de que el mismo niño se auto-
corrija y prosiga el procedimiento pertinente que le conduzca a la adquisición de los
contenidos deseados” (Bermejo, 1990, 17-18).
La enseñanza, sin duda, depende en cada momento del estado cognitivo del niño, por
tanto, es un proceso dinámico de adaptación al progreso individual y al avance evoluti-
vo del niño.
Moser (1984), citado por el profesor Bermejo, propone tres medidas para mejorar la
enseñanza de las matemáticas en lo que atañe a los profesores: 1) las matemáticas deben
impartirlas, desde el inicio de la escuela elemental (primero de EGB), expertos y espe-
cialistas entrenados para asumir la responsabilidad de enseñar bien esta disciplina; 2)
387
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
mejorar el salario de los profesores de matemáticas a fin de atraer a personas con expe-
riencia matemática y tecnológica para esta enseñanza; 3) y, finalmente, superar los pro-
gramas instruccionales orientados hacia la consecución de habilidades de cálculo me-
diante el aprendizaje y dominio de objetivos conductuales. También recoge el Profesor
las aportaciones de Greeno (1983) respecto a este tema: El profesor debe ayudar a los
niños a construir una representación semántica de los problemas verbales. Este proceso
tiene dos etapas: primero se construye un diagrama esquemático que recoja los principa-
les datos del problema y las relaciones entre ellos, es decir, hay que constituir una re-
presentación mental del problema planteado; después se aplica el diagrama.
En este sentido, el profesor Bermejo insiste en que: “nos parece conveniente propo-
ner que se guarde un cierto equilibrio entre la docencia de los procedimientos algo-
rítmicos, que a todas luces son indispensables, y de los conocimientos conceptuales,
ya que los primeros carecen de significado sin los segundos, y estos últimos necesi-
tan de los primeros para su aplicación y resolución concreta. Por tanto, el aprendiza-
je simultáneo de ambos facilitaría, sin la menor duda, la adquisición y comprensión
de esta operación. Y en este empeño resulta extraordinariamente eficaz fomentar la
realización de tareas aditivas que supongan el funcionamiento de procesos cogniti-
vos superiores, es decir, la ejecución de un trabajo mental, reflexivo y creativo; le-
jos, pues, de la mera reacción mecánica. Así, la coordinación y relación entre canti-
dades y números, descomponiéndolos y componiéndolos en función de la situación
concreta, sería uno de tantos modos apropiados para conseguir este objetivo” (Berme-
jo, 1990, 190).
388
Tesis Doctoral
des cognitivas superiores. Por tanto, tal como se muestra y demuestra con detalle en
el capítulo IV, el docente debe fomentar prioritariamente actividades de razonamien-
to, de representación y de interpretación, en lugar de incitar el desarrollo de la capa-
cidad para emitir respuestas correctas” (Bermejo, 1990, 191).
389
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
390
Tesis Doctoral
normalmente piensa el adulto y, en todo caso, con anterioridad a la época en que suele
hacer sus primeros “pinitos” en el uso de los numerales convencionales” (Bermejo,
1990, 24).
La cita sobre la capacidad que tienen algunos animales para contar es bastante con-
trovertida, aunque se considera que esta habilidad viene determinada por estímulos del
entrenador que son imperceptibles a los asistentes a estas manifestaciones, y que en
absoluto son acciones matemáticas: “Pero incluso no pocos animales (caballos, papaga-
yos, palomas, etc.) parecen poseer habilidades aritméticas sorprendentes, tales como
contar, sumar, restar, etc., como puede observarse en cualquier exhibición zoológica
(véase, como botón de muestra, la interesante exhibición de papagayos del zoológico de
Madrid). Pero, ¿puede afirmarse con objetividad que estos animales poseen la compe-
tencia adjudicada por sus adiestradores? ¿Es capaz realmente de sumar una paloma, por
ejemplo?” (Bermejo, 1990, 24).
Más adelante insiste en este mismo tema cuando hace referencia a las investigaciones
llevadas a cabo en Tenerife por Köhler, matizando afirmaciones extremas a este respec-
to: “los trabajos de Köhler (1951) prueban en general que no pocas especies (grajillas,
periquitos, palomas, loros, etc.) pueden percibir la numerosidad de pequeñas coleccio-
nes de objetos. Algunos experimentos son, no obstante, menos concluyentes que otros.
Así, por ejemplo, cuando se entrena a las aves a picotear o comer un pequeño número
de granos, sin tener en cuenta su configuración, o cuando se les enseña a emparejar un
pequeño número de objetos con otro conjunto que sirve de modelo, no se puede con-
cluir necesariamente que estos animales perciban la numerosidad, ya que podría tratarse
de una única acción compleja. En cambio, cuando las aves aprenden a abrir una serie de
cajas que contienen diferentes elementos de comida, de modo que pueden comerse estos
alimentos hasta que encuentran en una caja un determinado número de elementos, pare-
ce claro que no se trataría de una acción compleja, sino que las aves utilizarían una re-
presentación de un conjunto pequeño de elementos discretos. Por tanto, estos animales
serían capaces de percibir pequeñas cantidades de objetos. Así lo entiende también Pia-
get (1967) cuando, al comentar los trabajos de Köhler, matiza que estos animales no
llegan a superar el 5 o el 6, y sobre todo no llegan a constituir un sistema numérico, ya
391
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
392
Tesis Doctoral
los niños en los dos bloques de tareas permite examinar cuál es la relación entre conteo
y cardinalidad, ya que en el bloque elementos-cardinal se les pide directamente que
cuenten la hilera de objetos para interrogarlos, acto seguido, acerca de la cardinalidad
(es decir, “¿Cuántas fichas hay?”), mientras que en el bloque cardinal-elementos son los
propios niños quienes deben inclinarse o no por la utilización del conteo” (Bermejo,
1990, 91).
En una de las investigaciones realizadas por Bermejo y Rodríguez, (1986) con ni-
ños de segundo de preescolar y primero de EGB, sobre tareas aditivas y tareas de
conservación de la materia, encontraron errores pertenecientes a ambas categorías.
En el caso de los niños pequeños dichos errores aumentan considerablemente cuando
393
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
el segundo sumando es mayor que el primero y no se puede contar con los dedos de
una sola mano. En primero de EGB, la mayor parte de los errores semánticos se pro-
ducen con respecto a los resultados mayores de 9 y “llevarse 1”, porque los niños
tienen dificultades para realizar intercambios entre columnas. En cambio, uno de los
errores más frecuentes desde el punto de vista sintáctico consiste en anotar como re-
sultado el valor absoluto de la adición de los dígitos de una columna, olvidando que
sólo puede consignarse una cifra por columna hasta llegar a la última de la izquierda.
En el mismo trabajo, Bermejo encontraron que los niños más pequeños mostraban
múltiples dificultades para construir la representación mental adecuada, a pesar del
uso de objetos para representar las acciones del problema. El experimentador pre-
senta al niño un muñeco que está aprendiendo a sumar, pidiéndole que le enseñe
cómo realiza las adiciones. Sin embargo, a pesar de la disponibilidad de estas ayu-
das, estos problemas resultan difíciles para los niños pequeños probablemente por
dos razones. Por una parte, los problemas de igualación no se ajustan a la forma ca-
nónica ( A + B = ? ) y, por otra, no se enseñan habitualmente en el marco escolar.
Una de las técnicas que propone el profesor Bermejo para enseñar matemáticas es la
utilización de dibujos esquemáticos, tal como hacen, entre otros, Willis y Fuson (1988),
y que nosotros reproducimos aquí. Según estos autores, los dibujos esquemáticos tam-
bién proporcionan una oportunidad para obtener información sobre cómo los niños re-
presentan los problemas, una información que no está disponible cuando los niños re-
suelven problemas por métodos habituales.
Resnick (1983) propuso que los niños utilizan un solo esquema parte-parte-todo, co-
mo el dibujo que presentamos, para la representación de los cuatro tipos de problemas
de suma y resta. Kintsch y Greeno (1985) proponen la hipótesis de que los niños usan el
esquema parte-parte-todo para resolver los problemas de cambio más difíciles.
El Profesor comenta que los datos empíricos no apoyan la hipótesis de que los niños
tengan éxito utilizando únicamente dibujos que incluyen relaciones parte-parte-todo. Es
más plausible la propuesta de Wolter (1983), ya que parece más adecuado utilizar tres
394
Tesis Doctoral
El año 2004, el profesor Bermejo publicó un nuevo libro sobre la enseñanza de las ma-
temáticas titulado: Cómo enseñar matemáticas para aprender mejor. Editado por la
editorial CCS. De los 11 capítulos de que consta, el Profesor escribió en seis en colabo-
ración y uno sin colaboradores.
El motivo fundamental por el que escribe este libro el profesor Bermejo, junto con
algunos colaboradores, es dar una respuesta y una metodología adecuada al fracaso de
los niños españoles en la resolución de problemas matemáticos; “El alto fracaso escolar
en España es preocupante y socialmente inaceptable” (Bermejo, 2004, 11). Es de todos
conocido, que España es el país con mayor tasa de fracaso escolar después de Portugal, y
que el 50% de nuestros niños en edad escolar no aprueban en matemáticas.
Este libro, afirma el profesor Bermejo, pretende aportar su granito de arena en este
reto difícil y complejo de mejorar la educación matemática en nuestro país.
El tratamiento del problema lo realizan los autores de este manual con un talante
claramente interdisciplinar y ofrecen propuestas desde distintos puntos de vista: profe-
sor, investigador, matemático, psicológico, etc. Partiendo de las ideas piagetianas de
la asimilación, este libro pone como centro de su programa el lema: el protagonista
del aula es el niño que aprende.
En este caso concreto, lo que hay que enseñarle al niño es a contar, sumar, solucio-
nar un problema, etc., para ello es necesario conocer el desarrollo matemático especí-
fico infantil, y seguir los pasos que recorre el niño para (siguiendo a Vygotsky) pasar
de su competencia matemática actual a una competencia superior.
Para que la enseñanza sea más efectiva, el profesor necesita una mayor formación y
un conocimiento exhaustivo del aprendizaje de los contenidos matemáticos concretos
que se imparten en el aula. La meta última de la dinámica de clase se orienta a favore-
cer que el niño construya su propio conocimiento, apoyando especialmente su actitud
activa, autónoma y creativa, el trabajo cooperativo, y el diálogo e interacción entre to-
dos los actores de la clase.
395
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Partiendo, pues, de la idea de que una buena instrucción tiene en cuenta el proceso
de aprendizaje infantil, esta obra se plantea cómo aprende el alumno unos contenidos
específicos, para ocuparse después de cómo enseñarlos. Así, los capítulos 1 y 2 se
ocupan sucesivamente del aprendizaje y de la enseñanza del conteo, insistiendo en la
relevancia de esta habilidad en el desarrollo matemático posterior, así como en la com-
plejidad de la misma: el niño suele necesitar unos tres años para aprender a contar
correctamente. En los capítulos 3 y 4 se estudian la suma y la resta desde esa doble
perspectiva, resaltando la precocidad de estas operaciones en el desarrollo infantil
(aparecen incluso antes del 2° Ciclo de Educación Infantil), la dificultad que suelen te-
ner los alumnos en la resolución de los problemas verbales, y se ofrecen vías didácticas
que facilitan su aprendizaje.
Este libro tiene una base teórica sólida, pero lo que realmente hace de esta obra un
instrumento muy útil es ser una guía práctica para la enseñanza de la matemática. Su
título: Cómo enseñar matemáticas es una realidad a lo largo de sus páginas, y se pueden
beneficiar con su lectura todos aquellos que de algún modo participan o van a partici-
par, directa o indirectamente, en la educación matemática de los niños: padres, orien-
tadores, tutores, alumnos de educación y psicología educativa, etc., pero especialmen-
te ha sido concebida para los profesores de Educación Infantil y Enseñanza Primaria
(Bermejo, 2004).
El primer capítulo está redactado por Vicente Bermejo y M.T. Bermejo. En este capítu-
lo se analizan las bases de todo el complejo sistema de las matemáticas, es decir, apren-
der a contar los elementos que nos encontramos en nuestro quehacer cotidiano. Aunque
algunos animales parecen tener un cierto sentido para las matemáticas, sin embargo,
sólo el hombre maneja cantidades de una manera intencional. Es verdad que el niño de
14 meses ya es capaz de representar cantidades pequeñas (uno y dos) y de operar men-
talmente con ellas, supuestamente, antes de lo que había propuesto Piaget. A esta tem-
prana edad los niños empiezan a comprender los efectos de la transformación de un
conjunto, mediante la adición o la sustracción de un elemento. En concreto, el niño de
396
Tesis Doctoral
1 8 meses puede resolver sumas y restas. Por ejemplo, uno más uno, uno menos uno,
dos menos uno, tres menos uno.
Los niños tienen la capacidad para hacer un cálculo mental sin la necesidad de contar
uno a uno los objetos presentes. Esto recibe el nombre en psicología de subitización,
del latín subitus, que significa espontáneo o repentino. Los niños se hacen una idea de
una ojeada del número de elementos que hay.
Una vez adquiridos los numerales, el niño aprende a contar. Contar es asignar un
número secuencial a cada uno de los elementos de un conjunto. Si el niño cuenta de una
forma correcta el último numeral indica el total de los elementos contados.
397
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Para Fuson (1988), la ejecución correcta del conteo supone llevar a cabo dos corres-
pondencias simultáneas. Así, cuando el niño aprende a contar necesita indicar o tocar
cada uno de los objetos que cuenta. La primera correspondencia es espacial y consiste en
la posición de los objetos y los actos de señalamiento de cada uno de los objetos. La
segunda correspondencia es temporal y está constituida por los actos de indicación y la
asignación de un numeral distinto a cada uno de los objetos.
El principio del orden irrelevante se refiere a que el niño debe darse cuenta que el
orden de conteo que se le asigne a cada uno de los elementos del conjunto no influye en
el resltado final.
Bermejo (1996) propuso que los niños pasarían por las siguientes etapas en el apren-
dizaje de la cardinalidad:
398
Tesis Doctoral
— preguntar al niño cuántos objetos hay después de haber contado una muñeca
aprendiz (puede cometer errores); etc.
El profesor Bermejo encuentra que existe una dificultad real a la hora de diferenciar los
niveles 4° y 6° cuando se utiliza la secuencia convencional, ya que en ambos casos la
respuesta correcta es la misma. “En cambio se identifican fácilmente ambos niveles si
pedimos al niño (o a una muñeca), por ejemplo, que utilice la secuencia numeral hacia
atrás para contar. En este caso, a la pregunta “cuántos hay”, el niño del 4° nivel responde-
rá “2”, mientras que el niño del 6° nivel dirá “4” en el ejemplo propuesto. Otro procedi-
miento para diferenciar ambos niveles reside en utilizar secuencias convencionales con
omisiones (ej.: 1-2-4-6 o 1-2-5-3, etc.)” (Bermejo, 2005, 30).
Este capítulo está firmado por V. Bermejo y A. Martín Masilla y es un capítulo típica-
mente educativo, tanto para el profesor como para el alumno. Tras una breve introduc-
ción en la que se enfatiza la perspectiva globalizadora, reseñan la importancia de la con-
fianza básica y la seguridad que se precisa para un buen desarrollo de todas las
habilidades del niño. Respecto al profesor se resume su función en la labor de mediador
entre el niño y las actividades a desarrollar. Se puede favorecer el aprendizaje mostran-
do una actitud receptiva, observadora y positiva, alentando al niño a decir en cada mo-
mento lo que piensa, sin miedos a posibles errores. Actitud igualmente positiva hacia el
aprendizaje cooperativo y de valoración de las cosas que el niño puede aprender con sus
compañeros.
399
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
También consideran positiva la interacción entre niños y niñas, ya que las discusiones
que surjan entre ellos, las opiniones y argumentos que se manejen y los reajustes que se
generen en el grupo cuando estén contando facilitarán el progreso intelectual y socio
afectivo de nuestros alumnos (Bermejo, 2004).
Los autores señalan tres puntos clave a tener en cuenta para la enseñanza de las ma-
temáticas:
Los tres componentes fundamentales del aprendizaje, según estos autores, son el
tiempo, el espacio y los materiales a utilizar, que han de ser los adecuados para cada
niño, dada su etapa de desarrollo específica. Respecto al tiempo y al espacio se podría
decir que todo tiempo y cualquier espacio es útil para enseñar de una manera formal o
informal matemáticas. Como ejemplo, el profesor Bermejo y Martín Masilla proponen
una gran variedad de tiempos y de espacios: La llegada al colegio, los grupos que se
forman en el recreo, la cocinita, el rincón de construcciones y coches, el patio de recreo,
las sesiones de psicomotricidad, en la asamblea, en la recogida de material, etc.
Respecto a los materiales, se insiste en que los materiales deben ser variados y ricos
que estimulen la exploración. Que los materiales estén al alcance de los niños para que
puedan utilizarlos cuando los necesiten.
400
Tesis Doctoral
Como dijimos anteriormente, los dos modos fundamentales de cuantificar son mediante
el conteo y la subitización.
Para la subitización hay que utilizar materiales que contengan pocos elementos (no
más de cinco para los niños que comienzan a estudiar matemáticas), de modo que de
una ojeada puedan hacerse una idea del número de objetos que tienen delante.
El profesor sugiere que algunos juegos son muy útiles para esta función, ya que es-
timulan el trabajo con pautas numéricas cuando se realizan en pequeños grupos en el
área de trabajo. Estos juegos los puede fabricar el profesor con unas cartulinas y unos
redondeles pegados, como por ejemplo: el juego de la lotería, el dominó, los juegos de
dados, los bloques lógicos y el juego de los chinos o adivina adivinanza.
Recogemos la explicación de uno de estos juegos como muestra del poder pedagógi-
co de este tipo de juegos.
El juego de la lotería
En este juego cada jugador toma su cartón con tres pautas numéricas (ver Fig. 6.2).
El profesor va sacando de una bolsa distintas tarjetas con las mismas pautas y las va
dejando sobre la mesa. Cada niño debe estar atento para identificar las suyas. Cuando
sale alguna que tiene en su cartón, la rellena o señala. Les explicamos que vamos a ver
quién rellena primero su tablero. El primer jugador que lo complete gana la partida. El
material, que podemos elaborar nosotros, será cada vez más complejo en función de la
edad de los niños (Bermejo, 2004, 37).
401
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
-Para el conteo se puede utilizar también una gran variedad de juegos específicos para
que aprendan cada uno de los principios generales que están presentes en esta tarea.
Los autores proponen una serie de juegos que se pueden realizar tanto en el aula co-
mo en el patio del recreo. Entre otros proponen juegos con plastilina o arcilla, el dado,
carrera de dados, un tablero con 25 o 50 casillas, juegos de puntería, la utilización del
ordenador con juegos como Mis amigos de Fhiser Price, Recetas de cocina del país de
los juguetes, La casa de las matemáticas de Mili, etc.
402
Tesis Doctoral
Como muestra recogemos uno de los juegos que proponen el profesor Bermejo y
Martín Masilla, la carrera de dados. Es un juego de parejas. Se tira un dado y un niño
ha de moverse tantos pasos como indica el dado, su pareja va contándolos extendiendo
sucesivamente los dedos de una mano. Se comprueba si coinciden los pasos con los
dedos de la mano.
Los juegos pretenden introducir a los niños en la secuencia convencional de los núme-
ros (uno, dos, tres, cuatro, etc.). Muchos juegos y canciones utilizan series numéricas,
por ejemplo, la canción un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña; al pelo-
tón, y juegos como el juego para echar a suertes, escondite, la zapatilla por detrás.
Uno de los juegos más populares es el de la zapatilla por detrás, que el Profesor lo des-
cribe así: Sentados en círculo, los jugadores cantan la canción mientras el niño que lleva a
zapatilla camina alrededor de ellos y tiene que contestar a la pregunta que le formulan sus
compañeros: “¿A qué hora? "Todos juntos cuentan, con los ojos cerrados, hasta el número
que haya dicho, ahora deja detrás de alguno la zapatilla. Cuando terminan de contar, el
niño que tiene la zapatilla detrás de él persigue al que la ha dejado hasta que éste ocupa el
lugar que ha quedado vacío, o bien es tocado por el que lleva la zapatilla.
Muy pronto los niños saben que para contar solo se usan numerales y que, además,
existe una lista de numerales únicos: la secuencia convencional. Dado que no todo los
niños se encuentran en el mismo nivel evolutivo, hay que adaptar los recursos o juegos
didácticos recogidos aquí a sus competencias específicas sobre el principio de orden es-
table o secuencia de numerales (Bermejo y Martín Masilla, 2004).
Los objetivos que se plantean los autores de este capítulo, a través de actividades y jue-
gos, es que el niño llegue a saber que cada numeral representa no sólo el objeto señala-
do, sino también la totalidad de los objetos contados hasta ese momento. En la vida co-
tidiana se presentan muchas circunstancias en las que es necesario cuantificar y utilizar
el cardinal numérico. El niño puede preguntar ¿cuánto cuesta esto? ¿Cuántos niños van
a venir a la fiesta? ¿Cuántos platos pongo?, etc.
403
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
- Relanzando la pregunta, pero no dando respuestas. ¿Estás seguro de que son…? Pues
tu compañero dice que son…
- Tomando o retomando las respuestas de otros niños para que expliquen cuáles son
sus estrategias para averiguarlo. Y... ¿cómo lo sabes?
- Verbalizando y haciendo explícitas las explicaciones que dan los niños sobre los ca-
minos que han seguido para estar tan seguros.
Se proponen algunos juegos para este apartado como son: Los juegos de adivinanzas,
cascada de cartas, agrupamientos: los niños permanecen de pie en el aula y el profesor
pide que se agrupen en función de distintos criterios, después se determina cuántos hay
en cada grupo.
Es útil que el maestro, o mejor una marioneta, demuestre el proceso mientras piensa
en voz alta: ¿Cuántos dedos tengo levantados? Voy a contarlos uno, dos, tres, cuatro.
Vaya, el último número que he dicho es cuatro, así que tengo cuatro dedos levantados”.
También se pueden realizar distintas actividades, como contar hacia atrás secuencias
convencionales con omisiones, etc. En estas actividades se pregunta al niño, después de
contar hacia atrás, cuántas mariquitas hay. Por ejemplo, se dice a los niños que la ma-
rioneta nos trae un problema nuevo. Propone que contemos hacia atrás, así que empe-
zamos por el 5, y luego seguimos por el 4, 3, 2. Cuando acabamos de contar hacia atrás,
tenemos que decir cuántas mariquitas hay (ver Fig. 6.3)
5 4 3 2 1
Figura 6.3. La tarea de contar hacia atrás para cuantificar los objetos
404
Tesis Doctoral
El niño puede cometer varios errores, decir el último numeral (uno) o cualquier otro
número al azar. Sin embargo, los niños que están en el último nivel de comprensión
del cardinal acertarán con el número exacto.
Para los autores de este capítulo, es útil cualquier actividad que consista en contar
cantidades heterogéneas para desarrollar el principio de abstracción.
Para que los niños comprendan el principio de irrelevancia del orden el profesor
puede colocar el mismo grupo de objetos (un lápiz, una tiza, una goma, un sacapuntas)
en un orden diferente cada vez. Cuando el niño cuenta estos objetos siempre obtiene el
mismo resultado.
En este apartado se presentan algunas situaciones que favorecen que el niño se fami-
liarice con los números:
-En el suelo como una línea numérica en la que se pueden colocar los niños, o como una
cinta métrica en la que se pueden medir.
También se puede trabajar a través de actividades específicas, sobre todo a los cinco
años, como, por ejemplo:
405
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
406
Tesis Doctoral
En el taller de cocina:
-Realizar recetas y elaborar una ficha con los pasos, ingredientes, cantidades, etc.
Evidentemente, el gran interés del profesor Bermejo es que los niños aprendan las ma-
temáticas con consistencia, es decir, entendiendo perfectamente lo que están haciendo.
Existe controversia sobre si los bebés tienen competencias numéricas y aritméticas. Al-
gunos experimentos han medido el tiempo que dedican los bebes a mirar una situación
esperada o inesperada (posible o imposible). Los bebés ponen cara de asombro ante
situaciones inesperadas y están más tiempo mirando la escena.
407
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Figura 6.4. Dibujo esquemático de una secuencia de eventos enseñada a los infantes por
Wynn (1992)
408
Tesis Doctoral
Los criterios fundamentales para clasificar los problemas verbales respecto a las re-
laciones implicadas son: estáticas o dinámicas (progresivas o simultáneas), según la
ubicación de la incógnita, de suma o de resta (incremento o disminución).
Mario tenía unos lápices. Ele- Mario tiene unos lápices. Elena tiene 3
¿+b=c na le dio 3 lápices más. Ahora lápices. Entre los dos tienen 7 lápices.
Mario tiene 7 lápices. ¿Cuán- ¿Cuántos lápices tenía Mario al prin-
tos lápices tenía al principio? cipio?
Ejemplos progresivos de resta Ejemplos Simultáneos de resta
a-b=? Mario tiene 7 lápices y da 3 a No existen ejemplos SIMULTÁNEOS
Elena. ¿Cuántos lápices le de resta ya que la resta implica pro-
quedan a Mario? gresividad por la acción del segundo
miembro sobre el primero.
Mario tenía una caja con 7
a-?=c lápices y da algunos a Elena.
Ahora le quedan 3 lápices
¿Cuántos lápices le dio a Ele-
na?
Mario tenía una caja de lápi-
¿-b=c ces. Dio 3 lápices a Elena.
Ahora le quedan 4 lápices.
Cuántos lápices había en la
caja?
409
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
(Referente desconocido): Ana tiene 6 (Igualar conjunto conocido): Luis tiene 4 cro-
lápices. Tiene 2 más que Pedro. mos. Si le dan 3 cromos más tendría los mis-
¿Cuántos lápices tiene Pedro? mos que Ángel. ¿Cuántos cromos tiene Án-
gel?
410
Tesis Doctoral
De todas estas combinaciones se puede concluir que existen algunos problemas cu-
yo planteamiento es más comprensible y, por tanto, más fácil de resolver y otros pro-
blemas que encierran mayor dificultad. La escala que proponen Bermejo y Bermejo
(2004) para comenzar a proponer los problemas verbales son:
Como puede apreciarse, en estos problemas se juega con tres elementos fundamen-
tales: a) la estructura semántica del problema; b) la ubicación de la incógnita, y c) que
el problema sea estático o dinámico. Ninguno de estos elementos determina por sí
solo la dificultad del problema.
De la observación de qué hacen los niños para resolver los problemas, los autores han
propuesto cuatro estrategias fundamentales: 1) modelado directo; 2) conteo; 3) hechos
numéricos conocidos; 4) hechos numéricos derivados.
411
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
- Conteo. En una segunda etapa, la estrategia consiste en el conteo. Cuando los niños
tienen cierta habilidad para contar, prescinden de modelos en los que se utilizan ob-
jetos o los propios dedos de las manos. Ahora los niños suelen contar a partir del
primer sumando, o del sumando mayor.
- Hechos numéricos conocidos. En una etapa más avanzada, la tercera, los niños utili-
zan la estrategia de los hechos numéricos conocidos. Los niños que han realizado
ya muchas operaciones matemáticas tienen familiaridad con los resultados de estas
operaciones, de modo que el niño recupera de la memoria la solución para los pro-
blemas de suma y resta.
- Hechos numéricos derivados. Finalmente, los niños que han solucionado gran varie-
dad de problemas matemáticos, utilizan estrategias de hechos numéricos derivados,
que, básicamente, consiste en realizar diferentes combinaciones con números equi-
valentes (5+1=6. Por tanto, 6+6=5+5+1+1).
Otros autores como Resnick (1983) y Fuson (1992) proponen sólo tres niveles de
desarrollo en la adquisición de la suma y la resta. Niveles propuestos por Resnick:
412
Tesis Doctoral
Nivel II: Corresponde al período inicial de la EP. Lo más sobresaliente de este momento
evolutivo es la adquisición del esquema partes-todo. Ello permite al niño la compren-
sión del número como compuesto por otros números, o que cualquier cantidad puede
dividirse en partes, de modo que la suma de las partes es igual al todo (8 = 7 + 1 = 6 +
2 = 4 + 4 = 3 + 3 + 2 = ...). La posesión de este esquema facilita en gran medida el
aprendizaje de la suma y resta. La primera operación consiste precisamente en la com-
posición de dos números o cantidades que dan lugar a un tercer número (a + b = c);
mientras que la resta tiene sus fundamentos en la descomposición numérica: un número
o cantidad puede descomponerse en dos números o cantidades (a - b = c).
Nivel I: Los niños usan objetos para modelar directamente las operaciones de suma y
resta, pero un objeto sólo representa al mismo tiempo a un sumando (parte) al todo (su-
ma), pero no a los dos simultáneamente (ver Fig. 6.4). El niño usa los numerales para
contar los objetos que forman las cantidades. Así, en situaciones de adición suelen utilizar
la estrategia de “contar todo”. Si los sumandos son pequeños (cinco o más pequeños) los
niños de este nivel suelen utilizar los dedos, levantando sucesivamente tantos dedos de
una mano cuantos indica el sumando, repitiendo el proceso con la otra mano con res-
pecto al segundo sumando. Después cuentan todos los dedos levantados para encontrar la
solución del problema. En la resta, los niños suelen emplear no sólo el “emparejamiento”,
sino también “quitar a”, “quitar de” y “añadir a”.
413
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Nivel II: Ahora los niños pueden emplear cantidades para representar al mismo tiempo
un sumando y la suma o resultado, de modo que estas cantidades pertenecen a los su-
mandos y a la suma simultáneamente. Los sumandos aparecen como integrados o en-
castrados en la suma o todo (ver Fig. 6.6). Además, los numerales se usan ahora para
representar cantidades como un sumando o la suma. Las estrategias que suelen emplear
consisten en “contar a partir del primer sumando” en tareas de suma, que es una abre-
viación de “contar todo”. En situaciones de resta puede utilizarse igualmente la estrate-
gia “contar a partir del término menor”, o bien “contar hacia atrás”. En estos casos, los
niños emplean un marcador (dedos, por ejemplo) para conocer las unidades contadas.
Nivel III: Las entidades empleadas son aún más abstractas facilitando su unión o sepa-
ración de una manera más flexible. Sumandos y todo son independientes, de modo que
pueden compararse entre sí e incluso componerse o descomponerse para obtener el re-
sultado. Así, por ejemplo, 5 + 6 = 5 + (5 + 1) = 10 + 1 = 11. Por tanto, los procedimien-
tos empleados para resolver los problemas son sobre todo “hechos conocidos” y “he-
chos derivados” o “reglas” (Fig. 6.7).
414
Tesis Doctoral
Este apartado ha sido elaborado por Vicente Bermejo y las colaboradoras S. García y
Mª A Martín, y es un capítulo típicamente pedagógico en el que se pretende que los
profesores sepan utilizar los conocimientos de la psicología evolutiva y educativa y
aplicarlos a la enseñanza de la suma y la resta a los niños pequeños.
Según el profesor Bermejo (2004), para resolver un problema es muy importante en-
tenderlo, por tanto, la labor del profesor consiste en un proceso de construcción de
conocimientos sobre los contenidos del problema, las operaciones que hay que reali-
zar, sus propiedades, las estrategias de resolución que vamos a emplear, y reflexio-
nando constantemente sobre el proceso de solución de problemas.
Los problemas deben ser formulados en un lenguaje familiar para el niño y dentro
del contexto de su vida cotidiana. El contexto más cercano a la solución de problemas
son las estrategias informales que utiliza el niño para resolver problemas matemáticos.
Un segundo contexto importante es la utilización de materiales que suele manejar el
niño, como juguetes, dinero, comida, etc. Un tercer contexto fundamental es la inter-
acción de unos niños con otros dentro de ambientes naturales.
Los problemas pueden ser propuestos por el profesor o por cada uno de los alum-
nos, lo que es muy importante para el desarrollo del conocimiento matemático del
niño.
Para resolver los problemas se pueden utilizar materiales que sean fáciles de mani-
pular. También es importante la puesta en común de las distintas estrategias emplea-
das, los modelos que se han utilizado, y las posibles soluciones. En un segundo paso
se deben elegir aquellas estrategias que sean más fáciles y útiles para la solución del
problema.
415
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Cuando se plantea cualquier tipo de problema se deben seguir los siguientes pasos:
Algunos niños construyen modelos mentales que después plasman de una forma fi-
gurativa sobre el papel. En uno de los ejemplos que propone el profesor Bermejo, se
representa así el siguiente problema: Juan tenía seis caramelos y Ana le regala dos.
¿Cuántos caramelos tiene ahora Juan?
416
Tesis Doctoral
En este ejemplo, Jorge representó los dos sumandos de forma figurativa, pero no
representó la acción a realizar
Otros niños señalan tanto los objtetos como los operadores como en los siguientes
diagramas: El niño explica el diagrama diciendo que todos los coches están en una
caja, a un lado los que tenía José y al otro lado los que le regala su abuela. Otros
diagramas representan las operaciones a realizar mediante flechas en ambas
direcciones.
El profesor Bermejo representa de una manera esquemática los tres tipos de proble-
mas más frecuentemente utilizados, según sea el problema verbal: de cambio, combi-
nación, o de comparación (Fig. 6.9.). Según el Profesor, está representaciones esque-
máticas ayudan al niño a establecer relaciones entre los elementos del problema y a
encontrar la forma de solución más adecuada.
417
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El problema: tenías seis caramelos y te dan dos más ¿cuántos tienes ahora?, se
puede representar mediante símbolos como aparece en la figura 6.10. titulada Repre-
sentación mediante la serie numérica y Representación mediante cifras.
Existen ciertas características que hacen que el niño tenga mayores probabilidades de
ser un buen solucionador de problemas matemáticos. Entre los elementos que más
influencia tienen en el niño son: la motivación, la flexibilidad y trabajar en equipo.
a) La motivación se puede considerar fundamental tanto para aprender como para en-
señar a solucionar problemas. La motivación está muy ligada con el interés, el deseo
de aprender, o el deseo de destacar por encima de los demás. La motivación puede ser
intrínseca. Esta motivación nace del deseo de triunfar, de aprender, de dominar una
materia.
Desde el punto de vista constructivista, que sigue una perspectiva cognitiva gene-
ral, los estudiantes son participantes activos en el proceso de aprendizaje. Esta teoría
supone que los estudiantes son los que construyen sus propios significados, sus obje-
tivos y estrategias a partir de la información disponible en el ambiente “externo”, así
como de la información en sus propias mentes (el ambiente “interno”). Por tanto, la
motivación para aprender nace directamente de su interés por conocer el mundo que
los rodea.
418
Tesis Doctoral
El Profesor sigue la teoría del desarrollo propuesta por Vygotsky, que establece el punto
de partida en la capacidad que tiene el niño actualmente para resolver un problema. El
paso siguiente es determinar la zona de desarrollo próximo que se caracteriza por la
posibilidad de solucionar un problema más complejo con la ayuda del profesor o de otra
persona con más conocimientos que el niño. El Profesor afirma que las intervenciones
del maestro son realmente eficaces, ya que le ayuda a encontrar el modo de solucionar
el problema.
419
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Los números tienen algunas propiedades que ayudan a su manejo y cuyo conoci-
miento facilita mucho su utilización, ya que los números son muy versátiles y sus com-
binaciones pueden ayudar mucho a jugar con ellos. Entre otras estrategias podemos uti-
lizar las siguientes:
Estrategia de adición.
420
Tesis Doctoral
1 2)
Se representa el minuendo y el sustraendo con objetos, dedos o imágenes, hace una co-
rrespondencia uno a uno entre sus elementos y cuenta el número de elementos que no
tienen pareja.
Los profesores proponen como modelo para la resta de combinaciones de N-1 y N-2 el
juego del bingo.
Las tarjetas que se presentan son una resta. En el ejemplo de la tarjeta 7-2, se debe
hacer la resta y tachar el número 5 de su cartón. En el ejemplo de 15-1, el niño debe
tachar el número 14 (Fig. 6.11).
El profesor Bermejo y Betancourt encuentran que los alumnos muestran grandes difi-
cultades en la aplicación de los procedimientos algorítmicos; posiblemente porque no
asimilan el significado de lo que están haciendo. Memorizan los pasos pero sin com-
prenderlos, lo que les lleva a cometer los típicos errores de orden (poner en la misma
columna decenas y unidades y sumarlo como decenas) o de ejecución de los pasos (ol-
vidarse de lo que se “llevan”), debido a que el algoritmo es algo completamente formal
y el niño no ha madurado suficientemente para comprenderlo. Desde el punto de vista
421
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
de los estadios establecidos por Piaget, la utilización de los algoritmos es algo anacróni-
co y, por tanto, negativo para el aprendizaje de las matemáticas en niños que comienzan
la escolarización.
Los profesores ofrecen una definición bastante farragosa de logaritmo que transcri-
bimos literalmente: “se puede definir el algoritmo como un método sistemático para
resolver operaciones numéricas, que consta de un conjunto finito de pasos guiados por
unas reglas que nos permiten economizar el cálculo y llegar a un resultado exacto. Para
manejar estos algoritmos es indispensable que previamente el niño maneje la operación
mentalmente, así como el sistema de numeración decimal.
a) Son específicos: es decir, cada algoritmo tiene unas reglas específicas que guían
nuestras acciones para llegar a un resultado acorde con la operación planteada.
b) Generalidad: esto quiere decir que problemas de la misma naturaleza pueden re-
solverse con el mismo algoritmo.
Los algoritmos son protocolos que guían la forma en que deben ser manejadas las
cantidades matemáticas para alcanzar una meta o la solución de un problema. Su efi-
ciencia ha quedado demostrada a lo largo de los siglos y en diferentes culturas. El único
problema que presentan los logaritmos es su alta formalidad y, por tanto, su difícil com-
prensión en niveles bajos de desarrollo. Por otra parte, no son el único camino que lleva
a la meta. Existen otras técnicas que se pueden utilizar y, de hecho, se utilizan en dife-
rentes edades y con diferentes niveles de instrucción. Tanto los algoritmos formales
como los informales deben cumplir ciertos requisitos:
1) ser eficientes.
422
Tesis Doctoral
A modo de ejemplo hemos elegido este algoritmo de rejilla que se aparta de los algo-
ritmos formales tradicionales. Según el Profesor, parece ser que data del siglo X y fue
muy popular durante los siglos XIV y XV en Europa. Es fácil, evita las llevadas hasta el
final del proceso, aunque ignora el valor de la posición del número. Para emplearlo, se
dibuja una rejilla con tantas celdillas como cifras tengan los números.
Cada celdilla se divide con una diagonal por la mitad. Se coloca el multiplicando en
la parte superior de la rejilla y el multiplicador a la derecha de la misma. Después se
empieza a multiplicar cada cifra, colocando las decenas en la parte superior de las celdi-
llas y las unidades en la inferior. Finalmente, se suman los contenidos de las celdillas en
diagonal. Por ejemplo, para multiplicar 38 x 45.
Otras estrategias que proponen los profesores son el método de sumas repetidas, el
modelo de productos
parciales, el modelo de
partición de número, el
modelo de restas repe-
tidas, el modelo de
aproximaciones sucesi-
vas, el método de des-
composición del divi-
dendo.
El Profesor tiene en
cuenta que la enseñanza
del algoritmo clásico no Figura 6.12. Algoritmo de rejilla
está al alcance de la
comprensión de los niños de primaria, por eso proponen que su enseñanza sea progresi-
va: “Por ello, parece recomendable “aparcar” la enseñanza del algoritmo tradicional
como forma prioritaria de cálculo, siendo preferible iniciar estos aprendizajes y em-
pleando las estrategias propias de los alumnos, permitiendo la reflexión colectiva sobre
423
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
cada una de estas estrategias, evaluando su utilidad, para poco a poco ir introduciendo
formas más abstractas, sistemáticas y económicas de cálculo” (Bermejo, 2004, 210).
El Profesores están de acuerdo con las etapas que propuso Maza Gómez en su obra
Sumar y restar, publicada en 1991, que son las siguientes:
Según el Profesor, una secuencia instruccional que podría resultar adecuada pa-
ra este objetivo sería aquella que incluyera:
424
Tesis Doctoral
Los profesores M. Blanco y V. Bermejo analizan en este capítulo las dificultades que pre-
sentan algunos niños a la hora de enfrentarse a la comprensión y manejo de los cálculos
matemáticos. Estos niños que tienen un rendimiento inferior a la media en alguno de los
componentes de las matemáticas deben tener una atención individualizada para que mejo-
ren su rendimiento.
Los Profesores sólo se van a centrar en los déficits en el aprendizaje y manejo de las
matemáticas, aunque algunos otros retrasos puedan influir grandemente también.
Los profesores utilizan de base la Ley de Calidad de la Educación (2002), que hace
una referencia directa a las Necesidades Educativas Específicas. Apoyándose en esta ley
consideran que los niños que tienen Dificultades de Aprendizaje en Matemáticas
(DAM) caen dentro de este grupo, ya que:
En primer lugar los profesores muestran las dificultades y problemas que causa diagnos-
ticar a un niño con Dificultad de Aprendizaje. Su experiencia personal, y la literatura
circulante, muestra que cuando le dicen a los Padres que su hijo tiene dificultades de
aprendizaje, tanto profesores como padres presionan al niño para que muestre más inte-
rés en lo académico. También aconsejan a los padres que lleven al niño a clase de recu-
peración, que le pongan un profesor particular, que lo lleven al psicólogo. De esta ma-
425
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
nera, comentan los profesores Blanco y Bermejo, que no es extraño que muchos de es-
tos niños muestren signos de depresión o ansiedad, tengan pesadillas, dolor de estóma-
go, miedos, etc. Esta situación afectiva también afecta a los resultados en las pruebas de
CI o a la competencia curricular de otras áreas en las que antes no presentaban proble-
mas.
2° Su inteligencia debe ser normal (superior a 80-90), lo que no implica que deba haber
discrepancia CI – rendimiento.
Los profesores siguen la tipología propuesta por Kosc (1974) y justifican esta elección
por ser una de las más citadas en la literatura científica, aunque, reconocen, que difícil-
mente se observan en la escuela discalculias tan específicas. Lo normal es encontrar
niños que muestran errores típicos de dos o más subtipos.
426
Tesis Doctoral
También recogen una tipología más actual, la de Geary (1994), quien considera que
existen tres déficits específicos: semántico, procedimental y visoespacial y que afectan a
cinco componentes potenciales:
3. Conocimiento conceptual.
4. Memoria de trabajo.
427
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
hechos numéricos.
En algunos casos los niños con DAM muestran dificultades en el desarrollo motor,
en la organización visoespacial y en la competencia social.
Realmente son muy interesantes las recomendaciones que hace el Profesor a los pa-
dres y a los maestros: “Los padres y los profesores no suelen preocuparse a pesar de la
mala coordinación, de la lenta adquisición de las habilidades motoras y la poca explora-
ción del espacio. Incluso pueden pensar que el niño tiene capacidades superiores, pues
en algunos casos hablan y aprenden a leer muy pronto. Muchos llegan a los 10-14 años
sin haber sido evaluados por parte de los Equipos Psicopedagógicos. Si a esta edad pre-
sentan problemas emocionales, los orientadores pueden considerar que estos problemas
son la causa de las actuales dificultades escolares. Para obtener un diagnóstico más fia-
ble sería útil hacer un análisis en profundidad de los cuadernos de los primeros años de
escolaridad, pero para ello sería recomendable que los profesores creasen unas “carpetas
de trabajos de los alumnos” en las que se recogieran algunas muestras de las actividades
individuales realizadas en clase a lo largo de los diferentes cursos” (Blanco y Bermejo,
2004, 223).
La intención fundamental del profesor Bermejo para escribir este libro (Cómo enseñar
matemáticas para aprender mejor) fue poner en manos de los maestros y padres un
manual que les diese pautas de actuación y estrategias para que los niños aprendiesen
con más facilidad las matemáticas. En los casos especiales en que los niños tienen difi-
cultades específicas en el aprendizaje y manipulación de los números, adquieren un re-
lieve especial las estrategias que ayuden a los niños con dificultades específicas. Así,
los profesores dedican largo apartado a explicar algunas de las estrategias que ha mos-
trado mayor eficacia a la hora de vencer los obstáculos de los niños más vulnerables al
fracaso escolar, en especial al fracaso en matemáticas.
Los profesores presentan en primer lugar algunas ideas básicas válidas en cualquier
situación de fracaso escolar y que son las siguientes:
428
Tesis Doctoral
-Estructurar los temas de modo que el aprendizaje parta de los materiales y del conoci-
miento previo del niño.
-El profesor u otro alumno pueden hacer de modelo, realizando demostraciones del pro-
ceso seguido en un razonamiento o poniendo en práctica un determinado procedi-
miento.
Más en concreto, señala el Profesor, es útil para la enseñanza ante las matemáticas:
-Partir de la matemática informal y de lo que conoce el niño
429
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
O la escala numérica. Comentan los atores: la escala numérica se puede utilizar tanto
para restar como para sumar, pero la idea ofrecida por algunos autores de combinar la
escalera con el de regletas con puntos nos parece muy interesante, ya que permite al
niño un apoyo visual en el desarrollo de estrategias de retrocontar para la resta o contar
desde uno de los elementos de la suma, pues en todo momento pueden ver en la escalera
el número de elementos de cada escalón, como puede verse en la escala numérica de
Brissiaud (1989), que reproducimos al lado del texto.
Comentan los autores que para evitar confusiones conviene guardar cierta coheren-
cia en el uso de estos materiales. Por ejemplo, casi todos los libros de matemáticas de
educación primaria representan las unidades como un cuadrado azul, y las decenas co-
mo una barra roja y las centenas como una tableta verde. Pero podría ser más útil repre-
sentar estos elementos en cartulinas o madera y que los niños puedan manipularlos des-
de Educación Infantil, antes que dedicar tiempo al aprendizaje de la relación color-
número de las regletas de Cuisenaire que sólo se utiliza en esta etapa. Igualmente, sería
bueno emplear los mismos materiales en la clase ordinaria que en la clase de apoyo o al
430
Tesis Doctoral
realizar las tareas en casa. Lo mismo ocurre con respecto al modo de representar la des-
composición numérica: dígitos de colores, representación con el ábaco y representación
con cuadros y barras.
-Interrelación cara a cara: Supone que la situación ambiental les permite el contacto
ocular y que los estudiantes puedan discutir.
-Responsabilidad individual: Cada miembro del grupo tiene que trabajar y no permite
que otro realice todo el trabajo.
Por otra parte, hay algunos factores que favorecen el aprendizaje cooperativo y que los
profesores Blanco y Bermejo ponen de relieve:
-Conviene asignar responsabilidades concretas a cada miembro del grupo, por ejemplo
nombrando un portavoz, un encargado de realizar los cálculos, de dibujar o de redac-
tar la respuesta. Podemos encomendar al alumno con dificultades aquellas tareas en
las que sea más hábil.
-Distribuir el espacio para que los estudiantes interaccionen en pequeños grupos de cua-
tro o cinco niños.
-Conviene que los grupos sean heterogéneos, es decir, con diversos niveles de habili-
431
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
dad.
-El profesor debe monitorizar el progreso de los estudiantes, facilitar el trabajo del gru-
po haciendo preguntas que les ayuden a resolver sus tareas y reforzar el esfuerzo de
los niños para trabajar de forma cooperativa e investigar las soluciones de los pro-
blemas.
Algunas actividades de tipo cooperativo se pueden realizar, tal como suelen hacer los
profesores de Educación Infantil, por medio de operaciones. Como por ejemplo com-
prar y vender en “la tienda” o resolver problemas aplicando diversas unidades de medi-
da en “la cocina”. Con el fin de que la actividad sea provechosa para el alumno con di-
ficultades conviene trabajar antes con él los contenidos de la actividad (Blanco y
Bermejo, 2004, 228-9).
Los métodos de compensación, por otra parte, sirven fundamentalmente para avanzar
en un aspecto específico de las matemáticas. Por ejemplo, si el niño tiene dificultades
para aprender hechos numéricos (por ejemplo, 5 x 7 = 35), se le puede permitir al niño
usar una tabla de multiplicar para realizar cálculos complejos y resolver problemas. Es
432
Tesis Doctoral
preferible la tabla a la calculadora porque con la tabla puede ver el resultado de cada
operación.
-Enseñarle estrategias de hechos numéricos para el cálculo mental, como por ejemplo
los dobles y su relación con el doble más uno (5+5 y 5+6).
Los dos mayores problemas que pueden tener los niños con dificultades para el aprendiza-
je de las matemáticas es: a) comprender lo que se les dice y b) comprender los símbolos,
los gráficos o las representaciones visuales.
433
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
derecha para empezar por ese lado”, “compruebo si el número del minuendo es mayor
que el del sustraendo en la columna de las unidades”, etc. Debe aprender verbalmente
estos pasos y aplicarlos a las operaciones hasta que alcance cierta pericia” (Blanco y
Bermejo, 2004, 232).
El niño se siente satisfecho con su trabajo cuando es capaz de llevar a cabo una tarea
sin recibir ayuda del profesor o de sus compañeros. Desde esta perspectiva, afirma el
Profesor, conviene que el alumno se enfrente a la tarea y desarrolle todas las funciones
ejecutivas que puedan estar influyendo negativamente en la consecución de los objeti-
vos de la tarea: planificar la actividad, estimar el resultado posible, seguir los pasos
marcados, repasar, valorar la coherencia del resultado y autocorregirse. En el esquema
434
Tesis Doctoral
siguiente proponen los profesores un modelo de autorregulación para que los alumnos
lleguen a tener autonomía y con ella autoestima.
Como conclu-
sión a este aparta-
do, los profesores
Blanco y Bermejo
dan unas recomen-
daciones que se
pueden considerar
un recordatorio o
recopilación de lo
que han dicho a lo
largo del libro:
“Los orientadores
procurando su de-
tección precoz y
realizando un ase-
soramiento global,
no sólo en lo que se
refiere a la compe-
tencia curricular en matemáticas, sino también en el desarrollo de sus potencialidades y
la prevención de problemas de autoestima. Los profesores, dando una respuesta diferen-
ciada a estos alumnos que contribuya a la adquisición de conceptos y algoritmos mate-
máticos funcionales que les permitan enfrentarse a la vida cotidiana. Los padres procu-
rando no enfocar toda su relación con su hijo en las tareas escolares, buscando
momentos y actividades de ocio que le permitan sentirse seguro y aceptado. Y la Admi-
nistración procurando suficientes recursos personales para poder ofrecer una atención
de calidad a todos los alumnos con necesidades escolares especiales, así como facilitan-
do y propiciando una mayor coordinación docente” Blanco y Bermejo, 2004, 237).
435
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
6.14. Conclusiones
Se puede considerar que el campo de investigación más fecundo del profesor Bermejo
ha sido el de las matemáticas. Ya desde niño sintió una gran afición y facilidad para
solucionar problemas matemáticos y para manejar los símbolos propios de una ciencia
formal.
Por eso, cuando se le pregunta sobre su producción científica, responde que las obras
que más satisfacción personal le han producido han sido dos de sus libros: “el primero
es el libro El niño y la aritmética, que recoge y analiza los resultados de las principales
investigaciones realizadas hasta el momento en todo el mundo, incluidas las mías, en el
ámbito del conteo y las operaciones de sumar y restar. En cambio, la segunda obra que
supuso para mí también especial deleite fue Cómo enseñar matemáticas para aprender
mejor. El objetivo primordial de este libro residía en ofrecer colaboración para mejorar
el rendimiento matemático de nuestros escolares.
El leitmotiv que mueve al Profesor a escribir no sólo estos libros, sino infinidad de
artículos es que el rendimiento de los escolares españoles en matemáticas es intolerable,
según ha declarado en varias ocasiones. Y este es el motivo por el que escribió Cómo
enseñar matemáticas para aprender mejor. Esto lo pone de relieve una y otra vez cada
vez que se le pregunta: “el objetivo principal perseguido con esta obra fue ayudar para
mejorar el rendimiento matemático de los escolares españoles que, según las evaluacio-
nes autonómicas, nacionales e internacionales, suelen ocupar las últimas posiciones en
el ranking de las puntuaciones en matemáticas. Me resulta inaceptable e intolerable el
bajo rendimiento de los escolares españoles en matemáticas. Este libro pretende mostrar
cómo hay que enseñar las matemáticas de una manera eficaz, si conocemos primero
cómo aprende el niño las matemáticas. No olvidemos que el protagonista del aula es el
niño aprendiendo.
Su segunda pasión es la psicología, de una manera especial la que aprendió con Pia-
get en Ginebra, que ha puesto al servicio de las matemáticas con una pasión propia de
su temperamento. Porque la relación entre la psicología y la educación es sumamente
importante, pero a su vez de una amplísima extensión. En especial la psicología evolu-
tiva y del aprendizaje nos muestra al niño adquiriendo unos contenidos matemáticos
436
Tesis Doctoral
concretos, al mismo tiempo que la educación nos aporta el modo eficaz de su enseñan-
za.
Estos dos libros, en especial Cómo enseñar matemáticas para aprender mejor, pro-
pone una gran cantidad de información teórica y práctica, para ayudar al profesor y al
alumno interactuando en el aula. El alumno aprendiendo es el único protagonista del
aula. Esta interacción la entiende el profesor Bermejo desde las teorías constructivistas
como una actividad del alumno que construye sus propios conocimientos matemáticos,
y al profesor ayudando y apoyando al alumno para facilitarle la construcción de sus
propios conocimientos. Su lema es: “El alumno es el único protagonista del aula.”
Frente a la enseñanza de tipo tradicional, que consiste en repetir lo que dice el profe-
sor y memorizar los contenidos escolares, una enseñanza pobre e inadecuada, la ense-
ñanza moderna, que se basa en la maduración y desarrollo de la inteligencia, propone
que la labor del profesor consiste en ayudar, hacer pensar, apoyar, facilitar el proceso
constructivo que está realizando el niño en su aprendizaje. Para ello el profesor debe
conocer y aplicar la psicología del desarrollo del niño y su forma de asimilar los cono-
cimientos.
437
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Art Baroody
Rochel Gelman
Rochel Gelman nació en Toronto, Canadá, de padres que vinieron de las comunidades
judías muy religiosos del Este de Europa. Optó por
seguir las matemáticas, la física y la química para la
educación. Estudió en la Universidad de Toronto, y
participó en la investigación en tres laboratorios.
Después de graduarse de la Universidad de Toronto,
fue a la Universidad de California en Los Ángeles
(UCLA) y tomó clases de aprendizaje humano y de
desarrollo. Gelman está casada con su compañero
psicólogo C. Randy Gallistel. Es miembro de la Aca-
demia Nacional de Ciencias, ganadora del Premio a la
Contribución Distinguida Científica de la Asociación
438
Tesis Doctoral
Thomas P. Carpenter
Ha sido director del centro nacional para mejorar el aprendizaje del estudiante y el logro
en Matemáticas y Ciencias desde 1999 hasta marzo de 2004, y en el otoño de 2003,
439
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
asumió el cargo de director del consorcio conocido como DiME/CLT, para la diversi-
dad en educación matemática, el Centro para la Enseñanza y el Aprendizaje.
Karen Fuson
Los títulos de los proyectos tienen enlaces a webcasts que Karen Fuson desarrolló
para explicar las matemáticas CCSS y mostrar ayudas visuales para la comprensión del
estudiante. Los ejemplos provienen de investigaciones realizadas desde el jardín de in-
fancia hasta el grado 6º, publicadas por Houghton Mifflin Harcourt. El soporte visual es
muy importante en las matemáticas CCSS, y pueden ayudar a profesores y otros educa-
dores o padres a comprender las matemáticas CCSS y a cómo los estudiantes pueden
aprender en el aula.
440
Tesis Doctoral
Lauren B. Resnick
Robert Siegler
441
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Esta investigación ha llevado a aplicaciones prácticas. Por ejemplo, sugirió que cier-
tos tipos de juegos numéricos de tablero serían especialmente útiles para mejorar la
comprensión numérica de los niños pequeños. Pruebas experimentales de esta predic-
ción produjeron resultados alentadores; los juegos de mesa produjeron grandes avances
en la comprensión numérica de los niños en edad preescolar y jóvenes de la escuela
infantil que fueron rápidas y duraderas. Las ganancias eran especialmente grandes entre
niños en edad preescolar de bajos fondos. Investigaciones recientes del Dr. Siegler con
fracciones ha estimulado el desarrollo de juegos de computadora que ayudan a los niños
mayores a superar las muchas dificultades que tienen con las fracciones.
442
Tesis Doctoral
443
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
444
Tesis Doctoral
445
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo: Creo que he sido una persona especialmente dotada para las mate-
máticas que, por otra parte, he disfrutado mucho estudiándolas y solucionando proble-
mas, aunque les haya dedicado menos tiempo relativamente que a otras asignaturas. Así
aconteció durante los últimos años escolares que, frecuentemente, el maestro me indica-
ba que enseñara a su hijo Román a sumar y restar en el encerado que había a un lado en
el centro escolar durante el tiempo que los demás compañeros estudiaban matemáticas,
que yo ya conocía. Y algo similar ocurrió durante mis años de bachillerato, que además
de obtener varias matrículas de honor en matemáticas, dedicaba la mayor parte del
tiempo de estudio asignado a las matemáticas, para estudiar otras materias, como, por
ejemplo, historia, geografía, etc., que requerían más memorización que las matemáticas.
Recuerdo que en cuarto curso de bachillerato existía cierta rivalidad con un compañero,
llamado Jesús, que tenía fama de trabajar mucho y ante un problema de matemáticas
que no fue capaz de solucionar, le dije que era muy sencillo. Minutos después, el profe-
sor explicó y solucionó el problema en clase llenando de números todo el encerado, y
entonces me dijo el susodicho compañero con cierta sorna que no era tan fácil el pro-
blema. Entonces le dije al profesor que podía solucionarse el problema de otro modo
mucho más sencillo, y me invitó a mostrarlo en el encerado. Lo hice en dos minutos y el
profesor nos dijo que efectivamente mi propuesta era correcta, pero que él había prefe-
rido mostrarnos otro procedimiento para resolver el problema. Lamentablemente mi
opción de vestir los hábitos dominicanos me obligó a estudiar filosofía, abandonando
mi posible formación en matemáticas superiores.
Edith: Los estudios filosóficos, pero sobre todo los teológicos, fueron tan absorbentes
que consiguieron que las matemáticas quedaran en un segundo plano.
Vicente Bermejo: Sí, pero no obstante, años más tarde, las matemáticas resurgirán de
nuevo en mi vida, como el ave fénix resurge de sus cenizas con su plumaje rojo, anaran-
446
Tesis Doctoral
jado y amarillo incandescente, para investigar con profundidad durante tres décadas
aproximadamente, y en más de cien publicaciones, el desarrollo matemático en los ni-
ños, cómo aprenden las matemáticas y cómo hay que enseñarlas en el aula.
Vicente Bermejo: En el año 1984 derivo mis investigaciones hacia el desarrollo del
pensamiento matemático en los niños, que es un tema estrechamente relacionado con la
lógica infantil. Años más tarde mis investigaciones se centran en cómo aprende el niño
las matemáticas y cómo hay que enseñarlas para mejorar el rendimiento matemático de
los niños. Con este objetivo llevo a cabo un conjunto de investigaciones que desembo-
can lógicamente en la propuesta de un modelo de intervención en el aula de matemáti-
cas denominado PEIM (Programa Evolutivo Instruccional para Matemáticas).
Edith: En el caso del estudio de las matemáticas está claro que se junta lo vocacional
con la necesidad de dar respuesta a un grave problema educativo en España
Vicente Bermejo: Los factores que despertaron mi interés por el estudio del aprendiza-
je/enseñanza de las matemáticas en el niño a mediados de los años ochenta son múlti-
ples. Resaltaré algunos de ellos. El primero fue mi predisposición positiva hacia las ma-
447
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
temáticas desde mis años infantiles, como ya he señalado. Francamente disfrutaba re-
solviendo problemas matemáticos. El segundo surgió de las investigaciones realizadas
sobre la lógica infantil al inicio de los años ochenta, que me condujeron casi necesaria-
mente a la investigación sobre matemática infantil. Y, finalmente, el conocimiento de
los malos resultados obtenidos por los escolares españoles tanto en las evaluaciones
matemáticas nacionales, como internacionales, también incidieron y me llevaron a estu-
diar y analizar los malos rendimientos de los niños españoles.
Vicente Bermejo: Se podría decir que mi investigación ha seguido estos pasos: 1) desa-
rrollo/aprendizaje de conceptos matemáticos, 2) después evaluación, 3) y finalmente
intervención en el aula de matemáticas para mejorar la formación matemática de los
escolares españoles. El culmen o cumbre de decenas de trabajos llega con la propuesta
de un modelo de intervención en el aula de matemáticas (PEIM) y un ejemplo de inter-
vención específica o microgenética en matemáticas. El Ministerio de Educación conce-
dió en 1998 un premio Nacional de Investigación Educativa honorífico a una de mis
investigaciones realizadas sobre el PEIM (Programa Evolutivo Instruccional para Ma-
temáticas). En 2007 se concede a Margarita Blanco Pérez el Primer Premio de Tesis
doctoral del Ministerio de Educación y Ciencia en la modalidad de Tesis doctoral en el
Concurso Nacional de Premios a la Investigación e Innovación, siendo yo mismo el
director de la tesis.
448
CAPÍTULO VII
PEIM: UN PROGRAMA DE IN-
TERVENCIÓN PARA LA MEJO-
RA DEL RENDIMIENTO MA-
TEMÁTICO
449
7.1. Introducción
Esta obra comienza con un Abstract, que debería estar en inglés, aunque nos sor-
prendió que estuviera en español. Es una réplica abreviada de la Introducción, posible-
mente, en un principio, la intención fue traducirla al inglés.
Para realizar esta tarea, el profesor Bermejo analiza algunos programas que están te-
niendo éxito en diferentes países que hace años tenían nuestro mismo problema. Las
claves del éxito están en la actitud activa y constructiva de los estudiantes, y en el papel
del profesor, que debe tener una formación informada respecto al aprendizaje de los
contenidos específicos.
La segunda parte de esta obra recoge la implementación del PEIM en primer curso
de Educación Primaria (EP) para la adición y sustracción. Para ello se han realizado
dos diseños empíricos. Por una parte, dice el profesor Bermejo (2002, XVI), “nos pa-
reció, no obstante, conveniente estudiar empíricamente cómo los niños madrileños
adquirían estas dos operaciones, secuenciando los distintos aspectos de las mismas en
451
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
función de su dificultad. Una vez establecida esta jerarquización para los niños madri-
leños, iniciamos la implementación propiamente dicha del PEIM en tres aulas expe-
rimentales y dos de control.
La conclusión más evidente del estudio lo resumen así los autores del estudio:
“los efectos de la intervención se manifiestan claramente no sólo en la mejora del
rendimiento matemático de los niños pertenecientes a los grupos experimentales,
sino también en las creencias instruccionales de los profesores de estos grupos, de
modo que cambiaron de una actitud menos constructivista a unas creencias basadas en
la perspectiva constructivista” (Bermejo et al, 2002, XVII).
452
Tesis Doctoral
El profesor Bermejo presenta una tabla con las puntuaciones medias en el rendi-
miento en matemáticas en los cursos 8º y 7º. En esta tabla España saca una puntua-
ción media de 487 puntos en el curso 8º y de 448 en el curso 7º. Estos resultados son
comparables a los obtenidos en el año 2014 (véase la tabla 7.1) con resultados para
el conjunto global, con una puntuación de 476 en matemáticas. Aunque nuestra po-
sición respecto al resto del mundo no ha mejorado ostensiblemente, sin embargo,
respecto a las puntuaciones, se nota una ligera mejoría.
Tabla 7.1. Resultados (puntuaciones medias) en matemáticas y resolución de problemas (In-
forme Pisa, 2014)
OCDE 500.1
453
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
A continuación el Profesor se interesa por aquellos programas que han hecho avanzar
la comprensión de la matemática y están teniendo éxitos evidentes en este terreno. Estos
autores estudian fundamentalmente programas de Estados Unidos, un país que se sintió
espoleado a avanzar en las matemáticas y colocarse entre los primeros países del mun-
do. Ya en 2014 lo vemos ocupando el segundo lugar en las Olimpiadas Internacionales
de Matemáticas, por detrás de la República Popular China.
454
Tesis Doctoral
destacó que los expertos en un área se han sumergido en los fenómenos y están familia-
rizados con cómo han estado pensando sobre ellos. Cuando introducen nuevas teorías,
conceptos y principios que son relevantes para sus áreas de interés, los expertos pueden
experimentar cambios en el propio pensamiento que aportan estas ideas. Para los prin-
cipiantes, sin embargo, la introducción de conceptos y teorías a menudo parece ser la
mera introducción de nuevos hechos o procedimientos mecánicos a memorizar. Porque
los novatos no se han sumergido en los fenómenos investigados, son incapaces de expe-
rimentar los efectos de la nueva información en su propio conocimiento y comprensión
(Bransford et al. 1990).
Otro de los grupos que investigaron la mejora del aprendizaje de la matemática fue el
Programa de Instrucción Guiada Cognitivamente. Este programa proporciona un con-
texto para reflexionar y evaluar el conocimiento pedagógico en general. Reconoce que
los estudiantes tienen un conocimiento que vale la pena escuchar y aprovechar, y los
maestros tienen que evaluar su filosofía general y su papel como dispensadores de co-
nocimiento, la naturaleza de las interacciones en el aula, el uso de diferentes formas de
agrupación y similares. El conocimiento detallado que los maestros tienen sobre el pen-
samiento de los niños en matemáticas proporciona un contexto explícito para la evalua-
ción y reconceptualización de las decisiones acerca de la pedagogía que se debe utilizar.
En cierto sentido, dado que el conocimiento es tan explícito, es primordial para muchos
maestros.
El RME entiende las matemáticas como una actividad humana centrada en la solu-
ción de problemas y la construcción de significados. Por tanto, aprender matemáticas
consiste en hacer matemáticas, o dicho de otra manera, en el proceso de matematiza-
ción.
455
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Otro de los programas analizados por el profesor Bermejo es The Educational Lea-
ders in Mathematics (ELM), Los líderes educativos en matemáticas (ELM) lo forman
experimentados profesores de matemáticas, que deben reexaminar sus ideas sobre la
enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas, Este programa les brinda el apoyo para
desarrollar una visión constructivista del aprendizaje de las matemáticas y prácticas
educacionales coherentes con ese punto de vista. Con este fin ofrecieron cursos intensi-
vos de verano de dos semanas a los profesores participantes y un seguimiento semanal
de aula durante un año académico. En los cursos de verano, estos maestros experimenta-
ron las clases de matemáticas y se les animó a construir soluciones e ideas y comunicar-
las al grupo. Analizaron la comprensión de los estudiantes según lo revelado en las en-
trevistas y planearon lecciones que reflejaran sus ideas en la evolución de la enseñanza
y aprendizaje de las matemáticas. Durante el año de seguimiento en el aula, los maes-
tros trabajaron para modificar su instrucción basada en sus ideas en desarrollo sobre las
matemáticas, aprendizaje y enseñanza, asistidos por sesiones semanales de apoyo y
consulta con un miembro del personal del proyecto (Simon, 1989). Dirigieron y estudia-
456
Tesis Doctoral
ron tres ciclos de instrucción y apoyo de seguimiento con tres diferentes grupos de
maestros (Simon y Schifter. 1993).
457
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Los Profesores resumen este esquema: “el modelo del Ciclo de Enseñanza de las
Matemáticas se centra en el análisis del proceso mediante el cual el profesor toma las
decisiones de enseñanza en cuanto al contenido, diseño y secuencia de las tareas ma-
temáticas. Igualmente, se enfatiza que dicha toma de decisiones se encuentra media-
tizada por una perspectiva constructivista social, como consecuencia de los cambios
producidos en la clase de matemáticas, que pueden llevar a un cambio de planifica-
ción. En efecto, según Simon (1995) existen varios aspectos implicados en la toma
de decisiones, tal como puede observarse en la fig.7.1.
Figura 7.1. Ciclo de enseñanza de las matemáticas. (Los dominios del conocimiento del
profesor también informan de la “evaluación del conocimientos de los estudiantes” di-
rectamente).
458
Tesis Doctoral
El segundo esquema (Interacción con los estudiantes) tiene cuatro fases: a) conoci-
miento sobre lo que saben los alumnos de matemáticas; b) presentación del problema;
c) facilitación del discurso para que se comprenda el problema; d) una relación interac-
tiva con el alumno para solucionar o aclarar los problemas que se presenten.
Este segundo esquema influye directamente sobre el conocimiento que tiene el pro-
fesor sobre la asignatura de matemáticas, sobre los modelos del profesor acerca del co-
nocimiento de los alumnos, y sobre cómo enseñar y cómo se aprenden las matemáticas.
459
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Si esto es así, la tarea del educador es ayudar a los alumnos a desarrollar su capaci-
dad para el aprendizaje. El primer paso es conocer los conocimientos previos que posee
el alumno para que los nuevos conocimientos sean los adecuados. El éxito en la ense-
ñanza de las matemáticas se produce cuando el profesor adapta su enseñanza a los pro-
cesos naturales del niño.
En cuarto lugar, el profesor tiene que dar más importancia a las experiencias signifi-
cativas que a la práctica repetida.
460
Tesis Doctoral
La solución de problema constituye el medio natural para que los niños se pongan en
contacto con las matemáticas. Efectivamente, los primeros conceptos que desarrollan
sobre la adición y la sustracción proceden de contextos de la vida real en los que “se da”
o se “quita”, pero nunca de las expresiones numéricas. Además, numerosas investiga-
ciones (Bermejo y Rodríguez, 1987, 1988, 1994) muestran que cuando se pide a niños
de primer ciclo de E.P. que resuelvan problemas verbales raramente escriben la expre-
sión numérica antes de proceder a su resolución e incluso se muestran incapaces de ha-
cerlo después de resolverlos correctamente o bien escriben una expresión numérica que
no se corresponde con el procedimiento de solución elegido. Los profesores citan a
Schoenfeld (1996), que añade tres razones más:
El profesor constructivista debe poseer la competencia necesaria para evaluar los co-
nocimientos actuales de sus alumnos, y para proponer tareas que provoquen reorganiza-
ciones conceptuales en los niños. “Este comportamiento demanda el conocimiento de la
secuencia de desarrollo que siguen los alumnos en el aprendizaje de contenidos mate-
máticos específicos (p.e. la adición y la sustracción) y las estructuras generales del desa-
rrollo del alumno en el momento actual (en términos piagetianos, los estadios del desa-
rrollo). A este respecto, la mayoría de los profesores suelen tener un cierto
conocimiento de las teorías generales sobre el desarrollo intelectual (principalmente la
teoría de Piaget), pero desconocen frecuentemente las teorías evolutivas sobre el desa-
rrollo en ámbitos específicos como la lectoescritura, las matemáticas, etc. Por ejemplo,
461
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Para el profesor Bermejo, el objetivo principal del PEIM es la mejora del rendimien-
to matemático en el aula, y a ello ha dedicado varios años de investigación (Ber-
mejo, 1993, 1996; Bermejo y otros, 1997, 1998, 1999, 2000). El resultado de estos años
de trabajo es el Programa Evolutivo Instruccional (PEIM), que pretende intervenir e
incidir fundamentalmente en cuatro parámetros o factores fundamentales: los alum-
nos, el profesorado, los contenidos curriculares y el clima social del aula.
462
Tesis Doctoral
anteriores.
5. Factores evolutivos: el aprendizaje es más eficaz cuando los contenidos son apro-
piados al desarrollo del niño.
463
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Otra de las metas del PEIM es modificar las creencias y actitudes de los niños para
tengan una actitud más positiva.
Se supone que los profesores deben entender las matemáticas y tener la capacidad
para presentar las matemáticas como una empresa coherente e interconectada.
El profesor Bermejo cita textualmente este texto de Cobb et al (1991, 7), quien
considera que “el rol del profesor consistiría en resaltar los conflictos entre interpreta-
ciones o soluciones alternativas; ayudar a los estudiantes a desarrollar relaciones de
464
Tesis Doctoral
colaboración entre pequeños grupos; facilitar el diálogo matemático entre los estu-
diantes; legitimar implícitamente aspectos seleccionados de las contribuciones para la
discusión a la luz de su potencial utilidad para posteriores construcciones matemáti-
cas; proponer las explicaciones de los estudiantes en términos más sofisticados que,
sin embargo, no son comprensibles para los estudiantes, y guiar el desarrollo de las
interpretaciones que se han de compartir cuando se establece un sistema representa-
cional particular”.
Las decisiones del profesor en clase se basan en sus propios conocimientos, sus
creencias y en el comportamiento de los estudiantes.
465
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
c) Pedir a los estudiantes que clarifiquen y justifiquen sus ideas oral y por escrito.
d) Decidir qué ideas hay que profundizar durante la discusión con los estudiantes.
Las estrategias de aprendizaje de dominio específico son más eficientes que las ge-
nerales, ya que los alumnos tienen más dificultad para aplicar estrategias generales a
466
Tesis Doctoral
467
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
las dificultades interpersonales. Se puede afirmar que este tipo de aprendizaje incide
positivamente tanto en el ámbito cognitivo como en el afectivo.
Para Bermejo et al. (2002, 44), “lo que realmente importa, a nuestro entender, es
que el proceso de aprendizaje se lleve a cabo en un ambiente o contexto real para
los alumnos. Ello fomenta la autoconfianza de los alumnos y estimula las iniciativas
para adquirir nuevos conocimientos que sean significativos en su medio ambiente
cotidiano”.
468
Tesis Doctoral
Lo más urgente era llevar a cabo un trabajo experimental que permitiera jerarqui-
zar los contenidos matemáticos más relevantes del primer curso de educación prima-
ria, tal como requiere el programa, es decir secuenciar los contenidos matemáticos de
acuerdo a la evolución de los niños.
4 CAMBIO DESCONOCIDO
469
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Lo primero que hay que hacer en este tipo de intervenciones es establecer la línea
base, es decir analizar el nivel actual del conocimiento de niños y profesores sobre
todo lo referente a una comprensión de la enseñanza y aprendizaje de las matemáti-
cas. Esta primera intervención se desarrolló en varias etapas.
En primer lugar, se llevó a cabo una evaluación individual de todos los alumnos
del grupo experimental y del grupo control para poder diagnosticar los conocimientos
470
Tesis Doctoral
previos de los niños y elaborar su perfil matemático. El material utilizado fue los: que
se propusieron tanto en forma aditiva como sustractiva, excepto los problemas de
combinación que sólo admiten la forma aditiva. La incógnita podía estar en el primer
miembro de la suma o resta, en el segundo término o en el resultado. Estas mismas
pruebas se repitieron dos meses después a fin de establecer posibles diferencias entre
ellos. En las tres ocasiones se utilizaron los mismos tipos de PV (problemas verbales) y
expresiones numéricas, aunque se cambiaba el contexto y las cantidades.
Para hacer el seguimiento de las clases el profesor Bermejo y sus colaboradores tu-
471
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
vieron reuniones periódicas con los profesores (una vez al mes) y confeccionaron una
Guía de Observación de la dinámica del aula. El contenido de la Guía era el siguien-
te:
3) Los recursos didácticos (p.e., “El profesor personaliza y contextualiza las tareas”).
472
Tesis Doctoral
Se produjeron cambios significativos en el profesor 1 (Gex I), entre los dos pases
del Cuestionario II de creencias. Estos cambios se dieron respecto a la aplicación de
los principios constructivistas a la enseñanza de la suma y la resta.
Aunque los cambios se dieron en todos los profesores, han existido diferencias
significativas. Por ejemplo, el profesor 3 (Gex III) priorizó los PV en la enseñanza de
la adición y sustracción, mientras que los otros dos profesores hicieron hincapié en las
expresiones numéricas y relegaron a un segundo plano los diferentes tipos de PV. Sin
embargo, ninguno alcanzó el nivel 4 de instrucción propuesto por Fennema et al.
(1996) en el que los profesores individualizaban la planificación y enseñanza de las
matemáticas. El profesor 3 se situó casi en el nivel III, Los dos profesores restantes
estarían en el nivel II, porque propusieron diferentes PV, pidieron a los niños que ex-
plicaran sus procedimientos de resolución, y también les instruyeron en procedi-
mientos específicos de resolución de los problemas. Por ejemplo, el profesor 1 (Gex
I) enseñó a los niños la estrategia de la “escalera” para resolver tareas aditivas en las
que se desconoce uno de los términos (p.e., 4+ = 9, tienen que contar desde el 4 al 9
como si subieran una escalera).
473
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
1) El nivel de rendimiento de los niños de todos los grupos mejoró en todas las tareas
en el transcurso de las distintas evaluaciones, lo que, por otra parte, constituye un
dato lógicamente esperado.
1) los problemas de combinación son más fáciles que las restantes tareas aditivas,
incluso más que las expresiones numéricas
3) Con respecto a las demás tareas, las expresiones numéricas sólo resultaron más
fáciles, con una diferencia estadísticamente significativa, que los PV de igualación
en la segunda evaluación y que los problemas de comparación e igualación en la
evaluación final.
Por otra parte el incremento del tiempo dedicado a la instrucción de los PV, en de-
trimento del dedicado a las expresiones numéricas no ocasionó una baja del rendi-
miento de estos niños en las expresiones numéricas, como se puso de manifiesto en
los resultados de la tercera evaluación.
474
Tesis Doctoral
Los profesores explican este resultado afirmando que; “esta diferencia se debió
fundamentalmente al efecto de la tarea expresiones numéricas. Efectivamente, suele
haber un desfase en la enseñanza de la sustracción frente a la adición, de modo que
se enseña primero la adición y sólo más tarde la sustracción. Dicho desfase, como
hemos señalado en la primera parte de este estudio, no se justifica si atendemos al
desarrollo espontáneo de estos conceptos matemáticos en el niño. Los primeros con-
ceptos relacionados con la adición y sustracción tienen que ver con el hecho de “aña-
dir” o “quitar” a un conjunto ya formado, y estas situaciones son igualmente sencillas
para los niños. Las dificultades surgen cuando se introduce la representación formal
de estas operaciones. En este sentido, se asume que el aprendizaje del algoritmo de la
sustracción resulta más complejo que el de la adición y, por esa razón, este último se
enseña antes” (Bermejo et al., 2002, 108).
En este apartado los profesores estudian las diferencias que han encontrado entre la
primera y la tercera evaluación respecto a los errores cometidos por los niños en las
475
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
diferentes tareas. La primera evaluación sirve de línea base con la que contrastar los
resultados obtenidos después de un entrenamiento, tanto de profesores como de
alumnos, en las técnicas aportadas por el construccionismo para la enseñanza de las
matemáticas.
“inventar la respuesta”
“transformar el problema”
“palabra clave”
476
Tesis Doctoral
“no saber hacerlo con las cantidades grandes” “sumar las unidades con las decenas”.
Los errores de ejecución hacen referencia al error que cometen los niños en el de-
senvolvimiento de la solución del problema cuando se equivocan en las cantidades
recogidas en el problema:
“conteo”
Para el doctor Bermejo, la mayoría de los errores en todos los grupos se debieron
bien a una falta de competencia conceptual relacionada con la comprensión de la estruc-
tura semántica del problema, bien a un desconocimiento de las funciones de las canti-
dades o símbolos matemáticos en la operación, en el caso de las expresiones numéricas
lo que estaría en concordancia con los estudios de Cummins, 1991; Davis-Dorsey,
Ross y Morrison, 1991; De Corte, Verschaffel y De Win, 1985.
El error conceptual más frecuente consistió en “repetir una de las cantidades”, tam-
bién “inventaban la respuesta”; y en las expresiones numéricas destacó el error de “no
conocer el signo”.
En la segunda evaluación se nota una maduración de los niños respecto a las ope-
raciones matemáticas, ya que los errores no versan exclusivamente sobre la falta de
comprensión de las estructuras y de los procedimientos de resolución, sino que en
algunos casos (combinación, cambio y expresiones numéricas, preferentemente) los
errores son ahora de ejecución, lo que supone un mayor nivel de desarrollo matemá-
tico en estos escolares (Bermejo et al., 2002).
477
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
478
Tesis Doctoral
proceder a su representación, es decir, en este último caso son capaces de llevar a ca-
bo una representación semántica del problema, aunque inadecuada” (Bermejo et al,
2002, 115-6).
Las conclusiones generales las pondremos ad pedem literae, ya que son cortas y no ne-
cesitan explicación por nuestra parte.
2°) Con respecto a Los PV, hemos propuesto una nueva clasificación de los mis-
mos, que resulta más exhaustiva que las tipologías clásicas conocidas.
479
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
4°) Hay igualmente diferencias evolutivas entre los grupos experimentales con respec-
to al tipo de estrategia utilizada para resolver las tareas propuestas, así como con
respecto a los errores cometidos. Ello quiere decir que cada curso tendía a utilizar
unas estrategias determinadas y a cometer igualmente unos errores peculiares.
5°) Por último, en los resultados de esta investigación (Fase la) no se encuentra una
relación directa entre la estrategia correcta empleada o el error cometido y un tipo
de PV en particular.
480
Tesis Doctoral
gar, el PEIM otorga un papel relevante al rol del profesor, favoreciendo la toma de de-
cisiones informadas y respetando el estilo docente de cada uno.
Desde este marco teórico, los resultados obtenidos en esta Fase 2a confirman lar-
gamente la eficacia positiva del PEIM. En concreto, resaltamos primero algunos cam-
bios importantes referidos a los profesores de los grupos experimentales:
1) El PEIM afectos afectó a la enseñanza de los PV, en el sentido de que estos profe-
sores insistieran en la enseñanza de los mismos más de lo que venían haciendo has-
ta ese momento.
481
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Resumiendo, los efectos positivos del PEIM son patentes, tanto en los cambios acon-
tecidos en los profesores como en la mejora del rendimiento matemático de los alum-
nos. Sin embargo, quedan algunos aspectos del PEIM que no han sido tenidas en cuenta
parcial o totalmente en este estudio empírico. El primero de ellos se refiere a la necesi-
dad de trabajar aún más con el profesorado en lo relativo a la participación e iniciativas
por parte del alumno. En segundo lugar, esta investigación no ha insistido suficiente-
mente en la construcción de conocimientos por parte del alumno a partir de los inter-
cambios con sus compañeros de aula. Finalmente, tampoco se ha incidido suficiente-
mente es sobre el cambio de creencias y actitudes de los profesores y alumnos hacia la
enseñanza-aprendizaje de las matemáticas. Estos aspectos serán objeto de estudio en
futuros trabajos. El PEIM es un programa de intervención complejo que requiere la rea-
lización de varios estudios empíricos que validen, junto con la investigación aquí pre-
sentada, sus prometedores y reales efectos positivos para la mejora del rendimiento ma-
temático en el aula” (Bermejo et al 2002, 124-6).
Este sentido hay que resaltar las aportaciones de la tesis doctoral de la Doctora María
Pilar Ester Mariñoso, extendida en la universidad de Zaragoza, 2015, titulada Enseñan-
za constructivista de las matemáticas en el Primer Ciclo de Educación Primaria. Apli-
cación del programa PEIM es la resolución de problemas. La tesis obtuvo la nota “cum
laude” y, entre otras conclusiones escribe: “gracias al programa being hemos puesto de
manifiesto que cualquier intervención constructivista, o reducirá que si da en el tiempo,
puede mejorar la competencia matemática de los alumnos” (p.391).
482
Tesis Doctoral
han tenido un peso mayor. Proponemos algunos nombres según el número de obras
que se han consultado de ellos: Thomas Carpenter, Elizabeth Fennema, Paul A. Cobb,
Lauren B. Resnick, James Hiebert, y Erik De Corte.
Tenemos que señalar que una de las fuentes principales para la construcción del
PEIM es la investigación llevada a cabo por el profesor Bermejo y sus colaboradores
durante más de cuarenta años de investigación en el campo de la enseñanza de las ma-
temáticas. Su bibliografía es muy extensa y rica. El número de obras que cita el profesor
y sus colaboradoras ocupa el tercer lugar en el ranking de autores más citados.
A continuación proponemos una breve biografía de estos autores que han servido
como fundamento para levantar sobre ellos esta obra, y el interés mostrado en el cambio
y mejora de la enseñanza de las matemáticas.
Thomas Carpenter
Entre sus proyectos de investigación con relación a las matemáticas podemos destacar:
483
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
National Center for Improving Student Learning and Achievement in Mathematics and
Science (NCISLA).
National Center for Improving Student Learning and Achievement in Mathematics and
Science--Algebraic Reasoning in the Elementary Grades.
National Center for Improving Student Learning and Achievement in Mathematics and
Science--Classroom Assessment as a Basis of Teacher Change.
National Center for Improving Student Learning and Achievement in Mathematics and
Science--Communication Program.
National Center for Improving Student Learning and Achievement in Mathematics and
Science--Cross-Site Analyses of District and School Contexts.
National Center for Improving Student Learning and Achievement in Mathematics and
Science--Extending Arithmetic to Algebraic Reasoning.
National Center for Improving Student Learning and Achievement in Mathematics and
Science--Modeling for Understanding in Science Education (MUSE).
National Center for Improving Student Learning and Achievement in Mathematics and
Science--Statistics in the Middle Grades.
La siguiente carta del Dc. ToM Carpenter poner de relieve los contactos y relaciones
internacionales que mantenía el Profesor Bermejo con grandes especialistas e investiga-
dores de su especialidad.
484
Tesis Doctoral
Elizabeth Fennema
485
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Paul A. Cobb
486
Tesis Doctoral
Este autor afirma que: nuestra meta es entender cómo las escuelas y distritos pueden
convertirse en organizaciones de aprendizaje para mejorar la enseñanza de las matemá-
ticas. Los temas más investigando son:
Las estructuras que deben establecerse para garantizar que los grupos de estudiantes
tradicionalmente desatendidos tengan acceso a la instrucción de las matemáticas de alta
calidad, particularmente afro-americanos y aprendices del idioma inglés.
Lauren B. Resnick
487
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
James Hiebert
488
Tesis Doctoral
489
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Erik De Corte
Doctor honoris causa, Universidad del estado libre, profesor visitante de Bloemfontein,
Sudáfrica (2003)
490
Tesis Doctoral
Doctor honoris causa, Rand Afrikaans University, Johannesburg, South Africa (2000)
El profesor Bermejo mantiene una muy buena relación con el Profesor Erik De Cor-
te, con el que estuvo el gusto qué compartir, no es sólo un agradable comida en casa del
profesor Bermejo, sino sobre todo congresos en Madrid, Turku (Finlandia) etc., Y cur-
sos de doctorado internacional (Salónica, Grecia). La siguiente carta, breve y amigable,
manifiesta esta relación.
491
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
492
Tesis Doctoral
CAPÍTULO VIII
Manual de terapia familiar y de pa-
reja
493
8.1. Introducción
495
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
496
Tesis Doctoral
Intervención. Dr. José María Poveda, Prof. Titular UAM. Psiquiatra. Prof. Invitado.
Dra. Rosa Simarro Villas, Psicóloga Clínica. Terapeuta Familiar. Centro Madrid Salud
Latina. Ayuntamiento de Madrid. Dña. Trinidad Nieves Soria López, Psicóloga Clínica.
Punto Municipal del Observatorio Regional de la Violencia de Género. Ayuntamiento
de Las Rozas. Dra. Eutiquiana Toledo Ruiz, Psiquiatra. Profesora Asociada. Facultad de
Medicina. UCM. Dña. Cristina del Val Esteban, Terapeuta Familiar. Técnico de Área
de Coordinación de Centros de Protección del Instituto Madrileño del Menor y la Fami-
lia. Comunidad de Madrid. Profesora Asociada. Facultad de Psicología. UCM. Dr.
Francisco de Vicente Pérez, Profesor Titular. Facultad de Psicología. UCM. Psicotera-
peuta.
El profesor Bermejo expone las metas a conseguir con este máster: Este máster in-
tenta dar respuesta a una
demanda creciente de es-
pecialización y capacita-
ción de los profesionales,
que les permita llevar a
cabo de una manera efi-
ciente la práctica clínica y
una intervención adecuada
de los distintos trastornos
psicológicos, médico-psicológicos y psiquiátricos.
497
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
La elección de este enfoque se basa en que permite abordar de forma integral las di-
versas y complejas demandas actuales del paciente y de la familia en el ámbito de la
salud.
Este capítulo está firmado por Vicente Bermejo, Catedrático de Psicología de la Univer-
sidad Complutense de Madrid, y Mª Jesús Nieto Jiménez, Vicepresidenta de la AMT-
FOSH. Administradora de Grupos Kratos. Directora de la escuela de terapia familiar
Formación & Terapia.
498
Tesis Doctoral
Cuando cogemos por primera vez el manual de Terapia Familiar y de Pareja, un volu-
men con más de 600 páginas, editado en dina 4 (29x21cms), impone. Hay mucha in-
formación en un libro de estas dimensiones.
Los dos capítulos escritos por el doctor Bermejo quedan enmarcados en un esquema
general del libro. El capítulo sobre Cibernética, constructivismo y construccionismo en
la psicoterapia, sirve de apoyo conceptual para entender qué es la terapia sistémica. El
capítulo sobre Ética y Psicoterapia se enmarca dentro del apartado sobre la persona del
terapeuta, ya que el rol profesional se encarna en la persona que lo desempeña.
499
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
En cuanto a la autonomía, los políticos la han estado usando desde los tiempos glo-
riosos de Esparta. El concepto de autonomía en los organismos constituye una temática
novedosa (véanse, por ejemplo, los trabajos de Maturana y Varela, 1972, 1984). La co-
municación es un concepto incluso más antiguo, ya que en el Génesis se dice que la
serpiente habló con Eva, o que Moisés se comunicó con Dios en el monte Sinaí.
Los profesores resaltan tres orientaciones en cibernética. En primer lugar está la au-
torregulación (retroalimentación y causalidad circular en ingeniería y tecnología) se
aplica, paradigmáticamente, al termostato que es la forma de autorregulación más sim-
ple y más conocida. Nuestro frigorífico se pone en marcha y se para cada cierto tiempo,
regulado por un sistema muy simple que se conecta o desconecta cuando alcanza cierta
temperatura. Sistemas parecidos se aplican al automóvil, computadoras, aeronaves, saté-
lites, robots, y un largo etcétera.
500
Tesis Doctoral
501
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
La cibernética de primer orden. Se ocupa de los sistemas que no cambian sus objeti-
vos mientras no se den nuevas instrucciones. Un ejemplo típico de estos mecanismos de
autorregulación es el termostato que tenemos en nuestros frigoríficos y en el aire acon-
dicionado. El termostato conecta o desconecta un aparato cuando se cumplen determi-
nadas condiciones. Si la temperatura de la habitación está por encima de 25 grados, el
mecanismo de calefacción se desconecta, pero si baja de 20 grados, vuelve a conectarse
para mantener la habitación a un temperatura entre 20 y 25 grados.
Estos principios de autorregulación también fueron descubiertos por los médicos res-
pecto al ser humano. El cerebro mantiene constante la temperatura del organismo alre-
dedor de los 37 grados. Si sube la temperatura, el organismo intenta bajarla mediante el
sudor, si baja la temperatura, el organismo intenta subirla haciendo ejercicio o haciendo
que la circulación de la sangre sea menor en la periferia del organismo. Claude Bernald
y Cannon hablaban de mecanismos de autorregulación como es el medio interno y la
homeostasis.
502
Tesis Doctoral
- “las observaciones no son absolutas, sino relativas al punto de vista del observador,
es decir, a un sistema de coordenadas, como mostró la teoría de la relatividad de Eins-
tein.
- Igualmente, el acto de observar influye sobre el objeto observado, como, por ejem-
plo, señala el principio de indeterminación de Heisenberg: no se puede determinar con
exactitud la posición y la velocidad de una partícula al mismo tiempo, porque para
observar la posición de un electrón se necesita enviar luz (en forma de fotones), pero al
chocar los fotones con el electrón (partícula) alteran la posición del mismo. Luego no
se pueden medir al mismo tiempo la posición y la velocidad de un objeto, de modo
que el observador está siempre incluido en lo observado” (Bermejo y Nieto, 2012,
73).
Bermejo y Nieto resumen las diferencias entre la primera y segunda cibernética: “la
Cibernética de Primer Orden se centró en el estudio de la realidad externa, analizando el
input y el output del sistema, de modo que lo que sale puede incidir en el sistema para
503
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
modificarlo; pero el observador está siempre fuera del sistema observado, pudiendo
influir unilateralmente en él. En cambio, la Cibernética de Segundo Orden se centra en
el rol del observador que construye la realidad observada, de modo que los sistemas
observados no son independientes del observador y el mismo observador forma parte
del sistema observado. Además, esta Cibernética posee un mecanismo específico deno-
minado “feed-forward” o alimentación anticipativa, de modo que informa sobre la acti-
vidad planificadora del ser humano e incide en el curso posterior de la acción, es decir,
el proyecto influye sobre el sistema actual.” (Bermejo y Nieto, 2012, 74).
Tanto la cibernética primera como la segunda tienen algunos elementos en común con la
terapia. La cibernética desarrollada por Wiener es típica de los sistemas que buscan el
equilibrio mediante la reducción de diferencias entre la meta y la posición actual del obje-
to, manteniendo el sistema dentro de los parámetros básicos.
Maruyama (1963) estudió el feed-back positivo que amplifica la desviación de los sis-
temas cibernéticos. Según este autor, algunos lazos causales amplifican el cambio,
mientras que otros lazos contrarrestar el cambio. Si la heterogeneidad aumenta, se desa-
rrollan estructuras y la cantidad de información crece en algunos procesos físicos, socia-
les y biológicos. Las condiciones iniciales similares pueden llevar a resultados disími-
les, haciendo inválido el procedimiento inferencial en la hipótesis tradicional.
504
Tesis Doctoral
En este mismo sentido, el profesor Bermejo cita la opinión de Prigogine, premio No-
bel de química en 1977, sobre las características de la cibernética de segundo orden:
“los procesos que promueven el desorden y la desorganización no necesariamente son
destructivos. Las desviaciones pueden producir cambios significativos que finalmente
generan un salto cualitativo hacia una nueva organización. En este sentido, durante el
período de la segunda cibernética la ampliación de la desviación y los mecanismos de
retroalimentación positiva adquieren un nuevo estatus, considerándolos esenciales en
la evolución de los sistemas vivientes. Por tanto, la segunda cibernética asume a la
primera cibernética y describe mejor el cambio que conlleva simultáneamente constan-
cia y cambio de los sistemas” (Bermejo y Nieto, 2012, 73).
505
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
“Lo más característico de un sistema autopoiético es que se impulsa hacia arriba por
sus propios medios y llega a ser distinto de su entorno a través de su propia dinámica,
de tal manera que ambas cosas son inseparables. Lo que caracteriza a los seres vivos en
su organización autopoiética es que nosotros podemos unificar un montón de datos em-
píricos sobre su bioquímica y funcionamiento celular. El concepto de autopoiesis, por
tanto, no contradice estos datos. Por el contrario, es apoyado por ellos; propone explíci-
tamente que esos datos deben interpretarse desde un punto de vista específico que hace
hincapié en que los seres vivos son unidades autónomas” (Maturana & Varela, 1992, p.
47).
De una manera concreta, el Profesor resume las características de la nueva terapia si-
guiendo las orientaciones de Bateson et al (1956): “En las terapias de 2° orden se pasa
de la resolución de los problemas planteados por el paciente o familia a la observación
de las limitaciones de nuestra propia observación mediante la observación ajena: Tera-
pia de los Sistemas Observantes. Desde esta perspectiva, las terapias se basan en agre-
gar narrativas y sugerir acciones dentro del nivel lógico del paciente, intentando com-
plejizar el mundo de las narrativas y acciones del paciente y de la familia, en espera de
la aparición de nuevas alternativas de acción” (Bermejo y Nieto, 2012, 75).
506
Tesis Doctoral
1. Nada es (existe)
507
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
cosas, de las que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son. Pla-
tón defendió la existencia de ideas innatas preexistentes, independientes de la experien-
cia humana. Pirrón de Elis es el máximo representante del escepticismo en la antigüe-
dad. Afirmaba que todas nuestras percepciones son relativas ya que solo nos retratan la
realidad tal como “aparecen” filtradas por nuestros sentidos.
Los autores resumen este apartado sobre el constructivismo en tres puntos fundamen-
508
Tesis Doctoral
tales:
c) no existe una certeza absoluta de que lo que se ha descubierto sobre el mundo sea
real.
“La física de los siglos XVII y XVIII da paso a las teorías de la relatividad y de la
mecánica cuántica, que se orientan, más bien, en la dirección del constructivismo”
(Bermejo y Nieto, 2012, 79).
Algunos autores han utilizado las bases teóricas del constructivismo para realizar una
terapia más efectiva y más cercana a la realidad de la pareja y la familia. Después de
criticar el modelo cognitivo-conductual vigente, Bermejo y Nieto recogen el pensamien-
to central de varios autores: Keney (conocer cómo los clientes construyen su mundo
deviene una tarea epistemológica); de Feixas y Villegas (la epistemología es la esencia
del proceso terapéutico); Bateson (propone el modelo circular para explicar el proceso
terapéutico, de modo que el efecto incide a su vez sobre la causa y ésta sobre el efecto).
Se propone el ejemplo de una familia disfuncional formada por los padres (Juan y
Luisa) y los dos hijos naturales (Pedro y Luis) y los dos hijos adoptados (Antonio y
Marta). El detonante del problema ha sido una discusión entre Luis (hijo natural, 24
años) y Antonio (hijo adoptado, 19 años). Antonio ha amenazado a Luis con un cuchi-
llo.
509
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Esta nueva narrativa ayuda a la familia a no entrar en disputas de poder. Los hijos no
discuten por la cercanía de la madre. Luisa se une más a su pareja y esto les permite
mostrarse más fuertes frente a los envites de Antonio.
Luís consigue relacionarse con su hermano sin necesidad de defender a su madre. Es-
te hecho sitúa a los hermanos en una posición de igualdad con respecto a sus padres.
La terapia finaliza con una carta de agradecimiento que los padres entregan a cada
uno de los hijos agradeciéndoles las cosas buenas que han aportado a la familia. Los
hijos, por su parte, contestan con una carta en la que, a su vez, se muestran agradecidos
a los padres por las cosas buenas que les han aportado” (Bermejo y Nieto, 2012, 81).
La terapia, basada en los principios del constructivismo, tiene éxito y los autores sa-
can las siguientes conclusiones de Hoffman (1988):
2) No interesan las conductas, sino sobre todo las ideas personales y colectivas.
4) El terapeuta es neutro: busca sentido a todas las opciones, siendo su opinión una
más.
510
Tesis Doctoral
dad como un profundo escepticismo sobre la validez universal de los componentes na-
rrativos y de las versiones teóricas de cada situación humana. Una de las características
fundamentales del postmodernismo es el escepticismo sobre los grandes valores de la
ciencia del modernismo. Se duda de la capacidad para razonar, y de la capacidad del
lenguaje para transmitir conocimiento.
Según Gergen (2001) cuando la idea de que la deliberación sobre justicia, moralidad,
o estrategias óptimas de acción sólo se puede realizar en términos de cultura pública, y
cuando esta idea se aplica al dominio de los conocimientos científicos, uno ve que el
científico individual se considera racional sólo si adopta los códigos del discurso común
a su comunidad particular de la ciencia. En efecto, la racionalidad científica se logra a
través de usos localmente privilegiados del lenguaje.
Comentando estos asertos, Bermejo y Nieto (2012, 82) afirman que: “tal conclusión
es uno de los golpes más devastadores para la modernidad y sobre todo para su reina:
“la ciencia”. En tal caso no hay motivo objetivo alguno para sostener que una persona
tenga pasiones, intencionalidad, razón, rasgos de personalidad o cualquier otro elemento
propuesto por la cosmovisión romántica o modernista. Todos estos conceptos están li-
gados a circunstancias sociales e históricas, son el producto de fuerzas ideológicas y
políticas, de comunidades que se atrincheran y de las modas estéticas o literarias”.
511
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Por eso “si se es sistémico, se observará, en las narraciones de los miembros de la fami-
lia, patrones de interrelación inadecuados que contribuyen a que el sistema sea disfun-
cional. Esto expresaría que cuando el terapeuta se centra en su esquema particular, éste
empieza a constreñir su forma de ver la terapia y termina encuadrando la realidad den-
tro del esquema.
El comentario que hacen los profesores Bermejo y Nieto (2012, 83) a la introducción de
las ideas del construccionismo en psicoterapia son entusiastas y muy laudatorias. Así,
afirman que las ideas sistémicas en terapia: “son influenciadas por las obras de autores
pioneros reconocidos en la terapia familiar, llenas de ideas sugestivas, de varios de los
terapeutas que componían la llamada Escuela de Palo Alto, personas como Watzlawick,
Bateson, Haley entre otros, inspiraron a numerosos psicoterapeutas para desarrollar
nuevos estilos de terapia basados en nuevas filosofías “no modernas”, que venían arti-
culándose con ideas provenientes de autores como Maturana, Varela o Gergen. Este
conjunto de propuestas que tratan de apartarse de la psicoterapia científica moderna y
que se agrupan o tratan de agrupar dentro de la etiqueta de construccionismo social,
representaría dentro de las ciencias sociales al posmodernismo”.
Los puntos que nuestros autores consideran fundamentales son los siguientes:
512
Tesis Doctoral
que vivimos y creamos nuestra propia realidad dentro del contexto de una comuni-
dad; que, por medio de sus posibilidades y restricciones económicas, políticas, socia-
les y culturales, fija los límites de nuestras narraciones y limita nuestra posibilidad de
elección a determinados contextos.
3. En la terapia no se viene a imponer la realidad propuesta por uno de los que intervie-
nen en la terapia, sino que es importante co-construir entre terapeuta y cliente una
nueva forma de narrar la realidad del cliente.
8. Los problemas surgen en un ámbito cultural. Gergen (1996) afirma que a medida
que el acento se desplaza a la construcción lingüística de la realidad, las enferme-
dades y los problemas pierden su privilegio ontológico ya que no son independien-
tes sino construcciones culturales.
513
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Anderson y Goolishian (1996) afirman que para lograr este tipo de conversación tera-
péutica el terapeuta debe adoptar una posición de ignorancia. La posición de ignorancia
implica una actitud general, una postura en la que las acciones del terapeuta comunican
una abundante y genuina curiosidad. Por tanto, el terapeuta está siempre en situación de
“ser informado” por el cliente. Esta posición, la de “mantenerse informado” es funda-
mental para uno de los supuestos de la teoría hermenéutica: que la creación dialogal de
significado es un proceso permanente. En la ignorancia, el terapeuta adopta una postura
interpretativa que descansa sobre el permanente análisis de la experiencia, tal como se
da dentro del contexto. El terapeuta no “sabe”, a priori, cuál es la intención de ningún
acto, sino que debe confiar en la explicación que le da el cliente.
b) La terapia y la reflexión.
Selvini et al. (1988) El grupo de Milán presentó la entrevista circular como un medio
para llevar a cabo una investigación sistémica de los cambios y las diferencias en las
relaciones familiares.
514
Tesis Doctoral
Además de ser una herramienta útil para recopilar información proporciona a la fa-
milia la oportunidad de verse a sí misma sistémicamente. Desarrollar una conciencia de
la interrelación recíproca de comportamientos puede promover cambios significativos
espontáneos. Los autores adoptaron el principio teórico de la circularidad y el método
de interrogatorio circular en su práctica, investigación y formación de terapeutas fami-
liares en la clínica de terapia familiar.
En la 2ª fase, el Sistema Participante hace una pausa para escuchar a quienes ante-
riormente observaban y escuchaban. El grupo observador hace comentarios en primera
persona, respecto a lo observado y escuchado en el sistema participante, sin hacer inter-
pretaciones y cuidando de ser respetuoso con quienes escuchan, retroalimentando así a
cada uno de los miembros del Grupo Observado.
Para los profesores Bermejo y Nieto (2012, 88) “conversar, ver conversaciones sobre
lo conversado y volver a conversar, abre posibilidades de ver diferentes perspectivas de
la misma situación. La conversación terapéutica en última instancia busca nuevas defi-
niciones de uno mismo, nuevas descripciones, nuevos matices y comprensiones que
permitan abordar el problema de una forma distinta”.
515
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Es muy interesante que los autores cierren este capítulo con una reflexión crítica sobre
la nueva forma de hacer terapia familiar y de pareja.
Los autores aclaran que: “la terapia posmoderna no es una técnica en sí o una serie
de técnicas altamente especializadas reunidas en un contexto terapéutico, sino más bien,
una filosofía que contextualiza la forma de hacer terapia. Esta definición da mayor fle-
xibilidad y libertad al enfoque terapéutico… Por otra parte, la conversación no es un
instrumento que el terapeuta se vea obligado a utilizar, ya que todas las terapias, sean
del tipo que sean, son analizadas como procesos conversacionales con algún nivel de
co-construcción” (Bermejo y Nieto, 2012, 88).
516
Tesis Doctoral
Bermejo y Nieto (2012, 90) comentan todas estas críticas y dificultades propuestas y
dan su opinión autorizada sobre el tema: “La terapia posmoderna debe ir más allá de la
reconstrucción narrativa individual, ya que la narración alcanza su utilidad en el seno
del intercambio social, que constituye el elemento clave dentro del construccionismo.
Por lo tanto, las narraciones actúan para crear, sostener, o modificar mundos de relación
social. Resulta insuficiente que cliente y terapeuta gestionen en una urna de cristal (con-
texto terapéutico) una nueva forma de autocomprensión que parezca realista, estética e
inspirada en el seno de la díada. No es la danza del nuevo significado en el contexto
terapéutico lo que está en juego, sino más bien si la nueva forma de significación es útil
en el ámbito social fuera de esos confines. Es decir, esa narración sólo es eficaz en la
medida en que se traduzca en acciones nuevas para enfrentar antiguas relaciones gene-
rando un cambio en el sistema y superando la situación considerada antes como pro-
blema”.
517
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El párrafo final de este capítulo también está en la línea del profesor Bermejo:
“¿Tiene algún sentido la terapia? La terapia debe generar resultados reales en el ac-
cionar de las personas y de los sistemas sociales a los cuales pertenecen. De lo con-
trario, no estamos más que perpetuando los males de los cuales nos quejamos todos los
días. El discurso provocativo del construccionismo social es importante tenerlo, ya que
favorece la creación de una postura crítica que nos permita tomar conciencia de las rela-
ciones de poder que se ocultan dentro de los “supuestos de verdad” de todo discurso
social, incluso la terapia misma. Tal vez la paradójica frase de Whitehead tenga más de
cierto que cualquier otra: “todas las verdades son verdades a medias” (Bermejo y Nieto,
2012, 91).
518
Tesis Doctoral
rar no solo el proceso de crisis que yo mismo había vivido, sino también y, sobre todo,
los altos porcentajes de separaciones y divorcios que se producen en España todos los
años, y los problemas que ello crea en los niños o el resto de la familia.
Edith: Piaget tiene una presencia significativa también en la Terapia Familiar Sistémi-
ca.
Vicente Bermejo: El modelo sistémico se fundamenta sobre varios pilares, de los que
uno de los más sobresalientes es el constructivismo, que Piaget fundó con su obra “La
construcción de lo real en el niño” publicada en 1937. Este vínculo con Piaget y mi de-
fensa del constructivismo para explicar no solo el desarrollo y aprendizaje del niño, sino
también el proceso de cambio que se produce en psicoterapia fue también un dato más
que tuve en cuenta en mi decisión.
Edith: Las teorías sistémicas no han tenido un arraigo profundo en esta Facultad
519
CAPÍTULO IX
ÉTICA Y PSICOTERAPIA
521
9.1. Introducción
Nos agrada de una manera especial que el profesor Bermejo haya acometido la tarea de
hacer un capítulo sobre la deontología del terapeuta dentro de esta gran obra de Terapia
Familiar y de Pareja. Evidentemente las reflexiones tienen un punto de atención prefe-
rente: la terapia familia dentro del ámbito de la ética específica para los psicólogos.
Para la defensa de una ética para terapeutas, que el profesor Bermejo piensa que es
indispensable, se apoya en las opiniones de Fingley y Nelson (1989), que descubrieron
que los alumnos de terapia familiar tenían una enorme carencia en los temas éticos.
También cita textualmente a Quayle (2009, 97): “La ética es siempre una cuestión fun-
damental en la Psicología como profesión: guía de las decisiones y de las acciones en
todos los ámbitos, siendo el núcleo de la profesión en sí”.
Otra de las bases para incluir un capítulo sobre ética es que existen cada vez más
pleitos de los abogados de los clientes por violación del Código Ético en la terapia (Río
Sánchez, 2009). Otro pilar en el que se asienta el estudio del profesor Bermejo es el
Preámbulo del proyecto del Código Deontológico del Psicólogo (2009) donde se sub-
raya que “La formación en ética profesional y deontología- es, por tanto, uno de los
objetivos principales que deberían perseguirse en los estudios que habiliten para el
ejercicio profesional de la Psicología”. Aparte de estos argumentos existe la plena
convicción del profesor Bermejo de que es absolutamente necesaria la deontología
profesional en la práctica terapéutica.
El profesor comienza haciendo una importante distinción entre moral y ética. La moral.
Según el profesor, hace referencia a un individuo o cultura determinada (valores, cos-
tumbres, etc.), mientras que la ética es universal y transcultural, dictaminando lo que
es bueno o malo, correcto o incorrecto (ej.: la prohibición del homicidio es universal).
El diccionario de la RAE (2001) define la moral como “La ciencia que trata del bien
en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia”. En cambio,
este diccionario define la ética como “parte de la filosofía que trata de la moral y de
las obligaciones del hombre. Por tanto es el conjunto de normas morales que rigen la
523
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Aunque este es el significado más frecuente de los términos moral y ética, sin em-
bargo, no debemos olvidar que son términos equivalentes, ya que uno proviene del latín
y el otro del griego. En el lenguaje cotidiano podemos oír ética fiscal, o moral cristiana,
intercambiable en gran parte de las ocasiones.
El profesor Marciano Vidal (1990, 18), en su obra Moral Fundamental, afirma que:
“Creemos que los dos grupos de términos han de ser utilizados con idéntico contenido
semántico. La diversa etimología de ética y moral, griega y latina respectivamente, no
es causa de diversidad semántica sino de riqueza de significantes”.
El sustrato de la ética en la terapia es, sin duda, la bioética con una rama importante
en la psicología actual, la neuroética. La Bioética estudia problemas éticos que surgen
de la aplicación de las terapias psicológicas a los individuos o colectivos disfuncionales.
Los cuatro principios de la bioética, derivados todos ellos del código deontológico de
Hipócrates, son: beneficencia y no maleficencia, justicia y autonomía. Estos principios
son comunes a la mayoría de los Códigos profesionales. El interés del profesor es que
estos principios se integren dentro del proceso mismo psicoterapéutico por los profesio-
nales de la salud.
Un código ético es una serie de normativas para que el profesional de un campo deter-
minado actúe conforme a los principios éticos. Estos principios provienen de dos direc-
ciones: a) desde el rol que una persona tiene en la sociedad y que, según estos principios
éticos, es digno de confianza por parte del público; b) de las expectativas que tiene la
sociedad sobre el comportamiento del profesional y que exige que se cumpla.
Los códigos deontológicos son guías de conducta que establecen los colegios profe-
sionales para que sus asociados tengan una conducta ejemplar en el ámbito de su com-
petencia. Y, aunque toda conducta desviada puede ser juzgada por un tribunal de justi-
524
Tesis Doctoral
cia ordinaria, sin embargo, muchas de las normas caen exclusivamente dentro de la ju-
risdicción de los órganos competentes (comités de ética) del colegio profesional.
El profesor Bermejo establece que los Códigos éticos desempeñan múltiples funcio-
nes: declarativa, identificativa, informativa, coercitiva, etc. “La función identificativa se
refiere al rol social y a la uniformidad del comportamiento ético de los profesionales,
que los diferencia de otros profesionales. Mediante la función informativa se comunican
a la sociedad los criterios éticos que van a regir la relación profesional. Finalmente, la
función coercitiva aparece en el control social que debe establecerse para evitar conduc-
tas éticamente negativas.
El Profesor está de acuerdo con una formulación muy general de Baker (2001) sobre los
principios fundamentales, cuando escribe que los principios básicos son creencias dura-
deras de que ciertos modos específicos de conducta o estados de existencia son personal
o socialmente preferibles a otros modos de conducta o existencia.
Por otra parte, incluso estos principios básicos no son todos iguales, sino que se pue-
de establecer una jerarquía entre ellos, de modo que, en caso de discrepancia o conflicto
entre ellos, debe primar el que tenga mayor relevancia y mayor proximidad al valor su-
premo (ej. conservar la vida es más importante que tener placer).
525
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
En este capítulo el Profesor diferencia entre principios y normas éticas, de modo que
habla de tres principios fundamentales (beneficencia, autonomía y justicia) y de tres
normas básicas éticas (confidencialidad, veracidad y fidelidad).
Este principio concuerda con la regla de oro de la moral, que formulada en positivo di-
ce: haz al otro lo que te gustaría que te hicieran a ti. Y en su formulación negativa: no
hagas al otro lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Este principio nos recuerda el
deber de hacer el bien o, al menos, de no perjudicar, a tenor de una antigua máxima
latina: “Primum non nocere”. Este principio proviene de la ética médica y más tarde se
extendió al ámbito psicológico. Este principio presentaría tres niveles:
1) No perjudicar, que sería el nivel más bajo (Ejemplo: terapeuta en trámite de separa-
ción que desarrolla un alto grado de agresividad contra su pareja, y que se extiende a
los pacientes del mismo sexo que su pareja).
526
Tesis Doctoral
ral.
Los psicólogos tratan de salvaguardar el bienestar y los derechos de las personas con
las que interactúan profesionalmente y el bienestar de los animales sujetos a investiga-
ción.
Debido a que los juicios y las acciones de los psicólogos, científicos y profesionales,
pueden afectar a las vidas de otros, deben estar alerta y protegerse contra factores per-
sonales, financieros, sociales, organizacionales o políticos que puedan conducir a un
mal uso de su influencia.
Los psicólogos se esfuerzan por estar al tanto de los posibles efectos de su propia sa-
lud física y mental, y de su capacidad para ayudar a aquellos con quienes trabajan.
527
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
En resumen, “el terapeuta está obligado a hacer el bien al paciente, pero respetando
sus valores y proyecto vital (Goikoetxea, 1999). Y más importante aún, según Pini-
llos, sería poner al sujeto en lugar de decidir por sí mismo; o, en otros términos, el de-
ber de beneficencia consistiría, en condiciones normales, en ayudar al paciente para
que recupere su autonomía, su conciencia y su capacidad para vivir en armonía con
los demás” (Bermejo, 2012, 600).
Según este principio, todo paciente tiene derecho a gobernarse y dirigirse a sí mis-
mo, de modo que el terapeuta debe respetar sus valores, sus principios y su proyecto
vital. Aunque esta regla es universal, sin embargo tiene algunas excepciones. Así, el
528
Tesis Doctoral
Profesor piensa que habría que actuar en contra de este principio: “cuando hay riesgo
de desequilibrio personal, y está en peligro la autonomía (drogadictos que no pueden
tomar sus propias decisiones, o personas con trastornos mentales). El apoyo del tera-
peuta resulta imprescindible para que el paciente recupere cuanto antes su autonomía
y pueda gobernarse por sí mismo, tomando decisiones ajustadas a sus propios valores”
(Bermejo, 2012, 600).
9.3.3. Justicia
Los Psicólogos tienen que reconocer que todas las personas tienen derecho a la
equidad y la justicia para acceder y beneficiarse de las aportaciones de la psicología y
con la misma calidad en los procesos, procedimientos y servicios que realizan los psi-
cólogos.
a) Igualdad para todos los seres humanos, sin discriminaciones debidas a la edad,
religión, raza o nacionalidad; e igualdad también de oportunidades para conseguir
las necesidades básicas: vida, salud, libertad, educación y trabajo.
b) Sólo pueden justificarse las diferencias entre los seres humanos si favorecen al
grupo menos favorecido (discriminación positiva).
También este principio puede entrar en competencia con otros principios, y así lo
señala el Profesor: “algunas personas pueden tomar decisiones que prioricen aspectos
de unos derechos con respecto a otros, como, por ejemplo, los individuos que deciden
vivir en “comunas” alejados de poblaciones para disfrutar de parajes naturales, en
donde difícilmente se dan las garantías para gozar de determinados derechos, como la
presencia de un médico (Bermejo, 2012, 600).
El profesor Bermejo reflexiona sobres estos tres principios fundamentales que aca-
bamos de señalar y que constituyen las columnas fundamentales de la ética personalista
(respeto a la dignidad humana): “no sería bueno priorizar uno de ellos sobre los demás,
529
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Las normas éticas permiten concretar los principios que rigen la práctica profesional y
que están más ligados a unas profesiones que a otras. Estas normas se deben tener en
cuenta de una manera especial en el tratamiento de las personas, ya que hacen referencia
al derecho que tienen los sujetos a que no se divulguen las cosas personales que pueden
afectar a su intimidad: confidencialidad, veracidad y fidelidad.
9.4.1. Confidencialidad
Como norma básica general los Psicólogos tienen la obligación de proteger la informa-
ción confidencial obtenida o almacenada en cualquier medio.
El alcance y los límites de la confidencialidad pueden ser regulados por ley o esta-
blecidos por las reglas institucionales o relación profesional o científica.
530
Tesis Doctoral
esposa, y que, sin embargo, podrían afectar con la misma gravedad a su descenden-
cia.
b) Cuando la policía o jueces requieren ciertos datos que consideran esenciales para la
seguridad pública.
c) Cuando hay peligro para el mismo paciente (ej.: suicidio), o para terceros.
d) Cuando hay grave amenaza para terceros indefensos (ej.: maltrato de niños o ancia-
nos), o de la realización de gravísimos daños para la sociedad (fuego del museo del
Prado).
También se puede desvelar la información con el permiso del paciente, bien por mo-
tivos económicos (ej.: compañía de seguros), bien por motivos legales.
Los psicólogos deben discutir con las personas (incluidas, en la medida de lo posi-
ble, las personas que están jurídicamente incapacitadas para dar su consentimiento
informado y sus representantes legales) y las organizaciones con las que establecen
una relación científica o profesional:
(2) los usos previsibles de la información generada a través de sus actividades psico-
lógicas.
El profesor resume esta norma básica afirmando que: el terapeuta tiene el deber de
respetar la privacidad, intimidad y confianza que ha puesto en él el paciente, estable-
ciendo de este modo una relación más fluida y respetuosa (Bermejo, 2012, 602).
531
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor Bermejo (2012, 602) recoge las siguientes condiciones para determinar
si el paciente tiene suficiente capacidad para tomar decisiones libre y responsablemen-
te sobre la terapia a la que va a someterse:
a) Competencia para decidir por parte del paciente, de modo que tenga capacidad para
razonar correctamente, para elegir y comprender su situación real y actuar conse-
cuentemente.
532
Tesis Doctoral
Los Psicólogos deben establecer relaciones de confianza con las personas con las que
trabajan. Son conscientes de sus responsabilidades profesionales y científicas para la
sociedad y las comunidades con las que trabajan.
Deben respetar las normas de conducta profesional, aclarar sus funciones y obliga-
ciones profesionales, aceptar cierta responsabilidad por su comportamiento, y tratar de
manejar los conflictos de intereses que pudieran conducir a la explotación o daño.
Deben consultar a otros psicólogos, o colaborar con otros profesionales e instituciones
si es necesario para servir mejor a los intereses de aquellos con quienes trabajan.
Para el Profesor (Bermejo, 2012, 603), “el terapeuta se concibe como un asesor cua-
lificado y comprometido con el paciente, de modo que ambos establecen una relación
entre dos personas libres y autónomas, que se benefician recíprocamente, ejerciendo
ambos sus legítimos derechos y deberes para consigo mismo y para la sociedad. La fi-
delidad está relacionada con el principio de autonomía y debe cumplirse siempre que no
entre en conflicto con los principios éticos fundamentales”.
También hace una recomendación que parece ser muy recomendable a la hora de ha-
cerse cargo de una persona que pide nuestra ayuda y que recoge de Chamarro (2007,
30). En este caso es muy útil: “delimitar el alcance de la relación profesional, cuáles
serán las actuaciones profesionales y las consecuencias que tendrán sobre el cliente,
para evitar que el cliente desarrolle expectativas poco realistas que posibiliten una vi-
vencia de que las promesas que se le habían hecho no se han cumplido.”
En este apartado, el profesor Bermejo propone una especie de metodología para llevar
a cabo las distintas sesiones de las que constará la terapia bajo la cobertura de la ética.
Aparte de las preguntas pertinentes desde el punto de vista clínico, el terapeuta debe
533
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
El profesor Bermejo recoge algunos de los derechos del paciente, presentados por
Berger (1982):
-derecho a que se guarden sus datos en un registro seguro, y a disponer de copias para
otros profesionales si así lo desea;
534
Tesis Doctoral
En líneas generales podemos establecer tres objetivos terapéuticos válidos para todos
los sujetos: promoción de la autonomía, promoción de la armonía y la perfección de
la naturaleza humana. Cada uno de estos objetivos es desarrollado por el profesor
Bermejo, sin hacer mención a ningún autor que estudie el tema:
535
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
sible establecer con claridad lo que es “normal” o “sano”, ya siempre existirá una
dependencia de la cultura y la filosofía de cada país.
La reflexión final a este apartado es: “Estos tres objetivos teóricos son generales y
frecuentemente se integran en la práctica en ideas o conceptos pertenecientes a diferen-
tes objetivos. No obstante, el diseño de objetivos o metas supone opciones de valores
éticos no conscientes en la mayoría de los terapeutas, que van a depender en gran medi-
da de la idea ética que se tenga sobre la persona y la libertad” (Bermejo, 2012, 605).
536
Tesis Doctoral
Cuando los psicólogos están obligados por ley, política institucional, o circunstancias
extraordinarias a servir en más de una función en un procedimiento judicial o adminis-
trativo, desde el principio debe aclarar las expectativas del rol y el grado de confidencia-
lidad cuando se produzcan cambios.
Desde luego, los psicólogos no deben terminar la terapia para burlar esta norma.
Los Psicólogos no aceptan como clientes de la terapia a personas que han participado
en intimidades sexuales. Así, los psicólogos no se involucran en intimidades sexuales
con antiguos clientes/pacientes durante al menos dos años después de la interrupción o
terminación de la terapia. Pero los psicólogos no se deberían involucran en intimidades
sexuales con antiguos clientes y pacientes, incluso después de un intervalo de dos años,
salvo en circunstancias inusuales y hay que tener en cuenta todos los factores pertinen-
tes, incluyendo:
537
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
(7) cualquier declaración o acciones tomadas por el terapeuta durante el curso de la te-
rapia que pueda sugerir la posibilidad de una relación sexual o romántica posterior a
la terminación con el cliente/paciente.
El profesor Bermejo está de acuerdo con los principios que hemos señalado ante-
riormente y comenta a este respecto: “Los profesionales que defienden esta relación
como medio terapéutico son muy escasos y curiosamente suelen ser hombres. Esgrimen
que el contacto erótico puede ser beneficioso para el paciente, en el sentido de que se
liberan de inhibiciones y culpas y, además, obtendrían más satisfacción en la experien-
cia sexual. Ahora bien, si el consenso en contra es muy amplio con respecto a los pa-
cientes actuales, este consenso se rompe cuando hablamos de pacientes antiguos. Pero
parece ser que no es un hecho excepcional, es decir, se da con cierta frecuencia. Ahora
bien, los Códigos de Ética profesional proscriben terminantemente esta relación en el
transcurso de la terapia. Así, el Código ético del Colegio Oficial de Psicólogos (COP)
no habla expresamente de esta relación, pero sí se incluye en los arts. 6, 11 y 29. Más
explícito es el Código ético de la APA en la Norma 3.05-a. Además, la APA establece
que se requieren al menos dos años después de terminada la terapia y demostrar que no
había explotación de ningún tipo, para tener una relación íntima con su paciente anterior
(Normas 10.08-a y 10.08-b). Por otra parte, es opinión generalizada que cuando se da
este tipo de relación los pacientes suelen perder la confianza en el terapeuta y en la tera-
pia, y además suelen manifestar depresión, angustia, rechazo y sentimiento de haber
sido explotados” Bermejo, 2012, 606).
538
Tesis Doctoral
La relación dual también debe extenderse a otro tipo de relaciones, como, por ejem-
plo, los negocios con el paciente. Toda relación fuera de la sesión terapéutica tiende a
distorsionar el proceso terapéutico y en este caso puede dar lugar a explotación econó-
mica por parte del terapeuta (Bermejo, 2012).
-La confidencialidad terapéutica implica que no se debe dar difusión a datos referidos a
los pacientes que pudieran causar graves perjuicios sociales o emocionales. No se debe
decir si una persona es o ha sido paciente, ni informar sobre el diagnóstico o tratamien-
to, ni sobre nada que se refiera a la relación terapéutica.
539
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Una de las características que es inherente a la terapia familiar es que el grupo familiar
se debe considerar una unidad de tratamiento, por eso, el profesor Bermejo afirma que
en la terapia familiar deben participar todos los miembros, los “patológicos”, y los
“normales”, aunque no se puede exigir la asistencia si alguien se niega a asistir. La tera-
pia, en este caso, se lleva a cabo con el resto de la familia. Estos miembros de la familia
deben expresar su consentimiento válido.
Con respecto a la confidencialidad, “el terapeuta debe volcar en las sesiones toda la
información que le llegue desde dentro o fuera de las sesiones, salvo si la información
de algún dato pudiera traer perjuicios gravísimos para todos o algún miembro de la fa-
milia. Por otra parte, si la información se comparte con personas que están fuera del
sistema, como el médico, la maestra, la empleada de hogar, etc., estas personas podrían
acceder a informaciones que la familia no admitiría que ocurriera fuera de la terapia”
(Bermejo, 2012, 607).
540
Tesis Doctoral
Si la pareja decide separase, los Códigos éticos suelen aconsejar la neutralidad por
parte del terapeuta. “Ahora bien, si la disolución de la pareja ya es inevitable, entonces
el terapeuta puede ayudarles para facilitar la separación, aunque no está claro si la deci-
sión debe tomarla la pareja, o si en algunos casos el terapeuta puede recomendarles la
separación. Quizá lo más acertado sea que el terapeuta exprese su opinión como exper-
to, y que la pareja después de cotejarla con sus propias opiniones, tome la decisión co-
rrespondiente” (Bermejo, 2012, 608).
Los padres tienen la última palabra sobre la terapia que debe recibir el menor, en
conformidad con la autoridad legal que les confiere la “patria potestad”, siempre que no
viole derechos humanos fundamentales o se pruebe que los padres no obran en el “me-
jor interés del menor”. “Los padres no tendrían derecho a exigir ciertas informaciones
sobre sus hijos, si éstos no quieren que se les revele. Solo en algunos casos la “patria
potestad” permite a los padres conocer ciertas informaciones sobre sus hijos en contra
de la voluntad de éstos, como ocurre cuando hubiera riesgo de la vida del menor o de
terceros, cuando se puedan causar daños importantes a terceros, o si el desarrollo afecti-
vo del menor se ve afectado profundamente” (Bermejo, 2012, 608).
El profesor Bermejo analiza uno de los casos más sangrantes en la relación paterno-
filial, como es el del maltrato infantil que, desgraciadamente es bastante frecuente y
representa una violación de los derechos humanos fundamentales, entre otros maltratos,
el profesor señala los siguientes:
541
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
gún maltrato”.
También cita el Código ético del COP, que establece en su art. 8: “Todo/a psicólo-
go/a debe informar, al menos a los organismos colegiales, acerca de violaciones de los
derechos humanos, malos tratos o condiciones de reclusión crueles, inhumanas o degra-
dantes de que sea víctima cualquier persona y de los que tuviese conocimiento en el
ejercicio de su profesión”.
El profesor hace una última reflexión sobre la patria potestad: “la “Patria Potestad”
no puede entenderse como un poder absoluto para los padres con respecto a sus hijos,
de modo que puedan tratarlos como si fueran una propiedad. Al contrario, los padres
sólo pueden utilizar este derecho para evitar el mal y hacer el bien a sus hijos, buscando
el modo de potenciar el mejor desarrollo de las capacidades del niño” (Bermejo, 2012,
609).
Los psicólogos pueden terminar la terapia, cuando son amenazados o están en peli-
gro por el cliente / paciente u otra persona con la que el cliente / paciente tiene rela-
ción.
542
Tesis Doctoral
El profesor Bermejo utiliza los argumentos de Freud, de Wolman, del Código ético
de la APA y el código ético del COP. Todos ellos coinciden básicamente en dos pun-
tos:
543
CONCLUSIONES
En esta obra hemos intentado analizar la obra del doctor y catedrático de psicología
evolutiva Vicente Bermejo, un investigador incansable, riguroso, y que es considerado
uno de los más relevantes psicólogos españoles del siglo XX. La pregunta fundamental
que podemos hacernos es: ¿Cuál ha sido la clave de su éxito?
En primer lugar, Vicente Bermejo tuvo una formación filosófica y teología de mu-
cho calado, al tener contacto directo con los mayores teólogos post-conciliares de Euro-
pa. Sin duda alguna, esta experiencia le ofreció un sustrato intelectual de primera cate-
goría que lo capacitó para el desarrollo posterior de sus investigaciones en psicología.
En segundo lugar, las experiencias personales que, cuando son procesadas por una
mente tan poderosa como la de Vicente Bermejo, son una fuente de nuevas teorías. Su
divorcio, por ejemplo, le sensibilizó para entender mejor los problemas familiares y de
pareja.
En tercer lugar, el haber estado en contacto con Piaget y las teorías cognitivas que
comenzaron a abrirse paso frente al conductismo dominante en esta época en Estados
Unidos. La licenciatura y el doctorado en Ginebra, en un ambiente de innovación y de
revolución dentro de la psicología, hizo posible que las ideas constructivistas de Piaget
influyeran poderosamente en el pensamiento de Vicente Bermejo que, a partir de enton-
ces, constituirán la base de su pensamiento.
545
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
alumno como protagonista fundamental, el profesor que debe conocer cómo aprende el
alumno para enseñarle mejor, y el clima educativo que hace referencia tanto al ambiente
físico como al tipo de problema que se presentan y a la forma de solucionarlos. Ello le
llevaría a escribir más de un centenar de trabajos que se publicarán en EE.UU., Francia,
Alemania, Inglaterra, Portugal, Latinoamérica, y, por supuesto, en España.
Otro de los problemas que llama la atención del Profesor es la crisis profunda que
existe en relación a la familia. Ya a finales del siglo XX la familia se ha visto debilitada
progresivamente por diversas teorías que ponen en cuestión la autoridad de los padres,
el rol que debe jugar el hombre y la mujer en la familia y el fundamento de las relacio-
nes. Por eso no es de extrañar que la gente acuda al psicólogo para mejorar sus relacio-
nes matrimoniales, las relaciones con los hijos, mejorar la convivencia, el humor, para
adaptarse mejor al trabajo, para superar el estrés de la vida, etc. Finalmente, Vicente
Bermejo que toda crisis es positiva porque abre la puerta a nuevas formas de relación, a
una madurez mayor que aprende de las experiencias, etc.
Las teorías de Vicente Bermejo han estado en la cresta de la ola de la psicología du-
rante un largo periodo gracias a que ha sabido leer los signos de los tiempos y gracias a
que ha sabido ofrecer soluciones a las crecientes demandas de la sociedad para que los
niños, los jóvenes y las personas adultas sean más competitivos, más funcionales y ten-
gan un mayor grado de felicidad.
546
Tesis Doctoral
es el individuo el que toma las riendas de su propia vida, el que asimila, el que generali-
za, el que se acomoda al medio ambiente. Por esta razón, Vicente Bermejo no trabaja
con animales para después aplicar sus conocimientos a las personas, sino que el objeto
de sus investigaciones siempre son personas. No se trata fundamentalmente de arreglar
lo que está funcionando mal sino prevenir y mejorar el funcionamiento de las personas
(su relación matrimonial, sus hijos, su propia vida, y la vida de los demás).
Vicente Bermejo está muy atento a las investigaciones que consolidan su teoría y es-
tudiará diversas alternativas al modelo piagetiano, en especial algunos discípulos de
Piaget que enriquecen y ajustan mejor sus teorías.
Uno de los campos a los que ha prestado una especial atención es el de los niños con
problemas específicos para aprender matemáticas o con problemas más generales que
influyen indirectamente. El temor, la vergüenza, el sentimiento de culpa, el miedo a
hacer el ridículo, el sentimiento de fracaso, etc. también influyen poderosamente en el
fracaso escolar.
547
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Con esta última aportación, el Profesor Bermejo retomará los principios especulati-
vos que él había utilizado con tanta profusión al estudiar los argumentos kantianos so-
bre la existencia de Dios y los principios marxianos sobre la construcción del hombre
nuevo. Por tanto, este tema no le es ajeno en absoluto.
Terminamos esta especie de “retrato” del Profesor Vicente Bermejo, resaltando que
sus tres mayores preocupaciones fueron siempre la Universidad, la Ciencia y un Mundo
Mejor, aportando para ello más de doscientas publicaciones, studiando, studiando, in-
vestigando, en distintas universidades españolas, europeas, y de EE.UU; y buscando
soluciones con un talante y mentalidad internacional.
548
Tesis Doctoral
BIBLIOGRAFÍA
Aiken, L. (1976), Update on attitudes and other affective variables in learning mathe-
matics, Review of Educational Research, 46, 293-311.
549
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Baillargeon, R., & DeVos, J. (1991). Object permanence in young infants: Further evi-
dence. Child development, 62(6), 1227-1246.
Baillargeon, R., Spelke, E. S., & Wasserman, S. (1985). Object permanence in five-
month-old infants. Cognition, 20(3), 191-208.
Baron, J., Lawson, G. y Siegel, L. S. (1975), Effects of training and set size on chil-
dren’s judgments of number and length, Developmental Psychology, 11, 583-588.
550
Tesis Doctoral
Baroody, A. J. (1987), The development of counting strategies for single digit addition,
Journal for Research in Mathematics Education, 2, 141-157.
Bateson, G., Jackson, D. D., Haley, J., & Weakland, J. (1956). Toward a theory of
schizophrenia. Behavioral science, 1(4), 251-264.
Beilin, H. (1981), Piaget and the new functionalism. Eleventh Symposium of the Piaget
Society, Philadelphia.
551
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Bereiter, C. (1971), Does mathematics have to be -so awful? LaSalle, Illinois, Open
Court Publishing Company.
Berger, M. (1982). Ethics and the therapeutic relationship: Patient rights and therapist
responsibilities. Ethics and values in psychotherapy: A guidebook, 67-95.
Bermejo, V. (1983). El juego en el desarrollo del niño. Psiquis, 4, pp. 37-45. Publicado
también en Butlletí d'Infermeria, 1985, juny, pp. 28-32.
552
Tesis Doctoral
553
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
554
Tesis Doctoral
Bermejo, V. (Coord.) (2004). Cómo enseñar matemáticas para aprender mejor. Madrid:
CCS.
Bermejo, V. Lago, M.O. (1990). Developmental processes and stages in the acquisition of
cardinality. International Journal of Behavioral Development, 13, pp. 231-250.
555
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Bermejo, V. y Lago, M.O. (1987). El aprendizaje de las matemáticas. Estado actual de las
investigaciones. Psicólogos. Papeles del Colegio, 6, pp. 35-47.
Bermejo, V. y Lago, M.O. (1993). Desarrollo de los principios procesuales del conteo. En
J. Beltrán, L. Pérez, E. González, R. González y D. Vence (Eds.), Líneas actuales
en la intervención psicopedagógica I: Aprendizaje y contenidos del currículum
(pp. 742-755). Madrid: Univ. Complutense.
556
Tesis Doctoral
Bermejo, V. y M.O. Lago (1994). The use of counting in numerical reasoning. En J. E.H.
Van Luit (Ed.), Research on learning and instruction of mathematics in
kindergarten and primary school. Doetinchem/Rapallo: Graviant Publishing
Company.
557
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Bermejo, V., García, A. y Herranz, T. (Eds.) (2012), Manual de terapia familiar sistémica.
Madrid: Ed. Complutense.
558
Tesis Doctoral
Bermejo, V., Lago, M.O. y Rodríguez, P. (1989). Young children's quantification skills.
En M. Carretero et al. (1989). Third European Conference for Research on
Learning and Instruction. Madrid: Universidad Autónoma.
Bermejo, V., Lago, M.O. y Rodríguez, P. (1997). Desarrollo del conocimiento de las
relaciones de equivalencia y orden en los problemas de comparación. En J. Beltrán,
P. Domínguez, E. González, J.A. Bueno y A. Sánchez (eds.), Nuevas perspectivas
en la intervención psicopedagógica. T. I (pp. 334-338). Madrid: Servicio de
Publicaciones UCM.
559
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Bermejo, V., Lago, M.O. y Rodríguez, P. (2000). Las creencias de alumnos y profesores
sobre las matemáticas. En J. A. Beltrán, v. Bermejo, L.F. Pérez, M. D. Prieto, D.
Vence Y R. González (Eds.), Intervención psicopedagógica y currículum escolar.
(pp.129-151). Madrid: Pirámide.
Bermejo, V., Lago, M.O., Rodríguez, P. y María Pérez (2000). Fracaso escolar en
matemáticas: cómo intervenir para mejorar los rendimientos infantiles. Revista de
Psicología General y Aplicada, 53, 43-62.
Bermejo, V., Lago, M.O., Rodríguez, P., Cañizare, V., Dopico, C. y Morán, M.T. (1997).
Desarrollo del conocimiento de la adición y sustracción en niños de Educación
Primaria. En J. Beltrán, P. Domínguez, E. González, J.A. Bueno y A. Sánchez
(eds.), Nuevas perspectivas en la intervención psicopedagógica. T. I (pp. 351-355).
Madrid: Servicio de Publicaciones UCM.
Bermejo, V., Lago, M.O., Rodríguez, P., Dopico, C y Lozano, M.J. (2002). El PEI. Un
programa de intervención para la mejora del rendimiento matemático. Madrid:
Ed. Complutense.
Bermejo, V., Lago, M.O., Rodríguez, P., Pérez, M., Begerano, F., Moriche, E., Dopico, C.,
Lozano, MT. y Pintos, M.T. (1999). Intervención psicopedagógica en el aula de
matemáticas: Un programa psicoinstruccional para primer ciclo de Educación
Primaria. En Premios Nacionales de Investigación Educativa 1998 (pp. 189-210).
Ministerio de Educación y Ciencia: CIDE.
Bermejo, V., M.O. Lago y P. Rodríguez (1994). Desarrollo del pensamiento matemático.
En V. Bermejo (Ed.) Desarrollo cognitivo. Madrid: Síntesis.
Bermejo, V., Muñoz, P., Odriozola, R. y Pérez, R. (1984). Estudio evolutivo de algunos
factores lingüísticos incidentes en la clasificación. En P. Del Río (Coord.). I
Congreso del Colegio Oficial de Psicólogos. Área 2: "Psicología Educativa".
Madrid: Ed. Col. Oficial de Psicólogos.
560
Tesis Doctoral
Bigo, P., Marchal, J., & Susinos, F. (1966). Marxismo y humanismo: introducción a la
obra económica de Carlos Marx. Madrid: Zyx.
Bjorklund, D. F. (1987). How age changes in knowledge base contribute to the devel-
opment of children's memory: An interpretive review. Developmental Review,
7(2), 93-130.
Blume, G. (1981), Kindergarten and first-grade children’s strategies for solving addi-
tion and subtraction missing addend problems in symbolic and verbal problem
contexts. (N. 538), Madison: Wisconsin Center for Education Research.
Boring, E.G. (1942). Sensation and Perception in the History of Experimental Psychol-
ogy. New York: Irvington Publishers.
Botvin, G. J. y Murray, F. B. (1975), The efficacy of peer modelling and social conflict
in the acquisition of conservation, Child Development, 46, 796-799.
Bower, T. G. (1977). The perceptual world of the child. Cambridge, MA: Harvard Uni-
versity Press.
Brainerd, C. J. (1979). The origins of the number concept, Nueva York, Praeger. Brain-
erd, C. J. y Hooper, F. H. (1975), A methodological analysis of developmental
studies of identity conservation and equivalence conservation, Psychological Bul-
letin, 82, 725-737.
Bransford, J. D., Sherwood, R. D., Hasselbring, T. S., Kinzer, C. K., & Williams, S. M.
(1990). Anchored instruction: Why we need it and how technology can help.
Cognition, education, and multimedia: Exploring ideas in high technology, 115-
141.
561
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Brownell, W. A. (1941), Arithmetic in grades I and II, Duke University Re-search Stud-
ies in Education (n. 6), Durham, North Carolina, Duke University Press.
562
Tesis Doctoral
563
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Carpenter, T. P., Fennema, E., & Franke, M. L. (1996). Cognitively Guided Instruction:
A Knowledge Base for Reform in Primary Mathematics Instruction. The Elemen-
tary School Journal, 97(1), 3-20.
Case, R. (1985). Intellectual development: from Birth to adulthood. New York: Aca-
demic Press.
564
Tesis Doctoral
Chansky, N. M., Duffy, J. y Finell, L. (1980), Sex differences and initial rea-ding per-
formance, Psychological Reports, 46, 523-526.
Chen, P.J. y Holman, J. (1989). Emergence of drawing devices for total and partial oc-
clusion: A longitudinal study. Perception, 18, 445-455.
Cobb, P. (1987). An analysis of three models early number development, Journal for
Research in Mathematics Education, 3, 163-179.
Cobb, P. (1988). The tension between theories of learning and instruction in mathemat-
ics education, Educational Psychologist, 23, 87-103
Cobb, P. y Steffe, L. (1983). The constructivist researcher as teacher and model builder,
Journal for Research in Mathematics Education, 14, 83-94.
Cobb, P., Wood, T., & Yackel, E. (1991). A constructivist approach to second grade
mathematics. In Radical constructivism in mathematics education (pp. 157-176).
Springer Netherlands.
565
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Colligan, R. C. (1979). Predictive utility of the Myklebust Pupil Rating Scale: A two
year follow-up*, Journal of Learning Disabilities, 12, 59-62.
Collins, A., Brown, J. S., & Newman, S. E. (1989). Cognitivos de aprendizaje: La ense-
ñanza de la artesanía de la lectura, escritura y matemáticas. LB Resnick, 453-494.
Cooper, R. G. (1984). Early number development: Discovering number space with ad-
dition and subtraction, en C. Sophian (comp.). Origins of cognitive skills, Hills-
dale, Nueva Jersey, Lawrence Erlbaum Associates, págs. 157-192.
Coren, S., & Girgus, J. S. (1977). Illusions and constancies. In W. Epstein (Ed.), Stabil-
ity and constancy in visual perception: Mechanisms of processes. New York:
Wiley.
Cowan, R. (1987). When do children trust counting as a basis for relative number
judgment? Journal of Experimental Child Psychology, 43, 328-345.
566
Tesis Doctoral
Davis-Dorsey, J., Ross, S. M., & Morrison, G. R. (1991). The role of rewording and
context personalization in the solving of mathematical word problems. Journal of
Educational Psychology, 83(1), 61.
Day R. (1973). Perceptual shape constancy in early infancy Perception, 2 (3), 315-320.
567
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Dekkers, P. J., & Thijs, G. D. (1998). Making productive use of students' initial concep-
tions in developing the concept of force. Science Education, 82(1), 31-51.
Demetriou, A., Efklides, A., & Shayer, M. (Eds.). (2005). Neo-Piagetian theories of
cognitive development: Implications and applications for education. Routledge.
Doise, W., & Hanselmann, C. (1991). Conflict and social marking in the acquisition of
operational thinking. Learning and instruction, 1(2), 119-127.
Doise, W., & Hanselmann, C. (1991). Conflict and social marking in the acquisition of
operational thinking. Learning and instruction, 1(2), 119-127.
Doyle, W. (1988). Work in mathematics classes: The context of students thinking dur-
ing instruction Educational Psychologist, 23, 167-180.
Dreyfus, A., Jungwirth, E., & Eliovitch, R. (1990). Applying the cognitive conflict
strategy for conceptual change, some implications, difficulties, and problems Sci-
ence education, 74(5), 555-569.
568
Tesis Doctoral
Efran, J. S., Clarfield, L. E., Mcnamee, S., & Gergen, K. J. (1998). Terapia construcio-
nista: sentido e contra-senso. A terapia como construção social, 239-259.
Ellacuría, I. (1976). Hacia una fundamentación filosófica del método teológico lati-
noamericano, en AA.VV., Liberación y cautiverio. Debates en torno al método de
la teología en América Latina, México.
Farris, H. y Hawkins, R. cited in E.P. Reese, J. Howard & T.W. Reese (1978). Human
operant behavior: Analysis and application (2ª Ed.). Dubuque. Iowa Brown.
Fellows, B. J. (1967). Reversal of the Müller-Lyer illusion with changes in the length of
the inter-fins line. Quarterly Journal of Experimental Psychology,19(3), 208-214.
Fennema, E., Carpenter, T. P., & Peterson, P. L. (1988). Learning mathematics with
understanding. National Center for Research in Mathematical Sciences Educa-
tion.
Field, D. (1981). Can preschool children really learn to conserve?, Child Development,
52, 326-334.
Figley, C. E., & Nelson, T. S. (1989). Basic family therapy skills, I: Conceptualization
and initial findings. Journal of Marital and Family Therapy, 15(4), 349-365.
569
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Fischer, K. W., & Bidell, T. R. (in press). Dynamic development of psychological struc-
tures in action and thought. In R. Lerner (Ed.), W. Damon (Series Ed.), Handbook
of Child Psychology (5th ed.): Vol. 1: Theoretical Models of Human Develop-
ment. New York: Wiley.
Folds, T. H., Footo, M. M., Guttentag, R. E., & Ornsteln, P. A. (1990). When Children
Mean to Remember: Issues of Context Specificity, Strategy. Children's strategies:
Contemporary views of cognitive development, 67.
Frege, G. (1950). The foundations of arithmetic, Oxford, Oxford University Press (trad.
cast.: Fundamentos de la aritmética, Barcelona, Laia, 21972).
Fromm, Erich. (1960). El socialismo humanista. En: Erich Fromm. Sobre la desobe-
diencia y otros ensayos. Annies Fromm (Ed). Buenos Aires, Paidós.
Fuson, K. (1982). The counting-on solution procedure: Analysis and empirical results,
en T. Carpenter, J. Moser y T. ROMBERG (comps.). Addition and sub-traction:
A cognitive perspective, Hillsdale, Nueva Jersey, Lawrence Erlbaum Associates,
págs. 67-81.
Fuson, K. (1986). Teaching children to subtract by counting up, Journal for Research in
Mathematics Education, 17, 172-189.
570
Tesis Doctoral
Fuson, K. (1988a). Children’s counting and concepts of number, Nueva York, Springer-
Verlag.
Fuson, K. y Hall, J. (1983). The acquisition of early number word meanings: A concep-
tual analysis and review, en H. Ginsburg (comp.). The development of mathemati-
cal thinking, Nueva York, Academic Press, págs. 49-107.
Fuson, K., Richards, J. y Briars, D. (1982). The acquisition and elaboration of the num-
ber word sequence, en C. J. Brainerd (comp.). Children’s logical and mathemati-
cal cognition: Progress in cognitive development, Nueva York, Springer-Verlag,
págs. 33-92.
Fuson, KC. (1988). Children’s counting and concepts of number. New York: Springer-
Verlag.
Gagne, R. M. (1970). The conditions of learning, Nueva York, Holt, Rinehart & Win-
ston.
571
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
sociation.
Gelman, R. (1977). How young children reason about small numbers, en N. J. Castel-
lan, D. B. Pisoni, y G. R. Purrs (comps.). Cognitive theory, vol. 2, Hills-dale,
Nueva York, Lawrence Erlbaum Associates.
Gelman, R. (1980). What young children know about numbers, The Educational Psy-
chologist, 15, 54-68.
572
Tesis Doctoral
Gelman, R., and Callistel, e R. (1978) The Child's Understanding of Number. Cam-
bridge, Mass., Harvard University Press.
Gergen, K. J., Gulerce, A., Lock, A., & Misra, G. (1996). Psychological science in cul-
tural context. American Psychologist, 51(5), 496.
Gibson, J. J. (1950). The perception of visual surfaces. The American journal of psy-
chology, 63(3), 367-384.
Ginsburg, H. (1977). Children’s arithmetic: The learning process, Nueva York, D. Van
Nostrand.
Ginsburg, H. y Russell, R. (1981). Social class and racial influences on early mathemat-
ical thinking, Monographs of the Society for Research in Child Development, 46.
573
k
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
574
Tesis Doctoral
Hiebert, J. (1982). The position of unknown set in children’s solutions of verbal arith-
metic problems, Journal for Research in Mathematics Education, 13, 341-349.
Hoffman, L. (1988). A constructivist position for family therapy. The Irish Journal of
Psychology, 9(1), 110-129.
Hoffman, L. (1996). Una postura reflexiva para la terapia familiar. Terapia como cons-
trucción social. Barcelona: Paidós.
575
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Hunt T. D. (1975). Early number conservation and experimenter expectancy, Child De-
velopment, 46, 984-987.
Inhelder, B., Sinclair, H. y Bovet, M. (1974). Learning and the development of cogni-
tion, Cambridge, MA, Harvard University Press.
Inhelder, B., Sinclair, H., & Bovet, M. (1974). Apprentissage et structures de la con-
naissance.
Irvine, J. (1986). Teacher-student interactions: Effects of student race, sex, and grade
level, Journal of Educational Psychology, 78, 14-21.
576
Tesis Doctoral
Jiménez-Fanjul, N., Maz-Machado, A., & Bracho-López, R. (2013). Quiénes son y qué
citan los autores españoles de educación matemática en el Social Science Citation
Index. Epsilon, 30(3), 55-68.
Johnson, M. H., & Morton, J. (1991). Biology and cognitive development: The case of
face recognition. Oxford, England: Basil Blackwell.
K. Parke (comp.). The preschool in action, Boston, Ally & Bacon, págs. 365-420. Kan-
no, Y. (1979). Conservation, transitivity, and class inclusion of number, Tohoku
Psychologica Folia, 38, 8-17
Kamii, C. (1985). Young children reinvent arithmetic, Nueva York, Teacher College
Press (trad. cast.: El niño reinventa la aritmética. Madrid, Aprendizaje Visor,
1986).
Katz, H. y Beilin, H. (1976). A test of Bryants claims concerning the young childs un-
derstanding of quantitative invariance, Child Development, 47, 877-880.
577
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Koehler, O. (1951). The ability of birds to count, The Bulletin of Animal Behavior, 9,
41,45.
Kwant, R. C., & Castex, A. (1967). Filosofía del trabajo. Carlos Lohlé.
Langer, J. (1980). The origins of logic: Six to twelve months, Nueva York, Academic
Press.
Lankford, F. G. (1974). What can a teacher learn about a pupils thinking through oral
interviews?)). The Arithmetic Teacher, 21, 26-32.
Le Blanc, J. F. (1971). The performance of first grade children in four levels of conser-
vation of numerousness and three IQ groups in solving subtraction problems,
578
Tesis Doctoral
Lerner, R.M. (1986). Concepts and theories of human development. New York: Plenum
Press.
Liddle, I. y Wilkinson, J. E. (1987). The emergence of order and class aspects of num-
ber in children: Some findings from a longitudinal study, British Journal of Edu-
cational Psychology, 57, 237-243.
579
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Marx K. (1968b) Critica de la filosofía del tratado de Hegel, Ed. Grijalbo, México,
1.968.
Marx, K. y Engels, F. (1967). La sagrada familia y otros escritos, Ed. Grijalbo, México.
Maturana, H. R., & Varela, F. J. (1990). El árbol del conocimiento: las bases biológicas
del conocimiento humano. Madrid: Debate.
Maturana, H., & Varela, F. (1992). The tree of knowledge: The biological roots of hu-
man understanding. Boston: Shambhala.
Mayer, R. E. (1982). Memory for algebra story problems, Journal of Educational Psy-
chology, 2, 199-216.
580
Tesis Doctoral
Meadows, G., & Wiesenmayer, R. L. (1999). Identifying and addressing students' alter-
native conceptions of the causes of global warming: The need for cognitive con-
flict. Journal of Science Education and Technology, 8(3), 235-239.
Meece, J. (1981). Individual differences in the affective reactions of middle and high
school students to mathematics: A social cognitive perspective, citado por Wig-
field, A. y Meece, J. L. (1988). Math anxiety in elementary and secondary school
students, Journal of Educational Psychology, 80, 210-216.
Meltzoff, A. N., & Moore, M. K. (1983). Newborn infants imitate adult facial gestures.
Child development, 702-709.
Miller, K. (1984). Child as a measurer of all things: Measurement procedures and the
development of quantitative concepts, en C. Sophian, (comp.). Origins of cogni-
tive skills, Hillsdale, Nueva Jersey, Lawrence Erlbaum Associates, págs. 193-288.
581
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Murray, S. B. (1970). Stimulus mode and the conservation of weight and number, Jour-
nal of Educational Psychology, 61, 287-291.
Muth, K. D. (1984). Solving arithmetic word problems: Role of reading and computa-
tional skills, Journal of Educational Psychology, 76, 205-210.
582
Tesis Doctoral
Newell, A., & Simon, H. A. (1972). Human problem solving (Vol. 104, No. 9). Eng-
lewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall.
583
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Parrish, M., Lundy, R. M., & Leibowitz, H. W. (1969). Effect of hypnotic age regres-
sion on the magnitude of the Ponzo and Poggendorff illusions. Journal of Abnor-
mal Psychology, 74(6), 693.
Piaget, J., & Lambercier, M. (1956). Grandeurs projectives et grandeurs réelles avec
584
Tesis Doctoral
Quayle, J. (2009). Teaching ethics to future psychologists: Challenges and the model of
an experience of a college psychology professor in a developing country. Counse-
lling Psychology Quarterly, 22(1), 97-104.
585
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Río Sánchez, C. D. R., Más, M. B., Rodríguez, A. M., & Pérez, I. T. (2003). Ética de las
relaciones duales en psicoterapia. Psicothema, 15(1), 58-64.
Rozin, P. (1976). The evolution of intelligence and access to the cognitive unconscious,
586
Tesis Doctoral
Satz, P., Taylor, H. G., Friel, J. y Fletcher, J. M. (1978). Some developmental and pre-
dictive precursors of reading disabilities: A six year follow-up, en A. L. Benton y
D. Pearl (comp.). Dyslexia, Nueva York, Oxford University Press, págs. 313-347.
Saxe, G. (1979). Developmental relations between notational counting and number con-
servation, Child Development, 50, 180-187.
Saxe, G. (1982). Developing forms of arithmetical thought among the Oksapmin of Pa-
pua New Guinea, Developmental Psychology, 18, 583-594.
587
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Seán Delaney (2012) Problems in Teaching Primary School Mathematics. Marino Insti-
tute of Education, Laois Education Centre, 18 October 2012
Secada, W. G. (1982). The use of counting by manual deaf children for addition and
subtraction, American Educational Research Association, Nueva York.
Selvini‐Palazzoli, M., & Viaro, M. (1988). The Anorectic Process in the Family: A Six‐
Stage Model as a Guide for Individual Therapy. Family process, 27(2), 129-148.
Share, D.L., Moffitt, T.E. Y Silva, P.A. (1988). Factors associated with arithmetic and
reading disability and specific arithmetic disability, Journal of Learning Disabili-
ties, 221, 313-320.
Shultz, T. R., Dover, A. y Amsel, E. (1979). The logical and empirical bases of conser-
vation judgment, Cognition, 7, 99-123.
588
Tesis Doctoral
Siegel, L. S., Mccabe, A. E., Brand, J. y Matthews, J. (1978). Evidence for class inclu-
sion in the preschool children: Linguistic factors and training effects, Child De-
velopment, 49, 688-693.
Siegler, R. S. (1991). Strategy choice and strategy discovery. Learning and Instruction,
1(1), 89-102.
589
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Simon, M. A., & Schifter, D. (1993). Toward a constructivist perspective: The impact
of a mathematics teacher in service program on students. Educational studies in
mathematics, 25(4), 331-340.
Sinclair, H., Stambak, H., Lezine, I., Rayna, S. y Verba, M. (1982). Les bébés et les
choses, París, Presses Universitaires de France (trad. cast.: Los bebés y las cosas,
Barcelona, Gedisa, 1983).
590
Tesis Doctoral
Starkey, P., Spelke, E. y Gelman, R. (1980, abril). Number competence in infants: Sen-
sitivity to numeric invariance and numeric change, International Conference on
Infant Studies, Connecticut.
Suppes, P. y Groen, G. (1967). Some counting models for first grade performance data
on simple facts, en J. M. Scandura (comp.). Research in mathematics education,
Washington, Columbia, National Council of Teachers of Mathematics, págs. 35-
43.
Svenson, O. (1975). Analysis of time required by children for simple additions, Acta
Psychologica, 39, 289-302.
591
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Van Der Steen, S., Steenbeek, H., Van Dijk, M., & Van Geert, P. (2014). A process
approach to children's understanding of scientific concepts: A longitudinal case
study. Learning and Individual Differences, 30, 84-91.
592
Tesis Doctoral
Von Glasersfeld, E. (1982). Subitizing: The role of figural patterns in the development
of numerical concepts, Archives de Psychologie, 50, 191-218.
593
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Winer, G. A. (1975). Analysis of the relation between conservation of large and small
quantities, Psychological Reports, 36, 379-382.
Wolff, C. (1983). Philosophia rationalis sive logica (Pars 1). [Filosofía racional o lógica
(Parte 1)]. En C. Corr (Ed.), Christian Wolffs Gesammelte Werke (II, Vol. 1).
Hildesheim: Olms. (Trabajo original publicado en 1740).
594
Tesis Doctoral
APÉNDICES
595
Vicente Bermejo Fernández
597
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
1.-DATOS PERSONALES
598
Tesis Doctoral
2.-TÍTULOS ACADÉMICOS
599
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
600
Tesis Doctoral
- Curso de Doctorado (III ciclo): "El desarrollo del pensamiento matemático infantil:
Modelos, procesos, estrategias y dificultades", impartido en el Departamento de
Psicología de la Universidad de Valladolid, Abril, 1997.
601
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
602
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo, Teodoro Herranz, Rosa Fernández y Julio Menor (1984). Entidades
colectivas y funcionalidad en situaciones de clasificación e inclusión. En P. Del
Río (Coord.). I Congreso del Colegio Oficial de Psicólogos. Área 2: "Psicología
Educativa". Madrid: Ed. Col. Oficial de Psicólogos.
Vicente Bermejo, Pilar Muñoz, Román Odriozola y Ramón Pérez (1984). Estudio
evolutivo de algunos factores lingüísticos incidentes en la clasificación. En P. Del
Río (Coord.). I Congreso del Colegio Oficial de Psicólogos. Área 2: "Psicología
Educativa". Madrid: Ed. Col. Oficial de Psicólogos.
603
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo, Ma. Oliva Lago y Purificación Rodríguez (1992). Desarrollo de algunos
contenidos matemáticos fundamentales. En Congreso Iberoamericano de
Psicología. Madrid: Ed. Col. Oficial de Psicólogos.
604
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo y Ma. Oliva Lago (1993). Desarrollo de los principios procesuales del
conteo. En J. Beltrán, L. Pérez, E. González, R. González y D. Vence (Eds.),
Líneas actuales en la intervención psicopedagógica I: Aprendizaje y contenidos del
currículum (pp. 742-755). Madrid: Univ. Complutense.
Vicente Bermejo y Ma. Oliva Lago (1993). Diferencias entre competencia y ejecución en
la adquisición de la habilidad de contar. En J. Beltrán, L. Pérez, E. González, R.
González y D. Vence (Eds.), Líneas actuales en la intervención psicopedagógica I:
Aprendizaje y contenidos del currículum (pp. 698-710). Madrid: Univ.
Complutense.
Vicente Bermejo y Ma. del Rosario Rodríguez (1993). La enseñanza de las matemáticas:
Análisis de textos y de la normativa legal a la luz de la investigación. En J. Beltrán,
L. Pérez, E. González, R. González y D. Vence (Eds.), Líneas actuales en la
intervención psicopedagógica I: Aprendizaje y contenidos del currículum (pp. 656-
666). Madrid: Univ. Complutense.
Jesús, Beltrán, Vicente Bermejo, Mª Dolores Prieto y David Vence (Eds.) (1993).
Intervención psicopedagógica. Madrid: Pirámide.
605
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Jesús Beltrán, Pilar Domínguez, Vicente Bermejo y Alfonso Tocino (Eds.) (1993). Líneas
actuales en la intervención psicopedagógica II: Variables personales y
psicosociales. Madrid: Universidad Complutense.
Vicente Bermejo y Ma. Oliva Lago (1994). Desarrollo cognitivo. En A. Puente (coord.).
La conducta y sus contextos, (cap. 5). Madrid: Eudema.
Vicente Bermejo y M.O. Lago (1994). The use of counting in numerical reasoning. En J.
E.H. Van Luit (Ed.), Research on learning and instruction of mathematics in
kindergarten and primary school. Doetinchem/Rapallo: Graviant Publishing
Company.
606
Tesis Doctoral
607
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo (Coord.) (2004). Cómo enseñar matemáticas para aprender mejor.
Madrid: CCS.
608
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo (2005). ¿Por qué fracasan nuestros alumnos en matemáticas? Programa
de intervención para la mejora del rendimiento matemático (PEIM). En M. Pérez
Solís (Ed.), La orientación escolar en centros educativos (pp. 359-378). Madrid:
MEC.
609
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
610
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo (1982). Estado actual de los estudios sobre la evolución de la constancia
perceptiva del tamaño. Revista de Psicología General y Aplicada, 37, pp. 261-274.
Vicente Bermejo (1983). El juego en el desarrollo del niño. Psiquis, 4, pp. 37-45.
Publicado también en Butlletí d'Infermeria, 1985, juny, pp. 28-32.
611
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo (1988). Entrevista con P. Mounoud. Estudios de Psicología, 36, pp. 7-22.
Vicente Bermejo M. Oliva Lago (1990). Developmental processes and stages in the
acquisition of cardinality. International Journal of Behavioral Development, 13,
pp. 231-250.
612
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo, Ma. Oliva Lago y Purificación Rodríguez (1994). Problemas verbales de
comparación y comprensión de la relación comparativa. Cognitiva, (6)2, 159-174.
Vicente Bermejo (1996). Piaget: Vida y obra. Psicología Educativa, 2 (2), 257-271.
Vicente Bermejo, Mª Oliva Lago, Purificación Rodríguez y María Pérez (2000). Fracaso
escolar en matemáticas: cómo intervenir para mejorar los rendimientos infantiles.
Revista de Psicología General y Aplicada, 53, 43-62.
Vicente Bermejo, Soledad Morales y Jenny García de Osuna (2004). Supporting children's
developing understanding of cardinality. Learning and Instruction, 14, 381-398.
Vicente Bermejo y Juan José Díaz (2007). The Degree of Abstraction in Solving
Problems of Addition and Subtraction. The Spanish Journal of Psychology, 10,
285-293.
Juan José DÍAZ y Vicente Bermejo (2007). Nivel de abstracción de los problemas
aritméticos en alumnos urbanos y rurales. Revista Latinoamericana de
Investigación en Matemática Educativa, 10, 335-364.
613
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo y Margarita Blanco (2009). Perfil matemático de los niños con
Dificultades Específicas de Aprendizaje en Matemáticas en función de su
capacidad lectora. Enseñanza de las Ciencias, 27 (3), 381-392.
614
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo (1996). Recordando a Piaget, maestro de la psicología del niño. ABC, 1
de octubre, 42.
Vicente Bermejo (1976). Prise et traitement de l'information dans des processus finalisés
chez l'adulte. Memoria para el Diplôme de spécialisation en Psychologie. Faculté
de Psychologie et des Sciences de l'Education. Universidad de Ginebra (Suiza).
Vicente Bermejo (1978). Historia de una teoría. Trabajo de "Tesina" de Filosofía. Univ.
Autónoma de Barcelona.
615
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo y otros (1996). Relevancia de los problemas verbales de sumar y restar
en el currículum escolar: su clasificación y enseñanza en primer ciclo de
enseñanza primaria. Informe anual del proyecto de investigación subvencionado
por el C.I.D.E. del Ministerio de Educación.
616
Tesis Doctoral
(Varios de los trabajos recogidos en los apartados VI, VII y VIII son de investigación.
Resaltamos aquí algunos de ellos).
Vicente Bermejo. Prise et traitement de l'information dans des processus finalisés chez
l'adulte.
Vicente Bermejo y Ma. Oliva Lago. Developmental processes and stages in the acquisition
of cardinality.
617
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
618
Tesis Doctoral
619
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo, Teodoro Herránz, Rosa Fernández y Julio Menor (1984). Entidades
colectivas y funcionalidad en situaciones de clasificación e inclusión. I Congreso
Nacional del Colegio Oficial de Psicólogos, Madrid, mayo, 21-25.
Vicente Bermejo, Pilar MUÑOZ, Román Odriozola y Ramón Pérez (1984). Estudio
evolutivo de algunos factores lingüísticos incidentes en la clasificación. I Congreso
Nacional del Colegio Oficial de Psicólogos, Madrid, mayo, 21-25.
620
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo y M. Oliva Lago (1988). Development and cardinality: Processes and
stages. Third European Conference on Developmental Psychology, Budapest
(Hungría), junio, 15-19. (Aceptada, pero no presentada por carencia de subvención
institucional).
Vicente Bermejo y M. Oliva Lago (1989). Cardinality and quantification. Tenth Biennial
Meetings of the International Society for the Study of Behavioral Development,
Jyväskylä (Finlandia), julio, 9-13. (Aceptada, pero no presentada por carencia de
subvención institucional).
Vicente Bermejo y M. Oliva Lago (1990). La eficiencia del conteo como operador
cuantificador. VIII Congreso Nacional de Psicología, Barcelona, noviembre.
Vicente Bermejo y M. Oliva Lago (1991). Understanding levels in counting ability. The
use of counting. Fourth European Conference for Research on Learning and
Instruction, Turku (Finlandia), August, 24-28.
Vicente Bermejo y Ma. Rosario Rodríguez (1991). Análisis de los textos de matemáticas
(1er. curso de EGB) y de la normativa legal a la luz de los avances de la
investigación. I Congreso Internacional de Psicología y Educación, Madrid,
noviembre, 21-23.
621
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo, Ma. Oliva Lago y Purificación Rodríguez (1992). Desarrollo de algunos
contenidos matemáticos fundamentales. Congreso Iberoamericano de Psicología,
Madrid, julio, 5-10.
Vicente Bermejo Y M. José Lozano (1995). Estrategias de cálculo mental en tercer ciclo
de educación primaria. II Congreso Internacional de Psicología y Educación.
Madrid, 16-18 de noviembre.
622
Tesis Doctoral
Vicente Bermejo (1996). Piaget: vida y obra. Semana Jean Piaget. Madrid, 18-22 de
noviembre.
623
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo (2004). ¿Por qué fracasan nuestros alumnos en matemáticas? Programa
de intervención para la mejora del rendimiento matemático. Fundación
Universidad de Verano de Castilla-León, Segovia, septiembre.
Vicente Bermejo (2005). Educación matemática: Cómo cambiar para mejorar. Filosofía,
Psicología y Educación matemática, Albacete, 7 de junio.
Vicente Bermejo (2005). School learning difficulties in mathematics and the P.E.I.M. 9th.
European Congress of Psychology, july 3-8, Granada.
Vicente Bermejo (2007). Educación matemática: Qué cambiar para aprender mejor. I
Congreso Nacional: Aprendizaje en Matemáticas, Ciencias y Lectura.
Zacatecas (México), abril, 25-28.
624
Tesis Doctoral
Margarita Blanco y Vicente Bermejo (2008). ¿Nos permite la evaluación criterial por
ciclos la detección precoz de las Dificultades de Aprendizaje en Matemáticas?
V Congreso Internacional de Psicología y Educación: Los retos del futuro.
Oviedo, 23-25 de abril.
Margarita Blanco y Vicente Bermejo (2009). Why are mathematical learning disabilities
invisible? International Association for the Scientific Knowledge: Teaching
and Learning. 07-09 December, Porto, Portugal.
Vicente Bermejo (2009). Subitizing, conteo y errores de conteo. Jornadas: Por qué
fracasan los alumnos en matemáticas. Universidad de la Rioja. Logroño, 27 de
noviembre.
Vicente Bermejo (2009). Aprendiendo a contar. Jornadas: Por qué fracasan los alumnos
en matemáticas. Universidad de la Rioja. Logroño, 27 de noviembre.
Vicente Bermejo (2010). Enseñar a cuantificar. Jornadas: Por qué fracasan los alumnos
en matemáticas. Universidad de la Rioja. Logroño, 26 de febrero.
Vicente Bermejo (2010). Enseñar a sumar y restar. Jornadas: Por qué fracasan los
alumnos en matemáticas. Universidad de la Rioja. Logroño, 26 de febrero.
Vicente Bermejo (2010). Cómo evaluar competencias en el aula. Jornadas: Por qué
fracasan los alumnos en matemáticas. Universidad de la Rioja. Logroño, 27 de
febrero.
625
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
626
Tesis Doctoral
- Curso de Doctorado (III Ciclo) sobre "Pensamiento matemático en el niño" (10 horas), en
el Programa de Tercer Ciclo "DIDACTICA DE LA MATEMATICA” de la
Universidad de Granada. Febrero, 1993.
- Curso de Doctorado (III ciclo): "El desarrollo del pensamiento matemático infantil:
Modelos, procesos, estrategias y dificultades" (10 horas), impartido en el
Departamento de Psicología de la Universidad de Valladolid, Abril, 1997.
627
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
- Todos los correspondientes a las carreras que he realizado, así como el Doctorado y los
diplomas obtenidos (sería largo e improcedente, por el espacio que ocuparían,
anotar cada uno de ellos). Ver apartado II.
- Seminarios del Centre International d'Epistémologie Génétique, dirigidos por Piaget (dos
horas semanales). Ginebra, 1977-1979.
628
Tesis Doctoral
- Me he limitado a recoger cursos y seminarios de larga duración. La lista sería una vez
más demasiado amplia si se mencionaran los seminarios de corta duración a los
que he asistido. Sirvan de botón de muestra nombres tan prestigiosos como R.
Gregory, S. Papert, J.J. Gibson, E.J. Gibson, J. Saxe, etc.
629
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
630
Tesis Doctoral
-"La construcción del espacio en el niño a través de la información táctil", de C. Gil Ciria.
Madrid, 1990.
-"Aprendizaje del cardinal numérico", de Ma. Soledad Morales. Madrid, Julio de 2000.
(Creo recordar que todas las tesis han tenido Cum Laude por unanimidad).
631
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
632
Tesis Doctoral
- He sido miembro del Comité organizador de la Semana Jean Piaget, Madrid, 18-22 de
noviembre de 1996.
- He sido miembro del Comité científico del III Congreso Internacional de Psicología y
Educación. Santiago de Compostela, 1999.
- He sido miembro del Comité científico del VII Congreso Internacional de Psicología y
Educación. Alicante, 15-17 de Junio, 2016.
633
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
-Invitación del Citizen Ambassador Program, sito en Washington, para formar parte de un
grupo de expertos internacionales en Psicología y Educación, coordinados por los
profesores L. C. Wilkinson y J. F. Voos, para intercambio de ideas y de
experiencias con especialistas rusos en San Petersburgo, Moscú y Jaroslav del 14
al 26 de octubre de 1995.
634
Tesis Doctoral
ÁLVARO Y SU CÓRDOBA
(19/11/1963)
635
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
¡Córdoba mía!...
Te amaré como eres, mi ciudad; una ciudad cualquiera”,
es hoy como todos los días
la viña escatológica del hijo de Amós,
el vasto escenario en el que aparecerá como actor primario
y como fiel protagonista y escrupuloso encarnador
de un Domingo o de un Cristo.
Con el cesto famélico colgado en su brazo
y en su mano derecha el breviario,
camina Fr. Álvaro a través del tortuoso y exabrupto sendero
con la frente elevada, rutilante de luz y acariciada por tenue brisa,
y los pies descalzos.
Su silencio y engañosa impasibilidad de su semblante
son los más contumaces y violentos acusadores
del fuego que le quema su corazón
y de la acuciante pasión
que le obliga a vivir muriendo porque no muere.
A su derecha queda la dorada mies, ya casi cuajada,
en calma y somnolienta
como pliego melifluo olvidado de los vientos.
A su izquierda el olivo de la oración
restriega suavemente con sus dedos sendos ojos
y exhala sus primeros bostezos
para brindar a Fr. Álvaro el saludo acostumbrado.
De frente, y a través del escorzo del pedregoso camino,
Se vislumbra ya a lo lejos
el trémulo resplandor del medroso y lánguido fanal
que purpuriza las infieles murallas
que protegen la ciudad de la Mezquita.
Apenas fray Álvaro hiende las murallas
y se adentra en la ciudad
cuando ya saben de su llegada
todos sus moradores.
El canasto se sacia al instante hasta rebosar,
y su palabra, acogida y guardada en el corazón,
es semilla de lágrimas preludiadoras del intenso dolor
y verdadero arrepentimiento de sus oyentes.
Cuando el sol y la tierra se fusionan en idílico beso
y la noche, celosa, ennegrece de mortal envidia,
Fr. Álvaro deja su Córdoba inolvidable y querida
y toma de nuevo el camino para su cenobio.
Vicente Bermejo
636
Tesis Doctoral
Evento intruso
637
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
más retirado, el atrayente Carmen..., dicen, de los Mártires, ¿tú crees? Pero parece
ser que nuestro hombre se ha cansado de contemplar, y retorna de nuevo al ensi-
mismamiento, que había per-turbado la entrometida y callada brisa.
Muy bien; hemos tenido un ejemplar estupendo. (El estudio evita las tentaciones y
alimenta la ciencia).
Bueno, amigo; ya hemos terminado nuestro cometido; ¿qué, contento? Un poco
sandio y breve, pero el espacio no da para más. Anda, toma la raqueta y echa un par-
tidito al ping-pong; te quitará el mal sabor de boca que te ha quedado.
Pero no olvides que la próxima tirada de nuestro Mural; sí, ¡claro!, nuestro: tuyo y
mío y del que tienes a tu lado, que con mucha suavidad y generoso cariño está em-
pujándote deseoso de alcanzar con sus ojos el relato de nuestro... EVENTO, ¿te pa-
rece bien? Pues sí; como te iba diciendo, espero que en la próxima aparición de
nuestro mural, te muestres tan amable como en esta ocasión, permitiéndome gozar
de tu compañía en el nuevo evento. Observaremos... algo... de otro cualquiera.
638
Tesis Doctoral
El intentar hablar de Dios es siempre comprometido. Para el pueblo del Éxodo (Is.
6,5) el ver a Dios significaba la muerte irremediable. Tomás de Aquino quiere
quemar su ingente obra teológica, porque sus constataciones están muy lejos de la
realidad. Un viejo cristiano de los primeros siglos de nuestra Era amonestaba al
gran Orígenes: «Siempre es peligroso hablar de Dios, porque cada vez que digo
alguna cosa de Él debo negarla inmediatamente» (ver Danielou). Y la misma filoso-
fía cristiana, conocedora de su insalvable dificultad, lo enmarca siempre con pala-
bras negativas, expresando lo que Dios no es: Dios no es tierra, Dios no es aire, Dios
no es lo que veo, lo que siento, lo que entiendo,...; y sin embargo, «Dios, nos dice el
Pseudo Dionisio, es sol, estrella, fuego, agua, brisa, rocío, nube, roca, piedra; en una
palabra, todo lo que es y nada de lo que es» (Tratado de los nombres divinos, T. 6).
Efectivamente, Dios es todo lo que existe, porque en todas las cosas se da alguna
perfección, -aunque sólo sea el mero hecho de existir-, y allí donde hay perfección,
por insignificante que sea, está Dios. Así lo expresa también Jacques Leclercq con
esa palabra tan peculiar y tan llena de filosofía que le caracteriza: «Lo encuentro en
todo, por doquier veo su huella, pero jamás lo encuentro a Él mismo. Me persigue
y me huye; en toda cosa su presencia se me impone, y no logro encontrarlo en par-
te alguna, encontrándolo en todas».
Conocedores, sin embargo, de su inaccesibilidad, el ansia de su imposible posesión
y el deseo y deleite que su trato y «manoseamiento» reporta, nos incita y exige que
le dediquemos la mayor parte oportuna de nuestro tiempo.
Antes de entrar en cuestión, y para evitar prejuicios y suposiciones tal vez demasia-
do elevadas acerca de nuestro cometido, huelga advertir que nuestra pretensión es
demasiado reducida. Intentaremos tan solo decir algo, poco, casi nada, que, por otra
parte, hace tiempo que ya dijeron. Por eso, más que decir, deseamos recordar.
Al querer comentar y llevar a sus últimas consecuencias la definición que el Estagi-
rita nos había legado de Dios, como: «primer motor inmóvil», han surgido dos posi-
ciones igualmente imprecisas que pecan por defecto una, y por exceso la otra. En
una mirada retrospectiva de la historia, nos damos de cara en primer lugar con el
fautor de la teoría excedente. Nuestro hombre, autor de su revolucionaria obra:
«Evolución creadora», que se presentó a juicio particular ante al que tan defectuo-
sa-mente comprendió o al menos plasmó en sus escritos, hace 23 años, se llamó
Enrique Bergson.
Nuestro convecino de nación no supo, tal vez por-que no se lo enseñaron, o no
supieron enseñárselo, -y esto debe dolernos a los tomistas que en esta ocasión
desempeñamos un papel un poco deficiente-, relegar o extraer el primer motor in-
móvil de la ininterrumpida evolución a que estaba sometida la existencia, según su
639
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
filosofía intuicionista. Dios, para él, era infinito, omnipotente, estaba en todas par-
tes; pero como estas partes en constante evolución. Era un Dios dinámico, plástico,
operante, que ocupaba el centro de esta transformación del cosmos.
Tres siglos antes, en el XVII, el más ilustre miembro de la insigne Compañía de Je-
sús, Francisco Suárez, caía en el mismo pecado bergsoniano, pero no por exceso,
sino defectuosamente. Según este gran filósofo, Dios era un ser infinito, omnipo-
tente, omnisciente, eterno, pero totalmente estático. Así como Bergson lo suponía,
no sólo dinámico y operante, sino incluso mutable y en constante cambio; éste,
contrariamente, lo cree estático, inactivo, impasible en el sentido potencial. Es ver-
dad que la Escritura viejotestamentaria nos dice por boca de Malaquías: «Yo soy el
Señor y no cambio» (3,6), y el Apóstol Santiago en su carta a las doce tribus de la
dispersión: «... en el cual -el Padre- no se da mudanza ni sombra de alteración» (1,
17); pero no son menos perentorias las palabras de la Sabiduría: «Que es más mó-
vil que todo lo que se mueve, y está en todas partes a causa de su movilidad» (7,
24). La conclusión del Doctor Eximio es perfectamente consecuente con su pen-
samiento filosófico. Su doctrina netamente esencialista, en la que la esencia es la
parte más perfecta y juega el papel principal en el ser, le lleva inevitablemente a
concebir a Dios como una esencia, no sólo eterna e inmutable, sino incluso inope-
rante y estática.
Fue Sto. Tomás de Aquino el que, hacía ya cuatro siglos, nos donó el concepto
más acertado de Dios, adoptando la posición intermedia. Ni Suárez ni Bergson
supieron conservar la línea marcada por el Angélico Doctor. Bergson porque pro-
bablemente no la conoció, debido a la deficiente potabilidad del tomismo de su
tiempo, que por otra parte no era el genuino tomismo de Sto. Tomás. Y Francisco
Suárez porque, o no pudo alcanzar la profundidad del pensamiento aquinatense, o le
pareció que su postura era más acertada y estaba más en conformidad con la razón
filosófica.
Para terminar, Sto. Tomás, basándose en el concepto aristotélico del primer motor
inmóvil, y en el Éxodo (3,14) «Yo soy el que es», nos define a Dios como un Ser cier-
tamente inmutable y eterno, pero dinámico; salvándolo así del oleaje embravecido
del devenir bergsoniano a que estaba sometida la materia, y de la inacción suare-
ziana, tan discordante con las procesiones divinas de la Trinidad: «Omne agens agit
in quantum est in actu».
640
Tesis Doctoral
641
Catedrático Vicente Bermejo Fernández
Vicente Bermejo
(Granada: diario El Ideal, 10 de noviembre de 1964)
642